el coleccionismo de los duques de medinaceli: joyas

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EL COLECCIONISMO DE LOS DUQUES DE MEDINACELI: JOYAS ADQUIRIDAS POR JULIÁN PASTOR EN LA SUBASTA PÚBLICA DEL TESORO DEL PILAR (1870) THE COLLECTING OF THE DUKES OF MEDINACELI: JEWELS PURCHASED BY JULIÁN PASTOR IN THE PUBLIC AUCTION FROM THE TREASURY OF THE VIRGIN OF THE PILLAR (1870) CAROLINA NAYA FRANCO Universidad de Zaragoza (España) [email protected] Resumen: En el año 1870 se subastaron públicamente varios centenares de alhajas del Tesoro de la Virgen del Pilar de Zaragoza. La recaudación de la venta se destinó a sufragar las obras del templo, tras varios intentos fallidos por recaudar fondos. Entre los compradores que acudieron a comprar joyas históricas figuraba Julián Pastor, catedrático de la Universidad zaragozana, que adquirió piezas en nombre del XV duque de Medinaceli. Pastor pujó en la venta por diez alhajas variadas: algunas databan del Siglo de Oro y eran joyas clásicas de la devoción española, pero también adquirió ejemplares de inspiración naturalista, característicos de la moda coetánea europea. Todas estas piezas están descritas en la documentación zaragozana y deben conservarse entre los descendientes del legado Medinaceli. Palabras clave: coleccionismo, joyas, subasta, Virgen del Pilar, Zaragoza. Abstract: Several hundred of jewels from the Treasury of the Virgin of the Pillar of Saragossa were auctioned in 1870. These funds were destined to defray the expenses of the works of the temple, after several unsuccessful attempts to obtain them. Among the international buyers who came to purchase historical jewels was Julián Pastor, a full-time professor at university in Saragossa, who acquired some pieces in the name of the XV Duke of Medinaceli. Pastor bid for ten jewels of different kind: some dating from the Golden Age that were classic jewels of Spanish devotion, but also of naturalistic inspiration, characteristics of contemporary fashion European. All these jewels are described in the Saragossa documentation and must be preserved among the descendants of Medinaceli's legacy. Keywords: collecting, jewels, auction, Virgin of the Pillar, Saragossa. 148

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Page 1: EL COLECCIONISMO DE LOS DUQUES DE MEDINACELI: JOYAS

EL COLECCIONISMO DE LOS DUQUES DE

MEDINACELI: JOYAS ADQUIRIDAS POR JULIÁN

PASTOR EN LA SUBASTA PÚBLICA DEL TESORO DEL

PILAR (1870)

THE COLLECTING OF THE DUKES OF MEDINACELI: JEWELS

PURCHASED BY JULIÁN PASTOR IN THE PUBLIC AUCTION

FROM THE TREASURY OF THE VIRGIN OF THE PILLAR (1870)

CAROLINA NAYA FRANCO

Universidad de Zaragoza (España)

[email protected]

Resumen: En el año 1870 se subastaron públicamente varios centenares de alhajas del

Tesoro de la Virgen del Pilar de Zaragoza. La recaudación de la venta se destinó a sufragar

las obras del templo, tras varios intentos fallidos por recaudar fondos. Entre los

compradores que acudieron a comprar joyas históricas figuraba Julián Pastor, −catedrático

de la Universidad zaragozana−, que adquirió piezas en nombre del XV duque de

Medinaceli. Pastor pujó en la venta por diez alhajas variadas: algunas databan del Siglo de

Oro y eran joyas clásicas de la devoción española, pero también adquirió ejemplares de

inspiración naturalista, característicos de la moda coetánea europea. Todas estas piezas

están descritas en la documentación zaragozana y deben conservarse entre los

descendientes del legado Medinaceli.

Palabras clave: coleccionismo, joyas, subasta, Virgen del Pilar, Zaragoza.

