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El Ejido El Balcón El caso de una pequeña aldea campesina mexicana dueña de una gran industria forestal Claudio Garibay Orozco Consejo civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible A.C. Investigador Colegio de Michacán

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El Ejido El Balcón

El caso de una pequeña aldea campesina mexicana dueña de una gran industria forestal Claudio Garibay Orozco Consejo civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible A.C. Investigador Colegio de Michacán

The Rights and Resources Initiative The Rights and Resources Initiative is a global coalition to advance forest tenure, policy and market reforms. RRI is formed by international, regional and community organizations engaged in conservation, research and development. The mission of the Rights and Resources Initiative is to promote greater global action on forest policy and market reforms to increase household and community ownership, control, and benefits from forests and trees. RRI is coordinated by the Rights and Resources Group, a non-profit organization based in Washington D.C. Please visit http://www.rightsandresources.org for more information.

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El Ejido El Balcón

Índice El asombroso caso del ejido El Balcón.................................................................... 4 Los bosques y las comunidades campesinas en México. ............................................... 4 La Costa Grande de Guerrero .............................................................................. 7 La formación del ejido y la empresa forestal. .......................................................... 9 Economía de la Empresa...................................................................................10 La empresa y el diseño institucional comunitario de El Balcón. ....................................14 Igualitarismo y beneficios sociales .......................................................................15 El Balcón en la conservación ambiental.................................................................16 Problemas estructurales ...................................................................................17 Las lecciones del caso de El Balcón......................................................................17 La alternativa comunalista. ...............................................................................20 Bibliografía...................................................................................................21

Tabla de Figuras Estructura Organizacional de la Empresa Forestal Comunitaria El Balcón ........................11 Datos de la Empresa El Balcón en 2005 .................................................................12 Política de Gasto en el ejido El Balcón..................................................................13 Organización institucional en el ejido El Balcón.......................................................15

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El asombroso caso del ejido El Balcón. En México los bosques son campesinos. Fuentes oficiales calculan que el 29% del territorio nacional, 56.5 millones de hectáreas esta cubierta por bosques y selvas. (SARH: 1994). El 80% de esa superficie boscosa es propiedad colectiva de varios miles de pequeñas aldeas campesinas. En contaste sólo el 15% de los bosques son propiedad privada y el 5% restante son propiedad del Estado. Algunos autores calculan en 8,000 el número total de aldeas campesinas con bosque. De ese total no más allá de 700 comunidades lo manejan conforme a las normas silvícola y no más de 50 han logrado organizar empresas forestales comunitarias. (Carbale: 1997; Bray y Merino; 2004). En México el destino del bosque esta ligado al destino comunidad campesina. La deforestación comúnmente esta asociada a comunidades campesinas empobrecidas y socialmente desarticuladas. De igual modo los ecosistemas boscosos mejor conservados están asociados a comunidades capaces de construir instituciones locales robustas y mantener los consensos estructurantes de su orden social. En tal sentido es importante revisar las claves de la organización social de la comunidad campesina mexicana. La pequeña comunidad campesina de El Balcón de apenas mil habitantes, ubicada en la provincia mexicana de Guerrero, ha logrado levantar una de las más sofisticadas y productivas industrias forestales de México. Una hazaña social contra la adversidad. El pueblo de El Balcón, apenas hace 40 años, se reducía a un clan compuesto por tres familias de campesinos sin tierra que huía de la Sierra Costera del Sur hacia la región de Tierra Caliente tras la terrible matanza de la mayoría de sus hombres. Una historia asombrosa marcada por el valiente regreso del clan a la tierra del que fuera expulsado; por su lucha para formar un ejido contra poderosos terratenientes; por su tenacidad para sobrevivir y levantar su aldea en una región de violencia social, grupos guerrilleros y represalias militares; y finalmente por su capacidad para levantar una sofisticada industria forestal a pesar de las iniciales carencias educativas y técnicas. Hoy el ejido El Balcón es un ejemplo logrado de la capacidad de las pequeñas sociedades campesinas para construir complejos industriales modernos comprometidos tanto con la productividad como con la conservación ambiental. Pero sobre todo un ejemplo de un modelo de organización social comunal que orienta su economía hacia el enriquecimiento de su vida social. La historia de las empresas forestales comunitarias ha sido azarosa. En la mayoría de los casos las empresas forestales comunitarias fracasaron en sus primeros años de vida. Las causas han sido muchas: administraciones deficientes, ausencia de prestación de cuentas, corrupción de líderes; conflictos políticos faccionales, resistencia a la modificación de derechos adquiridos, etc. En realidad sólo pocas decenas de comunidades campesinas han logrado aquellos consensos sociales y diseños institucionales necesarios para levantar y consolidar sus empresas forestales. El caso del ejido El Balcón es un ejemplo sobresaliente de esta historia; un caso donde a pesar de condiciones sociales muy adversas, un pequeño pueblo campesino ha levantado una sofisticada industria forestal y la ha puesto al servicio de su vida social y reproducción de su cultura.

Los bosques y las comunidades campesinas en México. Para el Estado Mexicano los bosques son un objeto de “interés público”. Por mandato constitucional el gobierno federal es el responsable de hacer prevalecer ese interés público. Para ese propósito se ha desarrollado una amplia legislación que reglamenta la conservación de los bosques y un complejo aparato institucional que regula los usos que de él hacen los particulares. La ley prohíbe que los propietarios –ejido, comunidad agraria o propietario privado- puedan explotar un bosque sin contar con el permiso de aprovechamiento forestal correspondiente; y determina que los permisos sólo se otorgarán a aquellos propietarios que demuestren, mediante un programa de manejo forestal, que su explotación no afectará la sustentabilidad del ecosistema boscoso. El gobierno federal ha creado tres organismos relevantes que atienden la actividad forestal en México: La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) encargada de la administración ambiental del país en un nivel normativo; La Comisión Nacional Forestal (Conafor) encargada de realizar acciones para la conservación de los bosques, de autorizar los permisos de aprovechamiento y de aplicar políticas de fomento del sector forestal; Y finalmente, la Procuraduría Federal del Medio Ambiente (Profepa) encargada de vigilar y procurar castigo a la violación de la leyes forestales y ambientales. Sin embargo, el balance general de las acciones gubernamentales destinadas a proteger los ecosistemas boscosos y fomentar una silvicultura sustentable

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parece adverso. Se estima que en el siglo XX México perdió la mitad de sus bosques y selvas. Datos oficiales consideran que de las 53 millones de hectáreas boscosas del país 24 millones padecen procesos de degradación de suelos. Se calcula una deforestación de 600,000 hectáreas al año. Se afirma que sólo 8.6 millones de hectáreas del total de los bosques mexicanos están reguladas por un programa de manejo forestal. Se estima que por cada m3 de madera extraído legalmente se extrae otro de manera ilegal. (Véase Conafor: 2002; Merino: 2004). En México existen dos tipos históricos de comunidad campesina: La Comunidad agraria y el Ejido. Ambos tipos de organización son regimenes de propiedad colectiva pero además complejas corporaciones sociales con un orden social y político propio. La Comunidad agraria es heredera de la antigua Republica de indios; una figura impuesta durante el siglo XVI por la Corona española para el mejor dominio y evangelización de la población conquistada1. Con los siglos coloniales esa organización se naturalizó entre los indígenas, fortaleció su autonomía y se hizo cultura propia. En el México independiente del siglo XIX las Republicas de indios fueron combatidas por los triunfantes gobiernos liberales, que influenciados por ideas de la Ilustración, la Revolución francesa y el Industrialismo norteamericano, consideraron a las comunidades un obstáculo para la modernización del país. En consecuencia se legisló su extinción jurídica, se obligó al reparto de sus tierras entre sus miembros, y se promovió la generalización de la propiedad privada individual y el mercado libre de tierras. El efecto social de esas medidas fue el crecimiento de las haciendas sobre tierras de los pueblos, la formación de latifundios, y continuas rebeliones campesinas que culminaron con la revolución de 1910. Un gran movimiento armado que derrocó la prolongada dictadura modernizadora del general Porfirio Díaz y dejo una secuela de un millón de muertos. De la revolución mexicana de 1910 surgió un régimen político fuerte, autoritario, populista y modernizador que duraría más de 70 años en el poder (1928-2000). Este régimen impulsó una extensa reforma agraria que parcialmente regreso a los pueblos indios sus tierras colectivas y les renombró como Comunidades agrarias. Al mismo tiempo creó una nueva forma de organización colectiva llamada Ejido, destinada a solucionar la demanda agraria de campesinos sin tierra a la vez que organizarles en modernas comunidades rurales cooperativas. Ello en consonancia con la influencia de ideales socialistas entre los primeros gobiernos posrevolucionarios. Hasta antes de las reforma agraria neoliberal de 1991 las tierras ejidales eran formalmente propiedad patrimonial del Estado; quien en un acto de “dotación” de tierras cedía al ejido el derecho de usufructo pero no el de propiedad. Adicionalmente un conjunto de leyes y reglamentos daban amplias facultades al Estado para tutelar la vida social de los ejidos mediante la presencia constante de oficiales gubernamentales en las Asambleas Ejidales, en especial al momento de elegir autoridades ejidales. Después de las reformas de 1991 los ejidos adquirieron el derecho de propiedad, autonomía política y la posibilidad legal de disolver la mancomunidad de tierras y transformarse en propiedad privada. En México la reforma agraria posrevolucionaria fue profunda. En la actualidad la mitad del territorio nacional esta distribuido entre algo más de 26,000 ejidos y comunidades agrarias; cada una de ellas con superficies que van desde 100 hasta 300,000 hectáreas, y poblaciones desde dos decenas de miembros hasta varios miles de personas. En México la moderna industria forestal nace al final del siglo XIX asociada con la expansión ferroviaria y la visión de la explotación forestal como motor de modernización. La explotación forestal ofrecía madera al mercado, pero sobre todo abastecía el combustible y durmientes necesarios a la expansión ferroviaria; medio estratégico tanto para la integración de las diversas regiones del país al mercado nacional en formación, como para la consolidación política y territorial del estado nacional. La política del gobierno fue la de conceder a compañías capitalistas nacionales y extranjeras el derecho exclusivo de explotación forestal sobre amplias extensiones territoriales. En esos contratos poco importó la opinión y derechos 1 Al efecto el rey español ordenaba la congregación de los indios en pueblos compactos; les dotaba de un gobierno propio llamado Cabildo; les otorgaba tierras patrimoniales de comunidad para su sostenimiento; y dictaban obligaciones tributarias colectivas en dinero, especie y trabajo en beneficio del rey y de militares conquistadores y funcionarios reales. Esas Republicas de indios resultaron eficaces para los dominación de la Corona pero también para la sobrevivencia, estabilidad, e incluso riqueza de los pueblos indígenas.

