El circuito fluvial, la gran alternativa

El circuito fluvial, la gran alternativa a los circuitos por carretera

Si te apasiona viajar por Europa, descubrir bellos rincones históricos y

medievales, castillos y palacios, catedrales y museos, verdes paisajes y

caudalosos ríos navegables, pero a la vez preferirías ahorrarte los largos

trayectos en autocar y la incomodidad de cambiar de hotel casi a diario,

trasladando maletas arriba y abajo… claramente el crucero fluvial es tu mejor

opción.

Porque los cruceros fluviales son en realidad “circuitos” fluviales. Son lo más

parecido a viajar por Europa en autocar, pero haciendo los desplazamientos en

barco. A diferencia de los cruceros marítimos, donde el tiempo de navegación

es elevado y las actividades de animación a bordo forman parte del programa

de viaje, en un crucero fluvial el tiempo a bordo es limitado, porque las

distancias entre destinos son mucho menores y las visitas culturales son la

prioridad, justo como en un circuito por carretera.

Las ventajas de un “circuito fluvial” son múltiples y para todos los gustos:

Mayor tiempo para realizar las visitas gracias a un menor tiempo de

navegación/estancia a bordo en la mayoría de los circuitos, puesto que las

distancias en este tipo de crucero son más cortas

Atraque de los barcos en puntos céntricos de las poblaciones más bellas

de los ríos europeos para facilitar la independencia de los pasajeros, ya

sea para poder realizar las visitas por su cuenta o bien para bajar a tomar

una copa en el centro de la ciudad tras la cena…

La comodidad de no tener que hacer y deshacer maletas ni cambiar de

hotel a lo largo de todo el circuito

La comodidad de poder moverse y disfrutar de actividades de animación,

de bebidas y refrigerios entre desplazamientos, sin padecer del

encorsetamiento clásico del autocar

Todas las cabinas son exteriores para disfrutar cada minuto de vistas

panorámicas de los magníficos paisajes, y de los amaneceres y ocasos en

plena naturaleza

Ambiente familiar y facilidad para establecer relaciones sociales, gracias a

las reducidas dimensiones de los barcos fluviales, que no suelen superar

los 300 pasajeros como máximo (en Europa, de hecho, la capacidad de las

naves no suelen sobrepasar los 150)

Compañeros de viaje que por lo general tienen experiencia en viajes, que

buscan tranquilidad y comodidad, que les gusta conocer ciudades con

bagaje cultural e histórico, y que suelen viajar sin niños, o bien con hijos

ya adolescentes acostumbrados a viajar

Tripulación y guías acompañantes bilingües, y visitas en castellano (según

touroperador)

Pensión completa en todos los circuitos, basada en selectos menús tipo

buffet con especialidades de cada región. Y servicio adaptados a horarios

españoles (según touroperador)

Sorprendente, ¿verdad? Conocidas las ventajas, sólo queda decidir el circuito.

Por suerte, hay muchos recorridos entre los que elegir:

Crucero por los Países Bajos, entre Amsterdam y Bruselas

Crucero por el Rhin romántico, entre Estrasburgo y Colonia

Crucero por el gran Danubio, a lo largo del antiguo imperio

austrohúngaro (Austria, Hungría, Eslovaquia, República Checa)

Crucero por el Sena, desde París

Crucero por el Ródano y el Saona, entre Lyon y Arlés

Crucero por Rusia, navegando por el Volga y visitando Moscú y San

Petersburgo

Crucero a bordo de un velero por las islas Dálmatas, frente a la costa de

Croacia

y muchos otros…

Ciertamente, los cruceros fluviales son los grandes desconocidos y en cambio

son una gran alternativa para el viajero habitual, una manera diferente de

viajar y un eficiente sistema para aprovechar el tiempo de viaje al máximo.

¿A punto para embarcarte en tu próximo crucero fluvial? ¡Qué lo

disfrutes! ¡Buen viaje!

Links relacionados:

Ofertas de cruceros fluviales

Fotos: Pixabay y Politours