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¿Reconocen la estatua que está representada más arriba? ¿En qué ciudad hay una copia —de excelente calidad— de esta obra de arte? La catedral Santa María del Fiore, en Florencia, que muestra la imagen, es una obra destacada de la arquitec- tura universal. ¿Qué elementos constructivos similares reconocen en alguna iglesia de sus localidades? Pueden ESTUDIAR el tema en las páginas 7 a 43. Para volver a PENSAR JUNTOS sobre este tema, página 44. El mundo hacia la Edad Moderna Pensemos juntos SECCIóN I La herencia cultural del arte 1 ©Santillana S.A. Prohibida su fotocopia. Ley 15.913 Es muy probable que en las plazas, iglesias y edificios públicos de los lugares donde viven —o en alguna ciudad cercana— haya estatuas o pinturas que les recuerden las obras de arte griegas y romanas que estudiaron en el año ante- rior. Quizás también reconozcan en algún edificio elementos de la arquitec- tura clásica. Sucede que hubo una época, el Renacimiento, en que los europeos se dedicaron a tomar como modelo las obras de los antiguos, dándoles una impronta y un espíritu propio. De esa manera, mantuvie- ron viva y nos transmitieron la grandeza del legado greco-romano.

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¿Reconocen la estatua que está representada más arriba?¿En qué ciudad hay una copia —de excelente calidad— de esta obra de arte?La catedral Santa María del Fiore, en Florencia, que muestra la imagen, es una obra destacada de la arquitec-tura universal. ¿Qué elementos constructivos similares reconocen en alguna iglesia de sus localidades?

Pueden estudiar el tema en las páginas 7 a 43.Para volver a pensar juntos sobre este tema, página 44.

El mundo hacia la Edad ModernaPensemos juntos

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La herencia cultural del arte

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Es muy probable que en las plazas, iglesias y edificios públicos de los lugares donde viven —o en alguna ciudad cercana— haya estatuas o pinturas que les recuerden las obras de arte griegas y romanas que estudiaron en el año ante-rior. Quizás también reconozcan en algún edificio elementos de la arquitec-tura clásica. Sucede que hubo una época, el Renacimiento, en que los europeos se dedicaron a tomar como modelo las obras de los antiguos, dándoles una impronta y un espíritu propio. De esa manera, mantuvie-ron viva y nos transmitieron la grandeza del legado greco-romano.

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1 La Edad Moderna¿Existe o existió una Edad Moderna? La palabra «moderna» o «modernidad» se asocia general-mente al presente. Sin embargo, en historia, la Edad Moderna es una época del pasado, com-prendida aproximadamente entre fines del siglo xv y fines del siglo xviii. ¿Cuál es la razón de esta contradicción?

Un nombre que no coincideComo todos los períodos históricos, la Edad Moderna es una convención, un acuerdo entre los

historiadores para facilitar el estudio de la historia.Un período o una época, más que medidas cronológicas, son espacios de tiempo que se

caracterizan por algunos rasgos comunes. Estos rasgos pueden verse en distintos aspectos de la vida de la sociedad como la economía, las ideas o las costumbres, y predominan de tal manera que permiten distinguir ese tiempo de cualquier otro.

La expresión «Edad Moderna» fue usada por primera vez en Europa en el siglo xvii. Aquellos hombres y mujeres se sintieron «modernos» en relación al mundo griego y romano, al que admiraban. Como era un tiempo muy lejano, denominaron a aquella época «Edad Antigua» o «Antigüedad» y, a los siglos que sucedieron al fin del Imperio romano, «Edad Media» porque se encontraba «en medio» de la Antigüedad y la Modernidad que ellos creían representar. Estos europeos de hace más de cuatrocientos años se creían continuadores de los brillos de la cultura greco-latina y despreciaban la Edad Media, a la que consideraban una época atrasada y oscura donde la religión había opacado a la razón.

A pesar de que los historiadores actuales no están de acuerdo con esta idea, la expresión «Edad Moderna» terminó por imponerse. Miles de libros se han escrito haciendo uso de este término y tal vez por eso se ha mantenido.

