la historia de cómo el diferendo marítimo llegó a la corte de la haya

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La historia de cómo el diferendo marítimo llegó a la Corte de La Haya El proceso jurídico está a días de llegar a su fin, con el fallo final del tribunal internacional. Antes de acudir a La Haya, desde 1986, el Perú trató de iniciar negociaciones con Chile para suscribir un acuerdo de delimitación marítima. Sin embargo, la respuesta fue negativa desde Santiago. EN MEDIO DE LA HISTORIA Minutos después que el embajador de Perú en Santiago, José Antonio Meier, recibió la negativa respuesta chilena, Torre Tagle decidió emitir un comunicado en el que anunciaba que “se ha agotado la posibilidad de la búsqueda de una solución a través de negociaciones directas”. Semanas antes, el 19 de julio del 2004, el canciller Manuel Rodríguez Cuadros envió una nota diplomática al Gobierno de Chile, en base al trabajo previo que realizó con un destacado equipo de juristas. En el documento, Perú expresaba a Palacio de La Moneda la necesidad de dialogar, de manera pacífica, a fin de negociar los límites marítimos de ambos países, al referir que a la fecha no se había suscrito ningún acuerdo de delimitación marítima. De esta forma, Torre Tagle le dio un plazo de 60 días al Gobierno de Chile para que formule su respuesta y juntos puedan sentarse a negociar en Lima, Santiago o la ciudad que se crea conveniente. A solo siete días de cumplirse este plazo, el 10 de septiembre del 2004, el embajador Meier recibió una nota de la canciller chilena Soledad Alvear en el que comunicaba que su país no iba a iniciar negociaciones sobre un tema que

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La historia de cómo el diferendo marítimo llegó a la Corte de La HayaEl proceso jurídico está a días de llegar a su fin, con el fallo final del tribunalinternacional. Antes de acudir a La Haya, desde 1986, el Perú trató de iniciarnegociaciones con Chile para suscribir un acuerdo de delimitación marítima. Sinembargo, la respuesta fue negativa desde Santiago.

EN MEDIO DE LA HISTORIA

Minutos después que el embajador de Perú en Santiago, JoséAntonio Meier, recibió la negativa respuesta chilena, TorreTagle decidió emitir un comunicado en el que anunciaba que“se ha agotado la posibilidad de la búsqueda de una solucióna través de negociaciones directas”.

Semanas antes, el 19 de julio del 2004, el canciller ManuelRodríguez Cuadros envió una nota diplomática al Gobierno deChile, en base al trabajo previo que realizó con un destacadoequipo de juristas.

En el documento, Perú expresaba a Palacio de La Moneda lanecesidad de dialogar, de manera pacífica, a fin de negociarlos límites marítimos de ambos países, al referir que a lafecha no se había suscrito ningún acuerdo de delimitaciónmarítima.

De esta forma, Torre Tagle le dio un plazo de 60 días alGobierno de Chile para que formule su respuesta y juntospuedan sentarse a negociar en Lima, Santiago o la ciudad quese crea conveniente.

A solo siete días de cumplirse este plazo, el 10 deseptiembre del 2004, el embajador Meier recibió una nota dela canciller chilena Soledad Alvear en el que comunicaba quesu país no iba a iniciar negociaciones sobre un tema que

entendían que ya habían sido fijados en tratados anteriores,en referencia a los convenios pesqueros de 1952 y 1954.

La réplica peruana era más que evidente, el Gobierno deAlejandro Toledo anunció que recurrirá a “los medios desolución pacífica de controversias, previstos en el derechointernacional”, refiriéndose a la Corte Internacional deJusticia.

CONVENCIÓN DE DERECHO AL MAR DE 1982

Sin embargo, esta gestión no fue la primera en la que undiplomático peruano intentó llegar a un acuerdo con Chile, afin de establecer un tratado de delimitación marítima.

