américa en las iglesias de Álava: donaciones de indianos alaveses durante el periodo colonial

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A¡rÉzucA EN tAS IGTEsTAS nE Arev¿:DoNACToNES nE INuANos Arevnnsr,sDURANTE EL PERIODO COTONIAL

JunN JosÉ BE¡levrous M¡ntÍNnz*

REsur¿r.r*

Este ensayo analiza, con base cn fuentcs primarias y secundarias,los mecanismos y redes queesrablecie ron migrantcs vascos de la provincia de Álava hecia América con sus pueblos deorigen durante el periodo virreinal. Se muesrran también las relaciones de solideridad étnicay cultural de los vascos indianos, sus escracegias de inserción social en distintos contcxtos de

la América española, cl papel dc las creencias religiosas en el proceso migratorio, asi como las

aportaciones matf riales que realizaron en ambos lados del Atlántico y sus huellas.

P¡r¡nnls cLAvEr V,rscos, l¡rcn¡,ctóH, Ar.wr, rNrJrANOs, ARTr. sAcRo.

Assrn¿cr

On rhe besis of primary and secondary sources, this article analyzes the mechanisms andnerworks that Basques who migrated from che province of Álava to Amcrica establishedwith thcir rowns oforigin during rhe Vice-regal period. It also demonstratcs the relations oferhnic and cukuralsolidarity of rhosc "Basquc Indians," their strategies ofsocial insertion indifferenr conrexrs in Spanish Arnerica, the rolc of religious beliefs in rhe migratory process,and thc material contributions made on both sidcs of the Atlancic wich rheir crsces.KEv¡roRus: Besqrs, u¡cn¿t¡o¡¡, ÁLAvA, INDI.aNo$, sAcRDt, ART.

Reccpción: 15 de enero de 2008' Aprobacién: 25 de junio de 2008

* Llnívsrsidaddcl I)aísVa¡cr¡ O,¡rreo cltrtritnicr:: [email protected]

lLzVcra.r . r¡tir¡c¡r ?8 alio X . cncro'lunio 2(X)S , Colegio dc.Srn Lur

I¡¡rRoouccróN

En este articulo vamos a tratar de dar algunas claves que expliquen el papel dese mpeñadopor las creencias religiosas de los emigranres vascos en el proceso migratorio a América.La amplitud del tema y la complejidad del campo de las creencias religiosas sobrepasanlos límites de este trabrjo, así que nos hemos cenrrado en elestudio de les donaciones delos emigrantes a las parroquias de sus lugarcs de origen, reduciendo además el marco geo-gráfico a laprovincia de Álava, que aportó me nos cmigrantes ala avenrura americana queYízcaya, Guipúzcoa y Navarra, aunqu€ no por ello su aportacién fue menos imponantel.No hemos querido hace r un catálogo artístico detallado, ya que la com¡rlera revisión de los¿rchivos parroquiales yprovinciales en busca de daros relacionados con América sobrepasanuestras posibilidades, sino que recogcmos las caracteríscicas básicas (donante , ripologiayprocedencia) de varias de las donaciones más importantes procedenres de América enrrelas casi 200 registradas para 53 poblaciones alavesas2.

Como es bien sabido, la región vasco-navarra fue una de las regíoncs peninsulares quemás e migrantes aportó a América, tanto en la época colonial como en la conremporánea3.En esta regién, que gozaba de un régimen especial de aurogobierno gracias a los fueros, laemigración era vista conto algo natural y estaba presenre en la vida coridiana, ya que en Iasociedad vasca, el fe nómeno migratorio era una tradición se cular por la que cada generaciónbuscaba diversi6car los recursos del grupo f¿miliar para lograr su consolidación social yeconómica además de su ascenso. En este proceso, las creencias religiosas, a través de lasd.onaciones a sus parroquias de origen, sirvieron a los emigranres para dejar constanciade .su prosperidac{ y acrecentar el prestigio social de su familia. Como consecuencia, lamayoría de los cemplos de las provincias vascas deben algo de su fábrica y mobiliario adonativos de indianos, al igual que muchos edificios públicos y casas-palacio.

Lo llamarivo de la presencia vasca en el Nuevo Mundo (conquistadores, evangeli-zadores, colonizadores, adminisrradores, militares e incluso libertedores) ha faciliradoque , uadicionalmente , se haya dado una visión de relación unidireccional, olvidando lasaportaciones del continente amcricano a la región vasca. Además la hisroriografia sobre

Nos limitamos a esrrrdíar cl c,aro ¡lar,úr por las razo¡rcs cñpucr(.ls, yü gr-rc rllnro h e nrígn<;icin al,rr,esa a Américaconro cl cnvío dc los lcgrrdos, sigucn la nl¡snla diná¡nica que los dcmás rc:rricorios vascos.

(;ON7-Ál.F.Z CEh,lB[f t.iN, Tosi lr4¡n¡.rcl. A¡nirtca u tl Paí¡ Ilasu. hntr¡ttario dc clrnut,r patritnoú,,¿hs dt origttt¡¡tcrir'ano m la Comunidni,'luttinowa llaie'a.Ytor'Ía: Cohienro Vasco, ltgl, pp. Z5-10d,

L,l vallc dc Ayala, cn la pravinciir dc Álava, las Encaltacio¡tcs. cn Vzcaya, v cl valle navarro de I B¡ztán fueron lostrcs ccntL'r:r migratoliosnrás imporcanrcsdc dicha regiérr.I3[NAVlDE.SMARfiruEZ,JuanJosú."Dclvalle dcAyalat las Indias: continuidad dc r.rrr nrode:lc, rnigrarolio en Ias prinreras déc¿dar dcl siglo XIX', En PROVENCI0 üA"ItRIc;Ó.s,LucíaySÁn'CH[ZI]AENA.JuanJosó{Eds.)Á7,,14rlierúnroy,4nirir¿ Murcia:UnÍver¡Íd¿dde Murcia,2006, Tcrnro I, p. 2ri7.

t23Vct¡x . ¡tii¡n<lnr 28 iio X . c¡¡cr)Jurri¡¡ l.(X)8 . Cnlc{¡ro dc San [.ui$

la emigració¡r vasca se ha centrado en el estudio económico y social de la emigracióna y

cn personajes de ciert¿ relev¿ncia5. Pero, en lo referente a la hi$toria de l¿s mencalidrdes,

ha fi¡ado su atención en la solidaridad entre los emigrantes vescos en ultramar, sobre todo

con relación a la Cofradia de Aranzazu y las redes de parentesco y paisaneje 6, dejando de

lado las relaciones enrre el e migrantc y su lugar de origcn.

Principalmente este trabajo se basa en fuentes bibliográficas, entre las que podemos

de stacar la obra deJuan Manuel Gonzále z Cembellin, Arnérira en el Pah V¿sn,que recog€

un lisrado de las donaciones hechas desde América en las tres provincias yascas, así como

los ocho tomos del Catálogo mnnuntentdl de la Didcesis de Vitoria, de Micaela Portilla, en

donde queda regisrradaparte de las donaciones de los indianos alaveses. Ta.mbién hemos

consuhado hiscorias localcs y trabajos biográ6cos, además de diversos documen¡os pro-

cedenres del Archivo Hisrórico Provincial de Álava (prorocolos notariales), del Archivo

Hisrórico Diocesano de Vitoriay del Archivo Munici¡ral de Llodio.

L.r Er¿rcRACréN vAscA At Nunvo Mu¡.rno

El descubrimiento de nucvos espacios es una constante a lo largo de Ia historia, debido a

las posibilidades que se abren para los que se dirigen a ellos y a las condiciones existentes

en los lugares de partida. Estos desplazamientos pueden dividime en dos cendencias,las

grandes migraciones en masaT y los reducidos movimientos de población que se dieron

durante la Edad Moderna"

Podcnro.i ctcsrac.rr cnrrc orros, los lihros coordin.rdos poL ESCOISIDo I'tANSlLt.A, l{onald, ZAtlAl.l.A BLA.5

COLCI f LA,Ana dc yril.lr,tRLZ üll.A, Ó.tca,' (eds):Entgmriouy ruleswci,l*de lo.r a¿ro¡m'lny'rica. Viroria-Cascr:iz:Unir.,ersidaddcl PaísVasco, t2c.6tÁl,tt'a.y'lnnl¿x Virolia-Gastciz.: DipucaciónForal dcAlava, 1996; Cottterúottrs,

ttinrros.ytttntas: lrnEasctseularonowia¿rwrie¿nn Vcolia-Ci).stciz: Univ'er.sjdaddcll"í.rVasso, 1996:Easkalfl*rit.y

,l n¡¡era rttoilt,,la couñl¡uúü¡ lr lui rastot a laJáru¿titht ¿lt /¿sAtni¡r¡;u-trViroria-(-iasrciz: Utiivctsidad dcl PaísVasco,

r996. Y paraclcrso alavés:H.SCOREDOhI^N.5lLl.¿, Ronald,Z^llA1"l-A BIASCOECHE¡\,Ana,yALVARIJZ Ctl-A,()scar Álnr,ty,'lnirica.Yi¡ctt'i¿:Universid¿d dcl PaísVrsco, l996rARRIITA ItODRIcUIiZ,]v{iguclAngcl,z}frgaellaa/¡wra a Arn;rita n eltigloXIX.Viroria, 1992; yMAKI'INFZSALAZAI{, Angcl.Pramria alat'esn euAmt\ itaT Filipinou.

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ItAMiRf-ZMoNfü.\.Ci.yi1'Ut(t(AfJ:.J [.*rilavrca.y,ilisw14éxiro.JuanA¡¡t¡¡¡tiaUrrx¡iayArana, ló70-I743.Vicatia,

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ARRuEB^RRHNA,José.I"anrísRuizle.4potl¿m,n¡tcnmrrciatv¡¿lat,l¡conlnl¡as(1709-t767) Viioria: Dipuración

Fomldc Ál¡v¿. l9?()

I).scaca¡'r.ros lt¡s craba¡o.s dc Elisa Lu<¡uc Aic,ridc, An¿ dr Zaboll;1, ÓscaL Álvrrcz,Jcsfts lluiz dt Gordcjucla y Al-

bcno Angulo quc.rc cirun en cstc articulo, y ¡rara el crso mexicano GAltRlTZ, Amaya. Los vrscor cu la.s rcgiotics

dc b{¿'xico (siglos XVI-XX), }vf c'xico: UNAM, Gr¡bicrno Vasco y Ccutro Vasco A' (1,' zo0r.

f HtNÁNDEZ l)E trlNL,lXl, Emiliano"Los movinricnros migraroLiosvasco.r,r:n cspeciu[hacitAmérica",en SÁN-

Cl{EZAI.IlORNclz,nNlcolás(Coord.) Fr7,oialnh¡ci¿¿lné¡'iu.l.,runtgradéafl}iltltÍtt. 1880'tgi|.M¿dríd'Aliarrza,

i9Ss. pp. I05"123. i iAt I F-{iO,Jorú AndLés. Nnt'arm.y ,{nér¡ra, Mi¡drid: MAIrI-l{H, 1992, CAMO.S AR(;Al U7-4,

M*ki.'Lr tnmgncitin rasra rn Chilt, 1880-199A. (i¿rhierno Vasco, 1991. Al1.¡AREZ CIl.4, Óscar. "El mísinnsisrnr:

y f a prcserrcia re ligiosl vasca cn A¡nérir:a (t13t-tl+tt), dilicLrlcadci y crnigracirrnes fbr¡osa.s". cn/4u¡z ¡laiz. tt" 1J-,1991,

pF.89-1f,2"

I24Vctr¡ . núr¡tc¡o 2fl. ri(, X . cñero-junt{, 3{X}ll ' Cnlrgio dr: 5¡n l.ut¡

La emigración vasca a América se ha presentado radicionalmente como una ruptura

dentro del marco cerrado y atemporal que era la sociedad rural tradicional, de la quesalían la mayoría de emigrantes. La emigración era vista así como un proceso ajeno a ladinámica de la sociedad y que se debía a grandes crisis, guerras o hambrunas, que hacíande laemigración laúnica opciónparavivirs, También se decía que los emigrantes perdían

el contacto y la protección de los suyose. Pero en la actualidad estas ideas se han abando-

nado, ylos cscudios más recientes sobre emigración han demostrado que emigrar era una

decisión racional tomada por e I e migrante, condicionada por las circunstancias pe ro no

neccsariamcncc forzadal0. Tam,bién hubo migraciones masivas por causas excepcionales,

pero, en la mayoría de las oca.siones, la emigración no era una solución dese.sperada sino

que respondia a razones inte rnas de la sociedad y contribuía t reforzar las solidaridades

tradicionalcs. La cmigración vasca a América sc caracrcrizx por su persistcncia y conti

nuidad temporal, e s de cir, por su carácte r estructural. De hecho, hasta mediados del siglo

XX era habitualll, habiendo una tradición que discurría de generación en generación

independientemente de factores excepcionalcs y de la situación econémica y política del

momento, una emigración en cadenal2, como lo demuestra el hecho de que el núme ro de

salidas en la segunda mitad del siglo XVIII, periodo de auge económico, se mancuviera

durante elprimer tercio del siglo XIX, periodo de crisis. En parte, dicha rradición puede

proceder del hecho de que esta región era, desde la Edad Media, zona de paso de la ruta

comercial de la lana castellana que salía desde la mese ra hacia el norte de Europa por el

pu€rto de Bilbaot3.

