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VjV SEMANARIO LIBERAL.
AÑO 1. LOS ANGELES, CAL., OCTUBRE 28 DE> 1907. 1 JVtfV. M>
PAGINAS NEGRAS. } l aflo de 1876, el General
Porrino Díaz decidió rebelarse y se rebtdó oontra el Presidente en aquella época, Lio. Sebastian Lerdo de Tejada. El Presidente Lerdo pretendía reelegirse violando la Constitución que or-ái naba que solamente cuatro ai <j podía permanecer en el Gobierno un Presidente. Porfirio» Día' triunfó' y pasó á ocupar el pues o que había quedado vaoío por la caída de Lerdo de Teja-da. Fue Presidente cuatro años, hasta 1880 en que, por medio de una combinaoión política, pasó el Poder a manoa^ del General Manuel González, quien quedó compróme ,<lo á volver á entre» garlo á Porfirio Díaz, por supuesto, haciendo la farsa de las elecione». Así sucedió, y desde Diciembre de 1884 se encuentra dicho militar en la Primera Ma-¿ioUatura d« la 1''^ ública Me-xioana.
* * * Porfirio D i a z no ha tenido
más que una preocupación: no perder el puesto que usurpó por medio de la violencia. Naturalmente, tenía que atropellar las leyes para salir avante en su capricho y las ha atropellado á su sabor.
Permitir la soberanía de los Estados de la Fe*1 oración, hubiera sido tanto como decretar el fin de su rornado, pues siendo los Gob ¿nadores de loa Estados millonarios electos por los ciu-<* adanos, no estaban obligados á obedecer ordene» ó atender indicaciones del Presidente, Era, pues, necesario que'los Gobernadores no debieran el oargo 6 los «lectores, sino • á ól, á Porfirio Díaz, para que, como hechuras suyas, lo obedecieran. De ese modo quedó reducido a cero el voto popular. No se empleó ni siquiera el fraude p a r a sacar victoriosas las candidaturas oficiales: el Dictador recurrió lisa y ñañamente á la fuerza. Disolvió por medio de esbirros los Clubs Políticos, llevó á la cárcel B los propagandistas de las candidaturas independientes, puso soldados en las casillas electorales. Ante tal lujo de fuerza, los ciudadanos se abstuvieron de votar; pe- > hubo muchos que, sintiendo vergüenza, protestaron. Esos eron á habitar los calabozos de os presidios, sien
do apaleados ó más enérgicos
asesinados los
Así logró Porfirio Díaz imponer Gobernadores á los llamados Estados Libres y Soberanos de la República Mexicana y pudo hollarlos á su antojo.
Los Diputados al Congreso de la Unión seguían constituyendo un peligro para lo» deseos absolutistas del Czar de México. Era necesario, también, que los ciudadanos no los eligiesen, y para conseguirlo, se s i g u i ó el mismo sistema que se puso en práctioa para impedir la eleeión de Gobernadores. Lo mismo se hiso para que los jueces, los Magistrados, lo» Alcaldes y Regidores de los Municipios no debieran sus puestos al voto popular, sino al favor de Porfirio Díaa, para «"te á óste obedecieran y ** conocieran como amo.
, El Poder Legislativo y el Poder Judicial quedaron de hecho dependiendo del ' Poder Ejecutivo. La centralización h a b í a
uedado <hecha, y Porfirio Díaz podía reinar como soberano absoluto.
# * *
Pero si Porfirio Díaz se había hecho dueflo de la máquina gu bernamental, en las conciencias alentaban ideas de independencia y de rebeldía que se sentían ofendidas por la imposición bru? tal del moderno Nerón, Era necesario castrar las conciencias, mutilarlas, aniquilarlas. Mientras hubiese hombres de carácter, la autocracia porfirista no podría tener una larga existencia y siempre estaría envuelta en conflictos políticos y sociales, que harían imposible esa quietud á que aspiran todos los déspotas y que constituye la base en que descansan los más sombríos despotismos.
Los periódicos independientes levantaron la voz para protestar contra la centralización que había llevado á cabo Días. Grupos de ciudadanos se constituyeron en clubs enemigos de la autocracia en toda la extensión del país y aún se hicieron esfuerzos para ejercitar el derecho electoral. Se había formado al rededor del Gobierno una atmósfera de hostilidad que amenazaba la perpetuidad que para el despotismo soñó Díaz, y entonces óste se dedicó á matar, á asesinar sin reparo y sin líimte.
Las primeras víctimas fueren unos ciudadanos que habían formado un club enemigo del despotismo en el Puerto de Vera-
Craz. El olub era secreto, porque de otro modo no hubiera podido existir, y su propósito era propagar entre los ciudadanos ideas de libertad y,de justicia, preparándolos para un movimiento contra la opresión. Alguien denunoió la existencia del elub al Jefe de las Armas del Puerto de Veracruz, General Luis Mier y Terán, y éste, perro fiel de Porfirio Díaz, le envió telegrama en cifra noticiándole el hallazgo. Porfirio Días, también en cifra y p o r telégrafo, contestó lacónicamente de este modot "Mátales e n caliente,*' frase que reouerdan horrorizados todos lo» habitantes de la infortunada República Mexicana. Luis Mier y Terán se apresuró á cumplimentarla orden. La noche del 24 al 25 de Junio de 1879, cuando los habitantes del Puerto ee entregaban al / ./joaneo, Luis Mier y Terán y sus esbirros l l a m a b a n i ' * »•»••«'•*«g é& las casas de los prosélitos, que tam
Pasa á la tercera plana
CONTR/ÜÍ AÍAVISNIO.
Hay pueblos que á pesar del transcurso de los tiempos y de la transformación de varias generaciones, siempre llevan consigo las malas columbres y vicios de sus antepasa los, siendo fiel espejo dejia antigüedad y conservando todos los»i-sabios y t r a d i c i o nes que como logado les dejaron sus predecesores.
En Méxicr, por ejemplo, si lee-mos la histo ia que precede al descubrimiento de Colon y á la invasión de J>rnán Cortés, veremos en ellas la adaptación de unas costum'bfeS importadas de España, que «ion el reflejo del más obscuro fauitismo religioso, del despotismo gubernamental y la ignorancia completa de todo ua pueblo que s<? lanzaba en busca de conquistas al Nuevo Mundo oon el afán de enriquecerse y volverse después á su patria con el orgullo de vencedor y repleto d» t i i s «i.
