ecosimias visiones y practicas

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EcoSImias Visiones y Practicas de Diferencia Economico Cultural en Contextos de Multiplicidad -Olver Quijano Valencia

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  • en contextos de multiplicidad

    Visiones y prcticas dediferencia econmico/cultural

    Ecosimas

  • Olver Quijano Valencia

    2012

    Editorial Universidad del Cauca

    en contextos de multiplicidad

    Visiones y prcticas dediferencia econmico/cultural

    Ecosimas

  • EcoSImas. Visiones y prcticas de diferencia econmico/cultural en contextos de multiplicidad Editorial Universidad del Cauca, 2012 Universidad Andina Simn Bolvar, Sede Ecuador Olver Quijano Valencia E-mail: [email protected], [email protected]

    Diseo y diagramacin: Lucy Alejandra Cruz AstudilloDiseo ilustraciones interiores: Maritza Martnez AndradeCorreccin de texto: Felipe Garca QuinteroFotografas: Olver Quijano V., Gregorio Yalanda M., Heriberto Yalanda Pocho.

    Editorial Universidad del CaucaPrimera edicin, diciembre de 2012Editor General de Publicaciones: Axel RojasCasa Mosquera Calle 3 No. 5-14. Popayn, ColombiaTelfonos: (2) 8209900 Ext. 1134

    Universidad Andina Simn Bolvar, sede EcuadorToledo N22-80. Apartado postal: 17-12-569. Quito, EcuadorTelfonos: (593 2) 3228085, 2993600. Fax: (593 2) 3228426www.uasb.edu.ec : [email protected]

    ISBN: 978-958-732-115-9

    Copy LeftSe permite la copia total o parcial, en papel o en formato digital de los contenidos de este libro siempre y cuando se respete la autora y su utilizacin sea con fines acadmico/intelectuales y no lucrativos. Las opiniones expresadas son responsabilidad del autor.

    Impreso en Taller Editorial Universidad del Cauca. Impreso en Popayn, Cauca, Colombia. Printed in Colombia

    El texto original de este ensayo fue realizado para la obtencin del ttulo de Doctor en el Programa de Doctorado en Estudios Culturales Latinoamericanos, de la Universidad Andina Simn Bolvar, Sede Ecuador.

  • Contenido

    Dedicatoria 9

    Prlogo 11

    Agradecimientos 15

    Presentacin 19

    Captulo IEl adentro, el afuera y las topografas diferentes de la modernidad 33

    Totalidad, ontologizacin, proliferacin y potencia de la multiplicidad 34

    Occidente y la modernidad como plataforma poltica y poltica de la totalidad/universalidad. Un panptico? 47

    Globalizacin como naturalizacin, profundizacin, radicalizacin y universalizacin de la modernidad. De paradigma a paradogma? 56

    Modernidad perifrica, inconclusa y de rasgos diferenciales. Tras las buenas maneras de la razn imperial, o los dispositivos y teoras de re-produccin en contextos diferenciales 67

    Modernidades alternativas (singulares/variadas/hibridas, mltiples, locales y mutantes) o alternativas a la modernidad 71

    Las nuevas geografas y/o topografas diferentes de la modernidad. La proliferacin de mundos posibles como ontologa histrica 80

    Capitalismo, modernidad, economa y agenciamientos moleculares 85

    Captulo IIDesarrollo, economa y cultura. Entronques y tensiones con formas de dominio imperial/colonial y de geopoltica global 93

    Desarrollo para la occidentalizacin o cmo la singularidad socio/cultural (des)aparece en el desarrollo 95

  • El desarrollo: dispositivo para encerrar/integrar la multiplicidad de imaginarios y prcticas 104

    Las mutaciones de la arquitectura discursiva del desarrollo. Los eufemismos justificatorios de los fracasos recurrentes 109

    Marketizacin: lo comn como locus de la plusvala, la refuncionalizacin de la diferencia o las mercancas de la diferencia 122

    La interculturalidad como herramienta de emancipacin e interpelacin al multiculturalismo neoliberal y su prctica etnfaga 130

    La proliferacin de creativas y tiles prcticas sobre la trada desarrollo, economa y cultura 134

    Postdesarrollo: para romper con el imaginario neo-desarrollista 134

    Minga por el buen vivir. Del antropocentrismo al biocentrismo 140

    Captulo IIILa ecoNOma. Manifestacin del proyecto moderno/imperial/colonial y disciplina/prctica totalizante y universal 149

    De la ecoNOma. Genealoga y fundamentos de una cosmovisin singular configurada en diseo global 152

    Etnocidio, epistemicio y economicidio: algunos eslabones del guin e itinerario (neo) colonial. Noticias de un economicidio 175

    Acerca de la antropologa econmica. El reacomodo del imperialismo econmico o una analtica para la vida material de las rarezas culturales 179

    Constitucin y desarrollo de otra(s) economa(s) en Amrica Latina 191

    Captulo IVVisiones y prcticas de diferencia econmico/cultural en contextos de multiplicidad 199

  • El lugar y el territorio como superficies y mviles de la diferencia econmico/cultural 204

    El programa econmico/ambiental del Consejo Regional Indgena del Cauca Cric. El horizonte de la economa propia 213

    Acerca del Cric como Gran Casa y Autoridad Tradicional Indgena 213

    El Programa econmico/ambiental del Consejo Regional Indgena del Cauca Cric 216

    Los mandatos econmicos de los Congresos Regionales Indgenas del Cric 218

    Esencializando o eventualizando la economa propia como experiencia histrica singular y forma de instrumentalizacin poltica 221

    Redes de reciprocidad y formas de redistribucin 225

    La economa propia y el imperativo de la abstencin de la acumulacin 230

    El Tejido econmico/ambiental de la Asociacin de Cabildos Indgenas del Norte del Cauca (Acin) Cxhab Wala Kiwe 232

    Sobre la Acin. Tejiendo la memoria, la historia, el pensamiento y la vida nasa en sus singularidades socio/culturales y sus relaciones interculturales 233

    Los tejidos de vida y lo econmico/ambiental 236

    El Tejido econmico/ambiental de la Acin 238

    Las formas de produccin y trabajo en la economa nasa 244

    El sistema de produccin nasa tull en la afirmacin del tejido econmico/ambiental y cultural indgena 248

  • Pervivencia, territorio y VIDA. La perspectiva econmica misak 253

    Los misak: una historia que nace del agua y se afirma en la dinmica territorial 254

    La vida, el territorio y la economa misak 258

    La perspectiva econmica misak, el Derecho Mayor y los Planes de Vida 262

    Trocando, entrando y saliendo del mercado, pluriactividad y espiritualidad. Algunos entronques organizacionales en la construccin/consolidacin de la diferencia econmico/cultural 266

    El trueque: los intercambios para la pervivencia de saberes, sabores, solidaridades y Vida 266

    Mercados locales e interculturizacin de la economa o cmo entrar y salir sin ser subsumidos 269

    Economa, ritualidad y revitalizacin cultural una misma cosa 274

    Tambin, en medio de todo lo que hacemos, se trata de una perspectiva econmica plural 282

    Tensiones y problemas con lo ajeno y lo afuerano 284

    Eplogo 292 (In)conclusiones 295

    Bibliografa 305

  • A Juan Esteban (mi hijo)

    Energa, luz y fuerza para mis sueos de presente/futuro y de minora sin mucho poder, frente al statu quo de las opresiones.

    A la memoria de:

    Clemencia Alicia (mi madre) (1935 - 2009)

    Quien con su enorme corazn, su energa vital y su afectiva alcahuetera, siempre alent mis apuestas de hereje y amante de las causas singulares por la vida, la fiesta y la diferencia.

    Jos Vicente (mi padre) (1923 - 1983)

    Quien me hizo heredero de las mejores cosas: los gallos, las msicas, el trabajo, la generosidad, el aguardiente, el campo y l@s amig@s.

  • Prlogo

    H ace algunos aos atrs, los pensadores colombianos Santiago Castro-Gmez y Oscar Guardiola-Rivera celebraron el hecho de que la economa poltica estaba ya adentrndose en el dominio que antes se consideraba exclusivo de la cultura, convirtindose a la vez en el marco de referencia del sistema de produccin social (Castro y Guardiola 2000). No obstante y desde ese entonces, son pocos los textos que realmente entretejen lo econmico con lo social y cultural, y menos aun los libros y autores que piensan esta ligazn desde y con relacin a perspectivas cosmognicas distintas a la occidental. El libro de Olver Quijano Valencia que el lector tiene en sus manos es realmente una contribucin significativa en este sentido.

    Formado en principio en las ciencias econmicas Contadura Pblica, Olver Quijano al que le llambamos cariosamente, dentro del doctorado de Estudios Culturales Latinoamericanos de la Universidad Andina Simn Bolvar, el otro Quijano, para marcar la distincin con el socilogo peruano Anbal Quijano hizo su proyecto buscando dar sentido y concrecin al entreteje de lo econmico, poltico, social y cultural y su imbricacin con lo epistmico, cosmognico y vivencial. Aunque tal proyecto, asumido con agudeza, dinamismo, seriedad y compromiso, es lo que orienta el estudio presentado aqu, no se queda o termina con este texto y su publicacin, resultados de su tesis doctoral. Ms bien traza su personalidad y contina en su labor cotidiana dentro y fuera de la universidad, siempre con el afn de contribuir desde el pensar, hacer, sentir y actuar a la construccin de un mundo distinto.

    De hecho y en el momento histrico actual cuando el capitalismo y, por ende, la colonialidad, entran en una crisis multidimensional y global sin precedentes y cuando las sociedades tanto de Amrica del Sur como del mundo empiezan a cuestionar los paradigmas paradogmas, segn el autor moderno-occidentales que han venido orientando y organizando tanto a la economa como a la vida misma, el libro de Olver no puede ser ms oportuno. Visibilizar y posicionar otras visiones, prcticas

  • 12

    E c o S I m i a s

    y horizontes econmicos, epistemolgicos, ecolgicos, culturales, productivos y vivenciales, como hace el libro, es transgredir los marcos impuestos e iluminar y alentar otras posibilidades plurales pensando y actuando desde el Sur, posibilidades que, a la vez, contribuyen a desestabilizar los fundamentos hegemnicos y eurocentrados de la economa o segn Olver: la eco-NO-ma misma.

