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GUERRI\ DE SUCESiÓN
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: \7i11arreal en la guerra de sucesión I./
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:: \7ILLf\RREI\L EN LI\ ::
'GUERRR DE SUCESiÓN
POR
D. Benito Traver García, Pbro.Cronista de 'Marreal. I\rchillero de la I\rclprestal de
la misma ciudad, J\cadémlco c. de las Reales J\cade·
mlas de Be las Artes de San Fernando 'i de la de B. 1\.
'i (.jencias Históricas cte Toledo, Socio c. de Lo Rat
Penat 'i del Centro de Cultura ValencIana, Socio de
número 'i Delegado especial de la Cruz Roja Española,
Colaborador del Diccionari general de la llengua catalana, elc.
Trabajo premiado en los Juegos flora·
les celebrados en \lalencla por la culta
sociedad LO R/lT PEN/lT en el año 1924
~ Imp. de Juan /l. Botella "0 1925 c9 Estación, 23.-\lillarreal ~
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nl CIma. Jr. D. }Ooé ·Roode 1amarit, Marquéo de 7orre.t!1anca.
7l V., c¡ue/1ido amigo, c¡uierodedica/(le esta modesta produc~
ción¡ seguro- cO-mo estO-(J de c¡ue
la recibirá con gusto Ucomo prueba de la sincera amistad (J ca~
riño c¡ue le profesa
el Autor.
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Lema: Patriotismo
PRENOTANDA
Acaba de asomarse el año 1706. Las tropas de Felipe V, capitaneadas por el despiadado Conde de lasTorres, llenas de coraje, penetran atropelladamenteen Villarreal, valiéndose para su intento de medioslos más inicuos, los más execrables; pero no sin antesprobar las fuerzas de los valientes villarrealenses,que casi sin armas ni municiones se defendían conbizarría de sus enemigos, hasta que por fin, cansadosunos y otros de tanto luchar, penetran en la villa lossoldados del conde, y al llegar a la plaza y ver quetan solo vecinos eran los que la defendían, dán aquéllos la señal de alarma, y al son de los tambores ytoque de clarines a degüello, se echan como loboshambrientos sobre los indefensos vecinos matando,saqueando y quemando sin piedad, para saciar sused de venganza. Unos 250 vecinos perecieron en lapelea, mientras que las bajas de sus enemigos fueronmás de 500, y de entre estos, muchos oficiales.
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Este es el hecho, hecho singular y de triste recordación para los hijos de la católica ciudad de Villarreal, hecho que, aunque conocido, no con aquellaa"mplitud y precisión como fuera de desear; y comoel tema propuesto por el Centro de Cultura Valenciana en el concurso de los Juegos Florales celebradospor la sociedad Lo Rat Penat, solo pide el esclarecimiento de un punto histórico de la región valentinaC011 exposición de documentos inéditos que lo justifiquen, así nosotros en esta Memoria, tan solo ampliaremos y pondremos en claro hecho tan trascendentalpara la historia patria, valiéndonos de la crónica general del reino de Valencia, de anotaciones que escriLieron testigos presenciales y de documentos inéditosque obran en los archivos municipal, parroquial yconvelfto de dominicas de la mencionada ciudad deVillarreal. Hecha, pues, esta salvedad, vamos a empezar nuestra pobre tarea, esperando que el benévolo lector suplirá las omisiones y faltas cO!lletidas eneste pequeño trabajo, del que solo aspira el autor deque su lectura sirva a los villarreal~nses para acrecentar más y más su fé y su amor patrio, ya los demás, de afecto y cariño hacia este pueblo fiel y aman·te de sus tradiciones.
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Asalto y quema de ViJlarreal por
las tropas de Felipe V el1 la gue
rra de sucesión.--Las monjas po
minicas del convento de Corpus
Christi de Villarreal en la l11en
- - - - cionada guerra - - - -
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Nos infunde profunda tristeza al. contemplar elestado deplorable en que se hallaba la nación española al bajar a la tumba Carlos n. Arruinado el pueblo,exhausto el tesoro, corrompida la corte; el puebloar:daba hambriento, la emigración era espantosa, sedespoblaban los campos, todo era fango, luto, desolaJ}ión y miseria; las ciencias y las artes se hallaban encompleto abandono; el árbol español, lozano y llenode sabrosos frutos en otros tiempos, se veía ahoramacHen to, podrido, moribundo.
1 Jo era, pues, de extrañar que gran parte del puebloespañol aspirara a un nuevo cambio de cosas y quemuchos tenían puesta'su esperanza 'en la nueva dinastía que iba a posesionarse de España.
El rey de Francia Luís XIV, más bien por intrigay ambición que por espíritu de conquistador, logrósentar en el trono de los Fernandos y.Recaredos él sunieto el Conde de Anjou con el nombre de Felipe V aúltimos del año 1700.
El emperador Leopoldo de Alemania, viendo poruna parte el descontento que se notaba en algunos de
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Jos españoles por las reformas que ibü introducienrloel nuevo monarca, privándoles de las lihertades yantiguas leyes, y por otrD, persuadido que su hijoCarlos le pertenecía el cetro de España por la solidaridad de familia, apoyado por los españoles descontentos y por las naciones de Inglaterra, Portngal yHolanda, declaró la guerra a España y a Francia.
Rotas las hostilidades y encendida la guerra, nocesaban de sucederse acontecimientos los más sangrIentos y hO;¡'orosos que jamás se conocieran.
Tanto los partidarios de Felipe como los d€l Carlos,cometían toda clase de atropellos, saqueando, que·mando y degollando sin compasión.
En el año 1703, mandó el rdY Felipe a los puer losy villas se hiciera una leva pa 'a engrosar las fi las rlesu ejército, y pidió al mismo tiempo que cOJ}tribuyeran con dinero al sostenimíento de la guerra queacababa de estallar en la península. Est.a comunicación, firmada y sellada por los T'res Estarnents deValencia, fué recibida por los Jurados ele Villarrealel día 7 de Agosto d~l año citado; los cuales manda-o1'01;1 por conducto de SIl síndico José Angel Girona,
. 40 libras a cuenta de las 213 que le tocaba pagar aesta villa (1).
El año 1705, logró el archiduque Carlos ser proclámado rey por toda Cal.2.luña, propagándose la in-
(1) Véase el Apéndice número 1.
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surrección, como reguero de pólvora, por todo el te·rritorio aragonés y valenciano, teniendo izada la bandera a~ austriaco las principales poblaciones de laCOl'Ona de Aragón.
A1 tener noticia en Villarreal de]a toma de la capital del reino valentino por los cabecillas Nebot yBasset adictos a D. Carlos, un grupo bastante formi'!ahle de vilJarrealenses, ya sea por la satisfacción de\'e.r reülizactaf., en parte. sus aSi)iraciones, ya por manifestar públicametlte sn adhesión al archiduque Cal"los, recorrieron tumultuosamente el día 18 de Diciembre del año citado, las culles y plazas de la poblaciónal grito de ¡viva Carlos JIU que era la señal de alarma .'1 sedición en aquel tiem po (l).
Debidamente autor'zadas las monjas Dominicas,franquearon la puerta de su convento para albergary poner a E'a1vo algun"ls doncellas y mujeres casadasque !luían de aquellos exaltados, temerosas de alguna. .tropelia, hasta nasados tres días <..¡ue fué calmada aque-lla excitación (2).
Desde esta fecha, lels tropas de Felipe, iban conrapillez en decadencia, pues luchaban con poca suerce en Cataluña y Valenciu contra los partidarios delarchiduque,
Por cuyo motivo, el gobierno se vió obligado a reforzar sus ejércitos con un cuerpo auxiliar del cual
(1) Véase Apéndice núme¡'o 2.(2) Id. íd.
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venía como jefú principal el sanguinario CristóbalMoscoso, Coude de las Torres, condecorado con lospomposos títulos de general de la artillería de Milány de segundo maestre del campo general del mismo; pero que en realidad no había mand'ado ejército alguno. Era Calla hay muchos que aprovechanlos tiempos agitados para llenarse de honores y títulos, llegando a obtener llar audacia o por casualidadquizá, puestos elevados. Aunque grande por sus intrigas y felonías, era muy pequeño y despreciado porsus inmerecidas distinciones. Mbs de una vez puso demanifiesto su inutilidad y falla de capacidad en la dirección de sus tropas.
Lo confirma, el que en vez ue pensar, como debía,levantar el sitio de Peñíscola que le hubiera sido fácil, atendida la calidad de sus tropas y merecer conesto el beneplácito de todos, se empeñó en sitiar aSan Mateo que no le era posible conservar después,por hallarse sin ffins forlificaciones que sus ruinosasy desmoront:das murallas, y por eslar situada esta población en las inmediaciones de Cataluña ocupada tod.a ella por ejércitos aliados. Acudió a defenderla elgeneral Jones inutilizando las minas que practicabasu enemigo, y al tener noticia el Conde, de que seacercaba lord Peterborong, generalisimo de las tropas inglesas, levantó precipitadamente el sitio y huyóhácia Valencia para evitar el encuentro de su contrario.
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Amaneció el día 12 de Entro de 1706-¡día aCIagoy de triste recordación para Villarreall-sin que unanubecil1a manchara la diáfana transparencia del hori·zonte La gente andaba por las calles de'la población,sin concierto, 'Sin sosiego por haber tenido noticiaque las tropas borbónicas se dirij ían a Villarreal desde Sorrio/.-
Apa.recieron luego una después de otra en el despejado cielo, algunas nubes grises y ahumadas quehacían presagiar acontecimientos lügubres.
¡Aquel cielo azulado y diáfano, cOllvirtióse bienpronto e11 negruzco y ÍJ'istón.... !
Eran sobre las 12 del día. En la otra orilla del rioMijares, en los alrededores de la ermita de Santa Quíteria, patroDa del inmediato pueblo de Almazora, hicieron alto las tropas de Felipe V, en nümero de4.000entre infantes y gineles, capitaneadas por el generalen jefe Conde de las Torres (1).
Su entrada en Villarreal, acabó por confirmar losrumores y noticias que en contra de él circulaban yque le hacían poco favor.
Si bien la mayoría de los villarrealenses no hubieran tomado parte en la grave cuestión que se agitabaen la península, sin embargo, algunos de ellos, seopusieron tenazmente a que entraran en la villa lastropas borbónicas, ya porque temieran ser atropella-
(1) Véase Apéndice número 3.
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dos por el Conde, ya por manifestarse partidarios delarchiduque.
Desde Santa Quiteria envió Moscoso nn tamhor alpueblo para que prestara la obediencia
El Justicia y Jurados de la villa con algunas pl~rso
nas importantes de la población, se reuniol'on en lasala del consejo para determinar lo que convendríahacer.
Varios de los allí reunidos, manifestaron no estarconformes en las determinaciones de los demás; estoes, en prestar obediencia y dar paso a las tropas pordentro de la población, pretendiendo pasaran por losarrabales, y para conseguir su intento, se apoderaron,casi a la fuerza, de las llaves de los portales y cerraron inmediatamente todas las puertas que daban entrada a la villa.
Así consta en un manuscrito de aquel siglo, cuyacopia sacada de la que transcribió D. Lorenzo NebotCliment, obra en nuestro poder, en el cual se descrihe con hastantes detalles el asalto de Villarreal, y decuyas' notas, con otros documentos, nos hemos valido para la narración de estos hechos.
El P. Miñ"Da en su opúsculo «De Bello RústicoValentino» o sea «Historia de la guerra de sucesiónen el Reino de Valencia», en la página 33 de la versión castellana por el ilustrado y digno académico de]a Historia D. Vicente Castañeda, dice: que al dirigirse la tropa desde Borriol a la Plana, fué fusilado
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un vivandero (cantinero) por haber robado un copón del sagrario; y en la copia del escrito mencionado, dic~: que un hombre que venía de lahrar la tie··rra con dos bueyes, al pasar por el puente de SantaQuiteria, solo por haber dicho que era de' Villarrealla tropa lo mató (1).
Este hombre no puede ser el mismo vivandero sacrílego- a que se l~efiere el P. Miñana en su opús.culo,sino otro homhre honrado y de buenos sentimientos.
