uso problemático de redes sociales, bienestar psicológico y

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FACULTAD DE HUMANIDADES Carrera de Psicología USO PROBLEMÁTICO DE REDES SOCIALES, BIENESTAR PSICOLÓGICO Y SOLEDAD EN ESTUDIANTES DE UNA UNIVERSIDAD PRIVADA DE LIMA METROPOLITANA Tesis para optar el Título Profesional de Licenciado en Psicología EVELIN DEYSI HUARINGA CERRÓN MAYRA STEFANY YACTAYO FLORES Asesor: Mag. Katherine Susana Lingán Huamán Lima Perú 2019

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FACULTAD DE HUMANIDADES

Carrera de Psicología

USO PROBLEMÁTICO DE REDES SOCIALES, BIENESTAR PSICOLÓGICO Y SOLEDAD EN

ESTUDIANTES DE UNA UNIVERSIDAD PRIVADA DE LIMA METROPOLITANA

Tesis para optar el Título Profesional de Licenciado en Psicología

EVELIN DEYSI HUARINGA CERRÓN

MAYRA STEFANY YACTAYO FLORES

Asesor:

Mag. Katherine Susana Lingán Huamán

Lima – Perú

2019

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Resumen

Las redes sociales virtuales han invadido nuestro entorno, llegando a producir cambios en la

forma de comunicación y socialización debido a la facilidad y rapidez para compartir

información. El objetivo del estudio fue relacionar el uso problemático de las redes sociales

virtuales, el bienestar psicológico y el sentimiento de soledad en un grupo de 300 estudiantes

de 17 a 38 años de una universidad privada de Lima Metropolitana. Para ello, se aplicó el

Cuestionario de Adicción a las Redes Sociales (ARS) de Escurra y Salas (2014), la Escala de

Bienestar Psicológico para Adultos (BIEPS-A) adaptada por Domínguez (2014), y la Escala de

Soledad de De Jong Gierveld (ESJG) adaptada por Ventura-León y Caycho (2017). Los

resultados muestran que existe correlación negativa entre la falta de control personal en el uso

de redes sociales y el bienestar psicológico; mientras que la obsesión por las redes sociales y la

falta de control personal en el uso de redes sociales se relacionan positivamente con la soledad

emocional. Así también, el bienestar psicológico se relaciona de manera negativa con la soledad

social y la soledad emocional. Los hallazgos se discuten a partir de las teorías y antecedentes

para el estudio, futuras investigaciones en psicología y sus implicancias prácticas.

Palabras clave: Uso problemático de las redes sociales, bienestar psicológico, sentimiento de

soledad.

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Abstract

Virtual social networks have overwhelmed our environment, leading to changes in the way of

communication and socialization due to the ease and speed to share information. The aim of

the study was to relate the problematic use of virtual social networks, psychological well-being

and the feeling of loneliness in a group of 300 students among 17 and 38 years old from a

private university in Metropolitan Lima. Therefore, The Social Network Addiction

Questionnaire from Escurra and Salas (2014), The Psychological Well-being Scale for Adults

(BIEPS-A) adapted by Domínguez (2014), and The De Jong Gierveld Loneliness Scale (ESJG)

adapted by Ventura-León and Caycho (2017) were applied. The results indicate a negative

correlation between the lack of personal control in the use of social networks and the

psychological well-being; while the obsession with social networks and the lack of personal

control in the use of social networks are positively correlated with emotional loneliness. In

addition, the psychological well-being is negatively correlated with social loneliness and

emotional loneliness. The findings are discussed based on theories and backgrounds for the

study, future research in psychology and its practical implications.

Key words: Problematic use of social networks, psychological well-being, feeling of loneliness.

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Introducción

Hoy en día, la tecnología ha invadido nuestro entorno social ya sea por medio de las

computadoras, teléfonos celulares, iPad, entre otros objetos tecnológicos. Esta tecnología ha

mejorado las formas de almacenar y compartir información permanentemente, y ha llegado a

considerarse un instrumento indispensable para la comunicación de los individuos, abriendo un

campo de nuevas experiencias y aprendizajes. Sin embargo, el uso inadecuado de estas

herramientas podría generar riesgos para algunos tipos de comunicación y entretenimiento,

puesto que, dentro de los estilos de vida, se le ha asignado tanta relevancia que en muchos casos

afecta a las relaciones familiares, laborales y sociales (Domínguez & Ybañez, 2016).

Asimismo, en un estudio se reportó acerca de las redes sociales con mayor uso por parte

de adolescentes y adultos jóvenes estadounidenses, en el cual se identificó que Facebook es la

red social virtual que está dejando de ser utilizada por la población de 15 a 25 años (59.9%), ya

que se han dirigido a otras como Instagram (62.8%) (Audience Project, 2019). La Compañía

Peruana de Estudios de Mercados y Opinión Pública (CPI, 2019) realizó un estudio acerca de

las redes sociales virtuales más usadas por la generación millennial de Lima en el cual, por cada

diez de esta población, ocho poseen alguna red social virtual. Además, indican que, dentro de

algunos años, Lima podría convertirse en una ciudad sobresaliente en el aspecto digital. Es así

como en los datos analizados, a partir de agosto del 2018 respecto a las redes sociales virtuales

más populares, se obtuvo que el 91% de millennial peruanos usa Facebook, el 85% usa

Whatsapp, el 42% usa Twitter y el 21% usa Instagram. Sobre la base de los resultados obtenidos

en una encuesta anterior (CPI, 2013), se identificó un aumento entre las personas y su uso de

redes sociales, esto debido a diferentes agentes como la alta demanda de teléfonos móviles, la

ventaja de contar con ofertas de empresas que ofrecen internet ilimitado para redes sociales a

bajo costo y la necesidad por obtener información a tiempo real sobre temas de gran interés

(CPI, 2019).

Son niños y adolescentes, los principales consumidores tecnológicos, quienes pasan

mucho tiempo en el contexto virtual, impidiendo la debida sociabilidad y los espacios de

reciprocidad física, aludiendo a la facilidad de contactar personas y/o encontrar diferentes

formas de entretenimiento. Por ello, se considera a esta población como la que fácilmente se

adapta a las modernas tecnologías en las que la utilidad y frecuencia brindada a las redes

sociales virtuales requieren de la supervisión de los padres e instituciones en cuanto a brindar

información acerca de qué, dónde y cuándo utilizarlas (Hernández, Yanez & Carrera, 2017).

Igualmente, las redes sociales virtuales tienen un gran impacto en los jóvenes, ya que les

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proporciona respuestas, información y recompensas en un tiempo breve e inmediato, así como

localizar a un gran número de personas e interactuar con ellas a través del chat, publicar fotos,

videos y/o información personal de manera privada o pública. A través de las redes sociales

virtuales, se puede estar visible ante todo el mundo y estar conectado con los demás, lo cual

influirá en la consolidación de la identidad frente a los pares. De igual modo que el sentimiento

de soledad causa temor, el anonimato también lo hace; es así como las redes sociales virtuales

alejan todo modo de exclusión debido a que, mediante su uso, las emociones pueden ser

expresadas con cierta protección detrás de las pantallas de los dispositivos tecnológicos

(Echeburúa & Corral, 2010).

Colás, González y De Pablos (2013) mencionan que la comunicación social virtual de

los jóvenes se ve afectada por la manera en que perciben su identidad y autoestima, como

también la compensación social y el ambiente social; por lo que se plantea la hipótesis de que

las redes sociales virtuales forman parte de los recursos que los jóvenes y adolescentes usan

para cubrir ciertas necesidades, ya sea, de naturaleza psicológica o social. Por otro lado, según

Gómez y Marín (2017) podría existir influencia de las redes sociales sobre los adolescentes y

jóvenes cuando estos se caracterizan por tener personalidad vulnerable, hogares disfuncionales

y pobre interacción social; asimismo, se podría desarrollar un grado de adicción si encuentran

refuerzos inmediatos o si están sometidos a estrés propios de su edad, ya sea bajo rendimiento

académico, problemas afectivos, objetivos no alcanzados, entre otros.

Castro y De La Villa Moral (2019) hacen alusión a las redes sociales como aquellas que

están dentro de las relaciones interpersonales, las cuales cumplen un rol importante para el

mantenimiento de las relaciones existentes, pasar tiempo, entretenimiento, búsqueda de placer,

compañía para evitar la soledad y la vida real. El uso de las redes sociales promueve la

comunicación virtual entre individuos, permitiendo crear perfiles para intercambiar

información, permitiendo espacios de sociabilización, generando nuevas experiencias y

sentimientos (García-Umaña & Tirado-Morueta, 2018; Marín-Díaz, Vega-Gea & Passey,

2019).

La capacidad de desarrollar y encaminar características como tener un propósito en la

vida, ser autónomo, dirigir un crecimiento personal, tener un adecuado dominio del entorno,

contar con relaciones positivas y auto aceptarse tal y como se es, con cierta actitud positiva con

el fin de fortalecerse humanamente en el transcurso de la vida, es conocida como bienestar

psicológico (Ryff & Singer, 2008). Si bien las redes sociales virtuales fueron creadas para

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contactar a personas de un largo alcance y de una manera inmediata y rápida, algunos estudios

señalan que el frecuente uso de éstas guarda relación tanto positiva como negativa con el

bienestar psicológico (Hanna et al. 2017). No obstante, Best, Manktelow y Taylor (2014)

señalan que más allá de que existan relaciones positivas y negativas entre ambas variables, son

específicamente las actividades que se realizan en las redes sociales, las que determinan esta

relación. Siendo así que resaltan la importancia de brindar educación temprana acerca de las

distintas trampas que se pueda encontrar en estas redes, de tal modo que se puedan evitar

actividades perjudiciales como el hablar con personas extrañas o difundir información privada.

Asimismo, Çikrikci (2016) resalta que aquellas personas con problemas con el uso del internet

tienden a postergar y/o suspender sus objetivos de vida al verse dominados por un ambiente

cibernético, y mientras esto sea constante y vaya acumulándose, la persona irá reduciendo sus

niveles de bienestar psicológico. De igual forma, Choi y Lim (2016) explican que el uso

descontrolado de las redes sociales puede acarrear la adicción a estas, afectando también al

bienestar psicológico.

La soledad es entendida como un fenómeno multidimensional inherente al ser humano

que puede variar en circunstancias, causas e intensidad en la que se presente y no hace

excepción ni de edad, raza, género, estado civil o nivel socioeconómico (Carvajal & Caro,

2009). Ahora bien, el uso problemático de redes sociales también guarda relación directa con

el constructo de sentimiento de soledad indicando que a más alto sea el sentimiento o

percepción de esta, habrá un mayor uso de redes sociales, ya que a pesar de que brindan

facilidad de interacción y comunicación, también provocan un distanciamiento del entorno

social (Savci & Aysan, 2016). Asimismo, las redes sociales virtuales son mayormente usadas

por adolescentes y jóvenes principalmente por razones sociales, en cuyas plataformas pueden

expresar su verdadera identidad o de fantasía. Es así como muchas veces, quienes se preocupan

mucho por su apariencia frente a los demás tienden a ocultarse bajo las redes sociales virtuales

con el fin de expresarse como deseen, y es ahí como el sentimiento de soledad empieza a tener

un rol importante en estas personas, por ello se la considera un factor predictor del uso de redes

sociales virtuales (Doğan & Çolak, 2016).

