el arte de pensar, rigoberto lanz

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  • EducereUniversidad de los [email protected] ISSN (Versin impresa): 1316-4910VENEZUELA

    2005 Rigoberto Lanz

    EL ARTE DE PENSAR SIN PARADIGMAS Educere, julio-septiembre, ao/vol. 9, nmero 030

    Universidad de los Andes Mrida, Venezuela

    pp. 421-425

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina y el Caribe, Espaa y Portugal

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico

  • Es posible pensar sin paradigmas?Es posible vivir sin paradigmas?

    al vez este tipo de interrogacin pueda parecerun tanto retrica pues la respuesta automticadebera ser No. No, si se entiende paradigmacomo lo quiere el amigo Edgar Morin: Todosupuesto respecto de la vida misma. Si

    paradigmas son los supuestos con los cuales pensamos,hablamos y nos comunicamos; si el lenguaje mismo ya esun supuesto, entonces, obviamente no se puede ni vivir, nipensar sin paradigmas. Pero si paradigma no es solamenteeso, como lo sugiere Edgar Morin, entonces la pregunta esmenos retrica. Y si ya nos situamos, en este comienzo delsiglo XXI, unos de los rasgos ms distintivos de la pocaque nos toca vivir es que, en efecto, ciertos paradigmas yano sirven para pensar, ciertos paradigmas que nosacompaaron durante largas dcadas, siglos incluso, yano estn en condiciones de pensar el mundo, ya no sirvenpara explicar el mundo, para guiar nuestras conductas enel mundo en que estamos. Entonces, yo dira un tantoeclcticamente que si bien es cierto que no podemos pensarsin supuestos, no podemos vivir sin supuestos (lossupuestos nos acompaan siempre), hay muchos de ellos,convertidos en fuertes paradigmas de la civilizacin, queestn hoy en decadencia, hechos aicos, en crisis. Y porall comienza, justamente, esta reflexin.

    Quisiera introducir entonces la pregunta de si esposible pensar sin paradigma, interrogando la propia ideade la crisis de paradigmas, que es una de las expresionesms recurridas, probablemente, en el vocabularioacadmico hoy por hoy: Crisis de paradigmas. Vivimosuna Crisis de paradigmas. Pero, qu quiere decir Crisisde paradigmas? A qu se refiere la metfora misma deCrisis de Paradigmas?

    Por lo menos me gustara invitarles a pasear un pocopor unos tres sntomas de la idea misma de crisis. Paracomenzar, como ustedes bien saben, (porque seguramentehan transitado previamente por estos territorios del mundoepistemolgico, de la reflexin sobre el conocimiento), laidea de crisis est presente de forma abrumadora en todoslos discursos. Hasta el punto de que es un conceptoespecialmente banalizado. Casi no dice nada, porque todose nombra con la palabra crisis; Por lo tanto, caracterizaruna poca, un momento, un paradigma en clave de crisis,no transmite de inmediato nada al lector; por el enormepoder trivializador que tiene un uso abusivo de esta palabracrisis. As, nos exponemos con la expresin Crisis deParadigmas a no decir nada, o a decir muy poco, puestoque la representacin que le sigue a esta expresin est

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    EL ARTE DE PENSARSIN PARADIGMAS

    Rigoberto LanzEscritor y profesorde la Universidad Centralde Venezuela

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  • cargada de imgenes de todo tipo. Entonces habra queresemantizar un poco la idea de crisis y ponerla a deciralgo, y justamente de eso se trata. Me gustara marcar unaidea central respecto a la idea de crisis que nos permitamanejarnos mejor con la nocin de crisis de paradigmas,y se trata en efecto, de una crisis con C mayscula. Esuna crisis que est nombrando el punto de inflexin deuna lgica civilizatoria. Es una caracterizacin que quiereponer el centro de atencin, no en este o aquel aspecto dedetalle, de tal o cual saber, disciplina o ambientecognoscitivo, sino en el propio centro fundacional de unacivilizacin. Nada ms y nada menos.

