torrano, el monstruo político

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Política y Soledad VerónicaGalfione Marcos Santucho (comp.) CuerEnNo osNoMeREs ,ffi,bitoriat nrwsas

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Política y Soledad

Verónica GalfioneMarcos Santucho

(comp.)

CuerEnNo osNoMeREs

,ffi,bitoriat nrwsas

Universidad Nacional de Córdoba. Rectora Dra. Carolina ScottoFacultad de Filosofia y Humanidades, Decana Mgter. Liliana AguiarCentro de Investigaciones de la Facultad de Filosofia y Humanidades,

Directora Dra. Mónica Maldonado

Comité de redacción: Gustavo Cosacov, Carlos Longhini,Sebastirín Torres, Diego Tatián

Publicación del Á¡ea de Filosofia del Centro de Investigaciones de laFacultad de Filosofia y Humanidades,

Universidad Nacional de Córdoba

Política y soledad / Marcos Santucho...[et.al.]. ; compilado por Verónica Galfione yMarcos

Santucho. - 1a ed. - Córdoba : Brujas, 2008.420 p. ',21x15 cm. (Cuadernos de Nombres)

tsBN 978-987-591 -124-6

l. Filosofía. l. Galfione, Verónica, comp. ll. Santucho, Marcos, comp.cDD 190

@ Editorial Brujas

l ' Edic ión.

lmpreso en Argentina

ISBN: 978-987 -591 -1 24-6

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de tapa, puede ser

reproducida, almacenada o transmitida por ningún medio, ya sea electróni-

co, químico, mecánico, óptico, de grabación o por fotocopia sin autori-

zacián previa.

EE ' M¡embros de Ia 6arraoa / \\

ENCUENTROCrupo Editor

wwrv.editoríalbrujas.com.ar [email protected]

Tel/fax: (0351 ) 4606044 I 4609261 - Pasaje España 1 485 Córdoba - Argentina.

Indice

Presentación .................. 9

I. Política y soledad en la historia de la filosofía..................... 1l

La soledad ética como hybris trágica en la interpretación deAntígona de Martha Nussbaum ......... 13Paula Hunziker

Polít ica y soledad en Platón y Gorgias ................... 25Santiago Bustelo Taber

De la vida retirada al rapto de sí ............ ................. 33Soledad Croce

La polít ica del sabio y la soledad del gobernante.................. ...... 4lReyda ErgünCemal Báli Akal

La percepción y el reconocimiento del individuo en relacióna la soberanía. Riquezas y miserias de una pareja modema ....... 51Cecilia Abdo Ferez

El derecho de resistencia de motivación religiosa.Un estudio apartir de Jean Bodin y Thomas Hobbes. ......:......... 6lMarcelo Gross Villanova

Soledad y alienación en J.-J. Rousseau ..................75Damidn J. Rosanovich

El materialismo del sabio, una perspectivasobre la soledad en el pensamiento de Rousseau ........................ 83Gabriela Domecq

Nihilismo y soledad en Nietzsche:la Política como don de la vida .......... 93Javier San Sebastián

Sujeto monádico y plural en el vitalismo diltheyano .................. l0lLuis María Lorenzo

II. La soledad en la política contemporánea ........................... 109

Is1as.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . l l lCarlos Balzi

La (im)posible soledad.... ................... l2lCesar Marchesino

Pluralismo y diferencia: política, no soledad ......... l2gAriana Reano

De la afasia al autismo político. Teoría de la mentey comprensión de la situación......Esteban Leiva - Pastor Montoyq

La administración de la soledad en la "posición original"de RawlsManuel Altamirano

Crítica de la crítica de C. Schmitt a la democracia parlamentaria ... 165Carlos Alberto Merlo

Racionalidad Técnica y Orden Social. Los límitesdel horizonte ético-polít ico de la Modernidad ............. ............... 177Leandro Paolicchi

La soledad constitutiva del acto político comoprocedimientogenér icodeverdad.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .197Roque Farrán

III. Biopolítica y soledad.......

Ecos de Onán. Políticas discursivas del sexo solitario................ 199Tomás losa

Biopolítica y Soledad: el rol de la masturbación en laformación de la familia burguesa según Michel Foucault ..........209Luis Félix Blengino

El monstruo político, una figura de la soledad y del poder.. .......219Andrea Torrano

