las fronteras de la cólquide. espacio mítico y realidad geográfica en el sur del ponto euxino

9
Luis Ballesteros-Pastor/Alfonso Alvarez-Ossorio, Sevilla Las Fronteras de Ia Cólquide: Espacio mítico y realidad geográfica en el sur del Ponto Euxino* La imagen de las regiones más apartadas de la ecúmene constituye uno de los aspec- tos más interesantes y a la vez más problemáticos de la Geografía antigua.l Por un lado, Ios límites del mundo conocido, precisamente por su lejanía y aislamiento, eran frecuentemente encuadrados dentro de una serie de visiones estereotipadas) que en muchos casos respondían más a tópicos que a situaciones reales: en todas estas regio- nes, independientemente de su ubicación geográfica, debían existir desiertos, animales fabulosos, productos exóticos y pueblos de costumbres extrañas. Pero otro problema era el de Ia toponimia. Como es sabido, los antiguos viajeros aplicaron frecuentemen- te los topónimos atendiendo a criterios puramente físicos, de manera que una región aparecía delimitada por unas barreras naturales concretas: ríos, cadenas montañosas, cabos, estrechos, etc. Pero en muchos otros casos, solían prevalecer criterios étnicos: un país sería por tanto el territorio habitado por un pueblo, y a menudo a estos pueblos se les daba una ubicación imprecisa, por lo que podían aparecer situados en territorios diferentes según las distintas épocas o autores. Además, cuando se trata- ba de los habitantes de estas áreas marginales, muchas veces no existía un criterio etnográfico claro para diferenciar a unos pueblos de otros, y, en el caso de pueblos míticos (como por ejemplo las amazonas), se les desplazaba hacia lugares aún más remotos conforme avanzaba el conocimiento de las regiones que se consideraban sus moradas ancestrales.2 * Este artícuio ha sido elaborado dentro del Grupo de Investigación HUM0441 del III P. A. I. de la Junta de Andalucía. I Véase A. BnLr-aeRIGA: Le soleil et le Tartare. L'image mythique du Monde en Gréce Ancienne. París 1986; S. Rorr¡r'¡: The Edges of the Earth in Greek and Roman Thought: Geography, Exploration and Fiction. Princeton 1992; H. G. Npsseln¡.rs: Herodot und die Enden der Erde, en: MH 52, 1995, 20-44; F. Dupour: ,En Germanie, c'est-á-dire, á nulle part'. Rhétorique de I'alterité et rhétorique de l'identité: I'aporie descriptive d'un territoire barbare dans la ,Germanie' de Tacite, en: A. Rousuln (Ed.): Flontiéres terrestres, frontiéres célestes dans l'Antiquité. París 1995, 189-219; P. J.o.NNI: Los límites dei Mundo entre el mito y la realidad. Evolución de una imagen, en: A. PÉnpz JrvrÉNez/G. CRuz AnoRporrt (Ed.): Los límites de la Tierra: El Espacio Geográfico en las culturas mediterráneas. Madrid 1998, 23 40. 2 Strab. 11,5,5; Routlr (supra n. 1) 187 y ss. Sobre el desplazamiento de las Amazonas hacia el este, véase Strab. 11,5,1; Plu. Pomp. 35,3-4; cf. K. DowoeN: The Amazons: Development and Functions, en: Rhl\{us I4O, 1997,97-128; L. B¡.llesrpRos-PASToR: Bears and Bees in Themiskyra: a Sanctuary for Artemis in the Land of the Amazons?, en: II International Congress on Black Sea Antiquities (Ankara 2001), (en prensa). Orbis Terrarum 7 12001 . @ 2O03 Franz Steiner Verlag Stuttgart

Upload: us

Post on 19-Feb-2023

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Luis Ballesteros-Pastor/Alfonso Alvarez-Ossorio, Sevilla

Las Fronteras de Ia Cólquide: Espacio mítico yrealidad geográfica en el sur del Ponto Euxino*

La imagen de las regiones más apartadas de la ecúmene constituye uno de los aspec-tos más interesantes y a la vez más problemáticos de la Geografía antigua.l Por unlado, Ios límites del mundo conocido, precisamente por su lejanía y aislamiento, eranfrecuentemente encuadrados dentro de una serie de visiones estereotipadas) que enmuchos casos respondían más a tópicos que a situaciones reales: en todas estas regio-nes, independientemente de su ubicación geográfica, debían existir desiertos, animalesfabulosos, productos exóticos y pueblos de costumbres extrañas. Pero otro problemaera el de Ia toponimia. Como es sabido, los antiguos viajeros aplicaron frecuentemen-te los topónimos atendiendo a criterios puramente físicos, de manera que una regiónaparecía delimitada por unas barreras naturales concretas: ríos, cadenas montañosas,cabos, estrechos, etc. Pero en muchos otros casos, solían prevalecer criterios étnicos:un país sería por tanto el territorio habitado por un pueblo, y a menudo a estospueblos se les daba una ubicación imprecisa, por lo que podían aparecer situados enterritorios diferentes según las distintas épocas o autores. Además, cuando se trata-ba de los habitantes de estas áreas marginales, muchas veces no existía un criterioetnográfico claro para diferenciar a unos pueblos de otros, y, en el caso de pueblosmíticos (como por ejemplo las amazonas), se les desplazaba hacia lugares aún másremotos conforme avanzaba el conocimiento de las regiones que se consideraban sus

moradas ancestrales.2

* Este artícuio ha sido elaborado dentro del Grupo de Investigación HUM0441 del IIIP. A. I. de la Junta de Andalucía.

