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ECOFAIR TRADE DIALOGUE ECOFAIR TRADE DIALOGUE Comercio sano – Agricultura sostenible Marco multilateral para mercados sostenibles en la agricultura FUNDACIÓN HEINRICH BÖLL

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Comercio sano – Agricultura sostenibleMarco multilateral para mercados sostenibles en la agricultura

FUNDACIÓNHEINRICHBÖLL

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Este documento ha sido producido con la asistencia financiera de la Unión Europea. Los contenidos del mismo son responsabilidad única de Misereor y la Fundación Heinrich Böll, y bajo ninguna circunstancia deben interpretarse como un reflejo de la posición de la Unión Europea.

CCoommeerrcciioo sseennttoo –– AAggrriiccuullttuurraa ssoosstteenniibblleeMarco multilateral para mercados sostenibles en la agricultura

Autores Wolfgang Sachs y Tilman Santarius

En colaboración con Souleymane Bassoum, Daniel de la Torre Ugarte, Gonzalo Fanjul Suárez, Anna Luiza Ferreira Pijnappel, Arze Glipo, Aileen Kwa, Hannes Lorenzen, Sophia Murphy, Oduor Ong’wen, Rita Schwentesius Rindermann

Traducción al español Sandra Patow-Derteano, María Nelly CuculizaLectura final Estela S. de Biurrun, Servicio de Lenguas, Misereor

Publicado por Fundación Heinrich Böll y MISEREOR

Impreso en México, Septiembre de 2007

© Fundación Heinrich BöllObra Episcopal MISEREOR (Organización de los Obispos Católicos Alemanes para la Cooperación para el Desarrollo)

Diagramación Michael Pickardt, Berlin

Producción Frente&Vuelta, México DF, MéxicoBellas Artes SA de CV, El Salvador

Gestión del proyecto Jörg Haas, Silke Helfrich (Fundación Heinrich Böll)Alicia Kolmans, Mute Schimpf (MISEREOR)Tilman Santarius (Instituto de Clima, Medio Ambiente y Energía de Wuppertal)

La publicación a continuación no necesariamente representa los puntos de vista de la casa de publicación.

Se puede descargar bajo www.ecofair-trade.org

Fotografías Misereor (2/3, Portada), Erika Barahona Ede (9), dpa (14, 19), Maurice Oudet (75, Portada), KNA-Bild (26, 49)

MISEREOR Heinrich Böll StiftungMozartstr. 9 Rosenthalerstr. 40/4152064 Aachen, Alemania 10178 Berlín, AlemaniaTelf. (+49) (0) 241-442-168 Telf. (+49) (0) 30 38534-0Fax (+49) (0) 241-442-505 Fax (+49) (0) 30 28534-109www.misereor.org www.boell.de

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Comercio sano – Agricultura sostenibleMarco multilateral para mercados sostenibles en la agricultura

Autores:

Wolfgang Sachs y Tilman Santarius

En colaboración con:

Souleymane Bassoum

Daniel de la Torre Ugarte

Gonzalo Fanjul Suárez

Anna Luiza Ferreira

Pijnappel Arze Glipo

Aileen Kwa

Hannes Lorenzen

Sophia Murphy

Oduor Ong’wen

Rita Schwentesius Rindermann

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Consulta Regional de ÁfricaOccidental Mbour

Mbour, Senegal Febrero de 2006

Consulta RegionalNorteamericana

Washington D.C., EEUUSeptiembre de 2006

Consulta Regional de México y América Central

Teotihuacán, MéxicoOctubre de 2006

Consulta RegionalEuropea

Bruselas, BélgicaNoviembre de 2006

Consulta RegionalSudamericana

Curitiba, Brasil Agosto de 2006

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ECOFAIR TRADE DIALOGUENuevas orientaciones para el comercio mundial

de productos agrícolas

Consulta Regional Asiática

Chiang-Mai, TailandiaMayo de 2006

Discusión de Panel delEcoFair Trade Dialogue

Hong KongDiciembre de 2005

Consulta RegionalAlemana

Berlín, AlemaniaOctubre de 2006

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Este documento se basa en un diálogo internacionalextenso, que recogió una amplia gama de ideas,experiencias y puntos de vista de un gran número departes interesadas.

El diálogo internacional no sólo generó unprofundo análisis en torno a cuestiones difíciles ycomplejas, sino que también catalizó las tensionesintelectuales y los desacuerdos sobre puntos funda-mentales en el debate. Vemos en ello una partepositiva y esencial del desarrollo de una nuevaperspectiva. Con esfuerzos conjuntos como éstos, nose puede resolver todas las diferencias; por ello, losmiembros individuales del Panel de Expertos sereservan el derecho de afirmar sus puntos de vistaahí donde puedan diferir de aquéllos que sedescriben en el presente informe.

El documento fue compilado y escrito porWolfgang Sachs y Tilman Santarius, los moderadoresdel EcoFair Trade Dialogue, en colaboración estrechacon el Panel de Expertos: Souleymane Bassoum,Gonzalo Fanjul Suárez, Arze Glipo, Aileen Kwa,Hannes Lorenzen, Sophia Murphy, Oduor Ong’wen,Anna Luiza Ferreira Pijnappel, Rita SchwentesiusRindermann, y Daniel de la Torre Ugarte.

Asimismo deseamos agradecer a Kamal Malhotra,quien participó en muchas de las reuniones del Panelde Expertos de manera individual, y proporcionócomentarios y consejos útiles durante el proceso dediálogo.

También recibimos mucha información de retornopor escrito de los miembros de la Junta ConsultoraInternacional del EcoFair Trade Dialogue, en parti-cular de Mario Aguja, del Hermano David Andrews,de Jesús Antón, Laura Carlsen, José María Álvarez

Coque, Biswajit Dhar, Bernward Geier, ChristianeGrefe, Mark Halle, Benny Härlin, Ulrike Höfken, PanosKonandreas, Ibrahim Assane Mayaki, Robert Taylor yBill Vorley. Helen Rupp hizo contribuciones al análisisde género en el proyecto.

Además, deseamos agradecer a las personas queofrecieron su tiempo, conocimiento y experienciadurante las Consultas Regionales. Se aprecia profun-damente sus contribuciones y sus nombres seencuentran listados en el apéndice.

Los colegas de la Fundación Heinrich Böll yMISEREOR proporcionaron su apoyo en la prepara-ción de las Consultas Regionales, así como comenta-rios y sugerencias útiles durante el proceso de redac-ción. Incluyeron a Wilhelm Thees y a René Millogo,Heike Löschmann y Hilke Koegl, Thomas Fatheuer yClarisse Castro, Liane Schalatek, Charly Poppe, AnneKaiser, Jorge Villareal y Johanna Goetter, así como aAnja Mertineit y Heinz Oelers.

El grupo que administró todo el proceso dediálogo y que incluyó al equipo editorial de la Funda-ción Heinrich Böll y MISEREOR estuvo conformadopor: Jörg Haas, Silke Helfrich, Alicia Kolmans y MuteSchimpf. Los apoyaron Rita Hoppe, Silvia Cottin,Johanna van Biesbrock y Annette Maennel.

La traducción al español fue realizada por SandraPatow-Derteano y María Nelly Cuculiza y la lecturafinal por Estela S. de Biurrun, del Servicio de Lenguasde MISEREOR. Johannah Bernstein editó eldocumento original en inglés y Michael Pickardtdiseñó la diagramación.

Estamos muy agradecidos por las contribucionesque todas estas personas y colegas han hecho a esteimportante proyecto.

Agradecimientos

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Índice

Prefacio 7

Para el lector apresurado … 9

Introducción El EcoFair Trade Dialogue 14

Diálogo sobre comercio ecológico y justo

Parte 1 Principios 19

Multifuncionalidad 20Derechos humanos 21Integridad medioambiental 21Soberanía democrática 22Responsabilidad extraterritorial 23Subsidiariedad económica 24Comercio con justicia 24

Parte 2 Problemas 26

2.1 Prioridad de la perspectiva económica 262.2 Indiferencia ante los modos de subsistencia 312.3 Indiferencia ante la naturaleza 352.4 Empoderamiento de las empresas transnacionales 402.5 Asimetrías persistentes 44

Parte 3 Soluciones 49

3.1 Ampliando el espacio de la política nacional 493.2 Invirtiendo en la multifuncionalidad 533.3 Estabilizando los precios para proteger los modos

de sustento agrícolas 583.4 Estableciendo estándares para un comercio de calidad 613.5 Democratizando la cadena alimentaria 663.6 Equilibrando las asimetrías 71

Conclusión Hacia una arquitectura del comercio agrícola post-OMC 76

Notas finales 79

Referencias 80

Participantes en las Consultas Regionales 85

Panel de expertos 90

Documentos de discusión del EcoFair Trade Dialogue 92

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Prefacio

La publicación de esta propuesta para una reformafundamental del régimen comercial agrícola coincidecon un período en el que los problemas que afrontael sistema de mercado existente – especialmenterespecto de la agricultura – se están haciendo cadavez más evidentes.

La Ronda de Doha de la Organización Mundial deComercio (OMC) de negociaciones comercialesmultilaterales está al borde del fracaso: la estáfrustrando sobre todo el rechazo de la Unión Europeay de los Estados Unidos de hacer mayores conce-siones a los países en desarrollo en el sectoragrícola, y su demanda simultánea de una aperturade gran alcance de los mercados en el Sur. Al mismotiempo, un número creciente de estudios de proyec-ción prevén que sólo los países industrializados yunos cuantos países en desarrollo exportadoresserán los ganadores de la Ronda de Doha, mientrasque la mayoría de países pobres estará entre losperdedores. Además, por encima y más allá del nivelde los estados-nación, se ha visto que la liberaliza-ción de los mercados está básicamente en manos deactores económicos fuertes, y refuerza su poder demercado en detrimento de los económicamentedébiles, tanto en el Sur como en el Norte.

La experiencia real adquirida hasta la fecha con laliberalización de mercados dentro del marco de laOMC o de acuerdos comerciales regionales y de losprogramas de ajuste estructural ha demostradodesde hace algún tiempo que la globalización econó-mica trae consigo problemas importantes – particu-larmente respecto del sector agrícola. Éstos incluyenun mayor empobrecimiento de la población rural enlos países en desarrollo y la pérdida de su acceso arecursos tales como la tierra, el agua y la semilla, asícomo a los mercados. Expuestas a fuertes presionesde precio y concentración, muchas familias aban-donan la agricultura tanto en los países industria-lizados como en los países en desarrollo. La degrad-ación subsecuente de su medio ambiente y lapérdida de diversidad biológica y cultural son igual-mente alarmantes. Más aun, las actuales reglas delcomercio agrícola no advierten en gran medida losdesafíos que enfrenta la agricultura mundial en elsiglo XXI, como el fin de la era del petróleo barato oel problema del cambio climático.

¿Pero qué forma debe tomar el comercio agrícolainternacional para contribuir a una mayor justiciasocial y al desarrollo sostenible en todo el mundo?

¿Cómo debe estructurarse para resolver los nuevosretos del futuro?

La Fundación Heinrich Böll y MISEREOR seabocaron a analizar estas preguntas en el marco delEcoFair Trade Dialogue en todo el Mundo, trabajandoen cooperación con el Instituto de Clima, MedioAmbiente y Energía de Wuppertal y con un panel deexpertos de todos los continentes, todos los cualescolaboraron en la producción del presentedocumento. El diálogo se realizó en consultas regio-nales en Asia, África, Europa, América del Sur y delNorte. Entre los participantes se contó no sólo conrepresentantes de organizaciones de agricultores yde ONG, sino también de ministerios, parlamentos,la comunidad científica y de organizaciones interna-cionales. Las diversas condiciones encontradas enlas distintas regiones del mundo, así como lasvariadas posiciones que asume la sociedad civil,fueron de máxima importancia en nuestras delibera-ciones. A través de esta publicación aspiramos aponer los resultados del diálogo al alcance de lasinstancias políticas de decisión, las organizacionesde la sociedad civil y los miembros interesados delpúblico en general.

Confiamos en que este documento proporcionaráorientación, así como también temas para el debatesobre las tareas del futuro: el camino hacia unsistema comercial mundial ecológicamente másjusto, una agricultura sostenible y la seguridadalimentaria en todo el mundo. Publicaciones previasde nuestras respectivas organizaciones han prepa-rado ya el terreno, ofreciendo reflexiones e inter-cambios similares, como es el caso del estudio deMISEREOR “Hacia una alemania con perspectivas defuturo – Aporte a un desarrollo global suspentable”y del “Memorando de Johannesburgo” de la Funda-ción Heinrich Böll. Con este telón de fondo, iniciamosel EcoFair Trade Dialogue.

Entretanto se reconoce ampliamente que eldesarrollo sostenible no es posible, salvo que lapolítica comercial se trate en conjunto concuestiones sociales respecto a los modos de ganarseel sustento y a los derechos de los seres humanos,así como a la protección del medio ambiente. Estavisión constituye el fundamento de los principiospresentados en este documento para la regulacióndel comercio agrícola, por ejemplo la subsidiaridadeconómica, la multifuncionalidad de la agricultura, lajusticia comercial y la integridad ambiental.

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A partir de estos principios – y en un profundoanálisis de las desventajas del sistema agrícolacomercial prevaleciente – se ha elaborado propue-stas concretas de reforma, tomando también encuenta los desafíos institucionales.

Sin duda siguen sin respuesta muchas preguntasy algunos puntos generarán controversia. Noobstante, es obvio que un cambio paradigmático sehace cada vez más apremiante. Por lo tanto, hallegado el momento de un debate amplio e intenso,dirigido a desarrollar soluciones nuevas e innova-

doras y a crear una sociedad global más justa ysostenible para todos.

El presente documento, “Comercio sano – Agricul-tura sostenible”, es una de nuestras principalescontribuciones a este debate. A lo largo de lospróximos años, especialmente entre 2007 y 2009, elEcoFair Trade Dialogue organizará conferencias yseminarios para hacer conocer las propuestas dereforma, en su confrontación con las instanciaspolíticas de decisión y las organizaciones de lasociedad civil, con miras a inspirar su acción.

Prof. Dr. Josef Sayer Barbara Unmüßig Director General Consejo EjecutivoBischöfliches Hilfswerk MISEREOR e.V. Fundación Heinrich Böll(Organización de los Obispos católicos alemanes para la cooperación al Desarrollo)

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La reforma de las reglas comerciales agrícolasse halla en el centro de las negociaciones de laOrganización Mundial de Comercio (OMC) res-pecto de un marco multilateral para la eco-

nomía mundial. Sin embargo, las reformas que seavizoran no traslucen un buen futuro para la agricul-tura en todo el planeta. Profundizarán la desespera-

ción de los pequeños agricultores y minarán los eco-sistemas locales y globales. Además, en la era post-fósil que se acerca dificultarán saltos de productivi-dad en la agricultura. Con su mirada puesta en lareducción de aranceles y subsidios, los protagonistasde los países más importantes del Norte y del Surignoran en gran medida los retos planteados a la agri-

Para el lector apresurado

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cultura y las comunidades rurales por la pobreza, eldeclive medioambiental, y los cada vez más escasosrecursos petroleros.

Aunque los agricultores de todas partes tendránque responder de manera creativa a estos desafíos,las políticas de ajuste comercial y estructuralimpulsan el cambio en la dirección equivocada. Poresta razón, este documento propone perspectivaspolíticas e instrumentos de política para un sistemacomercial que ofrezca oportunidades genuinas a lospobres, preserve el medio ambiente y ayude a laagricultura a cambiar hacia una base de recursossolares.

El EcoFair Trade Dialogue fue lanzado por laFundación Heinrich Böll y Misereor (ambas con sedeen Alemania, pero relacionadas a organizacionescontrapartes en todo mundo) junto con el Instituto deWuppertal, tras la Reunión Ministerial de la OMC enCancún en septiembre de 2003, cuando la agriculturafiguró como una pieza importante de negociaciónpara las concesiones en la industria y los servicios.Este documento es el producto de consultas ytalleres que se realizaron con un enorme número deorganizaciones de la sociedad civil en todos los conti-nentes. Los doce autores provienen asimismo de lasAméricas, Australia, África y Asia, de paísespequeños y grandes potencias comerciales del Sur ydel Norte. Trabajan como analistas comerciales paraorganizaciones no gubernamentales, como promo-tores de la agricultura sostenible a nivel de las bases,como investigadores en universidades o comoasesores de política para parlamentos y gobiernos.

La primera parte del título del documento originalen inglés: Slow Trade hace alusión al movimientointernacional Slow Food (“Comida Lenta”) quedefiende la causa de los alimentos sanos, de calidady justos, así como a la lentitud de contratos comer-ciales respetuosos de numerosas consideracionesjustas y necesarias. En la traducción al español se hapreferido hablar más bien de Comercio “sano”, dadoque entendido literalmente el calificativo “lento”podría interpretarse de forma peyorativa. También lasegunda parte Sound Farming fue reemplazada porAgricultura sostenible, por corresponder estaacepción mejor a la idea de fondo. Al igual que en eloriginal, el título completo transmite gráficamente lavisión del documento, en el sentido de que uncomercio bienintencionado – “sano” – a favor de laspersonas y del planeta reducirá la competenciacomercial que favorece el poder y la ganancia yestimulará mercados equitativos.

La Parte 1 establece siete Principios para el diseño deuna arquitectura comercial agrícola. Los principios sebasan en la convicción de que se debe colocar losvalores de interés público antes de los interesesprivados y de que las políticas deben enmarcar a los

mercados. El principio de la multifuncionalidadenfatiza el hecho de que la agricultura está incrustadaen redes sociales y naturales. El principio de derechoshumanos subraya que la reforma del comercio debemejorar la situación de los ciudadanos menos favore-cidos del planeta. El principio de la integridad medio-ambiental refleja la misión de la agricultura deregenerar las tierras, el agua y la biodiversidad, a lavez que produce alimento, combustible y fibra. Elprincipio de la soberanía democrática defiende losderechos de los ciudadanos de expresar sus prefe-rencias colectivas sobre cómo dar forma a las políticascomerciales y de inversión que impactan sus vidascotidianas. El principio de la responsabilidad extra-territorial expresa la responsabilidad mundial – enparticular de los países poderosos – de no infligirdaño a los ciudadanos más allá de sus fronteras. Elprincipio de la subsidiariedad económica implica quelos intercambios económicos en el sistema dealimentos deberían llevarse a cabo preferentementea nivel local y nacional, mientras que los intercambiosen el nivel continental o mundial tienen solamenteuna función complementaria. Y finalmente, elprincipio de comercio con justicia sugiere que elrevertir las actuales asimetrías exige una desigualdadde oportunidades a favor de los débiles, ya que unaigualdad de oportunidades favorece a los fuertes.

La Parte 2 estudia los Problemas más pertinentesrelacionados con la desregulación del comercioagrícola. “Prioridad de la perspectiva económica”apunta a que las conversaciones sobre comercioestán gobernadas por la visión estrecha de la agricul-tura como una máquina de dinero que genera creci-miento y divisas. Sin embargo, el rol de la agriculturava mucho más allá de los registros contables. Es elmodo de subsistencia principal de la vida rural, asícomo parte esencial de la biosfera. Cuando sistemáti-camente se deja de lado estos contextos, la políticacomercial genera decisiones equivocadas.

Más específicamente, el capítulo “Indiferenciaante diferentes modos de subsistencia” resalta lasconsecuencias fatales de esta negligencia respectode los pequeños agricultores y comunidades ruralesen muchos países. A la gente se la ha expulsado yforzado a emigrar de su tierra hacia conglomeradosurbanos. En parte, la globalización y la liberalizacióncomercial son responsables de la actual desapari-ción de la clase campesina. Los autores de estedocumento, sin embargo, rechazan el supuestooculto de los diplomáticos del libre comercio, quedicen que los pequeños agricultores están en vías deextinción – un costo del progreso. En vez de eso, losfundos familiares de pequeña escala tienen la clavepara la mayor productividad, la sostenibilidad medio-ambiental y el mayor empleo.

El capítulo “Indiferencia ante la naturaleza”

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demuestra cómo la visión empresarial de la agricul-tura ha generado consecuencias potencialmenteruinosas tanto para la naturaleza como para laagricultura. Un incremento en el comercio fronterizode bienes agrícolas llevaría más probablemente auna mayor expansión de la agricultura industrial degran escala, ávida de agua y tierra. Además, estopone el futuro mismo de la agricultura en riesgo, yaque la base ambiental se derrumba y uno de losingredientes principales de la agricultura industrial,el petróleo barato, desaparece.

Al dirigir la mira hacia las negociaciones comer-ciales, en el Capítulo “Empoderamiento de lasempresas transnacionales” se argumenta que lafilosofía del libre comercio se enraíza en el supuestode que las barreras al libre comercio sólo provienende las acciones de los estados.

Sin embargo, la concentración empresarial y unpoder de mercado sin límites son por lo menos unproblema de igual magnitud. Donde las empresasdominan el campo, los productores quedanimpedidos de vender sus productos – no debido a lasbarreras arancelarias o a los subsidios públicos –sino porque las transnacionales controlan los preciosy los estándares. El resultado es que la desregulaciónde los mercados coincide con los intereses empre-sariales.

Al desmantelar las protecciones de las fronterasnacionales, la liberalización terminó fortaleciendo loscárteles transnacionales.

Finalmente, el capítulo “Asimetrías persistentes”se refiere a las enormes desigualdades en el sistemacomercial actual. La receta de la ‘talla única’ paraeliminar las barreras comerciales pone a los paísesmenos competitivos en desventaja, ya que fuerza alos actores débiles y fuertes a competir en la mismaliga. Además, lo que se ha llamado eufemísticamenteun ‘campo de juego nivelado’ en la competenciacomercial es en realidad un conjunto de reglassesgadas, que inclinan el campo a favor de loscárteles y países poderosos. En un escenario comoéste, para muchos países ha sido una falacia dirigirsu producción agrícola hacia las exportaciones ymercados globales. Aun así, equilibrar las reglas noes suficiente, ya que el libre comercio está en manosde los fuertes. En vez de esto, las reglas del comerciosólo se volverán justas si favorecen a los débiles porencima de los fuertes.

La Parte 3 esboza Soluciones. Éstas incluyenopciones para el rediseño de las reglas comercialesagrícolas junto con una serie de instrumentos paradirigir los flujos transnacionales de mercancíaagrícola. Las propuestas descansan sobre la visiónde que las preocupaciones por la dignidad humanay la integridad de la biosfera deben incorporarse enla arquitectura de las reglas de comercio. Es una

expresión de irresponsabilidad estructural cuando laOMC restringe su competencia sólo a cuestionescomerciales, apelando a los gobiernos nacionalespara que se hagan cargo de los problemas socialesy ecológicos, mientras que al mismo tiempo dismi-nuyen su autoridad a través de las políticas dedesregulación.

Primero: la primera regla dice que los paísesnecesitan un Espacio mayor para la política nacional.Luego de décadas de obligar a la política nacional arenunciar a sus competencias, se tiene que devolverel poder a los gobiernos y comunidades nacionalespara que den forma a los flujos comerciales deacuerdo con sus preferencias colectivas. Sobre todo,deben volver a adquirir la autoridad de gobernar laimportación de bienes, servicios e inversiones.

Como la agricultura sigue siendo la fuenteprincipal de subsistencia de la mayoría de personasen los países en desarrollo, la liberalización de lasimportaciones tiene que tomar el asiento traserocuando están en juego los modos de subsistencia yla seguridad alimentaria nacionales. Ésta es la razónpor la que los países requieren un espacio libre conrespecto a las reglas del comercio internacional, paraproteger a los mercados nacionales de los picos deimportación, a través de políticas de control fronte-rizas que incluyen aranceles, cuotas y medidas desalvaguarda de acuerdo con el precio y el volumen.Además, los países necesitan retener ciertaautoridad, por ejemplo para influir sobre los flujos deinversión extranjera, dirigir las actividades de lasempresas transnacionales, enlazar la produccióninterna con la seguridad alimentaria o estándaresmedioambientales estrictos, y diseñar esquemas deapoyo para mantener una economía rural saludable.No es eficaz en términos del bien común – ni legítimoen términos de la soberanía democrática – que losintereses comerciales impulsen la política y lasociedad. Los ‘obstáculos al comercio’ son bienve-nidos siempre que sean disposiciones para elbeneficio público.

Segundo: la agricultura – al proveer riqueza tantoprivada como compartida – tiene pocas probabili-dades de prosperar, salvo que exista suficiente Inver-sión en multifuncionalidad. Sin embargo, asegurar lamultifuncionalidad medioambiental y social exigeque se dé apoyo a la agricultura. Por lo tanto, esengañoso defender la remoción de todos losesquemas de apoyo nacionales. El punto crucial estáen hallar lo adecuado en cuanto al nivel y la estruc-tura de inversión y regulación para la agricultura, noen la eliminación del rol del Estado.

El apoyo puede ser institucional o financiero. Elapoyo institucional puede incluir el mejorar laspolíticas tributarias, poner a disposición el conoci-miento y la infraestructura necesarios y fomentar lainvestigación – todas ellas herramientas de impor-

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tancia central en la transición hacia la sostenibilidad.El apoyo financiero, por el contrario, puede incluirpagos a los agricultores, aunque en condiciones biendelimitadas. Según el principio de responsabilidadextraterritorial, los esquemas de apoyo no deberíandañar las oportunidades de otros en los mercadosexternos. Los subsidios a la exportación sonilegítimos en todo caso. Si el dumping agrícola no seprohíbe estrictamente, una institución multilateraldebería establecer un ‘mecanismo de alerta dedumping’ que advierta a los gobiernos cuando eldumping amenace con minar la base económica delos agricultores en los países importadores.

Tercero: los agricultores en cualquier lugar, yasean pobres o prósperos, en el Sur o en el Norte,sufren por los precios bajos y volátiles para susproductos. La Estabilización de los precios en nivelessuficientes es probablemente la medida más impor-tante de todas para permitir a los pequeños agricul-tores asegurar su sustento y para salvarlos de laextinción gradual. Sin embargo, debido a las carac-terísticas especiales de la agricultura como ramo dela economía, las respuestas de la oferta a loscambios en los precios son usualmente lentas eimperfectas. La administración de la oferta proveeuna herramienta poderosa para ayudar a garantizarprecios razonables, tanto para los productores comopara los consumidores.

La administración de la oferta se ha practicado enmuchos países. Intenta equilibrar la producción con lademanda del mercado. Para su funcionamientoapropiado resulta clave contar con un mecanismo deajuste flexible, que determine la cantidad de la cuotay el precio por producto con miras a hacer corre-sponder las capacidades de producción con las necesi-dades del mercado. Si un esquema así se basa en unmarco legal apropiado, si se garantiza a todas laspartes interesadas la posibilidad de expresar suopinión en condiciones equitativas, y si los mecanis-mos de monitoreo y aplicación aseguran el cumpli-miento, la administración de la oferta puede ofreceruna solución viable a las crisis de precios en la agricul-tura. Para el nivel internacional se propone un ‘acuerdocooperativo multilateral para equilibrar la oferta en elmercado mundial’, como una plataforma para laadministración colaborativa de la oferta por parte delos principales países exportadores agrícolas.

Cuarto: es crucial proceder a Establecer están-dares, es decir, crear procesos de sostenibilidad yestándares de producción. Éstos serán parte esencialde cualquier política pública que busque alinear labúsqueda de la ganancia privada con la protección dela biosfera y de los derechos sociales fundamentales.Durante demasiado tiempo, el desmantelamiento delas medidas proteccionistas ha tenido el efecto deproteger en realidad a quienes son inmisericordes.En la medida en que los costos de producción no

necesitan incorporar el costo de salvaguardar losbienes comunes, el libre comercio continuará acele-rando la marginalización de los pobres y el declive dela biosfera. El comercio internacional debe enten-derse como un privilegio, a ser compensadomediante la internalización de los costos sociales yambientales.

Como un primer paso, se aconseja a los paísespromover el desarrollo de estándares de sostenibi-lidad independientes y sistemas de certificación paralos agricultores y procesadores dentro de laeconomía nacional; los estándares para la agricul-tura orgánica sirven de ejemplo para esto. Comosegundo paso, deben hacer que dichos estándaresse conviertan en requisitos obligatorios para todoslos productores nacionales. Una vez que hayanhecho esto, pueden establecer los estándares decalidad correspondientes para el acceso calificado amercados, a fin de dar preferencia a mercancíassostenibles por encima de aquéllas que se producende manera ambiental y socialmente dañina. Dichosesquemas de acceso calificado a mercados debenconformarse con ‘meta-estándares’ a nivel multila-teral, que definan criterios comunes para el procesode establecimiento de estándares participativos. Almismo tiempo un ‘centro para mediación de contro-versias sobre estándares’ mediaría en las controver-sias sobre distintos estándares de sostenibilidadentre países. Finalmente los ingresos provenientesde aranceles sobre productos dañinos en los paísesmás ricos se canalizarán hacia un ‘fondo de desar-rollo rural sostenible’, que apoyaría la transiciónhacia prácticas de producción y exportacionessostenibles en los países en desarrollo.

Quinto, la Democratización de la cadena alimen-taria es la reforma en perspectiva que pondríaremedio al dominio de las empresas transnacionales,pues a menudo son ellas y no los gobiernos quienesestructuran los mercados en desventaja de lospequeños productores y las empresas locales. Laidea es dar más poder a los productores y artesanos,mientras se asegura que cualquier intervención delas empresas extranjeras en los mercados localestiene lugar bajo el control de la competencia y laspolíticas nacionales de inversión.

Se propone tres instrumentos multilaterales paradar forma a la conducta de las empresas transnacio-nales: primero, un banco de datos accesible pública-mente que contenga información sobre el tamaño yel alcance de las grandes agroindustrias, así comosobre fusiones, adquisiciones y empresas de riesgocompartido en el sistema alimentario; segundo, un’organismo anti-monopolio’ que examine lasfusiones y adquisiciones e impida el abuso del poderde mercado; y tercero, una serie de ‘cámaras decomercio justo’ que supervisen los contratos celeb-rados entre varios actores en cadenas transnacio-

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nales de mercancías para establecer una distribuciónjusta de los beneficios. Además, se recomiendamedidas para volver a regionalizar los flujos comer-ciales, incluyendo políticas para la gestión decontenidos locales, exigiendo que las empresastransnacionales compren de los proveedores locales,involucren a los procesadores locales o vendan a losminoristas locales.

Y finalmente, el capítulo Equilibrando las asime-trías describe propuestas sobre políticas de exporta-ción y de acceso al mercado que se dirijan a fortalecerla posición de los pequeños agricultores en lo que serefiere a los flujos de comercio internacional. Esimprobable que el comercio completamente libre –basado en el supuesto de que se logre la abolicióndel proteccionismo en el Norte – pueda crear algoque se acerque a un verdadero campo de juegonivelado, porque las asimetrías entre naciones ydentro de los países son simplemente demasiadograndes.

Para comenzar, la atención generosa que se da ala promoción de las exportaciones tiende a ocultar elhecho de que las exportaciones a menudo no benefi-cian a la mayoría de los productores, en particular alos pequeños agricultores, y que con frecuenciaimplican un costo ambiental importante. En res-puesta, este documento ofrece pautas para unapolítica de exportación sostenible. Dicha políticacolocará en particular la seguridad alimentarianacional por encima de las exportaciones y priorizarála producción de subsistencia o los mercados nacio-nales más que la producción para mercados extran-jeros. Además, para lograr una mayor equidad entrenaciones, los actores más débiles necesitan unsistema de preferencias, no solamente oportu-nidades iguales. Siguiendo el principio del comerciojusto, el tratamiento especial y diferencial debería,por lo tanto, convertirse en una característica estruc-tural del régimen comercial. Se propone reglas deacceso al mercado que utilicen una combinación dearanceles y cuotas. Las tasas arancelarias diferencianlos productos de acuerdo con su calidad, mientrasque para cada tasa de aranceles se prevén cuotaspara productos de economías más débiles, en casoque un país desee importar un producto. Finalmente,

es importante mencionar que no está tallado enpiedra que el comercio transfronterizo esténecesariamente animado por la búsqueda deganancia. También se puede conducir en un espíritude reciprocidad y solidaridad mutua. ¿Qué pasaría silos países del Sur optaran por salir de la competenciacomercial tejiendo conjuntamente acuerdos comer-ciales regionales, para implementar intercambios desolidaridad?

A manera de conclusión, la Parte 4 del documentoresalta los amplios contornos de una arquitecturapost-OMC del comercio agrícola. Los autores de estedocumento sostienen el punto de vista de que esindispensable contar con un marco multilateral parael comercio. Sin embargo, la OMC en su conforma-ción institucional actual no cumple los requisitospara dicho marco. En consecuencia, afronta eldesafío de reinventarse o delegar finalmente la insti-tucionalización de las reglas comerciales agrícolas aotras instituciones dentro del contexto de lasNaciones Unidas.

Dados el análisis y recomendaciones de estedocumento, una nueva institución incluiría al menoscinco ramas: la rama de coordinación, la rama decalidad, la rama de administración de precios, larama anti-monopolios y la rama de solución decontroversias. Ellas desempeñarían las cincofunciones de una organización de comercio queverdaderamente trabaje para el interés público:proporcionar un marco de negociaciones interguber-namentales, garantizar un piso de calidad a los flujoscomerciales basados en meta-estándares multilate-rales, controlar los precios del mercado internacionala través de un mecanismo cooperativo que se baseen la administración de la oferta, supervisar lacompetencia a través de medidas antimonopolio yofrecer un mecanismo para resolver las controver-sias. Sobre todo, mientras que actualmente elobjetivo general es la remoción de barreras alcomercio para crear un mercado global unificado,una institución futura centrará su atención en lacoordinación de intereses diferentes entre naciones.Su objetivo esencial sería administrar el comercio yno desregularlo.

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IntroducciónEl EcoFair Trade DialogueDiálogo sobre comercio ecológico y justo

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El consejero Lieuvain planteó estas preguntasa viva voz ante una multitud descontroladaque escuchaba con atención en la plaza delpueblo de Yonville. Ahí mismo estaban, por

supuesto, la señora Emma Bovary y su amante Rodol-fo, ensimismados en sus propios pensamientos, quemuy probablemente tenían poco que ver con la agri-cultura.

La pregunta que hizo el consejero Lieuvain deGustave Flaubert hace más de 150 años (en MadameBovary, parte 2, capítulo 8) no ha perdido hoy día niun ápice de su relevancia. En efecto, si un novelistacontemporáneo decidiera enmarcar una historiasimilar en las oficinas principales de la OMC a orillasdel lago de Ginebra, plausiblemente haría que suhéroe o heroína planteara las mismas preguntas auna audiencia de diplomáticos igualmente atentaaunque agitada. De hecho, parece que el mundo delcomercio y las finanzas ha perdido de vista los múlti-ples usos de la agricultura, a pesar de que ésta ocupalos primeros lugares de la agenda comercial de laRonda de Doha.

La estrechez de mente de la diplomaciacomercial

Como Director General de la OMC, Pascal Lamy haseñalado en el contexto de las negociaciones deDoha, tan plagadas de problemas, que la agriculturaes el problema más delicado para los gobiernos queestán luchando por ponerse de acuerdo sobre lareforma de las reglas de comercio mundiales. El temaagrícola es el meollo de un problema sin salida: lospaíses del Sur (sin importar las diferencias entreellos) insisten en demandar el acceso a los mercadosde exportación, y los países del Norte – que a la parque solicitan acceso al mercado – defienden altosniveles de apoyo público para la agricultura. En elcentro del debate agrícola también se ubica el retofundamental de cómo asegurar la verdadera justiciaen el régimen de libre comercio. Sin una solución decompromiso en la agricultura, todo el paquete denegociaciones se deshará y eso tendrá, asimismo, elefecto de desactivar importantes acuerdos ensectores esenciales, como la industria o los servi-cios. La agricultura no es sólo crucial para el régimencomercial mundial: en realidad, es el eje de cualquiermarco normativo para la economía mundial en suconjunto.

Sin embargo, a pesar de la importancia funda-mental de la agricultura en las negociaciones delcomercio mundial, parece que ni el estado actual niel destino de la agricultura mundial preocupan parti-cularmente a los diplomáticos del comercio. Rara vezrevisan la situación de los campesinos en India, lapérdida de variedades de papa en los Andes, o elimpacto del calentamiento global sobre los rendi-mientos del arroz en Vietnam. De igual manera, enotros campos de la reforma del comercio – ya sea quese trate de programas de ajuste estructural o deacuerdos regionales de comercio – los mecanismosde la economía comercial mundial son discutidos sinreparar en el mundo de la agricultura y la importanciadel medio ambiente natural. Los problemas de super-vivencia cotidianos que penden sobre los agricul-tores y sus familias están prácticamente ausentes delas mesas de negociaciones.

En lugar de esto, la mira está puesta en asuntoscomo los aranceles o los subsidios a la importación,los estándares de acceso o los mecanismos de salva-guarda, la mayoría de ellos plagados de compleji-dades impenetrables. Esto no debería sorprendernos,ya que los negociadores comerciales están principal-mente preocupados por incrementar tanto el valorcomo la eficiencia de los flujos comerciales entre lasfronteras, de manera que se fortalezca la posicióncompetitiva de su respectivo país en los mercadosinternacionales. Para estos actores, el mundo de laagricultura está en perfecto equilibrio cuando lacompetencia mundial puede trabajar de tal manera,que los productores que logren alcanzar la combina-ción más eficiente de los factores de producción seanlos que a la larga prevalezcan. En otras palabras, lapolítica comercial – tal como se regula actualmente –trata a la agricultura como a un negocio que producemercancías para la venta contra divisas. Es obvio quede esa forma se echa luz sobre una dimensión de laagricultura que de otro modo permanecería en laoscuridad. No obstante, la sombra que rodea el haz deluz es enorme en sus proporciones e impactos. Talcomo se observa en las negociaciones comerciales,los negociadores utilizan las exportaciones agrícolascomo una herramienta para impulsar el desempeñoeconómico de su nación, pero se despreocupannotablemente de las consecuencias de esta estra-tegia para los agricultores y ecosistemas.

En su ansiedad por maximizar las oportunidadeseconómicas nacionales, los negociadores dan menos

“¿Y para qué hablarles aquí a ustedes de la utilidad de la agricultura?

¿Quién subviene a nuestras necesidades?

¿Quién provee a nuestra subsistencia?

¿No es el agricultor?...

¿Y cómo nos vestiríamos, cómo nos alimentaríamos sin el agricultor?”

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importancia a la participación porcentual del sectoragrícola en el PBI, e incluso en la exportación. Unatendencia extendida es considerar el valor monetariode la cifra de ventas como un indicador apropiado delpeso de la agricultura respecto de otros sectores dela economía. Puesto que la participación de laagricultura en el PBI, que en muchas economíasindustrializadas apenas alcanza actualmente entre el2 y el 5%, la agricultura se percibe cada vez más comoun sector que está desvaneciéndose crecientementeen la insignificancia económica. “¿Por qué losnegocios europeos tendrían que restringirse por algotan marginal como los intereses de la agricultura?”proclamaban los representantes de la industria alobservar que sus oportunidades de exportación sefrustraban con la defensa que hacía la ComisiónEuropea de los intereses agrícolas en las recientesnegociaciones comerciales. Este tipo de afirmaciónequivocada es tan poco convincente como el afirmarque el corazón humano, dada su participación del 2al 3% en el peso corporal, no es importante para lasalud general de una persona.

A pesar de todas las consecuencias que derivan deignorar la importancia y el significado de la agricul-tura, la visión estrecha que caracteriza al comercioagrícola como un negocio presenta otros problemasserios. Una regulación parcial del aspecto comercialtiene amplias consecuencias sobre la regulación delsector en general. El esfuerzo de crear mercadosmundiales unificados eliminando las llamadas‘barreras al comercio’ proyecta una larga sombrasobre el sector agrícola en su conjunto. Sostenida,además, por el miedo a las sanciones de la OMC o lapresión de las condiciones a los préstamos por partedel Fondo Monetario Internacional, la visión estrechadel comercio pretende tener prioridad ontológicasobre cualquier preocupación no comercial. Dicho deotro modo, la cola sigue agitando al perro. Éste es eldefecto que hace que el nuevo marco emergente parael comercio agrícola sea inapropiado para el siglo XXI.

Nuestras preocupaciones

Este informe proporciona una vista panorámica de loselementos de un marco para el comercio agrícola, quefomentaría en realidad no solamente las metas de laequidad y la sostenibilidad social sino también elcrecimiento económico. El informe destaca la impor-tancia particular de los derechos al sustento y laintegridad ecológica frente a la competitividad econó-mica de las naciones, la cual a menudo ocupa el lugarprioritario en las reformas comerciales iniciadas por elFMI, la OMC, o en los acuerdos comerciales bilateralesy regionales. Lo que es clarísimo es que la lucha porganancias en los mercados de exportación estállevando a negociaciones opuestas a los importantesderechos a la alimentación, al sustento agrícola

sostenible o a los ecosistemas saludables. En el mejorde los casos éstos reciben sólo una atención de paso,y en el peor de ellos se sacrifican en aras del creci-miento económico ilimitado.

Los autores de este informe rechazan el patróndominante que favorece y coloca al crecimientoeconómico por encima de la importancia de satis-facer las necesidades humanas y proteger el medioambiente. Los autores están convencidos de que elcomercio no regulado de alimentos, fibras y combu-stibles no contribuye en nada a un mundo más sano,más seguro o sostenible. Más bien hace que elmundo sea un lugar mucho menos hospitalario, nosolamente para las generaciones futuras sino yatambién para las generaciones presentes.

El libre comercio en la agricultura agravará la crisisde pobreza global. A medida que la agricultura seintegre más a las relaciones del mercado mundial, seincrementará potencialmente en todo el mundo lacantidad de pobres, marginados y desposeídos. Contoda seguridad, las empresas agrícolas más grandesy las agroindustrias corporativas están biencolocadas para disfrutar de ganancias significativas,pero el grueso de los pequeños propietarios detierras, las mujeres agricultoras y los artesanosrurales probablemente quedarán cada vez másmarginados en la penumbra. La liberalización delcomercio promete hacer del mundo un lugar social-mente más exclusivo. En contraste, el marco para lajusticia descrito en este informe busca fortalecer laposición económica de las agricultura sostenible enexplotaciones agrícolas a pequeña y mediana escalao en empresas rurales. El informe es escéptico encuanto al incremento incondicional del comerciotransfronterizo, que sólo ayudará a los que ya sonfuertes, y en vez de ello argumenta a favor de unapolítica comercial socialmente responsable, quepermita a los gobiernos combinar la proteccióncontra las importaciones y las medidas de promocióna las exportaciones. Los autores sostienen ademásque las políticas a favor de los pobres requieren quelos gobiernos busquen maneras de integrar la impor-tancia económica y social de las pequeñas ymedianas unidades de agricultura sostenible en laeconomía nacional, asegurando el acceso prioritariode los pequeños agricultores a los mercadosinternos. Sobre todo, los autores de este informeestán en desacuerdo con la insinuación extendida deque los pequeños agricultores se están convirtiendoen una reliquia de un pasado distante. Por elcontrario, los autores subrayan que una florecienteeconomía de pequeños propietarios rurales escrucial para asegurar el sustento de un númerocreciente de personas y para sostener la diversidaddel conocimiento y la cultura de la sociedad. Éstosson todos elementos valiosos y esenciales de unmundo verdaderamente post-industrial.

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El libre comercio en la agricultura tambiénagravará la crisis mundial de la biosfera. El comerciono regulado entre países lejanos de grandesvolúmenes de cultivos y carnes, aparte de los casosespeciales como el cacao y el café, tiende a promoveren gran medida la agricultura industrial en los paísesdel Sur y del Norte. Sin embargo, el sector de laagricultura industrial convencional es una fuente demuchas consecuencias medioambientales graves. Esun alto consumidor de suelos, agua y combustible,así como un gran emisor de químicos y nitratos.Aunque una reducción de subsidios pueda a vecesser un desincentivo para la mayor intensificación dela agricultura, una expansión general de los flujoscomerciales probablemente acelere el declive de lasalud de la biosfera. En contraste, el presenteinforme ve a los agricultores y criadores como actoresque proveen bienes, a la vez que promueven conti-nuamente la salud de los ecosistemas, de losanimales y de las personas. Por tal razón propone unrégimen comercial diseñado para estimular laresponsabilidad medioambiental en la prácticaagrícola.

Como los sistemas agrícolas sostenibles son másconvenientes para un futuro posterior al petróleo y algas, se deduce que los regímenes comerciales que notoman en cuenta los factores medioambientalesestán históricamente desactualizados. Los autoresde este informe, por lo tanto, demandan reglas deintercambio que aseguren un estándar mínimo decalidad medioambiental para el comercio global conmercancías y servicios. Sin embargo, el poner a laspersonas y al planeta por delante del crecimiento delPBI, exige que los gobiernos desaceleren su impulsopor lograr mayores ganancias con las exportaciones,impulso que hasta el momento ha sido el objetivoprincipal de la reforma del comercio . Mientras quecualquier sugerencia para replantear el significadodel crecimiento creará desasosiego entre algunosparticipantes del debate, las consecuencias no sontan oscuras como los economistas clásicos podríanargüir.

En primer lugar, hoy se considera de sentidocomún, excepto quizás en algunos círculos comer-ciales, que el crecimiento económico por sí mismo nollevará al desarrollo en términos humanos y sociales.El desarrollo humano depende del contexto institu-cional del crecimiento económico. Lo que másimporta es la existencia del estado de derecho y delas intervenciones en políticas públicas, quefomenten el capital social y natural. Un régimencomercial no puede pretender hacer avanzar eldesarrollo en todo el mundo si su única meta es lapromoción del crecimiento económico. El crecimientodebe estar enmarcado por el interés público, a fin desatisfacer las necesidades humanas básicas y garan-tizar un medio ambiente seguro y saludable.

Además, a medida que cambie el patrón de lademanda, especialmente en el sector alimentos, elcrecimiento a favor de los pobres y del medioambiente probablemente tendrá más éxito que elcrecimiento centrado únicamente en incrementar elPBI. Los mercados de insumos se hacen máscostosos con el alza pronunciada de precios en lasmaterias primas, así como los mercados deproductos se vuelven más exigentes en calidad, enparticular en el segmento de precios altos. Consi-derar el crecimiento desde esta perspectiva es clavepara el desarrollo de las sociedades a largo plazo ypara la salud y la integridad del medio ambienteglobal. ¡Y en esto se deberían concentrar las institu-ciones del comercio multilateral como una cuestiónsumamente prioritaria!

