la circulación monetaria en el reinado de alfonso iii a través de las fuentes documentales

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ASTURIENSIS REGNI TERRITORIUM DOCUMENTOS Y ESTUDIOS SOBRE EL PERÍODO TARDORROMANO Y MEDIEVAL EN EL NOROESTE HISPANO 5 VOLUMEN 2 MC ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE ALFONSO 111 Y DE LA TRIPARTICIÓN DEL TERRITORIO Y TOMO 11 a ALFONSO GARCÍA LEAL - RAMÓN GUTIÉRREZ GONZÁLEZ CLARA ELENA PRIETO EN~RIALGO (editores) Oviedo 20 1 1

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ASTURIENSIS REGNI TERRITORIUM

DOCUMENTOS Y ESTUDIOS SOBRE EL PERÍODO TARDORROMANO Y MEDIEVAL EN EL NOROESTE HISPANO

5 VOLUMEN 2

MC ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE ALFONSO 111 Y DE LA TRIPARTICIÓN DEL TERRITORIO

Y

TOMO 11

a ALFONSO GARCÍA LEAL - RAMÓN GUTIÉRREZ GONZÁLEZ

CLARA ELENA PRIETO EN~RIALGO (editores)

Oviedo 20 1 1

¿a circulación monetaria en el reinado de Alfonso 111 a través deJas fuentes

documentales (*)

Son muchos los interrogantes que plantea el tema que presentamos en

este congreso: la circulación monetaria en el Reino asturiano durante el

reinado de Alfonso 111. Dudas que, una vez realizada nuestra

investigación, n o rodas se han podido resolver y que, evidentemente, se

extienden no sólo al periodo de reinado de Alfonso I I I sino también al de

SUS antecesores y a SUS sucesores.

Con anterioridad no han sido pocos los autores que han tratado el

tema, todos desde la perspectiva del análisis de la documentación escrita;

füente documental necesaria, fundamental e imprescindible para la

reconstrucción de este periodo histórico pero no la única. Otras fuentes

documentales, de igual valor, son las monedas en sí y los datos extraídos

de las excavaciones arqueológicas; y ahí radica la novedad de nuestra

propucsta. U n análisis conjunto no sólo de la documentación escrita de la

:I '.. i, Alberto Canto García v Fátima Martín Escudero han desarrollado este P trabajo dentro del preyecto Marenales de MadiBat al-Zahra: producción y

circulación de bienes 'en- al-Andalus en época califa1 Referencia: HAR2009- la011 (subprograma HIST). -y

, A. Carcia Leal - R. Gutiérrez González - C.E. Prieto Entrialgo (eds.), MCaniversario de /a muerre de A / ~ I ( S O Ill y de /a mpamción del cerricono delReino de Asmn'as. Oviedo 2010,

tomo 11, pp. 157-205 - Asmriensisregni rerriroriurn, vol. 2. 4 . r ' ~

158 Fátima Martín Escudero -Julio Mínguez Martínez - Alberto J. Canto García

época, sino también, y fundamentalmente, de los sistemas monetarios

previos y de los vigentes; de la circulación monetaria a través de los

hallazgos aparecidos y de las piezas monetarias localizadas en contexto arqueológico, y de la comparativa con los territorios circundantes.

Clásicos son los estudios de Sánchez-Albornoz o García de Valdcavcllano (Sánchez-Albornoz 1961 ; Carcía de Valdcavellano 1961)

que se basan en el sólido estudio de la documentación escrita, siendo aún I

obras de referencia y de obligada consulta. Publicaciones posterioies se apoyan claramente en ellos (Francisco Olmos 2005; Fuentes Ganzo 2002).

Una de las peculiaridades de la historia medieval española es el distinto camino que, en términos numismáticos, sigue la Hispania post-visigoda

frente a los modelos utilizados en el resto de Europa occidental. De manera tradicional se ha venido manteniendo en la bibliografía

española la creencia de que la circulación monetaria, en Askrias y León

en época alto-medieval, estaba compuesta en su mayor parte _por el remanente de moneda sueva y visigoda (Vives y Escudero 1903; Reinhart

1942 y 1952; Sánchez Albornoz 1961; García de Valdeavellano 1961; Francisco Olmos 2005). En ella, y con pequeñas diferencias, al amparo de

la documentación textual coinciden en la desaparición del sistema monetario visigodo tras la invasión islámica de Hispania y la

implantación del sistema omeya de moneda como una de las causas de esta carencia de un sistema monetario propio (Francisco Olmos 2005: 69-75, con una relación de p.das las obras citadas). Las abundantes menciones de compras y precios llevan a plantear af.maciones tan tajantes cómo ". . . yue en m c i a circuló oro suevo y visigodo hasta el siglo X e incluso comienzos del X/. . . " matizada por un " . . . o a l menos se siguió utilizando tomo moneda de cuenta ..." (Francisco Olmos 2005: 71,' - nota 10).

Este planteamiento choca con diferentes realidades tanto peninsul?res como del resto de Europa que merecen algún comentario: por un lado B

r

La circulación monetaria en el reinado de Alfonso 111 159

testimonio de los hallazgos de moneda, por otro, con ciertos aspectos del

desarrollo de las emisiones monetarias suevas y visigodas y finalmente con

la evoluc+ión de las diferentes manifestaciones monetarias europeas. . . 4 La disolución del sistema romano bajo-imperial, tanto en el factor

impositivo como en el de la distribución de moneda, produjo una

paulatina "desmonetización" de los territorios de Europa occidental. En

un espacio de tiempo breve y diferente según lo pueblos, se produjo una

evolución hacia nuevas situaciones casi todas ellas articuladas en torno a la

imitación de modelos bajo imperiales y bizantinos, la fase de "imitación"

que acertadamente definió Gricrson. Si en el norte de Europa se desarrolla

una evolución hacia la imitación del solidus y del tercio de solid~~s, inicialmente, será la búsqueda de una nueva moneda de plata más

adecuada a la nueva situación y a las transacciones locales, más pequeñas,

para las que la moneda de oro no resulta adecuada, las que supongan el

paso definitivo al patrón plata.

Entre el 580 y el 670 no menos de 1200 ¿cecas? operan en las Galias,

abasteciendo con número no muy alto de monedas a un territorio que los

romanos inundaron de moneda con sólo dos o tres talleres en

funcionamiento. Su distribución geográfica es errática, zonas muy ricas

(la Provenza, por ejemplo) tienen pocas cecas y lo mismo ocurre en el

Saone y Rhone; serán los núcleos del estado franco (París, Orleans, Tours,

Poitiers, etc.) los que tengan más talleres, quizás articulados en redes

dependientes de algún taller principal. A mediados del VI1 Britania

empieza una emisión propia, limitada>ho será hasta fines del siglo

: P cuando masivas series de plata, las sceattas hagan su acto de presencia.

i Hacia el siglo VIII, rnk en concreto, entre el 670 y el 750 este proceso es ' iPparable y, al socaireddel mundo carolingio, el denario de plata es una

II Y

1 ! realidad, batido en múltiples,cecas y habiendo desplazado a las diferentes :1 '! ,L .

sóluciones anteriores; esta nueva moneda se ajusta a las necesidades y los , niveles de 'intercambio y actividades razonables con su libra de plata

160 Fátima Martín Escudero -Julio Mínguez Martínez - Alberto J. Canto CBrcía

dividida en 20 partes iguales (sueldos) y cada uno de estos en 12 dineros con dos óbolos en cada uno de ellos.

Caso aparte es el de Hispania, sujeta a los mismo cambios que el resto

de Europa occidental y que, en su comienzo, sigue las mismas líneas, la

imitación de la moneda oro romana por los visigodos, por más que los suevos emitieran series de sihuas de plata, al igual que vecinos europeos.

Sin embargo el reino de León, al igual que el astur leonés, no omitió l

moneda de ninguna clase ni siquiera semejante a las series de la Marca Hispánica carolingia. Desde un punto de vista arqueológico la ausencia

de testimonio es abrumadora y por más que un argumento ex silentio no sea decisivo, la verdad es que el diferente comportamiento entre unas zonas y otras es muy significativo. '

El colapso "financiero" y fiscal, en términos monetarios, sugiere que todos los procesos se volvieron a niveles de intercambio y trueque en

forma de bienes de consumo, herramientas, cabezas de ganadb y füerza de trabajo y así debieron quedar establecidos durante cerca de tres, siglos.

Resulta fácil hablar de un predominio omeya, en términos de moneda, de un balanza de pagos descompensada pero no es menos cierto que, a pesar

de ese fuerte desequilibrio, el predominio de 12 moneda omeya y sus

emisiones masivas es algo que ocu'rre a fines del siglo VIII y comienzos del IX bajo el reinado de Abd al-Rahman II.

Por definición es bajo el reino visigodo cuando se puede apreciar, por

última vez, algo parecido a una estructura de producción y distribución

de moneda en esta zona a u p u e sujeta a indudables conjeturas.? La implantación del estado visigodo define peculiaridades del modelo hispano:

Por un lado la perpetuación de la emisión del triente visigado, ' . . moneda que, salvo. la explicación fiscal, queda muy alejada de cualquie uso de la misma en un proceso de intercambios locales. Su lenta evolución y paulatina degradación en su calidad sugieren que el modelo del sistema monetario visigodo se adentraba en una crisis *que demandaba

r

La circulación monetaria en el reinado de Alfonso 111 161

búsqueda de nuevas soluciones. Por no mencionar la hipotética serie de

bronce atribuida a los visigodos y que en la actualidad se considera de

influencia bizstina. Su complemento natural era el remanente de bronce

%bajo imperial romano que seguía en circulación y lo hará hasta época

islámica en algunos casos atestiguados. N o es menos la sorpresa cuando un número de cecas visigodas muy numeroso está situado en la banda

que va desde Galicia y el sur del Miño hasta el valle del Ebro, en su parte

alta. Es muy posible que, al igual que en los más de 1200 talleres francos

identificados por topónimos y monetarii estos representen no lugares de acuñación sino zonas de procedencia del impuesto, una forma de registro

fiscal. La enorme diferencia de volúmenes de acuñación entre unos

talleres y otros refuerza esta propuesta y explicaría algunas de las

coincidencias estilísticas tan nítidas entre monedas de diferente topónimo de una misma provincia, o incluso cercanas geográficamente.

