el ajedrez-tratado de sus principios fundamentales por gerónimo borao

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EL

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l>K SUS PRINCIPIOS FND/.MlNTALES

D. GEEOllIlO BORAO.Prccilc'e una Inlroiluccion liislika, y sgnenle aljiuas partidasDE PHII.IDOR Y OTROS,

VIN POEMA. DE VIDA, Iraducido e.'i)resamente lara e.ila nhra .

1). ArsGFL GALLIFA.

^^.

ZARAGOZA.1839.-o:; >(5"

l.iiil.U)TK,r.A M. E t S A I . D U B E N S E .

EL

AJEDREZTRATADOUE StS PRINCIPIOS FliNDAMEMALtS ,por

B. GERNIMO BOR^O.Precdele una Introduccin listorica, y sguonle l;;ua-. iarlii!;i. (le Pbilidor y nirns, V un jioeiiia de. Vid;i, irniiucido espresamonto p^ra osla obra,

Don ngel Gallifa.

ZARAGOZA.MI . I.IB. BEV. iNDIlES, CTCBlllERV, i2

18!J8.

PIIOIOGO.

VAKECKU cstrafio mis lectores, sobre lodo si conocen alguna do mis obras, el que, dedicado la poesa y estudios |)uramentc literarios y sobre todo sin llegar en la prctica ni aun los medianos jugadores do ajedrez, me buva decidido componer y publicar osle libro, que unos lemlrn por empresa ftil, otros por larca desproporcionada, y, los mas. I)or obra deslucida. lie tenido, sin embargo, varias razones impulsivas que me hr.n estimulado este trabajo. Primera: el entusiasmo (jue me ha iusjjirado as la historia, como los recursos de este admirable juego. Segunda : el deseo de dar conocer, por medio de este tratado, la traduccin (primeva mi saber) del poema latino que Vida escribi en loor del ajedrez y ncille7. que le supoiicmos nosotros en sus primeros licTu os.

creerse Irving, que Hune Cochee, rey de Kiangnan , envi Ilemsing para que conquistara Shensi y que, despus de intentarlo sin xito, dio su ejrcito cuarteles de invierno y lo distrajo con el ajedrez, 370 aos despus de Confucio: esta conseja ya se v ([ue es hermana de la del sitio de Troya. Al Indoslan lo atribuyen otros, dndole all una antigedad de cuatro mil aos, y por autora una reina de Ceilan. Pero la mas general opinin, la mejor recibida por todos y la que Cant apoya en su llisloiia universal , es la de atribuir los indios la invencin con el nombre de Scliaiuranga , en [)ersa, de Schatreng. Ah se cree que tuvo principio en el bramin Sissa que, deplorando las crueldades de Sirham (1), ide. |!rinci[)ios del siglo v, una forma de batalla en que jugaban carros, elefantes, caballos y peones, y en que conociese el rey que, aun siendo el primero en la accin y el que decidiese del xito, nada pedia hacer sin el concurso de sus vasallos, quienes deba toda su conservacin y su defensa: parece que con este juego lleg entender el monarca los buenos principios de gobierno y se moder en adelante, gracias esc ingenioso juego del que se mostr de cididanseute apasionado. De la ludia, en donde parefe que fu y es comn disliaccion de las mugeres, se supone que pas Persia bajo el reinado de Corele Dojhi.

i I) Algunos aaden ([uc este Urano era un emperador

roes, y de ah Europa donde lo trajeron los rabes , siendo por ejlos con estremo conocido en Espaa, como quiera que lo jugaban mucho en la edad media (1). Desde entonces ya la historia del ajedrez es muy corriente, pues nunca se ha interrumpido el constante culto que se le ha dado, distinguindose porfa los mas grandes personages como aficionados profesores de este juego, y algunos escritores como panegiristas de l en obra de bellos poemas de luminosos tratados en que han espuesto sus principios su historia. De entre los muchos ilustres jugadores que se pueden citar, nos parece del caso omitir aqu los que antes hemos apuntado, esto es, los Ayax, los Scvolas y los amantes de Penlope, por la sencilla razn de no creer en ellos: tampoco no han de ocupamos los de la poca del Cid, que algunos cuentan como muy animada para el ajedrez; pero es importante mencionar por lo menos los siguientes.-Cario Magno, cuyo juego de marlil se mostraba todava (1) J. Lorenzo de Segura, autor del famoso iwema de A EA D O quc erlenece al siglo xiii, pone en boca del proLJ N R , tagonista una relacin del sitio de Troya, y le lace decir, entre otras cosas, que, despus de la muerte de lector, los riegos, regocijados con la victoria, Los unos tenien armas, quebrantaban tablados: Los otros trebejaban AJADRECES dados. No copiamos estos versos como prueba de la invencin do Palamedes, pues ni el autor de ALEJANDRO ni ningn poeta de aquellos tiempos, no son autoridades en puntos de erudicin , sino como un indicio ms de lo general que era el juego de ajedrez por aquellos tiempos en Espaa.