Polít ica del aislamiento .................. ....22jMarcos Santucho

La soledad como paradigma de la subjetividad burguesa ohacia el instante en el que la soberanía se resuelve en Naoe ......237Mario Gómez - Julián Fava

De la negatividad de la soledad .........247Javier Ferreyra

De la soledad en el fango a la soledad poblada, ¿ética o politica? ... 257Julián Ferreyra

Más allá de la soledad del munus. Apuntes para r¡nacrítica del concepto de communitas en Esposito ....267Fernando M. Gallego

El animal suicida. Notas sobre suicidio, soledad y política ........ 279Guillermo Vázquez

IV. La experiencia de la soledad

t4l

153

................. 285

197

El laúd constelado y la tore abolida: soledad o política de la poesía . 287Silvio Mattoni

Alberto Girri en el país de la soledad .....................295Cecilia Pacella

Carlos Correas, una teoria de la aristocracia imaginaria............. 303Cqrlos Surghi

Murena, un crítico en soledad ............ 3l ILuis lgnacio García

Mística y soledad........ ........................ 323Gabriela Milone

O Dioses o bestias ......... 331Natalia Lorio

Mesianismo, soledad y política (en clave levinasiana) ............... 341Manuel Mauer

penetrarla unos criterios políticos y morales, un tipo depoder, toda una técnica de poder, de la_que la medicina y losmédicos se erigen en relevos ante ella".

¿Cuál es entonces, según Foucault, la finalidad de la campañaantimasturbatoia? La familia celular en tanto que producto de unacampaña biopolítica €s, por un lado, la que permitirá lasupervivencia de los hijos y su encauzamiento para que sean útilesal modo de producción capitalista, a la vez que, por otro, será lagararfiia de que ella misma le cederá en su debido momento losniños a las disciplinas.

Según Foucault, "la sexualidad infantil es el señuelo a travésdel cual se constituyó la familia sólida, afectiva, sustancial ycelular, y al abrigo del cual se le sacó el niño"18. De este modo, láfamilia se vuelve el punto de apoyo de las disciplinas. perotambién será el instrumento a través del cual el gobiemo de lapoblación se ejerza, pues en adelante las campañas biopolíticastendrán como instrumento a la familia celular. Instrumento forjadoen torno a la imposibilidad de una soledad ideal que permitiría eldesarrollo incontaminado de los niños. Imposibilidad que posibilitay estimula la invasión de esos espacios de soledad invariablementepeligrosos por una mirada si no siempre efectiva siempre posible y,sobre todo, por la introyección de esa mirada.

t ' Ibid.,p.242.tr lb id. ,p.243.

218

El monstruo político, una figura de la soledad y det poder

Andrea Torrano (LINC)

Se trata de pensar el sexo sin la ley y, a la vez,el poder sin el rey.

Michel Foucault

I . Inütación.. .

La figura del monstruo es una invitación a pensar en este parpolítica y soledad. Lo cual implica un riesgo, asumir la ruptura, laescisión entre la política, los otros y la soledad, el aislamiento.Pero en medio de ambas, cual lazo que intenta ligar lo diverso, eldeseo, deseo de convertirse en monstruo, de romper con el pactono pactado, de ser rey, pequeño déspota, y a partir de esa negación,recuperar a los otros, la dimensión faltante.

El monstruo político que Michel Foucault analiza en Losanormales', es una figura propicia para indagar en esta ruptura --omejor, relación. Allí, Foucault suscribe en la monstruosidad unmodo de producción del poder. En el diagrama del poder en el queFoucault traza las coordenadas, el monstruo aparece como unpunto tangencial entre dos dispositivos diversos. Lo extraño, logtotesco, lo monstruoso, en su aparición produce un silencio, unaausencia de habla en la ley que la interpela en la búsqueda de otrosregistros. De este modo, desborda lo indesbordable; el monstruo seenfrenta a la ley como el otro al que no puede clasificar, pero delque, sin embargo, debe dar cuenta. Por lo cual, la figura delmonstruo, en su misma existencia viola, transgrede la ley yquebranta el silencio. Frente al poder que se ejerce sobre la vida, elmonstruo político imrmpe como posibilidad de apropiación de lamisma.

