Transcranial Magnetic Stimulation for Drug-abuse potential use…
Autores: 1. Heffel Ricardo; 2. Mamud Meroni Lucas; 3. Dalmolin Emiliano; 4. Martino Florencia.
1. Médico Psiquiatra (Universidad Nacional de Rosario), Especialista en Adicciones. Director Médico del Departamento de
Estimulación Magnética Transcraneal, Centro de Alto Rendimiento Cerebral (CEARECE) Rosario, Santa Fe; Argentina.
2. Licenciado en Kinesiología y Fisiatría (Universidad Nacional de San Martin). Departamento de Estimulación Magnética
Transcraneal, Centro de Alto Rendimiento Cerebral (CEARECE) Rosario, Santa Fe; Argentina.
3. Médico (Universidad Nacional de Rosario). Departamento de Estimulación Magnética Transcraneal, Centro de Alto Rendimiento
Cerebral (CEARECE) Rosario, Santa Fe; Argentina.
4. Médico (Universidad Nacional de Rosario). Departamento de Estimulación Magnética Transcraneal, Centro de Alto Rendimiento
Cerebral (CEARECE) Rosario, Santa Fe; Argentina.
Summary:
El abuso crónico de sustancias produce diferentes patrones de neuro-activación cerebral. Estos patrones
son muy variables, pero probablemente el más común (especialmente en adictos a cocaína) es una
reducción de la actividad prefrontal, asociada a un aumento de la activación límbica (Barr, Fitzgerald,
Farzan, George y Daskalakis, 2008; Fecteau, Fregni, Boggio, Camprodon y Pascual Leone-, 2010; Kähkönen, 2005).
Esta patrón de neuro-activación se ha correlacionado con un mayor deseo de consumo, junto con una
pérdida notable del auto-control, y por lo tanto un mayor riesgo de recaídas (Feil et al, 2010;. Lorea, Tirapu,
Landa y López-Goñi 2008).
La evidencia de los últimos 15 años revelan que las técnicas de neuroestimulación cerebral son capaces
de modificar los patrones de actividad cortical, sobre todo se han evidenciado aumentos de la actividad
del cortex prefrontal (Barr et al., 2008). Además se ha descrito su capacidad para neutralizar la actividad
neuronal patológica en las áreas límbicas (DeRidder, Vanneste, Kovacs, Sunaert y Sun, 2011).
En estudios publicados en el año 2004 se ha propuesto que la TMS sería capaz de aumentar la liberación
de dopamina en los circuitos mesolímbicos durante la retirada de la cocaína, en animales adictos (Erhardt
et al., 2004). Además se correlaciona con hallazgos de que la TMS puede disminuir la necesidad de
búsqueda en ratas cocainómanas (Feil et al., 2010). Esto se debe probablemente al hecho de que la TMS
aumenta la función prefrontal, ejerciendo mayor control sobre el sistema límbico (vía de recompensa) y
reduciendo el deseo de consumo. Otro efecto encontrado en la estimulación cerebral es que aumenta la
neuroplasticidad por mecanismos de potenciación a largo plazo, y se incrementa el flujo sanguíneo
frontal, normalmente disminuido en los consumidores crónicos de cocaína.
Como efecto secundario la TMS mejora el estado de ánimo, que está comúnmente alterado (depresión) en
estos pacientes.
Por lo tanto la TMS puede plantearse como una posible propuesta terapéutica por sus beneficios, sobre
todo por la reducción del riesgo de recaída en los pacientes adictos.