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históricos de los pueblos, lo que derivó en actos de resistencia, rebelión y represión gubernamental. Con la revolución de 1910 las concesiones extranjeras de la dictadura del general Díaz se anularon, pero se las renovaron en los años cuarenta bajo un modelo de fuerte control político y ideológico con una visión de crear riqueza económica rural.2 Bajo la tutela gubernamental cada año se renovaban los contratos entre empresa y pueblo campesino; se firmaban compromisos tales como las tarifas por derechos de monte, la contratación de vecinos como trabajadores de la empresa, o los montos aportados por la empresa para obra publica. En los años setenta avanzaron las tenencias estatalitas del régimen. En varias regiones del país las concesiones forestales particulares fueron anuladas y las empresas privadas sustituidas por empresas estatales. Este cambio no significó una mejora importante para la economía de los pueblos campesinos y sí un incremento en poder y soberbia de la burocracia. Sin embargo las desastrosas crisis económicas, los escándalos de corrupción, el desgaste de la retórica gubernamental y el surgimiento de nuevos espacios de crítica social debilitaron la influencia del gobierno sobre el campesinado. A inicios de los años ochenta muchos pueblos sometidos al régimen de concesiones realizaron bloqueos de caminos y secuestros de maquinaria exigiendo la retirada del empresas concesionarias y el derecho de explotar por si mismos sus bosques. Entre 1982 a 1988 la facción neoliberal desplazó a la facción estatalista del control del gobierno e impulsó profundas reformas sociales y económicas. Las empresas del estado fueron venidas o liquidadas; se derrumbaron barreras al comercio exterior y se quitaron regulaciones a la actividad económica. Se profesaba la idea de que el libre mercado generaría riqueza y desarrollo social. En el sector forestal hubo fuertes reformas. Se anularon las concesiones forestales, se privatizaron las empresas forestales gubernamentales, se acabó con las concesiones regionales de prestación de servicios técnicos forestales, se disolvió la corrupta policía forestal y se relajaron las restricciones para obtener permisos de explotación e instalar industrias de aserrío. Visto en su conjunto estas reformas golpearon a la burocracia gubernamental y a aquellos grupos de profesionales forestales que controlaban los servicios técnicos en amplias regiones; y que más allá de su función técnica, hacían la función de broker económico entre campesinos e industriales de la madera, y broker político entre campesinos y el Partido Revolucionario Institucional (PRI); es decir el partido político del Estado posrevolucionario. También, en cierto modo beneficiaron a las comunidades campesinas porque por fuerza de ley el gobierno federal ya no podía concesionar los bosques a sus espaldas invocando la idea del “interés público” o del “desarrollo nacional”. En los años 80 muchos ejidos y comunidades pasaron de la movilización contra las concesiones a la fundación de empresas forestales comunitarias. En sus activos estaba la experiencia ganada como trabajadores forestales y su experiencia con el uso de motosierras, grúas, camiones, maquinaria pesada, y aserraderos. En sus pasivos estaba la inexperiencia en la administración empresarial y el reto de trabajar en forma colectiva. ¿Como hacer una empresa eficiente que supone la imposición de una disciplina laboral en tanto trabajadores y a la vez mantener los consensos comunitarios? ¿Como evitar que los dirigentes de la empresa comunal se conviertan en nuevos amos y se enriquezcan a costa de la comunidad? ¿Como construir una empresa colectiva que centraliza territorio, recursos e industria en sociedades campesinas basadas en una economía familiar? Muchas comunidades que establecieron empresas forestales en los años 70 y 80 no pudieron superar las tensiones políticas generadas por la nueva organización productiva. Como se ha mencionado no más de 50 empresas comunitarias han logrado desarrollar empresas industriales consolidadas lo que habla de lo difícil que ha resultado su establecimiento. Sin embargo, aquellas que si lo han logrado muestran sorprendentes capacidad de adaptación e innovación social. El ejido El Balcón es uno de esos casos. 2 Hacia los años cuarenta las concesiones forestales reiniciaron con un vigor renovado; ahora capturadas por emergentes oligarquías locales vinculadas con los revolucionarios del nuevo régimen; al momento ocupados, a la vez que de proclamar la justicia social, de convertir su influencia política en riqueza económica para sus familias y grupos leales. La fuerza política e ideológica del régimen posrevolucionario permitió que las nuevas concesiones privadas explotaran los bosques en un ambiente de relativa tranquilidad campesina. La relación entre campesinos y empresa estaba rigurosamente tutelada por la burocracia gubernamental que disponían de los instrumentos para presionar a ambas partes, y mantener el equilibrio de intereses en nombre de una retórica de unidad nacional, progreso económico y justicia social.

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La Costa Grande de Guerrero El ejido El Balcón se localiza en lo alto de la Sierra Costera del Sur, en la llamada región de la Costa Grande de Guerrero. Una región llena de pobreza y violencia social. El Balcón se ubica apenas 150 kilómetros –en línea recta sobre mapa- al Noroeste del famoso puerto de Acapulco pero en realidad muy distante por la pésima condición de los caminos rurales. De Acapulco se viaja 100 kilómetros por la carretera costera hacia el pueblo de Tecpan de Galeana; de allí otros 100 kilómetros por una accidentada terracería que se remonta en la escarpada sierra. En temporada seca –noviembre a mayo- el trayecto toma 6 o 7 horas en camioneta Pick-up; en temporada de lluvia el camino se hace intransitable de tal modo que el ejido El Balcón queda aislado al igual que centenas de aldeas de la región. La Sierra Costera es una imponente barrera montañosa que se eleva a más de 3,000 sobre el mar y está dispuesta en paralelo a la costa del Océano Pacifico. El abrupto relieve es de grandes elevaciones y profundas cañadas. En alturas superiores a los 1,500 metros la cordillera está cubierta por bosques de pino, encino y Abies; y por manchones dispersos de bosques mesófilos de montaña. Por debajo de los 1,500 metros, en ambas vertientes, domina la selva baja caducifolia y en la vertiente opuesta al océano se encuentran incluso vegetación semidesértica. Los ecólogos consideran a la Sierra Costera una región de alto valor ambiental por su diversidad biótica y la presencia de un gran numero de plantas y animales silvestres endémicos. (SmartWood: 2001). La Sierra Costera del Sur es uno de los ochos regiones de México con mayor productividad forestal en el país. Sus bosques templados y tropicales secos se consideran un reservorio de biodiversidad y riqueza maderable. Sin embargo es una región de grandes problemas sociales. La Sierra esta poblada por centenas de aldeas menores a 500 habitantes; dispersas y mal comunicadas, carentes de infraestructura y servicios tales como electricidad, salud y educación; con carencia de empleo y bajos ingresos. La población campesina se sostiene del cultivo del maíz que siembran en tierras pobres y de fuerte pendiente; de la cría de borregos y chivos que deambulan entre el bosque frió y la selva seca; y del cultivo del agave con el que elaboran un destilado alcohólico similar al tequila llamado mezcal. Además disponen de la explotación forestal; actividad que genera el mayor ingreso legal a la población. Durante la temporada de secas (diciembre-mayo) los campesinos se contratan como trabajadores a destajo en los ejidos y propiedades forestales. La otra mitad del año las familias se ven obligadas a regresar a sus precarias actividades de subsistencia, o bien a tomar difíciles decisiones: Ya sea emigrar a los Estados Unidos, ya sea aventurarse al cultivo de narcóticos -marihuana y amapola- con los peligros que acarrea esa actividad. A esta situación de pobreza se añade una historia de violencia social generada por caciques involucrados en el control del comercio, la usura, la explotación depredadora del bosque y la producción y tráfico de drogas. Pero también una historia de resistencia campesina expresada en bandolerismo social, luchas agrarias, movilizaciones cívico-electorales, guerrillas radicalizadas y movimientos campesinos ecologistas. La Sierra es un lugar peligroso. Lleno de armas, de ajusticiamientos, de incursiones militares, de venganzas familiares. Esta violencia esta asociada a una disputa histórica por la propiedad de la tierra y el control de los bosques entre una elite regional de comerciantes y terratenientes radicada en los pueblos costeros (Acapulco, Tecpan, Papanoa, Petatlán, Zihuatanejo) y grupos campesinos que inmigraron a la sierra y ocuparon los latifundios en busca de tierras de cultivo y pastoreo. En los años 30 durante el gobierno radical del general Cárdenas (1934-1940) se formaron los primeros ejidos. Un triunfo menor pero que logró alarmar a la elite terrateniente. En los años 40 y 50, bajo gobiernos menos radicales, la elite logró contener el avance de la reforma agraria y condicionar la formación de ejidos a cambio del control sobre los bosques. La elite y el régimen político llegaron a un tácito acuerdo político; se aceptaba expropiaciones moderadas a cambio de concesiones forestales sobre los bosques propios y los ejidales. En los años 50 se fundaron decenas de compañías forestales que instalaron aserraderos en los pueblos costeros de Papanoa, Tecpan y Petatlán. Algunas poderosas compañías como Maderas Papanoa, S.A.; Chapas y Tryplay, S.A.; o Industrias Forestales del Poniente, S. de R.L lograron concesiones de más de cien mil hectáreas por 25 y 50 años. En nombre de la modernización las compañías obtuvieron créditos blandos de bancos estatales para la construcción de caminos, el financiamiento de aprovechamientos, la renovación del equipo industrial. (Gomezjara: 1979)

