edward bernays - la mano invisible que mece el mercado

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  • 7/29/2019 Edward Bernays - La Mano Invisible Que Mece El Mercado

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    Filosofa en una Caja de Galletas n 10 (23/11/2012) 1

    Gran parte de la oposicin a un sistema de libertad al amparo de reglas universales proviene de la

    incapacidad para concebir una coordinacin efectiva de las actividades humanas sin una

    organizacin premeditada por un ente rector. Uno de los logros de la teora econmica ha sido

    explicar cmo el mercado es capaz de aglutinar semejante ajuste recproco de actividades

    Frederich A.Hayek

    1. EL CAOS DE LA OFERTA Y LA DEMANDA

    Hay una cosa que siempre ha mantenido

    ocupadas a las mentes ms preclaras de todos

    los tiempos: cmo conseguir que se pongan de

    acuerdo quienes poseen algo con quienes lo

    quieren o lo necesitan. De conseguirlo medianteel recurso a la amenaza, la intriga o la violencia

    se ha venido encargando, desde Maquiavelo a

    nuestros das, la poltica. Conseguirlo mediante

    el intercambio, ms o menos exento de dolo, ha

    venido siendo tarea de la economa.

    Precisamente esta tarea esencial, la necesidad de

    construir modelos en los que el intercambio sea

    beneficioso para todos y haga del recurso a la

    violencia algo innecesario o marginal, se ha

    convertido en la parte ms controvertida de laeconoma;en la que ha suscitado los debates ms

    enconados y donde los economistas se han

    estrujado ms los sesos, adems de agarrarse del

    cuello.

    Un modelo que est gozando de gran repercusin meditica en nuestros das es el

    liberalismo econmico, que sostiene que la mejor manera de organizar la economa es dejar que las

    cosas fluyan libremente, pues por s solas irn convergiendo hacia un orden espontaneo. Para stos

    el intercambio de bienes y servicios es como el sexo: lo mejor es dejar solos a los agentes

    implicados sin cortapisas ni restricciones, que ya ellos se las irn apaando para llegar a un

    resultado satisfactorio. Sin embargo otros, como Edward Bernys, consideran que poner de acuerdo

    a la oferta y a la demanda no es algo que se pueda dejar al capricho o al albur, pues el actual

    sistema de produccin solo es rentable si se puede mantener su ritmo; es decir, si se pueden

    vender sus productos en una cuanta fija o creciente. As, mientras durante el siglo pasado, la

    demanda creaba la oferta, hoy en da la oferta debe esforzarse por crear su propia demanda .

    Cmo? Mediante el uso de lo que l denomin propaganda.

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    2. UN INVENTO DE TIEMPOS DE GUERRA QUE SE VOLVI

    IMPRESCINDIBLE EN TIEMPOS DE PAZ

    La propaganda, que el propio Bernays defini como el mecanismo mediante el cual las

    ideas se propagan a gran escala o, en trminos generales, un esfuerzo organizado por difundir

    una creencia o doctrina concreta, fue uno de tantos inventos nacidos al calor de la guerra, comolas latas de conserva o el radar, que luego demuestran su utilidad en tiempos de paz. Como l

    mismo relata:

    Fue, por supuesto, el xito sin precedentes de la propaganda durante la guerra lo que les abri los ojos a lo s

    ms perspicaces en los diferentes campos a cerca de las posibilidades de d isciplinar a la opinin pblica

    Edward Bernays inici su carrera como asesor de comunicacin para empresas de

    espectculos, pero en 1917 entr a trabajar para el gobierno del presidente Wilson dentro del

    Comit de Informacin Pblica. Este organismo buscaba conseguir la aquiescencia de la opinin

    pblica norteamericana para que Estados Unidos entrase en la I Guerra Mundial, so pretexto dellevar la democracia a toda Europa. Quiz convenga recordar, por lo que ms adelante explicar,

    que la entrada de Estados Unidos al lado de los aliados estuvo motivada por el hundimiento buque

    britnico Lusitania 1 (en el que se encontraban

    128estadounidenses entre los cerca de 1200

    fallecidos) y el subsiguiente clamor popular que se

    fue generando para que semejante crimen no

    quedara impune2 .

