propuesta del relator del derecho a la alimentación, revista allpa

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EditorJavier Carrera - Red de Guardianes de Semillas

Comité EditorialSergio Larrea, Programa Andino de Soberanía AlimentariaSteve Sherwood, EkoruralRoberto Gortaire, UtopíaMarco Cedillo, SwissaidRogelio Simbaña, Red de Guardianes de SemillasErnesto Pfafflin, Red de Guardianes de Semillas

Diseño y DiagramaciónJuan Carlos [email protected]

Las opiniones vertidas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de los autores.

Allpa se adhiere a las normas de propiedad intelectual de Creative Commons, en la siguiente modalidad: el contenido puede ser reproducido libremente, solamente sin fines comerciales, siempre y cuando se respete su integridad y autoría.

Las fotografías e imágenes son propiedad de RGS, o de los autores indicados.

Foto portada: Chocho surgiendo al cielo - Fernanda Meneses

PUBLICADO POR:

CON EL APOYO DE:

Y LA COLABORACIÓN DE:

Revista AllpaCasilla 17-26-129 Tumbaco - ECUADOR

Teléfono (005932) 2046 [email protected]

www.allpa.redsemillas.org

Número 8 - Abril - 2012

Índice

Mientras se escriben estas líneas, centenares de campesinos y campesinas,

representantes de los pueblos indígenas y montubios, pueblos del manglar y pescadores

artesanales marchan una vez mas hacia la ciudad de Quito, para defender los derechos de

la Tierra, del Agua, de la Vida. Al igual que en el resto de América Latina, nuevamente

entregada a la explotación para beneficio de otros, por gobiernos que se declaran de

izquierda pero se niegan a cambiar el sistema económico o la agenda política de la

globalización. Al igual que en Bolivia, al igual que en Colombia, Perú o Chile, las voces

se levantan no por un ideal político abstracto, sino por la Naturaleza y la libertad. Curiosa

lucha esta. Quien la hubiera imaginado, hace un par de décadas. Parece que cada vez

más personas toman conciencia de lo que está en juego. Y deciden jugarse la vida por un

mañana donde la vida pueda continuar.

Es en este contexto que la revista Allpa vuelve ahora, con algunos cambios, y el mismo

espíritu de dedicarse a compartir información práctica en un lenguaje sencillo, entre

quienes trabajan en la construcción de un mundo sostenible y equitativo.

Ahora la revista es el la voz del Colectivo Agroecológico, una red de organizaciones e

individuos que luchan por la soberanía alimentaria, la agroecología y la economía

solidaria en Ecuador. Pero a la vez empieza a proyectarse en la región andina, incluyendo

artículos de Colombia y Perú.

Les deseo una buena lectura, que esta revista les sorprenda, les emocione y les inspire a

continuar en su valiente labor.

Javier Carrera, editor

[email protected]

NoticiasNoticias

El 24 de enero de 2012, la Conferencia Plurinacional e Intercultural de Soberanía Alimentaria (COPISA) presentó su PROPUESTA DE LEY ORGÁNICA DE AGROBIODIVERSIDAD, SEMILLAS Y FOMENTO AGROECOLÓGICO. La COPISA es un órgano de la sociedad civil y del estado, formada por representantes de movimientos sociales elegidos mediante concurso y firmas. Recibió el encargo de generar de forma participativa las leyes conexas de Soberanía Alimentaria por parte de la Asamblea Nacional del Ecuador. Esta ley fue creada durante dos años de eventos, talleres y discusiones, con la participación de más de 2000 representantes de 500 organizaciones campesinas e instituciones vinculadas al agro. Los conceptos fueron creados conjuntamente, las propuestas de reglamentos debatidas a fondo

Organizaciones de base en Ecuador presentan evolucionaria Ley de Semillas

NOTICIAS

AGROECOLOGÍA

Develando los mitos de la producción alimentaria

La Propuesta del Relator de la ONU sobre el alimento

Los Centros de Origen de Cultivos y Crianzas

AGROBIODIVERSIDAD

El Choho o Tarwi

SOBERANIA ALIMENTARIA

La Comida Lenta

SALUD NATURAL

El Cardo Santo

EXPERIENCIAS SOSTENIBLES

Video Comunitario en los Andes

La Red de Guardianes de Semillas de Vida de Colombia

La Campaña ¡Qué rico es!

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AYUNTAMIENTO DE VALLADOLID

PROGRAMA ANDINODE SOBERANÍA ALIMENTARIA

COLECTIVO AGROECOLÓGICO DEL ECUADOR

Editorial

por los actores y las actoras del proceso productivo campesino. Este es un avance inédito en la historia legal del país, y demuestra que los procesos de creación de leyes se pueden realizar con amplia participación de la sociedad civil.

La ley tiene 3 ejes fundamentales:1. Asegurar y promover la libre circulación y uso de la semilla tradicional, nativa y criolla, y regular el fomento a su producción y circulación, asegurando que el control de la semilla pertenezca al sector campesino.

2. Controlar la semilla industrial certificada.

3.Reglamentar los mecanismos de prohibición y sanción al ingreso de Organismos Genéticamente Modificados al país.

Puedes descargar el texto completo de la ley aquí: www.soberaniaalimentaria.gob.ec

Los tres ejes cumplen con el mandato de la actual Constitución Ecuatoriana, elaborada en 2008 con participación de los sectores sociales. En el artículo 281, la Constitución declara que es responsabilidad del Estado “Promover la preservación y recuperación de la agrobiodiversidad y de los saberes ancestrales vinculados a ella; así como el uso, la conservación e intercambio libre de semillas.” En el artículo 401, “Se declara al Ecuador libre de cultivos y semillas transgénicas.”

La ley ha sido entregada a la Asamblea Nacional, donde se está analizando al momento.

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El debate está que arde. Los gobiernos del mundo insisten en que solo la agricultura industrial nos puede salvar del hambre. Los ecologistas advierten que este sistema está destruyendo rápidamente el planeta. Los productores orgánicos y agroecológicos sostienen que pueden producir más alimento, de mejor calidad, y sin dañar el ambiente. Atrapados al final de la cadena de comercialización, los consumidores apenas nos enteramos del debate, y menos aún comprendemos sus consecuencias. Irónicamente, somos los consumidores, invirtiendo día a día en nuestro alimento, quienes decidimos cual será el sistema productivo del mañana, y somos por ello quienes más poder tenemos para modificarlo. Y consumidores somos todos, incluso quienes producimos alimentos.Nuestra información depende de lo que los medios de comunicación masivos nos dicen, y estos generalmente reflejan los mitos que nuestra sociedad construye. Algunos mitos son promovidos por la industria, otros

¿Negocio para algunos, o alimento

para la humanidad?Develando los mitos de la producción alimentaria

AgroecologíaAgroecología

por la incomprensión de datos científicos, o por técnicos que practican una ciencia a medias. Un grupo de investigadores en el campo de la alimentación como fenómeno técnico, social y político hemos reunido nuestro esfuerzo para analizar algunos de estos mitos, y el resultado es el artículo que estás leyendo. Ningún mito se construye a partir de la nada. Todos tienen en la base alguna razón; lo que sucede es que esa razón es malinterpretada, exagerada, o ignora ciertos datos cruciales, o deriva una conclusión absurda a partir de los datos, y ¡zás!, abandonamos el terreno de la verdad comprobable para entrar en el mito. Para quien no conoce los datos relevantes, el mito puede sonar verdadero. Pero una vez se comprende el contexto, es fácil mirar más allá de las máscaras.

El mito: La agricultura industrial produce más alimentos por hectárea, y solo ella puede salvar a la humanidad del hambre.

La razón detrás del mito: Si nos enfocamos en un solo producto, sembrado en monocultivo, es verdad que la semilla convencional apoyada por agroquímicos, maquinaria y riego tecnificado, produce una mayor cantidad de ese producto. Por ejemplo, en el mismo estudio citado anteriormente, una hectárea de maíz convencional producía 100 quintales, mientras que una hectárea en policultivo con semilla ancestral dejaba apenas 66 quintales de maíz.

La respuesta al mito: Pero en agroecología no sembramos un

1. Rentabilidad económica

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producto, sino una diversidad de alimentos. Esa misma hectárea de maíz ancestral rinde 20 quintales de fréjol, y alrededor de 200 zapallos. Si sumamos los diferentes nutrientes producidos, vemos que el policultivo produce mucho más alimento que el monocultivo. Hay muchos ejemplos de policultivos altamente productivos: la huerta familiar, que en cada lugar del mundo es diferente, pero en todos se caracteriza por estar bajo cultivo intenso y constante, con una asombrosa diversidad de productos, incluyendo hortalizas, frutas, granos, aromáticas y animales; el bosque comestible, que presenta hasta siete niveles verticales distintos, aumentando enormemente la superficie productiva por hectárea; los sistemas mixtos de acuacultura y cultivo, como los camellones ancestrales o los antiguos arrozales integrales. Cualquiera de ellos supera largamente en rendimiento productivo a los monocultivos convencionales.

Una investigación encargada por el proyecto de Previsiones del Gobierno del Reino Unido sobre el Futuro de los Alimentos y la Agricultura Mundiales examinó 40 proyectos en 20 países africanos en los que se impulsó la intensificación agroecológica durante la década de 2000. Los proyectos abarcaban, entre otros componentes, actividades de mejora de las cosechas, incluyendo cultivos hasta entonces ignorados por los programas de apoyo, conservación de suelos y agroforestería. A principios de 2010 estos proyectos habían reportado beneficios para 10,39 millones de familias campesinas y mejoras en aproximadamente 12,75 millones de hectáreas. En tan solo 3 a 10 años de transición, el rendimiento medio de las cosechas se duplicó, generando un incremento de la producción total de alimentos de 5,79 millones de toneladas al año, equivalente a 557 kg por cada familia de agricultores.

Y ahí precisamente tenemos la respuesta a la segunda parte del mito: ¿necesitamos de la agroindustria para poder alimentar al planeta? La verdad es que hoy en día, incluso con la baja producción de alimentos generada por la industria, producimos suficiente para alimentar a catorce mil millones de seres humanos, más del doble de la población actual. Lo que ocurre es que estos alimentos están muy mal distribuidos. El 80% de las personas hambrientas son campesinos o trabajadores agrícolas, que han perdido su capacidad de producir alimentos debido precisamente al modelo de producción y mercado impuesto por las grandes empresas con la complicidad de los gobiernos.

Si los campesinos pudieran volver a producir una diversidad de alimentos, modernizando sus técnicas tradicionales con conocimientos agroecológicos, y si los mercados funcionaran con un enfoque solidario y sostenible, tendríamos una verdadera abundancia de comida a un costo asequible, para todos y todas.

2. Rendimientos productivos

El mito: La producción ecológica no es económicamente rentable.

La razón detrás del mito: En el sistema económico que heredamos del siglo veinte, donde los productores esperan pasivamente a que el intermediario se interese en sus productos, este mito puede resultar real. Si dependemos de las fluctuaciones del mercado, si tenemos que competir con productores subsidiados, si no contamos con un mercado seguro, es difícil que podamos ganarnos la vida decentemente. Eso ocurre no solo para el producto orgánico, sino para todos los productos.

La respuesta al mito: Se han realizado estudios que demuestran la rentabilidad superior de la agroecología sobre el modelo convencional. En la revista Allpa 7 analizamos a fondo un par de ellos; en especial el de Loja, Ecuador, donde la venta combinada de productos en una hectárea de maíz, fréjol y zapallo dejaba ganancias de US$ 651 por hectárea al año, mientras el monocultivo con agroquímicos apenas dejaba US$ 183. El problema para los productores estaba en la comercialización: la única forma de venta en la zona era el camión de una empresa que hacía la intermediación, comprando únicamente maíz de la variedad convencional Brasilia, y con un control unilateral del precio. Este caso es típico en el agro, y se dificulta más aún con los esquemas de encadenamiento productivo, donde los agricultores se comprometen por contrato con una empresa, corren con todos los riesgos, y no tienen la libertad de colocar sus productos a su conveniencia.Existe un enorme mercado para los productos agroecológicos, formado por consumidores que buscan alimentos más sanos, producidos de forma ecológica y en apoyo al campesinado. Es el sector alimentario que más crece actualmente, con grandes oportunidades económicas. De modo que el problema es realmente el control de los mercados, incluyendo la reducción de la intermediación.La solución ideada por muchos productores es asociarse, enfrentar juntos problemas como el de transporte, y buscar o crear sus propios mercados. Hay muchas variantes de esta solución: circuitos de comercio solidario, ferias, mercaditos, canastas comunitarias, granjas asociativas. Vivimos un

momento de mucha experimentación, y un buen porcentaje de estos experimentos están logrando mantenerse y entregar una ganancia decente a los productores, superior por su valor y constancia a la que ofrece el mercado convencional.

