perspectives on argument by joseph wenzel

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PERSPECTIVAS SOBRE EL ARGUMENTO Joseph W. Wenzel El principal propósito de este ensayo es explicar tres distintas, pero interrelacionadas perspectivas para el estudio del argumento. Tomados en conjunto, constituyen un sistema conceptual que puede proporcionar orden y claridad a un área de investigación que actualmente está caracterizada por una serie de perspectivas y, aparentemente, inconmensurables resultados. La noción convencional de argumento, tal como lo formula la lógica formal, ha sido últimamente cuestionado por nuevas conceptualizaciones. Uno de los temas de este ensayo es que la exacta pregunta propuesta en muchos de estos esfuerzos --¿Qué es un argumento?-- lleva a malentendidos. La investigación reciente en este campo, demuestra que un único constructo de argumento no puede hacer justicia a los variados y unilaterales puntos de vistas asumidos por diversos estudiosos. Si se intenta desarrollar algo así como una "teoría del argumento" o se va a poner el argumento dentro de una tería más amplia, se requiere de esquemas conceptuales que reconozcan y clarifiquen las relaciones entre los diferentes clases de preguntas, datos y explicaciones que los investigadores producen. Siguiendo este planteamiento, este ensayo, propone un conjunto más apropiado de preguntas: ¿Cuáles son las diversas maneras, por medio de los cuales, los estudiosos construyen los argumentos? ¿Qué diferentes prespectivas son así creadas? ¿Qué intereses o propósitos son propios de cada perspectiva? ¿Qué se puede ganar al estudiar los argumentos en esa forma? Un análisis de les tres principales perspectivas que han guíado de hecho (aunque, a menudo, inconscientemente) el estudio del argumento producirán, en efecto, una mejor apreciación de los usos y límites de cada una y puede facilitar el camino para una eventual síntesis. Un segundo propósito de este ensayo es aplicar el esquema de las tres perspectivas a algunos problemas recientes en argumentación. Discutiré que tales temas

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PERSPECTIVAS SOBRE EL ARGUMENTO

Joseph W. Wenzel

El principal propósito de este ensayo es explicartres distintas, pero interrelacionadas perspectivas para elestudio del argumento. Tomados en conjunto, constituyen un sistema conceptual que puede proporcionar orden y claridad a un área de investigación que actualmente está caracterizada por una serie de perspectivas y, aparentemente, inconmensurables resultados. La noción convencional de argumento, tal como lo formula la lógica formal, ha sido últimamente cuestionado por nuevas conceptualizaciones. Uno de los temas de este ensayo es quela exacta pregunta propuesta en muchos de estos esfuerzos --¿Qué es un argumento?-- lleva a malentendidos. La investigación reciente en este campo, demuestra que un único constructo de argumento no puede hacer justicia a losvariados y unilaterales puntos de vistas asumidos por diversos estudiosos. Si se intenta desarrollar algo así como una "teoría del argumento" o se va a poner el argumento dentro de una tería más amplia, se requiere de esquemas conceptuales que reconozcan y clarifiquen las relaciones entre los diferentes clases de preguntas, datos y explicaciones que los investigadores producen. Siguiendoeste planteamiento, este ensayo, propone un conjunto más apropiado de preguntas: ¿Cuáles son las diversas maneras, por medio de los cuales, los estudiosos construyen los argumentos? ¿Qué diferentes prespectivas son así creadas? ¿Qué intereses o propósitos son propios de cada perspectiva? ¿Qué se puede ganar al estudiar los argumentosen esa forma? Un análisis de les tres principales perspectivas que han guíado de hecho (aunque, a menudo, inconscientemente) el estudio del argumento producirán, en efecto, una mejor apreciación de los usos y límites de cadauna y puede facilitar el camino para una eventual síntesis.

Un segundo propósito de este ensayo es aplicar elesquema de las tres perspectivas a algunos problemas recientes en argumentación. Discutiré que tales temas

controversiales se convierten en seudo problemas cuando son examinados desde el punto de vista de esta triple perspectiva.

Las distinciones trazadas en este ensayo han permenecido ocultas en el estudio de la argumentación por algún tiempo, y no reclamo ninguna originalidad en meramente reconerlas. La tres perpectivas, sin embargo, no han sido nunca analizadas con el detalle que aquí se hace. Tampoco sus relaciones, como partes de un sistema conceptual más amplio, han sido bien explicadas.

A modo de orientación preliminar, será útil notaren qué punto este ensayo establece una relación con algún otro esfuerzo por conceptualizar el argumento. En un reciente diálogo, Brockriede y O'Keefe hicieron algún progreso en describir los fenómenos que son que son de interés para los estudiosos de la argumentación.1 Las observaciones inicales de Brockriede sobre los argumentos como centrados en las personas, abiertos y de concepto variable son útiles puntos de partida, particularmente su observación de que un "argumento no es una cosa que la gente busca, sino un concepto que la gente usa, una perspectiva que ella toma".2 Aunque él ofrece una definición de argumento basado en seis características, me siento inclinado a descontar la perspectiva definicional a fin de reinterpretar el propósito de Brockriede como caracterizado por su título "¿Dónde está el argumento?" Loque Brockriede ofrece, me parece, es una descripción de lasclases de situaciones donde el estudio del argumento probará ser útil. Así, encuentro útil reformular su descripción para decir algo como lo siguiente:

El estudio del argumento, de cualquier modo como uno lo construya, es generalmente apropiado en situaciones donde uno o más miembros de un grupo social (o sea, personas que comparten un marco de referencia) responde a problemas o incertidumbres, proponiendo o justificando demandas a fin de facilitar la decisión o la elección entre alternativas. Incidentalmente, entre otros rasgos de interés, está el grado en que tales argumentadores se ponen a sí mismos en riesgo.

El punto de la crítica que O'Keefe hace a Brockriede, no era la de rechazar la caracterización general de los lugares donde los argumentos pueden ser encontrado, sino más bien distinguir dos fenómenos diferentes que pueden ser descubiertos en tales lugares. Elargumento1 de O'Keefe refiere a una clase de actos de hablaindexados en la conversación cotidiana por expresiones como "construír un argumento" y argumento2 refiere a una interacción indexada por expresiones como "tener un argumento".3 Ahora bien, no se sigue necesariamente que, porque hay diferentes fenómenos, tienen que haber diferentes constructos de argumento, y, en verdad, Brockriede argumentó en su defensa que las 6 características de su constructo holístico de argumento se aplican en su totalidad a los dos fenómenos identificados por O'Keefe.4 No obstante, a partir del reconocimiento de fenómenos discretos, tal como lo hace O'Keefe en su ensayo,surge una fuerte sospecha de la necesidad por constructos, concepciones o perspectivas discretas para el análisis. El propósito de este ensayyo es empezar la explicación de tresde esos esquemas conceptuales o perspectivas que han evolucionado para facilitar el estudio de varios fenómenos comprendido por el término "argumento". No estoy preocupadoaquí con el fenómeno per se, sino con maneras de mirarlos, y mi análisis atraviesa las distinciones de O'Keefe.