I Véase A. BnLr-aeRIGA: Le soleil et le Tartare. L'image mythique du Monde en GréceAncienne. París 1986; S. Rorr¡r'¡: The Edges of the Earth in Greek and Roman Thought:Geography, Exploration and Fiction. Princeton 1992; H. G. Npsseln¡.rs: Herodot unddie Enden der Erde, en: MH 52, 1995, 20-44; F. Dupour: ,En Germanie, c'est-á-dire, ánulle part'. Rhétorique de I'alterité et rhétorique de l'identité: I'aporie descriptive d'unterritoire barbare dans la ,Germanie' de Tacite, en: A. Rousuln (Ed.): Flontiéresterrestres, frontiéres célestes dans l'Antiquité. París 1995, 189-219; P. J.o.NNI: Loslímites dei Mundo entre el mito y la realidad. Evolución de una imagen, en: A. PÉnpzJrvrÉNez/G. CRuz AnoRporrt (Ed.): Los límites de la Tierra: El Espacio Geográficoen las culturas mediterráneas. Madrid 1998, 23 40.

2 Strab. 11,5,5; Routlr (supra n. 1) 187 y ss. Sobre el desplazamiento de las Amazonashacia el este, véase Strab. 11,5,1; Plu. Pomp. 35,3-4; cf. K. DowoeN: The Amazons:Development and Functions, en: Rhl\{us I4O, 1997,97-128; L. B¡.llesrpRos-PASToR:Bears and Bees in Themiskyra: a Sanctuary for Artemis in the Land of the Amazons?,en: II International Congress on Black Sea Antiquities (Ankara 2001), (en prensa).

Orbis Terrarum 7 12001 . @ 2O03 Franz Steiner Verlag Stuttgart

Luis B allesteros-P astor / Alfonso ÁIvarez- Ossorio

Un buen ejemplo de este problema estaría en el territorio sudoriental de la costadel Mar Negro, que durante siglos estuvo en Ios límites del mundo conocido para losgriegos. Todos coincidían en situar por esa zona a la Cólquide, pero sus Iímites noquedaban claros. Como afirmó acertadamente O. LoRoxtp¡rvIozÉ: ,,Würde man diegriechische Literatur unmittelbar vor und nach Strabon genau durchforschen, wáredennoch keine Angabe über eine derartige Ausbreitung der kolchischen Staatgrenzein südlicher Richtung zu finden."3 En este trabajo trataremos de explicar las causasde esta imprecisión, y demostrar que el término ,Cólquide' fue durante mucho tiempoun topónimo referido a una región de límites difusos, que no sólo aludía a una partede la actual Georgia, sino que servía de manera general para designar a todos losterritorios ignotos que se hallaban bordeando el Mar Negro al este del Halis, un ríoque habría representado por mucho tiempo la frontera del mundo conocido.a Comotendremos ocasión de comprobar, esta toponimia arcaica siguió estando presente endiversos autores antiguos, a pesar del avance de los conocimientos geográficos que

siguieron a la expansión colonial griega, a las campañas de Alejandro y a la posteriorconquista romana. Por tanto, desde el punto de vista literario, e incluso desde elgeográfi.co, se seguiría durante siglos hablando de ,Cólquide' como un país remoto ymal definido, revestido de un cierto halo misterioso y exótico,

Para los antiguos (y tampoco de manera unánime) en la costa sudoriental delEuxino, habrían existido dos puntos claramente determinados: por el oeste, el ríoHalis; por el este, el Fasis. El Halis habría marcado el confín oriental de Paflagonia.sEl Fasis aparece repetidamente como el principal río de la Cólquide, y también,según ciertas tradiciones, marcaba la frontera entre Europa y Asia.6 Asimismo, elFasis podría haber marcado una división entre la Cólquide Superior (al norte) y la

3 O. Lonoxlp¡,NIozÉ: Das alte Georgien (Kolchis und Iberien) in Strabons Geographie.Neue Scholien. Amsterdam 1996, 73.

n Según Apolodoro (ap. Strab. 12,3,24), Homero no cita ningún pueblo al este de dicho ríoentre los que acudieron a Troya. Para discusión de este pasaje, véase F. C¡,unsse: Dov'éIa fonte dell'argento. Strabone, Alybe e i Chalybes, en: F. PRoNrnna (Ed.): Strabone.Contributi allo Studi della Personalitá e dell'opera. Perugia 1984, t. I, 155 185; O.LoRoxIpaNIozÉ: La geste des Argonautes dans les premiéres épopées grecques. SousI'angle des premiers contacts du monde grec avec le littoral pontique, en: rl. (Ed.): SousIes traces des Argonautes. Actes du VIe Colloque de Vani (22-29 sept. 1990). París 1996.