Foto: Karla Muñoz

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El mito: Los alimentos industriales tienen la misma o mayor calidad nutricional que los tradicionales, porque son más modernos.

La razón detrás del mito: Muchos alimentos modernos son “enriquecidos” con vitaminas, minerales y otros nutrientes sintéticos.

La respuesta al mito: La razón por la cual los alimentos necesitan ser “enriquecidos” con nutrientes artificiales, es que han perdido sus nutrientes naturales. Esto se debe a que los procesos de selección de la semilla industrial están orientados a aumentar la velocidad de crecimiento, el tamaño y la adaptación a los químicos de los productos, no su calidad nutricional. Podemos ver esto, por ejemplo, en el haba: un producto que antes necesitaba de 10 a 14 meses para ser cosechado, dando un grano pequeño y duro, lleno de fibra. El haba industrial actualmente demora alrededor de 5 meses para producir un grano el doble de grande, blando. Para lograr esto, se seleccionó habas que se hinchen rápidamente de agua, en lugar de producir fibra, que demora mucho más tiempo en ser creada por la planta. El problema es que los nutrientes se almacenan en la fibra del grano, no en el agua; por ello, una de las pequeñas habas tradicionales es mucho más nutritiva que un haba “mejorada”.

La baja calidad nutricional de la semilla moderna se combina con el agotamiento de los suelos para producir un fenómeno demostrado: la erosión de nutrientes en los cultivos modernos. Un estudio señala que en 1914, la col tenía 315.5 miligramos de calcio, magnesio y hierro sumados por cada 100 gramos de alimento. Para 1993, el valor había decaído a 62.59, es decir, apenas el 19.8% del valor anterior. El mismo estudio encontró que la lechuga y la espinaca tenían en 1993 el 8.6% y 43.7% respectivamente, de los valores que tenían en 1914, para esos nutrientes. Por otra parte, un estudio de la USDA señala descensos en varios nutrientes esenciales de entre el 6% y el 38% entre 1950 y 2004.

Aunque se jacta de su modernidad la agricultura convencional promueve una simplificación nutricional, basada en conocimientos científicos del siglo dieciocho que han sido desde entonces desmentidos. Las plantas no dependen de un puñado de nutrientes, sino de una compleja red de relaciones en el suelo y el ambiente que las rodea. Si las forzamos a producir en condiciones de simplicidad nutricional, los alimentos que cosechemos de ellas tendárn deficiencias en un amplio espectro de nutrientes. Y como consecuencia nosotros también tendremos esas deficiencias, que se manifestarán en enfermedades crónicas o de largo plazo.

El mito: Los agroquímicos no causan daño a la salud, los productos orgánicos sí, porque se cultivan con deshechos.

La razón detrás del mito: Hoy en día la mayoría de estudios científicos son financiados por grandes empresas privadas, que no tienen interés en destruir sus fuentes de ingresos. Faltan estudios específicos para muchos productos químicos que son aprobados para el mercado.

La respuesta al mito: Éste es el mito que más gente reconoce como falso hoy en día. Los agricultores sufren directamente los efectos de los agroquímicos, mientras los aplican. La exposición directa a estos productos puede causar envenenamiento, que se manifiesta por ejemplo con náuseas y mareos, edema pulmonar, descenso de la presión sanguínea, reacciones alérgicas, dolor abdominal, pérdida masiva de líquido gastrointestinal, vómito, pérdida de conciencia, destrucción de glóbulos rojos, electrocardiogramas anormales y daño o falla renal. La Organización Mundial de la Salud estima que cada año se producen 25 millones de intoxicaciones por venenos agroquímicos en el mundo, el 99% de las cuales ocurren en países “en desarrollo”. Estos venenos pueden entrar por las vías respiratorias, por las mucosas, por los ojos, por la piel. La exposición ocasional a dosis menores de estos químicos genera efectos de largo plazo, a menudo resultado de la combinación de varios productos, por lo que resulta difícil trazar la causa exacta. Estudios ligan los agrotóxicos a un amplio espectro de dolencias, desde la gastritis y las alergias cutáneas hasta el cáncer y los problemas hormonales. En zonas de grandes monocultivos son comunes los casos de cáncer, abortos, nacimientos de niños deformes, y otras afectaciones; por ejemplo, en la zona papera de Carchi, Ecuador, se estima que el 40% de la población campesina sufre de daños neurológicos debido al uso de pesticidas.

La afectación llega también a los consumidores. Varios estudios ligan el consumo de agroquímicos en la dieta al descenso de la fertilidad en poblaciones humanas, que en casos como el europeo llega ya al 50%. Los químicos que consumimos podrían estar implicados en diversos trastornos hormonales, tales como trastornos menstruales y reproductivos; ha sido demostrado que muchos agroquímicos actúan como disruptores hormonales. La pandemia de alergias que hoy sufre el mundo está igualmente relacionada a estos productos.

Por otro lado, es falso que los cultivos orgánicos causen daño a la salud por usar deshechos. Los “deshechos” a los que se refiere este mito son los abonos orgánicos, hechos en base de restos de cosecha y cocina, y estiércol de animales. Estos restos orgánicos se transforman completamente en el proceso conocido como compostaje, donde todos los patógenos son eliminados y la materia se convierte en suelo fértil. Ese es el proceso que alimenta a las plantas en la naturaleza, y es sano y seguro para los seres que evolucionamos en este planeta.

El mito: La agricultura industrial no causa más daño al ambiente que la agroecológica.

La razón detrás del mito: Pocos expertos tienen conocimiento directo de agroecosistemas maduros; este juicio se hace sobre sistemas en sus primeras etapas de transición, donde muchos de los efectos positivos aún no son visibles.

La respuesta al mito: Si sumamos los efectos de los tóxicos que se vierten al ambiente, la liberación de gases que destruyen la atmósfera cada vez que se ara o deforesta, la destrucción de la cobertura vegetal para dar paso a ganadería o agricultura extensiva, y el transporte global de alimentos, el moderno sistema de producción y comercialización de alimentos es responsable por el 48% del cambio climático. Esto lo convierte en el sector más destructivo.

La agroecología, en cambio, promueve la restitución de ecosistemas naturales, y la producción en sistemas que imitan efectivamente a la naturaleza. Los ecosistemas productivos generados por la agroecología logran en los primeros años de transición frenar y luego eliminar la destrucción ambiental. Cuando maduran, al cabo de 5 a 10 años de trabajo, se encuentran entregando recursos al ambiente, mejorando las condiciones regionales en muchos aspectos. A medida que crece la biodiversidad y la biomasa, aumenta la fertilidad del suelo y el abastecimiento de agua.

3. Calidad nutricional

4. Salud 5. Ambiente

6. Cultura

El mito: La agricultura industrial es parte del progreso y de la modernidad a la que todos debemos aspirar.

La razón detrás del mito: Desde finales del siglo diecinueve la humanidad se ha dedicado a adorar y perseguir el ideal del progreso industrial constante e irrefrenable, en respuesta a las necesidades de un sistema económico insostenible que para subsistir necesita crecer sin parar.

La respuesta al mito: La homogenización cultural es un resultado evidente de la globalización: todas las culturas del mundo van desapareciendo, para dar lugar a un monocultivo de mentes y actitudes. Un mundo de consumidores compulsivos, de esclavos laborales que se visten igual, hablan de forma similar, se rebelan de la misma manera, y sobre todo, consumen los mismos productos. Las beneficiarias de esta

situación son las grandes empresas, que hoy representan los sectores más poderosos del planeta, por encima de los países y las religiones por ejemplo.Esta homogenización presenta un riesgo muy grande para la sobrevivencia de la humanidad (además de ser triste y aburrida). La historia del planeta nos muestra que la calidad de vida y la capacidad de adaptación y subsistencia dependen de la diversidad. La misma regla que se aplica a la biología, se aplica a la cultura. Un mundo culturalmente diverso no solo es más bello e interesante, sino que además representa muchas formas distintas de adaptación a condiciones locales.En ninguna área es esto tan visible como en la producción y consumo del alimento. En cada rincón del planeta, las culturas originarias desarrollaron métodos de cultivo y formas de preparar la comida que se adaptaban a la realidad local. Esta fue una evolución de miles de años, con el resultado evidente de que la gente es más sana consumiendo los alimentos tradicionales de su cultura. Por ejemplo, el 99% de los escandinavos puede consumir leche sin jamás tener problemas, mientras que en el área andina la intolerencia parcial, temporal o permanente a la lactosa afecta al 70% de la población.No es exagerado decir que la cocina está en el centro de la cultura y de la identidad de los pueblos. Lo que no quiere decir que debamos evitar por ejemplo la cocina china o la italiana, al contrario: desde siempre, la gente ha incorporado nuevos productos y recetas a la culinaria local, ya que esa diversidad es bienvenida. Pero no a costa de perder las formas locales de alimentación. Por más deliciosos que puedan ser los fideos, nunca serán igual de nutritivos, fáciles de producir y relevantes culturalmente que una buena chicha, unas arepas o un chuño.

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Es esencial comprender al suelo como un ser vivo, donde los minerales y la materia orgánica se transforman en alimento para las plantas gracias a la compleja acción de hongos y micro organismos.

La agricultura ancestral buscó mejorar la producción sin afectar el ambiente. Terrazas en el centro de experimentación de Moray, cerca de Cusco, Perú. Foto: Javier Carrera

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El mito: La agricultura convencional genera fuentes de empleo y fortalece la economía.

La razón detrás del mito: En un mercado dominado por la agroindustria, donde la economía local ha sido destruida, solo las grandes empresas pueden ofrecer empleo remunerado, para un porcentaje reducido de la población.

La respuesta al mito: Cada vez que gastamos dinero en productos industrializados, ese dinero escapa de la economía local. Se fuga a otras regiones del país, o al extranjero. Es como una forma de minería, donde las empresas extraen la riqueza regional directamente de los bolsillos de los consumidores. Tomemos el caso de los productores de trigo: hasta la década del 70, la zona central de los andes ecuatorianos era el granero de la región, provocando un auto abastecimiento cercano al 100% para la nación. Luego empresarios de la costa empezaron a exportar trigo barato del extranjero, y finalmente el gobierno ecuatoriano aceptó “donaciones” de trigo norteamericano, hasta quebrar a los productores nacionales. Ahora importamos más del 90% del trigo que consumimos.El modelo de agricultura industrializada se orienta al uso de maquinaria agrícola para reemplazar mano de obra, a la contratación de mano de obra mal pagada y en muchos casos explotada (incumplimiento de obligaciones laborales como la seguridad social o el reconocimiento de horas extras), y contratos de producción que no son equitativos. Esto genera desempleo, sub empleo y explotación laboral.

La agroecología requiere más mano de obra, eso es innegable. Por tanto, tiene una mayor capacidad de contratación, y de reducir el desempleo a nivel local. Al ser una agricultura de tipo familiar o comunitario, negocia contratos de forma más personal y directa; es decir, el trabajador tiene una relación cercana con el empleador, y puede negociar con más libertad y equidad. Las condiciones de trabajo son mucho mejores: trabajo diverso, en ambiente sano.

Miremos detenidamente las siguientes tablas, extraídas del libro Reforma Agraria en el Ecuador: Viejos Temas Nuevos Argumentos, publicado por el SIPAE:

Es decir que en el mejor de los casos, de acuerdo a estos ejemplos, la agroempresa puede dar empleo a una persona por cada dos hectáreas, con un sueldo de hasta US$ 14 por día. La agroecología familiar puede emplear en el mismo espacio a 3 personas, con un ingreso de US$ 17 por día. En consecuencia, la agroecología genera hasta US$ $25,5 en sueldos por hectárea, la agroempresa solo US$ 7.

