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religión

CARDENAL ORTEGA

El Cardenal Jaime Ortega, Arzobispo de La Habana,recibió en Messina, Sicilia, el Premio InternacionalBonino 1999 para las letras, las ciencias, el arte y lacultura, que otorga la Fundación italiana. La ceremo-nia de entrega se realizó en el teatro Vittorio Emanuelede la ciudad siciliana, el pasado 19 de junio en presen-cia de autoridades civiles, religiosas y militares, y dela directiva de la Fundación Bonino-Pulejo.

Estuvo también presente el Cardenal Pio Laghi,Prefecto de la Congregación para la EducaciónCatólica de la Santa Sede, Enviado especial para laocasión, por ser esta la primera vez que la Fundaciónconcede su premio a una figura religiosa.

Antonio Calarco, Presidente de la Fundación,expresó que este premio era un reconocimiento, en lapersona del Cardenal Ortega, a la obra de toda laIglesia en el umbral del Tercer Milenio de la EraCristiana. “Una Iglesia –expresó el Señor Calarco-siempre más presente en la sociedad en defensa de lospobres y frente a la prepotencia de la riqueza, unaIglesia capaz de ser mediadora entre las diversasculturas e instrumento imprescindible para el logro dela paz mundial”.

En sus palabras de agradecimiento, refiriéndose a lavisita del Santo Padre a Cuba y los acontecimientosposteriores, el Cardenal Ortega expresó que “nodebemos permitir que se clausure la puerta abiertapor el Papa… Para nosotros, pastores de la Iglesiaen Cuba, esto sería una imposible claudicación; paralos hombres y mujeres de fe de nuestro país, sería uncontrasentido de cara al tercer milenio de la eracristiana”. El Arzobispo de La Habana concluyópidiendo a los presentes no olvidar en sus oracionesal pueblo cubano.

Durante la última década de este siglo y milenio, elPremio Bonino había sido otorgado al Profesor JamesBuchanan, Nobel de Economía, 1992; al ProfesorLuc Montagnier, descubridor del virus VIH del Sida,1993; a Lord Ralf Dahrendorf, sociólogo y filósofode la Universidad de Oxford, 1994; al MaestroRicardo Muti, Director Musical del Teatro de la Scaladi Milano, 1995; a Kofi Annan, Secretario General delas Naciones Unidas, 1996; y a Mary Robinson, AltaComisionada de las Naciones Unidas para los Dere-chos Humanos, 1998.

Por primera vez, el Premio Internacionales otorgado a un líder religioso.

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Señoras y señores.Distinguidos miembros de la Fundación

Bonino – Pulejo:Agradezco vivamente el alto honor que

me confiere esta Fundación, y lo hagocon la emoción de quien sabe que estehomenaje no se dirige a mi persona sinoa la Iglesia Católica que peregrina en Cubay a la cual humildemente represento.

Digo con emoción porque, durante dé-cadas de silencio acerca de nuestra vi-vencia a veces oculta, siempre serena yconfiada de la fe en Cristo y de nuestraesperanza en el único Salvador, los cató-licos cubanos teníamos a menudo la im-presión de ser olvidados por los cristia-nos de otras latitudes. Cuba es una isla,situada en el corazón de América. Su vo-cación continental fue siempre la de serpuente y lugar de encuentro de culturasy pueblos diversos, pero la realidadsociopolítica que se instauró en mi país apartir del año 1959, produjo su aislamientodel continente americano y lo hizo do-blemente distante de la parte occidentalde Europa, donde se gestaban el merca-do común y la Unión Europea. En rela-ción con el continente europeo se esta-blecían y consolidaban nuevos lazos eco-nómicos, culturales y también ideológi-cos con los países del este de Europa queestaban bajo el influjo de la desaparecidaUnión Soviética y preferentemente conese mismo país.

Durante aquellos años en que se habla-ba a veces de la Iglesia del silencio enCuba, la comunidad católica cubana nopermanecía, sin embargo, inactiva. LaIglesia supo estar presente en Cuba a tra-vés de todas las incidencias de la historiamás reciente de nuestro país. Un buennúmero de católicos, entre muchos otros

Palabras pronunciadas por el Eminentísimo Señor Cardenal Jaime OrtegaAlamino en la recepción del Premio Anual de la Fundación Bonino-Pulejo

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cubanos, dejaron el país para establecerse en otras tierras,no pocos sacerdotes y religiosas al perder sus institucio-nes de estudio o de asistencia social, se trasladaron a otrospaíses, otros se vieron forzados a emigrar. Pero el peque-ño resto cristiano que se quedó en Cuba echó pie en tierracon la población que también permanecía en la Isla y lalabor catequética, el culto renovado y fortalecido por elclima de comunión fraterna que creaba aquella nueva es-piritualidad de resto fiel, produjo un tipo de comunidadeclesial viva, vibrante en sus celebraciones, agrupada sóli-damente en torno a sus pastores, quizás replegada sobresí misma, pero fiel y orgullosa de su fidelidad.

Se tiene entonces una vivencia original de Iglesia, comoaquella de los primeros siglos del cristianismo, haciendo laexperiencia de vivir lo esencial en la pobreza, con un totalabandono en las manos de un Dios que nunca nos deja.

La abnegación de los sacerdotes, atendiendo cuatro, cin-co, seis parroquias y otras comunidades eclesiales, la per-severancia valiente e incondicional de los laicos, su parti-cipación activa en la acción ministerial de la Iglesia, el tes-timonio de sus vidas, sea en sus familias, en su entornosocial, y especialmente en sus centros de trabajo, la capa-cidad total de la Iglesia para vivir la nueva realidad del paíssin resentimientos ni rencores, con una decisión siemprerenovada de servir a la sociedad, sin reclamar privilegios,sino sólo su derecho a existir, a mantener su identidad, arealizar su misión, le fueron granjeando a la Iglesia católi-ca un lugar de prestigio, de respeto, de simpatía en el senode la sociedad cubana.

Cuando en 1986, después de cinco años de preparaciónen todas las parroquias y pequeñas comunidades de todoel país, la Iglesia realizó en La Habana el primer EncuentroNacional Eclesial Cubano, las deliberaciones de aquellareunión, el documento surgido de la misma, las proyec-ciones hacia el futuro para la acción pastoral, mostrabanuna Iglesia que había madurado en el esfuerzo constante,donde no faltó el sufrimiento por las limitaciones reales enel desarrollo de su misión propia, a causa de estrictos ypersistentes controles estatales, pero donde se hacían sentirtambién la alegría y el entusiasmo.

Reitero la importancia de la unidad de la Iglesia duranteese período: obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas ylaicos enfrentaron aquella difícil situación cohesionadoscomo en una gran familia. No puede dejarse de destacar lacatolicidad de la Iglesia como factor determinante paramantener su fidelidad en los momentos difíciles. La adhe-sión de nuestra Iglesia al Papa, su profunda comunión conla Santa Sede, favorecida por el hecho de haber manteni-do Cuba y la Sede Apostólica relaciones diplomáticas queposibilitaron siempre la presencia del representante Papalen La Habana, constituyó para la Iglesia en Cuba una es-pecie de ventana abierta a la Iglesia universal, a través dela cual pudo sentir los aires nuevos del Concilio VaticanoII y recibir luz y esperanza por varios modos diversos.

Así pudimos tener acceso a los documentos conciliares, alos nuevos textos litúrgicos en lengua vernácula y recibirliteratura religiosa actualizada para la formación de los sa-cerdotes y seminaristas. En la figura del Nuncio en LaHabana se ha concretado durante todos estos años la co-munión con la Iglesia de Roma y especialmente con elSumo Pontífice. Esta relación, y el hecho de que nuestraIglesia pudiera nombrar libremente a sus obispos según elmodo habitual de hacerlo la Iglesia Católica Romana, sinprevia consulta del gobierno cubano, sino por la decisiónlibre del Santo Padre, fue una ventaja bien instrumentadapor la Iglesia para evitar el riesgo de seudoiglesias nacio-nales o de grupos de presión que hubieran podido surgiren su propio seno.

Es importante considerar las corrientes de pensamientoque subyacen en el tratamiento de la cuestión religiosa enCuba en los últimos 40 años. El pensamiento liberal y ellaicismo estuvieron presentes en Cuba desde el siglo XIXy se reafirmaron a causa de la intervención norteamerica-na de 1898 a 1902, con el consiguiente influjo predomi-nante en la vida republicana hasta el triunfo de la revolu-ción en 1959. A partir de ese momento es el pensamientomarxista el que intenta tomar el relevo. A todo ello se sumala modernidad secularista, cuyo influjo, nada desprecia-ble, no cesa de crecer en Cuba, sobre todo en estas últi-mas décadas del siglo.

La filosofía marxista originaria descalificaba el mismosentir religioso del hombre, considerándolo nocivo. Losseguidores de ese pensamiento, sobre todo los que en estesiglo establecieron sistemas sociopolíticos inspirados enaquella filosofía, llevaron a sus consecuencias prácticaslos postulados originarios de la misma y consideraron la fereligiosa y la institución eclesial como un molesto rema-nente de conductas atávicas, de las cuales el hombre debeser liberado con mayor o menor paciencia, según lo acon-sejen las circunstancias.

Las concepciones filosóficas e ideológicas del libera-lismo y del marxismo que, con respecto a la fe religiosase tocan en sus extremos: privatización de la fe, reduci-do o nulo rol social de la Iglesia, tratamiento más o menoscircunstancial o permisivo de la cuestión religiosa y dela Iglesia; han dejado un sedimento de cierta enverga-dura en mi país.

Pero en estos últimos años del siglo XX en todo el mun-do se ahondan las preocupaciones por los riesgos de losavances científicos y económicos, por el deterioroecológico, por el consumismo, por la manipulación genéticay el menosprecio de la vida, etc. Surge así un reclamo deresponsabilidad en el hombre, para que tome seriamenteen sus manos las riendas de la historia. De esa responsabi-lidad suya depende el futuro personal y colectivo de loshabitantes de la tierra. El hombre aparece ahora en el cen-tro de atención de pensadores, políticos y escritores, notanto como el beneficiario y dueño absoluto de la creación

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para disfrutar libremente de ella y realizarse así como hu-mano, (humanismo tradicional); sino como el responsableconsciente del futuro previsible de la humanidad y de labase de sustentación de la misma, que es el planeta consus recursos, su población y el tipo de relaciones de loshombres entre sí y con la naturaleza, por sólo citar algu-nos aspectos del problema, (nuevo humanismo).

Por el buen nivel cultural medio del pueblo cubano,dentro del cual surgen las inquietudes y se suscitan lasbúsquedas, estas coordenadas históricas, sociopolíticas,filosóficas y religiosas formaban parte del pai-saje humano que encontró el Papa Juan PabloII en Cuba al realizar su inolvidable visita pas-toral a mi país.

Halló el Santo Padre además, una Iglesia pobreen recursos humanos y materiales, pero rica enexperiencias de auténtica vida comunitaria, conun compromiso evangelizador creciente y abun-dante en frutos. En efecto, la Iglesia de la pre-sencia y de la acción callada, de celebracioneshondas y sentidas que agrupaban al resto fiel envivencias serias de comunidad cristiana, pero quepermanecía, al modo del primer grupo apostóli-co, con las puertas cerradas por miedo; habíacomenzado desde el primer Encuentro NacionalEclesial Cubano, un sostenido e interesante pro-ceso de apertura en dos sentidos: acogiendo aquienes llegaban a la comunidad cristiana y lle-vando el anuncio de Cristo a los barrios y pue-blos, tocando a las puertas de nuestros herma-nos, estableciendo nuevos centros de encuen-tro y de celebración en casas de familia aleja-das de las iglesias o en poblados y barrios nue-vos sin templos.

Este proceso de apertura y crecimiento corres-pondía también a un despertar de las inquietudesexistenciales y religiosas del pueblo cubano, quetrajo consigo la búsqueda de raíces culturales ehistóricas por parte de hombres y mujeres de cier-ta formación humana, retorno a la fe de muchosantiguos creyentes católicos, manifestaciones másfrecuentes y públicas de la religiosidad popular,necesidad de encontrar sentido a la vida en mu-chos jóvenes y en no pocos adultos, etc.

Este movimiento confluyente de la Iglesia hacia el pue-blo y del pueblo hacia la Iglesia fue facilitado por una pro-gresiva flexibilidad de parte del gobierno en el tratamientode la cuestión religiosa. Desde mediados de la década delos ochenta, disminuyeron poco a poco las presiones ha-cia los creyentes por cuestiones de su fe. Primero fue enlos centros de trabajo, después en las escuelas; la univer-sidad abrió la casi totalidad de sus carreras a los creyen-tes, un trato más respetuoso del tema religioso en los me-dios de comunicación sustituyó ciertas expresiones y ata-

ques de mal gusto y, por último, la constitución de la Re-pública fue reformada en sus artículos que declarabanateo al estado para reemplazarlos por otros donde se pro-clama que el estado es laico. Gran valor de signo tuvotambién la supresión de la condición de ateo para pertene-cer al Partido Comunista Cubano.

En un clima, pues, de menor tensión y mayores y másfrecuentes contactos de la Iglesia y las autoridades de lanación con vistas a la venida del Papa Juan Pablo II aCuba, se dio la preparación de la visita del Santo Padre y

su ulterior realización. En el íter hacia ese extraordina-rio evento, tuvo particular importancia la visita del pre-sidente Fidel Castro al Papa Juan Pablo II en Roma y laacogida recibida por él de parte del Santo Padre y de laSede Apostólica.

Se comprende que en este ambiente que iba de menos amás en cuanto a posibilidades de la Iglesia y flexibilizacióndel estado en su trato a los creyentes en Cuba, el PapaJuan Pablo II a los pocos minutos de llegar a nuestro país,hiciera un emplazamiento que contenía una idea – fuerzamovilizadora de las conciencias en Cuba y en otros luga-

EL PAPA EN CUBACONSTITUÍA UNA NOVEDAD

TOTAL PORQUE HACÍAPOSIBLE

LOS CONTRASTES SINRUPTURA, LA SÍNTESIS SINCLAUDICACIONES, Y ASÍ, SU

SOLA PRESENCIAENTRE NOSOTROS

PARTICIPABA DEL GOZODE LA BUENA NUEVA

QUE JESUCRISTORESUCITADO MANDÓ A

PROCLAMAR

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res: “que Cuba se abra con todas sus magníficas posibili-dades al mundo y que el mundo se abra a Cuba”.

Desde el inicio de su viaje el Santo Padre tenía puesta sumirada en el futuro y lo hacía como mensajero de verdady de esperanza.

Pero, ¿puede justificarse esa llamada a una apertura re-cíproca entre Cuba y el mundo apoyándose sólo en la ca-pacidad de apertura, aún tímida, del estado cubano haciala Iglesia y hacia la fe religiosa en general?, porque noparecían darse pasos similares en el ámbito político o deotros derechos ciudadanos. ¿No sería esta unaextrapolación indebida?.

Si conocemos el pensamiento del Papa Juan Pablo IIcon respecto al papel de la fe religiosa en el seno de lacomunidad civil, su llamado no nos sorprende.

En más de una ocasión, al hablar de los derechos huma-nos, el Papa ha puesto la libertad de vivir y proclamar sufe como un derecho fundamental de la persona humana,considerándolo como requisito y reclamo de los demásderechos; esto se verifica sobre todo en los países cristia-nos. Cuba, situada en el corazón de América, perteneceno sólo al hemisferio occidental, sino al mundo cristiano.En el aula magna de la universidad de La Habana el SantoPadre insistió en las raíces cristianas de la cultura cubana,aún más, el Papa diría en su homilía de la Plaza de la Revo-lución algo que me dijo personalmente a mí mientras reco-rría las calles de La Habana en automóvil, viendo las mul-titudes que en cada ocasión esperaban ansiosas su paso:“Cuba tiene un alma cristiana”.

Para el Papa Juan Pablo II lo que la Iglesia vive en elseno de una nación es altamente indicativo de la totalidadde la realidad sociopolítica de ese pueblo. Este modo depensar parece ser el mismo de no pocos observadores dela situación cubana: embajadores en La Habana y sus go-biernos y muchos periodistas y analistas de diferentesmedios de difusión. Por eso el viaje de Juan Pablo II aCuba adquiría un valor de signo que lo hacía tan esperado

EL CLIMA DE DISTENSIÓN, DE SERENIDAD,DE MAYOR TOLERANCIA,

QUE SIGUIÓ A LA VISITA DEL SANTO PADREEN NUESTRO PAÍS, DEBE PREVALECER

A PESAR DE LAS CRISIS Y DIFICULTADESDE CUALQUIER ORDEN.

JUSTAMENTE, ESTE CLIMA SE CONVIERTEEN EL MÁS PODEROSO FACTOR PARA SUPERAR LO

ADVERSO.

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y seguido por millones de espectadores, oyentes y lec-tores de todo el mundo. Por esto también los pasos re-cíprocos del gobierno y de la Iglesia en Cuba, trascien-den el ámbito exclusivamente religioso y cobran un sen-tido más amplio.

El Papa fue a Cuba como mensajero de la verdad y de laesperanza, pero en su visita pastoral la esperanza no erasuscitada únicamente por las palabras de ánimo que el Papaprofería, sino por su misma presencia, su interacción conel pueblo y con las autoridades de la nación, su mirada,sus gestos y sus silencios. El Papa en Cuba constituía unanovedad total porque hacía posible los contrastes sin rup-tura, la síntesis sin claudicaciones, y así, su sola presenciaentre nosotros participaba del gozo de la buena nueva queJesucristo resucitado mandó a proclamar a sus discípuloshasta los confines del mundo. Este cairós no podría dejarde tener un después diferente. Ese era el sentir de mu-chos. El Papa había inaugurado un tiempo de esperanza yesta esperanza justifica cualquier llamado en favor del amor,de la reconciliación, de la justicia, de la libertad, porque estan abarcadora la esperanza cristiana como lo es su mismameta, el bien supremo, Dios. Por eso podía reclamar elPapa: “que Cuba se abra al mundo, que el mundo se abra aCuba; que cesen las medidas económicas restrictivas im-puestas desde fuera porque son injustas y éticamente in-aceptables, que sean los cubanos los protagonistas de suhistoria, que no esperen que otros hagan por ellos lo quedeben hacer ellos mismos; que no tengan miedo, que abranpuertas y corazones a Cristo”.

La esperanza cristiana tiene una meta que es Dios, elbien supremo, pero el Santo Padre nos dejó además unprograma para la esperanza. Si lo cumplimos, ese tiempode esperanza que él inauguró no cesará de ampliarse, ydentro de él se alcanzarán paso a paso metas intermedias,generadoras, a su vez, de nuevas esperanzas.

De este modo el Papa Juan Pablo II hizo de su visitapastoral a Cuba algo más que el logro de un propósitoaltamente anhelado por él y por la Iglesia cubana. La es-tancia del Sumo Pontífice en mi país tuvo los aires de unaobertura, que anuncia en su ejecución los temas que hande ser retomados y desarrollados más tarde en el curso dela puesta en escena. De ahí el seguimiento posterior de lavisita Papal por observadores de todo género, gobiernos,conferencias episcopales de América y de otras regionesy aún por la opinión pública internacional. De ahí tambiénla alta responsabilidad de la Iglesia en Cuba como recepto-ra y ejecutora del programa pastoral que nos confió elPapa y que debe llevar a los católicos cubanos al inicio deltercer milenio de la era cristiana.

Pero, normalmente, el correr del tiempo, ¿no debe ami-norar el impacto del viaje Papal a Cuba?. Como eventohistórico puntual la visita de Juan Pablo II a mi país parti-cipa de ese dinamismo descendente, como el que opera enuna trayectoria balística, al cual están sometidos todos los

acontecimientos, que se van tornando poco a poco re-cuerdo y evocación.

Sin embargo, en su aspecto fundante de esperanza, ensu programa de luces largas sobre temas esenciales a lavida de la Iglesia y del ser humano, la misión pastoral delPapa en Cuba se yergue como un cuerpo de doctrina y deacción para el tercer milenio de la era cristiana, al modo deuna suerte de “encíclica a los cubanos”, a la cual tendráque volver una y otra vez la Iglesia que vive en Cuba en sucaminar hacia el año 2000. La familia, la juventud, el sufri-miento, el amor a la Patria, las raíces y características dela cultura cubana, la libertad, la renovación de la sociedad,la visión cristiana del hombre y de las estructuras socialespara que exista la justicia y se respeten los derechos hu-manos, el papel del hombre y la mujer cubanos como pri-meros responsables de su destino y protagonistas de suhistoria, son algunos de los temas programáticos esencia-les del Santo Padre que no forman un simple cuerpo teóri-co, sino que incluyen un proyecto dinámico y preciso parael futuro.

De la Iglesia en Cuba, de la acción de sus pastores, de laentrega generosa de sus sacerdotes, religiosos y religiosasy de la participación decidida de los laicos depende el des-pliegue y concreción del programa Papal que debe confi-gurar el nuevo itinerario de la Iglesia inaugurado por elSanto Padre en su visita a mi país.

Simultáneamente a su aplicación gradual este proyectodebe llevar consigo la esperanza, quiero decir, debe desa-rrollarse con talante esperanzador. Esta fue la tónica de lavisita del Santo Padre a Cuba. Esa ha sido la característicadel pontificado del Papa Juan Pablo II, muy acorde con elaliento y el gozo que la buena nueva debe producir en elcorazón humano para que sea percibida como tal. Losobispos de Cuba debemos ser los principales portadoresdel “proyecto esperanza” de Juan Pablo II, que es huma-nista y cristiano.

En la cuarta Conferencia General del Episcopado Lati-noamericano celebrada en Santo Domingo en el año 1992,los obispos de América Latina debatieron ampliamenteacerca del modo de enfocar la realidad económica social ypolítica del continente Latinoamericano, donde la pobrezay la frustración coexisten con grandes riquezas materia-les, humanas y espirituales. Se consideró para ello el usodel conocido método de Ver, Juzgar y Actuar, tan emplea-do en este siglo y que tan buenas aportaciones ha hecho agrupos apostólicos, movimientos y organizaciones eclesialesen general, influyendo en el desarrollo de congresos y re-uniones y en la elaboración de no pocos documentos ema-nados de ellos. Pero esta vez no parecía satisfacer a lamayoría de los pastores latinoamericanos este método.Apuntaban que en ocasiones somos prolijos en los análisisque resultan casi siempre desalentadores en el Ver, que sevuelven casi siempre duros y negativos en el Juzgar, puesel mundo que nos rodea está lejos del ideal evangélico y

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sus reclamos, con el riesgo de que el Actuar participe delmismo desaliento con que da inicio la reflexión y puedaquedar también condicionado por factores sociológicos,con las líneas de acción a menudo supeditadas a estrate-gias demasiado humanas, al surgir muy desde abajo.

Los obispos proponían otra andadura, y ésta fue la claveen la que se redactó el documento final. Primeramenteconsiderar la realidad tal como es querida por Dios, ilumi-nada por la palabra revelada y por una seria reflexiónteológica. En segundo lugar analizar cuales son los desa-fíos pastorales para que pueda realizarse el designio deDios sobre esa realidad concreta, sea por ejemplo la fami-lia, la juventud, la sociedad, el trabajo humano, etc; y entercer lugar adoptar las líneas pastorales que resulten másadecuadas según la reflexión y el análisis de los desafíospastorales.

Este método para llevar a cabo su misión pastoral hasido seguido por la Iglesia en Cuba, sobre todo a partir delII Encuentro Nacional Cubano en el año 1996.

La Iglesia en mi país no podría reducir su misión pasto-ral al análisis de la realidad políticosocial cubana, que pue-de estar distante del evangelio en muchos aspectos, ni aljuicio profético sobre esa realidad. Esta misión imprescin-dible de la Iglesia debe estar incluida dentro de un proyec-to más amplio, como es el de un plan pastoral. Aunque lasposibilidades de la acción de la Iglesia están disminuidas,(pensemos en el no acceso habitual a medios de comuni-cación, ni al sistema educacional del estado, o las dificul-tades en la acción social de la Iglesia o para construir nue-vos templos), la Iglesia debe proponerse un plan pastoraly así lo ha hecho desde 1996, con metas y programas queincluyen una creciente presencia y acción de la Iglesia enla sociedad cubana fruto de la reflexión teológica sobrenuestro medio y del análisis de los desafíos pastorales queél nos presenta. Este plan pastoral prioriza la formacióncristiana, sobre todo de los nuevos creyentes en Cristoque llegan a nuestras Iglesias, la creación y fortalecimien-to de comunidades cristianas vivas y dinámicas, capacesde acoger y entusiasmar a los nuevos cristianos y de sermisioneras, portadoras del mensaje del evangelio a otroshermanos, y la promoción humana por medio de la acciónsocial de la Iglesia.

