modalidad y atenuación. análisis de un poco y de sus alteraciones morfológicas en las...

21
MODALIDAD Y ATENUACIÓN. ANÁLISIS DE UN POCO Y DE SUS ALTERACIONES MORFOLÓGICAS EN LAS CONVERSACIONES COLOQUIALES. Laura Mariottini RESUMEN En el presente trabajo analizo la función y el uso de un poco y de sus alteraciones morfológicas (un poquito, un poquitín, etc.) en diferentes niveles: el del acto de habla; el del enunciado; el de la enunciación; el de la relación social entre hablante y oyente; y el del contexto. El marco teórico del que parto para el análisis es, en primer lugar, el de la modalidad, noción que se aplica a las aserciones, indicando el grado de compromiso que el hablante tiene en relación con la verdad de la proposición. En segundo lugar, hago referencia a la atenuación en la teoría más general de la cortesía, presentándola como una estrategia para suavizar los efectos de un acto de habla (Lakoff, 1972.; Caffi, 1999; 2002; 2007) y analizo las funciones de “un poco” desde un punto de vista semántico-pragmático abarcador también de la dimensión del discurso y del contexto de las interacciones. Para el análisis me sirvo de una muestra de ejemplos de conversaciones reales extraídos del Corpus de Conversaciones Coloquiales realizado por el Grupo Val.Es.Co y del Corpus de Referencia del Español Actual CREA, a los que se añaden algunos fragmentos de conversaciones que yo he anotado y transcrito. Palabras-clave: un poco – cortesía – modalidad epistémica – conversaciones reales ABSTRACT In this paper I examine the function and the use of un poco and of its morphological alterations (un poquito, un poquitín, etc.) in different levels: in speech acts, in propositions, in speech, in social relationship establishing between speaker and hearer, and, finally, in context. Theoretical framework of the analysis is, primarily, modality, a notion applying to utterances and indicating the compromise level which the speaker maintains in respect of the utterance faithful. Secondly, I refer to mitigation within the most general theory of Politeness, in which this is a strategy to modulate speech act effects (Lakoff, 1972.; Caffi, 1999; 2002; 2007). Here I examine the function of “un poco” from a semantic- pragmatic perspective also taking into account discourse’s dimension and the situations in which they occur. To study the phenomenon, I use real conversations’ data proceeding by the Corpus de Conversaciones Coloquiales Val.Es.Co and by the Corpus de Referencia del Español Actual CREA, to which I add some fragments proceeding by conversations that I recorded and transcribed. Key-words: un poco – Politeness – epistemic modality – real conversations

Upload: uniroma1

Post on 21-Jan-2023

3 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

MODALIDAD Y ATENUACIÓN. ANÁLISIS DE UN POCO Y DE SUS ALTERACIONES MORFOLÓGICAS

EN LAS CONVERSACIONES COLOQUIALES.

Laura Mariottini

RESUMEN En el presente trabajo analizo la función y el uso de un poco y de sus alteraciones morfológicas (un poquito, un poquitín, etc.) en diferentes niveles: el del acto de habla; el del enunciado; el de la enunciación; el de la relación social entre hablante y oyente; y el del contexto. El marco teórico del que parto para el análisis es, en primer lugar, el de la modalidad, noción que se aplica a las aserciones, indicando el grado de compromiso que el hablante tiene en relación con la verdad de la proposición. En segundo lugar, hago referencia a la atenuación en la teoría más general de la cortesía, presentándola como una estrategia para suavizar los efectos de un acto de habla (Lakoff, 1972.; Caffi, 1999; 2002; 2007) y analizo las funciones de “un poco” desde un punto de vista semántico-pragmático abarcador también de la dimensión del discurso y del contexto de las interacciones. Para el análisis me sirvo de una muestra de ejemplos de conversaciones reales extraídos del Corpus de Conversaciones Coloquiales realizado por el Grupo Val.Es.Co y del Corpus de Referencia del Español Actual CREA, a los que se añaden algunos fragmentos de conversaciones que yo he anotado y transcrito. Palabras-clave: un poco – cortesía – modalidad epistémica – conversaciones reales ABSTRACT In this paper I examine the function and the use of un poco and of its morphological alterations (un poquito, un poquitín, etc.) in different levels: in speech acts, in propositions, in speech, in social relationship establishing between speaker and hearer, and, finally, in context. Theoretical framework of the analysis is, primarily, modality, a notion applying to utterances and indicating the compromise level which the speaker maintains in respect of the utterance faithful. Secondly, I refer to mitigation within the most general theory of Politeness, in which this is a strategy to modulate speech act effects (Lakoff, 1972.; Caffi, 1999; 2002; 2007). Here I examine the function of “un poco” from a semantic-pragmatic perspective also taking into account discourse’s dimension and the situations in which they occur. To study the phenomenon, I use real conversations’ data proceeding by the Corpus de Conversaciones Coloquiales Val.Es.Co and by the Corpus de Referencia del Español Actual CREA, to which I add some fragments proceeding by conversations that I recorded and transcribed. Key-words: un poco – Politeness – epistemic modality – real conversations

0. INTRODUCCIÓN El presente trabajo es parte de una investigación más amplia sobre atenuación en la

conversación coloquial y analiza la función y el uso de un poco y de sus alteraciones morfológicas (un poquito, un poquitín, etc.) en diferentes niveles: el del acto de habla; el del enunciado; el de la enunciación; el de la relación social entre hablante y oyente; y el del contexto. Obsérvese el comportamiento de un poco y de un poquito en los siguientes ejemplos:

(1) el chileno ha sido siempre un poquito infiel (Puga Larraín, 1997) (2) eso me da un poco de lata (Puga Larraín, 1997) (3) A: lamento haber llegado [un poco tarde B: [bueno un poco::: A: la lluvia y el tráfico me han impedido llegar antes (4) [entre dos enamorados] A: sé que eres una persona muy independiente B: cierto A: pero espero que estés un poquito enjaulada por mí B: un poquito ((ríe)) En los dos primeros casos, un poquito y un poco actúan, respectivamente, a nivel de

acto de habla para minimizar la crítica (en 1) y para suavizar la expresión de una condición emotiva del hablante (en 2). En (3) y en (4), en cambio, nos enfrentamos a locuciones que adquieren mayor y menor fuerza en el transcurso de los turnos de palabra, es decir, que operan y se redefinen a lo largo de la interacción entre los participantes. De hecho, en (3), A emplea un poco con una intención mitigadora dirigida a la construcción positiva de su propia imagen, pero B, al repetir un poco alargando la vocal final y precediéndolo de bueno, le confiere un grado mayor en la escala de cuantificación del retraso, es por eso que A se ve obligado, en su turno posterior, a añadir justificaciones por haber llegado tarde. Por último, en (4), A intenta atenuar la afirmación “sé que eres una persona muy independiente” -que ha adquirido mayor fuerza por el turno de B en el que se halla una confirmación fuerte de la misma (“cierto”)- empleando el adversativo pero y un poquito que, además de preceder al adjetivo “enjaulada” -que no prevé gradaciones- se opone al adverbio muy, que en el turno anterior modificaba el adjetivo opuesto a enjaulada, es decir, independiente. En este caso, por lo tanto, A emplea un poquito para que B modifique su posición hacia lo afirmado y para negociar un distinto equilibrio relacional; y en efecto, consigue su propósito, ya que B también afirma “un poquito”. El intercambio de (4) es interesante porque nos muestra las tensiones sociales que existen entre las imágenes de los dos interlocutores. Se podría incluso dividir el intercambio en dos partes, la primera (compuesta de los dos primeros turnos de A y de B) en la que los dos afirman su plena autonomía, y la segunda, en la que tanto A como B, a través de un poquito, piden y

atestiguan un cambio de posición hacia lo dicho y, por consiguiente, hacia su interlocutor.

A partir de esta muestra de ejemplos, estoy convencida de que la función semántica de un poco, tradicionalmente descrita como cuantificadora, debe complementarse con el significado pragmático que este modificador adquiere tanto a nivel de acto de habla como a nivel de secuencia, de intercambio y de registro. Mi estudio pondrá de relieve que el modificador un poco conlleva, además de la idea de cuantificación, también la idea de evaluación, valoración, énfasis o gradación (intensificación o atenuación) y de confianza/proximidad. Por último, analizo locuciones frecuentes en el uso oral de la lengua, en donde el valor cuantificacional de un poco disminuye para dejar espacio a distintos valores pragmáticos.

