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El 15 de agosto de 1911 tuvo lugar un importante descubrimiento arqueológico, las
pinturas rupestres del Abrigo de Tortosillas, en Ayora, que además es la primera muestra
de arte rupestre prehistórico conocida en la Comunidad Valenciana. La celebración
del centenario es una oportunidad única para dar a conocer este patrimonio a todo el
público, en especial a los ayorinos. La correcta valoración del mismo es fundamental,
su conservación para las generaciones venideras depende de ello. Es responsabilidad
de todos que un legado histórico declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, que
lleva en Ayora aproximadamente 7.000 años, siga en este lugar en perfectas condiciones.
Durante las jornadas de celebración se pretende transmitir los valores necesarios
para apreciar la importancia de estas pinturas, el legado tan vasto e interesante pero
al mismo tiempo tan frágil que supone este arte. Además, se quiere reflejar la enorme
emoción que debieron experimentar sus descubridores, conscientes de ser los primeros
hombres en disfrutar de estas escenas en miles de años. Se trata de unas pinturas
llenas de vida que nos ponen en contacto directo con aquellos que las pintaron, nos
cuentan cómo era su vida cotidiana, cómo cazaban, cómo eran sus ritos y costumbres,
en definitiva, un reflejo fiel de ellos mismos para que lo disfrutemos en el siglo XXI.
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El presente año 2011 celebramos los cien años de un gran descubrimiento, el conjunto pictórico
del Abrigo de Tortosillas, primer ejemplo de arte rupestre de la Comunidad Valenciana. Lejos que-
da ya aquel verano de 1911, pero más lejos aún queda el momento en que los pintores de Tortosillas
nos dejaron tan importante legado. Miles de años después tenemos todos los ayorinos la posibilidad
de disfrutar de esta muestra de arte prehistórico.
Por todo ello, para nuestro pueblo, Ayora, el albergar en nuestro extenso territorio este tesoro
prehistórico, incluido por la UNESCO en la lista de Patrimonio Mundial, es un motivo de enorgulle-
cimiento. La celebración del centenario de su descubrimiento y la organización de todos estos actos
y actividades es el motivo perfecto para acercarse a descubrir todo nuestro patrimonio histórico y
cultural. Pero más allá del lógico orgullo por poseer el primer conjunto de arte rupestre en terri-
torio valenciano, debemos sentir la obligación de conservarlo y difundirlo adecuadamente. Este es
el objetivo que buscan las jornadas de celebración y que pretendemos conseguir dando a conocer
a todo el pueblo, y a aquellos que nos quieran honrar con su visita, uno de nuestros más preciados
tesoros.
Solo esperamos que éste sea el inicio de muchas otras acciones que permitan valorizar nuestro
patrimonio histórico y artístico, reflejando el esfuerzo que se realiza desde el consistorio en obras
como la rehabilitación del castillo o de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Ejemplos és-
tos, de la sensibilidad del equipo de gobierno hacia el legado de nuestros antepasados, sabiendo
que éste, supone una enorme oportunidad para el futuro, como demuestran la presentes jornadas.
Durante estos días, intentaremos conocer, más a fondo, los usos y costumbres de los pobladores pre-
históricos de nuestra comarca hace 7.000 años, y a su vez, poner en valor un patrimonio único para
introducirlo en nuestra creciente oferta turística para su difusión y conocimiento de generaciones
actuales y futuras.
Desde el Ayuntamiento os invitamos a que os introduzcáis en el mundo de los pintores de Torto-
sillas, lo disfrutéis y aprendáis un poco más de aquellos remotos habitantes de nuestro valle.
José Vicente Anaya
ALCALDE DE AYORA
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En 1911, el 15 de agosto, los hermanos Daniel y Pas-
cual Serrano visitan la finca de Tortosillas con el
fin de comprobar la existencia de unas pinturas que
habían sido observadas en un abrigo cercano. El des-
cubrimiento fue asombroso: en un primer momento
pudieron reconocer la figura de un arquero y dos
animales. Con este descubrimiento Tortosillas se con-
vierte en el primer hallazgo de arte prehistórico en
territorio valenciano.
Tras el hallazgo en 1910 de la Cueva de la Vieja, en
Alpera y su posterior reconocimiento en marzo de
1911, se intensifica la búsqueda de más muestras de
arte rupestre en el entorno, dando sus frutos con el
descubrimiento de este conjunto y el del Barranco
del Vizconde, con arte esquemático. A nivel nacional
ambos hechos se enmarcan en los sucesivos hallazgos
que desencadenan en España y Francia el descubri-
miento de la Cueva de Altamira (1879) y sobre todo la
aceptación de su autenticidad en 1902.
La importancia del conjunto atrae posteriormente,
para su visita y estudio, a Henri Breuil, Hugo Ober-
maier y Juan Cabré, algunos de los mayores exper-
tos en arte rupestre del momento. En esta primera
campaña proceden a la documentación del Abrigo
de Tortosillas y del Barranco del Vizconde y a su vez
exploran la zona en busca de nuevos yacimientos con
arte rupestre. Fruto de esas prospecciones es el des-
cubrimiento del Abrigo de Pedro Mas y el de la Cueva
del Moro, ambos con arte esquemático.
El descubrimiento, los primeros estudios, la internacionalización y la evolución de su conocimiento hasta el siglo XXI
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Pascual Serrano en campaña de campo, junto a la Cueva de la Vieja, en Alpera (Imagen: Daniel Serrano Varez)
Foto del grupo en Cueva de Vera, Almería, en 1912
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La primera noticia sobre el descubrimiento de Torto-
sillas la proporciona Pascual Serrano al publicar una
carta en “Lo Rat Penat” explicando los pormenores
del descubrimiento y una primera valoración del con-
junto. En un inicio estos investigadores pensaban que
se trataba de arte paleolítico, dándole una antigüedad
muy superior a la que en realidad tienen y equiparán-
dolas cronológicamente con las de Altamira.