~ ~

Frente a la estructuración de una red de talleres vinculada con una trama urbana bien articulada (Quiroga y Lovelle 1999) se podrían

argumentar ciertas inconsistencias del sistema visigodo. Es evidente que el

número de talleres en activo (entre 15 y 20 cecas abiertas) en la Gllaecia alcanza su periodo de máximo desarrollo entre Recaredo I y Suinthila

(586-631) para sufrir un descenso imparable muy acentuado desde el

reinado de Chindasvinto (642-653). Desde este monarca sólo se constatan dos talleres con Recesvinto, uno con Wamba, dos con Égica,

cuatro con Égica y Witiza y dos con Witiza. Además el número de las emisiones identificadas para cada.taller eshmitadísimo (Figs. 1 y 2).

,Y A pesar de la identificación de hallazgos de moneda en la zona, es evidente que la constr'icción de la producción y circulación de ésta es un hecho tlaro desde mediados del sig VII, incrementado con el paso del tiempo (Barra] i Altet 1976;> Quiroga y Loveiie 1999; Santos Yanguas y Vera García 1999).

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*

162 Fátima Martín Escudero -Julio Mínguez Martínez - Alberto J. Canto García

1 I Fig. 1: Ntínicro de callcres operativos por reinados en época visicoda

- OCcsas . -

:# II il N" Eixisioncs

Fig. 2: Relación entre talleres y número de emisiones asignadas a cada monarca

Una vez desaparecido el estado visigodo como una entidad política, lo

más llamativo en Hispania es la ausencia de una moneda local; emitida por los diferentes poderes y que sirviera para mantener activa una mínima

La circulación monetaria en el reinado de Alfonso 111 163

economía monetaria, de forma semejante a lo hecho en otras zonas de

Europa, y que fuera una alternativa al "monopolio" del dírham omeya. ¿Por qué ,esta ausencia? Los testimonios arqueológicos parecen . -

.demostrar la desaparición casi total de circulación del triente en fecha

posterior a la caída del reino, entre los siglos VIII-IX, sólo algunos rarísimos ejemplares se han encontrado, ninguno en la zona que nos

interesa, luego esta masa monetaria había desaparecido de la circulación,

salido de las fronteras o transformado en otra forma de riqueza móvil o inmóvil en iin plazo de tiempo muy breve. Sin embargo los estados allende los Pirineos habían creado sistemas monetarios más flexibles y, en

ocasiones, capaces de responder a situaciones muy incómodas como el Danegeld normando, impuesto en sucesivas ocasiones a los francos, por ejemplo.

Centrándonos en el Reino de Asturias, las fuentes escritas reflejan esta compleja realidad monetaria existente en época de Alfonso 111. Para su estudio se han tomado únicamente las referencias monetarias presentes en

documentos originales o considerados auténticos por la comunidad científica. El número total de referencias encontradas ha sido de 85, de las cuales se han desestimado 23 por estar presentes en documentos de

dudosa autenticidad o falsos. Los 62 términos que hacen referencia a monedas o pagos encontrados en documentos dados por auténticos evidencian la falta de un patrón estable, y nos muestran una gran

variedad en el uso de los mismos y una preponderancia del trueque como \

medio de pago en las compraventas. Estas'referencias se superponen en el espacio y en el tiemjo, no pudiendo establecerse, excepto en contadas ocasiones, el uso excl'u.sivo de una moneda de cuenta en un periodo o zpna determinados. Como ejempls de esta variedad, baste citar el texto de abril de 868 del Monasterip de ~izbana:

Prout conuenimus accepi ego Petnjs in quantum ua/uit mea porcio in ipsa - uinea, carhe, uino et ceuaria in tremise; et ego Leudesinda dedi uobis ~psa ' - mea por~one in ipsa uinea preciara in tremise; et uos mihi dedsris

164 Fátima Martín Escudero -Julio Mínguez Mamnez - Alberto J. Canto García

preciurn carnariurn er ceuariurn in rerrnise (sic); er ego Egeredus sic

uendo uobis rnea porcione in ~psa uinea, preciara in quaror rnodio, sed uos

rnihi dedsris in preciurn anurnaliurn in cuaror modos, quodrnihi er vobis

bene er de $so precio placuir, apud uos non rernansit.

En estas escasas líneas encontramos tres de las características que defi nirán los usos monetarios de la época: la mención a denominaciones monetarias

de épocas anteriores, la utilización de medidas agrícolas como forma de

valoración de bienes, y el uso del tnieque. Estas tres características, j h t o

al empleo de medidas de peso en metal, configurarán el panorama

monetario que nos describen las fuentes escritas. Estas 62 referencias monetarias provienen de documentación escrita o

datada entre los años 866 y 910. La consulta de estos diplomas se ha

realizado acudiendo a las transcripciones realizadas por diferentes autores, partiendo como base de la obra de Antonio Floriano (Floriano 1951). Los textos recogidos por Floriano se han comparado y aumentad& con otros

procedentes de colecciones diplomáticas posteriores. Entre .estas

encontramos colecciones documentales de archivos concretos, como los

de las catedrales de León, Astorga u Oviedo, o aquellas que recogen documentación actualmente dispersa referente a dn lugar determinado,

como las colecciones diplomáticai de los monasterios de Sahagún,

Celanova o San Martiño de Pinario. Tan solo unos 50 de estos documentos son originales. De entre el resto destacan las copias

procedentes de cartularios, como el Tumbo de Sobrado 1, el Tumbo Negro de Astorga, o la Regla Solorada de Oviedo, por poner algunos ejemplos. Hay que tener en cuenta que no todos los. documentos estudiados contienen referencias monetarias. Un buen ejemplo de ello es - la documentación de la Catedral de León estudiada por Emilio Sáez (Sáez . 1987), en la que de. los 22 diplomas fechados entre 866 y 910, sólo 12 -. contienen términos válidos. Consideramos de gran importancia la inclusión del trueque: la inexistencia de una moneda tangible y la

dispersión & y el autoabastecimiento de la población conllevaron una r

La circulación monetaria en el reinado de Alfonso 111 165

economía de supervivencia, haciéndose necesario el uso de productos de

variada índole como método de pago.

Entre las pctividades en las que encontramos denominaciones

kionetariai, será en las compraventas donde mayor número de ellas

hallaremos, 31, si bien éstas pueden hacer mención a diversas cuestiones:

valoración de bienes, establecimiento de precios, o trueque. Junto a las

compraventas, las multas civiles que se imponían en caso de

incumplimiento del contrato, recogidas en las corroboratio de los

documentos, serán otra de las actividades que más referencias aporte al

estudio: 26. Aparecen también términos en tres donaciones, una dote y

un beneficio por arrendamiento. En la tabla 1 podemos ver las actividades

presentes en los documentos y el número de referencias monetarias

extraídas de cada tipo.

La distribución geográfica de las denominaciones de moneda es

bastante amplia, abarcando todo el territorio del Reino de Asturias y

destacando su aparición en los núcleos de mayor actividad económica,

principalmente por la presencia de nobles, iglesias y monasterios. Sin

embargo no hay que perder de vista el hecho de que en ocasiones la

aparición de más o menos referencias se deba a la perdurabilidad de las

fuentes que nos han llegado. Para una visión de la distribución geográfica

de las fuentes escritas consultadas véanse la figura 3 y el Anexo 1. En cuanto a la terminología encontrada en las fuentes escritas, ésta

puede subdividirse en: . 1) Uso de denominaciones monetarias ublizadas en épocas anteriores,

como el tremise (triente), el soíidus (sueldo o sólido) y el soíidus galíicense.

-2) utilización de medidas agrícolas de peso y superficie expresando

valor. En este sentido aparece el modo y sus divisores, todos ellos

referidos a cereal, y el metro (miedro).

3) Uso del trueque como forma de llevar a cabo actividades ' 9 r económicas.

; I

1 t

+

166 Fátima Martín Escudero -Julio Mínguez Martínez - Alberto J. Canto Carcía

4) Uso de medidas de peso en metal, como la libra y el talento de oro

y el argenzo (arienzo) de plata.

Tabla 1: Actividades con referencias monetarias

Térmi#os monetarios

N o son muchas las referencias que nos hablen directamente de

términos monetarios. Tan sólo 14 relaciones con diferentes expresiones, lo

que sugiere la escasa monetización de la sociedad durante el reinado de

Alfonso 111. Al sohdus (sueldo) se alude en 12 ocasiones con diferentes acepciones.

Así nos aparece solidus de argenreos o de argentos ( S u$ l d o d e p l a t a )

La circulación monetaria en el reinado de Alfonso 111 167

en dos ocasiones: en un documento de León de marzo de 894 (EL accepi c p Donnaderls pretirlnl de i.fti. Menicio in grlantrlnl michi bene conplacui~, id wt, IIIIor solidos de argenteos, et de +so pretio apud te kichil remansir) y en otro del Monasterio de Berganza de febrero de 909 (Uendinirls +sas terras tibi [...] in precio, c~lantrlnl nobis h i t benplacitrlm XXVsoIidos de agento), ainbos referidos al precio a pagar

en una venta. La acepción solid~ls ( S LI e l d O ) la encontramos en diez

documentos. Aparece como precio a pagar en una compraventa en dos documentos de la Catedral de León, uno de mayo de 897 (Etpreendmr»- de te in comoderato et aderato pretio, grrantrlm nobis uene conplac~lit, solidos V ) y otro de agosto de 900 (Et accepimrls de uobis precirlm L sol ido.^); aparece también como medida de valoración en una dote del monasterio de Sobrado de abril de 887 (Donamus atqrle concedimus dllcednc trle in doris [. . .] In ornamento uel uestirnento, solidos CCCC); como expresión de la cantidad a pagar en la multa civil lo encontramos en documento de Lugo de agosto de 900 (Etpro irrrptione testamenti solidos D exohlar); y como beneficio derivado de una actividad económica aparece en un documento, cuya autenticidad es dudosa, de

Oviedo de abril de 906 (Concedimr~s intra civitatem Zamoram balnea que contnlximos ibi, grle acquirrrnt per unr~mquemqr~e messam XXri solidos ad oprls lrlminrls Ouerensis ecclesie). Otra de las acepciones que encontramos del término solidus es como SOMIS ga/licensis ( S u e l d o S

g a l i c a n o S ) . Aparece esta denominación en dos documentos, ambos . referidos a la valoración de bienes.en una venta: uno del Monasterio de

: c- , ., Celanova de diciembr: de 905 (Et accepim~is de te pretirlm quod nobis

bene complac~~it xxv solidos galhcenses in pannos uel argento et

i boues), y otro de Braga-del año 900,.cn el que encontramos además una ' mezcla de terminologías y une equiparación del sueldo galicano con el

i

i sueldo:

168 Fátima Martín Escudero -Julio Mínguez Martínez - Alberto J. Canto García

. . .et accepi de uobis precio id est cauallo dosno de ////or solidos

gallicanos et //os solidos de alio precio, sub uno V/es solidos gallicanos

que uos mihi dedistis et ego accepi et de precio apud uos nihil remansit.

