(1991)- aportación a la política africana de fernando el católico. homenaje al profesor luis...

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ESTUDIOS DE HISTORIA MEDIEVAL HOMENAJE A LUIS SUAREZ UNIVERSIDAD DE VALLADOLID SECRETARIADO DE PUBLICACIONES

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ESTUDIOS DE HISTORIA MEDIEVAL HOMENAJE A LUIS SUAREZ

UNIVERSIDAD DE VALLADOLID

SECRETARIADO DE PUBLICACIONES

APORTACION A LA POLITICA AFRICANA DE FERNANDO EL CATOLICO: BUJIA

M" Dolores-Carmen Morales Muñiz

El presente artículo contemplaría varios aspectos en torno al caso concreto de la plaza africana de Bujía. Un primer aspecto incluye una reflexión sobre la política africana del rey Fernando en el Norte de Africa que nos prepara­ría para entender la conquista de Bujía. Una segunda parte trataría especial­mente de los elementos circunstanciales que influyeron en la ocupación de la plaza. Completando esta cuestión se adosan seis documentos procedentes del archivo ducal de Alba. Por último con el desastre de los Gelves se inicia la decadencia de la política de Fernando el CatóHco hasta llegar al fin con la pérdida de Bujía en 1555.

1. Planteamiento

Afirmaba José María Doussinague, un diplomático con vocación de historia­dor, allá por los años cuarenta en una obra (1) que sigue siendo aún muy válida, que la política africana de Fernando de Aragón tenía un fin muy con­creto. Para este autor se trataba de una guerra defensiva y tendente a consoli­dar sus posiciones en Italia, concretamente en Ñapóles. En tres objetivos esca­lonados la Corona española llegaría a enfrentarse con el «Gran Turco» que dominaba el mediterráneo oriental. Aquellos tres objetivos escalonados eran los siguientes. En primer lugar conquistar la costa del Africa mediterránea con Túnez para enfrentarse directamente con el Soldán de Egipto, previa con­quista de Alejandría. Por último el monarca deseaba adueñarse de la península griega haciendo efectivo el título de duque de Atenas y Neopatría que ostentaba.

Sin embargo otro autor, el historiador Luis Suárez Fernández a quien le ofrecemos este homenaje —en mi caso concreto con admiración y afecto como discípula, doctoranda y paisana—, tiene una opinión bien diferente de la arri­ba expuesta por Doussinague. Aun reconociendo la importancia del mar Me­diterráneo como escenario político primordial para la Corona de Aragón como afirmaba Doussinague, no acepta L. Suárez ese enfrentamiento con el Soldán de Egipto que defendía el diplomático. Por el contrario Egipto tuvo enorme importancia en el sentido contrario (2) desde finales del siglo XV. Habría

(1) JOSÉ MARÍA DOUSSINAGUE, La política internacional de Fernando el Católico, 1944. (2) LUIS SUÁREZ FERNÁNDEZ, Las relaciones de los Reyes Católicos con Egipto. En la Espafla Medieval, Universidad Complutense, Madrid 1981.

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que remontarse aquí a un enemigo común tanto de los Reyes Católicos como del Soldán: los turcos. Cerrar el mediterráneo occidental dominando el norte de Africa era un objetivo a cumplir por éstos. Los acontecimientos se suce­dieron con rapidez en las últimas décadas del siglo X V : la crisis de Otranto —los turcos establecen una cabeza de puente en territorio italiano— forzó a un replanteamiento de la política en el mediterráneo occidental: establecer amistad y cooperación con todos los monarcas musulmanes del Norte de Africa incluyendo al Soldán de Babilonia: Kait Bey. El restablecimiento del consula­do de Alejandría, representación permanente ante las autoridades egipcias fue un primer paso, que además significaba «una inyección muy saludable a la quebrantada economía» de la Corona de Aragón, especialmente de Barcelona (3). La victoria egipcia en Adana frente a los turcos fue celebrada por los españoles como propia y los progresos en la reciente amistad fue ganando terreno como lo prueba el protectorado sobre los cristianos subditos de Egip­to. Más tarde se decidió adelantar las líneas instalando las fuerzas españolas en la isla de los Gerbes-Djerba que, como tendremos ocasión de comprobar más tarde, marcará el fin de los éxitos del rey Fernando en el Mediterráneo occidental. Finalmente la embajada de Pedro Mártir de Angleria o Anghiera —20 de abril de 1501— cosechó más triunfos «...recordar al Soldán que, teniendo un común enemigo e intereses económicos que recíprocamente se servían, era de interés para ambos mantenerse unidos...» (4). Se otorgó, en­tonces, el reconocimiento de existencia, bajo protección de los reyes de Espa­ña, a cuatro comunidades cristianas. Este fue el resultado de una política muy realista que los reyes Católicos elaboraron en el siglo X V y continuaron en el XVI , tema esencial de este pequeño trabajo. Era necesario hacer refe­rencia a los prolegómenos.