Dado que la desregulación del comercio mundiales claramente el enfoque equivocado para construirsociedades justas y sostenibles, los autores de esteinforme albergan pocas esperanzas de que la rondade negociaciones de Doha dentro de la OMC logresatisfacer los desafíos de la pobreza y del declivemedioambiental. Por el contrario, estos desafíoscontinuarán creciendo en magnitud y generaránsufrimientos humanos aun más grandes, si sepermite que la ronda actual continúe de manerairrestricta. Sin embargo, si la ronda finalmente sedesintegra, las partes tendrán la oportunidad deretornar al tablero de diseño de la reforma. En vez detratar de resucitar el cadáver de Doha, habría llegadoel momento de construir una nueva arquitectura dereglas comerciales, pero desde un punto de partidadiferente. Si esto ocurre en realidad, los historia-dores futuros considerarán el fracaso de Doha nocomo una derrota sino como una bendición disfra-zada. En cualquier caso, es momento de movilizar losesfuerzos para comenzar un proceso de negociaciónhacia un Acuerdo General de Comercio Sostenible.Este informe es una contribución a este emprendi-miento.

Nuestro proceso

Este informe es el resultado de un extenso diálogo,consultas e intercambio entre varios continentes ycon cientos de organizaciones de la sociedad civil.Los doce autores provienen de todos los continentes– desde las Américas hasta Australia, desde Áfricahasta Asia – de países pequeños y de grandes poten-cias comerciales, del Sur y del Norte. Muchos de losautores pertenecen a la sociedad civil, y en su vidaprofesional trabajan como analistas comercialespara organizaciones no gubernamentales, comopromotores de agricultura sostenible a nivel de lasorganizaciones de base, como investigadores enuniversidades, o como asesores de política paraparlamentos o gobiernos.

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Fue luego de la Reunión Ministerial de la OMC enCancún en septiembre de 2003 que la FundaciónHeinrich Böll y Misereor, ambas con sede enAlemania pero con oficinas y organizacionesasociadas en todo el mundo, junto con el Instituto deClima, Medio Ambiente y Energía de Wuppertal comofacilitador científico, decidieron lanzar la iniciativadel “EcoFair Trade Dialogue”. En abril de 2005, bajola amplia fronda morada de los árboles de jacarandáen el campus de la Universidad de Chapingo cerca deCiudad de México, los autores se reunieron porprimera vez, a lo que le siguieron cuatro reunionesposteriores en Alemania, Senegal y México. A travésde un esfuerzo común, hemos intentado comprenderel sentido de las actuales negociaciones comer-ciales, nos hemos ocupado del destino ominoso dela agricultura dada la creciente industrialización,ponderamos la experiencia de los pequeños agricul-tores con las reformas comerciales en terreno, recor-damos las consecuencias dañinas de la agriculturasobre la biosfera, y exploramos nuevas direccionespara las reglas del comercio, más allá del paradigmadel libre comercio.

Varios documentos de apoyo acompañaron aldiálogo entre los autores sobre temas centrales.Estos documentos se pueden encontrar bajowww.ecofairtrade.org. Además, a lo largo de 2006

se organizaron siete consultas de partesinteresadas en distintos países y situaciones, paradebatir sobre los hallazgos preliminares con unconjunto de expertos locales y profesionales detodos los niveles, desde organizaciones de basehasta instancias de decisión en los gobiernos. Parareflejar las realidades de las diversas regiones delmundo, estas consultas tuvieron lugar en Senegalpara el África Occidental y en Tailandia para elSudeste de Asia, en Brasil, México y los EstadosUnidos para Sur, Centro y Norte América, así comoen Bélgica y Alemania para Europa. A través de estasconsultas llegamos a más de 250 personas en todoel mundo que proporcionaron respuestas y comen-tarios valiosos, con lo cual pudimos acuñar lasdistintas propuestas de reforma contenidas en esteinforme. Finalmente, se emprendió el contactoregular con un círculo más amplio de expertos, la‘Junta Consultiva Internacional’, compuesta de 28expertos internacionales y personas con poder dedecisión, quienes revisaron los documentos,asesoraron sobre cuestiones específicas y partici-paron en las consultas. A través de este informetenemos el orgullo de presentar el resultado deestos debates a las instancias políticas de decisión,a las organizaciones de la sociedad civil y al públicoen general.

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En la reunión ministerial de la OMC en Cancúnen 2003, numerosas organizaciones de lasociedad civil demandaron que se retire a laagricultura del ámbito de la OMC. Quisiéra-

mos unirnos a quienes lo plantearon de manera dife-rente: es momento de retirar a la OMC de la agricul-tura. Esta fórmula enfatiza que la filosofía del librecomercio que sostiene a la OMC impulsa cambios en

la agricultura en la dirección equivocada. Luego delajuste estructural, y de los programas prescritos porlas instituciones financieras internacionales paramuchos países en desarrollo en los años 80 y 90, laOMC se convirtió en una fuerza dominante querepresenta los esfuerzos de las naciones exporta-doras importantes de transformar al mundo en unmercado sin fronteras, en donde la eficiencia econó-

Parte 1 Principios

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mica pudiera reinar de manera suprema. Se espera-ba que el mercado se erigiera a la cabeza y que lapolítica retrocediera. Ciertamente, este enfoque nocarece de méritos. Había madurado en un momentoen el que las burocracias estatales – tanto en paísescomunistas como en democracias con estados bene-factores o estados en desarrollo – tenían un pesobastante fuerte en las sociedades. Pero ahora elenfoque prioritario del mercado ha seguido su cur-so; el panorama de desafíos ha cambiado. En la pri-mera década del siglo XXI está claro, que el mundoapenas se preocupa por la posibilidad de que losestados nación dominen los mercados. En lugar deesto, teme que se puedan erosionar los estados, queempeore la pobreza y se generalice el colapsomedioambiental, aparte del peligro siempre presen-te de que las empresas transnacionales dominen alas democracias.

En vista de estos desafíos en evolución, no tieneningún sentido que la política pública se centre exclu-sivamente en cómo maximizar las gananciasprivadas. Más bien, la política tendrá que retornar asu tarea original: promover el bien común. Frente aeste telón de fondo de prioridades cambiantes,¿cuáles son los principios fundamentales que debenguiar el diseño de un conjunto de reglas de comercioecológicas y justas para la agricultura?

Multifuncionalidad

Por momentos, la etimología puede ser reveladora.Consideremos la palabra “agricultura”: el sustantivo‘cultura’ en ‘agri-cultura’ refleja ya dimensiones quevan mucho más allá de los cultivos y rebaños devacas. Además, la palabra latina ‘cultura’ revela unvínculo estrecho entre el cultivo de la tierra (en latín:colere) y la adoración (en latín: cultus). Desdetiempos inmemoriales, por cierto, el cultivo de lasplantas ha estado ligado tanto a la vida como a lasconcepciones del mundo. La palabra ‘agri-cultura’refleja esta dualidad. En efecto, es un testimonio delhecho de que la agricultura es una actividad poliva-lente, que no debería reducirse al lenguaje del rendi-miento de las cosechas y del dinero.

La agricultura no sólo produce toneladas de maízo carne, sino que también posibilita modos deganarse la vida, aporta calidad a los paisajes y brindaun sentido. En otros términos, la agricultura satisfacemuchas funciones. Genera bienes comerciales, comofanegas de trigo, litros de aceite de oliva, o sacos decafé que se venden a procesadores y mayoristas. Másallá de eso, sin embargo, también provee subsi-stencia, sostiene hábitos alimentarios, apoya a losartesanos, da forma a las relaciones comunitarias, ysubyace a rituales y ceremonias de los sereshumanos. Los distintos sistemas agrícolas co-producen diferentes contextos sociales, pero la

producción de bienes económicos en la mayoría decasos se relaciona estrechamente con la (re-)produc-ción de bienes sociales comunes. De manera similar,la agricultura influye en los ciclos del agua, generatierras, acondiciona el patrimonio de las plantas yanimales y moldea las colinas y los valles. Diferentessistemas agrícolas contribuyen a la formación dedistintos contextos naturales, es decir que la produc-ción de bienes comerciales está íntimamente conec-tada con la (re-)producción de bienes medioambien-tales comunes. Como los bienes comunes sonesenciales para el bienestar, el sacrificarlos ciega-mente erosiona el bienestar general. Sin embargo, adiferencia de los bienes públicos como los puentes olas escuelas, los bienes comunes no se producen confines determinados. Más bien, los activos como lacohesión social o los cardúmenes de peces segeneran de manera no intencional. Se les suele darpor descontados y, por lo tanto, son vulnerables aque se les deje de lado.

La agricultura no es una actividad aislada. Estáinscrita en redes sociales y naturales. Desde estepunto de vista, la multifuncionalidad en la agriculturarefleja una verdad más amplia: existe más de unafuente para el bienestar de la sociedad. La riquezareal se basa en la disponibilidad, tanto de los bienescomerciales como de los bienes comunes. En otraspalabras, se requiere tanto del capital social comodel natural para que – junto con el capital monetario– se genere la riqueza de las naciones.

Para asegurar riqueza común y no sólo privada,los mercados deben estar enmarcados por la política.Los mercados no tienen rival en la producción y distri-bución eficiente de bienes y servicios, pero nunca seha supuesto que debían crear comunidad o equidad,seguridad o sostenibilidad, sacralidad o belleza.Depende de los ciudadanos, de los gobiernos o delos legisladores que estos bienes comunes se salva-guarden, así como las empresas y los consumidoressalvaguardan los bienes privados. Ésta es una tareagenuinamente política, porque los bienes comunesno se pueden cuantificar más que de manerarudimentaria. Su protección, por lo tanto, requierebasarse en el criterio más que en el cálculo. Desdeeste punto de vista, definir un marco de reglas paracualquier régimen comercial multilateral debe ser elobjetivo central que permita la movilización delcapital financiero, sin degradar el capital social ynatural.

Derechos humanos

Lejos de ser simplemente una reflexión sobre elcomercio, se ha visto que la atención a la importanciade proteger los bienes comunes ha sido el puntocentral de la elaboración internacional de leyesdesde la Segunda Guerra Mundial. Además del

El capital social yel natural generan

la riqueza de lasnaciones

conjuntamente conel capital

monetario

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derecho comercial internacional, que fue primerocodificado en el GATT y posteriormente en la OMC, sehan desarrollado otras cepas de normas e institu-ciones para guiar a la sociedad mundial emergente –y entre las más importantes están las leyes sobrederechos humanos.

Por cierto, el canon de las leyes internacionalessobre derechos humanos, que comprende la Decla-ración Universal de los Derechos Humanos, así comolos convenios internacionales sobre derechos civilesy políticos y sobre derechos económicos, sociales yculturales, enumera importantes normas que medianla relación entre el Estado y los individuos y que sepueden considerar como la Constitución de lasociedad mundial. Codifica la idea de que losderechos de las personas preceden a los derechos delos estados, con la consecuencia de que los estados– y otros actores poderosos como las empresas trans-nacionales, como puede argüirse en los tiempos dela globalización1 – tienen el deber de asegurar lascondiciones para la seguridad económica básica y laparticipación social de los ciudadanos. Comoestatuye la Declaración Universal de los DerechosHumanos de 1948, “Toda persona tiene derecho a unnivel de vida adecuado que le asegure, así como a sufamilia, la salud y el bienestar, y en especial laalimentación, el vestido, la vivienda, la asistenciamédica y los servicios sociales necesarios” (Artículo25). Sin estas condiciones, las personas estaríanprivadas de su derecho de nacimiento a una vidasaludable y próspera. Por lo tanto, los estados sehan comprometido a respetar, proteger y satisfacerestos derechos.

En relación con el derecho a la alimentación, porejemplo, la obligación de ‘respetar” significa que losestados no deben privar a las personas de susderechos a la alimentación adecuada y debenasegurar que las personas no padezcan de hambre.De manera similar, la obligación de ‘proteger’implica que los terceros, incluyendo actores econó-micos poderosos como las empresas transnacio-nales, no deben ser autorizados a privar a laspersonas de su acceso a los alimentos. Esto significaque las personas deberían tener acceso físico yeconómico en toda oportunidad a un alimento quesea adecuado en cantidad y calidad para una vidasaludable y activa. Y finalmente, al asegurar que losgrupos vulnerables puedan alimentarse a sí mismoso, como último recurso, proveerles alimentación, losestados cumplen con su obligación de ‘satisfacer’este derecho2. Es importante resaltar que losderechos humanos implican obligaciones absolutas.Son fines en sí mismos y no pueden estar sujetos anegociación política o compensaciones económicas.En particular, no pueden ser sobrepasados porconsideraciones de costo-beneficio, aceptandosacrificios en el presente para supuestas ganancias

agregadas en el futuro. Sin embargo, no haymención de los derechos humanos en las leyes oestatutos de la OMC, ni el Cuerpo de Apelaciones hahecho alguna referencia a ellos3. Esto es sorpren-dente, ya que las leyes sobre derechos humanos sonel fundamento del sistema de las Naciones Unidas.Esto señala cuánto se ha aislado la OMC de losvalores comunes que apuntalan el sistema de laNaciones Unidas. En consecuencia nunca ha habidouna revisión sistemática del impacto de las políticasde liberación comercial sobre la capacidad quetienen las personas de ejercer sus derechoshumanos fundamentales en todo el mundo. Noobstante, hay suficiente evidencia para suponer quela pérdida de protección frente a las importacioneso el incremento del poder de mercado de lasempresas reducen a menudo el sustento y laseguridad económica básica de partes considera-bles de la población en los países del Sur. Sinembargo, no puede haber duda de que la elección depolíticas comerciales debe estar restringida por lasobligaciones establecidas en los instrumentos inter-nacionales de derechos humanos. Por lo tanto,tendrá que diseñarse un marco para el comercio,que asegure que las condiciones de vida de losciudadanos menos favorecidos del planeta mejorensignificativamente, y que al menos no se permita deningún modo que estas condiciones empeoren.

Integridad medioambiental

La agricultura es la base de la disponibilidad de losbienes comunes, no solamente en la esfera social,sino también en la esfera natural. Es principalmentea través de la agricultura que los seres humanosentran en contacto con la naturaleza. Asimismo, losseres humanos tienen la capacidad de modificarsignificativamente las especies, los cursos de agua ylos paisajes, y por otro lado reciben recursos vitalesy servicios que sostienen la vida. Para bien o paramal, la agricultura da forma en gran medida a lamancomunidad natural. Junto con la energía, será lamanera en que se desarrollen las prácticas agrícolasen los años futuros la que determine el destino de labiosfera.

Los acuerdos comerciales siguen dejando de ladola íntima conexión entre la agricultura y el medioambiente. Esto tiene consecuencias potencialmenteruinosas, tanto para la naturaleza como para laagricultura. Por un lado, el mayor comercio trans-fronterizo de bienes agrícolas probablemente lleve auna mayor expansión de la agricultura industrial, quese basa sustancialmente en insumos externos talescomo las semillas mejoradas, los fertilizantes, lospesticidas, el combustible y la irrigación. Por otrolado, es el porvenir de la agricultura misma el quequeda amenazado por las perspectivas de degrada-

El canon de losderechos humanosinternacionalespuedeconsiderarse laconstitución de lasociedad mundial

La manera en la quese conduzca laagriculturadeterminará eldestino de labiósfera

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ción medioambiental que penden sobre el futuro yque resultan de prácticas agrícolas no sostenibles.Las tierras no se pueden renovar, la agro biodiver-sidad disminuye, la escasez de agua hace que lairrigación sea menos factible, y el descensoinminente en la producción mundial del petróleopriva a la agricultura industrial de su ingredienteprincipal – el petróleo barato. La agriculturaindustrial está “serruchando la rama sobre la que seasienta.” Por último, pero no por eso menos impor-tante – en particular en el hemisferio Sur, el calenta-miento global probablemente reduzca la proporciónde tierra fértil y la productividad. Tan sólo estaperspectiva debería despertar a las negociacionescomerciales de la modorra a la que las ha inducido suestrechez de mente.

Dado este contexto, la orientación fundamentalde la agricultura debe cambiar. Mientras que pordécadas el estándar de excelencia ha sido lograr másrendimiento por hectárea, ahora la protección medio-ambiental y el manejo de la biodiversidad se hacenpreponderantes. Lo que cuenta no es solamente laproducción para el mercado, sino la salud medioam-biental continua de los ecosistemas que están cercay lejos. Hay innumerables ejemplos en el cultivo deespecies y en la crianza de ganado que señalan elcamino, pero no hay duda de que las prácticasagrícolas en todo el mundo – las cuales sólo unasdécadas atrás fueron atraídas hacia los insumosindustriales por la llamada ‘Revolución Verde’ –tendrán que ser reformadas nuevamente. La sosteni-bilidad ambiental exige una mayor atención a lacompleja interacción de las distintas redes de vidaque habitan los sistemas agroecológicos. Tambiénimplica moverse de una actitud de control y dominiosobre la naturaleza a un espíritu de custodia basadoen un respeto por la naturaleza. Los sistemas deagricultura biodiversos y adaptados localmente sonlos más prometedores para la transición hacia a unaagricultura post-fósil, en donde los cultivos mixtostendrán que reemplazar el uso de químicos y la inteli-gencia humana el uso de combustible. En cualquiercaso, de cualquier sistema agrícola en el futuro cabráesperar que la regeneración de la tierra, del agua y labiodiversidad constituya el beneficio colateral queacompañe a la recuperación de las inversiones entierras, animales y trabajo.

Soberanía democrática

El principio de soberanía democrática es un principiouniversal central en las relaciones internacionales. Aun lado del espectro, la soberanía democrática serefiere a la capacidad del estado nación de no estarsujeto a ningún otro poder externo o de ser capaz deactuar sin interferencia. Al otro lado del espectro, lasoberanía democrática se relaciona con la legitim-

idad y soberanía del Estado que surge de lacomunidad de ciudadanos y de la lealtad del Estadofrente a esa comunidad.

Desde tiempos inmemoriales la apertura demercados extranjeros a la exportación de bienes einversiones ha sido el interés principal de los paíseseconómicamente poderosos. En la era del GATT y laOMC se ha perseguido cada vez más agresivamenteestos objetivos. La fuerza impulsora que está detrásde las negociaciones ha sido la firme ambición de latriada dominante – los Estados Unidos, la UniónEuropea y el Japón – y su deseo de capturar mercadosmás allá de las fronteras extranjeras para fomentar supropio crecimiento económico. Mientras tanto, otrospaíses se han unido a ellos, especialmente aquéllosque tienen exportaciones industriales o agrícolas degran escala en el Sur como Corea del Sur y China oArgentina y Brasil. Sin embargo, todos los negociosde exportación comparten una utopía común, la decrear un mundo sin fronteras donde se puedamovilizar los bienes y servicios por todo el planeta,sin que los detengan las reglas específicas de unlugar o a una comunidad. En gran medida, la libera-lización del comercio ha tenido el efecto de encum-brar la exportación como un derecho, que prevalecepor encima de todos los demás derechos.

Pero las exportaciones de un país son las import-aciones de otro. Lo que aparece como una barrera alcomercio para el país exportador puede ser perci-bido como una preferencia colectiva desde laperspectiva del país importador. El deseo de exportara menudo choca con el derecho democrático de lasnaciones y comunidades de administrar sus asuntosinternos. Si no se regulan, las importaciones puedenafectar aquello que el Acuerdo sobre la Agricultura dela OMC llama – de una manera algo avergonzada – las‘preocupaciones no comerciales’. Sin embargo, estafrase aparentemente inocua esconde lo que lamayoría de las sociedades consideraría asuntos delmás alto interés público: la seguridad alimentaria, elbienestar de las regiones rurales, el estado del medioambiente y el potencial futuro del desarrollo. Lo queocurre con la agricultura influye en gran medidasobre lo que ocurre con la nutrición, la salud, laigualdad de género, la naturaleza y la economía local.

Estos son bienes comunes de la mayor impor-tancia para todos los ciudadanos de un país. Y caedentro de la jurisdicción ciudadana de los estadosnación el decidir cómo cuidar la provisión de estosbienes dentro de la sociedad. Sin embargo, si losEstados deben ejercer el derecho a la soberaníademocrática, no se puede permitir que se conviertanen víctimas del daño colateral que puede sergenerado debido a las importaciones desreguladasde productos e inversiones.

El principio de soberanía democrática incluye lacapacidad de gobernar el flujo de importaciones. Por

Depende de losciudadanos de unpaís decidir cómocuidar los bienes

comunes talescomo la seguridad

alimentaria, eldesarrollo rural y

el medio ambiente

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lo tanto, el espacio político de acción de un sistemacomercial debe ser lo suficientemente amplio comopara proteger a las comunidades locales, usualmenterepresentadas por los gobiernos nacionales, a fin depermitir que los ciudadanos expresen sus preferen-cias colectivas sobre cómo dar forma a las políticasde comercio e inversión que tienen un impacto sobresus vidas cotidianas. Después de todo, es una falaciadel economista liberal pensar que los mercados noson propiedad de nadie y que por lo tanto deberíanestar disponibles para todos. Los mercados, lejos deoperar en un vacío social, están ligados a sociedadesespecíficas, que tienen el derecho de darles forma deacuerdo con sus requerimientos. En otras palabras,los mercados no son autónomos, y las políticaspúblicas deben dar forma a su accionar. Esto esválido tanto para las sociedades del Sur como las delNorte.

Responsabilidad extraterritorial

Es evidente que la noción de soberanía nacional –democrática o no – ha sido transformada por elfenómeno de globalización económica. El mundo –aunque no en todas partes y no en igual intensidad –se ha vuelto interdependiente. El estado nación, ensu versión idealizada, abarcaba antes un territoriofísico gobernado por un gobierno central, unaeconomía, una nación y una cultura. Como un conte-nedor, mantenía a la sociedad en todos sus aspectosdentro de un espacio claramente demarcado. Perocon la globalización, el contenedor se ha roto. Losbienes, el dinero, la información, las imágenes y laspersonas fluyen ahora a través de las fronteras,creando un espacio transnacional en el que las inter-acciones ocurren como si los espacios nacionales noexistieran. En este contexto, los estados nación sonahora un actor entre muchos otros frente al telón defondo de una amplia gama de redes transnacionales.No hay ninguna duda de que perderán influencia yrelevancia respecto del curso de los eventos, salvoque se comprometan a cooperar en redes supranacional y actúen sobre la base de una soberaníacolectiva.

Sin embargo, cuando el dinero, la gente y losbienes fluyen sin tropiezos a través de las fronteras,¿acaso el concepto de responsabilidad no deberíatambién asumir un carácter transfronterizo? Formularesta pregunta nos lleva un paso más cerca de encon-trar la respuesta. En la medida en que la esfera de laacción se ha hecho transnacional, la esfera deresponsabilidad no puede seguir siendo estricta-mente nacional, aislada como está por eventos queocurren fuera de las fronteras estatales. Esto escierto en especial cuando las acciones de los paísesy/o sus habitantes tienen efectos que van muchomás allá de sus fronteras. Sin embargo, hay dos

posibles maneras de dar forma a la responsabilidadglobal en este contexto. Puede ejercerse en unespíritu de omnipotencia o en un espíritu de moder-ación. Mientras que la hegemonía triunfará en elprimer caso, la justicia distingue al segundo. Laesencia misma del principio de justicia es no buscarventajas a expensas de otros. De manera similar, laesencia misma de la responsabilidad global es nohacer daño a otros. En un mundo globalizado, losestados nación y los actores poderosos deben tenerla consideración debida por los ciudadanos de otrospaíses, practicamente en un sentido negativo: sedeben refrenar de infligir daño a los ciudadanos másallá de sus fronteras. Ésta es la esencia misma delPrincipio 21 de la Declaración de Estocolmo de 1972,que se ha aceptado ampliamente como una normadel derecho internacional.

Sin embargo, cuando se trata de la política comer-cial, los países – ya sea individual o multilateral-mente – suelen tomar acciones que en efecto perju-dican a otros países como el dumping, tanto a travésde las inversiones como a través de las exporta-ciones. Estos impactos son importantes si contra-dicen obligaciones derivadas de un tratado interna-cional, ya sea económico, social o medioambiental.Por ejemplo, las obligaciones de actores estatales yno estatales de respetar los derechos humanos no sedetienen en las fronteras territoriales, sino quegeográficamente alcanzan también a otros países .Como el Relator Especial ante la Comisión deDerechos Humanos sobre el Derecho a la Alimenta-ción ha afirmado recientemente: “Los gobiernosdeben reconocer sus obligaciones extraterritorialesrespecto del derecho al alimento. Deben refrenarsede implementar cualquier política o programa quepueda tener efectos negativos sobre el derecho a laalimentación de personas que viven fuera de susterritorios.” 4 El dumping sería un ejemplo de estetipo: cuando la Unión Europea hace dumping conproductos lecheros subsidiados en Burkina Faso oBrasil, bajando así los precios de la producción dealimentos nacionales en los países receptores, seencuentran en juego derechos básicos a la supervi-vencia. De manera similar, las inversiones extranjerasdirectas que no tienen en cuenta los derechoslaborales contradicen obligaciones asumidas ante laOrganización Internacional del Trabajo (OIT), delmismo modo que las inversiones nocivas para elmedio ambiente pueden contravenir obligacionesasumidas en las Convenciones Marco de lasNaciones Unidas sobre el Cambio Climático(UNFCCC) o sobre la Diversidad Biológica (CBD).Además, las exportaciones pueden no solamenterepresentar dumping económico sino tambiénmedioambiental o social, si se producen de un modoque ignora las obligaciones establecidas pordiferentes acuerdos internacionales.

La esencia misma dela responsabilidadglobal es no hacerdaño a otros

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Subsidiariedad económica

El principio de subsidiariedad económica pone enperspectiva el conflicto potencial que surge entre losprincipios de soberanía democrática y responsabi-lidad extraterritorial, el cual consiste en que sepermite a un país normar sus importaciones,mientras que al mismo tiempo tales medidas deimportación no deberían hacer daño a otros. Deacuerdo con el principio de subsidiariedad econó-mica, los intercambios económicos deberían llevarsea cabo preferiblemente a nivel local y nacional,mientras que los intercambios a nivel global y conti-nental deberían tener una función subsidiaria.Siempre que sea posible y razonable, cuando se tratade actividades económicas la subsidiariedad econó-mica busca priorizar el nivel local o nacional. A la luzde este principio, la globalización actual es en granmedida cuestionable, ya que promueve intercambiosa gran distancia de productos y servicios que sepodrían proveer localmente o nacionalmente. Porrazones de democracia, desarrollo y ecología, esmejor priorizar las cadenas de mercancías más cortasen lugar de las largas.

Las consideraciones de democracia sugieren quelas redes de producción en su aspecto geográfico nodeberían sobrepasar por completo la escala de lascomunidades políticas. Las actividades económicasque trascienden las fronteras de las comunidadespolíticas ocurren más allá del rango de influencianormal de los ciudadanos y los gobiernos, salvo – porsupuesto – si los gobiernos operan a un nivel multila-teral. Sin embargo, es probable que los ciudadanospuedan identificar y expresar sus preferencias conmucha mayor facilidad cuando tienen una mejorcomprensión y mayor control de las actividadeseconómicas que los afectan. De esta manera, lasredes de producción y los flujos de comercio que secentran en el nivel local o nacional sin duda logran ungrado mucho más amplio de legitimidad democrática.El control democrático se fortalece cuando el ámbitogeográfico de las actividades económicas coincidecon el alcance de los espacios políticos.

Las consideraciones de desarrollo humanotambién deberían alentar a las instituciones interna-cionales a ver la re-regionalización de los flujos delcomercio como una tarea importante donde ello seaposible, incluso si de este modo se constriñe el poten-cial de eficiencia económica. La eficiencia en laasignación de bienes no es un fin en sí mismo, sino unmedio de asegurar la reproducción de los sustentos yel bienestar económico de la gente. En vez de poneren peligro a las comunidades locales convirtiéndolasen centros para la extracción de capital, bienes yrecursos, la regionalización de los flujos comercialessirve como un catalizador para fomentar el desarrollosostenible a nivel local, en particular si la producción

posee enlaces con los procesos de producción anteri-ores y posteriores de otros sectores de la economíalocal, por ejemplo con proveedores de insumoslocales, procesadores y minoristas tradicionales. Y allídonde la agricultura de pequeños propietarios estébien integrada en la economía rural y se estimule elempleo rural no agrícola en la producción de bienes yservicios provenientes de las fincas, la regionaliza-ción de flujos comerciales tendrá ramificacionespositivas importantes para el alivio de la pobreza y eldesarrollo económico.5

Finalmente, desde una perspectiva medioam-biental, las cadenas de producción largas implicangrandes distancias en transporte. Si hay un grano deverdad en la sospecha de que el período de la globa-lización será visto como el último resplandor de la eradel petróleo6, tendrá que reconsiderarse la escalageográfica de los mercados agrícolas. Unos trescuartos de la energía total que consume el sistemaalimentario se gastan fuera del portón de la finca, e– independientemente de la región del mundo y laestación del año – la energía utilizada para trans-portar mercancías representa una parte significativadel consumo total de energía en el sector alimen-tario. Si se toma con seriedad el cambio climático, lareducción de millas en el comercio de alimentos através de la re-regionalización de las cadenas deproducción tiene que ser la piedra angular de laspolíticas comerciales, energéticas y de infraestruc-tura que guiarán la reforma de la producciónindustrial de alimentos hacia un sistema solar.

Comercio con justicia

El tratar a individuos desiguales de manera iguali-taria puede llevar a una flagrante injusticia. Mientrasque en el box o en el fútbol resulta evidente que losjugadores de peso o talento muy diferente no puedencompetir en la misma liga, el sistema de librecomercio ignora este mandamiento de la justicia.Más bien, su filosofía consiste en hacer competir atodos los jugadores – ya sean fuertes o débiles – enel mismo campo de juego. Considerando que – en susprimeros años – el GATT contaba entre sus miembrossobre todo a los países más ricos, es sin duda unerror importante el extender el modelo del GATT a unmundo lleno de disparidades sociales. En un mundoasí, la igualdad de oportunidades termina favore-ciendo a los que ya son fuertes. En consecuencia, lareversión de las asimetrías presentes exige unadesigualdad de oportunidades a favor de los débiles.

No obstante, los mercados transnacionales en laagricultura están estructurados en la actualidad demanera tal que continúan desfavoreciendo a losproductores en los países del Sur. El poder delmercado, concentrado en unas cuantas agroindu-strias transnacionales, acompañado de los subsidios

En un mundodesigual, la

justicia comercialrequiere dar másoportunidades alos actores más

débiles

La democracia sefortalece cuando

las redes deproducción

coinciden con lasfronteras de las

comunidadespolíticas

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a la exportación, la ayuda alimentaria y alguna formade apoyo nacional pagado por gobiernos ricos a susagricultores, conspiran todos a favor de bajar losprecios en los países que no son ricos, arruinando asus agricultores y las industrias locales. El ejercer elpoder económico de esta manera es abiertamenteinjusto. Ignora la responsabilidad extra-territorial detodas las naciones de salvaguardar los derechossociales y económicos y de fortalecer la posición delos países en desventaja. Dado que los países ricosno se esforzaron como es debido en esta materia, noes de sorprender que las negociaciones de Doharecibieran un golpe fatal.

Lo que se necesita en un mundo drásticamentedesigual es algún tipo de medidas positivas quereparen los errores históricos de los enfoques discri-minatorios pasados. Hasta que la comunidad inter-nacional logre hacer que la pobreza pase a la historia,el trato especial y diferencial deberá ser la regla y nola excepción. Una manera de lograrlo consiste endistribuir los derechos de acceso al mercado enforma desigual. Los países económicamente más

poderosos – sin importar si se clasifican comonaciones desarrolladas o en desarrollo – deberíandar acceso preferencial a los países más débiles,mientras que las economías más débiles deberíantener más libertad de controlar las importaciones einversiones. Además, se puede dar espacio a gruposde países para que ingresen en relaciones coopera-tivas entre sí, otorgándose ventajas mutuas. Si sediseña dichos esquemas dentro el espíritu de laasistencia recíproca, entonces será legítimo denegarlas mismas ventajas a los países más ricos. En estecaso, el principio de no discriminación no seaplicaría. Y finalmente, se tendrá que instituciona-lizar distintas formas de redistribución financieradesde los países más fuertes hacia los más débiles.Sin embargo, dicho apoyo debe canalizarse no tantoa través de la ayuda al desarrollo sino más bien através de políticas tributarias a nivel mundial. Selograría un doble dividendo si se cobraran impuestosa los que usan demasiado el medio ambiente, distri-buyendo estos ingresos tributarios a los paíseseconómicamente débiles.

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Parte 2 Problemas

Las negociaciones comerciales agrícolas tratan detodo excepto de la agricultura. Ya sea en el Acuerdosobre la Agricultura de la OMC, o en las reglas deter-minadas en numerosos acuerdos comerciales bilate-rales o regionales, o en las políticas de comerciopromulgadas a través de las condiciones de préstamode las instituciones financieras internacionales, elmundo de la agricultura y la vida rural permanecen engran medida ignorados. En vez de esto, el enfoque delas políticas de comercio se restringe al papel de la

agricultura como factor económico, que puedefomentar el crecimiento y generar divisas.

Sin embargo, esta visión estrecha tiene un precio.Deja de lado el hecho de que el rol de la agriculturava mucho más allá de un registro contable. En efecto,la agricultura es el modo principal de subsistencia dela vida rural, así como parte esencial de la biosferaglobal. Nos brinda mucho más que bienes comer-ciales, ya que co-produce bienes comunes socialesy medioambientales. Sin embargo, la visión estrecha

2.1 Prioridad de la perspectiva económica

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de la política comercial actual sigue estando ciega alos aspectos no económicos de la agricultura. Debidoa que la agricultura es un negocio principalmenteligado a un lugar y que trata con la vida, rara vezsigue lateoría económica básica y las expectativasque surgen de la misma. Como resultado de esto laagricultura usualmente tiene dificultades parasoportar la competencia de los sectores industrialesy requiere apoyo público para sobrevivir.

El sustento principal de la vida rural

Las negociaciones comerciales usualmente dejan delado el importante papel que desempeña la agricul-tura en servir de base para la disponibilidad de bienescomunes, tanto en la esfera social como en la natural.En términos sociales, la agricultura es el modo desustento principal de la vida rural, y la vida ruralcomprende mucho más que únicamente la agricul-tura. En primer lugar y por encima de todo, el mundorural se basa en la economía rural con sus variosniveles, incluyendo la economía de subsistencia, lacual ofrece alimento, refugio y trueque. Tambiénestán el sector informal, que satisface las necesi-dades básicas, las pequeñas empresas que sumini-stran bienes y servicios, y las industrias que sirven alos mercados más grandes. La labranza y la cría deganado no sólo ofrecen empleos y oportunidadeseconómicas, pero además la agricultura proporcionala base para el empleo y el ingreso en la industria localestrechamente relacionada a ella. Es importantenotar que los agricultores – en todo el mundo, pero enparticular en las regiones marginales – no sóloproducen bienes para obtener retornos monetarios yresponder a la demanda de los mercados. Porsupuesto, en primer lugar cultivan para asegurar laalimentación de sus familias. Además, cultivan paraproducir sus propias semillas y el pienso para susanimales, plantan árboles para leña, cultivan plantasmedicinales, producen fibra vegetal o animal para suvestimenta (algodón, lana), y materiales de construc-ción (madera, bambú). A los agricultores rara vez losimpulsa sólo la necesidad de efectivo o de lo que elmercado pagaría. Por el contrario, excepto en uncontexto industrial, los agricultores producen muchode su ‘capital’ por sí mismos y no necesariamentedependen del retorno monetario para lograrlo. Aunasí, estos activos monetarios de la agricultura no seencuentran en ningún lugar en las estadísticas econó-micas sobre comercio o en los documentos tributariosy financieros.

Por otra parte, la economía rural en particularabarca no solamente actividades relacionadas con elmercado, sino también actividades vinculadas a lacomunidad, como el intercambio entre parientes o eltrabajo comunal. El mercado y la comunidad aportanconjuntamente al sostenimiento rural. En consecu-

encia, es erróneo ver el mundo rural exclusivamentea través de la óptica de la productividad y la produc-ción. Por ejemplo, los agricultores pueden elegirinvertir primero en relaciones sociales, invirtiendolos ingresos de sus cosechas en gastos de bodas,funerales, regalos o fiestas de la cerveza, asegurán-dose así su lugar en la comunidad y la capacidad decontar con ayuda en momentos difíciles.7 De estemodo, las inversiones en la comunidad son tambiénen gran medida inversiones en la economía agrícola.

Además, la agricultura promueve una cultura ruralque da forma al mundo material y a la imaginaciónsocial. Las costumbres alimentarias, las técnicas yconocimientos agrícolas, los patrones de asenta-miento, los diseños de las viviendas, los ritmos detrabajo, los festivales y las visiones del mundo sedefinen probablemente por la tradición y la cultura deun lugar en particular. En el México rural, porejemplo, el maíz no es solamente un cultivo, sino queestá en el corazón mismo de una cultura del alimentoy es también el objeto de ceremonias, como lo es lapapa en los Andes, el arroz en las Filipinas, el trigo enItalia o el mijo en Malí. Como implica el términomismo de agricultura, la tierra y la mente están inter-conectadas. Y los hábitos locales pueden seguir unalógica diferente de la racionalidad económica. En elÁfrica Central, por ejemplo, donde se cultiva demanera asociada el café y los frijoles, el café tiende aser controlado por los hombres y los frijoles por lasmujeres. El cambio en los patrones de cultivo modifi-caría al mismo tiempo las relaciones de género. Ycomo se sabe bien, en la mayor parte de culturasagrarias la tierra se ve – primero y sobre todo – comoun puente que conecta a los posesores actuales conlos ancestros y los descendientes, y sólo de manerasecundaria como un factor de producción que esperasu asignación para un uso óptimo. Contra el telón defondo de la economía y la cultura rurales, es evidenteque el valor de la agricultura sobrepasa el valor

monetario de sus cultivos y campos. Por lo tanto, lasintervenciones que sólo buscan fomentar el valormonetario de la agricultura probablemente minansus valores económicos, sociales y culturales nomonetarios.

Quienes apoyan la liberalización incondicional delcomercio ignoran a menudo este contexto mayor en el

“Deseamos centrar nuestro debate en el marco global y los acuerdosglobales existentes. Sin embargo, nuestras discusiones no deberíanlimitarse al punto de vista de la OMC. Tenemos que ir mucho más alláde la OMC. Nuestros debates deberían encaminarse hacia laexploración de todas las posibilidades…”

Mario Aguja, Representante del partido Akbayan en el Congreso de lasFilipinas, en la Consulta Regional Asiática, mayo de 2006

La inversión en lacomunidad estambién en muchouna inversión enagricultura

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que la agricultura tiene un papel importante. Hacencampaña por una economía agrícola impulsada por lacompetencia, sin tomar en cuenta el destino delmundo rural. Éste es el caso cuando los vientos de lacompetencia amenazan no dejar nada sino unascuantas “fincas-fábrica” en los países industria-lizados. Sin embargo, esto sucede mucho más aun en

los países menos industrializados, donde la economíarural tiene que acoger a la mayoría de ciudadanos.Ocurre que los acuerdos de libre comercio, junto conlos programas de ajuste estructural, a menudo no hansido sensibles al hecho de que dos mil quinientosmillones de personas en todo el mundo dependen dela agricultura para su sustento – como ha sido el casoa lo largo de milenios. Un 70% de la gente más pobredel mundo vive y trabaja en las áreas rurales, unhecho importante que – en nuestra opinión – deberíafigurar más predominantemente en las negociacionesagrícolas comerciales. En lugar de esto, las cuestionesmás importantes, relacionadas con el Acuerdo sobrela Agricultura de la OMC, se albergan por conveni-encia bajo el ámbito de las llamadas ‘preocupacionesno comerciales’, a pesar de estar íntimamente conec-tadas con los derechos humanos, económicos,sociales y culturales de gran parte de la población delmundo, incluyendo su seguridad alimentaria.

A pesar de esta candente realidad, los negocia-dores comerciales siguen sin impresionarse por elhecho de que la liberalización del comercio estáprofundizando el dualismo entre los agricultores:entre aquellos agricultores ricos que se benefician denuevas oportunidades comerciales, y la gran mayoríade los demás, que languidecen detrás del estanca-miento y la pobreza y quedan atrapados en su círculovicioso. Exponer el mundo rural a las presiones cadavez más pronunciadas de los mercados mundialestambién puede minar la viabilidad de los sectores noagrícolas en la economía rural. Éste es sin duda elcaso, tanto más porque la economía mundial tiene latendencia de desplazar los negocios que tienen baselocal, reemplazándolos con sistemas de distribucióntransnacional. Como resultado, la vida rural seatrofia, junto con los activos que son prerrequisitosesenciales para las economías diversificadas y losmodos sostenibles de ganarse la vida.

Parte integral del mundo natural

Aparte de sostener la vida rural, la agricultura tambiénproduce bienes comunes medioambientales. Consi-derando que un 40% de la superficie terrestre seutiliza como tierra de cultivo o de pastoreo, no es ennada exagerado decir que la mayor parte de la inter-acción que los humanos tienen con la realidad es através de la agricultura. La mayor parte de laseconomías rurales surge de los campos, los bosquesy los arroyos, del complejo de tierras, laderas y lluviasque distinguen a un paisaje en especial, y la mayoríade economías rurales dejan su huella particular sobrela biosfera, dando forma a los cursos de agua, a lasespecies de plantas y animales, a las formas terre-stres y a los microclimas. Además, es a través de laagricultura que los seres humanos usualmente satis-facen sus necesidades humanas básicas. El alimentoy la fibra obtenidos de los campos son combustibleesencial para el metabolismo humano. La agricultura,a diferencia de cualquier otra industria, existe en unarelación simbiótica con la mancomunidad natural.

En este sentido, la agricultura puede verse comoun ecosistema intensivamente aprovechado, el cual– como es el caso de los ecosistemas – ofrece unrango de beneficios multifuncionales a las personas.Siguiendo la clasificación sugerida por la Evaluaciónde los Ecosistemas del Milenio, estos beneficiosincluyen: proveer alimento, madera o fibra; regular elclima, las inundaciones, los desechos y la calidad delagua; ofrecer servicios culturales que proporcionanbeneficios recreativos o estéticos; y apoyar la forma-ción de la tierra, la fotosíntesis y el ciclo de los nutri-entes8. Mientras que los beneficios de producciónproporcionados por la agricultura se han incremen-tado enormemente a lo largo de las últimas décadas,las funciones reguladoras, culturales y de apoyo handeclinado constantemente. El motor más importanteen esta transformación ha sido la conversión de losbosques y humedales en tierras de cultivo, junto contecnologías intensivas en energía y capital, así comolas prácticas empleadas en incrementar la produc-tividad de la agricultura y la crianza de ganado.9 Estoha tenido el efecto de crear una relación predatoriaentre los recursos agrícolas y naturales. En otraspalabras, a medida que los sistemas agrícolas creanvalor de propiedad privada, rindiendo más y másbienes mercadeables como el alimento y las fibras,también pueden dañar los bienes de propiedadcomún, tales como la calidad del agua, la capacidadpara la fotosíntesis o la belleza. Destacar el creci-miento agrícola solamente en valor monetarioenmascara fácilmente el posible declive en el valor nomonetario, y esta tendencia exacerbará con todaseguridad el declive constante de la biosfera.

Sin embargo, es bastante obvio que la degrada-ción del capital natural no solamente debilita los

“Por supuesto, la agricultura es mucho más que un negocio. Aun así,necesitamos enfatizar el aspecto del negocio, ya que los agricultores

hoy en día dejan sus tierras debido a que ya no pueden ganarse la vidacon la agricultura. Si estas personas abandonan su trabajo agrícola,

también abandonan las múltiples funciones que la agriculturaproporciona a las comunidades humanas y al mundo natural. “

Bruce Ross, Consultores Ross Gordon, Bélgica,en la Consulta Regional Europea, noviembre de 2006

Como los sistemasagrícolas crean

valor de propiedadprivada, pueden

dañar los bienescomunes

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ecosistemas sino también a la economía agrícola.Después de todo, ningún otro sector de la economíadepende tanto del funcionamiento silencioso de lanaturaleza como la agricultura. Los procesos básicosde producción, tales como la formación de suelos, lairrigación y el crecimiento de las plantas, la repro-ducción, el suministro de nutrientes y el control de lasplagas dependen de redes complejas de vida. Si losservicios de los ecosistemas vitales fracasan, laagricultura misma se pone en riesgo económicocomo resultado de los ecosistemas degradados. Lapérdida de la agro-biodiversidad, por ejemplo, dismi-nuye la capacidad de la naturaleza para afrontar lasplagas. Una reducción en los niveles del aguasubterránea hace menos viable la irrigación agrícola.En muchos casos, la respuesta de los agricultores esreemplazar los servicios de ecosistemas que nofuncionan con insumos basados en el petróleo yquímicos, exponiéndose al riesgo del alza en losprecios del petróleo y de los recursos y, por lo tanto,al riesgo de endeudamiento y pérdida de su tierra.

No es solamente en la agricultura comercial que laviabilidad de la producción del valor privado prosperaen base a la disponibilidad de los bienes comunesmedioambientales. Es todavía más el caso en laagricultura de subsistencia. Nadie depende más delos bienes comunes naturales que los pobres rurales.Sin embargo, los beneficios de los ecosistemas quesustentan a los pobres generalmente se dejan de ladoen las estadísticas nacionales y en las evaluaciones depobreza. Por ejemplo, un estudio reciente que sinte-tizó datos de 17 países encontró que el 22% delingreso de los hogares en las comunidades rurales delas regiones forestales proviene de fuentes típica-mente no incluidas en las estadísticas nacionales,como la recolección de alimentos silvestres, la maderapara leña, el forraje, las plantas medicinales y lamadera en troncos10, y las familias más pobres parti-cipan más en esto que las familias más ricas. En suma,la falta de atención a la naturaleza es una receta parala inseguridad económica en la agricultura.

Pero la mayor parte de la política comercial, desdelos programas de ajuste estructurales hasta losacuerdos de la OMC sobre la agricultura y losacuerdos comerciales regionales, subestiman laíntima conexión entre la agricultura y el medioam-biente. Este menosprecio tiene consecuenciaspotencialmente ruinosas para el medio ambientemundial, no sólo para la naturaleza y la agriculturalocal. Los incrementos en el comercio transfronterizode bienes agrícolas probablemente lleven a unamayor expansión de la agricultura industrial, delconsumo de insumos externos tales como lassemillas mejoradas, los fertilizantes intensivos enenergía, los plaguicidas dañinos, la electricidad, elcombustible y la irrigación. Estas tendencias proba-blemente se expandan, generando a su vez una gama

muy amplia de consecuencias muy serias para labiosfera. Lo que es más importante, ahora secomprende que la agricultura industrial es tanto unacausa principal como una víctima del cambioclimático, ya que sus prácticas liberan muchos gases

con efecto de invernadero, a diferencia de las formasde agricultura tradicionales u orgánicas.11 Por lotanto, la política comercial que no toma en cuenta lasconsideraciones medioambientales importantesestá claramente mal equipada para abordar la nuevageneración de desafíos en la era del caos climático ylos activos biológicos decrecientes. La humanidad yano puede darse el lujo de considerar que la agricul-tura es sólo un negocio. Únicamente los sistemasagrícolas que regeneran y mejoran los bienescomunes medioambientales – a la vez que ofrecenalimento, fibra y combustible – serán capaces desatisfacer las apremiantes necesidades humanas ybiológicas generadas por un planeta en peligro.

