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DOS TRADICIONES ÉPICAS SOBRE EL NACIMIENTO DEL CID* Al adaptar en prosa un cantar de gesta sobre las mocedades del Cid, la Crónica de los reyes de Castilla (redactada hacia 1300) incluye una curiosa anécdota referente a Diego Laínez, padre del héroe: E queremos que sepades por qual razón Diego Laynes, seyendo por casar, caualgo en dia de Santiago, que ca[e] en el mes de jullio, e encontróse con vna villana que lleuaua de comer a su marido al era. E trauo della e yugo con ella por fuerga. E enpreñose luego de vn fijo. Et fuese para su marido. E yogo con ella. E enpreñose de otro fijo, pero dixo ella a su marido lo que le acaesgiera con el cauallero. E quando vino al tienpo del encaesgimiento, nasgio [primero] el fi- jo del cauallero. E bautizáronlo e pusiéronle nonbre Ferrando Dias. E los que non saben la estoria dizen que este fue mió Qid, mas en esto lo yerran. Después desto, caso este Ferrando Dias con fija de Antón Antolines de Burgos e ouo en ella fijos a Martin Antolines [e a Pero Bermudez] e a Melen Ferrandez e a Ferrant Alfonso e a Ordoño, el menor. Estos fueron los sobrynos de mió Qid, ca nun- ca el ouo otro hermano nin hermana. Et después que Diego Laynes se enbarato con la villana, caso con doña Theresa Nuñes, fija del conde Ñuño Aluares de Amaya, e ouo en ella este Rodrigo 1 . * Anticipo, en estas páginas, en forma preliminar y sujeta a revisión, un capítulo de mi libro The Spanish epic and individualist theory: Studies on the "Moce- dades de Rodrigo }} (en preparación). 1 Ms. G (Escorial X-I-l 1), fol. 131 v°a-b. Tengo a la vista otros 19 mss., amén de la Crónica particular del Cid y la Ocampiana. Nótense los siguientes deta- lles: Ms. G reza caya, mientras los otros mss. más afines traen cae; la palabra primero falta en G y en otros varios mss., pero consta en otros muchos; sólo la Crónica particular, la Ocampiana y ms. £ (B.N.M., 1810, olim G-123) todos sin duda influidos por la Crónica de 1344incluyen a Pero Vermúdez en la lista de los sobrinos; una mano contemporánea ha cambiado la frase " E los que non saben la estoria dizen que este fue mió Qid" para que se lea "este NRFH, XXXVI (1988), núm. 1, 219-248

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D O S T R A D I C I O N E S ÉPICAS S O B R E E L N A C I M I E N T O D E L C I D *

A l adaptar en prosa u n cantar de gesta sobre las mocedades del C i d , la Crónica de los reyes de Castilla (redactada hacia 1300) inc luye u n a curiosa anécdota referente a Diego Laínez, padre del héroe:

E queremos que sepades por qual razón Diego Laynes, seyendo por casar, caualgo en dia de Santiago, que ca[e] en el mes de ju l l i o , e encontróse con vna villana que lleuaua de comer a su marido al era. E trauo della e yugo con ella por fuerga. E enpreñose luego de vn fijo. Et fuese para su marido. E yogo con ella. E enpreñose de otro fijo, pero dixo ella a su marido lo que le acaesgiera con el cauallero. E quando vino al tienpo del encaesgimiento, nasgio [primero] el fi­j o del cauallero. E bautizáronlo e pusiéronle nonbre Ferrando Dias. E los que non saben la estoria dizen que este fue mió Qid , mas en esto lo yerran. Después desto, caso este Ferrando Dias con fija de Antón Antolines de Burgos e ouo en ella fijos a M a r t i n Antolines [e a Pero Bermudez] e a Melen Ferrandez e a Ferrant Alfonso e a Ordoño, el menor. Estos fueron los sobrynos de mió Qid , ca nun­ca el ouo otro hermano nin hermana. Et después que Diego Laynes se enbarato con la villana, caso con doña Theresa Nuñes, fija del conde Ñuño Aluares de Amaya, e ouo en ella este Rodrigo 1 .

* Ant i c ipo , en estas páginas, en forma prel iminar y sujeta a revisión, un capítulo de m i l ibro The Spanish epic and individualist theory: Studies on the "Moce­dades de Rodrigo}} (en preparación).

1 M s . G (Escorial X - I - l 1), fol. 131 v°a-b. Tengo a la vista otros 19 mss., amén de la Crónica particular del Cid y la Ocampiana. Nótense los siguientes deta­lles: M s . G reza caya, mientras los otros mss. más afines traen cae; la palabra primero falta en G y en otros varios mss., pero consta en otros muchos; sólo la Crónica particular, la Ocampiana y ms. £ ( B . N . M . , 1810, olim G-123) —todos sin duda influidos por la Crónica de 1344— incluyen a Pero Vermúdez en la lista de los sobrinos; una mano contemporánea ha cambiado la frase " E los que non saben la estoria dizen que este fue mió Q i d " para que se lea "este

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L a Crónica General de España de 1344 también inc luye este pa ­saje, copiado sin duda de u n a versión galaico-portuguesa de la Crónica de Castilla2. A p a r t e de recalcar, en u n a frase in i c ia l , la ne­gat iva acerca de la bastardía del C i d , el texto de la Crónica de 1344 apenas difiere de la de Castilla, pero no deja de tener su i m p o r ­tanc ia , pues inc luye entre los sobrinos del C i d a Pero Vermúdez , mient ras que la Crónica de Castilla no lo acepta como ta l sino en * lecturas esporádicas e interpoladas, y seguramente bajo la i n f l u e n ­cia tardía de la m i s m a Crónica de 1344. Según veremos, al papel t r a d i c i o n a l de Pero Vermúdez como sobrino del C i d , menc iona­do varias veces en el ant iguo Cantar de mió Cid, también se alude en la Refundición de las Mocedades3. Por lo t a n t o , la alusión en la Crónica de 1344 b ien puede tener su base t rad i c i ona l . L a probable autent i c idad de esa lec tura se refuerza mediante la presencia en la Crónica de 1344 de todo u n episodio sobre la cr ianza del j o v e n C i d , de indudable or igen juglaresco , que falta en la Crónica de Castilla4. H e aquí el texto de la Crónica de 1344:

E algunos dezian que el Qid [era] de barragana, mas mentían. E la manera porque lo cuydavan era esta: Diego Layndez, su padre del Qid , ante que casase con su madre, queremos que sepades por qual rrazon Diego Layndez enpreño vna villana de vn fijo, en dia

fue <padre d e > mió C i d " . Sobre los mss. de la Crónica de Castilla, véase D I E G O C A T A L Á N , De Alfonso X al Conde de Barcelos, Gredos, M a d r i d , 1962, p p % 325-349; y alguna precisión adicional en mis artículos, " N e w perspectives i n A l -fonsine h istor iography" , RPh, 20 (1966), 204-217; " M s . Z of the Crónica de Castilla: Lost and F o u n d " , LCo, 6 (1978), núm. 2, 118-122. Califico de Cró­nica particular del Cid a la Crónica del famoso cauallero Cid Ruy diez campeador, ed. Fr . J u a n López de Velorado (Fadrique Alemán de Basilea, Burgos, 1512), ed. facs. de Archer M . H u n t i n g t o n , De V i n n e , New York , 1903. Como demues­tra C A T A L Á N , op. cit., pp. 326-328, nota 20, la Crónica particular representa una edición parcial del ms. B (Bibliothèque Nationale, Paris, p. 326) de la Crónica de Castilla. Aquí, por conveniencia, citaré a veces por la edición moderna de la Crónica particular realizada por V Í C T O R A . H U B E R , C P . Scheitlin, Stuttgart, 1853. Por Crónica Ocampiana entiendo Las quatro partes enteras déla Crónica de Es­paña, ed. Florián de Ocampo (Augustin de Paz y Juan Picardo, Zamora, 1541), que, en su cuarta parte, se basa en u n códice perdido de la Crónica de Castilla (cf. C A T A L Á N , op. cit., pp. 332-334 y notas).

2 C A T A L Á N , op. cit., pp. 305-306. 3 Sobre Pero Vermúdez y su posible parentesco con el C i d , véase R A M Ó N

M E N É N D E Z P I D A L , La España del Cid, Espasa-Calpe, M a d r i d , t . 1, pp. 271-301; t . 2, pp. 553-682.

4 Sobre el caso, véase m i artículo " P a r a el texto de la Refundición de las Mocedades de Rodrigo", AEM, 3 (1966), p. 535.

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de Santiago, por fuerga. E era casada e el marido empreñóla luego en ese dia de otro fijo. E al tienpo del parir , nació el fijo del cavalle-ro primeramente. E bavtizaronlo e pusiéronle nonbre Ferrand Diaz. E los que non saben la estoria dizen que fue el Qid , mas en esto yerran. Después caso Ferrand Diaz con fija de Antón Antoljs de Burgos e fizo en ella a M a r t i n Antolines e Pero Vermudez e Melen Ferrandes e Ferrand Alfon e Ordoño, el menor. Estos fueron los sobrinos del Qid R r u i Diaz. E después que Diego Layndez sse en-barato con la vil lana, caso con doña Teresa Nuñez, commo avernos dicho, e fizo en ella a R r u i Diaz, el Qid , que llamaron ante Rrodr i -go de Bivar 5 .

5 M s . M (Biblioteca de la Universidad de Salamanca, 2656; olim Bibl io­teca Real, M a d r i d , 1069, olim 2-1-2), fols. 79 v°¿-80 r° a. El ms. A i represen­ta, por sí solo, la pr imera redacción castellana de la Crónica de 1344. Tengo a la vista otros cuatro mss. representantes de la segunda redacción castellana, así como la edición de la segunda redacción portuguesa: Crónica Geral de Espan­ta de 1344, ed. Luís Felipe Lindley C int ra , Academia Portuguesa de Histor ia , Lisboa, 1951-1961, t . 2, 480.9-22. Sobre los mss. de esta crónica, véanse la ed. de C i n t r a , t . 1, pp. 489-546, y la Crónica General de España de 1344, ed. Die­go Catalán y María Soledad de Andrés, S .M.P . , M a d r i d , 1970, t . 1, pp. l x x i i i -l x x x i i . Sobre el origen portugués de la Crónica de 1344, demostrado con toda ampl i tud por C in t ra (tomo 1), véanse las conclusiones de C A T A L Á N , De Alfon­so X. .., pp. 291-298. L a fórmula E algunos dezian {dizen en el ms. Q B . N . M . , ms. 10815, olim I i - 74 , fol. 122 r° ) , con que comienza el texto de 1344, podría interpretarse de por sí como una cita de cantar de gesta. Véase lo que dice R . M E N É N D E Z P I D A L , Reliquias de la poesía épica española, ed. Diego Catalán, 2 a ed. , Gredos, M a d r i d , 1980, pp. l i i - l i i i . Para otros muchos ejemplos —es­pecificada la cita de juglares o cantares— véanse R. M E N É N D E Z P I D A L , Poesía juglaresca y orígenes de las literaturas románicas, 6 a ed., Inst i tuto de Estudios Políti­cos, M a d r i d , 1957, pp. 300-301, 303-304, 306; C I N T R A (ed.), Crónica Geral. . ., t . 1, pp . 264-268; y m i artículo, ' ' F r o m epic to chronicle: A n individualist ap-p r a i s a l " , RPh, 40 (1986-87), pp. 340-341. Siguiendo esta misma tradición, a J U L I Á N DEL C A S T I L L O , en su Historia de los Reyes Godos (Burgos, 1582), le basta decir: " Y según algunos. . . " , para hacer constar que cita de u n romance (cf. R. M E N É N D E Z P I D A L , Romancero hispánico, Espasa-Calpe, M a d r i d , 1953, t . 2, pp. 102-103). Aunque en la historiografía de tipo alfonsí, la fórmula abunda en pasajes de origen épico, no es exclusiva en referirse sólo a cantares de ges­ta. C i n t r a trae u n caso en que "otros dizen de otra guisa" se aplica al Tílden­se (Crónica Geral, t . 1, p. 270) y, en textos no cronísticos, huelga decir que se usa para aludir vagamente a las fuentes más diversas: "A lgunos dixieron que los dichos dos hermanos, . . . luego commo supieron que Helena fuera rroba-da, se metieron al mar en grand armada por la cobrar " , La coránica troyana, ed. Frank P. Norr i s , Univers i ty of N o r t h Carol ina Press, Chapel H i l l , 1970, p. 125; " . . . que segund dizen algunos, que quando Dios formó el cuerpo de Adán, que le enxirió aquella costilla de más de que hiziese la m u g e r " , FRAY M A R T Í N DE C Ó R D O B A , Jardín de nobles doncellas, ed. H a r r i e t Goldberg, Univer ­sity of N o r t h Carol ina Press, Chapel H i l l , 1974, p. 150. Pero tales textos real-

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L o que p r i m e r o l l a m a la atención en el episodio recogido por las dos crónicas es la combinación de la creencia en el nac imiento de gemelos como indic io de adul ter io con el difundidísimo m o t i ­vo del héroe bastardo 6 . Aqu í las crónicas no sólo in t roducen u n personaje a todas luces ficticio —Fernán Díaz , supuesto h e r m a -

mente no vienen al caso, pues en pasajes cronísticos de obvio origen épico que­dan m u y claras las implicaciones de la fórmula.