2. La conquista de Bujía

La víspera del día de Reyes de 1510 el conde Pedro Navarro, capitán gene­ral de Oran, tomó posesión de Bujía. Las causas de aquella conquista, más que para obligar al rey de aquella plaza a no acoger a los corsarios, entran dentro de los citados planes del rey católico en relación con su política afri­cana. El dominio del Norte de Africa anexionando ciudades para la Corona española era una manera de cerrar el Mediterráneo occidental al peligro turco.

Por información directa del propio Navarro sabemos que la riqueza de la ciudad impresionó gratamente a los conquistadores. A l tiempo se requirió la entrega de Argel —también muy próspera por su activo comercio— depen­diente del rey de Bujía.

(3) Ibídem, p. 511. -(4) Ibídem, pp. 517-18. En mi Memoria de Licenciatura —inédita— leída en abril de 1978 ¿ 0 5 Reyes Católicos y los Turcos 1479-91 se abordan las relaciones con Egipto, pp. 67 y ss. asi como la situación del norte de Africa en esta época en Berbería de Levante p. 78, las relaciones con Bujía, p. 86.

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No hubo, además, tardanza en declararse vasallos del rey de España —pa­saba así a ser parte del patrimonio real— el 31 de enero de ese mismo año.

No se puede dejar de hacer referencia aquí a los problemas internos de la plaza protagonizados por el rey legítimo Muley Abdulá —que ofreció su ayuda a los españoles— para combatir al usurpador y sobrino Abdurrahamel que resistía en un campamento cercano. Con refuerzos procedentes de las islas —Mallorca, Menorca y Cerdeña— se atacó dicho campamento tomando cautivos y botín abundante aunque no se logró impedir la huida de Abdurra­hamel. Los hombres de éste además, continuamente hostigaban a los españo­les impidiéndoles la salida de la plaza a pesar de los refuerzos voluntarios que llegaron de la península. Se imponía, pues, un acuerdo que Fernando llevó a cabo tanto con el ex rey Muley. Fernando se reservaba para sí el título de rey de Bujía (5) así como la constitución de las ciudades de la costa. Esta última cuestión está contenida en una carta que desde Monzón el monarca escribió a su capitán general Pedro Navarro. En definitiva, se logró la paz entre tío y sobrino por medio de un concierto que se firmó a fines de 1511. A ambos se les reconocieron algunos lugares con sus corres­pondientes rentas y jurisdicción. La soberanía del rey Fernando era aceptada en Bujía, Argel, Tedeles, Tenes y Gigel. Entre sucesos violentos —reyertas entre españoles y mahometanos que acabaron prendiendo fuego a Bujía— se fueron sucediendo acuerdos con otros soberanos de manera que durante la primera década de este siglo XVI prácticamente toda la costa del Norte de Africa se había declarado vasalla del rey de España (6).

2.a. La documentación

Añadida al final de esta páginas, la documentación sobre Bujía presenta los elementos circunstanciales a los que hacíamos referencia al comienzo de este articulo, y relata los diferentes aspectos de la ocupación que sufrió la plaza africana tras su conquista.

El primer documento que nos ocupa precisamente trata de una cuestión anteriormente mencionada en el concierto entre el contino del rey Fernando y el rey de Bujía. Cronológicamente ambos documentos coinciden. El 14 de noviembre de 1510 el rey católico comunicaba a sus gobernadores, Juan de Tejeda y Juan de Bobadilla, que los géneros que habían sobrado de abastecer a la armada se remitiesen a la ciudad de Bujía para su consumo y no para su venta. Una de las cláusulas del citado concierto entre Fernando y los prín­cipes mahometanos trataba del abastecimiento ya que éstos se comprometían a defender las propiedades de los moros. Este último detalle se pone de ma­nifiesto en la carta fechada el 27 de febrero del año siguiente por la que

(5) J. M. DOUSSINAGUE, La política... recoge el concierto en su totalidad en el apéndice 66 pp. 670-75. (6) Ibíd., p. 227.