Carácter único de la economía agrícola

La agricultura no sólo es mucho más que un negocio,sino también es diferente a cualquier otro negocio. Laagricultura no sigue la teoría económica básica, ni lasexpectativas que surgen de la misma. Los modelos delos libros de texto de la dinámica de oferta ydemanda en mercados perfectos suponen lamovilidad irrestricta de los factores de producción. Lapromesa del mercado de hacer lo mejor a partir derecursos escasos se basa en la capacidad de losactores de cambiar continuamente los factores deproducción hacia aplicaciones más eficientes y, dehecho, los mercados pueden ser extraordinarios enimpulsar la asignación eficiente de recursos produc-tivos en la economía. El desempeño es óptimocuando los recursos pueden moverse de una asigna-ción a otra sin ninguna fricción, pero en una respu-esta flexible a la demanda cambiante. Como conse-cuencia, en las economías de mercado, los sectoresmarcados por recursos muy móviles – como losmercados financieros – tienen una ventaja estruc-tural sobre sectores caracterizados por recursosmenos móviles, como la industria con sus fábricas yempleados. Esta jerarquía en la movilidad se hace

“En Chile, dos de los problemas ambientales más grandes delmomento son la ‘Marea Verde’ de monocultivos de pino y eucalipto queexpulsa a familias campesinas hacia la ciudad y la cría industrial desalmón para la exportación. Los efectos ambientales de estasactividades son devastadores y a mediano y largo plazo van a destruirlos recursos naturales creando desastres naturales que vienen a lamano de conflictos sociales.”

Mario Rivas, DAS, Chile,en la Consulta Regional Sudamericana, agosto de 2006

La agriculturacomo negocio nosatisface lasexpectativas de loslibros de texto deeconomía

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sentir particularmente en mercados con grandesámbitos geográficos, es decir, en los mercadosglobales. Por lo tanto, cuando se trata de buscar lamejor asignación en todo el planeta, no es desorprender que los factores de producción rápidos ymóviles se vean muy favorecidos por encima de loslentos e inmóviles. Como regla general, los propieta-rios de los factores de producción móviles se benefi-cian con la transnacionalización, mientras que lospropietarios de factores ligados a una localidad seencuentran en clara desventaja.Desde este ángulo, la agricultura presenta otradesventaja fundamental. Muchos de sus factores deproducción son relativamente inertes. Es verdad que nisiquiera los mercados financieros correspondenplenamente con el modelo de los libros de texto, perola agricultura está particularmente mal colocada. Loscampos y – en menor medida – las personas estánligados al lugar. Aunque en muchas industrias y servi-cios los recursos productivos pueden ser reasignadosfácilmente y recombinados de acuerdo con las condi-ciones de mercado, en la agricultura la tierra no sepuede mover ni tampoco es tan fácil darle un usodiferente. La excepción aquí es el caso de las opera-ciones de ganadería industrial, que sí pueden moversey – de hecho – se mueven en todo el mundo, pues nose diferencian mucho de las instalaciones para laproducción de autos o chips de computadora. Pero unagricultor de maíz o trigo, enfrentado con un declive deprecios a largo plazo, tiene mucho menos facilidadque, digamos, un fabricante de sillas de oficina en lamisma situación. Mientras que la compañía de sillasde oficina puede decidir hacer una reingeniería en susredes de ensamblaje para producir cabinas de ascen-sores o cambiar su producción a algún país con costosmás bajos, el agricultor tendría dificultades en cambiar

hacia la crianza de peces o en reubicarse en países endonde los precios pueden rendir confortablementealguna ganancia.12 Con excepción de las grandes fincasagroindustriales y la ganadería industrial, las fincas ogranjas no pueden trasladarse. Además, no sólo latierra está fijada en un lugar, sino también la calidaddel suelo, la disponibilidad del agua, las horas del díay el clima. Por otra parte, las plantas – con su fisiologíadiferente – se ajustan mejor a ciertos lugares y no aotros. El cultivo de especies está ligado a ciclos bioló-gicos y estacionales que gobiernan la reproducción, la

maduración y la descomposición. No es posibledetener o reiniciar estos ciclos a pedido. Se requierenintervenciones genéticas para acelerarlos. Cierta-mente, la agro-tecnología se ha abocado reciente-mente a escala masiva a aliviar algunas de estas condi-ciones, por ejemplo a través de los fertilizantes, de lastécnicas de irrigación o del cultivo sin suelo, peroexisten límites. En la agricultura, la tendencia seencamina claramente hacia la aceleración y lamovilidad.

La razón subyacente de todo ello puede explicarsea través de las leyes de la termodinámica. La agricul-tura, como señaló Georgescu-Roegen hace unoscuarenta años, aprovecha el flujo de baja entropía (esdecir, el flujo de energía valiosa) que llega a la tierracomo radiación solar, mientras que la minería, la otrafuente de riqueza natural disponible para lahumanidad, aprovecha las reservas de varias formasde baja entropía contenidos en la corteza del planeta.Sin embargo, tal como él explicó, existe una diferenciafundamental entre las dos fuentes de energía valiosa.Mientras que la riqueza mineral se puede convertir enun flujo casi a voluntad, la tasa de flujo que provienede la radiación solar y de la fotosíntesis escapa casipor completo al control humano. En consecuencia, lasactividades industriales y agrícolas son profunda-mente diferentes.13 Por otro lado, este factor ayuda aexplicar por qué la agricultura industrial y crianza deganado en fábricas están ocupando la primera línea.Debido a que movilizan combustibles fósiles paratractores y tecnología, fosfato para fertilizantes ymineral para maquinaria, y gracias a que se reubicanen todo el planeta con una tremenda movilidad, lasoperaciones industriales intensivas en capital yrecursos compiten constantemente, superando a lasfincas familiares extensivas y ligadas a un lugar.

Existe todavía otra razón por la cual la agriculturacomo negocio es diferente de otras actividadeseconómicas y no satisface las expectativas quesurgen de los libros de texto de economía. La teoríaeconómica generalmente supone que la interacciónde la curva de oferta y demanda da como resultado unprecio óptimo en el mercado. En respuesta, los econo-mistas y los negociadores del comercio han dado porhecho que el libre juego de mecanismos de mercadogarantizará precios razonables de materias primas.Sin embargo, aparentemente la “mano invisible” noestá funcionando bien en los mercados agrícolas. Loseconomistas podrán llamar a esto una falla delmercado, pero en la agricultura ni la oferta ni lademanda se corrigen a sí mismas de maneraapropiada.14 Mientras que en muchas industrias lacapacidad de producción desarrollada puede eventu-almente reducirse en respuesta a las señales delmercado, haciendo que la producción sea más lenta,o desmantelando las fábricas y vendiendo los activosa otras industrias, en la agricultura la producción

“Es correcto que la tierra es un bien común ligado a un cierto lugar delque no se la puede mover. Sin embargo, las transnacionales sí son

altamente móviles; estas exportan y explotan los recursos naturales yse van a otro lado una vez habiéndolos agotado.”

David Cardozo, Sobrevivencia, Paraguay,en la Consulta Regional Sudamericana, agosto de 2006

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anual total cambia a lo largo de un período muchomayor. Si hay (nuevos) productores que generansobreproducción, o si las políticas nacionales desubsidio y apoyo llevan a una oferta excesiva en elmercado mundial, o si las nuevas tecnologías incre-mentan la productividad, esto a su vez lleva a unacaída en los precios de las materias primas, pero laoferta no se reduce. A corto plazo, los cultivos que hansido sembrados deben cosecharse, sin importar cuánbajos estén los precios en ese momento. Incluso sialgunos agricultores individuales abandonan elnegocio, la oferta no cambiará en tanto su tierra seatraspasada a otro agricultor. Como máximo, en lasregiones densamente pobladas de algunas partes deEuropa o Asia, se puede dar un uso diferente a la tierraa largo plazo, por ejemplo a medida que se convierteen espacio urbano. Pero a corto y mediano plazoseguirá en producción agrícola. Y en las grandesextensiones rurales de la Argentina, Australia, Brasil,Canadá o Estados Unidos, la tierra muy probable-mente seguirá siendo cultivada a largo plazo, ya queno hay usos alternativos para la misma.

No sólo es que la oferta sea muy poco elástica: asu vez, la demanda se suele establecer también en unnivel relativamente constante, ya que los consumi-dores no tienden a comer más si el precio de losalimentos cae. La demanda puede incrementarselentamente debido a los hábitos cambiantes de losconsumidores, como las dietas basadas en carnes.Las empresas transnacionales de alimentos puedengastar miles de millones de dólares en hacer publi-cidad a bocaditos y comida rápida que puedanseducir a la gente a comer más, lo cual ha sido elfactor principal de los crecientes niveles de obesidad

en todo el mundo. Aun así, a diferencia de la demandade automóviles, casas o vestido, si el ingreso de losconsumidores se duplica, esto tendrá sólo un impactomenor en su demanda de alimentos. Por lo tanto, enlo que se refiere a los alimentos la agricultura estácondenada a ser un negocio con demanda limitada.Sin embargo, con la aparición de un nuevo mercadopara la bioenergía, la demanda no alimentaria decultivos puede hacerse potencialmente ilimitada en elfuturo, amenazando a su vez la producción dealimentos para animales y para seres humanos.15 Si lademanda de materias combustibles se expande, lasperspectivas económicas para el cultivo de ciertasespecies probablemente mejoren mucho. Al menos laagricultura en gran escala podría transformarse en unnegocio con una demanda en expansión. Pero por elmomento, la demanda y la oferta son menos elásticasque en otros sectores de la economía, lo que conducea precios de alimentos siempre decrecientes. Comoconsecuencia, los agricultores pequeños y sin podersufren más que las operaciones a gran escala.

La agricultura es única; no es un negocio normal yal mismo tiempo es mucho más que un negocio. Estasingularidad crea serios retos para ella en la mayoríade países. Se espera que provea bienes comunes sinremuneración, a la vez que lucha contra los preciosdeclinantes ex finca y contra mecanismos de mercadoque no funcionan bien. Sin embargo, para asegurar lallamada multifuncionalidad de la agricultura, la inter-vención pública es indispensable. Por esta causa, losgobiernos de todo el mundo están obligados a propor-cionar apoyo a la agricultura para asegurar la produc-ción de alimentos y el sostenimiento de las fincasfamiliares, también en la era de la industrialización.

2.2 Indiferencia ante diferentes modos de subsistenciaCuando hace un recuento de la historia del siglo XX, elhistoriador británico Eric Hobsbawm describe endetalle las rupturas y revoluciones, las guerras ymasacres de lo que él llama la ‘Era de los Extremos’.Desde su punto de vista, sin embargo, el cambio demayor envergadura en ese siglo, el que separó almundo moderno para siempre del pasado, es lamuerte del campesinado en todo el planeta. Lasegunda mitad del siglo XX marcó el final de variosmiles de años de evolución cultural, durante los cualesla enorme mayoría de la población sobrevivía culti-vando alimentos, criando ganado o pescando en elmar. De hecho, los campesinos de la Europa rural y delJapón han dejado de labrar la tierra en buena mediday ahora forman una proporción muy pequeña de lapoblación.16 Grandes regiones de América Latina, Asiay África siguen estando dominadas por las sociedadesagrícolas y una gran parte de la población obtiene su

sustento de la agricultura. La población del mundodedicada a la agricultura se ha incrementado enrealidad en las últimas décadas de 1,5 a 2,5 milmillones de personas.17 Sin embargo, es cierto queestas sociedades agrícolas enfrentan amenazasreales de empobrecimiento y están en peligro deseguir rápidamente los pasos de sus contrapartes delNorte. Debido a los mitos y promesas de una vidamejor, como resultado de la degradación de lossuelos, de los menores ingresos, y del endeudamientocreciente, las personas son expulsadas de sus tierrashacia los conglomerados urbanos, donde encuentranuna nueva forma de ganarse la vida o sucumben enniveles de pobreza cada vez mayores. La globalizacióny el comercio son en parte responsables de la actualdesaparición del campesinado. Si el mundo no quiereatestiguar una mayor pérdida, es absolutamenteesencial encontrar un régimen de comercio agrícola

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Las consecuenciasmás terribles de la

globalizaciónderivan de lasimportaciones

baratas, quedestruyen los

precios

alternativo, comprometido fundamentalmente conresolver la crisis mundial de la agricultura.

La liberalización y sus descontentos

Uno de los impactos más devastadores de la globa-lización sobre los agricultores es el de las importa-ciones baratas, las cuales presionan los preciosnacionales hacia un nivel tan bajo que los agricul-tores ya no pueden competir. Hace apenas unadécada, Indonesia tenía un sistema agrícola flore-ciente y muy exitoso en el logro de la autosuficiencia.Pero como resultado de las reformas liberales depolíticas que se implementaron al inicio de la crisisfinanciera asiática, las importaciones de alimentosen general crecieron significativamente, y la import-ación de soya creció en 50%. Sólo en el sector desoya, se quedaron sin empleo dos millones depersonas. 18 Jamaica ha experimentado más del doblede importaciones de aceites vegetales desde 1994,mientras que la producción nacional declinaba endos tercios. En las Filipinas, las importaciones dearroz continúan inundando el mercado nacionaldesde 1995 a pesar del hecho de que el arroz secultiva en todo el país. Las importaciones de Senegalde pasta de tomates se elevaron 15 veces desde1995, lo que forzó a la reducción de la producciónnacional en 50%. Hay muchos más de estosejemplos. 19 Desde los años 80, la liberalización delcomercio – junto con las políticas de estabilización yprivatización – ha sido una fuerza impulsora impor-tante de las reformas de los sistemas agrícolas y delos patrones del comercio. El flujo constante de

importaciones baratas del mercado mundial hadevastado la producción agrícola y ganadera local yha llevado a muchos agricultores a la bancarrota.

Existen rezones múltiples por las que los países hanliberalizado sus mercados. Muchos de los quenecesitan garantías financieras, como Filipinas oIndonesia, se rindieron a los programas de ajusteestructural impuestos por el Banco Mundial y el FondoMonetario Internacional, que establecieron condi-ciones para la provisión de dinero a cambio de desman-telar medidas proteccionistas. Otros países abrieronsus mercados dentro de acuerdos comerciales bilate-rales o regionales, y algunos incluso se liberalizaron

unilateralmente cuando adoptaron el ‘Consenso deWashington’ y siguieron la promesa de sus asesoreseconómicos de obtener tasas de crecimiento másrápidas. En el curso de la liberalización comercial, lospaíses redujeron sus aranceles y eliminaron las cuotas,privatizaron empresas de comercialización estatales yacortaron las riendas del apoyo gubernamental,incluso debilitando a veces las leyes y reglamentosnacionales sobre políticas sociales, de seguridadalimentaria, medio ambiente o salud humana. Muchode esto ocurrió fuera del reino del GATT o de la OMC,pero con el establecimiento de la OMC en 1994, el nivelde liberalización que los países habían adoptado hastaese momento se selló y consagró en el derecho inter-nacional, e incluso se fijaron sanciones para aquéllosque reintroducían medidas proteccionistas. Además, elAcuerdo sobre la Agricultura de la OMC obligó a losgobiernos a convertir todas las barreras comercialesagrícolas no arancelarias en aranceles limitados quedebían reducirse con el tiempo, y les solicitó queredujeran más el apoyo a la agricultura y los programasde subsidio.

Aunque existe todavía espacio político disponibleen la OMC, muchos países hoy en día no lo utilizan paraimplementar políticas de estabilización de precios delos alimentos o mejorar la productividad y autosufi-ciencia nacionales. Ya sea debido a democracias queno funcionan bien, a arreglos institucionales inade-cuados o a políticas que sirven sólo a la minoría, o aanálisis deficientes de los problemas, es claro que lasintervenciones gubernamentales mal diseñadas dedemasiados países en el mundo exponen a su sectoragrícola a las duras consecuencias de la competenciano reglamentada en el mercado mundial. Al surgir deeste modo un vacío político – especialmente en lamedida en que las empresas de comercializaciónestatales y las juntas de comercialización de alimentosse han privatizado cada vez más – las empresas trans-nacionales ahora están perfectamente colocadas paraconsolidar su poder y control sobre los precios ysuministrar toda la cadena de alimentos (Capítulo 2.4).

Es claro que el impacto es mayor en los paísespobres. Éste es especialmente el caso de los países debajos ingresos y alimentación deficiente, en donde laagricultura proporciona la fuente principal delsustento para un 50 a 90% de la población. Laevidencia empírica muestra que muchos paísespobres han tenido que enfrentar importacionescrecientes y el estancamiento de la producciónnacional, mientras que las ganancias por las exporta-ciones agrícolas apenas se han incrementado. En lasúltimas dos décadas, las cuentas de importación delos países en desarrollo han aumentado enorme-mente, e incluso se han triplicado en los Países MenosAdelantados, atrapándolos en déficits comercialescrecientes.20 Sólo unos cuantos países en el Norte –como los Estados Unidos, Canadá o Australia, junto

“En el Ecuador han aumentado las importaciones de alimentos y hanbajado los precios de los productos locales. Muchos productores se

han visto forzados a abandonar la agricultura. En los últimos años lacuarta parte de la población económicamente activa emigró al

extranjero quedando un porcentaje importante de la agriculturacampesina sobre todo en manos de los más pobres, las mujeres, los

ancianos y los jóvenes.”

Francisco Hidalgo Flor, SIPAE, Ecuador,en la Consulta Regional Sudamericana, agosto del 2006

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con algunos países en el Sur como Brasil o Argentina,Chile o Sudáfrica – comparten estos nuevosmercados. Aun así, sus exportaciones generan undesplazamiento masivo de los agricultores y pérdidasde empleo rurales en los países importadores. Loscriadores de pollos de África Occidental pierden frentea los productores de pollo del Brasil, quienesexportan piernas de pollo a precios bajísimos a susmercados, ya que éstos son subproductos de laproducción de pechuga de pollo para los consumi-dores norteamericanos. El trigo escandalosamentebarato de Egipto saca del mercado a los productoresde Kenia de este cereal, mientras que las evidenciascrecientes hacen sospechar que éste podría ser trigode los Estados Unidos o de la Unión Europea queúnicamente transita a través de Egipto para utilizar elmercado común para el África Oriental y del Sur, unacuerdo de libre comercio al que pertenecen tantoKenia como Egipto.21 En general, la liberalización delcomercio agrícola en la práctica no está a la altura delas promesas que previó David Ricardo, el padre de lateoría de libre comercio. En vez de ello, ha producidosituaciones gana-pierde.

Sin embargo, no es sólo cuestión de que algunospaíses ganen y otros pierdan. Incluso en los paísescon fuertes exportaciones agrícolas, muchospequeños agricultores luchan debido a los precios endeclive, mientras que sólo una minoría de opera-ciones agrícolas industriales a gran escala florece enrealidad. Incluso dentro del Brasil, por ejemplo, se haforzado fuera del mercado a millones de pequeñosagricultores productores de soya como resultado deque las grandes empresas brasileñas han bajado elprecio del mercado mundial de la soya. Las mujeres,en particular, son incapaces de competir, lo cualqueda demostrado por el hecho de que – en todo elmundo – la pobreza en las áreas rurales sigue siendomás alta en los hogares liderados por mujeres. Aunasí, las mujeres cultivan al menos el 65% delalimento consumido en el mundo, una cifra inclusomás impresionante a la luz del hecho de que amenudo lo hacen sin dejar de lado el trabajodoméstico y el cuidado de los niños.22 En la medidaen que el ingreso agrícola se mantenga deprimido, sefuerza ahora a las mujeres a trabajar en empleosfuera de la agricultura para complementar el ingresofamiliar. En ausencia de redes y condicionesapropiadas, es claro que la liberalización delcomercio en la agricultura no sirve a la riqueza de lasnaciones, sino a la riqueza de los comerciantes.

Lo que la liberalización deja tras de sí no es tan sólouna cuestión de mal desempeño económico nacional,como los términos de intercambio negativos: tambiénes una cuestión de pobreza para millones depequeños agricultores y familias de pastores en todoel mundo. A menudo empujados a los márgenes de lasupervivencia, son forzados a vender sus tierras y a

migrar de sus comunidades en la esperanza deobtener un ingreso monetario en plantacionesindustriales o en áreas urbanas. Como consecuencia,de acuerdo a datos de las Naciones Unidas, se esperaque las poblaciones urbanas se incrementen a 5 milmillones de habitantes en el 2030, 2 mil millones másque hoy en día, mientras se prevé que las poblacionesrurales se reduzcan a 3 mil millones.23 En particular,los jóvenes se van de las fincas de sus padres y migrana las ciudades, dejando atrás a muchas mujeres yhombres mayores que sólo pueden ocuparse de laagricultura de manera secundaria o a medio tiempo.Un número cada vez mayor de hogares, e inclusoaldeas completas en las áreas rurales, no tienen másremedio que elegir entre retener suficiente mano deobra para apoyar a la producción agrícola o enviar atodos sus miembros al mundo urbano.24

El empobrecimiento y despoblamiento de lasáreas rurales será probablemente la amenaza másgrave para el sistema alimentario en el futuro,cuando un número cada vez mayor de personas delas ciudades dependa de una minoría creciente en lasáreas rurales para producir sus alimentos. Debido aque estas minorías ya no pueden ganarse la vidadecentemente en base a la agricultura, la vida rural ylas economías rurales pueden colapsar completa-mente. ¿Qué significará esto para nuestra seguridadalimentaria en el siglo XXI?

La industrialización y sus descontentos

Señalando hacia la situación de los países industria-lizados de hoy en día, algunos argumentan que dos otres por ciento de la población puede ser suficientepara proveer alimento para el resto. Ellos ven la elimi-nación de los pequeños agricultores como unanecesidad penosa pero inevitable: el precio delprogreso. Aun así, este argumento literalmente sebasa en una engañosa idea, ya que es irreal quecientos de millones fluyan a los conglomeradosurbanos ahora y en las décadas futuras y sean absor-bidos por otros sectores económicos dentro de uncorto periodo. Por lo tanto el mantener a las personasen la agricultura, al menos a corto y mediano plazo, noes una cuestión de elección, sino la única opciónsensata para asegurar empleo en la gran mayoría delos países. Incluso en países como el Brasil, donde el77% de la mano de obra rural es empleada enpequeñas fincas, y mucho más aun en numerosospaíses africanos, en donde esta cifra varía entre el78% y el 86%, las pequeñas fincas ofrecen el mayorpotencial para asegurar empleos y sustentos sosteni-bles.25 En vez de esto, la creciente industrialización dela agricultura – que tiene por objetivo sustituir lamano de obra a través de maquinaria y químicos –agravará aun más el desplazamiento de las personas.Una agricultura industrial dominada por las empresas

El empobrecimientode las áreas ruralesprobablemente seala mayor amenaza alsistema alimentarioen el futuro

La liberalizacióndel comercioagrícola no está ala altura de laspromesas deRicardo: sólo haproducidosituaciones degana-pierde

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y dirigida a las exportaciones plantea una amenaza alempleo en aquellos pocos países en donde enrealidad florece, como en el Brasil. Allí, el Ministeriode Desarrollo Agrario descubrió que la agriculturacrea en promedio un empleo por cada ocho hectáreas,mientras que las fincas corporativas meramenteofrecen un empleo por cada 67 hectáreas.26

La intensidad en mano de obra de las pequeñasexplotaciones agrícolas puede interpretarse comoineficiencia. Si las fincas industriales producen máspero con menos mano de obra, ¿no son ellas las máseficientes? No obstante, un análisis directo de losdatos económicos revela que no lo son. Al contrariode lo que usualmente se conoce, las economías deescala no funcionan en la agricultura. Una consider-able cantidad de estudios empíricos muestra unarelación inversa entre el tamaño de la finca y laproductividad de la tierra, así como entre la produc-tividad de la tierra y la intensidad del capital.27

Las fincas pequeñas producen más alimento enmenos hectáreas y con menos capital, pero con másmano de obra. Ya sea que se mida la eficiencia enproducción por hectárea o por unidad de inversión,las fincas pequeñas triunfan respecto de las de granescala que son más industrializadas. Esto no es ciertosolamente para los países en desarrollo que tienen unmayor acceso a mano de obra agrícola muy barata.Incluso en los Estados Unidos, se descubrió que lasfincas más pequeñas eran cien veces más eficientesque las más grandes.28 Esto se debe en parte a laexistencia de trabajo familiar no pagado que amenudo ‘subsidia’ a las pequeñas fincas. Aun así, lamayor parte del potencial de eficiencia se debe a lasprácticas agrícolas intensivas en mano de obra, quepermiten un uso óptimo de la tierra. Mientras que laagricultura de monocultivo a gran escala maximiza elrendimiento de solamente un cultivo en el campo, loscultivos mixtos o la agro-silvicultura combinada depequeña escala maximizan la densidad de plantaspor hectárea y aprovechan por completo las interac-ciones entre las plantas.29 A medida que crece lapoblación mundial, el sistema de alimentos seconvierte en uno de los desafíos más importantes delsiglo XXI, y la mejor solución es mejorar el potencialde los pequeños agricultores para asegurar laseguridad alimentaria en todo el mundo.

Sin embargo, es evidente que hoy en día, losheterogéneos sistemas de pequeña agriculturaexistentes en todo el mundo, están lejos de desem-peñarse al máximo de su productividad. En muchospaíses, la agricultura no productiva es la razónprincipal del estancamiento económico en las áreasrurales y la insuficiente producción nacional dealimentos. Sin embargo, la respuesta no esreemplazar estos sistemas de pequeña escala poruna agricultura industrializada. En vez de esto, lasreformas de las políticas agrícolas deberían encami-narse a elevar la productividad de los agricultores através de prácticas agrícolas sostenibles y de bajocosto, para así maximizar su contribución a laseguridad alimentaria.30

Esto es aun más cierto cuando se toma en cuentalos impactos medioambientales. En particular lastécnicas agrícolas industriales, y más todavía lacrianza intensiva de ganado al estilo de fábrica,ejercen tremendas presiones sobre los recursosnaturales y contaminan el medio ambiente.

Es verdad que muchos sistemas de pequeñaagricultura hoy en día están lejos de ser sostenibles.La pequeña agricultura también genera una serie deimpactos medioambientales. Por ejemplo, enmuchos casos los pequeños agricultores puedenestar restringidos a tierras agrícolas marginales,pueden carecer del tipo apropiado de conocimientoo de información adecuada respecto de las prácticasagrícolas sostenibles. A otros, la Revolución Verde lesprometió mayores rendimientos a través del usointensivo de los agroquímicos. Y mientras que unaparte considerable de los pequeños agricultoreslograba incrementar drásticamente sus rendimientosa través de las tecnologías de la Revolución Verde, lohacían a costa del medio ambiente, acelerando lapérdida de biodiversidad y exacerbando la contami-nación de suelos, cuerpos de agua y atmósfera.

No obstante, hay suficiente evidencia científicapara respaldar la afirmación de que el futuro de laagricultura sostenible está con los pequeños agricul-tores. En lo que ha sido probablemente el análisismás grande de las prácticas agrícolas sostenibles,Jules Pretty y un grupo de científicos han llevado acabo 286 estudios agrícolas en 57 países, algunos delos cuales todavía están en curso. Concluyeron quelos pequeños agricultores lograban aumentar surendimiento en los cultivos por un promedio de 79%mediante la simple utilización de técnicas ambien-talmente sostenibles, como la rotación de cultivos yla agricultura orgánica. Con estas prácticas, podíanreducir el uso de fertilizantes y plaguicidas, mantenero incluso aumentar la fertilidad del suelo, incre-mentar la eficiencia en el uso del agua y del suelo, yaumentar el almacenamiento (secuestramiento) decarbono.31 Es cierto que muchos pequeños agricul-tores siguen produciendo de maneras no sosteni-

“La agricultura industrial de monocultivo en Brasil causa muchasinjusticias sociales, como la devastación de los recursos naturales, la

desaparición de la vida campesina, la criminalización de lasorganizaciones y los movimientos, así como la promulgación de leyes

que perpetúan este modelo de producción no-sostenible.”

Rita Zanotto, MST, Brasil,en la Consulta Regional Sudamericana, agosto de 2006

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bles. Sin embargo, si se les compara con la agricul-tura industrial de gran escala intensiva en insumos,los pequeños agricultores tienen el mayor potencialde regenerar el rol de la agricultura con lascomunidades sociales y el medio ambiente natural,especialmente si se les alienta a practicar la agricul-tura de la biodiversidad.

Los beneficios de la pequeña agricultura son consi-derables en su alcance. Incluyen la significativa gener-ación de empleo e ingreso en las áreas rurales,haciendo así más lenta la migración. También incluyenun potencial considerable para producir de maneramás eficiente y más sostenible en respuesta a lacreciente demanda mundial de alimentos. Asimismo,los pequeños agricultores tienen una virtud políticaque ofrecer. La lucha por lograr un desarrollo

sostenible y un sistema comercial agrícola que tomeen cuenta los desafíos mundiales en el mundo ruralsólo será de valor en el futuro si es intuitiva y partici-pativa. Si la lucha excluye a los 2500 millones depersonas en el mundo que actualmente derivan susustento de la agricultura, su voz no estará represen-tada y su conocimiento y experiencia no podráncontribuir a enfrentar el desafío alimentario mundial.

En la medida en que estas personas se acuestencon hambre, no podrán comprometerse con suscomunidades y países a tomar decisiones vitales, porejemplo, respecto del desarrollo rural, de la seguridadalimentaria y del uso de recursos naturales. Por lotanto, el empoderar a los agricultores a través dereglas de comercio justo, así como a través de otrosmedios, es una cuestión de democracia.

2.3 Indiferencia ante la naturalezaComo nunca antes en la historia, el siglo XXIexpondrá a la agricultura a una serie de grandesdesafíos. Cuatro presiones en particular sobre laagricultura se incrementarán exponencialmente, ysus interacciones crearán amenazas aun máspeligrosas a la biosfera. El cambio climático mundialplanteará una amenaza importante para las condi-ciones que sirven de fundamento a la vida y que sonesenciales para los sistemas agrícolas en muchasregiones. A su vez, esto minará la capacidad delsector agrícola de responder a la creciente demandade alimentos. En segundo lugar, posteriormente a laera del petróleo barato, la agricultura de cultivos bio-energéticos y la plantación de bio-materialesejercerán una enorme presión sobre la agricultura.En tercer lugar, la demanda de alimentos y combu-stibles se elevará debido a una población mundial enconstante crecimiento, que a mediados de este siglodebe alcanzar los 9 mil millones de personas. Final-mente, las prácticas agrícolas no sostenibles siguensobreexplotando su base medioambiental, como sino hubiera uno sino tres planetas disponibles para elcultivo. Todos estos desafíos combinados hacen queel futuro de la agricultura se vea más bien gris. Peroel comercio en agricultura y las actuales reglas delcomercio están ligados a estos cambios. ¿Es posibleanticipar un régimen comercial que esté apropiada-mente equipado para tratar estos desafíos?

Carga sobre la biosfera

Ninguna actividad humana ha alterado más profun-damente la faz de la tierra que la agricultura. No es desorprender que mucho antes del advenimiento de laagricultura industrial, los agricultores hubierantalado los árboles y agotado los suelos una y otra vez.

Los Andes, el norte de África, y el Medio Oriente sonejemplos importantes de esto. En momentos fueronsobreexplotados al punto de la degradación. Inclusohoy, los pequeños agricultores son responsables deproblemas ambientales significativos, como ladeforestación de las selvas tropicales desde el Brasilhasta Indonesia, ya que constantemente se les fuerzaa cultivar tierra forestal virgen para poder sostenerse.

Lo que es nuevo es la magnitud en que lasprácticas modernas sobreexplotan sistemática-mente los recursos naturales y contaminan el medioambiente. La agricultura industrial es una forma deagricultura con muchos insumos externos. Como tal,se basa en variedades híbridas o genéticamentemodificadas de alta respuesta, cultivadas enmonocultivos sin importar las condiciones locales.También requiere agroquímicos, usa grandescantidades de fertilizantes y a menudo consumemucho más agua para la irrigación que lo quehubiera podido hacer la agricultura tradicional.Como resultado de esto, la agricultura industrialhace surgir una serie de amenazas a la biosfera.

Para comenzar, la mayor parte de emisiones degas con efecto de invernadero inducidas por sereshumanos son causadas por la quema de combu-stibles fósiles. Sin embargo, el uso de la tierra vienecambiando tanto en la agricultura como en la silvi-cultura, y, por otro lado, las emisiones provenientesde la agricultura y del ganado desempeñan un papelsignificativo. Sólo la agricultura, sin considerar todoel sistema de alimentos, contribuye en más del 20%a las emisiones antropogénicas de gas con efecto deinvernadero32, liberando en particular metano, óxidonitroso y, en menor medida, dióxido de carbono.Incluso en la Unión Europea – región responsable delas emisiones más altas del mundo a partir del trans-

Los sistemas depequeñaagricultura puedendesempeñar mejorel papel de laagricultura deregenerar lascomunidadessociales y el medioambiente natural

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porte, la industria y los hogares – se estima que laagricultura origina el 10% de todas las emisiones degas con efecto de invernadero.33 Lo que es particular-mente intensivo en emisiones es la conversión de lasselvas y sabanas tropicales en tierra agrícola, princi-palmente a través de la quema de biomasa queoriginalmente ocupaba la tierra y la liberación decarbono orgánico almacenado en los suelos.34 Lo quesigue, en términos de severidad del impacto, es laproducción de ganado. Aproximadamente 25% de lasemisiones de metano antropogénico provienen delganado, y su potencial de calentamiento es unas 20veces mayor al del dióxido de carbono. Al haberpasado los animales de los pastizales a la alimenta-

ción estabulada intensiva, y al incrementar constan-temente el número de vacunos, cerdos y aves que secrían para satisfacer la creciente cantidad dealimentos cárnicos, hacen que se libere más metanode la fermentación entérica y de los desperdiciosanimales. Los animales alimentados con pasto emitenmenos metano que el ganado alimentado con dietasbasadas en muchas proteínas.35 Además, se produceuna parte importante de las emisiones de metano apartir de la expansión de los campos de arrozinundados, así como de las grandes cantidades deemisiones de óxido nitroso, generadas a partir de ladesagregación de los fertilizantes, de los excre-mentos y de la orina del ganado. Todo esto contribuyemás aun al quiebre del sistema climático mundial.

El sistema alimentario en general contribuyemucho más al cambio climático antropogénico que laagricultura y la crianza de ganado. La producción y eluso de agroquímicos, maquinaria agrícola e irrigaciónbombeada emiten gases con efecto de invernaderoque representan en conjunto más del 90% de laenergía directa e indirecta utilizada en la agricultura.Como los insumos agrícolas son muy intensivos enenergía, para producir una tonelada de cereales ovegetales cultivados por medio de la agriculturaindustrial se requiere de seis a diez veces más energíaque por medio de métodos agrícolas tradicionalessostenibles.36 Además, las operaciones posteriores,como el transporte, el procesamiento, el empacado yla venta al menudeo, requieren incluso más energíaque la producción agrícola misma. Por ejemplo, en losEstados Unidos se consume para esto más del doble

de energía que para el cultivo en los campos. Y casi el75% de los productos agrícolas de los Estados Unidosse procesan de alguna manera, lo cual consume deuna cuarta parte a un tercio de toda la energíautilizada en los sistemas alimentarios.37 En unmercado agrícola cada vez más globalizado, lasemisiones también aumentan debido a las distanciasde transporte cada vez más largas. Hoy en día cadarubro de alimentos viaja 50% más en promedio de loque hacía en 1979, y la carga aérea moderna producemucho más dióxido de carbono que los viajes porbarco o carretera. Además, como los consumidoresactuales están acostumbrados a un ‘eterno verano’enlo que a verduras y frutas se refiere, la distancia totalque atraviesan estos alimentos importados compra-dos semanalmente por sólo una familia puede fácil-mente equivaler a varias travesías alrededor de lalínea ecuatorial.38 A medida que los consumidoresacomodados impactan en las prácticas agrícolas ycontribuyen a la crisis del cambio climático global, sepuede decir con seguridad que la industrialización dela agricultura en su conjunto, así como la distribucióna grandes distancias en el procesamiento industrial,han emergido como un motor importante del caosclimático.

Como hemos atestiguado en años recientes, elclima mundial ahora está comenzando a devolver elgolpe con ferocidad enorme. El calentamiento globalya ha resultado en un incremento de la temperaturapromedio mundial de 0.8 grados Celsius en compa-ración con eras pre-industriales. Sin embargo, seespera que se eleve hasta 6.4 grados para finales delsiglo XXI, si las cosas continúan como están.39 Obvia-mente, el planeta no sólo se está calentando más.Además de este aumento previsto de las tempera-turas mundiales, el cambio climático tendrá otrosefectos graves, incluyendo una elevación en el niveldel mar, mayor frecuencia de eventos climáticosextremos como las tormentas, mayores inunda-ciones o irregularidades en los patrones monsónicos,así como el derretimiento de la cobertura de nieve ycapas de hielo, o el debilitamiento de la circulacióntermohalina de los océanos.40

El cambio climático rebotará sobre la agriculturade varias maneras. El cultivo de especies será impac-tado sobre todo por un cambio en la temperatura yprecipitación, por una mayor vulnerabilidad a lasenfermedades, infecciones y plagas, mayor vulnera-bilidad a la degradación del suelo y de los recursoshídricos, y presión sobre la biodiversidad nativa. Paralos cultivos de cereales, estos escenarios revelan queen algunas áreas temperadas los rendimientos seincrementarán potencialmente con pequeñosaumentos de la temperatura, pero se reducirán congrandes cambios de temperatura. En la mayor partede regiones tropicales y sub-tropicales, sin embargo,se espera que los rendimientos se reduzcan incluso

La agriculturaindustrial, la

distribución alarga distancia y el

procesamientoindustrial son

factoresimportantes del

caos del climamundial

“En Indonesia hemos experimentado graves problemas con lasplantaciones de palma aceitera. Miles de hectáreas son propiedad de

compañías extranjeras, se tala los bosques y se expele a los moradoresdel bosque de sus tierras. Y mientras se supone que las plantaciones

producen un recurso regenerativo, en realidad explotan la base derecursos y causan contaminación ambiental y devastación.”

Delima Hasri Azahari, Consultor, Indonesia en la Consulta Regional Asiática, mayo de 2006

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con incrementos mínimos en las temperaturas,porque ya crecen a su óptimo térmico.41 En donde seespera que ocurran grandes reducciones en las preci-pitaciones, especialmente en las tierras secas sub-tropicales y tropicales y en los sistemas agrícolas desecano, como en el Sahel, el Cuerno Africano, losAndes chilenos o parte del Asia Central, Asia Orientaly Sudáfrica, los rendimientos de los cultivos se veránaun más afectados. Sin embargo, el daño a la agricul-tura por el agua no está asociado solamente con unamenor precipitación, sino con una mayor escorrentía.Un estudio comparativo de cinco regiones agrícolasimportantes – noreste de China, Brasil, el ‘Cinturóndel Maíz’ de los Estados Unidos, el delta del Danubioy Argentina – indica que habrá agua en exceso asícomo una alteración en la oportunidad del suministrode agua, lo cual podría tener incluso efectos másgraves que la sequía.42 A la luz de los tremendosimpactos asociados con el cambio climático para lasregiones más afectadas, el caos climático puede biendesencadenar un caos socioeconómico paracomunidades agrícolas completas.

Sin embargo, la agricultura no es solamente unavíctima del cambio climático, sino que puede serparte de la solución al problema. La agricultura nosólo libera emisiones de gas con efecto de invern-adero, sino que – al ser practicada de maneracorrecta – puede proveer importantes trampas decarbono. Los estudios prueban, por ejemplo, que uncambio de las prácticas industriales convencionaleshacia la agricultura orgánica contribuiría significati-vamente a la mitigación del cambio climático, tanto através de la reducción de emisiones por los insumosy las prácticas agrícolas, como por un almacena-miento incrementado del carbono en el suelo.43 Almismo tiempo, los sistemas agrícolas sosteniblesdiversificados son menos vulnerables y ofrecen elmejor potencial para la adaptación a las cambiantescondiciones climáticas. Más aun, la agriculturapuede proporcionar la base de la economía post-carbono en el futuro. A través del cultivo de bioma-teriales se puede sustituir los sistemas de transportebasados en la combustión de minerales y fósiles, ytambién se puede ayudar a retirar los productos yprocesos industriales que usan muchos recursos. Enparticular, la provisión de biogas y biocombustiblepara la industria, el uso doméstico y el transporte sonsoluciones importantes para hacer que las socie-dades sean más amigables con el clima. Sinembargo, la agricultura en una economía solartendría que generar otras cualidades medioambien-tales aparte de la simple protección del climamundial. Por cierto, las prácticas de producciónamigables con el medio ambiente deben asegurarque la producción de bioenergía y biomasa no minela capacidad de acarreo de los suelos y los ecosi-stemas.

Hoy en día, el potencial de la agricultura paraayudar a protegernos contra un mayor deterioro delos ecosistemas está lejos de realizarse. Los sistemasagrícolas intensivos que utilizan muchos insumosson los motores prominentes de la mayor degrada-ción de la tierra, de la escasez del agua, de la conta-minación y de la pérdida global de biodiversidad. Porejemplo, el monocultivo requiere altos niveles deplaguicidas y fertilizantes, los cuales contaminan elsuelo y las aguas subterráneas. Los monocultivossacan al ganado del sistema de cultivo y lo concen-tran en áreas confinadas, creando un superávit deabono, el cual después se aplica en exceso en latierra alrededor de las fábricas de ganado y puedecontaminar los cuerpos de agua adyacentes por unefecto de escorrentía. Además, el uso de maquinariapesada en el campo a menudo lleva a la compacta-ción de la tierra, lo cual impide el crecimiento de lasraíces, limita el drenaje del suelo y a su vez puederesultar en escorrentía, mayor erosión y transferenciade contaminantes a las aguas de superficie. En dondela tierra se irriga, la salinización es una causa impor-tante de la degradación de la tierra, ya que lleva a laacumulación de sales en el suelo. Se afirma que un20% de las hectáreas irrigadas del mundo estánafectadas por la salinización, con concentraciones desal suficientemente altas como para reducir los rendi-mientos en forma significativa.44 Por otro lado, enmuchos lugares la irrigación está agotando losacuíferos subterráneos más rápidamente que sucapacidad de recarga. En algunos casos, tal vez comoen el medio-oeste de los Estados Unidos, la agricul-tura incluso depende de ‘acuíferos fósiles’ que conti-enen agua principalmente proveniente de la últimaera glacial, y que reciben poca o ninguna recarga.45

Además de la degradación de la tierra, la conta-minación y el exceso de uso de los recursos hídricos,los sistemas de producción de la agriculturaindustrial han reducido en gran medida la biodiver-sidad, tanto a través de las prácticas agrícolas comoa través de la selección de cultivos. La agricultura enmonocultivo, que cultiva una sola especie en uncampo dado, es especialmente dañina a la biodiver-sidad. En efecto los monocultivos son la ‘antítesis de

“El modelo industrial de producción no es duradero. No podemosseguir importando soya genéticamente modificada del Brasil paraalimentar pollos en la Unión Europea, que luego se vendan a precios dedumping a mercados del tercer mundo en el Sur, forzando a losagricultores brasileños a sobreexplotar sus tierras, a los agricultoresde la Unión Europea a contaminar sus tierras cerca de las fábricasagroindustriales, y a los pequeños agricultores en el Sur a salir delmercado.”

François Dufour, Confederación Campesina, Francia, en la discusión depanel del Diálogo de Comercio, EcoFair en Hong Kong, diciembre de 2005

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la diversidad’.46 Requieren grandes cantidades defertilizantes y plaguicidas, herbicidas para sosteneraltos rendimientos y controlar insectos y plagas,mientras que los campos literalmente se conviertenen ‘desiertos agrícolas’, matando casi todo apartedel cultivo que se desea desarrollar. También esimportante la pérdida de diversidad en los cultivosque se desarrollan debido al uso de semillasmejoradas por hibridación o genéticamente. A lolargo de milenios, los agricultores han seleccionadosemillas y dado forma de este modo a faunas y floraslocales específicas, pero hoy en día sólo nuevecultivos representan tres cuartas partes de lasplantas consumidas por los seres humanos.47

El comercio como impulsor

¿La liberalización del comercio agrícola lleva a unamayor expansión de la agricultura ambientalmentedestructiva? De acuerdo con la mayor parte de laevidencia, la respuesta es sí, aunque se debe haceruna serie de advertencias.48 Primero, ya que tanto lasexportaciones como las importaciones crecen comoresultado de la liberalización, el volumen general deltransporte debe incrementarse. Las distanciaspromedio aumentarán con toda probabilidad, debidoal alza en los viajes de trigo de los Unidos a Egipto,los embarques de verduras frescas desde la India aEuropa y los cargamentos de soya de Brasil a laChina. Sin embargo, es posible alguna reducción enel transporte si se elimina la escalada de losaranceles. En este caso, se alentaría a que haya unprocesamiento en los países que han sido principal-mente exportadores de materias primas, dejandomercancías más ligeras y menos voluminosas para suembarque. En general, sin embargo, la explosión enmillaje alimentario es el talón de Aquiles de un

mercado globalizado de la agricultura, haciéndolovulnerable a las fuertes alzas en el precio del petróleoy a los impactos producidos por el cambio climático.

Los efectos de la remoción de los subsidios en lospaíses industrializados son menos claros. A un ciertonivel, la reducción de los subsidios aparece como unasituación gana-gana clásica.49 El grueso de los subsi-

dios convencionales apunta a reducir el costo deinsumos perniciosos para el medio ambiente, comolos fertilizantes químicos, los plaguicidas, el agua deirrigación y el combustible, y a la vez su eliminaciónbeneficiaría tanto al comercio como al medioambiente, y sin duda a los contribuyentes y consumi-dores. Además, el subsidio a los precios – no vincu-lado a una simultánea restricción de la producción –alienta la expansión de esta última. Por lo tanto, laabolición de los subsidios aliviaría los efectos sobreel medio ambiente al disminuir la producción engeneral. Además, la biodiversidad se beneficiará en lamedida en que la presión para expandir el cultivo enáreas fértiles se reduzca. A otro nivel, sin embargo, losagricultores pueden responder a un menor apoyocambiando hacia cultivos más valiosos y más inten-sivos en insumos, iniciando un ciclo de especializa-ción incrementada y mayor concentración, con menosfincas pero niveles constantes de producción. Porejemplo, cuando Nueva Zelanda eliminó el apoyo a losprecios luego de 1984, el uso de plaguicidas y ferti-lizantes se redujo sustancialmente al principio yrepuntó después de una década de reestructuraciónen la industria agrícola. 50 Es más, la mayor compe-tencia probablemente mine una agricultura másextensiva que sustenta una amplia variedad decultivos, arbustos, árboles y paisajes cultivados.51 Enel caso extremo, la agricultura podría desaparecer engran medida, concentrándose solamente en las ubica-ciones más lucrativas. De todos modos, la compe-tencia sin fronteras tiende a amenazar a los sistemasagrícolas integrados de pequeña escala y orientadosa sitios específicos, como existen en todo el mundocon excepción sobre todo de Australia, Canadá, losEstados Unidos y algunos países ex comunistas.Aparte de los casos especiales, es el comercio tiendea marginar las opciones alternativas y beneficiar a laagricultura industrial de gran escala.