I Curso dictado por Foucault en el Collége de France de 1974-1975 en lacátedra de Historia de los sistemas de pensamiento. En este curso Foucaultpretende realizar una "arqueología de la anomalía" para lo clual caracteriza atres figuras que constituyen este ¡ímbito: el monstruo humano, el individuo acorregir y el niño masturbador.

2r9

II. Genealogía del monstruo

En Los anormales Foucault traza la genealogía del monstruohumano al que inscribe en un primer momento en el discursojurídico biológico. El monstruo, figura del espanto, viene aasentarse en un doble registro; monstruo es aquél que por sumisma existencia y forma viora las leyes de rana¡trarezáy támbiénes aquel que viola la ley de la sociedad. Lo monstruoso se muestracomo mezcla: dos especies, dos reinos, dos sexos. El monstruotransgrede los límites naturales, las clasificaciones, las distincio-nes, la ley, pero' como destaca Foucault, no es sólo una violenciacontra lo biológico sino que en su manifestación cuestiona elderecho,civil y religioso, así, trastoma la ley natural y desordena alderecho'.

con la imrpción del monstruo en esta doble infracción. elderecho se encuentra interpelado, es obligado a cuestionarse sobresus,fundamentos y su práctica, u u.umir aquello que calla y aapelar a otro sistema de referencia. El monstruo se presenta como"un enigma jurídico", es un límite, demrmbe de la ley perotambién excepción, el monstruo es un caso extremo. Entoncei, lamonstruosidad pone de manifiesto la violación a lo natural y loinde,cidible en-el plano del derecho: "El monstruo es un complejojurídico natural"'.

En cada época histórica, nos dice Foucault, hubo formasprivilegiadas de monstruost. pero en el siglo xvIII se produce undesplazamiento' la monstruosidad ya no servirá de explicaciónpara la criminalidad -€omo había ocurrido hasta entonJes- sino

2 Invertimos la frase de Foucault, usamos trastornar para ra rey naturar ydesorden-para el derecho por considerarlo miis apropiado' Foucault, M., Los anormales, Fondo de Cultura bconómic4 Buenos Aires,2000, p.7r.'En la Edad Media era el hombre bestiar, en el Renacimiento los hermanossiameses, en la Edad clásica los hermafroditas. Foucault señala eldesplazamiento que se produce en el siglo XVIII con respecto al siglo XVII.En el caso del "Hermafrodita de Rouen" se establece una prohibiclón de lasexualidad y de la relación sexual, se reconoce, por tanto, laixistencia de dossexos. Por el contrario, en el siglo XVIII a "Anne Grandjean" se le prohíbe lacohabitación con mujeres, por lo que se afirma la preponderancia de un sorosexo,. De esta maner4 ya no se trata de una

-e".ia de sexos sino de malas

conformaciones, que servirán de pretexto o expricación para la criminalidad.

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que lo monstruoso se inscribirá en el comportamiento, se tratará devna desviqción. Por tanto, la monstruosidad será un términojurídico moral.

En efecto, el monstruo humano hasta mediados del siglo XVIIIdebía inscribirse en un doble registro: de la naturaleza y delderecho. Para la jurisprudencia lo criminal era la monstruosidad,posteriormente aparece la sospecha de la monstruosidad en elfondo de la criminalidad. Este pasaje de una monstruosidadcriminal a una criminalidad monstruosa, es considerado por

Foucault como una inversión de la monstruosidad - Sin embargo,cuando el poder se hace cargo de la vida, la frontera entrenaturaleza y derecho se diluye. El propio Foucault expresa en elconocido pasaje de la Historia de la sexualidad que "el hombremoderno es un animal en cuya política está puesta en entredicho suvida de ser viviente"6, esto significa que la vida natural se integra ala vida política. Por lo cual, más que tratarse de una inversión setrata de un dispositivo de poder completamente nuevo donde lamonstruosidad no será ligada a la coexistencia de dos reinos, sinoque se inscribirá en la conducta.