    Acabada la guerra la propaganda se mostr

    un elemento necesario tambin para dirigir laopinin pblica tiempos de paz. Como afirma

    Bernays:

    Dentro de la actual organizacin social es

    indispensable la aprobacin del pblico para

    acometer cualquier proyecto de gran envergadura.

    De ah que cualquier movimiento loable puede irse al

    traste a no ser que consiga causar una buena

    impresin en la opinin pblica.

    La misin de la propaganda es precisamenteesa, llevar a cabo un esfuerzo constante y

    duradero que cree o manipule las circunstancias

    para influir en la impresin que el pblico tiene

    con una empresa, idea o grupo. Porque esta

    huella, la imagen que queda impresa en la delgada pelcula del imaginario colectivo, es capital para

    1http://www.archaeology.org/0901/trenches/lus itani a.html

    2http://lemonli memoon.blogspot.com.es/2009/06/l usi tania -gives-up-secrets.html

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    que la poblacin acepte o rechacen lo que se le ofrece, sea esto un producto, una idea o un

    gobierno. Como seala Bernays:

    Los gobiernos, sean monrquicos, constitucionales, democrticos o comunistas, dependen de la aquiescencia

    de la opinin pblica para llevar a buen puerto sus esfuerzos y, de hecho, el gobierno solo es gobierno en

    virtud de esa aq uiescencia pblica.

    3. EL PAPEL DE LA PROPAGANDA EN NUESTRA SOCIEDAD

    En 1928 Bernays recogi sus experiencias en

    un libro tituladoPropaganda3, donde pone de

    manifiesto el papel que la propaganda

    desempea en las actuales sociedades

    democrticas, desvelando algunas claves

    capitales para entender mejor elfuncionamiento tanto de una como de la otra.

    Ambas cosas quedan claras ya en el primer

    prrafo:

    La manipulacin deliberada e inteligente de los hbitos

    estructurados y de las opiniones de las masas es un

    elemento importante en las sociedades democrticas.

    Aquellos que manipulan este oculto mecanismo de la

    sociedad constituyen un gobierno invisible que es el

    verdadero poder dirigente de nuestro pas. Somos

    gobernados, nuestras mentes estn amoldadas,nuestros gustos formados, nuestras ideas sugeridas, en

    gran medida por hombres de los que nunca hemos odo

    hablar.

    Bernays concibe la propaganda como una

    consecuencia lgica del modo en que nuestra

    sociedad democrtica est organizada, como la

    nica manera de conseguir que una ingente cantidad de seres humanos colaboren [] y

    convivan dentro de una sociedad que funcione sin sobresaltos. La propaganda es, por tanto, una

    manera de organizar el caos, un tamiz que va filtrando las diferentes opciones para facilitar la

    eleccin del ciudadano. As lo explica nuestro autor:

    En teora, cada ciudadano dilucida sobre los asuntos pblicos y las cuestiones de ndole privada. En la

    prctica, si todos los hombres tuvieran que estudiar por s mismos los abstruso s datos ec onmicos, polticos

    y ticos que cada cuestin implica, les resultara imposible llegar cualquier conclusin sobre algo. Hemos

    consentido dejar que un gobierno invisible filtre los datos y destaque los asuntos ms relevantes, de modo

    que nuestro mbito de decisin se reduzca unas a proporciones ms realistas

    3Las citas estn traducidas por el autor de este ensayo de la edicin de Orac e Liveright, publica da en Nueva York en 1928 y a la

    que se puede acceder en este enlace: http://ia600804.us.archive.org/4/items/Porpaganda/PropagandaedwardBernays1928.pdf

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    Lo mismo ocurre en el mbito econmico:

    En teora, cada individuo compra los artculos mejores y ms baratos que el mercado le ofrece. En la

    prctica, si c ada uno fuese por ah comparando precios y haciendo pruebas de laboratorio antes de comprar

    las docenas de jabones, tejidos o marcas de pan que estn en venta, la vida econmica resultara un

    autntic o fregado.