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el rey Fernando pide a los mismos personajes que se informasen y enviasen dicha información al virrey de Cerdeña sobre el robo que Juan Passin había realizado en un cárabo de moros —sustrayéndoles cera, cueros y ropas— por lo que estaba preso en aquella isla. Se ordena que la mercancía fuera devuelta a sus legítimos dueños (7). Ese mismo día el rey Fernando agradecía a sus gobernadores el buen cumplimiento de sus provisiones al poner en po­sesión de las rentas y derechos reales de Bujía y Argel a Dionis de Vercuss procurador del tesorero general Mosén Luys Sánchez, paso lógico al pasar Bujía a ser patrimonio real (8).

Las revueltas de los habitantes de la ciudad y su posterior violencia pudo ser el motivo de la carta que el 31 de mayo escribió el rey encargando que pusieran todo el empeño posible para que se conservasen las casas que no habían sufrido demasiados desperfectos para evitar su total destrucción «...pues sabeys quehan de ser para nuestros vasallos...» (9). Las dificultades de resi­dencia de la población mudejar acarreaban dificultades. Por un documento del 8 de julio de ese año de 1512 el monarca, que se encontraba en negocia­ción sobre las condiciones de vida de los moros mandaba que sólo quinientos hombres de guerra se quedaran a guardar las dos fortalezas de la ciudad evacuando al resto. Este resto se entregaría a Mossen Belenguer Doms así como los mantenimientos necesarios para sostener a los hombres que se ha­cían a la mar. El licenciado Vargas, tesorero, enviaba la paga de los quinien­tos hombres que defendiesen la ciudad (10).

Sólo diecinueve días más tarde volvía a insistir Fernando sobre la necesidad de dejar únicamente quinientos hombres en las dos fortalezas de Bujía, pero ahora se añadía un problema adicional que parece requería aquella condi­ción: algunos jeques habían matado al rey Muley Aburramer, uno de los príncipes con los que el monarca había establecido el concierto sobre la po­blación de Bugía en el momento de la conquista por lo que se requería nuevo asiento con los hijos mayores de aquéllos (11).

Finalmente el último documento que me ocupa es quizás el más singular. Fechado el 28 de octubre de 1512 en Bujía se trata de una escritura de jura­mento y pleito homenaje por la que el capitán Gonzalo Marino de Ribera se obligó a tener a la orden del duque de Alba la fortaleza de que era alcaide y capitán general según la había recibido de Juan de Bobadilla —por cierto, camarero mayor del duque Marino de Ribera que se titula capitán del rey de España. Este último documento nos permite pasar a otro aspecto de este trabajo siempre relacionado con la política africana del rey Fernando pero ahora subrayando la importancia de la casa de Alba en los proyectos del rey católico.

(7) Apéndice documental V. (8) Apéndice documental II. (9) Apéndice documental VI. (10) Apéndice documental III. (11) Publicado en Documentos escogidos del Archivo de la Casa de Alba publicados por la duquesa de Berwick y Alba, Madrid 1891, pp. 440-1.

Aportación a la política africana de Fernando el Católico: Bujía 365

2.b. El desastre de los Gelves

En esa guerra contra los infieles —sueño de la fallecida Isabel— se llegó a dominar casi todos los puertos africanos del mediterráneo occidental. Los éxitos fueron tan espectaculares que en un solo día se conquistó Oran. Más tarde Bujía —como vimos llevada la ocupación gracias a los elementos vete­ranos de la guerra de Ñapóles— y por último Trípoli. Una coyuntura suma­mente favorable y espectacular ya que las tres ciudades eran cabezas de rei­nos muy poderosos. Sin embargo el desastre de las islas Gelves ralentizó los planes del rey Fernando aunque en opinión de Doussinague «se hubiera lleva­do a cabo aquel grandioso plan en breves años». Las causas para que esto no ocurriera así hay que buscarlas en Italia, en el descubrimiento de América y en el avance turco. Volvemos al duque de Alba.