Esta fatal noticia de la muerte de aquel honradotrabajador, produjo en Villarreal una sensación harto'desagradable; tanto, que acabó ~e ex:altar los ánimosde bi mayor parte del vecindario y desconcertó porcompleto los buenos deseos de las personas conciliadoras.
Las tropas, con el Conde de las Torres I pasaron elpuente sobre el Mijares y por la parte de la derechadel camino que conduce desde Santa Quiteria a Vil1arreal, a tra vés de los algarrobales, se llegaron hasta laa primeras casas del poblado\
Formadas allí las tropas, mandó el general Condede las"Torres un trompeta al P. Guardian del Convento de San Pascual, con recado de que fueE.e alpueblo y aconsejase al gobierno que entregase buenamen te la villa al rey, evitando con ello las desgracias que iban a sobrevenir si a ello se negaban. Sin
(1) Véase Apéndice número 6.~
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pérdida Je momento y con el afán y deseo de evitarun día de luto y de desconsuelo para VillarreJl, seacerca el P. Guardián Fr. Diego Más a la villa, cuyaspucrtfJs las halló cerradas, y dió el recado a los queestaban a la parte de adentro del portal; pero unode ellos, que era el escribano Jaime Belaire, sin darparte al Justicia y Jurados que estaban en la casa dela villa tratando de lo que se debía hacer, respondió:que no tenían orden de su rey \'i:lrlos III para entregarse. Dió esta respuesta al trompeta el mencionadoP. Gnardián; pe\o queriendo éste, antes de ser trasmitida al general, hacer de su parte cuanto le fueraposible para evitar la efusión de SHl1gre, volvi6 porsegunda vez al portal .Y dijo a aquellos exaltados, queentregaran la villa, pues de lo contrario la pasaría elenemigo a sangre y fuego; a lo cual contestó el mismo Belaire: que aV(.f>n/ien cuctnt vullgurm que ac¡í els es·perem ab pólvora y balés. Enlonces Miguel Miró, al·parga tero, con vencido al parecer por las razones queexpuso el P. Guardián, dijo: deixeu entrar al frarey que vaja a casa de la vila a donar el recado al J usticia y Jurafs; pero le increpó el Belaire diciéndoleque callara o de lo contrario lo pasaría mal. ViendoFr. Diego Más que era inútil toda convicción, se fuéa dar, con pena del corazón, la respuesta al trompetapara que la trasmitiera al general.
Momentos des¡:més, llegaron al portal el Justicia, Jurados y el Vicario Mayor de la Parroquia, HeverendoDr. Froilan decididos a salir y presentarse ante el ge-
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nera1 y entregar la villa bajo una h()nrosa capitulación, pero al intentar traspasar el portal, dos de losmás exaltados apeliidados el uno Gorfís y el otro:,lonfo;t, les cerraron el paso apuntándoles con suscarabinas diciélldole8, que harían fuego sobre el que.saliera (1).
Muy exaltados estaban los ánimos de los entusiastas partidarios del archiduque, y por consiguiente peligroso el intentar convencerles o aminorar su excitación; sin embargo el señor Vicario, con palabras candorosas y llenas de amor como cariñoso padre, comolo hizo otras veces desde las gradas del pozo de la plaza (2) pudo conseguir aplacar algún tanto aquellasprovocaciones belicosas y hacerles comprender de queentregándose, se evitada el dcrramnillieuto de sangre y se alcanzaría, sin duda, el perdón del generalencolerizado; diciéndoles entee otras cosas: «¡hijosmíos! yo ya sabéis que soy más imperial que vosotros,pero donde entra el sol entra el rey; entreguémonosy lograremos mejor partido.»
Convencidos, al parecer, de las palabras del Sr. Vi.cario, y con tendencia a enttegarse, abrieron el póstigo del portal y dieron paso a UlJa comisión que sefué en dirección al campamento Cúll objeto de apla~ar
(1) De la copia del manuscrilo indicado.(2) Esle pozo II ue nosolros todavía ¡lemos conocido ho~' no
exisle.
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la ira del general encolerizado por las respuest:;¡s quea su intimación die~a el escribano Belaire, y en tregarla villa.
La mencionada comisión integrada por los JuradosJaime Sebastián, José Sanz, mayor, Evaristo Ferrando y José García con el Sr. Vicario Dr. Froilan, JuanCliment y algunos otros, al llegar a la plaza de SanPascual, tuvieron que retroceder más que de prisa, yesconderse en el convento de alcantarinos, porquevieron a la tropa que avanzaba tocando a degüello losclarines y tarnhorl's.
Antes de pasar adelante, debemos bacer notar aquí,para el mayor esclurecimi'mto de le cosa, que por noestar en completa consonancia las páginas 34, 35 Y 36de la versión castellana del citado opúsctrlo del PadreMiñana que hacen referencia al asalto y quema de Vi·Harreal, con las notas y documentos que tenemos ala vista, y por notarse en el autor una tendencia filiopista bien marcada que le hace decir cosas que al historiador desapasionado no le es permitido, seguiremos relacionando los hechos ocurridos en esta desdi·chada población en aquel aciago día, apóyándonoscomo hasta aquí, en anotaciones testificales transcritas, en documentos hallados en los archivos dela localidad y en narraciones que por tradición hanvenido sucediéndose de padres a hijos hasta llegar anosotros.
Hecha esta salvedad, vamos a manifestar como fué.Serían como las dos de la tarde, cuando las tropas
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se acercaban a las murallas; en el interior de la población, en tanto los villarrealenses se hallaban deci·didos a resistir a todo trance, los que hacían de capitanes José Andriá y Felipe ~1:undina, recorrían losmuros dando orden de que nadie tirase hasta queellos lo mandaran.
Unos momentos de suprema angustia siguieron aésto y un silencio sepulcral se notaba en ambas partes, cuando de pronto sonó un tiro que nadie pudosaber de donde saliera, y creyendo los que sobre lasmurallas estaban, fuera una señal, suena una desearga cerrada, que lanzando un río de mortáfero plomo,
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sobre el ejército Cigrrsor, sierubra el suelo del arrabalde S. Pascual de multitud de cadáveres.
El ejército borbónico, atacó decididamente a la población, pero con ranto tesón y entusiasmo se ddendieron los villarrea10nses, qUtJ se vieron oblig;¡dosaquéllos a retirarse a fin de recojer los muertos yheridos; de entre los cuales, se hallaba un coronelllamado D. Guillermo, que estando sobre la pared dela acequia, enfrente de la porLería del convento eleSan Pascual animando a sus soldados, recibió unmosquetazo que desde el portal le dispinaron, cuyabala, después de otravesarle de pürte a pJrtc, se claYÓ en la pared al lado de la porterí<l. A este coronello llevaron a cuestas los prisioneros hasta Requena,donde murió a consecuencia ele la hel'ida.
Recogidos los muertos y heridos, continuó conmás ardor que a::J.tes la pelea, y UllOS y otros se batiancon extremado valor, brillando, entre otros episodiosinauditos, el arrojo y entusiasmo patriótico tic un vicjo de más de sesenta años y de una joven beroina quesostuvieron un fuego atel'rador coutrLl los sitiadores.
Después de una hora de desesprrada lucba y cansados unos y otros de tanto pelear, y convenir la villa en transigir, abrieron la puerta del portal llamadode Castellón y dieron paso a alguGos oticiales de caballería con el coronel Amézaga qne g!'itaba: -hilosmíos paz; vayan los mu.ertos POt' los 1J1,UfWtOS y bájensede los tnuros que no se les hará dano;. y éunfiados en
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tales palabras, úreyendo ser esto una promesa formal,cesó el fuego y se bajaron lodos de sus puestos dedefensa; así lo afirma un testigo presencial (1),
Al llegar Amézaga a la plaza, se apeó del caballo,, encontrando allí, errtre otros prohombres de la villa,
a D. José Zalon (2) y se tomaron de las manos en señal de paz, Creían estos vecinos que estaban asegurados por tal acto; pero no fué 'así; porque el despiadado Conde de las Torres, quien, seguramente porguardar Sil pellejo se había guarecido en el conventode San Pascual, más por miedo a las balas que por devoción al santo, había dado órdenes secretas y terminantes al coronel Amézaga para acabar con toda lapoblación de Villarreal; y como vió-rmposible el asalto por la tenaz resistencia de los vecinos, valióse dela estratagema, de la iniquidad, del engaño, pdra poder penetrar sus tropas en el interior de la villa.y él este fin, entró Amézaga de la m<:\nera como seha' dic"'ao, ocultando la ira y venganza bajo los plie-gues de una paz ficticia y engañosa, '
Después de recorrer Amézaga los muros y de hacerun ligero reconocimiento en la poblacion y cerciorarse de que ésta no tenia otros defensores qUb sus propios hijo~, sin que tuviera un solo ~oldado en su ayu-
('1) De la copia del manuscrito indicado,(2) Este era el podre del Dr. Zalon, Canónigo qué fué de
la Catedral de Segorbe, eminente literato y afamado predicador',
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da 1(10 cua 1 no deja de ser una prueba manifiesta delvalor heróico de sus vecinos, que casi sin materialesde guerra pudieron sostener tan desesperada lucha)volvió a'montar en su caballo, sacó nn par de pistolasy disparó una y luego otra para señal: ¡Baldón eterno para el desgraciado Amézaga, qniza inconscientedel acto que acababa de realizar! Apenas hubieronsonado los dos tiros, tocaron a degüello tambores yclarines, avanzó la tropa con la rapidez de un rayo;hiciéronse dueños inmediatamente de los muros, delos fortines y de la población en general; pegaronfuego al portal llamado de Valencia y elltraron portodas partes~' cometiendo toda clase de desmanes yatropellos, matando sin compasión, saqueando y que·mando sin piedad; costumbre bárbara que según elhistoriador Antonio de Carcer, la hacían valer losborbones al tomar una plaza (1).
El P. Miñana en su opúsculo, página 35 de la versión castellana por el ilustre Castañeda, pone de ma,nifiesto la crueldad y venganza de los soldados paracon los infelices yecinos de Villarreal, diciendo: «Dentro de Jos mnros ardía el furor militar contra los rebeldes, ni a Jos armados, ni a los inermes se les concedía perdón; a!'altan las casas calle por calle, no sinrecibir mucl1Qs heridas en la reñida oposición que les
(1) Historia General de España por el citado 8ulol'.-T. VIl,pág. 95. ,
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hacen sus enfurecidos VeCInOs. Y uueños ya de ungran botín, acuden a la tea queriendo dar la últimamano a la victoria con la ligereza del incendtio. Prontose oyó el clamor ,de los que se asaban dentro de las casas; los que salían de ellas, eran recibidos con las bayonetas de los belgas, que no se compadecían de nadie y que querían colmar con tal horrible mortandad.el Odio y el dol,or que les había producido la muerte de Rosel».
i A cuántas consideraciones y comentarios se pres-tan las palabras transcritas! pero ¿,para qué'? Ya loshará el lector si quiere; sin embargo, no podemosprescindir de hacer notar, que los soldados del Conde andaban ébrios de coraje y venganza, tenían el corazón empedernido, carecían de compasibílidad y conmiseraoión para con estos infelices vecinos. Con latéa incendiaria, intentaban acabar con toda la población hasta verla reducida a cenizas.
El Conde de la Rosa o Rosel qu~ menciona el P. Miñona al ocuparse de este hecho, al pasar por delantede la casa Palanques, una mujer de Onda que allí sehabía retirado, le tiró desde una ventana Ulla piedrade moler sal, con tal acierto, que lo dejó muerto enel acto (1).
Esta casa que se hallaba en ]a céllle Mayor frente ala antigua capilla de San Jaime (2), (cuya capilla hoy
(1) Apéndice número 9.(2) Eeta capilla sir"ió de templo parroquial en los primeros
tiempos de la tundación de ViJlal'l'eal. Fué derribada en partea mediados del siglo p~sado J' cOilstl'uyel'on una casa perteneciente hOJ' a los herederos de D. José Latorre Batalla.
