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La próxima Cumbre de la Tierra Río+20 (Río+20), llamada oficialmente Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (United Nations Conference on Sustainable Development - UNCSD) (Rio+20) tendrá lugar en este año 2012, después de dos decadas de acción internacional oficial en materia de desarrollo sostenible. En 1992, durante la primera Cumbre de la Tierra Río, la comunidad internacional llegó a reconocer el caracter desigual e insostenible de los modelos de desarrollo dominantes, asumió el compromiso de tomar medidas para establecer un desarrollo más equitable y sostenible, como también elaboró las convenciones actuales sobre el cambio climatico y la biodiversidad, asi como la Agenda 21 / Plan de Acción. Hoy, veinte años después, el mundo está fuera de pista en materia de aplicación de las orientaciones de Rio. La expansión economica en el mundo continua dañando gravemente el medio ambiente. La huella ecologica de la humanidad excede de 50% la biocapacidad del planeta, y tres de los nueve umbrales planetarios que definen el espacio de actividades seguro para la vida humana en la tierra fueron ultrapasados (1). Pero, apesar de la grandes cuantidades de riqueza producidas, las ingresos y los costos son muy desigualmente compartidos. Los 20% más ricos de la humanidad producen cerca de 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero y disfrutan de 70% del ingreso total del mundo. La mitad de la población mundial vive con menos de 2,30 dolares por día, cerca de mil milliones viven con hambre y cerca de 2 mil milliones de personas se encuentran prisoneros en una pobreza multidimensional (2). Los 20% más pobres reciben solamente 1% de los Noviembre de 2011 Informe de política ECONOMIA VERDE: ¿GANOS O PéRDIDAS PARA LOS POBRES DEL MUNDO?

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Page 1: Economia vErdE: ¿GANoS o PéRDIDAS PARA … conmemorar el 20 aniversario de la Cumbre de Río 1992, y, más tarde, identificó “economía verde en el contexto del desarrollo sostenible

La próxima Cumbre de la Tierra Río+20 (Río+20), llamada oficialmente Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (United Nations Conference on Sustainable Development - UNCSD) (Rio+20) tendrá lugar en este año 2012, después de dos decadas de acción internacional oficial en materia de desarrollo sostenible. En 1992, durante la primera Cumbre de la Tierra Río, la comunidad internacional llegó a reconocer el caracter desigual e insostenible de los modelos de desarrollo dominantes, asumió el compromiso de tomar medidas para establecer un desarrollo más equitable y sostenible, como también elaboró las convenciones actuales sobre el cambio climatico y la biodiversidad, asi como la Agenda 21 / Plan de Acción.

Hoy, veinte años después, el mundo está fuera de pista en materia de aplicación de las orientaciones de Rio. La expansión economica en el mundo continua dañando gravemente el medio ambiente. La huella ecologica de la humanidad excede de 50% la biocapacidad del planeta, y tres de los nueve umbrales planetarios que definen el espacio de actividades seguro para la vida humana en la tierra fueron ultrapasados (1).

Pero, apesar de la grandes cuantidades de riqueza producidas, las ingresos y los costos son muy desigualmente compartidos. Los 20% más ricos de la humanidad producen cerca de 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero y disfrutan de 70% del ingreso total del mundo. La mitad de la población mundial vive con menos de 2,30 dolares por día, cerca de mil milliones viven con hambre y cerca de 2 mil milliones de personas se encuentran prisoneros en una pobreza multidimensional (2). Los 20% más pobres reciben solamente 1% de los

Noviembre de 2011

Informe de política

Economia vErdE:¿GANoS o PéRDIDAS PARA LoS PobRES DEL mUNDo?

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2 ingresos mundiales mientras que sufren de las peores consequencias de la crisis climatica generada por este sistema economico (3).

Hoy, las disparidades sociales y economicas, la injusticia y la exclusión, generalizadas y crescientes, causan un descontento social cada vez mayor. Recientes encuestas muestran que el pueblo está perdiendo confianza en la capacidad de los gobiernos de solucionar las multiples crisis que afectan la mayoría de la humanidad. Los eventos contemporaneos confirman ampliamente esta tendencia: hubieron levantamientos en la región

arabe, huelgas generales y mítines populares en muchas regiones de Europa, disturbios en Londres, manifestaciones de cientos de miles de personas en América Latina y en otros continentes, ocupaciones en Estados Unidos, que se extienden a decenas de otros paises, protestas de masa y luchas de comunidades en el mundo entero.

La proxima Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable (UNCSD) de 2012 podría entonces ser un desafio y una oportunidad para que los dirigentes del mundo enfrenten las crisis economicas, ecologicas y sociales que azotan el

Cuadro Nº1: DISCURSOS QUE ESTÁN DANDO FORMA AL CONCEPTO DE “ECONOMIA VERDE”

1-La Iniciativa Verde del Programa del Medio Ambiente de las Naciones Unidas (UNEP). Lanzada por el Programa del Medio Ambiente de las Naciones Unidas (UNEP) en octubre de 2008 como una de las nueve Iniciativas Conjuntas sobre la Crisis, bajo la dirección de las Naciones Unidas, a raíz de la combinación triple de las crisis financiera, alimentar y energetica que azotó el mundo en aquel año, la Iniciativa de Economía Verde (Green Economy Initiative - GEI) condujo al Nuevo Acuerdo Verde Global (Global Green New Deal - GGND), que fue uno de sus primeros resultados. El Nuevo Acuerdo (GGND) recomendó un conjunto de inversiones publicas y de politicas para acompañar las, así como reformas de precios para dar impulso a la transición verde. En febrero de 2011, basandose en los primeros resultados, el Programa (UNEP) publicó un documento de 626 paginas intitulado “Towards a Green Economy : Pathways to Sustainable Development and Poverty Eradication” (Hacia una Economía Verde : vías hacia el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza), comúnmente referido como el “Informe sobre la Economia Verde” (GER).

2-La Estrategia de crescimiento verde (Green Growth Strategy - GGS) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Tambien como respuesta a las crisis globales de 2008, los ministros de la OCDE firmaron la Declaración de Crescimiento Verde (Green Growth Declaration), en junio de 2009, y se comprometieron a desarrollar una Estrategia de crescimiento verde (Green Growth Strategy - GGS) como marco de la posiciones politicas de la OCDE en la Conferencia Rio+20. El documento de la GGS fue publicado justo en el 25 de mayo, complementado por un catalogo de indicadores de progreso y una caja de herramientas para la elaboración de politicas para los paises.

3-La “Estrategia Europa 2020” (Europe 2020 Strategy) de la Unión Europea. Otra respuesta a las crisis globales de 2008, fue la adopción, por la Unión Europea, en 2010, de una estrategia de “crescimiento inteligente, sostenible y inclusivo” de diez años. En linea con esta estrategia, la Comunidad Europea (EC) elaboro las lineas generales de siete principales iniciativas modelo, de las cuales “una Europa eficiente en materia de recursos” parece ser la más pertinente para un cambio hacia una economía verde.