1. LA MODALIDAD Y LA ATENUACIÓN: ESTRATEGIAS DINÁMICAS EN LA CONVERSACIÓN

La lengua es un medio de comunicación social a través del cual los hablantes no sólo transmiten información, sino que también emplean para definir sus posiciones hacia lo que comunican: ellos asumen un nivel de responsabilidad con respecto al contenido proposicional de lo que emiten e indican a sus interlocutores las actitudes que mantienen hacia lo dicho. Esta característica de la lengua se define con el término “modalidad”, categoría que incluye las relaciones que el hablante establece tanto con el interlocutor como con el contenido proposicional del enunciado. La acepción más tradicional de modalidad se debe a Bally (1950), quien la define como la actitud del hablante hacia su propia enunciación, el dictum, y se le atribuyen tres cualidades distintas que especifican sus ámbitos de aplicación: la modalidad alética, que describe el juicio del hablante sobre verdades lógicas, factuales o hipotéticas; la modalidad epistémica, que representa el juicio del hablante sobre el nivel o la naturaleza del compromiso que mantiene con la verdad de lo que afirma o, más en general, la atribución de un valor positivo-negativo a lo que comunica según conocimientos individuales y compartidos; y la modalidad deóntica, basada en las nociones de obligación y necesidad, que expresa la actitud del hablante hacia acciones posibles (obligadas, permitidas, vedadas, deseadas, etc.). Sólo en los estudios más recientes sobre modalidad (véase el excursus que hace al respecto Cornillie, 2007) se han abarcado ámbitos no estudiados con anterioridad, como los relacionados con el estado de conocimientos y de actitud de un hablante frente al discurso, las valoraciones de las proposiciones por parte de los hablantes y sus consecuentes posicionamientos con respecto a lo afirmado y el examen de la fuerza ilocutiva de los actos de habla a lo largo del intercambio.

La modalidad, entonces, ha adquirido un papel básico en el nivel interaccional, tanto en las modalizaciones de los enunciados como en las modalizaciones de los sujetos interactuantes en las actividades y estrategias discursivas, entre las cuales se sitúa la atenuación. La atenuación es “un recurso estratégico dentro de la actividad argumentativa y conversacional que busca la aceptación del oyente” (Briz, 2005: 53), “en concreto es una estrategia conversacional vinculada a la relación interlocutiva, que mitiga la fuerza ilocutiva de una acción o la fuerza significativa de una palabra, de una expresión, y que puede ser explicada en una de sus funciones por el principio de cortesía” (Briz, 1998: 158).

La relación entre modalidad y atenuación se encuentra, a mi modo de ver, y de acuerdo con Briz (1995, 2005), en el hecho de que la atenuación es, al mismo tiempo, estrategia cortés, de acercamiento al destinatario -desde una perspectiva social- y de distanciamiento del que habla respecto a lo que dice -desde una perspectiva lingüística- porque el atenuante es una forma de distanciamiento que el hablante emplea para lograr sus metas de una forma eficaz (v. t. Puga Larraín, 1997). También Albelda (2008, 2010) habla de la atenuación como de una estrategia que pretende reducir el compromiso epistémico del hablante hacia la verdad que está expresando, hacia aquello que dice (reducir el compromiso con sus palabras, disminuir la responsabilidad hacia lo emitido, no querer ser tajante). Dicho de otro modo, es precisamente del juego atenuador modal de donde el sujeto, distanciándose y desresponsabilizándose del propio enunciado, busca el acuerdo con su interlocutor. Así que la atenuación resulta ser una estrategia social de cortesía (Bravo, 1999, 2001; Haverkate, 1994) en la medida en que sirve para mantener o buscar el equilibrio entre las imágenes de los interlocutores (Hernández Flores, 1999, 2002), una estrategia pragmática porque comunica una menor intensidad y, en último lugar, una estrategia dinámica en la conversación porque los elementos del discurso pueden adquirir funciones diferentes según el nivel interaccional del análisis: los atenuantes pueden obtener cierto valor modal en un acto de habla y una distinta interpretación en el contexto secuencial en el que se hallan.

El marco teórico de mi trabajo es, por lo tanto, multidisciplinario, ya que se sirve de categorías conceptuales y descriptivas que pertenecen a distintos niveles del análisis lingüístico (la gramática, la semántica, y la pragmática, esto es, la dimensión social y relacional de la lengua) y combina la dimensión monológica (el acto de habla) con la dialógica (el intercambio conversacional). Es un enfoque, usando una expresión de Caffi (2009), de “pragmática integrada” porque, por un lado, considera las elecciones lingüísticas directamente conectadas con los factores relacionales y sociales de la lengua y, por otro, integra el análisis de la estructura de la interacción con el de la forma verbal de los turnos de palabra.

2. UN POCO: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN

He elegido analizar un poco porque en español existen estudios generales que tratan

de la modalidad (ej. Calsamiglia, Tusón, 1999; Cepeda, 2001, 2005) o más específicos sobre: verbos modales (ej. Cornillie, 2007), tiempos y perífrasis verbales (ej. López, 1990) y operadores pragmáticos (ej. Martín, Montolío, 1988-1998; Fuentes Rodríguez, 1997) y no tengo conocimiento de la existencia de un estudio específico sobre el modificador un poco, que sí aparece nombrado en investigaciones más amplias sobre atenuación (entre otros, Haverkate, 1994; Briz, 1995, 1998; Pato de Váldez, 1997; Montecino Soto, 2004; Álvarez Muro, Joven Best, 2005; Dumitrescu, 2008), sobre persuasión (Fuentes Rodríguez y Alcaide Lara, 2002), sobre gramática comunicativa y coloquial (entre otros Matte Bon, 1995; Sánchez López, 1999; Vigara Tauste, 1992) y sobre estudios dialógicos (Beinhauer, 1978; Spitzer, 2007). En el ámbito del español, además, desde distintas perspectivas teórico-metodológicas (semántico-pragmática y gramatical, respectivamente), se han estudiado las locuciones por poco no (Schwenter, Pons Bordería, 2005) y un poco de en el español de Venezuela (Sedano, Guirado, 2009), mientras que, trabajo de referencia obligada, y pese a aplicarse en el ámbito de la lengua francesa, tenemos el estudio de Ducrot (1970) sobre peu y un peu.

Ducrot, retomando un trabajo anterior de Jespersen (1917) sobre negación en inglés en el que el estudioso afirmaba la existencia de dos grados de grandeza expresados por little y a little, mantiene que poco no sólo indica una cantidad inferior a la que indica un poco (ej. “Juan ha bebido poco vino” y “Juan ha bebido un poco de vino”), sino que poco es un operador de negación mientras que un poco lo es de la afirmación. En otras palabras, en opinión de Ducrot, la diferencia entre los dos modificadores no reside en la diferencia de grado expresado, sino en la polaridad (negativo/positivo) y, por lo tanto, en la modalidad (de hecho, afirma Ducrot, se puede decir “él está sobrio, ha bebido poco vino” y no “él está sobrio, ha bebido un poco de vino” que se utilizaría, en cambio como prueba de embriaguez). Además, tratando de las funciones que desempeña un poco, afirma nuestro autor que éste no introduce una especificación cuantificacional, sino más bien una restricción de algún tipo a la afirmación y conlleva también una valoración subjetiva sobre lo que se ha dicho. Es por eso que Ducrot coloca poco en la categoría de la limitación y, en cambio, un poco en la de la valoración, es decir de la afirmación con sus diferentes grados.

Matte Bon (1995) mantiene la existencia de dos un poco: uno con valor cuantificador estricto y otro con valor pragmático. En el primer caso, un poco de se combina con sustantivos no contables (ej. “¿Me puedes dejar un poco de dinero?”, Matte Bon, 1995: 21) para hablar de cantidades limitadas, pero no necesariamente insuficientes o escasas. También en Sánchez López (1999:1099) se subraya que un poco sirve para situar la situación de la cantidad dentro de una escala pragmática. Según la autora, un poco conlleva la existencia de una cierta cantidad e indica que se ha alcanzado cierto punto objetivo dentro de la escala (aunque dicho punto se sitúe en la parte baja). En el segundo caso, en cambio, un poco precede a adjetivos y adverbios y se usa para expresar una valoración negativa o la inaceptabilidad de aquello de lo que se está hablando, manifestando cierta atención hacia las expectativas del interlocutor: “al no saber lo que éste espera, el hablante prefiere suponer que se trata de una valoración positiva o una aceptación de aquello de lo que se está hablando, y suaviza los argumentos negativos (ej. “A: ¿y qué te ha parecido? B: un poco lenta”) (Matte Bon, 1995: 77). Pertenece también a este segundo caso el uso de un poco con valor de intensificador (ej. “es lo ideal, lo que pasa es que es un poco barato”, íd: 78), es decir de operador que introduce un sesgo negativo en lo dicho, sea cual sea el adjetivo o el adverbio utilizado. A esto hay que añadir las consideraciones sobre construcciones sintácticas particulares con un poco de individuadas y descritas en el trabajo muy reciente de Sedano y Guirado (2009) quienes mantienen que hay un uso frecuente en el español de Venezuela de un poco de + sustantivos en plural, en donde un poco de se interpreta necesaria y únicamente como bastantes/muchos (ej. “compré un poco de libros”; Sedano, Guirado, 2009: 67). A partir de este dato, los autores hipotetizan que un poco de sufre un cambio sintáctico y semántico que se dirige, por un lado, hacia la modificación no sólo de sustantivos no contables y de adjetivos o adverbios (como se ha descrito ya en las gramáticas), sino también de sustantivos plurales y, por otro, hacia la intensificación del objeto al que modifica.

