el conocimiento social - antoni santisteban

56
SANTISTEBAN, A. (2009). Programa de Doctorado en Didáctica de las Ciencias Sociales. Universidad Autóno- ma de Barcelona. 2. El conocimiento de lo social

Upload: eliana-espitia

Post on 17-Nov-2015

66 views

Category:

Documents


5 download

DESCRIPTION

El libro, coordinado por Antoni Santisteban y Joan Pagès, viene a llenar un vacíotradicionalmente existente en la formación del profesorado de Educación Primaria y enla formación permanente del mismo, ya que trata todos los temas esenciales del campodesde la actualización científica, de la investigación y de la innovación en la enseñanzay el aprendizaje de las ciencias sociales. Estamos entonces ante un manual de referenciaque no es tan sólo una guía para el desarrollo de los contenidos propios de la Didácticade las Ciencias Sociales, sino que es un instrumento para la reflexión sobre losdiferentes aspectos clave de la enseñanza de las ciencias sociales en la Educación Primaria. Desde una perspectiva crítica, que vincula y homogeniza los diversos capítulos dellibro, se apuesta por la formación de un profesional reflexivo, activo y comprometido, através del desarrollo de unos contenidos que le capaciten para poder tomar decisioneseducativas complejas.

TRANSCRIPT

  • SANTISTEBAN, A. (2009). Programa de Doctorado en

    Didctica de las Ciencias Sociales. Universidad Autno-

    ma de Barcelona.

    2. El conocimiento de lo social

  • 199

    2.1. Presentacin y mapa conceptual II

    En este segundo captulo se tratan las caractersticas del cono-

    cimiento social. Se analizan las diferencias entre los hechos y los

    conceptos sociales. Se describen algunos aspectos del aprendizaje

    conceptual en contraposicin con otros tipos de aprendizaje. El con-

    cepto de representaciones sociales se presenta como el punto de par-

    tida para tomar decisiones en la enseanza. Pero, qu es el conoci-

    miento escolar que se ensea? Se analiza el proceso de transposicin

    didctica, la conversin del saber cientfico en saber escolar.

    Los valores y las actitudes se relacionan con las capacidades pa-

    ra la resolucin de conflictos sociales. Se analiza la formacin del

    pensamiento social, en primer lugar, con la racionalidad aplicada a

    la complejidad de la realidad social, la causalidad, la intencionalidad

    y el relativismo. En segundo trmino, la solucin de problemas so-

    ciales que se plantean como los ejes centrales del currculo de cien-

    cias sociales. La solucin de problemas requiere del pensamiento

    crtico y creativo, y la interpretacin de la informacin social.

    Por ltimo se trata la comunicacin como un aspecto que con-

    diciona la adquisicin del conocimiento social. Se analizan las habi-

    lidades cognitivolingsticas y, en especial, las capacidades para la

    argumentacin.

    200

    Mapa conceptual II

    Qu se aprende cuando se construye el conocimiento social?

    Cmo se forma el pensamiento social?

    Resolucin de conflictos

    Pensamiento social

    Racionalidad

    Actitudes sociales

    Pensamiento crtico/

    creativo

    Solucin de problemas sociales

    Transposicin didctica

    Conocimiento cientfico social

    Conocimiento escolar

    Representaciones sociales

    Aprendizaje conceptual

    Conceptos sociales

    Valores sociales

    El conocimiento de lo social

    Causalidad Intencionalidad

    Relativismo

    La comunicacin

    Habilidades cognitivo -lingsticas

    Argumentacin en ciencias

    sociales

    Complejidad

  • 201

    2.2. Conocimiento de lo social: naturaleza y enseanza de los conceptos sociales

    El conocimiento social se diferencia de otros tipos de conoci-

    miento, en primer lugar y entre otros aspectos, por la naturaleza de

    los conceptos sociales, la dificultad en su definicin, la variabilidad

    de sus significados o la relatividad de su comprensin, los cambios

    en el tiempo de los conceptos sociales o la valoracin tan diversa que

    existe segn el espacio geogrfico donde nos ubicamos, la cultura, la

    ideologa o el contexto. Otros elementos que diferencian el conoci-

    miento de lo social en la enseanza son los aspectos relacionados

    con las habilidades sociales, las capacidades para situarse en el

    tiempo y en el espacio, y para analizar la sociedad, as como los va-

    lores democrticos de la pluralidad, la concepcin de la ciudadana,

    de la cultura poltica y de la cultura cvica. Pero la enseanza de las

    ciencias sociales: acepta estas posibles definiciones?

    2.2.1. La definicin del conocimiento social

    La investigacin en didctica de las ciencias sociales ha demos-

    trado que existe un conocimiento de lo social en la escuela, bien de-

    finido, aceptado, autnomo y con la trascendencia que se otorga a

    otras reas de conocimiento? En la revisin de las investigaciones

    que existan en ese momento sobre la enseanza de las ciencias so-

    ciales, Armento (1986) admita la imposibilidad de definir el cono-

    cimiento de lo social desde la enseanza, si se basaba en las investi-

    gaciones y en los estudios existentes. Poco despus aparecan con

    202

    fuerza dos corrientes de investigacin, una pedaggica y otra psico-

    lgica, que aportaron aspectos esenciales a la construccin de una

    teora sobre la construccin del conocimiento social desde la didcti-

    ca (Seixas, 2001). Por un lado, las investigaciones de Shulman (1986)

    sobre el conocimiento escolar: el conocimiento pedaggico del con-

    tenido. Sus propuestas fueron recogidas, por ejemplo, en algunas

    investigaciones de didctica de la historia (Wilson y Wineburg,

    1993). En segundo lugar, el constructivismo ayudaba a comprender

    cmo se formaban los conceptos, cmo el alumnado reestructuraba

    sus imgenes del mundo social y las relacionaba con los fenmenos

    sociales (Avery y Gamradt, 1991; Carretero y Voss, 1994; Steffe y Ga-

    le, 1995; Williams, 1996; Hugues y Sears, 1996).

    Las dos corrientes de investigacin anteriores dieron lugar a un

    avance en la didctica de las ciencias sociales, as como a diversos

    programas de investigacin, pero pronto se descubrieron sus insufi-

    ciencias (Seixas, 2001). Por un lado, el conocimiento didctico del

    contenido no nace con la vocacin de reforzar la enseanza de las

    ciencias sociales, sino para afirmar la existencia de las disciplinas

    escolares y de un tipo de conocimiento especfico a cada rea esco-

    lar. Su contribucin fue importante, pero no soluciona la teora di-

    dctica, si no es para la constatacin de su existencia. En segundo

    lugar, el constructivismo favoreci una gran cantidad de investiga-

    ciones relacionadas con la indagacin en las ideas previas, pero sin

    disponer de sistemas conceptuales de referencia, para poder des-

    arrollar o construir el conocimiento social de una cierta complejidad

    (Gardner, 1996; Boix-Mansilla y Gardner, 1999). El constructivismo

    no ha tenido, en paralelo y al mismo nivel, una continuidad en la

  • 203

    construccin de la teora de la didctica, desde parmetros propios

    de la didctica de las ciencias sociales, definiendo en primer trmino

    las caractersticas especficas del conocimiento social, las diferencias

    entre los conceptos sociales y el resto de conceptos, describiendo las

    estructuras conceptuales de los metaconceptos como tiempo y espa-

    cio, as como otros conceptos de gran influencia como democracia,

    pensamiento social o derechos humanos. Estos son tambin los retos

    del futuro.

    2.2.2. La diferencia entre hechos y conceptos sociales

    Existen tareas o contenidos que se aprenden de manera ms efi-

    caz por asociacin y otros que precisan para su realizacin una rees-

    tructuracin de los conocimientos previos. Hoy da sabemos que son

    necesarios los dos tipos de aprendizaje en la escuela, los hechos o

    datos y los conceptos, como lo son tambin para cualquier tipo de

    actividad de la vida cotidiana o de construccin intelectual, por

    ejemplo, el jugador de ajedrez es capaz de pensar jugadas complejas

    porque ha memorizado determinadas rutinas.

    La diferencia fundamental entre los hechos y los conceptos so-

    ciales, es que los primeros necesitan de la memorizacin y los se-

    gundos de estrategias ms diversificadas y complejas (Pozo, 1992,

    1996, 2003; Novak y Gowin, 1998). La siguiente tabla sirve para re-

    presentar grficamente algunas de las diferencias fundamentales

    entre los hechos y los conceptos, cuando stos se relacionan con el

    proceso de su aprendizaje. La clasificacin se ha realizado en fun-

    204

    cin de la metodologa, la temporalidad y el olvido de los conoci-

    mientos.

    Aprendizaje de hechos Aprendizaje de conceptos

    * Consiste en ... Copia literal Relacin con conocimientos

    anteriores

    * Se alcanza por ... Repeticin (aprendizaje me-

    morstico)

    Comprensin (aprendizaje

    significativo)

    * Se adquiere ... De una vez Gradualmente

    * Se olvida ... Rpidamente sin repaso Ms lenta y gradual

    Los hechos y los conceptos como contenidos del aprendizaje (Pozo, 1992, 29)

    El problema de la escuela es que en demasiadas ocasiones se

    pretenden ensear los contenidos conceptuales como un conoci-

    miento que se pudieran memorizar, cuando sabemos que la cons-

    truccin de conceptos es mucho ms compleja, intervienen aspectos

    de la experiencia individual, necesita de estrategias diversificadas y

    se incorpora siempre a estructuras conceptuales previas de las per-

    sonas que estn aprendiendo.

    Es importante comprender la diferencia entre estos dos tipos de cono-cimiento, ya que, aunque se hallan estrechamente vinculados, en muchos casos los objetivos y fines de la educacin suelen estar dirigidos ms a unos que a otros. Adems, tanto desde el punto de vista de los procesos de apren-dizaje implicados en su adquisicin, como de las estrategias de enseanza necesarias para su instruccin, o de las tcnicas de evaluacin, ambos tipos de conocimiento son diferentes. Su confusin puede conducir a que los alumnos aprendan errneamente los conceptos como datos que deben me-morizar o -menos frecuentemente- que intenten comprender datos que care-cen de significado (Pozo, 2003, 25).