En 1982, el Perú, junto a varios países, entre ellos Chile,suscribió la declaración de la III Conferencia sobre Derechosdel Mar de 1982, en donde se reconoce la zona económicaexclusiva de las naciones hasta las 200 millas marítimas.

La delegación peruana que asistió a esta cita en Jamaicaestuvo encabezada por el embajador Max Arias-Schreiber Pezety tuvo como uno de sus integrantes a Juan Miguel Bákula,quien cuatro años después se convertiría en piezafundamental.

Uno de los artículos de este documento indica que ladelimitación marítima de los estados o países que tengancostas adyacentes o situadas frente a frente se efectuarápor acuerdo entre ellos sobre la base del derechointernacional. Argumento que sería usado por el Perú.

En contraparte, la declaración también que esta delimitaciónpuede estar sujeta a las consideraciones de los acuerdos que,previamente, los dos países hayan suscrito. Chile ratificó suposición que los acuerdos pesqueros de los ’50 son tratadoslimítrofes.

Mientras que Chile ratificó este convenio el 25 de agosto de1997 y Ecuador hizo lo propio el 22 de julio de 2012, el Perúaún no lo ha hecho.

MEMORÁNDUM BÁKULA

A raíz de este convenio, en 1985, el canciller Allan Wagnerplanteó la necesidad de que Perú y Chile iniciennegociaciones para fijar la delimitación marítima, trasconsiderar que, a la fecha, no existe un acuerdo de estetipo.

Luego de estudiar el caso, Wagner encuentra en Bákula aldiplomático perfecto para iniciar las negociaciones conChile. Además de ser, en ese momento, el embajador de Perú enSantiago, había sido integrante de la delegación peruana quela Convención sobre los Derechos del Mar de 1982.

Es así que, el 23 de mayo de 1986, Bákula Patiño fue recibidoen la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chilepor su titular, el canciller Jaime del Valle, quien creyó quese trataba de una visita diplomática de rutina.

Sin embargo, el diplomático peruano tenía la misión de dejarprecedente que el Perú quería iniciar negociaciones paraestablecer la delimitación marítima de ambos países. En unaexposición didáctica, el embajador nacional explicó losmotivos que llevan al país a fijar estos límites.

Del Valle, quien era un hombre de confianza del Gobierno deAugusto Pinochet, tras escuchar a Bákula, le pidió que dejeescrito lo dicho. Es así que el diplomático nacional noperdió tiempo y, rápidamente, escribió el documento que seríaconocido como el ‘memorándum Bákula’.

"El canciller de Chile me dijo: Eso es correcto. Ese es unproblema que tenemos que estudiar. No lo podemos dejar para

las calendas griegas. Me dijo: ¿Por qué no pasa usted unmemorando?", expresó el diplomático en una entrevista aCaretas.

Este escrito es clave porque deja sentada la posición peruanay la intención de llegar a un acuerdo para fijar los límitesmarítimos, al entender que no existe ningún tratado de estetipo. Días después, Del Valle informó, a través de un brevecomunicado, que recibió al embajador nacional y que Chilenecesitaba estudias las propuestas formuladas en la reunión.

Tras la presentación del 'memorándum Bákula', la gestión de Alberto Fujimori noprestó atención al tema. Sin embargo, a pocos días de acabar el régimenfujimorista, Chile hizo una maniobra ante las Naciones Unidas que provocó lanota de protesta del canciller De Trazegnies.

LA DESAPERCIBIDA ACTUACIÓN DE LOS 90

Pese al ‘memorándum Bákula’, los intentos del Perú de iniciarnegociaciones con Chile se vieron enfriados con la pocavoluntad del régimen de Alberto Fujimori de buscar un acuerdode delimitación marítima.

A poco del fin del gobierno fujimorista, el ServicioHidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile publicóuna carta de navegación, de nombre ‘Rada y Puerto de Arica’,en la que se apreciaba el trazo de una línea base marítima apartir del Hito N° 1, señalando a este como el límite. Dichodocumento fue enviado a las Naciones Unidas y reproducido porla División de Asuntos Oceánicos.

