las lucernas
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INTRODUCCIONAL ESTUDIO DE LA
CERAMICA ROMANAUna breve guía de referencia
MERCEDES ROCA ROUMENSM" IsABEL prnl.lÁ¡loEz cnncí¡ (coords.)
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M@og.á6co n" I d€ CVDAS, Bisi¡ & Arqwolosí¡ e Eistorü
@ Swicio ile ft¡blicei@6 de la U¡ivdid¿d dé MálaeaO Asi&iór C¡úüd CVDAS
@ De l! p¡rtc grÁffo: P Ruiz Mo¡t s
DISEÑO: Mada LuGa Cru¿ Swicio de ¡¡rbli@iües! Uni¡@i<lad de M,ílág¿DI-: MA-551-05ISBN: 84-9?47486-9IDpmt4 IMAGRA¡ - T€lt: 952 12 85 97
ÍNDrcE
PRóLoco(M. soroMAYoR)............ 1
IN.rRoDUccróN
(M. RmA RouMENs y M" ISABEL FERNÁND¡Z CaRcÍa).............................-......... 9
LAs cERÁMrcAs DEL cRupo DE tAs PEQITEñAS ESrAM¡ILLAS
(J. PRn¡crpar) ........... .... IILA cEtu{MrcA CAMPANENSE A
(c. VrvaR l,oMBARrp) ..... ..................................... 23
LAs cERÁMrcAs DEL ciRcul-o DE LA CA¡DANTENSE B(J. PRr¡crpAL) .................., 47
LA vAJtr-LA DE BARNTZ NEcRo. CAMPA¡{IENSE C(M.A. GoNz rEz t¡pEz) ............................. ....... .. 63
TERRA S¡ctr-LATA I'rÁLIcA(M.RocaRouM¡Ns) ......... 8l
TERRA SrcLr-{TA SuDcÁLIcA(M.RocaRouMENs) .......... 115
SIGILLATA HrspÁNlcA DE oRrcEN BÉTrco
(M" l. FERNANDEZ G^RclA y P k'Iz Mor""rts) ............ 139
Los cENTRos DE pRoDUccróN DE T.H.S. EN LA zoNA SEPTENTRIoNAL DE
LA PENiNSULA IBÉRICA
(MVRoMERoCAnxIcERoyPRutz MoNrEs) ......... 183
CEtu{MtcAs ArRrcANAs(8. SERIANo RAMos) ...... ......-.............................. . 225
TER¡A SIGLLATA FOCENSE TARDíA
(E. SERxaNo RAMos) ...... .. ... ... ... ....................... 305
La cERÁrtrcADE PAREDES FtNAs
(J.A. MñcüEz MoRALES) ...................... ............- 317
LAs LUCERNAS
(R. cEr-rs BrrRru) .......... ....................................... 405
2
INDICE Introducción ........................................................................................................................................ 3 Bloque 1. Características generales de las lucernas romanas ........................................................... 5 1.1) Morfología, nomenclatura y uso de una lucerna .......................................................................... 5 1.2) Las tipologías ............................................................................................................................... 6 1.3) Las Marcas sobre las lucernas romanas ....................................................................................... 9 1.4) La Decoración sobre las lucernas romanas ................................................................................. 11 Bloque 2. La tipología ......................................................................................................................... 14 2.1) Introducción ................................................................................................................................. 14 2.2) Las lucernas tardo republicanas .................................................................................................. 14
2.2.1) La tipología ........................................................................................................................ 15 2.2.2) Marcas, producción y difusión de las lucernas tardo republicanas ................................... 18
2.3) Las lucernas de volutas ............................................................................................................... 19
2.3.1) La tipología ........................................................................................................................ 20 2.3.2) Marcas, producción y difusión de las lucernas de volutas ................................................ 22
2.4) Las lucernas de disco .................................................................................................................. 23
2.4.1) La tipología ........................................................................................................................ 24 2.4.2) Marcas, producción y difusión de las lucernas de disco ................................................... 25
2.5) Las lucernas cuoriformes ............................................................................................................ 27 2.5.1) La tipología ........................................................................................................................ 27 2.5.2) Producción y difusión de las lucernas cuoriformes ............................................................ 28 2.6) Las lucernas de canal o firmalampen .......................................................................................... 28 2.6.1) La tipología ........................................................................................................................ 28 2.6.2) Marcas, producción y difusión de las lucernas de las lucernas de canal o firmalampen .. 29 2.7) Otras tipologías de lucernas ........................................................................................................ 29 2.7.1) Tipología, producción y difusión ......................................................................................... 29 2.8) Las lucernas norte africanas o cristianas ..................................................................................... 30 2.8.1) Tipología, producción y difusión ......................................................................................... 31 Bloque 3. Comentario crítico sobre la bibliografía ............................................................................... 32 Bibliografía ........................................................................................................................................... 41 Apéndice I. Equivalencias tipológicas y cronologías ........................................................................... 44 Apéndice II. Procedencia de las ilustraciones de las formas, marcas y decoraciones ....................... 49 Láminas ............................................................................................................................................... 51
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Lasciate ogne speranza, voi ch'intratre
Divina Comedia Canto III, vv. 1-9
INTRODUCCION Con la frase que Dante leyó en la puerta del infierno, empezamos esta exposición sobre el mundo de
las lucernas romanas. La verdad es que para el profano que se enfronta a este material por primera
vez, parece que esta máxima se aplica de forma inexorable. Si bien es cierto que, debido a muchos
factores, los cuales intentaremos explicar y dar posibles soluciones, la complejidad es grande, ya sea
por las muchísimas tipologías, por el casi desconocimiento de los centros productivos, por no existir
un corpus “universal” sobre marcas y formas, (como existe en otras producciones cerámicas, caso de
las sigillatas, por ejemplo ) por las interpretaciones iconográficas, por la diversidad de propuestas
cronológicas para un mismo material, o, por las diversas formas de delimitar la problemática de estas
producciones, etc. Pero también es cierto que se ha publicado mucho y con ello disponemos de una
gran variedad de posibilidades a la hora de confrontar el material con el que nosotros tendremos que
trabajar.
Lo que intentaremos en estas breves páginas es intentar clarificar conceptos y problemática, dando
nuestra opinión sobre cada uno de ellos. Hemos estructurado el trabajo en tres grandes bloques, el
primero hace referencia a las cuestiones generales de las lucernas, en el segundo describimos por
grupos las tipologías de las piezas, así como otros aspectos que consideramos importantes y por
ultimo, en el bloque tercero, hacemos un breve comentario sobre la bibliografía que nosotros
consideramos como la más adecuada para iniciarse en el mundo lucernario romano. Supongo que
queda claro que no pretendemos hacer aquí un estado de la cuestión completo u ofrecer todas las
tipologías existentes, así como un exhaustivo catálogo de marcas y decoraciones.
La intención es otra, es la de permitir a cualquier persona que por cuestiones diversas, le interese o
deba conocer y clasificar este tipo de material. Uno de los grandes handicaps que nos encontramos
hoy en día es el hecho que aún no hay las suficientes lucernas publicadas de materiales procedentes
de excavaciones con estratigrafía, cosa que nos impide ir perfeccionando las cronologías de las
formas ya conocidas, el descubrir formas nuevas y el poder ir formando una necesaria red de
publicaciones de materiales locales perfectamente localizables por zonas geográficas, con lo que se
podría incrementar el conocimiento de cuestiones tales como las producciones y el comercio.
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Una muestra de la complejidad en el momento de iniciar un estudio de material lucernario son las
cuestiones que aún surgen a la hora de unificar los conceptos entre los diversos estudiosos, se
plantean preguntas tales como si todavía se considera necesario el publicar todo el material, la
importancia de la lucerna como fósil director en una excavación, así como lo anteriormente
comentado de la necesidad de ir confeccionando publicaciones regionales. En el primer caso, la
respuesta parece obvia, sí, es necesario publicar todo el material, no olvidemos que muchas de las
tipologías proceden de materiales de fondo museo, y el hecho de publicar un fragmento con
estratigrafía de una lucerna con forma o decoración igual a la de un fondo museo, aunque no
soluciona todos los problemas, sí que haciendo un paralelismo nos ofrece un poco más de luz. Sobre
la importancia de la lucerna como fósil director, será uno de los temas que trataremos más adelante,
pero avanzaremos que la respuesta es dual, dependiendo de la situación del hallazgo. Empecemos
pues con el primer bloque dedicado a las características generales.
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BLOQUE 1: CARACTERISTICAS GENERALES EN LAS LUCERNAS ROMANAS.
1.1) Morfología, nomenclatura y uso de una lucerna.
En la lámina I podemos observar las diferentes partes de una lucerna romana, siendo las más
importantes el pico y el depósito, ya que de ellas, los distintos autores, van a efectuar las diversas
tipologías. No hemos hecho mención sobre la evolución de las lucernas desde los tiempos neolíticos,
ya que no entran dentro del marco cronológico de este libro y, autores que aparecen citados en la
bibliografía (como Amaré 1987, por ejemplo), sí que han tratado esta cuestión.
Aquí presentamos la terminología española junto con los términos latinos, que si bien no son
contemporáneos a la época de la fabricación de las lucernas, sí que nos podrán ser de utilidad a la
hora de leer o publicar en una lengua que no sea el español. Autores como Amaré o Provoost, nos
ofrecen estos mismos términos en otros idiomas, como el francés, el inglés, el alemán o el italiano.
La correcta utilización del lenguaje nos va a permitir el entender, poder exponer y transmitir el
conocimiento de una forma uniforme.
Sobre los aspectos funcionales en la morfología de una lucerna, destacaremos en primer lugar, el
depósito, donde se almacena el combustible, que en el caso de las regiones mediterráneas,
acostumbraba a ser aceite de oliva. De todas formas, otros tipos de aceite podían ser utilizados,
como el de sésamo, de nuez, de pescado, etc. Así mismo también, grasas de diversas procedencias,
pero para lucernas de tamaños mayores. El pico es la segunda característica sobre la que queremos
hacer mención, en las lucernas de época romana, este ya aparece totalmente cerrado, cosa que
hemos de entender por cuestiones prácticas y de funcionalidad, ya que un pico cerrado permite
aguantar mejor la mecha y controlar mejor la llama procedente de ella. La mecha probablemente, se
encontraba realizada en lino hilado, así como de cualquier vegetal que pudiera ser apto para un
proceso de hilatura, como por ejemplo el papiro, entre otras. También se puede especular que se
utilizara lana o fragmentos de algodón. Otro problema que se plantea, es el como se aguantaba la
mecha en el pico, se han propuesto diferentes opciones, tales como que se hubiera puesto un
pequeño bloque en el orificio de la mecha, siendo este de arcilla o madera, así como pequeños tubos
o anillos perforados en pizarra, arcilla o plomo. Relacionados con el funcionamiento de la lucerna,
mencionaremos el orificio de alimentación por donde se introducía el combustible, ubicado en el
disco, y, el que se conoce como orificio de aireación, que a parte de proporcionar aire para la
combustión, posiblemente y mediante el uso de un objeto como una aguja, se podría mover la mecha
en caso necesario.
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Si observamos ahora otros aspectos de las lucernas que se plasman en su morfología, diremos que
una de sus características es que gran parte de ellas, presentan decoración, así como marca o firma.
Dentro de la morfología de la lucerna, la decoración la podemos encontrar en el pico, en la orla, en el
asa y, especialmente en el disco, siendo esta la parte con mayor extensión para la realización de la
iconografía. Las marcas las podemos encontrar tanto en la base, como en la orla, el disco o el pico.
Estas características que acabamos de mencionar, son validas tanto para las lucernas hechas en
cerámica como las fabricadas en bronce. Si bien es cierto que estas últimas existieron, es una
posibilidad más bien remota el encontrarlas, es por ello que nosotros no vamos a presentar ninguna
tipología referente a ellas, diversos autores como Loeschcke, Menzel y Szentléleky, entre otros,
presentan en sus estudios un apartado referente a estos materiales, y que pueden servir como
iniciación.
Referente a las lucernas de cerámica, diremos que en el mundo romano, se encuentran realizadas a
molde, rompiendo así la tradición helenística, en que se fabricaban a torno.
Acabaremos diciendo que las lucernas no fueron simplemente utilizadas para iluminar estancias
privadas o edificios públicos, sino que también las encontramos relacionadas con el mundo funerario,
apareciendo en los enterramientos, y muchas veces (que no quiere decir siempre) sin ningún rastro
de haber sido utilizadas. Encontramos lucernas también como ofrenda votiva, cerca de templos y de
santuarios, en la magia o en funciones profilácticas, como por ejemplo, en depósitos antes de la
fundación de una casa, así como también en regalos, como se puede observar en las inscripciones
que felicitan al año nuevo.
1.2) Las Tipologías.
Diremos que para enfrentarnos a ellas necesitamos cierta dosis de paciencia y nunca dejar de lado el
sentido común. La situación es compleja, pero podemos resumirla diciendo que cada autor hace una
tipología según los materiales que él dispone y por ello, no podemos decir que tengamos un corpus,
dicho universal de todas las posibles tipologías en el mundo de las lucernas. Esta metodología de
trabajo resulta muy simple para el investigador que realiza una tipología pero es el inicio de las
complicaciones para el resto de los investigadores que se tienen que enfrentar a su propio material.
