edición extraordinaria e el mural

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1 La Polla Electoral Jamás, Colombia había vivido un proceso electoral tan interesante y complejo. Los discursos ofrecidos por los candidatos en meses previos a la primera vuela, así como los discursos ofrecidos de cara a la segunda vuelta han dejado ver, con todo detalle, la capacidad, quizás antropófaga de las maqui- narias políticas. Así mismo, se ha evidencia el papel fundamental jugado por los medios de comunicación en su rol, no tanto de infor- madores, sino de mediadores y constructores de realidades...Todavía es necesario saber las de quiénes. Quizá inspirados por el ambiente futbolístico generado por el mundial de fútbol, nos hemos atrevido en El Mural, a lanzar una edición EXTRA, únicamente On Line, vati- cinando y opinando en torno al tema electo- ral y lo que podría pasar este fin de semana y durante el siguiente cuatrienio en nuestro país. La presente edición surge como iniciativa misma de un grupo de colaboradores de El Mural, quienes con sus aportes nos dan sus observaciones sobre la coyuntura social, política e histórica que atraviesa Colombia por estos momentos. Esperamos la edición sea de su agrado y con- tinúe leyéndonos, de modo regular, en nues- tra versiones, impresa y On Line, desde la próxima semana. El Editor. Carta a Mi Amigo Jair Vega Por Clemencia Rodríguez Jair querido: me pregunto si no podríamos pensar el pro- ceso democrático en térmi- nos más fluidos, es decir, en vez de pensar el momento actual como una encrucijada entre una democracia perfec- ta (equidad, distribución de recursos, inclusión de tod@s, construcción colectiva de nación) o NADA (= + uribis- mo), digo, en vez de esto, no podríamos pensar el proceso en términos de construcción paso a paso de la democracia que queremos? es decir, aho- ra damos un paso, un paso pequeño, sabiendo que NO es la meta ideal, pero que es UN PASO hacia la utopía. Y luego, cuando el país se acostumbre a una forma otra de hacer política, cuando el país vea que la fuerza y la violencia no son las únicas salidas, cuando el país sea capaz de normalizar la trans- parencia, el estado de dere- cho, el sumirse a lo constitu- cional, entonces ahí si podr- íamos dar el otro paso, hacia la equidad. Como dice Mouf- fe, la democracia es siempre un proceso en construcción, un horizonte, no un sitio al que llegas. Me pregunto si no podríamos asumir estas elec- ciones como un momento de solidaridades con quienes vemos una rendija por donde podría entrar la luz? Así co- mo lo han hecho los movi- mientos sociales, donde un movimiento social apoya al otro aunque no compartan exactamente las mismas me- tas, porque los logros del otro en últimas son logros de tod@s? ¡EXTRA! PRE ELECCIONES El Mural - On Line

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Pre Elecciones presidenciales.

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Page 1: Edición extraordinaria e El Mural

1

La Polla Electoral

Jamás, Colombia había vivido un proceso

electoral tan interesante y complejo. Los

discursos ofrecidos por los candidatos en

meses previos a la primera vuela, así como

los discursos ofrecidos de cara a la segunda

vuelta han dejado ver, con todo detalle, la

capacidad, quizás antropófaga de las maqui-

narias políticas. Así mismo, se ha evidencia

el papel fundamental jugado por los medios

de comunicación en su rol, no tanto de infor-

madores, sino de mediadores y constructores

de realidades...Todavía es necesario saber las

de quiénes.

Quizá inspirados por el ambiente futbolístico

generado por el mundial de fútbol, nos

hemos atrevido en El Mural, a lanzar una

edición EXTRA, únicamente On Line, vati-

cinando y opinando en torno al tema electo-

ral y lo que podría pasar este fin de semana y

durante el siguiente cuatrienio en nuestro

país.