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El mundo hacia la Edad Moderna

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DocumentosEsas divisiones artificiales del tiempo. «Nada nos indica que estamos entrando en una época ni que salimos de otra. En tanto que historiador, heredo una periodización, modelada por el pasado, pero también debo replantearme esas divisiones artificiales del tiempo, en ocasiones perjudiciales para la adecuada percepción de los fenómenos. […] Lo digo enseguida: soy más partidario de la pareja continuidad/cambio de orientación en detrimento del concepto de «ruptura». La historia transcurre en una continuidad. Una serie de cambios —que, muchas veces, no se producen en forma simultánea— marca las evoluciones. Cuando un determinado número de cambios afecta a ámbitos tan distintos como la economía, las costumbres, la políti-ca o las ciencias, cuando esos cambios acaban interactuando unos con otros hasta constituir un sistema o, en todos los casos, un nuevo paisaje, entonces sí podemos hablar de cambio de período. Sin embargo, ningún cambio se reduce a una sola fecha, un solo hecho, un solo lugar, en un solo ámbito de la actividad humana.»

J. Le Goff, En busca de la Edad Media, 2003.

1. ¿En qué siglo vivieron quienes pusieron nombre a las épocas antigua, media y moderna? 2. ¿Cuál fue el fundamento para dichas denominaciones? ¿Por qué es un nombre que no coincide y confunde?3. Observa la imagen cuidadosamente. ¿Recuerdas quién era Aristóteles? ¿Por qué crees que los renacentistas, a

comienzos de la Edad Moderna, editaron sus obras? ¿Qué piensas que despertaría la admiración de los modernos?

Edición renacentista de Ética a Nicómaco, de Aristóteles.

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Fechas relativasEl nombre no es el único inconveniente de la Edad Moderna. También hay discusiones histo-

riográficas relativas al momento en que empezó y en que terminó esta época. Como todas las divisiones temporales que tratan de «recortar» el acontecer continuo de la historia, la Edad Moderna no tiene una fecha precisa para su comienzo ni para su final. Aunque tradicionalmen-te se fija el descubrimiento de América para su comienzo y la Revolución francesa para su final, esto no quiere decir que la humanidad se despertó el 12 de octubre de 1492 consciente de que había empezado una nueva época. Tampoco se dio cuenta de que esta terminaba el 14 de julio de 1789, o cualquier otro día de la Revolución francesa.

Además, estos acontecimientos son significativos solo para la historia occidental, y ni siquiera para todas las tierras al oeste de Greenwich. Seguramente los chinos o los hindúes habrían elegi-do otros sucesos. Y los pueblos originarios de lo que más tarde se llamó América no necesitaban «descubrir» el continente en que vivían. Las fechas, pues, son muy relativas y reflejan una mira-da eurocéntrica.

4. Realiza una línea de tiempo ubicando la Edad Moderna, de tal manera que se refleje que las épocas no comienzan y terminan en una fecha fija.

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punto de vista centrado en Europa

eurocéntrico

Partida de Colón hacia las Indias Occidentales. Los historiadores, en el siglo xix, acordaron el año

1492 —fecha en que un genovés al servicio de España, Cristóbal Colón, descubrió América—

como comienzo de la Edad Moderna. Hasta enton-ces la fecha manejada había sido 1453, año de la

caída de Constantinopla. Grabado de Episodios Marítimos. Descubrimiento de América, Biblioteca

Nacional de Madrid.

DocumentosEl fin de la Edad Media: una periodización perturbadora. «Esta periodización resulta perturbadora. Por ejemplo, si se buscan en Italia obras de arte, movimientos intelectuales o monumentos que rompan de golpe con la Edad Media, no se encuentran o, mejor dicho, […] se encuentran a partir del siglo xiii. Los púlpitos de Nicola Pisano, padre e hijo (1260-1310); las puertas del baptisterio de Florencia a principios del siglo xiv; Petrarca (1304-1374); la cúpula de la catedral de Florencia de Brunelleschi (1420-1436); todo ello ¿es Edad Media?, ¿es Renacimiento? Si examinamos la cultura de los conquistado-res, y la cristianización de los «indios», lo que encontramos aún es Edad Media. Y las famosas guerras de Italia, por su parte, no innovan desde el punto de vista militar […] La economía rural no es capaz de conseguir que desaparezca la hambruna hasta el siglo xix…»

J. Le Goff, En busca de la Edad Media, 2003.

5. ¿Qué le resulta perturbador al autor respecto a las fechas comúnmente manejadas para el fin de la Edad Media y comienzos de la Edad Moderna?