Para los países del Sur, las perspectivas medio-ambientales derivadas de la liberalización comercialson igualmente mixtas. El traslado de la producciónagrícola desde los países industrializados hacia lospaíses en desarrollo, que se espera luego del accesodesregulado a los mercados del Norte, es de impor-tancia particular.52 A un cierto nivel, algunosargumentan que este éxito del Sur puede hacer quelas prácticas agrícolas sostenibles sean más viablespara los productores, debido a que el acceso a losmercados del Norte mejora los retornos de la agricul-tura en el Sur.53 Pero a otro nivel, este cambio geográ-fico es muprobable que vaya acompañado por uncambio de la producción de alimentos básicos haciacultivos de exportación, reemplazando – por ejemplo– los cereales por alimentos procesados y carne. Esmás probable que esto incremente las presiones paraexpandir el área cultivada, llevando a la tala debosques primarios para obtener tierra cultivable, a la

“Lo que ocurre en un régimen de libre comercio no es solamente laglobalización de los mercados sino también la globalización de las

fallas del mercado. La agricultura está plagada de fallas del mercado yexternalidades medioambientales, relacionadas en parte con la

agricultura industrial que utiliza muchos insumos. Está biendocumentado que la liberalización del comercio causa la expansión delmodelo de la agricultura industrial en todo el mundo. Esto, a su vez, ha

generado problemas medioambientales severos.”

Timothy Wise, Tufts University, EEUU,en la Consulta Regional Norteamericana, septiembre de 2006

La explosión en el millaje

alimentario es el talón de Aquiles

en mercadosagrícolas

globalizados

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conversión de las praderas naturales en cultivos dealimentos o pastizales, así como al drenaje de loshumedales para ganar superficies irrigadas o culti-vadas.54 Además, sólo las fincas más especializadasque utilicen volúmenes más altos de plaguicidas,fertilizantes, agua y combustible y que se basen enun rango estrecho de recursos genéticos vegetales,pueden ser capaces de tener éxito en los mercadosmundiales. La orientación hacia la exportación abreel camino a una agricultura que usa mayor cantidadde insumos. Ésta es la razón por la que los estudiosempíricos de Chile y México, por ejemplo, muestranun uso mucho más intenso de la tierra, de losbosques nativos, del agua de la superficie y de losacuíferos y de agroquímicos, así como la erosión dela tierra y del inventario genético.55 En resumen, laliberalización del comercio está asociada con laexpansión del modelo industrial de la agricultura,junto con su consecuencia negativa tanto para lasalud de los seres humanos como de la biosfera.

Finalmente, es probable que un incremento delcomercio aumente la cantidad de ‘recursos virtuales’utilizados por las naciones. El término ‘recursosvirtuales’ se refiere a la cantidad de tierra, agua uotros recursos incluidos en las mercancías agrícolasobtenidas de países extranjeros. El país importadorutiliza así la bio-capacidad de otro país parasustentar su propia economía. Si un país es un impor-tador neto, es decir, si está aprovechando másrecursos virtuales de fuera que lo que provee a otros,se apodera de una parte desproporcionada de losrecursos de la tierra. Desde el punto de vistaambiental, esto no es necesariamente un problemaen la medida en que el país exportador disponga deabundantes recursos. Sin embargo, si las exporta-ciones desgastan los ecosistemas al punto de minarlas capacidades regenerativas a nivel local onacional, el país importador está en efecto expor-tando destrucción medioambiental. Esto llevará aque las cargas medioambientales cambien en elplaneta, creando nuevas clases de ganadores yperdedores. Por ejemplo, en el año 2000 la UniónEuropea – con sólo 15 estados miembro en esemomento – utilizaba ya 43 millones de hectáreas detierra agrícola valiosa en el Sur, lo cual representa un30% de los campos y pastizales dentro de la UniónEuropea.56 La Unión Europea se beneficia así de lasoya latinoamericana, del cacao africano y del aceitede palma asiático. Se puede describir un escenariosimilar para el agua virtual. Dependiendo de lasrespectivas condiciones climáticas, por ejemplo, laproducción de un kilo de trigo requiere entre 1.000 y2.000 litros de agua, un kilo de queso necesita entre5.000 y 5.500 litros y un kilo de carne consume16.000 litros de agua.57 Los Estados Unidos, Canadá,Australia, Argentina y Tailandia son importantesexportadores virtuales de agua mientras que, a su

vez, Japón, Sri Lanka, Italia, Corea del Sur y Holandason grandes importadores netos.58

Las consecuencias relacionadas con el comercio,tanto las potenciales como las conocidas, son parti-cularmente agudas en el mercado mundialemergente de biocombustibles. Sin duda, los paísestropicales húmedos ofrecen condiciones másapropiadas que las zonas templadas para la produc-

ción de biocombustibles que se derivan de cultivosenergéticos. La demanda de biocombustibles estácreciendo rápidamente, en especial en los centrosurbanos del mundo, en respuesta a la escasezprevista de combustibles derivados del petróleo y ala necesidad de variar la combinación de combu-stibles en el mundo de los combustibles fósiles hacialos combustibles renovables. Si se eliminan lasbarreras arancelarias, las perspectivas económicaspara los agro-exportadores serán muy positivas.Como resultado de esto, la agricultura puedeingresar a una nueva era de fuerza comercialrenovada. De hecho, Brasil está ahora en la posiciónde convertirse en el exportador de bioetanol másimportante a partir de la caña de azúcar. Argentina,además, está planeando el cultivo a gran escala desoya, mientras Indonesia y Malasia hacen crecer laproducción de aceite de palma para la exportación debiodiesel.59 Sin embargo, hay un alto riesgo de que elcomercio no regulado de biocombustibles lleve almundo a una nueva ronda de intensificación agrícola,conversión de tierras y expansión de hectáreasvirtuales. El cultivo de azúcar y soya ya ejerce hoy endía una gran presión medioambiental y tambiénsocial. Un auge económico de los biocombustiblesprobablemente empeore la situación.

Además, los pastizales y bosques probablementese conviertan en campos de cultivo energético aescala masiva en países como Brasil e Indonesia,salvo que se exija a los agricultores centrarse en laproductividad y en reciclar el material agrícola dedesecho. Y finalmente, la expansión de hectáreasvirtuales podría traer consigo consecuencias medio-ambientales serias e irreversibles para muchospaíses exportadores. Es poco probable que elcomercio internacional de biocombustibles cumplacon su promesa de brindar bienestar a los países,

La orientaciónhacia laexportación abreel camino a unaagricultura conelevado uso deinsumos

“En el nuevo mercado para los biocombustibles, muchos de los temasmencionados en el informe sobre el comercio EcoFair arrojan luz sobrelos problemas del sistema en su conjunto: enfrentamos el problema detener patrones agrícolas insostenibles, de precios ex finca en declive,de concentración corporativa en el mercado y de asimetrías en lasrelaciones comerciales. Como en el caso del comercio agrícola engeneral, necesitamos comercio EcoFair regulado para losbiocombustibles y no libre comercio.”

Suzanne Hunt, Worldwatch Institute,en la Consulta Regional Norteamericana, septiembre de 2006

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2.4 Empoderamiento de las empresas transnacionalesLos estados nación son los actores principales en elescenario diplomático, pero en el mercado mundial,ni los estados ni las empresas de propiedad estatalson los factores dominantes: más bien lo son lasempresas privadas. Hace unos 400 años, la EastIndia Company se convirtió en la primera corporaciónmultinacional. Hoy en día, hay más 60.000 conglo-merados transnacionales en todo el mundo, con untotal de unas 870.000 subsidiarias. No solamenteemplean una fuerza laboral de 53 millones depersonas, sino que también controlan a millones deproveedores y empresas de servicio locales.60 Enparticular, en los mercados agrícolas el poderdominante de las empresas transnacionales haemergido como un desafío considerable. Los altosniveles de concentración en la comercialización, elprocesamiento y la venta al detalle de alimentosimpactan no solamente los modos de ganarse la vida

en las fincas, sino también la manera en que sepractican la agricultura y la ganadería, y el tipo y lacalidad del alimento proporcionado a los consumi-dores. Los acuerdos de libre comercio, tales como elAcuerdo sobre la Agricultura de la OMC, o acuerdosregionales como los tratados de libre comercio deAmérica del Norte o América Central, se basan en elsupuesto de que el obstáculo principal al librecomercio es la intervención del Estado en losmercados. En efecto, el poder concentrado delmercado ha emergido como una razón principal parala falla de los mercados. Mientras que la liberaliza-ción tenía por objetivo desmantelar las proteccionesen las fronteras, tuvo el efecto de fortalecer enrealidad a los cárteles transnacionales. Las reglas delcomercio EcoFair tendrán que incluir opciones depolíticas que busquen redemocratizar la cadenaalimentaria y fortalecer a las economías localesfrente a las empresas transnacionales.

Las caras del poder

“Nosotros somos la harina en su pan, el trigo en susfideos, la sal en sus papas fritas. Somos el maíz ensus tortillas, el chocolate en su postre, el endulzanteen su gaseosa. Somos el aceite en el aliño de suensalada y la carne de res, cerdo o pollo que ustedescomen para la cena. Somos el algodón en su ropa, elfieltro de refuerzo de su alfombra y el fertilizante ensu campo.”

Esta cita es de un folleto de la empresa estadou-nidense Cargill (2001), una de las agroindustriasgigantes del planeta y la segunda empresa privadamás grande en términos de ingresos. Cargill havenido operando desde 1865. Desde su constituciónha superado constantemente a las demás en variossegmentos de la economía alimentaria. Por ejemplo,es el comercializador de maíz más grande del mundo,controlando una cuarta parte del mercado global delmaíz. Tiene la mayor capacidad de terminales másgrandes entre todas las compañías de los EstadosUnidos, y también posee enormes capacidades enCanadá, Argentina y Brasil. Está entre los tres produc-tores de ganado vacuno más importantes de losEstados Unidos y desempeña un importante papel enla producción de aves en todo el mundo. En términosde sus operaciones, posee un negocio de transportesmundial, con buques, camiones, barcazas y vagones,así como elevadores de granos para el almacena-miento. Además, el imperio Cargill no se restringesolamente a vender y procesar: también abarca unaamplia gama de servicios, incluyendo la banca, lospréstamos, las inversiones, las transacciones demoneda, los seguros de riesgo, los embarques.61

Sin embargo, Cargill es solamente una de variasfirmas gigantes en el sector comercio y de proce-samiento, junto con sus competidores Archer DanielsMidland (ADM), Bunge y Louis Dreyfus. Otrossectores del sistema alimentario revelan patronessimilares de concentración de mercado, particular-mente entre proveedores de insumos, procesadoresy – más recientemente – minoristas y supermercados.Entre los proveedores de insumos, por ejemplo, las 10empresas transnacionales de semillas más impor-tantes controlan la mitad de las ventas mundiales desemillas comerciales, mientras que unas 1040

Mientras que laliberalización

tenía comoobjetivo

desmantelar lasprotecciones en

las fronteras,terminó

fortaleciendo a loscárteles

transnacionales

salvo que se tome medidas para asegurar que lasplantaciones de bioenergía no se expandanapropiándose de tierras, destruyendo ecosistemasvaliosos y despojando a los pueblos indígenas y a lascomunidades locales. El comercio de biocombu-stibles será un nuevo impulsor de la degradación

medioambiental, a menos que se rija por las normasmedioambientales y de calidad social más rigurosasy a menos que su expansión corresponda a unfortalecimiento simultáneo de las áreas indígenas,así como de los derechos de los pequeños agricul-tores.

“En visitas que he tenido la oportunidad de hacer a Europa he podidoconstatar que la situación de la agricultura en el Norte y en el Sur tiene

muchas similitudes. Sobre todo, al igual que en nuestra región, losagricultores familiares europeos también están confrontados con el

problema de la concentración y del poder de las transnacionales.”

Felipe Iñiguez, MAELA, Méjico,en la Consulta Regional Centroamericana, octubre de 2006

El comercio de bio-combustible será

también otroimpulsor de la

degradaciónmedioambiental

salvo que se rijapor normas

rigurosas decalidad

medioambiental ysocial

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compañías controlan el 80% del mercado de plagui-cidas. Una empresa, Monsanto, controla el 41% delmercado global en semilla de maíz comercial y unacuarta parte del mercado de semillas de soya en elmundo, y vende las semillas del 88% del área totalplantada en cultivos con ingeniería genética en elmundo, un área sorprendente.62 El nivel de concen-tración entre los procesadores es también extrema-damente alto. Por ejemplo, los cinco mataderos másimportantes en los Estados Unidos representanconjuntamente el 89% del mercado. Y en el Brasil sólotres compañías distribuyen el 86% del aceite refinadode soya.63 Quizás el desarrollo más dramático en laconcentración de mercado ha sido el surgimiento deminoristas de alimentos y supermercados como losactores mundiales dominantes. Creciendo constante-mente a un ritmo muy rápido, ya en el año 2003 los 30minoristas principales compartían el 19% delmercado en Asia y Oceanía, el 29% en América Latinay el 69% en Europa.64

Obviamente, estas empresas disfrutan de unenorme poder en el mercado. La concentración yglobalización creciente de algunos segmentos de laeconomía alimentaria, hoy en día ha hecho que lasmercancías agrícolas y los mercados de alimentossean muy desiguales. Muchos de estos mercadosparecen un reloj de arena, donde un gran número deagricultores en la base venden a un pequeño númerode grupos poderosos y extremadamente globa-lizados de procesadores, distribuidores y supermer-cados ubicados en el medio, quienes a su vez vendena un gigantesco número de consumidores en la partesuperior.65 En un mercado así, las empresas agroin-dustriales a menudo tienen proveedores depen-dientes, es decir, proveedores que no pueden vendersu producción a nadie más, y también compradoresdependientes. En esta situación, el riesgo másgrande es que estos poderosos actores incrementensus ganancias a costas de otros actores y en detri-mento de la eficiencia y justicia general del sistema.

El poder del mercado en la agricultura no es nuevo.Por ejemplo, en la comercialización de granos, cuatrode las cinco empresas más importantes que dominanhoy, también dominaban el mercado hace 100 años.Pero en estos días, el poder del mercado ha alcanzadootra dimensión, adquiriendo nuevas característicasprimordiales que reflejan las tendencias económicasmundiales más amplias y propias del final del siglo XX.Las innovaciones biotecnológicas en las áreas delsuministro de insumos y de la ingenierías de cultivo,así como los avances tecnológicos en el transporte ylas comunicaciones han revolucionado la producción,el procesamiento y la distribución de alimentos y hanfacilitado la concentración del poder en puntos de lacadena alimentaria en donde se controlan estastecnologías. Los consumidores de todo el mundo –esto no sólo debido a la globalización de la comuni-

cación y a las estrategias de mercadeo – son atraídosa los bienes procesados a partir de los hipermercadoso de los refrescos y bocaditos de las grandes tiendasen desmedro de los alimentos locales, premiando asía los productores mundiales por encima de losproductores locales. Las reglas del comercio tambiénhan desempeñado su papel en la conversión delsistema alimentario hacia un enfoque corporativo, amedida que la presión constante para reducir lasmedidas y los aranceles fronterizos ha abierto los

mercados de modo que favorecen a las compañías enuna posición de negociar a escala global. Estatendencia probablemente se acelere. La mayor libera-lización de los servicios según el acuerdo general decomercio de servicios de la OMC, y la liberalizaciónadicional que resulte de los acuerdos regionales ybilaterales, impedirá la regulación de las empresas anivel nacional. Mientras tanto, los productores apequeña escala, los agricultores independientes, laspequeñas y medianas empresas, los minoristas y losproveedores de mercados locales, las pequeñascooperativas, los agricultores familiares y los consu-midores están luchando con los impactos delcreciente poder del mercado y la mayor consolidaciónde unas cuantas empresas alimentarias dominantesen su línea de negocios, así como el sobrecogedordesafío de salvar sus maneras de ganarse la vida. 66

Un aspecto importante del poder del mercado esla asimetría en el acceso a la información queafrontan distintas partes del sistema de producción.Como las empresas nacionales tienden a controlarlos cuellos de botella en el reloj de arena a través delcual deben pasar la mayor parte de la producción,procesamiento y comercio, también controlan lainformación del mercado. Cuando negocian tratoscomerciales o contratan con los agricultores, lasempresas pueden usar su ventaja informativa paraampliar la brecha de precios entre los proveedores ylos sucesivos compradores, o para socavar losprecios de otros modos. Con el poder del mercado,las grandes empresas logran arrancarle ganancia alos agricultores, concentrando los réditos en activi-dades de valor agregado y en la venta de alimentosal por menor, así como en las tecnologías cada vezmás elaboradas que ofrecen para la producción enfincas agrícolas, incluyendo las semillas de ingenieríagenética, herbicidas, plaguicidas, fertilizantes caros,

“La crisis agrícola es en gran medida un resultado de la concentracióndel mercado. En Canadá las ganancias agrícolas son más bajas quenunca, mientras que las ganancias corporativas están más altas quenunca. Las corporaciones poderosas pueden sacar provecho delmercado en detrimento de los agricultores y de los trabajadoresagrícolas”

Darrin Qualmin, NFU, Canadá,en la Consulta Regional Norteamericana, septiembre de 2006

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Lastransnacionales

agroindustrialesen efecto drenan el

dinero sacándolode la economía

rural

o sistemas de posicionamiento global que deter-minan cuánto de qué insumo va dónde en la finca. Aveces, estos insumos pueden aumentar la cosecha,pero a medida que suben los costos de los insumosindustriales y bajan los precios ex finca agrícola, lasgrandes empresas no solamente hacen que losagricultores tengan extremas dificultades en ganarsela vida decentemente, sino que, en efecto, drenan eldinero sacándolo de la economía rural.67

Los desequilibrios del poder en el mercado no sólopermiten que las empresas transnacionales controlenlos precios, sino que también fijen los estándares decalidad para los productos y los procesos de produc-ción. Ya sea en los textiles, el hardware de las compu-tadoras o los rubros alimentarios, en años recientesha surgido un gran número de esquemas normativosde tipo empresarial. Las empresas mismas son lasúnicas que rigen muchos de estos estándares y elgobierno o las partes interesadas no tienen muchaparticipación ni patrocinio. Los supermercadosincluso han desarrollado sus propias líneas decomercio justo y alimentos orgánicos en respuesta alcreciente interés de los consumidores más ricos. Sinembargo, la mayor parte de ellos carecen de unaparticipación significativa de los respectivos provee-dores.68 Mientras que algunos de los esquemas deestándares empreariales fueron exitosos enestablecer derechos laborales o humanos básicos enla producción, la mayoría de ellos se ha diseñado deacuerdo con los intereses de las empresas mundialesrespecto del mercadeo o de la duración de losproductos en los anaqueles. En general las preocu-paciones de los agricultores o el uso de los recursosde manera sostenible no se toman en cuenta. Porejemplo, Nestlé y Parmalat forzaron conjuntamente asalir del negocio al menos a 50,000 agricultoreslecheros en el Brasil cuando compraron las coopera-tivas lecheras en los años 90, y cambiaron los están-dares para el manejo y almacenamiento de lecheantes de la compra. Insistieron en que los agricultoresque deseaban venderles leche instalaran sus propiasunidades de refrigeración en las fincas, a un costo decapital prohibitivo para muchos agricultores – uncosto que además no se justificaba debido a suproducción de pequeña escala.69

En general, el surgimiento de los estándaresestablecidos por la industria sin referencia a losgobiernos tiene un impacto profundo sobre quiénpuede vender su producción y en dónde. Porejemplo, EurepGAP – un conjunto de estándaresdesarrollado por un grupo de minoristas europeos –ha sido adoptado por la mayor parte de los minori-stas más importantes de la Unión Europea. Losagricultores que no cumplen con estos estándaresprácticamente no tienen acceso al mercado europeo– sin importar qué condiciones de acceso al mercadoproporcione la Unión Europea oficialmente. Los

esquemas para el acceso a los mercados libres dearanceles diseñados para reparar las asimetrías,como por ejemplo la iniciativa ‘Todo Menos Armas’para los Países Menos Adelantados puede serinsignificante si los esquemas de estándares creadospor las empresas transnacionales introducen suconjunto de condiciones de acceso al mercado.

Peor que la introducción de estándares creados porlas empresas es la producción de las empresas quecarece totalmente de estándares apropiados. Losesfuerzos por minar los intentos de los gobiernos deestablecer estándares de calidad para los procesos yla producción también son un problema. Los comerci-antes y minoristas transnacionales y, en particular, losproductores de ganado industrial, trasladan crecien-temente sus inversiones en la producción alimentariahacia países en donde los requisitos medioambien-tales y sociales son bajos, y obtienen su productos deáreas en donde las leyes y los estándares no se hacencumplir ni se monitorean de manera apropiada.70 Almismo tiempo, desafían a los gobiernos, especial-mente a aquéllos de los países más pobres, obligán-dolos a mantener los estándares bajos como unacondición para seguir invirtiendo. Como puedenenfrentar a países entre sí en el mercado mundial,favorecen un tipo de inercia política que resulta en unatendencia de ‘mantenerse en el nivel más bajo’respecto de los estándares y el control de calidad.71

De igual manera, las grandes empresas influyensobre la reglamentación a nivel nacional e interna-cional a través del cabildeo corporativo. Por ejemplo,Dan Amstutz, un ex vicepresidente de Cargill, redactóel texto inicial del Acuerdo sobre la Agricultura de laOMC; Rufus Yerxa fue embajador de los EstadosUnidos ante el GATT y sirvió por un tiempo comoabogado de Monsanto, y luego se convirtió en subdi-rector de la OMC responsable de los temas depropiedad intelectual. La facilidad con la que losejecutivos de la agroindustria entran y salen de lasoficinas gubernamentales en muchos países esproblemática. En parte existe el riesgo de que dejende lado el interés público a favor de promover losintereses del sector empresarial. De manera másgeneral, existe el problema de que sus antecedentesy experiencias estén demasiado representados,mientras que la experiencia de los pequeños agricul-tores o de los sindicatos de trabajadores agrícolas ode los consumidores se represente muy rara vez enlos escalones más altos del gobierno y de las admini-straciones supranacionales. Aun así, la políticacomercial sigue estando en manos de los exporta-dores e importadores, en acuerdo con los funciona-rios comerciales. Hoy más que nunca estos funcio-narios deben ser responsables de proteger losintereses más amplios de la agricultura, especial-mente el interés público en un sistema alimentariosostenible, justo y seguro.

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Cadenas transnacionales de productosprimarios

En tiempos coloniales, cuando las compañíascomenzaron a tejer redes de negocios alrededor delglobo, normalmente importaban insumos que noestaban disponibles de otro modo, o exportabanespecialidades a los mercados extranjeros. Oro y ycuentas de vidrio, especias y textiles cruzaban lasfronteras y se entregaban de productores a comerci-antes y a consumidores. Posteriormente, las grandescompañías comenzaron a establecer oficinas envarios países y – a la larga – crecieron hasta conver-tirse en empresas multinacionales. Ford, Fendt o JohnDeere, por ejemplo, construyeron plantas en muchasregiones del mundo para producir sus tractores ymaquinaria más cerca del mercado final. Durante lasdos últimas décadas, la era de la globalización trajoconsigo el surgimiento de las empresas que operana nivel multinacional. Las empresas transnacionalesobtienen materia prima y productos intermedios detodo el mundo, e involucran instalaciones produc-tivas de múltiples países en el procesamiento de sóloun producto dado.

Las cadenas transnacionales de productos prima-rios son cada vez más comunes en todos los aspectosde la vida económica, y la agricultura no es unaexcepción. De la misma manera en que la ropa puedehacerse con algodón de los Estados Unidos, coserseen China y luego venderse en Europa, los supermer-cados para consumidores acomodados ofrecen cadavez más alimentos fuera de estación, obteniéndolosde los agricultores bajo contrato al otro lado delplaneta. Las mercancías tradicionales también seestán integrando a las cadenas alimentarias trans-nacionales, como la soya cultivada en Brasil, porejemplo, que se procesa en una torta en la UniónEuropea y luego se reexporta a una explotaciónagrícola industrial en Asia como alimento para losanimales, mientras que se vende el aceite de soya aun procesador de alimentos de la Unión Europea.Como resultado de esto, la globalización de lasrelaciones económicas ocurre principalmente entre ydentro de las empresas. Hoy en día, las empresastransnacionales llevan a cabo dos tercios de todo elcomercio mundial y más de la mitad se realiza enubicaciones productivas dispersas.72

En las cadenas transnacionales de productosprimarios, el poder del mercado adopta un nuevocarácter. Convencionalmente – y en la agriculturaesto prevalece hoy en día aún – una compañía lograpoder de mercado a través de la integraciónhorizontal. Así domina un punto dado en una cadenade producción, como en el mercado de maquinariaagrícola pesada. Más recientemente, la concentra-ción vertical ha emergido como fuente importante depoder de mercado en los sistemas alimentarios

agrícolas. La concentración vertical se refiere aldominio de una empresa en varios o todos los puntosa lo largo de una cadena de productos primarios. Porejemplo el 90% del pollo de los Estados Unidos seproduce en una cadena verticalmente integrada,donde una firma cierra contratos con un avicultor yproporciona todo – pollos, alimentos, servicios

veterinarios y vacunas – y luego compra los pollos, almenos aquéllos que alcanzan el grado exigido.73 Estemodelo se está expandiendo actualmente en todo elmundo, en particular en Asia, donde el grupo trans-nacional Charoen Pokphand Group (CP) – que tienesus oficinas principales en Tailandia – ha surgidocomo la corporación agroindustrial más grande. CPtiene operaciones en ganado, frutas y verduras,granos y productos de alimentos para animales,tiendas y supermercados, centros comerciales yrestaurantes de comida rápida, mientras que las avesson el ‘producto’ más importante del grupo. A unextremo de la cadena, CP ha establecido 109 fábricasde alimentos para animales en China, que propor-cionan – entre otros – alimento para los pollos,mientras que al otro lado, CP opera franquicias deKentucky Fried Chicken en trece de las ciudades másgrandes de China. A finales de los 90, estas franqui-cias servían 75.5 millones de aves por año a losconsumidores. CP también exporta grandescantidades de productos del pollo a minoristasextranjeros como Tesco, el supermercado másgrande del Reino Unido.74

Como en la producción de pollo, las cadenas trans-nacionales de productos primarios apoyan todas elpropósito de transferir las actividades económicas entodo el mundo, desde la producción de insumosalimentarios hasta la producción, procesamiento,distribución y venta al detalle, en allí donde los costossean los más bajos o, según sea el caso, donde sepueda maximizar las mayores ganancias. A través dela reubicación y de la obtención mundial de recursos,las empresas pueden así maximizar los costosexternos y evitar costos medioambientales, socialesy de salud que de otro modo tendrían que asumir,donde los estándares de la producción y los costoslaborales son altos. La externalización de costos esaun más obvia en la industrialización de las prácticasagrícolas y ganaderas. En efecto, la consolidación delsistema alimentario es un impulsor principal detrás

“El campesino siempre es el eslabón más débil de la cadenaproductiva. Por ejemplo en Brasil en el sector del tabaco, 90% está enmanos de agricultores familiares, pero estos están a la deriva de unaalta fluctuación de precios y de lo que les impone American Tobaccoentre otras empresas del tabaco.”

Altemir Tortelli, Fetraf-Sul, Brasil,en la Consulta Regional Sudamericana, agosto de 2006

La consolidaciónen el sistemaalimentario es unimpulsorimportante de laindustrializaciónde la agricultura

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de la industrialización de la agricultura en todo elmundo. Al igual que un procesador más centralizadoy consolidado preferirá generalmente tratar conminoristas más centralizados, que con los distintoslugares de comercialización en un mercado tradi-cional. En contraste, es poco probable que ellostraten con miles de pequeños agricultores queofrecen cultivos diversos en cantidades relativa-mente pequeñas. Por ejemplo, cerca del 90% de losproductos de los supermercados Carrefour que sevenden en Indonesia son productos nacionales, perola mayoría de ellos se originan en operaciones deUnilever, Nestlé, y Procter & Gamble.75

Un instrumento que permite a las empresascontrolar las cadenas de productos primarios es laagricultura por contrato. A través de los contratos,por ejemplo, Dole establece relaciones directas conlos agricultores filipinos del espárrago para servir almercado japonés, así como el supermercado sudaf-ricano gigante Shop Rite contrata a pequeñosproductores de habichuelas de Zambia a través de sucompañía hermana Freshmark en Zambia.76 Amenudo, los agricultores se acogen a los contratosporque su riesgo más grande es un precio incierto.Cerrar un precio a través de un contrato puede ser ungran logro, incluso si significa perder la oportunidadde una ganancia adicional en caso de que los preciosestuvieran altos en la época de cosecha o dematanza. Desgraciadamente, hasta la fecha elpatrón dominante de la agricultura por contrato es laexplotación y no la cooperación. La producción decerdos y pollos en los Estados Unidos, por ejemplo,está dominada por contratos que no sirven adecua-damente a los productores, ni al público en general.Los agricultores que crían a los animales gananapenas lo suficiente para pagar sus cuentas y manti-enen a los animales en condiciones deplorables.77 Elcaso de la agricultura por contrato con productoresde productos primarios de alto valor en Keniamuestra que se fuerza a los agricultores a maximizarlos rendimientos, lo cual multiplica la erosión del

suelo y la contaminación ambiental, mientras quesus familias se arriesgan a una inseguridad alimen-taria aun mayor porque se les fuerza a dedicar todasu tierra a la exportación y no a los cultivos alimen-tarios.78 A menudo, los contratos están formuladosde tal manera que imponen el riesgo de los preciosbajos a los agricultores, con opciones para que loscompradores paguen menos si los precios delmercado están bajos cuando los agricultoresentregan sus productos. La agricultura por contratoque se practica de esta manera se convierte en unmedio de marginación sostenida, en vez de en unaintegración sostenible a la economía mundial.

Éstas son algunas de las maneras en que elcomercio desregulado fortalece las ventajas de lasempresas transnacionales. Para las agroindustriastransnacionales, la eliminación de las barreras alcomercio nacional es crucial, de modo que puedanacceder a un suministro abundante y barato deproductos primarios donde mejor les convenga entodo el planeta. A medida que se lleva a cabo unmayor comercio transfronterizo al interior de lasempresas, las barreras comerciales se convierten enun costo interno para la compañía, incrementando suinterés en eliminarlas. Los mercados desreguladossirven así directamente a los intereses de lasempresas transnacionales. Sin embargo, los agricul-tores y los procesadores locales afrontan una serie deriesgos crecientes cuando se abren las fronteras. Silos gobiernos desean diseñar un régimen comercialque empodere a los pequeños agricultores, la gestiónde estos riesgos requiere reglas que constriñan elpoder de los mercados empresariales transnacio-nales y que fortalezcan a los actores medianos ypequeños. Las pautas fuertes que rijan los contratosa lo largo de las cadenas transnacionales deproductos pueden ofrecer una solución para asegurara los pequeños agricultores una participación justaen la comercialización, y para obligar a las empresasa cumplir con los estándares para los procesossociales y medioambientales y para la producción.

2.5 Asimetrías persistentesImaginemos, por un momento, que la famosaestrella de golf Tiger Woods juega golf contra usted.Logra meter la pelota al hoyo en sólo tres golpes,mientras que usted lucha duro para agarrar el palode golf de manera correcta y probablemente requieratres golpes sólo para darle una vez a la pelota… ¿Estepartido sería divertido para usted? O imaginemosque el ganador de la liga de campeones de fútbol deBarcelona compite contra el equipo de Tlaxcala, unapequeña aldea en México, en un campo de fútbolcuesta abajo hacia la meta de Tlaxcala. ¿Esto sería un

juego justo? ¿Quién en el mundo querría mirar unpartido así en la televisión? Sin embargo, éstas sonbásicamente las condiciones que prevalecen en elcampo del comercio mundial. Hong Kong contraHaití, Brasil contra Benín, los Estados Unidos contraNíger. La prescripción de ‘talla única’ respecto deeliminar las barreras al comercio entre países, sinimportar su fuerza económica, pone a los paísesmenos competitivos en desventaja. Obliga a losdébiles a competir contra los fuertes en la mismaliga. Además, lo que se ha llamado eufemística-

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mente un campo de juego nivelado en la compe-tencia comercial es en realidad un conjunto de reglasestablecidas que inclinan el campo en ventaja de lospaíses poderosos. Aun así no es suficiente eliminarlas reglas, ya que el libre comercio está en manos delos fuertes. En vez de esto, bajo condiciones deflagrante desigualdad, las reglas son justassolamente si favorecen a los débiles por encima delos fuertes. Igual que en el golf, en donde se permitea los jugadores débiles dar más golpes (un‘handicap’) en una cancha dada para permitir quejugadores de desempeño diferente jueguen los unoscontra los otros en iguales términos, en un sistemade comercialización justo, los socios comercialesmás débiles deben tener acceso a facilidades que noestén disponibles para los más fuertes.

Capas de asimetrías

Antes de considerar las reglas, es aconsejable consi-derar los hechos, ya que – incluso en ausencia decualquier regla – hay asimetrías que determinan engran medida las oportunidades que tiene un país enla ‘liga’ de la competencia del comercio mundial. Lasasimetrías geográficas son el sustento de las asime-trías de comercio, pero también es necesario consi-derar la respectiva estructura socioeconómica delsector agrícola o las capacidades institucionales delos países en la diplomacia de las negociaciones.

Al volar suavemente a través del ciberespacio conGoogleEarth, uno puede hacer clic sobre imágenesque revelan el destino del sistema agrícola de cadauno de los países. Las dotaciones topográficas,climáticas y ecosistémicas varían en gran medida, yse ven regiones montañosas por aquí y llanos fructí-feros por allá, climas ardientes y secos en algunospaíses templados y climas húmedos en otros. Comola agricultura es un emprendimiento basado en losecosistemas, el desempeño del sector agrícola de unpaís depende fundamentalmente de su dotaciónnatural. Y esta dotación – al igual que en el capitaldesarrollado por los seres humanos como los ferro-carriles, canales y know how – a su vez determina laposición competitiva de un país en el mercadomundial. Aunque los cinturones templados y subtro-picales en ambos hemisferios disfrutan de lasmejores condiciones, el África sub-sahariana es unbuen ejemplo de las limitaciones impuestas por ladotación natural. Sólo el 11% del área total en estesubcontinente es de cultivo, y alrededor del 29%representa pastizales permanentes. El resto sonbosques y florestas. Así, por su propia naturaleza,muchos países con escasez o aridez no puedencompetir en términos iguales con las superpotenciasagrícolas de las regiones subtropicales y templadas.

Sin embargo, estas asimetrías geográficas se hanexacerbado debido a las actividades humanas.

Precisamente, aquellos países que están mejorequipados con tierra fértil y condiciones climáticasapropiadas han invertido más en mejorar la produc-tividad agrícola. Los agricultores en la UniónEuropea, los Estados Unidos o Canadá no sólo estánbendecidos por la tierra en la que nacieron, sino que

también han recibido inversión y apoyo masivospara utilizarla de la manera más eficaz.79 En generaldisfrutan trabajando en un entorno económico ysocial seguro. En contraste, muchos sectoresagrícolas de los países del Sur están minados poraltos niveles de pobreza, enfermedad e inseguridad.En el mercado global, esas condiciones sociales yeconómicas frágiles actúan de hecho contra laventaja competitiva del país. ¿Cómo puede, porejemplo, el campesino de Mali que empuña suguadaña en su único campo de menos de unahectárea de tierra – con acceso deficiente al agua yninguna oportunidad de apoyo o crédito – competircon el agricultor de trigo canadiense muy capita-lizado con más de 100 hectáreas de tierra de cultivo?Más aun, las desigualdades sociales dentro de unpaís dado pueden predeterminar quién obtiene losbeneficios del comercio, o quién termina comoperdedor. Las capacidades menores de lospequeños agricultores de ingresar a los mercadosextranjeros en comparación con los grandes terra-tenientes, o las diferencias entre las empresas

locales y las grandes empresas, así como las desigu-aldades de género, son un obstáculo importante eneste sentido. Como resultado, tanto las mujerescomo los productores y comercializadores apequeña escala figuran desproporcionadamenteentre los perdedores.80

“Un análisis sobre la base de ventajas comparativas no sirve, porqueun país como tal no existe, es solamente una abstracción. Si tomamosen cuenta a los diferentes agentes económicos dentro de un país, estonos demostrará que hasta ahora la liberalización del comercio no se hatratado de desarrollar el bienestar de las naciones, sino de desarrollarlas corporaciones transnacionales y su control del mercado.”

Sergio Schlesinger, FASE, Brasil,en la Consulta Regional Sudamericana, agosto de 2006

“No sirve considerar solamente las asimetrías entre países. Se tratamás bien de ver las asimetrías entre los diferentes intereses desectores de la población y actores en el mercado. Renegociar larelaciones de comercio entre países no sería suficiente para solucionarel problema de las asimetrías.”

Bishelly Elías, CIPCA, Bolivia,en la Consulta Regional Sudamericana, agosto de 2006

Por su propianaturaleza,muchos países conescasez o aridez nopueden competir entérminos igualescon lassuperpotenciasagrícolas de lasregionessubtropicales ytempladas

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Los países delNorte se rehúsan a

jugar según lasreglas del libre

comercio queimponen a otros

En negociaciones en la OMC, así como en conver-saciones de comercio bilaterales y regionales, estasasimetrías socioeconómicas se combinan con asime-trías institucionales y políticas. Por ejemplo, 11 de los13 Países Menos Adelantados – junto con otros nuevepaíses en desarrollo – no están en capacidad demantener delegaciones en la OMC. Muchos otrospaíses en desarrollo sólo cuentan con uno o dosfuncionarios capaces de cubrir las múltiplesreuniones de la OMC por semana, y de representar asus gobiernos en todas las demás disciplinas e insti-tuciones internacionales en Ginebra. En cambio, losEstados Unidos, Japón o la Unión Europea tienenejércitos de personal comercial, abogados, consul-tores académicos y asesores especiales que monito-rean todos los aspectos de las negociaciones aldetalle microscópico. Las cosas han mejorado algodesde la conferencia ministerial de Cancún en 2003.Los países del Sur se han asociado en grupos, fortale-ciendo así su representación en las negociaciones.Brasil e India, por ejemplo, han constituido delega-ciones muy capaces y pertenecen ahora al ‘círculointerno del poder’ en las negociaciones de la OMC,junto con los Estados Unidos, la Unión Europea,Australia y Japón. Sin embargo, las fuertes diferen-cias en las capacidades de negociación permiten queesta minoría de países incline el campo de juego endetrimento de la mayoría, y les permite dar forma alas reglas según su interés. Para demasiados países,las asimetrías geográficas, socioeconómicas e insti-tucionales en las relaciones de comercio suman unadesventaja triple.

Reglas establecidas

El hecho de que todo proceso de negociación comer-cial no ocurra en un limbo, sino que esté enmarcadodentro de la compleja red de la política del poderinternacional, da pie a que los actores dominantesabusen de estas asimetrías. Desde la entrada envigencia del GATT, y especialmente después de quecada vez más países en desarrollo accedieran a éldesde 1960, los pocos países que son económica-mente fuertes e institucionalmente competentes hanejercido consistentemente presiones y prácticascoercitivas sobre los más débiles. A pesar delprincipio del GATT – y luego asumido también por laOMC – de ‘un país, un voto’ y de las garantías deconsenso, estos países dominan las negociacionesdesde un principio: en la manera en que fijan laagenda, a través del peso que las propuestas de lospaíses tienen durante las negociaciones, hasta quese aprueban las reglas finales. Con demasiada frecu-encia, esto incluye presiones informales como son laapelación al capital o las amenazas de reducir losflujos de ayuda. Esta constelación, que no se limitade ningún modo a las negociaciones comerciales, ha

resultado en un conjunto de ‘reglas establecidas ydobles estándares’ en el régimen comercial, endesventaja de muchos.81

Al creer ciegamente en las promesas esgrimidaspor el Norte sobre un campo de juego nivelado en elcomercio mundial, los países del Sur han puesto susesperanzas persistentemente en un acceso mayor ymás fácil para sus productos a los mercados de lospaíses ricos. Los gobiernos esperaban salir delsubdesarrollo a través de las exportaciones. Sinembargo, los países del Norte continúan partici-pando en el proteccionismo específico y el dumpingde exportaciones. Durante la Ronda de Uruguay denegociaciones comerciales, por ejemplo, cuando senegociaba por primera vez sobre agricultura según elGATT, los países del Norte sí acordaron eliminar unaserie de barreras no arancelarias. Sin embargo,reemplazaron estas medidas con aranceles prohibi-tivamente altos, de manera que en efecto se crearonmuy pocas oportunidades comerciales nuevas.Además, cuando se trataba de las reduccionesexigidas en el nivel promedio de aranceles, los paísesdel Norte pudieron lograr su cometido reduciendosobre todo sus aranceles en mercancías de pocaimportancia relativa, mientras que sólo quitaron unporcentaje proporcionalmente menor a los arancelesde las mercancías sensibles. En efecto, los países delSur no pudieron aprovechar plenamente losmercados donde al menos algunos de ellos seríancompetitivos, como los textiles y la agricultura. Almismo tiempo, muchos se vieron forzados a abrirampliamente sus fronteras con los programas deajuste estructural del Banco Mundial y del FondoMonetario Internacional. Exceptuándose delestándar de libre comercio que imponen a otros, lospaíses del Norte rehúsan jugar con sus propiasreglas.

No sólo las reglas privilegian a los actorespoderosos, sino también la aplicación de las mismasa través del Órgano de Solución de Controversias.Este órgano es una de las características sobresali-entes de la OMC, ya que permite que un estadomiembro denuncie y responda a otro cuando se haviolado las reglas de la OMC. Sin embargo, lamenta-blemente la eficacia de este mecanismo ha sidosocavada con creces, por la falta de capacidad de unnúmero importante de miembros de la OMC paracrear un panel para la solución de sus denuncias. Lasrestricciones técnicas y financieras – además de ladebilidad política – son obstáculos permanentespara que los países pobres puedan presentar suscasos contra una nación poderosa. Además, en loque se refiere a la agricultura, los países del Norteincluyeron la llamada ‘cláusula de paz’, que consti-tuía una carta blanca para violar las reglas y conti-nuar proporcionando generosos subsidios agrícolas.Se sentían seguros, porque sabían que éstos no

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podían ser cuestionados por un período de nueveaños, según el acuerdo de subsidios de la OMC. Enresumen, en el comercio agrícola la ‘cláusula de paz’creó una licencia para que el Norte siguiera dañandoal Sur.82

La falacia de la orientación hacia laexportación

Al margen de este campo de juego verdaderamenteinclinado, muchos diplomáticos del comercio siguencontemplando las exportaciones como la panaceacontra el subdesarrollo económico y para el alivio ala pobreza. Se espera que las exportaciones sean unmedio de salvar a las economías dolientes por ladeuda, la falta de divisas, el estancamiento y la inefi-ciencia. En particular, se supone que desempeñan unpapel clave al generar divisas que permiten la adqui-sición – a través de importaciones – de mercancíasque ya se puedan comprar y que son necesarias paraincrementar el crecimiento económico y eldinamismo tecnológico, mejorando la productividadnacional. Así, muchos países que supuestamenteposeen una ventaja comparativa en la agricultura hanrecortado su sector agrícola orientándolo hacia laexportación. Con las asimetrías existentes y lasreglas establecidas, sin embargo, sólo unos cuantospaíses en desarrollo experimentaron de factoingresos crecientes por exportaciones luego de laliberalización del comercio. La mayor parte de ellosha afrontado un estancamiento en los volúmenes deexportación o una caída de precios en el valor de susexportaciones. De hecho, entre 1961 y 2001 losprecios reales para las mercancías agrícolas en elmercado mundial han declinado en alrededor de 2%al año, pero los precios promedio de las mercancíasagrícolas vendidas por los Países Menos Adelan-tados cayeron en casi un 70% en relación con losprecios de los bienes manufacturados. 83

Sin embargo, es cuestionable que un campo dejuego nivelado en la agricultura orientada a la export-ación traiga beneficios inequívocos. En particular, laagricultura exportadora de muchas regiones del Surha generado considerables problemas. En países queproducen una cantidad insuficiente de alimentospara el mercado nacional, la producción agrícolaorientada a las exportaciones se tragó tierras que deotro modo podrían haber servido para produciralimentos básicos; así, la orientación a las exporta-ciones a menudo ha ido de la mano con un incre-mento en las importaciones de alimentos para dar decomer a la población. Como no es la parte más ampliade la población la que gana por las exportaciones, laorientación hacia la exportación a menudo no hareducido la pobreza, sino que en realidad la ha incre-mentado. En la mayor parte de países, las gananciaspotenciales provenientes de las exportaciones están

distribuidas muy desigualmente entre distintosgrupos de agricultores, y entre hombres y mujeres.Como lo demuestra un amplio cuerpo de la litera-tura, los beneficiarios principales de las exporta-ciones son las empresas agroindustriales, especial-

mente aquéllas involucradas en el procesamientobásico de alimentos, como las fábricas de arroz, losingenios de azúcar o los procesadores avícolas, asícomo las agroindustrias más avanzadas en el sectorde productos lácteos, en el procesamiento de fruta,en la preparación de aceites y otros similares.84 Encontraste, los pequeños agricultores – de orientaciónmás bien local y con acceso limitado a los recursosnaturales, al capital y a la infraestructura – y enespecial las mujeres, no suelen estar entre los benefi-ciarios de las ganancias provenientes de exporta-ciones. Entre estos grupos tenemos a los produc-tores medianos con cierta capacidad gerencial, comolos productores de café o de verduras, frutas yplantas ornamentales. Es posible que – gracias a laorientación a las exportaciones – dichas fincasagrícolas crezcan hasta un cierto tamaño y alcancenla capacidad necesaria para entrar en el negocio delas exportaciones. Pero esta consolidación en fincasagrícolas más grandes desplaza nuevamente a lagente de sus tierras. Al mismo tiempo, la Organiza-ción de las Naciones Unidas para la Alimentación y laAgricultura (FAO) ha demostrado que el número depersonas absorbidas en empleos alternativos, porejemplo como trabajadores en fincas orientadas a laexportación, es usualmente menor que el número dedesplazados. Por lo tanto, como señala claramente laFAO, cuanto mayor sea el número de personas queparticipan en el sector agrícola de un país determi-nado, menos apropiado será recortar el sector parahacerlo competitivo en el mundo de las exporta-ciones.85

Ésta es la razón principal por la cual – incluso lospaíses en donde las exportaciones agrícolasprosperan – muy a menudo han fracasado en logar elalivio de la pobreza y el desarrollo humano. Esto escierto para los países ricos, como por ejemploCanadá, donde actualmente los ingresos agrícolasson los más bajos desde la gran depresión y los años30, mientras que al mismo tiempo las ganancias de

“Existe una gran diferencia entre la exportación de excedentes y laorientación hacia la exportación. En el momento en que un país sedirija a la exportación, cambiará su modelo de agricultura y laestructura del sector agrícola. El caso de la producción de tomates engeneral ilustra que los agricultores a menudo no ganan sino quepierden con esta orientación exportadora.”

