el escritor que nunca dejó de enseñar

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2 Arequipa Miércoles 25 de mayo de 2016 LA NOTA DESTACADA Arequipa Miércoles 25 de mayo de 2016 3 Tres jóvenes literatos hablan sobre la influencia del autor de "Los inocentes" en la formación de su vocación artística ¤ Jorge Malpartida Tabuchi [email protected] Cercado. Oswaldo Reyno- so estaba muy ocupado en vivir como para pensar en la muerte. El fin de semana pasado llamó por teléfono desde Lima al escritor Or- lando Mazeyra, uno de sus amigos más cercanos en Arequipa, para contarle que había terminado su nuevo libro llamado “Capricho en azul”. “Estaba muy feliz por esta obra. Me dijo que ya le había mandado el borrador a su editor por correo y es- taba planeando un viaje a Arequipa para ver todos los detalles”, recuerda ahora Mazeyra que se ha enterado que Reynoso ha fallecido de un infarto la madrugada del martes. Pese a sus 85 años, Reynoso era un autor que no descan- saba en sus labores literarias. Luego de haber inspirado a tantas generaciones de jó- venes escritores con libros como “Los inocentes” y “En octubre no hay milagros”, se- guía predicando con el ejem- plo: leía apasionadamente y escribía con la misma rabia que en su juventud. Pero sobretodo, Reynoso no de- jaba de vivir intensamente. EL AREQUIPEÑO OSWALDO REYNOSO FALLECIÓ AYER A LOS 85 AÑOS Viajaba por todo el país para parcipar en presentaciones de libros, congresos y ferias. Luego, se reunía en cannas y huariques para escuchar la voz de la calle. Vivir fue la manera que encontró este escritor, nacido en Arequipa en 1931, para seguir apren- diendo y enseñando. “Tenía una vitalidad increí- ble. Le encantaba la buena vida, el trago y la comida, pero nunca descuidaba su trabajo y era muy exigen- te con sus creaciones. Por eso era un ejemplo a seguir para cualquier escritor”, dice Mazeyra, quien desde que conoció a Reynoso en 2004 no dejó de pedirle su opi- nión sobre los cuentos que comenzaba a escribir. Luego, esta relación maes- tro-discípulo se niveló y Rey- noso empezó a enviarle sus relatos a Mazeyra para que los revisara a la distancia. Hoy que Orlando sabe que su amigo ya no estará al otro lado de la línea para guiarlo, le quedan sus libros para se- guir aprendiendo de él. MAESTRO DE LA PALABRA Para el escritor y docente de la Universidad San Marn de En todas mis obras Arequipa aparece en forma implícita o encubierta, pero cuando escribo no busco comunicar algo en específico, en todo caso me busco a mí mismo. Y esa búsqueda de mí mismo la quiero expresar a través de una figura artística, haciendo uso de la palabra". Declaraciones de Oswaldo Reynoso de diciembre de 2014 Porres Dennis Arias corre- gir un libro de Reynoso fue como hacer otra maestría. En 2012, luego de culminar sus estudios de posgrado en España, le encargaron a Arias revisar los textos de “En bus- ca de la sonrisa encontrada”, un conjunto de relatos que retrataban diversos parajes del Perú. Durante esos me- ses tuvo una comunicación fluida vía correo electróni- co con el reconocido autor, quien le inculcó la importan- cia de que el lenguaje siem- pre transmiera naturalidad. “Reynoso estaba convencido de que la palabra tenía que comunicar el habla de las personas. En las correccio- nes de eslo que hacía me pedía que tomara en cuenta esa premisa”, recuerda Arias, quien en esa época también estaba preparando su primer libro de cuentos. Luego de esas lecciones im- previstas, el novel autor tam- bién comenzó a corregir sus ficciones y le insertó el vigor, rebeldía y compromiso social que Reynoso siempre pre- dicó en su