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  • INTRODUCCIN

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    La utilidad de los modelos va ms all de su valor didctico...constituyen un elemento real y esencial de la preparacin de polticas

    bien coordinadas... constituyen un marco o un esqueleto y la carne y la sangre tendrn que ser aadidos con gran sentido comn

    y conocimiento de los detalles.

    Jan TinbergenDiscurso en la recepcin del Premio Nobel de Economa, diciembre de 1969.

    En el anlisis econmico de los aos recientes se han perfilado cada vez con mayor clari-dad dos grupos de economistas, definidos y diferenciados en cuanto a su concepcin, uso y confiabilidad de los mtodos cuantitativos en general, y de la econometra y los modelos macroeconomtricos en particular.

    Por un lado se encuentran aquellos analistas econmicos escpticos del uso de estos modelos y que, por tanto, consideran que los resultados numricos derivados de ellos son prcticamente intiles. Lo son afirman tanto porque es ocioso tratar de modelar (esque-matizar o incluso caricaturizar) una realidad econmica compleja, como por el hecho de que los supuestos en los que se basan (la mayora de las veces) no son reales. En no pocas ocasiones consideran que la econometra se utiliza para probar numricamente lo que de antemano se saba o lo que se quera: es la justificacin del pretexto.

    Pero ms grave an es que consideran que los modelos son elaboraciones idealizadas de la realidad porque se basan en la construccin de parasos intelectuales, por lo que no pueden ser ms que falsaciones premeditadas y, en consecuencia, la aplicacin de polticas derivadas de sus enunciados necesariamente conducir a resultados inadecuados, ajenos y dainos a la realidad concreta.

    Por lo general, refuerzan su rechazo al uso de modelos al resaltar y magnificar la impre-cisin de los pronsticos generados por los modelos economtricos e incluso el fracaso de las polticas econmicas de las dos ltimas dcadas, aduciendo que desde que el grupo de tecn-cratas (sic) se ha adueado de los gobiernos y se ha ampliado el uso de modelos, en esa medida han aumentado los fracasos socioeconmicos de naciones enteras.

    El primer grupo de economistas es renuente no slo a aceptar la metodologa sino tambin la filosofa de la modelacin, por lo que tiende a rechazar el trabajo que realiza el segundo grupo.

    Frente a las turbulencias econmicas, su percepcin del futuro tiende a ser difusa por-que en gran medida su comprensin de la realidad econmica es esencialmente intuitiva y cualitativa.

    La raz de su rechazo al segundo grupo de economistas puede deberse a los orgenes de su formacin acadmica, que en gran medida estuvo asociada a una posicin ideolgica contraria al uso de los mtodos cuantitativos. Recordemos que durante la dcada de 1970,

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  • ii Introduccin

    muchas de las escuelas pblicas de economa de Amrica Latina recibieron una influen-cia importante de la ideologa marxista, la cual consideraba que la utilizacin de tcnicas estadsticas de medicin responda a un enfoque burgus, que desde su discurso era por definicin errneo y manipulador. Este primer grupo de economistas consideraba todava hace poco ms de una dcada que el anlisis y el trabajo del economista deberan enfo-carse a que el cambio social se dirigiera desde las ciencias sociales,1 por lo cual los modelos que pretendan analizar y pronosticar el crecimiento econmico y la evolucin de variables especficas sin tomar en cuenta ese objetivo revolucionario, se constituan en un instru-mento de la preservacin del modo de produccin que haba que modificar.2

    A pesar de que este grupo de economistas tuvo y tiene an peso en las estructuras acadmicas y polticas de gran nmero de escuelas de economa de Mxico y de Amrica Latina, en los ltimos diez aos ha ganado terreno el inters de alumnos, profesores, profe-sionales y tomadores de decisiones por fundamentar sus anlisis y contrastar sus hiptesis con la ayuda de los mtodos cuantitativos.

    Esto se debe a que la creciente complejidad del mundo contemporneo requiere de instrumentos que den claridad, orden y estructura a la comprensin de los fenmenos eco-nmicos. No creemos equivocarnos al afirmar que para eso justamente sirven los modelos: para expresar en forma simple, integrada y ordenada lo que de suyo es complejo, para medir relaciones y reacciones, y para evaluar y pronosticar comportamientos econmicos y sus consecuencias. Estamos convencidos de la gran verdad de la afirmacin de Lord Kelvin: Cuando podemos medir aquello de lo que hablamos y expresarlo en cifras, sabemos algo de ello; cuando no podemos hacerlo, nuestro saber es dbil e insatisfactorio. Quiz sea el comienzo, pero podemos decir que estamos llegando al estado cientfico.

    La modelacin econmica pretende identificar, cuantificar y, sobre todo, sistematizar tendencias y hechos econmicos que responden a regularidades en el tiempo. Eso no quiere decir que se desprecien o se ignoren los eventos de corto plazo o inesperados, sino que stos deben entenderse dentro de trayectorias o regularidades que las estructuras econmicas van conformando en el tiempo.

    Esta manera de entender la economa ha propiciado que dentro de las instituciones escolares existentes se vaya conformando un segundo grupo, que son los economistas apli-cados o econometristas, quienes consideran que aun cuando siempre existirn errores en la medicin y en la captacin de las relaciones y estructuras econmicas, la econometra es un instrumento no slo til, sino incluso indispensable para obtener un conocimiento ms preciso y a la vez estructurado de la realidad que ayude a fundamentar las decisiones econmicas, en lugar de hacerlo con ideas vagas o peor an con sensaciones o presenti-mientos propios del sentido comn.

    Este segundo grupo se ocupa mucho de las tcnicas de estimacin que generen resul-tados robustos desde el punto de vista estadstico. Dentro de este grupo hay un grupo todava ms reducido que se dedica a la elaboracin de pronsticos de variables e indi-cadores. Sus integrantes reconocen ampliamente que habr errores en la prediccin dado que el mundo es estocstico, no determinstico. Es decir, en un mundo en donde prevalece la incertidumbre en todas las reas del quehacer humano lo comn es que ocurran eventos totalmente impredecibles (como los del 11 de septiembre del 2001, la aparicin sbita de epidemias, conflictos polticos y sociales imprevistos o desastres naturales), que pueden generar reacciones y efectos econmicos mltiples. Ante esto, no es de sorprender que cualquier pronstico pueda resultar sensiblemente afectado, aunque la comprensin ana-ltica estructural o de largo plazo permanece inalterada.

    1 Entendiendo por ello el rompimiento del modo de produccin capitalista para dar paso al socialismo como rgimen previo al comunismo.

    2 Para profundizar sobre esta discusin acadmica vase Blanco (2003) y Lora (2002). Para obtener una visin novelada magistral de lo que fue el motor de las ciencias sociales en esos aos se recomienda amplia-mente leer a Volpi (2003).

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  • Introduccin iii

    Cabra mencionar que si bien el trabajo de prediccin se basa en estimaciones econo-mtricas del pasado, su elaboracin ms fina se basa tambin en una prelectura del futuro. Esto es lo que diferencia al econometrista tradicional quien busca encontrar relaciones firmes del pasado del econometrista pronosticador, quien adems de hacer lo anterior pretende descubrir (estudiar) y adelantar el futuro desde hoy.

    An eliminando los eventos imprevisibles y tan dramticos que hemos mencionado, la aleatoriedad siempre est presente; incluso en fenmenos y experimentos propios de las ciencias naturales. Al respecto, Snchez (2003)3 seala que an en campos donde la experi-mentacin es bastante controlable y repetible (como la fsica), la aleatoriedad es inevitable. Por ejemplo, un experimento en un acelerador de partculas realizado cinco veces puede producir cinco resultados diferentes.

    Los econometristas saben que la creciente complejidad del mundo real, as como el florecimiento de conflictos sociales, polticos y ambientales4 que cada vez ocurren con mayor frecuencia y cuyos impactos a veces son ms profundos que los fenmenos eco-nmicos pueden imponerse a las tcnicas estadsticas ms depuradas. En ltimo caso, se trata de que la realidad es cada vez ms compleja, no de que la modelacin en s misma sea incorrecta. En ese sentido, en la medida que los modeladores incorporen sistemticamente argumentos econmicos y estadsticos nuevos y ms slidos, as como mayor sapiencia de lo que ocurre en la realidad extraeconmica, la brecha que necesariamente existir entre la realidad econmica y su correcta modelacin podr mantenerse dentro de mrgenes aceptables.

    De todo lo anterior, queda claro que la modelacin economtrica es un rea muy exigente en cuanto a la necesidad de actualizacin acadmica permanente y desarrollo de habilidades de los modeladores.5

    El objetivo principal de este libro es adentrar a los alumnos de los ltimos semestres de licenciatura y posgrado, preferentemente de economa y negocios, en el aprendizaje prctico y exhaustivo de la elaboracin (y no slo de la comprensin) de los modelos macroeconomtricos modernos de ecuaciones simultneas. Con tal propsito se presenta la filosofa, los alcances y las limitaciones de este enfoque a la luz de sus desarrollos iniciales y de la fuerte controversia que ocurri en la dcada de 1980. De manera que la metodologa que aqu exponemos ha considerado tanto los debates y las crticas como los desarrollos subsecuentes. El hecho de concentrarnos en este tipo de modelos se debe a que permiten tener una visin mucho ms amplia e integral de fenmenos complejos. Estudiaremos los modelos estructurales clsicos de la tradicin Cowles y los modelos recientes de series de tiempo tambin conocidos como VAR (vectores autorregresivos).

    El libro tambin le podr ser til al profesional de la economa y ciencias afines que necesite construir modelos por razones analticas, de investigacin o de toma de decisiones. Esta necesidad la cubrir al aprender a disear lo que aqu llamamos proyecto econom-trico, al cual le hemos dedicado un captulo completo.

    La particularidad de este texto consiste en que desde el principio pretende ser un recurso didctico que facilite y lleve de la mano al lector en el manejo de la econometra estructural y las series de tiempo. Con ello se lograr percibir a la modelacin como un

    3 Quien en enero de 2003 era el director de estudios econmicos del Banco Bilbao-Vizcaya-Bancomer en la oficina de Mxico, D.F.

    4 Como las guerras, los flujos migratorios, las epidemias, los cambios abruptos en la estructura por edades de las sociedades, aumento de la delincuencia, cambios en los sistemas polticos, efectos mltiples del cambio climtico, resultados electorales, etc.

