el ars generalis ultima de ramon llull. presupuestos metafiÍsicos e Éticos

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  • 8/9/2019 EL ARS GENERALIS ULTIMA DE RAMON LLULL. PRESUPUESTOS METAFISICOS E TICOS

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    ElArs generalis ltima de Ramon Llull: Presupuestosmetafsicos y ticos

    Esteve JaulentAmpliacin del texto leido en el

    Congreso de la SIEPM en Palermo, 2007.

    En el 12. Ars universalis (un comentario al 3. Ars compendiosa inveniendiveritatem), Ramn Llull explicita en el prlogo cul es la finalidad de suArs (la finalisintentio): hallar la verdad, es decir, conocer lo que las cosas son. Esta intencin finales dividida en cuatro partes. Las dos primeras orientan hacia la que debe ser lapredisposicin ms volitiva que intelectual del buscador: amar el bien y odiar el mal.Indican la condicin previa, sin la cual la bsqueda no tendr xito. Las otras dos, encambio, entran de pleno en la dimensin epistemolgica: la tercera indica que se ha deser capaz de operar un descenso desde el universal hacia el descubrimiento delparticular acerca del cual se desea conocer su verdad; la cuarta, finalmente, concluye enel carcter cientfico de esta bsqueda, al remarcar que se debe hacer unademostracin necesaria de aquello que en las otras ciencias existe como creble oprobable.1

    Examinemos en primer lugar la intencin final tomada en su generalidad, dejandopara ms adelante el examen detallado de lo que ella implica sus cuatro partes, por

    estar ms relacionado con el funcionamiento delArs.1.1 Qu es elArs? Una lgica de toda la realidad.Si la intencin es descubrir la verdad en cualquier campo del saber, cmo se

    procede para alcanzar este descubrimiento?Ante todo hay que decir que Llull pretende descubrir lo que l llama la verdad real de

    las cosas, esto es, la verdad de todo lo que es real, incluido lo existente, y no slo laverdad lgica que se basa en las substancias segundas y en las segundas intenciones. Enel Prlogo de la 101. Logica nova, Llull critica la lgica tradicional por ocuparseexclusivamente de estas ltimas porque no se pueden conocer perfectamente si sedesconocen las primeras.2

    Qu quiere decir con esto? Aqu Llull usa la nocin de primera y segunda intencinen el sentido de la lgica tradicional y no se refiere en esta afirmacin a la primera y

    1 12.Ars universalis, MOG I, viii (483-606), p. 483: La intencin final de esta Arte es descubrir la verdad.Esta intencin se divide en cuatro partes: la primera es amar el bien; la segunda, odiar el mal; la tercera,saber cmo operar el descenso desde el universal compuesto por las figuras hasta la bsqueda y eldescubrimiento del particular en el que deseamos conocer la verdad; y la cuarta, ofrecer una demostracinnecesaria de aquello que en las restantes ciencias existe slo como creble o probable de acuerdo con laverdad. Esta Arte avanza mediante estas cuatro intenciones, pues se dirigen todas ellas a un mismo fin:adquirir la ciencia de encontrar la verdad.2 VaseLogica nova, ROL XXIII (1998), p. 16, ln. 13-19: Verumtamen quia logici consideratio circa

    intenciones versatur secundas, quas perfecte cognoscere nequit, primis intentionibus ignoratis. Ideo in hocnostro compendioso et novo opere, ponentes, deficientes et demonstrantes, in aliquibus passibusnaturaliter et philosophice procedemus, ut primarum et secundarum intentionum notitia naturaliter etlogice a scientibus hunc librum plenarie ac clarissime habeatur.

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    segunda intencin lulianas, nociones originales por l acuadas.3 Si se entiende porobjeto lo representado en el estado final de una conciencia en acto de conocer, porobjeto de primera intencin entendemos aquellos predicados que conciernen a lascosas en si mismas consideradas, y por objeto de segunda intencin los predicadosque tan slo convienen a las cosas en su estado de conocidas. Cuando, por ejemplo,

    observo a Pedro con la intencin de saber lo qu es un animal racional, y pienso quePedro es un animal, pues a este gnero pertenece, en este caso considero un objetode primera intencin. Pero cuando pienso en Pedro como siendo el sujeto dela proposicin pensada Pedro es un animal, aunque mi pensamiento sea verdadero,se trata en este caso de un objeto de segunda intencin, es decir, de algo que noexiste ni puede existir en el propio ser de Pedro: algo que conviene a Pedro slo por elhecho de estar yo pensando que Pedro es un animal. No es por tanto una propiedadreal de Pedro sino una propiedad lgica del Pedro pensado.

    La lgica tradicional ordena exclusivamente objetos de segunda intencin, que noexisten ni nunca existirn en el mundo real, porque son solamente relaciones de razn;por este motivo no es una parte de la Metafsica. ElArs, dice Llull en el primer captulo

    de la 29.Introductoria Artis demonstrativae, difiere de la Lgica y de la Metafsica enel modo de considerar su objeto, pues la Lgica lo considera segn el ser que tiene en elalma, la Metafsica, segundo la razn de ente, es decir, de lo que tiene ser, y el Arsconsidera su objeto desde ambas perspectivas;4 por tanto, es superior a la lgica y a laMetafsica pues ayuda a encontrar la verdad en cualquier una de las dos, es decir, sirvepara hallar verdades en objetos de primera y de segunda intencin.

    Si Llull pudo criticar la lgica tradicional es porque todo el sistema artstico luliano,aunque no deja en el olvido las segundas intenciones, se apoya en las primeras. El Arsse destina a lo existente, a lo real, y lo alcanza mediante los conceptos, pero no a partirde ellos, sino que parte de lo real mismo, captado en las primeras intenciones. Es muyimportante comprender esto para entender el Ars. La unificacin del saber que seobtiene con elArs es, como veremos, una unificacin en el acto. En la lgica aristotlicala mayor o menor universalidad de los conceptos depende de la posicin del conceptoen la proposicin mental,5 es decir, de una propiedad lgica: de la posicin en elpensamiento. La lgica luliana, por ser una lgica que considera las cosas tal como sonfuera del pensamiento, no funciona as. La mayor o menor universalidad de losconceptos se basa en una propiedad real, en un acto. Segn la mayor o menorcontraccin del acto que constituye la cosa se obtendr una mayor o menor

    3 Sobre el concepto de primera y segunda intencin en Llull, que difiere de la acepcin de la lgica

    tradicional sobre estos trminos, consltese C.LOHR,Ramn Llull: Christianus arabicus, in Randa 19(1986), pp. 7-34, esp. p. 14.

    4 Vid.Introductio artis demonstrativae, MOGIII, ii (93-204), p. 147: La metafsica considera las cosasque estn fuera del alma, en cuanto convienen en la razn de ente. La lgica sin embargo las considerasegn el ser que tienen en el alma, pues trata de ciertas intenciones que obtenemos de las cosasinteligibles, a saber, del gnero, de la especie y otras semejantes, y tambin de aquellas otras queconsisten en actos de la razn, como el silogismo, la consecuencia y otras tales. No obstante, este Ars,como suprema de todas las ciencias humanas, considera indiferentemente el ente segn este o aqulmodo. Por tanto no se debe considerar elArs como una lgica solamente material, o solamente formal.Es precisamente el examen del ente segn los dos modos indiferentemente dice Llull , lo que lepermiti avanzar mucho en la lgica formal. Llull estudi mucho la contradiccin, que es algo inherente ala posibilidad. En muchas partes de suArs se estudia la lgica de lo que est en potencia, y que por tanto

    no est afectado por el principio de la no contradiccin. Hoy en da, gracias a los estudios de GuilhermeWyllie ya se sabe que Llull desarroll una lgica paraconsistente.5 As, si el concepto ocupa la poscin de predicado, ser siempre universal si la proposicin es negativa yser siempre particular si la proposicin es afirmativa.

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    universalidad. En los textos lulianos, las propiedades lgicas6 dependen directamente delas propiedades reales.7 Llull buscar siempre trminos medios que sean verdaderosmedios reales entre las cosas significadas por los silogismos. Dice, por ejemplo, que elacto de sentir tiene lugar en las sustancias, en los animales y en el hombre; pero, sindejar de ser la actividad comn a ellos, es ms universal en la sustancia, menos en el

    animal y an menos universal en el hombre, y debe ser el autntico trmino decomparacin entre dos extremos cualesquiera, por ejemplo sustancia y hombre. En lossilogismos lulianos el trmino medio es siempre un acto.8

    La crtica que Llull formula a la lgica tradicional es profunda. En efecto, ni laparticipacin formal platnica, ni la participacin predicamental aristotlica, por nosuperar la univocidad formal, podan explicar satisfactoriamente ni la multiplicidad delas especies ni el porqu de sus diferencias. La participacin anloga en el ser permitisuperar el primer problema,9 pues si no es suficiente una participacin, en mayor omenor grado, en una perfeccin cualquiera para dar origen a una escala de perfeccionesespecficas, cuando es la forma la que presenta grados distintos por participaranlogamente ms o menos en el acto, s que se puede explicar la diversificacin

    especfica. Pero el segundo problema el porqu de las diferencias no queda resuelto,ni Aristteles quera resolverlo, pues segn l lo primero era la multiplicidad de lasespecies, sin que hubiese nada superior que unificase esta multiplicidad.10 Quedaba puesan por ver en que consisten las diferencias entre las distintas formas, es decir, losprincipios de la esencia, si las formas fueren substanciales, o de los accidentes, cuandono lo fueren.

    Llull aprovech el avance medieval de la participacin de la realidad en el acto de serpero la enfoc, como veremos despus, a partir del acto. Cada esencia tiene unaactividad propia, que explicar mediante los correlativos. Siguiendo este modo deproceder, sistematiz una lgica universal basada toda ella en los distintos actos de loexistente. Esto es posible, porque los actos, al ser formalizados, se diferencian entre si yadems son ellos los que diversifican las esencias. El mecanismo del Ars lulianocomparar las esencias entre si, pero siempre a partir de los actos de sus sujetos. Si semantiene el punto de vista del acto, la multiplicidad formal de las esencias puede serreducida a la unidad y de esta manera se abre un camino para la unificacin del saber.