El 20 de octubre del 2000, la embajada de Chile en Limarecibió una nota de protesta remitida por el cancillerFernando de Trazegnies, en donde se expresaba ladisconformidad del Perú por esta carta náutica, tras señalarque no existe ningún tratado de delimitación marítima como lodaba a entender el documento chileno.

En la que es la única gestión que el régimen de Fujimorirealizó sobre la controversia, el canciller De Trazegniesmanifestó a su par chilena, Soledad Alvear, que el Gobiernode Perú, a través de Bákula, había dejado sentada su posiciónsobre la inexistencia de cualquier tipo de acuerdo limítrofemarítimo.

“El Ministerio de Relaciones Exteriores manifiesta sudesacuerdo con el trazado cartográfico de dicha línea y conla indicación que se hace en la citada Carta de Navegación,

por no existir un tratado específico para la delimitación dela frontera marítima entre los dos países”, indicó parte deesta nota de protesta.

PÉREZ DE CUELLAR EN ACCIÓN

La respuesta chilena a la nota de protesta enviada por elPerú se hizo esperar al punto que llegó el 22 de noviembredel 2000, en plena ceremonia de asunción de mando delpresidente transitorio, Valentín Paniagua Corazao.

El mandatario juramentó al ex secretario general de la ONU,Javier Pérez de Cuellar, como presidente del Consejo deMinistros y titular del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Aquel día, la canciller Alvear contestó al Perú de maneraenfática, señalando que la carta náutica ‘Rada y Puerto deArica’ ha sido elaborada en base al derecho internacional yen estricto respeto a los acuerdos suscritos con el Perú,anteriormente.

La ministra chilena refirió que los tratados pesqueros de1952 y 1954 fueron ratificados en las actas de 1968 y 1969.Sin embargo, estos acuerdos no fueron aprobados por elCongreso de la República, tal como lo exige la Constituciónque estuvo vigente en esos tiempos.

El 27 de diciembre del 2000, el Gobierno peruano respondió aPalacio de La Moneda, indicando que no comparte su posición,porque ambos países, a la fecha, no habían suscrito untratado limítrofe marítimo. Pérez de Cuellar le recordó aAlvear el ‘memorándum Bákula’, en donde Chile nunca serefirió a un acuerdo de este tipo.

Luego de dos semanas, Perú presentó al entonces secretariogeneral de las Naciones Unidas, Kofi Annan, una declaraciónen la que se aclara que no ha celebrado ni reconoce algún

tipo de acuerdo de delimitación marítima, expresando sudisconformidad al documento que Chile presentó en septiembredel 2000.

EL EPISODIO DEL 2001

En marzo del 2001, Chile instaló una caseta de vigilanciamilitar más allá del límite permitido. De inmediato, actoresde la política nacional reclamaron una intromisión del paíssureño en territorio nacional.

Sin embargo, Pérez de Cuellar tuvo una reacción alturada,tras adelantar que primero se iniciaría una investigaciónpara determinar si en realidad el puesto chileno fueadelantado por agentes de la Armada de ese país.

Una acción de este tipo rompía el acuerdo que tenían ambasnaciones de dar aviso a cualquier tipo de maniobra limítrofe,a fin de actuar de manera pacífica y en virtud al derechointernacional.

Tras días de investigación, el 10 de abril de ese año, elcanciller envió una nota de protesta al Gobierno chileno trascomprobar que la comisión técnica constató que la casetareubicada se encuentra en territorio nacional.

“El Gobierno de Perú presenta su protesta al Gobierno deChile por la instalación de la mencionada caseta, la que bajoninguna circunstancia deberá permanecer en territorioperuano, debiendo asimismo cesar toda incursión de patrullasmilitares o policiales chilenas en el área anteriormenteseñalada”, expresó el también primer ministro en eldocumento.

