N-20100224 - CELIS (X)
EL PUENTE DE LA HERRERÍA SOBRE EL RÍO NANSA
Declarado Bien de Interés Local el lunes, 2 de febrero de 2004.(Ver página 23).
Un puente que sorprende por su magnífico arco de piedra de granito
que invoca la maestría del maestro que supo insertar su sabiduría en
arquitectura en dicho arco y en todo el conjunto, rematándolo con una
hornacina en su cima bajo la advocación de la Virgen de Guadalupe. He
aquí la fotografía.
Es el mejor puente de piedra construido en Cantabria en el siglo
XVIII y que puede tutease, con orgullo, con el puente de Cangas de
Onís. Pero aquel los asturianos lo presentan cuidado y adornado con
jardines; y su referencia aparece en todos los folletos y libros de
turismo. En cambio, nuestro Puente de la Herrería se halla huérfano en
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esa y otras cuestiones, pues aún nos falta un último cepillado para
poder presentar nuestra herencia ancestral con orgullo y sin envidia.
Puente de La Herrería fue construido entre los años 1749 y 1760,
con un único arco monumental, de unas dimensiones de 99 pies de
diámetro y 60 pies de altura y tiene una particularidad casi
desconocida en arquitectura; está constituido con dos arcos
superpuestos y, de tramo en tramo, tiene unas dovelas de doble
longitud en sentido radial, que unen los dos arcos superpuestos.
Solamente esta característica, añade a este PUENTE una gran
resistencia, que complicaría en su día la construcción del mismo al
requerir una cimbra mucho más resistente para soportar el peso del
doble arco hasta el remate del mismo.
En la parte izquierda el arco está apoyado directamente en la roca, y
en la parte derecha está apoyado sobre troncos de haya, que tienen la
particularidad de mantenerse verdes durante siglos mientras está por
debajo de la superficie del agua. Lleva seis robustos contrafuertes por
cada lado que equilibran por amortiguamiento cualquier deformación
lateral del mismo.
El piso original del puente era de piedra y había una fila de piedras
grandes y planas que dividían el puente longitudinalmente en dos
partes y cada dos metros aproximadamente otras filas perpendiculares
a la anterior, formando cuadros de unos dos metros por uno ochenta.
Estos cuadros están adoquinados con piedras más pequeñas y
redondas. Hoy están soterrados bajo el asfalto que, absurdamente se
echó.
Estas particularidades y dimensiones del puente no se le escaparon
al navarro, don Pascual Madoz, que lo dejó inventariado en su
Diccionario Geográfico Estadístico Hispano, que realizó entre los años
1845 y 1850, en el que dejó escrito:
“El puente, que cruza y facilita el paso de Celis a los otros barrios, es digno de mencionarse por su estructura; consta de un solo arco de piedra de sillería con 99 pies de diámetro y 60 de altura y la particularidad de ser doble con una pasante a cada tercer bóveda que abraza los dos arcos; tiene varios estribos de piedra labrada, y
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cerrados tres pequeños arcos de que constaba además: se construyó en el año 1750 y siguientes, a expensas de D. Juan Gutiérrez Rubín de Celis, natural de este pueblo de Celis y vecino de México”. ------------------ooo0ooo-----------------.
EL PUENTE ABANDONADO
Este puente, magnífico, hasta el año 2004 estuvo completamente
abandonado y envuelto en maleza y en un manto de desidia
vergonzosa. Mayucu, camino de San Pedro, le llamó la atención tanta
maleza arraigada en las paredes y en los contrafuertes del PUENTE…..
retrocedió y bajó a la orilla del río. Se indignó al observar tanta maleza
arraigada, tanta dejadez y abandono y más al contemplar el MAGNÍFICO
ARCO visto desde abajo, al ver la maestría insertada con ingenio
desplegada en su construcción, sabiendo que fue construido a
mediados del siglo XVIII por los maestros, canteros, herreros,
carreteros con sus carros y bueyes, obreros. Que todos se dejaron su
sudor y esfuerzo, y quizás su vida, en dicha construcción. Y comprobar,
ahora, al principio del siglo XXI, el abandono en que se hallaba éste
magnífico PUENTE, y llegó a tal grado de dejadez durante más de
veintiocho años por culpa de quienes tenían la obligación de velar por
este PUENTE y otros bienes municipales; todo es imperdonable (1).
Sólo durante este tiempo floreció, el desfalco del erario público, el caciquismo y la mentira oficial.
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1) Pensando en todo ello le vino a la memoria, cuando él era niño, cómo en el mismo barrio de La Herrería, se convocaba, a toque de
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campana, concejo público para proceder a la limpieza del PUENTE por los vecinos del Concejo de Celis, que, prestaban su trabajo y esmero en el mantenimiento y cuidado de PUENTE al menos por un día al año. Pero desde que se dejó de prestar labores altruistas para el arreglo de caminos por parte de los vecinos, el abandono del PUENTE venía ya desde entonces. Tampoco, ni una peseta se había invertido en su mantenimiento desde hacía muchos años. En vista de todo ello, Indignado, escribió el siguiente escrito al diario ALERTA:
“Celis: puente monumental abandonado” Alerta,5 de noviembre de 2000
“En Celis, en el barrio de La Herrería, se halla uno de los puentes más
grande y monumental de Cantabria completamente abandonado;
árboles, araos y matorrales de todo tipo han enraizado en sus paredes,
en los estribos y en la mima base del arco del puente, agrietando y
arruinando gravemente las piedras de granito en toda su estructura,
sin que ningún responsable político ejecutivo haya puesto sobre el
tapete el estado ruinoso en que se halla. Señor director diario Alerta:
Adjunto le envío tres fotografías en las que puede observar los árboles
y matorrales que están dañando el puente:
En la primera fotografía se observa como han enraizado
árboles y araos en la misma base del puente, agrietando las piedras de
sillería de la propia esquina maestra del arco. Debo decirle, que esa
parte del arco está cimentada sobre grandes troncos de haya al ser
imposible, en su día, profundizar y llegar al suelo firme. Este hecho
favorece la penetración de las raíces de los árboles y de los araos en
toda la cimentación del arco del puente, agrietando y desplazando las
piedras de la cimentación, y si esto fuera poco, allí mismo vierte el
colector del barrio las aguas fecales, que, aparte de convertir el río
Nansa en cloaca, las aguas fecales allí estancadas puede erosionar y
descomponer toda la base de troncos de haya colocados en el hecho de
la cimentación hace justamente 252 años.
La segunda fotografía muestra los árboles y matorrales espesos
que han enraizado en los laterales y estribos del puente, dislocando las
piedras de sillería de estos últimos. Hasta los zorros hacen camada en
ellos.
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La tercera fotografía muestra la gran magnitud del arco del
puente. Según el Diccionario Geógrafo Estadístico e Histórico de
Pascual Madoz (1.845), el puente tiene 60 pies de altura (16'718 m) y
99 pies de diámetro (27'585 m). Se trata de uno de los puentes de
piedra mayor y monumental de toda Cantabria con hornacina incluida
bajo la advocación de la Virgen de Guadalupe.
¿Cuántos municipios de Cantabria desearían tener un puente de piedra de sillería, monumental y con tanta historia, como tiene el puente de La Herrería de Celis, para, con sumo orgullo, mostrarlo limpio y con iluminación propia a forastero y turistas?........... Muchos
Esto es: limpio y con iluminación ornamental propia, como el
puente de Gangas de Onís. Pero en Rionansa no se está a eso; desde
que legó la democracia impera el caciquismo, el fascismo y el
latrocinio, y bajo estas tres plagas miserables no hay tiempo ni
iniciativas en pro y en beneficio del patrimonio del municipio. Quizás
mucha culpa la tengan los propios vecinos que miran más para otro
lado cuando debieran mirar de frente, escudriñar los entresijos
malolientes y señalar con el dedo allí donde sale el tufo, esto es: al
malabarista que oculta las cuentas públicas con facturas piratas; al
listo, que cortó y quemó sin fuego el pinar de Ribalastra mientras el
Táladro ocho años sin camino está; al usurpador, que abren canteras
ilegales llevándose en camiones la piedra de granito que pertenece al
patrimonio común de todos y venderla en beneficio de su bolsillo; al
ínclito, que lleva construyendo durante catorce años un edificio fuera
de lo establecido en el proyecto, levantando planta de más y
ahuyentando al arquitecto director con un kick en el trasero; al
indolente, que tiene el deber de velar por el patrimonio público del
municipio y no lo hace; al sisador, que tiene una acometida ilegal del
alumbrado público dentro de su casa, y al penitente en “vía crucis”,
que está construyendo durante doce años un polideportivo público con
sólo cinco kilos de cemento y muchos millones de pasta gastados,…..y
atribuyendo el desaguisado a Miguel Ángel Revilla por no cebar la vaca
durante los tres últimos años. ¿En qué galaxia reside el Tribunal de
Cuentas?. Eso pregunté hace poco, pero el Gran Hermano me
respondió: "Esa pregunta es una impertinencia: ¡España va bien!". Otra
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pregunta impertinente: ¿Quién conoce en el barrio de La Herrería a
estas personas, como vecinos del barrio?, esto es: a Manuel García
González, a Honorario Sánchez Muñoz y Pedro Santamaría López. Idem,
en Riclones: a Ángel Paulino Rodríguez Mantecón, a Pedro R. Díaz
Fernández, a Silvino Díez San Martín, a Francisco Gómez Sánchez, a
Vicente García Llorente y Alberto Toca Villegas. Idem, en Celis: a José
Luis Escalante Pacheco, a Antonio Cantero Gómez, a Pablo García
Sánchez, a Francisco Gómez Samperio, a Onésimo González Cuesta, a
Elías Gorostola Calderón, a José Luis Martín Álvarez, a Ángel Noriega
Peón, a Ángel Rodríguez Cuevas, a Antonio Rueda Pardo, a Luis
Somavilla Sota y Santiago Torre Ruiz. Idem, en Celucos: a José María
López Molino. // Todos estos nombres (cazadores) no sé si responden a
personas reales o virtuales, pero todos están señalados como votantes
y haber votado en las últimas elecciones municipales en Celis, y
posiblemente en las listas de las restantes mesas del municipio el
mismo virus virtual haya engordando el número de votantes para
obtener una mayoría por los pelos. Yo recurro al adagio atribuido a
Séneca:
“Si las leyes no lo prohiben lo debe prohibir la honestidad."
De estos tufos malolientes y de otros sale la raíz del mal, aparte del
que sale de las aguas putrefactas del colector chapuza bajo el mismo
PUENTE de la Herrería. Mientras tanto, la raíz de los árboles,
matorrales, araos, y las propias aguas putrefactas, están dañando
gravemente toda la estructura del PUENTE, sin que ningún responsable
del patrimonio público haya sentido ni siquiera una brizna de
vergüenza política ni ética.
El Día 13 de septiembre último, tres diputados regionales del Partido
Socialista (Pilar Gutiérrez Ocerín, Lucrecia Santamaría Gabancho y
Tomás Rivero), han verificado el grado de abandono en que se halla el
puente, y han prometido plantear el tema del abandono en el
Parlamento de Cantabria.
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Esta fotografía muestra como la maleza y los árboles arraigan en las paredes y
contrafuertes del PUENTE que las dañan gravemente
Esta otra muestra el desagües del barrio al pie del cimiento derecho del arco, que puede dañar a los troncos
de haya del cimiento.
De paso, ese mismo día, dichos diputados socialistas visitaron a la
abuela de Cantabria, doña Ángeles Vega Álvarez, vecino del citado
barrio de La Herrería, con 108 años cumplidos, a la que obsequiaron
con un ramo de flores,
Celis, 28 de octubre de 2000” (Fin)
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OTRO ESCRITO EN EL DIARIO ALERTA:
“Unge el mantenimiento del Puente de La Herrería A LA CONSEJERIA
DE CULTURA: Con fecha 5 de noviembre último salió en ALERTA un
escrito mío titulado: “Puente monumental abandonado”, escrito que
dio lugar para que la diputada socialista, Lucrecia Santamaría Gabacho,
requiriera en Comisión parlamentaria al Sr. Consejero de Cultura y
Deportes del Gobierno Regional con el objeto de saber la gestión
programática llevada por la Consejería en relación al mantenimiento y
conservación del patrimonio regional y, en particular, en relación al
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puente de La Herrería y del colector que vierte las aguas fecales en la
propia cimentación del puente. Comparecencia que tuvo lugar el 12 de
enero último. A la pregunta relativa al mantenimiento y conservación
del puente, el Sr. Consejero, inició la intervención y, entre otros
detalles, puntualizó lo siguiente:
“Que los bienes patrimoniales de Cantabria se clasifican, de acuerdo
con la Ley del Patrimonio, en Bienes de Interés Cultural, Bienes de
Interés Local y Bienes Inventariados. El puente, al que se refiere la
pregunta, no consta en el Servicio del patrimonio como declarado en
ninguna de las tres categorías de protección. Es más, nunca ha sido
solicitado de esta Consejería que se inicie o incoe expediente de
declaración en alguna de las tres figuras de protección antes anotadas.