La primera publicación científica en la que aparece
reseñado el conjunto es en la prestigiosa revista fran-
cesa “L’Antropologie”, también en 1912, en un artículo
a cargo de Breuil, Serrano y Cabré. En este artículo
se publica el primer calco conocido, con la figura del
arquero y un animal que H. Breuil identifica como
Publicación de la carta de Pascual Serrano en “Lo Rat Penat”, en 1912
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una gamuza. En la actualidad dicho animal ha sufri-
do desperfectos y no se conserva su cabeza, por lo que
estos primeros calcos son el único documento existen-
te para conocer su estado completo.
En 1915 Juan Cabré publica “El Arte Rupestre en Espa-
ña”, síntesis de todo lo conocido sobre arte rupestre
en la Península Ibérica hasta esa fecha. En ella hace
referencia al Abrigo de Tortosillas y publica un cal-
co ampliado, con un mayor número de figuras, en el
que aparece por primera vez el ciervo y otra figura a
la derecha del arquero. De Cabré destacan sobre todo
la calidad de los calcos y las maravillosas fotografías
que realizaba, siendo pionero en los procesos de docu-
mentación del arte prehistórico.
Portada, texto y calco de la publicación de los resultados científicos
en “L’Antropologie”, 1912
Portada de “El Arte Rupestre en España” y Calco de Cabré
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En 1921 se celebra en Madrid la primera exposición
mundial de arte rupestre bajo el título “Exposición de
Arte Prehistórico Español”, en la que se exponen los
trabajos de documentación de expertos como Juan
Cabré, Hugo Obermaier y Henri Breuil. La exposición
y el Catálogo de Arte Rupestre en España incluyen
también los calcos de las pinturas de Tortosillas, aho-
ra conocidas internacionalmente. La exposición fue
organizada por la Sociedad Española de Amigos del
Arte. En estos momentos todavía se considera que el
Arte Levantino es de cronología paleolítica.
Los estudios continúan a lo largo del siglo XX y Tor-
tosillas sigue siendo objeto de atención de investiga-
dores diversos. En la década de 1950 Alcácer realiza
un calco para el Museo de Prehistoria de Valencia
a partir del de Juan Cabré de 1915. En la década de
1970 Martín Almagro y Fernando Gil Carles impulsan
desde el CSIC la creación del “Corpus de Arte Rupes-
tre Levantino”. El corpus incluye la descripción y la
documentación fotográfica sistemática de todos los
motivos del yacimiento, incluyendo el panel izquier-
do, que hasta ahora permanecía inédito. Estas imá-
genes permiten comprobar el estado del abrigo en el
momento previo a la ejecución del cierre actual, rea-
lizado a finales de los años 70. Las referencias a Tor-
tosillas se repiten en los inventarios de arte rupestre
publicados por Beltrán (“Arte rupestre Levantino”) o
Dams (“Les peintures rupestres du Levant Espagnol”)
y en numerosos artículos científicos, pero el conjunto
no es objeto de ningún otro estudio sistemático hasta
la actualidad. En 1985, gracias a la Ley de Patrimonio
es declarado Bien de Interés Cultural. En 1998 es de-
clarado Patrimonio Mundial de la Humanidad, junto
al resto de arte rupestre del arco mediterráneo. A raíz
de este reconocimiento se realiza una nueva docu-
mentación del conjunto a cargo del equipo de Mauro
Hernández, catedrático de la Universidad de Alicante,
en el que se reproduce la totalidad de los motivos del
yacimiento.
Portada del “Catálogo de la Exposición de Arte Prehistórico Español”
Las figuras de Breuil y Obermaier son fundamentales para explicar los inicios de la prehistoria en nuestro país, ambos continuaron sus investigaciones conjuntas y la búsqueda de más ejemplos con arte rupestre en la Península Ibérica hasta 1936. En esta foto posan ambos en Cova Remigia (Ares del Maestrat, Castellón), en 1935
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En el relato del descubrimiento de este conjunto pic-
tórico intervienen algunos de los más prestigiosos
prehistoriadores de principios del siglo XX. Perso-
najes, como Pascual Serrano, cuya pasión por el arte
prehistórico y la arqueología hace posible que hoy en
día nuestro conocimiento sobre el mismo sea tan com-
pleto. Una pequeña reseña bibliográfica nos ayudará
a entender y valorar a estos pioneros de la arqueolo-
gía científica:
Pascual Serrano Gómez (1855 Corral Rubio, Albacete - 1913 Alicante)
Su vida profesional estuvo vinculada al magisterio,
como maestro de Primera Enseñanza, desarrollando
buena parte de su ejercicio en la población albacetense
de Bonete. Gran interesado en la arqueología, reunió
una reseñable colección de antigüedades y publicó
algunos trabajos sobre la cultura ibérica, colaboran-
do con eminentes arqueólogos de aquellos años. Se le
considera el descubridor científico de varios ejemplos
de arte rupestre levantino, entre ellos la Cueva de la
Vieja y el Abrigo de Tortosillas.
Henri Breuil (1877-1964 Francia)
Abad francés interesado en la naturaleza, la arqueo-
logía, la prehistoria, la geología, la geografía y la etno-
grafía. Desde inicios del siglo XX, se dedica al estudio
de las pinturas rupestres, campo en el que se conside-
ra uno de los primeros grandes expertos. En la déca-
da de 1910, viajó por España visitando, descubriendo
y estudiando un gran número de pinturas prehistó-
ricas. Profesor desde 1910 de Paleontología Humana
junto con Hugo Obermaier.
Hugo Obermaier (1877 Alemania-1946 Suiza)
Paleontólogo alemán, sacerdote y arqueólogo, geólo-
go, paleontólogo y filólogo. En 1908, visita con Henri
Breuil el norte de España, excavando la cueva del Cas-
tillo en Cantabria. Profesor junto a Breuil en Francia,
la I Guerra Mundial imposibilita su regreso a Francia,
permaneciendo en España hasta 1936 y siendo decla-
rado ciudadano español en 1926. El inicio de la Guerra
Civil le sorprende en Oslo y no regresa a España.
