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NOTA INTRODUCTORIAA

LOS LIBROS DIDCTICOS O SAPIENCIALESA los.libros histricos sigue, en el Canon del por s mismo. Cf. Job 28, 12 ss. La Liturgia Antiguo Testamento, el grupo de los libros cita todos estos libros, con excepcin del de lltrmados didcticos (por su enseanza) o po- Job y el de los Salmos, bajo el nombre genticos (por su forma) o sapienciales (por su con- rico de Libro de la Sabidura, nombre con que tenido espiritual), que abarca los siguientes li- el Targum judo designaba el Libro de los bros: Job, Salmos, Proverbios, Eclesiasts, Proverbios (Sfer Hokmah). Cantar de los Cantares, Sabidura, Eclesistico. Los libros sapienciales, en cuanto a su forma, Todos stos son principalmente denominados pertenecen al gnero potico. La poesa hebrea libros sapienciales, porque las enseanzas e ins- no tiene rima, ni ritmo cuantitativo, ni metro trucciones que Dios nos ofrece en ellos, for- en el sentido de las lenguas clsicas y moderman lo que en el Antiguo Testamento se llama nas. Lo nico que la distingue de la prosa, es Sabidura, que es el fundamento de la piedad. el acento (no siempre claro), y el ritmo de los Temer ofender a Dios nuestro Padre, y guardar pensamientos, llamado comnmente paralelismo sus mandamientos con amor filial, esto es el de los miembros. Este ltimo consiste en que fruto de la verdadera sabidura. Es decir, que el mismo pensamiento se expresa dos veces, si la moral es la ciencia de lo que debemos sea con vocablos sinnimos (paralelismo sinhacer, la sabidura es el arte de hacerlo con nimo), sea en forma de tesis y anttesis (paraagrado y con fruto. Porque ella fructifica lelismo antittico), o an amplindolo por una como el rosal junto a las aguas (Ecli. 39, 11). u otra adicin (paralelismo sinttico). Pueden Bien se ve cuan lejos estamos de la falsa distinguirse, a veces, estrofas. Al gnero potico pertenece tambin la maconcepcin moderna que confunde sabidura con el saber muchas cosas, siendo ms bien yor parte de los libros pro]ticos y algunos ella un sabor de lo divino, que se concede gra- captulos de los libros histricos, p. ej. la tuitamente a todo el que lo quiere (Sab. 6, bendicin de Jacob (Gen. 49), el cntico 12 ss.), como un don del Espritu Santo, y de Dbora (Jueces S), el cntico de Ana que en vano pretendera el hombre adquirir (l Rey. 2), etc.

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JOBflorecimiento, es decir,.antes del cautiverio babilnico. No es de negar que el estilo del libro Con el libro de Job volvemos a los tiempos tiene cierta semejanza con el del profeta Jerepatriarcales. Job, un varn justo y temeroso mas, por lo cual algunos consideran a ste como de Dios, esta acosado por tribulaciones de tal autor, aunque est claro que Jeremas es posmanera que, humanamente, ya no puede sopor' terior y reproducira pasajes de Job. Cf. Jer. torios. Sin embargo, no pierde la paciencia, sino 12, 1 y Job 21, 1; Jer. 11, 1 y Job 19, 23; Jer. que resiste a todas las-tentaciones de desespera- 20, 14-18 y Job 3 3-10; Jer. 20, 11 y Job 3, cin, guardando la fe en la divina justicia y 11, etc. Otros lo han atribuido al mismo Job, providencia, aunque no siempre la noticia del a Eli, a Moiss, a Salomn, a Daniel. Ya San amor que Dios nos tiene, y de la bondad que Gregorio Magno seala la imposibilidad de esviene de ese amor (l Juan 4, 16) y segn la tablecer el nombre del autor. cual no puede sucedemos nada que no sea para Job, cubierto de llagas, insultado por sus aminuestro bien. Tal es lo que distingue a este gos, padeciendo sin culpa, y presentando a santo varn del Antiguo Testamento, de lo Dios quejas tan desgarradoras como confiadas, es imagen de Jesucristo, y slo as podemos que ha de ser el cristiano. Inicia el autor sagrado su tema con un pr- descubrir el abismo de este Libro que es una logo (cap. 1-2), en el cual Satans obtiene de maravillosa prueba de nuestra fe. Porque toda Dios permiso para poner a prueba la piedad la fuerza de la razn nos lleva a pensar que de Job. La parte principal (cap. 3-42, 6) trata, hay injusticia en la tortura del inocente. Y es en forma de un triple dilogo entre Job y sus Dios mismo quien se declara responsable de tres amigos, el problema de porqu debe sufrir esas torturas. Esta prueba nos hace penetrar en el hombre y cmo es compatible el dolor de el gran misterio de "injusticia" que el amor los justos con la justicia de Dios. Ni Job ni infinito del Padre consum a favor nuestro: sus amigos saben la verdadera razn de los hacer sufrir al Inocente, por salvar a los culpapadecimientos, sosteniendo los amigos la idea bles. Y el castigado era SU HIJO nico! Las lecciones del Oficio de Difuntos estn de que los dolores son consecuencia del pecado, mientras que Job insiste en que no lo tiene. tomadas totalmente del Libro de Job y comEn el momento crtico interviene Eli, que prenden sucesivamente los siguientes pasajes: basta entonces haba quedado callado, y lleva I, 16-21; 10, 1-1, 8-12; 13,22-28; 14, 1-6, 13-16; a cuestin ms cerca de stt solucin definitiva, II, 1-3, 11-15; 19, 20-21; 10, 18-22. afirmando que Dios a veces enva las tribulaciones para purificar y acrisolar al hombre. Al fin aparece Dios mismo, en medio de un PRLOGO huracn, y aclara el problema, condenando los falsos conceptos de tos amigos y aprobando a CAPTULO I Job, aunque reprendindolo tambin en parte por su empeo en someter a juicio los desigJOB, VARN JUSTO Y RECTO. ^Haba en tierra nios divinos con respecto a l. /Acaso no de- de Us un varn que se llamaba Job; era hombemos saber que son paternales y por lo tanto bre perfecto y recto, temeroso de Dios y aparmisericordiosos? En el eplogo (cap. 42, 1-16) tado del mal. 2Nacironle siete hijos y tres se describe la restitucin de Job a su estado anterior. 1. Us, pas situado probablemente en la Arabia PLa historicidad de la persona de Job est trea, al sur del mar Muerto, donde segn se dice, atestiguada repetidas veces por textos de la existen an hoy da las tribus a las cuales pertede Job Sagrada Escritura (Ez. 14, 14 y 20; Tob. 2, necan los amigos segn la (temanitas, suhitas, naamatitas). Viviendo ley natural, sin conocer 12; Sant. , 11), que confirman tambin su la Ley de Moiss, conservaba Job las tradiciones de gran santidad. Segn la versin griega, Job era patriarcas y adoraba a . Dios con sencillez de colos descendiente de Abrahn en quinta generacin, razn. Job, el ms poderoso entre los orientales, es una de Ecli. 31, 8-11, donde el y se identificara con Jobab, segundo rey _ de Santoilustracin hombre rico "que es hallado Espritu alaba al sin culHumea. Pero esta versin se aparta conside- pa y que no anda tras el oro"; que puede pecar rablemente del original. De todos modos, es y no peca, hacer mal y no lo hace; que mediante puede oprimir cosa admitida, que Job no perteneca al pueblo sus riquezas injusticia y noallapobre y no lo oprime, comete. Perfecto y que haba de ser escogido, lo cual hace ms recto:cometerJernimo vierte*^ sencillo y recto, es deSan notable su ejemplo. cir, sin doblez, como un nio. En esto consiste el ms cumplido elogio del alma a Dios. El autor inspirado que compuso / poema, Cf. Juan 1, 47; Mat. 18, 3 s.; que agrada34; Sant. Luc. 11, reuniendo en forma sumamente artstica las 4, 8, etc. Temeroso de Dios; Vase la nota en Gen. tradiciones acerca de Job, vivi en una poca, 22, 12, donde se ve que en esto se cifra la religin en la cual la literatura religiosa estaba en pleno prctica, aplicada a la vida.

INTRODUCCIN

526 hijas, *y posea siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muy numerosa servidumbre. Era as aquel hombre ms poderoso que todos los orientales. 4 Sus hijos solan visitarse el uno al otro en sus casas y celebrar banquetes, cada cual en su da, e invitaban tambin a sus tres hermanas a comer y beber con ellos. 5Concluido el turno de los das del convite, Job los haca venir, y los santificaba. Madrugando por la maana ofreca holocaustos conforme al nmero de todos ellos; pues deca Job: "Quiz hayan pecado mis hijos, y maldecido a Dios en sus corazones." As obraba Job siempre.Dios DA A SATANS PODER SOBRE JOB. *Un da

J O B 1, 2-22; 2, 1

JOB PRIVADO DE sus BIENES.

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Ahora bien,

cuando los hijos de Dios fueron a presentarse delante de Yahv, vino tambin entre ellos Satans. 7Y dijo Yahv a Satans: "De dnde vienes?" Respondi Satans a Yahv y dijo: "Acabo de dar una vuelta por la tierra y pasearme por ella." 8Y pregunt Yahv a Satans: "Has reparado en mi siervo Job?, pues no hay ninguno como l en la tierra, varn perfecto y9 recto, temeroso de Dios y apartado del mal." Respondi Satans a Yahv, y dijo: "Acaso teme Job a Dios desinteresadamente? 10 No le has rodeado con tu proteccin por todas partes a l, su casa y todo cuanto tiene? Has bendecido la obra de sus manos, y su hacienda se ha multiplicado sobre la tierra. u P e ro anda, extiende tu mano y toca cuanto es suyo, y vers cmo te maldice en la cara." 12 Dijo entonces Yahv a Satans: "He aqu que todo cuanto tiene est en tu mano; pero no extiendas tu mano contra su persona." Con esto se retir Satans de la presencia de Yahv.3. Por orientales han de entenderse los rabes que vivan al este y sudeste de Palestina. 5. Maldecido, lit. bendecido: locucin antifrstica, por blasfemado. Este temor de Job es una leccin para los padres que nunca creen a sus hijos capaces de obrar mal. Aun despus de casados los hijos, los padres no pueden dejar de sentirse en cierto sentido, responsnbles por ellos. 6. Los hijos de Dios: los ngeles. Cf. S. 88, 7 y nota. Satans en hebreo quiere decir adversario, acusador, calumniador. Llmasele tambin diablo, del griego dibolos (calumniador). Los dems espritus infernales se llaman demonios. Cf. 41. 24 y nota. La existencia de Satans y su actividad es atestiguada por el mismo Jesucristo, el cual le da el nombre de "prncipe de este mundo" (Juan 12, 31; 14, 30; 16, 11); ttulo que mejor que un libro entero nos explica su poder y nos da la clave para, comprender las vicisitudes del Reino de Dios en la tierra y la profeca de Cristo sobre la poca fe en el da de su Parusa (cf. Luc. 18, 8 y nota; I Pedro 5, 8). Sobre los mtodos del diablo vase Gen. 3, 4 s. y nota. 8. Mi siervo: Sobre el sentido de este ttulo vase Nm. 12, 7 y nota. 9. El diablo cumple aqu su oficio de calumniador, acusador de los hombres (Apoc. 12, 10), mentiroso y padre de la mentira (Juan 8, 44). 12. Este permiso de Dios prueba que el diablo no es dueo de nada de este mundo si Dios no se lo da. Se ve pues, que minti en lo que dijo a Jess en Luc. 4, 6. Cuando Cristo le llama prncipe de este mundo (Juan 14, 30), no se refiere a la creacin, sino al mundo de los mundanos (cf. Juan 7, 7; 14, 17, etc.).