    Estamos diciendo que la Modernidad, (con Mmayscula), es decir, una civilizacin, tiene tres o cuatrosiglos instaurando y realizando un modo de ser, de pensar,de producir y de reproducir la vida, el hombre, lahumanidad. Esa Modernidad ha entrado en crisis. Ah! Silo que est en crisis es una civilizacin, su lgica fundante,sus conceptos pivotes fundamentales, entonces no estamoshablando para nada de una crisis de crecimiento, de unaccidente, de una aceleracin repentina, de una coyuntura,inconveniente, de una anomia reparable; estamos hablandode una convulsin en la mdula fundacional de lacivilizacin que gobierna el globo terrqueo desde el sigloXVI en adelante, sobre manera, a partir del siglo XVIII. Esla Modernidad toda la que ha entrado en crisis. Es decir, esuna civilizacin, es una lgica, es un modo de entender almundo, es una manera de organizar la vida en ese mundo,etc. Slo sobre este punto obviamente habra que hacer unlargo Seminario.

    Habra que tomar nota de las enormes posibilidadesde una investigacin detallada sobre estos problemas. Eseno es el caso, por ahora. Para los fines de este texto ya bastacon afirmar que la crisis de la que hablamos es una situacinlmite, insisto, que est colocando el propio modo deentender el mundo contemporneo en un desidertum ycuestiona, entonces, los propios fundamentos que dieronpie a toda una civilizacin que se desarrolla sobre maneraa partir del siglo XVIII, el XIX, el XX. Crisis que dejarexhausta a esta manera de entender el mundo (a este meta-relato como gustaba decir a J. F. Lyotard). Por tanto, si esaes la crisis de la que hablamos, entonces crisis deparadigmas no es un concepto trivial, no es una idea quesocorre de manera accidental las anomias de una cultura.Es un concepto esencial para entender justamente pordnde van los tiros, por dnde va, justamente, lainvestigacin de hoy para reinventar el mundo, para podercolocarnos en condiciones de entender la fenomnica deeste mundo que nos agobia por su complejidad, por sumagnitud.

    En segundo lugar, (respecto a las tres grandes sealesde la idea de crisis) yo creo que entr en crisis todo.Digamos que no hay ningn escenario, esfera, componente

    de la vida material o espiritual, que no haya entrado encrisis. Pero me gustara marcar justamente la idea de crisisde fundamentos y, en especial, una cadena de conceptosfundacionales de esta Modernidad, que tienen que ver conla idea de razn, encadenada con la idea de ciencia,encadenada con la idea de progreso, encadenada con laidea de Sujeto, encadenada con la idea Historia, encadenadatambin con la idea de educacin.

    Quisiera sostener claramente que el concepto deeducacin fundado por la Modernidad, el nicoconcepto de educacin que vale la pena discutir, est enbancarrota. La educacin es una hija privilegiada de larazn Moderna. La educacin es hija de la ciencia, laeducacin es hija del concepto de progreso. La educacines hija del sujeto histrico. Sin estos conceptos matrices laidea de educacin no tiene sentido. Educacin es el modocomo la Modernidad entendi la forma de reproducir unacierta idea de la razn occidental, de la razn Moderna; de

    la razn del progreso, de la historia centrada,del progreso que viene, de la tcnicaconvertida, digamos, en materializacin de laciencia. En fin, toda una constelacinconceptual y categorial, sin la cual la idea deeducacin se desvanece.

    La vieja imagen de paradigmasenfrentados (el marxismo enfrentaba alpositivismo, el estructuralismo enfrentaba al

    funcionalismo) ya no se sostiene. Estos son micro-enfrentamientos, guerras secundarias, en comparacin conla idea de que el gran paradigma de la ciencia occidentales el que ha entrado en crisis, el que ha colapsado, el queha hecho aguas. Y esa crisis tiene que ver, insisto, no conuna disfuncin, no con una anomala de una categora queno funciona, no con un cortocircuito entre conceptos ocon una falla de una teora respecto a otra. Lo que est encrisis es la propia lgica fundacional del paradigma quenos permita pensar. Lo que est en juego, entonces es,como dice Edgar Morin en varios de sus libros, todo unmodo de pensar. Lo que nombra la figura de crisis deparadigmas es el agotamiento de una manera de pensar,crisis de una lgica de pensamiento; crisis de unaracionalidad fundante de la propia manera de entender elmundo, de comprenderlo, de explicarlo. Por tanto, esemodelo de explicacin que habita de forma privilegiadaen el espacio escolar tambin mostrar sus lmites en estembito particular. La escuela es el ambiente simblico porexcelencia para ilustrar una cultura, el lugar privilegiadodonde se pone en evidencia el modo como se piensa elmundo. Ese entendimiento del mundo, esa circulacin desaberes, esos conocimientos que pueblan las redessemiticas, que circulan en los entramados intersubjetivos,que habitan el espacio de la escuela y de la universidad,son expresin crucial de la racionalidad misma de lacivilizacin Moderna. Estamos diciendo que la herencia

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  • de estos tres siglos de ese espacio llamado universidad,del espacio escolar en su conjunto, ha entrado en crisis.