El reciente Sínodo de América se plantea como condiciónprevia e indispensable para que se dé la transformación dehombres, comunidades y estructuras de la sociedad, que laIglesia propicie “el encuentro con Jesucristo vivo, caminopara la conversión, la comunión y la solidaridad en América”.El solo tema del sínodo constituye ya un documento claro,programático y comprometedor para los católicos del conti-nente americano, apoya en su formulación el plan pastoral dela Iglesia en Cuba y contiene muchos elementos esencialespara la misión en nuestro país.

La Iglesia en Cuba debe llevar al hombre y a la mujercubanos de hoy al encuentro con Jesucristo. Sólo él tiene

el poder de transformar sus vidas y ése es también el úni-co medio de transformar según el querer de Cristo la fa-milia y la sociedad entera. “El hombre es el camino de laIglesia” nos decía el Papa Juan Pablo II en su encíclicaRedemptor Hominis.

El Papa Juan Pablo II no hizo en Cuba análisis exhausti-vos ni juicios concluyentes sobre el pasado o el presentede nuestro país, trazó un camino de libertad y responsabi-lidad para el futuro y nos anunció con su misma presenciay actuación que es posible al cristiano estar en medio de lasociedad con su propia identidad y actuar en la historiaconcreta de hombres y pueblos con el poder de Jesucristoy la fuerza del Espíritu Santo. Al final de su homilía en laPlaza de la Revolución en La Habana, el Papa improvisabaalgunas palabras inspirándose en el fuerte viento que sesentía esa mañana durante la celebración de la Eucaris-tía. Dijo el Papa: ”este viento me hace pensar en el Es-píritu Santo. El Espíritu sopla donde quiere y quieresoplar en Cuba”. En el Espíritu de Dios estaba la granesperanza del Papa y en él está puesta la esperanza de laIglesia en mi país.

Ese “no sé qué” casi inexplicable que produjo la visitadel Papa en la sociedad cubana tiene mucho que ver conla esperanza que suscitó en el corazón de los cubanos.Esta esperanza no debe ser derrotada y, si bien parecehaber quedado atrás el clima más positivo y abierto delaño 1998, en el que algunos elementos de la política nacio-nal cubana y sobre todo de la política internacional conrespecto a Cuba, parecían brindar ciertos cauces inmedia-tos a aquella gran esperanza, y se presenta este año conperspectivas poco alentadoras a este respecto, no debe-mos permitir que se clausure la puerta abierta por el PapaJuan Pablo II a la esperanza con su visita pastoral a Cuba.Para nosotros, pastores de la Iglesia en Cuba, esto seríauna imposible claudicación; para los hombres y mujeresde fe en nuestro país sería un contrasentido de cara altercer milenio de la era cristiana.

La Iglesia en Cuba no puede detenerse ante los signosnegativos que intentan oscurecer un futuro mejor. Nues-tra misión debe llevar a todos los cubanos, sean hombresde gobierno o de pueblo, creyentes o no creyentes, la es-peranza que el Papa Juan Pablo II sembró a su paso entrenosotros. El clima de distensión, de serenidad, de mayortolerancia, que siguió a la visita del Santo Padre en nuestropaís, debe prevalecer a pesar de las crisis y dificultades decualquier orden. Justamente, este clima se convierte en elmás poderoso factor para superar lo adverso.

Este es el más difícil y apasionante quehacer de un pas-tor en Cuba.

Pido sus oraciones por los obispos cubanos y para quenuestro plan pastoral hacia el 2000 tenga éxito. No olvidentampoco en su oración al pueblo cubano.

Muchas gracias.

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“Nos congregamos bajo el signo deldolor, del sufrimiento que nos hace mi-rar a la Cruz llenos de esperanzas. Elsigno es el dolor, pero la fe nos hacesuperar nuestras propias posibilidades.Esa gloria, esa vida es la que pedimosa Dios para nuestras muchachas”.

Con estas palabras comenzaba Su Emi-nencia el Cardenal Jaime Ortega Alamino,Arzobispo de La Habana, la Santa Misacelebrada en la S.M.I. Catedral de La Ha-bana el pasado viernes 30 de julio por eldescanso eterno de las doce jóvenes falle-cidas unos días antes, el 19 de julio, comoconsecuencia de un accidente de tránsitoocurrido en el Municipio Candelaria, en laprovincia de Pinar del Río. Las jóvenes via-jaban en un grupo de cuarenta y una mu-chachas católicas a un Encuentro de Vera-no (estilo campamento) asumido como mo-mento de oración, reflexión, tiempo libre,juegos y desafíos, de cara a un proyectopersonal.

El accidente dejó además como saldo va-rias personas heridas que permanecieronalgunos días en estado de gravedad yotras que sufrieron lesiones más leves.

Un día después, el señor Cardenal Ar-zobispo de La Habana recibió un mensa-je de condolencia enviado por el SantoPadre Juan Pablo II, texto que reprodu-cimos al final de esta nota.

La Iglesia arquidiocesana se une al do-lor de los familiares y amigos de las falle-cidas en el accidente: Isabel María Ca-ballero Jiménez (Parroquial Mayor del

Siendo de Cristo viviremos en Cristoy moriremos con El

Vaticano, 20 de julio de 1999.

Emmo. Sr. CardenalJaime Ortega AlaminoArzobispo de La Habana.

El Santo Padre, vivamenteapenado al conocer dolorosanoticia del accidente decirculación en la Diócesis dePinar del Río, que haocasionado la muerte de oncechicas* y numerosas heridasentre las jóvenes de LaHabana, Santa Clara y Pinardel Río que se dirigían a uncampamento veraniegoorganizado por lasbeneméritas religiosas Siervasde San José, ofrece sufragiospor el eterno descanso de lasfallecidas, asimismo, le ruegoque transmita el profundopesar de Su Santidad a losfamiliares de las víctimas y alas organizadoras de esaactividad formativa, juntocon sus expresiones deconsuelo, viva solicitud ydeseo de prontorestablecimiento de lasheridas, mientras en estosmomentos de dolor les impartede corazón la confortadorabendición apostólica comoprenda de esperanza en Cristoresucitado.

Cardenal Angelo SodanoSecretario de Estado de

Su Santidad

Nota:Dos días después de ser recibido estemensaje falleció la jovenOlema Baró Dickson.

Espíritu Santo, Sancti Spiritus), Liset de laCaridad Franco Fleites (Parroquial Mayordel Espíritu Santo, Sancti Spiritus), BelkisMilagros Báez (Iglesia Nuestra Señora dela Guadalupe, Central Unidad Proletaria,Cifuentes, Villa Clara), Leysi CastellanosVázquez (Iglesia Nuestra Señora de laGuadalupe, Central Unidad Proletaria,Cifuentes, Villa Clara), Yamilka BárbaraMesa Hernández (Iglesia Santa María dela Magdalena, Cifuentes, Villa Clara), LizKeila Alfonso Carreras (Iglesia NuestraSeñora de la Esperanza, La Esperanza),Maydelis Martí Monteagudo (CatedralSanta Clara de Asís, Villa Clara), AriatneQuintana Llanes (Catedral Santa Clara deAsís, Villa Clara), Greidis Noda Sanabria(Alquízar, La Habana), Yusmila BodalisHerrera (Capilla La Inmaculada, El Cerro,La Habana), Olema Baró Dickson (CapillaLa Inmaculada, El Cerro, La Habana) yMadelein de la Caridad Ruíz González (SanJuan y Martínez, Pinar del Río).

Fotos: Orlando Márquez

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L CELEBRARSE LA IVSemana Social Católicade Cuba en la diócesisde Matanzas, SuA

Santidad Juan Pablo II, quemantiene muy vivo el recuerdode su visita a esa bella Nación,me ha encargado hacer llegar sucordial saludo a losorganizadores y participantes enesas jornadas, cuyo origen seremonta al lejano 1938,volviendo a celebrarse en 1991en la Arquidiócesis deLa Habana.”

TEXTOS Y FOTOS:ORLANDO MÁRQUEZ

Inauguración del EventoPeregrinación a la tumba deJosé Antonio Echeverría

Monseñor Luis Robles(izquierda), NuncioApostólico, junto aMonseñor PedroMeurice, Arzobispode Santiago de Cuba,durante la Misa declausura

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Con estas palabras sa-ludaba el Cardenal Secre-tario de Estado, AngeloSodano, la última Sema-na Social Católica, quereunió en la Iglesia LaMilagrosa, frente a lahermosa bahía de Ma-tanzas, a unos 90 cuba-nos procedentes de lasonce diócesis del País yvarios invitados residen-tes en el exterior. En re-presentación de la SantaSede asistió MonseñorGiampaolo Crepaldi,Subsecretario del Ponti-ficio Consejo “Justicia yPaz”; otros invitados delexterior fueron el PadreAlberto Athié, Presiden-te de la Comisión de Asistencia Socialde la Conferencia Episcopal de Méxi-co; José Luis Alemán y DavidFernández, ambos sacerdotes jesuitasresidentes en Santo Domingo y Méxi-co, respectivamente, y tres laicos ar-gentinos.

Al filo de las 4:30 p.m. del jueves 24de Junio, se realizó una rueda de pren-sa, en la que respondieron preguntas ala prensa extranjera acreditada Mon-señor Pedro Meurice, Arzobispo deSantiago de Cuba y Presidente de laComisión Episcopal “Justicia y Paz”de la COCC, el Ingeniero DagobertoValdés, miembro de la Pontificia Co-misión “Justicia y Paz” y Director delCentro de Formación Cívica y Religiosade la Diócesis de Pinar del Río, asícomo el también Ingeniero Luis Rigau,laico de Matanzas y Coordinador deesta IV Semana Social.

Monseñor Meurice manifestó que elobjetivo de este evento era “tratar deprofundizar en la Doctrina Social dela Iglesia, ayudar a reflexionar sobreella en el intercambio, en el diálogo”,y añadió que este diálogo debe ser am-plio, “no sólo de los católicos entre sí,ni siquiera de los católicos y los de-más cristianos, sino de todos los cu-banos”. El Arzobispo primado deCuba, se refirió igualmente a lo que lla-

mó Magisterio del Papa para Cuba,pues “antes, cuando buscábamos Ma-gisterio pontificio en materia social,íbamos a los libros, a las encíclicas;desde que el Papa vino a Cuba, reco-rrió nuestro país y, de alguna manera,su palabra fue iluminando nuestra vidacomo Iglesia y nuestra historia comoPueblo de Dios, además de ese Ma-gisterio ordinario que permanece, no-sotros podemos decir que tenemos unMagisterio pontificio para Cuba”.

Minutos después quedó oficialmen-te inaugurada la Semana Social, con lapresencia del Obispo de Matanzas,Monseñor Mariano Vivanco; Monse-ñor Luis Robles, Nuncio Apostólicoen Cuba; Monseñor Santos Gangemi,Primer Secretario de la NunciaturaApostólica.

En la noche, la Iglesia del Carmenacogió a los delegados y fieles de laDiócesis para escuchar la primera con-ferencia de este evento, a cargo deMonseñor Giampaolo Crepaldi, con eltema Estado laico y misión de laIglesia. Haciendo una reflexión sobreel Estado, Monseñor Crepaldi afirma-ba que éste, por naturaleza, es “‘lai-co’: es decir, no se ocupa directamen-te de la perfección de sus miembros,sino de las “condiciones” a través delas cuales ellos pueden libremente

conseguirla”. Para el experto de laSanta Sede, si la antigüedad clásica des-conocía la laicidad del Estado, lo cualconfería poderes tanto civiles comoreligiosos al Emperador o al Faraón,“el cristianismo, en cambio, introdu-ce una lógica diversa: según ella esnecesario ‘dar al César lo que es delCésar y a Dios lo que es de Dios’…Si,efectivamente, ‘César’ no es ‘Dios’,significa que él no tiene un poder abso-luto (porque también él responde auna ley divina) y por tanto cadahombre depende, en última instan-cia, de ‘Dios’ y no del ‘César’”. Sinembargo, “si el fin último ya no esDios -afirma Monseñor Crepaldi- en-tonces tal fin será, tarde o tempra-no, identificado con el Estado; unpoder que no reconoce otra autori-dad superior está destinado a vol-verse inevitablemente totalitario yobjeto de un respeto no libre porparte de sus súbditos, y por tanto,frágil y constantemente amenazadoen su interior”.

Con respecto a la Misión de la Igle-sia, el Subsecretario de la PontificaComisión “Justicia y Paz” recordabaque ésta es de orden religioso, pero “deesta misma misión religiosa derivanfunciones, luces y energías que pue-den servir para establecer y consoli-

Trabajando en equipo

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dar la comunidad humana según la leydivina”. De este modo, podría darse enla práctica una convergencia en las fun-ciones del Estado y la Iglesia, como ins-tituciones al servicio del bien común,expresó Monseñor Crepaldi, quien re-conoció que era un “equilibrio difícil”,pero posible “por el respeto y por la bús-queda sincera de la verdad. Por ello, lacolaboración entre el Estado y la Igle-sia es al mismo tiempo el fruto y la cau-sa de un contexto de auténtica libertad”.

El viernes 25, las sesiones de traba-jo comenzaron con el panelGlobalización y Solidaridad, integra-do por Licenciado Arturo López Levy;Padre Alberto Athié; Padre José L. Ale-mán s.j.; y el Licenciado Daniel Mier.Después de un receso, los delegadostrabajaron en equipos, a partir del tra-bajo de los panelistas. No por ser tanmencionado, es del mismo modo com-prendido el fenómeno de laglobalización. Por ello la convenienciade este panel, que debió ayudar a losparticipantes en la comprensión delasunto, quienes hicieron primero unareflexión de la realidad nacional y elinflujo de la globalización en Cuba,dedicándose después a reflexionar so-bre la necesidad de la solidaridad comocanal que debe conducir las estrate-gias globalizantes. Así, por ejemplo,los delegados consideraron que uno delos escollos a superar en la realidadcubana actual era, entre otros, la faltade solidaridad y el temor a defender yapoyar a personas que, en determina-do momento, se convierten en vícti-mas de injusticia, para lo cual es con-veniente desarrollar un trabajo pasto-ral que acerque a la realidad de los ciu-dadanos y promueva la conciencia deque todos somos hijos de Dios, condeberes y derechos, los cuales debenser ejercidos mediante una libertad res-ponsable; para ello, se dijo que es nece-sario también iluminar la solidaridad conla dimensión cristiana de la caridad, puessólo así la solidaridad alcanza todo supotencial, sin distinción alguna.

La sesión de la tarde estuvo dedica-da al taller sobre “Educación para el

Diálogo”, a cargo de representantes delMovimiento de Trabajadores Cristia-nos. El diálogo, como método ideal enbusca de avenencia, fue consideradopor los delegados, tanto en debates ple-narios como en equipos de trabajo, apartir de las dificultades y facilidadespara su puesta en práctica.

Para la noche se realizó una veladacultural, en la que un trío matanceroagradó a los presentes interpretandocanciones cubanas y del repertorio in-ternacional.

El tema central para la mañana delsábado 26 de Junio, se desarrolló te-niendo como base la ponencia “Parti-cipación ciudadana y reconciliaciónnacional”, a cargo del Ing. DagobertoValdés. Después de un diálogo con elexpositor, los delegados comenzaronel trabajo por equipos, aportando ideasy sugerencias en este punto.

Después del almuerzo, a la 1:30 p.m.,se produjo la salida para la ciudad deCárdenas a una cita con la historia,momento singular en que los delega-dos realizaron una peregrinación a latumba del líder católico universitarioJosé Antonio Echeverría. Bajo un solde justicia, los delegados conformaronuna procesión, acompañados pormiembros de la comunidad de Cárde-nas y Nora Avelairas, una amiga de lainfancia de José Antonio, desde la en-trada del Cementerio hasta el lugardonde se conservan los restos morta-les del estudiante de arquitectura muer-to el 13 de Marzo de 1957, poco des-pués del ataque al Palacio Presidencialy la toma de Radio Reloj. Ante su tum-ba se cantó el Himno Nacional y seleyó un breve discurso panegírico.Mons. Meurice dirigió la oración. To-dos los presentes recibieron copia delTestamento Político al Pueblo de Cuba,redactado por José Antonio Echeverría,horas antes de comenzar su acción.Los delegados rendían de este modotributo al cristiano comprometido conla realidad de su País. Para NoraAvelairas, este era un “merecido ho-menaje, sobre todo –dijo- por los jó-venes que han venido”. Nora consi-dera que los jóvenes deben aprenderde su ejemplo y “seguir sus pasos, por-

que fue un gran cristiano que luchómucho en contra de las injusticias”.

De regreso a “La Milagrosa” con-tinuó el trabajo en equipos, pero estavez por diócesis. El tema a tratar secentró en las experiencias de las co-misiones “Justicia y Paz” en las Igle-sias locales.

La noche estuvo dedicada a un am-plio panel: De la precariedad a losexcluidos en la era de laGlobalización. En esta ocasión par-ticiparon Monseñor. GiampaoloCrepaldi, quien se refirió al trabajode la Pontificia Comisión Justicia yPaz, así como sus planes futuros.Otro panelista, el Padre DavidFernández s.j., Rector de la Univer-sidad de Guadalajara, México, disertócon profesionalismo sobre la Edu-cación para la Paz y la solución pa-cífica de los conflictos. El Padre Al-berto Athié habló sobre Participa-ción ciudadana y derechos huma-nos, tomando como referencia elconflicto de Chiapas, en el cual par-ticipa como Presidente de la Comi-sión Episcopal Mediadora paraChiapas de la Conferencia Episcopalde México. También intervinieronJavier Romero y Gregorio Ramírez,laicos argentinos, quienes expusie-ron la experiencia de la Iglesia enaquel país para ayudar a desarrollarla sociedad civil desde los años 30s.Este panel propició intervenciones ypreguntas de los presentes, intere-sados en conocer otras experiencias.

El domingo 27 de Junio, último día dela Semana Social, se inició con la pre-sentación de una síntesis de la últimaponencia del día anterior. A continua-ción, los delegados volvieron a trabajaren equipos, haciendo una evaluación delas líneas de acción resultantes de la an-terior Semana Social y trabajando en unapropuesta de acción como resultado deesta IV Semana Social. La última re-unión plenaria se realizó a las 10:30 a.m.,en la que se realizaron varias interven-ciones de los presentes.

La Misa de clausura se celebró almediodía, y fue presidida por Mons.Luis Robles, Nuncio de Su Santidaden Cuba.

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Spera inDomino et

fac bonitatem

O N E S T E M E N S A J E ,pleno de disponibilidad, sepresentó Monseñor ArturoGonzáles Amador el pasado

Santo Padre las disposicionespontificias en virtud de las cuales senombra Monseñor Arturo segundoObispo diocesano.

A continuación el Padre Obispo tomóposesión de la Sede Presidencial o Cáte-dra, sitio desde el que enseñará comomaestro al pueblo de Dios; recibió tam-bién el Báculo como signo de autoridady una calurosa acogida por parte de lossacerdotes del Presbiterio, diáconos,religiosas, seminaristas y laicos. “Es esteel maravilloso misterio de la Iglesia –diría minutos después Monseñor Arturo-, que es visible y espiritual a un tiempo,santa y pecadora, instituida y sostenidapor Cristo. Comunidad de fe, esperan-za y caridad que comunica gracia y ver-dad a los hombres, a través de los hom-bres. En ella se articulan de modo par-ticular las personas, el elemento huma-no, que la hace presente en medio delmundo, y el elemento espiritual, la fuen-te de todo bien, Jesucristo mismo, elSeñor resucitado, quien la llena con suEspíritu, le da su Evangelio y la edificacon los sacramentos, en particular conla Eucaristía”.

Tuvo también palabras de elogio alreferirse a su predecesor, MonseñorFernando Prego Casal: “...hombre deprofundo corazón sacerdotal que undía apareció entre nosotros lleno devida y juventud, para quien no existíani la distancia ni las dificultades, nila fatiga ni la enfermedad, cuando setrataba de cuidar el rebaño de Dios;hombre que se desgastó poniendo todoera y tenía a favor no sólo de los fie-les de esta Iglesia, sino de toda cria-tura de Dios...”

Finalmente, y desde el pórtico de sunueva misión, el Obispo puso a la fami-lia diocesana en manos de Dios bajo laguía de la Virgen, Reina de los Apósto-les y Madre de la Iglesia, e invocandoademás el auxilio de San José y de nues-tra patrona, Santa Clara de Asís. En elseno de esa gran familia que lo acogecomo Pastor, intentará convertir en rea-lidad cotidiana su lema “Spera in Domi-no et fac bonitatem”, confiando siem-pre en el Señor y haciendo el bien.

NOTA:* El autor es periodista de la revista Ama-

necer, de la Diócesis de Santa Clara.

Spera inDomino et

fac bonitatemPOR YOEL PRADO*

“...el Señor los ha oído, y como respuesta concreta, lesentrega mi persona. Aquí estoy y me entrego en totalidad

para servir a mi Dios en su pueblo. Entre ustedes nací, entreustedes aprendí a vivir con corazón y mente cristiana, entre

ustedes comencé a ser sacerdote de Jesucristo y entre ustedesquiere el Señor y su Iglesia que viva como Obispo”.

Cdomingo 18 de julio, día en que tomó,día en que tomó posesión canóni-camente como segundo Obispo de laDiócesis santaclareña. La ceremonia,efectuada en la S.I. Catedral, desbor-dante de fieles, era a la vez epílogo yprólogo. Llegaban a su fin seis largosmeses, durante los cuales MonseñorArturo debió llenar parte del vacío oca-sionado por el fallecimiento de Mon-señor Fernando Prego y pastorear elrebaño del Señor como AdministradorDiocesano, y comenzaba simultánea-mente una nueva etapa, ahora en sucondición de Obispo Residencial.

Durante su homilía, el joven preladosorprendió a todos con una solicitud.El nuevo Pastor de Santa Clara sueñacon al menos una hora radial cada se-mana, para poder hablarles de Dios alos campesinos y decirles que es “esePadre que fertiliza los campos con lalluvia y madura los frutos con el calordel sol. Conozco su lenguaje y sé desus costumbres porque entre ellosnací, nada difícil me sería... ¡cómo sepurificaría la fe de estos hombres ymujeres que poco conocen de consue-los humanos y sí mucho de trabajos!”

Su ministerio episcopal –que se ini-ció en diciembre de 1998, cuando fueordenado Obispo-, también estará mar-cado por una atención preferente a losniños y jóvenes, “realidad y esperanzade la Patria y de la Iglesia”, a los po-bres, los enfermos, los obreros y losintelectuales, según expresó.

A la ceremonia de Instalación asis-tieron Monseñor Luis Robles Díaz,Nuncio Apostólico de Su SantidadJuan Pablo II y todos los miembrosdel Episcopado cubano, entre ellos suPresidente, Monseñor AdolfoRodríguez Herrera. Correspondió alArzobispo Metropolitano de Camagüey–provincia eclesiástica a la cual perte-nece la Diócesis santaclareña- presi-dir el primer momento de la celebra-ción. Monseñor Adolfo y el SeñorNuncio, ejecutaron en nombre del

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Los 90 años delPADRE FRANCISCO

POR EDUARDO QUIÑONES GARCÍA

FOTOS: LUIS PONS

La Comunidad Pasionistade La Víbora homenajeó a estehumilde y venerable religioso,decano de su Congregación yde los sacerdotes que residen en Cuba

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Llegar a los noventa años de edad esun privilegio que muchos no alcanzan.Pero cuando se llega como lo ha hechoel Padre Francisco Sánchez Ozcoz, conlucidez, buen estado de ánimo y entregahumilde a la causa de Dios, es una ver-dadera dicha. En ese largo camino decasi un siglo de vida, el Padre Franciscoha ido sembrando buenas obras, amory sabios consejos.

Para manifestarle el reconocimientoy cariño que todos le guardan, tuvolugar el 18 de junio pasado –día de suonomástico- una celebración especialen la Iglesia del Sagrado Corazón deJesús y de San Pablo de la Cruz, quela Congregación Pasionista tiene en elbarrio de La Víbora.

Allí se dio lectura a la emotiva cartaque una hermana suya, monja clarisa,le enviara desde el convento donde ra-dica en España, y al mensaje de felici-tación de Su Santidad Juan Pablo II;mientras que el Superior de la Ordeny Párroco, Padre Carlos Elizalde, serefirió en la homilía a la virtuosa per-sonalidad y provechoso trabajo apos-tólico de este ilustre hermano.

