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Cuando en enero de 2010 el ahora car- denal Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, vino a Barcelona anunció que en el seno de este Pontificio Consejo se crearía un «atrio de los gentiles», una expresión para muchos desconocida. El Atrio de los gentiles está concebido como un espacio de diálogo entre la creencia y la increencia pero no con la indiferencia. El cardenal Ravasi dejó claro que la creación de este espacio había sido una sugerencia del propio Benedicto XVI. Hay que recordar que cuando el Papa era el cardenal Ratzinger ya tuvo un diálogo emblemático con Jürgen Habermas. En el transcurso de la historia reciente ha habi- do otros diálogos destacados de eclesiás- EL ATRIO DE LOS GENTILES / 2 ticos con personas notables de la sociedad civil. Fue paradigmático el que en 1997 mantuvo el cardenal Carlo Maria Martini con el profesor de semiótica Umberto Eco, un diálogo epistolar sobre la ética en el final del milenio, que fue recogido en el libro ¿En qué creen los que no creen? (ver- sión castellana Ediciones Temas Hoy, ver- sión catalana Ed. Empúries). Entre nosotros también tenemos la rica correspondencia pública que en 1998 se entrecruzaron el obispo Joan Carrera con el político Joan Reventós, agnóstico y figura histórica del socialismo, un diálogo epistolar propiciado por la revista Foc Nou (las letras fueron publicadas en la versión castellana como Cartas cruzadas, Desclée, y versión catala- na como Cartes creuades, Meditarrània). Ahora se ha anunciado que en 2012 se celebrará un Atrio de los gentiles en Bar- celona. Catalunya Cristiana y Ràdio Estel han querido impulsar su propio Atrio de los gentiles en el que se encuentran personas del mundo de la creencia y de la increen- cia para reflexionar y enriquecerse mu- tuamente en un entorno de diálogo y de gran respeto. Enric Juliana y Oriol Domin- go, moderados por el director de Ràdio Estel y Catalunya Cristiana, Jaume Aymar, han sido los segundos en participar en esta nueva sección. Fotos: Agustí Codinach Diálogo entre Enric Juliana y Oriol Domingo moderado por Jaume Aymar

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Diálogo entre Enric Juliana y Oriol Domingo moderado por Jaume Aymar

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Cuando en enero de 2010 el ahora car-denal Gianfranco Ravasi, presidente del Pontifi cio Consejo para la Cultura, vino a Barcelona anunció que en el seno de este Pontifi cio Consejo se crearía un «atrio de los gentiles», una expresión para muchos desconocida.El Atrio de los gentiles está concebido como un espacio de diálogo entre la creencia y la increencia pero no con la indiferencia. El cardenal Ravasi dejó claro que la creación de este espacio había sido una sugerencia del propio Benedicto XVI. Hay que recordar que cuando el Papa era el cardenal Ratzinger ya tuvo un diálogo emblemático con Jürgen Habermas. En el transcurso de la historia reciente ha habi-do otros diálogos destacados de eclesiás-

eL atrio De Los gentiLes / 2

ticos con personas notables de la sociedad civil. Fue paradigmático el que en 1997 mantuvo el cardenal Carlo Maria Martini con el profesor de semiótica Umberto Eco, un diálogo epistolar sobre la ética en el fi nal del milenio, que fue recogido en el libro ¿En qué creen los que no creen? (ver-sión castellana Ediciones Temas Hoy, ver-sión catalana Ed. Empúries). Entre nosotros también tenemos la rica correspondencia pública que en 1998 se entrecruzaron el obispo Joan Carrera con el político Joan Reventós, agnóstico y fi gura histórica del socialismo, un diálogo epistolar propiciado

por la revista Foc Nou (las letras fueron publicadas en la versión castellana como Cartas cruzadas, Desclée, y versión catala-na como Cartes creuades, Meditarrània). Ahora se ha anunciado que en 2012 se celebrará un Atrio de los gentiles en Bar-celona.Catalunya Cristiana y Ràdio Estel han querido impulsar su propio Atrio de los gentiles en el que se encuentran personas del mundo de la creencia y de la increen-cia para refl exionar y enriquecerse mu-tuamente en un entorno de diálogo y de gran respeto. Enric Juliana y Oriol Domin-go, moderados por el director de Ràdio Estel y Catalunya Cristiana, Jaume Aymar, han sido los segundos en participar en esta nueva sección.