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Con la entrada de las concesiones forestales a la Sierra Costera surgieron nuevas prácticas sociales. En la temporada seca de aprovechamiento forestal los campesinos se contrataban en la tala de bosques y aprendían los diversos oficios de la actividad; y en la época de lluvias regresaban al cultivo de maíz y al pastoreo de cabras. También surgieron nuevos conflictos y habilidades para negociar. Los campesinos en su calidad de trabajadores exigieron mejoras salariales y derechos de representación sindical; en su calidad de ejidatarios negociaron incremento al pago de derecho de monte. Las huelgas laborales como obreros y los bloqueos de caminos como ejidatarios se incorporaron a la cultura de resistencia local. Las concesiones también desarrollaron habilidades de negociación y presión. Por la vía de la conciliación aportaban dinero para obras ejidales, para fiestas locales, y compraban la buena voluntad de los dirigentes ejidales; por la vía de la confrontación recurrían a la intimidación y a la represión política A principios de los años 60 en México se endureció el régimen político. La oligarquía regional frenó la reforma agraria y los movimientos laborales, civiles y electorales campesinos fueron duramente reprimidos. El régimen temía que el triunfante modelo guerrillero de la revolución cubana se estableciera en Guerrero. En 1963 el grupo radicalizado de Genero Vázquez y su Consejo de Autodefensa del Pueblo; y luego el grupo de Lucio Cabañas y su Brigada de Ajusticiamiento del Partido de los Pobres logran arraigar un frente guerrillero el la Sierra Costera del Sur. En respuesta el Estado mexicano movilizó su fuerza para derrotar militarmente los focos guerrilleros, pero también dio un fuerte impulso a la pendiente reforma agraria con intención estratégica de quitarle base social a la guerrilla. El presidente Luís Echeverría (1970-1976) decide avanzar en la estrategia antiguerrillera dando un fuerte golpe político a la oligarquía local. Incrementó la velocidad del reparto agrario y canceló todas las concesiones forestales. El gobierno reprochaba a la oligarquía su responsabilidad en el arraigo guerrillero. En 1972 el gobierno fundó la empresa estatal Forestal Vicente Guerrero (FOVIGRO) que desde ese momento tuvo la concesión exclusiva de los bosques de Guerrero. La idea era vincular al campesinado con los funcionarios de la empresa forestal y desde allí introducir en la Sierra todo el conjunto de programas sociales gubernamentales. En suma ganarse al campesinado para el gobierno. La estrategia tuvo éxito. La guerrilla quedó aislada, los líderes fueron muertos y el grupo armado finalmente fue derrotado en 1975. (Gomezjara: 1979. Bartra: 2001) Con la derrota guerrillera y el triunfo gubernamental la Sierra Costera inició un nuevo periodo de tensión política marcada por dos procesos sociales. De una parte los pueblos campesinos que se organizan en coaliciones campesinas llamada “Uniones de Ejidos”, y de otra el surgimiento de un nuevo caciquismo regional que combinó el poder político con el narcotráfico. Las Uniones de Ejidos nacieron de la necesidad de fortalecer la negociación política del campesinado frente al estado, a la vez que de la idea de hacerse cargo de aquellas funciones que el Estado abandono al mercado con las reformas económicas de los años 80 y 90. Un ejemplo es la Unión de Ejidos Hermenegildo Galeana que agrupó a con más de una decena de ejidos, -entre ellos a El Balcón- cuyo anhelo principal fue suplir el papel de FOVIGRO en la región. Si bien su expectativa fue mayor que su capacidad par el consenso intercomunitario, su acción permitió ganar peleas políticas a favor del control comunitario de los servicios técnicos forestales, o bien el establecer acuerdos de cooperación entre ejidos para dar mantenimiento al importante camino de Tecpan a El Balcón. Pero más allá de ello su papel ha sido el contener la influencia política de los caciques de la región. En efecto, a partir de los años 80 se arraiga la presencia de la economía de enervantes en la Sierra. Operadores de los carteles de la droga llegaron a los ejidos a ofrecer dinero por la producción de marihuana y goma de la amapola. Con ello se desató una nueva dinámica social. Algunas familias campesinas entraron al negocio y se enriquecieron. El temor a la denuncia condujo a la formación de redes de complicidad. Las familias que no estaban en el negocio se les empujaban a vender sus tierras e irse de las aldeas. Muchos ejidos de la Sierra prácticamente se vaciaron y fueron capturados por estas familias fuertes. Nace entonces el dominio caciques locales caracterizados por un poder violento, arbitrario y metalegal; que a su vez protegidos por caciques regionales vinculados las elites políticas estatales. La resistencia a esos nuevos poderes tanto del ejido El Balcón como de la Unión de Ejidos Hermenegildo Galeana ha cobrado victimas pero de algún modo ha evitado que sus ejidos sean capturados por los carteles de la droga.