    Como es sabido, la economa ha funcionado, a lo largo de la historia, como motor y herramienta fundamental del establecimiento e imposicin del sistema mundo moderno colonial. Su concepto, procedente de races etimolgicas griegas oikos u okomos, hace referencia a la administracin de los bienes de la casa, o ms contemporneamente del Estado, pero, claro es, desde una racionalidad occidental arraigada al proyecto de la modernidad y su dupla y claroscuro que es la colonialidad. La economa viene siendo parte entonces del patrn de poder que, en el siglo XVI, empieza a tomar forma en lo que hoy se denomina Amrica Latina, un patrn que se esfuerza por organizar, administrar y controlar los bienes materiales, sean de los recursos naturales, culturales, epistmicos y/o humanos, para el beneficio, inicialmente, de los invasores y sus intereses coloniales-imperiales y, luego, para tambin servir a los proyectos, intereses y complicidades criollo-nacionales.

    De esta manera y a pesar de prcticas propias existentes, se construye dentro y desde los Estados de la regin, la idea de la economa a partir de la raz y fundamento eurocentrado-occidental. Su universalizacin y, como dice Quijano, su canonizacin, se hacen tambin desde la lgica del capital y del mercado y como manifestacin misma del proyecto de la modernidad/colonialidad. La economa, en este sentido, excluye en su propia prctica, significacin y construccin, las visiones y prcticas que, desde los tiempos milenarios abya-yaleanos, orientan, organizan y significan de otro modo los bienes de la casa desde el buen vivir y no desde la riqueza y acumulacin vinculadas a la abundancia y el vivir mejor.

    Este libro reivindica y pone en escena estas visiones y prcticas otras de los pueblos originarios Misak y de las organizaciones CRIC y ACIN del Cauca, Colombia. Visibiliza la diferencia econmico/cultural y lo que el autor llama los vectores de insurgencia epistmica, econmica, ecolgica y cultural y analiza la manera que esta diferencia e insurgencia actan desde lo local como espacios de lucha y vida para desafiar y descolonizar el dominio imperial/colonial del desarrollismo, la modernidad y la economa capitalista en operacin desde el Estado y la geopoltica global. En una manera no tpica de la empresa acadmica e investigativa, el autor se esfuerza por pensar con estos pueblos y sus visiones/prcticas, asumiendo una postura pedaggica, metodolgica y poltica que interrumpe la neutralidad

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    P r l o g o

    y objetivismo de la ciencia positivista y su economa de disciplinar, a la vez que encamina una interculturalizacin epistmica de carcter decolonial.

    En momentos cuando las cosmovisiones de los pueblos y nacionalidades indgenas de la regin andina ya estn guiando nuevos proyectos de mejoramiento social para el conjunto de la poblacin y con base en visiones, valores y prcticas que propician el buen vivir, la relacin sociedad y Naturaleza y la redistribucin de la riqueza de manera no capitalista y bajo criterios de equidad y democratizacin, el libro de Olver Quijano tiene una importancia y relevancia especial. No slo por documentar sino tambin por contribuir a la construccin de esta nueva epocalidad, esta es una obra en s propositiva e insurgente. Por tanto, su lectura debe ser obligatoria para todos y todas quienes encontramos en esta lucha, desde lo individual y lo colectivo, espacios para imaginar y construir prcticas otras que no dependen del modelo imperante, prcticas que se esfuerzan por pensar y actuar desde, junto y con la diferencia, alentando as maneras realmente otras de con-vivir.

    Catherine WalshUniversidad Andina Simn Bolvar

    Quito, julio 2012

  • Agradecimientos

    A unque la tradicin acadmica ha discutido sobre el problema de la autora, la autoridad, el autor y sus derechos como un asunto exclusivo de una(s) persona(s) en quien(es), segn los regmenes de propiedad intelectual, reposa(n) los derechos morales y patrimoniales; desde nuestra perspectiva, la presente aventura analtica parte de entender cmo conocer, indagar, leer y escribir son actos del nosotros, en tanto sujeto lector, escritor y epistmico. Nuestro ejercicio milita en esta conviccin en la que ciertamente,

    [...] comenzar en tercera persona no es un punto de partida neutral, puesto que presupone la supresin del nosotros, del sujeto de la escritura y la lectura []. Pero comenzamos desde nosotros y no desde yo, porque yo presupone una individualizacin, una afirmacin de la individualidad de los pensamientos y de los sentimientos, mientras que el acto de escribir o leer se basa en la suposicin de una clase de comunidad, sin importar que sea contradictoria o confusa (Holloway 2002:17, 18).

    As, el presente trabajo acadmico/intelectual representa un tejido compuesto de muchos, variados y multicolores hilos que, a modo de reflexin colectiva e indisciplinada, ha terminado siendo un producto del nosotros, una narrativa construida con muchas manos y voces, mltiples gritos, silencios y susurros; unos inspirados en las tradiciones acadmicas; otros derivados de prcticas intelectuales y existenciales de hombres, mujeres, instituciones, movimientos y organizaciones que hablan acerca de cmo se han tejido y se continan tejiendo visiones y prcticas econmicas singulares, diversas y bio-diversas, esto como parte de amplios procesos de defensa, control y revitalizacin socio/cultural del lugar, el territorio y la VIDA.

    El anlisis se origina de una parte en las actividades acadmicas e intelectuales, curriculares y extracurriculares del programa de Doctorado en Estudios Culturales Latinoamericanos de la Universidad Andina Simn Bolvar Sede Ecuador, y de otra

  • 16

    E c o S I m i a s

    en el viejo/nuevo contacto con organizaciones y movimientos del Cauca indgena colombiano. Su continuacin se produce entre muchas conversaciones sostenidas en mis clases de pregrado y postgrado en la Universidad del Cauca y en otras instituciones colombianas, as como en distintos espacios socio/culturales, donde mltiples voces, sujetos y actuaciones me muestran siempre sugerentes caminos experimentales de pensamiento y accin. De ah que los agradecimientos los debo en especial a algunos comuneros, comuneras, dirigentes y colaboradores de organizaciones y movimientos indgenas en el Departamento del Cauca, quienes me han proporcionado ideas, luces, seales, documentos y experiencias que ayudan a entender la diferencia econmico/cultural en su potencialidad, sus paradojas y lmites, siempre en medio de la sugerente y litigiosa heterogeneidad socio/cultural. Son ellos: Gregorio Yalanda, Felipe Calambs y el Taita Javier Calambs Tunubal, del pueblo misak; Ezequiel Vitons Tlaga y Heriberto Yalanda Pocho, de la Acin; Alirio Snchez, Filomena Yocu, Manuel Sisco, del Consejo Regional Indgena del Cauca Cric, entre otros ms de los innumerables compaeros y compaeras que compartieron sus visiones en el marco del XIII Congreso Regional Indgena del Cauca (2009), la Asamblea General del Pueblo misak y el Foro Nacional sobre autonoma, territorio e identidad eventos organizados por el Pueblo misak (2010) , el VI Congreso de pueblos indgenas del oriente caucano del Consejo Territorial de autoridades Indgenas del Oriente caucano Cotaindoc y el I Congreso local del Resguardo de Canoas (2010), todos eventos poltico/organizativos del Cauca indgena.

    Mi gratitud tambin para Ana Garca del Centro de documentacin Jos Mara Ulcu del Consejo Regional IndgenaCric, y para el Tejido de Comunicaciones de la Asociacin de Cabildos Indgenas del Norte del Cauca- Acin, donde me abrieron parte de la memoria documental/organizacional; en especial, lo referido a pistas y registros sobre la produccin, el pensamiento y la vida de los nasa. Este trabajo tambin se benefici mucho de las consultas en las bibliotecas de la Universidad del Cauca, la Universidad del Valle y la Universidad Andina Simn Bolvar Sede Ecuador, donde encontr documentacin acerca de tradiciones acadmicas convencionales, algo de perspectivas crticas, pero extraamente poco sobre conocimientos, saberes y pensamientos de otros modos, o de lo que ahora se denomina diferencia epistmico/cultural.

    Mis agradecimientos se extienden al socilogo venezolano Edgardo Lander director de esta aventura analtica, quien con su generosidad, trayectoria y sus constantes preocupaciones por la suerte de nuestro sur global, orient este proceso, revis, sugiri, aliment y corrigi este texto en sus diferentes versiones. A Catherine Walsh directora del Programa Doctoral por su persistencia en alimentar ms esperanza en el contexto latinoamericano, movilizar fugas en la academia convencional y

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    A g r a d e c i m i e n t o s

    abrir siempre los brazos en este proceso ms de construccin que de formacin. A los profesores Santiago Castro-Gmez, Arturo Escobar, Walter Mignolo, Agustn Lao-Montes, Michael Handelsman, Roque Espinosa, Alejandro Moreano, Julio Echeverra, Nelson Maldonado-Torres, Ramn Grosfoguel, Diego Jaramillo Salgado y Javier Sanjines, quienes desde sus singulares/diferenciales horizontes acadmico/analticos, han logrado intranquilizarme y ponerme en tensin frente a las grandiosas y generales formulaciones tericas y ante las apelaciones particulares como prcticas de impunidad. A mis compaeros de estudio, los bolivianos Yuri Torres R. salsero en formacin y permanente interlocutor y Esteban Ticona sobrio pensador, msico y amigo Aymara. A l@s ecuatorian@s Patricio Guerrero Arias sentipensador, soador y amigo de nuestro enrumbamiento, Santiago Pez con quien verifiqu el dficit de potica y ensoacin que hasta hoy me asiste, Edizon Len pensador de la dispora afroandina y de sus colores, Samyr Salgado siempre generoso, solidario y compaero, Ral Mideros irreverente, litigioso y sugerente y Dolores Lpez generosa e inquieta por la salud y los saberes locales. A l@s colombian@s Santiago Arboleda quien me ense la prctica de curarse con rumba y pensamientos, Lzaro Valdelamar poeta y militante de la vida, Ricardo Lambuley A. msico, y por tanto, soador, Adolfo Albn Achinte texedor de textos, saberes e iconografas, Martha Cecilia Garca, Martha Bustos y Patricia Vargas portadoras de sueos singulares y militantes de enrumbamientos mltiples.

    Asimismo, debo agradecer a los profesores y profesoras del Departamento de Ciencias Contables de la Universidad del Cauca, Colombia, como a quienes agencian cargos directivos en esta institucin que me ha dado acadmicamente casi todo, ya que gracias a su decisin en el marco de la existente pero compleja y, algunas veces, rara poltica de formacin docente, pude contar con una comisin acadmica para adelantar los estudios formales en la Universidad Andina Simn Bolvar, y realizar indagaciones en los centros de documentacin y en algunas organizaciones, movimientos y comunidades indgenas del Cauca, Colombia.

    Mis reconocimientos tambin para Lucy Alejandra Cruz A. por su apoyo en el diseo y trabajo creativo de este libro; Felipe Garca Quintero y su diligente/sugerente trabajo de correccin de texto; Axel Rojas, editor del Sello Editorial de la Universidad del Cauca, as como para el equipo del Taller Editorial de esta institucin.