La presente edición surge como iniciativa

misma de un grupo de colaboradores de El

Mural, quienes con sus aportes nos dan sus

observaciones sobre la coyuntura social,

política e histórica que atraviesa Colombia

por estos momentos.

Esperamos la edición sea de su agrado y con-

tinúe leyéndonos, de modo regular, en nues-

tra versiones, impresa y On Line, desde la

próxima semana.

El Editor.

Carta a Mi Amigo

Jair Vega Por Clemencia Rodríguez

Jair querido: me pregunto si

no podríamos pensar el pro-

ceso democrático en térmi-

nos más fluidos, es decir, en

vez de pensar el momento

actual como una encrucijada

entre una democracia perfec-

ta (equidad, distribución de

recursos, inclusión de tod@s,

construcción colectiva de

nación) o NADA (= + uribis-

mo), digo, en vez de esto, no

podríamos pensar el proceso

en términos de construcción

paso a paso de la democracia

que queremos? es decir, aho-

ra damos un paso, un paso

pequeño, sabiendo que NO

es la meta ideal, pero que es

UN PASO hacia la utopía. Y

luego, cuando el país se

acostumbre a una forma otra

de hacer política, cuando el

país vea que la fuerza y la

violencia no son las únicas

salidas, cuando el país sea

capaz de normalizar la trans-

parencia, el estado de dere-

cho, el sumirse a lo constitu-

cional, entonces ahí si podr-

íamos dar el otro paso, hacia

la equidad. Como dice Mouf-

fe, la democracia es siempre

un proceso en construcción,

un horizonte, no un sitio al

que llegas. Me pregunto si no

podríamos asumir estas elec-

ciones como un momento de

solidaridades con quienes

vemos una rendija por donde

podría entrar la luz? Así co-

mo lo han hecho los movi-

mientos sociales, donde un

movimiento social apoya al

otro aunque no compartan

exactamente las mismas me-

tas, porque los logros del

otro en últimas son logros de

tod@s?

¡EXTRA! PRE — ELECCIONES

El Mural - On Line

Page 2: Edición extraordinaria e El Mural

2

Mi querida y

adorada Cle-

mencia, ante

la deferencia

que has tenido

con tu carta,

en la que pa-

sas a un espacio más abierto

nuestras conversaciones sobre

participación electoral en esta

coyuntura del país, me permi-

to ampliar un poco mi pers-

pectiva sobre las razones por

las cuales he decidido asumir

mi posición BLANCO AC-

TIVO.

Particularmente cuando co-

menzó la campaña presiden-

cial, por un momento me pa-

reció interesante y llamativo

el fenómeno Mockus, la opo-

sición Mockus – Uribe, nos

hacía pensar en un “cesó la

Uribe noche” y pensar un

momento distinto para el

país. Sin embargo, en la me-

dida en que avanzaban los de-

bates me fui inclinando por

otras posiciones y paulatina-

mente, al igual que a otra gen-

te, se nos fue desfigurando el

personaje de Mockus. Tal vez

estos puntos de vita no los

había compartido antes conti-

go, pero tu propuesta me ha

hecho detenerme a sintetizar-

los de alguna manera.

Estoy de acuerdo contigo en la

idea de que el fenómeno co-

yuntural de la OLA VERDE

ha llamado profundamente la

atención y ha logrado seducir

con su propuesta –no tanto

ideológica, sino pragmática- a

un gran número de Colombia-

nos. Estoy igualmente de

acuerdo contigo en que al mo-

mento de tomar nuestra deci-

sión no debemos pensar que el

problema se resuelve en esta

coyuntura y que de una vez

vamos a llegar a un estado de

“democracia perfecta” pues

sabemos que la misma se

construye en un proceso. Sin

embargo, nunca he asumido

una postura liberal y mucho

menos me parece indicado

asumirla en esta coyuntura.