    Es lo que hace Llull en el Ars. ste es, bajo la perspectiva del acto, una lgica detodas las lgicas, un Logos, que piensa todo lo real, pues lo real, siendo acto, esinteligible. Adems, tambin se podr encontrar en su interior, y en su manejo por elartista la persona que trabaja con el Ars, otros subconjuntos lgicos relativos a losdiversos objetos: lgica, metafsica, teologa, derecho, etc. Todos ellos tienen su espacioen elArs.

    Por tanto, los actos substanciales y accidentales de los entes ganan en el Ars, portanto, una posicin nuclear. Llull ve las esencias de cada ente como constituidas por unanatural actividad, de tal manera que todo lo que existe, existe por sus actos, pero segnuna determinada esencia. Al pensar un ente substancial o accidental , lo abstrado es

    6 Universal o particular son propiedades de las cosas pensadas.7 Por ejemplo, entre sustancia, animal y hombre el acto de sustantivar es ms universal enanimal que en hombre.8 Sobre el silogismo luliano, Cf. R. CORDESCHI, Il sillogismo di Lullo, en Atti del ConvegnoInternazionale di storia della logica, San Gimignano, 4-8 dicembre 1982, CLUEB, Bologna, Italia 1983,pp. 259-264. Cf. tambin RAIMUNDUS LULLUS, De conversione subiecti et praedicati et medii, ROL VI(1978), pp. 251-275.9 Para el tema de la multiplicacin de las formas, Cf. B. MONTAGNES,La doctrine de lanalogie de ltredaprs Saint Thomas dAquin, Publications Universitaires, Louvain 1963, p. 15.10 Para el tema de la imposibilidad, segn Aristteles, de unificar la realidad por medio de una nicacausa Cf. J. GARAY,Aristotelismo, Themata, Sevilla 2007.

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    su esencia, y, aunque Llull atribuye a todo lo abstracto algo de confuso,11 la esencia sedefine y se aclara en el ente existente y concreto. Por este motivo, afirma que la esenciase sustenta en su acto (esse).12 Es precisamente al contraerse cada esencia, por su acto, asu sujeto, que este tendr como caracterstica natural un acto suyo natural. Llull, graciasa esta manera de entender el ente, consigue unificar el mundo del pensamiento y el

    mundo de lo real, lo abstracto y lo concreto, en el ente-sujeto individual. Al mantenerpara la esencia este carcter de pensado consideratum y al sustentarla en el actopropio natural del ente, se ilumina extraordinariamente, como veremos enseguida, ladependencia de Dios de todo ser y operar.

    1.2 Los principios generalsimos, principios del ser y del conocer

    Al observar la totalidad de lo real, lo que, en un primer momento, se puede captar dealgn ente existente se constituye en objeto de primera intencin. Obviamente, locaptado ser una esencia existente finita. A seguir, Llull se levantar, directamente, ymediante un nico paso, de la realidad finita e imperfecta hacia realidades que puedenser por s, hacia realidades subsistentes. As descubrir una serie de principios reales

    generalsimos que son, segn l, principios de toda la realidad, desde la ms nfimahasta la realidad divina.

    A lo largo de las diferentes versiones del Ars, estos principios variaron en nmero,pero en la versin final definitiva, el 128.Ars generalis ultima, Llull presenta dieciocho,divididos en dos grupos. En el primero sita (1) la Bondad, (2) la Grandeza, (3) laEternidad o Duracin, (4) el Poder, (5) la Sabidura o Entendimiento, (6) la Voluntad,(7) la Virtud, (8) la Verdad, y (9) la Gloria.

    Lo primero que llama la atencin es que los principios sean varios. Llull pone lamultiplicidad y no la unidad en el origen de los seres. La multiplicidad entraadiferencias, tanto en el mundo fsico como en el metafsico. A su vez, habr diferenciasen los objetos pensados.13

    Adems, los principios son universales, mejor dicho, universalsimos. Esto quieredecir que por encima de ellos no hay nada ms, y que ellos mismos existen en muchos yse predican de muchos, de Dios y de las criaturas.

    Y son reales, es decir que, aunque pueden ser pensados, su ser es activo e independedel pensamiento.

    Pero como Llull pretende recoger la totalidad de las significaciones del ser, defineotro grupo de nueve principios, tambin generalsimos: (10) Diferencia, (11)Concordancia, (12) Contrariedad, (13) Principio, (14) Medio, (15) Fin, (16) Mayoridad,(17) Igualdad y (18) Minoridad.

    Este segundo grupo de principios ayuda a entender mejor tanto los del primer grupo

    como los del segundo, pues todos ellos, por sus diferencias, no se confunden entre si(sunt rationes inconfusae), y por sus actos mutuos e influencias respectivas,concuerdan entre s. La contrariedad surge cuando se destruye laconcordancia. El propio principio, debe principiar todo lo que es principiado; atravs del medio, el principio alcanza su fin y su perfeccin, por lo que la raznde fin tiene que ser tambin un principio necesario. Llull clasifica el principio que

    11 Cf. RAIMUNDUS LULLUS,Die neue Logik, Logica Nova, Textkritisch herausgegeben von Charles Lohr,Felix Meiner Verlag, Hamburt 1985, pp. 170-19: Essentia est aliquid confusum, consideratum, perquam esse est consistens, quoniam sicut bonum est concretum suae bonitatis, quae sua essentia est, sicesse est concretum essentiae.12 Cf. RAIMUNDUS LULLUS,Liber de universalibus, ROL XII (1984), p. 158, dist. 5, 5 e 6: Abstractum

    est essentia rei; sicut albedo albi, grammatica grammatici. Concretum est esse, in quo sustentaturabstractum, quod est sua essentia; ut homo, arbor, etc..13 Cf. RAIMUNDUS LULLUS, Liber contradictionis, ROLVII (1975), p. 145, ln. 287-288: Impossibileest, quod in intellectu sit intelligere sine distinguere.

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    tiende a un fin an no posedo, como principio menor, por eso existirn en las cosas losprincipios de mayoridad, igualdad y minoridad, sin los cuales no podra haberorden, paz o tranquilidad, ni nada movido de menor a mayor, sino slo confusin yseparacin y por consiguiente ausencia de conocimiento y operacin.14

    Estos principios no equivalen a las categoras aristotlicas, tambin llamadas gneros

    del ser, pues stas solamente se refieren a uno de los muchos sentidos que puede tener elpensamiento de lo real: las sustancias fsicas y metafsicas. Llull pretende explicar latotalidad de las formas de lo real, que es mucho ms rica, pues abarca lo real actual, loreal potencial, lo real verdadero, y lo real falso, la contradiccin real y de razn, lo realhistrico, en fin, todas las formas del pensamiento. Los principios permitirnexplicarlas.

    Cmo? Asociando unos principios con otros y con ayuda de sus definiciones, sepuede obtener un conjunto de proposiciones primeras, fundamentales que estarn en labase de las famosas rationes necessarias, a la luz de las cuales se podrn efectuarinnmeras demostraciones sobre Dios y el universo criado. Los principios generalsimosadquieren, as, eficacia cognoscitiva y se tornan los supremos principios del conocer.

    Cuando considerados en Dios, Llull llamar a estos principios Dignidades tambinlas llama a veces Emperatrices, Reginae, Honraments, Principia, Virtutesy, usando la analoga metaphorice sive per similitudinem ,15 dir que en Dios cadauna de ellas es infinita, convertible con las otras, de tal manera que una se puedepredicar de otra,16 y convertible tambin cada una de ellas con la esencia divina. Conexcepcin de la Minoridad, pues Dios es por su fin absoluto, y de la Contrariedad, puesen Dios la Concordancia es infinita, tambin se encuentran en Dios todos los otrosprincipios del segundo grupo, aunque de un modo infinito.

    Como no podra dejar de ser, las dignidades son tambin activas; y al tratar de susactos intrnsecos afirma rotundamente que si no lo fuesen fracasaran en su infinitud yeternidad. Adems, dice que, sin actividad, Dios no conocera sus propias Dignidades ypor tanto no se conocera a si mismo.17

    En las criaturas, los principios son siempre finitos y no se puede convertir entre si.Ms adelante, al analizar la actividad de los principios generalsimos mediante loscorrelativos, veremos que Llull trata esa actividad de modo diferente en Dios y en lascriaturas.

    Como Llull efecta la ascensin de lo finito a lo infinito? Sin salirse del orden real.Utiliza el mismo mtodo que sigui Avicena, que va directamente de la perfeccin

    14 Cf. LE MYSIER,Breviculum, ROL Supplementum Lullianum (1990), Tomus I, Pars Dispositiva, p. 66,ln. 1086-1145.15 Cf.Investigatio generalium mixtionum secundum Artem generalem,ROLXVII (1989), p. 415, Dist. I:De mixtione divinarum dignitatum non intendimus hic loqui nisi metaphorice sive per similitudinem etsecundum modum intelligendi.16 Cf.Liber de divina existentia et agentia, ROLVIII (1980), p. 112, I Dist.: Bonitas autem contracta adDeum est optima, et magnitudo maxima, aeternitas aeternalissima, potestas potentissima, intellectusintellectissimus, voluntas volissima, virtus virtuosissima, veritas verissima, gloria gloriosissima etperfectio perfectissima. Ista autem principia sunt in Deo proprietates. Et dicuntur proprietates, quia sunt insuperlativo gradu existentes. Et una de alia praedicari potest, et sic de Deo: Et hoc sic: Bonitas optima estmagnitudo maxima, aeternitas aeternalissima, et sic de aliis, et e converso, mutando subiectum inpraedicatum. Deus est etiam bonitas optima, magnitudo maxima, etc., et e converso, mutando subiectumin praedicatum. Talis autem conversio atque praedicatio in nullo alio ente nisi in solo Deo inveniripotest.17 Cf. Ars generalis ultima, ROL XIV (1986), pp. 191: Dicitur, quod frustra est potentia, quae non

    reducitur ad actum. Adhuc dicitur, quod potentia cognoscitur per actum, et actus cognoscitur perobiectum. Et sic significatum est, quod divinae dignitates habent actus; sine quibus dignitates Dei essentfrustra in infinitate et aeternitate. Et Deus non cognosceret suas dignitates, neque obiectaret se ipsum.Unde sequeretur, quod Deus non esset Deus per suas dignitates; quod falsum est, ut supra probatum est.