XI

en Saint Denis en el pasado siglo; Tamerlan, que ea el XV le tuvo una aficin eslraor^naria; Luis XIII, I cuyo tablero era de pao, sobre el cual habla unas agujas que servian de base las piezas; Henrique IV, el buen rey de Francia, de quien dicen que, Ja vspera de morir al pual de un fantico, vio manchas de sangre sobre el tablero en que jugaba con Basonipierre; D. Juan de Austria, el vencedor de Lepanlo; Mamud (azis, de quien se refiere que, despus de destronar un monarca indio, le ense en el ajedrez los peligros de fiarse en el vencedor, y la imposibilidad de que dos reyes ocupen el mismo trono; Carlos XII que , segn Voltaire, jugaba diariamente en Beuder con Poniatowski y con su tesorera Grothusen; Federico el Grande, que jugaba con Voltaire de Borlin Pars; el mariscal de Sajonia. que estableci la seguridad de dar mate con determinado pen descubierto; el famoso ISapoleon, de quien dicen que diriga batallas sobre el tablero; madama Stael, la mas distinguida de las escritoras conocidas; Rousseau, cuyo solo nombre nos pinta toda una poca de renovacinfilosficay poltica; el actual bey de Tnez que, siendo, al decir del Cons(Uucioml. uno de los cuatro primeros jugadores, ha dirigido un reto al crculo del pasage Jouffroy, atravesando, por su parte, 25,000 francos. Las principales obras poticas que se han escrito en elogio del ajedrez, son, hasta donde llegan nuestras noticias, las siguientes: Un poema del toledano

\n Aben-Hezra, escrito en pareados de doce slabas, perteneciente al iglo xu y la literatura judaicoespaola, y publicado por el erudito crtico D. Jos Amador de los Rios en sus interesantes^'s/w/os sobre los judos de Espaa: otro de Gernimo Vida, en exmetros latinos, tituladocftcAa. rico de diccin y poesa, y escrito en el siglo xvi; otro de Mr. lloman, en idioma francs; otro, muy bello, francs tambin, de Cerutli, que es el impreso en la Enciclopedia francesa, como apndice la seccin de matemticas y consta de unos 3i>0 versos alejandrinos, parte de ellos empleados en objetos digresivos y todos con un sabor ilosico marcado (1). De los escritores didcticos son muchos los que pudieran anotarse en este lugar; mas no lo haremos sino con algunos de entre ellos. D. Alonso el Sabio escribi un 'frutado de los juejos. en los cuales incluye, como es natural, el de ajedrez: WUliam Caxlon, que tuvo la gloria de introducir la Imprenta en Inglaterra y (|ue, sin ser impresor de oficio, mont, en el monasterio de Westminsler, las primeras prensas, abri sus publicaciones (honor grande para nuestro juego!) con el Ajedrez moralizado, que l propio tradujo este efecto del francs, y que dio la luz pblica en 141ii: el espafiol fui Lpez se distingui considerablemente en Espaa, y escribi de la Invencin y arle liberal del ajedrez. luCl : J). Pe(1) Por ejemplo, haciendo la moralizacin dol jiioso, dice, no sin razn: -iRois, A r K z D NOUSI.;; PACTR SOCIAL. FR M H '

xut dro Carrcia escribi una ol)ra en 1617 : Pablo Minipiet imprimi su Origen y reritas M mjenioso juejo de ajedrez: el Dr. Salvio im])rimi un tratado en N. poles 1723 : Euler i)r('sent la academia de Berln, en 17o0, el famoso problema de hacer saltar el caballo por los ()i escaques del tablero, sin pasar sino una vez por cada uno: Philidor, el primero de los jugadores conocidos, el fundador y presidente de' club del ajedrez instituido en Londres, y el inventor del mate dado por torre y allil contra torre enemiga, form las leyes vigentes del juego y public el Anlisis del juego de ajedrez , cuya primera edicin es de 1749, la segunda de 1777 y la tercera de nuestros tiempos, sin fecha: Felipe Stanmn de Alep, (jue invent el lenguage algebraico del juego, imprimi una obr'a titulada El juer/o del ajedrez, que despus se reimprimi en Utrech 1777, y luego en Pars modernamente, conteniendo cien partidas que Philidor ha llamado juegos de nios: Aiguso Convrel public sobre l Iiidaf/aciones hi.slricas : E. Ksteiny, un Manual del aficionado al juego del ajedrez tjue se imprimi solo para sus 250 suscrilores , siendo aumentado despus por Milbons: Joaqun Greeo, llamado el falahrh. escribi otra obra que so ha traducido del italiano al francs con el ttulo de Le jcu d'echecs que, impreso en Londres, mereci mucho aprecio, especialmente en el tratamiento del gambito: la saItia Enciclopedia francesa, que tanto llam en el siglo pasado la atencin pblica, insert una cspca-