literatura. “Mis cuentos eran muy fantás- cos y no había un nexo con el entorno. Después de hablar con Reynoso, me di cuenta que no podía renunciar a mis recuerdos al momento de es- cribir”, dice Arias, quien en 2013 publicó “Ciudad lineal”, en donde recopiló las nuevas versiones de sus historias. Esos cuentos, sin renunciar a su esencia mágica, ahora ponían un pie en la realidad. PRINCIPIOS ESTÉTICOS Ruhuan Huarca, poeta y di- rector de la Editorial Alethe- ya, ene entre sus manos el úlmo libro que escribió Reynoso antes de morir. El borrador de “Capricho en azul” le llegó la semana pasada por correo y es una connuación de “Arequipa lámpara incandescente” (editorial Aletheya, 2014), en donde Reynoso reme- moraba algunos de sus vi- vencias más importantes en su ciudad natal. En este nuevo libro el autor también reflexiona sobre el proceso de creación litera- ria a parr de sus vivencias en Lima y otras regiones del país. El texto empieza con un epígrafe de Karl Marx que habla de cómo el escri- tor debe ganar dinero para vivir y escribir “pero en nin- gún caso vivir y escribir para ganar dinero”. Para Huarca este úlmo libro manene los principios estécos y dis- cursivos que defendió a lo largo de su carrera. “Reynoso siempre estuvo convencido en que el mane- jo arsco de la palabra era el camino para promover la lectura en los más jóvenes. Esa fue la principal lección que me dejó. Por eso sus libros, aunque no eran pu- blicados en grandes edito- riales, fascinaron a miles de lectores”, cuenta Huarca. El joven editor fue tesgo de la gran capacidad de convo- catoria que tenía Reynoso. Entre 2012 y 2014, cuando dirigía un proyecto de pro- moción de lectura en Cay- ma, invitó al novelista a dar charlas en colegios. En po- cos minutos, los escolares quedaban fascinados con las historias de este octoge- nario con espíritu de ado- lescente. Según Huarca, el maestro también aprendía en cada una de esas pre- sentaciones. Y es que en el rostro de cada uno de estos jóvenes Reynoso también buscaba encontrar la esen- cia del país que tanto amó. Es un libro de relatos de 1961 que cuenta las vivencias de un grupo de adolescentes en un barrio popular. El libro incluía la replana juvenil y fue ldado de vulgar en su época. Hoy este libro forma parte del Plan Lector de los colegios. Libro de relatos de 2012 en donde el protagonista emprende un viaje a través de parajes como Mollendo, Pucallpa, San Pedro de Lloc, Huanchaco, Cusco, Puno, Tacna y Lima, con el fin de ubicar la sonrisa vital de los jóvenes del Perú . En este libro de 2014 Rey- noso le cuenta a un joven poeta sus recuerdos más importantes en la Ciudad Blanca. En el relato se explica cómo las estancias de la memoria se combinan para crear ficciones llenas de vitalidad. LOS INOCENTES EN BUSCA DE LA SONRISA ENCONTRADA AREQUIPA LÁMPARA INCANDESCENTE ¤ Ruhuan Huarca muestra el borrador del úlmo libro de Reynoso. ¤ Arias revisa un ejemplar del libro de Reynoso que ayudó a corregir. En esta novela publicada en 1966, Reynoso uliza como escenario de fondo la devo- ción y recogimiento durante la procesión del Señor de los Milagros para contar una historia de represión polí- ca. El habla popular también se rescata en este libro. EN OCTUBRE NO HAY MILAGROS Luego de vivir doce años en China, Reynoso publicó esta novela en 1995 en donde, a parr de la desolación que le generaron los incidentes de la plaza Tian'anmen, cuenta las razones por las cuales el narrador se exilió en la república socialista. LOS EUNUCOS INMORTALES ¤ Mazeyra enseña una de las dedicatorias de Reynoso. El escritor que nunca dejó de enseñar Fotos: Jorge Malparda