    5 No est de ms decir que el econometrista debe ser un individuo cada vez ms culto e informado para incorporar enormes cantidades de informacin en sus especificaciones. Ahora, ms que en otras po-cas, resulta de suma utilidad recordar aquel epgrafe de Keynes que reza: El economista debe de ser matemtico, historiador, estadista y filsofo, todo ello en cierto grado. Debe comprender los smbolos, pero hablar con palabras. Debe observar lo particular en trminos de lo general y tocar lo abstracto y lo concreto con el mismo vuelo del pensamiento. Debe estudiar el presente a la luz del pasado para los objetivos del futuro.

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  • iv Introduccin

    instrumento de trabajo bsico y ms an amigable, para explicar los hechos econmicos y, sobre todo, fundamental para la toma racional y reflexiva de decisiones y la planeacin del futuro. Asimismo, pretende ser una obra atractiva para el profesor y el alumno, pues su finalidad es que todo el conocimiento matemtico y estadstico que contiene sea utilizado analtica e inmediatamente en la comprensin del funcionamiento estructural de una eco-noma de desarrollo medio como la mexicana. En tal virtud, Econometra aplicada no es un libro de texto ms dentro del amplio mercado de esta materia, ya que no repite las demos-traciones tradicionales ni el contenido terico de la mayora de los libros. Slo recupera aqullas que directamente sirven para ilustrar y ensear al individuo a construir modelos.

    Otro elemento que distingue a este libro es que parte del hecho de que prcticamente la totalidad de textos de econometra acreditados incluyen datos y ejercicios aplicados para pases desarrollados, en tanto que Econometra aplicada tiene como objetivo central ser un texto didctico escrito por un latinoamericano para estudiantes latinoamericanos (o estu-diosos de la economa de Amrica Latina). As, aunque el texto presente estimaciones de la economa mexicana, el marco analtico general es de amplia aplicacin para otros pases de la regin que comparten problemas y caractersticas estructurales semejantes.

    Es un libro de aplicacin amplia y directa de la econometra a la economa, en el aqu y el ahora. Su pretensin principal es aprender econometra haciendo econometra, practicndola a partir de hacer aplicaciones con un software amigable con el ambiente Windows y de manejo muy sencillo. En su momento se hacen las indicaciones bibliogr-ficas necesarias y oportunas para satisfacer los requerimientos tericos (o profundizar en ellos) que el mismo desarrollo expositivo requiera. El libro en s mismo es autocontenido y est estructurado para que sus enseanzas se impartan en un curso semestral de alrede-dor de 48 horas intensas de clases tericas y prcticas, lo cual ya se ha probado, pues es un producto derivado de los cursos que el autor ha impartido en diversas instituciones de Mxico.6 Asimismo, se desprende de la experiencia profesional de ms de diez aos ininte-rrumpidos en la construccin y utilizacin de modelos macroeconomtricos para entender el funcionamiento de la economa mexicana as como para pronosticar y analizar efectos concretos de la aplicacin de polticas econmicas especficas y de los choques externos.

    Los productos de investigacin que anteceden a este libro son:

    a) La publicacin (en coautora con Csar Castro y Miguel ngel Mendoza), de Eudoxio: Modelo macroeconmico de la economa mexicana, UNAM.7

    b) La publicacin de ms de 30 artculos cientficos en varias revistas nacionales y del extranjero.

    c) La discusin y elaboracin de propuestas de polticas econmicas (reforma fiscal) para Mxico en varios foros de discusin.

    d) La direccin de tesis de licenciatura y maestra.

    e) La fundacin del Centro de Modelstica y Pronsticos Econmicos de la Facultad de Economa de la UNAM en noviembre de 2002.

    f) La elaboracin de varios escenarios prospectivos de la economa mexicana con hori-zontes de 10, 20 y 30 aos.

    g) La elaboracin y publicacin ininterrumpida de pronsticos de corto y mediano plazos de la economa mexicana desde 1993.

    6 Por ejemplo, en las facultades de Economa de: a) la UNAM (Diplomado en Econometra y Divisin de Estudios de Posgrado); b) la Universidad Autnoma de Baja California; c) la Universidad de Guadalajara, y d) la Universidad de Sonora.

    7 La primera edicin es de 1996 y la primera reimpresin del ao 2000.

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  • Introduccin v

    Todo ello hace que en este texto se recuperen experiencias aplicadas (totalmente reales y tangibles) que le aseguran al lector que existe un uso directo y probado de los contenidos especficos y que la econometra aplicada es un instrumento sumamente til en el ejercicio de la profesin.

    Asimismo, con este libro se busca transformar la desafortunada imagen de la econo-metra, que ha sido producto de la aridez de los cursos tradicionales, los cuales se empean en reflejar que la econometra es esencialmente terica y sumamente abstracta, aburrida e inaplicable para la comprensin de fenmenos econmicos. Este carcter la ha alejado del anlisis econmico cotidiano y le ha conferido incorrectamente un estatuto superior, slo asequible para los iluminados. Por ello es que los no econometristas le han atribuido a la disciplina un aire de pedantera. No es una exageracin afirmar que para la gran mayora de los estudiantes incluyndome a m por anticipado la econometra es una de las mate-rias menos atractivas y, por lo tanto, el obstculo a vencer en la currcula.

    Sin embargo, despus de varios aos de sufrir, estudiar, aprender, gozar, ensear y utilizar la econometra (en ese orden), estoy plenamente convencido que al igual que cualquier otra disciplina, slo puede ser asimilada y apreciada en su correcta dimensin a partir del estudio dedicado de la teora y de su aplicacin inmediata. Me parece que es la mejor manera de lograr que los conocimientos se incorporen y se mantengan. El uso excesivo de demostraciones sin una contraparte en la aplicacin es contrario a ese principio.

    Tal vez las ideas anteriores se ejemplifiquen con ms claridad al tomar el caso de la formacin de un piloto aviador, quien para en verdad llegar a serlo necesita estudiar una serie de materias relativas y especficas al vuelo de aviones. Esas materias pueden ser en buena parte tericas, pero necesariamente habr una proporcin importante de materias prcticas que se ejecutarn primero en un simulador y ms tarde en aviones de verdad.

    Lo que a fin de cuentas le otorga el grado de piloto aviador no son las horas tericas, sino lo que sabe hacer en la prctica al demostrarlo con horas de vuelo. En la medida en que consiga una combinacin ptima de teora y prctica, a la par de actualizaciones per-manentes, es que llegar a ser un piloto reconocido y hbil. La realizacin de la primera actividad es una condicin necesaria pero de ninguna manera suficiente. Podr tener un gran conocimiento terico, pero ser incapaz de volar un avin. En el segundo caso, es posible que con la observacin repetida de un verdadero piloto alguien pueda tripular una nave, pero tendr muchos problemas cuando ocurra algn evento complejo que rebase su aprendizaje emprico.

    Guardadas las proporciones, la econometra puede semejarse a nuestro ejemplo ante-rior en la medida que un econometrista terico podr ser muy eficiente haciendo investi-gacin pura, pero difcilmente lograr un trabajo aplicado trascendente o correcto debido a que no se ha ensuciado las manos al trabajar con los datos rebeldes que caracterizan a las economas concretas, en especial a las menos desarrolladas.

    Por otro lado, un individuo con poca calificacin economtrica (terica) puede hacer un clculo errneo, que llevado a la toma de decisiones puede perjudicar severamente la salud de una economa y deteriorar las condiciones de bienestar de sus habitantes.

    Para evitar estos accidentes, la presente obra se ha propuesto convertirse en un acercamiento agradable, atractivo y til a esta parte fascinante de la ciencia econmica mediante la combinacin en todo momento de la teora y la prctica, de buscar el ejemplo que aclare el concepto, de utilizar datos reales a un contexto tangible y de buscar que el lector haga de la econometra un instrumento fundamental que le solucione problemas de su vida profesional.

    De esta manera, Econometra aplicada busca despertar el inters y la pasin por la econometra en alumnos, profesores y profesionales de la economa en activo. Esto no es tarea fcil, dado que desde la educacin primaria las matemticas se ensean como la materia ms abstracta y, por tanto, ms difcil. No es aventurado afirmar que la mayora de los estudiantes definen su vocacin profesional a partir de elegir carreras que poco o nada tengan que ver con las matemticas.

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  • vi Introduccin

    El hecho de que yo mismo haya pasado por esta experiencia como estudiante me pro-porciona una gran ventaja, en la medida que a lo largo del libro he tratado de escribir para mi propia comprensin, considerndome el estudiante representativo. Estoy totalmente convencido de que uno ensea lo que necesita aprender y escribe lo que necesita leer.

    La estructura del texto est organizada de manera que desde el captulo 1 el lector integre fcil y rpidamente los elementos filosficos, tericos y prcticos para empezar la construccin de lo que ser su proyecto economtrico, que se pretende sea base fundamen-tal de su tesis de grado, o la elaboracin de un modelo que sea un instrumento esencial en su prctica profesional.

    Para cumplir con este propsito, en cada captulo se desarrollan progresivamente los elementos tericos necesarios y los comandos e instrucciones del software E-Views.8 Al final de cada captulo se presentan ejercicios y preguntas de control para consolidar el aprendizaje.

    La exposicin y desarrollo de los contenidos se harn sobre una versin muy simplifi-cada del modelo macroeconomtrico Eudoxio, lo cual le dar al lector la seguridad de que su aprendizaje se fundamentar en un modelo que funciona real y activamente desde que vio la luz en 1993.9

    En este texto se obvian los conceptos bsicos del modelo lineal general y se aborda directamente lo que la mayora de los libros de texto incorporan slo en un captulo avan-zado: modelos de ecuaciones simultneas.10 Por ello, este libro se recomienda una vez que el estudiante ya conoce con solvencia los fundamentos del modelo lineal general; esto es, sus supuestos bsicos y las consecuencias de su incumplimiento. Estos temas deben revisarse necesariamente en un curso previo de econometra clsica, por lo que nuestra propuesta podra constituir un curso especfico de elaboracin de modelos de ecuaciones simultneas.

    Conviene mencionar que el inters desmesurado de los ltimos veinte aos por los modelos de series de tiempo ha ocupado la atencin y el espacio no slo de lo que podra ser un curso de Econometra II, sino tambin el inters principal de los cursos bsicos y avanzados de la materia. Parece que slo hasta que comenz a popularizarse el uso de los modelos VAR renaci el inters por la construccin de sistemas de ecuaciones.

