donald a carson

203

Upload: felipe-mimi

Post on 16-Dec-2015

127 views

Category:

Documents


9 download

DESCRIPTION

Es del sermón del monte de Carsonmuy bueno

TRANSCRIPT

  • EL SERMON

    DELMONTE UNA EXPOSICI6N BfBLICA

    DE MATEO 5-7

    D. A. CARSON

    Publlcadones andamlo

  • &lib! Y diJtribuye: PuIUCACONES ANDAMlo!l C/ A1tsFomsn"68, s6t.1" (lI(ll8 Bartelooa Tel-Fax., '13/43225 23

    eEL SERMON DEL MONTE> LQ/AtD A. CAJ&lN

    CopyrihtsC 1978 By lIaker Book House Company. Originaly published in English under the title

    n.. Stmron on tltt Mount by DA ea""" By Baker Books, a division of Baker Book House Company, Grand Rapids, Michigan, 49516, USA

    All rights reserved.

    ) Versi6n en castellano: PuIUCAOONES ANDAMIO Ii) I' Edici6n 1996.

    ProhibidR la rtproducci6n totol 0 porciol sin la Qutorizoci6n de los tditorrs Traducci6rt DANlELMENEw DiseiIo GrAfico y Maquetaci6rt FERNANOO CABAlllRO Fotograffa Portad" SEBASTlAN ALVAREZ

    PuBUCACIONES ANOAMJO es la secci6n editorial de los Grupos Biblicos Universilarios de Espana (G.B.u.).

    Todas las reerencias biblicas corresponden a la versi6n de Reina-Valera de 1960.

    Dep6,ilo Legal: B. 43.134-96 ISBN: 84-8194O-25.j)

    Impre.~o en: Talleres Groificos de la M.C.E. Horeb. E.R. n 2.910 SE Pol (g. Ind . Cun Tria. ... c/Ram6n Llull. sin -08232 VILADECAVALLS (Bartelona)

  • ACICCU,

    agradeciendo y apreciando /a calidez de su testimonio cristiano, y la oportunidad de impartirle una parte tan estimulante

    de las Escrituras

  • ,

    INDICE

    Texto Pagina

    1. EI reino de los cielos: Sus normas y testimonio .. . ........ . .............. .. ... 5:1-16 ........ 1

    Introducci6n ............................. 5:1-2 ... . .. .. 13 Las normas del reino ...... ............... 5:3-12 ....... 13 Las bienaventuranzas ...... ... ......... .. 5:3-10 .... . .. 19 Ampliaci6n .............................. 5:11-12 . . .. . . 19 EI testimonio del reino .... . . . ... ........ . . 5:13-16 ...... 36 La sal ... .......... ..... . ....... ... ...... 5:13 ........ 37 Laluz ......... . ............... .... ...... 5:14-16 ..... . 38

    2. EI reino de los cielos: Sus exigencias en relaci6n al Antiguo Testamento .......... 5:17-48 ...... 41

    JesUs como cumplimiento del Antiguo Testamento .................... 5:17-20 ...... 43

    Aplicaci6n ............................... 5:21-48 ...... 49 La ira denigrante y la reconciliaci6n ..... . .. 5:21-26 ..... .. 50 EI adulterio y la pureza .............. . .... 5:27-30 ..... . 54 Extrapolaci6n: EI divorcio y las

    segundas nupcias ...................... 5:31 y ss .... 56 Los juramentos y la veracidad ............. 5:33-37 . ... . . 57 La explotaci6n de las personas y el sacrificio

    de uno mismo .............. .. ... ... ... 5:38-42 ...... 61 EI odio y el amor ......................... 5:43-47 ...... 66 Conclusi6n: La exigencia de perfecci6n ..... 5:48 . .. ... . . 68

  • 3. La hipocresia religiosa: Su descripci6n y derrocamiento .... .. . . . .... 6:1-18 ....... 71

    EI principio . . . . .................. .. ...... 6:1 ... ...... 71 Los ejemplos ........... . .............. . . 6:2-18 .. .. ... 73 La limosna .. ................. . . ......... 6:2-4 ........ 73 La oracion . .. . . ...... .. . . . ..... .. .... .. .. 6:5-8 ........ 75 Extrapolacion:

    La oracion modelo del Senor .. ... ..... .. 6:9-15 .. ..... 80 EI ayuno . ......... ...... .. ... ... ........ 6: 16-18 ...... 93

    4. Las perspectivas del reino ........... . . ... 6:16-18 ...... 93 La lealtad inalterable a los valores

    del reino, en tres metaforas . ......... .. . 6:19-24 .... .. 98 EI tesoro ............ .. . .......... .. . .. . .. 6:19-21 .... .. 98 La luz . .. ........... . ........ ... . ........ 6:22-23 ..... 102 La esclavitud ............... .. . ... ... . ... 6:24 . ..... . . 104 Una confianza incondicional .. ... . .. . ..... 6:25-34 ..... 106 El principio general . . .. . . . . . . .... . ....... 6:25 ....... 112 Los dos ejemplos ... ... .. .. ........ . . .. . .. 6:26-30 ..... 112 La vida y la cornida . ...... .......... . .... 6:26-27 . .. . . 112 El cuerpo y el vestido . . .. .. ... ... . . . ... .. . 6:28-30 ... .. 118 Una vida distintiva .... . ....... .. .. ..... . . 6:31-32 ... .. 119 El meollo del asunto ...................... 6:33 . ...... 120 El ultimo motivo para reducir la ansiedad . . 6:34 ...... . 123

    s. EI equilibrio y la perfecci6n ....... ... .. . . 7:1-12 ...... 127 El peligro de juzgar a los demas ....... .... 7: 1-5 .. ... .. 128 La justificacion teologica .... . .... . ........ 7:2 ........ 131 Un ejemplo ..... ........ . ..... . .. . . . .... . 7:3-5 ....... 133 EI peligro de no discrirninar ... .... . ... . ... 7:6 ... .. . . . 136 El peligro de carecer de una

    confianza persistente .... . ........ .... .. 7:7-11 ...... 141 El equilibrio y la perfeccion . . ... .. ... ..... 7:12 ....... 146

    6. Conclusion: Los dos caminos ..... .. ...... 7:13-28 ..... 149 Excursus: El Sermon del Monte

    y las ideas pa ulinas . .. ..... . ................ .. ...... 150

  • El equilibrio . ....... . ..... .. ... . ......... .. . .. ........ 150 Pablo .................. . . . . . .. .. . .. ... . . . .. .. . . . . .... 151 El cristianismo contemponineo .. . . .. .................. 153 Cristo .............. . . .. .. . . . ... . ...... . .. . .... . ... . . 156 Dos caminos ......... . ...... . ...... .. .... 7:13-14 ..... 159 Dos arboles ......... . . . . .. ............... 7:15-20 ..... 163 Dos pretensiones . .. ................. . .... 7:21-23 ..... 168 Dos casas . . . . .. . . . ........... . .. . ... .. ... 7:24-28 ..... 171

    Apendices I. Reflexiones sobre los enfoques criticos

    del Serm6n del Monte .............................. 179 II. Reflexiones sobre las interpretaciones

    teol6gicas del Serm6n del Monte ........... . ......... 195

  • PREFACIO

    A principios de 1974 me pidieron que diera seis conferencias so-bre el Sermon del Monte en la Union Cristiana Inter-Colegial de Cambridge (CICCU). Estas conferencias, previstas para el periodo de Semana Santa de 1975, consumieron gran parte de mi tiempo y energla durante las seis semanas en las que tuvieron lugar. No creo que haya disfrutado nunca tanto ensefiando las Escrituras como 10 hice cuando hable delante de los cuatrocientos 0 quinientos estu-diantes que se reunian cada sabado por la noche. Eran notablemen-te receptivos, y supusieron un desafio para mi debido a su genuina atencion a la Palabra de Dios.

    Desde entonces he repetido esta serie dos 0 tres veces mas, en al-gunas iglesias situadas en la Columbia Britanica. Siempre que el tiempo me 10 ha permitido, he revisado esta serie, expresandola de una forma mas idonea para la pagina escrita de 10 que suele serlo un sermon 0 una lectura biblica. Sin embargo, he mantenido adre-de algunos trazos de su forma prirnitiva. He anadido dos apendi-ces, que se deben en gran parte a las preguntas que se me han for-mulado. Una parte del material del primer apendice estaba insecta en la serie de conferencias original, pero en este libro he creldo mas oportuno separarlo.

    LEn que se diferencia este volumen de otros en circulacion que tratan del mismo pasaje? LPor que ofrecer otro estudio sobre el Ser-mon del Monte? Me vienen a la mente algunos motivos. Esta expo-sicion es mas breve que la mayorla de las otras destinadas allector general, pero esto es asl porque se encuentra mas condensada. He intentado arduamente liberarme de las categorias de teologia siste-matica usadas por mis predecesores, si bien pretendo que mi obra refleje los puntos de vista mas significativos dentro de la teologia ac-tual. EI material contenido en los dos apendices habitualmente no se incluye en las exposiciones populares, pero puede serle uti!, al

  • 12 EL SERM6N DEL MONTE

    lector que este interesado, para que considere la interpretacion del Sermon del Monte con una vision mas equilibrada y una compren-sion mas profunda. Pero, por encima de todo, ofrezco estos estudios a un drculo mas amplio de personas porque estoy profundamente convencido de que la Iglesia de Cristo precisa estudiar el Sermon del Monte constantemente.

    Me complace expresar aqui mi profunda gratitud a numerosos escritores. He leido algunas de las exposiciones populares, pero aparte del texto sagrado me he propuesto, sobre todo, leer los me-jores comentarios que pudiera conseguir. EI Sermon del Monte: His-toria de la Interpretacion y BibliograJia, de W. S. Kissinger, ha consti-tuido una herramienta inapreciable para las ultimas fases de mi estudio. Es una mina de informacion, y me ha conducido a algunas obras importantes que yo no conocla. Los lectores mas informados tambien reconoceran mi deuda con Robert Banks y su libro Jesus y /a Ley en la Tradicion Sinoptica. Quiero manifestar mi gratitud a la Tyndale House, Cambridge, que me ofreciola oportunidad de leer una copia de la tesis doctoral de Banks antes de que apareciese pu-blicada. He leido solo unos pocos libros en lengua extranjera sobre el Sermon del Monte. Es algo que lamento, igual que el no haber po-dido analizar un poco mas de la irunensa cantidad de literatura se-cundaria. Incluso en los diarios que han pasado por mi mesa du-rante este trimestre han aparecido numerosos articulos sobre estos tres capitulos del Evangelio de Mateo.

    Hago extensiva mi sincera gratitud tambien a Eileen Appleby, quien transcribio las cintas de las conferencias originales; y a Sue Wonnacott, y en especial a Diane Smith, quien transformo un ma-nuscrito excesivamente confuso en una mecanografia clara y casi perfecta.

    Soli Deo Gloria. D.A. Carson

    Northwest Baptist Theological Seminary Vancouver, Canada

  • ELREINO DE LOS CIELOS: Sus normas y testimonio

    Mateo 5:116

    1 INTRODUCCI6N

    Cuanto mas leo estos tres capitulos -Mateo 5,6 Y 7-, mas me atraen y avergiienzan. Su luz brillante me atrae como a una polilla un foeo, pero es una luz tan potente que agosta y quema. No hay lu-gar para esas formas de la piedad que no son mas que apariencia e impostura. Se nos exige perfecci6n. Jesus dice: Sed perfectos ... como vuestro Padre celestial es perfecto (5:48).