A la solemne Eucaristía, presididapor el propio Padre Francisco, con-currieron sacerdotes, religiosos ymonjas pasionistas y de otras congre-gaciones, así como feligreses, muchosde los cuales han recibido de él los sa-cramentos del Bautismo, la Confesión,la Comunión, el Matrimonio, en lascuatro décadas de su misión en estaparroquia.

BREVE ENTREVISTANo conforme con el simple hecho

de dar noticia de esta Misa en su ho-nor, veinticuatro horas después estre-chábamos las manos en el Conventode la calle Buenaventura, donde espe-raba sonriente, con su inseparable há-bito negro, faja de cuero e insigniaPasionista en el pecho. Algo encorva-do “por el peso” de los años, nadiediría que este hombre de cabello ne-grísimo, apenas matizado por algunascanas, representaba su edad.

Entablamos un diálogo informal,donde el sacerdote, parco y modestocuando de hablar de sí mismo se tra-ta, dio algunos datos de su vida:

“Nací en el pueblo de Castejón,en Navarra, España. De muchachotenía dos tíos-abuelos que eran sa-cerdotes, y yo quería ser como ellos.De manera que comencé a ir a uncolegio pasionista en otro pueblo,cercano al mío”.

¿Cuándo profesó?“En julio de 1925. Mi ordenación

sacerdotal fue el 19 de junio de1932..”.

Es usted entonces el decano de lossacerdotes que ejercen su ministe-rio actualmente en Cuba.

“Pienso que sí. No creo que hayaotro con más de sesenta y siete añosde ordenado. Está el Padre Moré, queme lleva un año de edad; pero yo fuiordenado antes”.

¿Cómo decidió venir a Cuba?“No lo determiné yo. El Padre Pro-

vincial me dijo que había sido seleccio-nado para ir a La Habana. Así, el 8 demarzo de 1935 pisé Cubita, la bella”.

¿Se ausentó de Cuba en algúnmomento?

“Permanecí 13 años hasta que, sien-do Superior en Cuba, asistí a un Ca-pítulo de la Congregación en España,y allí me dejaron. Luego estuve cua-tro años en El Salvador. En1960 medieron permiso para entrar de nuevoen Cuba. Los pasionistas fueron de-jando las casas de Holguín y SantaClara. Entonces, en 1965, vine defi-nitivamente para esta parroquia y con-vento de La Víbora”.

Me han dicho que ha sido maes-tro de novicios, y con algunos deellos, ya veteranos sacerdotes, hacompartido su misión en Cuba.

“Ciertamente. Por ejemplo, con eltambién Padre Pasionista ManuelJiménez...”

En los últimos años ha tomadofuerza la religiosidad en la Isla. Lasiglesias se llenan de jóvenes y adul-tos. Y en enero de 1998 vivimos esefeliz acontecimiento que fue la vi-sita del Santo Padre. ¿Qué opina detodo eso?

“Yo creo que está muy bien esa re-acción de venir a la Iglesia, unos por

vez primera y otros de vuelta a ella.En el caso de los jóvenes, éstos hanrespondido bien, y tienen fuerte pre-sencia. Han venido buscando lo queno encuentran en la vida mundana.Pero como muchos no han tenido unasólida formación religiosa, o simple-mente ninguna, pues se observa in-constancia en los mismos. Y no es fá-cil para esos jóvenes ser constantes, yromper con las amarras que los atana las malas costumbres o a la vida li-cenciosa que otros aún practican. Demanera que a algunos la Iglesia lesllena durante algún tiempo, pero des-pués van fallando. No quiero decir conesto que sean todos.

“Sin embargo, en el caso de losadultos es distinto. Los que se aleja-ron bastante tiempo de la Iglesia y re-gresan ahora, porque han comprendi-do que hicieron mal y ahora rectifi-can, tienen más fundamento. Y encuanto a la visita del Papa, pues éstasin duda produjo también una granreacción, que no sabemos hasta cuán-do va a durar”.

Volviendo a lo que ha dado moti-vo a nuestro encuentro. ¿Cómo sesiente al arribar a los 90 años deedad?

“Pues bien, no tengo ninguna difi-cultad. La salud, sí, me falla un poco.Pero creo que ya no se puede pedirmás. Por eso digo en broma: ‘voy ti-rando de la carreta...’”

¿No ha pensado en retirarse y re-gresar al terruño...?

“De ninguna manera”.¿Tiene usted un nuevo terruño

que es Cuba, no?“Así es. Llevo mucho tiempo vivien-

do en esta bella tierra...”Nos despedimos del Padre Francis-

co Sánchez, renovándole nuestra ad-miración y afecto. Quien visite su pa-rroquia podrá verlo activo y enérgico,presidiendo la Eucaristía, en bautizoso confesiones, siempre presto a la son-risa y al saludo amable, rodeado delcariño de esta Comunidad que en elbarrio de La Víbora, con amor y em-peño, mantienen vigorosa los PadresPasionistas.

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POR JUAN MANUEL

DE PRADApublicado en el diario español El Paísel pasado 15 de junio.

E UNOS AÑOS ACÁ,se ha desatado un debatemediático (si el oxímorones tolerable) sobre laD

salud del Papa Wojtyla.Aprovechando cada una de suscomparecencias públicas, nosobsequian con primerísimos planosde su rostro golpeado por elcansancio, de sus manos agitadaspor el parkinson, de sus andarestorpes y vacilantes. Se hanfilmado, con intachableobscenidad, sus desvanecimientossúbitos, sus incursiones en lasomnolencia, sus dificultades paraarticular un discurso en voz recia yelocuente. Las cámaraspertrechadas de «zoom» yteleobjetivo se han dedicado aexplorar con tesón topográfico elmapa pobladísimo de sus arrugas,la palidez exhausta que a vecesasoma a su rostro, el vitiligo queinfama su piel, el brillo herido de sumirada. En toda esa avalancha deimágenes uno no descubre sinopornografía y vileza, casi tantacomo en las observacionesmalévolas o jocosas que algunosexégetas de esas mismas imágenesdeslizan, regodeándose en laendeble salud del Papa, en suancianidad esquilmada y casimoribunda. Parece que, pordebajo de toda esta avilantezchusca, se estuviese insinuando:¿qué signos de vitalismo podemosesperar de una institución queconfía su jefatura a un viejochocho?

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Cada uno de sus viajespastorales, se convierte en unaexcusa renovada para que estalegión de carroñeros lance suspullitas; el último tropezón delPapa en Polonia, saldado con unabrecha que condecora su cráneo,ha desatado un nuevo Cafarnaumde comentarios chistosos omostrencos. Prescindiendo de

que la agresividad analfabeta denuestras sociedades ha desterradoa un arrabal de piadosa desidia),un hombre decida exponer alescrutinio público las heridasminuciosas que los años le han idodejando y se levante cada mañana,sobreponiéndose al reuma y a lascicatrices del alma y de la carne,para seguir pronunciando su

mandato, pero la valentía de unviejo que carga con la cruz de unaexistencia extenuadora, para seguirejercitando su vocación, no puedeser despachada con una sonrisitasarcástica. Hay demasiadaabnegación en su gesto, haydemasiado heroísmo en su figuradesvencijada, hay demasiadoentusiasmo en la actitud de unviejo que prefiere el polvo y losabrojos del camino a la molicie desu palacio vaticano.

Los griegos, que fueron losprogenitores de nuestra cultura,cantaron la cólera de Aquiles, perotambién la elocuencia de Néstor.Sin los discursos de Néstor, nohubiese sido posible la conquistade Troya, porque las palabras deaquel anciano inclinado sobre subastón supieron templar laspasiones que agitaban los pechosaqueos. Hoy, cuando tantospoliticastros y titiriteros de lademagogia se esfuerzan por

adhesiones religiosas, quisiera hoymostrar mi admiración por eseviejo que agota sus días en elcumplimiento de la misión que leha sido asignada. Como el soldadoque siente una y otra vez el besocruento de la espada pero se niegaa abandonar el campo de batalla,Wojtyla merece el aplauso y lareverencia que se profesa a loshéroes, esa especie en peligro deextinción. Que, en plenodesprestigio de la vejez (una edad

verdad refractaria a las modas, meparece un espectáculo deincalculable belleza. Esa vejezfecunda que se inmola ante lasmultitudes constituye uno de losemblemas más esperanzadores deuna civilización que ya agoniza.Quizá no creamos en el evangelioque propaga, ni en la jerarquía quelidera, ni en la raíz divina de su

preservar un aire juvenil,temerosos de que los sondeos depopularidad anuncien su declive,se agiganta la figura de Wojtyla,ese viejo fatigador del atlas. No seme ocurre imagen másenaltecedora y vitalista que la deun anciano queriendo morir con lassandalias puestas y los labiosbautizados de palabras.

WOJTYLA MERECEEL APLAUSO

Y LA REVERENCIAQUE SE PROFESA

A LOS HÉROES, ESA ESPECIEEN PELIGRO DE EXTINCIÓN

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sociedad

POR FRANCISCO ALMAGRO DOMÍNGUEZ.

desde la puertalas quejas enturbian la tardeel polvoocupa los oídoshay piedras que ennegrecen

L CIUDADANO DE ESTOS MESES FINALES DE SIGLO CONTEMPLA,desde el cómodo asiento de su casa, una masacre de adolescentes a manos desus condiscípulos, las escalofriantes cifras de asaltos, violaciones y víctimasdiarias de maltrato infantil, la conversión en horas de un conflicto étnico enuna guerra de sofisticada tecnología, el eterno rencor por el pasado y la penade muerte como venganza. Los hijos del ciudadano juegan a la guerra concomplicados juguetes cada vez más dañinos al contrario, y esperan la mayoríade edad para cambiar las balas de plástico por proyectiles letales; algo que aveces quisiera hacer la mujer del ciudadano cuando no es oída, es vejada en suintimidad, maltratada de palabra y de acción por el ciudadano, por sus hijos,por sus vecinos…

E

un sacristán esperamientras siega su rabiavespertina.

Eduardo MesaEl centauro no cesa

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ICree el ciudadano medio que puede ser ajeno a esa vio-

lencia que transpira la pantalla del televisor, cada conversa-ción con su esposa e hijos y flota, como un aroma natural,en su propia casa. Afuera, a unos pasos del hogar, casi coninocente ironía gravita un corpus invisible donde todas lasagresividades están entretejidas y le toca un pisotón sindisculpas, una mala contesta, una amenaza de usar la fuer-za o hasta la fuerza misma.

Siempre el ciudadano de fin de siglo regresa a casa pen-sando por qué hay tanta agresividad “en la calle” e inte-rrumpido en su meditación por la estridencia del rock quemal oye su hija a todo volumen, le grita a su hijo que baje eltelevisor donde una ráfaga de ametralladora le apaga la vozy de un tirón le da vuelta a la esposa, para que lo mire, lehaga caso, le de una explicación acerca de la violencia quese siente por todas partes.

IIEl hombre ha buscado durante siglos las causas biológi-

cas, psicológicas y sociales de la agresividad. Desde queFranz Joseph Gall relacionó la estructura del cerebro conpresumibles tendencias criminales, los científicos no handejado de explorar este campo. El antropólogo CesareLombroso hizo un audaz aporte durante el siglo XIX aldecir que existían “tipos criminales” dados por las caracte-

rísticas del rostro y otras partes del cuerpo. Esta es unaetapa de la criminología que las personas menos agracia-das pero muy honradas y apacibles detestan con razón.

En los últimos años se especula sobre determinadas con-centraciones de hormonas en la sangre de personas violen-tas, pero los estudios no son conclusivos. Quizás los tra-bajos neurológicos y psiquiátricos estén en mejor condi-ción de explicar por qué una cuarta parte de los encarcela-dos por delitos violentos poseen una enfermedad mentaldemostrable —en su mayoría trastornos de la personali-dad— y otra cuarta, debilidad mental y trastornos del tra-

zado electroenfalográfico. Aún quedaría una mitad en laque no es posible hallar una causa biológica para explicar laviolencia.

En el terreno psicológico, la Teoría Psicoanalítica deSigmund Freud alumbró los oscuros senderos del incons-ciente humano. Pero a casi un siglo de su genial Interpreta-ción de los Sueños, los instintos y las pulsiones de muerte —Tátanos— o sexuales —Eros —no bastan para explicar to-talmente los impulsos agresivos en personas aparentementeecuánimes y civilizadas. Por cierto, el propio Freud tuvo queescapar de nada menos que la inteligente y civilizada Alema-nia cuando invadió Europa en época de Adolf Hitler; la Patriade Goethe, Beethoven y Dedekind, se convirtió en una vorazmaquinaria de muerte y destrucción. De todos modos, elpsicoanálisis y sus derivaciones han mostrado que elemen-tos aprendidos en la más temprana infancia influyen en laformación de ciertas conductas agresivas.

En el plano filosófico y sociológico, muchas son las ex-plicaciones que se pretenden para la conducta agresiva. Enla llamada Etapa de la Ilustración Francesa, el tema de laviolencia tuvo especial interés y a Montesquieu debemoslos mejores análisis sobre el tema en esos años. Recorde-mos que irónicamente los enciclopedistas prepararon elsubstrato político, filosófico y hasta jurídico de una vio-lenta revolución que hizo rodar las mismas cabezas que ledieron origen.

Se han planteado al menos trescausales de violencia social: la pérdi-da de identidad individual en personassometidas a regímenes colectivistas;en sentido inverso, estimular el indi-vidualismo en función de la compe-tencia en sistemas liberales y, paraambos grupos, la ausencia de metasy aspiraciones a mediano y largo pla-zos. En grupos de laboratorio ha sidoposible observar que miembros some-tidos al anonimato y la incapacidad dehacerse diferentes a sus semejantes,desarrollan conductas extraordinaria-mente violentas. Del mismo modo, ungrupo en que la rivalidad por la sub-sistencia es introducida aniquilando lasmetas colectivas, genera altas cuotas

de agresividad. No olvidar una obra paradigma como ElSeñor de las Moscas. La sensación de túnel sin salida, deespejuelos oscuros, donde se ve lo mismo a dos que a cienmetros, provoca primero un estado de inercia, resistenciaal movimiento, y después conductas impulsivas, general-mente dirigidas contra los que nos rodean y muy pocasveces contra la causa real del anonadamiento.

En resumen, la conducta violenta es un segmento, untodo donde confluyen varios factores y no una sumatorialineal de causas y efectos.

PARADÓJICAMENTE, EN LOS GRUPOS VIOLENTOSLAS LEYES O PACTOS NO ESTÁN SIEMPRE CLAROS,

O SON TAN RÍGIDOS QUE SON VIOLADOSINEVITABLEMENTE. SI UNA DE LAS PARTES CREE

QUE EL OTRO HA ROTO LAS REGLASSUPUESTAMENTE CLARAS NO QUEDA OTRO

REMEDIO QUE EL “CASTIGO”. EN LOS SISTEMAS DEPENSAMIENTO RÍGIDO NO CABE LA OPCIÓN DE QUE

LAS REGLAS HAN SIDO ROTAS POR ALGÚN MOTIVO YQUE SE DEBERÍA CONVERSAR SOBRE LA REGLA Y

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IIIHace algunas décadas

un secuestrador enEstocolmo, Suecia, entróen la historia de las cien-cias psicológicas y socia-les cuando mantuvo a surehén en un estado de in-seguridad perenne. Resca-tada, la víctima confesó quepor momentos llegó a te-mer más por la vida del se-cuestrador que por la pro-pia y que se debía ser flexi-ble en la sentencia. Así losespecialistas describieron larelación víctima—victima-rio como un ciclo donde,en ocasiones, el “abusado”se convierte en “abusador”al acusar y culpar al victi-mario. En otras palabras, elSíndrome de Estocolmo plantea que en toda conducta agre-siva o violenta se forma un sistema de culpas, frustracio-nes y amenazas de manera que los “malos” y los “bue-nos” no existen, porque para que halla un “agredido” siem-pre debe haber un “agresor”. Lo peor de todo, según losestudiosos, es que la supuesta víctima llega a depender delvictimario para construir su identidad y se vuelve incapazde romper el círculo: lo que lo hace importante o “bueno”es ser eso, una víctima del malo.

Se puede estar de acuerdo o no con el Síndrome deEstocolmo, pero es difícil objetar que cuando la conductaagresiva se ha instaurado como un “guión” en la historia deuna pareja, un grupo o un país, es espinoso modificar talcircunstancia.

En las parejas violentas el uso de la agresión busca hacergeneralizaciones desde la imposible uniformidad humana. Elciclo de ira casi siempre surge después que un pacto implíci-to o explícito ha sido roto por alguna razón, o más bien,alguno piensa que ha sido roto, aunque no sea cierto. El querompe las reglas es el “malo” y el que las mantiene es el“bueno”. No importa si el “bueno” es capaz hasta de quitarlela vida a el “malo” para mantener las reglas o el pacto.

Paradójicamente, en los grupos violentos las leyes o pac-tos no están siempre claros, o son tan rígidos que sonviolados inevitablemente. Si una de las partes cree que elotro ha roto las reglas supuestamente claras no queda otroremedio que el “castigo”. En los sistemas de pensamientorígido no cabe la opción de que las reglas han sido rotaspor algún motivo y que se debería conversar sobre la reglay no sobre quién y por qué la rompió.

La violencia es consubstancial a todo sistema humano,desde parejas hasta naciones, donde se haga de la homoge-

neidad un principio invio-lable, o donde la individua-lidad se coloque siemprepor encima de los demás;en ambos casos, el no con-tar sitúa al hombre al mar-gen de todo y de todos yse acaba la razón humana,dando paso a lo peor de losinstintos. En esos casos, laagresión suele ser una vía,una respuesta del quierocontar.

IVEn todo caso, la única

alternativa viable a la vio-lencia es el buen empleo dela no violencia. No está de-mostrado que la liberalidaden los divorcios, la pena demuerte o el empleo de la

fuerza contra otro país elimine la tensión doméstica, lasviolaciones, los asesinatos o los sistemas políticos que abu-san de sus ciudadanos en nombre, precisamente, de la pazy el desarrollo.

Cuando una pareja violenta acude a terapia no se buscaun culpable; ni siquiera interesa quién golpea a quién. Elsistema formado por esos dos seres humanos tiene unahistoria común que no comenzó con los primeros golpes.La función del terapeuta, en este caso, es trabajar en otraárea donde la pareja puede tener interés común o metascompartidas. Llevar la pareja a otro contexto donde la vio-lencia carece de sentido es el objetivo inicial del tratamien-to. Del mismo modo, los grupos acostumbrados a la agre-sividad cotidiana pueden ser penetrados por miembros conun “guión” diferente que rompe el ciclo de alimentación dela violencia desde alternativas o historias distintas a la co-nocida. El trabajo con estos grupos no debe basarse en“eliminar” los supuestos líderes impulsivos sino en que elpropio grupo entienda la inutilidad de semejante guía al com-pararlos con liderazgos alternativos. Las naciones marca-das por la violencia no tienen disyuntiva: sólo el perdónlogra cortar el círculo.

Toda presión u oposición abierta hacia un sistema de vio-lencia —aún cuando provoque en nosotros un lógico re-chazo y deseos de intervenir— puede, contradictoriamen-te, reforzar la violencia y también unir a las supuestas víc-timas y victimarios en un frente común contra el supuesto“defensor” de los agredidos.

Las conductas impulsivas y violentas son como las fo-gatas, cuando falta el oxígeno y el material combustible,son sólo remotas posibilidades.

LAS NACIONESMARCADAS

POR LA VIOLENCIANO TIENEN

DISYUNTIVA:SÓLO EL PERDÓNLOGRA CORTAR

EL CÍRCULO.

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Muchas veces he caminado con evocadora mirada lahabanera calle Prado... Rafael María de Mendive, José Martí,María Luisa Dolz y Eduardo Chibás han aceptado mi re-cuerdo en uno u otro momento, en medio del bullicio habi-

Figuras relevantes de nuestra nacionalidad

POR PERLA CARTAYA COTTA

“No es el color, sino el alma lo quedistingue a los seres”

Marta Abreu

tual. Pero ignoraba –hasta hace pocos días- que esta calletuviera una trascendente significación en la vida de la mu-jer a quien dedico estas cuartillas...

Ocurre que en una casona preciosa situada en la esquinade Trocadero, conoció ella a un joven que muy bien lleva-ba las gafas y la barba, en ocasión de su presentación a lasociedad capitalina (1869). Ocurre también que cerca deallí, en la casa número 55, vivía aquel excelente conversa-dor –el de la elegante barba-, que habría de ser, algún tiempodespués, su esposo para toda la vida; allí iniciaron la vidaconyugal. Más adelante, la casa marcada con el número72 conocería la intimidad de esta pareja cuyos nombresno deben pasar inadvertidos para quienes deseen conocersus raíces: Marta Abreu y Luis Estévez, primer vicepresi-dente de la República.

LA MUJERAcicate para mi búsqueda fue la valoración que de ella

hizo Jorge Mañach: “encarnación señera del alma cuba-na...”1, y esto, por supuesto, me impuso acercarme tantoa su infancia como a su carácter y preferencias.

Nació el 13 de noviembre de 1845 en la villa de SantaClara, en el hogar constituido por Don Pedro Nolasco deJesús González Abreu y Jiménez, oficial de la CaballeríaUrbana, y Doña Rosalía Justiniana Arencibia y Plana, hijade Don José Francisco Arencibia, Regidor Alcalde y Al-guacil Mayor de Villa Clara y Doña María Beatriz Plana.

QUIÉN FUE ESTA MUJER DEL SIGLO XIXque se atrevió a exponer las palabras queaún hoy, terminando el siglo XX, no sonsiempre aceptadas?... He podidocorroborar que una buena parte de lasgeneraciones actuales desconoce suprocedencia (¿rica o pobre?... ¿mulata oblanca?) y esto por sí sólo es un hecho queme motiva a la indagación...

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Marta fue la segunda de las tres hijas que tuvo el matrimo-nio. Creció en medio de violentos contrastes: trato huma-no a los esclavos de su hogar y menosprecio injusto yhasta cruel en las propiedades familiares y ajenas. Man-chas de la época. La madre, evidentemente, influyó mu-cho en la formación de su carácter y en sus gustos ycostumbres. Pero no tanto en su concepto de la vida... Deella aprendió que la caridad es un deber cristiano; se afir-ma que a sus expensas educáronse muchos niños y jóve-nes de ambos sexos. Pero no dejó obra perdurable orien-tada hacia el bien nacional y colectivo: “Algo dejaríapara la patria –le oyó decir Marta- si en ella hubieragarantías de recibirlo”2. La materna, sin dudas, fue unacaridad cristiana sesgada por la desconfianza hacia lasinstituciones de su época.

Lo cierto es que a los quince años no era una jovencitacomún; sus padres le hallaban una peculiar manera de serque no podía definir. Distinta a sus hermanas desde la ni-ñez, porque en vez de vestir muñecas prefería aprenderlos quehaceres hogareños. Pero el Doctor Pérez Cabreraafirma que desde edades tempranas leía a autores cubanosy extranjeros. Llegó a ser, en la plenitud de su juventud,una mujer de presencia atrayente. Alta la figura, que fueesbelta hasta el otoño de su vida. Agraciado, no bello, elrostro de un cutis levemente trigueño. Lo más hermoso ensu conjunto: los ojos verdes, grandes, de mirada diáfana,amparados por largas pestañas. Noble, la frente. Los la-bios, finos y sonrosados naturalmente, parecían esbozaruna perenne sonrisa. La cabellera, bruna, tendida siempresobre la espalda hasta que le correspondió el alto peinado.Su distinción era genuina. Elegante y sencilla en todos losdetalles de su buen vestir. Cuentan que nunca se dejó ten-tar por las vanidades. Mujer de caminos rectos y profundafe católica. Todos sus biógrafos coinciden en que la me-lancolía era distintiva en ella. Instituido en la Parroquia desu ciudad el Apostolado de la Oración, fue asidua al cultopromovido al Sagrado Corazón de Jesús. Y todos sabíanque el Sagrario de la misma gozaba de su especial predi-lección. Parece que una trilogía la acompañaría para siem-pre: fe, serenidad y tesón... ¿Qué la hizo permanecer sol-tera –siendo linda, rica y piadosa, en momentos en que lausanza era casarse joven-, hasta frisar la treintena de suvida?... ¿Sería acaso una impaciencia del corazón de altosvuelos?... ¿Sería esa la causa del fuerte insomnio que –tras los giros y giros al compás de valses y contradanzas-la angustió alegremente la noche memorable de la fiesta enel hogar habanero de sus padres?...