Inútil menmoar los infinitos bión dormían sin sospechar q u e l
o r í m e B e s quf iJestos "conquista-la muerte estaba cerca de ellos.' De sus lechos, de los brazos de sus esposas sobrecogidas de espanto, sin parar mientes en las lágrimas de las mujeres y de los pequeñuelos que habían despertado sobresaltados por lo inusitado del acto, por la brutalidad de los sicarios, fueron arrastrados á las calles desiertas, semi-desnudos y tiritando de frío, los ciudadanos cuyos nombres constaban en el índice de la tiranía. Así, sin permitir siquiera que se pusieran sue vestidos, que cubriesen sus carnes, fueron llevados los mártires al Cuartel donde en un patio alumbrado apenas por un farol de luz amari-líenla, se les hizo formar en línea mientras u n a soldadesca ebria cargaba sus armas. Luw Mier y Terán dio la orden de hacer fuego. Algunos hombres cayeron mortalmente heridos; otros quedaron todavía en pié; otros más, sobrecogidos de terror corrían por el patio tratan» do de saltar las tapias. Manos crispadas arañaban ías paredes pretendiendo escalarlas. L o s soldados hicieron nuevas descargas, y aquellos hombres caían unos sobre otros maldiciendo ó suplicando, pidiendo meroed ó blasfemando. La puerta que daba á la calle se abría de tiempo en tiempo y entraban nuevas víctimas, desnudas casi, caminando á golpes y maldiciones como no se hace marchar á las
dores" cometieron contra la raza indígena quk se rebelaba contra sus opresora;, 'haciendo tan solo notar que el ,rutal despotismo oon que los moldados españoles trataban á b t indios ha ido trasmitiéndose i través de los siglos, como la faU«( educación religiosa que los misi <iWos inculcaban á los hijos delpi ísha continuado hasta nuestjus|días, así como el desbarajusto, al abuso, el robo y el escándaV dé los antiguos ad-. ministrados 8 )úblicos se han sucedido hastt u época presente resultando qn a dejar de dominar en México toe Wa^oles , si bien es verdad q «» Jel país, se libertó de la tiranf i d| los funcionarios
públicos de 15 dejó de ser ÍS ejemplos ú do s e m b i México, ui que forzesb pésimoH frii dándose el }
jaña, no por eso avo/de los m^los
>.| ¿r e*>tvis, dejau-' o , al abandonar amilla venenosa nte había de dar • más tarde, que-blo independien
te, pero oort W herencia de una mala oultu^, ¿ una funesta administración yj« crasa ignorancia en el seno * I pueblo.
¿ Qué suct di después ? Que los hombr A <. nial vivir, los holgazanes y *»« ambiciosos, imitaron á los talos gobernantes español s, píen pronto los mismos myxújios, inoculados oon el viruw p/zoñoso que dejaron los d madores, empezaron á despílfií ar el tesoro público, á char.chlíear con la política y despen* al pueblo que
lo£ mantiene, tiranizándolo y sujetándolo á uua inicua explotación á más de tenerlo sumido en la más negra ignorancia, dándole religión en vez de instrucción y balazos en vez de pan ó buen gobierno.
Y este atavismo religioso, po-lítico y social lo tenemos todavía bien marcado en el pueblo mexicano. Ha bastado la entronización de un bandido p a r a que la relajación administrativa de antaño haya vuelto á enseñorearse y amenace destruirlo todo; pero afortunadamente, los liberales, que estamos ya libres de viejas preocupaciones, costumbres arcaicas y perniciosas, vamos abriendo paso á paso la verdadera civilización á la cultura humana y, oual Argos vigilante, al acabar con el presente despotismo, procuraremos la reg e n o r a c i ó n d e la raza, e l e v a n d o á ¡ j u s t i o i a y la razón y haciendo que siera-< r<» fe« xss tM n lo<; 'lüiaUío i a«t pueblo.
Y con la muerU leí atavismo desaparecerán todos los parásitos gubernamentales actuales, realizándose la evoluoión en los cerebros y la revoluoión con los elementos de destrucción que la ciencia nos facilita como medios d e combate, transformándose México, de país pobre é ignorante, en Nación rica y culta, probando que las nuevas ideas habrán dado flus frutos, quedando tan solo como recuerdo en la historia, los crímenes y crueldades del bandido D í a z , que el pueblo habrá premiado cortándole la cabeza.
ESí'ARTACO, UJ1-U.UUL m,1 !,',«
"LOS BRIBONES" P o r ol l . Ic . JLi. 4»)•• ¿terreas «lo l . a r n
NOVELA SENSACIONAL.
Desoribe en estilo cáusti< o los vicios de la burguesía y la corrupción del gobierno porfirista.
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Editor y Propietario: MODESTO DÍAZ.
LA REVOLUCIÓN SE ACERCA.
Cada día que pasa es un día menos que. le queda de vida al despotismo que allende el Bravo se bambolea c« ,uo i.m ebrio que esté, próximo á caer,. • Mientras 11 r¿ v del pueblo «©'Jfobusfcsce con nuevos y valiosos elementos, la causa do lat ' ranía se debilita, vacila, camina penosa *y tarda mente, cayendo aquí, levantando olla, encorvada bajo el peso de sus crímenes, agobiada por los remordimientos, teniendo conciencia de su próximo fin, como el culpable que al subir las gra-' das del patíbulo sabe que dá los últimos pasos do su vida,
Por todas partes de la República; se aprestan Ion hombres do corazón á emprender la lucha, á hacer el supremo esfuerzo de los pueblos, oprimidos', a verificar el tremendo duelo que ha de dar lo. victoria ó los que hasta hoy han eufrido hambre de pan y de justicia. En la obsoura masa de los qno sufren, algo se agita conmovedor y grande; es el sentimiento de la dignidad que sale del sueño en que las preocu» paciones hábilmente sembradas por los de arriba lo habían »u~-
' mido, y que, al despertar rompe la, calma del ambiente como el bostezo de un león en medio de la selva.
¡Cuánto la despreciaba el pueblo» y i ahora, cuánto se le teme! Se nos despreciaba por nuestros andrajos» se hacía mofa de nuestra miseria, sin recordar los que oprimen que todo lo que de grande y de bello ostenta U mo-
^dérna cultura ee^obra de la mate incolora, de loa harapientos d« todos los siglos, de la gleba sórdida, vestimenta» que en los mementos solemnes de la vida de los pueblos, »abe convertí* los harapoi en símbolos de rebeldía y de protesta.