Como ya observé anteriormente, este ensayo extiende ciertas líneas de pensamiento que han sido tocados, o parcialmente desarrollados, en otros trabajos sobre argumentación. Fisher and Sayles, por ejemplo, desarrolló una distinción entre la perspectiva lógica y retórica del argumento de una manera generalmente consistente con lo que sigue.5 Finalmente, algunas ideas avanzadas en mi ensayo --quizás las más importantes-- fueron expresadas por Maurice Natanson en un ensayo que traza el movimiento de una ingenua preocupación por argumentos concretos, a una mirada más reflexiva por los argumentos como tal --a una preocupación filosófica-- porlos argumentos como el medio para arriesgar, y así crear, el yo:

El que se mueve de un argumento a la forma lógicade ese tipo de argumento, se desvía de un argumento comotal. La argumentación, podemos sugerir, va un considerable paso más adelante: está el rango total que envuelve a los argumentos --argumentos como tales-- y los que argumentan, al participar en tal examen, están sujetos a un orden teórico de escrutinio que busca llegar a un proyecto de toda la empresa. En estos

términos, un argumento es un ingenuo contenido de la vida cotidiana; el argumento como tal, es el tema parauna disciplinada investigación que debe permanecer fuera de los asuntos del sentido común; y la teoría de la argumentación es un desarrollo distintivamente filosófico.6

La discusión de Natanson de este movimiento reconoce los impulsos retóricos, lógicos y filosóficos que han moldeado nuestros modos de construír argumentos. Lo quesigue es un esfuerzo por clarificar las perspectivas retórica, lógica y dialéctica aplicadas al estudio del argumento.

Empezaré por describir las tres perspectivas, primero haciendo un esbozo amplio y, a continuación, completándolo con detalles más finos. En la mayor parte, describiré la visión del profesor-analista-crítico sobre los fenómenos relevantes. En ciertos puntos de la discusión, sin embargo, será útil comentar sobre las perspectivas de los que argumentan como actores sociales ingenuos. Ciertamente las personas ordinarias comprenden deuna manera general alguna de las distinciones que puede hacer una disciplinada investigación; es decir, entre un argumento "persuasivo" y un argumento "correcto". El énfasis, sin embargo, estará puesto en la comprensión de unestudioso. En la sección final del ensayo sugeriré cómo unacomprensión de las tres perspectivas arroja luz sobre recientes problemas en argumentación.

I

De las diversas maneras en las cuales los estudiosos usan el término "argumento" y sus relaciones, tres son de inmediata importancia: argumentos como procesos, argumentos como procedimientos y argumentos como productos.7 Aunque los tres sentidos son registrados, a grandes rasgos, en el lenguaje cotidiano (es decir, "presentar argumentos","estar envuelto en una argumentación", "juzgar un argumento") es la aplicación de los tres sentidos por parte del investigador, lo que es de principal interés. Cuando es usado por especialistas, cada sentido del término refiere a una perspectiva distinta considerada en el examen de los que argumentan y sus conductas, y las perspectivas son, en términos generales, alineadas con las disciplinas que han estado históricamentepreocupadas con argumentos. Así, los tres sentidos están correlacionados respectivamente con las perspectivas de laretórica, la dialéctica y la lógica.

Hablamos de argumentos en el sentido de proceso dondequiera que aplicamos el nombre de argumento o argumentación al fenómeno de uno o más actores sociales dirigiéndo llamados simbólicos a otros en un esfuerzo por ganar adherentes.1 Cuando decimos por ejemplo, "Clarence Darrow luchaba por la justicia social", pensamos del hombrecomo situado en el mundo real de la acción socio-política, hablando a otras personas, tambien situadas en ese contexto, con le propósito de influír sus actitudes, creencias y acciones. Concebimos a sus motivos como persuasión y nuestro propósito al examinar su conducta, susantecedentes y sus consecuencias es el de comprender el proceso de persuasión. Para ser más precisos, cuando hablamos de estudiar un "argumento" desde su perspectiva retórica, queremos decir que buscamos comprender ciertos elementos empapados por el proceso de persuasión. Así, la perspectiva retórica construye "la argumentación" como un proceso persuasivo.

Un segundo sentido del término es de un argumentocomo procedimiento, y es en este sentido que el argumento está aliado con la dialéctica (y otras maneras de manejar el discurso tales como el debate y la discusión).8 En el

lenguaje ordinario, a menudo marcamos este sentido por expresiones tales como "conducir un argumento" o "comprometerse en una argumentación". La perspectiva dialéctica construye un argumento como un procedimiento o una metodología para poner el proceso natural de argumentarbajo algún tipo de deliberado control. Los participantes son comprendidos, no sólo como meros participantes, sino como abogados auto-conscientes, y sus motivos son concebidos como un único esfuerzo cooperativo para alcanzarjuntos una decisión o entendimiento. El elemento de cooperación se revela más claramente en su abierto acuerdo sobre reglas de procedimiento. El ingreso en un método de discusión es presupuesto para alterar la naturaleza de una interacción argumentativa.

El Argumento en el tercer sentido puede ser pensado como un producto tanto de ingenuos actores socialesque argumentan, o de conscientes abogados que se comprometen en una argumentación, pero que debe su existencia a la construcción de expresiones particulares dealguien como "argumentos". En este, el sentido lógico, un argumento es un conjunto de proposiciones (premisas y conclusión o evidencia y pretensión) por medio de las cuales alguien elige representar "significados" abstractos del proceso en marcha de la comunicación. Tales argumentos-objetos son imparciales e imperfectas representaciones de las expresiones humanas, pero constituyen esfuerzos significativos para objetivar aspectos del significado que pueden ser apropiadamente sujetos a un análisis y una crítica. En el lenguaje cotidiano invocamos la perspectiva lógica cuando hablamos de "estructurar un argumento" o "examinar un argumento".