Por estas razones, el presente estudio se propone la siguiente interrogante: ¿Cómo se

relaciona el uso problemático de redes sociales con el bienestar psicológico y el sentimiento de

soledad en estudiantes universitarios de una universidad privada de Lima Metropolitana?

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Las redes sociales virtuales están evolucionando cada vez más y su uso está

diversificando la forma de comunicarnos y relacionarnos, dándose esto más en población joven

(Navarrete, Castel, Romanos & Bruna, 2017). Por tanto, ha sido oportuna la revisión teórica de

una gran cantidad de investigaciones para seguir documentando acerca de la relación entre el

uso problemático de redes sociales, el bienestar psicológico y el sentimiento de soledad (Erfani

& Abedin, 2018). Si bien existen estudios que explican el nexo entre estas tres variables en

jóvenes, estos son limitados e internacionales. Por ello, a nivel teórico, la presente investigación

pretende ampliar los conocimientos al encontrar evidencias empíricas que corroboran las

relaciones teóricas entre estos constructos psicológicos basándose en teorías de distintos

autores aplicándose en población joven peruana, ya que los antecedentes realizados en Perú son

limitados.

Por otro lado, referente al aspecto social, la problemática sobre el uso de redes sociales

virtuales es de actual relevancia e interés, por lo que el presente estudio podrá ser útil para

investigadores, profesionales de la salud o educadores, ya que son básicamente los que trabajan

directamente con población joven, quienes tienen un mayor acceso a redes sociales virtuales.

A raíz de esto, también se tendría una idea más clara del desarrollo de cada variable en esta

etapa y la manera en que se podría intervenir para que estas se desenvuelvan y evolucionen

saludablemente en esta población. Así también, a un nivel práctico, los resultados encontrados

podrían ser de utilidad para la creación de programas y/o talleres acerca del uso de redes

sociales virtuales, así como sus implicancias en los distintos ámbitos de la vida.

Redes sociales virtuales

El desarrollo de la Web 2.0 hizo posible la creación de las redes sociales virtuales como

tal, ya que permitió el avance de nuevas características de escritura y lectura, lo que permite

mantener más conexión y compartir información entre las personas. La Web 2.0 es conocida

como Web social debido a la implicancia en los medios sociales y la participación e interacción,

mientras que la Web 1.0 era una web que se enfoca en consulta, no eran actualizadas, la

interacción era mínima, páginas estáticas y funciones básicas para búsqueda de información.

Sin embargo, la Web 2.0 le da más importancia al usuario, por lo que los mismos, pueden ser

creadores de contenidos, facilita la interacción, publicación, investigación y consulta de los

contenidos a nivel global, es actualizada, de fácil acceso y atractivo para los usuarios (García

& Del Hoyo, 2013).

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Las redes sociales virtuales son un medio o herramientas de comunicación que tienen

de base a la Web, se organizan de acuerdo con perfiles profesionales o personales de usuarios,

cuyo objetivo es conectar secuencialmente a los usuarios de éstas por medio de categorías,

etiquetados personales, grupos, etc., ligados a cada individuo o perfil profesional (Castañeda &

Gutiérrez, 2010). Asimismo, Urueña, Ferrari, Blanco y Valdecasa (2011) lo definen como un

sitio web que permite comunicarse, relacionarse, crear y compartir contenido o como una

herramienta de democratización de la información que hace de los individuos productores y

receptores de contenido.

En síntesis, las redes sociales virtuales están caracterizadas por ser servicios online que

tienen gran influencia en la sociedad, permitiendo que la comunicación sea por medio de

sistemas electrónicos-cibernéticos al completo servicio del usuario, dando la posibilidad de

elegir con quien relacionarse sin límites a nivel mundial (Boyd & Ellison, 2007).

Son WhatsApp, Facebook, Messenger, Twitter e Instagram las principales redes

sociales virtuales que han ampliado la forma de comunicación, intercambio de información e

intereses, etc. (Del Barrio & Ruiz, 2014). Es así como despiertan gran interés actualmente, y

debido a su incremento, se han actualizado y su alcance es a nivel mundial, por lo que muchos

individuos optan por su empleo como un medio de comunicación, ocio e interacción con el

entorno (Molina & Toledo, 2014).

Si bien existe una gran variedad de redes sociales virtuales, así como autores que

proponen diferentes clasificaciones, en este estudio solo se consideró lo postulado por Dans

(2014), quien las clasifica a en dos tipos: redes sociales personales y profesionales. Las redes

sociales personales se usan como medio para intercambiar intereses en común y poseen un

conjunto de contactos y amigos; entre ellos están Facebook, WhatsApp, Messenger, Instagram,

entre otros. Y las redes sociales profesionales donde se encuentran LinkedIn, Viadeo,

About.me, Womenalia, entre otros.

Prendez, Gutiérrez y Castañeda (2014) aluden que el estudio del uso de las redes

sociales virtuales es un reto, debido a la diversidad de usos que se les asigna a las redes sociales

virtuales, así como la diversidad de usuarios y sus características, por lo que algunas

investigaciones van orientadas a hallar estas diferencias. Bernal, Rosa, González y Rosa (2017)

mencionan que el tipo de uso que le brindan las mujeres y varones al Internet es diferente, ya

que, los varones están más orientados a los juegos y las mujeres a los medios sociales, ello varía

de acuerdo a la edad, siendo que los varones de entre 17 y 18 años dedican más tiempo al

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aspecto lúdico de internet; sin embargo, esto toma un curso diferente a partir de los 21 años,

puesto que, se emplea internet y las redes sociales virtuales para la regulación y control del

estado de ánimo y emociones, ligado a los cambios internos y externos del individuo.

Asimismo, Ballesta, Lozano, Cerezo y Soriano (2014) especifican que actualmente la juventud

prefiere expresarse mediante los sistemas de comunicación virtual, ya sea en un ambiente social

o académico.

Las redes sociales virtuales tienen un rol predominante en el ámbito educativo

universitario, donde hoy en día la implementación de la tecnología es de suma importancia

debido a que facilita la comunicación entre docente – alumno y viceversa. El atractivo de estas

puede observarse en el ámbito personal indicando que mientras más sean quienes las usen,

mayor serán quienes quieran ser partícipes de ellas también. Es así como estudiantes que no

conozcan de alguna materia, o a algún docente o alumno de otros cursos, recurren a las redes

sociales virtuales, ya que les permite contactarse con estas fuentes, de tal modo que habría un

aumento en el éxito y notoriedad de las redes al producirse un adecuado ambiente de trabajo

(Flores, Chancusig, Cadena, Guaypatín & Montaluisa, 2017).

Veldalaveni, Wilma, Haradanahalli y Swarna (2019) mencionan que Internet es de fácil

acceso, brindando oportunidades para el ocio, juegos, comunicación online, compras e incluso

satisfacción sexual, lo que incrementa la posibilidad de comportamientos adictivos, formándose

de esta manera círculos viciosos del cual muchos individuos no pueden salir. Por otro lado,

Echeburrúa y Corral (2010) mencionan que las redes sociales virtuales facilitan la emisión de

comportamientos histriónicos, narcisistas y deforman la vida real.

Sánchez, Ruiz y Sánchez (2014) mencionan que la problemática en cuanto al uso del

internet está en el poco control que se tenga sobre éste al estar en conexión, dejando de lado

prioridades académicas, laborales, sociales o familiares. Los universitarios en Perú no están

desligados del uso de las redes sociales virtuales como Facebook, que brinda un mundo

cautivante a los jóvenes, obstaculizando los trabajos y responsabilidades del día a día, afirman

que la juventud peruana prefiere estar conectada a Facebook, que salir a reuniones sociales o

estar en interacción con su familia (Verano, 2013).

Becoña (2006), indica que las redes sociales virtuales pueden capturar la atención de

los individuos más aún de los adolescentes y jóvenes, puesto que, en ese mundo existe la

posibilidad de plantear falsas identidades y distorsionarlas o alejarlas de la realidad, dando lugar

a conductas adictivas (Puerta-Cortés & Carbonell, 2014). Y debido a ello, muchas empresas

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aprovechan y usan estos medios para la promoción de sus productos y servicios; sin embargo,

muchos de ellos pueden ser perjudiciales para los individuos, afectando de esta manera en áreas

como los estudios, trabajo, etc. (Palacios, 2018). Los peligros que conllevan las redes sociales

virtuales son la desconexión de la realidad, lo cual podría generar confusión entre un ambiente

real y virtual. Asimismo, pueden generar alteraciones en el sueño por la emisión de frecuencias

de luz al cerebro que causan desbalance en la liberación de la hormona melatonina encargada

del sueño, además de producir cambios en el ritmo cardíaco (Burillo, 2018).

Por otro lado, se han realizado estudios neurológicos para investigar si existen posibles

efectos negativos del celular sobre la anatomía o funcionamiento cerebral, debido a las ondas

electromagnéticas que recibe y emite en su funcionamiento, y se evidenció que algunas

longitudes de ondas electromagnéticas si tienen efectos perjudiciales para la salud (Heinrich,

Thomas, Von Kries, Heumann & Radon, 2011).

Hablar de uso problemático de redes sociales es referirse a la ausencia de preocupación

por las actividades académicas, laborales, domésticas, sustituyendo éstas por el uso de las redes

sociales virtuales, juegos, pornografía e internet (Caplan, 2003). La alteración del

comportamiento ya sea, sentimientos de culpa, problemas familiares, aislamiento, depresión,

menor cantidad de horas empleadas para dormir, insomnio, pérdida de control, deterioro en

relaciones interpersonales, entre otros, pueden presentarse posterior al uso excesivo de redes

sociales en línea (De la Villa Moral & Suárez, 2016). Asimismo, individuos que son

diagnosticados con ansiedad, emociones negativas y problemas de interacción social tienen

más probabilidades de abusar del uso de Internet y las redes sociales virtuales (Koo & Kwon,

2014).

La participación en redes, juegos, comunicación, televisión, escuchar música, apuestas

online, descargar o ver películas, fotografías, entre otras actividades, son gratificantes para los

individuos de esta generación, y cualquier actividad atractiva y gratificante, puede conllevar a

desarrollar conductas adictivas, pero dentro de la sociedad es considerada conducta adictiva

cuando es un comportamiento desaprobado dentro del entorno social (Griffiths, 2008).

Actualmente, dentro de la clasificación del DSM-IV TR (APA, 2000), sólo se considera

adicción al juego patológico como categoría de diagnóstico independiente, todas las otras

conductas adictivas quedan dentro de los “Trastornos del control de los impulsos no

especificados’’. Asimismo, Naval, Sádaba, Bringué, (2003) definen dos componentes del

trastorno adictivo en base al DSM-V: la dependencia y la falta de control para hacer uso de las

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diversas redes sociales virtuales, lo que se entiende como el momento en que el individuo pierde

dominio y lleva a cabo una actividad sin tomar en cuenta las consecuencias, ya sea pérdida de

amigos, aislamiento, problemas de salud, entre otros, provocando ansiedad, tensión, estrés o

algún malestar al no usar estos medios, pero si se logra acceder, genera gratificación y bienestar.

De igual modo, los teléfonos móviles pueden considerarse adictivos debido a la falta de control

en su uso y la sustitución de otras actividades por éstas (Pedrero, Rodríguez & Ruiz, 2012).