    En otros espacios socio/culturales mis gratitudes a quienes desde la vida cotidiana, las msicas, las fiestas, la irona y los salsabrazos, construyen escenarios polticos y vitales para denunciar, anunciar, agenciar, preguntar, abrazar, gritar, imaginar y cantar, todos actos de nuestra Amrica singular, multicolor, festiva y sentipensante.

  • 18

    E c o S I m i a s

    En medio de nuestro clima de bohemia, irreverencia y hasta desclasificacin, mis reconocimientos a la parcera de Guillermo Martnez P, Oscar Sandoval Ziga, Luis Muoz Morn, Carlos Corredor J., Hugo Guerrero, Javier Tobar Q., Arizaldo Carvajal y a Andrea Rivera Erazo, quien ha soportado el costo de mi diferencia. Mis reconocimientos tambin, entre otros, a los parceros de mi pueblo Cajibo (C) y de algunos pueblos del Cauca, quienes desde la singularidad de sus vidas y sus apuestas, continan hacindome sentir parte del mapa de sus afectos. Todos y todas, un@s acadmic@s, otr@s intelectuales, pero ante todo cmplices en este nuevo momento de mi vida, mi pausada (loc)academia y mi permanente enrumbamiento.

    Como siempre, estas reflexiones hubiesen sido impensables e imposibles sin los afectos, los cafs y la complicidad habitual de Clemencia () mi madre; las energas y nuevos ritmos que ha trado a mi vida Juan Esteban mi hijo; la ahora sobria y contemplativa actitud de Jairo mi hermano; las msicas y bsquedas vitales de Jons mi hermano; el fantasma afectuoso de Vicente () mi padre; las esperanzas que siempre he compartido con Gladis, Alix, Janeth, Jamir, Gloria mis herman@s; la compaa y solidaridad siempre dispuesta de mis sobrin@s Ana Luca, Claudia Andrea, Csar Augusto, Edinson Alejandro, Francia Milena, Claudia Johana, Edwin A., Julin, Didier Fernando, Maycol, Miguel, Daniela, Julieth y de los ms sugerentes, Santiago, Daniel, Brayan Esteban, Cesar Jr., Andrs Felipe y la negra Laura Sofa quienes me han enseado a escribir con imgenes. Tambin movilizan esta reflexin, los sentidos, sinsabores y sinsentidos de los encuentros y desencuentros con mucha gente y en muchas locaciones de este sufrido, resistido y gozado viaje; y, claro, la experiencia que intermitentemente he compartido con algunas comunidades campesinas e indgenas del departamento del Cauca, Colombia, desde donde persisto en el intento por comprender el valor de nuestras complejidades culturales. Justamente por ell@s y otr@s que siempre se me escapan, hablo de una reflexin colectiva e indisciplinada, una narrativa del nosotros, precisamente en espacios/tiempos de la proliferacin/efectuacin de la multiplicidad, donde de diversas maneras y por disimiles caminos, se combate el desencanto, se recuperan las opciones de experimentacin creativa y se movilizan agencias/agendas siempre en favor de la VIDA.

  • Presentacin

    L a presente aventura analtica, como toda iniciativa acadmica e intelectual, constituye una batalla por la produccin de significados especficos sobre un fenmeno concreto, realizada desde el prohijamiento de singulares horizontes epistmico/polticos; esta vez, apelando de una parte a importantes pero siempre insuficientes referentes tericos, y de otro lado al examen de cmo tales asunciones son o requieren ser localizadas, experimentadas y practicadas. Lejos de postular verdades sobre un tema/problema particular, nuestra contribucin estriba en ampliar el mapa interpretativo que persiste en nuestros das sobre visiones y prcticas econmico/culturales; pues insistir, como an se hace en gran parte de la institucionalidad acadmica, en la bsqueda y precisin de verdades inapelables, fijas y translocales, no slo es poltica y epistemolgicamente impertinente, sino inapropiado para nuestros espacios/tiempos, nuestras singularidades y nuestras urgencias.

    Como en la disciplina econmica, la bsqueda de la verdad hace parte de un sistema de creencias acerca de lo que es susceptible de conocer, de cmo se puede conocer y del tipo de inferencias y resultados de tal proceso. De ah que lejos de tales pretensiones, esta exploracin comparte la idea segn la cual,

    [...] la verdad, como ideal cultural, ha funcionado como un opio, tal vez el nico opio serio del mundo moderno. Karl Marx deca que la religin era el opio del pueblo. Raymond Aron replicaba que las ideas marxistas eran el opio de los intelectuales [] Me gustara sugerir que tal vez la verdad haya sido el opio real, tanto del pueblo como de los intelectuales. El opio, sin duda, no es indefectiblemente malo. Calma el dolor. Permite a la gente evadirse de la dura realidad cuando teme que la confrontacin con esa realidad slo pueda precipitar las inevitables prdidas o decadencias (Wallerstein [1983] 1998: 72).

  • 20

    E c o S I m i a s

    Desde tal premisa se realiza este ejercicio que, al intentar estar por fuera de la historia de las salvaciones y ms cerca de una suerte de ontologa abierta, de creacin y bsquedas permanentes, abona entonces el nuevo campo de tensiones y esperanzas en el concierto de una epocalidad singular, en la cual muchas de las ideas y percepciones con las que convencionalmente se ha dado cuenta del mundo, han perdido fuerza y capacidad explicativa, justamente al verificar la presencia de una nueva arquitectura socio/cultural en la que distintos sujetos y locaciones epistmicos se posicionan de cara a las mutaciones cognoscitivas contemporneas a modo de potencia del cada vez ms intenso dilogo inter/multicultural y la emergencia de saberes de enorme singularidad. Todo esto deviene en nuevas y diferenciales actitudes hermenuticas.

    Congruente con esta nueva epocalidad y con sus maneras de pensar/vivir, esta exploracin no se instala en una moda intelectual, contrariamente se moviliza en la potencialidad de la diferencia en tanto principio de inteligibilidad, prctica vital, ontologa y fuente de esperanza y posibilidad de interpelaciones e investimientos al statu quo, sin desconocer sus lmites, problemas y paradojas en esta lucha donde el acento en la diferencia ni es el opuesto, ni ms de lo mismo como tampoco venganza postcolonial, sino singularidad en el denso mapa de la multiplicidad.1

    Se trata de ofrecer elementos y herramientas que ayuden a complejizar y densificar el pensamiento crtico, no slo como un ejercicio acadmico/intelectual sino tambin como una apuesta; es decir, como asunto que sugiere algo en lugares particulares y en medio de agendas/agencias determinadas que pasan tambin por entender la inevitabilidad de Occidente, la modernidad, la economa y el desarrollo, claro est, en ambientes de alta multiplicidad, escenario donde se produce la interpelacin. Sin desconocer el valor de la reflexin en s misma, habra que entender cmo una actitud histrico/crtica es tambin una actitud experimental y localizada que ayuda a no forjar la diferencia a partir del principio y la prctica de la semejanza, pero que por igual contribuye a entender el valor de los contactos como posibilidad de interfecundacin e interrelacin.

    1 Multiplicidad es concebida en este trabajo como prctica, horizonte y principio de posibilidad. Tal categora tiene como sustrato el aporte analtico proporcionado, de una parte, por pensadores de la filosofa y poltica de la diferencia y la multiplicidad y, de otra, por pensadores latinoamericanos y tercermundistas que han imaginado y explicado el mundo como un tejido heterogneo, donde la diversidad es una histrica condicin de hecho. En estas perspectivas es donde se exalta y valora la produccin de lo nuevo, el agenciamiento de la actualizacin diferencial y de su efectuacin, la proliferacin de mundos posibles no totalizables, lo contraconductual, la exotopia, el dialogismo, la plurivocalidad, la pluripercepcin, la pluri-inteligencia, la eventualizacin, los actos de creacin y experimentacin, las interfecundidades, los agenciamientos moleculares, entre otros aspectos que en general presentan a la multiplicidad como espectro de singularidades irreductibles y contraconductuales capaces de afectar y construir una nueva subjetividad como asunto determinante en procesos de transformacin.

  • 21

    P r e s e n t a c i n

    La reivindicacin de la diferencia econmico/cultural, adems de inscribirse en las agendas que la reconocen como parte del imaginario poltico y terico contemporneo, tiene relacin con una fuente de inteligibilidad, esperanza y posibilidad de articulacin de proyectos emancipatorios, y no como apelacin y prctica de impunidad que posiciona a la diferencia slo como algo bueno, lugar no problemtico y positividad. No se trata entonces de reactualizar y revitalizar el nicho del salvaje y, con l, al buen salvaje, menos de establecer en trminos de qu es lo econmico/cultural correcto, ni cul sera la traduccin ms pertinente, sino de sealar tanto los cerramientos como la potencialidad de otras manifestaciones que en el contexto de la multiplicidad no son susceptibles de aglutinacin bajo una narrativa y en un proyecto uniforme y monoltico.

    Para esta reflexin, no existe el otro, sino una multitud de otros que son otros por diversas razones, a pesar de las narrativas totalizadoras, incluyendo la del capital (Trouillot [2003] 2011: 75). Con esto se trata de no posicionar un esencialismo por otra va o de invertir el esencialismo, pues la diferencia no es exclusivamente el afuera, sino ante todo una suerte de exterioridad constitutiva que tambin pone en tensin al adentro, en tanto evita su chantaje. As, la modernidad, el desarrollo y la economa, no son slo proyecciones de Europa como tampoco expresiones monolticas y uniformes de Occidente, pues son tambin categoras estructuradas en un tejido de interrelacin; claro est, siempre en el marco de relaciones de poder.2

    Resulta de cierta utilidad advertir cmo el ejercicio que presentamos reconoce tanto la pluralidad como la diversidad de los centros y de los mrgenes, de ah que la apelacin

    2 Para nuestro ejercicio acadmico/intelectual, Occidente es concebido como asunto medular en esa suerte de geografa de la imaginacin que invent igualmente el nicho del salvaje y con l al buen salvaje; espacio y sujeto donde se producen procesos de otrificacin. En tal sentido y siguiendo al pensador Edouard Glissant (1989: 2), Occidente no est en occidente. Es un proyecto, no un lugar, ese lugar que ms frecuentemente llamamos Occidente puede ser mejor llamado Atlntico Norte no slo por un asunto de precisin geogrfica sino, tambin, porque su uso nos permite enfatizar que Occidente es, siempre, una ficcin, un ejercicio de legitimacin global (Trouillot [2003] 2011: 36), que define lugares de legitimacin de lo universal y formas especficas como las sociedades pueden hacer lo correcto. Con esto, y en medio del acento que presenta este trabajo, es preciso reconocer, para no caer en una aparente ingenuidad militante, que fenmenos como occidente, capitalismo, eurocentrismo, desarrollo y economa, entre otros, si bien hacen parte de una suerte de gubernamentalidades y, por tanto, dan cuenta de un proyecto civilizatorio, no son fenmenos estrictamente uniformes, monolticos y homogneos; por consiguiente, sin fisuras e investimientos en su interior. Este reconocimiento atiende el principio bsico establecido para el mundo del capitalismo, el cual expresa como ste es por cierto, histrico-estructuralmente heterogneo y las relaciones entre sus partes y regiones no son necesariamente continuas (Quijano 2004: 3). En medio de nuestra apuesta analtica y poltica se reconoce la existencia de interpelaciones internas en el horizonte colonial de la modernidad y en la conformacin del poder colonial/moderno e imperial; aspecto de por s muy sugerente en la perspectiva de la investigacin, en especial, en contextos de multiplicidad.