El año 1874 marcó en esta singular mujer un giroexistencial: esfúmase su melancolía. La causa no puedeser otra que su matrimonio con el joven matancero quesólo tenía como bienes que ofrecerle el amor, su trabajocomo abogado (con bufete en la calle del Obispo número27), el prestigio que su talento le había ganado y sus abun-dantes valores como hombre. A partir de ese momento

(16 de mayo de 1874, parroquia de término de la ciudadnatal), sus biógrafos casi unánimemente coinciden en queno puede hablarse de ella sin tener en cuenta a su Luisporque ella era “...la flecha, él el arco. Ella planeaba, élejecutaba. Marta representaba la fe, él la prudencia reflexi-va”3. Ella sería la gran benefactora de su pueblo, y él sufiel consejero.

LA PATRIOTA¿Es cierto que el matrimonio compartía con otros cuba-

nos el ideal independentista?... No puedo afirmarlo ni ne-garlo con evidencias documentales. Pero lo cierto es que,en junio de 1895, la familia Estévez-Abreu (enriquecidacon la presencia del único hijo, que ya tenía 20 años) na-vega rumbo a Europa debido a las suspicacias del Gobier-no con respecto a ellos...

Francia, generosa, le abrirá sus puertas. Allí vivían lashermanas de Marta. Lejos de Cuba –ya fuese allí o enEstados Unidos- su concepto del deber resaltará, ante to-dos, como una estrella: Cuba era, para ella, la primera pre-ocupación. Desde lejos, le duele aún más percibir el rostroensangrentado de la Patria que, en terribles pesadillas, laagitaba en medio del silencio. Intuye y sufre. Ora y con-suela. La “cubanería”, -expresión que solía utilizar paraexponer de alguna manera lo que sentía-, movíala a brin-dar dulcecitos y el ponche propios de la lejana tierra, cuandoen su hogar reuníanse en torno a su mesa cubanos quehasta ella llegasen en busca de ayuda, porque ella era comola mano de Cuba. Ni reformista ni anexionista:independentista. Y no hubo discrepancias con el esposo.Desde su arribo a París participa activamente en el Comitéde Auxilios (constituido por indicación de Tomás EstradaPalma, delegado del Partido Revolucionario Cubano enNueva York), junto al puertorriqueño Doctor Betances,Nicolás de Cárdenas y otros compatriotas. Colabora en elperiódico La República Cubana. Proporciona constan-tes donativos para crear un buen fondo de auxilios. Y aúnmás: su fe sostenía la fe de quienes la conocían. (Y aun-que no he logrado corroborar que tras el fracaso de LaFernandina ella enviara al Apóstol los recursos para iniciarla guerra, tampoco lo pongo en duda). Imponentes meparecen las donaciones económicas enviadas al Delegadodel Partido en Estados Unidos: año 1896: $60 000; año1897: $50 000; año 1898: $11 000, para un total de $121000, sin contar la ayuda monetaria importante tanto a emi-grados cubanos y al Doctor Ramón E. Betances, como afamilias que le escribían para reunirse en algún país, etc.Fermín Valdés Domínguez escribió que ella fue una mujermodesta y de tanta sencillez que quiso mantener en el ano-nimato sus donaciones, utilizando a modo de pseudónimoel nombre glorioso de Ignacio Agramonte. Era el modo dehonrarlo, a su manera. Testimonio de su sencillez es tam-bién su joya más preciada: una pequeñita bandera cubanaesmaltada, a modo de pasador, parece que similar a la ob-

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sequiada por Estrada Palma a Mary Dosving, la modestaobrera de Massachussett, en agradecimiento a susdonaciones voluntarias a favor de la causa cubana.

DE REGRESOMarta y Luis regresaron a Cuba en febrero de 1899.

Pero no fue hasta el 19 de mayo de 1901 que retornaron ala añorada ciudad. Día de júbilo aquel para Santa Clara:había llegado Marta, honra de su pueblo y de Cuba.Desde el palco del teatro, de pie, recibió el aplauso delos suyos, tan prolongado y cálido que ella no pudoimpedir que las lágrimas corrieran por su rostro, surca-do por el tiempo y el dolor. Recibió una medalla de oroque, en el anverso, según diseño de Miguel Melero, te-nía grabada una alegoría de la instrucción y la caridad,síntesis de su obra benefactora.

Deben haber llegado plenos de júbilo y esperanzas...Pero es obvio que ella no estuvo al margen de lo queacontecía en Cuba. Deberes patrióticos la hicieron per-manecer en La Habana, junto al esposo. Animándolocomo mujer cuando asumió el cargo de Secretario deJusticia durante la ocupación militar norteamericana ypor un término de cuatro meses, debido a contradiccio-nes políticas y quebrantos de la salud. Concluida estaalternativa, halagada por el Generalísimo Máximo Gómezhasta el punto de proclamarla la mujer más grande deCuba, desea ella permanecer para siempre en su PatriaChica. Mas de nuevo llegará hasta ellos la voz patrióticade Máximo Gómez. La “cubanería” de Marta sostieneal esposo en el retraimiento que desea. Pero llega elmomento en que su nombre es interpretado como signode cordialidad y comprensión entre los cubanos... Y almirar los ojos de su esposa, las palmas reflejadas enellos lo impulsaron a la ofrenda generosa de la paz ho-gareña. El dilema de Cuba le impuso la vicepresi-dencia de la República que reclamaba nacer... ¿Des-pués?... la tristeza, el desaliento, la frustración antelo que debió ser y no fue... Y otra vez la partida encondiciones más tristes...

Marta de Cuba, a consecuencia de una operación deapendicitis complicada con peritonitis, ya sin conocimien-to, se marcha del mundo el 2 de enero de 1909 en la Ciu-dad Luz. Fue enterrada en el Cementerio de Montmartre.Cinco semanas después el esposo se quitó la vida. Losmortales restos del matrimonio fueron recibidos en la Ne-crópolis de Colón, -20 de febrero de 1902-, una tarde quese vistió de duelo.

Digna de admirar, sin reservas, es esta cubana que sólose rindió en el momento del descanso eterno.

REFERENCIAS1 Rafael Marquina: Alma y vida de Marta Abreu. Editorial Rex, La

Habana, 1951, p. 284.2 Ibídem p. 75.3 Florentino Martínez: Marta Abreu y Arencibia. Biografía de una

mujer excepcional. Editorial Rex, La Habana, 1951, p. 11.4 Según los libros nros. 62, 64 y 65, de la Tesorería del Partido

Revolucionario Cubano.

1882: Colegio “San Pedro Nolasco”, para niños po-bres.* / Colegio “El Gran Cervantes”, para ni-ños de color que no iban a la escuela.

1884: Construcción e inauguración del teatro “La Ca-ridad” (8 de septiembre) con fines benéficos:crear escuelas de instrucción pública y apo-yar a la “Asociación de Señoras de San Vicen-te de Paúl” para el auxilio a los pobresmendigantes.**

1885: Colegio “Santa Rosalía”, para niños pobres,*atendido por las religiosas Hermanas del Amorde Dios. / Construcción de un puente para quelos campesinos pudieran trasladar en tiempo ya tiempo sus cosechas al mercado de la villa.

1886: Obelisco en homenaje a los sacerdotes Juande Conyedo y Francisco Antonio Hurtado deMendoza, develado y bendito en el parque Vidalde Santa Clara.

1887: Creación de lavaderos públicos y gratuitos paralas lavanderas de oficio, dotados de bombasde agua y fosa absorbente para las aguas su-cias./ Reforma de los hospitales de San Lázaroy de San Juan de Dios.*

1893: Reforma interna de la Iglesia Parroquial.1894: La planta de energía eléctrica para dotar a la

Ciudad de esa clase de alumbrado. La casaGramme de París construyó los motores,dinamos, etc., y envió al Ingeniero Adriano E.Antelme para su instalación y la del tendido./Donación económica importante para el mejo-ramiento del “Observatorio Astronómico y Me-teorológico” municipal (fundado por el jovencientífico Julio Jover Anillo)./ Reforma de laErmita del Buen Viaje y otras iglesias de la Pro-vincia./ Ayuda para la construcción del con-vento de los Padres Pasionistas./ Donaciónpara la construcción del Cuartel de Bomberos.

1895: Inauguración de la Planta Eléctrica con gran-des festejos populares./ Dispensario “El am-paro” para niños pobres.

1902: Proyecto para la biblioteca pública y una es-cuela de artes y oficios en Santa Clara.

NOTAS* En estas obras también participaron sus hermanos: Rosa (lamayor) y Rosalía (la conocida señora que habitaba en la Quintade los Monos, en Palatino, La Habana, también una destacadabenefactora) .** No todos sus biógrafos coinciden en las fechas concernientesal teatro “La Caridad”. Presumo que ocurrió ese año debido a unacarta escrita por Luis Estévez en 1883.

OBRAS DE CARÁCTER SOCIAL REALIZADAS POR MARTA ABREU

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POR PEDRO A. HERRERA LÓPEZ

NTRE LAS MÚLTIPLES CASAS, ALGUNASverdaderos palacios, que se levantan en la viejaCiudad Intramural y en especial las que rodean a laPlaza Vieja, pocas hay que tanto por su historial yel de los que en ella residieron, como por suarquitectura y los elementos que en ella coinciden,tenga tanta relevancia como el Palacio de losCondes de San Juan de Jaruco, que ahora es sedede la Casa de Fondos de Bienes Culturales.

E

Luceta de estilo Art-Nouveau, en laque figuran dos mariposas entre

flores y hojas.

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Realmente este Palacio llama la atención por múltiplesdetalles de su construcción. La guarnición1 de su portadacon el escudo de armas de la familia, su gran puertaclaveteada con el bocallave antropoformo, del que escribíen el número 75 de esta revista, las columnas monolíticas2

de su patio central y otros muchos más.En ese artículo decía que en el año 1732 don Gabriel

Beltrán de Santa Cruz y Valdespino firmaba un contratocon don Diego de Salazar3 para la construcción de estacasa, que la había de hacer desde los cimientos y dedos altos.

Don Gabriel falleció el 31 de diciembre de 1733 y elcontrato fue renovado por su viuda doña Antonia Aranday Estrada. Cuatro años después, terminada la casa, estaseñora pasó a residir en ella con su hija Bárbara Beltrán deSanta Cruz y Aranda, la cual casó con don Agustín deCárdenas, primer Marqués de Cárdenas de Monte-Her-moso, y con su hijo don Gabriel de los mismos apellidos,quien fue abogado de los Reales Consejos, Fiscal de laReal Hacienda y Alcalde ordinario de La Habana en dosocasiones: en 17464 y en 17675. En 1770 fue agraciadocon el título de Conde de San Juan de Jaruco por haberconcertado con el Rey Carlos III la fundación de unpueblo en el corral de su propiedad nombrado San Juande Jaruco, con los cargos de Señor y Justicia Mayor deesta población y su vinculación, asignándole un solarcon veinte varas de frente y cuarenta de fondo y unacaballería de tierra además de animales y aperos de la-branza para cada uno de los cincuenta primeros veci-nos y la construcción de una iglesia6.

Por no tener descendencia en su matrimonio, el primerConde dejó a su fallecimiento ocurrido el 20 de octubre de1772 como sucesor en el título a su esposa doña TeresaBeltrán de Santa Cruz y Calvo de la Puerta y después deésta a su sobrino nieto don Joaquín de Santa Cruz y Cár-denas, que ya había sido agraciado con el título de Condede Santa Cruz de Mopox7. Este señor fue el padre de lacélebre Mercedes Santa Cruz y Montalvo, que de mayorllegó a ser Condesa de Merlín, por su matrimonio conCristóbal Antonio Merlín, Conde de Merlín, ayudante deCampo del Rey José Bonaparte. La Condesa de Merlínnació en esta casa.

En 1821 el cuarto Conde de Jaruco, Don FranciscoXavier de Santa Cruz y Montalvo, habiéndose suprimi-do por las leyes españolas los mayorazgos, vende alseñor Francisco Izquierdo siete accesorias de la plantabaja de esta casa que formaba parte del que estaba vin-culado al título condal8.

Este cuarto Conde, años después, trasladó su resi-dencia a Guanabacoa y vendió la planta alta de esta casaal señor Antonio de la Torriente y de la Gándara, naturalde Cantabria, quien pasó a la Isla de Cuba hacia 1830,donde casó en La Habana con doña María Ceballos y

Página 24. Bocallavede bronce de 26

centímetros de altopor 10,5 de ancho, dela puerta principal, defactura mexicana. Eloriginal se encuentraen el Museo de Arte

Colonial.

Página 25. El mismobocallave visto delado presenta unafigura en la que la

cabeza está cubiertapor la parte superiordel pico de un águila

y la enagua deplumas, representati-vo de los “caballeros

águilas” y principal-mente del dios

Huitzilopochtli, diosde la guerra y del sol,

dios tutelar deTenochtitlán, la

capital del ImperioAzteca, a quien sussacerdotes ofrecían

el corazón, aúnlatiendo, arrancado a

sus víctimas vivas.

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Alfonso. En 1892 la casa era pro-piedad de los herederos de donAntonio de la Torriente 9.

Su hijo, don Celestino de laTorriente y Ceballos, contrajo ma-trimonio con doña María JuanaBellow-Hamel y Perot, nacida enNew Orleans10, quien tenía una her-mana llamada Amelia, la cual casócon don Luis de Borbón, hijo delConde de Águila, de igual nombre,y de la princesa Genara deBraganza, hermana del Emperadorde Brasil, Pedro II, y primo deFrancisco II, último Rey de las DosSicilias, expulsado del trono en1860 por Garibaldi. Amelia y Luiscontrajeron matrimonio, a lo que seoponía la familia del novio, prime-ramente por lo civil, el 19 de mar-zo de 1869, y por lo religioso, el 28 de mayo del mismoaño, en la ciudad de New York, pasando después a residiren esta casa, donde el 10 de enero del año siguiente naciósu primera hija. Poco después marcharon a París dondefue bautizada la niña con los nombres de María GenaraAmelia, lo que trajo la reconciliación de los jóvenes espo-sos con sus reales parientes11.

Ya a mediados de este siglo estuvo instalado en esta casaun taller de confecciones para lo cual se techó el patiocentral a nivel de la azotea, y por la década de los sesentala escuela primaria “República Popular de China”.

Restaurada por la Comisión Nacional de Monumentoses ahora la sede del Fondo Cubano de Bienes Culturales.

Por su tipología arquitectónica pertenece esta casa a laetapa de transición del estilo mudéjar al barroco, pues enella aparecen elementos de ambos fusionados con granarmonía. Sus techos de alfarjes con tirantes, canes,cuadrales y arrocabe, sus barandas y cancelas de balaustrestorneados de madera, las hojas de sus puertas y ventanasde cuarterones son todos elementos de una exquisita tra-dición mudéjar, mientras su patio con galerías en sus cua-tro lados de arcos sobre columnas, éstas de fuste monolíticoen las dos plantas, la puerta principal al centro de la facha-da dejando ver todo el interior, su caja de escalera fuera dela galería, la guarnición de la puerta con un frontón decornisas quebradas son testimonios fehacientes de la pre-sencia del barroco que se va introduciendo.

Al centro del frontón vemos el escudo de armas de lafamilia Santa Cruz sobre cartela barroca compuesto decuatro cuarteles: en el primero y cuarto una cruz floreada,en el segundo un león y en el tercero un castillo y sobre yal centro un escudete con un ciervo del apellido Cervellón12.Como el escudo está esculpido en piedra no presenta loscolores que le corresponden que son: las cruces de rojo en

campo de oro; el león de rojo en campo de plata; el castillode plata en campo rojo y el ciervo azul en campo de oro.

De su evolución y reformas en el siglo XIX presentalas barandas con una cenefa de grecas y los portafarolesde hierro de sus balcones a la calle y sus lucetas decristales de colores de su logia13, de las cuales resalta lacentral de estilo art-nouveau, que figura dos mariposasentre flores y hojas.

Del bocallave mejicano, que representa al dios aztecaHuitzilopochtli, de su puerta principal hablé, ampliamente,en el antes citado número de esta revista.

Así es como, recorriendo las calles y plazas de La Haba-na Vieja nos hemos encontrado con este singular Palaciodel setecientos en la Plaza Vieja, actualmente restauradacon su monumental fuente de mármol y sus casas y pala-cios que forman su armónico entorno no obstante perte-necer a diferentes épocas y estilos.

NOTAS Y REFERENCIAS1 Es la ornamentación que rodea a los vanos de puertas y ventanas.2 Hechas de una sola piedra.3 Escribanía de Regueira, año 1734, folio 562.–Libro 4, folio 110 de la Antigua Anotaduría de Hipotecas de La

Habana, ambos en el Archivo Nacional de Cuba.4 Actas Capitulares del Ayuntamiento de La Habana Trasuntadas,

tomo –De 21 junio 1743 a 27 diciembre 1748- Cabildo 1ro. de enero de1746, folios del 267 vt. al 269.

5 Idem, tomo –De 1 enero 1767 a 22 diciembre 1769- Cabildo de1ro. de enero de 1767 folios del 1 al 4 vt.

6 Santa Cruz y Mallén, Francisco Xavier. Historia de Familias Cuba-nas, tomo 1, página 333, La Habana, 1940.

7 Idem, Obra citada, pág. 336.8 Escribanía de Salinas, año 1821, folio 1429.9 Santa Cruz y Mallén, Francisco Xavier. Ob. cit. Pág. 378.10 Idem, Ob. cit. Pág. 379.11 Enciclopedia Espasa, tomo 9, pág. 85.12 Santa Cruz y Mallén, Francisco Xavier. Ob. Cit. pág. 318 y 320.13 Palabra de origen italiano para designar los portales o galerías altas.

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S E G M E N T O

UCHOS TRABAJOSsobre la familiacomienzan hoy porM

sentar dos presupuestosbásicos. El primero afirma quela familia está en crisis. Elsegundo, que esa crisis es laconsecuencia de una masivaagresión social contra lainstitución familiar. Es posibleque ambos presupuestos seanverdaderos. Como todos loshemos oído ya muchas veces ,les evitaré oírlos hoy de nuevo.Entre otras razones, porquecreo que comenzar por ahí unaconsideración sobre la familiano lleva muy lejos.

POR DR. JOAQUÍN NAVARRO-VALLS,DIRECTOR DE LA SALA DE PRENSA

DE LA SANTA SEDE

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Ninguna de esas afirmaciones a lasque me refiero se interrogan sobre unhecho que, por otra parte, parece evi-dente: la crisis de la familia, cuandoexiste, es en el fondo una crisis en lasrelaciones hombre-mujer. Por eso, esutópico buscar soluciones estructura-les a una crisis que, cuando existe, eshumana. Lo que el realismo aconsejaen estos casos es volver a interrogarel ser humano para descubrir, en élmismo, la respuesta a sus temas yproblemas.

EL DESCUBRIMIENTODE LA PERSONA

En la relación hombre-mujer hay unconcepto clave. Ese concepto es elde amor. Pienso que la consideracióndel amor humano ha de ser muy rea-lista y muy poco utópica. Y la pre-gunta más realista en este tema es lade: ¿para qué amo yo a otra persona?

La respuesta inmediata a aquella pre-gunta no puede ser otra que la de :amo a otra persona para ser yo mis-mo. El hombre ama a la mujer - y masconcretamente a esta mujer - parapoder ser el hombre que es. Y la mu-jer ama a este hombre precisamentepara ser la mujer que es. De ahí que elamor descubra siempre, a la vez y si-multáneamente, una precariedad y unariqueza. La precariedad es aquella ca-rencia, aquel vacío del ser humano quesólo se puede llenar con la presenciade la persona a quien se ama y que asu vez es percibida como una riqueza.Es por esto que una de las primerasexperiencias del amor es la de la per-fección, la de haber recuperado unaintegridad que faltaba y de la que nose era del todo consciente hasta que lanecesidad del otro la puso de mani-fiesto. Parece como si en cada bio-

grafía amorosa se repitiera aquella ex-periencia de Adán cuando, fascinado,descubre por vez primera a Eva y enel lenguaje semítico de la narraciónexpresa su admiración con las pala-bras: “Ésta si que es hueso de mishuesos y carne de mi carne”. La po-sesión de todo lo creado no pudo ali-viar su carencia. Sólo Eva lo hizo serél mismo en su integridad. Precisa-mente por el valor de riqueza que esremedio para mi precariedad, la no-vedad que el amor trae es la posibili-dad de ser yo mismo.

IEn el amor humano aparece en el

modo más rico y luminoso posible elhecho de que la medida de mi Yo la dael Tu que reconozco en el otro. Diríaque en el instante mismo en que el amornace, el ser humano hace un descu-brimiento enorme: que el mundo noestá hecho sólo de cosas, sino que elmundo es, sobre todo, el escenariode la persona. El amor es una de aque-llas situaciones en las que el ser hu-mano descubre en toda su riqueza loque una persona es.

La maduración del ser humano in-cluye necesariamente superar el mun-do de las cosas y entrar en el mundode las personas. El reino de las cosases el reino de la utilidad. Las cosas seutilizan, se usan, están a mi disposi-ción. Puedo manejarlas, ponerlas alservicio de mis propósitos y hasta demis caprichos. El reino de las perso-nas, por el contrario, es el reino de lacomunión. Las personas se respetan.No las uso, no están a mi disposición.No puedo manejarlas ni ponerlas alservicio de mis propósitos y menosaún de mis caprichos. Mido a las co-sas en relación con su utilidad para mi

vida. Las personas, por el contrario,me dan mi medida con su presencia.El Yo descubre las cosas. Con las per-sonas el Yo se descubre a sí mismo.Las cosas tienen un precio; las perso-nas no tienen precio porque son unvalor en sí mismas . Las cosas tienenun provecho. Las personas tienen unadignidad.

El espíritu de nuestro tiempo es par-ticularmente utilitario. Nos ha habitua-do de tal forma a tratar con las cosasque se corre el riesgo de que se con-funda a las personas con las cosas.Enteras áreas del saber - como la eco-nomía por ejemplo - funcionan sobreel concepto de cosa. Y cuando, conespíritu utilitarista, se abordan los pro-blemas humanos, se adopta la actituddel “mecánico” - experto en cosas -cuyo interés y habilidad se mueven enel ámbito de lo instrumental.

De algún modo ese utilitarismoafecta también a la relación hombre-mujer. El drama es que mantenién-dose en el reino de las cosas se con-vierte a la persona en objeto. El amor,por el contrario, ve en el Tu el va-lor de la persona.

El primer error de perspectiva en larelación hombre-mujer es pensar queel amor pueda darse mientras el Yo yel Tu se reconocen como simples frag-mentos de la especie: cuerpos, sensi-bilidad, emociones ; cosas en definiti-va. Por ese camino, sin duda, puedeestablecerse una relación humana.Pero es una relación de clase distinta:es relación de dominio, de posesión,de utilización; es decir, un tipo de pactoque sigue el esquema de las relacionessujeto-objeto o el de las relaciones en-tre patrón y siervo.

El amor, por el contrario, descubreuna verdad insospechada. ¿Qué tipo

S E G M E N T O

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de verdad? La verdad que una perso-na es. Antes de que el amor nazca, elhombre o la mujer se sienten llama-dos, atraídos por las cualidades exte-riores o del carácter con que la otrapersona se presenta. Pero cuando elamor nace , lo que se ve es la personaen cuanto tal, su verdad; aquel bieninefable que es aquella persona en con-creto y no simplemente el bien exte-rior - las cualidades - que aquella per-sona tiene como dato exterior. La sim-ple y popular expresión de que el amores ciego parece referirse a lo que digo:cuando se ha desvelado la verdad dela persona, el dato exterior, las cuali-dades exteriores, pierden parte de suimportancia. Lo que fascina , lo quefunda el amor verdadero, es la reali-dad personal que hay detrás de los ras-gos aparentes. Frente a la verdad delo que esta persona es, su aparienciaexterior representa el valor de un anun-cio del Tu: el único de quien de ver-dad merece la pena enamorarse.

CAMBIAR PARA UN FUTURO.Quien comienza a amar -hombre o

mujer- sabe -o mejor intuye- que suvida no será igual que antes de ena-morarse porque la primera caracte-rística del amor humano es que cam-bia al Yo que ama y al Tu que respon-de a ese amor. Y lo cambia no en lasuperficie epidérmica de la sensibili-dad sino en lo profundo de su ser, esdecir, en el proyecto de su misma vida.Cuando se acepta el amor a este otroser concreto de quien se está enamo-rando, el ser humano dice “si” al he-cho de que aquella otra persona paseya a ser parte inseparable de su modode estar en el mundo, de su proyectovital. El Tu que se ama entra ya a serparte del Yo: el amor sólo ocurre cuan-

do el Tu se convierte en mi Tu. Poreso, el amor me hace descubrir queyo no era en la vida quien tenía queser hasta que conocí y amé a aquellapersona, única e insustituible, que meenriquece, cambiándome, para hacer-me quien yo tenía que ser en la vida.