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La formación del ejido y la empresa forestal. El ejido El Balcón tiene una población de 750 habitantes asentada en un poblado llamado “los positos” ubicado en la cumbre de la Sierra Costera y en otros pequeños caseríos dispersos dentro de su territorio ejidal de mas de 25, 000 hectáreas. En los positos cuentan con casas bien acondicionadas con agua corriente, drenaje y electricidad, una plaza central, una iglesia, una escuela primaria y secundaria y una clínica de salud. En la ciudad de Tecpan, a mas de 100 kilómetros montaña abajo, y mas de siete horas de distancia en vehiculo, el ejido tiene un emplazamiento industrial donde han instalado quizá el aserradero más moderno y eficiente de México. Cuentan que el ejido El Balcón nace de una alianza matrimonial hecha en la década de los 50 entre dos familias extensas. Una familia de agricultores del poblado de Ajuchitlan de apellido “Anastasio” y otra de trashumantes pastores de chivos de apellido “González”. En 1960 el grupo se estableció en “Mesa Verde”, un paraje dentro de las actuales tierras ejidales y que en ese entonces pertenecía a la compañía Silvicultora industrial. Al lugar se agregó una tercera familia de apellido “Quirino” y en 1961 las tres familias presentaron al gobierno una solicitud para formar un nuevo ejido sobre las tierras de la compañía. Cerca del lugar se había establecido la aldea de “Cuatro Cruce” –otro grupo de familias sin tierra- que también solicitaba al gobierno los mismos terrenos. Cuando se enteraron de las gestiones de El Balcón montaron en ira y planearon una emboscada. En un día aciago de 1963 sorprendieron en un camino a una decena de hombres adultos de El Balcón y les dieron muerte; el resto del clan tuvo que huir apresuradamente. Del ataque sobrevivieron sólo dos hombres adultos, las mujeres, los jóvenes y los niños. El clan de unas treinta personas se mantuvo unido y en movimiento por siete años. Se establecieron en un rancho de “Tierra Caliente” llamado Tehuetla donde les dieron permiso de asentarse. Allí sufrieron mucho por el calor extremo y la falta de agua. Después de dos años renunciaron al lugar y se trasladaron a las tierras frías y boscosas de la Sierra. Se asentaron como invitados del ejido “Bajitos de la Laguna”. En ese lugar los jóvenes crecieron y trabajaron el bosque para una compañía forestal. El clan vivió la primera huelga de campesinos de la región cuando en 1966 los ejidatarios de “Bajitos de la Laguna” bloquearon el paso de los camiones en demanda de que las compañías pagaran los derechos de monte que les correspondía como dueños del ejido. Una huelga que resulto triunfante. (Cobo: 2001) En ese año de 1966 el clan recibió repuesta positiva a su solicitud ejidal hecha en 1961. El gobierno les otorgó 2,400 hectáreas en el mismo lugar del que fueron expulsados. El clan se armó de valor, se reforzó con dos familias más, los “Villa” y “Araujo”, y regresó al paraje de “El Balcón” a tomar posesión y fundar el nuevo núcleo ejidal. En 1974 el clan logró otro triunfo agrario con la cesión de ampliación ejidal por 19,150 hectáreas adicionales. Sin embargo este logro revivió la hostilidad del ejido Cuatro Cruces que protestó y amenazó con tomar represalias. Después de varios años de temor y hostilidad en 1986 ambos pueblos negociaron sus diferencias agrarias a iniciativa de líderes campesinos afanados en construir uniones campesinas regionales. En ese acuerdo el ejido El Balcón cedió a Cuatro Cruces 3,085 hectáreas de bosque de alta calidad comercial, y a su vez Cuatro Cruces cedió a El Balcón 7,100 hectáreas de tierras de selva baja. Con este acuerdo el ejido pactó la paz y se hizo de una propiedad de 25,565 hectáreas de un rico bosque templado y una biodiversa selva seca. En el año 1975 el ejido El Balcón firmó con la empresa gubernamental FOVIGRO su primer convenio anual de compraventa de árboles en pie. Una relación que se prolongaría por diez años más. En los convenios anuales FOVIGRO se comprometía a pagar al ejido un monto fijo por m3 extraído llamado “derecho de monte”; y se comprometía a contratar a los ejidatarios como trabajadores de monte. En esos años el Estado tenía un fuerte control sobre los campesinos a quienes trataba como menores de edad; el dinero pagado por “derecho de monte” no era entregado directamente al ejido sino depositado en un fondo gubernamental de ahorro forzoso llamado Fondo Nacional de Fomento Ejidal (FONAFE). Los ejidos como El Balcón sólo podían usar sus ahorros si justificaba a satisfacción del gobierno su uso para el desarrollo ejidal. Con un volumen de extracción anual de casi 40,000 m3 el ejido rápidamente incrementó su fondo financiero. Al tercer año de operaciones decidieron formar su propia empresa de extracción y transporte de madera y negociaron con FOVIGRO la venta de su madera a la puerta del aserradero en Tecpan. Con los fondos ahorrados compraron siete camiones, dos grúas y varias motosierras y se hicieron responsables de aprovechar los bosques por si mismos. En 1985 el balcón obtuvo su primer

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permiso de aprovechamiento forestal y en 1987 compraron un terreno y acondicionaron un aserradero en la ciudad de Tecpan. (Bray y Merino: 2003) Los dos primeros años de la industria ejidal fueron caóticos; los ejidatarios reconocieron que carecían de habilidades técnicas y administrativas para dirigir su industria y tomaron la difícil decisión de entregar el manejo de la empresa a un experto ajeno al ejido. En 1989 contrataron a John Vala, un hábil e inquieto portugués que en su juventud fue camionero en explotaciones forestales de Canadá y que el destino le llevó a trabajar como gerente FOVIGRO. John Vala hizo grandes cambios. Con habilidad gerencial contrató créditos; duplicó la capacidad de carga de los camiones adaptándoles un remolque; mejoró el aserradero; introdujo un módulo de secado de madera. Pero sobretodo estableció una fuerte disciplina laboral acompañada de un sofisticado sistema de productividad basada en bonos e incentivos. Los ejidatarios resintieron el rigor disciplinario pero aceptaron las nuevas normas laborales cuando notaron incrementos en sus salarios y en las ganancias de la empresa. En 1997 la industria de El Balcón dio un salto tecnológico con la construcción de un nuevo aserradero tras un accidente que quemó las antiguas instalaciones. Las nuevas maquinas y el diseño de la planta abatieron los tiempos muertos, disminuyeron los esfuerzos físicos de los trabajadores, sincronizaron las fases de producción y dieron mayor calidad al producto terminado. Se logró el mejor aserradero de México. Cuando en 1988 John Vala renunció a la empresa por cansancio el ejido contrato al ingeniero Jesús García, un hábil gerente externo que consolidó a la empresa ejidal. En su gestión estableció un solidó sistema administrativo computarizado; impulso una política comercial orientada a la exportación; e introdujo una serie de mejoras ambientales, silvícola y sociales exigidas para la certificación del Forestal StewardShip Council (FSC), con lo que la empresa de El Balcón se proyecto como un caso ejemplar de forestaría comunitaria en términos económicos, ambientales y de orientación social. En el año 2002 se da otro importante relevo en la dirección de la empresa con el nombramiento de Felipe Atanasio; el primer gerente ejidatario. Con Felipe Atanasio se cumple un largo ciclo de 25 años donde por fin el ejido cuenta con gente capaz para tomar la gerencia; una nueva generación de jóvenes ejidatarios que, a diferencia de sus padres, están capacitados para manejar a la complejidad de la empresa. Aún es pronto para saber el impacto de la gerencia de Felipe Atanasio pero sin duda se abre una mueva situación en el ejido. John Vala y Jesús García eran gerentes de personalidad fuerte pero finalmente limitados por su condición de forasteros para modificar los equilibrios de poder dentro del ejido. Un caso diferente al de Felipe Atanasio quien sí esta en posición de influir en la política ejidal dada su condición de Director General a la vez que miembro del Consejo de Principales. Una figura que como se verá es la clave del diseño institucional de El Balcón.

Economía de la Empresa La empresa forestal de El Balcón es un negocio industrial moderno de aprovechamiento forestal y procesamiento maderable que tiene la siguiente estructura organizacional. A la cabeza un Director General con amplias facultades de mando y responsable ante la organización ejidal. Bajo su autoridad se encuentran cuatro gerencias. La Gerencia de Abastecimiento encargada del aprovechamiento forestal, y organizada en tres jefaturas: El Jefe de mantenimiento de maquinaria y camiones; el Jefe de monte y el Jefe de caminos. La Gerencia Administrativa organizada en tres jefaturas: Auxiliar contable; Jefe de personal y Encargado de caja (pagos). La Gerencia de Planta Industrial con tres jefaturas: Jefe de aserradero; Jefe de acabados y Jefe de entregas. Y finalmente la Gerencia de Servicios Técnicos también con tres jefaturas: Jefe de manejo forestal; Jefe de protección y fomento y Jefe de computo. Por su parte el Director General controla directamente dos jefaturas: El Jefe de compras y el Jefe de ventas.

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Estructura Organizacional de la Empresa Forestal Comunitaria El Balcón

La empresa forestal de El Balcón combina dos procesos de producción: La tala del bosque en la alta montaña y el aserrío de troncos en su sofisticada planta industrial ubicada en la ciudad costera de Tecpan de Galeana. El Balcón tiene una superficie boscosa de 15,200 hectáreas que incluyen bosques templados y selvas bajas. De ese total, 11,000 hectáreas son de uso comercial para extracción de pino y en menor medida encino. El actual programa de manejo establece un aprovechamiento anual de 19,000 m3 en ciclos de corta de diez años. Este volumen es menor a los casi 40,000 m3 que se extraían en los tiempos de FOVIGRO y los primeros años del ejido. Ello es así porque hoy se aplica desde el año 2000 un nuevo y conservador sistema silvícola de origen finlandés llamado Sistema de Conservación y Desarrollo Silvícola. Este sistema combina diferentes métodos silvícolas en diferentes rodales –árboles padre, selección, pequeñas matarrazas, áreas de conservación- en función de características singulares tales como: tipos de suelo, relieve, cursos de agua, composición vegetal, hábitat silvestres, etc. Como el volumen de 19,000 m3 no es suficiente para abastecer los 24,000 m3 necesarios para mantener a la planta industrial funcionado durante la temporada, El Balcón se ha visto obligado a comprar un aproximado de 5,000 m3 de madera en rollo a los ejidos vecinos cada año. 3 En el mes de noviembre, cuando las lluvias se han retirado, El Balcón inicia la rehabilitación de los 100 kilómetros de camino que comunican al ejido con la ciudad de Tecpan. Este trabajo lo hacen en cooperación con el “Comité de Caminos”; una organización que agrupa a los otros ejidos usuarios del camino y a la autoridad municipal de Tecpan. Anualmente invierten $ 150,000 USD que colectan de un peaje que cobran por m3 de madera transportada. Por su parte, el ejido invierte en el trazo y mantenimiento de los caminos al interior del territorio ejidal. Para ello disponen de una brigada de especialistas en el manejo de maquinaria pesada y camiones de volteo que trabaja de manera continua los seis meses de la temporada.