La calina y& NAi(í*ym.perBo; el vaho d<t «eputWo ira '/adía los ám» hito» de la nación dtñiftída sobre cuyo, cuerpo enflaquecido »e disputaban las últinias jdltrafas los buitre» de la Iglesia, del'Gobierno y del Dinero, va 4dquiriendo calor y vida; el a l ieno revolucionario caldea el ambiente presagiando la vida, CGÍBQ los primeros soplos del vjenló del Sur a~ jjunciaa la l leuda ' *J« la prima-; yera. v Jüs el d^s-piá^r do lm legiones del hambré^que levantan la cabeza lívida corno una a«u» ción formidable eofrtra los satisfechos y rapaces; de la inmensa masa obscura se destaca iuexo-' rabie ún índice mostrando los vientres hinchado^ ele los poeos que viven del dolor,j que se nu-tren de la sangre, que medran con las lágrimas! dé todo un pueblo que trabaja eih (sentir otra caricia que la del "látigo, sin gozar otra satisfaeeióíi que la muerte, esa amable pyo.tirtida que no rehusa desposarse'con los oprimidos y lo» parias, íj " '
Los esfuerzos qi,@ íace el tirano para que la b» «¡¿a nueva se pierda en el aire y áo- lleven el aliento y la eeperítnW á loe pechos de los que sufxeSÉÜ, resultan* do infructuosas^ jA pasar de loa esbirros, á pesar ae í»8 cárpeles, á pesar de,los cuartales, á pesar de la angre que uugí$ las protestas de Canánea ¡y «¡4:í*nguló* las re vindicaciones». d4 ¡iíoiiBlanco, las águilas de, JimeWií Aca'yuean se preparan al combata en tortio
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suyo á los bravos ^ >i los dignos.
Ya que la hora «¡6 recerca, no desmayemoe, Corl'!j lucha sólo una cosa t e tí te in o s que que perder; la . i}> eria. Muchos aseguran qttfhj» tomau el fusil, porque tiene*, fámlia t ienen hijos ..' , .'Pusw'ptí examen-te por la familia y p ^ f los hijos hay que empuñar lp aTinai?, tanto como pof' el biehwt&r propio. La tiranía perjudica A lodos por igual, hombres, muí «cor y nifíos. Cuando la miseria ihvje desgraciados á todos. Ls t)*üyiía' es un monstruo qUe*axnm.</4 la tranquilidad de lo i hogík eá; porque por ella, carecen AÜ ¡.¿XL necesa-rio la mujer y lok hi¡og) por ella los hombreé Mfr<¡T persecu sienes y a t íope l l f^y^n Ja, -muertej <v*,"> lo qm. *" -^n wnj'u -ció de lj« hogares» , A, miseria y la injusticia! J úra lo que produce la tirarla., • , •
Para llegar á lafcitf de Promisión hay que luc-iw .^a no hay dioses bonachoh,# • I destruyan las )eye# do la hid* joá abriendo Ios-mates para q ,* jüa pueblos escojidos alaaneen ' • b^ra opües ta sin humedece?» l,>»|>ies, como el dios de laviu¡ a,abrió las aguas del Mar Eoj> Ahora los pueblos tienen >q»? vo^seg«*iiio todo por sí mhm, |>or su es-fuerso y voluntad", •!, y loa, modernos Maree H< » que set in-terpooen,wtr*> í» ¿ cidad y los 'pueblos tienen qn «f fraiaquea-dos^or nUestsa, foacia f por nuestro attfojo^ / f r i e n d o previamente la» ca4« ÍJ ^u© «ion un
c ' ' ' . „ . •• . • '
lastre demasijadó pesado y pueden Uevamo» al abismo.
Los mexioaiios no» sentimos con fuerza» para pasar, el Mar Kojo dé la tiranía.
Somos esclavos; pero tenemos médula de león. Nuestros andrajos cubren coraaonés fuerte?) y grandes, ¿ó ya olvidamos que fuimos batalladoreef ¿La molicie de treinta años nos ha hecho á-feminadas? .¿De las cenizas de ^uestraB glorias no saldrán los espíritus fuertes que nos lleven & la victoria.'
Tal vez nuestro» tíranos al ver la indiferencia con que sufrimos el aprobio por tantos lustros, se habían hecho la ilusión de que gobernaban uo rebaño de eunucos incapaces de sebelarae. No nos rebela1
bamos por que no estábamos organizados, porque no estábamos unidos los que no hemos pendido la vergüenza, porque el esfuerzo aislado er» infructuoso y se hacía necesario obrar colectivamente, Ahora estamos organizados gracias á los esfuerzos de la Junta de St. Louis Missouri; ahora estamos fuertes por la unión y podemos presentar batalla á nuetros cobardes enemigos, á les bandidos que oprimen al pueblo, á las sanguijuelas que viven prendidas al cuerpo anémico .de la que mañana, por nuestro esfuerxo, »erá la gran Nación Maxicana,
Desunidos, aislados, entregados á nuestra propias penas» éramos débiles k¡« que queremos la libertad, Impotentes para juchar contra el enemigo común, gastábamos inútilmente nuestras energías y non oonfomiábarjaos con lamentar que se no- t-ratase como á bestias, que se nos humillase, que ge nos hiciese objeto dó todas las burlas»
Y aaí estuvimos largo tiempo hasta que, unidos, nos hicimos fuertes y ahora somos capaces ele levantar las frentes, y pro nto, henchidos de entusiasmo, derribaremos á Ja primera señal el colosal despotismo que por largo tiempo nos hft oprimido.'
ISl momento do la lucha ge acerca, y urge que todos loe ,quo viven en territorio mexicano se armen rápidamente y se apresten á secundar el movimiento libertador que ini-eiárá el Partido Liberal. En i a próxima campaña tienen sitió todos los valientes.
"Los eiudadano» que, por el' espionaje que reina en México', no Hayan, podido ponerse en conexión con la Junta de SULouiSj pero' qtie ; iV?"i íli.ípufMiOíj á • levan+arse en armas y cooperar ew ,1a--empresa redentora, debón procurar formar guerrillas, y, si es posible, batallones, lo más pronto posible, pues el movimiento ó o tardará en ser iniciado.
Mexicanos: la lucha que prepara el Partido Liberal Mexicano contará con las simpatías de todos los oprimidos de }a tierra por la grandeza de la causa. No se trata solamente del mezquino proyecto de derribar á Porfirio Díaz, eino de implantar reformas que nos pangan en aptitud de evolucionar y de ser grande» y felices dera do K revolución será el Programa d«i Partido. Liberal promul-
PARA LA DEFENSA.
Lista de donativos pajra la defensa de loa Sres. Ricardo Monee Magón, Antonio I. Villarreal y Prof. Librado Rivera.
Colectado por el Sr. N. F, Lo-ya en esta Ciudad.