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Tres jóvenes literatos hablan sobre lainfluencia de Oswaldo Reynoso, autor de "Los Inocentes", en la formación de su vocación artística

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2 Arequipa Miércoles 25 de mayo de 2016 la nota destacada Arequipa

Miércoles 25 de mayo de 2016 3

Tres jóvenes literatos hablan sobre la influencia del autor de "Los inocentes" en la formación de su vocación artística ¤ Jorge Malpartida Tabuchi

[email protected]

Cercado. Oswaldo Reyno-so estaba muy ocupado en vivir como para pensar en la muerte. El fin de semana pasado llamó por teléfono desde Lima al escritor Or-lando Mazeyra, uno de sus amigos más cercanos en Arequipa, para contarle que había terminado su nuevo

libro llamado “Capricho en azul”. “Estaba muy feliz por esta obra. Me dijo que ya le había mandado el borrador a su editor por correo y es-taba planeando un viaje a Arequipa para ver todos los detalles”, recuerda ahora Mazeyra que se ha enterado que Reynoso ha fallecido de un infarto la madrugada del martes. Pese a sus 85 años, Reynoso

era un autor que no descan-saba en sus labores literarias. Luego de haber inspirado a tantas generaciones de jó-venes escritores con libros como “Los inocentes” y “En octubre no hay milagros”, se-guía predicando con el ejem-plo: leía apasionadamente y escribía con la misma rabia que en su juventud. Pero sobretodo, Reynoso no de-jaba de vivir intensamente.

el arequipeño oswaldo reynoso falleció ayer a los 85 años

Viajaba por todo el país para participar en presentaciones de libros, congresos y ferias. Luego, se reunía en cantinas y huariques para escuchar la voz de la calle. Vivir fue la manera que encontró este escritor, nacido en Arequipa en 1931, para seguir apren-diendo y enseñando. “Tenía una vitalidad increí-ble. Le encantaba la buena vida, el trago y la comida, pero nunca descuidaba su trabajo y era muy exigen-te con sus creaciones. Por eso era un ejemplo a seguir para cualquier escritor”, dice Mazeyra, quien desde que conoció a Reynoso en 2004 no dejó de pedirle su opi-nión sobre los cuentos que comenzaba a escribir. Luego, esta relación maes-tro-discípulo se niveló y Rey-noso empezó a enviarle sus relatos a Mazeyra para que los revisara a la distancia. Hoy que Orlando sabe que su amigo ya no estará al otro lado de la línea para guiarlo, le quedan sus libros para se-guir aprendiendo de él.

MAESTRO DE LA PALABRAPara el escritor y docente de la Universidad San Martín de

En todas mis obras Arequipa aparece en forma implícita o encubierta, pero cuando escribo no busco comunicar algo en específico, en todo caso me busco a mí mismo.

Y esa búsqueda de mí mismo la quiero expresar a través de una figura artística, haciendo uso de la palabra".

Declaraciones de Oswaldo Reynoso de

diciembre de 2014

Porres Dennis Arias corre-gir un libro de Reynoso fue como hacer otra maestría. En 2012, luego de culminar sus estudios de posgrado en España, le encargaron a Arias revisar los textos de “En bus-ca de la sonrisa encontrada”, un conjunto de relatos que retrataban diversos parajes del Perú. Durante esos me-ses tuvo una comunicación fluida vía correo electróni-co con el reconocido autor, quien le inculcó la importan-cia de que el lenguaje siem-pre transmitiera naturalidad.“Reynoso estaba convencido de que la palabra tenía que comunicar el habla de las personas. En las correccio-nes de estilo que hacía me pedía que tomara en cuenta esa premisa”, recuerda Arias, quien en esa época también estaba preparando su primer libro de cuentos. Luego de esas lecciones im-previstas, el novel autor tam-bién comenzó a corregir sus ficciones y le insertó el vigor, rebeldía y compromiso social que Reynoso siempre pre-dicó en su literatura. “Mis cuentos eran muy fantásti-cos y no había un nexo con el entorno. Después de hablar

con Reynoso, me di cuenta que no podía renunciar a mis recuerdos al momento de es-cribir”, dice Arias, quien en 2013 publicó “Ciudad lineal”, en donde recopiló las nuevas versiones de sus historias. Esos cuentos, sin renunciar a su esencia mágica, ahora ponían un pie en la realidad.