    EI gran tema de estos tres capitulos es el reino de los cielos. EI reino de los cielos es la expresi6n habitual con que Mateo se refie-re a 10 que otros escritores neotestamentarios prefirieron denomi-nar el reino de Dios. Mateo era como muchos judios de su tiem-po, quienes evitaban usar la palabra Dios. Sentian que era alguien

  • 14 EL SERMON DEL MONTE

    demasiado santo, demasiado exaltado; por tanto, se adoptaron eu-femismos como

  • EL REI NO DE LOS ClELOS 15

    fuere ocasion de caer, sacalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno. Por tanto, entrar en el reino de Dios es entrar en la vida. Este es ellenguaje ca-racteristico del Evangelio de Juan; sin embargo, aparece en el mis-mo Sermon del Monte. Estos tres capitulos de Mateo versan sobre la entrada en el reino (Mt. 5:3,10; 7:21), 10 cual equivale a entrar en la vida (7:13-14; d. 19:14, 16).

    Asi el reino de los cielos, en este sentido mas restringido, es ese ejercicio de la soberania divina que incide directamente en sus pro-positos salvificos. Todos los que estan en el reino tienen la vida; to-dos los que no estan en el reino no la tienen. Podemos esquematizar estas conclusiones del siguiente modo:

    ----'''-"--- EI reino universal de Dios, mediado ahora por Jesucristo.

    A-9--- EI reino de Dios: ese aspecto del reino universal donde hay vida.

    0, si los propositos salvificos de Dios constituyen el centro de su soberania, podemos mejorar este esquema de la siguiente manera:

    __r",......-+--''r---- EI reino universal de Dios, mediado ahora por Jesucristo. EI reino de Dios: ese aspecto del reino universal donde hay vida.

    Este diagram a, claro esta, esquematiza demasiado la eviden-cia. La palabra reino, que hace una referencia primaria a algo di-niimico, puede usarse bien en un sentido mas general, bien en un

  • 16 EL SERM6N DEL MONTE

    sentido salvifico concreto. Por ejemplo, en otro pasaje Jesus usa una parabola en la que compara el reino a un hombre que sembro la buena semilla en su campo, y que sin embargo descubrio malas hierbas, que habia sembrado su enemigo (Mt. 13:24-29,36-43). Pa-rece como si el reino, en este punto, abarque tanto el trigo como las malas hierbas; en el sentido no metaforico, el reino comprende tan-to a los hombres que tienen la vida como a los que no. En termi-nos del diagrama circular de mas arriba, la linea entre el circulo in-terior y el exterior se vuelve muy fina. EI enfasis parece estar en el reino universal, aun cuando su proposito central sea el de sembrar la buena semilla. Ciertamente, como resultado de tal proposito, el grano que ahora esta mezclado un dia es cribado: cuando llega la cosecha, se hacen hatos con las malas hierbas y se quem an, y el grano se recoge en el granero del propietario (Mt. 13:30).

    Esta ambigiiedad nos ayuda a comprender Mateo 8:10-12, don-de Jesus dice: De cierto os digo, que ill aun en Israel he hallado tan-ta fe . Y os digo que vendran muchos del oriente y del occidente, y se sentaran con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos; mas los hijos del reino seran echados a las tinieblas de afuera; alli sera eilloro y el crujir de dientes. Se esperaba que los judios, al te-ner el privilegio de ser herederos de la revelacion del Antiguo Tes-tamento, fueran los hijos del reino; pero Jesus apunta que, de he-cho, muchas personas de todo el mundo se sentaran allado de los patriarcas en el reino. Tambien advierte que muchos considerados subditos se veran apartados de las delicias del reino salvifico de Dios.

    En tercer lugar, la expresion reino de Dios, con este sentido salvador (el (mico en que 10 usare a partir de ahora) es aplicable tan-to al presente como al futuro. Considerados como un todo, los li-bros del Nuevo Testamento insisten en que el reino de Dios ya ha llegado; las personas ya pueden entrar en el reino y recibir la vida, vida en abundancia an. 10:10). EI propio Jesus argumenta que si echa fuera malos espiritus por el poder de Dios -y 10 hace-- en-tonces el reino de Dios IU111egado (Mt. 12:28). Sin embargo, los libros del Nuevo Testamento insisten en que el reino se heredara solo en el futuro, cuando Cristo vuelva. La vida eterna, aunque se experi-mente ahara, se consumara entonces, junto can una renovacion tan

  • EL REINO DE LOS ClELOS 17

    grande del universo que la linica descripcion adecuada es la de un cielo nuevo y una tierra nueva (Is. 65:17; 66:22; 2 P. 3:13; Ap. 21:1; d . Ro. 8:21 y ss.).

    Jesus formula diversas parabolas con el prop6sito especifico de evitar malos entendidos entre sus seguidores, malas interpretacio-nes que sugirieran que el reino fuera a consumarse sin demora. EI queria que pensaran otra cosa: la venida del reino, en toda su ple-nitud, requeriria una larga espera. Por ejemplo, en una parabola del Evangelio de Lucas (Lc. 19:11 y ss.), Jesus habla de un hombre de buena cuna que marcha a un pais distante y luego regresa; y recibe la plena autoridad del reino s610 despues de que haya regresado. Je-sus es ese noble, y la consumaci6n del reino espera su regreso.

    Puede que otro diagrama nos ayude a explicar estas verdades:

    A. Reino de Dios. B. Este mundo.

    Creaci6n Cristo Fin del mundo: comienzo del nuevo

    cielo y la nueva tierra.

    Todos los hombres viven en el plano de este mundo; pero des-de la venida de Cristo hasta el fin del mundo, los herederos del rei-no (y s610 elios) viven tambien en el plano del reino. Asi, seglin los diagramas circulares, queda claro que un hombre puede estar 0 no en el reino de Dios; seglin el esquema lineal, queda claro que si ya esta en el, alin puede esperar la consumaci6n al fin del mlmdo, cuando Cristo regrese. El reino tiene un aspecto de ya y otro de alin no: el reino ya ha liegado, pero alin no esta aqui.

    En cuarto lugar, aunque entrar en la vida y entrar en el reino son sin6nimos, no siempre pueden intercambiarse estrictamente. La

  • 18 EL SERM6N DEL MONTE

    misma idea de reino tomado como reinado dinamico compor-ta unas implicaciones de autoridad y sumision en las que normal-mente no pensamos cuando hablamos de vida. El reino de Dios habla de la autoridad divina, mediada a traves de Cristo; por tanto, tambien habla de nuestra entrega sincera a esa autoridad. Por eso Mateo 7:21-23 enfatiza tanto la obediencia: No todo el que me dice: Senor, Seilor, entrara en el reino de los cielos, sino el que hace la vo-luntad de mi Padre que esta en los cielos. Muchos me diran en aquel dia: Seilor, Senor, ino profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos mila-gros? Y entonces les declarart?: Nunca os conoci; apartaos de ml, ha-cedores de maldad .

    Por tanto, el gran tema del Sermon del Monte es el reino de los cielos. Ai final de Mateo 4 se nos dice que JesUs iba por toda Galilea predicando el evangelio del reino (4:23). Tanto sus enseilanzas como sus milagros de sanacion atrajeron a grandes multitudes. Por tanto, Mateo 5 empieza con las palabras:

  • EL REINa DE LOS ClELOS 19

    en parte porque una multitud siempre llama a otra. Este modo de comprender el texto queda confirrnado por la conclusion de Mateo al Sermon del Monte: Y cuando termino estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina (7:28). Queda tambien corroborado por el hecho de que Jesus incitaba a esos discipulos a entrar en el reino, a entrar en la vida (7:13-14; 7:21-23).

    Jesus llego al escenario elegido y se sen to. En su epoca, esta era la posicion tradicional para un profesor en la sinagoga 0 la escuela. Algunas versiones inglesas dicen a continuacion: Abrio su boca y les enseiio, diciendo ... . Podemos preguntamos, con cierta ironia, como podria haberlo hecho sin abrir la boca, hasta que nos damos cuenta de que se trata de una expresion semitica, de una formula tradicional. Parece indicar que 10 que sigue es algo deliberado y bien meditado.

    LAS NORMAS DEL REINO Mateo 5:3-12

    Las bienaventuranzas, 5:3-10

    Hemos de hacer algunas observaciones generales acerca de es-tas bienaventuranzas antes de exarninarlas individualmente. Pri-mero, que la palabra bienaventuranza es una trasliteracion del la-tin beaius*. Algunos cristianos Haman macarismos a estas bienaventuranzas, 10 cual es otra trasliteracion del termino griego makarios. Tanto bienaventuranza como macarismo son traslite-raciones de palabras extranjeras que pueden traducirse correcta-mente como bendicion.

    Aunque algunas traducciones modemas prefieren decir feliz en lugar de bendito, al hacerlo el termino sale perdiendo. Por 10 general, los que son bienaventurados senm profundamente felices;

    (It) Esto resulta mas evidente en ingle;, que traduce bienaventuranza )) como beatitu-de. (N. del T.)

  • 20 EL SERM6N DEL MONTE

    pero la bienaventuranza no puede reducirse a la felicidad. En las Es-crituras, Dios puede bendecir al hombre y el hombre aDios. Esta dualidad nos da la pista para llegar al significado. Ser bendecido quiere decir, fundamentalmente, ser aprobado, hallar aprobaci6n. Cuando el hombre bendice aDios, 10 esta aprobando. Por supues-to, no 10 hace de una forma condescendiente, sino mas bien enco-miando aDios, alabandole. Cuando Dios bendice al hombre, es que 10 aprueba, y esto siempre supone un acto de condescendencia.

    Ya que este es el universo de Dios, no puede haber mayor ben-dici6n que la de ser aprobados por el. Debemos preguntamos la bendici6n de quien buscamos diligentemente. Si la bendici6n de Dios nos parece mas importante que la aprobaci6n de nuestros se-res queridos, por mucho que les amemos, 0 de nuestros colegas, por influyentes que sean, entonces las bienaventuranzas nos hablaran de una forma muy personal y profunda.

    Otra observaci6n es que este tipo de bendici6n no es nada arbi-trario en ninguna de estas ocho bienaventuranzas. Lo que se pro-mete en cada caso nace de forma natural (0 mas bien sobrenatural) del personaje que se describe. Por ejemplo, en el versiculo seis la per-sona que tiene hambre y sed de justicia es saciada (de justicia); en el versiculo siete se muestra misericordia para con los misericordio-50S. La bendici6n va siempre relacionada con la condici6n, como ve-remos.

    Finalmente, hemos de dames cuenta de que dos de las biena-venturanzas prometen la misma recompensa. La primera dice as!: Bienaventurados los pobres en espiritu, porque de ellos es el reino de los cielos (5:3). La ultima dice: Bienaventurados los que pade-cen persecuci6n por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos (5:10). Empezar y terminar con la misma expresi6n es una figura estilistica llamada inclusi6n. Esto quiere decir que, en realidad, todo 10 que esta entre las dos expresiones puede incluirse bajo un mismo tema, que en este caso es el reino de los cielos. Por eso he llamado a las bienaventuranzas, como colectivo,

  • EL REINO DE LOS ClELOS 21

    lQue es la pobreza en espiritu? Ciertamente no se trata de ca-restia economica, 0 de pobreza material. Tampoco es la pobreza de la ignorancia espiritual. Menos aUn la espiritualidad pobre, es de-cir, una deficiencia de la vitalidad 0 el coraje. Y esta claro que la ex-presion no denota pobreza de Espiritu Santo.

    Parece ser que esta expresion se desarrollo en tiempos del Anti-guo Testamento. A menudo se habla del pueblo de Dios como los pobres 0

  • 22 EL SERM6N DEL MONTE

    en que si el Senor no va con el preferia quedarse en su casa y tri-liar el grano.