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no existe) en la actualidad, forma partc de la casa deV,a Ana Poho, viuda de Font de Mora, entrando a m[lno derecha.
Además del Conde de la Rosa, perecieron de idéntica manera otros muchos úficiales, porque los mástiraban <a los del sonÜ't'e1'o con plumaies» (1).
La desenfrenada soldadesca, no respetaba nada; nilas canosas cabezas del anciano, ni el carmín de laruborosa doncella, ni el llanto de las adres queamorosamente apretaban contra su seno al hijo desus entrañas, ni los quejidos del débil niño les movíaa compasión. Les cegaba esa sed insaciable de venganza y ese afán de exterminarlo todo.
Algunos vecin '3 se salvaron descolgándose de losmuros y huyendo a las vecinas poblaciones, como elcarmelita Fr. José Fel'l'ús. Los demás frailes dela misma orden, que entraron en la villa, se libraron en elcampanario y entre los cuales se mencionan Fr. Pascual Beltrán, Fr. Alberto Sanz y Fr. Tomás Barberá;los otros que no entraron en la población huyeron aOnda, excepto tres o cuatro que se quedaron escondidos en el conven to a fin de no abandonarlo porcompleto (2).
En cada una de las cuatro esquinas del muro quecercaba a la villa, había una torre~ denominadas, to-
(1) Véase Apéndice número 9.(2) Apuntes de Nebot ,Clim'ent, que los toma, según indi
cación del mismo, de un manuscrilo de aquella época.
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rre de Alco\'er, de en Folch, Moch3., y de Martorell(1), Esta se hallaba en la esquina del mismo, yendodesde el pOI'tal de Valencia hácia el secano, y en ellase salvaran veinte y dos vecinos, entre ellos el escri·bano Jai me Gil, los cuales,. ayudándose unos a otros,se subieron a lo más alto de ell<!, y como carecía deescalera, por haberse derribado algún tiempo antesde estos acontecimientos, nadie podía, por tal motivo, sospechar que arriba hubiera gente alguna (2),
También es digno de mencionar, el arrojo y entusiasmo patriótico de un tal José Ferrús, el cual, des':de el muro donde estaba, le cargaban armas cuatrohombres e hizo muchas bajas en las filas enemigaspor ser un buen ti radar; y añade un testigo ocular,que dicho Ferrús, «se vió en grandes peligros y aunque herido, se libró de la muerte por ser hombre devalor, pues perseguido por un soldado con bayonetacalada, se rehizo contra él, le quitó el fusil y lo ma.'tó,» (3)
La soldadesca, llena de ira, iba recorriendo las ca·lles de la población asaltando y saqueando las casas;y al llegar a la que hace esquina a la plaza Mayor,
(1) Estas torres han desaparecido todas, excepto la llamada torre mocha que se halla incompleta, en la esquinaformada por el lienzo de mUl'alla que mil'a a Valencia y elque mira hacia Burriana,
(2) Véase Apéndice número 10.(3) De la copia del manuscrito indicado.
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La histórica tone Mocha
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en donde antiguamente era manSlOn de los reyes, yen aquel entonces propiedad del presbítero MosenTomás Cabrera, al pretender entrar en ella los ~ne
migas, con el fin de saquearla, se opuso resueltamente el valiente y -decidido s::lcerdote para defender sumorada y su persona, matando desde el rellano de
-la escalera más de treinta soldados a escopetazos, elcual tenía a su disposición unos cuantos hombres quele cargaban las al'mus; así que llenó toda la entrada de cadáveres y heridos, y no se podía entrar sinosobre ellos (1).
Viendo los soldados que' era del todo imposibleapoderarse de aquella casa, a pesar del reducido mimero de hombres que la defendían, cesaron de atacarla y le prendieron fuego, último recurso que lesquedaba; pero aún así, no consíguieron acabar conaquellos héroes, porque por las espaldas de la casahuyeron salvándose Mosen Cabrera y sas fieles compañeros (2).
Muchas fueron las casas que' sufrieron los horroresdel incendio; entre las cuales se cuentan: la del J usHcia y las de varios escribanos, quemándose con ellas I
las causa, escrituras y protocolos ñotariales. Algunosaños después, en Diciembre de 1728, para revalidardocumentos y tener validez legal para nuevos con·tratos y obligaciones, tuvieron que hacer un sumano
(1) Véase Apéndice número 7.(2) Apénd. íd. íd.
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informativo o úxpediente, como el formado y promovido por el Rdo. Licdo. Gerónimo LloJ'éns, procurador y síndico del Rdo. Clero parroquial. Dicho sumario, que obra en el Archivo de eEta Arciprestal,está encabezado como sigue: «Sumario informativodado por el Licdo. Gerónimo Lloréns, Pbro. prOCllradar del Rdo. Clero de dicha villa para provar laquema de los papeles, notas y protocolos e diferentesescritos de dicha villa, susedida en el año 1706.» (1).
De dicho sumario se colige; que entre las mu~has
casas del pueblo que fueron quemadas por lo!'! soldados del Conde, se hallan las anotadas a continuación:la de la cúria o corte del Justicia, la de los escribanes José Sanz, mayor, José Sanz, menor, José Ferrando, José Conches, Miguel lnsa, Cosme Palanques, Evaristo Ferrando y la de Jaime Belaire, sufriendo las consecuencias del incendio cuantos papeles y escrituras que en ellas se custodiaban (2).
El sumario de referencia, fué repetido y ampliadoen su parte informativa de testig?s, el año 1731, porel mismo presbítero Licdo. D. Gerónimo Lloréns haciendo las veces de Juez, el Alcalde ordinario doctorPedro Cerisuelo (3).
Los soldados, no se contentaron solo con saqueary quemar las casas de los vecinos, sino que profana-
(1) Véase en el AjJénd. núms. 14 y 15.(2) Apénd. núm. 14(3) Id. núms. 13, 14 J' 15.
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ron también el recinto sagrado, entrando y saqueando el convento de Dominicas, llevándose muchasalhajas, dinero y objetos d9' plata; como también, enla iglesia parroquial de donde sacaron a la fuerza losque allí se habían refugiado, matando a dos de ellosllamados José Bellmunt y José Espuig, salvándo~ losdemás, gracias a la intervención del compasivo coronel Mahonl. que sostuvo a los soldados y alcanzó delgeneral el perdón del pueblo, que llegó entre cuatroy cinco horas de la tarde, cesando entonces la matanza (1).
Murieron en éste día, vecinos de Villarreal, 253;entre los cuales se registran: 6 sacerdotes llamadosMn. Bautista Parra, Mn. José Alberola, Dr. José Lloréns, Mn. José Manero, Mn. Jaime Porta y Mn. Tomás Jordá, 12 mujeres, 2 escribanos, 2 farmacéuticos,2 cirujanos, 2 ciegos, 1 veterinario, 3 herreros, 1 sastre,7 alpargateros, 1 relojero, 1 estudiante, 3 tejedores, el Dr. Vicente Gil, Batle, j Miguel Llanes, nuncio del concejo (2). Entre oficiales y soldados murieron unos 500.
Después de cesar la terrible matanza) a los hombresque encontraban con las armas en la mano y aún sinellas, los conducían a la iglesia parroquial donde quedaban prisioneros.
ti) Véase Apénd. núm. 8.(2) Id. id. núms. H y '12.
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Las mujeres fueron conducidas a la iglesia dQ San.Pascual y al pasar por las calles de la población, ytropezar con sus maridos, con sus hijos, con SUB hermanos y demág parientes y amigos muertos sobresurcos de sangre, se desarrollaron ef'cenas tristísimu'sy de dolor inmenso, que la pluma se resiste a de~cri
bir~
Aquellos muros, de los cuales toda vía queda algúntrecho, salpicados de sangre, vertida por aquellos va·lientes y esforzados villarrealenses, que casi sin armasni municiones se opusieron con resolucdJIl y enterezaal formidable ejército borbónico, el que solo pudo entrar en la villa por la senda de la iniquidad, pueden dartestimonio de las inícuas hazañas de aquellos soldadosenloquecidos de ira y venganza.
Cada gota de sangre derramada por aquellos arriesgados e intrépidos vecinos, es una perla preciosa, resplandeciente, que no debemos olvidar, aquella brillonte defensa, aquel entusiasmo patriótico constituyeUli ;wreo florón de sempiterna memoria en las gesta~
gloriosas del heróico pU,eblo de Villarreal.Después de sosegados los ánimos y trasladar a
las monjas Dominicas llevándolas Jos oficiales D. fagrupa desde Villarreal a Nules, se encaminó.la tropahácia Sagunto" en donde dejaron a lus heridos, y continuó la marcha hasla Requena con los prisioneros deViJlarreal; y aunque éstos eran más de 200, solo llegaron al lugar de destino ciento cuarenta y cinco, pues,
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muchos se escaparon por el camino. Al llegar a aqueolla población, los encerraron en el castillo, donde estuvieron cuatro meses, padeciendo mucha hambre ymucha uiiseria e incomo.Jidad por ser el sitio de lat.:árcel illUY reducido.
Llegó al fin el anhelado momento de su libertad;los ejércitos' enemigos contrataron ura canje de pr'·s~oneros, y llegado el día, por eXigencia de los borMnicos, dieron los jefes del ejército del Archiduque,
. 219 castellanos por los 145 hijos de Villarreal, estoes, tres de aquéllos por dos de éstos, haciendo de este usado, sus mismos enemigos, la apología de los héroes (id Villarreal de los Infantes.
** *Aunque lo apuntado hasta aquí bastaría ya para
cumplir y s}t1cisfacer 10& deseos y fines del Centro der,llltura Valenciana al proponer el'tema señalado para el concurso de los Juegos Florales de Lo Rat Penat, sin embargo, para complementar y esclarecermás aún este hecho histórico, queremos anotar también lo referente a las vicisitudes, congojas y atropellos que tuvieron que sufrir y lamentar, con motivode esta odiosa guerra, las religiosas Dominicas delconvento de Oorpus Ohristi de Villarreali y ésto, eslo que vamos a ver a continuación.
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Muy cerca de la plaza de la COllstitución y en la calle Mayor de Sto. Domingo, yendo hácia Valencia, seencuentra a mano izquierda, el convento de CorpusChristi de religiosas dominicas, fundado en 1639 porel ilustre y benemérito hijo de Villarreal Dr. JuanGil Trullench.
Este convenLo que comprende toda una rpanzana,en aquel tiempo, cuando lo;; villarrealenses sufrieronlos horrores de ia guerra de sucesión, no tenía la extensión que ahora tiene, pues según las crónicas, habían adheridas a él algunas casas de particulares, lasque sirvieron, entonces, de medio para dar paso amllchos seglares que huyendo de sus enemigos, corrían presurosos a refugiarse dentro de aquel lugarsagrado por asegurar sus vidas.
Llegó el lúgubre día y de triste recordación paraVillarreal; el 12 de Enero de 1706. Los sordos sonidos de los tambores de guerra, el toque de arrebatode las campanas, las estridentes notas de los clarines·que tocaban a degüello y los desaforados gritos de.unos y las voces clamorosas y ayes lastimeros deaLros, repercutieron dentro dei convento, sufriendo
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las tiernas esposa5 de Cristo, los consiguientes sustos yatrop0110s, aunque fueron, sin embargo, grandemente respetadas sus personas por la desenfrenadasoldadesca que penetró en tropel hasta el interior deaquel lugar de retiro, depósito de tiernas y candoro:::as palomas.
La gente del pueblo, corría despavorida de unaparte a otra para esconderse, a fin de 1ihrarse de unaID uerte segura; y habiendo abierto las monjas la puerta de su convento para dar paso a algunas jóvenesque huian del peligro, se presentaron en aquel momento varios vecinos, pretendiendo entrar tambiénpor creer estarían allí seguros; y siendo rechazadosy negada la entrada por la entonces subpriora, la Madre Sor María del Rosario que con energía defendíala puerta de la clausura, un hombre de entre los queallí estaban, le puso una carabina al pecho y apuntando, la amellazó de muerte si no les dejaba pasar,por lo que amedrentada la religiosa, abandonó la puerta, y entraron en tropel, al mismo tiempo que otrosasaltaban el convento por las paredes y tej.ados delas casas contiguas, llenándose en un instante dehombres, mujeres y niños que no cesaban de gritardesaf<>radamente y de correr atolondrados por aquellos interiores buscando un lugar seguro para esconderse (1).