XIV

cion del ajedrez en su tratado de juegos, que sirve de apndice al diccionario de matemticas: los aficionados del Caf de la Regencia publicaron un Tralado terico y prctico: el panegirista de Philidor produjo uno de los mas estimados: otro autor escribi los Estratagemas del ajedrez : otro dio unos Elementos (Pars, 1810) que, desnudados de la parte histrica y de algunos pormenores, se hicieron conocer en Espaa por I). M. de S. en 1817: otro es])aol imprimi en Barcelona, 182ij, un Diccionario del juego del ajedrez, en que alternan las buenas noticias con el descuido literario mas completo: Cvnningham invent un gambito (pie lleva su nombre: La Bourdonnais es autor de una obra que recientemente se ha estractado y publicado en Madrid (1). Son muchos, finalmente, los compendios puestos circulacin y omitidos por nosotros; y son algunas las obras magistrales sobre esta materia, como la del r. llyde, que va enarrando las vicisitudes del nerdeludiim persa, y la Historia del ajedrez que publicaron en Pars los hermanos (arnier en 22 volmenes ; esto sin que mencionemos los peridicos que salen luz en Inglaterra, Francia, Alemania y otras (1) l,cgal y Kioscritzky, aumiuc no como auloros, merecen citarse como inteligenit's, el primero i)or haber sido el nico rival de l'liilidor; el secundo |)or ser tan sobresaliente inconcebible Jugador, como que en el ('mcii.o de ajedrez de l'aris ofreci dar mate eon los ojos vendados. en la casillii que se le (iesigtiase y al jugador que so le eligiese, v asi lo hizo 1 las setenta y cuatro jugadas en la cuarta casilla del ^ es bLinco.

XV

naciones, habiendo completado algunos volmenes el titulado Juego de ajedrez y viviendo todava el mas famoso de todos: La Regencia. Para reunir aqu cuantos tratados han llegado nuestra noticia, agruparemos en este prrafo los que menciona el famoso Brunet en el tomo v de su Manual. que vienen reducirse los siguientes: un libro de Fr. Vicente, impreso en Valencia en 149o: otro de Lucena, hijo, titulado Repetimn de amores I arte de ajedrez, impreso hacia la misma poca: otro de Damin, portugus, lloma V6\2: otro do Gustavo Selemy, Leipsick, 1616: otro de G. B. Lolli, Bolonia, 1763: otro del conde Carlos Corio, Turin, 1766 : otro de una sociedad do aficionados, Pars , 177o : otro con el ttulo de La superioridad del juego de ajedrez al alcance de todos hasta de las damas, ao 1792: otro titulado Nuevo ajedrez juego (le la guerra, invencin de Jiacometi, Genova 1801: otro traducido del snscrito y publicado en Bombay 1814: otro, ingls tambin, de J. N. Sarrat. Londres 1822 : olro de Labourdonnais, impreso en Pars en 1833 y 34, y publicado en Espaa como ya llevamos dicho; y otro, en forma de Enciclopedia, en resumen de las mejores obras, por A. Alcxandre, Paris, 1837. Completaremos la parte bibliogrfiea del ajedrez, para que nada muy poco falte en este punto nuestros lectores, haciendo mencin del Tratado de Fr-JacobaUe Cesles, de\ cual posee tres cdices la bir

XVI

blioteca nacional de Madrid, todos tres divididos on 8 captulos: uno de ellos traducido al leniosin y copiado, al parecer, en 1385, y los otros dos copiados en idioma latino, el uno hacia el siglo \v y el otro en Roma el ao 142". Dada alguna noticia de lo mas principal que encierra la historia del ajedrez, produciremos, como nuevos testimonios de su importancia, algunas ancdotas relativas l, que no dejan de apoyar su escelencia ni de interesar favor suyo. Cuntase de 1). Juan de Austria que, para hacer suntuoso alarde de su grandeza, dispuso una partida sobre un saln pavimentado de mrmol blanco y negro, en el cual coloc, vestidas al intento, varias personas de su servidumbre que ejecutasen el movimiento de las piezas. Lo propio, muy parecido, se cuenta de los rabes de Espaa, de quienes se dice que jugaban de memoria unas veces, y otras haciendo en la arena los escaques cuadros y poniendo sobre ellos hombres instruidos lo bastante para obedecer con precisin los movimientos. Esta misma aristocrtica ocurrencia se cuenta de los chinos, atribuyndose al opulento Tchon la idea de hacer tablero de su mas amplio saln y piezas de sus vasallos, lo cual sirvi de pretesto Kia-King para desterrarle y confiscarle. Tambin se refiere esto de un emperador de Alemania en la edad media, y un manual frano deben pasar de su cuarta casa los peones del centro sino con ventaja conocida, porque desde el centro para atrs el juego est encadenado la defensa , y avanzando demasiado los peones, el centro es presa del enemigo y los peones atacados j)or la espalda. Debe reforzarse el grupo mas numeroso de peo-