    La pobreza en espiritu no puede inducirse artificialrnente usan-do el odio hacia uno mismo. Atin tiene menos que ver con la hu-mild ad ostentosa. Los arrogantes de espiritu no la pueden imitar aunque envidien sus cualidades. Puede que sus esfuerzos consigan un exito sirnbolico delante de sus iguales, pero nunca enganan a Dios. En realidad, la mayoria de nosotros aborrecemos la hurnildad fingida, sea nuestra 0 de otros.

    Sospecho que no existe un orgullo mas letal que aquel que en-cuentra sus rakes en un amplio saber, en una gran pied ad extema o en una ostentosa defensa de la ortodoxia. Mi sospecha no pone en tela de juicio el valor del saber, de la piedad 0 de la ortodoxia; mas bien expone a los presuntos creyentes a la luz desnuda de esta bie-naventuranza. EI orgullo basado en unas virtudes genuinas tiene un enorme potencial para facilitar el autoengafio, pero nuestro Senor no 10 permite. EI insiste en la pobreza en espiritu: un reconocirnien-to completo, honesto, objetivo, consciente y concienzudo de nues-tra indignidad moral delante de Dios. Es, como ya he dicho, la for-ma mas profunda de arrepentimiento.

    No es de extranar, por tanto, que el reino de los cielos pertenezca a los pobres en espiritu. Ya desde el principio del Sermon del Monte nos enteramos de que no tenemos los recursos espirituales necesarios para poner en practica ninguno de sus preceptos. Por nosotros mis-mos no podemos satisfacer los estandars de Dios. Debemos ir ante el y reconocer nuestra bancarrota espiritual, vaciandonos de nuestra propia justicia, nuestro autoaprecio moral y nuestra vanagloria per-sonal. Vados de estas cosas, estamos preparados para que el nos lie-ne. Buena parte del Sermon del Monte va destinada a apartar de no-sotros estes espejismos, generando en nuestro interior una genuina pobreza de espiritu. La sinceridad y profundidad de este arrepenti-mien to es un requisito fundamental para entrar en la vida.

    Seglmda: Bienaventurados los que lIoran, porque elias recibiral1 COI1-solaciol1 (5:4).

    Este verskulo es la continuacion logica del que Ie antecede. EI

  • EL REINa DE LOS CIELOS 23

    lIanto puede entenderse como la contrapartida emocional de la po-breza en esprritu.

    Al mundo en que vivirnos Ie gusta rerr. Los distribuidores del placer venden carcajadas y sonrisas, obteniendo buenos beneficios. Elsummu1l'l bonum de la vida se convierte en pasarlo bien, y la meta inrnediata es todo aquello que este por encirna. EI mundo no quie-re ver a gente que se lamenta; los consideran aguafiestas.

    Y sin embargo el Hijo de Dios insiste: Bienaventurados los que 1I0ran, porque ellos recibiran consolaci6n. Esto no quiere decir que el cristiano deba estar siempre deprirnido y 1I0roso. EI cristiano no debe encajar en el estereotipo que tenia en mente aquella nifla que exclam6: jEse caballo debe ser cristiano! jMira que cara mas larga tiene! Este verskulo defiende atin menDs esa pena nacida de la au-tocompasi6n rastrera.

    Entonces, Lque es? A nivel individual, este lIanto es el dolor que produce el pecado personal. Es la lamentaci6n de un hombre que ernpieza a darse cuenta de la negrura de su pecado a medida que se ve expuesto a la pureza de Dios. Isaias era uno de estos, y se Ie ofre-ci6 una visi6n de la Deidad en la que incluso los propios angeles del cielo se cubrian los rostros y exclamaban, con solernne adoraci6n: jSanto, santo, santo! La reacci6n de Isaias fue la de desmoronarse por completo (Is. 6:5). Es el grito de un hombre que persigue la pu-reza usando sus propios esfuerzos y se da cuenta de que no puede alcanzarla, y exclama: jMiserable de mi! Lquien me librara de este cuerpo de muerte? (Ro. 7:24)

    Pero tambien puede existir una lamentaci6n estirnulada por consideraciones mas amplias. A veces el pecado de este mundo, su falta de integridad, su injusticia, su crueldad, su indignidad, su egoismo, se amontonan sobre la consciencia de un hombre sensi-ble y Ie hacen 1I0rar. La mayoria de nosotros prefeririamos sim-plemente condenar. Estamos preparados para carninar con Jesus por todo Mateo 23 y repetir sus advertencias sobre el destino; pero nos paramos antes de llegar al final del capitulo para no unirnos a el cuando lIora sobre la ciudad. Los grandes lurninares de la Histo-ria de la Iglesia aprendieron a 1I0rar; hombres del calibre de Calvi-no, Whitefield, Wesley, Shaftesbury y Wilberforce.

    El cristiano debe ser el realista mas sincero. Considera que la

  • 24 EL SERM6N DEL MONTE

    muerte esta ahi, y es algo a 10 que enfrentarse. Dios esta ahi, y todos 10 deben reconocer bien como Salvador 0 como Juez. El pecado esta ahi, y es algo indescriptiblemente horrendo y sucio frente a la luz de la pureza divina. La etemidad esta ahi, y todo ser humano corre ha-cia ella. La revelacion de Dios esta ahi, y las altemativas que ofrece un dia se acabaran: vida 0 muerte, perdon 0 condenacion, cielo 0 in-fiemo. Estas son las realidades que no perecen. El hombre que vive a la luz de ellas, y que se valora a si mismo y a este mundo a la luz de las mismas, no puede evitar llorar. Llara por los pecados y par las blasfemias de su pais. Llara por la merrna del propio concepto de la verdad. Llara par la avaricia, el cinismo, la falta de integridad. Llara al ver que pocos son los que lloran.

    jPero sera consolado! jY vaya consolacion! No hay consolacion ni gozo alguno que pueden compararse a los que Dios da al que 110-ra . Estas personas cambian el cilicio deillanto por un ropaje de ala-banza, las cenizas del dolor por el aceite de la alegria. A nivel indi-vidual, el que llora se lamenta por su pecado porque ve ruan grande es su of ens a ante Dios; pero aprende a confiar en Jesus como aquel que ha pagado el rescate por el pecado (Mr. 10: 45). Desborda de puro gozo ruando descubre, por propia experiencia, que JesUs vino a salvar a su pueblo de sus pecados (Mt. 1:21). Y a medida que 110-ra por otros hombres, descubre, para su deleite, que Dios responde a sus oraciones, muy a menudo usandole para desatar los nudos del pecado, y para ofrecer a otros un nuevo nacimiento, una nueva jus-tificacion. Pero incluso esta gran consolacion quedara sobrepasada: un dia, en el nuevo cielo y la nueva tierra, el reino de Dios se con-sumara, y el propio Dios secara todas las lagrimas de los ojos de aquellos que una vez lloraron. Ya no habra mas muerte, ni lamen-tos, ni llanto, ni dolor, porque el antiguo orden de cosas ya habra pasado (Ap. 21:4).

    Tercera: Biel1avel1turados los ma11S0S, porque elias heredaral1 la tierra (5:5).

    i.En que se diferencia la mansedumbre de la pobreza en espiri-tu? Del siguiente modo, creo yo: la pobreza en espiritu tiene que ver con la vision que tiene una persona de si misma, en especial

  • EL REINa DE LOS ClELOS 25

    con respecto aDios, mientras que la mansedumbre tiene mas que ver con la relacion entre esa persona y Dios, y con los hombres.

    La mansedumbre no es, como imagina mucha gente, una debi-lidad. No se debe confundir con ser 5050. Una persona mansa no es necesariamente indecisa 0 timida. No esta tan insegura de si misma que se Ie pueda derribar con un golpe de esparrago. Menos aful po-demos confundir la mansedumbre con la simple afabilidad. Hay personas que, de forma natural, son amables y simpaticas; pero, bien mirado, hay muchos perros que tambien 10 son. La mansedumbre va mucho mas alia.

    La mansedumbre es el deseo controlado de hacer que los intere-ses de los demas pasen por delante de los nuestros. Pensemos en la deferencia de Abraham hacia Lot eso fue mansedumbre. Segful Nu-meros 12:3, Moises fue el hombre mas manso que jamas vivio, y su mansedumbre queda demostrada de forma suprema en aquel capi-tulo cuando se nego a defenderse, gracias a su entrega decidida al Se-nor, cuando su persona y sus privilegios fueron atacados. Pero JesUs es el Unico que puede decir con integridad: Venid a mi, todos los que estais trabajados y cargados, y yo os hare descansar. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mi, que soy manso y humilde de cora-zon, y haliareis descanso para vuestras almas (Mt. 11:28-29).

    EI Dr. D. Martyn Lloyd-Jones 10 expresa asi:

    EI hombre que es verdaderamente manso es aquel que se sorprende de que Dios y el hombre puedan pensar tan bien de el, tratandole tan bien como 10 hacen ... Finalmente, yo 10 diria as!. Hemos de dejarlo todo -a nosotros mismos, nuestros derechos, nuestras causas, todo nuestro futuro--en manos de Dios, en especial si sentimos que sufrimos in-justamente*.

    Las Escrituras valoran muchos la mansedumbre (vease 2 Co. 10:1; Gal. 5:22-23; Col. 3:12; 1 P. 3:15-16; Stgo. 1:19-21), de manera que resulta aful mas chocante que la mansedumbre no caracterice a mas de los que profesamos ser cristianos. Tanto a nivel personal,

    (') Studies 011 the Sennoll of the Mount, 2 vols. (Grand Rapids: Eerdmans, 1959-60), 1:69-70.

  • 26 EL SERM6N DEL MONTE

    donde nos preocupa mas justificamos que edificar a nuestro her-mano, como a nivel colectivo, donde tenemos mas exito organizan-do campafias, instituciones y grupos de presion que a 1a hora de ex-tender el reino de Dios, la mansedumbre ha dejado de ser un objetivo cristiano, durante mucho tiempo.

    Hasta el punto que practiquemos la mansedumbre -hasta ese punto, podemos estar seguros-- un mundo descaradamente mate-rialista se nos opondra. EI materialismo dice: Agarra 10 que pue-das; el hombre fuerte llega primero, y que el demonio se lleve a1 que vaya en retaguardia. Esto es cierto, tanto si uno esta a la izquierda como a la derecha del panorama politico. Individualrnente, todo hombre tiende a asurnir, sin pensario, que esta en el centro del uni-verso; por tanto, tiene malas relaciones con los otros cuatro billones que se guian segful ese mismo espejismo. Pero el hombre manso se ve a 51 mismo y a los demas sometidos a Dios. Como es pobre en es-piritu, no cree ser mas de 10 que debe. Por tanto, es capaz de rela-cionarse bien con los demas.

    jY los mansos heredaran 1a tierra! Estas palabras, sacadas del Sal-mo 37:11, suponen una devastadora contradiccion al materialismo fi-l0s6fico tan presente en nuestros dias. Pero esta bendicion de una he-rencia es cierta a1 menos de dos formas. Primero, porque solo el hombre verdaderamente manso se sentira satisfecho; su ego no esta 10 bastante inflado como para pensar que debe tener siempre mas cosas. Y ademas, considera que en Cristo tiene ya todas las cosas (2 Co. 6:10; d . 1 Co. 3:21-23). Con esta perspectiva etema en mente, se puede permitir ser manso. Ademas, un dia recibira 1a plenitud de su heren-cia, y entonces experimentara literalmente el cumplimiento de esta bendicion. Dentro de cincuenta trillones de afios (si puedo hablar de la etemidad en estos rerminos temporales), el pueblo de Dios seguiri:l regocijandose de que esta bendicion sea litera1mente cierta. En un nue-vo cielo y una nueva tierra, estaran agradecidos de haber aprendido, por gracia, a ser mansos durante sus primeros setenta afios de vida.

    Cllarla: Bienavenlurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos seran saciados (5:6).