    Lo ideal, explica Bernays no sin cierta irona, hubiese sido que un grupo selecto de hombres sabios

    eligiese nuestras normas, dictase nuestra conducta y escogiese lo mejor para cada uno de nosotros,pero hemos elegido justo lo contrario, competir abiertamente. Por tanto debemos encontrar el

    modo de hacer que esa libre competencia funcione, dentro de lo razonable, sin fricciones. Para

    conseguir esto la sociedad ha permitido que la libre competencia se organice mediante el

    liderazgo y la propaganda.

    4. LOS FUNDADAMENTE TERICOS DE LA PROPAGANDA

    La propaganda hunde sus races en el

    estudio sistemtico de la psicologa de

    masas, que a pesar de estar todava en

    paales en aquellos aos, haba revelado a

    sus estudiosos, en palabras de Bernays, las

    posibilidades de desarrollar un gobierno en

    la sombra de la sociedad mediante la

    manipulacin de los impulsos que mueven al

    hombre dentro de un grupo.

    Ese estudio sistemtico de la

    psicologa social del que Bernays habla se

    basaba, fundamentalmente, en las ideas de

    Graham Wallas, que haba trabajado con l

    en el Comit de Informacin Pblica; en los

    incipientes estudios sobre la psicologa de

    masas llevados a cabo por el francs Gustave

    Le Bon; en los estudios del mdico ingls

    Wilfred T rotter4 , autor del libroLos instintosgregarios en la guerra y en la paz,

    publicado en 1916; y, sobre todo, en las

    teoras las psicoanalticas de su to, Sigmund

    Freud.

    4http://www.historiadelamedicina.org/trotter.html

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    Quiz semejante acerbo cientfico pueda parecerle al lector actual un tanto rudimentario,

    pero Bernays era ms optimista y lo consideraba suficiente para sus fines:

    La psico loga de masas est lejos todava de ser una ciencia exacta, y de ningn modo estn ya reve lados

    todos los misterios de la motivacin humana. Pero, por lo menos, teora y prctica se han combinado ya con

    suficiente xito como para permitirnos saber que en ciertos casos podemos obrar algunos cambios en la

    opinin pblica con bastante grado de precisin poniendo en marcha determinados mecanismos, del mismomodo que un c onductor ajusta la ve locidad del c oche regulando el flujo de gasolina.

    Bernays incide en la necesidad de tener en cuenta que los mecanismos que rigen la

    mentalidad colectiva son distintos de los que rigen en la mentalidad individual:

    La mente del grupo no piensa, en el sentido estricto de la palabra. En lugar de pensamientos tiene impulsos,

    hbitos y emociones. A la hora de decidir su primer impulso es normalmente seguir el ejemplo de un lder en

    quien confa. Este es uno de los principios ms firmemente establecidos por la psicologa de masas. Funciona

    determinando el incremento o la prdida del prestigio de un complejo turstico, causando la retirada de

    fondos de un banco , o el pnico en la bolsa, creando un superventas o un xito de taquilla.

    Por tanto, no es al individuo aislado a quien va dirigida la propaganda, sino al grupo que

    estampa su impronta sobre ste y en el que diluye su personalidad para nutrirse de todo el bagaje

    de tpicos, ideas preconcebidas, prejuicios, expectativas compartidas y anhelos comunes que lo

    conforman. Bernays lo explica as en

    Cristalizando la opinin pblica, otro de sus

    libros:

    Si e xaminamos el utillaje mental del ciudadano medio,nos dice William Trotter, el autor de un exhaustivoestudio de la psicologa social del individuo, lo

    encontraremos formado a partir de un enorme cantidadde juicios de perfiles muy definidos sobre los asuntos msvariados, complejos y difciles. Tendr puntos de vistaslidamente asentados sobre el origen y la naturaleza deluniverso, y sobre lo que probablemente llamar susignificado; tendr sus propias conclusiones sobre lo que

    le pasara cuando muera y despus de morir, as comosobre cuales son o deberan ser los fundamentos de laconducta. Sabr cmo debe ser gobernado el pas y

    porqu se e st yendo a hacer puetas , po r qu esa ley e sbuena y la otra mala. Tendr una visin firme sobreestrategia naval y militar, sobre los rudimentos delsistema tributario, el uso del alcohol y las vacunas, la

    cura de la gripe, la prevencin de la hidrofobia, lascontratas municipales, la enseanza del griego, sobre loque es tolerable en el arte, satisfactorio en la literatura y

    esperanzador en la cienc ia.[64]

    El propagandista deber, por tanto, bucear en el subconsciente colectivo en busca de esos

    resortes, para poder incidir directamente sobre ellos o para crear, previamente, las circunstancias

    propicias que le permitan hacerlo. De esto nos ocuparemos a continuacin.

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    5. LA PRCTICA DE LA PROPAGANDA

    El radio de accin de la propaganda es muy

    amplio, y va desde el comercio a las artes pasando

    por la educacin y la poltica pues, como hace notar

    nuestro autor, el buen gobierno puede vendrsele

    a una comunidad como cualquier otro artculo.

    Ahora bien, independientemente dea quin vaya

    dirigida, cualquier campaa propagandstica

    entraa dos ingredientes esenciales, como son para

    Bernays la interpretacin constante y

    sensibilizacin a travs de la intensificacin

    dramtica de los acontecimientos.

    La interpretacin es vital, pues Bernays nos

    dice que el pblico tiene sus propios criterios,

    demandas y hbitos. Puedes modificarlos, pero no

    se te ocurra ir en su contra. As mismo, como

    dijimos, el propagandista debe conocer cules son

    los impulsos, hbitos y emociones sobre los que

    descansa la mentalidad del grupo en el que desea

    intervenir, de modo que debe tener constantemente su dedo en el pulso del pblico. Debe

    entender los cambios en la opinin pblica y estar preparado para amoldarse de forma certera y

    fluida a esa opinin cambiante Y, por supuesto, conocer cules son sus deseos pues, como explicaBernays:

    Los deseos humanos son la fuerza que hace funcionar la maquinaria soc ial. Solo entendindolos pueden los

    propagandistas controlar ese enorme mecanismo con las bisagras flojas que es la soc iedad act ual

    Una vez que se conocen bien las caractersticas del grupo sobre el que se quiere incidir, llega

    el momento de la intervencin, de disponer las circunstancias de tal manera que se opere el

    cambio de mentalidad o se suscite el deseo. As, aprovechando un viejo tpico, o incidiendo

    sobre uno nuevo, el propagandista puede influir de forma masiva en las emociones del grupo.

    Eso fue precisamente lo que hizo el propio Bernays en su campaa para la Compaa Americana deTabaco de 1929, en la que a travs del revuelo desatado por un grupo de muchachas fumando en

    pblico durante un multitudinario desfile, consigui asociar el hecho de que las mujeres fumaran

    en pblico con la causa de la liberacin de la mujer, de modo que un pitillo en manos de una mujer

    ya no sera un pitillo, sino un signo de rebelda, una antorcha de la libertad.5

    Otro elemento indispensable a la hora de poner en marcha la escenografa que permita

    manipular los tpicos y hbitos de la opinin pblica es la bsqueda de un denominador comn

    5http://losupeencuantotevi.blogspot.com.es/2010/09/antorchas -de-la -libertad.html

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    de intereses entre el objeto que se vende y el bien comn . Es decir, hay que hacer coincidir las

    bondades del producto ofrecido y la idea general que la sociedad posee sobre lo que es bueno.