Para explicar las razones de la ernigración vasca normalmente se habla de la con-

junción de una alta densidad de población y la escasez de tierras, unido el sistema

I Alrr¡Rtz cll n, Osc¿r-, "Cicn rcale s pala lracer un viajc Fucra de cstl tierr;rr rcÉlexiones.sobrc la lógica dc l¿ emi-

gracióncnel Paí.sVasco(siglosXYlll-XX)",EsndiosA4(mtoriu 2002,n I3-I4,p. I20.

9 Esrimagenyaladicronaucorcsconremporáneos¡l fcnónrcno,comoclvitorianoJos('OoláyGoiti,t¡trcdecíaqucloscr.riigranrcs crtn"ilJilic*ananutlr.,srlrlscuo&wsfanili,a"(cotAYc;t-ltTt,Jos{..L.atruignaciúr,t't1stl1trluaffa,Virori¿: 1833, p :z), y ranrbii,r la poc.sía cladic¡onalvas cr, ¡Cu,ínto compnrlezro nl qtr aiae.fwrn!,/Purde Lvnxguir nrlaen t¡tt uun¿lo/Sc ltatla nrlatlo hgtntt, ¡ptro tt h;llr tolu. .!/No ruruntmr¿i,tsist¿n¿i¿ ¿n ru nrcuirlatl". HAROZTE(;UI, CExeha xokho¿. San Scbasti;in: Euskal F.rria, 1.933, p,,,í19.

l0 Átl. 'nnrz CII,A, Óscar y RUIZ DE CORDE[UF.t.A UR(&lJO,Jesúr. "La cmigración como csrrárcgia fánril iar.Encorcados y ay¿lc.se.s cn México y Amórica. Siglos XVIII yXlX". L,n (iAl{Rl'tZ, Amaya. I os uasros u lasregionrs dtMlxiro., pp. l0l y 102

It Ja,rco quc Pielr:c Lhandc, un csrudÍoso dc lo.r vasco.s y sr-r cuknra (Baiona, 1877.]'t,i7),dijo c¡uc para scr un va$co

¿urinrico haLríaquchablarvascuerlce,y tcncrun apcllidovasco yun cío cnAn.réricr, l-HANDE,Picrre ,L'emigratnnbasqut.Paús: tgl0. p. 17. Cir, cn ÁlIlA RIiZ ( jll.A, Osc¿r. "Cicn rcalcs para l-raccr un vi.ljc.",", p. t 22.

12 v¡C DONAT D,J. S. Y M,,\C DONAI-D. L. D. "Chain miglacion. i,chnic Ncighborhood Formacion and SocialN erw o rks". M i I lu n l¿ tVI mt o ti a I F u n rl pya r u rly. I 96 4, X I I, n" 42, pp. 8 2-9 5.

13 g¡¡ ¡v¡pEsMAI{r fNEZ, luanlosé." I )c lva l lcdcAyahals lndias. . . " ,TI .p.268,

l ) <\ ü )VcLrs . ¡rú¡ner¡r 28, ¡mr) X . cucro"iunio L(X)B . Colcgio tlc.Sarr I uls

hereditario de heredero unive rsal14 como las principales causas de la partida. Tambiénla Corona, salvo en periodos concretos de crisis, favoreció la emigración vascal5. Sinembargo los factore s principales que le impulsaron fueron le llamada de parientes y elenriquecimiento en uhramar de algunos vecinos. Los emigranres, una vez instaladosen América y con sus negocios en marcha,llamaban a algún familiar para que les fuese

a ayudar y pudiera succdcrlcs, y e nviaban rcmesas de dinero a sus familias y parroquiasde origen, lo que hacíaver a sus vecinos la posibilidad de hacer foruuna en Indiasr6. Perola verdade ra causa que fome ntó la emigración fue la búsque da de nuevos reüursos parael colectivo familiarlT. La emigración a América, y también a los cenrros comercialesmás importantcs de la península, se planeaba como una esrrategia para diversificar lostecursos que obtenía una familia medi¿nte el comercio o la burocracia, oficios a losque no tenían acccso en las zonas rurales de las que eran originarios la gran mayoría

de los emigrantes.

Los propios emigranres decidían emigrar, aunque la racionalidad de Ia decisión sevinculaba a la estrategia y proyecto de vida del grupo hurnano primordial, la casais.La emigración vasca a Indias seguia una dinámica colecdva, la de la casa, entramado

económico que protege y da sustento a un grupo de personas unidas por vínculos san-

guíncos y que riene un componenre afcctivo y otro económico de igual importanciale.

La emigración era un elemento interno de la sociedad cuyo objetivo era la pervivenciade la casa y el ascenso de la familia, razínpor la que las redes de parentesco facilitaron

en gran medida la emigración a América. La cohesión del grupo familiar se mantenía a

pesar de la distancia, cotno se aprecia en las cartas (expresiones de afecto, saludos a otros

familiarcs.,.) y.n el envio de re mesas, cuyos principales beneficíarios fueron los parientes

14 Lo habiru¡rl erir quc la casn familiar y la parccla anejr fucsen parü un solo hijo o h¡a. normalrncnre el que h*biapcrmantcido ^solero o bie ¡r, si no sc datra c,l cas.:, aqLrcl al guc los padre.s vcírn t:on más crpacidad de m¿nccncr Iaur'¡idad cconónrica lanlili¿r o al r¡uc lcs cr-ridaba rn.su vcjrz. El rcsco de [a.s propiedades f¿rniliarcs se re¡rarrían cmrclo.s herman,"x. Ibid., p.2/{t.

15 'Inl I .o,'t.lo dicc la ln¡rlucción ltr,al dc l5t I: "... en Vizcava e dcmás rexit¡nrs clcl nortc, donde hry gcncc .sobladr c

lasticLrassoncscérilcr.paruqr-rcdrall ivryacodal¿nrásxcnccde trauaxoporserpucda".Ci¡cn MORNER,M."l"¿cmigración cspariola al Nucro Muncto ¿¡rrcs c{c l8to. Un infolme clel estaclo dc h invcltigación".EnÁnuario drEsu¡hos Amoir¿¿a¡, XXXll, Scvilla, p. Ils.

i6 Un e¡cmplo significativo lo encuurrarnos cn Reres rlc Tirdcla, (Álava), cuyos habitanrer cmigraron rnayorira-riamrn¡c a (iu;rrcrnrla El prirncr caso dcl c¡r"rc rcnerre,! cnnsrancia cs el de Gregorio dc Urrcla, t¡uc a 6nal:s drlsiglo X\rlll cosreó cl dt¡rac{o c{e l,;s rcrairlos de Ia ¡rar-rot¡u.ia dc Rctcs, y desdc cncolrce.s e¡lconcl'¡müs numcrolosd,rcn¡r,:nrcts dc rratu.rlcs de djch., Iugrir c¡r,rc rr:sidí¡rr cn (ju¿rcnrala h¡sra los .lóos 70 del siglo XIX. Alll{IFTAAngcl MrrÍa. [:nigraciún aht'esit t Ántltícn ,p l17.

17 t r ¡ ¡ ¡v tDEs14ARTfNEZ,JuanJor i . "Dclval lcdcAyr laalas lndias. . " , ' l , l ,p ,27t ,l8 ,q ly¡ rREzt i l l .A,Osc¡r , "Ci rnrealc"sparuhacerunvia jc lucradce.qrer icr ra, . . " ,pp t r7y l18.le gl 'N¡t¡lngs lvfAKriNFZ,JuanJosc. "Dclvrl lc de Ayulaa lrs Indi¿.s .,",T.I,p,z7z.

126Ver¡s . rrriLn<x' 28 rrio X . cncLr¡.Jrrnrr 201)li . Colrgio dc San l-ln

del emigrante. Ade más la familia hacía posible la ¡narcha de un individuo, que reqneríauna planificación de varios años20.

Los vascos cotnenzaron a emigrar al Nuevo Mundo desde muy re mprano y a Io largodel siglo XVII esa corricnte fue tomando fuerzazt. Pero el siglo XVIII fue la "edad deoro" de la emigración vasca2z debido sobre rodo a las posibilidades que se abrieron dehacer carrera en la burocracia y en el comercio con las reformas borbónicasz3. Así nosencontramos en las últimas décadas delperiodo colonial con gran nírmero de vascos enlos centros más importantes de América, principalmente capirales virreinales, puertoscomerciales y núcleos mineros, donde dcsempeñaron un papel de gran imporrancia,hasta el punto que el historiador y polídco tncxicano Lucas Alamán, de origen vasco!los consideró causantes indirectos de la "ruina del imperio español"2a. México y Cubafueron los principales destinos de los emigrantes vascos, viajanclo incluso en periodospoco propicioszt.

Le rNrEcRACróN DE Los EMTcRANTES vASCos EN AvrÉnrce.L¿ cornADÍA DE ARANzAzv

La mayoría de los emigrantes vascos viajaban al Nuevo Mundo como aprendices del co-

mercio, como funcionarios o como criados de esros, siendo la práctica totalidad de ellos

varones jóve nes (16-24 años) y sin compromiso matrimonial, que pasaban a América rrasadquirir la educación básica, y generalnence , 1o hacían para siempre, ya gue fueron pocoslos que regresaron. Escos emigrantes se encontraban en América con una sociedad, una

20 El ako cosrc de I viajc, cn la úpoca prevía a[ vapor, y la cclucación del lirruro ernislanrc dcsdc nirio para que pr.rdie laintroducirscconÉxirocncl mrurdo.l: l comcrcioodclaburocracia dcbÍansclcostcrdosporl¿Fanril ia lbíd.,p.27a.

2l Lostascosllegaronascrla.rcgr,rndacomunidadcspanolamásnumerclsadclaciudrddeMéxicoen l6s9.MA'IEOI)EREZ,Armurdo "El nrcccnazgoycllcgadorrtísticodclosindirno.rr¡cxicanosenAlava'.EnGARRtTZ,Amaya,L,a.r t¡a¡cos vt /,ts rtgiont.e rh A4ixico. ,2007,p.$.

22 lol.tMrtNNVIt.i-en¡,Guil lertro"[-oscornercianresvüsco.senel vilrrinaroperuano,enEsCOt]ELlO,Ronald,RJ\¡ER¡\MEDIN¿,Arr¿!faría,y(iH.\lt¡ lUtnZ.Áluaro(Ooords.) Lrtst,ascosl,4rninc¡.Bil6rc:l:undaciónBancode Vizcaya, 1989, p. 55. MAItlLUZ Ul{{{tlO,losó María, "Proyccción y límircs del corncrcic¡ v¿sco en el Rio de laPl¿ra ' . cn lb íd. . pp. luz-r3>,

?3 ¿Mt>ttESCARREDANO,JuanBoscTiyVAZWEZDEPI{AI)AVALLtJO.Vrlcnrín,"Laemigracióndcnavartosyvascorrgados al Nuevo ivfundoy su repercusión cn las comunidrde s de oligcn". En h.lltAS ROEl., Anconio (coord.).La onigratirh a llltran¿r I4g2-1914. Madrid:'labaprcs, lg9l, pp. 135 y I36.

24 LucasAlarnárrensuobr¿H¡.rtr¡riarlcMixitodicc:".erunl'techoltgnoienrtotstqtrcndoslostonqui-v¿rloresleAn¡i¡ic¡

.y u especirltle Nurua E4tarin ran natw¡tla ¿b Lxtrcnalura,-y torlut las qut taasarut la ruina lrlinptritt ctpaúal. . pruulíanrh las pt'oamtias u,tscongtlns."En ÁLr'¡REZ c;tle, Oscary RUIZ DE (;ORDEJUELA,Jesúr.s. "La cmigración conrocstlarcgiir ta¡¡ri l iar.. ", p lt l4,

25 En una carra tcchada cl t¿ de dic¡embre dc 1.817 Tomá,s de Udacra, re sidentc cn Qgeréraro, llama a .su sotrrinoSanti;rgo de Altjrtndrc c Ibarlola, r'csidcncc en l.l.odio, para quc lc vrya a ayud*r cn sus ncgocios, aún sicndo cons-cicncc del ¡religro que corrc al llcgal a lvléxicr¡ dc cacr cn manos de lo.s rebelclc.s. Archivo Municipal dc Llc''dio.l- icr:ncias dc viajc (t;aa-t ssr), l6-t l- I 817.

1 1 7

Vcn.s . ¡rúmcro Z$ ¡ño X . c¡rc¡o'junio ?008 . Colcgio dc San l-Lris

cultura y una. estructura polícica y económica diferente a la de su lugar de origen, y paralograr el éxito de su empresa migratoria, recurrieron a los medios que estructuraban lasociedad en que nacieron: vínculos familiares, de paisanaje, de amistad, clientelares y

del ejercicio de una misma actividad26. Estos mecanismos, ilue cambién utilizaban en

Ios movimientos migratorios hacia otros puntos de la peninsula, situaban a los yascos en

una posicién privilegiada frente e otros emigrantes ya que facilitaban su integración y

ascenso en la nueva sociedad2T, lo que en ocasiones provocó enfrenramientos con otras

comunidades españolas en América28. Además [a tendcncia asociativa de los vascos facilicó

que formaran un grupo fuertemente cohcsionado.