mientras un da sus hijos y sus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano mayor, 14lleg un mensajero a Job y dijo: "Estaban los bueyes arando, y las asnas paciendo junto a ellos, ls cuando cayeron sobre ellos los sbeos y se los llevaron, pasando a cuchillo a los siervos. Y yo slo he escapado para traerte la noticia." 16 Todava estaba ste hablando, cuando lleg otro, que dijo: "Fuego de Dios ha cado del cielo, que abras a las ovejas y a los siervos, devorndolos; yo slo he podido escapar para traerte la noticia." 17 Todava estaba ste hablando, cuando vino otro, que dijo: "Los caldeos, divididos en tres cuadrillas, cayeron sobre los camellos y se los llevaron, pasando a cuchillo a los siervos; y yo slo he escapado para traerte la noticia." 18 Aun estaba ste hablando, cuando entr otro y dijo: "Mientras tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano mayor, 19sobrevino del otro lado del desierto un gran viento, que sacudi las cuatro esquinas de la casa, la cual cay sobre los jvenes, que quedaron muertos; y yo slo he escapado para traerte la noticia."E N LA ADVERSIDAD JOB BENDICE A DIOS, en-

tonces Job se levant, rasg su manto y raspse la cabeza. Y postrado en tierra ador, 2i y dijo: "Desnudo sal de las entraas de mi madre y desnudo volver all. Yahv lo ha dado, Yahv lo ha quitado. Sea bendito el nombre de Yahv! "' ^En todo esto no pec Job, ni dijo palabra insensata contra Dios. CAPTULO IIJOB HERIDO CON UNA PLAGA MALIGNA. Suce-

di que un da se presentaron los hijos de Dios delante de Yahv, y en medio de ellos vino15. Los sbeos, segn los cuneiformes, un pueblo nmada de la Arabia septentrional, que ms tarde encontramos en el sur de la misma pennsula. Hoy todava hacen los nmadas semejantes incursiones en las comarcas vecinas. 16. Fuego de Dios: el rayo. Cf. 12 y nota. "Con esta expresin parece incitarse a Job para que_ se vuelva contra Dios como causante de sus desgracias" (Vaccari). 17. Los caldeos habitaban en la parte sur de Babilonia, o sea en el lmite nordeste de Arabia. 20. Rasgarse los vestidos y cortarse los cabellos era seal de duelo. Vase Gen. 37, 29; Lev.' 10, 6; Is. 15, 2; Jer. 7, 29. 21 s. Sublime escena, que recuerda la de Tob. 2, 10 ss., donde se cita el caso de Tob. Notemos tambin en Sant. 5, 11, la magnanimidad de Dios que se digna elogiarlo porque no pec en la adversidad, as como en Ecli. 31, 8 ss. elogia al rico que no peca en la abundancia. Debemos someternos a la voluntad de Dios y darle gracias por todo, aun por las aflicciones. "No hay fe ms grande y viva que la de quien cree que Dios dispone todo para nuestro bien espiritual, cuando parece que nos destruye y trastorna nuestros mejores planes, cuando permite que nos calumnien, cuando altera nuestra salud de un modo irremediable, o permite cosas aun ms dolorosas" (Garrigou-Lagrange, Provid. y Conf. en Dios, IV, 2).

JOB 2, 1-13; 3, 1-2

527 parte de Dios, no hemos de aceptar tambin el mal?" En todo esto no pec Job con sus labios.VIENEN LOS AMIGOS DE JOB. "Cuando los tres

tambin Satans a ponerse en su presencia, 2Dijo Yahv a Satans: "De dnde vienes?" Satans respondi a Yahv y dijo: "Acabo de dar una vuelta por la tierra y pasearme por ella." 'Pregunt Yahv a Satans: "Has reparado en mi siervo Job?, pues no hay ninguno como l en la tierra, varn perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, que persevera en su integridad, a\inque t me has incitado contra l, para perderle sin causa." Respondi Satans a Yahv y dijo: "Piel por piel; porque todo cuanto tiene el hombre lo da por su vida. 5Pero anda, extiende tu mano y toca su hueso y carne, y vers cmo te maldice en la cara." *Dijo, pues, Yahv a Satans: "He aqu que en tu mano est, pero consrvale la vida." 'Sali, pifes, Satans de la presencia de Yahv, e hiri a Job con una lcera maligna desde la planta de los pies hasta la coronilla de la cabeza. 'Entonces ste sentado sobre ceniza, tom un casco de teja para rasparse con l (la podredumbre). *Su mujer le dijo: "Todava perseveras en tu rectitud? Maldice a Dios, y murete!" 10Mas l le dijo: "Hablas como una mujer necia. Si hemos aceptado el bien de2;s. Acabo de dar una vuelta por a tierra: Es propio del salteador por excelencia andar girando en busca de presa (I Pedro S, 8). Cf. 1, 7. Dcele Dios: Has reparado en mi siervo Jbt, pues no hay ninguna como l en la tierra. El mismo Dios reconoce la virtud extraordinaria de Job, quin en otro tiempo fue seor rico y padre ms rico aun, y ahora est despojado y desnudo. Y como en todos esos acontecimientos que le haban sucedido, no habia pecado ni hablado palabra necia, se regocija el Seor "con la victoria de su siervo y la toma, como dice S. Jernimo, como propio triunfo (A Juliano, I I ) . 4. Piel por pxel, dice el gran salteador que conoce las timideces del hombre. San Antonio, el Doctor Evanglico, aplica esta escena a la vida espiritual, que es una lucha perpetua, diciendo: "Mortales como sois, mortificad la piel del cuerpo, para que en la resurreccin final la recibis glorificada" (Sermn de Natividad). 5. Te maldice: Tambin aqu, como en 1, 5 dice el hebreo bendecir, en vez de maldecir. Es este, ms que un problema filolgico, un fenmeno espiritual, que como se ve en Judas v. 9, significa reconocer el absoluto dominio de Dios, que es el nico a quien compete el poder de maldecir. De ah que hasta San Miguel no se atreva a -maldecir a Satans y le diga lamente: "Reprmate Dios" (ibid.). Cf. v. 9; III Rey. 21, 10; S. ?b, 3 y nota. 7. Ulcera maligna: segn la versin griega, la lepra. 8. Sobre cenita. S. Jernimo vierte: sobre un estercolero. Los estercoleros se hallaban fuera de los sitios habitados; servan de paradero para los expulsados de sus habitaciones (Is. 47, 1). Las basuras se quemaban y ellos se abrigaban sobre la ceniza caliente. Aqu la expulsin se debe al hecho de que la enfermedad de Job era contagiosa. 9. Maldice: Cf. v. 5. Admiremos, como una figura de Cristo, el abismo de paciencia de Job para no airarse contra semejante mujer. Vase Tob. 2, 22. 10. Mujer necia: La necedad equivale, segn la Biblia, a la impiedad. Vase los libros de los Proverbios y de la Sabidura. Tal es el sentido de "fatuo" en Mat. 5, 22. Ntese que la perfecta resignacin de Job no le impedir desahogarse en humildes quejas como veremos en 7, 11 y ss. Los mismos Salmos (cf. el 21, el 34, el 68, etc.), expresan las quejas de Jess doliente pero siempre confiado en ei Padre. En esto est todo. Dios es quien enva las

amigos de Job, Elifaz lemanita, Bildad suhita y Sofar naamatita, supieron toda esta calamidad que le haba sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar, porque haban 12 concertado ir a darle el psame y consolarlo. Mas cuando desde lejos alzaron los ojos no lo reconocieron; por lo cual levantaron su voz y lloraron; y rasgando cada uno su manto, esparcieron polvo por el aire sobre sus cabezas; J*y quedaron con l sentados en tierra siete das y siete noches, sin hablarle palabra', pues vean que su dolor era muy grande.

I. DISCUSIN DE JOB CON SUS AMIGOSCAPTULO III Despus de esto abri Job su boca y maldijo el da de su nacimiento. 2 Tomando Job la palabra dijo:1

aflicciones. l, que todo lo dispuso, ha destinado desde la eternidad una cruz a los que le aman; ha decidido despojarnos del hombre viejo y revestirnos del nuevo por medio de la gracia y mantenernos en ella por_ medio de la paciencia en las tribulaciones. Quin, sabiendo esto, se atrever a huir de los padecimientos y mirarlos con horror, ya que nos estn destinados como una gracia por la infinita bondad de Dios? 11. /Consolarlo! Ya veremos que hacen todo lo contrario. Es para mostrarnos que nada hemos de esperar del mundo. Los LXX dicen que eran tres reyes, es decir, jefes de tribus, lo mismo que Job. 13. Los rabes aun hoy, al visitar al enfermo pariente y amigo, suelen mirarlo sin pronunciar palabra. Slo interrogados por l contestan. Aqu termina el prlogo y empieza el poema propiamente dicho. 1 ss. La. maldicin del da de su nacimiento y otras maldiciones que profiere Job en el curso de la narracin, han de entenderse como expresin de la magnitud de su dolor y no como rebelda, puesto que Dios nos lo presenta como rrran ejemplo re paciencia. Cf. 2, 10 y nota. Escuchemos la explicacin de Fray Luis de Len: "Muchos se trabajan en dorar estas maldiciones de Job y en excusarlas de culpa. Y porque les parece que maldecir uno_ su nacimiento, en la manera que aqu Job le maldice, es seal de nimo impaciente y desesperado, hacen fuerza a lo que dice, y lo tuercen por diferentes maneras, y a mi parecer sin razn. Persudome yo que los que de estas palabras se asombran y les buscan salida, nunca hicieron experiencia de lo que la adversidad se siente ni de lo que duele el trabajo, que, si la hubieran hecho, ella misma les enseara que no se encuentra (no choca) con la paciencia que el puesto en desventura y herido sienta lo que le duele, y publique lo que siente con pilabras y seas. Ni menos es ajeno del buen sufrimiento, que desee el que padece, o no haber venido el mal que tiene, o salir de l presto y en breve, que es todo lo que Job hace y dice en este lugar . . . Cristo, ejemplo de perfecta paciencia, aunque en los males que padeci, call siempre, en lo ltimo de ellos al fin se queja, y con voz dolorosa y grande, vuelto a su Padre, le dice: fDos mo. Dios miol por qu me desamparaste? En que mostr que no era impaciencia el quejarse, y que era de hombres, como l verdaderamente lo era, el sentir el dolor v el querellare rada uno de lo que le duele" .(Exposicin del Libro de Job).

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JOB 3, 3-36; 4, 1-5

*"Pere2ca el da en que nac, y son felices al hallar el sepulcro. y la noche que dijo: Ha sido concebido va- ^(Por qu dar vida) al hombre *Convirtase aquel da en tinieblas; [ron! cuyo camino est encubierto, y a quien Dios tiene cercado? no pregunte por l Dios desde lo alto, ni resplandezca sobre l la luz. M En vez de comer me alimento con suspiros, oscurzcanlo tinieblas y sombra de muerte; y mis gemidos se derraman como agua. ^Lo que tema, eso me ha sucedido, cbralo densa niebla, y lo que recelaba, eso me ha sobrevenido. sea espantosa la negrura de aquel da. 28 stoy sin tranquilidad, sin paz, sin descanso, 'Apodrese de aquella noche la oscuridad; se ha apoderado de m la turbacin." no se mencione entre los das del ao, ni se registre en el cmputo de los meses. 'Cuntese aquella noche entre las estriles, CAPTULO IV en que no se oye canto de alegra. PRIMER DISCURSO DE ELIFAZ. entonces Elifaz 'Maldganla los que saben maldecir los das, temanita tom la palabra y dijo: los que saben despertar a Leviatn. ^Eclpsense las estrellas de sus albores; *"Te molestar por ventura si osamos hablarespere la luz, que nunca le venga, mas quin puede contener las palabras? [te? 3 no vea jams los prpados de la aurora; Mira, t has enseado a muchos, 10 por cuanto no cerr las puertas del seno y a las manos dbiles dabas fuerza. 4 y no ocult a mis ojos los dolores. Tus palabras sostenan a los que tropezaban, fortalecas las rodillas que vacilaban. 11 Por qu no mor en el seno de mi madre, *Y ahora que a ti te ha llegado el turno, ests ni expir al salir de sus entraas? si l te toca a ti, quedas turbado, [abatido; "Por qu me acogieron las rodillas (de mi , y los pechos para que mamara? [padre), 24. En ve* de comer me alimento con suspiros: Otros traducen: antes de comer. El sentido es: los *PPues ahora reposara' yo en el silencio, gemidos son mi pan. I dormira, y asi tendra reposo, 25 s. Lo que tema: Segn otros, no se referira al J *con los reyes y consejeros de la tierra, pasado, sino al presente. Muchos repiten con Job Ja misma queja. La vida temporal est llena de aflicque se edificaron mausoleos, J ciones y pasa entre agitaciones y trabajos penosos. ?o con los prncipes que tenan oro, "Quin es el que no se halla martirizado por los y llenaron sus casas de plata; dolores, atormentado de cuidados, y posedo de teu O no existira, como aborto secreto, mores? Lloramos y remos; la tristeza acompaa a como los nios que no llegan a ver la luz. la alegra; tenemos hambre y nos saciamos; pero, "All los malvados cesan de hacer violencias, apenas saciados, el hambre nos asedia nuevamente. La sed agota nuestras fuerzas, el calor abate, el descansan los fatigados, fro hiela. Suspiros, lgrimas, sollozos de todas par18 gozan los cautivos todos de paz, tes; miserias universales, variadas infinitamente y sin nmero. El rico tiene sus aflicciones, y a meno oyen ya la voz del sobrestante. u nudo muy grandes: el pobre no cesa de tenerlas; All se hallan chicos y grandes, los pequeos estn expuestos a su influencia, y los y tambin el siervo libre de su amo. grandes no se hallan exentos de ellas" ( S . Gregorio, ^Por qu conceder luz a los desdichados, y vida a los amargos de espritu? 21 A los que esperan la muerte, que no viene, aunque la buscan cavando con ms empeo que un tesoro. ^ e alegran con jbilo8. Job se sirve de expresiones populares. Los que maldicen los dias son ciertos agoreros, especialista! en maldecir y capaces de despertar a Leviatn. es decir, al dragn que, segn la creencia popular, vive en el mar, o al dragn celeste que segn la mitologa oriental intenta devorar el sol y la luna. Vase 40, 20 ss. 12. El padre reconoca el nio como suyo recibindolo en las rodillas (Gen. 30, 3; S. 21, 11). 13. Reposara: Job da como indiscutible la inmortalidad del alma. Ms adelante expondr el dogma de la resurreccin (cf. 14, 12 ss.; 19, 25 ss.; S. 26, 13). 14 s. Mausoleos; Vulgata: soledades. El texto "parece aludir a los mausoleos, pirmides, etc., que aislados del osario comn y aun en sitios apartados se erigen los grandes personajes; monumentos, por otra parte, quizs ya por entonces expoliados (tal significa el vocablo etimolgicamente)" (Bover-Cantera). 17. Cesan, etc.: Los impos no ejercern mt sus violencias. Ver en S. 30, 21 ss. cmo la muerte nos libra de la malicia de los hombres. Moralia). 1. Se abre la discusin de los tres amigos con Job que se cierra con el cap. 31. Fillion los caracteriza de la siguiente manera: "Elifaz es el ms digno, el m i s moderado y ms reflexivo de los tres; habla con la autoridad y clarividencia de un profeta que ha recibido sus mensajes del cielo. 1 da el tono al comienzo de cada una de las fases de la discusin. Baldad es representante de los sabios de la antigedad; ha observado los acontecimientos de la vida, conoce los proverbios de los antijuos y se apoya sobre las lecciones del pasado; mas su argumentacin y su lenguaje son menos ricos que los de Elifaz, a la par que son menos simpticos para Job. Sofar es fogoso, sin moderacin, inclinado a invectivas y giros ofensivos, que para l tienen la fuerza de pruebas. 1 ser el primero en ser reducido a callarse." 5 ss. Meditemos, para no imitarla nunca, la falta de caridad de este amigo. Pretenda consolar a Job (2, 11) y no hace sino aumentar su dolor y quitarle l nico consuelo que lo sostena, o sea, la paz de la conciencia, que se senta amiga de Dios. Esta dureza con el prjimo, so pretexto de virtud, es la caracterstica del farisasmo. Cf. Ecli. 18, 15 (s.; Luc. 6, 31; Mat. 23, 4 y 13. Elifaz quiere probar que no es el justo quien perece sino el impo. Tal es, sin duda, la regla (Salmos '. y 36, etc.), pero a veces aparece lo contrario (cf. S. 72), y slo Dios sabe el secreto mientras llega la hora de la justicia. T-imbin Job, al final, tuvo grandsima prosperidad, aun en esta vida (cf. S. 33, 20).