Desde una perspectiva dialógica, ya Spitzer y Beinhauer llamaban la atención sobre el doble uso mitigador e intensificador del operador un poco que definían eufemístico. Haverkate (1994: 210) también afirma, pero desde una perspectiva pragmalingüística, que el atenuante no produce necesariamente efectos de cortesía y que la mitigación sólo se aplica a la disminución del significado peyorativo o de las calificaciones negativas de la persona o del objeto referido. Esta restricción la muestra de forma eficaz Leech

(1983: 147) en la comparación entre “La pintura estaba un poco sucia” y “La pintura estaba un poco limpia”. Caffi, en el ensayo pragma-estilístico introductorio al volumen de Spitzer (2007), precisa que un poco es un atenuador que actúa tanto a nivel de contenido proposicional -cuando introduce vaguedad expresiva- como a nivel de fuerza del acto -cuando disminuye la imposición desempeñando la función de premisa cautelosa de la acción.

En trabajos conversacionales más recientes y desde la perspectiva pragmalingüística (ej. Briz, 1998, 2002, 2005), se toma en consideración la función atenuadora de un poco que, como algo, es capaz de dar lugar a procesos de modificación preformativa, ya que no afecta sólo al contenido proposicional, sino también al acto ilocutivo (ej. “dame algo/un poco de dinero”, atenúa la petición). Por eso Briz (1998), y con posterioridad Montecino Soto (2004), incluyen un poco en la categoría de conectores pragmáticos, es decir, en los elementos instructores de la actividad argumentativa de los interlocutores y señaladores de la actividad formulativa. En síntesis, tratan un poco como un desintensificador de actitud que pretende buscar un acuerdo, además de influir en el interlocutor.

Según Vigara Tauste (1992: 393) lo que comúnmente hacemos en la conversación espontánea es atenuar lo dicho, es decir, “matizar la expresión del significado para atenuar los efectos del sentido para conseguir una major aceptación de lo que decimos por parte de nuestro/s interlocutor/es” y, entre los procedimientos matizadores “favoritos” descritos por la autora, destacan un poco y como. Estas dos formas se comportan como “auténticos recursos de interacción que facilitan el fluir discursivo de los comunicantes” (Vigara Tauste, 1992: 396) ya que, a menudo, sobran en el enunciado. La manifestación más llamativa de esta tendencia se encuentra en el matrimonio entre la necesidad de atención al interlocutor con la de enfatizar la sujetividad del hablante que da lugar a expresiones de “unpococomomuismo” como las que siguen:

(5) [CREA, p. 128, CSHC-87 Entrevista 49] Entonces una familia mi papá trabajaba en una empresa constructora, mi mamá, bueno, era ama de casa tradicional, que se ocupaba, pues, de mantener el bienestar, la comida, la ropa, todo de la casa. Y en ellos hubo más sobre todo por el peso de mi mamá, que era en la casa un poco como fuerte (6) [J.P. Deslauriers, La investigación cualitativa en la prueba del acompañamiento] Desde entonces, está bien visto hablar de acompañamiento en la investigación social aplicada. Aun si a veces, me parece que algunos investigadores se han convertido muy súbitamente para ser real. La constricción aparece un poco como muy perfecta. Dicho esto, nada impide que varios investigadores se hayan percatado de la importancia de aproximar sus trabajos a las preocupaciones de los interventores y de los establecimientos (7) [Comentario blog a el país – Congreso virtual de la lengua. El castellano en América] De otro lado, es cierto que no solo los jóvenes usan mal el idioma y la escritura. Creo que eso más que un problema genracional, tiene que ver con las políticas educativas y los dimuntos presupuestos para el sector Educación que aplican los Estados, pero ese tema un poco como muy extenso. (8) pero si me dices que Sanxenxo es un poco como muy turístico y hay mucha gente, si me recomiendas otros sitios…yo te hago caso

(9) hay armónicas en dos de las canciones, que más estrictamente garageras, son un poco como muy Bob Dylan, ¿no? Desde la perspectiva de la retórica y de la persuasión, Fuentes Rodríguez y Alcaide

Lara (2002: 401) mantienen que un poco funciona como atenuativo o como desrealizante, ya que aparece en español ya sea como cuantificador-intensificador escalar o como atenuativo. En este último caso, no invierte el sentido de la escala argumentativa, sino que rebaja la fuerza de lo dicho. Destacan, además, la existencia de un uso “aproximativo” de un poco, a medio camino entre el cuantificador y el atenuativo. Para finalizar, notan su uso en textos no estrictamente coloquiales, sino también periodísticos y de crónica en los que se utiliza como rasgo de estilo para hacer los textos más amenos y así evitar cansar al oyente o lector. El uso de un poco en situaciones no coloquiales contribuye a construir un estilo conversacional afectivo, más cercano al lector (u oyente), que no presenta necesariamente el contenido como una información objetiva.

A partir de lo que se infiere de la bibliografía existente sobre un poco y retomando la clasificación de Briz (1998) con respecto a la atenuación, propongo ámbitos distintos en los que interviene este operador:

a) un poco semántico, que opera como cuantificador sin conllevar carga pragmática (ej. “el pantalón está un poco roto”, sólo cuando el roto del pantalón es pequeño); b) un poco pragmático: bi) con valor eufemístico (ej. “La pintura estaba un poco sucia”); bii) atenuador de la fuerza ilocutiva de los actos de habla (ej. directivo: “dame un poco de dinero”; comisivo: “¿se lo envuelvo un poquito?”; asertivo: “es un poco latoso”; “expresivo: “estoy un poco desesperada”); biii) aproximativo (que se encuentra normalmente después de un verbo como en: “Intentamos un poco en esta serie e:: promover un poco una/ e:: una magnitud de imágenes, un ritmo frenético para que e:: sea una/ un espectáculo” CREA, Un día es un día, 20/09/90, TVE 1); y, en conclusión, biv) modal-enunciativo, es decir el que modifica el registro de una situación interactiva introduciendo un grado de confianza que no corresponde a la situación real; en este caso apunta al contexto, afecta a la macroestructura, superestructura y al propio código o norma. Para terminar, analizo también un poco en una locución muy frecuente en el corpus,

(que no aparece en ninguno de los trabajos consultados) es decir “ser un poco + sintagma nominal” compuesta de determinante (artículo determinativo o indeterminativo) y sustantivo (ej. “además la noche es un poco la parte del día que nos toca vivir más en la intimidad”; CREA, Un día es un día, 20/09/90, TVE 1).

3. LOS DISTINTOS USOS DE UN POCO: ANÁLISIS DE DATOS En el análisis que sigue pongo el acento en los casos b (bi, bii, biii y biv). Para ello,

me sirvo de una muestra de ejemplos de conversaciones reales extraídos del Corpus de Conversaciones Coloquiales realizado por el Grupo Val.Es.Co y del Corpus de Referencia del Español Actual CREA, a los que se añaden algunos fragmentos de conversaciones que yo he anotado y transcrito.

3.1. Un poco con valor intensificador De la bibliografía existente, se desprende que hay un uso de un poco que no se queda

en los límites de la atenuación, sino que alcanza los niveles eufemístico o incluso intensificador (cf. párr. 2). Los estudios pragmalingüísticos consultados no tratan de este aspecto particular de un poco. La perspectiva de pragmática integrada que adopto es muy acertada porque permite reflexionar acerca de los usos y de las funciones de un poco en los distintos niveles de la lengua. Mi hipótesis es que el operador un poco con valor eufemístico funciona de forma distinta en los niveles lingüísticos por un lado y social por el otro, y que en el primero adquiere un valor intensificador mientras que en el segundo sigue manteniendo un valor atenuante. Veamos el ejemplo

(10) Val.Es.Co [H.38.A] ls. 214-224 D: si son toas unas putas/ hombre A: no/ todas no§ D: § ¿no? A: mi madre no D: clar- HOMBRE↓ exceptuando (RISAS) a nuestras madres/// ¡ayy!/// y todos los calvos↑ también↓ son unos cabrones C: [(RISAS)] A: [(RISAS)] B: hombre↓ en eso ya empezamos aa A: a disentir un poco§ D: §yo no En el ejemplo (10) (“empezamos a disentir un poco”) un poco tiene valor

intensificador porque transforma en característica negativa lo dicho, expresando la inaceptabilidad de la cosa aludida. Este un poco atenúa la propiedad que modifica pero, paradójicamente, dicha atenuación no va en detrimento de esa propiedad, sino que produce un efecto pragmático de realce o sutilización de ésta. El poder cuantificador del adverbio, en origen atenuador y al final intensificador, deriva de entablar una relación oximorónica y ésta aparece porque, si bien el operador comunica un mero modo de realización de la propiedad, le atribuye uno tan inesperado que llega a lo antagónico provocando intensificación de su grado (Kaul, 2002: 127). Una prueba ulterior del valor adquirido por un poco en el ejemplo (10) nos la proporciona la sintaxis: en efecto, en la frase “empezamos a disentir un poco”, un poco ocupa la posición post-verbal destinada al intensificador mucho, posición que no viene mencionada en ninguna de las gramáticas consultadas como posible para un poco. De ahí que este uso de un poco no puede limitarse a la explicación gramatical, sino que debe extenderse al nivel socio-pragmático, el único que nos permite contestar a la pregunta de por qué el hablante ha empleado un poco si la posición sintáctica ocupada por el operador es la de mucho y si lo que quería hacer era intensificar su enunciado. El ejemplo (10) muestra que un poco actúa de intensificador a nivel sintáctico mientras que a nivel social, de cortesía, atenúa la fuerza del acto de disentimiento, para no crear desacuerdo y para proteger la imagen de “autonomía” (Bravo, 2004) -tener opiniones válidas- del otro.