IVIOY JUSTA RtCTIFiCAClON.
G. Panucchi 1 Adolfo Villarreal Blas Vázquez Eleuterio Salas Nabor Martínez F. Rios A. Cantú B. Reyes Un Libeer&l S. Ramiaez Varios
Colectado en el Estado
D. Flores, iP«nard, $ A. GonzalevjS. Fr'isco. B. Ordufio, S.Taula J. Lagos, Pomofea
En India» Tfcrritory.
.J. Vaüsqaez, Goweuw • • J'. Castro, Wilburtofj* E. Herrera, Roff
; 5,00 13.00
2.00 '6.00 6.00 5.00
'5.00' 1.00 LOO 5.00 1.10
»:
22.00 5.00 2.00 1.00
7.25 3.00 5.00
De Atizona.
E. ' G. Estrada, Olifton $ 18.00 F. Palomares, Prescott ' 5.00
De Searchligt, Nev. José García
•En San Antonio, Tex G. Castañeda
En Sanderson, Tex. Gregorio de la Garza
En Buda, Tex. Un Liberal
Un Valentíne, Te"x. Roque Segura
' . En Beeville, Tex. Melchor Curlel . To'más Q, Dávila"'
En Waco, Tex. Rangel
En Sao. Marcos,' Tex. Barrón* 4.05 En MeQueeney, Tex. Royes 5.00
En Rio Frió, Tex. Juan Orosco 10.00
En Big Bend, Tex. Fortunato Vazvquez.
En Marathón, Tex. Eügio Gar«a Jesús Cortóz, Bibí Tex.
(Continuará.)
J. M.
N.O.
J. Z
2.00
6.0«
, 4.00
2.50
5.00
14.00 4.00
11.50
2.00
7.50 3.00
, s • __ LECTOR. ' Sí aoasd llega Uno de nueétroe
ejomplares á sus manos, ee para invitarle á que se suscriba. Sí Vd. simpatiza con nuestras ideas y periódico., se lo agradeceremos infinito si nos toma una suscripción. Pero en caso de que no fuere de au agrado, tendrá la bondad de devolvérnoslo., y así nos evitará grandes perjnloioa
Procúrese el próximo número.
Fernando Palomares . En nuestro número 17 do fecha-
I2.de Ootubie publicamos un pá-»rafo condenatorio para este Hedor. Dijimos que Palomares era un espía y el delator de Jos miembros de la Junta. Al publicar ese párrafo }o hicimos basándonos en informaciones! de personas que nos merecían crédito. Hoy, que h e mo.8 recibido del $*• Fernando Palomares una Carta llena uY ,uu¿ nación donde se vindica clafji fuente y que, además horno» entrevia* tado á los miembros do la Junta que se encuentran prese-i* ora darles cuenta do ente incidente, estamos autorizados p« a decir, en nombre deí Preside, te, Secretario y prime.r Vocal <"» 1¡* Junta QUE FERNANDO ALOMAK1I» NO-ES EL' DELATOR DE ELLOS y que por el contrario saben que és te es un luchador por la justicia < la libertad,
En carta del St. Palomar* i» pueden leer párrafos llenos d noble indignación y que er .oraos Hiny sinceros. Transcribimos uno para que nuestros corrolip jnario» juzguen;
"La mentira dura i uentra» la verdad llega, así es que yo, como hombre honrado y caballero y a-mante de la justicia, wtoy listo y preparado parto corregir tan lamentable error en mi contea. A la mayo» brevedad que me sea posible salgo para esa ciudad con el especial objeto de probar mi acrisolada honradez como lihtsial i „t xionno y también como socialista revolucionario internacional. Reconozco en el héroe y mártir Sr. D. Ricardo Floro» Magón, awí como también en los valientes luchadores presos en epa ciudad, Sres Antonio I. Vülarrel, librado Rivera, Modesto Díaz y Lázaro Outá-rroz' de Lara, hombros humanitarios y verdaderos defensor*» del pueblo mexicano sin l i b e r t a d y justicia e s t a m o s esolavistados. Bajo mi palabra de honor y dé caballero, cíe todo corazón Boatewlré* hastael morir al i-titulo Liberal Mexicano. Protesto &J I« Ud'. y todos los verdaderos luc < > loro» po» la libertad d«l pueblo mes-" nv no esclavizado que, yo, Férnanm Palomares, no soy culpable di* la iníiime calumnia qno mancha mi humilde persona y mi reputación,"
Como se verá, la carta está rebosante de «inceridad y con lodo i;»»-to hacemow .la rectificación que |» . nos pido, y no ocultamos nuestro gustoo al saber que tenemos en el Sr. Fertiando Palomares on lupar do un. traidor, ¡í un amigo y correligionario.
Leed el Programa y reimprimidlo y hacedlo circula» para que todos lo conozcan, para que todos sepan por qué se lucha, por qué se hace
La ban-|armae contra él Gobierne de Porfirio Díaz, el más ladrón, el más asesino, el más traidor de los que
gado por la Junta de St. Leuis Mi-1 por desgracia nos ha tocado tenor. íeouri el primero de Julio del aüo] ¡A las armas ciudadanos! Aba-pasado, Programa inspirado en la» i jo la tiranía j la miseria 1 t
necesidades del pueblo y no en I Tensado de "E l Rebelde," de b a s t a ^ d o* inte»»®* personales.{Dwr, I&dian'Torr. ,
EL REBELDE.
* i va-'i empre,
En caía y co li
lla vuelto á vjsitapnos liento periódico. Como viene valiente y reauolto da línea vibra la rebel vence al exhortar á lop libéralo» á sacudirse d«>l yugo de a tiranía por medio del único n lio posible: la revolución.
¡Larga vida á F UEBELDK para bien de la caía i:!
La.^Defe»*» <\ > Juan<Sarbia.* Lcnla usted Val« 10 oeuU-
voe en essiia re ' icjóm.
*vt %-y'
•Q - o - 1 ft l V)
/ A. UJJ>CLLXͱ
EL TRIUNFO DE LOS FUERTES.