Ahora bien, esta transposición -más que inversión- vaacompañada de un cambio en la economía del poder punitivo. Enel derecho clásico el crimen era un daño voluntario perpetrado

contra soberano. El castigo no era ni reparación de daños nireivindicación de los derechos o los intereses fundamentales de lasociedad sino la verrgarza del soberano. Era una economía decastigo donde dos fuerzas se enfrentaban en forma desequilibrada,el soberano debía presentar todo su poder, era un exceso calculadode castigo ya que no sólo debía anular el crimen sino tambiénsuperarlo en poder. La atrocidad con la que se ligaba el crimen conel castigo hacía posible un suplicio aplicado sobre un cuerpo dondeno había expiación sino manifestación ritual de un poder infinito.Se trataba. en definitiva. de "hacer morir"'.

s lb id. ,p.83.6 Foucault. M. Historia de la sexualidad. Vol. l: La voluntad de saber, Siglo

XXI, Buenos Aires, 2002, p. 173.7 lbid., pp. 193-194. En la concepción jurídica, el derecho sobre la vida y la

muerte -tanto en el derecho absoluto clásico como en el limitado derecho

moderno-, es el derecho de hacer morir o deiar vivir. Significa que en las

confrontaciones del poder, el sujeto no es sujeto de derecho ni vivo ni muerto.

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En la época clásica -siglos XVII y XVUI- se produce unatransformación de los mecanismos de poder. Se va a disarrollar unpoder sobre la vida a partir de dos mecanismos que actúan endiferentes niveles y utilizan distintos instrumentos: ei primero. unaanatomopolítica del cuerpo humano -la disciplina8- centrada en elcuerpo individual, considerado como máquina; ésta tiene porobjeto su educación, el aumento de sus aptitudes, el arrancamientode sus fuerzas, el crecimiento paralelo de su utilidad v sudocilidad, su integración a los sistemas de control eficaces yeconómicos. El seg'ndo, formado hacia mediados del siglo XVIIi,una biopolítica de la población, una serie de controres ráguladoresque toman como objeto el cuerpo-especie, cuyo objetivo es elcuerpo viviente, soporte de los procesos biológicos -nacimiento,mortalidad, salud, duración de la vida-e. La norma circulará de lodisciplinario a lo regulador, "es lo que puede apliearse tanto alcuerpo.que ile quiere disciplinar como a la población que se quiereregularizar"'u.

- Foucault liga el surgimiento de estas nuevas tecnologías al

desarrollo industrial. Las nuevas exigencias económicas y "l

*i"dopolítico a los movimientos populares hacen que el podei se ejerzade modo continuo e individualizante, aumentando la utilidaá delcuerpo en términos económicos y disminuyendo su resistencia entérminos políticos. El poder se ejerce a partir de la vigilancia y elcontrol, penetrando en todo el cuerpo social. De esta manera, sereemplaza la arbitrariedad del soberano por la universalidad de la

Desde el punto de vista de la vida y de la muerte, el sujeto es simplementeneutro y sólo gracias al soberano tiene derecho a estar vivo o a estai muerto.pero el soberano sólo puede ejercer su derecho del lado de la muerte.o Foucault usa el término disciplina en dos sentidos, por un lado, disciplinas -en plural- cuando se trata de prácticas específicas pero convergenter al poderque las prescribe. Por otro lado, disciplina -en singular-, .u--do remite a unconjunto homogéneo. como el poder es el ejercicio distribuido antes queconcentrado de las disciplinas, se debe captarlas en lo que tienen de

"r"o.Ll,en tanto coexisten, se apoyan unas en otras, convergen, formando unmovimiento unificador que caracteriza a toda la sociedaá disciplinaria. (f,Boullant, F. Michel Foucault y las prisiones, Editorial Nueva visión. BuenósAires, 2003, pp. 30 y 43.' Foucault, M., Historia de la sexualidad. vol. I: La voluntad de saber. oo.t l t . ,pp. 168- 169.'" Foucault, M., Genealogía del racismo, Editorial Altamira, LaplatL 1996,p.204.

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ley. La sanción tendrá que administrarse de tal manera que secastigue exactamente lo necesario para que el crimen no vuelva acometerse. Se encontrará una unidad de medida entre el crimen yel castigo, ésta será el interés, la racionalidad inmanente de laconducta criminal.

Ahora la criminalidad presenta un trasfondo monstruoso, estamonstruosidad no es otra que la violación del interés comúnpresente en la ley. El monstruo deja de ser un fenómeno de lanaturaleza y deviene político.

