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CATEQUESIS + MISIÓN FRANCISCANA + PARROQUIA LA MERCED—2013 los países fuertemente capitalistas están llamados a considerar los da- ños que causa el consumo para los vecinos menos adinerados. Confe- rencias de las Naciones Unidas (ONU) ruegan por la moderación. Co- mo Franciscanos tenemos la esperanza de que la humildad y los sen- timientos para la creación y los pobres ganen esta batalla. San Francisco de Asís nos hizo un llamado, amar a la naturaleza reconociéndola como un reflejo del espíritu de Dios. El respeto que Francisco demostraba frente a la naturaleza es un buen ejem- plo de la manera en que podemos relacionarnos con el medio am- biente. Francisco amó tanto a la naturaleza que la naturaleza res- pondió ofreciéndole su paz en una indicación de la redención que Cristo Jesús nos estableció. Los franciscanos, hoy en día tene- mos que adoptar el respeto total que Francisco tuvo para con la naturaleza y aceptar su visión de los animales y plantas como iguales con los seres humanos. Ahora hacemos un llamado a to- dos los cristianos a ser ecologistas, llegando más allá de la eco- logía de reforma para practicar lo que se ha llamado la ecología profunda. Tomado de “CAMINANDO CON RESPETO SOBRE LA TIERRA, CONSTRUYEN- DO PAZ CON LA NATURALEZA”, una guía de ambientalismo franciscano de Finbarr G. Horgan. Comisión de justicia, paz y ecología familia franciscana uni- da de El Salvador. ¡ALABADO ¡ALABADO ¡ALABADO SEAS MI SEÑOR, SEAS MI SEÑOR, SEAS MI SEÑOR, POR LA HERMANA POR LA HERMANA POR LA HERMANA MADRE MADRE MADRE TIERRA… TIERRA… TIERRA… Regresando a la inocencia Regresando a la inocencia Regresando a la inocencia San Francisco de Asís es para la Iglesia el fundador de un misticismo cósmico. Su aceptación de los misterios de la crea- ción, basado en su amor a Dios le permi- tió a Francisco regresar al Paraíso, el Pa- raíso que es la armonía entre Creador y criaturas. Cuando leemos los varios cuentos de la vida del Santo tenemos que preguntarnos sobre las relaciones tan es- peciales que Francisco compartió con Dios y con su creación. Nos damos cuen- ta que alrededor del Santo había un gran espíritu de paz que abordó hacia la natu- raleza y fue percibido por las criaturas inocentes de Asís. Francisco había regre- sado a esa misma inocencia, lo cual le permitió ser el instrumento más humilde del deseo de Dios así como todas las de- más criaturas son la realización visible de ese mismo deseo santo. Interés por la naturaleza Interés por la naturaleza Interés por la naturaleza En el tiempo de Francisco la Iglesia y los humanos sólo reconocieron una relación especial entre Dios y el ser humano. La Iglesia adoptó una posición dualista de la realidad. Contempló poco más que el es- plendor de Dios y la condición del hu- mano, no hubo espacio para contemplar abiertamente su relación con la naturale- za. EL AMOR DE EL AMOR DE EL AMOR DE SAN FRANCISCO SAN FRANCISCO SAN FRANCISCO PARA CON LA PARA CON LA PARA CON LA NATURALEZA NATURALEZA NATURALEZA

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CATEQUESIS + MISIÓN FRANCISCANA + PARROQUIA LA MERCED—2013

los países fuertemente capitalistas están llamados a considerar los da-ños que causa el consumo para los vecinos menos adinerados. Confe-rencias de las Naciones Unidas (ONU) ruegan por la moderación. Co-mo Franciscanos tenemos la esperanza de que la humildad y los sen-timientos para la creación y los pobres ganen esta batalla. San Francisco de Asís nos hizo un llamado, amar a la naturaleza reconociéndola como un reflejo del espíritu de Dios. El respeto que Francisco demostraba frente a la naturaleza es un buen ejem-plo de la manera en que podemos relacionarnos con el medio am-biente. Francisco amó tanto a la naturaleza que la naturaleza res-pondió ofreciéndole su paz en una indicación de la redención que Cristo Jesús nos estableció. Los franciscanos, hoy en día tene-mos que adoptar el respeto total que Francisco tuvo para con la naturaleza y aceptar su visión de los animales y plantas como iguales con los seres humanos. Ahora hacemos un llamado a to-dos los cristianos a ser ecologistas, llegando más allá de la eco-logía de reforma para practicar lo que se ha llamado la ecología profunda. Tomado de “CAMINANDO CON RESPETO SOBRE LA TIERRA, CONSTRUYEN-DO PAZ CON LA NATURALEZA”, una guía de ambientalismo franciscano de Finbarr G. Horgan. Comisión de justicia, paz y ecología familia franciscana uni-da de El Salvador.