Lo cual, me sorprende la preocupación por el puente, cuando a la
Consejería no se ha planteado nunca ninguna solicitud sobre ni tan
siquiera estudios sobre el puente. Recientemente, a través de la
prensa, hemos conocido alguna declaración pública, concretamente del
Secretario General de la Agrupación Socialista Comarcal del Nansa. Yo
creo que más allá de posibles rentabilidades políticas locales, la
Consejería estima que si la situación del puente es la descrita, lo que se
impone es realizar un estudio técnico sobre el asunto, en el que se
analicen las causas del deterioro, incluido el desagüe al que se hace
referencia, para poder resolver, en consecuencia, la situación
planteada”
Sorprende lo manifestado por el Sr. Consejero al decir que en la
Consejería de Cultura y Deportes no consta inscrito el puente de La
Herrería en ninguna de las tres categorías de los Bienes Patrimoniales
de Cantabria. Ello demuestra el nulo interés que tiene el Ayuntamiento
de Rionansa en colaborar con la Consejería de Cultura en este
menester.
En cambio, desde hace 150 años, si consta en el Diccionario
Geográfico Estadístico Hispano, realizado entre 1845 y 1850, cuando no
había ni coches a motor, ni radio, ni teléfono, ni correo electrónico, ni
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ordenador, ni internet, ni redes online. Sólo los zamarrones de
Polaciones era lo más importante del valle bajo la fuente El Chivo,
cuando el navarro, don Pascual Madoz, nos dejó escrito:
“El puente, que cruza el río Nansa que facilita el paso de Celis a los
otros barrios, es digno de mencionarse por su estructura; consta de un
solo arco de piedra de sillería con 99 pies de diámetro y 60 pies de
altura y la particularidad de ser doble con una pasante a cada tercer
bóveda que abraza los dos arcos; tiene varios estribos de piedra
labrada, y cerrados tres pequeños arcos de que contaba además; se
construyó en el año 1750 y siguientes, a expensas de D. Juan Gutiérrez
Rubín, natural de este pueblo de Celis y vecino de Méjico”.
Debo decir y para que lo sepa el Sr. Consejero, que con fecha 28-11-
98, el diario ALERTA publicó un artículo de Armando Gómez, entonces
edil del PRC, en el que manifestaba la presentación en el Ayuntamiento
de Rionansa una moción solicitando la limpieza y conservación del
puente de La Herrería y la del puente sobre el río Vendul, en Cosío,
“rogando al Pleno, que se solicite a la Consejería de Cultura su revisión
por técnicos propios con el fin de estudiar su historia y, en su caso,
solicitar la inclusión de los mismos dentro del Patrimonio Cultural de
Cantabria”.
Moción y sugerencia que fueron a la papelera del olvido negligente,
pues el pensamiento único es totalmente incompatible con la
democracia efectiva y, por ende, con la Cultura. Por tanto, prometo al
Sr. Consejero enviarle personalmente copia literal de la Escritura de
Fundación de la Escuela de Celis, donde se recoge la orden dada para la
construcción del puente de La Herrería y, al tiempo, le ruego
encarecidamente que ordene el inicio del expediente correspondiente
para la inclusión del puente en el Catálogo del Patrimonio de Cantabria,
y se ejecute la limpieza y reparación que necesita con urgencia.
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Por otra parte, muy pocos vecinos del Concejo de Celis saben quien fue
D. Juan Gutiérrez Rubín de Celis, cuando este señor ha sido, sin duda
alguna, el mejor benefactor de todos los tiempos que ha tenido el
Concejo de Celis y, sin embargo su nombre ha caído en el olvido de
modo lamentable. D. Juan Gutiérrez Rubín de Celis, nació en el barrio
de La Herrería (Celis) posiblemente en el último cuarto del siglo XVII.
Fue coronel del Ejercito y Caballero de la Orden de Santiago, ferviente
católico y vecino de la Imperial Ciudad de México en el reino de Nueva
España. Con fondos propios mandó construir el soberbio puente en el
barrio de La Herrería sobre el río Nansa; la Escuela de Primeras Letras
en el citado barrio La Herrería; la Iglesia de San Roque y San Jacinto en
Celis, y la traída de aguas al pueblo de Celis desde la fuente de La Toja.
Cuatro obras de primera magnitud que fueron hechas en un tiempo
récord (18 años), teniendo en cuenta que en aquellos tiempos todos los
materiales eran transportados con parejas de bueyes por caminos de
herradura. Las obras preliminares del puente, según se ha podido
averiguar, se iniciaron el 18 de mayo de 1749 (año en que nació
Goethe) y se dieron por terminadas el 12 de diciembre del año 1760,
festividad mexicana de Nuestra Señora de Guadalupe. La primera
pareja de bueyes, con carro, que cruzó sobre el arco del puente fue el 4
de julio de 1756, conducida por el carretero José Antonio Gutiérrez de
Celis. La cimentación del puente, del lado del barrio, se hizo sobre
grandes troncos de haya recién cortados, que, bajo tierra húmeda,
perpetuamente permanecen verdes.
Mientras tanto se hizo la Iglesia de San Roque y San Jacinto y la
traída de aguas al pueblo de Celis. La Escuela de Primeras Letras en el
barrio de La Herrería se terminó el año 1764, la cual estuvo en activo
hasta julio de 1937. En el año 1948 fue vendida por el Gobierno
franquista a pesar de que lo prohibía expresamente el punto 14 de la
Escritura de la Fundación. Hoy se halla en estado ruinoso y se debería
intentar recuperar, comprándola, para establecer en ella un museo
etnográfico para el valle del Nansa.
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Considero que todos los vecinos del Concejo de Celis tenemos una
gran deuda de gratitud con este benefactor. Se debiera levantar un
monolito en su memoria al final del Puente (o bien en el sitio que los
vecinos consideren más idóneo), con placa de bronce, recordando su
nombre, y de las obras y fundación que mandó Fundación de la Escuela
de Celis La Herrería, según la escritura de fundación con fecha l5 de
febrero de 1764. Todo un tratado de buenas costumbres, éticas.
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OTRA CARTA DE PROTESTA EN DIARIO ALERTA:
CELIS: TODOS A ARRUINAR EL PUENTE
Todos a arruinar el puente refleja una realidad que está ocurriendo
actualmente con el puente del barrio La Herrería (Celis) que da paso
sobre el río Nansa a los pueblos de Celucos, Riclones y, en cierta
medida, al Lamasón. Se trata de un puente monumental no sólo por su
gran magnitud, sino, también, porque refleja la magna ingeniería
empleada en su construcción llevada a cabo a mediados del siglo XVIII.
Antes de entrar con el verbo arruinar debo decir que dicho puente tiene
un arco construido con piedra de granito, de 99 pies de diámetro y 60
pies de alto. Además del arco principal, lleva tres arcos ciegos y en
cascada, cuya misión es amortiguar el esfuerzo del arco principal. Toda
la obra del puente fue construida entre los años 1749 - 1760 gracias al
mandato y al aporte particular de don Juan Gutiérrez Rubín de Celis,
Caballero de la Orden de Santiago, coronel del Ejercito Imperial en la
ciudad de México y oriundo del barrio de La Herrería; hoy olvidado
totalmente.
Lo propio ocurre con el puente: El tránsito de personas y el tráfico
de vehículos que cruzan el puente es considerable, pero olvidado y sin
dueño
tocante al cuidado y la conservación del mismo. Desde hace ya muchos
años se halla así, abandonado, tanto por los vecinos del Concejo como
por los responsables políticos: Los primeros, por obviar su obligación
de protestar y, los segundos (los de la pasta), por no mantenerlo en las
debidas condiciones de mantenimiento y conservación, de acuerdo a un
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programa de prevención. Pero como la ética, la responsabilidad pública
y la vergüenza son bienes escasos por estos lares, ello repercute
negativamente en el puente, razón por la cual se halla en ese estado
lamentable. Una de las esquinas maestras del arco está seriamente
removida a causa de las raíces de los árboles y de los araos que han
brotado bajo los cimientos del puente. Y esto es preocupante sabiendo
que esa parte del arco está cimentada sobre grandes troncos de haya
al ser imposible en su día profundizar y llegar a suelo firme, hecho que
favorece la penetración de las raíces en toda la cimentación,
agrietando y desplazando las piedras de la cimentación. Además, como
guinda de este desaguisado, el colector chapucero del barrio La
Herrería, vierte las aguas fecales al pie de la cimentación dañada, que
aparte de formar una cloaca mosquitera, las aguas allí estancadas
pueden erosionar y descomponer, con el tiempo, los troncos de haya de
la cimentación. No menos deplorable se hallan las paredes y estribos
de ambos lados laterales del puente, todo lleno de árboles y matorrales
que hasta los zorros hacen escondite en ellos.
Y llegan las obras de la ampliación de la carretera desde el Puente
del Arrudo a Puentenansa y con ellas más ruina al PUENTE. Se procede
a deposita escombros en una parcela de terreno al otro lado del río
Nansa por parte de la empresa adjudicataria, con camiones de gran
tonelaje, uno tras otro, cruzando el puente cargados de piedra y tierra
procedente de los desmontes, llegando a más de 80 camiones por día
con un peso unitario de 25 toneladas. Este trajín de paso de camiones
pesados en nada favorece a la estructura del puente, y menos al
cimiento dañado del arco principal. Se corre el riesgo que la parte
dañada, cimentada sobre troncos de haya, tenga algún movimiento de
hundimiento. Si esto llega a ocurrir de manera apreciable, el puente
puede quedar “sonado” para siempre, posibilidad ésta que no hay que
obviarla a la ligera. Hay trazas evidentes que la estructura del puente
vibra al paso de los camiones; sólo hay que observar que las paredes
de los pretiles se están agrietando y desprendiendo la vieja cal del
REJUNTEO entre éstas y las piedras de granito engarzadas que coronan
los pretiles.
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Observando el problema, no hay duda alguna que se trata de una
cuestión seria. Téngase en cuenta, además, que toda la estructura del
arco del puente se proyectó en su día para el paso de carros con
bueyes y no para el paso de camiones de gran tonelaje tal como hoy
está sucediendo. Todas estas circunstancias debieran haber sido
analizadas y estudiadas por personas técnicamente cualificadas, tanto
por parte de la Empresa como por parte de la Consejería de Obras
Pública, y haber procedido a reparar la parte dañada de la cimentación
y reforzar dicha cimentación con un encofrado de refuerzo al pie del
arco. Pero no ha sido así; han obviado, negligentemente, toda medida
de seguridad e integridad del puente, extendiendo esta negligencia al
que permitió el paso de los camiones por el puente sin la previa
reparación. Cuando, además, EL PUENTE es un bien patrimonial y
cultural de primer orden en el valle del Nansa.
El puente de Castelo de Paiva (Portugal) tenía la misma técnica de
cimentación, sobre troncos de haya, que la que tiene uno de los
cimientos del arco del citado puente de La Herrería. Años antes de su
hundimiento, los vecinos de Castelo de Paiva habían denunciado
reiteradamente el estado lamentable de inseguridad en que se hallaba
el puente ante el Ministerio de Fomento portugués. Nadie les hizo caso.
El 4 de marzo último el puente se hundió llevándose de paso un
autobús con 67 personas y dos turismos con varios adultos y niños
dentro.
Con fecha 25 de agosto último entregué en el registro de la
Consejería de Cultura del Gobierno Regional de Cantabria un escrito
dando cuenta del estado lamentable en la que se halla el puente,
rogando al Sr. Consejero de Cultura que tomara este asunto con interés
y que mandara a un arquitecto responsable a verificar la estructura del
puente, y más, al tratarse de una obra monumental del siglo XVIII que
requería, como medida prudencial, reparar el cimiento dañado. Con
fecha 28 del mismo mes entregué en el registro de la Consejería de
Obras Públicas otro escrito con la misma petición al manifestar el
Consejero de Cultura que la reparación del puente era competencia
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exclusiva de la Consejería de Obras Públicas. (sic). // Celis, 18 de
noviembre de 2001. // Víctor Cortijo.
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CAMBIO DE ESTRATEGIA
En vista que de poco servia enviar cartas a la prensa, era cuestión de
plantear una demanda para “Un bien a proteger”, pues, una obra
magnífica del siglo XVIII, como es el Puente de la Herrería, tenía que
haber una ley donde encajara su protección. Y efectivamente que la
había. Con una copia de dicha ley, se elaboró el siguiente escrito
dirigido a la CONSEGERIA DE CULTURAL Del Gobierno Regional de
Cantabria.