    La embestida de las expectativas racionales a la teora keynesiana y a los modelos estructurales que eran su principal instrumento de aplicacin prcticamente elimin su estudio, e incluso los hizo impopulares en las escuelas de economa. Al respecto es conve-niente referir que, en su libro de texto Econometra bsica (2003: xxvii, 4a. ed.), utilizado en todo el mundo, Damodar Gujarati seala que esa nueva edicin ha incluido muchos cambios con excepcin de los captulos referidos a los modelos de ecuaciones simultneas debido a que ha decado el inters por estos modelos por varias razones, incluyendo su pobre desempeo en pronsticos despus de los choques petroleros de la OPEP en los aos 70.

    Como veremos, sta es una crtica que hace treinta aos se consider esencialmente correcta y, ms an, devastadora, por lo que muchos economistas aplicados consideraron que era ingenuo e incluso incorrecto continuar utilizndolos para hacer prediccin y ms an en artculos acadmicos que pretendiesen publicarse en revistas de alta reputacin. Sin embargo, la evidencia emprica ha demostrado que los modelos de series de tiempo, univariados y uniecuacionales no han logrado mejores pronsticos que los modelos estruc-turales, as como tampoco han logrado mayor introspeccin analtica, ni estn libres de incurrir en otras limitaciones graves en los mbitos estadsticos, de los hechos y de la teora econmica.

    8 He elegido este software por ser el ms accesible y uno de los ms utilizados en las escuelas de economa de todo el mundo.

    9 En el captulo 1 se presenta su gnesis, desarrollo y estructura.10 Bien sean los modelos estructurales clsicos (o tambin llamados de la Comisin Cowles) y los modelos

    de series de tiempo multivariados llamados vectores autorregresivos (VAR).

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  • Introduccin vii

    En dos captulos centrales (5 y 6) se presentan las crticas que se les hicieron a estos modelos, as como sus fortalezas y debilidades vis a vis los modelos de series de tiempo, as como sus posibilidades reales en el trabajo profesional aplicado.

    Consideramos que as como en la vida real no hay panaceas, en la econometra tam-poco; por lo que el buen anlisis exige el uso combinado de los dos tipos de modelos y, por encima de ello, el juicio y la experiencia del analista. La eliminacin de cualquiera de estos factores equivale a pretender que un avin bimotor llegue a buen puerto con un solo motor o con un mal piloto.

    La experiencia nos indica que no existe una sola tcnica capaz de satisfacer todas las necesidades del econometrista aplicado. El anlisis econmico y el pronstico requieren el uso simultneo y equilibrado de varias tcnicas. Como en la buena prctica de la medicina, en la econometra no hay tcnicas nicas ni puras, ni mucho menos recetas preconcebidas. Quiz sta es la mayor enseanza que deja la prctica profesional, por lo que fundamen-tamos que los modelos estructurales apoyados de otros elementos analticos siguen siendo instrumentos sumamente poderosos en el anlisis econmico moderno.

    Debo reconocer que en este texto no pretendo presentar ni mucho menos desarrollar las tcnicas que se han desarrollado desde que se hicieron los fuertes cuestionamientos a los modelos de la Comisin Cowles. No lo pretendo porque es prcticamente imposible conocerlas y haberlas aplicado. Por lo general, el trabajo cotidiano hace que uno se vaya especializando en ciertos temas y en ciertas tcnicas. Mi compromiso es compartir con los lectores lo que he aprendido al hacer trabajo macroeconmico aplicado a travs de mode-los multiecuacionales, los cuales me han ayudado a comprender diversos aspectos de la economa mexicana contempornea y a hacer algunas introspecciones sobre el futuro.

    Creo que con ello cumplo tanto con las expectativas de un amplio espectro de econo-mistas aplicados como con las lneas que Granger (2001: 18) considera determinan el estado actual de la macroeconometra: por un lado, los vectores autorregresivos y los modelos de correccin de error; y, por otro, los modelos estructurales de tamao grande y mediano que siguen manejando las agencias comerciales y oficinas gubernamentales.

    En ese sentido, tendra que decir que el texto retoma el espritu globalizante de los modelos estructurales, que desde sus inicios han aspirado a representar el complejo fun-cionamiento de una economa moderna a travs de un sistema de ecuaciones. Pero a la vez trata de superar las limitaciones que se detectaron hace muchos aos. En ese propsito he recuperado los aportes del ahora llamado enfoque de la London School of Economics que se ha preocupado por fortalecer el anlisis estadstico de las variables involucradas en las estimaciones. De esta manera, he procurado que los modelos que presento hagan an-lisis robustos de largo plazo, incorporen mecanismos dinmicos de correccin y contengan bateras de pruebas que avalen su correcta especificacin.

    De igual manera, considero que los modelos VAR son muy tiles en la prctica macroeconomtrica, aunque por su mismo origen no tienen el poder explicativo e integra-dor de los modelos estructurales.

    Una segunda leccin importante se refiere a que la denostacin y discriminacin a priori de los modelos estructurales, muy recurrentes entre los econometristas jvenes o los que fueron educados a partir de la econometra de series de tiempo, son inadecuadas. Debe comprenderse que cada tcnica y cada enfoque tienen una utilidad especfica, as como sus propios alcances y limitaciones. Incluso no resulta exagerado decir que muchas de las crticas originales han perdido validez con el transcurso del tiempo. Esto se presenta especficamente en el captulo 6.

    El profesor de econometra no tiene obligacin de dominar todas las tcnicas, pero s debe inculcar a sus alumnos que eviten las prcticas excluyentes sin antes conocer bien lo que se acepta y lo que se rechaza, as como las bondades de cada tcnica. Ello exige conocer los fundamentos de cada enfoque.

    La econometra es un campo muy amplio y en continuo movimiento, que ha avanzado enormidades en las ltimas dcadas, pero que no ha logrado resolver todos los problemas ni tampoco quiz los principales que ha tenido desde sus orgenes.

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  • viii Introduccin

    As, mientras que el desarrollo de algunas tcnicas y pruebas resolvieron algunos aspectos que se presentaron en ciertas metodologas, en forma natural aparecieron pro-blemas o se descuidaron otros. Esto es parte del quehacer cotidiano de la ciencia: se lucha por avanzar, aunque nunca se logre hacerlo linealmente. Hay avances en algunos frentes y retrocesos en otros. Eso genera productos compuestos; as opera la ciencia. En la medida que los econometristas descubren una prueba o un mtodo ms poderoso que aquella o aquel que cuestionaron, surgen otros problemas. Muchos de los cuestionamientos centrales son de larga data, por lo que es conveniente no perder de vista los aportes y los plantea-mientos clsicos o fundacionales.

    Por ltimo, este texto pretende mostrar los instrumentos tiles con los que trabaja regu-larmente un econometrista que se interesa por comprender y pronosticar los fenmenos macroeconmicos de una economa de grado de desarrollo intermedio, que padece severos problemas estructurales, institucionales y en la generacin de sus estadsticas bsicas. Esto hace que de entrada no se impongan restricciones o supuestos simplificadores muy restric-tivos y slo se emplean aquellos que no resultan demasiado exigentes y s aceptablemente realistas para un sistema econmico de las caractersticas anteriores.

    Estas advertencias no implican desconocer los avances de la teora econmica ni de la estadstica de los ltimos aos. Solamente significa que no imponemos su cumplimiento a priori. En todo caso se prueban y se discuten. Pretendemos construir ecuaciones que gene-ren un marco analtico manejable que permita reproducir adecuadamente las principales variables de un sistema econmico contemporneo completo y real; que manifieste cmo funciona en lo general una economa como la mexicana, de tal forma que al usuario del libro le permita emplear la metodologa y sus resultados para adaptarla a sus problemas o asuntos de inters particular, y que a partir del marco general el usuario construya un modelo que responda a sus objetivos particulares.

    No quisiera terminar esta introduccin sin destacar que este libro comprende el tra-bajo no slo mo de ms de diez aos de estudios y experiencias en la modelacin, sino de varias personas que han participado activamente en el desarrollo del trabajo al formar parte del equipo de investigacin Eudoxio. En este sentido, debo reconocer mi enorme deuda con Leobardo de Jess, Luis Brito, Jorge Ramrez y Jannet Hernndez, quienes no slo han compartido conmigo su tiempo vital y laboral, sino que han alimentado de muy diversas maneras todos los captulos del libro. Asimismo, colaboraron entusiastamente con la captura de los mltiples borradores y en la estimacin de varios modelos. La impecable y tortuosa correccin que hizo Armando Snchez del borrador final fue fundamental para saber si el texto cumpla con las expectativas que motivaron el nacimiento de este libro. Por ltimo, el experimento final lo hice con mis alumnos de Temas selectos de macroeconoma (semestre 2006-II) de la maestra en Economa de la UNAM, y en este ejercicio conjunto detectamos errores, por lo que tuve que hacer otras lecturas fundamentales.

    Durante todos estos aos el apoyo financiero de la Direccin General de Asuntos del Personal Acadmico (DGAPA) de la UNAM permiti que este producto se llevara a cabo, a travs de la aprobacin de varios proyectos de investigacin.

    Si bien este libro se empez a escribir desde 1993, fue durante mi estancia sabtica en el Centro Stone del Instituto Lawrence R. Klein de la Universidad Autnoma de Madrid, en el ao 2004, cuando tom forma y disip finalmente el fantasma siempre presente del fracaso.

    Todas las personas y las instituciones mencionadas merecen los crditos por los alcan-ces de este esfuerzo, pero de ninguna manera son responsables de los errores e insuficien-cias que puedan existir.

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  • NOTAS PRELIMINARES Y NUNCA ESCRITAS SOBRE LOS MODELOSMACROECONOMTRICOS

    C A P T U L O

    1Por segura que sea nuestra eleccin,

    por racional que sea nuestro clculo,nunca podremos prever todos los resultados de nuestros actos

    o la eventual desviacin de nuestros planes.Jams podemos prever con exactitud a qu nos conducir

    la eleccin de una esposa, una profesin o una inversin financiera. La ciencia no tiene base para responder

    a semejantes conjeturas, anhelos o esperanzas.El conocimiento no slo nos da saberes,

    sino que tambin nos hace tener conciencia de que existen acontecimientos imposibles de predecir.