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    a la diferencia se hace sin la pretensin de su moralizacin sino como indicativo de la necesidad de cierta sensibilizacin para su entendimiento como singularidad y no como multiplicidad unificada. Diramos que este trabajo, sin desconocer las prcticas imperiales, no es una apelacin al relativismo cultural ni a las historias nativistas, atvicas. Tampoco es un programa para rechazar la modernidad, lo cual constituira, en muchas situaciones un suicidio poltico (Chakrabarty [2000] 2008: 79), en especial en contextos de la vida universitaria contempornea, donde los cnones no logran ampliarse an de manera significativa.

    Desde estas consideraciones, la investigacin pretende, en general, analizar las visiones y prcticas de diferencia econmico/cultural en algunas organizaciones indgenas del Cauca Colombia, desde donde se constatan y construyen imaginarios econmicos economas, reivindicando estos procesos como respuestas locales al capitalismo, y mostrando la impertinencia del tratamiento de diversas formas de relacin bajo la codificacin y canonizacin euro/usacntrica y econmica. Se persigue, entonces, examinar tales visiones y prcticas al interior de organizaciones indgenas, ello como expresin de la existencia de otros espacios/superficies, de otros actores y de otro tipo de actuaciones, en tanto insumos para la (re)solucin y agenciamiento de conflictos existenciales, epistmico/epistemolgicos, ecolgico/distributivos y polticos/culturales; lo anterior en el marco del retorno estratgico hacia lo local, el lugar, la diferencia y la diferencia en la diferencia.

    En la concrecin de este propsito medular se realiza una aproximacin/revisin crtica a posturas representativas sobre la modernidad en el contexto latinoamericano, donde su pretendida universalizacin y naturalizacin soslaya la multiplicidad de topografas diferentes de la modernidad ancladas en la diferencia.3 El interrogante alude a s existe un afuera de la modernidad y del imperio donde la multiplicidad de dinmicas socioeconmicas y poltico/culturales soportadas en la diferencia, configuran superficies/espacios de lucha y existencia de otros modos? Con todo esto, y siendo una consideracin ineluctable, importa tambin el examen a la relacin, tensin y articulacin entre desarrollo, economa y cultura, en tanto trada con entronques a formas de dominio imperial/colonial y de geopoltica global, y en desconocimiento de otras expresiones, significaciones y representaciones

    3 Esta aproximacin/revisin se concentra en posturas representativas inscritas en analticas alrededor de: a).- Occidente y la modernidad como plataforma poltica y poltica de la totalidad/universalidad, b).- Globalizacin como naturalizacin, profundizacin, radicalizacin y universalizacin de la modernidad, c).- Modernidad perifrica, inconclusa y de rasgos diferenciales, d).- Modernidades alternativas (singulares/variadas/hibridas, mltiples, locales y mutantes) y alternativas a la modernidad, y, e).- Las nuevas geografas y/o topografas diferentes de la modernidad, transmodernidad o la proliferacin de mundos posibles como ontologa histrica.

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    configuradas a partir de las singularidades y urgencias locales y de la valoracin de la diferencia econmico/cultural en contextos globalocalizados.

    En este esfuerzo deductivo, reivindicar la diferencia econmico/cultural parte sin ser un ortodoxo ejercicio econmico de mostrar cmo la economa representa una manifestacin del proyecto moderno/imperial/colonial, al concebirse como disciplina y prctica totalizante y universal, desde donde ha sido imposible, de una parte, el anlisis y (re)conocimiento de otras formas de pensar y practicar la realidad econmico/cultural y, de otra se han integrado/reducido diversas formas de relacin al repertorio capitalogocentrista de la economa (neo)clsica.

    En suma, el esfuerzo acadmico/intelectual se localiza finalmente en el Cauca indgena colombiano. Y es al interior de ciertas organizaciones indgenas que se analizan las visiones y las prcticas de diferencia econmico/cultural, visibilizando horizontes y vectores de insurgencia epistmica, econmica, ecolgica y cultural, en respuesta a la pretendida canonizacin occidental de la economa y el desarrollo, y en correspondencia con el emprendimiento y tejido de visiones/prcticas econmico/culturales.

    Para esta suerte de constatacin emprica sobre luchas y agendas especficas instaladas en el horizonte de la diferencia econmica/cultural, nuestro examen final se centra en tres expresiones significativas del Cauca indgena como son: 1).- El Programa Econmico/ambiental del Consejo Regional Indgena del Cauca, Cric, ente reconocido como una de las principales organizaciones indgenas y sociales de Colombia, con amplias y contundentes capacidades de movilizacin e interlocucin no slo con la institucionalidad estatal sino con otros actores y expresiones sociales y polticas que hacen presencia en los territorios de las comunidades indgenas caucanas; 2).- El Tejido Econmico/ambiental de la Asociacin de Cabildos Indgenas del Norte del Cauca, Acin xhab Wala Kiwe; organizacin zonal, caracterizada por movilizar ms que tierra para la gente, gente para la tierra, a travs de la concientizacin del ser nasa, la participacin comunitaria y el desarrollo integral desde la cosmovisin; y, 3).- la perspectiva econmica del pueblo misak, tradicionalmente conocido como pueblo guambiano, con sus propias estructuras organizativas, sus visiones, dinmicas y apuestas por pervivencia, territorio y vida.

    Los motivos que impulsan el problema central y movilizan la investigacin tienen como sustrato la persistente ausencia de trabajos alrededor de la pluralidad de configuraciones econmico/culturales en el contexto de las ciencias sociales y de su reivindicacin como espacios y experiencias de lucha y vida, desde donde se proporciona sentidos particulares al mundo con anclaje en el lugar y el territorio.

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    En tal sentido, el trabajo se concibe como un aporte para el abordaje de una de las reas de singular importancia que, segn Arturo Escobar (2005a:81), largamente han permanecido fuera del proyecto por l denominado programa de investigacin modernidad/colonialidad, como son: a).- el gnero, b).- la naturaleza y el ambiente, y c).- la necesidad de construir nuevos imaginarios econmicos economas.

    En este ltimo campo se instala la investigacin, asumiendo la economa en su versin hegemnica como manifestacin del proyecto moderno/imperial/colonial, que ha soslayado otras realidades econmicas o las ha tratado como inmaduras, inferiores, subordinadas, residuales, subdesarrolladas, y al margen de las tendencias econmico/desarrollistas y capitalogocentristas; a la vez que recorre, a modo de polticas (neo)liberales estndar, los distintos paisajes biofsicos y socio/culturales. Con esto, el uso de la teora econmica occidental dificulta, complica, distorsiona y acaso imposibilita el estudio y comprensin de otras visiones econmicas, como tambin evidencia que no en todas partes se pueden ver hombres y mujeres econmicos, ni todos los campos y espacios de la actividad sociocultural son mercados.

    Estas premisas y motivaciones ayudan a configurar nuestra iniciativa de investigacin, la cual pretende mostrar cmo desde otro tipo, no slo de lecturas, sino de evidencias manifiestas en la realidad latinoamericana y en otros escenarios otrora tercermundistas, stos paulatinamente se convierten en una especie de precipicios de la(s) teora(s); pues la modernidad, la economa y la globalizacin son resistidas, adaptadas, travestidas y confrontadas, pero adems soslayadas; es decir, que el imago moderno no determina, por el contrario, termina o, en su defecto, se transforma en otra manifestacin. En concreto, frente a la profundizacin y universalizacin de la modernidad en tiempos y espacios globa/locales, el trabajo se mueve entre la idea y prctica de la pluriversalidad y diversalidad como espacios donde no slo otros mundos son hoy posibles, sino que otros mundos siempre han existido y han sido posibles.

    Por tanto, la investigacin surge y se desenvuelve a partir de nuestra inquietud acerca de si es posible en medio de la diversidad cultural/epistmica y ante las multiplicidad de miradas y lecturas, insistir exclusivamente en las expresiones paradogmticas de la economa, en tanto manifestacin del proyecto moderno/imperial/colonial, y disciplina y prctica totalizante/universal?, o si, contrariamente existen visiones y prcticas de diferencia econmico/cultural, desde donde se visibilizan y posicionan horizontes de insurgencia epistmico, econmica, ecolgica y cultural, en respuesta a la canonizacin occidental de la economa y el desarrollo, la modernidad y el capitalismo, y en correspondencia con el emprendimiento de formas de agencia/resistencia, interfecundidades y asaltos al capital global?

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    Para efectos del presente trabajo importan algunos legados de la crtica poscolonial, los estudios de la subalternidad y los estudios culturales latinoamericanos,4 entendidos como plataformas analticas que indican que algo pasa con lo que pasa, en tanto diversas inflexiones se instalan en el paisaje como parte de rupturas y discontinuidades que ponen en tensin el edificio terico/hermenutico preconizado por las ciencias sociales modernas, stas reconocidas como parte del aparato colonial o eslabn del proyecto de organizacin y control de la vida, la cultura y la naturaleza.

    En tal sentido, es preciso advertir cmo lo postcolonial, y otras analticas utilizadas en este trabajo, no significan la superacin/sucesin contundente de procesos de colonizacin y, por consiguiente, la asistencia a un nuevo periodo histrico libre de sujeciones, dependencias, ataduras, condicionamientos, disciplinamientos e intervenciones del otrora Tercer Mundo por actores hegemnicos globales. Lo poscolonial, y las dems analticas mencionadas, no postulan un paisaje libre y desprovisto de colonialidad global y de globalidad imperial. Para el caso de lo poscolonial, el prefijo post sugiere la posibilidad de dibujar otros mapas cognitivos (Ribeiro en Escobar 2005a: 256) y en consecuencia, otras formas de investimiento, intervencin e interpelacin, realizados en espacios/tiempos donde la complejidad, la pluralidad de mundos y existencias, y la prdida de perspectiva de discursos y prcticas con pretensiones universalizantes, omnicomprensivas y totalizantes, son decididamente determinantes.

