1.África en búsqueda de una identidad
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“La salida precipitada de África en los once años que van desde 1957 a 1968 se llevó a cabo con la misma poca dignidad , y sorprendiendo al mundo tanto como lo hizo la avalancha sobre África, más de medio siglo antes. El pánico a la puerta cerrada de Bismarck atacó a Francia, Bélgica e incluso Gran Bretaña. Naturalmente las perspectivas imperiales eran ahora muy diferenes de las de 1880. Básicamente, los países percibían que la carrera, ahora, era para salir por la puerta antes de que los echaran a patadas.”
Pakenham, The Scramble for Africa, 1991-2003, 671.
1.África en búsqueda de una identidad.
1.1. Visión global de África
África, esta sola palabra parecería denotar ciertos rasgos comunes u conceptos que imperan
dentro del subconsciente colectivo ya sea en el enfoque histórico o en una conformación más global
sobre la misma concepción del término África. El termino África no goza de una concepción ni
tangible ni mucho menos clara de la realidad de dicho continente, esto debido a los distintos
enfoques y tendencias que el eurocentrismo como parte de la visión impuesta en África, ha forjado
dentro de esta colectividad social donde impera el prejuicio como síndrome directo de la ignorancia
sobre una realidad que no nos debería ni ser tan ajena ni mucho menos tan distante, ya que las
problemáticas sociales son en cierta medida y guardando la debida distancia son muy similares a
las que se enfrentan en muchas partes del mundo.
Cuando se habla de África no se tiene la misma idea de ella como se tiene de una Europa
vista; como cuna de la civilización “moderna” y “occidental”, como la única capaz de garantizar por
medio de su herencia cultural un modelo de civilización eficaz, así como sus aportes a la historia de
la humanidad, porque ¿Qué sería? de la humanidad sin las aportaciones de los filósofos griegos, o
de las aportaciones del imperio romano en el marco jurídico, o las aportaciones modernas como el
renacimiento en las artes, o la ilustración dentro de la concepción política del hombre y el
ciudadano y en el caso de la pre concepción de América se tiene a la cabeza de la misma a los
Estados Unidos como bandera insignia del progreso y del liberalismo que garantiza el camino a la
democracia. El fin supremo de toda organización política al que todo país “civilizado” debe aspirar
a lograr. Todas estas concepciones que se tienen del mal llamado hemisferio occidental son en
muchos de los casos generalizaciones de los procesos históricos de la humanidad, que han dejado de
lado a esos grandes procesos históricos suscitados en el margen del mundo como los son África y
Asia, continentes que a la concepción del hombre “moderno” y “civilizado” , son aislados e
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inaccesibles (en particular África) como para poder llevar por sí mismos un proceso de civilización
pleno, por lo menos dentro de los parámetros impuestos por esta ignorante visión del mundo como
la homogeneidad occidentalista.
África claramente existió mucho antes de que el imperialismo y el colonialismo europeo se
apoderaran de la vasta región, las relaciones de los pueblos africanos con oriente medio y así
mismo con Asía y una parte de Europa se remontan hasta antes del surgimiento del cristianismo1,
las rutas comerciales se extendían desde el centro del continente hasta las entrañas del corredor sirio
palestino, África no solo era la proveedora por excelencia de materias primas en la antigüedad, sino
que también fue y es actualmente desde la antigüedad la proveedora del oro que circulaba tanto en
Asía como en Europa, oro que le dio fama y grandeza al antiguo imperio de los Faraones en Egipto,
y que la posiciono como la veta de oro que alimento a la humanidad por varios siglos hasta el
descubrimiento de América por los europeos. Las relaciones de los distintos y muy numerosos
pueblos en África tuvieron sus propios procesos históricos de convivencia, sometimiento y
adaptación, en África existieron tanto imperios como sociedades tribales, esclavistas y mercaderes
que convivieron en su propio contexto histórico hasta la imposición del colonialismo europeo a
principios del siglo XIX.
África como continente no solo ha establecido relaciones directas con Europa y Asía desde
milenios atrás, sino que también muestra cierta división al interior de ella misma, como factores
existen muchos y muy variados, desde los geográficos al ser África un continente bastante grande y
con climas variados, hasta los étnicos y culturales al ser África una comunidad con bastantes tipos
de etnias, lenguas, dialectos, costumbres, sociedades, y comunidades que se han desarrollado al
mismo tiempo que las sociedades humanas en otras latitudes. Como factor unificador se llega a la
pre-concepción de la “raza” como una variable unificadora a la sociedad africana, aunque los
negros forman más de las dos terceras partes de su población, cantidades importantes de africanos
no son negros. Los norteafricanos, los sudaneses, los somalíes, los malgaches y los etíopes no son
negros, pues primordialmente tienen un fondo caucásico o asiático2
Aunque el factor racial parece todavía hoy en día ser el centro de un posible factor unificador
en África este, aun en su búsqueda de garantizar una sociedad equitativa en términos raciales
corresponde a una herencia propia del panafricanismo, corriente que surgió como un contrapeso a
las políticas sociales de abuso y discriminación a la raza negra y que entro en África por vía del
colonialismo, también llega a caer en excesos y hasta cierto punto únicamente mantiene una
hegemonía de idealismo en términos raciales., ya que aunque el panafricanismo fue un movimiento
mundial de hombres negros, su supervivencia como movimiento continental tiene que depender de
1FERKISS, Victor C, África en busca de una identidad, Editorial UTEHA, Mèxico, 1967, p. 313.
2 FERKISS, Victor C, África en busca de una identidad, Editorial UTEHA, Mèxico, 1967, p. 313.
2
algo más que el trasfondo racial 3.
Sin negar el pasado cultural africano y sin tratar de caer en esta visión eurocentrista de la
historia africana cabe señalar que todas estas variables que alguna vez dieron cierta unidad e
identidad a ciertas comunidades del África no se pueden vislumbrar de manera muy concreta como
factores de cierta unidad de la misma solo hasta la instauración del colonialismo europeo a
principios del siglo XIX, es decir el mayor factor integrador de cierta identidad Africana como
continente se va a gestar como respuesta o contrapeso al fin del colonialismo europeo a mediados
del siglo XX, con las luchas políticas y sociales por la independencia de los pueblos africanos, y a la
falta de este régimen impuesto por las potencias europeas en África, las nuevas naciones africanas
buscaran distintas alternativas que las lleven no solo a tener una identidad propia como continente,
sino a tener y a fabricarse una identidad propia en materia social, económica, y sobre todo política
donde el vacio del colonialismo dejara el camino libre a los nuevos estados a pugnar por uno u otro
modelo político el cual se adapte a una realidad africana.
1.2. África anterior a la colonización: la trata de esclavos
Decía Niall Ferguson4, que ahora naturalmente nos repele la esclavitud, pero lo que nos
resulta difícil de comprender es que a una persona como Newton no le repeliera. Es que la
esclavitud tenía un enorme sentido como institución económica. Los beneficios del cultivo del
azúcar eran inmensos; por otra parte los portugueses habían demostrado en Madeira y Santo Tomé
que sólo los esclavos podían aguantar el trabajo del azúcar. Los plantadores del Caribe estaban
dispuestos a pagar ocho o diez veces lo que un esclavo valía en la costa de África occidental. El
negocio para todos los blancos implicados era redondo.
Desde el siglo XVI se vio la presencia significativa de los europeos en África, y esta presencia
se liga directamente con el comercio de esclavos. Esta presencia fue latente hasta el siglo XIX,
cuando las potencias europeas se adentraron en el interior del continente para someterlo por
completo, a otra especie de esclavitud, una esclavitud sobre el terreno y a un sometimiento total. A
continuación trataremos este tráfico que se llevó a cabo durante tres siglos, por esta razón no nos
sorprende que tras la completa colonización se dieran en el continente, y también fuera de él,
procesos sociales que luchaban por la independencia africana.
La esclavitud es, bruscamente, la apropiación y utilización arbitraria de unos seres humanos
por otros; y por muy frecuente que haya resultado en el acontecer de la historia, no deja de ser un
hecho que avergüenza a la humanidad. Si nos remontamos a los orígenes, éstos se ven íntimamente
3 FERKISS, Victor C, África en busca de una identidad, Editorial UTEHA, Mèxico, 1967, p. 313. 4 FERGUSON, Niall, Empire. How Britain Made the Modern World, 2003, p. 74.
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ligados a las necesidades de los europeos de mano de obra barata para sus plantaciones en la
colonias americanas. Durante el siglo XVI Santo Tomé fue la principal proveedora de azúcar a
Europa, donde los esclavos hacían rentable el cultivo, pues como ya he mencionado, pues resistían
mejor que otras etnias el duro trabajo de la corta de la caña. En el siglo XVII, el Caribe y Brasil
tomaron el relevo de Santo Tomé. Estos nuevos lugares de cultivo, dieron paso a la ocasión perfecta
para intensificar e institucionalizar el tráfico de esclavos africanos. Paralelamente también se les
empleó en otros cultivos diferentes al de la caña, como el tabaco, el cacao, el café o el algodón.
