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  • Si te sientes cansado día tras día yno logras sacarte el cansancio deencima, probablemente estás enconflicto con una de las principa-les fuerzas de la naturaleza, la fuerza gravi-tatoria de la Tierra. La sensación es que to-do se hace cuesta arriba, la vida es una lu-cha continua contra una fuerza aplastantey cuesta un inmenso esfuerzo llevar todo es-te peso. No solemos percibir el campo gra-vitatorio en el que, de hecho, podríamosvivir como peces en el agua. Pero si alinea-mos el cuerpo con ella, la gravedad nos sos-tiene. Entonces los movimientos fluyen li-bremente, respiramos con plenitud, nossentimos apoyados y respaldados por nues-tro entorno, y la energía que gastamos vi-viendo se renueva con más facilidad.

    Es posible aprender a dejarse sostenerpor la Tierra y permitir que nos cargue laspilas. Sin embargo, hay varias razones por

    las que nos cuesta percibir la relación es-pacial entre nuestro cuerpo y su entorno eintroducir cambios en ella. Entre ellas, losantecedentes culturales, según los cualestodo lo relacionado con el cuerpo se con-sideraba pecaminoso, tendrían cierta im-portancia, pero casi es lo de menos. Lo quemás dificulta este aprendizaje es el hecho deque la parte del sistema nervioso que go-bierna el tono muscular y los patrones detensión es una de las más antiguas y no esaccesible mediante la inteligencia ni la vo-luntad. Asegura la supervivencia mante-niendo las formas que conoce como válidas,porque sirvieron en el pasado para sobre-vivir frente a experiencias dolorosas, quenos daban miedo o que valoramos negati-vamente, y que no supimos afrontar de otromodo. Puede tratarse de formas eficacescuando éramos niños, pero que para unadulto resultan desfasadas. Una de estas for-

    mas es cómo percibimos el lugar que ocupa-mos en el mundo en cuanto a jerarquía yterritorialidad. De ahí que muchas perso-nas se sienten pequeñas y dependientes,tal y como fueron de niños, o temen sen-tirse así y no son capaces de reconocer lasposibilidades de actuar como adultos quetienen a su alcance.

    SENTIRSE APOYADOPara que el sistema nervioso pueda soltaresas tensiones que percibe imprescindiblespara sobrevivir pero que nos lastran, nece-sita experimentar alternativas. Lo más fá-cil a este fin es poder contar con la ayudade un profesional entrenado en facilitar es-te proceso, pero en este artículo presenta-mos una serie de ejercicios que permitenrecorrer mucho camino a solas, si se les de-dica un poco de tiempo cada día. Se tratade enfocar la atención hacia las sensacio-nes corporales en los diferentes momen-tos de cada día y proponerse volverla a en-focar por más veces que se pierda. De estemodo, no sólo entrenamos la concentra-ción sino que aprendemos a vivir y descan-sar en un entorno que nos apoya y nos col-ma de energía.

    Los principios son relativamente sim-ples. Se trata de aprender a percibir el cuer-po como un espacio tridimensional dentrodel espacio mayor en el que vivimos. Mo-mento a momento, la respiración cambiala forma de ese espacio que ocupamos ynos ofrece el contraste necesario para po-der percibirlo. Para ello debemos tomar elmando de la función respiratoria, ya que si

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    Supera la fatiga

    Las emociones transcurren en el cuerpo y nosinforman acerca de nuestras preferencias, de-seos, necesidades y su grado de satisfacción.Todas son útiles, las agradables y las desagrada-bles. Las estrategias para evitar lo que no nosgusta comportan tensiones musculares que, a veces, interrumpen el libre flujo de las emocio-nes. Dejamos de sentirlas, pero siguen allí y ocu-pan espacio en el cuerpo. Las llevamos con noso-tros día a día y tiñen todas nuestras experiencias.Con el tiempo crean más dolor y precisamoscada vez más energía para sobreponernos a ellas.Hay que aprender a abrirse a ellas para que flu-yan y dejen paso a nuevas sensaciones.