En (11) y (12) tenemos otros ejemplos en los que el contexto y las descripciones del grado del desespero (en 11) y de la situación de burlas telefónicas nocturnas (en 12)

además de la intensidad del volumen de voz de las respuestas referidas del marido, contribuyen a conferirle a un poco el valor intensificador:

(11) [CREA, p. 7, Un día es un día, 20/09/90, TVE 1] B: /Pero un accidente de coche, una quema así, un accidente, un cortecircuito y que se te quema algo, es como algo irreparable que tú no puedes hacer nada y te quedas como muy débil. Te ves e:: te sientes un poco desesperado, con ganas de terminarlo todo, pero al cabo de unos momentos dices bueno, e:: creo que es importante, el fuego purifica, el fuego es una fórmula también que existe [y mmm que] (12) Val.Es.Co [H.25.A.1] ls. 224-242 C: =un fin de semana que están por ahí/ te llaman a las dos de la mañana↑§ A: §claro (()) C: ((pues)) el apaga y vamonós§ D: § [pues nada] A: [sí sí↓eso mucho] eso pasa mucho§ C: §mi marido pegó un bote de la cama ¡no veas! se le cayó hasta el teléfono// está Jesús? dice mi marido→ mire↓ se ha equivocao// se acuesta§ A: §¿y volvieron a llamar otra [vez?] C: [¡oh que] si volvieron a llamar!/ a las tres horas que el hombre se había [quedao otra vez un poco embelesao→] A: [que ((te- tenían)) el teléfono] mal o equivocao§ C: §ni- mira↓ ya cogió el teléfono y dice ni está Jesús ni su PUTA MADRE/ y yo→ Vicente ¡por Dios! dice NI VICENTE NI SANTO VICENTE PERO ¿¡ESTOS QUÉ S’HAN CREÍDO ESTA NOCHE!? [y=] Distinto es el caso de (13) en el que el valor de un poco cambia a lo largo de la

interacción. El operador va perdiendo su valor atenuante a medida que se desarrolla el intercambio llegando a formar parte de una actividad comunicativa percibida como descortés. Este ejemplo permite afirmar, de acuerdo también con Fuentes Rodríguez y Alcaide Lara (2002: 398) que “la cuantificación, a pesar de que pudiera pensarse en un primer momento que es una característica objetiva de la referencia, depende sobre todo de la norma social”.

(13) [J.82.A.1] ls. 201-222 E: se ve que han corrido un poco el armario↑/// c(l)aroo/ si aquí está frío ahora↑ y José Ramón está con un catarro de aquí te espero y un poco más↑/// que se caldee [esto un pocoo] G: [se necesitará] una alargadera y un-/ irá con una alargadera seguramente E: no↓ llegar llega/ lo que pasa que está- que se ve que se ha corrido/ un poco el armar- eel// mira a ver que no cuadra/ ¿no ves a José Ramón que está- que está allí estornudando y esto está frío↑ Antonio? A: ¡oy! [José Ramón] E: [Antonioo] G: cuanto antes cierres [antes se calentará] A: [(())] E: no/luego cuando estéis todos↑ sí que [os molestaráa] G: [pronto saldrá humo] E: sí que os molestará/ pero ahora que está fría NO/// mira a ver↑// yo no lo puedo enchufar/ se ve que has corrido poco eel- el mueble↑/// (3’’) ¿ya? A: ya// ya

E: ya no/// (3’’) se ve que has corrido poco el mueble y a(h)ora no→ A: y ¿cuándo he corrido el mueble yo?

La fuerza argumentativa de la repetición de las intervenciones de E con un poco (“se

ve que han corrido un poco el armario”; “se ve que se ha corrido/ un poco el armar-”; “se ve que has corrido poco eel- el mueble↑/// (3’’) ¿ya?”; “ya no/// (3’’) se ve que has corrido poco el mueble y a(h)ora no→”), acompañadas de un incremento en la entonación, sirven a A para concluir que E le está recriminando el haber corrido el mueble. El ejemplo (13) nos muestra un caso de “[des]cortesía interpretada” (Briz, 2005) porque lo que en origen parece un acto de habla mitigado resulta ser interpretado por A como amenazador de su imagen y, ante la amenaza, A contesta con una oposición-defensa (“y ¿cuándo he corrido el mueble yo?”).

Relacionado con los fines sociales de la comunicación (la cortesía) y en desacuerdo con los usos sintácticos más comunes, encontramos el uso de un poco en el interior de modismos y colocaciones que, por definición, presentan un orden estructural rígido. En el examen del corpus, he podido constatar que son muy frecuentes casos como los de (14) y (15) (“me quedé un poco de piedra” y “te llama un poco la atención”) en los que un poco rompe la adyacencia sintáctica, es decir el orden habitual de dichas estructuras, en virtud de objetivos comunicativos estratégicos para la construcción de la relación social, en concreto de protección de la imagen del hablante. Ejemplos como los que se presentan aquí serían una prueba más de la importancia del nivel pragmático de la lengua: el mantenimiento del equilibrio social resulta ser más importante que la fidelidad a las reglas comunes de orden de palabras.

(14) [L.15.A.2] ls. 581-584 L: =no/ era una chica de quinto/ a mí la verdad es que me importaba muy poco lo que ella hiciera↓ ME DABA igual ¿no? Lo que pasa que me quedé↑/ un poco de piedra↓ pero es que→// yo me quedé de piedra porque es que ((me sentó mal))/// (15) [L.15.A.2] ls. 820-838 E: no lo sé/ hombre/ yo ahora mismo veo un negro↑/ y estoy así// pero yoo no// no lo sé/ son cosas [((pero otras veces→))=] G: [no↓ pero no ah no sé] E: =y nacen↓ es que son cosas que no- no sé↓ es/ como que me he quedao- oye/ pues no me gus- y me gusta mucho el chocolate↑// yy- y la leche por ejemplo/ no me gusta ¿¡pues qué te voy a decir yo!? Pues [no sé↓ los pasteles] G: [pero e- el racismo-] tú a lo mejor lo quee quieres decir no es- no es que no- que seas racista↑/ sino que simplemente pues por el color pues- porque supongo yo que→/ lo que le hacen por ejemplo en Sudáfrica a los negros↑ ¿no estarás de acuerdo? E: no estoy DE ACUERDO/ pero yo veo un negro↑/ (()) G: eso no es racismo↓ eso es simplemente pues yo qué sé§ E: § que te llama un poco [la atención] G: [que- que] el color pues no te atre// [y ya está]

3.2. Un poco con función atenuadora A este grupo pertenece el uso de un poco como acción pragmática performativa, es

decir, el que atenúa la fuerza ilocutiva de los actos de habla tanto en beneficio del

emisor como en beneficio del destinatario. Analizo en detalle cómo funciona un poco en cuatro de las cinco categorías de actos de habla: directivos, comisivos, expresivos y asertivos; en los actos declarativos un poco no puede operar porque iría en contra de las condiciones de éxito del acto mismo (ej. *“os declaro un poco marido y mujer”).

(a) En los actos de habla directivos, un poco suaviza el mandato (ej. 16 y 17), la petición (ej. 18) y el consejo (ej. 19).