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Características generales de la Edad ModernaLos rasgos que identifican a la Edad Moderna incluyen procesos económicos, sociales,

culturales y políticos. Hacia fines del siglo xviii, Europa y buena parte del mundo eran muy distin-tos a lo que habían sido durante la Edad Media. Estudiar la Edad Moderna implica analizar cómo se fueron dando estos cambios. No todos los procesos fueron simultáneos ni ocurrieron con la misma intensidad en todos los lugares.

Para algunos historiadores, las transformaciones más significativas se dieron en la economía, mientras que para otros la modernidad fue sobre todo una revolución en la manera de pensar y en las formas de gobierno. Cualquiera sea el enfoque, no obstante, hay acuerdo en que es el conjunto de estos cambios lo que permite hablar de una nueva época histórica.

Algunos de los rasgos característicos de la Edad Moderna son:• el desarrollo del capitalismo, con la expansión del comercio a escala mundial y el comienzo

de la producción industrial;• la progresiva interconexión del mundo debida a los grandes viajes de exploración;• el progresivo ascenso de la burguesía como grupo social;• los avances del pensamiento libre, el individualismo, el espíritu científico y la tecnología;• la paulatina afirmación de los Estados nacionales.

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Las ciencias y las artes, obra de A. Stalbent.

A6. Lee el texto sobre las características generales de la Edad Moderna.

¿En qué acuerdan y en qué desacuerdan los historiadores?7. Observa las imágenes de las páginas 8 y 9. ¿A cuáles de los rasgos

característicos de la Edad Moderna refiere cada una de ellas? Fundamenta tu respuesta.

El prestamista y su mujer, óleo de Quentin Metsys, siglo XVI.

El rey de Francia, Francisco I, rodeado de sus hijos, consejeros y altos dignatarios.

Detalle de un grabado del siglo xv que repre-senta la esfera celeste —el mundo conocido— de donde emerge una figura humana observan-

do más allá, otros mundos.

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1. Lee el texto y observa cuidadosamente el mapa. ¿En qué mares estaba centrado el comercio hacia fines de la Edad Media y comienzos de la Edad Moderna?

2. ¿Cuál de las ciudades marcadas en el mapa y men-cionadas en el texto anuncia con sus actividades el traslado del eje del comercio hacia el Atlántico característico de la Edad Moderna?

2 Primeros pasos del capitalismoA lo largo de los trescientos años que abarca la Edad Moderna, el capital se fue apoderando de todos los sectores de la economía europea. Los primeros pasos se dieron en los siglos xv y xvi, aunque los autores discrepan en cuanto al momento en que comenzó el capitalismo.

Cambios en el comercio del siglo xvLa Edad Media fue una época de escasez monetaria en Europa, lo que no significa que el

comercio hubiera desaparecido por completo. El comercio regional se organizaba en grandes ferias, como la de Champagne, donde los mercaderes se reunían para nergociar compras y ventas que luego se realizaban en sus lugares de origen. También era importante el comercio a distan-cia con Oriente, cuyos costos hacían que fuera rentable solo para productos muy caros como los metales, las especias, la seda y otros artículos de lujo.

En la Baja Edad Media, Venecia, Génova y Barcelona ampliaron sus flotas para transportar las mercaderías a las costas europeas. Desde Venecia, se distribuían hacia el norte por la ruta alpi-no-renana, en cuyo extremo septentrional el comercio del mar Mediterráneo confluía con el del mar Báltico. Más hacia occidente, en el circuito del mar del Norte, destacaban las ciudades flamencas.

A comienzos del siglo xv, las actividades comerciales se ampliaron e intensificaron. El dominio turco en Asia Menor dio a Lisboa oportunidades de ensayar rutas atlánticas.