JOB 4, 6-21; S, 1-16

529 Porque al necio le mata la clera, y al fatuo la envidia. Yo vi al necio echar races, y al instante maldije su morada. 4 Sus hijos no podran prosperar; hollados sern en la puerta, sin haber quien los libre. 5 Su cosecha la devoran los hambrientos, la hurtan detrs (del cerco) de espinos; y los sedientos se sorben su riqueza. e Pues no del polvo nace la calamidad, ni del suelo brotan los trabajos, 7 ya que el hombre nace para el trabajo, como el ave para volar.3 2

*Yo (en tu lugar) acudira a Dios, y a l le encomendara mi causa; 9 1 hace cosas grandes e inescrutables, 12 En el silencio me lleg una palabra, maravillas que nadie puede enumerar; 10 mi odo slo percibi un murmullo. derrama la lluvia sobre la tierra, "Agitado por visiones nocturnas, y enva las aguas sobre los campos. cuando en profundo sueo caen los hombres, "Ensalza a los humildes"apoderse de m un susto y espanto y eleva al afligido a lugar seguro; que estremeci todos mis huesos. "desbarata las tramas del astuto, [proyectos. "Pas por delante de m un espritu para que sus manos no puedan realizar sus 13 que eriz los pelos de mi cuerpo. Prende a los sabios en su propia red, "Se detuvo, pero no pude conocer su rostro; 14y los designios de los arteros quedan frustraEn pleno da tropiezan con tinieblas, [dos. estaba cual espectro ante mis ojos; y en el silencio o una voz (que deca): andan a tientas al med:oda, como si fuese de noche. 15 Entretanto (Dios) salva al desvalido "Acaso el hombre es ms justo que Dios? de la espada de sus lenguas, el mortal ms puro que su Hacedor? 18 y de la mano del poderoso. Si l ni de sus mismos ministros se fa, 1B Por eso_ el dbil tiene esperanza, y aun en sus ngeles descubre faltas, "cunto ms en los que habitan en casas de y la injusticia tiene que callarse, cuyos fundamentos son de polvo [barro, 2. Vernos aqui el espritu altanero de Elifaz. Por y sern rodos (como) por la polilla? "De la noche a la maana son exterminados, qu le ? dice esto a Job, que no es iracundo ni en vidioso perecen para siempre 3. Cf. S. 36, 35 s.; Jer. 12, 2 s. Maldije su morada: Vuljata: maldije su belleza; el griego: fu sin que nadie repare en ello. a consumida su morada. Se les corta el hilo de su (vida); 4. En la puerta, porque en la puerta de la ciumueren sin sabidura." dad se reuna el tribunal. Por sentencia de jueces CAPTULO VCONTINUACIN DEL PRIMER DISCURSO DE ELI-

No existe ya tu temor (a Dios), tu confianza, ni esperanza, y la rectitud de tu vida? 'Recuerda bien^ si pereci jams inocente alguno, y dnde han sido exterminados los justos? 8 Por lo que siempre he visto, los que aran la iniquidad y siembran el mal, eso mismo cosechan, 'Perecen al soplo de Dios, los consume el aliento de su ira. "El bramido del len, la voz del rugiente, y los dientes del leoncillo se quiebran. "Perece el len por falta de presa, y los cachorros de la leona andan dispersos.

FAZ.

'"Llama, pues, si hay quin te responda. A cul de los santos te dirigirs?10. El len es imagen del malhechor que ser exterminado por Dios. 17. Ms puro que su Hacedor. Claro est que nadie puede justificarse por si mismo ante Dios (S. 142, 2). Pero Job no pretende tal cosa, como 1 misno lo dice en 9, 2. Sobre este problema de la justificacin vase tambin 25, 4; III Rey. 8, 46 y notas. 18. Sus mismos ministros: los ngeles. Cf. 15, 15; S. 102, 20; II Pedro 2, 4; Judas 6. 21. Se les corta el hilo de su vida: La imagen es tomada de la tienda de campaa. Cortar las cuerdas que sujetan la tienda al suelo equivale a destruirla. Cf. II Pedro 1, 14, donde el Principe de los Apstoles usa esta imagen, haciendo alusin a su muerte. Sin sabidura, porque pusieron su con lianza en lo perecedero y no en el nico bien, que es Dios. 1. Los santos: los ngeles.

sern condenados sus hijos sin encontrar defensor alguno. 6 ss. Quiere decir: El dolor no es producto de la naturaleza, sino que brota de la actitud del hombre, el cual es por consiguiente la causa de sus padecimientos. Job contestar luego a esta tesis, que es falsa, porque nuestra naturaleza sumamente decada por el pecado original, qued entonces sujeta a los trabajos, a los dolores y a la muerte (cf. Gen. 3, 16-19). 7. Nuestra versin de este vers. coincide con la Vulgata. Bover-Cantera vierte: es el hombre quien engendra la desgracia, como los hijos del relmpago levantan su vuelo; Ncar-Colunga: del hombre es de quien viene (el infortunio) como del fuego vuelan los chispaeos. 8. Acudira a Dios: Consejo ocioso, pues Job ora constantemente. Todas las lecciones del Oficio de Difuntos estn tomadas de la sublime oracin de Job. 9 ss. Todo este discurso parece contener muchas verdades porque coincide con otros pasajes de la Escritura (cf. I Cor. 3, 19). Pero no ha de tomarse como doctrina de Dios, porque su intencin no es recta, y el Seor lo condena al final, como tambin a los otros dos amigos de Job (cf. 42, 7 ss.*). Como se ve, abundan en la dialctica de Elifaz argumentos que tomados por si solos son exactos, pero aplicados a Job resultan como una bofetada en la cara de un inocente. 13. Cf. S. 93, 11 y nota.

530 Feliz el hombre a quien Dios corrige. No desprecies, pues, la correccin del Omni1 hace la llaga, y la venda; [potente. l hiere y sana con sus manos. 18 De seis angustias te sacar, y en la sptima no te tocar el mal. ^En tiempos de hambre te salvar de la muerte, y en la guerra, del poder de la espada. 21 Te preservar del azote de la lengua, y no temers si vinieren calamidades. 22 l e reirs de la devastacin y del hambre, y no temers a las fieras salvajes. ^Pues estars en alianza con las piedras del campo, y_ las fieras del campo vivirn en paz contigo. 'Conocers que reina la paz en tu tienda; visitars tus apriscos, y nada echars de menos. 25 Vers numerosa tu descendencia, y tu prole como la hierba del campo. 'Entrars en el sepulcro en plena madurez cual gavilla segada a su tiempo.18 17 8 9

JOB 5, 17-27; 6, 1-23

Ojal que se cumpliese mi peticin! y que Dios me diera lo que deseo: que plugiera a Dios acabar conmigo, que soltara su mano para cortarme (la vida). 10 Entonces me quedara al menos este consuelo, y por eso brincara de gozo aunque l me aplasta que no he traspasado las palabras del Santo. 11 Pero cul es mi fuerza para esperar todava, y cul mi fin, para tener an paciencia? 12 Es acaso mi fuerza la de las piedras; o es de bronce mi carne? 13 No estoy privado de toda ayuda? No se ha apartado de m todo auxilio?14

E1 abatido tiene derecho a la compasin de su amigo, a menos que ste abandone el temor del Om15 Mis hermanos son falaces [nipotente. como un arroyo seco, pasan como las aguas torrenciales, 16 rurbias a causa del hielo "Esto es lo que hemos visto. As es. y de la nieve que en ellas se oculta; yelo bien y meditalo para tu provecho." "cuando viene el calor desaparecen; a los (primeros) calores su cauce se seca; 18 CAPTULO VI se pierden en el curso de su camino, se evaporan y perecen. RESPUESTA DE JOB A ELIFAZ. Respondi Job 19Las caravanas de Tema van en su busca, y dijo: suspiran por ellas los mercaderes de Sab; 20 mas su esperanza ser frustrada, '"Oh! Si pudiera pesarse mi afliccin, llegados a ellas quedan defraudados. 21 ponerse en balanza toda mi calamidad! As sois ahora vosotros para m; 'Pesaran ms que la arena del mar. os espantis, viendo mis males. Por eso mis palabras son sin moderacin. ^Acaso os he pedido: "Dadme algo; Pues las saetas del Omnipotente dejadme participar de vuestros bienes." 23 se han clavado en m, 0 bien: "Libradme del enemigo, r mi espritu bebe su veneno; salvadme del poder del opresor"? os terrores de Dios me combaten. Acaso el asno montes rebuzna teniendo hier- "Enseadme, y yo callar; o muge el buey si tiene su forraje? _ ( [ba?, explicadme en qu he errado. Acaso se puede comer un manjar inspido, 25 Qu fuerza tienen las palabras rectas! o gustar el jugo de plantas sin sabor? [sin sal, pero a qu viene vuestra censura? TLas cosas que mi alma rehusa tocar, son mi repugnante comida.19. Locucin proverbial. 1 nmero siete significa la plenitud. 23. "Las interpretaciones dadas al pasaje son mltiples. Dhorme explica que tener pacto o alianza con las piedras del campo es estar asegurado de que ellas no invadirn el terreno para impedirle produzca" (Bover-Cantera). 1. Las palabras de Elifaz no han logrado calmar a Job, al contrario, lo dejan perturbado m i s que antes. "De ah que reaccionara con acerbo vigor, sosteniendo tener razn en quejarse, afirmando su inocencia y vituperando a sus amigos por la falta de compasin. sta es la idea principal de este discurso que expresa tambin una penosa sorpresa: en vez de consolarme habis agravado mi dolor; habis frustrado mi esperanza" (Fillion). 5 ss. Job quiere decir: si estuviese bien, no me quejara. Nadie aborrece a su propia carne, dice San Pablo. Por donde vemos que el dolor no es virtud en si mismo, como tal vez lo crean los faquires o los estoicos. Lo que da valor a la Pasin de Cristo es la amorosa obediencia con que sufri. Vase Luc. 22, 42; Filip. 2, 8-9. 10. El Santo: Dios. El consuelo de Job consiste en no haberse opuesto nunca a la voluntad divina. Vase 4, 5 y nota. La Vulgata traduce: Y seria ste mi consuelo, que afligindome con dolor no m< perdonara, ni yo me opondra a as palabras del Santo. 11 ss. Bellsima confesin, propia de la verdadera humildad e infancia espiritual (ver 7, 11-12). Todos los grandes amigos de Dios han tenido este espritu, de una manera muy especial el santo re; David. Ntese el fuerte contraste con el audaz estoicismo que Dios confunde (Marc. 14, 29-30). Cf S. 68 y notas. 15 ss. Llama a sus amigos hermanos y les aplica la impresionante figura del torrente que cuando se derrite la nieve pasa con gran bro, pero luego se seca y no riega el pais en el verano, que es cuando hace falta. De la misma manera carecen de consuelo las palabras presuntuosas de loi amigos. 19. EHfaz era oriundo de Tema o Teman (vase 2, 11 y nota). Sabi, regin de Arabia. 20 s. Se refiere a las caravanas que esperan hallar agua en el torrente y quedan frustradas. Asi los amigos le fallan en la hora del dolor.