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SR. CONSEJERO DE CULTURA, DEPORTES Y TURISMO DE LA COMUNIDAD DE CANTABRIA. SANTANDER
ASUNTO: ESTUDIO Y CATALOGACIÓN DE UN BIEN PATRIMONIAL Y CULTURAL . (Se trata del Puente de La Herrería, en Celis, sobre el río Nansa).
El que suscribe, Víctor Manuel Cortijo Rubín, con D.N.I.
13.845.186 Z, natural y vecino de Celis, Ayuntamiento de Rionansa,
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El puente de La Herrería debe estar catalogado como un bien a proteger en el patrimonio cultural
municipal de Rionansa
acogiéndose a Ley 11/1998, de 13 de octubre, del Patrimonio Cultural
de Cantabria, artículos 9 y 16 (y de todos aquellos otros artículos que
sean de aplicación para la protección del patrimonio), para plantear
ante esa Consejería, el estudio, la valoración y el registro en el
Catálogo del Patrimonio de Cantabria (en la modalidad que se estime),
el puente que se halla sobre el río Nansa, en Celis, denominado:
“Puente de La Herrería”, ya que se considera, sin ningún género de
duda, de un bien patrimonial a proteger y conservar de primer orden.
Además, el mismo preámbulo de la citada Ley viene a decir:
“Que la Comunidad Autónoma de Cantabria se obliga a
contemplar las peculiaridades culturales de Cantabria, preservándolas
y promoviéndolas como aportación de su tierra y de sus gentes y la de
defender, proteger y conservar el patrimonio para que las actuales y
futuras generaciones de ciudadanos disfruten ahora y en el futuro de
una herencia ancestral que ha dado forma a través de las diversas
etapas de la Historia de la Autónoma de Cantabria”
HISTORIA:
El Puente de la Herrería tiene un arco de 99 pies de diámetro y 60
pies de alto, construido con piedra de granito, bien labrada, que refleja
la magna ingeniería empleada en su construcción llevada a cabo a
mediado del siglo XVIII. El puente lleva otros tres arcos ciegos
amortiguadores del esfuerzo del principal. Toda la obra de la
construcción del puente fue llevada a cabo entre los años 1749 y 1760,
gracias al mandato y al erario particular de don Juan Gutiérrez Rubín de
Celis, Caballero de la Orden de Santiago, ferviente católico, coronel del
ejercito imperial en la ciudad de México en el reino de Nueva España y
oriundo del Barrio de La Herrería, Celis. El puente se remató
construyendo una hornacina en la cima bajo la advocación de la Virgen
de Guadalupe.
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Este puente monumental no le pasó por alto al navarro, don
Pascual Mador, que lo dejó inventariado en su Diccionario Geográfico
Estadístico Hispano, que realizó entre los años 1845 y 1850, en el que
dejó escrito:
“El puente, que cruza facilita el paso de Celis a los otros barrios, es
digno de mencionarse por su estructura; consta de un solo arco de
piedra de sillería con 99 pies de diámetro y 60 de altura y la
particularidad de ser doble con una pasante a cada tercer bóveda que
abraza los dos arcos; tiene varios estribos de piedra labrada, y
cerrados tres pequeños arcos de que constaba además: se construyó
en el año 1750 y siguientes, a expensas de D. Juan Gutiérrez Rubín,
natural de este pueblo de Celis y vecino de México”
MEDIDAS EQUIVALENTES :
Una vara castellana = 3 pies = 0,83590 metros.
Un pie = 27,8635 cm.
Diámetro del arco: 99 pies = 27,585 metros.
Altura: 60 pies = 16,72 metros.
CIMENTACIÓN:
El cimiento de uno de los extremos del arco principal del puente se
cimentó sobre troncos de haya verdes, técnica que se empleaba
entonces, en el siglo XVIII, al no hallar suelo firme en la cimentación.
MANTENIMIENTO Y CONSERVACIÓN:
El puente, hoy por hoy, todo parece que no tiene dueño, o mejor
dicho: es que no lo tiene. Ningún organismo ni institución local se ha
preocupado lo más mínimo de su mantenimiento y conservación.
Debido a esta negligencia municipal, el puente se halla en un estado
lamentable. Una de las esquinas maestras del arco está seriamente
removida a causa de las raíces de los árboles y los araos que han
brotado bajo los cimientos del puente. Esto es preocupante, sabiendo
que esa parte del arco está cimentada sobre grandes troncos de haya,
17
hecho que favorece la penetración de las raíces en toda la cimentación
agrietando y desplazando las piedra y, como guinda de este
desaguisado, el colector del barrio vierte las aguas fecales al pie de la
cimentación dañada, que, aparte de formar una cloaca mosquitera, las
aguas fecales allí estancadas pueden descomponer, con el tiempo, los
troncos de haya bajo la cimentación. No menos deplorable se hallan las
paredes laterales y estribos de ambos lados del puente; todo lleno de
árboles y matorrales, cuyas raíces erosionan las paredes y estribos del
puente. Es urgente una limpieza a fondo de toda la maleza y raíces, y la
reparación de todas aquellas partes afectadas.
Y para más indolencia por parte de todos, actualmente se le está
sometiendo al puente a una sobrecarga debido al trasiego de camiones
de gran tonelaje de tierra y piedras (25 toneladas cada uno) del
desmonte de la renovación de la carretera del Nansa, causando más
daño añadido a la estructura del puente, hecho éste que no debe
obviase teniendo en cuenta que toda la estructura del arco se proyectó,
en su día, sólo para el paso de carros con bueyes y no para el paso de
camiones de gran tonelaje como hoy está ocurriendo, Se corre el
riesgo, que la parte del arco cimentada sobre los troncos de haya tenga
algún movimiento de hundimiento, posibilidad que no hay que
descartar a la ligera.
Por el puente pasa una carretera municipal que va a los pueblos de
Celucos, Riclones y de enlace con la carretera de Puente del Arrudo-
Lamasón.
Artículo 9.2 de la citada Ley, dice:
“Cualquier persona física o jurídica está legitimada para la defensa del Patrimonio Cultural de Cantabria ante los órganos competentes y los Tribunales de Justicia, en cumplimiento de lo previsto en esta Ley”.
El hecho de presentar y registrar este escrito en el Registro de la
Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno Regional de
Cantabria está avalado por este precepto, en primera instancia, y en
18
pro de proteger un puente del siglo XVIII; uno de los puentes más
grande y monumental de piedra de Cantabria, que,
incomprensiblemente, no se halla registrado en ninguna parte como un
bien a proteger en el Patrimonio Cultural de Cantabria.
Con la presentación de este escrito se espera que se abra el
expediente correspondiente para su catalogación en el patrimonio de
Cantabria, y se proceda a reparar y conservar el citado puente. Es una
petición; que se ruega se tenga en cuenta, y se proceda, en
consecuencia, abriendo el expediente correspondiente tal como
preceptúa la citada Ley sobre el Patrimonio Cultural de Cantabria..
©CELIS, 25 de enero de 2002
Fdo.: Víctor M. Cortijo Rubín de Celis
Nota: Esta solicitud fue registrada el día 25-01-2002 en la Consejería de Cultura / Entrada: nº 2278.
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EL PUENTE DECLARADO PATRIMONIO LOCAL DE RIONANSA
Celis: El puente de La Herrería declarado Patrimonio Local de Rionansa.
(Alerta, 4 de julio de 2002)
El Puente de La Herrería (Celis), será registrado como Bien Patrimonial Local de Rionansa, por la Consejería de Cultura del Gobierno de
Cantabria La Comisión Técnica de Patrimonio Edificado de la Consejería de
Cultura, Turismo y Deporte, reunida en sesión ordinaria el día 14 de
junio último, presidida por el Sr. Director General de Cultura, D. Juan
Antonio Muñoz Castro, acuerda, por unanimidad, informar
favorablemente que se declare “Bien de Interés Local al Puente de La
Herrería (Celis) con el entorno de protección propuesto”.
El expediente de apertura se inicia a petición de la demanda de
“Estudio y catalogación de un bien patrimonial y cultural”, presentada
por mi en el registro de la Consejería de Cultura del Gobierno de
Cantabria el 25 de enero último, nº de entrada 2278, en la que rogaba
19
al Sr. Consejero abrir expediente y proceder al estudio y catalogación
del “Puente de La Herrería”, al considerar que se trataba de “Un Bien
patrimonial y cultural a proteger”, de acuerdo con lo estipulado en
preámbulo de la Ley 11/1998, de 13 de octubre, del Patrimonio Cultural
de Cantabria, que viene a decir:
“Que la Comunidad Autónoma se obliga a contemplar las peculiaridades culturales de Cantabria, preservándolas y promoviéndolas como aportación de su tierra y de sus gentes y la de defender, proteger y conservar el patrimonio para que las actuales y futuras generaciones de ciudadanos disfruten ahora y en el futuro de una herencia ancestral que ha dado forma a través de las diversas etapas de la Historia de la Autonomía de Cantabra”.
Por otra parte, el artículo 9.2 de la citada Ley, dice:
“Cualquier persona física o jurídica está legitimada para la defensa del Patrimonio Cultural de Cantabria ante los órganos competentes y los Tribunales de Justicia, en cumplimiento de lo previsto en esta Ley “.
Así, pues, el hecho de presentar y registrar la citada demanda en el
registro de la Consejería de Cultura iba avalada por este precepto en
pro de proteger un magnífico puente de piedra construido en el siglo
XVIII; uno de los puentes más grande de piedra de los que hoy se hallan
en Cantabria, pero, incomprensiblemente no se hallaba registrado en
ninguna parte como un Bien del Patrimonio Cultural o Local, todo por
desidia e irresponsabilidad del Ayuntamiento de Rionansa.
En cambio, hace 152 años, cuando aún no había ni coches a motor,
ni teléfono, ni radio, ni televisión, ni correo electrónico, ni ordenador,
ni redes on line, este puente no se le pasó por alto al navarro, don
Pascual Madoz, que lo dejó inventariado en su “Diccionario Geográfico
Estadístico Hispano”, que lo realizó entre los años 1845 y 1850, en el
que dejó escrito:
“El puente, que cruza y facilita el paso de Celis a los otros barrios, es
digno de mencionarse por su estructura; consta de un solo arco de
piedra de sillería con 99 pies de diámetro y 60 de altura y la
particularidad de ser doble con una pasante a cada tercer bóveda que
abraza los dos arcos; tiene varios estribos de piedra labrada, y
20
cerrados tres pequeños arcos de que constaba además: se construyó
en el año 1750 y siguientes, a expensas de D. Juan Gutiérrez Rubín de
Celis, natural de este pueblo de Celis y vecino de México”.
El puente de La Herrería está construido con piedra de granito, bien
labrada, y refleja la magna ingeniería empleada en su construcción
llevada acabo entre los años 1749 y 1760, gracias al mandato y al
erario particular de D. Juan Gutiérrez Rubín de Celis, Caballero de la
Orden de Santiago, ferviente católico, coronel del ejercito imperial en
la ciudad de México en el reino de Nueva España y oriundo del barrio de
La Herrería. El puente tiene un arco principal, más otros tres arcos
ciegos a menor, con la misión de amortiguar el esfuerzo del arco
principal, y se remató con una hornacina en la cima bajo la advocación
de la Virgen de Guadalupe.
En relación al mantenimiento y conservación, el puente, hasta
hoy, todo parecía que no tenía dueño. Ningún organismo ni institución
local se ha preocupado lo más mínimo de su mantenimiento y
conservación, por lo que ha llegado a un estado lamentable; en una de
las esquinas maestras las piezas de sillería están dislocadas, las
paredes laterales y estribos de ambos lados está todo lleno de raíces
de árboles y matorrales que erosionan toda la estructura edificada,
que, al tiempo, pone en evidencia la desidia y negligencia del
Ayuntamiento de Rionansa en relación a la conservación del Patrimonio
Local.
Con fecha 12 de marzo del corriente año, nº de salida 2537, la
Consejería de Cultura solicita al Colegio Oficial de Arquitectos de
Cantabria, dentro del convenio establecido entre ambos organismos,
documentación técnica relativa sobre el puente, delimitación del
entorno de protección y memoria histórica-artística, con el objeto de
proceder a su protección dentro de las tres categorías contempladas en
la citada Ley 11/1998 sobre el Patrimonio Cultural de Cantabria.