Emmanuel Ndione, ENDA – Graf, Senegal,en la Consulta Regional de África Occidental, febrero de 2006

Cuanta más gentehaya en el sectoragrícola, menosapropiado esrecortar el sectorpara lacompetenciaexportadora

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las agroindustrias canadienses son las más altas desu historia;86 y es aun más cierto para los países delSur. Tailandia, por ejemplo, un caso de éxito que secita a menudo, se convirtió en el exportador dealimentos más grande de Asia, el exportador de arrozmás grande del mundo y el cuarto exportador de avesmás grande del mundo. Aun así, mientras las export-aciones crecían en 52% entre 1995 y 2000, un 40% dela población rural de Tailandia sigue atascada por

debajo de la línea de pobreza. Para muchos agricul-tores de arroz con exportaciones florecientes, lainseguridad alimentaria sigue siendo una realidad. Elingreso agrícola real no se ha incrementado desde1977, pues los precios ex finca permanecen bajosmientras que el gasto en semillas, fertilizantes yequipamiento se elevó en el mismo período. Muchosagricultores tuvieron que financiar la producción através de préstamos, pero los bajos precios ex fincano alcanzan para cubrir sus tasas de interés, difiri-endo sus préstamos y – al mismo tiempo – poniendoen peligro el sustento de sus familias. Así, muchoshan quedado seriamente endeudados y se han vistoforzados a vender sus tierras y dejar de lado comple-tamente la agricultura. Se puso en marcha unproceso de concentración en el que sólo las fincasagrícolas más ricas y más grandes pudieron subsistir,maximizando rendimientos a cualquier costo medio-ambiental y social.87 El Banco Asiático de Desarrolloconcluye: “el pasado crecimiento de Tailandia se habasado en patrones destructivos de explotación delos recursos naturales y sistemas medioambientales… el medio ambiente se ha degradado significativa-mente, posiblemente al punto de impedir un mayordesarrollo económico … la intensificación también hallevado a una serie de problemas sociales, contri-buyendo a la consolidación sesgada de la riqueza, ala vez que se ha incrementado el éxodo rural, eldesempleo y la migración urbana de los no califi-cados y no exitosos.”88

En efecto, los impactos medioambientales son amenudo el lado tortuoso de las exportaciones. Lasexportaciones de azúcar de Mozambique, para citarun ejemplo, han proporcionado impresionantesoportunidades de empleo y han convertido a laregión más pobre del país, Sofala, en una de laszonas de menor índice de pobreza a nivel nacional,

aunque los suelos y las condiciones laborales en lasplantaciones y los ingenios son todavía muy malas.89

Sin embargo, aparte del hecho de que estas ganan-cias por exportaciones dependen en gran medida delacceso preferencial al mercado ‘artificial’ de preciosgarantizados en la Unión Europea, que ahora se va adesmantelar, la producción intensiva de caña deazúcar coincide con una severa degradación de lossuelos y un agotamiento de los acuíferos en este paíscon escasez de agua.90 Este tipo de exportaciones noson sostenibles. Ciertamente traerán costos medio-ambientales y sociales de larga duración, y afectaránlas oportunidades de las generaciones venideras.

Por cierto, el comercio así no puede ser el únicoresponsable de los problemas que surgen de lasprácticas agrícolas insostenibles. En efecto, Oxfamha sugerido que las exportaciones de azúcar deMozambique podrían compatibilizarse con unaproducción más sostenible: “tanto en Zambia comoen Mozambique, parece haber amplia oportunidadpara una mayor eficiencia en el uso del agua. La granmayoría de la tierra se encuentra actualmente bajoirrigación por inundación, una técnica que involucramucho uso de agua y que lleva a grandes pérdidas delos fertilizantes en los campos de caña, lo cual causacontaminación. La irrigación por goteo, una técnicamucho más cara pero menos intensiva en mano deobra, podría disminuir radicalmente las pérdidas poragua y fertilizante, ahorrar dinero y reducir la conta-minación.”91 Sin embargo, con demasiada frecuenciadichas medidas de sostenibilidad importantes no setoman en cuenta cuando la agricultura se convierteen un negocio exportador. Además, con mucha frecu-encia, la orientación a la exportación intensifica laproducción y agrava de esta manera los males de laagricultura insostenible. El problema en muchospaíses reside en que las exportaciones – en vez de serun elemento más en una estrategia general de desar-rollo nacional – han sido el motor principal y el puntocentral de todos los esfuerzos, a expensas de otrosobjetivos. En otros casos, se han mantenido enenclaves separados del resto de la economía.

En vez de esto, para materializar las gananciaspotenciales a partir de las exportaciones se requiereun marco de políticas nacionales que lo abarquetodo, y en el que las actividades de exportaciónsubyazcan a otras y sean un medio entre otros. Unmarco así requeriría garantizar el derecho a laalimentación – así como otros derechos humanoseconómicos, culturales y sociales – y asegurar quelos beneficios económicos potenciales de las export-aciones se distribuyan de manera justa entre losdistintos factores del sistema alimentario. A su vez,la producción para las exportaciones no deberíaminar la capacidad de recuperación de los agro-sistemas ni agotar la base de recursos naturales a unritmo no renovable.

Con demasiadafrecuencia, las

exportaciones sehan convertido enel motor principal

del desarrollo aexpensas de otros

objetivos

“El acceso a los mercados internacionales no es una solución para loscampesinos, cuyo problema es antes que nada la falta de acceso a sus

propios mercados locales invadidos de produtos importados a bajosprecios.La orientación a la exportación ha llevado al abandono del

campo y a la marginalización rural.”

Ramiro Téllez, La Vía Campesina, Honduras,en la Consulta Regional Centroamericana, octubre de 2006

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La liberalización del comercio empodera a lasempresas transnacionales, reduciendo las facultadesde la política nacional. Sigue la filosofía de que lasfallas del Estado sobrepasan de lejos las fallas del

mercado en cuanto a promover el bien común. Enconsecuencia, los programas de ajuste estructuralasí como las obligaciones de acuerdo con la OMC yotros convenios de libre comercio, han buscado

Parte 3 Soluciones

3.1 Ampliando el espacio de la política nacional

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restringir el ámbito de la política nacional a través dela regulación de los flujos transfronterizos paraeliminar las barreras a la libre circulación de bienes einversiones. Además, como la OMC considera que lasbarreras no son sólo aranceles o cuotas en lasfronteras, sino también medidas no arancelarias,como controles de precio, reglas de inversión oestándares de salud, el poder de las sociedades paraproteger el interés público de acuerdo con sus prefe-rencias colectivas se debilita seriamente.92 Estocontradice el principio de soberanía democrática,que reconoce el derecho de una sociedad al autogo-bierno y a la diversidad. Más específicamente,cuando afrontan presiones de desregulación comer-cial, los gobiernos tienden a dar menos importanciaal acceso universal a los bienes comunes sociales ymedioambientales.

De hecho, es difícil ver cómo se puede propor-cionar beneficios públicos esenciales de maneraeficaz, si la política no asume la responsabilidad dehacerlo a nivel nacional y subnacional. Por ejemplo,la salvaguarda del derecho humano a la alimentaciónpuede exigir revisar las leyes de tenencia de tierras.Por otro lado, el redirigir las prácticas agrícolas haciauna agricultura regenerativa puede requerir unsistema particular de incentivos y desincentivoseconómicos, o el enlace entre los cultivos agrícolas yla industria puede implicar cambios en las políticasde inversión. En particular respecto de los derechosal sustento, la protección medioambiental, y el desar-rollo económico sostenible, solamente un espacionacional permite implementar políticas específicaspara cada situación, las cuales no surgen a partir deun consenso político sino sobre la base del conoci-miento y compromiso locales. Sin una cierta cantidadde sentimiento de apropiación por parte de lacomunidad política, es probable que los bienescomunes no sean protegidos adecuadamente, desvi-ando así el equilibrio del bienestar respecto delcomercio hacia el lado negativo. Argumentossimilares subyacen al concepto de “espacio político”de la XI Reunión Intergubernamental de la UNCTAD XIen 2004, aunque éste tiende a referirse solamente alos países en desarrollo.93

Desde esta perspectiva, en particular para lospaíses en desarrollo está claro, que las reformas al

comercio son erradas si privilegian la promoción delas exportaciones por encima del buen gobierno delas importaciones. La administración de las importa-ciones es más importante para el bienestar de unasociedad que la facilitación de las exportaciones. Lacuestión no es, como propugna el consenso deWashington, que los países tengan que integrarse enel mercado mundial, sino aquello que necesitanlograr para experimentar un desarrollo equitativo ysostenible.

Como las economías menos poderosas son parti-cularmente vulnerables a las importaciones baratasy sin calidad, se les debe garantizar el derecho aregular el acceso a sus mercados internos paraproteger mejor sus necesidades de desarrollohumano. Siempre es un error creer que la justicia enel comercio mundial se logra simplemente propor-cionando mejor acceso para el Sur a los mercadosagrícolas del Norte. En vez de esto, lo que importamás es la capacidad de los países más débiles deregular las importaciones para proteger, si fueranecesario, a las industrias jóvenes, a los pequeñosagricultores, o por cierto a una base medioambientalfrágil. Sin embargo se tiene que admitir que laexigencia de un mayor espacio para las políticasnacionales puede ser contraproducente en elcontexto de gobiernos autoritarios o corruptos.Desgraciadamente hay un gran número de gobiernosque no tienen regímenes democráticos o que sólo loson formalmente, mientras que continúan promo-viendo políticas, y que sirven a las minorías de eliteen vez de a la mayoría de ciudadanos. En otros casos,muchos gobiernos simplemente no funcionan enforma eficiente y carecen de las capacidades institu-cionales para implementar políticas eficaces. Sinembargo, el espacio de las políticas es la base paraque las fuerzas sociales nacionales demanden yaseguren sus derechos democráticos.

Por el bien de la seguridad del sustento

Como la agricultura sigue siendo la fuente principaldel sustento de la mayoría de las poblaciones en granparte de países en desarrollo, la política sensata paralos gobiernos y otros formuladores de políticas esasegurar que la liberalización de importacionestenga un papel secundario cuando los sustentoslocales y la seguridad alimentaria estén en juego. Esmás, a la luz del derecho humano a la alimentación,y con respecto a las normas internacionales, lasautoridades políticas tienen la obligación y, conse-cuentemente, el derecho de proteger, sostener yapoyar las condiciones necesarias para alentar laproducción de suficiente alimento saludable, de talmodo que se preserven la tierra, el agua y laintegridad ecológica de un lugar, y se respete y seapoye los sustentos de los productores.94

“Con demasiada frecuencia se da por descontado que los gobiernosrepresentan a sus pueblos. Sin embargo, los gobiernos a menudo se

concentran en equilibrar sus cuentas nacionales, con pocapreocupación sobre si los pequeños productores ganan o pierden. Losgobiernos abusan en realidad de gran parte del espacio político para

apoyar a los grupos de interés poderosos y a las élites corruptas.”

Babacar Ndao, FONGS/CNCR, Senegal,en la Consulta Regional de África Occidental, febrero de 2006

El buen gobiernode las

importaciones esmás importante

para el bienestarde una sociedad

que la facilitaciónde las

exportaciones

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Sobre todo esta obligación requiere un espacioadecuado para que el buen gobierno de las importa-ciones proteja a los pequeños agricultores yartesanos de las devastadoras olas de importa-ciones. Muchos países en desarrollo – que hanperdido este espacio como resultado del ajusteestructural – a menudo son incapaces de controlar elvolumen de los alimentos baratos o los productos dedumping que inundan sus mercados. Pero la dispo-nibilidad de importaciones baratas no asegura laseguridad alimentaria si las importaciones dealimentos o de cultivos no alimentarios minan laproducción agrícola nacional. Por ejemplo, en la Indialas importaciones aceleradas de productos oleagi-nosos comestibles desplazaron a incontablesproductores de girasol, coco y palma aceitera delmercado. En Ghana, los ganaderos de vacunos y loscarniceros no pueden sobrevivir contra el volumenmasivo de importaciones de carne barata de Europa;y en México las exportaciones subsidiadas de losEstados Unidos han sacado de la producción a losagricultores maiceros. Las importaciones querebajan los precios nacionales reducen los costos deconsumo para los habitantes de las ciudades, perosocavan el sustento de incontables personas queparticipan en la producción agrícola y alimentaria. Enesas circunstancias, es mejor que los gobiernos restr-injan el comercio, y no que pongan en riesgo elsustento rural en tales dimensiones.95

Aunque ha habido intentos de los gobiernos deelevar la protección de las fronteras, los recursosdisponibles dentro de la OMC y de los acuerdosbilaterales son limitados. Los distintos acuerdos en laOMC, incluyendo el GATT y el acuerdo sobre agricul-tura, ofrecen teóricamente algunas opciones a losestados miembro para medidas de salvaguarda yestándares de calidad. Pero en la práctica, éstos hansido de uso limitado para los países y han mostradoser completamente inadecuados para resolver lasvolatilidades de precios en el mercado interna-cional.96 En la ronda de negociaciones de Doha, lospaíses del ‘Grupo de los 33’ introdujeron unmecanismo especial de salvaguarda desencadenadoa la vez por precios y volúmenes; sin embargo, no seha puesto en agenda ninguna propuesta de restric-ciones cuantitativas a las importaciones. En efecto, elenfoque central de la ronda sobre el acceso irrestrictoal mercado tanto en el Norte como en el Sur ha hechopeligrar la sugerencia de un mecanismo de salvagu-arda. Un enfoque así implica que los aranceles uotros instrumentos de protección fronteriza seeliminan gradualmente y no se redefinen para crearun espacio para el desarrollo de la economíanacional. En contraste con una política de fronterasabiertas, este informe sostiene que los paísesdeberían proporcionar más espacio a la política paraque se puedan usar tanto restricciones arancelarias

como cuantitativas. Esto puede incluir arancelesdesencadenados por precios y volúmenes, bandas

de precios, así como restricciones cuantitativas (porejemplo, cuotas) u otros mecanismos de salvagu-arda.97

Por el bien de la sostenibilidad

Además de asegurar el sustento agrícola y protegerlode las devastadoras olas de importaciones, lospaíses necesitan espacio para implementar políticasy medidas que vayan marcando su camino autodefi-nido hacia el desarrollo sostenible. Esto es consi-stente con el principio que adoptó el plan de acciónde la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible deJohannesburgo, en el sentido de que “cada país tienela responsabilidad principal de su propio desarrollosostenible y el papel de las políticas y estrategias dedesarrollo nacionales es extremadamente impor-tante”.98

Siguiendo el principio propuesto sobre subsi-diariedad económica, un enfoque así exige políticasque definan como metas prioritarias la producción yprocesamiento de alimentos nacionales, así como eldesarrollo de los mercados internos. Además,siguiendo el principio de integridad medioambiental,se requiere políticas que desalienten la contamina-ción y el uso excesivo del suelo y del agua, a la vezque alientan la transición hacia una agriculturabasada en la biodiversidad. A la luz de los objetivosdel desarrollo sostenible, el buen gobierno de lasimportaciones no consiste solamente en restringir

las importaciones baratas, sino más bien en vincularla importación de mercancías, servicios y capitalescon las consideraciones de sostenibilidad. Los paísesdeben retener autoridad, por ejemplo, para controlar

“¿Cómo y por qué debemos producir para otros si no podemos siquierasustentarnos nosotros mismos? Más importante que adquirir acceso alos mercados extranjeros es la necesidad de desarrollar los mercadosinternos. Por lo tanto, es clave que los países puedan protegerse a símismos de las importaciones agrícolas.”

Eloi Nombré, Confédération Paysanne du Burkina Faso, en la ConsultaRegional de África Occidental, febrero de 2006

Los paísesnecesitan espaciospara implementarpolíticas que vayanmarcando sucaminoautodefinido haciael desarrollosostenible

“Tener espacio político no significa aislarnos del resto del mundo. Setrata más bien de poder diseñar nuestras políticas de acuerdo a lascondiciones específicas de un cierto país o una cierta región,considerando y priorizando el derecho de las personas de consumirproductos culturalmente adaptados, sanos y producidossosteniblemente.”

Eva Carazo, Movimiento de Agricultura Orgánica Costarricense, Costa Rica,en la Consulta Regional Centroamericana, octubre de 2006

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los flujos de inversión extranjera, dirigir las activi-dades de las empresas transnacionales, ligar laproducción nacional a estándares sociales o medio-ambientales estrictos, y diseñar esquemas de apoyoque aseguren la salud de las economías rurales.

La regulación nacional se ha visto cada vez másmaniatada en las últimas dos décadas debido a laintroducción de políticas de ajuste estructural en losaños 80, debido al número creciente de acuerdoslaterales al GATT y últimamente a la OMC, incluyendoel Acuerdo sobre las Barreras Técnicas al Comercio(TBT), el Acuerdo sobre la Aplicación de MedidasSanitarias y Fitosanitarias (SPS), el Acuerdo Generalsobre Comercio en Servicios (GATS), el Acuerdo sobreMedidas de Inversión Relacionadas con el Comercio(TRIMS). Como estos y otros acuerdos restringen lasregulaciones técnicas, las medidas de apoyo nacio-nales o la implementación de estándares sociales y desalud, las políticas públicas pierden su capacidad deapoyar a la sociedad en la protección de los bienespúblicos. Además, como el GATT – y algunos acuerdosbilaterales y regionales, como el Acuerdo de LibreComercio de Norteamérica (NAFTA), extienden elprincipio de no discriminación más allá de losproductos y servicios a las compañías mismas. Esto

crea serios problemas precisamente en la regulaciónde servicios (agrícolas) – como los bancos agrarios olos servicios de extensión agrícola – que son centralespara la seguridad de los modos de sustento.

Sin embargo, los países deben afirmar suautoridad restringiendo las actividades de lasempresas extranjeras si entran en conflicto con lalegislación nacional anti-monopólica, o si abusan desu poder de mercado para manipular los precios oconstruir cárteles. Además, los gobiernos nacionalespodrían necesitar influir sobre las actividadesempresariales para proteger los intereses de losproductores nacionales. Podría requerirse que laagricultura por contrato de los supermercadosextranjeros destine una parte justa de las gananciasa los agricultores locales. Los gobiernos podríandesear mejorar las interrelaciones entre los agricul-tores, los procesadores locales, los minoristas apequeña escala y los consumidores en sus áreasrurales, así como entre las empresas extranjeras y laseconomías locales, para retener la creación de valordentro la región en la medida de lo posible, y paraprotegerse contra la huída de capitales. Por lo tanto,debe resguardarse el espacio político para definirpolíticas de contenido local o para legislar sobre losrequisitos para empresas de riesgo compartido confirmas locales (más detalles en el capítulo 3.5).

De igual manera, el espacio de las políticas debepreservarse para las medidas específicas de apoyo.Por ejemplo, los esquemas de administración de lossuministros nacionales no funcionarán apropiada-mente salvo que estén ligados a medidas de controlfronterizo eficaces, que restrinjan las importacionesde aquellos productos incluidos en el esquema (másdetalles en el capítulo 3.3). Lo mismo se aplica alcaso de las empresas de comercialización estatal ode los consejos de comercialización de propiedad delEstado. Si dichas instituciones deben apoyarsustancialmente a los agricultores en la distribucióny mercadeo de alimentos, garantizar precios mínimosy estabilizar los niveles de precios a través de stocksde amortiguación o de almacenamiento, requeriránlegislación nacional apropiada que controle losprecios y las cantidades de las importaciones yobligue a una administración de este tipo de losflujos comerciales a nivel nacional (más detalles en elcapítulo 3.5).

Adicionalmente, los países deben ser capaces dedefender su derecho a imponer medidas por el bien dela seguridad alimentaria, de la calidad de los alimentosy de la seguridad medioambiental, ya que éstas sonmedidas importantes para evitar enfermedades prove-nientes de los alimentos y para proteger la base derecursos naturales y la capacidad de recuperación delos ecosistemas. Esto requiere una capacidadcreciente de los países en desarrollo para contar nosólo con medidas regulatorias más fuertes y más

Se necesita un mayor espacio para la políticanacional:

■ Para proteger a los sistemas de la pequeñaagricultura contra las olas de importaciones pormedio de políticas de control fronterizo, incluyendoaranceles, cuotas y medidas de salvaguarda basadasen precios y volúmenes;

■ Para asegurar el funcionamiento de las políticas deapoyo, tales como la gestión de suministros o lasempresas estatales de comercialización, a través demedidas de control seleccionadas;

■ Para posibilitar la reglamentación nacional sobreseguridad alimentaria, calidad alimentaria yseguridad medioambiental;

■ Para mantener un campo de juego nivelado entreproductores e importadores nacionalesresponsables, a través de la imposición decondiciones de calidad para las importaciones;

■ Para implementar pautas dirigidas a las empresasextranjeras, incluyendo políticas o condiciones decontenido local para la inversión directa extranjera,con el fin de aumentar la creación de valor a nivelnacional.

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Asegurar lamultifuncionalidadsocial ymedioambiental dela agriculturaexige un apoyonacional

3.2 Invirtiendo en la multifuncionalidadLa agricultura en la mayor parte de países está en ungrave aprieto. Por un lado, los agricultores estánluchando con ingresos agrícolas decrecientes y unaconcentración corporativa, pero por otro se esperaque ofrezcan beneficios públicos indispensables sinremuneración. En particular, los agricultores depequeña y mediana escala en situaciones ecológicasfragmentadas son sumamente vulnerables a lapresión de la competencia, debido a las políticasagrícolas sesgadas y los subsidios hacia la agricul-tura industrial, y debido al mal funcionamiento de losmecanismos de mercado en el mercado mundial. Poresta razón, los gobiernos en todo el mundo estánobligados a proporcionar apoyo institucional o finan-ciero a la agricultura, para asegurar la producción dealimentos y sostener las fincas agrícolas familiares.Excepto en países con grandes extensiones de tierraagrícola y poca agricultura tradicional, la agriculturafamiliar y de pequeña escala probablemente nosobrevivirá, salvo que sea apoyada por medidas depolíticas públicas. Más aun, así como se requiereapoyo para asegurar la viabilidad de los bienescomunes sociales, el apoyo también es necesariopara apuntalar la provisión de bienes comunesmedioambientales. En condiciones competitivas, losagricultores deben ser premiados por producir lasllamadas externalidades positivas en el lenguaje delos economistas, tales como agua limpia, biodiver-sidad y paisajes rurales. En ambos casos, es lallamada multifuncionalidad de la agricultura lo quese encuentra en juego y lo que la distingue de otrossectores empresariales.

Contra este telón de fondo, el debate de largoplazo sobre la reducción del apoyo nacional a laagricultura, el segundo pilar de la reforma según elAcuerdo sobre la Agricultura de la OMC, se presentabajo una nueva luz. Mientras que una serie de econo-mistas y políticos ven las políticas de apoyo nacionalcomo un baluarte del proteccionismo que debedesmantelarse íntegramente, el aprecio por lasdimensiones no comercializables de la agriculturasugiere un cambio de percepción. Asegurar la multi-funcionalidad de la agricultura, tanto en el sentido

social como en el medioambiental, exige apoyonacional. En la medida en que se tome en serio estaidea, la búsqueda de reglas comerciales justas ycompatibles con el medioambiente cambia deenfoque. Se dirigirá la atención hacia el nivel yestructura apropiados de apoyo nacional, y no a sueliminación.

No obstante, es evidente que los sistemasactuales de apoyo nacional son penosamente inade-cuados para promover la multifuncionalidad.Respecto a su lado social, los subsidios agrícolas enlos Estados Unidos y la Unión Europea fluyen princi-palmente hacia grandes terratenientes industriales,minoristas e industria alimentaria, en vez de hacialas fincas agrícolas familiares y hacia el desarrollorural sostenible. Los Estados Unidos y la UniónEuropea están entre las mayores potencias comer-ciales y proveen los niveles más altos de subsidio. Laelegibilidad para obtener subsidios en los EstadosUnidos no está ligada a los niveles de ingreso, sinoal tipo de cultivo que producen los agricultores. El90% de los pagos se canaliza hacia el maíz, el trigo,la soya y el arroz, mientras que los agricultores queproducen aproximadamente 400 otros cultivos noreciben ninguna asistencia financiera.99 En la UniónEuropea – desde la última reforma de la PolíticaAgrícola Común (PAC) – los pagos directos a losagricultores en base al número de hectáreaspermiten a las compañías incluir estos subsidios ensus cálculos de precio, por ejemplo para maquinariae insumos químicos, pero también para los bajosprecios agrícolas ex finca que pagan la industriasprocesadoras. Como los pagos basados en elnúmero de hectáreas no están – en la mayoría decasos – ligados al empleo o a las condiciones medio-ambientales, el 80% de los subsidios totales sigueacumulándose en menos del 20% de las fincasagrícolas.100 Ésta es la razón por la cual las fincasintensivas de gran escala y las agroindustrias orien-tadas a las exportaciones se benefician más con lospagos públicos. Algo similar sucede con el ladomedioambiental de la multifuncionalidad. A medidaque se siguen usando los fondos públicos para inten-

eficaces – como los estándares de proceso y produc-ción para la agricultura sostenible, procesamiento ycomercio minorista – sino también con estándarespara la instalación de sistemas de monitoreo y evalua-ción de riesgos. Si dichas medidas nacionalesestuvieran sujetas a un mecanismo de revisión multi-lateral que decidiera sobre su necesidad e inclusosobre su legitimidad, se estaría atentando contra elprincipio de la soberanía democrática.

Además, una vez que los países poseen una legis-lación nacional estricta, requieren espacio políticoadecuado para imponer estos mismos estándaressobre los importadores, de modo que se evite poneren desventaja a los productores nacionales debido alas importaciones. Se debe empoderar a los paísespara condicionar el acceso a sus mercados sobre labase de ciertas consideraciones de sostenibilidad(más detalles en el capítulo 3.4).

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sificar la producción agrícola, el efecto es, en granmedida, el declive de los ecosistemas. El subsidio delos insumos químicos, la maquinaria, la irrigación ylas explotaciones agrícolas industriales externalizalos efectos negativos sobre el medioambiente y loscostos sobre la sociedad en su conjunto.

Contra este telón de fondo, ya es hora derediseñar los actuales esquemas nacionales deapoyo. Un primer paso en este intento es distinguirclaramente entre al menos tres tipos diferentes deapoyo. El primer tipo es el apoyo a los precios demercado, en el que los precios de los productores yconsumidores están bajo la influencia de una gamade políticas, tales como los precios garantizados paracierta producción agrícola, aranceles e impuestossobre las importaciones o cuotas, entre otros. Elapoyo a los precios del mercado no solamente harecibido crítica porque las medidas ‘dirigistas’ comoéstas no son compatibles con el paradigma del librecomercio: su desventaja esencial reside en queproporcionan incentivos a la sobreproducción ycontribuyen así al dumping y a la depresión deprecios en los mercados extranjeros. La introducciónde esquemas de gestión del suministro donde seaposible es una solución viable: ellos estabilizan losprecios sin crear un exceso de oferta (más detalles enel capítulo 3.3).

Un segundo tipo de apoyo nacional consiste enpagos directos a los agricultores, en los que se trans-fiere dinero de los contribuyentes a los productoressin elevar los precios del consumidor. En el pasado,debido a los requisitos de la OMC, tanto losesquemas de gestión de suministros como las otrasmedidas de apoyo a los precios del mercado se hanido reemplazando en gran medida por los montoscrecientes de pagos directos. Aun así, dichos pagoscrean problemas propios. Como la agroindustriacada vez más concentrada puede utilizar indirecta-mente estos subsidios reduciendo su oferta paraprecios ex finca, esto sigue proporcionando incen-tivos para una mayor producción, ya que los agricul-tores pueden continuar produciendo incluso si noson competitivos. Por lo tanto, los pagos directosdeben estar estrictamente condicionados a mejorarlas prácticas de producción sostenible, a crearempleo y a reducir el dumping.

Una tercera clase de apoyo nacional consiste enmedidas específicas de apoyo para las economíasrurales, como la investigación, la extensión, la educa-ción y la infraestructura, así como los programas dedesarrollo rural y agro- medioambiental. Orientadoen la dirección correcta – para fomentar la agriculturaambientalmente benigna, de pequeña escala yfamiliar – esta clase de apoyo puede combinarpolíticas y medidas que creen un ‘entorno depolíticas habilitador’ para la agricultura sostenible.101

Considerando que los agricultores deberían recibir la

mayor parte de sus ingresos gracias a la agriculturay no al gobierno, una combinación de pagos directoscondicionados ecológica y socialmente, administra-ción de la oferta y marco de políticas habilitadorasdebería guiar la reforma de los esquemas de apoyonacionales.

Marcos de política para agriculturafamiliar sostenible

La estrategia modelo para los gobiernos – que sedirige a facilitar el acceso de los agricultores famili-ares a los mercados internos, lo cual importa másque su acceso a los mercados extranjeros – deberíaconsistir en apoyar a los pequeños agricultores, enparticular a las mujeres, para que logren acceso delargo plazo a sus mercados nacionales y locales.Primero y sobre todo, esto incluye políticas que vanmás allá del comercio, que protegen los derechosterritoriales de las comunidades, así como el accesoa los recursos naturales básicos, fortaleciendo enespecial los derechos de las mujeres y los derechosa la tierra. Además, a medida que los países dejan dedepender de la orientación a las exportaciones eimportaciones, los gobiernos necesitarán asegurarque la infraestructura rural descentralizada fomentela comercialización local, y también que las áreasrurales y urbanas estén suficientemente conectadas,como para que las tierras del interior puedan ser lasproveedoras principales de alimentos para lospueblos y ciudades.

Adicionalmente, si se aspira a favorecer la produc-ción a pequeña escala sobre la agricultura demonocultivos a gran escala, estos agricultoresrequerirán que el apoyo alcance una ‘masa críticaeconómica’ a través de formas asociativas de laactividad económica, que abarquen, por ejemplo, elalmacenamiento, procesamiento y mercadeoconjuntos. Un buen ejemplo es el sindicato deproductores de leche Anand (AMPU por su sigla eninglés) de la India: tuvo tanto éxito que el ConsejoNacional de Desarrollo Lechero de la India lo adoptócomo su modelo. De propiedad de un sindicato depequeñas cooperativas de productores de leche,conformadas a su vez por cientos de mujeres rurales,algunas de las cuales en realidad poseen sólo unavaca lechera, el sindicato opera una instalaciónlechera grande y moderna que suministra unavariedad de productos lácteos con una marca decalidad reconocida en toda la India.102 Se puedenencontrar ejemplos comparables en los países delNorte, por ejemplo, en el mercadeo de leche orgánicaen Alemania, donde en algunas regiones lospequeños fundos se han unido para administrar supropia instalación lechera, de modo que semantenga un precio justo para su leche. Losgobiernos deberían proveer apoyo institucional y

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financiero, incluyendo financiación pública paramicro créditos y programas de préstamos quefomenten estas asociaciones.

En este sentido, conviene a los gobiernosempoderar a las organizaciones de agricultores y lascooperativas de productores para ayudarlos adesempeñar un papel decisivo en el mercado local yregional. En varias partes de América Latina, porejemplo, la participación directa de los agricultoresfamiliares en el mercado local ha mejorado a travésde sus iniciativas propias y del apoyo de las ONGpara la creación de mercados ecológicos semanales(ferias ecológicas). El apoyo infraestructural y deconocimiento relativamente pequeño – como porejemplo la provisión de puestos de mercado o trans-porte oportuno, apoyo publicitario y capacitación encontabilidad básica – ha tenido impactos tremendos.Igualmente, varias iniciativas exitosas de redescomerciales locales y regionales han surgido tambiénen países industriales.

Además, las mejoras en la producción a pequeñaescala dependen mucho más de la expansión de labase de conocimientos que de la expansión de lacantidad de insumos agrícolas. En realidad, elanálisis ha demostrado que en aquellos países endonde hay incremento exitoso de la productividadagrícola, las inversiones públicas en investigación ydesarrollo agrícola así como en infraestructura ruralfueron los impulsores más importantes. No obstante,el gasto en la investigación agrícola sigue siendo muylimitado, especialmente en los países en desarrollo.Lo que es más problemático es que la investigación,sin importar si se la lleva a cabo en el Norte o en elSur, está cada vez más dominada por las empresastransnacionales. La mayor parte de los fondos delsector privado para la investigación agrícola está enmanos de los grandes proveedores de insumos oprocesadores, mientras que – al mismo tiempo – lasempresas también son las beneficiarias principalesde la investigación financiada con fondos públicos.En consecuencia, la mayor parte de la investigacióny del desarrollo se ha centrado en la agricultura inten-siva en capital con grandes cantidades de insumos,así como en la reingeniería de los cultivos con lasbiotecnologías modernas, sectores en los cuales lasempresas transnacionales obtendrán las gananciasmás altas.103 A través de las patentes, que lasempresas utilizan como herramientas empresarialespara refinanciar sus inversiones y para evitar que losagricultores reutilicen sus productos desarrollados,como las semillas, las empresas crean nuevas depen-dencias del conocimiento empresarial, y contribuyena la erosión del conocimiento basado en el agricultory generado localmente.104

Además de exigir una reorientación de la investi-gación y el desarrollo, los gobiernos, las institucionesde investigación y las cooperativas de agricultores

deberían hacer progresar el desarrollo tecnológicode bajo costo y específico de cada lugar, que mejoratanto la productividad como la sostenibilidad medio-ambiental de los sistemas agrícolas más extensos ybasados en el conocimiento tradicional. La investi-gación debería reorientarse hacia las necesidades de

los agricultores de pequeña escala y familiares y dela agricultura sostenible, y debería ser conducida enmayor medida por los propios agricultores. Adicio-nalmente, la investigación debería profesionalizar elintercambio de conocimiento tradicional, en parti-cular para las mujeres agricultoras, porque en épocasde cambio medioambiental mundial y reestructura-ciones económicas rápidas, el conocimiento tradi-cional sobre la hibridación de semillas, prácticasagrícolas sostenibles, y estrategias de comercializa-ción a pequeña escala debe mejorarse constante-mente, por medio del aprendizaje intercultural y delintercambio de información.

Finalmente, los agricultores deberían recibirapoyo en su transición constante hacia prácticasagrícolas más sostenibles. Tanto en el Norte como enel Sur, los agricultores necesitarán mantener su basede producción natural y generar productos de calidady saludables, para así seguir siendo viables a largoplazo. Durante las últimas décadas se han desarrol-lado múltiples estrategias para desindustrializar laagricultura, incluyendo la “agricultura de conserva-ción de los recursos”, la “agricultura orgánica” y la“agro-ecología”. Deben verse como la manera máseficaz de restaurar los ciclos de nutrientes en lasfincas agrícolas y de establecer las prácticasagrícolas de la biodiversidad.105 Considerando ladifícil situación ecológica, ya es hora de que dichasestrategias sean el curso de acción de los agricul-tores con visión en el Norte y en el Sur.

Los gobiernos deben apoyar esta transición através de una serie de políticas y medidas que hanmostrado ser viables en el pasado. Por ejemplo, si lasprácticas de contaminación se castigan con impue-stos y derechos, esto hace que los contaminadorespaguen los costos ambientales resultantes y, de estemodo, reduzcan la contaminación. También se puede

Los gobiernosdeberían hacerprogresartecnologías de bajocosto, que mejorenla productividadde los pequeñossistemas agrícolas

“Tengan cuidado cuando pidan más investigación sobre lasostenibilidad, sin insistir en cuáles serán los actores que la conduzcanrealmente. Muchas grandes empresas desarrollarán organismosgenéticamente modificados y los declararán como la solución a lasostenibilidad. Pero los OGM generan nuevas dependencias.Necesitamos una investigación liderada por agricultores para laagricultura sostenible, de modo que se incremente la base deconocimientos de los agricultores y mejoren sus capacidades.”

P.V. Satheesh, Deccan Development Society, India, en la Consulta RegionalAsiática, mayo de 2006

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obtener impuestos de los insumos agrícolasindustriales, como los fertilizantes o plaguicidas,para acelerar la transición hacia el cierre de los ciclosde nutrientes agrícolas. Al mismo tiempo, losgobiernos podrían ofrecer préstamos con bajointerés para invertir en tecnologías que conserven losrecursos y llevar a cabo programas de recuperaciónmedioambiental, para restaurar la capacidad de losecosistemas locales. Si se apoya la capacitación delos agricultores y las escuelas de campo paraprácticas agrícolas sostenibles, y si se incrementalas capacidades de las ONG locales respectivas, estocatalizará otras actividades en las comunidadesagrícolas y generará un sentimiento de apropiaciónlocal del proceso.

Por último, las estrategias de comunicación queproporcionan mejor información al público promo-verán un cambio en los patrones de consumo haciaalimentos más sostenibles y producidos localmente.Pero más importante aun es que los gobiernosfomenten el desarrollo de esquemas basados en lasociedad civil y en las localidades para los están-dares de sostenibilidad de los procesos y la produc-ción, y creen estrategias para asegurar que los están-dares se generalicen en todos los aspectos de laproducción agrícola (más detalles en el capítulo 3.4).

Condiciones estrictas para los pagosdirectos

Como los esquemas de gestión de la oferta y losmarcos de políticas habilitadoras corrigen lastendencias del mercado que actualmente actúan encontra de la agricultura familiar sostenible, esto haceque los pagos compensatorios a los agricultoressean mucho menos necesarios. No obstante, lossubsidios gubernamentales limitados podrían serinevitables en ciertos casos. Por ejemplo, cuando losagricultores enfrentan costos reales derivados de laconversión hacia una agricultura más sostenible, losgobiernos tal vez deban proporcionar subsidios parael período de transición. Sin embargo, se debereformar los actuales sistemas de pagos directosmasivos, y es necesario condicionar cualquier tipo depagos directos mediante criterios estrictos. Comoactualmente la mayor parte de los pagos todavíamantienen un incentivo para la maximización derendimientos – y en consecuencia para la sobrepro-ducción – es indispensable reformarlos profunda-mente. Por otro lado, la elegibilidad para obtenerpagos directos debería depender de la aplicación deprácticas de agricultura sostenibles, mientras que elmonto pagado debería ligarse al número de empleosofrecidos en la finca agrícola.107 Esto promoverá elempleo rural y beneficiará a las fincas agrícolas queutilicen prácticas intensivas en mano de obra ymedioambientalmente seguras.

Aun así, incluso luego de una reforma masiva delos sistemas de apoyo en el Norte y en el Sur, subsi-stirá la considerable desigualdad de oportunidadesentre los países económicamente fuertes y débiles.Este será el caso sobre todo en los países financier-amente poderosos, donde los niveles de subsidioson excesivamente altos. Incluso bajo condicionesestrictas, los países más débiles no podrán igualarlos niveles de apoyo que los países más fuertespueden pagar, aunque no todo el apoyo necesitatomar una forma financiera. Por lo tanto, la composi-ción de los subsidios sigue estando en la agenda.Hasta el momento, la discusión sobre los subsidiosde ‘caja verde’ en las negociaciones de la OMC secentra en su ‘efecto negativo de ‘distorsiones alcomercio”.108 Esto no es sorprendente, ya que elimpacto distorsionante de los pagos de caja verde enla producción mundial y el comercio están bienanalizados.109 Por lo tanto, se debe reformar los crite-rios de caja verde. Aun así, la discusión deberíacentrarse en los efectos sociales y medioambientalespositivos que deben generar los subsidios, si sesiguen manteniendo. Si un ‘verdecer genuino de lacaja verde’ dominara la agenda, las partes que favor-ecen los subsidios para apoyar a la multifunciona-lidad social y medioambiental de la agriculturapodrían incluso considerar colaborar con aquéllosque abogan por minimizar las ‘distorsiones alcomercio’. Ya que ni el ‘apoyo desacoplado delingreso’ ni la ‘ayuda a la inversión’ – categorías queactualmente se permiten bajo la caja verde – contri-buyen a la sostenibilidad, salvo que se liguen a otrascondiciones. Incluso esos subsidios pueden generarefectos perversos si permiten a los agricultores conti-nuar con prácticas insostenibles.

Apoyo sin dumping

En el debate actual, se culpa a los esquemas deapoyo gubernamental por dos razones: primero, sedice que el apoyo distorsiona los precios e incre-menta la producción nacional y, por lo tanto, reducela participación en el mercado de las importaciones.En segundo lugar, se dice que el apoyo ocasiona eldumping de productos sobre otros mercados. En elcontexto de un régimen comercial ecológico y justo,y gracias a los principios de soberanía democrática ysubsidiariedad económica, la preocupación anteriorno es una prioridad. No se debería impedir a ningunasociedad en el mundo, ya sea en el Sur o en el Norte,lograr la autosuficiencia alimentaria bajo sus propiostérminos. Sin embargo, un régimen comercial multi-lateral que respete el principio de responsabilidadextraterritorial debería asegurar que los esquemasde apoyo no dañen a otros. El dumping de productos,ya sea a través de los subsidios a las exportacionesen el peor de los escenarios, o a través de pagos de

No se deberíaimpedir a ninguna

sociedad en elmundo lograr la

autosuficienciaalimentaria bajo

sus propiostérminos

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caja verde, es ilegítimo en cualquier caso. Una insti-tución multilateral debería ser autorizada aestablecer un ‘mecanismo de alerta contra eldumping’, que advierta a los gobiernos cuando eldumping pueda poner en peligro los negocios de losagricultores en los países importadores. Esta medidaserviría de salvavidas hasta que se prohíba efectiva-mente el dumping agrícola. Sobre la base de esainformación, se debería aconsejar a los países impor-tadores y proporcionarles la oportunidad deproteger su sector nacional, por ejemplo añadiendoun arancel porcentual equivalente al margen dedumping a sus niveles arancelarios. Sin embargo, elrecorte de los sistemas de apoyo existentes,tendiente a promover el privilegio y la degradaciónse refuerza por el sesgo inherente en la definición deldumping según la OMC. Las medidas de apoyogubernamental se consideran como las principalesfuerzas impulsoras detrás de las distorsiones deprecios que llevan al dumping. Ya que el elemento decomparación para calcular la distorsión inducida porlas medidas de apoyo se basa en el precio delmercado mundial de un producto, cualquier apoyoque vaya más allá del 5% del valor de la producciónse considera distorsionante del comercio, y por lotanto ilegítimo. No obstante, el precio del mercadomundial podría ser demasiado bajo para servir comopunto de referencia, especialmente cuando losproveedores principales no incorporan los costos deldaño social y medioambiental. Por ejemplo, ni loscostos del agotamiento irreversible del aguasubterránea para irrigación a partir de acuíferosfósiles en el medio oeste de los Estados Unidos, nilos que surgen de la deforestación de bosquesprimarios para pastizales y luego monocultivos desoya orientados a la exportación en el Cerrado brasi-leño, se contabilizan en los cálculos del apoyo de laOMC o de la OCDE. Aparte de esta falla fundamental,se debe reconocer que – en un mundo de situacionessociales y ecosistemas sumamente diversos – loscostos íntegros de la producción agrícola sosteniblesólo se pueden definir en un contexto nacional oincluso regional, y no a nivel mundial. Lo que podríacostar el sustentar la agricultura familiar y la base derecursos naturales en una región con condicionesexcelentes, podría no ser suficiente para apuntalarlos sistemas agrícolas en una región con tierrasmarginales. Por tanto, el ideal de un ‘precio único’mundial que maximice la eficiencia en todas laseconomías es incompatible con el principio desostenibilidad.

Frente a este telón de fondo, es importante consi-derar los impactos adicionales de los productos dedumping que se venden a precios artificialmentebajos, donde no necesitan internalizar todos loscostos ambientales y sociales de la producción. Enun régimen de comercio justo y ecológico, se consi-

deraría que un producto hace dumping si se vendierapor debajo del precio del mercado en los paísesproductores que han internalizado los costossociales y medioambientales. Este nuevo conceptode dumping podría evitar las actuales tendencias dela creciente externalización de los costos. Incluso lateoría económica convencional predica ‘el librecomercio’ sobre la base de costos totales de produc-ción, lo cual excluye las externalidades sociales ymedioambientales. En contraste, un régimen decomercio ecológico y justo permitiría solamente lacomercialización de bienes a precios que interna-lizaran todos los costos de una producciónsostenible. Podría diseñarse un método paracalcular un sistema de comparación sobre la base delos esfuerzos científicos existentes, para así estimarel costo total de producción en la agricultura. Por

ejemplo, un grupo de investigadores ha estimado elcosto total de la producción agrícola en el ReinoUnido, incluyendo los costos de enfermedadesproducidas por los alimentos, la contaminaciónambiental o la crisis de las vacas locas.110 Usandoesta medición a largo plazo, el ‘mecanismo de alerta 57

Elementos de un ‘mecanismo de alerta contrael dumping’:

■ Un mecanismo de alerta contra el dumping adviertea los gobiernos cuando las exportaciones condumping pueden poner en peligro el sustento de losagricultores en los países importadores.

■ Los países exportadores se registran en una entidadmultilateral, y se les exige que proporcioneninformación sobre los niveles de apoyo de cada año.

■ El organismo multilateral verifica estos datos ypublica la cantidad de dumping que tiene lugar encada país exportador.

■ Se informa y se aconseja a los países que importanmercancías para que incrementen sus arancelesfronterizos respecto de los países que practican eldumping.

“El apoyo público a la agricultura por sí, no es un problema, siempre ycuando no cause dumping. Algunas medidas de apoyo no causandumping, por ejemplo la inversión doméstica en investigación,inversión en infraestructura, apoyo a alternativas como la agroecologíao programas de reforestación.”

