informalidad y precariedad laboral: un estudio del sector de trabajadoras de casas particulares

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1 Informalidad y precariedad laboral Un estudio del sector de trabajadoras de casas particulares JUAN MANUEL FERNÁNDEZ Resumen El presente trabajo se propone analizar los diversos conceptos de informalidad y precariedad laboral según las diversas teorías que la sostienen. Asimismo, realizaremos un estudio pormenorizado del sector de trabajadoras de casas particulares, haciendo hincapié en la tasa de informalidad, evolución y particularidades. Por último, realizar propuestas de políticas públicas que sean útiles a la hora de resolver las dificultades del sector elegido. Palabras Clave: informalidad, precariedad, trabajadoras de casas particulares, políticas públicas. Maestría en Ciencias Sociales del Trabajo Facultad de Ciencias Sociales - UBA

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Informalidad y precariedad laboral Un estudio del sector de trabajadoras de casas particulares

JUAN MANUEL FERNÁNDEZ

Resumen El presente trabajo se propone analizar los diversos conceptos de informalidad y precariedad laboral según las diversas teorías que la sostienen. Asimismo, realizaremos un estudio pormenorizado del sector de trabajadoras de casas particulares, haciendo hincapié en la tasa de informalidad, evolución y particularidades. Por último, realizar propuestas de políticas públicas que sean útiles a la hora de resolver las dificultades del sector elegido. Palabras Clave: informalidad, precariedad, trabajadoras de casas particulares, políticas públicas.

Maestría en Ciencias Sociales del Trabajo

Facultad de Ciencias Sociales - UBA

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Índice

Preludio……..………….……………………………………………….……3

Sector Laboral………………………………………………..………..….6

Informalidad del Universo.…………..………………...….………...8

Propuestas…………………………………………...………….………..11

Bibliografía………………………………………………………………...13

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Preludio

El presente trabajo tiene como horizonte comprender las diversas conceptualizaciones acerca de la informalidad y precarización laboral, entender sus dinámicas y rupturas. Asimismo, intentaré realizar un somero análisis de un universo laboral: las trabajadoras de casas particulares; comprender sus particularidades, avances y retrocesos, políticas públicas posibles a aplicar y resultados de ellas.

Al comenzar, debemos realizar una serie de consideraciones de nivel teórico, que nos permitan desentrañar las diversas relaciones dialécticas que se encuentran al hurgar en la realidad y la sociedad capitalista. En ese sentido, es imperioso traer a colación diversas visiones de la informalidad laboral y ponerlas en conflicto.

El origen del concepto “informalidad laboral” aparece por primera vez en un estudio realizado por OIT en relación al empleo en Kenia (OIT, 1972). Más allá de esa conceptualización y de ser un preludio de futuras líneas de investigación, existen dos enfoques bien definidos a la hora de hablar de informalidad laboral: la teoría institucionalista y la estructural.

La teoría estructural realiza un enlace con la teoría dualista de la economía, explicando este fenómeno con la existencia de dos sectores de la economía: uno tradicional y otro moderno. Este último representa el capitalismo en su máxima expresión, grandes unidades de producción, altos niveles de productividad y empleos de alta calidad. En dicho sector (preponderante en los países desarrollados) la informalidad laboral es mínima y su evolución tiende a mejorar los índices. En contraposición, el sector tradicional posee una productividad baja, son bloques de producción pequeños, empleos de baja calidad y técnica de trabajo intensivo. En estos, la informalidad es mayor y consiste principalmente de métodos para la supervivencia, es decir, la necesidad de subsistencia lleva a estos sujetos a la informalidad laboral por una necesidad de ingresos mínimos (Restrepo, 2011). “Los trabajos en los mercados primarios poseen varias de las siguientes características: altos salarios, buenas condiciones laborales, estabilidad del empleo, posibilidades de hacer carrera laboral, equidad y procesos adecuados en la administración de los reglamentos laborales. En contraste, los empleos en el mercado secundario tienden a tener bajos salarios y escasas

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prestaciones, malas condiciones de trabajo, alta inestabilidad, pequeñas posibilidades de avance y a menudo supervisión arbitraria y caprichosa” (Doeringer y Piore, 1971:165).

En la vereda de enfrente, la teoría institucionalista plantea que la estructura económica no es un motivo esencial a la hora de hablar de la informalidad laboral, sino más bien que dicha informalidad es producto de una elección racional de los agentes u operadores. En ese orden, el Estado genera una distorsión en la economía que produce justamente la informalidad laboral, finalizando en una elección de los sujetos de no acatar las leyes de la formalidad laboral o regularizar su situación. Loayza, el principal exponente de la teoría expuesta, propone una fórmula aritmética para calcular los costos de los factores productivos y de esa manera, las posibilidades de evasión tributaria y el florecimiento de la informalidad laboral (Loayza, 1994, 1997).