36 nes, y si liega abrir calle sobre el rey, d la partida. En cada grupo avncese el pen del centro, el cual estar sostenido por los (^ue cpieden detrs su costado. Un grupo de peones avanzados es de tal importancia, que veces conviene rendir pieza su sostenimiento , dar una superior por otra inferior: Philidor, en una de sus partidas, hace que el blanco ceda una torre por un caballo para sostener as sus peones avanzados. El pen del alil real debe avanzarse con precaucin y reservarlo para que reemplace, en caso contrario , al del rey: el del alil de dama conviene que avance as mismo una sola casa. ^ Es bueno dar el pen de alfil real por el pen real, pues se conserva el centro con los peones re rey y reina, y enrocando por el lado corto, se tiene en juego la torre desde el principio. El pen real, el de alfil real puesto en lugar de . aquel, vale por una pieza cuando va sostenido. Conviene llevar tres peones de frente: cuando se tienen en linea de batalla los de rey y reina, no debe avanzarse ninguno de estos, y s esperar cambio. Importa mover ios peones de suerte ([ue no obstruyan la enfilada de los alfiles: si el pen del alli! real moviere, por ejemplo, dos pasos, dejarla casi sin juego al alfil de dama. Los peones de los caballos no deben adelantarse

37 sino para sostener los de los alfiles cuando avancen mas de un paso. Se llaman peones de zancadilla los de danr^ y allil real, y dan la zancadilla cuando avanzan dos pasos. La mejor salida es la del pen real dos pasos, ya porque se toma posicin en el centro, ya porque se da salida la flama y alfil real. Una prueba de la importancia de los peones es que el que los llene bien colocados y sostenidos, es superior y gana de hecho su contrario por l)uen uso que haga osle do sus piezas. El que tiene la salida gana; lo cual debe al hecho de anticiparse en posicin con los primeros peones. Segn algunos, las nueve jugadas gana un pen, y las trece un caballo. El mejor orden de peones convienen todos en que es la cua de Vejecio orden oblicuo sobre el centro, retrayendo ias alas, que es el qne dicen que us Epaminondas en la batalla de Mantinca. M. Jaensich no d gran importancia los peones del centro de que trata Ruy Lpez; pero aunque aprueba esia opinin el peridico La Regencia. no parece ser la mas conforme razn ni autoridad. Unos prefieren adelantar lodo lo posible la cuna de peones, otros conservarlos en tringulos la defensiva, otros sostenerlos en grupos despus le mediada la partida: todo? dicen que dos peones de frente valen mas en la cuarta que en la sexta casa.

38 Cuando se da un pen de ventaja suele ser el del alfil real. Procrese no adelantar peones que obstruyan piezas , y aun veces conviene rendir pen para desembarazar pieza: os til tener los peones en color distinto del del alfil. Importa, segn algunos, no permitir dos pasos al [leon enemigo del caballo de dama, pues , en ge* )eral, los peones de los caballos avanzados conspiran contra el rey, sobre lodo si movi el pen de torre. El pen de torre conviene que est avanzado un ]iaso: cuando se quiera dificultar el enroque se avanzarn los peones de las alas, que son los que mas da'o hacen al rey enrocado; pero, en general, no deben avanzarse, para que el rey no enroque por el lado dbil. Es muy importante desunir los peones enemigos para procurar movimiento las piezas propias y teuer contra el enemigo un alfil sostenido por un pen de su color. La salida primera del pen de alfil de dama dos pasos es defensiva, segn Philidor, para quien no tiene la mano, y buena para tantear al contrario. Los peones de las alas que, sin haberse movido de sus casas, defienden veces al rey, sobre todo enrocado, no deben estar de frente, pues le obstruiran la fuga si se veia atacado (que seria de muerte) por dama torre; y por eso conviene avan>