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(1) Véase Apénd. núm. 3. {
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I 11 I~ Ig g v~ go o g~ og g g~ gg g g g• , o~ oo o o og Cíi\1 g g ttlhJ gZ lS:?Jg g~ gg ~g o~ 8o o ~ta:\) oo >J b~ o
g ~ g Convenlo de Dominicas, vulgo, Corpus g~ gg~ 8 Cllristi. 8~ 8o o o og g g §g g \ g~g
g g s~gi~iiiiiioo..;;ooooooooo'ooooo°[iiJiii~ IgoooOOOOOOOOOOOOOCOOOOOOOOOOOOOOQOOOOOOoooooooooocooooOOOOOOODoooooooooc!:oooOOOVOQCOOOOOoooooo<. oS
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37
Mientras esto sucedla, las monjas que se habíanretirado al coro para pedir a Dios cesara la matanza,vieron que por las ventanas del mismo, penetraba elhumo del incendio ;t las balas mortíferas de los queen la parte de afuera se estaban peleando, al mismotiempo que oian el ruido de cuchillos y espadas y lasalarmantes voces de los soldados que se hallaban dentro de la iglesia (1).
Unos dmgones (2) levantando la voz, decían: «¿donde están las 'monjas;}) ¡que las tenemos que matar!» Eslas palabras y otras semejantes que desde el corooyeron perfectamente las religiosas, sirvieron para aumentar aún más su tormento y aflicción, y desesperanzadas de todo remedio terrenal, buscaron el consueloen Dios (3).
Algunos sacerdotes" al verlas tan desconsoladas y1'!fligidas, intentaron poner remedio pidiendo de rodi.llas a los jefes y capitanes tuvieran com pasión deaquellas infelices e 'inocentes esposas del Señor; ye tendidas que fueron las súplicas por las comincent3 razones que les expusieron, mandaron ~Ios capitanes salir inmediatamente de aquel lugar sagrado, alos dragones y a todos los demás que alli había, colo-
(1) Apénd. núm, 4.(2) En tiempos de Felipe V, el llamado batallón de drago
nes era el mismo que el conocido hoy con el nombre de lanceros.-Hist. de España por AnL! de Carcer. T. 7,° pág. 121.
(3) Véase Apéndice número 4.
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cándose luego con las espadas desen vaina das a la puér- .ta de la iglesia, para no dejar entrar a nadie; y agradecidas las monjas por tal fineza, les obsequiaron conpan, bIzcochos y vino blanco (1).
Entraron luego en el convento algunos jefes y oficiales de tropa y entre ellos, el capellán dél ejércitoque mandaba Mahoní, el cual alentaba a las religiosasdiciéndoles que también él era dominico como ellds,aunque en la actualidad y por las circunstancias novistlera el hábito correspondiente.
Pidieron a las Madres.superioras los fondos que tuviLJran, las cuales les entregaron unas doscientas libras que guardaban en el arca; pero dice la m,mjaque escribió estas memorias (2), que, por pnrccerlestan corta la cantidad, la devolvieron inmedia lamente,aunque para nada les aprovechó; porque en aquellosangustiosos momentos y atropellos, eu qne solo PlOcuraban atender a salvar sus personas, no se dieroncuenta del dinero aquel, y dicha canlid"d. desapareció, como desaparecieron también llluchasde las alhajasde plata y oro del convente y de particulares que allílas habían deposi~do por creerlas IDaS seguras.
Obligaron luego a las monjas, ti salir de su morada;y con el santísimo Sacramento que de la Iglesia tomóel Dr. Fuster, (pues el confesor de las religiosas h~l-
(1) Apéndice número 5.(2) Sor' Teresa de Jesús Ag¡'amunt, domi{Jic~del convento
de Villarreal.
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Lía huido por estar amenazado de muerte) las trasladaron todas juntas, acompañadas de los oficiales ysoldados, al tras-sagrario del convento de carmelitassituado en el arrabal llamado de Valencia, tropezandoa cada paso con los muertos y heridos que estabantendidos sobre surcos de sangre por aquellas luctuosas calles, suspendiendo la matanza y el echar objetos desde las ventrlllas de las casas, mientras duró elpaso del Santísimo.
Así lo refiere Sor Teresa de Jesús Agramunt ensus crónicas. del convento, y que nosotros trasladamos aquí, respetando su ortografía harto descuidada:
«Viendo, pues, el general que estava en la iglesia ylos capitanes dentro, que el convento estava pegadoa casa seglares i que estava lleno de hombres a quienes querían matar=nos mandaron salir=a lo qualResistíamos turbadas i afligidas sin saber en caso tanRepentino que consejo tomar=a lo q. para alentarnos dixeron que no sería sino, para presentarnos algeneral i porq. corría peligro de quemarse el Cta. iluego volveríamos en pasando el fuego=creyéndoloasí i mas viendo al que era Religioso nuestro que agrandep voces decía ¿que se quieren quemar? Salimos, pues, sin tomar nada ni solo un Breviario ni unhilo de Ropa,=solo con un santo Christo cada.. una iaunque ellos nos dixeron que si queríamos tomar algo=no estubimos para nada i mas creyendo volverluego=solo se quedaron dos religiosas a las quales
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alentava el Religioso confesor del ejército de maonia que pusiesen algo en cobro i él ayudaba en lo quepodía, p@ro fué poco lo que se sacó de sacristía i plata i aún deso se perdió fuera lo más precioso.»
«Salimos llorandoj los capitanes nos acompañavaÍljla gente sin número se apretava con nosotras por librarse; .... el general dava voces diciendo Repetidasvezes, cuenten a las Religiosas que son 24. =esta yaprevenido a la puerta como un ejército de soldadospara acompañarnos de a pié y de a caballo de puntoen blanco=así que salimos con N.O Señor, CeSÓ la ma·tanga i el arrojar de las ventanas asta a ver pasadotodas que ívamos sin ningun orden. Lo primero quepisamos en salíendo fue un muerto.::::i destos alIarnosmuchos i pasamos por sangre i fuego=iva el tamborde la guerra acompañando al Santísimo, sin ningunamas ostentación y en acto tan fúnebre apenas se 11)atendía en nada.»
«Llegamos deste modo al Carmen, cuyas puertasestaban bien cerradas=i assí, asta que por la huertaentró abrirlas el teniente coronel llamado don Mel·chal' de Colon i Portugal=entre tanto estavan degollando en aquella plaga, entramos i con nosotras tanto tropel de gente que en muchas ocasiones nos aogábamos=metlérónnos los capitanes en el tras sagrario i estubieron allí a la puerta de retaguardia todolo restante del día i la noche asta que al otro día nossacaroñ, i además icieron velar toda la noche un cuerpo de guardia en nuestra d'efensd.»
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«Los gritos y gemidos y alaridos de la3 afligidasmujeres que cada cualllorava sus hijos, maridos, etc.parecía un juicio sin poder entendernos unos a otros;i roncas de tanta confusión i gritos=consolonos algoel carecer nosotras del dolor de las otras mujeres inos dimos la enorabuena de tener tan· celestial esposo, por cuyo respeto éramos solas las privilegiadas ia quien todos atendían y re~petaball=pues aún algu.nos sacerdotes, no se querían apartar de N.O lado porestár defendidos=Las mujeres con ternura nos rogavan las dejáramos estar- en nuestra compañía=puesquando allí las matasen, morirían consoladas,»
No pudieron conciliar el sueño en toda aquellatriste noche; y por los contínuos clamoreos de las mujeres y las palabras amenazadoras de algunos quedecían, iban a quemar aquel edifi..cio. y perecer toda"dentro, asustadas las monjas, pidieron se las trasladase a otro lugar más seguro; D. Melchor de Portugal,con buenas palabras, procuraba consolarlas, pero' pormás' esfuerzos que hizo, no pudo conseguir aplacaraquellos ánimos tan excitados, y no hubo otro reme·dio que trasladarlas, juntamente con las demás mujeres que allí habían, a un pajar, en donde estuvJeronaún peor, pues estaba ocupado casi todo por solda<:los de infantería y caballería; aumentando la tristezay zozobra de aquellas religiosas, las oleadas de humode la villa que de ve!. en cuando veían venir y llegabanhasta ellas, y las exageradas expresiones de algunos
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que decían, las habían metido allí para degollarlas yquemarlas sin compasión (1).
Al llegar (}l g!}neral a aquel lugar, después de reprender severam.fmte a los que ill,tentaron asustar alas monjas, y después de castigar a los soldados quese atrevieron llegar hasta donde ellas estaban, manodó tocar a marcha; y subiendo cada una d.e las reli·giosas a la grupa con un oficial, las llevaron aNules,apeándose en casa de Jaime Tomeu, en donde fueronmuy atendidas y obsequiadas por todo el vecin-dario (2). .
También marcharon con ellas, algunas señoras deVillarreal y un religioso carmelita llamado Fr. JaimeCruañes en concepto de confesor () vicario de las monjas, a quien la religiosa que escribió todas estas cosas, lo pone como testigo presencial de sus narraciones, por no haberlas perdido nunca de vista hastasu vuelta al convento (3).
Las tropa!:, siguieron su marcha hácia Valencia;y las monjas, después de permanecer un día y medio.en Nules, y determinar pasar al convento de carmelitas de Caudiel, por creer estarían allí más seguras,tomaron el camino de Vall de Uxó, llegando a estapoblación el día 15 ·por la tarde. Los vecinos les die·ron comida en abundancia y mucho.s regalos.
(1) rVéase Apéndice numero 16.(2) Id. li:l. numo 17.(3) Id. íd. núm. 18. Z
I
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Desde allí, en caballerías y acompañadas de muchos vecinos del pueblo, marcharon a la ciudad deSegorhe, donde fueron recIbidas y obsequiadas porel Ilmo. Sr. Obispo D. Antonio Ferrer, por los jurados, por los canónigos y por un número considerable de vecinos.
Pasados tres días, continuaron la marcha; y alpasar por el pueblo de Navajas, hecharon a vuelolas campanas en obsequio a las viandantes.
Una media legua antes de llegar a Caudiel, salierona recibirlas, con delirante entusiasmo, el Rdo. Clero,los jurados y todo el pueblo en masa. Las campanasde las tres iglesias no cesaban de tocar, la gente seaglomeraba p0r verlas pasar, y después de saludartodos a la Virgen del Niño P~rdido en su ermita, en·tonaron el Te Deu1n, y cantando, llegaron al conventode las carmelitas, las cuales las estaban esperandoansiosas y con los brazos abiertos (1).
Allí permanecieron desde el día 20 de Enero de1706 hasta el 5 de Septiembre del mismo año; y allíes donde Sor Teresa de Jesús Agramunt escribió enel libro «Orígenes del convellto y su<¿esos memorables», las notas que hemos entresacado, y una largapoesía pintando el horroroso cuadro que en aquellosdías se desarrolló en Villarreal (2).
(1) Véase Apéndice número 19.(2) Id. íd. n úms. 20 y 21.
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Uurante el tiempo que estuvieron en aquel con·vento de Caudiel, fueron muy atendidas y obsequiadas con verdadero amor fraternal, no solo por aquellas cariñosas carmelitas, si que también por los veci·nos de la población, los cuales demostraron estimarlas de veras, tanto, que pensaron fabricar un convento para que fijaran allí su residencia; pero, aunqueagradecidas las Dominicas, a tales finezas, no lo consintieron, porque su anhelo, era volverse cuanto antes a su casa de Villarrea!.
Satisfechas y agradecidas quedaron las hijas de Do·mingo de todas aquellas buenas gentes; pero en especial de las religiosas carmelitas por haberlas tratadocomo a verdaderas hermanas y formar todas juntasuna sola comunidad.