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El 14 de mayo último, el Colegio Oficial de Arquitectos hace
entrega a la Consejería de Cultura de dos expedientes en relación al
citado puente de La Herrería. El primero, nº de entrada 7312, delimita
el entorno de protección que abarca todo el barrio de La Herrería,
justificando dicho entorno al estar el barrio íntimamente relacionado
con el puente, del cual participa activamente, no sólo por razones de la
comunicación, sino también, por el importante el efecto visual que se
tiene de ese punto emblemático. De ahí, el hecho de englobar la
totalidad de construcciones que conforman el núcleo del barrio.
Además, se ha respetado, tanto el límite de las fincas como el límite
natural para la necesaria protección del bosque de ribera y de la
vegetación circundante con numerosas especies autóctonas. El
segundo expediente, nº de entrada 7313, narra someramente la
historia y fechas de la construcción del puente y magnitudes. En dicho
expediente hay un escrito, también facilitado por el citado Colegio, que
aporta datos sobre el promotor del puente que, por ser de interés
histórico, se incluyen a continuación:
“Don Juan Gutiérrez Rubín de Celis, coronel de infantería, nació el Celis y bautizado el 26-10-1671. Emigró a México el año 1691 donde contrajo matrimonio con Doña María Isabel de los Ríos y Moreno nacida en Querétaro y bautizada el 18-09-1690. Contrajeron matrimonio en la Catedral mexicana el 27-12-1705. Fue Corregidor de México, Caballero de la Orden de Santiago en octubre de 1708, expediente 6564. Sus padres fueron Justo Gutiérrez de Celis, bautizado el 04-08-1633 y Catalina Rubín de Celis, natural de Celis, bautizada el 19-05-1648, casados en Celis el 22-01-1671. // Su esposa, Doña María Isabel de los Ríos y Moreno era originaria de Tudela, donde había nacido su padre, el Alférez Antonio de los Ríos y su madre doña María Moreno, de Querétaro (México).
Hijos: Juan Ignacio, nacido en México el 31-07-1708, bautizado el 06-08-1708. Fue Capitán de la Guardia del Caballero Santiago./ José Nicolás, nacido en México el 09-09-1723, bautizado en la Catedral el 25-09-1723, Caballero de la Orden de Santiago en 1743.
El 23 de febrero de 1746, don Juan Gutiérrez Rubín de Celis, firmó el protocolo enviando 8.000 pesos para construir un puente de piedra en el mismo paraje donde el presente se halla en dicho Concejo de Celis y una fuente bajo en el pico de Hugón o de la fuente de la Toja.”
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AGRADECIMIENTO:
No deseo terminar este escrito, sin dar las gracias al Sr. Consejero
de Cultura de Cantabria, Sr. Cajigas Rodríguez por atender,
diligentemente, mi demanda de apertura del expediente; a los
diputados socialistas: Pilar Gutiérrez, Lucrecia Santamaría y Tomás
Rivero por el apoyo prestado y, por último, al Sr. Collado, director del
diario ALERTA, por su magnanimidad al permitir que salieran en TRIBUNA
LIBRE los artículos titulados: “Celis: Puente monumental abandonado”
(05-XI-2000) y “Celis: Urge el mantenimiento del puente de La
Herrería” (21-V-2001), que han ayudado y motivado para que el Puente
de La Herrería sea declarado e inventariado como “Un bien del
Patrimonio Local”, que, conllevará consigo el montante económico para
su mantenimiento y conservación.
Celis, 1 de julio de 2002 // Víctor Cortijo
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CARTA AL DIRECTOR DE CULTURA
Avilés, 27 de diciembre de 200 // Sr. Director General de Cultura
Estimado señor:
Habiendo recibido la carta - notificación por la cual me informa sobre la declaración de Bien de Interés Local, con categoría de inmueble, a favor del Puente de La Herrería, en Celis, en el término municipal de Rionansa, le agradezco dicha información. Y, aprovechando la oportunidad que me facilitan en relación a la citada declaración, considero oportuno apuntar y transmitirles las siguientes sugerencias:
1ª).- Considero urgente que se efectúe la reparación de una de las esquinas maestras del arco principal del puente, al tener removidas varias piedras labradas de granito por las raíces de los arbustos que han brotado en las entrejuntas. Todas las raíces deben ser eliminadas de cuajo y las piedras removidas ajustadas de nuevo en su sitio.
Un punto clave debo señalar y tener en cuanta al ejecutar esta operación de reajuste: Las piedras de granito deben ser ajustadas y rejuntadas empleando sólo mortero de cal, en la dosis y cuidado como se hacía hace doscientos años. En modo alguno se debe emplear cemento, pues tengo la intuición (no la certeza, pero si la experiencia observada), que alguna de las clases de cemento puede llevar el
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germen químico que provoca y acelera la “Enfermedad de la piedra”. Todo el arco del puente está hecho con piedra de granito, finamente labrada y ajustada con mortero de cal y, hasta hoy, no se ha observado que ninguna de las piedras esté afectada por la citada enfermedad, a pesar de llevar el arco construido más de doscientos cincuenta años, pues el puente fue construido entre los años 1749 y 1760.
2ª).- También, con la misma urgencia, considero que se debe efectuar la limpieza de las fachadas del puente a fondo; esto es: no solamente con la poda de los arbustos, sino que deben ser arrancadas de cuajo las raíces de los mismos incrustadas entre las piedras, sin dejar una. Y una ver hecha esta operación de limpieza con esmero, deben ser rejuntadas las piedras también con mortero de cal (nunca con cemento), dosificado tal como se preparaba, repito, hace doscientos años.
3ª).- No estaría de más, ni habría despilfarro en ello, levantar la capa de asfalto echada en el suelo de paso del puente, y reconstruir dicho suelo en toda su longitud con piedra labrada, debidamente ajustada, que facilite el paso de los vehículos sin mayor ruido. Es una opción que, aparte de devolver al puente su estado original, beneficiaría de nuevo a todo el conjunto. Y de paso deben desaparecer, también, las guardas - barreras metálicas instaladas al final y sustituirlas por un muro de piedra (mampostería), en sintonía visual con el conjunto del puente.
4ª).- A la entrada del puente hay un huerto de propiedad particular, al que se debiera tentar su adquisición con el objeto de instalar en su lugar una fuente pública y un gran monolito rocoso con placa de bronce en memoria y recuerdo del promotor y benefactor en la construcción del puente, don Juan Gutiérrez Rubín de Celis. Nunca pudo regresar D. Juan para ver terminadas las citadas obras, todas realizadas a costa de su aporte particular. Por ello, por su proceder para el Concejo de Celis, merece se recordado con una placa de bronce, sobre un gran monolito rocoso, tal cómo antes he expuesto.
5ª).- En relación al coste que todo este proyecto de rehabilitación lleva, incluyendo la renovación del barrio La Herrería (tal como se expuso en el Boletín Oficial de Cantabria de fecha 24 de junio último), sin ninguna duda debe ser financiado en un tanto por ciento elevado por el Gobierno Regional de Cantabria, pues, el Ayuntamiento de Rionansa no puede hacer frente con sus escasos recursos a tal loable menester. El Puente de La Herrería, de Celis, es digno de merecer la máxima atención por parte del Gobierno Regional al tratarse de un puente de piedra, considerado, por su magnitud y arquitectura, entre los de Cantabria.
Ruego que los contenidos de las cinco sugerencias se estudien con detenimiento, con interés, y sin que se me tache de pedigüeño. Todo ello lo pido en beneficio del patrimonio de Cantabria, al que todos estamos obligados a mantener y conservar. En este caso concreto, se trata de
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un puente magnánimo, con nexos de unión y de transito entre los pueblos del Concejo de Celis, con hornacina en lo alto, bajo la advocación de la Virgen de Guadalupe. Dándole las gracias por la atención recibida, le saluda afectuosamente. // Víctor Cortijo.
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CONSEJERIA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE
NOTIFICACION DE RESOLUCIÓN (I)
El Excmo. Sr. Consejero de Cultura, Turismo y Deporte, con fecha 24 de febrero de 2004, dictó la siguiente Resolución:
“Considerando que por Resolución de la Dirección General de Cultura de 2 de junio de 2003 se ha incoado expediente de declaración de Bien de Interés Local, con la categoría de inmueble, a favor del “Puente de la Herrería, en Celis (Rionansa)”.
Considerando que se han cumplimentado todos los trámites preceptivos en la incoación e instrucción del expediente, de acuerdo con lo que establecen los artículos 26 y siguientes de la Ley 11/1 998 de 13 de octubre, de Patrimonio Cultural de Cantabria. Cumplido el trámite establecido en el artículo 28.5 de la antedicha Ley,
En su virtud, de acuerdo con lo establecido en el artículo 27 de la Ley 11/1998, de 13 de octubre, de Patrimonio Cultural de Cantabria, a propuesta del Director General de Cultura, el Excmo. Sr. Consejero de Cultura, Turismo y Deporte
RESUELVE
PRIMERO: Declarar Bien de Interés Local, con la categoría de inmueble, el “Puente de la Herrería” en Celis (Rionansa). Según la descripción y ubicación que constan en el anexo.
SEGUNDO: Delimitar el entorno de protección del bien declarado, que figura en el anexo junto con su justificación, y que se encuentra representado en el plano que se publica con esta Resolución.
TERCERO: Notificar esta Resolución a los interesados y al Ayuntamiento de Rionansa, así como al Catálogo General de Bienes de Interés Local para su inscripción definitiva.
CUARTO: Que la presente Resolución, con su anexo, se publique en el “Boletín Oficial de Cantabria
25
Lo que se hace público para el general conocimiento.
Firmado por el Excmo. Sr. Consejero de Cultura, Turismo y Deporte con fecha 24 de febrero de 2004”
Contra la presente Resolución, que no pone fin a la vía
administrativa, cabe interponer Recurso de Alzada ante el Consejo de
Gobierno de Cantabria, en el plazo de un mes a partir del día siguiente
al de la recepción de la presente notificación.
Santander, 1 de marzo de 2004
EL SECRETARIO GENERAL DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE
Fdo: José Manuel Arenal González
SR. D. VICTOR M.CORTIJO RUBÍN // ÁVILES-VERSALLES (ASTURIAS)
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PARLAMENTO DE CANTABRIA
BOLETIN OFICIAL (4 de marzo de 2004)
CONSEJERÍA, DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE
Resolución de 24 de febrero de 2004, por la que se declara Bien de Interés Local, con la categoría de Inmueble, el «Puente de la Herrería», en Celis, Ayuntamiento de Rionansa.
Considerando que por Resolución de la Dirección General de Cultura de 2 de junio de 2003 se incoó expediente de declaración de Bien de Interés Local, con la categoría de inmueble, a favor del “Puente de la Herrería” en Celis, Ayuntamiento de Rionansa.
Considerando que se han cumplimentado todos los trámites preceptivos en la incoación e instrucción del expediente, de acuerdo con lo que establecen los artículos 26 y siguientes de la Ley 11/1998, de 13 de octubre, de Patrimonio Cultural de Cantabria.
Cumplido el trámite establecido en el artículo 28.5 de la antedicha Ley. En su virtud, de acuerdo con lo establecido en el artículo 27 de la Ley 11/1998, de 13 de octubre, de Patrimonio Cultural de Cantabria, a
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propuesta del Director General de Cultura, el excelentísimo señor consejero de Cultura, Turismo y Deporte,
RESUELVE:
Primero.- Declarar Bien de Interés Local, con la categoría de inmueble, el «Puente de la Herrería», en Celis, Ayuntamiento de Rionansa, según la descripción y ubicación que constan en el anexo.
Segundo.- Delimitar el entorno de protección del bien declarado, que figura en el anexo junto con su justificación, y que se encuentra representado en el plano que se publica con esta Resolución.
Tercero.- Notificar esta Resolución a los interesados y al Ayuntamiento de Rionansa, así como al Catálogo General de Bienes de Interés Local para su inscripción definitiva.
Cuarta.- Que la presente Resolución, con su anexo, se publique en el BCO. Lo que se hace público para general conocimiento.
Santander, 24 de febrero de 2004.—El consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Francisco Javier López Marcano.
ANEXO
a) Descripción
La Herrería es un pequeño núcleo que se encuentra situado en la
ribera derecha del valle del río Nansa, en ¡as proximidades de Celis, y
perteneciente al municipio de Rionansa.
El Puente tiene una longitud de 15 metros sobre el río Nansa,
comunica el núcleo de Celis con los barrios de Celucos y Riclones.
Construido con piedra de granito, tiene un gran arco de 99 pies de
diámetro (27,6 metros) y 60 pies de alto (16,7 metros). Consta de
varios estribos de sillería y de tres arcos más de menor tamaño que
fueron cegados posteriormente y que amortiguan el esfuerzo del arco
principal.