Entre los lazos emanados de la e strucrura social, el más importante para los emigrante s

vascos, además de los familiares, e ra el paisanaje, que era más fuerte cuanto mayor fuerala proximidad geográfica, algo que se aprecia en el nombramiento de los albaccas cn los

restamenros de los emigranres fallecidos en Indias2e. Asi podemos hablar de la "solidaridad

etnorracial" como una de las caracteristicas diferenciadoras de la emigración vasca. Esca

solidaridad se concretaba, entrc otras cosas, cn la formación de asoci¿ciones de ayuda

mutua, que eran espacios privilegiados de sociabilidad que favorecían la integración delos recién llegados y que los de finían ante otras comunidades30, Los emigrantes vascos en

América se sirvieron dc un icono religioso, la Virgen de Aranzazu, como simbolo de su

idcnddad colectiva. Esta advocación marianar muypopular en la regién vasco-navarra tras

su aparición en 1469 al pastor Rodrigo de Balzátegui, aglutiné a los vascos de distintos

orÍgenes terricoriales (incluidos los navarros y los criollos de origen vasco) y en torno a

ella surgieron en América, especialment€ en Nueva España, cofradias que además de su

36 'lhnrlri¿n la pcrrcncrrcir a la llerl Socicrh<i V¡sconqada dc Anrigos dcl P¿is Íue ocro dr lt¡s i¡rsrrumentos usndos

por los cmigranlc.s varüos. Urra rcc,.rnrcrrd¿r'ióu dc la Vascongada garu ntiz-nba al tmigranrc cl apoyo .lc orro.r ro-

cir¡srnA¡núricl-vlasocicdirdconrri¡ í¿tconunrgcnccnrriscrr lndias. ANGUI.OMOII"Al.ES,AlbcLro,"El nrá.sfél iz

éxirto de .sr.r dcscrino. Mcdios dc intcgración dcl emi¡ilante v¡sco cn Améritl y Euro¡'ta dtr,'¿ntc cl siglo XVlll'l [n

AI"VARÉZ(;lLA,()scrryAN(;tJI OMORAI.[5,AlbeLro.laswigrirciortttt,artditnpeüfrctitnhitraric,t(s XVI-XX).

Viroria: UltY Z¡1¡2, 1r.9r^27 Al llcgar al nucvo cónrine rrrc, los r:rnigrirnre s l¡ascos coucaban con una rcd dc par-icntc.s y paisarros que les acogía.

Así, corno LcconocíaJosc{ (-'nla v (ioiri: "más qucla mejor cart¡r{. rccom.ndación valc una boina", COt A Y COlTl,

)ost. La nagvútit¡ ta¡to-¡t¡v¡ttra ... p. 8"i.

28 Elc¡sonr; isconocidofucl i lgucrrtrcr 'rr ;rc"r, . tst0ttg,tdosyt,tcui lai 'ct ' tPocosi(6nalcssigloXVly: igloXVll).RUfZl]E

¡ZLl¡,. F"stibal iz.. I/anangnlar.y Anirica N,{adrid: M ¡\PFll.E, 1991, pp. 23.1 } 234.

29 En prácicanrcnrc la rotalidad de los casos, los cncar{ados dc cnviar la hcrcncia a sus herederos cn la península

tanrbíún cr¿n \?scos, y gcrrcrrlnrc,nrt originarios dc la mirma rcgielr^ E.sro dcnrutstlr quc cl ct'ítct'io.Ecguído cn cl

nombrariricnro.{e ¿lhaccar cra:in dudu clorigcn geogr'áfico dc la pcrsona, que ctr ocasionrsrc.sidia en o¡r'a l'¡calidad

difcrcnrc ¡ la dcl É¿llccido y dcbía dcsplazarsc palr cunrpl ir con cl cncargo. BENAVÍ DES MARTíNtZ"J$anJosé,"Dcl v¡ l lc dc Ay'r la r las Ini{ ias.,.". l - . l . p.2i6.

30 ¡NGUtOM()RAI F.s,Albcrro."El niásf i l izéxirrode iudescrino,..",pp.99yl00.

128Ve¡as . uú¡lcr¡¡ 2ll. ¿rio X . c¡rcro-lunio 2.0{)8 . Colcgio dc San l-uir

carácter religioso, promovieron la acción social, la educación y la cultura. Las disrinc¿scofradías de Aranzazu eran la expresión institucionalizada de unos mismos sentimienrose intcreses debidos al origen común31.

Los vascos fundaron en el siglo XVII cofradÍas de Aranzazu en Porosí, Lima (t6tZ) yMéxico (que nació como hermandad en 1681 y se erígié en cofradía en 1696), y a lo largodelsiglo XVIil fundaron más en Nueva España, especialmente en elnorue, su principalzona de expansién: Guadalajara, Puebla, Sornbrerete , Zacateces, Sonora y Sinaloa y San

Luis Potosí. Estas cofradías eran instituciones religiosas con fines asistencialess?, pcro

además, tal y corno se aprecia en los sermones de las misas celebrades en las capillas deAranzazu, favore cieron la formación de una idenridad colectiva, que los vascos no cenían

en su lugar de orige n33. También el hecho que las cofradías cele brasen las festividades delos patronos cle las distinras provincias vascas forcalecié la cohesión del grupo.

En las cofradias de Aranzazu, al igual qu€ en las cofradías vascas de Madrid, Cádiz

y Sevilla3a, adcmás dc los lazos de paisanaje, se entremezclaban los lazos clientelares, de

amistad y sobrc todo familiarcs, Tanrbién, al menos la cofradía de México, manruvo

contactos con otras cofradías vascas en Manila y España3t, y fue la base a partir de la

3l lnclurocnl¿Amiric:r indcpcndicncchnbomuclrorcasos"sot¡rcrodocncl dodclal) lata"dcl;rayudadercl igiorosv¡scos I los c,n igrirnrcs t lscr:rs rccién llcgiados. Hasta cn d.ri¡¡lo XX, tns la (iurrra Civil, cn 194{} los v¿.rcos cxili¿dos

rccibicron cl apoyo dc jcstrírar vascos rluc dirigfln varjos colcgios cn cl p.rís,7,AllAL.L A tiEASCOECHEA. An¡ dc."l-osVasccr.r c¡r Múxícr>a rravi.s dc lo.rs*rnonesdc h Co[¡adí'r de Arirnrazu (siglos XVI]yXVlll)''. En ESCOBEDO

MANSIl.l-¡\, llonal<'I,7¡\nAl t ̂ SEASCI)ECHÉ4, Ana y Ál.V¡\ltEZ GIt.A .()scar. Emiqracidtt,y rcdet xttiah: dr lu

t:atcot ..,p.177-

3? L,r uyuda a los e nriglanrcs vascos Lccidn llcgados cr¡ u¡'¡o de los ob¡cdvos principalcs, pero cantLriin t'caliz.rron

ocras labores soci¿lcs conro la doración dc nrL!crcs. sosccnimicnco dc capclhnías,pagar cncicmos rc¡uir:n mrpodh

perrlitírsulo,suf"ragarnrisiorrcs cn Chinr,ysobrc rodo I¿ educación clc rnujcr-e.r sin rucursos,part l.: c¡irc Ia Co{i'adla

de I"lixicofirndóclcohgioc'[csanlgnrcio,odcl¡.sVizc¿üras. l"UQlEAI"CAIDE,EIis¡./¿ colrndiatleAranzsa¿lr

fuL¿x í &t (I 6 I I - I 799)" I)a rrrplonir: Eunrcc, 199i. pp, .i7-55.

33 Esros scrmor)rs ¿la[",¡r[.,an :r Ia Vilgcn, quc cla cl síml'rolo clc ]a.soliclariclad dc los vasros, y:r <¡trc tras -su a¡rarición

cc,ucluycron los conllicros bandcrizos t¡ue sc dicrcrn durante lr F.dad Mcdla, y ndemás cnsalzaban las cualidedcs

tlc Ios vascos, ar"rronornla ¡rolfuica, rcsistcnci¿ a tot'la invasión cxrr:a njcr¿, y pol' callto,limpícza dc sanglc, e^[c la curl

sc dcr iy¿ba su lriclalguia unir.cr'.sal, Sobrc se nnonc,s de l¿ Cofradía de Aranz.azu. ZAIIAL I"A BEASCOEI'tCEA,Ana

.lc. "Ar rnaaz-rr y San lgnrcro: iconos clc los v;rscos crr Nucva t spaíra-" En ll congrcso intcruacional Eusk¡l Hcrria

lv'f Lr qaz Gaindi, rvrvu'.curkosrle.org.

3a Er¡ Mtdrid la cofl.adí¡ dc S¿n Fcrmín ifbrmrdr por nayar'.os) y l¡ dc San lgn.rcio; en Scvilla la Congrcgación dc

la Piedrd, ycn CácJ¡z- [a Cofr¡día dcl Crisro de la ilurnild¡d. Esr¡s dos tikim¿s rambii'n ayudaron r los cmigrantcs

virscos rluc dcsdc alli.nrbarc,rb¿n hací¡ l¡s Irr,ji¡s, co,lo lo d.mu.str¿ cl crso rlc JLrli,in Marríncz dc Mulgura,

n¡ruraldclv{anurga(Álava),qucl legórCádizor lTt6.yrl l i rccibiólaayudadcvuriosdcsuspais¿nos,comet'cianter,

qLrc a la hola dc cnrba,'¡¿r'¿ hs Indias ¡rrrricipan)r conro re .scigos a su lav<rr para t¡uc sc lc corrccdi..'¿ l;r licq:trci¡ de

crnbarquc. (iARM EN t)lA ÁRRUAIlARl(LNA,Jos(.Tanh R"uixfu,4podara..., PP, tl-61'

35 ( lonlacoñ'adÍ¿delaMisericordÍ¡dcMrni layconlacofradíadclaV¡rgcnBlancadcVitoriatuvocortactospor

a.,iunros tc.sramcnrarios dc srrs micmbros, Pcro mis importancc ftrc ru relación con la c,ofradía clc San Ignacio dc

Madrid. quc gc.srionó l¿s apclacioncs dc la Cof¡'adia dc Af¿nzazu cu la Corrc y Rr,rna, gracias ir irs que pudo dis'

frurrr de indcpcnde ncia dc l¿.r auroridade s civilc.r y ec'lc'iá.sricas, t UQ!E AI.CAIDE, Elisa. /.¿ tofradía rle '4rnnaaza

¡fu Mtrirtt..-, pp. -ll0"ll4,

t 1 g

\'.fi¡s . trúrrr¡rr28. ¿nr).K . srsrllutlto 2ül{t . Colcgio d., S¿n l-ui.r

cual fue creciendo la Real Sociedad Vascongada de Amigos del Pais en Nueva España36.por tanto podemos hablar de relaciones en el ámbito personal y en el ámbito cürporativo.

La mayorÍa de los e migrantes vascos se unían a la cofradia de Aranzazu, lo que la hacía

representativa de la comunidad vasca e n América3t, y* qu. ade más de un signo de idenddadfra uná distinción para el grupo familiar debido a la infiuencia y en nivel econémico de

Ia mayoría de sus miembros3s. Las cofradías de Aranzazu desaparecieron duranre el sigloXIX, pero el asociacionismo v¿sco continuó en América debido a la llegada masiva deemigrantes, que fundaron instiruciones [aicas, pero con el mismo senrido émico y social.

Les nowACroNES DE Los rNDrANos ALAVESES

En esce caplculo intenraremos acercarnos a la huella dejada.n Alava por los emigrantes

a rravés de sus donativos y fundaciones, Resulta imrrosible calcular el total de los envíos

de los cmigrantss alavescs a sus lugarcs de origen ya que gran parte de ellos no dcjaron

rastro, así que trataremos de describir elfenómeno analizando brevemente alos donances

de mayor relevancia y el tipo, origen y destino de sus donaciones. Las cantidades enviadas,

que variaban según el grado de prosperidad alcanzado, sirvieron para fundar capellanías,

realizar obras en parroquias, construir nuevos templos, y para labores sociales (cajas de

misericordia, dotación de huérfanas, hospiales, escuelas.,.). Además abundaron los envios

de objeros para las iglesias, ya fueran de culto o decorativos, por lo general de plata. La

importancia de estas donaciones la designación de variosdonantes comoimportancia de estas donaciones se eprecia en Ia designación de varios donantes como

alcaldes o regidores cn sus pueblos de origen y como mayordomos de cofradías locales en

recompensa por su donativole, Estos nombramientos honoríficos, que solía desempefiar

algún pariente, esrrechaban los lazos entre el emigrante y su pueblo natal, y colocaban a[

donanre y a su familia en una posicién social preeminence en su propio entotno4O.