Esto explica la turbación que acom-paña inicialmente al amor porque loque el amor anuncia es un futuro enel que no podré ya más jugar el juegoadolescente de ser eternamente “dis-ponible”; de estar en el mundo comouna mera posibilidad: como promesaen vez de como realidad. El amor porel contrario da norte a la vida de quienama, la orienta, le da una direcciónprecisa entre todas las que aquella vidapodía tomar. O en otras palabras, leda un futuro.

De ahí el elemento de turbación quea menudo acompaña al amor porqueel hombre y la mujer descubren queambos han de cambiar, o mejor, queabrirse al amor es dejar que la presen-

cia del otro lo cambie. Y el cambiosupone a menudo superar la indolen-cia de la costumbre, la inercia de lohabitual o cualquier forma de egocen-trismo en donde el Yo ocupa el cen-tro del proprio interés y atención.

Cuando el ser humano quiere unacosa, tiende a apropiarse de ella. Dis-tinto es el movimiento del amor: cuan-do el ser humano quiere a una perso-na, no desea apropiarse de ella, ni po-seerla, ni diluirla en si mismo. Quieresólo ser amado por aquel Tu sin queel Tu deje de ser lo que es, puesto que,en definitiva, amar es coincidir en ladiferencia de personas.

En efecto, si percibo una cosa y lle-go a quererla - una obra de arte porejemplo - puedo apasionarme por ellapero aquella cosa no responde intere-sándose por mí: no me percibe; no mereconoce; permanece muda. Puedointegrarla en mi vida y entonces digoque aquella cosa es mía .

“...LA CRISIS DE LA FAMILIA, CUANDOEXISTE, ES EN EL FONDO UNA CRISIS

EN LAS RELACIONES HOMBRE-MUJER.POR ESO, ES UTÓPICO BUSCAR

SOLUCIONES ESTRUCTURALES A UNACRISIS QUE,

CUANDO EXISTE, ES HUMANA.LO QUE EL REALISMO ACONSEJA EN

ESTOS CASOS ES VOLVER AINTERROGAR EL SER HUMANO

PARA DESCUBRIR, EN ÉL MISMO,LA RESPUESTA A SUS TEMAS Y

PROBLEMAS.”

S E G M E N T O

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El objetivo del amor es distinto: pue-do querer como Mía a una personasólo en la medida en que sigue siendoun Tu. Lo que se ama en la personaamada es aquel Otro que es distintode mi y que deberá siempre conservarsu personalidad, es decir su diferen-cia de mi. El Yo no absorbe al Tu. Elamor de uno no anula al otro: esto se-ría posesión, apropiación y, en defini-tiva, destrucción del Tu. El amor hacedel otro Mi Tu: el Yo y el Tu se en-cuentran en el Nosotros. Y este trán-sito sólo se puede verificar si dejo quela presencia del otro me cambie arran-cándome de aquella soledad existencialen que el Yo se encontraba antes deenamorarse.

Es preciso convencerse que acep-tar el bien que una persona es exigeuna cierta adaptación a ella. Hay unmodo irresponsable de aceptar los bie-nes y es aceptarlos como cosas quese nos dan o que encuentro en mi viday no como dones que se me envían.El bien que producen las cosas nocambia al ser humano más que aña-diéndole algo en su superficie. Con eldon de una persona que se ama, elYo se enriquece en su misma raíz. Yes una riqueza de tal proporción quela única respuesta adecuada es la desentirse responsable de ella es decir,estar dispuesto a cambiar de acuerdocon el valor de aquel don personal queha entrado en mi vida.

La relación hombre mujer se haceproblemática si el movimiento de acep-tación del otro se encuentra con lanegativa a dejarse cambiar por su pre-sencia. El amor es irresponsable si laaceptación del don que es el otro serecibe con la actitud de quien aceptauna cosa, que es siempre inerte porcuanto valiosa sea. Si no estoy dis-puesto a cambiar sería mejor noaventurarse en el amor.

La vitalidad transformadora delamor humano introduce el tema de lapaternidad y la maternidad. El futuroque la relación con el Tu me trae, estáabierto al misterio de una nueva vida ylos cambios que el amor reclama in-cluyen aquella maduración del hom-bre y de la mujer que se da en la pa-ternidad y en la maternidad. Sólo des-de esa perspectiva el hijo aparece notanto como una elección -en el fondo,sólo se eligen las cosas, no las perso-nas- sino como un fruto: es decir, lamaduración del mismo amor; aquelloque el amor es capaz de crear con ladonación del Tu y el Yo. La paterni-dad-maternidad es el núcleo organiza-dor de la familia: si el hombre y la mujerno crecen hasta la aceptación de loshijos, la familia misma cesa de ser loque es. Es más, retorna a aquella faseen la relación hombre-mujer en laque un Yo y un Tu se clausuran ensí mismos, en una forma de volun-tario aislamiento y soledad que obs-truye el confluir en un nosotros ricoy fructuoso.

Naturalmente, el último pensamien-to de quien concibe así el amor esque pueda ser provisional. La primeraresistencia a cambiar es la de negar-se a aceptar el amor como algo defi-nitivo. Hay un algo a la vez trágico ycómico en el esfuerzo que a vecesse hace para considerar el amorcomo algo interino. En realidad,provisionalidad y amor se excluyenmutuamente. El amor humano es unade aquellas pocas realidades que seanuncian siempre con el tono de laestabilidad y la permanencia. Y estoes quizá lo que turba más a un tipode pensamiento que ha sido educa-do en el horror a la idea del “parasiempre”.

Nada asusta tanto a la mentalidadcontemporánea como la palabra “de-

finitivo”. La idea misma de definitivoparece a la sensibilidad actual comoun insulto a la libertad humana. Y estoporque es bastante popular la idea deque libertad es principalmente la posi-bilidad de elegir. No podemos ahoraadentrarnos muy lejos en el tema de lalibertad pero vale la pena recordar quela esencia de la libertad no es la posi-bilidad de decidir sino el acto mismocon el que se decide.

El amor humano implica siempreun acto de la voluntad. Mientras per-cibir un valor en otra persona es unacto pasivo, la respuesta a ese valor, ala llamada que representa percibir esevalor, exige la voluntad. Por eso elamor humano no es nunca simplemen-te una contemplación estética o senti-mental. Ni una relación profunda hom-bre-mujer se parece a la actitud dequien visita un museo o colección decosas bellas. Para cristalizar, el amorexige la movilización de aquellos re-cursos humanos por los que el almase compromete decisivamente conotra persona. “El amor - dice un autorcontemporáneo - puede manifestarseplenamente cuando deja de ser sola-mente “pathos” que nace del halagode la sensibilidad para hacerse acto dela libertad. Sólo si el amor es voluntadde amar se hace posible la fidelidad”.

Cuando el hombre y la mujer cons-tituyen una familia más que dar formaa una institución social están ejercien-do el poder de sus voluntades en uncompromiso mutuo que funda a par-tir del Yo y del Tu un nosotros en elque no hay lugar para el “mientrasdura”. La utopía frecuente es llamaramor a una decisión que no decide; auna decisión que se deja abiertas to-das las puertas, y a un compromisoque no compromete puesto que se

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S E G M E N T O

permanece en la ambigüedad de pre-tender amar sin dejar que esa otra per-sona a quien amo se integre definiti-vamente en el proyecto de mi vidacambiándolo desde sus fundamentos.Parece como si el amor fuera el únicocampo en donde el “sí” significa“siempre”.

La relación amorosa hombre-mujerha heredado de una cultura sentimen-talmente relativista la larva de la inse-guridad. Con ella, esa relación seempantana, no progresa, permaneceinmadura, adolescente, irresponsable.Y cuando sobre una relación así sefunda un pacto familiar todas esascaracterísticas pasan a la familia quenace ya tarada, débil, frágil; exhaustaantes de iniciar siquiera a caminar. Eldato alarmante de la inestabilidad fa-miliar en algunas áreas culturales con-temporáneas y, sobre todo, que esainestabilidad sea mayor en los prime-ros años del matrimonio, creo que hayque interpretarlo desde esta perspec-tiva: la crisis familiar es consecuenciade un empobrecimiento en la relaciónhombre-mujer. Es, en definitiva, el

resultado de una indigencia en el modocomo el ser humano entiende y viveel amor. Lo que se ha hecho leve yfriable no es la institución familiar sinoel ser humano mismo. Y su levedadpasa a todo lo que toca; en primer lu-gar a su misma capacidad de amar

La primera ecología del amor huma-no podría ser hoy la de recordar alhombre y a la mujer que son superio-res a la mayor parte de las hipótesisantropológicas que hoy se les ofrecen;que tienen capacidades superiores a lasque ellos mismos suponen, y que soncapaces de fundar una relación mutuasobre bases mucho más sólidas quelas que proporciona la sensibilidad yla inestabilidad de los sentimientos yavatares de la impresión. Una esplén-dida contribución a esa ecología delamor la está desarrollando desde haceveinte años Juan Pablo II. En Octubredel 96, en Río de Janeiro, lo expresa-ba con particular vigor y actualidad:“No es verdad que los cónyuges, comosi fueran esclavos condenados a sumisma fragilidad, no puedan ser fieles

al don total de sí hasta la muerte. ¡Noes verdad!” (Homilía, Río de Janeiro,Octubre 1996).

Parece evidente que el tema de lafidelidad conyugal no es sólo un pro-blema institucional familiar sino - so-bre todo - un tema de carácter per-sonal y humano. Lo que en la infi-delidad se cuestiona no es el valorde la otra persona sino la respuestaque se da a ese valor. Aunque losproblemas de la infidelidad se pre-sentan a menudo como una pérdidadel valor del otro, en realidad son másbien una languidez en la determina-ción con que se aceptó al otro en elproprio proyecto vida. La fidelidad,en definitiva, no es un tema del otrosino un problema mío.

Los temas de la fidelidad tienen siem-pre que ver con el misterio de la per-sona. Mientras el amor nace de la fas-cinación por el bien que una personaes, el amor dura en la convicción deque aquel bien es inagotable y que,mientras existe, su misterio estará en-riqueciendo mi yo, dándole sentido ydirección, acompañándolo en el itine-

LA PATERNIDAD-MATERNIDADES EL NÚCLEO ORGANIZADOR DE LA FAMILIA:

SI EL HOMBRE Y LA MUJER NO CRECEN HASTA LA ACEPTACIÓN DE LOSHIJOS, LA FAMILIA MISMA CESA DE SER LO QUE ES.

ES MÁS, RETORNA A AQUELLA FASE EN LA RELACIÓN HOMBRE-MUJEREN LA QUE UN YO Y UN TU SE CLAUSURAN EN SÍ MISMOS,EN UNA FORMA DE VOLUNTARIO AISLAMIENTO Y SOLEDAD

QUE OBSTRUYE EL CONFLUIR EN UN NOSOTROS RICO Y FRUCTUOSO.

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rario que el yo y el tu recorren en launión del nosotros.

¿Quien puede garantizarme la dura-ción de mi amor? Ciertamente no en-cuentro en mi esa garantía. Sólo lapuedo encontrar en el bien del tu, enla riqueza inagotable de la persona quepara mi es mi Tu. Y es en aquella ri-queza en donde encuentra alimento lavoluntad humana de amar.

Vimos ya antes que la pura contem-plación de una persona es un acto pa-sivo que no es amor hasta que seresponda al bien que otra persona escon la voluntad de amar. Y es esa mis-ma voluntad lo que está en la base dela fidelidad. La relación de amor entrehombre y mujer empieza cuando sedecide reconocer el bien que otra per-sona es. La fidelidad es el reiteradoreconocimiento en el tiempo del valordel Tu. Es afirmar una y otra vez “esbueno que tu existas”, o mejor aún,“es bueno que tu existas conmigo”.

Es abundante - y no siempre ade-cuada - la literatura sobre las “nochesen el amor humano”. Su error más co-mún es medir la profundidad de esanoche por su oscuridad y no por susignificado. Lo que sobre todo se veen ellas es el vacío que el amor descu-bre : una pobreza en mi, antes desco-nocida, cuando el nosotros pierdebrillo y se ensombrece , o cuando dehecho el nosotros no significa ya nadaporque el Yo y el Tu parecen desco-yuntados del proyecto común: comoorbitando en trayectorias distintas.

Aún entonces, el mensaje de ese va-cío puede ser elocuente. Puede signi-ficar que el amor está siendo asediadopor el narcisismo: en vez de convivircon otro se ha pretendido dominarlo,modelarlo según mi deseo. En vez derespetar a la persona se desearía po-

seerla. Pero al poseerla la reduzco acosa y una cosa no es ya amable pues-to que una cosa no puede responder,amándome, a mi interés por ella. Envez de dejarme medir por el otro, im-pongo al otro mi medida. En vez dedar entrada al Tu en mi proyecto devida y dejarme modificar por él, quiseimponer a él mi proyecto vital. En vezde decir “es bueno que tu existas” sepiensa “es bueno que tu existas comoyo quiero que tu seas”. Del otro sedesearía no que fuera un Tu, sino unapéndice de mi; una sombra mía pro-yectada por mi; un objeto del egoís-mo; una “cosa” para utilizar y no unapersona para amar. Quizá no siemprepero, a menudo, el sentido de las “no-ches en el amor humano” es avisar queen el horizonte acecha un narcisismoinfecundo: una forma de amor homo-sexual que no se interesa ya en el TUporque en definitiva es sólo una pro-longación de mi mismo.

ICuatro falsas perspectivas del amor

que empobrecen la relación hombre-mujer: un amor que no supera el utili-tarismo; un amor que no acepta latransformación de la propia vida; unamor que no se decide a amar; un amorque acepta como presupuesto nece-sario la infidelidad. ¿Qué queda de unamor así? ¿Qué se puede fundar so-bre un amor así?

Lo que hasta aquí se ha dicho se hamantenido deliberadamente en un pla-no antropológico y no moral. Y estoporque las raíces de la relación hom-bre-mujer se nutren de la esencia másprofunda del ser humano. Interrogar-se sobre el amor entre hombre y mu-jer es ir a la naturaleza humana ydescubrir allí qué dice la naturaleza

humana sobre el amor y sobre larelación familiar que se funda enél. Se descubre así que la relaciónfamiliar no es una construccióncultural infinitamente maleable sinmás fundamento que la costumbreo cualquier estructura económi-ca. No es algo que cambiaría con-tinuamente disolviéndose, en el ríode la historia, con los cambios desus inestables fundamentos. Siesto fuera así, la historia sería untirano y el ser humano su esclavo.El ser humano podría sólo despre-ciarse a sí mismo y sufrir pasiva-mente el destino que tan cruelmen-te lo humilla obligándole a aceptarque su deseo de donación es sólouna desatinada quimera.

Por eso, en el fondo, el tema delamor humano no es separable de laeterna pregunta humana: ¿Quién soy?Y esta pregunta es la puerta que con-duce a otra: ¿Quién es Dios? ¿Qué ten-go que ver con Dios? ¿Qué dice Diosde mi relación con otra persona?

Quizá nuestra reflexión sobre el amorpodría comenzar precisamente ahoracuando debemos terminar .Porque conla referencia a Dios introducimos unaperspectiva nueva que incluye tambiénla perspectiva moral. Digamos al me-nos una cosa: el deber ser reflejado enla moral ilumina y sostiene a la verdadde la persona humana: del hombre yde la mujer. El deber moral no es unafórmula “externa” a la familia paraconstruirla según un modelo “inven-tado” en un momento de la historiahumana. Es por, el contrario, la ex-presión más profunda del ser puestoque es manifestación de aquello quese debe ser. La oposición entre natu-raleza y moral es falsa: el deber ser esrecordar al hombre lo que es alejandode su horizonte aquella parte de él queno lo deja ser.

S E G M E N T O

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economía

INTRODUCCIÓNEn grandes salones climatizados, centenares de agentes,

corredores y especuladores se agitan ante las pantallaselectrónicas por donde corren listas interminables deprecios, tasas y tipos de interés. Los hombres gritan,sudan, llaman por teléfono vociferando o pasan un faxporque el cobre subió tres puntos o el algodón bajó sie-te. El guirigay es insoportable y tanto la tensión nervio-sa como la arterial llegan a límites insospechados: algu-nos amasan fortunas millonarias en pocos días y otroslo pierden todo en un instante...

Riquezas que nacen o desaparecen, viudas y ancianosque ven esfumarse en unos segundos los ahorros de todala vida, fanáticos, fanáticos del “juegos” de la bolsa que searruinan o ganan tesoros de leyenda, empresas que quie-bran, fábricas que cierran, miles de obreros sin trabajo de

POR SALVADOR LARRÚA

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repente: esta es la imagen que el cine, la televisión y laprensa han difundido por todas las latitudes y longitudes,convirtiendo a la Bolsa –y en particular a la de Wall Street-en algo así como el centro de la riqueza del planeta, dedonde fluyen y a la que llegan ríos de billones y billones dedólares que son tragados por las fauces de este poderosoMoloch del mundo capitalista.

ANTECEDENTES HISTÓRICOSEn el siglo IX aparecieron en Europa los mercados loca-

les. La población crecía siglo tras siglo y la economía ce-rrada de los feudos no era suficiente para dar respuesta alas necesidades de las gentes, y con los años se hizo im-prescindible el intercambio de mercancías entre los gran-des y pequeños señoríos, para que pudieran satisfacer susrequerimientos y además comerciar con los artesanos quefabricaban muchos productos imprescindibles en las vi-llas y las ciudades.

Aquellos mercados locales proveían la alimentación co-tidiana y a algunas necesidades. Eran muy limitados, sededicaban a la venta al por menor y funcionaban un día ala semana, porque era muy difícil el transporte y en lossenderos amenazaba un variado muestrario de ladrones ybandidos, por lo que los mercaderes se juntaban en peque-ños grupos para protegerse.

Al pasar los años, el aumento de la riqueza y de la pobla-ción trajeron consigo la aparición de las ferias, mercadosperiódicos donde se reunían los comerciantes profesiona-les para realizar intercambios al por mayor. Las ferias, algarantizar la circulación de un flujo mayor y más variadode mercancías y de dinero metálico entre zonas y países,agilizaron la aparición del capitalismo preindustrial con elcrecimiento del capital comercial.

La más antigua de las ferias fue la francesa de Saint-Denys, que data de la época merovingia. A partir delsiglo XI comenzaron a proliferar por toda Europa, y losseñores otorgaban derechos especiales a los mercade-res para garantizar su participación y el buen éxito deaquellos eventos.

Aún existían ferias en el siglo XVI cuando comenzarona crearse grandes empresas y sociedades como la del ca-pitalista alemán Fugger, que financió la política imperial deCarlos V, y entonces surgieron las Compañías que prontose convirtieron en monopolios (como el de la pimienta enLisboa) y los monopolios reales como los de Portugal (Casada India e da Guiné) y España (Casa de la Contrataciónde Sevilla), en los que los funcionarios reales ponían ala venta las mercancías previo pago de tasas de fijaciónde precios, y que fueron el antecedente más cercano alas Bolsas de Valores.

SURGIMIENTO DE LAS BOLSASLas ferias facilitaban las transacciones, pero desde el

siglo XV las Bolsas adquirieron cada día mayor importan-

cia como mercados permanentes de mercancías (Bol-sas de Mercancías) y valores (Bolsas de Valores). Lamás célebre fue la Amberes, Bélgica, fundada en 1460y reconstituida en 1531. Las transacciones en esta Bol-sa Comercial comenzaban a las once de la mañana, yeran frecuentes las riñas y las discusiones, por lo quepiquetes armados al servicio del Ayuntamiento debíanmantener el orden. Las operaciones comerciales se rea-lizaban por medio de notarios y corredores. Se tolerabaque los que tenían necesidad de capitales para negociar“compraran” sumas de dinero contra la obligación degarantizar al vendedor una renta perpetua. Los preciosestaban regidos por las disposiciones eclesiásticas1 y elpréstamo con intereses también estaba prohibido por laIglesia, así como la especulación sobre la base de losbeneficios que pudiera recibir el usufructuario del prés-tamo, la que fue condenada por sanción papal de SuSantidad Sixto V contenida en la Bula Detestabilis, quefue firmada sub annulo piscatoris2 en el año 15863. Enla mencionada Bula, estas maniobras fueron calificadascon la misma palabra de su título: destestables.

Junto con los vicios y la corrupción que nacieron conellas, las Bolsas aportaron innovaciones que permitieronmodernizar y agilizar las operaciones comerciales. Con ellasse desarrollaron los créditos y aparecieron los giros y lasletras de cambio, por lo que los mercaderes dejaron desufrir el riesgo de llevar consigo grandes sumas de dinero.

A pesar de las condenas de la Iglesia, en las Bolsas deAmberes, Lyon, Génova, así como en todas las de Euro-pa, la especulación se hizo práctica corriente y sus proce-dimientos no difieren mucho de los que se utilizan en laactualidad.

LAS BOLSAS ACTUALES Y SU FUNCIONAMIENTO.EL AZAR, LA ESPECULACIÓNY EL “JUEGO” DE LA BOLSA

Las primeras Bolsas tenían el carácter universal (comola de Amsterdam, fundada en 1608) y fueron evolucio-nando hasta subdividirse en Bolsas Comerciales, Bolsasde Valores y Bolsas de Trabajo.

LAS BOLSAS COMERCIALESSon mercados en los que se realizan grandes transac-

ciones al por mayor. Solamente las mercancías homogé-neas (algodón, cereales, metales...) son objeto del inter-cambio a partir de muestras y modelos que examinan losclientes potenciales en lotes caracterizados por la calidadequivalente. Los vendedores entregarán la mercancía ven-dida al comprador en el plazo establecido y según el precioconvenido. En general, las operaciones realizadas en estasBolsas tienen lugar a plazo fijo (de seis a catorce meses) yestá muy difundida la especulación basada en el juego alalza y baja de los precios que tanto se ve en el cine y queno se diferencia mucho de la práctica generalizada en Eu-ropa desde los siglos XVI y XVII.

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¿CÓMO ES EL JUEGO DE LA BOLSA?“Los vendedores juegan (apuestan) a la baja de los pre-

cios en el momento en que se cumpla el plazo fijo, respec-to al precio vigente cuando se pactó la transacción. Si elprecio baja los vendedores ganan y los compradores lesliquidan la suma correspondiente a la diferencia entre losprecios. A su vez, los compradores juegan al alza de losprecios. Si éstos suben y ganan los compradores, seránlos vendedores los que deberán abonarles la suma equiva-lente a la diferencia entre precios...”

Esto quiere decir que el 1 de julio se pacta la compra de1000 toneladas de azúcar a 600 dólares la tonelada, y quela mercancía serán entregada el 30 de julio. El vendedorjuega a que los precios vana bajar, y el comprador juegaa que van a aumentar. El 30de julio, el azúcar se cotizaa 500 dólares la tonelada enel mercado mundial. El ven-dedor ha ganado, y enton-ces el comprador la va aabonar 1000 toneladas por500 dólares igual a 500 mildólares, más 1000 tonela-das por 100 dólares (100 esla diferencia entre 600, queera el precio vigente el 1 dejulio, y 500 que era el pre-cio día 30). Estos 100 mildólares constituyen la ga-nancia del vendedor.

Pero supongamos que elprecio aumentó hasta 700dólares la tonelada, y en-tonces ganó el compradorporque no va a comprar elazúcar a 700, sino a 600, ypor lo tanto ahorrará 100mil dólares...

En grandes cantidades demercancías, vendedores ocompradores pueden sufrirpérdidas terribles o ganancias muy grandes. Pueden que-brar enormes empresas, quedar sin empleo miles de traba-jadores y resentirse todo un sector de la economía. El cie-rre de empresas afectará a ciertas producciones y la ofer-ta disminuirá o desaparecerá. Muchos consumidores nopodrán satisfacer sus necesidades, mucho dinero dejaráde circular y podrá presentarse una crisis de inflación.

Estas operaciones comerciales también se afectan por elazar: una huelga o una catástrofe natural pueden causarcambios de precios que beneficiarán a compradores o ven-dedores según su “juego” y además perjudicar el equilibrio

del mercado... la sociedad no saldrá beneficiada y los másdesamparados pagarán las consecuencias.