Particularmente considero que

el fenómeno Mockus no es un

fenómeno nuevo, más bien

constituye una postura históri-

ca y cíclica que han asumido

ciertos gobiernos liberales –

que en algunos casos se han

llamado a sí mismos radicales

- y que básicamente con una

propuesta de cambio buscan

modernizar o transformar las

instituciones, de tal manera

que sean claras las reglas de

juego para que se tramiten los

conflictos en el marco de la

democracia liberal. Podríamos

enumerar a Alfonso Lopez

Pumarejo con sus reformas en

los años 30 del siglo pasado,

su mismo hijo con el MRL,

Galán con su propuesta de un

“nuevo liberalismo” e incluso

Samper con su propuesta de

“poder popular” que en su

momento buscaron canalizar

los votos de la izquierda in-

conforme, que vio en esas co-

yunturas la posibilidad de lo-

grar “pequeños avances” que

permitieran ir construyendo la

“verdadera democracia”. Sin

embargo, más allá de

esto, estos gobiernos lo

único que hacen es ge-

nerar reformas institu-

cionales, con propuestas

de participación, trans-

parencia, buen gobierno,

poder del pueblo, etc.,

pero que finalmente, al

no incluir una apuesta

por equidad, justicia so-

cial o inclusión, termi-

nan legitimando las ins-

tituciones, los gobier-

nos, pero acentuando la des-

igualdad. No es gratuito que

Mockus haya tenido tanta co-

bertura periodística, pues si

nuestro establecimiento se

hubiese visto amenazado con

la posibilidad de que llegase al

poder, le hubiese vetado a to-

da costa.

Esa pragmática del juego lim-

pio, de la transparencia, de la

legalidad, parecería llamativa,

si no fuese porque es intere-

sante para Mockus hasta el

momento en que aparece la

discusión ideológica. Es fácil

Carta de Respuesta a Mi Queri-

da Amiga Clemencia Rodríguez Por Jair Vega

“No es gratuito que Mockus

haya tenido tanta cobertura

periodística, pues si nuestro

establecimiento se hubiese

visto amenazado con la po-

sibilidad de que llegase al

poder, le hubiese vetado a

toda costa”.

Page 3: Edición extraordinaria e El Mural

3

que la gente participe en su fa-

cebook, imprimiendo afiches,

haciendo marchas en bicicletas,

pero no es fácil cuando se trata

de asumir la discusión con opo-

sitores o cuando se trata de asu-

mir acuerdos programáticos. En

estos casos utiliza los mismos

argumentos de la clase política

a la cual critica para desvirtuar

la posición del otro y evade el

reto de construir acuerdo pues

sólo acepta seguidores o ad-

hesiones incondicionales

pues todo acuerdo con otro

contamina su propuesta per-

sonal eminentemente

“limpia”. Esta misma

pragmática política nos

hacer ver a un Mockus des-

dibujado en una audiencia

con Uribe buscando su ben-

dición.

Particularmente pienso que

la democracia se construye

en la discusión, con acuer-

dos programáticos –ojo, no

burocráticos- así deben

construirse los partidos, no

como olas seguidoras de mesías

cuyas fuentes de poder han es-

tado bien sea en la fuerza –

como el actual- o en la inteli-

gencia académica como tal vez

se propone Mockus – Esto lo

pienso ahora, no sé por qué

razón este personaje cada vez

se me aparece más como me-

siánico, lo cual puede ser una

percepción eminentemente per-

sonal-.

Recuerdo a Humberto Matura-

na cuando dice que es en las

discusiones sobre qué es la de-

mocracia donde se construye la

verdadera democracia. Aquí

creo que también nos ayuda a

comprender el proceso, la mis-

ma Chantal Mouffe que tu ci-

tas, cuando desde su propuesta

de democracia radical hace una

profunda crítica al liberalismo

habermasiano, entendiendo que

la democracia debe partir de un

supuesto no de iguales sino de

diferentes y que la democracia

es básicamente un proceso de

construcción de sujetos de po-

der y no de reglas de juego co-

mo supone el planteamiento

liberal. No es gratuita entonces

la adhesión de Habermas a la

propuesta Mockusiana.