Intermediaria entre los productos de Oriente y las lanas de Inglaterra y Flandes, Lisboa comen-zó a explorar las islas atlánticas y las costas de África en procura de oro, marfil y esclavos.

ciudades de la región de Flandes

ciudades flamencas

Las caravanas musulmanas controlaban la “ruta de la seda” por tierra y sus barcos dominaban la navegación del Índico, desde donde llevaban al Mediterráneo las mercancías de India y China.

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Las galeras venecianas transportaban especias, sedas, vinos y frutas; las bodegas de los barcos de la Liga Hanseática estaban

colmadas de metales, pescados, textiles y pieles rusas.

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ASIA

ÁFRICA

EUROPA

Persia

India

China

Portugal

Sudán

España

Árabes

Génova Venecia

Turcos

CercanoOriente

LejanoOriente

Malasia

Calicut

Islas de las especias(Molucas)

Cabo deBuena Esperanza

Océano Índico

OcéanoPacífico

OcéanoAtlántico

Estrecho deGibraltar

REFERENCIAS

Ruta de Seda

Ruta de las especias

Seda

Especias

Oro

Mar Mediterráneo

Constantinopla

Principales rutas del comercio a distancia hacia el siglo xiv

Comercio europeo, fines del siglo xv

Bergen

Revel Novgorod

Moscú

Smolensko

RigaVisby

Londres Amberes

Lübeck

Hamburgo Stralsund Danzig

Polotsk

Cracovia

Kiev

Tana

Caffa

Constantinopla

Trebisonda

Candia

Antioquía

TiroTúnez

Palermo

NápolesDurazzo

Ragusa

Viena

VeneciaGénova

Lyon

Augsburgo

Frankfurt

LeipzigDortmund

ColoniaBrujas

París

Burdeos

Marsella

Montpellier

Barcelona

PalmaValencia

Cádiz

Sevilla

LisboaToledo

Bilbao

Troyes

Medinadel Campo

LagnyProvins

M a r

d e l

N o r t e

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M E D I T E R R Á N E O

OC

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NO

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I CO M a r N e g r o

Especias

EspeciasSeda

TejidosPielesMiel

ÁmbarPielesCera

Hierro

Trigo

Trigo

Cuero

Armas

Hierro

Sal

Vino

Estaño

Lana

Madera TrigoÁREA COMERCIAL

Hanseática

Genovesa

Veneciana

Catalana

De Champaña

RUTA COMERCIAL

Rutas de la Hansa

Rutas italianas

Feria

Rutas terrestres

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Florecimiento de los grandes negociosA mediados del siglo xv, el movimiento comercial contribuyó al surgimiento de signos propios

de la economía capitalista. Los mercaderes habían acumulado considerables fortunas y la ambición de mayores ganancias comenzó a regir sus vidas. Pero las inversiones eran altas y su resultado era incierto debido a los peligros de las travesías. Esto llevó a los comerciantes a aso-ciarse para disminuir los riesgos. Surgieron así las primeras sociedades por acciones. Cada uno aportaba una parte del capital y corría con la correspondiente proporción de ganancia y de ries-go. A veces, los proveedores de capital no dirigían el viaje, sino que lo hacía un hombre sin dine-ro, a cambio de una parte de las ganancias.

A medida que crecía su fortuna, algunos comerciantes ampliaron sus actividades a las finan-zas y se convirtieron en prestamistas. Sus principales clientes fueron los reyes —que trataban de financiar ejércitos para las constantes guerras de los siglos xv y xvi—, pero también la Iglesia, los príncipes y los duques. Los intereses usurarios que cobraban los prestamistas incrementaron su riqueza. Banqueros poderosos consiguieron de los monarcas importantes privilegios, como el derecho a cobrar impuestos o a explotar yacimientos metalíferos.

Estos grandes negocios requirieron nuevas prácticas contables, que introdujeron cálculo y previsión en cada paso. El afán de lucro o ganancia traía aparejado un control racional de las operaciones. Aparecieron los primeros libros contables, que registraban detalladamente ingresos y egresos, pérdidas y ganancias. Las empresas, con independencia de sus dueños, se constituye-ron con existencia y patrimonio propio.