    Y en tercer lugar, la seal con la que quiero concluiresta idea de crisis es -en la imagen original de esteconcepto- como posibilidad. La crisis es tambin unaoportunidad en la acepcin que est en antiguastradiciones; la crisis es siempre una oportunidad; no es unconcepto forzosamente negativo; para nada es una idealuctuosa, que haga resignar y encoger. Es un conceptosiempre cargado de una doble significacin. Que algo entreen crisis... !bienvenido! Que algo est en crisis es porquecosas buenas pueden pasar. Yo quisiera pensar, entonces,que la crisis a la que me refiero y la crisis de paradigmas, enparticular, es una buena noticia, es algo de lo cual hay quecontentarse, es una seal positiva de que algo va a ocurrir.

    Yo quisiera suministrar algunas pista de lo que estocurriendo ya, de lo que ha ocurrido, de hecho, y de lo quepuede ocurrir con la crisis de paradigmas, con la crisisgeneral que vive esta civilizacin y con el advenimientode otro mundo, ese otro mundo que nosotros, losposmodernos, llamamos una era neobarroca.

    Pues bien, creo que ustedes se enfrentan a unmundo en crisis y ojal que puedan de ese mundotomar justamente lo que emerge, lo que irrumpe,lo desconocido. Hay un mundo que eclosiona, hayun mundo que se hace visible y hay un mundo quese presenta, a veces fantasmticamente, como lodesconocido. El mejor desafo para un investigador, paraun pensador, es justamente adentrarse sin temor en lassombras, al claroscuro de lo que no est conocido, de loque es borrosamente intuido. (Pattico sera graduarse deDoctores de lo obvio). Eso no va a ocurrir. Cada tesis deun investigador, como no es una derivacin de lo obvio, esal contrario, una indagacin de un territorio desconocido,medio conocido, o desarrollado. Eso es precisamente loque justificara un Programa Doctoral, un sistema deestudios, una universidad, etc.

    As pues, las reflexiones que se arriesgan, las quecrean una pista importante para no tenerle miedo a la crisis(porque la crisis hace emerger elementos nuevos, haceirrumpir factores desconocidos) son las que apuestan porla bsqueda sin seguridades, las que desafan el canon;esa es la gracia de la crisis como posibilidad. Vivir en unperodo de extrema estabilidad, sin crisis, es pensar elmundo de otra manera, con otros recursos, por tanto, laemergencia y la irrupcin seran el ingrediente para nuestrospensamientos.

    Otro dato interesante de este mundo, que nos tocavivir es, justamente, la impronta de la incertidumbre, delcaos y de lo relativo. Se trata de pensar en la incertidumbre,no como un dato circunstancial, no por ahora, sino como

    una condicin sustancial del nuevo modo de vivir estarealidad, este mundo. No se trata de constatarepisdicamente que por los momentos hay clima deincertidumbre y no hay ms remedio que abandonar lascertezas y transitoriamente acoplarnos a la inestabilidad yturbulencia. Sospecho que este modo trivial de plantear elproblema est condenado desde el inicio. La incertidumbrees una condicin constitutiva de la nueva realidad quenos toca vivir. El mundo posmoderno que no es un mundotransitorio ni un estado del tiempo pasajero, tiene comocondicin esencial de la forma de ser, de la vida misma, laincertidumbre como una de sus componentes. Por tanto,las mentes demasiado lgicas, las mentes muyecuacionadas, las mentes causa-efecto, las mentes lineales,las mentes simples, la pasan muy mal en un mundocaracterizado esencialmente por la lgica de laincertidumbre. Pensar en situacin de incertidumbre, actuaren contexto de incertidumbre, es, justamente, poder ponerel pensamiento en capacidad de vibrar, de no sucumbir, deno conformarse con lo obvio, efectivamente, cuando nohay ecuacin posible, cuando no hay linealidad posible,cuando no hay causa ni efecto. Los posmodernos afirmande una forma muy brutal que nada es causa de ningnefecto. Se acab aquella lgica, un poco mentirosa, unpoco elemental, de que siempre hay una causa y un efecto.Hay en verdad una errtica multicausalidad, en situacionestan ambivalentes que hacen que la fsica de partculas, porejemplo, sea una semblanza muy curiosa de potica,discurso pulsional y aproximativo (como dicen los propiosfsicos, hoy por hoy).