6 La creencia en el nacimiento de gemelos como indicio de infidelidad por parte de la mujer abunda en obras medievales: el ejemplo más famoso es el lai de M A R I E DE FRANCE, Le Fresne: " N e n'avendrat cel'aventure / que a une sule porteüre / qué une femme deus fiz eit, / si deus hummes ne I i unt f e i t " , ed. A l f red Ewert , Basil Blackwell, Ox ford , 1947, p. 36, vv. 39-42; también, T H O M A S C. R U M B L E (ed.), The Breton lays in Middle English, Wayne State U n i -versity Press, Detroit , 1965, p. 83, vv . 69-72. E l mismo motivo se encuentra en el Caballero del Cisne y sus congéneres franceses: " ca en ese tiempo toda m u -ger que de v n parto pariese más de vna criatura, era acusada de adulterio, e matauan la por e l l o " , ed. Emeterio Mazorr iaga, Victor iano Suárez, M a ­d r i d , 1914, p. 15; La Gran Conquista de Ultramar, ed. Louis Cooper, Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, 1979, t . 1, p. 87. Además del Chevalier au Cygne, el tópico figura en los romans franceses de Octavian y Galeran de Bretagne (véase U R ­BAN T . H O L M E S , A history of Oíd French literature, Russell & Russell, New Y o r k , 1962, pp. 125, 265, 270-271). El mismo tipo narrat ivo de Le Fresne ha de pro­ducir el romance de Espínelo: "que m u ger que dos pariese, / de u n parto, y en u n día, 7/ que la den por alevosa / la quemen por just ic ia , / / o la echen en la mar, / porque adulterado había" (Primav. 152). Véase el estudio de D I E ­GO C A T A L Á N , " E l romancero med ieva l " , E l comentario de textos, t . 4: Poesía me­dieval, Castalia, M a d r i d , 1983, pp. 451-489. Para otros muchos ejemplos de la misma creencia, véanse FRANCIS J A M E S C H I L D , The English and Scottish po­pular ballads, Dover, New York , 1965, t . 2, pp. 67-68, 511; F E R D I N A N D F E L L I N -GER, Schwangerschaft und Geburt in der altfranzösischen Literatur, Vandenhoek & R u ­precht, Georg August-Universität zu Göttingen, 1907, p. 66; R I C H A R D SCH­RÖDER, Glaube und Aberglaube in den altfranzösischen Dichtungen, M a r t i n Sandig, Wiesbaden, 1969, pp. 129-130; y sobre todo la amplísima documentación de K A R L W A R N K E (ed.), Die Lais der Marie de France, 3 a ed., M . Niemeyer, H a ­l le , 1925, pp. cxi-cxxi ; y ahora, B E R Y L R O W L A N D & M A R G A R E T JENNINGS, "Unheaven ly t w i n s " , NphM, 85 (1984), 108-114. En muchas culturas, el nacimiento de gemelos sigue siendo mal visto y de mal agüero: véanse V A N -CE R U D O L P H , Ozark magic and Folklore, Dover, New York , 1964, p. 203; BARBA­RA A L L E N W O O D S , " H a w a i i a n childbearing superstitions", WF, 20(1961), pp. 115-116. Pero en otros casos, se tiene por favorable: A N G E L I N A P O L L A K , " E l culto de los gemelos en África Occidental y en las Américas" , América Latina, Río de Janeiro , 12 (1969), 66-78. De amplísima difusión son las creencias que atr ibuyen a la mujer que da a luz a gemelos especiales capacidades mágicas y curativas. Véase E. H O F F M A N N - K R A Y E R & H A N N S B Ä C H T O L D - S T Ä U B L I , Hand­wörterbuch des deutschen Aberglaubens, W . de Gruyter , Ber l in , 1927-1942, t . 10, 416¿> (s.v. Zwillinge). Para abundante documentación sobre el folklore de los gemelos, véanse A R T H U R D I C K S O N , Valentine and Orson: A study in late Medieval

NRFH, X X X V I SOBRE EL NACIMIENTO DEL C I D 223

no bastardo del C a m p e a d o r — sino se desviven por negar, en tér­minos m u y explícitos, u n a interpretación var iante : que el niño nacido a raíz del encuentro con la v i l l ana no era o tro que el mis ­m o C i d R u y Díaz y que , además, según la Crónica de Castilla, éste había sido uno de varios hijos de Diego Laínez. H u e l g a decir que, cuando el río suena, agua l leva: los cronistas no se molestarían en negar lo que no se decía por ahí. C o m o veremos, u n a c o m p u l ­sa de textos épicos, cronísticos y romancísticos nos permi te vis­l u m b r a r la perv ivenc ia mult i secular de estos dos pareceres d iver ­gentes y rivales referentes al nac imiento del C i d Campeador .

A l ident i f i car al h i j o de la v i l l a n a con el mítico Fernán Díaz, el relato cronístico alude a lo que parece ser u n a tradición " m a -y o r i t a r i a " destinada a d o m i n a r en la documentación u l t e r i o r . Y a la m i s m a Crónica de Castilla, en episodios prosificados de u n a ver­sión var iante del Cantar de mió Cid, vuelve a a l u d i r a Fernán Díaz:

romance, Columbia University Press, New York , 1929, pp. 98-99; A L E X A N D E R H . K R A P P E , " L a Belle Hélène de Constantinople" , Ro, 63 (1937), pp. 345-347; y especialmente A M R A M SCHEINFELD, Twins and supertwins, Chatto and Windus , London , 1968, pp. 245-258, 284-285; también el folleto — m u y indocumentado— de A N T O N I O C A S T I L L O DE L U C A S , El parto múltiple en las le­yendas y romances españoles, Consejo Nacional de Matronas, M a d r i d , 1963. Tén­ganse en cuenta además los motivos folklóricos: A515 .1 .1 .1 . Twin culture heroes sired by two fathers; T 5 8 7 . 1 . Birth of twins an indication of unfaithfulness in wife ( S T I T H T H O M P S O N , Motif-Index of Folk-Literature, 6 tomos, Ind iana Univers i ty Press, Bloomington, 1955-1958). L a creencia sigue v iva , al parecer, en la t ra ­dición contemporánea: " I f you have twins, i t means that you have been ca­r r y i n g on w i t h another m a n . . . " ; " A mult ip le b i r t h signifies an unloyal w i ­f e " (Popular beliefs and superstitions from Utah, eds. W a y l a n d D . H a n d & Jeanni-ne E. Talley, Univers i ty of U t a h Press, Salt Lake C i t y , 1984, nums. 593-594; y 595-596); también H O F F M A N N - K R A Y E R y B À C H T O L D - S T À U B L I , op. cit., t .8 , 1488, n . 21 . Téngase en cuenta, para terminar , u n notable ejemplo clásico: en una misma noche, Alcmena se acuesta con Zeus y además con Anfitrión, su mar ido ; a continuación, nacen gemelos: Heracles (Hércules), hi jo de Zeuz, e Ificles, hijo de Anfitrión ( H E S Í O D O , "Shie ld of Heracles" , The Homeric hymns and Homérica, ed. H u g h G . Evelyn-White , H a r v a r d Univers i ty Press-William Heineman, Cambridge, M A - L o n d o n , 1959, pp. 220-223). Sobre la leyenda, véase también Paulys Realencyclopàdie der classischen Altertumswissenschaft, ed. Georg Wissowa, 1:2 J . B . Metzler , Stuttgart, 1894, 1572-1573. Lo notable en el pasa­je de Hesíodo es que, igual que veremos luego en el re fundidor de Rodríguez de Almela , el carácter de los gemelos difiere según el padre que se atribuye a cada uno. N o sé hasta qué punto el hecho de encontrarse Diego Laínez con la vi l lana " e n dia de Santiago" pueda o no relacionarse con los antecedentes "dioscúricos" del Santo patrón. H a de ser pura coincidencia. Véanse A M É -RICO C A S T R O , La realidad histórica de España, Porrúa, México, 1954, p. 136; San­tiago de España, Emecé, Buenos Aires, 1958, pp. 89-103. Sobre el motivo del héroe bastardo, véase infra.

224 SAMUEL G. ARMISTEAD NRFH, X X X V I

E n t o n c e l l a m o m i ó Çid a M a r t i n A n t o l i n e s , su sobr ino , fijo de Fe­r r a n t D i a s , su h e r m a n o . . . E t M a r t i n A n t o l i n e z de Burgos , sobry-n o del mió Ç i d e fijo de F e r r a n d o D i a s , su h e r m a n o , el que nasçio de la q u i n t e r a . . ?

E l m i s m o hermano bastardo, anónimo en este caso, vuelve a asomarse en la Refundición de las Mocedades de Rodrigo, poema épico tardío, redactado hacia 1360. E l único manuscr i to conservado trae u n texto confuso:

. . . v i o estar v n su sobnno fijo de su h e r m a n o Q u e l d i zen pero m u d o . A e l fue l legado. V e n acá m j sobnno fijo eres de m j h e r m a n o E l que fizo m j h e r m a n o en v n a l a b r a d o r a qw¿mdo a n d a u a cazando 8 .

Pero , según espero haber demostrado en o t ro lugar , la repet i ­ción de ' ' m j h e m a n o ' ' , inmediatamente debajo de las palabras idén­ticas en el renglón anter ior , ha de ref lejar u n a homografía y , con t o d a seguridad, la lectura correcta —de acuerdo con el test imo­n i o cronístico— habría sido:

7 M s . G, fols. 155 v°b y 159 v°a-b. El texto corresponde a los vv. 78-89 y 136 del antiguo CMC. No creo que aquí la alusión a " l a q u i n t e r a " sea de origen juglaresco, pues, que yo sepa, sólo se da en el ms. G y en la Crónica particular (ed. Huber , p. 106). L o más probable, por lo tanto, es que sea una interpolación cronística que hace eco del pasaje anterior (cap. 2 de la Crónica particular) referente a los orígenes del C i d y de Fernán Díaz. E n cambio, otros varios textos incluyen, en el pr imer caso, la alusión a Fernán Díaz: " . . . cha-m o u a M a r t i n Antolines, seu sobrino, filio de Fernâ Diaz, seu yrmâo" (La traducción gallega de la Crónica General y de la Crónica de Castilla, ed. Ramón L o ­renzo, Instituto Padre Feijoo, Orense, 1975-1977, t . 1, p. 415.12-13); " . . . l l a ­mo a m j antolines su sobrino fijo de fernan diaz su hernwzo' ' (Crónica de Casti­lla, ms. r ( B . N . M . ) , 7403, fol. 34 v°a); " . . . chamou hüu seu sobrinho, íilho de Fernâ Diaz, seu irmâo, que avya nome M a r t i A n t o n i i z " (Crónica de 1344, ed. C i n t r a , t . 3, p. 420.14-15).

8 Véase la edición paleográfica de A L A N D . D E Y E R M O N D , Epic poetry and the clergy: Studies on the ''Mocedades de Rodrigo3\ Tamesis, London , 1969, p. 264. También tengo a la vista una fotografía del manuscrito a que hago referencia en el texto (ms. Espagnol 12, Bibliothèque Nationale, Paris), fol. 198 v°a-b. Sobre la fecha de la Refundición, véase D E Y E R M O N D , pp. 22-24.

NRFH, X X X V I SOBRE EL NACIMIENTO DEL C I D 225

V i o estar un su sobrino, fijo de su hermano, quel dizen Pero M u d o , a él fue llegado: — V e n acá, m i sobrino, fijo eres de m i hermano, el que fizo m i [padre] en una labradora, quando andava cazando 9.

A u n q u e no se ident i f i ca por n o m b r e a este hermano del C i d , obv iamente se t ra ta del m i s m o Fernán Díaz de las crónicas, seña­lado en la Crónica de 1344 y en algunos manuscritos de la de Casti­lla, como padre de Pero V e r m ú d e z , qu ien a su vez se designa en la Refundición con el m i s m o apodo épico usado en el vie jo Cantar de mió Cid: cTabla, Pero M u d o , / varón que tanto callas! . . . / /S i empre en las cortes / Pero M u d o me l l a m a d e s ! " 1 0 Nóte­se también que, en la Refundición, Pero M u d o desempeña su pa­pel tradicional de alférez del Campeador (CMC, w . 611 , 689, 705). Tengamos en cuenta, ahora de paso, la presencia, en estos versos de la Refundición, del m o t i v o de la caza, en el que tendremos oca­sión de fijarnos otra vez más adelante.

D i c h o sea de paso que la l e g i t i m i d a d de nac imiento del C i d se apoya, tanto en el relato cronístico de las Mocedades, como en la Refundición y en la versión del Cantar de mió Cid que trae la Cró­nica de Castilla, mediante u n a detal lada genealogía, en la que el l ina je del Campeador se hace r e m o n t a r a los jueces originales de C a s t i l l a , Ñuño Rasura y Laín C a l v o 1 1 . Además, en la Refundi­ción (v . 260), i gua l que en los textos cronísticos, se especifica la i d e n t i d a d de doña Teresa Núñez como madre del héroe.

E n fecha posterior a la Refundición tampoco perdemos de vista del todo a nuestro Fernán Díaz , h e r m a n o bastardo del C i d . L a segunda redacción del Compendio historial de Diego Rodr íguez de A l m e l a , ampl iada por u n edi tor anónimo entre 1504 y 1516, i n ­cluye u n a serie de elementos narrat ivos que indudablemente p r o ­v i e nen de a lguna versión juglaresca tardía de las Mocedades de Ro­drigo —di ferente en varios detalles de los demás relatos conoc idos 1 2 . A la vez, es indudab le que el editor anónimo a ve-

9 Véase m i artículo " P a r a el texto de la Refundición", pp. 535-536. L o c i ­tado corresponde a los vv. 879-882 de la ed. de M E N É N D E Z P I D A L , Reliquias. . . , p. 2826.

1 0 R . M E N É N D E Z P I D A L , Cantar de mió Cid, Espasa-Calpe, M a d r i d , 1944-1946, w . 3302, 3310. Ci to en adelante por CMC

1 1 Sobre esta genealogía y sus orígenes, véanse C I N T R A (ed.), Crónica Ge-ral, t . 1, pp. 108-112, 431-434; C A T A L Á N , De Alfonso X, pp. 308-309 y notas 37, 401 , 403-406; y m i nota, " M s . Z of the Crónica de Castilla", p. 121.