4-El enfoque “Transición y Inovación Verde” (Green Transition and Innovation approach) de Asia. En 2009, la “Asociación de Academías de Ciencias de Asia” (AASA), constituida de 26 miembros, publicó cuatro reportes tematicos sobre la energía; el medio ambiente y el cambio climatico; los recursos naturales; y las perspectivas culturales. En 2011, la AASA presentó una sintesis de los reportes en la cual introdujo el concepto de desarrollo verde por medio de inovaciones verdes basadas sobre “cuatro transiciones”.

5-Otros discursos. Otras organizaciones influenyen sobre el discurso sobre la Economía Verde, entre otras (a) organizaciones de negocios europeas, que han sido las primeras en apostar en propuestas de tecnologia de medio ambiente y eco-industrias; (b) ONGs internacionales de destaque en la comunidad del medio ambiente, tales como Greenpeace y el WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza); (c) la Confederación Sindical International (International Trade Union Confederation - ITUC), como miembro de la Iniciativa de Empleos Verdes; y (d) el propio G-20 (Grupo de los 20 países industrializados y emergentes), que, en sus comunicados de London y Pittsburg, incluyó entre sus objetivos “una recuperación inclusiva, verde y sostenible”.

(Fuente : Bär et al., “Green Economy Discourses in Run-Up to Rio 2012”.)

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3mundo hoy. Deberá, por lo menos, no dar marcha atrás y cumplir con las promesas y el compromiso tomados en Rio hace veinte años, enfrentando los desafíos urgentes cada uno de los tres aspectos del desarrollo sostenible, de manera holistica y synergetica.

Sin embargo, muchos de los grupos de la sociedad civil, asi como algunos gobiernos, expresan su preocupación que los principales temas de la UNCSD de 2012, “La economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradi cación de la pobreza” (Green Economy in the Context of Sustainable Development and Poverty Eradication), no trata de manera adecuada o holistica los aspectos sociales, económicos y ecológicos de un desarrollo sostenible. De hecho, mucha atención está siendo dirigida hacia la Economía Verde, en particular, aumentando los temores de que ésta pueda convertirse en el nuevo marco para el desarrollo sostenible, substituyendo los tres pilares, reconocidos hace largo tiempo.

Por ejemplo, el Programa de las Naciones Unidas para el medio Ambiente (United Nations Environment Programme - UNEP) afirma que “se reconoce cada vez más el hecho que el logro de la sostenibilidad depende casi exclusivamente en la adecuación de la economía”. Por esta razón, es necesario examinar el concepto de una Economía Verde y la manera por la cual el Programa se propone a promover la sostenibilidad económica, ecológica y social.

VISIÓN GENERAL SOBRE LA ECONOMÍA VERDE

El concepto de Economía Verde (Green Economy - GE) ha surgido gradualmente y llamó la atención de los órganos de política mundial en los últimos años. En diciembre de 2009, la organización de las Naciones Unidas (oNU) convocó a una conferencia para conmemorar el 20 aniversario de la Cumbre de Río 1992, y, más tarde, identificó “economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y de la erradicación de la pobreza “como uno de sus dos temas principales.

Luego, en febrero de este año, después de un extenso estudio de tres años, el Programa de las Naciones Unidas para el medio Ambiente presentó el document de 626 páginas intitulado “Towards a Green Economy: Pathways to Sustainable Development and Poverty Eradication” (Hacia una Economía Verde: Vías hacia el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza), comúnmente conocido como el Informe sobre la Economía Verde (Green Economy Report - GER) (4).

Sólo en este mes de mayo, la organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (oCDE) publicó su propia “Estrategia de Crecimiento Verde”

(Green Growth Strategy - GGS), en el que basará sus posiciones políticas en la Conferencia Río +20, a partir de su anterior “Declaración sobre Crecimiento Verde “ de junio de 2009 (5). otros actores importantes del desarrollo han declarado sus posiciones o críticas, en una forma u otra, sobre la Economía Verde (6).

Definir lo que es la Economía Verde constituye un desafío porque el concepto está todavía en evolución y en diferentes direcciones por causa de la influencia de varias corrientes de discurso y de práctica. Pero los movimientos sociales deben seguir de cerca su evolución para que puedan criticarla, o tratar de influir en su forma y, por supuesto, en la búsqueda de un verdadero equilibrio del medio ambiente, de la prosperidad económica y del progreso social.

Contexto

Es evidente que el concepto de la Economía Verde fue influenciado por el concepto de desarrollo sostenible, expresado a través de procesos de la oNU, partiendo de la Conferencia de Estocolmo de 1972 y del Informe brundtland de 1987, hasta la cumbre de Río de 1992. La Cumbre de Río había producido Declaración de Principios de 27 puntos y un “Programa 21”, constituido de 40 capítulos, cuja aplicación era dejada a la acción voluntaria de los Estados, y que fueron, poco tiempo después, aplastados por la aplanadora de la globalización del “Consenso de Washington”.

Había otra corriente de discurso y práctica, que poco a poco corrió paralelamente a los procesos de la oNU: la de buscar negocios verdes, que fué difundida por el libro “blueprint for a Green Economy” (Plan para una Economía Verde) de 1989, uno de los textos pioneros (7). Los países desarrollados, especialmente los de Europa, comenzon a desarrollar “tecnologías ambientales” o “eco-industrias”, caracterizadas por una baja emisión de carbono, por energía que deja huellas ecologicas reducidas, por sistemas de producción que permiten el crecimiento económico satifaciendo al mismo tiempo sus compromisos respecto a la Convención marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CmNUCC) - Kioto, y obtuvieron notas positivas en el estudio realizado en 2006 por encargo de la Comisión Europea (8).

El creciente interés del Norte en la ecomia basada en ecosistemas aumentó de manera crucial cuando la reunión ministerial de los paises del G-8 +5 en Potsdam en 2007 puso en marcha un estudio estratégico dirigido por el un banquero de nivel superior, Pavan Sukhdev, del Deutsche bank, para medir la alteración del medio ambiente y calcular lo que cuestan realmente las alternativas verdes. En mayo de 2008, el equipo de Sukhdev present el informe “The Economics of Ecosystems and biodiversity” (TEEb) Phase I (Economía

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4 de los Ecosistemas y de la biodiversidad – Fase 1 en la reunión del Programa del medio Ambiente de las Naciones Unidas (UNEP) vinculada con la Convención sobre la Diversidad biológica (CbD) en bonn (9).