(16) [H.38.A] ls. 662-663 A: [cuando] tenía catorce años↓sería/ porque yo la primera foto que la he visto→// ponme un poco dee [fanta] (17) [CREA, ¿Pero esto qué es?, 05/03/90, TVE 1] A: ¡Qué bonito! Huy ¡Qué bonito!, amigos. Pero, claro, estas cosas del amor duran muy poco. Y el pastor, tch con la escusa de ordeñarla, tío, le estaba cogiendo las tetas. Digo: córtate un poco, ¿no? Que es verdad, tú estás con tu novio y viene un tío ahí ea a ordeñarla. (18) [G.68.B.1+G.69.A.1] ls. 1127-1128 C: §¡ah!/ ya/ que no sabes cómo se llama es realidad/ [espérate un poquito (())] (19) [BG.210.A.1] ls. 426-428 A: y cuandoo/ y si aprobarah↑/ tú aquíi↑/ la semana que ehteh→/ loh díah que ehtéh aquíi↑/ tú tieneh que coger el cochecicuu un poquicuu§ C: §si me lo dejan

Tanto en el ejemplo (16) como en el (17), el hablante, al emplear un poco, está

mitigando la fuerza ilocutiva de la orden porque el operador asume el valor, ya sugerido por Spitzer, de “por favor”. En (18), C pide a su interlocutor que espere “un poquito” que, como ya se ha subrayado, no disminuye ni determina la cantidad de tiempo que el interlocutor tendrá que esperar, sino que mitiga la fuerza ilocutiva de la petición. Por último, en (19), A, sabiendo que C tiene problemas en la conducción del coche (evidente en intervenciones anteriores al ejemplo que aquí, por brevedad, no se han trascrito), le aconseja que coja el coche “un poquicu” para soltarse con la práctica. El modificador un poco modula la fuerza ilocutiva del acto y además evita amenazar la imagen del interlocutor, permitiéndole en efecto transferir la responsabilidad de su carencia a sus padres que no le dejan el coche para hacer práctica.

(b) En los actos de habla comisivos, el hablante no usa un poco con el significado de “por favor” -dado que es él quien se compromete en hacer algo- ni lo usa exclusivamente en beneficio del destinatario, para dejarle opciones. Veamos el ejemplo

(20) [H.25.A.1] ls. 16-17 B: [¿te lo envuelvo un poquito?] D: [bien] Aquí un poquito funciona como atenuador en la medida en que sirve para buscar el

acuerdo del interlocutor sobre una acción que se apresta a cumplir el hablante. Gracias al atenuador, B puede presentar su acción como una posibilidad, una sugerencia: un poquito, en (20), se acerca mucho a ¿y si? en una frase de tipo hipotético como “¿y si te lo envolviera?”. Asume entonces la característica pragmática de las estructuras hipotéticas, es decir, la de ser preludios minimizadores de los argumentos porque los presenta como lejanos, irreales. Por lo tanto, introduce una estrategia cautelosa con la

que el hablante quiere construir, negociar previamente el acuerdo de su interlocutor antes de actuar. Además, una vez que se ha atenuado este primer nivel de habla (acción sí, acción no), sirve como protector de imagen del hablante que se propone hacer la acción: el hablante B, usando un poquito, está diciendo que se compromete pero no a hacerlo perfectamente, sino a hacerlo dentro de unos límites, para proteger su imagen en el caso en que el resultado no satisfaga a su interlocutor.

(c) En los actos de habla asertivos es donde la función modalizadora de un poco resulta más evidente porque el operador funciona como desintensificador de la responsabilidad del hablante, es decir contribuye -a nivel lingüístico- a crear cierto distanciamiento entre el hablante y su enunciado para -a nivel social, de cortesía- evitar riesgos interaccionales y contextuales que de éste pueden derivarse, con el fin último de buscar el acuerdo del interlocutor y mantener el equilibrio conversacional. Incluimos en este grupo el modificador un poco que opera como “atenuante intraproposicional” (Briz, 2005) que, en parte o en su totalidad, minimiza de forma directa el contenido proposicional e indirecta la enunciación. Este atenuante opera en las máximas de Grice (Grice, 1975, 1978) porque, como destacan Briz (1998) y Caffi (2007), hace borrosos e imprecisos los límites de los conceptos (violando así las máximas de cantidad y de modo) aunque con la función pragmática de mitigar y, en consecuencia, de favorecer el desarrollo sin tensiones de la conversación, de acuerdo con el principio de cortesía (Lakoff, 1972; Leech, 1983; Brown, Levinson, 1987; Haverkate, 1994). Veamos el ejemplo (21):

(21) Val.Es.Co [G.68.B.1+G.69.A.1] ls. 831-835 C: § estas es que las puse yo adrede↑/ por los ojos y todo/ porque lo vieran que es verdad/// porque/ la bordaja de mi suegra↑// mi cuñada en paz descanse tenía/ por naturaleza una poquito los ojos saltones/ como la tía REMEDIOS/ un poquitín/ porque tenía/ el ojo de agtismático§

donde es evidente que no existe una gradación en la característica física “ojos saltones” en la que un poco puede minimizar la cantidad (+/- ojos saltones) presente en las personas aludidas (la suegra y la cuñada del hablante). De ahí que el modificador se emplea más bien para evitar que el hablante se comprometa demasiado con su enunciado porque él -como indica Haverkate (1994: 210)- “no se responsabiliza de aplicar el predicado en toda su intención léxica al sujeto referido”. La desresponsabilización producida por un poco se activa porque, por un lado, el operador, violando la máxima de modo de Grice, deja indeterminada y vaga la proposición que sigue y, por otro, porque el hablante, violando la máxima de cantidad, dice menos de lo que sería necesario al fin de evitar correr riesgos conversacionales y extra-lingüísticos. Véanse también los ejemplos que se muestran a continuación en los que un poco desempeña la misma función desresponsabilizadora (ej. 22: “un poquito beata”; ej. 23: “lo tiene un poco crudo”; ej. 24: “un poco estropeado”; ej. 25: “pone un poco en contradicción”; ej. 26: “un poco inexplicable”). En último lugar, en el ejemplo (27), un poco desempeña tanto una función modalizadora como mitigadora, es decir, sirve tanto para que el hablante se desresponsabilice de lo que afirma (“me parece mal”) como para que suavice su ataque a la imagen positiva del interlocutor. De hecho, siguiendo el principio de cortesía (Brown, Levinson, 1987), el ataque es un acto amenazador de la imagen positiva del oyente, por lo cual el hablante del ejemplo (27), en acuerdo también con la máxima de aprobación del principio de cortesía de Leech (1983), minimiza la crítica hacia él con el propósito de mantener el equilibrio social.

(22) [L.15.A.2] ls. 406-418 G: [bueno la cues-] la cuestión es que antes eras un poquito BEATA↑/ y a(ho)ra/ lo eres menos ¿no?§ E: §no↓ la cuestión es que yo no soy beata/ la cuestión es que en mi casa tengo una tía monja y está ahí↑/ (enton)ces yo paso totalmente de las monjas- de las monjas y digo más tacos que ¡bueno!/ que seguramente cual[quier otro que no→] G: [no/ yo- yo también conozco] mucha gente que ha idoo L: no me- no me digas que tú conoces a gente G: CHICA/ no/ que han ido al colegio de monjas yy/ al principio sí/ pero después/ en cuanto te han dao un poquito dee libertad↑ (23) [AP.80.A.1] ls. 832-834 S: pues hubo una persona del Grupo que se enamoró de Jaime/ ee/ lo que pasa es que como es cura pues lo tienen un poco crudo↓ peroo

(24) [J.82.A.1] ls. 17-18 G: [el sentido de la orientación↑ lo tiene un poco estropeao↓ como juegan mucho al frontenis↑]

(25) [CREA, Informe Semanal, 02/06/90, TVE 1] A: Dos tercios de los españoles con opinión estarían de acuerdo, serían partidarios de que a los inmigrantes ilegales se les reconociera su ciudadanía en España y se les integrara adecuadamente en la sociedad española. Esto es muy importante porque, entre otras cosas, invalida la política de inmigración que ahora mismo se está llevando en relación a los inmigrantes y la que se ha llevado desde la Ley de Extranjería y además pone un poco en contradicción a la mayoría de la población española con la política europea de inmigración que es claramente restrictiva en relación a los inmigrantes de países más pobres. (26) [CREA, El martes que viene, 01/05/90, TVE 1] A: Vamos a hablar de su país donde en este momento hay una e:: un curioso hecho político que sorprende a mucha gente y es esa coalición, e::, digo curioso porque así está considerado por muchas personas en el mundo. Usted está en coalición gobernando con el exdictador que era su enemigo, Hugo Báncer, comprende que es un poco inexplicable, ¿no?, señor Paz Zamora. (27) [ML.84.A.1] ls. 101-108 B: [si]/si- es que no me cuentas nada/ no me cuentas-/ te veo todo el rato↓ igual estás superbién conmigo↑ ahí superbién↑ ¿no? y con todo el mundo↓ y de repente te encierras↑ tío↑ yo no sé qué te pasa↑ si es que tienes algún problema en casa o algo↑ tío↑/ y de repente te encierras y ya no quieres hablar con nada/ ya no me diriges la palabra↑ te vas solo↑ tío↑/ y tengo que ir por ahí como una idiota pululando a ver dónde estás/// yo qué sé↓ me parece un poco mal

(d) En los actos de habla expresivos, un poco desempeña sólo una función social, la

de evitar que la emotividad del hablante sobrepase los límites considerados adecuados en la conversación. Según el principio de cortesía (Brown, Levinson, 1987), en efecto, las expresiones emotivas son posibles actos de amenaza a la imagen positiva del hablante. En los ejemplos presentados a continuación (28: “estaba un poco impresionada”; 29: “estaba un poco atemorizada”; 30: “nos quedamos un poco expectantes”; 31: “tenemos un poquito de miedo”; 32: “el amor que siento por usted me

tiene un poquito gilipollas”), el operador un poco delimita una serie de emociones consideradas negativas -el temor, el miedo, la gilipollez, la impresionabilidad y la alerta- para que la imagen del hablante no se exponga al criterio de los otros.