En este momento creo que lo

que Colombia necesita es se-

guir consolidando efectivamen-

te un discurso de propuesta de

un país, de una democracia que

transcienda el debate por las

reglas de juego y se plantee el

problema de poder, del empo-

deramiento de los ciudadanos.

Necesitamos realmente un dis-

curso de oposición que desdi-

buje las posturas políticas ac-

tuales. Me pregunto donde ha

estado Mockus durante el últi-

mo gobierno de Uribe, mientras

personas como Petro han reali-

zado un ejercicio permanente

de propuestas alternativas y

control. Particularmente creo, y

sin ser ni declararme militante,

que en este momento la única

oposición posible está en el Po-

lo y su propuesta. Y una pro-

puesta ciudadana podría ser un

millón de votos en blanco en la

que digamos no queremos

más de aquello. Una pro-

puesta que habría que seguir

llevando hacia adelante, pues

estoy seguro que la ola ver-

de, como todas los olas, des-

pués del 7 de agosto, no será

más que un recuerdo de un

momento en el cual se pensó

en otra opción de gobierno

liberal que no fue posible,

pues no estaría tan seguro

que el profesor Mockus, que

cuando está molesto con sus

críticos tira vasos de agua,

esté interesado en conformar

un movimiento de oposición

que hasta ahora no ha ejercido

en ningún momento.

Así es mi querida Clemencia

que el sino de seguir pertene-

ciendo a las minorías aún me

persigue. Te mando un abrazo

con todo mi cariño y como ésta

es la democracia, me sigue pa-

reciendo válido que como tú lo

sugieres la opción de un libera-

lismo que nos posibilite una

democracia un poco más civili-

zada sea también una opción

que se comparta y que pueda

constituirse una opción de po-

der.

“(…) estoy seguro que la

ola verde, como todas los

olas, después del 7 de

agosto, no será más que

un recuerdo de un mo-

mento en el cual se pensó

en otra opción de gobier-

no liberal que no fue posi-

ble “

Page 4: Edición extraordinaria e El Mural

4

Algún día lo lograremos

Alberto Martínez M.

Nunca un debate

electoral había

sido tan interesan-

te en Colombia y

tampoco tan pre-

decible. Antes de

la primera vuelta,

las encuestas y los ánimos,

anunciaban empate técnico

entre el candidato de la ola

verde Antanas Mockus y el

representante del uribismo

más puro Juan Manuel San-

tos. El país parecía divi-

dido frente a dos opcio-

nes que parecían más:

renovación o continuis-

mo, educación o desa-

rrollismo, cultura ciuda-

dana o politiquería.

Pero a las 6 de la tarde

del día que ocurrió lo

que ocurrió, todas las

perspectivas cambiaron. Por

las razones que fueran, San-

tos se trepó en los registros

electorales y de allí no ha

sido posible bajarlo. Todo

parece indicar que el país ya

se decidió.

En contraste, la campaña

minoritaria ha apelado a co-

merciales de televisión y

una andanada de publicidad

viral, para concretar la que

parece ser su apuesta defini-

tiva: preservar los 3 millo-

nes de votos de la primera

vuelta y lograr que cada uno

de esos electores consiga

dos más (un abstencionista y

un santista) para sumar 9

millones. Suficientes para

barrer a su opositor.

Se trata de una estrategia

interesante que en vez de las

adhesiones de los políticos

de todos los pelambres que

se han movido en la otra

campaña, procura el voto

cualificado de los que pien-

san o actúan de manera dis-

tinta. Allí están, por ejem-

plo, los actores y actrices

más reconocidos de la tele-

visión colombiana, advir-

tiéndonos que no todo está

perdido, y que, como ellos,

debemos buscar por cielo y

tierra nacional, a los otros

dos.