21 49. Sobre Ia Cólquide en general, véase O. LoRoxtpeNtozÉ: Das alte Kolchis undseine Beziehungen zur griechischen Welt vom 6. 4. Jh. v. Chr. (Xenia 14). Konstanz1985; D. Bnlu¡p: Georgia in Antiquity. A History of Colchis and TbanscaucasianIberia, 550 BC-AD 562. Oxford 1994; G. R. Tsersxur-eozp: Cultural History of Colchis(6th 1st centuries BC). Diss. Oxford 1998; lo.: Die Griechen in der Kolchis. Historisch-archáologischer Abril3. Amsterdam 1998.

t Hdt. 1,6,1; I,28,1-; L,72,2; Strab. 12,3,L2; Arr. Per. M. Eux. 21, 22.; Anon. Peripl, M.Eux. 25 DtlleR. Algunas tradiciones, sin embargo, situaron esta frontera en el ríoEvarco: Marcian. Epit. Menipp. 9.

6Hdt.4,45,2; Aeschyl. fr. 191; Lucan. Phars. 3,271 y ss.; Arr. Per. M. Eux. 29; Belu-BRIGA (supra n. 1) 136, 178 y ss.

Las Fronteras de la Cólouide

Inferior (al sur).7 Pero entre estos dos ríos Ia toponimia es confusa, tanto para laregión que sigue a Paflagonia como para el límite occidental de la Cólquide.

Por un lado, la región situada inmediatamente al este del Halis recibió diferentesdenominaciones, que en muchos casos se confunden:

- Capadocia: Por extensión, se llamó Capadocia del Ponto o Capadocia Póntica ala región situada entre Ia Capadocia interior (o Capadocia propiamente dicha) yIa costa sur del Euxino.8 Este territorio, cuyo límite occidental habría estado en

el Halis, habría tenido su principal área en torno a los valles del Iris y del Lico,donde se asentaban los principales núcleos de población y los más emblemáticossantuarios. La denominación ,Capadocia Póntica' habría provenido de la divisiónadministrativa del imperio persa, que, según Estrabón, habría englobado Ia regióncostera dentro de una satrapía diferente de la Capadocia Interior.e Incluso enépoca de los Mitridátidas, aparece frecuentemente el término "capadocios" paraaludir tanta estos reyes como a sus súbditos.10Siria: Los habitantes de esta área situada al este del Halis habrían recibido el

nombre de leucosirios o sirios (asirios) blancos. Esta denominación, que ya apa-rece en Píndaro y Heródoto, es recogida por otros autores posteriores, y llegahasta época romana. Algunos no dudan en identificar a los leucosirios con los

capadocios.ll

- Ponto: Los dominios de los Mitridátidas habrían pasado a llamarse reino delPonto, probablemente desde el siglo II a. C., cuando Farnaces I conquista Sinope,haciéndose con el control de una importante franja en la costa de esa región.12

t Plu. Pomp. 30,1-2. Quizr{s la división que establece Plinio (NH 6,5,15-16) entre Cólquiday Cólica obedezca a ese criterio, esto es: la primera habría estado al sur del Fasis, yla segunda al norte, abarcando la ciudad de Dioscurias (a la que sin embargo llamaurbe Colchorum) . En este mismo sentido, cf. Mela 1,1 10 11 1 , que sitúa a Dioscurias ir¿Heniochorurn finibus. El topónimo Cólica estaría asociado al pueblo de los ,cólicos' (Ps.Scyl. Asia, 78; Ps. Scymn. 936 Drr,r,on), que no aparecen en autores posteriores, comoEstrabón: véase LoRoxlpnnrozÉ (supra n. 3) 191-192.

8 Una recopilación de fuentes se halla en E. Olssausex/J. BtlleR: Historisch-geographische Aspekte der Geschichte des pontischen und armenischen Reiches, TeilI. TAVO B 29.1. Wiesbaden 1984; G. Ancouo/J. DES CouRrILs/B. RÉrrav: Les si-tes cótiers du Pont-Euxin, de Thémiskyra á tapézous dans I'Antiquité, en: AnatoliaAntiqua. Istanbul 1988, 69-82.

e Strab. L2,I,4; cf. P. J. Jut¡co: Satrapie und Natio. Reichsverwaltung und Reichspolitikim Staate Dareios' I., en: Klio 34, 1941, 1-55.

10Strab. 14,1,38; App.Mith.30; 61; D.S.37,28; PIu.Sull .22,4;23,2;Cras. 18,4; Cic.Flac.59; Posidon. fr. 36J ap. Athen. 5,212a; 6,266f.

Ir Pind. fr. 173; Hdt. 1,6,1; I,72,!;2,104,3; 3,90,2; 7,72,I;Ps. Scyl. Asia 89; Xenoph. Anab.5,6,8; Anon. Peripl. M. Eux. 23 Drlr,en; Ps. Scymn. 956, 988 Dtllnn; Strab. 12,3,9;12,3,!2;12,3,25; Plin. NH 6,3,9; Plu. Luc. 23,5; App. Mith. 69; D. P. 770; Marcian. Epit.Menipp. 9; cf. Apoll. Rhod. 2,946-7;Y. J. Marrsnws: Chalybes, Syri, and Sinope: theGreeks in the Pontic Regions, en: AW 1, 1978, 107-108; A. Iv¡,Nrculx: Les Légendesde Fondation de Sinope de Pont, en: REA 99, 1997, 33 45, 34 y ss.

t2 Polyb. 5,43,7-2; Strab. 12,3,11.