Con la agroecología nadie puede hacerse inmensamente rico. Pero sí que se genera riqueza; lo que ocurre es que esa riqueza se reparte con más equidad en la población.

Otra de las características de la agroecología es que no se orienta a la exportación y el transporte a grandes distancias, sino que busca comercializar a nivel local. Debido a esto, colabora muy efectivamente a fortalecer la economía en su región.

ConclusionesLa desinformación existente en estos temas es en gran parte responsable de que no cambiemos el sistema alimentario actual. Mucha gente apoyaría el cambio, si tuvieran una comprensión más profunda de lo que está sucediendo. Es necesario que quienes luchamos por el verdadero progreso, el progreso hacia un mundo más justo, humano y sostenible, no nos callemos. Esperamos que los argumentos aquí presentados puedan servir para ello.

Estos argumentos no son circunstanciales. En junio de 2010, el relator de las Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación, se basó en datos y estudios similares para declarar que la Agroecología constituye la mayor esperanza de la humanidad para enfrentar el problema del hambre y el cambio climático. El próximo artículo profundiza este tema.

7. Economía local y empleo

TIPO DE UNIDAD

PRODUCTIVA

TAMAÑO(En hectáreas)

EMPLEO GENERADO (en personas por hectárea)

SUELDO PAGADO

(por día, US$)

Latifundio ganadero extensivo (Guayas)

Cañicultor grande (La Troncal, Cañar)

Latifundio agroexportador

de banano (El Guabo, El Oro)

Minifundista intensivo fruticultuta y crianza de animales menores

(Santa Rosa - Tungurahua)

Pequeño productor diversificado

(papa, maíz, cabolla, leche) (Pillaro -

Tungurahua)

Pequeño productor bananero orgánico

(El Guabo, El Oro)

86 0.03 6

hasta 200 0.25 8

más de 500 0.5 6 a 14

1 3 8

1.6 1.5 9

5 1.5 17

En el Informe del Relator Especial de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación presentado al Consejo de Derecho Humanos en junio de 2010, el Sr. Olivier de Schutter concluyó que las investigaciones realizadas indicaban que la agroecología puede ayudar significativamente a garantizar el derecho a la alimentación. El Relator parte resaltando que mientras en los procesos industriales de agricultura se brindan insumos a los agricultores para que reproduzcan modelos lineales de producción, la agroecología “se propone mejorar la sostenibilidad de los agroecosistemas imitando a la naturaleza, no a la industria”. En el Informe argumenta – a partir ejemplos de prácticas agroecológicas que se dieron a conocer al Relator alrededor del mundo - cómo la agroecología “puede aumentar al mismo tiempo la productividad agrícola y la seguridad alimentaria, mejorar los ingresos y los medios de sustento de la población rural y contener e invertir la tendencia a la pérdida de especies y la erosión genética” (párrafo 10).

Esta afirmación general es demostrada por el Relator a partir de decenas de razones, me limitaré a mencionar las más importantes. En el Informe se sostiene, por ejemplo, que con la gestión integrada de nutrientes se reduce la pérdida de los mismos y se controla la erosión del suelo, y así, aumenta la producción de alimentos. Además, el Relator sostiene que las prácticas agroecológicas permiten a los agricultores ahorrar dinero porque compran menos insumos externos, por lo que pueden gastar ese dinero en comprar los alimentos que no produzcan. En el Informe se sostiene también que existen beneficios nutricionales en la producción agroecológica que deben ser tomados en cuenta. Al cultivar una diversidad de especies, los agricultores tienen acceso a una amplia gama de nutrientes, lo que no sucede en los cultivos tradicionales; consecuentemente, mejora su salud.

Por otra parte, menciona en el Informe (párrafos 28-31), tres razones por las cuáles la agroecología contrarresta el cambio climático. La primera: mejora la resistencia del cultivo a los fenómenos meteorológicos extremos. Un estudio indica que después del paso del huracán Mitch en Nicaragua en 1998, las parcelas cultivadas con métodos agroecológicos sencillos presentaban en promedio un 40% más de tierra fértil, mayor humedad del terreno, menor erosión y menos pérdidas económicas que las parcelas de control de explotaciones agrícolas industriales. La segunda: porque las prácticas agroecológicas liberan a la producción de alimentos de los combustibles fósiles (petróleo y gas). La tercera, porque aumentan los sumideros de carbono en la materia orgánica del suelo y en la biomasa por encima del suelo.

En el Informe el relator nos recuerda que la agroecología se basa “en técnicas que no se imponen desde arriba sino que se desarrollan a partir de los conocimientos y la experimentación de los agricultores” (párrafo 12).

Al final, establece recomendaciones para que la agroecología sea impulsada por los gobiernos. Si es que la agroecología se plantea en la agenda de los gobiernos se abre la posibilidad, hasta hace poco lejana, de que se masifiquen y regulen sus prácticas e impulsen los grandes cambios que potencialmente se pueden realizar. Esta reacción podría interpretarse cómo uno de los cambios a los que se ve forzada la humanidad ante la grave situación ambiental y alimentaria, cambios que para ser efectivos requieren una profunda reestructuración de las relaciones sociales y de la economía global, no solo de las prácticas productivas y la relación humana con la vida en el planeta. Sin embargo, se vislumbra también la posibilidad de que las instituciones que actualmente acaparan el poder y los recursos,

Sobre la propuesta del Relator de la ONU sobre el derecho a la alimentación de implementar la agroecología para

contrarrestar el cambio climático

se adueñen de los saberes tradicionales y los conviertan en nuevos objetos de mercado, sin realizar ninguno de los cambios de fondo necesarios. Este riesgo no debe ser minimizado, en especial por quienes han luchado por décadas a favor de la agroecología y han definido sus principios, y que ahora son llamados a apoyar la absorción de los modelos alternativos por parte del sistema, tanto estatal como privado. Por ahora, la disputa esta abierta.

Pablo Kamchatka www.monocien.org

Este artículo nace de discusiones en el comité editorial de Allpa. Colaboraron Roberto Gortaire y Richard Intriago con los temas. Escrito por Javier Carrera.

Extractos del Comunicado de Prensa, 22 de junio de 2010

“En lo que a la seguridad alimentaria mundial se refiere, el rendimiento de la agroecología supera ya al de la agricultura industrial de gran escala” dice el experto en alimentación de la ONU.Los Gobiernos y las agencias internacionales deben promover urgentemente las técnicas de cultivo ecológicas para aumentar la producción de alimentos y salvar el clima” afirma Olivier De Schutter, Relator Especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación, durante la presentación de las conclusiones del encuentro internacional de agroecología celebrado en Bruselas los días 21 y 22 de junio de 2010.

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Si tienes la suerte enorme de habitar cerca de algún refugio de vida silvestre, te recomiendo que te des una vuelta por él, y cuentes cuantas plantas domésticas, de las que se cultivan, encuentras viviendo allí.Ninguna. ¿Verdad? Quizá algo que se parece, por ejemplo el chocho silvestre, la papa araj o el tacso de flor roja, que son parientes silvestres de plantas cultivadas. Pero ninguna papa de las que se cultivan, nada de chocho blanco, tacso de flor rosada o menos aún maíz o trigo. Todas las especies de plantas que hoy cultivamos fueron domesticadas por campesinas y campesinos a lo largo de los últimos diez mil años. Igualmente, los animales domésticos que hoy nos acompañan, lo hacen porque en algún momento del pasado las personas invirtieron esfuerzos en domesticarlos. Incalculable herencia, de la que todos y todas dependemos para vivir, y no hay nadie a quien agradecerle, porque fue un desarrollo lento y que necesitó del trabajo de millones de personas. El fruto de ese trabajo es por tanto propiedad de la humanidad entera.

¿Dónde nace el alimento?Una guía de los centros de origen de cultivos y crianzas

Hasta inicios del siglo veinte, nadie se había preocupado seriamente de indagar el origen de tanta maravilla. Fue entonces cuando un investigador ruso, de nombre Nikolai Vavilov, recorrió regiones de Asia, Europa, África y América, catalogando la diversidad de variedades vegetales que encontraba. Se dio cuenta de que algunas regiones poseían una enorme diversidad de variedades de algunas especies, y formuló la teoría de que estos centros de diversidad eran los lugares donde dichas plantas había sido domesticadas por primera vez. Estas zonas del mundo serían, pues, los Centros de Origen de esos cultivos o crianzas.Pero, ¿qué es exactamente una variedad vegetal, qué es una especie? Revisemos un poco la botánica: las plantas se agrupan por sus características genéticas en familias; por ejemplo, la familia de las Leguminosas, donde se encuentran el fréjol, el haba y la arveja. Las

familias están compuestas por especies. Una especie está formada por individuos que, sin importar su aspecto, son capaces de reproducirse entre sí, y tener hijos e hijas fértiles. Así por ejemplo, los fréjoles pueden cruzarse y producir semilla fértil, aunque sean de distintos colores, tamaños o formas; pero el fréjol no puede cruzarse con el haba ni con el chocho, y por lo tanto, son distintas especies, aunque por sus similitudes formen parte de una misma familia.Dentro de una especie, hay siempre variaciones; en los vegetales, a estas variaciones se les llama variedades o cultivares, mientras que en los animales se les llama razas. Las variaciones son esenciales para la supervivencia de la especie, pues representan adaptaciones a distintas condiciones locales, y más posibilidades evolutivas. Mientras más diversa es una especie, mayores posibilidades tiene de evolucionar, adaptarse y sobrevivir en el futuro.Volvamos a Vavilov. Su principal objetivo más que humanitario era nacionalista: quería que la Unión Soviética poseyera los mayores bancos de semilla del mundo, para adaptar plantas al clima de su país y no depender de la importación de alimentos. Pero los gobernantes no supieron valorar su visión: Nikolai murió de hambre (cruel ironía) en un campo de concentración estalinista, en 1943. Cualesquiera que hayan sido sus motivos, su contribución al estudio de las plantas cultivadas sentó las bases de las investigaciones sobre agrobiodiversidad.En efecto, Vavilov no se equivocó en su teoría sobre los centros de origen, aunque se tuvieron que hacer posteriores precisiones. Hay casos, por ejemplo, en los que se encuentran más variedades en los llamados “Centros Secundarios de Diversidad”, que son lugares donde la especie llegó ya domesticada, para luego pasar por un proceso de selección mayor que en el centro de origen. Otro aspecto que se debió revisar, fue el de la precisión geográfica

de los centros mencionados por Vavilov, quien por falta de conocimientos no supo diferenciar por ejemplo entre los Andes Centrales y los Andes Ecuatoriales, dos regiones que son muy distintas desde el punto de vista histórico, ecológico y agrícola. Vavilov definió en su tiempo solo 7 grandes centros de origen; hoy algunos investigadores mantienen esa cifra o incluso la reducen, mientras que otros prefieren ser más precisos, llegando a aumentar su número hasta 15. En este artículo les presentamos una versión con 10 Centros de Origen, fruto de una decena de años de investigación bibliográfica. Por supuesto, no es la única versión posible.