Juan Cabré (1882 Calaceite - 1947 Madrid)
Artista y arqueólogo español, en 1907, tras sus estu-
dios de Arte, ya publica sus primeros trabajos sobre
arqueología. Su interés se centró en la cultura ibérica
y celta, además de sus estudios y descubrimientos de
arte rupestre como la cueva de Los Casares (Guadala-
jara, 1934), es el descubridor del primer friso con Arte
Levantino en 1903. Los trabajos de Cabré destacan por
la cuidadosa fotografía de los yacimientos y los dibu-
jos de estructuras y elementos arqueológicos, de un
alto nivel científico y artístico.
Aspecto del Abrigo a mediados de los años 70, antes de la ejecución del cierre actual (Imagen: Biblioteca Tomás Navarro Tomás (CCHS-CSIC)
Investigadores descansando junto al Abrigo de Tortosillas, hacia mediados del siglo XX (Imagen: Instituto Valenciano de Conservación y Restauración)
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El Abrigo de Tortosillas se abre al sureste, en la lade-
ra de la Muela o Puntal de las Tortosillas. Se sitúa en
la parte central de un cinto jalonado por numerosas
cavidades, de las que tan sólo dos conservan restos
pictóricos en la actualidad. Su ubicación es singular
por su amplio dominio visual sobre el territorio y
su proximidad a una fuente caudalosa situada en la
misma finca de Tortosillas. La cavidad principal es de
reducidas dimensiones (apenas unos 3 m de anchura
por 2 de profundidad) y de forma semiesférica, y con-
serva un friso corrido en el que podemos identificar
los restos de 20 motivos pintados de tipo Levantino y
Esquemático.
Entre ellos destaca un arquero naturalista de gran ta-
maño, bien caracterizado con un tocado trapezoidal
en la cabeza y con detalles faciales, glúteos marcados,
pantalones ceñidos a la altura de la pantorrilla y ar-
mado con arco y un haz de flechas, del que extrae una
para preparar el disparo.
El Abrigo de Tortosillas2
Imagen: Carlos Tortosa
Junto a él destacan los restos de seis cérvidos natura-
listas distribuidos a lo largo de todo el friso: tres ma-
chos de gran cornamenta, una cierva y dos ejempla-
res agazapados de interpretación más compleja, uno
de ellos Breuil lo describió como un posible rebeco.
La pérdida de la cabeza impide comprobar dicha in-
terpretación.
A nivel compositivo las únicas figuras que parecen
mostrar una cierta vinculación escénica son las del
arquero y los dos cérvidos naturalistas que aparecen
a su derecha. Sin embargo, no observamos en este ar-
quero una disposición explícita de disparo, tan singu-
lar en otras escenas de caza levantinas, o una acción
directa explícita sobre estos animales. Sus rasgos for-
males nos permiten atribuirla a las fases iniciales de
la secuencia artística Levantina.
Imágenes: Carlos Tortosa
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La superposición del ciervo 9 sobre otro cérvido an-
terior y sobre posibles motivos esquemáticos de tipo
serpentiforme o zig-zag confieren un gran interés a
este conjunto. ¿Se trata del repinte de una figura an-
terior? ¿O tal vez constituye los restos de un boceto
inicial?
A la izquierda del abrigo principal existe una segun-
da cavidad, muy alterada y carente de protección, que
conserva diversas manchas informes y los restos de un
único motivo naturalista de tipo Levantino: una cabeza
de cáprido, de gran cornamenta y con detalle de orejas,
del que ha sido arrancada el resto de la figura.
Imágenes: Carlos Tortosa
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Inventario de motivos
Si recorremos el panel de izquierda a derecha y de arriba
a abajo podremos identificar los siguientes motivos:
Calco realizado por Mauro Hernández y el IVC+R
Trío de trazos verticales
Indeterminado
Indeterminado
Cabeza y cuartos traseros de ciervo naturalista de gran cornamenta orientado a la derecha
Arquero naturalista orientado a la derecha
Cérvido agazapado del que se ha perdido la cabeza
Restos de un posible zig-zag de tipo esquemático
Restos de un posible zig-zag de tipo esquemático
Ciervo naturalista orientado hacia la derecha. Por debajo se conservan los restos de un cérvido anterior anaranjado, tal vez una figura previa o un primer boceto
Trazos posiblemente relacionados con los motivos 7 y 8
Indeterminado
Indeterminado
Restos de una posible figura humana infrapuesta a la figura 14
Parte anterior de una cierva naturalista
Indeterminado
Ciervo naturalista de gran cornamenta orientado hacia la derecha del que se ha perdido la cabeza
Indeterminado. Trazos de difícil interpretación
Indeterminado
Cérvido agazapado orientado hacia la derecha
Indeterminado
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Durante el verano de 2011 el Instituto Valenciano de
Conservación y Restauración realizó diversas inter-
venciones en el Abrigo de Tortosillas con el fin de
mejorar su estado de conservación y la visibilidad de
los mismos. Se trata de intervenciones mínimas que
buscan frenar la incidencia de los factores de altera-
ción sin modificar la imagen de los motivos pintados
o grabados.
En el Abrigo de Tortosillas el principal factor deterio-
rante es la propia litología de la pared rocosa, se trata
de fenómenos de lajeado y fisuramiento propio de es-
tos abrigos formados en un estrato de roca dolomítica
(Dolomías de la Bicuerca). Esta alteración de la roca
por causas naturales (cambios térmicos y de hume-
dad…) podría llegar a destruir la capa superficial de
la roca y con ella las superficies donde se conservan
las pinturas rupestres.
Otro factor de alteración natural es el agua de infil-
tración que en momentos de mayor pluviosidad llegó
a manar por grietas y fisuras y ha llegado a afectar a
algunas zonas del abrigo. Su acción ha provocado un
doble efecto: de disolución del soporte y en otros casos
de acumulación de capas de carbonato cálcico sobre
motivos pintados.
