9 de octubre de 2015
RICARDO Paulo ARIEU, MILTON MORENO BASCUNAN,
YADIRA SANCHEZ DUQUE, IVIMARY TOLENTINO CRUZ.
Materia: EspaÑol 116.Profesora: Marisol Rosario Santiago.
Horacio QuirogaSu vida y su obra
Titulillo: Horacio Quiroga. Su Vida Y Su Obra Página número 1
Bosquejo
I Datos Biográficos
a) Nombre.
b) Fecha de nacimiento.
c) Aspectos trágicos de su vida.
d) Su vida sentimental: Sus dos matrimonios.
e) Su muerte y sepultura.
f) Radicación en Buenos Aires y luego en Misiones.
II Su obra literaria
a) Sus comienzos literarios.
b) Estilo literario y escuela literaria.
c) Sus estudios.
d) Su obra y como destaca.
e) Fundación del consistorio del Gay Saber.
f) Su obra literaria en Argentina.
g) El arte de Quiroga en la actualidad.
III. Cuento “El Almohadón de Plumas”.
a) Contexto histórico.
b) Personajes principales y descripción.
c) Personajes secundarios.
d) Personaje antagonista.
e) Suceso de hechos en el cuento.
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f) Pasajes textuales del cuento que indiquen/ sustenten/ reflejen el tema de locura.
IV. El tema de la locura en los cuentos de Horacio Quiroga.
V. Video en YouTube del cuento: EL ALMOHADON DE PLUMAS.
VI. Referencias Bibliográficas.
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Horacio Quiroga. Resumen de su vida y su obra
I) Datos Biográficos
Horacio Silvestre Quiroga Forteza, fue un dramaturgo, poeta y escritor uruguayo de
cuentos. Nació el 31 de diciembre de 1878 en Salto, Uruguay, en las postrimerías que impuso
a esa generación del 1900 el modernismo en Argentina. Escribió historias que, en su
configuración de la selva, utilizan el elemento sobrenatural y el carácter audaz para mostrar la
lucha del hombre y de los animales para sobrevivir. También se destacó al retratar la
enfermedad mental y los estados alucinatorios. Su influencia puede verse en el realismo
mágico latinoamericano de Gabriel García Márquez y el surrealismo posmoderno de Julio
Cortázar. Quiroga, se radicó en la República Argentina. Su obra se sitúa entre la declinación
del modernismo y la emergencia de las vanguardias.
Fue uno de los mayores cuentistas latinoamericanos de todos los tiempos. Su vida,
estuvo marcada por la tragedia: Su padre murió en un accidente de caza, su padrastro y su
primera esposa se suicidaron y el mismo Horacio Quiroga mató accidentalmente a su amigo
Federico Fernando de un disparo.
En 1935 Quiroga comenzó a experimentar síntomas molestos, al parecer relacionados
con la prostatitis u otra enfermedad de la próstata. Con el dolor intensificado y con serias
dificultades para poder orinar, su esposa logró convencerlo de ir a Posadas, donde los
médicos le diagnosticaron hipertrofia de próstata. Pero los problemas continuaron para la
familia Quiroga: su esposa e hija lo abandonaron de forma permanente, dejándolo solo y
enfermo en la selva. Finalmente, logró regresar a Buenos Aires. Y cuando no pudo soportar
más la enfermedad, inició en Buenos Aires un tratamiento para su salud. En 1937, una cirugía
exploratoria reveló que sufría de un caso avanzado de cáncer de próstata, intratable e
inoperable. Al sentirse desesperado por el sufrimiento de su enfermedad y al darse cuenta de
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que su vida había terminado, decidió un plan para acortar su sufrimiento. En la mañana del 19
de febrero de 1937, Horacio Quiroga bebió un vaso de cianuro que lo mató en pocos minutos.
Su cuerpo fue enterrado en los terrenos de la Casa del Teatro de la Sociedad Argentina de
Escritores (SADE), de la que fue fundador y vicepresidente. Sin embargo, sus restos fueron
posteriormente repatriados a su país de origen.
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II Su obra literaria
Quiroga estudió en Montevideo, donde empezó a interesarse por la literatura. Escribió
una estación de amor (1898) inspirado en su primera novia. En 1899 fundó la revista de Salto.