¡ALABADO¡ALABADO¡ALABADO SEAS MI SEÑOR, SEAS MI SEÑOR, SEAS MI SEÑOR, POR LA HERMANA POR LA HERMANA POR LA HERMANA MADRE MADRE MADRE TIERRA…TIERRA…TIERRA…

Regresando a la inocenciaRegresando a la inocenciaRegresando a la inocencia San Francisco de Asís es para la Iglesia el fundador de un misticismo cósmico. Su aceptación de los misterios de la crea-ción, basado en su amor a Dios le permi-tió a Francisco regresar al Paraíso, el Pa-raíso que es la armonía entre Creador y criaturas. Cuando leemos los varios cuentos de la vida del Santo tenemos que preguntarnos sobre las relaciones tan es-peciales que Francisco compartió con Dios y con su creación. Nos damos cuen-ta que alrededor del Santo había un gran espíritu de paz que abordó hacia la natu-raleza y fue percibido por las criaturas inocentes de Asís. Francisco había regre-sado a esa misma inocencia, lo cual le permitió ser el instrumento más humilde del deseo de Dios así como todas las de-más criaturas son la realización visible de ese mismo deseo santo. Interés por la naturalezaInterés por la naturalezaInterés por la naturaleza En el tiempo de Francisco la Iglesia y los humanos sólo reconocieron una relación especial entre Dios y el ser humano. La Iglesia adoptó una posición dualista de la realidad. Contempló poco más que el es-plendor de Dios y la condición del hu-mano, no hubo espacio para contemplar abiertamente su relación con la naturale-za.

EL AMOR DE EL AMOR DE EL AMOR DE

SAN FRANCISCO SAN FRANCISCO SAN FRANCISCO

PARA CON LA PARA CON LA PARA CON LA NATURALEZANATURALEZANATURALEZA

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Francisco en cambio, tuvo una visión especulativa de la realidad. Él contempló todo su entorno y reconoció a Dios en cada miembro del sistema natural, tanto animado como inanimado. Francisco en vez de separarse de la Naturaleza, la abrazó, la amó, y la reconoció como del mismo origen de él. Francisco quería formar parte de la tierra, y así como durante su muerte donde se acostó desnudo en la tierra, el que-ría que su Madre Tierra lo consumiera y quería ser otra parte perfecta de la naturaleza. Su humildad la aprendió de la naturaleza que siendo grande es sumamente humilde y del Señor Jesús Cristo, el Dios siem-pre menor, que siendo Dios asumió la mortalidad y la humanidad. Justicia socialJusticia socialJusticia social Para Francisco el mundo era una ma-nifestación del espíritu de Dios, o sea un espejo del Creador. Este le dio un sentido apasionado a su entorno, vien-do a Cristo en todo elemento de su entorno, y sentía pasión por los po-bres, los enfermos, los desnudos, y le dio vergüenza poseer más que su ve-cino, aún de su vecino más pobre. Es-te sentido de solidaridad profunda con la naturaleza y con el pobre le permitió sentir la justicia y le dio dolor contem-

plar la injusticia. Sentir con la naturaleza.Sentir con la naturaleza.Sentir con la naturaleza. Francisco respondió completamente al deseo de Dios, consciente de compartir el mismo origen en Dios con la naturaleza, este le permitió desarrollar

importante reconocerlo ya que en El Salvador sólo has-ta 1998 se instigó una Legis-lación Ambiental. La integración total de Francis-co con la naturaleza en Asís ha sido un ejemplo de convi-vencia para muchos, tanto cristianos como no cristianos. La vida de Francisco se cuen-ta en varios seminarios, asam-bleas y talleres sobre ecología

profunda, y teología de la creación. Afortunadamente está creciendo el interés en la ecología profunda y algunas proveen una época nueva de integración humano-naturaleza una edad ecológica que será ver-daderamente holística, una edad de GAIA. También da esperanza el hecho de que haya un movimiento creciente de justicia social y ecológica, Francisco nos proponía la pobreza como manera de integrarnos más en el plan de Dios, proponía una confianza total en la bondad de Dios, negaba el mundo material y rechazaba el mundo comercial de su padre Pedro Bernardone. Francisco veía la justicia en la pobreza, dio todo lo que tenía a los que más lo necesitaban, hacía llamados a la mo-deración, denunciaba la acumulación de ri-quezas. Hoy en día vemos una sed tremenda en los países ricos por algún tipo de espiri-tualidad, contemplamos el distanciamien-to de Dios que producen los bienes mate-riales y vemos la destrucción ecológica que el materialismo y la avaricia conlleva. Organizaciones de base promueven la mode-ración, ecologistas advierten el consumismo,