    El aprendizaje de hechos o datos debe hacerse literalmente, no

    es necesario en principio comprenderlos, aunque su contextualiza-

  • 205

    cin ayude de gran manera en la memorizacin, por ejemplo los ros

    de la Pennsula Ibrica. En cambio, este proceso no es til para el

    aprendizaje de conceptos. La definicin del concepto es siempre una

    aproximacin a una estructura de significados. Esta estructura se va

    enriqueciendo con la experiencia y las relaciones que se establecen

    con otros conceptos (Novak y Gowin , 1988). El aprendizaje de con-

    ceptos necesita de un aprendizaje significativo. Las principales dife-

    rencias entre las caractersticas del aprendizaje de hechos y de con-

    ceptos, podramos resumirlas a partir de una serie de aspectos, al-

    gunos de los cuales ya se han comentado.

    a) Los hechos y datos se aprenden de modo literal, los

    conceptos sociales se aprenden si se relacionan con los

    conocimientos previos, de lo contrario no tendrn nin-

    gn significado. Pero no basta con que conecten con

    cualquier tipo de conocimiento previo, es imprescindi-

    ble que ste sea el idneo. Pozo (1992) expone un ejem-

    plo en este sentido. Un texto que no tiene ningn signi-

    ficado de pronto se entiende perfectamente, cuando al-

    guien nos da una clave para su comprensin, una refe-

    rencia, es decir, nos ofrece una conexin adecuada.

    b) Los hechos necesitan una memorizacin repetitiva,

    mientras que los conceptos necesitan una comprensin

    significativa.

    c) Los datos y hechos se saben o no saben, se sabe la fecha

    de inicio de la II Guerra Mundial o no se sabe, se sabe o

    no se sabe el nmero de habitantes de una ciudad, pero

    206

    los conceptos aceptan construcciones ms o menos

    complejas, ms o menos elaboradas, con ms o menos

    riqueza y calidad en las relaciones con otros conceptos.

    Por ejemplo, el concepto de conflicto para un nio o ni-

    a en los primeros cursos de educacin primaria tiene

    un significado muy diferente que para un adulto. Esta

    certeza es la base del currculo en espiral propuesto por

    Bruner (1960, 1972).

    d) Los hechos se olvidan si no se utiliza su conocimiento o

    si no se repiten regularmente, pero los conceptos que se

    adquieren por aprendizaje significativo no suelen olvi-

    darse, son tiles para otros aprendizajes de futuro y

    ayudan a establecer conexiones con otros conocimientos

    nuevos.

    e) El aprendizaje de hechos podra representarse como

    una acumulacin aritmtica, mientras que el aprendiza-

    je de conceptos se representara como una progresin

    geomtrica, su potencialidad permite ms interrelacio-

    nes conceptuales y mejores aprendizajes. Los conceptos

    sociales clave ms generales e inclusores podran actuar

    como organizadores del conocimiento social.

    2.2.3. El aprendizaje conceptual

    Aunque disponemos de pocas propuestas basadas en un

    aprendizaje conceptual (por ejemplo, Zubira y Zubira, 1987). Algu-

    nos proyectos basados en la enseanza para la comprensin han

  • 207

    hecho aportaciones importantes en los ltimos tiempos (Blyte y col.,

    1999). Otras investigaciones relativas a la construccin conceptual

    del alumnado, se basan en la propuesta de conceptos clave que se

    describi en otro apartado, son tambin una forma de aprendizaje

    conceptual, por ejemplo sobre el concepto conflicto o el concepto di-

    ferencia, diversidad y desigualdad (Batllori, 1999; Casas, 1999a,

    1999b, 2000; Batllori y Casas, 1999).

    Sabemos que el conocimiento social requiere de una construc-

    cin conceptual basada en las relaciones entre conceptos sociales, en

    la construccin de estructuras conceptuales cada vez ms amplias y

    complejas. Cuando se establecan las diferencias entre el aprendizaje

    de hechos y de conceptos, en realidad se estaban describiendo las

    caractersticas correspondientes a dos tipos diferentes de aprendiza-

    je, el aprendizaje memorstico o asociativo, y el aprendizaje cons-

    tructivo. Segn Pozo (2003) las diferencias entre uno u otro aprendi-

    zaje tiene que ver con la visin que tenemos de la realidad, como

    elementos separados y con relaciones lineales o, en cambio, como

    estructuras de conocimiento complejas, representadas a partir de

    nuestras propias experiencias y conocimientos previos.

    Ambas concepciones del aprendizaje, asociativa y constructiva, difie-ren entre s no slo en este supuesto epistemolgico sobre la naturaleza del conocimiento, sino en algunos otros supuestos, (...). En general, los modelos de aprendizaje asociativo se basan en un enfoque elementista, analtico, que descompone cualquier ambiente en un conjunto de elementos asociados en-tre s con distinta probabilidad, de modo que aprender es detectar con la ma-yor precisin posible las relaciones de contingencia entre esos elementos o hechos, por lo que los procesos de aprendizaje consisten esencialmente en mecanismos de cmputo de esas contingencias (...). En cambio, las teoras constructivistas asumen un enfoque ms holista, organicista y estructuralista, de modo que vinculan el aprendizaje al significado que el organismo atribu-

    208

    ye a los ambientes a los que se enfrenta, en funcin de las estructuras cogni-tivas y conceptuales desde las que interpreta ese ambiente (Pozo, 2003, 25)

    Para este mismo autor las diferencias entre estos tipos de

    aprendizaje bsicos, se pueden sintetizar en el siguiente cuadro.

    Asociacionismo Constructivismo

    Unidad de anlisis Elementos Estructuras

    Sujeto Reproductivo Esttico

    Productivo

    Dinmico Origen del cambio Externo Interno Naturaleza del cambio Cuantitativa Cualitativa

    Aprendizaje por ... Asociacin Reestructuracin

    Principales diferencias entre concebir el aprendizaje como un proceso

    asociativo o constructivo. (Pozo, 2003, 25)

    Ya se ha comentado que el aprendizaje memorstico es tambin

    necesario, pero como complemento del aprendizaje constructivista

    conceptual. En primer lugar, el aprendizaje memorstico debe estar

    organizado a partir de determinados criterios conceptuales, por

    ejemplo a partir de bloques de conocimiento, temticas, una crono-

    loga o criterios de distribucin en el espacio o a partir de escalas de

    observacin de la realidad o territoriales. As, se facilita su memori-

    zacin y, al mismo tiempo, se hace ms til para el aprendizaje con-

    ceptual. A pesar de esto que se comenta, cuando un sistema de en-

    seanza fomenta en los primeros aos de escolarizacin, el aprendi-

    zaje memorstico de datos y hechos predispone al alumnado hacia

    una actitud pasiva. Por otro lado, tambin es cierto que el alumnado

    que no est acostumbrado a memorizar no dispone de recursos cog-

  • 209

    nitivos o estrategias de memorizacin giles. Por estas razones, el

    aprendizaje de datos y hechos debe realizarse en una proporcin

    adecuada.

    El aprendizaje significativo requiere de criterios ms exigentes.

    Comprender es ms complejo que memorizar. La enseanza para la

    comprensin quiere decir la enseanza para la construccin de es-

    tructuras conceptuales complejas (Stone, 1999), no basta con acumu-

    lar conocimiento, sino que es necesario relacionar los conceptos de

    que disponemos, estructurarlos en jerarquas y organizarlos de una

    manera lgica, desde la lgica de las disciplinas sociales, pero tam-

    bin desde la prctica educativa, este es el terreno de la didctica de

    las ciencias sociales. Por otro lado, el aprendizaje conceptual requie-

    re la predisposicin del alumnado, su convencimiento de la impor-

    tancia de lo que est aprendiendo, de su funcionalidad y una cierta

    dosis de motivacin para la adquisicin del conocimiento. La ense-

    anza para la comprensin es el camino para conseguir el aprendi-

    zaje conceptual, como afirma Stone (1999):

    Casi todos coinciden en que los alumnos que estn en la escuela deben desarrollar la comprensin, no slo memorizar hechos y cifras. Los lderes empresarios adoptan estas metas porque la mayora de los trabajadores de-ben saber cmo aprender y pensar para tener xito en esta poca de constan-te cambio y desarrollo tecnolgico. Los polticos siempre han afirmado que los ciudadanos de una democracia deben analizar crticamente la informa-cin y las ideas para hacer elecciones razonadas y responsables, no slo re-cordar lo que se les dice. En las ltimas dcadas, los tericos del aprendizaje han demostrado que los alumnos no recuerdan ni comprenden gran parte de lo que se les ensea. Para comprender ideas complejas y formas de investiga-cin, los estudiantes deben aprender haciendo y deben cambiar activamente su opinin. Las nuevas normas curriculares establecidas por educadores en una amplia variedad de temas exigen que el trabajo escolar se centre en el desarrollo conceptual, el pensamiento creativo, la resolucin de problemas y la formulacin y comunicacin de argumentos atractivos (Stone, 1999, 23).

    210

    Se relacionan as el aprendizaje conceptual, constructivista o

    significativo, con lo que se ha llamado enseanza para la compren-

    sin. Este tipo de enseanza no slo quiere construir conceptos, sino

    que las habilidades han de servir para establecer conexiones entre

    los conceptos, que adems deben responder a unos determinados

    valores sociales. La enseanza para la comprensin requiere tambin

    la formacin del pensamiento social, crtico y creativo, para la solu-

    cin de problemas sociales. El aprendizaje conceptual es la mejor

    herramienta para el desarrollo de capacidades sociales, este es el

    significado de la comprensin del mundo social.

    El aprendizaje conceptual requiere trabajar con las representa-

    ciones sociales del alumnado, pero qu son estas representaciones?

    Cmo se conocen las representaciones? Cmo transformarlas?

  • 211

    2.3. Las representaciones sociales

    Para Gerin-Grataloup y Tutiaux-Guillon (2001), en su revisin

    de las investigaciones sobre la enseanza de las ciencias sociales,

    consideran que uno de los campos que estn recibiendo la atencin

    de los investigadores con mayor dedicacin es el de la adquisicin

    del conocimiento social y las representaciones sociales. En el segun-

    do encuentro del INRP francs Moscovici (1988) realizar una intro-

    duccin del concepto para los estudios sociales. Algunas experien-

    cias de su tratamiento en la investigacin para la enseanza de las

    ciencias sociales, aparecern en la publicacin coordinada por Audi-

    gier (1997), por ejemplo Baillat (1997) y Sourp (1997). Otros autores

    han realizado trabajos que fomentan esta lnea de investigacin, por

    ejemplo Dalongeville (2003). En las ltimas jornadas organizadas

    por el INRP en Francia, dedicadas a la investigacin sobre los

    aprendizajes del alumnado en historia y geografa, se presentaron

    trabajos donde las representaciones tienen un lugar preeminente

    (Jourdain, 2006), por ejemplo las de Cariou (2006) y Heimberg

    (2006), y en especial la que presentamos con Gonzlez, et. al. (2006),

    que indaga en las representaciones sobre Catalua del alumnado

    inmigrante.

    Las representaciones del profesorado es otro campo de estudio

    paralelo al de las representaciones del alumnado. Se han realizado

    diferentes investigaciones sobre las representaciones del profesora-

    do de ciencias sociales, por ejemplo la presentada en el mismo colo-

    quio celebrado en Reims, que se cit anteriormente (Pontes, 2006).