Abstract: Several hundred of jewels from the Treasury of the Virgin of the Pillar of

Saragossa were auctioned in 1870. These funds were destined to defray the expenses of the

works of the temple, after several unsuccessful attempts to obtain them. Among the

international buyers who came to purchase historical jewels was Julián Pastor, a full-time

professor at university in Saragossa, who acquired some pieces in the name of the XV Duke

of Medinaceli. Pastor bid for ten jewels of different kind: some dating from the Golden

Age that were classic jewels of Spanish devotion, but also of naturalistic inspiration,

characteristics of contemporary fashion European. All these jewels are described in the

Saragossa documentation and must be preserved among the descendants of Medinaceli's

legacy.

Keywords: collecting, jewels, auction, Virgin of the Pillar, Saragossa.

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Page 2: EL COLECCIONISMO DE LOS DUQUES DE MEDINACELI: JOYAS

Introducción: la dispersión del Tesoro del Pilar

La colección de alhajas de la Virgen del Pilar se cercenó penosamente en el

transcurso del siglo XIX, debido fundamentalmente a dos sucesos históricos: el primer

golpe sufrido en el Joyero fue el expolio durante la invasión francesa (1809-1811), cuando

diecinueve de sus más fabulosas alhajas y varias piedras preciosas fueron sustraídas en el

Segundo Sitio de Zaragoza. No obstante, el segundo y más duro lastre para su conservación

fue sin lugar a dudas la subasta pública de alhajas de 1870, donde exceptuando las coronas

históricas y algunas otras piezas que se reservaron de la venta por motivos litúrgicos y no

artísticos, se remató y dispersó prácticamente todo el ajuar de la Virgen1

. En cualquier caso,

la recaudación de esta venta se destinó, tal y como se detalla en las Actas Capitulares,2

a

concluir las obras del templo del Pilar que se venían arrastrando durante varios siglos. La

dura determinación de vender las joyas de la Virgen se tomó tras varios intentos fallidos

por percibir fondos, pero conllevó la finalización del templo que pudo, por fin, consagrarse

en 1872, tan solo dos años después de la subasta.

Letizia Arbeteta expresó que, a raíz de esta venta y de los escritos del erudito e

hispanista barón Davillier (1823-1883), comenzó a valorarse la joyería española3

. La subasta

de 1870 puso numerosas e importantes alhajas en circulación; donadas por la monarquía

y nobleza española pero también por personalidades europeas y americanas, la

documentación conservada nos permite, en algunos casos, definirlas en nuestro imaginario

con bastante precisión, ya que periódicamente se recogen y describen de nuevo entre los

inventarios de la Santa Capilla; no obstante, las joyas hoy localizadas ratifican la

internacionalidad de la devoción a la Virgen del Pilar desde fechas tempranas4

.

De cualquier modo, a Madrid llegaron piezas muy relevantes procedentes de esta

venta, como las que aquí referimos adquiridas por Julián Pastor, que compró diez alhajas

1

Sobre estas cuestiones y las piezas que todavía se conservan en el ajuar de la Virgen: NAYA FRANCO,

Carolina: El Joyero del Pilar. Historia de una colección de alhajas europeas y americanas. Zaragoza, 2019.

Otra publicación monográfica se está ultimando en torno a las piezas dispersas que proceden del Pilar, como

las que referimos aquí, repartidas por Europa: NAYA FRANCO, Carolina: El Tesoro disperso del Pilar.

Zaragoza, 2020, en prensa. Este artículo se enmarca entre las iniciativas del grupo de investigación

consolidado Artífice (Cod.248-158), liderado por la catedrática Carmen Morte García, cofinanciado entre el

Gobierno de Aragón y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional. 2

A.C.P., (Archivo Capitular del Pilar), Actas del Ilustrísimo Cabildo de la Santa Iglesia Metropolitana de

Zaragoza, 1870, siendo secretario Don Narciso Ena, canónigo doctoral, p. 27 y ss.; A.C.S.Z., (Archivo

Capitular de la Seo de Zaragoza), Actas del Ilustrísimo Cabildo de la Santa Iglesia Metropolitana de Zaragoza,

1870, siendo secretario Don Narciso Ena, canónigo doctoral, p. 27 y ss. 3

ARBETETA MIRA, Leticia: “La joyería: manifestación suntuaria de los dos mundos” en El oro y la plata

de las Indias en época de los Austrias. Madrid, 1999, p. 425. 4

NAYA FRANCO, Carolina: “Joyas zaragozanas en el V&A Museum” en La Historia del Arte desde Aragón:

jornadas de investigadores predoctorales (2014, Daroca). Zaragoza, 2016, pp. 87-95.