LA BOLSA DE VALORESSon los lugares donde se compran y venden las acciones

de las sociedades anónimas y otros títulos. En general sonobjeto de compra o de venta las acciones de compañías pri-vadas (son acciones las partes en que se divide el capital deuna compañía anónima) y los títulos u obligaciones emitidaspor el gobierno y las compañías privadas. Las cotizacio-nes o precios de venta de los títulos de valor oscilan segúncrezca o disminuya la demanda y de acuerdo a la variaciónde los dividendos y del tipo de interés4, 5.

Sobre los precios de venta influyen las coyunturas eco-nómicas. En momentos decrisis baja la cotización delas acciones, y se elevancuando hay auge industrial.En las Bolsas de Valorescontemporáneas sólo circu-lan las acciones y títulos delos grandes monopolios, porlo que han surgido merca-dos marginales en los quese acepta la circulación detodo tipo de acciones.

El juego de la Bolsa de Va-lores se realiza sobre losmismos principios que eljuego en las Bolsas Comer-ciales. La diferencia radicaen que en vez de produc-tos, se venden o se com-pran acciones o títulos devalor. El mecanismo es elmismo. Los vendedores jue-gan a la baja de los preciosy los compradores al alza,para el momento en quedeba realizarse la operación,respecto al precio vigente enel momento en que la mis-ma fue pactada.

Las transacciones se dividen en dos grandes grupos: decaja, cuando el dinero por las acciones compradas se pagaen los próximos dos o tres días, y a plazo fijo, cuando lasacciones y el dinero se entregan al culminar un plazo quegeneralmente es de un mes. En general, las operaciones aplazo fijo son especulativas (con la esperanza de obtenerbeneficios basados en los cambios de precios) y el juegose realiza según el procedimiento antes explicado.

Muchas veces el espionaje industrial alerta a losespeculadores pronosticando el alza o baja de los preciosde las acciones, o se hacen circular noticias falsas para

ES LAMENTABLEQUE EL DESMESURADO CRECIMIENTO

DEL PODERY LA INFLUENCIA DE ESTOS MERCADOS

NO HAYA SIDO ACOMPAÑADO,SIMULTÁNEAMENTE,

POR LEGISLACIONES, REGLAMENTOSY DISPOSICIONES ESTATALES

PARA SANCIONAR LA CORRUPCIÓN,LA ESPECULACIÓN, LOS ABUSOS

Y LOS NEGOCIOS INESCRUPULOSOSQUE LOS ACOMPAÑAN

DETRÁS DEL TELÓN DE FONDO,PORQUE EL PODER DE LOS INTERESES

–CASI SIEMPRE TURBIOS-QUE SE ASOCIAN A ESTOS MERCADOS

LO HA IMPEDIDO,O PORQUE LA DINÁMICA DE SU

DESARROLLOHA SIDO MÁS RÁPIDA

QUE LOS MECANISMOS BUROCRÁTICOS

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hacer variar las cotizaciones. Son innumerables las ma-quinaciones, intrigas, trucos y arreglos efectuados al mar-gen de la moral y los escrúpulos, por negociantes corruptosque sólo atienden a su beneficio personal sin considerarlas afectaciones que pueden ocasionar a millones y millo-nes de personas.

La Bolsa de Valores de New York es la principal y enella se cotizan más de mil títulos. Las acciones existen-tes en los Estados Unidos pueden alcanzar un valorsuperior a los 2 billones de dólares y las ventas de ac-ciones y títulos, en un año, pueden totalizar 800 o 900mil millones. El control sobre las ansiedades anónimasdetermina si la economía prospera o languidece, por-que la bolsa es el centro de un sistema económico basa-do en las sociedades anónimas en las que las utilidadesse reparten porporcionalmente entre los accionistas.Entonces, millones de personas aportan el capital y dis-frutan los beneficios.

En los Estados Unidos hay alrededor de 45 millonesde accionistas que reciben utilidades. Cerca de 170 mi-llones de personas resultan beneficiadas si considera-mos a los accionistas en unión de sus familiares...6

LAS BOLSAS DE TRABAJOSon los mercados donde se compra y se vende la mer-

cancía fuerza de trabajo. En ellas se apuntan las personassin empleo especificando su calificación, especialidad, ex-periencia, etc. Están representadas por entidades que ha-cen de intermediarias entre los obreros sin empleo y elempresario que los contrata. En la actualidad casi todaslas Bolsas de Trabajo son estatales y se subordinan al Mi-nisterio de Trabajo en todos los países.

A través de las Bolsas de Trabajo, el Estado influye en elmercado laboral. Las Bolsas se ocupan de colocar a losdesocupados, ayudar a los que desean cambiar de em-pleo, estudiar las coyunturas del mercado de mano yofrecer información sobre ella, orientar profe-sionalmente a los jóvenes y, en muchos países, llevar elregistro de los desempleados y abonarles el subsidiodispuesto por las leyes.

Los nombramientos de colocación dados por estas Bol-sas no son obligatorios para los empresarios, que tienenderecho a contratar directamente a sus trabajadores.

CONCLUSIONESDurante mucho tiempo, las Bolsas Comerciales y de Va-

lores han impulsado, muchas veces de forma decisiva, laexpansión, el desarrollo y la prosperidad del capitalismo.Es lamentable que el desmesurado crecimiento del poder yla influencia de estos mercados no haya sido acompaña-do, simultáneamente, por legislaciones, reglamentos y dis-posiciones estatales para sancionar la corrupción, la es-peculación, los abusos y los negocios inescrupulosos que

los acompañan detrás del telón de fondo, porque el poderde los intereses –casi siempre turbios- que se asocian aestos mercados lo ha impedido, o porque la dinámica desu desarrollo ha sido más rápida que los mecanismos bu-rocráticos y que la voluntad jurídica.

Las Normas de la Doctrina Social Católica, al referirse aestos mercados, nos alertan de esta forma:

“Pese a su utilidad a favor de la población en gene-ral, estos mecanismos (los de la Bolsa) están, sin em-bargo, expuestos a muchos peligros espirituales debidoa la ambición de ganancias y a la luz de la debilidadhumana y la tendencia al pecado (y son causa) deperjurio, mentiras y usura...” 7

Santo Tomás de Aquino, el gran teólogo dominico quesupo exponer en el lejano siglo XIII una teoría sobre elPrecio Justo que tiene plena validez en la actualidad, tuvouna visión profética sobre el mercado que se ajusta a laspeligrosas tentaciones que trae consigo la Bolsa: “...el ansiade ganar dinero mediante adquisiciones baratas y ventascaras fascina al espíritu humano y lo aparta de los idealesmás elevados. Por esa razón, semejantes afanes eviden-cian... cierta maldad e indecencia”8.

NOTAS Y REFERENCIAS1 A. Fanfani, en Le origini dello spirito capitalistico (Milán,

1932) considera que en el siglo XII los laicos se regían por losconceptos de la Iglesia en materia económica y que no essino en el siglo XIV cuando triunfa “el espíritu capitalista”. A.Sapori, en Il giusto prezzo (Studi di storia económica medievale,Roma, 1955, pp. 265-303) admitía un precio justo basado enlos costos de la materia prima y de la mano de obra, pero a lavez relacionado con la oferta y la demanda, a la manera deSanto Tomás (nella dottrina de San Tommaso e nella praticadel suo tempo). Robert Roover, en The Concept of Just Price:Theory and Economic Policy (Jounal of Economic History,New York, 1958, pp. 418-434, coincide con Sapori en todo loconcerniente a la teoría del sabio dominico, al igual que loseconomistas contemporáneos de más prestigio.

2 Bajo el Anillo del Pescador, o sea, de Pedro.3 También menciona el precio justo.4 Sociedad en Comandita o Comanditaria: aquella en la que

los socios aportan los fondos necesarios para crear una em-presa comercial o industrial, sin contraer ningún tipo de obli-gación mercantil.

5 Dividendo: cuota que corresponde a cada acción cuandose distribuyen las ganancias de una empresa o compañía mer-cantil. Tipo (o tasa) de interés: por ciento del capital que segana o se pierde en una operación mercantil.

6 Samuelson, Paul. Economics. Editorial McGraw-Hill, 1991,pp. 34-343.

7 Cardenal Joseph Höffner. Sistemas Económicos y ÉticaEconómica. Instituto de Doctrina Social Cristiana, México,1987, p. 33.

8 Santo Tomás de Aquino. Summa Theologica, II. I. qu.77, a.4.o

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uenta Esopo que, en ciertaocasión, una cangreja ancia-

Preocupación segunda y no menosimportante: convertir a los niños envallas anunciadoras de productos queen la mayoría de los casos no estánal alcance del bolsillo de sus padres,es una actitud irresponsable, que tam-bién lo fuera si dichos productos lle-naran las despensas de cada hogarcubano. Sembrar en los de menoredad expectativas de consumo de bie-nes materiales, estimulando ademásla competencia por alcanzarlos, estambién peligroso, pues los frutos quese recojan serán similares en aque-llos –los menos- que tienen la suertede ganar, que en los otros –los más-que tienen la desdicha de perder.

El juego es parte ineludible de laeducación del niño, como lo es tam-bién del estímulo a los resultados quede él se obtengan. Ambos deben es-tar en justo equilibrio para quecoadyuven a la formación de seresplenos y no meros muñecosmanipulables. Parafraseando el cuen-to citado, no podremos exigir al hom-bre del mañana que camine hacia de-lante cuando lo hemos compulsadoa andar, en el mejor de los casos,hacia los lados. Si a un joven se leenseña mal –he aquí la moraleja- nohay que reñirle luego por lo que hace.

Vuelvo al programa televisivo: prefe-riría siempre –es un ejemplo- ver a nues-tros hijos intercambiando conocimien-tos sobre qué es una fábula, para des-pués obsequiarles, a todos, un librodonde Esopo cuente que, en ciertaocasión, una cangreja anciana...

r e g a l o s . . .

POR JORGE FERNÁNDEZ ERA

J U E G O S ,

Y UNA FÁBULA

Cna dijo a su hija:

-¿Por qué andas de lado? ¿No se-ría mejor que caminases hacia delantecomo todo el mundo?

A lo que la joven cangreja contestó:- Es verdad; pero yo ando lo mis-

mo que tú. Dame el ejemplo, y anda-ré mejor que como ando ahora.

Recordé la vieja fábula tras ver enun programa infantil de la televisióncómo a dos niños se les premiaba,por la grandísima hazaña de inflarunos globos más rápido que suscompañeritos, con una caja de refres-cos y un paquete de galletas, ambosde producción nacional, pero sóloaccesibles en el mercado de divisas.

Preocupación primera: observo cier-ta tendencia a copiar patrones de pro-gramas de participación de adultosen el diseño de juegos que elevan latontería a límites alucinantes, juegosque a su vez son reproducidos me-cánicamente de experienciasforáneas que responden al mercado.Hay fuentes diversas de donde beberpara hallar entretenimientos que con-tribuyan al desarrollo espiritual y físi-co de los infantes, sin tener que for-zar sus pequeños pulmones. Ya bas-tante daño les hacemos conminán-dolos a dedicar horas y horas al te-cleo de ataris y ordenadores dondees difícil dilucidar quién es el buenoy quién el malo entre tantossuperhéroes digitalizados.

artículo

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ranscurrían los últimos díasde noviembre de 1951. Mi

Él se llamaba (no sé si murió), o sellamará siempre para mí, LuisEspiniella.

Entre su familia y la mía existía unalarga y hermosa amistad desde quesus padres y mis abuelos, llegadostodos de España, habían sentado re-sidencia en el pueblito de Regla, aorillas de la bahía habanera.

Su consulta, radicada en una be-lla casona colonial, donde tambiénvivían, distaba apenas unos pasosde mi escuela, a la que yo asistíadesde los 3 años, pues mi madreera maestra de la misma y no ha-bía quien me cuidara.

De ahí, que fuera muy asidua aaquel hogar cristiano, donde la quie-tud y el frescor de un fabuloso pa-tio-jardín, al que se asomaban losgrandes ventanales de las habitacio-nes, daba rienda suelta a mi enor-me imaginación, acompañada delos cuentos inolvidables de DoñaDelfina, la anciana madre de mi mé-dico, recostada en su confortablecomadrita, con su chal echado so-bre los hombros “para cuidarse delas corrientes de aire”, y yo senta-da a sus pies en un banquito, quesu solícita hija Nieves sacaba siem-pre no sé de dónde, en cuanto lle-gábamos a visitarlas o mientrasesperábamos turno para consulta.

Por todo ello, escoger un regalo paraLuis ese año fue para mí la cosa másimportante del mundo, porque era la

primera vez que mis padres “me enco-mendaban” seleccionarlo.

Habíamos visitado varias tiendas,cuando mis ojos se fijaron en un her-moso portatintero, muy usado por en-tonces, de brilloso mármol negro, ribe-teado en finísimos hilos de oro que com-pletaban dos deslumbrantes plumas defuente, acomodadas en su base.

¡Eso era exactamente lo que bus-caba!

Se lo dije a mi madre y después depagar una buena suma, bien envuel-to en un lindísimo papel coronado conun precioso lazo, regresamos a casa.

El 3 de diciembre llegó lentamenteretenido por mi impaciencia. ¡SABÍAQUE MI REGALO SERÍA EL MEJOR!y mi inocente soberbia infantil, se sen-tía complacida.

Esa tarde, al poner el flamante pa-quete en sus manos, le dije algo asícomo: “ábrelo y verás que es el me-jor regalo que has recibido hoy”.

Sin abrirlo siquiera para mi asom-bro, lo dejó sobre su escritorio y ensilencio me llevó a su cuarto. En aqueltiempo se acostumbraba a poner losregalos sobre la cama. La suya re-pleta, mostraba el merecido cariño porsu bondad y profesionalismo.

Tomaba mi mano con ternura y unadulce sonrisa iluminaba su rostro.

Cogiendo un jabón de baño, envuel-to todavía en un cartucho, me dijo:“Esto lo trajo la conserje viejita quevende la merienda en tu escuela.¿Sabes el sacrificio que tuvo que ha-cer para comprármelo? Quizás en élgastó todo lo que tenía. Por eso,¡ÉSTE ES EL MEJOR REGALO!”

Sentí que enrojecía de vergüenzahasta el alma y con los ojos bañadosen lágrimas me eché en sus brazossin pronunciar palabras.

Entonces, me abrazó muy fuerte (éltambién lloraba) y con un hilo de vozbalbuceó: “¡Ahora no sé cuál es elmejor regalo, si el jabón de la viejitao estas lágrimas tuyas!”

Han pasado muchos años... Cada3 de diciembre, recuerdo con emo-ción a la buena conserje y a mi que-rido médico. No hay día de mi vidaque deje de agradecerles su inolvida-ble lección.

Tmadre y yo (de apenas 4 años) íba-mos “de tiendas” a buscar el regalopara el Día del Médico.

R E G A L OPOR ANA MARÍA GARCÍA GARCÍA

El mejor

crónica

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gresiva y desafiante se alzasobre la orilla Oeste del es-

famosas ya en el siglo XVIII en el pue-blo de San Fernando de Camaronesque la venera como Patrona.

Detrás de la imponente fortaleza,mucho más humilde y menos cono-cido por no haber constituido nuncaun producto turístico, está el templode Nuestra Señora de los Ángeles delCastillo de Jagua. Antes de su cons-trucción los pobladores de losasentamientos del Castillo, la vecinaJuragua y el Perchet (pequeño case-río cuyas viviendas parecen prestasa lanzarse al mar), recibieron los sa-cramentos y otros servicios religiososprimero en la capilla del Castillo, don-

de trabajaron seis capellanes hasta1818, y después en los centros deculto que se crearon al año siguientecon la fundación de Cienfuegos.

En 1934, establecido El Castillocomo poblado de pescadores y lugarde veraneo de las familias más pu-dientes de Cienfuegos, siendo Obis-po de la Diócesis Monseñor ValentínZubizarreta y Unamunzaga, y por ini-ciativa de los Hermanos Maristas(que ya regentaban 3 colegios en laCiudad, uno de ellos su primero enCuba), comienza la construcción delprimer templo en el lugar donde sehaya el actual. El ciclón del año si-

Jagua .POR ELOY VIERA

GEOGRAFÍA DE SU FE

Atrecho canal de entrada a la bahía,desde mediados del siglo XVIII, la co-nocida fortaleza de Nuestra Señorade los Ángeles de Jagua. Mucho an-tes de la fundación de la Villa deFernandina de Jagua, el castillo fuetestigo o participante directo en lahistoria de la zona. Muy conocidopor los acontecimientos de guerraque protagonizó como defensor dela bahía y de la villa de Cienfuegosposteriormente, pocos saben de suimportancia como uno de los prime-ros focos de evangelización de estacomarca.

Desde su creación la fortaleza escolocada bajo la protección maternalde María como Nuestra Señora de losÁngeles, devoción muy difundida enBarcelona, y a la que se le rinde unculto especial en el Cerro de los Án-geles en Getafe, cerca de Madrid, Es-paña. Según datos hallados en el ar-chivo personal del difunto Historiadorde Cienfuegos, señor Florentino Mo-rales, una hermosa imagen es traídadesde Barcelona y colocada en la Ca-pilla del Castillo. Una triste versión,confirmada por unos y desmentidapor otros, asegura que hace unosveinte años, manos inescrupulosasdestruyeron la imagen y la tiraron alpozo del Castillo. Esta devoción, cuyafiesta se celebra el 2 de agosto re-sultaría, con el tiempo, providencial:el poblado que crecería alrededor dela fortaleza devendría en barrio de vera-neo donde las personas de mejor posi-ción económica construirían sus casasde descanso junto a las humildes vi-viendas de los pescadores, la celebra-ción de las fiestas patronales duranteel verano se convertirían en aliento devida para esta comunidad.

El primer comandante de esta for-taleza, don Juan Castilla Cabeza deVaca, construyó el primer ingenio azu-carero de la región cienfueguera, nom-brándolo Nuestra Señora de la Can-delaria, advocación mariana con arrai-go popular desde aquella época en lazona (mucho antes de la fundaciónde la Ciudad), y cuyas fiestas eran

Cas t i l l o de

reportaje

En la orilla Oeste de la entrada de la bahía la fortaleza y el templo.A su alrededor el poblado del Castillo de Jagua.

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guiente, de triste recordación por susestragos en general y por su ensaña-miento con los dos templos de quedisponían los barrios de la periferiade la Ciudad a los que destruyó has-ta sus cimientos, se encargaría dehacer lo mismo con el del Castillo.

Otras obras de expansión de losHermanos Maristas en la Ciudad, asícomo la difícil situación económicade esos años, hicieron dormir estaidea durante 15 años. En 1950, poriniciativa de la señora Ada Trujillo, he-redera de la familia propietaria de losprimeros vapores que hicieron la tra-vesía entre la Ciudad y El Castillo ypersona muy preocupada por el de-sarrollo de este poblado, se crea el“Comité pro Construcción Iglesia delCastillo”, con el apoyo de todas lasramas de la “Acción Católica”.

Una febril actividad que incluyóverbenas, ayudas solidarias de fami-lias y autoridades cienfuegueras, pre-cedió a la construcción del temploque comenzó ese mismo año y seinauguró y bendijo el 16 de marzo de1952. La edificación fue diseñada porel destacado arquitecto cienfueguerodon Federico Navarro Taillac y cons-truida por los maestros de obra her-manos Rumbaut. El diseño del altarfue obsequio del prestigioso escultorcienfueguero señor Mateo Torriente,la hermosa cruz de hierro que coronala edificación fue diseñada por el pro-pio arquitecto señor Navarro Taillac.En el ara del altar se encuentran lasreliquias de San Benedicto, entrega-das por Monseñor Eduardo MartínezDalmau, Obispo de Cienfuegos, ensu inauguración. Ese día se celebra-ba por primera vez algo que despuésdevendría en una de las más bellastradiciones católicas cienfuegueras:las procesiones marítimas. La ima-gen de Nuestra Señora de los Ánge-les fue transportada desde el MuelleReal en Cienfuegos por los miembrosdel Comité, con Monseñor MartínezDalmau al frente. En la caravana par-

Castillo y templo, tradición y modernidad marcando un mismo sitio:uno de los primeros focos de evangelización en Cienfuegos

Procesión marítima:Nuestra Señora de los Ángelesen la proa de una embarcación La imagen original de la Virgen de la

Caridad, llega al muelle del Castillo

El templo fue diseñado por el arquitecto cienfuegueroDon Federico Navarro y Taillac.

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ticiparon todos los barcos que hacíanviajes dentro de la bahía, así comoinfinidad de yates y humildes barqui-tos de pescadores. Acompañaron laimagen en medio de oraciones y can-ciones representantes de las másdiversas capas de la población uni-das por una sola voluntad: la fe cris-tiana y la devoción a María.

Unos meses antes había ocurridolo que pudiéramos llamar la primiciade estas procesiones marítimas: lavisita de la imagen original de la Vir-gen de la Caridad del Cobre al enton-ces inconcluso templo del Castillo,en su periplo nacional de 1951-1952,por el Cincuentenario de la Repúbli-ca. Después de haber estado variosdías en la zona de Cienfuegos, don-de visitó barrios de la periferia y pue-blos cercanos, el Capellán de la ima-gen, Padre Manuel Oroquieta y el or-ganizador de su recorrido cienfueguero,Hermano Torcuato D’Escoubet, se em-barcaron el 30 de diciembre con ellarumbo a Trinidad, con una breve esca-la en el templo del Castillo, en la gole-ta Santa Isabel, bella y especial-mente engalanada para este reco-rrido. Aunque no constituyó en síuna procesión marítima al estilo delas que se realizarían después, éstafue como la idea original.

Durante años los cienfuegueros or-ganizaron procesiones dentro de labahía en diferentes fechas y festivi-dades de la Virgen, en las cuales sepaseaban las imágenes a bordo degoletas y pequeños barcos que sedetenían en diferentes lugares de labahía donde existen asentamientospoblacionales (Perchet, CayoCarenas, Pasacaballos, La Milpa).Las imágenes de la Virgen eran acom-pañadas por gran cantidad de peque-ñas y grandes embarcaciones, entrelas cuales, y en cantidad mayorita-ria, se encontraban las de los pesca-dores humildes. El trayecto se ame-nizaba con canciones y oracionesque se difundían por altavoces colo-

cados en los techos de los barcosde mayor tamaño, donde viajaban losorganizadores.

En 1955 se construye aledaño altemplo un salón parroquial. Siendosu Capellán el sacerdote maristaPadre Castro, fiel a su carisma edu-cativo, organiza en él durante añosvarios cursos de corte y costurapara las mujeres de los pescado-res que, al decir de algunas de susgraduadas que aún recorren las ca-lles del Castillo, las preparaba paraayudar en la difícil tarea de la ma-nutención familiar.

Hoy la comunidad cristiana delCastillo ha aumentado con la cons-trucción de la “Ciudad Nuclear” ensu cercanía, donde reside un núme-ro considerable de familias que aúntrabajan en la detenida construcciónde la Central Electronuclear deJuraguá, y de donde procede lamayoría de los niños que participanen la catequesis.

“La construcción del templo ha re-sultado una belleza material. Esperose convierta en una realidad espiri-tual para la gloria de Dios, de la fami-lia y de la Patria”, dijo MonseñorMartínez Dalmau durante la inaugu-ración del templo del Castillo en mar-zo de 1952. Los que lo vieron cerradodurante años deteriorándose y sinuso, difícilmente puedan reconocer elcarácter profético de esta frase. Yo,que lo vi así, y ahora lo veo integradocomo parte activa de la formación devalores en la nueva generación de esacomunidad, les aseguro que estaspalabras han pasado, del deseo deun Obispo, a una realidad tangible.

Invito a mis hermanos de otros si-tios a que peregrinen a este lugar paraque, además de disfrutar de sus be-llezas, rindan tributo de recordacióna aquellos que, desde sus murallas,llevaron el mensaje evangelizador alos pobladores de esta comarca, mu-chos años antes de que la fundaciónde Cienfuegos.