No debería sorprender el que haya diferentes sentidos del término "argumento", o que ellos reflejan perspectivas bastante diferentes, porque la palabra es usada para referirse a un rango de fenómenos asociados con algunos de nuestros más complejas y significativas conductas humanas. La contemplación de esa conducta ha dadolugar a la práctica y a los intereses teóricos que están históricamente asociados con la retórica, la dialéctica y la lógica: el interés en adaptar en forma efectiva el discurso a los auditores particulares; el interés en

desarrollar y usar métodos de toma de decisiones colectiva; y el interés en descubrir y emplear estándares para el juicio racional. Cada disciplina enfoca sus lentes en el mismo rango general de la actividad humana, pero cada una hace resaltar diferentes fenómenos. Así, si uno pregunta a cada uno "¿Qué es un argumento?" es probable quedifieran drásticamente. "Un argumento", dice un lógico," esun conjunto de proposiciones que consiste de premisas y conclusión o apoyo y pretensión". "Argumento", dice el retórico, "es un modo de apelar, un medio de persuasión, una conducta típica de personas que usan símbolos para comunicarse". "Argumento", dice el dialéctico, "es un método disciplinado del discurso para someter a un test crítico las tesis". A cada una de estas proposiciones, unoestá inclinado a responder: "¡Bien! por supuesto, eso es correcto --hasta cierto punto." Pero, tal como el cuerpo puede ser estudiado anatómicamente, fisiológicamente o químicamente; del mismo mmodo, el proceso de la argumentación puede ser estudiado retóricamente, dialécticamente o lógicamente. En cada caso, los diversos estudios se complementan y se enriquecen mutuamente. Debidoa que sus límites son inevitablemente oscuros, no obstante,una palabra de cautela puede ser necesaria aquí. La categorización de las perspectivas es necesario para reconocer el punto de partida de la investigación, las preguntas estratégicas de cada disciplina, y la clase de resultados que se esperan de cadauno. Pero tenemos que estar preparados para esa nítida forma que se oscurece justo en esos puntos donde una perspectiva emerge de la otra, donde las cuestiones de fisiología, por decirlo así, son transformadas en cuestiones de bioquímica, donde los problemas de lógica se convierten en dialécticos. Una completa comprensión de los procesos de argumentación consistirá de una eventual síntesis de los resultados logrados en las tres perspectivas.

En este punto, el amplio esbozo de las tres perpectivas meramente recapitula lo que ha sido reconocido,hasta cierto punto explícitamente, en recientes análisis delos argumentos. Sin embargo, algunos avances pueden ser

hechos en esos análisis, si enfocamos más precisamente sobre varios elementos que son comúnmente invocados en los intentos por conceptualizar argumentos. Específicamente, lanoción de propósito, situación, reglas, estándares y agentes. Los siguientes análisis, más finos de esos elementos, nos permitirán construír una mejor comprensión de cada perspectiva. Además, tales análisis nos ayudarán a revelar cómo cada perspectiva es informada por los intereses prácticos de una persona que actúa dentro de él y por los intereses teóricos de los críticos-académicos que examinan tal acción.

II

PROPOSITO

Las tres perspectivas se distinguen fundamentalmente en términos de la concepción de propósito que caracteriza a cada uno. Como observé antes, los modos de acción y de investigación envueltos en la concepción de la retórica, la dialéctica se originan en los propósitos prácticos de los que usan el lenguaje. En el caso de cada perspectiva, por lo tanto, será útil tener en cuenta que los propósitos teóricos de los estudiosos están condicionados por los efectos prácticos en vista de los cuales las disciplinas se desarrollan.

El arte de la retórica fue creado para satisfacerlas necesidades de las personas que buscan persuadir a otras. y a pesar de todas las variaciones de definiciones dadas por los teóricos de la retórica, su concepción medular de los, propósitos de la conducta retórica permanecen igual. El "descubrimiento de los medios de persuasuión disponible"9 de Aristóteles, el "adaptar el discurso a su fin"10 de Campbell, el "ajustar las ideas a la gente y la gente a las ideas"11 de Bryan, y el "ganar adherencia a sus tesis"12 de Perelman, todos confluyen a lamisma tarea básica: señalar los recursos de representación simbólica (típicamente linguísticos), a fin de expresar nuestra conprensión de cómo las cosan son y cómo deberían

ser, de una manera que las haga atractivas hacia otras personas. Dentro de la perspectiva retórica, por lo tanto, los argumentos están construídos como un modo de representación simbólica que tiene potenciales únicos para influenciar a la gente. Cuando ellos observan a las personas que hacen argumentos, los teóricos y críticos de la retórica están interesados en el amplio acto comunicativo (como opuesto a un abstracto silogismo o lo que sea), en las expresiones en el lenguaje natural (como opuesto a algún lenguaje lógico formal), y en la relación del acto comunicativo con los interlocutores reales (como opuesto a algún idealizado ser racional).2 Es el interés enel argumento como persuasión lo que sirve de base a estos aspectos de la perspectiva retórica y la distinguen de la lógica.

"La Retórica", dice Aristóteles, existe para afectar la realización de la decisión".13 También lo hace, por supuesto, la dialéctica; pero las dos disciplinas sirven al proceso de toma de decisión de maneras complementarias. Como arte de la adaptación, la retórica desarrolla la habilidad para hacer atractivo a los demás los puntos de vista propios. Como arte del manejo del discurso, la dialéctica proporciona los medios para hacer nuestras expresiones simples, ya que las oportunidades son propuestas para preguntar y responder, definición y clarificación, refutación y respuesta. El propósito último de la dialéctica, como método de argumentación, es promoverunn análisis crítico de las expresiones alternativas de la comprensión de cómo las cosas son y cómo deberían ser. Aunque otorgó el uso de las habilidades dialécticas para eldesarrollo intelectual y las discusiones casuales, Aristóteles consideró que dialéctica era principalmente útil en las ciencias filosóficas "porque la habilidad para descubrir dificultades que deben ser investigados en ambos lados de la investigación, nos hará detectar más fácilmentela verdad y el error sobre los diversos puntos propuestos."14 A nivel teórico, la perspectiva dialéctica incluye todos los estudios de formas del discurso que buscan comprender las condiciones que afectan la toma de decisión crítica.

El propósito de la lógica también es tomar decisiones, pero a un nivel microscópico, porque la lógica como arte práctico aplica reglas y estándares a específicosy limitados conjuntos de proposiciones, ofrecidos como expresiones de legítimos procesos de razonamiento. En la perpectiva lógica, por lo tanto, los argumentos son constreuídos como cosas o productos que pueden ser abstraídas del proceso de interacción comunicativa que se produce en la dialéctica o la retórica. Como estudio teórico, la lógica trata de descubrir o desarrollar cánonesde inferencias correctas que nos capacitan para establecer ciertas expresiones como un conocimiento confiable.

De esta manera, las tres perspectivas son gobernadas por distintos propósitos. Los estudiosos del argumento adoptan la perspectiva retórica a fin de investigar las condiciones de expresión efectiva, la perspectiva dialéctica para comprender las condiciones de expresiones simples y críticas, y la perspectiva lógica para investigar las condiciones de validez en la expresión de nuestros pretensiones de conocer.