Si bien es cierto que muchos de ellos mencionan los paralelos con otros autores, a la hora de leer
una obra, uno se puede confundir con bastante facilidad. Para empezar, diremos que bajo nuestra
opinión, las tipologías más extendidas y fáciles de utilizar (por simplicidad y accesibilidad) son Ricci,
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Dressel, Loeschcke, Deneauve y las del Atlante, este último para las fabricadas en terra sigillata
africana. Ello no quita que también sean científicamente las más interesantes. En nuestros días
resulta evidente que cualquier tipología debe presentar unos valores cronológicos basados en
resultados estratigráficos, pero esto no fue siempre así, debido a que parte de estas tipologías se
encontraban realizadas sobre materiales procedentes de fondos museo, o por la diferente
metodología entre el sur y el norte de Europa. Las tipologías basadas únicamente sobre
características formales, como por ejemplo, número de molduras en la orla, solo pueden ser
interesantes cuando van acompañadas de valores estratigráficos. Otra reflexión personal que se
quiere aquí aportar, es que estamos hablando de producciones cerámicas en que se podían haber
realizado miles de piezas en miles de talleres al día, de ellas ni tan siquiera sabemos el porcentaje
que nos ha llegado a nosotros, con lo que no creemos que todas estas lucernas fueran fabricadas
exactamente iguales, así que el mismo taller podía estar realizando la misma forma con diferentes
molduras, teniendo una diferencia morfológica un exacto momento de producción y por consiguiente,
cronológico. Si bien es cierto que las diferentes tipologías que se basan en estos principios, o que los
toman como características secundarias, al final, las variaciones cronológicas entre ellas, no son
muy importantes. Continuando con las tipologías, diremos que el valor de Dressel radica en ser el
primero que realiza una clasificación sistemática de material lucernario, pero en 1899 no se conocía
las dataciones de la terra sigillata, por lo que el autor ordena las formas según criterios cronológicos
sui generis, aunque al final, tampoco se equivocó de mucho. Posteriormente Lamboglia y Beltrán,
mediante excavaciones con estratigrafía fecharon las formas de Dressel. Si hablamos de Loeschcke,
diremos que es importante por muchos motivos, primero de todo por basar su tipología en materiales
procedentes de una excavación con método científico y muy delimitada en el tiempo, como es el
campamento en el limes, que es Vindonissa (Windisch en la actual Suiza) Es por ello que su
tipología sí que tiene un valor cronológico explícito. Continuando con Deneauve, diremos que si bien
el mismo autor reconoce que son materiales de los cuales se pueden delimitar su procedencia en el
área de Cartago, carecen de secuencia estratigráfica. Lo importante es su obra es el hecho que entre
sus materiales encontramos producciones de la península italiana, así como producciones africanas,
dándonos el autor las claves para que podamos diferenciarlas. Otra autora que nos ofrece su propia
tipología es Anna Maria Bisi, y que también merece ser mencionada, ya que estudia material
procedente de las excavaciones recientes de Herculano, y por ello, con estratigrafía. A parte del valor
iconográfico y de marcas, es muy importante ya que nos ofrece un aspecto de las diferentes
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tipologías en uso en una fecha límite concreta, el 79 d.C. Eso, en parte, desmonta la teoría en que los
diferentes tipos de lucernas se sucedían de forma muy rápida y que por ello podían ser considerados
como un fósil director de primera magnitud. Otras tipologías son, por ejemplo, la de Marina Ricci,
referidas a las lucernas tardo republicanas y sobre la cual no nos vamos a extender aquí ya que ha
sido la que nosotros hemos elegido para describir este tipo de material. Con lo que acabamos de
exponer aquí de forma muy breve, no queremos dar la impresión que simplemente se pueden utilizar
estas tipologías y que las otras no sirven. Lo que nunca debemos perder de vista a la hora de
escoger una tipología es saber sobre que tipo de materiales se basa, pensemos que si son fondos
museos, las cronologías no son obtenidas de primera mano, por lo que tampoco no son fiables al cien
por cien. Estamos hablando de tipologías para su uso des del punto de vista para clasificar nuestros
materiales y otorgarles una cronología. Hay pero, otra cuestión más problemática, el uso de las
tipologías de diferentes autores para dar a entender el tipo de producción o la procedencia de nuestro
material. Aquí es donde tendremos que ir con pies de plomo. Si observamos, por ejemplo, las
tipologías de las sigillatas, veremos que si utilizamos a Godinau o a Dragendorff, sabemos que nos
estamos refiriendo a producciones, en el primer caso itálicas, y en el segundo caso, sudgálicas. Si
bien es cierto que las formas, entre estas dos producciones, son diferentes, y con ello, tenemos parte
del problema resuelto. Nos podemos detener en dos ejemplos que también son de fácil solución. En
el primer caso, nos fijamos en una forma que aparece tanto en campaniense como en sigillata, la
forma Lamboglia 36 y su equivalente en Dragendorff 36. Si bien aquí resulta claro que la diferencia se
basa en el color del barniz, negro en el caso de la campaniense y, rojo en la sigillata. Otra misma
forma, siguiendo con un ejemplo en las sigillatas , puede ser la forma Dragendorff 29, documentada
en producciones sudgálicas y en hispánicas. Tampoco presenta un problema, ya que se conocen
talleres de ambas producciones, y así mismo, las piezas presentan unas características de pastas y
barnices que permiten diferenciarlas. Esto en las lucernas, no se puede hacer (o bien es altamente
complicado, o se necesita una experiencia de muchos años de haber tocado mucho material). Una
forma nos da idea de una cronología, pero no podemos decir cual es su procedencia (producción). No
obstante, mas adelante, al analizar las formas, si que daremos alguna indicación con algunas
tipologías que sí que permiten, aun teniendo la misma forma, asignar una posible procedencia.
Recordemos que esto es importante cuando queremos hablar de redes comerciales, así como de
diferencias cronológicas. Es por ello que a veces, la elección de una tipología, también nos da
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información de producción. Otra posibilidad para hablar de producciones, son las marcas, así que
pasamos en el siguiente apartado para hacer una serie de reflexiones.
1.3) Las marcas sobre las lucernas romanas.
Se podría pensar que, conociendo la problemática de las marcas en terra sigillata tenemos terreno
ganado para las lucernas. Nada más lejos de la realidad. Los grandes centros productivos o talleres
prácticamente no se han encontrado, factor que ha hecho que muchos autores digan que las marcas
no aportan ningún conocimiento, y que su estudio no sirve para nada (Provoost). Si compartiéramos
este positivismo tan radical, tampoco nadie nos podría llevar la contraria, pero no todo es tan
pesimista. Lo primero que tenemos que reconocer es que en el actual estado de la investigación, no
podemos comparar las marcas sobre lucernas con las que aparecen sobre las sigillatas, eso nos va
permitir a no afirmar categóricamente nada, y a mantenernos en las hipótesis como mejor método de
trabajo. Sí que ha habido autores que han tenido la intención de crear un corpus de marcas, pero su
conocimiento depende de la publicación de las mismas, así que por un lado, está condenado a ser
siempre incompleto, y por el otro, simplemente es una recopilación, sin poder decir nunca donde se
encontraba el centro productivo de dicha marca. Pero también es cierto que si no se publica, no se
conoce y las conclusiones por fuerza, de esta manera, siempre nos quedaran sesgadas. Hubo en un
tiempo la idea de asignar centros productivos dependiendo del volumen de marcas encontradas, esto
evidentemente es una gran falacia, ya que si en determinada región se publica más que en otra,
seguro que el volumen será más grande y hoy se asigna un centro productivo aquí mientras que
mañana lo tendremos que ubicar allá. Es por ello que volvemos a insistir en la importancia de publicar
los hallazgos. Bajo nuestro punto de vista, citar paralelos es importante, pero recordemos que en
nuestro caso, lo que se hace es citar otras piezas, y (casi) nunca el taller de donde provienen, por lo
que un excesivo volumen de paralelos tampoco hace la publicación más científica. Con ello no
queremos decir que sea una tarea inútil, ni mucho menos.
La marca es importante con su contexto, es decir, con la lucerna. Así entendemos que al dar a
conocer una marca, se debería hacer siempre en relación con la forma de la lucerna y, en el caso que
ésta disponga, con su decoración. Tampoco se nos escapa que es un material que se fracciona muy
fácilmente, con lo que a veces, simplemente, nos queda solo la base donde se encuentra la marca,
entera o un fragmento. Marca junto con forma y decoración (así como con las pastas y los barnices)
puede ser el primer paso para identificar e aislar producciones, aunque nunca debemos perder de
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vista que hacer una copia fraudulenta con fines comerciales de una lucerna romana es muy fácil. Eso
quiere decir que una lucerna fabricada en Italia, puede ser copiada en Hispania junto con su marca, la
producción que se puede realizar ahora llevará una marca itálica en un material que se produce en un
taller peninsular. Esto abre diversos interrogantes a la hora de hablar de comercio y de organización
empresarial. La copia, ¿es autorizada o no?, si la respuesta es sí, ¿Hablamos entonces de
sucursales (tipo ATEIVS en terra sigillata) fuera de los grandes centros productivos?. Los moldes
también se pueden vender, por lo que diversos talleres podrían producir sus materiales con la marca
del fabricante del molde. Aunque esta teoría no es muy aceptada, tampoco no puede ser rechazada
del todo. También nos podríamos fijar en los talleres en los campamentos militares romanos, cuya
producción puede también venderse fuera del ámbito castrense. No debemos olvidar pero, que no
todos los materiales presentan marca, con lo que tenemos mucho material que no podemos asignar a
ningún taller (mientras no sean materiales encontrados en las escombreras de un centro productivo).
Otro de los problemas es que en lucernas como las de volutas, es imposible diferenciar producciones
por pasta o barniz, por lo que se establece como principio que estas formas proceden de la península
italiana, con premisas como el incipiente proceso de romanización de las provincias o los gustos
iconográficos y estéticos de las mismas, más próximos de la sociedad romana itálica que a los de la
provincial.
Todo lo dicho hasta ahora sobre la imposibilidad de conocer talleres o producciones por las marcas,
hace referencia al Mediterráneo Occidental, en la parte Oriental, la problemática es diferente,
pensemos que hay centros productivos como el Keramikós de Atenas, así como en la ciudad de
Corinto o Argos, en las que sí que se han documentado hornos, las marcas aparecen escritas en
griego, y las características de barnices y pastas sí que permiten hablar de producciones conocidas.
Aunque igualmente existieron las producciones de talleres y zonas, que en la actualidad no han sido
especificados y, por lo que no son conocidos.
Volviendo a nuestra parte del Mediterráneo, es cierto que se han hecho también intentos, mediante la
arqueometría, de asignar a las tipologías, áreas donde se hubieran podido ubicar estos centros
productivos, y si bien al no conocer los talleres esto puede hacer decir que no es del todo útil, si que
ha permitido afirmar varias teorías como por ejemplo, la procedencia de las firmalampen de
Vindonissa.
El panorama sobre la ubicación de los talleres tampoco no es tan desolador, si bien es cierto que en
grandes centros de producción de otros tipos cerámicos como podría ser La Graufesenque, no se ha
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documentado la producción de lucernas, tenemos en la ciudad de Lyón dos talleres, en Montans
(Francia) otro publicado, en Pompeya, e incluso en la península ibérica, con el de Andújar en
Andalucía. Creemos que debe ser a partir de resultados arqueométricos de los productos de estos
talleres, (ya que las marcas si que están publicadas en su mayoría), que podremos empezar a saber
si materiales con la misma firma en nuestros yacimientos, proceden o no de dichos talleres.
De todas formas, esto la vamos a ampliar en el segundo bloque cuando hablemos de las tipologías.
Teorías sobre los centros de producción se han hecho muchas, y aquí solo citamos unas cuantas
para demostrar la complejidad de la investigación, pero en ningún momento queremos dar la
sensación de que afirmamos o negamos categóricamente nada, o que la problemática se resume en
estas breves líneas. Brevemente pasamos ahora a definir los conceptos de firma, marca y estampilla,
según Bonnet. Se entiende como Firma a aquella referencia epigráfica que hace referencia a un
individuo por su nombre propio y ligado al concepto de la fabricación. En el caso de las lucernas, lo
podemos ver precedido de las formula EX OFFICINA , seguido de un tria nomina o de un nombre
simple. La Marca puede ir acompañada del adjetivo anepígrafo. Hace referencia a todos los signos
aislados, o a aquellos que acompañan a las firmas, tales como iniciales. Se las puede considerar
como referencia a un taller, por último, la Estampilla, que indica una manera de aposición, de como
se realiza la firma dentro del molde. Si bien estos son conceptos perfectamente clarificadores,
nosotros en esta obra, utilizaremos la palabra marca como lo que su definición indica, así como por
firma, para hacer la lectura un poco más ágil.
1.4) La decoración sobre las lucernas romanas.
La decoración en el disco la podemos enfocar desde dos puntos de vista diferente, la decoración per
se o como valor para identificar talleres. Si nos detenemos en esta segunda opción veremos que
podemos aplicar los mismos principios que hemos explicado para las marcas. La técnica de la copia
por sobremolde hace casi imposible que los resultados obtenidos puedan ser considerados, al final
como algo certero. Para intentar asignar producciones la decoración tiene que ir de la mano de la
marca y de la tipología, siendo siempre los resultados obtenidos entendidos como una hipótesis más
de trabajo y no como algo inamovible. Si estudiamos la decoración como tal, lo primero que tenemos
que realizar es una clasificación. La primera autora que propuso unos principios organizativos fue
Deonna en el año 1927. Esta autora estableció trece grupos que se ordenaban de la siguiente
manera: pers onajes mitológicos y objetos de culto, vida laica, transposición mitológica, escenas
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grotescas, temas literarios, temas históricos, fauna, transposiciones humanas, flora, objetos
fabricados, signos celestes y ornamentos geométricos. El problema se plantea en cuanto hay
decoraciones que pueden pertenecer a un grupo o a otro, como por ejemplo la luna, que tanto hace
referencia a la divinidad como a un signo celeste. Así mismo, la vida laica, que merecería ciertas
subdivisiones internas. Otra propuesta nos la ofrece Bailey en su clasificación de las lucernas del
Museo Británico, a nuestro entender, mucho más sencilla y fácil de utilizar. Los ejemplos de las
láminas XVI-XVII proceden de esta obra, y de la que damos también las tipologías sobre las que se
encuentran en el Apéndice II. Nuestra intención es simplemente dar a conocer mediante las
imágenes aquello que vamos ahora a comentar, sin ser bajo ningún punto de vista la totalidad de las
posibles decoraciones que nos podemos encontrar sobre las lucernas romanas.
Bailey clasifica las decoraciones en cinco grandes grupos: (I) religión y mito, (II) personajes
históricos, (III) vida cotidiana, (IV) animales y, finalmente, (V) plantas y grupos florales. Cada uno de
ellos se subdivide. Por ejemplo, en el de religión y mito, nos encontramos con la versión romana de
los dioses olímpicos, las deidades menores, los cultos orientales, mito y leyenda, y, animales
mitológicos. Así dentro de cada subgrupo, mediante más divisiones, se llega al motivo concreto, por
ejemplo en la versión romana de los dioses olímpicos, encontramos a Zeus (fig. 125) o a Apolo
(fig.126), por ejemplo. Dentro del citado grupo I tenemos los ya comentados a) versión romana de los
dioses olímpicos, con la b) a las deidades menores, con la c) a los cultos orientales, d) mito y leyenda
y con la e) los animales mitológicos. En el grupo II no hay divisiones. En el III, en la vida cotidiana se
clasifica con la a) las escenas de género, con la b) la guerra, con la c) las escenas de anfiteatro, con
la d) las escenas de circo, con la e) los entretenimientos, con la f) las de teatro, con la g) las escenas
de sexo. En el grupo IV nos encontramos con los animales, divididos en a) mamíferos, b) aves, c)
reptiles y d) Crustáceos. Por ultimo, el citado grupo V, las plantas y los grupos florales. Bailey lo
divide en a) rosetas, b) racimos y c) hojas y ramas.
Decimos que consideramos que es la mejor manera de clasificar la decoración ya que aunque no
tengamos todos los motivos o, tengamos ejemplos que no aparecen clasificados, no nos va a ser
difícil el poder insertarlos en esta tabla clasificatoria. Los motivos decorativos que nos aparecen en la
orla o en el asa casi siempre son motivos geométricos o vegetales, y se acostumbran a presentar en
los catálogos, separados de las decoraciones del disco.