    En las jornadas celebradas por el INRP el ao anterior podemos en-

    212

    contrar otros trabajos sobre las representaciones en los estudiantes

    de formacin inicial (Allieu-Mary, Fontabona y Meriaux, 2005)

    Tambin ha recibido atencin en diferentes investigaciones espao-

    las, en especial desde la Universidad Autnoma de Barcelona y diri-

    gidas por Joan Pags (Bravo, 2002; Boixader, 2002; Riera, 2003; Llo-

    bet, 2005; Santisteban, 2005).

    2.3.1. El concepto de representacin

    El concepto de representacin est relacionado con las teoras

    de Moscovici (1979, 1993) y Jodelet (1991, 1993). Para Moscovici el

    concepto de representacin social es diferente del de representacin

    colectiva elaborado por Durkheim, ya que el primero tiene un ca-

    rcter ms dinmico como representacin social nica. Para este psi-

    clogo social las representaciones sociales son maneras especficas

    de entender y comunicar la realidad. Tienen influencia en les inter-

    acciones sociales y, al mismo tiempo, evolucionan (Moscovici, 1981,

    1984). Define las representaciones sociales como un conjunto de con-

    ceptos, declaraciones y explicaciones originadas en la vida cotidiana,

    en el transcurso de las comunicaciones interpersonales. Jodelet

    (1991) considera que la nocin de representacin interrelaciona la

    perspectiva psicolgica y la social, y afirma que el conocimiento se

    fundamenta a partir de las experiencias personales y de las informa-

    ciones y modelos de pensamiento que recibimos de la sociedad.

    En nuestra sociedad las representaciones sociales hacen la fun-

    cin de sistemas de creencias de las sociedades tradicionales. Son

    como una versin contempornea del sentido comn (Moscovici, 1981,

  • 213

    181). Estas formas de pensar y crear la realidad social estn consti-

    tuidas por elementos de carcter simblico, ya que no son tan slo

    formas de adquisicin del conocimiento, sino que tienen la capaci-

    dad de dar sentido a la realidad social. Su finalidad es la de trans-

    formar algo que es desconocido en algo familiar.

    2.3.2. Proceso de cambio en las representaciones

    Les representaciones sociales se generan a partir de dos proce-

    sos. El primero se define como anclaje y es un proceso de categoriza-

    cin a partir del cual damos nombre a los objetos y a las personas. El

    segundo es un proceso definido como objetivizacin y consiste en

    transformar aquello que es abstracto en concreto y material, aquello

    que es un producto del pensamiento en una realidad fsica, as como

    tambin consiste en transformar los conceptos en imgenes (Mosco-

    vici, 1984).

    Las crticas que se han realizado al estudio de las representa-

    ciones sociales hacen referencia, en primer lugar, a la ambigedad

    en la definicin de la teora y del propio concepto de representa-

    cin. En segundo lugar, sealan la dificultad de diferenciar las re-

    presentaciones sociales de otros conceptos prximos como las acti-

    tudes (lvaro, 1995), aunque stas estaran ms relacionadas con el

    comportamiento de las personas en las interacciones con el medio.

    En segundo lugar, esta ambigedad hace que la propuesta de anli-

    sis de la realidad social sea difcil de diferenciar de otras propuestas

    como la que formulan Berger y Luckman (1984) sobre la construc-

    cin social de la realidad.

    214

    Segn Dalongeville (2003) el concepto de representacin social

    fue importado al campo de la didctica y de las ciencias de la educa-

    cin por Giordan y De Vecchi (1988), desde la didctica de las cien-

    cias experimentales. Dalongeville investiga las representaciones del

    alumnado, del profesorado, en los libros de texto en los documentos

    escritos, a partir de un problema relativo al estudio histrico de las

    invasiones brbaras. Este autor establece diferencias entre las re-

    presentaciones y las actitudes, las representaciones muestran las

    imgenes que tenemos de la sociedad, pero las actitudes sociales in-

    dican nuestra respuesta o nuestro comportamiento ante las situacio-

    nes o los problemas. Para Dalongeville, que sigue a Giordan y De

    Vecchi (1988) y a Bassis (1998), el saber se construye rompiendo con

    las representaciones iniciales, en un proceso con las siguientes eta-

    pas:

    a) emergencia de las representaciones, toma de conciencia,

    por parte del sujeto;

    b) confrontacin con una situacin-problema que contri-

    buya ampliamente a poner en tela de juicio las repre-

    sentaciones;

    c) reconstruccin de nuevas representaciones que reorga-

    nicen las antiguas e integren las nuevas;

    d) metacognicin de los procesos que el sujeto, indivi-

    dualmente y en grupo, ha puesto en prctica.

    El papel del profesorado en este proceso es el de crear las con-

    diciones necesarias para que las etapas anteriores fuesen efectivas,

    segn Dalongeville (2003):

  • 215

    a) crear la situacin para que se exterioricen las represen-

    taciones;

    b) analizar las representaciones;

    c) elaborar una situacin individual y colectiva en la cual

    las representaciones del alumnado no sean suficientes

    para ir ms all;

    d) movilizar materiales, documentos de todo tipo y activi-

    dades para pensar en el conocimiento y para cambiar

    las representaciones sociales.

    El estudio de las representaciones sociales nos permite estable-

    cer un punto de partida para cambiar las ideas del alumnado. Perte-

    necen, en parte, al campo de los estereotipos, de los prejuicios y de

    los valores sociales. Las representaciones sociales forman parte,

    cuando las realiza el alumnado, del conocimiento vulgar, aunque las

    ciencias sociales tambin realizan sus representaciones de la reali-

    dad, pero entonces lo llamamos conocimiento cientfico (Dalongevi-

    lle, 2003; Mattozzi, 2004). La pregunta es: cmo se transforma el sa-

    ber vulgar en saber intelectual? Y tambin: cmo se transforma el

    conocimiento cientfico en conocimiento escolar? Por qu son dos

    tipos de conocimiento diferentes el saber cientfico y el saber esco-

    lar? Estamos ante lo que se ha denominado la transposicin didcti-

    ca.

    216

    2.4. El saber cientfico y el saber escolar: la transposicin didctica

    En la construccin de una teora de la didctica de las ciencias

    sociales, uno de los conceptos ms importantes es el de transposi-

    cin didctica. Este concepto define el proceso de conversin de los

    saberes cientficos en saberes escolares, as como el resultado final de

    los conocimientos que aprende el alumnado.

    La transposicin didctica es la ruptura que la Didctica especfica opera para construir su campo, de manera que la Didctica de las Ciencias Sociales se ocupa del saber que se ensea, es decir, se ocupa de la teora y la prctica de la transposicin didctica (Benejam, 1997, 75).

    Este concepto fue creado por Chevallard (1991) para la didcti-

    ca de las matemticas. Muchas de las aportaciones que han servido

    para acotar en un inicio el concepto, fueron realizadas en Francia y

    surgieron en el seno del Institut National de Recherche Pdagogique

    (INRP). Estas propuestas han tenido una gran plataforma de debate

    y difusin en los distintos encuentros realizados por este instituto

    desde el ao 1986 (por ejemplo, Marbeau y Audigier, 1988, 1989,

    1990).

    2.4.1. Del conocimiento cientfico al contenido escolar

    El concepto de transposicin didctica analiza las modificacio-

    nes del saber, desde que fue creado por las ciencias hasta que es

    aprendido por el alumnado. La transposicin didctica es un fen-

    meno inevitable, obligado, que se produce en cualquier acto de en-

  • 217

    seanza. Slo es negado por quienes consideran que la enseanza es

    una pura transmisin de contenidos de alguna disciplina, que se

    aprenden con la misma estructura y complejidad como la ciencia los

    has creado.

    En realidad en el proceso de enseanza y aprendizaje se reco-

    noce que los contenidos que podemos estudiar desde la didctica,

    son de cuatro generaciones.

    a) A la primera generacin corresponderan los contenidos

    cientficos tal como la ciencia los ha creado, con las

    mismas estructuras.

    b) La segunda generacin sera la de los contenidos que se

    concretan en el currculo escolar, es decir, los conteni-

    dos de enseanza.

    c) En un tercer nivel, estaran los contenidos que realmen-

    te se ensean, los que ensea el profesorado a partir de

    su interpretacin de la ciencia o de los materiales in-

    formativos.

    d) La ltima generacin correspondera a los contenidos

    que en verdad aprende el alumnado o contenidos

    aprendidos.

    Clary (1988) representa en el esquema de la siguiente pgina es-

    te proceso de transformacin y descarte.

    218

    LAS

    TRA

    NSP

    OSI

    CIO

    NES

    DID

    C

    TIC

    AS

    ALU

    MN

    OS

    MA

    ES

    TRO

    rela

    cin

    del

    alu

    mno

    con

    el s

    aber

    P

    rerr

    equi

    sito

    sin

    inco

    here

    ncia

    ent

    re l

    as

    d

    desc

    arte

    C

    desc

    arte

    Dde

    scar

    te E

    desc

    arte

    B

    desc

    arte

    DE

    SC

    AR

    TE A

    , con

    teni

    dos

    a en

    sea

    r pre

    vist

    os/

    sabe

    r dis

    cipl

    inar

    D

    ES

    CA

    RTE

    B, c

    onte

    nido

    s a

    ense

    ar p

    revi

    stos

    / co

    nten

    idos

    ens

    ead

    os re

    aliz

    ados

    D

    ES

    CA

    RTE

    C,

    cont

    enid

    os a

    ens

    ead

    os r

    eali-

    zado

    s/ s

    aber

    dis

    cipl

    inar

    D

    ES

    CA

    RTE

    D, m

    edir

    lo a

    pren

    dido

    D

    ES

    CA

    RTE

    E,

    Adq

    uisi

    cion

    es d

    e lo

    s al

    umno

    s/

    cont

    enid

    os e

    nse

    ados

    real

    izad

    os

    S

    ocie

    dad

    Inst

    ituci

    n

    Sab

    er

    cien

    tfic

    o C

    onte

    ni-

    dos

    de

    ense

    anz

    a

    Con

    teni

    -do

    s a

    en-

    sea

    r pre

    -vi

    stos

    Niv

    eles

    de

    refe

    renc

    ia

    Con

    teni

    -do

    s en

    se-

    ado

    s

    Pro

    ceso

    de

    apr

    o-pi

    aci

    n

  • 219

    La transposicin didctica nos permite comprender las relaciones

    y las diferencias entre el saber cientfico y el saber escolar. El proceso

    de conversin del conocimiento cientfico para ser enseado y el cono-

    cimiento que se aprende, tambin ha recibido otras denominaciones,

    como mediacin didctica o filtro didctico. En cualquier caso, es un

    poderoso concepto para explicar que el saber cientfico y el saber esco-

    lar no son sinnimos.