Luis Ballesteros-P astor / Alfonso Alvarez- Ossorio

- También nos encontramos pasajes en los que no aparece una denominación con-creta para esta región, que aparece vagamente descrita como ,,la costa meridionaldel Ponto hasta Trapezunte."13

Sea cual fuere la denominación que adoptemos, los límites orientales de estasregiones al este del Halis no quedan claros. Quizás los territorios de los capadocioso leucosirios habrían aba¡cado tan sólo hasta el confín de la chora de Amiso, que,al menos en época romana, llegaba por el este hasta Side, más allá de Temiscira.laDesde ahí hasta el Fasis, tanto los periplos como otro tipo de indicios literarios noshablan de distintos pueblos, que tienen en común Ia pobreza, el armamento tosco,la dedicación a Ia ganadería o la minería, y eue son situados de forma imprecisa.Las fuentes nos hablan sobre todo de tibarenos, cálibes, mosinecos, microarmenios,macrones, biceres y moscos.15 Estos pueblos no solían ser calificados coiectivamentecomo colcos, pero toda esta región sí fue considerada en términos generales ,Cólquide'por diferentes autores antiguos.

Desde el punto de vista político, la ausencia de una estructura de poder unifi-cada y consolidada propició Ia imprecisa ubicación de todos estos pueblos. Quizásfue Ia presencia, detectada desde el siglo VI a. C., de un pequeño reino en la cuencadel Fasis,l6 lo que, por extensión, pudo haber provocado que Ias fuentes comenza-ran a circunscribir la Cólquide a esa área concreta. Paradójicamente, Ia expansiónde la dinastía Mitridátida por la costa del Euxino, contribuyó aún más a confundirla toponimia de estas costas. Por un lado, al estar en posesión de territorios situa-dos a ambos lados del Halis, el valor fronterizo de este río perdía importancia.lTPor otro lado, las fronteras orientales del reino de Mitrídates trupátor permanecentambién como algo impreciso.l8 Estrabón mismo contribuye a esta confusión, puestoque mientras en un pasajere dice que el Ponto Mitridátida llegaba hasta el país deIos tibarenos, también nos dice que toda la costa hasta la Cólquide fue conquistadapor Mitrídates Eupátor.20 Pero este autor no nos especifica claramente si hubo algu-na frontera político-administrativa entre ambos territorios. Esta frontera, de hecho,

- PI"-E"-a3e; A-J..t A1"* 1,5; cf. Curt. 10,1,0,3; D. S. 18,3,1; Strab. 12,2,15.tn Strab. 12,3,16; cf. 12,3,74.t5 Véase sobre todo Hdt. 7,78-79; Xenoph. Anab. 4,7,15-5,5,3. Para un estudio detalla-

do, véase G. L. Kavr¡.RADzE: Probleme der historischen Geographie Anatoliens undtanskaukasiens im ersten Jahrtausend v. Chr., en: Orbis Terrarum 2, 1"996, 19I-2L6.

16 Xenoph. Anab. 5,6,36-37; LonoxrpANIDZÉ (supra n. a) 13 y ss.; R. Lórnz MELERo:Jasón y la serpiente de la Cólquide. A proposito del Kylix de Duris del Vaticano, en:

Sur les traces ... (supra n. 4) 65-100, p. 80 n. 45. Su rey decía llamarse Eetes: véaseXenoph. Anab. 5,6,36; Plin. NH 23,52; D. BRAUNo: The Historical Function of theMyths in the Cities of the Eastern Black Sea Coast, en: Sur les traces ..., (supra n. 4)11 19, 17.

17 Sin embargo, hay que hacer notar que el ,Periplo' de Pseudo Escílax (Asia 89-90)menciona a Sinope como parte del territorio de Ios asirios y no de los paflagonios.

t8E. M¡vpR: Geschichte des Kónigreichs Pontos. Leipzig 1789,88 y ss.; F. Govon: RE15.2. L932. cc. 2163-2205 (s. v. Mithridates 12) cc. 22OO 220I.

le Strab. 12.3.28.20 Strab. 12,3,1.

Las Fronteras de la Cólouide

debió haber existido, puesto que Ia Cólquide se hallaba gobernada por un virrey ogobernador, que durante un tiempo fue el propio tío abuelo de Estrabón.2l

Como observó LoRoNIpANIDZÉ, esta imprecisión en los límites occidentales deIa Cólquide se detecta ya en el ,Periplo' de Pseudo Escílax.z2 Pero quizás ei indiciomás llamativo al respecto habría estado en un testigo ocular de la importancia deJenofonte. En su ,Anábasis',23 este autor no duda en ubicar dentro de Ia Cólquide a