    Mijal Mlishev (2005)

    1

    1.1 LOS MODELOS PROFESIONALES, LA CURRCULA ESCOLAR Y LOS LIBROS DE TEXTO

    Es muy comn que el estudiante de economa aprenda, en sus cursos de macroeconoma, a resolver manualmente modelos de tipo keynesiano simple y de sntesis neoclsica a partir de los parmetros previamente asignados por los mismos textos. Incluso ocurre lo mismo en modelos ms recientes de expectativas racionales, en los cuales los autores imponen parmetros y los modelos se resuelven aritmticamente para probar o cuestionar teoras.1

    Esto hace que, en la mayora de los casos, el conocimiento de los estudiantes sobre los modelos no llegue ms all de los ejercicios algebraicos que realizan en el saln de clases, por lo cual desconocen que hay modelos profesionales que sirven para aplicar todo el arse-nal terico y estadstico que han adquirido a lo largo de su formacin escolar. Algo similar podemos decir de los cursos de econometra en los cuales los profesores generalmente no aluden a los modelos profesionales que se usan desde la dcada de 1940 y que an siguen vigentes. Por fortuna, algunos textos de macroeconoma (como el referido)2 mencionan a los modelos estructurales modernos como instrumentos fundamentales para elaborar pro-nsticos macroeconmicos. Incluso, para aprender acerca de los modelos de gran escala, que son fundamentales para el anlisis econmico de verdad, recomiendan consultar un importante texto de Brayton y Tinsley (1997) que aborda el Modelo de la Reserva Federal de Estados Unidos.

    No obstante, pocos libros de texto recientes de econometra plantean estos argumen-tos. Generalmente comienzan con la crtica a los modelos estructurales y de inmediato

    1 ste es el caso del popular libro Macroeconoma de Dornbusch et al., 9a. edicin, que en su captulo 20 se refiere a temas avanzados en donde se acepta que algunas teoras provenientes de la nueva escuela clsica imponen parmetros, no los estiman.2 Particularmente revsese su captulo 8.

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  • desarrollan un enfoque alternativo aterico de las series de tiempo. Slo algunos textos le dedican un captulo aislado al tema de sistemas de ecuaciones y presentan la especifica-cin de algunos de los modelos pioneros en el campo de la modelacin, pero no presentan a detalle los modelos actuales que usan instituciones importantes. Por ello es que los estu-diantes no logran entender que las medidas de poltica que instrumentan los gobiernos se basan en este tipo de modelos, aun cuando hayan sido muy criticados desde la dcada de 1970. De esta manera, su formacin como economistas carecer de elementos y puentes fundamentales entre la macroeconoma terica y la econometra aplicada. Ambas disci-plinas quedan en la currcula como si fueran dos compartimientos distintos e inconexos, cuando en realidad la econometra se fortaleci con el desarrollo de la macroeconoma keynesiana y, a pesar de los nuevos desarrollos tericos elaborados por la nueva escuela clsica y la nueva escuela keynesiana, la econometra no puede alejarse de la macroecono-ma aplicada a la realidad concreta.

    Si esto ocurre a nivel de los pases desarrollados, la experiencia es an peor en pases de ingreso medio como los de Amrica Latina, en donde no slo escasean los textos de macroeconoma hechos expresamente para su realidad, sino que adems casi no existen referencias a los modelos economtricos que se han elaborado a lo largo del tiempo.

    Por estas razones, Castro, Lora y Mendoza3 (2000) elaboraron un texto que pretenda comenzar a enfrentar estos problemas. Presentan una relacin de los modelos que fueron ms influyentes desde la dcada de 1970 en la evolucin de la modelacin latinoameri-cana y mexicana, y a partir de ah construyeron Eudoxio: modelo macroeconomtrico de la economa mexicana, modelo que desde entonces ha tenido varias actualizaciones y dos versiones trimestrales a travs de un modelo estructural y un VAR.4

    La historia transcurrida desde 1993, cuando se constituy el equipo de investigacin Eudoxio, ha motivado la elaboracin de este libro. Algunas partes de los captulos 7 a 11 se basan en estimaciones modificadas de las primeras versiones, pero todo lo dems es trabajo original desarrollado por el nuevo equipo de investigacin que se form desde 1998.5

    Como la finalidad de este libro es esencialmente didctica, a continuacin se presen-tan varios aspectos cruciales a tener en cuenta cuando se construye un modelo macroeco-nomtrico, los cuales no se describen en los libros de texto y tampoco se mencionan en los cursos de macroeconoma y econometra, pero que son caractersticos del ciclo vital de los modelos macroeconomtricos.

    En este momento, y dado que se ha advertido que los contenidos del libro se derivan de la experiencia vital de Eudoxio, resulta interesante conocer primero las razones para seleccionar un nombre especfico que sirva para identificar a nuestro modelo, as como su historia en donde se muestren las distintas etapas por las que atraviesa.

    Las instituciones privadas, pblicas o acadmicas que elaboran o han elaborado mode-los siempre han tratado de distinguirlos de los dems, asignndoles un nombre caracters-tico que algunas veces corresponde con el de la institucin, aunque en otras ocasiones usan el nombre de algn sabio famoso de la antigedad.6 Por iniciativa de uno de los integrantes del grupo de investigacin original (Csar Castro) decidimos identificar a nuestro modelo con el nombre de Eudoxio (400-350 a. C.), por sus mltiples contribuciones a la geometra y a la teora de los nmeros.

    2 Econometra aplicada

    1.2 LAS RAZONES DE UN NOMBRE

    3 La primera edicin de este libro se hizo en 1996.4 Este ltimo se presenta en el captulo 12.5 Especial mencin merecen en l Luis Brito, Leobardo de Jess y Jorge Ramrez.6 se fue el caso del modelo Galileo, creado por la empresa privada mexicana Economa Aplicada (Brailovsky et al., 1989).

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  • En especfico, a partir de las secciones y las proporciones descubri la importante seccin urea o espiral logartmica, que es la base de la arquitectura, el diseo, el dibujo y otras disciplinas.7

    Parte de la siguiente razn, tambin conocida como razn urea, que se calcula de la siguiente forma:8

    Dado un segmento AB se define un punto intermedio C:

    tal que

    ABAC

    ACCB

    = (1.1)

    Al segmento AC lo denotaremos (fi), y al segmento CB le asignaremos el valor de 1. As, tenemos:

    Sustituyendo en (1.1) los valores anteriores, tenemos:

    ( )

    +

    =

    11

    (1.2)

    Al resolver, obtenemos varios resultados muy interesantes que constituyen la base de la teora de las proporciones de Eudoxio:

    2 1 = 0, o bien (1.3)

    2 = 1 (1.4)

    Para obtener el valor numrico de se resuelve (1.3), que es una forma cuadrtica, y se llega a la expresin, que es previa al resultado final. Como sabemos, toda forma cuadr-tica tiene dos resultados. El negativo, por definicin, no lo podemos aceptar por tratarse de segmentos geomtricos, por lo que solamente aceptamos el valor positivo:

    = 1 2 2360672

    + . ... = 1.618033989... (1.5)

    A este valor, conocido tambin como nmero ureo, se le ha llamado Phi, por ser la inicial del escultor griego Fidias (498-432 a. C.), quien usaba la proporcin urea en sus esculturas.9

    CAPTULO 1 Notas preliminares y nunca escritas sobre los modelos macroeconomtricos 3

    1

    FI GU RA 1.2 Representacin de

    A C B

    7 Estoy en deuda con la diseadora grfica Alejandra Santana por haberme apoyado tcnicamente en la elaboracin del resto de este captulo.8 http://suanzes.iespana.es/suanzes/temas.htm.9 http://suanzes.iespana.es/suanzes/temas.htm y http://www.geocities.com/Athens/ Acropolis/4329/aureo/htm

    FI GU RA 1.1 Segmento AB

    A C B

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  • Como se ve en (1.5) es un nmero real infinito que tiene muchas peculiaridades. Por ejemplo, su cuadrado se obtiene sumndole 1 al mismo nmero, esto es 2 = + 1, y quetambin puede convertirse en su propio recproco con slo restarle 1:

    1 1

    = Con la razn urea se define la seccin urea, que especifica un espacio, una parte o

    la divisin de un cuerpo. Con el uso de secciones se puede construir un rectngulo ureo, que es aquel en el cual la razn de las longitudes de sus lados es .

    Para construirlo, trazamos el cuadrado ABCD (figura 1.3). Definimos el punto M, que es el punto medio del segmento AD. Tomando M como punto de apoyo del comps y exten-diendo ste hasta C, trazamos una curva que corte el segmento horizontal para obtener el punto E. A continuacin completamos el rectngulo CDEF.10

    4 Econometra aplicada

    Por lo que vimos previamente, los segmentos AD y DE guardan la proporcin urea. El rectngulo DCFE tambin es ureo. Una de las caractersticas de un rectngulo ureo es que se puede descomponer progresivamente en cuadrados y rectngulos ureos. Dicho de otro modo, los rectngulos ureos son autorreproductivos.

    A partir de esa serie de rectngulos se puede construir una espiral, y si se dibujan arcos de circunferencia en los cuadrados que se van trazando, se obtiene una espiral urea, cuyo centro est en la interseccin de las diagonales de los dos primeros rectngulos (figura 1.4).11

    Fuente: http://fresno.cnice.mecd.es/~arodri35/paginas/laboratorio.html

    Fuente: http://fresno.cnice.mecd.es/~arodri35/paginas/laboratorio.html

    10 http://fresno.cnice.mecd.es/~arodri35/paginas/ laboratorio.html11 http://suanzes.iespana.es/suanzes/temas.htm y http://www.geocities.com/Athens/Acropolis/ 4329/aureo/htm

    FI GU RA 1.3 Rectngulo ureo

    FI GU RA 1.4 Espiral urea o logartmica

    B C F

    A EDM

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  • Los rectngulos y los cuadrados que se forman de esta manera son proporcionales a los anteriores. Esta secuencia de cuadrados y rectngulos que guardan la proporcin resultan de la rotacin de 90 alrededor del centro de la espiral, que es de forma logart-mica. Es importante sealar que sta clase de espiral es la nica que mantiene su forma y proporcin al ser reescalada. Este hecho explica por qu existen numerosas formas en la naturaleza12 y en las bellas artes que siguen esta pauta.

    En efecto, el nmero ha sido empleado por grandes artistas de varias pocas, debido a que las proporciones que genera tienen una armona casi mgica. Entre las ms conoci-das estn las siguientes:

    El nmero est ligado al trabajo de Fibonacci,13 quien desarroll una sucesin numrica llamada sucesin de Fibonacci, donde cada cifra es igual a la suma de las anteriores, por ejemplo: 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, y si se calculan los cocientes entre un trmino y el anterior, la sucesin se va acercando cada vez ms a .14

    Con base en la sucesin de Fibonacci se puede trazar una sucesin de cuadrados y rectngulos que, a su vez, servirn para formar la espiral urea. Esta espiral tambin se conoce como espiral de Fibonacci.15

    En 1509, Luca Pacioli16 escribi la Proporcin Divina,17 tratado en el que se describen cules han de ser las proporciones de las construcciones artsticas. Este libro fue ilustrado por Leonardo da Vinci, quien con sus dibujos demostr que las distintas partes del cuerpo guardan la proporcin urea. El ejemplo ms tpico es el mundialmente famoso Hombre de Vitruvio, nombre que Leonardo le asign debido a la gran influencia que tuvo en l la obra del arquitecto romano Marco Vitruvio Polin (siglo I a.C.). Vitruvio vinculaba la arquitectura y el cuerpo humano a travs de las proporciones. De acuerdo con White (2001: 184), Leonardo indic: En los componentes de un templo deber haber la mayor armona en las relaciones simtricas de las diferentes partes de la magnitud del todo. En el cuerpo humano la parte central es naturalmente el ombligo [...]. Leonardo comenz a vincular las proporciones de la estructura del cuerpo con los edificios y con la estructura armnica de la msica; incluso buscando proporciones en pases, tiempos, lugares y, en general, en la naturaleza.