    A menudo se caricaturiza la verdadera rectitud como una forma

  • EL REINa DE LOS ClELOS 27

    de puntillosidad victoriana ya obsoleta, 0 como un legalismo de mente estrecha y fanatizada. Ni siquiera entre los cristianos com-prometidos es muy popular la busqueda de la justicia. Hoy en dia hay muchos que estan dispuestos a buscar otras cosas: la madurez espiritual, la verdadera felicidad, el poder del Espiritu, buenas tec-nicas para dar testimonio. Hay otras personas que pululan de pre-dicador a predicador y de conferencia a conferencia buscando una vaga bendici6n de 10 alto. Tienen hambre de experiencias espiri-tuales, tienen sed de percibir aDios.

    Pero, Lcuantos hay que tengan hambre y sed de justicia? Esto no quiere decir que esas otras cosas no sean deseables, sino

    que no son tan irnportantes como la justicia. Por este motivo esta es la cuarta bienaventuranza. El hombre caracterizado por la pobreza en espiritu (5:3), que se duele de su pecado personal y del colectivo (5:4), y se acerca aDios y a los hombres con mansedumbre (5:5), tambien debe caracterizarse por tener hambre y sed de justicia (5:6). No se trata de que quiera ser un poco mejor, y menos que conside-re la justicia como un lujo opcional que arradir a sus otras virtudes; antes bien, tiene hambre y sed de ella. No puede vivir sin justicia; para el es tan irnportante como el alimento 0 la bebida.

    La mayona de los que leen estas lineas habran pasado muy poca hambre 0 sed. Yo mismo no soy 10 bastante mayor como para haber sufrido las privaciones por las que pasaron muchos durante la Gran Depresi6n 0 la ultima Guerra Mundial. Sin embargo, en dos 0 tres ocasiones durante los arros sesenta, cuando era estudiante, prirnero en la universidad y luego en el seminario, me quede sin dinero y sin comida al mismo tiempo. Como era demasiado orgulloso como para pedir ayuda, y como queria ver si Dios realmente proveia para mis necesidades, bebi agua para que mi est6mago no rugiera y segui adelante, como siempre. AI cabo de dos 0 tres dias empece a enten-der 10 que es el hambre.

    Las normas del reino exigen que los hombres y las mujeres ten-gan hambre y sed de justicia. Esto es algo tan basico para la vida cris-tiana que el Dr. D. Martyn Lloyd-Jones dice:

    No conozco una prueba mejor que nadie pueda apli-carse sobre este tema de la profesi6n de la fe cristiana que

  • 28 EL SERM6N DEL MONTE

    un versiculo como este. Si este versiculo es para usted una de las afirmaciones mas preciosas de toda la Escritura, pue-de estar bien cierto que es usted cristiano; si no 10 es, en-tonces es mejor que vuelva a examinar sus cirnientos.

    LQue es esta justicia que debemos procurar? En las epistolas de Pablo, la justicia puede referirse a la justicia de Cristo que Dios confiere al creyente, del rnismo modo que descarga el pecado del creyente sobre Jesucristo. Si esta fuera la justicia de la que se habla aqui, JesUs estaria invitando a los no creyentes a buscar la justicia que Dios proporciona por medio de la muerte sustitutoria de Cris-to. Algunos han pensado que la justicia del Evangelio de Mateo se refiere a la vindicaci6n de los oprirnidos y los afligidos. Hoy en dia, sin embargo, los que han estudiado el uso que hace Mateo del terrnino adrniten cada vez mas que en este caso la justicia (como en los versiculos 10 y 20) nos habla de una pauta de vida en confor-rnidad a la voluntad de Dios. As!, la justicia incluye dentro de su campo semantico toda una serie de significados derivados 0 espe-cializados, pero no puede quedar reducida a ninguno de elios.

    Por tanto, la persona que tiene hambre y sed de justicia tiene hambre y sed de conformarse a la voluntad divina. No va errante, sin meta alguna, por una religiosidad vada, ni menos atm perrnite que Ie distraigan las cosas sin irnportancia. Antes bien, todo su ser recoge el eco de cierto santo escoces, que exclam6: jOh, Dios, haz-me todo 10 santo que pueda ser un pecador perdonado! Su deleite es la Palabra de Dios porque, Ld6nde si no esta expresada clara-mente la voluntad de Dios, a la que anhela adaptarse? Quiere ser justa no sirnplemente porque teme a Dios, sino porque la justicia se ha convertido para el en la cosa mas irnportante y deseable del mun-do.

    LY el resultado? Los que tienen hambre y sed de justicia seran saciados. EI contexto exige que comprendamos que esta bendici6n significa: seran saciados de jU5ticia. EI Senor concede al ham-briento los deseos de su coraz6n.

    Esto no quiere decir que la persona este ya tan satisfecha con la

    (') Ibid, 1:74.

  • EL REINa DE LOS CIELOS 29

    justicia que ha recibido que se desprenda para siempre de su ham-bre y sed de justicia. Lo cierto es que, en otro pasaje, JesUs argumenta en esta linea: Mas el que bebiere del agua que yo Ie dare, no tendni sed jamas ... Yo soy el pan de vida; el que a mi viene, nunca tendra hambre; y el que en mi cree, no tendra sed jamas (Juan 4:14, 6:35). De manera que en cierto sentido nos sentimos satisfechos con JesUs, con todo 10 que el es y nos concede. No obstante, en otro sentido se-guimos estando insatisfechos.

    Hay un ejemplo de Pablo que hace comprensible esta paradoja. Pablo puede testificar: Yo se a quien he creido, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depOsito para aquel dia (2 Ti. 1:12); pero tambien puede decir: A fin de conocerle [a Cristo], y el poder de su resurrecci6n, y la participaci6n de sus padecimientos, llegan-do a ser semejante a el en su muerte ... (Fit. 3:10). En otras palabras, Pablo ya conoce a Cristo pero, conociendole, quiere conocerle allil mejor.

    De manera similar, la persona que tiene hambre y sed de justi-cia es bendecida por Dios, quien la llena; pero esta justicia que Ie lle-na es tan maravillosa que tiene hambre y sed de mas. Este cielo cons-tante de crecimiento es sencillo de entender cuando recordamos que la justicia, en este pasaje, se refiere no a obedecer ciertas reglas, sino a conformarse a la voluntad de Dios. Cuanto mas busque la perso-na conformarse a la voluntad divina, mas atractiva se vuelve la meta, y mayores son los logros conseguidos.

    Quinta: Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos aIcanza-ran misericordia (5:7).

    Algunos intentan interpretar este versiculo desde un punto de vista legalista, como si dijera que la Unica manera de obtener miseri-cordia de Dios es teniendola para con otros: la misericordia de Dios, entonces, se vuelve dependiente de la nuestra. Estas personas seii.a-Ian a Mateo 6:14-15 (que consideraremos en el tercer capitulo): Por-que si perdonais a los hombres sus ofensas, os perdonara tambien a vosotros vuestro Padre celestial. Pero cada vez que prevalece esa interpretaci6n simplista de estos versiculos, creo que no se logra en-tender ni el contexte ni la naturaleza de la misericordia.

  • 30 EL SERM6N DEL MONTE

    LQU(~ es la misericordia? LEn que se diferencia de la gracia? Con frecuencia estos dos terrninos son sinonimos; pero cuando se pro-duce una distincion entre ambos, descubrimos que la gracia es una respuesta del amor cuando se ofrece un amor inmerecido, y la mi-sericordia es una respuesta del amor motivada por la desgracia y la indefension de aquel sobre el cual se derrama ese amor. La gra-cia responde al que no merece nada; la misericordia responde al miserable.

    En esta bienaventuranza Jesus dice que tenemos que ser miseri-cordiosos. Hemos de ser compasivos y sensibles, en especial para con el desgraciado y el indefenso. 5i no tenemos misericordia, tarn-poco la hallaremos. L Como pod ria recibir misericordia el hombre que no la tiene? EI que carece de misericordia inevitablemente es tan poco consciente de su estado que cree no necesitarla. No puede pen-sar en sl mismo como alguien miserable y desgraciado, de modo que, Lcomo podria Dios tener misericordia con el? Es como el fari-seo del templo, que no tuvo misericordia con el recaudador de im-puestos que estaba en el rincon (Le. 18:10 y ss.). Como contraste, la persona cuya experiencia refleja estas bienaventuranzas es cons-ciente de su bancarrota espiritual (Mt. 5:3), de la cual se lamenta (5:4), y tiene hambre y sed de justicia (5:6). Tiene misericordia con el miserable porque se reconoce a 51 mismo como tal, y al manifes-tar misericordia el tambien la recibe.

    Ademas, el cristiano esta en un punto medio. Debe perdonar a otros porque en el pasado Cristo Ie perdono a el (d. Ef. 4:32; Col. 3:13). De forma simultanea, reconoce su necesidad constante de per-don, y como consecuencia de esta perspectiva se vuelve perdona-dor (d. Mt. 6:14; y en especial eI18:21-35). EI cristiano perdona por-que el ha sido perdonado; perdona porque necesita del perdon. Exactamente de esta misma manera, y por los mismos motivos, el discipulo de Jesucristo es misericordioso.

    A veces se dice que un alcoholico que no quiere admitir que 10 es odia a todos los demas alcoholicos. De forma parecida, por 10 general es cierto que el hombre que no reconoce su pecado odia a todos los demas pecadores. Pero la persona que ha reconocido su propia indefension y condicion miserable demuestra gratitud por la misericordia que recibe, y aprende a tenerla para con otros.

  • EL REINO DE LOS ClELOS 31

    Esta bienaventuranza fuerza al discipulo de Jesucristo a hacerse algunas preguntas dificiles. ,Tengo misericordia con el desdichado 010 miro con desden? ,Soy sensible ante el afligido 0 Ie ignoro? ,A yudo al que se ha apartado del camino 0 Ie muestro rencor? Con los que caen, ,tengo compasi6n, 0 bien poca paciencia?

    Estoy convencido de que, si el Espiritu de Dios produjera otro periodo de refrescante avivamiento en el mundo occidental, una de sus primeras evidencias seria esa admisi6n de la bancarrota espiri-tual que se ve satisfecha en Dios yen su justicia, y que muestra ri-cas misericordias para con los demas.

    Sexta: Bienaventurados los de limpio coraz6n, porque ellos venin a Dios (5:8) .

    En esta bienaventuranza, nuestro Senor deposita una bendici6n especial no sobre los intelectualmente despiertos ni sobre los emo-cionalmente piadosos, sino sobre los de coraz6n puro. Dentro del conjunto de imagenes biblicas, el coraz6n es el centro de toda la per-sonalidad. La valoraci6n que hace JesUs del coraz6n natural, no obs-tante, no es demasiado halagiiefta. En otro pasaje del Evangelio de Mateo dice: Porque del coraz6n salen los malos pensamientos, los homicidios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias (15:19; d. Jer. 17:9; Ro. 1:21; 2:5).

    A pesar de este terrible diagn6stico, la sexta bienaventuranza in-siste en que la pureza de coraz6n es el requisito indispensable para tener comuni6n con Dios, para ver aDios. ,Quien subira al mon-te de Jehova? ,Y quien estara en su lugar santo? Ellimpio de manos y puro de coraz6n; el que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni ju-rado con engafto (Sal. 24:3-4; d. Sal. 73:1). Dios es santo, y por tan-to el escritor de la epistola a los Hebreos insiste que: Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie vera al Sefiof (He. 12:14).