Cerasunte. Esta era una colonia de los sinopenses situada en el Euxino Meridional, aleste de Cotiora, en la vecindad con el país de los tibarenos.2a Queda claro pues que elterritorio considerado Cólquide habría llegado no sólo desde el Fasis hasta Trapezun-te,25 sino aún más hacia el oeste. Este dato de Jenofonte ha resultado incongruentea los investigadores modernos, y se ha considerado que el autor del ,Anábasis' estásimplemente cometiendo un error de localización.26 Pero Io interesante es que exis-ten otros indicios, tanto anteriores como posteriores a éste, que confirman cómo losterritorios al oeste de Trapezunte fueron considerados como parte de la mítica tier-ra de Eetes y Medea. De este modo, diversos autores antiguos incluyeron dentro dela Cólquide al país de las Amazonas, que se consideraba situado en el Termodon-te. Dado que este río se hallaba en la costa sur del Mar Negro, cerca de Amiso, lapráctica totalidad de los territorios costeros del Euxino meridional al este del Halisquedaban englobados bajo un mismo topónimo. Desde el ,Prometeo Encadenado' deEsquilo,2T que es la más antigua referencia que hemos podido hallar, tendríamos quecitar entre otras obras, a las ,Fábulas' de Higino, la ,Medea' de Séneca, y el ,Heroico'de Filóstrato.28 A ¡uzgar por el ,Epítome' de Floro, el propio Livio recogió también

21 Strab. 11,1,18.22 Asia, 81; LoRoxlea.rvrozÉ (supra n. 3) 73. Trapezunte aparece en el parágrafo 85, en el

territorio de los macrocéfalos.23 Xenoph. Anab. 5,3,2.2aArr.Per.M.Etx.24;Anon.Peripl.Nf.trux.34 35Dlllpn.Actualmentesecoincideen

refutar Ia identificación de Cerasunte y Farnacia que Arriano propone: P. CouNIr-r-oN:Arrien et Kérasous: un cas de toponymie rétroactive, cit. por A. BRossoN: Le Pont-Euxin Sud, en: DHA 17.1, 1991, 425-426; G. M. CospN: The Hellenistic Settlementsin Europe, the Islands and Asia Minor. Berkeley 1995, 387-388.

25 Esta es Ia solución que propone LoRoxIp¡.NIozÉ (supra n. 3) 75 76. Tlapezunte es in-ciuida en Ia Cólquide por algunos autores antiguos: Xenoph. Anab. 4,8,22; D. S. 14,30,3.Sin embargo, Estrabón Ia considera fuera de sus fronteras.

26 LoRoxIp¡.NrozÉ (supra n.3) 74 5 n. 94: ,,Aus Xenophons Anabasis kann man deutlichersehen, dal3 sich die von den Kolchern bewohnte Fláche im Westen bis nach Kerasunterstreckte. Die óstliche Grenze (sc. von Colchis) iásst sich aber nicht mehr bestimmen.Jedenfalls enthá]t die Anabasis keinen Hinweis darauf, da3 sich die Grenzen der hiererwáhnten Kolcher von Trapezunt weiter óstlich erstreckt hátte."

27 Aeschyl. Pr. 415. Esquilo no deja claro cuál es el lugar exacto donde viven las Amazonas,pues en 723 6 dice que éstas ,habitarán' el Termodonte, aunque no hay duda de que lassitúa al sur del Cáucaso. Dowtnx (supra n. 2) 106-107, trata de explicar este pasajecomo una confusión de Esquilo entre el Cáucaso y ios Montes Ripeos, y propone queeste autor se habría basado en Aristeas de Proconeso.

28 Hygin. Fab. 21: Phriri et Chalczopes f,lzos (...) Iasonem Colchos perd"urerunt per flumenThermodontern; Sen. Med. 211-216: quodcumque placi,dis fi,eribus Phas'is rzgat Pontus-

Luis Ballesteros-Pastor / Alfonso Alvarez-Ossorio

una tradición según la cual Eetes habría sido el primer rey de Ia región ancestral do-minada por la dinastía del Ponto.2e Una concepción similar se podría inferir tambiénde la ,Historia Alexandri Magni' de Quinto Curcio.3o

Dentro de este contexto, nos resultan Ilamativas toda una serie de contradiccionesque detectamos en el propio Estrabón, que había nacido en Amasia y describe ciertasáreas de aquella región en calidad de testigo ocular. Pero este autor, como tambiénsabemos, tampoco tuvo la oportunidad de visitar todas Ias áreas del Euxino que

describe, y no se pudo desembarazar totalmente de la visión tradicional que habíade aquellos territorios durante siglos mal conocidos. Por un lado, Estrabón especificaque la Cólquide se hallaba a los pies del Cáucaso,tt y Ir distingue como algo diferentede Tlapezunte.32 Los Montes Pariadres habrían formado el confín oriental del reinodel Ponto.33 Pero Estrabón llega a decir que los Capadocios están lindando con la

que quid,quid, Scythicus a tergo uid,et, palustribus qua maria dulcescunt aquis, armatapeltis quidqui.d. exterret cohors inclusa rip'is uid,ua Thertnodontiis, hoc otnne noster ge-

nitor (sc.Eetes) imperio regit. Philostr. Her. 57. Al igual que este último autor, Estrabónengloba en una misma área del Euxino a la costa que va de la Cólquide a Temiscira(11,2,15).