- 39 zar uno de ellos; pero tampoco deben separarse de i el rey, no tiene otro arbilrio que el de retirarse ; la impetuosidad de su atacjuc y el poco esfuerzo con que se avanza hasta el corazn del juego contrario; la circunstancia de no haber lineas cerradas para el, como quiera que salla por encima de piezas propias y enemigas, mientras ninguna puede marchar sino por lnea libre; la multitud de casas que amenaza, y defiende, en trminos deque, jugando la defensiva , dos caballos, apoyado el uno j)or el otro, resisten veces un ataque formidable de las mejores piezas; el estrago que hacen dos caballos en el juego contrario por muy poco sostenidos que se hallen, aunque Phidor dice que estos ataques son poco temibles. En cambio tienen la desventaja de su corto alcance , pues no pueden defender ni ofender sino quema-ropa ; la de serles veces tan difcil la salida como les fu fcil la entrada, cuando las otras pie-

i2 zas, que solo se avanzan por lineas libres, se retiran comunmente por las mismas; la de no poder estrechar por s solos al rey tan fuertemente como otras piezas, en trminos de no bastar los dos, cu combinacin con su rey, dar mate al contrario aunque quede solo, si bien puede darlo uno de ellos acompaado del alfil, y puede uno solo hacer labias la partida contra una torre y aun contra pen prximo dama. Ahora entremos en algunos pormenores acerca del uso del caballo. Reprueban los mas, entre ellos Philidor y la Enciclopedia, que se saque, en las primeras jugadas, la tercera casa de su alfil, y aprueban que en adelante se procure uno sostenido por pen en el juego contrario. Tambin se tiene por mal juego colocar el caballo en la tercera casa de su torre. Los caballos deben colocarse, si es posible, en color contrario al del alfil real enemigo. Debe acercarse al rey contrario el caballo real sostenido por su alfil, pues dificulta el enroque y el uso de la torre; por eso se aconseja cambiar el alfil real, que es el mejor, por ese caballo, nas solo en ese caso, pues, por regla general, siempre vale mas el alfil real, al cual es conveniente sacrificar un caballo. \ 'El caballo d fcilmente jaque doble al rey y la reira, cuando estos se hallan en un mismo color.

las primeras jugadas, al jaque ^^^^"^l I \^ rede dama, prendiendo aquella entonces.

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,le,nivcla muclio la partida. .^^^ No deben saearse los caballos has a habe ios peones de los alfiles, mas oslo t.euemuehase (opciones. deben oponerse los ainies, > nctrar, los peones. , -.nAo-n enemio

UPITILO

QliinO.

DE IOS AI.KIl.F.S.

EL alfil oficial, como le llaman algunos, es uii;i pieza muy importante, pues aunque no tiene el poder estraordinario de la reina, ni ofrece el muro slido de la torre que en los finales es importantsima , ni obra con la travesura y leyes anmalas de los caballos; tiene de ventajoso sobro la reina, que, por valer menos, se arriesga mas, y que, perdido, deja sucesor; sobre la torre, que est mas en juego que ella, pues sale desde el principio, mientras la torre suele ser pieza defensiva que no toma la ofensiva sino al fin; sobre el caballo, que es mas resistente, que obra desde mas distancia, que recorre mayor estension y que no toma avenidas aisladas, sino lineas enfiladas completas. Los alfiles toman nombre del color en donde al principio se asientan, color que conservan hasta el fin; y as se llaman alfil negro y alfil blanco, segn sea de uno otro color la linca

4S diagonal que recorren: son los enemigos naturales de los peones y los ausiliarcs ordinarios de \a reina. Lo comn os sacar el alfil real do ataque en la segunda jugada, aprovechando la abertura que le bu dejado el pen real; por eso seria mala jugada la del pcon de la dama ur. paso, pues le cerrarla la calida. Es muy usual llevar ese alfil la cuarta casa de >u dama, esto es, en direccin contra el pen del '.lUil real contrario, que es una preparacin del llamado juque del pastor; pero esta salida no tendr resultado si el contrario movi un solo paso el pen real, mas, si no lo hizo , debe ser comido el temible allil de ataque. No es buena casa \)ara ese alfil la segunda de su caballo. no ser en la zancadilla, pues se le priva de algunas calles. Un alfil sostenido en el juego enemigo puede hacerle mucho dao. El alfil de dama debe oponerse al real enemigo y sacrificarse en trueque de l: en general, un alfil debe oponerse otro, que naturalmente ser de su color. Hay quienes, dando demasiada importancia los tiempos, prefieren dar alil por alfil por no perder nn tiempo en retirarlo. En cuanto la preferencia del alfil sobre el caballo, hay variedad de opiniones; se ha de examinar si el contrario juega una de esas piezas mejor que

otra, en cuyo caso ser aquella la de ventaja: debe estudiarse lambien qu pieza es mas necesaria ;i nuestros fines en cada posicin: debe procurarse, por ltimo, sostener el nico caballo y el nico alfii. pues siempre conviene jugar coa picias de toda cs|)ec.on ^. zanca/.7/a.-El del alfil real P.o,K../cen^ro.-Eldereydefend.dopore de ,iama. uno de esto, defendido por el d/^;^^ '^.. Peones en t.7o.-Los indefensos: lo mismo se ce de las piezas. i>o.con.-Combinacin de piezas v peones sentido favorable. . . j^ Presa.-El acto de apoderarse de una pieza otra ,ue le sncede en el lugar. ^^^ ^^ Presa pasada. i^^ a ^ "" < ' costado !o otro enemigo al avanzar dos pasos.