27
Toda la obra de la construcción fue llevada a cabo entre los años
1749 y 1760, gracias al mandato y al erario particular de D. Juan
Gutiérrez Rubín de Celis, natural del barrio de la Herrería y vecino de
México, según dejó inventariado en su Diccionario Geográfico
Estadístico Hispano el navarro D. Pascual Mador entre los años 1845 y
1850.
El Puente se encuentra rodeado por un denso bosque de sauces, alisos, chopos, laureles y fresnos.
b) Delimitación de entorno y justificación
El límite propuesto coincide por el Suroeste con la curva de nivel 115; dicha línea discurre paralelamente al cauce del río y dista de 15 a 20 metros respecto al eje del mismo.
Al Noroeste, atravesando el cauce del río, con el límite de la parcela señalada en el plano adjunto hasta el vértice norte de la edificación denominada 1.
Al Este, a través de la línea recta que une: las fachadas norestes de las edificaciones denominadas 1 y 2, el vértice este de la edificación 3 y el vértice sur de la edificación 4.
Al Sureste, desde el vértice sur de la edificación 4, con una línea paralela a la directriz del Puente, hasta la intersección de ésta con la curva de nivel 115.
La delimitación del entorno de protección, que constituye un ámbito
continuo próximo al Puente, se ha realizado atendiendo a una serie de
factores que inciden directamente en el Bien.
Por una parte, parece obvio que un núcleo de las dimensiones y
características de La Herrería esté íntimamente relacionado con el
Puente del cual participa activamente, no solo por razones de la
comunicación, sino también por el aspecto visual; la perspectiva que se
tiene de ese punto emblemático también es importante. De ahí el
hecho de englobar la totalidad de las construcciones que conforman el
núcleo.
28
Además, se ha respetado tanto el límite de las fincas como el límite
natural para la necesaria protección del bosque de ribera, además de la
vegetación circundante con numerosas especies autóctonas
NOTIFICACION DE RESOLUCIÓN II
El Excmo. Sr. Consejero de Cultura, Turismo y Deporte, con fecha 27
de abril de 2004, adoptó, la siguiente Resolución:
“De conformidad con el artículo quinto de la Orden 10/2004, de 2 de
enero, por el que se regulan las normas para la firma de Convenios con
Corporaciones Locales, con objeto de realizar obras de conservación en
edificios B.1.C., B.1.L., Inventariados o Singulares en la Comunidad
Autónoma de Cantabria ya tenor de lo dispuesto en el art. 4 de la
antedicha Orden por la que se analizan las solicitudes presentadas por
la Comisión formada a tal fin y visto el Acta de la citada Comisión, esta
Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, en lo que es materia de su
competencia”.
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Firmar un Convenio con el Excmo. Ayuntamiento de Rionansa, para la redacción
del proyecto de reparación del Puente de la Herrería.
Firmado por el Excmo. SR. Consejero de Cultura, Turismo y Deporte, 27 de abril
de 2004. // Contra la presente Resolución que no pone fin a la vía administrativa
podrá, si desea impugnarse, interponer recurso Contencioso Administrativo ante el
Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, en el plazo de DOS MESES contados a
partir del día siguiente al de su notificación // Santander, 5 de mayo de 2004
EL SECRETARIO GENERAL DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE
Fdo. José Manuel Arenal González
SR- ALCALDE-PRESIDENTE DEL AYUNTAMIENTO DE RIONANSA
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EL PUENTE DE LA HERRERIA, LIMPIO DE MALEZA
La siguiente fotografía muestra EL PUENTE completamente limpio de maleza y árboles arraigados en sus paredes y contrafuerte., Tras muchos esfuerzos y cambio de estrategia el PUENTE quedó declarado oficialmente como BIEN DE INTERES LOCAL DE RIONANSA con fecha 24 de febrero de 2004, tal como se especifica en el BOLETIN OFICIL DEL PARLAMENTO DE CANTABRIA de 4 de marzo de 2004.
30
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31
LA FAMILIA: GUTIERREZ DE CELIS Y GUTIERREZ RUBIN DE CELIS
Rama troncal y primer varón que con el apellido Celis aparece en la
Historia es un tal Gutierre Rodríguez, Señor del Castillo de Celis (2) en
el mismo Valle de Rionansa. En algunos documentos de su época se le
nombra sólo con el patronímico, pero como ya en su tiempo usaban los
nobles por apellido la denominación de su solar, aparece en algunas
nobiliarias y en muchas memorias de esta familia el apellido Celis. Este
Gutierre Rodríguez fue Caballero Ricohombre de Mesnada del Rey Don
Fernando III El Santo, casado con Doña Catalina Ruiz de Ferrera, hija de
Rodrigo Álvarez de Ferrera, señor de esta casa que lo era de la de
Herrera de Río Pisuerga, que después fue de los condes de Benavente.
Fue el primogénito Fernán Gutiérrez de Celis, y de allí en adelante fue
costumbre usar este apellido combinado.
Expansión del apellido Celis y Rubín de Celis por Venezuela y
Colombia
Uno de sus descendientes fue DON FELIPE GUTIERREZ DE CELIS
natural del lugar de Celis (Cantabria), quien casó con MARÍA
GONZÁLEZ DEL SOLAR, padres a su vez de Justo Gutiérrez de Celis y
González del Solar, casado con Catalina Rubín de Celis, del mismo
lugar, y que de este último matrimonio, desciende Juan Francisco
32
Gutiérrez Rubín de Celis, que pasó a CIUDAD DE MÉXICO donde fue
Caballero de la Orden de Santiago en 1708. Allí casó con María Isabel
de los Ríos, natural de Querétaro, de cuyo matrimonio hubo
descendencia. Probaron su nobleza en la Orden de Santiago en 1708 y
en 1743.
De esta rama (Don Felipe Gutiérrez de Celis y doña María
González del Solar) desciende Francisco Gutiérrez de Celis, (hijo
legítimo de ambos), de de quien se tienen noticias de que fue
probablemente el primero de su linaje que vino de Cantabria, (de donde
era originario) a VENEZUELA a principios del siglo XVIII y se estableció
en Maracaibo. Aparece ya como padrino en 1739 y contrajo matrimonio
con doña Rosa Ana de la Colina Peredo proveniente de Coro, y que
según la tradición desciende del Emperador Moctezuma, se constituye
en uno de los linajes más antiguos y extendidos de la región occidental
del país (Venezuela), desde donde se regó hacia Mérida, Barinas,
Valencia, Caracas y Ciudad Bolívar, siendo casi todos sus miembros
descendientes del mismo tronco y famosa como joya arquitectónica la
casa solariega de una de sus ramas situada en Valencia. (Venezuela).
(VER ESQUEMA FAMILIAR).
Un ciudadano venezolano, apellidado CELIS, me ha confirmado que
allí hay más 8.000 habitantes con apellido Celis según un censo que él
maneja, y que este apellido se ha extendido también por el territorio de
Colombia. He podido comprobar que el apellido Celis está extendido
desde Sacramento hasta Punta Arenas. El San Fernando (California) la
calle principal se denomina Celis Street, y en Texas hay una cerveza
apellidada CELIS.
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33
UNA TEJA CON HISTORIA
La fotografía arriba expuesta, una teja donde aparece escrito el
nombre de Manuel Francisco Gutiérrez Rubín de Celis, que se cree,
con cierta seguridad, hermano de don Juan Francisco Gutiérrez Rubín
de Celis e hijo del matrimonio, arriba citado, don Justo Gutiérrez de
Celis y Catalina Rubín de Celis. Esta teja fue rescatada en un tejado en
Celis por el albañil don Manuel Gutiérrez Cortines, marido de doña
Mary Pérez Gutiérrez – Celis.
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EL GRAN BIENHECHOR RESCATADO DEL OLVIDO
Puente de La Herrería (Celis), fue construido gracias al ya citado
Don Juan Gutiérrez Rubín de Celis, (Cuyo nombre completo era Juan
34
Francisco) nacido en este barrio de La Herrería y bautizado en Celis el
25 de octubre de 1671. En el año 1691 emigró a México, posiblemente
reclamado por algún familiar.
Catedral Nuestra Señora Virgen de Guadalupe, Ciudad de México
Sus padres fueron D. Justo Gutiérrez de Celis, nacido en Celis y
bautizado el 4 de agosto de 1833 y Catalina Rubín de Celis, natural de
Celis y bautizada el 19 de mayo 1648, casados en Celis el 22 de enero
de 1671. // Sus abuelos paternos, como se ha dicho, fueron: Don Felipe
Gutiérrez de Celis y doña María González Solar, ambos naturales de
Celis.
El 27 de diciembre de 1705 contrajo matrimonio en la Catedral
Nuestra Señora de Guadalupe con Doña María Isabel de los Ríos y
Moreno, nacida en Quarétaro, México, pero originaria de Tudela
(Navarra). Los padres de su esposa: Alfredo Antonio de los Ríos,
natural de Tudela, y su madre de Piasmaro (México).
35
Previamente se había enrolado en el ejercito llegando al grado de
Coronel del Ejercito Imperial Nueva España en el Regimiento “Tres
Villas”; Regidor de la Ciudad
de México, Prior de Consulado (Real Aduana) y Caballero de la Orden de
Santiago Exp.6.564 / (04-12-1708)
DESCENDENCIA
De citado matrimonio (don Juan y doña Isabel), nacieron
1º).- Juan Ignacio, nacido en México el 31 de julio de 1708 y bautizado
el 6 de agosto del mismo año. Fue Capitán de la Guardia de Caballeros
de Santiago, ingresando en la misma el 11 de septiembre de 1943. y.
2º).- José Nicolás, nacido en México el 9 de septiembre y bautizado en
la catedral el 25 del mismo mes. Caballero de la Orden de Santiago,
ingresando en la misma, también, el 11 de septiembre de 1743.
FÁBULA INVENTADA
No es cierto lo que se dice en un libro, que D. Juan Gutiérrez Rubín
de Celis fue un niño “jallao”, (niño abandonado) sólo es una fábula
inventada. Sus padres se llamaban, como se ha dicho, Don Justo
Gutiérrez de Celis, nacido en Celis y bautizado el 4 de agosto de 1633, y
de Doña Catalina Rubín de Celis, nacida en Celis y bautizada el 19 de
mayo de 1648, y se casaron en Celis el 22 de enero de 1671. Y no
perdieron el tiempo, esa noche de bodas engendrando al niño, qué, al
crecer y marchar a México fue el protagonista principal de esta larga
historia
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MANDATO NOTARIAL
CUADRO DE LAS OBRAS QUE MANDÓ HACER DON JUAN Y NUNCA TUVO LA DICHA DE VERLAS PERSONALMENTE
1ª) La construcción de un puente de piedra sobre el río Nansa junto al barrio de La Herrería.
2º) La Escuela de Primeras Letra, (Obra Pía), también en el citado barrio de La Herrería
3ª) La Iglesia de San Roque y San Jacinto de Celis, y
4º) La traída de aguas desde La Toja (bajo Pico Hugón) al centro del pueblo de Celis, con fuente incluida
En nombre de la Santísima Trinidad, Padre, hijo y Espíritu Santo,
tres personas real y verdaderamente distintas y un solo Dios
verdadero, y la Santísima Virgen María concebida sin pecado original
en el primer instante de su purísimo ser, en cuyo nombre todas las
cosas tienen buen principio, loable medio y dichoso fin, sea notorio de
todos los que este público instrumento y por virtud …….. Don Juan
Gutiérrez Rubín de Celis, con fecha 23 de febrero de 1746, a la edad de
75 años largo cumplidos, faculta, en primer lugar, a don Diego Rubín de
Celis, su sobrino materno y vecino del citado barrio de La Herrería, para
diferentes encargos de obras a realizar en este Concejo de Celis:
INGRATITUD :
Es inconcebible que no haya habido ninguna autoridad del
municipio que no le haya horado a Don Juan Gutiérrez Rubín de Celis
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con una placa de bronce “in memoriam” en el propio PUENTE, en
agradecimiento y reconocimiento, sabiendo, como se sabe que, por su
mandato y pesos fuertes. se construyó el denominado “PUENTE DE LA
HERRERIA”. El servicio comunitario que ha prestado este puente al
Concejo y al Municipio, desde el año 1760 hasta hoy, es incuestionable
y más, teniendo en cuenta que facilita el paso sobre el río NANSA para
los pueblos de CELUCOS y RICLONES, y facilita la comunicación
directamente con el Ayuntamiento de LAMASON.