'e FIor. \,40,L: Ponticae gentes a septentrione si,nistrurn i,acent, a Ponti,co cognom'ina-te mari. Harum gentium atque regi,onum rex antiquiss'imus Aeetas, post Artabazes, a

septem Pers'i,s oriundus, inde Mithrid,ates, omn'ium longe marimus.30 Este autor da en cambio la opción inversa, al considerar que las amazonas estaban en la

Cólquide y no que la Cólquide llegaba hasta el país de las amazonas. Todo ello en un cua-dro muy confuso: Curf,.6,5,24 25: Erat (...) Hyrcani,ae fini,tima gens Amazonurn, c'ircaTh,ermodonta amnern Themi,scyrae i,ncolent'ium campos. Reginam habebant Thalestri,n,omnibus i,nter Caucasum montem et Phasin amnem imperitantem; cf.6,4,16-17 Nam-que perpetua uallis iacet usque ad mare Caspium patens, quo terrae eius uelut brachiaeacurntnt; meili,a flem, ¡nodico sinum faciunt lunae sirnilem, cum eminent corrrua, non-dum totum orbem sidere'implente. Cercetae et Mossyni et Chalgbes a laeua sunt et ab

altera parte Leucosyri et Arnazonurn campi. Sobre este pasaje véase J. E. ArxlNso¡¡: AHistorical Commentary on Q. Curtius Rufus' Historia Alexandri Magni books 5 to 7,2.

Amsterdam 1994, 185-188; E. BavNH¡,lr¡: Alexander and the Amazons, en: CQ 51.1,2001.115-126.116-7.

31 Strab. 11,2,1.32Strab. 7,4,3; ll,2,L4; 11,2,18; 12,3,13; L2,3,17; LoRoxtp.lNtnzÉ (supra n. 3) 71 y ss.

Sin embargo, autores anteriores habían incluido a Tlapezunte en la Cólquide: Xenoph.Anab. 4,8,22; D. S. 14,30,3. Sobre la significación de esta ciudad como frontera, véaseE. OlsseuspN: Elemente einer Grenzstadt-Typoiogie am Beispiel von Tlapezus, en:

E. Olsn¡,usox (Ed.): Stuttgarter Kolloquium zur historischen Geographie des Alter-tums 4, 1990 (Geographica Historica 7). Amsterdam 1994, 407-422.

33 Strab. 12.3.18.

Las Fbonteras de la CóIquide

Cólquide,3a y habla también de unos ,N4ontes Colcos' junto al país de los tibarenos,que estaba más o menos a la altura de Farnacia.3s

Esta imprecisión aparece también en un oscuro pasaje del geógrafo de Amasiareferido a los ríos de Armenia:36 ,Hay varios ríos en el país (sc. Armenia), pero losmejor conocidos son el Fasis y el Lico, que desembocan en el mar póntico (Eratósteneserróneamente escribe ,Termodonte' en lugar de,Lico')".D" aquí se pueden extraerdos interesantes conclusiones: en primer lugar, que Eratóstenes bien pudo considerarque el Termodonte tenía su nacimiento en la misma región que el Fasis.37 En segundolugar, la enmienda de Estrabón a Eratóstenes también resulta oscura, porque planteauna proximidad entre el río Lico de la Capadocia Póntica y el Fasis de la Cólquide,además de admitir el nacimiento de ambos en Armenia. Para explicar este equívoco,se ha aducido que Estrabón en realidad estaría hablando un río Fasis diferente del de

la Cólquide.38 Sin embargo, Apolonio de Rodas3e cita un río Lico en la Cólquide quehabría sido un afluente del Fasis.a0 Por tanto, podríamos considerar que en realidadeste río Lico que según Apolonio fluye por la Cólquide sería el afluente del Iris que

desembocaba en sur del Mar Negro entre el Termodonte y Ia ciudad de Amiso. Conello tendríamos pues otra constatación más de que, dentro del espacio mítico dondese situó el viaje de los Argonautas, el territorio colco se habría extendido hasta laCapadocia Póntica.

3a I,2,211 2,1,3; L2,!,1;12,3,1; véase LoRoxrp¡.NrozÉ (supra n. 3) 71 y ss. Este autor (ibíd.71 n. 88) trata de explicar la vecindad que Estrabón (2,1,3) plantea entre Amiso y laCólquide como un concepto referido a la ruta marina: ,,Diese Mitteilung kann aber auchdie Nuance enthalten, der zufolge dies für eine Wasserstral3e gehalten werden müBte."

35 Strab. ll,I4,l. Sobre 1os tibarenos: 12,3,!;72,3,18; 12,3,28; D. S. 14,30,7; Piu. Luc. 14,8;LoRoxtparurozÉ (supra n. 3) 71; cf. Xenoph. Anab- 5,5,3.

36 11.14.7.37 Strab. !1,4,7; cf. !1,2,!7; Schol. Apotl. Rhod. 2,399; D.P. 694; LoRDKrp¡.NIozÉ (supra

n. 3) 100 y ss., esp. 103-4 con n. 153.38 LoRpxtpexIozÉ (supra n. 3) 101: ,,Würde man die Mitteilungen (LL,I4,7;12,3,30) ein-

ander gegenüberstellen, kónnte man schlieBen, dalJ in LL,I4,7 nicht der kolchische FluBPhasis gemeint ist, wie dies sonst überall der Fall ist." Por supuesto, de la Armenia quetendríamos que habiar sería de la Armenia Menor.