Tras la conquista de Bujía a Pedro Navarro le fueron enviados refuerzos para continuar la guerra disponiendo incluso de los virreyes de Ñapóles y Sicilia y de sus armadas que se pondrían a disposición del conde de Oliveto. Este personaje pensó entonces que se designara al mando de la tenencia de Bujía un hombre de suma confianza. En la elección coincidían Pedro Nava­rro y el propio monarca: don Fadrique, II duque de Alba, el amigo fiel de las horas duras del rey Fernando, su primo en definitiva (12). Sin embar­go ¿fue el primogénito el que le suplicó al monarca sustituir a su padre, o fue a ruegos de este? Estamos en abril de 1510, Don García Alvarez de Toledo marchaba de Alba para Bujía un mes más tarde (13). A partir de ese momento todo fueron despropósitos. Ya capitán general de Bujía se de­clara la peste retrasándose la salida de don García por orden del rey. Pedro Navarro no pudiendo esperar más tiempo se dirigió rumbo a Trípoli, plaza que conquistó el día de Santiago de 1510 acumulando así un rosario de éxitos que había comenzado en Mazaquivir y terminado en Bujía. El próximo paso eran los Gelves (Djerba). En Málaga don García estaba detenido por la peste que se había desatado en Bujía. Fernando —error craso— pensó que fuera el joven don García quien continuara la conquista de Africa, quedando libre un hombre tan valioso como el conde Pedro Navarro para colaborar en la empresa o mejor marchar a Italia. El primogénito del duque de Alba debió llegar a Bujía, aún en epidemia, dejando allí parte de su armada con tres mil hombres, yéndose a reunir con Navarro a Trípoli. Entonces surgieron discrepancias entre el joven Alvarez de Toledo y Navarro. El primero según los cronistas «sabía poco de guerra y llevaba mucha soberbia». A eso se

(12) En mi articulo en prensa Merced de los Reyes Católicos al duque de Alba en relación con la expulsión de los judíos subrayaba yo la necesidad de un buen estudio sobre el 11 duque de Alba, don Fadrique. William S. Malthy en su libro El Gran Duque de Alba. Un siglo de España y de Europa 1507-1582, 1985, dedica unas líneas biográficas —siguiendo naturalmente a los cronistas: Bernáldez, Sandoval, Ziiñiga— a este gran soldado, pp. 21 y ss. (13) En ADA, Alba Caja 119 núm. 27, existe un documento fechado a 22 de mayo con la declaración de Pedro Gallego, vecino de Toro y de Juan Rojos, vecino de Alba de haber salido don García de Toledo de aquella villa para Bujía.

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añadieron unas circunstancias siniestras que son bien resumidas por un autor ¿panegirista? de la casa de Alba (14). La isla base ideal para «próximas aven­turas africanas» no mostró en el momento del desembarco más que un silen­cio sepulcral. Los moros más vigilantes del agua —bien muy escaso— que de los conquistadores dejaron llegar a don García y los suyos hasta un pozo en donde les tendieron una emboscada. Más de cuatro mil hombres murieron incluyendo al primogénito y prometedor heredero del título ducal.

Aquella tragedia se lloró en canciones populares (15), fue alabada por su padre el duque soldado formidable que se enorgulleció del heroísmo de su hijo y aun por ello fue muy recompensado. En efecto la reina Juana sólo unos meses después de la tragedia, recompensó a don Fadrique con una mer­ced sobre la que vale la pena hacer hincapié sobre ella por varias razones. La primera es lo concedido «un quanto de maravedís situados señaladamente en el oro a mi perteneciente... oro que yo e de aver en la española como de las otras islas... en cada un año por juro de heredad». No sólo es fantás­tica la merced —¿de las primeras remesas de las Indias llegadas a la penínsu­la?— sino que también es interesante el motivo. Los favores realizados a sus padres, los reyes y la lucha contra los enemigos de la fe es el motivo aducido por la reina para la entrega de tan importante merced pero «princi­palmente... por haber muerto su fijo en servicio de Dios...» (16). El desastre de la isla de Djerba hizo que fuera el propio duque don Fadrique el que se hiciera cargo de la fortaleza de Bujía según nos consta por el documento citado del 28 de octubre de 1512.