    Sin embargo, esa es parte de las perversiones con lascuales convivimos y ni nos conmovemos frente a ellas.Nos toca vivir un mundo que se abre, que se ablanda quese debilita. Al pensamiento posmoderno tambin se le llamapensamiento dbil. Pero he aqu una paradoja interesante:la fortaleza ms encumbrante del pensamiento posmodernoes, justamente, que es dbil. All est su fortaleza.Pensamiento dbil no es pensamiento aguado. No. Lafortaleza de pensamiento dbil est en su infinitacapacidad de desplazamiento, de adaptacin, de esponjade nomadismo y vagabundeo (como gusta decir al amigoMichel Maffesoli). Por qu ser? La metfora es clara: lahiedra tiene chance de sobrevivir en condiciones de altacompetencia por nutrientes y el roble no, por su enormecapacidad rizomtica de vivir en movimiento en lassuperficies blandas.

    Ese es uno de los rasgos caracterstico de la estructurade esta nueva sociedad en la cual nos toca vivir, a la queestamos convocados. Se trata de pensar con una caja deherramientas (Michel Foucault) que tenga la capacidad yla plasticidad de ser emergente, de ser irrupcional, de serblanda, de ser esponjosa-porosa, para justamente poderpensar la complejidad, (ms que la visibilidad slida delas cosas que tenemos en frente).

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  • Otro planteamiento que en la sutileza y en la pequearanura encuentra su propia verdad lo tenemos en loinstantneo y lo efmero que es caracterstico de estetiempo. Este es un tiempo efmero, es un tiempo de laambigedad, un tiempo de la transversalidad, constitutivade lo real y no solamente de un estilo de pensar. Por tanto,no hay forma de capturarlo en clave de ciencia dura, nohay forma de entenderlo en clave de lgica fuerte, no hayforma de cmo prenderlo en clave de lgica lineal. Elparadigma de la simplicidad no puede entender al mundoposmoderno... y estamos en un mundo posmoderno. Yo noestoy inventando el mundo en el que nos toca vivir. En fin,que muchos colegas todava no se hayan enterado es algopattico, pero eso pasa muchsimo. La ignorancia no esten crisis. Uno puede pasarse la vida en su mundo, feliz yno se entera de que existe un universo, conmovido por loque estoy diciendo.

    En particular en el mundo de la educacin, la idea dela crisis como posibilidad comporta una fuerzaespecialmente incisiva. La idea Moderna de educacines parte de la crisis, como ya lo he planteado. Qu es esode Ciencia de la Educacin? Cmo Ciencia de laSalud? Cmo Ciencia del Ambiente o CienciasJurdicas o Ciencias de la Comunicacin? He all unaaparente paradoja: son efectivamente esas ciencias las queestn en crisis. Por tanto, hemos recibido una herencia pococreble, algo de suyo sospechoso. Unas tales Ciencias dela Educacin no se sostienen a menos que con este rtuloslo estemos identificando un gran campo de problemas.Una reunin de disciplinas no agrega mucho a losproblemas epistemolgicos de fondo. Una visinmultidisciplinaria puede ser til pragmticamente (frentea concepciones estrechamente simplistas) pero eso noresuelve el problema. Que sean muchas ciencias, unareunin de ciencias, una fiesta de ciencias, eso tiene pocovalor agregado a los efectos de encarar los asuntos defondo. En tanto que disciplina, en tanto que lgicadisciplinaria, en tanto que discursos de la simplicidad, esasciencias, sin excepcin, estn en crisis. De la fsica a laantropologa. Sin que quede una sola de ellas en el caminoque diga eso no es conmigo. Les puedo mostrarfehacientemente, una por una, en qu consiste la crisis deesta larga cadena ciencias. Eso est ampliamentedocumentado, de ello justamente me he ocupado en todosestos aos. Lgicamente, esto no es culpa de nadie. Quealgunos colegas estn ms enterados de estos asuntos, esalgo que se entiende. El trabajo de investigacinepistemolgica requiere de mucha dedicacin y no todostransitan de la misma manera por esos territorios.