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    limitada a su causa, y que se basa en que toda perfeccin esencial o toda propiedad quese encuentre en minoridad o de un modo deficiente, esto es, realizada no segundo todala amplitud de que es capaz, necesariamente es causada ab extrnseco.18

    Veamos, en sus mismas palabras, el paso de la bondad finita a la infinita:

    Existe la bondad. Y alguna bondad es por si misma. Y tal bondad est en el grado superlativo, porno haber otra, en su gnero, superior a ella, y tambin porque realiza todas las otras bondades que no sonpor s mismas. Pero si esta bondad no existiese, su opuesta sera; y todas las otras bondades seranimperfectas al estar privadas de ella, lo que es imposible. Por tanto, la suma bondad es real, y la causa deesto ser as es el mismo ente ptimo, que produce lo ptimo. Si no fuese as, la bondad no sera suma, nipermanecera en el grado superlativo.19

    Observemos que en esta demostracin Llull asciende directamente, y mediante unnico salto, de la realidad de la bondad imperfecta, la bondad que no puede ser por simisma, hacia la existencia de la bondad perfecta, la bondad subsistente. Adems,aclara que la causa de que la suma Bondad sea real es el mismo Ente ptimo queproduce lo ptimo. Proceder de la misma manera con las otras perfecciones, tomandosiempre como punto de partida a los entes finitos, considerados siempre bajo algnaspecto particular (por ejemplo, su forma particular, el entendimiento, la duracin, lagrandeza, la cantidad, etc.), y a partir de ellos ascender a la infinitud real de aquellaperfeccin, que Llull identificar con el ser infinito.

    De este modo, se ampla el nmero de los objetos pensables por el artista. Adems delos objetos de primera intencin, sacados directamente de la observacin de la realidad,disponemos ahora de otro conjunto de objetos reales, de contenido infinito. Nopodemos, por ejemplo, tener una idea completa y exhaustiva de la bondad infinita deDios, pero s que podemos hacer de ella metaphorice sive per similitudinemun objetode pensamiento, pues sabemos que existe y que es anloga a la bondad finita conocida.Y as con los otrosprincipios generalsimos.

    De esta manera, se amplia en mucho el campo del filosofar. Si en un primermomento, con ayuda de los sentidos y de la imaginacin, la filosofa se construyemediante el intelecto; despus, con los principios generalsimos, se torna superior, ygana su corona de oro (et habeo coronam auream).20

    1.3. La perspectiva del acto. Los correlativos.Ya dijimos que el abordaje que Llull hace de la realidad se efecta siempre a partir

    de la actividad. Aunque el ser sea acto, Llull no considera los entes bajo la perspectivadel ser, pues sta, al no poder ser la perspectiva del ente supremo, ya que no tenemosacceso a l, slo podra ser la perspectiva del esse comune, que es algo abstracto y que

    18 Cf. F. P. MUIZ,La cuarta via de Santo Toms para demostrar la existencia de Dios, en Revista deFilosofa 10-11 (1944), pp. 417-422. S. Toms, para demostrar la existencia de Dios, en la cuarta va,utiliza por lo menos tres procedimientos: el platnico (la multiplicidad es causada por unidad), elaristotlico (se dice que una perfeccin se encuentra realizada en diversos grados por referencia a unmximo), y el aviceniano (si una perfeccin existe no segundo toda su razn de ser, es causada por unagente extrnseco).19

    Cf.Metaphysica nova et compendiosa, ROL VI (1978), p. 11, dist. I: Bonitas est. Et quaedam bonitasest propter se ipsam. Et talis bonitas est in superlativo gradu, eo quod non habet aliquid, quod sit de suogenere, supra se, et quia etiam perficit omnes alias bonitates, quorum nulla propter se ipsam est. Et si talisbonitas non est, suum oppositum est; et ipsa privata, omnes aliae bonitates sunt imperfectae. Et quia hocest impossibile, idcirco ipsa summa bonitas est. Quae est ratio ipsi enti optimo, quod producat optimum.Aliter ipsa bonitas non esset summa et in superlativo gradu permanens.20 Cf. Liber lamentationis philosophiae, ROL VII (1975), p. 87, Prol.: Ego autem dupliciter sumphilosophia videlicet: Primo cum sensu et imaginatione mens intellectus causat scientiam. Post autemcum duodecim imperatricibus quae sunt haec: divina bonitas, magnitudo [...] sum superius, et habeocoronam auream.

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    solamente nos permite ver que las cosas son, pero no sus diferencias. Aunque el acto nosea ms formal que el ser, y slo sea acto por el ser, siempre es algo que diferencia losentes en su existir y, por consiguiente, si los consideramos bajo su perspectiva,podremos acceder a sus principios formales, y a partir de ellos, a los principiosgeneralsimos o Dignidades.

    Como las Dignidades son los principios constitutivos de todos los entes, resulta que,al ser activas, todo lo existente se constituye en actividad. La metafsica luliana contieneuna visin de la realidad extremamente dinmica, sustentada toda ella en la actividad delos principios generalsimos.

    Sin actividad, dice Llull, ni Dios ni ninguna criatura tendran naturaleza, ni podrandisponerse relativamente hacia cualquier fin, ni poseeran actos naturales. Recordemosque, segn l, cada esencia es sustentada por su acto, el acto del ente concreto. Llull noadmitir nunca un acto sin sujeto, pero s que dir que no puede existir un sujeto sinacto.

    As, todo el universo es visto por Llull como una constelacin ordenada de actos,desde el acto simple y puro de Dios, que da el ser, o mantiene en l, a todos los gneros,

    especies e individuos, cada uno en su tiempo y lugar, hasta el acto de los entes finitoscriados. Gracias a la actividad propia de cada ente, la perfeccin concreta del universotiende a aumentar.

    Sin embargo, lo que constituye la contribucin ms original de Llull para explicaresta actualidad de los entes es su teora de los correlativos. Es posible resumirla as: nopuede haber actividad sin un trmino a quo y otro ad quem; con otras palabras, sin unprincipio y un fin, un agente y un paciente. Si los principios de la realidad son activos,deben considerarse necesariamente cada uno de ellos bajo su connatural pluralidad. Encada principio se encuentra, pues, un ncleo o propiedad activa, un ncleo o propiedadpasiva y el acto que los conecta. Estos tres elementos son realmente distintos yconstituyen juntos la nica esencia del principio. Los correlativos son los que posibilitanque el acto sea tal acto, es decir, determinado, concreto, sin confusin.

    Llull, por tanto, define los principios correlativamente. Por ejemplo, en 159. Libercorrelativorum innatorum, al describir los correlativos de la bondad, Llull dir que, laBondad es el ente por razn del cual lo que es bueno acta lo bueno (el concreto de lobueno).21 Con otras palabras: la bondad es lo que explica que un sujeto bueno slopueda ser tal, si, por razn de ella, acta lo bueno. Es una definicin que se basa en laactividad de un sujeto activo. Solamente se es y se es bueno por la bondad.22 Procede dela misma forma al definir los otros principios, y tambin al definir los entes, lasesencias, las potencias o facultades de los entes, la divinidad, el universo, lasoperaciones, etc., siempre sus correlativos han de ser distintos en nmero, carentes de

    cualquier confusin entre ellos, y mantenerse en su sentido original, pues de no ser asla esencia degenerara y su definicin se destruira. De hecho, cada correlativo equivalea la esencia completa.23

    21 Cf.Ars generalis ultima, cit., p. 21, ln 5: Bonitas est ens, ratione cuius bonum agit bonum.22 Creemos que no se debe tener en cuenta cualquier tentativa de transformar la metafsica luliana en unametafsica de la accin, es decir, una metafsica que situe el movimiento como primer principio de larealidad. As tambin piensa F. CANALS VIDAL que, cuando trata de la definicin luliana de la bondad,escribe: No dudo que algunos creern leer aqui una primaca de lo dinmico sobre lo entitativo, de laaccin sobre el ser, de la autorrealizacin sobre la sustantividad, y creern que el Doctor Iluminado nosdice que lo bueno se hace a si mismo bueno en la comunicacin del bien. Esta lectura sera totalmentecontradictoria con el pensamiento del Doctor Iluminado que dice (...), no bonifica si meteix car es bo.

    Cf. F. CANALS VIDAL, La demostracin de la Trinidad en Ramon Llull, in EL, vol XXV, fasc. 1,Palma de Mallorca 1981-83, pp. 5-23.23 Cf. 159.Liber correlativorum innatorum, ROLVI (1978), p. 132, Dist. 1: Dictum est, quod bonitasest ens, ratione cuius bonum agit bonum. Bonitas autem non posset esse ratio bono, quod produceret vel

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    Llull desarrollar todo un sistema morfolgico, basado en sufijos, para caracterizarestos correlativos. Expresar la potencia, o punto de partida, el origen, la capacidad deactuar de lo que acta, mediante el sufijo caracterstico del participio presente del verbocorrespondiente: -tivo, -ante, (-tivus, -ans, en latn); el objeto, el resultado, la capacidadde recibir el acto, mediante el sufijo caracterstico del participio pasado: -able o -ado, (-

    bilis, -tus, en latn); el acto vendr expresado mediante el infinito verbal.24

    As, los principios generalsimos, todos ellos, no pueden existir sin sus trescorrelativos. Y lo mismo ocurre en los entes finitos. Es tal la importancia de loscorrelativos en la constitucin de la esencia del ente concreto, que Llull los llamarpartes coesenciales del ente. Se comprende esta afirmacin si recordamos que cadaesencia concreta es sustentada por el acto del sujeto, y que este acto no podra darse sinsus correlativos. En 128.Ars generalis ultima, cuando se pregunta qu es lo que tieneuna cosa sin lo cual esta cosa no podra ser? Responde: los correlativos. De hecho,contina Llull, tomando como ejemplo el intelecto, si tenemos en cuenta que su actopropio es el entender, no podr darse ningn acto de entender sin que haya en elintelecto el inteligible. Por tanto, siempre los tres: lo intelectivo, lo inteligible y el

    acto de entender. Los tres correlativos constituyen un nico intelecto y una nicaesencia concreta indivisible: Et suum intelligere est actus innatus et intrinsecus, etomnes tres sunt unus intellectus et una essentia indivisa.25 Tngase en cuenta que eneste texto Llull se refiere al acto innato, permanente, substancial, de entender, medianteel cual el intelecto se entiende a s mismo.

