educacion catolica - centro gumilla · enseñanza religiosa a aquellos niños cuy padres...

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EN 40 AÑOS DE SIC LAS BATALLAS DE LA EDUCACION CATOLICA JOSE A. LAZCANO Manuel Aguirre Carlos Guillermo Plaza SIC nació combativo: "En este mento de crisis patria el silencio es cobar- día; y la inacción, pecado. SIC se lanza a una acción decisiva" (primer Editorial, Enero 1938). Esa combatividad se fundamenta en una absoluta seguridad que se expresa hasta en el nombre de la revista que nace: "Para nosotros, además de anagrama (SIC: Seminario Interdiocesano de Caracas), es un lema de optimismo y seguridad. SIC: ¡Así es!" (ib.). Y esa seguridad nace de su pertenen- cia eclesial: "Un subtítulo especifica la fi- nalidad de la publicación: Revista de Orientación Católica" (ib.). Pero esta seguridad no sólo nace de su pertenencia eclesial, que asume —selec- tiva y triunfalísticamente, es cierto— vein- te siglos de historia y la universalidad de su presencia, sino también de la concien- cia de que están aportando un nuevo pro- yecto social. Si hoy SIC —y grandes sectores de la Iglesia— puede tomar posturas no sólo distintas sino aun contrarias a las que to- maron los que nos precedieron, esto no puede ser por un vergonzante pudor que quisiera dejar encoladas las paginas pasa- das de la historia. Sólo asumiéndolo se puede superar el pasado. La combatividad de SIC tuvo'—co- mo es fácil de comprender— un campo prioritario en la Educación. LAS BATALLAS La referencia fundamental, al ha- blar de las batallas de la Educación Católi- ca, es el trienio acción-democrática del 45-48 y, más en concreto, el Decreto-Ley 321 del 46, la Constitución Nacional del 47 y la Ley de Educación aprobada un mes antes del golpe del 48. Pero no se pueden olvidar otros mo- mentos anteriores y posteriores, como la Ley de Educación del 40, el Estatuto Pro- visorio de la Educación Nacional del 49, la Circular del MEN a los Supervisores Ge- nerales de Zonas Escolares del 50 y la Ley de Educación del 55. Las dos tesis que aparecen consta tes son el derecho a la instrucción religi sa —en institutos privados y públicos— < la mayoría católica venezolana y los der chos de la educación privada, especií mente la católica. El derecho a la instrucción religio se fundamenta: — en el precepto de Jesús a sus d, cípulos de que "vayan y enseñen a tod las gentes". — en la maternidad espiritual de Iglesia que ha generado a sus hijos por buatismo; — en que es "maestra de la verdad el bien", con una experiencia de veinte glos. Ya en 1939, el Episcopado Venez lano introduce una enmienda al Artícu 14 del Proyecto de Ley de Educació "Que la instrucción religiosa sea obligat ria para todos los alumnos cuyos padr no manifiesten su deseo contrario" (Jun 1939). Esta enmienda pretendía pasar " cláusula de excepción" de los católicos la minoría no católica. La enmienda fi básicamente aceptada en la Ley del con la mayoría de un voto. En cambio en la Ley de Educaci¿ del 48, el Art. 25 establece que "se da enseñanza religiosa a aquellos niños cuy padres expresamente lo pidan" y "fue de horario escolar". Esta Ley de Educación tuvo que v no poco para que SIC considerara que c la caída de AD "la noche quedó atrás". en Mayo del 49 recoge con entusiasmo Estatuto Provisorio de la Educación N cional: "El actual Estado corrige tamañ desaciertos. Ante la iniciativa privada muestra más amplio y respetuoso. Ante religión, restablece al menos las antigu posiciones del año 40. Ante el proce mismo educativo, revela preocupacic técnica". .. "aunque persisten otros i pectos menos favorables" (como el exc sivo intervencionismo). Más entusiasn aún provocó la "Circular del MEN pa los Supervisores Generales de zonas Ese lares", en la que establece dos horas c 410

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EN 40 AÑOS DE SIC

LAS BATALLAS DE LAEDUCACION CATOLICA JOSE A. LAZCANO

Manuel Aguirre

Carlos Guillermo Plaza

SIC nació combativo: "En estemento de crisis patria el silencio es cobar-día; y la inacción, pecado. SIC se lanza auna acción decisiva" (primer Editorial,Enero 1938).