3. El fin

La documentación que se ha expuesto en este trabajo coincide con la etapa casi posterior a los grandes triunfos en la costa africana. El desastre de los Gelves fue la señal de contradicción para la empresa africana «...nada va a ir bien a partir de entonces en sus tierras y aguas a los ejércitos hispanos... no hay desde 1511 un plan coordinado de extensión de las plazas africanas —búsqueda de un hinterland para las plazas conquistadas. La posesión fue siempre precaria...» (17).

Aun así y a pesar de la precariedad —como se comprueba en la documen­tación sobre la ocupación de Bujía—, después de Trípoli no se retrocedió pero las acciones militares en la costa tuvieron como escenario Bujía, Oran y Tánger. Muerto ya el rey catóHco, y concretamente en el caso de Bujía,

(14) W. S. M A L T H Y ob. cit., p. 24.

(15) Fechado el 2 de abril en Sevilla, 1511. A D A , Alba, Caja 290, núm. 13. (16) En A D A se conserva una relación de las muestras de sentimiento que hizo Alonso de Villa-drando, alcaide y corregidor de Montexa que y Benaoxan y de sus fortalezas, por la muerte de don García de Toledo ocurrido en la isla de los Gelves. Está fecha el 22 de octubre de 1510. Alba, Caja 164 núm. 42. (17) FERNANDO SOLANO COSTA La regencia de Fernando el Católico p. 647.

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en 1513 se llevaron a cabo acciones militares a través de Gonzalo Marino para ampliar la zona de influencia de tal modo que se rompió la tregua que tan hábilmente había trazado Fernando.

La plaza de Bujía resistiría aiin en época de Carlos V jugando un papel protagonista. En 1515 se reprodujeron incidencias al atacar Horruch de Bar-barroja Bujía. El virrey de Mallorca, Miguel de Gurrea, envió socorro lo que obligó al caudillo berberisco a levantar el sitio. Pero desde Argel se re­producirían los ataques. Al desaparecer el suhanato de Egipto, englobado en el Imperio turco, el norte de Africa se perdía para los españoles. En el caso concreto de Bujía hay que añadir, como colofón, la pérdida de la plaza ya en 1555 a cuyo frente se destinó un gobernador turco.

Aportación a la política africana de Fernando el Católico; Bujía 369

DOCUMENTOS

I

1511, 14 de noviembre. Burgos.

Carta del rey Fernando a Juan de Tejeda y a Juan de Bobadilla, goberna­dores de Bujía, encargándoles que no se venda allí carne, tocino, ni que se lleve cantidad de estos géneros desde Málaga de lo que sobró de la armada que se dispuso para pasar a Africa, según orden que había dado el alcalde Juan de Villalobos.

ADA. Alba. Caja 3, núm. 184.

EL REY. Juan de Texeda y Juan de Bobadilla gobernadores de Bugia, sabed que los bastimentos que se hizieron por mi mandado para el armada que yo mandaba hazer para pasar en Africa fueron en tanta cantidad de carne tocino y queso que si esto non se gastase presto se perderla y porque ello es del dinero déla guerra contra los moros y es razón que se conserve y no se pierda yo enbio a mandar a Malaga al alcalde Juan de Villalobos que délos bastimentos que alli ay enbie cantidad quela que ay pueda comer tres o quatro veces por ende yo vos ruego y en caso que en tanto que aquello se vende non consintays nin deys lugar que otro ninguno se venda en la gibdad en ninguna manera porque en ello me servyreys. De Burgos a xiii dias del mes de novyembre de mili e quinientos e honze años. YO EL REY. Por mandado de su alteza Lope Conchillos.

II

1512, 27 de febrero. Burgos.

Carta del rey Fernando a Juan de Bobadilla y a Juan de Tejeda goberna­dores de Bugia en la que les agradece el buen cumplimiento de sus provisio­nes al poner a Dionis de Vercuss, procurador del tesorero general Mosén Luis Sánchez, en posesión de las rentas y derechos reales de Bugía y Argel.

ADA. Alba. Caja 3, núm. 185.