III. El déspota como hombre solo

El monstruo político -primera manifestación del monstruomoral- no es otro que el criminal político, el que en la nueva teoríadel derecho tras haber suscripto al pacto social lo rompeimponiendo su propio interés sobre el interés de la sociedad. Elcrimen, entonces, es un abuso de poder. Esta consideración lepermite a Foucault establecer un lazo entre la infracción y eldespotismo. De esta manera presenta una simetría dentro de laasimetría que separa al criminal cotidiano del monarca despótico.Ambos son portadores de la misma monstruosidad, pero ésta va amanifestarse en niveles diferentes: por encima del pacto, revestidode tiranía, y por debajo del mismo, revestido de infracción. Lo que

caractenza a ambos es que están fuera de la ley, que imponen suvoluntad por sobre el cuerpo social mediante la violencia. Si bienFoucault emparenta al tirano con el delincuente, realiza una sutildistinción: mientras el criminal común es el déspota transitorio, eltirano es el déspota permanente. Pero siempre se trata de unindividuo sin vínculo social, el déspota es el hombre solo.

En esta imagen del monstruo queda de manifiesto la paradojadel funcionamiento del poder. El monstruo político paruconstituirse en tal debe ponerse en relación con la ley -la leysocial, no de la na'r.xaleza. El monstruo político no es más unenigma jurídico sino que es la negación de lo jurídico. De allí ladificultad, expresa Foucault, de la aplicación del castigo, ya que eldéspota es el enemigo absoluto del pacto social, por lo cual nopuede aplicársele ninguna pena prevista por la ley, es decir, comono reconoce el pacto social, su castigo puede remitirse a una

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decisión individual". Sin embargo, el derecho burgués selegitimará a sí mismo en la frjación de límites a los abusos depoder, por lo cual una pena que no se sustente sobre el cuerposocial será pura arbitrariedad y no una relación de medida.

La cntica que realiza Foucault a la concepción juridica delpoder resuelve esta problemática. Desde esta perspectiva la ley nose opondría a la ilegalidad -en términos de exclusión- sino queésta sería un elemento positivo del funcionamiento del poder,habría una correlación entre ilegalismos-leyes''. Junto a un sistemajurídico que establece por medio de la universalidad de la ley loslímites del ejercicio del poder, funciona una tecnologíadisciplinaria que penetra a través de la norma en todo el cuerposocial asegurando el ejercicio continuado del poder cuya funciónes hacer de los sujetos de derecho hombres normales.

El nuevo derecho aplicado sobre la vida necesita de la ley paramantener su poder y de los ilegalismos para mantener eldesequilibrio disimétrico. La ley no es sólo la "máscara del poder"sino que también permite una "gestión política y económica através de la diferencia entre legalidad e ilegalismo"''. En Vigilat ycastigar Foucault analiza la gestión diferencial de los ilegalismospor mediación de la penalidad y la utilización del criminal. Enprimer lugar, se distinguen los ilegalismos de bienes -hurto, robo-de los de derecho -fraudes, evasiones fiscales- que encubre unaseparación de clase, ya que se reservan los primeros -que sevuelven intolerables- para las clases populares y los segundos parala burguesía'". Además, el delincuente será de utilidad, ya que lepermite a la burguesía impedir la unidad política de los ilegalismospopulares debido a que podían ser elemento de sublevaciones. Eneste sentido, el delincuente en el marco de lo judicial permiteprofundizar la oposición entre el proletariado y la plebe noproletarizada.

llEn este punto Foucault se refiere a la disputa entre losjacobinos para laaplicación de la pena a Luis XVI y la extiende al criminal cotidiano en el sigloXIX con Esquirol y Lombroso. Foucault, M. Los anormales, op. cit., pp. 96-97.12 Deleuze, G., Foucault,Editorial Paidós, Buenos Aires, 1986, pp. 55-56." Foucault, M. "Poderes y estrategias" en MicroJísica del poder, Editorial l-aP,iqueta, Madrid, 1992, pp. 179-180.'" Foucault, M. Vigílar y castigar. Nacimiento de la prisión, Editorial Sigl<rXXI, Buenos Aires, pp. 89-90.