Cinco meses más tarde, respondiendo a la combinación triple de las crisis financiera, alimentaria y de combustible de aquel año, el Programa del medio Ambiente de las Naciones Unidas (UNEP) y los principales economistas lanzaron la “Iniciativa de Economía Verde” (GEI) para reorientar la economía mundial “hacia inversiones en tecnologías limpias e infraestructuras “naturales”, tales como los bosques y los suelos”, y así crear empresas ecológicas y oportunidades de trabajo (10). Uno de los principales resultados de la GEI fue el monumental “Informe sobre la Economía Verde” (GER), que fue lanzado en febrero de 2011 por el equipo de estudio del UNEP, también dirigido por Sukhdev, en el momento en que el programa Río+20 comenzó a tomar una forma detallada.

EL INFORME VERDE SOBRE LA ECONOMÍA DEL PROGRAMA DEL MEDIO AMBIENTE DE LAS NACIONES UNIDAS (UNEP)

Nos centramos en el Programa del medio Ambiente de las Naciones Unidas (UNEP) “Informe sobre la Economía Verde” (GER), ya que es, claramente, el documento oficial más detallado sobre cómo la economía mundial, países enteros, empresas y comunidades pueden ponerse verde.

¿Qué es una economía verde?

Si nos guiamos por el UNEP-GER, en sus términos más simples, una economía verde es lo siguiente: (a) produce bajas emisiones de gases de efecto invernadero, (b) utiliza recursos más eficientes, (c) sigue generando crecimiento, ingresos y empleos; y (d) respeta la equidad social y la inclusión. El “Informe sobre la Economía Verde” (GER) afirma que “los resultados en materia de mejoramiento del bienestar humano y en equidad social, reduciendo significativamente, al mismo tiempo, los riesgos ambientales y la escasez ecológica” (11).

¿Cómo puede el mundo lograr una transición a la Economía Verde?

Las siguientes medidas son consideradas como las más cruciales:

a. medir el valor monetario del medio ambiente y de sus recursos (muchas veces llamados “servicios de ecosistemas”), para que puedan ser tratados

como una forma de capital, que es llamada “capital natural”, en el mismo plano que el capital físico-técnico, humano y financiero, y que también puede ser agotado y perdido, o desarrollado y tornado productivo;

b. demostrar que es viable y rentable mejorar este capital natural y la tecnologías que tengan una pequeña huella ecologica como “nuevo motor de crecimiento”, para que se pueda reemplazar las practicas habituales de las empresas (“business as usual” o “negocios como de costubre”) satisfaciendo, al mismo tiempo, objetivos sociales; y

c. crear las condiciones propicias - tales como políticas y mecanismos de mercado – para que tales “inversiones públicas y privadas puedan

Cuadro Nº 2: PROYECCIONES SOBRE LA ECONOMÍA VERDE BASADAS EN EL MODELO T21

Los principales análisis del GER son basados en un modelo económico que utilizó, en gran medida, el marco de modelización “Umbral 21” (Threshold 21 – T21) creado por el Instituto milenio (millennium Institute). El T21 es descrito como un modelo matemático grande y complejo, que incluye “200 variables de stock y varios miles de ciclos de retroalimentación” organizados en 80 módulos.

Usando el modelo mundial T21, el equipo del UNEP empezó estableciendo los escenarios de referencia (“business-as-usual” o bAU - “negocios como de costubre”), que reproducen la historia económica del mundo del período 1970-2009, y luego proyectaron dos escenarios bAU para el período 2010-2050, que, fundamentalmente, dan como resultado indicadores ambientales, económicos y sociales cada vez peores.

A continuación, dos “escenarios de inversión verdes” fueron simuladas para el mismo período de 2010 a 2050. El primero (escenario G1) supuso que el 1% del producto interno bruto (PIb) debia ser invertidos de manera igual en todos los sectores en la transición verde. El otro (escenario G2), que el UNEP prefirió porque es “más relevante y coherente”, supone una mayor inversión del 2% del PIb mundial y dio prioridad al cambio climático, a la escasez de agua y a la seguridad alimentaria. Los indicadores de crecimiento económico, empleo, reducción de la pobreza, nutrición, acceso al agua y biocapacidad, en su mayoría positivas, de año en año hasta el año 2050, son finalmente presentados como prueba clara de que el escenario de inversión verde, sobre todo elo G2, es deseable y viable.

Fuente: UNEP (19)

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incorporar más criterios ambientales y sociales”. (12)

El “Informe sobre la Economía Verde” (GER) propone un modelo verde que contrasta con las “economías marrones”, que tienen como motor de crecimiento el capital físico-tecnológico y financiero (también llamado “capital construido”), y cuya riqueza se produce al costo de una dependencia excesiva de los combustibles fósiles, del agotamiento de los recursos y de otras pérdidas ambientales. Una economía verde, que consiste en la reorientación hacia el capital natural, “puede generar el mismo nivel de crecimiento y de empleos que la economía marrón, y superar a ésta en el mediano y largo plazo, asegurando al mismo tiempo, de manera importante, mayores beneficios ambientales y sociales.

Tome nota, sin embargo, que el Informe sobre la economía verde (GER) no acusa las economías marrones de mantener las desigualdades económicas y sociales al crear riqueza, mediante, por ejemplo, la explotación de la mano de obra y el aprovechamiento de mecanismos comerciales y financieros en mercados asimétricos. La distincción que hacen - economías verdes contra economías marrón - se limita al tipo de inversiones y de tecnología que cada tipo escoje: las que aumentan el capital natural contra las que lo agotan. Los papeles del capital financiero, de los mercados y de la mano de obra parecen ser meramente ajustados o retenidos, ya sea en economías marrón o en economías verdes.

Por ejemplo el informe GER reconoce la necesidad de enormes recursos financieros para poner en marcha y respaldar la transición ecológica a nivel mundial, pero tiene que basarse principalmente en las mismas fuentes privadas, tales como las inversiones financieras, la banca y los seguros, cuyos ingressos anuales son de billones de dólares, y que estuvieron claramente vinculadas a la crisis financiera de 2008. Las finanzas públicas, incluindo la ayuda oficial al desarrollo (estimada a 108 mil millones de dolares estadounidenses en 2010), reciben un papel que se limita a “ser un catalizador, un proveedor de primera etapa de inversión, un co-partícipe de riesgo y de garantía de la infraestructura y los servicios públicos”, mientras que las microfinanzas se limitan a atender a las comunidades y a las aldeas (14). En cualquier caso, el informe GER está enfocado en “grupos concentrados de activos, tales como los que son controlados por los sistemas de pensiones y las compañías de seguros, los 39 billones de dolares estadounidenses y más que son controlados por los altos niveles de la comunidad de patrimonio neto y de activos de crecimiento de fondos soberanos.”(15)

Al igual que el régimen del GATT-omC, que precedió a las múltiples crisis de la década actual, el informe GER también muestra una excesiva dependencia en los mecanismos de mercado que, supuestamente,