Para muchos autores, estos cambios hacen posible hablar de un capitalismo mercantil.

riqueza que genera riquezacapital

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Documentos

Un banquero escribe a un rey. «Sin mi ayuda Vuestra Majestad Imperial no habría podido nunca obtener la corona imperial, según puedo probar con escritos de puño y letra de los delegados de Vuestra Majestad. Yo no he mirado mi interés personal puesto que, si hubiese querido abandonar la Casa de Austria y favorecer a Francia, habría obtenido dinero y beneficios, tal como se me había propuesto. Los perjuicios que esto hubiera causado a Vuestra Majestad Imperial y a la Casa de Austria, Vuestra Majestad podría juzgarlos con vuestro profundo juicio.»

Jacobo fuGGer, carta a Carlos V, 1523.

4. Hay reproche en el tono en que el banquero habla al monarca. ¿Crees que también hay una velada amenaza? ¿Cuál podría ser? ¿Por qué los reyes necesitaban a los ban-queros?

A3. Lee cuidadosamente el texto.

Guiándote por las frases en negrita, explica cuáles fueron los cambios que llevan a muchos autores a hablar de un capitalismo mercantil.

Jacobo Fugger, ilustración alemana del siglo xvi. Los Fugger fueron una importante familia de mer-caderes y financieros alemanes que actuaron como banqueros al servicio de los reyes de España durante el siglo xvi y comienzos del xvii. Tenían sucursales en las principales ciudades de Europa.

Los contadores de Marinus van Reymerswale. Cuando a mediados del siglo

xv se descubrieron las minas de plata cen-troeuropeas en Tirol, Alemania, Bohemia y Hungría, aumentó la cantidad de moneda

circulante y también la fortuna de los comerciantes. Se hizo entonces más nece-

sario el registro cuidadoso de los negocios.

48 Conquistadores

38 Carlos V compra votos

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Permanencias feudalesOtros autores, sin embargo, observan con más detenimiento lo que sucedía en el escena-

rio principal del feudalismo: el campo. Allí no había tantos cambios.Los señores feudales mantenían sus derechos y privilegios, aunque una serie de factores les

había obligado a convertir en dinero las rentas que antes percibían en especie y trabajo. ¿Qué produjo este cambio? Principalmente, la peste y las hambrunas que asolaron Europa en el siglo xiv, y produjeron mortandad y abandono de las tierras. Pasada la última oleada de la peste, los campesinos que habían huido a las ciudades no volvieron al señorío. La escasez de mano de obra rural persistió.

Para mantener su nivel de vida, algunos señores dieron parte de sus tierras en arrendamien-to a campesinos libres y exigieron que pagaran sus prestaciones en dinero. El ingreso en metálico permitía al noble acceder a los productos de los talleres urbanos y, en muchos casos, adquirir los artículos de lujo que el gran comercio ponía a sus pies. Tales cambios no modificaron el carácter forzoso de las obligaciones que el señor imponía a los campesinos. Incluso las agravaron, a raíz de las mayores necesidades de dinero de la aristocracia. Estas exigencias, junto a los impuestos, peajes y otras obligaciones que permanecieron, mantuvieron la relación de domi-nio de la nobleza.

Formas nuevas de propiedad y trabajoPese al dominio de la realeza, algunos campesinos que habían logrado escapar del señorío se

apropiaron de campos abandonados y se convirtieron en propietarios libres. Al igual que los arrendatarios, aún debían pagar impuestos al señor, pero se beneficiaron al vender sus produc-tos en las ciudades. Más productividad o mejores precios, cuando los había, disminuían el peso de las rentas señoriales que tenían monto fijo. En el otro extremo, los campesinos libres sin tierra comenzaron a trabajar por una paga, pasando a ser jornaleros.

Estos cambios paulatinos, acaecidos a partir de la Baja Edad Media, no abatieron totalmente el régimen feudal, pero introdujeron nuevas formas de propiedad y de trabajo, propias del capi-talismo.

con el mismo esfuerzo y los mismos medios se

produce más

productividad

5. ¿Por qué razones hacia el siglo xv muchos señores feudales preferían cobrar sus ren-tas en dinero más que en trabajo o espe-cies? ¿Qué significa afirmar que «la rela-ción de dominio de la nobleza» se mantu-vo?