Fotos: Agustí Codinach

diálogo entre enric Juliana y oriol domingo moderado por Jaume aymar

29 mayo 2011

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Nacido en Badalona. Empezó su itinerario periodístico en Tele/eXprés. Trabajó en el semanario El Món, en los servicios informativos de TVE y en El País. Desde 1991 forma parte de la redacción de La Vanguardia. Corres-ponsal en Italia, actualmente es director adjunto de este prestigioso rotativo, al frente de la delegación del periódico en Madrid.Es premio Ciutat de Barcelona y Ciudad de Badajoz de Periodismo. Colabora en la emisora de radio Onda Cero en Antena 3TV y en TV3. Entre sus obras remarcamos los ensayos políticos La España de los pingüinos (Destino, 2006), La rectificación (Destino, 2006, en colaboración con otros autores) y La deriva de España. Geografía de un país vigoroso y desorientado (RBA, 2009).

enric juliana

OriOl DOMinGO«Lo que nos dice nuestra intuición es que la cuestión religiosa interesa más de lo que parece»

enric juliana«Durante los años que fui corresponsal en Italia descubrí que hay que conocer la historia de laIglesia»

Sección De reliGión De lOS perióDicOS

jauMe aYMarambos son periodistas y están vinculados a un rotativo tan antiguo como prestigioso: La Vanguardia. la información y la opinión sobre temas religio-sos parece una característica de este periódico. ¿por qué otros rotativos no tienen una sección religiosa habitual? ¿por qué La Vanguardia la mantiene? ¿Tiene sentido hoy hablar de temas reli-giosos en los periódicos?

enric julianaLas páginas de religión de La Van-

guardia tienen mucha historia, vienen de lejos, quizás de la época en la que el peso institucional de la Iglesia en la vida pública era mucho más elevado y mucho más vinculado a las instan-cias oficiales. Además, las páginas de información religiosa de entonces a menudo eran traídas y redactadas directamente desde el obispado. La Vanguardia, desde este punto de vista, aún manteniendo una relación correcta con el obispado, tenía auto-nomía. Mantenemos estas páginas. En las dos ocasiones en las que en los últimos veinte años La Vanguardia ha cambiado de diseño, la idea que ha prevalecido es que las páginas de religión del domingo han de seguir porque una parte muy importante de los lectores tienen interés en ellas.

OriOl DOMinGOActualmente, desde hace bastantes

años, la información relacionada con los asuntos religiosos no se limita a unas páginas dominicales, sino que también está presente en las seccio-nes de internacional, de política, de cultura, de tendencias... Es decir, no queda monopolizada en una sección religiosa fija. Esto ocurre porque el hecho religioso tiene muchas caras; es muy poliédrico. La Vanguardia lo tiene en cuenta, a diferencia de otros periódicos, que no ven que el hecho religioso forma parte de lo que lla-maríamos la condición humana y de la sociedad. La experiencia y la intuicición nos dicen que la cuestión religiosa, de una u otra manera, interesa más de lo que parece.

usted mismo, Sr. Domingo, ex-plica en su blog que cuando un político se enteró de que se espe-cializaría en el terreno religioso le preguntó si le habían castiga-do. Seguramente muchos otros le habrían hecho esta misma

pregunta... ¿por qué se tiene esta visión de la religión en un buen sector de la sociedad?

O.D. Cuando en septiembre de 2002 se me hizo la propuesta de dedicarme a la información religiosa, lo que noté en los ambientes en los que me movía, especialmente en los políticos, fue una cierta extrañeza. Hay ambientes, incluso en el periodístico, en los que la información religiosa es considerada como de segunda categoría. Es sub-valorada. Esto es un gran error, por mi experiencia personal y profesional puedo afirmar que la información de asuntos religiosos interesa mucho más de lo que la gente y los propios profesionales del periodismo creen. Lo he detectado tanto a la hora de escribir en el periódico de papel como en el periódico digital. Son muchas las reacciones de mi blog, «In saecula saeculorum», por parte de gente más o menos próxima a la Iglesia y por parte de gente que está lejos o es agnóstica. Sí, hay un seguimiento de toda esta temática.

¿la información religiosa de La Vanguardia responde sólo a una estrategia comercial?