EL REY. Joan de Bovadilla y Joan de Texeda: mi thesorero general Mo­sén Luys Sánchez me ha fecho relación de quant bien lo haveys fecho exi-guiendo y cumpliendo mis provisiones en poner a Dionis de Vercuys, su pro­curador en posession de todas mis rentas y derechos reales desas ciudades de Bugia y Alger y délo quele endregays (?) y favoreceys para la cobranza

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dellas y enlodo lo al que convyene al buen exerci?io y administración del cargo que tiene lo que vos tengo en muy accepto servicio y vos encargo y mando que constinuando vuestra buena obra conla afección y zelo que siempre haveys tenydo délas cosas de mi servicio pues veys es esta tan princi­pal hayáis por mucho encomendado al dicho Dionis de Vercus o a otro qual-quier que por el dicho mi thesorero general terna cargo de cobrar mis rentas y derechos en esas ciudades del reyno y le endreceys y favorezcays en todo lo que acerca ello hubiere de fazer por fomra que con vuestra ayuda y favor pueda dar buena cuenta délo que tiene en cargo y mas rentas y derechos confynadas y aumentadas en lo queal demás que fareys lo devydo y lo que de vosotros bien confiamos me fareys muy acepto servicio. Fecha en la ciu-dat de Burgos a xxvii dias del mes de febrero enel año de quinientos y doze. YO EL REY. Por mandado de su alteza Miguel Peres Dalmaga.

Aportación a la política africana de

po que ha de estar enla mar y conla dicha gente y armada r que yo he mandado que cumpl tro señor y nuestro que no caí tregneys luego la dicha gente detener hay que el licenciado v embia dinero para la paga de enlas dichas dos fortalezas y 1 dicha gente que agora ha de sa luego enllegando aqui la dicha divyere. De Burgos a viii dias EL REY. Por mandado de si

III

1512, 8 de julio. Burgos.

Carta del rey Fernando a Juan de Bobadilla, capitán general de Bugía en que le manda poner quinientos hombres en las fortalezas y entregar el resto de la gente al capitán Berenguer Doms que por su orden iba con cuatro galeas y ciertas naves a recogerles por estar ya negociando con los reyes mo­ros lo relativo al asiento que Antonio de Rabaneda había hecho sobre pobla­ción de Bugía con moros mudejares de los que allí solían vivir.

A D A . Alba, Caja 3, núm. 188. . "^^Í

EL REY. Juan de Bovadilla, ya sabeys el assiento que Anthonio de Rava-neda contino de nuestra casa ha fecho por mi mandado sobre la población dessa ciudad de Bugia de moros mudejares délos que solían bivyr en ella e otros y sobre las otras cosas y pues ya las dos fortalezas que he mandado fazer sobrel puerto dessa dicha ciudad están acabadas y fechos y assentados conlos Reyes moros los negocios de alia, embio a mossen Belenguer doms nuestro capitán con quatro galeas y ciertas naos para que saque luego dessa ciudad toda la gente de guerra que en ella hay excepto quinientos hombres que han de quedar enla guarda délas dos fortalezas dessa ciudad, por ende yo vos mando que luego en recibiendo la presente pongays enlas dichas dos fortalezas nuestras los dichos quinientos hombres déla mejor gente de guerra que ahy teneys y recojays en ellas el artillería y armas y mantenimientos y las otras coas que teneys en essa ciudad y fagays que queden proveydas délos mantenimientos que han menester y toda la gente de guerra que ahy teneys de mas délos dichos quinientos hombres entregadla luego al dicho mos­sen Belenguer doms para que la trayga enlas dichas naos enlas quales van los mantenimientos necessarios para la dicha gente que ha de salir paral tiem-

IV

1512, 28 de octubre. Bujía.

Escritura de juramento y pie Marino de Ribera se obligó a te de que era alcaide y capitán gei badilla.

A D A . Alba, Caja 159, núm

Conos?ida cosa sea a todos 1 Marino de Ribera capitán del n e digo que por quanto yo soy tener cargo del alcafar que nue\ fortalesa que está encima del pu zas allcaide y capitán general co por el rey Despaña nuestro señoi bre del duque de Alva vaveys h miento agora melas entregays ce ello vos veys tenydo porque seguí hijosdalgo que regiben fortaleza omenaje dellas de como las res?¡ ende por el thenor déla presente go e conosco e digo que regibo d fortalesas que asi en esta dicha ( cargo e governagión de todo el de Alva tiene de su ahesa e vos aveys tenydo e prometo e me ob fortalezas con el dicho cargo e dicho duque de alva las terne a