Todos los paneles presentan pérdidas de soporte debi-
do a causas naturales o la evolución propia del sopor-
te y hay también algunas fracturas y desconchados
provocados por acción humana (vandalismo).
Conservación preventiva del AbrigoVerano de 2011. Intervención realizada por el IVC+R.3
En la izquierda de la foto se pueden observar zonas donde se ha perdido la superficie de la roca
Fragmento de figura de cierva a la que han arrancado la cabeza, la cual conservaba en el momento de su descubrimiento
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La totalidad de la superficie de las escenas aparecía
recubierta por una película blanquecina así como de
partes pulidas por roce o frotado de la roca por ani-
males y personas. El velo de color blanquecino que
cubría las escenas estaba compuesto por polvo, sales
solubles y depósitos orgánicos ambientales. Su origen
estaba en fenómenos de inducción geobiológica y so-
bre todo en las numerosas veces que se mojaron las
pinturas con el fin de realzar su visión.
Otro factor de riesgo es el propio vallado de protec-
ción; totalmente inadecuado. Este vallado realizado
en los años setenta impide la visión general de todo el
conjunto, tanto de su morfología geológica como de su
composición pictórica, puesto que deja fuera del cie-
rre pinturas rupestres. Además, favorece la acumu-
lación de polvo, restos orgánicos y produce cambios
ambientales en el abrigo. La retirada de este antiguo
cierre es prioritaria para garantizar la conservación
del conjunto de pinturas rupestres.
La intervención conservativa
Estudios previos y documentación. Como paso
previo a la intervención de conservación preventiva
se realizó la documentación fotográfica del conjunto
mediante fotografía digital de alta definición y con
equipo de microfotografía. Al mismo tiempo se toma-
ron muestras de soporte para caracterizar la roca y
los pigmentos componentes de las pinturas.
Limpieza. Toda la suciedad superficial no adherida,
como polvo, restos vegetales y animales se ha elimi-
nado con brochas, cepillos y mediante aspiradores. La
limpieza de la suciedad adherida y la disminución de
la costra que cubre las pinturas, se ha realizado de for-
ma mecánica con pinceles de diferente dureza y con
instrumental quirúrgico bajo lupa de tres aumentos.
En determinadas zonas las costras de neoformación
se han eliminado químicamente con la acción del agua
de baja mineralización y destilada, así como mediante
la aplicación de compresas de celulosa con agua desio-
nizada en algunos puntos para reblandecer las costras
calcáreas y facilitar el aligeramiento de éstas.
Foto panorámica del Abrigo antes de la intervención realizada en verano de 2011, se pueden observar todas las zonas blanquecinas que posteriormente fueron limpiadas (Imagen: IVC+R)
Microfotografía para el estudio de superposiciones y estratigrafía (Imagen: IVC+R)
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Consolidación. En la actuación de conservación se
han consolidado las zonas pulverulentas y se han fija-
do las lajas con peligro de desprendimiento, adhirien-
do lascas, escamas y rellenando fisuras y grietas.
Para la fijación de algunos puntos pulverulentos con
pintura disgregada, se ha aplicado una resina acrílica,
estable, resistente y siempre en baja concentración,
no impermeabilizante de la pared rocosa y difícilmen-
te atacable por microorganismos.
En la adhesión de lascas, rellenado de fisuras y grie-
tas se han utilizado morteros de cal apagada y arena.
La arena perteneciente al propio abrigo lavada y ta-
mizada o pozzolana de naturaleza volcánica y muy
resistente.
En las zonas donde las caídas de fragmentos de roca
dejan al descubierto la roca fresca, mucho más blanca
y que distorsiona la lectura estética del conjunto, se
ha aplicado una ligera pátina de pigmentos naturales
disueltos en agua para entonar las lagunas al tono de
la pátina original.
Documentación y estudio. Los trabajos de limpieza
han permitido obtener una imagen renovada de las
pinturas del Abrigo de Tortosillas. Numerosos deta-
lles que habían pasado desapercibidos ante el estado
de conservación de los paneles son ahora perceptibles
por lo que la lectura del conjunto ha mejorado. Igual-
mente se han localizado restos de nuevos motivos que
no fueron identificados en los estudios anteriores.
Texto: Rafael Martínez Valle (IVC+R)
Fotografía del estado actual, tras la limpieza efectuada
Fotografía tomada por Gil Carles a mediados de los años 70 (Imagen: Biblioteca Tomás Navarro Tomás (CCHS-CSIC)
Foto actual del ciervo de Tortosillas tomada antes de las labores de limpieza
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La vertiente mediterránea de la Península Ibérica ate-
sora uno de los vestigios arqueológicos más excepcio-
nales y vulnerables que nos han legado nuestros an-
tepasados prehistóricos: el Arte Rupestre Levantino.
En términos generales se trata de una tradición artís-
tica pintada en abrigos al aire libre que se distribuye
a lo largo de un amplio territorio, que abarca desde
el prepirineo hasta Almería. Su originalidad reside
en la representación de escenas muy dinámicas y
naturalistas en las que figuras humanas y animales
comparten los paneles para reproducir actividades de
caza, recolección de la miel, enfrentamientos bélicos,
escenas de maternidad y muerte, etc.
Sin embargo no todos los motivos, técnicas y temas se
documentan a lo largo de todo el territorio levantino,
sino que existen especificidades regionales vinculadas
con un comportamiento territorial de los grupos pre-
históricos favorecido por la existencia de corredores
naturales entre los diversos ámbitos geográficos. En
esas comunicaciones nada tienen que ver los límites
provinciales actuales, sino que juega un papel funda-
mental la orografía y las diversas cuencas hidrográfi-
cas de la vertiente mediterránea.
Algunos rasgos estilísticos, técnicos y temáticos de Tor-
tosillas se repiten a lo largo de un territorio más exten-
so, que engloba a otros conjuntos albacetenses (como la
Cueva de la Vieja y el Queso en Alpera) y a otros núcleos
valencianos vertebrados por la red hidrográfica del Jú-
car (como los yacimientos del Macizo del Caroig).