Tania Vanegas, Centro Humboldt, Nicaragua,en la Consulta Regional Centroamericana, octubre de 2006

El ideal de un‘precio único’mundial esincompatible conlos principios desostenibilidad

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El problema predominante para los productoresagrícolas en todo el mundo es el precio de mercadomundial declinante para los productos de alimentosbásicos. Los agricultores familiares de todas partes,ya sean pobres o prósperos, ya estén en el Sur o enel Norte, sufren de variaciones drásticas de losprecios y de precios más bajos que nunca, que

deprimen su ingreso y amenazan su sustento. Lassociedades deberían en todos los casos proteger asus sectores agrícolas contra las olas de importa-ciones y promover el apoyo para la agriculturafamiliar sostenible. Sin embargo, estas medidas noserán suficientes para estabilizar los niveles deprecios mundiales, en la medida en que otros paísescontinúen con la sobreoferta en el mercado mundial.Además, uno de los factores principales detrás de losbajos precios ex finca no es la sobreproducción, sinoel poder de las empresas y su control del mercado.En lo que se llama un mercado de compradores, laspoderosas compañías de procesamiento o de comer-cialización pueden fijar precios a voluntad y, enconsecuencia, deprimen continuamente los preciosex finca (capítulo 2.4). Las negociaciones comer-ciales internacionales deben resolver el problema dela volatilidad de los precios mundiales y el declive delos precios de manera prioritaria.

Administración de la oferta nacional

La respuesta estándar a la crisis de precios bajos enagricultura, al menos por parte de los países ricos, escompensar las pérdidas de ingresos de los agricul-tores con enormes subsidios gubernamentales. Sinembargo, el reducir o incluso eliminar estos subsi-dios, como la evidencia histórica claramente indica,no lleva a caídas significativas de la producción. Por

el contrario, la producción a menudo se incre-menta.111 Por ejemplo, luego de que se eliminaravarios esquemas de administración de la oferta conla Ley de Agricultura de Estados Unidos de 1996, losprecios de los cultivos cayeron a profundidades queno se habían visto desde los años 70. Y sin embargolas hectáreas plantadas no experimentaron ningúnajuste significativo hacia abajo. De igual modo, enCanadá ni siquiera el impopular recorte de subsidiosal transporte de granos de 1995, el cual había sido elmecanismo gubernamental más importante paraapoyar a la agricultura, ni la tremenda pérdida deingresos debido al declive en los precios en elmercado mundial luego de la implementación de laLey de Agricultura de los Estados Unidos en 1996,redujeron las tierras en producción. En vez de estolas hectáreas de cultivo permanecieron tercamenteestables.

Dada la falta de usos no agrícolas alternativos enlas principales naciones exportadoras, como en losEstados Unidos, Canadá, Argentina o Brasil, elplantar diferentes cultivos es la única opción viablepara los agricultores. Por lo tanto, en Canadá entre1991 y 2001 la producción de trigo – el cultivo másimportante de Canadá – se redujo en 23%, mientrasque la producción de semilla oleaginosa se incre-mentó en 143%, y aun así el área total de tierra enproducción casi no cambió, demostrando por lotanto que ni los subsidios gubernamentales ni sueliminación ofrecen una solución funcional alproblema de la falla de mercado.112

La administración de la oferta en la agricultura seha practicado en el pasado en muchos países y hoytodavía se practica. En general describe el procesode equilibrar la producción con la demanda delmercado. Como resultado, los sistemas de admini-stración de la oferta requieren medidas de controlfronterizo que los acompañen. Desde 1960 enCanadá, por ejemplo, los consejos nacionales deproducción de huevos, pavo y pollos han tratado deequilibrar la participación de todos los interesadosen las respectivas cadenas de producción. Elelemento central de estos esquemas es un sistemade producción por cuotas, en el que los agricultorescompran una licencia que les permite producir unvolumen especificado de la mercancía. Los consejosmantienen la propiedad legal de la cuota, y tienen el58

Las negociacionesinternacionales

deben resolver elproblema de la

volatilidad y deldeclive de los

precios mundiales

contra el dumping’ calcularía la diferencia entre loscostos de la producción sostenible y los preciosverdaderos de las exportaciones para cada producto

exportado de un país dado, y publicaría estos datospara alertar a los países importadores respecto de undumping potencial.

“Una vez que yo tenga una cuota para leche producida de, digamos, 25vacas, nadie puede quitarme ese mercado. Estoy verdaderamente

convencido de que tengo un derecho a poseer ese mercado, queperteneció a mi padre y a mis abuelos.”

Bruce Saunders, Dairy Farmers of Canada, en la Discusión de Panel delDiálogo de Comercio EcoFair en Hong Kong, diciembre de 2005

3.3 Estabilizando los precios para proteger los modosde sustento campesinos

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derecho de hacer pequeños ajustes. Las licencias delas cuotas pueden transferirse a otros agricultores, ala vez que se restringe una concentración delmercado en manos de algunos titulares de cuotas,para proteger a las fincas familiares contra la fusiónde empresas. Los precios reales se negocian entre losconsejos de comercialización y los procesadores, yaque se basan en costos de producción y se fijan en unnivel que proporciona a los agricultores una gananciajusta. La administración del sistema se financia através de un impuesto a todos los productos produ-cidos. Con el tiempo, estos esquemas de administra-ción de suministros han hecho contribuciones signi-ficativas al floreciente sector agrícola de Canadá. Lagarantía de ingresos estables a largo plazo ha llevadoa un incremento del número de agricultores jóvenesque producen las mercancías cubiertas por losesquemas. Sorprendentemente, los precios al consu-midor para la leche, por ejemplo, están incluso másbajos que en los Estados Unidos, que ha abando-nado su administración de la oferta. Y al mismotiempo, la administración de la oferta de Canadátiene el efecto de restringir las prácticas de dumping,ya que no lleva a una sobreoferta masiva que tendríaque exportarse.

En general, un esquema de administración de laoferta es viable si abarca tres componentes. Primero,debe incluir un programa a largo plazo que controle lautilización general de la capacidad de producción.Segundo requiere un programa de control de laproducción a corto plazo, responsable de ajustesanuales. Y tercero, necesita un mecanismo de sinto-nización que se haga cargo de las variaciones anualesen el mercadeo interno. Para un funcionamientoapropiado, es clave contar con un mecanismo deajuste flexible, que equilibre las necesidades delmercado con las capacidades de producción, es decir,que determine la cantidad de cuotas y el precio porproducto. La falta de un mecanismo que corrijaflexiblemente la demanda del mercado fue la razónsubyacente al fracaso de muchos de estos esquemasde cuotas, en especial en la Unión Europea. Si hay unmarco legal claro que lo fundamente, si se garantizaa todos los interesados un papel en las negociacionesy en los ajustes, y si se establecen mecanismosestrictos para el monitoreo y la aplicación con miras aasegurar el cumplimiento, la administración de laoferta constituye por cierto una solución viable a lascrisis de precios en la agricultura.113

Un mecanismo cooperativo para equili-brar la oferta en el mercado mundial

Dados los avances en los rendimientos de los cultivosy el incremento en el número de hectáreas agrícolasen países como Brasil, debido a la persistencia de laagricultura intensiva y orientada a las exportaciones,

a mediano plazo habrá necesidad de que los paísesexportadores de los principales cultivos del mundoestablezcan mecanismos cooperativos para admini-strar la producción.114 A nivel multilateral, se podría

lanzar negociaciones para adoptar un ‘marco coope-rativo multilateral para equilibrar la oferta en elmercado mundial’. Este marco dejaría la imple-mentación de los esquemas de administración de laoferta a los responsables de las políticas nacionales.El marco multilateral no solamente aseguraría quelas principales naciones exportadoras implementenesquemas de administración de la oferta, sino quetambién podría resolver el ‘dilema del prisionero’, esdecir, que la administración de la oferta en elmercado mundial se puede lograr sólo cooperativa-mente.

Actualmente, el mercado mundial de alimentosbásicos, como los cereales y semillas oleaginosas, ylos mercados de otros productos como el algodón, elazúcar, o el arroz, se encuentran dominados por unmero puñado de países. Por lo tanto, un marco multi-lateral que incluya a los principales países exporta-dores de estos cultivos sería viable y aplicable. Porejemplo, en 2003 seis países – Argentina, Australia,Brasil, Canadá, la Unión Europea y los EstadosUnidos – produjeron respectivamente el 47% y 58%de la producción mundial de trigo y maíz, siendo suparticipación en las exportaciones mundiales de 52%y 64% respectivamente.115 Un marco multilateral conestos países como partes principales sería por ciertouna contribución considerable a una distribuciónmás justa de las capacidades de producción, y por lotanto a la reducción de la pobreza y a la renovacióneconómica de las economías rurales en todo elmundo.

¿Cuáles serían los efectos posibles de un marcocomo éste? ¿Serviría a las necesidades justificadasde los agricultores pobres de todo el mundo, a la vezque plantearía nuevas exigencias a los países parti-cipantes? ¿Continuarían beneficiándose gratuita-mente otros productores, disfrutando de precios másaltos sin reducir la producción? Afortunadamente, elmarco beneficiaría por cierto tanto a los agricultores

“En Nicaragua tenemos un precio de garantía para los productoresnacionales de arroz que ha sido negociado entre pequeñosproductores, productores industriales y la industria procesadora. Losproductores reciben cuotas y si no logran cubrir la demanda, losprocesadores tienen el derecho de importar el déficit con arancel cero.Programas similares existen en El Salvador para maíz, arroz y sorgo.Sin embargo, con CAFTA se están desmantelando estos programas.”

Raúl Morales, Fenaccoop, Nicaragua,en la Consulta Regional Centroamericana, octubre de 2006

Un marco paraequilibrar laoferta en elmercado mundialsería unacontribución a lareducción de lapobreza en todo elmundo

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como a los contribuyentes de los países partici-pantes. Son los agricultores dedicados principal-mente a cultivos de exportación, quienes sufren mása causa de los precios bajos y volátiles. Si estosagricultores producen menos pero en efecto recibeningresos más altos, estarían por cierto en mejor

situación, como resultado del esquema. Por lo tanto,incluso países del Sur, como Brasil (soya, maíz) oTailandia (arroz), estarían motivados a participar. Enlo que respecta a beneficios para los contribuyentes,acabaría la práctica actual de los países ricos, quecompensa a sus agricultores en caso de pérdidas.Miles de millones de euros y dólares que se gastanen compensar los ingresos de sus agricultores seríanasí reemplazados por un esquema de administra-ción, que se autofinanciaría a través de un impuestoincorporado a los productos cubiertos por elsistema. Finalmente, incluso si se diera un traspasoencubierto de capacidad de producción de los paísesdentro del esquema a países fuera de él (los cualesse beneficiarían gratuitamente), el esquema seguiríasiendo del interés de los países participantes,porque el retorno neto en exportaciones sería másalto que ahora, con las erróneas condicionesvigentes. Al mismo tiempo, esta transferencia decapacidad de producción a países que dependen deimportaciones incrementaría la participación en elmercado de sus agricultores, y mejoraría su autosu-ficiencia alimentaria nacional.

Se reconoce que aquéllos que podrían perder acorto plazo son los pobres urbanos, especialmenteen los países en desarrollo que son importadoresnetos de alimentos, ya que podrían afrontar preciosde alimentos más altos. Sin embargo debería consi-derarse que en muchos países 50% a 80% de lapoblación vive en el campo, siendo en su mayoríapequeños agricultores que dependen de precios querestituyan en forma razonable su trabajo. Por lo tanto,se debe evitar un enfoque a corto plazo de esteproblema. Sacrificar los modos de sustento de lospequeños agricultores para mantener bajos losprecios de los alimentos para los pobres urbanos noes una compensación satisfactoria. En lugar de eso,el apoyo a los consumidores mientras se expande laproducción local permitiría incrementar la oferta dealimentos y aseguraría niveles de precios alcanza-bles, a la vez que se alentaría el empleo en las áreasrurales apoyando al sector agrícola. Allí donde lasmercancías de dumping se sacan de circulaciónpueden ser necesarias medidas correctivas de transi-ción para mitigar los impactos del incremento delprecio en los alimentos. Por ejemplo, tal como hapropuesto recientemente el grupo africano, se puedeproporcionar a aquellos países en desarrollo que sonimportadores netos de alimentos un ‘fondo de finan-ciamiento de las importaciones’, que los ayude asubsidiar los alimentos a corto plazo y a desarrollarla producción local existente, para aliviarlos de ladependencia de importaciones a largo plazo.116

“A menudo citamos los subsidios a las exportaciones como quien citaal demonio, y lo son. Aun así, los países como Australia y Nueva

Zelanda han tenido un impacto mayor en el declive de los preciosmundiales de productos lecheros y, de acuerdo con sus argumentos, no

proporcionan subsidios a sus agricultores lecheros. Lo quenecesitamos es un esquema compartido de administración de la oferta

internacional. La pregunta entonces es ¿quién tiene que reducir laproducción y en cuánto?”

Yves Leduc, Dairy Farmers of Canada,en la Consulta Regional Norteamericana, setiembre de 2006

Pasos hacia un ‘marco cooperativomultilateral para equilibrar la oferta en elmercado mundial’:

■ Identificar los países que tienen una influenciasignificativa sobre los precios del mercado mundialcomo participantes del esquema (por ejemploArgentina, Australia, Brasil, Canadá, Unión Europea,Estados Unidos, etc.);

■ Acordar los topes específicos a los cultivos queregirían toda la capacidad de producción mundial(por ejemplo -3% de producción mundial de trigo)para elevar los precios en el mercado mundial porencima de un cierto nivel mínimo;

■ Determinar metas de reducción específicas acultivos y países (por ejemplo Estados Unidos -8%,Unión Europea -4%, etc.), de acuerdo con laparticipación de cada país en las exportacionesmundiales;

■ Implementar mecanismos de monitoreo yverificación para asistir a los países en elcumplimiento (por ejemplo, verificaciónindependiente por parte de terceros); y

■ Asegurar la revisión flexible del esquema enperíodos cortos para los ajustes y mejoras, y paraoptimizar la implementación a nivel nacional.

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En agricultura y en muchos otros sectores econó-micos, el sistema económico actual no es para nadael sistema de costo mínimo.117 En un verdaderosistema de costo mínimo, las pérdidas infligidas enlos bienes comunes debido a la producción deproductos comerciales deberían equipararse con lasganancias que se obtienen en el mercado. Desde esepunto de vista, el objetivo de la agricultura no essolamente producir ganancias sino contribuir a lasalud para todos, incluyendo tanto la nutrición de laspersonas como la regeneración de los ecosistemasnaturales. Los sistemas alimentarios, por lo tanto,deben evaluarse en términos de un marco de saludcomún, que dé cuenta tanto de la calidad de losalimentos como de la salud de las comunidades y losecosistemas a largo plazo.118 Sin embargo, como ellibre juego de las fuerzas del mercado favorece laganancia privada por encima de los bienes comunes,dependerá de la política rectificar este desequilibrio.Las intervenciones de las políticas públicas sonnecesarias para asegurar condiciones marco quealineen la búsqueda de ganancia privada con laprotección de la biosfera y de los derechos humanos.

Además, la reforma del comercio tiene que crearun campo de juego nivelado en la responsabilidadsocial y medioambiental entre agricultores yempresas. Actualmente, la desregulación favoreceindebidamente prácticas agrícolas y decisionescomerciales insostenibles, mientras que lasempresas transnacionales ubican las actividadesdonde los costos sociales y medioambientalespueden externalizarse más fácilmente. Condemasiada frecuencia, el desmantelamiento delproteccionismo ha llevado a la protección de losinmisericordes. Por ejemplo, los trabajadores azuca-reros de Brasil sufren condiciones inhumanas detrabajo, mientras que las cadenas de supermercadoscompiten entre sí bajando los precios. Puede que laeliminación de los manglares optimice la producciónde langostinos para los paladares de la clase media,pero sin duda crea peligros medioambientales. Porsu parte, los plaguicidas utilizados en los campos dealgodón pakistaníes son por cierto el precio ocultode la abundancia de prendas en las tiendas de modadel mundo, pero trae consigo contaminación paralos suelos y los trabajadores. En la medida en que nose requiera que los costos de producción incorporenel costo de salvaguardar los bienes comunes, el librecomercio continuará acelerando tanto la margina-ción de los pobres como el declive de la biosfera. Essólo a través de estándares mínimos que aseguren ladignidad de la mano de obra y la integridad del

medioambiente global que se podrán echar loscimientos para un siglo XXI más justo y más seguro.En última instancia, la comercialización internacionaldebe entenderse como un privilegio a ser compen-sado mediante la internalización de los costossociales y medioambientales.

Proceso de sostenibilidad y estándaresde producción

Como un primer paso, la política nacional deberíafomentar el desarrollo de esquemas estándar demonitoreo y verificación. El establecimiento deestándares para el proceso de producción es crucialpara minimizar la deforestación, la clara sobreex-plotación de las reservas de agua, la contaminaciónquímica o las emisiones de gas con efecto de inver-nadero. Las iniciativas de comercio justo y agricul-tura orgánica han demostrado la factibilidad demonitorear y evaluar los procesos de producción,como suelen hacer los organismos de inspección ycertificación. Las “Normas de IFOAM” para la agricul-tura orgánica, por ejemplo, incluyen un conjuntodetallado de principios y estándares generales conrequisitos para la producción de cultivos y la cría deanimales, incluyendo criterios para la evaluación y eluso de insumos seleccionados fuera de la fincaagrícola y estándares para el procesamiento, manejoy etiquetado.119 Aunque se considera a IFOAM comola plataforma global del movimiento orgánico certi-

ficado, las Normas IFOAM son un conjunto de están-dares entre muchos otros, que han desarrollado lasorganizaciones nacionales y privadas. Hoy en día, enmás de 100 países las organizaciones de agricultoresy los grupos de consumidores han elaborado suspropios conjuntos de estándares orgánicos y reglasde certificación, muchos de los cuales se ajustan alas disposiciones de IFOAM, pero son específicos yestán adaptados a sus respectivas circunstanciasmedioambientales y sociales.120 Los gobiernosdeberían apoyar el desarrollo independiente dedichos esquemas estándar. 61

“La experiencia en nuestra región ha demostrado que sólo processoparticipativos de certificación pueden ser sostenibles. Tenemos queempoderar a uniones de campesinos y de productores para que creensus propios sistemas de control.”

Fabíola Zerbini, FACES do Brasil, Brasil,en la Consulta Regional Sudamericana, agosto de 2006

3.4 Estableciendo estándares para un comercio decalidad

Lacomercializacióninternacional debeentenderse comoun privilegio, a sercompensadomediante lainternalización decostos sociales ymedioambientales

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En un segundo paso, los gobiernos deberíanplanear y desarrollar estrategias de transformaciónagrícola nacional, con estándares obligatorios paratoda la producción agrícola. El fuerte incremento delvolumen del área mundial cultivada según la agricul-tura orgánica certificada121 ha llevado a mejorasmedioambientales y sociales significativas. Porejemplo, la agricultura orgánica consume menosagua y genera menos contaminación del suelo ymenos riesgos de salud. Al mismo tiempo, la diver-sidad de la especies es en promedio 30% mayor queen los sistemas convencionales de agricultura. Enmuchos casos, es más intensiva en mano de obraporque hay más rotación de cultivos para la gestiónsostenible del suelo, cultivos asociados, prácticas dedeshierbe sostenible y prácticas de prevención parael tratamiento de plagas, todo lo cual substituye a losplaguicidas químicos a través de mano de obra.122

Aún así, los críticos arguyen que los esquemasmedioambientales estándar para los procesos deproducción están socialmente desequilibrados. Lacertificación puede ser costosa y complicada y, por lotanto, tiende a desfavorecer a los pequeños produc-tores. Los costos pueden reducirse si los agricultoresforman grupos de productores o cooperativas que sedejan certificar en conjunto; pero las tarifas puedenseguir siendo altas y los sistemas de inspeccióninterna dentro del grupo crean nuevos costos. Por lotanto, dado el hecho de que el control de calidad esnecesario, los gobiernos deberían fomentar el desar-rollo de esquemas de certificación de sostenibilidadque sean locales e independientes. Los esquemaslocales tienen el potencial de establecer mecanismosde monitoreo y certificación que convengan mejor ala estructura del sistema agrícola y a las capacidadeseconómicas de los agricultores. De tal forma sepueden minimizar mejor los costos y las cargasregulatorias sobre los pequeños productores.

Además, esquemas local y nacionalmente inde-pendientes pueden ser apoyados por un mecanismoque traslade el costo de la certificación de los agricul-tores comprometidos con la producción sostenible aquienes continúan con prácticas convencionales, asícomo de los agricultores a los consumidores. Laexperiencia con las leyes de alimentación de energía,que en varios países catalizaron una penetraciónimpresionante de sistemas de energía renovables

poco costosos en el mercado de la energía, sonmodelos que podrían considerarse en el contextoagrícola. Por ejemplo, se podría añadir un impuestoa todos los productos convencionales que financie demanera cruzada los costos de certificación en laagricultura sostenible y ayude a los pequeñosagricultores a cumplir con los requisitos de los están-dares y las certificaciones.

Acceso calificado al mercado

Un régimen comercial que demuestre seriedadrespecto de la sostenibilidad debería apoyar están-dares de sostenibilidad a nivel nacional e interna-cional. Una vez demostrada la implementación deprocesos de sostenibilidad y estándares de produc-ción a nivel nacional, los gobiernos deberían tener lacompetencia de vincular el acceso al mercadotambién a estos estándares. De este modo, se favor-ecería la comercialización de productos medioam-biental y socialmente seguros, sobre la comercializa-ción de productos producidos convencionalmente.Por cierto, la calificación del acceso al mercado entérminos de requisitos sociales y medioambientaleses urgente, ya que las agroindustrias y los minoristasde alimentos invierten cada vez más en países endonde estos requisitos medioambientales y socialesson los más débiles (capítulo 2.4).

Dada esta estrategia, ellos son naturalmentedefensores de un acceso incondicional al mercado depaíses con altos precios de alimentos, para asegur-arse buenas ganancias en las ventas, pero socavan laposición competitiva de los productores nacionalesresponsables. Estándares de sostenibilidad en lafrontera actuarían como filtros comerciales parareducir el dumping social y medioambiental.123 Losgobiernos podrían dar una ‘zanahoria’ a los produc-tores sostenibles y conceder acceso preferencial alos mercados a los productos que cumplen ciertosestándares de sostenibilidad.124 En otras palabras,las mercancías en cuya producción se han respetadodemostrablemente los bienes comunes medioam-bientales y sociales tendrían una ventaja comercial,alentando así a un cambio en la producción y en elmercadeo hacia productos primarios tipo EcoFair entodo el mundo.

Sin embargo, hay una serie de interrogantes quedeben resolverse. Por ejemplo, ¿no se convertiría unesquema para acceso calificado a mercados basadoen estándares de sostenibilidad nacional en unanueva forma de proteccionismo de los países delNorte contra los del Sur a nivel mundial? ¿No llevaríael acceso calificado a mercados a otra forma dediscriminación comercial, dado que los paísesindustriales demuestran actualmente el mayorinterés en la situación de los estándares medioam-bientales, tienen agricultores más ricos que pueden

“Si respetamos el principio de soberanía, por supuesto tenemos queaceptar que los mercados del Norte también necesitan protección. No

importa si los países son ricos o pobres, éstos tienen un derecho deproteger a sus comunidades y a su base de producción natural frente a

los competidores predadores.”

Françoise Bangré, Fédération Nationale des Femmes Rurales duBurkina Faso, en la Consulta Regional de África Occidental, febrero de 2006

Las mercancías quese han coproducido

junto con bienescomunes

medioambientales ysociales deberían

recibir una ventajacomercial

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pagar los costos resultantes de su cumplimiento y enel pasado han utilizado la seguridad alimentaria yotros estándares como una restricción disfrazada delcomercio?

Primero, es probablemente un error creer que lospaíses del Norte se sentirán menos agredidos que lospaíses del Sur por los estándares que buscan des-industrializar la agricultura. Éste podría ser hoy endía el caso, ya que los estándares abarcan sobre todocomplicados requisitos de higiene o salud para losproductos. Sin embargo, podría ser diferente cuandotanto los países del Norte como los del Sur desar-rollen interés en proteger sus mercados del dumpingmedioambiental. Cualquier movimiento hacia laagricultura sostenible estará destinado al fracaso sise producen mercancías extranjeras baratas pormedio de métodos destructivos y se permite quepenetren el mercado. En este sentido, tambiéndependerá del Norte el cambiar sus prácticas. Seríaimaginable que un día la India produzca sus propiosestándares de protección medioambiental para lasimportaciones de aves o que surjan estándares enTailandia para la pesca sostenible. Con certeza, laexpansión de la agricultura industrial es global en sualcance, e incluso en los países pobres las regionesque están bien integradas en el mercado global secaracterizan usualmente por sistemas de producciónde agricultura industrial. Sin embargo, en general laagricultura en el Norte es mucho más industrializadaque en la mayor parte del Sur. Por ejemplo, el nivel demecanización es casi cuatro veces más alto en lospaíses desarrollados que en los países en desarrollo.Respecto del uso de fertilizantes sintéticos – y presu-miblemente de plaguicidas – esta figura es menosclara. Aun así, a pesar de la China, Brasil, India y unoscuantos otros países en desarrollo, la mayoría delmundo en desarrollo usa menos fertilizantes que lospaíses desarrollados.125 Asimismo, muchos paísesdel Sur – con sus vastas regiones caracterizadas poragriculturas en pequeña escala, habitualmenteorgánica – estarán en mejor posición que los paísescaracterizados por la agricultura industrial demonocultivo, como es el caso en la mayor parte delNorte.

Dado que el acceso calificado a los mercados nodiferenciaría ni regiones ni sistemas agrícolas, sinosolamente exportaciones producidas con prácticasagrícolas medioambientalmente dañinas, lapregunta clave que debe responderse es en dóndese originan dichas exportaciones y quién sebeneficia con los estándares bajos. Aunque todavíafaltan muchos datos sobre el tema, presumible-mente el grueso de las exportaciones globales seorigina de sistemas industriales con muchosinsumos del Norte, así como en unas cuantasregiones del Sur.126 Por ejemplo, los cinco exporta-dores de trigo más importantes son los Estados

Unidos, Francia, Canadá, Australia y Argentina –países caracterizados por sistemas agrícolassumamente industrializados. Si se añaden todas lasexportaciones de trigo de la Unión Europea, entre2006 y 2015 un 75% de las exportaciones de trigo enel mundo sería producido con una agricultura inten-siva en insumos.127 De igual manera, los tres produc-tores de soya más importantes son los EstadosUnidos, Brasil y Argentina, que representan el 80%de la soya del mundo y el 70% de la producción

mundial de aceite de soya.128 Si el resto del mundoobstaculiza sus exportaciones a través de accesocalificado a mercados, no serán los pequeñosagricultores de la soya en Brasil o Argentina quienesse vean afectados, sino los grandes productoresindustriales, que representan la mayoría de laexportaciones de estos países. Es necesario urgir aestos productores – así como a las respectivasempresas transnacionales de comercialización yprocesamiento – a cambiar hacia prácticas agrícolasmás sostenibles.

A esto se añade que en la práctica – más que losestándares gubernamentales – son los estándarescreados por las transnacionales, como EurepGAP (vercapítulo 2.4), los que pueden convertirse en unabarrera no calificada al comercio. Los estadoscaribeños se han quejado recientemente ante la OMCcontra esta iniciativa de los minoristas europeos, queatenta crecientemente contra las importaciones delos países en desarrollo en base a estándares sobreel procesamiento alimentario y la duración de losproductos en los anaqueles. Por el contrario, lasmedidas e instrumentos para el acceso calificado amercados frente al dumping ecológico y socialtendrían que desarrollarse simultáneamente deabajo hacia arriba, por medio de iniciativas de lasociedad civil, y de arriba hacia abajo por acción delos gobiernos nacionales. Por ejemplo, las redes deagricultores como RIAF en la región del MERCOSURhan iniciado un reconocimiento mutuo de losproductos de pequeños agricultores, los cuales sonparcialmente calificados por los estados delMERCOSUR como productos con aranceles másbajos o cero; los agricultores se reconocen mutua-mente como ‘pequeños agricultores’, a la vez que losestados del MERCOSUR también los reconocen como

“¿Por qué se debería permitir a esos actores que rompenconstantemente las reglas de los acuerdos medioambientales ylaborales internacionales que continúen con un comportamiento ilícitode este tipo, mientras que aquéllos que adoptan estos acuerdos eintentan mejorar las prácticas agrícolas son quienes tienen quesoportar la carga del costo extra? ¡Necesitamos un verdadero sistemaque ponga de cabeza esta deficiente situación!”

Anja Osterhaus, Fair Trade Advocacy Office, Bélgica,en la Consulta Regional Europea, noviembre de 2006

El negociotransfronterizo delas empresastransnacionalesdebe sujetarse alacceso calificado amercados

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tales y conceden acceso preferencial a los productosde estos pequeños agricultores.

Finalmente, es indudable que el concepto deacceso calificado a mercados se extiende mucho másallá de las mercancías agrícolas. El requisito de quelas inversiones, bienes y servicios que cruzan lasfronteras tengan que cumplir con los estándaressociales y medioambientales es un elementoindispensable para cualquier régimen de comerciojusto y ecológico. El sector agrícola mismocomprende una gama mucho más amplia de mercan-cías que productos simplemente derivados deplantas o de animales. También debería apelarse a laresponsabilidad de las compañías que producenfertilizantes, plaguicidas y maquinaria, así como a losprocesadores de alimentos y las empresas minori-stas. El negocio transfronterizo de estas compañíasdebería estar sujeto al acceso calificado a mercados.¿Por qué Kenia no podría introducir estándares deinversión para el ingreso de cadenas de supermer-cados, Uruguay fomentar estándares para lascosechadoras, o Tailandia desarrollar estándares deproducción para los fertilizantes? Sin duda, el accesocalificado a los mercados no se debe limitar ni a lasmercancías agrícolas ni al flujo de comercio Sur –

Norte. Todo lo contrario, dada la insostenibilidad delas economías desarrolladas, es potencialmente másrelevante para bienes no agrícolas y para el flujo decomercio Norte – Sur.

Incluso así, una comparación entre paísesrespecto a la implementación del derecho medioam-biental sugiere que serán los países del Norte losque más fácilmente establezcan esquemas de accesocalificado a mercados, ya que muchos países del Surcarecerán de la capacidad institucional o de lavoluntad y el poder político para hacerlo. En estesentido, el acceso calificado a mercados – aunque esun concepto que beneficia a todos los países porigual – correría el riesgo de privilegiar al Norte. Esteproblema se puede resolver estableciendo unmecanismo de financiación privado para la introduc-ción de estándares en las fronteras. Los ingresos quese generan del acceso a mercados administrados enlos países más ricos estarían reservados especial-mente para un fondo que se canalizaría en ayudaestructural para la promoción del desarrollo ruralsostenible en regiones marginales.129 De estamanera, los aranceles aplicados a prácticas yproductos social y medioambientalmente dañinos setransformarían en ayuda para los programas dedesarrollo rural sostenible. De manera equivalente alactual Fondo para el Medioambiente Mundial(FMAM), un ‘Fondo para el Desarrollo RuralSostenible’ que incluya tanto a organizacionesgubernamentales como no gubernamentales podríaestablecer criterios y mecanismos de apoyo, quefacilitarían la transición hacia prácticas agrícolassostenibles, así como la implementación deesquemas de acceso calificado a mercados en el Sur.

Meta-estándares para el proceso defijación de estándares

Los intentos de algunos países de imponer medidasproteccionistas contra otros a través del acceso califi-cado a los mercados pueden impedirse a través deldesarrollo de estándares mundiales comunes. Sinembargo, el desarrollo de los estándares mundialeses un desafío enorme, especialmente en un mundocaracterizado por agro-ecosistemas, prácticasagrícolas y culturas alimentarias de gran diversidad.Sería por cierto una pérdida tanto para la ecologíacomo para la cultura si una armonización de losestándares mundiales llevara a la armonización delas prácticas de producción en todo el mundo. Éste hasido el caso cuando los estándares orgánicos certifi-cados desarrollados en un país se han transferido asistemas de producción en otros países. Por ejemplo,los estándares de la etiqueta orgánica de la UniónEuropea prohíben los fertilizantes sintéticos, pero enalgunas áreas tropicales parece indispensable contarcon una cierta cantidad de fertilizantes. En varios

‘Acceso calificado a mercados’ y ‘Fondo deDesarrollo Rural Sostenible’

■ Como primer paso, los países estableceríanestándares de calidad y sistemas de certificaciónindependientes a nivel nacional. En un segundopaso, desarrollarían esos estándares en requisitosobligatorios para los productores nacionales.

■ En base a la implementación probada de estosrequisitos obligatorios, los países podrían entoncesimponer gradualmente estándares de calidad en lafrontera y establecer diferencias en las condicionesde acceso al mercado para productos que sí cumplencon sus estándares de sostenibilidad, versusaquellos productos que se producen de manera nosostenible.

■ Ingresos provenientes de aranceles aplicados a losproductos dañinos en el Norte se canalizan hacia un‘Fondo de Desarrollo Rural Sostenible’, que apoya latransición hacia prácticas agrícolas sostenibles y laimplementación de esquemas de acceso calificado amercados en los países en desarrollo.

Los meta-estándares para el

proceso dedefinición de

estándares puedenasegurar un

conjunto de reglascomunes para un

mundo muy diverso

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lugares, como en el norte de Sumatra, los grupos deagricultores han desarrollado por lo tanto su propiosistema de estandarización orgánica, que tiene comoobjetivo la reducción del uso de fertilizantessintéticos, pero no los excluye, debido a que laganadería intensificada de vacunos para la produc-ción de abono en esa región simplemente no es unaopción apropiada.130 Más aun, muchos esquemas deestándares orgánicos se centran en prácticasagrícolas específicas, pero no toman en cuentaaspectos sociales y económicos igualmente impor-tantes que se deben considerar en el desarrollo deprácticas de agricultura sostenible, como lanecesidad de equilibrio entre la agricultura de subsi-stencia y de exportación, o la preservación e integra-ción del conocimiento tradicional. Finalmente, losesquemas de estándares desarrollados en el Norterequieren sistemas de monitoreo y verificación relati-vamente costosos. En contraste, en los mercadoslocales del Sur – donde los agricultores venden direc-tamente a los consumidores – serían más apropiadossistemas de estándares y etiquetado más simples ymenos costosos. Por lo tanto, los estándares deproducción deberían desarrollarse a nivel local, paraasegurar que se tengan en cuenta apropiadamentelas consideraciones medioambientales, económicasy sociales y las capacidades particulares de lacomunidad de agricultores.

El desarrollo de meta-estándares puede ofreceruna solución. Los meta-estándares no aspirarían aarmonizar los estándares de producción específicos.En lugar de ello, definirían normas comunes para elproceso de definición de estándares. ¿Es suficiente-mente democrático el proceso de fijación de están-dares de calidad locales o nacionales? ¿Se haincluido desde entonces a todas las partesinteresadas relevantes? Después de todo, la fijaciónde estándares debería reflejar un esfuerzo comúnque incluya la participación de los agricultores,consumidores, organizaciones no gubernamentales,minoristas locales y vendedores en pequeña escala.Allí donde los criterios comunes para los procesos defijación de estándares ya se han desarrollado, éstospueden proporcionar una base de aceptación mutuade los distintos esquemas de estándares locales ynacionales en el comercio internacional. Las negocia-ciones sobre la aceptación mutua de estándares deproducción nacionales deberían basarse más enestándares de procesos universales que en están-dares de producción, para así asegurar una definiciónequilibrada de reglas comunes en un mundosumamente diverso.

En el contexto de la agricultura, la FederaciónInternacional de Movimientos de la AgriculturaOrgánica (IFOAM), ha desarrollado estándares y haencargado al Servicio Internacional de AcreditaciónOrgánica asociado a IFOAM (IOAS) que redacte

lineamientos para la aceptación de los distintosesquemas de estándares orgánicos desarrolladospor IFOAM a nivel local y nacional. Sería un primerpaso en la dirección apropiada si los gobiernos detodo el mundo aceptaran los esquemas de están-dares orgánicos acreditados por IOAS a nivelnacional. Existen también directrices más generalespara estándares de procesos: la Organización Inter-nacional para la Estandarización (ISO) ha desarrol-lado un código general de buenas prácticas para laestandarización (guía 59 de ISO/IEC), mientras que– por su parte – la Alianza ISEAL provee legislaciónespecífica de buenas prácticas para establecerestándares sociales y medioambientales.131 Lasnegociaciones para estos meta-estándares en losprocesos de fijación de estándares de la agriculturadeberían asegurar la independencia de la variedadde prácticas de producción sostenibles, y al mismotiempo proporcionar un terreno común para elcomercio transfronterizo. Podría establecerse unorganismo multilateral para las denuncias, para

‘Meta-estándares’ y un ‘Centro para laMediación en Controversias sobreEstándares’

■ A nivel multilateral, los gobiernos acordarían losestándares que regirían la definición de estándaresde procesos y producción para la agriculturasostenible.

■ Los meta-estándares definirían elementosespecíficos del proceso, incluyendo duración,términos de referencia para el involucramientoequilibrado de todos los interesados afectados,publicación de resultados, evaluación periódica yrevisión de estándares, etc.

■ Se establecería un mecanismo de resolución dedenuncias, como un ‘Centro para la Mediación enControversias sobre Estándares’, para solucionarcontroversias relacionadas con estándares entrepaíses.

■ Con estos meta-estándares, los gobiernos tendríanentonces que desarrollar y hacer cumplir losestándares de sostenibilidad para los métodos deproceso y producción en la agricultura a nivelnacional, o exigir la participación obligatoria en losesquemas de estándares desarrollados por losactores locales.

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intermediar en caso de conflicto entre paísesrespecto a las diferencias de sus estándares. Porejemplo, podría establecerse un ‘Centro para laMediación de Controversias Sobre Estándares’, parahallar soluciones imparciales a controversias ymediación en las denuncias. Aunque los meta-están-dares no definan normas de calidad para la agricul-tura y la ganadería, requerirán el desarrollo dedichas normas, las que a su vez establecerán unestándar de calidad importante en el comercio inter-nacional. La fijación de dichos estándares para elcomercio es esencial para compensar los efectosnegativos de la globalización. Hasta el momento, laparticipación en la economía transnacional hatenido el efecto de bajar los estándares, ya que lasfronteras abiertas invitan a las compañías a abaste-cerse o a ubicarse donde las normas son másblandas. Por el contrario, los mercados mundiales

sostenibles serán una utopía a menos que los están-dares se eleven para las compañías que participanen ellos. Los mercados transnacionales deberíanincentivar una carrera hacia el nivel superior en lugarde una hacia el nivel inferior. Como regla general, elpiso para las empresas mundiales debería ser másalto que para las empresas locales y no al revés. Elingreso a los mercados mundiales debería ir condi-cionado a un grado mínimo de aplicación de lasustentabilidad. De no ser así, el campo de juegoseguirá estando desnivelado en detrimento de losagricultores y compañías responsables. A través demeta-estándares acordados multilateralmente, lospaíses tendrían que establecer y hacer cumplirestándares nacionales de calidad para la producciónagrícola sostenible, y desarrollar estos estándaresen un proceso que sea abierto, inclusivo ydemocrático.

3.5 Democratizando la cadena alimentariaLa regulación del comercio debe responder a losdesafíos emergentes de la globalización y deberesolver el problema del poder y la concentración delmercado en el mercado global. Los desafíos paraquienes formulan las políticas nacionales e interna-cionales en la materia están emparentados con eldesafío metafísico de ‘cuadrar un círculo’. Éste esparticularmente el caso para el nivel de concentra-ción que ya se ha alcanzado en los mercados de laagricultura, ya que el poder que ostentan actual-mente las transnacionales constituye un impedi-mento significativo. Por lo tanto, antes de que seinicie cualquier esfuerzo multilateral para regular elcomportamiento empresarial, hay que trabajar

mucho para elevar la conciencia pública y movilizarla presión pública para la acción política. En unmarco global legalmente vinculante hay treselementos cruciales para la responsabilidad y rendi-ción de cuentas de las empresas: un mecanismo parala aplicación estricta del derecho anti-monopólico anivel nacional e internacional; el establecimiento deconsejos mundiales de productos primarios queimpongan estándares de comercio justo a lo largo de

las cadenas de mercancías y que hagan respons-ables a las empresas transnacionales; y la imple-mentación de un conjunto de medidas para regiona-lizar el comercio, y promover y proteger laseconomías rurales sostenibles.

Derecho anti-monopólico y leyes sobrela competencia

Hay dos prerrequisitos para un eficaz marco regula-torio de las empresas. El primero es el acceso a lainformación, dada la falta de datos a disposiciónsobre el tamaño y el alcance de las grandes agroin-dustrias, la parte del mercado que controlan, y lostérminos de sus contratos. Así como las reglas de laOMC insisten en que los gobiernos llenen cuestiona-rios sobre cualquier empresa de comercializaciónestatal en su país, este enfoque podría expandirsepara incluir a cualquier compañía más allá de untamaño y participación de mercado – ya sea privadao pública. Una institución multilateral, como UNCTADo FAO, podría reunir esta información y manteneruna base de datos públicamente accesible, incluy-endo información completa sobre fusiones, adquisi-ciones y empresas de riesgo compartido en losmercados agroalimentarios. El segundo prerrequi-sito es que los gobiernos deben cerrar la puerta devaivén entre las empresas transnacionales y lasdependencias gubernamentales. Esto podríalograrse exigiendo una completa transparencia entorno al dinero recibido por potenciales altos funcio-narios de manos de las agroindustrias o de loslobbies empresarios, o llevando a cabo verifica-

“La parte ‘ecológica’ en un futuro régimen de comercio ecológico yjusto podría lograrse por medio de una modernización de las políticas

de comercio, incluyendo instrumentos que califiquen los flujos decomercio tales como el acceso calificado a mercados. Sin embargo, la

parte ‘justa’ requeriría una modernización de la política decompetencia que discipline el poder de las corporaciones.”

Bill Vorley, IIED, Reino Unido,en la Consulta Regional Europea, noviembre de 2006

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ciones rigurosas sobre conflictos de intereses, antesde que se hagan los nombramientos en el sectorprivado. Se requiere de leyes más fuertes, queaseguren períodos obligatorios más largos en latransición entre el sector privado y la funciónpública.132

Los gobiernos estarán mejor equipados parapromulgar una legislación anti-monopólica másestricta en un clima político, en donde el acceso a lainformación esté garantizado y la influenciaempresarial esté debidamente controlada. Igual-mente, estarán en mejor posición para participar ennegociaciones multilaterales a favor de un marco denormas anti-monopólicas. Un ejemplo importante,en donde la presión pública ha tenido un impactosignificativo, es en el contexto de los debates de laOMC sobre cuestiones relativas a la competencia. Larazón de la indignación pública fue que la agenda dela competencia – tal como la promovían la UniónEuropea, los Estados Unidos y algunos otrosmiembros de la OMC – se centraba en defender losintereses de las empresas mundiales en vez dereducir su poder y nivel de concentración en elmercado mundial. El punto final puesto a las negocia-ciones en la OMC fue una victoria que las organiza-ciones de la sociedad civil obtuvieron con esfuerzo.Sin embargo, los países ricos todavía intentandefender la agenda de las transnacionales enmuchos acuerdos de comercio bilaterales y regio-nales. Otros foros multilaterales relativos a la compe-tencia, como la UNCTAD con su código contraprácticas restrictivas (“UN-Set”), la Red Internacionalde Competencia Económica o el Comité de Compe-tencia Económica de la OCDE, son en general inefi-caces para limitar la concentración del mercado.133 Deeste modo, en el nivel multilateral aún hay queresponder al desafío de cómo confrontar mejor losproblemas de la competencia.

El establecimiento de un ‘organismo anti-monopó-lico’ multilateral independiente es esencial, si sedesea que la ley anti-monopólica salga al encuentrodel rápido incremento de la concentración en elmercado mundial. Un organismo así podría ayudar aprevenir que las transnacionales dominen a losgobiernos y se ubiquen en áreas donde la legislaciónnacional es débil. Un organismo anti-monopólico deesta naturaleza tendría la autoridad para investigarlas fusiones y adquisiciones, para prohibirlas cuandofuera necesario, y para impedir que las transnacio-nales abusen de su posición dominante en elmercado. Este organismo no debería incluir a laindustria ni estar dominado por los países industria-lizados. Sin embargo, debería reportar a un consejopúblico constituido por una mayoría de pequeñosrepresentantes y una minoría de representantes delos consumidores y de las compañías.134 Aun así, lasnegociaciones anti-monopólicas multilaterales

tendrán éxito sólo si existen políticas de compensa-ción robustas a nivel nacional o si se pueden basar enreglas eficaces a nivel de las organizaciones regio-nales (UE, ASEAN, Mercosur, etc.).135

Contratos de comercio justo a lo largode las cadenas de productos primarios

Con la transnacionalización de las relacionesempresariales, las cadenas de productos primariosse extienden ahora a través del planeta, posicio-nando a los actores individuales en los lugares másfavorables, para que la suma de ganancias por laracionalización pueda asegurar una ventaja en elmercado mundial. Sin embargo, los agricultores – enespecial los pequeños agricultores – son a menudo eleslabón más débil en esas cadenas. Se les puedeextorsionar cuando unas cuantas grandes empresasdominan el mercado de compradores, mientras quelos agricultores no pueden invertir su ‘capital’ – yasea el suelo, el clima o la fuerza física – en otro lugar.Las fases posteriores a la producción, como el proce-samiento, el diseño y la venta al menudeo, repre-sentan el grueso de lo que los consumidores estándispuestos a pagar. Las utilidades y el poder normal-mente se incrementan en los estadios finales de laproducción y del mercadeo, mientras que para losproveedores de materias primas y subcontratistas sereducen. Lo que ocurre a menudo, en las palabras deun productor de bananas, es “una transferenciaperversa de la riqueza realizada por algunos de lossupermercados, gracias a los agricultores y trabaja-dores agrícolas de los países en desarrollo hacia losconsumidores de los países desarrollados”.136

En muchos sentidos, la situación está emparen-tada con el proceso de industrialización en la Europadel siglo XIX. Luego de un periodo de explotaciónsistemática, la elite política reconoció que el desar-rollo de reglas claras que rigieran la relación entreempleados y empleadores beneficiaría de hechotanto el interés del Estado como el de la economía. Laprohibición del trabajo infantil, los límites a las horasde trabajo, los sistemas de seguridad social para laenfermedad y el desempleo, los estándares de saludy de seguridad y el sueldo mínimo legal formarían elnúcleo de un sistema que se podría describir comouna economía social de mercado. Hace tiempo quelas obligaciones concernientes a la justicia en lasrelaciones dentro de las cadenas de producciónmundial debieran ser un elemento crucial de losmarcos empresariales de rendición de cuentas. Elaseguramiento de un intercambio no explotador esuna responsabilidad central para las empresastransnacionales. Más allá de sus propios intereses,las empresas tienen la responsabilidad cívica degarantizar la integración segura de las empresasproveedoras y los socios contractuales en sus

Las negociacionesmultilateralescontra losmonopoliostendrán éxitosolamente si secuenta conpolíticas decompetenciaseguras a nivelnacional

Las obligacionesconcernientes a lajusticia en lascadenas deproducciónmundial deberíanformar parte delos marcoscorporativos parala rendición decuentas

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negocios para una distribución justa y equitativa delos beneficios, particularmente en el trato con lascomunidades rurales en el Sur. Por esta razón, lascadenas de productos transnacionales se debengobernar a través de contratos de comercio justoentre los pequeños productores y los compradores.