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en representación del duque de Medinaceli. El representante de los duques se cita en la

documentación pilarista como Catedrático de la Universidad Literaria zaragozana. Además

de Pastor, también hicieron interesantes adquisiciones otros compradores madrileños;

según el acto público de la subasta, el tasador de la venta Ignacio Miró compró piezas para

él y en nombre de un caballero parisino, y otros remates interesantes fueron a parar a

Madrid a cargo de Rufino Robles, Benito Garriga, la pintora catalana Concepción Miró de

Amerigó o los señores Olmo, Gil y compañía5

.

Los compradores madrileños invirtieron en las treinta y una joyas que adquirieron

394.214 reales con sesenta céntimos, pero 371.994,20 fue lo que gastaron entre un joyero

que debía tener prestigiosa clientela -de nombre Rufino Robles (222.787,10)-, Julián Pastor

para el duque (85.787,10) e Ignacio Miró (63.420). La mayoría de joyas que adquirieron

tenían naturaleza civil, pero también llegaron a Madrid piezas devocionales o religiosas

importantes, como las adquisiciones de Benito Garriga. Quizás el único comprador

“profesional” de los madrileños fuese Julián Pastor, siendo el resto particulares (que

compraron para sí mismos) o joyeros, aunque algunas de estas alhajas rematadas han

terminado finalmente en instituciones públicas, a través de “agentes” y del mercado

secundario. Algunos ejemplares tenían mucho valor crematístico, pero también hubo otros

modestos, simples recuerdos adquiridos por devoción a la Virgen.

Joyas para los duques de Medinaceli

Las piezas que remató Pastor deben continuar todavía entre los descendientes de

la Casa Ducal de Medinaceli. Tal y como nos relató el Director General de la Fundación

Casa Ducal,6

los herederos del patrimonio mueble de Medinaceli han sido muy numerosos

desde la subasta zaragozana de 1870 ya que, precisamente en 1873 comenzó una división

entre seis hermanos que se complicó con numerosas herencias entre sus respectivos

descendientes. No obstante, una parte principal -aunque disminuida- de todo el legado

mueble de Medinaceli, hoy la posee la Fundación Casa Ducal, ya que la XVIII duquesa

consiguió revertir algunas de aquellas divisiones.

En cualquier caso, suponemos que algunas de las alhajas que fueron adquiridas por

el zaragozano Julián Pastor en 1870 para el XV duque de Medinaceli Luis Tomás

5

El acto público fue autorizado y legitimado por el notario Basilio Campos y Vidal. Se conserva una copia

simple del mismo en el Fondo Documental Histórico de la Biblioteca de las Cortes de Aragón (D239). 6

Agradecemos a Juan Manuel Albendea Solís, Director General de la Fundación Ducal de Medinaceli esta

información. También agradecemos las indicaciones de Antonio Sánchez González, Archivero de la Casa

Ducal hasta el año 2000.

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Page 4: EL COLECCIONISMO DE LOS DUQUES DE MEDINACELI: JOYAS

Fernández de Córdoba, ya sea unidas o desgajadas entre sus parientes, continuarán, a día

de hoy, bien siendo fondos de la Casa Ducal con sede principal en la sevillana Casa de

Pilatos, o bien formando parte del complejo legado Medinaceli. Desconocemos en qué

punto se encuentra la resolución de la herencia de Victoria Eugenia Fernández de Córdoba

y Fernández de Henestrosa, también conocida como Mimi Medinaceli (+2013), que fue la

creadora de la fundación que actualmente preside Ignacio de Medina y Fernández de

Córdoba, su primogénito y también duque de Segorbe. No obstante, y aunque

descripciones de las joyas en el catálogo de la subasta son realmente parcas, si en última

instancia fuera posible localizar y estudiar estas alhajas del legado Medinaceli, es posible

que las piezas pudieran rastrearse entre los inventarios zaragozanos, lo que permitiría saber

en qué momento se ofrecieron al Pilar o quiénes fueron sus donantes. El estudio y análisis

de estas joyas conllevaría comprender las piezas en su verdadero contexto cultural, además

de legitimar su trazabilidad histórica.