Cuadro Nº 3: RAZONES POR LAS CUALES LA ECONOMÍA VERDE DEL UNEP ES UN FRACASO EPICO CUANTO A LAS METAS DE EMISIÓN DE GASES DE EFECTO INVERNADERO (Greenhouse gases – GHG)

Los análisis contenidos en el cuarto informe de evaluación (2007) del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (Intergovernmental Panel on Climate Change – IPCC), considerado cada vez más como fuera de fecha, afirma que para mantener el calentamiento global a 2 - 2,4 grados, las concentraciones de gases de efecto invernadero (Greenhouse Gases – GHG) deben llegar a no más de 400 ppm [partes por millón]. Para lograr esto, las emisiones de gases de efecto invernadero tienen que disminuir de un 50-80% de los niveles de 2000 en el año 2050, o alrededor de 43-83% de los niveles de 1990, utilizando las cifras de la Agencia Internacional de Enegía (International Energy Agency – IEA) de Co2 para el año 1990. Este objetivo es más o menos 10 veces mayor que la reducción de las emisiones de el escenario G2 propuesto en el Informe sobre la Economía Verde puede lograr.

Las conclusiones cientificas más recientes piden que el límite seguro para la estabilización del Co2 en la atmósfera sea de 350 ppm [partes por millón], y que los cortes sean, incluso, más rápidamente aplicados y más rigurosos para alcanzar este objetivo. baer, Athanasiou y Kartha (2009), sobre la base de Hansen et al (2008), argumentan que para estabilizar el Co2 atmosférico a 350 ppm en torno a 2100 (que se encuentran actualmente en 391ppm), la ruta es viable para las emisiones a pico en el 2011 y el declive a una tasa anual del 10% para llegar a cero emisiones para el año 2050. Por el contrario, en el escenario G2 el GER, el mundo estaría todavía emitiendo 20GT en el año 2050.

baer et al. reconocen que hay una gran cantidad de incertidumbre y que es posible que sea necesario reducir las emisiones de manera más estricta que con el modelo 350. Sin embargo, el GER parece no darse cuenta de esto y ni siquiera muestra que se preocupa, por ejemplo, en tener objetivos un poco más altos.

Fuente: Paul baer, Tom Athanasiou e Sivan Kartha, “A 350 ppm Emergency Pathway,” November 2009, en Internet: http://gdrights.org/wp-content/uploads/2009/11/a-350-ppmemergency-pathway-v2.pdf .

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6 impulsan el proceso de desarrollo de la economía verde, pero que puede hacer más daño que bien. Un ejemplo es constituido por los sistemas de permisos comercializables, incluyendo los sistemas “cap-and-trade”, y los sistemas de “pago por servicios ambientales (Payment for ecosystem services - PES), que convierten el control de la contaminación y otros servicios ambientales en bienes comercializables.

La organización Internacional del Trabajo (oIT), en su “Nota sobre el contexto” (background Note) relativa al informe GER, hizo grandes esfuerzos para elaborar propuestas concretas de mejores políticas y prácticas que aseguren una “transición justa”, que se traduzca en empleos verdes y en oportunidades de trabajo decente. Pero al final de su nota, la oIT reconoce que el principal desafío consiste en establecer una trayectoria sostenible que permita la recuperación de la crisis económica. (16) mientras tanto, el papel de la mano de obra sigue siendo básicamente el mismo, la principal preocupación siendo la reconversión en empleos verdes como principal preocupación. No se elaboraron, sin embargo, concepciones verdaderamente innovadoras en materia de relaciones laborales que sean adecuadas para llegarse a una economía verde con equidad social, o incluso para reducir la brecha enorme que existe entre los ingresos.

Así es que el cambio de marrón a verde no es tanto un cambio de paradigma fundamental como un cambio de énfasis. Al mismo tiempo, la Economía Verde (GE) es presentada con más fuerza como un correctivo para evitar que se repitan crisis como las de los últimos años mientras visa a garantizar un crecimiento a largo plazo.

El Programa UNEP y el informe GER (UNEP-GER) atribuyen implícitamente la culpa de las crisis de 2008-2009 al capital mal utilizado en los últimos 20 años, afirmando que “en un nivel fundamental ellas [las múltiples crisis] comparten todas una característica común: la mala asignación bruta de capital [en] ... propiedades, combustibles fósiles y activos financieros estructurados con derivados implícitos “, mientras que poco se inviertó en” la energía renovable, en la eficiencia energética, en el transporte público, en la agricultura sostenible, en los ecosistemas y en la protección de la biodiversidad y de la tierra y la conservación del agua.”(17) Sectores clave y medidas de política para la transformación verde

De acuerdo con el informe GER, la economía verde podrá ser lograda por la “transition verde” de onze sectores económicos clave.

Cuatro sectores (agricultura, pesca, bosques y agua) son identificados por el informe GER como “derivados de capital natural.” Como estos sectores están en la primera línea del proceso de transición verde, necesitan “una gestión más sostenible y equitativa” como también más inversiones que reconstruir o mantener los servicios de ecosistemas en que se basan.

Siete sectores, que podrían ser caracterizados como “capital construido” (energía, fabricación, residuos, construcción, transporte, turismo y ciudades), son considerados tradicionalmente como “marrón”. En estos sectores, el GER propone principalmente la adopción de tecnologías y procesos de bajo nivel de carbono, más energéticos y más eficientes.

El informe GER sugiere una serie de medidas de políticas que sirven como condiciones propicias para fomentar la transición verde, sobre todo en los once sectores:

En primer lugar, el informe GER da prioridad a inversiones y gastos para estimular la transición verde de los sectores. Los gastos e incentivos de inversión públicos son necesarios para activar la transición, pero “el grueso de las inversiones en la economía verde tendrá, en última instancia, que venir del sector privado.”

Sobre la base de sus T21 proyecciones (explicaciones sobre el modelo T21 en el Cuadro N°2), el informe GER calcula que las inversiónes necesarias para la transición verde deben ser al minimo de $ 1,2 billones de dólares y al máximo de más de $ 3,4 billón al año entre 2011 e 2050. Este monto equivale al alrededor del 2% del PIb mundial (18).

En segundo lugar, el GER ve los impuestos y los instrumentos basados en el mercado (por ejemplo, los impuestos a los contaminadores, y regímenes de permisos negociables y pagos para la prestación de servicios de ecosistemas) como “herramientas de gran alcance para promover la transicón verde y la inovación”.

En tercer lugar, el informe GER exige una reforma de las subvenciones y de los otros “gastos del gobierno mal administrados” y aplicados en actividades nocivas para el medioambiente, tales como en combustibles fósiles, ya que estos gastos “pueden encorajar la ineficiencia, el despilfarro y la sobreutilización” y “también puede reducir la rentabilidad de las inversiones verdes”.