De la identificación de los sueldos galicanos con los sueldos suevos de oro

acuñados en la Gllaecia que defiende Sánchez Albornoz (Sánchez-

Albornoz 1961) se hablará más adelante. Otra denominación monetaria aparecida en la documentación 4crita

es el rremisse o rremise ( t r i e n t e ) . Lo hace en dos documintos:

valorando los bienes en la triple compraventa del Monasterio de Liébana de abril de 868, ya referida, y como precio a pagar en documento de la

catedral de León de enero de 876 (Er dedmus uouis in precio boue nlgrrl e[ [remis de relico precio), ambos fechados cerca del ascenso al trono de

Alfonso 111 y no apareciendo con posterioridad.

Medidas de peso y superf;ce \,

Es frecuente encontrar el uso de medidas agrícolas como expresión de

valor. Así ocurre con el m o d i o de cebada y sus divisores, semodio, seccemodio o secemodio (medio modio) y guarra o quarrarios (cuartos de modio). Según García de Valdeavellano, un modio de trigo en el Reino

de Asturias en el siglo X equivalía a un sueldo de plata y, a su vez, a una

oveja (Gsrcía de Valdeavellano 1961). El modio comenzó siendo una

medida de capacidad que, por extensión, se convirtió en medida de superficie para significar la cantidad de terreno precisa para sembrar;un rnodio de grano (Floriano 1949f1

La valoración de los bienes en modios fue una práctica habitual.

Varios son los documentos que lo reflejan durante todo el reinado .de Alfonso I I I , algunas señalando de forma explícita que se trata de modios *

de cebada, entendida ésta como cualquier cereal panificable, y otros

dándolo por sobrentendido. Es de reseñar, sin embargo, la falta de

referencias al modio en la zona de Gllaecia, sea por falta de fuentes o ;or

La circulación monetaria en el reinado de Alfonso 111 169

no estar extendido su uso en la zona. En ocasiones el modio es utilizado como valoración de los bienes de una compraventa. Así lo encontramos

en documentop del Monasterio de Liébana de abril de 868 (Et ego ggered~rs sic uendo uobis mea porcione in ipsa uinea, preciara in qrrator modo, sed uos mihi dedstis in precium anumalium in cuator modos) y 884 (Uinderemus rrobi.5 [. . .] tcrram nacabilem super illum lacatare meus, que hit adpreciata in seccemodo, et uos dedstis nos cabronem in seccemodo) o en el de la Catedral de León de mayo de 908 (Lloco predicro Agro rrodundo, @sa terra afpretiata in duos modo er duas guarras. Et dedsti micipro id in pretio sicera et zeuuaria). En otros casos el modio de cebada es parte de la transacción, como uno de los bienes a

pagar, dentro de un trueque más amplio. Con este sentido aparece en documentos del Monasterio de San Vicente de Oviedo de enero de 887

(Et accepi ad te pretium pro ipsam meam portionem, id est, bouem, uacca, equa, znrahanem, atorra linea, linteos lineos duos, oues duas, ci~raria modos II et osaspar quod mihi bene placuir) o del Monasterio de

Sahagún de mayo de 904 (Et vos dedstis nobis pretio cibaria I/ modos et semodo) y agosto de 905 (Et dedstis nobis in precio Qos quarterios de cibaria et Qos carneiros [. . .] et accepimus de uos in precio boue et iiyor modos de cibaria), por poner algunos ejemplos.

Dejamos para el final el documento de la catedral de León de septiembre de 904, ya que, además de la valoración de unas telas en 3

n modios, encontramos el uso de una nueva medida de capacidad, el metro \

(m i e d r o , que, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua,

f es una medida de vinoen León correspondiente a 12 cántaros), referido a un "miedro de sidra" como parte de los bienes a entregar en la venta.

'Er uok desris nobis pe;io, mici Siseimndo, lenrio h e o in modio IIJ er

metro de sicera ergaualh in hgario usyue ar castro de Froila.

170 Fátima Martín Escudero -Julio Mínguez Martínez - Alberto J. Canto García

La economía en que se desenvolvía el Reino iba a cambiar

significativamente tras la conquista y colonización de los nuevos

territorios. La pressura dibuja iin panorama en el que las peq~ieñas

propiedades predominan sobre las grandes hasta el siglo XI, creando con

ello una economía de minoristas que encontraba salida a sus productos a

través de los mercados locales (García de Valdeavellano 1961). La

autosuf ciencia llevaría, quizá, a una cconomía de trueque de prod;ictos

al por mcnor de los que no nos queda constancia en las fiientes escritas. Sí

lo encontramos reflejado en actividades que requerían del valor

probatorio legal, como la venta de- tierras. Nobleza y clero comenzaban a

formar sus latifundios a través de la compra de pequeñas popiedades de

terreno con las que ir aumentando su patrimonio. El valor de esta compra

por lo general no se expresará en moneda, sino en ob'etos que el -ii. comprador entrega al vendedor.

El trueque constit~iye una de las partes más importantes en lasformas

de intercambio de riqueza derivada de la revisión de la documentación:

hasta en 24 diplomas se alude al mismo. En todps ellos el objeto de la

compra son tierras, a cambio de, las cuales se reciben productos de

primera necesidad, ya sean estos agrícolas (vino, cereal, carne, sidra,

queso o cera), ganaderos (caballos, bueyes, ovejas, cabras o vacas) o telas y

paños. En muchas de estas transacciones, como hemos visto, se especifica

un valor o precio, expresado en modios o sueldos. En otras, sin embargo, simplemente se produce el d o intercambio. Así, por ejemplo, en' los

documentos de Sahagún de diciembre de 869 (Et tu ded~t i nobis precio que nos bene conplacuit kabra et bino) y agosto de 905 (Et dedisris nobis pro inde sex boves quod nobis bene comp/acuirj, o en el del Monasterio.

de Sobrado de julio de 895 (Et omnem meamportionem ab integro [...$ uobis uendo atque concedo et accepi a uobis precium idest kaua/hm colore murceh~m et alium precium quod mihi beni complacuirj. .En '

alguna okasión, como la recogida en el document; del Monasterio de r

La circulación monetaria en el reinado de Alfonso 111 171

I Sobrado de noviembre de 883, no se especifican los bienes qiie recibe el 1 vendedor a cambio de su parte (Vendo iraque uobis iam dicris ipsa~n

i uillam @dosirrneam porrionem integram [...] idest montes, fontes, aguas 'É nlm ductibus suis, mazaneiras, pereiras, amexeneiras, linares, arbores f;c~ctirosas et inf;nctuosas, pratis, pascuis, padulibus, uel q~~icquid in ipsa

i I uilla babeo [...] er 110s dedsri mil~i precii~m qi~od mibi bene complacuit

et de ipso precio apud 110s ni11il re~~~ansit). De igual forma podemos 8 encontrar la mera conmutación de tierras, como vemos en el en

documento de la Catedral de León de abril de 909, en el que se

intercambian unas tierras en Parana por otras en Uxio (Ut comutaremus tibi nostras porciones in Uxio, sicut et cornmutauimus. sic terras comodo pumares, uineas, cerasiare.$, quidquid potueris inuenire in ipsa uilla de nostras porciones cum omnis fi~ndamentis, omnia ad integritatem

concedimr~s tibi et comutauimus; et dedisti tu nobis, in Parana, quem nobis bene conplaci~ir).

La dispersión geográfica en la que encontramos trueques indica su uso

común en todo el Reino. La especial incidencia en las ciudades de León y Sahagún puede derivarse de lo abundante de las fuentes escritas que nos

han llegado.

1 Medidas en metales alpeso.

Se menciona con asiduidad la 1 i b r a y el t a 1 e n t o , hasta en 25 a ocasiones en total, siempre de oro, pero con una característica especial '.

que consideramos novedosa: todas las referencias halladas aparecen en las corroboratio de los documentos, expresando el valor de la multa civil a

pagar en caso de incumplimiento del contrato. N o hemos detectado

ningún 'otro uso de 1; libra ni del- talento, y tan solo en un íinico

documento de Lugo de junio d e 900 vemos otra denominación monetal ' para expresar dichas multas (Et pro imuptione testamenti solidos D

~xoluarf. Parete, pues, que libras y talentos de oro se empleaban casi con -I exclusividad para cuantificar esras multas, siempre que en el documento

# e. 2

172 Fátima Martín Escudero -Julio Mínguez Martínee - Alberto J. Canto García

se indicase una cantidad concreta. En todos los documentos considerados

como auténticos aparecen únicamente las menciones libras, libras auri o

talenta auri, con diversas variantes. Los documentos de la época con la

mención libras purissimi a m i o similares han sido reputados como falsos

por los especialistas. Únicamente se ha incluido un documento con la mención libras pr~rissimi auri Se trata del recogido en la catedral de

Oviedo en abril de 906, y cuya autenticidad es igualmente discutida (Et I

pro temporali dampno seipsum in seruitatem ecclesie Sancti Saluatoris redicat, et episcopo seu cultoribus eiusdem ecclesie mille libras purissimi

auripersoluar). Otra diferente mención aparece en un documento de San

Millán de la Cogolla de 871 (talenta cocto auri . .. insuper a parte regis exolvat talenta cocto a m i , et retentu adrepla duplo), refiriéndose con la

expresión cocto a un oro de 24 quilates. Este documento, sin embargo,

está considerado como interpolado y no podemos asegurar .que no sea la

inclusión de la palabra cocto una de las interpolaciones. i.. Ambas menciones, libra y talento, aparecen en la misma conminatoria

en un documento del Monasterio de Pendorada de abril de 870 (Et

insuper pariat due libra auri bina talenta et a domno qui illa tena imperauerit aliud tantum). Este documento, tenldo como auténtico por

Antonio Floriano, ha sido puesto eh duda en los últimos tiempos.