1 2 Véase m i monografía, A lost versión of the "Cantar de gesta de las Moceda-

226 S A M U E L G. A R M I S T E A D NRFH, X X X V I

ees ampl i f i ca el texto de A l m e l a de su p r o p i a m i n e r v a , i n v e n t a n ­do l ibremente detalles que parecen no apoyarse en n i n g u n a t r a ­dición anter ior . C o n todo , el carácter m i s m o de lo añadido res­pecto al nac imiento y cr ianza de Fernán Díaz — j u n t o a los otros detalles de segura procedencia épico-tradicional— sugiere la po­s ib i l idad de que aquí también el redactor anónimo puede estar recordando alguna fuente juglaresca. N a d a podemos saber con seguridad, pero el pasaje no deja de ser sugerente:

Yten otrosy por quanto dizen algunos que el Qid era bastardo, ye-rranlo. E los que no an leydo su ystoria e coronica, la manera por­que lo dizen es esta: [E]s a sauer que don Diego Laynez, padre del Qid, antes que casase con doña Teresa Nuñez, su madre del Qid, v n dia de Santiago, en Biuar, forgo vna villana molinera mucho her­mosa, en su casa, e enpreñola de vn fijo de aquella vuelta. E el b i -llano, su m a < r i > do, como vino del molino a su casa, echo mano de-11a aquel mismo dia e enpreñola de otro fijo de aquella vez. E al tiempo que ouieron de nager, nagio primero el fijo del cauallero e paresgio a su padre, muy experto e gragioso; e el del villano al suio, muy grosero. E quando fueron entranbos hermanos de ginco o seys años cada uno, el fijo del cauallero hazia cauallejos de palo e langas e espadas e otras cosas de armas e dezia a los mo[z]os caualleros e corría a una parte e a otra e todos sus fechos era[n] de armas e caualleria. E el fijo del bilano hazia boyezuelos de barro e aradros de palo e, con aquellos e otros palos que en la mano tenia, araua con ellos por el suelo, deziendo: «Arre acá e arre acullá». Los que los veian marauillauanse de aquello. Don Diego Laynez entonge tomo su fijo, el qual ouo nombre Fernando Diaz. E quando fue de hedad de tomar armas, fue buen cauallero e mucho esforgado e caso con fija de Antón Antolinez de Burgos e ouo en ella estos fijos que se siguen: Es a sauer a M a r t i n Antolinez e a Pero Bermudez e a M u ­ño Gustios e a Ferran Alfonso e a Ordoño, el menor. Todos estos fueron sobrinos del Qid , fijos de aquel su hermano el bastardo, e fueron sus capitanes e le seruieron bien e lealmente en las guerras e vatallas e fueron muy esforgados caualleros en fecho de armas e caualleria e muy valientes. Yten otrosi después desto, a cabo de ginco o seis años que esto acaegio que don Diego Laynes se enboluio con la vil lana, caso con la dicha dona Teresa Nuñez, fija del conde don Ñuño Albarez de Amaya, nieta del rrey de León, según es dicho, e ouo en ella al Q i d 1 3 .

des de Rodrigo" reflected in the second redaction of Rodriguez de Almela }s "Compendio historial", Univers i ty of Cal i fornia Press, Berkeley, Los Angeles, 1963, pp. 299-336.

1 3 M s . F. ( B . N . M . , 1525, olim F-115), fols. 247 v°-248 v ° . E l ms. F re-

NRFH, X X X V I SOBRE EL N A C I M I E N T O DEL C I D 227

E l relato comienza por seguir m u y de cerca a la popularísima segunda redacción de la Crónica de 1344, fuente p r i n c i p a l del p r o ­p io A l m e l a , a la que a todas luces también acudía en alguna oca­sión el anónimo r e f u n d i d o r 1 4 . S in embargo, a par t i r del encuentro con la v i l l ana , nuestro texto ya no sigue el escueto relato cronísti­co y se empiezan a notar ciertas divergencias: en cuanto a la i d e n ­t i d a d de la v i l l a n a , se especifica que era m o l i n e r a y se a f i r m a que el encuentro no tuvo lugar al aire l i b re , como en las crónicas ( " v n a v i l l a n a que l leuaua de comer a su m a r i d o al e r a ' ' ) , sino en la p r o ­p i a casa de la m u j e r . Pero lo que más l l a m a la atención en el tex­to del r e fund idor de A l m e l a es la insistencia en u n carácter cuasi-rac ia l de las diferencias sociales, evocado con detalles de c ierto co lor ido que no dejan de tener su g r a c i a 1 5 . E l relato e m p a l m a , c laro está, con el famosísimo m o t i v o de la fuerza de la sangre: el héroe, criado en circunstancias humildes , instintivamente se sien-

za " A s a sauer"; las letras ri en " m a r i d o " están escritas sobre el renglón; por " a los mozos caualleros", ms. F} igual que los mss. GMU, pone " a los moros caualleros", repitiendo la mala lectura; en el ms. F, falta la n de " e r a n " . El mismo pasaje figura en los mss. G ( B . N . M . , 1535, olim F-126), fols. 197 r° -v ° ; M ( B i b l . Menéndez Pelayo 331), fols. cccxx v°-cccxxj r° ; U(Bibl. Escorial U- i j -10 y 11), fol. 255 [ = 253] r ° , donde constan variantes mínimas que aquí no vale la pena consignar.

1 4 Véase m i Lost versión, pp. 301-302 y nota 5, 304-305; y sobre el mate­r ia l interpolado por el refundidor: pp. 323-324, nota 53.

1 5 Compárese el siguiente dictamen determinista del arcipreste A L F O N S O M A R T Í N E Z DE T O L E D O : "Pero es verdad qu'el fijo de la cabra una ora a de ba­lar , e el asno fijo de asno, de rebuznar, pues naturalmente le viene. Enxien-plo: toma dos fijos, uno de u n labrador, otro de u n cavallero; críense en una montaña so mando e diciplina de u n marido e muger. Verás cómo el fijo del labrador toda vía se agradará de cosas de aldea, como arar, cavar, e traer leña con bestias; e el fijo del cavallero non se cura salvo de andar corriendo a cava-lio e traer armas e dar cuchilladas e andar arreado. Esto procura naturaleza. Asy lo verás de cada día en los logares de byvieres: que el bueno y de buena raga toda vía retrae do viene, e el desaventurado de v i l raca e linaje, por gran­de que sea e mucho que tenga, nunca retraerá synón a la vileza donde des­ciende; e aunque se cubra de paño de oro, n i n se arree como enperador, non le está lo que trahe synón como cosa enprestada, o como asno en justa o tor­n e o " , Corbacho, ed. Joaquín González Mue la , Castalia, M a d r i d , 1970, p. 85 [ I : x v i i i ] . Las características innatas de los estamentos se subrayan en el poe­m a nórdico, Rígsthula, donde el dios He imdal l r (identificado con Rígr) engen­dra las tres clases sociales: el siervo (Thráell), el campesino libre (Kar l ) y el noble (Jarl). Véanse H I L D A R. E L L I S D A V I D S O N , Gods and myths of Northern Euro-pe, Penguin, Baltimore, 1964, pp. 174-176; The poetic Edda, t r . Lee M . H o -llander, 2nd. ed., University of Texas Press, Aus t in , 1964, pp. 120-128. C r u ­cial para la interpretación del poema es el artículo de GEORGES D U M É Z I L , " L a

228 SAMUEL G. ARMISTEAD NRFH, X X X V I

te atraído por las actividades caballerescas, a la vez que rechaza sistemáticamente toda tarea de índole v i l lanesca 1 6 . E l detalle de los gemelos, caballero y labr iego , nos pone en contacto, además, con motivos de lejano y antiquísimo abolengo, al sugerir i n e l u d i ­b lemente u n a supervivencia de la segunda y tercera de las func io ­nes sociales indoeuropeas 1 7 . N o podemos especificar el or igen de estos motivos , pero son, desde luego, de venerable a l curnia y , ante el or igen épico c laramente demostrable de otros pasajes sobre el j o v e n C i d añadidos por el anónimo re fund idor , conviene a d m i -

Rígsthula et la structure sociale indo-européenne", RHR, 154 (1958), 1-9. 1 6 Véase el l ibro de M A R Í A ELISA C I A V A R E L L I , E l tema de la fuerza de la san­

gre, Studia Humanitat is , Potomac, M D , 1980. Compárese el romance La fuer­za de la sangre, donde la sangre noble del protagonista " l e impide misteriosa­mente hacer oficio de v i l l a n o " : " M a n d a r a - o à lenha / e disse-lhe que nao ia; / / mandara-o à fonte / e disse-lhe que nao p o d i a " , pero, en seguida que obtie­ne armas y caballo, el protagonista se lanza a guerrear contra los moros ( D I E ­GO C A T A L Á N , Por campos del Romancero, Gredos, M a d r i d , 1970, pp. 234-239; y m i Romancero judeo-español en el Archivo Menéndez Pidal, S .M.P . , M a d r i d , 1978, núm. G3). L a inept i tud del joven héroe para realizar actividades de villanos o mercaderes y el rechazo instintivo de éstas se encuentran igual en muchas chansons de geste: Enfances Vivien, Hervis de Metz, Octavien, Lion de Bourges, Tristan de Nanteuil, Daurel et Betón. Véase L U C Í A S H E N , The Old-French "enfances" epics and their audience, tesis doctoral, University of Pennsylvania, Filadelfia, 1982, pp. 65, 79, 119, 134, 151, 162.

1 7 Véase el comentario de D O N A L D W A R D , The divine twins: An Indo-European myth in Germanie tradition, University of California Press, Berkeley, Los Angeles, 1968, pp. 23-24. Sobre la pr imi t iva estructuración tr ipart i ta de la so­ciedad y la mitología indo-europeas, véanse, sobre todo, GEORGES D U M É Z I L , L'idéologie tripartite des indo-européens, Latomus, Bruselas, 1958 y Mythe et épopée, t . 1: L'idéologie des trois fonctions dans les épopées des peuples indo-européens, Ga l l i ­m a r d , Paris, 1968. Téngase en cuenta la detallada y útilísima reseña de las obras de Dumézil por C. SCOTT L I T T L E T O N , The new comparative mythology, 3rd. éd., University of Cali fornia Press, Berkeley, Los Angeles, 1982, esp. pp. 88, 100, 130-131, 145-146, 268 (et passim). M u y sugerentes, con referencia al epi­sodio del refundidor de Almela, son los paralelismos mencionados en la p. 258. Sobre la presencia de las tres funciones en la épica medieval francesa, véase el l ibro pionero de J O Ë L H . G R I S W A R D , Archéologie de l'épopée médiévale, Payot, Paris, 1981. Para una aplicación de la tri funcionalidad duméziliana a los can­tares de gesta, véanse A D R I Á N G A R C Í A M O N T O R O , E l león y el azor: simbolismo y estructura trifuncional en la épica medieval española, Erre , M a d r i d , 1972; " L a épi­ca medieval española y la 'estructura trifunciorial ' de los indoeuropeos", CuH, 1974, núm. 285, 554-571. Según JACQUES LE G O F F , la estructuración social —oratores, bellatores, laboratores— que surge en Occidente hacia finales del siglo X , refleja una "résurgence du schéma indo-européen tradit ionnel . . ., celui de la société tri-fonctionnelle ou tr ipart ie , composée d'hommes de prière, de gue­rre et de t r a v a i l l e " , Pour un autre Moyen Age: Temps, travail et culture en Occident, Gal l imard , Paris, 1977, p. 125; también, pp. 80-90.

NRFH, X X X V I SOBRE EL N A C I M I E N T O DEL C I D 229

t i r , por lo menos, la pos ib i l idad de que estos detalles también sean de or igen juglaresco.

A n t e el p r e d o m i n i o del C i d legítimo y de noble abolengo y de su hermano bastardo, Fernán Díaz , en la prosificación cronís­t i ca de las Mocedades, en la Refundición, y en la segunda redacción de A l m e l a , parecería que el m o t i v o del C i d bastardo, a lud ido y negado por las crónicas de Castilla y de 1344, se habría e x t i n g u i ­do en las tradiciones ulterióres^elativ-as^-naeimienix) del C a m ­peador. Sin embargo, ta l no es el caso y resulta perfectamente po­sible seguir la v i d a t rad i c i ona l del m o t i v o —latente y tenue, por c ier to , pero, con todo, innegab le— a través de varios documen­tos tardíos. Y la verdad es que el m o t i v o del C i d bastardo y v i l l a ­n o , despreciado por los cronistas y también, al parecer, por cier­to segmento de la juglaría, es el que , en última instancia , va a sobrev iv i r en la tradición, mientras el relato del hermano ilegíti­m o , Fernán Díaz, se había de o l v idar por completo .

L a m o l i n e r a , menc ionada como madre de Fernán Díaz, se­gún el re fund idor de A l m e l a , vuelve a asomarse en el texto i m ­preso de la Crónica particular del Cid (Fadr ique Alemán de Basilea, Burgos , 1512), donde el ed i tor , f ray J u a n López de V e l o r a d o , al ins i s t i r en la genealogía noble y legítima del C i d , remeda la nega­t i v a de las crónicas, pero al hacerlo , ident i f i ca a la madre del su­puesto C i d bastardo, no como v i l l a n a , sino como m o l i n e r a :

E porque algunos que no han leydo la cronica del C i d : piensan que este don Diego laynez ovo al C i d ruydiaz en vna molinera, sepan que no es assi: antes es como en este capitulo se ha dicho, e la decla­ración desto mas cumplida hallar la han enei . j . capitulo desta cro­nica del C i d 1 8 .

Esta hab l i l l a de la m o l i n e r a , m a d r e del C i d , vuelve a figurar — a u t o r i z a d a , se supone, por u n códice a n t i g u o — en la obra de

18 Crónica del famoso cauallero Cid Ruy diez campeador, Burgos, ed. facs. de 1903, fol . c i i i i v °a . El texto debe leerse: "ene i [ . i j . ] cap i tu lo " . Aquí la leyen­da del C i d participa, sin duda, en un famoso tópico: el que asocia a molineras y panaderas con toda suerte de picardías y escándalos. Sobre el caso, véanse S.G. A R M I S T E A D & J . H . S I L V E R M A N , ilEl corregidor y la molinera and its Ger­mán ancestor: Schumacher und E d e l m a n n " , Jahrbuch für Volksliedforschung, 1 7 ( 1 9 7 2 ) , 4 9 - 6 9 ; M I C H È L E G E N D R E A U - M A S S A L O U X , " L O S molineros en las come­dias de Lope: fuentes tradicionales y creación t e a t r a l " , Lope de Vega y los oríge­nes del teatro español, ed. M a n u e l Cr iado de V a l , E d i - 6 , M a d r i d , 1 9 8 1 , pp. 7 9 1 -7 9 7 ; A U G U S T I N R E D O N D O , " D e molinos, molineros y molineras: tradiciones folklóricas y l i teratura en la España del Siglo de O r o " , Literatura y folklore: pro-

230 SAMUEL G. ARMISTEAD NRFH, X X X V I

Francisco Santos, La verdad en el potro y el Cid resucitado (Lucas A n ­t o n i o de Bedmar , M a d r i d , 1671), donde el prop io héroe, vue l to a la v ida , se enfrenta con los calumniadores de su l ina je :

Dixo otro: «¿Si sería cierto que huvo Cid?» «Sí, respondió, que yo tengo vn libro manuescrito en que dize [que] le huvo, y que fue bas­tardo, ávido en vna molinera; y en verdad que he leído infinitos libros, pero jamás he oído dezir quién fuesse su madre». «Calla, mal­dita lengua, dixo el C id , que no ay huessos libres de tu rabiante filo. Si fuera hijo bastardo, no heredara de m i padre el hazienda que d i en arras a m i muger Ximena Díaz, nieta del Rey Don A lon ­so el Quinto , que dio fueros a León. Y la Infanta Doña Vrraca, su pr ima, no pretendiera casarse conmigo, a no ser yo tan bien na­cido como e l l a . . . 1 9

N o sabemos si la not ic ia de Francisco Santos depende del p r o ­p io texto de J u a n López de V e l o r a d o — q u e b ien podría ser, a pesar de la alusión al " l i b r o m a n u e s c r i t o " — o de o t r a fuente hoy desconocida.