(28) [CREA Un día es un día, 20/09/90, TVE 1] A: Fíjate la defensa, entonces, esto, no me podía dormir, estaba un poco impresionada, no me podía dormir, estoy sentadita en la cama, entonces, tac tac en la noche, a las tres salgo, abro la puerta y era el Abacar un negro alto de dos metros, como un armario muro (29) [CREA, Un día es un día, 05/07/90, TVE 1] A: Bueno, te digo, al comienzo cuando lo fui a ver, realmente, pues yo estaba un poco atemorizada de irlo a ver, y también pues fue un día// el primer día donde ellos comenzaron a desarmarse. Y entonces, si quieres// todos los periodistas se habían ido y sólo supimos dónde él estaba que como a las cinco de la tarde. (30) [CREA, Informe Semanal, 02/06/90, TVE 1] A: Y entonces, de repente, los perros se levantaron inquietos, tensos y todos escuchamos, perfectamente, unos unos pasos, pero unos pasos que se acercaban hacia// donde las puertas donde nosotros estábamos. Todos nos quedamos un poco expectantes qué pasaba y, entonces, yo dije, posiblemente, creo que fui yo la que dije: "Hay alguien fuera", y me dijeron los vigilantes: "No no” (31) [CREA, Radio, Madrid, 04/91 B] A: Hombre, nosotros tenemos un poquito de miedo, ¿no? porque la verdad es que en la primera parte no no salíamos con con soltura al contragolpe, que es lo nuestro. Y la verdad es que es un partido para salir, para para nuestro fútbol, muy bueno, porque hay muchos huecos, ¿no?, el Barça juega al ataque totalmente, y y de ahí que que podíamos haber atacado más. Lo que pasa que mira, que al final, cuando empezamos a cuando empezamos a// a jugar bien fue en la segunda parte y y pasada ya un poquito, ¿no?, entonces, bueno, e:: yo creo que que hubo tiempo también para ganar el partido, hubo ocasiones pero no no llegó el del ansiado triunfo, ¿no? (32) [CREA, El peor programa de la semana, 08/12/93, TVE 1] A: Debe de ser que e:: el amor que siento por usted me tiene un poquito gilipollas, pero no se preocupe que yo en seguida me despabilo ¿eh?. Fulgencia, del dinero que gane aquí tú no vas a ver ni un duro porque me lo voy a gastar todo con la señorita Luisa en cosas. ¿Qué te parece? ¡eeh! Que tiene la señorita Luisa más categoría que tú, pero vamos, de aquí a Gandía. 3.3. Un poco modal-enunciativo Retomando las consideraciones de Fuentes Rodríguez y Alcaide Lara (2002), un

poco modal-enunciativo es aquel que modifica el registro de una situación interactiva introduciendo un grado de confianza que no corresponde a la situación real. Apunta al contexto, que afecta a la macroestructura, superestructura y al propio código o norma como muestra el ejemplo (33), en el cual la presidenta de mesa y organizadora de un congreso internacional, en el acto de clausura del mismo, afirma “hay un poco de morriña”, introduciendo así un cambio de registro que de académico, neutral, objetivo y

distante pasa a ser conversacional, subjetivo, emocional y cercano al oyente, del que intenta buscar el acuerdo tanto social como afectivo.

(33) [en el acto de clausura de un congreso internacional, la presidenta de mesa afirma]: A: hay un poco de morriña

También en el ejemplo (34), un conferenciante, durante su presentación, afirma “lo

que tiene un poquito de misterioso es que…” cambiando, con el empleo de un poquito, tanto el registro -de técnico a coloquial- como su papel -de animador que emplea un posicionamiento neutral y objetivo a autor de sus enunciados, implicado modal y emocionalmente en ellos.

(34)[Durante una comunicación académica] A: lo que tiene un poquito de misterioso es que […]

3.4. Un poco aproximativo Como destacaba en el párrafo 2 sobre el estado de la cuestión, ya Fuentes Rodríguez

y Alcaide Lara (2002) han distinguido un uso aproximativo de un poco, a medio camino entre el cuantificador y el atenuativo. Yo propongo dividir este un poco aproximativo en dos operadores distintos: el aproximativo oracional y el aproximativo conversacional. El primero se acerca mucho a otros aproximativos como “casi”, “una especie de”, “en cierta medida” etc., indicando cercanía a un punto que se toma como referencia, preferentemente entre un estado de cosas y su negación (cf. Schwenter, Pons Bordería, 2005). Así, en el ejemplo (35) (“Yo no quise hacer una historia […], hacer un poco una contrahistoria”), el hablante intenta explicar la esencia de su trabajo colocándolo, dentro de un continuo que va de la historia a la contrahistoria, en un punto que se aproxima a esta última.

(35) [CREA, Entre líneas, 16/04/90, TVE 1] A: Yo no quise hacer una historia, porque entonces pues me hubiera e: convertido en otro oi historiador más, no. Y y siempre llevado por esa especie de espíritu de aventura que me guió siempre por estos caminos del mundo, hacer un poco una contrahistoria, más vale, ¿no? Es decir, tratar de em en cierta manera, de desmantelar estos mitos que a veces e:: cristalizan en la conciencia nacional de un país// de una conciencia de un país, y ver e:: cuál es la almendra de esos mitos e:: populares, nacionales, locales.

El segundo -aproximativo conversacional- en cambio, aparece a menudo tras un

verbo imperativo exhortativo y en el interior de una secuencia de abertura que, a nivel de organización de la interacción, resulta ser un turno en el cual el hablante-moderador selecciona a su interlocutor introduciendo también el tema del discurso. Por lo tanto, propongo definir el operador aproximativo conversacional por: a) seguir un verbo exhortativo; b) aparecer en una secuencia iniciativa pronunciada por el moderador de la interacción; c) introducir una premisa cautelosa de la acción de respuesta. La cautela se dirige tanto al entrevistado -que debe respetar el tiempo de la respuesta, que puede hablar poco y sin profundizar el tema- como al entrevistador mismo -en el caso en que tuviera que interrumpir a su interlocutor antes de que terminara su turno.

(36) [CREA, Radio, Guadalajara, 22/01/90]

A: Y entonces, muchos de los guadalajareños le conocen. Pero, háblenos un poquito de esta exposición. Son acuarelas, eso sí, y cuántas obras, e:: temática, y todo esto. (37) [CREA, Radio, Madrid, 23/12/91 a 04/01/92] A: [Bueno, no sabemos], a qué se refiere usted con polémica con los medios de comunicación. B: Bueno, a a todo este lío de que si/ A: De qué, expli/ aclárelo usted un poquito, rápidamente porque se nos va el tiempo. (38) [CREA, Protagonistas, Madrid, 10/09/91, Radio Intercontinental, Onda Cero] A: Hoy debuta Nuria. Nuria, cuéntanos un poquito/

3.5. La locución “ser un poco+sintagma nominal” La locución ser un poco + sintagma nominal no aparece nombrada en ninguno de los

trabajos consultados, además de no aparecer la posibilidad de que un poco se combine con un sintagma nominal formado por determinante y sustantivo. En las obras de consulta se señala que un poco de puede combinarse con sustantivos no contables en singular y también con sustantivos plurales mientras que un poco sólo se combina con adverbios y adjetivos (cf. párr. 2). Sin embargo en los ejemplos (39)-(48), los sintagmas a los que precede un poco son los siguientes: la parte, una excusa, una utopía, el Pepito Grillo, un desencanto, una vergüenza, la materia, la sorpresa, el recuerdo. Todos compuestos del sustantivo acompañado de determinante, artículo determinativo o indeterminativo.

Se podría rebatir que un poco se inserta, como inciso, dentro de una oración compuesta del verbo ser + sintagma nominal (ej 39: “la noche es -un poco- la parte del día…”), pero las transcripciones no muestran, en ningún caso encontrado, pausas entre el verbo y el sintagma nominal, por lo que debemos deducir que no puede considerarse un inciso.

