alex campos - poemas de dios

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La misión de Editorial Vida es ser lacompañía líder en satisfacer las necesidadesde las personas con recursos cuyo contenidoglorifique al Señor Jesucristo y promuevaprincipios bíblicos.

POEMAS DE DIOSEdición en español publicada por

Editorial Vida - 2014Miami, Florida

© 2014 por Alex Campos

Edición: Madeline DíazDiseño de interior: CREATOR studio.net

RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS. AMENOS QUE SE INDIQUE LOCONTRARIO, EL TEXTO BÍBLICO SETOMÓ DE LA SANTA BIBLIA NUEVAVERSIÓN INTERNACIONAL. © 1999 PORBÍBLICA INTERNACIONAL.

Esta publicación no podrá ser reproducida,grabada o transmitida de manera completa oparcial, en ningún formato o a través de ningunaforma electrónica, fotocopia u otro medio,excepto como citas breves, sin el consentimientoprevio del publicador.

Edición en formato electrónico © febrero 2014:ISBN 978-0-8297-6186-3

CATEGORÍA: Ministerio Cristiano/JuventudChristian Ministry/Youth

IMPRESO EN ESTADOS UNIDOS DEAMÉRICAPRINTED IN THE UNITED STATES OFAMERICA

14 15 16 17 RRD 6 5 4 3 2 1

ContenidoPrólogo

Capítulo 1: Enamorado

Capítulo 2: El tiempo de la cruz

Capítulo 3: Como un juego deajedrez

Capítulo 4: Que no sea de papel

Capítulo 5: Nada más quienpiensas

Capítulo 6: Su dulce voz

Capítulo 7: Vuelve pronto

Capítulo 8: Al taller del Maestro

Capítulo 9: ¿Qué eres para mí?

Capítulo 10: Prefiero

Capítulo 11: La fruta prohibida

Capítulo 12: No tiene prisa

Capítulo 13: Corro a ti

Capítulo 14: Pinta el mundo

Capítulo 15: Sueño de morir

Capítulo 16: Eres mi sol

Capítulo 17: Fiel

Capítulo 18: El sonido delsilencio

Capítulo 19: Nube de colores

Capítulo 20: Como el color de lasangre

Capítulo 21: Tu poeta

Capítulo 22: Más que ayer

Capítulo 23: Es el amor

Capítulo 24: Me veo y te veo

Capítulo 25: Mil palabritas

Capítulo 26: Dije adiós

Capítulo 27: Regreso a ti

Capítulo 28: Tu amistad me hacebien

Capítulo 29: Lenguaje de amor

Capítulo 30: Bajo el sol

Prólogo

Detrás de todas las cancionessiempre hay una historia, y conocerlo que inspiró al músico o al poetaa escribirlas puede otorgarles unimpacto aún mayor en nosotros. Si aeso le añadimos lo que el Espíritude Dios ha hecho en el autor deesas composiciones, entonces Diosmismo puede darles un nuevovolumen y usarlas para acercarnosa él, sanar nuestro corazón yanimarnos a seguir adelante.

Me he tomado el tiempo paraestudiar la historia detrás de losSalmos por ejemplo, gracias a locual he podido aplicarlos asituaciones específicas de mi vida yasí ese libro de canciones se haconvertido en uno de mis favoritos,porque los salmistas vivieron lasmismas pruebas que yo he tenidoque afrontar. Ver cómo ellosatravesaron sus desiertos, así comola manera en que Dios respondió,me anima, consuela y edifica; y asíes este libro. En estas páginas, Alex

nos comparte las historias detrás desus canciones, las experiencias deun salmista que ha experimentadopruebas, luchas, confrontaciones,desafíos, tristezas y enfermedadessimilares a las nuestras.

Hace unos años atravesé unaprueba muy difícil. Mi voz habíaperdido el brillo y la claridad queDios le había dado. Fui al médico,quien descubrió que tenía un tumoren mis cuerdas vocales y eranecesario realizar una cirugía pararemoverlo. Las cuerdas vocales son

para el predicador lo que las manospara el pianista, las piernas para elciclista y los ojos para el piloto.¿Qué voy a hacer si la cirugía salemal y pierdo mis cuerdas vocales?¿Qué tal si se trata de un tumormaligno?, me preguntaba. En mediode esa situación, recordé que Alexhabía pasado por una pruebasimilar y Dios le había dado lacanción «Al taller del Maestro», asíque la busqué y permití que elSeñor la usara para ministrarme:

Ay, como me duele estardespierto y no poder

cantar, cómo expresarte sinpalabras que muero si no

estás […]

Al taller del Maestrovengo, pues él me curará,

me tomará entre sus brazosy cada herida sanará. Lasherramientas del Maestro

mi alma remendarán.

Las canciones de Alex Camposnos inspiran y traen esperanzaporque todas las historias detrás deellas han sido redimidas por lasangre de Jesús. Y como dice unacanción que cantamos en la iglesia:«La tinta de su sangre escribió unanueva historia para mí».

Andrés CorsonPastor y autor

CAPÍTULO 1

Enamorado

Escribo este libro porque estoyenamorado. No hago poesíasporque alguna vez me lo hayapropuesto, sino debido a que lospoemas de Dios me han hecho a mí.La poesía que encuentro en sumisericordia, mi familia, mi esposay lo que he podido vivir en el

ministerio al viajar y hablar conmiles, me invita y provoca a seguirdeteniéndome a reflexionar en loimportante y apasionante de sermoldeado por la bella voluntad deDios.

Dios ha sido fiel conmigo. Muyfiel. Y aunque probablemente no teconozco personalmente, sé quetambién lo ha sido contigo.

Quizás te ha tocadoexperimentar situaciones ysentimientos difíciles. Ese ha sidotambién mi camino. No obstante, al

mirar atrás una y otra vez, hedescubierto cuán presente, activo yatento estaba Jesús a mi vida,aunque le estuviera dando laespalda.

He sufrido el abandono de seresqueridos, el rechazo, el abuso y ladesconfianza a lo largo de mi vida.Sin embargo, Dios me ha habladode diversas maneras. Me ha escritopoemas en su Palabra, mediantecanciones, en mis intensosmomentos de oración yarrepentimiento, y también a través

de personas comunes y pastores queme hablaron de su parte.

Dios raramente grita. Por logeneral, prefiere susurrarnos aloído. Él quiere tiempo e intimidad,y por eso debemos aprender a hacera un lado tantas distracciones.Debemos aprender a bajarle elvolumen al ruido para escuchar suvoz y encontrarnos con esos poemasque quiere regalarnos.

Hace unos años escribí unacanción titulada «Enamorado de ti»,la cual contiene el siguiente

párrafo:

Quisierahaber sido ungran pintor,

con mis manosmostrar tu

gran creación.Pero soy tuhijo, que teama, Señor,

que escucha tuvoz y tu tierna

canción.

También soytu amigo,

agradecidoestoy de ser tu

creación, tugran

inspiración.No seré unprofeta, no

seré un pastor,no seré elprimero,

tampoco ungran señor, no

seré elcantante, no

seré el pintor,solo uncorazón

enamorado…de ti.

A veces nos convencemos deque lo que Dios busca en nosotroses talento y logros. Eso es lo quenormalmente se celebra en lasociedad de hoy, de modo quetenemos la opinión particular de

que Dios es uno más en la búsquedade lo mismo que todos quieren. Sinembargo, esto no es lo que nosenseña la Biblia. Dios te quiere a ti.Me quiere a mí. Nos quiere aambos cerquita, muy cerquita de él.Y cuando uno entiende eso, seenamora de su gracia ymisericordia. Te das cuenta que esincreíble que solo te quiera a ti, sinque tengas que hacer nada alrespecto ni requieras ningún méritopara lograrlo. Cuando entiendeseso, te enamoras y comienzas a ver

poemas en todo tipo de situación.

CAPÍTULO 2

El tiempo de la cruz

El tiempo ha pasado, ya noes lo mismo que ayer, la

oración la hemos cambiadopor el juego, yo qué sé. Eltiempo ha cambiado, ha

pasado el interés de aquellapalabra que escrita dejó él.Los tiempos han cambiado,

qué pasó con el ayer, elmensaje de la cruz, los

milagros de poder.

Los tiempos han cambiado conreferencia a la iglesia primitiva.Hoy es fácil llamarse cristiano,pero ser un verdadero discípulo deCristo es otro cantar. No todos losque dicen ser cristianos lo son.

Pensando en esto escribí lacanción «Es el tiempo de la cruz»cuando tenía veinte años. En esosdías había sido impactado por

varios mensajes que escuché, perouno de ellos fue como un fuego queencendió mi vida. Nunca olvidaréaquella ocasión en que sentado enel piso en casa de uno de misamigos, las lágrimas corrían por mirostro mientras escuchaba hablar aaquel predicador. La disertacióntenía como título «El discipuladoradical, completo y verdadero», unpoderoso mensaje que me retó a serdiferente, a conquistar y no serconquistado, a actuar distinto a losdemás y así poder considerarme en

realidad un discípulo de Jesús.En ese mismo tiempo escuchaba

muchos sermones que teníandiferentes fines, todos ellos muybuenos y positivos, pero no sepredicaba de la cruz, de la vida enCristo, sino que el mensaje de modaera sobre la prosperidad. No quierodecir que la prosperidad sea mala,pero no es el todo de un cristiano.Creo que la prosperidad es algoque va en añadidura cuando vives ydas tu vida por Jesús. Es como unnegocio donde das algo, pero igual

recibes. Cuando vives para Cristo ycada cosa que haces le da honor,Dios se encarga de tus negocios(salud, bienestar, prosperidad,familia, etc.). Por eso, al escucharaquel llamado a ser un verdaderodiscípulo, me di cuenta de que loque yo estaba buscando era labendición y no al que bendice.

El tiempo ha pasado, ya no eslo mismo que ayer. Las Escriturasdescriben en Hechos 2:43-47 a laiglesia de los primeros días, sinembargo, creo que la misma poco a

poco ha desaparecido en nuestrotiempo. Aquella iglesia que eraunida y llena del Espíritu Santo,donde se compartía el pan y seayudaban mutuamente, sin peleas nienvidias, es difícil de encontrar. Alviajar por diferentes países, heobservado un común denominadorentre las congregaciones: la falta deunidad. Hay tanto celo, envidia ycrítica entre nosotros, quedeshonramos a Dios al hacer todolo contrario a lo que nos ordenó. EnJuan 17, Jesús menciona cinco

veces la palabra unidad. Losversículos 22-23 afirman: «Yo leshe dado la gloria que me diste, paraque sean uno, así como nosotrossomos uno: yo en ellos y tú en mí.Permite que alcancen la perfecciónen la unidad, y así el mundoreconozca que tú me enviaste y quelos has amado a ellos tal como mehas amado a mí».

La unidad que Dios requiere denosotros está motivada por launidad que Jesús tiene con el Padre.Él no busca una unión a medias y

por conveniencia, sino desea quealcancemos una perfección en launidad, y que por medio de labúsqueda de esa unión tan anhelada,el mundo pueda conocer elinagotable amor de Dios. No quieroentrar en la dinámica de criticar ala iglesia de Cristo y tampoco alliderazgo, pero sí animo a todolíder y consiervo a buscar condiligencia esa unidad que el Señorestá esperando de su iglesia. Unpueblo unido es algo tan poderosoque el enemigo sabe que si nos

mantiene sumidos en contiendas yenojos, no representaremos unaamenaza tan fuerte como la queseríamos al permanecer en unidad yser de un mismo espíritu.

La oración la hemos cambiadopor el juego. Hace unos años atrástuve una conversación con el pastorde una congregación en Bogotá,quien con un tono de resignación yun poco de tristeza me decía que losjóvenes de la iglesia eran muydifíciles de liderar, ya que no habíaningún compromiso de parte de

ellos. Me contaba que,irónicamente, para motivarlos aayunar los animaba a venirprometiéndoles refrigerios; paraque se involucraran en algunaactividad precisaba siempre estarnegociando con algo que losenganchara. No podía creer todo loque escuchaba. Aquel queridopastor me había invitado porquedeseaba traerles algo juvenil quelos atrajera y con lo que ellospudieran identificarse. Pensaba quedebido a que yo era joven y mi

música resultaba moderna sería unabuena opción para un programa desábado en la reunión de jóvenes. Alconocer la situación, entendí que enespecial en los jóvenes se haperdido la práctica de disciplinascomo el ayuno y la oración, contodos los beneficios que estasconllevan. Muchos buscan cosasque sean más asombrosas y quecontengan un movimiento de lasemociones más especial. En laactualidad queremos actuarmotivados por las emociones, no

por obediencia y disciplina, algoque observé repetidas veces en lasdiferentes iglesias que visité. Asíque en ese momento empezamos adar conciertos que se llamaban «Eltiempo de la cruz». Luego de treshoras de experimentar una granunción, los chicos salían con eldesafío poderoso de ser discípulosy cristianos verdaderos, dejando decomportarse como un montón deseguidores tibios que se sentaban enlas bancas de las iglesias. Mesorprendía ver que muchos líderes

solo estaban esperando buenamúsica y un bonito mensaje, pero seasombraban al observar a losmismos chicos rebeldes y sinningún compromiso, mostrar ahoralágrimas en sus ojos y decirle quesí al llamado radical de Jesús a susvidas.

Muchos de nosotros hemoscambiado la búsqueda del rostro deDios en secreto, la oración y elayuno por diferentes actividadesque solo nos distraen, pero no nosllevan más allá de ser cristianos del

montón.El tiempo ha cambiado, ha

pasado el interés de aquellapalabra que escrita dejó él. Haceunos años, después de estarahorrando por varios meses, pudecomprar un jacuzzi para nuestrohogar. Mi esposa y yo lo habíamosvisto en los Estados Unidos ehicimos un esfuerzo incluso paratrasportarlo a Colombia. Cuandopor fin llegó a casa, la alegría fueincreíble; teníamos preparado conanterioridad un lugar especial

donde ponerlo, todo estaba listo.Mientras lo desempacábamos, laemoción creció entre nosotros, enverdad, habíamos invitado a toda lafamilia para ver este sueño hechorealidad y que nos ayudaran ainstalarlo. Notamos sin muchaimportancia que aquel objeto traíaun manual y diferentes químicospara el agua. A la verdad sabía unpoco de los químicos, así queignoré por completo el aburridomanual, que para colmo estaba eninglés, aunque creo que si hubiera

estado escrito en español tampocole habría prestado mucho interés.Después de colocarlo en su lugar loempezamos a llenar, y una vez llenonos dispusimos a conectarlo, peroentonces nos dimos cuenta de quenecesitaba una toma especial, locual retrasó la inauguración quetodos esperábamos. Luego de quealguien viniera e hiciera laconexión apropiada, lo encendípara que se fuera calentando. Mepercaté de que había unos pequeñostubos para medir el nivel de PH y

cloro del agua, así que calculé a ojoy según mi gusto la cantidad decada líquido que debía aplicar. Elpanel de control también teníavarios botones, pero a mí el que meinteresaba era el de apagar yencender, el resto no mepreocupaba. Cuando al fin secalentó el agua, no dudamos uninstante de que ya era hora demeternos, de modo que entramos.Después de unos minutos todosteníamos los ojos rojos, pero no leprestamos atención, pues la

emoción era tan grande que estocarecía de importancia. Asítranscurrió cada día de esa semana,salíamos del jacuzzi con los ojosrojos e irritados, por lo que miesposa me aconsejó que trajéramosa un experto que nos guiara encuanto al manejo de los químicos yque le diera una leída al manual,pero como un buen hombre latino,le dije que no necesitábamos llamara nadie. «Yo sé lo que estoyhaciendo», le aseguré.

Pasaron algunas semanas y mi

guitarrista, Javier Serrano, se iba acasar, así que organicé una reuniónen casa con los chicos de la bandapara celebrar su despedida desoltero. La reunión terminó conalgunos del grupo metidos en eljacuzzi. Esa mañana había notadoque el agua tenía un color verdoso,de modo que apliqué en porcionesmayores todos los líquidos paratratar de aclarar el agua, a fin deque en la noche el que quisierausarlo lo pudiera hacer. El primeroque entró al agua fue precisamente

Javier, el que se casaba al otro día,y luego lo hicieron dos más.Después de unos minutos no podíanni abrir los ojos y uno de ellos dijo:«Creo que tiene mucho cloro», peroninguno salió del agua, sino quehicieron una competencia para verquién duraba más tiempo debajo deaquella agua caliente. Cuandosacaron la cabeza, sus rostrosestaban rojos y ya no podían abrirlos ojos, y al acercarme para ver sise encontraban bien, noté que lascabeceras que eran de un material

especial se estaban derritiendo. Lesd i j e : «Creo que es mejor quesalgan, pues algo no está bien». Miscompañeros tenían toda la piel roja,ya que se habían quemado con elcloro tan fuerte. Javier tuvo queaplicarse muchas cosas para tratarde disimular el color rojo de sucara. Él creyó que yo habíaorganizado todo de esa forma paraque nunca olvidara su despedida desoltero. Después de unos días, elagua empeoró y llamé a un técnicopara que viniera a arreglar mi

jacuzzi, quien luego de cambiarle elagua y colocarle las cantidadesexactas de los químicos, mepreguntó con una pequeña sonrisaburlona: «¿Usted leyó el manual?».Le respondí que no un pocoavergonzado y él señaló: «Ese fueel error. Usted no puede compraralgo e ignorar todas lasindicaciones del manual». Merecomendó que lo leyera, y despuésde buscarlo descubrí que tambiénvenía en español. ¡Cómo sería lafalta de interés en el manual que ni

siquiera me había percatado de quelas instrucciones se encontrabanescritas además en mi idioma!

Es obvia la enseñanza. Muchoshemos comenzado nuestro andar enla vida cristiana ignorando que hayun manual que nos enseña cómodebemos recorrer el camino quehemos elegido. Nos convertimos enpersonas que desean gozar de losbeneficios de su Palabra sin tenerque leerla y establecer unaintimidad con el señor. Cada díaoro al Espíritu Santo que me guíe en

la lectura de su Palabra, la cualafirma: «Ciertamente, la palabra deDios es viva y poderosa, y máscortante que cualquier espada dedos filos. Penetra hasta lo másprofundo del alma y del espíritu,hasta la médula de los huesos, yjuzga los pensamientos y lasintenciones del corazón» (Hebreos4:12).

Cuando permites que la Palabrade Dios penetre en tu vida, estatraerá luz y sabiduría a tu camino, ypodrás decir como el salmista:

En tus decretos hallo mi deleite,y jamás olvidaré tu palabra.Enséñame, SEÑOR, a seguir tusdecretos, y los cumpliré hasta el fin.Dame entendimiento para seguir tuley, y la cumpliré de todo corazón.Dirígeme por la senda de tusmandamientos, porque en ellaencuentro mi solaz. Inclina micorazón hacia tus estatutos y nohacia las ganancias desmedidas.Aparta mi vista de cosas vanas,dame vida conforme a tu palabra.Confirma tu promesa a este siervo,

como lo has hecho con los que tetemen (Salmo 119:16, 33-38).

CAPÍTULO 3

Como un juego deajedrez

El tiempo se ha tornadocomo un juego de ajedrez,los peones a los reyes, los

cristianos a su rey. Eltiempo ha pasado, ¿dónde

queda el ayer? El mundo seha negado a ser conforme a

él. El tiempo no ha parado,corre aún con rapidez, se

aumenta el pecado, sufidelidad también.

Muchos hemos confundidonuestra posición en Dios y asumidouna actitud que demanda, en lugarde una que demuestra servicio ysumisión. Hemos establecidonuestra relación con el Señorpensando que él hace milagros yresponde cuando nosotros losolicitamos. A pesar de que no

juego mucho ajedrez, entiendo quelas piezas de más bajo perfil, comolos peones, están para la proteccióndel rey, sin embargo, alguien puedetambién llegar a utilizarlos paraintentar darle jaque. Es como si semidieran de tú a tú con la piezaprincipal, peón y rey frente a frente,como si se ignorara la jerarquía, elpoder y todo lo que la autoridadrepresenta. ¡Imagínate!

En el libro de Apocalipsis, elapóstol Juan describe al gloriosoRey de reyes y Señor de señores, el

Alfa y la Omega, el Principio y elFin.

En el día del Señor vino sobremí el Espíritu, y oí detrás de míuna voz fuerte, como detrompeta, que decía: «Escribeen un libro lo que veas yenvíalo a las siete iglesias: aÉfeso, a Esmirna, a Pérgamo, aTiatira, a Sardis, a Filadelfia ya Laodicea.» Me volví para verde quién era la voz que mehablaba y, al volverme, vi siete

candelabros de oro. En mediode los candelabros estabaalguien «semejante al Hijo delhombre», vestido con una túnicaque le llegaba hasta los pies yceñido con una banda de oro ala altura del pecho. Su cabelleralucía blanca como la lana, comola nieve; y sus ojosresplandecían como llama defuego. Sus pies parecían bronceal rojo vivo en un horno, y suvoz era tan fuerte como elestruendo de una catarata. En su

mano derecha tenía sieteestrellas, y de su boca salía unaaguda espada de dos filos. Surostro era como el sol cuandobrilla en todo su esplendor. Alverlo, caí a sus pies comomuerto; pero él, poniendo sumano derecha sobre mí, medijo: «No tengas miedo. Yo soyel Primero y el Último, y el quevive. Estuve muerto, pero ahoravivo por los siglos de lossiglos, y tengo las llaves de lamuerte y del infierno

(Apocalipsis 1:10-18).

¡Asombroso! Fue tanta lamajestad y la gloria que reflejabansu presencia, que Juan calló comomuerto a sus pies.

Tú y yo somos pecadores,somos como hormigas al lado de él;con un solo soplo suyo,desapareceríamos de inmediato dela faz de la tierra. Sin embargo,acudimos a su presencia con osadíay demandamos nuestra gran lista desueños, deseos y peticiones,

atreviéndonos a molestarnos con élsi no estamos de acuerdo con susplanes, y en el peor de los casos, ledamos la espalda a su amor,desviándonos de su perfectavoluntad para nuestra vida.

Sé que el amor, la misericordiay la fidelidad de Dios son muygrandes e incomprensibles, pero túy yo debemos reconocer que él esDios, Señor, Soberano y Creador,por lo tanto debemos mostrarle unsupremo respeto que nos lleve a unagenuina vida de adoración.

Si mañana te dieran la noticiade que tienes una enfermedadmortal y en pocas semanas morirás,¿seguirá él siendo el Dios de tuvida? ¿Vendrás a él en adoración ygratitud durante esos últimos díasde vida que te quedan? ¿O temolestarás con Dios y lereclamarás por lo que te sucede?Tendrías que vivirlo tú mismo parasaber qué responderías.

Deberíamos considerar elejemplo de Job, un hombreintachable, que le daba honor a

Dios con su forma de vivir. Fuetanto el agrado de Dios por la vidatan especial de Job, que presumíade que no había un hombre como élhasta con el mismo Satanás. CuandoDios se enorgulleció de su siervoJob, Satanás le dijo que si lequitaba todo lo que amaba,seguramente dejaría de ser esehombre tan recto y especial. Sinembargo, como Dios conocía elcorazón de su siervo, permitió queel maligno lo despojara de todo loque tenía. Una vez que Job lo

perdió todo y se encontraba tiradoen el suelo con el cuerpo cubiertode llagas, mientras su esposa loanimaba a maldecir a Dios, laspalabras de este hombre fueron:«“Desnudo salí del vientre de mimadre, y desnudo he de partir. ElSEÑOR ha dado; el SEÑOR haquitado. ¡Bendito sea el nombre delSEÑOR! A pesar de todo esto, Jobno pecó ni le echó la culpa a Dios»(Job 1:21-22).

Más tarde, ante las críticas desus amigos, replica: «Aunque sé

muy bien que esto es cierto, ¿cómopuede un mortal justificarse anteDios? Si uno quisiera disputar conél, de mil cosas no podríaresponderle una sola. Profunda essu sabiduría, vasto su poder. ¿Quiénpuede desafiarlo y salir bienlibrado? Él mueve montañas sin queéstas lo sepan, y en su enojo lastrastorna. Él remueve los cimientosde la tierra y hace que seestremezcan sus columnas.Reprende al sol, y su brillo seapaga; eclipsa la luz de las

estrellas. Él se basta para extenderlos cielos; somete a su dominio lasolas del mar. Él creó la Osa y elOrión, las Pléyades y lasconstelaciones del sur. Él realizamaravillas insondables, portentosque no pueden contarse. Si pasarajunto a mí, no podría verlo; si sealejara, no alcanzaría a percibirlo.Si de algo se adueñara, ¿quién loharía desistir? ¿Quién puedecuestionar sus actos? Dios nodepone el enojo; aun Rahab y sussecuaces se postran a sus pies.

¿Cómo entonces podré yoresponderle? ¿Dónde hallarpalabras para contradecirle?Aunque sea yo inocente, no puedodefenderme; de mi juez sólo puedopedir misericordia» (Job 9:2-15).

Después de leer estasdeclaraciones, podemos decir queJob realmente era un hombreincreíble. Aunque hubo momentosen que el dolor lo llevó a la tristezay la desolación, nunca juzgó niculpó a Dios por lo que le habíasucedido. Él entendía perfectamente

quién era Dios y también suposición como hombre. ¿Podremosdecir nosotros como Job: «ElSEÑOR ha dado; el SEÑOR haquitado. ¡Bendito sea el nombre delSEÑOR!»?

CAPÍTULO 4

Que no sea de papel

El tiempo me ha mostradoque todo fue de papel,sacrificios humanos no

pedidos por él. Al mundoconsternado le ha faltado

mucha fe, la esperanza y laconfianza, Abraham un

loco fue.

La luz no se ha apagado,Jesús sigue aún allí,

esperando que tu tiempo nosea obstáculo a él.

Hace poco escuché unaconferencia impartida por el pastorDante Gebel, de la cual me impactóuna increíble frase: «En mucho delos cultos y reuniones cristianas hoyen día solo hay sudor y nada defuego». ¡Cuánta verdad hay en estas

palabras! Y no voy a hablar deninguna iglesia, sino que mereferiré a mi propio ministerio. Hellevado a cabo una infinidad deconciertos en los que he sudado portres horas, preocupado más por elsonido, las luces, el diseño y laexcelencia, y no por el fuego delEspíritu Santo. No quiero dar aentender que no estoy de acuerdocon poner cuidado en los detalles.Debemos poner mucho cuidado enser excelentes. Pero lo que estoydiciendo es que muchas veces nos

hemos enfocado más en lo material,en competir con el mundo, sin quehaya diferencia entre un conciertosecular y uno cristiano. Está muybien preparar un buen montaje deluces y sonido, tener un escenarioque brille por su excelencia, pero ladiferencia que debemos establecercon los conciertos seculares esprecisamente lograr que en losnuestros descienda fuego del cielo yconsuma todo pecado, dolor yenfermedad; de lo contrario,seremos una opción más, un

espectáculo más, un evento más enel que la gente la pasará bien, perosaldrá de la misma forma en la queentró. Tú y yo debemosdiferenciarnos, y nuestra diferenciaradica en que fuimos sellados porDios para traer su presencia a lasvidas que tanto la necesitan.