L a tradición del C i d bastardo, uno de varios hi jos de Diego

blemas de intertextualidad, ed. J . L . Alonso Hernández, Universidad de Groningen-Universidad de Salamanca, Salamanca, 1 9 8 3 , pp. 9 9 - 1 1 5 ; L O U I S E O. V A S V A -R I , " L a semiología de la connotación: lectura polisémica de «Cruz cruzada panadera»", NRFH, 3 2 ( 1 9 8 3 ) , pp. 2 9 9 - 3 2 4 ; y sobre todo, FRANCISCO M Á R ­QUEZ V I L L A N U E V A , " P a n pudendum muliebris y Los españoles en Flandes", Híspa­nle Studies in Honor of Joseph H. Silverman, ed. Joseph V . Ricapito, Juan tle la Cuesta, Newark, D E , 1 9 8 8 , pp. 2 4 7 - 2 6 9 ; y "Para la tradición de E l molinero de Arcos", Romancero y cancionero: Actas del Simposio de Los Angeles, ed. Enrique Rodríguez Cepeda (en prensa). Véanse además los textos y comenta­rio de J O H N G. C U M M I N S , The Spanish traditional lyric, Pergamon, Oxford , 1 9 7 7 , pp. 1 7 , 8 7 - 8 9 ; también: A N D R E TISSIER, Recueil de Farces (1450-1550), Droz , Genéve, 1 9 8 6 , t . 1 , pp. 3 1 0 - 3 2 1 . B Ä C H T O L D - S T Ä U B L I y H O F F M A N N - K R A Y E R su­brayan las connotaciones mágicas del molino como fuente de alimentación y, como consecuencia, sus nexos con la procreación: " D a h e r hat mahlen, M[üh-le] eine mystische, erotische Bedeutung; mahlen, zeugen. . . Deshalb ist in vie­len Sagen die M[ühle] ein O r t für Liebesabenteuer, und von manchem H e l ­den heisst es, dass er i n ihr unehelich geboren ist. . . [Die Mühle ist] eine Stät­te für Liebesabenteuer. Die letzte Spur davon zeigt manches Volkslied von der schönen und stolzen M[üller]in, die einen Ehebruch begeht" , Handwörter­buch. . ., t . 6 , pp. 6 0 3 - 6 1 7 . Huelga decir que, en su ascendencia y nacimiento, Lazari l lo de Tormes participa en el mismo motivo.

1 9 FRANCISCO SANTOS, E l no importa de España y la Verdad en el potro, ed. J u ­lio Rodríguez Puértolas, Tamesis, London, 1 9 7 3 , pp. 1 4 6 - 1 4 7 . Tengo a l a vista además las eds. de Lucas Antonio de Bedmar, M a d r i d , 1 6 7 1 , pp. 1 0 9 - 1 1 0 , y de 1 6 8 6 , p. 8 5 .

NRFH, X X X V I SOBRE EL N A C I M I E N T O DEL C I D 231

Laínez —según se niega en las crónicas— vuelve a flor de t i e r ra con pleno v igor en el romancero , y con estos mismos rasgos, pero en u n a f o r m a que de ningún m o d o puede achacarse a una i m i t a ­c ión basada en fuentes cronísticas. E l romance que nos interesa se pub l i ca por p r i m e r a vez en el Cancionero llamado Flor de enamora­dos, de J u a n de L inares . Luego se i m p r i m e con algunas ligeras variantes en la Rosa Española de J u a n T i m o n e d a , para r e p r o d u ­cirse, por u n lado , en la larga serie de reimpresiones de la Flor de enamorados (1601-1681) y, por o t ro , con base en el texto de T i ­moneda , en la Silva de varios romances de J u a n de Mendaño . A con­tinuación, reproduzco el texto de la Flor de L inares (L) de 1562, anotando las pocas variantes presentes en T i m o n e d a ( 7 ) y en M e n ­daño (1588) (Ai)20:

2 0 Cancionero llamado Flor de enamorados (C laudi Bornat, Barcelona, 1562), eds. Anton io Rodríguez-Moñino y Daniel Devoto, Castalia, Valencia, 1954, fols. 57 r°-58 r° ; Rosas de Romances por Juan Timoneda (Valencia, 1573), eds. A . Rodríguez-Moñino y D . Devoto, Castalia, Valencia, 1963; Rosa Española, fols. xxx i i i j r°-xxxv v ° ; Silva de varios romances recopilados por Juan de Mendaño (Hugo de Mena, [Granada, 1588], Francisco J u a n de Velasco, Cádiz, 1646), ed. A . Rodríguez-Moñino, Do lph in , Ox ford , 1966, Segunda parte, fols. 54 v ° -56 r ° . Para las reimpresiones, véase A . R O D R Í G U E Z - M O Ñ I N O , Manual biblio­gráfico de cancioneros y romanceros, ed. A r t h u r L . - F . Askins, Castalia, M a d r i d , 1973-78, t . 2, 503¿z. L a prueba de los hijos de Diego Laínez y la venganza de Rodrigo contra el conde Lozano —pero sin el motivo de la bastardía— sobre­vive en el romancero oral moderno en varias áreas laterales (Oviedo, Sevilla, Málaga, Ib iza , Madeira) , a veces en combinaciones con otros temas narrat i ­vos (El destierro del Cid, algún elemento de Cabalga Diego Laínez). Véase el ex­haustivo análisis en D . C A T A L Á N et ai, Catálogo general del Romancero, S . M . P . , M a d r i d , 1982-1988, t . 3, pp. 65-85; también S.G. A R M I S T E A D , J . H . SILVER-M A N & ISRAEL J . K A T Z , Judeo-Spanish balladsfrom oral tradition, t . 2: Epic ballads, University of California Press, Berkeley, Los Angeles, 1986, pp. 193-194, donde señalamos algunos paralelismos temáticos en otros relatos tradicionales ( Vol-sunga Saga; la balada rumana, Mizil-crai). Véase además el artículo de JOSEPH G . F U C I L L A , " T h e test of courage in the C i d legend: A foreign i m p o r t a t i o n " , PhQ 30 (1951), pp. 86-89. Fucilla descubre paralelismos entre el romance de Ese buen Diego Laínez y Le Storie Narbonesi de Andrea da Barberino, donde A m e ­rigo d i Nerbona, deshonrado por una bofetada de su enemigo Arnaldo de M a ­ganza, prueba a sus hijos, pero sólo uno, N a i m i e r i , se muestra valiente. Nóte­se también que Amerigo procura incitar a sus hijos llamándoles " b a s t a r d i " . (Téngase en cuenta, de paso, que el texto citado por Fucilla como de la Crónica de 1344 [p. 86, n . 1] no es ta l , sino representa algún ms. de la Crónica de Castilla o bien la Crónica particular [p. 11].) Con todo, las semejanzas con Le Storie Nar­bonesi son m u y generales. E n el romance no hay bofetada, sino sólo "palabras suzias y v i l es " y ultrajes no definidos (vv. 9; 31), mientras que la bofetada ( " u n a grande guanciata, per modo che gli ruppe i l sangue per lo naso" ) , ad-

232 SAMUEL G. ARMISTEAD NRFH, X X X V I

Esse b u e n D i e g o Laynes después de haber ayantado 2 hab lando esta sobremesa con sus hi jos todos q u a t r o

los tres son de su m u g e r pero el o t ro era bastardo 4 y aquel que bastardo era era el b u e n C i d Caste l lano

las palabras que les dize son de h o m b r e las t imado 6 hi jos m i r a d p o r la h o n r r a que yo b i u o deshonrrado

que porque q u i t e u n a l i ebre a vnos galgos que cagando 8 hal le del conde famoso l l a m a d o conde Logano

palabras suzias y vi les me h a d i cho y m a l v l t r a j a d o 10 a vosotros toca hi jos no a m i que soy v ie jo y cano

estas palabras d i z i e n d o al m a y o r h a u i a t o m a d o 12 quer iendo hab lar le en secreto metióle en v n apar tado

tomóle el dedo en l a boca fuer temente le apretado 14 con el g r a n d o l o r que siente v n g r i t o t e r r i b l e h a echado

el padre lechara fuera que n a d a le h u u o hablado 16 alos dos m e t i e r a j u n t o s que de los tres h a n quedado

la m i s m a p r u e u a les h i z o el m i s m o g r i t o h a u i a n dado

Ib después que huuo yantado T; después que vno yantado M. 2a esto T. 9b me ha dicho, y vltrajado TM.

10b no a m i que soy anciano TM. 12a queriendo hablar en secreto M. 12b metia le M. 13b le a apretado M. 14¿> vn terrible grito ha echado T; vn terrible grito a echado M. Iba lo echara T; lo echa M. lbb vuo M.

ministrada al padre en la corte, delante del rey, cuadra más bien con la escena idéntica de G U I L L E N DE C A S T R O (ed. Víctor Said Annesto 4 a ed. , Espasa-Calpe, M a d r i d , 1945, pp. 13-14) o, en todo caso, con los romances tardíos y eruditos, Non es de sesudos homes y Consolando al noble viejo ( D u r a n , pp. 728-729). L a prueba (justar con los hijos) es completamente diferente y Amerigo sólo califica de " b a s t a r d i " a sus hijos, sin que ninguno lo sea en realidad. E n fin, los paralelismos con el romance son interesantes, pero distan mucho de ser fehacientes. Para el texto de Le Storie, véase la ed. de L G . ISOLA, Collezio­ne di opere inedite o rare dei primi tre secoli della lingua, Gaetano Romagnol i , Bolog­na, 1877, t . 49, pp. 44-55. Sobre Ese buen Diego Laínez, véase además L O P E DE V E G A , E l primero Benavides, eds. A r n o l d G. Reichenberger y Augusta Es­pantoso Foley, University of Pennsylvania Press, Filadelfia, 1973, pp. 66-67. L a prueba de los hijos, pero sin el motivo de la bastardía del C i d , también se da en el romance erudito , Cuidando Diego Laínez (Duran 725). E n Ese buen Diego Laínez, el C i d " m e n o r y bastardo" refleja el difundidísimo tópico del victorioso hijo menor: H1242. Youngest brother alone succeeds in quest; L I O . Victo-riousyoungest son ( -L72), así como el de la preferencia del hijo ilegítimo: P233.4. Natural son preferred to legitímate (S. T H O M P S O N , Moti/-Index).

NRFH, X X X V I SOBRE EL NACIMIENTO DEL C I D 233

18 el C i d metiera el postrero queral mas chico y bastardo tomóle el dedo en la boca fuert[e]mente le apretado

20 con el gran dolor que siente vn bofetón le amagado afloxad padre le dixo sino seré mal criado

22 el padre que aquesto vido grandes abragos le ha dado ven acá tu hijo mió ven acá tu hijo amado

24 a t i encomiendo mis armas mis armas y aqueste cargo que tu mates esse conde si quieres b iu ir honrrado

26 el C id callo y escuchólo respuesta no le ha tornado a cabo de pocos dias el C id al conde ha topado

28 hablo le desta manera como varón esforzado nunca lo pensara conde fuerades tan mal criado

30 que porque quito m i padre vna liebre a vuestro galgo de palabras n i de obras fuesse de vos denostado

32 como queredes que sea que tiene de ser vengad[o] el conde tomólo en burlas el C i d presto se ha enojado

34 apechugo con el conde de puñalad[a]s le ha dado

18¿> que era el menor y bastardo TM. 19b fuertamente le apretado L ; m u y rezio se lo apretado T; muy rezio se

lo ha apretado M. 20b v n bofetón le a amagado TM. 21a dizo T. 28a de esta TM. 30 que porque quito vna liebre / m i padre a vn vuesto galgo TM. 32b vengada L ; vengado TM. 34b puñalades L ; puñaladas TM.

E l romance es, sin d u d a , tardío y, según acertadamente ob­serva Menéndez P i d a l , r e f o rma la escena de la reyerta entre D i e ­go Laínez y el conde Lozano de acuerdo con realidades socio-históricas en las que el contexto o r i g i n a l del cantar épico ha que­dado o lv idado : a u n a cont ienda típica de la nobleza inqu ie ta y rebelde de los siglos x i v y x v le sustituye u n a escena de caza, en la que toda la d isputa versa sobre u n a l iebre q u i t a d a a unos gal ­gos. C o n todo , creo que Menéndez P i d a l insiste demasiado en la solución de c o n t i n u i d a d entre Esse buen Diego Laínez y sus antece­dentes ép i cos 2 1 . Si b i e n t rans forma radica lmente la causa de la enemistad entre el padre del C i d y el conde, el romance nos v u e l ­ve a representar exactamente los mismos mot ivos — e l C i d bas-

2 1 R . M E N É N D E Z P I D A L , La epopeya castellana a través de la literatura española, 2 a ed. , Espasa-Calpe, M a d r i d , 1959: "Todos los pormenores de este romance son nuevos, sin arraigo en las tradiciones anteriores. . . Repitamos; este últi­mo romance no tiene el menor enlace con las tradiciones antiguas" (p. 133).

234 SAMUEL G. ARMISTEAD NRFH, X X X V I

t a r d o y la p l u r a l i d a d de hijos de Diego Laínez— que habían sido negados hacía más de dos siglos y medio por el compi lador de la Crónica de Castilla. Pese a la reelaboración reflejada en el r o m a n ­ce, en lo que se refiere a estos mot ivos , su nexo con la tradición menc ionada y negada por las crónicas es, sin d u d a , directa y ge­nética.