3e 4,131-l-35.a0 Este río, según Apolonio, habría conectado además con el Araxes, estableciéndose así

una vía de comunicación fluvial entre el Caspio y el Mar Negro. Por tanto, el Fasis habríasido considerado por ciertas tradiciones como un eje de circunnavegación de la Tierra:cf. BR¡,uNo (supra n. 4) 251-2; D. PlÁcIoo: Les argonautes entre I'Orient et I'Occident,en: Sur les traces ... (supra n.4) 55-63, 59; F. PnoNTERA: Sobre la Delineación de Asiaen Ia Geografía Helenística, en: PÉRez JrnaÉrvez/Cnuz ANDREorrl (Eds.) (supra n. 1)

77-105. En este sentido, es interesante advertir que Metrodoro de Escepsis (FGH184fr.1, ap. Schol. Apoll. Rhod. 4,131), diga que el Termodonte estaba próximo al Araxes:W. Ruc¡: RE 5.2, 1934, cc. 2395-2397 (s.v. Thermodon), c. 2396. Ello podría servirpara explicar que Jenofonte confundiera el Araxes con el Fasis (Anab. 4,6,4). Este Fasishabría sido para Jenofonte el mismo río de la Cólquide (cf. Anab. 5,6,36-37), y nootro distinto: para discusión véase F. Jncoev: FGH IIB, 181,,fr.I,610-611 ad loc.Esta misma confusión aparece en D. S. 14,29,I. La ,Argonáutica Orfica' (750-751), diceigualmente que del Araxes parten el Tanais, el Fasis y el Termodonte.

10 Luis Ballesteros-Pastor / Alfonso Alvarez-Ossorio

Como afirmó M. Sonol, el río Halis no sólo era una frontera física, sino quetambién fue durante siglos una frontera psicológica que marcaba los límites de laecúmene, que separaba la barbarie y la civilización, lo que puede y no puede verse.4lDe hecho, es Ilamativo que la costa oriental del Euxino no sólo diera cabida al mitodel Vellocino de oro, sino también al mundo de las amazonas, que representaban,entre otras cosas, la inversión de los valores establecidos en el mundo griego.az Estecarácter de ,espacio límite' habría estado corroborado por la presencia de lugares re-lacionados por los griegos con el mundo de ultratumba. En un principio, el Mar Negrofue el ,Ponto', el mar por antonomasia, que representaba lo desconocido, lo distinto,la alteridad.a3 De ahí quizás provendrían cultos a divinidades del mundo subterráneoen las proximidades del Bósforo Tracio.aa De hecho, el viaje de los Argonautas fueconsiderado por algunos como una )guerra impía', al suponer una transgresión delos límites impuestos por los dioses.as También se han detectado vestigios de cul-tos relacionados con el más allá en Ia propia Cólquide: no olvidemos que \Iedea es

protegida por Hécate, y que sus poderes suponen la alteración del orden de la \atu-raIeza.46 Pero al mismo tiempo, existen trazas de la ubicación del fin de la ecúmeneen la costa meridional del Euxino: sabido es que ciertas versiones de los Trabajos de

Heracles situaron la puerta del reino de Hades en la cueva Aquerusia, en el territoriode Heraclea Póntica.a7 Diversos autores antiguos hablaron de una estatua v un culto

nt M. SoRor: Il confine del Tauro e dell'Halys e il sacrificio in Ilio, en: naoErr (Ed.):Politica e religione nel primo scontro tra Roma e I'Oriente (CISA 8). \lilano 1982,136-149. Sobre el valor de los ríos como frontera, véase además P. lI¡Rzorpp: DieFlul3grenze, en: OlSn,tuSoN (supra n. 27) 347-362; E. Gaeea: I fiumi e le acque dil redi Persia, en: RIL 125, 1991,309-311; D. BR¡.uNo: River frontiers in the Enr.ironmentalpsychology of the Roman World, en: The Roman Army in the trast. Ann Arbor 1996,

^t ¡-

" W. B. TvRRnl: Amazons. A Study in Athenian Mythmaking. Baltimore/Londres 1984,56 y ss.,61 y ss.; J.-P. VenNaNr/P. Vioal-N.r.quer: Mito y Tragedia en la GreciaAntigua. Madrid 1987, vol. I, 90; J. H. Blox: The Early Amazons. Ancient and \IodernPerspectives on a Persistent Myth. Leiden 1989, 169 y ss. Sobre ei mito del \'ellocino,véase O. PnopRzRNl: I margini della civiltá e i confini del genero epico. Giasone e

Medea nella Colchide di Valerio Flacco, en: Aufidius 5, 1988, 19-45.a3 Strab. 1,2,10. Sobre el mar como representación de la alteridad, véanse, entre otros,

C. JounoatN-AxNequrN: Héraclés aux portes du soir. Besangon 1990, 520 y ss.: Rotvrr't(supra n. L) 20 y ss., 176 y ss.; PlÁcIoo (supra n. 32) 55 63, 59 y ss.; J.rxrI (supran. L) 27 y ss.; B. D'Acos'rtNo: Oinops Pontos. Il mare come alteritá nella percezionearcaica, en: MEFRA 111, 1999, L07 II7.

nn B. PRenN: RE supl.3, 1918, cc.867-878 (s.v. Hades), c.870.a5 Vai. FIac. 4,563; Sen. Med. 335; 614-615.a6Entre otros, véase Apoll. Rhod.3,531-534; Ovid. Met. 7,L99 209; Val. Flac.8,70-79.