El presidente de Chile, Ricardo Lagos, ordenó el retiro delpuesto de vigilancia, tras señalar que él no dio a la Armadaninguna orden al respecto. En tanto, la canciller Alvear

señaló que el retiro de esta caseta no significaba elreconocimiento del límite terrestre con el Perú y solo lohacían para eliminar tensiones bilaterales.

En los acuerdos de 1968 y 1969, se acordó instalar farospara ayudar a la navegación de los pesqueros artesanales. El23 de junio del 2001, dicho faro fue dañado por el terremotoque remeció el sur del Perú y norte de Chile.

En diciembre de ese año, los escombros de este faro cayeronhacia el sur, sobrepasando la línea paralela trazada. Durantelos trabajos de recojo de estos materiales, el equipo peruanoingresó maquinarias a estas aguas.

La Cancillería de Chile presentó una nota de reclamo alentender que dicha maquinaria ingresó a su mar sinautorización. Diputados chilenos aseguraron que el retiro delos escombros del faro podía ser una excusa del Perú paracambiar los límites marítimos.

EL TRABAJO SILENCIOSO Y EFICAZ

Tras la precisa gestión de Pérez de Cuellar, el entoncespresidente Alejandro Toledo nombró como canciller de laRepública a Diego García Sayán. En tanto, ese mismo año, lahoy coordinadora del equipo de defensa ante La Haya, MarisolAgüero, publicó “Consideraciones para la delimitaciónmarítima del Perú”, libro clave para sustentar, años después,la posición del país.

En julio del 2002, Allan Wagner dejó la embajada de Perú enEstados Unidos para ser el nuevo titular de Torre Tagle.

El ingreso de Wagner Tizón al Ministerio de RelacionesExteriores fue fundamental para este proceso. Durante sugestión como canciller en el primer gobierno de Alan García,había enviado al embajador Bákula para que deje precedente la

necesidad de llegar a un acuerdo de delimitación marítima conChile.

La gestión del hoy agente del Perú en La Haya tuvo de lejosuna nota aprobatoria, no solo porque fue quien impulsó elTratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, sinoporque también logró consolidar un bloque regional andino,con acuerdos de cooperación con Bolivia y Ecuador, además depromover una alianza estratégica con el Mercosur.

Wagner logró un acuerdo de asociación con Chile, pero eso nofue todo lo que hizo. Paralelamente, a sus labores defortalecimiento de las relaciones bilaterales con el resto depaíses, en el interior de la Cancillería se analizaba, puntopor punto, el tema de los límites marítimos.

El trabajo en la Cancillería le sirvió para ser elegido, ennoviembre del 2003, como secretario general de la ComunidadAndina de Naciones, cargo que comenzó a ocupar en enero del2004.

RODRÍGUEZ CUADROS Y LA NOTA DIPLOMÁTICA

En reemplazo de Wagner, Relaciones Exteriores queda al mandode Manuel Rodríguez Cuadros, quien ingresó al cargoconsciente de la necesidad de poner en manifiesto lainexistencia de un tratado de límites marítimos con Chile yla necesidad de que se logre un acuerdo.

Sin embargo, el canciller fue paciente para continuar eltrabajo del equipo diplomático que revisaba y analizaba elcaso, así como recogiendo los antecedentes jurídicossuficientes para respaldar la posición peruana.

Agüero, junto a otros importantes diplomáticos y embajadores,colaboró con el ministro Rodríguez Cuadros para que, el 19 de

julio de 2004, se consolide uno de los actos más importantesen todo este proceso contencioso.

Torre Tagle envió al Ministerio de Relaciones Exteriores deChile una nota diplomática en la que solicitaba al paísvecino el inicio de las negociaciones bilaterales para darsolución a la controversia marítima, al dejar constancia dela inexistencia de un acuerdo de delimitación.