Si hablamos de tres siglos de esclavitud, es difícil cuantificar las dimensiones a las que llegó
este tráfico humano. Además de los propios esclavos en el interior del continente 5, el comercio
exterior contaba con dos rutas, una salida hacia las costas del océano Índico, Medio Oriente, Persia,
India y China, y las posesiones europeas del océano Pacífico, y otra hacia el recién descubierto
continente americano. El primero era llevado sobre todo por mercaderes árabes y se estiman unos
veinte millones de esclavos apresados y exportados a Oriente desde África oriental. En cuanto al
tráfico atlántico6 si hay datos relativamente seguros; desde sus inicios en el año 1510 hasta 1600, se
estima que unos 275.000 esclavos negros desembarcaron en especial en tierras americanas. El dato
para el siglo XVII es de 1.300.000 personas, mientras que las cifras durante el siglo XVIII y el XIX
sobrepasaron la cantidad de 6.050.000 y 1.90.000 respectivamente. Un total de nueve millones de
personas despojadas de su libertad, sometidas a un sistema que les negaba la totalidad de sus
derechos. [Véase anexo 1]
La magnitud de las estimaciones de los esclavos desembarcados en los puertos americanos
estaría entre diez y doce millones. A estas cifras, habría que añadir las bajas que se dieron en el
transporte, ya que muchas de esas personas apresadas morían en el transcurso del viaje, una tasa de
pérdida que se establece en un 16%. Esto sumado al 9% de pérdidas en la operación de captura en
el interior de África, resulta un 25% total de pérdidas. Suena triste tratar a personas humanas en
porcentajes, y más en porcentajes de pérdidas, pues de manera innegable se les está dando el trato
inmerecido de mercancía. Y en cierto modo, era una mercancía perecedera, en el sentido de que los
esclavistas no cuidaban y el promedio de vida de un esclavo en las plantaciones no pasaba de diez
años7. Pero a pesar de ser un producto de poca duración, era un negocio realmente lucrativo para los
europeos, pues la demanda sólo crecía , al igual que su precio.
A mediados del siglo XVII se impuso un patrón de comercio triangular, que perduraría hasta
la abolición de la esclavitud en el año 18078. Los barcos zarpaban del puerto de Liverpool,
cargados de tejidos, armas, cerveza, brandy, pólvora etc, y navegaban rumbo a la costa de África,
5 Éstos nunca saldrían de África y pueden llegar a ser varios millones a lo largo de la historia. 6 Esclavos embarcados en la costa occidental de África y desembarcados en el continente americano. 7 Ph. D. Curtin, The Atlantic Slave Trade: A Census, Winscosin University Press, Madison, 1969, pp. 265-273.8 Decretada de manera unilateral por Gran Bretaña.
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Nigeria, Ghana, Costa de Marfil, Angola...y una vez allí descargaban sus mercancías, que
cambiaban a los traficantes locales por esclavos, marfil, oro y artesanías. Cargados con los esclavos,
llegaban a Jamaica9, Barbados o Trinidad10 y descargaban a los africanos supervivientes, para
entregarlos a mayoristas americanos, que los venderían finalmente a los colonos cultivadores o
plantadores. En las Antillas, los barcos se cargaban de azúcar, canela, ron, frutas y materias primas
del lugar y arribaban al puerto de Liverpool como honrados barcos mercantes. [Véase anexo 2 y
2.1]
Pero en verdad, los creadores de estas grandes fortunas ni cazaron en África, ni los
transportaron en sus barcos negreros, ni lo usaron en sus plantaciones caribeñas, pero financiaron
toda la operación y se embolsaron los beneficios del negocio. Por esta razón, los europeos no
deberíamos olvidar este episodio de la historia de nuestros antepasados y recordar que muchas de
esas fortunas se hicieron comerciando con personas humanas, tan pobres y desvalidos como los que
en la actualidad llegan a nuestras costas españolas.
Pero la trata de esclavos de la Edad Moderna, se convirtió en el gran negocio también para los
mismos africanos, o mejor dicho, para sus élites. Éstas dejaron de invertir dinero y esfuerzo en otras
ramas de negocios con el exterior para centrarse en la venta de mercancía más rentable del
momento, los seres humanos. Esto se traduce en la escalofriante cifra de cincuenta millones de
apresamientos en diez siglos.
Pero la mayor tragedia que se puede exaltar de este contexto, es que, al especializarse en la
venta de esclavos, los empresarios africanos abandonaron otras lineas de negocio que hubieran
podido llevar al establecimiento de una industria local, un comercio más diversificado y estable que
la trata de esclavos. Esto les habría llevado a un mayor desarrollo económico, pero los líderes
locales optaron por sacrificar estas alternativas económicas por un modelo de crecimiento orientado
al comercio exterior. Y en este sentido, vemos cómo por medio del tráfico de esclavos se pusieron
las bases para la dependencia económica de los países africanos, que se consolidó con la ocupación
colonial, y cuyas consecuencias perduran hasta el día de hoy. Desgraciadamente, tras el término de
la trata de esclavos, cuando las potencias europeas ya habían ocupado los países africanos, no
alentaron ni permitieron el desarrollo de las economías autóctonas, movilizando las energías que la
ausencia de la esclavitud hubiera podido liberar. Los cinco siglos de presencia europea en África
obstaculizó su posible desarrollo y sus posibilidades de alcanzar un nivel de vida similar al europeo.
En 1807, el parlamento de Reino Unido aprobó la ley que abolía el tráfico de esclavos,
Abolition of the Slave Trade Act, aunque en efecto todavía no derogaba la institución de la
esclavitud. De acuerdo a esta ley, al capitán que se sorprendiera practicando este comercio, se le
9 Colonia británica a partir de 1655.10 A raíz del estado globalizado del tráfico de esclavos, los ingleses también proveían de esclavos a las colonias
españolas y a las francesas. Así como los holandeses también proveían de esclavos a las colonias de otros países.
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sancionaría con cien libras esterlinas por cada esclavo, por lo que esto empeoró la situación, pues
los africanos eran arrojados al mar. Convirtiéndose así, en un costo de operación más. Así, quienes
luchaban para prohibir el comercio de esclavos comprendieron que la única manera de acabar con él
era abolir la institución de la esclavitud. Diez años después se aprobaría la Ley de Abolición de la
Esclavitud (1833), que restituía la libertad de todos los esclavos residentes en el Imperio británico.
Hacia 1848 el transporte de esclavos a través d ellos mares era técnicamente una actividad ilegal
para casi todos los marineros de Europa y América (menos los de España y Portugal). Así pues,
pese a los esfuerzos británicos, la demanda de mano de obra esclava continuaba creciendo. Pero a
partir de 1850, a la labor de los barcos de guerra se unió la de los cónsules británicos en tierra,
quienes intentaron de convencer a las comunidades africanas a llevar a acabo un comercio legítimo
con los europeos. Pero seguía vigente en la Costa Este por la falta de compromiso de los traficantes
árabes con las nuevas tendencias humanistas11.
Pero lo que finalmente derribó el tráfico de esclavos no fueron las acciones de las potencias
europeas, sino la progresiva disminución de la demanda de esclavos al otro lado del Atlántico.
Algunos autores han argumentado que no sólo fueron los condicionantes económicos y los cambios
en el mercado de trabajo en Europa los que acabaron con la esclavitud, sino también se debió a la
fuerza de las ideas y al trabajo de los antiesclavistas. Cuba y Brasil fueron los últimos países
occidentales y cristianos que abolieron la esclavitud de sus territorios en 1880.
1.3. Aportaciones de África a la historia mundial
África ha sido en la fase prehistórica, la cuna de la civilización y la cuna de las culturas más
antiguas del planeta. Pero lejos ya de ese momento de la historia, en el contexto de la modernidad y
de la contemporaneidad, África ha sido un continente con grandes aportaciones al resto del mundo.
Aportaciones que lamentablemente, son de tipo material, de tipo económico. Hablamos de
aportaciones que van desde los esclavos, pasando por el oro o diamantes, para culminar con el
petróleo en las etapas más recientes de la historia.
Ya desde el siglo XVI, los portugueses establecieron relaciones permanentes con África. El
oro fue lo que les atrajo y les hizo interesarse y quedarse allí. Este oro llegaba a Europa a través del
desierto del Sahara en las caravanas de comerciantes árabes. Pero a los portugueses se les ocurrió
llegar directamente a las fuentes de producción de oro, llegando así por mar a la Costa del Oro12.
[Véase anexo 3 ]
En este mismo siglo se extendió el cultivo del azúcar en las colonias de América central y sur,
11 UNESCO, 1997, 70-71.12 Los portugueses sacaban el oro de Malí, Senegal y Benín (actual Ghana), a lo que se le denominó “La costa del Oro”.