Todo lo que el hombre ha creado y transformado con las grandes revoluciones ha sido debido al esfuerso individual, á la «nergía de las voluntades que legaron á realizar lo que pre
tendían. Existe una ley en el mundo
* ttico qu« declara y afirma, que oúnicosque triunfa y se impone
la fuerza viva y posiliva de IOP lementos orgánicos, los cuales u rollan las partea débiles que se su teponen á su paso. Y esta teoría científica no se refie-•e á la potenza superficial de la "¿ntidad <5 volumen, «ino al po-t.i ' moral ó la calidad de los e-|u nentos agresivos, lo que quiere < «oir que, un individuo puede su* fuerte sin necesidad de poseer i ia fuerza hercúlea, sino que ec impone por «u inteligencia y [ t su potencia "electro-nervosa ' Esto viene á corroborar, qu ; ¿anto las individualidades C' wio laa minorías, al luchar con a un enemigo cien veces ,vc 'xh numeroso que datas, no hay - zótx para creer que la mayoría debe vencer, influyendo tan solo en ía lucha" la cualidad de los combatatientes, el grado de inteligencia, la t e n a c i d a d , el carácter indomable y sobre todo, la audacia.
Infinidad de veces ha ocurrido que ínfimas minorías se han impuesto á las mayorías.
El pastor griego Espartaeo, debido á su potencia individual Ilegal á despertar á miles de esclavos, y 4 unirlos rompiendo sus cadenas, destruyendo á sus tiranos y ilognron hasta las puertas do#Roma, llenando de terror él imperio romano.
Una decena do hombres inició la revolución francesa, y triunfó nna ínfima minoría, porque la mayoría del pueblo nunca se hu biera rebelado, bebido á eu igno norancia 5 al temor de ser castigado por las tropas del rey.
°1 buscamos algunos ¡actos in idividuales> contra los abuzos gubernamentales, desafiando un •óio hombre el poder oficial de una nación, citaremos el hecho de Gagotano Bresci, en Italia, quien quitó lá vida al rey llum berto, en venganza de los asesi-tos que cale monarca ordenó contra los obreros de Milán; ó Angiolillo, que mató al Presiden te de Ministros de España, Cánovas del Castillo, por ser el instigador de las torturas y fusilamientos de trabajadores en el Castillo de Montjuioh de Barcelona;'ó el nihilista ruso que eje-•tó al Ministro PleWe, ú otro r e volucionario moscovita queacabó con la vida del Gran Duque Sergio arrojándole dos bombas.
Todos estos actos rebelan la fibra revolucionaria que estos individuos poseían, triunfando en sus propósitos debido á su gran enerf ía y voluntad, probando las gra les cosas que puede realizar un a. sol», persona é una
pequeúa minoría. En México, debido á la detes-
ble dictadura del déspota Díaz, son muchos los mexicanos descontentos que anhelan un cambio de Gobierno y se preperan para combatir al enemigo y gran parte del pueblo, que ya sea por su pocac ultura ó por temor, serán un gran obstáculo p a r a e l trjunfo de la revolución.
Y esta lucha titánica entr# los oprimirlos y los poderosos, entre los explotados y los explotadores, depende de la cantidad de energías que se desplieguen en ambas partes.
Si buscamos la inteligencia de los gobernantes, el poder moral que ellos necesitan para destruir á los revolucionarios, no encontraremos otra cosa que medianías, empleados incultos é incapaces de defenderse ellos mismos, llevando u n a administración confusa y escandalosa, reinando el caos más espantoso en todos los departamentos del Estado. He aqui pues, las desventajas con que cuenta Díaz, pero en cambio cuenta oon la fuerza positiva, el ejórcito, que en apariencia, es el único baluarte que le queda para sostenerse. Es por eso que al soldado se le debe anunciarla lucha que se avecina, se lo debe advertir que al defender á los gobernantes traiciona-á s<< pueblo y combate contra sus propios intereses y los de sus conciudadanos. _.* Pero si, en llegando el momento
d • la revolución, os veis en presencia de cuerpos armados, que risisten vuestro empuje revolucionario, entonces vuestro brazo ha de ser inexorable para destruir á vuestros enemigos, pues de vuestro triunfo depende la libertad del pueblo y la salvación de vuestras propias vidas.
Los revolucionarios, al combatir el régimen tiránico do Porfirio Díaz, deben echar mano de todos los recursos posibles para realizar sus propósitos emancipadores, y gracias al progreso, á las nuevas invenciones científicas, el hombre actual ¡puede llegar á ser fuerte para combatir á muchos enemigos, siendo esto la única solución para poder dominar la fuerza organizada de las bayonetas y apoderarse de las libertades que tanto deseáis.
Hacer una lucha noble y leal, luchar con armas desiguales contra un enemigo numeroso, es cosa que no debéis hacer puesto que la Dictadura, sin aceptar vuestro reto franco y leal, ha pretendido desbarataros por medio de la traición.
Poneos en la mente el deseo de vencer. Decid: queremos que la revolución triunfe, y veréis coronada vuestsa obra con un éxito asombroso, porque el hombre realiza lo que se prepone, cuando tiene un carácter firme y una voluntad digna dt loa seres fuertes.
El triunfo será de los fuertes: "será de vosotros revolucionarios mexicanos."
J AIME VIDAL.
PAGINAS NEGRAS.
Tiene «le l a primera p lana .
bestias que se conduce al matadero. Muchos pedían que se les permitiera escribir unas líneas despidiéndose de sus esposas, de sus viejos y tristes padres; todos los ruegos eran inútiles: Luis Mier y Terán tenía que "matar en caliente" y cumplía la oYden i n i c u a , salvaje, brutal. Dr. Albert Hernández, Jaime Rodrí-g u e % , Capmany, Rubalcava, Cueto, Ituarte, Gutiérrez y otros más, fueron sacrificados aquella noche en aras de la ambición de un hombre perverso, Porfirio Díaz, que se había hecho el propósito de no abando-') nar la Presidencia hasta que la muerte lo sorprendería. •
Desde entonces, Porfirio Díaz se ha dedicado á matar. Todo hombre de carácter ha sido un reo de muerte. Periodistas, o-breros, propagandistas de ideas de libertad han sido asesinados, envenenados, apaleados, encarcelados, deportados á las Gibe« rias Mexicanas: Yucatán y Valle Nacional. El número de hombres sacrificados hasta el presente es incontable. En todos los Estados, en todas las ciudades, en todos los pueblos, en las más apartadas aldeas, los hombres valientes han ' ido pasados por las armas ó aé cualquier modo a©, les ha perseguido. Algunas personas calculan en cinco mil «1 número dew iudada-nos sacrificados solamente en tres Estados. Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, en cinco largos lustros que lleva el General Bernardo Reyes de ser Gobernador del Estado de Nuevo León., y Delegado déla Dictadura para tener sometidos militar-
| mente á los habitantes de esos desgraciados Estados. Bernardo Reyes se hailístrónguido como el más carnicero de los servidores del Czar de México. Apenas nota síntomas de descontento entre los habitantes de los Estados qu® gobierna militarmente, ordena á las autoridades inferior-es que busquen en cada ciudad, en cada pueblo, esa cada ranchería, á los hombres que tengan fama de audaces, 'de valientes ó de dignos, y los maten. No se mete ó investigar quienses son los que provocan la exi-tación popular: el delito,» para él, es'ser valiente 6 audaz ó digno. En mejor escala, se sigue la misma regla en todo el país: verdadera obra de castración.