    Un grupo de colegas en el mundo hemos consagradobuena parte de nuestras vidas a rastrear esta crisis, en mirarpor dentro en qu consiste su impacto en cada mbito, ensingular o en el conjunto de las ciencias. Por fortuna hecha,ahora tambin se han incorporado a esta tarea sus propios

    mentores: fsicos, bilogos, matemticos, eclogos,socilogos. No hay ningn campo que se excepte de estatremenda conmocin de la crisis de las ciencias. Lasciencias humanas tienen su especificidad, desde luego.Pero ello sirve para librarlas de los mismos padecimientos.Y la de la educacin? Ser la excepcin? Esas Cienciasde la Educacin tienen alguna variante respecto a la ideade crisis? No. Son ciencias que estn tocadas en su propianaturaleza y las encontraremos, entonces, convertidas endiscurso educativo (en cuyo caso se observan laslimitaciones en el espacio de las polticas pblicas y en lasprcticas escolares) e igualmente conmocionadas por lamisma crisis de paradigmas de la que vengo de hablar yesa es una buena noticia. Si hemos planteado que la crisises tambin posibilidades, entonces he aqu una estupendaoportunidad de pensar la crisis de la educacin.

    Hay que tomarse la molestia de inventar su propioparadigma (aun cuando fuera como alegato metafrico delestablecimiento de algunos supuestos bsicos). Hay quetomar algn riesgo y disponerse a inventar, a pensar concierta audacia. Estamos en un momento en el que inventarpuede ser la condicin para salir de la crisis. Inventar, lodigo en el sentido fuerte de la palabra. Hay que arriesgarsea poner por delante nuestra propia capacidad heurstica.(Si el tutor est de acuerdo o no, bueno, podemosnegociarlo; pero, justamente, esa es la gran posibilidadque recibimos de unas Ciencias de la Educacin enproblemas: la vieja autoridad dogmtica pierde todapertinencia) nadie podr proclamar ahora que el paradigmatal o el paradigma cual es invocado y todo est arreglado.Por ello es una buena noticia que justamente las Cienciasde la Educacin sean (como las Ciencias de la salud,como las Ciencias de la comunicacin, como lasCiencias del ambiente, como las Cienciasadministrativas y toda una cantidad de ciencias queconfiguran saberes) especialmente problemticas hoy porhoy: desde el punto de vista epistemolgico, desde el puntode vista de su fundamentacin, desde el punto de vistametdico. Buena noticia, porque los investigadores tienenuna enorme posibilidad, un reto para pensar esto desde elcomienzo, con la propia creatividad, con su ingenio, consu talento, con su visin, con sus fantasmas.

    Antes haba unos seores encargados de dictaminar(en nombre de la ciencia y las buenas costumbresacadmicas) si eso era correcto o incorrecto. Pero hoy noestamos frente a un jurado que pueda prescribir si esto esverdad o falso, bueno o malo, bello o feo. Desde dndejuzgar la validez respecto a este o aquel paradigma? Seramuy sospechoso (sera poco serio) estar invocando unparadigma para juzgar lo bien o mal hecho de este o aquelautor, de un libro, de una tesis, de una proposicin. As queesa es una enorme ventaja a la hora de valorar los efectosbeneficiosos de las crisis. Claro, implica tambin msresponsabilidad, nos obliga a pensar complejamente, nos

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  • reta a pensar con cabeza propia. Pero, bueno, de eso setrata, en todo caso.

    Buscando una convergencia de cierre de estareflexin libre, me gustara colocar la metfora de un amigode la UPEL (Edgar Balaguera) en Maracay, que ha escritoun libro muy emblemtico. l ha publicado un interesantelibro que se llama La escuela enferma y, justamente, juegacon esta metfora un poco hospitalaria, lo cual no es talvez una muy bella evocacin (lo que est enfermo nuncaes bello). Pero, justamente, su ttulo sugiere que en efectola enfermedad de la escuela no es corregible en lasteraputicas de la Modernidad, no es curable, digamos,con remedios tipo cambio de ministro, cambio decurrculo, que es uno de los deportes favoritos quetenemos en Venezuela. (Cada vez que llega un rector, undecano, un director de lo que sea, lo primero que se leocurre es un cambio de currculo). Todas esas cosas sonbienvenidas, pero eso no va a curar esta enfermedad dela que habla el amigo Edgar Balaguera en su libro, que esen el fondo la misma enfermedad de la crisis civilizatoriade la cual hemos conversado largamente en este texto. Losconceptos de escuela, de educacin, de pedagoga,y de didctica, son justamente los dispositivosdiscursivos que estn en bancarrota. De all no se sale conterapias remediales, de esos lmites severos uno no se liberasino a condicin de una reflexin muy profunda, muycrtica, que pueda hacerse cargo de esta agenda esencialde los nuevos tiempos, y es ese justamente el reto quetienen los investigadores que laboran ms cercanamenteal mundo de las Ciencias de la Educacin

    Y en qu otra parte est ?