    El Hombre de Vitruvio representa a un hombre con piernas y brazos estirados, en el que, tomando como referencia su altura, se traza un cuadrado, cuyo ancho coincide con la longitud que hay entre los dedos de una mano a otra, cuando los brazos estn en un ngulo de 90 con respecto al tronco. El cociente de la altura del hombre (que es la altura del cua-drado) y la distancia del ombligo a la base de los pies (que es el radio de la circunferencia), da como resultado el nmero ureo.18

    CAPTULO 1 Notas preliminares y nunca escritas sobre los modelos macroeconomtricos 5

    La sucesin de Fibonacci

    La proporcin Divina

    12 Al parecer la espiral urea se encuentra, por ejemplo, en la concha de algunos moluscos.13 Matemtico italiano, cuyo nombre real era Leonardo de Pisa (1170-1250).14 http://www.formacion.pntic.mec.es/ web_espiral/naturaleza.html y http://www.geocities.com/Athens/Acropolis/4329/fibonac.htm15 http://www.geocities.com/Athens/Acropolis/4329/fibonac.htm y http://thales.aca.es/rd/Recursos/rd/ed99-0648-02/durero.html.16 Monje y matemtico italiano (1445-1510).17 http://www.eureka.runa.net/ ec_FraLPacioli.htm18 http://suanzes.iespana.es/suanzes/temas.htm

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  • 6 Econometra aplicada

    Otra aplicacin fundamental de la proporcin urea se utiliz en el Partenn de Atenas, construido alrededor de 430-440 a.C.19 Al parecer su fachada tom las proporciones del rectngulo ureo, como aparece en la figura 1.6.20

    El Partenn

    El Modulor

    De los trabajos ms recientes, estn las construcciones de Le Corbusier (1887-1965), arquitecto suizo que utiliz frecuentemente rectngulos ureos en el diseo de sus edifi-

    Fuente: http://www.mcs.surrey.ac.uk/Personal/R.Knott/fibonacci.html

    19 http://www.mcs.surrey.ac.uk/Personal/R.Knott/fibonacci.html20 http://suanzes.iespana. es/suanzes/temas.htm

    FI GU RA 1.5 El Hombre de Vitruvio, de Leonardo da Vinci

    Fuente: http://suanzes.iespana.es/suanzes/temas.htm

    FI GU RA 1.6 El Partenn

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  • CAPTULO 1 Notas preliminares y nunca escritas sobre los modelos macroeconomtricos 7

    cios; entre ellos, el edificio de la ONU en Nueva York, el cual tiene marcas distintivas que lo dividen segn la razn urea. Otro de sus trabajos es El Modulor, donde presenta una escala de figuras humanas en distintas posiciones y seala medidas representativas de cada una de esas posiciones.21

    En sntesis, la espiral urea, por ser una figura de proporciones exactas, en donde todo es una sucesin que permite hacer la figura ms grande o ms pequea, siempre conservan-do su armona estructural, visual y esttica, se ha utilizado como logotipo de Eudoxio, modelo macroeconomtrico de la economa mexicana.

    El ser humano vive de sueos, pero enfrenta realidades. Desde nios, muchos imaginba-mos y modelbamos la ciudad o el pas de nuestros sueos. Es muy probable que esto nos condujera a estudiar economa.

    En un claro deseo por entender y, con mucha suerte, actuar sobre las complejas relaciones que se dan en las sociedades, nos dimos cuenta que ello no slo exiga un buen conocimiento de la teora econmica, sino tambin de la econometra.

    En 1993 un reducido equipo de acadmicos22 decidimos trabajar en la construccin de un modelo macroeconomtrico de la economa mexicana que nos permitiera realizar anlisis de poltica econmica y, sobre todo, hacer pronsticos de corto y mediano plazos. As fue como naci Eudoxio, modelo macroeconomtrico de la economa mexicana. En sus inicios, el modelo estaba esencialmente orientado a generar pronsticos del PIB y de finanzas pblicas. Con el tiempo, y por la necesidad de ampliar su capacidad explicativa, construimos otros bloques de ecuaciones, hasta llegar a su versin actual.

    Los mltiples problemas que van apareciendo, la profundizacin en el conocimiento de las tcnicas, la necesidad de ampliar y probar nuevas hiptesis y explicaciones exigen que el trabajo sea continuo, de otra manera el proyecto puede venirse abajo fcilmente. En la medida que el modelo es capaz de responder algunas preguntas, de manera natural van surgiendo otras nuevas y ms cuestionamientos. Esto hace que el trabajo de econo-metra aplicada sea esencialmente dinmico y que est abierto al debate y a la crtica. Sin ellos no hay avance, no hay desarrollo.

    En la primera edicin del libro (publicado en 1996) no se consign esta historia, por-que consideramos que en ese momento era ms importante presentar slo la estructura del modelo y, a travs de l, explicar las caractersticas principales de la economa mexicana.

    1.3 BREVE HISTORIA DE UN MODELO

    21 http://suanzes.iespana. es/suanzes/temas.htm y http://www.mcs.surrey.ac.uk/Personal/R.Knot/fibonacci. Html.22 El equipo inicialmente estuvo constituido por Csar Castro (coordinador), Eduardo Lora, Lidia Carvajal y Miguel . Mendoza, con la ayudanta de Leobardo de Jess.

    FI GU RA 1.7 Logotipo de Eudoxio

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  • 8 Econometra aplicada

    Para m siempre ha sido un enigma el ciclo vital de los modelos. Casi nunca se les describe. Tan slo se presentan sus caractersticas principales, como si su nacimiento y su desarrollo no fueran relevantes. Creo que para el analista que ahora pretende construir su proyecto economtrico es de suma utilidad conocer estos procesos para saber lo que puede enfrentar y as definir una ruta crtica a seguir. Con ello se dar cuenta que construir y utilizar un modelo constituye un proyecto de largo plazo, con todo lo que implica.

    Las diversas versiones que se construyeron de Eudoxio respondieron a inflexiones importantes en la dinmica del equipo de trabajo y en el desarrollo del modelo. De manera general, podemos decir que la numeracin de las versiones ha respondido a dos criterios. El primero tuvo que ver con el desarrollo de la base analtica, conceptual y contable del modelo, que fue una consecuencia de las presentaciones del modelo en que participaron como comentaristas destacados acadmicos en diferentes oportunidades.23 Como pro-ducto de las crticas y sugerencias, hubo desarrollos importantes en varias especificaciones, enfrentamos cambios de software y tambin el abandono progresivo de los integrantes originales del equipo de trabajo. Esto ltimo estuvo asociado con compromisos y proyec-tos personales y acadmicos. Hacia fines de 1998 pareca que al igual que muchos otros modelos Eudoxio acabara en el cementerio de la economa aplicada. Sin embargo, la constitucin de un nuevo equipo de trabajo y el apoyo institucional de la UNAM a travs de varios proyectos de investigacin (PAPIIT) permitieron revivirlo. Nuestro laboratorio intelectual sigui trabajando, despus de pasar por mltiples vicisitudes. De la versin 1.0 a la 2.1 la numeracin fue respondiendo a la evolucin del modelo en cuanto a los cambios que observ en su estructura, en sus bloques de ecuaciones, en la aplicacin de tcnicas alternativas de estimacin, en la actualizacin de la base de datos y en la incorporacin de nuevas ecuaciones y de la metodologa de series de tiempo. Hemos establecido que el nmero de la versin escala es un dcimo cuando se realizan cambios que por su natu-raleza merecen ser reconocidos pero no implican cambios esenciales en la estructura del modelo, tal como puede ser la actualizacin de datos, la reestimacin de una o varias ecua-ciones, o bien, la inclusin de una nueva ecuacin. Se escala a un nmero entero cuando se realizan cambios relevantes, como la integracin de un nuevo bloque de ecuaciones, la reestimacin total o la incorporacin de tcnicas alterativas.

    De esta recomposicin del equipo de trabajo y de la reespecificacin completa del modelo surgi la versin 3.1. Su particularidad fue que nos permiti realizar anlisis pros-pectivo con tres escenarios hacia el ao 2030. Este ejercicio fue de suma importancia, en el sentido de que nos ayud a detectar los problemas estructurales de la economa mexi-cana y los esfuerzos necesarios para avanzar hacia una economa ms sana y con mayores posibilidades de crecimiento. Este ejercicio economtrico tambin nos llevara a entender numricamente las restricciones estructurales al crecimiento y las condiciones o limitacio-nes que de entrada se imponen al funcionamiento del sistema econmico. En ese sentido, comprobamos cuatro aspectos fundamentales:24

    a) El crecimiento econmico de Mxico est restringido centralmente por el dficit externo que responde a condiciones de su misma estructura productiva. En ese sen-tido, el modelo ha demostrado que el crecimiento potencial de Mxico, al menos desde comienzos de este siglo, se ubica en un rango que va de 2.5 a 3.5%, por lo que cre-cimientos superiores provocaran en las condiciones actuales importantes desajustes sectoriales debido principalmente a insuficiencias de oferta en produccin de ener-gticos (electricidad, gasolina, gas), insumos industriales intermedios y produccin de alimentos. Incrementar la presin sobre esos sectores generara fuertes presiones sobre la cuenta corriente y los precios.

    23 Entre ellos se encuentran: Daniel Chiquear, Sergio Martn, Antonio Castro, Martn Puchet, Jaime Ros, Francisco Caldern, Ronald Bodkin, Kantha Marwah y Susan Parker.24 Que dieron lugar a la publicacin de varios artculos acadmicos y que son retomados en este libro.