E.J. Para La Vanguardia la cuestión de la tradición es importante. No es un periódico tradicionalista, pero para un periódico que tiene 130 años de

cho religioso, ya sea en positivo como en negativo, tanto si se acepta como si se rechaza, muy especialmente hoy en día, en un momento en que occidente vive un proceso de inmigración, con nuevas culturas, nuevas presencias religiosas, con tendencias y conflictos. Obviar el elemento religioso sería cor-tar la comprensión de lo que ocurre. En segundo lugar, en relación con el papel de los medios de comunicación en la normalización de la presencia

historia la administración de su propia tradición es un hecho importante. Por tanto, hay un porcentaje apreciable de lectores que se interesan por la información religiosa, y el periódico ha de ser fiel a él mismo. En el caso de La Vanguardia, la persistencia es muy importante, en el sentido de que no se ha de ir reinventando desde cero. Se rediseña, pero siempre manteniendo su identidad, y en esta identidad se encuentran las páginas de información religiosa. Además, la información reli-giosa se expresa cada vez más en las páginas de internacional, de política... la cuestión de la religión vuelve a estar muy presente en los grandes debates de hoy en día. Lo que no es fácil es establecer un punto de vista.

¿De qué modo los medios de comunicación pueden contribuir a la información y normalización del hecho religioso en nuestra sociedad?

O.D. La normalización de la presen-cia del hecho religioso en la sociedad depende de las propias confesiones religiosas. También de los sectores agnósticos que están interesados y que consideran que el hecho religioso es un elemento de la sociedad. Otras dos consideraciones. La primera es que para comprender los acontecimientos políticos, económicos, históricos, cultu-rales, debemos tener en cuenta el he-

del hecho religioso, creo que debe ser profesional. La Vanguardia trata la cuestión religiosa desde un punto de vista profesional y periodístico.

E.J. Creo que La Vanguardia mantie-ne dos ideas básicamente. La primera es el respeto a la religión. No es un periódico confesional, nunca lo ha sido ni nunca lo será. No transmite desde arriba unas directrices ni orientacio-nes. Es plural desde el punto de vista de la concepción religiosa, pero parte del principio de que la sociedad catalana es una sociedad básicamente católica. La pluralidad religiosa es importante, y más en un momento como el actual en el que convivimos personas de di-ferentes confesiones religiosas, pero lo que no podemos perder de vista es que la mayoría de la sociedad catalana es de matriz cristiana y católica, indepen-dientemente de si somos practicantes o no. Nuestro marco cultural se deri-va del cristianismo. Como valor en sí mismo todo el mundo tiene el mismo derecho a ser cristiano, a ser budista... pero lo que no podemos hacer es in-terpretar la sociedad desde un punto de vista falso porque nosotros somos el resultado de muchos siglos de historia y la historia es la que es. Este punto de vista es fundamental y es la piedra de toque de muchos debates.

O.D. Hay que respetar la religión y a los creyentes. Hay que respetar a los no creyentes. Hay que respetar la plu-ralidad y, al mismo tiempo, reconocer la realidad. Como dice Enric, nuestra realidad es que el catolicismo dentro del mundo creyente es mayoritario. En todo caso, La Vanguardia es inde-pendiente de la jerarquía católica. Es un diario respetuoso, no es anticlerical ni clerical. Esta mezcla de dimensiones hace que La Vanguardia, que tiene 130 años, sea un periódico con raíces en Barcelona y Cataluña.

reSpeTO pOr el HecHO reliGiOSO

el fi lósofo josep Maria esquirol defi ende el respeto como la mi-rada atenta. usted, enric juliana, con esta mirada atenta, habla en uno de sus libros de españa como de un país vigoroso y des-orientado. ¿estos dos objetivos se podrían aplicar a la situación de muchos ante la fe? es decir, se experimenta un vigor de esta tradición cristiana, ¿pero al mis-mo tiempo existe como una des-orientación de estas cuestiones?

E.J. En España y Cataluña estamos

El atrio de los gentiles

Nacido en Barcelona, cursó las carreras de Derecho y Periodismo. Siempre se ha interesado por la teología. Fue redactor en los desaparecidos Diario de Barcelona y El Correo Catalán. Colaborador en semanarios y medios audiovisuales. Integrante del Grupo Democrático de Periodistas durante la Transición.Premio IRES (Instituto de Reinserción Social). Segundo Premio Serra d’Or. Premio de periodismo Ciutat de Barce-lona. Vinculado a La Vanguardia desde abril de 1974, ha informado de los ámbitos social, educativo, universita-rio, político y parlamentario. Y desde septiembre de 2002 se ha especializado en asuntos religiosos. A partir de septiembre de 2008 empieza en www.lavanguardia.es el blog In saecula saeculorum, donde se ha hecho eco de este espacio impulsado por Catalunya Cristiana y Ràdio Estel.