En cuarto lugar, el informe GER exige la adopción de un marco de leyes y reglamentos y su aplicación a nivel nacional para reducir los riesgos de negocio y

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7aumentar la confianza entre los inversores y mercados verdes.

En quinto lugar, el informe GER considera que la inversión en el desarrollo de competencias y en la formación, tanto para las fuerzas de trabajo de gobiernos como nacionales son esenciales para la transición verde.

Por último, el GER hace presión para fortalecer la gobernanza internacional, basándose en acuerdos multilaterales y los procesos relacionados, para promover una economía verde.

CRÍTICA DE LOS ASPECTOS ESPECIFICOS DE LA ECONOMÍA VERDE PROPUESTOS POR UNEP-GER

1-La Economía Verde promete crecimiento, pero no la sostenibilidad social.

El informe GER supuestamente debria dar la máxima prioridad al desarrollo sostenible y a la erradicación de la pobreza, como está indicado en el mismo subtítulo. Sin embargo, sus autores no dedicaron ni un capítulo para abordar las causas fundamentales del subdesarrollo y de la pobreza, en analisis consagrados a estos temas, sobre todo en los países en desarrollo.

El informe GER trata, en distintas partes, de la manera de asegurar la creación de empleos verdes y el acceso a los servicios básicos, así como la creación de redes de seguridad para las personas pobres, cuyos empleos actuales, medios de subsistencia y consumo podrían verse afectados negativamente por la transición verde. Pero estos asuntos son tratados casi como si fueran algo secundario, en lugar de ser analizados profundamente en el marco de la transición verde como premisa básica.

El escenario G2 muestra que asignar 2% del PIb mundial cada año en inversiones verdes desarrollará la economía mundial de casi tres veces su tamaño actual y más de dos ingresos per cápita en 2050, sin embargo, también se proyecta que el 8,4% de la población mundial, o alrededor de 750 millones de personas seguirán viviendo con menos de 2 dólares por día.

El crecimiento verde debria supuestamente crear empleos verdes, pero sobre todo en niveles que sólo substituiran puestos de trabajo perdidos en la transición. En el mejor de los casos, se prevé que los empleos disminuiran aún más al alrededor del año 2030, antes que las tasas se eleven y alcancen otra vez un nivel igual o ligeramente superior a la situación de

empleo “de los negocios como de costumbre”, en año 2050.

2. La economía verde favorece a las grandes empresas

El informe GER manifiesta la presunción que las grandes empresas dirigiran porque controlan la mayor parte del capital (lo que es verdad). Tomemos por ejemplo la transisión verde de la agricultura. El informe GER reconoce tanto “los sistemas de agricultura convencional (agricultura industrializada) como los sistemas tradicionales de agricultura en pequeña escala (agricultura de subsistencia)” como siendo dos paradigmas de la agricultura. Superficialmente, parece indicar los inconvenientes de ambos sistemas e instar a todos los modos de agricultura a adoptar prácticas verdes que aumenten la productividad y la eficiencia.

Pero aquí está el truco. El informe GER quiere que los agricultores del mundo “combinen la adopción de la agricultura verde con la asociación con las empresas agrícolas dominantes”, y para que las 40 mejores empresas agrícolas del mundo puedan jugar este papel de liderazgo, ya que sus decisiones de inversión pueden determinar la forma en la agricultura mundial podría “fomentar la prácticas agricolas verdes y sostenible”. (20)

Esto representa, al mejor, un análisis inadecuado de las causas del estancamiento de la agricultura y de la pobreza rural. En el peor, constituye una licencia para que las empresas agrícolas gigantes amplien y profundizer aún más su control sobre la agricultura mundial. La misma parcialidad en favor del liderazgo de las grandes empresas se puede ver en otras estrategias sectoriales del informe GER, en energía, en la industria manufaturera, o en el transporte.

3. Es posible que la economía verde permanezca marron durante mucho tiempo.

Toda transición económica global del marrón al verde será larga, y ambas economías tendrán que coexistir en una mezcla estraña. Uno quisiera poder contar con una estrategia seria de desarrollo sostenible, que pudiera impulsar coherentemente políticas de reducción drásticas de todas las tecnologías marrones destructivas en los próximos 40 años. Sin embargo, el GER parece demostrar favoritismo y entreguismo en áreas tales como la energía nuclear y la minería, en que los intereses de la empresas marrón son muy arraigados.

Los escenarios verdes contenidos en el informe GER (ambos los escenarios G1 y el G2) se oponen al uso de combustibles fósiles y adoptan una posición en

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8 general positiva. Sin embargo, por otro lado, el uso de energía nuclear, que empezó en 2011, aumentó y continuará manteniendose hasta 2050, siguiendo una política implícitamente en favor de la energía nuclear (21). De manera decepcionante, el informe GER no toma posición en favor de la eliminación gradual de las centrales nucleares o de la búsqueda de soluciones limpias para acabar con el constante problema de la eliminación de residuos nucleares.

Similarmente, el informe GER mima a la minería y no la critica implacablemente como debria hacerlo. Si, por un lado, manifiesta preocupación por el agotamiento de minerales metálicos, por la competencia intensa para el acceso y suministro y por los crecientes costos de extracción, por otro lado, el se limita a preconizar mayor eficiencia en materia de recursos, incluyendo las tecnologías de reciclaje, sin proponer modos de extracción de minerales más verdes o propuestas de políticas claras contra las actividades destructiva de la minería, en especial la de gran escala. La tasa de reciclaje de hierro y el acero ha bajado de 60% en 1980 a 35% en 2006, pero el GER espera que la tendencia positiva se reanudará y alcanzará una tasa de reciclaje de 55% para el año 2050, o incluso más, si se les presiona por “intervenciones políticas apropiadas” (22). Las intervenciones políticas más drásticas que el GER se atreve a contemplar son claramente necesarias para que la industria minera sea más verde.

4. Es poco probable que la economía verde evite el punto de inflexión en la crisis climática.

El GER admite que el escenario G2 (ver Cuadro No 2), que es su escenario modelo, “no logra plenamente reducir las emisiones proyectadas por la Agencia Internacional de Energía, como seria necesario para limitar las concentraciones atmosféricas a 450 ppm [partes por millón]. “(23) Como lo muestran las tablas de energía del escenario G2, las emisiones anuales de Co2 relacionadas con la energía para el año 2050 se habran reducido en más de un tercio frente a los niveles de 2011, pero sólo de 7,4% con respecto a las emisiones de 1990. Esto es completamente fuera de los objetivos fijados para lograr la meta conservadora de estabilización del Co2 en la atmósfera a 450 ppm, lo cual sigue siendo arriesgado y considerado por muchos como obsoleta, y mucho menos para lograr los niveles más seguros de 350 ppm. (Ver Cuadro No3 para más detalles.)

