el despertar - revistadelauniversidad.unam.mx · el despertar de la sensualidad o. e e n a r i ......

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Por Perla Schwanz LOS DEMONIOS DE LENGUA LOS NOMBRES DEL AIRE w EL DESPERT AR DE LA SENSUALID AD o . I r a n e e a Torri desde los años ateneístas : " so- mos desterrados de no sé qué época y país... Estamos hechos para un mundo en que las cosas fueran más perfectas, el ambiente menos resistente a nuestro esfuerzo." Es esta confesión una prueba de que Torri ha experim entado -interior- mente- d istanc iamiento frente a la época en la cual vivía y a la cual se había adelantado. ¿Pero es este mismo distan- ciamiento el que provoca la ironía, y que es en el fondo nostalgia del punto de vista ingenuo, puro? El sentimiento de descoloca ción pudo haber surgido de la conciencia de haber creado " una obra destinada a un país desarrollado, aunque no fuera el nuestro" . Las voces de personalidades de la cul- tura y la literatura que evocan a Torri son las que lo han acompañado desde los tiempos del Ate neo; el retrato vivo re- sulta de la manera como se complemen- tan, reiteran o contradicen: porque tal habla sido Julio Torri. Los testimonios marcan épocas, momentos, actitudes li- terarias o existenciales de Torri escritor, maestro, amigo travieso, autor de anéc- dotas y frase s brillantes, hombre de pa- siones con fesadas y en su mayor parte, silenciosas . <) Han aparecido en fo rma simultánea dos l ibros de Albe rto Ruy Sánchez (México , D. F., 195 1): Los demonios de la lengua y Los nombres del aire, ambos son diferentes del giro realista, periodís- tico que ha tomado la narrativa mexi- cana más reciente; pensemos en Morir en el golfo de Aguilar Carnín, Arráncame la vida de Ángeles Mastretta, Pasaban en silencio nuestros dioses de Héctor Manjarrez o incluso Sombra ella misma de Alinne Peterson, no obstante su tono intimista. Los demonios de la lengua, en una edi- ción bellamente ilustrada , bien pudiera situarse en la línea de libros más exten- abandona proyectos de libros; el dolor ante la muerte de la madre es diluido en palabras planas; el matrimonio se queda para siempre como potencialidad; sub- vierte la solemnidad porque lo intimida, porque lo congela . Le atrae el fracaso como visión futura porque le parece vi- virlo; escribe un epitafio " neg ro" en vida como premonición y exorcismo. Según Beatr iz Espejo, Torr i "comparte recur- sos distintos: su erudición, su fantasía de fórmula eficaz al entrelazarse con lo cotidiano, inscribiéndose en lo real ma- ravilloso." El libro recoge múltiples juegos litera- rios de Torri -juegos que paradójica- mente lo obligan al abandono, una vez descubiertos; con voces que se comple- mentan; el traductor Torri reescribe a Heine, con quien identifica su propio es- píritu irónico y fantasioso, el comenta- rista en materia de artes plásticas quien derrocha sus descubrimientos en con- versaciones eruditas y nunca por es- crito, el descubridor de modalidades de texto como el artículo-relato fantástico pseudo-testimonial que Borges cultivaría con fidelidad, y cuyo único ejemplo en- tre los escritos de Torri es: "El monu- mento nestoriano de Sian-Fu y el doctor Frits von Holrn." Destaca en la caracterización literaria del " voyeurista descencantado" el sen- timiento de exilio interior que acompaña mundo ; poniéndose la vida y la mirada en oposición, se sugiere el distancia- miento necesario que impone el acto creador, la reelaboración artística con- trastando con la participación directa. Un quinto capítulo reúne las voces que reviven al Julio Torri ateneísta , lo recuer- dan como amigo y lo evocan como ma- estro. Sin proponerse un análisis de la obra de Torr i, el libro se ubica en la encruci- jada de las vías de acceso al autor , to- mando en cuenta la necesidad de eluci- dar las particularidades de la producción literaria y las propuestas estéticas. En otras palabras, de ofrecer pistas, claves y señas para comprender qué clase de elementos conforman la voz literaria de Torri . de qué manera han adquirido co- hesión y el modo en que los textos y los silencios se interpenetran a lo largo de su carrera literaria; interesa la teoría lite- raria implícita o -a veces- explícita en su obra hacia la cual se orienta -como método de conocimiento y de autocono- cimiento- la creación . Estos dos mo- mentos de la escritura son perseguidos a través de los capítulos del libro, bajo diferentes aspectos. Aparte, interesan a la autora las auto- definiciones de Torri , tanto para referirse a su estilo como para caracterizar el gé- nero que practica: " Cada vez escribo peor " ... "Yo trabajo ahora géneros de esterilidad como poemas en prosa , etcétera ." Se comprenden, por medio de estas afirmaciones, las difíciles osci- laciones entre el silencio y la palabra, im- puestas por su perfeccionismo pero también por su conciencia de la indife- rencia divina (" A los ojos de Dios todo vale lo mismo, o mejor dicho todo ca- rece igualmente de valor... ") frente a todo acto cumplido, zona ambigua en que se sitúan los textos de Torri . A la vez, interesa descifrar la actitud del " vo- yeurista desencantado" «siempre para- dójica : la timidez y el papel magisterial. apertura y disfraz usándose de la palabra escrita , descubrimiento y abandono de vetas literarias, horror ante la grandilo- cuencia explicativa y nostalgia por las primicias de los grandes temas, la condi- ción secreta de " príncipe incógnito " , pero quien prefiere enamorar a las cria- das, placer y deseo y las maneras más elaboradas de subvertirlos, donjuanismo y trasfondo edípico. Quizás detrás de este espíritu lúdico (Serge Zaitseff ve en Torri a un precursor de Cortázar, a un Macedonio Fernández mexicano) se es- conda siempre el temor : a veces, Torri ii I -------- 48 _