Luego marcha a Europa y en su obra El diario de viaje a París (1900) resume los recuerdos de
esa experiencia. Al regresar, funda el consistorio del Gay Saber, con sus amigos Federico
Ferrando, Alberto Brignole, Julio Jaureche, Fernández Saldaña, José Hasda y Asdrúbal
Delgado. Este sitio fue una especie de laboratorio literario experimental donde todos ellos
probarían nuevas formas de expresarse y preconizarían los objetivos modernistas. El raro
nombre de ese lugar, homenajeaba a una antigua logia de trovadores del medioevo: el
Consistorio de la Gaya Ciencia, de 1323. Consistorio (reunión que el Papa celebra con los
cardenales) y “Gaya Ciencia”, nombre dado a la Poesía como metáfora de “feliz ciencia”.
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Luego, convirtiendo el adjetivo calificativo femenino “gaya”, en masculino, se formó el
término “gay”, adaptándolo al sinónimo de ciencia: el saber.
Luego, se instala en Buenos Aires donde publica Los Arrecifes de Coral, poemas,
cuentos y prosa liricas (1901), el Crimen del Otro (1904), los Perseguidos (1905). Novela
Breve, violentada por un viaje a través de la selva misionera. Y la más larga, Historia de un
amor turbio (1908). En 1909 Quiroga se radicaría en la provincia de Misiones, al norte de
Argentina, desempeñándose como Juez de Paz en san Ignacio (una localidad famosa por las
ruinas de los sacerdotes jesuitas), mientras realizaba cultivo de la Yerba Mate y árboles de
naranja. Allí, en aquel lugar, este poeta encuentra su verdadero hábitat y escribe: A la deriva
(junio de 1912), El alambre de púa (agosto de 1912), Los inmigrantes (Diciembre de 1912),
Yaguai (diciembre de 1913), Los Mensu (1914), Una bofetada (1916), La garza ciega.
Quiroga escribe registrando la fatalidad sobre los otros: Los Mensu, los explotados, los
aventureros que poblaban Misiones, los alcoholizados, los locos, resultando más penetrante
que la inteligencia humana y más terrible que la vida. Lo atrae la literatura porteña en la que
se impone su figura taciturna y sombría, y su soledad.
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Reinstalado en Bs.As., trabaja en el consulado de Uruguay escribiendo Cuentos de
Amor, de Locura y de Muerte (en 1917), Cuentos de la Selva (1918) y El Salvaje
(1920).Luego le seguirían la obra de teatro La Sacrificada (1920), Anaconda (121), El
Desierto, la Gallina Degollada y otros Cuentos (1923), Los Desterrados (1926). También
colaboró con diversos medios: Caras y caretas, Fray Mocho, La Novela Semanal, la Nación,
etc. En 1927, se casa nuevamente con una amiga de su hija Egle con quien tuvo una niña. A
los dos años publicó Pasado Amor. El cuento El Salvaje le quedó como distintivo ya que
Quiroga era de carácter huraño, pero a la vez tierno. Y su tartamudez nunca se le corrigió.
Las asperezas de Silo, su desdén por la escritura artística, sus tipos crudos y poetizados,
parecían la negación de un arte que se creía puro. En los desterrados, desarrolla una especie
de ternura que no necesita sentimentalismos para existir, que prescinde de la mentira de las
buenas intenciones. La ternura que sabe la fragilidad del hombre, pero también lo heroico de
su cultura, lo sufrido de su dolor en su genial inconciencia.
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Horacio Quiroga sintetizó las técnicas de su oficio en el decálogo del perfecto
cuentista relativo a estructuras, tensión, narrativo, consumación de la historia y el impacto
final. Sus cuentos contienen más que la crónica de un ambiente: son historias trágicas o
cómicas que se incrustan en un mundo exótico. Su estilo de narración es un reflejo
inalienable de su inquietante vida. Contaba con una imaginación excepcional capaz de
trasportar al más fuerte y derrumbar al más débil en un mundo surreal. Sus obras relatan
historias fantásticas, horrorosas y terroríficas y a su vez están llenas de un sentimiento propio
de experiencias trágicas.