JOB , 26-30; 7, 1-21

531 Por eso, no refrenar mi lengua, hablar en la angustia de mi espritu, me quejar en la amargura de mi alma. 12 Soy yo el mar, o algn monstruo marino, para que me tengas encerrado con guardias? 13 Cuando digo: "Mi lecho me consolar, mi cama aliviar mi pesar", 14 entonces me aterras con sueos, y me espantas con visiones. 15 Por eso prefiero ser ahogado, deseo la muerte para stos mis huesos. 18 Tengo asco; no quiero vivir ms; djame, ya que mi vida es un soplo.17 11

''Pensis acaso en censurar palabras? Las palabras de un desesperado no son como viento? "Oh! vosotros tendis (un lazo) sobre el hurfano, y cavis (una fosa) a vuestro amigo. "Ahora volveos, por favor, hacia mi, porque (juro) ante vosotros que no voy a mentiros en vuestra cara. 29 ;Reparad, os ruego; no seis injustos! reflexionad de nuevo, y mi inocencia se har manifiesta. 30 Hay a^aso en mi lengua iniquidad? Puede mi paladar ya no distinguir la mal[dad? CAPTULO VIIJOB CONTINA SU DEFENSA.

Qu es el hombre, para que tanto le estimes, y fijes en l tu atencin, 1 "Milicia es la vida del hombre sobre la tierra; 18para que le visites cada maana, como los del jornalero son sus das. y a cada momento le pruebes? 19 'Como el siervo suspira por Ja sombra, Cundo cesars de mirarme, y como el jornalero espera su salario; y me das tiempo para tragar mi saliva? 20 'as hered meses de calamidad, Si he pecado, que te he hecho con eso, y noches de dolor me tocaron en suerte. oh Guardador de los hombres? 4 S me acuesto, digo: Por qu me pones por blanco a m, "Cundo me levantar?" que soy una carga para m mismo? 21 Mas la noche es larga, y me canso, Por qu no perdonas mi pecado dndome vuelta hasta el alba. ni borras mi iniquidad? 5 Mi carne est cubierta de gusanos Pues pronto me dormir en el polvo; y de una costra de barro; y si me buscas, ya no existir." mi piel se rompe y se deshace. 6 Mis das pasan - 1 . No tendr ya escrpulo en lamentarme. ms ligeros que la lanzadera, miremos en esto la blandura de Dios. y desaparecen sin esperanza. 12. Igual pequenez que en 6, 12.

Ad-

'Acurdate de que mi vida es un soplo; mis ojos ya no vern la felicidad. 'No me ver ms el ojo del que ahora me ve; apenas tus ojos me ven, y ya no subsisto. 'La nube se disipa y pasa; as no sube ms el que desciende al sepulcro. I0 No volver ms a su casa, ni le reconocer su lugar.

26. El sentido es: Queris censurar las palabras escapadas en la desesperacin, y las que lleva el viento? Cf. 7, 16 y nota. 27. Quiere decir: Os arrojis sobre un hurfano, como los acreedores que se apoderan del hijo de su deudor. 1 s. Milicia:. La idea no es la de guerra, sino la del trabajo por un tiempo, y durante el cual suspiramos por el reposo (Crampn). "Pero el Seor otorga la gracia a sus fieles siervos, y lo que es an ms, ccmo dice S. Pablo (Rom. 8, 28): "El hace que todo contribuya al bien de los que le aman" hasta el fin; todo: la gracia, las cualidades naturales, las contradicciones, las enfermedades, hasta el pecado, dice 20. Guardador de los hombres: He aqu uno de los S. Agustn, el pecado que l permite en la vida de ms hermosos nombres de Dios, un fino atributo de sus siervos, como permiti la negacin de Pedro, su paternidad. \Y lo formula el hombre ms atripara que se afiancen en la humildad y en el amor bulado del mundo, que ya no tiene esperanza de vims acendrado" (Garrigou-Lagrange, Prov. y Conf., vir! Admiremos tambin en esto la inquebrantable III, 3). Cf. I Pedro, 1, 6; S, 10. fe de Job. San Gregorio ve aqu expresada la fe en 5. Cf. 17, 14 y nota. el Salvador esperado. 6. Cf. 9, 25; 16, 23; 17, 11; S. 89, 4 ; 102, 12; 21. Los vv. 16-21 se emplean en la Liturgia en el Is. 38, 12; 40, 6. Oficio de Difuntos. Este final contiene una sublime 7 ss. Vuelve aqu a orar, con la debilidad de un doctrina sobre la gracia, pues es como si dijera: Si nio que se queja. Este espritu agrada al Padre acaso he pecado, qu otra forma hay de limpiarme, Celestial, como lo vemos en los Salmos. Lo que l sino tu perdn? Acaso sera yo capaz de purifiaborrece es la soberbia que blasfema, o la soberbia que carme a m mismo? Cf. 14, 4; S. 50, 9; Juan 13, quiere ser fuerte confiando en s misma. Vase v. 21. 8, etc.

16. Job desiste de desear la muerte violenta (v. 15), pues de todos modos no vivir ya mucho porque la vida se le escapa de. entre las manos. La desesperacin es todo lo contrario al espritu de Job, el cual llega al colmo del dolor y lo dice, pero mantiene siempre la confianza en que Dios se dejar aplacar, y no pone lmite a su esperanza, como vemos en 13, 15 s. 17. Qu es el hombre para que tanto le estimest Es lo que debemos preguntarnos, con el santo Job, todos los das, siempre que nos compenetramos de la grandeza de Dios y de su magnificencia y la comparamos con nuestra miseria, nuestra pequenez, nuestra flaqueza, nuestra mezquindad. "Sobrepasa la medida de nuestra comprensin el que Dios se ocupe de cada uno de nosotros, y sin embargo lo hemos experimentado mil veces en nuestra vida. Dios se comporta con sus creaturas como si toda su solicitud se concentrara sobre ellas, y particularmente sobre el hom"bre, y como si pensara nicamente en la felicidad de ste mismo, cuidndolo y guindolo; facilitndole todo lo que necesita; poniendo en su camino cuanto podra serle til; colmndole de alegras y consuelos y prodigndose para hacerle entender Su amor, como si cada alma fuese el nico y exclusivo objeto de su divina providencia" (Elpis).

532 CAPTULO VIII18

JOB 8, 1-22; 9, 1-13

sobre el montn de piedras, hundindose hasta donde est la roca; mas cuando se lo arranca de su lugar, PRIMER DISCURSO DE BALDAD, entonces tom ste lo desconoce (diciendo): la palabra Baldad suhita y dijo: "Nunca te he visto." 19 r No es otro el gozo 'tHasta cundo hablars de este modo que est al fin de su camino, y sern las palabras de tu boca y de su polvo nacern otros. cual viento tempestuoso? 3 Acaso Dios tuerce el derecho^ M He aqu que Dios no desecha al justo, o pervierte el Omnipotente la justicia? ni da la mano a los malvados. *S\ tus hijos contra El pecaron, 21 Algn da rebosar de risa tu boca, l los ha castigado ya _ y tus labios de jbilo. a causa de sus transgresiones. s^Los que te aborrecen s se cubrirn de ignominia, Pero t, si buscas solcito a Dios. y la tienda de los impos dejar de existir." e imploras al Todopoderoso, y eres puro y recto, al punto l velar sobre ti, CAPTULO IX y prosperar la morada de tu justicia. RESPUESTA DE JOB A BALDAD. 1Respondi Job "Tru anterior estado ser poca cosa, y dijo: pues tu porvenir ser muy grande. Pregunta, si quieres, a las generaciones casadas, respeta la experiencia de los padres; 9pues de ayer somos y nada sabemos, y nuestros das sobre la tierra pasan como la sombra. 10 Ellos te instruirn, ellos hablarn Contigo, y de su corazn sacarn estas palabras: 11 Puede crecer el papiro sin humedad, el junco elevarse sin agua? 12 Estando aun en flor, y sin ser cortado se seca antes que cualquier otra hierba. 13 As ser el fin de todos los que se olvidan de Dios; se desvanecer la esperanza del impo; 14 su seguridad le ser cortada, y su confianza va a ser como telaraa. ^Apyase sobre su casa, mas sta no se mantiene, se aferra a ella y no resiste. 16 Est en su lozana ante el sol, sus renuevos exceden de su huerto, "sus races se entrelazan1. El discurso de Baldad toma, y con mayor dureza, el mismo punto de partida que Elifaz: la culpabilidad de Job. Sobre suhita vase 2, 11. 3. Baldad no puede concebir la misericordia _ de Dios, y la mira como si fuera contraria a su justicia. Jess condena este espritu en el hermano del hijo prdigo (Luc. 15, 25 ss.) y en los obreros de la primera hora (Mat. 20, 13 ss.). Dios, dice Santo Toms, no obra nunca contra l justicia, pero s ms all de la justicia. Nunca da de menos, pero si da de ms (S. 77, .37 y nota). En Denz. 1014 puede verse cmo, segn el Papa San Po V, el premio es siempre superior* a nuestros mritos. 5 s. Pretende Baldad de nuevo que Job tiene que convertirse. Sobre esta base falsa y desprovista de caridad, prosigue todo su discurso. Cf. 4, 7 ss. y nota. 14. Texto inseguro. Vulgata: A l mismo no le contentar ya su estolidez; Ncar-Colunga: se apoya en una casa que se arruina; Champon: su confianza ser quebrantada.

^TBien s que es as. Cmo puede el hombre sef justo frente a sSi pretendiera contender con l, [Dios? de mil (cargos) no respondera a uno solo. 4 1 es sabio de corazn, poderoso y fuerte; quin se le opuso y le sali bien? S 1 traslada los montes, sin que sepan quin los trastorna en su ira. l remueve la tierra de su sitio, y sus columnas son sacudidas. 'El manda al sol, y ste no sale, y encierra bajo sello las estrellas. l solo extiende los cielos, y anda sobre las olas del mar. %1 hizo la Osa, el Orion y las Plyades, las constelaciones del cielo austral. 10 1 hace cosas grandes e insondables, y maravillas sin cuento y nmero. n H e aqu que pasa junto a m, y yo no le veo; y si se retira, tampoco lo advierto. l2 Si l toma una presa quin har que la devuelva? quin podr decirle: Qu es lo que haces?"1S

1 es Dios, no hay quien pueda doblegar su ira; debajo de l se encorvan

22. Cf. S. 34, 26; 108, 29. 2. En su respuesta, el piadoso paciente se refiere a la justicia, majestad y sabidura de Dios, ante quien nadie puede afirmar ser justo. Cf. 4, 17 y nota; S. 129, 3 ; 142, 2, etc. 7. Encierra las estrellas, es decir, hace que no luzcan, las entenebrece. Alusin al eclipse del sol. 9. Las constelaciones del cielo austral; literalmente, las cmaras o habitaciones del sur. Cf. 38, 31. 13. Los auxiliares.de R'hab: Alude en forma potica a un monstruo. S. Jernimo vierte: los que llevan sobre si el orbe. El sentido etimolgico del vocablo Rahab es irritado, agitado. De ah que se lo traduzca a veces por soberbio. Significa tambin a Egipto. Cf. 26, 12; I s . 30, 7.