Existen tres posturas más que abordaremos someramente. Una postura ecléctica o mixta propone que ambas visiones mencionadas son parciales a la hora de mirar la realidad. Por ese motivo, estimulan estudios que utilicen ambas metodología para arribar a conclusiones integrales (Uribez y Ortiz, 2006). En ese sentido, dos autores realizaron un estudio de la informalidad laboral en América Latina utilizando dos definiciones para la informalidad laboral: por un lado, una informalidad productivista, donde los empleos son de baja productividad y de pequeño rango; y por otro, una informalidad legalista que aborda el alcance de la protección social en esos sujetos (Gasparini y Tornarolli, 2009).

Una segunda teoría llamada “articulación productiva”, enlaza estos fenómenos con una “nueva forma económica” donde los sectores dinámicos de la sociedad prueban su posibilidad de supervivencia mediante un trabajo con intensidad y baja mano de obra calificada, produciendo productos de manera eficiente y rentable (Tokman, 1978).

Por último, el enfoque de subordinación (Souza, 1985) plantea que se trata de trabajadores que ingresan al sector moderno en un período de expansión y de manera son trabajadores mal remunerados, inestables y poco productivos. Al mismo tiempo (Lazarte, 1987) indica que el principal desarrollo del trabajo informal aparece en trabajadores que funcionan como un ejército industrial de reserva (Marx, 1867), siendo un filtro para trabajos más productivos y del sector moderno.

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Sintéticamente podríamos decir que la teoría institucionalista proporciona un enfoque micro-económico e individualista de la cuestión, entregando una visión desde la oferta laboral; mientras que la teoría estructuralista revisa una mirada macro-económica y colectiva, con un punto de vista más cercano a la demanda laboral. Como se explica en un trabajo acerca de la informalidad en Colombia (Ortiz, 2003), no alcanza con una mirada en uno de los dos sentidos, sino que es necesario e imprescindible utilizar ambos marcos teóricos para comprender de una manera integral los fenómenos que nos encontramos estudiando. El autor de este informe coincide con dicha posición.

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Sector Laboral El sector elegido para analizar son las trabajadoras de casas particulares,

teniendo como perspectiva sus particularidades, límites y configuraciones que describiremos a continuación.

El presente universo laboral se compone de un 90% de trabajadoras mujeres, principalmente de extracto social pobre y predominantemente migrantes. Además, son trabajadoras con baja escolaridad e instrucción, con una gran discriminación por varios factores y conforman un universo considerado de alta informalidad en Argentina y a nivel regional (Valenzuela y Mora, 2009).

Existen diversos tipos de sistemas utilizados en su contratación: con retiro y sin retiro; uniempleador o multiempleador; tiempo completo o parcial; etcétera. A nivel local, existe una mayoría de trabajadoras con retiro, con un único empleador y con un contrato de tiempo parcial (76,1 % del total). Más del 70% de los empleadores se incluyen en el quintil mayor en relación a su nivel de ingresos. También, predomina que existen más empleadores de este universo laboral cuando aquellos forman una unidad familiar donde ambos sujetos trabajan. Por último, posee como particularidad que la parte empleadora no es una unidad productiva tradicional, sino un hogar familiar y particular que requiere los servicios en el seno íntimo y personal.

Según la OIT, es un sector mal remunerado y reglamentado, siendo asimismo altamente desprotegido por la tutela laboral (OIT, 2009). Es característica local su falta de inclusión en el régimen general del trabajo (Ley de Contrato de Trabajo) siendo excluidas estas en su artículo 2 y teniendo un legislación específica recién con la sanción del Estatuto del servicio de casas particulares en el año 2013. Con respecto al ámbito jurisdiccional, el sector doméstico es el sector laboral de más baja judicialización ante los tribunales laborales de la Provincia de Buenos Aires. Esto se debe, según Cutuli, a una cultura de exclusión y un régimen de invisibilidad que condiciona la perspectiva de las trabajadoras del universo a considerar efectiva el acceso a la justicia (Cutuli, 2014).

En el aspecto de estudio de campo, el sector que estamos analizando presenta una gran dificultad para fiscalizar su informalidad por su gran diversificación de

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contrataciones laborales y su imposibilidad fáctica de sindicalización efectiva y concreta. Es el universo con menor sindicalización junto con los trabajadores rurales, siendo infértil, hasta el año 2013, cualquier política pública de beneficios generales para toda la población sectorizada.