    As, la investigacin instalada en estos horizontes, pretende sealar un esfuerzo en el marco de un inteligente y til conjunto de prcticas de lectura [] donde la dimensin poltica y crtica es consustancial. Lo que ha permitido la alteracin de los modos acadmicos de anlisis superando las fronteras disciplinarias (Gruner 2002: 5, 6).

    4 Nos referimos especficamente al proyecto de estudios culturales latinoamericanos desarrollado en el marco del doctorado sobre tal tpico en la Universidad Andina Simn Bolvar Sede Ecuador, el cual propone una exploracin crtica y transdisciplinaria y desde la regin, pretendiendo ampliar los lmites tradicionalmente asociados con estudios sobre la cultura y las estructuras de conocimiento en Amrica Latina. La concepcin del programa parte de la nocin de que en el espacio cultural confluyen muchos elementos como lo tnico, lo popular, lo poltico y econmico, el gnero, la clase, lo esttico y lo literario, adems de los asuntos amplios de diferencia, subalternidad, representacin y poder junto a los significados y relaciones sociales que se producen y reproducen a nivel local, nacional, transnacional y global. De esta manera se percibe a la cultura como campo de confrontacin simblica, de lucha por el control de significados y de negociacin del poder social. As se pretende construir un pensamiento crtico renovado y nuevas maneras de analizar y comprender los problemas actuales de Amrica Latina, tomando en cuenta la heterogeneidad, la modernidad, la colonialidad, la interculturalidad como propuesta necesaria, y la globalizacin, cuya realidad ya no slo es impuesta sino tambin localizada. En sntesis, todo un proyecto epistmico/poltico soportado en procesos plurilgicos y pluritpicos.

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    Tal apelacin tiene sentido en tanto son las formas analticas, los problemas y las herramientas terico-prcticas de estos horizontes, las que resultan tiles a la hora de leer, en este caso, lo econmico/cultural. Ciertamente, stas y muchas de las analticas que hoy se movilizan en el sur global, no son desvaros posmodernos y poscoloniales ni populismo terico/tnico, sino espacios y prcticas para el acto experimental y creativo. Su valor est justamente en su desclasificacin y desidentificacin disciplinaria o bien en su xodo del statu quo disciplinario, institucional y acadmico. Constituyen asimismo muestras de cmo el rigorismo, el cientificismo y el colonialismo han anulado y continan anulando la capacidad y posibilidad del aprendizaje. Para nuestro gusto, antes de perder la compostura y la paciencia (como lo hacen muchos ortodoxos de las ciencias sociales imperiales), seguiremos apreciando las complementariedades y complicidades donde las teoras y las disciplinas ven rivalidades y contradicciones (Santos 2010: 58).

    El trabajo es producto tambin de la articulacin entre referentes tericos y el contacto con procesos, organizaciones y movimientos sociales (concretamente el Cric, la Acin y el pueblo misak), relacin de la cual se desprende la interpretacin soportada en lo que se ve, se siente y se escucha, estando ms que en sitios particulares, en procesos objeto de anlisis, hasta llegar a la descripcin textual. No obstante, ha sido importante la instancia emprica o el estar all, donde la observacin resulta determinante al postular una reflexin no estrictamente epistemocntrica, sino como un hecho vital o una experiencia de interaccin.

    El ttulo del libro EcoSImas lo debemos a Miguel Guayra Calapy dirigente indgena de Cotacachi, Ecuador; trmino til y con enorme potencial a la hora de dar cuenta de fenmenos y acontecimientos econmico/culturales singulares y diferenciales, los cuales no pueden encuadrarse en las viejas denominaciones que an integran la poltica hegemnica del nombrar y/o la poltica general de verdad. Frente a esta suerte de cansancio de la gramtica, y en la bsqueda de expresiones que contengan nuestras historias y que permitan pensarnos a travs de la experiencia, Miguel ha aportado la expresin ecoSImas, referida a un fenmeno y a una categora analtica de importancia en este trabajo, cuyo significado tiene relacin con una forma de etimologa popular que asume la economa, en tanto negacin de lo mo y/o de lo nuestro, evidenciando claramente cmo, no slo el capitalismo sino ante todo la economa, son maneras de acumulacin por desposesin. De ah que una nueva forma de nominacin y reivindicacin en este campo tiene que ver con el trnsito de la ecoNOma a las ecoSImas, las que en su diversidad no slo dan cuenta de variaciones semnticas sino ante todo de procesos de (re)apropiacin de lo nuestro, como de numerosos y significativos intercambios vitales, realizados a travs de cooperaciones mltiples y en contextos andinos de diferencia, singularidad y heterogeneidad.

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    Aparte del respaldo bibliogrfico que alimenta tericamente la reflexin alrededor de visiones y prcticas de diferencia econmico/cultural, en el apartado final se privilegian metodolgicamente la observacin y una suerte de conversacin (versar con) o de interaccionismo conversacional, esto con el propsito de indagar acerca de movimientos, procesos, escenarios, sujetos, significaciones, visiones, prcticas, representaciones, resistencias y transformaciones. Sobre el particular, se realizaron aproximaciones con comuner@s, en tanto portadores no slo de experiencias en procesos socio/econmicos y poltico/culturales, sino en calidad de sujetos que hacen parte de la nueva cartografa de las visibilidades y como agentes de procesos de agencia/resistencia y de visiones/prcticas de diferencia econmico/cultural.

    El apartado final del trabajo no se concentra en particular en algn horizonte temporal, contrariamente es producto de un acumulado de observaciones y percepciones sobre el fenmeno econmico/cultural llevado a cabo al interior de algunos movimientos y procesos sociales como de algunas prcticas comunitarias que, accionadas bajo los principios de reciprocidad, comunalidad y solidaridad, tambin se articulan con ciertas variantes de la economa occidental, en las cuales se asume el entrar y salir del mercado sin ser determinados y subsumidos. No obstante y sin perder el referente histrico, se enfatiza en la actual coyuntura en la que se han concretado reconversiones econmico/culturales, y se han visibilizado y afianzado visiones y prcticas de diferencia econmico/cultural y poltico/ecolgica.

    Con todo y cierto nimo etnogrfico, la informacin base para la interpretacin y descripcin se recogi, no especfica y exclusivamente en un trabajo de campo clsico, sino que fue recabada tambin a travs de un conjunto de fuentes escritas del orden acadmico y de ciertos documentos y publicaciones de las organizaciones, de donde se extrajeron las pistas para la interpretacin y la composicin de estructuras de significacin. Dicho de otra manera y reivindicando metodolgicamente a Jos Serrano Amaya (2004:32), se trat de mirar, escuchar, hablar, sentir, contar, presentarse y representarse, acercarse y alejarse (siendo stos) los mecanismos que permiten hacer de la metodologa de este trabajo, no un conjunto de tcnicas sino un hecho vital, una experiencia de interaccin, con las tensiones y contradicciones que ello implica. Es decir, que el trabajo metodolgicamente se construye tambin a partir de la presencia y experiencia vivida por el autor, tanto en la institucionalidad acadmica como en algunos procesos y prcticas comunitarias significativas, en torno a su especificidad y diferencia econmico/cultural.

    Metodolgicamente se enfatiz en los roles de los actores y sus interrelaciones en contextos de articulacin global/local, local/local. En el apartado final se

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    consider una suerte de aproximacin a la etnografa multisituada, por cuanto la nocin y prctica de sociedad mvil redefine lo que tradicionalmente ha venido entendindose como lugar antropolgico, contexto social en el que las posiciones nativas, autocontenidas e indivisas situadas en un territorio fsico, cada vez son menos; ante lo cual, la etnografa multilocal se privilegia para dar cuenta de localizaciones y fenmenos cambiantes. Analizar el fenmeno sobre diferencia econmico/cultural implic un trabajo en el que la fuente terica y documental, as como el contacto organizacional, han sido centrales en la indagacin alrededor de los sujetos, representaciones, visiones, prcticas, ideas, conflictos, historias y esperanzas en sus contextos locales y multilocales, como en sus relaciones regionales, nacionales y globalocales.

    El registro fotogrfico que acompaa y complementa este trabajo, es parte de la investigacin grfica, recurso empleado como respuesta parcial a la insuficiencia del grafocentrismo que ha impuesto la sistemtica acadmica. As que la funcin de tales imgenes es contribuir a informar desde el hecho fotogrfico, no slo como fuente de experiencia esttica sino en calidad de herramienta con valor cognitivo, esto en medio de la hegemona de la escritura y el pensamiento narrativo. Como lo sugiriera Guran (1994: 99), la utilizacin de la fotografa como til en la investigacin cientfico-social reposa notablemente en la capacidad de leer la imagen, es decir en reconocer en ella los elementos que permitan fundar un razonamiento, o en nuestro caso, una significacin acerca de los tpicos que integran esta aventura analtica. Con ello, y siguiendo a Gonzlez Alcantud (1999: 37), se pretende dotar el texto de presencia visual y como no, aligerar sus contenidos o hacerlo ms legible, pero ante todo reconocer la importancia y el valor cognitivo del sentido visual. Para tal fin, se han seleccionado algunas fotografas que hacen parte de nuestra instancia emprica en diversos momentos y escenarios en donde las organizaciones indgenas desarrollan acciones especficas, propias de sus agendas de lucha. Otras imgenes han sido proporcionadas por comuneros y dirigentes indgenas e investigadores de organizaciones, en virtud de su alta capacidad para representar algunos de los argumentos esbozados.

    Estas pretensiones, consideraciones, bsquedas y constataciones, presentadas en los diversos apartados que componen el trabajo, y desde un horizonte deductivo, constituyen un esfuerzo por rastrear crticamente temas, problemas y fenmenos como Occidente, modernidad, desarrollo y economa, para luego, a manera de constatacin, concentrar el anlisis en la existencia de visiones y prcticas econmico/culturales en contexto de multiplicidad, como son las organizaciones y movimientos del Cauca indgena en Colombia.

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    En el captulo I, El adentro, el afuera y las topografas diferentes de la modernidad, se realiza una exploracin sobre este fenmeno, mostrando una genealoga que comprende la expresin esencialista y grandilocuente y su pluralizacin, sin perder de vista su trasfondo en tanto discurso ontologizador y tecnologa de gobierno de s y de los otros. Para tal propsito, se analizan tpicos referidos a totalidad, ontologizacin, proliferacin y potencia de la multiplicidad; Occidente y la modernidad como plataformas polticas y poltica de la totalidad/universalidad; y la globalizacin como naturalizacin, profundizacin, radicalizacin y universalizacin de la modernidad, o expresin paradigmtica/paradogmtica. En respuesta al primado de la deseventualizacin, dentro del anlisis de la modernidad, la reflexin se detiene en consideraciones sobre la modernidad perifrica, inconclusa y de rasgos diferenciales que camina tras las buenas maneras de la razn imperial, prohijando dispositivos y teoras de re-produccin en contextos diferenciales. De la misma manera, se referencian las denominadas modernidades alternativas (singulares/variadas/hibridas, mltiples, locales y mutantes) y las alternativas a la modernidad, as como las nuevas geografas y/o topografas diferentes de la modernidad o la proliferacin de mundos posibles como ontologa histrica.

