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LA ÚLTIMA PARADA
Sentados al fondo de una mesa nos encontramos varios amigos conversando, platicando de la
sociedad, de los múltiples factores sociales que tienen en declive a nuestra actualidad, se
hablaba de política, religión, economía, la pobreza y así un sin número de factores,
particularmente vino a mi memoria; la hipocresía humana, la facilidad con que un individuo
puede deshacerse de su familia sin remordimiento alguno, les dije; Les hablare de algunas
personas que llamaron mi atención los <<Viejos>> como los llaman, tuvieron y tienen
historias grandiosas, que para algunos a su forma de ver son poco creíbles; la Hna. Luz
Angélica, Don Héctor, Doña Rafaela son algunos adultos mayores de los cuales tengo gratos
recuerdos.
En varias ocasiones he realizado labor social en casas para adultos mayores. Estos lugares,
tiene una apariencia de cárceles, alejado del sentido común, lugares que deberían ser
cómodos, confortables. Impiden que nadie entre, peor aún que nadie salga sin su
consentimiento, y es así como el Hogar para Adultos Mayores del Colegio Daniel Álvarez
Burneo se deja ver, con doble puerta de seguridad y un portón eléctrico, ventanas opacas en
su parte baja da apariencia de una jaula.
Dentro de este edificio construido en bloque, en su interior, sin dejarse llevar por las
apariencias como aquel viejo dicho, << No juzgues al libro por su portada>>. Todo aquel
entusiasta pierde la esperanza, dentro de este sitio se percibe un ambiente sombrío, un
ambiente lúgubre, capaz de robarle a la persona más vigorosa y sonriente toda sensación de
alegría, y es aquí donde residen los adultos mayores, esperando sin salida alguna pasar a
formar parte de la historia, aun olvido incluso de sus seres queridos, su familia.
Aunque tales palabras dichas o escritas a rima sonaran, la verdad es tan efímera, tan
cambiante, tan cruel, que lo único que no cambia es el resultado final, todos vamos a un
mismo lugar, tres metros bajo tierra. Pero ese es tema de otro debate.
La hermana Luz Angélica una viejita que a primera vista da la impresión de una mujer
amable y atente, más su mirada no puede ocultar el cansancio de toda una vida de servicio y
trabajo, es quien ayuda como conserje. Al conversar con ella y de su labor prefiere no hablar,
baja su mirada, respira hondo y dice: prefiero no hablar de esto, es muy amargo hablar del
tema prefiero no hacerlo. Luego de platicar durante varios minutos, se nota más suelta, más
cómoda.
Al preguntarle de nuevo por su trabajo, responde mis experiencias, anécdotas son amargas,
así las define ella, al hacer un poco de memoria, me comenta, <<Qué es muy difícil ayudar
con el cuidado de los ancianos>>, ya que hay algunos ancianos que no quieren estar aquí,
intentan escapar, utilizan unas palabrotas, lo cual me dificulta tratarlos. A veces se me salen
y haciendo un esfuerzo salgo tras ellos, los traigo de regreso, pero la gente que pasa por aquí,
dice: ¡Ve cómo lo maltrata! ¡Ve cómo lo pega! No ven la realidad que uno los cuida, los trata
de ayudar. Muchas de las veces debido a mis molestias se me escapan algunos, lo único que
puedo hacer es gritar: ¡Fulano! ¡Fulano! ¡Fulano! ¡Se salió!, para que me ayuden a traerlo,
otros adultos mayores los trae la policía, como los ven por allí, y como saben que son de este
lugar, me colaboran. Ella lleva trabajando en este hogar por más de 15 años, me comenta que
antes, era profesora, iba a todos los lugares donde la mandaran.
La hermana dice haber hecho su noviciado en 1954 duro tres años, fue en Quito, pedí mi
jubilación hace 16 años debido a mis dolencias con todo y esto presto mi ayuda aquí. Ella
padece de Artrosis. Ironías de la vida tal vez, pero sin lugar a duda cuando una persona quiere
ayudar no hay impedimento alguno.
A mi mente vienen muchos recuerdos, grandes personas que dejaron gratos momentos como:
Don Héctor, que decía yo nací en la tierra de Pancho Villa o la muy jovial María Catalina, y
como olvidar a Doña Rafaela que a mi parecer cuando le preguntan o le comentan algo decía:
¡No escucho! ¡Habla más fuerte!, pienso que como dicen las personas, al tutear o hacer una
mofa de una plática, me estaba vacilando; Estas personas que ya forman parte de mi historia,
se encuentran en el Hogar Para Adultos Mayores Estancia de Paz Francisco Valdivieso,
ubicado en Landanguí a 40 minutos de Loja vía Malacatos-Vilcabamba. Un lugar desde
cualquier punto de vista y perspectiva muy diferente al Hogar para Adultos Mayores Del
Colegio Daniel Álvarez Burneo, es un lugar pequeño, los cuartos se encuentran alrededor de
un jardín acogedor, se respira un aire fresco, se puede apreciar el imponente paisaje y los
enormes relieves, las montañas que se ven tan cerca que uno piensa en tocarlas. Ideal para el
descanso de estos Ancianos.
Sentado junto al jardín, se me acercan estas personas, me miran con mucha alegría, con ojos
llorosos, alegrándose de que este ahí, y sin aviso alguno, preguntas como: ¿vino a verme a
mí? ¿Es usted mi familia?, no se hacen esperar, un frio recorre todo mi cuerpo. Y sí, es un
sentimiento conocido es la nostalgia de tal escenario.