L a veta t rad i c i ona l del C i d bastardo, nacido de u n encuentro t ' * casual de Diego Laínez con u n a campesina, y u n o de varios her­manos , no se agota con los test imonios antiguos que hemos traí­do a colación. H e aquí que nuestro relato — n o sabemos m e d i a n ­te qué conductos subterráneos. . . orales, manuscr i tos , o i m p r e ­sos— ha llegado íntegro a nuestro siglo x x , para asomarse, v i v o . • ' y popularísimo, en la tradición de u n pueblo b ien distante de la Península Ibérica: en la l i t e r a t u r a p o p u l a r de F i l ip inas aún se co­noce la maravi l losa e intr incada histor ia de Rodr igo Díaz — t r a n s ­f o r m a d o en R o d r i g o de V i l l a s — d i f u n d i d a como awit o canción n a r r a t i v a , de muchos centenares de cuartetas de doce sílabas. E n las p r imeras décadas de este siglo, los awits ya c i r cu laban en for­m a impresa , como l ibr i tos de cordel , pero no cabe duda que en épocas anteriores se cantaban y que el género —koridos de ocho sílabas y awits de doce— lleva por lo menos unos tres siglos c u l t i ­vándose en F i l i p i n a s 2 2 . D e La vida experimentada por don Rodrigo de Villas y doña Jimena en el reino de España conozco cuatro impres io ­nes en tagalo, amén de sendas adaptaciones esencialmente idén­ticas en i locano y pampango . E l poema, der ivado según se espe­cif ica de u n a istorya, empieza con el siguiente episodio: Konde Lay-nes, q u i e n aún j o v e n se había quedado v i u d o y con dos hi jos , Don Pedro y Don Juan, cabalga por el campo y , sufriendo de sed, se acerca a la choza de u n a pastora, para ped i r u n vaso de agua. So­breviene el enamoramiento m u t u o e instantáneo del caballero y la campesina. A l marcharse , K o n d e Laynes le da u n an i l l o , espe­c i f icando que, si le nace u n h i j o , se lo envíe a España. E n efecto, nace u n hermoso niño, al que se baut i za con el n o m b r e Rodrigo de Villas. E l j o v e n R o d r i g o , que desconoce sus orígenes nobles, se entret iene con los otros niños organizando juegos de guerra , en los que el f u t u r o héroe desempeña el papel de heneral C o n el

2 2 Sobre el canto de awits y hórridos y los orígenes del género en Filipinas, véase D A M I A N A L . E U G E N I O , cAwit>} and "korido": A study offifty Philippine mé­trica l romances in relation to their sources and analogues, tesis doctoral, University of Cal i fornia , Los Angeles, 1 9 6 5 , pp. 5 - 7 , 1 5 - 1 7 ; también D E A N S. FANSLER, " M e t r i c a l romances i n the Phi l ipp ines" , JAF, 2 9 ( 1 9 1 6 ) , 2 0 3 - 2 8 1 ; LEOPOL­D O Y . YABES, The Ilocano Epic, Carmelo & Bauermann, Mani la , 1 9 3 5 , pp. 4 - 5 .

NRFH, X X X V I SOBRE EL NACIMIENTO DEL C I D 235

t i e m p o , la madre le revela la i d e n t i d a d y la noble condición (hon­ra) de su padre y el j o v e n R o d r i g o emprende el viaje a España en busca de su p a d r e 2 3 .

A q u í o tra vez nos encontramos con u n C i d ilegítimo, f r u t o de amores casuales con u n a campesina, a otros dos hermanos del héroe , y a u n R o d r i g o , q u i e n — i g u a l que el Fernán Díaz del re ­f u n d i d o r de A l m e l a — inst int ivamente se da con predilección a las actividades guerreras y caballerescas, a pesar de desconocer la no ­bleza de su prop io l ina je . E l que h a ensamblado la larga y fantás­t i ca istorya de R o d r i g o de V i l l a s ha tenido en cuenta m u y diversas fuentes cidianas, tanto cronísticas como romancísticas, pero en concreto desconocemos el or igen i n m e d i a t o del episodio del R o n ­de Laynes y la pastora y la j u v e n t u d de R o d r i g o de V i l l a s 2 4 . L o que sí parece indiscut ib le es el nexo , en último término, del re la ­to filipino con las tradiciones españolas que aquí hemos ido docu ­m e n t a n d o .

Resumamos los motivos que hasta ahora hemos visto: (1) amo­res de Diego Laínez con u n a m u j e r de condición h u m i l d e : v i l l a n a (Mocedades prosificadas), l abradora (Refund. de las Mocedades), v i ­l l a n a mo l inera (Refund. de Almela), m o l i n e r a (Ve lorado ; Santos), pastora (Rodrigo de Villas)', (2) nace u n h i j o ilegítimo: Fernán Díaz (Moc. prosi f . ; Ref de las Moc.; Ref de Almeda) o R o d r i g o Díaz el C i d (Moc. prosi f . ; V e l o r a d o ; Santos; Ese buen D. Laínez; Rod. de

2 3 Para las distintas ediciones y las traducciones a otras lenguas filipinas, ténganse en cuenta E U G E N I O , op. cit., p. 187, y D O R I S V A R N E R W E L S H , Check-list ofPhilippine linguistics in the Newberry Library, The Newberry Library , Chicago, 1950, p. 153 (núms. 1078-1079). Tengo a l a vista fotografías del l ibr i to tagalo, Salita at buhay na pinagdaanan ni Don Rodrigo de Villas at ni Doña Jimena sa kaharian ng Espanya, P. Sayo, M a n i l a , 1926 y de la traducción al ilocano: Historia a pa-nagbiag ni Rodrigo de Villas quen ni Gimena. . . ( I m p . Paraynao Hermanos, Gala-siao, Pangasinan, 1931), provenientes de los fondos de la Colección H . H . Bar-tlett de la Biblioteca de la American Philosophical Society (Filadelfia) (Class, 499.21, B28, núm. 191L, v. 20 y 499.211, B28, núm. 117L, v. 4, respectiva­mente). Para el relato entero y el episodio que aquí nos ocupa específicamen­te, tengo en cuenta el detallado resumen de E U G E N I O , op. cit., pp. 173-182), así como una traducción de las estrofas pertinentes (12-31), que hace años t u ­vo la característica gentileza de enviarme desde M a n i l a la profesora Damiana L . Eugenio. Aprovecho esta oportunidad para hacer constar m i agradecimiento. E n el resumen, pongo en cursiva los nombres y palabras en español que figu­ran en el texto tagalo.

2 4 E l relato conoce, por ejemplo, el tr ibuto de las cien doncellas (cf. Re­fundición, v. 753: "qu inze doncellas") ; el encuentro, a orillas de u n arroyo, con u n viejo mendigo, a quien el héroe ayuda a pasar al otro lado (correspon­de al " m i l a g r o del ga fo" ; Crón. parí., ed. Huber , p. 14; Refundición, vv. 579-

236 SAMUEL G. ARMISTEAD NRFH, X X X V I

Villas); (3) R o d r i g o es u n o de varios hijos de Diego Laínez (Moc. pros i f . ; Ese buen D. Laínez; Rod. de Villas), especificándose otros

582; nótese que en la Crónica no hay río, pero en la Refundición, sí); la adquisi­ción de Babeka, caballo flaco y lleno de mataduras ("feo e sarnoso", según la Crón. part., p. 10); bofetón del conde Lozano a D . Laínez en la corte regia ( G U I L L E N DE C A S T R O , op. cit., v. 226; romance oral moderno); la prueba de los hijos (según Ese buen Diego Laínez); las sillas de los reyes: Rodrigo coloca la del rey de España en el lugar más alto (A concilio dentro en Roma [Primav. 34]); el cadáver de Rodrigo , montado a caballo, espanta a los turcos (Crón. part., pp. 301-304); u n turco procura profanar el cuerpo del héroe y Rodrigo levan­ta la mano y le pega una bofetada (Crón. part., pp. 312-313). Que yo sepa, no hay ningún relato anterior que reúna todos estos elementos tradicionales. Claro está que semejante ensamblaje no se habría realizado en Filipinas; tene­mos que pensar en una fuente española —hoy por hoy desconocida. E l relato no concuerda para nada con los dos libritos de cordel populares de tema cidia-no que en este momento tengo a mano: L a Historia verdadera del Cid Campeador (de 56 pp. ; falto de portada, pero seguramente de Hi lar io Santos Alonso, Fran­cisco Benedito M u r c i a , ca. 1772-1773) es de carácter semi-erudito; aún menos tiene que ver el Pasillo del Cid Campeador, Don Rodrigo Díaz de Vivar (sin i m ­prenta, s.l . , s.a.; de la segunda mitad del siglo x i x ; 4 pp . ) . Huelga decir que estos folletos no agotan, n i con mucho, las posibilidades. " E l tr ibuto de las cien doncellas" figura en el Poema de Fernán González, ed. Alonso Zamora Vicente, Espasa-Calpe, M a d r i d , 1946, v. 104¿>: " c i en / donzellas fermosas / que fues¿en por casar''; y en BERCEO, Vida de San Millón, ed. Gerhard Kobers-tein Aschendorff, Münster, 1964, v. 370¿>: "que l i diessen cada anno / sesent duennas en r e n d a " , y en otras muchas fuentes medievales. Sobre el tópico, véanse JOSÉ M . C O R R A L , " E l tr ibuto de las cien doncellas en la historia de España", Revista Católica, Santiago de Chile , 16 de agosto de 1919, 272-?76; R . M E N É N D E Z P I D A L , Historiay epopeya, Hernando, M a d r i d , 1934, p. 21 y no­ta 1; M A N U E L A M A N Z A N A R E S DE C I R R E , " L a s cien doncellas: trayectoria de una leyenda" , PMLA, 81 (1966), 179-184. Nótese además el romance, " E l infante don Fernando / estando sobre Almería' ' ( T I M O N E D A , Rosa Española, ed. Rodríguez-Moñino, fol . i j v ° ) : " P o r los dos, respondió el moro , / que cient donzellas q u e r i a " . V a sin decir que el motivo también figura en relatos de procedencia no hispánica: en el cantar de gesta francés, Simón de Pouille, el rey sarraceno Corsuble se presenta en París, ante Carlomagno, para exigir u n t r i ­buto a los franceses, que incluye, entre otras cosas, " c i e n doncellas vestidas de púrpura, la mayor que no pase de quince años" (ver el análisis del ms. C, por FRANCISQUE M I C H E L , Charlemagne: An Anglo-Norman poem of the Twelfth Century, W i l l i a m Pickering, London , 1836, pp. l x v i - l x v i i ; el episodio no figura en el ms. A, editado por Jeanne Baroin, D r o z - M i n a r d , Genéve-Paris, 1968). E n Le chevalier au Lion (Yvain), de Chrétien de Troyes, dos demonios exigen de tr ibuto treinta doncellas al año, en la aventura del castillo de Pesme Aventure (ed. M a r i o Roques, Honoré Champion , Paris, 1963, v. 5277). En el poema medieval inglés The sege of Melayne, el rey de Macedonia envía al sultán, entre otros regalos: "Sexty maydyns faire of face, / that cheffeste of his kyngdome was, / and fairest appon fo lde" , SixMiddle English romances, ed. M a l d w y n M i l l s , J . M . Dent , London , 1973, p. 24, vv. 842-844.

NRFH, X X X V I SOBRE EL N A C I M I E N T O DEL C I D 237

tres hijos legítimos en el romance y dos en Rodrigo de Villas25. Tratándose como se t ra ta de u n personaje épico y de u n re la ­

to de origen juglaresco, parece m u y probable que el detalle nega­do por el compilador de la Crónica de Castilla también tenga el mismo or igen y que aquéllos " q u e n o n saben la es to r ia " no serían sino otros juglares , part idar ios de u n a versión var iante , en la que R o ­d r i g o era de nac imiento ilegítimo y u n h i j o entre varios . Seme­j a n t e probab i l idad se refuerza notablemente al comparar el breve relato c idiano y sus implicaciones de bastardía con otras t r a d i c i o ­nes medievales de carácter épico-novelesco. Y en efecto, la n a r r a ­t i v a medieval nos documenta u n sinfín de héroes de nac imiento ilegítimo. Sin extremar la búsqueda y limitándonos sólo a los más famosos y significativos (véase Apéndice ) , tengamos en cuenta a M u d a r r a 2 6 y a Bernardo del C a r p i ó 2 7 en la épica española; a C a r l o m a g n o 2 8 , Roldan, G al ien, en la épica francesa; al propio rey A r t u r o , a M e r l i n , a T r i s t a n , a G a l a h a d , en la mater ia artúrica; a Amadís y Esplandián 2 9 ; a H a g e n —héroe o anti-héroe—, a W i d g a , a Sinfjçtlie, en la épica germánica; amén de otros m u ­chos casos que se podrían m e n c i o n a r 3 0 .

2 5 E n G U I L L E N DE C A S T R O , también hay dos hijos, pero son Hernán Laí-nez y Bermudo Laín, contra D o n Pedro y D o n J u a n en Rodrigo de Villas.

2 6 Véanse R . M E N É N D E Z P I D A L , La leyenda de los infantes de Lara, 3 A . ed. Espasa-Calpe, M a d r i d , 1 9 7 1 , pp. 1 8 - 1 9 , 3 2 - 3 3 , 2 3 8 - 2 3 9 , 2 8 6 - 2 9 2 ; Reliquias, pp. 1 9 6 , 2 1 3 - 2 1 6 ; sobre el nombre, de origen árabe, La leyenda, pp. 4 9 7 - 5 0 2 (y E M I L I O GARCÍA G Ó M E Z y R . M E N É N D E Z P I D A L , "Sobre la etimología del nombre del bastardo M u d a r r a " , AlAn, 1 6 , 1 9 5 1 , 8 7 - 9 8 ) .

2 7 Véanse T H E O D O R H E I N E R M A N N , Untersuchungen zur Entstehung der Sage von Bernardo del Carpió, M . Niemeyer, Hal le , 1 9 2 7 , pp. 3 - 5 , 6 6 - 6 8 ; A L B E R T B. F R A N K L I N , " A Study of the origins of the legend of Bernardo del Carp ió " , HR, 5 ( 1 9 3 7 ) , 2 8 6 - 3 0 3 ; más bibliografía: D A N I E L EISENBERG, A study of "Don Quijote", Juan de la Cuesta, Newark, D E , 1 9 8 7 , pp. 4 9 - 5 0 , nota 1 6 .

2 8 Véase G . H U E T , " L a légende de Charlemagne bâtard et le témoigna­ge de Jean Boendale" , MA, 2 4 ( 1 9 1 1 ) , 1 6 1 - 1 7 3 , e infra.

2 9 Véase Amadís de Gaula, ed. E d w i n B. Place, C .S . I .C . , M a d r i d , 1 9 5 9 -6 9 , t . 1 , pp. 1 9 - 2 2 ( 1 . 1 ) ; t . 3 , pp. 6 9 9 - 7 0 4 ( I l l . l x v i ) . E l recurso del supuesto matrimonio secreto no quita que el patrón narrativo sea el del típico nacimiento de u n protagonista heroico, con todo su complejo de motivos ancilares. Cf. D A N I E L EISENBERG, Romances of chivalry in the Spanish Golden Age, Juan de la Cuesta, Newark, D E , 1 9 8 2 , pp. 5 6 - 5 8 . Florestán es hijo ilegítimo del rey Pe-rión (Adamís, t . 1 , pp. 3 3 0 - 3 3 1 [ I . x l i i ] ) y, en Don Florisando, de PÁEZ DE R I B E ­RA ( l ibro V I del Amadís, J u a n de Porras, Salamanca, 1 5 1 0 ) , el hi jo de Flores­tán, Florisando, cuyas aventuras remedan las del propio Amadís, también es de nacimiento ilegítimo (Cf. E D W I N B. P L A C E , "Monta lvo ' s outrageous recan-t a t i o n " , HR, 3 7 , 1 9 6 9 , pp. 1 9 6 - 1 9 7 ) .