Aunque sus temas están relacionados con la muerte, accidentes, locura y penuria no
impiden que su estilo sea conciso, en donde ninguna palabra sobra. Quiroga obtuvo como
resultado un éxito idóneo inquebrantable. A pesar de tanta desdicha emocional y haber estado
envuelto en una tormenta abismal, fue considerado el perfecto cuentista.
Su muerte literalmente trágica remonta la tristeza que vivió en su historia, pero a su
vez dejo plasmado el extraordinario talento que poseía, único e incomparable. El Desierto
(1923) y en el Hijo (1928) alcanza el equilibrio entre la narración y confesión. Se entrega el
lector en sus alucinaciones. Los relatos son más allá del suceso o el sueño que lo originó a
partir de 1922, vierte su experiencia literaria acumulada por ese hombre en años de dolor y
escasa alegría. Describe el fracaso del segundo matrimonio. Y la enfermedad se cierne sobre
su vida e ilusiones. En 1935 publicó su último libro de cuentos “Más Allá”. Es hospitalizado
en Buenos Aires por su enfermedad: un cáncer gástrico. Comunica por cartas la última visión
madura de su vida. En una de estas cartas, dirigida a Martínez Estrada en abril de 1936,
Quiroga encara el tema del abandono literario y de otro abandono aún mayor: el de su vida.
En 1937 se suicidará con cianuro. Sus obras póstumas “cartas inéditas” fueron publicadas en
1959 entre 1967-1969.
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El arte de Quiroga, despojado por el tiempo de sus debilidades y reducido a lo
esencial de sus mejores cuentos parece más vivo hoy en día que nunca. Sus obras son
reeditadas, estudiadas por eruditos y creadores, se relee, se discute y se las imita. Influido por
Edgar Allan Poe, Rudyard Kipling y Guy de Maupassant, Horacio Quiroga destiló una
notoria precisión de estilo, que le permitió narrar magistralmente la violencia y el horror que
se esconden detrás de la aparente apacibilidad de la naturaleza.
III. Cuento “El Almohadón de Plumas”
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En el siglo XIX el presidente de Argentina impulsó la economía y el desarrollo social
a través de la inversión inglesa. La sociedad inglesa estaba influenciada por el naturalismo.
Estas relaciones con Inglaterra influenciaron las tradiciones familiares donde prevalecían los
patrones sociales de corte victoriano para principios del siglo XX. Existía el perjuicio del
modelo victoriano familiar en la mujer. Las relaciones de parejas eran muy diferentes a hoy
en día. El evolucionismo, tradiciones victorianas y naturalismo, junto con resabios
románticos y modernistas, impactaron los personajes de “El almohadón de plumas”.
Había poco cocimiento sobre las enfermedades. La caracterización de Alicia como
una mujer frágil y vulnerable a la que bastaba acariciar para que se desvaneciera, es un último
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rasgo del estilo romántico antes de su desaparición. Las experiencias de muerte que rodean la
vida del autor se reflejan en el cuento.
Personajes principales y descripción:
a) Alicia: mujer joven, rubia, soñadora, angelical, y tímida que está muy enamorada de
su marido.
b) Jordán: marido de Alicia, un hombre joven, duro, egoísta, insensible, frío, callado y
poco afectuoso.
Personajes secundarios:
a) -La sirvienta: encuentra el verdadero problema que ocasiona la muerte de Alicia.
b) -Médicos: que no logran combatir la enfermedad de Alicia.
Personaje antagonista:
a) -Monstruo: succiona la sangre de Alicia ocasionándole su muerte.
Suceso de hechos en el cuento:
b) Alicia se enferma.
c) Ella empeora cada día.
d) Después de cinco días Alicia muere.
e) La sirvienta encuentra sangre en la almohada.
f) Jordán revisa el almohadón.
g) Descubren que el monstruo del almohadón le chupaba la sangre a Alicia.
Pasajes textuales del cuento que indiquen/ sustenten/ reflejen el tema de locura.