En 1 Reyes 18 encontramos unahistoria increíble en la quepodemos ver el poder de Dioscuando a través de Elías hacedescender fuego del cielo. Elpueblo de Israel se había apartado

de Dios al mezclar su culto con elde Baal, de modo que el profeta losexhorta a seguir única yexclusivamente al Señor, a dejar deser duales en sus creencias y nocombinar la adoración a Baal y aDios. Así que Elías convoca a loscuatrocientos cincuenta profetas deBaal y al pueblo de Israel en elmonte Carmelo y los reta a probarquién es el Dios verdadero. Parahacerlo, se trajeron dos toros, loscuales serían colocados sobre elaltar y consumidos por el fuego que

enviaría el verdadero Dios. Elíasles dio ventaja al darles laoportunidad de ser los primeros eninvocar a su dios, y los profetas deBaal comenzaron a gritar y hacerdiferentes cosas para que el poderde su dios consumiera aquel animal.Desde la mañana hasta el mediodíano dejaron de gritar: «¡Oh Baal,respóndenos!». Elías comenzó aburlarse de ellos al ver que lashoras pasaban y su dios norespondía, pero los profetas seguíangritando aun más fuerte para

demostrar que Baal era un dios realy verdadero. Al caer la tarde, elprofeta de Dios llamó al pueblo y lepidió su atención, reconstruyó elaltar y tomó doce piedras enrepresentación de las doce tribus deIsrael. Después cavó una zanjaalrededor que tuviera la capacidadsuficiente para contener doce litrosde agua, dispuso la leña, cortó eltoro en pedazos y pidió quellenaran veinte jarras con agua y lasecharan sobre la leña y la ofrenda.Entonces Elías hizo una corta y

humilde oración y al instantedescendió fuego del cielo, el cualconsumió el toro, la leña, laspiedras y el polvo. Cuando elpueblo vio esto, todos cayeron alsuelo y reconocieron que el Señorera el Dios verdadero.¡Asombroso! A Elías no le tomómás de dos minutos que mediante elpoder de Dios se consumiera todoen aquel altar.

En la actualidad, el únicosacrificio que Dios desea denosotros es el de un corazón sincero

y sediento de él. Si tenemos unarelación íntima en lo secreto conDios, entonces cuando estemos enpúblico él nos recompensará y haráque el fuego del Espíritu Santodescienda con poder. La Palabradel Señor dice claramente:

Tú no te deleitas en lossacrificios ni te complacen losholocaustos; de lo contrario, telos ofrecería. El sacrificio quete agrada es un espírituquebrantado; tú, oh Dios, no

desprecias al corazónquebrantado y arrepentido(Salmo 51:16-17).

¿Qué le agrada más al SEÑOR:que se le ofrezcan holocaustos ysacrificios, o que se obedezcalo que él dice? El obedecervale más que el sacrificio, y elprestar atención, más que lagrasa de carneros (1 Samuel15:22).

¿Cuántos sacrificios hemos

ofrecido sin que Dios los hayapedido y sin que tampoco losrecibiera? Él lo que busca y leagrada es un corazón arrepentido yhumillado. Es entonces que el fuegoy el poder de Dios se manifestaránde un modo increíble.

Al mundo consternado le hafaltado mucha fe, la esperanza y laconfianza, Abraham un loco fue.Recuerdo una ocasión durante miadolescencia en que me encontrabacaminando y conversando con unode mis amigos cerca del lugar

donde vivíamos, mientras a lo lejosse escuchaba a un vendedorambulante que gritaba: «Repuestospara la olla exprés». A medida quela voz de aquel hombre se fueaproximando, nos resultó conocida.Y al verlo más de cerca, nos dimoscuenta de que se trataba de unmiembro de nuestra congregación,un señor que siempre veíamos losdomingos sirviendo en la iglesia.Mi compañero le preguntó: «¿Cómoestá todo? ¿Cómo le ha ido?». Elhombre, con cara molesta y

deprimida, le contestó: «Mal, mal,mal. Las ventas han estado muymalas, la situación está muydifícil». Hubo un silencio entrenosotros, porque no esperábamosver tanta negatividad, o mejordicho, una fe nula, sin tener nada alo que afianzarse. Mi amigo loanimó con una sonrisa diciendo:«Hermano, confíe en el Señor». Sinpensarlo dos veces, aquel hombrenos respondió: «Eso… aténgase aeso». Luego, sin más palabras, sedespidió y continuó su camino.

Resulta increíble tal falta de fey confianza en la bendición de Diospara nuestra vida, perolamentablemente la postura de estehombre es la misma de la mayoríade los que asistimos a una iglesia.¿Por qué digo esto? Porque lassiguientes frases son las queconstantemente escucho en cadalugar al que voy: «Pastor, ore pormí, que Dios a usted sí lo escucha»,«Es que Dios no me oye», «Diostiene sus preferidos», «No soyaceptado por Dios», «Este mes no

voy a diezmar, pues no me alcanzapara mis necesidades», y muchasmás por el estilo. Fue tal actitud laque motivó la frase de mi canción:«Abraham un loco fue». Sí, ya nohay nadie que confíe en todomomento en Dios como él. Al igualque los dinosaurios, esta clase dehombres parece ser historia paranosotros como cristianos. Noobstante, las Escrituras afirman: «AAbraham se le tomó en cuenta la fecomo justicia […] Por tanto,Abraham es padre de todos los que

creen» (Romanos 4:9, 11). Al leer yestudiar la vida de este patriarca, aquien Dios llama el padre de la fe,vemos a un hombre que contraviento y marea decidió creer que sudescendencia podía abarcarmúltiples naciones. Siendo él unhombre de avanzada edad y con unaesposa estéril, tal cosa parecierauna locura, algo improbable. Enrealidad, hasta su misma esposa,Sara, se burló de la idea tanchistosa y alocada de Dios.Imagínate cada noche a Abraham y

Sara mirando las estrellas, mientrasél soñaba y pensaba que sugeneración sería más numerosa quelos mismos astros que contemplaba,y Sara con una sonrisa y un abrazole decía: «Viejo, acuéstate ya y dejaesas ideas locas». Sin embargo, aunasí, Abraham no dejó de creer. LaBiblia nos enseña que luegoAbraham y Sara tuvieron un hijo alque llamaron Isaac. ¡Increíble!¿Cómo pudo pasar? ¿Qué sucedió?Era algo ilógico. ¿El viejoAbraham tenía razón? La razón

siempre va a estar de parte de Dios.A veces resulta difícil entender susformas, caminos y pensamientos,pero cuando él promete algo ydecidimos creerle, entoncesveremos su gloria.

Deja un legado de fe en tugeneración, marca la diferencia, séun loco por Cristo, atrévete acaminar sobre las olas. Jesús te estáesperando, no te encuentras solo. Éllo prometió. Es tiempo de que tú yyo caminemos a la medida delvarón perfecto que Jesús es.

CAPÍTULO 5

Nada más quienpiensas

Miro tu poder, tu inmensoamor, Tu fidelidad eterna,

no encuentro error.Quisiera yo ser quien

piensas…

Quisiera ser ángel, para

poder cantar, los himnos degloria a mi rey celestial.

Quisiera ser rey para podertraer bronce plata y oro,

incienso, mirra y poder. Talvez un poeta para escribir

mis mejores estrofas, versosdel corazón.

Quisiera haber sido unprofeta mayor para

anunciar al gran rey. Solosoy aquel que intenta ser un

siervo fiel en la sencillez,

con la capacidad de poderentender que no es una

canción, tampoco el poder,solo un corazón

enamorado… de ti.

Pusiste tus ojos en micorazón. Llenaste mi boca

de tu canto, Señor. Quisierayo ser quien piensas…

Muchos jóvenes y hasta no tanjóvenes se preguntan qué van ahacer con su futuro sin tener ningún

plan. Estas personas ven su futurocomo algo incierto, casi dejando alazar lo que vendrá más adelante. Escomo una ruleta rusa, y la tendenciaes que la respuesta vendrá de lo queesté de moda en el momento. Talvez muchos de los que seencuentren leyendo ahora este librose hallen en la búsqueda a fin desaber qué harán en el futuro, y sehan embarcado en la aventura deconocer o cumplir su sueño.Algunos podrían estar en el caminocorrecto, mientras que otros quizás

se encuentren en la penumbra,caminando sin saber si lo que estánhaciendo es realmente lo quedesean hacer.

Escribí esta canción después detener una conversación con unamujer a la que le pregunté cuál erala actividad que desarrollaba en laiglesia. Esperé que ella me dijeraque formaba parte del grupo dedanza, música o teatro, o delministerio misionero o juvenil, oque trabajaba con los niños odesempeñaba alguna de las

actividades que resultan másllamativas. Sin embargo, no me dioninguna de las respuestas queesperaba, sino que con una sonrisame respondió: «¡Soy intercesora!».En mi mente surgieron losinterrogantes: ¿Qué? ¿Intercesora?Eso es para las ancianas de laiglesia, qué aburrido, pensé. Ellaentonces me contó muyentusiasmada acerca de lo increíbleque era poder orar por otraspersonas, otros ministerios y lasnecesidades ajenas. Poco a poco,

mientras iba hablando, me di cuentade lo poderoso y milagroso queresulta interceder en oraciónintensamente por otras necesidadesdiferentes a las nuestras. Recordéuna frase que había aprendido enesos días: «No hay nada mejor quehacer negocios con Dios». Cuandonos encargamos de sus intereses ydemandas, él se encarga de nuestrasnecesidades. Simple, pero muycierto.

Mateo 6:33 afirma: «Más bien,busquen primeramente el reino de

Dios y su justicia, y todas estascosas les serán añadidas». Otraversión de la Biblia lo expresa conestas palabras: «Busquen el reinode Dios por encima de todo lodemás y lleven una vida justa, y élles dará todo lo que necesiten»(NTV). Cuando nos encargamos desu reino, entonces ese mismo reinose torna a nuestro favor. Cuandointercedes, dejas a un lado tusnecesidades y clamas en nombre deotros que tal vez no conoces, peroque sabes que necesitan oración. En

varios países se me han acercadodiferentes mujeres diciéndome:«Hermano Alex, Dios nos hamotivado a mantenernos orando porsu vida y su familia». Yo lasobservo y siento gran admiración yrespeto. Ni si quiera las conozco,pero ellas diariamente se mantienenorando a favor de nuestroministerio. ¡Increíble! ¡Qué gentetan maravillosa! El ministerio de laintercesión, algo tan menospreciadoy que se lleva a cabo en elanonimato, se convierte en el motor

de nuestros ministerios, que sesostienen por las oraciones demuchos que están en la brecha,orando por ti.

Es increíble poder servir a Diosno solo dentro de una iglesia, sinotambién cuando te encuentrastrabajando fuera de ella. Noimporta si eres pastor, líder, doctor,músico, arquitecto, ama de casa,escritor, abogado, o desempeñascualquier otra profesión. Buscasiempre ser lo que Dios quiere queseas en medio de lo que ya estás

realizando. Disfruta lo que haces,pues no lo haces para ti mismo uotros, sino para Dios, quien ve tucorazón y lo fiel que eres paradesarrollar la labor que estásllevando a cabo. No menosprecieslo que haces por muy simple quesea, ya que en las manos de Diossiempre será grandioso. Si solotienes cinco panes y dos peces, teaseguro que en manos del Maestroesto será una bendicióninimaginable. No te canses,persevera a fin de encontrar tu lugar

y tu llamado, pues el reino de Dioses de los que lo intentan, de los quelo arrebatan.

¿Qué quiero hacer para Dios?Esa es la pregunta que comencé aformularme después de la charlacon aquella amiga. No queríaequivocarme haciendo lo que todosdeseaban hacer. En ese momento latendencia era ser parte del grupomusical de la iglesia, y aunquesabía que podía cantar bien, noquería involucrarme en algo solopor un impulso emocional, sino

deseaba radicalmente hacer lo queDios había destinado en su corazónpara mí. Una de las cosas que penséque podría estudiar y desarrollarera la comunicación social, ya queme encanta todo lo que tiene quever con la radio, la prensa y latelevisión. Tener un programa deradio era algo que me llamabamucho la atención. Poder programarmúsica y dar noticias fue algo quemuchas veces pasó por mi mente, yque creo que aún sigue allíesperando el momento para hacerlo.

Lo segundo que pensé que podíahacer era predicar. Recuerdo queen la iglesia a la que asistía seorganizó un sábado un concurso depredicación en el que cada personaque se había inscrito tenía quinceminutos para dar un mensaje. Puedesonar algo loco que se organizaraun concurso de predicación, peropara mí ver entregar a cada personaque pasó al frente ese pequeñomensaje resultó muy motivador yme impulsó a soñar con serpredicador algún día. No quería

llegar al cielo y decirle a Dios:«Bueno, esto fue todo lo que logré»,y que Dios entonces con una sonrisame contestara: «Bueno hijo, estábien, pero en realidad tenía pensadaotras cosas para ti», sacando luegoun rollo de actividades muydiferentes a las que había realizado.Creo que sería muy triste llegar anteDios y presentarle algocompletamente distinto a los planesque él tiene para cada uno denosotros.

Tal vez no seas un gran cantante

o un gran pintor, tampoco elprimero ni un gran señor, sinoalguien cuyo corazón Dios escuchaen el anonimato. Es posible que nofrecuentes los grandes escenarios ytu historia no aparezca en lasrevistas, pero solo asegúrate de serlo que eres en el pensamiento deDios. Nada más quien él piensa, yentonces podrás estar seguro de queestarás haciendo algo que vale lapena.

CAPÍTULO 6

Su dulce voz

Lo he mirado a los ojos ymirado con dolor, que

aunque yo le he fallado, élme mira con amor. Yo noentiendo muchas veces el

porqué de mi error, solo séque fielmente escucharé su

voz.

Su voz de pasión, su voz deamor, esa voz que es más

que una loca emoción. Vozque enamora, voz del

corazón, voz que cuandoescucho sana mi dolor. Su

dulce voz.

Lo he escuchado en un aveentonando su canción, Lohe escuchado en el llantode aquel bello bebé, Lo heescuchado en la alegría, lo

he escuchado en laoración, Lo he escuchado

en el silencio de su fielperdón.

Esta es una de las primerascanciones que escribí, siendo tansolo un adolescente con unasencilla guitarra que trataba deescuchar la suave y dulce voz de miSeñor. Escuchar la voz inigualablede Dios se convirtió en mi anhelo,mi mayor deseo, así que tomaba miguitarra y me pasaba horas cantando

cosas nuevas, melodías reciéncreadas. Sentía la presencia deDios, sabía que estaba allí, era algoindudable y la podía apreciar, perodifícilmente era capaz de escucharla voz audible de Dios, de modoque después de ser grandementebendecido por su presencia, dejabala guitarra y me ponía a hacerdiferentes actividades. No mequedaba frustrado por noescucharlo, pero sí motivado aesperar que en algún momento élme hablara. Pasaron meses antes de

que entendiera una gran verdad:debemos hacer silencio para que laotra persona pueda hablar ynosotros escuchar. No había tomadoen cuenta algo tan simple y obvio.

Me gustaría que hicieras elsiguiente ejercicio. Piensa enalguien que deseas conocer, alguienque admiras mucho. Entonces un díase encuentran y es tanta tuadmiración por esta persona quecomienzas a hablar sin parar, lecuentas cómo la conociste, leexplicas todo lo que ha motivado en

tu vida… en fin, te sientes tanemocionado que no quieres que estapersona se vaya, de modo que tratasde decirle varias cosas paramantenerla más tiempo a tu lado.Sin embargo, llega el momento enque mira su reloj y te interrumpepara decirte: «Gracias por todasesa palabras tan lindas, pero deboirme ya, me están esperando». Tú tetomas rápidamente una foto con él oella y te despides, sin saber quépensaba aquel personaje. Más tardeanalizas la situación y concluyes

que te hubiera gustado conocerle unpoco mejor. No obstante, ¿cómohubieras podido hacerlo si no ledejaste pronunciar ni una solapalabra? Recuerdo que cuandoconocí a Marcos Witt estaba tanemocionado y tenía tantos milagrosy cosas que contarle, que la nocheno me hubiera alcanzado paradecirle todo y a su vez agradecerlela bendición tan grande querepresentaba para mi vida.Recuerdo que le conté un poco,pero me deleité más en pasar varias

horas esa noche escuchándolohablar. Me contó cosas que yo nosabía, las ideas que tenía y losproyectos que estaba desarrollando.¡Vaya! Fue increíble poderdescubrir tantas cosas de un hombreal que admiraba y al cual seguiréadmirando. Nos dieron las cuatrode la mañana compartiendo unavelada inolvidable en mi vida.

La cuestión es que debespermitir que Dios le hable a tu vida.No sé cuántas palabras le digas,pero sí estoy seguro de que él te

esperará para hablarte ycomunicarte lo que hay en sucorazón. No te levantes de tu sillacuando acabes de hablar, más bienhaz silencio y escucha su voz. Esposible que transcurran algunosminutos y creas que estás perdiendoel tiempo, pero tan solo espera,disfruta no solo de su presencia, yaque él quiere que en el silenciopuedas también escuchar su voz.

Creo que la mayoría de lostesoros del reino de Dios leaguardan a aquellos que saben

escuchar. En las Escriturasencontramos muchas ocasiones enque Jesús les dijo a sus discípulos:«El que tenga oídos para oír, queoiga», exhortándolos de este modoa escuchar sus palabras conatención. Dios desea que tú y yo leescuchemos, que podamos oír suvoz y las muchas cosas increíblesque nos enseña al atenderlo contodo cuidado. En su libro Secretosdel lugar secreto, Bob Sorgeescribió: «Las cosas no cambiancuando hablo con Dios; las cosas

cambian cuando Dios me habla.Cuando yo hablo, nada sucede;cuando Dios habla, el universo sevuelve real. De manera que elpoder de la oración no se encuentraen convencer a Dios de mis asuntos,sino en esperar en él para escucharsus asuntos». ¡Cuánta verdad hay eneste mensaje! Más importante quenuestras propias palabras, que deigual forma él recibe con agrado, esescuchar la poderosa voz delaltísimo.

Después de entender la

importancia de hacer silencio parapermitir que Dios hable a mi vida,es que comenzaron a nacer miscanciones que más han inspirado ala gente. No me podría atribuir elmérito de ser un excelente escritoro poeta, pues al leer mis cancionessolo puedo llegar a una conclusión:Dios es el autor de muchas de ellas.

La voz de Dios nos apasiona,nos llena de un amor inagotable. Setrata de algo más que una locaemoción. Su voz llega al corazón ysana tu dolor. Es posible que te

digas que ya llevas varios díastratando de escucharlo y no hasoído nada, pero tan solo disfruta desu presencia y en el momento enque él te hable, podrás decir comoel salmista: «Vale más pasar un díaen tus atrios que mil fuera de ellos»(Salmo 84:10).

Anhelemos escuchar su voz ytengamos la seguridad de quevaldrá la pena esperar por esesublime momento. Mantente fiel, note rindas, sé fuerte, y como me dijoun buen amigo llamado Danilo

Montero, pelea por tu tiempo conDios. Es en ese tiempo quedeterminas que Dios estaráesperándote para susurrarte al oídosu canción de amor.

CAPÍTULO 7

Vuelve pronto

Mis ojos yo alcé al cielo ysu rostro se escondía en las

nubes del gran cielo. Sinaliento y sin consuelo lloré

su despedida. De estemundo tú partías.

Aquel hombre tan bueno,

Jesús el nazareno, aquelque no está entre los

muertos. Mi amigo, mihermano, aquel hombre

verdadero, del cielo yo dejéde verlo.

Vuelve pronto, por favor,que tus ojos quiero ver. Por

los campos correré, de tumano andaré. Vuelve

pronto, por favor, que tusojos quiero ver. Tus

caricias recibiré, hasta el

fin yo te amaré.

Día a día yo te esperaré, yome entregaré y te adoraré.

En tu presencia medeleitaré, yo me gozaré, enti yo moriré. Vuelve pronto,

no tardes en volver,regresa, por favor, regresa

otra vez.

Cuando los discípulos estabandespidiéndose de su Maestro, meimagino el dolor que todos

sentirían. Al impulsivo Pedroseguramente le corrían las lágrimaspor sus mejillas al ver que Jesúsestaba por partir. Él habíacambiado de forma radical su vida:lo había convertido de un simplepescador en un pescador dehombres. Estaba a punto de vermarcharse a quien por medio de lafe lo enseñó a dar sus primerospasos por las altas mareas del mar.Aquel al que vio levantarse de losmuertos se despedía de ellos. Unaescena dramática y triste.

Jesús les había asegurado a susdiscípulos que estaría con elloshasta el final de los tiempos, y a suvez les prometió que enviaría alConsolador, el poderoso EspírituSanto, el cual los llenaría con supoder y su presencia. Sin embargo,durante los días anteriores a serbautizados con el Espíritu de Dios,se habían escondido atemorizados ytristes, porque el Maestro ya noestaba entre ellos.

No sé qué cambios haya hechoJesús en tu vida, pero puedes estar

seguro de que ya hizo lo másimportante de todo: dio su vida porti y toda la humanidad. Detente apensar por un minuto en este hecho:él dio su vida por nosotros. Creoque esta poderosa verdad essuficiente para hacernos quererentregarle también nuestra vida, nosolo de forma pasajera, sino porcompleto y sin reservas, al punto deque cada vez que le fallemos,sintamos el dolor de perder lacomunión con el Creador, el mejoramigo, el concejero fiel, el sanador

de nuestras enfermedades, el amadode nuestro corazón. ¿Cuántas vecesnos hemos sentido así? En muchasocasiones he tenido que entonar elcoro de esta canción: Vuelvepronto, por favor, que tus ojosquiero ver. No deseo apartar mimirada ni mi enfoque de él, sinocaminar con Jesús cada día,experimentando su amor y perdón.

Día a día yo te esperaré, yo meentregaré y te adoraré. Debemosvivir un día a la vez y siemprellevar una vida devota, en

adoración a Dios. En pocaspalabras, debemos estar preparadospara cuando él retorne, para elmomento en que suene la trompeta yseamos levantados a los cielos porJesús. ¿Te imaginas? Nuestraespera no debe ser pasiva nidespreocupada, sino debemosmantenernos vigilantes y a laexpectativa. Las Escrituras sonclaras en cuanto a esto:

El reino de los cielos seráentonces como diez jóvenes

solteras que tomaron suslámparas y salieron a recibir alnovio. Cinco de ellas eraninsensatas y cinco prudentes.Las insensatas llevaron suslámparas, pero no seabastecieron de aceite. Encambio, las prudentes llevaronvasijas de aceite junto con suslámparas. Y como el noviotardaba en llegar, a todas lesdio sueño y se durmieron. Amedianoche se oyó un grito:«¡Ahí viene el novio! ¡Salgan a

recibirlo!» Entonces todas lasjóvenes se despertaron y sepusieron a preparar suslámparas. Las insensatasdijeron a las prudentes:«Dennos un poco de su aceiteporque nuestras lámparas seestán apagando.» «No —respondieron éstas—, porqueasí no va a alcanzar ni paranosotras ni para ustedes. Esmejor que vayan a los quevenden aceite, y compren paraustedes mismas.» Pero mientras

iban a comprar el aceite llegó elnovio, y las jóvenes que estabanpreparadas entraron con él albanquete de bodas. Y se cerróla puerta. Después llegarontambién las otras. «¡Señor!¡Señor! —suplicaban—.¡Ábrenos la puerta!» «¡No, nolas conozco!», respondió él. Portanto —agregó Jesús—,manténganse despiertos porqueno saben ni el día ni la hora(Mateo 25:1-13).

De algo debemos estar seguros:Jesús regresará por su iglesia. Élvendrá por segunda vez, y tú y yodebemos estas preparados, listos,atentos. No podemos descuidarnuestra comunión con Dios, pues esesa comunión la que nos fortalecepara el día a día, ayudándonos aestar enfocados y no solo a tenernuestras lámparas encendidas, sinotambién a disponer de la provisiónnecesaria para cuando él regrese.

La Palabra dice que nadie sabeni el día ni la hora en que Jesús

regresará por nosotros. Él vendrácomo ladrón en la noche, cuandomenos se lo espere, así que notengamos por tardanza su regreso,sino más bien vivamos expectantesy deseosos de encontrarnos con élen las nubes.

¿Qué debemos hacer mientrasesperamos su retorno? Como dicela canción: En tu presencia medeleitaré, yo me gozaré, en ti yomoriré. Debemos deleitarnos cadadía en la presencia de Jesús, en superfecta voluntad. Dios desea que

vivamos no solo añorando suvenida, sino que podamos disfrutarde su presencia aquí en la tierra,viviendo agradecidos y orgullososde que él sea nuestro Señor, siendolos mejores esposos, padres, hijos yalegres representantes de su amor.La vida cristiana es una increíbleaventura donde veremos milagros,desafíos y desiertos,experimentando la poderosapresencia de Dios. No entiendocómo algunos cristianos puedenvivir una vida aburrida y en

continuo lamento. No importa sitienes mucho o poco, si eres alto obajo, flaco o gordo, lo importantees vivir un día a la vez, siendoagradecidos en todo tiempo yhaciendo que nuestra vida sirva deejemplo a otros y anime a muchos aseguir a aquel al que tú y yo hemosdecidido amar sin reservas, anuestro único y suficiente Salvador,Jesús.

Vuelve pronto, no tardes envolver, regresa, por favor, regresaotra vez. Algunas veces cuando

alguien me pide un autógrafoescribo junto a mi firma una cita dePalabra de Dios: Romanos 8:19-23.Estos versos declaran: «Lacreación aguarda con ansiedad larevelación de los hijos de Dios,porque fue sometida a lafrustración. Esto no sucedió por supropia voluntad, sino por la del queasí lo dispuso. Pero queda la firmeesperanza de que la creación mismaha de ser liberada de la corrupciónque la esclaviza, para así alcanzarla gloriosa libertad de los hijos de

Dios. Sabemos que toda la creacióntodavía gime a una, como si tuvieradolores de parto. Y no sólo ella,sino también nosotros mismos, quetenemos las primicias del Espíritu,gemimos interiormente, mientrasaguardamos nuestra adopción comohijos, es decir, la redención denuestro cuerpo». La creación enteray cada uno de los que hemosaceptado a Jesús como Señor ySalvador anhelamos, deseamos,esperamos con ansiedad esebendito momento en que él retorne a

la tierra por segunda vez, ya que enla actualidad todo el universo ycada ser humano padecen muchosmales cada día y existe muchacrueldad en el mundo. Sin embargo,debemos ser luz en medio de tantamaldad y apatía, viviendo vidasrectas y devotas a Dios. La vida esun regalo de Dios y debemosvivirla en gratitud y continuaadoración a él, pero nada secomparará al momento en queseamos levantados de esta tierra,renovados con un cuerpo nuevo,

disfrutando de todas las promesasque como hijos tenemos el derechoa recibir. Podemos disfrutar de lafirme esperanza de que la creaciónmisma será liberada de lacorrupción, la maldad y el pecadoque por años ha tenido esclavo almundo. Sí, en ese momento divinoseremos libres, nuestros cuerposmortales serán redimidos yalcanzaremos una gloriosa libertadcomo hijos de Dios.

CAPÍTULO 8

Al taller del Maestro

Ay, como me duele estardespierto y no poder cantar,

cómo expresarte sinpalabras que muero si no

estás, que el tiempo pasa ytodo cambia, hoy lloro ensoledad, que el sueño que

llevo en el alma, de repente

ya no está, que la sonrisa seha marchado, mis lágrimas

caerán.

Al taller del Maestro vengo,pues él me curará, me

tomará entre sus brazos ycada herida sanará. Las

herramientas del Maestromi alma remendarán,

martillo en mano y muchofuego, aunque me duelaayudará a conocer y aentenderlo, a saber que

nada merezco. Amarte esmás que un pretexto, es unaentrega, es un negar; más

que aquel sentimiento, es ladecisión de amar.

Al taller del Maestro vengo,allí el sol se pondrá. Al

taller del Maestro vengo,carpintero mi alma aquí

está. Al taller del Maestrovengo, no importa el tiempo

que allí he de estar. Altaller del Maestro…

Ay de aquellos días que hizofrío, el sol no apareció.

Cuando el talento no lo estodo, y el silencio vale más

que mil palabras sin sentidoy una vida que morirá, si túno estas aquí conmigo, dequé sirve mi cantar. Para

qué la fama y las estrellas,si el Maestro allí no está.Para qué decirte que te

amo, si contigo no quieroestar.

Ay, como me duele estardespierto y no poder cantar. Estaes una frase de dolor que naciódesde el fondo de mi corazón. Setrataba de un dolor que se hacíamás fuerte y profundo al pasar losdías, ya que los médicos me habíanpronosticado un tumor en miscuerdas vocales, algo que meimpedía hacer lo que más megustaba, cantar, y que a su vez poníaen duda aquellas promesas queDios me había dado desde pequeño.