A pesar de la sequedad de las fuentes, la somera documentación generada a partir

del acto público recoge que el catedrático de la Universidad de Zaragoza Julián Pastor

adquirió diez piezas en nombre del duque; en este caso Luis Tomás Fernández de Córdoba

Ponce de León (1813-1873) (Fig. 1). El duque, del que también se conserva otro retrato en

la Fundación siendo niño por Agustín Esteve, había casado en 1848 con Ángela Apolonia

Pérez de Barradas y Bernuy, I duquesa de Denia (1827-1903) (Fig. 2).

Las joyas que adquirió el Catedrático zaragozano debían ser para la colección de

los duques, ya que pujó por diez alhajas de naturaleza y condición variada que datarían de

entre la segunda mitad del Siglo XVI y la primera mitad del Siglo XIX.

Cabe mencionar que Pastor no se comportó como otros compradores, dealers o

eruditos profesionales que, aunque maliciosamente discretos, podemos documentar en la

venta: en primer lugar, se identificó con toda naturalidad como catedrático y representante

del aristócrata, y en segundo, parecía cumplir con sus obligaciones “por compromiso” o de

forma onerosa, pero en todos los casos, de manera despreocupada. De su modo de

proceder en la subasta, se puede intuir bien que el duque de Medinaceli no tenía muy

definida su colección y que simplemente la engrosaba “atesorando piezas”, o bien que se

fiaba “a ciegas” del criterio de su representante en la venta zaragozana: por un lado, Pastor

permaneció en la venta tan solo los dos primeros días y ya no volvió hasta el sexto; y por

otro, adquirió bastantes joyas devocionales con ostensibles diferencias tanto cronológicas

como cualitativas, además de otros tantos ejemplares civiles con diamantes, guarnecidos en

plata, pero también –según el tasador Miró- con gemas de imitación o naturaleza sintética.

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Page 5: EL COLECCIONISMO DE LOS DUQUES DE MEDINACELI: JOYAS

De cualquier modo, destacan dos de las diez alhajas que adquirió el zaragozano

para el aristócrata, que fueron consideradas por Miró como “artísticas” frente al resto de

piezas, sobre todo porque databan de los Siglos de Oro de la joyería española7

. El tasador

había considerado la antigüedad como criterio unívoco para distinguir algunas joyas del

catálogo sobre el resto de alhajas. Pastor adquirió estos dos ejemplares artísticos para el

duque el segundo día de la venta, y en ellos invirtió respectivamente 5.355 y 1.575 reales.

Se trataba, en primer lugar, de un relicario de cristal de roca con adornos de oro esmaltado

con “trabajo del siglo XVI imitando al de Benvenuto Cellini”,8

y en segundo, de un pectoral

de oro esmaltado con amatistas y perlas, remachadas o pinjantes9

. La cruz pectoral era, por

lo tanto, una de las denominadas como “ricas”, siendo la otra joya artística un agnus,

seguramente aovado, de los denominados en la documentación zaragozana “a dos haces”,

porque contenía una devoción por cada uno de los lados bajo el cristal (cuarzo hialino

incoloro y transparente), un material que se importaba desde Milán y en el lugar de

recepción se guarnecían en oro esmaltado las más típicas devociones (o las más personales,

si se hacía por encargo). Miró no realizó excesivos alardes de elocuencia en el catálogo;

que el especialista atribuyera esta joya al famoso orfebre florentino ratifica la pericia de su

manufactura.