Este “OLVIDO” es imperdonable. Que no haya habido hasta
hoy dinero público para dejar memoria visible de reconocimiento y
gratitud para el mencionado bienhechor es ingratitud, pero en cambio
si ha habido miles de denarios del erario para propiciar el intento serio
de usurpación por parte del Ayuntamiento de Rionansa de un bien
escolar, propiedad legitima del pueblo de CELIS, esto es:
Hace unos años /1984-1992/ el “Excmo, Ayuntamiento de Rionansa”
se gastó más de cinco millones de pesetas en tres juicios y tres
recursos (desde San Vicente de la Barquera hasta la Primera Sala de
Tribunal Supremo), en un intento de usurpar del EDIFICIO ESCOLAR Y
PLAZA a la Entidad Menor de Celis, con documentos falsos y testigos
condicionados a tal menester.
LOS LEONES de Celis, se movilizaron y salieron en defensa de los
bienes legítimos de este pueblo esgrimiendo ante los jueces el Art. 33.3
de la Constitución española), ganaron todos los juicios y recursos en
defensa de dicha propiedad; por ser legítima del citado pueblo (1) // Al
tiempo, 313 vecinos “vendían” la citada propiedad ESCOLAR al
AYUNTAMIENTO DE RIONANSA en un documento firmado por ellos a
cambio de una vergonzosa y engañosa “cesión gratuita” (2).
------------.
1) El art. 33.3 de la Constitución dice: “Nadie podrá ser privado de sus bienes y derechos sino por causa justificada de utilidad pública o de interés social, mediante la correspondiente indemnización y de conformidad con lo dispuesto por las leyes”
2) El miércoles, 30 de mayo de 1992, el Juez de Primer Instancia de San Vicente de San Vicente de la Barquera ordena al Registro de la Propiedad:
38
1º) Cancelar totalmente la inscripción ilegal efectuada a su favor por el Ayuntamiento de Rionansa de la propiedad escolar de Celis (efectuada sigilosamente el lunes 25 de mayo de 1981), y
2º) Que dicha propiedad escolar sea registrada en dicho Registro a nombre de la Entidad Menos de Celis por ser la legítima dueña. (Junta Vecinal)
La verdad siempre espera en el camino para fulminar la mentira. (Víctor Cortijo).
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LOS OFICIOS DE PRIOR, CONSUL Y MERCADERES
LUCHAS ELECTORALES EN EL CONSULADO DE MÉXICO POR LOS BENEFICIOS DE LA RENTA DE ALCABALAS
Por Guillermina del Valle Pavón
Breve historia de los manejos “lícitos” en el Consulado(REAL ADUANA)
Poco después que el Consulado resumiera la administración de la
renta de alcabalas, en 1694, empezaron a presentarse conflictos en las
elecciones de la corporación del Consulado. Los mercaderes de la
plata lucharon por acceder a los cargos de representación corporativa
consular con el propósito de obtener los beneficios que se derivaban de
la administración alcabalatoria. Entre éstos, se destaca la disposición
de los excedentes que generaba la renta, los cuales les permitieron
incrementar el crédito a la producción minera para garantizar el acceso
a los metales que evadían el pago de derechos.
Dada la importancia de los excedentes de las alcabalas, los
mercaderes de la corporación ingeniaron modos y recursos para hacer
cada vez más eficiente la recaudación, y a pesar de que las autoridades
reales y locales les embarga la sospecha que pudiera haber tramas
fraudulentas en el aumento de los rendimientos en el ramo de
alcabalas no se incrementó la renta de cupo que el Consulado debía
39
pagar al erario real. Sin embargo, ese ambiente de sospecha dio lugar,
pasado el tiempo, a la inclusión de un tribunal mercantil en la
organización del Consulado, representado por un “visitador”.
El Consulado había luchado durante todo el siglo XVII por
administrar las alcabalas de manera autónoma, en razón de las
ventajas que obtenían sus dirigentes y el resto de sus miembros. Los
representantes del Consulado podían quedar exentos del impuesto y
reducir las contribuciones de quienes formaban parte de sus redes, y
disponían de información comercial privilegiada que reducía los costos
de las transacciones que realizaban; y otro muy importante;
canalizaban a sus negocios las “sobras” de las alcabalas, como se
llamaba a los productos que generaba el ramo por encima de la
anualidad (cupo) que se entregaba al erario real. Así, no resulta
extraño que los mercaderes de la elite compitieran por acceder a la
cabeza de la organización consular. Los oficios de prior y cónsul fueron
diputados por el reducido grupo de mercaderes de la plata que
ocupaban los sitios más elevados en la pirámide integrada por los
miembros del Consulado. Es de suponer que éstos se agrupaban en
torno a los dueños de los dos bancos de la plata, que, además de
financiar la producción minera, cobraban los metales preciosos al resto
de los mercaderes y se encargaban de amonestarlos. La importancia
que tenía para los mercaderes - banqueros de disponer de grandes
montos de circulante para realizar sus negocios, permite valorar el
interés que pudieron haber tenido por acceder a las “sobras” de la
renta de alcabalas.
Es muy probable que las redes de negocios que tejieron los dueños
de los bancos de plata, fue en función de sus orígenes y afinidades
étnicas. Una de estas instituciones estaba en manos de Luis y Pedro
Sánchez de Tagle, ambos de origen montañés (Cantabria), y la otra en
las de Juan Bautista de Arozqueta y su yerno Francisco de Fagoaga,
quienes procedían de las provincias vascongadas.
Estas dos ramas, propietarias de bancos de plata tenían ingerencia
directa en la Casa de la Moneda que Pedro Sánchez de Tagle era
40
propietario del oficio de tallador mayor y Francisco de Fagoaga tenía en
arriendo el de apartador general de metales, que también estaba
incorporado a la ceca. Ambos cargos les permitía ejercer el control
sobre la amonedación de metales, lo que les permitía acuñar plata que
no había sido quintada, práctica que les proporcionaba elevadas
ganancias a costa del erario real.
El caso de Pedro Sánchez de Tagle constituye un buen ejemplo de la
forma en que los bancos de plata realizaban este oficio ilícito, .En 17l2
se descubrió que el Marqués de Altamira había enviado de Pachuca
varias barras de plata sin quintar, acerca del cual “no se había hablado
por ser muy común, muy ordinario”
Sánchez de Tagle podía realizar operaciones ilícitas, en gran parte,
debido a los vínculos que había establecido con las autoridades locales
y virreinales. Con respeto a las primeras, el marqués de Altamira casó a
una de sus hijas con el contador y juez oficial de la real caja de
Pachuca, Juan Manuel Argüelles y Miranda, a quién, además, prestó
sumas importantes sin garantía alguna. Por otra parte, el marqués de
Altamira se granjeó el favor de los virreyes, como sucedió con el duque
de Linares, Virrey, quien lo apreciaba de manera especial.
En consecuencia, antes de que el visitador, Francisco de Pagave
procediera a realizar la inspección del real de Pachuca, en 1712, el
Virrey, Duque de Linares, recurrió al Marqués de Altamira para que
invitara a la minería y el comercio a fin de que “se acogiera al indulto
que les ofrecía” con el propósito de evitar que el tratara de imponer las
drásticas medidas que había tomado en Zacatecas.
A partir de 1710, fueron designados para los principales mercaderes
de la plata cargos de representantes corporativas los, luego de pasar
por serias pugnas electorales. Entre éstos se destacan, por un lado, los
vizcainos Arozqueta y Fagoaga, los compadres de éste, Miguel
Amazorrain y Domingo Mateos, así como Francisco de Ugarte, Juan Luis
de Baeza y su yerno Domingo de la Canal. Y por otra parte, los
montañeses Juan Ignacio de la Vega y Sotomayor y su yerno Francisco
41
Antonio Sánchez de Tagle (quien durante un tiempo fue administrador
del banco de plata de los Tagle), Juan de Castillo, Francisco Franco de
Soto, Juan Gutiérrez Rubín de Celis y Gaspar García del Rivero.
Los comicios que se realizaron en 1712, fueron cuestionados por un
grupo liderado por dos compradores de plata más acaudalados,
Domingo de la Canal y Francisco de Ugarte del partido vasco, , quienes
en 1716 fueron elegidos prior y cónsul respectivamente. En la relación
“instrucciones y memoria” que escribió el Duque de Linares (Virrey), a
su sucesor, Marqués de Valero, en el mismo año 1716, atribuyó las
“grandes controversias” que se presentaban en las elecciones de la
corporación consular al interés de los mercaderes de la elite por
administrar la renta de alcabalas, al tiempo que censuraban a los
miembros del tribunal mercantil porque tenían abandona la
administración de la justicia, debido a que se habían reducido “en
sustancia, a uno buenos arrendadores de las alcabelas”.
En 1718 el procedimiento electoral volvió a ser impugnado por un
grupo encabezado por dos destacados mercaderes de la plata de origen
vizcaino, Joaquín de Zabaleta y Juan Luis de Baeza, suegro de Domingo
de la Canal, que había sido prior en 1714 y 1715. Los defensores de los
comicios eran precedidos por los montañeses Pedro Sánchez de Tagle,
Pedro Carrasco Marín, Luis Chacón y Gaspar de Alvarado. Antes las
presiones de que fue objeto el Virrey, Marqués de Valero, por parte de
ambos grupos, declaró nulas las elecciones y ordenó que los ministros
en funciones se mantuvieran un año más, de modo que Domingo de la
Canal y Francisco de Ugarte ejercieron los oficios y prior y cónsul por
tres años consecutivos, aún cuando dos años antes los habían
desempeñado otros miembros del mismo grupo.
La relevancia que tenía el acceso a los cargos de representación
corporativa, y a través de éstos a la gestión de las alcabalas, se
evidencia en el esfuerzo que pusieron el prior Juan Bautista de
Arozqueta y el cónsul Bernardo de Mariátegui, porque se confirmara el
nombramiento de los electores que los habían designado en 1719,
“mediante los preciosos suplementos de más de cien mil pesos que no
42
se ha manifestado necesitar el Virrey, Marqués de Valero. Con esta
”ceba” lograron que dichos comicios no fueran suspendidos.
En las elecciones de 1722, en las que salieron: Prior, Juan del Castillo
y cónsul, Juan Pérez de Albornoz, del grupo montañés fueron
cuestionadas por los del grupo vasco, Juan Bautista de Arozqueta,
Miguel Amazorrain y Bernardo Mariátegui, quienes habían sido prior y
cónsules en 1721, con el argumento de que no podían haber fungido
como electores Pedro Sánchez de Tagle, Pedro Carrasco y Juan del
Castillo, porque eran regidores de la Ciudad, además, que ya se había
desempeñado como electores en 1718. No obstante, el Consejo de
Indias y el monarca aprobaron dichos comicios.
En las misma elecciones de 1722, el marqués de Villahermosa de
Alfaro, oidor y juez de alzadas del Consulado, se había opuesto a que
Juan del Castillo fuera propuesto para el oficio de prior, porque no
cumplía el requisito de poseer más de 30.000 pesos de caudal, como se
había puesto de manifiesto en el embargo realizado por la Audiencia en
1713 a causa de un comiso de plata sin registro
El oidor expuso públicamente un documento que había presentado el
mismo Castillo, en el que había declarado no tener más bienes que los
embargados, por haberlos perdido en “malas dependencias y
manutención de su crecida familiar” Sánchez de Tagle, Francisco
Negrete, Luis Chacón, Gaspar de Alvarado y Pedro Carrasco Marín
confirmaron que Castillo “era persona del mayor crédito y sangre y
caudal bien conocido” y atribuyeron el testimonio de dicho juez, a sus
vínculos con los ministros contrarios a la elección.
En el proceso electoral de 1723 se logró llegar a un acuerdo con los
disidentes vizcaínos. Llegaron a un acuerdo el prior vasco, Juan
Bautista de Arozqueta, con los cónsules montañeses Juan Pérez de
Albornoz y Francisco Antonio Sánchez de Tagle. No obstante,
continuaron los conflictos en torno a los comicios por cerca de 20 años.
Todas las purgas que se originaban eran debido al interés de los
mercaderes de la elite de la plata, por participar de los privilegios
43
derivados a la gestión de las alcabalas. Entre estos se destaca el
usufructo de los excedentes que generaba la renta, “sobras”, una vez
liquidado el cupo real.
En 1723, los mencionados, el prior Juan Bautista de Arozqueta y los
cónsules Juan Pérez Albornóz y Francisco Antonio Sánchez de Tagle,
negociaron importantes concesiones con relación a la recaudación de
alcabalas. Entre éstas, se destacan la de la jurisdicción del Consulado a
los lugares en donde se celebraran las ferias de las flotas y naos de
China, así como la autorización para incrementar los gastos anuales de
administración a “la cantidad que fuese necesaria” por encima de los
34 000 pesos anuales.
En 1727 el Consulado obtuvo dinero y réditos para comprar varias
casas, demolerlas y construir la Aduana. Posiblemente dichos capitales
y el servicio que generaron fueron saldados con las “sobras” de la
renta de alcabalas, aún cuando se desconoce qué clase de acuerdo se
llegó con las autoridades reales para financiar la obra en cuestión. En
1730 fue nombrado prior del Consulado, don Juan Gutiérrez Rubín de
Celis (4), bajo el virreinato del Marqués de Casafuerte.