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1.) “Todo el día el dormitorio estaba con las luces prendidas y en pleno silencio. Paseábanse
horas sin oír el menor ruido. Alicia dormitaba. Jordán vivía casi en la sala, también con toda
la luz encendida. Paseábase sin cesar de un extremo a otro, con incansable obstinación”.
2.) Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y flotantes al principio... La joven, con los
ojos desmesuradamente abiertos, no hacía sino mirar la alfombra a uno y otro lado del
respaldo de la cama”.
3.) “Entre sus alucinaciones más porfiadas, hubo un antropoide, apoyado en la alfombra sobre
los dedos, que tenía fijos en ella los ojos”.
4.) “Es un caso serio... poco hay que hacer...— ¡Sólo eso me faltaba! —resopló Jordán”.
5.) “Sus terrores crepusculares avanzaron en forma de monstruos que se arrastraban hasta la
cama y trepaban dificultosamente por la colcha”.
6.) “Las luces continuaban fúnebremente encendidas en el dormitorio y la sala”.
7.) “Sobre el fondo, entre las plumas, moviendo lentamente las patas velludas, había un
animal monstruoso, una bola viviente y viscosa”.
El tema de la locura en los cuentos de Horacio Quiroga
Elías Castelnuovo, un amigo del escritor, en su obra La tragedia de Horacio Quiroga
(Claridad, Buenos Aires, marzo de 1937. Reproducido en Repertorio Americano, San José de
Costa Rica, 17 de abril de 1937), escribe escuetamente en condensadas líneas, expresando el
lado del carácter y la naturaleza del fin de Horacio Quiroga:
“El jueves por la tarde salió del hospital donde se encontraba internado para preparar
su viaje a Misiones, y el viernes por la mañana (19 de febrero de 1937) emprendía, en
cambio, el viaje sin retorno a la región de las tinieblas. Adquirió una dosis de cianuro
y hacia la madrugada, en la soledad de su pieza, sin luz y sin testigos, se envenenó. A
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fuerza de experimentar en vida, tal vez el horror a la muerte, al llegar el instante de la
ruptura, se ve que el hombre sintió una alegría extraña, porque murió con una sonrisa
en la boca... Su rostro, blanco, pecoso, denota una tranquilidad absoluta. Yo lo
observo así tendido, duro, flaco, con él mismo respeto que me inspiró en vida. Con la
misma seriedad. Más: guardando la misma distancia".
En el mismo artículo Castelnuovo, para explicar el suicidio, menciona cuatro muertes
violentas que Quiroga, había atestiguado en el curso de su vida:
a) Cuando tenía seis meses, mientras la madre lo amamantaba, un día, le trajeron
al padre muerto de tres tiros de escopeta.
b) A los trece años, el padrastro, quien fue el único padre que conoció el
muchacho, otro día, en su presencia, se suicidó.
c) Cuando tenía veinte años Quiroga mató accidentalmente a su mejor amigo,
Federico Ferrando, con una pistola.
d) Y finalmente, se casó con una mujer que también se suicidó en presencia suya.
Es importante tener en cuenta toda esta loca red de circunstancias que desde el mismo
principio de su vida hizo del pobre Quiroga un caso patológico. Obviamente, cualquier lector
ávido de indagar e investigar en la vida de este escritor, no puede menos que buscar en ellas
algún elemento de anormalidad patológica o de incipiente locura que refleje estas nefastas
influencias:
Desde la aparición de su primer libro, Los arrecifes de coral en 1901, hasta la última
colección de cuentos Más allá, 1935, el autor demuestra cada vez más esta propensión hacia
lo anormal, la locura y a muerte. Su única fe valedera fue en un eterno amor.
En los primeros libros de nuestro autor la influencia de Alan Poe es obvia, y como en
el caso de Poe, Quiroga como escritor mantiene en su juventud cierta objetividad que no le
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deja identificarse completamente con sus personajes. Sin embargo, estos son un reflejo del
frustrado y adusto carácter de su creador.