    Desde estas consideraciones se deja ver cmo en medio del capitalismo, la modernidad y la economa, en sus expresiones hegemnicas y articuladas por tanto a proyectos imperiales, emergen y se desenvuelven en una multiplicidad de agenciamientos como principio y condicin de posibilidad, que sin soslayar tales referentes ordenadores y ontologizadores, movilizan acciones y lugares determinados por la diferencia econmico/cultural que dan cuenta de una pluralizacin econmica, lo cual implica el desafo de repensar la diferencia desde la economa y la economa a partir de la analtica de la diferencia.

    Desarrollo, economa y cultura. Entronques y tensiones con formas de dominio imperial/colonial y de geopoltica global, es la denominacin del captulo II, en el cual se examinan las relaciones de esta trada, as como sus lmites y paradojas, siempre en medio de relaciones de poder y de proyectos expansionistas. Para tal efecto, importa el anlisis de temas como el desarrollo para la occidentalizacin o cmo la singularidad socio/cultural (des)aparece en el desarrollo; el desarrollo en tanto dispositivo para encerrar/integrar la multiplicidad de imaginarios y prcticas; las mutaciones de la arquitectura discursiva del desarrollo o los eufemismos justificatorios de los fracasos recurrentes; la marketizacin referida a lo comn como locus de la plusvala y estrategia para la refuncionalizacin de la diferencia o las mercancas de la diferencia.

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    Asimismo, se reivindica la interculturalidad en tanto herramienta de emancipacin e interpelacin al multiculturalismo neoliberal y su prctica etnfaga. Se destaca igualmente la proliferacin de tiles prcticas sobre la trada desarrollo, economa y cultura, exaltando al postdesarrollo como horizonte para romper con el imaginario neo-desarrollista. Congruente con estas premisas se valoran posturas que, a modo de minga por el buen vivir, proponen el trnsito del antropocentrismo al biocentrismo, cuyo potencial conceptual y prctico moviliza debates institucionales en algunos pases latinoamericanos, representando a su vez un insumo medular en la construccin de un horizonte vital; lgicamente en medio de la multiplicidad de nuestros pueblos, en los que asuntos como los derechos de la naturaleza, la interculturalidad, lo plurinacional y, en general, la defensa de la VIDA y la diferencia socio/cultural, son vectores existenciales centrales.

    El captulo III intitulado La economa como manifestacin del proyecto moderno/imperial/colonial y disciplina/prctica totalizante/universal, alude a una aproximacin crtica de la economa, su genealoga y fundamentos, en tanto cosmovisin singular configurada en diseo global. Se analiza lo concerniente al etnocidio, el epistemicio y el economicidio como eslabones del guin e itinerario (neo) colonial, para sealar contundentes noticias de un economicidio que concreta la imposicin y defensa a ultranza de una visin y prctica econmico/productiva, por dems sacrificando otras formas de organizacin econmica, con el consiguiente desperdicio y destrozo de mucha experiencia econmico/cognitiva y socio/cultural.

    Se examina igualmente la antropologa econmica, esta vez como forma de reacomodo del imperialismo econmico o analtica para la vida material de las rarezas culturales, la cual podra estar inscrita en el aparato y las prcticas coloniales, siempre en la construccin de una plataforma de observacin y estudio de los escenarios biofsicos y socio/culturales susceptibles de apropiacin y sometimiento. Este apartado incluye, adems, consideraciones sobre la constitucin y desarrollo de otra(s) economa(s) en Amrica Latina, evidenciando proyectos, esfuerzos y tareas orientados a visibilizar y volver inteligibles actividades econmicas y econmico/culturales, cuya proliferacin deja ver tanto la resignificacin econmica/liberal en los lugares como la diversidad de prcticas, visiones y modos de producir conocimientos econmicos que confrontan el repertorio capital/globalocentrista y su vigilancia analtico/epistemolgica; a la vez que da cuenta de un viraje singular y esperanzador en el contexto de la multiplicidad latinoamericana.

    En el captulo IV, Visiones y prcticas de diferencia econmico/cultural en contextos de multiplicidad, se realiza la explicitacin y anlisis de referentes econmico/culturales/territoriales, a travs de organizaciones y movimientos indgenas en el Cauca, Colombia,

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    vistos no como forma de confrontacin en pro de posicionamientos vanguardistas frente a la economa hegemnica, sino como posibilidad de volver legibles, visibles e inteligibles las visiones y prcticas de diferencia econmico/cultural, en tanto expresin de la existencia de otros espacios/superficies, de otros actores y de otro tipo de actuaciones. Para tal fin y en tanto puente con las discusiones anteriores, esta constatacin se desarrolla a partir de trabajos especficos de campo, cuyos temas estn referidos al lugar y al territorio como superficies y mviles de la diferencia econmico/cultural para descender a experiencias concretas en las siguientes organizaciones y movimientos: el programa econmico/ambiental del Consejo Regional Indgena del Cauca Cric y su horizonte de la economa propia, el tejido econmico/ambiental de la Asociacin de Cabildos Indgenas del Norte del Cauca Acin, Cxhab Wala Kiwe y la perspectiva econmica del Pueblo misak y sus soportes en la pervivencia, el territorio y la VIDA.

    En suma, con estos soportes y desarrollos acadmicos/intelectuales, polticos y existenciales, y en medio de nuestra nueva epocalidad, el trabajo proporciona insumos para complejizar/intensificar los trminos en que se debate, desde el pensamiento crtico, ciertas cosas como la diferencia en sus distintas expresiones, en medio de un mundo mltiple, vulnerable, litigioso, pero igualmente esperanzador. Desde la conviccin acerca de que no hay universalismos antropolgicos como tampoco econmicos ni culturales, la modernidad, el desarrollo y la economa, se asumen como gubernamentalidades; es decir, como tecnologas de gobierno de los unos y de los otros, no obstante su interrelaciones e interfecundidades en los diversos escenarios fsico/naturales y socio/culturales. Empero, tambin se trata de juegos discursivos que actan sobre la multiplicidad como asunto constitutivo del mundo y, por tanto, con efectos ontolgicos singulares en la configuracin de mundos y modos que hablan de diversas creaciones, efectuaciones y experimentaciones.

    Podramos estar pensando entonces en poner entre parntesis la economa poltica (versin clsica y marxista) y la economa formal (versin neoclsica y sus variantes), para desnaturalizarlas o complejizarlas mediante la ampliacin de sus usos/significados en contextos diferenciales, lo que supone atender transformaciones especficas y lugarizadas, donde igualmente, y para el caso de las visiones en movimientos y organizaciones del Cauca indgena colombiano, lo econmico/cultural, o en particular la economa propia, no es el resultado slo de ellos, sino de una clara articulacin estratgica con fundamentos y prcticas econmicas que dialogan en un mundo de amplias y crecientes relaciones interculturales.

    No obstante, las visiones y prcticas reconocidas como propias, siempre estn asociadas a empoderamientos especficos como a sujetos polticos concretos y

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    en permanente movilizacin, lo que en el fondo, y desde el punto de vista de la agentividad, nos revela que en vez de esperar a que la revolucin o el internacionalismo socialista, la globalizacin neoliberal, las terceras vas, las fuerzas providenciales, los organismos multilaterales de crdito, las iglesias salvadoras y el capital filantrpico contemporneo, instalen e impulsen las prcticas econmicas, econmico/culturales y de vida, son los movimientos y organizaciones sociales en este caso los indgenas del Departamento del Cauca Colombia, en sus proyectos por recuperarlo todo, quienes estn movilizando creativa y experimentalmente, procesos, esfuerzos e iniciativas inscritos en la perspectiva de los discursos, las visiones y las prcticas de diferencia, esto como horizonte para la recuperacin de saberes, el fortalecimiento econmico/cultural y los procesos autonmicos, siempre en favor de la VIDA y en el marco de una suerte de minga de resistencia social y comunitaria.

  • El adentro, el afuera y las topografas

    diferentes de la modernidad

    [] para que el mundo pueda imaginarse, una vez ms, como radicalmente heterogneo.

    Chakrabarty ([2000] 2008: 80).

    La razn del otro se encuentra en ese mundo lleno de los ms variados colores.

    Adolfo Albn Achinte (2006: 66).

    El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecan de nombre, y para mencionarlas

    haba que sealarlas con el dedo.

    Gabriel Garca Mrquez (1983: 7).

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    Totalidad, ontologizacin, proliferacin y potencia de la multiplicidad

    Uno de los elementos analticos extractados de la obra de Edward Said (2002), visto/tomado como contribucin medular para la interpretacin del conjunto de relaciones de Occidente con otras reas geoculturales, alude al develamiento de un estilo occidental que nomina, domina, ontologiza, (re)estructura y ejerce autoridad sobre Oriente y en nuestro caso, sobre el sur global. Patrn cultural que, apelando a aspectos ideolgicos y de representacin, da cuenta del otro a travs de invenciones que integran la gramtica de la dominacin socio/econmica y poltico/cultural. En ese repertorio de dispositivos discursivos se distinguen los que postulan e instauran mitos unificadores, pensamientos doctrinales, teoras/prcticas generales y totalizantes, diseos globales, metalenguajes universales, modelos mayoritarios, narrativas exticas, entre otros, que definen un universo de representacin, una lgica totalizadora y una totalidad ontolgica, desde donde se construy se construye an la empresa (neo)colonial con soportes epistemolgicos propios de las ciencias, siempre preconizadoras de polticas y prcticas de la totalidad y de la universalidad.

    En este horizonte se configuran y desenvuelven las ciencias, las instituciones, la economa, los sujetos; instancias en las que, independientemente de los particularismos, de los contextos diferenciados, de la multiplicidad y de la singularidad, han sido moldeadas por las diversas manifestaciones del pensamiento moderno/imperial (teologa, egologa (sujeto moderno), organologa (organizacin del conocimiento y conocimiento de la organizacin). Tal realidad, no obstante su influjo y capacidad de determinacin como de sus articulaciones, lmites e interfecundidades, enfrenta devenires moleculares, otros agenciamientos sociales y procesos de desprendimiento de los principios y asunciones que regulan la arquitectura del mundo, expresada en una suerte de pensamiento nico y de aspiracin monocultural, paulatinamente dislocado ante la pluralidad de mundos y de proyectos existenciales.