Tortosillas en el contexto general del Arte Levantino4
Distribución del Arte Levantino en la fachada oriental de la Península Ibérica
Abrigos con arte rupestre en el entorno de la cuenca media del Júcar, Valle de Ayora y Macizo del Caroig. (Mapa realizado por Jesús García Patón).
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Esas similitudes son especialmente evidentes en el
estilo del arquero protagonista de Tortosillas. Una
figura humana de modelado anatómico naturalista,
de torso triangular y cintura estrecha, glúteos mar-
cados, y con un tratamiento muy cuidado y una gran
variedad de adornos personales (tocados de cabeza y
detalles de melena, rasgos faciales, detalle de pantalo-
nes, etc). Sus paralelos más próximos se encuentran
en yacimientos del mismo municipio (como el arque-
ro del Abrigo del Sordo, en Ayora), pero también en
otros de la red hidrográfica del Júcar. Entre ellos des-
tacan los arqueros del Abrigo del Ciervo o Cinto de las
Letras de Dos Aguas, el del Abrigo del Garrofero en
Navarrés, el del Charco de la Madera y los de las Cue-
vas de la Araña en Bicorp, el del Abrigo del Carche, en
Jalance, o los del Abric del Barranc de les Coves de les
Alcuses, en Moixent. Estas similitudes reflejan la flui-
dez de las relaciones o la existencia de intercambios
culturales entre las poblaciones de estos territorios
valencianos.
Arqueros del Abrigo del Ciervo, Dos Aguas Detalle del arquero del Abrigo del Sordo, Ayora (Imagen: Carlos Tortosa)
Junto al abrigo de Tortosillas, el patrimonio artísti-
co prehistórico de Ayora engloba otros conjuntos con
Arte Rupestre Levantino y Esquemático.
El abrigo de Pedro Mas o la Cueva Negra del Ba-
rranco Hondo, descubierto en 1912, con algunos
motivos de tipo esquemático, entre los que podemos
distinguir una serie de trazos y diversos animales
de pequeño tamaño que podrían representar a dos
bóvidos.
Abrigo de Pedro Mas y detalle de las pinturas. Imagen de animales esquemáticos (Imagen: Carlos Tortosa)
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La Cueva del Rey Moro, localizada en el entorno de
Meca en 1912. Solamente se distinguen algunas res-
tos informes de pintura.
El Abrigo del Barranco del Vizconde, descubierto en
1911 a escasos 300 m de Tortosillas. Conserva una
serie de trazos informes atribuibles a la tradición
artística esquemática.
El Abrigo del Sordo, situado en la Sierra de Engue-
ra. Fue descubierto en 1946 y aunque está muy al-
terado, conserva restos de figuras levantinas entre
las que destaca un arquero naturalista (ver página
anterior) y diversos animales entre los que se iden-
tifica la cabeza de una cierva.
Con el descubrimiento de Tortosillas en 1911 y los
del Abrigo del Vizconde y poco después el de Pedro
Mas y de la Cueva del Moro, el municipio de Ayora se
convierte en el protagonista de los primeros descubri-
mientos de Arte Rupestre Levantino y Esquemático
de la Comunidad Valenciana.
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Detalle y calco de las pinturas del Abrigo del Barranco del Vizconde
(Imagen: A. Grimal, A. Alonso)
Cueva del Rey Moro y detalle de las pinturas (Imagen: Carlos Tortosa)
Abrigo del Sordo y detalle de las pinturas (Imagen: Carlos Tortosa)
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El Arte Levantino, caracterizado por la viveza y espec-
tacularidad de sus escenas, constituye un verdadero le-
gado de las costumbres, adornos, útiles, vestimentas y
creencias de las sociedades prehistóricas de nuestro te-
rritorio, sin paralelos en Europa. Pero ¿quiénes eran y
cómo vivían sus autores?
Tras los primeros descubrimientos, los investigadores
del momento consideraron al Arte Levantino como una
provincia artística contemporánea del Arte Paleolítico
(35.000-12.000 años) descubierto en diversas cuevas can-
tábricas y francesas, como la célebre Cueva de Altamira.
En la actualidad se sabe que el Arte Levantino es más
reciente y que está vinculado a los procesos de trans-
formación que trae consigo la Neolitización (5.500-5.000
a.C.). No obstante, los investigadores siguen debatiendo
sobre las formas de vida de sus autores y se barajan dos
teorías:
Que los autores fueron las últimas poblaciones epipa-
leolíticas instaladas en estos territorios. Estas pobla-
ciones se dedicaban a la caza y a la recolección y uti-
lizaban el arte como un marcador territorial frente a
las nuevas poblaciones neolíticas, autoras de los Artes
Macroesquemático y Esquemático.
Que los autores fueron las nuevas poblaciones neo-
líticas portadoras de una diferente y novedosa for-
ma de subsistencia: la agricultura y la ganadería.
El arte estaría relacionado con la emergencia de un
nuevo mundo simbólico y con la ocupación y explo-
tación de un nuevo territorio.
¿Cómo vivían las poblaciones epipaleolíticas?
Las poblaciones epipaleolíticas representan los últi-
mos cazadores y recolectores que habitaron en nues-
tras tierras. La subsistencia de estos grupos se basaba
en la caza de grandes presas (ciervos, cabras salvajes
y jabalíes) y de pequeños animales (conejos y aves),
además de la explotación del medio acuático (pesca y
marisqueo). Así mismo, la recolección era una parte
fundamental de su subsistencia. Gracias a los restos
vegetales conservados en algunos yacimientos valen-
cianos sabemos que, entre otras, recolectaban avella-
nas, endrinas y bellotas.