13
Para resumir este bloque en el que hemos visto las tipologías, las marcas y las decoraciones,
diremos que una vez clasificado el material, y queramos hacer una memoria de excavación o
publicarlo, los consejos que nos atrevemos a dar es que, en el caso que sea material procedente de
una excavación arqueológica, se ponga más énfasis en la fecha del conjunto del estrato que en el de
la propia pieza, si bien esta también ayuda a fechar y tiene un valor cronológico per se. Se utilice una
tipología existente, se clasifique la decoración y la marca. La profusión de los paralelos depende de la
voluntad de cada investigador. Creemos que es más práctica la fotografía que el dibujo, ya que así se
reproduce tal y como es la forma y la decoración. Para la marca nos atrevimos a aconsejar que se
dibuje también. Una de las formas más fáciles es haciendo una fotocopia de la marca, luego se aplica
una transparencia sobre el papel y, con la ayuda de un rotring, en un momento tenemos la marca
dibujada.
No debemos tener miedo a publicar los fondos museo, o pensar que eso no va a servir para nada, ya
que lo que importa son los materiales estratigráficos. Eso no es cierto, lo que se tiene que tener muy
claro es que se deben aplicar metodologías diferentes, mientras que en los materiales estratigráficos,
es el estrato quien fecha la pieza, en los materiales de fondo museo tendremos que poner más
énfasis en clarificar de quien tomamos las cronologías. Muchas de las piezas que pertenecen a los
fondos museo, si bien no presentan estratigrafía, si que su procedencia es conocida, eso ayudará a ir
formando esos catálogos regionales que tanta falta nos hacen. Así mismo, el ir buscando paralelos,
en estos casos de piezas sin contexto, tampoco no es una mala solución y a ser posible, mejor que
fueran de piezas que si disponen de estratigrafías.
14
BLOQUE 2: LA TIPOLOGIA.
2.1) Introducción
Ya hemos comentado un poco acerca de la problemática acerca de las tipologías en el bloque
anterior, en este apartado lo que vamos a explicar es el cómo agruparlas para luego ir comentado
cada tipo dentro de ese grupo. Las cronologías que se manejan son de amortización por el hecho que
no se han encontrado los talleres. Se han dividido los grupos en lucernas tardo republicanas , de
volutas, de disco, cuoriformes, de canal, otros tipos y, finalmente, las llamadas cristianas o de terra
sigillata africana. Se puede observar claramente que es un criterio morfológico, ya que pensamos que
esto facilita al investigador el tomar contacto con las formas, la clasificación básicamente está tomada
de Dressel, añadiendo la clasificación de Ricci para las tardo republicanas, así como las formas de
Deneauve que no están recogidas por Dressel. En el apéndice I hemos añadido las correspondencias
de las formas con otros autores y, así mismo, con la cronología propuesta por ellos. Ya avanzamos
aquí que no están todos los autores, pero pensamos que son los más prácticos para la investigación
en el Mediterráneo Occidental. Así mismo, consideramos que la tipología de Bisi debe ser observada
directamente, lo mismo que diversos aspectos de la clasificación de Loeschcke, que debido a
pequeños detalles en las formas, harían que las intenciones de nuestra obra perdieran su razón de
ser, la simplicidad. Intentaremos en la medida en que nos sea posible, el dar indicaciones de
procedencia geográfica de los materiales, sobre las discusiones al respecto, creemos que con la
bibliografía que facilitamos, se podrá profundizar más en los aspectos que cada uno considere más
importantes o necesarios para el punto de vista de su investigación.
2.2) LAS LUCERNAS TARDO REPUBLICANAS.
Las tenemos representadas entre las láminas II y VI. Su cronología abarca desde finales del S.V a.C.
hasta el reinado de Augusto. Es el momento en que las lucernas pasan de estar hechas a torno para
ser fabricadas a molde, dejando de lado la tradición helenística para presentar características
plenamente romanas. Estas serían ya las Dressel 1, 2, 3 y 4, presentando como característica común
el pico en forma de yunque. Poco a poco el orificio de alimentación se va haciendo cada vez más
pequeño y se diferencia entre la orla y el disco, cosa que va a permitir que en las lucernas de volutas,
aparezca la decoración iconográfica.
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2.2.1) LA TIPOLOGIA.
Ricci A
Fig. 2. Es una lucerna semiabierta de cuerpo tronco cónico, con el disco circular moldurado. El pico
es alargado con el borde redondeado, el asa es en forma de cinta y la base de forma cóncava con un
pie poco alto. Las pastas son arcillas depuradas y presenta un barniz negro brillante. Estas
características técnicas nos recuerdan las de las cerámicas helenísticas, así mismo, como hemos
comentado antes, la encontramos realizada a torno.
Ricci B
Fig. 3. Es una lucerna también semiabierta con marcado cuerpo tronco cónico. Respecto a la forma
anterior, presenta un orificio de alimentación más estrecho, éste se encuentra rodeado de una o más
molduras, el pico es alargado y presenta un redondeamiento en los lados. El pie se encuentra un
poco más realzado, con la base cóncava. La pasta presenta tonalidades entre el rosa y el avellanado,
el barniz es negro y se encuentra producida a torno.
Ricci C
Fig. 4. Lucerna de cuerpo tronco cónico muy aplastado, presentado un pico poco alargado, bajo la
forma a veces cuadrada o redondeada.
El fondo es plano y no presenta pie. Fabricada a torno, el color de la arcilla es ocre y poco depurada,
nunca aparece recubierta de barniz, ni en el exterior ni en el interior.
Ricci D
Fig. 5. Es una lucerna semiabierta con cuerpo en forma cilíndrica, con un disco circular que puede
presentar una o más molduras. El pico es alargado y, al igual que la Ricci C, puede aparecer
finalizado en forma redonda o cuadrada. Otro rastro morfológico que hace esta forma característica
es la aleta lateral en la parte derecha, que a veces puede aparecer perforada. La arcilla es de color
rosado a avellanado, el barniz negro y está fabricada a torno.
Ricci E
Fig. 6. También conocida como “Tipo bicónico del Esquilino” con cuyo nombre aparece citada en
diversa bibliografía. Lucerna de cuerpo tronco cónico, con disco de forma circular ocupado casi en su
totalidad por el orificio de alimentación. El pico presenta la forma de yunque. El asa es en forma de
anillo con bandas laterales, y presenta un pie bastante alto. La arcilla es rosada y presenta barniz
negro. Realizada a torno.
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Ricci F
Fig. 7. Lucerna con forma de tubo vertical, con paredes altas. El pico con forma de yunque, casi
siempre redondeado. Patas rosadas o avellanadas, barniz negro y realizada a torno.
Ricci G
Fig. 8. También conocida como “Lucerna de decoración radial”. Presenta un cuerpo tronco cónico con
un pequeño disco y un gran orificio de alimentación. En la parte superior podemos observar
decoración en forma radial. El pico es alargado y en forma de yunque, el fondo puede ser plano o de
forma circular. El asa en forma de anillo con bandas laterales. La arcilla es oscura y el barniz negro y
brillante. La fabricación en este caso, aparece realizada en molde.
Ricci H
Fig. 9. Nos puede aparecer citada en la bibliografía como “Cilíndricas del Esquilino”. Lucerna
semiabierta con cuerpo cilíndrico, con paredes altas, disco amplio y gran orificio de alimentación. El
pico es largo y presenta, a veces, un poco de desviación hacia uno de los lados. En algunos
ejemplares se puede observar una aleta lateral. El fondo es plano y aparece privada de pie. El color
de la arcilla es entre el rosado y el avellanado, no presentando ningún tipo de barniz. La fabricación
está realizada a torno.
DRESSEL 1
Fig.10. Lucerna con cuerpo bicónico y con una aleta lateral en la parte derecha. En la parte superior
presenta una decoración característica entre las estrías geométricas y motivos vegetales. El disco
tiene en el centro el orificio de alimentación, rodeado de varias molduras, teniendo las más externa
decoración de perlitas. El pico es alargado y presenta dos cabezas de ave de forma estilizada, que
forman un canal, siendo el antecedente la de forma Dressel 4. Siempre presenta asa, en forma de
anillo con bandas laterales, el fondo a veces se confunde con el pie. La arcilla es gris y está cubierta
por un barniz negro. A partir de esta forma, todas las lucernas tardo republicanas, son hechas con
molde.
Dressel 1A
Fig. 11. La diferencia más importante respecto a la Dressel 1 es la decoración, la que se encuentra en
la parte superior de la lucerna. Los motivos vegetales son en este caso hojas en forma de corazón
alternándose con perlitas o gotas. El resto de características morfológicas permanecen iguales que a
la Dressel 1.
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Dressel 1B
Fig. 12. Se diferencia de la forma Dressel 1 por el tipo de decoración en la parte superior, donde
aparecen motivos geométricos en forma radial. Otra variante es que puede aparecer o no con asa.
Dressel 2
Fig. 13. Puede aparecer en la bibliografía como Warzenlampen, termino alemán que quiere decir
verruga, y que se aplica aquí debido a la característica morfológica presente en toda la lucerna, a
base de protuberancias en forma de esferas. Es una lucerna de cuerpo bicónico con una aleta lateral.
El disco es amplio y moldurado, acabando con un pequeño orifico de alimentación. El pico es en
forma de yunque y presenta asa en la parte posterior. La base es parecida a las Dressel 1. Las
arcillas son muy depuradas y de color beige rosado. Las tonalidades de los barnices pueden ir del
negro oliváceo, al rojo granate, pasando por el rojo color terra sigillata.
Dressel 2A
Fig. 14. La única diferencia respecto a la Dressel 2 es el canal que presenta en el pico, entre el disco
y el orificio de iluminación. El fondo siempre es circular y diferenciado del pie.
Dressel 2/3
Fig. 15. Podemos considerar esta forma como de transición entre la Dressel 2 y la Dressel 3. Tienen
en común de la forma 2 la decoración y, con la 3, las aletas laterales. El pico se supone que acababa
en forma de yunque.
Dressel 3
Fig. 16. La característica tipológica de esta lucerna son las aletas simétricas laterales, así como su
decoración a base de hojas y gotas. El pico tiene la forma de yunque y el disco es amplio y
ligeramente cóncavo, el orificio de alimentación es muy estrecho.
Presenta asa con las mismas características que habíamos observado anteriormente. Es la primera
lucerna romana que presenta decoración en el disco, pudiendo ser elementos vegetales estilizados o
figurativos, siendo estos últimos, motivos relacionados con el mundo animal, básicamente.
Dressel 3A
Fig. 17. La única diferencia con la Dressel 3 es que esta presenta dos volutas estilizadas a cada lado
del arrancamiento del pico, donde se junta con el disco.
Dressel 4
Fig. 18. También llamadas como Vogelkopflampen o lucernas de cabeza de pájaro o ave. Este
nombre lo reciben ya que aparecen dos cabezas de ave en el pico, entre el disco y el orificio de
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iluminación. El pico es en forma de yunque, y el cuerpo de la lucerna, de forma ovalada. El disco es
grande y circular, el orificio de alimentación pequeño. La decoración que presenta este tipo de lucerna
siempre es geométrico, y acostumbran a ser en las molduras. El asa es anular y acanalada, el pie es
circular y a veces puede presentar molduras. La arcilla es muy fina y depurada, de un color
avellanado. El barniz va de las tonalidades marrón al rojo agranatado. La producción está hecha con
molde.
Dressel 4A
Fig. 19. La diferencia con la Dressel 4 es el canal que presenta entre el disco y el orificio de
iluminación, así como la ausencia de las cabezas de ave. La decoración del disco es la misma, con
caracteres geométricos y el asa en forma de anillo.
2.2.2) MARCAS, PRODUCCION Y DIFUSION DE LAS LUCERNAS REPUBLICANAS
Siguiendo con la filosofía del libro, no nos detendremos a explicar forma por forma, su problemática
en lo referente a cuestiones de producción y comercio. Nuestra intención es simplemente la de
exponer un panorama general. Siendo válido este principio para el resto de las tipologías. En la
lámina XVI, Figs. 83-91, presentamos algunas de las variantes de las marcas que podemos encontrar
sobre estas formas tardo republicanas, a partir de la forma Dressel 1. Acostumbran a estar en la
base, y casi siempre bajo la forma de monogramas anepigráficos, hechas a base de circulitos o,
combinados estos, con trazos rectilíneos. Aparecen pero, algunos nombres, como el caso de la figura
91. Otra característica es la que tenemos en la figura 83. Lo que aquí encontramos es el símbolo de
la diosa fenicia Tanit, y casi siempre aparece al principio del pico en la forma Ricci H.
Sobre su producción, diremos que la primeras formas que nos presenta Ricci, nacen de la influencia
griega, Los tipos Ricci C, F y H aún guardan cierta reminiscencia con la tradición helenística, por la
forma y por el hecho que la C y la H, no presentan ningún tipo de barniz. A partir del S.II a.C.
mantienen las mismas características que las lucernas griegas pero son producciones romanas.
Corresponderían a las Ricci B, D, E y F, y con unas características técnicas iguales a la Campaniense
A. A finales del S.II a.C. e inicios del S.I a.C. las tipologías de las lucernas son plenamente romanas,
por su formas y por estar fabricadas en molde, hablamos de las formas Ricci G, Dressel 1,2,3 y 4.
Las formas Ricci G y Dressel 1 se las puede relacionas, por sus características de pasta y barniz con
las producción de la campaniense C. Respecto a las Dressel 2, 3 y 4, diremos que presentan la
problemática de no presentar características técnicas concretas y específicas . Se podría pensar que
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la producción de estas formas se realiza ahora en talleres dedicados exclusivamente a lucernas. Ricci
los sitúa en los alrededores de la ciudad de Roma, aunque ella misma reconoce que no se ha
encontrado ninguno de ellos.
Sobre su difusión diremos que a partir de la forma Ricci B se empiezan a encontrar fuera de la
península italiana y especialmente a partir de la forma Ricci E, donde su distribución geográfica
coincide con los circuitos comerciales de la Campaniense A, en menor escala pero cubriendo toda la
cuenca del Mediterráneo Occidental, y con algunos ejemplos también en Grecia. Sobre la forma Ricci
F diremos que se encuentra documentada en la península italiana y en la actual Grecia. Las Ricci G
las encontramos básicamente en el la parte occidental del Mediterráneo, al igual que las Ricci H y las
Dressel 1. Las formas Dressel 2 y 3 se encuentran prácticamente en todos los yacimientos romanos
en estratos de cronologías de inicios del S.I d.C., tanto del Mediterráneo oriental como en el
occidental. La forma Dressel 4 se documenta ya en varios campamentos del limes , como en Haltern,
o en el caso de la península ibérica, producida en talleres como Andújar, asociada su producción a la
formas Dressel 9 y 11. Esta dispersión nos indica que fue la lucerna tardo republicana más difundida
en el ámbito romano.