    No se debe confundir nunca la pureza de coraz6n con la paten-te conforrnidad a las normas. Como es el coraz6n 10 que debe ser puro, esta bienaventuranza nos formula preguntas inc6modas, como las siguientes: ,En que piensas cuando tu mente se vuelve neutral? ,Hasta que punto te identificas con el engafto, sin importar su grade de sutileza? ,Y conese humor ambiguo, por divertido que

  • 32 EL SERM6N DEL MONTE

    sea? LHacia que demuestras una lealtad constante? LQue es 10 que deseas mas que cualquier otra cosa? LQue y a quien quieres? LHas-ta que punto reflejan con precision tus acciones y palabras aquello que tienes en el corazon? LHasta que punto constituyen una facha-da para tapar 10 que hay en el? Nuestros corazones deben ser puros, limpios, sin mancha.

    Un dia, cuando se consume el reino de Dios, cuando existan un nuevo cielo y una nueva tierra en los que solo moren la justicia, cuando el propio Jesucristo aparezca, seremos semejantes a el (1 In. 3:2). Esta es nuestra perspectiva a largo plazo, nuestra esperanza. Sobre esta base, Juan argurnenta: Y todo aquel que tiene esta espe-ranza en el res decir, en Cristo), se purifica a sl mismo, aSI como el es puro (1 In. 3:3). En otras palabras, seglin Juan, el cristiano se pu-rifica a si mismo porque eso es 10 que sera a! fina!. Sus esfuerzos pre-sentes son coherentes con su esperanza futura. Encontramos este mismo tema a traves del Nuevo Testamento, bajo diversas formas. En cierto sentido, por supuesto que las exigencias del reino no vari-an: siempre se nos pide la perfeccion (5:48). Pero de aqul se deduce que el discipulo de Jesus que espera el reino tal y como sera perfec-cionado a! fina!, ya esta dispuesto a prepararse para este. Como sabe que ya forma parte del reino, Ie preocupa la pureza, porque reco-noce que el Reyes puro, y que el reino, en su forma perfeccionada, solo admitira la pureza.

    Los puros de corazon son benditos porque veran aDios. Aun-que esto no sera cierto del todo hasta la consumacion del nuevo cie-10 y la nueva tierra, no deja de serlo ahora. Nuestra percepcion de Dios y de sus modos de obrar, asi como nuestra comunion con el, depende de nuestra pureza de corazon. EI visio Dei: jmenudo in-centivo para ser puros!

    Septima: Bienaventurados los pacificadores, porque ellos senin lIama-dos hijos de Dios (5:9).

    Esta bienaventuranza no promete una bendicion a los pacificos, ni a los que ansian la paz, sino a los pacificadores.

    Dentro de la estructura biblica general, el mayor pacificador es Cristo Jesus, el Principe de Paz. Hace la paz entre Dios y el hombre al eliminar el pecado, la base de toda separacion; hace la paz entre

  • EL REINa DE LOS ClELOS 33

    el hombre y su pr6jimo eliminando el pecado y llevando a los hom-bres a una correcta relaci6n con Dios (vease especialmente Ef. 2:11-22). Jesus Ie otorg6 una nueva profundidad de significado al salu-do tradicional judio cuando, despues de su muerle y su resurrecci6n, salud6 a sus discipulos con las palabras: Paz a vosotros (Le. 24:36; In. 20:19). Asi, las buenas nuevas de Jesucristo son el mayor mensa-je pacificador, y el cristiano que com parte su fe es, fundamental-mente, un mensajero de paz, un pacificador. No es extraflo que Pa-blo use las imagenes de Isaias, que define a los mensajeros corriendo por todos los senderos y colinas del paisaje de Judea: jCuan her-mosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica sal-vaci6n, del que dice a Sion: jTu Dios reina! (Is. 52:7; Ro. 10:15).

    Sin embargo, en este contexto no hay nada que apoye que en Mateo 5:9 Jesus este restringiendo su labor a la del evangelio que pa-cifica. Mas bien, el discipulo de JesUs debe ser un pacificador en el sentido mas amplio del termino. El papel del cristiano como pacifi-cador no se restringe a la dispersi6n del evangelio, sino que suavi-za las tensiones, busca soluciones, posibilita que la comunicaci6n no . se tergiverse. Quiza. su misi6n mas dificil sea la que tiene lugar cuan-do recuerda que

  • 34 EL SERM6N DEL MONTE

    tiene una connotacion especial. Hay un par de expresiones que se refieren a cierto tipo de relacion filial, pero esta pone un mayor en-fasis en el caracter, ~.o .en la posicion.

    Por tanto, la recompensa del pacificador es la de que sera llamado hijo de Dios. RefJeja el caracter maravillosamente.pacificador de su Pa-dre celestial.lI)cJuso ahora en cierto sentido el cristiano reconoce in-tuitivainente la dimension divina del personaje del pacificador. Por ejemplo, cuando los cristianos se involucran en un~gresivo debate du-rante cualquier reunion 0 en relaclon a los asuntos de una iglesia, el

    . hermano que' conserva la calma, que escucha con respeto todos los puntos de vista, con atencion y cortesia, y que vierte aceite sobre las aguas turbuJentas, hace que sus hermanos Ie consideren, para si mis-mos, espiritual. Pero esta conducta deberia ser algo normal entre los discipuJos de Jesucristo, porque el propio Jesus 10 considero normati-yo. Es parte integrante de 10 que significa ser hijo de Dios.

    Octava: Bienaventurados los que padecen persecuci6n par causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los de/os (5:10).

    La ultima bienaventuranza no dice: Bienaventurados los que son perseguidos por tener un comportarniento censurable, 0 por ac-tuar como fanaticos, 0 por ser partidarios de alguna causa politico-religiosa . La bienaventuranza queda restringida a aquellos que pa-decen persecucion par causa de la justicia (d. 1 P. 3:13-14; 4:12-16). Los creyentes descritos en este pasaje son los que estan decididos a vivir como Jes~s vivio. ; ' ''' . .

    La persecucion puede adoptar muchas formas; no tiene por que estar limitada a esa rigurosa variedad que padecen nuestros her-manos en Cristo en ciertos paises represivos. Un cristiano de Occi-dente que practique la justicia puede verse ridiculizado por su fa-milia, 0 sus parientes pueden condenarlo al ostracismo. Pero aun el cristiano que provenga de un hogar seguro y comprensivo se en-contrara con problemas. Quizas descubrira que en su trabajo sus colegas dicen de el: Bueno, es cristiano, pero se pasa un poco. Ni siquiera falsifica su decJaracion de la Renta. El otro dia, cuando Ie of red cierta carpeta que ya sabia yo que necesitaba para sus docu-mentos privados, la rechazo. Cuando Ie presione, jme dijo que

  • EL REINa DE LOS ClELOS 35

    aceptarla seria un robo! (. Y Ie habeis visto la cara cuando cuento un chiste de los rnios? jMenudo mojigato!

    La recompensa por ser perseguido por causa de la justicia es el reino de los cielos. En otras palabras, esta bienaventuranza supone un examen de todas las demas. De la misma manera que una per-sona debe ser pobre en espiritu para entrar en el reino (5:3), tambien sera perseguido por causa de la justicia si es que quiere entrar en ei. Esta bienaventuranza final se convierte en la mas penetrante de to-das, y las inciuye; porque si el discipulo de Jesus jamas experimen-ta ningtln tipo de persecucion, se podria preguntar, con justicia, si en su vida manifiesta la justicia. Si no hay justicia, si no hay confor-midad a la voluntad de Dios, (.como podra entrar en el reino?

    Este principio basico reaparece una y otra vez en el Nuevo Tes-tamento. EI cristiano vive en un mundo pecarninoso; por tanto, si manifiesta una justicia genuina, trans parente, muchos Ie rechaza-ran. La justicia verdadera condena a las personas por implicacion; poco sorprende que estas se revuelvan a menudo en busca de ven-ganza. Los discipulos de Cristo, por medio de esta vida recta, divi-den a los hombres: estos se sienten 0 bien repelidos por nuestro pre-cioso Salvador 0 bien atraidos a ei. El propio Jesus enseno:

    Si el mundo os aborrece, sabed que a mi me ha abo-rrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mun-do amaria 10 suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegi del mundo, por eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: EI siervo no es mayor que su senor. Si a rni me han perseguido, tambien a vosotros os perseguiran; si han guardado mi palabra, tarn-bien guardaran la vuestra Guan 15:18-20). Pablo afiade: Porque a vosotros os es concedido por causa de

    Cristo, no solo que creais en el, sino tambien que padezcais por ei (Fii. 1:29). Y tambien todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesus padeceran persecuci6n (2 Ti. 3:12; d. 1 Ts. 3:3-4).

    Esta octava bienaventuranza es tan importante que JesUs la ampli6, haciendola mas contundente, cambiando la forma de tercera persona del plural de las bienaventuranzas por la segunda persona del plural, dirigiendose ctirectamente a los oyentes:

  • 36 EL SERMON DEL MONTE

    Ampliacion, 5:11-12

    Bienaventurados so is cuando por mi causa os vitupe-ren y os persigan, y digan toda c1ase de mal contra voso-tros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galar-d6n es grande en los cielos; porque asi persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros (5:11-12).

    Aparte del impacto que sup one la apelaci6n directa, esta am-pliaci6n de la octava bienaventuranza nos permite desvelar tres as-pectos importantes.

    Primero, que la persecuci6n se amplia para inc1uir los insultos y la maldad transmitida oralmente. No puede quedar limitada a la oposici6n fisica, 0 la tortura.

    Segundo, Jesus establece un paralelo entre la frase por causa de la justicia (5:10) y la de por mi causa (5:11). Esto confirma que la justicia de la vida que tenemos a la vista es una imitaci6n de Jesus. De forma simultanea, identifica de tal modo al discipulo de Jesus con la practica de la justicia que el practic6, que no queda sitio para un seguimiento de Jesus que no incluya la justicia.

    En tercer lugar, encontramos un mandamiento abierto de re-gocijamos y gozamos cuando suframos una persecuci6n de este tipo. En otros pasajes del Nuevo Testamento se nos presentan mu-chos motivos distintos para gozamos al sufrir tribulaci6n. Los ap6stoles se gozaban de haber sido tenidos por dignos de pade-cer afrenta por causa del Nombre (Hch. 5:41). Pedro considera-ba que el juicio era un medio que usaba la gracia para probar la autenticidad de la fe y para incrementar su pureza (1 P. 1:6 y 55.). Yen el Antiguo Testamento el homo de fuego se convirti6 en el lugar donde la Presencia divina, incluso evidenciada en un em i-sario visible, se les manifest6 a los tres j6venes hebreos (Dn. 3:24-25). Sin embargo, en el pasaje que tenemos delante, 5610 se nos ofrece una raz6n para motivar a los discipulos de Jesus a gozarse bajo la persecuci6n, y es un motivo suficiente en si mismo: que su recompensa es grande en los cielos. Por tanto, los discipulos de Jesus deben determinar sus valores a la luz de la etemidad (un tema que Jesus amplia en Mt. 6:19-21, 33), convencidos de que

  • EL REINa DE LOS CIELOS 37

    esta leve tribulaci6n momentanea produce en nosotros un cad a vez mas excelente y eterno peso de gloria (2 Cor. 4:17). Se han puesto dellado de los profetas que fueron perseguidos antes que ellos, y testifican por tanto de que en cualquier epoca el pueblo de Dios esta sujeto a tribulaci6n. Lejos de ser esta una perspectiva deprimente, el sufrimiento de los creyentes bajo la persecuci6n, motivada por su justicia, se convierte en una sefial inequivoca de que el reino es suyo.

    EL TESTIMONIO DEL REINa Mateo 5:13-16

    Estos versiculos se encuentran relacionados con los precedentes de dos maneras. La primera es que Je~us sigue dirigiendose a sus oyentes con la segunda persona del plural. La segunda, y mas im-portante, es que un motivo implicito en las bienaventuranzas ahora se convierte en un tema evidente, a saber: el creyente como testigo.