La regulación de los flujos comerciales entre losactores del mercado y a lo largo de las cadenas trans-nacionales de producción sería nueva en la esfera dela política internacional. No obstante, este enfoqueha sido practicado con éxito durante décadas en lasorganizaciones de base. En los años 70, el‘movimiento del comercio justo’ catalizó un procesode flujos comerciales que regían las cadenas deproductos, para asegurar una relación más equitativaentre los productores en países distantes, sobre todoen el Sur, y los consumidores en el Norte. Ya sea quese trate de bananas, de café o de juguetes para niños,el principio es siempre el mismo: un alto precio finaly ayuda financiera pre-inversión, combinada conestándares negociados, para que el proceso deproducción asegure una participación justa ymejores condiciones de trabajo para los productores,mejor calidad del producto y mayores prácticas deconsumo ético. Además, la fijación de precios justosdebe entenderse no sólo en términos del precio totalque refleje todos los costos de producción, sinotambién verse como algo esencial para asegurar laprotección de la salud de las comunidades y los

ecosistemas. Las iniciativas de comercio justo hanestablecido contratos exitosos para las relacionesempresariales de largo plazo, que pueden servircomo precedentes importantes para los acuerdosinternacionales de comercio.137

La idea no es perfeccionar el ‘comercio justo’, sinosimplemente incrementar su participación en elmercado.138 Es más bien reconocer que suselementos constitutivos pueden proporcionar unaguía importante en la posible negociación de lasreglas comunes para el buen gobierno de las cadenastransnacionales de producción. Los gobiernospueden optar por un mecanismo multilateral quemejore algunos de los elementos de estructuracióndel comercio justo como prácticas obligatorias en lasrelaciones transnacionales de negocios. Comoprimer paso, las empresas transnacionales estaríanobligadas a conducir negociaciones transparentes,abiertas y participativas con los proveedores y lossubcontratistas en contratos de desarrollo paratodos los aspectos de su negocio transfronterizo.Siguiendo los principios del comercio justo, estoscontratos tendrían que cumplir con los siguientesrequisitos: (1) pagar un precio a los productores quecubra los costos de la producción y los modos desubsistencia sostenibles; (2) pagar una prima quelos productores pueden invertir en prioridades deldesarrollo; (3) pagar parcialmente por adelantado,cuando los productores así lo piden; y (4) firmarcontratos que permitan la planificación a largo plazoy las prácticas de producción sostenibles. Se exigiríaque las transnacionales presenten sus contratos anteuna suerte de ‘Consejos de contratos de comerciojusto’, que supervisarían esos contratos y que publi-carían sus términos de referencia para mejorar latransparencia y la información pública.

Las compañías tendrían que obtener acreditaciónde esos Consejos. Habría auditorías regulares, queaseguren que las compañías y sus proveedorescumplan con un estándar básico de justicia.139 Deesta manera, los contratos de comercio justo – incluy-endo las formas correspondientes de agricultura porcontrato – podrían establecer las condiciones quedeterminen el momento en que las compañíaspodrían comprometerse en negocios transnacio-nales. Por otro lado, asegurarían que los agricultoresy los proveedores en pequeña escala participenverdaderamente en los mercados internacionales yganen una remuneración decente por su trabajo. Almismo tiempo, la información disponible pública-mente sobre esos contratos ayudaría a las organiza-ciones de productores y a los sindicatos de agricul-tores, a los gobiernos nacionales y a las organiza-ciones de la sociedad civil a adoptar relaciones decomercio justo en las cadenas transnacionales deproducción y a expresar su preocupación cuandosurjan problemas.

Tres instituciones multilaterales para laregulación de las empresas transnacionales

■ UNCTAD o FAO deberían establecer un banco dedatos de acceso público que contenga informaciónsobre el tamaño y alcance de las grandesagroindustrias, así como información sobre lasfusiones, adquisiciones y empresas de riesgocompartido en el sistema alimentario.

■ Debería establecerse un ‘Órgano anti-monopólico’para el escrutinio de las fusiones y adquisiciones, yasí evitar que las transnacionales abusen de supoder de mercado (por ejemplo, en el control de losprecios del mercado o el establecimiento decarteles).

■ Los ‘Consejos de contratos de desarrollo’ deberíansupervisar los contratos transfronterizos, a fin degarantizar la distribución justa y equitativa debeneficios entre los distintos actores en las cadenastransnacionales de producción.

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Dada la complejidad de esos contratos, elcomercio mundial se convertiría por cierto en un‘comercio lento’. Sin embargo, este enfoque asegu-raría la justicia, democracia y sostenibilidad delcomercio, ya que los agentes primarios del comercioagrícola internacional – las empresas transnacio-nales – serían responsables de la regeneración de laagricultura en todo el mundo.

Regionalización de las cadenas deproducción

La lentificación o ralentí implícito en el comercio delas cadenas transnacionales de productos primariosdebido a la acreditación de los contratosempresariales en los consejos de productos prima-rios debe estar acompañado por la transformaciónexplícita y activa de las cadenas transnacionales deproductos primarios en cadenas regionales deacuerdo al principio de la subsidiariedad económica.A pesar de que las actividades comerciales y econó-micas tienden a ocurrir cada vez más a lo largo de lascadenas transnacionales de productos primarios, lainstancia ante la cual las comunidades y las socie-dades pueden expresar sus ‘preocupaciones nocomerciales’ sigue siendo el estado nacional, laprovincia, el departamento o la comunidad local. Laspreferencias colectivas, así como la voluntad política,seguirán formándose en la esfera pública y no a lolargo de las cadenas mundiales de valor económico.

Al igual que en el caso de las medidas para regio-nalizar el comercio y las cadenas de producción, lospaíses deben reconsiderar primero el rol de lasempresas comerciales estatales, así como el de losconsejos estatales de comercialización. Losgobiernos han establecido empresas estatales decomercialización para lograr ciertos objetivos depolítica pública, como el apoyo a los precios nacio-nales, el fomento de eficiencias en la producción y elmercadeo agrícolas y el logro de la disponibilidad desuministros alimentarios al alcance de las pobla-ciones de bajos ingresos. Por ejemplo, en Indonesia yen las Filipinas, las empresas estatales de comercia-lización compran en los campos de arroz e importan ydistribuyen arroz. En India, aparte de las compras ydel almacenamiento de amortiguación, proporcionanun apoyo de precio mínimo para 24 productos prima-rios.140 Por lo tanto, las empresas estatales de comer-cialización ofrecen a los países importantes puntos deentrada para la regulación del mercado. Comodependen de los mandatos del gobierno y estánsujetas a las normas de utilidad pública, puedendesempeñar un papel útil para contrarrestar el poderde mercado de las agroindustrias mundiales. Noobstante, en el proceso de des-regularizar y liberalizarlas economías de los países en desarrollo, lasempresas estatales de comercialización – que antes

eran comunes en los sectores agrícolas de la mayorparte del mundo – han sido objeto de críticas graves.Es verdad que las empresas estatales de comercia-lización han sido susceptibles a la corrupción y losmalos manejos. Sin embargo, los gobiernos deberíanrevisar su potencial de reforma y no proceder simple-mente a desmantelarlas. Dado el potencial estraté-gico de las empresas estatales de comercialización enel precio de los alimentos y en la estabilización de laoferta, así como en consideraciones de calidadalimentaria, una estrategia de transparencia, rendi-ción de cuentas y buen gobierno sería un buen pasohacia delante. En particular, a la luz de la fuerteconcentración de poder y de las disrupciones delmercado generadas por las grandes empresas trans-nacionales, los gobiernos deben tener un espaciopolítico suficiente como para mejorar y fortalecer a lasempresas estatales de comercialización, ya que supresencia actual en la mayoría de países es mínima yapenas pueden influir sobre el mercado.141 Además,los gobiernos deberían fortalecer la participacióndirecta de los agricultores y consumidores en elmercadeo y en los consejos de comercialización paraevitar la corrupción gubernamental.

Las medidas para restaurar el espacio políticopara las políticas de inversión sostenibles iríanincluso más allá de una simple función de contra-peso a las transnacionales. Una serie de aspectos delas negociaciones según el Acuerdo General deComercio en Servicios de la OMC se refieren especí-ficamente a los derechos del inversionista; en líneacon el Acuerdo de la OMC sobre Medidas de InversiónRelacionadas con el Comercio, incluso con loscapítulos de inversión en algunos acuerdos bilate-rales y regionales, consolidan los derechos de lasempresas transnacionales de establecerse en paísesextranjeros para adquirir compañías locales,asegurar visas de trabajo para el personal extranjero,etc. Las medidas para volver a regionalizar elcomercio y las cadenas de productos primarios son

contrarias a estos acuerdos. Las políticas para elmanejo del contenido local permitirían que lascomunidades maximicen las interrelaciones entresectores diferentes de la economía rural, ya que seexigiría que las comunidades compren de los provee-dores locales – por ejemplo, insumos alimentarios

Las preferenciascolectivas siguensiendo fruto de laesfera pública, yno el resultado delas cadenasmundiales de valoreconómico

“No existe solamente un tipo de mercado con un único sistema decomercialización. Existen muchos tipos diferentes de mercados condistintos sistemas de producción, comercio y distribución. Necesitamosvolver a regionalizar el comercio, ya que el enfoque de talla única nofunciona para el interés público.”

Josefa Francisco, IGTN Asia, Filipinas,en la Consulta Regional Asiática, mayo de 2006

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para la crianza de ganado o alimentos producidoslocalmente en los servicios turísticos – para asíinvolucrar a los procesadores locales y eventual-mente vender a los comerciantes o minoristaslocales. Igualmente, en la medida de lo posible sedebería también adquirir servicios relacionadossuministrados a nivel local, y en algunos casos sedebería incluso obligar a las transnacionales a contri-buir con la capacitación y el perfeccionamiento de losproveedores locales de servicios.

Por otro lado, una política de ‘localícese aquí paravender aquí’ representa un principio guía importantepara los gobiernos que están considerando unainversión de una compañía extranjera.142 El gobiernopodría insistir, cuando fuera apropiado, en que lacompañía extranjera sólo pudiera vender en unmercado dado si acordara producir también allímismo. En otras palabras, el acceso de las transna-cionales al mercado dependería de administrarinstalaciones de producción en ese mercado. Sedebería considerar una política así en sectores dondees posible la sustitución de importaciones. Porejemplo, Noruega no la aplicaría en el sector cafeta-lero, pero Ghana bien podría considerar la imposiciónde una política de ‘localícese aquí para vender aquí’en el caso de los productos procesados del tomate,ya que fue testigo de cómo unas cuantas transnacio-nales se aprovecharon del cierre de la mayor parte dela floreciente industria nacional del tomate. Unapolítica de ‘localícese aquí para vender aquí’ permi-tiría a los gobiernos no sólo maximizar la producciónnacional, sino también asegurar que esta producciónse controle nacionalmente. Si se obligara a unacompañía a producir localmente lo que quisieravender en el mercado local, sus actividades volveríana estar bajo el control de las comunidades y los ciuda-danos. Las empresas estarían sujetas a una mayortransparencia y a rendir cuentas ante el poder de laspartes interesadas, y no se guiarían simplemente porlas prioridades de accionistas lejanos. Además, lasamenazas de las empresas transnacionales de trasla-darse a otros lugares si se elevan los estándares o seincrementan los sueldos se volverían insignificantes,ya que el precio de hacerlo sería perder participaciónde mercado frente a los competidores locales. Si através de estas medidas y de medidas adicionales,las comunidades adquiriesen la habilidad de insertarlas actividades de las empresas transnacionales en laeconomía local, podrían cosechar incluso los benefi-cios de la transferencia de tecnología y de compartirinformación entre países, un posible efecto de lasempresas multinacionales, a la vez que hacenrealidad el potencial completo de sus respectivaseconomías rurales y les aseguran una parte justa enla creación mundial de valor.

Finalmente, las políticas que encarecen el trans-porte serían la piedra angular para volver a

regionalizar las cadenas de productos. Debido a queel comercio agrícola es muy intensivo en transporte,considerando los kilómetros correspondientes, laexpansión de los mercados mundiales no habríasido rentable si los costos de transporte de carga nohubieran sido decrecientes. En particular, la compe-tencia de los productos extranjeros en los mercadosnacionales – por ejemplo, las piernas de pollo prove-nientes del Brasil frente a las avícolas locales, eltrigo de los Estados Unidos frente al trigo nacional –requiere el poder aprovechar bajos costos de trans-porte. De no ser así, los costos de producciónmarginal más bajos del extranjero quedarían consu-midos por los mayores gastos en transporte. Aunasí, más allá del alza en los precios del petróleo quecabe esperar ante el escenario de las reservasglobales decrecientes, el número de millas querecorren las cosechas implica un estrés sobre labiosfera, en particular a través de la contaminacióndel aire y del agua y de la emisión de gases conefecto de invernadero.

Hasta el momento no se ha mitigado apropiada-mente el daño a la biosfera porque no existepropietario que pueda reclamar compensación porningún daño causado. Para revertir esta situación senecesita una nueva generación de instrumentos,como las ‘tarifas para usuarios’ por el uso de estosbienes comunes. Se ha debatido sobre tales tarifasen los foros multilaterales, comenzando por laCumbre Financiera Internacional de Monterrey delaño 2002 y la Cumbre Mundial sobre DesarrolloSostenible de 2002. Por ejemplo, un cobro al usuariobasado en las emisiones de las aeronaves sería unmecanismo eficaz y razonable para controlar el nivelde contaminación atmosférica causado por laaviación mundial. Un cobro como éste reduciría lademanda de viajes internacionales al incorporar lasexternalidades medioambientales en el precio delflete y los pasajes aéreos. Por otro lado, los cobros alusuario servirían como incentivo para movilizar laeficiencia en los motores, aeronaves y rutas.Asimismo, se podría cobrar una tarifa anual a todoslos buques, sin importar el Estado del que provieneno la sede de la compañía naviera, para establecer unimpuesto al uso de las aguas de alta mar para eltransporte. Aunque el transporte marítimo es menosdañino medioambientalmente, sí genera una seriede graves impactos de contaminación marina yaérea. Con este fin, las tarifas a los usuariosayudarían a re-internalizar algunos de los costos quese han ido externalizado crecientemente a través dela globalización. De la misma manera que los subsi-dios y los estándares, los cobros a los usuarios sonherramientas que los gobiernos, conscientes de laimportancia de proteger los bienes comunes,deberían considerar para asegurar la salud medio-ambiental a largo plazo en el comercio agrícola.

Es necesaria unanueva generaciónde instrumentos,como las “tarifas

para usuarios” porel uso de los

bienes comunes

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Equilibrar las enormes asimetrías entre las nacionesdel mundo ha sido una de las metas declaradas, enparticular en la Ronda de Doha a la que también seconoce como la ‘Ronda del Desarrollo’. El Sur hallegado a ver la promesa del Norte de ofrecer uncampo de juego nivelado en el comercio mundialcomo un camino viable, si no fuese traicionado porel proteccionismo y el dumping de exportaciones delNorte. No importa cuán dañina sea esta hipocresía,es dudoso que incluso un comercio completamentelibre pueda crear un campo de juego nivelado,porque las asimetrías dentro de los países y entrepaíses son simplemente demasiado grandes. Paracomenzar, toda la atención que se dio generosa-mente a la promoción de las exportaciones tiende asoslayar el hecho de que las exportaciones amenudo no benefician a los pequeños agricultores,del mismo modo en que a menudo implican costosmedioambientales importantes. ¿Cuáles podríanentonces ser las pautas para las políticas de export-ación sostenibles? Por otra parte, para lograr unamayor equidad entre las naciones, los actores másdébiles requieren ciertas preferencias y no simple-mente oportunidades iguales. Siguiendo el principiode justicia comercial, el ‘tratamiento especial ydiferencial’ debería entonces ser la norma y no laexcepción. ¿Qué reglas de acceso al mercadopodrían favorecer sistemáticamente a las economíasmás débiles? Y por último, el comercio transfronte-rizo no necesariamente tiene que estar animado porla búsqueda de la ganancia: también se podríaconducir bajo el espíritu de reciprocidad y solida-ridad mutua. ¿Qué pasaría si los países del Suroptaran por salirse de la competencia comercial,tejiendo juntos una serie de acuerdos regionales decomercio que busquen implementar intercambiossolidarios?

Exportaciones sostenibles

Se puede pensar que – en un régimen comercialverdaderamente ecológico y justo – el volumen de lasexportaciones agrícolas se reduciría para convertirseen una categoría residual. La política agrícola trataríalas exportaciones solamente como una preocupaciónmarginal cuando haya fortalecido el acceso de lospequeños agricultores al mercado local paramaximizar la seguridad alimentaria de las fincas y delpaís, cuando haya regionalizado en la medida de loposible las cadenas de producción para crear oportu-nidades de empleo y asegurar la vitalidad de laseconomías rurales, y cuando haya fomentado latransformación actual hacia prácticas agrícolas cadavez más sostenibles.

No obstante, las exportaciones continuarándesempeñando un papel importante para el desar-rollo. Ahora bien, no es el valor en efectivo ni elvolumen los que hacen de las exportaciones unaherramienta valiosa para el desarrollo sostenible,sino su calidad particular y sus interrelaciones con laproducción y el consumo nacionales. Los países

comprometidos con el desarrollo sostenible no selimitarán a maximizar sus actividades de exporta-ción, sino que más bien optarán por la integración deactividades de exportación, seleccionadas cuidado-samente dentro de una estrategia de desarrollonacional coherente. Si las exportaciones van a repre-sentar un aporte positivo a la reducción de la pobrezay a la diversificación económica, sin deterioro paralos bienes medioambientales y sociales comunes,tienen que insertarse en un marco político nacionalintegral. Dicho marco tiene que diseñarse de acuerdocon las circunstancias de cada país en particular, yaque cualquier compromiso de exportación debeconsiderar las diferentes dotaciones y capacidadesdel país, y la estructura socioeconómica particular desu sector agrícola. ¿Cuáles son, entonces, los crite-rios apropiados que podrían ayudar a que las export-aciones agrícolas contribuyan positivamente con eldesarrollo sostenible a nivel nacional?

Primero que nada, los países que enfrentan lapobreza y el hambre dentro de sus fronteras, peroque exportan bienes agrícolas, deben considerar siestán gastando de manera verdaderamente eficazlos recursos limitados. En muchos países afectadospor la pobreza ya se producen suficientes calorías,pero la mayoría sale por los puertos como alimentopara animales hacia fincas fábrica del extranjero, envez de utilizarse como alimento básico para elconsumo local. En el futuro, la producción decosechas para bio-energía exportada podría agravareste problema estructural. Sin embargo, aún no se hahecho realidad el supuesto, de que el ingreso endivisas proveniente de las exportaciones permitiría alEstado con el tiempo invertir más para superar la

En un régimencomercialverdaderamenteecológico y justo,las exportacionesagrícolas podríanreducirse hastavolverse unacategoría residual

“El comercio no es un fin, sino más bien un medio para una meta mayor.La pregunta está en el tipo de desarrollo que queremos lograr,incluyendo la relación entre la agricultura, la economía y la sociedaden general. Cuando respondemos a este tipo de pregunta tenemos quedeterminar el papel del comercio como un medio más entre otrostantos para lograr este desarrollo.”

Biswajit Dhar, Instituto Indio de Relaciones Exteriores, India,en la Consulta Regional Asiática, mayo de 2006

3.6 Equilibrando las asimetrías

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pobreza. Es probable que cualquier compensaciónentre dejar de lado las necesidades de los pobres hoyen día, en aras de las ganancias imaginadas para elEstado el día de mañana salga mal. En lugar de esto,los gobiernos pobres que priorizan la seguridadalimentaria nacional por sobre la orientación a laexportación, deberían más bien, implementarpolíticas que redirijan la producción y la distribuciónhacia los mercados locales y el desarrollo de capaci-dades dentro del país.

Por otra parte, un marco de política nacional debeasegurar que la producción de bienes exportados nose base en la externalización de costos, o en el agota-miento de los recursos no renovables nacionales. Porejemplo, los países de las regiones áridas deberían

preocuparse por las exportaciones que usan grandescantidades de agua en su producción y agotan así losacuíferos, como en el caso de las flores ornamen-tales y las verduras. El uso de los recursos se debeinternalizar en el precio del producto a través depolíticas medioambientales apropiadas, como losimpuestos o los aranceles. Asimismo, como elnegocio de las exportaciones a menudo va de lamano con las prácticas intensivas de la agriculturaindustrial, se deberían prohibir los impactosasociados con estas prácticas, como la contamina-ción de suelos y del agua con residuos químicos o lapérdida de la biodiversidad. Una ventaja comparativaque se basa en la explotación o en la destrucción derecursos no renovables, no redituará beneficios alargo plazo.

Además, un marco político inteligente aseguraráque las ganancias de las exportaciones se reinviertan,de modo que se cree un círculo virtuoso. Los PaísesMenos Adelantados, en los que los vínculos entre laagricultura orientada a las exportaciones y el resto dela economía son bastante débiles, son los principalestestigos del desarrollo de enclaves de exportaciónque no sólo no estimularon a otros sectores, sino queademás no pudieron inducir el crecimiento econó-mico. Por lo tanto, los gobiernos deberían incluirelementos que inserten eficazmente las actividadesde exportación en la economía rural en general. Uncomponente de exportación en el crecimientoagrícola y en el desarrollo rural es más eficaz enreducir la pobreza y en fortalecer el desarrollo rural,si la agricultura está bien conectada a empresas queañaden más valor en el sistema alimentario, como lasindustrias de procesamiento y comercio minoristalocales, y si el sector agrícola en su conjunto mantienenexos sustanciales con otros sectores de la economía.La Organización de las Naciones Unidas para laAlimentación y la Agricultura (FAO) ha descubiertoque la agricultura rica en este tipo de vinculacioneshasta el momentorara vez encaja con la agricultura deexportación. La FAO declara que los métodos deproducción intensivos en mano de obra y no encapital, la distribución más equitativa del ingreso y lospatrones de consumo que favorecen a los bienes yservicios locales más que a los importados, alientana mantener una agricultura rica en vinculaciones. Estosucede especialmente en los mercados urbanos deproductos, que pueden continuar absorbiendo incre-mentos en la producción sin grandes caídas en losprecios de los productos.143 Sólo si se cuenta con unmarco de este tipo, se puede utilizar eficazmente lasganancias de las exportaciones para mejorar y diver-sificar la base de la producción agraria y al mismotiempo incrementar considerablemente el desarrollorural sostenible.

Los pequeños agricultores estarán mejor posicio-nados para cosechar beneficios potenciales de las

Pautas para una política de exportacionessostenibles

■ Priorizar la seguridad alimentaria nacional porencima de las exportaciones, y dar preferencia a laproducción para la subsistencia y los mercadosnacionales por encima de la producción paramercados extranjeros.

■ Desalentar al sector exportador para que no ocupetierras y recursos naturales si dicha ocupaciónimpacta negativamente en el sector nacional.

■ Evitar la concentración de beneficios de lasexportaciones en manos de unas pocas empresasagrícolas de gran escala o de transnacionales.

■ Involucrar a los pequeños productores y lascooperativas agrícolas, así como a los trabajadoressin tierra, en la economía de exportación tanto comosea posible, a la vez que se asegura relacionescomerciales justas y condiciones de trabajodecentes.

■ Promover el empoderamiento de las mujeres en lasempresas de exportación y asegurar la equidad degénero cuando se cosechan los beneficiosprovenientes de la exportación.

■ Evitar la industrialización de la agricultura yfomentar la expansión de prácticas de producciónagrícolas intensivas en conocimiento y en mano deobra, como la agricultura biodiversa y la agro-ecología;

■ Vincular efectivamente a la agricultura deexportación con otros sectores económicos, einsertarla en la economía rural más amplia.

Las políticaspúblicas tienen la

clave para unadistribución justa

de los beneficiosprovenientes de

las exportaciones

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exportaciones donde existan estas condicionesmarco. Actualmente, las mejores oportunidades deexportación surgen de la producción en pequeñaescala de mercancías de alto valor, como las frutas overduras. En efecto, en los años recientes, los agricul-tores que tuvieron éxito en la producción de cultivospara los mercados extranjeros experimentaron elmayor ritmo de reducción de la pobreza.144 A pesardel hecho de que los varones suelen ser el rostro delnegocio de las exportaciones, en algunos casos lasmujeres pudieron mejorar su base de ingresos, porejemplo a través de la producción de mantequilla dekarité o pescado ahumado.145 Estos agricultores hanpodido diversificar su ingreso, crear oportunidadesde empleo y reducir su vulnerabilidad. En Ghana, porejemplo, las agricultoras de bajos ingresos hanpodido incrementar su ingreso y extender susderechos a la propiedad de las tierras participandoen la producción de cacao para la exportación, através de un sistema de cultivos combinados queincluye alimentos básicos. Nuevamente, la políticapública posee la clave para una distribución justa debeneficios de las exportaciones. Ante la ausencia deinstituciones que obliguen a los mercados afuncionar para los pobres, se puede esperar que laglobalización, en su búsqueda de la máximaganancia aumente las desigualdades. Por tal razón lapolítica comercial tiene que verse como una parteintegral de las estrategias nacionales para la reduc-ción de la pobreza, en las que la redistribución de latierra, el reconocimiento de los derechos a las tierrascomunales, el desarrollo de la infraestructura decomercialización y el suministro de servicios – enparticular a las agricultoras – desempeñan todos unpapel clave en la expansión de las oportunidades.También resultan vitales las medidas para reducir loscostos para los pequeños agricultores a través deuna mejor infraestructura de transporte, el acceso ala información, al mercado y el crédito.

Tratamiento diferencial sistémico

Desde que los países en desarrollo comenzaron aingresar al GATT, requirieron un tratamiento especialde acuerdo a sus debilidades y desventajas econó-micas. Las reglas del GATT de 1979 reconocieron porprimera vez este tratamiento especial en dicho año.Se adoptó la ‘Cláusula Facilitadora’ para permitir un‘Tratamiento Especial Diferencial’ (SDT) para ciertospaíses en desarrollo, como el acceso a mercadospara los países menos desarrollados sin estar sujetosa cuotas o aranceles. Sin embargo, desde que sepromulgó, el SDT no ha colmado las expectativas.146

En muchos casos, las disposiciones del SDT estable-cidas por los países desarrollados empleaban eltérmino del ‘mejor esfuerzo’, que debía favorecerconcesiones de los países en desarrollo en otras

áreas de la política. No obstante, aquellas disposi-ciones del SDT que sí favorecieron a los países endesarrollo consistían meramente en medidas correc-tivas a la agenda común. Los períodos más largospara la implementación de los acuerdos, porejemplo, o las fórmulas de reducción de tarifas ligera-mente más benignas, no cambiaron el curso de laliberalización del comercio en beneficio de losactores más fuertes, sino sólo su oportunidad. Alfinal, sin embargo, se trató de igual manera a lospaíses fuertes y débiles mediante el enfoque de ‘tallaúnica’.

Haciendo uso del sarcasmo, el escritor AnatoleFrance se burló una vez del “igualitarismo majestuosode la ley, que prohíbe tanto a los ricos como a lospobres dormir bajo los puentes, mendigar en lascalles y robar autos”. El aforismo señala las injusticiasque pueden surgir cuando se trata a todos de igualmanera, enfatizando que el resultado final dependeen realidad de las condiciones de partida. El conceptodel SDT contiene un grano de esta sabiduría. Implicaque reconocer a cada nación como igual no necesaria-mente significa tratarlas por igual. Por el contrario, es

justo tratar de igual modo solamente a aquéllas quetienen igual fuerza, y tratar desigualmente a aquéllascon fuerza desigual. Desde esta perspectiva, el SDT esuna clave importante para alcanzar mayor justicia enlas relaciones comerciales. Sin embargo debe evolu-cionar desde ser una medida correctiva al final delproceso hacia un ‘tratamiento diferencial sistémico’:es decir, debe convertirse en una característica sisté-mica estructural del régimen comercial.

La identificación de criterios para diferenciar entrelos países en desarrollo es un asunto espinoso.Actualmente, el Acuerdo sobre la Agricultura de laOMC distingue a los Países Importadores Netos deAlimentos y a los Países Menos Adelantados del restode los países en desarrollo. Lo que se hace, porejemplo, en la iniciativa de la Unión Europea denomi-nada ‘todo menos armas’, es muy apropiado brindarun tratamiento especial a los Países Menos Adelan-tados. Pero ¿qué ocurre si un país acaba de salir deese grupo, y ahora se le trata igual que a los paísesmás desarrollados? Por cierto, una diferenciaciónmás sofisticada aseguraría un mayor grado dejusticia en el sistema.

“En Latinoamérica el modelo orientado a la exportación que remplazóal modelo de substitución de importaciones ha esclavizado a laeconomía en el sector primario con la producción concentrada en lasmaterias primas. Tenemos que revertir esta estrategia orientada a laexportación y promover un desarrollo económico más diversificado yequilibrado.”

Juan Luis Díaz, FUNDAPAZ, Argentina,en la Consulta Regional Sudamericana, agosto de 2006

la política públicaposee la clave parauna distribuciónjusta de beneficiosde lasexportaciones

El tratamientoespecial ydiferencial debeconvertirse en unacaracterísticaestructuralsistémica delrégimen decomercio

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Una clasificación individual de países brindaría losdetalles necesarios para diferenciarlos y distribuir losbeneficios potenciales del comercio de maneraprogresiva dentro del grupo de todos los países. Uncriterio sería la cifra del PNB per cápita. Una diferen-ciación de este tipo podría vincular a los países desar-rollados y a los países en desarrollo, alejándose así dela tendencia de distribuir derechos y obligaciones a lolargo del eje Norte-Sur. Por ejemplo, un país deingresos medios como Argelia recibiría tratamientoespecial por parte de la Unión Europea, pero serequeriría que dé tratamiento especial a Níger. Deesta manera, la disposición no sólo contribuiría acerrar la brecha Norte-Sur, sino que también ayudaríaa equilibrar las asimetrías que vienen surgiendorápidamente entre los países en desarrollo.147 Sinembargo, un sistema de diferenciación basado en elPNB tiene desventajas importantes. Los países máspequeños podrían perder frente a los más grandes.Además, el PNB como indicador no proporciona infor-mación sobre la distribución de ingreso en un paísdado ni sobre las necesidades reales de estos países,aparte de su deseo de incrementar los ingresos.

Como un enfoque intermedio, el Consejo deAgricultura de Suecia propuso la creación de cincogrupos de países en desarrollo en base a criteriosmúltiples.148 Estos consistían en: países con alimentoinseguro, alimento neutro y alimento seguro, asícomo una categoría más amplia de países pobressobre la base de sus necesidades de desarrollo rural,y una serie de casos excepcionales no calificadospara recibir tratamiento especial, como los países endesarrollo emergentes y los países que son exporta-dores agrícolas netos. En cualquier caso, sin importarcuál sea la clasificación adoptada finalmente, sedebería permitir una diferenciación sistemáticaaunque detallada, que sea objetiva, relevante y muyrobusta a la luz de la amplia gama de asimetrías quedominan las relaciones comerciales agrícolas.

¿Cuáles serían los elementos constituyentes deun régimen de tratamiento diferencial sistémico? Esevidente que cualquier política que se introduzca ennombre de una mayor equidad entre naciones tieneque ser compatible con políticas para la seguridad delos sustentos y la protección medioambiental. Incre-mentar el flujo cuantitativo de las exportaciones delSur al Norte no es compatible con estas metas, salvoque también se asegure la calidad. Por estas razones,el presente documento recomienda que los están-dares de proceso y producción de índole social ymedioambiental se formulen en función de meta-estándares acordados multilateralmente (capítulo3.4). Asimismo, este documento sugiere que sedebería habilitar a los países para que califiquen elacceso a sus mercados de acuerdo con el cumpli-miento de estos estándares, por ejemplo a través dearanceles más bajos o cero para productos que son

seguros desde el punto de vista social y medioam-biental. Sin embargo, la cuestión clave sigue siendosi un esquema de acceso calificado al mercadobasado en estándares de sostenibilidad estrictos encuanto a procesos y producción sería compatible conla necesidad de fomentar las oportunidades comer-ciales para los más pobres y más necesitados.

Hay dos soluciones posibles. Primero, los paísesque desean importar una determinada mercancíapodrían fijar un sistema calificado de arancelesbasados en cuotas. Dentro de un sistema tal deacceso calificado al mercado, se clasificarían primerolas importaciones de acuerdo a los niveles dearanceles. Los mangos producidos sosteniblemente,por ejemplo, pagarían cero o un arancel muy bajo,mientras que se aplicarían aranceles más altos a losmangos producidos convencionalmente.

Segundo, en cada clase de aranceles se estable-cerían cuotas que se concederían a los países sobrela base de criterios de diferenciación. En otraspalabras, se asignaría cuotas a los países másdébiles primero, y sólo se permitirían importacionesde países más fuertes cuando se agotaran esascuotas. Por ejemplo, Argelia no tendría permiso deexportar su mijo a la Unión Europea hasta que Nígerno hubiera agotado su cuota de exportaciones demijo a la Unión Europea. Esta sería una opciónincluso en sectores en los que los países hubieranimplementado un esquema de administración de laoferta. En cuanto a la justicia comercial, por ejemplolos países del Norte con capacidad de autosuficienciapodrían reducir la oferta nacional a un nivel en el quedejen una cierta parte de la demanda abierta a lasimportaciones. Por su lado, los países pobres requer-irían asistencia para implementar estándares decalidad y para cumplir con los estándares promul-gados por los países más ricos de acuerdo conesquemas de acceso calificado a mercados. Como seha sugerido anteriormente, un ‘Fondo Internacionalde Desarrollo Rural’ facilitaría esta asistencia,apoyando a los productores del Sur del planeta en laproducción de mercancías sostenibles (capítulo 3.4).

Intercambios de solidaridad

No es esencial que las redes de intercambios econó-micos internacionales abarquen tanto el Norte comoel Sur, del mismo modo que no es una ley natural quesu evolución esté gobernada solamente por motivosde ganancia. En vez de esto, los agrupamientos depaíses del Sur pueden ser mucho más eficaces enresolver las preocupaciones compartidas respectodel bienestar de los seres humanos y del desarrollosostenible. El comercio entre fronteras no necesitaque la búsqueda de la ganancia económica sea elmotor principal. Las interacciones también puedenconsolidarse en torno a emprendimientos que

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tengan por objetivo llevar a cabo proyectos social-mente importantes en áreas como la salud, la infra-estructura, la vivienda o la producción sostenible.Sin embargo, es indispensable que se establezca uncambio paradigmático esencial, es decir, se debenforjar nexos transfronterizos para la cooperación yno para la competencia.

Existen esencialmente tres enfoques para superarlas desigualdades: vencer los poderes hegemónicoscon sus propias armas; asegurar una mayor partici-pación en la distribución de beneficios; o retirarse dela carrera redefiniendo los términos para el éxito. Losintercambios de solidaridad apuntan a la últimaopción. Le dicen adiós a la idea de que se espera quecada país se convierta al final en un ‘país desarrol-lado’, abriéndose camino hasta la cima por medio dela competencia. Tan pronto como uno interpreta el‘desarrollo’ en términos mucho más amplios que elPBI y el ingreso per cápita, incluyendo la fortaleza delas comunidades y los lazos comunales, una vincu-lación sólida con la naturaleza y el medioambiente,y el florecimiento de culturas, lenguas y costumbres,se abren diferentes vías de cooperación. El plenorespeto de los derechos humanos sería un punto departida obvio para estos intercambios cooperativos,en base al supuesto importante de que todos lospaíses deben ser capaces de asegurar los derechoseconómicos sociales y culturales de sus ciudadanos.Se debe movilizar los recursos y las inversiones y sedebe intercambiar las mercancías para asegurar elacceso universal al alimento, al agua potable, a lavivienda, al empleo, a la salud y la educación.Además, es obvio que una transición amplia haciapatrones de producción y consumo sosteniblesofrecerá oportunidades considerables para la coope-ración y la colaboración transfronteriza.

Un régimen comercial justo facilitaría los inter-cambios de solidaridad. Promovería un cambiofundamental en las condiciones marco: allí dondeactualmente se fomenta la competencia, se pasaríaa promover la cooperación. En los últimos 50 años,una gran cantidad de proyectos de cooperación parael desarrollo se han conducido bajo este espíritu, y

no existe razón alguna por la cual estas redes coope-rativas tendrían que construirse alrededor del ejeNorte-Sur. Actualmente, por ejemplo, la AlternativaBolivariana para las Américas (ALBA) – defendida porHugo Chávez y los líderes de Cuba, Bolivia, Argentinay Ecuador – se puede leer como un intento deintegración regional que no se basa principalmenteen la liberalización del comercio sino en una nuevavisión del bienestar y de la equidad social.149 Noimporta lo que se pueda pensar de los intercambiosambivalentes entre el petróleo venezolano y losmédicos cubanos, o entre el gas natural boliviano yel know-how venezolano sobre la infraestructura: haquedado muy en claro que la motivación basada enlas ganancias ha sido reemplazada por una ética dela solidaridad. ¿Por qué sería tan impensable queorganizaciones económicas como la Asociación deCooperación Regional del Sur de Asia (SAARC) o laUnión Africana reflejen estos cambios en los valores?Después de todo, incluso la Unión Europea, si se laanaliza con mayor cuidado, es mucho más que

solamente una zona de libre comercio. Ha construidouna arquitectura política y social que debe equilibrarla motivación basada en las ganancias con impor-tantes valores sociales y medioambientales. Porcierto, insertar estos valores en el marco delcomercio mundial no serviría solamente a la causade la justicia comercial, sino que también protegeríaal medioambiente mundial y garantizaría modossostenibles de sustento para millones de agricul-tores en todo el mundo.

“Los pequeños agricultores de nuestra región han tenido experienciasmuy variables con las exportaciones a Europa. En muchos casos, laagricultura demasiado orientada hacia la exportación ha creadodependencias no saludables. El desarrollo de relaciones comercialesjustas y sostenidas con nuestros países vecinos debería ser unacuestión prioritaria.”

Assétou Kanouté, ADAF/Gallé, Mali,en la Consulta Regional de África Occidental, febrero de 2006

Se debe forjarnexos de comerciotransfronterizopara lacooperación y nopara lacompetencia

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Los autores de este documento sostienen quees indispensable tener un marco multilateralpara el comercio. Sin embargo la OMC en suforma institucional actual no cumple con los

requisitos para constituirse en dicho marco. En cons-ecuencia, la OMC enfrenta el desafío de reinventarseo de dejar la institucionalización de las reglas delcomercio a otras entidades en el contexto de lasNaciones Unidas. A continuación ofrecemos unaserie de sugerencias preliminares para la nuevaarquitectura del comercio agrícola en base a losasuntos clave y las recomendaciones que se presen-tan en este informe.

Sobre los principios

El GATT y la OMC han sido establecidos sobre la basede los principios de ‘nación más favorecida’ y ‘trata-miento nacional’, y ambas expresiones forman partedel principio general de la no discriminación. Desdenuestro punto de vista, la no discriminación deberíaseguir siendo un principio subyacente, en la medidaen que se compense apropiadamente con el principiode la soberanía democrática (ver el capítulo sobre losPrincipios). Aun así, sugerimos eliminar la norma detratamiento nacional, al menos en el contexto de laagricultura. Creemos que la ética de la solidaridad

global y el principio de responsabilidad extraterrito-rial requieren que no se discrimine en contra de lasnaciones, ya sea en un sentido positivo o negativo.Sin embargo, ambos justifican la protección de losproductores nacionales frente a los competidoresextranjeros en las fronteras. Bajo esta luz, concor-damos con el principio expresado en el borrador dela Convención Popular sobre la Soberanía Alimen-taria de 2004, que sostiene que: “La soberaníaalimentaria se convierte en el derecho de los pueblosy comunidades a decidir e implementar sus políticasagrícolas y alimentarias y sus estrategias para laproducción y distribución de alimentos sosteni-bles”.150 En efecto, las políticas propuestas para regirlas importaciones se basan en los principios desoberanía democrática y subsidiariedad económica,que por sí mismos son incompatibles con el principiodel tratamiento nacional.

Más aun, el concepto de ‘barreras no arancela-rias’ es difícil de reconciliar con el principio desoberanía democrática. El concepto se introdujodurante la transición del GATT a la OMC. Ha llevado aintervenciones importantes en las políticas de apoyo,las reglas de patentes, los servicios básicos y lasleyes de la propiedad, extendiendo la influencia delas reglas comerciales en la política nacional muchomás adentro de las fronteras. Pero el peso que se le

Conclusión

Hacia una arquitectura del comercioagrícola post-OMC

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da al concepto de ‘barreras no arancelarias’ amenazael derecho de los pueblos y comunidades a organizarsus asuntos – por ejemplo, el apoyo a los agricul-tores, los derechos de propiedad intelectual y lasleyes de tenencia de la tierra – de acuerdo con suspreferencias. El lenguaje, de las ‘barreras noarancelarias’ tiene un efecto reduccionista. Reducelos arreglos políticos complejos y diversos a merosobstáculos al comercio. De acuerdo con el principiode soberanía democrática, la formulación de reglasde política comercial no debería interferir con lapolítica nacional, sino más bien concentrarse enproblemas de acceso al mercado y en los estándaresde calidad para los intercambios internacionales.

Sin embargo, el derecho de otros pueblos ycomunidades a su propio derecho a la soberaníacircunscribe al principio de soberanía democrática.En otras palabras, la libertad de una nación terminadonde comienza la libertad de otra nación. Es aquídonde el principio de responsabilidad extraterrito-rial entra en juego, es decir, las naciones tienen querendir cuenta de los efectos transfronterizos externosde sus políticas, que podrían dañar a otros países.Los ejemplos más obvios son los subsidios a lasexportaciones, el apoyo nacional que influye sobrelos precios de las exportaciones, la ayuda alimen-taria, etc., que llevan al dumping en los mercadosinternacionales y extranjeros. Es sobre la base de laresponsabilidad extraterritorial que se debe abolirestas políticas, y no sobre la base de establecer uncampo de juego nivelado a nivel mundial.

Además, el principio de justicia comercial tambiéncircunscribe al principio de soberanía democrática.Este ultimo principio, especialmente si se entiendecomo un tratamiento diferencial sistémico de lospaíses, busca resolver las drásticas desigualdadesentre las naciones del mundo. Privilegia sistemática-mente a las naciones menos poderosas sobre las máspoderosas y exige que se distribuya desigualmentelos derechos y los deberes, es decir, de acuerdo conlas respectivas necesidades y capacidades.

Finalmente, cualquier nueva institución multila-teral del comercio agrícola tendría que establecersebajo los auspicios de las Naciones Unidas. Por lotanto, los principios fundacionales consagrados enlos estatutos de las Naciones Unidas gobernaríannaturalmente la nueva institución de comercio. Comoresultado de esto, todos los instrumentos de lasNaciones Unidas sobre derechos humanos, sobretodo la Declaración de los Derechos Humanos de lasNaciones Unidas también servirían de base a lanueva institución de comercio. En contraste con lameta de la eficiencia económica – que es actual-mente el objetivo dominante de la OMC – la nuevainstitución de comercio multilateral sería gobernadapor los principios de derechos humanos, integridadmedioambiental, justicia comercial y subsidiariedad

económica. La meta de la eficiencia económica daríaun paso atrás para convertirse en uno entre otrostantos medios disponibles para maximizar lasoportunidades de empleo y lograr sustentosdecentes, así como seguridad medioambiental yjusticia social.

Sobre las funciones

La OMC actualmente desempeña tres funciones. Es elforo central para las negociaciones interguberna-mentales, promulga leyes legalmente vinculantes yresuelve controversias comerciales. Cualquier nuevoarreglo institucional tendría que cumplir con estasfunciones añadiendo, sin embargo, algunas más, a lapar que cambian sus objetivos generales. Tendríaque desarrollar al menos tres funciones adicionales.Éstas incluyen el control de los precios del mercadointernacional a través de un mecanismo de coopera-ción basado en la administración de la oferta, elcontrol de calidad de los flujos comerciales basadosen meta-estándares multilaterales y la supervisiónde competencia a través de medidas anti-monopolio.Aunque el objetivo actual de la OMC es la eliminaciónde las barreras arancelarias y no arancelarias alcomercio para favorecer un mercado mundial unifi-cado, cualquier nueva institución tendría quepriorizar el reconciliar los intereses divergentes delas naciones. Su objetivo principal sería administrary no desregular el comercio internacional.

Proponemos que la nueva institución comprendaal menos cinco ramas: la rama de coordinación, larama de calidad, la rama de administración deprecios, la rama anti-monopólica y la rama desolución de controversias.

La tarea principal de la rama de coordinación seríaequilibrar las preferencias nacionales y los interesesinternacionales. La rama tendría que supervisar larestauración del espacio político nacional en elcomercio. Además, tendría que evaluar los efectosinternacionales de las políticas nacionales, especial-mente respecto de posibles efectos dañinos en losmercados internacionales y extranjeros. Por ejemplo,la rama de coordinación sería la anfitriona del‘mecanismo de alerta contra el dumping’ (capítulo3.2). En este contexto, tendría que establecermedidas para asegurar que el ejercicio de lasoberanía democrática no afecte negativamente losintereses legítimos de otras naciones.

Por lo tanto, se le comisionaría para que albergueel ‘Centro para la mediación en controversias sobreestándares’ (capítulo 3.4), un organismo quemediaría en los conflictos entre distintos conjuntosde estándares de calidad nacionales, antes de que sepresente una denuncia a la rama de solución decontroversias. El organismo también aseguraría quelos países no utilicen los estándares de calidad como

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una forma disfrazada de discriminación comercial.Más aun, la rama de coordinación apoyaría lasnegociaciones sobre el ‘tratamiento diferencial sisté-mico’ (capítulo 3.6), para asegurar que se resuelvanlas necesidades y consideraciones especiales de lospaíses más débiles. También se monitorearían losflujos comerciales con miras a defender el principiode la justicia comercial.