2.3) LAS LUCERNAS DE VOLUTAS
Con las lucernas de volutas nace una nueva tipología de lucerna, abandonando plenamente la
tradición republicana, el pico cambia de forma y aparecen las volutas, así como la decoración en el
disco. Todas ellas aparecen fabricadas a molde, cosa que permite la profusa decoración, al igual que
en las producciones de terra sigillata. Las paredes de la lucerna son ahora mucho más finas, y, aún a
falta del pico, se puede clasificar el material dentro del amplio grupo de volutas gracias a la forma de
su sección (Figs. 40 y 41) así como por sus perfiles (Figs. 42, 43, 44 y 45). Cierto es que, como ya
hemos comentado, la clasificación tipológica la realizamos en base al pico, pero el material muchas
veces, nos aparece o muy fragmentado o sin el pico, entonces es cuando perfiles y secciones nos
pueden ayudar a clasificar, con ello no queremos decir que podamos dar una tipología concreta, pero
al poderlas ubicar en un grupo concreto, si que nos permite, a grandes trazos, poder ver si nos
confirma o no, por ejemplo, la cronología de un estrato. Grosso modo, diremos que las lucernas de
volutas se empiezan a fabricar a partir del reinado de Augusto y terminan, más o menos, a principios
del S.II d.C. Son materiales que nos aparecen con marcas, siendo entre ellas una de las más
comunes, la in planta pedis.
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2.3.1) LA TIPOLOGIA
Dressel 9 A, 9 B y 9 C
Figs. 20 – 25. Dressel nunca clasificó así esta lucerna, le dio genéricamente en número 9. Será
Loeschcke quien en su tipología diferencie esta forma en tres subvariantes, las cuales presentan
diferencias cronológicas entre ellas. Una de las maneras para observar esta diferenciación es
mediante la longitud entre voluta y voluta, comparándola con la longitud de la parte más ancha del
pico. En el caso de la Dressel 9 A (Loeschcke I A, Augusto-Tiberio) las voltas son mucho más largas
que el pico. En el caso de la Dressel 9 B (Loeschcke I B, Tiberio-Claudio), las volutas tienen la misma
longitud que el pico y, en la Dressel 9 C (Loeschcke I C, Nerón-Inicio de los Flavios) el pico es más
largo que las volutas.
Será en todas las variantes de la forma Dressel 9 donde veremos una técnica artística de gran
calidad, configurando también la primera producción romana a gran escala y que llega a todos los
rincones del Imperio.
Dressel 10
Fig. 26. Morfológicamente, si observamos simplemente el pico, son idénticas a las Dressel 9C, y lo
único que permite diferenciarlas es el asa. Cronológicamente hablando, les podemos otorgar también
la misma cronología que la forma Dressel 9C.
Dressel 11
Fig. 27. La principal diferencia con sus antecesoras, es el pico, que se presenta de forma ojival. La
forma de las volutas también es diferente, ya que tienen la misma forma en el arranque del disco
como con el contacto con el pico, formando una pelta.
Dressel 12-13
Figs. 28 y 29. Aunque Dressel (Leibundgut también) separa estas dos formas, según tengan uno o
más picos, la investigación posterior ha tendido a unificarlas en un solo tipo. La forma del asa
tampoco debe ser un criterio clasificatorio, ya que a parte de la forma triangular que podemos
observar en la fig. 12, y la forma de media luna en la fig.13, también se documentan en forma de hoja
vegetal. Son lucernas de grandes dimensiones, y que a veces pueden aparecer con un barniz
vitrificado o de tonos metalizados, procurando imitar a las producidas en bronce. La problemática más
destacable de esta tipo es la datación propuestas por varios autores, aunque se tiende a situar su
producción en el segundo cuarto del S.I d.C.
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Dressel 14
Fig. 30. Presenta el mismo tipo de pico que las formas Dressel 11, 12 y 13, pero con la diferencia que
es mucho más corto, y con ello también se reduce el tamaño de las volutas. La forma de ojiva en el
pico se acentúa. Todos los ejemplares llevan asa.
Dressel 15-16
Figs. 31 y 32. La diferenciación entre las dos formas es, a nuestro entender, un poco complicada. Si
nos atendemos a la tipología de Dressel, veremos que las dos características que observamos es,
que en el caso de la forma 15, presenta dos pequeños círculos al inicio del pico, y que este no está
directamente en contacto con el disco, siendo esta la diferencia con la Dressel 16, así como que esta
no presenta los dos circulitos. Las fechas propuestas por cada autor, también varían, pero debemos
situar estas dos formas en la segunda mitad del S.I d.C.
Deneauve IV B
Fig. 33. Es una lucerna de pequeñas dimensiones documentada en Cartago. Morfológicamente,
presenta el pico como una Dressel 9A, y alteas laterales, estas, aunque típicas de las formas de
tradición helenística, Deneauve fecha esta tipología en la segunda mitad del S.I d.C.
Deneauve IV D
Fig. 34. Esta forma tiene su paralelo en la Loeschcke II. Aunque no presente volutas, se halla
emparentada con este grupo, su pico es de forma triangular y poco pronunciado. Las divergencias se
presentan a la hora de establecer una cronología para el inicio de su producción, yendo desde época
de Augusto hasta mediados del S.I d.C.
Deneauve IV E
Fig. 35. Se trata de una producción local, de tiempo y difusión muy limitados, que debemos ubicar
entre el primer cuarto y finales del S.I d.C. Al igual que la forma Deneauve IVB, presenta una aleta
lateral, y el autor la interpreta como un ensayo de forma, entre las tipologías de las Dressel 9-10 y las
11-16. Los motivos decorativos hacen referencia a la diosa Tanit.
Deneauve V C
Fig. 36. Sería el mismo ejemplo que la Deneavue IV B. Presenta el pico de la forma Dressel 14, y una
aleta lateral. La decoración es parecida a la forma Deneauve IV E.
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Deneauve V E
Fig. 37. Presenta el pico igual que la Dressel 15, y aletas laterales. Aunque para él,
cronológicamente, sitúa el inicio en la producción de su forma V E antes en el tiempo que su
equivalente Dressel 15, durante el segundo cuarto del S.I d.C.
Deneauve V F
Fig. 38. Morfológicamente, esta forma no presenta volutas, pero quedan grandes trazos de las
características de esta producción, así como su cronología de entre el 50 y 100 d.C. El cuerpo se
alarga, presentado un disco no circular y que se prolonga a cada lado del pico, confundiéndose con la
curvatura de las voltas que subsiste. Tiene asa.
Deneauve V G
Fig. 39. Presentan un pico redondeado y plano, así como este se comunica con el disco mediante un
estrecho canal. Loeschcke la considera como una variante de su tipo V, que correspondería a una
Dressel 16. Aprovechamos aquí para demostrar otra vez la complejidad de las tipologías y sus
equivalencias, como, siguiendo las indicaciones de los propios autores, al final las formas, poco
tienen que ver las unas con las otras. Según Deneauve, su cronología abarca entre el 50 y el 100
d.C.
2.3.2) MARCAS, PRODUCCION Y DIFUSION DE LAS LUCERNAS DE VOLUTAS
Figs. 92 – 114. Al igual que hemos comentado para el caso de las lucernas republicanas, aquí
mostramos simplemente varios ejemplos de las marcas que encontramos de forma más generalizada
sobre las lucernas de volutas, que no quiere decir que sean las únicas. La marca más característica
es la que tiene forma de in planta pedis, de forma incisa y pudiendo ser epigráficas o anepígrafas. Su
cronología de aparición sobre lucernas se sitúa entre Tiberio y Claudio. Así mismo, se puede
observar en la base de la lucerna, otras marcas, pero que tendríamos que identificar más con el
proceso de fabricación que con el hecho de identificar o individualizar producciones. Aparecen
también otro tipo de marcas, incisas en la arcilla aún fresca, que se han identificado como el nombre
del fabricante, éstas las podemos encontrar en cualquier parte de la lucerna, y, de forma bastante
corriente, en el disco. No queremos entrar aquí en las diferentes interpretaciones sobre su significado,
ya que nuestro propósito es dar a conocer, y no resolver problemáticas que nos obligarían a exponer
páginas y páginas. En la bibliografía facilitada creemos que las diferentes teorías están
exhaustivamente explicadas.
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Los centros productivos de las lucernas de volutas se considera que deben ser ubicados en la
península italiana, en el Lacio y la Campania, existiendo estos en un gran número y de unas
dimensiones no muy grandes. Eso no excluye que no fueran fabricadas en las provincias. El
problema de este grupo (el de las volutas) es que presentan una pasta muy parecida entre ellas, con
un color que abarca diversas tonalidades de marrón, pero siempre en tonos claros. Los barnices
tampoco no sirven de mucho a la hora de diferenciar producciones, ya que en una misma lucerna se
presentan miles de tonalidades diferentes.
Sin duda, se tendrá que recorrer a los análisis arqueométricos para intentar determinar o diferenciar
estos orígenes. Su difusión es enorme, desde el Mediterráneo Occidental al Oriental, desde las
costas de África hasta el limes germánico. Será en la época de Augusto y Tiberio cuando presenten
la mejor técnica y elegancia, características que se van a mantener hasta mediados del S.I d.C. Ya
hemos comentado que se realizan con molde, uno para la parte inferior, y otro para la parte superior
donde se encuentran los motivos decorativos, eso va a permitir que manteniendo la forma, se puedan
combinar miles de posibilidades iconográficas.
2.4) LAS LUCERNAS DE DISCO
Esta nueva forma de lucernas aparece entre mediados y el tercer cuarto del S.I d.C. y se prolongan
hasta el S.III d.C. La cronología de inicio de producción nos demuestra que no podemos hablar de
una evolución de formas bajo la perspectiva de la linealidad, de unos tipos que se suceden a otros de
una forma clara en el tiempo. Las lucernas de disco se clasifican por la forma de su pico, donde se
abandona definitivamente las volutas. Casi siempre presentan asa, cuyo diseño ya se encuentra en el
molde, de forma maciza o perforada, y su orla es mucho más amplia que en sus predecesoras. Su
exportación por el Mediterráneo se produce de una forma masiva, cambiando también la estructura
de su proceso productivo, con respeto a lo que habíamos visto con las lucernas de volutas. Su
sección y perfil (figs. 62, 63 y 64) hacen también posible el poder clasificar fragmentos de este grupo
aún sin tener el pico, hecho de utilidad al poder, al menos, dar una mínima indicación del grupo, y
ayudar a acotar cronológicamente el estrato en el que se encuentran.
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2.4.1) LA TIPOLOGIA
Dressel 17
Fig. 46. La característica que permite su individualización es la forma en que se une el pico al cuerpo
de la lucerna, en forma circular. Su equivalencia respecto otras tipologías, como en el caso de
Deneauve, es ambigua. El propio autor nos ofrece el paralelismo de la Dressel 17 con su Deneauve
VII A (Fig. 60), pero a simple vista, se le podría atorgar a la forma Deneauve VII D (Fig. 61), aunque el
autor no lo haga. La única diferencia entre la Dressel 17 y la Deneauve VII D es que ésta última, no
presenta asa. Nosotros hemos preferido mantener lo que ha escrito el propio Deneauve, pero
queriendo hacer mención de este hecho. Aún a sabiendas que nos repetimos, volveremos a decir lo
complicado que es el poder ofrecer paralelismos entre las formas clasificadas por diversos autores.
En este caso, vemos incluso una diferencia cronológica de 75 años, dependiendo si la forma Dressel
17 la asignamos a una Deneauve VII A o a una Deneauve VII D.
Dressel 18
Fig. 47. La diferencia morfológica respeto a la Dressel 17 es la forma en la que el pico se une con el
disco, apareciendo aquí cortado por él. Se documentan ejemplares con asa.
Dressel 19
Fig. 48. La unión del pico con el disco se produce de forma similar a la forma Dressel 18, pero en este
caso, las líneas que forman el pico se difuminan en la orla, sin llegar a tocar el disco.
Dressel 20
Fig. 49. En la forma canónica de esta forma aparece el pico separado del cuerpo de la lucerna
mediante una incisión horizontal y dos trazos que acaban formando la mitad de un hexágono. En
algunos ejemplares, como el caso de la imagen, presenta dos pequeños circulitos, que permiten
reconocer la forma aunque solo tengamos un pequeño fragmento de la lucerna. En las figuras 50, 51
y 52, tenemos otras posibles variantes de la unión del pico con el cuerpo, y que Ponsich, en su
tipología, hace un paralelo con la Dressel 20.
Deneauve VII A
Fig. 60. Ya hemos visto esta tipología de lucerna anteriormente, cuando analizábamos a la Dressel
17. Para ampliar un poco la más la visión de la complejidad de las tipologías, y ahora que ya hemos
analizado las otras formas, con las que el propio Deneauve daba sus paralelos con ella (formas
Dressel 19 y 20) veremos que también se puede paralelizar, esta forma VII A con otro autor,
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Loeschcke. Según Loeschcke bajo su forma VIII, se pueden englobar diversos tipos de Dressel, por
ello, hace, según la forma en que se une el pico al disco, diversas clasificaciones. Estas diferentes
variantes, pero, tienen el mismo valor cronológico. El paralelo pues, sería, que una Loeschcke VIII L 2
es igual que Deneauve VII A tipológicamente hablando, cronológicamente, también. En este caso, a
diferencia del anterior (entre Deneauve VII A y Dressel 17) no habría problema al utilizar cualquiera
de las dos nomenclaturas. El problema es cuando se hace paralelismos entre la forma Loeschcke VIII
L2 y las Dressel, pasando por la tabla convertidora de Deneauve. Esto parece una situación
imposible, pero pensemos que cada investigador actual utiliza una tipología diferente de las
consideradas como “clásicas” es decir, de autores consagrados, a lo que mediante un ejemplo de
Deneauve, uno lo convierte a Dressel y otro investigador a Loeschcke, haciendo que ahora los
valores cronológicos, si que sean completamente diferentes.
Dressel 21
Fig. 53. El pico presenta en su parte final una forma redondeada, uniéndose con el cuerpo de la
lucerna mediante dos líneas rectas. En la orla aparecen dos apéndices.
Dressel 24
Fig. 54. Aunque se pueda confundir con una Dressel 19, hay una serie de diferencias que permiten
distinguirlas. El pico se une de forma bastante parecida a la forma 19, pero en este caso, las dos
líneas entre el disco y el pico son de una forma cónica mucho más pronunciada, así mismo, la orla es
mucho más ancha en la Dressel 24.