SITUACION

La noción de situación está construída de un mododiferente en cada una de las tres perspectivas. Para empezar, un camino para distinguir la visión de la perspectiva retórica y dialéctica es decir que la perspectiva retórica es "real" mientras que la dialéctica es "inventada". Los argumentos llaman la atención en situaciones en las que, todos estarán de acuerdo, son retóricas. Los argumentos de la vida cotidiana consisten deexpresiones reales producidas por actores sociales reales en situaciones de exigencias, restricciones y potencialidades que son parte de una realidad social.15 Frente a una exigencia actual, se espera que la expresión produzca una acción en los que escuchan. Los elementos de la situación retórica son comprendidos por los teóricos o los críticos como reales, concretos, particulares e inmediatos.

En contraste, la situación dialéctica es caracterizada por una actitud de "supongamos que...". El mundo natural de la acción social se ha suspendido (momentáneamente, al menos) en la medida que las personas entran en un ámbito especial de diálogo. El motivo retórico, destinado a resolver una exigencia a través del discurso persuasivo, cede el camino al motivo dialéctico, destinado a criticar tesis; y la real, concreta, particulare inmediata substancia del llamado retórico, cede el caminoa las consideraciones dialécticas de asuntos que son hipotéticos, abstractos, universalizables y mediatos.

La profunda importancia de esta distinción entre la situación retórica y dialéctica es presentada por JurgenHabermas, quien basa su teoría consencual de la verdad parcialmente en la posibilidad de una genuina dialéctica. La "acción comunicativa" ordinaria (conducta retórica), él explica, se encuentra en un tácito marco de consenso que incluye el acuerdo sobre hechos y normas. Cuando estos últimos son cuestionados, ellos pueden ser rescatados o racionalmente establecidos ingresando en un "discurso" (o sea, dialéctico):

En las acciones comunicativas, las pretensiones de validez, enraizadas en los hechos, que forman el sustrato del consenso, son asumidas ingenuamente. El discurso, por otra parte, sirve de justificación de las pretensiones de validez de las opiniones y normas. Así, elsistema de acción y experiencia nos refiere de una manera que nos compele a una forma de comunicación en la cual los participantes no intercambian información, no dirigen ni desarrollan acciones, tampoco tienen o comunican experiencias; en su lugar, ellos buscan argumentos u ofrecen justificaciones. El discurso, por

lo tanto, requiere la virtualización de las restricciones en la acción. Esto es intentado para hacerinoperativos todos los motivos, excepto solamente los de disposición cooperativa para llegar a una comprensión, y además requiere que las cuestiones de validez sean separadas de aquellas de la génesis. El discurso, por lo tanto, hace posible la virtualización de las

pretensiones de validez; esto consiste en nuestro

anuncio con respecto a los objetos de la acción comunicativa (cosas y eventos, personas y expresiones) una reserva concerniente a la existencia y concebir los hechos tanto como las normas desde el punto de vista de la existencia possible. Para hablar como

Husserl lo hace, en el discurso ponemos en paréntesis las tesis generales. Así los hechos son transformados en

situaciones que pueden o no pueden ser el caso, y las normas son transformadas en recomendaciones y advertencias que pueden ser correctas o apropiadas sino también incorrectas o inapropiadas.

Solamente la estructura de esta peculiarmente irreal forma de comunicación garantiza la posibilidad delograr un consenso discursivo, que puede ganar el reconocimiento de racional.16

Para los propósitos del teorizar dialéctico, por lo tanto, la situación es construída como una arena para eldiscurso que es creado para el propósito de facilitar un proceso creítico. Ambos, el teórico de la retórica y el teórico de la dialéctica podrían estar interesados en la situación en la cual las interacciones argumentales (argumentos2) ocurren, pero el centro de su atención podríadiferir de un modo notorio.

La perspectiva lógica pone en escena una tercera y bastante diferente concepción de situación o contexto. Para los propósitos del análisis lógico y la crítica, Burleson escribe, "La noción de Toulmin de dependencia-de-campo es una particularmente útil y penetrante manera de conceptualizar el contexto. Si se comprende propiamente, eldiagrama de Toulmin lleva a los críticos y teóricos a considerar lo que puede ser denominado el contexto sustantivo de un argumento".17 Los lógicos se centran en un conjunto de proposiciones que son abstraídas del contexto comunicativo, objetivado y despersonalizado, y contemplado como una construcción de una potencial importancia epistemológica. Para evaluar esa construcción,sin embargo, se requiere que sea situado en un "contexto lógico" determinado por el campo de investigación para el

cual reclama significado. Burleson describe tal contexto como:

un ámbito de ideas y relaciones entre ideas compartidas por los miembros de una comunidad. Una consideración de este contexto obliga a preocuparse de temas como: ¿Qué constituye datos y apoyos creíbles y relevantes? ¿Qué clase de pretensiones pueden ser propuestos legítimamente? ¿Qué factores determinan la extensión en que las pretensiones pueden ser cualificadas?¿Qué tipos de garantías son permisibles? Obviamente, estalista podría ser extendida para comprender una variedad de temas similares.18

Por supuesto, los campos de argumento pueden ser extremadamente difusos y poco estructurados o pueden ser compactos y disciplinas altamente institucionalizadas. No importa cuánto ellos pueden variar en formalidad o precisión, no obstante, todos los campos de serias discusiones son distinguidas por propósitos prácticos que dan sentido a sus estándares y reglas de inferencia.19 Esepunto es ilustrado por el uso de tres perspectivas sobre elestudio del argumento, y la próxima sección tendrá que ver con el apelar a los estándares, al teorizar y criticar en materias retóricas, dialécticas y lógicas.

NORMAS Y ESTANDARES

Estos elementos sirven para discriminar las tres perspectivas de una manera simple, desde el punto de vista del teórico como del práctico. Si el retórico es un actor social en una situación real, él debe estar limitado fundamentalmente por ciertas reglas sociales tácitas. Este será el caso si él es un rústico analfabeto hablando en unataberna local o bien, un hábil parlamentario en el Congreso. Tales reglas forman parte del contexto consensual que hace posible la comunicación ordinaria. Si se las cuestionara, por ejemplo, por un decreto para cambiar las reglas del Parlamento, o aún por una pretensiónde que está justificado usar un lenguaje cuestionable; el equilibrio podría ser restaurado sólo por medio de una suspensión de la acción comunicativa en proceso y por un recurso a la dialéctica. La tácito, y usualmente no

problemática comprensión de tales reglas es una condición constitutiva de la acción retórica. Es, por supuesto, una parte importante del "marco de referencia compartido" que Brockriede enfatizó como la base del argumento.20