¡Qué difícil es creer cuando terodean circunstancias adversas yopuestas a lo que quisieras! ¡Quécomplicado es mantener tu fe sóliday firme como la roca! Allí estabayo, solo en mi habitación, trayendomi dolor y me queja ante él. Nosabía qué más decir, pero tampocopodía llevar esta carga por dentro,ya que era algo que me hacía sentirincómodo y ponía a prueba mi fe ymi confianza. Y digo esto porque esfácil componer y escribir cancionescuando todo está relativamente

bien, cuando nada te preocupa y teroba tu atención la mayor parte detu tiempo. Sabía que no podíallevar solo esta carga, y aunque meimagino que lo ideal era habermemantenido en una actitud deagradecimiento y adoración a Dios,también he aprendido que puedotraer mi carga y mi dolor anteJesús, llevarle mi queja y mipreocupación. Me daba cuenta deque solo en su presencia podríaobtener más que respuestas. Allíencontraría la sabiduría y la fuerza

para afrontar aquella prueba, ya queel Señor nos alienta: «Vengan a mítodos ustedes que están cansados yagobiados, y yo les daré descanso»(Mateo 11:28).

Por eso aquella noche meencontraba ante el Señor,llevándole mi dolor y mi angustia alúnico que podía sanar mi corazón.Sé que resulta más fácil quejarnos yecharle la culpa a Dios, perodebemos recordar que no estamossolos y que él desea quetransformemos nuestro dolor y

quebrando en gozo y alegría,aferrándonos a sus promesas, puesél ya cambió nuestro lamento enbaile. Jesús ya pagó el precio pornuestras deudas, así que cada vezque afrontemos un desierto, prueba,enfermedad, decepción, traición ocualquier clase de problemas,necesitamos en oración transformartodo esto en una ofrenda de gratituda Dios. Es ahí donde podemosexperimentar la provisión de suEspíritu Santo, que es el único quenos da la capacidad de afrontar las

pruebas como guerreros del Señor.Cómo expresarte sin palabras

que muero si no estás […] que lasonrisa se ha marchado, mislágrimas caerán. Hay un dicho quedice que las palabras se las lleva elviento. Hoy, más que palabras,necesitamos ser verdaderos connuestros hechos, ser consecuentescon lo que cantamos o decimos.¿Cómo decirle a Dios que loamamos eternamente sin utilizarpalabras? ¡Interesante! Hace unosaños atrás cantábamos una canción

muy especial en la quedeclarábamos nuestro amorincondicional a Dios. Su letra dice:

Te amo, te amo. Es todo loque puedo decir. Te adoro,

te adoro. Todo mi ser confíaen ti.

Yo te amaré yte adoraré, noimporta lo quepueda venir.En ti, Señor,

siempreconfiaré, y te

amaré hasta elfin.

¡Cuántas veces entoné estacanción y sentí que no eratotalmente cierto lo que decía conmis palabras! Todo mi ser confíaen ti. Falso, no tenía la confianzasuficiente para reconocer que Diospodía cambiar mi lamento en baile.Yo te amaré y te adoraré, noimporta lo que pueda venir. Falso,

cualquier pretexto era válido paradejar a Dios en segundo plano.

¿Cómo expresarle sin palabrasque morimos en vida si él nos llegaa faltar? La respuesta es con nuestravida entera, viviendo a fin de morircada día para Jesús. Cuandohacemos esto y dejamos que éltenga el señorío en nuestra vida,estoy seguro de que nuestrascanciones serán más que palabras,dejando de ser melodías deldomingo para convertirse en frasesque constituyen el estandarte de

nuestra fe. Dios busca adoradoresen espíritu y en verdad, y si losbusca es porque no encuentra que loque cantamos y declaramos sea larealidad de nuestras vidas.

Que el sueño que llevo en elalma, de repente ya no está.Muchas veces sentimos quenuestros sueños y todo lo queamamos se nos van como agua entrelos dedos. Aquello que un día Diosnos prometió y por lo cualesperamos mucho tiempo, luego deque se ha hecho realidad, de pronto

ya no está más. Tenía un sueño y undeseo intensos durante miadolescencia, pero un día sin avisoy sin anunciarse dejaron de existir.Recuerdo que uno de los grandesdesafíos de mi vida era hacer a unlado la mentalidad de pobreza,dejar de creer que había nacidopara ser pobre y con escasosrecursos. Cuando comencé a servira Dios a través de la música y elcanto, observé su fidelidad en loque respecta a las finanzas en mivida, poco a poco pude ver cómo

éramos capaces de organizarnos ennuestro hogar, junto a mamá y mishermanos. Cada día vivíamosagradecidos por la inmensa y nuncafaltante provisión de Dios. Y derepente, de un día para otro, lanoticia era que no podría seguircantando, que tenía que comenzar abuscar otra área para desarrollar mifuturo. Fue una noticia devastadoray a su vez ponía en la balanza mi fe,mi verdad, a fin de comprobar siera o no una realidad en mi vida.Recuerdo que durante los primeros

segundos después de escuchar aldoctor decirme todo esto, mipensamiento se alternaba entreconfiar en que todo estaría bien y lapreocupación sobre qué sería de mifuturo, a qué me dedicaría. Era algodifícil de manejar. Mi mente decía:«¿De qué vas a vivir ahora?». Y elEspíritu de Dios me aseguraba:«Todo está bajo control». Al pasarlos minutos, el pensamiento en mimente se hacía más fuerte y poco apoco me iba derrumbando en eldolor y la tristeza al considerar un

futuro diferente. Fueron variosaltibajos los que atravesé duranteaquella etapa. En el día, seguíadirigiendo el ministerio, mostrandouna fe fuerte e inmutable; en lasnoches, me derrumbaba en mediodel llanto con miles depensamientos, atrapado en un túneloscuro que no tenía salida.

La Biblia nos enseña diferentesoportunidades en las que aquelloshombres de Dios se enfrentaron amomentos de dolor y quebranto, yuno de los que más me impacta y

que muchos conocemos es el queAbraham e Isaac experimentaron.Abraham era un hombre quedecidió creerle a Dios aun encontra de las circunstancias y susrealidades. Él creyó que tendría unhijo y llegaría a ser padre demuchas naciones, algo lococonociendo todas sus limitaciones,pero aun así, decidió mantener suconfianza firme en Dios. Más tarde,Abraham tiene su hijo y al fin lopuede cargar en sus brazos. Meimagino a este padre con lágrimas

en sus ojos, reconociendo lagrandeza y el poderío del Señor.Sin embargo, luego Dios mismo lepide que entregue como ofrenda ysacrifico a aquel por el cual tantohabía esperado, orado y ayunado,su hijo y su adoración: Isaac. Séque tuvo que pasar esos días sindormir, tratando de conocer elporqué, pensando si se trataba o node la voluntad de Dios. Fueronhoras agonizantes las de aquelpadre, que no solo amaba a su hijo,sino que también vivía confiando en

la promesa de ser el padre de unanación innumerable. Sí, él tuvo quesentir por un momento el dolor deperder lo que más amaba, su mayortesoro, su hijo Isaac. No obstante,me impacta el nivel de obediencia yconfianza de Abraham. La Bibliacoloca a este hombre entre loshéroes de la fe, diciendo acerca deél: «Por la fe Abraham, que habíarecibido las promesas, fue puesto aprueba y ofreció a Isaac, su hijoúnico, a pesar de que Dios le habíadicho: “Tu descendencia se

establecerá por medio de Isaac.”Consideraba Abraham que Diostiene poder hasta para resucitar alos muertos, y así, en sentidofigurado, recobró a Isaac de entrelos muertos» (Hebreos 11:17-19).

¿Cuántas veces Dios nos hapedido que muramos a lo que másamamos? Creo que siempre, ya queuna vez que algo o alguien ocupa ellugar que le correspondeexclusivamente a él, entonces estiempo de entregarlo y reenfocarnosen aquel que es el dador de los

sueños.En mi caso, lo que era mi sueño

y el regalo de Dios para mí habíatomado el primer lugar en micorazón. Sé que le cantaba a Jesús,pero el arte de cantar había cobradomás valor e importancia que sumisma presencia en mi vida, demodo que Dios permitió todo estopara hacerme entender que nodependo de mis dones ni mistalentos, de lo bien que escribo ocanto, de lo mucho que pueda tener,no, dependo únicamente de él. Que

Dios nos ayude a mantener siemprenuestros ojos fijos en él.

La canción prosigue: Al tallerdel Maestro vengo, pues él mecurará, me tomará entre susbrazos y cada herida sanará. Lasherramientas del Maestro mi almaremendarán. ¿A quién podremosacudir en medio de los miles dedesafíos que podemos enfrentar? Larespuesta lógica, sensata y que séque estás pensado en este mismomomento es: a Dios. No obstante,me surge entonces una nueva

pregunta: Si Dios es nuestra únicasalida, ¿por qué siempre tenemos unplan B y C debajo de nuestramanga? Es como si pensáramos:Bueno si Dios se demora y noactúa, tendré listo mi planpersonal de emergencia.

En realidad, Sara, la esposa deAbraham, tenía un plan B por siaquella promesa de un hijo setardaba o resultaba ser una locurade un viejo soñador. Su plan B fuehacer que Abraham se acostara conuna de sus siervas y tuviera el hijo

que tanto deseaba. ¡Cuánto noscuesta esperar y confiar en laspromesas de Dios! No queremospagar el precio, y nos resulta másfácil hacerlo a nuestra manera. Sinembargo, voy a darte algunasrazones de por qué Dios debería sernuestra única salida, en quienconfiar y por el cual deberíamosseguir esperando.

1. Su voluntad es perfecta.2. Él es el buen pastor que cuidade las ovejas.

3. Quiere lo mejor paranosotros.

4. Es Dios todopoderoso.5. Conoce el camino quedebemos andar.

6. Ve todo desde una perspectivadiferente, una perspectivadivina.

Esas son solo unas pocas, peropodría enumerar muchas másrazones para darnos cuenta queDios debería ser nuestra únicasalida, nuestro único socorro en los

momentos en que no tenemos claroel rumbo de nuestra vida. Diosdesea tomarnos en sus brazos ydarnos su amor, anhela quevengamos a él como nuestra únicaesperanza. Él envió a su único Hijo,Jesús, para que muriera pornosotros, así que cómo negarnos adarle el control de nuestra vidaluego de un acto de amor tansublime y redentor, que nos liberadel pecado y nos da la oportunidadde volver a tener comunión conaquel que nos creó.

Dios desea llevarnos a su tallery allí moldear nuestra vida, demodo que paso a paso podamosllegar a la estatura del varónperfecto que es Jesús.

Desecha todo plan que impidaque Dios haga lo que tiene quehacer en tu vida. Permite que suscaminos sean los tuyos, que suspensamientos sean los quecontrolen tu vida, que se haga suvoluntad y no la nuestra. Hay undicho que dice: «Todos los caminosconducen a Roma». Puede que con

tu plan B logres en parte alcanzar loque deseabas, pero ten en cuenta lossufrimientos y las luchas inútilesque tuviste que enfrentar. El Salmo32:8 afirma: «Yo te instruiré, yo temostraré el camino que debesseguir; yo te daré consejos y velarépor ti». Dejemos que el EspírituSanto nos guíe por el camino que túy yo debemos andar.

Martillo en mano y muchofuego, aunque me duela ayudará aconocer y a entenderlo, a saberque nada merezco. Dios permite

cosas y situaciones que nuncavamos a entender. Nos devanamoslo sesos tratando de comprenderpor qué suceden algunas cosasdifíciles en nuestra vida, perodebemos recordar que Dios noactúa según nuestras normas ydeseos. La Biblia es clara en cuantoa esto: «Porque mis pensamientosno son los de ustedes, ni suscaminos son los míos —afirma elSEÑOR—. Mis caminos y mispensamientos son más altos que losde ustedes; ¡más altos que los

cielos sobre la tierra! (Isaías 55:8-9). Sin embargo, nos cuesta muchosometernos a esta verdad o creer enella.

La Biblia también nos enseña enuno de sus increíbles pasajes que enocasiones Jesús dice que no a unapetición especial hecha por sus másqueridos amigos. La historia seencuentra en Juan 11:1-44.

Había tres hermanos: Lázaro,Marta y María, los cuales eranamigos muy cercanos de Jesús ycuyo hogar en Betania era uno de

sus lugares preferidos. Un díaLázaro enfermó y se puso muygrave, de modo que Marta y María,en su desesperación y recordandolos milagros de su amigo Jesús, lomandaron a buscar para que vinieraen rescate de su hermano. Cuandolos mensajeros al fin encuentran aJesús, le informan la gravedad delasunto con voz agitada y un poco deafán, esperando que el Maestroreaccionara rápidamente y tomarael primer vuelo directo a Betania.Para sorpresa de todos, y me

imagino que incluso de sus propiosdiscípulos, Jesús se negó de unamanera especial. Sus palabrasfueron: «Esta enfermedad noterminará en muerte, sino que espara la gloria de Dios, para que porella el Hijo de Dios seaglorificado» (v. 4). La Biblia luegocuenta: «Jesús amaba a Marta, a suhermana y a Lázaro. A pesar de eso,cuando oyó que Lázaro estabaenfermo, se quedó dos días másdonde se encontraba». ¡Qué difícilde entender! ¿Verdad? ¿Te imaginas

lo que pudieron pensar aquellas doshermanas cuando vieron a losmensajeros regresar solos y conunas noticias que no esperaban oír?¡Aunque me duela ayudará! Haymucha verdad en esta frase. Nadieconocía los planes ni lospensamientos del Maestro. Losjudíos de aquella región no queríana Jesús. En realidad, lo habíanintentado apedrear en una ocasión,de modo que esta muerte tendríacomo fin que aquellos enemigos deJesús pudieran reconocer la gloria

de Dios a través de su Hijo. Mehubiera encantado ver las caras deaquellos hombres duros de corazóncuando Lázaro fue levantado deentre los muertos. Si esto hubieraocurrido en nuestros tiempos,aquellos hombres y mujeresestarían tomando fotos y pidiéndoleautógrafos a Jesús, reconociendoque era el Hijo de Dios. Los planesdivinos resultan increíbles, y algototalmente incomprensible puedeconvertirse en el milagro máspoderoso.

Recuerdo las veces que miesposa y yo llevábamos a vacunar anuestros hijos, en especial laprimera vacuna de nuestra hijamayor, Juannita. Ella era muypequeña y nosotros como padresestábamos nerviosos, perosabíamos que esto era necesariopara el buen crecimiento de nuestrapequeña. Mi esposa decidióquedarse afuera mientras yo entrabacon mi bebé. Nunca olvidaré esedoloroso momento. El doctor mepidió que le quitara el pañal y le

sujetara la piernita fuerte entretantoél la inyectaba. Al tomar a Juannitaen mis brazos, ella se comenzó areír. Sus ojos estaban conectadoscon los míos cuando la aguja entróde repente en su cuerpo… y aquellatierna mirada en un instante cambió.Más que dolor mostraba confusióny desconcierto. Era como si sumirada hablara y me dijera: «¿Porqué, papito? ¿Por qué permites queme hagan daño? ¿Por qué no meayudas?». No sé a quién le doliómás, si a ella o a mí. Salí del

consultorio con el corazón roto,tratando de consolar el llanto de mibebé, pero entendía que eranecesario y como padre tenía laobligación de hacer que sevacunara. Hay muchas cosas queduelen, pero que son necesariaspara nuestro bien en un futuro. Eloro debe ser pasado por el fuegopara ser purificado. El mismo sefunde a altas temperaturas a fin deser despojado de sus impurezas,luego es golpeado varias vecespara que tome forma, y después de

pasar por varios procesos, entonceslo podremos apreciar en todo suesplendor y considerar unos de losmetales más bellos y de mayorvalor. Lo mismo sucede connosotros. Las Escrituras señalan:«El oro, aunque perecedero, seacrisola al fuego. Así también la fede ustedes, que vale mucho más queel oro, al ser acrisolada por laspruebas demostrará que es digna deaprobación, gloria y honor cuandoJesucristo se revele» (1 Pedro 1:7).

Dios nos compara con el oro y

nos asegura que nuestra fe es aunmás valiosa que este metalprecioso, la cual pasará tambiénpor el proceso de ser probada ypurificada por el fuego,representado mediante las pruebasy problemas que enfrentamos.Somos como piedras en bruto quedeben pasar por las manos delorfebre celestial y ser martilladashasta obtener la forma adecuada,entonces nuestra vida estará llenade brillo y valor. Martillo en manoy mucho fuego, algo que le dará

valor y carácter a nuestra vida.Amarte es más que un pretexto,

es una entrega, es un negar; másque aquel sentimiento, es ladecisión de amar. ¡Cuán a la ligerahemos tomado la frase «Te amoDios»! Una frase muy poderosa,pero que se ha convertido en uncliché en medio de nuestra jergadiaria. Hoy, la mayoría afirma amara Dios.

Sin embargo, ¿cómo amar aalguien que no conoces? Uno de losversículos más importantes, si es

que puede decirse así, o quemuchos opinan que resume lasEscrituras, es Juan 3:16: «Porquetanto amó Dios al mundo, que dio asu Hijo unigénito, para que todo elque cree en él no se pierda, sinoque tenga vida eterna».

El amor de Dios se resume y seevidencia en que decidió morir porcada uno de nosotros. Su entrega,sufrimiento y muerte fueron suforma de decir: «Hijos, los amo».¡Tremendo! Y Dios espera que leamemos de igual forma, con

sacrificio, negándonos a nosotrosmismos, muriendo a nuestra carne,para que entonces podamos decircon fervor y verdad: «Dios, teamo».

Las Escrituras, al exhortar a losesposos a amar a sus esposas enEfesios 5:25, les pide que lo hagandel mismo modo que Cristo amó ala iglesia, es decir, muriendo porella. Esta es una tarea que comoesposos debemos aprender. En miopinión, pienso que para Dios amarimplica morir si es necesario por la

otra persona, entregarse, negarnos.Es entonces que verdaderamenteamamos.

Cuando el joven rico se acercóa Jesús y postrándose le preguntó:«Maestro, ¿qué debo hacer paraheredar la vida eterna?», resultabaobvio que la motivación de estehombre era la emoción de ver aJesús hacer milagros y prodigios,pareciéndole increíble convertirseen un seguidor de aquel hombre, serde los íntimos de Jesús. El Señor,conociendo su corazón, le

respondió: «Vende todo lo quetienes y repártelo entre los pobres».Al oír esto, aquel hombre sedesanimó y dándole la espalda semarchó del lugar. Muchos queremosdisfrutar del amor divino y obteneresa vida eterna tan anhelada sinmorir a las cosas que más amamos.Aquel hombre rico amaba más a susriquezas de lo que podía llegar aamar a Dios.

¿Qué es lo que más amas en lavida? ¿Quién ocupa el primer lugaren el pedestal de tu corazón? Amar

es más que un pretexto, es ladecisión de amar.

Cuando el talento no lo estodo, y el silencio vale más que milpalabras sin sentido y una vidaque morirá, si tú no estas aquíconmigo, de qué sirve mi cantar.Sé que Dios me ha llenado detalentos y dones, y que al ponerlos asu servicio esto ha traído muchabendición no solo para mi vida, sino para mucha gente alrededor delmundo. Sin embargo, el talento sinel toque precioso de Dios no es

nada, es simplemente eso, talento.En 1 Corintios 13:1, el apóstol

Pablo declara: «Si hablo en lenguashumanas y angelicales, pero notengo amor, no soy más que unmetal que resuena o un platillo quehace ruido». El talento sin amor, sinese amor perfecto de Dios, secompara con el ruido, algo queresulta molesto para el oído. Espreferible, como expreso en micanción, hacer silencio. Si Dios noestá conmigo, ¿de qué sirve micantar? Es como entonar palabras

sin sentido, como una poesía sinrealidad, como un ave sin un cielopara volar. Mi música sería soloruido si no tuviera el toque delMaestro, por eso no me gustacomponer por componer; podríaescribir canciones todos los días,pero prefiero hacerlo cuando sé queDios está allí conmigo,manteniendo una relación muyíntima y fuerte. Tampoco escribocanciones para hacer discos, sinoporque siento que tengo queexpresarle a Dios a través de su

Espíritu Santo mi gratitud,adoración, admiración, exaltación,e incluso mi necesidad de él. Estoyconvencido de que nada de lo quesoy o tengo se debe a mi talento, yaque todo se lo debo a él, a supoderoso toque que hace que cadamelodía esté llena de surestauración y amor.

Muchos músicos se me han hacercado preguntándome cuál es misecreto, cómo hacer para escribircanciones que sean de bendición.Sin embargo, observo en muchos de

ellos un deseo fuerte de hacerdiscos y grabar, pero no tanto debuscar en intimidad ese toquedivino de Dios. Y creo que ahí estáel secreto, eso marcará ladiferencia entre una canción escritasolo para lograr publicidad y unaque nació en el corazón de Dios.Ahí reside la diferencia entre untalento fruto del mundo y un talentoque fue tocado por el dedo de Dios.

Para qué la fama y lasestrellas, si el Maestro allí noestá. Para qué decirte que te amo,

si contigo no quiero estar. Haceunos días, en medio de unaentrevista que dimos en la ciudadde Miami durante Expolit, en lacual estábamos anunciando el nuevomaterial en vídeo en formato 3D,alguien me preguntó qué se sentía alser pionero, qué pensaba sobrehaber sido escogido para presentareste material, sabiendo que haymuchos ministerios iguales omejores que el nuestro. Con muchaalegría y medio en broma contesté:«Me siento feliz y privilegiado de

tener tan linda oportunidad, pero nome puedo jactar de mi talento ni dehaber sido escogido para esto, puesaunque no me quiero quejar de ello,tengo un limitante, solo veo por unojo y no sé qué es disfrutar de unvídeo en 3D. Creo que fui elelegido porque no tengo de quégloriarme, de qué presumir, yprefiero mantener una posición dehumildad y tomar esto de la formamás normal, sabiendo que solo soyun elemento más que en su gracia yfavor Dios puede utilizar. Entiendo

que solo soy el burrito y que él vasobre mí, llevándose los aplausos ytoda la gloria».

¿De qué sirven los Grammys,los aplausos y el reconocimiento siel Maestro no está con nosotros?No sirven de nada, no significannada. El rey David, después depecar y hacer lo malo ante los ojosde Dios, escribió el Salmo 51pidiendo misericordia y perdón porsus pecados: «Ten compasión demí, oh Dios, conforme a tu granamor; conforme a tu inmensa

bondad, borra mis transgresiones.Lávame de toda mi maldad ylímpiame de mi pecado. Yoreconozco mis transgresiones;siempre tengo presente mi pecado.Contra ti he pecado, sólo contra ti,y he hecho lo que es malo ante tusojos; por eso, tu sentencia es justa,y tu juicio, irreprochable. Yo sé quesoy malo de nacimiento; pecadorme concibió mi madre. Yo sé que túamas la verdad en lo íntimo; en losecreto me has enseñado sabiduría.Purifícame con hisopo, y quedaré

limpio; lávame, y quedaré másblanco que la nieve. Anúnciamegozo y alegría; infunde gozo enestos huesos que has quebrantado.Aparta tu rostro de mis pecados yborra toda mi maldad. Crea en mí,oh Dios, un corazón limpio, yrenueva la firmeza de mi espíritu.No me alejes de tu presencia ni mequites tu santo Espíritu.Devuélveme la alegría de tusalvación; que un espíritu obedienteme sostenga. Así enseñaré a lostransgresores tus caminos, y los

pecadores se volverán a ti» (vv. 1-13).

Nota que él no le pidió a Diosque no le quitara su reino, la fama oa sus valientes. No. Solo le suplicóque no lo apartara de su presenciani alejara al Espíritu Santo de suvida. Esa era la alegría de susalvación, a diferencia del rey Saúl,que sí prefirió su reinado y suvoluntad a la aprobación y lapresencia de Dios. Por eso se dicede David que es un hombreconforme al corazón de Dios, ya

que escogió morar en su presencia ybuscar su aprobación antes que lafama y el estrellato.

CAPÍTULO 9

¿Qué eres para mí?

No encuentro dónde ir si túno estás junto a mí. No

encuentro la salida, sin timi vida agoniza. No

encuentro una voz que lehablé a mi vida. No

encuentro unas manos quesanen mis heridas.

Aunque pienso que tú noexistías, vengo a ti, a

buscar aquella salida. Sémuy bien, no lo sé, qué erespara mí. Un amor, religión

o solo teoría; no lo sé.

Religión sé que es esamonotonía. Que el amor esaquel que dio así su vida.Aquí estoy otra vez con

todas mis heridas, que al

igual son tus heridas.

Ven y entra a mi vida, llenami corazón. No más

lágrimas, mentiras, cansadode eso yo estoy. Con un

toque tuyo a mi vida, todocambiará. Apresúrate asalvarme mi Señor, mi

Salvador.

Recuerdo que cuando estaba apunto de escribir esta canción, lapregunta que rondaba mi mente era:

¿Qué es Dios para mí? ¿Quién es élpara mi vida? Mi salvador, mi jefe,mi amante, mi amigo, mi sanador.Creo que Dios puede ser muchascosas en nuestra vida, pero él deseaser algo especial para cada uno denosotros. Una vez escuché que Diosse había convertido en el Diosbombero para muchos: solo lobuscamos en medio de nuestrosincendios, lo llamamosdesesperados, pero una vez que elfuego se ha ido y todo vuelve a lanormalidad, nos olvidamos que el

Bombero existe.Para algunos Dios es sinónimo

de una religión fuerte y radical:vamos los domingos a la iglesiaporque es la tradición, abrimos laBiblia en nuestras casas en elSalmo 91 para recibir protección,no comemos carne ni se ingierenbebidas alcohólicas durante losdías de la Semana Santa. Sinentender por qué exactamente,pertenecemos a la religión X, Y oZ, y así la adoración a Dios seconvierte en algo monótono y

predeterminado. Recuerdo cuandomi madre me llevaba todos losjueves sagradamente a la iglesiacon unos garrafones de agua paraque allí los bendijeran y podertener agua bendita en la casa. Unareligión vacía, eso era Dios para mifamilia.

Para otros se trata de unasimple emoción. Es fácil dejarnosllevar por las emociones, pero eldía que no las experimentemos, eldía que no se nos erice la piel y nonos caigamos al suelo, entonces

aseguramos que Dios no estaba allí.Para varios Dios es algo aburrido,como cuando era adolescente yescuchaba a mis amigos decir: «Ay,qué fastidio tener que ir a la iglesia.Los cristianos son muy aburridos».Todo lo referente a Dios erasímbolo de falta de diversión. Paraotros, Dios es un tirano, un Diosenojado que solo espera que nosequivoquemos y poder castigarnos.Para otros es alguien injusto, algoque se evidencia en lasinterrogantes: ¿Por qué hay tanta

maldad en la tierra? ¿Por qué haytantos niños en la calle? ¿Por quéDios permitió ese terremoto?

¿Quién es Dios para ti? Loprimero que yo conocí de Dios fuesu aspecto paternal. Él quiere quelo conozcas como a un Padre.Aunque no hayas disfrutado de unpadre terrenal, él puede llenar eseespacio en tu vida y ser ese padreamoroso que te cuida y te dice:«Hijo mío, eres el mejor». Luego loconocí como mi proveedor, puesaunque teníamos muy escasos

recursos, nunca nos faltó el pan enla mesa, el dinero para nuestrocolegio ni nuestra ropa, ya quesiempre disfrutamos de suabundante y buena provisión. Loconocí también como mi sanador.Cuando los médicos diagnosticarontumores en mis cuerdas vocales, élvino y con su mano sanadora limpiómi garganta; cuando he estadoenfermo y en una situación difícilpara cantar en medio de un gira, élme ha tocado y sobrenaturalmenteme he levantado y cantado durante

dos o tres horas. Lo he conocidocomo el que restaura al sentir elabandono de mi padre, en unarelación de noviazgo en la que mehirieron dándome la espalda. Diossiempre ha estado ahí para restaurarmi vida y darme la capacidad deamar y perdonar, para sanar y curarlas heridas más profundas de micorazón. Lo conozco como el Diosfiel, porque aunque yo le he fallado,no ha dejado de amarme y creer enmí, su fidelidad es tan grande queno logro comprenderla.