Del análisis se desprende que en la locución, un poco reduce su valor cuantificacional (sin perderlo del todo) y adquiere valores distintos con los que desempeña diversas funciones: la de un operador dictal, modalizante, atenuante, intensificador y cortés. Veamos los ejemplos en detalle.

(39) [CREA, Un día es un día, 20/09/90, TVE 1] A: Sí, hombre. La noche es un tema universal, e:: además la noche es un poco la parte del día que nos toca vivir más en la intimidad. Hay partes tan mágicas como la vida nocturna encerrados en casa, como el paseo, como los sueños, como la magia nocturna, lo de las estrellas, la luna, y la mitología nocturna, y la fauna nocturna.

En (39), un poco puede considerarse un operador dictal, ya que adquiere un valor

aclarador y reformulador de lo dicho: con éste, el hablante pretende definir mejor, añadir características que pertenezcan a la noche, tema de su discurso.

En (40), en cambio, un poco adquiere valor atenuativo, ya que sirve para atenuar el acto asertivo y minimizar la crítica que éste conlleva. Hacia esta interpretación nos guía el contexto comunicativo en el que se halla: se emplea inmediatamente antes o después de una petición de confirmación (¿no?).

(40) [CREA, Un día es un día, 20/09/90, TVE 1]

A: [Bueno, pienso que todos tenemos un aspecto malo, ¿no?, esto es un poco una excusa para que salga fuera] (41) [CREA, Un día es un día, 05/07/90, TVE 1] A: Creo que fue un poco una utopía ¿no?

En (42) y (43), un poco adquiere el valor aproximativo oracional, de hecho puede

sustituirse con “más o menos”. El valor aproximativo le permite dejar los contornos borrosos para, en el ámbito interaccional y social, cumplir con la función de búsqueda del acuerdo del interlocutor cuya opinión se pide -otra vez- de forma explícita (“¿no?”).

(42) [CREA, Entrevista CSC011] A: Ciclos, sí. Teníamos una asignatura además en la Universidad que era Historia del Cine y estos/ y esta especie de cineclubs comerciales, ¿no? B: mhm A: Pues lo hacían un poquito en combinación con esta asignatura que había en la Universidad. Y yo recuerdo prácticamente todas las buenas películas que estudiábamos en la asignatura, ¿no?, de todos los grandes actores, ¿no?, y directores, pues las vimos en esos cineclubs. B: mhm A: [Pues ése] es un poquito el recuerdo que tengo. (43) [CREA, Un día es un día, 05/07/90, TVE 1] A: [El/ vamos, em] en un momento en el cual, quiero decir, por muchas coincidencias entré/ hice conocimiento de Panella, nos hicimos grandes amigos e: en el cine en ese momento había mucha inquietud por este partido porque era un partido que se ocupaba de cosas de las cuales/ digamos, era un poco el Pepito Grillo de las izquierdas

En (44) y (45) adquiere valor desresponsabilizador: el hablante no se compromete

totalmente en afirmar que es un desencanto y una vergüenza. (44) [CREA, Un día es un día, 05/07/90, TVE 1] A: [El hecho de que] votasen también a Ilona, e: fue por una/ si que es un poco yo creo que un desencanto por parte de/ en un momento de la política italiana. Es decir, había una/ había un sector de las izquierdas o de gente que nunca había am dado un voto que se había abstenido y que de repente necesitaba e:: a través de algo tremendamente drástico e:: manifestarse. (45) [CREA, Informe Semanal, 06/01/90, TVE 1] A: Es terrible terrible Podrían irse de aquí, ¿sabe?, tienen todo el derecho del mundo a hacerlo, pero creo que es un poco una vergüenza que Estados Unidos haya tenido que vendérselo a ellos. E:: ¿cómo ha contribuido en su obra literaria?

Por último, se usa como operador atenuativo de opiniones personales y a menudo se

acompaña de “creo” (ej. 46 y 47). En el ejemplo (48), A emplea la locución “es un poquito la sorpresa” después de que B haya contestado con un acuerdo débil (“sí, sí, probablemente”) al primer turno de A, que se componía de un acto asertivo más fuerte.

(46) [CREA, Entre líneas, 16/04/90, TVE 1] A: Bueno, yo creo que es un poco la la materia, digamos, esencial de de mi obra literaria, puesto que el exilio transformó completamente mis nociones de la vida, del mundo, e:: yo

descubrí que el hombre, pese a las diferencias de costumbres, e:: de tradiciones, de suibi// de grados de civilización, es el mismo en todas partes. (47) [Crea, Vuelta ciclista a España, 24/09/95, TVE 1] A: como a lo mejor…// como hizo ¿¿¿aquel??? día en Calatayud, no *tomar* riesgos y dejar que sean otros los que disputen la llegada. Yo tengo mis dudas. La verdad es que lo que dices tú es una cosa a pensar y que, posiblemente, le haga animarse al final, a lo mejor, que aunque no lleve pensado disputar el sprint, cuando entre aquí en la Castellana dice: “bah, me voy a meter en el ajo". Porque al fin y al cabo cuando uno está fuerte y el calor de la carrera y el público, muchas veces vence un poquito ese ese temor a *tomar* un riesgo en los últimos metros de la carrera, te vence y te te puede meter ahí *al* sprint. Pero bueno, yo creo que es una una postura que va a ser un poquito la sorpresa, ver si se mete o simplemente se deja llevar.

(48) [Crea, Radio, Madrid, 08/12/91, Radio Getafe H] A: Yo/ hoy puede ponerle bastantes problemas al San Fernando, ¿no? B: Sí, sí, probablemente. A: En el campo del e: Villaverde-San Sebastián. Un Villaverde que también que también está siendo un poquito la sorpresa. B: Sí, es un equipo que pierde poco.

4. CONCLUSIONES Objetivo de mi análisis era aplicar un marco teórico multidisciplinario y de

“pragmática integrada” (Caffi, 2009) al uso de un poco y a sus funciones en las conversaciones coloquiales para colmar un espacio dejado libre dentro de los estudios sobre atenuadores específicos porque, de las observaciones de los datos, he destacado que la función semántica cuantificadora de un poco debe complementarse con la pragmática, con el fin de describir el uso y los valores adquiridos por el operador en las conversaciones en contextos de uso social e interactivo.

Según lo que he evidenciado a lo largo del análisis, un poco opera en los niveles lingüístico, pragmático, social y modal-enunciativo y en cada uno presenta rasgos característicos que, combinándose entre ellos, pueden dar lugar a unos mismos resultados o también a resultados divergentes. Resumiendo:

Un poco, a nivel pragmático, tiene dos comportamientos distintos, configurándose almismo tiempo como estrategia lingüística (atenuadora de los actos de habla -cf. 3.2- o intensificadora -cf. 3.1) y como estrategia social (de cortesía, empleada para el mantenimiento del equilibrio de la imagen). Un poco intensificador transforma -a nivel sintáctico- en característica negativa lo dicho, expresa su inaceptabilidad, aumenta el grado de la propiedad aludida ocupando la posición post-verbal dedicada al adverbio mucho pero, al mismo tiempo, a nivel social, atenúa el acto de disentimiento para no crear desacuerdo y proteger la imagen del interlocutor. Un poco atenuador, en cambio, minimiza de forma directa el contenido proposicional y de forma indirecta la enunciación; funciona como desintensificador de la responsabilidad del hablante, es decir, contribuye -a nivel lingüístico y modal- a crear cierto nivel de distanciamiento entre el hablante y su enunciado para -a nivel social, de cortesía- evitar riesgos interaccionales y contextuales que de éste pueden derivar con el fin último de buscar el acuerdo del interlocutor y mantener el equilibrio conversacional. Un poco actúa en

cuatro de las cinco categorías de los actos de habla: los asertivos, directivos, comisivos y expresivos.

Otro uso pragmático de un poco, que concierne a la comunicación eficaz, lo encontramos en la ruptura del orden estructural rígido de colocaciones y modismos, en los cuales, contradiciendo los hábitos sintácticos, un poco se interpone para lograr objetivos comunicativos estratégicos y para construir la relación social (cf. párr. 3.1).

A nivel dialógico, es decir en el contexto secuencial en el que se halla, un poco puede perder su valor atenuador para formar parte de una acción interpretada de forma descortés (cf. párr. 3.1).

A nivel modal-enunciativo un poco modifica el registro de una situación interactiva introduciendo un grado de confianza que no corresponde a la situación en curso, interviniendo tanto en el código -que de técnico especializado llega a ser coloquial- como en el papel del hablante -quien abandona el posicionamiento neutral para comprometerse tanto modal como emocionalmente en su enunciado (cf. párr. 3.3).

Propongo también la existencia de dos un poco aproximativos, el oracional y el conversacional (cf. párr. 3.4). El primero indica cercanía a un punto que se toma como referencia entre un estado de cosas y su negación. El segundo, en cambio, forma parte de una secuencia conversacional con estructura fija, es decir: a) sigue un verbo exhortativo, b) aparece en una secuencia iniciativa pronunciada por el moderador de una interacción; y c) introduce una premisa cautelosa de la acción de respuesta.