OriOl DOMinGO

¿Qué es el atrio de los gentiles?Según el profeta Isaías, el templo tenía que ser un lugar de oración para todos los pueblos («mi templo se llamará casa de oración para todos los pueblos»). Isaías anuncia al Dios verdadero y único («Yo soy el primero y el último, fuera de mí no hay otros dioses...»). El atrio o patio de los gentiles era el espacio del templo al que tenían acceso todos los pueblos y no sólo los israelitas. Aunque no accedieran al interior ya celebraban plenamente el misterio. ¿Cuál era el estatuto religioso de estos gentiles? Eran pueblos distin-tos de Israel, que enseguida pasaron a ser los pueblos que, por tradición no habían conocido el cristianismo. Así san Pablo se llama el «apóstol de los gen-tiles». Hoy «los gentiles» son aquellos que, en el fondo, están descontentos de los sucedáneos de Dios y que no quieren permanecer simplemente sin Dios.

muy condicionados por nuestra his-toria, por los momentos de cambio muy acelerados que hemos vivido. A diferencia de lo que sucedía en otros países de Europa, en España la Iglesia llegó a tener unas posiciones de domi-nio ideológico y político importantes como probablemente no había tenido en ningún otro país europeo. Al mismo tiempo ya venía de una larga tradición de intervención y de infl uencia sobre la esfera social muy notable. A la vez que se producían unos cambios políti-cos en los años setenta condicionados por las dinámicas del momento y por los equilibrios de fuerza, se daban grandes cambios de comportamiento y de costumbres. A muchas personas de nuestra generación, no les hables de la religión, porque todavía ven al her-mano que les castigaba y rememoran una etapa autoritaria. Una de las cosas que ha hecho la sociedad española es precisamente romper con todo esto. Al mismo tiempo, esto ha ido acompaña-do de una fase de progreso material.

En España el crecimiento material ha ido unido al hedonismo. La combina-ción ha sido salir del autoritarismo, progreso material y hedonismo.

O.D. Tendríamos que preguntarnos quién es el responsable de esta situa-ción. Por ejemplo, qué responsabilidad tiene la Iglesia en este fenómeno que explicaba Enric y que ha derivado en un alejamiento de sectores sociales con respecto a la fe. Otra pregunta para hacerse es qué responsabilidad tienen las personas, porque al fi n y al cabo cada persona, en el fondo, es respon-sable de su actitud y de su actuación. No puedo decir «Yo no creo porque aquel sacerdote es un sinvergüenza». La responsabilidad de creer o no es de cada uno, no la podemos trasladar a los demás.

¿estamos en un momento de un cierto cambio en este sentido? es decir, ¿existe un nuevo interés por la cuestión religiosa y, más

específi camente, por la religión cristiana a raíz de la reciente vi-sita del Santo padre con motivo de la consagración de la Sagrada Familia?

E.J. En los próximos tiempos, creo que las personas, cada una a su ma-nera, se enfrentarán al futuro de manera diferente. Es muy interesante preguntarse qué quiere hacer la Iglesia ante esto: ¿quiere seguir riñendo a la gente?, ¿quiere ayudar a que la gente piense?...

O.D. Se detectan algunos hechos en Cataluña y Europa que indican un regreso del sentido de Dios. Sectores de la Iglesia, adoptan a veces posturas autoritarias y dogmáticas pero, a veces, desde más arriba, como el Santo Padre, se adopta una actitud más dialogante. Los libros del Papa son dialogantes, razonables, explicativos, didácticos. En el primer libro sobre Jesús de Nazaret dice en el prólogo: «Cualquiera es libre de contradecirme.» El Papa también ha impulsado el nuevo dicasterio sobre la Nueva Evangelización y el Atrio de los gentiles. El Atrio es aquel espacio del templo de Jerusalén en el que judíos y no judíos coincidían, convivían, dia-logaban. Ahora tenemos que hacer un nuevo atrio donde creyentes y ag-nósticos dialoguen y colaboren, para que haya una colaboración entre fe y mundo, entre fe y ciencia, entre Iglesia y política... Así, pues, existe un esfuerzo de diálogo tanto de sectores de Iglesia como de sectores no eclesiales y ag-nósticos. Un ejemplo remarcable ha sido la presentación de la nueva Biblia Catalana Interconfesional en el Petit Palau. Por tanto, se están apuntando nuevos caminos.

