El Fascismo y su Relación con el Fútbol.

Desde sus orígenes, el fascismo y sus líderes han buscado la manera de poder llevar a cabo sus metas e ideales, en el pueblo, con la mayor discreción posible. Entre una de tantas formas para lograr esto, se pueden considerar las distracciones y propagandas disfrazadas, que los partidos realizaban, tal es el ejemplo del “pan y circo” que se practicaba en el fútbol italiano de Mussolini, el pan se puede definir como las conocidas “cartillas de racionamiento” que dependiendo del gobierno que fuera, podían alcanzar para pan, carne, agua, verduras, entre otros; y el circo, por lo menos en Italia, era el fútbol (en España eran los toros y el fútbol, en Alemania las carreras de autos y el fútbol).

Mussolini veía el fútbol como una herramienta para poder unificar al pueblo italiano, obviamente estamos hablando de la selección italiana de fútbol, y como una forma para obtener prestigio internacional, fue el principal impulsor de la primera y única liga nacional de fútbol italiano, la Serie A (1929), justo antes de que utilizara sus influencias en la FIFA para poder organizar el Mundial de Fútbol de (1930), fue el mismo Mussolini que en este mismo Mundial escogió los árbitros que le pitarían al cuadro azzurro, fue un árbitro sueco quien pitó el Austria-Italia de las semifinales, donde permitía que los jugadores italianos empujaran al portero a 3 metros de distancia de la portería, y eventualmente, siendo escogido de nuevo por el mismo Mussolini, pitó la final en la que perdonó varias manos de los jugadores italianos que ganarían la final frente al cuadro de Checoslovaquia.

Hitler ya se había dado cuenta gracias a Mussolini, de los usos políticos del deporte, él mismo quería organizar el Mundial de Fútbol en 1942, pero fue justo el año que estalló la guerra. Hitler había asistido a un partido de fútbol de Alemania frente a Noruega, el cual los alemanes perdieron, quedando Hitler muy decepcionado, aparte de esto, él mismo llevo los Juegos Olímpicos a Berlín el año 1936, donde Alemania tuvo una actuación importante, a pesar de no haberse contado las medallas de las personas de raza negra y judía, también conocidos como Untermenschen.

Francisco Franco sabía que Cataluña era el corazón de la resistencia republicana, y que el FCBarcelona era el corazón de Cataluña. En consecuencia, al mes del comienzo de la guerra civil las tropas fascistas asesinaron al presidente del Barcelona, Josep Garriga, y en 1938 los aviones fascistas bombardearon la sede del FC Barcelona. Una vez ganada la guerra, Franco prohibió la bandera y el idioma catalán, lo que obligó al FC Barcelona a cambiar su nombre y retirar la bandera de su escudo. Aun así, el estadio de Barcelona fue uno de los pocos lugares en España donde la gente libremente hablaba catalán. Franco hizo todo lo posible para hacer del Real Madrid un rival católico y conservador e intervino personalmente en el mercado de traspasos para garantizar que el gran Alfredo Di Stéfano fichara por el Real. En sus últimos años, el poder de Franco menguó y una clara señal fue que en 1974, cuando el Barcelona recuperó su antiguo nombre y fichó a Johan Cruyff, quien públicamente dijo que podía haber ido a Madrid, pero nunca ir a un club asociado con Franco.

De esta forma, el fascismo pudo manipular a las masas, y acomodarlas al sentido que ellos querían, marcando la historia del deporte, y del fútbol, por la eternidad.