Nikolai Vavilov

El Relator de la ONU, acompañado por 25 de los expertos de mayor renombre en el sector de la agroecología, exhortó a la comunidad internacional a cuestionar las políticas agrícolas actuales y desarrollar el potencial de la agroecología.“Hace un año, en la reunión del G20 en Italia, los Jefes de Estados se comprometieron a movilizar 22.000 millones de dólares durante un período de 3 años para mejorar la seguridad alimentaria mundial. Estas fueron muy buenas noticias pero el problema más acuciante en la reinversión en agricultura, no es el cuánto si no el cómo”, afirmó Olivier De Schutter.En palabras del Relator Especial: “Hoy por hoy, los principales esfuerzos se centran en la inversión en tierra a gran escala – incluyendo muchos casos de acaparamiento de tierras – y en la implementación de un modelo de “Revolución Verde” que fomente la producción de alimentos a través de la mejora de las semillas, los fertilizantes químicos y maquinaria; sin embargo, se ha prestado muy poca atención a los métodos agroecológicos que han demostrado mejorar la producción de alimentos y los ingresos de los campesinos al tiempo que protegen el suelo, el agua y el clima. Con más de mil millones de hambrientos en el mundo y los fenómenos climáticos extremos ante nosotros, tenemos que extender rápidamente estas técnicas sostenibles” comenta el Sr. De Schutter. “Debemos encontrar un manera de combatir a la vez el hambre

en el mundo, el cambio climático y el agotamiento de los recursos naturales, aunque ello suponga complicar aún más nuestra tarea. Todo lo que no vaya en esta dirección será una simple pérdida de tiempo.”“Podemos extender estos modelos sostenibles de agricultura y garantizar que su aplicación beneficie de manera específica a los campesinos más pobres. Lo que necesitamos ahora es la voluntad política necesaria para hacer que estos proyectos piloto de éxito se conviertan en políticas y programas nacionales”, dijo el Relator Especial de la ONU. A modo de conclusión, anunció que pediría al Comité de Seguridad Alimentaria Mundial, que con el tiempo se convertirá en el “Consejo de Seguridad” para la seguridad alimentaria, que tratase precisamente durante su sesión de octubre las políticas e iniciativas que permitirían extender y dar a conocer la agroecología. “Es la mejor opción que tenemos hoy por hoy. No podemos desperdiciarla”.Olivier De Schutter fue nombrado Relator Especial sobre el derecho a la alimentación en mayo de 2008 por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Su labor es independiente de cualquier gobierno u organización.Para más información sobre el mandato y el trabajo del Relator Especial, visite:www.srfood.org

Los Andes de Puna o Centrales, en Perú y Bolivia, son centro de origen de muchos vegetales y varios animales de altura. Las condiciones de frío y sequedad obligaron a sus pobladores a crear una agricultura compleja y eficiente.

Los Andes de Páramo o Ecuatoriales, en Colombia, Ecuador y norte de Perú, presentan la más grande variación climática y biológica del planeta. Su elevada fertilidad y humedad favoreció la domesticación de un gran número de especies. Fotos: Javier Carrera

Javier [email protected]

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Creando la Agrobiodiversidad¿Cómo se formaron estos centros de diversidad? El proceso de domesticación de los vegetales y los animales no se dio al azar, en cualquier punto del planeta. Al parecer, se necesitaron ciertas condiciones, que se dan en la mayoría de centros de origen. La principal de ellas es una alta diversidad climática concertada en un territorio relativamente pequeño. La mayoría de los centros se encuentra en el cinturón tropical del planeta, o muy cerca de él. Debieron además existir condiciones ecológicas favorables al asentamiento humano incluso antes del inicio de la agricultura, pues necesariamente hubo un periodo de experimentación antes de que el cultivo y la crianza puedan convertirse en fuentes importantes de alimento. ¿Cómo se dio esta transición, es decir, cómo surgió la agricultura? Hay varias teorías al respecto. La hipótesis de la horticultura tropical ha ganado mucha aceptación en los últimos años. Según ella, grupos humanos pudieron asentarse en bosques tropicales húmedos de alta diversidad, por ejemplo cerca de manglares y estuarios, donde había

Expandiendo la AgrobiodiversidadHace miles de años existían ya rutas de comercio, que permitían un lento pero seguro flujo de productos y de influencias culturales. De esta manera, la agricultura se fue expandiendo por amplias zonas del planeta, al ritmo marcado por la adaptación de los cultivares. Porque en cada nueva zona, las plantas se tenían que adaptar, para poder crecer adecuadamente. Tenían que conocer el ambiente, el suelo, el ritmo climático, las enfermedades. Y las personas que las cultivaban iban además imprimiéndoles sus propias necesidades, deseos y gustos culturales. Así, en zonas de alta diversidad climática, cada pequeño valle acababa teniendo sus propias y únicas variedades.A veces una especie no podía ser diversificada en su región de origen, y alcanzaba una mayor diversidad en zonas secundarias. Por ejemplo el

suficientemente alimento que cazar y recoger como para mantener al grupo durante meses o incluso años. En estos campamentos semi permanentes, la basura se colocaba en un área específica, y al ser basura orgánica, realizaba un proceso de compostaje, es decir, se volvía abono natural. En numerosas ocasiones semillas o partes de plantas arrojadas con la basura debieron germinar, aprovechando el rico medio de la compostera. Las mujeres, encargadas de recolectar alimentos de origen vegetal, seguramente percibieron y apreciaron el fenómeno, y empezaron a experimentar sembrando material vegetativo y semillas, con la esperanza de poder tener alimentos cerca del campamento y reducir así las fatigantes y peligrosas visitas al bosque. Ellas habrían sido las primeras cultivadoras.Por supuesto, hay otras hipótesis respecto al origen de la agricultura, y por lo menos algunas de ellas pueden ser ciertas; probablemente el cultivo fue inventado independientemente en más de un centro de origen.

tomate, nativo de los andes ecuatoriales, donde se mantuvo como una fruta pequeña y semi silvestre. Los antiguos navegantes ecuatoriales lo llevaron a México, donde los campesinos lo transformaron en la fruta grande que conocemos hoy. Luego en Italia y en Rusia fueron creadas un gran número de nuevas variedades. Hoy todos ellos son centros de diversidad del tomate, aunque los ancestros nativos y su enorme diversidad genética siguen encontrándose en Colombia, Ecuador y Perú.A menudo ocurría que una planta o animal era muy difícil de adaptar a un nuevo clima. Los agricultores buscaban entonces una especie similar, quizá de la misma familia, pero que fuera nativa de su entorno, para domesticarla. De esta manera, multiplicaban el número de especies domesticadas.

También podía ocurrir que la misma especie fuera domesticada varias veces en lugares distintos, haciendo más difícil la investigación sobre su lugar de origen.Todas las especies de plantas y animales que heredamos fueron domesticadas mediante estos procesos por campesinas y campesinos de distintos rincones del mundo. A pesar de sus avances, la ciencia moderna no ha podido domesticar ni una sola especie nueva para la canasta mundial. La razón es sencilla: ningún programa de investigación, sin importar cuan inflado sea su presupuesto, puede imitar el trabajo de millones de personas a lo largo de miles de años. Por supuesto, no todos los agricultores participaron de igual grado en esta labor. La mayoría se contentaba con guardar las semillas necesarias para la siembra de la próxima estación y sembrar lo que hubiera disponible, sin pasar por el esfuerzo de buscar y crear nuevas variedades. Pero en cada comunidad humana, hubo siempre personas que dedicaron un gran

esfuerzo a las semillas, a seleccionarlas, a cuidarlas, a tener la mayor variedad posible. Es un asunto de gustos: así como hay quien ama la música, o el arte de sanar, hay quienes aman trabajar con las plantas. Esas personas no han dejado de existir. Hoy las llamamos Guardianas y Guardianes de Semillas.Los Centros de Origen tienen una importancia muy grande en nuestro tiempo. Son reservas de diversidad genética, con las cuales seguiremos creando los alimentos, fortaleceremos los cultivos y adaptaremos plantas y animales a las nuevas condiciones climáticas que hoy están surgiendo. Las semillas industriales no tienen la suficiente diversidad genética para ser sostenibles, como han demostrado continuamente en las últimas décadas: son incapaces de vivir sin químicos derivados del petróleo, y la única manera de volverlas resistentes a las continuas epidemias que las aquejan, es cruzándolas con semillas ancestrales.

Patrimonio en peligroLamentablemente este patrimonio esencial está en peligro: en los últimos cincuenta años, desde la expansión de la revolución verde, hemos perdido el 70% de las variedades creadas por nuestros ancestros, a nivel mundial. Se pierden en promedio 5 variedades cada día, cada una de ellas un tesoro genético y cultural que no se puede recuperar.Es por ello que se está poniendo tanta energía ahora en rescatar las variedades ancestrales, nativas y criollas. Es un esfuerzo realizado mayormente por redes, organizaciones sociales y personas particulares, y precisamente a ello debe su éxito: no depende de presupuestos ni proyectos de corto plazo, sino que se basa en la labor voluntaria y permanente de personas que se dedican de por vida a la labor de recuperar, experimentar y difundir las semillas. Su objetivo no es guardarlas en bancos, donde seguramente se perderán, sino ponerlas nuevamente en circulación, verlas sembradas, intercambiadas, comercializadas, apreciadas en su justo valor.Debemos comprender que esta labor de selección, de evolución

conjunta entre el ser humano, las plantas y los animales, no se ha detenido. Debe seguir ocurriendo, día a día, o pronto no tendremos la suficiente diversidad alimenticia para subsistir en este mundo diverso y de condiciones cambiantes.Quienes habitamos en regiones de alta agro biodiversidad tenemos una responsabilidad especial, y un motivo de orgullo: somos herederas y herederos de esa riqueza, pero debemos preservarla con cariño y dedicación. Todos y todas podemos poner nuestro granito de arena, o más bien, nuestra semillita. No es algo que solamente se aplica a los agricultores. Como consumidores, tenemos realmente el poder de salvar a las semillas. Cada vez que compramos, ejercemos un voto. Debemos aprender a consumir alimentos naturales, derivados de semillas ancestrales. Así no solo ayudaremos a la semilla, sino también a la economía local, al ambiente, y a nuestra propia salud.

El futuro de la alimentación está en nuestras manos.

Arriba a la izquierda: cultivadores de maíz de la costa y del alto páramo de Ecuador comparan variedades de maíz; Bernardo Guzñay se pregunta si ese maíz crecerá en su chacra. A la derecha: las semillas son personas para las culturas andinas, como se ve en estas papas en el encuentro de semillas Karanakuy, en Qero Marka, Perú. Próxima página, izquierda: Martina Mamani, de Racchi, sonríe junto a sus semillas. Derecha: un ídolo colombiano y unas hojas de coca bolivianas se unen para bendecir el maíz peruano. Fotos: Fernanda Meneses.

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de Cultivos y Crianzas

35especies 21

especies 19especies 17

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especies16

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especies 9especies

8 7 7 6 42 2 1especies

Andes Ecuatoriales Sudeste Asiático Mediterráneo Andes Centrales Asia Central Cercano Oriente

Mesoamérica ÁfricaOriental

China India EuropaOriental

EuropaOccidental

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10 Cultivos más sembrados en el mundo, 2008

MaízTrigoArrozPapaYucaSoyaCamoteSorgoÑamePlátano verde

822712527 5,1 Mesoamérica

689945712 3,1 Cercano Oriente

685013374 4,3 Sudeste Asiático y China

314140107 17,2 Andes Centrales

232950180 12,5 Amazonía

230952636 2,4 Sudeste Asiático y China

110128298 13,5 Andes Ecuatoriales

65534273 1,5 Africa Oriental

51728233 10,5 Sudeste Asiático y África Oriental

34343343 6,3 Sudeste Asiático

Toneladas Centro de orígentn/ha

promedioCentros de Orígen

MesoaméricaCruce entre las Américas, esta región vivió desde muy temprano un vibrante desarrollo cultural y agrícola. Su mayor contribución a la canasta mundial es el maíz, domesticado a partir del Teosintle.

Otras regiones¿Y qué pasaba en el resto del mundo? La gente dependía de otros sistemas productivos, donde la agricultura cumplía un rol menor, o no existía. Por ejemplo los bosques comestibles de la Amazonía y de Norteamérica, los nómadas de las estepas, los pescadores del Ártico.Algunas de estas regiones nos han dado cultivos de importancia como la caña de azúcar y la papa china de Nueva Guinea, la sandía de Sudáfrica o el girasol de Norteamérica.

Andes EcuatorialesEsta región, conformada por Colombia, Ecuador y norte del Perú, es la que presenta la mayor biodiversidad en el planeta, y la mayor diversidad climática, junto con mucha humedad y fertilidad. Es por ello quizá que es una de las regiones de origen más diversas.

Andes CentralesEl altiplano fue sin duda de las regiones más difíciles de colonizar para la humanidad. Enormes desiertos de altura, donde las comunidades son como pequeñas islas en un mar de llanuras frías y pedregosas y subsisten gracias a uno de los sistemas agrícolas más complejos y eficientes inventados hasta hoy.