El objetivo de la rama de calidad sería asegurar unestándar de calidad mínimo en los mercadosmundiales. La rama apoyaría las negociacionessobre un conjunto de ‘meta-estándares’ que propor-cionarían el marco integral para los procesos desostenibilidad y estándares de producción nacio-nales (capítulo 3.4), a fin de impedir la destrucciónde los bienes comunes sociales y medioambien-tales. La rama de calidad también tendría queestablecer mecanismos de monitoreo y verificación.Asimismo, albergaría a una serie de ‘Consejos decontratos de desarrollo’ (capítulo 3.5) para super-visar la justicia en los contratos de negocios trans-fronterizos en cadenas de mercancías específicas. Lacertificación ante estos Consejos sería una condi-ción que las compañías tendrían que cumplir paraparticipar en el comercio mundial. Debido a quetodas estas funciones descritas anteriormente nolas puede realizar sólo el organismo de políticascomerciales, sería esencial una colaboración conorganismos clave de las Naciones Unidas, como laOrganización para la Alimentación y la Agricultura delas Naciones Unidas (FAO), el Programa de lasNaciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA),los regímenes de tratados medioambientales multi-laterales, así como la Organización Mundial de laSalud (OMS), la Organización Internacional delTrabajo (OIT) y, finalmente, organismos como el‘Fondo de desarrollo rural sostenible’ propuesto(capítulo 3.4), que canalizaría los ingresos de losesquemas de acceso calificado a mercados en lafrontera nacional, con miras a beneficiar a losproductores marginales en su transición haciaprácticas agrícolas sostenibles. Asimismo, la ramade calidad sería responsable de asegurar consultassistemáticas con las ONG y el sector privado, facili-tando también su participación en la toma dedecisiones.

La tarea de la rama de administración de preciossería controlar los movimientos pendulares entre lospicos de precios y los declives de precios en elmercado mundial, coordinando la administración dela oferta de las mercancías agrícolas. Más específi-camente, la rama apoyaría las negociaciones sobre el‘marco cooperativo multilateral para equilibrar laoferta en el mercado Mundial’ (capítulo 3.3) y paraadministrar el uso de la capacidad de producción en

el Norte y en las naciones exportadoras agrícolas delSur. Esto ayudaría a controlar las variacionesradicales de precios. La observación de las fluctua-ciones de precios, la negociación entre sociosinteresados, la definición de bandas de precios, y laidentificación de instrumentos convenientes parainfluenciar la capacidad de producción serán otrasáreas en que se concentre la rama de administraciónde precios. Además, la rama de administración deprecios colaboraría con la rama de calidad parasupervisar los precios justos al productor en los‘contratos de desarrollo’ a lo largo de toda la cadenade mercancías (capítulo 3.5).

La rama anti-monopólica sería responsable denegociar y decidir las políticas de competencia a nivelmundial. En particular, tendría que resolver laconcentración de mercados en la producción deinsumos, procesamiento, comercialización, y ventaminorista. La rama mantendría un banco de datosaccesible públicamente, que contendría informaciónsobre el tamaño y las actividades de las empresastransnacionales, incluyendo las fusiones y adquisi-ciones. Con el ‘organismo anti-monopólico’ (capítulo3.5) en su centro, la rama monitorearía el poder demercado de tales empresas (de manera similar laspolíticas anti-monopólicas nacionales), decidiría cuáles el grado de participación en el mercado más alládel cual existen por supuesto condiciones oligopó-licas, implementaría medidas para reducir la desapa-rición de la competencia en mercados específicos einvestigaría las fusiones y adquisiciones. Suactividad tendría que estar vinculada a algúnorganismo jurídico como el mecanismo de resoluciónde controversias, o a algún tribunal internacional delderecho comercial.

Finalmente, la rama de resolución de controver-sias sería responsable de la resolución de controver-sias entre los estados miembro y entre estadosmiembro y terceros, como las empresas transnacio-nales y las ONG. En general, esta rama continuaríaestableciendo paneles sobre controversias comer-ciales, como lo hace actualmente la OMC. Si uno delos paneles es incapaz de asegurar un acuerdo quesea aceptable a todas las partes, entonces se recurr-iría a un órgano judicial independiente en apelación.El asegurar la imparcialidad del mecanismo deresolución de controversias sería esencial, ya que letocaría tratar conflictos entre valores sociales,medioambientales y comerciales. Por esta razón, esaconsejable trasladar el organismo de apelaciones –equivalente al actual Órgano de Apelación de la OMC–fuera de esta institución, principalmente encargadadel comercio. Además, esto sería necesario paraasegurar que los actores no estatales puedan ejercersu derecho a la denuncia.

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1 O’Neill 2000

2 Smaller et al. 2005

3 Petersmann 2003

4 ACNUR 2005

5 FAO 2005b

6 Kunstler 2005

7 Fairhead/Leach 2005

8 Evaluación de losEcosistemas del Milenio 2005

9 Evaluación de losEcosistemas delMilenio 2005, p. 67

10 Evaluación de los Ecosistemasdel Milenio 2005, p. 13

11 Kotschi/Müller-Sämann 2004;Riethmuller 1999; Tisdell 1999

12 Schuh 2002

13 Georgescu-Roegen 1981, p. 303

14 de la Torre Ugarte 2007

15 Berndes 2003; Schütz/Bringezu 2006

16 Hobsbawm 1994, p. 289

17 FAOSTAT 2006

18 Glipo/Ignacio 2005

19 ver Glipo 2006

20 FAOSTAT 2006

21 Glipo 2006; Raman 2004

22 FAO 1995; Ong’wen/Wright2007

23 UN DESA 2004

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25 Nyangito 2003; BancoMundial 2004; Obschatko2006

26 Ministerio de DesarrolloAgrario de la República ofFederal del Brasil 2005

27 Sen 1964; Cornia 1985;Tomich/Kilby/Johnston 1995;Gilligan 1998; Heltberg 1998;Raghbendra/Chitkara/Gupta2000; Singh/Kumar/Woodhead 2002; para unarecopilación, verOng’wen/Wright 2007

28 Clay 2004

29 Altieri/von der Weid 2000;Pretty/Hines 2001; Rosset 1999

30 GDPRD 2005

31 Pretty et al. 2006

32 IPCC 2001b

33 European Energy Agency

34 Steffen et al. 2004, pp.170

35 Saunders 2004;Kotschi/Müller-Sämann 2004

36 Saunders 2004

37 Hendrickson 2004

38 Millstone/Lang 2003;Horrigan/Lawrence/Walker2002; Lang/Heasman 2004

39 IPPC 2007

40 IPPC 2007

41 IPCC 2001a; Parry et al. 2004

42 Rosenzweig et al. 2004

43 Kotschi/Müller-Sämann 2004;Stolze et al. 2000

44 FAO 2002b

45 Horrigan et al. 2002

46 Shiva 2002

47 Kimbrell 2002

48 Sachs/Santarius 2007b

49 OMC 2004; Lingard 2002

50 OCDE 2000

51 CBD 2003

52 CBD 2002

53 OMC 2004

54 CBD 2003

55 Figueroa 1999, p. 28

56 Steger 2005

57 Hoekstra 2003

58 Chapagain/Hoekstra 2003

59 Schütz/Bringezu 2006;Worldwatch 2006

60 UNCTAD 2003

61 Murphy 2006

62 ETC Group 2003

63 Heffernan/Hendrickson 2002

64 Vander Stichele/van derWal/Oldenziel 2005

65 Vorley 2003

66 Cainglet 2006

67 Murphy 2006

68 Ver por ejemploTallontire/Vorley 2005

69 Development Policy Reviewcited in Action AidInternational 2005

70 Lorenzen 2007

71 Porter 1999

72 UNCTAD 2003

73 Murphy 2006

74 Burch 2006

75 Vander Stichele 2006

77 Murphy 2006

78 Opondo 2000

79 de la Torre Ugarte 2007

80 Fanjul 2006

81 Oxfam 2002

82 Fanjul 2006

83 FAO 2004

84 ver por ejemplo, Mayrand/Paquin/Dionne 2005; Vorley2002

85 FAO 2005a

86 National Farmer Union 2005

87 Chomthongdi 2004

88 Asian Development Bank2001

89 Oxfam 2004

90 Kwa/Bassoum 2007

91 Oxfam 2004, p. 30

92 Wade 2005

93 South Centre 2006International Commission

94 on the Future of Food andAgriculture 2003

95 Malhotra 2006

96 para mayor información verGlipo 2006

97 Glipo 2006; Malhotra 2006

98 WSSD 2002, § 63

99 Baldwin 2005

100 Baldwin 2005

101 Pretty 1995, pp. 238

102 Ong’wen/Wright 2007; Korten 1999

103 Tansey 2004

104 Cottier 1998

105 para mayor información verSachs/Santarius 2007b

106 ver Pretty 1995, pp. 267

107 Reichert 2006

108 OCDE 2001; ActionAid et al.2005; Stuart/Fanjul 2005

109 Berthelot 2005; UNCTAD India2006

110 ver Pretty et al. 2000

111 Ray/de la Torre Ugarte/Tiller2003

112 de la Torre Ugarte 2007

113 de la Torre Ugarte 2007

114 ver también Rosset 2006

115 FAOSTAT 2006

116 Fanjul 2006

117 Hawken et al. 1999

118 Dahlberg 2002

119 IFOAM 2002

120 ver por ejemplo, Barret et al.2001

121 ver IFOAM 2006

122 Maynard/Green 2006;Dabbert/Häring/Zanoli 2002;Offermann/Nieberg 2000

123 Lorenzen 2007

124 también ver Clay et al. 2005,pp. 210

125 ver estadísticas de la FAO2005b

126 Sachs/Santarius 2007b

127 Vocke/Allen/Ali 2005

128 Ash/Livezey/Dohlman 2006

129 Lorenzen 2007

130 Kotschi 2005

131 www.isealalliance.org

132 Murphy 2006

133 Cainglet 2006

134 ActionAid 2003;Singh/Dhumalie 1999

135 Cainglet 2006

136 cita en Tallontire/Vorley 2005,p. 5

137 Sachs/Santarius 2007a

138 para tales estrategias verJones et al. 2000

139 Monbiot 2003

140 ver detalles Glipo 2006

141 FAO 2002a; Glipo 2006;Murphy 2006

142 Hines 2000; Woodin/Lucas2001

143 FAO 2005a

144 GDPRD 2005

145 Kwa/Bassoum 2007

146 Stevens 2003

147 Stiglitz/Charlton 2005

148 ver Kasteng et al. 2003

149 Harris/Azzi 2006

150 §1.2, cita en Windfuhr/Jonsen2005

Notas finales

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Participantes de las consultas regionales

Consulta Regional de África Occidental, Mbour, Senegal; febrero de 2006Bah, Macky Agency for Cooperation and Research in Development – Guinée (ACORD)

Agencia para la Cooperación y el Desarrollo en la Investigación – Guinea (ACORD) Guinea

Bangré, Francoise Fédération Nationale des Femmes Rurales du Burkina (FENAFER\B)Federación Nacional de Mujeres Rurales de Burkina (FENAFER\B) Burkina Faso

Coulibaly, Ismail Coordination Nationale des Organisations Paysannes (CNOP)Coordinación Nacional de Organizaciones Campesinas (CNOP) Mali

Diop, Abdulaye Agral Export – Exportación Agrícola SenegalGoita, Mamadou Institut de Recherche et de Promotion des Alternatives en Développement (IRPAD)

Instituto de Investigación y Promoción de Alternativas en Desarrollo (IRPAD) MaliHama Garba, Mohamed Environment Development Action in the Third World, Protection Naturelle

des cultures (ENDA Pronat)Desarrollo Medioambiental en el Tercer Mundo, Protección Natural de los Cultivos. (ENDA Pronat) Senegal

Kama, Joseph Mouvement des Adultes Ruraux Catholiques du Sénégal (MARCS)Movimiento de Adultos Rurales Católicos de Senegal (MARCS) Senegal

Kanoutè, Assétou Association pour Développement des Activités de Production et de Formation (ADAF-Gallè)Asociación para el Desarrollo de Actividades de Producción y Formación (ADAF-Gallè) Mali

Kèita, Modibo Cabinet d’Études Kéita – Kala Saba (CEK- Kala Saba)Centro de Estudios Kèita – Kala Saba (CEK- Kala Saba) Mali

Marone, Sadibou Le Soleil – El Sol SenegalMayaki, Ibrahim HUB, réseau de développement rural et agricole pour l’Afrique/WCA,

Conference of West and Central African Ministers of Agriculture (CMA)HUB, Red de Desarrollo Rural y Agrícola para el África/WCA, Conferencia de Ministros de Agricultura del África Occidental y Central (CMA) Senegal

Millogo, René Service de Dialogue et de Concertation (SEDICO)Servicio de Diálogo y Concertación Burkina Faso

Ndao, Babacar Fédération des ONG du Sénégal (FONGS) /Réseau des Organisations paysannes et des producteurs de l’Afrique de l’Ouest (ROPPA)Federación de ONG de Senegal (FONGS)/ Red de Organizaciones Campesinas y Productores del África Occidental. (ROPPA) Senegal

Ndione, Emmanuel Environment Development Action in the Third World, Groupe de Recherche Action Formation (ENDA GRAF)Acción de Desarrollo Ambiental en el Tercer Mundo, Grupo de Formación de Acción Investigadora Senegal

Niang, Thiendou Réseau d’Expertise des Politiques Agricoles (REPA)Red de expertos en Política Agrícola (REPA) Senegal

Nombré, Eloi Conféderation Paysanne du Burkina FasoConfederación Campesina de Burkina Faso Burkina Faso

Ouattara, Bernadette Institut Africain pour le Développement Economique et Sociale (INADES Formation)Instituto Africano para el Desarrollo Económico y Social (Formación INADES) Burkina Faso

Oudet, Maurice Service D’Édition en Langues Nationales (SEDELAN)Servicio de Edición en Lenguas Nacionales (SEDELAN) Burkina Faso

Thees, Wilhelm Service de Dialogue et de Concertation (SEDICO)Servicio de Diálogo y Concertación (SEDICO) Burkina Faso

Consulta Regional Asiática, Chiang Mai, Tailandia; mayo de 2006Aguja, Mario Congreso de Filipinas /Partido AKBAYAN FilipinasBernardino, Naty Asia Gender and Trade Network-Asia (IGTN)

Red Asiática de Género y Comercio – Asia (IGTN) FlipinasCainglet, Jayson Regional Consultant on Agriculture and Trade

Consultor Regional sobre Agricultura y Comercio Filipinas

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Chomthongdi, Jacques-Chai Focus on the Global South/Free Trade Agreements – Watch (FTA-WatchEnfoque en el Sur Global/Acuerdos de Comercio Libre – Watch (FTA-Watch) Tailandia

Cruzada, Elisabeth Magsasaka at Slyentipiko Para sa Pag-unlad ng Agrikultura (MASIPAG) F ilipinasDhar, Biswajit Indian Institute of Foreign Affairs, WTO-Center

Intituto Indio de Asuntos Internacionales, Centro OMC. IndiaFrancis, Sheelu Tamil Nadu Women’s Collective – Grupo de Mujerers Tamil Nadu IndiaFrancisco, Josefa Asia Gender and Trade Network-Asia (IGTN)

Red Asiática de Género y Comercio – Asia (IGTN) FilipinasGeppert, Meike Local Act – Acto Local TailandiaGronski, Robert National Catholic Rural Life Conference

Conferencia sobre Vida Rural Católica Nacional Estados UnidosHasri Azahari, Delima Expert to Minister for Institutional Relations and Foreign Cooperation,

Ministry of AgricultureExperto para el Ministro para Relaciones Institucionales y Cooperación Extranjera, Ministerio de Agricultura Indonesia

Hoang Thi Huyen Center for Sustainable Production and Promotion of Rural Trade, Gov.of VietnamCentro para la Producción Sostenible y Promoción del Comercio Rural, Gobierno de Vietnam Vietnam

La Van Ly Agriculture Extension Centre – Lang Son provinceCentro de Extensión Agrícola – Provincia de Lang Son Vietnam

My Lan Vredeseilanden Country OfficeVietnam (VECO-Vietnam) Vietnam

Napitupulu, Tina Bina Desa IndonesiaNarintarakul, Kingkorn Thai Action on Globalization/ Free Trade Agreements – Watch (FTA-Watch)

Acción Tailandesa sobre Globalización / Acuerdos de Libre Comercio – Watch (FTA – Watch) Tailandia

Nguyen Viet Khoa National Agriculture Extension Centre, Ministry of Agriculture and Rural DevelopmentCentro de Extensión Agrícola, Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural Vietnam

Ofreneo, René Fair Trade Alliance – Alianza Comercio Justo FilipinasP.V. Satheesh Deccan Development Society (DDS)

Sociedad de Desarrollo Deccan (DDS) IndiaPascual, Francisco International South Group Network (ISGN)

Red Internacional del Grupo Sur FilipinasPasimio, Judy Asia Pacific Forum on Women, Law and Development (APWLD)

Foro Asia-Pacífico sobre la Mujer, Leyes y Desarrollo (APWLD) TailandiaPham Thi Thuy Vredeseilanden Country Office – Vietnam (VECO-Vietnam) VietnamSetiawan, Bonnie Institute for Global Justice (IGJ) – Instituto para la Justicia Global (IGJ) IndonesiaSingh, Anil South Asian Network for Secularism and Democracy (SANSAD)

Red de Asia Sur para el Secularismo y Democracia (SANSAD) IndiaSoe, Valentina Asia Pacific Forum on Women, Law and Development (APWLD)

Foro Asia-Pacífico sobre la Mujer, Leyes y Desarrollo (APWLD) TailandiaSoentero, Titi Asia Pacific Forum on Women, Law and Development (APWLD)

Foro Asia-Pacífico sobre la Mujer, Leyes y Desarrollo (APWLD) TailandiaSurono, Sulastri University of Indonesia

Universidad de Indonesia IndonesiaTaneewut, Supanee Rural Reconstruction Alumni and Friends Association (RRAFA),

Southeast Asian Council for Food Security and Fair Trade (SEACON)Asociación Reconstrucción Rural Alumni y Amigos (RRAFA), Consejo del Sudeste Asiático para la Seguridad Alimentaria y Comercio Libre (SEACON) Tailandia

Tañada, Lorenzo Phil. Congress Liberal Party of the PhilippinesPhil. Congreso del Partido Liberal de las Filipinas Filipinas

Tutu, Ashraf-Ul-Alam Coastal Development Partnership (CDP)Sociedad de Desarrollo Costero (CDP) Bangladesh

van Grisven, Marco Vredeseilanden Country Office – Vietnam (VECO-Vietnam)Oficina de País de Vredeseilanden (VECO-Vietnam) Vietnam

Weerapong, Dararat Stockholm Environment InstituteInstituto Medioambiental de Estocolmo Tailandia

Consulta Regional Sudamericana; Curitiba, Brasil; agosto de 2006Ahumada, Mario Movimiento de Agricultura Ecológica en Latinoamérica (MAELA) ChileArmas, Benjamín Confederación Nacional Agraria (CNA) Perú

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Batista, Germano Departamento de Estudos Sócio-Econômicos Rurais (DESER)Departamento de Estudios Socio-Económicos Rurales (DESER) Brasil

Bona, Luis Claudio Assessoria e Serviços a Projetos em Agricultura Alternativa (AS-PTA)Asesoría y Servicios a Proyectos de Agricultura Alternativa (AS-PTA) Brasil

Brito, Jorge Fundación CRATE ChileCal, Daniel Centro Latinoamericano de Economía Humana (CLAEH) UruguayCampolina, Adriano ActionAid BrasilCardozo, David Sobrevivencia ParaguayCedro, Rafael Ministério do Desenvolvimento Agrário (MDA)

Ministerio de Desarrollo Agrario (MDA) BrasilAmorim, Maria da Graça Federação dos Trabalhadores na Agricultura Familiar da região Sul (Fetraf-Sul)

Federación de Trabajadores de Agricultura Familiar de la Región Sur (Fetraf-Sul) BrasilDelgado, Nelson Universidade Federal Rural do Rio de Janeiro (UFRRJ)

Universidad Federal Rural de Río de Janeiro (UFRRJ) BrasilDíaz, Juan Luis Fundación para el Desarrollo en Justicia y Paz (FUNDAPAZ) ArgentinaDilger, Gerhard Periodista BrasilElías, Bishelly Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA) BoliviaGomes, Rosemarie Fórum Brasileiro Economia Solidária

Foro Brasileño Economía Solidaria BrasilHidalgo, Francisco Sistema de Investigación de la Problemática Agraria Ecuatoriana (SIPAE) EcuadorLazo, Lalo Foro Boliviano Medioambiente y Desarrollo (FOBOMADE) BoliviaLópez, Gualberto Fundación Acción Cultural Loyola (ACLO) BoliviaMachado Aráoz, Horacio Bienaventurados Los Pobres (BePe) ArgentinaMello, Ladislao Pastoral Social ParaguayMineiro, Adhemar Rede Brasileira Pela Integração dos Povos (REBRIP) / Departamento

Intersindical de Estatística e Estudos Socioeconômicos (Dieese)Red Brasileña para la Integración de los Pueblos / Departamento Intersindical de Estadística y Estudios Socioeconómicos Brasil

Nobre, Miriam Sempreviva Organização Feminista/Mulheres em solidariedadeNorte-Sul (SOF- MMM)Organización Feminista Sempreviva /Mujeres en Solidaridad de Norte a Sur Brasil

Pedace, Roque Argentina Sustentable ArgentinaPereira, Sixto Centro de Capacitación y Desarrollo Agrícola (CCDA) ParaguayPiepenstock, Anne AGRECOL-Andes BoliviaPinto, Francisco Fundación Terram ChileRevers – Galego, Isidoro Comissão Pastoral da Terra (CPT)

Comisión Pastoral de la Tierra BrasilRivas, Mario Rodríguez, Departamento de Acción Social, Obispado de Temuco (DAS) ChileRodríguez, Graciela Instituto Eqüit BrasilRodríguez, Francisca Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (ANAMURI) ChileSantos, José Antonio Associação de Agricultura Orgânica do Paraná (AOPA)

Asociación de Agricultura Orgánica de Panamá BrasilSchlesinger, Sergio Federação de Órgãos para Assistência Social e Educacional (FASE)

Federación de Organismos para la Asistencia Social y Educacional BrasilSoto, Sergio Programa Argentina Sustentable (PAS) ArgentinaTortelli, Altemir Federação dos Trabalhadores na Agricultura Familiar da região

Sul (Fetraf-Sul)Federación de Trabajadores en Agricultura Familiar de la Región Sur Brasil

Vélez, Hildebrando Amigos de la Tierra Colombia – CENSAT ColombiaWehrle, Andrés Centro de Educación, Capacitación y Tecnología Campesina (CECTEC) ParaguayZanotto, Rita Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra (MST)

Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra BrasilZerbini, Fabíola Fórum de Articulação para o Comércio Ético e Solidário do Brasil

(FACES do Brasil)Foro de Articulación para el Comercio Ético y Solidario de Brasil Brasil

Consulta Regional Norteamericana; Washington, D.C., E.E.U.U; septiembre de 2006Alpert, Emily Oxfam America Estados UnidosAnderson, Molly Agribusiness Accountability Initiative

Iniciativa de Contabilidad Agrocomercial Estados UnidosBramble, Barbara National Wildlife Federation

Federación Nacional de la Vida Silvestre Estados UnidosDubois, James Georgetown University Law Center

Centro de Derecho de la Universidad de Georgetown Estados Unidos

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Gronski, Robert National Catholic Rural Life ConferenceConferencia Nacional Católica sobre la Vida Rural Estados Unidos

Hansen-Kuhn, Karen ActionAid Estados UnidosHarkness, Jim Institute for Agriculture and Trade Policy

Instituto para las Políticas de Agricultura y Comercio Estados UnidosHebebrand, Charlotte International Food and Agricultural Trade Policy Council

Consejo Internacional de Políticas de Comercio Agricultura y Alimentación Estados Unidos

Hunt, Suzanne Worldwatch Institute Estados UnidosKuhlmann, Katrin Women’s Edge Coaliton Estados UnidosLeduc, Yves Dairy Farmers of Canada

Agricultores Lecheros de Canadá CanadáMitchell, Larry American Corn Growers Association

Asociación de Agricultores del Maíz de los Estados Unidos Estados UnidosMuller, Mark Institute for Agriculture and Trade Policy

Instituto para las Políticas de Comercio y Agricultura Estados UnidosOzer, Kathy National Family Farm Coalition

Coalición Nacional de Familias Agricultoras Estados UnidosPorterfield, Matt Georgetown University Law Center

Centro de Derecho de la Universidad de Georgetown Estados UnidosQualman, Darrin National Farmers Union

Unión Nacional de Agricultores CanadáRiley, Maria Center of Concern

Centro de Interés Estados UnidosSampson, Kristin Center of Concern

Centro de Interés Estados UnidosSmall, Reverend Andrew US Conference of Catholic Bishops

Conferencia Norteamericana de Obispos Católicos Estados UnidosSpieldoch, Alexandra Institute for Agriculture and Trade Policy

Instituto para las Políticas de Comercio y Agricultura Estados UnidosSteenblik, Ronald Institute for International Sustainable Development

Instituto para el Desarrollo Sostenible Internacional CanadáStrickner, Alexandra Institute for Agriculture and Trade Policy

Instituto para las Políticas de Comercio y Agricultura SuizaTucker, Todd Global Trade Watch Estados UnidosWaskow, David Friends of the Earth – US – Amigos de la Tierra – E.E.U.U Estados UnidosWise, Timothy Tufts University

Universidad de Tufts Estados Unidos

Consulta Regional de México y América Central; Teotihuacán, México; octubre de 2006Aguilar, José Luis Pastoral de la Tierra Interdiocesana GuatemalaBenítez, Sigfredo FUNDACAFE El SalvadorCarazo, Eva Movimiento de Agricultura Orgánica Costarricense (MAOCO) Costa RicaCarlsen, Laura International Relations Center (IRC) MéxicoCastillo, William Pastoral Social, Limón Costa Ricade Ita, Ana Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (CECCAM) MéxicoEspinoza, Juliana Movimiento de Mujeres Campesinas Costa RicaFernández, Mario Universidad de Costa Rica Costa RicaFunes, Fernando Grupo de Agricultura Orgánica (GAO) / Instituto de

Investigaciones de Pastos y Forrajes CubaGalicia, Luis Asociación para el Avance de las Ciencias Sociales (AVANCSO)/

Plataforma Agraria GuatemalaGaróz, Byron Coordinación de ONG y Cooperativas (CongCoop) GuatemalaGauster, Susana Alianza Social Continental GuatemalaGuerrero, Marcela Consejo Consultivo Sociedad Civil PAC Costa RicaGuzmán Ordáz, Adolfo Autogestión de las Comunidades de la Región Tojolabal Alta MexicoIñiguez, Felípe Movimiento Agroecológico Latinoamericano (MAELA) MéxicoKeleman, Alder El Colegio de México (colmex) MéxicoMarielle, Cati Grupo de Estudios Ambientales (GEA) MéxicoOliva Martínez, Leonides Centro de Asesoría y Capacitación Integral Donajiac (CACID) MéxicoMonterroso, Alberto Comercializadora Aj Ticonel GuatemalaMorales, Raúl Federación Nacional de Cooperativas (Fenaccoop) NicaraguaNadal, Alejandro El Colégio de México (colmex) MéxicoPleitez, Jorge Ministerio de Agricultura y Ganadería de El Salvador El Salvador

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Saldaña, Francisco Foro Agropecuario El SalvadorSan Vicente, Adela Partido de la Revolucíon Democrática, Congreso de México MéxicoStuart, Roberto Grupo de Promoción de Agricultura Ecológica (GPAE) NicaraguaSuárez, Victor Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras

de Productores del Campo (ANEC) MéxicoTéllez, Ramiro Via Campesina HondurasTicehurst, Simon Oxfam MéxicoTolentino, José Angel Fundación Nacional para el Desarrollo El SalvadorTrápaga, Yolanda Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) MexicoUribe, Vladimir Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) MéxicoVanegas, Tania Centro Humboldt Nicaragua

Consulta Regional Alemana; Berlín, Alemania; octubre de 2006Datcharry, Gilles Bundesministerium für Ernährung, Landwirtschaft und

Verbraucherschutz AlemaniaGraefe zu Baringdorf, Arbeitsgemeinschaft bäuerliche Landwirtschaft (AbL) AlemaniaFriedrich-Wilhelm AlemaniaHöfken, Ulrike Member of Parliament, Green Party, Chair of Agriculture

CommitteeMiembro del Parlamento, Partido Verde, Directora del Comité de Agricultura Alemania

Keyserlingk, Graf von Bundesministerium für Ernährung, Landwirtschaft und AlemaniaSebastian Verbraucherschutz AlemaniaKnirsch, Jürgen Greenpeace e.V. AlemaniaKroll-Schlüter, Hermann Katholische Landvolkbewegung (KLB) AlemaniaReichert, Tobias Germanwatch AlemaniaThomsen, Berit Arbeitsgemeinschaft bäuerliche Landwirtschaft (AbL) AlemaniaTovar, Margret Netzwerk Afrika-Deutschland (NAD) AlemaniaWiggerthale, Marita Oxfam Deutschland

Oxfam Alemania AlemaniaWilhelm, Birgit Naturland e.V. Alemania

Consulta Regional Europea; Bruselas, Bélgica; noviembre de 2006Adams, Richard European Economic and Social Committee – Various Interests’ Group

Comité Social y Económico Europeo – Grupo de Intereses Diversos BélgicaBode, Bart Broederlijk Delen BélgicaChoplin, Gérard CPE – European Farmers Coordination

Coordinación de Agricultores Europeos BélgicaConstantin, Anne-Laure IATP SuizaEngelen, Gert Vredeseilanden BélgicaGeier, Bernward COLABORA AlemaniaGjengedal, Hildegunn Federation of Norwegian Agricultural Co-operative

Federación de Cooperativas Agrícolas Noruegas NoruegaHoff, Eivind WWF-EPO BélgicaLebessis, Notis European Commission – DG Agriculture

Comisión Europea – DG Agricultura BélgicaLégaut, Guillaume CIDSE BélgicaLines, Tom Agribusiness Accountability Initiative

Iniciativa de Contabilidad en Agronegocios Reino UnidoMaertens, Miet KU Leuven BélgicaOsterhaus, Anja Fair Trade Advocacy Office

Oficina de Abogacía de Libre Comercio BélgicaRodriguez Ortega, South Centre – Centro Sur SuizaLuisa AntoniaRoss, Bruce Ross Gordon Consultants

Consultantes Ross Gordon BélgicaSchaps, Jens European Commission – DG Trade – Unit G2

Comisión Europea – Comercio DG – Unidad G2 BélgicaSteel, Gareth European Commission – DG Trade – Unit G3

Comisión Europea – Comercio DG – Unidad G3 BélgicaVertriest, Isabel Oxfam Wereldwinkels BélgicaVorley, Bill International Institute for Environment and Development

Instituto Internacional para el Desarrollo y Medioambiente Reino Unido

Page 92: ECOFAIR TRADE DIALOGUEECOFAIR TRADE DIALOGUE...Gonzalo Fanjul Suárez, Arze Glipo, Aileen Kwa, Hannes Lorenzen, Sophia Murphy, Oduor Ong’wen, Anna Luiza Ferreira Pijnappel, Rita

Panel de expertos

Souleymane BassoumSenegal. Ingeniero Agrónomo. Director de la AGRECOL- África y experto reconocido enpolíticas de agricultura sostenible en África Occidental. Sus principales áreas detrabajo son la agricultura ecológica y el comercio justo.

Gonzalo Fanjul SuárezEspaña. Economista. Coordinador de investigaciones en Interpón Oxfam. Experto enasuntos de comercio agrícola. Después de haber seguido de cerca las negociacionesagrícolas en la OMC durante los últimos años, además de los asuntos concernientesal impacto de la política agrícola común de los Estados Unidos sobre el desarrollo,tiene un profundo conocimiento y gran experiencia en temas del comercio agrícola.

Arze GlipoFilipinas. Directora de Integrated Rural Development Foundation of the Philippines(IRDF) – Fundación de Desarrollo Rural Integrado de Filipinas, coordinadora de la RedAsia Pacífico sobre Soberanía Alimentaria (Asia Pacific Network on Food Sovereignty –APNFS) -. Ha desarrollado un conocimiento profundo sobre asuntos de comerciorelacionados con género y pobreza. Tiene una Maestría en Economía del Desarrollo.

Aileen KwaSingapur. Actualmente instalada en Ginebra, es consultora sobre políticas de asuntosde comercio. Ha monitoreado negociaciones de comercio desde el Ministerial deSingapur en 1996, y ha trabajado con delegaciones de países en desarrollo enGinebra, especialmente en temas de agricultura. Es la co-autora del libro “Behind theScenes at the WTO:The Real World of Trade Negotiations” (“Detrás del Escenario en laOMC: El Verdadero Mundo de las Negociaciones”).

Hannes LorenzenAlemania. Es el consejero del Comité de Desarrollo Rural y de Agricultura delParlamento Europeo para la fracción de los Verdes/Alianza Libre Europea comoespecialista en políticas de agricultura europea. Tiene una Maestría en Sociología yAgricultura y un Posgrado en Desarrollo Rural Internacional.

Sophia MurphyInglesa y canadiense, actualmente reside en Australia. Consejera Principal delInstitute for Agriculture and Trade Policy (IATP) (Instituto para la Agricultura y Políticade Comercio) con sede en Estados Unidos, además de ser experta internacional entemas de comercio y alimento. Es la autora de un gran número de documentos sobreseguridad alimentaria, reglas de comercio multilateral y estructura de los mercadosagrícolas globales. Tiene una Maestría en Políticas Sociales, Planeamiento yParticipación en Países en Desarrollo.

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Oduor Ong’wenKenia. Director Regional de SEATINI – Southern and Eastern Africa Trade Informationand Negotiations Institute (Instituto de Negociaciones e Información sobre Comercio

del Este y Sudeste Africano). Previamente ha trabajado como director ejecutivo deEcoNews Africa. Tiene una Maestría en Políticas Económicas de Países en Desarrollo y

tiene un grado en Matemáticas y Química. Experto en temas de comercio mundial ysostenibilidad.

Anna Luiza Ferreira PijnappelBrasil, consultora en el Departamento de Asuntos Internacionales en el Ministerio

Brasileño de Desarrollo Rural (Brazilian Ministry of Rural Development – MDA). Siguede cerca las negociaciones de comercio agrícola en la OMC y MERCOSUR. Se

especializa en los efectos de los acuerdos de comercio sobre familias agricultoras enBrasil. Tiene una Maestría en Asuntos Internacionales.

Rita Schwentesius RindermannOriginaria de Alemania, reside en México desde hace 20 años. Es la coordinadora de

investigaciones del CIESTAAM – Centro de Investigaciones Económicas, Sociales yTecnológicas de la Agroindustria y la Agricultura Mundial de la Universidad Autónoma

Chapingo). Su especialización es el Capítulo de Agricultura del Acuerdo de LibreComercio de Norteamérica (NAFTA). Tiene una Maestría en Producción de Planta y un

Doctorado en Economía Agrícola Internacional.

Daniel De La Torre UgartePerú. Desde hace 15 años vive en Estados Unidos. Director asociado del Centro de

Análisis de Políticas Agrícolas de la Universidad de Tennessee. Su área deinvestigación primordial es la administración de la oferta agrícola. Su larga lista de

publicaciones incluye el reporte “Rethinking US Agricultural Policy: Changing Courseto Secure Farmer Livelihoods Worldwide”(“El replanteamiento de la Política Agrícolade los Estados Unidos: Cambiando el Curso para Asegurar los Modos de Sustento de

los Agricultores en Todo el Mundo”) (2003).Tiene un Doctorado en Economía Agrícola.

Wolfgang Sachs (Moderador)Alemania. Director de Departamento en el Instituto de Clima, Medio Ambiente y

Energía de Wuppertal. Sus áreas de investigación primordiales son globalización ysostenibilidad, medioambiente y desarrollo, así como nuevos modelos de riqueza.

Trabajó como coordinador y autor principal de “The Jo’burg Memo. Fairness in a FragileWorld” (“El Memorando de Johannesburgo. Justicia en un Mundo Frágil”) (2002). Tiene

una Maestría en Sociología y Teología y un Doctorado en Ciencias Sociales.

Tilman Santarius (Co-Moderador)Alemania. Desde 2001 Investigador en el Instituto de Clima, Medio Ambiente y

Energía de Wuppertal. Sus áreas de trabajo principales son los instrumentoseconómicos en las políticas sobre el clima, buen gobierno mundial y asuntos de

comercio y medio ambiente. Junto a Wolfgang Sachs, es el co-autor del libro “FairFuture. Limited Resources, Security, and Global Justice” (“Futuro Justo. Recursos

Limitados, Seguridad y Justicia Mundial”) (2007). Tiene una Maestría en Sociología,Antropología y Economía.

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Murphy, Sophia (2006): Poder de Mercado Concentrado y Comercio AgrícolaDocumento de Debate del EcoFair Trade Dialogue No. 1Los mercados seguros dependen de la competencia, pero el grado de concentración de poder del mercado enlos mercados agrícolas mundiales ha crecido en una forma alarmante. Sophia Murphy muestra vías parallegar a mercados de alimentos agrícolas responsables.

Glipo, Arze (2006): Alcanzando Seguridad de Vida y Alimentaria en Países en Desarrollo: La necesidad de unaGobernabilidad de las Importaciones Más FuerteDocumento de Debate del EcoFair Trade Dialogue No. 2Las afluencias baratas de importaciones agrícolas han devastado los modos de sustento de las fincas en elNorte y Sur. Arze Glipo analiza cómo la gobernabilidad de las importaciones agrícolas en países en desarrolloha sido fuertemente mellada debido a la liberalización, e identifica los principales instrumentos y medidaspara restaurar las políticas de gobernabilidad de las importaciones en estos países.

Fanjul Suárez, Gonzalo (2006): Comercio y Agricultura en un Mundo AsimétricoDocumento de Debate del EcoFair Trade Dialogue No. 3El libre comercio está en las manos de los fuertes. Desbaratar las reglas no es, entonces, suficiente para unsistema de comercio justo. Gonzalo Fanjul explica en su Documento de Debate algunas de las asimetrías másimportantes, y cómo repararlas para beneficiar a los jugadores débiles más que a los fuertes en el campo delcomercio.

Malhotra, Kamal (2006): Un Acercamiento de Desarrollo Humano Sostenible para el Rol de las Exportacionesen una Estrategia de Desarrollo NacionalDocumento de Debate del EcoFair Trade Dialogue No. 4Mientras que las exportaciones pueden ser una contribución positiva a la reducción de la pobreza y eldesarrollo humano sostenible, esto sólo funciona si está diseñado de acuerdo a las circunstanciasparticulares de cada país. Kamal Malhotra delinea la interrelación macro-económica entre las exportaciones yel desarrollo humano.

Lorenzen, Hannes (2007): Acceso Calificado a un Mercado. Cómo incluir las condiciones medioambientales ysociales en los acuerdos de comercioDocumento de Debate del EcoFair Trade Dialogue No. 5El actual paradigma del comercio justo promueve una carrera hacia los niveles inferiores de los estándaressociales y medioambientales en la producción agrícola, en particular en vista de que las empresastransnacionales se reubican en los lugares con los estándares más bajos. Hannes Lorenzen sugiere el »accesocalificado al mercado « como un instrumento que reconsidera tarifas y cuotas en términos de su convenienciapara proteger los bienes comunes.

de la Torre Ugarte, Daniel (2007): Las Contribuciones y Retos de la Administración de la Oferta en un NuevoMarco Institucional de Comercio AgrícolaDocumento de Debate del EcoFair Trade Dialogue No. 6Como en otras industrias, la oferta y la demanda agrícolas son muy inelásticos. Un régimen de mercadobasado en la suposición de que los ajustes del libre mercado en la agricultura funcionan, es pocoaconsejable. Daniel de la Torre Ugarte analiza el rol potencial de la administración de la oferta en un futurorégimen de comercio.

Ong’wen, Oduor/Wright, Sarah (2007): Los Pequeños Agricultores y el Futuro de la Agricultura Sostenible, Documento de Debate del EcoFair Trade Dialogue No. 7El futuro de una agricultura verdaderamente sostenible, tanto social como medioambientalmente, reside enlos sistemas de pequeña agricultura, en particular si se practica la biodiversidad. Odour Ong’wen y SarahWright analizan las razones y oportunidades de empoderar a los pequeños agricultores– así como el aspectode cómo las reglas del comercio deberían enfocarse en este campo.

Kwa, Aileen/Bassoum, Souleymane (2007): Explorando los Lazos entre las Exportaciones Agrícolas y elDesarrollo Sostenible.Documento de Debate del EcoFair Trade Dialogue No. 8

Sachs, Wolfgang/Santarius, Tilman (2007): El Comercio Mundial y la Regeneración de la Agricultura. Documento de Debate del EcoFair Trade Dialogue No. 9Desde que los humanos se asentaron, la agricultura ha generado degradación medioambiental y tensionessociales. Las prácticas de la agricultura industrial impactan particularmente el medio ambiente, así comotambién son altamente dependientes de los recursos medioambientales no renovables. Tilman Santarius yWofgang Sachs investigan cómo la agricultura industrial se entrelaza con el actual régimen comercial; ydiscuten las políticas que podrían ayudar a regenerar la agricultura con la ecósfera.

Documentos de discusión del EcoFair Trade Dialogue

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La Fundación Heinrich Böll es parte del Movimiento Político Verde, desarrollado mundialmente como respuesta alas políticas tradicionales del socialismo, liberalismo y conservadurismo. Nuestros principios fundamentales sonla ecología y la sostenibilidad, la democracia y los derechos humanos, la autodeterminación y la justicia. Ponemosespecial énfasis en la democracia de género, vista como una emancipación social con igualdad de derechos parahombres y mujeres. Asimismo estamos comprometidos con la igualdad de derechos para las minorías culturalesy étnicas y con la participación política y social de los inmigrantes. Finalmente, promovemos la no violencia ypolíticas activas por la paz.

Para alcanzar nuestras metas, buscamos alianzas estratégicas con aquéllos que comparten nuestros valores.Somos una organización independiente, es decir que determinamos nuestras prioridades y normas. Estamosubicados en la República Federal de Alemania, pero somos un actor internacional, tanto en términos prácticoscomo de ideas.

Nuestro nombre, proveniente del escritor y ganador del Premio Nobel Heinrich Böll, personifica los valores por losque luchamos: defensa de la libertad, coraje cívico, tolerancia, debate abierto, y la valoración del arte y la culturacomo esferas independientes del pensamiento y la acción.

MISEREOR fue fundada en 1958 como Obra episcopal “contra el hambre y enfermedad en el mundo”. Comoorganización de desarrollo internacional de la Iglesia Católica de Alemania, Misereor coopera solidariamente contodas las personas de buena voluntad para promover el desarrollo, luchar contra la pobreza mundial, abolir estruc-tura de injusticia, ejercitar la solidaridad con los pobres y oprimidos y ayudar a crear “Un Mundo”.MISEREOR ha recibido de la Iglesia Católica de Alemania la misión de:

�combatir las causas de la miseria, tal como se manifiestan sobre todo en los países de Asia, África y AméricaLatina, en forma de hambre, enfermedades, pobreza y otras formas de sufrimiento,

�posibilitar a los afectados una vida digna;

�y promover la justicia, la libertad, la reconciliación y la paz en el mundo.

El apoyo brindado debe incentivar y promover el espíritu de autoayuda de los destinatarios y posibilitar un mejora-miento a largo plazo de sus condiciones de vida. También en el Norte MISEREOR trabaja en aras de estos objet-ivos a través de campañas y trabajo de sensibilización y lobby. Por principio la ayuda es accesible a todos los quesufren, sin distinción de razas, sexo, religión o nacionalidad.

El Instituto de Clima, Medio Ambiente y Energía de Wuppertal explora y desarrolla modelos, estrategias e instru-mentos para incrementar el desarrollo sostenible a un nivel local, nacional e internacional. Las investigacionessobre la sostenibilidad en el Instituto de Wuppertal se centran en la ecología y su relación con la economía y lasociedad. Al respecto se pone énfasis especial en el análisis y desarrollo de innovaciones tecnológicas y sociales,que independicen la prosperidad y el crecimiento económico del uso de los recursos naturales.Basada en las disciplinas científicas clásicas, la investigación conducida hacia este fin combina sus acercamientoscon el fin de generar soluciones prácticas y orientadas a los actores. Tanto los problemas como las soluciones ylas redes se analizan con un enfoque orientado al nivel mundial, nacional y local/regional.

El Instituto fue fundado en 1991 bajo la dirección del Profesor Ernst Ulrich von Weizsäcker y hoy día está dirigidopor el Profesor Peter Hennicke en calidad de Presidente y Ejecutivo Principal de Investigación, con la colaboraciónde Brigitte Mtert-Breidbach como Gerente. El centro de operaciones del Instituto está en la Ciudad de Wuppertal,siendo representado en la capital de Alemania por su Oficina en Berlín desde 2004. En 2005, el Instituto deWuppertal y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) fundaron conjuntamente elCentro de Colaboración sobre la Sostenibilidad en el Consumo y la Producción (Wuppertal Institute CollaboratingCentre on Sustainable Consumption and Production – CSCP) en Wuppertal.

La fundación politica verde

La organización de los Obisposcatólicos alemanespara la cooperaciónal desarrollo

El instituto para la investigación de la sostenibilidad aplicada

Las organizaciones

FUNDACIÓNHEINRICHBÖLL

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La reforma de las reglas del comercio agrícola es el meollo de las negociacionesen la Organización Mundial de Comercio (OMC) respecto de un marco multi-lateral para la economía global. Sin embargo, las reformas anunciadas noauguran un buen futuro para la agricultura, pues profundizarán la desespera-ción de los campesinos de todo el mundo y pondrán en pelligro los ecosistemaslocales y globales. En contraste, este documento explora nuevas direccionespara las reglas comerciales más allá del paradigma del libre comercio.Centrando la atención en los retos para la agricultura y las comunidades rurales,se proponen perspectivas políticas e instrumentos de políticas con miras a unsistema de comercio que ofrezca oportunidades genuinas para los pobres, parala preservación del medio ambiente y para ayudar a la agricultura a avanzar conpaso firme hacia la era post-fósil.

El presente documento es resultado del EcoFair Trade Dialogue (Diálogo sobrecomercio ecológico justo), un extenso proceso de consultas e intercambio dedos años, que tuvo lugar en todos los continentes. Las propuestas han sidodiscutidas y mejoradas por un gran número de representantes de organiza-ciones campesinas y ONGs representantes de la esfera política y del mundoacadémico. Al ser éste un momento decisivo para lograr un cambio deparadigmas e iniciar negociaciones comerciales dirigidas hacia un AcuerdoGeneral sobre Comercio Sostenible, este documento se entiende como unacontribución hacia este objetivo.

www.ecofair-trade.org