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Datos de la Empresa El Balcón en 2005 Superficie de Bosque: 15,200 hectáreas Superficie Forestal Comercial: 10,968 hectáreas Superficie Bajo Conservación: 4,058 hectáreas

Volumen aprovechado (certificado): 19,000m3 rollo Volumen comprado (no certificado): 5,000 m3 rollo Total 2005: 24,000 m3 Especies de madera: pino, ayacahuite, encino

Volumen aserrado: 24,000 m3 rollo Conversión aprox. Pie tabla: 4,000 000 pie tabla. Volumen secado y clasificado: 4,000 000 pie tabla

Capacidad del aserradero: 78,000 pies tabla/ turno Características: 2 líneas de aserrío de 10” de ancho, con 2 torres cada una; Taller de afilado; seis secadoras de madera

Producción de astilla : 40 toneladas por turno Productos: tabla dimensionada (1ª.2ª, 3ª,4ª), astilla, aserrín, palo de escoba.

Equipo: 14 camiones troceros, 7 grúas, 6 tractores, una motoconformadora, un trascabo, 2 retroexcavadoras, 4 camiones de volteo, 9 camionetas 3tons. 5 pickups. Tiempo de renovación del parque vehicular: 5 años

Ingresos totales por ventas: $3,600,000 USD Costos de producción: $2,340 000 USD (65%) Reinversión en la empresa: $612 000 USD (17%) Ganancias transferidas al ejido:$650,000USD 18%

Salario mínimo de trabajador ejidatario: $275 USD semana. Salario del Director de la empresa: $370 USD semana Salario mínimo de trabajador no ejidatario: $75 USD semana

Fuente: Entrevistas a la gerencia de El Balcón. En el mes de diciembre inician las labores de tala. Los ejidatarios organizan siete “tripulaciones” distribuidas en el área de corta. Cada “tripulación” esta compuesta por un camión-grúa operada por un “grullero y dos cableros” y por un equipo de tres motosierristas con tres ayudantes. Los motosierristas derriban y seccionan los árboles en troncos de seis metros, mientras que los ayudantes manipulan las trozas para disponerlas en posición de arrastre. El camión-grúa se coloca a la orilla del camino y los cableros jalan un largo cable de acero con el que amarran las trozas. Luego las trozas son arrastradas a la orilla del camino a veces más de 150 metros y montadas en los camiones que esperan en la brecha. Todo el proceso es vigilado por el Jefe de Monte encargado de asignar áreas de corta, checar que sólo se derriben los árboles autorizados, marcar y anotar el número de trozas cargadas y finalmente mantener la disciplina laboral. Todos los camiones madereros que salen del monte son revisados en una caseta de control donde el oficial del ejido documenta la carga y extiende al chofer la autorización de transporte del ejido al aserradero. Después de de ocho horas y cien kilómetros de camino el chofer entrega su carga en el aserradero de Tecpan. Cuando la tala se ha concluido en alguna sección de bosque entra en acción una brigada de ocho o diez trabajadores que con motosierras y machetes pican en trozos pequeños las ramas de desecho con el fin de favorecer su degradación y prevenir incendios forestales. Entre tanto otras brigadas se dedican a hacer brechas antifuego o bien a trabajar en el programa de viveros y reforestación del ejido. Sólo en la fase de monte la empresa contrata por temporada a 180 ejidatarios. El trabajo se paga a destajo y en promedio cada trabajador gana según categoría entre $275 USD y $370 USD por semana - Además cuentan con seguro social y cobertura en caso de enfermedad y accidente. Un ingreso muy alto para cualquier trabajador manual en la región y en México. Ello sin contar con los importantes beneficios obtenidos por su condición de ejidatario dueño de la empresa. 4. En la planta industrial de Tecpan se tiene un sofisticado aserradero compuesto por dos líneas de producción con una capacidad de procesamiento actual de 78,000 pies tablas por turno de ocho horas.

4 En México el promedio de ingreso pagado por hora en la industria manufacturera es de apenas $2.5 USD lo que suman un total semanal de $120 USD por 48 horas de trabajo; Ingreso similar a países como Brasil y superior a países como India o China. Pero muy inferior al promedio de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) cuyo promedio es de 15 dólares la hora. (OCDE: 2005). En el ejido el Balcón el ingreso más bajo es del doble del promedio nacional para la industria manufacturera con $ 5.7 USD la hora.

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Se produce madera en tabla que van desde espesores de ½” pulgada (1.25 cm.) hasta 12 pulgadas (30.4 cm.); anchos desde 4 pulgadas (10,1 mm.) hasta 14 pulgadas (35.5 cm.); y largos desde 2 pies (60.96 cm.) hasta 20 pies (610 cm.). En el año 2005 procesaron 24,000 m3 de madera que equivale a un aproximado de 5 millones de pies tabla. Toda la madera aserrada es secada en seis grandes estufas y luego clasificada y acomodada para su embarque en cuatro categorías según defectos. En su conjunto el aserradero es altamente eficiente de tal modo que en la fase de aserrío y secado son pocas las mejoras que pueden hacerse. La madera defectuosa y se convierte en astilla y se vende a la industria papelera, el desperdicio de aserrín se ocupa en las calderas de las secadoras y también se vende como insumo para la elaboración de tabiques de cemento. La planta laboral del aserradero es de 120 personas. Salvo diez puestos directivos en manos de los ejidatarios, el resto de los trabajadores son vecinos de la ciudad de Tecpan con los que no hay mas vinculo que los laborales. Es por ello que los ingresos de los trabajadores del aserradero son mucho menores que el de los ejidatarios en el monte. Salvo algunos puestos especializados donde le trabajador puede ganar hasta $ 200 USD por semana, el ingreso promedio es de $75 US por semana además de seguro y pagos de ley.

Política de Gasto en el ejido El Balcón

Concepto Monto en USD % Gasto Corriente: a) Pago a salarios de trabajadores de monte, industria, administración, servicio forestal; b) Electricidad, gasolinas, insumos diversos; c) refacciones de maquinas y herramientas, e) Servicios especializados; f) Gastos de administración y representación.

$2,340 000 USD

65%

Gasto en Reinversión: a) Pago de créditos por la adquisición de Camiones madereros, maquinaria pesada y otros. E inversiones en nuevos proyectos tale como una Planta generadora de electricidad para el aserradero; inversión en el establecimiento de un local de venta de madera en el puerto de Zihuatanejo; gastos de preinversión para el establecimiento de una fabrica de muebles.

$612,000 USD

17%

Gasto en Beneficio Social: a) Salarios a autoridades ejidales. b) Pensiones a viejos, viudas e incapacitados c) Becas a estudiantes de preparatoria y universidad d) Medicinas para el centro de salud e) Construcción de la plaza publica del pueblo; f) Financiamiento del proyecto de establecimiento de plantaciones de agave mezcalero e instalación de destilerías de mezcal. g) Financiamiento al proyecto de “pago de servicios ambientales” h) otros

$650,000 USD

18%

Ingresos de $3,600,000 USD = 100% Fuente: Administración de la empresa de El Balcón. Datos aproximados. Con los años la empresa ha consolidado una cartera de clientes compuesta por grandes distribuidores de madera en México y en Estados Unidos. Durante casi diez años el ejido El Balcón vendió madera dimensionada y clasificada a una empresa norteamericana ubicada en Washington llamada Westwood Forest Products Inc. con quien recientemente rompieron relaciones comerciales por retardos de pago. La calidad de sus productos ha hecho que El Balcón venda su producción por anticipado y no tenga problemas de mercado. En el año 2005 el ingreso total de la empresa fue de $3,600,000 USD después de impuestos. La política de re-inversión para el 2005 tuvo tres orientaciones: El 65% del total se destinó al gasto corriente El 17% se destinó a la renovación de maquinaria y camiones; y la generación de tres proyectos de inversión nueva: La compra de una planta generadora de electricidad para el aserradero; la instalación de un tienda maderera en el puerto de Zihuatanejo y los estudios de preinversión de una fabrica de muebles. Finalmente el 18% restante ($650,000 USD) se entregó a las autoridades ejidales para el gasto social anual del ejido correspondiente al ejercicio 2006. La empresa de El Balcón ha logrado premios nacionales forestales y la certificación internacional de la Forestal StewrdShip Council (FSC). El sello de “buen manejo” independiente más importante a nivel

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mundial. En la evaluación que la FSC hizo a través de Rain Forest Alliance-SmartWood se afirma que la empresa hace importantes esfuerzos para mantener integridad y biodiversidad de su ecosistema boscoso; tales como la segregación de amplias áreas de conservación; inhibición efectiva de cacería ilegal; trabajos de restauración en bosques intervenidos; protección de ecosistemas frágiles. En términos económicos la califican como una empresa eficiente, financieramente viable y no contaminante. Y en términos sociales como una empresa socialmente responsable tanto en las relaciones laborales como en su impacto en la elevación de la calidad de vida de muchas familias de la región. La clave del éxito de la empresa de El Balcón se debe en gran medida a la singular forma como una organización empresarial moderna se vincula con la tradición comunalista del ejido5