Sudeste AsiáticoZona tropical por excelencia, con una gran biodiversidad, el sudeste asiático es uno de los centros más importantes de agrobiodiversidad. Desde el cerdo y la gallina hasta el arroz y el plátano, los dones de esta región son incalculables.

ChinaA pesar de su turbulenta historia de destrucción ambiental y cultural, China sigue siendo un centro importante de agrobiodiversidad.

Asia CentralEsta vasta región fue durante milenios la ruta de comercio más importante del mundo, llevando la preciada seda desde Asia hacia África y Europa. Quizá ese cruce de culturas provocó su extraordinaria agrobiodiversidad.

Cercano Oriente Considerada por mucho tiempo la cuna de la agricultura, la Mesopotamia sigue siendo un importante centro de domesticación. El trigo y su producto principal, el pan, son regalos de sus habitantes al mundo.

MediterráneoEste mar interior vio a los largo de los siglos el paso de numerosas civilizaciones que dejaron su huella en el desarrollo de las culturas europeas, asiáticas y africanas. Desarrolló una de las dietas más sanas y famosas de la humanidad.

África orientalEn esta región evolucionó la humanidad, de acuerdo a las pruebas paleo antropológicas. Pero no solo nosotros salimos de allí. Hasta hoy, la zona mantiene una agricultura diversa y de hondas raíces.

IndiaEl subcontiente indio acogió algunas de las más antiguas culturas agrícolas del mundo. Su mayor contribución quizá sea la domesticación de la vaca, hasta hoy sagrada en esta tierra

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AgrobiodiversidadAgrobiodiversidad

Nombre botánico: Lupinus mutabilis, Familia FABACEAEOtros nombres: tauri, altramuz, lupinoQuichua: Tarwi

El Chocho

Javier [email protected]

HISTORIA

Esta leguminosa es originaria de los Andes, probablemente de la zona central (centro-sur peruano y Bolivia), aunque su ancestro silvestre, el sacha chocho, se encuentra también en los andes ecuatoriales. Se desconoce la época exacta de su domesticación, aunque se han encontrado representaciones suyas en cerámicas de tiempos de Tiahuanaco (cultura del altiplano peruano - boliviano que existió desde el año 1500 antes de Cristo, hasta el 1000 después de Cristo). El consumo de chocho era general en tiempos prehispánicos y hasta entrada la colonia, en toda la zona andina. El grano cosechado se colocaba en saquillos que se sumergían en los ríos por varios días, para quitarles los alcaloides amargos. No se han recuperado muchos detalles tecnológicos y gastronómicos ligados a él, que seguramente había muchos.Cuando llegó a España, la gente local le dio el

El humilde chocho es uno de los cultivos andinos que más nos hemos resistido a perder. Aunque ya no es tan fácil encontrar la fundita de chochos con tostado, tan común hace un par de décadas, ahora lo consumimos en el popular cebichocho, y ha ingresado en la refinada gastronomía andina. A primera vista, no parecería que esta leguminosa estaba destinada a sobrevivir donde otras plantas andinas casi han desaparecido: el chocho posee alcaloides que lo hacen amargo, exigiendo un proceso de lavado y largo tiempo de cocción para poder consumirlo. Su cáscara es indigerible para muchas personas. Suele sentar pesado a los extranjeros. Sin embargo, nos hemos aferrado a él.Hace algunos años, cuando se discutía la moratoria para las semillas

transgénicas, el entonces Ministro de Agricultura del Ecuador mencionó en una entrevista radial que no teníamos más opción que aceptar esta biotecnología, ya que el país necesitaba la soya, y la soya es en su mayoría genéticamente modificada. Con furibunda indignación dijo, refiriéndose a las organizaciones indígenas, campesinas y ecológistas que pedían la moratoria, “que quieren que comamos pues, ¿chochos?”Si, chochos. Eso es lo que queremos. El señor Ministro no lo sabía probablemente, pero los chochos son más alimenticios, menos tóxicos y mucho más fáciles de cultivar en nuestra región que la soya.

nombre que tradicionalmente habían dado a otras especies de lupinos comestibles, originarias del viejo mundo: altramuz. Los altramuces españoles son granos más pequeños, oscuros, no tan apetecidos como alimento a pesar de que tienen menos alcaloides amargos.

El cultivo de chocho en los andes empezó a declinar a partir de mediados del siglo diecinueve, cuando la dieta andina se orientó cada vez más hacia plantas del viejo mundo, como el haba y la arveja. En muchas regiones donde dejó de ser alimento, aún se lo apreció como abono verde, hasta que la agricultura convencional desplazó esta práctica con la introducción de agroquímicos a partir de los años sesentas.

Hoy en día ha recuperado parcialmente su presencia, y continúa siendo parte de la dieta

especialmente en regiones alto andinas como la sierra central ecuatoriana o los andes peruanos y bolivianos. Se lo encuentra incluso en los modernos supermercados, y es objeto de programas de uniformización genética para adaptarlo a los objetivos de la gran industria. Agricultores orgánicos en Norteamérica han iniciado programas de selección y adaptación a sus zonas climáticas, y posiblemente sea uno de los próximos cultivos de moda para consumidores de alimentos saludables o ricos en nutrientes.

Mientras tanto, en sus centros de origen, su diversidad genética está gravemente amenazada. De cientos de variedades mencionadas en registros y estudios hace solo unas décadas, hoy solo unas pocas son de cultivo común, y estas están siendo reemplazadas cada vez más por variedades uniformes adaptadas al cultivo convencional.

AFRICA DEL SURSandía

AFRICA ORIENTALCaféSorgoAsno, burroTamarindoOkraZarandajaÑame, ube, yamAlgodónMelón

AMAZONÍAAjí tabascoYuca, manioca, tapioca, cassavaTupinambo, aguaturmaChonta, chontaduro, pijuayo

ANDES CENTRALESPapaMelloco, ulluco, papalisaOca, ibiaMashua, isaño, cubioAmaranto, ataco, kiwichaQuinuaLlamaAlpacaCuy, cobayaAjí rocotoZanahoria blanca, arracacha, virracaMiso, tazo, maukaChocho, lupino, tarwi, altramuzCapuchina, mastuerzo, ticsauAjíAlgodónFréjol

ANDES ECUATORIALESCamote, batata, boniato, papa dulceManí, cacahuetePapaya, mamónPiña, ananáGranadillaTacso, tumbo, curubaNaranjilla, luloMaracuyáBabacoZapallo, calabazaCacaoTomate, jitomateTomate de árbol, tamarilloTabacoPorotón, cañaro, eritrinaJícama, yacónGuayabaPepino dulceMameyChirimoyaUvillaAchiraFréjol torta, pallarGuaba, pacayZanahoria blanca, arracacha, virracaMiso, tazo, maukaChocho, lupino, tarwi, altramuzCapuchina, mastuerzo, ticsauSambo, alcayote, chilacayoteZapallo, anco, calabaza moscadaAguacate, paltaGuanábanaAjíAlgodónFréjol

ASIA CENTRALManzanaLechugaZanahoriaCebollaAjoPeraDurazno, melocotónCaballoVid, uva, parraPapanabo, naboRábanoHabaEspinaca de mataMijo común, mijo blancoBerroMelón

CERCANO ORIENTEDátilTrigoCebadaLentejaOvejaCabraLinoGarbanzo, chícharoHigoHabaEspinaca de mataAvenaMostaza

Citrullus lanatus

Coffea spp.Sorghum bicolorEquus africanusTamarindus indicaAbelmoschus esculentusDolichos lablabDioscorea spp.Gossypium spp.Cucumis melo

Capsicum frutescensManihot esculentaHelianthus tuberosusBactris gasipaes

Solanum spp.Ullucus tuberosusOxails tuberosaTropaeolum tuberosumAmaranthus caudatusChenopodium quinuaLama glamaVicugna pacosCavia porcellusCapsicum pubescensArracacia xanthorrhizaMirabilis expansaLupinus mutabilisTropaeolum majusCapsicum baccatumGossypium spp.Phaseolus vulgaris

Ipomoea batatasArachis ipogaeaCarica papayaAnanas comosusPassiflora ligularisPassiflora mollisimaSolanum quitoensePassiflora edulisCarica pentagonaCucurbita maximaTheobroma cacaoSolanum lycopersicumSolanum betaceumNicotiana tabacumErythrina edulisPolymnia sonchifoliaPsidium guajavaSolanum muricatumMammea americanaAnnona cherimolaPhysalis peruvianaCanna indicaPhaseolus lunatusInga edulisArracacia xanthorrhizaMirabilis expansaLupinus mutabilisTropaeolum majusCucurbita ficifoliaCucurbita moschataPersea americanaAnnona muricataCapsicum baccatumGossypium spp.Phaseolus vulgaris

Malus domesticaLactuca sativaDaucus carotaAllium cepaAllium sativumPyrus spp.Prunus persicaEquus ferus caballusVitis viniferaBrassica rapa rapaRaphanus sativusVicia favaSpinacia oleraceaPanicum miliaceumNasturtium officinaleCucumis melo

Phoenix dactyliferaTriticum spp.Hordeum vulgareLens culinarisOvis orientalis ariesCapra aegagrus hircusLinum usitatissimumCicer arietinumFicus caricaVicia favaSpinacia oleraceaAvena sativaSinapis y Brassica spp.

CentenoArveja. alberja, guisanteCulantro, cilantro

CHINAPanijo, mijo menor, mohaCol chinaMijo común, mijo blancoArrozSoyaTéDurazno, melocotónKiwi

EUROPA OCCIDENTALGrosellaColCol crespa, kaleConejoPapacol, colirrábano, colrabiCol bruselas

EUROPA ORIENTALEspárragoRuibarboBerroCentenoRemolacha y acelgaCaballoAvena

INDIABerenjenaMangoPepino, pepinilloMelónMostazaVacaGuandul, gandul

MEDITERRÁNEOAceituna, olivoAchicoria, radicchio, radichetaAlcachofaApioArveja, alberja, guisanteBrocoliColiflorCulantro, cilantroHinojoMostazaOréganoPapanaboPerejilRábanoRemolacha y acelga, beterava, betabelRomeroRúcula, arúgula, roquetaVacaVid, uva, parra

MESOAMÉRICAMaíz, zaraAmaranto del norte, alegríaAyote, pipiánPavoChile, ajíJíquimaChayote, choko, cidrayoteChicleZuquini, zapallito, calabacínSambo, alcayota, chilacayoteZapallo, anco, calabaza moscadaAguacateGuanábanaAlgodónFréjol

NORTE AMÉRICAGirasolTupinambo, aguaturma, pataca

NUEVA GUINEAFréjol aladoCaña de azúcar

SUDESTE ASIÁTICOLimónNaranjaMandarinaToronja, pomeloBananaFrutipánYaca, jackfruit, panapénCerdoGallinaPapa chinaJengibreMangostino, mangostán, jobo indioFréjol varero, fréjol de yardaCúrcumaKiwiGuandul, gandul, fréjol de paloCaña de azúcarÑame, ube, yamArrozSoyaTé

Secale cerealePisum sativumCoriandrum sativum

Setaria italicaBrassica rapa chinensisPanicum miliaceumOriza sativaGlycine maxCamellia sinensisPrunus persicaActinidia deliciosa

Ribes rubrumBrassica Oleracea capitataBrassica Oleracea acephalaOryctolagus cuniculusBrassica oleracea gongyloidesBrassica oleracea gemmifera

Asparagus officinalisRheum rhabarbarumNasturtium officinaleSecale cerealeBeta vulgarisEquus ferus caballusAvena sativa

Solanum melongenaMangifera indicaCucumis sativusCucumis meloSinapis y Brassica spp.Bos IndicusCajanus cajan

Olea europaeaCichorium intybusCynara cardunculusApium graveolensPisum sativumBrassica Oleracea italicaBrassica oleracea botrytisCoriandrum sativumFoeniculum vulgareSinapis y Brassica spp.Origanum vulgareBrassica rapa rapaPetroselinum crispumRaphanus sativusBeta vulgarisRosmarinus officinalisEruca sativaBos taurusVitis vinifera

Zea maisAmaranthus hypochondriacusCucurbita argyospermaMeleagris gallopavoCapsicum annuumPachyrhizus erosusSechium eduleManilkara zapotaCucurbita pepoCucurbita ficifoliaCucurbita moschataPersea americanaAnnona muricataGossypium spp.Phaseolus vulgaris

Helianthus annuusHelianthus tuberosus

Psophocarpus tetragonolobusSaccharum spp.