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no podamos vivir separados la una de la otra. Tanto la existencia de las primeras bacterias primitivas como la de los dinosaurios gigan-tescos eran esenciales para deter-minar la apariencia del ser humano en la evolución del planeta. Esta-mos genéticamente y ecológica-mente relacionados con las demás especies del planeta. Francisco tras su respeto por la crea-

ción impulsó la protección de la naturaleza y el mantenimiento de la biodiversidad. Él reconocía el valor intrínseco de cada ser viviente, protegía a las hormigas y los gusanos en las calles, daba comida a las abejas en el invierno, liberaba animales silvestres y sembró plantas silvestres para embellecer los huertos. En efecto promo-vía la conservación. Francisco les recordaba a los frailes que cuando cortaran leña que dejaran a los árboles vivos. Procuraba que los frailes dejaran que la hierba y las plantas nativas crecieran en los huertos, per-mitía espacio para las demás especies limitando las actividades humanas para que respetaran a la naturaleza. Estas mismas acti-tudes se promueven hoy en un intento de asegurar la Sostenibili-dad.

Tenía un amor especial por las alondras y decía que si le llegaba la oportunidad de hablar con el emperador de Italia le pediría que mandara a no capturar ni dañar las alondras y que en el invierno el pueblo dejara granos para que las alondras los comieran. Detestaba cual-quier falta de res peto hacia las criatu-ras de Dios. Para Francisco, aun en el siglo XII era oportuno instigar leyes o mandatos por parte de las autoridades para proteger a la naturaleza. Esto es

una relación especial a la vez con la naturaleza, una relación que los amantes modernos de la naturaleza y los de antes han buscado constante-mente y nunca han encontrado. Mu-chos buscan una relación directa en-tre el humano y la naturaleza mientras Francisco se relacionó con Dios por la naturaleza y la naturaleza le respon-dió. Francisco escogió humildad y hermandad con la creación, creyó en el "eros" y el "pathos", es decir en la importancia de tocar y sentir la natu-raleza y no el "logos" o el entendi-miento de ella. Francisco no tuvo grandes conocimientos de la naturale-za sino sentía la realidad de ella. Una paz profundaUna paz profundaUna paz profunda Las respuestas de la natura-leza a ese hombre único nos ayudan a entender la reali-dad de nuestra época. La creación amó a Francisco, un hombre consciente de su Dios. De igual manera la na-turaleza hubiera respondido a Jesús cuando caminó por Palestina y así reacciona siempre en la presencia de Dios. ¿Somos capaces de sentir lo mismo por la natura-leza como Dios, Jesús y Francisco? Los eventos de Asís nos indican que sí. Seguramente, el comportamiento extraño de los animales en la presencia de Francisco es lo normal, y la batalla actual entre los humanos y la naturaleza no

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cabe dentro del plan original de Dios para su Tierra. La desconfianza de la naturaleza hacia el hombre es comprensible pero puede cambiar. Llamado a la éticaLlamado a la éticaLlamado a la ética

Tenemos que sentir con la Na-turaleza, y no tratar de enten-derla tanto. La separación entre Iglesia y Ciencia nos ha producido una separación entre el "Eros" y "Logos" que en gran parte contri-buye a la situa-ción actual de desequilibrio

ecológico. Los métodos científicos conducen la investigación científica, rompiendo los sistemas en partes manejables para luego estudiarlas. Fácilmente se pierde la éti-ca ya que los sistemas na-turales están reducidos a procesos casi mecánicos realizados por varias partes frías. Sentir con la Naturale-za significa integrarse a ella, ser parte de ella, estu-diarla con los sentimientos, verla en todo su conjunto, verlo como una extensión de su propio cuerpo, así no se puede perder de vista la ética

LA ÉTICA FRANCISCANA HOY DÍALA ÉTICA FRANCISCANA HOY DÍALA ÉTICA FRANCISCANA HOY DÍA Hoy en día las leyes procuran una ética donde las Iglesias y la conciencia colectiva impulsan las decisiones. La ciencia, se-parada de lo espiritual, a veces parece no ser capaz de enten-der la ética. Así es que vemos actos con poco respeto hacia la naturaleza, como son la clona-ción, la ingeniería genética y la experimentación con animales. Francisco como parte de la na-turaleza creó una ética ambien-tal para los frailes que nosotros como sus seguidores podemos asumir. Es interesante notar que muchos movimientos modernos han tomado decisiones que reflejan la ética franciscana hacia la naturaleza, sin embargo no todos están basados en fundamentos éticos sino en una preocupación por los posibles efectos negativos de una continua des-trucción de recursos.

Por ejemplo: Francisco reconoció su mismo origen en la crea-ción. Estudios científicos comprueban que mucha de nuestra materia genética esta compartida con nues-tros hermanos y hermanas en la naturaleza. La evolu-ción común de toda espe-cie, tanto viva como extinta nos han enlazado intrínse-camente de tal manera que