Volviendo a la dialéctica, aparece que la consciente articulación de la reglas es una característica que definen esa perspectiva del argumento. La decisión de suspender las restricciones de la acción, para entrar en elreino del discurso a fin de someter a un riguroso examen las tesis, lleva inexorablemente a la realización de una necesidad por reglas de procedimiento. Ninguna clase de discusión servirá los intereses de la dialéctica, sino sóloese método o procedimiento que da el máximo de oportunidad para la crítica de proposiciones propuestas. Si el criteriofundamental para las reglas de la retórica es la "eficacia", la de la dialéctica puede ser descrita como la de la "sencillez". Cada paso en una cadena de razonamiento tiene que ser expresado totalmente; nada debe ser asumido, ciertamente nada puede ser cancelado. Así, Sócrates obtienede Gorgias la promesa de dar respuestas breves, ofrece un cuestionamiento recíproco, etc.21 Como Perelman y otros hanobservado en la forma clásica de la dialéctica, las reglas que limitan el diálogo a breves intercambios, o preguntas yrespuestas, aseguran que cada premisa sea examinada antes de que se le permita formar parte de una cadena de razonamiento. Ningún efecto de elocuencia será permitido para desarrollar un punto débil con una audiencia irreflexible: "El razonamiento aquí (en la dialéctica platónica) avanza paso a paso; cada paso tiene que ser verificado y y debe ser confirmado por la aprobación del interlocutor".22 Así, la perspectiva dialéctica ve a la argumentación como un procedimiento gobernado por reglas que están abiertamente articuladas y aprobadas, en lugar deser tácitas y no examinadas.

Las reglas características de la perspectiva lógica son, quizás, demasiado obvias para requerir una extensa discusión, y es igualmente obvio que ellas difierende aquellas de las perspectivas retóricas y dialécticas. Lacrítica lógica está determinada para establecer el valor deun argumento abstraído del proceso retórico o de los

procedimientos dialécticos, y los teóricos de la lógica están preocupados de formular las reglas y los estándares que permiten tales juicios. El término clave aquí, paralelo a la "efectividad" de los retóricos, y a la "sencillez" de los dialécticos, es la noción de "validez" de los lógicos.

ARGUMENTADORES Y AUDIENCIAS

Las características del que argumenta es un importante elemento sólo al distinguir la retórica y la dialéctica, y algo se ha dicho ya sobre cómo el que argumenta es construído en cada una de estas perspectivas. Podemos hablar de un "retórico" como de un "actor social ingenuo" porque uno no necesita ninguna conciencia particular del rol para actuar, o ser construído, como un agente persuasivo. Todos somos retóricos. Nuestra naturaleza humana está tan unida con el lenguaje y la sociabilidad que no podemos evitar la acción retórica. No ocurre así con la dialéctica, sin embargo. Enfrentados a laoposición, podemos invocar numerosas estrategias de evasión. Así, la dialéctica requiere, en primer lugar, el reconocimiento de otra persona que de alguna manera se enfrenta y se opone a nosotros. La decisión de hablar sobreel conflicto, para "ventilar las diferencias", en lugar de romper la interacción, lleva el implícito reconocimiento deroles de abogados, y el desarrollo de una genuina dialéctica implica una creciente auto-conciencia de los participantes. Por esta razón, podemos hablar de los que seenfrentan en la dialéctica como abogados auto-conscientes.

Es en su rol de receptores de mensajes que las personas son más significativamente distinguidos en las tres perspectivas. Los roles relevantes construídos por losteóricos o críticos son los de audiencia retórica, el de interlocutor dialéctico, y la crítica lógica, proque estos son los tres que, en varios modos, intercambian juicios o argumentos. Un útil conjunto de distinciones deriva de la caracterización de Perelman de las audiencias como particulares o generales.23 La audiencia retórica es comprendida como una reunión particular de personas, ya sean reales o construídas por el que argumenta, como

personas a las que él se dirige. El acto de la retórica es una adaptación de las ideas a personas particulares en una situación particular.

En contraste con esto, la perspectiva lógica, ha tradicionalmente construído el receptor/examinador/crítico como una configuración impersonal de reglas universales. Esa es, por lo menos, la idealizada concepción de la crítica que se sigue de una lógica puramente formal. Una poco característica intromisión dentro de ese formalismo parece ser la causa de la indicación de Perelman y Olbrechts-Tyteca de que "La argumentación dirigida a una audiencia universal debe convencer al lector de que las razones aducidas son de un caracter que compele, que son auto-evidentes y poseen una validez absoluta e intemporal...y...". La máxima eficiencia retórica, en el caso de una audiencia universal, es la retórica que emplea nada sino pruebas lógicas.24 La concepción de la crítica lógica que emerge de tal formalista noción de la lógica no es tanto la de un ser humano ejercitando el juicio, como lade una "máquina lógica" que aplica algunas invariables reglas de validez. Además, uno se pregunta qué clase de proposiciones y argumentos (excluyendo las proposiciones matemáticas) podrían posiblemente ser consideradas "evidentes por sí mismas" y "poseer una validez absoluta e intemporal". Así, Perelman y Olbrechts-Tyteca parecen caer en ese poco característico formalismo porque en ese punto ellos se centran en la naturaleza de la apelación como el último fundamento de la validez y la corrección.

Una lectura alternativa de Perelman y Olbrechts-tyteca enfatizaría las personas que construyen la audienciauniversal como la base para el juicio lógico. En esta perspectiva, un argumento es válido sólo si podría ganar laaprobación de la audiencia universal que podría ser definida como conformada por todos los jueces calificados.25 En esta perspectiva además, la validez lógica ya no es construída meramente en términos de estructura formal y evidencia por si misma, sino más bien está basada en cualquier criterio sustantivo que los observadores cualificados invocan. Ahora bien, esta es una concepción del criticismo lógico mucho más amplia que la

concepción tradicional de la lógica formal. Más importante quizás, es una concepción de la crítica lógica que es considerable más difícil visualizar en la práctica. Despuésde todo, cualquier persona de una ordinaria inteligencia, que pueda aprender las reglas de un sistema formal, puede aplicarlas y el criticismo llega a ser una tarea relativamente simple. En contraste, es mucho más arduo concebir una audiencia universal estableciendo el conocimiento sustantivo relevante total que permita una completa crítica del conocimiento de la historia del tópico, una familiaridad con todas la evidencia relevante, el tener en cuenta los casos especiales, y otras consideraciones similares. ¿Cómo podría, entonces, ser realizado esta suerte de criticismo lógico? La respuesta histórica ha sido: a través de la dialéctica.