El escenario G2 no constituye una estrategia creíble para evitar el cambio climático desastroso, que es el más grave de la crisis ambiental que enfrenta el mundo, ya que puede desencadenar o empeorar muchos otros problemas tales como la pérdida de biodiversidad, la degradación de la tierra, la

acidificación del océano, el aumento del nivel del mar, entre otros, todos los cuales, por supuesto, tienen graves consecuencias económicas y sociales. Por sí sola, esta razón muestra que el escenario G2 no puede ser un camino viable de desarrollo sostenible, especialmente en los países en desarrollo, que son más vulnerables al cambio climático.

5. La economía verde favorece la privatización (Ver el cuadro) y la mercantilización de la naturaleza.

El GER presenta con mucha enphasis el enfoque de REDD (reduced emissions from deforestation and forest degradation - reducción de emisiones causadas por la deforestación y la degradación de los bosques). Quiere, incluso, que el enfoque se incluya en un plan de pago de varios tipos de servicios de los ecosistemas (Payment for ecosystem services - PES), a pesar de sus efectos potencialmente graves sobre los pueblos indígenas, las comunidades rurales y la biodiversidad, que se han planteado desde que el sistema fue presentado por primera vez en la CoP-13 en bali. Como lo resumió Chris Lang, en un articulo colocado en el sitio web de REDD-monitor, las principales críticas de REDD (y REDD +) es que las imposiciones hechas a parques nacionales y a áreas protegidas pueden dar lugar a desalojos a gran escala y a la pérdida de los derechos de los pueblos indígenas y de las comunidades locales. Los programas de gestión de los bosques pueden ser objeto de abuso por empresas madereras comerciales. Las tierras escojidas para la forestación o la reforestación pueden ser convertidas en plantaciones industriales de árboles y tener graves consecuencias para la biodiversidad y las comunidades locales. (24)

El GER también defiende con fuerza los mercados de carbono en general, que son cuestionables porque no reducen realmente las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Sólo transfiere la responsabilidad de mitigar la situación de una entidad a otra. Los mercados de carbono de los bosques están cada vez más asociados a la apropiación de tierras, como ha ocurrido en África. (25) Lo peor es que los mercados de carbono pueden comportarse de manera muy similar a los derivados financieros y al comercio futuro, que, en gran medida, contribuyeron a la crisis financiera de 2008. Los mismos círculos financieros que participaron en la creación del mercado financiero de los derivados también han participado en la creación de mercados de carbono. (26)

6. La economía verde puede ser utilizada para restringir aún más el espacio político en el Sur. Frente a la agudización de los problemas ambientales, el GER reconoce que el intento de conciliar “las

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9aspiraciones de la competencia de desarrollo económico de los países ricos y pobres” constituye un gran desafio.(27) El GER, sin embargo, no aborda algunas de las fuentes más intensas de estos conflictos en las últimas décadas, como la deuda, el comercio, las desigualdades en las inversione. Como lo admitió con franqueza en su análisis T21, el GER “ignora deliberadamente cuestiones como el comercio y las fuentes de inversión financiación.” Por lo tanto,”los impactos potenciales de un escenario de inversión verde a nivel mundial no tienen la intención de representar a las posibilidades de cualquier país o región específica.”(28) Un nuevo terreno verde es meramente ofrecido en lugares donde los países del Norte y del Sur todavía tendrán que competir en terreno desigual.

El informe intenta destruir el “mito (...) que una economía verde es (...) una estratagema para impedir el desarrollo y perpetuar la pobreza en los países en desarrollo”. Sin embargo, muchos críticos del GER no están convencidos. más bien, ven señales de advertencia en lugar de las condiciones propuestas que podrían permitir condiciones que podrían convertirse en “proteccionismo verde” o en nuevas condiciones para la cooperación internacional y la ayuda al desarrollo, que trabajarían en contra de los países en desarrollo. (29)

“Ordene la economía” pero mantenga el viejo paradigma

El GER admite que su mejor escenario no está a la altura de la visión de Río 1992 de desarrollo sostenible, pero lo defiende de todos modos: “El concepto de una economía verde no sustituye el concepto de desarrollo sostenible, pero hay un creciente reconocimiento de que el logro de la sostenibilidad depende casi totalmente de la puesta en orden de la economía.” (30)

En realidad, “ordenar la economía” significa obtener, previa y masivamente, un apoyo de las grandes empresas, los economistas y los países desarrollados. El GER lo hace mediante la elaboración de sus estrategias verdes en términos de capital, precios, análisis de costos-beneficios, ingresos y mercados. Su idea central es tratar a los ecosistemas como “capital natural” y como fuentes comercializables de servicios de ecosistemas” y definir su papel como “nuevo motor de crecimiento” en todo el esquema de negocios capitalistas y mercados. (31)

Este enfoque tiene sus virtudes, por el sólo hecho de convencer a los países y a las industrias o de adoptar las más urgentes reformas ambientales o, de lo contrario, de sufrir de déficits económicos que conducen a más crisis y inestabilidad social.

Sin embargo, el enfoque está viciado de manera fundamental, ya que hace del capital – y no del medio ambiente, no de los derechos de las personas y las necesidades – todavía lo principal. De manera perversa, el medio ambiente es considerado valiosa sólo como una forma de capital, como elemento del balance financiero.

Como George monbiot advierte acerca de los mercados: “Tan pronto que algo puede ser medido, se convierte en objeto de comercialización. Someter al mundo natural al análisis de costos-beneficios y a contables y estadísticos que deciden de qué parte del mundo natural nos podemos nos deshacer. Todo lo que hay que hacer ahora para demostrar que un ecosistema puede ser echado a la basura es demostrar que el dinero que se hará al destrozarlo supera el dinero que se hará al preservarlo.”(32)

Este enfoque puede provocar otros desequilibrios en los ecosistemas. Como Helen Pablo dijo: “(...) (un) ecosistema que es resiliente es un todo, un conjunto complejo, compuesto de elementos interconectados, que no pueden, sin comprometer la seguridad, tener más prioridad que los otros elementos del conjunto, y, por supuesto, todavía no entendemos algunos de estos elementos. El hecho de fragmentar tales conjuntos o de establecer una jerarquía entre los elementos conduciría inevitablemente a la degradación del conjunto. La fragmentación de los ecosistemas, incluso la de los bosques, ya es un problema importante, que la “economía verde” parece fortalecer. “(33)

La asignación de recursos naturales basandose en la capacidad de pago promueve la apropiación de recursos y bloquea el acceso de éstos por los pobres, mientras que las grandes empresas y las economías ricas mostraron que saben encontrar rutas de escape para evitar cambios radicales en la producción y el uso de recursos. mientras tanto, la agenda social se limita a la suavización de la pobreza por medio del efecto “trickle-down” (efecto de filtración de la riqueza desde las capas sociales más altas hasta las más bajas), deja de lado, en realidad, las cuestiones de redistribución. La necesidad de transformar las estructuras sociales, instituciones y relaciones de poder que sustentan las diversas formas de privación, de vulnerabilidad está en gran parte ignorada o minimizada. La agenda de economía verde no establece límites a la búsqueda de ganancias y de acumulación de capital. De hecho, cuenta sobre la motivación de las ganancias para impulsar el desarrollo de tecnologías y de metodos verdes. Pero la lógica de este sistema económico es aumentar cada vez más la expansión de la producción y del consumo para aumentar las ganancias, basandose en la explotación de la mano de obra y de los recursos naturales. Con un

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10 aumento de la eficiencia, es posible reducir la tasa de degradación de los recursos por unidad producida (por producto). Pero mientras el sistema se basará en el crecimiento continuo, esto llevará inexorablemente a mayor agotamiento de los recursos, a la degradación ambiental, a la desigualdad social y a la crisis.