Esa combatividad se fundamenta enuna absoluta seguridad que se expresahasta en el nombre de la revista que nace:"Para nosotros, además de anagrama (SIC:Seminario Interdiocesano de Caracas), esun lema de optimismo y seguridad. SIC:¡Así es!" (ib.).

Y esa seguridad nace de su pertenen-cia eclesial: "Un subtítulo especifica la fi-nalidad de la publicación: Revista deOrientación Católica" (ib.).

Pero esta seguridad no sólo nace desu pertenencia eclesial, que asume —selec-tiva y triunfalísticamente, es cierto— vein-te siglos de historia y la universalidad desu presencia, sino también de la concien-cia de que están aportando un nuevo pro-yecto social.

Si hoy SIC —y grandes sectores dela Iglesia— puede tomar posturas no sólodistintas sino aun contrarias a las que to-maron los que nos precedieron, esto nopuede ser por un vergonzante pudor quequisiera dejar encoladas las paginas pasa-das de la historia. Sólo asumiéndolo sepuede superar el pasado.

La combatividad de SIC tuvo'—co-mo es fácil de comprender— un campoprioritario en la Educación.

LAS BATALLAS

La referencia fundamental, al ha-blar de las batallas de la Educación Católi-ca, es el trienio acción-democrática del45-48 y, más en concreto, el Decreto-Ley321 del 46, la Constitución Nacional del47 y la Ley de Educación aprobada unmes antes del golpe del 48.

Pero no se pueden olvidar otros mo-mentos anteriores y posteriores, como laLey de Educación del 40, el Estatuto Pro-visorio de la Educación Nacional del 49,la Circular del MEN a los Supervisores Ge-nerales de Zonas Escolares del 50 y la Leyde Educación del 55.

Las dos tesis que aparecen constates son el derecho a la instrucción religisa —en institutos privados y públicos— <la mayoría católica venezolana y los derchos de la educación privada, especiímente la católica.

El derecho a la instrucción religiose fundamenta:

— en el precepto de Jesús a sus d,cípulos de que "vayan y enseñen a todlas gentes".

— en la maternidad espiritual deIglesia que ha generado a sus hijos porbuatismo;

— en que es "maestra de la verdadel bien", con una experiencia de veinteglos.

Ya en 1939, el Episcopado Venezlano introduce una enmienda al Artícu14 del Proyecto de Ley de Educació"Que la instrucción religiosa sea obligatria para todos los alumnos cuyos padrno manifiesten su deseo contrario" (Jun1939). Esta enmienda pretendía pasar "cláusula de excepción" de los católicosla minoría no católica. La enmienda fibásicamente aceptada en la Ley delcon la mayoría de un voto.

En cambio en la Ley de Educaci¿del 48, el Art. 25 establece que "se daenseñanza religiosa a aquellos niños cuypadres expresamente lo pidan" y "fuede horario escolar".

Esta Ley de Educación tuvo que vno poco para que SIC considerara que cla caída de AD "la noche quedó atrás".en Mayo del 49 recoge con entusiasmoEstatuto Provisorio de la Educación Ncional: "El actual Estado corrige tamañdesaciertos. Ante la iniciativa privadamuestra más amplio y respetuoso. Antereligión, restablece al menos las antiguposiciones del año 40. Ante el procemismo educativo, revela preocupacictécnica". .. "aunque persisten otros ipectos menos favorables" (como el excsivo intervencionismo). Más entusiasnaún provocó la "Circular del MEN palos Supervisores Generales de zonas Eselares", en la que establece dos horas c

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enseñanza religiosa dentro del horario es-colar. El título grita: "POR FIN COM-PRENSION". Y sigue: "Es el paso máspatriótico, valiente y comprensivo que seha dado en esta materia durante los últi-mos setenta años de nuestra historia".