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Informalidad del Universo

Es interesante la descripción que realiza Tiziani (2011) con respecto a que “el empleo doméstico aparece muchas veces en sus relatos como una elección que cobra sentido cuando se lo integra dentro del universo de inserciones laborales posibles al que pueden acceder”. Asimismo es necesario explicar que la situación de las trabajadoras de casas particulares se ve marcada transversalmente por los programas sociales que permiten visibilizar su actividad oculta. Es decir, el universo laboral que analizamos posee una auto-percepción de invisibilidad, siendo su voz y su reconocimiento la titularidad de un derecho recibido por el Estado.

Según el informe de la OIT (2003-2012) que hace la elaboración de un cuadro en base a los datos de la EPH, la informalidad laboral del sector doméstico se redujo en un 12,2% en los años indicados. Es decir, si tuviéramos que encontrar un denominador común es la reducción general de la informalidad laboral y en mucha menor medida la del sector doméstico.

En el mismo estudio se indica que para el año 2012, el 84,7% de las trabajadoras del sector doméstico se encuentran no registradas y, que, aunque representa una reducción del 95% del 2003, duplica el porcentaje de informalidad de los asalariados en general. Es interesante analizar los datos a partir del 2013, año de la sanción del Régimen Especial de Contrato de Trabajo para el personal de casas particulares.

Siguiendo con esa mirada, el gráfico trimestral que presento a continuación (Gráfico 1), muestra que no es manifiesta una tendencia a la baja de la informalidad a partir del año de sanción de Estatuto particular mencionado. Es decir, a contrario sensu de la hipótesis de que la sanción legal debiera aumentar la tendencia hacia la formalidad, eso aparece reflejado en los datos en un constante vaivén de marchas y retrocesos (similar al período anterior a la sanción).

Vemos que en el tercer trimestre del año 2013, la informalidad rondaba el 80,40% de los trabajadores en la actividad, mientras que se denota una gran reducción hacia el cuarto trimestre con un 77,70%, es decir una rebaja de un 2,7% en un solo trimestre. Asimismo, si observamos veremos que el primer trimestre del 2015 significa el punto más bajo del período comprendido con 75,50% de informalidad laboral en la

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actividad doméstica. Por último, podemos resaltar la informalidad (por lo menos en esta actividad) no tiene curvas suaves o medianamente lineales, sino que son cambios bruscos hacia arriba o hacia abajo y no se sostiene por mucho tiempo la misma proporción de esta variable.

Gráfico 1. Informalidad en Empleo Doméstico (por trimestre).

Por tanto, cuando vemos el gráfico anualizado (gráfico 2), podremos observar un

leve descenso (irregular por lo que vimos anteriormente) en promedio desde la sanción del Estatuto hasta mediados del año 2015. La reducción es mínima, de un 79,05% a 77,75, es decir, 1,3% en casi dos años. Sin duda, parece ser que la sanción legal de una norma en defensa de los derechos laborales de las trabajadoras de servicio doméstico no alcanza, por si sola, para mejorar eminentemente los índices de informalidad laboral.

80,40%

77,70%78,70%

79,30%

76,90% 77,10%

75,50%

80,00%

73,00%74,00%75,00%76,00%77,00%78,00%79,00%80,00%81,00%

Tercero -2013 Cuarto -2013 Primero -2014 Segundo -2014 Tercero -2014 Cuarto -2014 Primero -2015 Segundo -2015

Informalidad en Empleo Doméstico (por trimestre)

Fuente: Elaboración propia en base a EPH.

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Gráfico 2. Informalidad en Empleo Doméstico (por año).

Al mismo tiempo, podemos encontrar que la gran reducción que opera es entre la sanción del Estatuto y el año 2014. Mientras que entre el año 2014 y el 2015 la reducción es sólo de un 0,25%, nimia si observamos de los valores que partimos. Por último, quisiera recalcar que existieron esfuerzos en los últimos años por reducir la informalidad laboral y, especialmente, en el sector que estamos analizando. Pero deberíamos por ahí comprender las dificultades que encontró el Gobierno anterior a la hora de intentar reducirla. Es quizás, debido a la necesariedad por parte del patrón de acumulación del capital de dicho proceso, donde la informalidad laboral junto con la precariedad (como conceptos definidos) son parte de una continuidad y no ruptura (como si en muchísimos otros aspectos), de la etapa anterior o convertibilidad. Sumado a ello, cuando la informalidad es parte del proceso económico imperante, quienes reciben un mayor espaldarazo y sufren las máximas consecuencias, son los sectores débiles, sin organización sindical y poca conciencia de clase o gremial. Finalizo este punto con la necesidad de re-pensar las estrategias de informalidad para este sector, conociendo los factores expuestos en el párrafo anterior y con la vocación de dar un marco en el capítulo siguiente. Especialmente cuando, como lo ha dicho Martha Novick “La informalidad laboral es una de las problemáticas más graves del mercado de trabajo argentino, caracterizada por una importante heterogeneidad y originada por múltiples determinantes” (Novick, 2008:16).