El libro Los arrecifes de coral, contiene un cuento titulado EL GUARDABOSQUE
COMEDIANTE en que el protagonista se repetía la frase "yo soy romano y negligente", y
otras necias frases por el estilo, hasta que al fin sale de su cabaña en pleno invierno y es
devorado por los lobos. Otro cuento en el mismo libro, SIN RAZÓN, PERO CANSADO,
describe el hastío del amor físico y la muerte de la amada a manos del amante. El marido de
la mujer es amigo del asesino y al enterarse de la muerte de su esposa sólo pregunta: "¿Hizo
mucho resistencia?" Y el asesino contesta con un distraído: "Mucha", terminando así el
relato. En este libro ambiente, personajes, argumentos, todos están “dibujados como a través
de un vitral y parecen contados por una voz lejana y displicente, que llega a nuestros oídos,
entrecortada y temblorosa.” (Prólogo de Cuentos, Horacio Quiroga, Montevideo, 1937, por
Alberto Lasplaces).
La segunda obra de Quiroga, El crimen del otro, 1904, revela un desarrollo
psicológico Más Maduro, y artístico de parte del autor, quien no obstante sigue manteniendo
la distancia del escritor que no ha acabado de descubrirse a sí mismo.
En FLOR DE IMPERIO, cuando se muere Divina, adorada hermanita de Rubén, éste
se siente obsesionado, aplastado por la pérdida. Y cuando finalmente se enamora de una
muchacha, "todo su amor de hombre naufragaba en el deseo de ser llorado corno una no
manchada novia". Para lograrlo agota en sus labios un ancho frasco de morfina, y muere
sonriendo. Los personajes de este cuento son pálidos fantasmas comparados con los intensos
amantes que se suicidan en uno de los últimos relatos de Quiroga, MÁS ALLÁ, pero aun así
nos descubren las no muy sanas preocupaciones del joven cuentista.
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La HISTORIA DE ESTILICÓN, inspirada probablemente en THE MURDERS IN
THE RUE MORGUE de Poe, presenta por protagonista a un gorila apasionado de una mujer,
quien admite sus avances y poco a poco muere de su efecto. El novio ultrajado, en un
arrebato de furia azota a la bestia y es violentamente hecho pedazos. Este relato es
horripilante sin ser ni muy claro ni coherente. En la misma colección, EL CRIMEN DEL
OTRO, sugerido por THE CASK OF AMONTILLADO de Poe, repite el cuento del gran
cuentista yanqui con la única excepción de que el enterrado (Fortunato), ebrio y obsesionado
por la historial de Poe, se identifica con el Fortunato del relato norteamericano hasta tal
punto, que entra en el pozo de muy buena voluntad.
La tercera obra de esta primera época en la vida de Quiroga, Los perseguidos, 1905
(según Lasplaces es 1908), es una novela corta acerca de dos hombres que se creen
perseguidos el uno por el otro. La historia resultaría ligera y hasta graciosa, si no fuese por el
terror espantoso que estos dos personajes sienten. Allí Quiroga no sólo escribe sobre dos
perseguidos, sino que presenta un estudio metódico y científico de esta fase de la locura. El
lector siente la realidad relatada sin dudar por un momento que se trata de algo que realmente
ha ocurrido. La interpretación de los sentimientos de los perseguidos es tan fuerte que a veces
se llega a creer que Quiroga está apuntando sus propias reacciones.
En los susodichos relatos de El crimen del otro y en Los perseguidos, el autor escribe
en la primera persona, y casi siempre figura como uno de los personajes principales en el
argumento. Ninguna de las narraciones de esta primera época de Quiroga prueba que el autor
está en camino- de volverse loco, pero todas ellas revelan una extremada admiración que a
veces, llega a ser una obsesión por la locura, y por las pesadillas poeanas.
En 1910 Quiroga y su esposa se avecindan en Misiones, y el autor sigue escribiendo
para revistas de Buenos Aires, sin publicar ninguna colección de cuentos hasta 1917, cuando
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aparecen los Cuentos de amor, de locura y de muerte. Su vida allá en el pueblo de San
Ignacio fue bastante activa para dar equilibrio a su ser. El resultado fue una serie de seis
libros de hermosos y variados cuentos que abarcan lo mejor de su producción literaria.