CAMINOS HACIA EL DESARROLLO SOSTENIBLE

Podemos atribuir merito al UNEP-GER por estructurar grandes cuantidades de datos en un conjunto exhaustivo de tendencias y propuestas que son relevantes para el discurso del desarrollo sostenible y por señalar cuestiones relativas a las políticas a adoptar. Por lo menos, ofrece un conjunto más convincente de ejemplos y pruebas indicando que el mundo no puede seguir con sus negocios como de costumbre, y que no hay muchas opciones viables para evitar los peores escenarios ambientales.

Uno no puede sino estar de acuerdo con un buen número de medidas concretas que el GER se propone, que en cualquier caso, ya están ganando terreno en algunas partes del mundo. Algunos de estos incluyen los métodos de agricultura sostenible de los pequeños agricultores; (34) mejores formas de generar energía renovable, sistemas de circuito cerrado de fabricación que reducen al mínimo los residuos, y el cambio los modos de transporte de privado a público y de los modos motorizados a no motorizados.

Pero hasta ahora, el modelo GER no logra señalar los mecanismos clave de la economía mundial actual, que conducen de una crisis a la crisis siguiente. Su estrategia de verdificación (ecologización) presenta el riesgo causar un desvio de las orientaciones positivas de desarrollo sostenible adoptadas por la Conferencia de Río y profundizadas por los movimientos sociales, especialmente los movimientos basados en el Sur del planeta. Tampoco expresan un paradigma totalmente nuevo que refleje las aspiraciones de los pueblos del mundo, especialmente entre los países en desarrollo, pobres y marginados.

Si los escenarios verdes del GER son lo mejor que éste tiene para ofrecer, los países en desarrollo tendrán que encontrar caminos radicalmente diferentes para el desarrollo sostenible. Como el debate se calienta y los puntos específicos son más aún criticados en el período previo a Río +20, los movimientos sociales deben volver a hacer insistir en diversos foros y plataformas, sobre todos los temas, y por lo menos los temas siguientes:

1- Reafirmar y seguir elaborando los principios del desarrollo sostenible, enunciados por primera vez en a Conferencia de Rio de 1992. Estos principios incluyen, entre otros:

• el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, que trata de las asimetrías entre los países desarrollados y los que están en desarrollo;

• la preeminencia de la equidad social para obtener un equilibrio adecuado entre los tres pilares del desarrollo sostenible, y

• Instrumentos de la ONU y otros instrumentos internacionales que se han establecido o elaborado, incorporando los principios de Rio (incluyendo tratados y protocolos de la CmNUCC y del CDb) así con otros principios que defienden los derechos humanos y la justicia social, incluyendo la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos indígenas (DDPI), el derecho al desarrollo, y la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la mujer (CEDAW), entre otros.

2- En base a estos principios, reexaminar la Agenda 21 y replantear los objetivos globales de desarrollo sostenible de manera de reconocer las diversas condiciones nacionales e intereses, con un fuerte énfasis en las necesidades y aspiraciones de los países en desarrollo, donde la mayoría de la población mundial vive, siempre guiados por un enfoque basado en los derechos humanos como ya se ha consagrado y elaborado en los instrumentos internacionales de las Naciones Unidas y otros, y con el debido respeto a la soberanía nacional, a la propiedad nacional de los recursos y a la plena participación de la sociedad civil.

3. Los gobiernos deben apoyar los conocimientos y las prácticas alternativas de sostenibilidad que están en manos de los pueblos sobre – la agricultura biodiversa ecológica, la administración por la comunidad de los ecosistemas basados en energías renovables - y los valores de vivir en buena armonía con la gente y la naturaleza en lugar de praticar un consumismo desenfrenado. Estos son los bloques de construcción de un verdadero desarrollo sostenible centrado en las personas, que mejore el bienestar de los pueblos, la equidad y la justicia para todos. Pero deben ser apoyados y promovidos por un entorno propicio.

Para ello es fundamental la democratización de la propiedad, del control y de la toma de decisiones sobre los recursos productivos y sobre los bienes y activos en la sociedad. Debemos avanzar hacia modos más democráticos, tales las formas cooperativas, basadas en la comunidad, comunes o públicos de la propiedad para asegurar que la actividad económica

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11proporcione medios de vida sostenibles para todas las personas y cumple con los objetivos de desarrollo de la comunidad y de la sociedad. Esto significa la aplicación de profundas reformas agrarias, acuáticas y forestales en beneficio de los pequeños agricultores, de las mujeres y de los pueblos indígenas en particular, y para fortalecer la administración de los recursos naturales y de los ecosistemas basada en la comunidad.

4. Promover economías basadas en la suficiencia, o sea economías que tengan como objetivo fundamental la satisfacción de las necesidades y de las demandas locales, el desarrollo de las capacidades locales, basadas en los recursos disponibles, en las tecnologías apropiadas y en el reparto de recursos.

Los países deberían tener el derecho de determinar sus modos de producción y consumo de alimentos, y los agricultores deberían ser capaces de priorizar la producción de alimentos para el consumo local. Los sistemas alimentarios locales y nacionales deberían proporcionar los alimentos que son saludables, de buena calidad y culturalmente apropiados. La producción y el consumo de alimentos se deberían traducir tanto como posible, mientras que las reservas de alimentos deberían ser establecidas a nivel local, nacional e incluso regional para aumentar la resiliencia de los sistemas alimentarios.

Debe haber un fin a los subsidios perversos y al apoyo a la industria de combustibles fósiles, a las plantaciones de agrocombustibles, a la grande minería, a las grandes represas, a la agricultura y a la pesca industriales y a otras actividades que destruyen vidas y el sustento de las generaciones presentes y futuras. En su lugar, debería haber una rápida transición de las fuentes de energía, pasándose de los combustibles fósiles a una mezcla de nuevas fuentes de energía renovables, con especial atención a las fuentes particularmente susceptibles de ser utilizadas de manera descentralizada y local, como las fuentes eólica, solar y micro-hidroeléctrica.