Todas las demás referencias recogidas en las conminatorias penales de los documentos, 16 para libra auri o similares y 5 para talenta aun, sólo

varían en las cantidades expresadas. Las multas en libras de oro, ya sean estas expresadas depalabra o lgediante números romanos, van desde una, como por ejemplo en el docu'mento de Sobrado de julio de 877 (Si quis sane homo, quod8eri non credo, de parte nostra uel extranea contra hanc scr$turam donationis uenenr a¿ irrumpendum, mnc habeatis potestarem' - , prendere ex nobi:auri libra una et uobisperpetim habitura), hasta las 200 del documento del Monasterio de Sahagún de noviembre' de 904

(Quisquis vero quod absit a¿ disrumpendum hoc testamenmm €. . . .] #:

postque picea non evadat baratri pena et suprad&o monasterio vestro r

La circulación monetaria en el reinado de Alfonso 111 173

cogatur redere ducentas auri libras), predominando las cantidades

pequeñas. Curiosa es la expresión contenida en un documento del

Monastefio derSobrado de mayo de 878, en el que se dice que se paguen

:"dos o tRS Lbras de oro7', sin especificar la cantidad exacta (Er si aliquis uobis pro ea calumniaue& pariat uobis auri fibras binas uef ternas et rrobisperhenniter sit concessa). En cuanto a los talentos de oro, todos los

documentos coinciden en que sean uno o dos los talentos a pagar, como

vemos, por ejemplo, en el documento del Monasterio de Samos de julio

de 872 (Et in presenti tempore pariat p o d in testamento resonat dupfatum et insuper duo auri talenta post partem idem monasterii ira quod factum nostrum in cunctis plenu~n obtineat finnitatis roborem). Es

de consideración el uso de la expresión talento en la Ghflaecia, hallando sólo un documento con esa denominación fuera de esta zona.

Otra medida de peso encontrada en la documentación con valor

monetal es el argenzo o a r i e n z o de plata. Únicamente aparece esta

expresión en un documento original de León, referido a trueque, de abril

de 910, como parte del precio a pagar ( ~ t azepimus, ego Froila et uxor mea FirrioJa, de tibi Menitio et uxor tua Abola, pretium in qrlantum nobis bene conplacuit, id est, Labra cum fifio et argenzo).

Otras rehrencias monetarias.

Para finalizar, y sin poder encuadrarla en ninguno de los apartados 8 anteriores, encontramos la expresión ,geculium (pecunia) en un

documento de donación al monasterio de Sobrado de mayo de 867 P (Concesso iJLs omm.peculium [et pe] culiare suu, tam quod nunc

obtinent, quam quid adhuc cum Dei adutorio augere uef proflgare p~tuerinr), haciendo qGzá alusión a moneda Física o a cantidades de oro y plata. No se define, sin emhrgo , ni la cantidad exacta ni los tipos de

:

moneda o metales que se donan. \ -

? S ..

174 Fátima Marcín Escudero -Julio Mínguez Madnez - Alberto J. Canto García

Para una mejor localización de las denominaciones monetarias

encontradas en la documentación escrita, véase la siguiente figura 3 y el

anexo 1.

Buscamos la constancia material de las monedas referidas en los

documentos; para ello y debido, tal y como ahora veremos, a la práctica

ausencia de conjuntos monetarios descubiertos en dicho territorio,

planteamos además analizar las excavaciones arqueológicas con la i+a de

localizar entre los materiales recogidos piezas monetarias. I

La importancia de la presencia de monedas en excavaciones

arqueológicas y de las aportaciones que mutuamente pueden y deben

hacerse Numismática y Arqueología ha sido recientemente puesta en

valor (XIII Congreso Nacional de Numismática: Numismática y Arqueología 2007); en palabras de Carolina Doménech, la moneda

aparecida en excavación arqueológica y estudiada como "un elemento integrado dentro de una secuencia estratigráfica y en rdac18n con otros

restos, ohece todo su potencial como informador histórico, y es la única

vía que puede permitir abordar ciertos aspectos como son el grado de perduración en la circulación de un determinado numerario, establecer

áreas de influencia a partir de SLI dispersión gebgráfica, acercarse a su

ámbito de uso o datar a&as ;misiones carentes de ficha expresa"

(Doménech Belda 2009: 731-732). Si bien debemos tener en cuenta que

las monedas recuperadas en excavación arqueológica nos darán una visión

fraccionada de la circulación monetaria ya que la pieza perdida y- no

recuperada, y que será con la F e podamos nosotros trabajar, será la de más corto valor o menor uso, Siendo excepcional el hallazgo de moneda

de alto valor en contexto arqueológico.

Es por este motivo de búsqueda monetaria por el que analizariios . ,. recientes excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en el territorio del

Reino de Asturias entre 866 y 910 o en los espacios circundantes.

La circulación monetaria en el reinado de Alfonso 111 175

Flg. 3. Localizacl6n de documentos y referencias monetarias.

SO. U' dr Olem d. !a' D d . *

ASTORGA e

LEóN Dwmentaaón con referencias moneianas M'edm

t Trueque e Suddm

Suddos de plab L~brn Talento

Suddos Galicsnm A11en7a

Fig. 3: Localización de documentos y términos monetarios.

En los últimos años han sido muchos los avances llevados a cabo por

la arqueología medieval cristiana, suscitando, en concreto, creciente

interés las investigaciones centradas entre los siglos V y IX, coincidiendo

a con la descomposición del imperio, romano y la formación y \

consolidación del reino asturiano. Si bien es cierto que nos encontramos 9'

ante una escasa y p b r e interacción con la numismática; motivada, en parte-por la tardía konetarización de los reinos cristianos (a excepción de

las marcas catalanas): al problema de datación de las piezas, que, evidentemente, no podrá apartar la cronología del estrato arqueológico y, principalmente, tomando como nuestras las palabras de Belén San Pedro

- Veledo porque "los d~tintos seguimientos arqueológicos en el área 9 I - asturiana no ,han deparado aún datos de interés con respecto a los -

176 Fátima Martín Escudero -Julio Mínguez Martínez - Alberto J. Canto García

asentamientos que existirían en el periodo comprendido cntre la Tardoant~güedad y el Altomedievo.. . existe un vacío de tipo material y documental con respecto a este periodo histórico en el ámbito asturiano, a excepción de hallazgos procedentes de antiguas excavaciones" (San Pedro Veledo 2009).

La revisión de los materiales aportados por diversas excavaciones

llevadas a cabo dentro del territorio del reino asturiano con Alfonso 111 así

como las conversaciones con reputados arqueólogos mostrabah un

panorama desolador. No aparecen en excavaciones arqueológicas ni las piezas citadas en la documentación: sueldos suevos, trientes visigodos y dlrhams andalusíes o dineros carolingios (dependiendo de la atribución

que se haga a los sólidos y sólidos argénteos), ni los bronces tardorromanos, en contextos de los siglos IX y X, que continúan

presentes en otros ámbitos del territorio penínsular (Casal GQrcía, Martín

Escudero y Canto GQrcía 2009; Doménech Belda y GutGrrez Lloret

2005; Canto GQrcía y Martín Escudero 2009). .. ¿Y si el problema era metodológico? ¿y si dichas monedas no se

hallaban por un método erróneo en su búsqueda? La respuesta, clara y

contundente, es no. No podemos atribuir su ausehcia a un problema de

método y técnica en las excavaciones arqueológicas puesto que son muchas en las que se han localizado monedas, eso sí en estratos anteriores,

atestiguando moneda romana y tardorromana, y en posteriores, con un

elenco de emisiones desde el siglo XII hasta la actualidad y con presencia

de moneda tanto oriunda como xtranjera. se Así, y como ejemplo, podemos citar las excavaciones~arqueológicas

realizadas en Santa María de Lugo de Llanera (Fernández Ochoa, Grcía Díaz, y Zarzalejos Prieto 2001) que atestiguaron una primera cronología romana, julio-clau'dia y flavia, ausencia de materiales datables entre los - " siglos VI1 y X y, de nuevo, testimonios materiales desde el siglo X al XII aportados por la necrópolis que rodea la iglesia, ya existente en el año 9O5d.C. pues aparece en el Liber Testamentorumrde Alfonso 111. La

P

La circulación monetaria en el reinado de Alfonso 111 177

importancia de este yacimiento radica en ser el de cronología medieval

que aporta una mayor cantidad de moneda: 106 piezas siendo las más

antiguas un agde Claudio (41-54d.C.) y un dinero de vellón de Alfonso

$ IX (1 l&-1230d.C.) con ceca León (tipos Heiss 3-4; Álvarez Burgos

118); y la ya comentada ausencia de materiales atribuibles al momento de auge de la monarquía asturiana que hacen las autoras, por experiencia

propia, extensible a Gijón y Venarés.

Y para zonas circundantes al Reino de Asturias destacan las 135

monedas, 4 andalusíes de los siglos XI y XII y 131 cristianas posteriores al

siglo XII, recuperadas en un cementerio cristiano que, adyacente a la catedral de Tudela (Navarra), amortizaba espacio y estructuras de una

mezquita fechada en los siglos IX al XlI (Navas, Martínez e Ibáñez 2000); las 32 monedas de Castilla y Portugal, fechadas entre mediados del siglo

XIV y mediados del XV, halladas en enterrarnientos en la ermita de San

Martín de Iraurgi (Azkoitia, Vizcaya) (Urteaga, Guerreñu e Ibáñez Arteta 2000); o las 900 monedas dispersas bajo la solería de mediados del

siglo XVIII de la Iglesia de San Esteban de Oiartzun (Guipuzcoa) (Ibáñez,

Guereñu y López 1997) y que se interpretó como resultado de la nivelación previa a la instalación de la citada solería para la que se

utilizaría tierra de la necrópolis que circunda la iglesia. En esta tierra irían

las monedas que originariamente se depositarían en las tumbas como

"óbolos de Caronte" y que, a excepción de un centesional de Constantino

u I (330-335d.C.), son moneda navarra, castellana y foránea, de cronologías \

medieval y moderna. '. ,Y' C o m o observamos, y ya remarcó en 1992 Mercedes Rueda, la mayor

* parte de las monesas medievales cristianas halladas en excavación arqueológica lo hacem en ámbito funerario, si bien hay que tener en

-* cuenta que existe una cierta laguna metodológica en cuanto en tanto serían necesarias más excavaciones en despoblados o niveles habitacionales para poder deterrninar el grado real de pérdida de moneda

9 , (Y. por tanto de su uso) como muestra de la circulación real. Esta

1

*

178 Fátima Martín Escudero -Julio Mínguez Martínez - Alberto J. Canto García

tradición funeraria griega continuó en los reinos medievales cristianos

peninsulares y hasta la época de los Austrias, pero hay qiie ser conscientes

de que las piezas monetarias utilizadas para dicho ritual serán pequeñas

monedas de bronce o vellón de bajo valor, mostrando con ellas iina

circulación monetaria diferente a la expuesta en las ocultaciones de

tesoros. Otros yacimientos similares que atestig~ian la pervivencia de

dicha tradición son Sant Bartomeu dc Torricó (Llitera, Hucsca), la er;mita

de Kurtzio en Bermeo, o en Mungia. I

En otras excavaciones en las que lo lógico sería encontrar moneda,

tales como las nccrópolis rncdievales de la ermita dc Santa Cruz en

Cangas de Onís y de Santiancs de Pravia, o no aparece (Martínez Villas 1989; Fernández Conde 1991) o no se cita el material asociado (Álvarez