JOB 9,13-35; 10, 1-7

533 por qu fatigarme en vano? ^Aunque me lavara con agua de nieve, y con leja limpiara mis manos, 31 T me sumergiras en el fango, y hasta mis vestidos me tendran asco. ^Porque l nb es un hombre como yo, a quien se pudiera decir: "Vamos juntos a juicio!" " N o hay entre nosotros arbitro que ponga la mano sobre entrambos. ^Aparte JEl de m su vara, y no me espante su terror: ^entonces hablar, sin tenerle miedo, porque as como estoy, no me conozco a m [mismo." CAPTULO XCONTINA LA RESPUESTA DE JOB A BALDAD.1

los auxiliares de Rahab. "Cunto menos podr yo responderle, elegir mis palabras frente a l? ls Aun teniendo yo razn, nada le respondera; implorara la clemencia del que me juzga. "Aun cuando respondiera a mis clamores, no creera que haba escuchado mi voz, "l que me aplasta con un torbellino, y multiplica mis llagas sin causa. 18 No me deja respirar y me harta de amargura. 19 Si se trata de fuerzar el poderoso es l, y si de justicia (dice): Quin me emplazar?" "Aun cuando yo tuviera razn mi boca" me condenara-, aunque fuera inocente, me declarara culpable. "Soy inocente, pero no me importa mi existencia, no hago caso de mi vida. ''Es todo lo mismo; por eso he dicho: "l acaba con el inocente como con el impo." a ;Si al menos el azote matase de repente! l se re de la prueba de los inocentes. M La tierra ha sido entregada en manos de los malvados; l mismo tapa el rostro de sus jueces. Si no es l, quin lo ser? "Mis das pasaron ms veloces que un correo, huyen sin ver cosa buena; _ "pasan como las naves de junco, cual guila que se arroja sobre la presa. "Si digo: "Olvidar mis quejas, voy a mudar mi semblante, y me regocijar", "me espantan todos mis dolores, pues s que T no me declaras inocente. 29 Y si soy juzgado culpable,15. Altisimo concepto de un alma religiosa: aunque creyera es'tar en lo justo, jams me pondria frente a Dios de potencia a potencia. Es la espiritualidad del S. 50. 20. Vase I Cor. 4, 4. El sentido es que, ya sea por la fuerza, ya por la razn, nadie puede medirse con Dios (Vaccari). Quiere decir que si l fuera malo o cruel, de nada valdran nuestras justificaciones. Dedcese, pues, la ms consoladora doctrina de la entrega, total y confiada, en las manos paternales y amorosas de Dios. 23. l se re: Vulgata: No se ra: "En todo el libro, dice S. Jernimo, no hay palabra ms audaz que sta." Vemos aqu sealado, con la viveza propia de la discusin, un hecho que se presenta simplemente a nuestra vista, en las guerras, terremotos, etctera, donde todos parecen caer por igual, como dice el v. 22. Es ste un secreto de Dios (cf. Luc. 13, 1-5). Pero la fe inconmovible que hemos de tener en la -misericordia y el amor de Dios que nos ha dado su Hijo, nos dice que nada se hace que no sea para nuestro mayor bien, ya temporal, ya eterno, como lo vemos en el mismo Job. Cf. Sab. 3, 1 ss.; 4, 7 ss.; Hebr. 12.

"Tedio de vida tiene mi alma, dar libre curso a mis quejas; hablar con la amargura de mi alma. 2 Dir a Dios^ "No me condenes"; dime por qu contiendes conmigo. 3 ;Te parece acaso bien oprimirme, desechar la obra de tus manos, y favorecer los designios de los malvados? 4 Tienes T ojos de carne, y miradas como miradas de hombre?5

Son tus das como los das de los mortales, y tus aos como los aos humanos, Bpara que vayas inquiriendo mi culpa y buscando mi pecado, 'aunque sabes que no soy malo, y que nadie puede librarme de tu mano?

31. Fango: Vulgata: inmundicias: Es siempre el concepto de la nada del hombre, que no puede defenderse ante Dios sin atenerse a su misericordia. 32. l no es un hombre como yo: Vase Is. 45, 9; Jer. 49, 19; Rom. 9, 20. 33. Profundo pensamiento: entre Dios y nosotros no puede haber pleito que se entregue al fallo de un tercero; el arreglo tiene que ser directo. Pero hoy tenemos un Abogado y Mediador que defiende nuestra causa ante el Padre: Cristo Jess. Cf. I Juan 2, 1 s.; Hebr. 7, 25. 34. Su vara: la fuerza de su brazo que me anonada y me impide esa libertad de espritu que es necesaria para la oracin. 1. Todo este captulo ha sido incorporado al Oficio de Difuntos para dar expresin al completo abandono de las nimas del Purgatorio. Cf. 5, 8 y nota. 4 ss. Expresa el supremo argumento de nuestra impotencia que, frente al Infinito, no puede sino entregarse a su bondad. Qu otra cosa podramos decirle? He aqu el verdadero sentimiento de un cristiano en la hora de la muerte: abandonarse con filial confianza en los brazos paternales de Dios, dicindole, como Jess: I En tus manos encomiendo mi espritu I 7. Es tal vez el pasaje ms elevado y escondido de este maravilloso libro, pues parece que Job faltara a la doctrina que nos ensea a reconocernos pecadores (cf. I Juan 1, 8 ss.; Luc. 13, 5). Pero en el caso de Job es Dios mismo quien nos ha dicho desde el principio (1, 1) que Job era justo y sin pecado. De ah que los amigos de Job parezcan a veces tener razn contra l, segn las reglas generales, sin comprender que se trata de una misteriosa excepcin. Cf. v. 12 y nota.

534

J O B 10, 8-22; 11, 1-14

nosotros, cf. 7, 17; S. 138, 13 y notas. 12. Ha conservado mi vida: El sentido e s : ha guardado mi alma del pecado. He aqui la explicacin de lo que padeca orgullo en el v. 7. Job no niega su inocencia, sino que reconoce que sta es obra de la gratuita misericordia de Dios, a quien por tanto corresponde todo el mrito y la gloria. Es el mismo espritu del Magnficat, en que Mara conoce bien su propia nada, y al mismo tiempo reconoce que Dios ba hecho en ella grandes cosas. 13. Vulgata: Aunque encubras en tu corazn, estas cosas, sin embargo s que de todas tienes memoria. Segn la Vulgata el sentido sera: Aunque pareces olvidar tus antiguos favores, s que eres bueno (Fillion). Segn el hebreo, estas palabras parecen en Job un colmo de audacia. Pero vemos cmo todo conduce a un mayor triunfo final de la Providencia. 21 s. Describe la condicin de la vida de ultratumba, sin distincin de buenos y malos (Santo Toms). Es frecuente en el Antiguo Testamento esta alusin al "scheol", lugar subterrneo a veces traducido por infierno (como en el Credo: "descendi a los infiernos"), y a donde van los buenos (S. 15, 10; I Pedro 3, 18 ss.) y tambin los malos (Nm. 16, 33; S. 54, 16). Cf. 14, 13; 19, 25; 26, 5 s.; I Rey. 2, 6; S. 48, 15 s.; 87, 13; Ecl. 6, 4; 9, 5, etc. El nuevo Testamento completa esta doctrina.

*Tus manos me han plasmado y me han hecho todo entero CAPITULO XI y ahora quieres destruirme? PRIMER DISCURSO DE SOFAR. xEntonces Sofar Recuerda que me formaste como barro, naamatita tom la palabra y dijo: y ahora me reduces a polvo. 10 2 No me vaciaste como leche. " Acaso no hay que contestar y cual queso me cuajaste? al que vomita palabras? n D e piel y de carne me revestiste, el hombre verboso ha de tener razn? 3 y me tejiste de huesos y nervios; Tu palabrera har callar a los hombres? lvida y favores me has concedido, y cuanto te burlas, y tu proteccin me ha conservado la vida. no habr quien te confunda? 13 Mas lo guardaste en tu corazn; 4 T has dicho: "Mi doctrina es pura, bien s que esto era tu designio. 14 y limpio estoy ante tus ojos." Si peco, T me observas; 5 Ojala que hablase Dios y no me perdonars mi culpa. y abriera sus labios contra ti, "Si .hago mal, ay de m! 8 para descubrirte y si soy inocente los arcanos de la sabidura! ni aun as puedo alzar mi cabeza, pues son muy diversos sus designios harto como estoy de oprobio entonces veras que Dios castiga y viendo mi miseria. 18 solamente una parte de tu culpa. Y si la alzo, me das caza como len, 'Pretendes acaso penetrar repites contra m tus terrores; "renuevas tus pruebas contra m, en las profundidades de Dios, y acrecientas conmigo tu saa, [males). 8hasta la perfeccin del Omnipotente? me atacan cada vez nuevos ejrcitos (de Es ms alta que el cielo, qu podrs hacer? 18 Por qu me sacaste del seno materno? ms honda que el scheol, Estara ahora muerto, cmo podras conocerlo? 9 sin que ojo alguno me hubiera visto. ms extensa que la tierra, 19 Sera como si nunca hubiese existido, y ms ancha que el mar. 10 llevado del seno materno al sepulcro. Si l acomete, cerrando el paso, x No son pocos mis das? y llama a juicio, Que l me deje pues, quin podr disuadrselo? y que se retire de m "Porque l conoce a los perversos, para que pueda alegrarme un poco, y ve la iniquidad, 21 antes que me vaya, para no volver, aunque parece' disimularla. 12 a la tierra de tiniebla .'Hiede acaso el necio pasar por inteligente, y de sombra de muerte, el pollino del asno montes por hombre? ^tierra de tiniebla, 13 parecida a denssima lobreguez, Si t dispones tu corazn, sombra de muerte, sin orden alguno, y levantas hacia l tus manos, X4 si alejas la iniquidad cuya luz es semejante a espesas tinieblas." que hay en tus manos, y no permites a la maldad 10 s. Sobre este estado embrionario del hombre y que habite bajo tu tienda, la asombrosa dignacin con que Dios se ocupa de1. Sofar sostiene la misma tesis que sus dos amigos El faz y Baldad, mas los supera en reproches injustos. Sobre naamatita vase 2, 11. 2 ss. Le atribuye mala fe. 'Quiz todos pensaramos lo mismo si Dios no nos mostrase, precisamente en este libro, ese misterio de las almas, que slo l conoce. De ah el consejo de no juzgar la conducta del prjimo (Mat. 7, 1-5), lo cual no debe confundirse con el juicio respecto de las doctrinas, que debe hacerse a la luz de Dios ( I Juan 4, 1 ss.; I Tes. 5, 21) para poder guardarse de los falsos profetas (iMat. 7, 15 ss.; I I Tim. 3, 5; Sant. 3, 12; Hech. 17, 11; Juan 5, 39. etc.). 4 ss. Todo esto parece buensima doctrina, pero Sofar no comprende que no es ste el caso de Job, y no obra movido por la caridad (cf. 10, 7 y nota). Cierto es que Dios est muy alto, pero l se da a conocer los rectos que reciben su Espritu ( I Cor. 2, 10 ss.; I I Cor. 4, 6; Luc. 10, 21, etc.). 8. Scheol: Vase 10, 21 s.; 19, 25 s. y nota. 12. El sentido es oscuro. Puede significar: El hombre vano llega a ser sensato, cuando el pollino del asno montes se hace razonable, es decir, nunca. Otra versin: Hasta el loco comprendera (ante estas razones) y el pollino del asno montes se hara razonable (Crampn).

JOB 11, 15-20; 12, 1-15

535 Caiga desprecio sobre aquel cuyo pie resbala! 'Las guaridas de los salteadores gozan de paz, seguros estn los que irritan a Dios; a ellos Dios se lo otorga (todo). 'Pregunta, te ruego, a las bestias, y ellas te ensearn, a las aves del cielo, y te lo dirn; 8 o habla con la tierra, y ella te instruir; te lo contarn los peces del mar. 'Quin de todos estos seres no sabe que la mano de Yahv ha hecho (todas) las cosas? 10 En su mano est el alma de todo viviente, y el soplo de toda carne humana. 11 No se ha hecho el odo para discernir las palabras; el paladar para gustar los manjares!112

"entonces alzars tu rostro sin mcula, te sentirs seguro, y nada temers; 'te olvidars de los dolores, y si de ellos te acuerdas es como de aguas que pasaron. "Entonces tu vida surgir ms resplandeciente que el medioda, las tinieblas te sern como la maana-, "tendrs seguridad por tener esperanza, echars una mirada en torno, y dormirs tranquilo; "te acostars, y no habr quien te espante, y muchos acariciarn tu rostro. "Pero los ojos de los impos desfallecern; para ellos no habr escape alguno; su esperanza ser exhalar el alma." CAPTULO XIIRESPUESTA DE JOB A SOFAR. ^Respondi Job

y uno: *"De veras, vosotros sois hombres, con vosotros morir la sabidura. ambin yo tengo seso como vosotros; ninguna ventaja tenis sobre m; y quin no sabe lo que decs? 4 Ludibrio soy de mis amigos! Yo, que clamaba a Dios, \ y l le responda! Yo, el recto e inocente,ahora objeto de oprobio! 'Ignominia al que sufre! as piensa el qu vive sin cuidados.