    APRENDER A ABRIRSE

    LA CAÑA DE BAMBÚMientras esperas en un semáfo-ro o en una cola, coloca los piesparalelos y un poco separados,de modo que cada lado de tucuerpo tenga un pie en el queapoyarse. Imagínate que eresuna caña de bambú que se mecebajo un suave viento. A través delas plantas de tus pies se extien-de una amplia red de raíces y elpeso de tu cuerpo se desplazasobre ellas con los movimientosde la brisa. Nota cómo en su re-corrido atraviesa un punto demáximo apoyo y mínimo esfuer-zo. Cuando el semáforo se poneverde o la cola avanza, la brisa te empuja desde atrás y das unpaso y otro.

    EJERCICIOS PARA GANAR ENERGÍARecupera la vitalidad perdida con la práctica de estos ejercicios,

    ideales para liberar tensiones y llenarte de nueva energía.

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  • Si te sientes cansado día tras día yno logras sacarte el cansancio deencima, probablemente estás enconflicto con una de las principa-les fuerzas de la naturaleza, la fuerza gravi-tatoria de la Tierra. La sensación es que to-do se hace cuesta arriba, la vida es una lu-cha continua contra una fuerza aplastantey cuesta un inmenso esfuerzo llevar todo es-te peso. No solemos percibir el campo gra-vitatorio en el que, de hecho, podríamosvivir como peces en el agua. Pero si alinea-mos el cuerpo con ella, la gravedad nos sos-tiene. Entonces los movimientos fluyen li-bremente, respiramos con plenitud, nossentimos apoyados y respaldados por nues-

    tro entorno, y la energía que gastamos vi-viendo se renueva con más facilidad.

    Es posible aprender a dejarse sostenerpor la Tierra y permitir que nos cargue laspilas. Sin embargo, hay varias razones porlas que nos cuesta percibir la relación es-pacial entre nuestro cuerpo y su entorno eintroducir cambios en ella. Entre ellas, losantecedentes culturales, según los cualestodo lo relacionado con el cuerpo se con-sideraba pecaminoso, tendrían cierta im-portancia, pero casi es lo de menos. Lo quemás dificulta este aprendizaje es el hecho deque la parte del sistema nervioso que go-bierna el tono muscular y los patrones detensión es una de las más antiguas y no es

    accesible mediante la inteligencia ni la vo-luntad. Asegura la supervivencia mante-niendo las formas que conoce como válidas,porque sirvieron en el pasado para sobre-vivir frente a experiencias dolorosas, quenos daban miedo o que valoramos negati-vamente, y que no supimos afrontar de otromodo. Puede tratarse de formas eficacescuando éramos niños, pero que para unadulto resultan desfasadas. Una de estas for-mas es cómo percibimos el lugar que ocupa-mos en el mundo en cuanto a jerarquía yterritorialidad. De ahí que muchas perso-nas se sienten pequeñas y dependientes,tal y como fueron de niños, o temen sen-tirse así y no son capaces de reconocer las

    posibilidades de actuar como adultos quetienen a su alcance.

    SENTIRSE APOYADOPara que el sistema nervioso pueda soltaresas tensiones que percibe imprescindiblespara sobrevivir pero que nos lastran, nece-sita experimentar alternativas. Lo más fá-cil a este fin es poder contar con la ayudade un profesional entrenado en facilitar es-te proceso, pero en este artículo presenta-mos una serie de ejercicios que permitenrecorrer mucho camino a solas, si se les de-dica un poco de tiempo cada día. Se tratade enfocar la atención hacia las sensacio-nes corporales en los diferentes momen-

    tos de cada día y proponerse volverla a en-focar por más veces que se pierda. De estemodo, no sólo entrenamos la concentra-ción sino que aprendemos a vivir y descan-sar en un entorno que nos apoya y nos col-ma de energía.

    Los principios son relativamente sim-ples. Se trata de aprender a percibir el cuer-po como un espacio tridimensional dentrodel espacio mayor en el que vivimos. Mo-mento a momento, la respiración cambiala forma de ese espacio que ocupamos ynos ofrece el contraste necesario para po-der percibirlo. Para ello debemos tomar elmando de la función respiratoria, ya que sila dejamos funcionar del modo habitual,

    queda restringida y no ofrece suficientecontraste como para poder sentir la formadel cuerpo. Para empezar, es importantetomarnos tiempo suficiente para espirar demodo que llegamos a sentir cómo el cuer-po descansa hacia su eje central. Se tratade una línea imaginaria que nace en el espa-cio alrededor de la campanilla y desde allícae como una plomada a través del espaciosituado delante de la columna vertebral,hasta los puntos más elevados de los arcosde los pies, justo debajo de la parte delan-tera de los tobillos. Al final de la espira-ción se produce un momento de descansototal, ni espiramos ni inspiramos, unas pe-queñas vacaciones a nuestro alcance miles de