Díaz y García Menéndez 1989: 212-218; Fernández Buelta y Hevia

Granda 1984). Diferentes análisis del territorio se han realizado y publicado en los

últimos años, pero en ellos no hallamos referencia al hallazgo, e n t y otros materiales, del numisrnático medieval o, por lo incnos, encuadrable entre

los siglos V y X d.C. Así ocurre en el análisis microespacial realizado

sobre el actual área ovetense de El Cristo, donde serprodujo el hallazgo de

un bronce de Constantino en el yacimiento de Murias de Paraxuga, entre materiales tardorromanos (San Pedro Veledo 2009); en el proyecto

Venares, donde no se recogió moneda medieval, sí un Antoniniano en

estratos romanos, y en el que se estudia además la vía de la Plata en el Concejo de Gijón (Fernández V h o a , Gil Sendino et2Jii 1997) o en el:de la mota de Trespalacios (Hin~jedo, Suances, Cantabria)" (Matecón y Marcos 2008: 11 1-1 30); en las excavaciones arqueológicas realizadas en- 1991 en San Miguel de Lillo (Oviedo), entre 1991 y 1994 en la Plaza-de Foncalada (Oviedo): en los sondeos realizados en 1992 en Santa Cristina! '. - de Lena, en Cimadevilla (Gijón) o en la iglesia prerrománica'dé San Pedro de Mora (Las Regueras) (WAA 1995) o en la excavación de "El picu Alb4" en Peñeferruz, Gijón, donde se presenea una muy buena'

r

La circulación monetaria en el reinado de Alfonso 111 179

descripción de materiales entre los que volvcmos a no localizar moneda

(Giitiérrez González 1999: 187-20j). En al-Andplus ha variado notablemente el panorama en los últimos

$ - ';anos; podemos marcar como ejeniplos dc actuación no sólo la excavación del Tolmo de Minatcda (~lbacete) sino también el estudio de las monedas allí aparecidas y sil iiiterrelación con los datos arq~ieológicos (Doménech Belda 2009: 742-743); similar relación e interesantes resultados en la excavación del arrabal cordobés de Saqiinda (Casal Grcía, Martín Escudero y Canto García 2009), que ofrece además la constatación del uso y perduración en cronología dcl Emirato Dependiente e inicios del Independiente (siglos VIII y IX) de bronces tardorromanos del siglo IV, y que aporta, por ello, toda la secuencia completa de las emisiones: bronces tardorromanos, feluses y dirhams.

En territorios circundantes al Reino de Asturias cn época de Alfonso III, sí se han localizado monedas en prospecciones o excavaciones arqueológicas. Ejemplos de ello son las aparecidas en la excavación del alcázar de Náxara (Nájera, La Rioja), que hasta el año 923 formó parte de al-Andalus y después del Rcino de Nájera-Pamplona. Los estratos se fechan desde el siglo IX al XIII, apareciendo 22 monedas; por cronología cabe destacar un dinero de Carlos 1 el Calvo (840-874) y dos dirhams califales (~nd ré s , Diez y Pavía 2006: 569-591); o, entre las 102 monedas localizadas en la prospección del valle alavés de Cuartago, 4 dirhams y

a fragmentos de dírham califales. Todos interpretados como pérdidas de monetario (Ocharan 2009: 867-869).

P Sin embargo el P análisis de las monedas medievalei halladas en yacimientos arqueológicos de Guipúzcoa no recoge, de entre 368

' m~nedas analizadas, emisiones anteriores a finales del siglo X, siendo la moneda más temprana un dinsro f eu~a l del conde de Burdeos Guillerrno

: Sancho (Echevarría y Clua 1992: 315-320).

- Tal como acabamos de resaltar, se debe destacar la práctica ausencia de , halJazgos de.conjuntos monetarios, de ocultaciones ex proEeso, en el

180 Fátima Martín Escudero -Julio Mínguez Mamnez - Alberto J. Canto García

territorio que conformaba en reino de Asturias en época de Alfonso 111, tanto de emisiones previas al nacimiento del reino asturiano como de las

acuñaciones contemporáneas de los territorios circundantes.

Por anecdótico debemos resaltar el conjunto monetario que, según

Julio Somoza (Somoza 1984), apareció dentro de una alcancía al derribar

la casa no 10 de la calle San Antonio de Gijón en 1902. El conjunto se

compone de piezas romanas alto y bajo imperiales, bronces de C4stul0,

un dírham y una bizantina de León VI. Su composición es muy andmaia,

pudiendo no tratarse de un conjunto monetario reflejo de la circulación del momento de ocultación sino más bien de una colección formada en

época contemporánea.

A pesar de que la mayoría de las cecas en época visigoda se ubican en la provincia de la Gallaecia, será un número escaso de ejemplares

monetarios los que encontremos en dicho territorio; así, López Quiroga y Rodríguez Lovelle citan para la zona encuadrada entre eLMiño y el

Duero hallazgos de piezas aisladas visigodas, trientes, en las cercanías de

Chaves, Orense o Vila Real y en las localidades de Oporto, Braga,

Guimaraes, Chaves, Ponte de Lima, Paredes de Coura y Orense (Quiroga y Lovelle 1997: 203-21 8). t

Si observamos la dispersión de los conjuntos de moneda visigoda en la

Península (véase fig. 4) planteada por Pliego (Pliego Vázquez 2009), destaca la concentración de estos en la mitad sur de la misma, a excepción

de los hallazgos de Zaragoza, El Bovalar y La Grassa, los dos primeros en

el valle del Ebro y el tercero la localidad tarraconense de ~onstánt í . Y Tan sólo por noticia son conocidos los hallazgos norteño: de Braga, La Hermida y Oviedo. Cabe también resaltar la presencia de trientes hallados

en excavación arqueológica, como es el caso de los dos aparecidos en una necrópolis en Pamplona, ambos de Suintila, uno de Saldania, el otro de ' -- Cesaraugusta.

Nos detendremos, por su condición de capital durante el reinado. de Alfonso JII, en el descubierto en la finca ovetense de Buenavista:

P

La circulación monetaria en el reinado de Alfonso 111 1 8 1

propiedad de la duquesa de Pastrana; al edif car un nuevo asilo para las

Hermanitas de los ancianos Desamparados se hallaron 8 tricntcs visigodos.

De él informaflateu y Llopis (1958) y expone que la picza más moderna 1

?es un triente de la asociación al trono entre Chindasvinto y Recesvinto,

hacía el año 653d.C.

Ot ro conjunto de moneda visigoda fue publicado previamente por

Barra1 i Altet (Barral i Altet 1976: 219-223); interesa remarcar éste por su

lugar de descubrimiento: La Hermida, en concreto en un paso de los

Picos de Europa cántabros, entre La Herinida y Potes. El tesoro se

componía de 15 monedas de oro y 2 hebillas de cinturón de bronce. D e

las 15 piezas monetarias, Eduardo Josué, primer informador del tesoro,

tan sólo piido ver 4, todos trientes de imitación de Justino 11 con Victoria

y nombre de Leovigildo cn reverso, siendo dos de ellos tipo Heiss 1, 1. Se

pueden, por tanto, fcchar aproximadamente entre los años 574 y 578-9.

Barral relacionará la ocultación del conjunto con las campañas militares

contra suevos y cántabros que, entre los años 574 y 576, dirigió

personalrnentc Leovigildo.

Debemos igualmente recordar que la producción y dispersión de

moneda sueva sigue un patrón similar; gran número dc cecas se ubican

en el originario territorio suevo en suelo hispano, la Gallaecia, pero la

mayoría de los trientes hallados lo han sido al sur del río Duero e igual

localización presentan los sólidos suevos; al norte del Miño tan sólo han c aparecido un escaso número de trientes y ~ i n g ú n sueldo (Reinhart 1942:

320). Previamente se debe resaltar el escaso número de ejemplares

conocidos, que en 1942 tan sólo cra de 56, entre sólidos, trientes y sifiquas:'8, 47 y 1 re$ectivamente;-ya en 1944 Reinhart considera las

emisiones de los sueldos suevos muy típicas pero a la vez muy escasas

"algunos dos poucos soldos atc' agora encontrados".

182 Fátima Martín Escudero -Julio Mínguez Martínez - Alberto J. Canto García

- .- - -

i HALLAZGOS DE MONEDA VISIGODA / Tesoros wsigodns conocidas

C Tesoros visigados desconocidos I

< 1 - 1

Fig. 4: Localización de hallazgos de trlenres visigodos.

López Quiroga y Rodríguez Lovelle destacan la concentración de

hallazgos para el caso de la Gallaecia en el territorio comprendido entre

los ríos Miño y Duero, coincidente con la parte occidental del antiguo conventus bracarensis, estando ausente dicha moneda en la zona noreste de Galicia. En su análisis destacan el hallazgo de una silicua de Rechiario

(448-456 d.C.) en el castro de anhoso, a 12 kilómetros al noroests de 3 Braga y varios trientes en la entonces capital sueva: Braga. Otros hallazgos de trientes suevos tuvieron lugar en Emérita (Mérida-Badajoz), Olisipo (Lisboa) y Recópolis (Zorita de los Canes-Guadalajara).

Esta distribucióh geográfica de presencia de la moneda sueva coincide '' - con la procedencia geográfica de los textos que, para este periodo; citan

solidos galicanos, sueldos suevos, tal y como ya atribuyó Sánchez- Albornoza (Sánchez-~lbornoz 1961): Braga y Celanova (véase fig. 3 y'

f

La circulación monetaria en el reinado de Alfonso 111 183

anexo 1). Si bien, y teniendo en cuenta los casi tres siglos transcurridos

desde s ~ i corta cmisión hasta la fecha de los textos (900 y 905

respectivazmente) y la ausencia de estas piezas en contextos arqueológicos '6 d e los siglos IX y X, es difícil ~ o d e r asumir s ~ i uso como moneda física; sí

es más plausible su uso como moneda de cuenta, quedando como un

remanente de un sistema monetario muy anterior.

Como vemos ningún hallazgo de moneda sueva ha tenido lugar en el

territorio que comprendía el reino asturiano entre los años 866 y 910.