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y con ello se hizo rentable la trata masiva de esclavos, lo cual ya hemos tratado en el punto anterior.
Luis de Sebastián13, afirma que una contribución positiva que los portugueses hicieron a África es
conectarla con las nacientes redes del comercio internacional, a la vez que pusieron en contacto a
unos pueblos africanos con otros; pero ¿Acaso no podría África haber evolucionado de otra
manera? Afirma John Reader14 que si no hubiera sido por las interferencias de Europa, África podría
haber crecido sobre sus talentos indígenas y encontrado una ruta independiente hacia el presente,
una que estuviera inspirada por decisiones desde dentro más que por ejemplos del exterior. El
momento pasó, sin embargo, durante el siglo XV y no se pudo recuperar. Desde entonces la historia
de África ha sido la historia de un continente antiguo, cuyos habitantes tratan de adaptarse a los
caprichos de los modernos humanos, cuyos ancestros dejaron la tierra que fue su cuna hace 100.00
años, y que han regresado hace 500, portándose como si fueran los amos del lugar.
Los holandeses también se sumaron al comercio africano, sus barcos se dedicaban al comercio
de especias, oro, marfil y sobre todo esclavos. Pero fueron ellos, los holandeses, los primeros en
adentrarse tierra adentro en busca de espacios cultivables y de trabajadores para usarlos como
factores de la producción agrícola. Pero sin duda, el mayor comercio era el de los esclavos, para
todas las potencias importantes, portugueses, holandeses e ingleses. Éstos últimos recibieron
licencias por parte de los portugueses para comerciar en lo que se llamaba Senegambia (Senegal y
Gambia) y Sierra Leona.
Otras potencias europeas, menos relevantes como Noruega, Suecia o Dinamarca, entraron en
el comercio del oro y del marfil en las costas de África occidental, pero sobre todo, como los
anteriores, participaron activamente en el comercio de esclavos.
Dejando a un lado el tráfico de esclavos, el comercio entre europeos y africanos se orientó
sobre todo a obtener oro. El oro se hallaba tanto en el África occidental como en la oriental.
Yacimietnos en Mali y Ghana, en las cuencas del río Níger y en el Alto Volta. Se construían fuertes
de piedra15 en la Costa del Oro para guardar el oro obtenido y protegerlo de los ataques de los
piratas. En la costa del Índico, los yacimientos de Zimbabwe y Mozambique alimentaron el
comercio oriental del oro hacia Medio Oriente y el Mediterráneo.
Cabe destacar otros productos africanos codiciados por los comerciantes europeos como son
el marfil, el aceite de coco, el café, caucho, miel de abeja, especias (como la pimienta malagieta en
Guinea y el clavo en Zanzíbar) y maderas preciosas. El comercio de marfil, fue tan intenso hasta el
siglo XVIII que dio nombre a la Costa de Marfil y actualmente al Estado con ese mismo nombre.
Perdió importancia este comercio cuando en el siglo XVIII causó la muerte de infinidad de
13 SEBASTIÁN de, Luís, África, pecado de Europa, de. Trotta, Madrid, 2006, p. 27.14 READER, John, Africa. A biography of the Continent, 1999, p.368.15 Estos fuertes cambiaron frecuentemente de manos, como el denominado “El mina” de los portugueses, que luego
pasó a manos holandesas en el año 1639.
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elefantes, y fue perdiendo importancia. Pero fue sólo una vez terminado el comercio de esclavos
cuando los otros productos volvieron a cobrar importancia.
Así, podemos concluir que África si fue protagonista en la historia mundial, pero si
relacionamos todos los puntos, ha sido protagonista de modo secundario, pues ella poseía los
agentes necesarios para darle el papel principal a Europa. Fue rezagada en la historia por su
condición de pueblo ágrafo, pues bajo la visión del eurocentrismo era la condición sine qua non se
podía tener en consideración una cultura. A esto, el positivismo sostenía que la materia prima para
el estudio histórico lo constituyen las fuentes escritas, descalificando categóricamente la posibilidad
de que las culturas ágrafas pudieran rescatar su propia historia. Por su parte, el materialismo
histórico, no se preocupó por conocer la historia de las sociedades africanas y se habló de
sociedades esclavistas, feudales y precapitalistas distribuidas por doquier antes de la colonización
europea, sin tomar en cuenta las particularidades económicas, políticas y sociales de los pueblos
africanos16. Por tanto, teniendo en cuenta las consideraciones que, desde las corrientes intelectuales
europeas se tenía hacia este continente, no podemos sino afirmar que su protagonismo en la historia
fue el de un continente eclipsado por la avaricia y soberbia de otro, el europeo.
2.Ocupación tardía de África
Oficialmente la explotación de África se da con la Conferencia de Berlín, entre los años 1884
y 1885, aunque como ya hemos visto, la intromisión europea en África viene de antaño. Esta
colonización de finales del siglo XIX viene respondiendo a una serie de cambios políticos,
económicos y sociales de la época. Como puntualiza Massimango Cangabo Kagabo17, primero se da
a fines del siglo XVIII la abolición de la esclavitud en toda Europa; segundo y como consecuencia
de este movimiento, los negros se sienten cada vez más unidos y nace su ideología para la
liberación de los negros, se crea el Panafricanismo, de lo que hablaremos más tarde. Tercero, la
emancipación política empieza a extenderse por Latinoamérica y esto repercute a toda la
explotación colonial, dándose por terminada. Así pues, bajo esta coyuntura, es necesaria buscar
nuevas formas para fortalecer los nuevos imperios industriales de Europa, cuyas industrias
requieren de materias primas y nuevos mercados para su optimo desarrollo.
Mediante un documento legal y establecido por las propias potencias europeas, se reúnen en
Berlín bajo convocatoria del canciller de Alemania Otto Von Bismarck, de septiembre de 1884 a
febrero de 1885, a cuya convocatoria acudieron países como Alemania, España, Bélgica, Italia,
Inglaterra y Francia. El argumento utilizado por las mismas no era sino otro que el de extender la
16 SAAVEDRA Casco, José Arturo, África anterior a la colonización europea, CEAA-El Colegio de México, p.100.17 CANGABO Kagabo, Massimango, Colonización y descolonización en África en, Asia y África en la historia,
Universidad Autónoma Mtropolitana, México, p. 202.
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civilización, cultura y religión cristiana. Establecen por tanto el modo de organización comercial en
el continente africano.
Pero esta intromisión europea en África no pasa sólo por una nueva organización comercial,
pues se llevó a cabo toda una empresa de sometimiento, provocando numerosos cambios a todos los
niveles. En primer lugar, se lleva a cabo una perturbación de las estructuras político-administrativas
preexistentes a la llegada de los colonizadores. Como consecuencias directas, encontramos que los
europeos, al no tener en cuenta los imperios y las culturas existentes dentro de África, unieron en
una misma colonia a pueblos enemigos18 y separando hermanos19. Todo criterio llevado a cabo,
correspondía a los intereses de los colonizadores y en ningún momento se tuvo en consideración las
realidades africanas.
Lo que interesaba era la mano de obra, y se consiguió mediante el uso de la fuerza o mediante
negociaciones con los jefes tribales. Y se requiere trabajadores para las minas, en las plantaciones,
de té, café, caucho, algodón o tabaco. A su vez, también se reclutan en los nuevos centros urbanos
para ayudar a la administración en la ejecución de las normas. Poco a poco, la nueva autoridad se
impone en los diferentes territorios, desbancando a las autoridades tradicionales.
También se llevan a cabo cambios socio-culturales, pues la autoridad colonial crea escuelas
con fines de preparar gente capaz de serle útil. Se les enseña a leer y a escribir, por lo que los
nuevos ciudadanos colonizados van cambiando sus hábitos por otros nuevos y esto va creando una
gran diferenciación social. La nueva meta se convierte en alcanzar el bienestar material y el
conocimietno del hombre blanco. Por otra parte, se da una colaboración codo con codo entre la
administración colonial y la Iglesia para una mejor explotación de los africanos, lo que derivó en
“C-C-C-”, es decir, “Colonialismo, Cristianismo y Comercio”, en esas tres palabras se puedes
reducir la presencia europea en África.
3. El devenir de África: descolonización tardía y sus consecuencias
3.1. Contexto internacional: período de entreguerras e independencias
Algunos investigadores como Ki-Zerbo, B. Davidson, F. Tenaille, R. Cornevin o G.
Barraclough han tomado como decisivas en la historia contemporánea africana y antecedentes
directos de su proceso de descolonización los años de la Segunda Guerra Mundial. Se han definido
por consiguiente, para este proceso de descolonización, tres fases20; la primera, la época de los
18 Ejemplos: los Ewé de Togo que forman parte de la colonia británica de Ghana o el de los Shona y los Ndebele en Zimbabwe,
19 Ejemplos: los Bakongo, que se encuentra entre el norte de Angola, el suoeste de Zaire y el sureste del Congo, los Fangs de Gabón, de Guinea ecuatorial y del Camerún.