En solo una página y media, Rodríguez Cuadros hizo un notablerepaso de los intentos del Perú por lograr un acuerdo dedelimitación marítima con Santiago, nombrando el memorándumBákula de 1986, así como la nota de protesta del 2000 delcanciller De Trazegnies.

El canciller fue claro al indicar a Chile que el Perúdesconoce cualquier tipo de acuerdo de delimitación marítima,porque este, simplemente, no existe. Incluso, estableció unplazo de sesenta días para iniciar las negociacionesbilaterales para lograr un tratado de límites.

Rodríguez Cuadros fue ducho, en menos de mil palabras,resumió la posición del país frente a una controversia quenecesitaba una solución. Además, propuso que estas reunionesse den en Santiago, Lima o la ciudad que escojan de comúnacuerdo.

Al enviar esta nota diplomática, el canciller era conscienteque iba a ser rechazado, tal como sucedió días antes decumplirse el plazo. Sin embargo, sabía que un documento detal magnitud abría el camino para que el Perú recurra alplano jurídico internacional.

Como era predecible, la canciller Soledad Alvear no aceptónegociar, tras asegurar que Chile entendía que sí existía untratado de delimitación marítima y, además, mostró su rechazo

a la imposición de un plazo para un tema que ya estabazanjado.

Horas después de la respuesta chilena, el 12 de septiembredel 2004, anunció públicamente que el Perú había agotadocualquier posibilidad de búsqueda de una solución mediantelas negociaciones bilaterales, siendo obligado a recurrir ainstancias idóneas para resolver una controversia de taltamaño.

LAS CUERDAS SEPARADAS DE PERÚ Y CHILE

Luego de dos semanas de responder negativamente al Perú, lacanciller Soledad Alvear, la misma que también recibió lanota de protesta del 2000, renunció al cargo para lanzar suprecandidatura presidencial. Sin embargo, Michelle Bacheletlogró mayor consenso en el conglomerado al que se unió supartido, renunciando a esta aspiración en mayo del 2005.

Tras la salida de Alvear, el presidente Ricardo Lagos eligiócomo el nuevo titular del Ministerio de Relaciones Exterioresa Ignacio Walker, quien se había desempeñado como embajadorde Chile en Roma.

El 4 de noviembre del 2000, durante la XVIII Cumbre de Jefesde Estado y de Gobierno del Grupo de Río, el cancillerRodríguez Cuadros logró convencer a su homólogo chileno queambos países tenían la necesidad de continuar y preservar susrelaciones bilaterales sin que se vean afectadas por unaevidente controversia marítima.

El ministro peruano no solo llegó a un acuerdo verbal conWalker, sino también lo instó a emitir un comunicado conjuntoen el que dejen constancia que el tema de delimitaciónmarítima en el que mantienen posiciones distintas no puedeafectar el desarrollo de la relación entre ambas naciones. Aesto se le conocería como las ‘cuerdas separadas’.

Con la presentación de la nota diplomática del 2004, se hizo necesario fortalecerla posición peruana para una eventual demanda ante La Haya. En noviembre del2005, el presidente Toledo promulgó la Ley de Líneas de Base.

LAS MOVIDAS EN TORRE TAGLE

Tras el comunicado conjunto con Walker sobre las cuerdasseparadas, el canciller Manuel Rodríguez Cuadros continuótrabajando en el fortalecimiento de una eventual demandaperuana en el plano jurídico internacional, consciente que nobastaba con la nota diplomática enviada en julio del 2004.

En los primeros días de agosto de ese año, Rodríguez Cuadrosanuncia su salida del ministerio por motivos personales y, asu vez, para convertirse en el  represente permanente delPerú ante las Naciones Unidas con sede en Ginebra.

De una terna integrada por Harold Forsyth, Alberto Borea yFernando Olivera, el entonces presidente Alejandro Toledoeligió como nuevo jefe de Torre Tagle al último mencionado,lo que originó todo remezón en el gabinete.