*,.-Primera p i m de cuva " o n ^ pendo U ,,rUda: anda una casa en todas d.rec ciones. C:Jre.pie.aOespuesde..i.oe. pa los estremos de la base y marcna vertical y zontalinenle. SacriUcar.-Ti^r pieza para defenderse para comor otra mayor. para desarrollar un ataque.

92 Salida.Mano: es sorteada, convencional, alternativa del que gan perdi la partida anterior.

Tablas.Imposibilidad del mate, ya por quedar solos los reyes, ya por no haber piezas bastante fuertes para darlo. Tablero. Campo cuadriculado en que se colocan las piezas: tiene sesenta y cuatro casas, mitad blancas y mitad negras. Tiempos. Las cuatro cinco partes de cada juego: son la salida de peones, la de piezas, el ataque y defensa y los finales. Tiempos (ganar). Hacer jugadas que conduzcan un fin, mientras el contrario las hace intiles. Tomar,Es lo mismo que prender comer, y significa quitar una pieza del tiiblcro con otra que le sucede en el lugar. Torre.Roque. Traspuesta. Pie^a mal colocada ai principio e la partida. Trebejos. Las piezas del juego.V

Variante. Uno de los varios modos de continuar ventajosamente una partida. z ZaMadilla. V. Gambito.

APNDICE.

SECCIN

PRIMERA,

PARTIDAS.

1.Blunoos. P a P l> VI:

Negros.

Blincos. P PC

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III.Blancos. Negros.CO.

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II.DE SALYIO.

BUnoot. p i> c a c r e4. tt. fi. c4. e5. ti. p P P p

Kegrros. " e5. f*. g3g*. h*. f6. d r a p c

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97BUnooi. Negro*. Blanoo< Negros.

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III.DE CUNNINGHAM. Blancos. Negros. Blancos. C Negros.

p p c a P r P -P a P a a c d d d _1 c t t P

c4. p fi. P f3. a c4. a g3. P enroca. p hl. a cS. p f6. -c b3. a d3. p f4. P h2. c d2. c c2. c h2. d b8. t el. r e5. c e5. r el. p c3. t

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r t ._t f6. t d5. p f6. a e6. t he: p c5. P c6. C t r t b8. t P b8. r P d7. t P c5. r P d6. r t bS. r c3. d e8. c f3. d La dama come latorrey d mate.

~ e'. f4. e7. b4.

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11:

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a4. f3. g2e2. b8. al. el. di. c2. hl. b3. b4. d2. fl. f6.' g6. gl. g5.

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aC. i. hb. bS. a8. d7. c4. h4. hJ). h8. g4. g5. g3. h3.K2.

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n2. bl. f8. h3. f3.

IV.Blanooi. Negros. Blancos. Negros.

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e4. f4. c4. fl. (3. di.

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cS. fi. h4.

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S^:d6.

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c3. f2. e2. h4. 3. f3.

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IB. d7. f3. gi.3.

98 Blanoos. f. f. ol. (12. Negroi. H Blancos. Negros.

fl. el. b3. e5. e5.

f6 el. h5. el. c5. b5. a5. e.^. dS. !j

f6. e6.

bfi. d8. d6. 1)7. h7.R7.

n.

n."b7. b6.Blanoos.

dl. Perdido.

V.REHUSADO.

Blanoos.

Negros.

Negros.

1' p p p a c P r P c a a

ei. f4. d5. e5. e2. f3. d4. enroca. c4. c3. d3. gs.

e5. d5. d5. e5. d6. e7.P6.

d7. c6, ft. K6. enroca. K6. he. Ii6. Jaque perpetuo del B. y tablas.

h. o4. e2. f6. f6. e4. e5. e5. (6.

d a d c a P a t d P r

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c7. f6, f6. g6. e5.H. Ii8.

d7. 6.

VI DE LA DAMA. (Je Alep Blancos. Negros.

Blanoos.

Negros.

p p p p c p1'

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di. ci. e4. d5. c3. O. ai. 81.

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H. c4. e5.f.

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c3. c4. i. e3. d2. k6. el. g5.

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e4. fS. f5. d7. b6. b6. h8. H-

Blancos. e3. ci. o't. 1)1. r"). el. c-2. 3. b3. dt. b6. di. 1)7. d!>. d5. d Negros.. d6. e. e8.C").

99 Blancos. 1 t c3. o'i. ai. ai). el. glci. aG. cS. b. a7. Negros.

r2.Ii2. 'Ain'3.-

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c.'. K"li6. h5. b6. d6. dS. ft.ti8.

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ft2. d3. e7.

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da. H. 14. d5.dj.

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h2. b5. ("6. 1)6. b7. Tabla.';.