Citrus limonCitrus sinensisCitrus reticulataCitrus maximaMusa spp.Artocarpus CommunisArtocarpus heterophyllusSus domesticusGallus gallus domesticusAraceae spp.Zingiber officinaleGarcinia mangostanaVigna unguiculata sesquipedalisCurcuma, varias especiesActinidia deliciosaCajanus cajanSaccharum spp.Dioscorea spp.Oriza sativaGlycine maxCamellia sinensis

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VARIEDADES

Se reconocen tres tipos principales de lupinus mutabilis, que la FAO clasifica de la siguiente manera:

1. Chocho. Abundante en Ecuador y el norte del Perú. De mayor ramificación, muy tardío, peloso en hojas y tallos, algunas variedades se comportan como bianuales.2. Tarwi. Abundante en el altiplano de Perú y Bolivia. De escasa ramificación, medianamente tardío, resistente a enfermedades.3. Tauri. Abundante en el altiplano de Perú y Bolivia. De menor tamaño (1 a 1.40 m.) con un tallo principal muy desarrollado, de muy rápido crecimiento, suceptible a la antracnosis. Dentro de estos tipos generales, hay varias decenas de variedades distintas. Algunas tienen granos más blancos, otras color crema, y otras menos comunes incluyen granos amarillos, grises, ocres, pardos, castaños, cafés. Hay también combinaciones de colores, con granos veteados o manchados.

Las modernas variedades convencionales de chocho se orientan principalmente a reducir los alcaloides amargos. El resultado, si bien es interesante desde el punto de vista comercial, ha sido muy decepcionante en el campo de cultivo: al perder su amargor, el chocho es incapaz de defenderse de plagas y enfermedades, volviéndose en extremo débil. Algunas nuevas corrientes de investigación consideran que, aunque dificulten el consumo, los alcaloides amargos son muy beneficiosos tanto para la planta como para sus consumidores humanos, y no deberían ser eliminados.

DESCRIPCIÓN

La mayoría de los chochos crecen de forma indeterminada, floreciendo y produciendo semilla continuamente hasta el fin de su ciclo de crecimiento, o hasta que la sequía o las heladas lo maten. Durante ese periodo, dependiendo de la variedad, la planta puede crecer de 0.5 metros hasta 3 metros de altura. Las vainas son peludas y miden de 5 a 12 centímetros de largo, en su interior guardan de dos a seis semillas de 0.5 a 1.5 centímetros. Puede haber de 3500 a 5000 semillas por kilogramo. La dura piel de la semilla puede constituir hasta el 10% del peso total.Tiene una poderosa raíz pivotante que cava sin problema hasta 3 metros de profundidad.

CULTIVO

El chocho germina con facilidad tras ponerlo unas 24 horas al remojo. Puede tardar unas dos semanas en germinar.Tolera suelos ácidos, pero no le gustan los alcalinos. Cuando llega a la madurez es capaz de aguantar sin dificultad condiciones secas, y es resistente a heladas cortas y no muy frecuentes. Aunque es capaz de trabajar suelos endurecidos con su poderosa raíz, prefiere los suelos francos y franco arenosos, con buen drenaje. No tolera suelos muy húmedos, pesados, con mal drenaje.Provee su propio nitrógeno si encuentra en el suelo las bacterias con las que asociarse, lo que no es difícil en un suelo con buen contenido de materia orgánica. Pero requiere buenos niveles de fósforo y potasio.

Las variedades ancestrales son muy resistentes frente a plagas y enfermedades, sin embargo incluso ellas llegarán a sufrir en monocultivo extensivo. Se recomienda sembrar siempre en cultivo asociado. Las variedades modernas, “dulces”, que no contienen la cantidad normal de alcaloides amargos, son mucho más sensibles a plagas y enfermedades.

GUARDANDO LA SEMILLA

A diferencia de los fréjoles, la vaina seca del chocho no se abre por si sola con facilidad. Gracias a esto, se lo puede dejar en la planta por más tiempo, y no hay dificultad al cosecharlo. Hay que buscar huellas visibles de ataque de gorgojos, y destruir inmediatamente los granos afectados para evitar su propagación. Muchas veces los granos llevan sus pasajeros sin huella visible en el exterior, por lo que al guardar semilla puede ser recomendable usar alguna práctica para eliminar el gorgojo, por ejemplo el ahumado, la asfixia o la refrigeración. Los problemas con gorgojos son menos comunes en las variedades ancestrales que en las dulces.

ASPECTOS NUTRICIONALES

Quien haya vivido en la sierra andina no puede haber escapado al tradicional chocho con tostado. Este plato ligero combina los carbohidratos del maíz con la proteína vegetal del chocho, para conseguir un equilibrio nutricional bastante completo. Se lo suele servir como aperitivo o en una fundita para ir picando mientras se continúa el camino. El chocho se usa también en la preparación de salsas picantes de ají, en sopas, en estofados (pipián peruano), mazamorras. Se puede elaborar harina con el grano seco, la misma que tiene una amplia gama de usos. El aceite que se extrae de su semilla es muy saludable, similar al del maní. Según la variedad, el contenido de aceite en la semilla es del 10% al 20%. El contenido de proteína va del 40% al 50%. Si lo comparamos con el 40% de proteína que tiene la soya, comprenderemos por qué se dice que el chocho es mejor alimento. Es además menos tóxico, y no posee los inhibidores de absorción de nutrientes que la soya contiene.

En Perú antiguamente era común fabricar una leche vegetal de tarwi, moliendo y filtrando el grano. ¿Podría esta “leche de chocho” ser una alternativa a la peligrosa leche de soya? Vale la pena experimentarlo. Por otro lado, ligando culturas alimenticias de Asia y América, el chocho se usa ya en la elaboración del tempeh. El tempeh es un fermento sólido altamente alimenticio y pro biótico, es decir, estimula la flora bacteriana que necesitamos tener en nuestro sistema digestivo. Tradicionalmente se elabora con soya, pero el chocho ha demostrado tener mejor gusto.

Pero el chocho no sienta de igual manera a todas las personas. En la zona andina, la mayoría de la población es capaz de generar enzimas adecuadas en el hígado para digerir los alcaloides del grano; pero habitantes de otras regiones pueden no tener genéticamente esta habilidad, y por ello el chocho les resultará de difícil digestión.

USOS AGROECOLÓGICOS

El chocho es una interesante cortina rompevientos, de baja altura, aunque temporal. Los alcaloides que contiene lo hacen poco apetecible para los animales herbívoros, por lo que también se usa como barrera para retardar el ganado.

Durante su crecimiento, la raíz del chocho exuda compuestos bioquímicos que incentivan a los huevos de nemátodos a eclosionar. Si no hay tubérculos cerca de los que puedan alimentarse, estos nemátodos inmaduros mueren. Por ello, se puede usar el chocho en rotación, tras el cultivo de papa

por ejemplo, para eliminar hasta el 80% de los nemátodos en el suelo. Se ha reportado también su utilización en el control del gorgojo de la papa.

El chocho llegó a depositar en el suelo unas 800 libras de nitrógeno por hectárea en pruebas desarrolladas en Nepal. En Rusia, con estaciones de cultivo muy cortas, se reportan rendimientos de materia verde en el orden de 16 toneladas por hectárea.

En algunas regiones la semilla aún se utiliza para desparasitar animales. El agua de chocho se usa para tratar la madera, eliminando parásitos y huevecillos que pueda haber en ella.

20 21

Soberanía AlimentariaSoberanía Alimentaria

La Comida Lenta:

Un bocado de comida contiene los nutrientes necesarios para

alimentarnos, pero es también muchas otras cosas que a veces no

tomamos en cuenta. Si miramos todos los eventos y saberes que están

detrás de la comida, nos encontraremos con un arco iris natural y

cultural, que ha hecho posible que el plato de comida llegue a nuestra

mesa.

En estos tiempos de grandes paradojas alimenticias, con el aumento de

personas que mueren de hambre en el mundo mientras otras tantas

padecen de obesidad, han surgido movimientos que promueven estilos

de alimentación distintos. No un único modelo a ser implementado,

sino más bien una diversidad de modelos, acordes con los ciclos y

bondades de la naturaleza, reconociendo las tradiciones populares

locales.

En 1989 nace en la ciudad Bra, Italia, el movimiento Slow Food (Comida

Lenta). Fue fundado por Carlo Petrini, con el objetivo de promover una

alternativa a la comida rápida globalizada que amenazaba con

desplazar a la milenaria tradición gastronómica italiana. En la

actualidad, Slow Food es una asociación internacional sin fines de lucro,

cuyo trabajo se ubica entre la gastronomía y la ecología, la ética y el

placer, promoviendo una agricultura, una producción alimentaria y una

nueva gastronomía basadas en un especial concepto de Calidad. Éste se

define por tres principios entrelazados: Bueno, Limpio y Justo. Bueno se

refiere a una dieta fresca y sabrosa, nutritiva y natural, que satisface los

sentidos y fortalece nuestra cultura local; Limpio significa que la

producción y consumo de los alimentos no debe atentar contra el

ambiente, el bienestar animal y la salud humana; y Justo, que los precios

deben ser accesibles para los consumidores al tiempo que los pequeños

productores son justamente remunerados.

Slow Food concibe al alimento desde una muy amplia perspectiva

cíclica y actúa conjugando varios aspectos de la vida: la cultura, la

agricultura, el ambiente, la política. Prefiere identificar a los

consumidores como “Co-productores”, es decir, actores conscientes de

la procedencia de los alimentos, responsables, solidarios e involucrados

en los procesos de producción.

Esta red mundial de personas comprometidas con la mejora de los

sistemas alimentarios cuenta al momento con unos cien mil miembros,

en 153 países. La Red Terra Madre, una comunidad de productores,

cocineros, académicos y jóvenes que comparte los principios de Slow

Food, cuenta con dos mil Comunidades del Alimento, grupos que

realizan trabajos a nivel local. Existen además más de diez mil pequeños

productores involucrados en los proyectos Arca del Gusto y Baluartes.

Slow Food está estructurado internacionalmente a través de grupos

locales de socios que trabajan de manera autónoma desarrollando

actividades de educación del gusto y de acercamiento con los procesos

de producción de alimentos “buenos, limpios y justos”. Dentro de la

estructura de la asociación, a estos grups se los conoce como “Convivia”

(o Convivium en singular), palabra latina que significa banquete o

celebración. Los Convivia promueven la salvaguardia de la

biodiversidad, expandiendo la filosofía del movimiento y volviendola

efectiva.

Las redes de huertas escolares son un valioso ejemplo de las acciones

que Slow Food promueve. En Italia, por ejemplo, está activa una red de

300 huertas escolares, donde más de seis mil niños participan: “en los

recreos los niños prefieren ir a sacar las babosas de las lechugas que

hacer otra cosa”. Gracias a estos procesos, los niños conocen la

procedencia de lo que comen, se involucran física y emocionalmente

con el alimento, y degustan con detenimiento y orgullo lo que cultivan.

Ancianos campesinos también comparten en estas huertas y se sienten

rejuvenecidos gracias a la interacción con los niños. Los niños comentan

y cuestionan acerca de la comida en sus casas y crean una reacción en

cadena con sus padres.

En relación con esta iniciativa, uno de los retos más importantes ha sido

la creación de mil huertas en África, como una colaboración entre

escuelas, campesinos agroecólogos, y socios de Slow Food de distintos

países. En estos procesos, los protagonistas son la gente local.

En Ecuador Slow Food está presente desde hace varios años; existen 14

Convivia y 17 comunidades del alimento de Terra Madre, que han

enviado representaciones a varias ediciones del encuentro mundial en

Turín, Italia. Así también, delegados ecuatorianos participaron en la

primera edición temática “Terra Madre Indígenas” en junio de 2011 en

Plataforma de una nueva cultura alimentaria

Jokkmokk, Suecia, en representación de comunidades indígenas

campesinas de Cotacachi y de socios de la Red de Guardianes de

Semillas.