    En medio del imperio y de cierta ceguera y sordera de las teoras y lgicas generales y universales, al igual que Said (2004: 38), yo me considero temperamental y filosficamente contrario a las vastas sistematizaciones o teoras totalizantes de la historia de los hombres y de las mujeres, pues ante la heterogeneidad histrico estructural5 propia de toda formacin socio/cultural, stas teoras y sus

    5 La heterogeneidad histrico/estructural, segn Quijano (1989), est referida al modo caracterstico de constitucin de nuestra sociedad; es decir, a partir de una combinacin y contraposicin de patrones estructurales, cuyos orgenes y naturaleza son muy diversos entre s. En este sentido, Amrica Latina es una totalidad en que se articulan diversos y heterogneos patrones estructurales. El capitalismo no

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    cnones universales, no obstante su eficacia legitimadora/colonizadora, han terminado evidenciando su impertinencia e insuficiencia para enfrentar un escenario de mltiples voces, rostros, lgicas y epistemes, o un sinnmero de mundos diferentes, posibles, heterogneos, fluidos, conflictivos, discontinuos, complejos e irregulares. Tales aspectos manifiestan cmo siempre hay algo que permanece afuera, algo que siempre se escapa, un universo incompletamente sistematizado, propio de la teora de las relaciones exteriores, flotantes, variadas, fluidas que nos hace salir del universo de la totalidad y entrar en el mundo del pluralismo y la singularidad, donde las conjunciones y disyunciones, entre otras cosas, son en cada momento contingentes, especficas y particulares, y no remiten a ninguna esencia, sustancia o estructura profunda que las pudiese fundar (Lazzarato 2006:19).

    Este debate a pesar de contar con diversos registros tanto en el plano metropolitano como en el sur global y en el marco de las teoras de la multiplicidad y la singularidad, an presenta al conocimiento cientfico y a la ciencia moderna como universales, omnicomprensivas y deterministas; siempre en el marco de lenguajes y polticas imperiales del sujeto y del conocimiento, los cuales manifiestan la incapacidad de unos y la capacidad natural de otros en la produccin cognitiva de la gestin de un mundo disciplinado/controlado/modulado. En nuestros espacios/tiempos, estos planteos y sus categoras enfrentan paulatinamente inflexiones y tensiones ligadas a una especial cartografa de las singularidades, un nuevo clima poltico e intelectual propio de mltiples posiciones de sujeto y, entre otros, de un conjunto de agenciamientos que confrontan la lgica totalizadora y las hegemonas cognitivo/existenciales.

    Los denominados modelos mayoritarios, preconizados y practicados en los diversos planos de la vida socio/cultural y en contextos diferenciales, han sido movilizados desde su gnesis por principios y leyes unitarios/universales desde donde lo

    es el nico patrn estructural de la totalidad social de Amrica Latina, aunque es ya el eje central que la articula. Por ello la lgica del capital no es, no podra ser, la nica que acta en esa heterognea totalidad, ni en ninguna de sus instancias. La heterogeneidad histrico estructural hace alusin a toda existencia social, o sociedad o cultura o civilizacin, como una configuracin de elementos que proceden de muy diversas historias y geografas, o espacios/tiempos como hemos comenzado a decir varios, incluido Immanuel Wallerstein (hasta donde conozco, esos trminos fueron propuestos por Haya de la Torre en los aos de la Segunda Guerra Mundial) y se relacionan entre s de modo discontinuo, inclusive conflictivo, pero formando un conjunto activo, esto es una estructura de elementos histricamente heterogneos, discontinuos. Y en la historia que conocemos, esas relaciones dan lugar a patrones de poder especficos, histricamente especficos, en cada periodo. De ese modo, el concepto de heterogeneidad histrico-estructural propone un concepto y una perspectiva de totalidad radicalmente otra que en el eurocentrismo. Amrica Latina es un caso par excellence de esa perspectiva de heterogeneidad histrico-estructural, de esa idea nueva de totalidad histrica (Anibal Quijano en aclaraciones va e-mail a Catherine Walsh julio 2005).

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    comn no es una sntesis, sino un dispositivo de seleccin (Lazzarato 2005:12), un dispositivo de poder, un dispositivo de captura6 que constituye el sustrato y fundamento de las ciencias, las que en tanto elemento constitutivo del proyecto expansivo/colonial/imperial moderno, actan en la coordinacin universal de la vida y el desenvolvimiento de los sujetos, los espacios socio/naturales y los saberes; esto mediante la edificacin y consolidacin de una suerte de nica plataforma estratgica de observacin cientfica sobre el mundo biofsico y socio/cultural.

    Esta lgica y prctica de englobamiento clausurante, totalizante y totalitario (Levinas 1987:10), propia de los grandes sistemas filosficos y de pensamiento, se orienta bajo el propsito de desarrollar un sistema abarcador y omnicomprensivo, o de una jerarqua de la totalidad de los entes, incluidos el ser humano y sus fines, donde el grado de racionalidad de la vida de una persona poda ser determinado a tenor de su armona con esta totalidad (Horkheimer 2002: 46); totalidad de la cual se derivan los cnones y principios no slo para los seres humanos sino tambin para los paisajes fsico/naturales. En esta perspectiva, se construyen estratgicamente las leyes que gobiernan tanto al cosmos como a la polis, propias de una suerte de habitantes del punto cero (Castro 2005a:18, 27); leyes y sujetos cobijados, a su vez, por la arrogancia de una razn excluyente/racista, desde donde finalmente se constata cmo la totalidad constituye no slo una categora derivada de la intolerancia epistemolgica, sino, ante todo, una gran distorsin epistemolgica.

    Ciertamente, esta suerte de pensamiento doctrinal y de apuesta a una ciencia monocultural cargada de categoras dicotmicas y de preceptos deterministas y cientificistas y teleolgicos, es lo que en nuestros espacios/tiempos hacen que sea corriente hablar, de una parte, acerca de cmo las teoras estn fuera de lugar, y de otra, de cmo la realidad latinoamericana y de otros escenarios, otrora tercermundistas, paulatinamente se convierten en una especie de precipicios de la(s) teora(s). La reflexin sobre el asunto indica pensar tambin cmo,

    6 Por el insistente uso del vocablo dispositivo en esta aventura analtica, es preciso indicar que para tales efectos, dispositivo, siguiendo a varios autores, alude a: en su raz latina, dispostus hace referencia tanto al acto de disponer como al resultado de ese acto. Nos hallamos, como en el caso de la palabra institucin, en la encrucijada de dos itinerarios posibles pero contrapuestos: uno esttico y el otro dinmico. El acto, la accin de disponer (que es la que aqu nos interesa) conlleva, por su carcter procesual, un doble movimiento. En un polo de la relacin hay un sujeto que ordena, regula, prepara una cierta disposicin espacial de personas e instrumentos, mientras que en el polo opuesto, los dispuestos oponen a la obligacin de la disposicin sus propias lneas de aquiescencia, sustraccin, resistencia o fuga (Curcio 2005: 97). Asimismo, dispositivo se asume como [] un conjunto decididamente heterogneo que comprende discursos, instituciones, instalaciones arquitectnicas, decisiones reglamentarias, leyes, medidas administrativas, enunciados cientficos, proposiciones filosficas, morales y filantrpicas (Foucault 1991: 128).

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    [...] en nuestros pases se ve cada vez ms claro que la comprensin del mundo es mucho ms amplia que la comprensin occidental del mundo [...], pues la razn indolente y perezosa, que se considera nica, exclusiva, no se ejercita lo suficiente para poder mirar que el mundo tiene una diversidad epistemolgica inagotable, y que nuestras categoras son muy reduccionistas. De ah que sin duda, no es posible hoy una epistemologa general, no es posible hoy una teora general. La diversidad del mundo es inagotable, no hay teora general que pueda organizar toda esta realidad (Santos 2006b:18, 20, 32).

    Es este el tipo de racionalidad que no slo se presenta como correcta y suficiente, sino que impone un monopolio de la razn y la comprensin, a la vez que define, naturaliza e institucionaliza una locacin y un sujeto epistmico derivando cartografas cognitivas geopolticas que establecen un racismo cultural y epistmico, que por ende postula una ceguera y sordera cognoscitiva suscitada por su pretendida universalidad, la misma que al desconocer la potencialidad epistmica de otras latitudes, se erigi se erige todava en otro de los tantos autoritarismos ya expresados en universales abstractos7. Es desde este horizonte que se configura una visin y una prctica determinante del ordenamiento socioeconmico, poltico/cultural y epistmico, realizado desde gradaciones y clasificaciones ancladas en una imago del hombre y de la humanidad, bajo el pretendido predominio absoluto del espritu y del sujeto hegeliano, cartesiano, marxiano, kantiano, hobbesiano, spinoziano, freudiano, roussoniano, keynesiano, smithiano, etc, o del aparato de la ciencia moderna.

    La empresa de la ciencia moderna, en tanto calle de direccin nica y proyecto determinista, establece una poltica imperial cognoscitiva represora e inobservante de la multiplicidad que reduce, desde sus cnones y protocolos, la infinitud de los mundos a un mundo disciplinado/controlado/modulado. De ah que, por principio bsico, la idea de totalidad pregonada, implica y seala que el todo y las partes corresponden

    7 Tal universalismo abstracto se explica como lo ha aclarado Ramn Grosfoguel (2007: 65) en dos sentidos a saber: primero, en el sentido del enunciado, de un conocimiento que se abstrae de toda determinacin espacio temporal y pretende ser eterno; y segundo, en el sentido epistmico de un sujeto de enunciacin que es abstrado, vaciado de cuerpo y contenido, y de su localizacin en la cartografa de poder mundial, desde donde produce conocimientos, para as proponer un sujeto que produce conocimientos con pretensiones de verdad, como diseo global, universal para todos en el mundo. El primer tipo de universalismo abstracto, ha sido cuestionado dentro de la propia cosmologa y filosofa occidental. Pero el segundo sentido de universalismo abstracto, ha continuado hasta nuestros das, con el punto cero de las ciencias occidentales, aun entre los crticos del propio Ren Descartes, y es uno de los legados ms perniciosos del cartesianismo.

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    a una misma lgica de existencia. Es decir, tienen una homogeneidad bsica que sustenta la consistencia y continuidad de sus relaciones, como en un organismo, o en una mquina, o en una entidad sistmica (Quijano 2000a: 354). Asunto que no deja espacio y posibilidad a la diferencia y la singularidad, o que en su defecto la asume sin la comprensin debida, all donde evidentemente la diferencia sin inteligibilidad conduce a la inconmensurabilidad y, en ltima instancia, a la indiferencia (Santos 2006a: 32).