    Gracias a los correlativos, resulta extremamente enriquecida la explicacin de lo quees cada realidad, es decir, la explicacin de su esencia. El aspecto formal de ella vendrdado por los correlativos del acto que indiquen capacidad de actuar; mientras que elaspecto material o potencial de la esencia lo constituirn los correlativos que indiquen elobjeto de este actuar.

    Cada vez que queremos conocer un ente, cualquier uno de ellos, nos preguntamospor su esencia. Llull nos dir que, como el ente est constituido por los principiosgeneralsimos, en grado finito y combinados entre s segn la medida indicada por laesencia, preguntar por una esencia es lo mismo que preguntar por sus correlativos, esdecir, por el acto natural de cada ente.

    Como estamos viendo, la metafsica luliana explica la realidad a partir de ella misma,de lo observado en ella, que es su actividad. No se conocen las esencias por suscomponentes lgicos, es decir, no se parte del concepto para entender las cosas, sino dela propia realidad. Las cosas, por tanto, se conocen por sus actos, y son stos, a travsde los correlativos, que revelan la esencia de la cosa.

    Llull trata de modo diferente el Ente Supremo y los creados. Si en ambos est

    presente una mezcla de principios, en el ente supremo estos principios y sus correlativosson infinitos y cada uno de ellos es idntico a la esencia divina. Dios es la Bondad si,

    ageret bonum, sine tribus correlativis, scilicet bonificativus, bonificabile et bonificare. Sine quibus bonusnon posset esse agens, bonificans ipsum bonificatum, bonificare ab utroque processum. Istis tribuscorrelativis existentibus distinctis, ab omni confusione remotis, in tantum, quod quodlibet eorumremaneat in suo numero et sua voce. Non quod bonificativus sit bonificatus vel bonificare, neque econverso; quia si sic, destruerentur vox et numerus eorum, et per consequens privaretur essentiarelationis, quia esset deformata. Ratione cuius privationis bonitas non haberet naturam, et esset vacua etotiosa, et sua definitio esset destructa; quod est impossibile. Verumtamen dici potest, quod quodlibetcorrelativum est tota essentia bonitatis, et ipsa est quodlibet correlativum, ut ipsa sit una essentia indivisaet incomposita, in sua primitivitate, veritate et necessitate permanens.24 Para este tema vase el artculo de J. I. SARANYANNA,en J. HAMESSE, y C. STEEL (eds.),Lelaborationdu vocabulaire philosophique au Moyen ge, Brepols, Turnhout 2000, pp. 323-336, y del mismo,Filosofa y teologa en el Mediterrneo Occidental (1263-1490), Eunsa, Pamplona 2003, pp. 99-110.25 Cf.De secunda regula quae est de C, in Ars generalis ultima, cit., IX.1.1.2, IV.2.

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    por ejemplo, nos fijamos en la Bondad, y esta Bondad est constituida por los trescorrelativos: un bonificativo, un bonificable y un bonificar. Como en Dios el acto de laBondad es infinito y eterno, los tres correlativos constituyen un nico bonificado: elbonificable, el bonificativo y el acto de bonificar, aunque sean distintos entre si segnsu nombre y nmero, son idnticos, cada uno de ellos, al bonificado.26 Y lo mismo se

    podra decir de los otros principios, siempre y exclusivamente cuando fuerenconsiderados en la divinidad. En los seres creados, Llull afirma que sus principios noson infinitos y por tanto su mezcla es diferente. La operatividad de los entes creados, alser finitos sus principios, no se basta a si misma y por eso debe poseer un trmino adquem para completarse. Eso explica que los entes creados, adems de depender delCreador, dependan tambin entre si para completarse y alcanzar su perfeccin entitativa.De ah que se deba decir que se encuentran in fieri.

    Continuando con el ejemplo anterior y examinando nicamente la bondad de undeterminado ente creado, constataremos que en l los correlativos de su bondad no sonconvertibles. En el ente creado bonificado por su acto de bonificar, por su bonificativo,y por su bonificable el bonificado no se convierte con el bonificable, porque este

    ltimo est in fieri27 mientras que el bonificado es ya un ente hecho, in facto esse. Lomismo se podra decir de los otros principios del ente creado. De este modo loscorrelativos del acto ayudan a entender como un ente puede permanecer en su ser y, almismo tiempo, est construyndose en su ser.

    La perspectiva del acto impregna el Ars y tambin su mecanismo. De hecho, el Arsbusca una explicacin verdadera de las cosas, y esta explicacin se obtiene observandola congruencia de los actos. Llull parte de que la cosa conocida, en acto de serconocida (el objeto), es el mismo intelecto (el sujeto) en el acto (el acto) deconocer esa cosa. En el acto de conocer, el sujeto es el objeto. Toda la escolsticaafirmaba esto.28 El Ars permite desarrollar esta identidad y tornarla camino y mtodopara conocer la verdad. Cmo? Simplemente comparando los extremos de estaidentidad presente en el acto de conocer.

    26 Llull dice repetidas veces que el bonificativo y el bonificable no se convierten en las criaturas, Cf.Excusatio Raymundi, ROL XI (1983), p. 359, ln 174-181. Bonificativum et bonificabile nonconvertuntur in creatis, eo quod bonificabile est in fieri, et bonificatum in facto esse. Pero s que seconvierten en Dios, si bien son distintos. Continua: Sed in Deo convertuntur, propter hoc quia actusbonitatis est infinitus et aeternus (Ibid., ln 179-181).En Dios, segn Llull, ocurre lo siguinte: El bonificable y el bonificar intrnsecos son infinitamenteproporcionales al bonificativo infinito. Y lo mismo se puede afirmar de las otras Dignidades. Es decir,Llull no afirma que los correlativos en Dios son idnticos - no lo puede decir - sin que la relacin entre

    Ellos es infinita, permanente e intacta. No afirma que las Personas divinas son las relaciones, sin que lasrelaciones entre Ellas son infinitamente proporcionales. s su manera de evitar decir que las Personas sonidnticas. En el Liber correlativorum..., cit., p. 140, ln 355-360, dice: et ideo necessarium est, quod inipsa bonitate bonificativus, bonificabile et bonificare personaliter sint distincta, ut relatio infinitaremaneat integra et illaesa, ita quod bonificabile intrinsecum infinite proportionetur suo bonificativoinfinito, et sic de bonificare. Las relaciones entre las Personas son infinitamenteproporcionale (es decir,semejantes, en parte igual y en parte diferente), y por eso dice que los tres correlativoss sonpersonalmente diferentes.27 Cf. J.GAY ESTERLICH,La teoria luliana de los correlativos, Palma de Mallorca 1979. En la p. 122dice que Llull, en el Liber de potentia, obiecto et actu, afirma que omnis actus definitus perdefinitionem ante dicta est factus et est in fieri (I, 3(7)). La definicin ante dictam es actum estoperatio, quae exit de potentia et obiecto.28 Aristteles haba resumido la esencia del conocimiento en la afirmacin de que el entendimiento en

    acto es lo entendido en acto y esta doctrina fue asumida por la escolstica posterior. Para el tema de launidad entre sujeto y objeto, de la coincidencia entre inteligente y de lo entendido, en la identidad del actode conocimiento, vase F. CANALS VIDAL, Sobre la esencia del conocimiento, Biblioteca Universitaria deFilosofa, PPU, Barcelona 1987, pp. 456-476.

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    Expliquemos. En todos los ejemplos ofrecidos por Llull sobre las aplicaciones delArs vemos que primero procede observando el tema de investigacin, es decir, el objeto,y a seguir lo amplia con ayuda de los principios y de las preguntas propias del sistemadel Ars, obteniendo de este modo un conjunto posible de verdades particulares sobreaquel objeto. A seguir, se coloca en la perspectiva del acto del sujeto el artista en acto

    de conocer el objeto, y purifica este acto de los posibles desvos que en l se podranencontrar en el caso de que el acto no hubiese sido bien rectificado por los principiosuniversales generalsimos. Se obtiene as otro conjunto de proposiciones o verdades,ahora ms universales. Finalmente, bastar comparar las dos perspectivas, la del objetoy la del sujeto, es decir, verificar si las verdades particulares respetan las universales.Esta comparacin exige el descubrimiento de los trminos medios, mediante los cualesse puede demostrar que las verdades particulares estn o no contenidas en lasuniversales.

    Desde la perspectiva del actuar, la verdad es siempre una congruencia entre dosextremos: el acto del sujeto y su objeto. El error, una incongruencia. Aunque elmecanismo delArs parezca complicado, en el fondo obedece a una gran simplicidad.

    Finalmente, cabe preguntarse si la perspectiva del acto equivale a la perspectiva delser.

    Si por perspectiva del ser entendemos que el ser es una perfeccin poseda en comnpor todos los entes y originaria de todas sus otras perfecciones y por ellas participada, larespuesta tiene que ser que la perspectiva luliana del acto no equivale a la perspectivadel ser as entendida. En ningn momento del Ars Llull habla del actus essendi. Peroesta falta de equivalencia no ocurre por oposicin sino ms bien por estar la segundaenglobada en la primera, pues el acto es ser.

    De hecho, tambin el ser es acto siempre29 pues es perfeccin, y el acto de suyo diceperfeccin de ser. En esto estn de acuerdo casi todos, y as vimos lo que piensa Llullcuando, al preguntarse en el 128.Ars generalis ultima qu es lo que tiene una cosa sinlo cual esta no podra ser? responda: los correlativos. Es decir, sin los actos del sujetoexpresados por los correlativos, este sujeto no existira. Llull exige siempre unaactividad para que el ente exista, es decir, para que sea real. Igualmente, al explicar loque es el hombre, dice claramente que sin los actos del alma y del cuerpo no habrahombre.30

    Para abundar ms en los ejemplos, podramos an recordar que Llull dice que el almahumana no podra existir sin los radicales actos propios de su entendimiento, sumemoria y su voluntad, al entenderse, recordarse y amarse a s mismo. Llull supeditasiempre el ser a la actualidad.

    Donde est pues la diferencia entre la perspectiva del ser y la perspectiva luliana del

    acto? Pues en que en la primera hay una reduccin de todas las perfecciones a una sola,que es la perfeccin del ser, mientras que la perspectiva del acto pone a muestra elcontenido de este ser al revelarlo mediante los Principios generalsimos o Dignidades.En vez de hablar del ser, nos dice en qu consiste este ser: en una mezcla de Principiosprimeros, activos, relacionados entre si, de tal manera que, en Dios, el primero ser(esse), se identifica con la esencia divina; en las criaturas, los principios son finitos y lamezcla distinta.