¿Quiénes fueron los pintores de Tortosillas?5
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10.500
10.000
EP
IPA
LEO
LÍTI
CO
NE
OLÍ
TIC
OE
DA
D D
E L
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ME
TALE
S
Año 0 de nuestra era
5.000
3.000
1.000 Primeras colonizaciones griegas y fenicias.
138 Fundación de ValentiaLos romanos
llegan a la Península218
Inicio de la metalurgia
primeros pueblosagricultores y ganaderos
s. VI Cultura Íbera
EDADANTIGUA
Hace 35.000
años
20.000
18.000
13.000
3.000
4.500
7.5008.500
10.00011.000 0
PALEOLÍTICO SUPERIOR EPIPALEOLÍTICONEOLÍTICO
METALES
Auriñaciense Gravetiense Solutrense Magdaleniense
PALEOLÍTICO SUPERIOR ANTIGUO PALEOLÍTICO SUPERIOR RECIENTE
MicrolaminarGeométrico
CerámicaMetalurgia
LevantinoMacroesquemático
EsquemáticoArte paleolítico ARTE
INDUSTRIA
PERIODO CULTURAL
Cronograma
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Recreación de una escena de un grupo epipaleolítico (Dibujo: Ángel Sánchez Molina)
Útiles líticos de cronología epipaleolítica
Punta con microlitos insertados del yacimiento sueco de Rönneholms (Imagen: Larsson y Sjöström, 2010)
El arco era la principal arma para la caza y la guerra,
y sus flechas poseían unas puntas de piedra tallada con
formas geométricas: trapecios, triángulos y segmentos.
Es por ello que el final del Epipaleolítico es también co-
nocido como Mesolítico Geométrico. Aparte de los úti-
les de caza contaban con una amplia gama de utensilios
de piedra para realizar otras labores, como la recolec-
ción, el curtido de las pieles o el trabajo de la madera.
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Recreación de una escena de un grupo neolítico (Dibujo: Ángel Sánchez Molina)
¿Cómo vivían las poblaciones neolíticas?
La llegada de las poblaciones neolíticas, con la intro-
ducción de las prácticas agrícolas y ganaderas, supuso
una verdadera revolución de las formas de subsisten-
cia. Las cabras y las ovejas domésticas proporcionaban
carne, leche y lana. Mientras que la agricultura se cen-
traba en el cultivo de cereales como el trigo y la ceba-
da, y de leguminosas como lentejas y guisantes. Estos
trabajos agrícolas y ganaderos propiciaron la sedenta-
rización de las poblaciones en poblados estables.
La introducción de la agricultura trajo consigo una
nueva gama de herramientas, como la hoz (con dien-
tes de piedra tallada), las hachas de piedra pulida y,
especialmente, la cerámica. No obstante, la caza y la
recolección siguieron jugando un papel importante en
la economía de estos grupos, que siguieron utilizando
el arco y las flechas para capturar las presas.
Hacha de piedra pulida (Imagen: Didac Roman)
Piezas de cerámica a mano de época neolítica (SIP, Museo de Prehistoria de Valencia)
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El contexto geográfico-natural (control de las vías de
comunicación, acceso al agua, existencia de caza y
frutos silvestres) es el condicionante que más deter-
mina el emplazamiento del hábitat en las sociedades
prehistóricas. Del mismo modo, la elección del lugar
donde realizar las escenas pictóricas también parece
estar motivada por factores como la cercanía a puntos
de agua, orientación y localización de hitos geográfi-
cos en el territorio. Pero, ¿cuál era el paisaje y la fauna
que encontraron los humanos del epipaleolítico y del
neolítico, y cuánto ha cambiado hasta la actualidad?
El control de territorio y de las vías de comunicación
naturales se efectuaba con una elección cuidadosa
de puntos estratégicos con la altitud y orientación
adecuadas. Muchas veces estos puntos suponen en si
mismos hitos importantes que pueden ser vistos des-
de grandes distancias y a lo largo de grandes áreas.
El Abrigo de Tortosillas se localiza en la falda de la
Muela de Tortosillas, junto al Cerro del Bosque, en el
actual término de Alpera, límite occidental del amplio
valle que recorre el territorio en dirección norte-sur.
Frente a él se puede observar la extensa planicie del
valle solamente interrumpida por la Sierra del Mu-
grón, con el Puntal de Meca y Montemayor como pun-
tos más destacados y delimitando el espacio hacia el
este, la Sierra de Enguera. El valle adquiere frente a
Tortosillas su máxima amplitud. Desde este punto, se
va estrechando en dirección norte a modo de embudo,
para encajonarse a partir del término de Teresa de
Cofrentes. Se forma de esta manera una vía de comu-
nicación natural utilizada ya desde la prehistoria.
En cuanto a las características del paisaje natural, la
vegetación se sitúa en el piso bioclimático mesome-
diterráneo, de transición entre las formaciones subli-
torales levantinas y la llanura castellano-manchega.
Recientes investigaciones indican que el clima, la
flora y la fauna no habrían variado en exceso desde
el neolítico, documentándose especies que podemos
encontrar en la actualidad. La mayor diferencia con
respecto al paisaje vegetal prehistórico radica en la
transformación debida a la acción del hombre, sobre
todo la agricultura y la ganadería.
Durante el neolítico se trataría de un territorio con
muy poca presión demográfica, y en ese ambiente sin
afección antrópica, el paisaje vegetal estaría consti-
tuido por extensos bosques sublitorales de carrascas
(Quercus ilex subsp. rotundifolia) y zonas de bosque de
pino negro (Pinus nigra).
En la actualidad no se pueden observar estos carras-
cales potenciales mientras que los pinares se encuen-
tran en lugares muy concretos. Las formaciones vege-
tales actuales resultan de la degradación del carrascal
debido a la agricultura y la ganadería dando paso al
coscojar. En aquellos lugares más afectados aparecen
los romerales y tomillares, indicando ambas forma-
ciones la máxima degradación de la vegetación.