A menos de diez minutos de la toma de juramento de ToledoManrique a Olivera, el premier Carlos Ferrero Costa renuncióal cargo, expresando su disconformidad a la designación dellíder del Frente Independiente Moralizador (FIM) como titularde una cartera tan importante como Relaciones Exteriores.

La renuncia de Ferrero Costa obligó a todos los ministros deEstado a dimitir. El 15 de agosto, Pedro Pablo Kuczynskijuró como nuevo jefe del gabinete y se designó a ÓscarMaúrtua como nuevo canciller de la República.

LA LEY DE LÍNEAS DE BASE

A pesar que en el artículo 98 de la Constitución de 1979 sedispuso que el dominio del área marítima se estableciera apartir a las medidas de las líneas de base que establece la

ley, ello no había sido legislado, es decir, no existíaninguna ley al respecto.

Es más, el artículo 54 de la Carta Magna de 1993 repetía lomismo que lo dicho en el de 1979. Sin embargo, tampoco habíasido legislado, lo cual denotaba la urgencia de un proyectoque disponga ello.

Superado los inconvenientes en el Ministerio de RelacionesExteriores, el 23 de octubre, Perú da un paso enorme en elproceso de preparación de la demanda del Perú ante la CorteInternacional de Justicia.

Aquel día, el canciller Maúrtua de Romaña sustentó ante laComisión de Relaciones Exteriores el proyecto de la Ley deLíneas de Base. Rápidamente, la iniciativa del PoderEjecutivo, fue aprobada por el grupo de trabajoparlamentario, a fin que llegue cuanto antes al Pleno delCongreso.

En el proyecto, el Perú fijaba las proyecciones de sus 200millas marítimas, así como los límites de las mismas.Conformo a las indicaciones dadas por la Convención del Mar,y en base al derecho internacional, se utilizó una bisectrizpara fijar la delimitación marítima con Chile, país que novio con agrado la iniciativa del Ejecutivo.

Al conocer esta norma, Chile envió una nota de protesta quefue bien respondida por el ministro peruano, quien sostuvoque este proyecto constituye un acto soberano del Perú que noadmite injerencia alguna por parte de terceros Estados.

En un hecho histórico, el 3 de noviembre del 2005, el Plenode la República aprobó el proyecto de ley, con 98 votos afavor y ninguno en contra. Esa misma tarde, el presidenteToledo promulgó la ley, la cual se oficializó al díasiguiente con la publicación en Normas Legales de El Peruano.

LA CRISIS DIPLOMÁTICA DEL 2005

Antes que la ley se oficialice, Palacio de La Moneda actuó.El canciller Ignacio Walker envió una nota de protesta alGobierno Peruano indica que el proyecto y las determinacionescarecen de todo efecto jurídico para su país y la comunidadinternacional.

Por si fuera poco, durante la IV Cumbre de las Américas, elpresidente Ricardo Lagos ordenó cancelar, “por asuntos depolítica interna”, las reuniones con el Perú para firmar losAcuerdos de Complementación Económica, paso previo a lasuscripción del Tratado de Libre Comercio (TLC). Días antes,suspendió la reunión de las Fuerzas Armadas de Chile con suspares peruanos en Lima.

Lagos aprovechó su reunión con el mandatario de EstadosUnidos, George W. Bush, para expresarle su disconformidad conlas acciones legislativas peruanas, al argumentar que todoforma parte de una maniobra de Toledo Manrique paraincrementar el respaldo de la población a su gestión.

En un gesto de unidad nacional, los entonces candidatospresidenciales respaldaron cualquier acción que vaya a tomarMaúrtua en respuesta a las acusaciones chilenas. El cancillercalificó de inaceptables las protestas provenientes deSantiago.

Palacio de La Moneda continuó moviéndose a fin de lograr elrespaldo de otros países de la región. El ministro de laSecretaría General del Gobierno, Osvaldo Puccio, acudió aBrasil, Argentina y Colombia, por orden de Lagos, paraadvertir de una presunta intención peruana de desconocer loslímites con Chile.