La gran mayoria de las remesas consístían en ayudes pera la propia farnilia o en do-

narivos a las parroquias. Gracias a las remesas enviadas por los indianos a sus familias

se lograba uno de los objerivos principales de la emigración, la mejora de la economia

36 [r,,r cllo ínfluyó notahlc¡ncncc la lahor."lcl alavcs Lcandro dc Vi¡na. oic'lor dc lq Audicncia de Jvléxíco y cofi'ade

dc Ar.¡nz,lzr-r. qr"rc capró ¡,rarr nrinrcro dc socios y dc donacionc.r. AI"DAY (;AI{AY, Albcrto. *'Pasado

y prr:sctltc

dc clos sínrl¡olc,r rcligio.ros dc l* idcnridad \.ü5ca cn Am(rica: la Virgcn de Aranzazu y San lgnrcio t{e Loyola cn

N4óxico", En ¡\tf,¡nLZ-, Oscal y,\RRllif'A t:t l7-Al,DE, ldai¡. Las l¡utll¿ de Amnuzu üt '4¡nlftr,t San Scb¡srián:

F"usko t'l ik¿skun(zü, 10{}.í. p, 96

37 tsn¡utNc;,Í).A.Min,:rosy,:tnurciat¿tetu¡tltWlxirofiat'lunico(1v63 Islü).Mixicei:FondodeCttlrur'¿EconÓnlica,

l97t .p. 15l .38 Igu*l,',.:r.,rr.oeu¡ríaconlos.sociosdelaRcalsociedadVas.,ongadadcAmigosdclPaÍs.OlVEDA,Jrime'Laufiadía

¿lv A¡a¡¡c.¡zu rle Gurulalalav.Jr lisco' Hl ColcgÍo dcJalisco, 1999, PP' lli y 19,

39 Eu 169g l]r;rnt:isco clr fuf iñarrr hrcc .i,: mavordomo dc la cofr-adia dc su pucblo natal, al igual quc cn 1709 y t742 l$

hi¡-o Balr¿¡arde Murga. ItAMIKHZ MONTES,GuillcLrnitta, {h ilustn *yalésot fu[éxirn..,P.;4.

40 CONZAi.ET- cEMBF.l,t lN,Juan Manucl Amlrira o¡ tl Paí.¡ Vaw.., pp. 14 y l5

130Vcu. . ¡rúrnc¡r 2li, iñi) X, ctreriliunto ltX)ll ' Colcgio dc Ssii I urr

del grupo familiar, y¿ gue sirvieron para pagar dcudas, comprar casas y tierra$, dotar a

las hijas casaderas tle manera que pudieran emparentar con famili¿s más acaudaladas, e

incluso invertir en présramos4i. En cambio, las donaciones a parroquias no se basaban

en crite rios económicos, sino que con cllas se buscaba el reconocimienco socialdelgrupo

f"amiliar, generalmenre mediante la concesién del cargo de mayordomo honorario como

recompensa al donativo, aungue también e staban impulsadas por una devoción personal

hacia una advocación locala2.

La provincia de Ál^va se sirúa al sur de las provincias vascas costÉras, Vizcaya y Gui"

púzcoa, y al oescc de Navarra, en una zona de transición entre la vertiente cantábrica y

la mesera casrcllana, y tiene 51 municipios y z¡17 núcleos habirados. Los datos sobre su

población para las fechas en las que se enmarca el estudio (siglos XVI, XVII y XVIII) son

escasos, Los primeros datan de 1683, año en e[ que Álava concaba con 10.934 vecinos,

cifra gue aumenEé para el siguien[e censo, d,e 1724,según el cual,la provincia tenia 64.500

habitances, Ya en 1797 el censo oficial de Carlos IV dio p"t. Áltut una población de

fr.5z3individuos, enrre los que abundaban labradores, comerciantes e hidalgos, y en 1825,

un nuevo censo esrimaba la poblacién de la provincia en unos 92.800 habitantesa3. Las

comarces canrábrica y riojana fueron las de mayor crecimienro, y los principales núcleos

de población por de trás de Vitoria, Ia capital. Además hay que desracar la escasa densidad

de poblacidn, salvo e n 1a comarca cantábrica, principal núcle o migratorio de laprovincia,

y el centro de la Llanada, donde se sitúa Vitoria.

Áluva pos.. sei$ comarcas naturales: la Cantábrica, Esrribaciones del Gorbea, Llanade,

Vailes alaveses, Montaña alavesa y Rioja alave sa. En la siguie nte exposición nos referiremos

a las don¿ciones más relevantes hechas en tr€s de csras regiones, las que más emigrantes

aporraron a la aventura americana: la comarca cantábrica (o valle de Ayala), la Llanada,

y Ias Esrribaciones del Gorbea.

Cornarcd cantábricaFue esra la región alavesa de Ia que más emigrantes s¿lieron hacia América También se le

denomina valle de Ayala, aunque en realidad no cs un valle geográfico, sino un conjunco

de cinco valles separados por montañas de poca altitud, Se sitúa al noroeste de la provincia

4l UnchrocjcmploescldcFlurcnciaAntoniadeOl¡b¡rricra"vecinadeCosccra,qtticngracirsalasrcmcsasenviadlsde sdc Qgc'rilriro por su hi¡oJuan Antonio dc Mendie r,r, pudo dour gcnrrosarrelltc r su.i clrsiijas e invercil en

ccnscls ),pr.c.\rarnor pur ualor. d. r,arios cicnros dc ducaclos. Archivo Histérico l)rovincial de Álaua, Prctttcc¡li¡s

NcrcariaL:s, I cg. I 2.418. 0l'04-1820,

42 E.sc.ltscodcr"rconocimicnrc'¡social c¡l lbiénscaprcciatnlo^scnvíoselcolrjct,:s,cnlosqucapatccfaltt lrÍnscripciórrcon cl rrolnbr-e de | .{o,r,urrcprr-a asipcrperuarsu memorii¡ Ít tt'avÉs dc un r-c¿alo o-sre tltos$,y tnla crección decapiIhs

prir.at{.1.r con fincs scpulrril.s, dtxrin¿clas ¿l cns*lzamir:nto dcl funrhdor y ru linajc (sólo crrcontratlror ttcs casos

cn Áiaua). coNZAl !Z CÉ¡\'{tlt'l.l.fN,Ju*n M utucl.lm¿ric¡ cn tl Fab Varn'. , p 76.

43 M A IlTf N [7- .5AI"AZA R, A n gcl, P reswt i a al a u sr eu Arnh i u...' p 10,

i J r

Vrres . núrncrp 28 r¡i(¡ X . cncr(r-junio 2l]08 . Coltqio tlc S¡rn l.uis

de Álava hacie ndo frontera con Burgos y Vizcaya. Es la única región.alavesa de la ve rtientecantábrica, lo cuil va más allá dr una mera cuestión ge ográfica porque su configuraciónsocioeconómica y territorial riene mayor similitud a la vizcaína y guipuzcoana que a lade Áleva. Su hábitat es disperso, predominando el caserío, que es a la veit unidad familiary económica. El valle de Ayala <tisponia de un código foral propio. Junto a vizcaínos yguipuzcoanos, los ayalcses eran los únicos habitanres dc Álava que comparrían la hidal"guía universal{4.

Desde los primeros momcntos tras el descubrimiento abundaron los vecinos de esrarcgión que acompafiaron a exploradorcs y conquiscadores45, y aunque estos pioneros nolegaron riquezas a sus lugares de origen, abrieron el camino que durante los siglos siguienres

cuajará en las parroquias ayalesas.

Ya a mediados del siglo XVI comienza a hacerse parenre la presenciay acrividad de los

ayaleses en Indias. Diego de Orúe , participó en las exploraciones por territorio chileno y

en la guerra concra los araucanos. Al morir en 1568 fundó en su Délica natal una capilla

dedicada a Santiago y dejalia un curioso legado: cien misas para la conversión de los

narurales cle las Indias. Tampoco hay que olvidar a Dicgo de Durana, gue en 1568 erigió

una capilla dedicada a Santiago en la parroquia de Aguíñiga, por orden de su hermano,

Gobernador General de Nueva Españaa6.

El siglo XVII lue pródigo en ayaleses asentados en Améric¿ y en fundaciones y obras

en las iglesias de sus pueblos de origen. En Nueva España el caso más destacable fue el de

los Retes. José Retes Largacha nació en Arceniaga en 1623 y parrió hacia Nueva España

llamado por su do materno Francisco de Largacha, Tesotero General de Veracruz. Después

pasó a Mixico, donde rras casarse en 1688 con Teresa Guadalupe de Retes, consiguió el

cargo de apartador del oro y la plata, el título de marqués dc San Jorge y vizconde de San

Román y fue nombrado capitán de infanteriaaT. Una vez enriquecido llamó a México ayarios de sus sobrinos que continuaron sus negocios comerciales y mineros y enviaron

donativos y fundaron capellaníes en su tierra naml, Entre ellos desmca Juan Jerónimode Urrutia y Retes, nacido en Llanteno en 1645. Fue una de las figuras más relevances

del siglo XVII mexicano, Desempeñó varios cargos administrarivos en México y por sus

44 BI'N¡\t¡tDLsMAKf-tNLz,JLuruJos(."f)cl valkdcAyal,ialaslnc{ias.." 'f,{.p.26tt.

45 l.nrrcclk¡rpodcmordest¿car¡rlordr"uiésSenchodcLuyando,quecrnbalc<ih¿cial)crúcnlsS4.Jresanosdcspudslc siguiri su vecino Marcín de A rbie ro. Hubo mús casos dc ayale scs gr-re f ucrnn a Pcrú cuando todavía no e st¡ba

pacificado cl tcrrico¡io, como Diego dc Mcndicra.vccino dc Aguinrga, quc parció e n 1560, pero la mayoría fircron

a Nucva F..sparia y cl C¡ribc Abnnc{¡n cirsos conro el de Mr¡rrín dc lr'{urga, vccino de }v{utgr,Juan dr Re tcs v cl

orduñús lrran clc 7-irate , qr.rc vlajaron a Florida con Hc¡nando dc Sotr: en 1i38. oño cn el qrre Pcdrri de Sojo yClcurcnrc dc ltlranga, vccinos dr ()rduria, c hiigo ()rtÍz dc Rcrcs parricrc:n h¡cia Múxico. En 15.19 siguicron rl

Adelanmt{o Pascual dc Andagc>yavario"s i,ccinos dc Arrasrari¡,su [oc¿lid¿d natal,y salicron hacir MúxicoJrian de

Ugarcc, ntruraldc Arcónr¡rña,Juan dc l)unn;r, dc AguinaglyPcdro dc Mtzcorta, vccino dc r\tccnicgr. P()RTlt-1"A,

lvficacl.¡, Catrilogorranutnenul leladidusi¡r{¿Vitarid Virori¡:Crjade Ahonor}vluniciprl,lgilS,T\/1,p.61.

46 th*l,,p.ts.47 Ir¿¿ nTf ru r:z- 5¡ t.¡Za R, A n gd. hvsmria a t a*ta m'4 rn ir i ¿ ¿. ., p. 261.

l 1 ?Verns. núrnrur 2$, ¡tio X . crlcrn.jut¡to 3.tX)$ . Colcgirr de San Lurr

servicios a la Corona (préstamos y represién de revueltrs) se le concedié el hábito de la

orden de Sanciago en 1686, y en 1689 el títuft: de marqués de Villar del Águila, No olvidó

su pueblo natal, Ll¿nteno, a donde envió en 1683 un¿ lámpara c{e 150 marcos de plata, yun cáliz, vinaje ras y campanilla de plata para el santuario de Nuestra Señora la Blanca48,

y en 1690 donó por manda testamentaria 2,000 pesos para fund*r una capellanía en dichosantuario y una escuela de primeras letras4e.

Juan Jerónimo llamó a un sobrino suyo, Juan Antonio de Urrutia y Arana, nacido

en Llanreno en 1670, al que legó el mayorazgo por é[ insriruido.Juan Antonio sucedió a

su tío como II marqués de Villar del Aguila, y en 1698 ingresé en la orden de Alcántara.

Desempeñó numerosos cargos en la adminisrración de la capital novohispana y se casé

con una rica criolla con Ia que se trasladó a Qe rétaro, dondeJuan Anronio se convirtié

cn cl gran bencfactor dc la ciudad, Discñó y financió varias obras enrre las que destaca un

acueducto que se concluyó en l735.Juan Antonio Urrutia murió en la Ciudad de México

en 1743 dejando varias obras pías en las iglesias de San Diego y San Antonio de la capital

virrcinal. Tampoco se olvidó de su rierra natal como demuestra Ia donación en 1698 de

una lámpara de plata de 65 libras de peso, un cáliz, unas vinajeras y una campanilla de

plata que pasaron de 250 pesos, para el santuario de la Virgen Blanca. Además, en su

tesramcnto dcjó 1.000 pesos pare este sanruario y orros 1.000 para cldc Ia Virgen de la

Encina, donde había sido bautizado5O.