* * *
No es posible mencionar todos y cada nno de los asesinatos oficiales llevados á cabo durante el largo tiempo que ha reinado Porfirio Díaz, y solo, por vía de muestra y para formarse una idea, hay que citar algunos casos. .
Las hecatombes han sido numerosas. Juchitán, Papajntla, el Yaqui, Tomóchic, Monterrey, Cananea, Río Blanco y cien lugares más atestiguan la barba
rie del czariamo mexicano. ,En todos esos lugayes los habitantes hau sido asesinado en masa, pasados á cachi1 (o sin merced y sin respetar ancianos ni mujeres ni niños. Ha habido pueblos, como el de Tomóchic, Estado de Chiuhuahua, cu que solo han sobrevivido á ít matanza unas cuantas persor as, y aún esos, gravemente lu. idos. El Yaqui contenía más d ? veinticinco mil habitantes, y l«,oyA escasamente pueden contar.» mil quinientos. En Monterrey %\ 2 de Abril de 1903, la civil, xión recibió un rudo ultraje. Monterrey es la c a p i t a l del Justado de Nuevo León, ciudad do ocherMa mil habitantes, bastante eulta y muy cerca de los Estado» Unido». Los ciudadanos se habían propuesto ese afío hacer un esfuerzo pura elegir UÍÍ nuevo Gobernador. Se instalaron clubs electorales en todo el Estado, se fundaron algun< 3 periódicos propagadores da 1¡ candidatura popular y se organizo* para el 2 de Abril u»a procesión cívica para popularizar la fdea de la no-reelección.
Bernardo Re/es pensó vengarse, y se vengó. El 2 de Abril el pueblo acudió n masa al lugar de cita de don<¡e había de partir la imponente procesión. Todo eso era nuev<*< 'iara aquel pueblo educado en k ..uiuisióu servil, y en todos los r aros se leía el entusiasmó qül Sentían aquellos esclavos por r presentar, aunque fuera en pequeña escala, el papel de ciudadanos, de hombrea que pueden manifestar sus ideas. En aquellos í «omentos se olvidaron todos de las severas lecciones ' que había recibido el pueblo por pretender ejercitar l o s derechos constitucionales desde que Porfirio Díaz se convirtió en amo de loa mexicanos; nadie se acó Jaba de las hecatombes que había enrojecido el territorio nacional. Gremios de obreros, de estudiantes^ de pr®-fesionistas, de pequefios industríales y co terciantes, con estandartes y b sudas de música comenzaron á i'osfilar.'en medio de una multitud gozosa que veía en aquella manifestación, en aquella procesión pacífica y ordenada, algo comT> una protesta "o-mo un iáocy, ¿ desahogo, p<, :y que s© haoí* precisamer'fv lo que al Gobio- <o disgu.«ttyUa: manifestar las i; jas.
Para aque, pobre pueblo, es demasiado d 1 > rar que algún acto de los g\, Mantés no es con siderado bueu ,. Por eso la procesión organi/füda para protestar de ese mooo paeífiso y eibi— lizado contra la reelección de Bernardo Reyc-a, el verdugo de la frontera del Norte, fué recibido con regocijo. Las fachadas de las casas lucían adornos de toda clase, t ambres , mujeres y ñiños inva^/an las calles por donde la pro' esión cívica tenía que pasar. I Las músicas antu -siasmaban i h¡ multitud. ),<¡1 sol brillaba internamente.
Mientras esto sucedía, Bernardo Reyes mandó colocar soldados sigilosamente en las azoteas dol Palacio Municipal, en las de la casa comercial que gira bajo la razón social Maiz H e r manos y otros edificios. Gran. oantidad de parque se depositó en los mismos lugares, y, h e -ohos esos preparativos, esperó el verdugo á que la procesión p a sase por ahí.
Apareció por fin la procesión. La muchedumbre apiñada lanzó vivas á la libertad y en el mis mo instante una descarga cefrada se hacía desde las alturas sobre aquel gentío indefenso, sobre aquella masa, de hombre», mujeres, viejos y niños inermes* Las descargas se sueediorqn rá pidamente. Había prisa de matar, de sembrar la muerte, de propagar el pánico. Pronto las piedras de las callos se tifieron eu sangre. Los esbirros seguían haciendo fuego desde laa azotóos; Personas de todas edades reci-bínn la muerte por Igual. Las mujeres y los niños corrían, pero balas certeras alcanzaban á esas infortunadas criaturas.
Así terminó aquella procesión, inofensiva, pacífica, respetuosa.
Bernardo Royes es muy querido por Porfirio Díaz, quien a-laba en toda ocasión la crueldad de eso hienn. Cierta voz qu» Porfirio Díaz hizo \ ü viajo especial á Monterrey, al pronunciar un brindis en un banquete ofrecido por Bemardi Reyes, después de hacer uu hiperbólico elogio de éste, terminó su discurso con esta frase que á los holentotes mismos debe repugnar: "Señor General, ¡asi se gobierna!"
El Oral. Díaz, al pronunciar su ridicula frase, aprobó lo, conducto criminal de Bernardo Reyes, y los dos asesinos del pueblo y la libertad so dieron bis manos en señal do buen entendimiento: P o r f i ó Díaz necesita hombres-hienas como Bernardo Reyes y los sostiene y protege para bien de su roínado.
Seguiremos moetraudo tí lu, faz del mundo laa páginas negras de los "íeaders" del bandolerismo porfirista.