    Para entender c6mo funciona esto, hemos de reconocer que es imposible seguir las normas del reino de un modo purarnente pri-vado. La justicia de la vida que vivamos atraera la atenci6n, aun si por 10 general esta adopta la forma de oposici6n. En otras pa-labras, el cristiano no es pobre en espiritu, no se larnenta del pe-cado, no es manso ni tiene hambre y sed de justicia, no puede ser puro de coraz6n ni pacificador. .. desde un perfecto aislamiento. Estas normas del reino, practicadas con diligencia en un mundo pecarninoso, constituyen un aspecto principal del testimonio cris-tiano; y este testimonio da pie a persecuciones. No obstante, la conducta de los discipulos de Jesus debe considerarse en relaci6n a sus efectos sobre el mundo, del mismo modo que la oposici6n del mundo se ha de considerar en base a su efecto sobre el cris-tiano. Por tanto, en los versiculos del 13 a116, Jesus desarrolla dos eficaces metaforas para dejar claro c6mo sus discipulos, median-te sus vidas, deben dejar su huella en este mundo, que tanto se opone a las reglas del reino.

  • 38 EL SERM6N DEL MONTE

    La sal, 5:13

    En el mundo antiguo, la sal se usaba sobre todo como conser-vante. Como no habla frigorificos potentes, 1a gente usaba la sal para conservar muchos alimentos. Dicho sea de paso, la sal tambien re-alza el sabor.

    En la primera metafora JesUs compara a sus discipulos con la sal. Esta diciendo, de forma implicita, que exceptuando a sus discipu-los, el mundo cada vez se vuelve mas podrido: los cristianos pro-ducen el efecto de retrasar la putrefaccion moral y espiritual. Si sus vidas se adaptan a las normas de los verslculos 3-12, no pueden evi-tar ser una buena influencia sobre la sociedad.

    Pero supongamos que la sal pierde su sabor. Entonces, Lque su-cede? Pierde su raison d'tre, y se puede ser arrojada a la calle----l vertedero del antiguo Oriente-- para que los hombres la pisen.

    Se ha interpretado esta observacion de dos maneras. Como por naturaleza la sal no puede ser otra cosa que salada, algunos han in-terpretado que Jesus dijo que existe una naturaleza interna en los cristianos que les compele a dar testimonio. Desde mi punto de vis-ta, esta interpretacion suena algo pedante. Aunque la sal per se no puede perder su sabor, 51 se puede adulterar. Si se adultera 10 bas-tante afiadiendole, por ejemplo, arena, ya no puede usarse como conservante. Pierde su efectividad a la hora de frenar la corrupcion, y se la debe desechar como algo inuti!. El proposito de la sal es el de luchar contra el deterioro, y por tanto no debe echarse a perder.

    Cuanto peor se vuelva este mundo, cuanto mas se extienda su corrupcion, mas necesitara de los discipulos de Jesus.

    La \uz, 5:14-16

    La segunda metafora que utiliza nuestro Senor para describir el testimonio del cristiano es la de la luz. Los cristianos son la luz del mundo, un mundo que, por implicacion, esta sumido en la profun-da oscuridad.

    Jesus nos habla de dos fuentes de luz fisica: la luz de Wla ciudad situada en la cima de una colina, y la de una lampara puesta en un almud. A menudo se malentiende la primera fuente de luz, la de la

  • EL REINa DE LOS ClELOS 39

    ciudad. Algunos piensan que Mateo, al registrar las ensefianzas de Jesus, se confundio un tanto e incluyo una ilustracion irrelevante acerca de una ciudad visible desde una gran distancia debido a su posicion elevada. Se considera que esta es una ilustracion pintores-ca, pero que esta fuera de lugar en un contexto que habla de la luz. Estos criticos, pienso yo, 10 Unico que evidencian es que viven en un mundo industrializado, donde la luz es algo muy asequible. No sa-ben que oscuridad puede haber en la naturaleza. En Canada es po-sible ir de acampada a cientos de kilometros de una ciudad 0 un pueblo. Si la noche esta nublada, y es una zona sin fosforo, la oscu-ridad es completa. Una mano a un palrno de distancia de la cara no se ve. Pero si hay cerca alguna ciudad, quizas a ciento y pico de ki-lometros, la negrura es menor. La luz de la ciudad se releja en las nubes, y la noche, que antes era perfectamente oscura, resulta me-nos desoladora. Del rnismo modo, los cristianos que dejan brillar su luz ante los hombres no pueden esconderse; y la buena luz que de-ITaman alrededor suaviza la oscuridad, que de otro modo seria ab-soluta.

    Cuando nos irnaginamos un mundo en el que no habian cientos de watios de energia electrica a nuestra inrnediata disposicion, en-tendemos como la oscuridad producia panico y era sirnbolo de todo 10 malo. La luz de la ciudad, aun no siendo tan potente como nues-tras fuentes de luz actuales, hace que la tiniebla sea un poco mas so-portable que antes. La luz es algo tan irnportante que es absurdo pensar que alguien deseara apagar la palida luz de una larnpara de aceite. Puede que esa llama solo produjera un debil resplandor juz-gando en base a nuestro concepto modemo, pero si la altemativa es la de una oscuridad total, esa luz es maravillosa, suficiente para los de la casa (5:15).

    Asi alurnbre vuestra luz delante de los hombres, para que yean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que esta en los cielos (5:16). ,Cual es esta luz con la cuallos disdpulos de Jesus alurnbran un mundo a oscuras? En este contexto, no encontramos nada sobre la confrontacion personal, ninguna declaracion ecle-siastica. Mas bien, la luz es la de las buenas obras que hacen los discipulos de Jesus, llevadas a cabo de tal manera que al menos al-gunos hombres reconozcan que estos seguidores de Jesus son hijos

  • 40 EL SERM6N DEL MONTE

    de Dios, y lleguen a alabar al Padre del cual ellos son hijos (5:16). Las normas del reino, manifestadas en las vidas de los herede-

    ros del reino, constituyen el testimonio del reino. Esos cristianos re-hUsan robar a sus jefes siendo perezosos en sus trabajos, 0 robar a sus empleados sucumbiendo a la avaricia 0 a la tacaneria. Son los primeros en ayudar a un colega en apuros, los Ultimos que devuel-yen una mala respuesta. Procuran sinceramente la prioridad de los intereses ajenos, y no les atrae nada el humor de mal gusto. Son transparentes en su honestidad y genuinos en su interes, y rechazan tanto la respuesta facil del politico doctrinario como la actitud de laissez-faire del hombre secular y egoista. Son mansos en su com-portamiento personal, osados en las empresas justas.

    Por d.iversos motivos, los cristianos han perdido esta vision del testimonio, y son lentos a la hora de recuperarla. Pero en dias mejo-res y en otras tierras, la proclamacion del evangelio de Jesucristo, fiel y respaJdada por el poder divino (siendo Jesus la luz del mun-do par excellence Un. 8:12]) transformo hasta tal punto a los hombres que ellos se convirtieron en luz del mundo (Mt. 5:14). Las reformas del sistema penitenciario, la asistencia sanitaria, las fusiones co-merciales, el control del pervertido -y pervertidor- mercado del alcohol, la abolicion de la esc1avitud y de la explotacion infantil, la creacion de orfanatos, las reformas del c6digo penal... todas estas son areas en las que los seguidores de JesUs potenciaron la busque-da de la justicia'. Se suavizola oscuridad. Y esta, creo yo, ha sido siempre la situacion cuando los cristianos fieles se han preocupado menos del prestigio personal y mas de las normas del reino.

    Asi alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que yean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que esta en los cielos.

    (') Recomiendo la lectura de libros tales como el de J. W. Bready, England: Before and After Wesley (en la edici6n anotada americana, el titulo es Tltis Freedom-Wltence?), 0 el mas reciente de D. W. Dayton, Discovering an EoongeliCJlI Heritage. Aunque no siempre me convencen sus analisis teol6gicos, sin embargo estos libros nos ensei\an c6mo casi todas las tendencias sociales importantes fueron aprovechadas por el Despertar Evan-g~lico bajo hombres de Dios tales como George Whitefield, John Wesley, Howell Harris, Lord Shaftesbury, William Wilberforce y otros.

  • ELREINO DE LOS CIELOS:

    Sus exigencias en relaci6n al Antigua Testamento

    Mateo 5:1747

    2 A veces corremos el peligro de tratar la Palabra de Dios como si

    fuera una coleccion de joyas sueltas y sin clasificar. Entonces la Bi-blia se convierte en un mero libro de hermosos pensamientos. Cuando se la usa de esta forma, se pierden de vista muchas cosas importantes: el desarrollo historico de los propositos redentores de Dios; la creciente comprension teologica de su pueblo a medida que el se revela a sl mismo y sus propositos, progresivamente; la es-tructura literaria que unifica un libro 0 un discurso en una serie de temas y apartados coherentes. Por otra parte, ruando consideramos correctamente estos factores historicos, teologicos y literarios, con-tribuyen de formas importantes a nuestra comprension de cada par-te de la Biblia, entre elias el Sermon del Monte.

  • 42 EL SERM6N DEL MONTE

    Tomemos, por ejemplo, la estructura literaria. EI reino de los cielos es un tema importante dentro del Evangelio de Mateo, y ya hemos visto como, mediante el recurso literario de la inclusion (5:3, 10), se convierte en algo central en las bienaventuranzas. Ademas, los primeros dieciseis versiculos de Mateo 5 introducen 0 antici-pan todos los temas centrales de Mateo 5-7 de una forma que in-cita allector al autoexamen, y avivan su interes por 10 que viene despues. Estos capitulos se cierran con cierto numero de contras-tes, exigiendonos que tomemos uno u otro camino, uno u otro ar-bol, una u otra afirmacion, unos cimientos u otros (7:13-27). Entre la introduccion (5:3-16) del Sermon del Monte y su conclusion (7:13-27), hallamos su cuerpo central (5:17-7:12). Este cuerpo esta encajado en otra inclusion, es decir, la de la Ley y los Profetas (5:17, 7:12), una forma usual de referirse a las Escrituras del Antiguo Tes-tamento. De forma que, al estudiar eI5:17-48, admitimos dos co-sas: primero, penetramos en el cuerpo central del Sermon; y se-gundo, Jesus se esfuerza en relacionar sus ensefianzas con el Antiguo Testamento.

    Por supuesto que podriamos haber esperado ese enfasis en el Antiguo Testamento partiendo de la lectura de la introduccion, los primeros dieciseis versicuios, porque en ellos JesUs dice que aque-lIos que practiquen las normas del reino no solo disfrutaran de una gran recompensa en los cielos, sino que seran contados entre los profe-tas (5:12).

    Asi, partiendo de consideraciones predominantemente literarias, entramos en temas principales que generan ciertas cuestiones his-t6ricas y teologicas importantes. EI Sermon del Monte no solo nos ofrece una serie de pensamientos provocativos acerca de la pobre-za en espiritu, la justicia, el amor, el perd6n y cosas similares, sino que tambien nos promete revelarnos una faceta del modo en que Je-sus se ve a si mismo dentro de la Historia, la relacion entre la pre-dicacion de su reino y las Escrituras veterotestamentarias.

    Ademas, si entendemos que Jesus ensefio como 10 haria un ju-dio del siglo I a unos judios de la misma epoca, esperaremos que sus ensefianzas esten expresadas en unas categorias comprensi-bles primariamente para su audiencia, y destinadas -al menos en parte- a corregir impresiones y creencias propias del siglo I, que el

  • SUS EXIGENCIAS EN RELACl6N AL A.T. 43

    consideraba erroneas. Esta observacion asienta la revelacion divina a traves de Jesucristo en La Historia y, como veremos, potencia nues-tra comprension del Sermon del Monte.