4

En los ancianos reside la sabidura, y en la larga vida la prudencia; con l, empero, estn la sabidura y el poder, suyo es el consejo y suya la inteligencia. I4 Lo que l derriba, no ser reedificado; si l encierra al hombre, no hay quien lo libre. 15 Si detiene las aguas, stas se secan;13

17. As sucedi luego a Job (cf. cap. 42), pero no por las razones que cree Sofar. 18. Job nunca perdi la esperanza (cf. 13, 15), pero la cifraba en la misericordia de Dios y no en sus propios mritos (7, 7 ss.; 9, 15 ss. y notas). 2. Sois hombres: Job habla en sentido irnico, como si dijera: Vosotros sois acaso los nicos hombres capaces de pensar y hablar? "Se burla disimuladamente de Sofar, que comenzando muy hinchado y prometiendo de s mucho, en cuanto habl nunca supo- hablar a propsito" (Fray I^uis de l^en). 3. Quin ignora esas generalidades? Pero aqu hay un misterio de Dios. Cf. 10, 7 y nota. 4. Hay muchas versiones diversas. Parece que Job atribuye a sus amigos (4, 6; 5, 1) burlas semejantes a las que recibi Jess de sus enemigos a causa del abandono por parte del Padre (cf. S. 21, 9; Mat. 27, 43). San Prspero explica esta conducta de los nalos haca los buenos: Todos los que quieren vivir con piedad en Jesucristo, dice, deben disponerse a sufrir oprobios y burlas de parte de los impos, a ser despreciados como insensatos que pierden los bienes presentes y no aspiran ni se aficionan ms que a los futuros. Dios lo permite para aumentar el brillo de la corona de los buenos. Este desprecio, esta burla, redundar en perjuicio de los malos, cuando su abundancia se convierta en escasez y su ciego orgullo en confusin. (In Sent. et Epigram. c. 32). 5. /Ignominia al que sufre I etc.: Texto dudoso y rr.uy discutido. Vulgata: Es antorcha despreciada en el concepto de los ricos, prevenida para el tiempo establecido. Bover-Cantera: Un hachn despreciable, o_ juicio del dichoso, adecuado para los de vacilante pie. Vemos aqu el criterio del mundo, diametralmente opuesto a las bienaventuranzas de Jess (cf. Mat. 5).

6. No siempre la prosperidad es fruto de 1 virtud, % y las pruebas no siempre provienen de la culpa. Es el misterio de que tratan los Salmos 36, 48, 72, etc. Dios permite muchas veces que los logreros y ladrones prosperen, "porque tiene reservado su castigo para la otra vida . . . Dios suele premiar con bienes temporales algunas obras buenas que a veces hacen los malos, y castigar con aflicciones y penas de esta vida las culpas o defectos en que incurren los que le sirven" (Pramo). 7 ss. Este cuadro de la grandeza de Dios no nos da ms que una dbil idea de Dios. Cuanto ms nos aplicamos a conocerlo, ms abismos de perfeccin descubrimos en l. Por esto dice S. Gregorio Nacianceno que cuanto ms se trata de conocer a Dios, ms se sustrae 1 a las investigaciones, huyendo de tal manera en el mismo momento en que creemos alcanzarle, que levanta hasta los-cielos a los que le buscan con amor (In Job). Tambin la naturaleza hace las veces de una Biblia que nos da el conocimiento natural de Dios, as como las palabras con que l se revela, nos dan el conocimiento sobrenatural de l. Cf. Rom. 1, 20; Denz. 2.145; Juan l, 18; 3, 32; 6, 46. Cf. tambin el discurso final de Dios en Job 38 ss. 11 ss. Mejor sabe el cuerpo discernir el sabor que el alma descubrir la sabidura de Dios distinguiendo las palabras divinas de las mundanas. Job ensalza la providencia del Creador, para demostrar que l no puede hacer injusticia al hombre. El piadoso paciente vislumbra la solucin del problema del dolor, mas todava iio loTra encontrarla. 12. Esta es la regla. El v. 20 nos muestra que Dios la altera cuando quiere. Cf. S.-118, 100; Sab. 4, 8; Prov. 9, 4; Luc. 10, 21, etc. 14. El primer hemistiquio es aplicado contra los enemigos de Israel en Mal. 1, 4. Cf. S. 126, 1. El segundo es uno de los atributos con que se presenta Jess en Apoc. 3, 7. Cf. Is. 22, 22. 15. Sobre este permanente milagro de las agua vase S. 103, 9 y nota.

J3ara que vean (experiser humilde en la gloria, porque la eleccin de Dios es menten) la gloria ma que T me diste, porque me gratuita; de pura misericordia elige lo ms bajo para amabas antes de la creacin del mundo" (Juan 17, ensalzarlo. Cf. S. 142, 6; Ez. 36, 21 s.; Luc, 1, 52; 24; cf. Juan 6, 39). Asi lo prometi 1 mismo a los S. 112, 7; Rom. 11, 6 s.; 9, 15; 11, 32; I Cor. suyos, dicindoles: "Cuando me haya ido y os haya 1, 26-31. preparado el lugar, vendr otra vez y os tomar junto 18. Esto es: son innumerables los espritus celestes a (Mi, a fin de que donde Yo estoy estis vosotros que sirven a Dios (cf. Dan. 7, 10 y la carroza de los tambin" (Juan 14, 3; cf. I Tes. 4, 16 s.). Fillion querubines en Ez. 1, 4 ss.), que hallan en l su hace notar que "la primera parte del Salmo se terfelicidad y estn atentos al menor de sus deseos (cf. mina por este gran pensamiento proftico: el celesDan. 10, 13 y nota) como ministros de sus miseri- tial conquistador, que avanza al principio del poema cordias o de sus venganzas. Cf. S. 102, 20; Mat. contra sus enemigos numerosos, se sienta ahora en 26, 53; Apoc. 9, 16. Sobre los Angeles de la Guar- su trono para siempre, despus de haber sometido da vase S. 90, 11 y nota. Viene el Seor del Sinai el mundo a su imperio". al Santuario, es decir, el profeta contempla cmo 22. Que se pasean en sus delitos: Cals vierte: Dios traslada gloriosamente su residencia del monte que te odian (cf. v. 2). Sina, donde dio la Ley antigua, al monte Sin, 23 s. Refirese a los enemigos de Israel. El Seor donde reinar para siempre segn el v. 17. Vase los descubrir en los rincones ms apartados, en la S. 75, 5; Jer. 23, 5; Ez. 37, 24; Os. 3, 5; Dan. 7, montaa de Basan (cf. v. 16), y si es preciso, hasta 14; Miq. 4, 7; l u c . 1, 32; Hebr. 12, 22. Cf. Ez. en el fondo del mar. Tal ser la obra del gran cam10, 18; 11, 22 s.; 43, 2-5 y notas. "Ambos montes pen (cf. Is. 59, 17) en el da de la venganza (S. significan ambas Alianzas." Cf. Jer. 31, 3 1 ; Hebr. 57, 11; Is. 61, 2; 63, 1 ss.; Apoc. 19, 15; S. 2, 9, 8, 8. Jess revel que la Nueva sera con su Sangre etc.). En ella emplear su podero (v. 29). Cf. Joel . (Luc. 22, 20; 24, 27 y 44 ss.). 3; S. 65, 5 y nota.

E1 Dios nuestro es un Dios que salva; por el Seor Yahv escapamos a la muerte. J o r q u e Dios quebrantar la cabeza de sus enemigos, el altivo penacho de los que se pasean en sus delitos. 2S E1 Seor dijo: "De Basan los sacar, los sacar de lo profundo del ocano; ^ a r a que hundas tu pie en la sangre de tus enemigos r en ella tenga parte a lengua de los perros."

LOS SALMOS 67 (88), 28-38: 68 (69), 1-3

^Cantores van delante, en pos van los taedores; en medio, las doncellas baten los cmbalos (cantando): ""Bendecid a Dios con alegra, bendecid al Seor los hijos de Israel." ^All est Benjamn, el ms joven, precedindolos} los prncipes de Jud -r su squito, los prncipes de Zabuln, los prncipes de Neftal. ^Despliega, oh Dios, tu podero; podero que_ asumes, oh Dios, en favor nuestro. ""A causa de tu templo que est en Jerusaln, ofrzcante tributos los reyes. S1 lncrepa a la bestia del caaveral y la multitud de los poderosos, dominadores de los pueblos. Suprime a los vidos de plata. Dispersa a los pueblos, que se gozan en las guerras! ^Vengan los magnates de Egipto, levante Etiopa sus manos a Dios. _ ''Reinos de la tierra, celebrad a Dios, entonad salmos al Seor,26 ss. He aqu lo que el poeta contemplaba desde el v. 6: la llegada del Seor al monte Sin acompaado por los representantes de todas las tribus reunidas (cf. Ez. 37, 15-23). Nombra a dos del Norte o de Israel: Zabuln y Neftal; y a dos del Sur, o de Jud: Jud al frente de todas por ser la estirpe real del Mesas (cf. S. 59, 9), y Benjamn. Cf- Is. 27, 13; Jer. 3, 18; 31, 1-3 y 31-33; 33, 14 ss.; %z. 16, 53; 20, 40 ss.; 27, 21 s.; Zac. 8, 13, etc. 29 ss. Cals titula este pasaje (vv. 29-32): "Splica por el triunfo mesinico" y expresa que en ella "se le ruega que acabe su obra y realice todas sus promesas; que suscite el reino mesinico y lleve a todos los pueblos a su templo para adorar al Husped divino y llevarle presentes... El orgulloso Egipto y la misteriosa Etiopa debern, de grado o por tuerza, tender hacia l manos suplicantes y los poderosos dominadores de la tierra tendrn que prosternarse ante su faz". Vaccari hace notar que "este mismo pensamiento se halla tambin en Is. 60, 1-14; Ageo 2, 7-10; Tob. 13, 11 e igualmente en el S. 71, 9 s.". 30. "El Santuario del monte Sin ser un centro para las ofrendas que toda la tierra llevar" (Fillion). Cf. S. 64. 2; 75, 12; Is. 25. 6; Ez. 40, 2 y nota. 31. Texto inseguro. Sobre la bestia, cf. Is. 19, 6; Ez- 29, 3 s. y tambin S. 79, 14; Dan. 7, 8; Apoc. 19, 20 y notas. Poderosos, dominadores: Literalmente: toros y novillos, imgenes de los gentiles representados por Egipto, Babilonia, Asiria y otros (cf. Is. 12, 12 y nota). Suprime a los vidos de plata: As tambin Rembold. Algunos (cf. Vaccari) quitan a este pasaje todo carcter trfico, presentndolo como festivo: "Su cortejo desfila con la canela y la multitud de los toros con los novillos de los pueblos; prostrnanse con lingotes de plata; avanzan los pueblos que quieren hacer ofrendas." Pero la economa general del Salmo muestra (cf. v. 2 s.; 23 s.) que, como en todas las profecas semejantes, al triunfo del Mesas corresponde la derrota, confusin y tremendo castigo de sus enemigos. Cf. I Cor. 15, 25; S. 109, 1; Hebr. 2, 8 y 10, 13. Dispersa las naciones, etc.: "Es la paz mesinica universal" (Fillion). Cf. S. 57, 11 y nota; Is. 2, 4; Os. 2, 18; S. 45, 10. ]Cun lejos estamos de esa dichosa edad! 33. Invitacin paralela a la de los Salmos 95 ss. Cf. Is. 2, 3; 60, 5; Miq. 4, 2, etc.

M

JSa Aquel que cabalga por los cielos, los antiguos cielos; al que nace resonar su voz, su voz poderosa.