3 0 Véanse los abundantísimos ejemplos reunidos por R O B E R T B R I F F A U L T ,

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E n t r e todos estos relatos sobre el nac imiento de héroes bas­tardos , el que más nos l l a m a la atención, en relación con la anéc­dota de Diego Laínez con la v i l l a n a , es el del supuesto or igen es­púreo de C a r l o m a g n o . E l cantar de gesta de Berte aus grans

The mothers, M a c M i l l a n , New York , 1927, t . 3, pp. 422-423; JOSEPH C A M P ­BELL, The hero with a thousand faces, M e r i d i a n , New York , 1956, pp. 318-334; F I T Z R O Y R I C H A R D SOMERSET (Lord Raglan), The hero: A study in tradition, myth, and drama, Vintage, New York , 1956, pp. 173-185; O T T O R A N K , The myth of the birth of the hero. . ., Vintage, New York , 1959, pp. 15-64; J A N D E V R I E S , He­roic song, pp. 210-226; A R C H E R T A Y L O R , " T h e biographical pattern in t rad i ­tional n a r r a t i v e " , Journal of the Folklore Institute, 1 ([1964]), 114-129; JEFFREY H . T I G A Y , The evolution of the Gilgamesh epic, University of Pennsylvania Press, Filadelfia, 1982, pp. 252-255; cf. también V I C T O R C O O K , " L o r d Raglan's he­ro: A cross cultural c r i t i q u e " , The Florida Anthropologist, 18 (1965), 147-154. Para protagonistas ilegítimos en la hagiografía, véase J.S.P. T A T L O C K , The le­gendary History of Britain, Gordian, New York , 1974, p. 173 y notas 9-11. Tén­ganse en cuenta, además, los motivos: L i l i . 5 . Bastard hero; Z255. Hero born out of wedlock de S. T H O M P S O N , Motif-Index. Buen indicio de la vitalidad del mo­tivo es la atribución de leyendas parecidas a varios personajes históricos de la Edad Media : por ejemplo, Jaime I , el Conquistador (véase M O N T O L I U , "Sobre els elements épics" , pp. 700-702); Federico I I , de Sicilia (ERNST K A N -TOROWICZ, Kaiser Friedrich der Zweite, He lmut Küpper, Dusseldorf -Munich, 1964, t . 1, pp. 10-11; t . 2, pp. 9-10); János H u n y a d i , de Hungría ( D E V R I E S , Heroic Song, pp. 206-207, 209). Sobre la leyenda de Jaime I , véase además Jo-SEP M I Q U E L SOBRÉ, L 'épica de la realitat: L'escriptura de Ramon Muntaner i Bernat Desclot, C u r i a l , Barcelona, 1978, pp. 76-77, 118-119. La balada europea con­tinúa la vida tradicional del motivo y de los típicos patrones narrativos a t r i ­buidos al héroe ilegítimo en relatos clásicos y medievales. Nótese, por ejem­plo, en Escocia: Willie and Earl Richard's daughter (en C H I L D , English and Scot­tish ballads, n u m . 102); en Escandinavia abunda el tópico; Cf. B E N G T R. JONSSON, SVALE S O L H E I M , & E V A D A N I E L S O N , The types of the Scandinavian Me­dieval ballad, Svenskt Visarkiv-Universitetsforlaget, Stockholm-Oslo, 1978, núms. D123, D206, D350-D352, D433-D434, E54, E102, E146. Añádase a todo esto la creencia popular en los dotes especiales —buena suerte, inteligen­cia, valentía— de los hijos ilegítimos: "Bastards always have good l u c k " ( W A Y L A N D D . H A N D et al., Popular beliefs and superstitions: A compendium of Ame­rican folklore, G . K . H a l l , Boston, 1981, t . 1, n u m . 1205; t . 2, n u m . 19389; "Bas­tards are smarter than most people. They are especially so marked by the L o r d " ( W . D . H A N D , Popular beliefs and superstitions from North Carolina, Duke Univer ­sity Press, D u r h a m , 1961, t . 1, n u m . 217); " I f a child is born out of wedlock, that child wi l l become a genius" ( H A N D & T A L L E Y , Popular Beliefs. . . from Utah, n u m . 824); u n romance fronterizo, Buen alcaide de Cañete, evoca a "Gonzalo de Agui lar , / u n muy valiente bastardo" (Primav. 73a); para u n posible refrán nórdico sobre la valentía de los bastardos, véase B R A D Y , The legends of Erma-naric, pp. 110-111. En fin, según resume AGUSTÍN D U R A N : " F u e creencia v u l ­gar que los hijos ilegítimos o de padres díscolos eran siempre los que la natura­leza aventajaba" , Romancero general, Atlas, M a d r i d , 1945, t . 2, p. 662, nota 3.

NRFH, X X X V I SOBRE EL N A C I M I E N T O DEL C I D 239

pies — e n sus múltiples versiones— recoge u n relato en el que, al parecer, Car lomagno es engendrado.en circunstancias ilegítimas: la r e ina Berta , falsamente acusada y expulsada de la casa del rey Pépin, su m a r i d o , se refugia en el bosque, en casa de u n montero (vaquero , m o l i n e r o ) , qu ien hace ver que es su h i j a . U n día, Pé­p i n sale al monte a cazar y , al hospedarse en casa del m o n t e r o , se enamora de la supuesta h i j a , sin darse cuenta que es su p r o p i a m u j e r , Berta . De los amores de Pépin y Ber ta —legítimos, pues son m a r i d o y m u j e r , aunque el rey no esté al tanto de e l l o— ha de nacer C a r l o m a g n o . E n La gran conquista de ultramar consta el resumen de u n a f o rma española del re lato , a todas luces más p r i ­m i t i v a que las versiones francesas:

E aconteció assí, que después bien de tres años fue el rey Pepino a cacar a aquella montaña. E después que ovo corrido monte, fue a aquellas sus casas, e dióle aquel su hombre muy bien de comer de muchos manjares. E ante que quitassen los manteles, hizo a su muger e a aquellas tres donzellas, que él llamava hijas, que le levas-sen fruta; e ellas supiéronlo hazer tan apuestamente, que el Rey fue muy contento. E paróles mientes, e violas muy hermosas a todas tres: mas parescióle mejor Berta que las otras, ca en aquella sazón la más hermosa muger era que oviessen en ninguna parte del m u n ­do. E quando la ovo assí parado mientes un gran rato, hizo llamar al montanero, e preguntóle si eran todas tres sus hijas; e él dixo que sí. E quando fue la noche, él fue a dormir a una cámara apartada de sus cavalleros, e mandó a aquel montanero que le traxiesse aquella su hija; e él hízolo assí. E Pepino ovóla essa noche, e enpreñóla de un hijo, e aquél fue Carlos Maynete el Bueno. E el rey Pepino, quan­do se ovo de yr , dióle de sus dones, e hizo mucha mesura a aquella dueña que creya que era hija del montanero; e mandó a su padre que gela guardasse muy bien, pero en manera que fuesse muy se­creto. Desta forma hizo el rey Pepino a Carlos Maynete 3 1 .

31 La gran conquista de ultramar, ed. Cooper, t . 1, p. 563 ( I L x l i i i ) . Algo más circunstanciado, aunque esencialmente idéntico, es el episodio según lo cuen­ta u n ms. (no identificado) de la Primera crónica general (véase JOSÉ G Ó M E Z PÉ­REZ, "Leyendas medievales españolas del ciclo caro l ing io " , AF, núms. 2 / 3 , 1963-64, pp. 101-102). Sobre el relato de la Gran conquista, A G A P I T O R E Y ob­serva que " n o puede proceder de ninguna de [las otras] versiones, sino de una más a n t i g u a " ( "Las leyendas del ciclo carolingio en la Gran conquista de ultra­mar", RPh, 3, 1949-50, pp. 174-175). Respecto a las distintas versiones de la leyenda de Berta, véase sobre todo A D O L F M E M M E R , Die altfranzösische Bertasa­ge und das Volksmärchen, M . Niemeyer, Hal le , 1935, pp. 119-161; también las eds. de U R B A N T . H O L M E S , University of N o r t h Carol ina, Chapel H i l l , 1946, pp. 9-10; A L B E R T H E N R Y , Presses Universitaires, Bruselas-Paris, 1963, pp. 24-

240 SAMUEL G. ARMISTEAD NRFH, X X X V I

D e acuerdo con esta h i s tor ia , Car l omagno había de ser u n ' ' pseudo-bastardo" , pues sus padres, pese a la ignoranc ia de Pé­p i n , en real idad estaban casados. A h o r a b i en , existía o t ra t r a d i ­c ión, como la que resume el holandés J a n Boendale en su Leken S pie gel ( 'Espejo de legos' , 1325-1330), donde, en efecto, el padre del emperador , al volver de u n a cacería, lo engendra acostándose con una cr iada (dienstwyf) en u n carro (waghen) —de ahí el n o m ­bre Charles, de char32. Y aquí Car lomagno , como otros tantos hé­roes medievales, sí resulta ser u n bastardo auténtico.

L l a m a la atención la semejanza de los dos relatos — d e l C i d y de Car l omagno : en los dos casos, el padre noble sale al campo a cazar y se encuentra con una mujer de condición (supuestamente) h u m i l d e , con la que engendra al fu turo héroe. ¿Estará calcado el episodio de Diego Laínez y la v i l l ana sobre el del rey Pépin y la criada? N a d a podemos saber con absoluta seguridad, pero no ­temos de paso que la leyenda de C a r l o m a g n o bastardo y la p a r t i ­da de caza es indudab lemente anter ior a la fecha de redacción de la Crónica de Castilla (ca. 1300). L a Karlamagnús Saga, recopi lada hacia mediados del siglo x in , recoge en u n a var iante de la Chan­son des Saisnes — h o y perd ida en su versión francesa o r i g i n a l — el siguiente insul to pro fer ido por el rey pagano G u i t a l i n : " C h a r l e -magne est u n bâtard, c'est le fils d ' A r n o u l d ( O r n o l f ) , q u i l ' a en­gendré u n j o u r en revenant de la chasse. . . " 3 3 D e ser cierta la

31 ; A . H E N R Y , Droz , Genève; 1982, pp. 30-33; para una version catalana tar­día (siglo x v ) y desatendida, véase A L I S O N G O D D A R D E L L I O T T , " T h e Empe­ror 's daughter: A Catalan account of Charlemagne's m o t h e r " , RPh, 34 (1980-81), 398-416.

3 2 H U E T , "Charlemagne bâtard", p. 162. El motivo del carro y la consi­guiente etimología popular se dan también en muchas versiones del relato de Berta ans grans pies, como, por ejemplo, en los Reali di Francia: " E saputo P ip i -no come l'aveva acquistato ['generato'j i n sul carro allato al fiume del Magno , quando trovò Berta a casa d i Lamberto , . . . volle i l re Pipino ch'el figliuolo per rimembranza avesse nome Carro Magno , el nome del carro e'1 sopranome del fiume" (ed. de M A T T A I N I , pp. 308; 301-305 [ V L x i i i - x v i ] ) . Para otras referen­cias al carro (car, chair, chariot; in carro natus), véase M E M M E R , Bertasage, pp. 213-215.

3 3 Cito por el detallado resumen de G A S T O N PARIS, " L a Karlamagnús-saga: Histoire islandaise de Char lemagne" , BEC, 26 (1875), n u m . 1, p. 28. L a tra ­ducción de CONSTANCE B. H I E A T T , Karlamagnús Saga, Pontifical Inst i tute , T o ­ronto, 1975-80, reza: " Y o u are the son of Ornol f , who begot you hastily when he had come from h u n t i n g " ; en vez de "son of O r n o l f " , otra versión (B, b) pone: " P i p p i n ' s i l legitimate c h i l d " (t . 3, p. 55). Nótese también H U E T , " L a légende", p. 167. Para la fecha de la Karlamagnús Saga, véase H I E A T T , op. cit.,

NRFH, X X X V I SOBRE EL N A C I M I E N T O DEL C I D 241

relación entre la tradición francesa de C a r l o m a g n o bastardo y el episodio de Diego Laínez y la v i l l a n a , estaríamos ante otro nexo

t . 1, pp. 21-22; y para la relación entre la traducción nórdica y la adaptación de Jean Bodel, téngase en cuenta M A R T Í N DE R I Q U E R , Les chansons de geste fran­çaises, 2 a . ed. Nizet, Paris, 1968, pp. 219-223. Huelga decir que lo de la part i ­da de caza es u n tópico tradicional difundidísimo. E l mismo motivo atiende el nacimiento del héroe nórdico, Gautrek, en la Gautrek's Saga ( trad. de Páls-son & Edwards, pp. 25-28). En último término empalma con el motivo N771 . King (prince) lost on hunt has adventures ( S . T H O M P S O N , Motif-Index), pero más con­cretamente con el del ' 'mal cazador' ' : la caza, sin éxito, conduce a un encuen­tro amoroso. El ejemplo más obvio es, claro está, la escena inicial de La Celes­tina. Como ha demostrado D A N I E L D E V O T O , el tópico empalma con un tabú de vasta difusión: C119.1.3. Tabu: Intercourse at hunting seas on ( " E l mal caza­d o r " , HDÁ, t . 1, pp. 481-491). Sobre todo esto, véase A R M I S T E A D & SILVER-M A N , Judeo-Spanish bailad chapbooks, pp. 245-249, notas 6-7. Existe por lo vis­to , una " o l d t r a d i t i o n " de cierta liaison entre el rey Enrique I I de Inglaterra y una campesina ("peasant g i r l " ) iniciada durante una cacería (Chris Given-Wi lson y Alice Curteis, The royal bastarás of Medieval England, Routledge & Ke -gan Paul, London , 1984], pp. 12-13; los autores no proporcionan documenta­ción específica). Conviene destacar que, en una balada moderna de Islandia, Ka ría rnagn usa r kvaeâT, Carlomagno sigue siendo hijo ilegítimo de un rey y de una criada, pero las circunstancias que atienden el enlace no son las mismas que en la tradición medieval. El relato, incluso, parece estar arbitrariamente construido para explicar el motivo de la bastardía: la reina sospecha que el rey está enamorado de la criada y la envía al extranjero; el rey la sigue en u n barco; se acuesta con ella y le informa que ha de tener u n hijo que se l lama­rá Magnús; el rey vuelve a la reina con la noticia de que el hijo de la criada ha de heredar el reino, etc. (véanse JONSSON et al., Types, núm. D207; y VÉs-T E I N N O L A S O N , The traditional ballads of Iceland, Stofnun A r n a Magnússonar, Reykjavik , 1982, pp. 298-299). A l haber pasado lista de los testimonios en es­pañol sobre el nacimiento del C i d y de Fernán Díaz, en comparación con toda una serie de relatos parecidos en la narrat iva europea medieval, cabe pregun­tar cuál de las dos tradiciones relativas al C i d tendrá pr ior idad cronológica. A l efecto, las leyendas sobre Carlomagno y Roldan resultan significativas. Pa­ra H U E T , siguiendo a Gaston Paris, la leyenda que representa a Berta como mujer légitima de Pépin es indudablemente posterior a la que califica al futuro emperador como "absolument illégitime et sa mère une concubine momenta­n é e " ( "Charlemagne bâtard", p. 168). Igual , según R I T A L E J E U N E , la histo­r ia de Berta e Milone, que, respecto al nacimiento de Roldan, hace "impossible tout soupçon d' inceste", es sin duda tardía y "semble avoir été inventée tout exprès à cette fin" ( " L e péché" , p. 366). Así, los relatos franceses de Berta aus grans pies y de Berta e Milone habrán surgido a propósito como para negar escándalos inventados por la tradición juglaresca. Creo muy probable que el episodio de Fernán Díaz —que parece complicar innecesariamente el escenario— habrá surgido explícitamente para desdecir un relato anterior acerca de la bastardía del C i d . Con todo, la invención de Fernán Díaz, hermano bas­tardo del C i d , trae consigo otra ventaja notable: la creación de todo un reper-