Para Echeburúa y Corral (2010), existen algunos criterios que alarman sobre la

dependencia hacia las redes sociales virtuales y están relacionadas con criterios de diagnóstico

del DSM-IV; estas señales son el deseo de estar conectados en la red a toda hora, descuido del

estudio, familia y relaciones sociales, evidencia de euforia cuando se usa las redes sociales

virtuales, productividad baja e irritabilidad, problemas para reconocer el comportamiento

adictivo, fracaso al tratar de limitar su uso y alteración psicomotriz (Young, 1998).

Bienestar psicológico

Centrándose en el bienestar psicológico, Seligman (2011) en su libro Flourish, pone

énfasis en la importancia que tiene la felicidad como constructo fundamental en su teoría de la

psicología positiva la cual consta de tres áreas: compromiso, emoción positiva y sentido. Es así

como, la variable de satisfacción con la vida percibida por las personas es la vía principal para

evaluarla. Sin embargo, su nueva formulación es acerca del bienestar como foco central de la

psicología positiva cuyos factores determinarían el florecimiento de las personas y/o

comunidades a través de su medida y análisis (Seligman, 2011).

Seligman (2011) entiende el bienestar psicológico como un conjunto de elementos que

permiten alcanzar el bienestar, su elección y preferencia es dada voluntariamente por las

personas y contribuyen a la explicación de este constructo, más no pueden hacerlo

individualmente. Estos son: el compromiso, que es un factor a ser evaluado subjetivamente de

acuerdo a lo que piensa o siente un sujeto mientras está muy enfocado en la actividad que

realiza en un determinado momento en el que llega a perder la noción de sí mismo, expresando

el estado subjetivo en el que se encontraba durante la tarea. El logro, el cual se basa en ganar

algo más y describir lo que verdaderamente la persona hace cuando es libre de elegir y no lo

que debería hacer para alcanzar el bienestar. El elemento de relaciones positivas con los demás

puede ser evaluado indistintamente de los demás factores además de aportar al bienestar. El

establecer relaciones positivas tiene un efecto significativo para el bienestar ya que se genera

compromiso, logros y emociones positivas. El significado consta de un análisis subjetivo el

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cual implica la pertenencia a algo que se considera sobresaliente a uno mismo y servirle ya que,

el hacerlo, indicaría que es significativo e importante para uno. Asimismo, también posee una

evaluación objetiva acerca de las acciones de los demás a través de la lógica o la historia. Por

último, las emociones positivas que pertenecen a la teoría anterior donde la satisfacción con la

vida y la felicidad son componentes de la nueva teoría sobre el bienestar (Domínguez & Ibarra,

2017).

Por otro lado, Ryff (1989) vincula el bienestar con el hecho de tener un objetivo en la

vida y que representa algo importante para cada persona, con amenazas o dificultades, pero con

cierto empeño para sobrellevarlos. La autora se basó en el término de eudaimonia propuesto

por Aristóteles en el que menciona que el bien más alto del ser humano no es la felicidad,

sentirse bien o la satisfacción de los apetitos; sino que lo son las acciones del alma que van de

la mano con las virtudes lo cual implica el esfuerzo por alcanzar lo mejor que hay dentro de

uno mismo.

Asimismo, empezó a cuestionarse acerca de cuáles son las características o elementos

esenciales que componen el bienestar psicológico ya que, en un artículo previo, hizo revisión a

diferentes perspectivas o teorías que explicaban sobre el bienestar psicológico. Dentro de ellas

estaban el enfoque humanista, existencial, clínico y del desarrollo las cuales apuntaban a los

conceptos de la auto actualización, la individualización y el desarrollo o funcionamiento

óptimo, de quienes se apoyó para formular las dimensiones del bienestar psicológico. Es así

como desarrolló una teoría multidimensional con seis elementos: propósito de vida, que explica

la dirección, propósito y significado que la persona tiene de su vida; autonomía, que describe

si uno mismo percibe que está viviendo su vida acorde con sus convicciones personales;

crecimiento personal, el nivel de uso del potencial y talento personal; dominio del entorno, la

capacidad de manejo de situaciones de la vida diaria; relaciones positivas, el grado de conexión

que se establece con los demás; y la autoaceptación, el conocimiento y aceptación que se tiene

de uno mismo siendo consciente de las limitaciones personales (Ryff, 2014).

Para los fines de la investigación, se tomará la perspectiva de Casullo y Castro (2000)

quienes, apoyándose en diferentes enfoques, entienden que un alto nivel de bienestar es dado

al experimentar satisfacción con la vida, si el estado anímico es adecuado y cuando hay poca

presencia de emociones de rabia o tristeza. De igual manera, existen estados afectivos positivos

y negativos, así como también un componente cognitivo dentro de la explicación del bienestar.

Los estados afectivos se caracterizan por ser momentáneos, débiles e independientes; mientras

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que el aspecto cognitivo es considerado como el bienestar que tienen las personas acerca de

cómo les está yendo en su día a día.

Es así como Casullo (2002) se planteó elaborar un instrumento que mida el bienestar

psicológico en base a la teoría de Ryff, tomando en cuenta los aspectos sanos o saludables del

ser humano que años atrás no eran relevantes dentro de los estudios en psicología, más sí lo

eran los aspectos patológicos. Dicho instrumento es la Escala de Bienestar Psicológico para

Adultos (BIEPS-A) y de las seis dimensiones propuestas por Ryff, fueron tomadas solo cuatro

para su elaboración. A partir de ello, consideraron los aspectos de autonomía, control de

situaciones, vínculos psicosociales y proyectos. El instrumento cuenta con una adaptación

peruana realizada por Domínguez (2014) en un grupo de estudiantes universitarios; de tal

manera que la presente investigación pretende contar con esta escala para el análisis del

bienestar psicológico.

Sentimiento de soledad

Perlman y Peplau (1982), definen el sentimiento de soledad como la dificultad de

mantener relaciones gratificantes con otros individuos, mientras que aislarse es el resultado de

evitar formar vínculos psicosociales.

Asimismo, es la idea y/o sentimiento de exclusión que se percibe a partir de la

interacción con el entorno social, que tiene como resultado incomodidad a nivel emocional

(Madoz, 1998). El sentimiento de soledad forma parte de la vida, es considerado desfavorable

para el individuo y se vincula a la tristeza y el sentimiento interno de dolor (Cardona, Villamil,

Henao & Quintero, 2013). Nilsson, Lindstrom y Naden (2006) no consideran al sentimiento de

soledad como una disfunción psicológica; por el contrario, la definen como una dimensión

estructural de la existencia del individuo, más no una enfermedad, sin embargo, el sentimiento

de soledad puede conllevar a sentir tristeza y sufrimiento intolerable, lo que puede tornarse en

enfermedad; asimismo, proponen tres manifestaciones: soledad física, soledad por exclusión y

deseo de soledad.

Existen dos tipos de sentimiento de soledad. La soledad emocional, que se da cuando

hay ausencia de compañía cercana e involucra lazos familiares rotos; y la soledad social,

cuando hay ausencia de sentido de pertenencia a un grupo y no se puede compartir experiencias,

ya sean positivas o negativas. Por otro lado, también están los sentimientos de soledad objetiva,

cuando las relaciones establecidas existentes son débiles; y el sentimiento de soledad subjetiva,

que es el sentimiento de sentirse solo (Cardona et al., 2013).

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Cardona et al., (2013) refieren que el sentimiento de soledad disminuye la calidad de

vida e incrementa los problemas de salud como enfermedades cardiacas, dificultades de salud

crónicos, depresión, entre otros. Está vinculada, con trastornos alimenticios, cardiovasculares,

de sueño, depresión, consumo de sustancias, alcoholismo y suicidio (Gullone & Heinrich, 2006;

Contini et al., 2012).

Se conoce como sentimiento de soledad a la disconformidad entre los vínculos sociales

con los que cuenta un individuo y con los que desearía tener, o si las que ya posee no generan

un cierto grado de intimidad y/o cercanía significativa; la cual es evaluada a través de lo que se

percibe y experimenta de las relaciones con los demás. Asimismo, la soledad es entendida como

la forma en cómo los individuos perciben, experimentan y evalúan el aislamiento y la falta de

interacción con el entorno. Soledad involucra tener menor número de relaciones que el que se

desea o no se satisface el nivel de intimidad (De Jong-Gierveld & Kamphuls, 1985). Dichos

autores, desarrollaron una escala con dos dimensiones a partir de la teoría de Weiss (1973) las

cuales son soledad social y soledad emocional. La primera implica el aislamiento del individuo

de los principales vínculos sociales a los cuales se siente unido o integrado, ya sea de la sociedad

en general, familiares, amigos, vecinos, etc. La segunda se basa en la falta de conexión que el

individuo establece con personas que son mucho más íntimas para él, como una pareja o un

mejor amigo (Weiss, 1973, citado en De Jong-Gierveld & Van Tilburg, 2010; Kunst, Bogaerts

& Winkel. 2010). De tal modo que, para los propósitos del estudio, se seguirá esta línea teórica

y se usará la adaptación de la Escala de Soledad de De Jong Gierveld (Ventura-León & Caycho,

2017) en población peruana.

Uso problemático de las redes sociales virtuales, bienestar psicológico y sentimiento de

soledad

En años anteriores y también hoy en día, se vienen realizando estudios acerca de las

ventajas y desventajas del uso de redes sociales virtuales, así como también su influencia

positiva y/o negativa sobre el bienestar psicológico generando una serie de resultados que

indican tanto aspectos perjudiciales como beneficiosos (Best et al. 2014; Kim, 2017).

Asimismo, Boyle, Church y Wakefield (2018) comentan que el sentimiento de soledad es una

de las variables que causa algunos problemas de salud mental generados por el uso de las redes

sociales virtuales, de este modo afirman que el incremento del tiempo que se pasa en las redes

sociales virtuales y el sentimiento de soledad están relacionadas, afectando de esta manera al

bienestar del individuo. Es así como Baek, et al. (2013), indican que la comunicación en redes

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sociales virtuales puede ser beneficiosa siempre y cuando exista un equilibrio entre darse por

medios virtuales y de manera presencial.

Veldalaveni, et al. (2019) refieren que el bienestar psicológico de los individuos se ve

afectado por el uso excesivo de Internet y que su empleo puede generar estrés y posteriormente

podría conllevar al aislamiento en estudiantes. De igual modo, Satici y Uysal (2015) indicaron

la existencia de un bajo nivel de bienestar psicológico dado por un gran uso de Facebook

específicamente en los elementos de satisfacción con la vida, vitalidad, florecimiento y

felicidad.

Rodríguez y Fernández (2014) apuntan hacia la controversia en cuanto al uso de redes

sociales virtuales como implicancia en daños a la salud mental. Asimismo, Kim (2017) refiere

que el tiempo ejercido en estar conectado a las redes sociales virtuales tiene consecuencias

dañinas para el bienestar psicológico, basándose específicamente en ideas suicidas y problemas

mentales; éstas aumentarán mientras el tiempo ejercido para estar conectado a las redes sociales

virtuales, incrementa. Por esto, es probable que aquellos que no posean una adecuada salud

mental sean más propensos a unirse a las redes sociales virtuales y sean partícipes de éstas.

A pesar de ello, existen estudios que indican una relación positiva entre el uso de redes

sociales virtuales y el bienestar psicológico. Es así como Pal (2017) encontró una relación

pequeña de tipo positiva entre ambas variables en cuanto a dos de las dimensiones de bienestar

psicológico (propósito en la vida y crecimiento personal), indicando la utilidad de las redes

para cumplir objetivos de vida, plantear nuevas ideas, lo que ayudaría a ampliar los

conocimientos y a crecer como persona.