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Por Perla Schwanz

LOS DEMONIOS DE LAJ~ILENGUA ~ LOSNOMBRES DEL AIRE w

EL DESPERT ARDE LASENSU A LIDAD

o.Iranee

a Torri desde los años ateneístas : " so­mos desterrados de no sé qué época ypaís... Estamos hechos para un mundoen que las cosas fueran más perfectas,el ambiente menos resistente a nuestroesfuerzo." Es esta confesión una pruebade que Torri ha experim entado -interior­mente- d istanc iam iento fr ent e a laépoca en la cual vivía y a la cual se habíaadelantado. ¿Peroes este mismo distan­ciamiento el que provoca la ironía, y quees en el fondo nosta lgia del punto devista ingenuo, puro? El sentimiento dedescoloca ción pudo haber surgido de laconciencia de haber creado " una obradestinada a un país desarrollado, aunqueno fuera el nuestro" .

Las voces de personalidades de la cul­tura y la literatura que evocan a Torri sonlas que lo han acompañado desde lostiempos del Ate neo; el retrato vivo re­sulta de la manera como se complemen­tan, reiteran o contradicen: porque talhabla sido Julio Torri. Los testimoniosmarcan épocas, momentos, act itudes li­terarias o existenciales de Torri escritor,maestro , amigo travieso, autor de anéc­dotas y frase s brillantes, hombre de pa­siones con fesadas y en su mayor parte,silenciosas .<)

Han aparecido en fo rma simultáneados libros de Albe rto Ruy Sánchez(México , D. F., 195 1): Los demonios dela lengua y Los nombres del aire, ambosson diferentes del giro realista, periodís­tico que ha tomado la narrativa mexi­cana más reciente; pensemos en Moriren el golfo de Aguilar Carnín, Arráncame

la vida de Ángeles Mastretta , Pasabanen silencio nuestros dioses de HéctorManjarrez o incluso Sombra ella mismade Alinne Peterson , no obstante su tonointimista.

Los demonios de la lengua, en una edi­

ción bellamente ilustrada , bien pud ierasituarse en la línea de libros más exten-

abandona proyectos de libros; el dolorante la muerte de la madre es diluido enpalabras planas; el matrimonio se quedapara siempre como potencialidad; sub­vierte la solemnidad porque lo int imida,porque lo congela . Le atrae el fracasocomo visión futura porque le parece vi­virlo; escribe un epitafio " negro" en vidacomo premonición y exorc ismo. SegúnBeatr iz Espejo, Torr i "comparte recur­sos distintos: su erudición, su fantasíade fórmula eficaz al entrelazarse con locotidiano, inscribiéndose en lo real ma­ravilloso."