    JESUS COMO CUMPLIMIENTO DEL ANTIGUa TESTAMENTO Mateo 5:17-20

    En Mateo 5:17-20 tenemos unos cuantos de los versiculos mas complicados de toda la Biblia. A nivel superficial, esta claro de que hablan. Jesus retoma el tema del reino (mencionado tres veces en 5:19-20), y ahora 10 relaciona con la Ley y los Profetas. Asi, estos ver-siculos sirven de introduccion a los cinco bloques de material que componen el res to del capitulo.

    Tambien esta claro que Mateo 5:17-18 refleja el privilegiado pun-to de vista de Jesus sobre 10 que llamamos las Escrituras del Anti-guo Testamento. Jesus no vino para abolir esos escritos; al contra-rio, reconoce su inmutabilidad hasta la letra mas pequefia, la

  • 44 EL SERM6N DEL MONTE

    que los cumplia, ;.por que, por ejemplo, existe evidencia consisten-te de que aboliolas leyes sobre el alimento? (Mr. 7:19) ;.Por que los escritores del Nuevo Testamento, tras la muerte y resurreccion de Jesus, insisten en que el sistema sacrificial del Antiguo Testamento, como minimo ya no es necesario, y en principio queda abolido? (V. He. 8:13; 10:1-18) ;.Por que los cristianos modernos no intentan cum-plir la detallada ley veterotestamentaria?

    Se han ofrecido diversas respuestas . Retrocediendo al menos hasta Tomas de Aquino (1225-1274), muchos cristianos han dividi-do la ley en tres categorias: la moral, la civil y la ceremonial. Algu-nos dicen que la ley civil del Antiguo Testamento ya no tiene vi-gencia, porque el pueblo de Dios actual no constituye una nacion. La ley ceremonial ha desaparecido porque apuntaba a Jesus, quien la cumplio al morir en la cruz, haciendo por tanto que las cere-monias del Antiguo Testamento queden obsoletas. 10 que nos que-da es la ley moral y, como suele decirse, Jesus se refiere s610 a ella en Mateo 5:17-20, pues la ley moral nunca cambia.

    EI primer problema que se nos presenta es que la expresi6n ni una jota ni una tilde (5: 18) parece abarcar mucho mas que una sim-ple referencia a la ley moral. Ademas, ni el Antiguo ni el Nuevo Tes-tamento utilizan esta divisi6n tripartita. Por supuesto que este he-cho por Sl solo no es nada concluyente: se pueden deducir de la Escritura numerosas distinciones, aun cuando estas no se enseften de forma explicita.

    El problema de esta division tripartita es que con ella no queda claro que significa mora!. Si tiene algo que ver con aquello que es fundamentalmente bueno 0 malo, yo quisiera argumentar que 10 que Dios aprueba es esencialmente bueno y 10 que prolube es fun-damentalmente malo; y en ese caso, cuando Dios aprobo ciertos sa-crificios ceremoniales en el Antiguo Testamento, el pueblo se vela moralmente compelido a practicarlos. ASI tambien, si Dios hubiera prohibido ciertas practicas civiles en el Antiguo Testamento, hubie-ra sido inmoral practicarlas, por el mero hecho de que era Dios quien las habla vetado. De forma que la definici6n de moral entra en conflicto con la division tripartita si decidirnos adoptarla. Estas tres categorias no necesariamente se excluyen mutuamente. Si por una parte la ley moral se refiere a 10 que Dios siempre aprueba, seguirnos

  • SUS EXIGENCIAS EN RELACI6N AL A.T. 45

    teniendo dos dificuitades: (1) Si JesUs en e15:18 esta diciendo que la ley moral es la Unica que no cambia, esta describiendo un circulo; es decir: Solamente la ley que Dios aprueba siempre (y que por tanto nunca cambia) es la que no cambia. (2) Si, como aitemativa, Jesus pretende establecer esta definici6n de ley moral, resulta raro que use un lenguaje tan inclusivo (5:18). No cabe duda de que apelar a la di-visi6n tripartita hist6rica de la ley tiene cierto merito en algunos con-textos; pero no creo que nos ayude a explicamos que quiere decir Jesus en Mateo 5:17 y 55.

    Otra forma comtin de enfocar este pasaje es sugerir que cum-plir en este caso significa algo asi como confirmar. El propio Je-sus cumpli61a ley al guardarla de una forma perfecta; y ahora la cumple en las vidas de sus seguidores por medio del Espiritu: Ro-manes 8:4 dice que Dios envi6 a su Hijo para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no and amos conforme a la came, sino conforme al Espiritu. En este sentido, se aduce, 10 que real-mente quiere decir la ley queda confirmado tanto por las vidas de Jesus como por las de sus disdpulos. No hay duda de que estas ide-as son ciertas, pero no parece que aparezcan en este texto. Ellen-guaje del versiculo 15 es mas restrictivo todavia.

    Muchos comentaristas arguyen que Cristo cumple la Ley y los Profetas de formas distintas. JesUs cumple

  • 46 EL SERM6N DEL MONTE

    violentos 10 arrebatan. Porque todos los pro/etas y la ley pro/etizaron hasta Juan (Mt. 11:12-13). No s610 profetizaron los profetas, sino tambien la ley. Todo el Antiguo Testamento tiene una funci6n pro-fetica, y JesUs vino a cumplir el Antiguo Testamento.

    Sin embargo, para entender c6mo cum pie el Antiguo Testa-mento, debemos comprender c6mo profetiza este. Una parte es pro-fecia en un sentido simplemente predictivo y, desde la perspectiva del Nuevo Testamento, queda claro que las profecias del Antiguo se centraron en el Mesias. Por ejemplo, se predijo ellugar de su na-cimiento (Mi. 5:2; Mt. 2:5-6). Por ejemplo, Oseas 11:1, la frase de Egipto !lame a mi hijo se usa para apuntar hacia el regreso de Je-sus desde Egipto a Palestina, tras la muerte de Herodes (Mt. 2:15); pero originariamente se referia al exodo de los israelitas bajo Moi-ses. En este caso parece que la historia de los judios es la que apun-ta hacia Jesus, pero no con ninglin sencillo sentido predictivo.

    En el Evangelio de Mateo hay muchas pistas que indican que esta forma de profecia no es nada raro. Asi, si en Deuteronomio 8 Moises recuerda al pueblo que erraron cuarenta afios por el de-sierto, donde Dios permiti6 que pasaran hambre para que apren-dieran que el hombre no 5610 vive de pan, JesUs tambien pas6 cua-renta dias de hambre en el desierto, y cuando fue tentado a dudar de la provisi6n de Dios replic6 que no 5610 de pan vivini el hom-bre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios (Mt. 4:1-4). Esta cita es del Pentateuco (Dt. 8:2-3), 10 que los judios !lamaban la Ley en sentido estricto, yaqui se Ie presupone una cierta funci6n profetica.

    EI Nuevo Testamento interpreta el Antiguo como algo que apun-ta hacia Cristo y hacia las bendiciones que el trae consigo. Por ejem-plo, el sistema sacrificial apuntaba hacia el sacrificio de Cristo (He. 9:8-9; 10:1-2). Ciertamente, todo 10 que estaba escrito sobre Cristo en la Ley de Moises y en los Salrnos debia cumplirse (Le. 24:44), y por tanto el Senor resucitado pudo explicar a sus discipulos 10 que se decia en las Escrituras sobre 51 mismo, comenzando con Moises y los profetas (Le. 24:27). Las Escrituras testifican de el (In. 5:39).

    Por tanto, en Mateo 5:17-18 debernos desechar aque!los concep-tos de cumplimiento que sean demasiado estrechos. Jesus cumple todo el Antiguo Testamento -Ia Ley y los Profetas- de muchas

  • SUS EXIGENCIAS EN RELACI6N AL A.T. 47

    maneras. Como este apunta hacia el, ciertamente no vino a abolir-10. Mas bien, vino a cumplirlo de una rica diversidad de maneras, una riqueza a la cual s610 nos referirnos de pasada en estos parra-fos. Ni un solo punto de la Ley 0 los Profetas pasara, dice JesUs: ja-mas, hasta que el cielo y la tierra desaparezcan, hasta que todo este cumplido. La frase hasta que pasen el delo y la tierra sirnplemente significa

  • 48 EL SERM6N DEL MONTE

    los mandamientos que ya han sido dados, y los que han de Iiegar, en el Sermon del Monte.

    Algunos han pensado que los judios esperaban una nueva ley cuando viniera el Mesias. No estoy de acuerdo. La linea argumen-tal de este pasaje apunta en una direccion ligeramente distinta. Va mas 0 menos asi: Jesus no vino a abolir el Antiguo Testamento sino a cumplirlo, cumplirlo en el sentido de que el mismo era el objeto hacia el cual apuntaba aquel. Por tanto, es el colmo de la necedad no pres tar oido a sus mandamientos, los mandamientos del reino. (Para un argumento similar, ver He. 2:1-3). Lo que se requiere es una justicia [que] fuere mayor que la de los escribas y fariseos (5:20), porque de otra forma no se puede entrar en el reino de los cielos. Ciertamente, incluso la posicion a ocupar dentro del reino depende de la obediencia a los mandarnientos de Jesus (5:19); pero esto no es nada sorprendente, cuando record amos el tremendo enfasis que el Sermon del Monte pone sobre la obediencia a JesUs (d. Mt. 7:21-23), o esa frase repetida por Jesus: ... pero yo os digo (vease Mt. 5:20, 22, 26, 28, 32, 34, 39, 44). El Antiguo Testamento apuntaba hacia el Mesias y hacia el reino que el iba a introducir; Jesus, que afirma cumplir la anticipacion del Antiguo Testamento, introduce el reino a sus seguidores. Al hacerlo, enfatiza la obediencia y la justicia sin par, sin las cuales no hay entrada posible. Vale la pena darse cuen-ta de que las palabras con las que Jesus cierra el Evangelio de Ma-teo vuelven a enfatizar la obediencia: los creyentes deben hacer dis-cipulos de todas las naciones, bautizandolos y ensefilindoles a obedecer todo 10 que Jesus orden.o (28:18-20). Los mandarnientos de Jesus se su-brayan como en eI5:19.

    A estas alturas queda claro que el Sermon del Monte no es un tratado de soporifero sentimentalismo disenado para inducir una especie de pseudo-etica producto de la debilidad mental. Estos ca-pitulos tampoco toleran la opinion de que las opiniones de Jesus sobre la justicia se han suavizado tanto con el amor que la justicia va a parar a un nivel inferior a aquel que tenia cuando se dicta la ley. Al contrario: descubrimos que la justicia exigida por Jesus 50-brepasa la imaginacion de los fariseos, el estricto grupo religioso ortodoxo de la epoca de Jesus. El estilo de Jesus es mas retador y exigente -y su recompensa es mayor- de 10 que pueda serlo

  • SUS EXIGENCIAS EN RELACl6N AL A.T. 49

    cualquier sistema legal. Ademas, su actitud fue profetizada antes de su advenimiento; como dice Pablo: "Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada par la let) y par los pro-felas (Ro. 3:21).

    Asi, hemos llegado por otro camino a la pureza interior descrita en las bienaventuranzas. Del mismo modo que las bienaventuran-zas hacen de la pobreza en espiritu una condicion necesaria para en-trar en el reino, tambien Mateo 5:17-20 acaba exigiendo un tipo de justicia que debio dejar a los oyentes de Jesus con la boca abierta de consternacion, conscientes de su propia incapacidad espiritual. Por este medio, el Sermon del Monte asienta la base de las doctrinas ne-otestamentarias de la justificacion por la gracia a traves de la fe, y de la santificacion por medio de la obra regeneradora del Espiritu San-to. No es extrano que Pablo, aquel fariseo sin tacha (Fil. 3:4-6), cuan-do llego a entender el evangelio de Cristo, considerara como basu-ra su formacion espiritual. Su nuevo deseo era el de obtener a Cristo, sin tener el toda la justicia que proviene de la ley, sino aquella que proviene de Dios y de la fe en Cristo (Fil. 3:8-9).