Igualmente, las redes sociales virtuales posibilitan a los usuarios un comportamiento

real a través del uso de varias funciones tales como compartir fotos, enlaces y actualizar estados

(Reinecke & Trepte, 2014), así como también fomentan la comunicación y facilitan la

enseñanza y aprendizaje (González, Lleixá & Espuny, 2015), lo cual favorece al bienestar

psicológico. De igual manera, el apoyo social percibido tiene que ver con el uso de Facebook

y la cantidad de amigos que se tenga, que mientras sea mayor, habrá niveles más altos de

bienestar psicológico (Nabi, Prestin & So, 2013; Erfani, & Abedin, 2018). Para Clark, Algoe y

Green (2018), esta relación positiva es entendida de acuerdo con los beneficios para el apoyo

social que se da básicamente por el incremento en el tiempo de estar conectado a las redes

sociales virtuales.

16

Por otra parte, hay autores que en sus estudios han concluido una relación tanto positiva

como negativa entre ambas variables. Tal es el caso de Lucking (2015), quien refiere que el

tiempo ejercido en el uso de redes sociales virtuales durante el día impacta representativamente

sobre el bienestar psicológico de forma positiva y negativa, donde los principales factores con

mayor impacto negativo fueron las relaciones sociales y las emociones. Asimismo, quienes

invierten más tiempo en la creación de contenido para Facebook poseen un bienestar

psicológico mayor al de aquellos que no dedican mucho tiempo en esto. Valerio y Serna (2018)

también afirman que existe una relación positiva entre la actividad de compartir fotos en redes

sociales virtuales y el bienestar psicológico de una muestra de universitarios mexicanos; y una

relación negativa entre la cantidad de horas asignadas al uso de redes sociales virtuales y el

bienestar psicológico. Igualmente, para Choi y Lim (2016), el exceso de tecnología y apoyo

social no impacta directamente sobre el bienestar psicológico, ya que se considera al apoyo

social, dado a través de las redes sociales virtuales, como algo positivo al poder obtener

compañía, información y orientación. Sin embargo, estas variables pueden provocar una

adicción a las redes sociales virtuales lo que sí afectaría al bienestar psicológico, ya que los

usuarios harían más uso de éstas por las ventajas que les ofrece en cuanto a sus relaciones

interpersonales.

Respecto a la relación entre el uso problemático de redes sociales y el sentimiento de

soledad, Bian y Leung (2014), reportan que aquellos individuos con indicadores altos de

sentimiento de soledad pueden generar adicción a los teléfonos inteligentes, debido a las

distintas actividades que pueden realizar a modo de entretenimiento e interacción en las que no

existe la necesidad de interpretar el lenguaje no verbal, ya que el uso de estos teléfonos reduce

toda esa posibilidad, provocando que personas solitarias se vuelvan fácilmente adictos a estos

dispositivos.

Bozoglan (2013, citado en Yu & Shek, 2017), resalta que el sentimiento de soledad

predispone el desarrollo de conductas adictivas a internet en universitarios. Asimismo, para

Yao y Zhong (2014), una de las causas del sentimiento de soledad puede darse por el uso

problemático de internet; sin embargo, la interacción con los contactos virtuales no va a

disminuir el sentimiento de soledad ni va a reemplazar la interacción presencial, pero el sentirse

solo sí va a afectar en esta última. De igual manera, Deters y Mehl (2012) refieren que aquellas

personas que frecuentan sintonizar, ver las constantes publicaciones o intentar relacionarse con

personajes famosos tienden a desarrollar altos niveles de sentimiento de soledad.

17

El gran uso de las redes sociales virtuales también se da a partir de aumentar la cantidad

de amigos virtuales a modo de contrarrestar la falta de vínculos sociales presenciales, y esto es

mayormente dado en aquellos individuos que reportan sentirse solos (Skues, Williams & Wise,

2012). De igual modo, quienes realizan frecuentes transmisiones en redes sociales virtuales

presentan niveles altos de sentimiento de soledad, entendiéndose como una búsqueda constante

de atención mediante estos medios, y si no se consigue respuesta alguna por parte de los

seguidores, habría un sentimiento de desamparo y el sentimiento de soledad (Yang, 2016).

No obstante, para otros autores, el uso de redes sociales virtuales y las actividades

realizadas en ellas como la publicación de estados, fotos y experiencias del día a día, ayudaría

a las personas a no sentirse solas ya que las mantendría en contacto con amistades dejándoles

ser parte de sus vidas lo que les daría mayor satisfacción vital y felicidad (Pittman & Reich,

2016).

Si bien existen estudios que vinculan positivamente el bienestar psicológico y el uso de

redes sociales virtuales, cuando se hace referencia al uso problemático de las redes sociales con

el bienestar psicológico, se da manera negativa. Asimismo, entre el sentimiento de soledad y el

bienestar psicológico, mayormente existen relaciones negativas. Estos resultados pueden

deberse a los distintos enfoques teóricos para explicar cada variable, así como también el diseño

de las investigaciones planteadas. Por ello, es de gran relevancia seguir investigando acerca de

la relación entre estos constructos psicológicos y los posibles elementos mediadores entre ellos.

Antecedentes

Respecto a la relación entre el uso problemático de redes sociales, el bienestar

psicológico y el sentimiento de soledad, existen estudios que concluyen en que existe tanto

relación positiva como negativa entre estas variables. Asimismo, si bien a nivel nacional no se

ha encontrado estudios que vinculan las tres variables, se presentan a nivel internacional los

hallazgos que nos puedan aproximar al estudio de la problemática.

Kim, LaRose y Peng (2009) realizan una investigación sobre el uso del internet, su

influencia sobre el bienestar psicológico y el sentimiento de soledad como problemática en

universitarios. La muestra estuvo conformada por 635 estudiantes, de los cuales 58% fueron

mujeres. La evaluación fue por medio de una encuesta de uso de sitios de redes de internet

cuya media fue de 2.77, desviación estándar de 1.25 y Alpha de Cronbach de 0.87. Concluyen

que los individuos que psicosocialmente no son saludables tienen dificultades en diferentes

aspectos de su vida y ello incluye al sentimiento de soledad y aislamiento del entorno social. Y

18

que estos individuos pueden usar como un medio de escape de los problemas, a las diferentes

redes de internet.

Asimismo, Cheung et al. (2018) se plantearon examinar la relación entre el uso del

internet, en términos de las actividades realizadas con este, y componentes del bienestar

psicológico (sentimiento de soledad, autoestima y depresión) en un grupo de 665 estudiantes

de secundaria de Hong Kong. El análisis de las variables fueron a través de la Escala de

Autoestima de Rosenberg (1965) la cual fue adaptada a la población china por Leung y Wong

en 2005, la Escala de Soledad de la Universidad de California (1996) adaptada a la población

china por Huang en 2007, la Escala de Depresión del Centro de Estudios Epidemiológicos

(CES-D) de Randoff (1977) adaptada a la población china por Cheung y Bagley en 1998 y la

Escala de Adicción a Internet (CIAS) de Chen, Weng, Su, Wu y Yang (2003). Los resultados

encontrados son similares a los del estudio anterior, en el cual el grado de depresión cuenta con

una relación significativa con el uso del internet para relacionarse socialmente (r = .097), lo que

señala que a mayor uso del internet para relacionarse con los demás, más altos serán los niveles

de depresión. El ver pornografía tuvo una relación representativa con el sentimiento de soledad

en esta población (r = .087), en la que se infiere que la gran frecuencia de ver pornografía se

debería a un alto nivel de soledad. La relación existente entre el estado del bienestar psicológico

y la adicción a internet fue significativa en cuanto al sentimiento de soledad (r = .191),

depresión (r = .318) y autoestima (r = -.207), en el que explican que un nivel bajo de adicción

a internet está relacionado con un nivel alto de autoestima, mientras que un nivel alto de

adicción a internet se relaciona con un alto nivel de soledad y depresión. Por último, hallaron

que existe un mayor uso de internet por parte de las mujeres con el fin de relacionarse

socialmente y en hombres para la actividad de ver pornografía.

De igual manera, Hanna et al. (2017) identificaron si las variables de auto objetivación

y comparación social son mediadoras entre el uso de Facebook y su relación con el bienestar

psicológico. En cuanto al uso de Facebook, se analizaron los aspectos de uso activo y uso

pasivo; mientras que, en el caso del bienestar psicológico, los elementos analizados fueron la

salud mental, la vergüenza corpórea y la autoestima. Los participantes fueron 1104 estudiantes

universitarios de 17 a 24 años los cuales fueron evaluados a través de la Escala de Uso Activo

y Pasivo de Facebook de Manago et al. (2015), la auto objetivación fue evaluada a través de

tres escalas: la subescala de vigilancia de las Escalas de Conciencia Objetiva Corporal para

jóvenes con el fin de analizar las apariencias de Lindberg, Hyde y MicKinley (2006), la Escala

de Disfrute de la Sexualización de Liss, Erchull y Ramsey (2011) que evalúa hasta qué grado

19

se disfruta el destacar la sensualidad, y la Escala de Autoestima del Atractivo Sexual de Gordon

y Ward (2000) que analiza el grado en que se basa la autoestima en el atractivo sexual. La

autoestima fue medida con la Escala del Estado de Autoestima de Heatherton y Polivy (1991),

la comparación social con la Escala de Orientación de Comparación social de Gibbons y Buunk

(1999), y la ansiedad y depresión fueron medidas a través del Inventario Breve de Síntomas de

Derogatis y Melisaratos (2009). En los resultados también se observó una relación entre el uso

de Facebook y una carente salud mental, una alta vergüenza corpórea y un bajo nivel de

autoestima; además de ello, un alto nivel de auto objetivación y comparación social están

vinculados de igual modo con el uso de Facebook tanto en hombres (χ² (92) = 305.040, p <

0.01, RMSEA = 0.072 [0.063–0.081], CFI = 0.936, SRMR = 0.048, and AIC = 14420.152)

como en mujeres (χ² (92) = 338.946, p < 0.01, RMSEA = 0.061 [0.054–0.068], CFI = 0.955,

SRMR = 0.043, and AIC = 23854.423).

Complementando a los resultados anteriores, Choi y Lim (2016) hicieron una

investigación en la que pretenden brindar información tanto teórica como práctica al analizar

si existe un impacto negativo de la sobrecarga del uso de redes sociales sobre el bienestar

psicológico, y la función mediadora de la adicción a las redes sociales en la relación entre la

sobrecarga del uso de estas y el bienestar psicológico. El estudio fue hecho en una muestra de

419 jóvenes universitarios y trabajadores de 20 a 30 años a quienes se les evaluaron con una

escala de seis ítems para medir la sobrecarga social en términos de irritación de Maier y

colaboradores (2012), se tomó cinco ítems de la Escala de Sobrecarga Tecnológica de Tarafdar

y colaboradores (2010), la Escala de Adicción a Internet de Koc y Gulyagci (2013) y siete ítems

de la Escala de Autoestima de Rosenberg (1965) para la medición del bienestar psicológico. Se

descubrió la existencia de relación entre la adicción a redes sociales y la sobrecarga social (β =

0.484), no se halló relación entre el bienestar psicológico y la sobrecarga social (β = 0.051), y

hubo relación entre la adicción a redes sociales y la sobrecarga tecnológica (β = 0.264).