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fotografía

AUTOR: JUAN CARLOS FAIVRE

DE LA GRAN ESCENA II

4 Recordando a Degas

1 Pas...

2 En B/N

En Portada:3 Pausa

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AUTOR:BELISARIO DE ZAYAS

fotografía

INTROSPECCIÓN

(Serafina Núñez, poetisa)

1

2

En Portada:Foto No. 3

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6

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SIN TÍTULOAUTOR: MIGUEL ÁNGEL ZÚÑIGA

caricatura

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cultura y arte

A partir de la historia y la cultura, lanaturaleza y el lenguaje plástico, quefunde en armonía, y gracias a la te-mática de valores, símbolos y másca-ras referidas al contexto precolombi-no de Nuestra América y al africano,obtiene ese misterio evocador y nos-tálgico que le confiere una peculiarpoesía a sus piezas. La fauna y la flo-ra de algún modo levemente exóticasse conjugan con una exquisitez for-mal y un refinamiento técnico que ha-

POR WALDO GONZÁLEZ

FOTOS: RICARDO G. ELÍAS

U A N M O R E I R A–nombre que pareceextraído de la novelahomónima del narradorJ

argentino Roberto J. Pairó- esuna de las principales figurascontemporáneas de la plásticanacional. Su quehacer, surgidoen los años cincuenta, llena consu definitoria impronta unabuena parte de la pintura, eldibujo, la ilustración y elgrabado cubanos de las últimascuatro décadas. Tras variasetapas de valía indiscutible, enla más reciente aborda fantasías,mitos y leyendas, con las quelogra una iconografía original.

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cen del suyo un estilo personal, conmucho del diseño siempre, desde susinicios en la plástica, guiando su laborcreadora.

Criterios como el expresado por elnotable pintor argentino Julio Le Parc,avalan el curriculum de Moreira, so-bre quien aquel apuntara hace ya másde una década: “recorre un caminopropio, en el cual hace sus altos ydel cual toma nuevos impulsos, re-flexionando pictóricamente sobre sustemas, a veces de manera obsesiva,pero esa misma obsesión a través deuna insistencia acumulativa lo lle-va a cambios cualitativos que leabren nuevas perspectivas”.

En otra entrevista, no tan lejana, mecomentaba el artista su deslumbra-miento cuando, en los 50s, y ante uncuadro de Wifredo Lam sufrió un“golpetazo” el joven que era enton-ces (de sólo 18 años), lo que, sin du-das, definió su futuro creador, aun-que, claro, aún no podía presagiarlo.

Esta evocación es lógica ante unapregunta mía, en torno a su hondo vín-culo con la pintura del gran maestrocubano-universal, al que tanto admiradesde entonces y al cual homenajeaen cada nueva exposición tanto enCuba como en el extranjero.

Su obra ha sido expuesta en diver-sos países: España, Estados Unidos,Alemania, México, Panamá, Colombia,Nicaragua, Egipto, Filipinas, Yugosla-via, Dinamarca, Polonia, y tantos otrosque completan una larga lista. La másreciente muestra de su trabajo fue pre-sentada, con éxito, en la CouturierGallery de Los Angeles, California,entre el 26 de febrero y el 3 de abril en1999. En el hermoso Catálogo se ha-bla, con razón, de que el creador “re-fleja mucho de las influencias histó-ricas, religiosas y culturales de Cuba,así como los mitos y rituales de la Isla,venidos, sobre todo, de la esclavitudafricana que aún predominan en lavida nacional”.

Allí mismo se observa que Moreiraes considerado, por críticos y

curadores, como uno de nuestros másfinos pintores surrealistas, influidos porWifredo Lam, pero con su particularvisión del folclor cubano y antillano.

Integrante de la “generación inter-media” –según la denomina la críticamás avezada-, el artista ha logradofijar la atención de especialistas na-cionales y extranjeros sobre su muyatendible obra, lo que ha incidido enel prestigio alcanzado por él en dife-rentes ámbitos.

EN FAMILIAEn su hogar –también Estudio-Ga-

lería, de El Vedado- que compartecon su esposa y colega Alicia Leal –igualmente destacada en la plásticacubana actual- y Anita, la pequeñahija de ambos, estudiante de ballet,Juan Moreira vive y pinta, dibuja, enfin, crea con esmero, rigor yacuciosidad. En este acogedor char-lamos con él, cuya bonhomía con-vence y vence ya de entrada.

“¿La familia? Para mí, ante todo,implica un gran sentido de amor y res-ponsabilidad frente a la vida, lo cualno excluye a los más allegados e ínti-mos colegas y amigos, por supuesto.

“Hay que ser un buen padre, unbuen esposo y un buen hijo. Como ar-tista, pienso que para amar, tener ymantener la responsabilidad de la fa-milia, no se puede ser egoísta, porquehay que dedicarle tiempo, atenderlaamarla cada día, aunque haya que des-contárselo a la creación.

“Si no hay amor por los tuyos, nohay sensibilidad ni amor siquiera portu obra. La responsabilidad con y porla familia, te hace más serio y, justa-mente, más responsable por tu crea-ción, y ello te permite afianzarte másen tus conceptos, tu filosofía de lavida y tu obra.

“Siempre me planteé no fundar fa-milia hasta que no hiciera mi primeraexposición. Y así lo hice: me casé alos 28. Sólo tuve mi primogénita a los30, ya confirmado con mi pintura.

“¿La felicidad para mi? Mira, es

sentirse bien con uno mismo por la ac-tuación o el desempeño personal decada día. Me he sentido feliz en oca-siones, etapas, a veces, incluso, sinrecursos, cuando comenzaba, pobre.

“Me gusta ayudar a los colegas jó-venes y, en general, amigos que nece-sitan de mí. Es que me he guiado porese proverbio tan popular y, por ello,tan cierto: haz bien y no mires a quien.Esto es también parte de la felicidad.Como igualmente lo es el estar cons-ciente de que realizo una obra de va-lía, que sirve y servirá para mostrar alos demás mi aporte a la cultura y elbienestar espiritual de los demás, tannecesario. Que esa obra sirva paraenaltecer la nobleza del ser humano”.

Juan, todos tus amigos sabemosde tu eterna bonhomía. Por ellomismo, y aunque la desprecias,¿qué es la maldad?

“Desde que el mundo existe han exis-tido el bien y el mal, Dios y el Diablo,Abel y Caín. Con mi conducta cotidia-na y con mi obra, predico el bien –locreo-; y estoy pues, en el bando de losbuenos. Si eso sirve para contrarrestarla maldad, soy feliz porque pongo ungrano de arena a favor de ello. El malva contra todo lo hermoso de la vida, yeso lo repudio quizás por ser cristianodesde mi infancia, en lo que influyó mifamilia. Como sabes, algunos han vistola huella cristiana en mi obra, y estoyde acuerdo con ello”.

¿Y qué es para ti la ambición?“La ambición puede ser justificada y

noble en el creador. Los grandes pinto-res han sido ambiciosos en cuanto a dejaruna obra y ser reconocidos. Esa es unaambición noble. Ahora, el que para con-solidar su ambición, utiliza turbios me-canismos y sucias actitudes que puedendañar a otros, a los que ve como ene-migos, ése no sirve. Yo nunca le hepuesto ni le pondré un traspié a nin-gún colega. En el mundo, que es tangrande, cabemos todos. Que cadacual, con su talento, desbroce su ca-mino. ¿No te parece?”

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Varsovia, 1818. Ante un público selecto, un crío de 8 añosejecuta maravillas al piano, deja boquiabierto al auditorio

y al día siguiente, en la gran capital europea, no se hace otra cosaque hablar del suceso. Polonia ha descubierto un niño prodigio:

A 150 años de la muertedel gran compository músico, Polonia celebrael Año Internacional Chopin

POR EMILIO BARRETO

“Hay en su música un almapor excelencia polaca y algode elegancia francesa, algode refinamiento francés, perosaturado a la vez denaturalidad. A veces hay,incluso, algo de ironíafrancesa. Se puede encontraren su música, en los valses, elclima de los salones deVarsovia y París”.

Janusz Ekiert

El monumento a Federico Chopinemplazado al final del Parque

que rodea la casa natal del gran músico polaco.

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dres de Chopin lograron que el niñose educara en Varsovia con los hijosde una familia muy adinerada que vi-vía en una pensión administrada porla madre, una polaca nombradaJustyna Krzyzanowska, quien ademásadministraba la casa de la CondesaSharbek, en Zelazowa Wola. Por suparte, el padre, Mikolaj Chopin, era unfrancés de origen campesino que ha-bía recibido una esmerada educación.El señor Chopin era propietario deviñedos. Había llegado a Polonia pro-veniente de Lorena y decidió quedar-se porque no estaba dispuesto a serun soldado del ejército de NapoleónBonaparte. Primero se desempeñócomo maestro de niñas de familias dela alta aristocracia y después fue Pro-fesor de Lengua y Literatura France-sas en el Liceo de Varsovia, donde elniño Fryderyk cursó estudios. Igual-mente se empleo como maestro de lashijas y el hijo de la Condesa deSharbek, dama de abolengo que,lejanamente, estaba emparentada conla madre de Fryderyk. Durante cuatroaños Mikolaj Chopin y JustynaKrzyzanowska fueron permanentesinvitados a la mesa de los Sharbekhasta que después de casados se mu-daron a Varsovia. Más tarde, luego delnacimiento del futuro genio de la mú-sica polaca, el señor Sharbek (nom-brado también Federico), recibió lainvitación de los esposos Mikolaj yJustyna para que fuese el padrino delvástago. De esa forma no fue difícilque el niño Fryderyk aprendiera losbuenos modales y decidiera asomarseal rico universo del arte europeo.

EL MUNDO ES UNA COMEDIASe aproximaba Fryderyk al final de

su adolescencia convirtiéndose en unjoven de mediana estatura, delgado ypálido, con aspecto algo enfermizo. Alprincipio se caracterizó por su grantimidez, pero con el tiempo llegó a serun personaje completamente desinhi-bido, capaz de llenar los salonesvarsovianos gastando bromas yescenificando dramas caricaturescos.Chopin asumía como una comedia el

Chopin fue un personaje controver-tido y polémico. Vivió solamente trein-ta y nueve años y la controversialidadde su figura comienza desde su llega-da al mundo. Todavía hoy se debateacerca de la verdadera fecha de su na-cimiento. Según los documentos exis-tentes, nació el 22 de febrero de 1810en Zelazowa Wola, una localidad si-tuada a 54 kilómetros de Varsovia.Pero el propio Chopin afirmó siempre,con vehemencia, que había nacido una

semana después: el 1 de marzo. La de-claración contó con el apoyo de sumadre y era la que aparecía en el pa-saporte del compositor y en la enci-clopedia de Fetis, en París, Francia.Sin embargo, los documentos oficia-les y la fe de bautismo (bautizado el23 de abril) acreditan la fecha del 22de febrero.

Al parecer, el propio padre deFryderyk (Federico, en castellano)tuvo alguna responsabilidad en esta

imprecisión. Se dice que el hombreposeía una memoria pésima para lasfechas y que hasta llegó a olvidar la desu propio cumpleaños. En relación consu hijo sólo pudo aportar que nació unjueves, pero en el momento de hacerla inscripción no podía precisar si ha-bía sido el 22 de febrero, o una sema-na más tarde. De cualquier manera,Chopin siempre festejó su cumplea-ños en la segunda fecha. Finalmente,y para colmo de errores, tanto en elacta de nacimiento como en la fe debautismo está mal escrito el apellido;en la primera aparece Chopyn y en lasegunda Choppen.

Si bien la familia de Fryderyk no erapobre, tampoco podía considerárselede la clase alta o acomodada. Los pa-

Una vistade la casa natal de Chopin,ahora el museo más visitadode toda Polonia.

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mundo que le rodeaba. Daba vida alas fiestas y animaba las tertulias. Lagente reía a mandíbula batiente cuan-do imitaba a personajes conocidos dela época. Parodiaba con mucha gracialos gestos y la manera de hablar de losprofesores de idioma inglés. Solía tam-bién caricaturizar a los pastores evan-gélicos disfrazándose con una pelucaroja. Odiaba el sentimentalismo y semofaba de las jóvenes doncellascuando se exaltaban. En reunionescon los amigos improvisaba valsesy mazurkas. Con sus interpretacio-nes podía hacer bailar hasta el can-sancio. Le proporcionaba una grandiversión redactar cartas pletóricasde comicidad.

Contaba Chopin 16 años de edadcuando su salud comenzó a deterio-rarse. Viajó entonces con su madrey sus hermanas, Emilia y Ludwika,a Silesia, para someterse a un trata-miento médico. Allí murió Emilia, suhermana menor, y escuchó por vez

primera el nombre del mal que lo lle-varía a la tumba: la tuberculosis.

La salida de la adolescencia y el arri-bo a la primera juventud le abrieronun capítulo nuevo y muy diferente: seconvertía Chopin, para siempre, en unhombre con ambiciones dentro de lamúsica y de la sociedad aristocráticade Varsovia, y en un verdadero apa-sionado de la belleza femenina. Pero

el arribo a los veinte años le depara-ba, además, el progresivo debilita-miento de la salud.

Ante esto último comenzó a ser en-viado a pasar temporadas de vacacio-nes en el campo, en la casa de buenosamigos, pues se pensaba que el airecampestre le reforzaría el estado físi-co. En las aldeas tocaba con los músi-cos locales, incluso con los judíos, per-seguía a las mozas por los sembra-dos, cazaba perdices, recogía setas yframbuesas, y montaba a caballo. Desu vida en las aldeas salieron lasmazurkas.

LAS LÁGRIMAS DEKONSTANCJA

Escogió Fryderyk Chopin la locali-dad de Poturzyn para comenzar las quefueron sus últimas vacaciones en Po-lonia. Se internó entonces en las pro-piedades de Tytus Woyciechowski, sumejor amigo. Pero la ambición y lapasión lo llevaron a interrumpir, intem-

pestivamente, sus días de descanso.Debutaba en la ópera la talentosa ybellísima cantante KonstancjaGladkowska, a quien Fryderyk yahabía visto en el concierto ofrecidopor los alumnos del Conservatorio.Allí Chopin fue presa de los encan-tos de la maravillosa joven de ojosazules y cabello rubio. Konstancjatenía 18 años. Era hija del burgravedel Castillo Real de Varsovia y alum-na del italiano Carlo Soleva en la es-pecialidad de canto.

Pero no por gusto corrió Chopin aldebut de la Gladkowska; la joven erauna admiradora del compositor y esprobable que alguna vez leyera en elCorreo de Varsovia el siguiente jui-cio: “las obras del señor Chopin tie-nen destellos de incuestionablegenialidad”. Asimismo, es posible quehaya tenido conocimiento del criterioemitido sobre Chopin por el Rector delConservatorio Elsner: “Es un geniomusical”, había apuntado el Profesoren su diario. Sucumbió entonces lajoven aristócrata ante el genioFryderyk, y éste se había enamoradode ella. Tras varios e interminablesmeses de amor silencioso, Chopin seacercó a Konstancja para brindarsecomo acompañante. Comenzaron unromance secreto porque Fryderyk, apesar de su enorme talento, se hallabaen una situación de inestabilidad eco-nómica y, por otra parte, daba más laapariencia de un chiquillo que la de unhombre en camino a la adultez. No eraeso, precisamente, lo que soñaba lamadre de Konstancja para su prome-tedora hija. Por si fuera poco, a la jo-ven le era muy difícil acceder a lossalones que frecuentaba Fryderyk: si-tios repletos de mujeres que no deja-ban de acosarlo. Konstancja, además,era cortejada por apuestos oficiales delejército ruso, ayudantes del hermano delZar, Gran Duque Constantino, gober-nante de Polonia. Se trataba de jóvenescon futuros sumamente promisorios quesolían frecuentar el Conservatorio paracantar a dúo con la amada de Chopin.

Por momentos, Chopin y Konstancja

El Jardín Saski, Varsovia,un lugar preferidode descanso de Fryderyk,también el sitiode los conciertos dominicales.

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no cesaban de torturarse. Arremetíanel uno contra la otra, y viceversa, pre-sas de grandes crisis de celos y se con-fesaban dudas mutuas. En otras oca-siones se profesaban un amor absolu-to. Ante situación tan desajustada, lospadres y amigos más allegados deFryderyk decidieron que éste empren-diera viaje hacia cualquier ciudad deEuropa donde pudiese dar riendassueltas a su genio.

Konstancja cantó en el concierto dedespedida celebrado en el Teatro Na-cional. Para la ocasión escogió comoatuendo un bello vestido blanco y secolocó una rosa en el cabello. Lucíamaravillosa, pero su actuación aunquesentida, se trocó en catarsis: interpre-tó ¡Oh, cuántas lágrimas he verti-do por ti!, de la ópera La donna dellago, de Rossini. Luego del Concier-to, Chopin fijó fecha para su partida.Lo hizo el “Día de los Difuntos”. Mon-tó en una diligencia llevando en su cha-queta, junto a su corazón, una cintaque le regalara su amada y en uno desus dedos se había colocado un anillode ella. Era el año 1830 y el músicoarribaba a sus 20 años de edad. Veinti-cuatro meses más tarde supo queKonstancja se había desposado conJosef Grabowski, un terrateniente rico.

MARÍA WODZINSKA,UNA DESGRACIA

Después del tormentoso episodiocon la cantante polaca, Chopin estuvoen Viena en 1831, donde compuso,entre otras obras, Mazurkas, Estudiosy Preludios y viajó por importantesciudades del Viejo Continente hasta quellegó a París.

Los salones de la Ciudad Luz fue-ron rápidamente conquistados por elpolaco universal. De inmediato entróa formar parte de la élite artística de lacapital francesa. Para ello se valió desu genio en la improvisación musicaly en su deslumbrante sentido del hu-mor. Aunque físicamente seguía de-bilitándose, su estado de ánimo erafabuloso. Repartía su tiempo entreveladas de sociedad y clases de músi-ca que impartía a las hijas de matri-monios de la alta aristocracia. Ense-

ñaba piano y sus honorarios eranbastante altos. Por aquella época co-menzó su amistad con grandes per-sonajes como Liszt, Mendelssohn,Meyerbeer, Haléviz y Heine. Solía re-unirse con el gran poeta polaco AdamMickiewicz. Durante mucho tiempoMickiewicz, sin resultado alguno, tra-tó de convencerlo para que compu-siese una ópera nacional.

Andaba Chopin por los 25 o 26 añoscuando realizó un viaje de nueve díasen diligencia de París a Marienbad para

reunirse con María Wodzinska, her-mana de un amigo. Wodzinska teníasólo 17 años y se había enamorado deFryderyk. Y el pianista, que era un fácilconvicto del amor, volvió a sumirseen un idilio similar al que tuvo conKonstancja Gladkowska. Chopin yMaría llevaban una relación en secre-to que se solidificó durante el mes quepasaron juntos. Fueron los treinta díasmás felices en la vida del joven que yaera bastante famoso y sentía el acosode sus admiradores. Pero cuando setrataba de acudir a alguna cita conMaría se las ingeniaba para evitar cual-quier encuentro con fanáticos. Lasvisitas a María se realizaban bajo lamirada controladora de la madre deésta, pero la buena señora no era de-masiado exigente porque le profesabaadmiración, respeto y simpatía al ena-

morado de su hija. Chopin tocaba paraMaría en el salón de la residencia delos Wodzinska, y casi siempre inter-pretaba los dos primeros Estudios delOpus 25 en la bemol mayor y en famenor. Precisamente por eso la críti-ca especializada coincide en clasificarestas piezas como retratos musicalesde la adolescente.

Fryderyk y María conversaban duran-te horas enteras. Para pasear escogíanlas noches, pues la luz de la luna les ofre-cía un ambiente de agradable intimidad.Y Chopin disfrutaba mucho esa relaciónplatónica. Más tarde viajaron juntos aDresde y el compositor adquirió valorpara confesarle a la joven todo su amor.Se supone que haya obtenido el bene-plácito de la doncella porque el obstácu-lo apareció con el señor Wodzinska. Elpadre de María consideraba que su hija

El salón de músicade la casa de Chopin

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poseía un linaje que le facilitaría encon-trar un buen pretendiente con propieda-des y un palacio como dote para su vidade casada. Eso era algo que el composi-tor no podía garantizarle a su novia. Antela rotunda negativa del padre de Ma-ría se produjo la ruptura definitiva.Entonces Fryderyk, en otro impulsomelodramático, buscó todas las car-tas que María le había escrito, lasató con una cinta y escribió la frase“Mi desgracia”.

VACACIONES EN NOHANTComenzaba Chopin la segunda juven-

tud (los 30 años) cuando conoció aGeorge Sand, la famosa escritora ingle-sa. En los salones parisinos el pianistapolaco seguía siendo aclamado. Fuedurante una velada que George Sand seacercó a Chopin de manera muy dis-creta: le hizo llegar una pequeña nota quedecía: “Se le adora”. El resultado de esemensaje fueron unas vacaciones enMallorca que cristalizaron en una rela-ción amorosa de siete intensos años,matizados por consecutivas temporadasvacacionales en Nohant, en un palaciopropiedad de la escritora.

La relación con Sand dotó a Chopinde una vitalidad increíble, pues de esetiempo data la mitad de sus más lla-mativas obras: scherzos, baladas,polonesas, nocturnos, por sólo citarunas pocas. El palacete que Chopin nopudo entregar como dote de esposo aKonstancja Gladkowska, primero, y aMaría Wodzinska, después, lo recibíaél de la excéntrica escritora GeorgeSand, una mujer con dos hijos (varóny hembra) y que, según reseñan algu-nos historiadores y críticos, le garan-tizó a Fryderyk los necesarios años decalma y estabilidad para que su brilloartístico se notara. George Sand, porsu parte, compartía la privacidad deChopin, pues invertía gran parte de sutiempo en escribir novelas.

Pero los años finales de esa relaciónfueron difíciles para la pareja. Chopin,aunque rodeado por todos sus allega-dos y muy bien atendida su salud, -encontinuo resquebrajamiento-, se lehacían cada vez más insoportables las

vacaciones en Nohant. Ya apenas dor-mía y se tornaba demasiado irascible.Las peleas eran muy frecuentes. Así,pasó el tiempo y crecieron los hijos deGeorge Sand y, a la vez, aumentó laantipatía de Chopin, la cual encontróplena correspondencia en Mauricy, elhijo de la escritora, aunque no suce-día igual con Solange, la hija, quiencon la adolescencia se había converti-do en una joven de figura escultural.

La relación con George Sand llegó asu fin en 1846. Chopin tenía 36 años.Esa fue la última vez que visitóNohant. De inmediato la Sand, proba-blemente en un instante de rabia, des-truyó toda la decoración de los inte-riores de su habitación, incluso el em-papelado de las paredes, alegando quecon ello intentaba proteger tanto a ellacomo a sus hijos de una infección conlos microbios de la tuberculosis. Laacción elevó el amor propio de Chopin,quien se sintió ofendido y se negó arevitalizar ese amor, aún cuando laescritora le propusiera, en París, unnuevo comienzo.

EL CORAZÓN EN POLONIAAl terminar definitivamente con

George Sand y ya muy enfermo, viajóChopin a Londres, Inglaterra, dondepermaneció durante varios meses.También estuvo en Escocia. La muer-te le llegó en 1849, el 17 de octubre, ala joven edad de 39 años. Fue sepulta-do en el cementerio de Pere Lachaise,Francia. Pero antes, le fue extraído elcorazón del pecho. El órgano vital viajóa Polonia en poder de su hermanaLudwika, quien lo transportó metidoen un frasco con alcohol y lo introdu-jo en Varsovia oculto debajo de sus ves-tidos. Eran tiempos en que la naciónpolaca se hallaba bajo el yugo del Im-perio Ruso. Al cabo de los años, elcorazón de Fryderyk Chopin fue em-potrado en una de las paredes de laiglesia de la Santa Cruz de Varsovia.

BUSCANDO A CHOPINPasaron años, -décadas-, para que

se le hiciera verdadera justicia al nom-bre y a la obra de Chopin, pues aun-

que su música ha sido siempre muyrespetada, luego de su muerte no fuerealmente comprendida. Durante el de-clive del romanticismo sus piezas fue-ron interpretadas como si el creadorhubiese sido un histérico que pasabala vida muriendo. Al concluir la Pri-mera Guerra Mundial, con el surgi-miento de la estética antisubjetiva, seexaltó algo que se dio en llamar lalealtad al creador, encaminada a hur-gar en el texto original. Entonces losintérpretes se ceñían, exclusivamen-te, a la partitura. En el caso de Chopinse buscaba que no sonase ni potenteni débil, ni rápido ni lento, tampococon mucho brío ni con demasiadacalma. Por esos años se escuchabaun Chopin excento de emotividad,gracia, encanto y fantasía.

Para el famoso crítico polaco JanuszEkiert, en el caso de Fryderyk Chopin“no se puede desarrollar sin alteracio-nes la belleza del arco de su melodía,del contenido anímico, de la tensión yde la nobleza del dibujo. Han apareci-do muchos pianistas que ponen de ma-nifiesto cuán interesante es la músicachopiniana, pero hay muchos otros quese concentran en sacar a relucir su be-lleza y las sensaciones que produce. Yson todas esas diferencias las que pro-vocan controversias”.