La defensa de los derechos de laeducación católica corre una historia pa-

ralela a la de la instrucción religiosa con laque a menudo se identifica. La argumen-tación fundamental es la libertad de ense-ñanza. En Mayo del 40 escribe el P. Ma-

nuel Aguirre: "Con pleno derecho la Igle-sia promueve las letras, las ciencias y las

artes en cuanto son necesarios o útilespara la educación cristiana y además paratoda su obra de salvación de las almas,

aun fundando y manteniendo escuelas einstituciones propias de toda disciplina yen todo grado de cultura".

La Iglesia percibe en toda interven-

ción estatal —sobre todo cuando el Esta-do se confiesa laico— un peligro de agre-sión a su derecho. Por eso, aun el modera-do Proyecto de Ley del 40 recibirá el cali-ficativo de "modelo acabado de totalita-rismo". Y cuando ese intervencionismo seformula como fundado filosóficamen-te en que "el único responsable de suorientación (de la educación) y verdaderosentido debe ser el Estado, que dirige, en-cauza y vigila la enseñanza" (Decreto-Ley321), la Iglesia se siente afectada en laraíz misma de su misión y reacciona contodas sus fuerzas institucionales y perso-nales. (Ver recuadro sobreel 3-2-1).

LA COHERENCIA CATOLICA

En muchos de los artículos de SICsobre eduación, en sus primeros años,aparece una eclesiología típicamente tra-dicional, de "restauración". La Iglesia,

"depositaria de la verdad revelada porDios", percibe el mundo como dominadopor la ignorancia, el error y la corrupciónde las costumbres. Concibe su misión sal-vadora como la incorporación de la socie-dad al área de la vedad y el bien de la Igle-sia. La educación católica es el intrumen-to más eficaz de esa misión.

Si bien esta concepción tradicionalsobre Iglesia y Sociedad reaparece a todolo largo de la década de los 40, ya desdelos primeros números de SIC está presen-te un comienzo de superación de esa ecle-siología subyacente, aunque probable-mente los protagonistas no son conscien-tes de la novedad. Esta novedad y su ma-duración caracterizarán los primeros

treinta o treinta y cinco años de SIC.Venezuela ya no es simplemente un

campo de acción —de captación— de la

Iglesia. El país tiene valor en sí mismo y

El 3-2-1

El 30 de mayo de 1946 sale publicado el Decreto-LeyNo. 321, sobre los exámenes. Los aspectos que parecen in-aceptables para la Educación Católica son:

— su estatismo: "el único responsable de su orienta-ción y verdadero sentido debe ser el Estado, que dirige, en-cauza y vigila la enseñanza";

— su injusta desigualdad en los exámenes de los alum-nos de los institutos oficiales y de los privados: en los ofi-ciales se exime con 15, la nota previa vale el 60 por ciento yel jurado está constituido por el profesor y un delegado; enlos privados no se puede eximir, la previa vale el 20 porciento y el jurado lo componen el profesor y dos delegados;

— la exigencia de que el 75 por ciento de las materiasdebe ser enseñada por los egresados del Pedagógico en loscolegios privados que quieran equipararse a los institutosoficiales (el 72 por ciento de los docentes, a nivel nacional,no tenían título reconocido);

— la preparación clandestina del Decreto-Ley, conconsultas hechas solamente a los educadores oficiales;

— su publicación sorpresiva un mes antes de los exá-menes.