PRINCIPIOS ESTÉTICOSRuhuan Huarca, poeta y di-rector de la Editorial Alethe-ya, tiene entre sus manos el último libro que escribió Reynoso antes de morir. El borrador de “Capricho en azul” le llegó la semana pasada por correo y es una continuación de “Arequipa lámpara incandescente” (editorial Aletheya, 2014), en donde Reynoso reme-moraba algunos de sus vi-vencias más importantes en su ciudad natal. En este nuevo libro el autor también reflexiona sobre el proceso de creación litera-ria a partir de sus vivencias en Lima y otras regiones del país. El texto empieza con un epígrafe de Karl Marx que habla de cómo el escri-tor debe ganar dinero para vivir y escribir “pero en nin-

gún caso vivir y escribir para ganar dinero”. Para Huarca este último libro mantiene los principios estéticos y dis-cursivos que defendió a lo largo de su carrera.“Reynoso siempre estuvo convencido en que el mane-jo artístico de la palabra era el camino para promover la lectura en los más jóvenes. Esa fue la principal lección que me dejó. Por eso sus libros, aunque no eran pu-blicados en grandes edito-riales, fascinaron a miles de lectores”, cuenta Huarca.El joven editor fue testigo de la gran capacidad de convo-catoria que tenía Reynoso. Entre 2012 y 2014, cuando dirigía un proyecto de pro-moción de lectura en Cay-ma, invitó al novelista a dar charlas en colegios. En po-cos minutos, los escolares quedaban fascinados con las historias de este octoge-nario con espíritu de ado-lescente. Según Huarca, el maestro también aprendía en cada una de esas pre-sentaciones. Y es que en el rostro de cada uno de estos jóvenes Reynoso también buscaba encontrar la esen-cia del país que tanto amó.

Es un libro de relatos de 1961 que cuenta las vivencias de un grupo de adolescentes en un barrio popular. El libro incluía la replana juvenil y fue tildado de vulgar en su época. Hoy este libro forma parte del Plan Lector de los colegios.

Libro de relatos de 2012 en donde el protagonista emprende un viaje a través de parajes como Mollendo, Pucallpa, San Pedro de Lloc, Huanchaco, Cusco, Puno, Tacna y Lima, con el fin de ubicar la sonrisa vital de los jóvenes del Perú .

En este libro de 2014 Rey-noso le cuenta a un joven poeta sus recuerdos más importantes en la Ciudad Blanca. En el relato se explica cómo las estancias de la memoria se combinan para crear ficciones llenas de vitalidad.

Los inocentes en busca de La sonrisa encontrada arequipa Lámpara incandescente

¤ Ruhuan Huarca muestra el borrador del último libro de Reynoso. ¤ Arias revisa un ejemplar del libro de Reynoso que ayudó a corregir.

En esta novela publicada en 1966, Reynoso utiliza como escenario de fondo la devo-ción y recogimiento durante la procesión del Señor de los Milagros para contar una historia de represión políti-ca. El habla popular también se rescata en este libro.

en octubre no hay miLagros

Luego de vivir doce años en China, Reynoso publicó esta novela en 1995 en donde, a partir de la desolación que le generaron los incidentes de la plaza Tian'anmen, cuenta las razones por las cuales el narrador se exilió en la república socialista.

Los eunucos inmortaLes

¤ Mazeyra enseña una de las dedicatorias de Reynoso.

El escritor que nunca dejó de enseñar

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