El problema es que los inte-

lectuales no ponen votos,

como tampoco lo hacen los

artistas. De los primeros

(que son muy pocos en Co-

lombia) nos gusta la manera

como se aferran a sus con-

vicciones y se apartan de la

corriente, y de los segundos

(que son los más), los pape-

les que interpretan para po-

nerle entretención a las no-

ches agobiadas por el largo

trajín. Pero nada más. A nin-

guno de ellos les reconoce-

mos liderazgos ni ascenden-

cias electoreras.

Los políticos, en cambio,

han desplegado una campa-

ña de cacicazgos que ha

puesto a pensar al país no

sobre esa estrategia de vieja

data, que debería estar supe-

rada en una democracia mo-

derna como la que preten-

demos ser, sino en la con-

veniencia o no de las es-

trategias que Santos está

recibiendo. El gran aceite

formal de esta maquinaria,

para no hablar de los ile-

gales, ha sido la amenaza:

si gana el otro, se perderá

el poder, la burocracia, la

seguridad democrática,

familias en acción…

Lo que va a pasar el próxi-

mo domingo, en consecuen-

cia, es que el país político

saldrá a votar en masa, fiel a

la tradición o al miedo, y el

otro, el que no depende de

aparatajes burocráticos ni

subvenciones estatales,

cuando mucho ejercerá su

derecho al “blanco activo”

ante la ausencia de lideraz-

gos que conmuevan su vo-

luntad. Ese otro país, en de-

finitiva, se quedará soñando

que algún día lo logrará.

El problema es que los intelec-

tuales no ponen votos, como

tampoco lo hacen los artistas.

De los primeros (…) A ningu-

no de ellos les reconocemos

liderazgos ni ascendencias

electoreras.

Page 5: Edición extraordinaria e El Mural

5

El voto en

Blanco es una

sanción que la

sociedad civil

ejecuta, por

medio del su-

fragio (voto),

contra la clase

política, especialmente cuan-

do esta se anquilosa cómoda-

mente en las instancias de

poder. El voto en blanco con-

siste en ejercer el derecho al

voto, pero sin elegir a ningu-

no de los candidatos y los

programas que estos repre-

sentan.

Se tiene la concepción erró-

nea de que el voto en blanco

no sirve para nada, que se los

suman a quien va ganando…

¡FALSO!!!...El voto en blan-

co sí cuenta en nuestro país.

De llegar a ser mayor al 50%

+ 1, en unas elecciones,

tendrían que convocar a nue-

vos comicios, y con otros

candidatos. De igual manera,

de no ser mayor a dicho por-

centaje, pero superar al gana-

dor, ello dejaría en tela de

juicio la legitimidad del mis-

mo. Es por ello que a la clase

política le conviene más un

pueblo que se abstiene, que

un pueblo que vota en blanco.

Por eso la gran mayoría de las

personas está convencida de

que el voto en blanco es botar

el voto.

Por eso los animo a ejercer el

derecho al voto y, en el caso

de que: no tengan candidato,

porque ninguno los convence,

seguramente deberían consi-

derar el voto en blanco. Si

son de los que no votan, de-

bería reconsiderar el voto en

blanco....porque el blanco va-

le. Si no creen en la clase

política, ni en sus herederos,

delfines, y etc...seguramente

debería votar en blanco. Si

ninguno de los programas

propuestos por los candidatos

es de su agrado o va en contra

de sus principios, definitiva-

mente debería votar en blan-

co.

Así, pues, sin ánimos cliente-

listas, ni económicos en esta

empresa, me permito presen-

tar algunos aspectos y virtu-

des poco conocidas del Voto

en Blanco.

¿PARA QUÉ SIRVE EL

VOTO EN BLANCO?