Las reacciones se suceden en cadena.Junio 4: Primera manifestación de los estudiantes pri-

vados, que piden igualdad y justicia.Junio 6: Contramanifestación de los estudiantes ofi-

ciales en defensa del 321. La AVEC se entrevista con elPresidente de la Junta Revolucionaria, Rómulo Betancourt.Reciben esperanzas de enmienda del Decreto-Ley. Otroseducadores privados manifiestan su apoyo a la AVEC. ElMinistro de Educación Humberto García Arocha, la FVM ylos profesores del Pedagógico repiten categóricos: " ¡Ni unpaso atrás!" Las paredes de Caracas se llenan de pintadasa favor y en contra del 321.

Junio 8: Nueva y más numerosa manifestación de losestudiantes privados a pesar de la prohibición oficial.

Semejantes manifestaciones, a favor y en contra, serealizan en las principales ciudades del interior. Contrasta laecuanimidad de Gonzalo Barrios en Caracas con la represióndel Gobernador de Lara.

Junio 9: Renuncia el Ministro García Arocha y todoslos directivos del MEN por considerar que el aplazamientode la decisión por la Junta Revolucionaria sobre el memo-randum de la AVEC representa una negativa de apoyo al go-bierno.

Junio 10: Manifestación de los obreros a favor del321. Interviene García Arocha: "¡Ni un milímetro atrás!".

Junio 12: Discurso de Betancourt: "...si el origen dela divergencia estriba en la situación transitoria de los exa-minandos para el próximo mes de julio, no habría inconve-niente para que esa situación se analizara con espíritu de

egqidad". Por el decreto 322 se nombra nuevo Ministro deEducación al Dr. Antonio Anzola Carrillo, quien manifies-ta deseos dé poner paz.

Junio 19: Aparece el Decreto 344 por el que se pro-mueve automáticamente, sin necesidad de examen, a losque llevan una previa de 10 puntos o más. El humor popu-lar llama a estos "promoción golilla".

Junio 27: Decreto 360: "Se extiende al estudiantadode todas las ramas que comprende la Educación Nacionallas disposiciones contenidas en el Decreto 344 referente aestudiantes de Educación Primaria, Secundaria y Normal.

Los estudiantes privados han ganado la primera bata-lla,con el aliento, sobre todo, de la AVEC y Mons. Pellín enCaracas, P. Sánchez en San Cristóbal y P. Parra León en Ma-racaibo. Pero todavía no se ha ganado la paz.

El curso 46-47 discurre en calma. Pero se está consa-grando en la nueva Constitución Nacional la motivación es-tatista del 321. El 321 no ha quedado todavía definitiva-mente anulado. Los estudiantes privados recogen 40.000firmas en toda Venezuela. Circulan candelosos periódicosestudiantiles como "Justicia y Equidad" y "el 3-2-1". Y . lle-gan los exámenes. . . con el 321.

Los estudiantes privados de Caracas y Maracaibo, casien su totalidad, se declaran en huelga. No presentan exáme-nes. Prefieren perder el año. Y se repiten las manifestacio-nes. Los padres de familia apoyan a sus hijos huelguistas yse organizan comités de padres y madres. Cartas al Gobier-no. Artículos en la prensa. La tensión es fuerte.

Los Obispos se reúnen en Conferencia Extraordinariay entregan un memorandum (30 de agosto) en propias ma-nos al Presidente de la Junta Revolucionaria. Ordenan unarogativa nacional de tres días en toda la República. Y ex-hortan a los estudiantes "a ser hombres definidos en la de-fensa de los derechos que como a hijos y ciudadanos de unaPatria libre os corresponden y jamás permitáis que los ene-migos de vuestra Fe católica logren sus intentos...".

El 30 de septiembre los Obispos publican una CartaColectiva sobre los problemas de la Educación Católica enel País: "Hace algún tiempo nos tiene profundamente alar-mados el sesgo que ha tomado en Venezuela el proceso dela Educación. Con dolor hemos comprobado se trata de to-do un plan perfectamente premeditado que se viene desa-rrollando paulatinamente y que tiende a la supresión de laEnseñanza Privada, la cual es en su mayoría netamente ca-tólica". La Carta está llena de expresiones fuertes y cate-góricas: "persecución religiosa", "individuos que rechazanla verdad y odian la religión", "repugnante totalitarismo","referencias impías de maestros oficiales resueltos a que nose enseñe religión en sus escuelas...".