1.t ^

De acuerdo con esto, el monstruo político es un elementopositivo -no externo- al ejercicio de poder representado en eldiscurso de la ley. El monstruo es la metáfora de la violencia quenecesita la concepciónjurídica del poder para presentarse como lapaz impuesta a las fuerzas brutas y a los abusos de poder. Comoexpresa Foucault: "en el fondo, 19 qrr" causa miedo al capitalismo,(...) es la sedición, la revuelta"". Por lo cual, el derecho burguésproduce monstruos que le permiten mantener un discurso jurídico

en base a la universalidad de la ley y la aplicación de un poderdisciplinario que producen la reducción de la ñrctza políticahaciendo decrecer la "desutilidad" de los fenómenos de masa,mediante la fijación, la regulación de los movimientos y neutralizarlos efectos de contrapoder y resistencia que surgen de unamultiplicidad organizada: agitaciones, revueltas, organizacionesespontáneas, coaliciones, es decir, todo lo que puede depender delas conjunciones horizontales; de allí, que utilice procedimientosde verticalidad, de jerarquía'o.

IV. Reflexión final...

En ta concepción jurídica, el poder se expresaría en la ley comocese obligado o voluntario de una guera. Pero en el análisis querealiza Foucault nos vemos impulsados a cambiar de dominio, atrasladar el privilegio de la ley hacia la prevalencia de un objetivo,un traspaso de lo prohibido hacia las tácticas, del privilegio de lasoberanía "por el análisis de un campo múltiple y móvil derelaciones de fuerza donde se producen, efectos globales, peronunca totalmente estables, de dominación"".

El análisis genealógico imrmpe donde todo parecía transcurrirpacíficamente, permite "oír el clamor de la batalla", los discursosaparecen en el interior de una contienda beligerante. Foucaultmanifiesta que tanto las repúblicas como las monarquíasoccidentales tienen en común el haber erigido la entidad de la Ley

rs Foucault, M. "Mesa redonda", en Estrategias de poder. Obras esenciales,

Vol. fl, Editorial Paidós, Barcelona, 1999,pp.137-138.r(' Foucault, M. Hístoria de la sexualidad. Vol. 1: La voluntad de saber, op.

9!t. , pp.222-223." Ibid., p. r24.

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como supuesto principio del poder, a fin de atribuirse unarepresentación jurídica homogénea, por lo cual, el ,,modelojurídico" surge para ocultar el mapa estratégico. Sin embargo, sibien la soberanía no permite evocar el poder en forma directa, ellaatraviesa la totalidad del campo histórico-político de dondeemergen los individuos. Esto se debe a que es la forma en que elpoder se. "enmascara a sí mismo" y de esta manera se hacé mástolerablels.

En efecto,junto con la soberanía del Estado, el ejercicio de losderechos soberanos, existen las disciplinas como mecanismos depoder. En las sociedades modemas, el ejercicio del poder se juegaentre estos dos límifes, por un lado, una legislación, un discurso yuna organización del derecho público articulados en torno delprincipio de soberanía del cuerpo social y, por otra, un reticuladode coerciones disciplinarias que asegura en los hechos la cohesióndel mismo.

De allí que Foucault afirma que "sólo la ficción puede hacercreer que las leyes est¿ín hechas para ser respetadas (...). Sólo unaficción teórica puede hacemos creer que hemos suscrito de una vezpor todas las leyes de la sociedad ala que pertenecemos',le..Locual presenta rura cierta provocación, invita al monstruo, lo trae ala presencia, el monstruo político, aquel deseoso de sangre,solitario, que violenta alaley negándola. La figura monstruosa quese enfrenta a la neutralizaciÍn de los efectos de contrapoder yresistencia, puede conjugarse en una multiplicidad organizada:agitaciones, revueltas, organizaciones espontáneas, coaliciones. yano se trata del individuo aislado sin vínculo social, sino de unsujeto político. Si la disciplina permite lamaximización del cuerpocomo fuerza útil y su reducción como fuerza política, el monstruo,como desmesura, como aquello que cae fuera del control, puedeser una figura de la resistencia. El monstruo político puedeconvertirse en un sujeto político capaz de apropiarse de la vida.

t8 La razón de esto es históric4 las mayores instituciones de poder -lmonarca y el Estado con sus aparatos- se elevaron por encima de fuerzas

locales y conflictivas, y lograron hacerse aceptar porque se presentaron comoinstancias de regulación, de arbitraje, de limitación, como una manera deintroducir entre esos poderes un orden.'' Foucault, M. "De los suplicios a las celdas", en Saber y l¡erdad, EditorialLa Piqueta, Madrid, 1991, p. 87.

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