Sobre los cultos ai mundo subterráneo y el chamanismo de Medea, véase Lóenz MolnRo(supra n. 16) 81 y ss.; cf. E. R. Donos: T,os griegos y lo irracionai. Madrid 1980, 138

y ss.; N. M¡,rr¡,sHvIr,r: Contribution a i'Etude des croyances religieuses des colches ál'époque pré-héllenistique, en: O. LontxIp,A.NIDZÉ/P. LÉvÉQuo (Eds.): Le Pont-Euxinvu par les grecs. Symposium de Vani (Colchide) sept.-oct. 1987. París 1990,269 274.

a7 Xenoph. Anab. 6,2,2; Apoll. Rhod. 2,734 y ss.; Plin. NH 6,1,5; Nlela 1,103; Val. Flac.5,73; D. P. 780 790.

Las Fhonteras de la Cólquide

a Plutón en el territorio de Sinope.as También Apolonio de Rodas nos relata cómo losArgonautas hicieron sacrificios a Hécate en la desembocadura del Halis.ae Ademásdebemos recordar que las amazonas, tradicionalmente situadas en el Termodonte,pudieron haber tenido dentro del mundo indígena una significación relacionada conel culto a los muertos.so

Como afirmó acertadamente B¡.r,r-aBRIGA, el Euxino fue contemplado por laGrecia arcaica como una ,indistinta Escitia' en donde la ubicación de diferentes pue-blos o lugares podía tener localizaciones diversas, fruto del desconocimiento que se

tenía de este territorio.5l Ello proporcionaba sin duda un excelente caldo de cultivopara Ia construcción de imágenes de tierras fabulosas y aventuras extraordinarias.No sólo se trata de los cálibes, que aparecen tanto en el Bósforo tacio como en lavecindad del Termodonte; no sólo se trata de las amazonas, que son ubicadas tantoen Temiscira, como en Tracia, como en la Táuride;52 sino también de la Cólquide,no circunscrita únicamente al valle del Fasis. El nombre de este reino habría sidopues un término utilizado para aludir por exclusión a la zona de costa que se hallabamás allá de los límites del mundo conocido. En ese contexto es donde se explicaría Iaconfusión terminológica que frecuentemente se detecta entre ,Cólquide' y ,Escitia'.53

Podríamos decir que nos hallamos ante dos visiones de Ia realidad: Ia de los poetasy la de los geógrafos. La primera, imprecisa en la ubicación de las historias y ajenaa los progresos del conocimiento de nuevos territorios. La segunda, en principio másajustada a lo que el marino contempla con sus propios ojos, y que el geógrafo recogecon más o menos fidelidad. Esta otra visión admitiría por tanto más modificacionesconforme avanzaron Ios límites dei mundo conocido. EI espíritu de los poetas prefer-iría continuar soñando con tierras misteriosas que sirvieran de escenario a aventurasfantásticas que transmitir a sus lectores. Sin embargo, los geógrafos no pudieronimpedir que el peso de la tradición literaria dejara huella en sus obras, sobre todocuando describían territorios que no habían conocido directamente, sino a través dereferencias de otros autores.54

a8 Tac. Hist. 4,83-84; Plu. Mor. 361f; L. BellesroRos-PASToR: Los cultos de MitrídatesEupátor en Delos: una propuesta de interpretación, en: Mutaciones de lo religioso. Actasdel III Congreso de la SECR (Sevilla 1998) (en prensa).

as Apoll. Rhod. 4,244 247.50 P. Dpp¡nv¡z: Les Amazones et l'Orient. en: RA 2, 1976, 265-280.51 (supra n. 1) 239.52 Ibíd, 136.53 Independientemente de que Eetes hubiera sido de linaje escita, ciertos autores antiguos

hablan de Ia Cólquide de Escitia, o del Fasis como un río escita. Véase por ejemplo:Eumelo de Corinto fr. 2c (Esc. a Pind. Ol. 13,74); Ovid. T!. 2,191; Val. FIac. 2,595 597;

5,343; 5,516; 6,316;6,428, etc.; Ps. Plu. Fluv. 5,1,1; BRRUNI (supra n. 4) 18 n. 57.5a Sobre esta problemática, véanse entre otros O. KINTBALL ARIr,levoR: Did Herodotus

ever go to the Black Sea?, en: HSCP 82, 1978, 45 62; F. J. GovzÁtsz Powcn: EIPeriplo griego antiguo. ¿Verdadera guía de viajes o mero género literario? El ejemplode Menipo de Pérgamo, en: Habis 24, tgg}, 65 76; J. F. HtNo: Pomponius Meia onColonies in West and East, en: G. R. TssrsrHlaozn (Ed.): Ancient Greeks West andEast (Mnemosyne, suppl.196). Leiden 1999,77 84.

11