Los estudiantes huelguistas repitieron el año. A partirde ese momento, las batallas se concentran en la nueva Leyde Educación, que, aunque no incorpora el 321, consagrasu filosofía estatizante. 9

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ellos —la Iglesia— tienen mucho que apor-tar. Su aporte no es simplemente un apor-te más. Es precisamente lo que el país ne-cesita en fidelidad a su pasado glorioso yen anuncio de su realización futura,"mezcla de ayer y de mañana" (Octubre45). Traen la verdad doctrinal y hombrese instituciones con vocación de servicioy anuncian la justicia social y la moderni-dad para Venezuela. Ni nazismo ni comu-nismo ni capitalismo: "hombres nuevosque propugnan la doctrina social católi-ca". (Mayo 47).

La educación, desde esta perspecti-va, es el instrumento privilegiado paracrear un espacio de posibilidad para suproyecto social y generar un liderazgo polí-tico. Si en las batallas por la instrucciónreligiosa y la libertad de enseñanzas coin-ciden en muchos de sus argumentos conlos de la eclesiología tradicional, lo hacenporque son su punto de partida y porquenecesitan la amplia base de sustentaciónde toda la Iglesia. Por otra parte, la Iglesiatradicional ve en este proyecto la amplia-ción de. su aceptabilidad social.

En la búsqueda del espacio político,argumentan "ad hominen", alegando mo-dernidad ante la izquierda y defensa con-tra el totalitarismo comunista ante la de-recha (Junio 39, Editorial). Y, ante unosy otros, alegan el derecho liberal a presen-tar una alternativa. La conciencia de suespecificidad —y no mera equidistanciaentre la derecha y la izquierda— la encon-tramos en los siguientes párrafos, precisa-mente sobre educación:

"EDUCACION, esto es: no merainstrucción, ni adiestramiento auto -mático, ni enciclopedismo de relum-brón... sino formación integral,...formar hombres en toda la pleni-tud de la palabra. La Escuela Cató-lica es por esencia una forja de hom-bres y mujeres... personas plenamen-te dueñas de su voluntad; orienta-das en su vida; hechas al cumpli-miento del deber, cueste lo quecueste; responsables y conocedoresdel papel que desempeñan en el or-ganismo social"."CATO LICA, .esto es: impregnadade espíritu cristiano y católico. Enla Educación Católica se da especialimportancia a la formación moral,...se insiste en el arte de saber ven-cerse, de saber vivir un ideal supe-rior.., el arte de ser hombre. De ahíla importancia que se concede a lamotivación y jerarquías de valores"(Diciembre 45).

Tal vez el momento más lúcido deesta perspectiva es la creación de la AVEC(Asociación Venezolana de Educación Ca-tólica) en 1945. Sus fines aparecen expre-sados en 5 puntos:

1. Para prestarse mutua ayuda en laesfera de sus actividades educacio-nales, procurando la máxima capa-citación del Profesorado y una ca-bal aplicación de los métodos, pro-cedimientos y técnica más moder-nos de la Educación.2. Para contribuir al MovimientoPedagógico nacional, colaborandoen forjar el tipo integralmente hu-mano y cristiano que reclama nues-tra Patria, así como en construir lapropia Ciencia Pedagógica Venezo-lana.3. Para trabajar por la implantacióny arraigo cada vez más profundo ennuestro Pueblo de los principios dela verdadera Democracia Cristiana.4. Para contribuir a compactar cadavez más a todos los Educadores,cultivando relaciones de buena ar-monía con el Profesorado oficial.5. Pretende finalmente colaboraren la realización de los grandes idea-les de unión espiritual y cultural delos Pueblos de América y del Mun-do, adhiriéndose al movimiento querepresenta la Confederación Intera-mericana de Educación Católica.(Octubre 45).