Asimismo, no se evidenció relación entre el bienestar psicológico y la sobrecarga tecnológica

(β = 0.082), mientras que sí se observó relación entre el bienestar psicológico y la adicción a

redes sociales (β = -0.300). En referencia a los elementos mediadores, pudo encontrarse que,

dentro de la relación entre el bienestar psicológico y la sobrecarga social, la adicción a las redes

sociales tuvo una alta función mediadora (β = -0.145), así como también mediar entre el

bienestar psicológico y la sobrecarga tecnológica (β = -0.079).

Igualmente, Pérez y Quiroga-Garza (2019) hicieron un estudio en el que buscaron

averiguar si existe relación entre el uso de redes sociales, la sensación de soledad y la

20

comparación social en una muestra de 206 participantes hispanohablantes de 18 a 34 años. Para

la evaluación de las variables, se utilizaron el Internet Addiction Test (IAT) de Puerta-Cortés,

Carbonell y Chamarro (2012), la Escala de Soledad de la Universidad de California (UCLA)

creada por Russell, Pealu y Ferguson (1978) y una serie de preguntas acerca de la comparación

social desarrollada por las mismas autoras. Los resultados indicaron una relación lineal

estadísticamente significativa entre el uso de sitios de redes sociales y el sentimiento de soledad

(r = .327, p < .001), donde habrá mayor sentimiento de soledad si existe un alto uso de redes

sociales. Asimismo, se evidenció que a mayor uso de redes sociales, habrá mayor comparación

social (F(2,206) 7.110, p < .001). No obstante, no se encontró relación entre la comparación social

y la soledad (F(2,206) .387, p = .308).

De modo similar, Fernández, Muratori y Zubieta (2013) se enfocaron en indagar la

relación entre el bienestar psicológico y la soledad tanto emocional como social en una muestra

de 780 sujetos de edades entre los 18 y 50 años. Aquellos fueron evaluados con la adaptación

al español de La Escala de Bienestar Psicológico de Ryff (Díaz et al. 2006) y con La Escala de

Soledad de Wittenberg (1986). En los resultados se encontraron relaciones entre la dimensión

de relaciones positivas y la soledad social (r = -.681) y la dimensión de autoaceptación con la

soledad social (r = -.410). Por otro lado, se encontraron diferencias en las dimensiones de

bienestar psicológico indicando que los hombres puntúan más alto en autoaceptación y

autonomía, mientras que las mujeres en crecimiento y propósito en la vida. No se encontraron

diferencias en cuanto a soledad emocional y social.

Asimismo, Van Den, Vermulst, Spijkerman, Meerkerk y Engels (2008) se enfocaron en

hallar correlaciones entre comunicación en línea, uso compulsivo de Internet y bienestar

psicosocial en una población de 12 a 15 años, fue un estudio longitudinal donde se empleó la

escala de uso compulsivo de Internet, de 10 ítems y Alpha de Cronbach de 0.85; Escala de

humor depresivo, que consta de 6 ítems, con Alpha de Cronbach de 0.78; finalmente, para la

evaluación de los sentimientos de soledad emplearon la escala de soledad creada por Russell,

Cutrona y Peplau en 1980, que consta de 5 ítems positivos y 5 negativos, con un Alpha de

Cronbach de 0.90. Los hallazgos revelan que existe relación positiva entre comunicación en

línea, la depresión y el sentimiento de soledad; por ello, proponen que el uso problemático del

internet puede afectar al bienestar psicológico del individuo.

Aparte de ello, Capilla y Cubo (2017) se plantearon encontrar la relación entre el uso

excesivo o problemático del celular y el bienestar psicológico; asimismo, evaluar la relación

21

entre el uso del celular y los indicadores de bienestar psicológico, para ello, empleó el

cuestionario Mobile Phone Problem Use Scale for Adolescents, adaptado al español por López,

Honrubia y Freixa en el 2012; y el cuestionario General de Salud de Golberg en 1996; y tuvo

como población objetivo a 123 universitarios de entre 19 y 29 años. Se concluye que la relación

entre el uso problemático del celular y el bienestar psicológico se da sólo en algunos casos, es

decir no es generalizable, y no afirman que los individuos en riesgo presentan bajos niveles de

bienestar psicológico. Sin embargo, afirman que sí existe relación entre el uso problemático del

celular y los indicadores del bienestar psicológico. Concluye en que, existe influencia del uso

problemático del celular y en algunas dimensiones del bienestar psicológico, llevando inclusive

a desarrollar disfunciones a nivel personal, familiar y social.

Al mismo tiempo, Bernal et al. (2017) realizaron una investigación con el objetivo de

correlacionar las variables de uso problemático de Internet y las respuestas de ansiedad social,

bienestar obsesivo-compulsivo y bienestar psicológico entre adolescentes y jóvenes de entre 16

y 23 años, siendo un total de 310 participantes. Asimismo, el 11.2% de los evaluados sobrepasó

la puntuación de corte en ansiedad social, cuya puntuación fue 97, por otro lado, el 17.6%

superó el corte de 14 en obsesión-compulsión. El 0.3% de los sujetos logró puntuación baja en

ansiedad social y el 2.3% lo hizo en obsesiones-compulsivas. Finalmente, se halló una

correlación negativa significativa entre el uso problemático de internet y las variables de

bienestar psicológico en especial las dimensiones dominio ambiental (r = -.30), autoaceptación

(r = -.25) y relaciones positivas (r = -.21). Dentro de este estudio también se revela que los

varones tienden a usar más el internet en el aspecto lúdico, pero las damas le dan un uso más

social.

Por otro lado, Liu y Yu (2013) hicieron una investigación con el fin de ampliar la

información acerca de la relación del uso de Facebook, el bienestar psicológico, el soporte

social virtual y el soporte social absoluto en un grupo de 330 universitarios de Taiwán de edades

entre los 18 y 23 años. Los instrumentos que utilizaron fueron: la Escala de Intensidad de Uso

de Facebook de Ellison, Steinfield y Lampe (2007), la Lista de Evaluación de Soporte

Interpersonal (ISEL) de Cohen y Syme (1985) y la Escala de Bienestar Psicológico de Ryff

(1989). Es así como se evidenció a la variable de uso de Facebook como importante predictor

del soporte social virtual (β = 0.481), lo que señalaría a Facebook como una vía de ayuda social

en la cual los universitarios puedan recurrir cuando les sea necesario. Asimismo, las variables

de soporte social virtual y soporte social absoluto cuentan con una correlación significativa (β

22

= 0.424), así como también ser predictoras del bienestar psicológico (β = 0.095) y (β = 0.586),

respectivamente.

Igualmente, Pal (2017) desarrolló una investigación acerca de la relación entre el uso

de internet y el bienestar psicológico donde el análisis se dio en base a diferencias entre

hombres y mujeres, y entre niveles de usuario regular, usuario en riesgo y usuario adictivo. La

muestra consistió en 242 estudiantes de secundaria de Suecia a quienes se les evaluó con el

Test de Adicción a Internet (IAT) de Young (1998) y con la Escala de Bienestar Psicológico

de Ryff (1989). En los resultados se encontró una baja correlación positiva entre el crecimiento

personal y el uso de internet (r = .25), así como también entre este último y el propósito de vida

(r = .15). En base al análisis de género, no se hallaron diferencias significativas en cuanto al

uso de internet. El bienestar psicológico en general fue relacionado con los niveles de usuario

regular, usuario en riesgo y usuario adictivo, donde no se encontraron diferencias. Por último,

no se observaron diferencias en la asociación de los niveles de usuario regular, usuario en riesgo

y usuario adictivo con las dimensiones del bienestar psicológico. Sin embargo, el elemento de

crecimiento personal mostró cierta tendencia en cuanto a su relación con los niveles de usuario.

Salcedo (2016) se planteó identificar si existe relación entre la adicción a redes sociales

y la autoestima además de determinar las diferencias de ambas variables en función a la edad

y el sexo de los participantes del estudio. Se evaluó a 346 estudiantes de una universidad

privada de Lima a través de la Escala de Autoestima de Coopersmith (1967) y el Cuestionario

de Adicción a Redes Sociales de Escurra y Salas (2014). Los resultados indicaron una relación

negativa entre la adicción a redes sociales y la autoestima (r = -0.469). Por otro lado, mostraron

que las mujeres presentan mayores puntajes en la variable de adicción a redes sociales, y esto

podría deberse a la alta necesidad de comunicación que evidencian a diferencia de los hombres.

Asimismo, aquellos estudiantes con edades de 21 a 25 años tienen mayor acceso a las redes

sociales ya que cuentan con mejores medios económicos en comparación con aquellos de

menor edad. Respecto a la autoestima, las mujeres presentan mayores puntajes; además,

aquellos de edades de 21 a 25 años obtuvieron altas puntuaciones en la misma variable lo que

indicaría que la autoestima tendrá que ver con el crecimiento y evolución de la persona.

Delgado, et al. (2016) realizaron una investigación acerca de las habilidades sociales y

el uso de las redes sociales virtuales en 1405 estudiantes universitarios, con la finalidad de

identificar la relación entre estas; para lograr el objetivo se empleó la Escala de Habilidades

Sociales en versión mexicana elaborada por Ramirez (Godoy, 2010), en base a la escala de

23

Gismero (2000); y el Cuestionario de Adicción a Redes Sociales (ARS) de Escurra y Salas

(2014). En el estudio se evidenció una relación negativa significativa entre las habilidades

sociales y el uso de las redes sociales virtuales (p -.26). Confirmando que los adecuados

desarrollos de las habilidades sociales favorecen en el establecimiento de relaciones

interpersonales satisfactorios para, de esta manera, llevar a cabo diversas actividades en el

medio social; por otro lado, el uso de las redes sociales virtuales desplaza de forma progresiva

el contacto físico personal, afectando las relaciones interpersonales, perdiendo la capacidad de

interpretar las emociones o estados de ánimo, capacidad de empatía y asertividad; de tal manera

que los individuos se aíslan de su entorno, ya que van perdiendo sus habilidades de

socialización.

Es en base a lo expuesto que el presente estudio dirige su interés y se encamina en

identificar si existe relación entre el uso problemático de redes sociales, el bienestar psicológico

y el sentimiento de soledad en una muestra de jóvenes universitarios de Lima Metropolitana,

ya que es conveniente desarrollar y ampliar información cuantitativa acerca de estas variables

debido a las limitadas investigaciones en población de habla hispana además del gran aumento

evidenciado en cuanto al uso de redes sociales virtuales en Lima. Por ello, resulta importante

visibilizar y analizar esta asociación dando paso a que futuros investigadores, profesionales de

la salud o educadores continúen con más indagaciones ya que son básicamente los que trabajan

directamente con población joven - quienes tienen un mayor acceso a redes sociales virtuales -

de tal manera que se puedan generar soluciones ante esta posible problemática.

El objetivo principal es relacionar el uso problemático de redes sociales, el bienestar

psicológico y el sentimiento de soledad en universitarios de Lima Metropolitana. De esta forma,

la hipótesis del estudio sería que, a mayor uso problemático de las redes sociales, menor

bienestar psicológico y mayor sentimiento de soledad en estudiantes universitarios. De esta

manera, se formulan los siguientes objetivos e hipótesis específicas:

O1: Relacionar el uso problemático de las redes sociales y el bienestar psicológico en

estudiantes universitarios.

O2: Relacionar el uso problemático de las redes sociales y el sentimiento de soledad en

estudiantes universitarios.

O3: Relacionar el bienestar psicológico y el sentimiento de soledad en estudiantes

universitarios.