** *
Des~osas las monjas Dominicas de volvel' a su antigua morada, conciertan el viaje para el día 5 de Septiembre, marchando con mucho acompañamientoy en cabalgadura hácia Onda, no sin antes despedirsedel vecindario de Caudiel y de sus queridas hermanas de claustro con tiernos y cariñosos abrazos envueltos con lágrimas de agradecimiento (1).
(1) Apénd. núm, 20.
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Al pasar por algunos pueblos del tránsito, tocabanlas campanas en señal de regocijo, y las obsequiabancon dádivas y regalos.
Llegaron por la noche a Olida; y después de obsequiadas y agasajadas por las religiosas de aquella población, por el Vicario de la parroquia y principalesvecinos, continuaron al día siguiente su marcha.
Al saberse en Villarrealla llegada de las religiosasa Onda, muchos vecinos de aquella villa, acudieronpara acompañarlas, como también varias señoras devotas, y soldados que allí se 6ncontraban de guarn~
ción.La, comitiva se componía de más de 200 personas
entre los de Villarreal, Onda y Caudie!.A la llegada a Villarreal, que fué por la tarde, he
charon las campanas a vuelo, y la gente corría presurosa por ver y saludar a aquellas religiosas que regresahan a· su morada después de tantos meses deausencia forzosa.
Se apearon frente a la iglesia de San Pascual, ydespués de un pequeño descanso y tomar un refresco en la sala-comedor de la hospedería del convento,subieron al Camarín y postradas ante el sepulcro delSanto del Sacramento, dieron gracias al cielo por queDios se dignó dejarlas volver a todas sanas y contentas a ISU convento de Villarreal, como eran sus vehementes deseos.
Apenas bajaron del Camarín, organizóse la procesión para conducirlas a su morada, en la forma si-
.I
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guiente: iban delante los frailes carmelitas, seguíandespués los franciscanos, el clero de la parroquia ylas monjas en dos hileras llevando cada una de ellas,una vela encendida en la mano, y a continuación elpreste con capa pluvial con una pequeña imagen dela Virgen, y detrás del preste el Iltre. Ayuntamientoy multitud de gente del pueblo y forastera; y todoscantando el A ve maris slella llegaron a la iglesia delas monjas donde se entonó un solemne Te Deum, ytomaron de nuevo la posesión de su convento en este mismo día 6, de Septiembre de 1706 a las siete dela tarde (1).
Enseguida que se posesionaron, ,arreglaron los desperfectos que su frió el edificio durante aq ueHos díasde tanta aflicción, el cual lo hallaron vacío de alhajas y ropas y muy lleno de suciedad.
Hasta primeros de Mayo del año siguiente 1707,no hubo cosa que lamentar a no ser el atropello quesufrieron las dominicas al paso de las tropas por Vi·Harreal el día 11 del citado mes y año.
Dejemos que hable la religiosa que escribió estascrónicas; dice así:
«El susto mayor que jamás tuvimos fué en 11 deste mes de mayo (1707) sábado, que pasando los soldados menos atentos que avía, entraron en la porte-ría i con el ruído de us armas, por puerta, torno i
(1) De las anotaciones indicadas.
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tallo, parecía quererlo todo asolar. La Mdre. Priora,creyendo que el P. confesor en medio de aquella con·fusión se veía apurado i pedía guarecerse dentro delconvento con el Santísimo, abrió la puerta i al momento entraron todos de golpe con sus escopetas, iaunque no hicieron mal a las personas, sin embargo,se apoderaron de cuantas cosas estuvieron a su alcan<;e, hasta que vino "un cabo i los echó fuera, elqual, con otro~ capitanes se quedaron dentro i andando por la casa, tuvimos sustos mortales, aunquede todo mal nos libró el Señor. ¡Bendito sea por unaeternidad que tal cuidado tiene de SI;lS amadas espo-
- sas!»La3 tropas de Felipe y Carlos, continuaban con ar
dor las hostilidades; unas y otras se destrozaban como leones embravecidos.
La célebre batalla de Alm~msa en 25 de Abril de1707, fué la que decidió la suerte de Felipe. La victoria alcanzada por sus soldados, derrotados sus enemigos, fué la llave para apoderarse de las plazas de Valencia, Zaragoza, Lérida y otras.
Dueño Felipe de los reinos de Aragón y Valencia,y deseoso de uniformar la legislación española segúnunos o de aplicar según otros su merecido castigo,abolió, todos los fueros, privilegios, exenciones y libertades que gozaban estos reinos, haciendo que enadelante se gobernasen por las leyes de Castilla. Estamutación, como es consiguiente, disgustó en gran manera a Ids habitantes de los dos reinos.
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El capitán general de Valencia Desfeldt, de condición dura y tiránica, al ver que los bandos publicados por el duque de Orleans, respecto de la entregade armas no se habían cumplido por la tenacidad desus ha15~ti:lntes, mandó hacer una escrup losa visita'domiciliaria, al propio tiempo que publiéó un bandopor el que «se imponía pena de la vida a toda persona, sin distinción de clases, que no entregase cuantasarmas tuviese, en el preciso e improrrogable términode veinticuatro horas,»
Surtió efecto el bando; y tanto fué el lemor que detodos se apoderó, :que recogieron 30.000 armas de todas clases entre las entregadas y las que al amarí,E;Yéerdel día siguiente, se encontraron tiradas por las"caHes y plazas de la ciudad, por J?O atreverse a presentarlas personalmente sns dueños,
En Villarreal también se recogieron varias armas,aunque algunas de ellas fueron diligentemente escon·didas en lugares seguros; dos de las cuales, (un largo cuchillo de dos filos y un mosquete de mano) obranen nuestro poder; hailadas la una (el cuchillo) en elespacio que media entre una de las bigas y el techode la casa que hace esquina a la calle de Benedito yla Virgen de los Desamparados, y la otra (el masque·te) empotrada en el hueco de una pared de la casauúm. 3 de la antigua calle de la Sangre.
Llegó por fin el momento decisivo. Lastropas bor-bónicas, se encontraron con las del archiduqli'e en loscampos de Villaviciosa desarrollándose una formida-
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ble batalla, y fué el punto dónde Felipe V aseguró elcetro de España.
En 1711, cuando al archiduque le quedaban solamente algunas plazas adictas a su mando acaeció lamuerte del emperador José, y llamado a sucederle,quedó D. Carlos en posesión de aquel vasto imperio.
En el año siguiente de 1712, despnés del tratadode Utrech, quedó Felipe V en pacífica posesión delos estados de'España.
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presos en dit número lo Mestre de Camp, Sargento major, capitans, ajudants, a1ferisos, sargentos, y demes ofiQials de primeres planes, de que la Magestad ab RealCarta de 7 de Octubre es dona a per bon servit de ladelliberae;,ió, y eus p rticipá qu,e a son temps avisaríapera la seua eixecuc ó. En tot lo qual ha manifestat sonReal amor, que ha procurat aliviar lo posible a aquestRegne, y dilatar lo mes que ha pogut esta eixecusiá,fins que ab Ca.rta de 31 de Juliol propassat eus avisR.com ha apleg-at yá el cas de necesitarse del sobre ditterC(oNo cap en la llealtad de a est Regne que avista deque tots los demés de la Monarquía han servit tats estos anys passats y al preserft ho continuen, soIs est quet'ót temps se ha manifestat tan noblement lleal, siael qUé fálte a concorrer en la gloria a que tots tan an-glósamel1t anhelem, y mes a vista de averlo fins ara exemit de servigis en estos anys antec;edens de les guerres 'pré~ents.
y posant en eixecusi6lo repartiment, ha tocat a V. ms.la cantitad q'te vá al peu, ab la feqna. de Don J osephDrti nostron Secretari, en lo que es posible com lo esperam de v. mf:t. adelantaro, será molt conforme al intent,y al seryiqi de sa Magestat.
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La respostaG de la present encarregam a v. ms: ab totabrevetat, y'no dubtam será molt correSponent al servi-
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Sello que usaban los Tres Estamentosde Valencia en sus escritos .
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- 53 .-
ci de sa Magestat a la llealtad de v. ms. ya nostra con-fianca. ,Deu guarde a v. ms. molts. anys. Valencia y Agost fJ¡·7de 1703.-Los Elets deIs Tres Estaments del Regne deVaIen9ia.Ha tocat a Vm. a Vilarreal.-Pera socorros 1051. 3 s. q.-Primeres planes 52 1. 2 sol.-Vestits 131. 1 sol. 6.Ajudes de costa 121. 26 sol. 6.-Total 2131. 3 sol. 9..Tusep Or.tí, secret.»
Al pié de esta carta v:t escrita esta nota: .:Confieso haver resibido de lavilla de Villarreal por manos de J osephAngel Girona de dicha villa síndico, quarenta libras,digo 40 lib. Y por la verdad ago el presente a 6 de Marzo 1704.-Juan Toran de Megarola.»
Esta carta, lleva en el dorso, el sello en relieve de losTres Estamep.tos de Valencia.
........III tll ••••• II III .
En el libro «Origen del convento y sucesos memorables» de las dominicas de Villarreal, aparece la .:Historia en que se cuenta la salida de las Religiosas deste Coto.q. sucedió en doce de Enero año 1706» escrita por una religiosa del mismo, llamada Sor Teresa de Jesús Agramunt.
De estas crónicas, hemos tomado algunos fragmentos,y son los anotados a continuación:
Número 2
En el afio 1705 a 18 de diciembre por varios 9uo:;esosde inquietudes que ubo en la villa ocasionados de la ve-
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cindad de las guerras qne las esperavan, fué foryoso admitir dentro del Oto. a unas señoras al3í casadas comodoncellas que se quisieron refugiar aquí; esto se hizocon p'arecer de personas doctas; estuvieron tres días hasta gue se sosegó algo esta tempestad que las despedimos con toda cortesía.>
Número 3
"Entrando el ano 1706 en doce de enero, llegó el ejército de Felipe quinto a las 12 horas 'poco más o menosdel día; antes de lo qual, llegando a esta villa las noticias de su presta venida, alborotose toda, i no sabiendocomo librarse la gente, vino en tropel alOto. i queriendo defender la puerta de la clausura la Mdre. Sor Maríadel Rosario que a la sayón era subpriora, i la havía abierto para entrar dentro algunas doncellitas, un hombre lepuso una carabina al pecho amenarandola de muerte sino les de4:aba entrar; i al fin no vastando fuerfas humanas a librarse de tal ímpetu, ¡>nes no solo por puertassino por paredes y' tejados enbravan en tropel, acudimosal coro i con fervorosas oraciones pedir a Dios el remedio en tan grave i urgente necesidad....»,
Número 4
"....el ruido de guerra era grande; tambores, las campanas arrebato, la trompeta a degollar, las valas nos pasaban por las celdas; con todo fuimos medio muertas alcoro a decir visperas....; no podíamos cerrar las ve!lta-nas i por el coro nos entravan el'humo i valas i veíamos
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el fuego; en la iglesia sentíamos el ruido de las espadasi los gritos i en especial de unos dragones que decían:¿donde están las monjas? que las tenemos de matar.Oyendo esto la Mdre. subpriora, dijo: llamen a la Madrepriora para que todas muramos juntas, la qual, estavaenferma i desde allí decía a VaCAS: Dios mío, guarda atus esposas, pues yo no las puedo guardar....»
Número5
<••••entraron algunos capitanes (en la iglesia) i con amenafas hicieron salir a los dragones. Había algunos sacerdotes los quales arrodillados delante del general i capitanes les rogaban que defendiesen a las religiosas atendiendo que eran esposas de Christo; lo cual hicieron poniéndose a. la puerta con espadas desembainadas....>
Los fragmentos siguientes, son tomados de los Apuntes de Lorenzo Nebot Climent, que a su vez los copia,según indicación del mismo, de un manuscrito de aquel~iglo que describe el hecho en cuestión, y de otras narraciones verbales trasmitidas de padres a hijos y recogidas por dicho señor.
¿El manuscrito indicado, sería acaso el Epitome histó-rico del P. Inza, que en la centuria pasada tué recogidoy entregado al Bibliotecario de Castell6n Sr. Balbas porel mismo Sr. Nebot Climent?