También las iglesias ayalesas recibieron donativos del virreinato peruano durante

el siglo XVII, como el de Diego Fcrnández dcl Campo, nacido en Lejarzo, que en 1675

envió desde Lima por manda testamentari¿ 48.000 reales para recons[ruir Ia parroquia

de San Román, en su pueblo natal, para la erección de una capilla dedicada a la Purísima

Concepción y para fundar una capellanía de tres misas semanslcs en d.icha parroquia5l,

También desde Perú, Diego Juan de Berrie ta, remitia en 1652 alaigle sia de SanJulián de

Sojo, su pueblo nacal un depósito para el Sacramento, un cáliz, unaPatena, unas vinajeras

y una campanilla de platr, además de 250 pesos para fabricar un pendón5z.

Además merecen una mención las donaciones de indianos ayaleses que destacaron por

su labor minera. Así destacamos aJosé de Menoyo yJosefa Serrano, mineros del Real de

Sombrerere, que €n 1709 costcaron el rctablo de la Virgcn del Rosario de la parroquia

de Nuesrra Señora de la Asunción de su Arceniega natal, y fundaron una capellanía

48 Los ob,¡cros dc plata sc vcudicron a plincipios dcl sielo X\ulll para rcconstnrir cl sautu¡rio dc la Virgcn lSlanca

y el hoipicio dc Llrnccno. t-l{UZ VAI"DOVINOS,Josd }r.{anuel. "Plarería hispanoamcricana e n cl País V¿sco'l En

¡t¡xÁPÉt{i12,L(Ooord).ta"ruatcot.yzlmtrira. ldeas, ltc¡ho¡,ha¡r¡l,r¿,¡.}v{ac{rict: IJsp:lsa"Calpc,¡990,p l0}i.

49 Di.c cexrurhncnre qrrc el donacii.'o se debc ¡l "rccucrdo nustálgico dc sLr.s paisanos y.lu parroqt¡ia'l Archir'<:

Histórico Provincial de Álav* (nHt,a.). P¡otoc:olo Antonio Orciz de Luj*cca, n' l:362 f toz-l t t.

50 h.{ARffNHZSALAZAR,Artgcl.heiruttdtl¿¿'rs¡t¡t'4¡nirira,..,pp.2?s'.301.5l Tcrrarncnrotlcl do,r¡nrc,AHPAJuanBautísrac{cAllcnclrySala¡arn' 'ttc¡i,z-¿"t¿ttz.fol.¡r.

.5? l-a.r piczas sc cnvicrorr a Scvilla y dc allÍ se c¡:asladar<ur a Bilb¿o, dc.sdc dondc f ue Lolr a Sojo. CRUZ VAI-DOVINOS,

JosóiVfirnr.rel."l) lrtcrí;¡hisprnoltrrcricanacnclP¡ísVasco.. '",p I08.

133!'e n¡ . ¡rúmero 28 ano X. enc¡r:.iu¡li{r 2.(X}$ . Cnlc*ic clc S¡n [,uir

que incluía la docacitln de la capilla con una lámpara de 3I libras, una cusrodia, cáliz y

patena, copón, cuatro candelabros y dos vinajeras, todo de plata53. Además, el santuario

de la Encina, rambién de Arceniega, recibió 4.000 pesos de plara para que se hiciese un

pórtico enviados por Valentín de Allende Salazar, vecino de Potosí54.

El siglo XVIII fue el periodo en el que las iglesias del valle de Ayala recibieron másdonaciones procedentes de las Indias. Las primeras que tenemos documenradas fueron

las de Barrolomé y Francisco de Miñaur, nacidos en Arceniegten166Sy lííErespectiva-nre nte. Pasaron juntos a Nucva España, donde amasaron una fortuna. En 1698 Franciscoera mayordomo honorífico del sancuario de la Virgen Blanca, y en 1713 enviaron 7,500reales para costear el retablo mayor de dicho santuario y fundat una capellanía. Además

Bartolomé,quefal leciéentorno lT1.3,dejóensutcstamcnto3,000pesosparaelsantuario

de lavirgen de la Encina de Arceniega, y400 pesos parala iluminación de dicho templo5t.

l 'ambiénen lTl3,Franciscode Aguirre enviódesde MéxicoalaiglesiadesuZuazonatal

un juego de akar de plata (cáliz, vinajeras y campanilla de plata).56

Posiblemenre la nrayor donación de este siglo en el valle de Ayala fue la de Juan de

Ibarrola y Castañiza, gran hacendado y comerciante en México, que sirvió para construir

la parroquia de Nue stra Señora de Unzá, en Oquendo. Ibarrola contaba con una fortuna

de casi 40.000 pesos gracias al cornercio de c¿cao y cobre en la Plaza Mayor de la capital

virreinal. En su tesramento dejé ciertas cantidades para sus sobrinos, pero la mayor parte

la envió para construir una iglesia nueva en Unza. Además destinó 1.000 pesos para el

alumbrado del sacramcnto, 500 para las cinco e rmitas del valle, y 4.6A0 paraponer a rente

y pagar a un maestro de primeras letras en Oquendo. El dinero llegó a Cádiz procedente

de Ve racru z en 177 I y se iniciaron las obras57"

En ocasiones se pudieron llevar a cabo obras y reformas que sin los capitales indianoshubiesen sido imposibles, como sucedió con el retablo mayor de la iglesia de San Maruín de

Lezama,que se pudo costear gracias a la aporcación a finales del siglo XVIII de Domingo

de Zulueca, natural de Lezama (tzS:) y vecino de Caracas, que donó 1.500 reales58. Tam-

bién algunos emigranres ayaleses costearon capillas en sus parroguias originarias, como

Anronio de Beraza, nacido en Llodio en 1707. Pasó a Nueva España entre 1725 y 1730,

esrableciéndose en Zac'atecasodonde se convirtió en un rico minero. En agradecimiento

a la Virgen de Guadalupe por su buena suerte, mandó construir en la parroquia de San

53 lbdl,n"rrospicz-asscvcndieronporqucl-.rlcntad.lacrp"lluri,rnob,r.srabaplra.lcttnrp[inricncodc.susobligrcit:trcs.üRUZ VALDOVIn-OS.Jo.r{ Mantrcl. "l)la¡erír hi.s¡ranoame ricanl cn cl Paír'\1lsco...', p- I13.

54 pcl Rtlt-t.¡, M ic¿el a. C at,í logo nut nu ntena l...'l'. v1, p. 6s

55 M A RIf N EZ s¿t.¡z¡ R, A ¡ tgcl. hvse n c i a a l¿t'eta eu A fl íri".,., pp, 226¿27.

56 \ '¡Ltlt lvttttos,JosúManuc[."l) l¿tcriahisplnoirtncricatr¿cncl lraísV:rsco..,",p.i l l .

5? peitt l l t,tA.Micacla.Catiloganouumennl...T.VI,p.6li,yArchivoHisréricodclal)ióccsistlcVicoria(AHD\4

Unza, Archivo Parloquiul (At), docunrenro n.lt, papcl sucltor y Unza, AII lcg.2{t.

58 c;cluzÁLrzCF"MtlEl"t"fN.fLr¡nManucl. '{¡¡tít imuttlPaí¡Vatto.,.p.76.

134Vcms . r¡únlcr n 28 alio X ' ener()"junio 2{[]8 . Col<grr rlc .Srrt l-uis

Pedro de Lamuza, de su Llodio natal, una capilla dedicada a dicha advocación. Ademássus desce ndientes tendrían derecho a ser e nterrados allí. Beraza acabó sus días en Méxicodejando a sus descendientes el patronaco fundadose.

En lo que respecta al envío dc objetos de culto podemos señalar la cusrodia de platadonada en 1777 desde Qerétaro (México) por Francisco de Alday a la parroquia de SanRomán, de su Oquendo naral, de la que además fue mayordomo honorario en t7g960:yelenvío en1777 deunlienzode lavirgende Guadalupe alaiglesiadeBelandiaporparcede Sebastián de Ulierte, guardacuños de la Real Casa de la Moneda de México y fiscal dela misma, Tampoco podcmos olvidar las donaciones de Francisco de Angulo y Gorbea,natural de Arceniega, regidor perpe tuo, alcalde ordinario, dipurado del cornercio, y capi-tán de la compañía de caballeros españoles de Popayán, que en 1783 donó varias alhajasa la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Arceniega, y fundó una capellanía enel santuario de la Virgen de la Encina, al que cambién envió un rerraro suyo junco a unarepresentación de la virgen a cuyos pies se lee: llu S'de la Encinaít.

Adcmás algunos emigranres fundaron capellanías, aniversarios y obras pías en suslugares de origen, como IñigoJosé de Re ces, nacido cn Menegaray, que en lT13envió uncapital de 2.000 pesos desde México para la fundación de misas en la ermita del Cristodc La Calzada. También Baltasar de Murga, nacido en Llanten o en 1673 y residenre enMéxico, fundó en 1725 una capellanía con 3.000 pesos en el sanruario de Ia Virgen Blan-ca (al que también donó un servicio de altar de plara) y orra con el mismo capital en laiglesia de Santiago de Llantcno, donde cambién dotó con 1.000 pcsos a un maesrro parala escuela de primeras letras. Además destacamos la donación de Sebastián de Isasi, quedejó en su testamento, fechado en Lima en 1750, 1,500 reales para fundar una capellaníaen la iglesia de San Pedro de Lamuzaydotar una escuelade gramárica en su Llodio natal62.

De los prime ros años del siglo XIX ran sólo pode mos de stacar la donación de Domingode Ugarce y Acha, residente en México, y que €n 1804 donó un cáliz y un hostiario deplaca a la iglesia de su Lezama natal63,

También debemos hacer constar un fenómeno habitual que se dio en las parroquiasalavesas, principahnente del valle de Ayala, el nombramiento como mayordomos hono-ríficos a feligreses ausentes en Indias, desdc donde habían realizado un donarivo. Estos

59 Lacu¡li l lacotrsradcunretabloconunlic¡rzodelaViLÉicndcGriadalupc,unaltar,unapilabaLrrisrnalylrnasacri.scía,cn cl c¡Lrc rres cncorlcranlos !n)a Llpida dc nrdmrol con csra inscripción: "D. Antonio de Btraxalindó c.u,t crryilla rleNtra. Su rte Guadn/upt en el ¡ño le J,750. D Enrir1ue Or¡iz de Ztiutr l/ázquez foreryo¡ de Bernza, panono"y 3er: tittolrlfnl't/or Lt re¡t¿uro en 1890.50.1() (;lL. Koldo. "El mcccnazgo inclia¡ro cn Llodio cicl siglo Xvttl'l En Bai.n" 4.scpricrnbrc de 1993, pp. :-1.

60 Lac,uscodiallevabaLrnain.rcripciónconsLrnonrbre,fechaylugardcsc{e el quclarlrandó(QgeLérrro,gdenrayodctzzz). c;oNZÁ1.tsZ cltrMIlH.t.ÍN,Juan Mutucl,)nirica en el País V,nco.. , p 95.

6t lbid.,p.tr.

62 Ibíl.,PP.stys(,.63 c;RuzvRl.l)OVlNOS,.losé M¡nr-rcl. "Pli lrcríl lrrs¡ranoanrcricanr en cl País Va.rco .., p r r6

135Vc¡ar . utinlcro 28 ti lo X . cncto]ullto 2008 . Cr.lcg¡p j¡ $¡¡¡ [-1¡g

cargos, que ororgaban gran prestigio social, eran desempeñados por los parienres dcl

benefactor, En laparroquia de San Román de Oquendo encontramos en 1795 como ma-

vordomo a Prudencio de Garde azabal, ve cino de San Luis Potosí ,y en 1796 a Domingo de

Aldry, vecino del valle de San Francisco. También en Oquendo, la parroquir de Nuestra

Señora de Unzá, tuvo como mayordomo en 1755 a Domingo de Unzaga y AIda¡ vecino

de San Miguei el Grande (México). La ermira de San Román de Llanteno designó corno

mayordomo en 1783 a Prudencio de Sobrevilla, residente en Guanajuato. Francisco de

la Torre, fue mayordomo en la iglesia de Maroño, donde nacié en 1708, mientras era Te-

sorero de las Re¿les Rentas de Buenos Aires. En 1787 la parroqui e de Zwe nombraba

mayordomo a Domingo de Beraza, residente en Qerétaro, y en 1794hrcíalo propio la

cofradiadel Rosario con Gregorio de Urruela, vecino de Guatemala, que costeó el dorado

de los rcrablos de Ia parroquiada.

Vitoriay Ia Llanada alnaesa

La Llanada es la comarca gue ocupa el centro y es[e de la provincia, llegando hasca la

frontera con Navarra, Su nombre indica cual es el relieve que presenta. Esta región esta

regadapor el río Zadorrft, gue desemboca en el Ebro, y además de Vitoria son de impor-

tancia los municipios de Salvatierra, Barrundia y San Millán. Desde el descubrimiento

de las rierras emericanas se embarcaron hacia e[ Nuevo Mundo muchas naturales de

esta región, atraídos por las riquezas de las tierras recién conguistadas65. Las sctividades

de estos pioneros no repercutieron en el arre religioso de las iglesias de la Llanada, pero

ellos abrieron el camino.