El libro recoge múltiples juegos litera­rios de Torri -juegos que paradójica­mente lo obligan al abandono, una vezdescubiertos; con voces que se comple ­mentan; el traductor Torri reescribe aHeine, con quien identifica su propio es­píritu irónico y fantasioso, el comenta­rista en materia de artes plásticas quienderrocha sus descubrimientos en con­versaciones eruditas y nunca por es­crito, el descubridor de modalidades detexto como el artículo-relato fantást icopseudo-testimon ial que Borges cultivaríacon fidelidad, y cuyo único ejemplo en­tre los escritos de Torr i es: "E l monu­mento nestoriano de Sian-Fu y el doctorFrits von Holrn."

Destaca en la caracterización literariadel " voyeurista descencantado" el sen­timiento de exilio interior que acompaña

mundo ; poniéndose la vida y la miradaen oposición , se sugiere el distancia­miento necesario que impone el actocreador, la reelaborac ión artística con­trastando con la participación directa.Un quinto capítulo reúne las voces quereviven al Julio Torri ateneísta , lo recuer­dan como amigo y lo evocan como ma­estro.

Sin proponerse un análisis de la obrade Torr i, el libro se ubica en la encruci­jada de las vías de acceso al autor , to­mando en cuenta la necesidad de eluci­dar las particularidades de la producciónliteraria y las propuestas estéticas . Enotras palabras, de ofrecer pistas, clavesy señas para comprender qué clase deelementos conforman la voz literaria deTorri . de qué manera han adquirido co­hesión y el modo en que los textos y lossilencios se interpenetran a lo largo desu carrera literaria; interesa la teoría lite­raria implícita o -a veces- explícita ensu obra hacia la cual se orienta -comométodo de conocimiento y de autocono­cimiento- la creación . Estos dos mo­mentos de la escritura son perseguidosa través de los capítulos del libro , bajodiferentes aspectos .

Aparte, interesan a la autora las auto­definiciones de Torri , tanto para referirsea su estilo como para caracterizar el gé­nero que pract ica: " Cada vez escribopeor " ... "Yo trabajo ahora géneros deesterilidad como poemas en prosa ,etcétera." Se comprenden, por mediode estas afirmaciones, las difíciles osci­laciones entre el silencio y la palabra, im­puestas por su perfeccionismo perotambién por su conciencia de la indife­rencia divina (" A los ojos de Dios todovale lo mismo , o mejor dicho todo ca­rece igualmente de valor ...") frente atodo acto cumplido, zona ambigua enque se sitúan los textos de Torri . A lavez, interesa descifrar la actitud del " vo­yeurista desencantado" «siempre para­dójica : la timidez y el papel magisterial.apertura y disfraz usándose de la palabraescrita , descubrimiento y abandono devetas literar ias, horror ante la grandilo­cuencia explicativa y nostalgia por lasprimicias de los grandes temas, la condi­ción secreta de " príncipe incógnito " ,pero quien prefiere enamorar a las cria­das, placer y deseo y las maneras máselaboradas de subvertirlos , donjuanismoy trasfondo edípico. Quizás detrás deeste espíritu lúdico (Serge Zaitseff ve enTorri a un precursor de Cortázar, a unMacedonio Fernández mexicano) se es­conda siempre el temor: a veces, Torri

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sos como El nombre de la rosa de Um­berto Eco o La Nieve del almirante de ÁI­varo Mutis, que recrean una situación,una época part iendo de un escrito apó­crifo hallado de repente .

En el caso del manuscrito de Don JuanAnton io L1orente, nombre del protago­nista del libro de Ruy Sánchez la tramay el desenvolvimiento de la acc ión sesienten como algo muy dado, excesiva­mente rígido junto a la sensualidad y re­creación de bellas atmósferas del Moga­dor de Los nombres del aire.

Intelectualizante Los demonios de lalengua, poét ico, Los nombres del aire.Ambos ident ificables en ese objet ivo co­mún de Ruy Sánchez de hallar un 'en­cuentro def init ivo con el lenguaje. Pene­trar en la lengua , asumirla hasta susúltimas con secuencias, aun cuando lasantidad tenga que ser sacrificada. Laspáginas secretas de l.lorente pretendenplantear su erudición sobre el hombre ysus tent aciones, y el diario de un inquisi­dor poseso; lo desafortunado es la linea­lidad del te xto , el lector se siente defrau­dado tras lee r en la advert encia delpropio auto r, una ref lexión final que re­sulta por demás sugest iva: " En la nochesin nombres, sin respuestas, sin orillas;en la noche muda de nuestro cuerpo,aguardan impacientes los dem onios dela lengua."

y en las subsiguientes páginas, su au­tor nos narra las dudas y padec imientosinternos del inquisidor, su ocaso, la ne­cesidad de pagar su herejía que nuncaqueda lo suf icientemente clara con supropia existen cia.