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    2 SOLTAR HOMBROS Y NUCACon el tronco bien apoyado en todo el períme-tro de la pelvis, entrelaza las manos por detrásde la nuca y apoya las puntas de los pulgares enlas clavículas. Deja descansar la nuca y la cabezasobre tus manos y respira profundamente, pro-curando que el movimiento de la respiración lle-gue a las axilas. En la espiración tu peso se re-parte sobre el fondo de la pelvis extendido entreisquiones, pubis y cóccix, y pies. En cambio en la inspiración el peso se desplaza más hacia elpubis a la vez que los codos se abren ligeramen-te hacia atrás. El cuerpo se alarga por delante y se acorta por la espalda. Cuando espiras elpeso y las longitudes se reparten de nuevo y loscodos vuelven hacia delante. Haz las respiracio-nes que quieras dejando caer los brazos al final.

    Trabajando con la respiración, los siguientes ejercicios te ayudarán a soltartensiones musculares que impiden que la energía circule fluidamente por elcuerpo. La mayoría pueden practicarse incluso durante la jornada laboral.

    1 RENOVAR LA ENERGÍA• Sentado en una silla, apoya los codos en las rodillas con los antebrazosy manos colgando cómodamente. Con la mandíbula suelta, inclina la cabezahacia delante y déjala colgar para quegracias a su propio peso se vayan esti-rando los músculos del cuello, de loshombros y de la espalda. Nota cómo

    la espiración consigue alargar la espalda, mientras que con la inspira-ción la espalda se ensancha desde lasnalgas hasta los hombros. Dedica unascuantas respiraciones a permitir estosmovimientos de una forma cada vezmás amplia. • Después estira la zona lumbar dejan-do colgar los brazos y todo el troncoentre las piernas. En la espiración, elmismo peso del cuerpo estira los múscu-los cansados y doloridos, al inspirar éstosse expanden. Incorpórate muy despacio,apilando desde la base una vértebrasobre la otra hasta colocar al final la ca-beza. Probablemente te asaltará el im-pulso de estirarte. Hazlo plena y gustosa-mente en todas las direcciones. Ahorapuedes enfocar tu atención con unaenergía renovada.

    4 EJERCICIOS CONTRA EL CANSANCIO

    4 PARA ESTIMULAR LA ENERGÍADe pie, con las palmas de las ma-nos unidas a la altura del pecho,dobla las rodillas hasta quedartearrodillado sobre un par de man-tas o un cojín en el suelo. Siéntatesobre los talones e inclínatehacia delante hasta casi tocar conla frente el suelo. Pon las manospalmas arriba a ambos lados de la cabeza. Para incorporarte comose ve en las imágenes, apóyate enlos dedos de las manos y sobre losde los pies, endereza las piernas,coloca la pelvis y, levántate vértebra a vértebra hasta enderezar la cabeza. Repi-te el ejercicio hasta 100 veces para estirar bien la cadena muscular posterior ymovilizar todas las articulaciones del cuerpo. A través de estos movimientos es-tamos dando un masaje a las vísceras y estimulamos la circulación de la ener-gía. Pero además nos inclinamos ante una fuerza mayor, y ésta nos eleva.

    3 ABRIR EL ESPACIO INTERIOREl peso del tronco y la cabeza se apoyan en la silla a través del fondo de la pelvis, extendi-do entre los dos isquiones, pubis y cóccix, y a través de la silla y los pies llega a la Tierra.Busca la línea imaginaria del eje central quetranscurre por el espacio delante de la colum-na vertebral. En los lugares donde sientes esteespacio estrecho intenta abrirlo con peque-ños movimientos internos en forma sinuo-sa, como si estuvieras intentando abrirte ca-mino en una sala llena de gente. Sé amorosotanto con la parte de ti que se abre caminocomo con la que mantiene el espacio apretado.


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