    Creo que lo que vale lapena ensear, (si de ensear setrata ya que siempre habraprendizajes, sin los cuales morimos. Hasta las clulasaprenden, as que nosotros somos ms grandecitos que unaclula... aunque dice Edgar Morin que una clula tienems componentes de complejidad que un parque industrial)es la capacidad de apropiacin. La virtud ms querida,ms mimada del hombre de hoy, es su capacidad deapropiacin. Lo que deben estar enseando, de verdad, esla inteligencia y capacidad para apropiarse: apropiacinde la experiencia del otro, sobre manera. En qu sediferencia la inteligencia de la torpeza? En que lainteligencia es capaz de apropiarse de la experiencia delotro. Los torpes no desarrollan experiencias de aprendizajede esta complejidad y cometen siempre los mismos errores.Entonces, la idea de formacin debe estar asociada a laexperiencia cognitiva, tico-poltica, cultural, de nuevasocialidad, de cooperacin, de solidaridad con el otro. Creoque todo esto requiere de aprendizajes. Esto no viene enningn cdigo gentico, no hay ningn cromosoma quecomande la capacidad de apropiacin. Eso hay que

    cultivarlo; cultivar la capacidad de apropiacin de laexperiencia; (de nuestra experiencia, de la experiencia, de1a cognicin, de la experiencia de la formacin, de laexperiencia de la creatividad, de la experiencia de lasensibilidad).

    De nada valdra un descomunal esfuerzo deinvestigacin en el mbito de las Ciencias de laEducacin si ello no est acompaado al mismo tiempode la enorme posibilidad de que los intelectuales dejencomo rastro, como acumulacin, como hecho visible,justamente un aporte a las investigaciones que vengo denombrar. Sera una lstima que esas angustias que venimosde compartir pasaran a formar parte de los recuerdos lejanos,sin ninguna incidencia en el quehacer cotidiano en lascomunidades acadmicas.

    No podemos pretender que este texto marque laagenda de las prximas investigaciones. No tengo esapretensin. Quisiera solamente compartir algunas de estasinterrogaciones que, seguramente, forman parte no slo deun saber universal que est hoy en da puesto en todas lasagendas internacionales de discusin, sino que son vitalespara la universidad, para este pas. Se trata de un aporteesencial para entender el mundo en el que estamos. Cmopodemos reconducir una cosa vital para el pas, cmo es susistema educativo todo, su sistema de educacin superioren particular.

    Estas sociedades enfermas de exclusin no es obvioque vayan para algn lugar asegurado de antemano comopara dormir tranquilos. Les consta a todos los ciudadanoscon un mnimo de visin crtica. Estas sociedades estnpermanentemente en peligro, ellas mismas comocomunidad destino. Por tanto, el esfuerzo en el campode la educacin no puede ser un dato aislado, solitario,completamente fragmentado, destinado a la fbrica deprofesiones. Es un esfuerzo que tiene que estar mirando alpas sus posibilidades y sus desafos. Sus enormes riegos,que hoy estn planteados muy dramticamente, por cierto;pero tambin sus enormes posibilidades. Si hay un chancede pas, si hay un chance como para tener una sociedaddecente y digna, apta para vivir en ella (que no tengamosganas de irnos a Miami, a Pars o a Tokio) ello demandauna enorme responsabilidad tico-poltica en primer lugar.Luego, nuestros aportes en el campo que sea tienen unvalor enorme, mucho ms hoy que en condiciones deestabilidad y de lgicas instaladas. Nuestro aporte, pormuy modesto que sea y por muy solitario que se vea en suproporcin, en nuestros laboratorios, estudios o bibliotecases un aporte esencial para expandir las posibilidades deVenezuela en su educacin, en su vida universitaria, perotambin en toda ella, como sociedad viable. Si as fuera...les aseguro que me gustara estar por all compartiendocon todos las hazaas de haberla hecho posible.

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    Tomado de Question, Ao 2, N 24. Caracas, junio 2004, pg. 24.

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