La empresa y el diseño institucional comunitario de El Balcón. El diseño institucional del ejido El Balcón separa dos ámbitos de autoridad: el gobierno de la vida social del ejido y la administración profesional de la empresa. Cada uno de ellos con sus propias reglas y lógicas. La vinculación entre ambos ámbitos intermediada por el Consejo de Principales. Esta estructura de organización no es común en otros ejidos de México donde la administración de los negocios ejidales típicamente la hace directamente el Comisariado Ejidal lo que deriva frecuentemente en concentración de poder, debilidad de control social y la subsiguiente ruptura de consensos. En contraste El Balcón ha logrado un diseño institucional innovador que evita la concentración de poder, separa funcionalmente la administración de la empresa de la administración y gobierno del ejido, y a un mismo tiempo permite que la empresa se oriente en última instancia en beneficio del bien común. En términos formales la autoridad máxima del ejido es la Asamblea Ejidal. La asamblea esta compuesta por 112 ejidatarios que se reúnen el primer domingo del mes a debatir y tomar las decisiones sobre los asuntos del pueblo. Una función relevante de la Asamblea Ejidal es la elección de las autoridades ejidales. De una parte de elige una autoridad llamada Comisariado Ejidal compuesta de un Presidente, un Secretario y un Tesorero; además de dos personas encargadas de vigilar su desempeño llamado “Consejo de vigilancia”. La responsabilidad de este grupo es el gobernar por tres años sobre aquellos asuntos que refieren al territorio y recursos tales como: representar y defender la integridad territorial del ejido; gobernar los derechos de acceso y uso de los ejidatarios a la tierra; administrar los recursos de uso común -especialmente los bosques-; y coordinar el trabajo del ejido en obras de beneficio ejidal. De otra parte se elige una autoridad llamada Comisariado Municipal compuesta de un titular y dos ayudantes electos por un año. Su responsabilidad es aplicar la justicia menuda tales como pleitos de vecinos e infracciones morales, y la de atender la relación con el gobierno municipal de Ajuchitlan al que el ejido está jurisdiccionalmente sujeto. Ya sea para dar cuenta de delitos mayores; ya para atraer al pueblo beneficios públicos dados por el gobierno federal y estatal. Con ambos grupos de autoridades se mantiene el orden social y la defensa territorial del ejido.

5 La empresa de El Balcón ha incorporado dentro de su gasto los costos ambientales del manejo forestal; en realidad la mayor parte de los trabajadores de monte se dedican a tareas diferentes a la extracción de madera (Brigadas de actividades post-aprovechamiento; de reforestación; de combate de incendios; de vigilancia; etc.) Además los técnicos del ejido realizan un serie de tareas de monitoreo ambiental conforme las exigencias del programa de manejo. Las consecuencias de la certificación forestal si bien no ha beneficiado con sobreprecios a la empresa por si ha provocado un incremento de las actividades y empleos en el bosque, tales como trabajos de restauración de suelos, transporte de leña de los aprovechamientos para usos del pueblo, monitoreo ambiental, etc. Gastos que han elevado en poca medida los costos de operación pero que se han compensado con apoyos gubernamentales para la conservación ambiental.

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Organización institucional en el ejido El Balcón

Por su parte la empresa forestal es una poderosa organización que se ha convertido en el centro económico del ejido; de ella depende el empleo de los ejidatarios y los ingresos para las obras sociales del pueblo. Como toda empresa moderna orientada hacia la productividad y ganancia es un organismo jerárquico y disciplinario con una autoridad centralizada en el puesto del Director General. Ello hace del Director general una figura de mucho poder en relación al ejido; y eventualmente una figura peligrosa pues potencialmente puede convertir el poder organizacional sobre la empresa en poder político sobre el ejido. La necesidad de acotar ese poder llevó al ejido a crear el Consejo de Principales que se estableció en el poder real del ejido y clave maestra del diseño político institucional del ejido. El Consejo funciona como una “Junta directiva” de la empresa y también del ejido. Está compuesto por 40 personas elegidas entre aquellos ejidatarios de edad madura que ya fueron autoridades ejidales; y también por hombres jóvenes que se destacan por su preparación académica y liderazgo. A las sesiones del Consejo se agrega los comisariados ejidal y municipal. El Consejo se reúne el primer sábado de cada mes a deliberar los asuntos delicados del ejido y preparan los acuerdos que se legitiman al día siguiente en la Asamblea General Ejidal que se realiza el primer domingo de cada mes. En el Consejo se toman decisiones importantes tales como la designación del Director general, la aprobación de los informes anuales, la estrategia de negocios de la empresa, los proyectos de gasto social del ejido. Pero sobre todo, se encargan de mantener los consensos al interior del pueblo y regular el conflicto social. En su papel de voz moral del ejido el Consejo se encarga de resolver afrentas y negociar reclamos laborales entre los trabajadores ejidatarios y la empresa; pero también a apaciguar eventuales conflictos que turban el orden social del ejido; y en su caso decidir castigos mayores que en casos extremos pueden llegar a la suspensión del ejido y expulsión del poblado. En términos reales el Consejo desplazo a la Asamblea General en su papel de máxima autoridad; le convirtió en un espacio de comunicación y de legitimación de decisiones previamente adoptadas. Con este movimiento el Consejo ha evitado que el poder se concentre en un pequeño grupo y obligado a la gerencia de la empresa y a las autoridades a rendir cuentas detalladas ante un organismo colegiado que representa a las familias del pueblo. Por otro lado ha evitado que la Asamblea – en su mayoría nominal compuesta por personas jóvenes- se convierta en un espacio de debate irreflexivo, división faccional y arena de disputa política. En el ejido El Balcón existe, más que un sistema político de democracia directa, un sistema de “notables” o de “senado”.

Igualitarismo y beneficios sociales En el ejido existe un fuerte sentido igualitarista y comunitario de la vida social. Algo inusual con respecto a la mayoría de los ejidos del país. Destacan dos razones: La primera es el origen del ejido a partir de un pequeño grupo de núcleos familiares emparentados entre sí que genero la idea de que la “comunidad” es en realidad una sola familia grande; y en segundo la fijación entre los pobladores de un discurso identitario que considera al territorio, a la empresa, y el pueblo mismo como un patrimonio común,

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indivisible y no enajenable, que se justifica por una historia-leyenda donde el clan familiar se mantiene unido en su lucha por sobrevivir a la violencia; por el logro de adquirir en común el territorio ejidal; por la idea asentada de que fue el esfuerzo colectivo el que dio origen a la empresa forestal ejidal. En efecto, entre los trabajadores miembros del ejido El Balcón no existe gran diferencia entre el ingreso del puesto más alto de Gerente General ($370 USD a la semana) y el ingreso del puesto mas bajo de ayudante de monte ($ 275 USD a la semana). El gasto social que cada año realiza el ejido tiene el mismo sentido de igualitarismo. En los últimos años el ejido hizo grandes inversiones en la construcción viviendas nuevas y mas cómodas para las casi ochenta familias nucleares del pueblo; cada casa cuenta con agua potable, baños y sistemas sanitarios. En cada casa del pueblo el ejido ha instalado un sistema de paneles solares para energía eléctrica de tal modo las casas pueden tienen luz y aparatos eléctricos, y especialmente las estimadas radios y televisiones. Con fondos del ejido han construido una clínica medica y han conseguido que el gobierno les proporcione un medico de planta. Las medicinas que necesitan los ejidatarios son pagadas por el ejido. Han implementado un sistema ejidal de retiro, cada hombre o mujer mayor de 65, años, mujer viuda o discapacitado recibe 850 pesos quincenales; un dinero que les permite no depender de los hijos. Las camionetas del ejido acarrean gratis el maíz que las familias siembran en la época de lluvias; de igual manera es gratis el transporte desde la ciudad de Tecpan de los víveres que las familias necesitan antes de que el pueblo quede aislado por cinco meses en la temporada de lluvias. Cada año una brigada de trabajadores extrae de los desperdicios de los aprovechamientos forestales las centenas de metros cúbicos de madera necesarios para aprovisionar a todas las casas de la leña que van a necesitar a lo largo del año, y al mismo tiempo evitar la deforestación del bosque que rodea al pueblo. El ejido valora en mucho la educación escolarizada. Apenas hace dos décadas la mayoría de los ejidatarios carecían de la habilidad de leer y escribir. Hoy parecen determinados a alcanzar niveles educativos. Invierten en el arreglo de su escuela básica y facilitan la vida de los maestros gubernamentales –quienes se lamentan de la lejanía del pueblo- ofreciéndoles casas cómodas donde pasar su semana laboral. Y han establecido un sistema de becas educativas para todos aquellos jóvenes hombres y mujeres que quieran seguir estudiando. Actualmente sostienen a treinta estudiantes de educación media superior con apoyos de 500 pesos quincenales en escuelas de la ciudad de Tecpan y veinticuatro más que estudian profesiones tales como de técnico e ingeniero forestal, técnicos mecanicos, sistemas de cómputo, administración, enfermería, odontología, derecho, etc. Esta nueva generación más preparada esta apenas saliendo de sus escuelas e integrándose a la vida laboral del ejido. Aun esta por ver su impacto en la empresa y el orden social del ejido. En conjunto El Balcón ha desarrollado una concepción de la vida social como patrimonio colectivo. La tierra, los recursos naturales y sociales, y la empresa misma, entendida como maquinaria productiva, se consideran como un patrimonio inalienable del ejido y sólo transferible por herencia de una generación a la siguiente. Sin duda una concepción que nace en los años en que la comunidad era un clan de familias campesinos en diáspora. Este concepto de patrimonio familiar no cambio de naturaleza con la formación del ejido y la creación de la empresa, sino que solamente se extendió por herencia con el crecimiento de la nueva generación, y se entendió como patrimonio colectivo. En otras palabras los habitantes del ejido El Balcón se ven como una gran familia que tiene a todo el ejido y sus bienes como patrimonio común. Ello explica la cultura local de carácter igualitarista y comunalista.