24

H1: A mayor uso problemático de las redes sociales, menor bienestar psicológico en

estudiantes universitarios.

H2: A mayor uso problemático de las redes sociales, mayor sentimiento de soledad en

estudiantes universitarios.

H3: A mayor bienestar psicológico, menor sentimiento de soledad en estudiantes

universitarios.

25

Método

Tipo y diseño de investigación

Es una investigación de tipo asociativo predictivo transversal con diseño correlacional

simple, el cual examina la correlación funcional de variables que no tienen distinción entre

ellas, en un determinado momento mediante la aplicación de tres instrumentos psicológicos que

miden la relación del uso problemático de redes sociales, el bienestar psicológico y el

sentimiento de soledad en universitarios (Ato, López & Benavente, 2013).

Participantes

Se contó con una muestra no probabilística intencional, ya que su selección se realizó

en base a características limitadas a un grupo específico (Otzen & Manterola, 2017). Estas

características son: estudiantes universitarios de una universidad privada de Lima

Metropolitana, usuarios de redes sociales virtuales a partir de una determinada edad y

aceptación voluntaria por medio de la firma de un formato de consentimiento informado para

formar parte del estudio.

La muestra constó de 300 universitarios entre varones y mujeres de 1° (2.3%), 2°

(5.7%), 3° (7.7%), 4° (13.3%), 5° (8.0%), 6° (18.7%), 7° (7.3%), 8° (13.3%), 9° (13.7%) y 10°

(10.0%) ciclo, en la cual se encontraron 162 estudiantes de la carrera de Psicología, 48 de

Ingeniería, 29 de Administración, 12 de Comunicaciones, 10 de Negocios Internacionales, 10

de Arte y Diseño Empresarial, y 29 de otras carreras. Sus edades oscilaban entre 17 y 38 años

(Media = 21.18, DE = 2.882), siendo 75.3% mujeres y 24.7% varones. Asimismo, el 76.7%

procede de Lima y el 23.3% de provincia.

26

Tabla 1.

Información descriptiva de los participantes

f %

SexoFemeninoMasculino

22674

75.324.7

CarreraPsicologíaIngenieríaAdministraciónComunicacionesNegocios InternacionalesArte y Diseño EmpresarialOtras

162482912101029

54169.74.03.33.39.6

Ciclo1°2°3°4°5°6°7°8°9°10°

7172340245622404130

2.35.77.713.3818.77.313.313.710

ProcedenciaLimaOtros

23070

76,723,3

n = 300

Instrumentos

El Cuestionario de Adicción a las Redes Sociales (ARS) creado por Escurra y Salas

(2014), se basa en criterios de adicción a ciertas sustancias según el DSM-IV adaptados al uso

excesivo de las redes sociales de internet. Para evaluar la consistencia del instrumento, fue

aplicado en una muestra piloto de 48 universitarios de diferentes instituciones de Lima,

posteriormente se realizó la eliminación de los ítems mal redactados, para el análisis factorial

exploratorio, confiabilidad y finalmente para el análisis factorial confirmatorio. En el análisis

factorial exploratorio se halló tres factores cuyos valores eran mayores a 0.60, los cuales fueron:

obsesión por las redes sociales, que involucra preocupación por lo que suceda en las redes

sociales y la presencia de ansiedad de no lograr su conexión; la falta de control en su uso y la

incapacidad de controlar el tiempo que le dedican a estos, descuidando otras actividades; y

finalmente el uso excesivo de las redes sociales. Se comprobó la confiabilidad de este

27

instrumento mediante alfa de Cronbach, de tal manera que las escalas obtuvieron valores de

entre .88 a .92. La prueba finalmente consta de 24 ítems, con escala Likert cuyas opciones de

respuesta radican entre: Siempre, Casi siempre, Algunas veces, Raras veces y Nunca. En cuanto

a la puntuación, mientras el puntaje sea más alto, mayor el indicador del grado de adicción

(Anexo 1).

Así también, se utilizó la ficha sociodemográfica de la escala ARS la cual solicita los

siguientes datos: información personal, si usa redes sociales o no, cuál o cuáles son las redes

sociales que usa, lugar desde donde se conecta a las redes sociales, frecuencia de conexión a

las redes sociales, porcentaje de personas que no solo conoce por las redes sociales sino también

personalmente, y si sus redes sociales contienen sus datos verdaderos o no. A partir de estos,

se recolectó cierta información relevante para el análisis de las variables de estudio (Anexo 2)

La Escala de Bienestar Psicológico para Adultos (BIEPS-A) de Casullo (2002)

adaptada por Domínguez (2014) evalúa los niveles de bienestar psicológico a partir de los 16

años. Tiene 13 ítems, con formato Likert con opciones de: De acuerdo, Ni de acuerdo ni en

desacuerdo y En desacuerdo. En las instrucciones se solicita contestar en base a lo que se pensó

y sintió durante el último mes mediante tres opciones de respuesta. En el estudio de Domínguez

(2014), la confiabilidad fue de .966. Asimismo, evidenció una apropiada curtosis y asimetría

analizadas a través del análisis descriptivo donde ningún indicador superó el rango de +/- 1.5;

así como tampoco se detectó multicolinealidad.

La Escala de Soledad de De Jong Gierveld (ESJG) de De Jong Gierveld y Kamphuis

(1985) fue adaptada al contexto peruano por Ventura-León y Caycho (2017), la cual evalúa el

grado de soledad percibido según la teoría de que mientras exista una desigualdad entre los

vínculos sociales deseados y con los que realmente se cuenta, se experimentará un grado más

alto de soledad (De Jong Gierveld & Kamphuis, 1985). La escala es aplicable para jóvenes y

adultos a través de dos dimensiones: soledad social y soledad emocional. Cuenta con 11 ítems

cuyas opciones de respuesta son: 1 = No, 2 = Más o menos y 3 = Sí. Para calcular los puntajes,

es necesario dicotomizar las respuestas asignando un punto a las que son con “más o menos” o

“no” de los ítems 1, 4, 7 y 11 (ítems negativos), entretanto al resto de ítems también se les

asigna un punto en las respuestas con “más o menos” o “sí”. Es así como la escala va desde 0

(ausencia de soledad) hasta 11 (soledad extrema). Originalmente el instrumento oscila un valor

de confiabilidad que va desde 0.81 a 0.90 y el estadístico de Andersen es de .005 para los 11

ítems. En el estudio de Ventura-León y Caycho (2017), el coeficiente de omega fue de .894 y

28

el coeficiente KR-20 fue de .892. Adicionalmente, se realizó el análisis factorial confirmatorio

con el fin de comparar cuatro modelos de estructura factorial, en el que el modelo 3 (dos

factores oblicuos, ítems positivos y negativos) evidenció una estructura sobresaliente de entre

los otros, con un alfa de omega de .82.

Por otro lado, los hallazgos de la evaluación de la confiabilidad de los instrumentos con

la muestra de estudio del presente estudio se encuentran en el apartado de resultados.

Procedimiento

Se solicitó a la carrera de Psicología los permisos para las evaluaciones

correspondientes, luego se pasó a coordinar las fechas y horas de evaluación. De igual manera,

se informó sobre cuestiones éticas en cuanto a la libre participación en el estudio y privacidad

de la información brindada, además de la debida explicación de las instrucciones de los

cuestionarios y la solución de dudas respecto a ellos. Por medio de la presentación del título de

la investigación, objetivos, instrumentos de investigación y descripción de la muestra; se dio

inicio a la aplicación en las aulas según el cronograma.

Los datos fueron recopilados a través de cuestionarios de auto administración y

anonimato, cuya aplicación duró aproximadamente 20 minutos. Se ingresó a las aulas según

los horarios de clase, solicitando el permiso e informando al docente acerca del tema y los

objetivos de la aplicación de los cuestionarios. Posteriormente se brindó a los alumnos la

información correspondiente del estudio y el procedimiento de la aplicación, pidiendo de esta

manera, su autorización para la aplicación de los cuestionarios a través de un formato de

consentimiento informado (Anexo 3). Después se verificó la conformidad de las respuestas de

los cuestionarios y se agradeció a los docentes y alumnos por su disponibilidad.

Plan de análisis de datos

Se procedió a realizar el análisis descriptivo del cuestionario de Adicción a las Redes

Sociales (ARS), la Escala de Bienestar Psicológico para adultos (BIEPS-A) y la Escala de

Soledad de De Jong Gierveld (ESJG). Asimismo, se realizó el análisis de los estadísticos de

distribución en cuanto a los puntajes en relación con la asimetría y curtosis tomando en cuenta

el rango de +/- 1.5. El análisis correlacional entre las variables fue mediante el coeficiente de

correlación r de Pearson debido a que las variables son cuantitativas y se encarga de medir el

nivel de covariación entre estas. Así mismo, las correlaciones fueron analizadas e interpretadas

29

a partir de la teoría de Hemphill (2003) quien categoriza los valores en nivel alto (r >.30), nivel

moderado (r < .30) y nivel bajo (r < .20).

30

Resultados

Análisis descriptivo

El análisis descriptivo de los factores de la Escala ARS, de la puntuación total de la

Escala BIEPS-A y de las dimensiones de la Escala de Soledad de De Jong Gierveld, evidenció

valores de asimetría y curtosis que se encuentran en el intervalo de +/- 1.5 (Forero, Maydeu-

Olivares & Gallardo-Pujol, 2009; Pérez & Medrano, 2010) (tabla 2). Estos resultados

posibilitan el uso de la r de Pearson para el contraste de hipótesis posterior.

De otro lado, en cuanto a la confiabilidad, al realizar el análisis de consistencia interna

para los factores de la Escala ARS, se encuentran valores de rit que oscilan entre .349 y .728;

de tal manera que los valores de alfa de Cronbach son los siguientes: .862 para la dimensión

Uso excesivo de redes sociales, .838 para la dimensión Obsesión por las redes sociales, y .733

para la dimensión Falta de control personal en el uso de las redes sociales.

En cuanto al análisis de la consistencia interna de la Escala BIEPS-A, se alcanzó una

fiabilidad de .646, con valores rit que se encuentran entre el rango que va de .238 a .461, siendo

necesario retirar los ítems 2 y 3, ya que alcanzaban valores por debajo del .20.

Finalmente, al evaluar la consistencia interna de la Escala de Soledad de De Jong

Gierveld, se hallaron valores de rit que se ubican entre .329 y .602, obteniendo un alfa de

Cronbach de .748 para la dimensión Soledad social y un alfa de Cronbach de .732 para la

dimensión Soledad Emocional.

31

Tabla 2.

Análisis descriptivo del Cuestionario de Adicción a las Redes Sociales, la Escala de BienestarPsicológico para Adultos y la Escala de Soledad de De Jong Gierveld

Dimensiones M DE g1 g2 α rit

ARS

Uso excesivo de redes sociales 13.98 5.935 .196 -.141 .862 .542; .728

Obsesión por las redes sociales 10.45 5.760 .672 .407 .838 .373; .661

Falta de control en el uso de redessociales

8.49 4.111 .339 -.030 .733 .349; .541

BIEPS-A 29.57 2.502 -.977 1.666 .646 .238; .461

ESCALA DE SOLEDAD

Soledad social 2.30 1.758 .165 -1.257 .748 .443; .602

Soledad emocional 2.99 1.908 .046 -1.129 .732 .329; .575

Nota: n = 300; M: media; DE: desviación estándar; g1: asimetría; g2: curtosis; α: coeficiente alfa; rit: correlación ítem-total

Antes de realizar la contrastación de hipótesis, en la tabla 3 se presentan los hallazgos

descriptivos con relación al modo de uso de las redes sociales virtuales por parte de la muestra

de estudio. De esta forma, el 37.7% de la muestra, es decir, 113 individuos reportan emplear

de forma constante las redes sociales virtuales; el 32.3% (97 individuos) refiere usar las redes

sociales virtuales entre 7 y 12 veces al día; mientras que el 22.3% (67 individuos) revela hacer

uso de sus redes sociales virtuales de 3 a 6 veces al día. Así también, se aprecia que el 89% usa

Facebook, el 74% usa Instagram, el 73.7% usa WhatsApp y el 34% usa otra red social.