J\u¡5 DE VUlA
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Todos los países democráticos que forman una Nación confederada y federativa cuyoréigmen político lo constituye la soberanía popular, tienen el gobernan-te que libremente se elijen, pero México aún al amparo de esas -sabias instituciones que lo hicieron grande y libre, tiene «1 que 'oort mano frasea y candente fe le impone y le tiraniza, pues es público y notorio que hace treinta «nos Porfirio Díaz, Presidente de la República Mexicana, llegó al poder contra la voluntad legal del pueblo que Gobierna.* Su política claudica uto desde que motinó en Tuxtepee para adueñarse del puesCo presidencial, lia «ido exterminar ¡v lo, raza mexi-•cono, arrebatándole la herencia que le legaron los constituyente» en «1 testamento fundamental, e-liminándo de la cosa pública á personalidades de gran prestigió y ordenando asesinatos en la sombra, como se vio con loe de Veracruz, ejecutados por el General Mier y Terán, el del Genital Martines en Laredo, Texas, García de la Cadena y Corona en sus respectivas municipalidades, a la vez que creando una reducida facción con quien comparte la riqueza nacional, el pueblo hambriento j lesnudo inmigra, sufre el azote del encomendero y 4 vm^ño alguien levanta ln voz en su defensa, e«ta ce perseguido con lujo por u.ui tiranía obceoa-da y que compromete á sicarios á que empleen -e\ crimen para e-liminar dol campo político á los que so encargnn de la defcusa de las instituciones democráticas que han sido trilladas por un mal gobierno,
Las guerras f raticidas que tan mal crédito le dieron a México en aquellos tiempos, desaparecieron, no porque Porfirio Díaz las.haya perseguido para solidi-fieai la paz, sino porqu», habiendo sido el único revolucionario que manchó el suelo con la sangre de sus hermanos, rebelde siempre contra los gobiernos demócratas de los Grandes Juárez y Lerdo y yá hecho del poder, las revoluciones tenían por conse» «anuncia lógica qu« tern inar, PI vutyd u<< que su ^aud'hVO^g^j ¿U« establece c í p.rqcadimiento
-en Í87G á la jp»la d« su nmbV,.leg&¿ T " ^ puede d'ir derecho á
Louis Mo., perseguidos siempre y presos actualmente en Los Angeles Cal. por la instrumentación d© Greene«Cr«cl, sirvientes in-eodíoionales del Osar de México y á quienes unidos á aquellos, nos proponemos 'destronar para que México sea en, realidad la República Domocrátkja de J u á rez, Ocampo y,. L$tdó» y no una monarquía como w ha constituí-do un gobierno tierno y dictato-rial.
El prurito d£ pi r^eguir Porfirio Día» á los que, hala desnudado BU nial gobierno «,¡omó Presidente de la Hépúblwft de México, está plenamente Justificado ante mundo que lo oWerva, y en apoyo de nuestro d'^hot, aducimos la prueba de haber decretado toda una representación Nacional que ha sabido influenciar, la sus pensión del periódido " R E G E N E
RACIÓN, ", Órgan del Partido Liberal, publica to en' México por los Señores. 1 lores Mügón y Sarabia.
• El hecho de elevar a rango do ley la suspensión de un periódico, y de prohibir en todas las o-ficinas de Corroo» ¿M círoulación, así como la de otro'j impresos de oposición, damuMtra «1 colmo de rudeza i que llega un £<>-hieruo que se inquina contra la soberanía nación A violando la correspondencia qufo circula por las estafetas en } o f juicio del público que constituye un tercero, y cuyos derechos están bajo el amparo y protección de las leyes que rigen" & un ti, pación civilizada. El plagio de Manu 1 ^arabia ordenado por elgobi •mt> de Prfirio Díaz y consumado por Antonio Maza, Cónsul de México en Dou-glas, Aria:., es unanto que justifica el grado de barbaria, á que llega una administrado i que desarrolla un mal gobieh/o sin/más ley que su capricho, ^ue traspasa de un modo clandestino la línea que divide do» ter» (torios opuestos, que invade el derecho internacional, y ultraja 5¡, jurisdicción de Un Vecino para" ousüraar uno de log actos más punibles y atentarlos, como es «A t>l«gio de Ma
linea
ción; desarmó al pueblo desús derechos con las continuas reformas constitucionales, afiló el sable, caló la bayoneta y examines hizo caer cadáveres de héroes como el dos de Abril en Monterrey y los asesinatos do Río Blanco y Cananca.
La consscuoucia do desnudar esta mortífera administración de sus malos actos para que el pueblo los vea y conozca con el criterio do la razón, la necesidad de «n cambio radical, son la canea do la persecución de los Beñores Florss Magón, Sarabia, Rivera y Villar real, defensores d«l Partido Lt >cral, miembros do. la Junta Organizadora de Saint
parnés». \ Por tod<»^ ' ¡$t íi exposiciones
que son de déi» oh1 "jfgal, el Comité Iliberal d« ü't Ingenio, Texas, parte integra. ,-'e del partido y haciendo suyas1 I »*|>er8eoucio nes que han • sido traídas á loa Tribunales Fed^rules' de los Angeles, Cal., contra los señores Ricardo Flores M<M,ób, Librado Rivera y Antonio '!,¡ Villarreal, miembros de la ^u^ta Organizadora en Saint ^bvds^Mo., por delitos del orden,co^wau,. protes> tan con la euergíV/? t ciudadanos libres cqntra el gab> w o de México po «us éesaíUorós que da-mo» p i « bien' califa «M3OS; Protestamos contra los $¡ «¡elfos de que
se les acusa por ser á todas luce» inexactos y carecer de fundamento legal que justifique su procedimiento; Protestestamos contra los actos calumniosos y criminales que puso en juego el gobierno de México contra los procesados de los Angeles, Cal.,* por conducto' del Cónsul de aquel lugar, quien sin reparar en los medioa de • procedimiento legal, formuló de acuerdo con el gran tirano la criminal acusación de robo y asesinato que lo» txen© en prisión; Protestamos ante el Juez que conoce del proceso que se instruye en Los Angeles, Cal.,
. á Ricardo Flores Magón, Librado Rivera y Antonio I. Villa-rreal; Contra los oargos de que los acusa el gobierno de México, solicitando tome en consideración para la continuación del proceso, esta protesta que invoca únicamente el amparo de la ley contifa la tiranía de aquel gobierno manifestada en el desarrollo de su vetusta administración, persiguiendo siempre á los que en virtud de decretos especiales conttra sus intereses han inmigrado á este país, para continuar su oposición rendentora por medio de la prensa. Esta actitud, que Porfirio Díaz la mira como el más inminente peligro de rodar de las cumbres de Chapulte-pec, y quedar sepultado bajo sus simas, p< «-que al ejercitar el pueblo el ci ,ieoho de Rebelión, recargó legal do los oprimidos para recabar sus deréohos vulnerados lo lí-Ace tomar una actitud hostil, que no tomaría contra un gobernante bien sentado.
Finalmente, .Protestamos contra la forma de gobierno que Porfirio Díaz ha implantado en México por atacar en todas sus partes la soberanía nacional en el ejercicio dol libre voto, d« la libertad de pensar y de escribir, pues su .política nrtefri' y refrnr-taria á'todo adt licito y á el educacional, queía reflejada en la estadística criminal del Distrito-Fedejal, cuyo retroceso pone á sus cantores de oñoi.o en el nivel degradante de la adulación, toda vez qué los hechos justifican la inferioridad de aquel Monarca, q u c n o . s e ocupa de stt pueblo SUDO del extranjero que lo adula y lt> exploto.