El mismo día de venta, a continuación, Pastor adquirió un “ramo de brillantes

montados al aire sobre plata” que, según la copia del acto público y el catálogo de Miró,

había donado al Joyero de la Virgen del Pilar doña Juana de Rabasa, mujer de Miguel

Cayetano Soler que fue ministro de hacienda de Carlos IV10

. Sin embargo, hoy sabemos

con certeza que Miró se equivocó en el catálogo y consecuentemente el notario en el acto

7

En orden de adquisición en el protocolo notarial fueron las numeradas como 1, 5, 47, 51, 63, 69, 77, 312,

313, 314. Respectivamente, en el catálogo de la venta eran las 8, 35, 451, 494, 22, 232, 243, 263, 265, 110.

El catálogo se publicó en español y en francés y además se reeditó en 1960: Catálogo de las alhajas de la

Santísima Virgen del Pilar de Zaragoza que con la debida autorización se enagenan en pública subasta para

la continuación de las obras del mismo Santo Templo Metropolitano. Zaragoza, 1870; Catálogo de las alhajas

de la Santísima Virgen del Pilar de Zaragoza, que con la debida autorización se enajenan en pública subasta

para la continuación de las obras del Santo Templo Metropolitano. Zaragoza, 1960; Catalogue des Bijoux de

la Très Sainte Vierge del Pilar de Saragosse lesquels avec l´autoration compétente serontt mis en adjudication

publice pour la continuation des travaux de ce Temple Métropolitain. Madrid, 1870. 8

Sobre estas joyas en cristal de roca: NAYA FRANCO, Carolina: “Joyas-relicario: agnus aovados a dos haces

y otros detentes” En Supra Devotionem: Reliquias, cultos y comportamientos colectivos a lo largo de la

historia. Zaragoza, 2019, pp. 218-230. 9

Podría ser similar a la flordelisada de amatistas conservada en el V&A Museum (344/1870) preparada para

pinjar perlas abarrocadas en los extremos http://collections.vam.ac.uk/item/O126328/pendant-cross-

unknown/ (Consultado el 20-09-2019), o a la que se conserva en el Museo del Bargello, que debe ser

española. Sobre esta última y un ejemplar similar al italiano en la catedral de San Pedro de Jaca, con perlas

remachadas en las intersecciones de los brazos, pero también pinjantes en los extremos: NAYA FRANCO,

Carolina: Joyas y alhajas del Altoaragón: esmaltes y piedras preciosas de ajuares y tesoros históricos.. Huesca,

2017, pp. 76-77. 10

Era la pieza subastada en orden de la subasta como el número 63 (nº 22 del catálogo).

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Page 6: EL COLECCIONISMO DE LOS DUQUES DE MEDINACELI: JOYAS

público de la subasta, ya que el bouquet que había sido legado al Pilar por Juana Rabasa y

se describe perfectamente en la documentación pilarista era un ejemplar en oro y plata

esmaltado anudado por un lazo azul, y fue finalmente adquirido por los representantes del

Victoria & Albert Museum11

.

El ramillete floral que finalmente llegó a la colección del duque de Medinaceli era

un ejemplar en el que no se identificaba el donante, y que por el mismo defecto en el acto

notarial Basilio Campos y Vidal adjudicó a Míster Chaffers (el representante del museo

londinense, entonces el South Kensington Museum)12

. De cualquier forma, Pastor pagó

por esta alhaja en forma de ramo 4.305 reales.

Ese mismo día de venta, el profesor remató para el duque otras dos piezas,

posiblemente del Siglo XVII, decoradas con perlas aljófar: “un rosario de oro con las

decenas en aljófar” y “un relicario de oro esmaltado” con la misma decoración de perlas

pequeñas “cosidas” o traspasadas, en cualquier caso, irregulares y abarrocadas enhiladas

“en oro tirado” (estirado)13

. Esta labor de bordado y fijado a la estructura se ha equiparado

a algunas labores bien llamadas “tradicionales”, sobre todo por sus formas, siendo la

manufactura de alguna de estas joyas en absoluto “popular”.