Dressel 25
Fig. 55. Presenta rasgos comunes entre la Dressel 21, por los apéndices en la orla, y con la Dressel
24, por la forma en la que el pico se une con el disco.
Dressel 26
Fig. 56. Es una lucerna de disco que presenta la forma de unas volutas atrofiadas en la orla, entre el
disco y el pico. No es de frecuente aparición.
2.4.2) MARCAS, PRODUCCION Y DIFUSION DE LAS LUCERNAS DE DISCO
La calidad técnica y artística de las lucernas de disco difiere de las de volutas, presentando ahora una
producción mucho más estandarizada y por ello con menos atención a la calidad. Las paredes de las
lucernas son mucho más gruesas, las arcillas están menos depuradas y los barnices peor repartidos
sobre la superficie. A mediados del S.I d.C. los centros productivos se sitúan todavía en la península
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italiana, pero ya se documentan producciones locales, especialmente documentadas en el norte de
África . No debemos de perder la noción que la romanización de las provincias hace que los
productos italianos se expandan, pero que también se empiecen a fabricar en estas mismas
provincias que han sido las receptoras. Esto lo tenemos documentado con el estudio de las marcas,
éstas se encuentran ahora impresas, facilitando el identificar los productos en una producción en
serie. Aparecen bajo la forma abreviada de los tria nomina del fabricante, en un porcentaje muy
elevado de la producción. Estos talleres itálicos se los sitúa en la Italia central y en la costa Tirrénica.
Marcas, que los investigadores como Deneauve o Pavolini han considerado como talleres itálicos,
serian: C.OPPI.RES, GABINIA, C.CLO.SVC, LM.RES, LM.ADIEC y CIVNDRA, entre otros. Nosotros
en las figuras 102 a la 114 hemos puesto unos ejemplos de estas marcas, no es que sean las únicas
o las más importantes, sino que hemos creído interesante el hecho que la persona menos
acostumbrada a ver material lucernario, se pudiera hacer una idea de como son estas marcas.
También aprovecharemos para decir que la situación es un poco más compleja de lo que aquí
exponemos, ya que marcas como COPPIRES, pueden aparecer sobre tipologías de lucernas de
volutas, a parte de las de disco, por ejemplo.
A mediados del S.II d.C. se empieza a invertir la tendencia, siendo ahora las provincias las que tomen
el revelo en la producción y exportación de las lucernas, aunque en Italia nunca dejen de fabricarse y
también de exportarse. Para nuestro ámbito que es el Mediterráneo Occidental, los productos que
llegan a la Península Ibérica de procedencia provincial, gran parte de ellos, son de África. Si nos
basamos en las marcas, veremos que, por una parte, nos aparecen tal y como las habíamos
observado en los talleres itálicos, con los tria nomina, ejemplos como C.IVN.DRAC o C.IVNI.ALEXI o
marcas realizadas a mano alzada y con la fórmula EX OFF(icina) más el nomen del artesano o el
fabricante. Deneauve nos cita, ejemplos como EX OF MAVRICI, EX OFF PVLLAENORVM (Figs. 115-
119). Otros aspectos que nos pueden ayudar a intentar diferenciar producciones, son las
características de pastas y barnices. Ya sabemos que este es un procedimiento muy subjetivo, pero
creemos que en este caso, es bastante eficaz. En el caso de las producciones itálicas, las pastas son
de un color marrón claro y no presentan grandes desgrasantes, siendo bastante fáciles de romper, los
barnices acostumbran a ser de unas tonalidades entre marrones fuertes y granates. En el caso de las
producciones africanas del S.II d.C. diremos que las pastas son muy duras, de un color entre el
marrón y el anaranjado, presentado a veces, la característica de las pastas sandwich de las
27
producciones de la cerámica de época ibérica. Los barnices son muy oscuros, finos y de bastante
mala calidad.
Estos son grandes rasgos para identificar producciones des del punto de vista de las marcas o de las
características técnicas. Otro aspecto que no debemos olvidar es el tipológico. Volviendo a
Deneauve, veremos como hace una diferenciación en la forma VII, entre A y B. En el primer caso, son
para él, las producciones italianas, mientras que para el segundo, son las producciones africanas,
estas últimas, ayudan a diferenciarse de las otras debido que prestan mucha más atención a la
decoración de la orla, a parte de los aspectos técnicos que ya hemos comentado.
Si intentáramos hacer un resumen hasta lo que hemos dicho hasta ahora, sería que las lucernas
republicanas se encontrarían fabricadas en la península italiana, aunque no se descartarían
producciones locales que no tendrían una gran difusión comercial. Caso parecido podríamos decir
para las lucernas de volutas, las que conocen una gran expansión por todo el Mediterráneo occidental
y oriental. En el caso de las lucernas de disco, podemos observar el proceso de producción y
comercialización de los productos italianos entre mediados del S.I d.C. hasta inicios del S.II d.C. y,
como a partir de esta fecha, sin que se dejen de producir en Italia, serán las producciones
provinciales las que empezaran a concentrar en sus talleres, el mayor número de volumen de
exportación.
2.5) LAS LUCERNAS CUORIFORMES
Hay autores que no hacen diferenciación entre este tipo de lucernas y las de disco. Nosotros hemos
optado por diferenciarlas, por razones de tipología y producción, ya que son producidas tanto en la
península italiana como en el norte de África, así como por la problemática del inicio de su
producción, no podemos afirmar cuando se empieza a producir esta forma, se habla de finales del
S.I d.C., S.II d.C. o incluso, inicios en el S.III d.C.
2.5.1) LA TIPOLOGIA
Dressel 27 - 28
Figs. 57-58. Presenta las mismas características que las lucernas de disco, pero con la diferencia que
las líneas que separan el disco de la orla, tiene forma de corazón. Entre ellas el rasgo que muchos
autores han seguido es la diferencia de la decoración en la orla, considerando a la Dressel 28 mucho
más profusa, con guirnaldas, pámpanos, perlitas, etc.
28
2.5.2) PRODUCCION Y DIFUSION DE LAS LUCERNAS CUORIFORMES
Creemos que los autores que más luz pueden dar sobre estas producciones son Deneauve y
Pavolini. Los dos autores hacen una diferenciación de la producción, entre productos italianos y
africanos, en lo que parece que discrepan es en la cronología. Deneauve nos ofrece un panorama
para su forma VIII A (Dressel 27) sobre el último cuarto del S.I d.C., mientras que para la forma
Deneauve VIII B (Dressel 28) nos indica que su producción se puede ubicar en torno al 150 d.C. Si
observamos como distribuye producciones, vemos como atribuye a la forma VIII A a talleres itálicos,
mientras que la forma VIII B nos dice que puede pertenecer a talleres africanos u otros. Pavolini nos
propone una producción ya en el S.III d.C. de producciones en la Italia central tirrénica de esta
tipología de lucernas, haciendo mención que no deberían haber sido exportadas fuera de su área de
producción.
2.6) LAS LUCERNAS DE CANAL O FIRMALAMPEN
Forman un grupo con unas características tipológicas y de producción que permiten que sean
fácilmente identificables. Sus pastas suelen estar generalmente, dentro de la gama cromática del rojo
teja, sin que presenten barniz. Todas ellas presentan los mismos rasgos tipológicos, cuerpo
troncocónico, orla amplia, con dos o más apéndices laterales y separada del disco por una moldura
que se eleva por encima de la orla y el disco (Fig. 69). El disco es amplio y la decoración (en el caso
que la lucerna presente) suele ser máscaras de teatro. Las diferentes clasificaciones se basan en la
forma del pico. Se les llamó Firmalampen por el hecho de presentar casi todas marca del fabricante.
2.6.1) LA TIPOLOGIA
Dressel 5 A y 5 B
Figs. 65 y 66. Esta clasificación la debemos a Lamboglia y Beltrán, ya que Dressel solo diferenció un
tipo y que corresponde a la forma Loeschcke IX. La característica morfológica que permite su
clasificación es el canal que existe entre el arranque del disco y el principio del pico, al que nunca se
llega a unir. En el caso de la Dressel 5 A, este canal tampoco une el disco y el pico, mientras que en
la forma Dressel 5 B si que une disco y canal.
Dressel 5 C
Fig. 67. El pico es mucho más alargado que en las formas precedentes, y el canal pone en contacto
el disco con el orificio de iluminación.
29
Dressel 6
Fig. 68. La única diferencia destacable con las demás forma es la longitud del pico, que en este caso,
es mucho más corto que el de la forma Dressel 5 C.
2.6.2) MARCAS, PRODUCCION Y DIFUSION DE LAS LUCERNAS DE CANAL O FIRMALAMPEN
Al igual que por sus características técnicas y de forma, permiten diferenciarlas del resto de las
producciones de lucernas, los estudios realizados a partir de Loeschcke, también han permitido un
gran desarrollo sobre el estudio de sus orígenes productivos. Aunque se han documentado
sucursales, gran parte de la producción procede del valle del Pó en Italia, y algunos investigadores
concretan estos centros productivos en la ciudad de Módena, gracias a estudios arqueométricos. Así
mismo se tienen identificados otros centros productivos en ciudades como Lyon, Trier o Vidy. Las
marcas que presentan estas producciones (Figs. 120-124) son muy fáciles de reconocer, ya que la
primera característica que presentan es la de estar en relieve en la base de la lucerna. Al igual que
para las otras tipologías, aquí presentamos simplemente algunas de ellas. Sobre el inicio de la
producción se propone sobre el último cuarto del S.I d.C. y para el final, entre finales del S.III d.C. y el
S.IV d.C. Son lucernas que encontramos de forma habitual en todo el Mediterráneo occidental y en
las provincias a lo largo del Rhin y el Danubio, siendo casi desconocidas en la parte oriental del
Imperio.
2.7) OTRAS TIPOLOGIAS DE LUCERNAS
En este apartado nosotros mencionaremos a las lucernas de difícil clasificación dentro de los grupos
que hemos comentado anteriormente. No es que sean las únicas, pero nosotros hemos optado por
describir aquellas que son más conocidas y que podemos encontrar en yacimientos de la península
ibérica.
2.7.1) LA TIPOLOGIA, PRODUCCION Y DIFUSION.
Dressel 7 y 8
Figs. 70 y 71. Son lucernas donde la diferencia entre la orla y el pico, si bien se intuye, no queda lo
suficientemente diferenciada. Son tipologías que no aparecen de forma corriente en los catálogos, y
que pocos investigadores han estudiado. Para su valor cronológico nos hemos basado con el
paralelo que da Deneauve de su forma VI A, y que sitúa su producción antes de mitad del S.I d.C. y
con un final a finales del mismo siglo. Un trazo decorativo que a veces permite su clasificación en el
30
caso que nos encontremos delante de fragmentos, es un lagarto que aparece en el amplio espacio
entre el disco y el orificio de alimentación.
Deneauve VI B
Fig. 73. Lucerna de formas ovaloide, donde el orificio de alimentación se presenta en el mismo cuerpo
de la lucerna, sin que se diferencie de la orla. En los ejemplos que nos cita este autor, presenta asa.
Su cronología es la misma que para la propuesta para la forma Deneavue VI A.
Dressel 22
Fig. 72. Se la considera como la evolución de la forma Dressel 4, por lo que a veces, en la bibliografía
puede aparecer con el nombre que también habíamos visto para este tipo, Vogelkopflampen.
Presenta una morfología de cuerpo aplastado, con pico en forma de yunque y asa transversal. La
decoración también es muy característica, incisiones en forma de V en el disco, y las cabezas de ave
de forma esquemática en el pico. Según Pavolini, son producidas en el Lacio italiano, y considera
que no fueron producidas para una exportación masiva. Eso lo justifica mediante la comparación de
las marcas que aparecen en estas Dressel 22, y como otras tipologías de estos mismos talleres sí
que se encuentran a lo largo y ancho del Mediterráneo.
Dressel 30
Fig. 59. Lucerna de forma circular donde el pico nace de la misma orla y que se prolonga poco hacia
el exterior. Presenta un gran orificio de alimentación y una decoración que recuerda a las Dressel 2 a
base de perlitas en la parte superior de la lucerna. Presentan asa. La cronología se establece en
torno en S.III d.C. y S.IV d.C.
2.8) LAS LUCERNAS NORTE AFRICANAS O CRISTIANAS
El término correcto para citarlas seria el de producciones norte africanas ya que si bien presentan, en
numerosos casos, decoraciones que hacen referencia a temas de la religión cristiana, no todas
aparecen decoradas con esta temática y, algunos de los ejemplos iconográficos nos presentan una
doble lectura, como el caso del Buen Pastor. Son producciones que se inician entorno al S.III d.C. y
que perduran hasta el S.VI d.C. Ya aquí queremos dejar constancia que se trata de un material bien
estudiado pero de desigual intensidad de investigación, por ello recomendamos a cualquiera que
tenga que enfrentarse a este tipo de material, que consulte antes de nada el Atlante, ya que en él se
hace una breve y concisa historia de las investigaciones. Es útil también para aquellos que quieren
tener una visión global de las producciones norte africanas de lucernas a partir del S.II d.C. ya que
31
mediante el estudio de formas y marcas, establecen que producciones pueden ser africanas y cuales
itálicas. Referente a las tipologías ya de los siglos IV y VI, aquí solo hemos puesto varios ejemplos de
los tipos que más se exportan, siendo conocidos como las “formas clásicas” de las lucernas en terra
sigillata africana. Estas corresponden a la tipología Atlante VIII, IX y X, aunque Hayes también
clasificó este material de una forma mucho más genérica bajo dos formas, Hayes I y II y, estas, en
dos subgrupos A y B. En muchas publicaciones se sigue a este último autor antes que a las tipologías
del Atlante, ya que es de más fácil compresión. Pensemos que las tipologías del Atlante se realizan
casi por ejemplares únicos, apareciendo un número más que considerable de variantes y
subvariantes de las mismas. Nosotros, vamos a utilizar las nomenclatura del Atlante para describir las
formas
2.8.1) TIPOLOGIA , PRODUCCION Y DIFUSION.