32

Tabla 3.

Características del uso de las redes sociales virtuales

f %

Redes sociales usadas

Facebook

Instagram

WhatsApp

Otras

267 89

222 74

221 73.7

102 34

Frecuencia de uso

Siempre

7 a 12 veces al día

3 a 6 veces al día

1 o 2 veces al día

2 o 3 veces al día

Una vez por semana

113

97

67

15

6

1

37.7

32.3

22.3

5.0

2.0

0.3

N = 300

Análisis correlacional

Para responder a la hipótesis 1, en la tabla 4 se presentan las correlaciones entre los

factores del uso problemático de las redes sociales y el bienestar psicológico, evidenciándose

que se encuentra una relación estadísticamente significativa a nivel bajo, entre el factor de Falta

de control personal en el uso de las redes sociales y el bienestar psicológico (r = -.195, p =

.001). Esta relación es negativa, lo cual indicaría que, a mayor falta de control personal en el

uso de las redes sociales, menor bienestar psicológico.

33

Tabla 4.

Análisis correlacional de los factores del Uso problemático de las redes sociales y el bienestarpsicológico.

Bienestar Psicológico

Uso excesivo de las redes sociales r -.079

p .173

Obsesión por las redes sociales r -.089

p .124

Falta de control personal en el uso de las redes sociales r -.195*

p .001

Nota: n = 300; r = coeficiente de correlación de producto - Pearson; *p<.01

En la tabla 5, a fin de responder a la segunda hipótesis específica, se presentan las

correlaciones entre las dimensiones del uso problemático de las redes sociales y el sentimiento

de soledad. En ella se evidencia que se encuentra una correlación estadísticamente significativa,

de nivel bajo, entre el factor de Obsesión por las redes sociales y Soledad emocional (r =.176,

p = .002). Así también, se halla una correlación estadísticamente significativa, a nivel

moderado, entre la dimensión Falta de control personal en el uso de las redes sociales y

Soledad emocional (r = .213, p = .000). En ambos casos las correlaciones se dan en sentido

positivo; es decir, a mayor obsesión por las redes sociales, mayor soledad emocional; y a mayor

falta de control en el uso de las redes sociales, mayor soledad emocional. La Soledad social no

muestra correlaciones relevantes con las dimensiones del uso problemático de las redes

sociales.

34

Tabla 5.

Análisis correlacional entre los factores del Cuestionario de Adicción a las Redes Sociales ylas dimensiones de la Escala de Soledad de De Jong Gierveld

Soledad Social Soledad emocional

Uso excesivo de las redes sociales r -.024 .112

P .683 .054

Obsesión por las redes sociales r .051 .176*

p .375 .002

Falta de control personal en el uso de las redessociales

r .038 .213**

p .517 .000

Nota: n = 300; r = coeficiente de correlación producto – Pearson; *p<.01; **p<.001

En la tabla 6 se presentan las correlaciones entre el bienestar psicológico y el

sentimiento de soledad. Se encuentra que existe una correlación estadísticamente significativa,

a nivel bajo, entre el Bienestar psicológico y la Soledad social (r = -.267; p = .000). Asimismo,

se halló una correlación estadísticamente significativa, a nivel moderado, entre el Bienestar

psicológico y la Soledad emocional (r = -.312; p = .000). Ambas correlaciones son negativas,

lo que indicaría que, a mayor bienestar psicológico, menor soledad social y menor soledad

emocional.

Tabla 6.

Análisis correlacional de las dimensiones de la Escala de Bienestar Psicológico para Adultos yla Escala de Soledad de De Jong Gierveld

Soledad social Soledad emocional

Bienestar Psicológico r -.267* -.312*

p .000 .000

Nota: n = 300; r = coeficiente de correlación de producto – Pearson; *p<.001

De manera complementaria, en la tabla 7 se presentan las correlaciones halladas entre

las variables de estudio y la edad de los participantes, encontrándose una correlación

35

estadísticamente significativa, a nivel bajo, entre el factor de Uso excesivo de redes sociales y

la edad (r = -.103; p = .074). De igual modo, se evidencia una correlación estadísticamente

significativa, a nivel bajo, entre el factor de Falta de control personal en el uso de las redes

sociales y la edad (r = -.125; p = .030). Ambas correlaciones son negativas, por lo que se diría

que existe un mayor uso excesivo de redes sociales y mayor falta de control personal en el uso

de estas, en individuos de menor edad.

Por otro lado, respecto al bienestar psicológico, se observa una correlación

estadísticamente significativa, de tipo positivo y a nivel bajo, con la edad (r = .183; p = .001).

Es decir, habrá un mayor bienestar psicológico en individuos de mayor edad. Finalmente,

respecto al sentimiento de soledad, existe una correlación estadísticamente significativa, de tipo

negativo y a nivel bajo, entre la soledad emocional y la edad (r = -.195; p = .001). Es así como

se podría decir que, habrá una mayor soledad emocional en individuos de menor edad.

Tabla 7.

Análisis correlacional de los factores del Uso problemático de las redes sociales y el bienestarpsicológico.

Edad

Uso problemático de las redes sociales

Uso excesivo de las redes socialesr -.103*

p .074

Obsesión por las redes socialesr .008

p .890

Falta de control personal en el uso de las redes socialesr -.125*

p .030

Bienestar psicológicor .183*

p .001

Sentimiento de soledad

Soledad socialr .017

p .765

Soledad emocional

r -.195*

p .001

Nota: n = 300; r = coeficiente de correlación de producto - Pearson; *p<.01

36

Discusión

El presente estudio relaciona los constructos psicológicos uso problemático de redes

sociales, bienestar psicológico y el sentimiento de soledad en un grupo de jóvenes universitarios

de Lima Metropolitana, planteándose las hipótesis de que, a mayor uso problemático de redes

sociales, menor bienestar psicológico; a mayor uso problemático de redes sociales, mayor

sentimiento de soledad; y a mayor bienestar psicológico, menor sentimiento de soledad.

Los resultados encontrados dan conformidad parcial a las hipótesis, puesto que solo se

hallaron correlaciones estadísticamente significativas entre la dimensión Falta de control

personal en el uso de las redes sociales con el Bienestar psicológico y con la dimensión de

Soledad emocional. Así también, la dimensión Obsesión por las redes sociales se relacionó de

manera estadísticamente significativa con la soledad emocional; mientras que el bienestar

psicológico se relacionó significativamente a nivel estadístico con la Soledad social y la

Soledad emocional, los cuales serán detallados a continuación.

De esta manera, en cuanto al uso problemático de las redes sociales, se encuentra una

correlación estadísticamente significativa de tipo negativo y de nivel bajo entre la falta de

control personal en el uso de las redes sociales y el bienestar psicológico. Esto quiere decir

que, a mayor falta de control personal en el uso de las redes sociales, menor será el bienestar

psicológico. Este resultado se puede explicar siguiendo a Escurra y Salas (2014) quienes

señalan que, mientras la incapacidad de controlar el tiempo usando las redes sociales sea mayor,

el individuo descuidará sus actividades del día a día, por lo que existirán pocas emociones

positivas y poca satisfacción con la vida, afectando su bienestar psicológico (Casullo & Castro,

2000). Estos hallazgos son similares a los encontrados por Hanna et al. (2017), quien analizó

el bienestar psicológico en términos de salud mental, vergüenza corpórea y autoestima,

encontrando que el uso de Facebook se asocia a la carencia de estas tres variables; además,

otros estudios señalan que la adicción a las redes sociales produciría sobrecarga tecnológica

ocasionando problemas en los aspectos personal, familiar y social, lo cual afectaría al bienestar

psicológico (Choi & Lim, 2016; Van Den et al. 2008; Capilla & Cubo, 2017; Bernal et al. 2017;

Cheung et al. 2018; Salcedo, 2016). Existen, a su vez, otros estudios en los cuales se encuentra

relación positiva de manera tal, que las redes sociales pueden ser un factor predictor del

bienestar psicológico ya que sirven de ayuda social a la que se puede recurrir cuando sea

necesario (Liu & Yu, 2013; Pal, 2017).

37

De otro lado, se evidenció una relación estadísticamente significativa de tipo positivo y

de nivel bajo entre la obsesión por las redes sociales y la soledad emocional. Es decir, a mayor

obsesión por las redes sociales, mayor será la soledad emocional. Además, se encontró una

relación estadísticamente significativa de tipo positivo a nivel moderado entre la falta de

control personal en el uso de las redes sociales y la soledad emocional. Es decir, a mayor falta

de control personal en el uso de las redes sociales, mayor será la soledad emocional. Estos

resultados pueden evidenciar que ante la presencia de una constante preocupación por lo que

pueda estar sucediendo en las redes sociales (Escurra & Salas, 2014), el individuo se aislará de

aquellas personas mucho más significativas para él tales como su pareja o mejores amigos,

percibiéndose una mayor soledad emocional (Weiss, 1973, citado en De Jong-Gierveld & Van

Tilburg, 2010; Kunst et al. 2010). El sentimiento de soledad es un constructo psicológico que

no cuenta con muchas investigaciones a nivel local; sin embargo, algunos antecedentes nos

sugieren una relación de manera positiva entre el uso problemático de redes sociales y la

soledad, así como también aquellas variables que están vinculadas con la afectividad negativa

tales como la timidez (Bian & Leung, 2014), la comparación social, el auto encubrimiento

(Yang, 2016; Doğan & Çolak, 2016), la impulsividad (Savci & Aysan, 2016), entre otros.

Asimismo, la soledad puede ser un factor que explica cómo los individuos se relacionan con el

ambiente digital y, en especial, con las redes sociales. Los individuos solitarios prefieren usar

las redes sociales para interactuar con su entorno y ello puede generar que pasen mayor parte

del tiempo en estas y dejar actividades del día a día (Nowland, Necka & Cacioppo, 2018).

Los hallazgos encontrados en el presente estudio coinciden con estudios previos en los

que se señala que el alto uso de redes sociales está relacionado con un alto nivel de sentimiento

de soledad y que aquellos jóvenes con dificultades psicosociales y con sentimiento de soledad,

recurren al uso de diferentes redes de internet como un medio de escape a los problemas (Pérez

& Quiroga-Garza, 2019; Cheung et al. 2018; Kim et al. 2009; Delgado et al. 2016).