    29 Cf S.TOMAS DE AQUINO, Summa Contra Gentiles, I, p. 38.30 Cf. Libre de Home, in Obres de Ramon Llull, Mallorca 1950, vol. XXI, p. 28: E a mateix dels actusde l nima e del cors, qui sajusten, e de lur conjunyiment e ajustament resulta e hix home qui passa e est

    en ter nombre, e s lo tot simple en nombre de home, segons sa diffinici, e ses parts sn la sua formacomuna e matria comuna e l actu com que dit havem. E en ax home est en lo som. Sobre el sentidodel som luliano, cf. S. TRIAS MERCANT, Nota sobre la pregunta antropolgica lulliana, in SL 40(2000), pp. 111-115.

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    Adems, por haber distinguido estos Principios, aunque Llull los unifique en Dios,podr deducir que Dios es acto puro, porque es de si mismo y no de otro serpreexistente.

    De Deo, per regulam D deducto Per primam speciem regulae D quaeritur: Deus de quo est? Et

    respondendum est, quod est de se ipso. Ens enim, habens rationes infinitas, habentes actus infinitos, nonpotest esse de aliquo alio praeiacente. Sed ipsa quidem est praeiacens omnibus aliis entibus, differentibusab eo per essentiam, ut divina bonitas, quae est primitiva omni alii bonitati. Sicut ens infinitum, quod est principium enti finito. Et sic potest dici de divina magnitudine, aeternitate, et ceteris. Et in isto passucognoscit intellectus humanus, quod Deus est actus purus.31

    Llull se sita siempre en la perspectiva del acto de los principios, no en la del ser.

    1.4 La perspectiva de la parte

    Estamos ya casi en la posesin de todos los elementos que nos permitirncomprender correctamente el mecanismo del Ars. Pero falta aadir uno ms. Sabemosque el artista, en su ansia de conocer la verdad, coloca como objeto de su pensamiento

    la realidad concreta existente; adems, sabemos que sta se fundamenta en la actividaddel ser, y que la esencia de cada ente viene expresada por los correlativos de su actonatural. Qu es lo que nos falta?

    Un pequeo detalle: que la perspectiva del acto que acoge el artista, no abrazasolamente el acto de la sustancia y del accidente, sino que considera tambin el ser de laparte.

    El estatuto de la parte en la sustancia que no debe ser confundido con el delaccidente era ya discutido en tiempos de Llull. ste, para obtener informacin sobrerealidad cualquier, considera primero sus partes constitutivas. Todo lo que existe, todolo que es, todo lo que coexiste, se compone de partes diferentes, que de ningn modo seconfunden: podrn unirse en sistemas ms o menos complejos, pero nunca se

    confundirn.Esta es la ptica de Llull, la ptica de la parte. El texto de la 128. Ars generalis

    ultima contiene innmeras observaciones sobre las partes de los entes que seconsideran. Por qu? Es una consecuencia de querer unificar todos los conocimientosdesde la perspectiva del acto. Aunque sea el ser el acto de la sustancia, las partes de lasustancia tambin son reales pues se sustentan en el ser del todo, y ayudan a explicar eltodo.

    Pensar en el estatuto metafsico de la parte, sin embargo, no fue un invento de Llull.Ya en su tiempo, se atribua tambin a las partes del ente compuesto que no debemosconfundir, repetimos, con los accidentes una cierta composicin de materia y forma,no actual, pero s habitual,32 lo que nos permite tambin poder considerar las partescomo tales, incluso cuando ya estn separadas del todo. Llull opt por esta perspectiva,sin duda presionado por la necesidad de construir una lgica real. Con ello, supera unadeficiencia de la metafsica tradicional que, a pesar de conocer el estatuto de la parte, no

    31 Cf.Ars generalis...,cit.,IX, i.2, n. 332 Cf. el opsculoDe natura generis, n. 519 de S. Toms de Aquino, cuya autenticidad se discute: Cumautem materia non possit esse per se, pars autem per se esse possit, cum in hoc differat ab accidente, sednon secundum quod pars est, sed secundum quod ens per se quod inest sibi a toto, necessario in eo quodpars est, est aliqua compositio materiae et formae, non quidem actualis sed quasi habitualis in parte quaepossit subsistere a toto divisa quia quod actu subsistit convenit sibi non secundum quod pars est, quia hoc

    habet a forma totius a qua esse habet actu pars participative tantum, cum impossibile sit duo essesubstantialia in una re ponere, nisi illa res sit duo entia, cum esse sit actus entis. Compositum ergo ex illamateria et forma non erit aliquod ens actu. Unde nec istam formam aliquod esse sequitur, cum esse nonsequatur formam nisi quando compositum est per se existens, cuius est esse actu.

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    lo desarroll hasta sus ltimas consecuencias y se concentr en el estudio de lasustancia y de sus accidentes.

    1.5 El secreto delArsCuando en el Prlogo del 12. Ars universalis Llull explicita la finalidad del Ars,

    veamos que esta era descubrir la verdad y divida esta intencin en cuatro partes,siendo las dos primeras: amar el bien y odiar el mal. Es obvio que no se puedaalcanzar la verdad sin amar el bien y odiar el mal. Esto se ve muy claramente en lasverdades del conocimiento prctico, que investiga cules son las acciones que se debenponer por obra y cules se deben evitar. De hecho, cuando una verdad prctica contraranuestro gusto o nuestra voluntad, tenemos dificultad en aceptarla. Es ms, en casi todoslos casos, la verdad prctica, es decir, el reconocer si una conducta o una accin esbuena para nosotros, coincide con lo que queremos.

    Llull saba esto, no slo porque seguramente conoca lo que deca S. Agustn el cual,sabiendo que la verdad no consiste slo en pensamientos o palabras sino en los hechos,afirmaba que construimos la verdad en nosotros mismos cuando, aborreciendo el mal

    que hicimos, andamos de sobre aviso para no pecar ms y hacemos penitencia de lospecados pasados, y as abandonamos las tinieblas y nos abrimos a la luz de laverdad,33 sino tambin por experiencia propia. Adems, en su tiempo, las ticas deAristteles ya haban sido ampliamente comentadas por telogos o filsofos y por tantoera algo sabido que las conductas, mejor dicho, las finalidades que con ellas pensamosalcanzar, nos parecen buenas o malas segn sean nuestras disposiciones. Qualiscumqueunusquisque est talis et finis videtur ei deca el Estagirita.34 Tal cual somos, as nosparecen los fines. Es decir, que al hombre bueno, lo bueno le parece bueno; pero almalo, lo malo le parece bueno.

    Si elArs pretende descubrir la verdad, tanto terica como prctica, cmo es posibleeste descubrimiento en una tal situacin? Efectivamente, estamos rodeados de personasque aman el error, y se mueven atrs de l, porque lo consideran conveniente a supersona. Si, como veremos, el mecanismo delArs no funciona slo, y es el artista el quedebe saber utilizar sus reglas, preguntas, condiciones, etc. y es l quien debe saberescoger las respuestas ms adecuadas, es evidente que, segn sea el artista, asfuncionar elArs.

    De hecho, lo que nos ocurre a todos y as lo explicaba Aristteles es lo siguiente:debido a la unidad del ser humano, la afectividad y la voluntad tienen una fuerteinfluencia en el entendimiento, hasta el punto que el ltimo juicio de la razn prcticaviene determinado por ellas. Por ser, las conductas, objetos contingentes, singulares eirrepetibles, el entendimiento nunca terminara su deliberacin sobre la multitud de

    conductas posibles en una determinada situacin; y as, la deliberacin slo seinterrumpe por la intromisin de la voluntad, que se inclina y quiere una de ellas. Laconducta deseada por la voluntad acaba siendo presentada por el entendimiento comobuena.

    Al seguir esta conducta, sea ella objetivamente buena o mala, dejar una marca ennuestra personalidad, pues toda actividad deja una huella en el agente. As, poco a pocoy a lo largo de la vida, vamos montando nuestra escala de valores, que es la que revelanuestra disposicin actual: lo que hoy nos parece bueno y lo que hoy nos parece malo.

    Pero difcilmente nuestra escala de valores coincidir con la escala ontolgica,natural, de la realidad ordenada, pues a lo largo de la vida nos desviamos muchas veces

    33 S. Toms citando S. Agustn. Cf. S. THOMAE AQUINATIS, Super Evangelium S. Ioannis lectura,Marietti, Torino 1952, III, 21, p. 95.34 Vase S. THOMAE AQUINATIS, In decem libros Ethicorum Aristotelis ad Nicomachum expositio,Marietti, Torino 1934, ln. 515-521.

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    de lo objetivamente correcto. Llull tena experiencia de esto. Aristteles deca quesolamente la persona virtuosa esto es, la persona que rectific sus sentimientos y suvoluntad y consigui dirigirlos firmemente hacia el bien, ser capaz de decir que esbueno lo que objetivamente es bueno, y llamar malo a lo que objetivamente es malo.Con otras palabras, slo la ordenacin de valores de la persona virtuosa coincidir con

    la ordenacin ontolgica y natural del cosmos ordenado. Y Llull lo haba experimentadoen su propia carne.El Ars, que tiene como objetivo alcanzar la verdad, deber por tanto dar una

    explicacin tambin del por qu de los errores. Es decir, el Ars debe ser capaz demostrar tanto la verdad como el error, y por esto Llull no tiene ms remedio que incluiren su mecanismo las virtudes y los vicios del artista. Como se ver ms adelante, en lasprimeras versiones delArs, dedic una atencin especial es decir, reuna en un bloquenico (una Figura, lo llamaba), las variables del submecanismo del Ars que deseaseexplicar a las virtudes y a los vicios, explicitando su naturaleza y funcionamiento conayuda de lo que l llamaba la figura V. Esta figura tambin fue llamada de figura de latica; pero no porque tuviese como finalidad ayudar a comprender las virtudes o los

    vicios, sino porque todo lo que mediante el Ars se llega a afirmar sobre Dios y lacreacin viene influenciado por estado moral del artista, pues sus virtudes y sus viciosinfluirn necesariamente en las conclusiones racionales obtenidas. En la versindefinitiva del Ars, ms axiomtica que las anteriores, Llull elimin la figura V,incluyendo las virtudes y los vicios en los significados de las letras del alfabeto, con loque consigui el mismo resultado.