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  • CAPTULO 1 Notas preliminares y nunca escritas sobre los modelos macroeconomtricos 9

    b) La determinacin de los precios depende principalmente del tipo de cambio y de los costos generados por los precios de los bienes y servicios ofrecidos por el sector pblico.

    c) Estos ltimos a su vez y desde 1982 estn determinados por los requerimientos financieros del sector pblico y no por una lgica de precios de mercado.

    d) Contrario sensus a lo que establece la teora neoclsica, no encontramos evidencia emprica de que la demanda agregada ejerza un efecto significativo sobre la inflacin y, s en cambio, que la poltica monetaria juega un papel central en la determina-cin de los precios y en el nivel de actividad. Este punto es crucial porque cuestiona frontalmente el argumento central del enfoque tradicional que sugiere que la poltica monetaria no tiene efectos reales, slo nominales. Las estimaciones y simulaciones que hemos hecho de manera repetida demuestran que elevar las tasas de inters con la finalidad de reducir la inflacin a travs de apreciar el tipo de cambio y reducir la demanda excesiva, provocan efectos contraproducentes muy relevantes sobre el crecimiento econmico de largo plazo en virtud de que producen rompimientos de cadenas productivas en el sector manufacturero y tambin sobre la inflacin puesto que el aumento del costo del crdito tiene un poderoso efecto en los costos del capital de trabajo.

    Consideramos que en estos hallazgos reside principalmente la naturaleza de los ciclos de crecimiento y recesin de la economa mexicana. La dinmica es la siguiente: en la medida que se inician procesos de crecimiento econmico el dficit externo se intensifica tanto por la elevada elasticidad ingreso de las importaciones como por las fuertes apre-ciaciones cambiarias que tradicionalmente le acompaan. Una vez que se cruza un lmite, marcado por la aparicin de ataques especulativos contra la paridad cambiaria, ocurren macrodevaluaciones con fuertes efectos inflacionarios y cadas en las remuneraciones al trabajo. En la medida que ese crculo vicioso no puede detenerse se avanza peligrosamente hacia las hiperinflaciones, fenmeno que caracteriz a la economa mexicana durante la dcada de 1980.

    De esta suerte, en el ejercicio prospectivo que realizamos hacia el ao 2030 aparecie-ron estos factores de manera sistemtica limitando el crecimiento y la obtencin de los principales equilibrios macroeconmicos. De ah mismo surgieron las medidas de poltica econmica que podran reducir esa restriccin y, por tanto, tornarnos ms optimistas en cuanto al futuro de las variables econmicas y sociales de la economa de Mxico.25

    Hacia el ao 2000 y frente a la iniciativa de reforma fiscal impulsada por el gobierno entrante, se reespecific y reestructur todo el modelo para el periodo 1970-1999, lo que dara forma a la versin 3.2. Se obtuvo un modelo ms manejable y esbelto que permiti realizar anlisis estructural y de poltica con mayor oportunidad. Sobre todo, profundiz la capacidad de introspeccin para evaluar efectos generales de la aplicacin de algunas reformas estructurales. En ese sentido, se construy con mucho cuidado el bloque de ingre-sos fiscales, en el que se endogeneizaron las funciones del ISR, IVA, IEPS y los ingresos por consumo interno de PEMEX. En la coyuntura nacional se discutan intensamente variantes de reforma fiscal. Esta nueva versin gener capacidad de dar respuestas numricas y evaluar posibles resultados a partir de diversas modalidades y combinaciones de polticas.

    Los resultados se presentaron en diversos foros como el Seminario Internacional: Experiencias de reforma fiscal en el mundo, organizado por el Colegio Nacional de Economistas en 2001, y tambin se publicaron varios artculos en revistas de debate de actualidad como Este Pas (Lora y Brito, 2001) y El Economista Mexicano (Lora, 2001d).

    25 Este ejercicio de prospectiva sirvi de base para el trabajo El futuro de la economa mexicana, tres esce-narios prospectivos 1999-2030 que se public en el libro Mxico 2030. Nuevo siglo, nuevo pas, coordinado por Milln y Concheiro y editado por el Fondo de Cultura Econmica en el ao 2000.

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  • 10 Econometra aplicada

    Con esta versin trabajamos cerca de dos aos, tiempo en el que adems se formaron recursos humanos en materia de modelacin a travs de la imparticin de varios cursos en diversas universidades del interior del pas y con la incorporacin de ayudantes al proyecto.

    En adelante, y como consecuencia de la grave disminucin del ritmo de crecimiento que ha venido sufriendo la economa mexicana desde el ao 2000, los esfuerzos siguientes se han concentrado en explicar los determinantes del crecimiento econmico. Varios cap-tulos del libro incorporan estos anlisis y propuestas.

    La versin actual (anual) de Eudoxio se estima por mnimos cuadrados en dos y tres etapas y tiene la siguiente estructura:

    i) Variables endgenas: 28

    ii) Variables exgenas: 32

    iii) Transformaciones lineales: 65

    iv) Identidades contables: 24

    Total de ecuaciones: 117*

    El trabajo de estos aos alrededor del modelo ha exigido aplicar otras tcnicas de la econometra de series de tiempo, especficamente de cointegracin y de vectores autorre-gresivos. Tambin se construy un modelo VAR trimestral que sirve tanto para hacer anli-sis de sensibilidad (estmulo-respuesta y descomposicin de varianza), como pronstico de corto plazo que apoya al pronstico anual.

    Como se ha podido ver a travs de este breve recuento histrico, Eudoxio, adems de haber cumplido con los objetivos de la econometra, ha sido una fuente permanente de actualizacin en nuestro conocimiento de la economa mexicana, de la teora econmica y de la econometra aplicada.

    stas son muy buenas razones para convencer a los lectores de que realicen su pro-yecto economtrico bajo la advertencia de que, como todo en la vida, hay pocas muy buenas y otras no tanto; pero a fin de cuentas, vale la pena vivir el proceso. Las enseanzas y las potencialidades sobrepasan a los costos.

    Se invita al lector a que despus de leer las ideas de este captulo pase directamente al captulo 4, el cual trata sobre la elaboracin del proyecto economtrico, y que a conti-nuacin defina el objetivo central a cumplir por su pro-yecto y el nombre que le asignar. Explique las razones.

    Imagnese a usted y a su modelo dentro de cinco o seis aos y los posibles productos de su investigacin, tanto en el campo esencialmente acadmico, como de

    formacin de recursos humanos y de la influencia de los productos en la toma de decisiones en los mbitos de su inters y competencia profesionales.

    Como reflexin final, se invita al lector a hacer una planeacin esquemtica de actividades que le permi-tan perfilar sus esfuerzos en el momento actual, de manera sencilla y ordenada, en funcin de los resul-tados que pretende obtener.

    REFLEXIONES PARA EL LECTOR

    a) Es importante asignar a nuestro modelo un nombre que represente la esencia de lo que pretendemos explicar o que nos identifique con un propsito.

    b) La econometra es una herramienta fundamental para sistematizar los fenmenos econmicos y a la vez exige un buen conocimiento de la teora econmica.

    c) Ningn modelo que pretende describir, explicar y proyectar sistemticamente una realidad econ-mica puede permanecer esttico.

    d) Un modelo economtrico se utiliza para evaluar el estado del conocimiento y para pronosticar fen-menos econmicos.

    IDEAS CENTRALES DEL CAPTULO

    * El lector notar que la suma dara 149, lo cual sera un error en virtud de que las variables exgenas no son ecuaciones, sino informacin que se incorpora en los otros tres tipos de variables que s son ecuaciones.

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  • CAPTULO 1 Notas preliminares y nunca escritas sobre los modelos macroeconomtricos 11

    Nombre de un modelo Historia de los modelos economtricos Macroeconoma, econometra, macroeconometra

    TRMINOS CLAVE

    1. Mencione un ejemplo de algn argumento o hip-tesis terica que utilicen los distintos modelos eco-nomtricos. Discuta sobre la validez de la hiptesis de la nueva escuela clsica que seala la neutrali-dad de la poltica monetaria.

    2. Mediante las expectativas racionales explique la relacin entre la macroeconoma y la econometra y su aplicacin.

    3. Qu aspectos considera que son fundamentales para el planteamiento y la construccin de un mo-delo macroeconomtrico?

    4. Qu espera que responda su modelo?5. Cules son las hiptesis fundamentales que el

    modelo Eudoxio maneja como problemas estructu-rales de la economa mexicana? Est de acuerdo? Por qu?

    6. Est de acuerdo cuando se dice que un modelo macroeconomtrico no puede permanecer estti-co al tratar de proyectar una realidad econmica? Por qu?

    ACTIVIDADES PARA EL LECTOR

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  • LA INVESTIGACIN Y LA MODELACIN ECONMICA

    C A P T U L O

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    La ciencia y la vida cotidiana no pueden ni deberan estar separadas. La ciencia, para m, es una explicacin parcial

    de la vida; se basa en hechos, experiencias y experimentos.

    Rosalind Franklin, 19401

    2.1 LA CIENCIA Y LA ECONOMA

    En trminos generales, la ciencia busca sistemticamente aproximarse a la verdad mediante el uso de teoras, conceptos, axiomas y tcnicas que mejoren el conocimiento de la realidad y de las cosas. Para tal fin se vale de la contrastacin de hiptesis y del seguimiento riguroso de mtodos y procedimientos que pretenden ser objetivos. Sin embargo, en el caso de la ciencia econmica, como sta es en ltima instancia apreciativa y debido a que no existe un estatus epistemolgico homogneo ni nico,2 un mismo fenmeno econmico es entendido, procesado y explicado de acuerdo con: a) el enfoque terico, b) la racionalidad y c) la per-cepcin de cada analista. El hecho de que en la ciencia econmica siempre han coexistido diferentes interpretaciones, diagnsticos y propuestas de poltica, ha propiciado que se ironice a la profesin; quiz esto es lo que explica que abundan los sitios electrnicos con chistes referentes a los economistas en los que se enfatiza el carcter subjetivo o altamente ideolgico de nuestra rea.3

    Pero si dejamos el campo de la broma que por lo dems tiene mucho de verdad y pasamos al de la ancdota, tenemos casos en que la economa es el nico campo del cono-cimiento en el que dos personas pueden recibir grandes reconocimientos por decir exacta-mente lo contrario.

    Por lo anterior, a la ciencia econmica se le ha acusado de ser principalmente valorativa, a pesar del uso creciente de instrumentos estadsticos y matemticos. Pero lo cierto es que ni siquiera las ciencias bsicas y experimentales son inmunes a este mismo sndrome. Por

    1 Fisicoqumica que, mediante el uso de los rayos X, descubri antes que Watson y Crick que la estructura del ADN tiene dos cadenas. Fragmento de una carta escrita a su padre en el verano de 1940.