El interlocutor en la dialéctica puede ser comprendido como una amalgama del auditor retórico y el crítico lógico. Los que discuten son, en efecto, personas pàrticulares, pero los procedimientos críticos los obliga arepresentar la idealizada audiencia universal. El interlocutor dialéctico puede así ser construído como una persona particular "restringida" por la universalidad. Su particularidad es innegable y, en verdad, influencia todo su discurso real, pero el rol de interlocutor, en tanto interlocutor, es justamente esforzarse por representar la audiencia universal de todas las respuestas cualificadas. Ese rol es intuitivamente comprendido por cualquiera que toma seriamente el papel de abogado del diablo y trata de levantar legítimas objecciones a una línea de argumento.

No obstante, el problema de realizar la completa crítica dentro de un marco dialéctico subsiste, porque ninguna persona o grupo puede realmente envolver las capacidades de una audiencia universal. Debido a que ese problema es un problema fundamental para cualquier investigación disciplinada; las soluciones que, de hecho, han sido diseñadas representan la aplicación de la perspectiva dialéctica. En las sociedades democráticas, el "libre mercado de las ideas" es una de tales soluciones. Enciencia, como Toulmin lo ha explicado, la mantención de apropiados lugares de contienda para el test de conceptos

científicos representa una aplicación de la perspectiva dialéctica.26 Ninguno de estos lugares de contienda presupone una audiencia estática universal, cada audiencia depende, para una completa crítica, sobre la probabilidad de que toda persona cualificada tendrá una justa oportunidad de proponer tesis y criticarlas. Además, la certeza de la respuesta crítica en tales lugares de contienda genera un motivo, en todos los participantes, de intentar satisfacer los estándares de la idealizada audiencia universal. Es así que la perspectiva dialéctica informa toda la investigación disciplinada e implica la perspectiva de los participantes o participantes que cumplen un rol crítico.

TABLA I

TRES PERSPECTIVAS RESUMIDAS

Perspectiva Retórica: enfoca el "argumentar" como PROCESO.

Propósito práctico: Persuasión.Propósito teórico: Comprender las condiciones para un argumentar efectivo.Situación: Situaciones retóricas naturales.Reglas: Reglas sociales tácitas.Estándares: Efectividad.Locutor: Actor social ingenuo.Auditores: Audiencia particular.

Perspectiva Dialéctica: enfoca la "argumentación" como PROCEDIMIENTO.

Propósito práctico: La crítica.Propósito teórico: Explicar las condiciones parauna argumentación simple y crítica.Situación: Lugares de controversia inventados del discurso.Reglas: Reglas de procedimiento explícitas.Estándares: SencillezLocutor: Abogado Consciente.Auditor: Particular restringido por la

universalidad.

Perspectiva Lógica: enfoca el "argumento" como PRODUCTO.

Propósito práctico: El juicio.Propósito teórico: Establecer estándares para argumentos correctos. Situación: Campos de argumentos.Reglas: Reglas inferenciales explícitas.Estándares: Corrección.Locutor: Explicador impersonal.Auditor: Audiencia universal.

SUMARIO

La Tabla I proporciona un sumario de los elementos examinados en este esbozo de las tres perspectivas. Al cerrar la sección sería apropiado tomar nota de la relación instrumental entre las artes prácticas de las cuales se han deaarrollado las tres perspectivas. Encualquier situación problemática donde la gente debe tomar

decisiones, las habilidades retóricas que permiten a los locutores presentar sus puntos de vista sobre el mundo de una manera que atrae la atención de otros. Pero el poder retórico, por sí mismo, garantiza solamente la supremacía de los más elocuentes o los más agudos. Los procedimientos dialécticos no niegan las funciones de la elocuencia; pero ellas sí aseguran que las alternativas visiones retóricas puedan ser creadas y consideradas. La dialéctica requiere, además, una periódica detención en la comunicación de modo que las premisas y los saltos inferenciales puedan ser examinados. Aquí, la lógica se preocupa de aplicar los cánones de la inferencia correcta a las estructuras específicas que los que discuten "emplean" en la discusión pública. Así, el poder creativo de la retórica es dominado por el poder judicial de la lógica a través de los procedimientos críticos de la dialéctica. De acuerdo con esta visión, las tres perspectivas forman parte de una concepción de la argumentación como la exposición de la crítica de la toma de decisiones.

III

Con esa descripción de las tres perspectivas antenosotros, es ahora apropiado decir algo sobre cómo esa formulación podría contribuír al estudio de la argumentación. Estableceré cuatro puntos sobre la utilidad del sistema y los discutiré brevemente.

Primero, la taxonomía propuesta por las tres perspectivas puede, por sí misma, ayudar a clarificar la significación de previos trabajos sobre la argumentación tanto como las potencialidades de futuras líneas de investigación. La significación de mucha de la investigación previa se hace más clara cuando es puesta dentro de los límites de las tres perspectivas. Estudios sobre la evidencia, por ejemplo, se han enfocado algunas veces directamente sobre los efectos de ciertas clases de material de apoyo, contribuyendo de esta manera a nuestra comprensión retórica; otras veces estos estudios han tratado directamente con el valor probabilístico de la

evidencia, cuando ésta ha sido sometida a test por medio deestándares lógicos muy bien articulados. Pero también han habido estudios sobre la evidencia que confunden la perspectiva lógica y la perspectiva retórica y, en consecuencia, producen resultados cuestionables. El uso delmodelo de Toulmin proporciona otro ejemplo del problema de la perspectiva. Muchos estudiantes cuando aprenden por primera vez el modelo lo construyen como una prescripción retórica; ellos pueden ser fácilmente liberados de esa noción si alguien les explica que LOS USOS DEL ARGUMENTO constituye un refinamiento de la perspectiva lógica. Finalmente, con respecto a la investigación futura, una adhesión a las tres perspectivas como un principio organizador, permite a los estudiosos especificar claramente la ubicación de sus proyectos en este amplio marco, como también la relación de sus hipótesis y los resultados con el propósito general de la perspectiva implicada.

En segundo lugar, el reconocimiento de las tres perspectivas puede ser especialmente beneficioso para clarificar las diferentes clases de estudios críticos o evaluativos del argumento. Del mismo modo como el término "argumento" puede ser construído de maneras diferentes, asítambién la pregunta: "¿qué es un buen argumento?" puede ser susceptible de al menos tres posibles respuestas. (En realidad más de tres, pero deliberadamente voy a evitar el tema del juicio ético por el momento). Desde el punto de vista de la retórica, un buen argumento es uno efectivo, desde el punto de vista de la lógica, es uno válido y desdeel punto de vista de la dialéctica es un intercambio simpley crítico. La incapacidad de distinguir estas perspectivas críticas, fundadas en disciplinas diferentes, ha dado lugara una serie de problemas en la literaruta que yo consideraría como "seudo-problemas". Uno de estos fue el debate sobre la relevancia de la lógica con respecto a la retórica en el que están claramente involucrados Mortensen y Anderson, por una parte, y Mills y Petrie, por el otro.27En artículos y en trabajos presentados en convenciones, losadversarios tomaron posiciones que ellos, y la mayoría de nosotros creyeron, presumiblemente, que eran inconsistente o incompatibles. Mortensen y Anderson cuestionaron el punto

de vista que prevalecía argumentando que la lógica tiene muy poco que contribuír al estudio del argumento cotidiano.Su posición estaba fundada sobre supuestos y observaciones en torno a las siguientes líneas: el argumento tiene que ser comprendido como un medio de persuasión; que tal comprensión requiere una completa comprensión del contexto social, material y linguístico de las expresiones; que las formas y métodos de ambos el contexto-invariante y el contexto-variante de la lógica impiden tal completa comprensión; que el análisis lógico necesariamente proporciona una versión distorsionada del argumento como unfenómeno comunicativo. En consecuencia, su posición se ubicaba claramente en una perspectiva retórica y estaba condicionada por ella. Lo que ellos habían establecido era que los métodos lógicos no producían una comprensión retórica.