Tan o más importantes que los encuentros internacionales, son aquellos

locales. En los últimos años, algunos Convivia en colaboración con Slow

Food Internacional, han organizado también ediciones nacionales de

Terra Madre (Brasil, Argentina, Tanzania, Francia, Holanda, entre otros)

permitiendo una convocatoria local más amplia, dando un sentido más

concreto y una continuidad a los resultados. El Día de Terra Madre por

su parte es una fiesta que revive localmente y conecta en forma creativa

cada 10 de diciembre a comunidades del alimento en todo el mundo.

Carlo Petrini sintetiza las características de las comunidades de Terra

Madre en dos nociones: “inteligencia afectiva y austera anarquía”.

A partir de las participaciones en Terra Madre Turín, además de una

visita de Carlo a inicios del 2009 a Ecuador, el movimiento creció

mucho en el país, alcanzando varios centenares de socios, atraídos por

la emoción del momento. Actualmente el número se ha reducido a los

grupos e individuos más comprometidos, con intenciones claras de

fortalecer el movimiento a través de la reactivación y enlazamiento de

los Convivia, y la participación en redes y movimientos locales, como el

Colectivo Agroecológico.

La visita de representantes de Slow Food a Ecuador se dio a propósito de

la adopción del concepto del Sumak Kawsay en la Constitución

ecuatoriana de 2008, que comparte claramente muchos principios con

la filosofía de la asociación. A partir de esta visita, Carlo Petrini ha

invitado continuamente a una líderes mundiales a una reflexión para

transformar todas las Constituciones del mundo hacia modelos más

parecidos a la Constitución ecuatoriana.

Un objetivo de Slow Food, como lo ejemplifica el proyecto de las

huertas en África, es el de apoyar acciones por la soberanía alimentaria

en todos los países. Slow Food promueve una conciencia alimentaria

responsable, colaborando con la organización y comunicación de las

iniciativas locales; reconociendo que los saberes agrícolas y

gastronómicos ligados al territorio, son los únicos que pueden defender

los ecosistemas y garantizar un presente y futuro sano y digno para todos

y todas.

Slow Food se presenta como una oportunidad para fortalecer procesos

ya iniciados en el área andina, así como la activación de tantos otros. Y

es que la asociación puede funcionar como un lugar de encuentro y

mecanismo de conexión para grupos e individuos que se identifican con

estos principios y comparten la lucha desde diversos campos por una

alimentación ética y estéticamente buena.

Claudia García

Coordinadora de Slow Food en Ecuador

[email protected]

Sitios de interés: Slow Food: www.slowfood.com Slow Food Ecuador: www.slowfoodecuador.com Fundación por la Biodiversidad: www.slowfoodfoundation.org

Claudia Garcí[email protected]

Página anterior: la pesca artesanal es una forma de producción que debemos proteger. Arriba: pachamanca frutal ecuatoriana, un mercado tradicional en México, una huerta escolar en África. Fotos: Slow Food.

23

Salud NaturalSalud Natural

El Cardo Santo

La Argemone mexicana es una planta de la familia de las amapolas (o

papaveraceas) que se caracteriza sobre todo por el color de sus flores

de un amarillo fogoso, que le ha valido también el nombre amapola

amarilla.

Originaria de las Antillas y Mesoamérica, es una planta anual que

prefiere suelos áridos y secos. Se reproduce fácilmente por semillas y

se desarrolla como un arbusto de hasta un metro de alto.

El chicalote amarillo, como se le conoce en México, tiene propiedades

analgésicas. Es un sedante y purgante efectivo, pero debe usarse con

mucho cuidado porque también posee propiedades narcóticas y es

tóxico en cantidades excesivas, afectando sobre todo a los ojos. Sin

embargo, los griegos ocupaban el liquido de la planta para tratar

cataratas y opacidades de la córnea.

Es un anti inflamatorio del sistema linfático y es usado contra la tos y la

fiebre.

Exuda un látex amarillo que es utilizado para el tratamiento de

verrugas, y que en forma diluida es útil para tratar varias enfermedades

de la piel.

Se dice que aplicando los pétalos de la flor a hematomas subcutáneos,

estos se reabsorben con mayor facilidad.

Mientras la raíz y la planta son ricas en saponinas, berberina y

protropina, las semillas pueden superar el 30 % de aceite esencial por

peso. Éste se usa como purgante y en la elaboración de jabones.

En la India existen estudios que confirman sus considerables

propiedades antibióticas, limitadas por la afectación que pueden causar

a los ojos si se usa en cantidades excesivas.

En agricultura, el extracto de sus hojas y raíces sirve para detener

ciertos nemátodos y hongos. Las flores controlan poblaciones de

insectos, y el aceite se usa para ahuyentar termitas.

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Fuentes:Salazar, Myriam del Carmen. Alternativas para el manejo de plagas y enfermedades.White, Alan. Hierbas del Ecuadorwww.herbotecnia.com.ar

Experiencias SosteniblesExperiencias Sostenibles

Nos filmamos, nos vemos, reflexionamos y transformamos nuestra realidad

El Video Comunitario Andino (VCA) es un proceso en el cuál las

comunidades se apropian de la cámara de video responsable y

sensiblemente. Mujeres, hombres, abuelas, abuelos, niñas y niños nos

filmamos, nos vemos y mostramos nuestros saberes a otras comunidades

y al mundo. El VCA se basa en la tradición del Ayni que representa la

ayuda mutua en nuestros Andes. Cuando construimos nuestra casa, o

cultivamos nuestra chacra lo hacemos en Ayni. Casi todas las actividades

en nuestras comunidades andinas ocurren con el apoyo mutuo: yo

ayudo a mi vecina y ella me ayuda. Así, apoyándonos en reciprocidad,

desde el 2002 nos filmamos y nos vemos en los videos.

Somos la red de Sallqavideastas que estamos en diferentes

departamentos de Perú, como Puno, Ayacucho, Huancavelica,

Huancayo, Tarapoto y Cusco. Acompañamos a las familias de

comunidades andinas y amazónicas para que hagan sus propios videos

acerca de lo que ellos quieren expresar. La motivación es volver a la

armonía entre el Ser Humano y la Madre Tierra a través del Buen Vivir.

Así el video es un espejo de nuestra vida comunal que nos ayuda a

tomar decisiones y a actuar para construir el Buen Vivir (Allin Kawsay) .

Cada uno tiene una buena mano para algo y así vemos dentro la red de

Sallqavideastas quiénes pueden hacer mejor la filmación, la edición o la

creación participativa de un esbozo de historia. Con el aporte de cada

uno logramos expresar sentimientos y armar historias tan auténticas que

Fotos: Ernesto Pfafflin

Video Comunitarioen los Andes

nuestros videos logran motivar a otras comunidades a recuperar

tradiciones ancestrales. Así transmitimos emociones que vienen desde

nuestros corazones hacia los corazones de la audiencia. Nos han dicho

que estos videos son sanadores porque nos enfocamos en mostrar las

bellezas de la vida andina, en especial nuestra espiritualidad que parte

de que todo en el mundo está vivo y merece respeto y cariño.

En 2011 un grupo de alpaqueros decidieron revivir una antigua tradición andina, y llevaron una cámara para filmar su proeza. Recorrieron una larga ruta hacia el valle montañoso, con una recua de llamas y productos de la puna. Al llegar fueron recibidos con una celebración para sellar esta alianza entre los ayllus de la montaña y del valle. Y volvieron cargados de maíz y otros productos de la zona “baja” hacia sus hogares.Hace solo un siglo estos viajes de trueque se hacían en cada estación de cosecha, involucrando a miles de personas y llamas, en trayectos que demoraban hasta dos semanas de caminata, uniendo los archipiélagos humanos en el vasto desierto puneño. El video que se filmó ha inspirado a otras comunides a retomar esta ancestral costumbre.

Maja TillmannRaymundo AguirreRosío Achahui

24 25

Usos y origen del VCAEmpleamos el VCA como un medio para conocer nuestras riquezas y

problemas. Así nos inspiramos en los saberes locales que son expresión

de la memoria colectiva. A diferencia de los típicos programas de

televisión, los videos comunitarios evidencian mucha creatividad pues

se muestra el contexto cultural como producto de la reflexión de una

comunidad. Con los videos comunitarios también podemos hacer

reclamos y denuncias sobre algo que nos afecta. Como lo hacemos

hablando desde nuestras experiencias, esto tiene una gran efecto

movilizador para nosotros y para otros también.

El Video Comunitario Andino se vincula a una serie de experiencias

mediáticas en diferentes partes del mundo que privilegian el rol de las

comunidades tanto en la producción como en la difusión de los videos

en la sociedad. El valor de los medios audio visuales participativos

radica en alentar procesos de reflexión y acción con base al

conocimiento y las experiencias de comunidades marginadas,

discriminadas o ignoradas. Por eso, el contenido y la forma de los

videos comunitarios son procesos culturales de cómo un grupo crea su

propia imagen y cómo surgen respuestas originales a los dilemas y las

riquezas de la vida local donde vive. Son expresiones que armonizan la

comprensión de la historia local y documentan cómo una comunidad

va ganando confianza y autonomía. Así la comunidad asume los

múltiples caminos de la identidad cultural, de su modo de ser, sentir y

actuar. Es difícil expresar toda la importancia que tienen estas cosas, en

un mundo donde nos hemos acostumbrado a recibir toda la

información audio visual desde un solo enfoque cultural: el de la

globalización.

Como hacemos el VCACuando hacemos los videos empezamos con un ritual pidiendo el

permiso y el cariño de los Apus (montañas sagradas) y de la

Pachamama (Madre Tierra) para que todo vaya bien. Nuestras cámaras

tienen nombre y también son personas, son nuestras wawas que

cuidamos con cariño para que nos regalen su habilidad de registrar

momentos de la vida por mucho tiempo. El video es también una

persona que llega a nuestras vidas para hacernos conversar. Nos mueve

el corazón, los recuerdos y nos ayuda a expresar nuestro sentir. En el

VCA lo más importante es el proceso de compartir de cada uno de los

que participan. Ya que somos culturas orales, quechua y aymara,

estamos encantados de hablar y hablar, contando nuestras historias en

el video. ¡Es mucho más fácil que hacerlo por escrito! Filmamos lo que

nuestro corazón nos lo indica y no lo que el guión nos dicta.

Los protagonistas del video participativo son mujeres, varones, niños,

jóvenes, abuelos y abuelas. Cada uno con su saber e imaginación

contribuye a su manera. No hay jerarquía, directores, especialistas,

asistentes o técnicos porque el video se construye en Ayni y es de

todos por igual.

“Las comidas silvestres de Imata”, testimonio de Raymundo Aguirre

La comunidad de Imata realizó un video en febrero del 2010 durante la

“Jallupacha”, época de lluvia. En esta época, el paisaje se pone verde y

aparecen plantas comestibles silvestres que son la alimentación de esta

temporada. Imata pertenece al centro poblado de Ayrumas Carumas que

se ubica en la zona cordillera del distrito de Acora, región Puno, a unos

4000 a 4100 metros de altura, en la cuenca del río Blanco. Presenta una

geografía con ríos, quebradas, cerros. Allí crecen las plantas silvestres

como el Sik’is, Sank’ayu y Llankallanka, especialmente en las partes de

ladera y en los roquedales. Imata con el acompañamiento de la

asosciación Qolla Aymara, trabaja temas de crianza de agua, soberanía

alimentaria, disminución de bebidas y comidas industriales,

recuperación de comidas locales de la zona y disminución de la

contaminación con plásticos y botellas descartables.

La idea de construir el video participativo surgió en una reunión de

grupos de ayni, integrado por 18 familias, cuando ellos estaban

trabajando en la construcción de qutañas (reservorios de cosecha de

aguas lluvias).

Primero reflexionamos respondiendo las siguientes preguntas: ¿Qué es

un video?, ¿Qué tipo de videos conocemos?, ¿Qué significa video

comunitario?, ¿Para qué podemos hacer un video comunitario?,

¿Quiénes pueden hacer el video comunitario?, ¿Qué tipo de videos

podemos hacer y cuándo lo podemos hacer? Utilizando marcadores y

tarjetas y conversamos en grupos de tres personas y fuimos contestando

lo siguiente:

• Que normalmente los videos son hechos por personas de otras clases

sociales y de otra realidad, que tienen mensajes irrelevantes para

nosotros, o no son educativos, son de violencia, engaños, novelas, etc.