    Siguiendo a Audigier (1988a) y a Le Pellec y Marcos-lvarez

    (1991), las diferencias entre el saber cientfico y el saber escolar podran

    ser:

    a) los saberes cientficos se construyen con anterioridad y se

    sitan en un estatus superior, en una posicin de autori-

    dad moral, desde la cual legitiman el saber enseado;

    b) los saberes cientficos tienen finalidades distintas que los

    saberes escolares;

    c) el proceso de produccin de cada uno de los dos tipos de

    conocimientos es distinta;

    d) el contexto prctico donde cada tipo de saber se desarrolla

    tambin es diferente;

    e) la organizacin de sus discursos o de sus textos es muy di-

    ferente, en cuanto a su estructura y a su presentacin con-

    ceptual.

    Le Pellec y Marcos-lvarez (1991) tambin consideran que en el

    caso de la historia, tambin existen otras diferencias, relacionadas con

    el tipo de problemas y de conceptos utilizados, as como en cuanto a

    las fuentes de informacin histricas. Algunos de los filtros que media-

    tizan el conocimiento escolar seran el currculo o las orientaciones ofi-

    220

    ciales, la organizacin de los centros escolares y los materiales curricu-

    lares. Otro condicionante que mediatiza las relaciones entre saber cien-

    tfico y saber escolar es el pensamiento del profesor.

    2.4.2. Aportaciones a la comprensin de la transposicin didctica

    Clary (1988) considera que la naturaleza del problema al que la

    transposicin didctica intenta dar respuesta, es sumamente compleja

    y de difcil solucin por la gran cantidad de variables que inciden en

    ella y, en especial, por el carcter ideolgico de la enseanza de las

    ciencias sociales. Otro autor que ha trabajado sobre la transposicin

    didctica en geografa es Buffet (1986), en especial como parte esencial

    de la formacin del profesorado. En Italia, Mattozzi (1994, 1995a,

    1995b, 1996, 2004) ha analizado las relaciones entre el saber cientfico y

    el saber escolar, desde la didctica de la historia. Mattozzi hace una

    reflexin desde la historiografa y la epistemologa de la historia, as

    como desde la metodologa propia de la investigacin histrica, sobre

    los contenidos ms relevantes que deben llegar a la escuela. Crea as

    un modelo de cultura histrica escolar. En Espaa, la investigacin di-

    rigida por Pilar Benejam, aplic el concepto de transposicin didctica

    a la seleccin de conceptos clave de las ciencias sociales, para realizar

    una propuesta de currculo integrado de ciencias sociales para la ense-

    anza obligatoria (Benejam, 1997, 1999a, 1999b).

    En uno de sus ltimos trabajos, Mattozzi (2004) pone nfasis en la

    necesidad de analizar el texto histrico, en los procesos de transposi-

    cin didctica que se dan en la conversin de los textos historiogrficos

    en textos histricos escolares. Considera que es muy importante que el

  • 221

    propio alumnado cree sus textos histricos, escriban la historia como

    un texto con una estructura determinada. Es en este tipo de actividades

    donde Mattozzi encuentra las claves de la comprensin de la transpo-

    sicin didctica. Rescribir la historia tantas veces como haga falta, con-

    vertir la historia en un texto propio, personal, es un proceso de apren-

    dizaje. El profesorado debe comprender y participar de este proceso

    como protagonista del control de los cambios, pero tambin como par-

    ticipante en la transposicin y transformacin de los textos (Mattozzi,

    2004).

    En cuanto a la enseanza se refiere, podemos constatar que el texto hist-rico influye en los conocimientos del profesor, en la proyeccin de su actividad, y condiciona su capacidad de transposicin didctica que, por lo general, se reduce a una simple parfrasis o puede expresarse a travs de una reestructura-cin del texto. El texto influye en la valoracin del aprendizaje al convertirse en la unidad de medida de lo que aprenden los alumnos (...).

    Por lo tanto, no podemos pensar que el texto sea slo un instrumento de paso: tenemos que asumir su centralidad como regulador que media entre la didctica y la organizacin de los procesos de aprendizaje. Y sta es la premisa que legitima y sostiene la finalidad de ensear a escribir sobre la historia (Mat-tozzi, 2004, 40).

    La comprensin de la transposicin didctica desde la didctica

    de las ciencias sociales, es una necesidad para saber qu son y cmo

    son los procesos de enseanza y aprendizaje del conocimiento social,

    para hacer propuestas prcticas desde una teora slida. A pesar de

    todo, debemos ser conscientes que toda transposicin didctica incor-

    pora, no slo conceptos y metodologas de una disciplina cientfica,

    sino tambin la visin del mundo social de los mediadores o de los

    protagonistas de la transposicin. El proceso de seleccin del conoci-

    miento social es un proceso donde se ponen en juego los valores socia-

    222

    les. Pero, qu son los valores sociales? Qu papel juegan en la ense-

    anza los valores? Qu relacin tienen con el conocimiento social?

  • 223

    2.5. Los valores sociales y las actitudes desde la didctica de las ciencias sociales

    La enseanza de las ciencias sociales siempre comporta una edu-

    cacin en valores, que se manifiesta en primer lugar en la propia selec-

    cin de los contenidos por parte del profesorado. Como afirman Gan-

    guli, Mehrotra y Melhinger (1987):

    Les valeurs sont indissociables de la matire mme des tudes sociales (1987, 231).

    El aprendizaje de valores es inherente al estudio de sociedades del

    presente y del pasado, e imprescindible para proyectarnos en el futuro.

    Tambin, supone uno de los aprendizajes ms importantes en cuanto

    al desarrollo de capacidades para el anlisis social de la informacin:

    saber analizar y describir los valores presentes en las fuentes, en las

    actitudes de las personas o en el comportamiento de grupos sociales,

    valorar de manera razonada las opiniones y saber emitir juicios. En

    consecuencia, la didctica de las ciencias sociales ha de preparar al pro-

    fesorado para integrar la educacin de valores en todas las perspecti-

    vas de anlisis de la sociedad, sea a travs de una visin antropolgica,

    histrica, poltica, o desde un planteamiento basado en problemas so-

    ciales relevantes.

    Los valores sociales son inherentes al conocimiento de lo social,

    no tiene sentido estudiar el ro sin prestar atencin a la contaminacin

    de las aguas o a la conservacin de sus ecosistemas. Como seala Gi-

    roux (1990, 109), separar los hechos de los valores implica correr el

    riesgo de:

    224

    ...ensear a los estudiantes cmo abordar el problema de los medios di-vorcindolos de la cuestin de los fines (Giroux, 1990, 109).

    La educacin en valores es un problema de las ciencias sociales

    que ha generado un debate intenso en numerosos pases de nuestro

    entorno. En los ltimos 15 aos se ha producido una gran cantidad de

    literatura, por ejemplo Canadian Social Studies (1997, 31), The lnternatio-

    nal Journal of Social Education (1996, vol. 11, 1), Historiens & Gographes

    (1997, 359). En las pginas de la revista de gran prestigio Theory and

    Research in Social Education, abundan los artculos sobre el mismo tema

    (por ejemplo, 1994, vol. XXII, 3 y 4; 1997, vol. XXV, 2). Tambin las re-

    vistas de educacin dedicaron monogrficos a la educacin en valores

    (por ejemplo, Le Monde de l'ducation, 1997, 254; Vela Mayor, 1994). La

    revista Cuadernos de Pedagoga ha dedicado recientemente un monogr-

    fico al tema (2006, 361). La obra de Delors (1996), tambin ha generado

    debates y reflexiones muy interesantes, alrededor de lo que ha llamado

    los pilares de la educacin, sobretodo saber convivir con otras perso-

    nas y saber ser, que quiere decir tener unos valores democrticos y te-

    ner como principios los derechos humanos.

    La Asociacin Universitaria del Profesorado de Didctica de las

    Ciencias Sociales, dedic su IX Simposio a Los valores y la didctica

    de las ciencias sociales (AAVV, 1998). En la introduccin se comenta-

    ba:

    Nos planteamos uno de los problemas ms serios a los que debe dar res-puesta la educacin y, en concreto, la enseanza de las Ciencias Sociales de la Geografa y de la Historia (Pags, 1998, 7).

    Una de las problemticas ms importantes en la educacin en va-

    lores es la cuestin sobre si la enseanza ha de socializar o contrasocia-

  • 225

    lizar, educar en unos valores hegemnicos o presentar unos valores

    alternativos a los que prevalecen en la sociedad (Rueff-Escoubes, 1997;

    Audigier, 1991). Esta problemtica tambin es vivida por el profesora-

    do cuando debe seleccionar los contenidos a ensear, lo que no deja de

    ser una opcin ideolgica. El currculo de ciencias sociales siempre ha

    sido un campo donde los valores juegan un papel muy importante. Pa-

    ra Marconis (1997), la opcin del profesor estar siempre por encima

    de las prescripciones oficiales del currculo.

    ...l' enseignement de l'histoire et de la gographie, tel que nous le dfen-dons, est a nos yeux troitement li aux valeurs de la dmocratie et de la rpu-blique. Il en montre le difficile et complexe cheminement au fil des sicles et l'ingale diffusion a la surface de la terre. Objet de controverses et de conflits incessants, passs et toujours actuels, ces valeurs ne sauraient relever d'une his-toire "officielle" et dogmatique, dont on connat l'utilisation au service d'une idologie affirmant dtenir la vrit, d'une religion ou d'un tat totalitaire. Elles ne peuvent s' apprcier, s' enrichir et se construire que par une confrontation sereine et tolrante d'expriences diverses dont les hommes et les lieux gardent la mmoire (Marconis, 1997, 107-108).

    Para Benejam (1995), la enseanza de las ciencias sociales debe

    ayudar a las personas a ser conscientes de cules son sus valores y c-

    mo ser coherentes con ellos en su vida cotidiana, en sus opiniones y en

    sus actitudes ante los problemas sociales. Sabemos que la enseanza de

    las ciencias sociales pueden tener ms o menos impacto en la educa-

    cin de valores, segn sea una enseanza ms o menos efectiva, que

    ensee a pensar de manera crtica sobre la realidad. Sabemos que al-

    gunos estudios han demostrado que la imagen del mundo que tiene el

    alumnado se ha configurado tambin a partir de sus aprendizajes so-

    ciales (Evans, 1993). Por lo tanto, sabemos que la enseanza de las

    ciencias sociales puede jugar un papel importante en la formacin de

    las personas en valores.