La declaración más poderosa enesta canción es la última frase: miSeñor, mi Salvador. Jesús puedeser nuestro sanador, padre, amigo ymuchas cosas más, pero lo que élmás desea es que lo reconozcamossobre todo como Señor y nuestroúnico y suficiente Salvador. Paraeso vino al mundo. Para eso murióen la cruz, a fin de ser ese camino,esa verdad y esa vida que nos llevaal Padre.

Meditemos por unos minutos ypregúntate quién es Dios en tu vida.

¿En qué aspectos lo conoces y encuáles no? ¿Es Jesús tu Salvador ySeñor? Si no lo es, esta es unaoportunidad perfecta, no ladesaproveches. Allí donde estás,invita a Jesús a que sea Dios en tuvida. Reconócelo como Salvador ySeñor, pídele que perdone tuspecados e invítalo a que caminejunto a ti el resto de la jornada.

Ven y entra a mi vida, llena micorazón. No más lágrimas,mentiras, cansado de eso yo estoy.Con un toque tuyo a mi vida, todo

cambiará. Apresúrate a salvarmemi Señor, mi Salvador.

CAPÍTULO 10

Prefiero

Nace el cielo, nace el sol,nace el aire, nace el

corazón que no palpita si lefalta tu calor, que me

enloquece, que me insita aentregarle hoy mis sueñospor su amor que es eterno,

aunque pasen fuertes

vientos.

Hoy proclamo su grandeza,solo vivo para él, quiero y

siento su presencia, miconfianza está en él.

Aunque digan lo que digan,yo nunca me apartaré, miroal cielo, miro al mundo, y

prefiero estar con él.

Fue su sangre, fue su amorla que de mi vida perdonóla maldad ya no vivo yo,

ahora vive él, en mí está ladecisión de entregarle loque soy, dame el cielo,dame el sol, oh Dios.

Yo prefiero estar conJesús…

Preferir es una palabra quevamos a encontrar en medio denuestro camino cuando tengamosque tomar decisiones para nuestravida. Encontré estos diferentessinónimos de dicha palabra: elegir,

escoger, querer, desear, anhelar,optar, y la que más me llamó laatención, la palabra amar.Interesante, ¿no crees? Sinembargo, también quise ver algunosantónimos y encontré los siguientes:desconsiderar, despreciar, odiar,olvidar, posponer, rechazar ysupeditar. Poco a poco, voyentendiendo más lo que realmentequise decir en esta canción. Preferiralgo o a alguien significaconsiderar a una persona o cosamejor, más adecuada o conveniente

que otra.Dios anhela que lo deseemos,

que lo prefiramos solo yexclusivamente a él, y haymomentos en nuestra vida en quetendremos la oportunidad deelegirlo o tomar otro caminodiferente y contrario a su voluntad.

Tuve la oportunidad de conocera Jesús a muy corta edad. En eseentonces él me presentó un caminoy precisé decidir si lo seguía y loaceptaba o simplemente elegíaseguir mi propia senda. En ese

momento escogí seguirlo a él. Séque así ha sucedido con la mayoríade nosotros, aunque algunos hanoptado por seguir sus huellas yotros le han dado la espalda ycontinuado sus vidas alejados de suCreador. No obstante, no se trata deescogerlo una vez y basta, sino deque cada día de nuestra vidaafrontaremos circunstancias en lasque tendremos que elegir entre él ynuestros deseos.

Permíteme darte un ejemplomuy especial de esto. Aparece en la

Biblia y se encuentra en Génesis39. La Palabra nos cuenta que elSeñor estaba con José, quien era unhombre bendecido por Dios entodos los lugares a los que iba.Luego de ser vendido por sushermanos a unos mercaderesismaelitas, José fue entregado comoesclavo para servir en la casa dePotifar, capitán de la guardia delfaraón de Egipto. Era tal labendición de Dios sobre él, que porsu causa la propia casa de Potifarresultó prosperada. Al ganarse la

confianza y el respeto de su amo,José fue nombrado asistentepersonal y administrador general detodo lo que tenía Potifar. Sinembargo, José era un joven apuestoy tenía muy buen físico, lo cual hizoque la esposa de Potifar pusiera susojos en él y lo deseara sexualmente.Día a día, este joven que caminabacon Dios debía enfrentar lapersecución de una mujer atractiva,que lo asediaba para acostarse conél. En cierta ocasión, mientras Joséhacía su trabajo y se encontraba

solo en la casa de su amo, aquellamujer se lanzó a los brazos deljoven buscando una vez másalcanzar su objetivo de acostarsecon él. Me imagino la escena. Nocreo que esta mujer saliera conruana y botas a seducirlo, por elcontrario, estaría casi desnuda,buscando los besos y las cariciasde este guapo chico. Era unaoportunidad perfecta para José,nadie estaba en casa y todo erapropicio para quitarse a esa mujerde encima y de igual forma disfrutar

de un tiempo íntimo con la esposade su amo. José se encontraba enuna disyuntiva, ante él se abrían doscaminos. Solo él podía tomar ladecisión, solo él podía escogerentre dos cosas: (1) preferir amar,elegir, escoger, querer, desear,anhelar u optar por Dios, o (2)preferir amar, elegir, escoger,querer, desear, anhelar u optar porel pecado y los deseos de su carne.José prefirió la primera opción, asíque salió corriendo y se alejó deaquel lugar, eligiendo seguir

caminando con Dios. Imagínate siJosé hubiera escogido la opcióndos. Habría despreciado, odiado,olvidado, pospuesto o rechazadocaminar de la mano de Dios. Esposible que tu preferencia ydecisión de seguir a Cristo noproduzca los resultados que esperasen ese preciso momento, igual quele sucedió a José, pues aquellamujer, sintiéndose rechazada ydespreciada, señaló y acusó a estejoven íntegro de corazón de quererabusar de ella, de modo que fue

acusado y llevado a la prisión porun delito que no cometió. A José suanhelo de Dios lo llevó a la cárcel.Puede que nuestra preferencia porJesús cause rechazo, envidia,juicio, persecución o incluso hastala muerte, como sucedió con susdiscípulos, de los cuales ningunomurió de muerte natural.

Hoy proclamo su grandeza,solo vivo para él, quiero y sientosu presencia, mi confianza está enél. Aunque digan lo que digan, yonunca me apartaré, miro al cielo,

miro al mundo, y prefiero estarcon él. Tarde o temprano, Diosrecompensa a los que deciden porél, y las Escrituras dan infinitaspruebas de ello.

Yo lo libraré, porque él seacoge a mí; lo protegeré, porquereconoce mi nombre (Salmo91:14).

Ahora bien, sabemos que Diosdispone todas las cosas para elbien de quienes lo aman, los

que han sido llamados deacuerdo con su propósito(Romanos 8:28).

Bendito el hombre que confía enel SEÑOR, y pone su confianzaen él. Será como un árbolplantado junto al agua, queextiende sus raíces hacia lacorriente; no teme que llegue elcalor, y sus hojas están siempreverdes. En época de sequía nose angustia, y nunca deja de darfruto (Jeremías 17:7-8).

Hacer lo correcto y preferir aDios cuando te encuentras en unadisyuntiva traerá su recompensa. Enmedio de la cárcel, José fuebendecido y llevado al trono, enfrente del faraón. La gracia y elfavor de Dios nunca se apartaron deeste joven valiente y decidido. Alpreferir amar y escoger a Dios,José fue honrado y levantado de unaforma poderosa e inimaginable.Aquí te dejo el texto bíblico paraque puedas leer lo que Dios hace

cuando un hombre se decide por él.

Así que el faraón le informó aJosé:

—Mira, yo te pongo a cargo detodo el territorio de Egipto. Deinmediato, el faraón se quitó elanillo oficial y se lo puso aJosé. Hizo que lo vistieran conropas de lino fino, y que lepusieran un collar de oro en elcuello. Después lo invitó asubirse al carro reservado para

el segundo en autoridad, yordenó que gritaran: «¡Abranpaso!» Fue así como el faraónpuso a José al frente de todo elterritorio de Egipto (Génesis41:41-43).

CAPÍTULO 11

La fruta prohibida

Sales al mundo a averiguar,encuentras tus amigos,alguien más, pronto la

carrera va a empezar, teolvidas de las reglas de

papá.

Piensas que nada irá a

pasar, a tu meta quieresllegar, sales corriendo,quieres volar, cuidado,

maestro, no caigas mal.

Sales por la calle queriendoser el primero, la avaricia

te seduce, el orgullo tedomina. Entras a la disco,ves que alguien te seduce,una mirada, una palabra,pronto estás en la cama.Una copa de tequila, una

copa de champaña, vez que

todo te da vueltas, creesque tú no vales nada. Poco

a poco vas cayendo, lasdrogas te enloquecen. La

fruta prohibida.

Tarde o temprano esto iríaa pasar, camino fácil llevaa maldad, hay una sendaque te llevará, un poco

estrecha esa es la verdad.

El mundo te da la espalda,ves caer la lluvia sobre

la ventana, una lágrima entu cara, una voz que te

acusa, ya no vales nada.

Pero hay alguien que teama, que trae el sol a tu

ventana, que con sus manosseca las lágrimas de tu

cara, que con sus brazos televanta de la nada.

Existen varias anécdotas muy

especiales relacionadas con estacanción. Ella nació cuando escuchéla historia de un joven que era hijode un pastor, un chico que desdemuy pequeño creció en la iglesia yveía de lejos un mundo ajeno, elque años más tarde quiso conocer yver de cerca. Poco a poco se dejóseducir y decidió que solo por unaocasión probaría el pecado, así quese internó en la noche oscura, dondese embriagó y terminó en lahabitación de un sucio motel, conuna mujer a la cual no conocía y

con la que tendría relacionessexuales por primera vez. Despuésde vivir su gran noche de locura, ala mañana siguiente se levantó ycomprobó que estaba solo. Nopodía casi recordar lo que habíasucedido la noche anterior, pero depronto observó desde la cama unmensaje escrito con lápiz labial enel espejo del baño. Se levantó ycaminó lentamente hacia aquelespejo, cuando llegó, pudo leer unafrase que decía: Bienvenido almundo del SIDA. Tiempo después,

este joven curioso falleció.Hay un refrán que dice: «La

curiosidad mató al gato». Delmismo modo, la curiosidad mató aeste joven que solo quería probaruna vez. En cierta ocasión escuchéa alguien decir: «¡Si el pecadofuera algo muy feo, nadie pecaría!».Sin embargo, el pecado es algo quele gusta a nuestra carne. Mientrasmás prohibida sea una cosa, mayoratracción produce. ¿Por qué nossentimos atraídos tan fácilmente porlos deseos de la carne? ¿Por qué

somos tan débiles cuando sepresenta la tentación? La respuestaes simple: porque quitamos lamirada de Dios, porque perdemosnuestro enfoque en él. Resulta muyfácil ceder a los deseos de la carnecuando nuestra mirada se distrae.Poco a poco, sin darnos cuenta,cedemos terreno y hacemos el malque no queremos, en lugar del bienque anhelamos. Jesús nos exhorta avelar y orar para que no caigamosen tentación. ¡Es tan cierta estapalabra! Cuando apartamos

nuestros ojos del Señor, cuandodejamos de adorarlo, cuandodejamos de escuchar su voz y orar,caemos fácilmente en la seducciónsutil de nuestros fantasmas ydeseos. ¿Hacia dónde estásmirando? ¿Cuál es tu enfoque? ¿EsDios tu principal anhelo?Consideremos por un momento lavida de Lot. Este hombre erasobrino de Abraham y decidiópermanecer al lado de su tío,cumpliéndose el refrán que dice:«El que a buen árbol se arrima,

buena sombra lo cobija». CuandoLot decidió caminar al lado deAbraham, su vida resultó bendecidaen gran manera, y fue tanta labendición sobre él que un díaresultó necesario que se separaran,pues ya no había suficiente espaciopara ambos. Dándole Abraham aescoger a Lot el lugar que élprefiriera, este escogió la mejortierra, el fértil valle del Jordán,muy cerca de la ciudad de Sodoma.Los hombres de esta ciudad eranmalos y pecadores, pero aun así Lot

poco a poco se fue acercando más,hasta que finalmente terminóviviendo en medio de ella. Nuncatuvo en cuenta las terriblesconsecuencias que esto podría tenersobre su familia. Resulta increíblecomprobar que no siempre escogerlo mejor es lo más conveniente paranosotros en nuestro caminar. Lotescogió la tierra mejor y más fértil,pero a costa de vivir cerca ydespués en medio de personasperversas y corruptas.

Las consecuencias fueron

catastróficas. Sucedieron cosas queni en sus peores sueños Lot hubierapodido imaginar. Es imposiblevivir en medio del pecado y queeste no te afecte o contamine. Hayun dicho que dice: «Dime con quiénandas y te diré quién eres». Siandas entre la miel, algo se te va auntar. Muchas veces hemoscontemplado el pecado de lejos ysin darnos cuenta terminamosviviendo en medio de él. Heescuchado acerca de personas quehan iniciado una relación de

noviazgo con alguien que no amabaa Dios de la misma manera, peroseguras de que podían convencer asu pareja de que compartiera sumisma pasión por el Señor. Sinembargo, terminaron alejándose delo que un día fue su llamado y suamor por Dios. No se trata de queuno caiga en el pecado en uninstante, como quien cae en unhueco en medio de la calle. No. Deforma habitual sucede lo que leocurrió a Lot: enfocamos nuestramirada en dirección a lo malo,

contemplado de lejos lo que poco apoco se convierte en lo queterminamos haciendo.

Tarde o temprano esto iría apasar, camino fácil lleva am a l d a d . Es inevitable perdernuestro andar por el buen caminocuando apartamos la mirada delSeñor y vamos en direccióncontraria a lo que Dios desea paranuestras vidas.

Lot perdió a su esposa, quienmurió cuando escapaban deSodoma. En medio de una

borrachera, cometió incesto con sushijas, dejándolas embarazadas yllegando a ser así el padre de Moaby Ben-ammi, de quienesdescendieron los moabitas y losamonitas, ambos enemigos de losisraelitas.

¿Dónde está puesta tu mirada?¿Tus anhelos y sueños ponen enriesgo tu nivel de compromiso conDios? No permitas que una semillade curiosidad se convierta en tufruta prohibida.

CAPÍTULO 12

No tiene prisa

Voy caminando y me atrevoa creer, que sin saberlo yocreía conocer. Seguí suspasos como un barco de

papel, fui naufragando sinsiquiera entender su amor,

su amor… en mí.

Te aparté y con mis fuerzasyo luché, a la distancia se

hundía mi querer. Ayer te viy hoy no sé si estás aquí,qué necio fui y qué poco

entendí tu amor, tu amor…en mí.

Es tu amor el que sigue hoyaquí, sin darme cuenta fuiyo quien me escondí. Te

alejé y con ello entendí quetu amor no se ha ido, sigue

allí.

Voy caminando, paso apaso seguiré, cuando me

canse a tus brazos llegaré.Me confundo, sé que solomoriré, por eso vengo arendirme otra vez a tuamor, tu amor… en mí.

Es tu amor quien melevanta, que me atrapa y nome suelta, que me alivia y

me libera.

Es que tu amor no traecondena, no señala ni

olvida que por mí entregósu vida, que soy yo aquella

oveja que buscó a todaprisa, me encontró con su

sonrisa, me abrazó con suscaricias.

Es que tu amor meenmudece y me agita, es milámpara encendida, es mi

fuego y no ceniza. Tu amorno tiene prisa.

Me encontraba en Venezuela enmedio de una gira de conciertos,agotado y con el tanque casi vacío.Estaba sobreviviendo en mi vidaespiritual con las pocas migajas queme proporcionaba una vida deoración moribunda debido a lospocos minutos libres que me dejabaesta extensa gira, la cual abarcabamás de veintisiete países. Mi vidaconsistía en dormir en los avionesluego de lo cansado quequedábamos de los conciertos;

cumplir mis compromisos detrabajo como reuniones, entrevistas,predicaciones y nuevos proyectos; ytomar un descanso de poco tiempoen casa a fin de recuperarme para elpróximo viaje, mientras que a lavez atendía mis obligaciones comoesposo y padre. Literalmente, mesentía agotado, pero no dejaba detrabajar, sino que cada vez mecomprometía a más. Creía que porestar sirviendo a Dios a tiempocompleto todo se encontraba bien.Mis ocupaciones me

proporcionaban pocasoportunidades para tener una vidadevocional sana, pero pensaba queal estar viviendo noche tras nocheen la presencia de Dios en mediode los eventos, esto me daba unaval para continuar sin apartar untiempo a fin de detenerme ycontemplar su hermosura y santidaden una intimidad secreta.

De alguna forma necesitabahacer un alto en medio del camino ydarme cuenta que mi tanqueespiritual no iba a durar demasiado

si continuaba viviendo a ese ritmo.Allí me encontraba, casi acostadoen las sillas de aquel aeropuerto,esperando que llegaran las maletaspara salir rápidamente a uncompromiso más. De repente,alguien que venía en el mismoavión se me acercó y empezó ahablarme. Se trataba de una mujerque muy entusiasmada comenzó acontarme acerca de todas las vecesque me había escuchado. Micansancio era tan grande que en esemomento no deseaba entablar una

conversación con nadie, así que laescuchaba pensando que semarcharía rápidamente. Sinembargo, después de unos minutos,aquella mujer cambió un poco sutono de voz y se puso más seria,mientras me decía que no eracoincidencia que estuviera en esemismo avión conmigo, ya queaunque le parecía asombroso, unosdías atrás Dios le había dado unapalabra para mí. Con apatía y nomucho interés continuéescuchándola mientras resaltaba mi

esmero por hacer un buen trabajo,mi pasión por llegar a los perdidos,mi arduo esfuerzo por difundir laPalabra y otras cosas que al ser unsalmista conocido es comúnescuchar de una fan. Sin embargo,al final de sus palabras ymirándome con tristeza, aquellamujer me dijo: «Has hecho todoesto bien, pero has perdido tuprimer amor, ya no eres el mismode antes». Me molesté bastante, asíque tratando de ser respetuoso conella le di las gracias y corté

rápidamente la conversación.¿Cómo era posible que esta mujerque no me conocía me hablara deesa manera? Me sentí molesto, yaque me parecía un atrevimiento queella se me acercara para decirmetal desfachatez. Me quejé con miscompañeros, llamé a casa, y seguíaquejándome por ese momento tandesagradable que había tenido.

Traté de olvidar y sacar de mimente a aquella mujer atrevida,pero no lo conseguía. Durante losdías siguientes, cada mañana lo

primero que venía a mi pensamientoera ella y sus duras palabras, enparticular la frase que más me habíaincomodado: ¡Perdiste tu primeramor! ¿Por qué no podía olvidartodo ese episodio? Después de unosdías, me encontraba hojeando miBiblia sin tener algo específico enmente para leer, cuando de prontome topé con Apocalipsis 2:

Escribe al ángel de la iglesia deÉfeso: Esto dice el que tiene lassiete estrellas en su mano

derecha y se pasea en medio delos siete candelabros de oro:Conozco tus obras, tu durotrabajo y tu perseverancia. Séque no puedes soportar a losmalvados, y que has puesto aprueba a los que dicen serapóstoles pero no lo son; y hasdescubierto que son falsos. Hasperseverado y sufrido por minombre, sin desanimarte. Sinembargo, tengo en tu contra quehas abandonado tu primer amor.¡Recuerda de dónde has caído!

Arrepiéntete y vuelve apracticar las obras que hacías alprincipio. Si no te arrepientes,iré y quitaré de su lugar tucandelabro. Pero tienes a tufavor que aborreces lasprácticas de los nicolaítas, lascuales yo también aborrezco. Elque tenga oídos, que oiga lo queel Espíritu dice a las iglesias.Al que salga vencedor le daréderecho a comer del árbol de lavida, que está en el paraíso deDios (vv. 1-7).

Después de leer esto, me quedésin palabras, no podía creer querealmente esta escritura fuera paramí. ¿Cómo, en qué momento habíaperdido mi primer amor? No, nopodía ser posible. Poco a pocopermití que las palabras y el amordel Espíritu Santo entraran en miduro corazón. En medio de laslágrimas y sumido en una profundatristeza, me di cuenta de que eraverdad, había perdido lo másimportante en mi vida, mi comunión

y me relación íntima con Dios. Mivida se había convertido más en unruido que en un sonido cálido paraél. Era un religioso más, que con subuena voz y buenas obras creíaestar haciendo lo correcto yagradando a Dios con su vida.

El primer paso para entenderque me encontraba lejos de Diosfue reconocer que no estabahaciendo las cosas de la maneracorrecta. Esto es algo difícil deaceptar, y más cuando formas partede un ministerio como el que vengo

desarrollando. Sin embargo, tuveque aprender con humildad a hacera un lado mis dones y mi talento, adespojarme de mis títulos y miposición, para que nada pudieraestorbar o disminuir mi relación ymi caminar con Dios.

Hoy en día todo atenta en contrade nuestra devoción a nuestroPadre, incluso nuestro llamado yministerio tienden a ser másimportante que aquel a quienservimos. Como escuché en unmensaje, nos convertimos en

adoradores de la adoración y elservicio a Dios, y dejamos de seradoradores en espíritu y en verdad.

Mi deseo es que medites en estepequeño testimonio y te preguntescómo está tu relación con Dios.Dedica unos minutos a escuchar lavoz del Espíritu Santo, a fin de quete pueda mostrar y revelar larealidad de tu vida con el Señor. Esmuy fácil que en medio de nuestroservicio afanoso perdamos nuestroenfoque y nuestra mirada se nuble,dejándolo de ver a él con claridad

en primer lugar.El amor de Dios nos levanta y

sostiene, nos atrae y da libertad. Elobjetivo de Dios nunca escondenarte, todo lo contrario, si teseñala es para decirte: «Ven a misbrazos llenos de perdón yrestauración». Esa es lacaracterística de su amor. Diosquiere convertirse en una lámparaencendida en nuestra vida y quedejemos de ser cenizas que sonarrastradas por el viento, sin rumboy sin destino.

CAPÍTULO 13

Corro a ti

Grito, lloro y duermo, corrocomo el viento, salto a tuencuentro, cuando sé que

estás aquí.

Eres las cosquillas quehacen mi risa, la mejorsorpresa cuando estoy

cerca de ti.

Hoy corro a ti, me escondoen ti, me abrazan tus

caricias, me envuelvo entretu risa. Hoy corro a ti, me

escondo en ti, no le temo alinvierno si tú eres mi

verano.

Me da tanto miedo, tiemblocomo el hielo, cuando pasael tiempo y no juegas junto

a mí.

Los juguetes tristes, junto amí esperan, escuchar lahora que me dice, estás

aquí.

Cuéntame la historia,dormiré al momento, y en

tus brazos soñaré.

Una de las relaciones másgrande que establecemos comoseres humanos es la que tiene lugarentre padres e hijos. Dios nos ha

dado algo tan poderoso ysobrenatural con esta clase derelación que podemos ser loscausantes de una vida hermosa o,por el contrario, de una vida triste yfea.

Correr a los brazos de mi papásiempre fue algo que soñé y anhelécon todo mi corazón. Vivía a diarioesperando el regreso de mi padrepara sentir sus brazos y palabrasllenas de amor. Tristemente un díame quedé esperando y ese abrazonunca más llegó. Así que siempre

imaginaba que mi padre regresaba acasa y yo corría a sus brazos,jugando con él mientas recibía sucariño y sus palabras de amor.Poder correr a lo brazos de un papáse convirtió en algo muy importantepara mí. Sin embargo, Dios llenómi vida de una forma tanmaravillosa que resultó increíblesentir sus brazos rodeando mi ser,experimentar su amor como Padreen mi vida. Este fue el primeraspecto que conocí de Dios, y esome llevó a tener una relación muy

personal y especial con quien hoyes mi Señor y Salvador. Diossatisfizo el anhelo de aquel abrazode un papá de una forma muyespecial en mi vida.

Cuando escribí esta canción, meimaginaba corriendo a sus brazos,deseando el momento deencontrarme con él en medio de laadoración. Escuchar su voz quepoco a poco ha apaciguado mianhelo es lo más importante para mivida, lo que me mantiene de pie yme hace respirar aire puro; es lo

que me da la inspiración, la fuerza,la energía.

Ahora que soy padre, esta figuray esta imagen se tornan másimportantes y pasan a ser unarealidad mayor en mi vida. Cadavez que viajo y regreso a casa, oque mis hijos vuelven del colegio,experimento uno de los momentosmás tiernos y especiales que comoser humano pueda sentir al vercorrer a mis hijos hacia mígritando: «Papá, papá»,haciéndoles conocer a todos los

vecinos con sus gritos acerca de suamor y su anhelo de estar en misbrazos. Es algo que amo y disfrutocada día. Observo cómo levantansus pequeños brazos con unasonrisa y escucho sus vocesdiciéndome: «Álzame, papá. Teamo, papá. Me hiciste falta. Teextrañé». ¡Vaya! ¿Qué puedo decir?No lo cambio por nada. Se trata denuestro momento, un encuentro en elque nos amamos mutuamente y nosreafirmamos de una forma naturalnuestro amor y la necesidad de

estar siempre juntos. ¡Quéexperiencia más especial puedovivir como padre cada día!

Eres las cosquillas que hacenmi risa, la mejor sorpresa cuandoestoy cerca de ti. Dios es mialegría y mi gozo. Él es quien hacemi risa. No hay deseo que puedatener que sea más grande quedisfrutar de su presencia y estar ensus brazos. La mejor sorpresa quehoy puedo darles a mis hijos esdecirles que no voy a viajar, sinoque permaneceré cerca de ellos.

Recuerdo que hace poco le dije ami pequeña Juannita que al díasiguiente tendría que salir de viajey no estaría en casa. Ella puso unacara no muy alegre, así que deinmediato, para tratar de que sesintiera mejor, le dije: «Mi amor,pero papá te va a traer unasorpresa». Ella, sin pensarlo uninstante, me respondió aun a medialengua: «No, papá, yo no quieromás regalos ni sorpresas. Te quieroa ti». Mis ojos se aguaron y mi vozse quebró al escuchar la tierna voz

de mi hija diciéndome que meprefería a mí más que a los regalosy detalles. Mi presencia y misacciones con ellos resultan tanimportantes y esenciales para mishijos, que no dudan por un instanteen renunciar a sus deseos a cambiode estar en los brazos de papá. ¡Quéincreíble verdad! Ahora, cada vezque tengo que salir de casa, nohallo la hora de regresar y vivir esemomento único que tengo con mishijos.

Dios anhela que mostremos una

pasión así y aun mayor por supresencia, que lo deseemos más quea cualquier regalo, que loanhelemos más que a cualquiermilagro, que lo prefiramos más a élque a cualquier cosa que puedallamar nuestra atención. Pordesdicha, no somos así, buscamos aD i o s solo por el regalo y lasorpresa, no porque lo prefiramos aél. Si Dios nos dijera: «Bueno, tevoy a dejar, pero pide un deseo, unasorpresa… ¡y yo te la voy dar!»,creo que muchos pediríamos a

gritos que nos trajeran muchascosas, que nos concedieran muchassorpresas: la sanidad, un mejorpuesto en el trabajo, una promociónen la empresa, casarnos con lamujer de nuestros sueños, laoportunidad de viajar, una mejorsituación económica… y un sinfínde peticiones. Por amor a mis hijos,siempre les traigo lo que sé queellos necesitan, aun sin que me lopidan, pero deseo más que medigan: «¡Te preferimos a ti, papá!».Dios anhela en su corazón que lo

amemos y prefiramos por encima detodos nuestros sueños y deseos.

La Biblia declara: «Los ojosdel Señor están sobre los justos, ysus oídos, atentos a sus oraciones»(1 Pedro 3:12). Dios conocenuestros anhelos, él sabeperfectamente lo que tú y yonecesitamos, así que te aseguro quecada una de tus peticiones y deseosya están en los planes de Dios. Sinembargo, él prefiere, anhela y amaque permanezcamos en su presenciamás que cualquier otra cosa.