De entre estas personas sobre sale uno, su forma de hablar, el lenguaje que utiliza es claro, se
puede entender muy fácilmente lo que intenta decir, no divaga en sus ideas, me invita a
sentarnos, iniciando la conversación me dice: Me llamo Héctor, le pregunto; ¿Desde cuándo
está aquí? Desde hace tres o cuatro meses, soy de México, nací en 1938 en Durango
Durango, en la tierra de Pancho Villa México, es un país muy grande, es el país más poblado
de América Latina, es el país más visita de todo el mundo, hay mucha gente. Yo realice mis
estudios en california la highschool y todo eso, pero uno se cansa de lo mismo y lo mismo,
por eso salí de ese lugar que estuve hace más de 100 años.
Estados Unidos pelea muchas guerras estúpidas, felizmente no pelee ninguna guerra,
bombardearon Hiroshima y Nagasaki que son las ciudades más pobladas de Japón, nada más
que por estúpidos, en ese tiempo Japón no estaba en guerra contra Estados Unidos. Uno se
pone a pensar cuantas personas murieron con la bomba atómica contra la cual no hay defensa,
son peligrosísimas, pero yo creo que no han de lanzar más bombas atómicas, porque ya
cualquiera puede fabricar bombas atómicas, Alemania ya puede fabricar bombas pero no
están estúpido para usarlas.
Don Héctor habla acerca de Hitler que es uno de los mayores asesinos de la historia,
felizmente no tenía la bomba atómica, asesino cerca de 200.000 polacos, él pensaba que los
polacos no servían para nada. Estaba aliado con Mussolini pero esto no le sirvió de mucho
porque el italiano no envió tropas. Estaba casado con una hermosa mujer europea Eva Braun,
que como dicen en México era su concubina.
Al preguntarle sobre la guerra fría argumenta que han sigue, que la guerra pero esto solo lo
pueden hacer los países que tienen dinero, ya que la guerra cuesta millones de dólares. En la
historia las dictaduras militares son las peores.
Al recordarle de la invasión de Estados Unidos a Irak que fue en el 2001 dice eso ha de ver
pasado hace más de cien años. Hay que leer estar al tanto de lo que pasa en el mundo
Al preguntarle sabe dónde estamos dice: No recordar como llego aquí, en que año estamos,
no me interesa en que año estamos, si le gusta el lugar menciona que este es un rancho
pequeño aunque bonito, que México es un rancho grande, que falta agencias de viajes, que él
quisiera volver a California, pero no hay agencias de viajes, que hay muy poca población, que
falta modernizar a este lugar.
Al mencionarle que este lugar es Ecuador, ¡aquí no es Ecuador!, donde está la gente, la
población, que esto es solo montañas, que aquí no tiene nombre, que ha de ser un país chico.
No puedo salir a ningún lado, no hay oficinas, no hay a donde ir. Don Héctor espera que
algún día modernicen el lugar y creen una agencia de viajes para poder salir de aquí, aunque
dice disfrutar del paisaje que esta bonito que hay que adaptarse.
María Catalina otro personaje muy particular, al preguntarle sobre su edad contesta tener 35
años, que está pensando en casarse, que había sufrido un accidente por estar corriendo se
había caído y perdido la dentadura que me cuide que no corra, que tenga mucho cuidado, que
es habitual en ella tener accidentes hace tres años, se habría caído y roto la rodilla. De repente
se le quiebra la voz entra la melancolía sin pedir permiso, Doña María se siente sola no la
visiten mucho, dice tener un hijo y un esposo pero pasan lejos, uno de ellos en Loja, me pide
que no me vaya que se siente sola, cualquier tema para ella es interesante dejando descubierta
su intención no quedarse sola, su voz se quiebra y vuelve a recuperarse al ver, que la persona
con la cual está conversando se sienta y se acomoda como que invitando a que la plática
continúe, sin dar motivo alguno de retirada.
Al preguntar nuevamente sobre su esposo a Doña María, dice no tener, nos cuenta una
historia increíble, da vueltas al asunto y dice: creo que ya se tiene que ir.
Si alguien pensó que faltaba alguien por mencionar, está en lo correcto y es que Doña Rafaela
una señora que tiene más edad de la que aparenta al conversar con ella se nota algo tensa,
cansada, lo primeras palabras que salen de su boca son: No vivo de aquí estoy de paso soy de
Catacocha ya mismo me voy, en una hora. Me pregunta acerca de una de sus hijas, la cual no
he tenido el gusto de conocer, dice que ya se tiene que ir, que ya quiere regresar a su casa,
que solo está de paso.
Cada persona deja un recuerdo ya sea bueno o malo en sus semejantes, estas personas sin
lugar a duda dejaron un recuerdo imborrable << en los días que me faltan por vivir>>.
Adultos Mayores carismáticos, alegres, con un buen sentido del humor, con grandes historias,
los llevare en la memoria y el corazón, aunque una tristeza me embarga y destroza, al
preguntarles que día es hoy todos se quedan con su mirada fija hacia la nada, miran al cielo,
como que intentando encontrar un respuesta, pero sus miradas dicen mucho más que sus
palabras, ninguno recuerda que día es hoy, aquellas personas han perdido la noción del
tiempo y para ellos, yo nunca estuve ahí.