Las conscrucciones más significativasde laLlanadadebid¿s alasdonaciones de indienos

durante el siglo XVII fueron la capilla de San Antonio de la parroquia de Ordoñana y la

ermira de la Purísima Concepción de Ozaeta. La capilla de San Antonio fue fundada en

l615 por Pedro Ruiz de Ordoñana, residente en México66. Su consrrucción es desracable

en el arce del momenro, pero más Io son la escultura orante del donatario (único ejemplo

# Salvo e¡r el caso dc (ircgorio dc Urrncla sc dcsconoce cualcs luclon li¡s donacioncs dc los dcrná.s nrayor-do¡ros

horror¿ricrs, POR'| l1"l.A, M ic ach. C a uil rtgo ¡¡u,n il,¡t cn M t. . 1' vt' p z t.

65 En ti l lcrnb¡rcaronfiacírla.sl¡dirsPcd¡odcElgttca,naturaldcElgLrea;M¿r'tínc{cSalvarierra,comodeándcSantaM¡"fa dc Dariún;y un abad rpcll¡dldo Z¡lduoido, ct'¡r¡ r,¿r'ios paii.,',t.t y t,,', sécluito dc triadt-rs. F-n l¿ cxpcdición

de los ¿lcrna¡cs a V¡¡cz.¡cla q¡ t534 Íuc Pe dro dc Cr.lcvara. vecino clc Araya" Ese mismo a¡io etnbat'có hacia I .{ttcva

lis¡rariaJuan dc Monrill¿, narr.rral dc [-alrca; y cn 1537 parcía ai uri.smo dcstino Bcnito rlc Tricsrc.' tr¿ru¡al dc Oz¡cta.

E,, ti38 uoli"ro,r hacia FloriclaJ Lrlián Lópcz Hcrcclia, vecino de AspLrru, y Pcdrl: clc Zal."lue ndo, cn lacxpedición dr:l

cxplor"ador.y conqlrisrador Hcln¿ndo clc Soto. Y¡ mcdíac{o cl ríglo, cn. 1554, cmharcó hacia Pcr(r Gartía dc Santa

C.r,e. u..i,ro c{c Salvrticrra, y crr t555 sc dirigié a Chile Pcdro [..ópcz dc Hercdi¿, tracural de Heredia, y t Nucva

Iis¡rrir;rJu;rn dc H.rcdiu,,rarri,.al cicS.rlvaricr-ift. t¡nliMúDI-Z- I)LA1A.Ürísróhtl.Cetálogo th pasa¡erosa ltttltasrlunnn

los siglo: XLI, XI'lt.y Xllll.Scvllla, 1942.

66 ¡¡4¡r¡. ¡rt.orocolo dc Pedro ltniz de l-ordo¡, Zalducndo, 1635,5-S-l5jt, f. li4, n. 39dt.

1 1 1t J b

Vc¡:r . uúrnero 2[i xryr X . qtctclutrit> 2fi)ll . C¡ltgü' tlc Sln Luir

en la provincia) y el retablo que preside la capilla, en el que se incluye el escudo rJe los Or-doñana y una inscripción que recuerda al fundador: "Pedro Rais de Ardoñana, resid.enteen Méxi.ct¡ en l615". Además Pedro Ruiz donó a la parroquia de su pueblo naral una cruzde plata y fundé una rica capellanía para su capilla y una obra pía para dotar huérfanas.Por su parte, la ermita de la Purísima Concepción de Ozaeta, hoy en dia abandonada,fue una de las consrrucciones más característic¿s del barroco dcl siglo XVII en Álava, Suconscrucción se debe al recuerdo hacia su ¡ierra de un franciscano, frayJuan de Luzuria-ga, Comisario General de la orden en Nueva España, y autor de obras como "Paraninfo

celesce de Aranzazu" (MÉxico, 1686), o "Vida del llusrrísimo y venerable Señor Don Fray

Juan de Zurnárraga, primer obispo de México"67.

Pero Ia mayor donación de dinero indiano del siglo XVII fue la de Pedro Ochoa dcValda. Nació en Vitoria a principios del siglo XVII, y pasó a América cnrolado en unae xpedición bélica en la quc obtuvo el grado de ¿lferez. Abandonó la milicia y se dedicó *lcomercio inrerior en la región deJujuy, am¿sando una fortuna que le permirió adquirirdos haciendas. Se c¿só y cnviudó dos veces y murió en su hacicnda de Sococha en 1660.En su testamento dejó varias centidades para la iglesia mayCIr de Jujuy y al convento deSan Francisco de Córdoba de Tucumán, pero no se olvido de su Vitoria naral, dondefundó una capellanla de 4.500 pesos en la iglcsia de San Pedro, de la que tenían que serpatronas sus hermenas Catalin¿ y María, y varias obras pias: 16.000 pesos para dotar acinco huérfanas al año, 6.000 para limosnas a los pobres de [e ciudad y 1.250 para pagarlos gastos de vino y aceite de los convenros de San Francisco y de Sanco Domingo de lacapital alavesads.

En esra centuria tan sólo hubo otras tres donaciones destacables en la regidn. Laprimera de e[as fue [a de Andrés López de Arcaya, natur¿l de Mendijur, que donó ensu testamento fechado en Lima en 1627 una capellanía de 4.000 pesos de plata para laiglesia de su pue blo naral. Antes habia enviado 8.00ü pe sos para ponerlos a renta y poder

dotar a una huérfana al año, otros 8.000 para una caja de misericordia para las pobres y

200 para el hospital de Mendijur. Unos pocos años después, en 1639, elpresbírero Diego

Díaz de Mcndivil enviaba desde Indias a la parroquia de MendÍvil una lámpara de plara,

ornamentos, misales, un sagrario portátil dc ébano y concha de tortuga, un copón, cuarro

lienzos con pinturas de la Pasión, dos candeleros y otros objetos de valor6e. También en

la iglesia de Mendívil encontramos una de les pocas donaciones hechas por una mujer,

Maria Ana de Lrtázar, residentc en Mérida de Yucatán, que en 1669 envió por manda

testamencaria 2.000 ducados para la fundación de una capilla o retablo de San FranciscoTo.

67 pt:t$l LL¿, \rf i cacl ¡ C a t tí I rtgrt n o n unu n u1... "1.Y, p 50.ó8 c;¡ltvENDIA ARRLJARARIIF^NA,Josú. "F.1 ¿ltircz lrcdro ()cho¡ dc Valda yZár*c". En F.S(iUllEDo, Rrinald,

ZA l¡¿ I L-A, A na v Á t l,¿ ltl'2, Ó sc ar. nl lar,a.y.4 nri r i m, py. 195 -3ü5

é9 poR-rtt.l.¿, Micaela Cat,ítogr; ttouan¿nul.. T.lVp, 3270 MATpOITÉl{i ' .?,Arnl.lndc¡."81 rrecrni}zgoycl [egar{r>alrí.sricodclosindiano'i..,",p.77.

137Vcr¡r. núr¡¡srr 28.año X r rrrrolunio 2{I)tl . (irlcgio dr:5¡n l-uis

El siglo XVIII fue más prolijo cn donaciones, siendo la primera de ell*s la de JoséMartínez de Ordoñana, natural de Vitoria y residente en San José (México). En i7l2e nvié e la parroquia de San Pedro Apóstol de Vitaria una lámpara de plata de I I

'5 Iibras(9'5 d. plata y 2 de hierro), que alumbró el templo los dias festivos,las conmemor¿cionesmarianas,la octava de corpus y la Semana Santa hasta el siglo XIX. En l8l7 se vendiéal platero de Ulíbarri. La don¿cién se debió a Ia recupcración de su esposa que sufrióuna grave enfermedad, tal como da fe el escribano José Antonio Ruiz de Luzuriaga.También doné una efigie de la virgen del Socorro que se veneró en la capilla de los Reyesdelmismo ccmploTr.

También en Vitoria, Manuel Rubio Salinas, arzobispo de México, donó en 1756 unacustodia al convento de Santa Brígida, adornada con numerosas piedras preciosas y conuna inscripción en la que ¿parece cl nombre dcl donante7z. Pero la donación más im-portant€ en la capital alavesa fue la de Francisco Antonio de Echávarri y Ugarre . f)esdeNueva España cosreó el retablo de la capilla de Santiago en la catedral de Santa Maríade Vitoria. En el resblo se incluí¿ un cuadrc¡ de la virgcn de Guadalupc, cnviado desdeMéxico por el donante (promoviendo así en la capital alavesa el culto a esta virgen), asícomo una custodia de plata con diamantes. Además envió fondos para sufragar los gasrosde la iluminación pe rpetua de la capilla de Santiago de la catedral de Sanca María, dondese encuentra una losa sepulcral de 1777, en la quc se puede leer: Este Sepuluo pertenece

al wayrazgo quefand.ó el muiyllustrisirno I). Frandsrc Antonio de Erhauarri I Ugafte,

cauallero d,e el rtrd.en de Santiago capit¡in general de la Nueaa Esp. En el consejo de su Mag.

En el R. y S. De Indias73.

La siguiente donación destacable en la Llanada fue la de Luis Antonio de Foronda y

González de Lopidana, Tesorero Gencral de la Santa Cruzada en La Paz, virreinato del

Perú, y caballero de Santiago desde 1736, Nació en Asceguieta y siendo un adolescente

partió hacia la corte en compañía de un tío parerno, Pedro de Forond¿. En 1713 pasó a

Ferú, acompañando al obispo de Lima An¡onio de SosoagaTa, donde se enriqueció y al

volver a Asreguieta entregó 3.000 reales para la erección de Ia torre de la parroquia, obra

para la que importó de su cuenta la pizarra desde Segovia. Ade más donó otros 1.500 re ales

para la obra de la sacristia, una lámpara de plata, tres casuüas y más ornamentos75. Asi

la rorre de la iglesia de Asteguieta se convirtió en el símbolo de la riqueza de su linaje,

7l pontlu-¡,lv{íc¿cla. Cará/rtgo arúrico... '1.

ttl, p. 17t y t8l.

72 Urros ¿ños nnrcs, cn 1719, cl virolia¡ro jr:sú de Aguírrc h¿bía firnd¿do un convcnto dc Brígidas cn i\,letxico, dis¡ro"nrcndo quc ror{as las rnonjas firc¡an ¿lavc.sa.r. CRUZ VAl.DOvtr"-(ls,José fulanuel. "Plarcr'ía hispanuamericana encl Prrís Vasco...", p. I 13.

73 PtxTl t.t,¿, Iv{.icacl a. Ci,,t uilogo a rtís t rcr,., T ll I, pp. I I z- I I {.

74 Pr,rt.nroncusvivíancnl)crrivariosl:orondas, Pr:droOr¡izdcl-orr¡nr{ay.supailrcJtranOrrizdcFo¡orrda,trarur¿lcsdc l;ororrdr, orro hijo dc cstc, Francisco. nacido c¡r Lim¿. Todos cran caballcros de 5 anriago.lltid,,T.lV p. 48,

75 n u Dv, Rp dc A s rcgu ierr. (.ucncar dc llt 4 - li ¡i, 4 [ol s. .S i n nu ¡ncra r

l3il\lc¡¡s . nrimcro 2t. ¿in) X . cnctoJunür ltX)8 . Üolegio de .tan Luii

Otra dc las igle sias gue recibió dinero indiano fue la de Antezena, donde nació Fran-cisco González de Sarralde e n 1755. Estudió Filosofía y Teología en el convento de Santo

Domingo cle Vitoriay se ordenó sacerdote- En 1783 sepresentó ante el obispo de Oexaca

con una recomendación del obispo de Calahorra y en 1784, tras aprender mixteco, co-

rnenzó su labor de párroco en Antequera. En 1787 se Ie nombró cura y juez eclesiástico

del partido de Santa Mería de Huexolodtlán, donde arregló la parroquia, consrruyó

varias casas rurales, y fundó la cofradía del Santísimo Sacramento. También destacó por

su laboriosidad y buenas costumbres, y por su,Jefensa de los derechos de los indígenas.

Fr¿ncisco no olvidó su tierr¿ naral y en 1803 donó a la iglesia de San Miguel Arcángel

dc Antezana 10.000 reales, con los que se costearon varias reformas neceserias camo la

cornisa y los pilares del ternplo. En 181I, ya mayor y cnfermo, fue nombrado canónigo de

la catedral de Antequere, puesto gue ocupó hasta su muertc76.

La parroquia de Foronda también recibió notables donaciones) entre la que destaca

la de Martin de Asteguie¿a, natural de Foronda, donde nació en L756. En 1789 partió

haci¿ Caracas junto a su hermano José Bernardo. En l8l0 falleció en Cádiz, donde era

miembro de la cofradía del Cristo de la Humildad y Paciencia, formadapor comerciantes

vascos. Pcro antes de morir, Martín había testado en Acapulco, y en l814llegó a Foronda

su donación para la iglesia de San Martín. Se trataba de 100.000 reales para la fabricación

de un órgano para este templo, aunque finalmente se usaron para erigir un molino, un

pórtico de entrada a la iglesia, y una sacristía77.