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CONSIDERACIONES FINALES:
En una sociedad altamente jerarquizada como la novohispana, el
consulado brindó a los mercaderes que se ubicaban en la cima de la
piramide que integraba sus miembros la oportunidad de gozar de
importantes privilegios. Quienes ocuparon los cargos de representación
corporativa recibieron los beneficios más redituables, al hacerse cargo
de la gestión del ramo de alcabalas; lo que explica que, poco después
de que el Consulado entrara en una segunda etapa de arrendamiento
44
de la renta, en 1694, se diera inicio a un largo periodo de conflictos
electorales.
Todo parece indicar que, poco antes de que iniciara el siglo XVIII los
mercaderes de la elite se habían agrupado en dos partidos de filiación
étnica, en cuya cabeza se ubicaban los dueños de los dos bancos de
plata de la época, Por una parte, los montañeses. Pedro Sánchez de
Tagle y, su yerno, Francisco de Valdivieso, y por otra, los vizcaínos,
Juan Bautista de Arozqueta y, su yerno, Francisco de Fagoaga. El papel
de estos tratantes radicaba en la influencia que tenían en la Real Casa
de Moneda, la cual los posibilitaba para controlar la acuñación de los
metales que compraban al resto de los mercaderes de plata.
Lo
s
mercaderes de plata vieron en el incremento del crédito a la producción
minera, uno de los principales recursos para competir por la plata sin
quintar. Con el objeto de obtener mayores recursos financieros,
lucharon por acceder a los oficios de representación corporativa, a
través de los cuales podían disponer “de los sobrantes” que generaba
el ramo de alcabalas. Esto explica los esfuerzos de los líderes del
Consulado por hacer más productivo el derecho de alcabalas. Aun
cuando no se dispone de información sobre los productos del ramo, los
controles que se impusieron sobre los contribuyentes y el
fortalecimiento del resguardo del distrito alcabalatorio, permiten
LOS MIEMBROS DE LA ÉLITE DEL CONSULADO DE MÉXICO
Grupo Vizcaino Grupo MontañésDomingo de la CanalJuan Bautista de ArozquetaFrancisco de FagoagaMiguel AmazorrainBernardo MariáteguiDomingo MateoFrancisco UgarteJuan Luis de BaezaJoaquín de Zavaleta
Pedro Sánchez de TagleLuis Sánchez de TagleJuan del CastilloJuan Gutiérrez Rubín de CelisJuan Ignacio de la Vega y SotamayorFrancisco Antonio Sánchez de TagleFrancisco Franco de SotoGaspar García de RiveroPedro Carrasco MarínLuis ChacónGaspar de AlvaradoJuan Pérez de AlbornozFrancisco Valdivieso
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deducir que se recaudaron sumas cada vez mayores, sin que se
aumentara la renta pagaba al erario público.
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(1) Virrey de Nueva España desde 15-01-1711 hasta el 15-08-1722. (2) En 1706 el soberano había mandado solicitar, de manera particular, las contribuciones de los mercaderes mencionados en razón de la enorme riqueza que ostentaban. (3) La Aduana. Se trata de la Aduana “Ladrillos de Amor”. (4) El patrocinador del PUENTE DE LA HERRERIA --------------------------ooo0ooo-------------------------.
ATANDO HOJAS DE LEYENDAS E HISTORIA
Juan Gutiérrez Rubín de Celis
Cuando yo era un niño, oía hablar a mi abuelo, Telesforo Cortijo
Odriozola, sobre las leyendas de la construcción del Puente de la
Herrería, todas extraídas del olvido de los tiempos: Qué si había sido
“un jallao” que luego hizo fortuna en América, que si había sido un
coronel destinado en México según manifestaba Manuel Sánchez, de
Celucos, pues ambos mantenían largas charlas ilustrativas en los fríos
días de invierno al calor de los tizones del atizadero de EL PLEITO, pues
no en vano ambos eran grandes “acopios” del saber popular.
Otras historias sobre el Puente salían a la palestra cuando la gente
joven preguntábamos insistentemente sobre la historia del Puente con
respuestas poco convincentes que poco aclaraban quién lo había
mandado hacer. La espectacular obra del puente y la magnitud del arco
principal, nos invocaba a los niños y a los jóvenes a preguntar a
nuestros mayores cuándo y quién lo había construido, pero siempre, el
manto del olvido de la historia se anteponía.
Eso sí, era sabido que el brazo del puente hacia el barrio de La
Herrería, estaba cimentado sobre troncos de haya clavados en tierra,
ya que algunos de estos troncos fueron observados al quedar al
descubierto, bajo el agua, tras la gran riada del río Nansa el viernes, 9
en septiembre de 1909. A falta de suelo firme, con frecuencia, en esta
clase de construcción, se empleaban troncos de haya recién cortados,
pues éstos se conservan verdes durante siglos clavados en cimentación
46
húmeda, sistema empleado hasta el siglo XVII y XVIII en aquellas
construcciones donde no se hallaba suelo firme en su cimentación.
La primera historia escrita sobre el Puente de La Herrería la leímos,
la gran mayoría de los habitantes del Concejo de Celis, en la magnifica
obra del periodista Mann Sierra (1980), en tres tomos, titulada “DE
PUEBLO EN PUEBLO” donde, en la página 200 del primer tomo, en la que
dejó escrito:
“Nadie recuerda ni en ningún documento, que sepamos, hay
memoria de la existencia de una herrería en Celis. Sin embargo, aquel
puente de 15 metros de flecha, que une Celucos y Riclones con Celis, se
llama Puente de la Herrería; más allá, allí mismo, a los “pies” de esa
espectacular obra, aparecen resto de escoria, señal inequívoca de que
allí, a orillas del Nansa, existió una ferrería. Se sabe que tales
industrias fueron muy importantes en Cades y en Cosío, en Camijanes y
en algún otro lugar y hasta el Ayuntamiento de Herrerías debe su
nombre a la abundancia de tales ferrones. Pero el tiempo ha sumido en
el más impenetrable misterio ésta del Celis.
Existe una leyenda sobre la construcción del puente que los vecinos
suelen contar con ligeras variantes. Cuentan como un “jallao” (un niño
abandonado) fue recogido y criado por una familia del lugar, hasta que
pudiéndose valer por si mismo emigró y se dedicó hacer fortuna, para,
al regreso al lugar de Celis construir ese puente monumental de un
gran ojo y otro cegados que salva el río Nansa. Su fábrica es aparatosa
y firme su pétrea estructura. A mitad del recorrido del puente, se alza a
mitad del puente se alza una especie de hornacina o humilladero, que
llaman de la “Santina” pese a que en él únicamente se halla un relieve
en chapa del Sagrado Corazón de Jesús, evidentemente de época muy
posterior a la construcción del puente y humilladero.
¿Fue esa hornacina levantada también por el desconocido
benefactor?
Este puente de piedra se enseña al forastero con legítimo orgullo,
porque muy pocos de la provincia ofrecen tal solidez y características y
47
mucho menos esa altura del ojo principal, único abierto, desde el punto
más alto del arco a la superficie del río, mientras escalonadamente se
van sucediendo otros hacia la margen derecha, reforzados por los
clásicos muros en función de apuntamiento”.
UN DOCUMENTO DECISIVO
En el devenir de los pueblos a veces brotan conflictos entre los
vecinos que alteran los ánimos y la convivencia entre ellos. Y el pueblo
de Celis tuvo el suyo propio al surgir un litigio sobre la legitimidad de
una propiedad, por lo que hubo que desempolvar los documentos de la
Entidad Menor de Celis para salir en su defensa; y entre esos
documentos estaba un documento que me llenó de curiosidad e interés,
pues se trataba de la Fundación de Obras Pías de la Escuela de
Primeras Letras del barrio de La Herrería, promovida por don Juan
Gutiérrez Rubín de Celis, por poder, fechado en la ciudad de México el
23 de febrero de 1746. Consideré que era un documento capital que,
sin duda alguna, aclaraba parte de la historia del Puente de La
Herrería, y también, la construcción de la Escuela de Primeras Letras,
ya citada; la de la Iglesia de San Roque de Celis y la traída de aguas al
pueblo de Celis desde la fuente de La Toja.
Consideré pertinente sacar del olvido la historia del PUENTE DE LA
HERRERIA en todo aquello que sea posible. La copia literal de dicho
documento en poder de la Entidad menor de Celis, me proporcionó
datos importantes, tal como se describe en las primeras páginas de
este trabajo. Ese documento nos dice que el “desconocido bienhechor”,
había sido don Juan Gutiérrez Rubín de Celis, oriundo del barrio de La
Herrería (Celis), Coronel de infantería en la ciudad imperial de México,
Caballero de la Orden de Santiago e hijo legítimo de don Justo Gutiérrez
de Celis y de doña Catalina Rubín de Celis, vecinos ambos de Celis.
Con fecha 25 de enero de 2002, registré un escrito de la Consejería
de Cultura del Gobierno de Cantabria solicitando el estudio, la
valoración y el registro en el Catálogo del Patrimonio de Cantabria el
48
Puente que se halla sobre el río Nansa, en Celis, denominado “Puente
de La Herrería”
Dicha petición fue aceptada de inmediato por el entonces Consejero
de Cultura, Turismo y Deporte, Sr. Cajigas, tras el informe expedido por
el Colegio de Arquitectos de Cantabria con fecha 21 de abril del mismo
año, incluyendo memoria histórico y anexo. El anexo aportaba datos
personales del Coronel, tal como se pueden ver en el escrito de fecha
21 de abril de 2002.- (N-20020421)
El Coronel, don Juan Gutiérrez Rubín de Celis contrajo matrimonio
con doña María Isabel de los Ríos, nacida en Querétaro (México) Se cita
aquí este dato importante, porque en las 14 transcriptas
anteriormente nada dicen sobre el estado civil de este acaudalado
Caballero
Una vez terminado la incoación del proceso de catalogación del
Puente de La Herrería como Bien de Interés Local, B.O.C. de fecha 24
de febrero de 2004, se ha optado por ir completando la historia de don
Juan Gutiérrez Rubín de Celis. Todo lo que se ha hallado a través de
internet, han sido historias tildadas de leyendas, las cuales se agregan
a este acopio de la historia. La primera: “El convento del Corpus Chriti
para indias cacicas” // Segunda: “La leyenda de la Aduana de Santo
Domingo” // Tercera: “otra leyenda de la Aduana”. Anotando estos y
otros datos recogidos en documentos que esporádicamente salen,
como es el caso del documento “Los oficio”….(N-20060304)
Según la historia del Convento, nos dice que el Virrey, Marqués de
Valero, encarga en 1720 a Don Juan Gutiérrez Rubín de Celis la busca y
compra de predios para poder construir un convento para acoger a las
indias cacicas.
En 1730, el Virrey Juan de Acuña, Marqués de Casafuerte, nombra a
don Juan Gutiérrez Rubín de Celis, con 59 años de edad, Prior del
Consulado (Real Aduana). Y fue precisamente a finales de ese año,
cuando don Juan se enamora perdidamente de la linda doncella doña
Sara García Somera y Acuña (19 años), parienta del Virrey, y con ello
49
sobreviene la petición y ultimátum de seis meses para que el
apasionado caballero construyera el edificio de la Aduana. // La
construcción la realizó dentro del plazo prefijado por su amada, y sobre
un arco mandó escupir la inscripción acrática que la bellísima
prometida se encargó en descubrir:
“Siendo Prior del Consulado D. Juan Gutiérrez Rubín de Celis, Caballero de la Orden de Santiago y Cónsules don Gaspar de Alvarado, de la misma Orden, y D, Lucas Serafín Chacón, se acabó de fabricar esta Aduana el 28 de junio de 1731” (Sic)
Una de las leyendas, dice que Doña Sara cumplió su palabra, contrayendo matrimonio con don Juan en agosto del citado año 1731. Don Juan tenía entonces 60 años. Otra de la leyenda dice:
“Que ésta se sintió indispuesta y abandonó la fiesta de altos vuelos que don Juan estaba dando en su honor” La fiebre fue en aumento, muriendo la joven, doña Sara, 23 días después.
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Pasado el tiempo, triste por la pérdida de su amada Sara, vistiendo hábito de monje, don Juan; el Caballero de la Orden de Santiago, se retira humildemente al Convento del Carmen de la Ciudad de México.
Y aquí surgen las primeras preguntas:
¿Estaba ya viudo don Juan Gutiérrez Rubín de Celia, cuando en 1731 se enamoró y posiblemente trató o llegó a casase con la joven, doña Sara García Somera?