El Balcón en la conservación ambiental. La visión patrimonial y comunalista de los ejidatarios de El Balcón ha hecho del territorio ejidal de casi 25 000 hectáreas un suerte de reserva ambiental campesina. Según la Comisión nacional de Biodiversidad (CONABIO) la Sierra Costera es una zona considerada de alto valor para la conservación debido al elevado grado de endemismos y una diversidad Biótica Considerable. (Arriaga: 2000) La flora y la fauna es variada y aún se encuentran mamíferos mayores tal como el venado cola blanca, jabalí y el gato montes lo que de algún modo corrobora la salud ambiental de la región. Ello ha sido posible por la capacidad del ejido para instrumentar medidas estrictas en el manejo e los recursos. No se encuentran cambios de uso del suelo. No hay pérdida de superficie forestal. El manejo forestal mantiene la estructura

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y composición del bosque. Los ecosistemas frágiles como son las pequeñas cañadas con pendientes pronunciadas son excluidos de los aprovechamientos de tal modo que más de 4,000 hectáreas de bosque jamás son tocadas. En adición las áreas de intervención son turbadas cada diez años y después de los aprovechamientos restauradas con actividades especiales para su regeneración natural o bien reforestadas con germoplasma local producido en los viveros forestales del ejido. Se aplica un reglamento de procedimientos agrícolas que obliga al agricultor a hacer guardarrayas para evitar incendios forestales; no hay cacería ilegal y recientemente el ejido logro la constitución de una Unidad de Manejo de Fauna (UMA) que permite una cacería regulada por un sistema de parcelas de monitoreo la reproducción de las especies cinegéticas. La contaminación por actividades humanas esta controlada. Todos los caseríos del pueblo tienen instalaciones sanitarias adecuadas y el manejo de los pocos desechos sólidos no reciclables es suficiente para no afectar la calidad del ambiente, en la agricultura no se usan agroquímicos. En suma el ejido El Balcón sin lugar a dudas asegura la sustentabilidad ambiental en su territorio.

Problemas estructurales El problema más relevante del ejido El Balcón es el crecimiento demográfico. La población paso de 840 personas en el año 2001 a 1,010 personas en el 2005. Es decir un incremento altísimo de casi 4 % anual. De ese total de población una cuarta parte está compuesta por mujeres en edad fértil. El acendrado catolicismo del ejido inhibe el uso de medidas de control demográfico de tal modo que cada mujer tiene a lo largo de su vida al menos cinco hijos vivos. Los ejidatarios jóvenes son concientes del problema demográfico y de sus implicaciones para la economía del ejido, sin embargo inercias culturales les han impedido abordar el problema por el lado del control de la población. Probablemente la nueva generación de jóvenes dirigentes con mayor escolaridad e información pueda influir una política de planificación familiar. Un segundo problema vinculado al anterior es el desempleo que los ejidatarios padecen en temporada de lluvias. En el mes de junio se terminan los aprovechamientos forestales y las familias padecen fuertes restricciones económicas. Si bien la población se ha adaptado a este ciclo anual, y al periodo de lluvias como un tiempo de cultivo de maíz, pastoreo de cabras, elaboración de mezcal y escasez económica; no esta muy claro que la población joven, nacida en un nuevo contexto cultural y mejor preparada este dispuesta a recluirse en la sierra durante los meses de lluvia La respuesta que están dando al tema demográfico es el promover la ampliación de empleo. El proyecto más importante es el impuso a una cooperativa productora de mezcal. Al efecto se han sembrado varias decenas de hectáreas de agave mezcalero, instalado destiladoras rusticas en los diferentes caseríos del ejido y se esta vendiendo el producto bajo la marca registrada “El Guache”. Además impulsan una serie de negocios adicionales: la venta de plántulas de pino para los programas de reforestación del gobierno; la producción de pescado en estanques o la venta de servicios de cacería. Paradójicamente el crecimiento de la empresa ejidal con la eventual instalación de la fábrica de muebles no beneficia en mucho al ejido en términos de empleo –aunque si en términos de ingreso al ejido- pues se instalará en el aserradero ubicado en Tecpan, dada la carencia de electricidad y aislamiento del ejido.

Las lecciones del caso de El Balcón El éxito empresarial y social de El Balcón se funda en la cultura comunalista que se ha desarrollado entre la población ejidal. Si bien en México la organización ejidal ya tiene un carácter colectivo, en el ejido El Balcón la tendencia comunalista es más acentuada que en la mayoría de los ejidos del país. Hemos señalado dos razones culturales: La primera es la idea prevaleciente de que la comunidad es en realidad una gran familia con origen e historia común. Una identidad familiar que exalta el valor de unión frente a la adversidad expresada en la repetición de la historia-leyenda del ejido; el relato del clan de familias campesinas pobres que llegan en busca de tierras; que sufre la matanza de sus hombres; que vive unido en tiempos de diáspora; que reconquista la tierra perdida y funda el ejido; que crece en población; que edifica una empresa forestal comunitaria; y que se enriquece. La segunda razón es el sentido patrimonialista que los individuos le dan al territorio ejidal, al bosque, a la producción de madera y a la misma empresa forestal; para ellos todo el ejido, con su territorio y organización, es un bien común

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indivisible e inalienable. La transmisión del patrimonio ejidal nunca se realiza por transacción mercantil, sólo se da por medio como un bien total de una generación a la siguiente como un todo indivisible, de tal modo que el territorio, recursos y empresa permanecen íntegros dentro del ámbito ejidal. Los individuos tienen derecho a ese patrimonio sólo si son miembros de la “gran familia”, lo que se otorga sólo por descendencia consanguínea, nunca por parentesco ritual. Estos dos fundamentos culturales –familiarismo y patrimonialismo- han hecho que el concepto de propiedad privada sea muy débil, y se restringa prácticamente a sólo a los “bienes muebles” que están al interior de las casas; el resto de las posesiones (territorio, bosques, tierras agrícolas, casas, vehículos, maquinaria, motosierras, etc.) son propiedad patrimonial colectiva. 6 Sobre este piso cultural El Balcón ha construido una estructura de consensos institucionales que han hecho exitosa su estrategia de desarrollo comunitario. Las más relevantes son: Administración profesional capitalista de la empresa forestal pero con concesiones sociales. La empresa forestal esta administrada profesionalmente y orientada a obtener ganancias; en tal sentido el principio de eficiencia y productividad del trabajo esta muy presente en el proceso de producción. Sin embargo hay una serie de concesiones importantes: Primero, todo el trabajo de monte esta reservado a los ejidatarios, mientras que el trabajo de en la industria de aserrío esta reservado a los no ejidatarios. A los trabajadores del ejido se les paga tres a cuatro veces más que a un trabajador común, lo que favorece el consenso social en el ejido. Sin embargo a todos los trabajadores -ejidatarios y no ejidatarios- se les paga no por tiempo sino por trabajo realizado, lo que redunda en una alta eficiencia. Otra concesión importante a favor del consenso social es el desarrollo de una política salarial relativamente igualitaria; al final del día todos los trabajadores del ejido -gerente, motosierrista, chofer, jefe de monte, ayudante, asesor, etc.- tienen ingresos similares. Una política de ingresos igualitaria que se facilita por la relación laboral formal ejidatario-empresa, donde el ejidatario se vincula sólo como un obrero que opera las maquinas y herramientas propiedad de la empresa y no como un “vendedor de servicios. 7

Derechos y usos colectivos no disputados sobre el bosque. Otra clave del éxito de la empresa forestal es su capacidad de controlar y administrar el bosque ejidal como una sola unidad de manejo sin costos sociales. La inexistencia de derechos particulares de apropiación del bosque que disputen el dominio colectivo ejidal, y la ausencia de usufructos particulares del bosque que compitan con la los de la empresa ha facilitado sobremanera el proceso de centralización del bosque ejidal en la empresa y el desarrollo de inversiones a largo plazo en camino e infraestructura. Balanza de Poder y separación funcional de la empresa y el gobierno ejidal. En El Balcón el gobierno del ejido y el de la empresa están separados. Al menos formalmente las autoridades ejidales encargadas de mantener el orden social del ejido no se inmiscuyen en la administración de la empresa; y viceversa, la Gerencia no se inmiscuye en la vida política del ejido. La relación entre esos dos ámbitos institucionales se ciñe a la obligación de la Gerencia de transferir al Comisariado ejidal los fondos de gasto social, a fin de que éste ejerza conforme a un programa de gasto previamente acordado. Esta separación establece 6 Este sentido patrimonialista se puso a prueba recientemente cuando, a raíz de las reformas agrarias líbrales de 1991, los oficiales agrarios llegaron a El Balcón a demarcar en planos oficiales los “derechos parcelarios” de los ejidatarios en lo particular. Paso intermedio para facilitar la conversión de las tierras ejidales de México en propiedades privadas individuales. El Balcón declaró -a diferencia de lo que sucedió en la gran mayoría de los ejidos de la región- que no había derechos parcelarios particulares y que todo el ejido era una propiedad mancomunada de todos los ejidatarios. 7 En otras comunidades forestales es típico que algunos aspectos del proceso de producción forestal estén en manos particulares; frecuentemente los camiones, motosierras e incluso grúas son propiedad del ejidatario en lo particular; de tal modo que su participación en la empresa colectiva se inserta prestando un “servicio” que incluye el pago su trabajo y el mantenimiento de sus herramientas. Esta política frecuentemente ha conducido a la diferenciación económica y eventualmente a la formación local de clases sociales En El Balcón ese no es el caso.