Ocros pueblos de la Llanada dieron iluscres hijos a la administración indiana, como

Juan Roldán de Aranguiz, natural de Yurre. Siendo un adolescente pasó a Nueva España

donde fue secretario del cabildo de México y diputado alavés del Real Colegio de San

Ignacio (o dc las Vizcaínas). En 1762 costcó un rctablo cn la iglesia de Santiago de Yurre y

envió un donativo que permitió la construcción de un púlpito y los cajones de la sacristía.

Además en L778 envió varias alhajas a la misrna parroquiaTs.

También algunos envíos procedentes de América sirvieron para realizar con su yenta

obras necesarias en los templos. Así sucedió en Garayor cuya iglesia recibió en 1670 Ia

donacién de Francisco Ruiz de Larrea, vecino de Lima, que fundó una capellanía con

dos mil pcsos y donó una lámpara de 1CI6 marcos de plata (unos 24 kilos). Con la venta

de la lámpara se pudo reparar el campanarioTe, Lo mismo ocurrió en Elguea, a cuya Pa'rroquia de la Narividad de Nuestra Señora había donedo Pedro Ruiz de Azua, mercader

de Tutatzingo (California), una lámpara de plata de270 onzas. Con el dinero obtenido

?ó lvt¡nL'f NLz SAI AZ;\R. Ár'tgcl. Prcrnc!,t,tl¡ttua en Awlrit,,.,., pp.l73y 174"

?7 CoNZ-rtt"Lz c[ivlt]El l.lN,.]uan Manocl.An{rlm n dPdis lf¡st., P. lt}{1.

?8 h{AKfiNEZSAI A7,AR,Á ngcl.Prouúaal¡t't.¡a euA¡airica.., p. loi.

79 ponT rl.l. A, M icaela. (' tuil ogo rn o t tu ru ot n 1...'1.Y, p 50.

139Vcns . uú¡ncrr 2il, arin X . cncrrjurtitl 2{X}tl . Cc,lcgio tlc 'San LLrrr

por su venta al convr:nto de la E,ncarnación cle Bilbao, 3.500 reales, pudieron erigirse lasnucvas bóved¿s de la iglesia en 171680"

En Io referente a fundación de capellanías y obras pias señalamos las de los capiranes

Juan tle Langarica y Miguel Alonso de Mezquía. Juan de Langarica nacié en Alaiza en1645 y de niño pasó a América e n compañía de su tio paterno. Desde 1695 fue caballe ro de

Alcántara, y murió en 1703 en Santiago de Guatemala, ciuded de la que había sido alcalde

ordinario, Fundé en la iglesia de Alaiza una capellanía con 6.000 pesos y remirió a dicha

parroquia una cruz, una custodia y un servicio de altar, rodo de plataBl. Por su parre, elcapitán Miguel Alonso dc Mezquía, residente en La Habana, fundó una capellanía en1663 con 8.000 pesos en la iglesia de su pueblo naral, Gordoa, para quc su capellán dijese?00 misas al año, y para fundar una escuela de primeras lerrass?.

Estas donaciones continuaron en los primeros años del siglo XIX, siendo las nrás impor-tantes las realizadas por el obispo de La Habana,JuanJosé Diaz de Espada y Fernándezde Landa, nacido en Arroyabc en 1756. Desde joven se interesó por las ideas enciclope-

disras, que conoció durante sus estudios cn la universidad de Salamanca y dc Valcncia,

Se graduó de sagrados cánones siendo rn exp€rto en teologla y literatura. En 1780 fueordenado sacerdote y ncupé diferentes cargos por la geografía e spañola hasta que en 1800

fue nombrado obispo de L¿ Habanaporelpapa Pío VII, En 1802llegó a Cuba, donde trató

de exrender la educación entrc los sectores más humildes de la sociedad, y construyó 55iglesias parroquiales, y varios hospicios y cementerios fuera de pobla,ciones. Realizó tres

visiras pastorales a su dióccsis (t804, l815 y 1818) para corregir las malas costumbres de

los clérigos, dictar medidas y medios para reparar templos y administrar la confirmación,llegando incluso a pueblos donde jamás había ido ningún obispo, Además promocionó [ayrcuna de la viruela y costeó de su propio dinerc¡ la torre de Ia iglesia de Sancti Spiritus,

una iglesia en Santa Clara y un nuevo altar mayor en la catedral de La Habana. Fue el

propulsor del neoclásico en Cuba, esdlo en que rnandó construir el cementerio de La

Habana, para el que aportó l2.z}0 pesos. También promovió la creación de una cátedra

de Matemáticas y otra de Derecho Constitucional cn el Seminario, y cooperó con la Real

Sociedad de Amigos del Pafs. Fue un obispo polémico, mejor gobernante que pastor, y

liberal, aunque intolerante con quienes no tenían sus ideas. Fallecié en La Habana en

1832, a los 76 años de edad83.

A pesar de su gran accividad e¡r la isla, no se olvidó de su lugar de origen como lo

dcmuestran las numerosas donaciones que realizó. En 1817 costeó los enrejados del pres"

80 A.{cmdsPcdrol{uiz.ramhiúnfundír,rbraspíasenlaparr.:<*riadcsLtli lgucanacal.MAI(TfNEZsALAz.tn.Ángel,Pruut:ta ala¿tsa m Ánirica,.., p.2Á6.

8l Esr.ts piczas dcsapirrccicro¡r durantc la gucr-ra dc Indcpcndcncí¿. (IRUZ I'AI D()VINOS,Josú Manucl. "Platcría

hispanoamcric¡¡ra e u cl PaÍr Vasco,.,", p. l l0.

82 ¡n Dv, R p de üordoa l..ibro t{e ctpcllirnías y anirersarros.

83 v¿ Rtf x nz "sAI.AT-A I{, A ngd. P rt-u'tt r i a ¡tl a tu¿ u A n¡ét i ur .., pp 1 36' 1 38.

t40Veras . nú¡nc¡¡¡ 2ll ¡¡o f, . rncroluntu 2{Xl8 . Cnlegio dc S*n Luir

biterio, coro y baptisterio de la iglesia dc Nuesrra Señora de la Asunción de Arroyabe,doncle también financió la ere cción de h capilla de San Prudencio. También donó a esraiglesia los retablos de San Juan Bautista y de San Prudencio, para sendas capillas, y unretrato suyo para la capilla dc San Prudencio, bajo el que aparece la siguience inscripciónrLa pintura de San Juan la rernitió el Excelentísiruo e Ilustradísiwo Señor Don Juan JoséDíaz de Espada y Landa, obispo dc La Habana, Gran Crus de Isabel la Catrilka, nn el de

San Prudencio para sfi nileud tapilla qae híro a su costa el ano tle t817 y se colocaron ambosel de 1820.84 En t830 costeó parte de la refbrma de la torre de la parroquia de Santiago

Apóstol de Mendívil. Una inscripción en le sacristía de la iglesia recuerda la donación.También en 1830 fundó en Arroyabe un hospital con l2 camas para ios más necesitados

y una cscuela gratuita de prime ras letrasst. Además en 1806, Diaz Espada habia sufragadola renovación en estilo ne oclásico de la casa familiar de Armentia. cercana a Ia basílica de

San Prudencio, conocida como Casa del Sanro o Palacio Díaz Espada86.

Estribaciones del Gorben

Esta comarca se sitúa al norte de Ia provincia, haciendo frontera con Vizcaya y Guipúzcoa.

Constituye una züna interrncdia encre la comarca Cantábrica y la Llanada, pero guardauna gran similirud, tanto por el tipo de hábitat, como por la e conomía y las características

flsicas coir el valle de Ayala (rambién e s una región formada por varios valles). La atr¿cción

de las tierras amcricanas comenzó a v€rse enrre los habitantes de la región en la primera

mitrd del siglo XYI, cuando en América todavía qucdaban amplios espacios por descubrir

y explorarET. A esros pioneros les siguieron otros hombres, que se dedicaron a las rareas

dc defensa ygobierno, y también encontramos miembros del alto clero y mercaderes, que

realizaron donativos a las iglesias de sus pueblos natales.El 1564 embarcó hacia Perú el presbíteroJuan de Anda, natural de Anda, que falleció

en Pocosí fundendo una capellanía de cuetro misas semanales sobre los sepulcros de

sus antepasados en la iglesia de Anda. Tambiin en Anda documentamo$ en 1560-66La

fundacién de un arca de misericordía de 400 fanegas de rigo, la más imporcante del siglo

XVI, por parte de Pedro de And* desde Perú.

¿14 pORTI t.t.a, Miracla. Ca t¡ílogo n o t u vnen ¡a 1... J. ly, p. 277.85 cONZÁt.u7-Ci:t{t lUt"t f} ' j ,Juanfu{antreI.¿lrnit¡rawt[Paistr4rrro...pp.78-E0yt0l.86 nnnler¿,Ángel }vlaría. Laemigracíón alavcsa..,, pp. 327 y 32$.8? En l5 l0apaleccr l pr inrcrodclo.sprsajcrosalndiasde cstarcgión,PcdrodcArt iano,narur¿l dcArr ianoyen 1528

cncontramos a Pr:c{ro Olriz dc Ziirarc, ¡r¿rural dc Záitcgui. En 1535 Malrln dc UrLrín.1, natural clc Antlagoya, palcióhacia el Rio dc l* Plara corr cl gobcrnador l)cdro de N4cndoza.Tamhiúrr dc Andagoya e r* Pcdru Orciz dc Urbin¿,r.1rie a ¡rincipios drl siglo xl¡ll firndé gror r,ía tcsrarncnraria rrna capcllanÍa en la igle.sia de su pr.rcblo nacal. l)e lazona de Cigoiria y üurrtangt-r no cncontri¡rnos p,rsa¡eros;r India.r hascr la dicada de ll60,cuando cnr[r¿r'caron h¿ci¿cl Caribe y CcurroamiricuJuan dc l-un¡.. vccino dc Archrjra, Pcdlo Mlrtíne¡. de Zu¿eo, dcJécano y DomingoM¿rcírrcz dc Abr:ndario, dc M,rnr.u'gr, poR:f ll.l"A, M icacÁ. Cnuilogo mo¡tunn¡k¿|.. 1 . vll. p. t to.

l l r l

Vr:r¡¡ ' rrú¡ncnr 2$. irñ{) X . cncrrr-¡rnic ilX)S . Colrgio tlc S¡n l"urs

Las salidas fuerrin aumentando con el paso de los años y también las donacinnes a

las parroquias de origen de los ausentes en América, La primera de cierra relevancia fue

la de Marcin Pirez, naturel de Andagoya, que en su tesramento de 1594 financiaba la

reconstrucción de ia sepultura de su padre en la iglesia de San Mames y dotaba a dicha

iglesia con una lámpara, un cáliz y unas vinajeras de plata. T'ambién en Andagoya, pero

en la iglesia dc Sanra María, Juan Marcínez de Andagoya fundó a comienzos dcl siglo

XVII la capilla de los Andagoyas, y costeó su retablo, que tenia el escudo de Pascual de

Andagoya, protodescubridor del Perú, quc fue parienre suyo y quc había financiado en

1544ltcubierta nueva de la iglesia de Sanre Marías8.

Del siglo XVII destacamos a Domingo de Larrea Orciz. de Zárate, nacural de Eribe,

que llegé a México a finales del siglo XVII por la llamada de su tío, Celedón Gr¡nzález

de Apodaca, alguacil mayor de la audiencia de Guadalajara. La gran influencia de su río

hizo que Domingo alcanzara el grado de capitán y gran prestigio y fortuna en la capical

virreinal,llegando incluso a recibir los hábitos de Sanciago en 1683, A pesar de la distancia

que le separaba de su tierra natal, siguió vinculado a cllr y donó un crucifijo de marfil

filipino (llegado a Acapulco) a la iglesia de su pueblo nacal. En recompe nsa fue nombrado

diputadojuezyalcalde de IahermandaddeCigoitiaen l679.Unosañosmástardeenviósu

donacivo Pedro Martínez de Murguía. Sicndo joven se asenré como comerciante en Cádiz

con su hermano Andrés. En 1688 recibió los hábitos de Santiago y pasó a Nueva España

donde en 1690 fue nombrado gobernador de Nueva Vizcaya. Donó una capa y una casulla

de seda con dccoración er¡ oro en 1694 paralaiglesia de San Martín dc su Manurga natal.

En el siglo XVIII conrinuaron las donaciones enviadas a las parroquias por feligreses

asenrados en Améric¿. Entre ellos desracan los dos donativos que recibió la parroquia

de Ondátegui, el primero cn 1732, de Tomás Ortiz de Zárate, que donó 200 pesos, y el

orro en 1776, de Miguel Ortiz deZárare, deán de la catedral de Puebla, que fundó una

capcllanía con 6"000 pesosse.

Por último, debemos señalar por la importancia del personaje y de su legado a Fran-

cisco Leandro de Viana, conde de Tepa. No lo hemos mencionado antes porque nació

cn Lagrán, en la Montaña alavesa, región de lr que no hemos hablado en este articulo.