¿Se necesitan espacios de diálogo entre creyentes y no creyentes?

E.J. Sobre esto existen dos grandes escuelas de pensamiento. Una de ellas es la que establece que la creencia religiosa es un hecho privado y que, como tal, no debe tener demasiadas traducciones públicas. La otra es la que cree que la religión no tiene por qué recluirse en la esfera privada. Durante los años que fui corresponsal en Italia descubrí que hay que conocer la histo-ria de la Iglesia, hay que comprender qué es el cristianismo para entender el mundo en el que vivimos. Si alguien tiene curiosidad por tener una cierta noción del mundo donde vive debe conocerlo. Reducir el hecho religioso a una cuestión puramente privada a mí no me convence.

La separación entre la Iglesia y el Es-tado ya está garantizada, y funciona bien, y no veo por parte de la Iglesia ningún intento de volver a otras fórmulas. La presencia de la religión en el espacio público es necesaria para seguir reinterpretando nuestra realidad.

O.D. Por otro lado, el Atrio de los gentiles no es algo del todo nuevo, ha habido episodios como la famosa con-versación entre el entonces cardenal Joseph Ratzinger y Jürgen Habermas, o bien entre el cardenal Carlo Maria Martini y Umberto Eco. En nuestro país podríamos hablar del diálogo entre el obispo Joan Carrera y el político Joan Reventós. Existe un estilo de actuación en este sentido de diálogo.

ExpEriEncias dE fE

Bajemos a un nivel más perso-nal: ¿han experimentado a lo largo de la vida alguna vivencia que haya hecho variar su posi-cionamiento ante la creencia o la no creencia?

E.J. Como mucha gente de Cataluña, yo soy hijo de una familia religiosa. Mi madre reza cada día el rosario, mi padre iba a misa cada domingo, y a mí también me llevaban. A los 14 años, durante la adolescencia, busqué otras motivaciones. Recuerdo muy viva-mente el día en que comuniqué a mi madre que ya no quería ir más a misa. A ella le supo mal, y a mí me puso en una situación de tensión muy grande. Mi relación con el mundo religioso se establece a través de la curiosidad intelectual. La historia y el debate ideológico me interesa muchísimo y a través de esto he reestablecido una relación de simpatía hacia la religión, que intento administrar con cierta cautela de cara a mí mismo.

O.D. La fe cristiana que se me ha transmitido de pequeño, la he vivido como niño, como adolescente, como adulto. Creo que está teniendo una maduración a medida que pasa el tiempo de una manera consciente, libre, crítica, razonable. No hay una experiencia traumática ni tampoco una caída del caballo que sacuda ni en un sentido ni en otro. Es un pro-ceso normal, cotidiano, existencial, intelectual. Es como aquella madu-ración del niño que se va haciendo mayor y que, cuando ya es mayor, se deshace de muchas cosas de cuando era pequeño. En mi caso, utilizando aquel concepto de Juan XXIII, es un aggiornamento permanente. También vivo una interrogación sistemática, una purificación de imágenes. Soy de los que pienso que la fe es compatible con la duda, con la búsqueda, dando más valor a la conciencia, a la libertad. Muchos creyentes tenemos dosis de agnosticismo, de la misma manera que hay agnósticos que tienen pequeñas dosis de fe.

29 mayo 201122 El atrio de los gentiles

resolver su relación con lo que no se puede resolver de una determinada manera, y tú debes respetarlo.

El papa contestó unas preguntas en la televisión el Viernes santo. ¿Qué le pregun-tarían ustedes a Benedicto xVi?

E.J. Yo le preguntaría si cree posible en los años que vienen la incardina-ción, esta tradición que mucha gente

desconoce, si todavía ve posible tradu-cirla a la mayoría de la sociedad.

O.D. Le preguntaría cómo la Iglesia transmite la figura y el mensaje de Jesús. Si realmente la actuación de la Iglesia transmite el Evangelio de una manera transparente u opaca.

Juan pablo ii pidió más de cien veces perdón públicamente por las veces en las que la iglesia se había alejado del Evangelio. ¿Esta actitud de pedir perdón es realmente lo suficientemente comprendida hoy en día? ¿se-ríamos capaces de hacer un mea culpa desde otras instancias de la sociedad civil?