Sin embargo, el primer día de la subasta, el profesor había adquirido dos joyas de

naturaleza civil con diamantes tallados en brillante, en las que había invertido

respectivamente 34.778,10 y 34.125 reales. Fueron la primera y quinta pieza rematadas en

la venta; en concreto, un par de pendientes de brillantes “montados al aire” con perlas

aperilladas centrales y otro “ramo” en plata y diamantes montados “al aire” de inspiración

naturalista, cuyo diseño se formaba por tres grupos de espigas con dos plumas entrelazadas

y una flor con “tembleque”, o tembladera en su centro. Reproducimos a este respecto dos

dibujos de broches en forma de ramilletes florales con formas similares al ejemplar de los

Medinaceli, que se encuentran en un álbum en la Sala Goya de la Biblioteca Nacional: se

trata del diseño de un ramo anudado con un lazo, a partir de una flor seguramente en

tembleque en el centro aderezada con plumas y elementos a modo de “airones”

(DIB/14/29/58 nº 2) (Fig. 3), y de otra composición similar con lazada pero con varias

11

Sobre esta y otras joyas con formas florales denominadas “ramos” en España (y bouquets a los franceses, o

de inspiración francesa): NAYA FRANCO, Carolina: “Mazetas”, “primaveras”, “azuzenas”, claveles, ramos

y bouquets: joyas florales de las damas ilustradas europeas” Ars & Renovatio, 7, dedicado a las Actas del

Simposio Internacional: El lujo en las artes. Zaragoza, Centro de Estudios de Arte del Renacimiento, 2019,

pp. 470-492. 12

Subastado en orden con el número 44 que se referenció en el catálogo como nº 46. 13

Sobre las joyas con aljófar: NAYA FRANCO, Carolina: “Joyas barrocas del Museo de los Corporales de

Daroca: alhajas con “claveques” y aljófares donadas a Nuestra Señora del Patrocinio” Ars & Renovatio, 6,

2018, pp. 84-100, especialmente 93-98.

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Page 7: EL COLECCIONISMO DE LOS DUQUES DE MEDINACELI: JOYAS

flores de naturaleza variada que inserta para equilibrar el diseño tres espigas metálicas

(DIB/14/29/60) (Fig. 4). Estos ramilletes eran versátiles, en algunos casos desmontables y

se colocaban en el centro del escote, pero también como remate de los peinados.

Pastor ya no volvió a la venta hasta el sexto día, en que pujó por tres alhajas que se

subastaron seguidas y que apenas costaron, entre las tres, mil reales. Se trataba de dos

rosarios: uno de ellos de oro y el otro, de cuentas de vidrio azul, además de una sortija

lanzadera, con un vidrio morado (¿amatista?), orlado de diamantes.

En resumen, Julián Pastor compró muy heterogéneamente diez alhajas para los

duques; piezas mayoritariamente femeninas, pero tanto de naturaleza tanto civil como

religiosa, adornadas por diamantes, pero también por vidrios, y tanto de Época Moderna

como de Contemporánea.

Conclusiones

Queda pendiente abordar el estudio de dealers, marchantes y tratantes de artes

decorativas en el entorno del anticuariado y el coleccionismo madrileño durante el

controvertido reinado de Alfonso XIII. Resulta indicativo que la mayoría de los

zaragozanos que acudieron a la subasta pública de joyas pilaristas fueran compradores

ocasionales que adquirieron entre una y tres piezas como recuerdo o por devoción a la

Virgen del Pilar; no obstante, más o menos una docena de compradores remataron una

media de seis alhajas y algunos de los ejemplares considerados por Miró como artísticos

(históricos). Estos compradores zaragozanos “no ocasionales” eran profesionales,

marchantes e intelectuales que, como Julián Pastor, protagonizaban intercambios y

transacciones comerciales; se movían hábilmente entre coleccionistas y eruditos pues, bien

relacionados, configuraban redes cada vez más periféricas.

No nos ha sido posible identificar a todos estos personajes, pero algunos de estos

compradores zaragozanos profesionales o “no ocasionales” pueden rastrearse entre las

fuentes documentales y bibliográficas coetáneas a la venta; se repiten en el elenco de

sociedades eruditas y corporaciones locales, engrosando gran parte de la nómina de

intelectuales aragoneses. Muchos de ellos eran concejales y académicos que “manejaban”

las corporaciones locales,14

y también figuran como directivos o comisionados zaragozanos.