20 MORÁN, Fernando, et alli, “El despertar de África: fin del colonialismo europeo”. Siglo XX Historia Universal,
9
conflictos internacionales, desde la crisis etíope a la Segunda Guerra Mundial (1935-45). Una
segunda en la que se da la lucha por la independencia y la revolución africanas con el final del
colonialismo (1945-60). Y por último la África “independiente” y actual (desde 1960 hasta nuestros
días). Como dijo W. Sokolsky, el siglo XX se ha convertido en en el siglo de la emancipación
colonial, el siglo de la revolución que ha de continuar hasta presenciar la liberación total de África
del dominio colonial y de la explotación imperialista.
La primera fase, entre 1919 y 1945, son los antecedentes de las independencias africanas. Las
luchas y convulsiones de las dos guerras mundiales, de 1914-1918 y 1939-1945, pusieron fin a la
justificación ideológica y política del colonialismo. Los colonialistas hicieron un análisis costo-
beneficio y, al ver que el negocio no era rentable, decidieron que su mejor opción era irse del
continente dejando la administración, para de ese modo poder seguir explotándolas como hasta
antes del reparto de África, desde la seguridad de su propio país.
Después de la Primera Guerra Mundial, en la que los súbditos de las colonias habían luchado
junto a los soldados de la metrópoli para la defensa de ésta [Véase anexo 4 y 4.1]. Por
agradecimiento a la colaboración de las tropas africanas, los poderes coloniales se encontraron con
la obligación de hacer más por las poblaciones de las colonias de lo que habían hecho hasta
entonces. Además influyó el factor de la Sociedad de Naciones21, al hacerse cargo de las colonias
alemanas (Tanganika, Namibia, Camerún y Togo), introdujo otra forma de pensar y de relacionarse
con las colonias. Con la Conferencia de Versalles de 1919 los vencedores se repartieron de nuevo
África. Pero este reparto fue algo diferente, pues un anti-colonialista, el presidente norteamericano
Woodrow Wilson, llevó una brisa de esperanza a las colonias. Se creó una figura jurídica
internacional del mandato, su misión era la de beneficiar a los pueblos que todavía no son capaces
de valerse por sí mismos en el mundo moderno. Entre los Estados miembros de la Sociedad de
Naciones se gozaba de igualdad comercial; en ellos no se podían establecer bases militares y se
prohibía el tráfico de esclavos, el comercio de armas y la venta de alcohol. A los habitantes se les
garantizaba la libertad de conciencia y religión. Wilson buscaba en el futuro una independencia de
las colonias. Pero estas aspiraciones se vieron truncadas con el debilitamiento de la organización
internacional en la década de 1930, la Sociedad de Naciones no pudo impedir la entrada de
Mussolini en Etiopía en 1935. Y aunque el sistema de mandatos fue en cierto modo un fracaso,
introdujo en la discusión internacional la preocupación por el bienestar de los pueblos colonizados.
Las Naciones Unidas, que viene caminando sobre las huellas de la Sociedad e Naciones, retomarían
el llamamiento de ésta para que las colonias avanzaran por el camino del autogobierno hacia la
nº28, p. 5.
21 Traducción española de la denominación en inglés League of Nations, precursora de las Naciones Unidas.
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independencia plena.
Pero lo que realmente produjo un cambio cuantitativo fueron los sucesos de la Segunda
Guerra Mundial. La contribución que hicieron las colonias a los esfuerzos bélicos de los aliados en
la lucha contra las fuerzas del eje fue superior a la que aportaron en la Primera Guerra Mundial. Los
países del norte y del Cuerno de África enviaron también soldados a los diferentes frentes europeos.
Entre 1943 a 1945, 385.000 norteafricanos participaron en las campañas francesas. A su vez, los
británicos también recibieron la ayuda de sudaneses, kenyanos, ugandeses y nigerianos en la
defensa de la tiranía nazi. África fue la clave para los europeos en la defensa de la
autodeterminación y la libertad frente al nazismo. Bajo esta coyuntura, tanto Francia como Gran
Bretaña, no podían continuar, tras la victoria de 1945, con el ejercicio del poder colonial de la
misma manera que antes de la guerra. La soberanía de las colonias era el único fin posible a este
proceso.
Bajo la creciente influencia de las fuerzas nacionalistas que abogaban por la independencia,
junto con la influencia de los Estados Unidos sobre sus aliados durante la Segunda Guerra Mundial
fueron esenciales para iniciar el proceso de descolonización. A esto, debemos agregarle el hecho de
que las dos nuevas potencias mundiales que resultaron de la Segunda Guerra Mundial, la URSS y
Estados Unidos, rivalizaron en mostrarse cada cual más anticolonialista que la otra. La actitud de
las dos potencias sirvió para animar y fortalecer los movimientos de emancipación. Durante las
primeras escaramuzas de la Guerra Fría los movimietnos de emancipación africanos se vieron
beneficiados gracias al predominio en las altas esferas de la política internacional de una clara
mentalidad anticolonialista. Pues como dijo Kwame Nkrumah, si no hubiera sido por Rusia el
movimiento africano de liberación hubiera sufrido la represión más brutal.
La segunda fase, va desde 1945 a 1960, con el desarrollo y consolidación de los
nacionalismos africanos, cubre los años de la revolución y de la lucha por la independencia.
Comienzan entre 1952 y 1956 en el África islámica septentrional22 y entre 1957 y 1960 en el África
subsahariana23. En esta fase se manifiestan radicalmente los movimientos revolucionarios de los
pueblos africanos por la independencia y contra el colonialismo europeo.
Junto a la continuidad de las tradiciones africanas, la amplitud de los cambios en África con
anterioridad a la Segunda Guerra Mundial y durante el transcurso de la misma, son los elementos
fundamentales del surgimiento del nacionalismo africano y de su lucha revolucionaria por la
independencia política. Influyen también otros factores en el cambio de África: en primer lugar,
habían asimilado las ideas, técnicas e instituciones occidentales y estaban en disposición de poder
22 En 1952 se da la revolución en Egipto y en 1956 obtienen la independencia Sudán, Túnez y Marruecos.23 En 1957 consigue la independencia Ghana, en 1958 Guiena y en 1960 Nigeria.
11
volverlas contra las fuerzas ocupantes y en segundo lugar, tenían la vitalidad y capacidad de
autorrenovación de esas sociedades.
La tercera, de 1960 a 1980, acceden a la independencia la gran mayoría de los países
africanos, recibe impulso el ideal panafricanista al constituirse la OUA y se radicalizan al
constituirse los movimientos de liberación contra las resistencias colonialistas, que no logran
detener el proceso de las independencias. Al mismo tiempo que se van produciendo las
independencias, se plantean los nuevos problemas de la vida independiente entre los nacientes
Estados africanos, que convulsionan al continente y caracterizan su agitada evolución hasta nuestros
días. Bajo estas condiciones, nació a lo largo de los años 60 una África independiente, configurada
por una gran diversidad de Estados, enfrentada a problemas socio-económicos, como el
subdesarrollo y el neocolonialismo. El proceso descolonizador africano se produce en el marco de
unas determinadas áreas geopolíticas que, definidas tanto por la geografía como por el legado de la
colonización, actúan de manera decisiva en la configuración geohistórica del África independiente.
Estas áreas son24:
-África islámica septentrional, situada al norte del Sahara, y extendida entre el Atlántico, el
Mediterráneo y el Mar Rojo. Comprende los países desde el Magreb, al oeste, hasta el Nilo, al este.
La integran protectorados y departamentos bajo administración colonial metropolitana tanto
francesa como británica.
-África británica, distribuida por las regiones occidental, oriental, central y austral del
continente, y sometida a distintos tipos de régimen colonial, aunque con el elemento común del
sistema de administración indirecta.
-África francesa, agrupada en las regiones occidental, ecuatorial y oriental del continente,
también sujeta a diversos tipos de régimen colonial, pero en este caso con una Administración más
vinculada a la evolución de la metrópoli y que propicia los sistemas de asociación y asimilación.
-África belga, localizada en la región central del continente y con una Administración colonial
partidaria de la integración.
-África española, centrada en las zonas de Guinea Ecuatorial y Sahara occidental, bajo una
Administración colonial que evoluciona de la integración a la provincialización.
-África portuguesa, repartida en las regiones occidentales y australes del continente, abierta
tanto hacia el Atlántico como hacia el Indico, y sujeta igualmente a una Administración colonial que
pasa de la integración a la provincialización, para generar las más duras guerras revolucionarias
coloniales.
24 MORÁN, Fernando, et alli, “El despertar de África: fin del colonialismo europeo”. Siglo XX Historia Universal, nº28, p. 10.