    226

    2.5.1. Los valores en la enseanza de las ciencias sociales

    Los valores son principios ticos que se emplean para juzgar las

    conductas. Los valores se transforman en actitudes a partir de nuestras

    opiniones y nuestros comportamientos concretos, en las diferentes si-

    tuaciones de la vida cotidiana o ante los problemas sociales que se nos

    plantean. Se pueden definir las actitudes como:

    ... tendencias o disposiciones adquiridas y relativamente duraderas a eva-luar de un modo determinado un objeto, persona, suceso o situacin y a actuar en consonancia con dicha evaluacin (Sarabia 1992, 137).

    Los valores y las actitudes poseen un componente cognitivo (co-

    nocimientos o creencias), otro afectivo (sentimientos y preferencias) y

    un ltimo conductual (acciones manifiestas y declaraciones de inten-

    ciones). La pluralidad en la sociedad y la necesidad de la convivencia

    obliga a disponer de normas, que responden a los valores sociales de

    cada comunidad, as como tambin sealan patrones de conductas o

    actitudes. La enseanza y el aprendizaje de los valores requiere el

    compartir ciertos principios morales, as como capacidades de razo-

    namiento, opinin y juicio. En ltimo trmino, las finalidades de la en-

    seanza de las ciencias sociales relacionadas con la intervencin social,

    hacen referencia al aprendizaje de determinadas actitudes democrti-

    cas.

    La formacin de las personas debe consistir en el aprendizaje de

    capacidades cognitivas, pero tambin capacidades afectivas y morales.

    La enseanza de valores no es slo un proceso de socializacin o de

    adaptacin a la sociedad, sino tambin el desarrollo de capacidades de

  • 227

    anlisis crtico y para el cambio social (Grasa, 1996, 1998). Los valores

    se forman a partir de diversos componentes relacionados con las con-

    cepciones morales, la empata, las emociones o la autorregulacin. As

    las personas pasan de la adaptacin social a la personalidad moral

    (Puig-Martn, 1998). Para Trilla (1998) existen tres tipos de valores:

    a) los valores compartidos o ideales, como la igualdad o la li-

    bertad, el ejemplo ms importante seran la Declaracin

    Universal de los Derechos Humanos;

    b) los contravalores, como el racismo;

    c) los valores ideolgicos o relativos a las creencias, relacio-

    nados con el mbito privado.

    Para Oller (1996), otra posible clasificacin de los valores en la en-

    seanza de las ciencias sociales, hara referencia a dos grandes mbi-

    tos, los valores de decisin personal y los valores de responsabilidad

    social, estos ltimos relacionados con los aspectos de convivencia en

    una comunidad.

    228

    Tipologa de valores Categoras Definicin Ejemplos

    Valores de decisin personal

    Relacionados con la propia vida.

    Tienen su origen y mani-festacin en la esfera del yo

    - laboriosidad - responsabilidad - reflexin - creatividad - pensamiento crtico - autoconocimiento - autoestima - etc.

    Relacionados con las experiencias que se afrontan

    Tienen su origen y mani-festacin en las relaciones interpersonales

    - respeto - solidaridad y sentido

    social - aceptacin de la diversi-

    dad - cooperacin - capacidad de respuesta

    ante los hechos - aceptacin del riesgo y

    del conflicto, etc. Valores de responsabilidad social

    Tienen su origen y mani-festacin en las relaciones con el medio fsico, social y cultural

    - inters por el entorno y la responsabilidad ecolgica

    - aceptacin y conserva-cin del patrimonio hist-rico-artstico

    - valoracin de la historia y de la tradicin

    - defensa de la opcin democrtica y de un mundo ms justo

    - sensibilidad por las de-ms culturas

    - etc.

    Tipologa de valores (Oller, 1996)

    En el modelo de enseanza tradicional se considera que los valo-

    res son dogmas que trasmite el profesorado por inculcacin. El apren-

    dizaje de ciencias sociales implica la asimilacin de estructuras socia-

    les, que se consideran indiscutibles e inamovibles, y un funcionamien-

    to de la sociedad basado en la autoridad moral de determinadas figu-

  • 229

    ras, como por ejemplo el profesor en el caso de la escuela. La moral es

    nica y se trata de adoctrinar al alumnado, por lo tanto no existe el

    conflicto como instrumento de enseanza y aprendizaje, sino la obe-

    diencia y la represin. Cualquier desviacin del modelo es considerada

    anmala e inadecuada.

    Como reaccin al modelo anterior la escuela humanista pone en

    prctica la enseanza por descubrimiento, desde la cual el alumnado

    descubre los valores que rigen la vida de las personas, para compren-

    der as la realidad social. El conocimiento social abre las puertas a la

    interpretacin de la realidad y a la posibilidad de diferenciar valores

    diferentes, contrapuestos. La enseanza activa niega los valores abso-

    lutos y defiende la existencia de valores personales, fruto de las expe-

    riencias ms diversas que la escuela debe favorecer. Un ejemplo de este

    modelo lo encontramos en las propuestas de clarificacin de valores

    (Gross, et., al., 1983; Vilar, 1991), donde el alumnado hace una eleccin

    personal en la cual no interviene el profesorado directamente, sino que

    ste crea las situaciones adecuadas para que los nios y nias tomen

    decisiones.

    La clarificacin de valores favorece la reflexin del alumnado so-

    bre la realidad, pero el papel del profesorado no est claro y en ocasio-

    nes no es fcil saber cmo podemos promocionar determinados valo-

    res sin intervenir con otros instrumentos de enseanza. Por este moti-

    vo, la enseanza de las ciencias sociales en referencia a la educacin de

    valores, necesita de un proceso de reconstruccin del conocimiento so-

    cial. La escuela debe ensear el saber, el saber hacer, el saber convivir y

    el saber ser. El conocimiento social y los valores son discutibles y pro-

    visionales, el debate es un instrumento imprescindible del aprendizaje

    230

    y los principios democrticos o los Derechos Humanos son elementos

    esenciales de la enseanza. Los valores son una construccin personal,

    que se realiza por convencimiento y a partir de la experiencia. El desa-

    rrollo cognitivo y la interaccin social son dos elementos fundamenta-

    les del desarrollo moral de las personas, la interaccin con el mundo

    de los adultos y las experiencias entre iguales (Piaget, 1984).

    El desarrollo moral requiere del desarrollo de capacidades para

    realizar juicios morales sobre problemticas o conflictos sociales

    (Kohlberg, 1992). El mejor instrumento en este sentido son los dilemas

    morales, que producen un cierto desequilibrio cognitivo a partir de

    una problemtica que pone a prueba nuestras convicciones. Los dile-

    mas morales promueven el razonamiento lgico y la discusin en el

    aula. Por otro lado, otro aprendizaje bsico del desarrollo moral son las

    tcnicas de resolucin de conflictos, el conflicto entendido como un

    elemento inherente a la convivencia, que no tiene un significado nega-

    tivo en el desarrollo de las personas, sino al contrario de transforma-

    cin y mejora de la situacin personal y social. Para Kohlberg se dis-

    tinguen seis estadios en el razonamiento moral, agrupados en tres ni-

    veles progresivos, tal y como se refleja en el siguiente cuadro.

  • 231

    Niveles de desarrollo Moral

    Estadios Descripcin

    1) Nivel preconvencional: no se

    comprenden las reglas sociales

    Estadio 1 Obediencia ciega a la autoridad, deseo de evitar el

    castigo.

    Estadio 2 Deseo de obtener satisfaccin a las necesidades

    personales.

    2) Nivel convencional: se emiten

    juicios en el grupo

    Estadio 3 Necesidad de aprobacin de los dems.

    Estadio 4 Cumplimiento del deber

    3) Nivel postconvencional: actitu-

    des en funcin de principios pro-

    pios

    Estadio 5 Aceptacin de las reglas y convencimiento de la nece-

    sidad de cambiar algunas reglas que no funcionen

    Estadio 6 Principios ticos aplicables a situaciones diversas y en

    contextos diferentes

    Niveles de desarrollo moral (Kolberg, 1966)

    Las crticas a las teoras evolutivas de Piaget y Kohlberg se han

    basado en la duda sobre la existencia de etapas demasiado delimita-

    das, sin tener en cuenta los contextos diversificados de enseanza y

    aprendizaje, as como los cambios en las metodologas que pueden

    hacer variar el desarrollo intelectual (Puig y Martn, 1998). Para Turiel

    (1984), en la construccin de los valores sociales las propias experien-

    cias juegan un papel fundamental, en la manera como los nios y nias

    observan y representan el mundo social. Por otro lado, la enseanza de

    las ciencias sociales tiene una gran importancia en el desarrollo moral

    del alumnado, ya que muchas de las finalidades de la enseanza de las

    ciencias sociales coinciden o han de coincidir con las finalidades de

    una educacin de valores. De alguna manera, el tratamiento de pro-

    232

    blemas sociales es un proceso de reflexin sobre valores (Puig y Mar-

    tnez, 1989).

    Las tcnicas ms efectivas en la enseanza de valores son lo que se

    ha llamado mtodos socio-afectivos, que engloban toda una serie de

    tcnicas de trabajo con el alumnado, que tienen en comn la necesidad

    de proponer a los nios y nias situaciones ms o menos reales, rela-

    cionadas con sus experiencias y que, de alguna manera afecten a sus

    vidas. Desde Rogers (1984) y su terapia centrada en el cliente, que po-

    na al alumnado en el centro de su propia construccin de valores, es-

    tas metodologas han ido creciendo en importancia (Martnez y Puig,

    1991; Buxarrais, et.al., 1990; Buxarrais, 1997). Algunas de las estrategias

    ms interesantes son los dilemas morales que ya se han mencionado

    (Pay, 1991), las habilidades sociales (Goldstein, 1986), la neutralidad

    activa (Trilla, 1991), la autorregulacin (Pantoja, 1986) o el role-playing

    (Martn, 1991), por citar algunos.

    Por otro lado, los enfoques de la enseanza de valores deben tener

    siempre como referencia los problemas sociales actuales, como por

    ejemplo la educacin no androcntrica, la educacin para la paz, la in-

    terculturalidad o la perspectiva ecolgica. Sera interminable la biblio-

    grafa a citar y por ello remito, por ejemplo, a los numerosos artculos

    publicados en las actas de los simposios XV y XVI de la AUPDCS, en

    Alicante y Almera, uno sobre problemas sociales, en especial los rela-

    cionados con la igualdad de sexos y la educacin democrtica, y otro

    sobre la enseanza de las ciencias sociales en una sociedad cada vez

    ms multicultural (Vera y Prez, 2004; Garca, et.al., 2005).

