el desierto de la vida

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Vivimos en el desierto, en él estamos todos, la gente, los perros y los gatos. Son las nueve de la mañana, veo a un viejo acompañando a su nieto a la escuela, para que estudie, para que sea algo más que él, para que viaje hacia el futuro y sea alguien. El desierto es cruel, también es gigante y suele ser imposible de salir, las generaciones pasan, los recuerdos se van muriendo y con ello también el deseo de salir de él. La gente se acostumbra a vivir aquí, a tener la piel quemada, a caminar sobre el fuego, a morir de repente, a perder los momentos, la mente. Y es que ya no dan cuenta del dolor porque tienen percepciones equivocadas que son proporcionadas por los espejismos del falso progreso, del objetivo inalcanzable, del oasis prometido, lo que está más allá. Y vi a una madre dejando a sus hijos en un lugar del desierto, ahí le enseñan a salir de él, sin embargo casi nadie lo logra, es el único lugar para aprender. Y están obligados a asistir pues si no logran salir les pedirán haber estado ahí toda su minoría de edad. Al parecer parece que les enseñan a quedarse en vez de salir, parece que les colocan en sus pies unas botas que les impide caminar, sobre sus cabezas colocan unos cascos que les impide pensar y les entregan una ropa para que se puedan mimetizar y ser uno más. Y aunque parezca raro el desierto produce agua, y produce mucha, la gente no la bebe, tampoco la ve, porque se va al exterior, donde no existe el desierto donde, el fuego no consume los pies de los niños, donde el calor no termina asfixiando a los ancianos, donde el temor no es la emoción recurrente. Y vi a un anciano sepultando a su mujer, estaba sólo junto a un cura, que lo consuela y le muestra más espejismos, el abuelo está triste mira hacia el horizonte y ve solo el desierto, y no recuerda que alguna vez quiso salir y tampoco se percata que está tan lejos como al principio. Su mujer de toda la vida yace muerta, el tiempo la derroto y su existencia será consumida por l a nada, el viejo recuerda sobre su infancia, cuando su mujer y el eran niños, recuerda cuando se arrancaron con la idea de llegar al exterior, tenían tantos sueños, cuando llegaba la noche dibujaban verdes prados y lagunas donde desnudos se

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Extracto de novela abstracción y locura

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Vivimos en el desierto, en l estamos todos, la gente, los perros y los gatos. Son las nueve de la maana, veo a un viejo acompaando a su nieto a la escuela, para que estudie, para que sea algo ms que l, para que viaje hacia el futuro y sea alguien.

El desierto es cruel, tambin es gigante y suele ser imposible de salir, las generaciones pasan, los recuerdos se van muriendo y con ello tambin el deseo de salir de l. La gente se acostumbra a vivir aqu, a tener la piel quemada, a caminar sobre el fuego, a morir de repente, a perder los momentos, la mente. Y es que ya no dan cuenta del dolor porque tienen percepciones equivocadas que son proporcionadas por los espejismos del falso progreso, del objetivo inalcanzable, del oasis prometido, lo que est ms all.

Y vi a una madre dejando a sus hijos en un lugar del desierto, ah le ensean a salir de l, sin embargo casi nadie lo logra, es el nico lugar para aprender. Y estn obligados a asistir pues si no logran salir les pedirn haber estado ah toda su minora de edad. Al parecer parece que les ensean a quedarse en vez de salir, parece que les colocan en sus pies unas botas que les impide caminar, sobre sus cabezas colocan unos cascos que les impide pensar y les entregan una ropa para que se puedan mimetizar y ser uno ms.

Y aunque parezca raro el desierto produce agua, y produce mucha, la gente no la bebe, tampoco la ve, porque se va al exterior, donde no existe el desierto donde, el fuego no consume los pies de los nios, donde el calor no termina asfixiando a los ancianos, donde el temor no es la emocin recurrente.

Y vi a un anciano sepultando a su mujer, estaba slo junto a un cura, que lo consuela y le muestra ms espejismos, el abuelo est triste mira hacia el horizonte y ve solo el desierto, y no recuerda que alguna vez quiso salir y tampoco se percata que est tan lejos como al principio. Su mujer de toda la vida yace muerta, el tiempo la derroto y su existencia ser consumida por l a nada, el viejo recuerda sobre su infancia, cuando su mujer y el eran nios, recuerda cuando se arrancaron con la idea de llegar al exterior, tenan tantos sueos, cuando llegaba la noche dibujaban verdes prados y lagunas donde desnudos se sumergan como si fuera un paraso, la aves cantaban los ms hermosos sonidos que se pudieran or, los rboles regalaban los frutos que slo pudieron mirar en antiguos cuentos de hadas y el sol abrigaba sus pieles cmo el mejor de los ropajes. El cura le interrumpe su momento de conexin con la vida que no pudo lograr, se fue tan nio de la casa que piensa que nunca dej de serlo y que no alcanz a ser hombre, el cura vuelve a interrumpir y le dice- debe salir de ac si quiere puede volver ptro da.