Dos son los de cronología visigoda, Oviedo y La Hermida, ambos con

fechas de cierre anteriores al fin del reino visigodo y el nacimiento del

asturiano. Este hecho matizaría la teoría de Sánchez-Albornoz (Sánchez-

Albornoz 1961), puesta en duda por él mismo posteriormente, acerca de

la continuación de trientes en circulación; ante las tempranas fechas de

cierre de los talleres (véase fig. I) , la cronología también temprana de

cierre de los hallazgos y la ausencia de piezas halladas en contextos

arqueológicos posteriores, podemos intuir que la moneda visigoda hacía

tiempo que no circulaba por el territorio astur y que las alusiones a

trientes en la documentación de la época, sólo dos: Liébana año 868 y

León año 876 (véase fig. 3 y anexo I ) , se deberían al mantenimiento de la

denominación como moneda de cuenta y, en ningún caso, como moneda

física.

En al-Andalus, la llegada de Abd al-Rahman I marca el inicio del

Emirato Independiente (138-300H.1755-912d.C.), en el que se mantendrá \

el sistema monetario propuesto por la preckdente reforma omeya aunque

, ,f las emisiones de oro,dinares, no se realizaran y las de cobre, feluses, se harán en contadas ocas-iones.

. E; bl año 145H.1962d.C. corn5nzan las acuñaciones de dirhams continuadas y anuales, increpentándose además el volumen emitido a

I partir del 150H.1767d.C.

Así, durante el periodo emiral se consolida un esquema de fabricación

? y abastecimiento de moneda mediante el c~ial el Estado proporciona todos

%

-

184 Fátima Martín Escudero -Julio Mínguez Martínez - Alberto J. Canto García

los años unas cantidades determinadas de moneda para la población, en

forma de pagos a la administración, salarios, pagos al ejército, obras civiles y militares ... y de igual modo todos los años percibe en forma de

impuestos gran parte del monetario emitido. Ante la ausencia de moneda fraccionaria para las transacciones

cotidianas la población trocea o corta los dirhams (en algunos casos, equivalen a un 112, un 114 o un 118 de dírham), manipulación acen~uada

por la citada escasez de feluses.

Se constata una presencia testimonial de dirhams omeyas orientales, con un limitado número de ejemplares abbasíes (136-198H.1754-

813d.C.), idrisíes y aglabíes. La llegada de estas piezas parece interrumpirse a comienzos del siglo 1IIH.lIXd.C. Asimismo se

encuentran monedas medievales cristianas de plata, dineros carolingios, centrándose en la 2amitad del siglo IIIH.

Respecto a la moneda de oro, el dinar, no se acuña e& al-Andalus desde finales del Emirato Dependiente, en concreto no se conocen

ejemplares posteriores al año 127H./744-745d.C., pero circulan con

normalidad los de la dinastía norteafricana de los Aglabíes (184-

296H.1800-909d.C.). q

Encontramos en las fuentes tex'tuales referencias, escasas, al pago en dinares durante este intervalo cronológico; así, en un diploma de Ordoño 11 se nos informa que Alfonso III otorgó en su testamento al obispo de

Zamora para la iglesia de Santiago la cantidad de "500 mercales ex auro pukimi ", apelativo este que ,pgún Floriano (Floriano 1949). indica la falsedad del documento; la 'interpretación clásica a dicha referencia monetaria ha sido el identificarla con el peso del dinar y, teniendo en cuenta que en la fecha del documento no se emitían monedas de oro por parte de al-Andalus, considebr que estarían hablando de dinares emitidos en 0rieniC. Francisco Olmos (2005: 74) toma la idea Sánchez Albornoz (1928), y apunta la posibilidad de que estas piezas procedieran de las cien mil monedas de oro que Alfonso III recibió como rescate por la liberación del ministro

P

La circulación monetaria en el reinado de Alfonso 111 185

Haxim Ibn Abd al-Aziz. Es evidente que no pueden tratarse de emisiones abbasíes o tuluníes ya que la única Lente de aprovisionamiento de oro para

el Emirato Independiente es el de las series de dinares aglabíes. 4 Cabe 'resaltar del texto la constatación del abandono de los términos

"clásicos" de moneda por la cuantificación en las unidades que circulaban por al-Andalus.

Ya a mediados del siglo XIX Antonio Delgado expuso que "eran de buena ley y de justo peso y es probable que por esta razón escaseando en

España e/ oro no pensasen estos Ernires en acuñarías" (Delgado

Hernández 2001: 102, párrafo 159). El mismo autor afirmó que "se encuentran con frecuencia en nuestros gabinetes", sin embargo no es hoy -

en día frecuente localizarlas ni en colecciones públicas ni como parte

integrante de conjuntos monetarios. De hecho en 1998 (Canto García 2002: 11 l) , analizando sus hallazgos, tan sólo se cita una pieza aislada en

las excavaciones de Cercadillas (Córdoba) en 1991 (MAECO 31.119), correspondiendo ésta a Ahmad Abu Ibrahim (242-249H.1856-863d.C.) y varias en el Tesoro de Badajoz que de cronología califa1 publicó en 1934 Prieto y Vives. Dicho conjunto se componía por casi un millar de dinares

y fracciones de dinar, con presencia de piezas califales andalusíes, aglabíes,

de los Banu Midrar de Siyilmasa y fatimíes; las andalusíes aportan una

cronología del 321 al 4OIH.1933-1OlOd.C. Prieto tan sólo informó de la -

moneda aglabí que estaba presentes en cantidad y en un estado de

conservación muy malo, deterioro debido a ser cronológicamente anteriores y circulación hasta su atesorhiento a finales del Califato, posiblemente unos 120 ó 150 años después de haber sido emitidas (Canto García 2002: 117-118) puesto que esta dinastía desapareció a finales del siglo W.C. 4

'U.

Se ha indicado en ocasio;es que estos pagos se realizarían en dinares

aglabíes que circulan libremente por el territorio, sin embargo, como ,vemos, n o e s su presencia tan abundante en los hallazgos o excavaciones

arqueológicas como para poder aseverar dicha hipótesis. -.

%

186 Fátirna Martín Escudero -Julio Mínguez Martínez - Alberto J. Canto Gercía

Puede, quizás, que el pago se consignase en dinares y se realizase en

dirhams o en otros elementos de plata; esta opción, que se adecuaría más a la realidad mostrada por las monedas emitidas y halladas, se recoge en otra fuente textual árabe. Así, respecto a la rebelión de la frontera superior

de finales del Emirato Independiente, y, en concreto, a la derrota que inflingió Lubb ibn Muhammad a al-Tawil cn el año 285H.1898-899d.C.,

al-Udri (pp. 65-66) nos cuenta que "Sólo le dejó la ciiidad [ ~ u e s c a ] a

canibio de qire le entregase por ella cien mil dinnres en dirhams. !Le d o cincuenta mil que tenía entrc metálico, brida.?, .sillas, joyas, espadas y demás, y le dcjó corno rchcnes por los Otro5 cincuenta mil a Abd al-Malik, a su hga al-Sayyida y a algunos primo? (texto recogido por Gaspariño 2009: 352). El texto evidencia, por tanto, el pago de plata al peso.

Ante la ausencia de hallazgos documentados y la no presencia de dirhams en las excavaciones llevadas a cabo en el entonces territorio del

reino de Asturias, y a pesar de diversos interrogantes que nds planteamos,

es difícil poder afirmar que durante el mandato de Alfonso 111 dirhams andalusíes circulasen por su reino.

El único conjunto monetario que de dicho momento se ha hallado en

la zona norte de la Península Ibérica, en un reiríü cristiano, en concreto en el de Navarra, es el conocido cbmo de San Andrés de Ordoiz (Estella)

(Canto García 2001: 77-79) y está compuesto por 205 dirhams con una cronología entre los años 166 y 270H.1782-3 y 883-4d.C.

Si bien es verdad que los solidos argenteos podemos identificarlos con dirhams, sobre todo teniendo gn cuenta la posterior evolución del citado término solido al que se le añadirá argento kazimio hazimi en relación al

prefecto de ceca presente en los dirhams califales. Puede que su uso sea como moneda de cuenta y no física ya que, como hemos analizado; no . <. aparecen en los contextos arqueológicos. Ya Sánchez-Albornoz inmyfi este cambio del sistema de oro visigodo al sueldo de plata y se preguntó cuándo se produjo. Los textos nos indican que en la zona sur del Rcino (León, año 894; Berganza, año 909) a finales del reinado de Alfonso 111

r

La circulación monetaria en el reinado de Alfonso 111 187

las denominaciones de sólidos se indican en plata (solidos argenteos).

Fechamos, por tanto, dicho cambio de sistema en torno al cambio de siglo.

Sánchez-Ajbornoz planteó que dicho cambio se prod~ijese durante el ~. beinado de Alfonso 11 por la adopción del sistema monetario carolingio, a

pesar, como el mismo indica, de no existir documentación escrita que así lo atestigiic y menos, remarcamos nosotros, documentación material,

monedas. Ante estas ausencias acaba Sánchez-Albornoz aiumiendo que el

cambio se produciría por la falta de emisiones áureas y el comienzo de

circulación de las argéntcas de procedencia andalusí y carolingia.

Respecto a la llegada de moiieda carolingia, los contactos conierciales-

económicos entre el imperio carolingio y al-Andalus ya han sido objeto de estudio; documentalmente se nos informa de los niismos a través de la

existencia de hallazgos monetarios mixtos, compuestos por moneda andalusí y carolingia (véase fig. 5). Los de dicha tipología, descubiertos

en la Península Ibérica, como ei lógico, tienen una mayor conccntración

de moneda andalusí y una proporción menor de dineros carolingios.

Otras características de los mismos son su momento de ocultación: dos de

ellos en el Emirato Independiente, el tercero durante el califato; y, motivado por el periodo de circulación y las emisiones que, en dicho

periodo, se realizan, un monon~etalismo de los conjuntos; tan sólo piezas

de plata: dineros y dirhams que, como veremos, no sólo circulan libremente por el territorio andalusí sino que, además, se adecuan a

particularidades del sistema como será la fragmentación niorietaria con el

fin de abastecer el mercado de moneda deZsrto valor. Ya en 1956 Samuel de los Santos Gener (1956: 79-87) pbl icaba el

9

conocido como "Sagrida Familia" por el barrio cordobés donde apareció,

d ~ n d e ' e n época emiraL se ubicaba el arrabal de Saqunda (Casal García, Martin Escudero y Canto Grcía 200G). D e dicho hallazgo se depositaron

en el Museo Arqueológico Provincial de Córdoba 1.355grs,

- correspondientes a 170 monedas enteras y fragmentos; de entre ellos 4 erap dineros carolingios y 6 fragmentos de dineros; una revisión posterior

b

188 Fátima Martín Escudero -Julio Mínguez Martínez - Alberto J. Canto García

realizada por Balaguer y Canto (1987) modifica el número de piezas

carolingias a 3 enteros y 20 fragmentos. Se encuadra entre las emisiones

de Abd al-Rahman 1 y Abd Allah, plenamente emiral. Entre los dineros y

fragmentos de dineros carolingios identificables hallamos piezas de Luis el

Piadoso (814-840d.C.) y Carlos el Calvo (840-877d.C.), que no hacen sino confirmar el intervalo de fechas aportado por las piezas andalusíes.