Por otra parte, en cuanto al bienestar psicológico y el sentimiento de soledad, se halló

una relación estadísticamente significativa de tipo negativo y de nivel bajo entre el bienestar

psicológico y la soledad social. Esto indicaría que, a mayor bienestar psicológico, menor

soledad social. De igual manera, se encontró una relación estadísticamente significativa de tipo

negativo y de nivel moderado entre el bienestar psicológico y la soledad emocional. Es decir,

a mayor bienestar psicológico, menor soledad emocional. En base a ello, se entiende que

mientras el individuo se sienta anímicamente bien y esté satisfecho con su vida, tendrá mayor

bienestar psicológico (Casullo & Castro, 2000), por lo que no se alejará de sus principales

38

vínculos sociales ni de la comunidad en general (Weiss, 1973, citado en De Jong-Gierveld &

Van Tilburg, 2010; Kunst et al. 2010). Estos resultados se complementan con otros estudios

que señalan que existe una relación negativa entre las dimensiones de relaciones positivas y la

autoaceptación con la soledad social, además de encontrar que las personas que se aíslan del

entorno social o tienen dificultad para establecer vínculos, son más vulnerables de experimentar

sentimientos de soledad (Fernández et al. 2013; Kim et al. 2009).

De manera complementaria, se encontraron relaciones estadísticamente significativas

entre las variables de estudio y la edad. De tal modo, se evidenció una relación estadísticamente

significativa, de tipo negativo y a nivel bajo, entre el factor de uso excesivo de redes sociales y

la edad. Asimismo, también se halló una relación estadísticamente significativa, de tipo

negativo y a nivel bajo, entre el factor de falta de control personal en el uso de las redes sociales

y la edad. Se encontró también, una relación estadísticamente significativa, de tipo positivo y

a nivel bajo, entre el bienestar psicológico y la edad. En cuanto al sentimiento de soledad, se

encontró una relación estadísticamente significativa, de tipo negativo y a nivel bajo, entre la

soledad emocional y la edad. Estos resultados pueden corroborar la información acerca de que

las redes sociales son mayormente usadas por población joven y adolescente, debido a que les

brinda facilidades comunicativas y recompensas inmediatas. Asimismo, los jóvenes al estar en

plena formación de su identidad, tanto individual como social, recurren al uso de redes sociales

para expresar sus pensamientos y emociones a través de la cierta protección que les brinda los

dispositivos móviles. De tal manera que mucha de esta población tiende a generar problemas

en el uso de las redes sociales, tornándose su principal vía de interacción y dejando de lado la

comunicación cara a cara, lo cual daría paso a experimentar sentimiento de soledad (Echeburúa

& Corral, 2010; Doğan & Çolak, 2016; Salcedo, 2016).

Si bien se encontraron correlaciones estadísticamente significativas en el presente

estudio, estas son de tipo bajo y moderado, lo cual podría explicarse por la naturaleza compleja

del constructo de bienestar psicológico y el sentimiento de soledad que, evidentemente, no solo

tienen que ver con el uso problemático de las redes sociales sino con otras múltiples variables

psicológicas y sociales normalmente asociadas negativamente a aspectos de salud física y

mental. El bienestar psicológico es una variable compleja que ha sido abordada a partir de

varias teorías (Seligman, 2011; Ryff, 1989; Casullo & Castro, 2000) en las cuales es entendido

como la capacidad que tiene el individuo para manejar y sobrellevar las dificultades que se le

presenten, de tal modo que pueda enfrentarlas de manera efectiva y como consecuencia, crecer

como persona y sentir satisfacción vital.

39

En el proceso de investigación se observa que las redes sociales pueden ser un medio

importante dentro de la comunicación de los individuos, sin embargo, de no ser empleada de la

forma correcta estas pueden ser perjudiciales en los diferentes aspectos de nuestras vidas, como

el bienestar psicológico y el sentimiento de soledad que se percibe en el individuo. Para el buen

desarrollo de las relaciones interpersonales también es necesario el contacto físico entre los

individuos, y si se limita la comunicación sólo al medio tecnológico se pierden espacios o

tiempos que pueden estar dedicados a recreación con la familia, los amigos, inclusive el trabajo.

Es importante reconocer las limitaciones que se han presentado en el presente estudio

para así guiar próximas investigaciones que puedan superarlas de manera efectiva. Una de estas

limitaciones se refiere a acceso y tipo de muestra para su evaluación, ya que es de tipo no

probabilístico, por lo que no es posible generalizar los resultados del presente estudio. Otra

limitación fue no considerar factores externos que podrían influir en los sentimientos de

soledad. Asimismo, otra limitación fue que en el contexto nacional no se cuentan con

suficientes instrumentos que evalúen las variables de estudio.

A partir de todo lo expuesto, se concluye que, a mayor falta de control personal en el

uso de las redes sociales, habrá menor bienestar psicológico; a mayor obsesión por las redes

sociales, habrá mayor soledad emocional; a mayor falta de control personal en el uso de las

redes sociales, habrá mayor soledad emocional; a mayor bienestar psicológico, habrá menor

soledad social; y a mayor bienestar psicológico, habrá menor soledad emocional.

Finalmente, se sugieren a los próximos investigadores interesados en este estudio o

abordaje de estas variables, desarrollar líneas de investigación que inicien desde la construcción

de los instrumentos, tratar de verificar modelos explicativos, en los que se estudien las variables

redes sociales y bienestar psicológico dentro de modelos más complejos en los que se

evidencien las relaciones causales entre otras variables y verificar las variables externas que

pueden influir durante la aplicación de los instrumentos. Asimismo, se sugiere emplear

muestras más grades para de esta manera los resultados puedan ser generalizables. Por otro

lado, desde el punto de vista académico, este estudio permite abordar la temática de las redes

sociales y su relación con el bienestar psicológico y el sentimiento de soledad, que a nivel

nacional no se han encontrado evidencias de dicha relación. Es así como, a partir de los

resultados obtenidos, se realizan recomendaciones acerca del uso de las redes sociales virtuales

que podrían ayudar para la toma de decisiones en cuanto al uso de estas debido a sus

implicancias en cuanto a su uso. A su vez, dada la escasa información de la correlación de las

40

variables mencionadas, esta investigación aporta datos relevantes al campo de la investigación,

fortaleciendo conceptos y estudios previos que contribuyen en el desarrollo social y científico.

41

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52

Anexos

Anexo 1

ARS

Siempre S Rara vez RV

Casi siempre CS Nunca N

Algunas veces AV

RESPUESTADESCRIPCIÓN S CS AV RV N

1. Siento gran necesidad de permanecer conectado(a) a las redes sociales.2. Necesito cada vez más tiempo para atender mis asuntos relacionados con las redes

sociales.3. El tiempo que antes destinaba para estar conectado(a) a las redes sociales ya no me

satisface, necesito más.4. Apenas despierto ya estoy conectándome a las redes sociales.5. No sé qué hacer cuando quedo desconectado(a) de las redes sociales.6. Me pongo de malhumor si no puedo conectarme a las redes sociales.7. Me siento ansioso(a) cuando no puedo conectarme a las redes sociales.

8. Entrar y usar las redes sociales me produce alivio, me relaja.9. Cuando entro a las redes sociales pierdo el sentido del tiempo.

10. Generalmente permanezco más tiempo en las redes sociales, del que inicialmentehabía destinado.

11. Pienso en lo que puede estar pasando en las redes sociales.12. Pienso en que debo controlar mi actividad de conectarme a las redes sociales.13. Puedo desconectarme de las redes sociales por varios días.

14. Me propongo sin éxito, controlar mis hábitos de uso prolongado e intenso de lasredes sociales.

15. Aun cuando desarrollo otras actividades, no dejo de pensar en lo que sucede en lasredes sociales.

16. Invierto mucho tiempo del día conectándome y desconectándome de las redessociales.

17. Permanezco mucho tiempo conectado(a) a las redes sociales.

18. Estoy atento(a) a las alertas que me envían desde las redes sociales a mi teléfono o ala computadora.

19. Descuido a mis amigos o familiares por estar conectado(a) a las redes sociales.20. Descuido las tareas y los estudios por estar conectado(a) a las redes sociales.21. Aun cuando estoy en clase, me conecto con disimulo a las redes sociales.

22. Mi pareja, o amigos, o familiares; me han llamado la atención por mi dedicación y eltiempo que destino a las cosas de las redes sociales.

23. Cuando estoy en clase sin conectar con las redes sociales, me siento aburrido(a).

24. Creo que es un problema la intensidad y la frecuencia con la que entro y uso la redsocial.

53

Anexo 2

Esta es una encuesta en la que Ud. participa voluntariamente, por lo que le agradecemosencarecidamente que sea absolutamente sincero(a) en sus respuestas. Antes de responder alcuestionario le pedimos que nos proporcione los siguientes datos:

Universidad en la que estudia: _____________________________________________

Carrera: Ciclo/ Nivel: ____________

Edad: Género: Lugar de procedencia: _________________________

¿Utiliza redes sociales?: Si respondió SÍ, indique cuál o cuáles: ___________________

Si respondió NO, entregue el formato al encuestador

_____________________________________________________________________________

1. ¿Dónde se conecta a las redes sociales? (puede marcar más de una respuesta)

En mi casa ( ) En mi trabajo ( )

En las cabinas de internet ( ) En las computadoras de la universidad ( )

A través del celular ( )

2. ¿Con qué frecuencia se conecta a las redes sociales?

Todo el tiempo me encuentroconectado

( ) Una o dos veces por día ( )

Entre siete a 12 veces al día ( ) Dos o tres veces por semana ( )

Entre tres a Seis veces por día ( ) Una vez por semana ( )

3. De todas las personas que conoces a través de la red, ¿cuántos conoces personalmente?

10 % o Menos ( ) Entre 11 y 30 % ( ) Entre el 31 y 50 % ( )

Entre el 51 y 70 % ( ) Más del 70 % ( )

4. ¿Tus cuentas en la red contienen tus datos verdaderos (nombre, edad, género, dirección, etc.)?

SÍ ( ) NO ( )

5. ¿Qué es lo que más te gusta de las redes sociales?:

54

Anexo 3

Consentimiento Informado

Este formulario de Consentimiento informado está dirigido a jóvenes universitarios de todas lasfacultades.

El presente estudio es conducido por Evelin Huaringa Cerrón y Mayra Yactayo Flores, de laUniversidad San Ignacio de Loyola. El objetivo de este estudio es recolectar información acerca de lospatrones del uso de las redes sociales en estudiantes universitarios y sus percepciones sobre suspropios sentimientos y emociones asociados con el bienestar psicológico. Para ello, se emplea unaserie de cuestionarios correspondientes a cada variable.

Yo __________________________________________, alumno de la universidad___________________________________________, de _____ años, acepto de manera voluntariaparticipar del presente estudio cuyo objetivo es recolectar información acerca de los patrones deluso de las redes sociales en estudiantes universitarios y sus percepciones sobre sus propiossentimientos y emociones asociados con el bienestar psicológico. Puedo realizar preguntas sobre elestudio y lo he comprendido en su totalidad. Comprendo que:

1. Mi participación es voluntaria y no habrá sanción de no llevar a cabo con lo solicitado.

2. Puedo retirarme cuando me sienta incómodo durante el proceso, considerando conveniente misintereses.

3. Se guardará estricta confidencialidad sobre la información obtenida a raíz de mi participación,para ello se emplea códigos de identificación.

Así, presto libremente mi conformidad para participar en la investigación.

Lugar y Fecha: _________________________________________________________

_____________________ _____________________

Firma del participante Firma del evaluador

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Para obtener información adicional del presente estudio y sus resultados derivados, ponerse encontacto con las Srtas. Mayra Yactayo y Evelin Huaringa a los teléfonos: 954709468 y 938209461respectivamente.

Desde ya le agradecemos su participación.