Hoy corro a ti, me escondo enti, no le temo al invierno si tú eresmi verano. No hay mejor lugar enmedio de los inviernos espiritualesque refugiarnos en Dios. La Palabranos asegura: «El que habita alabrigo del Altísimo se acoge a lasombra del Todopoderoso» (Salmo91:1). He notado que muchaspersonas mantienen en sus casasuna Biblia abierta en este versículotodos los días, como una señal deque esa palabra cobrará vida y laprotección de Dios estará sobre su

hogar. Sin embargo, no es el hechode tener abierta la Biblia en ese uotro verso lo que nos trae laprotección. Lo que nos protege ynos brinda abrigo y calor en mediode las tormentas es que corramos asus brazos, que nos postremosdelante de él y nos refugiemos bajosus alas. A todo el que se encuentraallí, la sombra, la protección, laprovisión y el amor de Dios locobijarán cada día de su vida, lasveinticuatro horas del día, los sietedías de la semana.

Así que no temas, porque yoestoy contigo; no te angusties,porque yo soy tu Dios. Tefortaleceré y te ayudaré; tesostendré con mi diestravictoriosa (Isaías 41:10).

No temerás el terror de lanoche, ni la flecha que vuela dedía, ni la peste que acecha enlas sombras ni la plaga quedestruye a mediodía. Podráncaer mil a tu izquierda, y diez

mil a tu derecha, pero a ti no teafectará. No tendrás más queabrir bien los ojos, para ver alos impíos recibir su merecido.Ya que has puesto al SEÑORpor tu refugio, al Altísimo portu protección (Salmo 91:5-9).

Cuando estoy en los brazos depapá Dios, no tengo miedo, mesiento indestructible. Es en esemomento que puedo decir: «¿Aquién temeré?». Ese es el lugar másseguro, donde no solo encuentro

protección, sino escucho su voz queme ama y me dice: «Te fortaleceréy te ayudaré con mi diestravictoriosa».

Mis hijos se sienten seguros enmis brazos, es allí donde mientrasles canto o solo los consiento, ellosencuentran seguridad para quedarsedormidos, sin pensar que algo maloles podría suceder.

Hoy te invito a que corras a susbrazos, te sientes en su regazo, ydeposites tu confianza y tus sueñosen él. Descansa en Dios.

CAPÍTULO 14

Pinta el mundo

Hoy el día empezó, yaunque el sol no apareció,te seguiré amando. Y si hoyse me olvidó de las flores elcolor, del perfume su olor,

saca un lápiz de color,pinta sobre aquel manchónla esperanza y el perdón.

Pinta el frío de marrón,ponle rojo al corazón, ponle

blanco al rencor.

Cuando el cielo esténublado, saca aquelborrador, borra toda

amargura, pinta el mundode color. De la vida seaprende del dibujo el

tachón, de las flores suaroma, del perfume su olor,de los niños su inocencia,

del anciano su valor.

Ponle alas a la vida, ponagua en aquel jarrón, tú

eres aquella flor. Eres aguaque se agita, eres letra enpoesía, eres el verbo de

Dios.Mira bien en el espejo, su

amor, aquel reflejo, nocreas que fue un error.

Cuando el día se termine yse baje el telón, la función

ya terminó. La noche se

hace fría, la fuerza en tiagoniza, la luna ya seocultó. Pinta aquella

poesía, dale al cielo unasonrisa, ponle alas al

colchón.

En nuestro caminar existen díasbuenos y no tan buenos. Díasalegres y días tristes, días dondenacen seres queridos y días dondeparten aquellos que amamos. Haydías en los que queremos conquistarel mundo, y otros en los que

deseamos tirar la toalla y renunciar.El mundo cambia y está enconstante movimiento, y en mediode esos cambios pareciera quenosotros mismos tambiéncambiamos a medida que todovaría. Sin embargo, hay algo quepermanece firme, que es una rocasólida sobre la cual podemoscimentar nuestra vida: Jesús. Élpermanece fiel, no varía, no cambiade opinión, se mantiene inmutable.

Nuestra vida es como un lienzoen blanco en el que cada día vamos

pintando nuestros momentos y pocoa poco creamos la imagen de lo quevivimos. Se trata de una pintura quesolo terminarás el último día de tuvida, de aquella pintura que le vas apresentar a Dios cuando mueras, lacual contiene lo que día a día hasplasmado con o sin conciencia. Alfinal de tu vida la verá aquel que tedio la capacidad, las herramientas,los elementos, el carácter, lostalentos, los dones, su presencia, suPalabra y lo más importante detodo, el Espíritu Santo. Si

utilizamos bien estos elementos,podremos hacer de nuestra vida unabella pintura invaluable, o por elcontrario, dejaremos una mancha enel papel que nunca plasmó la vidaque el Creador anheló queviviéramos.

Vi una película maravillosatitulada La vida es bella, la cual meinspiró a la hora componer la letrade esta canción. La misma narra lahistoria de un matrimonio y su hijo,los cuales con la llegada de laguerra son internados en un campo

de concentración. Sin embargo, enmedio del caos, la muerte, elhambre y el dolor, este hombre lehace creer a su hijo que la terriblesituación que están padeciendo estan solo un juego, y que la vida eshermosa y merece la pena vivir.

La Palabra del Señor afirma:«¡Levántate y resplandece, que tuluz ha llegado! ¡La gloria delSEÑOR brilla sobre ti! Mira, lastinieblas cubren la tierra, y unadensa oscuridad se cierne sobre lospueblos. Pero la aurora del SEÑOR

brillará sobre ti; ¡sobre ti semanifestará su gloria! Las nacionesserán guiadas por tu luz, y los reyes,por tu amanecer esplendoroso»(Isaías 60:1-3).

El Señor es nuestra gloria,nuestra luz. Él ha cambiado nuestrollanto en risa. Él transformó nuestrolamento en un baile eterno. Nopodemos andar por la vida con lacara triste y lamentándonos. Lastinieblas podrán cubrir la tierra y lahumanidad experimentar muchossufrimientos en estos días, pero la

aurora del Señor brilla sobre ti ymanifestarás su gloria. El mundonecesita que tú y yo marquemos ladiferencia, que nuestra sonrisacaracterice nuestro rostro, que laamabilidad y la gracia formen partede nuestro diario vivir.

Gran remedio es el corazónalegre, pero el ánimo decaídoseca los huesos (Proverbios17:22).

Levántate, reacciona, es tiempo

de cambiar nuestras caras y mostrara Jesús a través de nuestros rostros.Un rasgo distintivo de aquellos queconocen a Dios y han puesto su feen él es que aunque esténatravesando un momento difícil, dangracias, ponen buena cara y siguenadelante, conociendo que Dios tieneel control a pesar de que noentiendan lo que está sucediendo.

Ponle alas a la vida, pon aguaen aquel jarrón. ¡Vamos! Es tiempode volar alto, a eso nos ha llamadoDios, a remontarnos por encima de

las adversidades, a ser como laságuilas.

Pero los que confían en elSEÑOR renovarán sus fuerzas;volarán como las águilas:correrán y no se fatigarán,caminarán y no se cansarán(Isaías 40:31).

Es tiempo de cambiar el aguade nuestros jarrones. Deja que elEspíritu Santo renueve tu vida paraque día a día puedas crecer y andar

un poco más. No importa si lohaces despacio, pero avanza; no desun paso atrás ni siquiera para tomarimpulso. Permite que en tu vidacorran siempre ríos de agua viva.No te conviertas en un pozo deaguas estancadas, que al pasar eltiempo se pudre y huele mal. Tú yyo somos agua que se agita, somosletra en poesía, somos el verbo deDios.

Mira bien en el espejo, suamor, aquel reflejo, no creas quefue un error. Cuando te mires al

espejo, recuerda que eres hijo deDios, la niña de sus ojos, algo demucho valor para él. Somos tanimportantes para Dios que envió asu Hijo a pagar nuestra deuda. Noeres un error, no eres unaconsecuencia del pecado, no eresun desliz de tus padres. No, antesde que fuéramos gestados pornuestros padres, ya estábamos enlos pensamientos de Dios.

La palabra del SEÑOR vino amí: «Antes de formarte en el

vientre, ya te había elegido;antes de que nacieras, ya tehabía apartado; te habíanombrado profeta para lasnaciones» (Jeremías 1:4-5).

Ponle alas al colchón, nolleves a tu cama preocupaciones,ira, amargura y dolor, puespodemos descansar en medio de supresencia aun en nuestro lecho. Haza un lado todo aquello que no tedeja dormir, que te impideencontrar la paz de Dios, que hace

que tu alabanza y adoracióncontinuas se vean interrumpidas. Eneso consiste ser adoradores lasveinticuatro horas del día. Auncuando duermes, recuerda la letrade esta hermosa canción: «Eshermoso estar dormido con elcorazón despierto, es tan agradableverte y tan dulce escuchar». Sí, algobello ocurre cuando incluso en tussueños le permites a Dios hablarlea tu vida.

Si se enojan, no pequen; en la

quietud del descanso nocturnoexamínense el corazón.Ofrezcan sacrificios de justiciay confíen en el SEÑOR. Muchosson los que dicen: «¿Quiénpuede mostrarnos algún bien?»¡Haz, SEÑOR, que sobrenosotros brille la luz de turostro! Tú has hecho que micorazón rebose de alegría,alegría mayor que la que tienenlos que disfrutan de trigo y vinoen abundancia. En paz meacuesto y me duermo, porque

sólo tú, SEÑOR, me haces vivirconfiado (Salmo 4:4-8).

CAPÍTULO 15

Sueño de morir

Estando cerca del momento,allí te conocí, miro tu

rostro y tu silencio sabréaprender de ti, tu cuerpo

lento y maltratado, elmundo te golpeó, sangre ylágrimas mezcladas, fue tu

sueño de morir.

El cielo anuncia elmomento que marcará el

fin, la lluvia moja elsufrimiento, el cielo llora elgemir, el Padre ve morir su

Hijo, ve a su niño allípartir, el día se convierteen luto, fue tu sueño de

morir.

Sangre y silencio fue elprecio, fue el costo de mi

vivir, no sabré cómo

agradecerte, yo mi vidadaré a ti. En todo tiempo

seré tuyo, una ofrenda, meentrego a ti. Tu sueño hoyse hizo vida, tu sueño de

morir.

Aunque no entienda elsilencio al dar tu vida por

mí, ayúdame a pagar elprecio, quiero ser digno de

ti. Tú que estás allí en elcielo, ayúdame a vivir. Túque pagaste por mi deuda,

que tu sueño viva en mí.¡Que tu sueño viva en mí!

Tu sueño vive en mí…

Hay un día que es el másimportante para la humanidad,aquel que divide la historia en dos,en el cual nuestra vida resultóredimida y dejamos de ser esclavosde la muerte. Ese fue el día cuandoel cielo lloró y el universo enterose vistió de luto, el día en que la

muerte del Hijo de Dios seconvirtió en una realidad, algo queel mundo jamás olvidará.

Recuerdo la ocasión en que meencontraba viendo la película Lapasión de Cristo. Fue tanto lo queexperimenté en ese momento que nopude más y caí de rodillas en aquelteatro, mientras las lágrimas corríanpor mi rostro y el dolor en micorazón hacía que todo mi serclamara a una sola voz:«Perdóname, perdóname,perdóname». Aquella película trató

de reflejar las circunstancias de loque Jesús había vivido durante esosmomentos, pero creo que aunque lagente se sorprendió por su nivel decrueldad, la realidad fue aun másdolorosa, violenta y humillante.

Muchos se asombraron de él,pues tenía desfigurado elsemblante; ¡nada de humanotenía su aspecto! (Isaías 52:14).

Ciertamente él cargó connuestras enfermedades y

soportó nuestros dolores, peronosotros lo consideramosherido, golpeado por Dios, yhumillado. Él fue traspasadopor nuestras rebeliones, ymolido por nuestrasiniquidades; sobre él recayó elcastigo, precio de nuestra paz, ygracias a sus heridas fuimossanados. Todos andábamosperdidos, como ovejas; cadauno seguía su propio camino,pero el Señor hizo recaer sobreél la iniquidad de todos

nosotros. Maltratado yhumillado, ni siquiera abrió suboca; como cordero, fuellevado al matadero; comooveja, enmudeció ante sutrasquilador; y ni siquiera abriósu boca. Después deaprehenderlo y juzgarlo, ledieron muerte; nadie sepreocupó de su descendencia.Fue arrancado de la tierra delos vivientes, y golpeado por latransgresión de mi pueblo. Se leasignó un sepulcro con los

malvados, y murió entre losmalhechores, aunque nuncacometió violencia alguna, nihubo engaño en su boca (Isaías53:4-9).

¿Quién nace con el objetivoprincipal de morir? Sería ilógicopensar que una persona, al saberque va ser padre, lo primero quepiensa es en sacrificar a su hijo. Oque al preguntarle a un niño quéquiere ser cuando sea grande, cuáles su sueño, que este responda:

«Sueño con morir». Sin embargo, elobjetivo central de Jesús al nacer,al venir a este mundo, fue morir. Élmantuvo durante treinta y tres añoseste sueño en su mente y su corazón,conociendo cuál era su propósito.Él sabía cómo iba a terminar todo,y por treinta y tres largos añoscaminó en obediencia hacia esadolorosa y cruel muerte, caminóhacia la cruz.

Pensar en todo esto me lleva ameditar en un pensamiento que cadavez se torna mucho más valioso: Si

Jesús día a día vivió con el firmepropósito de entregar todo por mí,¿por qué me cuesta vivir cada díapara él? Medito en esto y veo queaunque Jesús sintió una granangustia en Getsemaní por lo quesabía que le sobrevendría, nuncatitubeó, sino se mantuvo firme en suobjetivo. Increíble, ¿verdad? ¿Teimaginas que Jesús en el transcursode esos treinta y tres años hubieradicho que no quería morir? ¿O queen su adolescencia, una edad que sedistingue en nuestra sociedad por

ser la más difícil, la edad rebelde,se hubiera rehusado a cumplir consu propósito y dijera que no lodeseaba hacer? ¿Qué esperanzahabríamos tenido? Tal vez estéspensando: Bueno, Jesús era el Hijode Dios, para él sería más fácil.Sin embargo, te invito a quereflexiones en dos cosas: ¿Acaso túy yo no somos también hijos deDios? ¿No vivió Jesús comohumano entre nosotros y se despojóde su divinidad?

Ustedes ya son hijos. Dios haenviado a nuestros corazones elEspíritu de su Hijo, que clama:«¡Abba! ¡Padre!» Así que ya noeres esclavo sino hijo; y comoeres hijo, Dios te ha hechotambién heredero (Gálatas 4:6-8).

Siendo por naturaleza Dios, noconsideró el ser igual a Dioscomo algo a qué aferrarse. Porel contrario, se rebajóvoluntariamente, tomando la

naturaleza de siervo yhaciéndose semejante a losseres humanos. Y almanifestarse como hombre, sehumilló a sí mismo y se hizoobediente hasta la muerte, ¡ymuerte de cruz! (Filipenses 2:6-8).

Jesús vivió entre nosotros comoun simple mortal, sintió dolor,abandono, traición, hambre, sed, secansó y fue tentado. No obstante, laBiblia afirma que no hubo pecado

en él y vivió una vida intachable.

Porque no tenemos un sumosacerdote incapaz decompadecerse de nuestrasdebilidades, sino uno que hasido tentado en todo de lamisma manera que nosotros,aunque sin pecado (Hebreos4:15).

Las Escrituras explican que fuetanto su sufrimiento, que caían gotasde sangre junto con su sudor, un

padecimiento al que se le llamahematidrosis. Se trata de unarespuesta fisiológica a una situaciónde estrés máximo y se ha descritoúnicamente en personas que sabíancon certeza que iban a morir enbreve de manera dolorosa, comolos condenados a muerte o ensituaciones de guerra. ¡Qué firmezay cuánto amor tuvo Jesús pornosotros! Y en medio de estecuadro de ansiedad y sufrimiento,pronunció las siguientes palabras:«Padre, si quieres, no me hagas

beber este trago amargo; pero no secumpla mi voluntad, sino la tuya».

Jesús no se quebró, decidióhacer la voluntad del Padre: morir.No se cumpla mi voluntad, sino latuya. ¡Qué palabras tan difíciles dedecir en medio de su agonía! Poreso Jesús siempre será el héroe dela humanidad.

Sangre y silencio fue el precio,fue el costo de mi vivir, no sabrécómo agradecerte, yo mi vida daréa ti. En todo tiempo seré tuyo, unaofrenda, me entrego a ti. ¿Cómo

poder agradecer tanto amor allíderramado? Me quedo sin palabraspara expresar mi admiración y miagradecimiento. Sangre y silenciofue el precio de mi salvación, miesperanza, mi redención. Ante estenivel de entrega, lo único quepuedo hacer es ofrecer mi vidaentera. Los buenos pensamientos,las lindas canciones y las buenasobras nunca llegarán a pagar talsacrificio. Jesús no ofreció solo unaparte de él, lo entregó todo, hasta laúltima gota de sangre, y Dios

espera que de la misma formanosotros nos entreguemos porcompleto, sin reservas, sin excusas.Tristemente, tomamos la muerte deJesús tan a la ligera que ofrecemoslo que nos sobra, lo que no noscuesta mucho esfuerzo, lo que nocompromete nuestros anhelos ysueños. Cuando tú y yo entendamoslo que en realidad sucedió aqueldía en la cruz, no tendremos másexcusas para no entregarnosvoluntariamente por completo. Dela misma manera que lo hizo Jesús,

nuestra oración será: «No se hagami voluntad, sino la tuya».

Tómate unos minutos, no le desvuelta a la hoja sin que medites enaquella obra magnífica que llevó acabo Jesús por nosotros. Es tiempode entregar cada parte de nuestravida, amando a Dios con todonuestro corazón, toda nuestra alma ytoda nuestra mente.

CAPÍTULO 16

Eres mi sol

Me levanto en la mañana ysiento su calor, siento el aire

y su silencio me hacerespirar, voy sonriendo mi

lamento, el tiempo meenseñó, que aunque el cieloesté nublado, el sol da su

calor.

Tú eres mi sol, eres miamor, mi pasión, eres la

lluvia que me moja, eres elaire que me abraza.

Miro en el espejo el reflejode mi Dios, soy su luna, soysu cielo, soy su creación, detodo el universo entero, suhijo yo soy, de todos los

mortales, no hay un hombrecomo yo.

Tú eres mi sol, eres miamor, mi pasión, eres la

lluvia que me moja, eres elaire que me abraza.

Para volar alto un polluelotuvo que ser, no hay eclipsesin la luna, no hay día sin

sol. Para ser gigante un niñotendré que ser, no hay amor

que sea eterno si no hayperdón.

Me encontraba en la ciudad deSanta Marta, en Colombia,meditando y pensando en las cosaslindas que Dios nos regala cadadía. De repente, alcé la mirada alhorizonte y observé uno de losatardeceres más hermosos quehabía visto hasta entonces. Sentí lamisma sensación de grandeza,poder y majestad que experimentécuando conocí el océano porprimera vez. No podía dejar depensar en mi Dios. Si el sol era así

de majestuoso y hermoso, ¿cuántomás lo sería aquel que lo creótodo? No sé el tiempo que pasécontemplando el hermoso cuadroque el Señor me regalaba, lo que sírecuerdo fue haber tomado miguitarra e improvisar un cantonuevo como serenata a un Dios tandetallista como él.

Eres mi sol, eres mi amor, mipasión… Día a día, Dios se haconvertido para mí en algo muysimilar a lo que el sol es para latierra. Básicamente, la tierra no

tendría vida sin los rayos del sol,pues tanto las plantas, los animalesy los humanos dependemos de esaenergía, de esa luz y calor que elsol nos provee. Este increíble astrocada mañana nos llena de vida, nosanuncia el amanecer de un nuevodía, el cual trae nuevas fuerzas, unanueva esperanza. De una formasimilar y aun mayor, Dios seconvierte en el único y necesariorayo de vida para el hombre.¿Cómo podremos vivir si él noestá? ¿Cómo podremos seguir el

camino correcto sin Dios a nuestrolado?

Cual ciervo jadeante en buscadel agua, así te busca, oh Dios,todo mi ser. Tengo sed de Dios,del Dios de la vida. ¿Cuándopodré presentarme ante Dios?(Salmo 42:1-2).

Así como el sol es el únicoproveedor de energía, luz, calor yvida para la tierra y todo lo que enella hay, Jesús es el único

proveedor de vida, salvación,restauración y guía para el hombre.La Biblia afirma que Jesús es elcamino, la verdad y la vida, y quenadie llega al Padre sinoexclusivamente por él. No se tratade una opción de camino, él es elcamino. No se trata de una verdad,él es la verdad. Y Jesús es el únicoque puede concedernos la vidaeterna. Podemos tener energíaeléctrica, fabricar una luz artificial,pero nunca crear algo tan poderosoy sobrenatural como los rayos del

sol. Podemos admirar a muchoshombres que han hecho cosasincreíbles, podemos hacernosídolos fácilmente de lo que vemos,pero nunca tendremos un Dios tanmaravilloso y lleno de amor pornosotros, un amor demostrado en elhecho de que envió a su único Hijoa morir en nuestro lugar. Nada ninadie podrá remplazar lo que Diosrepresenta para cada uno denosotros.

Dios es nuestro sol eterno, quenos provee de vida eterna. Nunca

dudes de su presencia, puesprometió estar con nosotros hasta elfin del mundo (Mateo 28:18-20).Muchas veces me he levantado y eldía está oscuro, lleno de nubes, confuertes vientos mezclados conlluvias y truenos. Podríamos creer,y de hecho en ocasiones loafirmamos, que el sol no salió, perobusca detrás de esas espesas nubesy hallarás al magnífico sol. Muchasveces he abordado un avión que hatenido que despegar en medio defuertes tormentas, y a medida que

vamos ascendiendo, la turbulenciaes más fuerte, de modo que unocreería que no debió tomar esevuelo. Sin embargo, una vez quepasas al otro lado de las nubes, allíestá el sol, imponente y majestuoso,brillando sobre toda esa tormenta.Nadie pensaría que por encima dela tempestad hay un cielo azuladornado por un brillante ycaluroso sol. No, no lo pensamos,pues para nosotros el sol no salióese día. Tal realidad ha hecho quecante: Voy sonriendo mi lamento,

el tiempo me enseñó, que aunqueel cielo esté nublado, el sol da sucalor.

Existe un sol que está porencima de todas nuestras tormentas,problemas, angustias yenfermedades. Solo debes creer queél gobierna sobre todas las cosas.Nunca lo dudes, él está allí. Él esRey de reyes y Señor de señores,nuestro majestuoso y poderosoDios.

CAPÍTULO 17

Fiel

Debes saber, lo debessentir, que un minuto sin ti

es una tormenta sin fin.

Debes soñar, debes creer,que al final llegaré, contigo

siempre yo estaré.

Son aquellos momentos queme hacen vivir, y si tú mefaltaras, moriría yo aquí.

Fiel, tú has sido fiel.Aunque el mundo dé una

vuelta atrás, tu amor nuncase detendrá.

Fiel, tú has sido fiel. Noimporta cuán lejos esté, tupresencia siempre sentiré.

Fiel, tú has sido fiel…

Podrías pensar que esta canciónfue escrita en medio del silencio yen un momento íntimo de adoración,mirando un bello paisaje y con unabuena taza de café. En realidad, lagente me pregunta si tengo un lugarespecial para escribir miscanciones. No obstante, por elcontrario, la mayoría de miscomposiciones han nacido en loslugares menos cómodos paraescribir. En esta ocasión, recuerdohaber estado meditando en lo

increíble y especial que es lafidelidad de Dios mientras meencontraba en un aeropuerto,esperando que mi maleta salierapor la banda de entrega. Miequipaje se demoró un buen rato ensalir, lo cual me ayudó a entonar enmi corazón esta canción sobre loque más admiro de Dios, sufidelidad.

La fidelidad de Dios me hallevado a estar convencido de quenada soy sin él. Su amor por mí estan grande que no podría darle la

espalda y ser indiferente a susgrandes bendiciones.

Estoy convencido de esto: elque comenzó tan buena obra enustedes la irá perfeccionandohasta el día de Cristo Jesús(Filipenses 1:6).

Dios no te dejará votado amitad de camino, él terminará,completará, lo que comenzó en ti.Acabo de cumplir años, y día a díaveo cómo Dios cumple sus

promesas y va completando lo queinició cuando yo era tan solo unniño. Ahora bien, esto no quieredecir que no haya dudado algunasveces. Me he cansado ydesanimado, pues han sido varioslos momentos que he caminado poresos desiertos. Sin embargo, es allícuando la fidelidad de Dios se hacemás fuerte, más palpable, lo cualnos hace cantar: Aunque el mundodé una vuelta atrás, tu amor nuncase detendrá.

Su fidelidad y amor avanzan

contra viento y marea, y él nunca secansa ni se rinde con respecto anosotros. En realidad, hay unversículo bíblico que meimpresiona mucho, porqueevidencia que el amor de Dios sehace fuerte, sin importar cuán maloso duros nos queramos hacer. «Allídonde abundó el pecado,sobreabundó la gracia» (Romanos5:20).

Nuestra mentalidad tan limitada,sumada al dedo acusador delenemigo, nos hace pensar que Dios

tiene un límite para nuestras fallas ypecados. Son muchas las veces enque me siento sucio y pienso que nomerezco su amor, que Dios ya notiene más oportunidades para mí. Esentonces que él me muestra loincreíble de su naturaleza. Dios nopuede dejar de amarnos, ya que éles amor. No puede dejar de ser fiel,ya que Dios es siempre fiel.

Si somos infieles, él siguesiendo fiel, ya que no puedenegarse a sí mismo (2 Timoteo

2:13).

Dios no puede dejar de ser loque es, y su esencia es ser fiel. Éles bueno en gran manera. Noimporta cuán lejos esté, tupresencia siempre sentiré. Diosestará en todo tiempo contigo,algunas veces lo vas a sentir de unaforma increíblemente cerca, otraspensarás que no está a tu lado, sinoque se ha ido lejos y con seguridadno escucha tus oraciones, pero yo tepuedo decir que el Señor es fiel a

su Palabra y sus promesas, y élprometió estar con nosotros cadadía de nuestra vida. Aunque andespor valles de sombra y muerte,aunque haga frío o calor, aunque ledes la espalda y niegues su granamor, él permanecerá fiel.

Tu amor, SEÑOR, llega hastalos cielos; tu fidelidad alcanzalas nubes. Tu justicia es comolas altas montañas; tus juicios,como el gran océano. Tú,SEÑOR, cuidas de hombres y

animales; ¡cuán precioso, ohDios, es tu gran amor! Todo serhumano halla refugio a lasombra de tus alas (Salmo 36:5-7).

Pero entonces, si a algunos lesfaltó la fe, ¿acaso su falta de feanula la fidelidad de Dios? ¡Deninguna manera! Dios essiempre veraz, aunque elhombre sea mentiroso(Romanos 3:3-4).

Esos momentos de fidelidad yamor, de misericordia inmerecida,son los que permiten que siga hoyde pie. Son aquellos momentos queme hacen vivir… Mi anhelo es quecon su ayuda pueda día a día creceren mi carácter y vivir una vida ensantidad, ya que por su obra él mellama santo. Deseo caminar enfidelidad como respuesta a sufidelidad, quiero que él continúeguiando mis pasos, ser un reflejo desu amor para otros. Quiero ser fiela Dios.

Fiel, Dios ha sido fiel…

CAPÍTULO 18

El sonido del silencio

El sonido del silencio, elque no quiero escuchar, esaquella noche fría la quequiero evitar, el sentirmedescubierto cuando el sol

me quemará.

Para qué seguir riendo

cuando siento que no estás,para qué quiero los mares

si mi barco se hundirá, paraqué seguir viviendo si a lo

lejos tú estás.

Que las fuerzas se meagotan y el día está por

comenzar, fue otro día ensilencio el que acaba depasar, pasa y pasan losminutos en mi oscura

soledad, soledad que sealimenta del silencio de tu

boca, esa boca que sonríepronunciando así mi

nombre, aquel nombre queme diste diciendo que si miamor, es mi amor que en ti

espera y que siempreesperará, es tu amor que me

condena a esta eternalibertad, y aunque pasen

mil silencios, pronto sé queme hablarás.