Pero el breve esquema interpretati-vo que hemos presentado, de la coheren-cia católica y de sus insuficiencias, requie-re la perspectiva complementaria de losque la adversaron.

Para la Iglesia venezolana, social yculturalmente muy débil a principios desiglo, la educación fue la línea estratégicamás eficiente. Como resultado de esta es-trategia, vigorosos grupos de cristianosirrumpen en el mundo de la Universidad yde la política (UNE-COPEI). La tradiciónpositivista y laicista de Venezuela percibeel peligro de un proyecto social de moder-nización competitivo. Las acusaciones aeste proyecto social de reaccionario y fas-cista indican más lo que quisieran quefuera —para que quedara descalificadopor sí mismo— que lo que perciben quees. La peligrosidad de la competencia estáno sólo en la consistencia ideológica delos primeros grupos que irrumpen en lapolítica sino, sobre todo, en el futuro, enla educación: el año 46, el 64 por cientode los planteles de Secundaria y otro 64por ciento de los de Normal están en ma-nos de la educación privada, mayoritaria-mente católica (en número de alumnossignifican el 43 por ciento de los de Se-cundaria y el 45 por ciento de los de Nor-mal). Por eso, hay que limitar todo lo po-sible la Educación Católica, aun sacrifi-cando su aporte a las necesidades educati-vas del país.

Pero no solo hay competitividad dedos proyectos de modernización distin-tos. Se percibe una incompatibilidad anta-

gónica. Desde la sociología del conoci-miento podríamos descubrir la primacíade las raíces antropológicas e inductivasdel pueblo venezolano en el proyectolaico-adeco y la primacía de las raícesfilosófico-deductivas europeas en el pro-yecto católico. Es la incompatibilidadentre la razón de la democracia y la de-mocracia de la razón. O, en la percepciónmutua, entre la demagogia y el elitismo.,

Desde- esta competitividad, y aunincompatibilidad, el conflicto era inevita-ble.

LAS INSUFICIENCIAS DE LA COHE-RENCIA CATO LICA

Esta coherencia católica, que ape-nas hemos esbozado, tenía una grandezano sólo moral sino también intelectual.La Venezuela moderna debe un reconocí-miento a esta generación. Pero hoy pode-mos descubrir en su proyecto social dosinsuficiencias radicales: su perspectiva cle-rical y la ausencia de la mediación de lasciencias sociales.

No se trata del clericalismo cerradode la Iglesia tradicional en oposición almundo, sino abierta en diálogo y colabo-ración.

Hacen una lectura selectiva y apolo-gética del pensamiento de los Padres de laPatria, de la historia eclesiástica y univer-sal, de los acontecimientos mundiales ynacionales. Codifican sus conocimientosdesde sus estructuras mentales neoescolás-ticas. Su modernidad es la visión europeade los movimientos demócrata-cristianos(de ahí las continuas referencias a Bélgicay Holanda como ideal de relaciones entreel Estado y la Educación Privada). Y, so-bre todo, la seguridad en la verdad por supertenencia a la Iglesia, firme a pesar delos embates de veinte siglos y establecidaen todo el mundo. Hoy nos puede asom-brar esta seguridad:

"La Educación Católica que recibenlos alumnos de un Colegio de Cara-cas, es la misma que se da en losCentros Católicos de Buenos Aires,Bogotá o Nueva York; la mismaexactamente que recibe, envueltoentre pieles y al compás de la nieve,el esquimal de Alaska o bajo la to-rrentera de un sol ardiente el niñoafricano. La Educación Católica es-tá difundida por toda la tierra. .Se-ñata con orgullo la soberbia molede sus Universidades lo mismo quela modesta construcción, perdida enel corazón de la selva" (Diciembre1945).