La primera de estas colecciones, contiene dos cuentos negros: LA GALLINA
DEGOLLADA, en que los cuatro hijos idiotas de una familia desangran a su hermanita
normal como se degüella una gallina, y EL ALMOHADÓN DE PLUMA, historia de una
mujer enferma cuya sangre es chupada por un enorme y monstruoso parásito de las aves
ocultado en su almohadón. LA MIEL SILVESTRE no describe ninguna monstruosidad
anormal, pero presenta el cuadro horripilante de un hombre que es paralizado por algún
veneno en la miel silvestre que engulle para luego quedar consciente e inmóvil ante un en-
jambre de hormigas que avanzan sobre él para devorarle. Otros cuentos de esta colección en
que la muerte ocupa un sitio importante son: A LA DERIVA, interpretación objetiva de la
muerte por mordedura de víbora en que la naturaleza contempla con fría indiferencia la
tragedia del hombre, LA INSOLACIÓN, fantástica historia de la muerte vista y prevista por
los perros del protagonista quien sin saberlo está próximo a morir, EL SOLITARIO,
venganza de un manso y abusado joyero que mata a su esposa infiel con un alfiler de
brillantes después que ella lo llama “aburrido cornudo”
LOS BUQUES SUICIDANTES, en que el autor presenta un grupo de hombres
llevados al suicidio por el propio terror que tienen a la posibilidad de suicidarse. Este relato
conserva una vena casi casual que todavía demuestra la objetividad del escritor; los otros
relatos mencionados vuelven a sugerir a Poe. En esta misma colección hay dos narraciones
largas y ligeras (una de ellas humorística), las mejores que este autor ha escrito en este
género: EL PRIMER CIGARRO y LA MENINGITIS Y SU SOMBRA. Son la antítesis de
los relatos que acabamos de comentar, que dan una prueba del equilibrio mental del escritor.
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El próximo libro de Quiroga, Cuentos de la selva (para niños), 1918, revela su amor
por los niños y un conocimiento de su psicología. No hay en toda la colección ni el más leve
indicio de anormalidad. Rito nos lleva a creer que el autor ha pasado de la edad de su juvenil
sentido de horror. El salvaje, publicado en 1920, da más pábulo a esta idea a pesar de que
contiene dos o tres narraciones bastante naturalistas. UNA BOFETADA describe la horrible
venganza de un peón quien para desquitarse de un hombre que le había dado una bofetada le
azota sin misericordia forzándole a caminar por la selva hasta que se desploma y expira.
Los INMIGRANTES, LOS CEMENTERIOS BELGAS y LA REINA ITALIANA,
también contienen vividos pasajes mientras que ESTEFANíA y LA LLAMA analizan el
desarrollo de casos psicológicos anormales. Estefanía, una muchacha joven y bonita, se
suicida después de fracasar dos veces en sus amores, y en LA LLAMA una niña de diez se
envejece treinta años al escuchar en un arrebato de extremada pasión la partitura de Tristán e
Isolda que dura sólo hora y cuarto. En todos estos relatos (con la posible excepción de Los
EMIGRANTES), el naturalismo y el sentido de la anormalidad están controlados y
subordinados al desarrollo artístico. Otros cuentos en el mismo libro: TRES CARTAS Y UN
PIE, CUENTO PARA NOVIOS y UN IDILIO son sanos bosquejos humorísticos. En
Anaconda, 1921, si excluimos la breve narración titulada EL YACIYATERE, basada en una
superstición más bien que en una anormalidad, Quiroga abandona completamente el tema de
la psicología patológica. En EL SIMÚN y GLORIA TROPICAL el escritor revela su afición
a los extremos del tiempo. En EL SIMÚN encontramos esta descripción del viento Sirocco.