    Teniendo en cuenta que la mayor parte del acervo popular est sustentado de manera sustancial

    por los prejuicios, smbolos y opiniones difundidas por los lderes (bien sean estos sociales,

    religiosos, cientficos o culturales), el propagandista tendr que influir sobre esas personas

    influyentes, conseguir su respaldo. Como deja claro Bernays: Si puedes ejercer influencia sobre

    los lderes, cooperen estos de manera consciente o inconsciente, automticamente influyes sobre el

    grupo que ellos controlan. La campaa que llev a cabo para la Beechnut Packing Company

    puede servirnos de ejemplo.

    La Beechnut era una compaa que se dedicaba

    a la distribucin de productos crnicos empaquetados,

    siendo el beicon su producto estrella. Encargaron a

    Bernays la promocin de sus productos y este se las

    ingeni para distribuir una encuesta entre ms de

    5000 mdicos en la que les preguntaba si era mejor undesayuno ligero u otro contundente. Una abrumadora

    mayora se decant por el segundo y Bernays

    distribuy los resultados de su estudio entre las

    agencias de prensa enfatizando, adems, en el hecho de

    que algunos de estos mdicos haban sugerido la

    posibilidad de incorporar huevos con beicon al zumo,

    el caf y las tostadas que, segn las averiguaciones

    previas que haba hecho en un primer momento de

    interpretacin, eran la base del desayuno americano.

    As cientos de peridicos publicaron el estudio, as

    como la sugerencia de incorporar el beicon al

    desayuno. El asunto se convirti en tema de

    conversacin y en objeto de charlas y conferencias, de

    modo que al final acab calando en la opinin pblica. Bernays consigui modificar los hbitos

    alimenticios de toda una nacin e incrementar las ganancias de quien le haba contratado6

    Como acabamos de ver, Bernays cont con la colaboracin espontnea y desinteresada de

    mdicos, agencias de prensa, peridicos, comits ciudadanos de salud pblica, etc. Todos estos

    conformaron una nube que incesantemente arrojaba sus gotas sobre la opinin pblica desdeinnumerables puntos, envolvindola y empapndola con esas ideas. Porque una de las claves de la

    propaganda es precisamente esa: Para que sea efectiva todas las acciones deben estar enlazadas,

    coordinadas de manera que alcancen a la opinin pblica a travs del mayor nmero posible de

    vas, para que se corroboren unas a otras pues, como pone de relieve Bernays: Ciertos estmulos

    repetidos con frecuencia pueden crear un hbito o la mera reiteracin de una idea puede crear

    una conviccin.

    6http://www.npr.org/templates/story/story.php?storyId=4612464

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    6.NO SOLO DE BEICON VIVE EL HOMBRETAMBIN HACEN FALTA BANANAS

    Hemos visto hasta ahora cmo Bernaysarticulaba sus campaas propagandsticas con fines

    comerciales. Pero no solo del beicon vive un

    propagandista. Bernays tambin puso en marcha supoderosa propaganda con fines polticos. Uno de

    sus encargos ms lucrativos (se embols unos

    100.000 $ al ao) consisti convencer a la

    poblacin americana de la necesidad de que EE.UU

    interviniera en Guatemala, convirtindola por arte

    de la propaganda en una terrible amenaza

    comunista, una cabeza de playa de la URSS;

    inaugurando as el patrn que habra de repetirse

    en Cuba y, ms tarde en Vietnam7 .

    Les suena lo de repblica bananera? Como

    nos cuenta el estupendo documental de la BBC The

    Century of theSelf8 , la expresin se acu para

    designar a las repblicas centroamericanas donde

    la United Fruit Cmpany pona y quitaba

    gobernantes segn conviniese a sus intereses. En Guatemala, donde controlaba el 70% del

    territorio cultivable y dispona de la mano de obra campesina a su antojo, as haba venido siendo,

    hasta que en 1951 Jacobo Arbenz gan las elecciones democrticas y emprendi un programa de

    reformas que inclua una reforma agraria. Esto perjudicaba los intereses de la multinacional

    norteamericana, pero utilizar las tropas de los Estados Unidos para defender los intereses

    particulares de un grupo de empresarios no era algo que la sociedad norteamericana estuviese

    dispuesta a tolerar as como as; de modo que contrataron a Bernays para que se encargase del

    asunto.