No es menos notable la otra insufi-ciencia. la ausencia de la mediación de lasciencias sociales. Es indudable la media-ción política de la fe de estos hombres.Pero la mediación entre la fe y la política

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se hace sólo por la ética, por una ética na-tural iluminada por la Revelación. Falta lamediación de las ciencias sociales. Por esono es posible en esta generación de hom-bres de la Iglesia descubrir los condicio-nantes sociales de su conocimiento y desu acción, y aun de su ética y de su teolo-gía. No es posible comprender la estructu-ración de la sociedad y sus leyes. Y sugrandeza ética y su edificante voluntaris-mo resultan insuficientes para la construc-ción de la "sociedad justa" que procla-man.

Estas dos insuficiencias explican laincapacidad de comprender los valoreshistóricos que había detrás de las formu-laciones —injustas y sectarias— de los mo-vimientos y procesos sociales que comba-tían. Na podían comprender las fuerzasde modernización, de secularización irre-versible y de justicia social, que se expre-saban en Acción Democrática como refle-jo de un pueblo que nunca había sido te-nido en cuenta. No podían valorar obje-tivamente las grandes realizaciones en lademocratización de la educación duranteel trienio adeco. No podían sino ver co-munismo en la ambigüedad ideológica deAD, cargada de pasión popular. No po-dían distinguir entre lo que había de so-ciológico y de doctrinario en el comunis-mo venezolano. Y mucho menos podíanvalorar los aportes reales del marxismo.No podían comprender la insuficiencia desu elitismo —más o menos inconsciente—para protagonizar un cambio social. Nopodían entender que a menudo objetiva-mente servían a los intereses de las clasesdominantes. No podían entender que,más allá del alivio institucional que supo-nía para ellos el golpe del 48, había untrágico retroceso en la maduración demo-crática del país. Ni podían valorar la gran-deza humana de la resistencia antiperezji-menista. Y, por último, no se podían an-ticipar a una eclesiología de humilde ser-vicio en medio del mundo, de "Pueblo deDios en marcha", "íntima y realmente so-lidario del género humano y de su histo-ria" (Vaticano II: Sobre la Iglesia en elmundo actual).

LO QUE VA DE AYER A HOY

El tiempo — ¡y también los trágicossilencios de las dictaduras! - ayudan a re-flexionar. Muchos dirigentes adecos reco-nocen que el error político más grandede su historia fue su política educativa deltrienio. Por otra parte, la participación demuchos sectores de la Iglesia en el derro-camiento de Pérez Jiménez por una parteexigía un reconocimiento y por otra re-confirmaba la fuerza política de la Iglesia.Esto imponía una nueva actitud a loslíderes que regresaban del exilio. La susti-tucióri de Patronato por el Modus Vivendies la mejor expresión de esta nueva acti-

tud.Por otra parte, los años 60, con la

contestación interna primero y despuéscon las guerrillas, obligan a AD a definirsu ambigüedad respecto de la izquierda.Este contexto también propicia la alianzacon la Iglesia.

Y hay otro factor, no menos impor-tante: el aburguesamiento en el poder delos dirigentes adecos.

La Iglesia, por su parte, ha seguidosu proceso de afianzamiento social. Lasbatallas del trienio adeco, que ya indica-ban la fuerza social que iba adquiriendo,la cohesionaron y vigorizaron • más. La"paz pérezjimenista" fue muy propiciasobre todo para la Educación Católica. Enla década del 50 se fundan 262 casas, delas cuales 156 son centros de educación.La década del 60 es tal vez la más flore-ciente de la Iglesia: por una parte, el con-texto esperanzador del Vaticano II; porotra, el entusiasmo apostólico y renova-dor de movimientos, asociaciones, cursi-llos, etc. La culminación política de esteflorecimiento es el triunfo de Caldera enel 68.