    APLICACI6N Mateo 5:21-47

    Con incomparable autoridad, Jesus se ha colocado como eje cen-tral de la Historia. El Antiguo Testamento apunta hacia ei, yahora, habiendo llegado, el introduce el reino y muestra como el Antiguo Testamento encuentra su validez final y su continuidad real en el mismo y en su ensefianza.

    Al mismo tiempo, Jesus debe enfrentarse a otro problema. No puede asurnir que todo 10 que la gente ha escuchado acerca del con-tenido de las Escrituras veterotestamentarias estuviera realmente en el Antiguo Testamento. Esto es asi porque los fariseos y los maes-tros de la ley consideraban que ciertas tradiciones orales ternan una autoridad equiparable a la de la propia Escritura, contaminando asi el contenido de esta con ciertas interpretaciones fa laces pero

  • 50 EL SERM6N DEL MONTE

    sostenidas con tenacidad. Por tanto, en cada uno de los cinco blo-ques de material que vienen ahora, JesUs dice algo asi: Oisteis que fue dicho ... pero yo os digo ... . No comienza estes contrastes di-ciendoles que decia el Antiguo Testamento, sino 10 que elias habi-an oido que decia. Esta es una observaci6n importante, porque Je-sus no esta negando nada del Antiguo Testamento, sino algo de la comprensi6n que ellos tenian de aquel.

    En otras palabras, Jesus parece estar interesado por dos cosas: derrocar las tradiciones equivocadas e indicar con autoridad la ver-dadera direcci6n hacia la que apuntan las Escrituras del Antiguo Testamento.

    La ira denigrante y la reconciliaci6n, 5:21-26

    EI pueblo habia oido 10 que les dijeron a sus antepasados: No mataras, y aquel que mate estara sujeto a juicio. La prohibici6n ex-plicita era el sexto de los diez mandamientos; la amenaza del juicio formaba parte de la legislaci6n mosaica concerniente al asesinato. "La perSona que mataba a alguien tenia que presentarse delante de un tribunal para ser juzgado.

    Pero el asesinato, ies simplemente un acto cometido sin refe-rencia alguna al caracter del asesino? iNo hay algo mas fundamen-tal en juego, a saber, su forma de considerar a otras personas (in-cluyendo su victima 0 victimas)? iAcaso entre las oscuras sombras del propio hecho no acechan la deplorable ira del asesino y su rabia rencorosa? i Y es que este h~9 no implica que esa ira, esa rabia, son dignas de repulsa? Por 10 tanto Jesus insiste en que no 5610 el asesi-no, sino cualquiera que este enojado con su hermano, sera sujeto a juicio.

    Hagamos ciertas observaciones en orden. Primero, algunos ma-nuscritos tempranos del Nuevo Testamento afiaden las palabras sin causa despues de airados contra el hermano: p. e, Pero os digo que todo aquel que esta airado contra su hermano sill causa sera su-jeto a juicio. Es casi seguro que estas palabras son una adici6n tar-dia. Casi no cabe duda de que algUn escriba pens6 que Jesus no po-dia ser tan rigido como para excluir todo tipo de ira, e incluy6 estas

  • SUS EXIGENCIAS EN RELACI6N AL A.T. 51

    palabras para suavizar su afirmaci6n. En segundo lugar, esta forma categ6rica y antitetica es tipica de

    much as de las palabras de Jesus, y refleja, creo yo, una estructura mental semitica y poetica. Es algo con 10 cual nos enfrentaremos en el Serm6n del Monte, pero tambien aparece en otros pasajes. Por ejemplo, en Lucas 14:26 Jesus dice: Si alguno viene a mi, y no abo-rrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos y hermanas, y aun tambien su propia vida, no puede ser mi discipulo. No debe tomarse este odio de forma absoluta. Mas bien 10 que Jesus dice es que el arnor y la fidelidad Ie pertenecen 5610 a el de una forma preerninente; no se puede perrnitir que sus rivales usurpen 10 que no les corresponde. Pero Jesus dice esto de una forma antitetica (d. Mt. 10:37), aunque en otros pasajes respalda la importancia, por ejemplo, de honrar a los padres (Mr. 7:10 y 55.). Y ciertarnente es im-portante permitir que esta forma antitetica y categ6rica nos haga me-lla, con toda su rotundidad, antes de perrnitir que la suavicen con-sideraciones mas arnplias. En Mateo 5:21 y 55. ,Jesus relaciona la ira con el homicidio: dejemos en pie esa relaci6n antes de observar que cierto tipo de ira, incluyendo la presente en la propia vida de Jesus, no 5610 es justificable sino tambien buena. Mas adelante dire mas sobre el tema.

    En tercer lugar, si la ira esta prohibida, tambien 10 esta el des-precio. Raca es una expresi6n aramea que implica un insulto. Quiere decir vacio, y podria traducirse por jcabeza hueca! 0 algo asi. Una vez mas, vemos que nadie puede llarnar necio a otro. Las personas que caen en acciones y actitudes de este tipo estan sujetas a juicio, al Sanedrin, al Gehena. EI Sanedrin era el tribunal judie mas importante del pais. Gehena es una trasliteraci6n de dos palabras semiticas que significan Valle de Hin6n, un barranco al sur de Je-rusalen donde se echaba la basura y se la quemaba, y que en conse-cuencia se convirti6 en un eufemismo para el fuego del infierno.

    Algunos han intentado ver en estos tres pasos -ira, raca, jne-cio!>>- una gradaci6n, pero resulta dificil creer que JesUs cayera en semejante casuistica. ,Es que iba a recurrir a divisiones tan sutiles entre raca y jnecio!? ,Yes que alguna de arnbas expresiones po-dia escupirse sin sentir ira? Jesus simplemente multiplica los ejem-plos para que quede clara la idea. Es un predicador que expone su

  • 52 EL 5ERM6N DEL MONTE

    idea y luego hace que sus oyentes sientan el peso de esta. Confron-ta a su audiencia: Vosotros que os creeis tan distantes, moralmente hablando, de los asesinos, Gjamas habeis odiado? lNunca habeis de-seado que alguien estuviera muerto? lNo os habeis rebajado mas de una vez al uso del desprecio, incluso remedando el asesinato? Toda esta rabia tan vil se encuentra en la raiz del homicidio, y hace que un hombre sensato se de cuenta de que no se diferencia en nada, moralmente hablando, del criminal practicante.

    De forma parecida, es dudoso que los tres castigos -l juicio, el 5anedrin y el fuego del infiemo- deban interpretarse como una gradaci6n. En la teocracia del Antiguo Testamento, el propio Dios estaba detras del sistema legal estatal. El juicio, aun siendo un asun-to civil, era tambien algo divino. Aqui, Jesus se mueve por el siste-ma aceptado hasta llegar al castigo Ultimo, para dejar claro que el juicio que hay que temer es en verdad divino, porque se basa en la valoraci6n que hace Dios del coraz6n, y puede terminar en el fuego del infiemo.

    Estos versiculos establecen una idea clave. La ley del Antiguo Testamento que prohibia el homicidio no debia creerse respetada si no se derramaba sangre. Mas bien, la ley apunta hacia un problema mas fundamental, la denigrante ira del hombre. Jesus, en base a su propia autoridad, insiste en que el juicio que se creia reservado para el criminal en realidad pende sobre el que odia, el rencoroso, el que desprecia. Entonces, lquien puede librarse de la condenaci6n?

    Alguien puede preguntar: C(lPero es que JesUs nunca se enoj6? 5i, es cierto. Se sinti6 realmente molesto por el negocio que se practicaba en el recinto del templo (Mt. 21:21 y ss. y sus paralelos). Marcos regis-tra la ira de JesUs contra aquellos que, debido a motivos legalistas e hi-p6critas, procuraban hallar algo malo en las sanaciones que el practi-caba durante el d.ia de reposo (Mr. 3:1 y ss.). Yen una ocasi6n, JesUs se dirigi6 a los fariseos y maestros de la ley diciendo: C( jInsensatos y cie-gos! lEs que JesUs es culpable de serias inconsistencias?

    Ciertamente que hay lugar para sentir el ardor de la ira rente al pecado y la injusticia. Nuestro problema es que ardemos en indig-naci6n e ira, no rente al pecado 0 la injusticia, sino cuando nos of en-den. En ninguno de los casos en los que Jesus se enfad6 tuvo nada que ver en el asunto su ego personal. Mas contundente todavia:

  • SUS EXIGENCIAS EN RELACI6N AL A.T. 53

    cuando fue injustamente arrestado y juzgado, ilegalmente golpea-do, escupido con desprecio, crucificado, humillado, cuando de he-cho tenia motivos para que apareciera su ego, entonces, como dice Pedro: ... no respondia con maldici6n; cuando padecia, no amena-zaba (1 P. 2:23). De sus labios reseeos salieron mas bien esas pala-bras de gracia: Padre, perd6nalos, porque no saben 10 que hacen (Le.23:24).

    Admitamoslo: por 10 general somos rapidos a la hora de enfa-damos cuando se nos presiona u of en de, y lentos cuando el pecado y la injusticia se multiplican en otras areas. En esos casos, tenemos mas tendencia a filosofar. De hecho, el problema es atin mas com-plica do. A veces nos vemos involucrados en algtin tema legitimo y discemimos, quizas con precisi6n, el bien y el mal dentro de este. Sin embargo, cuando respaldamos ellado bueno, nuestros propios egos se identifican tanto con la situaci6n que, a nuestros ojos, los oponentes no s610 estan equivocados, sino que nos estan atacando. Cuando reaccionamos con ira, podemos engaftamos pensando que estamos defendiendo la verdad y la justicia, cuando en 10 mas hon-do nos preocupa mas defendemos a nosotros mismos.

    En el Serm6n del Monte, a pesar de esa forma tan absoluta en que se prohibe la ira, JesUs no prohibe toda la ira sino aquella que nace de las relaciones personales. Esto es obvio no s610 en base a las en.senan-zas y conducta de JesUs en otros pasajes, sino tamhien a los dos ejem-plos que ofrece JesUs para dotar de agudo filo a su idea (5:23-26).

    EI prirnero (5:23-24) tiene que ver con la persona que viene a cum-plir con sus obligaciones religiosas (en este caso, se trata de ofrecer un sacrificio en el altar del templo), pero que ha ofendido a su hermano. JesUs insiste en que es mucho mas irnportante que se reconcilie con su hermano que cumplir con su obligaci6n religiosa, porque esta se con-vierte en algo fingido y falso si el adorador se ha comportado tan mal con su hermano que este tiene algo en contra de eL Es mas irnportan-te quedar limpio de la ofensa delante de los hombres que aparecer para el culto del domingo sin llegar tarde. Olvida el cuito de alabanza y re-conciliate con tu hermano, y s610 entonces adora a Dios. A los hom-bres les gusta sustituir la integridad, la pureza y el amor por la cere-monia, pero JesUs no quiere saber nada de esto.

    El segundo ejemplo (5:25-26) vuelve a tomar una metafora legal.

  • 54 EL SERM6N DEL MONTE

    En los tiempos de Jesus, asi como en siglos recientes, una persona que debiera dinero podia ser recluida en una carcel para morosos hasta que pagara 10 que debia. Por supuesto que, rnientras estaba alii dentro, no podia ganar dinero, y por tanto era poco probable que lograra pagar la deuda recobrando asi su libertad; pero sus arnigos y seres queridos, que deseaban verla libre, podlan esforzarse cons-tante y sacrifi