  • 233

    2.5.2. La resolucin de conflictos (metacognicin y empata)

    La enseanza de las ciencias sociales en la educacin primaria de-

    be favorecer el aprendizaje de capacidades para resolver conflictos

    personales y colectivos. El conflicto forma parte de nuestra vida coti-

    diana, nace de la misma convivencia diaria entre las personas. La exis-

    tencia de diferencias en la manera de entender el mundo o de dar sig-

    nificado a la realidad social, provoca discrepancias lgicas que generan

    conflicto y que, en contra de lo que a menudo se cree, es un proceso

    positivo que da lugar al cambio y a la mejora de la sociedad. Es eviden-

    te que lo que debemos educar son las capacidades para debatir los

    puntos de vista, aceptar las discrepancias, llegar a acuerdos o consen-

    sos, evitando siempre la aparicin de soluciones impuestas o violentas.

    Segn Burnley (1993):

    El conflicto es un modo de comunicacin y una parte inevitable de nues-tras vidas. Resulta inherente al proceso de cambio dentro de los individuos y en el seno de la sociedad, proceso que todas las personas pueden aprender a abor-dar creativamente. La educacin sobre el conflicto constituye una parte esencial de la educacin de la paz y debe ser materia de inters para todos los educado-res, tanto en la esfera de la educacin formal como en la informal. Posee conse-cuencias para una escolarizacin agradable y eficaz, para el desarrollo de rela-ciones comunitarias armoniosas basadas en la tolerancia de las diferencias y en un compromiso con la justicia social y para la meta a largo plazo de unas rela-ciones internacionales pacficas, en donde ya no se considere la guerra como un medio aceptable de solucin de una disputa (Burnley, 1993, 73).

    En la enseanza de las ciencias sociales el conflicto est implcito

    en el conocimiento histrico, geogrfico, poltico, econmico,... Desde

    una perspectiva constructivista es un concepto social que se construye

    a lo largo de toda la vida y que siempre puede ampliarse en su cono-

    234

    cimiento. A pesar de ello, parece que no todos los currculos aceptan

    esta premisa indispensable, como opina Grasa (1991):

    No suele insistirse demasiado en la necesidad de aplicar las tcnicas de anlisis, regulacin y gestin de los conflictos, en la utilidad, en suma, de asumir su existencia y hacer habitual, en la medida de lo posible, la forma de encararse con ellos (Grasa, 1991, 105).

    El conflicto puede derivar hacia la incomprensin, la intolerancia

    o la negacin de las otras personas, que piensan de forma distinta a la

    nuestra o a la de nuestro grupo. Por este motivo educar en el conflicto

    o ensear a resolver conflictos, significa ensear una serie de tcnicas y

    de habilidades para el dilogo, para la cooperacin o, incluso, para la

    solidaridad (Judson, 1985). Esto significa que la enseanza de las cien-

    cias sociales tiene una funcin social importante, para educar en las

    interrelaciones sociales y en los procesos de comunicacin. Los crite-

    rios ms importantes que deben predominar en el anlisis de los con-

    flictos sociales y en la enseanza de estos son los que se sintetizan a

    continuacin.

    1) El conflicto forma parte de nuestra vida en comunidad y

    negarlo es negar un aspecto esencial de la convivencia

    humana.

    2) El conflicto tiene aspectos muy positivos cuando signifi-

    ca cambio y mejora personal. El propio aprendizaje im-

    plica un cierto conflicto, ya que nos obliga a cambiar

    nuestros esquemas de conocimiento, a aceptar nuestros

    errores o nuestra visin parcial o incompleta de la reali-

    dad. Tambin ensear significa compartir y no siempre

    es fcil aceptar este proceso.

  • 235

    3) Los diferentes tipos de conflicto, desde el personal al que

    se produce entre grupos sociales, tienen elementos es-

    tructurales comunes y requieren procesos de solucin pa-

    recidos, en cuanto a las etapas que deben recorrerse.

    4) La enseanza para la resolucin de conflictos es impres-

    cindible en una educacin democrtica, ya que significa

    aceptar las diferencias y afrontar la necesidad de acuer-

    dos, normas o actitudes de cooperacin. Cuando se niega

    el conflicto en la enseanza de las ciencias sociales, se

    forman personas ingenuas o indiferentes ante las des-

    igualdades, e intransigentes ante la diversidad.

    5) Ensear a resolver conflictos significa favorecer la comu-

    nicacin democrtica en el aula, analizar casos referentes

    a conflictos y a sus soluciones, proponer experiencias e

    indagar en las propias creencias. Las distintas ciencias

    sociales, la historia, la geografa, la antropologa, la eco-

    noma o la poltica, nos ofrecen visiones o ejemplos de ti-

    pos de conflictos con diferencias en las maneras de enfo-

    carlos, lo cual hemos de adaptar y utilizar a partir del co-

    nocimiento intelectual asequible en la educacin prima-

    ria.

    6) Dos instrumentos esenciales en la resolucin de conflic-

    tos son la metacognicin y la empata. La primera porque

    nos ayuda a comprender nuestra propia forma de pensar

    y de enfrentarnos al mundo social. La segunda porque

    nos ayuda a comprender el pensamiento social de otras

    236

    personas, a ponernos en su lugar, en su contexto y con

    sus condicionantes.

    La resolucin de conflictos tiene un proceso que debe conocerse y

    experimentarse. Para ello hemos de mostrar los pasos que se conside-

    ran propios de las tcnicas de resolucin de conflictos, segn los estu-

    dios realizados desde las diferentes ciencias sociales, como la sociolo-

    ga o la poltica (Howard, 1995; RICS, 1991). Estos pasos aceptados por

    la mayora de estudios podran ser los que se describen a continuacin

    (Pags y Santisteban, 1997).

    a) En primer lugar hay un proceso de decisin en el cual los

    adversarios cada uno por su lado-, llegan a la conclusin

    de que no es necesario o beneficioso continuar con el con-

    flicto.

    b) En segundo trmino hay un proceso de comunicacin, en

    el cual los adversarios dan a conocer su deseo de iniciar

    conversaciones para negociar.

    c) Un proceso de negociacin, en el cual los contrincantes, de

    manera bilateral o con la intervencin de otros, intentarn

    negociar cara a cara las soluciones o los acuerdos acepta-

    bles, que sern preferibles, aunque sea en parte, a la conti-

    nuacin del conflicto.

    d) Un proceso de materializacin, en el cual se ponen en

    prctica los acuerdos, con negociaciones complementarias,

    con la supervisin de terceros para asegurar el cumpli-

    miento de los acuerdos.

  • 237

    No existe resolucin del conflicto si no se cumplen los distintos

    puntos expuestos, aunque los dos primeros son los ms difciles de

    conseguir, ya que indican la verdadera intencin de acabar con el con-

    flicto. La mayora de conflictos quedan estancados en alguno de los

    apartados citados y, as, muchas negociaciones fracasan. No entende-

    mos como resolucin de un conflicto la va de la coercin o de la mar-

    ginacin del ms dbil. El conflicto no debe basarse en la simple nego-

    ciacin, sino en el conocimiento reflexivo de la situacin y de las posi-

    bilidades, derechos y deberes, de cada una de las partes. Lo ms im-

    portante es saber qu consideramos intolerable y, por encima de todo,

    a qu estamos dispuestos a renunciar.

    En la resolucin de conflictos son muy importantes las capacida-

    des de metacognicin y de empata (por ejemplo, Martineau, 2000). La

    primera es clave en cualquier proceso intelectual, pero es crucial en la

    resolucin de conflictos, ya que debemos conocer bien nuestras actitu-

    des y nuestras tendencias con respecto a la realidad social, para as

    plantear soluciones posibles y razonables a los conflictos que vivimos.

    La metacognicin es un aprendizaje que nos permite conocer nuestro

    pensamiento social y, por lo tanto, corregirlo y mejorarlo. Qu proce-

    dimientos utilizamos para resolver los conflictos? Muchas veces los

    conflictos, ya sean familiares, escolares o culturales, no parecen tener

    solucin hasta que no aprendemos a aplicar el pensamiento reflexivo.

    Entonces comprendemos todas nuestras posibilidades, nos hacemos

    conscientes de la necesidad de incorporar cambios en nuestras actitu-

    des, explicitamos, por ejemplo, qu ganamos y qu perdemos, qu

    existe de positivo y de negativo en cada situacin, durante el conflicto

    o como resultado de su resolucin.

    238

    La empata es un instrumento imprescindible para comprender

    los conflictos del pasado, pero tambin para resolver nuestros conflic-

    tos actuales. La empata aplicada a la historia nos permite comprender

    los contextos de los protagonistas o comprender determinados com-

    portamientos (Ashby y Lee, 1987; Domnguez, 1986). En la resolucin

    de los conflictos la empata nos ayuda a comprender las acciones de los

    dems, como un paso decisivo para llegar a acuerdos o a consensos

    (Eisenberg y Strayer, 1992). Una de las caractersticas de los conflictos,

    que hace ms difcil su resolucin y que tambin hace ms necesario el

    aprendizaje de la empata, es la visin distorsionada de la otra persona,

    de la otra cultura o del que consideramos nuestro enemigo. Algunas

    ciencias sociales, sobretodo la sociologa, ha estudiado las caractersti-

    cas de la imagen del enemigo, que puede ser una persona o un grupo

    (Spillmann y Spillmann, 1991). En muchas ocasiones los conflictos

    provienen de la negacin de la empata, con respecto a las otras perso-

    nas, considerando que son nuestro enemigo y mostrando actitudes de

    relacin negativas. Estas actitudes pueden concretarse en una serie de

    aspectos comunes en la mayora de conflictos, en referencia a cmo se

    ven entre s las personas o grupos enfrentados.

    a) Negacin de la empata: no tenemos nada en comn con

    nuestro enemigo; ningn tipo de informacin nos har

    cambiar nuestra percepcin.

    b) Identificacin con el mal: representa lo contrario de lo que

    somos.

    c) Desconfianza: todo aquello que proviene del enemigo es

    malo o engaoso.

  • 239

    d) Simplificacin: todo aquello que beneficia al enemigo nos

    perjudica;

    e) Negacin de la individualidad: todo lo que pertenece a un

    grupo determinado es nuestro enemigo;

    Estas actitudes, demasiado comunes, nos demuestran la impor-

    tancia de la empata, negarla significa obviar la posibilidad de solucio-

    nar los conflictos. Es algo evidente incluso si pensamos en los conflic-

    tos interpersonales y cotidianos. Cuando nos ponemos en el lugar de

    otra persona estamos iniciando un proceso de comprensin de su acti-

    tud, de sus condicionantes o de sus intenciones. Es en este momento

    cuando estamos en disposicin de caminar hacia la solucin del con-

    flicto con aquella persona. Pero las capacidades para la empata no son

    fciles de adquirir y menos de llevar a la accin. En el campo de la en-

    seanza de las ciencias sociales existen pocos trabajos generales, que

    traten la empata desde la enseanza de la historia y en las ciencias so-

    ciales en general, por ejemplo Davis, Yeager y Foster (2001).