El proyecto Fe y Alegría, que nacea mediados de la década del 50 y crecevertiginosamente en la del 60, puede serla expresión de una Iglesia socialmenteafianzada que expande su influencia másallá del asfalto.

La Educación Católica es ya signifi-cativamente más popular y menos elites-ca. Por otra parte, aunque proporcional-mente con mucho menos peso, ha aumen 1

tado considerablemente su alumnado. Ypide una participación en el presupuestoescolar. Este sería el nuevo signo de laconfrontación. Pero la evolución de. losdirigentes del Gobierno y el afianzamien-to social de la Iglesia —"nunca hemos es-tado tan bien"— prácticamente imposibili-tan el conflicto. Más bien, mutuamentese necesitan, aunque no se puede decirque se hayan superado todas las animad-versiones y suspicacias de parte y parte.Sobre todo a niveles administrativos ypartidistas más bajos y a niveles gremiales.El Gobierno a menudo parece encontrarseen una contradicción que nace precisa-mente de su pragmatismo político: poruna parte, tanto el techo económico desus posibilidades presupuestarias como lanecesidad de tener buenas relaciones conla Iglesia, le exigen una actitud de colabo-ración con la Educación Católica; porotra parte, la raigambre de sus tesis edu-cativas en la base del partido le dificultanesa colaboración. A veces pareciera un co-laborador vergonzante. Otras veces, unsectario reprimido por fuerza mayor.

¿Y MAÑANA?

Es difícil leer el futuro. Pero nosparece poder predecir que seguirá el diá-

logo y que mejorará la mutua compren-sión y colaboración.

Pero, a la vez, podemos prever nue-vos conflictos, cualitativamente distintosy con la línea divisoria cruzando en unadirección distinta.

Acción Democrática no sólo ha re-nunciado a su sectarismo educativo enaras de un pragmatismo político. Ha re-nunciado también ato que había de másauténticamente popular detrás de su sec-tarismo. Prefieren mandar a sus hijos a losColegios privados. A los gremios no se lesve una preocupación efectiva que vayamás allá de sus reivindicaciones económi-cas. Parece que todos se sintieran satisfe-chos con la "justicia social" lograda.

Por otra parte, la Educación Católi-ca está en un proceso profundo de revi-sión y aun de diversificación. Hoy nos ha-ce sonreir la cita del 45 sobre que es "lamisma exactamente" la educación católi-ca en Caracas, en Nueva York o en Alaska.Esto hoy no se verifica ni siquiera entredos colegios de Petare elegidos al azar. Es-ta diversificación irá acentuándose con elproceso de democratización que irá au-mentando cuantitativamente y profundi-zándose cualitativamente.

La potencialidad ética del cristianis-mo, su capacidad de generar entusiasmose idealismos y la conciencia crítica cadavez más fuerte de los educadores cristia-nos que brotan de las bases o se identifi-can con ellas, hacen que los cristianospuedan asumir la pasión popular y tras-formadora abandonada en gran parte porAcción Democrática.

Un futuro conflicto es posible. Yano sería el conflicto de dos compactacio-nes sociológicas (AD-Iglesia), compitien-do por apropiarse del futuro. Sería la con-frontación de una utopía generadora defuturo —en la que los cristianos aporta-rían una contribución sustantiva— con unpresente cansado y corrompido con susinstitucionalizaciones —aun cristianas—que se resistirán al cambio. La línea divi-soria del conflicto cruzaría por dentro delas herencias de las compactaciones ante-riores.

Hoy SIC quiere acompañar a loseducadores que están trabajando por estefuturo de justicia y solidaridad, con lamisma pasión venezolana con la queacompañó al proyecto social anterior. Talvez con menos seguridades. Sin duda conmenos exclusividad católica. Intentandosuperar las insuficiencias de los que nosprocedieron. Pero también conscientes denuestras limitaciones. Y, sobre todo, asu-miendo con humildad y firmeza las refle-xionesde los que están quemando sus vi-das en una educación que quiere transfor-mar la sociedad.

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