6. Los campesinos tenían distinta relación con la propiedad de la tierra. Explica en qué se diferenciaban arrendatarios, pro-pietarios libres y jornaleros sin tierra.

7. Las obras de los pintores flamencos —Brueghel el Viejo en especial— son muy descriptivas y nos brindan abundante información. ¿Qué aspectos de la vida y la forma de trabajo de los campesinos en el siglo xvi muestra esta pintura?

8. Busca en Internet o en enciclopedias infor-mación sobre Brueghel el Viejo y su obra. Selecciona alguna de sus pinturas. Describe lo que ves en ella y los senti-mientos que te provoca.

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La siega del heno, obra de Pieter Brueghel el Viejo, siglo xvi.

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Los mercados urbanosLas ciudades, renacidas a partir del siglo xii, fueron un factor importante en estos cambios.

Sobre todo las grandes ciudades comerciales como Venecia, Génova o Brujas, pero también las ciudades episcopales y aun las fundadas por los propios señores. Con sus fueros —o cartas de libertades—, se habían convertido en un imán para los campesinos que escapaban del dominio señorial.En las ciudades, muchas aún sujetas a obligaciones con el señor, se vendían modestos excedentes agrícolas procedentes del feudo o de los propietarios libres, a cambio de los produc-tos manufacturados de sus talleres artesanales. De este modo, los centros urbanos fueron afir-mándose como mercados. En ellos se intercambiaban productos para abastecer las necesidades cotidianas.

Los artesanos, organizados en gremios o corporaciones, fijaban una única manera de hacer los artículos y un único precio de venta. Tampoco contrataban trabajadores libres, sino que cada maestro mantenía al oficial y a los aprendices. La finalidad de los gremios era defender a sus miembros, no ganar más. La competencia era mal vista.

Algunas ciudades vinculadas al comercio regional o internacional comenzaron a especiali-zarse en un tipo de producción para el intercambio. En estos casos, unos pocos artesanos u hombres de negocios montaron talleres con la idea de producir a mayor escala para obtener más ganancias. Así pasó con la industria textil en Florencia. En estas ciudades pronto se dio una lucha entre quienes se habían enriquecido y los artesanos más pobres, que continuaban dependiendo del mercado local y de las reglas corporativas.

El trabajo a domicilioPara evadir las trabas puestas por los gremios, algunos comerciantes decidieron llevar la

producción de manufacturas al campo. Adquirían la materia prima a los productores y la llevaban a procesar en talleres familiares, que no estaban sujetos a reglas. Una vez terminado el proceso, compraban los productos y se hacían cargo de su comercialización. La ganancia consistía en lograr una buena diferencia entre el precio al que compraban la materia prima y el precio al que vendían el producto terminado. Si bien su móvil era el afán de lucro, estos «patronos» no intentaron montar sus propios talleres: sus ganancias provenían del comercio. El capital invertido no mejoraba las herramientas ni las técnicas. En definitiva, no modificaba la forma de producción. Por ello, muchos autores consideran que esta forma no fue propiamente capitalista.

ciudades donde reside el obispo

ciudades episcopales

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9. ¿Por qué los centros urbanos fueron afirmándose como mercados? ¿Por qué los gremios o corporaciones eran vistos como una traba para su cre-cimiento por parte de los comerciantes? ¿Qué medidas tomaron algunos de ellos para evadir dichas trabas?

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Pa­ra­leer­un­poco­más¿Feudalismo, capitalismo o qué…? Los historiadores discrepan sobre si es posible hablar de capitalismo en este período. Algunos autores ven en el aumento del capi-tal circulante y el fortalecimiento de la econo-mía monetaria y de mercado, el comienzo del capitalismo. Dentro de esta postura, hay quienes hacen hincapié en un «espíritu capi-talista» caracterizado por el individualismo, el afán de aventura y de lucro. Otros autores entienden que este proceso no puede llamar-se capitalista porque el capital solo se aplicó en el comercio y las finanzas, y no incidió en la producción, como sí lo hará más tarde cuando la revolución industrial.

lugar donde se realizan operaciones de compra y venta

mercado

El empresario recoge el producto terminado.

Los campesinos fabrican la mercancía en los meses de descanso agrario.