Atlante VIII-IX
Figs. 75-79. Corresponden a los tipos Hayes I (A y B). Son lucernas de cuerpo ovoide, con asa
aplicada, que raramente presenta perforación siendo maciza. Las decoraciones de estas tipologías
acostumbra a ser, por un lado, temas vegetales en el disco, o escenas relacionadas con el mundo
cristiano, es frecuente encontrar espigas o motivos geométricos en las orlas. Su difusión es amplia,
especialmente para la forma VIIII, ésta se encuentran en todo el Mediterráneo occidental, los Alpes y
algunas zonas del mediterráneo oriental. La forma IX parece que se reduce más a la zona africana y
la península italiana. Cronológicamente, son producciones que abarcan los siglos IV-V d.C. La
producción la tenemos que situar en la zona de la actual Túnez, en Henchir-es-Srira, hecho que hace
que algunos investigadores hablen de “lucernas de Henchir-es-Srira”, y ligada a la de la terra sigillata
africana D
Atlante X Figs. 80-82. Corresponden a los tipos Hayes II (A y B), así como a la forma Dressel 31 (Fig. 74). Esta
forma es la más difundida de todas las producciones de terra sigillata africana, presenta un cuerpo
redondeado, con un pico a canal y claramente diferenciado del resto de la lucerna. El disco presenta
decoración en relieve como impresa, así como en la orla. La cronología que se le otorga a esta forma
corresponden de finales del S.IV hasta el S.VI d.C. Referente a su difusión, se encuentra en todos las
zonas del Mediterráneo occidental, Península Ibérica, en la costa Atlántica, en las regiones renano-
danubianas, en la ex-Yugoslavia, el Egeo, Egipto y Chipre. Por sus características de técnica de
producción, diremos que se encuentra ligada a las producciones de terre sigillata C y D
32
BLOQUE 3 COMENTARIO CRITICO SOBRE LA BIBLIOGRAFIA
En ningún caso se encuentran aquí todas las tipologías que se han realizado, por motivos de la
naturaleza de este trabajo. Hemos optado por ofrecer las que en nuestro ámbito pueden resultar las
más practicas para la investigación, así como por su importancia y accesibilidad. En dos de las obras
aquí citadas, Ponsich y Morillo-Cerdan (1989), se puede encontrar mucha mas información respecto a
esta materia. Hemos ordenado la bibliografía por orden alfabético de los autores.
Amare 1987.
Tal y como su nombre indica, es una obra donde se expone de forma clara y didáctica, sin por ello no
ser científica, el mundo de las lucernas romanas. Se divide en diferentes apartados que tratan desde
la historia de las investigaciones, la morfología, la decoración, aspectos de producción y
comercialización y, para acabar, un apartado sobre la bibliografía. Es una obra que nos introduce a la
nomenclatura del mundo de la investigación de las lucernas, así como una primera guía por donde
empezar a buscar para ampliar conocimientos.
Amare 1988.
Presenta una tipología basándose únicamente en caracteres formales de las lucernas, aunque no
presenta ninguna propuesta de cronología, sino que las toma de otros autores, dando así mismo, las
equivalencias de las mismas. Se trata pues, de una tipología basada en materiales sin contexto
estratigráfico, y por lo que no plantea nuevas expectativas o problemas relacionados con las formas.
Anselmino y Pavolini. 1981.
Clasifican las lucernas de terra sigillata fabricadas en el norte de África. Presentan una introducción
sobre los antecedentes de la producción en esta zona del imperio, que consideramos importante para
determinar la procedencia de otras producciones de lucernas imperiales, para pasar luego a los
materiales propios de S.IV d.C. Establecen las formas y su cronología interrelacionándolas con la
producción de terra sigillata africana, C y D, así como en la decoración. Se recogen numerosos
ejemplares, que multiplican casi hasta la individualización los subgrupos, haciendo a veces difícil de
clasificar nuestro material con uno o con otro. Otra critica que se les puede hacer es el hecho que se
utiliza, entre otros criterios clasificatorios, la forma del asa, mientras que en la publicación no
aparecen las secciones de la mismas, así como la poca dedicación que presentan a la decoración en
las láminas. De todas maneras, el valor de esta clasificación resulta evidente, ya que armoniza casi
todas las otras tipologías, dotándose ésta de un esquema explicativo muy coherente, ya que compara
forma, cronología, producción y difusión.
33
Bailey 1980-1988.
Aunque hace una nueva tipología sobre los materiales del British Museum, se podría considerar mas
como una clasificación en el sentido que casi todas sus piezas tienen su paralelo en Loeschcke y por
lo tanto, casi ningún investigador posterior la utiliza. Son materiales sin estratigrafía, por lo que los
resultados cronológicos, son también de segunda mano. Resulta pero interesante ya que ofrece un
detallado estudio tanto de formas, como de marcas, así como de decoración.
Beltrán 1990.
Ofrece un resumen de la situación del estudio de las lucernas. La tipología que presenta es la de
Dressel, junto con alguna que otra forma que este no documentó. El valor de esta obra, creemos, que
es la bibliografía que aporta ordenada en temas, básicamente de producción.
Bisi 1977.
Esta autora nos ofrece una nueva clasificación basada en la Loeschcke y Deneauve. La importancia
de la misma radica en el hecho en que todos los materiales son de procedencia estratigráfica,
procedentes de la ciudad de Herculano, cosa que también nos ofrece una fecha post quem
totalmente indiscutible. Las formas que presenta son completísimas, abarcando casi la totalidad de la
morfología de las lucernas romanas. Presenta así mismo, un detallado estudio de la decoración de
cada forma.
Broneer 1930.
Edifica una tipología con los materiales de las excavaciones de Corinto. El primer problema que
presenta es que forma 37 tipos diferentes, sin que establezca una tabla con los prototipos, cosa que
la hace complicada de utilizar. Aunque sean materiales con estratigrafía, no debemos olvidar que se
tratan de materiales del Mediterráneo oriental, que presentan una problemática de producción
completamente diferente a las del Mediterráneo occidental, con lo que conlleva en aspectos como los
cronológicos, o el sistema organizativo productivo.
Chrzanovski 2000.
A parte de ser un catalogo de las lucernas del Museo de Nyon (Suiza) presenta una introducción
general sobre aspectos de las lucernas, como su historia, su uso, su fabricación, la decoración, etc.
Que se suma a la no poca bibliografía existente sobre estos temas.
Deneauve 1969.
Presenta los materiales del museo de Cartago y principalmente de la necrópolis de los Oficiales, pero
como él mismo reconoce en su apartado de procedencia de los materiales, carecen casi todos de una
34
estratigrafía fiable, ya sea por la antigüedad de las excavaciones, ya sea por el sistema de
inventariado del material por parte del museo. Al igual que hizo Loeschcke, basa su tipología en el
pico de la lucerna, estableciendo así los Tipos, que van desde las lucernas republicanas hasta las
producidas en terra sigillata africana. Destacable es su estudio de las marcas, estableciendo según
su opinión, talleres italianos e africanos, demostrándolo también sobre la tipología de lucerna en la
que se encuentra la marca y características de su producción. Su apartado dedicado a la iconografía
es también digno de mención, sirviendo como ejemplo de identificación iconográfica de muchos
materiales. Una pequeña critica que se le puede hacer es en el apartado de las correspondencias con
las otras tipologías, donde de forma errónea atribuye a su tipo VIIIB a la Dr.30 cuando en verdad
corresponde a las Dr.27-28. Así como su forma IVF en el texto, que no existe en su apartado de
laminas, siendo esta la forma IVE.
Dressel 1899.
Es el primer autor que hace una sistematización de la tipología de las lucernas romanas, abarcando
desde las republicanas hasta las llamadas cristianas. Estableció 31 tipos, basados únicamente en
apreciaciones según la morfología, que otorgaban luego una secuencia cronológica. Aunque otros
investigadores mas tarde hayan dotado de valor cronológico a esta tipología, lo cierto es que Dressel
solo erró en el grupo de lucernas llamadas de Canal o firmalampen. Hoy en día es una de las
tipologías mas utilizadas, y al ser la primera, los autores posteriores que han efectuado la suya
propia, casi siempre establecen las equivalencias con él.
Hayes 1972.
En su libro sobre la terra sigillata africana, hace una breve referencia sobre las lucernas producidas
con esta misma técnica. Hayes ofrece solo dos tipos, I y II, quien a su vez subdivide en A y B según
el tipo de asa en el caso de las I, y según las características de las pastas y el barniz en el caso de
las II. Cita ejemplos en Ponsich, Ivanyi, Broneer o Menzel (entre otros) para sus ejemplos, no
presentado así ninguno él. Hace referencia a los productos tripolitanos, donde si parece que el
Atlante recoge parte de sus investigaciones.
Heres 1972.
Tipología fiel al estilo de Menzel o Loeschcke, pero a diferencia del segundo y al igual que el primero,
los materiales son de fondo museo, con lo que las elaboradas cronologías no son de primera mano.
Establece grupos por letras, de la A hasta la E, dejando la F para los fragmentos, presenta los
35
materiales ya clasificados en las láminas, pero al igual que Broneer, no ofrece una tabla con los
prototipos formales.
N.Lamboglia y A.Beltran 1952.
Se mantiene la clasificación de Dressel pero se le añaden los valores cronológicos a su tipología
mediante los materiales de Ventimilium, entre otros. Amplían las formas de las lucernas de canal,
mientras que otras formas no aparecen, como la Dressel 1, 7, 8, 18, 22, 23 y 29. No aportan
cronología forma por forma, sino que lo hacen por grupos, republicanas, volutas, disco, canal y
cristianas.
Leibundgut 1977.
Recoge las lucernas de Suiza, ofreciendo una tipología propia con los paralelos con la de Loeschcke.
Parte de la importancia de esta obra radica en que se basa en materiales de excavaciones
estratigráficas, por lo que el valor cronológico es de primera mano.
Loeschcke 1919.
Es la segunda gran obra publicada sobre lucernas romanas, y la primera en valor cronológico, ya que
se basa en los materiales del campamento de Vindonissa (Windisch, en la actual Suiza) excavados
con principios estratigráficos. Es el primer autor que diferencia según el pico, tres variantes de la
forma Dressel 9 o Loeschcke I A, B y C, otorgándole también valores cronológicos. No dispone de
lucernas tardo republicanas, pero las más importantes son las lucernas de canal o firmalampen, de
las que hoy en día gracias a los análisis arqueométricos, se está demostrando que parte de sus
teorías sobre su procedencia, son correctas. Creemos así mismo, que es este autor junto con Dressel
y Deneauve, los que mejor tipología han ofrecido al mundo científico.
Menzel 1954.
Es un claro ejemplo de un buen estudio de materiales procedentes de fondo de museo, presentado
colecciones desde las lucernas griegas y helenísticas hasta las cristianas. Mas que una tipología lo
que ofrece es una sucesión de formas ordenadas según los criterios cronológicos de otros autores.
Es a nuestro entender, una forma digna de publicar unos materiales que carecen de casi cualquier
información de per se.
Modrzewska 1988.
No es ninguna tipología ni tiene tampoco la vocación de serlo, es simplemente un catalogo de las
lucernas tardo antiguas de la colección del Museo Arqueológico Nacional. La citamos aquí ya que es
un buen trabajo para iniciarse en la problemática de las lucernas en terra sigillata africanas así como
36
de otras épocas y tipologías, como pueden ser las catacumbales, las coptas o las bizantinas,
presentando en la parte final una interesante lista bibliográfica.
Morillo – Cerdan 1989.
Es con diferencia, uno de los mejores artículos para introducirse en el mundo de la investigación de
las lucernas romanas. Por una lado, nos presenta un extenso resumen de la historia de la
investigación, y por otro, una lista de las diferentes tipologías realizadas por otros autores, así como
el estudio de la forma de la lucerna en cuestión. Acaba el articulo con un excelente cuadro de relación
de formas y cronologías por los diferentes autores que él cita. Lo único que se encuentra a faltar es
una lamina con las formas de los materiales de los que hace mención,
Morillo – Cerdan 1992.
A parte del valor que tiene esta obra por si misma, aprovechamos a citarla aquí por otro valor añadido
que presenta, la extensa lista de bibliografía sobre diferentes aspectos de las lucernas romanas, ya
sean grandes obras de museos o colecciones, como también por citas a obras de carácter más local.
Esta bibliografía abarca casi desde los inicios de la investigación hasta la fecha de conclusión de su
estudio.
Palol 1948-49
Presenta su propia clasificación inspirada en Loeschcke, Walter y Ivanyi, de los materiales del mueso
de Gerona y los procedentes de las excavaciones de Ampurias. En la introducción explica los criterios
que ha utilizado para otorgar a cada forma su tipología y, aunque no presente un dibujo del prototipo,
es fácil su observación, ya que presenta numerosas fotografías de las mismas.
Ponsich 1961.
Presenta las lucernas procedentes de la Mauritania Tingitana. Su obra es importante por diversos
aspectos, primero porque hace un extensísimo resumen de todos los autores que le han precedido,
sobre sus tipologías y presentando un cuadro sinóptico con todas las cronologías que estos autores
han ofrecido a cada pieza. El mismo presenta su propia tipología siguiendo principios cronológicos y
tipológicos (por el pico de las lucernas), que si bien no es muy amplia, si que resulta de fácil manejo,
así mismo, ofrece las equivalencias de sus piezas con la de los otros autores.
Provoost 1976.
Lo que consideramos realmente interesante de esta obra es su introducción, donde hace de una
forma rápida una reflexión sobre las distintas maneras de aproximarse al problema de la tipología que
se había realizado hasta entonces. Nos dice que se necesita una tipología basada en principios
37
estratigráficos, a parte de los simplemente tipológicos. Así mismo hace una extensa explicación del
proceso de fabricación y copia de las lucernas, idea que posteriormente será recogida, en parte, por
Bonnet. Expresa sus dudas acerca de la identificación de las marcas y de la importancia de los
paralelos icnográficos. Respecto a su tipología, diremos que se basa en primer lugar en el depósito
de la lucerna, y como segundo criterio, el pico. Otro valor añadido es que presenta antes de la
publicación del Atlante, un detallado estudio de las lucernas bajo imperiales. Criticas, que es
complicado de usar y citar y que presenta dibujos de prototipos y no fotografías de los mismos, cosa
que hace a veces, imposible distinguir del propio material una forma de la otra. Otro problema es la
cronología, que tampoco es de primera mano.
Ricci 1974.
Es una de las mejores obras a lo que se refiere a la cronología de las lucernas tardo republicanas, así
mismo como la tipología que la autora ofrece a las formas que Dressel no estudió. Es de fácil manejo,
con nuevos ocho tipos, con sus descripciones, dibujo y fotografía de las mismas. Las cronologías
proceden de excavaciones con estratigrafía y de pecios. En la actualidad se pueden completar pero
no discutir. La autora también indica las características técnicas y la posible localización de los
talleres que las produjeron.
Szentléleky 1969.
Es otra obra hecha a partir de fondos de museo, en este caso de la región de Hungría. Más que por
su valor cronológico o tipológico, podemos destacar la importancia de la publicación en si misma, ya
que al igual que Menzel, nos da a conocer piezas que de otro modo no hubieran visto la luz. La
clasificación tipológica se establece por formas y lugares de procedencia, siendo esta de fácil
utilización.
Association Lychnologique Internationale.
http://ila.e-antiquity.org/index.html
Queríamos as í mismo mencionar esta asociación recientemente creada que pretende agrupar a todos
los investigadores del mundo de las lucernas, sin que se encuentre limitada a una época histórica
concreta. En la pagina web se encuentra disponible toda la información en francés y en inglés, así
mismo cuenta con un foro, vehículo útil para preguntar cualquier duda sobre aspectos relacionados
con el mundo de la luminaria y de la arqueología.