    Tras la reflexin realizada en los pargrafos anteriores, podemos

    pensar en lo difcil y mucho ms complejo que resulta resolver un con-

    flicto entre grupos sociales, culturas o, incluso, estados (Stavenhagen,

    1991; Navarro y Enesco, 1993; Bastida, 1994). En la mayora de ocasio-

    nes se necesitan mediadores que ayuden a los adversarios a realizar la

    empata. Tambin en las escuelas se han comenzado programas de

    mediacin, que estn ayudando a desarrollar perspectivas de resolu-

    cin de conflictos, con la intervencin de diferentes agentes educativos

    y, sobretodo, del propio alumnado como mediador en los problemas

    entre iguales (Brandoni, 1999; Boqu, 2002, 2003, 2005).

    240

    2.6. La complejidad desde la racionalidad

    Las personas pensamos porque somos seres racionales. En las

    ciencias sociales la racionalidad nos ayuda a comprender y a superar la

    complejidad del estudio de la sociedad, es decir, cmo han sucedido

    los acontecimientos y qu diversidad de factores han intervenido en

    ellos. En la educacin primaria la complejidad del conocimiento social

    debe abordarse en un ambiente de libertad participativa, favoreciendo

    la realizacin de preguntas, el establecimiento de hiptesis y la imagi-

    nacin de alternativas. De esta manera ayudaremos a desarrollar capa-

    cidades para la comprensin de la causalidad, la intencionalidad y el

    relativismo, que son los tres aspectos esenciales de la complejidad de la

    realidad social.

    Racionalidad

    Causalidad Intencionalidad Relativismo

    Complejidad

    Cmo podemos comprender la complejidad del mundo social?

    Cmo podemos aplicar nuestra racionalidad a la realidad social?

  • 241

    2.6.1. La racionalidad frente a la irracionalidad

    La racionalidad se opone a la irracionalidad porque favorece la

    convivencia entre las personas y la vida en sociedad, as como tambin

    nos acerca al conocimiento intelectual. La racionalidad es la capacidad

    de las personas para conocer la realidad que viven y para organizar su

    mundo, en funcin de sus necesidades e intereses, en convivencia con

    otras personas. Cuando se dejan de lado los valores democrticos, en-

    tonces, los comportamientos y las actitudes sociales son irracionales.

    La irracionalidad es la accin por la accin sin reflexin intelectual, es

    la negacin de la existencia de desacuerdos y del pensamiento crtico

    (Eco, 1998, 50). La racionalidad nos lleva a la reflexin sobre las rela-

    ciones humanas y sobre las organizaciones sociales. Situarse ante un

    acontecimiento social implica la comprensin de su complejidad.

    Comprender el mundo que nos rodea es difcil porque los factores

    que intervienen son de origen o de naturaleza diversa. En las ciencias

    sociales la complejidad de los problemas comienza en la misma identi-

    ficacin del problema, despus, en la definicin de los datos esenciales

    para resolverlo, por ltimo, en la eleccin de las posibles soluciones.

    Ante los problemas histricos, por ejemplo, nos planteamos una serie

    de cuestiones que no siempre son fciles de responder: cmo suce-

    di?, qu factores intervinieron? Estas preguntas confirman la com-

    plejidad del conocimiento histrico. Esta complejidad se puede abor-

    dar proponiendo un anlisis que favorezca la construccin en el alum-

    nado de un juicio personal consciente, que atienda a las diversas pers-

    pectivas de la racionalidad humana: por qu?, con qu intencin?,

    pudo ser de otra manera? Esta es tambin la funcin del profesorado,

    242

    la de descodificar la complejidad social de la realidad, mostrando al

    alumnado las posibilidades de su racionalidad.

    Frente a su entorno social hemos de ensear al alumnado a pro-

    gresar en sus inquietudes por saber:

    a) preguntar el por qu de los hechos o situaciones sociales

    (causalidad);

    b) interpretar los comportamientos en funcin de las inten-

    ciones y de las consecuencias (intencionalidad);

    c) reconocer distintos puntos de vista, en ocasiones contradic-

    torios, del mismo hecho (relativismo).

    2.6.2. La causalidad

    En los nios y nias existe una inquietud natural por saber el por

    qu de las actuaciones individuales o colectivas, por lo tanto, en la en-

    seanza de las ciencias sociales podremos fomentar o, al contrario, li-

    mitar el desarrollo del pensamiento causal. La pregunta por qu? pa-

    rece estar unida a la curiosidad de la infancia. Realizar preguntas co-

    rresponde a una reaccin natural de las personas, para comprender lo

    ms simple o cuando se encuentran ante un medio complejo y en con-

    tinua transformacin, como es el caso de nuestra sociedad actual.

    La realizacin correcta de preguntas es un aprendizaje que debe

    inducirse desde la enseanza de las ciencias sociales, presentando los

    temas de forma adecuada. En primer lugar, es necesario fomentar la

    explicacin causal espontnea por parte del alumnado para, despus y

    progresivamente, presentar las contradicciones de dichas explicacio-

  • 243

    nes, matizarlas o rehacerlas y acabar con conclusiones ms o menos

    elaboradas. Veamos un posible esquema de este proceso.

    Para favorecer el aprendizaje de explicaciones causales el profeso-

    rado debe seguir un proceso comunicativo, que ayude al alumnado a

    construir el conocimiento social de forma estructurada (Pozo, 1987).

    APRENDIZAJE DE LAS EXPLICACIONES

    CAUSALES

    CUESTIONAMIENTO Presentacin por parte del profesorado de la cuestin a

    estudiar, aproximando la problemtica a las experiencias reales del alumnado

    Estructura, ideas bsicas del proceso a seguir

    PREGUNTAS COMUNES DEL

    ALUMNADO El alumnado debe plantear preguntas con libertad, demos-trando su inters por aprender y su inquietud por saber qu

    sucede a su alrededor

    RESPUESTAS ESPONTNEAS DEL

    ALUMNADO Debemos dar al alumnado la posibilidad de ofrecer res-

    puestas a las preguntas realizadas por nios o nias, en el proceso de aprendizaje entre iguales

    CONSTRUCCIN DE LAS EXPLICACIONES

    CAUSALES

    Finalmente, es necesario realizar las explicaciones causa-les aplicando lo que hemos debatido y dando una respues-ta razonada a las diferentes preguntas, como introduccin

    a la causalidad mltiple

    PLANTEAMIENTO DE CONTRADICCIONES Y EVALUACIN DE LOS

    FACTORES

    El profesorado debe mostrar las contradicciones de las conjeturas del alumnado, destacar los factores ms impor-tantes y sealar la existencia de factores irrelevantes en

    cada caso

    APORTACIN DE INFORMACIN

    COMPLEMENTARIA Y REFORMULACIN DE

    LAS PREGUNTAS

    En este punto debe facilitarse la informacin necesaria para que el alumnado construya sus explicaciones causa-

    les, partiendo de las ideas previas y a travs de actividades

    244

    La causalidad en ciencias sociales presenta una mayor dificultad que

    en otras reas de conocimiento, ya que el funcionamiento de la socie-

    dad no responde a leyes naturales ni a datos fijos cuantificables. Para

    Pozo y Carretero (1989) existen tres componentes en las explicaciones

    causales de los expertos: a) principios; b) reglas de inferencia; c) y, teo-

    ras.

    a) Los principios o leyes generales de la causalidad se domi-

    nan en los primeros aos de la vida: la misma causa repite

    el mismo efecto, la causa precede al efecto o es simultnea,

    la causa es una condicin necesaria para el efecto, la causa

    provoca el efecto.

    b) Las reglas de inferencia nos permiten escoger las pruebas

    de que disponemos para dar la explicacin ms adecuada.

    Son la base del pensamiento cientfico como pensamiento

    hipottico-deductivo, comn a otras reas de conocimien-

    to.

    c) Las teoras causales estn muy relacionadas con las reglas

    de inferencia, ya que stas no se pueden aplicar en muchas

    ocasiones si no tenemos determinadas ideas sobre los

    hechos sociales que estamos estudiando. stas ideas con-

    forman las teoras que nos permiten seleccionar las fuen-

    tes, combinarlas y construir nuestras explicaciones causa-

    les. Por este motivo sabemos que las reglas de inferencia y

    las teoras deben ensearse al mismo tiempo, es decir, el

    aprendizaje conceptual debe ser paralelo al aprendizaje

    procedimental, tanto para plantear preguntas como para

  • 245

    dar respuestas en el proceso de construccin del conoci-

    miento social.

    La comprensin de la causalidad mltiple presenta una gran difi-

    cultad en la escuela primaria (Piaget y Garca, 1973; Liceras, 1997), su

    dominio permite iniciarse en el conocimiento social explicativo, super-

    ando la simple descripcin de los acontecimientos observables. Es evi-

    dente que el paso de la mera relacin causa-efecto a la construccin de

    la multicausalidad requiere, en la educacin primaria, un proceso co-

    mo el que se ha descrito anteriormente, donde se da la oportunidad al

    alumnado de plantear preguntas y no slo de dar respuestas inducidas

    por el profesorado. Aparece en este proceso una dificultad aadida,

    nos referimos a la deteccin de los factores relevantes e irrelevantes, es

    decir, diferenciar la informacin importante de la accesoria. En este

    sentido, son importantes las actividades que permitan al alumnado

    ejercitarse en la valoracin de las causas (Hernndez, Ordeix y Santa-

    cana, 1992), que puedan evaluar la calidad o la validez de los factores

    que intervienen en un acontecimiento social, distinguiendo aquellas

    variables ms importantes o decisivas de otras ms superficiales o, in-

    cluso, de las informaciones intiles para el tema que se est estudian-

    do. La explicacin causal debe responder a unas reglas de construccin

    lgica.

    2.6.3. La intencionalidad

    Adems de una explicacin causal existe tambin una explicacin

    intencional sobre los hechos sociales, que atiende a las consecuencias y

    246

    que describe las finalidades que se perseguan al provocarlos o favore-

    cerlos (Loste, 1997). Para la explicacin intencional debemos tener en

    cuenta tres elementos:

    a) analizar los efectos de los acontecimientos o de los cambios

    sociales que han tenido lugar;

    b) juzgar a los protagonistas que los provocaron, segn sus

    pretensiones;

    c) comparar las distintas interpretaciones de los hechos, ya

    sean de las personas implicadas o de observadores exter-

    nos, como socilogos, historiadores, etc.