SECCIN TERCERA.MATES.MATE DE DAMA CONTRA TORRE.

El blanco tiene rey en A3, torre en /2 : el negro rev en ei , dama en e2.e6 d6

n+ n18*

V

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-102MATE K DOS ALFILES.

El negro tiene rey en rf8: el blanco, rey en f6 y alfiles en "4 T cii.Negro c8 dH cH 1)8 (;8 b8 a8 a a a r a a Blanco. (It el 1)6

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(!+ di6+

M.llK l)K ALFIL C.N CAIliLL.

VA blanco tiene rey en, /"S , caballo en o , alfil en d6 : el ntgro, rey en A5.Negrro. Ii6 ha h6 h7 g8 c a a r r Blanco. Negro. Ii8 aV.

Blanco. Ii6 dil'j

rBlanco. i r Negro.

f6 e7

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f7+ e7>

MATE DE CABALLO CO.N ALFIL.

Jil blanco tiene rey en ps, caballo en o, alfil en es ia asechanza que Mercurio trama, y sonriendo al descubrir el dolo, de rostro los contrarios. as esclama:

139 > Aunque eres t para la fraude solo y es alta de ladrn tu inicua fama, corrige ya tu infame mano esperta, que tu maldad y astucia vivo alerta.LV.

Rise de los Dioses el concorso. Cilenio la aazon como engaado del falso cuanto sbito discurso, un arquero valieilte muey ua grado. Teme Apolo que sea artero curso y vigila mas cauto al Dios alado, el cual suele burlar la confianza Y juntos la lid dos cuerpos lanza.L\l.

Mas ya contra el qtiene^o alazn rige el blanco-arquero raado'se dispone, yfingiendo}Qe.l dardo , aqael.diriger la muerte, de la .reina se*propone. :: " Tambin el elefante negro aflige la hueste blanca, entre la cual se opone, y andando grave de uno al otro puesto, luce el;alczar su espalda enhiesto.

lo LVII.

Entonces arrogante se coloca '1 negro caballero de un gran salto sobre la reina y rey, y en furia loca los amenaza con la espada en alto. Va incauto juzga que soberbio (oca los brillantes despojos del asalto, nas un arlil quien la accin ofende contra el osado al punto el arco estiende.LVIII.

Arrjase al contrario en raudo vuelo dispuesto perecer con gloria tanta, y aunque v que su vida pide el cielo, el peligro cercano no le espanta, (i'orre morir, llevando por consuelo que ofrece por sus reyes su garganta, y as, valiente, sin temor bastardo, suelta la cuerda que despide el dardo.MX.

Revulvese el fogoso bayo al j)unt, y dando un salto al recibir la lierida, el caballero y el caballo junto cayeron en la tierra enrojecida.

141 Prout el aril tambin cayo difunto A golpe de un pen, y este sin vida (jued por otro de su proi)ia es/era, envolvindose el campo en ludia ier. LX. Cada elcante con su inmensa torn se adelanta al combale; los arqueros cada cual por su lnea oblicua corre , S S arcos disparando asaz certeros. M l''l uno al otro con valor se acorre de los bravos y fieles con))aeios : vuelan los potros con brioso alarde y el estendido llano en furor arde..X1.

A nn mismo punto y en tropel se aduna la gente toda de los dos partidos, iguales en ficre/a y en fortuna pelean los valientes confundidos. J.o propio los de baja y alta cuna all sin distincin se vn unidos. y ac cayendo y acull triunfando', la suerte de las armas va fluctuando.

142 lAlI.

As como con furia resonante, cuando con mano poderosa atierra los fuertes vientos Eolo, al instante se nueve entre ellos estruendosa guerra, y agitando el profundo y vasto Atlante hasta las playas de remota tierra van sus ondas hirvientes, espumosas alzando y (l':.cendiendo procelosas ;i.xin.

La Llanca reina, impvida y furente, lena de ardor se lanza la batalla, y atacando al nrlil y bestia ingenie, (ineinigos, los vence y avasalla : do quier fulmina rayos inclemente desahogando las iras en (jue estalla, y los dardos del Lando (juien encona dan lugar en su paso la amazona.L\1V.

Mas entre flechas y contrarios tales, temeraria camina hermosa muerto; pues cruza audaz los enemigos reales, su salida ian'io de la suerte.

I li3 Fsnetra por las filas capitales, abriendo paso entro la tropa inerte. y temi)Iando Mercurio por su banda, de su reina el valor pronto demanda. txv. Ni un punto larda ya. Sale irritada y pra.se con nimos i 'ciertos. ;.Rn (luin primero teiu su espada y cuntos- la tierra dar.i yertos? De Marte se ve all la gente amada y peones y caballos medio muertos... [lero en vano el furor, muerte y espanto intentara pintar a'juesle canto.lAVI.