Mills y Petrie replicaron con una defensa de la lógica que reconocía su necesaria interpretación y abstracción de la totalidad del discurso cotidiano. "Así, admitiendo los problemas de la traducción," ellos concluyeron, "uno puede retener la exposición lógica tradicional" y también "se hace sensible a muchas facetas de la argumentación y al contexto general del argumento".28Las dos posiciones en disputa no eran, en realidad, incompatibles (en sus rasgos fundamentales al menos) y una justa apreciación de sus diferentes énfasis y valores podría haber sido obtenido, si se hubiesen ubicado al interior de las tres perspectivas esbozadas aquí.

Esencialmente la misma disputa fue reabierta por el ataque de Willard al modelo de Toulmin. Sus dos objeciones iniciales era (1) que hay una confusión acerca de qué diagramas se suponen que representan y (2) que los argumentos persuasivos son demasiado complejos para ser adecuadamente representados por medio de diagramas.29 Por "argumentos persuasivos" Willard se refiere a los eventos en el "mundo de los fenómenos del actor social". El continúa explicando:

Cuando una persona A envía un mensaje a una persona B, debe considerarse el papel de una miríada de

complejas variables para describir adecuadamente "lo que sucede". La percepción de la fuente de la situación, del significado de los símbolos, de las otras personas (y sus motivos) y de sus opciones disponibles par la acción, contribuyen a sus

elecciones de ciertas proposiciones sobre otras. Lo paralinguístico, lo kinésico, y las claves de

manejo/proxémico tendrán un efecto importante sobre la última comprensión de las proposiciones por parte del receptor.

Ahora, si tales fenómenos pueden ser analizados adecuadamente en su totalidad, debe ser hecho desde una perspectiva retórica (o quizás, desde una comunicación interpersonal ampliamente construída), y la cuestión de losdiagramas del argumento está fuera de lugar. Así, la segunda objección de Willard parece dirigida contra un hombre-de-paja.30

Volviendo al primer punto, sin embargo, uno encuentra un tema más viable: ¿Pueden los diagramas ser usados sin una confusión conceptual? De nuevo, otra vez, elsimple reconocer las tres perspectivas sobre la argumentación proporciona la base para una respuesta satisfactoria, porque el modelo de argumento es una directaaplicación de la perspectiva lógica. Burlerson ha argumentado este punto con bastante claridad, explicando cómo puede ser empleado, con sensibilidad hacia el contextode la comunicación en el cual las demandas son hechas y apoyadas, a fin de resituarlos en el contexto lógico en el cual ellos pueden ser propiamente evaluados.31 Así, el llamado de Willard a los teóricos y críticos de la argumentación para "desechar el uso de los diagramas" puededifícilmente ser garantido a la luz de una apreciación de lo que diferentes perspectivas pueden ofrecer.

Un segundo seudo-problema, basado en una confusión de perspectivas aparece en la reciente búsqueda por esa sustancia mágica que trasmuta la base sofística en preciosa sabiduría, es decir, "validez retórica". Farrel y McKerrow se encaminan, en ensayos separados, a lograr esta meta.32 Sus recorridos tienen muchos puntos en común. En

primer lugar, cada uno encontró su trayectoria marcada por los guijarros de las tradiciones de los primeros filósofos que necesitaron de extraños circunloquios. Farrel, por ejemplo, trata de superar el obstáculo de la necesidad lógica de esta manera:

Hablar de necesidad en un contexto retórico puedeparecer un poco inusual. No obstante, el primer constituyente de la validez retórica podría reinterpretar "la necesidad formal" como la participación necesaria de una audiencia en la

elaboración de la "forma" retórica.33 (énfasis en el original).

En otros puntos del ensayo "válido" es igualado con "relevante" y con "verdadero".34

McKerrow abrió su ensayo con una simple confusiónde los propósitos lógicos y retóricos:

El discurso argumentativo es una actividad de darrazones. A excepción de raras instancias, las razones propuestas no proporcionan una prueba de la verdad o

la corrección implicada por la demanda. A fin de que un abogado pueda establecer con exactitud la eficacia de su discurso, se requiere de una lógica compatible con los requisitos de tal actividad no-analítica.

En términos más generales, la teoría de la retórica contemporánea requiere el funcionamiento de una lógica compatible con las exigencias, restricciones e incertidumbres que gobiernan las situaciones definidascomo retóricas.35

Esto representa, a mi juicio, una confusión de lógica y retórica. No es la tarea de la lógica "establecer la eficacia del discurso". Mckerrow reconoce el epligro de confundir perspectivas, pero aún insiste en que una concepción de la validez de la retórica es necesario "para la determinación de las bases de una creencia justificable".36 De acuerdo, cuando aplicamos la perspectiva lógica, deberíamos emplear modelos que respetanla naturaleza de los argumentos sustantivos, pero no

deberían mezclarse los propósitos de la investigación retórica con los de la lógica.

No obstante, debe decirse en defensa de Farrell yMcKerrow que cada uno de ellos muestra una cierta desazón con el uso del término "validez retórica". Farrell hace unaexplícita mención de lo extraño que resulta tal uso.37 Ciertamente, mi propósito en estos párrafos no es disparar contra los genuinos y penetrantes percepciones contenidas en estos dos ensayos, sino sólo sostener que éstos podrían haber sino mejores y más claros si los autores hubiesen conocido las perspectivas discretas sobre el argumento. Tales seudo-problemas, que presentan un conflicto entre lospropósitos de la lógica y la retórica por una parte, o la confusión de dichos propósitos por otra, no deberían distraernos de investigaciones más significativas.