Sirve para que la sociedad

civil se haga sentir ante las

instancias de poder, en el ca-

so de considerar que ninguno

de los candidatos que corren

por un cargo público y sus

programas son aptos o mere-

cedores de la majestad de di-

cha posición, utilizando las

herramientas que un sistema

democrático nos ofrece.

¿QUÉ PROPONE EL VO-

TO EN BLANCO?

Propone sentar un precedente

en la historia política del país.

Dejar en claro que la sociedad

civil está consciente del gran

valor que tiene ese derecho a

elegir a nuestros gobernantes,

que no son otra cosa que em-

pleados del país, cuyos sala-

rios se pagan con nuestros

impuestos. Y que reconocer

ese derecho implica la posibi-

lidad de no elegirlos y exigir

que se renueven, no solo los

candidatos, sino los progra-

mas que ellos representan.

¿CÓMO SE FINANCIA EL

VOTO EN BLANCO?

No necesita financiación, por

lo que es imposible que entre-

n dineros ilícitos en su cam-

paña, o que se vuelen los to-

pes oficiales, como está con-

sagrado por la ley.

Así que quienes consideren

esta idea...un poco loca, pero

válida, únase al tren y ayuden

a mostrar a otras personas la

validez de la misma. Enseñar

a nuestros compatriotas que

la sociedad civil tiene otras

opciones para hacerse sentir.

Y valer sus derechos e inter-

eses. Por eso, si la zonifica-

ción de mi cédula no hubiese

sido anulada, votaría cons-

ciente….votaría en blanco.

Voto Consciente, voto en Blanco

Por Daniel Aguilar

Page 6: Edición extraordinaria e El Mural

6

Las encuestas y las elecciones

p r e s i d e n c i a l e s 2 0 1 0 :

¿sorpresa o realidad?

Por Rafael Obregón

A sólo horas

de realizarse

una de las

e l e c c i o n e s

presidencia-

les mas im-

portantes en

la historia del

país, la opi-

nión publica, analistas y perio-

distas siguen preguntándose

por que las encuestas fracasa-

ron en forma estrepitosa en su

intento de anticipar los resulta-

dos de la primera vuelta de esta

elección.

Para muchos pudo haber sido

una sorpresa, pero creo que ese

resultado simplemente refleja

la realidad de lo que ha sido el

manejo de las encuestas de

opinión publica en época elec-

toral. Como explicar que el re-

iterado pronostico de un empa-

te técnico haya resultado en

una abrumadora victoria para

Juan Manuel Santos, con una

ventaja de mas de tres millones

de votos sobre el candidato que

ocupo el Segundo lugar, Anta-

nas Mockus?

La respuesta la podemos en-

contrar en múltiples factores,

pero sin duda algunos de ellos

están asociados con la ausencia

de una mirada critica al tipo de

encuestas que se realizan en el

país, a la forma en que esos

resultados se presentan al país

a través de los medios de co-

municación, y a las carencias

metodológicas de las encuestas

que obligarían a colocar en

perspectiva tales resultados.

Los resultados de las encuestas

han sido asumidos por muchos

medios de comunicación como

un reflejo de la realidad del

país, sin tener en cuenta que

aun si se trata de una muestra

representativa en términos es-

tadísticos, la diversidad geográ-

fica y cultural, la imposibilidad

de que muchos electores pue-

dan hacer parte de la población

de estudio, los factores sociales

y políticos que determinan la

decisión electoral, particular-

mente en zonas afectadas por la

violencia, entre otros factores,

hacen muy difícil anticipar un

resultado que refleje la realidad

nacional. Como problema cen-

tral, este tipo de encuestas parte

de la premisa de un país mas

homogéneo desde el punto de

vista democrático y con una

realidad socio-política común a

todos los electores.