    La intencionalidad es la caracterstica fundamental del conoci-

    miento social frente a otros tipos de conocimiento no social, del mundo

    fsico o lgico-matemtico, por este motivo es muy importante su en-

    seanza (Enesco, Delval y Linaza, 1989). Las dificultades de su com-

    prensin y de su elaboracin original son considerables, pero en la

    educacin primaria deben sentarse las bases de su aprendizaje, en la

    medida que los nios y nias pueden acceder a determinados tipos de

    preguntas sobre sus condicionantes. La intencionalidad viene marcada

    por la presencia de tres categoras de comprensin del mundo social en

    la infancia, que hacen referencia a los siguientes aspectos, segn Turiel

    (1989):

    ... los conceptos que el nio tiene de la persona, de la personalidad, de s mismo y de la identidad (...).

    ... los conceptos del individuo respecto a cmo interacta la gente, o cmo se relaciona de manera sistemtica entre s (...).

    ... a los juicios morales prescriptivos respecto a cmo debe comportarse la gente entre s (Turiel, 1989, 59).

  • 247

    La enseanza de la explicacin intencional tiene un componente

    de aprendizaje de valores muy importante (Pags, 1997, 152). Por un

    lado, al realizar nuestras explicaciones, ejecutamos juicios sobre los

    hechos sociales. Por otro lado, cuando analizamos otras explicaciones,

    necesitamos valorar la tica de sus interpretaciones. La mxima com-

    plejidad del anlisis de la intencionalidad es la que tiene en cuenta las

    interpretaciones diferentes o divergentes de los mismos hechos socia-

    les, es decir, los intereses o las finalidades de los propios estudiosos en

    la construccin del conocimiento social.

    El trabajo en el aula sobre las explicaciones intencionales requiere

    la aplicacin del pensamiento reflexivo, intentando situar al alumnado

    en diversos ngulos de visin para su anlisis, para elaborar la propia

    interpretacin intencional. De esta manera, abarcando los diferentes

    aspectos de la intencionalidad, el alumnado construye un mapa se-

    mntico sobre las diferentes temticas sociales. Como la causalidad la

    intencionalidad tambin requiere la realizacin de preguntas, pero de

    una ndole diferente, destinadas a obtener un conocimiento distinto.

    En la escuela primaria la explicacin intencional debe introducirse de

    manera muy pautada. Veamos una posible estructuracin de las cues-

    tiones que se plantean en la explicacin intencional.

    248

    Es necesario inducir la curiosidad del alumnado hacia las cuestio-

    nes esenciales, para formar su pensamiento social:

    a) las consecuencias;

    b) las pretensiones de los protagonistas;

    c) las vivencias de los afectados;

    d) las interpretaciones y sus contradicciones;

    e) el propio pensamiento, ideas y experiencias;

    f) la construccin de nuestras propias opiniones y juicios.

    Quines son los protagonistas y qu

    pretenden o qu pretendan con sus

    actos?

    Cules son las consecuencias sociales?

    Quines son los afectados y qu piensan o qu

    pensaron?

    Qu interpretaciones se han realizado de los

    hechos sociales?

    Qu posturas enfrentadas defienden

    cada una de las interpretaciones?

    Cul es nuestra interpretacin y nuestro juicio sobre la temtica?

    ESTRUCTURACIN DE LAS

    EXPLICACIONES INTENCIONALES

    Quines son los protagonistas y qu

    pretenden o qu pretendan con sus

    actos?

    Cules son las consecuencias sociales?

    Quines son los afectados y qu piensan o qu

    pensaron?

    Qu interpretaciones se han realizado de los

    hechos sociales?

    Qu posturas enfrentadas defienden

    cada una de las interpretaciones?

    Cul es nuestra interpretacin y nuestro juicio sobre la temtica?

    ESTRUCTURACIN DE LAS

    EXPLICACIONES INTENCIONALES

  • 249

    2.6.4. El relativismo

    Una de las funciones ms importantes del profesorado que ha de

    ensear ciencias sociales en la educacin primaria, es asegurar el uso

    de la racionalidad en el alumnado, para aprender a contextualizar los

    conocimientos geogrficos, histricos, artsticos, etc. La comprensin

    de la realidad social vara segn las coordenadas espacio y tiempo, es

    decir, comprendemos el relativismo en las ciencias sociales porque las

    ideas tienen como funcin explicar una determinada forma de vida,

    son tiles en un determinado contexto, pero pueden no serlo en un

    medio diferente o en otro tiempo histrico. Las concepciones persona-

    les, las ideas cientficas o religiosas, culturales o tnicas, condicionan la

    interpretacin del mundo social.

    No debemos confundir el relativismo con la incertidumbre.

    Cuando el conocimiento social puede adoptar formas diferentes o,

    tambin, cuando un problema social tiene varias soluciones, debemos

    favorecer la reflexin y el debate, es decir, el relativismo no debe dar

    lugar a la inhibicin ante los conflictos, sino potenciar las actitudes

    democrticas. Para Benejam y Quinquer (1998) el relativismo en el co-

    nocimiento social es una oportunidad de pensar en el cambio social.

    El conocimiento social es un conocimiento relativo, que admite diversas respuestas y que hace posible pensar en un mundo y en una sociedad diferentes y, tambin, en un mundo mejor. (Benejam/Quinquer, 1998, 235).

    El relativismo implica la aceptacin de la existencia de puntos de

    vista diferentes, por lo que favorece el aprendizaje de la diversidad y

    de la cooperacin. En este sentido, el relativismo debe asumirse como

    un aspecto del conocimiento social que nos conduce hacia el contraste

    250

    de opiniones y el dilogo, que nos permite imaginar alternativas sobre

    el futuro. La realidad cambia en el tiempo y tambin vara en el espa-

    cio, segn las culturas. Por otro lado, en la reflexin sobre la propia

    realidad cotidiana se hace evidente la existencia de puntos de vista di-

    ferentes, contradictorios. La capacidad para contrastar dos informacio-

    nes distintas sobre un mismo hecho social, requiere el diseo de acti-

    vidades especficas (Asensio, Carretero y Pozo, 1986). El relativismo

    puede favorecer la participacin del alumnado en el dilogo, desarro-

    llar capacidades para la empata y construir una opinin propia.

  • 251

    2.7. La formacin del pensamiento social

    Qu significa ensear a pensar? Qu diferencia existe entre las

    capacidades para pensar y la inteligencia? Existe un slo tipo de pen-

    samiento o varios? Cada rea de conocimiento requiere unas habili-

    dades especficas de pensamiento? Por ltimo, nos interesa tambin si

    la formacin del pensamiento est relacionada en exclusiva con el pen-

    samiento intelectual o cientfico, o lo podemos aplicar tambin a las

    experiencias relacionadas con la vida cotidiana. Segn Maclure y Da-

    vies (1994):

    Formularse la pregunta aparentemente sencilla se puede ensear a pen-sar? es preguntarse si existen formas especiales de pensamiento. Se trata de la calidad del pensamiento: hay maneras de ensear a los nios y a los adultos a pensar y razonar con mayor eficacia? Y si es as cules son los mejores mtodos para lograrlo en distintas circunstancias?

    El trmino pensar abarca una amplia gama de actividades cerebrales. En un extremo del espectro estn las especulaciones filosficas; en el otro, los cono-cimientos corrientes requeridos para cumplir las tareas mnimas de una existen-cia rutinaria. En una jerga moderna, antes de poder iniciar una discusin signi-ficativa hay que liberar la palabra pensar. (Maclure y Davies, 1994, 12).

    Podemos distinguir tres enfoques en el estudio sobre la formacin

    del pensamiento.

    a) Un primer enfoque defiende el aprendizaje de tcnicas es-

    pecficas, con actividades concretas, independientes de las

    materias del programa escolar. Prcticamente, la forma-

    cin del pensamiento se convierte en una asignatura. Es el

    caso, por ejemplo, de los programas de aprendizaje de es-

    trategias para el estudio o para el entrenamiento de la

    memoria.

    252

    b) Un segundo enfoque, considera la necesidad de que todo

    el programa escolar tenga como objetivo fundamental la

    formacin del pensamiento y, por lo tanto, que cada rea

    de conocimiento incorpore estrategias en esa direccin,

    que presente los materiales consiguientes y que cambie los

    planteamientos de evaluacin. Un ejemplo es el progra-

    ma de filosofa 6/18 de Lipman (1991, Lipman, Sharp y

    Oscanyan, 1998). Tambin lo podra ser, en un contexto

    adecuado, el programa Historia 13/16 para el pensamien-

    to histrico o el programa de Ciencia 6/12 para el pensa-

    miento cientfico-experimental.

    c) La tercera perspectiva, corresponde a las teoras sobre el

    aprendizaje de la psicologa cognitiva. El trabajo ms im-

    portante es el realizado por Howard Gardner sobre las in-

    teligencias mltiples, donde se describen siete tipos de in-

    teligencias: lingstica, lgico-matemtica, espacial, musi-

    cal, cintico-corporal, interpersonal e intrapersonal (Gard-

    ner, 1995).

    La formacin del pensamiento social es una de las finalidades ms

    importantes de la enseanza de las ciencias sociales, ya que ayuda a

    los nios y nias a entender mejor su realidad y a intervenir en ella pa-

    ra mejorarla. La adquisicin progresiva del pensamiento social crtico-

    creativo presenta dos grandes dificultades. La primera hace referencia

    a la aceptacin de la persona a revisar sus convicciones, como afirma

    Tulchin (1987):

  • 253

    significa que la persona debe estar en disposicin de revisar sus creen-cias y sus actitudes actuales y a considerar otros puntos de vista (Tulchin, 1987, 241).

    Por otro lado, deben superarse los estereotipos sociales que, como

    se demuestra en algunas investigaciones, parecen mantenerse a lo lar-

    go de toda la escolaridad obligatoria (Gardner, 1996). El pensamiento

    social es un aspecto esencial para el aprendizaje de una cultura demo-

    crtica. En esta lnea, la formacin del pensamiento debe basarse en

    problemticas reales (Khon, 1989), cercanas al alumnado, debe ser un

    aprendizaje funcional, til en su vida cotidiana. Este planteamiento

    tambin es la base para la introduccin progresiva de contenidos dis-

    ciplinares, que ayuden a convertir el saber vulgar del alumnado en co-

    nocimiento intelectual.

    Una de las metas ms importantes de la formacin del pensamien-

    to social es la preparacin del alumnado para intervenir en la vida. In-

    tervenir desde la racionalidad, para solucionar problemas, lo que re-

    quiere la formacin del pensamiento crtico y creativo, y capacidades

    para la toma de decisiones. La reflexin, la comunicacin y la accin

    social, requieren el procesamiento de la informacin, es decir, la obten-

    cin, el tratamiento de las fuentes y la sntesis, que permita la transmi-

    sin de lo que se h