En conclusión, he analizado la locución “ser + un poco + sintagma nominal” (cf. párr. 3.5) en la que un poco no puede considerarse un inciso, precede sintagma nominal compuesto de determinante y sustantivo (posibilidad que no se considera en las gramáticas consultadas), reduce (sin perder) su valor cuantificacional y asume los valores pragmáticos de un operador dictal, modalizante, atenuante, intensificador y cortés. BIBLIOGRAFÍA

ALBELDA, M. (2008): “Atenuantes en Chile y en España: distancia o acercamiento,

en: A. Briz et alii (eds.), Cortesía y conversación: de lo escrito a lo oral, Valencia, Universitat de València, págs. 98-113.

ALBELDA, M. (2010): “¿Cómo se reconoce la atenuación? Una aproximación metodológica basada en el español peninsular hablado”, en: F. Orletti, L. Mariottini (eds.), (Des)cortesía en español. Marcos teóricos y metodológicos para su estudio, Roma-Estocolmo, Università Roma Tre-Programa EDICE, www.edice.org, págs. 47-70.

ÁLVAREZ MURO, A., JOVEN BEST, C. (2005): “Atenuantes y sus funciones corteses”, en: D. Bravo (ed.), Estudios de la (des)cortesía en español, Buenos Aires, Dunken, págs. 119-144.

BALLY, C. (1950 [1932]): Linguistique générale et linguistique française, Berna, Francke Verlag.

BEINHAUER, W. (1978): El español coloquial. Tercera edición aumentada y actualizada, Madrid, Gredos.

BRAVO, D. (1999): “¿Imagen ‘positiva’ vs. imagen ‘negativa’?, pragmática sociocultural y componentes de face”, Oralia, 2, págs. 155-184.

BRAVO, D. (2001): “Sobre la cortesía lingüística, estratégica y conversacional en español”, Oralia, 4, págs. 299-314.

BRAVO, D. (2004): “Tensión entre universalidad y relatividad en las teorías de la cortesía”, en: D. Bravo, A. Briz (eds.), Pragmática sociocultural: estudios sobre el discurso de cortesía en español, Barcelona, Ariel, págs. 15-37.

BRIZ GÓMEZ, A. (1995): “La atenuación en la conversación coloquial. Una categoría pragmática”, en: L. Cortés (ed.), El español coloquial: Actas del I Simposio sobre análisis del discurso oral, Almería, Universidad de Almería, Servicio de Publicaciones, págs. 103-122.

BRIZ GÓMEZ, A. (1998): El español coloquial en la conversación, Barcelona, Ariel. BRIZ GÓMEZ, A. (2002): “La estrategia atenuadora en la conversación cotidiana

española”, en: D. Bravo (ed.), Actas del Primer Coloquio del programa EDICE. Universidad de Estocolmo, Programa EDICE, www.edice.org, págs. 17-46.

BRIZ GÓMEZ, A. (2005): “Eficacia, imagen social e imagen de cortesía”, en: D. Bravo (ed.), Estudios de la (des)cortesía en español, Buenos Aires, Dunken, págs. 53-91.

BRIZ GÓMEZ, A. y Grupo Val.Es.Co. (2002): Corpus de conversaciones coloquiales, Anejo de Oralia, Madrid, Arco/Libros.

BROWN, P., LEVINSON, S. (1987): Politeness. Some Universals in Language Use, Cambridge, Cambridge University Press.

CAFFI, C. (2007): Mitigation, Amsterdam, Elsevier. CAFFI, C. (2009): “Aspetti stilistici dell’interazione terapeutica”, en: M. Fatigante,

L. Mariottini, M. E. Sciubba (eds.), Lingua e Società. Scritti in onore di Franca Orletti. Roma, FrancoAngeli, págs. 139-160.

CALSAMIGLIA, H., TUSÓN, A. (1999): Las cosas del decir. Manual de análisis del discurso, Barcelona, Ariel.

CEPEDA, G. (2001): “Modo, modalidad, entonación y actos de habla en una entrevista”, Revista de Lingüística Teórica y Aplicada (RLA), 39, págs. 49-60.

CEPEDA, G. (2005): “Cortesía, imagen social y aceptación del mensaje terapéutico”, en: D. Bravo (ed.), Estudios de la (des)cortesía en español, Buenos Aires, Dunken, págs. 163-187.

CORNILLIE, B. (2007): Evidentiality and Epistemic Modality in Spanish (Semi-) Auxiliaries, Berlin/New York, Mouton de Gruyter.

DUCROT, O. (1970): “Peu et un peu”, Cahiers de lexicologie, 16(1), págs. 21-52. DUMITRESCU, D. (2008): “Sobre la atenuación cortés en español y rumano: unas

estrategias comunes”, Virtual Miguel de Cervantes, Alicante. FUENTES RODRÍGUEZ, C. (1997): Introducción a la pragmática lingüística,

Sevilla, Kronos. FUENTES RODRÍGUEZ, C., ALCAIDE LARA, E. (2002): Mecanismos

lingüísticos de la persuasión, Madrid, Arco/Libros. GRICE, P. (1975): “Logic and conversation”, en: P. Cole, (ed.), Syntax and

Semantics, III: Speech Acts, New York, Academic Press, págs. 41-58. GRICE, P. (1978): “Further notes on logic and conversation”, en: P. Cole (ed.),

Syntax and Semantics, IX: Pragmatics, New York, Academic Press, págs. 113-128. HAVERKATE, H. (1994): La cortesía verbal: Estudio pragmalingüístico, Madrid,

Gredos. HERNÁNDEZ FLORES, N. (1999): “Politeness ideology in Spanish colloquial

conversation, the case of advice”, Pragmatics, 9(1), págs. 137-149.

HERNÁNDEZ FLORES, N. (2002): La cortesía en la conversación española de familiares y amigos; la búsqueda del equilibrio entre la imagen del hablante y la imagen del destinatario, Aalborg Universitet, Institut for Sprog Internationales Kulturstudier.

JESPERSEN, O. (1917): Negation in English and other languages, Copenhagen, Host.

KAUL DE MARLANGEON, S. (2002): Los adverbios en -mente del español de hoy y su función semántica de cuantificación, Madrid, Iberoamericana, Vervuert.

LAKOFF, G. (1972): “Hedges: a study in meaning criteria and the logic of fuzzy concepts”, Journal of Philosophical Logics, 2, págs. 458-508.

LEECH, G. (1983): Principles of Pragmatics, Londres, Longman. LÓPEZ, Á. (1990): “La interpretación metalingüística de los tiempos, modos y

aspectos del español: ensayo de fundamentación”, en: I. Bosque (ed.), Tiempo y aspecto en español, Madrid, Cátedra, págs. 107-175.

MARTÍN ZORRAQUINO, M. A., MONTOLÍO DURÁN, E. (1988-1998): Los marcadores del discurso. Teoría y análisis, Madrid, Arco/Libros.

MATTE BON, F. (1995): Gramática Comunicativa del español. De la idea a la lengua, II, Madrid, edelsa.

MONTECINO SOTO, L. A. (2004): “Estrategias de intensificación y de atenuación en la conversación coloquial de jóvenes chilenos”, Onomázein, 10(2), págs. 9-32.

PATO DE VÁLDEZ, E. (1997): “Formas de atenuación de la aserción”, en: M. E. Villarino et alii (eds.), Actas del IV Congreso Argentino de Hispanistas. La cultura hispánica y occidente, Mar de Plata, págs. 443-447.

PUGA LARRAÍN, J. (1997): “La atenuación en el castellano de Chile”, Universitat de València, Tirant lo Blanch Libros.

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Banco de datos (CREA) [en línea]. Corpus de referencia del español actual. <http://www.rae.es> [Fecha de consulta: 10 de julio de 2010].

SÁNCHEZ LÓPEZ, C. (1999): “Los cuantificadores: clases de cuantificadores y estructuras cuantitativas”, en: I. Bosque, V. Demonte (eds.), Gramática descriptiva de la lengua española, 1, Madrid, Espasa-calpe, págs. 1025-1128.

SCHWENTER, S., PONS BORDERÍA, S. (2005): “Por poco (no): explicación sincrónica y diacrónica de sus componentes de significado”, Lingüística Española Actual, XXVII(1), págs. 131-158.

SEDANO, M., GUIRADO, K. (2009): “Compré un poco de libros: ¿un uso característico del español de Venezuela?”, Verba, 36, págs. 67-87.

SPITZER, L. (2007): Lingua italiana del dialogo, C. Caffi, C. Segre (eds.), Milano, il Saggiatore.

VIGARA TAUSTE, A.M. (1992): Morfosintaxis del español coloquial: esbozo estilístico, Madrid, Gredos.