12
En año 1960 es el considerado por la Naciones Unidas como el “año de las independencias
africanas”. Fueron unos dieciséis países los que lograron su independencia y se adhieren a la
organización universal. Luego seeguirá aumentando el número de territorios desocupados; los dos
últimos territorios que salieron del marco oclonial fueron Zimbabwe en 1980 y Nambia en 1991. los
nuevos Estados independientes se enfrentan desde un principio a varios problemas para despegar en
su camino hacia el bienestar. [Véase anexo 5]
En primer lugar, estos nuevos Estados una vez accedida a la independencia no rompen sus
vínculos con las antiguas metrópolis, la cuales elaboran nuevas estrategias de control sobre ellos.
Los nuevos regímenes políticos reflejan las mismas instituciones políticas metropolitanas. La
transferencia ciega del modelo político metropolitano no tardará en producir problemas en sus
nuevos gobiernos. Éstos no cumplirán con las masas que le ayudaron a derrocar al imperio colonial,
empiezan a enfrentarse a problemas sociales hasta ser cuestionados por las mismas masas. La
paulatina pérdida de confianza del pueblo hacia sus gobernantes desembocará en una situación de
inestabilidad política gubernamental. En presencia de esta inestabilidad junto con las consecuencias
socio-políticas y económicas que derivan de la misma, aparecerán otros foco de poderes internos
que tratan de derrocar a los gobiernos.
En los primeros años de independencia de muchos de estos nuevos Estados conocen la
desestabilización interna que se traduce en luchas tribales25, escasez de bienes básicos o en falta de
personal técnico preparado para proseguir el proceso independentista.
Por otra parte, se da el resurgimiento de las entidades étnicas en el seno de los nuevos
Estados, producto de la colonización que buscan construir Estados Nacionales de tipo europeo. Éste
es el mayor reto que los gobernantes africanos han podido desafiar hasta hoy día. Además de esto,
otro factor que que bloquea e impide el desarrollo del camino del bienestar, es ellos intereses de
antiguas metrópolis y otros países desarrollados que tratan de controlar las políticas y las economías
de los nuevos Estados africanos en continua situación de subdesarrollo. El mayor problema y por lo
que se da esta situación es por la doble complicidad establecida entre algunos gobernantes africanos
y ciertos centros de poder económico del mundo desarrollado.
3.2. Los Movimientos nacionales y el Panafricanismo
Estos cambios produjeron renovaciones económicas, sociales e ideológicos, lo que constituyó
los fundamentos para el desarrollo de los nacionalismos africanos, que se organiza para la acción
política y se manifiesta a favor de la independencia. Los nacionalismos se expresan y desarrollan a
25 Ejemplos: las matanzas en Burundi en 1988 entre los Batusi y los Bahutu; o en Ruanda, el intento de exterminio de la población tutsi por parte del gobierno hegemónico hutu en 1994. Véase http://www.youtube.com/watch?v=rsetrWlpwZk
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partir de un doble marco: por un lado sobre la base de la tradición y la historia del propio pueblo
como herencia de una identidad y comunidad nacional, y, por otro, a través de las coordenadas
creadas por el colonialismo como configuradoras de algunos de los elementos componentes d ella
nueva nación. Según J. Ki-Zerbo, se trata de un despertar nacional, del resurgimiento de una
personalidad que intenta formarse oponiéndose al poder establecido. De este modo, podría
considerarse que el nacionalismo africano tiene su origen en los primeros choques con los
extranjeros. Los movimientos nacionalistas van a ser apoyados por diferentes organismos, pero el
instrumento específico de lucha será el partido político. , que según afirma J. Ki-Zerbo, los grupos
motores del nacionalismo africano son los sindicatos, los intelectuales, movimientos estudiantiles,
las iglesias y sobre todo los partidos políticos.
Los fenómenos de toma de conciencia nacional en África se sitúan en un período restringido y
homogéneo, distinguiendo tres objetivos en los movimientos nacionales: la reforma social, la
unificación del país y la independencia nacional. El principal ingrediente del nacionalismo lo
constituye la voluntad de ser una nación, por lo que a pesar de las disputas fronterizas, de la fricción
interna o de la inestabilidad de los regímenes, el nacionalismo africano llegó a ser una realidad
creciente. Ya en la institución colonial había una estratificación entre las élites y las masas
populares; esas élites constituyen unas minorías privilegiadas y modernizadas por la acción
colonial, jugando un papel determinante en los movimientos nacionales y que refuerzan su posición
dirigente durante la independencia.
Los movimientos nacionales nunca se han expresado en estado puro y el campo de acción
político ha sido permeabilizado y sobrepasado por los niveles sociales, tribales y religiosos; en
muchos casos la reivindicación nacional ha sido obra de élites. Las masas participan en el
movimiento nacional a través de diversos modelos de acción: rebeliones campesinas, asociaciones
de carácter étnico, agrupaciones religiosas e instituciones de tipo moderno (sindicatos, uniones
estudiantiles, partidos políticos). A través del movimiento nacional, animado por los grupos
dirigentes, los países de África negra se constituyen en naciones, por encima de rivalidades
complejas que parecían superadas en función de una lucha común contra las potencias coloniales
europeas. Cada movimiento nacional por la independencia, según afirma K. Nkrumeh, contiene dos
elementos: la exigencia de libertad política y la revolución contra la pobreza y la explotación. Estos
movimientos nacionalistas fueron surgiendo y organizándose como asociaciones y partidos políticos
que intervienen cada vez más en la lucha por la anhelada independencia.
Otro factor de concienciación e impulso hacia la independencia entre los dirigentes y los
pueblos africanos estuvo representado por el Panafricanismo. Éste constituye la expresión de
solidaridad y unión entre todos los pueblos de África con su lucha contra el colonialismo europeo y
14
a favor de la unidad de todo el continente africano. Este movimiento se inicia de manera incierta a
finales del siglo XIX, y se cristaliza con la creación de la OUA26.
Las aspiraciones de unión y solidaridad africanas se dan tanto en el interior del continente
como entre los negros de América, donde se habla de la necesidad de que la promoción de los
africanos serealizara con métodos propios. Será entre desde los primeros años del siglo XX y entre
los negros de las Antillas y de Norteamérica donde la idea germinó con más fuerza comenzando a
utilizarse el concepto de Panafricanismo. En 1914 Marcus Garvey fundó la Asociación Universal
para la Promoción de los Negros. Pero el verdadero creador y teórico del movimiento fue el doctor
y profesor en sociología W.E.B. Du Bois, un afroamericano que fundó la Asociación Nacional para
la Promoción de la Gente de Color. Él organizó diversos congresos panafricanos y puso en marcha
el movimiento como manifestación de solidaridad y unión entre los negros africanos, todavía con
un carácter racial y socio-cultural más que político.
Se celebraron hasta cuatro Congresos panafricanos, pero el Panafricanismo perdió fuerza en
torno al año 1929, fracaso agravado por la crisis económica que afectaba al mundo occidental. Sin
embargo, durante la década de 1930 el espíritu del Panafricanismo se mantuvo por el sentido de
solidaridad negro-africana que avivó el ataque de la Italia de Mussolini contra Etiopía en el año
1935. Así, el V Congreso Panafricano fue el más importante y trascendental que cualquiera de los
anteriores. Se celebró en Manchester en el año 1945 y significó una revitalización del movimiento
con una nueva orientación, la política. Asistieron 200 delegados entre los que se encontraban figuras
como K. Nkrumah27. [Véase anexo 6 y 6.1]
En este V Congreso, los temas debatidos fueron el antiimperialismo y anticolonialismo, y se
reivindicó la independencia nacional, por primera vez explícitamente; todo ello marco de una
opción socialista. También se destacó la necesidad de movimientos bien organizados, unidos como
condición primaria para el éxito de la lucha. De este modo, el Panafricanismo se convertía en una
expresión del nacionalismo y la unidad africanos.
Con el término de este quinto congreso, se creó un comité de trabajo presidido por Du Bois y
con K Nkrumahde secretario, pasándose a una acción directa en África. De 1957 a 1963 se
extiende la última fase del movimiento impulsado por Ghana independiente, presidida por K.
Nkrumah, que lleva a la creación de la ya mencionada OUA en 1963.
El resultado de todo este proceso del Panafricanismo y su realización más notable es la
creación de la OUA en Addis Abeba, cuando la mayoría de los países africanos ya eran
26 La Organización para la Unidad Africana (OUA) fue una organización regional que agrupaba a los países del continente africano. Fue fundada el 25 de mayo de 1963 (un año después de la disolución de la Unión de Estados Africanos) y reemplazada el del 9 de julio por la Unión Africana.
27 Kwame Nkrumah (Francis Nwia Nkrumah) (21 de septiembre de 1909 en Nkroful, Costa de Oro- 27 de abril de 1972 en Bucarest, Rumanía) fue uno de los líderes políticos de la independencia de Ghana, llegando a ser Primer jefe de gobierno entre los años 1957-1960 y presidente de Ghana entre los años 1960-1966.