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COMENTARIO CRITICO SOBRE LAS MARCAS, PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN.
Citamos aquí algunos ejemplos de artículos o libros que han tratado el tema de las marcas casi de
forma exclusiva, recordemos que en todas las publicaciones de lucernas aparecen citadas y
reproducidas las marcas de los materiales, así como sus paralelos.
Pavolini 1981.
Aunque haga una breve referencia a las formas de las lucernas de su estudio, lo citamos aquí por el
aspecto realmente importante, la difusión y el comercio de los materiales lucernarios por el
Mediterráneo desde las primeras lucernas republicanas hasta las lucernas cuoriformes, manteniendo
para ello la terminología de Dressel y ofreciendo igualmente cronologías y ideas sobre la sucesión de
las formas. A parte de la extensa bibliografía que aporta, creemos que es interesante ya que plantea
centros productivos de una forma, a nuestro entender, bastante razonable, recogiendo parte de las
ideas planteadas por Deneauve.
Bailly R. 1962.
Es una lista de las marcas aparecidas en la Narbonense hasta su publicación. Presenta los dibujos y
una serie de paralelos de las mismas.
Balil 1968-69-80-82.
Hace referencia a las marcas de fabricante aparecidas sobre lucernas documentadas en España. La
validez de estos catálogos es mas bien limitada, ya que en muy pocos casos se conoce el taller que
las produjo, y simplemente sirven para buscar paralelos, que, en nuestra opinión, tampoco no
esclarecen mucho. No obstante, creemos también que es básico y necesaria este tipo de
publicaciones, ya que cuanto más material se conozca, más plausibles, porcentualmente, pueden ser
las conclusiones.
Bonnet 1988.
En la misma tónica que lo que hemos comentado anteriormente de los materiales de fondos museo.
Esta autora pero, intenta mediante un complejo sistema de dimensiones de las lucernas, establecer
las originales y las copias, así luego, mediante un estudio de la marca y la decoración, encontrar los
talleres, las filiales y las copias clandestinas o ilegales. El defecto más visible de su teoría es la
atribución de los talleres dependiendo de la cantidad de marcas aparecidas en una región. De todas
maneras es útil por lo que hemos comentado antes, publica un número de marcas importante.
39
Bemont C, Lahanier C. 1985
En este articulo, se estudia diversas formas de lucernas tardo republicanas de Glanum. Se intenta
mediante una primera clasificación hipológica, el poder asignar los centros de producción de las
mismas. Se recoge para ello las ideas expuestas por Pavolini y por Ricci sobre la posible ubicación
de los talleres, y como mediante la arqueometría, se puede o no corroborar dichas hipótesis.
Montagu 1985.
Mas que una publicación es un fascículo altamente interesante sobre la técnica de la fabricación de
las lucernas romanas. Se trata de un alfarero moderno que ha experimentado con las técnicas de
época imperial. Aclara ideas como el color de los barnices o de las pastas, así como una detallada
explicación del proceso de fabricación de las lucernas.
Schneider 1993.
Obra interesantísima por varios motivos. Primero porque demuestra que se pueden hacer análisis
arqueométricos sobre lucernas romanas, segundo, porque con sus estudios, ha demostrado que gran
parte de las hipótesis de Loeschcke en 1919 sobre la procedencia de las lucernas de canal de
Vindonissa, eran ciertas. Con eso no queremos decir que se ha encontrado la solución al mal de las
producciones, recordemos que no se han encontrado los talleres, así que los grupos de referencia
principal, no existen, pero creemos más factible estos resultados que los otros obtenidos por teorías
de copias y subcopias o de asignación de talleres según frecuencias de apariciones de marcas. El
articulo entero se encuentra en internet, cosa que facilita la lectura del mismo.
COMENTARIO CRITICO SOBRE LAS DECORACIONES.
En este apartado queremos citar aspectos de clasificación de los materiales, y en ningún caso dar a
entender que son las únicas obras de referencias para el tema de las decoraciones, así como para
buscar paralelos. Al igual que en el caso de las marcas, cada publicación presenta su catalogo,
siendo a estas ultimas a las que cada investigador, según su criterio, debe recurrir para ampliar la
información a cerca de sus propios materiales.
Deonna 1927.
Agrupó en trece grupos los distintos motivos decorativos que aparecen en las lucernas romanas,
según vida religiosa, laica, transposición mitológica, escenas grotescas, temas literarios, temas
históricos, fauna, transposiciones humanas, flora, objetos fabricados, signos celestes y ornamentos
40
geométricos. El problema se plantea cuando un motivo icnográfico puede pertenecer a mas de un
grupo a la vez, por lo que la consideramos (esta clasificación) no del todo conveniente.
Bailey 1980.
Aunque ya habíamos visto este autor en el tema de las tipologías, haremos también una rápida
mención aquí. Es interesante ya que reduce de forma considerable los grupos establecidos por
Deonna, haciéndolos menos rígidos y más adaptados a la realidad de los materiales. Hace cinco
grandes grupos, Divinidades, Personajes históricos, Vida cuotidiana, Animales y Plantas, que a su
vez, va subdividiendo. Creemos que esta es una de las mejores maneras de aproximarse al mundo
de la iconografía.
41
BIBLIOGRAFIA ALVAREZ-OSSORIO F. 1942: “Lucernas o lámparas antiguas de barro cocido del Museo Arqueológico Nacional.” Arch. Esp. Arq. XV, 271-287. AMARE, M°.T. 1987: „Lucernas Romanas: Generalidades y Bibliografía“. Zaragoza. AMARE, M°.T. 1988: “ Lucernas Romanas en Aragón”. Zaragoza. ANSELMINO, L. Y PAVOLINI P. 1981: “Lucerne” Enciclopedia dell’Arte Antica. Atlante delle forme ceramiche, I, Ceramica fine romana nel Bacino Mediterraneo, 184-207, lams. XCIV -CIII, Roma. ARXE I GALVEZ, J. 1982: “Les llànties tardo-republicanes d’Empuries”, Barcelona. BAILEY, D.M. 1975-1980-1988-1996: A Catalogue of the Lamps in the British Museum, London. I: Greek, Hellenistic and Early Roman Pottery Lamps. II: Roman Lamps Made in Italy. III: Roman Provincial Lamps. IV : Lamps of metal, stone, and lampstands. BAILLY R. (1962) « Essai de classification des marques de potiérs sur lampes en argile dans la Narbonaisse », Cahiers Ligures de Prehistoire et d’Archéologie XI, 79-127 BALIL, A. 1968-69 « Marcas de ceramista en lucernas romanas halladas en Espanya ». Arch. Esp. Arq. 158-178 BALIL, A. (1969) : « Estudios sobre lucernas romanas I » Studia Archaeologica 2, Santiago de Compostela. BALIL A. (1980): “Estudios sobre lucernas romanas II” Studia Archaeologica 62. Universidad de Valladolid. BALIL A. (1982): “Estudios sobre lucernas romanas III” Studia Archaeologica 70. Universidad de Valladolid. BELTRAN LLORIS, M. (1990): “Lucernas”, Guía de la cerámica romana, 263-277. Zaragoza. BEMONT C., LAHANIER C. (1985): “Lampes tardo-républicaines à Glanum: Essai de détermination typologique et physico-chimique”. Revue Archéologique de Narbonnaise, tome 18, pp. 221-261 BERGES, G. (1989): “Les lampes de Montans (Tarn). Une production céramique del I er. Et II e.siècle ap. J.C. » Documents d’Archéologie Française, 21. Paris. BISSI, A.M. (1977) : « Le lucerne fittili dei nuovi scavi di Ercolano ». L’instrumentum domesticum di Ercolano e Pompei nella prima età imperiale, Quaderni di Cultura Materiale 1, 73-107. Roma. BRONEER, O. (1930): “Terracota Lamps”, Corinth IV, II, Cambridge, USA. BLAZQUEZ, J.M. “ Representaciones de gladiadores en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid”. Zephyrus IX, 79-94. Salamanca. BONNET, J. (1988): “Lampes céramiques signées. Définition critique d’ateliers du Haut Empire ». Documents d’Archéologie Française, 13. Paris CHRZANOVSKI, L. (2000) : « Lumières Antiques. Les lampes à huile de Muséee Romain de Nyon ». Nyon. DENEAUVE J. 1969 « Lampes de Carthage », CNRS. Paris DEONNA, W. (1927) : « L’ornamentation des lampes romaines ». Revue Archéologique 26, 233-263.
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APENDICE I : EQUIVALENCIAS TIPOLOGICAS Y CRONOLOGIAS. LAS LUCERNAS REPUBLICANAS. TIPOLOGIA CRONOLOGIA TIPOLOGIA CRONOLOGIA Ricci A Finales S.V a.C. – Inicios S. III a.C. Ricci B Durante el S.II a.C. Ricci C S.II a.C. – Inicios S.I a.C. Ricci D Durante el S.II a.C. Ricci E S.II a.C. – Mediados S. I a.C. Ricci F S. II a.C. – S.I a.C. Ricci G Mediados S. I a. C. – Finales S.I a. C. Ricci H Durante el S. I a.C. TIPOLOGIA EQUIVALENCIAS CRONOLOGIA TIPOLOGIA EQUIVALENCIAS CRONOLOGIA Dressel 1 Ricci-Dres. 1 S.II-I a.C. Dressel 3 Dres.-Lamb. 3 S.II-I a.C. – Augusto Ricci-Dres. 1A S. I a.C. Ponsich IC 50 a.C. – Finales Augusto Ricci-Dres. 1B Finales S. II – Inicios S.I a.C. Deneauve III S. I a.C. Provoost III – 1,3 275 a.C. – S.I d.C. Provoost IV-1,2,1 Inicios S.I a.C.- Inicios S.I d.C. Leibundgut II 50 – 10 a.C. Dressel 2 Dres.-Lamb. 2 S.II-I a.C. – Augusto Ricci-Dres. 3, 3A S. I a.C. Ponsich IB 50 a.C. – Finales Augusto Deneauve I S. I a.C. Dressel 4 Dres.-Lamb. 4 S.II-I a.C. – Augusto Provoost III-1,2 275 a.C. – S.I d.C. Ponsich IC 50 a.C. – Finales Augusto Ricci-Dres. 2, 2A, 2/3 S. I d.C. Deneauve II S. I a.C. Szentleleky b-1 S. I a.C. – 10 d..C. Provoost IV-1, 2,2 Finales S.I a.C. – S.I d.C. Ricci-Dres. 4, 4A Final S.I a.C.- Inicios S.I d.C. Leibundgut I 20 a.C. – 10 d.C. Szentleleky b-2 Augusto
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LAS LUCERNAS DE VOLUTAS. TIPOLOGIA EQUIVALENCIAS CRONOLOGIA TIPOLOGIA EQUIVALENCIAS CRONOLOGIA Dressel 9 (A) Loeschcke I A Augusto – Tiberio Dressel 11 Loeschcke IV Post Augustal Dres-Lamb. 9A Tiberio Dres-Lamb. 11 Claudio – Vespasiano Ponsich II, A-1 Augusto – Flavios Ponsich II, B-1 Augusto – Flavios Deneauve IV A Augusto – Claudio Deneauve V A S. I d.C. Provoost IV-2,1,1 Augusto – Tiberio Provoost IV-2, 2,1 Final S.I d.C. – Inicios S.II d.C. Leibundgut V 1 – 25 d.C. Leibundgut XII Augusto – Mitad S.I d.C. Szentleleky b-4 Inicios Tiberio Szentleleky b-7 Tiberio – S.II d.C. Dressel 9 (B) Loeschcke I B Tiberio- Claudio Dressel 12-13 Loeschcke III Augusto Dres-Lamb. 9B Claudio Dres.-Lamb. 12-13 Tiberio – Vespasiano Ponsich II, A-1 Augusto – Flavios Ponsich II, B-1 Augusto – Flavios Deneauve IV A Augusto – Claudio Deneauve V B S. I d.C. Provoost IV-2,1,2 Tiberio - Claudio Leibundgut X-XI Augusto – 50 d.C. Leibundgut VI Tiberio – Fin S.I d.C. Szentleleky b-3 Primera mitad S.I d.C. Szentleleky b-4 Tiberio Dressel 14 Loeschcke V 25 – 100 d.C. Dressel 9 (C) Loeschcke I C Nerón – Inicio Flavios Dres.-Lamb. 14 Vespasiano Dres-Lamb. 9C Vespasiano Ponsich II, B-2 Augusto – Flavios Ponsich II, A-1 Augusto – Flavios Deneauve V D Segunda mitad S.II d.C. Deneauve IV A Flavios Leibundgut XIV-XV 25 – 150 d.C. Provoost IV-2,1,3 Nerón – S.II d.C. Szentleleky b-8 25-100 d.C. Leibundgut VII 50 – Final S. I d.C. Szentleleky b-4 50-150 d.C. Dressel 15 Dres.-Lamb. 15 Vespasiano Ponsich II, B-2 Augusto – Flavios Dressel 10 Dres.-Lamb. 10 Vespasiano Deneauve V D Segunda mitad S.II d.C. Deneauve IV C Claudio- Flavios Szentleleky b-8 25 – 100 d.C.
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LAS LUCERNAS DE VOLUTAS. TIPOLOGIA EQUIVALENCIAS CRONOLOGIA TIPOLOGIA EQUIVALENCIAS CRONOLOGIA Dressel 16 Loeschcke V 25 – 100 d.C. Deneauve IV D 1 d.C. – Mediados S.I d.C. Dres.-Lamb. 16 Flavios Loeschcke II Postaugustal – Finales S.I d.C. Deneauve V D Segunda mitad S.I d.C. Provoost IV-2, 1,4 Postaugustal – Finales S.I d.C. Provoost IV-3,1 S.I d.C. – M itad S.II d.C. Szentleleky b-6 Augusto – Finales S.I d.C. Leibundgut XIV-XV 25 –150 d.C. Deneauve IV B Inicios S.I d.C. – 50 d.C. Szentleleky b-8 25 – 100 d.C. Deneauve IV E Inicios S.I d.C. – 50 d.C. Deneauve V E 25 d.C. – 100 d.C. Deneauve V C 25 d.C. – 100 d.C. Deneauve V G 25 d.C. – 100 d.C. Deneauve V F 25 d.C. – 100 d.C. LAS LUCERNAS DE DISCO. TIPOLOGIA EQUIVALENCIAS CRONOLOGIA TIPOLOGIA EQUIVALENCIAS CRONOLOGIA Dressel 17 Loeschcke VIIIK 50 – S.II d.C. Dressel 19 Loeschcke VIIIR 50 – S.II d.C. Dres.-Lamb. 17 S.II d.C. Dres.-Lamb. 19 S.II d.C. Deneauve VII A 50 – Inicios S.III d.C. Ponsich III-B, 1 50 – Inicios S.III d.C. Provoost IV-3, 4,2 S.II – III d.C. Deneauve VII A 50 – 150 d.C. Leibundgut XX Augusto – 150 d.C. Provoost IV-3, 2,3 50 – S.II d.C. Szentleleky b-11 Neron – S.II d.C. Dressel 18 Loeschcke VIIIK 50 – S.II d.C. Dressel 20 Dres.-Lamb. 20 S.II d.C. Dres.-Lamb. 18 S.II d.C. Ponsich III-B, 1-2 50 – Inicios S.III d.C. Ponsich III-B, 1 50 – Inicios S.III d.C. Deneauve VII A 50 – 150 d.C. Provoost IV-3, 2,1 50 – S.II d.C. Provoost IV-3, 3,1 50 – S.III d.C. Leibundgut XX Augusto – 150 d.C. Leibundgut XXI-XXII Durante S.II d.C. Szentleleky b-11 Neron – S.II d.C. Szentleleky b-11 Neron – S.II d.C.