El contexto geográfico y natural6
Mapa: Jesús García Patón
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Panorámica del paisaje actual con los campos de cultivo
El abandono progresivo de prácticas agrícolas y gana-
deras en la zona da como resultado el desarrollo del
coscojar, sintomático de la recuperación del territo-
rio, y paso previo para la recuperación del carrascal.
El estudio de la fauna que poblaría este territorio
durante el neolítico puede realizarse a través de los
restos óseos hallados en los yacimientos y por medio
de las representaciones pictóricas que dejaron en los
abrigos. La fauna documentada en el entorno se co-
rresponde con especies que podemos observar actual-
mente en Ayora pero mucho más numerosa. Es des-
tacable que alguna de las especies actuales, como es
el caso del ciervo, son ejemplares reintroducidos hace
poco tiempo con fines cinegéticos.
La fauna también se distingue entre salvaje y do-
mesticada. Los ejemplares de fauna salvaje están
representados por ciervo (Cervus elaphus), uro (Bos
taurus primigenius), cabra (Capra pirenaica), jabalí
(Sus scrofa), caballo (Equus ferus caballus). En exca-
vaciones arqueológicas se han recuperado gran canti-
dad de huesos de conejo (Oryctolagus cuniculus), que
aunque no está representado en el arte rupestre, sería
una parte principal de la caza y la dieta.
Con la expansión de la agricultura y la ganadería se
introducen nuevas especies vegetales y animales do-
mesticadas. Gracias a la recuperación de las semillas
carbonizadas y su estudio (Carpología) se han podido
documentar restos de plantas agrícolas, estando re-
presentadas por el trigo desnudo (Triticum aestivum-Coscojar (Sierra de Enguera, Ayora)
Bosque de pino negro (Nacimiento del rio Tajo, Guadalajara)
Carrascal sublitoral en Salvacañete, Cuenca (Imagen: Victoria Domínguez)
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durum), cebada desnuda (Hordeum vulgare nudum),
escaña o espelta (Triticum monococcum), guisante (Pi-
sum sativum), haba (Vicia faba), arveja (Vicia sativa),
almorta (Lathyrus sativus), lenteja (Lens esculenta) y
lino (Linum usitatissimum).
Las únicas especies domesticadas documentadas en ya-
cimientos de la zona son la cabra (Capra aegagrus hir-
cus) y la oveja (Ovis orientalis aries). La caza represen-
taría el principal aporte de carne incluso en el neolítico.
Recreación ideal del paisaje en el 6.000 a.C., con los bosques de carrascas en la zona baja. (Recreación: Laclave Creación 2.0)
Uro (Bos Taurus primigenius), Cingle de la Mola Remigia, Ares del Maestrat (Castellón)
Jabalí (Sus scrofa), Abric del Mas d’en Josep, Tirig (Castellón)
Caballo (Equus ferus caballus), Abrigo del Carche, Jalance (Valencia)
Cabra (Capra pirenaica), Abrigo de Vicent, Millares, (Valencia)
Ciervo (Cervus elaphus), Abrigo de Tortosillas, Ayora (Valencia)]
Ilustración de diferentes tipos de trigo y espelta
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Desde 1998 el Abrigo de Tortosillas, junto con el resto
del Arte Rupestre del Arco Mediterráneo, comparte
la distinción de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Otros ejemplos de elementos patrimoniales declarados
en España son la Llotja dels Mercaders, en Valencia,
la Alhambra de Granada, la Cueva de Altamira o el
casco histórico de Córdoba. A nivel mundial, compar-
te esta calificación con otros ejemplos como Pompeya
y Herculano en Italia o el Taj Mahal en India. Esta dis-
tinción reconoce su valor universal excepcional como
un testimonio único de las primeras representaciones
gráficas de nuestros antepasados prehistóricos, y nos
obliga a comprometernos en su protección, conserva-
ción y difusión, tanto a nivel científico como social.
En todo el mundo hay muchos más sitios arqueoló-
gicos y extensas áreas con arte rupestre, todos ellos
de enorme valor histórico y patrimonial, pero sólo un
pequeño grupo reúne las características, de momen-
to, para gozar de la máxima distinción por parte de
UNESCO.
El Abrigo de Tortosillas como Patrimonio Mundial de la UNESCO7
Mapa: Jesús García Patón
Botswana: Tsodilo.Cronología: Paleolítico hasta el s. XIX.Representación: pinturas. Figuras de animales.
Zimbabwe: Montes MatoboCronología: 11.000 a.C./s.XX d.C.Representación: pinturas. Figuras humanas y de muchas especies animales, escenas rituales.
Sudáfrica: Ukhahlamba – Parque de DrakensbergCronología: 2.000 a.C./ s. XIX-XX d.C.Representación: pinturas.
Azerbaiyán: Paisaje Cultural de Arte Rupestre de Gobustán.Cronología: Paleolítico Final/Edad Media (desde 40.000 b.p. hasta el siglo XVd.C.Representación: grabados. Escenas de caza, fauna, flora y modos de vida.
Kazakhstan: Petroglifos del Paisaje Arqueológico de Tamgaly.Cronología: 2ª ½ II milenio a.C./s.XX d.C.Representación: grabados. Escenas sagradas y de organización social de la sociedad pastoril y patriarcal.
Mongolia: Conjuntos de petroglifos del Altái mongolCronología: 11.000 a.C./ss. VII-VIII d.C.Representación: grabados. Figuras animales y humanas, jinetes.
India: Refugios Rupestres de Bhimbetka.Cronología: periodo mesolítico/época histórica (indeterminado)Representación: pinturas. Temática diversa con figuras animales y humanas.
Australia: Parque Nacional de Kakadu.Cronología: desde el neolítico hasta la actualidad.Representación: pinturas. Figuras humanas y de animales.
Australia: Uluru-Kata Tjuta National Park.Cronología: desde el paleolítico hasta la actualidad.Representación: pinturas. Representaciones geométricas y abstractas.
España: Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península IbéricaCronología: Epipaleolítico/Neolítico (8.000-5.000 a.C.)Representación: pinturas. Figuras de animales.