242 SAMUEL G. ARMISTEAD NRFH, X X X V I

más entre la leyenda de C a r l o m a g n o y la del C i d C a m p e a d o r 3 4 . E n resumen: el relato perdido del nac imiento ilegítimo del C i d

R u y Díaz, reflejado en la negat iva de la Crónica de Castilla, se do­cumenta en p r i m e r lugar en u n contexto — l a prosificación de u n cantar de gesta p e r d i d o — que nos obl iga a considerar la p o s i b i l i ­dad de que una tradición sobre la supuesta bastardía del C i d t a m ­bién formaba parte del repertor io de algunos juglares españoles. E l carácter mismo de la leyenda, la abundancia del mot ivo en otros relatos heroicos y , sobre todo , las semejanzas con el supuesto na ­c imiento ilegítimo de C a r l o m a g n o , sólo s irven para reforzar se­mejante conclusión. Pero lo que resulta aún más interesante es que la leyenda del C i d bastardo y de or igen h u m i l d e ahora nos ob l iga a enfocar ciertos detalles de la épica y del romancero desde u n a perspectiva nueva . A n t e la leyenda del C i d nacido de u n a m o l i n e r a , según V e l o r a d o y Santos (e ind i rec tamente , también según el r e fund idor de A l m e l a ) , ¿ c ó m o no acordarnos ahora del famoso insulto de Assur González? :

«Hya varones, ¿quién wido nunca tal mal? ¿Quién nos darie nuevas de mió Qid el de Bivar! ¡Fflsse a Rio d 'Ovirna los molinos picar e prender maquilas, commo lo suele far! ¿Quil darie con los de Carrión a casar?» 3 5

torio de sobrinos del héroe. Y con el motivo , la leyenda del C i d se pone de acuerdo con u n antiquísimo patrón de la épica y la narrativa heroica pan-europeas. Véanse A R M I S T E A D & S I L V E R M A N , Judeo-Spanish bailad chapbooks, pp. 91-92, nota 3; y Romances judeo-españoles de Tánger, S .M.P . , M a d r i d , 1977, p. 126, nota 1. Estos sobrinos del Campeador representan, sin duda, u n caso más en que la leyenda juglaresca del C i d recuerda e imi ta la de Carlomagno — y precisamente en su peculiar modalidad hispánica— en cuanto la Nota Emilia-nense convierte a todos los doce pares en sobrinos del emperador: " I n his die-bus habuit duodecim neptis. . . " (cf. D Á M A S O A L O N S O , La primitiva épica fran­cesa a la luz de una Nota Emilianense, C . S . I . C . , M a d r i d , 1954, pp. 9, 11).

3 4 Véase C O L Í N S M I T H , " T h e C i d as Charlemagne i n the Leyenda de Cár­dena", Ro, 97 (1976), 509-531. Los paralelismos aducidos por el profesor S M I T H bien pueden ser de origen libresco y monacal, pero, en el caso de las tradiciones del nacimiento de Carlomagno y del C i d (igual que en el motivo de los sobrinos [cf. supra nota 42]), resultaría difícil elaborar una teoría i n d i v i ­dualista que no contara con la intervención de "jongleurs and poets so beloved to neotraditionalist t h e o r y " (p. 519).

35 Cantar de mió Cid, ed. Menéndez Pidal, vv. 3377-3381. Nótese el comen­tario de JOSEPH J . D U G G A N , " L e g i t i m a t i o n and the hero's exemplary function in the Cantar de mió Cid and the Chanson de Roland", Oral traditional literature:

NRFH, X X X V I SOBRE EL NACIMIENTO DEL C I D 243

E n efecto, el ser prop ie tar io de mol inos en la E d a d M e d i a era u n monopo l i o de señores que, sin duda , generaba grandes ingre ­sos, y seguramente la f a m i l i a del C i d —infanzones acomoda­dos— habría de tener sus buenos molinos en el río U b i e r n a 3 6 , pe­ro la hab l i l l a de la m o l i n e r a , recogida siglos más tarde en alusio­nes fragmentarias y casuales, ahora nos hace d u d a r si en la v ie ja imprecación de Assur González quizá no habría u n eco t e m p r a ­no de la m i s m a leyenda del C i d bastardo, h i j o de u n a m o l i n e r a . C o m o sea, el papel del C i d m o l i n e r o ha seguido v i v o en el r o ­mancero épico-tradicional hasta hoy, en cuanto ciertas versiones andaluzas de Búcar sobre Valencia ponen en boca del rey m o r o u n a curiosa amenaza:

¡ O h V a l e n c i a , o h V a l e n z u e l a , de fuego seáis abrasada, que antes fuistes de m o r o s , que de cr ist ianos ganada! A ése que l l a m a n el C i d , lo he de p r e n d e r p o r l a b a r b a y lo tengo de jacer m o l i n e r o de la hogaña . . .

A ese cabal lero , el C i d , le tengo echao p o r venganza , que ha de ser m i m o l i n e r o , el que m e m u e l a la hogaña.

A ese cabal lero , el C i d , le tengo echao p o r venganza : H a de ser m i m o l i n e r o , el que me m u e l a las cañas . . . 3 7

A Festschrift for Albert Bates Lord, ed. John Miles Foley, Slavica, Columbus, O H , 1 9 8 1 , pp. 2 1 7 - 2 3 4 . Ahora , en u n l ibro pionero, muy desbrozador de desacier­tos neo-positivistas, D U G G A N demuestra el nexo entre el motivo del nacimiento ilegítimo del C i d y las circunstancias históricas que atienden a la redacción del CMC (en la forma en que se nos ha conservado). Véase The "Cantar de mio Cid": Poetic creation in its economie and social contexts, Cambridge University Press, Cambridge (en prensa), sobre todo el cap. 4 .

3 6 Para los molinos como innovación tecnológica y fuente de ingresos en la Edad Med ia , véanse J E A N G I M P E L , The Medieval machine, H o l t , Rinehart & Winston, New York , 1 9 7 6 , pp. 1 1 et passim; PIERRE R I C H É , Daily Ufe in the world of Charlemagne, University of Pennsylvania Press, Filadelfia, 1 9 7 8 , pp. 1 3 8 , 2 7 2 , 3 1 1 - 3 1 2 , nota 1 2 ; L Y N N W H I T E , Medieval technology and social change, Oxford Univers i ty Press, London , 1 9 6 8 , pp. 8 1 - 8 9 et passim; para el C i d y los molinos del río Ubierna , M E N É N D E Z P I D A L , La España del Cid, t . 1 , pp. 1 1 8 - 1 2 0 . C o m ­párense los lucrativos molinos evocados por BOCCACCIO: "e qu ind i verso i l pian discendendo chiarissima [ l 'acqua] , avanti che a quel divenisse, con gran­dissima forza e con non piccola utilità del signore, due mul ina volgea" , Deca­meron, ed. V i t tore Branca, Arno ldo M o n d a d o r i , Milán, 1 9 7 6 , p. 2 3 7 .

3 7 El pr imer texto es facticio, incluyendo lecturas del famoso romancista Juan José Niño y López ( D I E G O C A T A L Á N , Siete siglos de Romancero, Gredos,

244 SAMUEL G. ARMISTEAD NRFH, X X X V I

O t r a vez, en el Cantar de mió Cid, los infantes de Carrión se j a c t a n de su alto l inaje en los términos siguientes:

«De natura somos de comdes de Carrión deviemos casar con fijas de reyes o de enperadores, ca non pertenegien fijas de ifangones» 3 8.

E l romance Tres cortes armara el rey, según lo recoge el Cancione­ro de romances (1550) , trae u n a variación s igni f i cat iva de los versos ant iguos :

A l l i dixeron los condes, hablaron esta razón: —Nos somos hijos de reyes, sobrinos de emperador. ¿Merescimos ser casados con hij[a]s de v n labrador? 3 9

¿ C ó m o no recordar aquí también las habl i l las juglarescas que sin d u d a correrían acerca del C i d — a u n q u e fueran negadas por la leyenda r i v a l del hermano bastardo nacido de " u n a labrado­r a ' ' , según la contaba la Refundición de las Mocedades? Tales versos épicos y romancísticos se nos presentan ahora cargados de nuevo y más a m p l i o sentido, al c o n f i r m a r , j u n t o a los demás datos que aquí hemos v isto , el carácter juglaresco de los orígenes humildes e ilegítimos del famoso Campeador .

SAMUEL G . ARMISTEAD Univers i ty of Cali fornia, Davis

M a d r i d , 1969, p. 167). Del segundo, inédito, dispongo gracias a la caracterís­tica generosidad de don Luis Suárez A v i l a , quien lo recogió del cantor gitano, Juan de los Reyes, en Puerto de Santa María (Cádiz). E l tercer texto también lo recogió Luis Suárez y lo publicó en el folleto Fiesta del cante de los puertos: E l Puerto de Santa María 1971, Guadal gráficas, Puerto de Santa María, 1971, p. [6b]; luego se dio a conocer (sin especificar su origen y con variantes que no afectan los versos aquí citados) en JOSÉ BLAS V E G A , Los corridos o romances andaluces, M a d r i d , 1982), p. 15. Véase nuestro comentario: Epic ballads, p. 264, nota 59.

38 Cantar de mió Cid, ed. Menéndez Pidal , vv. 3296-3298. 39 Cancionero de romances (Anvers, 1550), ed. Anton io Rodríguez-Moñino,

Castalia, M a d r i d , 1967, p. 227¿z. Téngase en cuenta el comentario de M E N É N ­DEZ P I D A L , Romancero hispánico, t . 1, p. 223.

NRFH, X X X V I SOBRE E L N A C I M I E N T O DEL C I D 245

APÉNDICE

M U D A R R A . Como ciertos protagonistas de la épica árabe, M u d a r r a per­tenece al tipo del héroe de origen racialmente mixto (mua*arrac 'aquél cuya ma­dre es árabe y cuyo padre no es árabe'). Están en el mismo caso c A n t a r , en la Slrat cAntar, y Abü Zayd, en la Sirat Banl Hilal Véanse Antar: A Bedoueen ro­mance, t r . Terr ick H a m i l t o n , J o h n M u r r a y , London , 1820, t . 1, 24-25; B R I D -GET C O N N E L L Y , Arab folk epic and identity, Univers i ty of Cali fornia Press, Ber-keiey, Los Angeles, 1986, pp. 76-77'. También el héroe bizantino, Digenes Akrítes, es hijo de árabe y cristiana, según indica su propio nombre (ed. y t r . John Mavrogordato , Clarendon, O x f o r d , 1963, pp. 26-27). Igual , Heródoto califica de " m u l o " al rey C i ro de Persia, hi jo de una princesa meda y el persa Cambises (The Histories, t r . Aubrey de Sélincourt, Penguin, Baltimore, 1954, pp. 33, 5 1 , 57). Huelga decir que el héroe bastardo y el héroe de ascendencia racial mix ta empalman, a su vez, con el héroe medio humano y medio divino de la antigüedad clásica, germánica y celta. Véanse, por ejemplo, para Bal-der, H . R . E L L I S D A V I D S O N , Gods and myths, p. 188; y para Cúchulainn, J E A N M A R X , Las literaturas célticas, Eudeba, Buenos Aires, 1964, pp. 37, 39, 4 1 ; The Tain, t r . Thomas Kinsella, Ox ford Univers i ty Press, Oxford , 1969, p. 142.