En cambio, Los nombres del aire es unbello te xto con fuertes ecos oriental is­tas, y en una literat ura que oscila entre larealidad y la fantasía, el onirismo y la co­tidianeidad , a través de sus páginas estáesa presen cia árabe en nuestra culturahispanoamericana.

Es en def init iva como señalaba Al ­berto Ruy Sánchez en una entrev ista unaprosa de intensidades, cada palabra ta­llada como una filigrana con la minuciosi­dad del artesa no que conoce a fondo su

oficio .Dos partes para descorr er el mister io

de Fatma y su despertar sexual, el pai­saje un marco cont inuo para el reconoci­miento del propio cuerpo y sus infinitasposibil idades para la navegación . Moga­dar y sus murmuraciones en el Soco , lafuente o el horno público, Mogador ysus baños donde el vapor se convierteen elemento aliado para la inquietud dela imag inac ión.

L r í t.I e o

Fatma introduciéndose en los ardidesdel amor, ella y su cuerpo encendido:" Sus dedos suben y bajan todas las es­pirales de su cuerpo coincidiendo a cadamomento con los otros dedos que la re­corren por dentro. Ambos se reconocena través de la piel como dos puntas dealfileres encendidos que recorren las dossuperficies de una tela y donde se en­cuentran queman. Los dedos del aireque tomaba en su ventana le daban asus manos los poderes para encendersu cuerpo.

y finalmente una interpretación de losucedido en la parte de " Los nombres" ,a modo de una alegoría de lo ocurrido yaparecenlos peces, las ventanas, la redy el aire, y aparece el vuelo inconteni­ble de las palabras entretejidas en una ­prosa que es poesía. .

Palabra y silencio van intercambiandosu propia potencialidad en una literaturasosten ida en su tono y sobre todo inno­vadora , una literatura ant igua y mo­derna, oriental y occ idental, una litera­tura sensual que nos atrapa entre susredes sin desear que Mogador se vayade nuestro alcance.\,)

Alberto Ruy Sánchez, Los demonios de la lengua.Cuadernos de la Orquesta, 1987. 79 pp. 2a. Edi­ción, EOSA, 1987.

Los nombres del aire. Joaquín Mort iz, México ,1987 .11 9 pp.

CARLOSFUENTES YTRISTRAMSHANDYPor lIan Stavans

T he lite & Opinions of Tristram Shandy,Gentleman (1759-1761) de LaurenceSterne es todo menos una novela. Hayquienes la consideran una divagación .Yo dir ía que es una vaga -mundería.Trata de cualquier cosa , menos de loque debe: la biografía yaventuras de supretend ido protagon ista , Tr ist ram.Sterne fue quizás el más admirable refor­mista de su época, la época de Richard­son, Defoe y Fielding. Se fascinaba conla idea del arte como " decepción" ,como chiste . Para él la literatura noimitaba la realidad sino la desfiguraba,convertía cosas y sent imientos en unmisterio bufo. Recuérdense las caracteri­zaciones incomparables que hizo, porejemplo , de Walter Shandy y sus teoríasnominativas y narigonas . Piénsese en elTío Toby, que tiene un agradable tempe­ramento maliciosamente combinado conuna gravísima preocupac ión por la gue­rra. Tristram Shandy es pura distracción.puro merodeo. Es una novela sin centro .O, parafraseando a Pascal, con un cen­tro en todas partes y una circunferenciaen ninguna. Su narrador, poco o nadaomnisciente. concuerda con su padre enque la vida individual com ienza antes delnacimiento . con los chances y percan­ces ocurr idos durante la concepción(como es su nariz apachurrada durante elparto . por forceps) o con la organizaciónzodiacal. La novela por eso remonta másallá de lo remontable y habla de perso­nalidades, discute amb ientes, situacio­nes, pero nunca narra una trama. Ese essu gran mérito : rechaza la literaturacomo análisis psicológico , como dis­curso lineal, cohe rente y entreten ido .sustituto de acción para atacar los mo­mentos de más aburr imiento existencial.Sterne acá nos propone una antinovela,una novela antiteleológica, laberínt ica,juguetona y obsesiva. Nos propone unlibro que desafía limites . que "des­honra" la letra impresa. Desarticula lagramát ica y hace que las palabras no re-

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