    2 Aunque habra que decir que por pocas ha habido siempre algn paradigma predominante y que genera el consenso en cada profesin. A ese paradigma dominante o principal se le ha llamado convencionalmente mainstream (corriente principal); sin embargo, en paralelo a cada mainstream han existido otros paradig-mas que han estado o han sido subordinados o simplemente han jugado papeles secundarios o contestata-rios. En las ciencias econmicas este combate entre diferentes paradigmas ha sido an ms pronunciado, tal vez porque stas tratan del comportamiento de personas, por lo que lgicamente siempre existe un com po nen te apreciativo y tambin valorativo.

    3 Como ejemplos, pueden consultarse los siguientes sitios electrnicos: http://netec.mcc.ac.uk/JokEc.html, http://www.stta-consulting.com/jokes/econ_jokes.htm, http://www.csuchico.edu/econ/old/links/econhumor.html.

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    ejemplo, en el caso de las ciencias mdicas es comn que un individuo con sntomas muy concretos y evidentes sea diagnosticado y medicado de diferentes maneras por un grupo de mdicos considerados con la misma capacidad. Esto hace que ante un diagnstico delicado las personas con un poco de sensatez busquen otras opiniones que confirmen o rechacen ese primer diagnstico. La decisin final del paciente o de los familiares depender de que exista mayora simple o de la confianza que le tenga a algn mdico en especial.

    Lo mismo exactamente ocurre cuando llevamos el automvil a un mecnico. Ser difcil que un grupo de diez tcnicos coincida en un mismo diagnstico.

    Los dos casos referidos el mdico y el mecnico son muy ilustrativos del serio pro-blema de percepcin e interpretacin que son consecuencia de: a) los distintos paradigmas disponibles; b) del conocimiento (desconocimiento); c) de la (in)experiencia; d) del princi-pal enfoque terico o tcnico en el que se haya formado o educado el profesional, y e) de su ideologa personal. No quedan exentos ni los problemas ni los fenmenos que puedan parecer ms tangibles y fcilmente observables. As, no obstante que los objetos de estudio que abordan mdicos y mecnicos son tangibles y susceptibles de aplicarles diversas prue-bas de medicin y diagnstico, queda claro que no por ello deja de existir un determinado umbral especulativo que tambin las hace, en ltima instancia, ciencias interpretativas.

    Como lo plantean con suma sencillez Samuelson y Nordhaus (1993: 9): La forma en que percibamos los hechos observados depende, en ltima instancia, de los lentes teri-cos que llevemos. Ni siquiera los fsicos pueden librarse de esas gafas que amplifican, oscurecen o distorsionan la realidad. En consecuencia, debemos aceptar que los cientfi-cos son exactamente iguales a las dems personas en cuanto a que son prisioneros de sus ideologas y sus preconcepciones tericas, derivadas de mltiples factores.

    Pero esto no debera admirarnos, sino recordarnos que en esto precisamente consiste la actividad cientfica: en cuestionar de manera permanente los conocimientos prevale-cientes y aceptados por los grupos hegemnicos, y en atacar la ambigedad y sembrar la duda en los paradigmas dominantes. Por eso es que la ciencia tiene como motor interno el cuestionamiento, la bsqueda eterna de mejores explicaciones sobre el funcionamiento del universo. De manera que la ciencia se destruye y se construye incansablemente. Exige dudar, cuestionar, medir, pensar, calibrar, contrastar y corregir. Pero todo ello dentro de un proceso dinmico y cada vez ms exigente. Esto no impide que ocurran retrocesos, los ha habido y no han sido pocos ni irrelevantes. Lo importante es que han sido mayores los avances del conocimiento, no obstante que muchas veces sus aplicaciones hayan ido en contra del propsito humanista que debera caracterizarlo. Pero se es otro tema.

    Esto que comentamos ocurre y ha ocurrido todo el tiempo y explica el diario acon-tecer de la actividad cientfica y de sus aplicaciones, a la vez que nos ayuda a comprender por qu la ciencia no puede ser esttica, ni realizarse al margen de principios ticos.

    Cul sera entonces la diferencia en cuanto al estatuto de cientificidad (cualidad de cientfico) entre las ciencias sociales para nuestro caso la economa y, por ejemplo, las ciencias mdicas y la ingeniera?

    Este ha sido un problema que ha captado la atencin de muchos filsofos, socilogos y metodlogos de la ciencia desde hace mucho tiempo. Obviamente aqu slo pretendemos dejar constancia de la existencia de este gran problema en cualquier rea de estudio, y que en la nuestra quiz se manifiesta con mayor claridad.

    Desde sus orgenes, las ciencias sociales han sido cuestionadas severamente por las ciencias exactas en cuanto a su alto componente de subjetividad, el cual de entrada les otorga un sesgo ideolgico que podra afectar su estatuto cientfico. Habra que recordar que, desde su fundacin, las ciencias sociales pretendieron atender este problema impor-tando de la fsica conceptos como sistema y funcionalidad. Augusto Comte argumentaba que las ciencias sociales deban incorporar el diseo experimental como elemento funda-mental y caracterstico.

    A pesar de estas propuestas, curiosamente ni los economistas clsicos ni los neoclsi-cos se interesaron en la contrastacin emprica de sus teoras a travs del anlisis estads-tico. Esto bien pudo deberse a la falta de series estadsticas pertinentes y de buena calidad

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  • CAPTULO 2 La investigacin y la modelacin econmica 15

    y tambin a que no pretendan validar sus teoras en el campo de la realidad. Sin embargo, en la medida que los procesos experimentales y la estadstica se comenzaron a aplicar en las ciencias bsicas y de stas se exportaron a las ciencias sociales a travs del positivismo, la economa poltica comenz a realizar grandes esfuerzos para introducir razonamientos y modelos matemticos para probar con mayor rigor sus proposiciones tericas y, con ello, acercarlas al estatuto de cientificidad de las ciencias duras o experimentales. Estos esfuer-zos condujeron a que desde comienzos del siglo XX los propios tericos se dieran tambin a la tarea de construir y aplicar tcnicas que les permitieran ponerse en contacto con los hechos observables.

    El ejercicio permanente de contrastar los argumentos tericos con la realidad emprica busca encontrar regularidades que, a fuerza de su repeticin, con el tiempo puedan conver-tirse en leyes. En palabras de Frisch (1997: 29), la importancia de encontrar regularidades es mayscula no slo para el desarrollo de la ciencia, sino para elevar las probabilidades de supervivencia del gnero humano: la supervivencia del ms apto eliminar simplemente a la clase de hombre que no viva en un mundo de regularidades [...], y la deteccin de estas regularidades en buena medida depende del desarrollo de tcnicas experimentales. Por tales razones, no es aventurado plantear que la ciencia avanza en la medida que encuentra regula-ridades, y justamente por ello en los ltimos decenios la teora econmica y la econometra se han fundamentado en el uso creciente de planteamientos axiomticos cada vez ms rigurosos y en la aplicacin de mtodos estadsticos cada vez ms exigentes. En ese sentido, llama la atencin que los primeros premios Nobel de economa4 y los ms recientes (2003 y 2004) se han otorgado a econometristas.5

    2.2 LA MODELACIN ECONMICA Y LA CIENTIFICIDAD

    Este esfuerzo por otorgarle cientificidad a la economa a travs del uso creciente de los mtodos cuantitativos ha sido determinante en el desarrollo del campo de la modelacin, el cual consiste en la abstraccin que conduce a la simplificacin mental de un fenmeno o de una realidad econmica para adquirir la capacidad de ampliar y ordenar nuestro co no-ci mien to de las cosas.6 Con ello se pretende tener ms solidez para dar recomendaciones y lneas de accin a seguir. Esta actividad es paradjica: para comprender un fenmeno complejo es necesario simplificarlo a travs de procesos mentales que implican abstrac-ciones diversas. Pero este procedimiento tambin lo utilizan reas como la fsica y la qumica al tratar de explicar procesos y fenmenos complejos que no se pueden observar directamente. Por poner ejemplos muy conocidos, mencionemos el concepto del tomo y la molcula y ms an de sus componentes.

    Es necesario hacer algunas consideraciones sobre estos conceptos antes de seguir ade-lan te. Por desgracia, muchos estudiosos de las ciencias sociales han identificado el trmino modelo como una construccin mental irreal o inalcanzable que con el tiempo podra obtenerse como consecuencia de la accin obstinada sobre la realidad, llegando muchas veces al extremo de la aplicacin de medidas que se han identificado como potencialmente dainas del bienestar social.

    Sin embargo, en la ciencia el concepto genrico de modelo no tiene nada que ver con esas acepciones, sino con la de representacin simplificada y a escala de un fenmeno com-plejo para facilitar su comprensin y el estudio de su comportamiento.

    4 Otorgados en 1969 a Frisch y Tinbergen por haber desarrollado y aplicado modelos dinmicos al anlisis de los procesos econmicos.

    5 En 2003 fueron a Engle y Granger, por su contribucin al anlisis de series de tiempo; al primero por los aportes en la modelacin de la volatilidad dinmica de las series y a Granger por el anlisis de series con tendencia comn (cointegracin). En 2004, a Hodrick y Prescott por sus contribuciones en dinmica ma-croeconmica, como la consistencia del tiempo en la poltica macroeconmica y en los ciclos econmicos.

    6 En el captulo siguiente se desarrollan los distintos tipos de modelos que existen.

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    A nivel de la vida cotidiana y del sentido comn se considera que las acciones y los hechos econmicos se suceden de manera ininterrumpida y no parecen guardar orden ni jerarquizacin alguna. Tal sera el caso de la compra y venta de bienes y servicios, que podran considerarse como conductas aparentemente inconexas. Sin embargo, la teora econmica las ordena y tipifica en trminos de una teora del consumidor y otra del produc-tor, las cuales nos permiten entender las razones que estn explicando determinados actos, en circunstancias y para bienes especficos. Los modelos microeconmicos nos dan cuenta de ello. Nos dan la posibilidad de entender esos actos, as como pronosticarlos en tiempos y circunstancias determinados.

    Este procedimiento puede expresarse a nivel grfico como una amiba (protozoario elemental sin forma definida; vase esquema 2.1). Slo en la medida que se aplican los ins-trumentos determinados de un enfoque terico o paradigma la amiba adquiere una forma precisa, que permite relacionarla con su entorno y, por tanto, entender y ordenar las inte-racciones que se dan en su interior y que le dan vida y razn de ser. Este sencillo ejemplo de biologa bsica nos permite comprender el ejercicio de modelacin en general.