Cayendo de uno en uno los valientes el llano inmenso en confusin agitan, (pie envueltos en tropel los ombaticntes en horrible matanza se ejercitan. Ya las reinas ocupan los dos frentes y miranse soberbias y se cscitan, jurando cada cual el fin cruento buscar de la otra mientras tenga aliento.

144 Lxvir.

Entre tanto los msero cautivos y muertos en el campo, se los lleva cada uno de los arbitros activos prxima de los reales una cueva. All los guarda por temer que. vivos libres, otra vez con furia nueva no vuelen presurosos al combale y la sangrienta lid nunca remate.LXVHI.

Sostena el honor del fiero Trace de Apolo el bando; mas aquel, el caro. j)uro amor infantil, que aun le complace, de Mercurio recuerda y le da amparo. Del campo observacin general hace, y oiuUamenle y con ingenio raro. un pen negro y arl muertos alienta y de nuevo en el llano los presenta.hXlX.

Como cuando Medea, de igual suerte, con triple cauto invocando pa Hecale, de un cuerpo fro, inerte, espritu los miembros infunda,

- 145 y alzndose aquel cuerpo gil y fuerte, su lengua hablaba y con sus ojos via, yendo al punto gozar con los mortales de la vida las auras celestiales.LXX.

Pero \ulcano, el linico que advierte tan prfida traicin. no la tolera; y hacia el lado de Febo se convierte y en voz le avisa de la tra artera. Sorprendido de Tracia el hroe fuerte, la color de su rostro se le altera, y de furor y clera no escasa del rubio Apolo el nimo se abra&a. ' LXXI. ' ''

Entonce el padre Jpiter, violento con la 'Villana accin delfiitoMarte, manda sacar del campo en l mometito el ausilio'ofrecido por mal arte.' ' Tornan en el combate aquel sangriento los furores de la una y otra parte, y volviendo su estado la balanza, es ya igual l valor y confianza:

10

tu\xxn. Cada arbitro 5U reina hace que embista ( con el nuevo furor que la demanda, y aquesta el campo por d quier contrista con tantas muertes cuantos pasos anda. Pranse lojs dw reyes la vista^,^ y la alba reina con idea infida que la i(% la sugiere, cqrre cierta, y la negra amazona deja yerta.> f-xpii.

Mas i itfeliz...! bifp po ! ' i!,.i.'

Mas la!P9^di:(iaifreQ0 vencedora,, el campo todo corre, atrs dejando la humilde gente, cuy.a fin demora mientras va el del monarca-preparando. Y fuera la^sazoa su postrer hora, y juntamente d su negro bando. si no advirtiera laiogeBosa traza con que la aibatmatrona leamraaza.' I" , . , , j ;;: ;,. ( i

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Si en el lmite cuartaiiovadir U0gi ' el que astuta acechaba blanco asiento, all el tostado rey su vida entrega y todo el de su mando campamento.

153 MU Mercurio su torpeza ciega llorara entonces con el fin sangriento, pues era tanto mal tan fcil via, que aing^uPiinipedirlo ya podia. xc Pero en bilencio lo advjrti el de Atlant^, temblando eOiduday^ los cppzpnes,^, j y .iPpJJO ^ .p9v,pj[}^.,iir adelante,^ , ,,,, con arteras QQp,^ps,mter.cione.,,^ ,, ., , Qu aguardas? Hasta cundo vacilante sers con mengua t , q ^ mis legiones increpas y m mismo de tardanza? O fuiKas enl^ qoche,tu.^ppr^nzA? .,,, , xci, Con esto, miepjlai Apoliq iqicautajai^tile n humilde Bfl^Oi.r^ndis procHi;,, ,,, ,,. huyele la fovtuqs,defepeote., , ,, ,, Cilenio que cQmprie^di^ ^u, vwlW* v. r- i salta de gozo en entusiasmo ardiente y librar al monarca ^^ ^apresura, llevando hacia la reina enfurecida su jOJ^b^p^KfWfirt.cprrW* t

15i '" ' ''kci. ' '

Al punto mismo en su iterib'ncib del elefante el desastroso caso, porque su virgen triunfadora arribe de la alta meta al anhelado paso. Eti^no es ya qi el avanzar f prive ' intente de st bodas el retraso, pues mientras ebo incauto ai rey acecha, cae al impulso de certer'afltchi. '''" ^ ' ' -^ iaii. ' ' '

Entonces l meta conqaistada llega impune la ya regia matrona, sin que obste el rubio Pbo para nada con todo el gran poder de que blasona. La ffz de los fiels Igualada y cada ninfa'cbn su rl coofta,,'''''! ' -: alegres otra veztf rllo'WWitfe! ' ' 'i /narrjansefhiorh'tif 'CbthbW'. "; " ' ''i'uh'!/; (i!ii-. III A i i i ! ':[' u,:.-

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