Chopin fue, como casi todo geniocreador, un artista que hizo una enor-me y rica obra amando, sufriendo,soñando, deprimiéndose, en fin vio-lentando cada uno de sus estados deánimo. Solo que, como personajecontroversial y polémico, nos dejóun enigma: el misterioso acto deimpedirnos distinguir el suceso ola persona que le propició eso tananhelado que llaman inspiración.

BIBLIOGRAFÍA:Ekiert, Janusz. El corazón de un genio.

NOTA:El autor agradece la colaboración dela señora Susana Hinz, de la Embajadade Polonia en Cuba, la señora ZitaMugía Santí, colaboradora de PalabraNueva , y del Padre Ramón SuárezPolcari, miembro del Consejo de Re-dacción de esta revista.

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apostillas POR MONSEÑOR CARLOS MANUEL DE CÉSPEDES GARCÍA-MENOCAL

Meu coraçâo é uma barcaQue nâo sabe navegarFernando Pessoa

OS CAMINOS DE LA PROVIDENCIA AMOROSA DE DIOS, pormedio de una invitación inesperada del Padre Ramiro Mincato,Coordinador de Pastoral de la Diócesis de Novo Hamburgo, mecondujeron a Brasil desde el sábado 29 de mayo hasta el sábado 5 deL

junio. Objetivo: participar en la Tercera Semana Teológica, organizada porlas Facultades de Taquara –“Vale do Paranhana, Regiâo das Hortensias”-y la Diócesis de Novo Hamburgo, vecina de Porto Alegre, en el Estado deRío Grande do Sul. La circunstancia de que haya un solo vuelo semanalHabana-Sao Paulo-Río de Janeiro-Habana, me obligó a volar dos díasantes del comienzo de la Semana y a permanecer un día después de laclausura. Una semana solamente, como reza el título de esta Apostilla, quenos permite mirar sólo una pequeña porción de algunas realidades e impidela formación de juicios categóricos, pero nos hace más capaces paramatizar y enriquecer los juicios previos formados desde lejos, por lecturas yreferencias ajenas.

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Pasé por Sâo Paulo como una tromba, menos que unsuspiro, sólo para asomarme a esa especie de gran ciudaddel Primer Mundo enclavada en el corazón del TercerMundo, con doce millones de habitantes y rascacielos im-presionantes, vidrieras dignas de la Quinta Avenida de NewYork y rodeada de favelas, y pasé un domingo en Campinas,ciudad de mediano tamaño –aproximadamente de un mi-llón trescientos mil habitantes- a 90 kilómetros de la granciudad paulista. Aquel domingo en Campinas tuve tres mi-sas de distinto talante, pero todas con una participacióncálida: la primera, en una parroquia “normal”, de barrio declase menos que media, pero no totalmente “popular”; lasegunda, en un barrio más popular, dentro del ámbito de lamisma parroquia, en el espacio libre que ofrece un edifi-cio, pues todavía no hay capilla en la localidad y la terceraen un santuario mariano, no lejos de Campinas, para unaperegrinación de más de tres mil personas. Lo cual, paralos standars de Brasil, no es mucho: tengamos en cuen-ta que en el Santuario de “la Aparecida” –equivalente alnuestro de El Cobre- se reúne un promedio de 80 000personas de cada domingo, 30 000 cada sábado y va-rios miles cada día de semana.

El lunes 31, de nuevo al aeropuerto de Sâo Paulo, gran-de y movido, pero no caótico, vuelo a Porto Alegre y porcarretera directamente a Taquara, para la inauguración dela Semana, a cargo, ese primer día, del Cardenal AloisioLorscheider. La Semana estaba dirigida a laicos compro-metidos de la Diócesis: responsables de movimientos, degrupos (de jóvenes, de matrimonios, etc.,), catequistas,ministros de la Palabra, de la Caridad y de la Eucaristía.Participaron, de manera sostenida, más de seiscientos. Juntoa los laicos, el Obispo de Novo Hamburgo, Don OsvinoBoth –promovedor organizado, animador y guía discreto-y un grupo de sacerdotes, de religiosas y de seminaristas,todos de la misma Diócesis de Novo Hamburgo.

Durante la Semana Teológica viví en la casa rectoral dela Catedral de Novo Hamburgo, cuyo párroco, MonseñorAmérico Cemin, es también Vicario General y un excelen-te anfitrión; me pude dar cuenta del aprecio que le tiene elObispo y que le tienen los sacerdotes de la Diócesis. SuVicario Parroquial, el Padre Ernani Kunst, es el último sa-cerdote ordenado en la Diócesis –hace apenas tres meses-, muy joven trabajador, con buen juicio y simpático. Tuveocasión de intercambios con él. Allí vive también un viejoMonseñor, retirado, muy impedido físicamente, sabio lú-cido, con esas sabiduría y lucidez que sólo tienen y po-seen quienes han sufrido mucho. Su vida, según me contóun sacerdote, ha sido un rosario de incomprensiones, ca-lumnias y frustraciones inmerecidas, asumidas con lealtady generosidad admirables. Tuve la impresión de que hoyes venerado por todos en la Diócesis. Diariamente me tras-ladaba a Taquara con el Padre Ramiro Mincato, el ya men-cionado Coordinador Pastoral, que es también biblista, Pro-

fesor de la Pontificia Universidad de Río Grande do Sul(Porto Alegre) y, sobre todas las cosas, uno de esos ami-gos sacerdotes, mucho más joven que yo, coincidente engustos e intereses teológicos y pastorales, que me gusta-ría tener siempre cerca, a la mano.

Tuve la oportunidad de conversar un día con el Obisporetirado de Novo Hamburgo, Monseñor BoaventuraKloppenburg, a quien conozco desde hace casi treinta años,desde sus tiempos de Director del Instituto de Pastoral delCELAM –el actual ITEPAL- durante su etapa anterior enMedellín. Se mantiene brioso en sus ochenta años: comosiempre, estudiando y escribiendo lo encontré en su apar-tamento en el Obispado. Tuve una buena “conversada” yalmorcé con el Arzobispado de Porto Alegre, MonseñorAltamiro Rossato, que continúa sus clases de Patrologíaen la Universidad Pontificia de Porto Alegre, y con uno desus Auxiliares, amigo también desde hace años, Monse-ñor Antonio do Carmo Cheuiche, creativo y lleno de ini-ciativas en lo que se refiera a la pastoral urbana y a lapastoral de la cultura, con una memoria de las personas yde las situaciones más fiel que el más eficaz disco duro dela mejor computadora. En Porto Alegre pude estar tam-bién con el Padre Víctor Hugo, el Secretario Ejecutivo dela Conferencia Episcopal del Sur de Brasil, cuyo Presiden-te es actualmente Monseñor José Mario Stroeher, Obispode Río Grande do Sul, participante también en la SemanaTeológica, con quien coincidí en Roma... hace cuarentaaños, durante nuestros años de estudio de Teología en laPontificia Universidad Gregoriana.

El lema congregante de la Semana fue “Señor, muéstra-nos al Padre y ésto nos basta”. Las ponencias fueron: 1)¿Qué significa para la Iglesia ser imagen del Padre del Cie-lo? La desarrolló el Excelentísimo Señor Cardenal AloisioLorscheider O.F.M., Arzobispo de Aparecida. 2) El desa-fío del Dios cristiano en el mundo plural, a cargo del Pro-fesor Faustino Teixeira, laico, Doctor en Teología de laPontificia Universidad Gregoriana y Profesor del Departa-mento de Ciencias de la Religión en una Universidad Fede-ral de Minas Gerais. 3) La experiencia de la Iglesia en Cubaen los últimos años y su vivencia del amor misericordiosode Dios Padre, que me correspondió desarrollar. 4) El Pa-dre envía al Espíritu para la misión, expuesta por Monse-ñor José Mario Stroeher.

Para mí, personalmente, este viaje a Brasil y muy enespecial la participación en la Semana Teológica ha sidoun baño renovador en el Espíritu, un estímulo para miexistencia sacerdotal y una buena recogida de iniciati-vas eclesiales evangelizadoras, que todavía debo digeriry discernir con vistas a su eventual puesta en prácticaen nuestra Isla, con las necesarias adaptaciones y ensu debido momento.

Estas breves pero muy intensas jornadas hanincrementado mi aprecio por el pueblo brasileño y por su

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Iglesia. Al menos de esa zona del Estado de Río Grande doSul: no dejo de tener en cuenta que Brasil es muchosBrasiles. Iglesia viva y muy abundante en miembros, bienorganizada y creativa, dotada de una religiosidad popularcatólica que, sin dejar de ser popular, me dio la impresiónde estar más purificada que en otras regiones deingenuidades humanas y de mentalidad próxima a la ma-gia. Saqué la impresión de que se trata de una Iglesia conuna sensibilidad social efectiva muy fina y, simultánea-mente, enraizada en el misterio de la Trascendencia, pre-ocupada por la formación de sus miembros y cultivadorade la oración.

Es una Iglesia, al parecer, habituada a experienciaspastorales poco frecuentes entre nosotros. Por ejemplo,me llamó la atención y me agradó sobremanera la colabo-ración entre la Iglesia y grupos no oficialmente eclesialesy hasta muy oficialmente laicos en programas de interéssocial. Precisando: la Universidad de Taquara es privada ylaica; en ella se desarrolla un buen trabajo pastoral con losalumnos, en el que participan un sacerdote, varias religio-sas y laicos. En su Departamento de Ciencias Religiosas(casi todas las universidades cuentan con departamentosanálogos) se forma una buena parte del laicado joven máscualificado de la Diócesis de Novo Hamburgo. La mismaSemana Teológica es fruto de esta colaboración dialogalentre la Universidad y la Diócesis; lo que no impide que lamisma Universidad también organice conferencias, encuen-tros, etc., sobre no creencia y sobre otras religiones. Estarealidad no es exclusiva de las Facultades de Taquara: ocu-rre también en otras universidades, estatales, federales yprivadas, sean estas últimas laicas (como es el caso deTaquara), sean religiosas, católicas o no. En los am-bientes en los que me moví se sabe muy bien que laicis-mo social no equivale a ignorar la dimensión religiosade la existencia humana y que la Universidad está tam-bién al servicio de la misma, como lo está también alservicio de otras disciplinas: científicas, filosóficas, tec-nológicas, humanistas y artísticas.

Me interesó también y me habría gustado conocer me-jor, la existencia de un grupo parlamentario interpartidista,en Porto Alegre, que asesora Monseñor Cheuiche. En élse encuentran parlamentarios católicos y no católicos, peroafines y cercanos a la Iglesia, provenientes de casi todoslos partidos políticos. Se reúnen periódica y frecuente-mente para intercambiar ideas acerca de los proyectos quese discuten en el Parlamento, con el objetivo de iluminar-los con la luz de la Fe, de la enseñanza social de la Iglesiay de los valores que la Iglesia trata de promover.

¿Limitaciones? ¿Realidades que no me impresionaronbien? De la realidad brasileña, en términos generales, loque peor me impresionó –y se trata de un dato visible- esla separación abismal entre los pobres, muy pero que muy

pobres (casi siempre favelados, aunque no todos losfavelados son pobres; en las favelas frecuentemente mo-ran acomodados agentes de narcotráfico), y los ricos, muypero que muy ricos. La Iglesia realiza un servicio ejemplaren la organización y en la asistencia caritativa a esos po-bres. Muchos me hablaron también de la corrupción y deltrato fiscal y judicial muy diverso y preferencial para conesos mismos ricos, detentadores ellos mismos del poderpolítico o relacionados estrechamente con quienes lo po-seen. Pero de esto no me puedo pronunciar personalmen-te después de sólo una semana en el País. Aludo, simple-mente, al testimonio de los que viven allí.

Las limitaciones que percibí en la Iglesia son comunescon las que cualquiera podría percibir en Cuba y en otraspartes. Por ejemplo –ambigüedad de la proliferación demovimientos; -promoción, en algunos de ellos y en algu-nos sectores, de la pastoral de la emotividad, en detri-mento de una justa racionabilidad directora; -síntomas li-mitados, pero reales de presencia del virus del mundilloeclesiástico, con sus concomitantes envidiejas,chismecillos, maledicencias, etc. Miserias humanas que,aunque ensombrezcan parcialmente, no suprimen la riquezaimpresionante de nuestra Iglesia en Brasil y que no meobnubilan el juicio positivo.

Percibí problemas relacionados con la Fe y con la éticacatólicas cuya solución, en gran medida, escapa a las posibi-lidades reales de la Iglesia, pues son promovidos desde sec-tores muy poderosos. Por ejemplo, una encuesta realizada enuna Diócesis –creo que en Belo Horizonte- arroja que el 40%de los asistentes habituales a Misa dominical afirma la reen-carnación. Abundan los reencarnacionistas en Brasil. Esta“convicción” depende fundamentalmente de los medios decomunicación, sobre todo de la TV. Las motivaciones de lospromotores de la reencarnación, al parecer, son sumamenteturbias: cuando se afirma que los “males” de la existenciaactual son consecuencia de pecados cometidos en encarna-ciones anteriores no queda más remedio que aceptarlos paraser purificados y ascender a una reencarnación superior. Noresulta muy difícil imaginar las consecuencias sociopolíticasy económicas que tal concepción fatalista de la vida acarrea ycuán convenientes le resultan a los gestores del neoliberalismosilvestre, pues paralizan toda reacción efectiva por parte delos más perjudicados por tal tipo de sociedad.

Ahora bien, tengo la impresión de que ante tal problema yotros de análoga envergadura, la Iglesia mayoritariamente noesconde la cabeza en la arena. Los encara y se esfuerza poresclarecer y corregir con notable lucidez pastoral, evangélicay evangelizadora. Estuve en esos días con seis Obispos ycon un buen número de sacerdotes, de religiosas y de laicoscon responsabilidades de dirección pastoral y esa fue la ima-gen que me dieron.

¡Y punto final, que mi enamoramiento brasileiro al cabo dela vejez se está haciendo demasiado evidente!

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del mundo cristiano

A LOSSACERDOTES:¡GRACIAS A DIOSPOR EXISTIR!“Con intensa emociónquiero agradecer a todoslos sacerdotes que, fieles ala propia identidad ymisión, todavía sufren enlas más diversassituaciones. Gracias porvuestro sudor, por vuestroesfuerzo, por vuestra fuerza,por vuestras lágrimas, porvuestra sonrisa.(Gracias aDios por existir! Y gracias avosotros, sacerdotes de losdos milenios transcurridos,que fieles hasta el martirioa vuestra identidad y misión(...) os habéis consumadoen el fuego ardiente de lacaridad pastoral y ahorasois nuestrosintercesores».Así expresó Su SantidadJuan Pablo II en unmensaje enviado a losparticipantes en el IV

Encuentro Internacional deSacerdotes, celebrado del22 al 27 de junio pasado enTierra Santa y promovidopor la Congregación para elClero.En el mensaje, el Papaasegura que a pesar de losnumerosos desafíosactuales, al contar con laayuda de Dios, «notenemos motivo para temerlas incógnitas del futuro.Tememos sobre todo noser testigos de Cristo comorequieren los tiempos y lascircunstancias. Por eso, elúnico interrogante que nosdebe inquietar es el de lafidelidad a nuestraidentidad, que hay querenovar cada día».«Gracias a la ordenación,en sentido ontológgico -escribe el Santo Padre-sois testigos de Cristo enel servicio a la Palabra y alos sacramentos; al mismotiempo, sois el testimonioreal de Cristo, únicoSacerdote. En el momentode la ordenación habéisrecibido un nuevo modo de

La Universidad Bautista de San Marcos, situada a 40 kilóme-tros al sur de Managua, capital de Nicaragua, se convertirá enun centro católico de altos estudios, luego de ser sacada deuna crisis económica gracias a la donación de ThomasMonaghan, un acaudalado empresario estadounidense.Thomas Monaghan donó un millón de dólares para salvar launiversidad que fue creada por los bautistas de la Universi-dad de Mobile, en el Estado de Alabama, Estados Unidos deAmérica, pero el Centro atravesaba un seria crisis y desde elaño pasado estaba en venta.A raíz de la donación de Monaghan, fue nombrado RectorHumberto Belli, ex Ministro de Educación de Nicaragua.Thomas Monaghan nació en Michigan, en 1937. Quedó huér-fano muy temprano. Creció y fue educado en un orfanato. Alconcluir sus estudios universitarios en sus ciudad natal, ob-tuvo un préstamo de 500 dólares e inició el negocio del repar-to de pizzas a domicilio y, con el tiempo, se convirtió en unimperio económico. Hace un tiempo, Monaghan vendió en1200 millones de dólares su empresa Pizza Domino. Másrecientemente donó 5 millones de dólares para la construc-ción de la Catedral de Managua. (Fuente: ALC)

NICARAGUA. UNIVERSIDAD DE SANMARCOS: DE BAUTISTA A CATÓLICA

CIUDAD DELVATICANO, 24JUN 1999 (VIS).-Treinta y siete ar-zobispos metro-politanos recibie-ron el palio de ma-nos del Papa JuanPablo II, el pasado29 de junio -solem-nidad de los San-tos Apóstoles Pe-dro y Pablo,- en laBasílica de San Pe-dro, en la Ciudaddel Vaticano. Losnuevos metropoli-

tanos son: Arzobispo Victor Manuel López Forero, deBucaramanga, Colombia / Arzobispo Jean Zerbo, de Bamako,Mali / Arzobispo Terrence T. Prendergast, S.I., de Halifax,Canadá / Arzobispo Louis-Marie Billé, de Lyon, Francia /Arzobispo Moacyr Grechi, O.S.M., de Porto Velho, Brasil /Arzobispo José Palmeira Lessa, de Aracaju, Brasil / Arzobis-po François Saint-Macary, de Rennes, Francia / ArzobispoIgnatius Paul Pinto, de Bangalore, India / Arzobispo VincentMichael Concessao de Agra, India / Arzobispo Carlos JoséÑáñez, de Córdoba, Argentina / Arzobispo Armando Dini, deCampobasso-Boiano, Italia / Arzobispo Roberto Lückert León,de Coro, Venezuela / Arzobispo Michel Malo, de Antsiranana,Madagascar / Arzobispo Nicolás Cotugno Fanizzi, S.D.B., deMontevideo, Uruguay / Arzobispo Adolfo Rodríguez Herrera,de Camagüey, Cuba / Arzobispo James Odongo, de Tororo,Uganda / Arzobispo Paul K. Bakyenga, de Mbarara, Uganda/ Arzobispo John Baptist Odama, de Gulu, Uganda / Arzo-bispo Buti Joseph Tlhagale, O.M.I., de Bloemfontein,Sudáfrica / Arzobispo Juan Luis Cipriani Thorne, de Lima,Perú / Arzobispo Geraldo Majella Agnelo, de Sao Salvador daBahia, Brasil / Arzobispo José Antonio Aparecido Tosi Mar-ques, de Fortaleza, Brasil / Arzobispo Luis Morales Reyes,de San Luis Potosí, México / Arzobispo Josaphat LouisLebulu, de Arusha, Tanzania / Arzobispo Benedict John Osta,S.I., de Patna, India / Arzobispo Gustavo Martínez Frías, deNueva Pamplona, Colombia / Arzobispo Rubén SalazarGómez, de Barranquilla, Colombia / Arzobispo Luigi Bressan,de Trento, Italia / Arzobispo Roberto Octavio González,O.F.M., de San Juan de Puerto Rico, Puerto Rico / ArzobispoAndré Vingt-Trois, de Tours, Francia / Arzobispo ZygmuntKamicski, de Szczecin-Kamien, Polonia / Arzobispo EdmundoM.Abaya, de Nueva Segovia, Filipinas / Arzobispo DomenicoUmberto D’Ambrosio, de Foggia-Bovino, Italia / ArzobispoJorge Ferreira Da Costa Ortiga, de Braga, Portugal / ArzobispoThomas C. Collins, de Edmonton, Canadá / Arzobispo ClaudeFeidt, de Aix, Francia / Arzobispo Severino Poletto, de Torino,Italia. (Fuente: VIS)

37 ARZOBISPOS METROPOLITANOSRECIBIERON EL PALIO

Monseñor Adolfo Rodríguezy el Papa Juan Pablo II

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El Centro de Estudios de la Arquidiócesis de La Habana,la revista Vivarium y la Fundación Pedro Borrás Astorga,de Madrid, España, con motivo del centenario del naci-miento de la poetisa cubana María Villar Buceta, y de laamistad que la uniera a la escritora Dulce María Loynaz,convocan al Premio único “Un paseo a caballo” en losgéneros de ensayo y reseña literarios.Bases:1 Podrán participar todos los escritores residentes enCuba.2 En el género Reseña el asunto versará sobre el texto Unpaseo a caballo, que recoge el testimonio del encuentroDulce María Loynas, María Villar Buceta, José MaríaChacón y Calvo y otros intelectuales de la época. En elgénero Ensayo el tema será la amistad en su amplia acep-ción. En Reseña los trabajos no excederán las 5 cuartillasy en Ensayo no pasarán de 20.3 Los trabajos serán enviados bajo seudónimo o lema(nombre y datos generales en sobre cerrado), en originaly dos copias, escritos a máquina a doble espacio.4 Se entregará un Premio en cada género y las mencionesque estime el jurado. El Premio en Reseña consistirá en200.00 MN y en Ensayo 300.00 MN, así como la publica-ción de las obras en la revista Vivarium. Las mencionesrecibirán obras de arte.5 Se entregarán Premios especiales otorgados por: CasaNatal “Federico García Lorca” (Fuentevaqueros, Grana-da), consistente en 200.00 MN y publicación de la obra;Editorial P.O.E.M.A.S., (Valladolid) consistente en 100.00MN y publicación de la obra; Fundación “Amigos delMuseo del Prado de Madrid”, consistente en una obra dearte. El Centro Cultural Español de La Habana entregarálibros y revistas de temas hispánicos a todos los galardo-nados y el albacea literario de María Villar Buceta donaráuna colección cubanos de arte y literatura.6 El jurado estará integrado por destacados personalida-des del ámbito cultural cubano y será dado a conocer alcierre de esta Convocatoria.7 El plazo de admisión cierra el 30 de septiembre y lapremiación se hará en diciembre: aniversario del nacimientode Dulce María Loynaz, en fecha exacta que será comuni-cada posteriormente.8 Los trabajos deben remitirse a: Premio “Un paseo a ca-ballo”. Revista Vivarium, Arzobispado de La Habana.Apartado 594 o enviados personalmente a las Oficinas dela Arquidiócesis (Habana esquina a Chacón). Para cual-quier información podrá llamarse al 62 4008/00. El artículo“Un paseo a caballo” podrá ser adquirido, sin costo algu-no, en la misma dirección.

C O N V O C AC O N V O C AC O N V O C AC O N V O C AC O N V O C A T O R I AT O R I AT O R I AT O R I AT O R I APremio Un paseo a caballo

l Centro de Formación Humana, Cultural ySocial del Convento San Juan de Letrán,

Acto de Fin de Cursoen el

Convento Dominico de

SAN JUAN DE LETRÁN

POR SALVADOR LARRÚA YEDUARDO QUIÑONES GARCÍA

Eclausuró los cursos –en esta ocasión loscorrespondientes al período 1998-1999-, que todoslos años se imparten en la sede de los PadresDominicos.En un lucido acto que contó numerosos invitados,profesores y estudiantes, se hallaban presentesMonseñor Alfredo Petit y Monseñor SalvadorRiverón Cortina, Obispos Auxiliares de La Habana,quienes entregaron los certificados de estudio a losmejores expedientes, éstos últimos enrepresentación de sus compañeros.El Padre Manuel Uña, Prior del Convento y VicarioProvincial de la Orden de los Predicadores enCuba, tuvo a su cargo las palabras conclusivas deeste período lectivo que se extendió más de cuatromeses, cuyo éxito estuvo garantizado por laaplicación de sus alumnos y la alta calidad de laenseñanza impartida por los profesores.El Centro, creado por la Comunidad de la OrdenDominica de la Capital, brinda cursos deHumanismo y Sociedad, en su Cátedra de EstudiosHumanísticos, Corte, Costura y Tejido, EducaciónSanitaria, Apreciación Musical, Computación yComputación aplicada al Diseño.La enseñanza que se ofrece en todas las materiasseñaladas es completamente gratuita, y puedenacceder a ella tanto los feligreses de ésta y otrascomunidades, así como cualquier personainteresada.La matrícula para los nuevos cursos del período1999-2000 se abrirá el 9 de septiembre próximoen el Convento de San Juan de Letrán, sito en lacalle 19 entre J e I, El Vedado.