^Reconoced la potestad de Dios, su majestad es sobre Israel, y su poder en las nubes. 36 Terrible es Dios desde su Santuario, el Dios de Israel, el que da potestad y vigor a su pueblo. Bendito sea Dios! SALMO 68 (69)EL LAMENTO DE CRISTO

Al maestro de coro. Por el tono de "Los lirios". De David. 2 Slvame, oh Dios! porque las aguas me han llegado al cuello. 3 Estoy sumergido en lo hondo del fango, y no hay donde hacer pie;34 s. Cabalga por los cielos: Cf. v. .5; S. 1-7, 11. Su voz poderosa: Vase S. 28, 3 y 10 y notas, que termina como ste; cf. Is. 30, 30. Su majestad es sobre Israel (v. 3 5 ) : El hebreo da un sentido distinto de la Vulgata, que dice: Dad gloria a Dios a causa de Israel, expresin que es tambin usada en Salmos como el 48 y el 96, semejantes a ste (cf. Is. 54, 15 y nota). Es de advertir sin embargo que la actual edicin de Gramtica ha tomado el sentido del hebreo diciendo: Dad gloria a Dios: sobre Israel est su magnificencia y en las nubes su poder, y citando como paralelo el S. 28, 2. Sco ve aqu "la humanidad de Cristo en el da tremendo del juicio, cuando aparecer en las nubes, lleno de poder y de majestad". Vase la insistencia con que se habla de nubes en Mat. 24, 30; 26, 64; Hech. 1, 9-11; Apoc. 1, 7; 14, 14; I Tes. 4, 17, etc. Entonces ser llamado el Admirable, como lo indica S. Pablo en I I Tes. 1, 10, cumplindose as! la profeca de Is. 9, 6 en Aquel que en su primera venida no fu sino despreciado y reprobado (Is. 53, 2 ss.). Este doble aspecto de Jess: sus sufrimientos y posteriores glorias (I Pedro 1, 11), lo nuevo y lo antiguo (Mat. 13, 52), la adorable Vctima del amor y el Triunfador glorioso y admirable est sintetizado, en Is. 49, 7, y sobre todo en Is. 61, 1 ss., del cual Jess cita slo la primera parte cuando aplica ese texto a su primera venida en^ I,uc. 4, 18 s., separando as el ao de la reconciliacin, que l vino a predicar, del da de la venganza que aqu se anuncia. 1. Sobre el sentido del epgrafe vase nota al S. 44, 1. Se trata de un Salmo proftico paralelo al S. 21. Ambos se cumplieron al pie de la letra en cuanto se referan a la Pasin de Cristo, a la cual suele aplicarse el Salmo en sentido literal. Algunos lo hacen en sentido tpico, pero, aunque ello nada les restara de su valor como profeca mesinica, parece difcil aplicar an a David todos los detalles que tan perfectamente se ajustan a Cristo, odiado sin causa (v. 5 y Juan 15, 25); devorado por el celo de su Padre (v. 10 a y Juan 2, 17); sufriendo en s los ultrajes dirigidos a Dios (v. 10 b y Rom. 15, 3 ) ; recibiendo el ofrecimiento de vino con hil (v. 22 a y Mat. 27, 34); abrevndose de vinagre (v. 22 b y Mat. 27, 48; Marc. 15, 23; Luc. 23, 36; Juan 19, 29), y sobre cuyos enemigos recaern las imprecaciones de este Salmo (v. 23 s. y Hech. 1, 16 y 20; Rom. 11, 7-10). 2. Slvame! As como el Miserere (S. 50) expresa la contricin de David, este otro expresa algo que pareciera imposible: la contricin de Jess, "hecho pecado" por amor nuestro (v. 6) y mostrndonos en sus palabras el espritu con que el pecador debe dirigirse al Padre: espritu de amor filial, confianza y pequenez.

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LOS SALMOS 68 (69), 3-1110

he cado en aguas profundas y me arrastra la corriente. Me he cansado de llamar, mi garganta ha enronquecido, han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios. Ms que los cabellos de mi cabeza son los que sin causa me odian. Son demasiado poderosos para mis fuerzas los que injustamente me hostilizan, y tengo que devolver lo que no he robado.

porque me devora el celo de tu casa, y los baldones de los que te ultrajan cayeron sobre m. u M e aflig con ayuno, y se me convirti en vituperio.10. Me devora el celo de tu casa: Este texto, que los discpulos aplicaron a Jess cuando vieron su santa indignacin por arrojar a los mercaderes del Templo (Juan 2, 17), forma la primera antfona del Oficio de Tinieblas en la Semana Santa. Los baldones ... cayeron sobre m: porque miraba como propios los intereses de su amado Padre. Tal ha de ser la suerte de los discpulos: como la del Maestro (Juan 15, 20). "El que vive en el mundo como en su elemento y encuentra que todo va muy bien y saca ventajas de ostentar su fe, ser fcilmente querido y respetado, mas no ser por cierto discpulo de Cristo." Cf. 1 Juan 4, 4; Luc. 6, 26; I Cor. 4, 13; I Tim. 6, 5, etc. Es el honor ms grande para un cristiano: ser perseguido por los que rechazan o traicionan a Dios. Cf. Mat. 5, 10 ss.; Luc. 6, 22 s.; Hech. 5, 4 1 ; I I Tim. 3, 13; I Pedro 4, 15 s. 11 s. Los mismos bienes que haca se los tomaban a mal (cf. Luc. 5, 21; Juan 6, 52 y 60; 8, 48 ss., etc.), y no slo se burlaban de l hasta los borrachos (v. 13): tambin le abofeteaban los criados (Juan 18, 22) y le escupan los soldados (Marc. 14, 65; 15, 19), como lo haba anunciado l mismo (Marc. 10, 34; Luc. 18, 32). Y l qu haca entretanto? Dirigir en silencio su oracin a Dios (v. 14). Qu discurso habra podido pronunciar Jess arengando a las multitudes cuando lo sacaron como Ecce Homo a los balcones de Pilato! (Juan 19, 5). \Qu argumentos para demostrar la iniquidad de esos ataques y la injusticia legal de todo su proceso! Con qu augusta majestad no habra podido el divino Pontfice decirles quin era l y quines eran ellos, los que lo atacaban 1 Con qu facilidad no habra podido confundirlos, y con qu facilidad destruirlos, envindoles "ms de doce legiones de ngeles"! (Mat. 26, 53). "Pero Jess callaba": Jess autem tacebat (ibid. 63). l era el cordero que guarda silencio (Is. 53, 7) y que ruega por los transgresores (ibid. 12). y en forma idntica nos envi a nosotros, sus discpulos "como corderos entre lobos" (Mat. 10, 16) para ser "odiados de todos" (ibid. v. 22), y no por nuestros defectos, sino precisamente "a causa de su Nombre" (ibid.). y para que demos ejemplo de no resistir a los malos (Mat. 5, 39) y rojuernos por los que nos persiguen (ibid. v. 44); r porqu* no es el discpulo ms que el -maestro O u a * 15, 18-20). Pues los que tenemos su Palabra no somos del mundo, as como l no es del mundo (Juan 17, 14). He aqu el camino que Jess nos muestra: soportar en silencio los ataques, sin sorprendernos de ser vituperados por el Nombre de Cristo (I Pedro 4, 12) y de que el mundo nos odie, como ense el discpulo amado (I Juan 3, 13), y sin defendernos pretendiendo que defendemos con ello la causa de Dios. Ese silencio de Jess lo anunci Isaas con palabras que repite el Evangelio, diciendo: "No se oir su voz en las plazas" (Mat. 12, 20; Is. 42, 3). As entresacados por l del mundo (Juan 15, 19), excluido y apartado nuestro nombre como pernicioso por causa del Hijo del Hombre, no somos vigorosos sino dbiles (Apoc. 3, 8), para que la fe no se funde en sabidura de hombres, sino en una fuerza divina (I Cor. 2, 5 ) ; somos hechos necios para ser sabios (ibid. 3, 18); hechos basura del mundo a ejemplo de Cristo (ibid. 4, 13), pues l elifje a los necios y dbiles para confundir a los sabios y fuertes (ibd. 1, 27), porque la necedad de Dios es ms sabia que los hombres y la debilidad de Dios ms fuerte que los hombres (ibid. 1, 25). Es, pues, en esta doctrina de la cruz, que es necedad para los que se pierden, donde est nuestra fuerza (ibd. 1, 18). Slo por ese camino prometi el triunfo no temporal pero s eterno; no ahora (Mat. 24, 9 ss.; Luc. 18, 8; Apoc. 13, 7) pero s cuando venga l (Luc. 22, 28-30; Apoc. 19, 11 ss.), que ha vencido al mundo (Juan 16, 33).

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T, oh Dios, conoces mi insensatez y mis pecados no te estn ocultos. 'No sean confundidos por mi causa los que esperan en Ti, oh Seor, Yahv de los ejrcitos. Que no se avergencen de m quienes te buscan, oh Dios de Israel. *Es por tu causa si fie sufrido oprobio y mi rostro se ha cubierto de confusin. 9 He venido a ser un extrao >ara mis hermanos; os hijos de mi madre no me conocen,5. Devolver lo que no he robado: Locucin proverbial que en boca de Cristo adquiere un sentido infilatamente sublime, inmensamente desgarrador y dichoso a un tiempo, puesto que en ella se encierra todo el misterio de la Redencin, tal como lo contempiamos en S. 39, 13 y nota. " E s Cristo, dice S- Ata* nasio, quien tom sobre s nuestros pecados y padeci por nosotros tormentos indecibles." Cf. S. 87, 8; Is. 53, 4 ss.; Gal. 2, 20; I Pedro 2, 21-24; I Juan 3 5, etc. 6. He aqu donde el Salmo va ms all del sentido tpico y se nos muestra literal y exclusivamente propio del Seor Jess, porque en nadie sino en l se explicara la aparente contradiccin entre este v. y la Vctima inocente del v. 5. Jess llama suyos nuestros pecados (vase E*- 4, 4 y nota) y los pre senta en dos palabras, pues sabe que el Padre^ ya los conoce. |Cun fcil es orar sabiendo esto! (vase lo que dice Jess en Mat. 6, 7 ss.). Algunos explican este pasaj e como si su sentido fuera: "me acusan de locura e iniquidad, mas T sabes, Seor, si he cometido nada que sea insensato o malo". Pero ello quitara, como hemos visto, lo ms sustancial de la Pasin del Hijo de Dios, hecho l mismo, en lugar nuestro, "pecado" (II Cor. 5, 21) y "maldicin" (Gal. 3, 12; Deut. 21, 23). 7 ss. Jess pide que las almas rectas no se escandalicen al verlo aparecer como derrotado, fracasado y hasta con un aspecto fsico tan diferente de su serena belleza de otros das. Vase S. 21 7 s.; Is. 53, 2 ss.; S. 44, 3. Quiere mostrarnos cuan grande es el peligro que corremos de escandalizarnos de l. Vase Mat. 11, 6 y nota; 13, 21 y 57; 24, 10; 26, 33; Marc. 14, 27; Luc. 7, 23; Juan 16, 1 ss.; Rom. 9, 33: I Pedro 2, 8. 8. Por tu causa, esto es, por llevar hasta el fin Tu voluntad de salvar a los hombres, que T quisiste realizar por -mi predicacin (Juan 6, 38-40; cf. S. 39, 7 y nota), pero que Israel, movido por Satans, rechaz hasta llevarme a esta muerte que Yo acept librrimo y sin que nadie me la impusiera (Juan 10, 18), como el pastor que pone su vida por las ovejas en manos del lobo (Juan 10, 11-12). 9. Es ste un captulo importante de la persecucin sufrida por Jess y anunciada a sus verdaderos discpulos: el alejamiento de amigos y parientes. Cf. Job 19, 13 y 19; S. 30, 12; Is. 53, 3; Miq. 7, 6; Mat. 10, 36; Luc. 4, 24; 12, 51 ss.; Juan 1, 11; 7, 5; 16, 1 ss., etc.

LOS SALMOS 68 (69), 12-36

62924

Me vest de cilicio, y vine a ser la fbula de ellos. "Murmuran contra m los que se sientan a la puerta, y los bebedores me hacen coplas.