La industria debería promover el tipo de producción en circuito cerrado (“closedloop”), en que los bienes son producidos con el uso mínimo de energía y materiales, con vidas útiles más largas y con la máxima reutilización y reciclaje de piezas y componentes. Debe haber un mayor apoyo al transporte público de masas, y el desplazamiento a pié, en bicicleta y por otros medios que utilicen la energía humana debrían ser promovidos como medios de transporte para cortas distancias.

Las actividades económicas que permiten lograr los objetivos de la comunidad (empleo, salud, educación, etc.) debrían tener como base formas públicas,

cooperativas y comunitarias de propiedad, modos participativos e inclusivos de toma de decisiones y planificación. Se debe promover el principio de subsidiariedad, que consiste en delegar la toma de decisiones a nivel local cuando es posible. Esto debería reavivar el compromiso político local de las comunidades.

Las políticas deberían respetar la diversidad cultural, y la ciencia moderna debería ser combinada con los conocimientos tradicionales en los enfoques de abajo hacia arriba de la investigación y desarrollo para desarrollar tecnologías que sean apropiadas y democráticas.

El comercio internacional, las inversiones, las finanzas y la cooperación al desarrollo deberían reorientarse en torno de las reglas que valoren, respeten, protejan y satisfagan los derechos de las personas y la justicia económica, social, ecológica y de género, la autodeterminación y la autosuficiencia.

Una transición a la sostenibilidad implicará costos del ajuste. Los costos más altos deben recaer en las empresas globales, en las industrias contaminantes y en las élites que tendrán que adaptarse a una redistribución económica. Pero los pobres también se verán afectados, como por ejemplo los trabajadores que trabajan en las industrias de combustibles fósiles cuando el cambio hacia las energías renovables se llevará a cabo. Los trabajadores necesitarán pasar por una reconversión a empleos verdes y deberá asegurarse de que las garantías y los derechos sindicales duramente ganados no se erosionaron en la transición. más importante aún, los trabajadores deben tener mayor poder en la toma de decisiones en su lugar de trabajo y en la sociedad en general.

Además, los países del Sur que dependen de la energía y de las exportaciones de productos manufacturados hacia el norte sufrirán cuando la transición a un menor consumo se iniciará en el Norte. Una transición coordinada redistributiva dentro de los países y entre ellos es necesaria para amortiguar los impactos a los pobres.

Se reconoce mundialmente que, con las crisis persistentes en muchos frentes, una drástica reorganización de las estructuras sociales y económicas y de las relaciones con el medio ambiente tiene que suceder ahora, y a un ritmo rápido. Lamentablemente, el enfoque el crecimiento verde no parece ofrecer la solución. De hecho, la sociedad civil y los movimientos populares tienen razón al desconfiar de que un agenda de políticas verdes elaborado por las empresas será utilizada para maquillar de verde la insostenibilidad intrínseca del sistema económico actual, e incluso permitirá que los intereses de la

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Escrito por

Pio Verzola, Jr.

Paul Quintos

Fotos

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20 UNEP, Towards a Green Economy, 52.21 UNEP, Towards a Green Economy, 532-534.22 UNEP, Towards a Green Economy, 261.23 UNEP, Towards a Green Economy, 225.UNEP, “Why a Green Economy matters for the Least Developed Countries,” jointly published by the UNEP, UNCTAD and UN-oHRLLS for the LDC-IV Conference, may 2011. Accessed 6 october 2011 at http://www.unctad.org/en/docs/unep_unctad_un-ohrlls_en.pdf24 Chris Lang, “Forests, Carbon markets and Hot Air: Why the Carbon Stored in Forests Should not be Traded,” REDD-monitor website, 11 January 2010. Accessed 22 october 2011 at http://www.redd-monitor. org/2010/01/11/forests-carbon-markets-and-hot-air-whythe-carbon-stored-in-forests-should-not-be-traded/25 The Gaia Foundation, Carbon Trade Watch, and Timberwatch. 2011. “Africa’s pollution and land grab threat from UN Carbon market”. Accessed 22 September 2011 at http://www.carbontradewatch.org/articles/africa-s-pollution-and-land-grab-threatfrom-un-carbon-m.html; See also: World Rainforest movement. 2011. “Forest carbon project in Parana, brazil: Reduction of deforestation and persecution of local communities.” Accessed 21 September 2011 at http://www.wrm.org.uy/bulletin/169/viewpoint.html; and: Climate and Capitalism. 2011. “Carbon Trading in Europe: An expensive and Harmful Failure”. Accessed 21 September 2011 at http://climateandcapitalism.com/?p=4112 26 Lang, “Forests, Carbon markets and Hot Air.”27 UNEP, Towards a Green Economy, 14.28 UNEP, Towards a Green Economy, 23.29 Khor, “Green Economy Debate.”30 UNEP, Towards a Green Economy, 16.31 Another heavyweight study, The Economics of Ecosystems and biodiversity (TEEb), is devoted entirely to this exercise. Launched during the Nagoya biodiversity summit in 2010, it describes an approach to the economic valuation of biodiversity and ecosystems services, which then could lead to policy reforms that change market signals in favor of greener investments.32 George monbiot, “A Ghost Agreement,” November 1, 2010, http://www.monbiot.com/2010/11/01/a-ghostagreement/33 Helena Paul, Forest Cover, No. 37, pp. 5-6, as posted on the Econexus website, march 2011. Accessed 27 october 2011 at http://www.econexus.info/publication/rio20-green-economy-and-real-priorities34 olivier De Schutter. 2010. “Report submitted by the Special Rapporteur on the right to food”. Accessed 21 September 2011 at http://www.srfood.org/images/stories/pdf/offi cialreports/20110308_a-hrc-16-49_agroecology_en.pdf

élite, que consisten en acumular aún más riqueza y poder por medio de soluciones a las crisis sociales, económicas y ambientales de poca visión de futuro o falsas.

Las organizaciones de la sociedad civil y los movimientos populares deben pedir a sus gobiernos y a sus organismos multilaterales en los planos mundial y regional que defendan y lleven a cabo los principios y el marco del desarrollo sostenible que dan primacía

a los derechos humanos, a la equidad, a la democracia y la justicia social y ambiental en las negociaciones hacia la Conferencia de Río +20 y más allá. Al mismo tiempo, las organizaciones de la Sociedad Civil (oSC / Civil Society organizations – CSo) y los movimientos populares también deben hacer cumplir procesos totalmente inclusivos y democráticos que llevarán a Río +20 y más allá, para asegurar que los resultados reflejan realmente el consenso popular mundial en la consecución de un verdadero desarrollo sostenible.