• El video comunitario sería el sentimiento y la expresión de la

comunidad.

• Los videos serían hechos desde nuestra chacra.

• El video comunitario permitiría investigar y conocer nuestra vivencia

campesina.

Luego de esta reflexión, surgió la idea de hacer el video de las “Comidas

Silvestres” porque febrero es la mejor época para ello. Todos nos

pusimos de acuerdo y fijamos la fecha; así mismo nos dimos algunas

tareas para ubicar las plantas silvestres y traer las Wich’uñas (huesos

tallados para extraer las plantas). En la segunda semana del mes de

febrero hicimos el video con la participación de los comuneros. Ese día

todos se sintieron actores, aunque algunos tenían miedo a aparecer en la

imagen, todas y todos participaron de manera alegre, activa y dinámica.

Estaban muy motivados de hacer conocer a los jóvenes que ya no

comen las comidas silvestres y de mostrar que en el campo no

solamente se cultiva sino que la naturaleza nos ofrece diferentes tipos de

comida en cada época del año.

Los comuneros que filmaron y se vieron y luego la comunidad de Imata,

hicieron los siguientes comentarios:

• Faltó la participación de los niños y niñas; en esa fecha son ellos

quienes comen más en el campo.

• Fue bien hecho el video con técnicas participativas.

• Es el primer video que recoge los saberes del campo en la región.

El video sirvió para una reflexión en la comunidad. Después fue

difundido en el ámbito urbano, en el canal de Televisión de Universidad

Nacional del Altiplano (Puno) en el programa Ritos Andinos. Los

académicos y la gente de la ciudad, que no conocían este tipo de

comidas silvestres, llamaron por teléfono para felicitar y agradecer por

presentar aspectos tan importantes de la vida andina.

Para ver Comida Silvestres visita http://www.pasandes.net/videos

Algunos pasos para elaborar un VCA:

1. La comunidad decide el tema que se quiere filmar.2. En comunidad se elabora un esbozo de historia.3. Los sallqavideastas acompañan a miembros de la comunidad a filmar lo acordado.4. En lo posible, todas las noches se muestra el material filmado durante el día, sin editar. Se conversa sobre lo visto, se decide qué se quiere mostrar. También se reflexiona sobre la realidad de la comunidad y qué se puede hacer.5. Se organiza un taller en el cuál se acompaña la edición participativa con un pequeño grupo delegado por la comunidad.6. El video comunitario editado debe ser devuelto de inmediato a las comunidades campesinas que los produjeron proyectándose en un local comunal para su aprobación final antes de su lanzamiento para la socialización. Este también se constituye en un espacio de reflexión y acción.

ContactosSi quieres ver otros videos comunitarios andinos búscalos en:www.pasandes.net, www.excludedvoices.org

Si quieres contactar a los sallqavideastas escribe a:Maja Tillmann, [email protected] Aguirre, [email protected]ío Achahui, [email protected]

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La Red de Guardianes de Semillas de Vida de Colombia

Alba Marleny Portillo [email protected]

“Hasta el más inmenso de los viajes comienza por un simple paso”…

con este proverbio chino es propio iniciar a escribir sobre la Red de

Guardianes de Semillas de Vida de Colombia (RGSV). Somos un grupo

que busca unir voluntades, intereses, sentimientos, afectos y acciones

concretas y prácticas, a favor de la conservación de semillas tradicionales

de cada región. Somos partidarios de la agroecológia, de la conservación

de la tierra y del conocimiento propio como un saber valido para hacer

una verdadera agricultura.

Operamos en el sur de Colombia en los Departamentos de Nariño y

Putumayo desde agosto del 2008, y en complicidad directa con la Red de

Guardianes de Semillas de Ecuador, de la cual recibimos la inspiración

para arrancar nuestra iniciativa.

Cada año

realizamos nuestros

Encuentros de Guardianes de

Semillas, los cuales nos permiten intercam-

biar nuestras semillas y los saberes asociados a ellas;

allí unimos afectos, voluntades e intereses para consolidar

nuestro trabajo en red, en donde la compensación y la reciprocidad son

fundamentales, ya que esta se basa en la ley de la complementariedad, tal

como funciona todo en la naturaleza. Entender esto ayudaría mucho a

mejorar nuestra forma de vida en el paso por este planeta. Solo con el

trabajo asociado, en comunidad, y en RED se logra conseguir los cambios

que necesitamos para salvaguardar la biodiversidad, y particularmente la

agrobiodiversidad que cada día disminuye y se deteriora. Definitivamente

es un reto para nuestra red el trabajo con las semillas nativas y tradiciona-

les con la firme intensión de garantizar la permanencia de nuestros

pueblos en sus territorios de una manera sana y saludable.

Como único mecanismo de control dentro de las acciones de la red,

está la confianza entre sus asociados y el compromiso que cada uno

asuma para solidificar al proceso.

La formación agroecológica es fundamental en las manos y el pensam-

iento de todos los que a diario trabajamos la tierra, es por eso que la red

hace una propuesta de aprendizaje denominada Ecoversidad de los

Andes, para referir a la diversidad de conocimiento, dentro de ella se

encuentra la Escuela de Diseño Agroecológico que cuenta con módulos

de enseñanza en aulas vivas, de los cuales abrimos un ciclo educativo

cada año. La metodología usada es la de educación experiencial, o apren-

dizaje activo.

Ta m b i é n

trabajamos en la

formación de centros de

semillas, lo que incluye registros de

seguimiento a las semillas intercambiadas. Esto es

muy importante ya que así vamos construyendo la historia de

nuestras semillas, además de generar compromisos para su reproducción

y reintegro a la red, en donde con esos intereses en “semillas” se logra

fortalecer el proceso de conservación de las mismas.

Actualmente estamos incursionando en el montaje de mercados

agroecológicos a nivel local, en complicidad con la Federación Agrosoli-

daria Nariño, ya que es necesario que el campo y la ciudad se unan de

una manera justa y solidaria. De igual forma nos hemos unido a la

campaña Come Sano, Seguro y Soberano, que nace en Ecuador y que hoy

es de apropiación libre a nivel latinoamericano.

Buscando alternativas económicas, nos encontramos desarrollando una

estrategia de fondos de ahorro y crédito, los cuales tienen reglas de casa

establecidas, y permiten apalancar proyectos de vida de sus socios, con

recursos autogestionados.

En el año 2011 incursionamos en el tema de Comercialización de

semillas Nativas y Tradicionales lo cual es un gran reto que apoíyara en el

rescate de la agrobiodiversidad que se encuentra en peligro y adicional-

mente generar recursos de auto sostenimiento para los guardianes y la

estructura de la organización.

Por medio de estas labores, se han compartido y conservado más de 500

especies nativas y tradicionales de semillas pertenecientes a la agrobiodi-

versidad campesina en el sur de Colombia (Nariño, Putumayo).

Estructura Organizacional

Actualmente contamos con 8 nodos constituidos y 30 Guardianes

reconocidos. La estructura de la RGSV, como podemos ver, es el cumulo

de personas abrazadas en red con el fin de conservar semillas tradiciona-

les y nativas, todos con esencia ecológica, agroecológica, campesina,

indígena, afrodescendiente, ambiental, social y cultural, siendo el eje

integrador la semilla como parte fundamental de la vida. Algo que preval-

ece y es esencia en la Red es la horizontalidad que se mantiene y se

promueve al interior de su estructura, ya que la base del conocimiento

está en todos y cada uno de los guardianes que la conforman, por eso es

abierta, dinámica y flexible.

La semilla y con ella la agricultura son ejes integradores por excelencia,

de todos los grupos humanos y sus culturas en el planeta, lo que ha

permitido la permanencia de los pueblos en el espacio y el tiempo, a

través de la historia. Sin embargo, hoy en día nos encontramos en un

grave problema de desarraigo cultural, pérdida de identidad y lucha por

la tierra; esto es lo que ha hecho que más del 70% de agrobiodiversidad

se haya perdido, ya que la semilla sin todo ese conocimiento asociado es

un “grano vacío”, genéticamente viable, pero sin valor cultural.

La sabiduría en entender el lenguaje de la naturaleza es muy importante.

Hace unos días el señor Benjamín Sañundo, un guardián de semillas del

corregimiento de Mapachico (municipio de Pasto) nos decía que los

materiales parentales de las semillas, no se pierden, solo se esconden y

duermen, en tanto se generan o encuentran condiciones favorables para

despertarse; es así como en una chagra o cultivo de maíz encontramos en

medio de todas las mazorcas uno de esos maíces negros misados

antiguos; y es ahí el momento de actuar como guardianes de semillas y

conocedores de su ciencia, ya que la naturaleza es sabia, y en muchas

ocasiones nos da la oportunidad de actuar, rescatando ese material

genético para que no se pierda.

Por eso nuestro compromiso es a darle vida a la semilla, manteniendo y

conservando todo lo que la rodea, las prácticas productivas milenarias,

los eventos sociales tradicionales, las formas de subsistencia y economía,

las fiestas, la tradición oral, la gastronomía, y la cultura en general desde

el querer y actuar individual que nos enreda colectivamente en red, para

construir comunidad.

Actuales Nodos de Coordinación de la RGSV:

Departamento de Nariño: San Lorenzo, La Unión, Chachagüí, El Encano, Consacá, , Yacuanquer, Pasto.Departamento de Putumayo: Mocoa.

28

La Conferencia Plurinacional de Soberanía Alimentaria y el Colectivo

Agroecológico del Ecuador han creado un grupo de trabajo en torno al

tema de los consumidores. Esta Comisión Ampliada de Consumidores

lanza el 22 de abril, en celebración del Día de la Tierra, la campaña

nacional por el consumo responsable “¡Qué Rico Es!”

Para lanzar la campaña, se realizará en Quito una gran feria

agroecológica y cultural, con productos naturales, talleres del gusto,

¡Que rico es comer

Campaña Nacional Por El Consumo Responsablesano y de mi tierra!

música y radio en vivo. Paralelamente, se realizarán eventos en otras

ciudades del país.

Más información en www.quericoes.wordpress.com o 

www.quericoeszonanorte.blogspot.com

¡Qué rico es! Se presenta como una nueva etapa de la Campaña por la

Soberanía Alimentaria, que el Colectivo Agroecológico y otros grupos

vienen impulsando desde hace varios años. Les compartimos aquí el texto

de presentación elaborado por la comisión ampliada de consumidores:

¡Qué rico es comer sano, y de mi tierra! Vivir en el

Ecuador es como vivir en un paraíso terrenal. A lo largo del año tenemos

casi de todo. Sin embargo, últimamente hemos cambiado nuestra dieta.

Cada vez comemos menos en casa, y consumimos menos productos

frescos. Grandes y pequeños preferimos los snacks, las colas, los enlata-

dos y el sinfín de productos procesados que el supermercado nos ofrece.

Esto afecta directamente a nuestra salud, y a nuestro bolsillo.

La diabetes tipo 2 se ha convertido en la segunda causa de muerte en

nuestro país, mientras la obesidad crece inexorablemente. Estas enferme-

dades están directamente relacionadas con lo que comemos. ¿Cómo

podemos alimentarnos mejor?

La comisión ampliada de consumidores es un espacio donde nos encon-

tramos organizaciones sociales, universidades, organizaciones no guber-

namentales y personas particulares. Los consumidores organizados

estamos trabajando en alianzas fraternas entre el campo y la ciudad,

ferias agroecológicas, canastas comunitarias. En estos espacios tenemos

la oportunidad de elegir productos que cuidan nuestra salud y conocer a

las personas que producen alimentos deliciosos y de nuestra tierra.

¡Qué rico será encontrarnos cuando inauguraremos nuestra campaña en

todo el país! Es hora de elegir mejor. Te invitamos a ser parte de este

movimiento de consumidores.

Contactos:Eliana Estrella - 096133084 [email protected] Gortaire. COPISA. [email protected]