• I
Número 6
<.....se supo que los soldados habían dado muerte enSanta Quitaria a un hombre que por allí pasaba con un
al' de bueyes, solo porque dijo que era de Villarreal;.... c:
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Número 7
«.....Mo;en Tomas Cabrera, hijo de la villa, estaba ensu casa q~e hace esquina a, la plaza y calle Mayor..... ydesde la escalera mato treinta soldados a escopetasos;tres o cuatro amigos le cargaban las armas; dejó la entrada llena de muertos de tal manera que no se podíaentrar sino por encima de ellos. Los soldados dejar'onde atacar la casa y le pegaron fuego; pero se salvaronmosen Tomás y sus oompafieros.1>
Número 8
«....saquearon la iglesia May~r V sa~~ndo a 10R ll.ue enella se habían refugiado, mataron a dos de eli~s que fueron José Bellmuntc y José Espuig, salvándose los demá~
por la intervención del digno coronel Mahoni que sostuvo a los soldados y alcanzó del general el perdón delpueblo que llegó entre cuatrp y ,cinc? de la tarde y ce~ó la matanza.1\'
,Número 9'(JI'
«....al pasar el Conde de'la Rosa por delante de casaPalanques, una mujer de Onda que allí se había retirádo, le tiró desde una ventana una piedra d~ moler sal yro matÓ'.... y mqrieron muchos oficiales, pues los mas ti-raban a los delsombrer,o con plumajf(s.> . r
) .1 ,(, { le,................................................
Número 10, .~ t..-: .•••
En el «Libro de sepultur~s> de este A 9hivo P~r:P-
quial, que empieza el ~fio 1692 y termina el 1718, ,se ha-
i'IllIllIlIlIllIllIlIlIlIllIlIllI'"''''1II11111i1l1ll1ll1l1l1 1111111111111111111111::1111111 1II111111111111nlllllllIII1111I11111I11II1I11I11II111111I11I1111I1I111I11II1111I1I1I1I1@
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Lu tOl're de las campanas en donde se libl'aronde la furia del Conde de lu::; Tones algunos frailes carmelitas.
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lla una nota marginal en uno de los folios correspondientes al afio 1706, y dice así:
«Dimats a 12 de J anor fonch la desgrasia fatal de lal'esistensia deIs vehins desta vila de Vilareal a les trapes de Felip 5, governades per lo Conde de les '1'orresen lu qual batalla. moriren los que en lo llibre del Archiu están notats-Especialment moriren los Rt:ó. M.oJusep J'1anero, M.o Joan Tellols, M.o Jusep Alberola,M.o Jaume Porta, M." Tomás Jordá y el Dr. Jusep Lloréns pbres. y tots Rdts. desta Iglesia parroquial de Vilareal.>
Número 11
IDn el mismo libro se encuentran las anotaciones delas sepulturas correspondientes de los presbíteros citados. Por estar todas redactadas de idéntiúa manera, solamente trascribiremos la primera que corresponde alRdo. Manero y es como sigue:
«A 13 de J aner (1706) sotarraren aMen. J usep maneroresident de la present Iglesia per averlo mort lo enemigen la batalla que tingué esta vila contra el eyxersit deFelip 5, y exceptat el sotarrar se li ha fet tata la demés solemnitat acostumada que es sol fer a qualsequierultre resident de dita Iglesia ab ses vespres y misacantada de cos present.»
'l'ambién se halla en el mismo libro, la siguiente nota:«Juan Roldan morí en 12 de Janer 17Q6 de desgrasia,
ab testaIhent rebutpér Jaume Vives en '1 de Abril 1701;es deixa per be 20 lliures; Marmesora Ana María MOleSsa muller y Joseph MUllOS son gendre.»
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'Número 12
Relaci6n de los vecinos de Villarreal muertos por lastropas de Felipe V, en el asalto de la villa, el día 12 deEnero de 1706. Se hallan anotados en el libro «Aber;edaridels dijuns» del Archivo parroquial.
A 22 Basili Costa.23 Batiste NavHrro.
1 Anthoni Bosquet. 24 Blay Canós.2 Anthoni Ripollés. 25 Beat.riu Cab¡'era. (mujer).3 Aleixandre Usó, fadr! ara- 26 Batiste Canós.
gonés. 27 Blay Mart/.4 Anthoni Guitart. 28 Blay Ortells.5 Anthoni Nebot. 29 Mn. Batiste Parra, Pbro.6 Anthoni Peset.7 Anthoni Vilar. C8 Anthoni hañes, fadr!'9 Anna M.a Esearte (mujer). 30 Christofol Mateu.
10 Anna Gisbert (mujer). 31 Calixto Gombau, espardeñer.11 Andreu Navarro. 32 Christofol PeI'is, major.
B33 Christofol Adell, espardeñer.
12 Bertomeu Ferrando, apoteeari. D
13 Bertomeu Cabrera.14 Baltasar Cabrera. 34 Domingo SHfont, menesea!.
15 Blay Ripollés.16 Be¡'tomeu Franeh. E17 BalLasar Puigvert.18 Baltasar Gareia, fadri. 35 Emanuel Peres.19 Bertomeu Petit. ;36 Ermenegildo Bonet.20 Bapliste Inza, mayor. 37 Emanuel Monfort.21 Batiste Inza, menor. 38 Ellas Parra, fadr!'
1-
F
39 Felip 'Mundinll.40 Frangesch Climent.41 Felip Nostrort.42 Faanges del notari, major.43 Fl'anges Cabedo.4i: Franges Sanso45 Franfes Garcia, íadrí.40 Franfes Andreu, fad¡'í.47 Franfes GilClbert, majar.4.8 Franfes Gilabert, menor.49 Franfes Bertran.~O Franfes Ferrús.51 Franfes Ferrús, menor.f>~ Felip Cobedo.53 Franfes Ximeno, fadrí.54 Felip Coret.
G
55 Geroni Alberola.56 Gracia Chiva (mujer).57 Geroni Granel!.58 Geroni Masanet.59 Geroni Lloréns.60 Geroni Mesquita.61 Gaspal' Roca.6:l Geroni Espuig.63 Gel'oni Pitarch.
1
64 Ignaci Monsó.65 Isabet Ana Alfonso y de Mo
rel! (mujer).
59
J
66 Jaume Llop, fill de JusephLlop.
67 Juan Roldan.68 Jusep lvañez.69 J usep Aliaga.70 Jusep Miró, t;irujiá.71 Jusep Ferrando, noto72 Mn. Jusep Alberola, (Pbro.)73 Jusep Climent.74 Jusep, Cabrera, menor.75 Jusep Climent, menor.76 J usep Martínes.77 Jaíme Marco.78 Juan Belaire, menor.79 J usePJvañes, firuja.80 Dr. Jusep Lloréns (Pbro.)81 Jnsep Cabrera.82 Jusep Angel Bono, apotecari.83 Juan Gil, de Juan.84 Mn:J uJiep Manero lPbro.)85 Juan Lausach.86 Josep lnsa.87 Jaume Rey.88 Dr. Juan Monferrer.89 Josep Llisterri, sastre.90 J usep Pascua!.91 Jaume Vives.92 Juan Pujo!.93 Josep Pitarch.94 J usep Burgara, fadrí.95 Jusep Sans, fadrí.96 Jusep Monsó, fadrí.
•
97 Jusep Pascual': dit de Candia.98 J usap 1nsa, fadrí.99 ¡aume Taurá.100 Jusep Blasco, de Miguel.101 Jusep Rabasa, fuste¡'.102 Juan García, de Pau.103 Jaume Chiva.104 Mn. Jaume POI'ta, (J;lhro.)105 fusep Gisbert.106 Jusep Bellmunt. menol"107 Jusep Mars, menor.108 Josep Cabrera, de Jusep.109 J usep Eixea.110 Jm;ep Angel Castellvi.111 Juan Bte. Tl'ojual'l, fadrL112 Jusep Rada.113 Juan Bemat, ragioler.114 J IJsep Ondera.115 Juan Or,tells, majar.116 J usep Ortells.117 J.usep Balaguel'.118 Jaume Bel'trán.I19 Juan Alicart.120 Jaume Bosquet, de Monserrat..121 J usep Gargallo, fadrí.122 Juan Ayet.123 Jusep Gali.124 Juan Adriá.125 Juan Burgera.126 J usep Bosquet.127 Jusep Gal·ri.128 Jusep Gorris, major.129 Jusep Gords; menor.
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130 Jusep Martín.131 JUlln Bte. Vidal! I
132 Jusep Rovira, menol"133 Juan Molés./34 Juan Monfort.'135 J usep Cabedo. ./36 J usep Climent, de Miquel.137 J usep Sales, fadrí./38 J usep Ortis, fadrí.139 Jaume Bosquet./40 Jusep Roca, major.141 J ua n MO!1toliu, peraire.142 Jusep Roca, albarder.143 Juan BalJlguel'.144 Jusep Gil, fadr;.145 J usep Sebastiá, fadrí.146 Juan Mal'tines.147 Jusep García, major.148 Jaume Gal'cía,' "estudi8nt.149 Juan Dellá, fadrí.150 Juan Martines, teixidor.151 J usep Adell, espsl'deñer.152 Jusep Avella, de Miquel.153 Juan Miró, espardeñer.154 Jordi Bellmunt.155 Jusep Ivafíes.156 J usep Albel'ich, espardeñer.157 J usep Rochera, ferrer.158 J usep Fcrrer.159 Juser Galí.160 Juan Ble. Llaser, fadrí.161 Juan Deslre.162 J usep Ma¡'tí.
163 Jusep Esteller.104 Jusep Blasco, teixidot,.165 Jusep Bellmunt, de Juseph.
LL
166 Llorens Gil.167 Lluch Añó.168 Lluis Flors.169 Lluc Perales.170 Llorens Costa, fadrL
M
171 Miquel Bono.172 Miquel Solet'.1'13 Miqud lnsa, noto174 María Pitarch y de Benet
(muj er.)175 Miquel Blasco.176 Miquel AmeBa, major.177 Matheu Alacart.178 María BernaL y de Castellano
(mujer.)179 Miquel Pastor.180 Matheu BaIles ter, teixidor.181 Miquel Moreno, major.182 Miquel Prades.183 Monserrat Bosquet.184 Mariano Tellols.185 Miquel Collado, ferrer.186 Miquel Climent, fadrL187 Miquel Bonet, fadri.188 Miquel Llanes, nuofio.
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189 María Escarte (mujer.)190 Mateo Amorós.
-191 Miquel Palom·sr.192 Miquel Damiú,
N
193 Nadala Calbo. mul1er de JusepMartí.
P
194 Pascual Pelito195 Pedro Juan Jordá.196 Pascual Carda.197 Pascual Gil.198 Pere Juan Bellmunt.199 Pere Blasco, de Pere.200 Pere Ivañes.201 Pau Pascual, fadrí.202 Pere Juan Navarro.203 Pascual Ferreres.204 Pere AmeIla. de Pere.205 Pere Blasco, de Miquel.206 Pel'e Juan Campos.207 Pascual Nebot, major.208 Pascual Nebot, menor.209 Pascual Planes, fadri.210 Pere del Pral.211 Pascual Moofort.212 Pere Juan AIIdres.213 Pascual Sales.214 Pet'e fuan MaIlent.215 Pere Blanch.
216 Pascual Ortis'217.Pascual Tellols.218 Pascual Bellmunt.219 Pascual Chiva, fadri.220 Pascual Bellmunt, menor.221 Pascual Bonet, fadrí.222 Pascual Bonet, major. .223 Pere luan Miró, espardeñer.224 PaLriri Molina, ferrer:225 Pere Candau.226 Pascual Sifre.227 Pascual Bellmunt.228 Pere Isacil, sego.
s
229 Servando Melehor, espal'deñer.230 Sebastiá Cabedo.
T
231 ThimoteoNostrorL.232 Mn. ThomásJordá (Pbro).233 Thomás Granel!.
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234 Theresa Escarte (mujer).235 1'hel'e8a Lleonart (mujer)
v
236 Virent Cantayella.237 Viren ta Dualde ~. de la borda
(mujer).238 VicenL Espuig. .239 DI'. Vicent Gil, Batle.240 Vicent Carda.241 Vicent Bachero.242 Vicent RipoIles, major.243 Vicent AI·agon.244 Vicenl Fcrriols.245 Vicenl FeJ'reres.246 Vicent Codorniu, fadrL247 Vicent Cabedo, majol'.248 Vic~nt Navarro, fadrl.249 Vicent Rogiera, sega.250 Vicent Carda, major de lusep.251 Vicent Carda; menol'de Vicent.252-lusep MonloJiu, fndrL253-Pa¡;cual Chiva, major.