Será en 1991 cuando Canto e Ibrahim publiquen otro cwjunto

monetario mixto, compuesto por dirhams emirales y dineros carokingios (Canto García e Ibrahim 1991: 69-83), éste apareció en la localidad

sevillana de La Puebla de Cazalla y tiene una cronología similar: 152- 278H.1770-891d.C. Le diferencia del anterior la presencia de moneda

árabe no andalusí: oriental y norteafricana. La carolingia es un dinero y 3

fragmentos de dinero de Luis el Piadoso más otro fragmento sin atribución.

Otro hallazgo reciente y aún en estudio es el p r o d u c i d ~ e n Calatrava la Vieja que se compone de más de 100 dirhams emirales, con cr~nología

entre Abd al-Rahman I y Muhammad 1, y entre ellos 1 dinero carolingio

y varios fragmentos (Canto García 2002: 115). Curiosidad es el dírham publicado por Balaguer y Canto (Balaguer y

Canto García 1987) en 1987, recientemente adquirido por el Museo

Arqueológico Nacional (véase fig. 6). Es de Abd al-Rahman 11, ceca al-

Andalus, año 230H.1844-845d.C. y tiene incrustado, a modo de grapa, un fragmento de moneda. Nada raro de no ser porque el Gagmento unido pertenece a un dinero cgolingio de Luis el Piadoso.

De cronología posterior, plenamente califal, en concreto de 320- 386H.1932-997d.C. es el hallazgo de Haza del Carmen (Córdoba) ( C a n ~ o García (e.p.); Ruiz García 2002). Se compone de 42,280 kg. de peso: 19,60 kg. corresp'onden a piezas completas y 22,680 a fragmentos;.de - entre ellos 140 fragmentos son de moneda cristiana. Novedosa es su presencia dentro de un conjunto de dirhams de cronología califal y cabe, además,, destacar el desgaste de estos fragmentosry, por tanto, su uso

r

La circulación monetaria en el reinado de ~ l fomo 111 189

prolongado. Se han podido identificar los emitidos por Eudes (887-898), de la dinastía Robertina, por los carolingios Carlos TI1 el Simple (898- 929) y su hijQ Luis IV (936-954d.C.), y por Raúl (923-936d.C.) de la

'dinastía hosonides.

HALLAZGOS DE D~RHAMSANDALUS~ES ' Y DINEROS CAROLINOIOS h

c Fig. 5: Localización de hallazgos'aeilirhams andalusíes

con presencia de dineros carolingios c-

También de cronología califal debe de ser el hallazgo que recoge Gariel ,en su obra ¿es monnaies royales de France sous la race &rolingienne (Estrasburgo 1883, p-ágina 136 del volumen 1), aparecido en 1866 en un lugar indetertninado de la Península Ibérica. Aunque no describe los dirhams, suponemos la cronología califal por la fecha aportada por los dineros carolingios, que marcan un intervalo entre el 884 ,

190 Fátima Martín Escudero -Julio Mínguez Martínez - Alberto J. Canto García

y el 986d.C.; entre éstos se hallan emisiones de Carlos el Gordo (884-898),

Eudes (887-898), Carlos el Simple (892-923), Raúl (923-936), Lotario

(954-986) y Guillermo de Brioude (2" mitad s. X) y óbolos de Carlos el

Simple.

Fig. 6: Dírham de abd al-Rahman II con un fragmento de dinero carolingio a niodo de grapa.

Además de estos conjuntos, Anna M" Balaguer (Balaguer 198711988: 324-330) informa de otros ejemplares aparecidos en lugares

indeterminados de Andalucía, ense1 área de Sevilla y Córdoba: un óbolo de Pipino 11 de Aquitania (839-865d.C.) y un fragmento de dinero de

Eudes. Aunque, respecto a la presencia de moneda carolingia y10 cristiana,

estamos hablando de porcent 'es mínimos, no podemos más que admitir 3 que dicha moneda se usaba dentro de al-Andalus, se adaptaba a las

necesidades de la población, como nos muestra su fragmentación, y qye, por tanto, circulaba libremente y, eso sí, al peso; más cuestionable-sería confirmar la aceptación de su uso por parte del Estado, mediante el pig6

. . -

de impuestos. Sin embargo no podemos afirmar que en el periodo cronológico que

aquí estudiamos, circulase moneda carolingia por eLreino astur ya que 3u

r

La circulación monetaria en el reinado de Alfonso 111 191

ausencia es más qiie constatable por la no aparición de siis dineros tanto en conjiintos rnonctarios como cn excavaciones arqueológicas; de hecho,

los primyos eFmplares de dineros carolingios en la zona datan de finales %del siglo XI, fueron hallados en las excavaciones de la Catedral de

Santiago de Compostela (Balagiier 1984: 143-1 46; hallazgo publicado anteriormente por Navascués 1954: 195-197) y se vinculan claramente a la peregrinación jacobea, tradición que fomentará la llegada y circulación

de abundante monetario foráneo pero, como acabamos de indicar, para un periodo posterior.

Otra cuestión que se debería analizar es qué ocurre con la población

fundamentalmente mozárabe pero también musulmana que desde al- Andalus se traslada al reino asturiano, población que estaría acostumbrada

al uso de moneda para sus transacciones habituales, puesto que el uso de

moneda en al-Andalus y no sólo en la capital, Córdoba, está atestiguado por la aparición tanto de hallazgos como de moneda aislada en excavaciones arqueológicas por todo el territorio (Doménech Belda 2009;

Doménech Belda y Gutiérrez Lloret 2005). Éste sería el caso de Abd al- Rahman ibn Maman , rebelde de Mérida, que solicitará a Alfonso III asilo dentro de sus territorios; Ibn Hayyan en Muqtabis II (f. 281a) nos narra

que: "pidiéndole que le recibiese y abriese para él su país, y le rnsralase en alguna de sus comarcas. [Alfonso] Aprobó lo que le solicitó y le prometió un feudo y establecerle con él. (. ..) [tbn ~ a n v a n ] salió con todos sus compañeros, hombres, mujeres y niño2 hasta que les llevaron a l río Duero (. . .) a l encuentro del rey Alfonso)(. . .) le dJo: )Ante ti está mi

r* pais; instálate en él e2 cualquier sitio, establécete con tu gente en él donde quiera que te sea posible, que nadie te lo disputará! Pídeme lo que quieras : Optó por la hrtaleza de Bitra Lasa, spbre el río Duero, en el término más alejado de León, su capital< Se implantó /bn Marwan en ella con su gente.. ." (Gaspariño 2009: 160-161).

Según Sinchez-Albornoz esta nueva población del reino, que ha Q residido previamente en territorio andalusí, será portadora, como es lógico,

192 Fátima Martín Escudero -Julio Mínguez Martínez - Alberto J. Canto Gercía

no sólo de sus ahorros (en moneda de plata) sino también de la idea y costumbre generalizada del uso comercial y fiscal de la moneda. Sin

embargo no han llegado hasta nosotros muestras materiales de dicho uso

monetario, ¿qué ocurriría entonces con estos dirhams que llevan consigo

o estas monedas que se citan en la documentación como elemento de pago en transacciones?

1 l

CONCLUSIONES I

A la vista de lo expuesto podemos plantear algunas respuestas a los

temas que hemos tratado: Por un lado parece inaceptable la pervivencia física de la moneda sueva

y visigoda más allá del siglo VI11 en los territorios que nos ocupan. Tanto los precedentes expuestos sobre la evolución de la moneda visigoda en su

último periodo como la ausencia casi total de monedas halladas en estos territorios así lo atestiguan.

Otra cosa es que durante un primer momento se mantuderan las

referencias a dichos sistemas monetarios como unidad de cuenta y así podemos observar cómo la distribución geográfica de dichas

denominaciones nos llevan al núcleo del reino s:evo (sólidos galicanos en

Celanova y Braga).

Los testimonios documentales muestran también referencias a sólidos

argénteos. Estos aparecen en la zona sur del Reino (León y Berganza) ya avanzado el reinado de Alfonso 111 (894 y 909 respectivamente). El uso de dicha denominación rn0neta.h puede estar indicándonos una evolución desde el sistema monetario suevo-visigodo basado en la emisión de oro al

sistema argénteo andalusí, y la llegada de nuevos pobladores mozárabes . .

que, desde al-A%dalus, importan no tanto moneda física como el hábito de cuenta en dirhams andalusíes. -

Un punto clave, aún por dilucidar, es en qué medida esa moneda

andalusí de plata circula, si es que lo hace, por los territorios del Norte. Hasta l i fecha el testimonio arqueológico es nulo.

r

La circulación monetaria en el reinado de Alfonso 111 193

Así mismo, y a pesar de todas las referencias existentes de contactos e

influencias del mundo carolingio, n o hay tampoco ninguna constancia

de una p~eseneia sistemática de moneda carolingia en el reino asturleonés,

y sí la hay, por el contrario, en hallazgos de moneda andalusí más al sur.

Una explicación plausible a esta ausencia de moneda física es que en

un ambiente de reducidísimos intercambios monetarios (ya hemos visto

la abundancia del trueque, presente en 22 documentos) la mayor parte de

las monedas que llcgasen al circuito tendiesen a convertirse en otra forma

de riqueza móvil: donaciones eclesiásticas, patenas, joyas, relicarios,

cruces, joyería litúrgica, etcétera, comportamiento que podía entroncar

tanto con el precedente visigodo de las coronas votivas visigodas como

con el bizantino de donaciones de elementos litúrgicos de plata realizados

por los emperadores, atesorización de plata por tanto.

ANEXO 1.

Listado de referencias monetarias encontradas en la documentación(*)

1. 867, May. Sobrado. Pecunio: pecuniopeculium [etpe] culiare suum. Donación. FLORIANO, Dipomática.. . Auténtico.