E.J. Existen dos dimensiones de la vida pública actual que quizás se están desvirtuando un poco. Antes nadie pe-día perdón por nada, y en cambio hoy se pide perdón por todo. Sobre esto empiezo a tener algunas sospechas... Hace años las víctimas de cualquier cosa más bien eran escondidas; hoy en día si no eres víctima de algo prác-ticamente no puedes ni salir a la calle. En este sentido, la figura de la víctima se está desdibujando. Más bien, soy de la idea de cómo podríamos replantear el valor del respeto.

O.D. Tu consideración está muy bien. Podría añadirse que la petición de perdón debe ser de verdad, no comediante.

a la hora de reformular su dis-curso religioso, ¿cuál sería el papel de las nuevas redes so-ciales que tienen cada vez más incidencia?

E.J. Estamos en una fase caracteri-zada básicamente por la aceleración. La etapa industrial significó un fuerte incremento de la aceleración de la vida humana. Evidentemente, las teleco-municaciones, las nuevas tecnologías y los sistemas de comunicación inter-personal derivados de las tecnologías informáticas comportan una acelera-ción extraordinaria de la relación en-tre las personas y crean incluso nuevas dimensiones o dimensiones que hasta ahora eran más tenues. Como ha es-crito el filósofo alemán Sloterdeg, no puede haber en el futuro pensamiento crítico sin crítica a la aceleración. Cada vez más la gente tendrá necesidad de establecer algunas cautelas, algunas distancias y contrapuntos ante la aceleración y sus consecuencias. No es que esté haciendo propaganda de la vida monástica, pero sí veremos que la lentitud, el silencio, el hecho de tener tiempo para la reflexión interpersonal volverá a adquirir valor una vez que haya bajado la fiebre en la que esta-mos inmersos. ¡Que la Iglesia vaya con cuidado con la aceleración!

O.D. Lo que dice Enric es la cuestión de fondo. De todos modos, la Iglesia, que se mueve con una lentitud dema-siado cósmica y milenaria, iría bien que hiciera algún esfuerzo —¡ya lo está haciendo!— para irse introduciendo en estas redes.

ORIOL DOMINGO«Muchos creyentes tenemos dosis de agnosticismo, del mismo modo que hay agnósticos que tienen pequeñas dosis de fe»

ENRIC JULIANA«Mi relación con el mundo religioso se establece a través de la curiosidadintelectual»

¿Qué actitud tienen ante la muerte? ¿creen que es el final de todo, o bien que hay una vida eterna?

E.J. La existencia tiene en su interior una ironía, en el sentido más clásico de la palabra, y que, de hecho, es la clave de la propia vida. Lo que persiste es es-to. No creo que tenga una forma cons-ciente o una subjetividad manifiesta del yo, pero es una de las traducciones de la eternidad. La eternidad es como una ironía que no finaliza.

O.D. Imaginar cielos, infiernos, más allá... no entro en ello porque no me lo sé imaginar. La muerte hiere. La muerte de tu hija, de tus padres, de las personas que quieres, de las personas justas muertas injustamente. Esa per-sona que sólo sufre y muere. Somos mortales. Nacemos y vivimos mortales. El periodista Manuel Ibáñez Escofet escribió un libro titulado La memòria és un gran cementiri. Significa que a medida que nos vamos haciendo ma-yores la gente que hemos conocido va desapareciendo. El teólogo Karl Rahner dice aquello de que subimos a un tren, en el tren hay mucha gente, pero a medida que avanza cada vez queda menos gente. La muerte forma parte de la vida. La cuestión es cómo encararla. Una opción es encarar la muerte, como encaramos la vida. Una manera de encarar la vida y, por tanto, la muerte es con libertad, solidaridad y esperanza.

E.J. A veces los no creyentes expe-rimentamos un sentimiento negativo ante los creyentes, porque ver que alguien ha llegado a una conclusión a la que tú no has podido llegar crea una tensión no siempre positiva. En estos momentos, esto lo vemos en los medios de comunicación, donde hay una actitud de desprecio hacia las personas que tienen fe religiosa. Esto me irrita cada vez más porque considero que es una actitud despóti-ca. En primer lugar está la actitud de respeto. En segundo, la necesidad de una cierta mirada poética sobre las cosas. La persona que cree está hecha de la misma madera que tú, tiene las mismas dudas que tú, pero ha decidido