Número 13
Poderes a favor del Lido. Gerónimo Llorens, presbítero, otorg'ados por el Rdo. Clero de la parroquia deVillarrea.!, ante el notario José Sanz en el ano 1721 y tes··timoniados en 1731 por el escribano Jaime B-il, por motivo de la quema de los papeles y documentos, ocurrida
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el año 1706 en el día del asalto de Villarreal por las tropas borbónicas; di<:e así:
<Doy fee y verdadero testimonio a los señores que elpresente vieren; Yo J ayme Gil, Esno. público y Real detodos los Reynos de Espafia, domiciliado en esta villade Vmarreal, como regente las notas y protocolos delya difunto J oseph Sans, Esno. segun au1l8- dado por elsenyor Juan Costa Alcalde ordinario de dicha villa alos ocho días del mes de Abril del afio pasado de milsietecientos veinte y quatro; que con Escritura quepassó ante dicho Sans a los veinte y nueve días del mesde Diciembre de mil sietecientos veinte y uno años elRdo. Clero y Pbros. residentes de la parroquial Iglesiade esta presente villa diel10n poder cumplido qual de,drecho se requiere al dicho Geronymo Lorens, Pbro.otro de los residentes de dicha Parroquial; para que endicho nombre reciba y cobre qualesquier cantidad dedinero y otras cosas devidas a dicho clero, y que enadelante se devieren por qualesquier título, causa o razon y de lo cobrado firmal cartas de pago, fin y quitosy lastos, y no siendo la paga ante lDsno. que de ella defee, lo confiese y renuncie la exepción de la non numerata pecunia, entrega e prueva, parecer en juicio, y hacer pec1imientos, requirimientos, protestaciones, execuciones y lo demás que convenga para la cobranza; yentre otros podéres para todos los pleytos y causas movidas y por mover, demandando y defendiendo, citando yemplazando, poner exepciones y defensiones, ganar provissiones, impedir las que en contrario se ganaren, presentar escrituras, y provanQas y hazer todo lo demas conducente hasta feneQerles y acabarles segun mas larga-
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mente es de ver en dicha Qitada esra. de poner la quequeda extendida en la forma del drecho a que me remito, y para que de ello conste donde convenga doy el presente a pedimento del referido Lido. Gerónimo Lorens,Pbro. en nombre de su parte en esta dioha villa a lostreze días del mes de Agosto de mil setecientos veintey seis anos, scrito ae mano agena que signo, firmo y ru-brioo. }),En tostimoni7 r.. verdad,
a1
Jayme Gil, 8e1·O. [~O-- 1:
Número 14
Exposición del sumario que el Licdo. Gerónimo Lloréns presenta al Sr. Alcalde.
«El Licdo. Ger6nimo Lloréns, Pbro. en nombre elelclero y ·Pbros. residentes de la Iglesia parroquial de esta villa de Villarreal consta de mi poder por el testimonio que en la devida forma presento e juro, ante V. md.paresco y del mexor modo que de derecho proceda y a
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mi parte sea mcís favorable digo; que a mi parte conviene el verificar y hacer constar de los hechos siguientes;Primeramente, ser verdad que en el afio pasado 1706 alos 12 días del mes de Enero se experimentó en la presente villa de Villarreal un univel'sal incendio causadopor el bélico rigor, por cuyo incendio se quemaron yperdieron todos los procesos y demás papeles que Se hallavan custoc'liados y archivados en la curia ea corte dela JustiQia de la predicha villa por haver sido quemadadicha corte; Otro si, ser verdad que en el citado tiempose qnemaron y perdieron las Natas y Protocolos autori2ctdos y l(~galizados por los ya difuntos J oseph Sans elnaVQr Y menor, esnos. y por Diego Porta Esno.; pues
lOR Protocolos de este pasavan en poder de dichos Sansy la casa de estos fué destruyda y quemacla; Otro :;;i, serverdad que las Natas y Prothocolos autorizados por Evaristo Ferrando, J oseph Oonches, Miguel lnsa, Oosme Palanques, Emerégildo Bonet y Jayme Belayre, Escribanos, se perdieron y destruyeron en la memorada universal quema; Otro si, ser verdad que las Natas y Protho- colas aulJorizados por J oseph Ferrando, T,homás Sart yJulian Ferrando, Esnos. pasavan en poder del prenarrado J oseph Ferrando, Esno., y la casa de este fué destruida y abrasada en la recitada universal quema; Otrosí, ser tanta verdad haverse destruydo, quemado y perdido las Notas y Prothocolos de los susodichos Escnos.que los que han querido valerse de los instrumentos deque aquellos fueron rogados, ea, por ellos legalizadoshasta el supra calendariado tiempo de 1706 años no hanpodido conseguir traslados de los speciflcados instrumentos, por razón de haver estos perecido quemadose
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y destruydo en el referido asedio: lo que 'es bien públicoy notorio en esta villa; 'Y como el medio más proPQrcionado para la v'erificación y demostración de los antedichos hechos SRa por ahora el sumario informativo detestigos que ofrezco in continenti, Por lo tanto; A
. V. md. pido y suplico se sirva a~mitirme un sumarioinformativo de testigos que ofrezco in continenti al tenor de los hechos en este mi pedimiento contenidos yconstando de estos en la parte que bitste se sirva declarar ser verdad haverse quemado, destruydo y perdidolas Natas y Prothocolos insinuados en los hechos relacionados; mandando igualmente se ,me entregno un traslado, ea, copia auténtica y fee faciente que así procedede just{cia qne pido, el oficio imploro, juro en lo necesario y para ello, ett.a-Dr. Manuel Lloréns.-M.o Geró-nim~o Lloréns, Pbro.» .
«Por presentada, y ésta parte dé la información queofrece y fecho autos: Lo proveyó y mandó el senor Dr.Pedro Oirisuelo, Alcalde. ordinario y primero de est~
villa de Villarreal y en ella a los seis días del mes ele.Abril de mil setecientos treinta y uno anos. Y lo firmó.Doy fee-Dr. Pedro Oirisuelo-Ante mi Joseph Ar·quimbau.:t
Sigue la parte testimqnial del expediente o sumario.Solo copiamos aquí, la declaración: dé uno de los tes
tigos por ser casi idéntica a la de los de~ás.
Testigo, «En dicha villa, dichos día mesfvaristo Ferrandq. e afio el n;tenúionado Ldp. Geróni-
mo Lloréns, en el supracitado nombre para la informa-
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ci6n de testigos tiene ofrecida, presentó por testigo ante S. md. dicho senyor Dr. Pedro Oirisuelo, Alcalde ordinario y primero en ella, a Evaristo Ferrando Escno.vecino de la mesma; de quien S. md. por ante mi elEscno. (que de ello doy fee) recibo juramento, que lohizo a Dios nuestro Senor y a una seflal de cruz en forma, de Drecho; en virtud del qual ofreQi6 dezir verdaden lo que se le preguntase; y siendo preguntado por elpedimento que antecede y su thenor, sobre la primeradixo: que es verdad que en la quema universal que padec;.ió y experimentó esta dicha villa de Villarreal S3
quem6 la curia eo corte de la J ustiQia ordinaria y todoslos procesos y demás papeles que en ella havía custodi<los y archivados; lo que sabe por haverse hallado en esta villa al tiempo y quando sucedió dicha universal quema haver'sido siempre vecino y morador de aquella yhaver visto quemada dicha corte y todo lo que en ellahavía; y responde, Sobre la segunda pregunta dixo:que es verdad que en el fitado tiempo de la j eferid2.quema se perdieron y quemaron las Notas y Prothocolos de los ya dijuntos Joseph Sans mayor, .foseph Sansmenor y Diego Porta, Escnos,; y que existian y paravantodas juntas custodidas y archivadas en la casa de lossobredichos J oseph Sans mayor y menor; lo que sabe porhaver visto quemada la referida casa, y allende en ateneión de ser Esno. havérsele ofrecido buscar algunasEscras. legalizadas por: dichos Esnos. sabiendo que estas paravan en dicha casa por haverlas visto muchas veces y haver venido a su poder algunos traslados de aquellas antes de la citada quema; Y que después de esta, niel testigo ni otras diversas p,ersonas que de aquellas ne-
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sesitavan por razón de la mencionada quema los han podido conseguir; y responde: Sobre la tercera pregunta,dixo: ser así mismo verdad que las Notas y Prothocolos legalizados por los difuntos J oseph Conches, Miguellnsa y Cosme Palanques, Esnos, Y, las ele el testigo,igualmente fueron quemadas en dicho asedio y universal quema, en las casas respective de dichos EJscnos. yque estas fueron también quemaelas; Y en quanto a lasNotas de lDmeregildo Benet y J ayme Belayre, Escnos.también difuntos expresados en la mosma pregunta afirmó y declaró por evidente y cierto haver perdido y destruyedose por los soluados del Rey nuestro senor (queDios guarde) en dicha fatal uesgra¡:ia, exceptuando algunos fracmentos de poca entida:l del dicho Benet querecojió Juan Borillo de Pascual, pariente del dichoEscno.; todo lo qual sabe el testigo en fuerza de haverse quemado su casa, y haver visto quemadas las arribamen<;ionadas en donde paravan respective las memoradas de sus Natas, y respecto a las notas sobredichas deBenet y Belayre sabe haverse perdido y destruydo porhaverlo oyc1o decir a muchas personas y ser publica vozy fama 'en esta villa y rcsponde,-Sobre la quarta rregunta dixo: ser del mismo modo cierto y evidente quelas Natas y Prothocolos de los también difuntos J osephFerrando su padre, Julián Ferrando su abuelo y Thomás Sart Escnos. fueron quemadas todas juntas en casade este testigo, en el predicho tiempo, juntamente condicha casa; lo qual sabe en atención de existir todasaquellas custodidas y archivadas como 'arriba lleva dicho en la expresaela su casa, vivir en ella al tiempo citado en companía del referido su padre y estar a cargo
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de estos el regimen de las Natas y Prothocolos de losmencionados Julián Ferrando y Tomás Sart, Escnos.; yresponde-Sobre la quinta dixo: Ser tanta verdad haverse perdido, destruydo y quemadose las especificadasNotas y prothocolos de J oseph Sans mayor y menor yDiego Porta, Escnos., de J oseph Conches, Miguel lnsa,Cosme Palanques, Ermeregildo Benet, Jayme Belayre,Joseph Ferrando, 'rhomás Sad, Julián Ferrando, Esnos.y las de el testigo de que estos fueron rogados eo porellos legalizadas hasta el supra calendariado tiempo demil settos. y seis afias que los que han querido valerseasí en juicio como fuera de él de dichos instrumentosen fuerza de dicha razón no han podido cons~guir sustraslados; lo qual sabe dicho testigo por haversele ofrecido algunos traslados de aquello.> y por dicho efectono lo ha podido conseguir como igualmente por haveroydo decir a diversas personas no podían justificar muchos censos tenían a su favor otorgados por la mismarazón; y por ser todo lo referido público y notorio enesta villa y demás circunsvecinas y pública voz y fama.y haviéndosele leydo esta su declaración a ella se afirmó y ratificó y dixo ser edad de cinquenta y nueve anospoco mas o menos. y lo firmó juntamente con su md. dicho señor Alcalde-Doy fee-Dr. Pedro Cirisuelo-Evaristo Ferrando, Escno.-Ante mi Joseph Arquimbau.»