    ESQUEMA 2.1 Proceso de modelacin

    Realidad econmica modelada

    Uso de los instrumentos (conceptos, categoras) de los paradigmas

    Hechos econmicos a nivel del sentido comn

    Una vez que llegamos a esa estructuracin ordenada de la realidad concreta hemos hecho sabindolo o no un ejercicio de modelacin.

    El proceso de modelacin buscar persistentemente, a partir de la contrastacin emp-rica con los instrumentos que provee la ciencia y los mtodos cuantitativos, corroborar o rechazar esa construccin intelectual que hicimos. En palabras de Ekeland y Hbert (1992: 643): La teora sin verificacin (o potencial verificacin) tiene una utilidad limitada. Los hechos sin una teora forjada en la lgica de las matemticas, carecen de significado. Por lo tanto, el grupo de economistas que se apoya centralmente en el uso de los mtodos cuan-ti ta ti vos considera que [...] un mayor respeto por la economa, como disciplina cientfica e independiente, slo se conseguir por medio de la constante aplicacin de rigurosos ins-trumentos matemticos y estadsticos.

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    2.3 EL PROCESO DE MODELAR

    Acabamos de mencionar que la modelacin en la economa es un esfuerzo por darle mayor cientificidad a la disciplina. En palabras de Prez (1998), es como ponerle la bata blanca a la economa. Pero este esfuerzo no es mecnico ni est sujeto a reglas o recetas precon-cebidas o inamovibles.

    2.3.1 EL PAPEL DE LOS SUPUESTOS

    La modelacin busca en todo momento incorporar las variables necesarias para conse-guir una buena explicacin del fenmeno de inters, para lo cual es inevitable establecer supuestos simplificadores que eliminen elementos no importantes que impidan analizar con claridad nuestro objetivo.

    En este punto se ha dado un fuerte debate histrico entre el uso y la validez de supues-tos restrictivos y simplificadores y su posibilidad de distorsionar la realidad. Mientras que para los economistas keynesianos-estructuralistas (identificados con la CEPAL) es necesario partir de un modelo realista, que se base en pocos supuestos y adems apegados a com-portamientos observables, para Friedman (1953) y sus simpatizantes lo importante no es el carcter real o irreal de los supuestos, sino la capacidad de prediccin del modelo.

    Un punto central de la obra de Friedman (ibid.: 61) es la relacin de supuestos y la significacin de la teora. Para l no existe una relacin entre ambas entidades. Es ms, plantea que bien puede ocurrir una relacin inversa entre ambas: [...] hiptesis verdadera-mente importantes y significativas tienen supuestos que son representaciones de la realidad claramente inadecuados y, en general, cuanto ms significativa sea la teora, menos realistas sern los supuestos. La razn es sencilla, una hiptesis es importante si explica mucho a travs de poco; esto es, si abstrae los elementos comunes y cruciales de la mar de circuns-tancias complejas y detalladas que rodean al fenmeno que ha de explicarse y permite predicciones vlidas sobre ellas incluso comparadas con otras teoras.

    La lgica formal otorga consistencia a los argumentos tericos que constituyen el sistema hipottico-deductivo del modelo (Dagum y Dagum, 1971: 61); pero la evidencia emprica medida y evaluada con los modelos economtricos puede demostrar si esa cons-truccin mental ordenada tiene una equivalencia significativa.

    La lgica formal es un instrumento fundamental e infaltable en cualquier paradigma cientfico, pero su uso incorrecto o aventurado puede conducir a resultados aberrantes como el que refiere el talentoso caricaturista mexicano Francisco Caldern (Reforma, 9 de febrero de 2004). Seala que Bertrand Russell en una conferencia sobre lgica matemtica afirm:

    Contrariar las reglas [de la lgica matemtica] slo trae calamidades. Basta una pre-misa matemtica falsa para poder demostrar cualquier disparate.

    Un asistente lo interrumpi con una actitud desafiante y le dijo:

    Si 2 + 2 = 5, demustreme que yo soy el Papa.

    De acuerdo con el relato de Caldern, sin inmutarse, Russell le respondi:

    Si 2 + 2 = 5, entonces 5 = 4. Restmosle a los dos resultados 3, y entonces tendramos que 2 = 1 [...]. Si usted y el Papa son 2 [...] entonces usted y el Papa son 1 [...], luego entonces usted es el Papa.

    Esta ancdota nos hace ver los peligros a los que pueden conducir los silogismos de la lgica formal, aun cuando se utilicen correctamente.

    Los modelos cualquiera que sea su forma de representacin, como se detalla en el captulo 3 se construyen con lgica formal y lgica matemtica. Por lo tanto, el uso correcto de ambas es una condicin necesaria del mtodo cientfico, pero la condicin de suficiencia

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    la otorgan la prctica concreta y la contrastacin emprica. Sin embargo, eso no nos permite afirmar que hayamos llegado a la verdad. En todo caso, nos indicara que hemos avanzado en el conocimiento y, por lo tanto, en la comprensin del fenmeno y que probablemente habr desarrollos posteriores que refutarn o confirmarn esos resultados.

    Dagum (1978: 13-15) seala que hay un grave problema en la modelacin cuando se especifica un sistema axiomtico a priori que cumple con la lgica formal pero que est divorciado del objeto real. A ello le denomina enfoque metafsico. Indica: La falta de contenido emprico como fundamento para la especificacin de un sistema axiomtico con-vierte al enfoque metafsico en un ejercicio puramente intelectual carente de todo status cientfico [...]. Esto sucede cuando en una teora todos son enunciados a priori sin ninguna contrapartida emprica [...]. En consecuencia, no son objetos empricamente verificables o falseables.

    El alto riesgo que representa hacer teora sin contrastacin emprica queda de mani-fiesto en la entrevista que Cassidy (1996: 16-17) le hizo a Robert Lucas, quien seal: Es cri bo un montn de ecuaciones y sostengo que esta ecuacin guarda relacin con las preferencias de la gente y esta otra es una descripcin de la tecnologa. Pero esto no quiere decir que as sea. Quiz estoy en lo correcto, quiz me equivoco. Eso depende de la evi-dencia.

    En contraposicin al enfoque metafsico, Dagum (ibid.) expone que el enfoque cient-fico: [...] parte de la observacin y anlisis de las observaciones [...] en busca de las carac-tersticas de regularidad y permanencia en las acciones, reacciones e interacciones de las unidades objeto del conocimiento [...].

    Por lo que hemos venido diciendo a lo largo de este captulo, es necesario enfatizar que cada modelo es una y slo una interpretacin entre muchas del mundo real, por lo que es prcticamente imposible que los resultados que arroja coincidan con los de los dems. Basta con que una sola ecuacin difiera entre dos modelos estructurales para afir-mar que se trata de dos interpretaciones distintas, y por ello entender que generan anlisis y resultados numricos diferentes. Lo mismo ocurre para periodos muestrales diferentes, an en presencia de especificaciones iguales. Esto se puede ver con claridad si revisamos el esquema 2.2. La flecha vertical que hemos usado como indicativa del uso progresivo de conceptos y categoras nos conducen a modelos diferentes, por lo que cada uno de ellos

    ESQUEMA 2.2 Modelaciones alternativas

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    ser una representacin distinta de la misma realidad. Esto nos remite nuevamente al pro-blema de origen que discutamos al inicio de este captulo.

    Ante estos resultados, la pregunta inevitable sera: cul de los dos modelos es el correcto o el adecuado? De principio no podemos responder categricamente. Lo ni co que podemos decir es que partiendo de la misma realidad hemos construido dos modelos distintos, cada uno con probabilidades distintas de replicar esa realidad; la compro -ba cin emprica a travs de la simulacin histrica y del pronstico (retomando la propuesta de Milton Friedman) nos dar la respuesta.

    2.3.2 MANEJABILIDAD DE LOS MODELOS

    La modelacin requiere necesariamente de supuestos, pues de otra manera no podramos representar a escala y con sencillez una realidad compleja.

    Un buen modelo puede ser aquel que se enfoque principalmente en describir la reali-dad, pero tambin aquel que tenga capacidad de hacernos ver ms all de lo que a primera vista parece ofrecer. A esto se le llama introspeccin.

    Por si todos los factores anteriores no fueran suficientes para demostrarnos que la modelacin es complicada por naturaleza, aparece ahora otro que se refiere a la condicin de que sea manejable, ...en el sentido de que produzca ciertas introspecciones o conclu-siones no obtenibles mediante observaciones directas del mundo real. Esta manejabilidad implica hacer cierta idealizacin (eliminacin de influencias raras y simplificacin de pro-cesos) [...]. El balance adecuado entre realismo y manejabilidad es la esencia de la buena modelacin. Un buen modelo es realista y manejable si especifica las interrelaciones entre las partes de un sistema en una forma suficientemente detallada y explcita para asegurar que el estudio del modelo conduzca a introspecciones respecto del sistema del mundo real. Al mismo tiempo las especifica en una forma suficientemente simplificada y manejable para asegurar que el modelo pueda ser fcilmente analizado y puedan extraerse conclu-siones relacionadas con el sistema del mundo real. Un modelo malo es aquel altamente realista, pero tan complicado que se vuelve inmanejable; en este caso no hay razn para construirlo. El segundo tipo de modelo malo se va al otro extremo: es altamente maneja-ble pero tan idealizado que es irreal al no tomar en cuenta componentes importantes del sistema del mundo real (Intriligator, 1990: 29).

    No existe un consenso en cuanto al tamao ptimo del modelo. Sin embargo, durante los aos cincuenta y sesenta del siglo pasado se pens que exista una relacin directamente proporcional entre tamao o escala (medido por el nmero de ecuaciones y desagregacin sectorial) y su capacidad descriptiva y de introspeccin. Ante los cuestionamientos que se hicieron al consenso keynesiano (vase el captulo 5), la ciencia econmica se fue al extremo contrario y postul la conveniencia de hacer modelos uniecuacionales y univaria-dos: una ecuacin y una variable.

    Como todo en la vida, es preferible evitar excesos o soluciones de esquina, por lo que consideramos que para el propsito concreto de reproducir un sistema econmico com-plejo no es conveniente construir modelos de muchos cientos o incluso miles de ecuaciones, como lleg a utilizarse en esas pocas, pero tampoco es apropiado pensar en que una sola ecuacin ser capaz de explicar un sistema econmico.

    Todo modelo en especial los estructurales, que son los que por lo regular se usan para generar simultneamente pronsticos y simulaciones de muchas variables incurre en cos-tos permanentes (fijos y variables, medios y marginales) debido a que su funcionamiento adecuado exige co