El sonido del silencio dondesé que escucharás, el

susurro de mi canto y elgrito de mi llamar, elllamado de mi almapidiendo tu libertad.

Yo quiero seguir riendoaunque el llanto aquí está,

aunque el barco se mehunda, sé que yo podré

nadar, la corriente de esterío a tu amor me llevará.

Tú eres mi fortaleza, miescudo y mi lanza, eres todo

lo que tengo cuando sientoque no estás, eres tú mi

compañía en esta oscurasoledad, soledad que se

alimenta del silencio de tuboca, esa boca que sonríe

pronunciando así minombre, aquel nombre queme diste diciendo que si miamor, es mi amor que en ti

espera y que siempreesperará, es tu amor que me

condena a esta eternalibertad, y aunque pasen

mil silencios, pronto sé queme hablarás.

Vuelve, vuelve el momentode escucharte en tu

silencio.

El silencio de Dios es algo quecomo cristianos vamos aexperimentar no una, ni dos veces,sino muchas. Serán varios losmomentos en que probablementesintamos el sonido de su silencio ypuede costar entenderlos sobre todo

cuando nos sentimos en mayornecesidad. Entonces uno sepregunta por qué. ¿Por qué Dioscalla si es vital escucharlo? ¿Porqué tengo que pasar por momentosdolorosos? ¿Cuál será el propósitode Dios para nosotros en estemomento de nuestra vida? De loque estamos seguros es de que Diosen su misericordia nunca dejará queseamos probados más allá de lo quepodemos resistir.

Ustedes no han sufrido ninguna

tentación que no sea común algénero humano. Pero Dios esfiel, y no permitirá que ustedessean tentados más allá de lo quepuedan aguantar. Más bien,cuando llegue la tentación, élles dará también una salida a finde que puedan resistir (1Corintios 10:13).

Dios es fiel y cada cosa quesucede en nuestra vida, por mala obuena que sea, siempre va a tenerun propósito especial cuando las

ponemos en la perspectiva correcta.Algunas de las cosas másimportantes que resultan de talesmomentos son que crecemos encarácter y maduramos en nuestrocaminar con Dios. Puede que aveces lo comprendamos y otras noqueramos entender, tomando la rutamás difícil que nos lleva amurmurar, criticar y quejarnos depor qué Dios actúa así. Uno de losejemplos más contundentes loencontramos en el éxodo del pueblode Israel, que tuvo que deambular

durante cuarenta años por eldesierto antes de llegar a la tierraprometida, una travesía que enrealidad no hubiera tardado más dedos meses.

Cuando el faraón dejó salir alos israelitas, Dios no los llevópor el camino que atraviesa latierra de los filisteos, que era elmás corto, pues pensó: «Si seles presentara batalla, podríancambiar de idea y regresar aEgipto.» Por eso les hizo dar un

rodeo por el camino deldesierto, en dirección al MarRojo (Éxodo 13:17-18).

El plan de Dios en un principioera conducirlos directo a la tierraque les había prometido. Sinembargo, él sabía que si los llevabapor el camino más corto, pero en elque tendrían que enfrentar algunosobstáculos, regresarían a su antiguavida de esclavitud, de modo que loscondujo por un camino más largo.Fue allí, en ese peregrinaje, que

Dios les reveló sus leyes ymandamientos, algo que ellosnecesitaban saber y atesorar en suscorazones.

Cuando estábamos en Horeb, elSEÑOR nuestro Dios nosordenó: «Ustedes hanpermanecido ya demasiadotiempo en este monte. Pónganseen marcha y diríjanse a laregión montañosa de losamorreos y a todas las zonasvecinas: el Arabá, las

montañas, las llanurasoccidentales, el Néguev y lacosta, hasta la tierra de loscananeos, el Líbano y el granrío, el Éufrates. Yo les heentregado esta tierra; ¡adelante,tomen posesión de ella!» ElSEÑOR juró que se la daría alos antepasados de ustedes, esdecir, a Abraham, Isaac yJacob, y a sus descendientes(Deuteronomio 1:6-8).

Dios una vez más intenta

llevarlos a la tierra prometida,alentarlos a retomar el caminohacia lo que ellos igualmenteanhelaban. ¡Adelante, tomenposesión de la tierra! Ese era elplan de Dios. No obstante, losisraelitas tuvieron miedo, así quemandaron a doce espías ainspeccionar el terreno, y sinconfiar en la palabra de Dios, seatemorizaron al ver a los habitantesde aquella tierra, prefiriendoregresar a la esclavitud y su antiguavida en Egipto.

Sin embargo, ustedes se negarona subir y se rebelaron contra laorden del SEÑOR su Dios. Sepusieron a murmurar en suscarpas y dijeron: «El SEÑORnos aborrece; nos hizo salir deEgipto para entregarnos a losamorreos y destruirnos»(Deuteronomio 1:26-27).

Nuestra desobediencia, rebeldíay falta de fe en Dios nos llevan aestar dando vueltas en nuestros

desiertos. Dios nos ha dado enJesús la provisión para servencedores en cada circunstanciaque afrontamos. Él desea quetomemos y poseamos esa tierra tanespecial que nos ha prometido yque tanto hemos buscado.Necesitamos caminar en fe yentender que no es con nuestrasfuerzas que somos conquistadores,sino que es por medio de sufortaleza que podemos vencer acada gigante que se nos presenta alas puertas de nuestro gran sueño.

Estando un domingo en miiglesia, escuché a mi pastor, AndrésCorson, dar un mensaje llamado«Olivos en la casa de Dios». Fueallí, en ese momento, que nació estacanción que ha bendecido mi vidade una forma increíble.

Pero yo soy como un olivoverde que florece en la casa deDios; yo confío en el gran amorde Dios eternamente y parasiempre (Salmo 52:8).

La pregunta que se formulóaquella mañana fue: «¿Cuántos deustedes quieren ser como el olivoverde que florece en la casa deDios?». Todos sin pensarlogritamos a una voz: «¡Amén!».¿Quién no desea estar en supresencia y aun más florecer y darfruto? Cuando conoces a Jesús yves sus múltiples bendiciones,anhelas estar con él, escuchar suvoz, sentir su presencia, vivir suspromesas. Deseas cada día poderescuchar su voz para mantenerte

firme en el llamado que Dios tienepara tu vida. Sin embargo, ¿por quéDios puso el ejemplo de un olivo yno un escogió otro árbol? Es que elolivo tiene algunas característicasasombrosas.

1. El olivo demora cuarentaaños en alcanzar la madurez.

Cada día todo es másinstantáneo, de modo que resultadifícil cuando nos dicen quedebemos esperar. Las relaciones denoviazgo se comienzan cada vez a

más temprana edad, los estudios secomprimen para graduar a losprofesionales más pronto, losalimentos se procesan con rapidezpara así lograr una altaproductividad en el mercado. Noestamos acostumbrados a esaincómoda palabra: esperar.

A sus doce años, Jesús poseíaun gran conocimiento y una gransabiduría, habiendo sidoencontrado por sus padres en eltemplo junto a los maestros de laPalabra. La gente se maravillaba de

la sabiduría de este niño de tan solodoce años de edad, así que unocreería que estaba listo, que hubierapodido comenzar su ministeriomucho antes. Él era el Hijo deDios, ¿qué le impedía entoncescomenzar su increíble ministerio?

Así que Jesús bajó con suspadres a Nazaret y vivió sujetoa ellos […] Jesús siguiócreciendo en sabiduría yestatura, y cada vez más gozabadel favor de Dios y de toda la

gente (Lucas 2:51-52).

Sin embargo, Jesús esperódieciocho años más para comenzarsu obra. No fue sino hasta lostreinta años que dio inicio a sumisterio público en cumplimientodel llamado y el propósito que Diostenía para su vida. Las Escriturasafirman que él creció en sabiduría yestatura, en otras palabras, fuemadurando a medida que ibanpasando los años.

2. El olivo debe ser podado confrecuencia.

Si el olivo no se poda confrecuencia, se transforma en unárbol silvestre, que da un frutoamargo, y después el proceso dedesarrollo se hace aun más largo,precisándose otros diez años paraque vuelva a dar bien su fruto.

Yo soy la vid verdadera, y miPadre es el labrador. Toda ramaque en mí no da fruto, la corta;pero toda rama que da fruto la

poda para que dé más frutotodavía (Juan 15:1-2).

Debemos ser podados. Si nopermitimos que nuestro buenlabrador trabaje en nuestras vidas,no convertiremos en plantassilvestres, rebeldes,independientes, dando un frutoamargo. Durante mi adolescenciatuve que pasar muchas veces poreste proceso. Dios utilizó a mislíderes para quitar toda amargura,dolor e indisciplina que hacían que

me convirtiera en un árbol común.Y a medida que vamos creciendo,Dios debe continuar podándonoscon frecuencia a fin de quemaduremos y demos fruto. Resultamuy fácil perder nuestro objetivo ycreer que ya fuimos podados losuficiente como para no volver anecesitar pasar por este proceso.

3. El olivo es un árbol de tierrassecas y áridas.

Este árbol posee lacaracterística de que se mantiene

verde en medio de la aridez. ¿Quiénquiere crecer en el desierto? Nadie,creo yo. Todos tenemos la idea decrecer en medio de pastos verdes ydonde nos sintamos cómodos. Sinembargo, lo interesante del olivo esque se mantiene verde en medio del o estéril y seco. Creo que esteaspecto es muy complicado, puesno deseamos ser llevados aldesierto, y si acaso tal cosa sucede,poco a poco perdemos nuestrocolor verde. No obstante, inclusoJesús fue llevado al desierto,

tentado y puesto a prueba, así que teaseguro que tú y yo tambiénexperimentaremos este proceso,pues tal paso por el desierto no sepuede negociar. En nuestra vidasiempre va a haber momentos desequedad. La pregunta es:¿Seguiremos siendo verdes enmedio del desierto? ¿Seguiremosfloreciendo en medio de lasequedad?

¿Cuál será tu actitud cuando teencuentres en un momento difícil?Debes recordar que Dios es tu guía

aun en tu transitar por el desierto.Si olvidamos esta verdad,seguramente nos encontraremoscomo el pueblo de Israel, perdidosy errantes.

El SEÑOR te guiará siempre; tesaciará en tierras resecas, yfortalecerá tus huesos. Seráscomo jardín bien regado, comomanantial cuyas aguas no seagotan (Isaías 58:11).

4. El olivo necesita de los rayos

del sol.En la reflexión «Eres mi sol»

hablé de la importancia que tiene elsol para nuestra vida. Básicamente,no habría vida sin los rayos de esteincreíble astro.

En ocasiones le huimos al sol,sobre todo cuando nos sentimos sinprotección y pareciera que su calornos abrasara. El sentirmedescubierto cuando el sol mequemará. Sin embargo, Dios nosolo es ese sol que trae vida, sinotambién nuestro abrigo y sombra

protectora.

El que habita al abrigo delAltísimo se acoge a la sombradel Todopoderoso (Salmo91:1).

Cuando nos exponemos a losrayos del sol de justicia, nosestamos exponiendo a las cosasbuenas que él tiene para cada unode nosotros. Pero para ustedes quetemen mi nombre, se levantará elsol de justicia trayendo en sus rayos

salud. Y ustedes saldrán saltandocomo becerros recién alimentados(Malaquías 4:2).

5. El olivo madura en medio dela soledad.

La soledad es algo que aterra amuchos. No queremos estar solos,por lo que siempre estamosbuscando la compañía de otrapersona, y en su defecto de algunamascota. Sin embargo, vemos queel olivo se hace fuerte en medio deldesierto y la soledad.

Jesús fue un hombre quepermaneció en medio de la gente,de las personas necesitadas, quepoco a poco se convirtieron enmultitudes que lo seguían a cadalugar que se dirigía. No obstante, élsiempre buscó la forma deencontrar ese tiempo a solas con suPadre, cada madrugada buscaba unlugar solitario para escuchar la vozde Dios.

Muy de madrugada, cuandotodavía estaba oscuro, Jesús se

levantó, salió de la casa y se fuea un lugar solitario, donde sepuso a orar (Marcos 1:35).

La soledad puede serocasionada por decisión nuestra opor causa de Dios. Muchas vecesprocuramos esos momentos a solasen los que meditamos y buscamos laguía de Dios. En otras ocasiones esel mismo Dios quien permite que sealejen algunos amigos o se termineun noviazgo, ya que él desea quepermanezcas en su presencia y

escuches su voz. Con frecuencia noscuesta aceptar esta segunda opción.Resulta mucho más fácil cuandodecidimos nosotros mismos estarsolos, pero es difícil cuando Dioscausa la soledad en nuestras vidas.Sin embargo, he entendido que paramadurar y crecer en Dios necesitode esos momentos. La mayoría demis canciones, y de hecho las másconocidas y populares, han sidoescritas allí, en medio de la soledady el desierto.

¡Voy a hacer algo nuevo! Yaestá sucediendo, ¿no se dancuenta? Estoy abriendo uncamino en el desierto, y ríos enlugares desolados (Isaías43:19).

6. El olivo necesita de silenciopara crecer y madurar.

Algunos estudios dicen que elruido es algo que impide elcrecimiento de algunas plantas, y enel caso del olivo, este es un árbolque no podría crecer en medio de

las grandes metrópolis. ¿Por qué estan importante el silencio y por quéno queremos estar en quietud?

El sonido del silencio, el queno quiero escuchar, es aquellanoche fría la que quiero evitar, elsentirme descubierto cuando el solme quemará. Me imagino cómo sepudo sentir Abraham después deescuchar a Dios pedirle queentregara como sacrificio a suúnico hijo, aquel que tanto amaba.Lo que más me llama la atención detodo este asunto es que después que

Dios les da las instrucciones decómo y dónde hacerlo, guardasilencio. Si me hubiera sucedido amí, con seguridad me moriría ydifícilmente aceptaría esto, peroAbraham, en medio del sufrimientoy el silencio, decidió seguircreyendo en la promesa de Dios.De algo estoy seguro, y es de queesos tres días de silencio de partede Dios hicieron que la fe deAbraham pasara a ser una fesuperior y extraordinaria. La fe y elcarácter de Abraham resultaron tan

increíbles, que Dios mismo locondecoró con el título de «el padrede la fe». Asombroso, ¿no crees?

Que las fuerzas se me agotan yel día está por comenzar, fue otrodía en silencio el que acaba depasar, pasa y pasan los minutos enmi oscura soledad. Necesitamosdel silencio para poder crecer ymadurar. Yo no sería el mismo deno haber experimentado esosmomentos de silencio de parte deDios. ¡Sin embargo, cuánto noscuestan esos momentos de soledad

y de buscar el silencio! Debemosaprender a acallar nuestra propiavoz, así como las voces de los quenos rodean y del enemigo. Silenciarnuestra vida y nuestro entorno nosda la oportunidad de podercontemplar la presencia de Dios, ylo más importante de todo, deaprender a escuchar su voz ymantener una postura de adoraciónen medio de su silencio.

Tú, oh Dios, nos has puesto aprueba; nos has purificado

como a la plata (Salmo 66:10).

Yo quiero seguir riendo aunqueel llanto aquí está, aunque elbarco se me hunda, sé que yopodré nadar, la corriente de esterío a tu amor me llevará. Ten laseguridad de que cada cosa quesucede en tu vida tiene unpropósito. Muchas veces mepreguntaba por qué tenía que pasarpor tantos episodios dolorosos enel transcurso de mi vida. Noobstante, entendí poco a poco la

verdad que nos enseñan lasEscrituras: «A todo el que se le hadado mucho, se le exigirá mucho; yal que se le ha confiado mucho, sele pedirá aun más» (Lucas 12:48).

Dios quiere formar nuestrasvidas y que podamos crecer ennuestro camino de la fe, así quecuando decidamos dejar de tomarleche espiritual y comencemos acomer alimentos sólidos en el reinode Dios, te aseguro que pasaremospor varias pruebas, las cuales a sutiempo nos purificarán como a la

plata.Tú eres mi fortaleza, mi escudo

y mi lanza, eres todo lo que tengocuando siento que no estás, eres túmi compañía en esta oscurasoledad. En medio del silencio deDios, aprenderemos a confiar en élaunque no lo sintamos; a vivirimpulsados no por emociones, sinopor decisiones. En lo que a mírespecta, he decidido amarlo entodo tiempo, incluso en medio delsilencio. ¿Y tú?

CAPÍTULO 19

Nube de colores

Espero el momento, esperonuestro encuentro.

Encuentro que te sueño, quesueño con tus ojos, que me

ven sonriendo, te miro ytiemblo, cuando veo tu

amor.

Dónde está el momento, noexiste hora y tiempo, solo

sus promesas, promesas queyo espero. Espero pronto

verte, verte de cerca,cuando veo tu amor.

El cielo se abrirá yentonces yo allí te veré,

subiré a lo más alto y a tusbrazos correré, no habrá

nada en este mundo que mepueda detener, allí estaré…

Y en esa nube de colores tusonrisa yo veré, no habrámás llanto ni tristezas, tuscosquillas sentiré, y en esa

nube… yo te veré.

Encuentro tu momento,encuentro que eres cierto,quedo en silencio, al ver tu

amor inmenso. Noencuentro palabras, te

siento cerca, cuando veo tuamor.

El cielo se abrirá yentonces yo allí te veré,

subiré a lo más alto y a tusbrazos correré, no habrá

nada en este mundo que mepueda detener, allí estaré…

Y en esa nube de colores tussecretos yo sabré, no habrá

lugar, ningún lugar quepueda reemplazar, es allí

donde mis sueños se hacenrealidad, no hay que

esperar…

No habrá nadie en estemundo, que me puedadetener, en tu amor yo

esperaré, mil años, no sé,tal vez, lo que sé… allí

estaré…

El encuentro más esperado poraquellos que conocemos el amor, yno hablo de cualquier amor, no, merefiero al amor de Dios hechocarne, nuestro señor Jesucristo, esel que disfrutaremos con él algún

día. Jesús prometió volver a estatierra, regresar para llevarnos conél, una promesa que cada día quepasa se hace más fuerte en medio deesta sociedad.

Sueño con verlo, mirarlo a losojos y estar cara a cara con elCreador, el omnipotente Señor deseñores y Rey de reyes.¡Asombroso! Solo imagina ese día,estando frente a aquel que hizo loscielos y la tierra, las estrellas y elfirmamento; el Dios infinito que tepermite permanecer en ese

momento en su presencia. Esa es miesperanza, mi anhelo, mi sueño, eseinstante en el que mis ojosencuentren su mirada, cuandopronuncie mi nombre, me tome dela mano y me diga: «Buen siervofiel».

Nadie conoce el día ni la horaen que acontecerá, solo sabemosque ocurrirá. Será en un abrir ycerrar de ojos. Muchos no loestarán esperando, algunos habránolvidado sus promesas, pero Jesúsregresará como ladrón en la noche,

sin anunciar. Cuando menos loesperemos, allí se presentará. Elcielo se abrirá y la caballeríacelestial se sentirá mientras suenala trompeta dando sus notas devictoria, notas que dan porterminado el anhelo ardiente de lacreación. Una vez más el universoentero será testigo de esa entradapoderosa de Jesús a la tierra.Algunos se encontrarán trabajando,otros estudiando, durmiendo,pecando, orando, meditando; sinembargo, solo aquellos que le

dieron cabida en su corazón al amory la salvación de Dios seremosarrebatados por él. Nos elevaremosen los cielos hasta llegar allí junto alos victoriosos, los queperseveraron y caminaron no solouna milla extra, sino que a pesar delas pruebas y las persecucionescorrieron muchas millas más paraestar en esa posición y ser llamadoshijos de Dios, salvos por gracia yobediencia. Allí quiero estar, juntoa mi familia y las miles de personasa las que pude ayudar a encontrar el

camino. Creo que la agonía quesiento al pensar que alguien sepodría perder esto me lleva a cantarcon pasión y dar el mensaje directode que Jesús nos ama y tiene unplan maravilloso para nuestrasvidas. No quiero que nadie sepierda, sino por el contrario, quecada día muchas más personas seanañadidas a los que vamos a sersalvos.

No sé si en ese momentopronunciaré alguna palabra, tal vezme quede sin habla y solo pueda

contemplar la hermosura de sumajestad. No me gustaría serconformista, no imagino tanta gloriay yo parado frente a ella; creo queesa misma gloria me dejaráanonadado, perplejo ante algo quejamás he visto antes. Es posible quealgunos piensen que en nuestro pasopor la tierra nos familiarizaremoscon él para que no nos tome porsorpresa ni seamos ajenos a lo queexperimentaremos allá. Sinembargo, recuerda lo que dicen lasEscrituras: «Ningún ojo ha visto,

ningún oído ha escuchado, ningunamente humana ha concebido lo queDios ha preparado para quienes loaman» (1 Corintios 2:9).

No encuentro un lugar mejor enel que pueda anhelar estar. Sí, séque aquí en la tierra disfrutaremosde lugares y momentosmaravillosos y únicos, pero nada sepuede comparar a estar entre lasfilas de los que Dios llama aencontrarse con él en el cielo.Imagínate subiendo entre las nubes,mientras que al mirar hacia abajo

observas a muchos que en mediodel asombro y la tristezapermanecen allí, sin partir igual quetú, que cada vez te alejas más. Ycon cada segundo que pasa percibesmás claro a aquel hombre montadoen un caballo blanco, que te sonríey te dice: «Ven». Hermano mío, esees el momento que espero, el quesueño y anhelo vivir. No sé cuántotenga que esperar, no sé cuántasgeneraciones más pasarán, lo que sísé es que día a día deseo vivir nosolo por ese momento, sino para

animar a otros a que vivan de talmanera que también puedan serparte de esa experiencia, sintiendoa cada instante el frágil y poderosotoque del amor de Dios.

Debemos aprender que lascosas pasan, la riqueza y la pobrezason pasajeras, la enfermedad y lascircunstancias adversas resultanmomentáneas. Nos espera un nuevocielo, un nuevo cuerpo, seremostransformados y tendremos cuerposincorruptibles; no habrá espaciopara el dolor, ni la tristeza, sino que

sentiremos por siempre lascosquillas de Dios, como escriboen mi canción, ese gozo eterno desaber que viviremos por siempre enel regazo de su amor.

Yo quiero estar allí. ¿Hascontemplado la idea de estar en elcielo junto a él? ¿Has imaginadouna eternidad con Dios y sin él?Medita por unos minutos. Latrompeta va a sonar, ¿quieresadquirir el boleto que te eleve hacialas nubes y te lleve a tu Creador?Ríndele hoy tu vida a Jesús,

entrégale todo, sin reservas, teaseguro que nos espera un cielo decolores donde Dios será quien tereciba en sus brazos. Vale la penatodos los sacrificios y todas lascircunstancias adversas. No pierdasla fe, la trompeta pronto sonará.

CAPÍTULO 20

Como el color de lasangre

Si acaso ya no vuelves talvez, recuerda lo que te dije

ayer. Tus ojos yo nuncaolvidaré, cuando de niño yote formé. Cuando a la lunayo te llevé, y en la tormenta

yo te cuidé.

Aunque lejos te hayas ido yse apague tu amor, mi amorsiempre incansable, luchará

a tu favor. Y si niegas miexistencia, lo que yo sientopor vos, el lucero de este

cielo te dirá que aquí estoyyo. Te dirá que soy tan

cierto como lo es tucorazón, como el color de

la sangre.

Si acaso ya no vuelves tal

vez, no olvides que siempreyo te amé. Mi vida yo por tientregué, fue por este amor

que callé. El reino de mipadre dejé, y en busca de tu

amor yo zarpé.

No hay que temer, tecuidaré, allí estaré.

Vuélvete a mí, te esperaré.

Aunque lejos te hayas ido yse apague tu amor, mi amorsiempre incansable, luchará

a tu favor. Y si niegas miexistencia, lo que yo sientopor vos, el lucero de este

cielo te dirá que aquí estoyyo. Te dirá que soy tan

cierto como lo es tucorazón, como el color de

la sangre que por ti sederramó, como el amor de

aquel padre que su hijoentregó, como lo es estacanción, que en silencio

canto yo.

Tal vez en algún momento de tucaminar con Dios sucedió algo quete desanimó o te golpeó tan duroque abandonaste la carrera que contanto entusiasmo un día empezaste.O tal vez eres un simpatizante quele gustan las cosas de Dios, pero note atreves a adquirir ningúncompromiso mayor. Si ese es tucaso, Dios quiere recordarte en estemomento que él te ama y lo seguiráhaciendo a pesar de que no loconozcas demasiado, lo hayasabandonado o le seas indiferente;

pues él no se ve condicionado portus errores para amarte, sino que lohace porque su identidad es elamor.

Dios pensó en ti, te adoptócomo su hijo y te puso nombre. Tetomó en sus brazos y sanó tusheridas. Transformó tu tristeza ydolor en gozo y alegría. Cambió turopa sucia y vieja por vestidosreales y nuevos. Puso un cánticonuevo en tu boca y apoyó tus piessobre suelo firme. Aunque tucondición era moribunda, Dios

sopló aliento de vida sobre ti.Tomándote de la mano, te enseñó adar tus primeros pasos, y a pesar deque muchas veces tropezaste, élestuvo allí para levantarte eimpulsarte de nuevo. Te afirmódándote una identidad propia; noeres una copia ni uno más de unaserie, sino único y auténtico. Tedotó de dones y talentos, y te llamóvaliente y esforzado, sabio ypersistente, príncipe y siervo, justoy redimido. Sin embargo, sobretodas las cosas, prefiere llamarte

hijo, porque eso es lo que eres paraDios, su hijo amado, en el cual sedeleita y goza.

Así que aunque persistas enalejarte y dejes que la llama de tuamor por él se apague poco a poco,Dios también se mantendrárecordándote que su amor por tiresulta inmutable. Él es taninsistente que para acercarte unavez más y restablecer un puenteentre tú y él ofreció a su propioHijo como único camino, a fin devolverte a tener entre sus brazos. El

pago que ofreció fue muy alto, noescatimó nada para recuperarte. Élsabía que solo una sangre pura yreal anularía el acta de condenaciónque había en tu nombre, por esoenvió a su único Hijo, Jesús. Y suamor es tan real como el aire quehoy estás respirando, es tan ciertocomo el sol que da calor y la lunaque nos ilumina en la noche.

Las Escrituras son clarascuando afirman: «En todo estosomos más que vencedores pormedio de aquel que nos amó. Pues

estoy convencido de que ni lamuerte ni la vida, ni los ángeles nilos demonios, ni lo presente ni lopor venir, ni los poderes, ni lo altoni lo profundo, ni cosa alguna entoda la creación, podrá apartarnosdel amor que Dios nos hamanifestado en Cristo Jesús nuestroSeñor» (Romanos 8:37:39).

¿Por qué insistir entonces enrechazar este amor? Es posible queno lo hagas con tus palabras, perosí con tus actos. Mentiras,adulterios, orgullo, vanidad… son

muchas las malas actitudes del serhumano, y con ellas estamosrechazando su amor y su invitacióna llevar una vida en santidad. Nodependas de otros para tomar ladecisión de caminar fielmente conCristo. No permitas que tu fe enDios dependa del comportamientode tus hermanos, recuerda que todossomos pecadores y cada uno en suimperfección y sus errores tiene quecaminar muriendo cada día a supecado y sabiendo que en algúnmomento tendremos que dar cuentas

delante del Señor.

CAPÍTULO 21

Tu poeta

Cuando desperté, allíestabas tú, aquella mujer

con la que soñé. Le vestí lapiel, sus labios besé, y sucorazón, allí me refugié.

Late el corazón, late hoypor vos, y si canto yo, canto

para ti. Que mi vida entera,toda te la doy, ya no tengas

miedo, yo aquí estoy.

Tú poeta, tu verano, elsilencio de mi voz diciendo

te amo, mi princesa, miprimavera, mi ternura y mi

amor por vez primera.