Aportación a la política africana de Fernando el Católico: Bujía 371

po que ha de estar enla mar y porque el dicho mossen Belenguer en viniendo conla dicha gente y armada mediante n. 6 (?) ha de fazer algunas cosas que yo he mandado que cumplen e importan mucho al servicio de dios nues­tro señor y nuestro que no causen dilación y mucho vos encargo que le en-tregneys luego la dicha gente de manera que por esperarla no se haya de detener hay que el Hcenciado vargas nuestro thesorero y del nuestro conseio embia dinero para la paga de los quinientos hombres que han de quedar enlas dichas dos fortalezas y fágase la cuenta déla que se deve a toda la dicha gente que agora ha de sallir de ahy y embiadme relación della porque luego enllegando aqui la dicha gente les mandare pagar todo lo que se les divyere. De Burgos a viii dias de julio de mil quinientos y doze años. YO EL REY. Por mandado de su alteza Miguel Peres Dalmaga.

IV

1512, 28 de octubre. Bujía.

Escritura de juramento y pleito homenaje por la que el capitán Gonzalo Marino de Ribera se obligó a tener a la orden del duque de Alba la fortaleza de que era alcaide y capitán general segiin la había recibido de Juan de Bo­badilla.

ADA. Alba, Caja 159, núm. 26.

Conosgida cosa sea a todos los que la presente vieren como yo Gongalo Marino de Ribera capitán del rey Despaña nuestro señor, otorgo e conosco e digo que por quanto yo soy venydo en esta cibdad de Bugia a tomar y tener cargo del alcagar que nuevamente se a fecho en la dicha cibdad conla fortalesa que está encima del puerto que dizen Busicari (?) de cuyas fortale­zas allcaide y capitán general con todo el reyno de Bugia, el duque de Alva por el rey Despaña nuestro señor las quales vos Johan de Bobadilla en nom­bre del duque de Alva vaveys hasta agora tenydo e por su carta e manda­miento agora melas entregays con todo el cargo e governagion que de todo ello vos veys tenydo porque segund leyes e costumbres Despaña los caballeros hijosdalgo que regiben fortalezas en cargo son obligados a hazer pletio e omenaje dellas de como las resgiben a aquel que por su altesa las tiene por ende por el thenor déla presente yo el dicho Gongalo Marino de Ribera otor­go e conosco e digo que regibo de vos el dicho Johan de Bobadilla las dichas fortalesas que asi en esta dicha cibdad e puerto de Bugia están fechas conel cargo e governagión de todo el reyno de Bugia segund que el dicho duque de Alva tiene de su altesa e vos el dicho Johan de Bobadilla en su nombre aveys tenydo e prometo e me obligo como cavallero hijodalgo que las dichas fortalegas con el dicho cargo e governagión que ansí regibo en nombre del dicho duque de alva las terne a sosterné tanto quanto la voluntad del dicho

372 M? Dolores-Carmen Morales Muñiz Aportación a la política africana de

duque de alva fuere e cada e quando que por el dicho duque de alva o por su mandamyento me fueren pedidas las daré e entregaré a la persona o personas que por el me fuere mandado délo qual fago pleyto omenaje a juramento en un libro misal conlos evangehos que delante tengo en el qual pongo mis manos en un crucifixo que en el está el qual dicho pleito omenage e juramento hago en manos del comendador Gongalo Davalos cavallero fijo-dalgo que terne, compliré e guardaré con todo lo que en esta carta es con-tenydo segund e como en ella lo declaro y espegifico e non ynterverné contra ello nin contra cosa nin parte dello en ningund tiempo que sea so pena de caer en aquel caso o casos que caen los que resgiben fortalegas en guarda e en encomienda lo qual obHgo mi persona a bienes muebles e rayzes ávidos e por aver e por esto otorgué esta carta de pleito omenaje e juramento tan fuerte e tan firme como los derechos ya ello lo declaran e aunque aquy tan espegificamente no vaya y lo otorgo y quan complida e bastante se puede e deve otorgar en tal caso. Fecha en Bugia a veynte e ocho dias del mes de octubre año del nasgimiento de nuestro señor ihesucristo de mili e qunyen-tos e doze años. A lo qual fueron presentes por testigos Alonso Alvarez y Pedro de Sancrus e Johan de Fonseca capitanes que avyan seydo en esta dicha gibdad de Bugia e Alvaro de Ribera en esta dicha cibdad de Bugia. Gongalo Marino.

V

1512, 27 de febrero. Burgos.