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un cierto principio de balanza de poder que tiene su fiel en el “Consejo de Principales”; cuerpo colegiado de las personas notables del ejido -sin jerarquía formal interna- que delibera los temas de la comunidad y subordina a personas y personalidades a su autoridad. El Consejo de Principales es la instancia que hace prevalecer los intereses comunales, evita la formación de grupos de interés, los fraccionamientos políticos en el ejido y la siempre potencial captura autocrática de la institucionalidad ejidal. Transparencia contable y vigilancia colectiva La empresa de El Balcón ha desarrollado un sistema contable computarizado transparente y fácil de consultar. Allí se puede localiza cualquier operación realizada durante el año; por ejemplo, quien tumbó tal árbol en tal día, cuanto se le pago a los trabajadores de monte, que grúa arrastró esa madera, quien la transportó al aserradero, que día fue aserrado, etc. El sistema contable permite también agregar datos como se quiera; por ejemplo, cuanto ganó un determinado trabajador en la temporada o cuanta madera transportó un determinado camión en el año. Y por supuesto se pueden obtener en todo momento los típicos balances contables y los documentos que soportan la información. Esta transparencia contable se ha extendido también al gasto social ejercido por las autoridades ejidales cuyos pagos se registran y comprueban en el mismo sistema contable. Los resultados contables se presentan continuamente ante el Consejo y la Asamblea. Para asegurarse de su veracidad el Consejo contrata auditores externos que revisan la transparencia del sistema. Pero sin duda la vigilancia social es mas intensa que la vigilancia contable. Los ejidatarios piensan que si todos ganan cantidades similares y nadie tiene negocios particulares especialmente rentables, entonces no hay causa explicable para que alguien pueda ser más rico que el otro. Adicionalmente, en la cultura regional, aquel que se enriquece súbitamente la voz popular inexorablemente le vincula al tráfico de droga. Una posición social peligrosa desde cualquier punto de vista. En tal sentido, en el ejido El Balcón, la salida personal hacia el enriquecimiento particular esta moralmente vedada para los ejidatarios. Enriquecerse significa la exclusión social. Gasto social y la percepción encantada del futuro. El gasto social es un fuerte estímulo al consenso comunitario. Además de los altos ingresos que los ejidatarios reciben como trabajadores en su empresa, el ejido, como ámbito colectivo, recibe importantes beneficios que han elevado de manera extraordinaria la calidad de vida de la población: dotación de casas dignas a cada familia nuclear; provisión gratuita de agua potable, servicios sanitarios, electricidad solar, cobertura de salud, leña, transporte de personas y productos; financiamiento de proyectos productivos grupales; desarrollo de un sistema de seguridad social que contempla pensiones a ancianos, viudas e incapacitados, cobertura de apoyo medico y medicinas; financiamiento a la educación mediante el arreglo de los espacios escolares y la dotación de becas estudiantiles para educación media y superior. En la percepción de los ejidatarios es claro que -dicho en términos contables- los beneficios de la “acción colectiva” son mucho mayores que los costos implicados en el compromiso cooperativo. Por supuesto que “no cooperar” no es una alternativa razonable pues sin duda el ejido puede ser muy severo con los individuos que discrepan del consenso comunitario. Pero puestos en la balanza de la hegemonía comunal el peso de la coacción frente al del convencimiento el resultado se inclina hacia la creencia natural en el discurso comunal. Los ejidatarios son optimistas; piensan en el incremento de bienes, infraestructura, capacidades y educación; creen que con su organización económica y social actual su futuro será mejor. Capacidad de adaptación Finalmente, y a manera de síntesis, la experiencia del ejido El Balcón muestra que los comunidades campesinas son capaces de construir por si mismos asombrosas iniciativas de desarrollo que conservan el medio ambiente y promueven el desarrollo social de su población. Pero que esos procesos de construcción colectiva requieren la suma de una serie de factores de éxito tales como: i) la capacidad de adaptarse a las practicas de una empresa forestal sofisticada; ii) incorporar expertos que transfieran capacidades que no existían en la comunidad; iii) adaptar las estructuras organizacionales de comunidad y los mecanismos de toma de decisión a fin dar independencia operativa a la empresa a la vez que retener en la comunidad el conocimiento, la supervisión y el control de la empresa; iv) mantener el control legal y efectivo del territorio; y v) mantener el equilibrio entre eficiencia empresarial y finalidad social de la empresa.

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La alternativa comunalista. En diferentes regiones rurales de México encontramos casos de comunidades forestales industriales similares al ejido El Balcón. Todas ellas ejemplos de pequeñas sociedades campesinas que en un fuerte movimiento de organización colectivista han enfrentado poderosos adversarios, controlado para sí el manejo de sus bosques, levantado una industria forestal, y construido un sistema económico marcadamente centralizado. A diferencia de la mayoría de las sociedades campesinas tradicionales de México, donde la familia campesina es el centro organizador de la reproducción económica de la población local –con su economía organizada en el trabajo cooperativo del núcleo de parentesco y su lealtad a la familia- en estas comunidades el eje organizador parece haberse movido hacia una economía industrial colectivista de alcance aldeano y hacia un orden social de carácter comunitario-corporativo. En esa transformación estas pequeñas sociedades han encontrado una alternativa diferente a la quiebra general de la economía campesina tradicional -característica del actual mundo globalizado- y al recurso emergente del trabajo migratorio. Una opción colectivista que ofrece a sus miembros, a cambio de una fuerte disciplina social, una continuada oferta de seguridad económica y certidumbre social en su vida cotidiana. Estas comunidades forestales industriales han generado beneficios en múltiples aspectos. En términos de bienestar social han logrado elevar la calidad de vida de la población local y en gran medida sacarla de la pobreza económica y la incertidumbre social. Todas ellas han levantado junto con su empresa forestal y su oferta de empleo, una red de seguridad social que mitiga la adversidad y ofrece esperanzas pragmáticas en un futuro mejor. En términos ambientales los servicios a la conservación son de orden mayor; Los territorios de estas comunidades se convierten en verdaderas reservas de protección ambiental; se detiene la tala ilegal de madera; el trafico de especies en peligro de extinción, la destrucción de habitats, la recurrencia de incendios provocados, todo ello de manera mucho mas eficientes que las reservas estatales. En términos políticos estas comunidades forestales han demostrado los alcances potenciales que tienen las alternativas cooperativas de organización social para los grupos sociales subalternos, frente al dogma perverso de que la vida social debe felizmente subordinarse y absorberse en la imagen y lógica autocrática de la corporación privada. Sin embargo construir alternativas comunalistas no es una tarea fácil. En realidad son empresas sociales de alto grado de dificultad pues quizá lo que mas se requiere no es “capital económico” sino “capital social”. Y en términos más precisos se requiere de la participación inteligente de los actores sociales para construir compromisos creíbles, consensos sociales y diseños institucionales que resuelvan las tensiones internas. Sin duda un problema crucial es el que refiere a la construcción de mecanismos eficaces de equilibrio de poder. Otro es el que refiere a la rendición de cuentas en el manejo de tanto de la empresa comunal como del gobierno comunitario. Y otro más es sin lugar a dudas la calidad de la deliberación social y de la toma de decisiones del proyecto social comunal. Sin duda una política gubernamental prudente encontrará que el fomento de iniciativas comunalistas tiene el efecto de movilizar la creatividad local necesaria para resolver los problemas de pobreza y desarrollo; y sin duda de abatir el fanatismo y la violencia social. Pero dichas iniciativas gubernamentales deben cuidar que sus intervenciones no sustituyan la iniciativa local. Para las burocracias es fácil caer en la tentación de controlar la arena política campesina y querer construir una clientela política particular. Ello suele derivar en conflictos y rupturas que suelen llevar al fracaso las iniciativas comunalistas. ¿Es replicable el caso del ejido El Balcón en otro lugar? Sin duda cada experiencia social es única e irrepetible, y la distancia cultural suele ser grandes de región en región y de país en país; pero sin duda el ejido El Balcón muestra claves culturales y diseños institucionales de los cuales, otros campesinos, de otros lugares, de otros países, pueden tomar ejemplo para enriquecer su propia alternativa comunal.

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