Un tercer punto que podría establecer para las tres perspectivas como un principio organizador es que ellas exigen un tratamiento más simple y más completo de todo el campo de la argumentación cubierto por estudiosos ytextos de estudio. Hemos visto que el tratamiento que los textos hacen del tema es oscilante, como un péndulo, desde las restricciones de un excesivo celo por la forma lógica aun énfasis en la adaptación a la audiencia (frecuentemente con una concomitante pérdida de rigor). Sin duda, los autores de textos y los estudiosos están luchando para hacer justicia a los aspectos lógicos y retóricos de la argumentación y, seguramente, los trabajos futuros aclararan mejor esta fusión. Uno espera que la perspectiva dialéctica empezará a recibir una atención más explícita, yque la relación entre las tres se hará aún más clara.

El último punto introduce mi demanda final: que la perspectiva dialéctica debería ahora ser reconocida, analizada e investigada sobre una base de igualdad con la perspectiva retórica y la lógica. Es mi impresión que los trabajos dirigidos a la preocupación de la perspectiva dialéctica no han sido bien integrados en la investigación y la enseñanza de la argumentación como lo ha sido con las otras dos.3 Aunque no estoy preparado para desarrollar un argumento aquí, sospecho que la perspectiva dialéctica

puede merecer el lugar central en una conceptualización delargumento, porque es sólo dentro del marco de un encuentro dialéctico que los recursos de la apelación retórica y el rigor lógico pueden ser combinados para el test críticos delas tesis.

Para volver a mi punto inicial, estas tres perspectivas han estado girando por un largo tiempo. La aspiración de este ensayo es ponerlas en un foco más agudo.El hacer eso nos ayudará a ver mejor qué es lo que hay entre los ricos y variados estudios de la argumentación.

NOTAS

1 En la medida que los argumentos1 y argumentos2 refieren a actos e interacciones, ambos refieren a argumentos como proceso. La crítica retórica debería examinar a ambos como comunicación persuasiva. 2 Fisher and Sayles discuten este punto. (ver nota final Nº5). 3 La única notable excepción parece ser Ehninger and Brockriede, Decision by Debate.

1.Wayne Brockriede, Where is Argument? Journal of the American Forensic Association, 11 (Spring 1975),170-182; Daniel J. O'Keefe, "Two Concepts of Argument", JAFA, 13 (Winter 1977), 121-123; Wayne Brockriede, "Characteristics of Arguments and Arguing", JAFA, 13 (Winter 1977), 120-132.2.Brockriede, "Whre is Argument?" p.170.3.O'Keefe, p. 121.4.Brockriede, "Characteristics od Arguments and Arguing". pag. 130.5. Walter R. Fisher and Edward M. Sayles, "The Nature and Functions of Argument", in Perspectives on Argumentation, eds. Gerald R. Miller and Thomas R. Nilsen (Chicago: Scott,Foresman, 1966),pp. 2-22.6.Maurice Natanson, "The Claims of Inmediacy", in Philosophy, Rhetoric, and Argumentation, eds. Maurice Natanson and Henry W. Johnstone, Jr. (University Park: Pennsylvania State University Press, 1965), p. 10.7. Douglas Ehninger and Wayne Brockriede, Decision by Debate, 2nd ed. (New York: Harper and Row, 1978), pp. 224-225.8.Douglas Ehninger, "Argument as Method", Speech Monographs, 37 )June 1970), 101-110; Ehninger and Brockriede, Decision by Debate, pp. 11-19.9. Aristotle, Rhetoric, 1355b 26.

10. George Campbell, The Philosophy of Rhetoric, ed. Lloyd F. Bitzer (Carbondale: Souithern Illinois University Press,1963), p.1.11. Donald C. Bryant, "Rhetoric: Its functions and Its scope", Quaterly Journal 0f Speech, 39 (December 1953), 413.

12. Ch. Perelman and L. Olbrechts-Tyteca, The New Rhetoric,translated by John Wilkinson and Purcell Weaver (Notre Dame: University of Notre Dame Press, 1969), p.4.13. Aristotle, Rhetoric, 1377b 21.14. Aristotle, Topics, 101a 35.15. Lloyd F. Bitzer, "The Rhetoric Situation", Philosophy and Rhetoric, I (January 1963), 1-14.16. Jurgen Habermas, Theory and Practice, translated by John Viertel (Boston: Beacon Press, 1973), pp. 18-19. He discutido la posición de Habermas de un modo más completo

en un articulo presentado a JAFA: "Jurgen Habermas and the dialectical Perspective on Argumentation". Ver también Brant R. Burleson and Susan L. Kline, "On the Normative Foundations of Comunication: A critical exposition of Habermas'Theory", Quaterly Journal of Speech, in press.17. Brant R. Burleson, "On the Analysis and Criticism of Arguments: Some Theoretical and Methodological Consideratiosn", JAFA, 15 (Winter 1979), 146.18. Ibid.19. Stephen Toulmin, Richard Rieke, and Allan Janik, An Introduction to Reasoning (New York: Macmillan, 1979) pp. 195-202.20. Brockriede, "Where is Argument?" p.132.21. Platón, Gorgias, 449.22. Chaim Perelman, "The dialectical Method and the Part Played by the Interlocutor in Dialogue", in the Idea od Justice and the Problem of Argument, translated by John Petrie (London: Routledge and Kegan Paul, 1963), p. 161.23. Perelman and Olbrechts-tyteca, The New Rethoric, pp. 17-45.

24. Ibid. p.32.25. Ibid.26. Stephen Toulmin, Human Undrestanding, Vol. I (Princeton: Princeton University Press, 1972).27. Ray Lynn Anderson and C. David Mortensen, "Logic and Marketplace Argumentation", Quaterly Journal of Speech, 53 (April 1967), 143-151; Glen E. Mills and Hugh G. Petrie, "The Role of Logic in Rethoric", QJS, 54 (October 1968), 260-267; Hugh G. Petrie, "Does Logic Have Any Relevance to Argumentation?" JAFA 6 (Spring 1969), 55-60; C. David Mortensen and Ray Lynn Anderson, "The Limits of Logic", JAFA, 7 (April 1970), 71-78.28. Mills and Petrie, p. 267.29. Charles Arthur Willard, "On the Utility od Descriptive Diagrams for the Analysis and Criticism of Arguments", Communication Monographs, 43 (November 1976), 300.30. Willard, p. 313.31. Burleson, "On the Analysis and Criticism of Arguments".32. Thomas B. Farrell, "Validity and Rationality: The Rhetorical Constituens of Argumentative Form", JAFA, 13 (Winter 1977), 142-149; Ray E. McKerrow, "Rethorical

Validity: An Analysis of Three Perspectives on the Justification of Rethorical Argument", JAFA, 13 (Winter 1977), 1333-141.33. Farrell, p. 144.34. Farrell, pp. 146-147.35. McKerrow, p. 133.36. McKerrow, p. 135.

37. Farrell, p. 148.??

Wenzel