A fin de dar una muestra de apoyo de otros estados, Lagosviajó a Quito para convencer al presidente de Ecuador,

Alfredo Palacio, que existía la necesidad de ratificar losacuerdos pesqueros de 1952 y 1954 para impedir un eventualintento del Perú de modificar los límites marítimos con elpaís norteño.

Una semana antes, el canciller Walker permaneció en Ecuadorhasta dos días, en los que tuvo encuentros formales con suhomólogo ecuatoriano, Francisco Carrión, en donde trataronasuntos limítrofes marítimos. La intención estaba clara.

Es así que, el 2 de diciembre del 2004, los presidentesPalacio y Lagos ratificaron los acuerdos de 1952 y 1954,causando una molestia en el Gobierno peruano.

Para muchos, Alan García no tuvo intención de presentar la demanda a la Cortede La Haya, hasta que el Congreso Nacional de Chile aprobó un proyecto de ley enel que creaba la región Arica y Parinacota, con un polémico límite al noroeste,frontera con Perú.

LOS LÍMITES DE LA NUEVA REGIÓN ARICA Y PARINACOTA

La primera parte del 2006, el Perú afrontó una etapaelectoral en la que Alan García resultó elegido presidente dela República, sucediendo en el cargo a Alejandro Toledo quese fue de Palacio de Gobierno con una baja aprobación perocon una encaminada eventual demanda por el diferendo marítimocon Chile.

Tras ser electo mandatario, García Pérez comenzó a gestionaruna serie de visitas a los presidentes de los países de laregión, entre ellos a Michelle Bachelet, quien llegó aPalacio de La Moneda, en marzo de este año.

Según informó el diario La Tercera de Chile, el entonceselecto presidente peruano pactó una entrevista con lamandataria chilena para asegurarle que la controversiamarítima pasaría a segundo plano durante su gobierno.“Michelle, ten la certeza de que el tema no saldrá de lagaveta del escritorio”, le dijo.

El flamante jefe de Estado designó como nuevo ministro deRelaciones Exteriores a José Antonio García Belaúnde, quientuvo la particularidad de quedarse en el cargo los cinco añosque duró la segunda gestión aprista.

A diferencia de la postura de Rodríguez Cuadros o el propioMaúrtua de Romaña, el nuevo canciller optó por una posiciónmás conciliadora con Chile, llevando el tema a un acuerdopacífico con zonas mixtas de pescas, sin necesidad de ir a laCorte de La Haya.

Por su parte, el canciller chileno Alejandro Foxley, quien seconvirtió en hombre de confianza de Bachelet durante lacampaña presidencial, no veía con buenos ojos la forma en quesu homólogo peruano llevaba el tema, siempre al final de lasreuniones le tocaba asunto, sin dejar constancia escrita delo dicho.

EL PROYECTO QUE PISÓ EL ACELERADOR

Mientras que en Perú se celebran los comicios generales, enChile, se discutía y aprobaba un proyecto de ley,  elaboradopor la Dirección de Fronteras y Límites de la Cancillería,para crear la región de Arica y Parinacota, que antes estabacomprendida dentro de la región Tarapacá, promesa electoraldel presidente Ricardo Lagos.

En efecto, el proyecto de ley ingresó al Congreso de Chile endiciembre del 2005. Sin embargo, recién fue aprobado en laCámara de Diputados en abril del 2006. Siguiendo elprotocolo, el dictamen ingresó al Senado y fue aprobado, conalgunas modificaciones, el 6 de diciembre del 2006.

Entre los cambios dispuestos por el Senado uno llamó laatención del Gobierno peruano. El proyecto fijaba como límitede la nueva región Arica y Parinacota por el noroeste ‘elparalelo del Hito Nº 1 en el mar chileno’. Es decir,desconocía los 264.5 metros que separan el primer hito con elocéano y que corresponde a territorio peruano.