¿Estaba ya bajo los hábitos de monje en 1746, cuándo hizo e! poder notarial facultando y ordenando a su sobrino, don Diego Rubín de Celis, la construcción de! Puente; la Escuela de Primeras Letras; la Iglesia de San Roque y la bajada del agua de La Toja?
CONJETURA
Si analizamos atentamente, el documento “LOS OFICIO” nos
daremos cuenta que, nuestro Coronel tenía doble ocupación: Por una
parte, estaba en la cúspide de mercaderes de plata donde se
acuñaban monedas, quintadas – y sin quitar -- a la luz de teas que el
diablo encendía. Por otra parte, nuestro hombre era un ferviente
católico, pues no en vano iba casi a diario en su carruaje a la Catedral
50
y, arrodillado frente al altar en su silla almohadillada, rezaba
fervorosamente a Nuestra Señora Virgen de Guadalupe.
Y cuando le llega la vejez recluido ya en el Convento del Carmen
(México), 75 años, y con caudales de pesos en oro y plata (quintados y
sin quintar) procede
a enviar parte de ello al Concejo de Celis con expresa orden notarial,
para realizar un PUENTE sobre el río Nansa para evitar que niños y
niñas se ahoguen en el río al vuelco de la barca; Una ESCUELA de
primeras letras para rescatar a los niños y niñas de la ignorancia;
Una IGLESIA bajo la evocación de San Roque para ahuyentar la peste,
y una FUENTE con agua bajada de la Toja para dar de beber a los
sedientos habitantes del pueblo Celis. Obras todas propias de un buen
samaritano.
Y si anotamos otras cosas, como la obligación del maestro de
escuela, la explicación diaria del manual de buenas costumbres
cristianas a los niños y niñas; la enseñanza y explicación obligatoria en
la escuela del catecismo del Padre Astete (1), empezando por un Pater
Noste y Ave María por el alma del fundador de la Obra Pía y demás
almas detenidas del Purgatorio; la cantidad de misas anuales: una
cantadas y otras rezadas; la subida en formación al Santuario de
Trespeña el 10 de septiembre de cada año, con los niños y niñas,
rezando el rosario cantado y llevando por delante el estandarte con la
imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, y allí asistir a misa y rendir
devoción a Nuestra señora de Trespeña.
51
Toda esta lista de deberes cristianos, de obligado cumplimiento,
hace pensar que nuestro Coronel temía que, al morir, su alma se
precipitarse al fondo del infierno chamuscada entre las llamas del
fuego eterno por culpa del acuñado pecaminoso. Y posiblemente confió
su profundo temor, que tanto le embargaba, a la propia Virgen de
Guadalupe en sus visitas a la Catedral de rezo diario. Y si fue así, surge
otra pregunta:
¿Fue acaso Nuestra Señora Virgen de Guadalupe, a modo de TRUEQUE,
la que le transmitió a don Juan Gutiérrez Rubín de Celis, que LAVARA de
pecado su caudal de pesos fuerte (quintados y sin quintar) y los
enviara a su pueblo para realizar obras honorífica, entre ellas, un
puente sobre el río Nansa para salvar a niños y niñas cuando la barca
volcaba. Y una escuela para salvar a los niños y niñas de la ignorancia,
y otras obras meritorias?.
Es posible, que nuestro Caballero de la Orden de Santiago aceptara
la penitencia, TRANSMITIDA POR VÍA TRANSCENDENTAL, como bálsamo
celestial y tranquilizador a su conciencia y salvador de su alma
inmortal. Y para que no fallara el TRUEQUE celestial, ordenó celebrar en
Celis muchas misas rezadas y cantadas por su alma cada año,
TEMEROSO, todavía, que San Pedro dudase abrirle la PUERTA CELESTIAL a
su salida del Purgatorio. // Con fecha 23 de febrero de 1746 don Juan
cumplió su compromiso adquirido, ordenando a su sobrino materno,
don Diego Rubín de Celis, realizar las obras citadas en su orden
notarial..
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1) El padre Astete fue un religioso jesuita español, famoso teólogo sobre todo por su obra más conocida “Catecismo de la Doctrina Cristiana” conocido como "el Astete", que es un compendio simple de lo que el cristiano debe saber y cumplir para salvarse, y de hecho este catecismo, sirvió a la gran expansión católica de la contrarreforma y la Evangelización del Nuevo Mundo. Así como el magnífico Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica exige, por su
52
profundidad y extensión, un esfuerzo para su aprovechamiento, este catecismo permite su uso desde la facilidad de su lenguaje y estructura. El Padre Gaspar Astete, nacido en 1537 en Coca del Alba (Salamanca) y muerto en Burgos en 1601; fue autor de diversas obras piadosas. Su catecismo tuvo gran difusión, y se contabilizan más de mil ediciones.
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LA VIRGEN DE GUADALUPE
La Imagen de la Virgen María que se venera en la Ciudad de México,
tomó el nombre de la primitiva advocación de la Virgen radicada en
Extremadura (España) y cuya devoción y culto fue extendida en Nueva
España por los misioneros y
conquistadores, lo mismo que se
difundió por todo el virreinato del
Perú. Según la tradición histórica, la
Virgen María se apareció al indio
Juan Ciego el 12 de diciembre de
1.531 en el cerro Tepeyac, cuando se
dirigía a la ciudad de México para oír
misa. La Virgen le ordenó al indio
visitar al arzobispo Fray Juan de
Zumárraga, exigiéndole levantar un
templo en aquel lugar, y como el
prelado, , le pidiera al indio una
prueba del milagro. Dos días más
tarde, en una nueva aparición, la
Virgen le mandó presentarle unas
rosas recogidas en el árido cerro,
pero al extender Juan Ciego su ayate
ante Fray Zomárraga, que las dejó La Virgen de Guadalupe mexicana por
Nicolás Rodríguez Juárez
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caer en su “tilma” dibujándose en ella, con toda nitidez, la imagen de
la Virgen inmaculada. El prelado, avergonzado, colocó la “tilma” con la
faz de la Virgen en su oratorio. // En 1.662 se levantó a los pies del
cerro Tepeyac una iglesia, ya pocos metros fue construida, en 1709, la
actual gran basílica que el pueblo mexicano ha convertido en el templo
más visitado del mundo mariano. Los mexicanos, veneran con suma
devoción a Nuestra Señora la Virgen de Guadalupe. // Don Juan,
Caballero de la Orden de Santiago sentía una gran devoción por la
Virgen de Guadalupe, a la que siempre visitaba, y encomendó su alma
al final de su vida.
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UN MOMENTO DE HUMOR
LAS NIÑAS DE LA HERRERIA CELEBRAN UNA VCTORIA FUTBOLISTICA
Fotografía sacada el 16 de septiembre de 2000 en el Puente de La Herrería. Cuando yo estaba observando el estado de abandono en la que se hallaba el Puente. Ellas salían del barrio y, al yerme, algo avergonzadas, trataron de esconder la pancarta. Al percatarme de ello, les pregunté qué trataban de ocultar, y fue entonces cuando me mostraron la pancarta. Me gustó su trabajo artístico y su humor, por lo que las invité a posar con la pancarta extendida para sacarles una foto, al considerar que era un gesto y trabajo digno de ser recogido para la historia. Ellas prestas y orgullosas desplegaron su pancarta. Quedaron encantadas. No esperaban ser fotografiadas tan inesperadamente al término de su trabajo.
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Ellas son: OLGA, PAULA y LLENIA, celebrando que su equipo de fútbol, los chicos de Celucos, habían ganado a los de Celis. Y para recordar el gran evento se esmeraron en reflejarlo, con ingenio artístico, en esa pancarta.
Yo que andaba preocupado por el estado de abandono en la que se hallaba el Puente, ellas, en cambio, su simpatía y alegría iba hacia los chicos de CELUCOS por haber ganado, en campo de fútbol, a los chicos de CELIS.
¡Qué vergüenza para los chicos de Celis!
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ESQUEMA FAMILIAR GUTIERREZ DE CELIS Y RUBIN DE CELIS
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Matrimonio Felipe Gutiérrez de Celis (1) María González del Solar
Hijos: Justo Gutiérrez de Celis y González del Solar Francisco Gutiérrez de Celis y González del Solar
Matrimonio Justo Gutiérrez de Celis y González del Solar (2) Catalina Rubín de Celis
HijosJuan Francisco Gutiérrez Rubín de CelisManuel Francisco Gutiérrez Rubín de Celis
Matrimonio Francisco Gutiérrez de Celis y González del Solar…. (3) Rosa Ana de la Colina de Peredo
Hijos Andrés Gutiérrez de Celis - Colina Peredo (Presbitero.) -Luis Manuel Gutiérrez de Celis - Colina Peredo (Teniente) --Juana Josefa Gutiérrez de Celis- Colina Peredo.
Matrimonio Juan Francisco Gutiérrez Rubín de Celis (4) María Isabel de los Ríos
Hijos Juan Ignacio Gutiérrez Rubin de Celis y de los Ríos -- ---José Nicolás Gutiérrez Rubín de Celis y de los Ríos
1) Naturales de Celis . 2) Naturales de Celis . 3) Emigró a Maracaibo (Venezuela) Es hijo del primer matrimonio. 4) Natural de La Herrería y emigro a México en 1691. Este es don Juan Gutiérrez Rubín de Celis, el mismo que mandó hacer el PUENTE - HERRERIA. ANEXO I
LA FAMILIA: GUTIÉRREZ DE CELIS Y GUTIÉRREZ RUBÍN DE CELIS
ANEXO II
ESCUDO DE ARMAS DE DON JUAN GUTIERREZ RUBIN DE CELIS
Bibliografía: Libro: LA
NOBLEZA ASTURIANA EN MÉXICO
por ELVIRO MARTINEZ
CUARTELADO:
Primero: de oro, un castillo de gules, aclarado de sable;Segundo; de plata, dos osos andantes de sable, dispuestos en palo;Tercero: de plata, un árbol, de sinople con un león de su color empinado al tronco y atado a él con una cadena de sable, superando las tres flores de lis, de azur, puesta en faja; Cuatro: de azur, tres estrellas de oro dispuestas en barras, bordura de gules con ocho aspas de oro. (Achivo General Nacional.- Universidad, vol.192, folio 131r. México)
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ANEXO III
ARCA: ARCHIVO DEL CONCEJO DE CELIS
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En la Iglesia de San Roque, en Celis, en el crucero izquierdo, sobre e suelo, hay un Arca de madera, con cerradura artesanal de hierro, cuya medidas son las siguientes: 113 cm de larga, 54 cm de ancha y 62 cm de alta En el frente lleva escrita la siguiente anotación histórica:
“ESTE ARCHIVO DE CONCEJO SE HIZO EL AÑO DE 1746 SIENDO REXIDORES DON DIEGO RUBIN DE CELIS Y BALTASAR PEREZ DE ZELIS”
Esta arca fue mandada hacer para guardar en ella toda la documentación de las obras que mandó hacer do Juan Gutiérrez Rubín de Celis. Son las obras que se detallan en la Escritura de Fundación de Escuelas Pías.
Don Diego Rubín de Celis, uno de los dos “rexidores” del pueblo de Celis en el año 1746 era sobrino, por parte materna, de don Juan Gutiérrez Rubín de Celis. No hay duda que estos “rexidores” se tomaron en serio el encargo ordenado por eI Coronel, y para tener a buen recaudo toda la documentación mandaron hacer una magnifica arca con buena cerradura. (Iglesia San Roque, crucero izquierdo)
Los “rexidores” actuales del Concejo de Celis debieran tornar buena nota del celo con que cuidaban los documentos públicos los “rexidores” del siglo XVIII.
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ANEXO IV
SERVICIO DEL PUENTE A LOS PUEBLOS DEL CONCEJO
(Todos estamos obligados a velar por el PUENTE)
El puente de la Herrería presta un servicio de comunicación a los
pueblos de Celucos y Riclones. Si deseamos ir a Celucos una vez pasado
el PUENTE hay que seguir la carretera y a unos 120 metros girar a la
izquierda y pronto se llega al citado pueblo. Allí se encuentra un
extraordinario restaurante “Casa Andrés”, que si te quedas a comer o a
cenar, seguro que repetirás de nuevo llevándote la familia entera, o a
todos tus amigos. Si así lo haces, no lo olvidarás nunca la comida
casera que en este restaurante se sirve. Compruébelo, Tef. 942-727553
Restaurante “Casa Andrés”; el dueño le espera para darle la
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bienvenida.
Buen Provecho. Vd. lo pase bien. ------------------------- ooo (Fin) ooo-------------------------
Trazas de la Historia de CelisOviedo, 24 de febrero de 2010Víctor M. Cortijo Rubin
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