    Bernays procedi de la manera habitual. Prime ro se sumergi en el inconsciente colectivo en busca de los

    resortes que poda manipular, encontrando una extendidsima aversin por el comunismo nacida al calor de

    la guerra fra que se increment expone ncialmente al estallar la guerra de Corea; Tambin poda serle til

    el miedo atvico e irracional a una posible conspiracin comunista que el macartismo haba sembrado por

    todo el pas. El objetivo era, pues, presentar a Arbenz como un peligroso comunista que amenazaba a

    Estados Unidos justo a la vuelta de la esquina.

    Para ellos fund su propia agencia de noticias que constantemente suministraba teletipos a

    los medios de comunicacin, de suerte que un pas que apenas si un puado de americanos sabra

    situar en el mapa abra todos los das los noticiarios y acaparaba los titulares. La reforma agraria

    dej suficientes descontentos entre algunos guatemaltecos como para ofrecer testimonios grficos

    7http://www.prwatch.org/prwissues/1999Q2/bernays.html

    8http://web.archive.org/web/20110514032526/http://www.bbc.co.uk/bbcfour/documentaries/features/century_of_the_self.sh

    tml

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    con los que salpimentar sus crnicas, as como algn que otro incidente con el que pudo poner de

    manifiesto el caos y la agitacin social en que se hallaba sumido el pas con la irrupcin del

    comunismo9 .

    Bernays consigui convencer a la opinin pblica norteamericana de que lo que estaba en

    juego no era las propiedades privadas de unos particulares en un pas extranjero, sino la

    supervivencia del modo de vida norteamericano. As, el New York Times afirmaba en su edicin

    del 11 de julio de 1954, apenas dos semanas despus del producirse el golpe de estado, que elderrocamiento solo soluciona parte del problema del comunismo. Debemos convencer a los

    latinoamericanos que nuestro modo de vida es superior al del comunismo10. Por su parte la

    revista Newsweek del 26 de julio afirmaba, a propsito de una posible implicacin de los Estados

    Unidos en el golpe de estado, lo siguiente:

    Los Estados Unidos, aparte del trabajo de sabuesos del que la CIA se haya podido o no encargar, se ha

    mantenido rigurosamente al margen. Los Estados Unidos podran haber acabado de un plumazo con la

    situacin, de la noche a la maana si hubiese hecho falta: cesando las importaciones de caf, cerrando el

    grifo del petrleo y la gasolina a Guatemala o, como ltimo recurso, provocando un incidente en la frontera

    y enviando a los marines a ayudar a Honduras. Sin embargo, han cumplido la ley al pie de la letra. Ahora

    [el comunismo] ha sido eliminado y de la mejo r manera posible: por los guatemaltecos 1 1

    7. ES POSIBLE SUSTRAERSE A LOS EFECTOS DE LA PROPAGANDA?

    Hemos visto en este artculocmo la mano de Bernays era capaz de mover suavemente a la opinin pblica

    haca el lugar adonde a sus clientes les resultase ms conveniente ya desde finales de los aos 20.Obviamente, los avances dentro de la psicologa, la psiquiatra y la neurociencia, as como el

    desarrollo tecnolgico en las comunicaciones, han dotado de herramientas cada vez ms potentes a

    9http://www.youtube.com/watch?v=_0e1qvc3e1Q&feature=related

    10http://select.nytimes.com/gst/abstract.html?res=F60711FF395E107B93C3A8178CD85F408585F9

    11http://books.google.es/books?id=mS7ZVKa6i3AC&pg=PA369&lpg=PA369&dq=The+Price+of+Prestige%22+Newsweek,+1954&s

    ource=bl&ots=8aP73UJRJ6&sig=HYIcwvaGfLvDLINLcertG47oolg&hl=en&sa=X&ei=XrmuUMS3Foa4hAf1o4DYBA&ved=0CC0Q6AE

    wAQ#v=onepage&q=The%20Price%20of%20Prestige%22%20Newsweek%2C%201954&f=false

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    la propaganda para llevar a cabo sus diagnsticos y sus intervenciones, de modo que no es balad

    preguntarse si realmente puede uno sustraerse a su influjo.