15
independientes.
3.3.Dicotomía entre Tradicionalismo y Modernización
Afirmaba un sociólogo francés, Raymond Aron, que en el siglo XX la humanidad entró en la
Era de la Historia Universal. Son las Naciones Unidas simbolizan el advenimiento de dicha era.
Esta coyuntura solo ha sido posible por la adopción del sistema de dominio mundial ejercido por los
pueblos europeos. A pesar de la propagación poscolonial de la independencia política y de los
impulsos para reafirmar las actitudes culturales tradicionales, la civilización industrial moderna, que
históricamente es creación del Occidente, se ha convertido en factor dominante en todo el mundo.
El problema de las naciones recién creadas, es que buscan su independencia política a través de una
mayor independencia cultural y económica en un mundo cada vez más relacionado.
La actual política africana, tanto interior como exterior, no consiste en desear la destrucción
del colonialismo y crear nuevas naciones-estados. Lo que realmente está en juego es el papel que
África desempeñará en esta era de la historia universal de la que ya hemos hablado. La
independencia buscada como condición previa para la presencia de África en los asuntos
internacionales, con el fin de añadir un motivo específicamente africano a la sinfonía humana28.
El Occidente puede añorar el pasado, pero no tiene necesidad de sentirse traidor a sus raíces al
escoger el presente, es decir, la modernización impuesta por los europeos, o incluso un futuro en un
mundo tecnológico y racional. Sin embargo, para muchos pueblos esto no es tan fácil, como para
los pueblos africanos. Tal vez deseen formar parte del nuevo mundo y compartir sus beneficios.
Pero la medicina es una invención europea, así como el sistema industrial o la dirección científica
de los negocios y del gobierno. ¿Es la modernización necesariamente un proceso de
occidentalización y desafricanización? El africano busca desesperadamente una respuesta a esa
pregunta, y espera que la respuesta sea un no.
Se afirma que África creará una nueva cultura, que será una amalgama de lo mejor de
Occidente y de la tradición africana; cultura esencialmente europea en sus aspectos materiales, pero
africana en sus facetas social y espiritual. El surgimiento de los ritos antiguos y de vestimentas
tradicionales, el cultivo del arte y de la música indígena, la proclamación de la democracia africana
y del socialismo africano, todo ello son elementos de dicha búsqueda de una nueva síntesis. Aunque
es dudoso que sea posible adquirir y utilizar eficazmente los elementos materiales de una cultura a
la vez que se retienen las modalidades de pensamiento y las instituciones sociales de otra.
Esta amalgama provocará que África siga siendo subalterna e inferior; sólo si la propia África
posee algo único será posible considerarse a sí misma como miembro pleno de la comunidad
28 FERKISS, Victor C, África en busca de una identidad, Editorial UTEHA, Mèxico, 1967, p. 313.
16
mundial. De este modo, procuran que sus rasgos, los ya mencionados, el arte, la música, el sentido
de comunidad o el carácter sagrado, sean una muestra para el mundo de que es posible tener
socialismo democrático, y no represivo, y democracia comunitaria, y no individualista. África es un
cautivo que acaba de ser liberado de sus cadenas, pero todavía no camina sola.
3.4. La perspectiva económica de África
África ha sido vista desde la colonización y a causa de la visión eurocentrista que impera en
su realidad como un continente proveedor de materias primas y de mano de obra barata, donde la
riqueza se mantiene en el aprovechamiento de sus recursos naturales, de los cuales las últimas
décadas África ha sacado muy poco provecho directo, en el contexto internacional África ha sido un
campo de batalla por la superioridad de las súper potencias Europeas por mantener una hegemonía
dentro de la propia África pero también para mantenerla a nivel territorial y continental con otras
potencias. Esta lucha se asentó más profundamente durante el siglo XIX con la instauración de una
nueva estructura, la estructura del colonialismo, la cual se adaptaría en el medio hasta formar una
realidad social que estratificaría, no solo a la sociedad huésped, sino también a su economía
llevando a África a una sumisión total no solo de carácter social, sino también de carácter
económico, lo cual la llevaría en años posteriores a su liberación a una serie de tropiezos en el
manejo de su economía que como resultado sumiría al continente en el camino sin salida del
tercermundismo, impuesto por las economías desarrolladas de las potencias extranjeras.
África exhibe la herencia de una historia marcada, desde el siglo XVI, por relaciones
asimétricas con Europa: comercio de esclavos y colonización. Desde la época independentista, a
partir de la década de 1960, los 54 estados que la integran se esfuerzan por recuperar la iniciativa
política y un sentido de pertenencia propio. Sin embargo, estos anhelos aparecen estrechamente
limitados por las dificultades económicas y políticas que sufren la mayoría de los países, que son a
la vez obstáculos para adaptarse a las exigencias de los planes de ajuste estructural del FMI y otros
organismos Internacionales, como es el caso de la OMC.29
Existen distintas causas que llevaron a África a este planteamiento de inferioridad y de
sumisión de su estructura económica, y para poder exponerlo debidamente se tienen que analizar
dos relaciones altamente importantes para conocer la tumultuosa realidad de dominio que aún se
ejerce sobre África. En primer lugar la relación que mantiene África con las distintas potencias
occidentales, tanto de Europa como de los Estados Unidos, y en segundo lugar la relación que esta
29 ESCUDERO,Ezequiel,http://www.fundaciondemocracia.org.ar/biblioteca/Africa%20en%20el%20contexto%20internacional%20actual.%20El%20paradigma%20del%20continente%20negro.%20Autor.%20Lic.%20Ezequiel%20Escudero.pdf. (Consulta 17 de septiembre del 2013)
17
lleva a su vez con la comunidad internacional, a través de las organizaciones internacionales,
lideradas por la ONU y la OTAN, aunque en el caso económico las que mayor sometimiento
infieren a África son los distintos organismos internacionales como: el FMI y la OCDE entre otros,
cabe señalar que este sometimiento económico, principalmente busca llevar a África al margen de la
realidad económica internacional de desarrollo, es decir que para que África logre sobre ponerse a
las distintas crisis económicas, primero debe estar al margen de las tendencias y proyectos
económicos que imperan en el resto del mundo y llevarlos a la practica en su propia realidad
económica, (esto desde el punto de vista de los organismos internacionales), pese a esto los distintos
proyectos aparentemente diseñados para la realidad económica africana aún no han alcanzado
solución alguna al problema principal de las naciones africanas el cuál es, la falta de estructura
económica propia y la falta de un estado sólido que proteja tanto a los intereses de una sociedad
polarizada y en conflicto, como a su propia economía local que no puede competir al margen de los
estándares impuestos de la economía globalizadora transnacional.
3.5. África y Europa una relación de dominio
Desde la conferencia de Berlín en 1885, se plasmaron los diferentes formulamientos jurídicos
de las distintas potencias Europeas para su intervención en África, así pues en esta conferencia se
dio el reparto de África por parte de las distintas potencias europeas, desde ese momento las
relaciones entre África y Europa se caracterizaron por ser relaciones de dominio, donde las grandes
potencias no solo instauraban un nuevo marco jurídico y político sobre las colonias, sino que se
modifico la estructura original para remplazarla con una que cumpliera con los intereses de las
metrópolis en cuestión.
Muchos de los países africanos alcanzaron su independencia entre 1956 y 1960, lo que llevo
a las distintas potencias que mantenían colonias en África a replantearse la relación con las nuevas
naciones. Tras el conflicto bélico de la Segunda Guerra Mundial Europa se vio altamente
desgastada para mantener un sistema colonial solido y capaz de mantener una hegemonía total de
dominio dentro de las distantes colonias Africanas, Por lo que se podía suponer que una vez
alcanzadas las independencias africanas y los acuerdos militares celebrados con las potencias
coloniales, los países africanos habrían logrado cierta autonomía para poder resolver sus conflictos
sociales interiores y exteriores, sin la intervención de naciones extranjeras, sin embargo eso no
ocurrió ya que tras pocos años de lograr sus independencias la mayoría de las nuevas repúblicas
africanas sufriría en años posteriores de intervenciones militares por parte de potencias europeas
extranjeras, tendiendo Francia un papel imperante dentro de ellas. El sociólogo y economista centro
africano Yarisse Zoctizoum nos muestra un panorama sobre el dominio real que ejercían las
18
potencias europeas hacia 1985 Zoctizoum señala que: … es necesario precisar que este país
(Francia) parece ser la única potencia europea que, en la coyuntura actual, tiene la probabilidad de
intervenir militarmente en África. Las otras grandes potencias están limitadas por diversos
motivos… Alemania por razones ligadas a la última guerra mundial, no puede intervenir más que en
el marco de los acuerdos de transferencia de tecnología militar… En el caso de Inglaterra… hace
veinte a.os que no ha efectuado una intervención militar directa… Finalmente, la defensa de los
intereses británicos en África no esta contemplada dentro de los planes de defensa de la Gran
Bretaña… Bélgica tiene un potencial débil y no puede intervenir sola directamente en sus colonias,
por su parte Portugal, sin la OTAN, no representa ninguna fuerza en África{punto y coma} la
España de Franco, y también la actual siempre tuvo muchos problemas con los vascos, su colonia
interior, lo que impidió intervenir directamente en África… La Unión Soviética y los Estados
Unidos lo hacen de manera indirecta, a través de la cooperación5
Por lo tanto según el planteamiento de este autor la hegemonía e intervención política y miliar
posterior a la descolonización de África era Francia, país que durante el colonialismo mantuvo
colonias de gran extensión territorial, y por lo tanto un mayor dominio de las mismas tras la
independencia, en el papel de intervencionismo Francia se muestra como la principal potencia en
influir en las diferentes tomas de decisiones de sus viejas colonias, principalmente en el África
central, así pues podemos decir que la intervención de Francia en África solo es recurrente cuando
los intereses políticos y económicos de Francia se ven amenazados, ya sea por golpes de Estado u
algún otro factor externo que desestabilice a la hegemonía francesa en la región.