Francia: Sitios prehistóricos y cuevas con pinturas del Valle del VézèreCronología: Paleolítico Superior Representación: pinturas. Figuras de animales.
Italia: Arte Rupestre de ValcamonicaCronología: desde el Epipaleolítico (8.000 a.C.) hasta época medievalRepresentación: grabados. Temática diversa, figuras humanas, de animales, objetos, geométricas.
Argelia: Tassili n’Ajjer (Algeria).Cronología: 10.000 a.C./inicios del primer milenio d.C.Representación: dibujos y grabados. Temática diversa, figuras humanas, de animales, escenas de danza, etc.
Libia: Sitio Rupestre de Tadrart Acacus.Cronología: 10.000 a.C./inicios del primer milenio d.C.Representación: dibujos y grabados. Temática diversa, figuras humanas, de animales, escenas de danza, etc.
Tanzania, República de: Sitios con Arte Rupestre de Kondoa.Cronología: últimos 2.000 años.Representación: pinturas. Escenas con animales y personas.
Malawi: Arte Rupestre de Chongoni.Cronología: Paleolítico Superior/s. XX d.C.Representación: pinturas. Ritos iniciáticos con mujeres en danzas de lluvia y rituales funerarios, relacionados con la cultura caza-recolectora BaTwa y sobre todo con la agrícola Chewa.
Namibia: Twyfelfontein o /Ui-//aes.Cronología: s. I d.C/s.XX d.C.Representación: grabados y pinturas. Figuras humanas y de muchas especies animales.
México: Pinturas Rupestres de la Sierra de San Francisco.Cronología: 100 a.C/1.300 d.CRepresentación: pinturas. Figuras humanas y de muchas especies animales.
Perú: Líneas y geoglifos de Nazca y Pampas de Jumana.Cronología: 500 a.C./500 d.C.Representación: grabados. Figuras de animales reales e imaginarios, plantas estilizadas y figuras geométricas.
Brasil: Parque Nacional de la Serra da Capivara.Cronología: 23.000 a.C.Representación: pinturas. Figuras de animales de la última glaciación.
Argentina: Cueva de las Manos en Río Pinturas.Cronología: entre el 13.000 y el 9.500 b.p.Representación: pintura. Negativos de manos humanas y representaciones de animales como guanacos y escenas de caza.
Irlanda: Conjunto Arqueológico del Valle del Boyne.Cronología: desde 3.800-2.200 a.C hasta época medieval.Representación: grabados. Figuras geométricas en construcciones megalíticas.
Suecia: Grabados Rupestres en Tanum.Cronología: Edad del Bronce.Representación: pinturas y grabados, escenas con personajes, animales, barcos, etc.
Noruega: Arte Rupestre de Alta.Cronología: 4.200/500 a.C.Representación: pinturas y grabados. Escenas de caza con figuras humanas, animales y embarcaciones.
Portugal y España: Sitios de Arte Rupestre Prehistórico del Valle del Côa y de Siega Verde.Cronología: Paleolítico Superior (22.000-10.000 a.C.)Representación: grabados. Figuras de animales.
España: Cueva de Altamira y Arte Rupestre Paleolítico del Norte de EspañaCronología: Paleolítico Superior (Magdaleniense, 15.000-11.000 a.C.)Representación: pinturas. Figuras de animales.
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Imágenes: UNESCO - UNESCO/WHF
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El patrimonio cultural de Ayora
El Abrigo de Tortosillas y el resto de abrigos con Arte Rupestre de Ayora son considerados también Bienes de Interés Cultural (BIC), máxima distinción y protec-ción a nivel estatal. El rico patrimonio que actualmen-te conserva el municipio cuenta con varios elementos también considerados BIC:
Castillo de Ayora (siglos XIII / XVIII)
Iglesia de Santa María la Mayor (siglos XV / XVIII)
Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asun-ción (siglos XVI /XVIII)
Arco de San Pascual y Petroglifos (prehistóricos, in-determinado)
Yacimiento Ibérico de Meca
Cruz Cubierta de Ayora/Cruz de San Antón (siglo XV)
Pero hay mucho patrimonio que aunque no cuente con estas distinciones debe ser también reconocido por su alto valor: las casas señoriales y modernistas de la ca-lle de la Marquesa, el barrio medieval de los Altos, el Convento de San Francisco y un largo etcétera.
El reconocimiento de estos bienes culturales implica la obligación de garantizar su conservación adecuada pero ofrece también la oportunidad de grandes bene-ficios en aspectos sociales, culturales y económicos.
El turismo ve como cada año crece la demanda de des-tinos con un alto valor cultural, lo que incluye tanto el patrimonio material como el inmaterial, la gastro-nomía o las celebraciones populares. El turismo cul-tural, explotado de manera racional y ordenada es una fuente económica importante para el desarrollo sostenible, en especial para las zonas de interior que cuentan con un enorme potencial histórico-cultural y
paisajístico, como ocurre en el caso de Ayora.
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Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción
Castillo de Ayora
Arco de San Pascual y Petroglifos
Cruz Cubierta de Ayora / Cruz de San Antón
Convento de San FranciscoIglesia de Santa María la Mayor
Imágenes de Carlos Tortosa
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Los Pintores de Tortosillas para niñosAsí vivíamos en la prehistoria8
La caza
Rituales
Artesanía con madera
Despiece de los animales, trabajo de las pieles y fuego
Pintura rupestre
El poblado
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La recolección: flores, plantas y raíces
La recolección: miel y caracoles
Útiles de piedra tallada y pulida
La recolección: setas y frutos secos
La agricultura y la ganadería
La pescaDibujos: Nuria Rives Calbet
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Bibliografía9
Agradecimientos
Bernat Martí, Daniel Serrano, Helena Bonet, José Antonio López Mira,
Javier Arrúe, Dídac Romàn, Servei d’Investigacions Prehistòriques de la
Diputació de València, Real Academia de Cultura Valenciana, CCHS-CSIC.
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