    Para responder a esta pregunta, hemos de tener en cuenta que los mtodos que hemos visto

    para crear un hbito o una conviccin mediante la manipulacin propagandstica de la realidad se

    basan esencialmente en los tpicos, prejuicios, deseos y opiniones que hunden sus races en el

    imaginario colectivo y que afectan al individuo en la medida que participa de esa amalgama de

    ideas preconcebidas y deseos heredados. El mismo Bernay afirma, refirindose a las campaaselectorales:

    Se entiende que los mtodos de la propaganda solo pueden ser efectivos con los votantes que toman sus

    dec isiones de acuerdo con los prejuicios y dese os del grupo al que pertenecen.

    De este modo, solo en la medida que seamos capaces de mantener un pensamiento autnomo y

    crtico con cuantas ideas nos vengan dadas; en la medida en que nos esforcemos porcomprobar

    constantemente la validez de las ideas heredadas de nuestros padres, maestros o lderes de

    opinin; en la medida que busquemos el origen y las fuentes de nuestras ms asentadas

    convicciones, seremos capaces de preservar nuestra independencia y nuestra libertad. La cuestin

    es si estamos dispuestos a salirnos de las cmodas sendas transitadas; a prescindir del sosiego que

    otorga sentir el suave rumor del pensamiento de los dems acompasado con el nuestro; o a admitir

    sin menoscabo que aunque podamos hablar de casi todo, prcticamente no tenemos ni puetera

    idea de casi nada. Aurelio Arteta, autor del fabuloso libro Tantos tontos tpicos lo describe as:

    Para que nadie se llame a engao, conviene advertir cuanto antes que e l prec io pagado por q uien pretenda

    desbaratar esos prejuicios es enorme. Zarandear los agarraderos ms recurridos de las gentes, ponernos

    delante el espejo en que ver reflejadas su pereza o su tontera..., resulta tarea muy arriesgada. Emprenderla

    le va a costar al osado la acusacin de pedantera, elitismo y vanidad desmesurada. Su destino ms

    probable, el ostracismo social.1 2

    Y Edward Bernays, el inventor de la autntica mano invisible que mece los mercados, lo

    condens as en Cristalizando la opinin pblica:

    El ciudadano medio es e l censor ms eficiente. Su propia mente es la mayor barrera e ntre l y los hechos. Sus

    propios compartimentos a prueba de lgica, su propio absolutismo, son los obstculos que le impiden ver

    mediante la e xperiencia y el pensamiento en lugar me diante las reacciones del grupo.[122]

    Por tanto, cuando oigis hablar de rdenes espontneos, manos invisibles y dems tpicos

    al uso, estad alerta, pues las nicas manos invisibles histricamente documentadas son la de

    Edward Bernays y la de Diego Armando Maradona.

    Texto publicado en:

    http://unalatadegalletas.blogspot.com.es/2012/11/edward-bernays-y-la-mano-invisible-

    que.html

    12http://www.fronterad.com/?q=node/2665

    http://unalatadegalletas.blogspot.com.es/2012/11/edward-bernays-y-la-mano-invisible-que.htmlhttp://unalatadegalletas.blogspot.com.es/2012/11/edward-bernays-y-la-mano-invisible-que.htmlhttp://unalatadegalletas.blogspot.com.es/2012/11/edward-bernays-y-la-mano-invisible-que.htmlhttp://unalatadegalletas.blogspot.com.es/2012/11/edward-bernays-y-la-mano-invisible-que.htmlhttp://unalatadegalletas.blogspot.com.es/2012/11/edward-bernays-y-la-mano-invisible-que.html