    La ciencia moderna y sus presupuestos totalizantes se reafirman como elementos centrales del guin e itinerario colonialista por el cual innumerables cosas se hicieron impronunciables, inimaginables, y en el que muy pocas cosas pueden pensarse por fuera de la totalidad y la universalidad, salvo como exterioridad constitutiva. Es este el horizonte determinista de la ciencia moderna, en el cual y desde distintas formaciones disciplinarias y reas del conocimiento, se agencia la conformacin del sistema-mundo moderno/colonial con la excepcional intervencin de sujetos adelantados que elaboran cdigos bajo principios generales (Castro 2005a: 191), estableciendo, a su vez, verdades absolutas/universales, con el protagonismo de diversos cientistas, para quienes su tarea se centra(ba) en hacer una ciencia universal del mundo, un saber infalible y definitivo, un universo de verdades; propsito cuya concrecin sacrifica la diversidad epistemolgica/existencial y cultural del mundo.

    Esta suerte de estructuracin universal de la razn, y privilegio de la ciencia como modo central y hegemnico del saber/conocer, es asistida por numerosas destrucciones creadoras que suscitan grandes epistemicidios,8 producto de la defensa a ultranza de una visin cientfica del mundo que sacrifica otros modos de conocimiento, con el resultado de un desperdicio y destrozo de mucha experiencia cognitiva humana. Toda una epistemologa de la ceguera, una epistemologa que excluye, ignora, elimina y condena a la no existencia epistmica todo lo que no es susceptible de incluirse dentro de los lmites de un conocimiento que tiene como objeto conocer para dominar (Santos 2006c: 32).

    El fenmeno se instala en el conjunto de historias locales constituidas estratgica, histrica y paulatinamente en diseos globales (Mignolo 2003) que dan cuenta de

    8 Ciertamente, el genocidio que puntualiz tantas veces la expansin europea, fue tambin un epistemicio: se eliminaron pueblos extraos porque tenan formas de conocimiento extrao y se eliminaron formas de conocimiento extraas porque se basaban en prcticas sociales y en pueblos extraos. Pero el epistemicidio fue mucho ms extenso que el genocidio porque ocurri siempre que se pretendi subalternizar, subordinar, marginalizar o ilegalizar prcticas y grupos sociales que podran constituir una amenaza para la expansin capitalista o, durante buena parte de nuestro tiempo, para la expansin comunista [] el nuevo paradigma considera el epistemicidio como uno de los grandes crmenes de la humanidad (Santos 1998: 431).

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    la imposicin universal de un particularismo, de un monoculturalismo con ribetes autoritarios y absolutistas, alimentados y preconizados por las ciencias sociales modernas, cuyas prcticas y construcciones discursivas inciden an en la definicin de la ciencia, los saberes predominantes y en la poltica imperial cognoscitiva, como parte de la historia cannina/hermtica cientfica occidental y de su mirada sobre el mundo. En este contexto, las ciencias juegan un rol de singular importancia para la legitimacin/naturalizacin y normalizacin del posicionamiento del saber occidental y de la inferiorizacin de otras formas de saber/conocer, as como del desconocimiento de la pluralidad epistemolgica del mundo. Las ciencias son entonces amigas de la transformacin, sin la respectiva comprensin del mundo a transformar, reduciendo la comprensin del mundo a la comprensin occidental del mundo; proceso agenciado paradojalmente en nombre de proyectos civilizadores, libertadores o emancipadores (Santos 2006a: 22).

    En definitiva, la genealoga y consolidacin de la ciencia social se instala en el contexto del mundo moderno, develando el espritu y direccionalidad que le asiste como factor constitutivo de proyectos y procesos (neo)coloniales de organizacin, control, disciplinamiento y modulacin de la vida socio/econmica y poltico/cultural. En este sentido,

    [...] las ciencias sociales se convirtieron en una pieza fundamental para este proyecto de organizacin y control de la vida humana. El nacimiento de las ciencias sociales no es un fenmeno aditivo a los marcos de organizacin poltica definidos por el Estado-nacin, sino constitutivo de los mismos. Era necesario crear una plataforma de observacin cientfica sobre el mundo social que quera gobernar. Sin el concurso de las ciencias sociales, el Estado moderno no se hallara en la capacidad de ejercer control sobre la vida de las personas, de definir metas colectivas a largo y corto plazo, ni de construir y asignar a los ciudadanos una identidad cultural (Castro 2000b: 147).

    Las ciencias sociales se comportan como dispositivos para la clausura, el eclipsamiento y la reduccin de la multiplicidad y la diferencia, cuyos operadores son los modelos mayoritarios, las teoras generales y la reproduccin/definicin y bsqueda de leyes naturales/universales que explican los fenmenos, independientemente de dimensiones espacio/temporales.

    Esta mirada reductora y simplificadora de la complejidad y multiplicidad, pero a su vez rectora de la poltica y prctica exclusivista en el campo del saber, determina

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    y concita perspectivas hermenuticas que edifican una suerte de crtica y reaccin a las totalidades y, por consiguiente, a los proyectos con pretensiones universalizantes. Desde tales horizontes se concretan y ofrecen significativos cuestionamientos a la epistemologa eurocntrica asumida como neutral, objetiva y universal, donde el tipo hegemnico de produccin de conocimiento y de subjetividad, se gua por lo que Castro (2005a) ha denominado la hybris del punto cero; es decir, una forma de conocimiento que eleva pretensiones de objetividad y cientificidad partiendo del presupuesto de que el observador no forma parte de lo observado.9 Equivale esto a la nocin de centrismo ocular de Martin Jay (2003) utilizada por Javier Sanjines (2005), para dar cuenta de la primaca del perspectivismo cartesiano, de un rgimen ptico o de un modo visual particular de examinar la realidad en el pensamiento y conocimiento occidental; mirada que lgicamente minusvalora, excluye y desconoce otras voces, otros sujetos y otras epistmes, producto de su racismo cultural y epistmico, pues en efecto, la ciencia moderna se comporta como etnociencia, en tanto est profunda y claramente marcada por convenciones particulares, tcnicas de demarcacin y valores propios.

    Esta percepcin catalogada como la crtica al euro(andro)(etno)centrismo epistemolgico, aparte de identificar tensiones en los puntos de vista del mundo y de las estrategias polticas de aquellos que existen del lado del lugar, el no-capitalismo y el conocimiento local y la mirada crtica del mestizaje, desde la visceralidad,10 exalta el potencial poltico y epistemolgico de estas asunciones, prcticas y visiones, justamente como respuestas no slo al lugar de observacin hegemnico, sino como expresin/constatacin de la existencia de regmenes escpicos alternativos que provienen de visualizaciones

    9 Siguiendo a Castro (2005a, 2205b, 2007), esta pretensin puede ser comparada con el pecado de la hybris, del cual hablaban los griegos, cuando los hombres queran, con arrogancia, elevarse al estatuto de dioses. Ubicarse en el punto cero equivale a tener el poder de un Deus absconditus que puede ver sin ser visto, es decir que puede observar el mundo sin tener que dar cuenta a nadie, ni siquiera a s mismo, de la legitimidad de tal observacin. Equivale, por tanto, a instituir una visin del mundo reconocida como vlida, universal, legtima y avalada por el Estado. Por ello, el punto cero es el del comienzo epistemolgico absoluto, pero tambin el del control econmico y social sobre el mundo. Sin duda, como lo enfatiza el filsofo colombiano, esto equivale a la manifestacin de una mirada colonial sobre el mundo propia de un modelo epistmico con anclaje en la modernidad occidental, desde donde el observador observa como dios en una plataforma inobservada de observacin.

    10 Para el caso de Bolivia, segn el autor, la visceralidad es la posicin extrema de ese mirar la realidad con los dos ojos, promovida por los grupos indgenas durante la segunda mitad de la dcada de los setenta. Este planteamiento alude a cmo la realidad debe ser interpretada con dos ojos y no solamente con el ojo racional que haba impuesto tradicionalmente el sector mestizo-criollo en el poder. [] Para Sanjines (2005: 10) se trata de un punto de partida diferente que modifica la construccin ocular-cntrica el ojo racional

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    marginales surgidas de sociedades perifricas que revierten la lgica de los centrismos oculares establecidos desde el poder.11 En suma, estos regmenes escpicos representan y encarnan la conflictualidad racial/epistmica/cultural propia de la complejidad, multiplicidad y heterogeneidad de nuestros espacios/tiempos.

    Esta suerte de dficit en las visiones/prcticas totalizantes y universales inscritas en proyectos imperiales, y por consiguiente, en los fundamentos fuertes de las ciencias sociales y en la crtica secular moderna/ilustrada, es la que permite hablar hoy de la imagen y la prctica del erase una vez la totalidad y la unidad (Sandoval 2004: 95); no obstante, la persistencia de las ciencias como manifestaciones de la produccin de lo existente, la produccin de lo no existente y la reproduccin de categoras que insisten en gestionar la vida social.

    As las cosas, la interpretacin del espritu epocal se soporta bajo una perspectiva desencantada de la modernidad, en la cual se respira el ocaso de la metafsica o de la realidad ordenada racionalmente sobre el fundamento, lo que se explica por el hecho de que los metarrelatos o los grandes cuentos que daban legitimidad a la marcha histrica de la humanidad por el camino emancipatorio, cientifico/tcnico e ilustrado, han perdido vigencia histrica y, por tanto, valor y eficacia para la orientacin del presente/futuro y de nuestros contextos histrico/culturales. En palabras de Vattimo (1992: 17), los grandes relatos, aquellos que no se limitaban a legitimar en sentido narrativo una serie de hechos y comportamientos, sino que en la modernidad y bajo el empuje de una filosofa cientista han buscado una legitimacin absoluta en la estructura metafsica del curso histrico, han perdido credibilidad. Esto es lo que en la gramtica del pensador italiano se denomina el pensamiento fuerte, un pensamiento metafsico fundacional, unitario, omnicomprensivo y totalizante, que da cuenta del mundo y de la realidad, en tanto se deje ordenar racionalmente en contraposicin al pensamiento dbil concebido como postmetafsico; es decir, un tipo de pensamiento que rechaza las categoras fuertes, las legitimaciones omnicomprensivas y el modelo de objetividad cientfica.

    El universo representacional legado por la modernidad occidental enfrenta hoy sugerentemente una cartografa de las singularidades, un mundo aditivo donde el total no est jams hecho y que crece all y all, no gracias a la accin de un sujeto universal, sino a la contribucin de singularidades esparcidas que dan cuenta del trnsito del principio totalizante a la proliferacin de los dispositivos que constituyen otras tantas composiciones [] dispositivos que no son slo mltiples, sino tambin diferentes

    11 Apartes del seminario Cultura visual y representaciones estticas de la modernidad, orientado por Javier Sanjins C., Docto