Obscurzcanse sus ojos para que no vean; y encorva siempre sus espaldas. ^Vierte sobre ellos tu indignacin, y alcnceles el ardor de tu ira. 26 Devastada quede su casa, 14 Mas yo dirijo a Ti mi oracin, oh Yahv, y no haya quien habite en sus tiendas. 27 en tiempo favorable, oh Dios, Por cuanto persiguieron escchame segn la grandeza de tu bondad, a aquel que T heriste, segn la fidelidad de tu socorro. aumentaron el dolor de aquel 15 Sacame del lodo, no sea que me sumerja. que T llagaste. Lbrame de los que me odian ^Adeles iniquidad a su iniquidad, y de la hondura de Jas aguas. y no acierten con tu justicia. 16 No me arrastre la corriente de las aguas, ^Sean borrados del libro de la vida, ni me trague el abismo, y no estn escritos con los justos. ni el pozo cierre sobre m su boca. 30 Yo soy miserable y doliente, "Escchame, Yahv, mas tu auxilio, oh Dios, porque tu gracia es benigna; me defender. mrame con la abundancia "Alabar el nombre de Dios en un cntico, de tu misericordia; 18 le ensalzar en un himno de gratitud; no escondas tu rostro a tu siervo, ^ y agradar a Yahv ms que un toro, escchame pronto ms que un novillo con sus cuernos y pezuas. porque estoy en angustias. 10 M Acrcate a mi alma y resctala; Vedlo, oh humildes, y alegraos, por causa de mis enemigos, lbrame. y reviva el corazn de los que buscis a Dios. ^Bien conoces T mi afrenta, M Porque Yahv escucha a los pobres, mi confusin y mi ignominia; y no desprecia a sus cautivos. a tu vista estn todos los que me atribulan. 21 ^Albenlo los cielos y la tierra, E1 oprobio me ha quebrantado los mares y cuanto en ellos se mueve. el corazn y titubeo; 36 Porque Dios salvar a Sin, esper que alguien se compadeciera y reedificar las ciudades de Jud; de m, y no lo hubo; y habitarn all, y que alguno me consolara, y tomarn posesin de ella. mas no le hall. ^ o r comida me ofrecieron hil; 24. No vean: Esta ceguera (cf. v. 28), que el Esy para mi sed me dieron a beber vinagre. pritu Santo sanciona aqu como una sancin divinapor boca del salmista, hizo llorar al Seor sobre Jerusaln porque no haba conocido su visita (Luc. 9, 41-44), permanece an sobre Israel rebelde, impidindole entender el Antiguo Testamento ( I I Cor. 13. A la puerta de la ciudad solan reunirse los 3, 14) y ser tambin, segn revela S. Pablo, la que ciudadanos y los ociosos para discutir los asuntos pierda a todos los que han de perecer con el Anticomunes y comunicarse las noticias. Tambin los cristo, a los cuales "por no haber aceptado el amor ancianos se sentaban all para juzgar ios crmenes. de la verdad para salvarse, les enviar Dios poderes Cf. v. 5; S. 24, 19; 34, 19; y Juan 15, 25. de ensao para que crean a la mentira" (II Tes. 14. Tiempo favorable: Es la expresin de Is. 49, 8. 2, 10 s. y nota). Cf. Is. 61, 1 s.; Luc. 4, 16 ss. y notas. 26. Tess lo cita en Mat. 23, 38. Vase all la 15 ss. Dirige aqu al Padre la oracin dolorossi- nota. Cf. Hech. 1, 20. ma que anuncia en el v. 14. Es una splica apre27. Cf. S. 39, 7 ss. y 13 y notas. miante. hecha Y escogi a su siervo David, M expuls ante ellos a los gentiles, sacndolo de entre los rebaos de ovejas; en suertes reparti la heredad de stos, "detrs de las que amamantaban lo llamo, y en sus pabellones hizo habitar para que apacentase a Jacob, su pueblo, a las tribus de Israel. y a Israel, su heredad. ra Y l los apacent con sencillez de corazn, ''Pero ellos aun tentaron y los gui con la destreza de sus manos. y provocaron al Dios Altsimo, y no guardaron sus mandamientos. 59. Lugares altos: En los collados hacan culto "Apostataron y fueron traidores, idoltrico a manera de los cananeos (cf. Deut. 12,44. Primera plaga. El v. 45 recuerda la 4 y la 2; el 46 la 8; el 47 la 7; el 48 la 5; el 49 la 9; el 50 la 6. No se menciona la tercera plaga: los mosquitos (Ex. 8, 16 ss.) quiz por comprenderla en la de las moscas (v. 45 a ) . 48. As Rembold. Cf. Cals. 49. Ejecutores de calamidad. Otros: ngeles tna tos. Vase Sab. 18, 15 y nota.. Cf. Apoc. 7, 1 ss.; 9, 14 s.; 15, 1, etc. 50. Para la traduccin cf. Rembold y Cals. 51. Cam, hijo de No, es, segn el Gnesis (10, 6), progenitor del pueblo de Egipto, que en hebreo es Ha mado Misraim. Primicias del vigor se llama a lbs pri mognitos (Gen. 49, 3; Deut. 21, 17). Cf. S. 126. 4 52 s. Notemos el amor y ternura que pone Dios en esta expresin. Cf. Is. 63, 9-14; S. 76, 21; 79, 2; Os. 12, 13, etc. 54 s. Los montes (quiz: los limites). Se trata de toda la Palestina (Jos. 13, 7), regin montaosa (cf. Ex. 15, 17). Su diestra, no el esfuerzo de Is rael. Vase los admirables pasajes del Deut. 7, 7-24; 9, 1 ss.; S. 67, 6-13 y notas. Expuls a los gentiles (v. 55): Vase S. 79, 9; Sab. 12, 6. Son inconta bles los casos como ste en que Dios hace ostenta cin de su amor y preferencia por el pueblo escogida (Deut. 32, 8 ss.; S. 104, 14 y 44, etc.). Reparti la heredad: Cf. Jos. 13, 6; 17, 1 ss. Cf. Ez. 47, 13-23 57. Fallaron como un arco torcido: Para notar la elocuencia de esta figura obsrvese que se trata aqu nuevamente de los efraimitas, hbiles arqueros (v. 9). Ellos tuvieron en su tierra el honor de poseei el Tabernculo (v. 60).

2; Lev. 26, 30). Todos los profetas tuvieron que luchar ms tarde contra ese culto en los lugares altos. 60 s. El Tabernculo, su Morada (cf. Jer. 7, 12), haba sido puesto en Silo (tribu d e ' Efram) en tiempo de Josu (Jos. 18, 1). El Arca de la Alianza, llamada su fortaleza y su gloria (v. 61), cay en poder de los filisteos (I Rey. 4, 4 y 11) y no regres ms all, donde habia estado instalada en tiempo de los Jueces (I Rey. 4, 21). Cf. E*41, 26. 63. No fueron desposadas: Porque los jvenes haban perecido. 65. Es Dios mismo quien se aplica este smil de asombroso vigor para mostrarnos el celo con que defiende a los suyos (cf. Luc. 1, 71; Juan 10, 28-30 y nota). 66. Alusin a la enfermedad vergonzosa que sufrieron los filisteos mientras el Arca estaba en su territorio (I Rey. 5). 67 s. Dios eligi el monte Sin como sede del Tabernculo, en seal de la preponderancia de Jud sobre Efram. Cf. v. 9 y nota; S. 67, 17 y 28; 79, 2; 80, 6; 86, 3; I Par. 28, 4; Am. 9, 11; Hech. 15, 16 s. 69. Cf. S. 88, 30; 148, 1 y 7; Is. 65, 17; 66, 22; Ef. 1, 10; I I Pedro 3, 13, etc. 70 ss. Vase la admirable eleccin de David, figura de Cristo: | E r a "el ms pequeo" y apacentaba ovejas! Vase I Rey. 16, 11 ss.; I I Par. 6, 6; I I Rey. ;, 2; 7, 8 (cf. Amos 7, 15; Luc. .5. 10); Ez. 34, 23; 37, 24 s,; Miq. 7, 14; S. 88, 2 1 ; 131, 11 ss.; Ecli. 45, 3 1 ; 47, 2 ss.

LOS SALMOS 78 (7), 1-13; 79 (80), 1-210

641 Por qu han de decir los gentiles: Dnde est el Dios de stos?" Sea manifiesta contra los gentiles, delante de nuestros ojos, la venganza por la sangre vertida de tus siervos.

SALMO 78 (79)ELEGA SOBRE LA RUINA DE JERUSALEN

Salmo de Asaf. Oh Dios, los gentiles han invadido tu heredad, han profanado el Templo de tu santidad, han hecho de Jerusalen un montn de ruinas. 2 Dieron los cadveres de tus siervos >r pasto a las aves del cielo; as carnes de tus santos a las bestias de la tierra. derramaron su sangre como agua, en rededor de Jerusalen, y no hubo quien les diera sepultura. *Hemos venido a ser el escarnio de nuestros vecinos, fbula y ludibrio de los que nos rodean. Hasta cundo, Seor? Ha de durar tu ira para siempre? Ardern tus celos como el fuego? derrama tu clera sobre las gentes que no te conocen, y sobre los reinos que no invocan tu Nombre; 'porque ellos han devorado a Jacob y han asolado su morada. 8 No quieras recordar contra nosotros las iniquidades de nuestros mayores; venga pronto a encontrarnos tu misericordia, porque estamos muy abatidos.9 5

l

Suba hasta Ti el gemido de los cautivos, segn la potencia de tu brazo, salva a los destinados a la muerte. 12 Derrama en retorno, sobre el seno de nuestros vecinos, septuplicado el ultraje que arrojaron sobre Ti, Seor. 13 Y nosotros, tu pueblo, y ovejas de tu grey, te daremos gracias eternamente, y cantaremos tu alabanza, de generacin en generacin. SALMO 79 (80)RESTAURACIN DE LA VIA DEL SEOR

u

Para el maestro de coro. Por el tono de (como) azucenas (las palabras) de la Ley, Salmo de Asaf. 2 Pastor de Israel, escucha: T, que como un rebao guas a Jos; T, que te sientas sobre querubines,10 ss. La venganza: Para defender este pasaje contra los que se escandalizan de l, un exgeta protestante se ha fundado en que "los salmistas eran hombres" y en la injusticia y brutalidad sufridas por el judaismo. La explicacin es puramente humana y poco sobrenatural, como si la oracin de este Salmo y de tantos otros anlogos no fuese inspirada. Mejor lo explicaba ya S. Agustn diciendo que no desea el salmista que vengan males sino que presagia la ineludible accin de la justicia y vaticina las cosas futuras. En efecto, los profetas anuncian muchas veces tal venganza (cf. Joel 3, 1 ss.) y en Apoc. 6, 10 y 19, 2 encontramos igual expresin, acompaada esta vez de jbilo en el cielo. Los que despus de esto se escandalizasen, lejos de defender la Ley de Dios (cf. Mat. 5, 39-48; 18, 21 ss., etc.) estaran juzgando a Dios, lo cual es una soberbia que l no tolera a pesar de ser tan bueno con los dems pecadores. Septuplicado (v. 12): Cf. Gen. 4, 15 y 24; Lev. 26, 21 y 28; Prov. 6, 31; Ecli. 7, 3; 40, 8, etc. 13. Ovejas de tu grey: Vase S. 94, 7; 99, 3. Cantaremos, etc.: "Como se hace en el Apocalipsis, se pedir que el Salvador, para siempre victorioso, vengue sobre las potestades del mal la sangre de los que le dieron testimonio; y se har buena justicia. Despus de triunfar por un tiempo, el autor de todo mal ser castigado y relegado para siempre al fondo del abismo y llegar el reinado de la pax y de la justicia" (Dom Puniet). Cf. Is. 43, 21; Jer. 23, 5; 33, 15 s.; Apoc. 6, 9-11; 20, 1-10, etc. 1. Acerca del epgrafe lase la nota al S. 44, 1. Sobre el contenido vase el S. 78, 1 y nota. ste Salmo, como el anterior, es una apremiante oracin "que pide a Dios socorro para la atribulada nacin israelita en figura de una via que plant el mismo Dios (cf. Is. 5, 1-7; Jer. 2, 21)" (Vaccari). Arrancada del suelo de Egipto y trasladada al pais de promisin, la abandon el Viador divino y la vendimian los transentes (S. 88, 42 ss.). Cf. Gen. 49, 22; Is. 3, 14; 5. 5; Jer. 12, 10 s. Muchos suponen que se trata aqu en particular de las diez tribus del norte, cautivas en Asira (cf. v 2 y nota), pues el epgrafe en los LXX dice: "Sobre los asirios". Es el caso del S. 75, 1. Vase all la nota. 2 . Portor de Israel: Vase Gen. 48, 15: 49, 24. Cf. S. 21, 1; 73, 1; 77, 52. El nombre de Benjamn (tribu del reino de Jud) sorprende aqu entre los

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Acude a socorrernos, oh Dios, Salvador nuestro, por la gloria de tu Nombre. Lbranos y olvida nuestros pecados, a causa de tu Nombre.

1 ss. Segn 1a opinin ms comn entre los exgetas catlicos, este Salmo, como el 73, deplora la suerte del Templo y de la Ciudad santa hollada por los gentiles y la humillacin del pueblo hebreo, que dura hasta hoy segn lo anunci Jess (Luc. 21, 24). Y as como en los Salmos 74 y 75 Dios responde a ese lamento con las promesas de restauracin, as tambin el Salmo 79 contiene la esperanza de sta. La atribucin al tiempo de los Macabeos ha sido abandonada, como en tantos otros Salmos, pues ste ya se recitaba entonces como ms antiguo (cf. I Mac. 7, 17, que cita los vv. 2 s.) y se reconoce que la destruccin de la ciudad por Antoco no fu tan grave como lo que aqu se menciona. S. Atanasio y otros vean en ste un Salmo proftico del tiempo de David, y la liturgia juda lo recita an cada viernes junto al Muro de las Lamentaciones, ltimo recuerdo del Templo desaparecido desde la destruccin de la ciudad por Tito, que Jess anunci en Mat. 24. Un montn de rumas: Cf. S. 73, 2 y 7; Is. 1, 8; 63, 18 s. y 64, 1; Jer. 51, 51; Ez. 25, 1 ss. y nota. 5. Cf. S. 70, 5; 73, 1; 77. 21; 84, 6; 88, 47. 6 s. La profeca de Jeremas, lamentando la desolacin de Jerusalen, termina con estas mismas palabras (Jer. 10, 25). La edicin vaticana de Gramtica cita aqu muy a propsito la oracin de Ecli. 36 y II Tes. 1, 8, que muestra cmo ser en los ltimos tiempos esa venganza de Dios sobre los que no lo conocieron. Cf. v. 10 y nota. 8 s. Expresin de humildad poco comn en nuestro tiempo (cf. S. 38, 13 y nota); es un verdadero acto de contricin colectiva (Lam. 3, 42 y nota). Cf. Is. 64, 9 ss. Por la gloria de tu Nom


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