14

Varios de los nombres figuran como académicos de número que integran la Real Academia de Nobles y

Bellas Artes de San Luis en su segunda época (1850-1933); en CASTILLO GENZOR, Adolfo: La Real

Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis. Su pasado y su presente. Zaragoza, 1964, pp. 98-99.

También en los años de la subasta y la década siguiente pueden rastrearse tanto sus “altas” como las de sus

hijos, como miembros de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País; en CANELLAS

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Page 8: EL COLECCIONISMO DE LOS DUQUES DE MEDINACELI: JOYAS

Algunos eran senadores, profesores de la universidad como Pastor, brigadieres de servicio

y cuartel…; es decir, activos participantes y caldo de cultivo de la intelectualidad zaragozana,

que se conformó y nutrió en torno a la primera exposición en Aragón agrícola, industrial y

artística15

.

Muchos de los compradores zaragozanos fueron “ideólogos” y Junta Directiva de

la Exposición Aragonesa de 1868, formando parte de las distintas comisiones y jurados:

“compuesta de las autoridades superiores del orden civil, militar, eclesiástico y judicial”16

.

Sus nombres figuran también en la Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País,

que había nacido en 1776 con preocupaciones variadas en torno al progreso económico,

además de con directrices de índole cultural y artística, o, del mismo modo, en la Real

Academia de las tres Nobles Artes de San Luis, que bajo el patronato de la Sociedad

Económica había comenzado su actividad en 1793, absorbiendo a la zaragozana Escuela

de Dibujo. De entre todos estos personajes, numerosos, destacan dos personalidades con

papeles importantes dentro de la venta: don Alberto de Urriés y Bucarelli y Francisco

Fernández de Navarrete y Navarrete; ambos directores de la Sociedad Económica y la

Academia de San Luis respectivamente.

Pero, además, otros de estos personajes zaragozanos participaron en la exposición

de 1868 de modo independiente, como profesionales liberales. Eran eruditos, catedráticos

y académicos o funcionarios al servicio del estado, pero además nos interesan porque

figuran como marchantes y dealers: exponían piezas a la venta entre la lista de expositores.

Cabe mencionar a este respecto los nombres de Pablo Gil y Gil, Tomás Ximénez de

Embún o el de Francisco Zapater y Gómez. Julián Pastor, aunque no figuraba como

profesional en la exposición de 1868 entre el resto de eruditos marchantes, parece

representar al duque en la venta zaragozana como “agente”, de forma particular.

Ángel: Inventario del Archivo de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País. Zaragoza,

1988. 15

Sobre la exposición aragonesa de 1868 se conserva una documentación muy interesante en el fondo antiguo

de la Biblioteca General Universitaria de Zaragoza, sobre todo una memoria en la que se cierne su gestación

y los distintos participantes: Exposición aragonesa de 1868. Memoria leída en el acto solemne de la

distribución de premios. Zaragoza, 1871. Sobre el desarrollo de la misma y sus expositores, recomendamos

los fondos de la hemeroteca municipal del Palacio de Montemuzo, sobre todo el Catálogo General de la

exposición que se publica por acuerdo de la junta directiva. Zaragoza, 1868. 16

Junta directiva de la exposición aragonesa. Zaragoza, 1868, p. 2.

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Page 9: EL COLECCIONISMO DE LOS DUQUES DE MEDINACELI: JOYAS

Fig. 1. Retrato de Luis Tomás Fernández de Córdoba Ponce de León, José Casado del

Alisal, mediados del siglo XIX, Casa de Pilatos, cortesía de la Fundación Casa Ducal de

Medinaceli.

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Page 10: EL COLECCIONISMO DE LOS DUQUES DE MEDINACELI: JOYAS

Fig. 2. Retrato de Ángela Apolonia Pérez de Barradas, Federico Madrazo, 1854, Palacio

de Las Dueñas, cortesía de la Fundación Casa de Alba.

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Page 11: EL COLECCIONISMO DE LOS DUQUES DE MEDINACELI: JOYAS

Figs. 3-4. Bocetos de ramos y bouquets, cortesía de la BNE.

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