Aún así, el Congreso Nacional aprobó el proyecto, en tercertrámite constitucional, el 19 de diciembre de ese año, lo queocasionó toda una controversia en el Perú, con una serie demarchas y movilizaciones no solo en la ciudad capital, sinotambién en provincias.

El 10 de enero,  García Belaúnde envió una nota de protestaal embajador de Chile en Lima, Christian Barros, a quien

expresó su molestia por la aprobación del mencionado proyectode ley, al entender que el área territorial en cuestión esperuana.

Torre Tagle comunicó a Foxley que el territorio por el quepasa la línea entre el Hito N° 1 y la orilla del mar, en elPunto de la Concordia, es zona exclusiva peruana. “Elgobierno de Perú expresa su firme protesta y formula sureserva a las disposiciones contenidas en el proyecto deley”, indicó la nota.

Asimismo, el canciller dejó constancia a su homólogo chilenoque, en caso el texto no se modifique y sea promulgado comoesta, la norma carecerá de efecto jurídico para el Perú.

El 23 de enero de ese año, el proyecto fue remitido alTribunal Constitucional que, luego de tres días, lo aprobó,pero indicó que uno de sus artículos era inconstitucional“por cuanto su contenido no tiene relación directa con lasideas matrices o fundamentales del proyecto original delEjecutivo”, en referencia  a los límites que habían sidomodificados.

LA HORA DE IR A LA HAYA

Pese a esta nota de protesta y los intentos de Chile porapaciguar el tema, el presidente Alan García era conscientedel malestar que ocasionó en el Perú el proyecto de ley.Sabía que tarde o temprano debía recurrir al plano jurídicointernacional.

Incluso, el mandatario recibió la visita de un senadorchileno, enviado por Bachelet, para que le dé a conocer, enuna reunión informal, la disposición de su país de dar marchaatrás con el cuestionado proyecto de creación de la regiónArica y Parinacota, con la condición que el Perú no recurra ala Corte Internacional de Justicia.

Sin embargo, la posición peruana ya estaba tomada, GarcíaPérez  mandó a llamar a Palacio de Gobierno a GarcíaBelaúnde. En un encuentro, en donde analizaron los pros ycontras, el jefe de Estado le comunicó que lo mejor esrecurrir al máximo órgano judicial de las Naciones Unidas.

“Puedo controlar una, dos marchas, pero a la larga esto va aser un problema permanente. Esto nos está jorobando mucho. Nopodemos estar eternamente con el tema de Chile. Esto no dapara más. Vamos a La Haya”, fue lo que dijo el presidente,según ‘La Hora de los Halcones’, libro del periodista chilenoPhillip Durán.

En marzo de ese año, García Belaúnde viajó a Francia parahablar con el jurista Alain Pellet. De esta forma, el equipojurídico del Perú se comenzaba a armar para una previstademanda ante la Corte Internacional de Justicia.

“Demándanos, pues”, fue la respuesta de Foxley a GarcíaBelaúnde, quien segundos antes, en un alto a la AsambleaGeneral de la OEA en Panamá, en junio del 2007,  le comunicóque el Gobierno peruano había decidido recurrir al tribunalinternacional para dar solución a la controversia marítima.

La noche del 18 de junio de ese año, el presidente AlanGarcía confirmó a los medios de comunicación que el Gobiernoirá a la Corte de La Haya para resolver el diferendo dedelimitación marítima con el país sureño.

Cuatros días antes, en un receso de la XVII Cumbre de laComunidad Andina de Naciones, que se realizó en Tarija,Bolivia, el líder aprista le dio a conocer a la mismapresidenta Bachelet que el Perú sí apelará a que estacontroversia sea resuelta en el plano jurídico internacional.

“Vamos a ir a La Haya, no sé qué va a salir de todo esto,pero es mejor tener las cosas allí y no cómo están ahora”,

fueron las palabras de García sobre un proceso que el lunes27 de enero del 2014 terminó.