Esrudió en Santo Domingo de la Calzada (La Rioja) donde obtuvo el grado de bachiller

en leyes, especialidad en la gue se licenció en la universidad de Salamanca en 1755. En

1758 fue nombrado Fiscal en Manila, donde permaneció casi 10 años, en los que denunció

la corrupción en el cobro de impuestos y la mala gestión de los gobernadores. Su buen

hacer y su opclsición a los ingleses duranre le ocupación de la ciudad en 17621e valieron

el rraslado a México en 1768 donde ocupé los cargos más importanrcs de la Audiencia y

orros en la adminisrracién de la capital virreinal. Además realizó numerosos informes

88 ll¡¡ ' l .,Tltt,¡p. l l l y l l3.

89 l l ' í¿.,p. l l l-116.

142V:n.i . nLi¡ ncrc 28 rrio X , cncnr'junto l{l{)ll , Colcgkr dc.Sa¡r Luil

sobre asuntos del virreina.to, fue rcctor de la cofradia de Aranzazu (tZZi-t Z%), y desde1772 miembro de Ia Re al Sociedad Vascongada de Amigos del País, de Ia que fue uno delos principales promotores en México. En México rarnbién se casó con una rica criolla

y obtuvo el rírulo de conde de Tepa (tlzS),fundando un mayorazgo, que heredó su hijo

José Joaquín. Era una familie de gran fortuna, que en 1789 se esrimaba en rorno a los l8millones de reales. En 1777 Viana tomé posesión de su cargo como minisrro d,e[ Consejode Indias, llegando a ocupar el primer puesto en 1794,a pesar de su mala salud. Adcmássus méritos fueron tenidos en cuenta en su tierra de origen, y l* Diputación Foral de Álavalo nombró Diputado General Honorario, ejercicndo dc inccrmediario enrre la provinciay la Corre, Terminó sus días rctirado en el pueblo de Nuevo Baztán en 1804.

Durante todos estos años en ricrras lejanas no se olvidó de su pueblo natal ccmo lode mucsrran sus donativos. En 1788 donó a la iglesia de Lagrán cinco Breve s Pontificios enlos que se concede indulgencia plena a los que fueran a misa, sé confesaran y comulgaranen dicha iglesia ciertos clías fesdvos. En 1780 donó un cuadro con la imagen de la Virgen deGuadalupe y en 1793 realizó la rnayor donación, el re rablo del altar de la Purisima, dandese muestra el cuadro de la guadalupanaeo, Además Viana esrableció que se celebrara cadaaño en Lagrán la fiesta de la Virgen de Guadalup e el lTde diciembre y al final de la misarezar una salve en honor de los fundadores. También en 1789 fundó por vía tesramenmriauna capellania con un capital de 11.000 reales. Todo esto eu agradecimienro porque fuebautizado en esa iglesia, de la cual t¿mbién fue uno de sus beneficiadoser.

Características generales de las donacioncs de indianos alaaesesUna vez analizadas las donaciones realizadas desde América por los emigrantcs alavcses

observamos que, en general, fueron en aumento duranre el periodo colonial, viviendo suapogeo en el siglo XVIn, Con la independencia de la América continental los donativos

casi desaparecicron hasta bien entrado elsiglo XIX, cuando volvieron a resurgir, aunque

sin alcanzar los niveles anteriores y más dedicados a obras de carácter social que religiosas.

La mayoría de las donaciones se debieron a comerciantes y mineros, aunque también fue

destacable la aportación de milirares, religiosos y miembros de la administración. Estos do-

nativos pueden clasificarse en tres tipos: edificios, bienes mueblcs y fundaciones piadosas.

Prácticamenre totalidad de edificios construidos o reformados ct¡n dinero indiano

eran de carácter rcligioso. La mayoría de las iglesias y ermitas alavesas recibieron dinero

americano pero en la mayor parte de los casos se rrataba de cancidades destinadas a su

90 y¡¿¡¿ PLR[7^,, I;rancisco, "Vinculacicln dc Lru indiauo cr:n su cicn a, Alavar [;ranciscr: Lc*uclro dc Vi*na, conclct

dc' lcp:r" EnF.SCOIIEDt).Ronald,ZAtl¡Ll"A.ArrayAI.VAREZ.Ósc¡.r. ,4¿w.y, ' l rúri ta., ,pp.32]-311,

9l A<JcrlÍs cl cdific¡o civil por cxcclcncia dc la villa de Lagrán es cl palacit.r dc los Vian¿, fabr ic¡do cn piedr* de

rnarn¡roscería, que es cl dc mayc,r rclcvaucra ar<luircctdrnir:a de Ia rcgi<in. doudc no abund¡n csta clasc dc cdificio.r

lbíd.,p.3a2.

t43Itu,r " ¡rúl¡cro 2ll ¡ñ!)rY ' cner)Junir,.2{X)8 . Cnltsio ¡lc 5¡n [.ulr

mantenimiento o la re alización de r¡na refc,rma. También son desracables las aportacionespara edificios de carácter asistencial como hospitales, casas de mísericordia ¡ escuelas,aunque fueron más abundante.s durante el siglo XIX, cuando los legados destinados a laIgiesia pasaron a un segundo plano, y las que los pocos indianos que regresaron destinarona la construcción de lujosas casas en su solar de origenez. Al igual que los edificios, casitodos los objetos enviados desde América eran de carácter religioso, y poces fueron las

iglesias de Álava que no recibieron algún ob¡ero de origen americanoe]. Generalmenre setrataba de retablos ¡ sobre todo, de objetos tle plata, tanto de culto (cruz, cáliz, custodia...)

como decorativos (lárnpara), que conformaron la prácica totalidad del mobiliario de las

iglesias de la provincia. Pero también se donaron cuadros, destacando las abundanres

representacione s de la virgen de Gu*clalup.e4, y otros ele me ntos más escasos como vesti-duras y ornamcntos personales pera párrocos, lápidas, órganos...

Pero además de lcls elementos materiales,la generosidad de los emigrantes tuvo otrasmanifestaciones menos palpables, las fundacione s de capellanías y obras pías, que fueron

menos abundantes quc los legados matcriales. La fundación de una capellania consistía

en la donación de un capital que debía invertirse para que con los intereses que generarase pagara a uno o varios religiosos que de bían decir cierto número de misas por el alma

del fundador" Su administración recaia en un patrono, que soiía ser parienre deldonante,

y que además del prestigio por desempeñar ese cargo, podía obtener grandes beneficiossi las rentas eran superiores a los salarios de los religiosos, El hecho de que el emigrante

eligiese el templo de su pueblo natal reflejaba la existencia de una devoción personal.

Las obras pías funcionaban de la misma forma que las capellanías, sólo que los in¡ereses

gcnerados por el capical enviado se destinaban al bencficio de la comunidad en lugar de

en misas. La obra p{a más habitual fue la dotación de doncellas huérfanas o pobres para el

matrimonio o ingresar en una orden religiosa, pero también se destinaron capitales para

limosnas y cajas de misericordia, hospitales (centros de acogida de vagabundos) y sobretodo para escuelas de primeras letr¿se5.

9? F.ncstascar¿¡j¡r, i r t icron$randrssurnasyirquccl ctxirorr lclcrniglantcsrvalolabratr¿vúsdesu.sobras.GONZAl.F.Z([MBIl I iN,Juan ]v{anucl ¡t¡nér¡c,'¡ ca et P¡ís Vrtvo.., ¡t-3).

93 .Alguna.r rigucn con.rcrr,ándolt;l pr:rr., nruclras piczal han dcsapar-cr-,ir{o, bien po,'robo c).saquüo. lricn ¡ror"vcrrtapara pagar ohras dc rcparaciórr

94 En Álaua h;ry sci-s capÍllas dcdicaclas l lil Vir ucr: dc (iuadllLrpc, lo quc rc{lcj.r t¡r.rc Nurvr Esparia fuc cl dcsrino

princi¡raldrlr,r.s crnigrlnrc.sahvcso. l.;r^s cr¡rillas de h Virgcn mcxirrna cn las iglcsias dc Laguardia (Riolarlavcsa)y

Amurrio (vrllc c{c Ayal,r) son dc nicdiatlo.s tl¡-,lsiglo X\rlll, pclo d.scculoccn¡os.l donanrc,I^ir-s otr¡s cn;ttro.citadas

cn la cxposición .{c las don¡cionc.q, csrán cn la iglcsia dc Behndia, cn San Pcdro dc l-lodio, cn la carcdral cle Santa

fuf arfa dc Vi¡oria v cn h iglcsir dr: l"aer;in.

95 P"ra los emigrantes <lon¿r lbndos a cscuclas dc ¡rlimera.r lc.rlas cLa r¡rro tlc l,:s ¡rrincipak:s mcrlios para logr-ar la

prospciidrd dc sr,rs pucbloi dc origrn- Así las ¡tucvas ¡¡cncraciorte$ podríarr cmigrar a Ar¡érica, dc,r'rdc podrínn

r:nríqucccr.sc niás f;icilnrcnrc c,n l¡ calrcra adnrini.srrariva o comcrcial dcl¡ido a l¿ form¿ción rccibrda. y por{rian

cnvíár'r-cmcsa", a sus fanrilias, pali,rndo la situirción dc pobrcza en quc vir,í*u rnuchas c{c ellas, RUIZ DF. c;c¡tl"pf.-

JUf t.A,Jc,sús. Lo.¡ ua¡cos n l,líxicn, ffirre ld ulttnia.y k rrpúttlrca (pas"u.¡¡). Vicoria: Rcal Sociedad Brscongada dc

Ariigos de l País, r00i, pp. 89-91,

t44Vct¡s . níLmcro 2.\ ii)ú X . cncr.junio l{Xl. . Colc8úr dc San [-uis

De entre las tres provincias vasc¿s, Ál*ua fue la que menos donaciones recibió desde

América, el26'l?o/a, como consecuencia de que la emigración de alaveses a ultramar

fue menor que la de vizcaínos y guipuzcoanos. La situación de la provincia, que carece

de costa, facilitó que la mayoría de los emigrantes optaran por la corte u otros centros

peninsulares. A pesar de lo dicho, hay que destacar Ia huella americana €n una cornarca

alavesa, cl v.tlle dc Ayala, que conccn tra el 450/o de los donativos de la provincia y el l27o

del conjunco del País Vascoe6. En r¡casiones las fuentes no especifican el origen de lasdon¿ciones (se dice "de Indias"), pero en el caso alavés, la mitad de los casi lS0legados

con el origen registrado (aproximadamente un7|o/odel total) proceden de Nueva Españay una cuartfr parte del virreinato peruanoeT, Los donativos desde Perú y Bolivia fueron

mayoritarios en las primeras décadas del siglo XVII, manteniéndose en niveles discretos

hasta su casi total desaparición a finales dcl síglo XVIII, mientras que los procedentes

de Nueva España fueron creciendo ligeramence hasca alcanzar su culmen en el segundotercio del siglo XVIII.

CoucrusroNES

A modo de conclusién podemos decir que las creencias religiosas de los emigrantes vascos

en América jugaron un papel fundamental, tanto en Ia integración en Ia nueva sociedad

como en la consecución de los objetivos de la emigración. Como hemos visto, las creencias

religiosas de los vascos se entremezclaron con las lazos familiares, clientelares y, sobre

rodo, de paisanaje , dando lugar a la formación de varias cofradías bajo la advocación de

la Virgen de Arrnzazu en América. Estas cofradías vascas eran insrituciones religiosas,pero también facilitaban la incegración de los emigrantes, y Ia pertenencia a ellas era unsímbolo ídcnritario y de prestigio.

Por su parte, el envío de donativos a las iglesias de los pueblos de origen fue el vehículo

usado por los emigrantes vascos para lograr uno de los objetivos principales de la emigra-ción, el ascenso social del grupo familiar, Las mandas enviadas a los parientes mejorabanIa economía familiar, pero con los donativos ¿ las parroquias de sus pueblos natales losemigranres buscaban engrandecer su linaje. Así la familia del emigrado disfrutaria de

mayor preeminencia social, principalmente gracias a la concesión dc una mayordomía

o a la presencia del escudo en une capilla (signo de prestigio) y sería considerado por susvecinns como un l¡enefactor de la comunidad (en caso de haber fundado una obra pía).

En definitiva, podemos decir que gran número de alaveses asentados en elcondnente

americano enviaron a su tierra de origen parte de sus fortunas, Estos legados fucron sig-

96 c; ox zA l.Lz CIM l]u I LiN, J ua n Ma n r,cl.,4 ¡n lriu t u e/ Pa k ls*v0.., p. 54.

97 Lasdonacionrsc{ccadaruroc{eorlosdesrinescomoNucvuCr¡nrdr,Cuba,Gr¡aremala,RfodcltPlam,nos$peranel to9¡,

145Vrns . r¡üs¡cr¡r 28. {üd X . enc$Jxnio 2008 ' C<'lcgio dc.Sarr Lurs

no de dignificación propia y de la familia, pero tarnbién sirvieron para que las personasque salieron de su tierra natal fueran recordadas por su* convecinos. En esre articulo sehan expuesto algunos legados enviados por emigrantes alaveses gue, enriquecidos en elejercicio de sus funciones en América, tuvieron en su re cuerdo a la derra que les vio nacer,y sin cuyos aportes no se podría explicar el patrimonio conseryado en los templos de laprovincia. El estudío de estas donaciones puede ser de gran utilidad para la investigaciénde la historia social y artístic¿ de Álava.

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