SAN ANTONIO, TEXAS, OCTUBRE | 1907.
Presidente, Eulaüo Trevifio— Vico-presidente, Marcelino A. I-barra.—lor. Vocal, Francisco Reyes.—2do. Vóoal, OtonT. Guillen —Ser. Vocal, G. L. Saldarla.— Secretario, I. J. Hendióla.—Tesorero, Antonio Villarreal.. Francisco Mancha, José Ma,Can« tú, Gudalupe Martínez, Juan Paredes, Juan Pérez, A. Morante, Bartolomeé Trevifio, Rodolfo E. Villarreal, Leandro 'Previno Villarreal, Jesús Rocafuerte, Eula-lio Garza, N.. Jiménez, Mag-daleno Villarreal, Buenaventura González, Gaspar Rosas, Marga-rito Jiménez, Aureliano Salinas, Juan N. Nava, Vicente Mi— ramar, l)iódorO M. Paredes, Je-
súe Mora,, Laureano Barriga, Pedro Fundas. Samuel Míreles, Pilar Robleá, Leopoldo Jiménez, Guadalupe G. Veía, Gil Barba, Martin Villarreal, Rosendo P i nas, Alfredo Vaca, Prisciliano Moiales, Juan C. García, Adolfo Urrieta, Porfirio Garza Aldaba, Bruno Nuncio, Bartimeo de Anda, Consuelo Torres, Juan de la Torre, Raymundo Fernández, José Sierra, Balbino Barajas, Antonio Fernández Vara, Abundio Moreno, Rosalio Moreno, Rodolfo Buendía, Miguel Ángel Bueno, Cesáreo Garza, Juan Be-nitez, Bruno Aldape, Bruno Buenrrotro, Ascención Fuertes, Antonio Obligado, Aureliano Gallegos, Marcos r¿. Valdóz, Ma-tías Reyes L., Amado G. Hernández, Pantaleon Tenorio, Estanislao Tenorio, José Ma. Tenorio, Oelso Barajas, Pantaleon Barajas, Antonio Valdéz, Telesforo Valdéz, D, Pérez, M. Garaa, José M. Casares, M. Lara.
LA REVOLUCIÓN ES LA SALVACIÓN DE MÉXICO.
Revisando los pocos periódicos de vergüenza que se publican en México, entrevistando á los compatriotas que diariamente cruzan la frontera, se advierte sin dificultad la espantosa condición en que se halla el país bajo la férula de Porfirio Dí«/. De uno á otro extremo de esa tierra que oyó las estoicas frases de Guatimozía y se sintió electrizada con. las palabras de Ju¿< rez, se escucha el indignado cía mor de un pueblo, digno de mejor suerte, y agouizanta hoy en la ascención al ignominioso Calvario de vergüenza y oprobio á que lo arrastra el crimen convertido en fuerza.
En nombre'de los principios liberales usurpó Porfirio Díaz el poder público y en treinta y un años que lleva de administración no ha quedado principio que no baya escarnecido, ni ley moral fjufl no hayu violado, como tampoco, resorte dol mecanismo nacional que no haya hecho pedazos, en nombre do la idea liberal «a transformó en Dictador é hizo descender después la Diotadura hasta el último límite de la satrapía, y cuando obediente «1 látigo que las amenazaba, salieron da la feria do ooiícienciaa las encargadas de echar el disfraz de la constitu-cionalidad sobre los hombros de la usurpación, invocóse también el Credo Liberal; que ha sido sistema de todos los advenedizos políticos escudarse con cuanto ' d e m á s excelso brilla para buscar loa medios de vilipendiarlo.
La revuelta de TuxUpeo que acaudilló Porfirio Díaa, con «na fecundidad aterradora ha derramado sobro nuestra patria infinidad, de males siendo 0l peor de ellos por lo monstruoso: el crimen político. Ese, sistema incalificable, anacronismo terrible-en estos tiempos de cultura,
es un residuo vergonzoso da los tiempos de barbarie, y á él so ha apelado en pleno siglo XX, c o n el solo designio do hacer triunfar sobre los intereses de la Patria, vitales y sagrados, los intereses de facción, meaquinos y bastardos.
La administración •porftriata" ha querido defenderse últimamente de su falta lastimosa de popularidad, con dos medios, & cual más ioprobad«! 1* delación y el garrote ^uo han p«iK/.,*«a<» tartufo y aleve el uno» atrevido ** y descarado el otro, ambos igual- 'l
mente amenazadores, hasta el santuario mismo del hogar para sembrar la desolación y el terror.
¿ Con qué elementos gobierna en nuestra patria, Porfirio Día»? Basta preguntarlo á cualesqui ra de los gremio» verdaderanw -te honrados dol país. Uno <¡< o soplo de amargura y terror «i» por sobre ellos haciéndol estremecer. Se tiembla de tuj an-to ante el porvenir de la? industrias; ante el girón de t i torio nacional puesto en pública embasta; ante la libertad individual á cada instante aau<i azada; ante la santidad del hop¡«r . . . . .
Es hora ya de que se » os eviten mayores vergüenzas, le que no se lleve adelante esa labor incalificable de desprestigio espantoso. En esta hora do oprobio y de desastre, sálvese siquio-ra el buen nombre do esta Pa-11 i.k infortunada.
La ivt-vuluoíou que «st«i ox„,a nizando el Po tido Liberal será la salvación de México.
EN LIBERTAD.
Kl 19 del corriente fué puesto en absoluta'libertad el apreciable joven Ivés G. Lelevior, aousado do ustafa por el Gobierno Mexicano. El tJomkionado de loe Estados lirados en Tucson (Ariz.) negó la tíxtradicción del referido Lolevier, solicitada por las autoridades de MCMCO. Felicitamos al jovon Ivés G. La. » <* por su libertad. El caso de l<<l"'>r prueba una ve/, miís i'\ "-poder m.uc t <• > t 1 tirano Díaz para Uovar ú sus rn<íi leo» político» al inatad('u>.
A naeshm smcriptow"^ Suplicamos atentai >cnto nos ba
gan ol favor do liona ol cupón qu© l»s hemos enviado y devolvérnoslo, pues necesitamos • 1 «sentarlo al administrador de e< »reos.
Nuestra ofici
na se lialla si
tuada en la ca-«
sa Numero 654
calle San Fer-
naiicio^ <**?