B E R N A R D O DEL C A R P I Ó . El relato de la Primera Crónica af irma que la her­mana de Alfonso el Casto "casóse a furto del con el conde San Diaz de Sal-d a n n a " , pero no cabe duda que Bernardo pertenece al tipo del héroe bastar­do, según los parecidos con la leyenda de Galien, y así, en efecto, va a inter­pretarse el episodio de su nacimiento en el Romancero. Véase R. M E N É N D E Z P I D A L , Romancero tradicional de las lenguas hispánicas, ed. Diego Catalán, Gredos, M a d r i d , 1957-1985, t . 1, 176-184. L a variante cronística que alude a " d o n n a T i m b o r , hermana de Carlos rey de F r a n c i a " ( H E I N E R M A N N , op. cit., p. 5) no deja lugar a dudas sobre su bastardía. Respecto a la bastardía o cuasi-bastardía de otros héroes épicos castellanos, ténganse en cuenta también a Ramiro , hi jo bastardo de Sancho el M a y o r de Navarra , según la Crónica Najerense (R . M E ­NÉNDEZ P I D A L , "Relatos poéticos en las crónicas medievales", RFE, 10, 1923, p. 343; y l aed . de Antonio Ubie to , Anubar , Valencia, 1966, pp. 91-92 [111:9-10]); al abad don Fernando, hi jo ilegítimo de Fernando I , el Magno , y la hi ja del conde de Saboya, en las Mocedades de Rodrigo y el Cantar de la muerte del rey Fernando (cf. S.G. A R M I S T E A D , " T h e earliest historiographic references to the Mocedades de Rodrigo", HHH, pp. 25-34: 31 y notas 17-18); y a Fernán Gonzá­lez, quien, según la Refundición de las Mocedades, nace de la unión —legítima—

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de Gonzalo Núñez (hijo de Ñuño Rasura) con doña Aldara Sánchez, " f i j a del rey don Sancho Ramírez de Navarra , que andava mala mugier con los mo­ro s " (ed. Reliquias, p. 2 5 8 . 3 - 5 ) . Igual , el rey de los Langobardos, Lamissio, según una leyenda consignada por P A U L O D I Á C O N O , era uno de siete hijos ex­pósitos de una prostituta (Historia Langobardorum, t r . W i l l i a m Dudley Foulke, University of Pennsylvania Press, Filadelfia, 1 9 7 4 , pp. 2 6 - 2 7 ) . Ordoño de L a ­ra, el que reta a los zamoranos, nace, según el Livro das Linhagens, porque " o comde dom Hordonho. . . jouue com huuma sa irmâa per força". El dato reúne el motivo del héroe bastardo con el de origen incestuoso y el que nace como resultado de un estupro (como en el caso de Roldan, Sinfjotli y otros, respecto al incesto, y de Fernán Díaz y el C i d , respecto a la violación). Para todo esto, véase m i Lost version, p. 3 1 2 , nota 3 1 , donde constan varios ejemplos más. Igual que el anti-héroe García-Zulema, en E l abad don Juan de Montemayor, el ant i ­héroe Mordred nace como resultado de un incesto: del rey A r t u r o con su her­mana. Véase J A M E S D . B R U C E , " M o r d r e d ' s incestuous b i r t h " , Medieval stu-dies in memory of Gertrude Schoepperle Loomis, Slatkine, Genève, 1 9 7 4 , pp. 1 9 7 -2 0 8 . Para otros varios casos de héroes de origen incestuoso, véase J A N DE V R I E S , Heroic song and heroic legend, Oxford University Press, London , 1 9 6 3 , p. 2 1 2 .

R O L D A N . Roldan es producto del incesto de Carlomagno con su herma­na, según la leyenda del "pecado de Carlomagno' ' , presente en toda una serie de fuentes medievales. Nótense, por ejemplo, las palabras de Carlomagno, al lamentar la muerte de Roldan, en la epopeya provenzal de Ronsasvals: " B e l neps, yeu vos ac per lo mieu peccat gran / de ma seror e per mon falhimant, / qu ' ieu soy tos payres, tos oncles eyssamant, / e vos, car senher, mon nep e mon en fant " , ( M A R I O ROQUES, "Ronsasvals: Poème épique provençal", Ro, 6 0 , 1 9 3 2 , p. 1 8 0 , vv. 1 6 2 3 - 1 6 2 6 ) . Véanse, para más datos, B A U D O U I N DE G A I F -FIER, " L a légende de Charlemagne: Le péché de l 'empereur et son p a r d o n " , Recueil de trauvaux offert à M. Clovis Brunei, Société de l'École des Chartres, Pa­ris, 1 9 5 5 , tomo 1 , 4 9 0 - 5 0 3 ; R I T A L E J E U N E , " L e péché de Charlemagne .et la Chanson de R o l a n d " , HDA, t . 2 , pp. 3 3 9 - 3 7 1 , esp. pp. 3 4 3 - 3 4 8 ; B A R T O N S H O L O D , "Charlemagne and Roland: A mysterious relationship?", BABL, 3 1 ( 1 9 6 5 - 6 6 ) , 3 1 3 - 3 1 9 . Según otra tradición distinta, Roldan nace de los amores de Berta, hermana de Carlomagno, con Mi l one , hijo menor de Bernardo de Clermont, vasallo del emperador (A. MUSSAFIA, "Ber ta e M i l o n e - O r l a n d i n o " , Ro, 1 4 , 1 8 8 5 , vv. 3 5 ss.; también los Reali di Francia, ed. Adelaide M a t t a n i n i , Rizzo l i , Milán, 1 9 5 7 , pp. 3 6 8 - 3 7 5 [ V I : x x x i x - x l ] ) .

G A L I E N . Galien es hi jo ilegítimo de Ol iv ier —e l de Roncesvalles— y de Jacqueline, hi ja del emperador de Constantinopla, a raíz del escandaloso gab de Ol iv ier , en el Pèlerinage de Charlemagne (ed. Eduard Koschwitz, O . R . Reis-land, Leipzig, 1 9 2 3 , vv. 7 2 6 - 7 3 0 ) . Véase sobre el caso: J U L E S H O R R E N T , Le pèlerinage de Charlemagne, Les Belles Lettres, Paris, 1 9 6 1 , pp. 9 5 - 1 0 0 . E l naci­miento y aventuras de Galien se cuentan en la chanson de geste de Galiëns Li Res-torés (ed. E d m u n d Stengel, N . G . Elwert , M a r b u r g , 1 8 9 0 ) ; para el nacimiento del héroe —como siempre, en condiciones extrañas y difíciles— véanse las pp. 1 2 - 1 3 . Para las complejas interrelaciones entre la gesta de Galien y la de Los infantes de Lara, véase R. M E N É N D E Z P I D A L , " L o s Infantes de Salas y la epo­peya francesa: influencias recíprocas dentro de la tradición épica románica", Mélanges offerts à Rita Lejeune, Duculot , Gembloux, 1 9 6 9 , t . 1 , 4 8 5 - 5 0 1 ; t am-

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bien La leyenda, pp. 543-552. Para otros bastardos en la épica francesa, tén­ganse en cuenta a Baudouin, en las Enfances Ogier, de ADENÉS L I R O I S (ed. Auguste Scheler, Closson y C. M u q u a r d t , Bruselas, 1874, pp. x i , x ix y vv. 263-276); a Povre-veü, en Folque de Candie; a Baudouin, en Li Bastars de Boui­llon; a Doon, en Tristan de Nanteuil ( S H E N , The Old-French "enfances", pp. 44, 147, 149-150). Nótese también todo un ejército de hijos espurios, todos de Bau­douin de Sebourc — t r e i n t a y uno de ellos en t o t a l — al mando del gran bâtard (ibid., p. 146).

A R T U R O . El rey Uther Pendragon, por arte de magia, se hace pasar por Gorlois, duque de Cornualles, para poder acostarse con Ygerna, mujer del du ­que; del enlace ha de nacer el rey A r t u r o . Véanse GEOFFREY OF M O N M O U T H , Historia Regum Britanniae, ed. Acton Griscom, Longmans-Green, London, 1929, pp. 426-428 ( V I I L x x - x x i ) ; y H A R V E Y L . SHARRER, The legendary history of Bri­tain in Lope García de Solazar's "Libro de las bienandanzas efortunas", University of Pennsylvania Press, Filadelfia, 1979, pp. 63-64, 115, donde se remite a otras versiones del relato. Según el resumen de S I R T H O M A S M A L O R Y : " S O after the deth of the duke, kyng Uther lay w i t h Igrayne. . . and begat on her that nyght A r t h u r " (Works, ed. Eugène Vinaver , 2nd. ed., Oxford University Press, Ox ­ford, 1981, p. 5 ( I ) . En último término, las leyendas del nacimiento de A r t u r o y de Galahad, así como la de Berte aus granspies, incorporan el motivo del susti­tuto : K1223. Mistress deceives lover with substitute; K l 317. Lover's place in bed usur­ped by another; K1840. Deception by substitution; K 1 9 1 1 . The false bride (substituted bride), de S. T H O M P S O N , Motif-Index. Sobre el caso, véase S.G. A R M I S T E A D & J . H . S I L V E R M A N , The Judeo-Spanish ballad chapbooks of Y. A. Yoná, University of Cal i fornia Press, Berkeley, Los Angeles, 1971, pp. 269-270, nota 8. Véase el estudio de M A N U E L DE M O N T O L I U , "Sobre els elements épies, principalment arturians, de la Crónica de Jaume I " , HMP, t . 1, 697-712.

M E R L Î N . M e r l i n no tiene padre; es el producto del enlace de su madre con un íncubo. Véase GEOFFREY OF M O N M O U T H , Historia, ed. Griscom, p. 381 ( V l . x v i i i ) . Sobre el episodio, véase SHARRER, The legendary history, pp. 58-59, 109-111; también M A R B U R Y B. O G L E , " T h e discovery of the wonder c h i l d " , Transactions of the American Philological Society, 59 (1928), 179-204.

T R I S T A N . Tr i s tan es hijo ilegítimo de Rivalen, rey de Leonís (o señor en Bretaña) y de Blancheflor, hermana del rey Marco de Cornualles. Aunque en Gott fr ied von Strassburg y en la version nórdica, los amantes se casan, en E i l -hart von Oberge, la princesa muere en u n barco, antes de llegar a la tierra de Rivalen. Véanse G O T T F R I E D , Tristan, t r . A . T . H a t t o , Penguin, Balt imo­re, 1960, p. 62; The saga of Tristram and Isónd, t r . Paul Schach, University of Nebraska Press, L inco ln , 1973, p. 17; E I L H A R T , Tristrant, t r . J . W . Thomas, Univers i ty of Nebraska Press, L inco ln , 1978, pp. 49-50; también G E R T R U D E SCHOEPPERLE L o O M i s , Tristan and Isolt: A study of the sources of the romance, 2nd. ed., Bur t F r a n k l i n , New Y o r k , 1970, pp. 11-12. Compárese la reconstrucción de JOSEPH BÉDIER, Le roman de Tristan par Thomas: Poème du xiie siècle, F i r m i n Didot , Paris, 1902-1905, t . 1, pp. 19, 21-24; t . 2, pp. 194-195.

G A L A H A D . Lancelot, bajo el efecto de una droga, se acuesta con la hija del rey Pelles (el rey Pescador), creyendo que es la reina Ginebra; de esta unión nace Galahad. Véase Le livre de Lancelot del Lac, en H . O S K A R S O M M E R (éd.), The vulgate version of the Arthurian romances, Carnegie Ins t i tut ion , Washington, 1909-1913, t . 5, pp. 109-111.

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H A G E N . Según la Thiäreks Saga, Hagen (Högni) nace de un enlace de la reina (mujer del rey Aldrián) con u n elfo o duende. Véanse H E N R I K BERTEL­SEN (ed.), ThiMks Saga af Bern, S.L. M o l l e r , Copenhague, 1905-1911, t . 1, pp. 319-320; Die Geschichte Thidreks von Bern, t r . Fine Erichsen, 2nd. ed., Eugen Diederich, Düsseldorf-Köln, 1967, p. 223. Aunque Hagen sea el famoso ant i ­héroe del Nibelungenlied, en los diversos relatos que de él conocemos, reúne una serie de rasgos que indican que quizá en alguna etapa anterior fuera conside­rado como héroe (en vez de anti-héroe). T a l circunstancia quizás ayude a ex­plicar la ambivalencia que evoca el personaje, tanto en el Nibelungenlied como en el Waltharius. Véase E D W A R D R . H A Y M E S , The "Nibelungenlied": History and interpretation, University of Il l inois Press, Urbana-Chicago, 1986, pp. 74-77.

W I D G A . Widga , quien va a ser uno de los famosos guerreros de Thidrek de Verona, es hijo de Velent (Volundr ; Weland) , el divino herrero, y la hi ja del rey Nietung (o bien Nicthad), quien tiene a Velent preso en una isla y lo ha muti lado para que no pueda andar. Véase Thictfeks Saga, ed. Bertelsen, t . 1, 112-133; t r . Erichsen, pp. 136-143 (caps. 20-29). Paralas distintas versio­nes del relato, así como alusiones en Waldere (Wid ia ) , H ^ ^ z ^ W u d g a ) , y Deor, véase FRANCIS B. G U M M E R E , The Oldest English Epic, M a c M i l l a n , New York , 1910, pp. 169, 185-186, 199. O t r a forma de la leyenda de Weland, que no alude a Widga , se recoge en la Volundarkvictä (The poetic Edda, t r . Hollander, pp. 159-167).

S I N F O T L I . En la Volsunga Saga, Sinfjotlie es producto de una relación inces­tuosa de Sigmundr con su hermana, Signy; Sigmundr ignora la identidad de la mujer con quien se acuesta, pero Signy, al hacer uso de un disfraz mágico, concibe al hi jo de su hermano, con el propósito específico de que ayude a Sig­m u n d r a vengar la muerte del rey Volsung, padre de Sigmundr y Signy. Vea­se la ed. y trad , de R . G . Finch, Nelson, London , 1965, pp. 9-10 (cap. 7) y el comentario de C A R O L I N E B R A D Y , The Legends of Ermanaric, University of Ca­l i fornia Press, Berkeley, Los Angeles, 1943, pp. 66-67. A la misma leyenda (Sigemund y Fitela [ = Sinfjotli]) se alude de refilón en Beowulf (eds. A J . Wyatt & R . W . Chambers, Cambridge Univers i ty Press, Cambridge, 1914, vv. 874-884). Otros héroes bastardos en la tradición germánica incluyen Erpr (cf. B R A D Y , The legends of Ermanaric, pp. 78-80, 275-278, et passim); el gigante W a ­de, padre de Velent (Thidreks Saga, t r . Erichsen, pp. 95-96); O la f (cf. Laxdaela Saga, trs. Magnus Magnusson & H e r m a n Pálsson, Penguin, New York , 1969, pp. 67-69); Gautrek (Gautrek's Saga, trs. H . Pálsson & Paul Edwards, New York Univers i ty Press, New York , 1970, pp. 28-29); Thorke l Kraíla (Vatnsdaler's Saga, t r . G w y n Jones, Princeton Univers i ty Press, Princeton, 1944, pp. 98-99, 109). Según una tradición tardía, Healfdene, rey de los daneses en el Beowulf, es hi jo ilegítimo de una princesa sueca cautiva, concubina del rey Frodo de Dinamarca (cf. G . N . GARMONSWAY & J A C Q U E L I N E SIMPSON, Beowulf and its ana­logues, E.P. D u t t o n , New York , 1971, p. 239). Sobre Wade y su nacimiento, véase W I N D E R M C C O N N E L L , The wate figure in Medieval tradition, P. Lang, Bern, 1978, esp. pp. 16, 65, 80.