    El Ars funciona as: los actos de afirmacin o negacin que efecta el artista sobreproposiciones que l mismo, siguiendo los procedimientos artsticos, ha multiplicado,son actos influenciados por sus virtudes y vicios. O, dicho de una manera ms parecidaal lenguaje usado en el Ars: el artista, debe aplicar, segn el mtodo del Ars, lacombinacin de principios explicativos a la realidad que se pretende examinar Dios,la creacin, etc. pasando antes por la figura V, es decir, filtrando antes por los mismosPrincipios sus disposiciones morales, para realizar despus de esto su adhesin o repulsade las conclusiones obtenidas.

    Con este proceder se abre la puerta para que el artista identifique la calidad moral desus adhesiones. Es decir, tiene en sus manos la posibilidad de comparar la verdad de unadeterminada proposicin que proviene de sus disposiciones morales con la verdad querealmente exigen las razones necesarias reveladas por la combinacin de los principiosgeneralsimos. Efectivamente, las verdades universales que se obtienen con losprincipios y las reglas del Ars son siempre verdades ontolgicas, que no puedencontrariar el orden del universo. Al tener, gracias al Ars, siempre delante de si estas

    verdades universales, el artista tiene tambin la posibilidad de observar la frgilconsistencia de otras verdades particulares a que su inferior calidad moral le puedahaber conducido.

    Pero esto no quiere decir que el manejo del Ars torne bueno al artista. Lo nico quese indica es que ste tendr siempre delante de si tanto el orden de valores que l mismose ha construido y como el orden ontolgico del universo, que es el querido por Dios.No es poca cosa; es en realidad mucho, pues es aproximar la moral de la metafsica, atravs del conocimiento fundamentado en la realidad. Nadie antes de Llull haba sidocapaz de idealizar un sistema lgico-metafsico-tico tan poderoso como el Ars. Susecreto radica en la inteligibilidad de la realidad y en el acto de entender propio delintelecto humano. Como el modo de entender se dirige hacia el modo de ser de la cosa

    entendida, slo se podr entender el modo de ser de ella si se consigue una proporcin oconcordancia entre ambos modos, el de entender y el de ser. En el caso de que esta

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    concordancia no sea posible, habr que optar por este ltimo, no adhiriendo a lo que seentendi. As lo explica Llull en el 44.Ars inventiva veritatis:

    Unde cum modus intelligendi ad modum essendi rei dirigatur, quantum potest, tanquam adterminum ad quem, ut ipse modum essendi per modum intelligendi attingatur, formanda est maiorproportio et concordantia inter utrumque modum, et contrarietatis inter eos (ut melius poterit) evitanda.Si autem accidat inevitabilis contrarietas [...] concludendum est necessario per modum essendi.35

    Sin embargo, s que es verdad que a medida que realizamos actos cabales de

    comprensin de la realidad, ms se nos comunica esta realidad. En 128 Ars generalisultima, al estudiar la concordancia, principio absoluto de todas las cosas, Llull diceque al entender la esencia de una concordancia cualquiera, por medio de suscorrelativos, adems de comprender mejor esa esencia, se nos comunica suconcordancia:

    Et quando intellectus ipsam obiectat, intelligendo suam essentiam et suum essentialeconcordatiuum, concordabile et concordare, magis ipsam obiectat et attingit, quam obiectando ipsam per

    essentiam tantummodo; et concordantia magis intellectui se communicat concordando.36Es decir, por estar el hombre inserto en la totalidad del mundo al cual pertenece,

    cuanto mejor lo conozca, ms congruente se tornar con l, pues el ser humano se nutrede los objetos de que se apropia. Y cuanto ms congruente sea con ellos, ms prximode su totalidad y ms fundamentado estar en la verdad.

    1.6 El funcionamiento delArsUna vez terminada en 1308 la versin definitiva delArs, el 128.Ars generalis ultima,

    Llull compuso una serie de opsculos dedicados a sus aplicaciones. Cabe destacar entreellos elLiber de lumine, elLiber de regionibus sanitatis et infirmitatis, laArs de iure, el

    Liber de intellectu, el Liber de voluntate y el Liber de memoria. Finalmente, en su Lectura artis, quae intitulata est brevis practica tabulae generalis,37 mostr como elsistema artstico que desarroll se puede aplicar a todas las ramas del saber.

    Para introducirnos en la breve descripcin que ahora haremos sobre elfuncionamiento delArs, seguiremos el camino indicado en estas obras sin atender a losobjetos especficos de cada una de ellas, a fin de presentar nicamente el procedimientoque siempre debe seguir el artista, sea cual fuere el objeto investigado.

    El procedimiento es siempre el mismo. Se investigan las cosas a travs de lacaptacin de su actividad propia, porque el acto propio es la mejor manera deadentrarnos en una esencia. A su vez, el artista slo podr responder con verdad a las

    preguntas relacionadas con la cosa investigada, si entiende perfectamente su propio actode conocimiento. Como sabemos, cualquier acto slo puede tener lugar por la conexinde su objeto con su sujeto. El mtodo consistir, pues, investigar el acto deconocimiento poniendo en conexin su objeto con su sujeto, habindolos examinadoantes con la tcnica del Ars. Si, por ejemplo, se quiere investigar el mismoentendimiento, necesitaremos proceder por su acto propio, que es conocerse a si mismo,por tanto tendremos de poner el objeto el mismo entendimiento en conexin con elsujeto el entendimiento condicionado por la universalidad de los principiosgeneralsimos. Al conectarlos, se revelar al artista lo que es conocimiento verdadero,amplio y completo, del objeto de estudio en cuestin y lo que es un error. Lo mismo

    35 Cf.Ars inventiva veritatis, MOG V, i (1-211), d. 2, reg. 2, p. 3836 Cf.Ars generalis ultima, cit., De concordancia per principia deducta, VIII.1.11.37 La edicin crtica de todas ellas fue publicada en ROL XX (1995).

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    haramos si se tratase de conocer la memoria, juntaramos siempre objeto y sujeto en elacto de recordar. Vemoslo pues, con un poco ms de atencin.

    Primero el objeto. Es sabido que no podemos contentarnos con un conocimientoprimero de los objetos fruto directo de una primera intencin en el sentido de lalgica tradicional, y que lo ideal sera contrastarlos no slo con el conocimiento de sus

    objetos contrarios, sino tambin con lo que sabemos de todos os objetos con lrelacionados, incluso con lo que, en pocas ya pasadas, nosotros mismos, o los otros,afirmbamos sobre el mismo objeto. Nada mejor, pues que combinar este objeto concada uno de los principios generales y universales de todas las cosas. Por ah empezarpues el artista, juntando el objeto considerado a todo el resto.

    Para ello, el artista deber escoger a su libre arbitrio un grupo de principios y a partirde la definicin del objeto que se est investigando, mezclar esta definicin con ladefinicin de cada principio aislado o con una dupla de ellos. Es muy conveniente, parafacilitar las futuras operaciones, que las definiciones de los principios se aprendan dememoria. Si algn tema relativo al objeto no se encuentra de modo explcito en losprincipios seleccionados, es decir, si slo est implcito en ellos, habr que relacionarlo

    o reducirlo de alguna manera a lo que se considera explcito. En el caso, por ejemplo, dela investigacin sobre el intelecto, si queremos saber algo del intelecto que se relacionecon la justicia, y si sta no fuere uno de los principios escogidos, el artista podr reducirla justicia a la igualdad,38 en el caso de que este sea uno de los principiosseleccionados. Es decir, que se trata de repensar el objeto que se quiere investigar a laluz de algunos principios universales los escogidos en cada investigacin, para deesta manera tornar la investigacin lo ms universal posible.

    An se puede ampliar ms el objeto a ser investigado, establecindose claramentetodas las dudas que sobre l puedan ocurrir. Para esto, se usan las reglas del Ars. Llulldefini nueve reglas, que abrazan todas las preguntas que se pueden formular sobrecualquier objeto. Cada una de estas nueve preguntas implica a su vez otras, que llamde especies de las preguntas principales. El artista debe inquirir de diversas manerasel asunto de su investigacin mezclando principios con principios, reglas con reglas,especies con especies. Es decir, el artista se pregunta, por la primera pregunta, si la cosaexiste o no, si es ms amable su existencia o su no-existencia, etc. Por la segunda, sepregunta qu es lo que la cosa tiene de substancial en si mismo o en las otras cosas, etc.Por la tercera, se pregunta por su materialidad. Por la cuarta, por qu es y para qu esy as sucesivamente con las otras preguntas sobre la cantidad, la calidad, el tiempo, etc.de la cosa u objeto que se est investigando. Es decir, se renen todos los temas en queel objeto de estudio se encuentre implicado por su ser, su esencia, su naturaleza o suoperacin39 a fin de conseguirse una completa definicin del asunto. Veamos un

    ejemplo:Per secundam speciem eiusdem regulae quaeritur: Iustitia qualis est? Et respondendum est, quod

    ipsa est talis, qualis per aliquem habitum est habituata; sicut iustitia, quae non est bona per se, sed perbonitatem; neque est magna per se, sed per magnitudinem, etc. Et talis iustitia est per accidens40

    Por la segunda especie de la regla G, se pregunta por la cualidad de la justicia, y se

    responde que ser tal cual sean sus hbitos. As por ejemplo, si se trata de una justiciaque no sea buena ni grande por si misma, sino por la bondad o por la grandeza infinitas,entonces esta justicia ser accidental. Y de este modo se circunscribe mejor el objeto dela investigacin.

    38 Cf.Liber de intellectu, ROL XX (1995), p. 191, ln. 67-69.39 Cf.Liber de voluntate, ROL XX (1995), p. 250, ln. 89-92.40 Cf.Ars brevis de inventione iuris, ROL XII (1984), dist. 2, ln. 193.

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    Hasta este momento, lo que se ha hecho ha sido slo extraer de la Ars general unapequea Ars para el objeto en cuestin, para de esta manera tomarlo en la mayoruniversalidad posible, es decir, incluyendo en l todo lo que con l se relaciona.