Me conoces bien, siempre teamaré, aunque estemos

lejos yo aquí estaré, seré tupoeta, tu razón de ser, tu

serás mi reina, mi únicamujer.

Tú serás mi aliento, serásmi edén, mi eterno romance,

confidente fiel, niñaconsentida, amor de mi ser,

agua de este río que yobeberé.

Tú poeta, tu verano, elsilencio de mi voz diciendo

te amo, mi princesa, miprimavera, mi ternura y mi

amor por vez primera. Soyun niño enamorado, el

diseño de tu sueño en míplantado. Consentida

mariposita, prisionera deeste amor que no se rinde.

Que no se rinde.

Recuerdo la mañana después demi boda. Todavía no podía creerque mi esposa se encontrara allí.Me parecía un sueño. La mujer conla que algún día soñé se hallabajusto al lado mío. ¿Cómo llegué

hasta allí? ¿En qué momentoaquella mujer se fijó en mí? Lesonreí a Dios desde mi cama, comodiciéndole: «¡Siempre tienes lomejor!». Era mi primera mañanajunto a ella, y la idea de que seríamía todos los días de mi vida meemocionaba demasiado. El hechode poder despertar cada mañanateniéndola en mis brazos era algoque no creía merecer.

De jovencito, cada día almirarme al espejo me sentía mal.Mi ojo derecho estaba cubierto por

una catarata y no podía ver bien conél, lo cual hacía que mi aspectofuera extraño. Mis amigos seburlaban de mí, y siempre tuve queasumir la actitud de alguien malo yrebelde para no sentirme mal.Prefería ser el chico que llamaba laatención por ser el másindisciplinado que sermenospreciado y rechazado. Esome llevó a no tener una buena famaentre las chicas. Siempre que megustaba alguien e intentabaacercarme, ella lo notaba y asumía

una actitud de rechazo. Yo nisiquiera intentaba decir algunapalabra comprometedora, sino metragaba ese dolor y me hacía elfuerte, aparentando que no meinteresaba la situación; sinembargo, en lo profundo de mi almacada intento de conquista era unaderrota anticipada que me hacíapedazos el corazón.

Pasaron varios años y ocultabami defecto en el ojo con unas gafasoscuras, pero el problema era queno podía andar todo el tiempo con

ellas, y cada vez que me lasquitaba, surgían mil preguntasacerca de qué me había sucedido.No me gustaba hablar mucho de mienfermedad y me incomodaba unpoco que me preguntaran, pero notenía más remedio que responder alas cientos de interrogantes y atodas las cosas que cada personaque me conocía deseaba saber.

Recuerdo exactamente el día enque conocí a la que hoy es miesposa. Yo llevaba puesto unpantalón azul que me quedaba

grande, una camiseta muy sencilla,unas gafas rojas y, para lucir másllamativo, me había rapado y elpoco cabello que había crecido melo pinté de color rojo. Al verla, mepareció la mujer más bella quehubiera visto. Mucha mujer para unhombre como yo, según pensé.Tenía que ser realista: si me habíaacercado a mujeres que no eran tanhermosas como ella y había sidorechazado en mis intentos, era algológico que esta mujer, según lasestadísticas, no se fijaría en un

muchacho con un ojo blanco, bizcoy con muy mal gusto para vestir.Aunque de lejos, no me cansé demirarla.

Sin embargo, Dios habíaescuchado mis oraciones. Cuandocumplí los dieciocho años, oréespecíficamente por mi novia y miesposa, pidiéndole al Señor quepudiera conocer a una jovenapasionada por él y lo más parecidaposible a la mujer de mis sueños.No sé con cuánta fe oré, pero creoque incluso en mi oración no era

capaz de pedir algo que noestuviera acorde a mi capacidad, demodo que oraba que en lo posiblefuera hermosa. ¡Como si Dios notuviera siempre lo mejor paranosotros!

Hay algo de lo que sí estoyseguro, cuando te dedicas a lascosas de Dios, a sus negocios, él seencarga de tus asuntos y sueños. Séque no fue coincidencia que alguienen aquel lugar me hablara del padrede aquella chica, teniendo así laoportunidad de conocerla y

estrechar su mano. No lo podíacreer, su mano se encontraba en lamía; sentí mil cosquillas ymariposas en el corazón,poniéndome muy nervioso al tenerlatan cerca. En mi mente, pensé queella era como la mujer que habíasoñado. Tres años después, aquellaniña que soñó en su ventana con quealgún día llegaría su poeta estabaallí junto a mí frente al altar,haciendo un pacto de amor eterno ydando inicio a ese gran regalo deDios llamado matrimonio. A veces

las acciones son más poderosas quelas mismas palabras. No solo esnecesario expresar con palabras:«Te amo». Permite que, por mediode tu actitud, el silencio de tu voztambién diga: «Te amo». Que ellasea tu ternura y siempre compartanun amor como el de la vez primera.Dios te creó, y la creó a ella comoel complemento perfecto para tuvida. Vale la pena esperar si aún note has casado. Deja que Diosdecida quién va ser el compañerode tu vida y no tus hormonas ni tus

emociones. No vendas tu virginidadal primer postor, vales mucho, yaunque esto signifique ir en contrade lo que el mundo dice, te puedogarantizar que vale la pena esperarpor esa persona. Dios nunca llegatarde, él sabe qué es lo mejor paratu vida, espera en el señor yaprende a confiar en él. Te aseguroque Dios lo hará.

Deléitate en el SEÑOR, y él teconcederá los deseos de tucorazón. Encomienda al SEÑOR

tu camino; confía en él, y élactuará (Salmo 37:4-5).

Si eres casado, no dejes quenada ponga en peligro tumatrimonio, pues recuerda que Dioste va a pedir cuentas por tu vida y tufamilia. Él no quiere que ganes elmundo y pierdas tu matrimonio. Nodejes que la falsa religiosidad matelo romántico y lo apasionado.Lucha por tu matrimonio. Ancladosen Dios, aunque vengan fuertesvientos, resiste las oleadas que

siempre quieren apagar la llama delamor.

Grábame como un sello sobre tucorazón; llévame como una marcasobre tu brazo. Fuerte es el amor,como la muerte, y tenaz la pasión,como el sepulcro. Como llamadivina es el fuego ardiente delamor. Ni las muchas aguas puedenapagarlo, ni los ríos puedenextinguirlo. Si alguien ofrecieratodas sus riquezas a cambio delamor, sólo conseguiría el desprecio(Cantares 8:6-7).

CAPÍTULO 22

Más que ayer

Cuando elsilencio llegue

otra vez, notendré miedo,

yo sabré,que en tus

brazos estaré,y allí confiado

viviré. Y en misilencio te

diré, eres mitodo, mi edén.

Sobranpalabras, sé

muy bien, quecon mi vida te

amaré.

Y al fin del díaseguiré, en

mis rodillas ya tus pies.

Cada minutoviviré,

amándote másque ayer.

Cuando tu vozescuche yo

decir minombre, allíestaré. Conmis poemas

cantaré que yote amo, más

que ayer.

Cada día trae su propio afán, yno hay uno que se repita. Por másparecidos que nos parezcan, cadadía es una oportunidad única.Aunque la gente hoy piensademasiado en el ayer o se proyectademasiado adelante hacia sumañana, hay una frase muy especialpara mí: «Vive un día a la vez».Vive intensamente tu presente, eldía de hoy, no vivas de gloriaspasadas, ni vivas de sueños lejanos.Aférrate al Señor hoy, que es el día

que estás viviendo, que estásrespirando, ayer ya pasó y el futuroaún no ha llegado. Él tiene algonuevo para ti hoy. La Palabra deDios dice:

El gran amor del SEÑOR nuncase acaba, y su compasión jamásse agota. Cada mañana serenuevan sus bondades; ¡muygrande es su fidelidad!(Lamentaciones 3:22-23).

Es increíble pensar que así

como Dios tuvo algo ayer para ti, lotiene hoy y lo tendrá mañana.Entonces ¿por qué vivir como sihoy nada tuviera ya valor? Muchoshemos dejado de descubrir lasamplias bendiciones de Dios paranuestras vidas por estar recordandoy añorando lo bueno o lo malo quepudo suceder en el ayer. Otros, porel contrario, hemos puesto nuestrosojos en el futuro, pensando eimaginando lo que podría sernuestra vida. Sin embargo, ¿cómopuedes tener un gran mañana si hoy

no construyes con diligencia yfidelidad? Muchos viven elpresente de una forma despectiva ypasajera. Es posible que el trabajoque estás haciendo ahora no sea loque sueñas, puede ser que teadelantaras a los planes y noesperaras al niño que hoy crece enel vientre de la mujer que amas, talvez comenzaste a estudiar algo queahora piensas que no es lo tuyo, poreso vives tratando de que todo paserápido para ver si el mañana traealgo diferente.

«Más que ayer» es una canciónque escribí sabiendo que Diosutilizó el ayer para formar mi vida ymi carácter, y utilizará el mañanapara seguir mostrando su gloria,que día a día va en aumento, pues lagloria postrera será mayor que laprimera.

Y al fin del día seguiré, en misrodillas y a tus pies. Cada minutoviviré, amándote más que ayer.Ama a al Señor cada segundo de tuvida, ayer ya es historia, hoy es elmomento para decir nuevamente y

con más firmeza: «Te amo Dios».No dejes que los días pasen sin

buscar la voz de Dios, pues sé queél está dispuesto a escucharte yhablarte. Vive un día a la vez, comosi fuera el primero y el último de tuvida. Sácale todo el provecho acada minuto. A pesar de lo maloque podría estar sucediendo,recuerda que incluso en los vallesde sombra Dios se halla a tu lado.No desmayes, levántate, que lomejor siempre está por venir. Diostiene promesas para tu vida, es

tiempo de reclamarlas y apoderartede tu bendición. No te afanes por elmañana, así como Dios cuida de lasaves, cuidará también de ti.

CAPÍTULO 23

Es el amor

Dame de ese amor, de esebuen amor, que cuando seentrega muere. De ese fielamor que allí me esperó y

que si se anhela vuelve. Quenada negó y su vida dio, esese amor que duele. Y si alentregarse no hay pasión,

entonces amar no puedes.

Dame de tuamor, de esegran amorcomo el sol

queresplandece.

Como lamañana

siempre llegó,siempre

estarás en mimente. Como

la esperanzaque renació,ven, quédate

aquí porsiempre. Como

el aroma deaquella flor,lo nuestro

nuncaenvejece.

¿Qué es el amor? Es darsesin esperar. ¿Qué es el

amor? Menguar para que

crezcas. Y es que el amorme da aquella fuerza. Y sin

amor, metal que allíresuena.

Como aquel amante que allímurió, amor que venció a la

muerte. Como la semillaque germinó, dame de tuamor que crece. Alzo la

bandera de libertad paraque el mundo se entere.

Fuiste el creador de todo elamor, amor que en verdad

no muere.

¿Qué es el amor? Es darsesin esperar. ¿Qué es el

amor? Menguar para quecrezcas. Y es que el amor

me da aquella fuerza. Y sinamor, metal que allí

resuena. Y si hay amor, seacaba esta guerra.

Desde eloriente al

occidente…

En el caudalde mis

cantares… Enel susurro dela noche… Enel baile de losguaduales túEn el acorde

de los mares…En el cuidado

de unamadre… Está

tu amor.

El amor es una decisión y nosolo un sentimiento. La cultura nosha querido enseñar que es unimpulso emocional y no unadecisión de entregarse y dar. Hoyen día se trata más de demandar loque deseamos que de entregarnospor lo que queremos. Sin embargo,aunque amor es una palabra corta,encierra muchas cosas a la vez.

Fuimos diseñados para amar yser amados; no obstante, ¿cómopodemos amar si no estamosdispuestos a sacrificarnos tan solo

un poquito?Uno de los mandamientos más

importantes en la Biblia es: «Ama atu prójimo como a ti mismo». Conesta ordenanza se pone a prueba eseamor que decimos profesar. Aveces creemos que estemandamiento se aplica solo a losseres queridos y nuestros amigos,pero en realidad lo que Dios deseaes que podamos amar a todapersona de la misma manera quenos amamos a nosotros mismos, queseamos capaces de sacrificarnos

por los demás. Y cuando hacemosesto, Dios tiene una recompensaenorme para cada uno de nosotros.

Ahora bien, hay algunaspersonas que se van al otro extremoy pasan por alto amarse a sí mismasy tenerse en alta estima, sindetenerse a analizar conprofundidad lo que esto significa.En mi opinión, todo comienza conaceptarte como eres y no desear serotra persona, sabiendo que Diostiene algo único para ti. Veo amuchos tratando de imitar otras

vidas sin intentar descubrir lo queen realidad podrían llegar a ser enDios. También te amas a ti mismocuando te tomas el tiempo paracuidar de tu cuerpo. Sí, tu forma decomer, el tiempo que dedicas adescansar, el ejercicio que haces,en fin, el hecho de llevar un estilode vida saludable es una forma deamarnos a nosotros mismos y serbuenos administradores del cuerpofísico que Dios nos dio. A vecesmiramos solo a aquellos que sedestruyen con el alcohol, las drogas

y cosas por el estilo, pero en mediode la familia de Dios veo un graníndice de personas que no se cuidanni controlan su alimentación, por loque años después sufren de unacantidad de enfermedades a causade todo ese mal hábito alimenticio.Y no escribo esto en son de criticar,sino para que puedas reflexionar yconsiderar si eso es lo que Diosdesea para ti.

Sé que podría haber enfocadoeste capítulo en el amor a Dios,pero sentí muy fuertemente que

amar a Dios también se traduce enamarnos a nosotros mismos.Cuando te amas a ti mismo, sabesque lo mejor para ti es estarrodeado de ese gran amor. Quenada ni nadie te puede hacer mejorpersona que estar expuesto alpoderoso y grandioso amor divino,un amor por el que Jesús, el Hijo deDios, se hizo carne y vivió entrenosotros. Él vino a darnos muestrade un amor que no se agota, que nose cansa, que nos levanta y noscapacita para ser hombres

conformes a su corazón.¿Qué es el amor? Es darse sin

esperar. Cuando das sin tener encuenta qué recibirás a cambio, estotrae más recompensa que si esperasalgo. El amor de Dios se define enque él se entregó sin reservas.

¿Qué es el amor? Menguarpara que crezcas. Cuando amasradicalmente, te haces más pequeñocon el fin de que Dios se vuelvamás evidente en tu vida y recibatoda la gloria. En el caso de nuestroprójimo, cuando menguas, cuando

respondes a un agravio con unapalabra suave, cuando pones la otramejilla si te han ofendido, cuandomueres a tus gustos y pasiones paradarle la oportunidad a otra personade desarrollarse, estás actuando enel amor de Dios, creces más que sisolo pensaras en ti antes que en losdemás. En mi caso, he aprendido amenguar no solo para que mi esposacada día pueda crecer como madrey esposa, sino también para que seacapaz de lograr cada sueño en suvida, mientras le brindo espacio y

la seguridad de que lo podrá hacer.Para eso, siempre que es posiblepongo en segundo lugar mis deseos,mi agenda y mis compromisos,dedicándole más tiempo a ella.Cuando amas, el resultado es servira los demás.

Sin amor, metal que allíresuena. Una de las cosas másmolestas y desagradables esescuchar el sonido de un pedazo demetal rechinando. Los dientes se tedestemplan, la piel se te eriza yquieres salir corriendo de aquel

lugar. Pues bien, así es la personaque no tiene amor, en vez de ser unsonido suave y agradable al oído,que trae una linda melodía, somossonidos que herimos a otros con elruido que produce nuestra vida.¿Qué sonido produce tu vida?¿Estás lleno del único amor quepuede traer vida a otras personas?La Palabra de Dios nos da unsignificado del amor:

Si hablo en lenguas humanas yangelicales, pero no tengo amor,

no soy más que un metal queresuena o un platillo que haceruido. Si tengo el don deprofecía y entiendo todos losmisterios y poseo todoconocimiento, y si tengo una feque logra trasladar montañas,pero me falta el amor, no soynada. Si reparto entre lospobres todo lo que poseo, y sientrego mi cuerpo para que loconsuman las llamas, pero notengo amor, nada gano con eso.El amor es paciente, es

bondadoso. El amor no esenvidioso ni jactancioso niorgulloso. No se comporta conrudeza, no es egoísta, no seenoja fácilmente, no guardarencor. El amor no se deleita enla maldad sino que se regocijacon la verdad. Todo lodisculpa, todo lo cree, todo loespera, todo lo soporta (1Corintios 13:1-7).

Vuélvelo a leer.

CAPÍTULO 24

Me veo y te veo

Tú, que conozco ydesconozco, que eres

grande y pequeño, el quecuida de mis sueños, el

guardián de mis momentos.Tú el silencio y el

estruendo, poderoso ysiempre tierno, mi refugio y

mi desierto, mi calor y tú enel hielo. Tú en el agua y en

el fuego, en el niño y elabuelo, en la letra de misversos, mi creador y tú mi

dueño.

No puedo escaparme de tupensamiento, de tu fiel

momento, y es que no te veoy a la vez te veo, y es que no

te siento, pero estás tandentro. Busco tu presenciacuando el sol se oculta y la

luna llega, te veo almirarme en aquel espejo, yaunque pasa el tiempo, me

veo y te veo, me veo y teveo.

Tú, en el desván de misrecuerdos, en el futuro demis sueños, en el alba y enel cielo, en el alma y en elcuerpo, en la brisa de loscampos, en la fuerza delobrero, tú en el fruto del

trabajo, en la patria de mis

sueños.

¡Veo… veo que eres cierto,siento que estás aquí

adentro!

¿Cómo te olvidó, mi vida?No lo consigo. La vida

siento, la siento cuando teveo. ¿Cómo te olvido si tesiento en mis momentos?

Siempre tú, cuando te veo,me veo y te veo.

¡Vaya misterio difícil deentender! Pareciera como si setratara de algo exclusivo yreservado solo para algunaspersonas aquí en la tierra. Desdemuy chico tuve la inquietud de ver ysentir a Dios. Deseaba saber qué seexperimentaba al conocerlo. Meimaginaba que él se aparecería deforma similar a lo que vemos en lascaricaturas: si conseguía elelemento especial, decía laspalabras adecuadas, o frotaba lalámpara, él se presentaría para

hablarme y concederme los deseosde mi corazón. Creemos que Diosdebe mostrarse o hablar connosotros de la forma en quequisiéramos, pero él se ha dejadover desde el principio, muchasveces de formas tan sencillas que lopasamos por alto.

Dios es alguien que conozco ydesconozco. Son tantas las cosasque he vivido con él que podríaatreverme a decir que lo conozco,pero luego me doy cuenta de mihumanidad y entiendo que soy muy

limitado, así que pienso: «Me faltamucho para conocerlo». Enrealidad, afirmar que conozco aDios es algo tan delicado para mí,que prefiero decir que aún lo estoyconociendo. Él es mi sanador, miprotector, mi ayuda en medio de laangustia, poderoso, fuerte,victorioso, generoso. Es elPrincipio y el Fin, el Alfa y laOmega, Dios Padre, Dios Hijo yDios Espíritu Santo. Es mi Señor ymi Salvador. Son muchas las cosasbellas y las bendiciones que recibo

de Dios, pero aun así sé que cadadía debo profundizar más mirelación con él a fin de llegar aconocerlo mejor. Entonces algúndía partiré para estar con él, ycuando lo vea cara a cara será algotan majestuoso como nada que hayaexperimentado antes. Y tendré unaeternidad para contemplar suhermosura y santidad. Creo que allípodré decir que lo conozco.

Dios es tan grande y pequeño ala vez, que el cielo es su trono y latierra es el estrado de sus pies, pero

al igual forma parte de nuestra viday se refugia en nuestro pequeñocorazón. Increíble, ¿no lo crees así?El mismo que cuida de la tierra y eluniverso entero es el guardián demis sueños, el que cuida mis pasos.Su voz es tan potente y fuerte que secompara con la de un trueno sobrelas aguas, su voz lanza ráfagas defuego y sacude los desiertos (véaseel Salmo 29), sin embargo, a la vezes la suave y dulce voz que le hablaa nuestro corazón trayendo paz yvida, ese murmullo que solo

podemos escuchar en la intimidadque disfrutamos con él.

Dios ha estado, está y estarápresente en tu vida de una formamuy especial. Ha estado presente enel desván de tus recuerdos y encada momento que has vivido. Enrealidad, si hoy te has vuelto unhombre y ya caminas solo, esgracias a él. Del mismo modo, Diosestará en el futuro de tus sueños.¿Quién si no él es el Dador desueños? Así que estará animándotea lograr lo que ya ha puesto en tu

corazón y tiene reservado para tuvida.

Después de ver la forma en queDios se ha mostrado a través deltiempo a sus hijos, tengo que decirque no puedo escaparme ni un soloinstante de su fiel momento, pues séque cada minuto que pasa él estápensando en mí y velando por miseguridad. Sí, es una realidad queaunque muchas veces no lo veamos,a la vez lo estemos viendo. Que enocasiones no lo sintamos, pero estétan dentro de nosotros. Dios, en su

multiforme gracia, se muestra demil formas en nuestras vidas.

¿Cómo olvidarme de Dios? Nome es posible concebir estepensamiento. Solo puedo vivir ysentir la vida cuando lo veo a él. Ytodos los días lo percibo a travésde la mirada de mis pequeños hijos,al sentir la brisa de los campos, alver el fruto del trabajo del obrero yla patria en la cuál decidió que yonaciera. Sin embargo, el momentomás increíble en que puedoapreciarlo es cuando me paro frente

al espejo y me observo a mí mismo.Me veo y lo veo.

CAPÍTULO 25

Mil palabritas

Veo que no estás aquí,extraño que estés junto amí, y quiero estar siempre

allí, día a día en tus ojos meveo en ti. Tan frágil y fuerte

también, pequeña quégrande te vez, cautivas mi

mundo, mi ser, tu sonrisa un

tesoro que yo encontré.

Eres la niñaque me hacereír, dulcepoema quevive en mí.

Cuando te observo, mellevas al cielo. Cuando te

escucho, me haces tú dueño.Cuando me llamas, corrocomo el viento. Cuando te

siento, no existe el tiempo.

Escucho que dices papá,que por siempre mi hija

serás, que soy tuyo, que meamarás. No habrá nadie enel mundo que te ame más,

eres mi niña, tu padre seré,tus palabritas transforman

mi ser.

Amo el mirarte aun si tú nome miras. Amo tu risa o lavoz que me grita. Amo tus

noches y tus mañanitas.Amo escuchar esas mil

palabritas.

Y es que te amo, porsiempre yo te extraño. Mipequeña, mi princesa, te

amo.

Era el primer día de colegio demi hija Juannita, y creo quenosotros como padres estábamosmás nerviosos que nuestra pequeña.No podía creer cómo el tiempo

había pasado tan rápido. ¿En quémomento llegó el primer día declases de la que hasta hace poco erami bebé? Recuerdo que entré conella al colegio, pues quería estarseguro de que estuviera calmada ytambién sentirme tranquilo, ya quepor primera vez dejaría a mi hijacon personas que no conocíamucho.

Nunca podré olvidar aquellamañana, allí estaba Juanita, «la delas dos colitas», tranquila yemocionada de conocer personas

diferentes. Era el primer día declases para ambos, tanto para mihija como para mí, ahora en laposición de padre. No sería yo elque me quedaría en aquel pequeñopupitre, pero sí tendría que soltarlela mano y dejarla avanzar sola, algoque no deseaba hacer. En realidad,era tanto mi deseo de permanecerjunto a ella que no le solté la manohasta que estuvimos en medio delsalón de clases frente a suscompañeros. No entendía o noquería darme cuenta de que ya era

hora de salir del salón. Creo queestaba esperando que Juannita medijera: «Papá, quédate conmigo» o«Llévame contigo a casa». Por elcontrario, mi hija se me quedómirando un poco apenada y me hizoseñas como diciendo: «Papá, ¿quéhaces aún aquí?». En ese momentodesperté a la realidad y entendí quedebía salir de aquel lugar. Con elcorazón en la mano y un nudo en lagarganta, me retiré del salóndejando una parte de mi vida allí.Me detuve en la puerta para

observar de lejos a mi pequeña,mientras las lágrimas comenzaron abrotar de mis ojos. No podía creerlo grande que se veía y a la vez lopequeña que era. Ser padre es unahermosa realidad que día a día meha llevado a comprender el amor deDios como mi Padre celestial, asaber que él me está mirando,atento a cada movimiento que haga,con el deseo de tenerme en susbrazos y que pueda sentir que soyimportante para él, que nada en estemundo lo cautiva tanto como amar

incondicionalmente a los que ahorahemos llegado a ser hijos de Dios.

Muchas personas que tienen elprivilegio de ser padres no hanentendido la magnitud de lo queesto significa. Escuchar concuidado no solo aquellas palabritasque nuestros hijos pronunciaban depequeños, sino las palabras que nosdicen ahora de grandes, no solotiene importancia para ellos, ya quelas mismas harán que nuestra vidatambién cambie. Prestarles atencióna nuestros hijos y darles nuestro

tiempo con excelencia hace que seconviertan en hombres y mujeresseguros de sí mismos, con unaclaridad en sus caminos que otrosno lograrán tener si les falta esetiempo de calidad con sus padres.

Puede que hayas sido padre poraccidente, que eso no fuera lo queplaneaste para este tiempo, pero teaseguro que Dios tiene algoespecial para ti y te sorprenderásde todas las bendiciones que trae elhecho de ahora ser papá. Sé que setrata de un camino plagado de

muchas preguntas, pues nadie naciósabiendo cómo ser padre ni estudiópara ello. Sin embargo, ver cadadía crecer a nuestros hijos es algoque no tiene precio. Cuando los vasdescubriendo y observas cómo vanformando sus propias vidas, cuandoacompañas a tus hijos a lo largo delcamino, te descubres a ti mismo y tevuelves una mejor persona.

Hace apenas unos días atrás meencontraba en el bello país deEcuador. Mi esposa me escribió,explicándome que Juannita

necesitaba hablarme urgentemente,así que llamé a casa de inmediato.Cuando mi hija comenzó a hablarmeen medio de las lágrimas,diciéndome lo mucho que me amabay cuánta falta le estaba haciendo, yotambién me eché a llorar. No sécuánto tiempo transcurrió, cadapalabra que me decía estabacargada de tanto amor y ternura, queyo tampoco podía contener mislágrimas. Era la primera vez que mihija se expresaba de esa forma tanemotiva, y poco a poco fui

descubriendo lo importante que noshabíamos vuelto el uno para el otro.Una vez que llegué a casa, mimirada se topó con su enormesonrisa, luego salió corriendo haciamis brazos, sin parar de besarme ydecirme con cariño cuánta falta lehabía hecho. Permanecí envuelto ensus pequeños brazos, dándolegracias a Dios por mis dos hijos.Mi esposa me miraba a los ojos ycontemplaba uno de los cuadrosmás hermosos para una mujer: suesposo y sus hijos fundidos en un

abrazo, compartiendo besos ypalabras que marcarían sus vidaspara siempre.

Amo a mis hijos de una formatan poderosa, que es fácilentregarme a ellos. No permitiréque nada les pueda hacer daño,lucharé contra viento y marea paraser no solo el mejor padre, sino sumejor amigo, la persona en la quepuedan confiar, un ejemplo queanhelen imitar. Mi sueño no esllegar a ser el cantante másreconocido o el músico más

premiado, mi deseo y mi anhelo esser el mejor padre para mis hijos,que aunque pasen los años, ellospuedan decir: «Mi papá es el mejorpadre de todo el mundo». Ese serámi mejor premio.

Pues si ustedes, aun siendomalos, saben dar cosas buenas asus hijos, ¡cuánto más su Padreque está en el cielo dará cosasbuenas a los que le pidan!(Mateo 7:11).

CAPÍTULO 26

Dije adiós

Dije adiós, se me olvidó sudulce voz que me cantó: Teamo, te amo. Qué torpe fui,

yo me perdí, sin darmecuenta morí al vivir y no

entiendo, es que noentiendo.