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LAS LUCERNAS DE DISCO. TIPOLOGIA EQUIVALENCIAS CRONOLOGIA TIPOLOGIA EQUIVALENCIAS CRONOLOGIA Dressel 21 Dres.-Lamb. 21 S.II d.C. Dressel 25 Dres.-Lamb. 25 S.II d.C. Provoost IV 3, 3, 3 50 d.C. S.III d.C. Ponsich III B, 2 50 – S.III d.C. Provoost IV-3, 2,3 50 – S.II d.C. Dressel 24 Dres.-Lamb. 24 S.II d.C. Szentleleky b-12 S.II – Inicios S.III d.C. Ponsich III B, 2 50 – S.III d.C. Provoost IV-3, 2,3 50 – S.II d.C. Dressel 26 Dres.-Lamb. 26 S.II-III d.C. Szentleleky b-12 S.II – Inicios S.III d.C. Deneauve VIII D S.III d.C. Deneauve VII A 50 – S.II d.C. Deneauve VII D 100 – 150 d.C. Loeschcke VIII L 50 – S.II d.C. Leibundgut XX Augusto – 150 d.C. LAS LUCERNAS CUORIFORMES. TIPOLOGIA EQUIVALENCIAS CRONOLOGIA TIPOLOGIA EQUIVALENCIAS CRONOLOGIA Dressel 27 Loeschcke VIIIH Incios: 75 d..C. Dressel 28 Loeschcke VIIIH Incios: 75 d..C. Dres.-Lamb. 27 S.II d.C. Dres.-Lamb. 28 S.II – III d.C. Ponsich III-C S.III d.C. Ponsich III-C S.III d.C. Deneauve VIII A 50 – 150 d.C. Deneauve VIII B 150 - Inicios S.III d.C. Provoost IV-3, 5 S.III-IV d.C. Provoost IV-3, 5 S.III-IV d.C. Leibundgut XX Augusto – 150 d.C. Leibundgut XX-XXII Durante el S.II d.C. Szentleleky b-11 Neron – S.II d.C. Szentleleky b-11 Neron – S.II d.C.
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LAS LUCERNAS DE CANAL. TIPOLOGIA EQUIVALENCIAS CRONOLOGIA TIPOLOGIA EQUIVALENCIAS CRONOLOGIA Loeschcke IX Inicios: 75 d.C. Dressel 5 Loeschcke X 75 – S.III d.C. Dres.-Lamb. 5 A-B 60- 100 d.C. Dres.-Lamb. 5 C S.II – III d.C. Ponsich V B Flavios – Finales S.III d.C. Ponsich V A Flavios – Finales S.III d.C. Deneauve IX A Antes S.II d.C. Deneauve IX A Antes S.II d.C. Provoost IV-5, 1 75 – Inicios S.II d.C. Provoost IV-5, 2,1 S.II – 450 d.C. Leibundgut XXIII 70 – 100 d.C. Leibundgut XXVI - XXX Finales S.I – IV d.C. Szentleleky b-10 70 – 250 d.C. Dressel 6 Loeschcke XK 75 – S.III d.C. Dres.-Lamb. 6 S.II d.C. Ponsich V B Flavios – Finales S.III d.C. Provoost IV-5, 2,2 S.II – 450 d.C. Leibundgut XXXII Finales S.I – IV d.C. Szentleleky b-10 70 – 250 d.C. OTRAS TIPOLOGIAS DE LUCERNAS. TIPOLOGIA EQUIVALENCIAS CRONOLOGIA TIPOLOGIA EQUIVALENCIAS CRONOLOGIA Dressel 22 Provoost V, 1,1 50 –225 d.C. Dressel 7 Deneauve VI A Antes 50 – Finales S.I d.C. Leibundgut XXVIII Finales S.I - S.IV d.C. Dressel 8 Deneauve VI A Antes 50 – Finales S.I d.C. Deneauve VI B Despues 50 – Finales S.I d.C.
Dressel 30 Dres.-Lamb 30 S.III – IV d.C. Provoost V, 4 S. III – IV d.C.
Las lucernas en Terra Sigillata Africanas Dressel 31 Dres. – Lamb. 31 A partir S.IV d.C. Hayes I Atlante VIII, IX S.IV-V d.C. Ponsich IV C A partir del S.V d.C. Hayes II Atlante X S.IV-VI d.C.
APENDICE II PROCEDENCIA DE LAS ILUSTRACIONES DE LAS FORMAS Fig. 1. Amaré, 1987. Tamaño original. Figs. 2-19. Ricci, 1974. Reducidas 40% respecto al original. Figs. 20,21,22. Ponsich, 1961. Reducidas 40% respecto al original. Figs. 23,24,25 Beltrán-Lloris, 1990. Aumentadas un 100% respecto al original. Figs. 26,27,28,29,30,31,32,46,47,48,49,53,54,55,56,57,58,59,71,71,72,74 Dressel. Figs. 33,34,35,36,37,38,39,60,61,73. Deneauve . Aumentadas un 100% Figs. 40,41,62,63 Ponsich, 1961. Tamaño Original. Figs. 42,43,44,45,64. Ponsich, 1961. Reducidas un 25% Figs. 50,51,52. Ponsich, 1961. Aumentadas un 100% Figs. 65,66,67,68 Extretes de Lamboglia N y Beltran A, 1952 Fig. 69 Loeschcke, 1919. Tamaño 100% Figs. 75,76,77,78,79,80,81, 82 Atlante. 1981. Reducidas un 50% PROCEDENCIA DE LAS ILUSTRACIONES DE LAS MARCAS Y LAS DECORACIONES N°Libro Autor N° Autor Tipología Paralelo
Tipológico 083 Amaré, 1988 229 Ricci H 084 Ricci, 1974 7 Dr. 03 085 Ricci, 1974 14 Dr. 03 086 Ricci, 1974 17 Dr. 02 087 Ricci, 1974 23 Dr. 02 088 Ricci, 1974 24 Dr. 02 089 Ricci, 1974 25 Dr. 1/2 090 Ricci, 1974 27 Dr. 02 091 Ricci, 1974 38 Dr.02 092 Bailey, 1980 Q990 Type C Lck. V 093 Bailey, 1980 Q954 Type B Lck. IV 094 Bailey, 1980 Q879 Type B Lck. IV 095 Bailey, 1980 Q952 Type B Lck. IV 096 Bailey, 1980 Q1027 Type D Dr. 12-13 097 Bailey, 1980 Q811 Type A Lck. I B 098 Bailey, 1980 Q906 Type B Lck. IV 099 Bailey, 1980 Q979 Type C Lck. V 100 Bailey, 1980 Q983 Type C Lck. V 101 Bailey, 1980 Q1157 Type M Dr. 22 102 Bonnet, 1988 Pag. 154, 17 Dnv. VII A 103 Bonnet, 1988 Pag. 154, 44 Dnv. VII A 104 Bonnet, 1988 Pag. 98, 24 Dnv. VII A 105 Bonnet, 1988 Pag. 98, 62 Dr. 21 106 Bonnet, 1988 Pag. 194, 64 Dnv. VII A 107 Bonnet, 1988 Pag. 194, 30 Dnv. V A 108 Bonnet, 1988 Pag. 173, 108 Dnv. VII A
50
N°Libro Autor N° Autor Tipología Paralelo Tipológico 109 Bonnet, 1988 Pag. 173, 109 Dnv. IV D?
110 Bonnet, 1988 Pag. 139, 11 Dnv. V D 111 Bonnet, 1988 Pag, 139, 52 Dnv. VII A 112 Bonnet, 1988 Pag. 132, 4 Dnv. V A 113 Bonnet, 1988 Pag. 179, 18 Dnv. VI A 114 Bonnet, 1988 Pag. 179, 22 Dnv. VII A 115 Deneauve,
1969 Lam. XIII, 823 Dnv. VII B
116 Deneauve, 1969
Lam. XV, 842 Dnv. VII B 117 Deneauve,
1969 Lam. XIV, 869 Dnv. VII B
118 Deneauve, 1969
Lam. XIII, 871 Dnv. VIII B 119 Deneauve,
1969 Lam. XV, 834 Dnv. VII B
120 Loeschcke, 1919
Lam. XIX, 801 Lck. IX 121 Loeschcke,
1919 Lam. XIX, 836 Lck. IX
122 Loeschcke, 1919
Lam. XIX, 870 Lck. IX 123 Loeschcke,
1919 Lam. XIX, 875 Lck. IX
124 Bailly, 1962 Pag. 85, 3 Dr. 5C Grupo Iconográfico 125 Bailey, 1980 Q 1026 Type D Dr. 12-13 I a
126 Bailey, 1980 Q 817 Type A Lck. I B I a 127 Bailey, 1980 Q 812 Type A Lck. I B I a 128 Bailey, 1980 Q 1072 Type E Volutas I a 129 Bailey, 1980 Q 809 Type A Lck. I B I b 130 Bailey, 1980 Q 1009 Type D Dr. 12-13 I b 131 Bailey, 1980 Q 839 Type A Lck. I C I b 132 Bailey, 1980 Q 854 Type B Lck. IV I b 133 Bailey, 1980 Q 945 Type B Lck. IV I b 134 Bailey, 1980 Q 862 Type D Dr. 12-13 I c 135 Bailey, 1980 Q 1207 Type D Dr. 12-13 I b 136 Bailey, 1980 Q 856 Type B Lck. IV I d 137 Bailey, 1980 Q 886 Type B Lck. IV I e 138 Bailey, 1980 Q 1073 Type E Volutas II 139 Bailey, 1980 Q 923 Type B Lck. IV III a 140 Bailey, 1980 Q 1340 Type Q Lck. VIII III a 141 Bailey, 1980 Q 773 Type A Lck. I III a 142 Bailey, 1980 Q 1418 Type Q Lck. VIII III a 143 Bailey, 1980 Q 1005 Type D Dr. 12-13 III b 144 Bailey, 1980 Q 785 Type A Lck. I B III c 145 Bailey, 1980 Q 783 Type A Lck. I B III c 146 Bailey, 1980 Q 796 Type A Lck. I B III d 147 Bailey, 1980 Q 1261 Type P Lck. VIII III f 148 Bailey, 1980 Q 828 Type A Lck. I B III g 149 Bailey, 1980 Q 1263 Type P Lck. VIII IV a 150 Bailey, 1980 Q 972 Type C Lck. V IV a 151 Bailey, 1980 Q 1030 Type D Dr. 12-13 IV b 152 Bailey, 1980 Q 1315 Type P Lck. VIII IV d 153 Bailey, 1980 Q 850 Type B Lck. IV IV d 154 Bailey, 1980 Q 936 Type B Lck. IV V a 155 Bailey, 1980 Q 1003 Type D Dr. 12-13 V a 156 Bailey, 1980 Q 1022 Type D Dr. 12-13 V a 157 Bailey, 1980 Q 978 Type C Lck. V V a 158 Bailey, 1980 Q 1007 Type D Dr. 12-13 V a 159 Bailey, 1980 Q 754 Type A Lck. I A V a
1) Infundibulum Depósito 8) Oculus Orificio de aireación 2) Rostrum Pico 9) Basis Base 3) Myxus Orificio de iluminación 10) Ansa Asa 4) Margo Orla 11) Ales Aleta 5) Moldura Moldura 12) Appendix Apéndice 6) Discus Disco 13) Volutae Volutas 7) Orificium Orificio de alimentación 14) Canal Canal
1.Nomenclatura de las partes deunaLucerna
Lámina I
23. Dressel 9A 24. Dressel 9B 25. Dressel 9 C
26. Dressel 10 27. Dressel 11 28. Dressel 12
2021
22
Lámina VII
35. Deneauve IV E 36. Deneauve V C 37. Deneauve V E
33. Deneauve IV B34. Deneauve IV D
32. Dressel 16
29. Dressel 1330. Dressel 14
31. Dressel 15
Lámina VIII
38. Deneauve V F
Seccionesdelaslucernas deVolutas
Perfi lformasDressel9-10
PerfilformasDressel11-14 Perfil formasDressel15-16
39. Deneauve V G
40 41
4243
44 45
Lámina IX
46. Dressel 17 47. Dressel 1848. Dressel 19
49. Dressel 20
Diferentes variantesFormaDressel20
53. Dressel 21 54. Dressel 24 55. Dressel 25
50
51
52
Lámina X
56. Dressel 26 57. Dressel 27 58. Dressel 28
59. Dressel 30 60. Deneauve VII A 61. Deneauve VII D
Seccionesde lasLucernasdeDisco
PerfilformasDressel17- 28
6263
64
Lámina XI
65. Dressel 5 A 66. Dressel 5 B 67. Dressel 5 C
68. Dressel 6 70. Dressel 7
71. Dressel 8 72. Dressel 22 73. Deneauve VI B
69.Sección Dressel5-6
Lámina XII
74. Dressel 31 75. Atlante VIII C1c
76. Atlante VIII C2d
77. Atlante VIII D1 78. Atlante IXA279. Atlante IX C
80. Atlante X A281. Atlante X B1a 82. Atlante X B2
Lámina XIII
83 84 85 86
87 88 89 90 91
Marcas sobre Lucernas Republicanas
MarcassobreLucernas deVolutas
Marcassobre Lucernas de VolutasyDisco
9293 94 95 96
97 98 99 100 101
102
103
104 105
106 107
Lámina XIV
Marcassobre Lucernas de VolutasyDisco
Marcassobre Lucernas deCanal
108 109 110
111112 113
114115
116
117118 119
120121 122
123 124
MarcassobreLucernas deDisco
Lámina XV
125126
127128
129 130 131
132
133 134135
136 137 138
139 140 141
Ejemplos dedecoración sobreLucernas
Lámina XVI