    A seguir, se har lo mismo desde el punto de vista del sujeto. Si el objeto fuese elentendimiento, el sujeto sera el mismo entendimiento en acto de entenderse; si fuese la

    voluntad, la misma voluntad, en acto de quererse; si fuese la memoria, la mismamemoria en acto de recordarse, etc. El acto recae siempre en el objeto y es ejecutado porel sujeto; formando los tres una nica esencia. En esta segunda parte se tratar decondicionar el sujeto por la luz de los principios universales a fin de que no puedaejecutar su acto en un sentido contrario a lo que indiquen las definiciones de losprincipios.

    El condicionamiento del sujeto se realiza en dos pasos. Primero, mezclando lasdefiniciones de los principios y sacando conclusiones. Por ejemplo: si la bondad es elente en razn del cual lo bueno acta el bien, y la duracin es el ente en razn del cualla duracin dura; y la diferencia distingue entre lo que acta, lo que recibe la actuaciny el actuar de lo que dura, tendremos que esta diferencia debe durar tambin y nuestro

    entendimiento no puede entender lo contrario.41O, si la bondad es el ente en razn del cual lo bueno acta el bien, y la voluntad es el

    ente en razn del cual tal actuar es deseable, y no se puede actuar sin distinguir, ni labuena voluntad puede actuar sin desear aqul bien, se sigue de todo esto que lo buenorealiza lo bueno deseado, desde que no sea impedido por algn otro factor.42 Y asmuchas otras conclusiones ms. Son razones necesarias contra las cuales nuestroentendimiento no puede entender. Todas ellas se basan en los principios universales detodas las cosas existentes, y por tanto tambin ellas son universales.

    En un segundo paso, estas razones necesarias se aplican al sujeto en cuestinobtenindose, de nuevo con ayuda de las reglas, ciertas mximas a la luz de las cuales sepodrn ver todas las soluciones a las preguntas que se formulen sobre el tema a serinvestigado. Necesariamente tendr que ser as, porque el considerar el asunto que elartista est investigando bajo la ptica de las razones necesarias, equivale a ver cmodebe ser su acto, rectificado y purificado de cualquier desvo. As pues, aplicar lasrazones necesarias al sujeto que se investiga, sirve para medirlo, rectificarlo, dejarloconmensurado con su acto propio; Llull usa los trminos lineatus y conditionatus43parasignificar el sujeto rectificado y condicionado.

    En un tercer momento, el artista, que ya tiene delante de si, por un lado el objeto delacto tomado en su mayor universalidad, y por otro, el sujeto del acto condicionado porlas mximas universales, los principios y las reglas, debe juntar ambos grupos desaberes proponiendo innmeras preguntas las quaestiones44 particulares sobre el tema

    del objeto. El artista encontrar fcilmente las respuestas a estas preguntas porque,como se acaba de decir, tiene siempre presentes en su mente las mximas universalescontra las cuales no puede entender.

    ElArs, como se ve, no funciona solo. Es slo una ayuda para el artista, que es quindebe formular las preguntas y buscar las respuestas. De hecho, lo que hace el artista esencontrar un grupo de verdades particulares sobre un determinado objeto, que respetenciertas verdades universales, siempre sobre el mismo tema. ElArs le ofrece los mediospara, en un primer momento, formular proposiciones y, despus, criticarlas poniendo delado aquellas proposiciones particulares que no respeten las verdades universales.

    41 Cf.Liber de intellectu, cit., p. 200, ln. 22-28.42 Cf.Ibid., p. 200-1, ln. 44-50.43 Cf.Ibid p. 207, ln. 86-87 y Cf.Liber de voluntate, cit., p. 262, ln. 244-245.44 Como apunta J. M. RUIZ SIMON,LArt de Ramn Llull i la teoria escolstica de la ciencia, Barcelona1999, pp. 191-192.

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    En este tercer momento culmina el funcionamiento del mecanismo demostrativo. Endefinitiva, se trata de contemplar las proposiciones particulares a luz de las universales.

    De este modo, las diferentes versiones del Ars suelen terminar con un apartado odistincin dedicado a presentar una larga lista de quaestiones, unas resueltas porel propio autor y otras, las ms numerosas, dejadas a la inquisicin del lector. Como

    dice Llull, las respuestas a estas preguntas estn ya implicadas en las mximas que seencontraron en el segundo momento, el de la rectificacin del sujeto. A su vez, estasmximas ya estaban tambin implicadas en el primer momento, donde el objeto deestudio se encontraba ampliamente definido por su ser, su esencia, su naturaleza o suoperacin

    Resumiendo, el Ars ensea a resolver cuestiones particulares mediante esailuminacin de lo universal. Pero, para ello, antes, en el segundo momento, tuvimos deconstruir proposiciones universales referidas al particular en cuestin.

    No podramos dejar de llamar la atencin sobre un dato importante. Como vimos alhablar de las definiciones de los principios, Ramn Llull no entiende por universalesslo nociones expresables a travs de un trmino; se refiere tambin a proposiciones

    universales: las definiciones de los principios, las condiciones del objeto y delsujeto, los enunciados que se generan a partir de la combinacin de los principiosgeneralsimos. Es decir, que el Ars es tambin una lgica sentencial, pero no en elsentido estricto que se atribuye a esta denominacin, pues, como sabemos, todo el Arsse basa en las primeras intenciones y quiere ser una lgica de las propiedades reales.

    De hecho, y como pudimos ver al presentar los fundamentos y el mecanismo delArs,esta es la principal novedad de este instrumento lgico-metafsico criado por Llull. Lalgica implcita en elArs no es la aristotlica. En esta ltima, a partir de las propiedadeslgicas se construye una hipottica lgica material. El Ars, procede de manera distinta.Su preocupacin es explicar las propiedades reales de los entes concretos. Por tanto losobjetos de pensamiento son tratados a partir de sus principios constitutivos reales. Llullquiere explicar los entes a partir de sus esencias concretas, no a partir de las esenciaspensadas, como hizo Aristteles.

    2.EL PAPEL DEL HOMBRE EN ELARS

    Es un tpico muy difundido que elArs es una especie deDeus ex machina que revelasin grandes esfuerzos los secretos de la realidad a su lector. Pero nada menos verdad queesto; el esfuerzo del Artista o investigador ha de ser continuo y no se limita al mbitointelectual, sino que reclama todo el hombre.

    Llull mismo confirma esta implicacin total cuando en el 128. Ars generalis ultima yen el 126. Ars brevis dice que son conditiones sine quibus non para el aprendizaje del

    Arte, tanto la sutileza del intelecto, como la razn y la buena intencin: [...] se debeentender que el Ars tiene tres amigos, que son la sutileza del intelecto, la razn y labuena intencin, sin los cuales nadie puede aprender estaArs.45 Es decir, adems de lacapacidad intelectual, hace falta una buena disposicin interior del artista. A lo largo desus pginas muchas veces dijo lo que esto significaba: buscar la verdad, amar el bien,odiar el mal Sin estas disposiciones no se puede aprender el Ars sine istis quidemnullus hanc artem addiscere.

    2.1. El Artista y elArs.

    ElArs es un instrumento para la creacin de ciencia sistemtica en todos los camposde la realidad. Todo lo real es pasible de ser objeto de la conciencia humana, por tanto,

    el propio hombre, como ya vimos, ser tambin un objeto de saber contemplado por el45Ars brevis, ROL XII (1984), p. 254, ln. 15-17. No es por casualidad que Thomas Le Mysier citara dosveces esta frase en su Electorium.

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    Ars. En elBreviculum, pequeo compendio escrito por Le Mysier para dar a conocer elpensamiento de su maestro Ramn Llull, se prepara al lector para que mejor comprendaelArs diciendo que no se puede tener ciencia de las cosas si se ignoran sus principios, yque por tanto lo que debe hacer el artista es simplemente tenerlos en cuenta alconsiderar la realidad, para de este modo pensarla adecuadamente. Dicho con las

    palabras de Le Mysier: para entender bien, se ha de conseguir que en la persona delartista se formen correctamente los objetos de todo lo que es objetable. Por tanto, laesencia del Ars es correlativa; en los actos de conocimiento que conseguimos con suayuda debemos considerar quin objeta, lo objetable y el objetar.

    Cada uno de estos correlativos merece especial atencin. Como se acaba de decir, nose puede hacer ciencia (obiectare, objetar) si se desconocen los principios, pero ademshabr que saber conocer las causas de las dificultades que el artista encuentra paraentender correctamente. Por otro lado, habr que considerar minuciosamente de quemodo los objetos (obiectabile, lo objetable) se distinguen unos de otros, se muestran alartista y se dejan alcanzar por las correspondientes capacidades o virtudes del artista.Pero, adems, para que ocurra un buen acto de objetar adecuadamente lo objetable, es

    necesario que quien objeta (obiectans, el que objeta) est preparado y con virtudessuficientes para ello.

    Y esto ltimo tiene gran importancia. Para producir un buen acto de conocimiento, elartista tendr que ponerse a si mismo como objeto y al mismo tiempo observar desdefuera su acto de conocerse, para poder purificarlo de posibles subjetivismos y alcanzarun verdadero objetar.

    Quomodo in universali obiecto omnium obiectans, scilicet homo, qui in via oportet obiectareseipsum et alia, in universali obiecto existit, et quomodo ab eo sequestratur46

    Es decir, que Llull atribuye la formacin de un buen objeto a la virtud y fecundidad

    del conocedor, y con esto se aleja de todos los idealismos que, desde Platn a losrecientes idealismos absolutos y objetivos, piensan que lo concebido, en cuantoconcebido, ya tiene fuerza de por s para establecer algn contenido, es decir, que escapaz de auto fundamentarse. Haciendo as, absolutizan de tal manera lo concebido quelo separan del espritu humano. Llull de ningn modo piensa as; fundamenta siempre elconcepto en el acto. Es precisamente el acto del intelecto, cuya finalidad es entender larealidad, el que forma el objeto en su propio inteligible.