En países donde las encuestas

electorales tienen una larga tra-

dición y en las que se hace uso

de múltiples metodologías para

medir las tendencias de la opi-

nión publica del país, también

se apela a encuestas que miden

tendencias en el nivel departa-

mental o regional de tal forma

que el uso de varias encuestas

ofrezca una mejor aproxima-

ción a lo que podría ser el re-

sultado de la elección. Sin em-

bargo, en el caso de la elección

realizada en primera vuelta este

análisis solo se realice posterior

a la elección, es decir, cuando

las encuestas ya no tienen

ningún valor. En ese sentido, lo

que vimos hace algunas sema-

nas no fue ninguna sorpresa,

sino simplemente la realidad de

un proceso de medición que

desconoce las realidades políti-

cas y electorales del país.

Ante tal descalabro, no he visto

encuestas recientes que inten-

ten dar una medida de lo que

pasara este domingo. Se da por

descontado que Santos barrera

a Mockus, y quizá por ello no

es necesario hacer nuevas en-

cuestas (a menos que haya al-

guna norma que lo impida y

con la cual no estoy familiari-

zado). Probablemente, la barri-

da de Santos se dará este do-

mingo. Sin embargo, apelando

a lo que he señalado arriba, es-

ta vez podríamos llevarnos una

sorpresa. Mas allá de las alian-

zas y adherencias políticas, la

sensación de victoria definida

del candidato que lidera, el

síndrome de “para que voto si

ya se sabe quien va a ganar”, la

fatiga electoral que producen

las segundas vueltas, el ímpetu

que el candidato que se antici-

pa perdedor puede dar a la se-

gunda vuelta, el posible incre-

mento de votos de opinión ante

una posible barrida, entre otros

factores, podría generar una

sorpresa en términos de un

margen mucho menor del que

se anticipa. Ojala las encuestas

analicen este tipo de factores

en futuras elecciones y le den

al país una medida mas cercana

a nuestra realidad electoral.

Page 7: Edición extraordinaria e El Mural

7

Reflexiones

Pre-electorales

Luiz Felipe Zapata

Si se analiza la historia, en

Colombia nunca ha triunfado

una alternativa política dife-

rente a la que proponen las

élites dominantes. De ahí que

seamos una nación con una

democracia recortada y ex-

cluyente. Esta élite no ha po-

dido desarrollar el programa

que a la clase burguesa le ha

correspondido histórica-

mente. Después de 200

años de vida indepen-

diente en forma de re-

pública, nos mantenemos

con un campo completa-

mente atrasado, con una

alta concentración de la

tierra y pobreza extrema

cerca del 60 % de la po-

blación rural. El desa-

rrollo industrial es raquí-

tico. No se desarrolla la

industria de manufactu-

ras y seguimos exportan-

do recursos naturales co-

mo el carbón y flores y

banano. No hay un mer-

cado interno pujante, que

garantize la salida de los pro-

ductos que se fabriquen ya

que la legislación frena todo

lo que tenga que ver con el

trabajo y los salarios y solo se

favorece al capital y la con-

fianza inversionista. La rique-

za que se produce se concen-

tra en pocas manos y la po-

breza en cifras oficiales re-

presenta el 48% de la pobla-

ción y la indigencia el 17%,

es decir unas cifras totalmen-

te indignas después de estos

200 años que se celebran en

el próximo mes de julio. Esta

élite mezquina ha logrado

mantenerse en el poder a

través de los partidos tradi-

cionales y nunca se ha senti-

do verdaderamente en peligro

de perder el poder y eso las

ha llevado a enquistarse en

el mismo en forma retrograda

y conservadora. Las revolu-

ciones liberales del siglo

XIX, a diferencia de otros

países fueron derrotadas y se

impuso en nuestro país el

atraso y la exclusión.

Tal vez la única oportunidad

de un cambio, de la llegada al

poder de una concepción al

servicio del 90% de la pobla-

ción fue con Gaitán y ya co-

nocemos ese final, propio de

la extrema conservadora que

nos gobierna desde siempre.