GLORIA TROPICAL describe el crecimiento rápido de las plantas en Fernando Poo cerca de
la boca del Níger en África. Estos dos cuentos (y varios otros por el estilo), prueban que
Quiroga no pudo ni quiso mantener la justa proporción de las cosas cuando le entraba uno de
esos caprichos por la desproporción: Y el suicidio no es más que el resultado de una actitud
desproporcionada ante la. vida. Debiéramos agregar que POLEA LOCA en el mismo libro es
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de un humor tan claro y vital que el lector de solo este cuento diría que el autor era el hombre
más sano del mundo. El desierto, 1924, contiene más de la filosofía del Quiroga normal que
ningún otro libro suyo, y en él encontramos sus páginas más profundas. Los TRES BESOS,
EL POTRO SALVAJE, EL LEÓN, JUAN DARIÉN, y sobre todo, LA PATRIA, son
alegorías que reflejan y abarcan los pensamientos y sentimientos de un espíritu moderado,
justo, sincero y compasivo. Estas alegorías son claras y vibrantes, mientras que en el mismo
libro los dos relatos que giran sobre lo irracional son débiles e incoherentes. Tanto EL
SINCOPE BLANCO COMO EL ESPECTRO tratan de ese terreno limítrofe entre la vida y la
muerte donde las almas se revelan como a través de un vitral y llegan a comprender los dos
mundos por el puente del amor. EL DESIERTO, que es el cuento más tierno del escritor,
tiene algunos párrafos sobre la muerte, pero en ellos Quiroga demuestra un gran avance sobre
sus esfuerzos anteriores tratando del mismo tema. La muerte del padre en EL DESIERTO
ocupa un sitio necesario en el cuadro completo sin destruir ni en lo más mínimo la
perspectiva del producto artístico en su conjunto. Dos años más tarde, en Los desterrados,
1926, la muerte ocupa un lugar principal en todos los ocho relatos del libro, excepto en EL
TECHO DE INCIENSO, breve narración humorística. La muerte no sólo hace un papel
principalísimo en estos cuentos, sino que se presenta con todos sus tonos y matices. Sólo el
vigor del ambiente y de los personajes misioneros, salva al libro de la obsesión extravagante
de un espíritu enfermo. En la CÁMARA OSCURA, con su descripción de un hombre muerto,
el autor luego parece sentir remordimiento. El efecto total de Los desterrados es de depresión,
hastío, fealdad y muerte.
Y en la segunda novela de Quiroga, Pasado amor, 1929, se descubren muchos detalles
que parecen sacados vibrantes de la vida del autor.
En vista de su propio viaje sin retorno cuando sale de San Ignacio algunos años más
tarde bajo circunstancias análogas para luego envenenarse, las razones habrá que buscarlas
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seguramente en el cumulo de adversas circunstancias tales como su fracaso como plantador
de algodón en el Chaco, y plantador de yerba mate en Misiones; la muerte de sus dos esposas,
una suicidándose y otra muriéndose de meningitis. Estas crueles y fuertes razones humanas
son las que afectaron su frágil e inestable psiquis, llevándolo al hastío de la vida y
empujándolo a dar el incierto salto al más allá, cometiendo suicidio y muriendo como
algunos de sus personajes lo hicieron.
V. Video en YouTube del cuento: EL ALMOHADON DE PLUMAS
Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=RorczEebRXw
Titulillo: Horacio Quiroga. Su Vida Y Su Obra Página número 18
VI. Referencias Bibliográficas
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http://edant.clarin.com/suplementos/cultura/2007/02/24/u-01369071.htm
Crow, John A. La Locura de Horacio Quiroga. Nro. 34 Revista Iberoamericana. Recuperado
de http://revista-iberoamericana.pitt.edu/ojs/index.php/Iberoamericana/article/
viewFile/712/963
Diviértete leyendo... (n.d.). El Almohadón de Plumas. Recuperado de
http://loscuentossonunapoesiasinfin.weebly.com/el-almohadoacuten-de-plumas.html
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Www.hquiroga.blogspot.com. El Consistorio del Gay Saber y primeros libros... (11-18-
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Titulillo: Horacio Quiroga. Su Vida Y Su Obra Página número 19
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Imagen n 1
Www.biografiasyvida.com. Horacio Quiroga. (2014-2015).Recuperado de
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Territorio digital. El enigmático e inolvidable Consistorio del Gay Saber. (07-30-
2012).Recuperado de
http://www.territoriodigital.com/notaimpresa.aspx?c=2606481694103397
Imagen n3
Moreno, Ximena. El almohadón de plumas de Horacio Quiroga. (06-24-2015).Recuperado de
http://profesoraximenamoreno.blogspot.com/2015/06/el-almohadon-de-plumas-de-
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