Número 15
Auto del Alcalde al final del sumario o expediente.«En la villa de Villarreal a los cinco días del mes de
Mayo de mil setecientos treinta y uno años; su md. elSr. D. Pedro Cirisuelo, Alcalde ordinario y primero en
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ella, habiendo visto estos autos, y lo resultante de lasdeclaraciones de los testigos en ellos, ~roducidós porparte del Licdo. Gerónimo Lloréns, Pbro. como poderhaviente del Rdo. O1er'o ae la predicha villa, Dixo: Quedevia de declarar y declarava que los procesos y demáspapeles que se hallavan custodiados y arehivados en lacuria eo corte de la Justicia de esta villa se quemarony perdieron en el universal incendio que en ella se experimentó en el afio pasado de "mil setecientos y seis alos doce días del mes de Enero e igualmente devía declarar y declarava que en el memorado tiempo se destruyeron, quemaron y perdieron las notas y Prothocolos de las Escras. de que fueron. rogados Joseph Sansma.r y me'!", Diego Porta, J oseph Conches, Miguel lnsa,Cosme Palanques, Emeregildo Banet, J ayme BelaYl'e,Joseph Ferrando; Thomás Sar~, Julián Ferrando, y Evaristo Ferrando, Esnos. y por estos fueron autorizadas ylegalizadas; en cuya seguida devia de mandar y mandava se libre uno o IDas traslados auténticos y fee facientes al relacionado Licdo. Gerónimo Lloréns en el precitado nombre para los efectos que en drecho lugar haya,pagando los justos y devidos drechos interponiendo atodo su drecho y autoridad judicial quanto en drechose pueda considerar necessario; y lo firmó-Doy feeDr. Pedro Cirisuelo-Ante mi Joseph Arquimbau.:&
) . (
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Número '16
De las crónicas escritas por Sor Teresa de Jesús Agramunt en el libro «Origen -del Convento y sUQesos memorables» de las religiosas dominicas de Villarreal, soulosfragmentos siguientes:
c .... así pasamos la noche; i poco después que fué dedía era tanto el humo que venía del incendio de la vi~
lla que parecía querernos aogar; con esto, se levantóuna grita de las mujeres diciendo q. habian sin duda,dado fuego a aquella iglesia y asi todas nos quemariamos i unos gritos diciendo ¡que se abrasan! ¡que se queman! i como veiamos el humo tan grande, i a esto se anadió dar golpes en el cimborio como que ivan derribando, fué susto excesivo. Don Melchor no se apartava den.o lado, nos animava mucho diciendo i afirmando queera mentira; nos subió' al coro por consolarnos encarg¡í.ndose cada capitan de cuidar de dos o tres Religiosas; pero ni allí gesó la ocasión del susto, lo qual visto por dichas personas, nos sacaron de lar iglesia i nos llevaron aun pajar; estava todo lleno de caballos i gente soldadesca; entramos en él y tantas mujeres con nosotras quenos vimos en nnebos i mayores sustos, porque del fuego de la villa venían llegando ya muy aprisa las olas idecian algunos que nos abian metido alli para quema,rnos.»
Número 11
c .... el general dixo a los principales: ¿quieren llevarpor caridad a estas Religiosas? Respondieron que obedecerían con gran gusto, ofreciendose con el alma i lavida a sernos guardas vigilantes; y así poniendose algunos unos lienzos en sus manos, nos fueron ~ubiendo,congran veneración en sus caballos.»
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Número 18
«.... llegamos a nules con este acompanamiento i el deotras sefloras de villa-Real, i de un santo Religios~ carmelita que es buen testigo de lo que aquí digo por noavernos perdido de vista, llamado el p.e fray Jaime Cruanesj-apeamos en casa Jaime Tomeu el qual nos hicsogran caridad i regaló lo que pudo en tanta confusiónque no higo poco dia i medio que alli estuvimos.>
Número 19
«llegamos a la iglesia del Niúo Perdido de Gaudieldonde nos salieron a recibir cantando el Ave man's stellai asi nos llevaron a la capilla de la soberana princesa,donde cantaron sus gozos i salve.... i concluido esto, entonaron el Te Deum laudamus, con él llegamos al convto.de las madres carmelitas descalgas donde nos recibieroncon los brazos abiertos explicando mas con lágrimasque con palabras su afecto."
Número 120
«estuvimos allí desde 20 de enero del ano 1706 hastasinco de setiembre del mesmo, i en estos siete meses ymedio no ubo entre las dos comunidades contienda alguna, sino una paz de angeles.:!>
. .... . .
Llegaron con atencióndel Oorpus Ohristi a las puertas,caballeros de nacionde aquellas tropas guión,las quales fueron abiertas.
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Número 21
La siguiente poesía, compuesta pOJ.' SOl' Teresa de JeSltti Agramunt, l'eligiosa dominica J' cronista do su convonto de Villarreal, por ser tan larga, nos abstenemosde trasladarla aquí toda entera, y solamente copiamoslo más esencial de ella.
«Romance de la salida de lasReligiosas, escrito por una de lasmesmas por obediencia de suprelado a pocos dias despues dellegadas a Oaudiel, en febrero elmio 1706.
Pues que la piedad- divinase ha servido darnos puertodespués de tanta tormenta,hacer mi deseo intentade la verdad manifiesto.
Ya sabe todo vivientei lo ensena la experienciaque abrasado en llama ardientede guerra está al preseníetodo el reino de Valencia.
En cuya estancia floridasituada está Villa Realla qual quedó consumidai a pavesa reducidacon fuego y sangre fatal.
Mucho nos consoló el vera los nobles capitanescnerpo de guardia ponerpor nuestro honor defenderi evadir riesgos i males.
Vino orden que al momentolas Religiosas salieseni dejaran su conventollevandose al Sacramentoi que en salvo le pusiesen.
Obedientes las palomasqual del arca de Noésalen, i entre tantas sombrasde tan belicosas hondasno hallan do poner el pié.
Llevaron nos al carmeloi tanta gente seguiaque de ahogarnos el recelofué grande; mas el anhelode algunos nos defendía.
Bn el tras sagrario juntasi el pan de vida patentepasamos medio difuntasla noche hasta que juntasdjó el alba resplandeciente.
Allí el oficio re<.<andoallí lágrimas 'vf'rtiendoallí a nuestro Dios clamandose fué la noche pasandoy el corazon consumiendo.
V nas piadosas m u.i eresjamas dejarnos del ladoquisieron, pnes sus congojastemplaban con lfts esposasdel Dios pan sacramentado.
Toda la noche velandoun cuerpo de guardia estuvonuestros honores celandonuestra quietud proCUl'and0¿tal caridad do la hubo?
Como sin comer pasamoscosa alguna todo el día,la necesidad mostramos;i luego al punto encontramoscompasión i bicarria.
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Pan de monición nos diódon Melchor de Portugalmelón e higos nos partióque con otro no se hallósu compasión mas cordi.al.
De los incendios el humohasta nosotras lleg'óeste fué otro aprieto sumopues el no ahogarnos presumoque Dios se lo impidió.
Los clamores y alaridosde la gente que sin tasa
Iconturbados i aturdidosclamaban entre suspiros .¡que se queman! ¡que se ablasan!
Don Melchor no se apartabajamas de las religiosasgrande ánimo nos dabadiciendo que no era na,dani temiesemos tal cosa.
Por librarnos de este sustoi querernos consolarlos capitanes con gustoi con el reeado justonos llevaron a un pajar.
y como el fuego a porfiaen llamas ya se llegabanuestro coracon temiasi es que en la paja prendiai si ya nos abrasaba.
Mucho nos llegó asustareste lance pues no habíapor Jo poder escaparporque se vino a llenarele gente que no cabia.
Tanto el susto nos trocóque quien el rostro nos viapor él no nos conociópues tan pálido quedóque nadie nos conocia.
Viendonos tan desmayadaslos dragones, con valorcon instancias porfiadascon vino fuimos brindadaspor volvernos en color.
Llama el clarin a partidai lo mas noble al instantea llevarnos se convidai con el alma i la vidasernas guardia vigilante.
OOD. gran recato y modest,iaen sus caballos nos montanmiran nuestra' convenien~ai con tan noble asistenciahasta Nules nos trasportan.
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T '~s milicias se partierondespues que recomendadasal cura i villa nos dieronlos que con fineza hicierondemostraciones extranas.
Antes qne el dia amanecililranos hubimos de partira pié por los verdes campos,entre pantanos y lodosuna legua caminamos.
Vn buen hombre que nos viólleno de espanto i asombro,de bofetadas se dióa los Valles se volviótales palabras diciendo:
Hombres, si cristianos soisi caridad os anima,luel2;o al momento saJidpues vienfm a pié perdidas,de Dios las prendas queridas.
Todos con gran caridadluego a porfia ofrecieronsus personas y jumentosen gran cantidad salieroni al momento nos subieron.
Luego, así como en la iglesiata comunidad entrólos sacerdotes llorabani la misa que cantabancon lágrimas se acabó.
Allí con lágrimas tiernasnacidas del coraQónpedían todos pordóni de Rosarios Maríatuvo muchos este día
Poco descanso tuvimosmuy poco en aquella nocheporque el susto era continuoi con el favor divinopartimos para Segorbe.
De aquella ilustre ciudadeclesiasticos, seglares,nobles ricos, chicos, grandes,i cuantos en ella habíaa recibirnos salian.
Allí el ilustre cabildovino luego a desmontarnosdignidades nos llevaron
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sin dejar a otros tocarnoshasta al obispo entregarnos.
El qual esperando estahade San Martín en el patio;con amor nos recibiai caridad compasiva,a todas nos iba entrando.
Aqueste es un santuariode las hijas de Agustinode mucha virtud dechadoi con singular agradoallí nos han recibido.
Con tan grande caridad,dimos sneño a la fatigai así en la casa dichosade Agustino nuestro abuelovenimos a hallar consuelo..
La ciudad con gran ternuracon buenos oj os mirabani con lástima llorabani a porfia presentabancada quallo que podia.
Vn 00nvite en su palacionos diá el senor Obispoi con paternal amorcon su hermana y sobrinosnos asistió por sí mismo.
Allí en palacio al montarfué el concurso tan crecidode ¡:;ente, que en nuestra vidacosa semejante vimosy gran verguenrra sentimos.
Antes ele entrar en Caudielcampanas todas tocabanel1 procesión nos llevabani en alabanQa de DiosTe Deum laudamos cantaban.
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Las madres nos recibieroncon extrema caridaddul¡;ura e benignidadporque en lazo de amor tiernoson todas un puro incendio.
Lo que he visto i he pasadohe contado en esta historiaa gloria sea de Diosi pues estoy en Caudiel,quiero descansar ahora.
LAUS DEO
-O'
Obras publicadas del mismo autor«Historia de Villarreal». Un volumen en 4.° de 562 pá
ginas ilustada con multitud de fotograbados intercalados e~ el texto y láminas sueltas.
«La paz de la iglesia y la milagrosa imagen de CristoCrucificado venerada en Villaneal». Folleto en 4.° de26 p¡íginas, ilustrado con fotograbados intercalados enel texto.
«Los IDLlsicos de la provincia de CastG1l6n~. Un volumen en 8,0 de 175 páginas.
«Apuntes históricoS:t. Publicados en varias Revistas.«Galería de personajes ilustres que han visitado el se
pulcro de San Pascual desde Felipe lIT hasta los tiempos presentes.~
«Reglas pedagógicas para el canto de los nifios~. Trabajo premiado en los Juegos Florales celebrados en Elche el afio 1920.
En prensa«Part que prengué Villarreal en la guerra contra lIs
moros rebels de la serra d' Espadá». TrabajQ premiadoen los Juegos Florales celebrados en Valencia por laculta Sociedad LO RAT PENAT el afio 1922.
Preparadas para su publicaci~n
cEfemérides de Villarreah. Trabajo premiado en losJuegos Florales celebrados en Castellón el año 1920.
«Catálog'o razonado del Archivo municipal de Villarreab, id. id.
cLas Alquerías del Nifio Perdido>, id. id.«Paz, trabajo, economía y progreso~. Id. id. en Sueca.
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