Cabe señalar que no todas las intervenciones son directamente militares, también existen
intervenciones de cooperación militar, en el plano de una defensa mutua | África y las potencias
extranjeras donde Francia tiene un papel importante |, la poca experiencia en gran parte de África
para la conformación de ejércitos profesionales, han llevado a cierta codependencia de las nuevas
naciones africanas de las grandes potencias para mantener cierta estabilidad interna.
3.6. África y Los Estados Unidos.
Los Estados Unidos dentro del territorio africano no han tenido mucha injerencia desde un
punto de vista colonizador, por lo menos no como lo tiene en otros territorios como América Latina
o Asía, pese a estos factores el lazo cultural que comparte Estados Unidos con África es una fuerte
relación cultural en cuanto a raza, esto debido a los años de esclavitud negra originaria de África en
los Estados Unidos, la cual se prolongó por más tiempo que en América Latina, y cuya
discriminación racial perduro hasta bien entrada la segunda década del s. XX, así pues los
afroamericanos han buscado establecer lazos con su origen africano, lo cual ha devenido en una
19
serie de corrientes intelectuales pro africanistas, en busca de legitimar tanto su cultura como su
historia, pero más allá del plano cultural que esta relación pueda tener los intereses de los Estados
Unidos son más de corte comercial neoliberal para el usufructo de los recursos naturales del
continente. La lucha por la hegemonía por parte de los dos sistemas políticos e ideológicos dentro
del marco de la guerra fría llamarían el interés de los Estados Unidos por frenar el avance
comunista dentro de la región, así pues pese al fin de y desde la guerra fría Estados Unidos ha
impulsado a través de las organizaciones mundiales establecer una democracia multipartidista, que
responda a sus intereses personales, pese al descontento de la población del más bajo estrato social
que sufre las penurias de lidiar con las constantes guerras civiles y pugnas políticas por el control
del poder en las distintas naciones africanas.
3.7. África y su relación con las organizaciones internacionales.
El continente africano desde su independencia ha mantenido un papel importante como parte
de los países subdesarrollados integrados a la ONU, sobrepasando el número de países de economía
emergente en otras latitudes, como los países Latinoamericanos o Asiáticos, las naciones africanas
tienen un papel importante dentro de las Naciones Unidas, ya que dentro de este el máximo
organismo internacional los votos tanto de una superpotencia, como de un país en desarrollo son
igualmente cuantificables dentro del marco de la toma de decisiones a nivel internacional, por lo
que pese a que, A pesar de su potencial, África es un continente relativamente débil desde el punto
de vista económico, militar y aún demográfico. Pero las organizaciones internacionales, al subrayar
el principio de soberanía, dan poder sobre los asuntos internacionales tanto a los débiles como a los
fuertes30. La relación entre África y la ONU es una relación muy estrecha, debido a que una tercera
parte de las naciones que conforman la unión son de origen africano, y esto influye notablemente
dentro de la misma ONU, ya que por citar un ejemplo, las Naciones Unidas estuvieron al borde de
un colapso en 1965 a raíz de las controversias surgidas con la intervención dentro de la crisis del
Congo. La influencia no solo ha recaído en África hacia la ONU, sino también a la inversa, ya que
la ONU ha jugado un papel importante al momento del surgimiento de nuevas naciones africanas
que nacen bajo el amparo y reconocimiento de la misma organización, y esto da en cierta forma
una señal de soberanía a los débiles estados Africanos frente a la comunidad internacional, así que
se puede decir que desde la descolonización e independencia de las naciones africanas y desde los
años 60’s hasta los años 80’s con la caída del sistema soviético las Naciones Unidas han servido de:
… arena en la que África podía intentar encontrarse así misma y expresarse al mundo, es decir han
30. ZOCTIZOUM, Yarisse, Afica, problemas y perspectivas, Editorial El Colegio de Mèxico, Mèxico, 1992, p. 277.
20
sido un escenario sobre el cual podía proclamarse y desarrollarse la personalidad africana31.
Pese a toda esta cooperación dentro de la ONU para lograr dar un peso importante a los
asuntos que competen a África la participación de las naciones africanas en debates de gran
discusión internacional aun es débil, con respecto a la presión ejercida por las grandes potencias
como Estados Unidos, Rusia, China, Francia o Inglaterra en asuntos vinculados al dominio de estas
potencias sobre países menos favorecidos, como lo han hecho las grandes potencias en el caso de la
unión de China a la ONU, la problemática en el Tíbet y Hungría, la crisis de los misiles en Cuba, y
el canal de Suez en la década de los años 60’s , muestran claramente la hegemonía de las grandes
potencias en el momento de tomar decisiones trascendentales a nivel mundial, excluyendo de la
discusión a países de menor relevancia y peso estratégico como lo son la mayoría de las naciones
africanas.
3.8. El papel de África en la globalización mundial: subdesarrollo y crisis económica.
A mediados de la década de los 60’s África tenía un empuje entusiasta hacia una nueva visión
de independencia colonial, lo cual disparo los precios de las materias primas y así se logró disimular
el la quiebra de los modelos desarrollo heredados de la época colonial32, Esto duro hasta principios
de los años ochenta donde la economía africana llego a la comprensión total de su realidad
económica, lo cual enfrento a las nuevas naciones a un desequilibrio económico entre las ofertas y
las demandas internas, que provoco con ello un alza en los déficit externos y la caída del
crecimiento económico, principalmente debido a dos causas las externas, que tenían que ver con la
caída de los precios de los productos básicos, el alza de las tasas de interés, así como la disminución
del comercio mundial, por otro lado el factor interno fue un problema estructural, a causa de las
debilidades en la competitividad interna, la falta de incomparescencia del dominio de las finanza
públicas, así como una política inadecuada de la inversión y las carencias institucionales , por lo que
para mitigar en cierta medida estos desequilibrios económicos la política de los estados africanos ha
sido la de recurrir a préstamos al extranjero, El problema de las naciones africanas consistió en, a la
falta de organización de sus finanzas públicas y sin un respaldo económico externo para poder
pagar sus deudas, la mayoría de las naciones se han sujetado al programa de recuperación elaborado
por el FMI y el Banco Mundial, lo cual puso a merced de los lineamientos estructurales de estos
organismos a toda la economía africana. El ajuste alcanzado por parte de las naciones africanas
llevo a comprometer a los estados en primer lugar a lograr la estabilización de de los déficit de los
31 ZOCTIZOUM, Yarisse, Afica, problemas y perspectivas, Editorial El Colegio de Mèxico, Mèxico, 1992, p. 277. 32 ESCUDERO, Ezequiel, http://www.fundaciondemocracia.org.ar/biblioteca/Africa%20en%20el%20contexto%20internacional%20actual.%20El%20paradigma%20del%20continente%20negro.%20Autor.%20Lic.%20Ezequiel%20Escudero.pdf . (Consulta 17 de septiembre del 2013)
21
pagos corrientes y del presupuesto estatal, y con esto denotaría en una recesión de la demanda
interna a nivel de las actividades económicas locales. En segundo lugar los estados alineados con
los planteamientos del FMI, tuvieron que hacer las reformas estructurales necesarias, con el fin de
impulsar el crecimiento de la demanda, y la competitividad interna, lo cual llevo a una alza súbita
de precios básicos, y a una reducción del gasto público y servicios, por lo que la población africana
se vio altamente afectada, salvo sus contadas excepciones el continente africano se vio sumergido
desde principios de la década de los 80’s a una crisis impuesta por estos organismos internacionales,
a causa inmediata de una falta de un estado sólido y de una estructura económica propia o en su
defecto adecuada para la realidad económica del continente africano.
3.9. África y el nuevo interés por su economía.