A Rojas Pinilla que no era un

enemigo cerrado pero no ins-

piraba la confianza que las

élites requieren, le cometie-

ron fraude y le asaltaron su

triunfo en las elecciones de

1970

Después de Gaitán que ha

venido? la misma élite con

distinto rostro: Ospina, Lau-

reano, Rojas, Lleras, Va-

lencia, Lleras, Pastrana,

Lopez, Turbay, Betan-

court, Barco, Gaviria,

Samper, Pastrana, Uribe.

A estos personajes se

agrega la aparición de una

clase de economistas

tecnócratas, que alineados

en las universidades ame-

ricanas, sustentan el domi-

nio con concepciones neo-

liberales acerca del mode-

lo de desarollo económico

que debe imperar en el

país. En los años 90s, to-

dos apoyaron la apertura

económica y hoy, 15 años

después, se la enrostran

los unos a los otros. Véase

la crítica de Uribe a Gaviria

de estos días.

Es posible, mas no fácil re-

emplazar esta clase corrupta

por una nueva que represente

los intereses nacionales de

soberanía, de desarrollo de la

producción y del mercado

interno así como también de

formas democráticas mucho

mas incluyentes de toda la

“Es posible, mas no fácil

reemplazar esta clase co-

rrupta por una nueva que

represente los intereses

nacionales de soberanía, de

desarrollo de la producción

y del mercado interno así

como también de formas

democráticas mucho mas

incluyentes de toda la po-

blación”

Page 8: Edición extraordinaria e El Mural

8

población. Se requiere la

construcción lenta, ardua de

un partido político de nuevo

tipo que represente estos

máximos intereses.

En las actuales eleccio-

nes podemos observar

como estas élites se

unen ante cualquier op-

ción que consideren

amenazante, así en el

fondo no lo sea. Aunque

las propuestas económi-

cas de Mockus son con-

tinuistas y no resuelven

los problemas funda-

mentales del país, ape-

nas, empezó a crecer su

figura, inmediatamente,

el establecimiento se

alinéo alrededor de la

figura de Santos. Aunque la

“ola verde” representó mucho

furor para poco candidato, los

votos sumados de este na-

ciente partido, mas los del

Polo Democrático, más algu-

nos sectores liberales, suman

cerca de los cinco millones de

votos, cifra que expresa que

el uribismo total del país es

aparente. También existe un

inmenso sector social que no

está de acuerdo con las pro-

puestas económicas y las

prácticas del poder que se han

ejecutado en los últimos 8

años. Si se considera que los

votos santistas fueron alcan-

zados en parte, por la presión

ejercida a través del programa

de Familias en Acción y de la

propaganda sucia hacia el

candidato Mockus y los votos

opuestos son fundamental-

mente votos de opinión, es

decir, votos por convicción,

el uribismo pierde fuerza y la

gana las concepciones opues-

tas. Lo que sucede es que el

candidato Mockus, quién en-

carnó el “deseo” de un

país diferente, resultó

por debajo de las cir-

cunstancias. Ha querido

reaccionar, cambiar la

estrategia, mostrarse

más serio cuando ya es

tarde

Pero hay que perseverar,

hay que construir políti-

camente, hay que educar

a la población, hay que

denunciar las oscuras

prácticas del poder. Los

cinco millones de votos

obtenidos por las concepcio-

nes que se oponen al pensa-

miento dominante confirman

que hay una base social am-

plia que desea, que sueña con

otro país, el cual, está demos-

trado históricamente, nunca

vendrá de las clases dominan-

tes actuales

Colaboraron en esta edición especial:

Clemencia Rodríguez, PhD (Oklahoma University)

Rafael Obregón, PhD

(Ohio University)

Jair Vega, Mg (Universidad del Norte)

Alberto Martínez, Candidato a PhD (Universidad del Norte)

Luis Felipe Zapata, Mg ( Universidad del Norte)

Daniel E. Aguilar R. PhD

(Universidad del Norte)