La vida diste tú por mícuando yo fui quien te herí,me diste alas pa’ vivir y yo

insistía en morir. Fue tusilencio de amor el que a mí

me estremeció, fue tuperdón que me abrazó

cuando perdido estaba yo.

Hoy digoadiós a mi

vivir, y con mivoz declaroyo: Te amo,

cuánto te amo.

Fue el poema de amor elque a mí me conquistó,

aquel latir de corazón quepor tres días se paró. Merecordaste la canción que

con su sangre escribió,lenguaje eterno de amor,lenguaje que deseo yo.

Aunque no entiendo, yo note miento, muero aquí

adentro si no te tengo. Si no

te tengo, soy como un ciego,y es que no entiendo, erestan cierto, eres mi aliento,

tú lo que quiero. Dije adiós.

Todos le hemos dado la espaldaa Dios y nos hemos apartado delcamino en algún momento.Comenzamos nuestro caminar conDios con el firme propósito deavanzar y nunca retroceder, deamarlo por encima de todas lascosas, pero pareciera que al pasarel tiempo todos estos buenos

pensamientos se van quedando en elcamino, y vamos olvidando la vozde Jesús que nos dice cuánto nosama. En lugar de una voz cercana yaudible, más pareciera un eco quese desvanece.

Debemos preguntarnos: ¿En quémomento dejamos de tener nuestramirada fija en él y comenzamos aenfocarnos más en los beneficios ybendiciones? ¿Por qué nosenojamos o desesperamos comoniños pequeños cuando algo nosalió como esperábamos? Mi amigo

Lucas Leys dice que nadie sedespierta un día y si no le gusta elcafé dice: «Hoy me voy a convertiren un gran pecador y alejar deDios». Ocurre en un proceso lento ypor eso debemos prestar atención.

Personalmente, tengo quereconocer que me he encontradoasí, muriendo en vida. Poco a pocome dejé seducir por las múltiplesopciones que este mundo tecomienza a proporcionar, y sindarme cuenta comencé a vivir unareligiosidad que no era verdadera.

En realidad, tan solo pensar yescribir sobre ello me produce unagran tristeza, ya que en aquelmomento solté su mano y me alejéde Dios, creyendo que por formarparte de un ministerio meencontraba protegido. ¡Cuántos noshemos escondido tras la fachada deun gran ministerio mientras nuestrasvidas se están derrumbando poco apoco, quedando cada vez más a laderiva! Cuando le damos la espaldaa Dios, simplemente le decimosadiós a su amor, su gracia y su

verdad.Fui muy torpe y necio al pensar

que podría continuar viviendo sinmantenerme caminado tomado de sumano. La Biblia es clara y comparaa los que insisten en vivir de estaforma con sepulcros blanqueados.Tal vez le parezca un poco severo,pero lo estaré siendo en primerlugar conmigo mismo y con elllamado tan especial que un díaDios me hizo. He aquí lo que dicenlas Escrituras:

¡Ay de ustedes, maestros de laley y fariseos, hipócritas!, queson como sepulcrosblanqueados. Por fuera lucenhermosos pero por dentro estánllenos de huesos de muertos yde podredumbre. Así tambiénustedes, por fuera dan laimpresión de ser justos pero pordentro están llenos dehipocresía y de maldad (Mateo23:27-28).

Esta es una palabra fuerte que

no nos gusta leer ni considerar,pero cuánta verdad hay en ella. Nopodía estar cantando del amor deDios y hallarme cada vez más lejosde él, sin tener una vida dedevoción continua que alimentaranuestra relación. Es como asegurarque amo a mi esposa, pero nohablar con ella y dormir en camasseparadas, sin tener intimidad.Resulta ilógico. Asimismo es tontopensar que como no ves a Dios,pues no necesitas tener una relaciónviva con él. Eso fue lo que me

sucedió a mí.Tal vez estés pensando en qué

tipo de experiencia viví enrealidad, pero más que despertar tucuriosidad mi intención es quesepas que cada uno de los que undía decidimos caminar con Diosatravesamos muchos caminos dondepodemos perdernos y olvidarnos delo que significa el amor divino ennuestras vidas. No obstante, así tú yyo hayamos echado al olvido todassus bendiciones, Dios no deja demostrarnos ese amor incansable,

que nos recuerda su verdad y sucamino, haciéndonos regresar a él.

Una de las cosas más increíblesy difíciles de entender para mí es susilencio lleno de amor, el hecho deque él calla ante el agravio de cadauno de nosotros. La Biblia señala:

Ciertamente él cargó connuestras enfermedades ysoportó nuestros dolores, peronosotros lo consideramosherido, golpeado por Dios, yhumillado. Él fue traspasado

por nuestras rebeliones, ymolido por nuestrasiniquidades; sobre él recayó elcastigo, precio de nuestra paz, ygracias a sus heridas fuimossanados. Todos andábamosperdidos, como ovejas; cadauno seguía su propio camino,pero el SEÑOR hizo recaersobre él la iniquidad de todosnosotros. Maltratado yhumillado, ni siquiera abrió suboca; como cordero, fuellevado al matadero; como

oveja, enmudeció ante sutrasquilador; y ni siquiera abriósu boca (Isaías 53:4-7).

Cuando le fallamos y nosalejamos, rechazando su amor, escomo si lo estuviéramos llevando ala cruz de nuevo, y es entonces queél enmudece una vez más por amor,pues sabe que ese sacrificio es elque nos da la única oportunidad deregresar al Padre, de volver alcamino y restablecer nuestracomunión con Dios.

El amor de Dios para nuestravida es como un hermoso poemaque se extiende y nos alcanza, queno se ve limitado por nuestracondición de pecado, sino que sehace más fuerte y poderoso,derrumbando todo argumento demaldad. Él nos recuerda la canciónque fue escrita con su propiasangre, una sangre que nos lava yalcanza. Dios pelea por cada uno denosotros y nos vuelve a atrapar conlazos de amor. Aunque no entiendatanto amor por mí, siendo yo tan

necio y caprichoso, hoy puedoconcluir que es gracias a sumisericordia, la cual se hace nuevacada mañana, que puedo declarar através de esta canción y de mi vidalo siguiente: Aunque no entiendo,yo no te miento, muero aquíadentro si no te tengo. Si no tetengo, soy como un ciego, y es queno entiendo, eres tan cierto, eresmi aliento, tú lo que quiero.

Hoy digo que sí al llamado deamor y restauración del Señor parami vida, y le digo adiós a todo lo

que estorba y se antepone alperfecto amor de Dios.

CAPÍTULO 27

Regreso a ti

Me encuentro solo, meencuentro sin ti. Tengo

tanto miedo, no sé a dóndeir. Siento que me pierdo en

un mundo gris, que sinrumbo fijo, me alejo de ti.

Como la paloma que

regresa hacia mí, emprendoel vuelo que me lleva a

vivir.

Yo sin ti me estoy muriendo,llévame al momento donde

encuentre tu amor. Eresvida mi aliento, todo mi

universo, eres todo lo quesoy. Regreso a ti, regreso a

ti, siempre a ti.

Al sentirme solo, recordéallí, que en aquel madero,

morías por mí. Y es que yono entiendo, que viste enmí, por eso hoy vengo a

entregarme a ti.

Como la paloma queregresa, emprendo mi vueloa ti. Alzo mi bandera, mirohacia el cielo, mi destino

solo tú.

Yo sin ti me pierdo, yo sin tino soy. Soy como cenizas

que se lleva el viento, sin ti

ya no brilla el sol.

Mi refugio y mi dueño, túmi pensamiento, tú mi fiel

momento, Dios. Creador deluniverso, ven quédateadentro, ven te doy mi

corazón. Dame vida, pon tufuego, ven y sé mi dueño, te

entrego lo que yo soy.

Regreso a ti, regreso a ti,solo vuelve aquí.

En mi caminar con Dios, hansido varias las ocasiones en que mehe encontrado en el proceso derecuperar y regresar a mi primeramor. He aprendido que en la vidacristiana estos momentos nuncaterminarán, pues cada día tenemosque morir a nosotros mismos ybuscar el rostro de Dios. Sinembargo, en medio de todas estasexperiencias aprendí también amantenerme atento y no confiar enmi propia prudencia. La Biblia nosexhorta: «Confía en el SEÑOR de

todo corazón, y no en tu propiainteligencia» (Proverbios 3:5).Dios, sabiendo que es tan fácil quenos apoyemos en nuestro propioentendimiento, nos invita a confiaren él con todo nuestro corazón.Hoy, mi deseo es poder entenderque no se trata de mis logros y mistalentos, que no es mi llamado y miministerio, que si estoy aquí y sigode pie es por la misericordia y lagracia de mi Dios. Por más quesepa o más experiencia que puedaadquirir en mi camino, entiendo que

siempre dependeré de mi Señor,que el día en que deje de tener mimirada fija en él y me distraiga conlas bendiciones, seguramente estaréuna vez más encaminándome a serun necio que se apoya en su propioentendimiento.

Caminar con Dios sin tener unacomunión íntima con él es algo queno tiene sentido. No puedes amar aalguien sin tener una relaciónespecial con esa persona. Lo mismosucede con Dios, no puedes amarlosin entregarle tu vida en devoción a

él. Somos muchos los que nosacostumbramos a llevar una vidareligiosa, dependiendo solo de lasreuniones dominicales y losencuentros públicos con Dios. Sinembargo, él es un Dios personal,que desea y anhela encontrarse connosotros en lo secreto, de modo quedespués en público podamos ser uncanal de bendición para otros.Cuando trabajas para Dios yprácticamente le dedicas tu tiempocompleto, resulta fácil confundirservicio con devoción. Desde muy

pequeño mi vida se ha desarrolladodentro de la iglesia y allí heaprendido casi todo lo que sé.Considero una bendición enormehaber crecido en la casa de Dios,pero debo entender algo, no solodebo conformarme con estar en eseprecioso lugar. Si no mantengo undiálogo y una relación viva conDios, solo soy una persona más quese acostumbró a pertenecer a laiglesia, pero no tuvo crecimientoespiritual.

Es curioso escuchar acerca de

personas que aunque sirven a Dios,viven con temor y confundidas encuanto a lo que podrá traer elmañana. Personalmente, he vividoesa experiencia cuando no estoyconectado con mi Señor,presentándose las dudas, las malasdecisiones, el temor, las peleas, lacrítica, la envidia, la ira y todo tipode problemas. Es fácil dejar devivir dependiendo por completo deDios. Por tal motivo, he enfocadoeste capítulo en aquellos quequieren servir a Dios a tiempo

completo o en los que yatrabajamos en un ministerio. Setrata de un llamado a nofamiliarizarnos o pensar que por elhecho de servir a Dios todo eltiempo, no necesitamos tener unmomento personal e íntimo con él.Creo que por el contrario, debemoshacerlo con mucha más dedicacióny pasión, siendo hombres y mujeresque entendemos que necesitamosesa comunión diaria, buscando aDios en cada momento de nuestravida a fin de reflejar santidad y

devoción. Debemos demostrar quenuestra vida íntima es coherente connuestra vida pública, no solointentar llevar a cabo un buenservicio. Como alguien dijo un día,no esperes que el fuego desciendaen público si aún no ha descendidoen privado.

Si te encuentras en la mismaposición en la que me encontré, teinvito a que hagas esta oración quese convirtió en canción: Meencuentro solo, me encuentro sinti. Tengo tanto miedo, no sé a

dónde ir. Siento que me pierdo enun mundo gris, que sin rumbo fijo,me alejo de ti. Yo sin ti me estoymuriendo, llévame al momentodonde encuentre tu amor. Eresvida mi aliento, todo mi universo,eres todo lo que soy. Creador deluniverso, ven quédate adentro, vente doy mi corazón. Dame vida, pontu fuego, ven y sé mi dueño, teentrego lo que yo soy.

Hoy regreso a ti.

CAPÍTULO 28

Tu amistad me hacebien

Se encuentra el aire con elaguacero, se tiñe el cielo de

azul sincero, son losacordes de un verso en te

quiero, es un poema el quevives por dentro.

Es como lluvia que alimentael río, como la fuerza quesostiene el brillo, es ese

brillo que alumbra elcamino, en mi camino

estarás mi amigo.

No encuentro las palabrasque expliquen lo que siento,

sin verte sé que estás, esimportante lo comprendo,tal vez nunca te vea, peroen Dios tú y yo sabemos,

nos une la esperanza, una fe

y nuestro credo.

No hay alegría sin un buensentido, no hay un abrazoque no quite el frío. En tu

amistad me siento como unniño, en tu consejo yo

regreso al nido.

En el sendero que me llevaal cielo, en medio de

tormentas y aguaceros, medebilito y siento que me

rindo, por eso sé que yo te

necesito.

Soy un poeta trovador queva por el sendero, soñandocon un día encontrarme con

mi dueño. Aunque no soyperfecto no me rindo, no teniego, si juntos caminamos

llegaremos a ese cielo.

La amistad es un tesorocomo perla que no

encuentro, lo que sé, tuamistad me hace bien. Es

verdad así lo siento, eresparte de mis sueños, no te

miento. Tu amistad me hacebien. Como aire en el

verano, como abrigo en elinvierno, tú, tu amistad mehace bien. Aunque a veces

nos fallemos, la amistad nodejaremos, volveremos a

este encuentro. Tu amistadme hace bien.

Si Jesús era el Hijo de Dios yposeía tanto poder, ¿qué necesidad

tenía de formar un equipo deseguidores y llamarlos discípulos?Es obvio que Jesús quiso teneramigos que supieran hacer másamigos.

Dios creó a los amigos porquesabe que la amistad es algomaravilloso. Todos necesitamosamigos para que nos ayuden a llegara nuestro destino y es emocionantetambién poder ayudarlos a ellos allegar al suyo. En nuestro caminarcon Dios resulta muy importantetener amigos y hermanos que se

embarquen junto a nosotros en lahermosa aventura de seguir aCristo.

Más valen dos que uno, porqueobtienen más fruto de suesfuerzo. Si caen, el uno levantaal otro. ¡Ay del que cae y notiene quien lo levante!(Eclesiastés 4:9-10).

Hay mucho valor en teneramigos verdaderos, y cuandotrabajamos en conjunto, obtenemos

más recompensa por nuestra labor.Además, siempre vamos a enfrentarmomentos difíciles, e incluso enalguna oportunidad tal veztropecemos, pero allí estaránaquellos hermanos y amigos paralevantarnos y motivarnos a seguiradelante. Y de la misma forma,Dios espera que hagamos lo mismopor los demás, que seamos buenosamigos y mostremos su amor através de nuestra actitud y nuestravida.

Ámense los unos a los otros conamor fraternal, respetándose yhonrándose mutuamente(Romanos 12:10).

Y éste es mi mandamiento: quese amen los unos a los otros,como yo los he amado. Nadietiene amor más grande que eldar la vida por sus amigos (Juan15:12,13).

En estos años de vida y másespecíficamente en los últimos

veinticinco años, Dios me harodeado de personas increíbles alas cuales he aprendido a llamaramigos. Muchos de ellos han estadodurante algún tiempo conmigo, yotros aún continúan a mi lado. Ledoy gracias a Dios por cada uno deellos, ya que en su momento hansido muy importantes y vitales enmi vida.

Mi objetivo al escribir estacanción fue honrar la amistad detodos ellos, incluso de aquellos queestán lejos, pero en la distancia y a

través de sus oraciones nos llevanen sus corazones. Cuando mi páginaen Facebook(amigosdealexcampos) alcanzó loscuatro millones de seguidores, sentítanta alegría al ver cómo parte delamor de Dios se veía reflejado enlos amigos, los que siempre estánallí, que tomé mi guitarra ycomencé a escribir este hermosopoema. Esta es mi forma de decirgracias y honrar a Dios por el favorque me ha concedido a través detodos estos años.

El perfume y el incienso alegranel corazón; la dulzura de laamistad fortalece el ánimo(Proverbios 27:9).

En el sendero que me lleva alcielo, en medio de tormentas yaguaceros, me debilito y sientoque me rindo, por eso sé que yo tenecesito. Hace algunos años meencontraba en medio de uno de esosmomentos difíciles. Había cometidouna de mis tantas fallas, sin darme

cuenta o tal vez estando conscientede ello, pero sin quererreconocerlo. Me dirigía por uncamino que cada día me alejabamás de los propósitos de Dios parami vida. Fue entonces cuando dosde mis mejores amigos me citaron auna reunión para conversarconmigo. Los vi un poco nerviososy tímidos en el instante en queentraron en mi casa, y después deunos minutos uno de ellos comenzóa hablar. En pocas palabras me dijoque lo que hacía no estaba bien, que

ellos habían observado que algoestaba sucediendo conmigo, y sesentían preocupados por lo queveían. Fue uno de esos momentosincómodos que tratas de evitardebido a que nos hacen sentir mal,o bien por ser el que exhorta o elque está siendo exhortado. Sinembargo, hoy doy gracias a Diospor estos dos valientes que sesobrepusieron a la pena e incluso altemor de acercarse a su líder y jefepara confrontarlo con amor yrespeto. Dios utilizó a mis dos

amigos en ese momento parahacerme sentir su amor ymisericordia y que pudierareconocer que algo no marchababien en mi vida. Esos son losamigos verdaderos, los que no seesconden cuando vienen lastormentas y los desiertos, los queno se acobardan cuando hay quesalir a la guerra, los que están a tualrededor como escuderos fieles yte prestan sus brazos paramantenerte en pie. Quiero honrar aestos dos amigos valientes y

verdaderos, José Luis Becerra yWiston Caicedo. Gracias por estarallí aun en medio de la tormenta.

En todo tiempo ama el amigo;para ayudar en la adversidadnació el hermano (Proverbios17:17).

La amistad es un tesoro comoperla que no encuentro, lo que sé,tu amistad me hace bien. La Biblianos enseña que el hombre que tieneamigos ha de mostrarse amigo, y

que amigo hay más unido que unhermano. Dedica un tiempo areflexionar en estas palabras.¿Quiénes son tus verdaderos amigosque te llevan a encaminarte día adía por las sendas verdaderas?Cuando sepas quiénes son,hónralos, cuídalos como a tesoros,ámalos, pídeles perdón si les hasfallado, y sobre todo no losabandones cuando cometan errores.

Este capítulo está dedicado atodos aquellos que han decidollevar una amistad verdadera con

Jesús, el mejor amigo de todos.Tu amistad me hace bien.

CAPÍTULO 29

Lenguaje de amor

Deja que te explique lo queestoy viviendo, es la

realidad. Deja que la luz semezcle con el viento, no te

arrepentirás.

Es tan simple y real, túmismo lo verás…

Su amor, el tibio amanecerdel sol, poema que meenamoró, el pétalo de

aquella flor, la letra de estami canción. Es su amor, meencontró, veo que se trata

de Dios.

Deja que la risa debilite elmiedo, vuelve a cantar.

Desnuda el alma no te estésmintiendo, sé tú la verdad.

Es tan simple y real, tú miamor lo verás, grande escomo el mar, tú lo vas a

notar…

Oh, si mañana no saliera elsol, no importa, su amor meabrigó. Si el cielo pierde suesplendor, tú sigues siendo

el brillo de amor. Es suamor, me encontró, siento

su lenguaje de amor, lapasión, el perdón,

encuentro que se trata de

Dios. Veo que se trata deDios, siento su lenguaje de

amor.

Hace unos años atrás una marcade productos para bebés llevó acabo una campaña publicitaria cuyoeslogan cautivó y enterneció elcorazón de los que en algúnmomento tuvimos la oportunidad dever el anuncio. Las imágenesmostraban a un precioso bebé y eleslogan era: «El lenguaje delamor». Resulta fácil enternecernos

con una imagen así y comprender elamor cuando tenemos ante nosotrosla figura cálida y pura de un reciénnacido. No obstante, si nosdetuviéramos por un momento yobserváramos todo lo que nosrodea, encontraríamos muchascosas que representan ese lenguajede amor y descubriríamos más deuna razón para afirmar que el amorde Dios nos envuelve.

El amor divino se verepresentando en mil movimientos yen cientos de detalles, los cuales la

mayoría de las veces no notamospor habernos acostumbrado a ellos.Una de las cosas más sorprendentesy hermosas que podemos observar adiario es el anuncio de un nuevodía, que viene acompañado de unsol cálido y radiante en lo quellamamos amanecer. O esosmajestuosos crepúsculos que vemosen las tardes enmarcando un paisajehermoso, los cuales adornan latierra y sus alrededores. ¿Por quépasar por alto algo tan majestuoso ybello? Resulta indudable que se

trata de una muestra auténtica delamor de Dios, que a través de esteescenario nos dice: «¡Aquí estoy!».Esto es muy evidente para mí cadavez que tengo la oportunidad depresenciar un amanecer o atardecer,y más si es a la orilla del mar o enlas hermosas llanuras. Siento ellenguaje de amor por parte de Diospara mi vida. En realidad, muchascanciones han nacido allí,contemplando la hermosura de sumajestad y su amor.

Se trata de algo tan simple y

real que tú mismo lo verás. Notienes que salir de tu casa paradarte cuenta de la innumerablecantidad de cosas y ocasiones enlas que puedes percibir el hermosolenguaje del amor de Dios para tuvida. En las mañanas, hay personasque se levantan y disfrutan de unabuena taza de café… ¡y más si escolombiano! En realidad, paramuchos tomar su cafecito es un actoque conectan de manera directa a sutiempo con Dios. Se trata de algotan rico y especial, que no podemos

creer que sea ajeno a los designiosde Dios para nuestra mañana. ¿Nolo crees así? En lo personal, no esque sea muy apasionado por el café,pero si puedo disfrutar de unabuena taza de chocolate espumoso ycaliente en las mañanas, esto es unregalo muy valioso de parte deDios para el inicio de mi día.

Ahora bien, si ese lenguaje deamor, si esa caricia de Dios habitaen tu corazón y no solo lo percibesen los detalles, podrás experimentarsiempre una paz que sobrepasa todo

entendiendo. Por eso resulta devital importancia que este lenguajede amor resida en ti. Dios no soloquiere habitar en medio de sucreación, él prefiere y escogiónuestro corazón como el lugarpreferido en el cual vivir. Cuandoesto sucede, puede que el sol nosalga mañana, pero eso a ti no teafecta, ya que sabes que Dios es tucalor y tu abrigo. Puede que vengantormentas a tu vida y estés pasandopor valles oscuros en tu caminar,pero debido a que te encuentras

bajo la sombra poderosa de Dios,eso hace que tu confianza sea difícilde quebrantar.

La pasión, el perdón, un abrazo,un agradecimiento, una caricia… enmil detalles más, encuentro que setrata de Dios. Siento su lenguaje deamor.

CAPÍTULO 30

Bajo el sol

¿Qué tengo yo en lasmanos, si no tinta y papel?

¿Qué tengo yo paraofrecerte, si lo que soy mecuesta ser? Soy como el

grito que se ahoga,pidiendo al cielo su querer.

Soy como el aire que se

aleja, sin rumbo y sinproceder.

Y aquí estoy… reconozcoque lejos estoy. Y aquí

estoy… regresando al lugardel que soy.

Bajo el sol de tu ventana,reconozco lo que soy. Soy elniño que un día renunció asu camino y te entregó el

corazón. Soy poema que seextiende, soy valiente, voy

de frente, contigo yo séquién soy.

¿Qué tengo yo queocultarte, si tú me conocesbien? Cada segundo quieroamarte, lo que tú quieras

quiero ser.

Y aquí estoy… reconozcoque muero por vos.

Y aunque parezca extraño,el pasado allí quedó. Ya no

soy un extranjero, soy tuhijo, tuyo soy. Tuyo soy.

Bajo el sol de tu ventanaquiero darte mi mañana,quiero darte lo que soy.

Soy el niño que un díarenunció a su camino y teentregó el corazón. Soy

poema que se extiende, soyvaliente, voy de frente,contigo yo sé quién soy.

Bajo el sol de tu ventana, tedeclaro mi amor. Ese niño

sigue vivo y con másfuerzas que nunca, no

renuncio, aquí estoy. Aquíestoy.

En los primeros años de micaminar con Jesús, fueron varias lasveces en que hice mi oración de fe.En ella declaraba públicamente y avoz en cuello que él era mi Señor.Todo comenzó cuando apenas teníadoce años de edad. Dios se había

convertido en algo más que unareligión o una fuerza positiva. Erael centro de mi vida, y al serlo, mideclaración de fe cobraba cada díamás vida y sobre todo compromiso.Mi oración básicamente se resumíaen las siguientes palabras:

Dios, toma el control de mi vida.Te entrego todo lo que soy. Ven ysé mi Padre, mi Amigo, mi Señor.

Siempre serás mi único ysuficiente Salvador. Llévame portus caminos, enséñame tu verdad.

Renuncio a mis deseos y missueños para ir tras los tuyos. Aquí

estoy, te seré fiel por siempre.Amén.

Con esta sencilla oración leestaba entregando mi vida como unaofrenda de amor a Dios. Con ella ledaba todo lo que tenía y le otorgabael señorío absoluto sobre mi vida.En otras palabras, deseaba morirpara que él se hiciera más fuerte enmí. ¿Por qué la hice más de unavez? Debo confesar que cuando era

más pequeño por cierto temor a queno surtiera efecto, pero luego almadurar por entender que esaoración debe ser mi decisión detodos los días.

Hoy, ya han pasado más de dosdécadas desde entonces, y al mirarhacia atrás veo que muchas cosashan cambiado. Dejé de ser un niñoy me convertí en adulto,descubriendo que Dios habíadepositado en mí dones y talentosdiseñados bajo un plan. De ser unjoven independiente me convertí en

esposo y padre, llevándome así aser hoy el sacerdote de mi hogar.He visto y sentido el poder de Diosen medio de la sanidad física yespiritual. Año tras año, percibocómo Dios se ha convertido en miúnico promovedor y sustentador.De vivir en un pequeño apartamentoen el cual muchas veces se noshacía difícil pagar la renta, hoyvivo en mi propia casa, comosiempre lo soñé. De pertenecer a unministerio local en el barrio en quevivía, hoy Dios me permite ser una

voz con influencia en todo elmundo. Puedo decir con todacerteza que Dios ha sido bueno ycumplido todo lo que me haprometido; sus bendiciones hansido evidentes cada día de mi vida.

Lastimosamente, a vecesdejamos de hacer la oración, y nome refiero a repetirla en vozaudible, sino a que siga siendo elpacto de nuestro corazón. Es comosi el compromiso se olvidara y alver la bondad de Dios teacostumbraras a ella o creyeras que

estás haciendo todo bien paramerecerla. En mi opinión, ese es ungrave problema que enfrentamos ennuestro caminar con Dios. Creerque todo lo que tenemos se debe anuestros propios méritos, olvidandoque es su misericordia y su graciala que nos mantienen día a día, esun gran error.

En el momento en que escribíesta canción, así como cada vez quela canto, me recuerdo a mí mismoque sin mi Señor no tendría nadaque ofrecer, que sería como un grito

que se ahoga en la distancia, ocomo el aire que se aleja sin rumboy sin proceder. Esta canción essencillamente aquella oración que amis doce años hice con pasión yentrega. Bajo el sol de su ventana,que es el extenso cielo que noscubre, quiero día a día entregarle aDios mi vida y reafirmar minecesidad y mi dependenciaabsoluta de él.

Sigamos manteniendo el pacto yen mi caso, el deseo de aquel niñode doce años que renunció a su

camino para entregarle a Dios lapoesía de su vida. Al hacer esaentrega dejamos de ser un simpleverso de revista y nos convertimosen un poema que se extiende y en elque a diario se escribe lo que Diosdice de nosotros.

En medio de esta canción canto:Soy poema que se extiende, soyvaliente, voy de frente, contigo yosé quién soy. Y espero que esepueda ser el testimonio de cada unode nosotros. Cuando nosentregamos enteramente a Dios, se

hace práctico que él se ha entregadoplenamente a nosotros en Cristo, yentonces podemos ir de frente y ensu nombre, conociendo con certezanuestra identidad. Después de todo,tu y yo somos el único poema deDios que muchos van a conocer porprimera vez.

Nos agradaría recibirnoticias suyas.

Por favor, envíe suscomentarios sobre este libroa la dirección que aparece a

continuación.Muchas gracias.