La economía en africana no ha cambiado mucho desde la descolonización y desde las
independencias nacionales, únicamente han cambiado las estructuras económicas coloniales, se
podría decir que solo de nombre, ya que el sistema económico colonial ha quedado de lado y ha
sido sustituido por la pujante política económica neoliberal en aras de la globalización y el libre
mercado, que solo responde a los intereses de mercado de las grandes potencias, teniendo a
organismos internacionales como principales actores dentro de la imposición de distintos modelos
económicos que pongan a África en la marcha de la globalización.
África como continente ha sido considerado como un continente de Tercer Mundo en el cual
sus naciones están aún en vías de desarrollo, es decir que su economía aun no alcanza niveles de
crecimiento lo suficientemente altos para depender al mínimo de los préstamos o créditos tanto a
otras naciones extranjeras como a organismos internacionales como el FMI, claro que esto
planteado desde el desarrollo económico al exterior, que es donde se fijan los estándares a seguir
para llegar de una fase de sub desarrollo a pleno desarrollo, y todo lo que ello implica, dentro de los
mismos proyectos neoliberales y de globalización de las potencias económicas los intereses en
África como economía emergente son importantes, los retos que enfrenta África hacia este nuevo
interés de mantener una economía al margen y a los criterios de una imposición internacional son
importantes ya que: La realidad nos muestra diferentes caras de un mismo interés: la vuelta a la
apropiación de los recursos y la necesidad de volver a sentar las características propias de la
desigualdad. Nuevamente África descubre que la globalización trae ganadores y perdedores, pero
también descubre que dentro de los ganadores no tiene reservado un lugar… ¿Existen alternativas
ante este escenario? Diversas cuestiones pueden darnos una respuesta. El modo en que los países
del continente más pobre del plantea se adapten a esta nueva etapa signará el nombre del próximo
período. El potencial liberalizador de este contexto histórico está, por el momento, fuertemente
22
encuadrado por la dependencia “vertical” de los países, la representatividad sesgada de sus
dirigentes y su tropismo liberal… También está condicionado por el aliento de una cultura
democrática propia de África…Sumado a esto, surge la fusión de intereses dentro de los países en
desarrollo del Tercer mundo, en similar posición respecto a sus pares del mundo desarrollado… La
formación de foros de cooperación entre países en desarrollo con intereses compartidos y dispuestos
a bloquear los intentos de las economías centrales de “cerrar” sus mercados a los emergentes, ha
generado un escenario adecuado para la reformulación del rol de África y de sus objetivos en este
nuevo siglo933., cabe señalar que no se trata de un retroceso al colonialismo, sino a una falta de
sistema económico propio, o en su defecto la falta de regulación interna por parte de las naciones a
los sistemas económicos, ya que la mayoría de los países africanos con la descolonización
únicamente cambiaron la organización política y no así un cambio a gran escala de la estructura, ya
que más de la mitad de los recursos naturales no son aprovechados por estos países sino por el
comercio de exportación al extranjero.
4. Conclusión
Echando una mirada hacia atrás, no necesitamos de mucho para ser conscientes de que la
identidad africana se forjó como antítesis del mundo europeo, del mundo blanco. Pues, a pesar de
las grandes diferencias entre los países africanos, todos se unieron bajo un mismo pretexto, el de
hacerle frente al gran verdugo con el que se toparon; y luchar por independizarse de ese lastre, que
desde hacía siglos les venía avasallando. Europa se puede ver como el virus que fue mermando el
sentimiento de los africanos, que los ha subyugado durante tantas décadas. Y cuando por fin han
conseguido sanarse de él, se conforman como un cuerpo inmune a toda raza europea, pues sabe, que
todavía quedan secuelas de ese virus.
Por otro lado, me gustaría destacar la idea preconcebida de que no existe una unidad africana
por su gran diversidad de culturas, lenguas y razas. Esto me lleva a preguntarme entonces, si Europa
sí lo es, pues el continente europeo también está formado por múltiples culturas, lenguas y razas. En
ningún momento se ha tratado de homogeneizar lingüística y racialmente la totalidad del continente
africano, sino tan solo plasmar una idea de identidad africana y de pertenencia a una región, dando
por sentado las múltiples diferencias internas, y más tratándose de tan vasta superficie.
La revisión de los acontecimientos históricos de la realidad africana nos muestra desde la trata
de esclavos, la colonización, y la independencia política de África, que pese a sus abundantes
recursos naturales, ésta todavía no logra superar la marginación, tanto a un nivel político y
33 ESCUDERO,Ezequiel,http://www.fundaciondemocracia.org.ar/biblioteca/Africa%20en%20el%20contexto%20internacional%20actual.%20El%20paradigma%20del%20continente%20negro.%20Autor.%20Lic.%20Ezequiel%20Escudero.pdf. (Consulta 17 de septiembre del 2013)
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económico, como a nivel cultural. A África se la sigue viendo como ese continente marginado,
víctima de la colonización y subyugada al poder europeo,el cual la ha llevado a un estado de
codependencia, sin el cual África no podría desarrollarse plenamente. A nivel mundial nos podemos
cuestionar el papel protagonista de África, pero bajo mi consideración, la respuesta es un sí rotundo;
pues, en efecto, África es protagonista de la Historia Mundial dentro de los parámetros políticos y
económicos, después de su descolonización. Además, con el fin de la guerra fría, las ciencias
sociales dentro y fuera del contexto africano, se tienen que replantear y se formulan las categorías y
conceptos necesarios para explicar la construcción de la identidad africana; pero para ello, África
debe afrontar sus propios retos internos. La meta principal de África es recuperar su libertad, y la
autonomía de su estructura dentro del contexto de la globalización, ya que sin la autonomía de
áfrica a todo el nivel estructural, esta no podrá sacar ventaja de las oportunidades de desarrollo y
superación del sistema neoliberal. De no poder superar sus dificultades políticas y estructurales,
África no podrá reconstruir su identidad y se verá sojuzgada a los prejuicios culturales y a la
marginación mundial.
Finalmente, para concluír, citaré un párrafo que fue pronunciado por Nelson Mandela en el
año 2005, en Trafalfar Square: Superar la pobreza no es un gesto de caridad. Es un acto de justicia.
Es la protección de un derecho humano fundamental, el derecho a la dignidad y a una vida decente
(…) Yo digo a todos esos líderes: no miréis a otra parte, no dudéis. Reconoced que el mundo está
hambriento de acción, no de palabras. Actuad con coraje y visión. A veces le toca a una generación
ser grande. Vosotros podéis ser esa generación grande. Dejad que florezca vuestra grandeza. La
tarea, por supuesto, no será fácil. Pero no hacerlo será un crimen contra la humanidad, contra el
cual pido a toda la humanidad que se alce. Haced de la pobreza historia en 2005. haced historia en
2005. entonces podremos estar con nuestras cabezas bien altas.
Lamentablemente, sus palabras fueron oídas, pero no ejecutadas, pues como podemos
observar en el desarrollo de este trabajo, África sigue sumida en la pobreza, en la guerra, en el
espolio y la inferioridad. No debería ser el color de piel un impedimento social, pues ello no
caracteriza a las personas. Supongo, que sólo ha sido un pretexto, una invención más del ser
humano para justificar sus errores y ambiciones; pero eso no elimina la existencia de personas que
en un sentido muy real perdieron sus vidas estando todavía vivos.
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5. Anexos
Anexo 1: Exportación de esclavos a las costas atlánticas (1450-1900).
Anexo2: Mujeres esclavas en África, 1904
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Anexo 4: Placa conmemorativa: “A nuestros compañeros muertos en las
guerras de 1914 y 1915 para proteger el imperio. Establecido en 1964. Altos
camaradas de África del Sudoeste.”
Anexo 4.1: Soldados alemanes fotografiados junto a un oficial Askari.
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Anexo 5: Mapa de África: las independencias entre 1956-1966.
Anexo 6: V Congreso panafricanista: delegados asistentes en la ciudad de Manchester en 1945.
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Bibliografía
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• MORÁN, Fernando, et alli, “El despertar de África: fin del colonialismo europeo”. Siglo
XX Historia Universal, nº28.
• SAAVEDRA Casco, José Arturo, África anterior a la colonización europea, CEAA-El
Colegio de México.
• SEBASTIÁN de, Luís, África, pecado de Europa, Ed Trotta, Madrid, 2006
• TOLEDO, Beltrán, Daniel, Asia y África en la historia, Universidad Autónoma
Metropolitana, México D.F.
• ZOCTIZOUM, Yarisse, Afica, problemas y perspectivas, Editorial El Colegio de Mèxico,
Mèxico, 1992
Recursos web
• http://www.youtube.com/watch?v=rsetrWlpwZk
• http://www.fundaciondemocracia.org.ar/biblioteca/Africa%20en%20el%20contexto
%20internacional%20actual.%20El%20paradigma%20del%20continente%20negro.
%20Autor.%20Lic.%20Ezequiel%20Escudero.pdf.
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