79,05%

78,00%77,75%

77,00%

77,50%

78,00%

78,50%

79,00%

79,50%

Año 2013 Año 2014 Año 2015

Informalidad en Empleo Doméstico (por año)

Fuente: Elaboración propia en base a EPH

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Propuestas Como venimos tratando, desde el año 2002-2003 la economía y las políticas de empleo implementadas por los Gobiernos nacionales y provinciales permitieron una reducción significativa de la informalidad en términos genéricos. En el ámbito específico de las trabajadores de servicio doméstico su reducción fue menor y con nimia repercusión en el mercado de trabajo. En el caso del empleo en servicio doméstico, las políticas tradicionales de inspección en un caso, y de apoyo o aumento de la rentabilidad por otro, no son efectivas cuando comprendemos que son casos en donde se confunde la unidad productiva con la unidad familiar (como en las miradas del sector informal de los años 70’). En este caso la estrategia que ha imperado tradicionalmente ha sido la inscripción registral para pequeñas empresas, accediendo a un régimen simplificado de tributación. En el caso de las estrategias clásicas de inspección, resulta en una doble vía de dificultad: una, la existente con respecto a la unidad productiva siendo una casa particular y segundo, el derecho de la persona a la inviolabilidad del domicilio.

Necesitaremos otras estrategias para este universo laboral. Es clave utilizar los censos nacionales y la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) para facilitar la recolección de información que permita el análisis y luego evaluación de las políticas a aplicar en el universo seleccionado. Asimismo debemos utilizar las recomendaciones y la normativa que se dicta en el Convenio 189 de la OIT en referencia al trabajo doméstico y las estrategias de fortalecimiento del universo. Debemos entender que a lo largo de estos años se aplicaron políticas para elevar la formalización y reducir la precariedad laboral del sector laboral doméstico. Sin embargo, como ya expresamos, esa reducción fue significativamente menor a la tasa general. La nueva legislación es un gran avance pero debemos lograr que la cobertura normativa alcance al total del universo, sino sin duda se quedará en una declaración de buenas intenciones. El Estado debe realizar una intervención específica en el ámbito del trabajo de servicio doméstico, facilitar incentivos económicos para la formalización de trabajadores en pequeñas empresas, campañas de difusión de los sectores críticos de

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informalidad, un régimen especial de seguridad social, capacitación para otras salidas laborales, etc. En ese orden de ideas, se requiere al mismo tiempo una política estatal de mejoramiento de las condiciones de sindicalización siguiendo experiencias comparadas reflejadas en los informes de la OIT. Es, sin duda, un valor para mejorar los indicadores de informalidad y precariedad laboral, el estímulo a mayor sindicalización, poder de negociación colectiva y el facilitamiento de ámbitos con dichos objetivos. Una buena medida de dichos estímulos, son los que se dieron a lo largo de estos años en relación a la protección social por fuera de la relación laboral estricta, es decir, los programas sociales focalizados para el universo familiar de las trabajadoras domésticas. Por último, resulta imprescindible una propuesta integral focalizada, con una mirada interdisciplinaria que incluya capacitación, fiscalización, concientización y sindicalización. Cada uno de ellos, sumado a un marco macroeconómico favorable, mejoran los indicadores a nivel comparado e incluso a nivel nacional, de la informalidad y precariedad en los ámbitos laborales donde se confunde la unidad productiva y la particular, y en relación a las pequeñas empresas y sus características particular que dificultan la efectivización real de las políticas de empleo.

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Bibliografía Bertranou, Fabio y Casanova, Luis; “Informalidad laboral en Argentina.

Segmentos críticos y políticas para la formalización”, OIT-2013.

Bertranou, Fabio y Casanova, Luis; “Caminos hacia la formalización laboral en Argentina”, OIT-2015.

Castillo Marín, Luis, “Políticas de Empleo en la Argentina. Desde la restauración de la Democracia (1984-2011).

“La formalización del Trabajo en Argentina”, en Notas OIT sobre Trabajo Decente; OIT-2011.