    Por este motivo el mecanismo delArs dedica mucha atencin a la situacin personaldel artista: Ser necesario comparar el objeto, en si mismo considerado, con el objetovisto desde la ptica del artista. Es decir, el artista, al examinar las respuestas a laspreguntas con las proposiciones universalsimas obtenidas con los principios; tendr detener en cuenta, tambin, adems de su fin propio, que es el entender, su tendencianatural a abandonar lo falso y aceptar lo verdadero. Tendr que ver si est preparadopara realizar un acto de entender correcto, etc. Todo esto slo se puede realizartrascendiendo la propia operacin cognoscitiva, y de hecho slo as se consiguecontemplar los dos extremos: 1) lo entendido, 2) en el propio inteligible. Elconocimiento, esto es, el conocer la verdad, consiste precisamente en esto: conocer laadecuacin, la congruencia de esos dos extremos.

    Tal conocimiento slo es posible efectuando una reflexin completa sobre el propioacto de conocer. ElArs lleva esto a sus ltimas consecuencias, mejor dicho, lo lleva a laprctica en la medida correcta. Porque esta reflexin podra realizarse de modo menos

    completo, y en este caso no sera una reflexin definitiva para el conocimiento de laverdad. No bastara, por ejemplo, que la reflexin llegase al acto psquico del intelecto;

    46 Cf. T. LE MYSIER,Breviculum, cit., p. 69

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    tambin no sera suficiente confrontar lo entendido con su expresin, es decir ellenguaje.47 La reflexin debe ser completa y llegar a lo inteligible de lo entendido.Ramn Llull, en suArs y en toda su obra, hace esto constantemente.48

    2.2 ElArs y la real dimensin de la definicin luliana del hombre.Una importante consecuencia de lo que se acaba de decir es que, segn Llull, cada

    acto de inteleccin, adems de manifestar la realidad de lo que se conoce, manifiestatambin nuestra propia realidad. El fundamento de esto se encuentra en su teora de losactos propios y apropiados que, aplicada al intelecto humano, nos dice que todos losactos apropiados de conocimiento aquellos que se dirigen al conocimiento derealidades otras que no el propio intelecto, se realizan insertos en los actos propios, esdecir en aquellos actos mediante los cuales el intelecto se conoce a si mismo. Llull diceque siempre ocurre as, pues siempre todos los objetos propios se nutren de losapropiados

    Com la llum de la lmpada viu de loli, aix tamb lobjecte propi viu de lapropiat i dell extraualiment i natura apropiada49

    de tal modo que no puede existir objeto propio sin objeto apropiado. Llull dice que

    el objeto externo se asume en el interno:

    Ha nima en si mateixa los obgects que pren [] e per a les potncies de la nima no hixendefores la subsstncia e s atenyen los obgects, mas que de les substncies de fores los recullen de dins.50

    Esto tiene como consecuencia que a medida que se vaya conociendo correctamente

    la realidad externa, crezca igualmente el conocimiento de nosotros mismos, con lo quese amplan las posibilidades de perfeccionamiento de la propia persona. De hecho, Llullrevela aqu con esta doctrina el lugar donde radica el ncleo de la moralidad, sufundamento metafsico, pues si la moral nos revela cules son las acciones que ms nosconvienen, no hay duda de que para saber lo que nos conviene es necesario conocernos.

    As, por elArs, concluimos que cuando el hombre aplica correctamente sus potenciasa los objetos correspondientes, aumenta en l la concordancia natural entre esaspotencias y, con ella, la integridad de su unidad, su perfeccin ontolgica.

    Por la teora de los objetos propios y apropiados se afirma que estos ltimos tienensiempre como fin los primeros. Es decir, que la actuacin del hombre imprime siempreuna marca en su ser corporal y espiritual, y es de esta manera que el hombre edifica surealidad actual.

    Es exactamente esto lo que Llull quiere indicarnos con su exacta e iluminadoradefinicin del ser humano: animal homificans,51 un animal que humaniza. Como ya se

    47 Pensamos que esta reflexin parcial, que busca el apoyo de lo entendido en el lenguaje, se encuentra enla base de muchas filosofas analticas.48 En el Liber de modo naturali intelligendi, ROL VI (1978), al tratar de las suposiciones y pruebas,presenta algunos silogismos, entre otros muchos, que se basan en esta reflexin total hasta lainteligibilidad de lo pensado: Contra eas vero intellectus bene fundatus non potest invenire instantiam.1. Suppono, quod Deus est. Et si talis positio mala est, bonum est Deum non esse. Hoc autem bonum nonest intelligibile, ergo probatum est Deus esse; et hoc intelligibile est. 2. Suppono, quod Deus est. Et sipositi bona est, absolute est de bono quam de malo; et si non, plus est de malo quam de bono. Quod nonest intelligibile. Ergo, probatum est, quod Deus est49 Cf. T. LE MYSIER,cit., p. 100, ln. 118-122.50 Cf.Libre de nima racional, ORL XXI, Palma de Mallorca 1950, p. 193.51 Vase Ars brevis, cit., p. 226, ln. 119-122: Homo est compositus ex anima et corpore. [...] Etdefinitur sic: Homo est animal homificans.

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    dijo, Llull prefiere definir los entes por su acto natural; sin embargo, cuando este tipo dedefinicin se aplica al hombre, cobra un significado especial y nico.

    El acto propio del hombre es humanizar, es decir, elArs luliano ensea que, como elser es el fundamento del conocer, cuanto mejor conozca la realidad, ms se enraizar elhombre en el ser y en la causa del ser. As se exprime el sentido ad intra de la

    definicin animal homificans: el hombre es un ser dinmico y procesual que se vaperfeccionando por sus propios actos y as se hace hombre.Cuanto ms crezca y se perfeccione en este ser hombre, ms inmanentes sern sus

    actos y operaciones; esto es, sus actos de memoria, conocimiento y amor seaproximarn ms a su fin. Su yo, habindose puesto en Dios el siempre presente seren Dios, que impregna toda la moral luliana, pasar a tener una consciencia cadavez mayor de la responsabilidad de sus elecciones, tornndose principio, medio y fin desus actos.52 El acto propio del hombre es, pues, humanizarse.

    Pero adems, el Ars tambin revela que la misma realidad que envuelve al hombreadquiere una nueva y mejor concordancia con l al tornarse al mismo tiempo un objetosensible, imaginable, razonable y creble. Es el sentido ad extra de la definicin. Por l

    hay que entender que el hombre el artista humaniza lo que tiene a su alrededor, porsus actos intelectivos, voluntativos y memorativos.53

    El hombre es, pues, a la vez, homificabile y homificativum, es decir, el objeto y elsujeto de la hominizacin. Ambos procesos, a saber, la hominizacin del hombre mismoy del mundo, estn a su vez estrechamente ligados, ya que es actuando en el mundo queel hombre se realiza.

    2.3. Artista, hominizacin y experiencia del mundoElArs luliano no solamente implica una ciencia del hombre, sino que ella misma es

    tambin una ciencia para el hombre, en tanto que es la actividad del artista la quearticula dicha hominizacin del mundo y la suya propia. Porque con elArs, el hombrese apropa mediante sus facultades intelectivas, voluntativas y memorativas de larealidad externa y se inserta adecuadamente en ella en una perfecta harmonizacin de supropio ser.

    El hombre solamente se podr humanizar orientando bien su actividad prctica, esdecir, incorporando el mundo, experimentndolo correctamente. Viene a cuento decirque en esta su ansia de conocer bien el mundo para orientar su accin prctica, elhombre no puede abandonar la perspectiva de la creacin. Slo se puede entender elsentido ltimo de las realidades, si se mantiene viva la conciencia de que todas soncriaturas de Dios. No es posible experimentar correctamente el mundo, si el hombre nolo conoce, lo ama y lo recuerda como creado, y en cuanto creado. Si as lo hace,

    conquistar a travs de sus actos todos ellos: sentimientos, intenciones, conocimientosy amores la unidad con la totalidad que lo envuelve y, en la medida que lo consiga,podr obtener un conocimiento ms profundo de esta totalidad y podr humanizarla atravs de sus producciones cientficas, tcnicas y estticas.

    52 Cf. A. DALLEDONNE, Cenni sul pensiero e sullopera del padre Cornelio Fabro, en Cornelio Fabro pensatore universale, A. DALLEDONNE i R. GOGLIA, Frosinone 1996, p. 48.: Allimmanentismoprogressistico si deve, allora, opporre l autentica immanenza la quale ... nel possesso inalienabile dellalibert dellio che opera il movimento doppio quello dellimmanenza nella fondazione sullassoluto equello dellimmanenza nella crescente consapevolezza che lio ha nella responsabilit delle proprie scelte.Una immanenza in cui lio principio, medio e fine, perch collocato nellinfinito.53 Vase C. LOHR, Ramon Lull (1232-1316): Aktivitt Gottes und Hominisierung der Welt, in P. R.

    BLUM (ed.), Philosophen der Renaissance, Darmstadt 1999, pp. 11-21, aqu p. 20: Die eigentlicheFunktion des Menschen als animal homificans wie die enigmatische Definition derLogica nova lautet besteht in der Hominisierung des Tier-, des Pflanzen- und des Elementenbereiches und durch sie in derHominisierung der ganzen Welt.

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    El Ars, pues, orienta y expresa el acto caracterstico del hombre: apropiarse de larealidad externa para llegar a su propia plenitud; por esto, el Ars es para Llull una oquiz la expresin autntica del ser del hombre. Si ste es homificativum y homificabilea la vez, puede decirse que el Ars, como operacin, es, si ms no, una parte del acto dehomificare. Por tanto, el Ars no es un juego intelectual, como fue visto por algunos

    tanto positiva como crticamente, sino que debe contar con la implicacin total delhombre y de todas sus facultades y experiencias, para desarrollar su caractersticafuncin inventiva.

    Para acabar, hay que observar que al exigir que el artista ponga todas sus facultades yexperiencias a disposicin del Ars, se est marcando una fuerte diferencia entre el Ars,la lgica y la metafsica respectivamente. Diferencia que nada es de extraar si se tieneen cuenta que el objetivo de Llull era escribir, como se ha dicho al principio, una obraapologtica y misionera que, como tal, no puede limitarse a ciertos aspectos del hombre,sino que tiene que reclamarlo en su totalidad y, como dice Llull, responder a suprimera intencinque es Dios.

    As, el Ars quiere llevar al hombre a travs de la experiencia del mundo y de s

    mismo, en su complejo proceso reflexivo, hacia el conocimiento de Dios.

    Esteve JaulentInstituto Brasileiro de Filosofia e CinciaRaimundo Llio (Ramon Llull)