2. 868, Abr. Liébana. Triente 1 Modio: carne, uino et ceuaria in tremise [...] preciata in tremise; [. . .] precium carnarium et ceuarium ir] termise (sic); [. . .] preciata in quatm modo, [[. . .] precium anumalium in cuator modias. Venta 1 Valoración. FLORIANO, Dipomática.. . Auténtico.

\

3. 869, Dic. Sahagún. Tmeque: kabra et vho. Venta / Tmeque. MÍNGUEZ FERNÁNDEZ. O>ginaI.

* * Se indign: número de orden, fecha, localidad de proveniencia del texto,

B término "monetarion, texto, finalidad del texto, colección diplomática que lo - I

recoge, y consideración.

194 Fátima Martín Escudero -Julio Minguez Martínez - Alberto J. Canto García

4. 870, Abr. Pendorada.. Libra de oro 1 Talento: Ai~e libra ai~ri bina alenra. Multa.

FLORIANO, Diploma'rica.. . AuténticoIFalso.

5. 870, rnay. Santillana del Mar. Libra de oro: auri libras tres. Multa. JUSUE Y

FLORIANO. Auténtico.

6. 871. San Millán de la Cogolla. Talento de oro: ralenra corro auri. M~ilta.

FLORIANO, Diplorná'rica ... Intcrpolado.

7. 871, Ene. Mondoñedo. Libra: libra una. Multa. CAL PARDO. Original:

8. 871, Jun. Celanova. Libra de oro: airri libras binas. Multa. SÁEZ y !SÁEZ.

A~iténtico.

9. 872, Jul. Sarnos, Talento de oro: duo airri ralena. Multa. LUCAS ÁLVAREZ.

Interpolado.

10. 873, Abr. San Millán de la Cogolla. Libra de oro: yuaruor libras airri. Multa.

FLORIANO, Cdeccin'n.. . A~iténtico.

11. 875, Ene. Soalhaes. Talento de oro: auri ralenta dilo. Multa'. FLORIANO,

Coleccibn. . . ¿?

12. 875, A g o Liébana. Libra de oro: ailri libras Allas. Multa. F L O ~ I A N O ,

Colección.. . Auténtico.

13. 876, Ene. León. Triente 1 Trueque: boue nigrq er trelnis. Venta 1 Precio.

SÁEZ. Original.

14. 877, Jul. Sobrado. Libra de oro: auri libra una. Multa. FLORIANO,

Colección.. . Auténtico.

15. 878, May. Sobrado. Libra de oro: auri libras binas uel rernas. Multa.

FLORIANO, Cdección.. . Auténtico. ir

16. 879, Abr. Celanova. Trueque: asna pullata. Venta 1 Trueque. SÁEZ y sÁEz.

Auténtico.

17. 882, Mar. Lordosa. Talento de oro: auri Elenrurn. Multa. FLORIANO, . ,. Colección.. . Ailténtico. --

18. 883, Nov. Sobrado. Trueque: dedsri mihi precium yuod mihi bene complacuir '(sin referencia a nada). Venta 1 Trueque. FLORIANO,

Co/eyci6n.. . Auténtico. A

r

La circulación monetaria en el reinado de Aifonso 111 195

19. 883, Dic. Monasterio Araucensis. Trueque / Modio: precio IXmodios. Venta /

Triiequc. FLORIANO, Colección.. . Auténtico.

20. 884, vay . Mébana. Trueque / Modio: adpreciata in seccemodo - cabronem ' '

in seccmodio. Venta / Valoración. FLORIANO, Colección.. . Atiténtico.

21. 887. León. Trueque: al~nalio per colore de coro. Venta / Triieqiie.

FLOR1 A N O , Colección. . . Auténtico.

22. 887, Ene. Oviedo. Trueque / Modio: bouern. [lacra, equa, zurahaneln, atorra

linea, hlteos lineos duos. oues duas, cilraria modos II et osas par. Venta /

Trueque. FLORIANO, Coleccibn.. . Auténtico.

23. 887, Abr. Sobrado. Siieldo: solidos CCCC Dote. FLORIANO, Colección.. . Aiiténtico.

24. 889, Feb. San Esteban de Elaba. Libra de oro: alrri libras duas. Multa.

FLORIANO, Coleccidn.. . Original.

25. 894, Mar. León. Sueldo de plata: Iliior solidos de argenteos. Venta / Precio.

sÁEz. Autentico .

26. 895, Ene/Feb. Astorga. Siieldo: ocroginta solido.$. Venta / Precio. CAVERO

DOM~NGUEZ. Auténtico.

27. 895, JLII. Sobrado. Trueque: kauallum colore murcel~rm. Venta / Tnieque.

FLORIANO, Colección.. . Auténtico.

28. 895, Sep. León. Libra de oro: auri Libras 11 Multa. sÁEz. Original.

29. 897, May. León. Sueldo: solidos V. Venta / Precio. sÁEz. Original.

30. 898, Feb. León. Trueque: et hcerunt yuomuencione de boues, er in apust Donadeus terra yui ic resona. Venta / Tnie'pe. sÁEz. Original.

<- 31. 900, Jiin. Braga. Sueldo Galicano / Tnieque: cauallo dosno de IIIIor solidos * gallicanos et /los SOMOS de alio precio, sub uno Vies solidos gallicanos. Venta

/ Vabración. FLORIANO, Colección.. . Auténtico. 'CI

32. 900, ago. Lugo. Sueldo: solidos D. Multa. FLORIANO, Colección.. . Pseudo

Original.

, 33. 900, agn. León. Sueldo: La Solidos. Venta / Precio. FLORIANO, d - . Colección.. . Auténtico.

196 Fátima Martín Escudero -Julio Mínguez Martínez - Alberto J. Canto García

34. 902, Mar. Sobrado. Trueque: uacca uirulata et quatuor rexelos. Venta /

Tnieque. FLORIANO, Colección.. . Auténtico.

35. 902, Abr. Coimbra. Talento de oro: duo ailri talenta, Multa. FLORIANO,

Colección.. . Auténtico IInterpolado?

36. 902, Oct. San Pedro de Cardeña. Libra de oro: XXX libras aoreas. Multa.

FLORIANO, Colección.. . Auténtico.

37. 903, Sep. Valpuesta. Trueque / Modio: JJ obes htas et cera ini modo adprec~ata. Venta / Valoración. FLORIANO, Colección.. . Auténtico. '#.

38. 904, May. Samos. Talento de oro: L I ~ L I ~ auri talentum. Multa. LUCAS ÁLVAREZ. Auténtico.

39. 904, May. Sahagún. Trueque / Modio: cibaria II modos et semodo. Venta /

Trueque. M~NGUEZ FERNÁNDEZ. Auténtico.

40. 904, Sep. Santiago de Compostela. Donación / Sueldo: scala argentea de sex sohds. Donación / Valoración. LUCAS ÁLVAREZ. Auténtico/lnterpolado.

41. 904, Sep. León. Tnieque / Modio: lentio lineo in modo JJA et'metro de sicera etgauallo in Angario. Venta / Valoración. sÁEz. Original. 5

42. 904, Nov. Sahagún. Libra de oro: ducentas auri libras. Multa. M~NGUEZ FERNÁNDEZ. Original. 8

43. 905, Ago. Sahagún. Trueque /, Modio: Jos quarrerios de cibaria et Jos

carneiros. Venta / Truque. FLORIANO, Colección.. . Auténtico.

44. 905, Ago. Sahagún. Trueque: uaca laura. Venta / Trueque. FLORIANO,

Colección.. . Auténtico.

45. 905, Ago. Sahagún. Truequ sex carneiros. Venta / Trueque. FLORIANO, Colección.. . Auténtico. %

46. 905, Ago. Sahagún. Trueque / Modio: JO boue et iigor modos de cibacia.

Venta / Trueque. FLORIANO, Colección.. . Auténtico.

47. 905, Dic. celanova. Sueldo galicano / Plata: XXV solidos gallicense~ - pannos uelargento et boves. Donación. SÁEZ y sÁEz. Auténtico.

48. 905, Dic. Oviedo. Libra de oro: auri libras duas. Multa. FLORIANO

LLORENTE. Original. e

r

La circulación monetaria en el reinado de Alfonso III 197

49. 906, Abr. Oviedo. Sueldo: XXci solidts. Beneficio. GARC~A LAGARRETA.

Falso/ Auténtico.

50. 906, Abr. Oviedo. Libra de oro: mille libras purissimi auri. Multa. G A R C ~ A

' LAGARRETA. Falso1 Auténtico.

51.907, Mar. Samos. Libra de oro: auri libram unam. Multa. LUCAS ÁLVAREZ. Auténtico.

52. 908, Feb. Braga. Talento de oro: / / O auri talenra. Multa. FLORfANO,

Colección.. . Auténtico.

53. 908, May. León. Trueque 1 Modio: rerra arpr~ t ia ta in duos modo et d ~ a s guarras. Et dea'isti mkipro id in precio sicera er zeuuaria. Venta / Valoración. SÁEZ. Original.

54. 908, Dic. León. Trueque: siccra, cebah et kaseam. Venta / Trueque. sÁEz. Original.

55. 909, Feb. Berganza. Sueldo: XXV solidos de argento. Venta / Precio. FLORIANO, Co/ección.. .Auténtico.

56. 909, Feb. Berganza. Libra de oro: V libras aureas. Multa. FLORIANO,

Co/ecc~ón.. .. Auténtico.

57. 909, Abr. León. Trueque: ur comutaremus tibi nosrras porciones in Uxio, [. . .] et dedisti tu nobis, iin Parana. Venta 1 Trueque. SAEZ. Original.

58. 909, Jul. Cardeña. Sueldo de plata: XX solidos de argento. Venta / Precio. FLORIANO. Auténtico.

59. 909, Jul. Cardeña. Libra de oro: V hhas aureas. Multa. FLORIANO. Auténtico. l '..

c 60. 909, Ago. León. Libra de oro: aurilibra una. Multa. SÁEZ. Auténtico. *

61. 910, Abr. León. Tiueque 1 Arienzo: kabra cum 6/10 et argenzo. Venta /

Theque. sÁEz. Original. -*

62. 910, Jun. Sahagún. Trueque: sex boves. Venta 1 Trueque. MINGUEZ FERNÁNDEZ. Auténtico.

198 Fátima Martin Escudero -Julio Minguez Martínez - Alberto J. Canto García

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FÁTIMA MARTÍN ESCUDERO JULIO M~NGUEZ MART~NEZ Prof. Ayudante Doctor k L. Investigador

Universidad Complutense de Madrid [email protected] r

[email protected]

., ALBERTO J. C ~ N T O GARC~A

Prof. 'fitular de Arqueología

Universidad Autónoma de Madrid

n [email protected]

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