Carta del rey Fernando a Juan de Tejeda y a Juan de Bobadilla sus capita­nes generales en Bugía para que hiciesen información acerca de la cera, cue­ros y ropas que Juan Passin, vecino de Oristany tomó en un cárabo de mo­ros en aquel puesto por lo que estaba preso en Cerdeña.

A D A . Alba, Caja 3, mim. 186.

EL REY. Joan de Bovadilla y Joan de Texeda: ya sabeys el insulto que estos dias pasados cometió Joan Passin vezino de Oristany en esse puerto que estando asegurado por vosotros tomó el cárabo cargado de cera y cueros y otras ropas conlos moros que ende venyan y se levo las dichas ropas. E porque el dicho Passin está preso enel my reyno de Cerdenya y las dichas cosas occupadas a manos demi regia corte y yo he prevenido y mandado que aquellas sean restituhidas a cuyas son y el dicho Joan Passin punydo y castigado: convyene por ende e assi vos lo encargo y mando que luego en recibiendo la presente con intervención del procurador de nuestro thesore­ro general que hoy reside fagays recebir información autentica délo que el dicho Passin como enel cárabo y de cada cosa specificamente y déla forma como le tomó y de todo lo al que convenga para la claridat y probanza

deste negocio y recibido que se es la ropa embien alia una pi hasy como nos lo provehemc

f razón. Entendiendo en esto c y de vosotros bien confio por de hasy embiaredes el dicho v; clon del caso para faser y ad dó: y délo que en esto fizier< remitireys a mi thesorero geni del mes de febrero de mili qu do de su alteza Miguel Pen

VI

1512, 31 de mayo. Burgo

Carta del rey Fernando a en que expresa lo que ha ser la mayor parte de las casas

A D A . Alba, Caja 3, núr

EL REY. Juan de Bovad está en essa ciudad ha der della, de que he havido desp do que fuere possible paraq de destruyr pues sabeys qu me servyreys. De Burgos a años. YO EL REY. Por r

M? Dolores-Carmen Morales Muñiz Aportación a la política africana de Fernando el Católico: Bujía 373

por el dicho duque de alva o daré e entregaré a la persona

délo qual fago pleyto omenaje ios que delante tengo en el qual stá el qual dicho pleito omenage Gongalo Davalos cavallero fijo-do lo que en esta carta es con-pegifico e non ynterverné contra und tiempo que sea so pena de le resgiben fortalegas en guarda i bienes muebles e rayzes ávidos pleito omenaje e juramento tan ) lo declaran e aunque aquy tan n complida e bastante se puede 1 a veynte e ocho dias del mes ñor ihesucristo de mili e qunyen-tes por testigos Alonso Alvarez pitanes que avyan seydo en esta en esta dicha cibdad de Bugia.

y a Juan de Bobadilla sus capita-"ormación acerca de la cera, cue-stany tomó en un cárabo de mo-eso en Cerdeña.

Texeda: ya sabeys el insulto que izino de Oristany en esse puerto 1 cárabo cargado de cera y cueros an y se levo las dichas ropas. E reyno de Cerdenya y las dichas

; y yo he prevenido y mandado y el dicho Joan Passin punydo

; lo encargo y mando que luego leí procurador de nuestro thesore-nformacion autentica délo que el cosa specificamente y déla forma :nga para la claridat y probanza

deste negocio y recibido que sera la dicha información embiareys aquella cuya es la ropa embien alia una persona para que entienda en que sea remitida hasy como nos lo provehemos para que sea buelta a sus dueños como es razón. Entendiendo en esto con la diligencia y modo que el caso requiere y de vosotros bien confio por forma que conla informagion y probanza que de hasy embiaredes el dicho visorey de Cerdeña tenga entera noticia y proba­ción del caso para faser y admynistrar la justicia segunt selo scribió y man­dó: y délo que en esto fizieredes me dareys avyso por vuestra carta la qual remitireys a mi thesorero general. Fecho en la ciudat de Burgos a xxvii dias del mes de febrero de mili qunientos y doze años. YO EL REY. Por manda­do de su alteza Miguel Peres Dalmaga.

VI

1512, 31 de mayo. Burgos.

Carta del rey Fernando a Juan de Bobadilla, capitán general en Bugía, en que expresa lo que ha sentido que las gentes de la ciudad hayan destruido la mayor parte de las casas y le encarga que procure evitar su total ruina.

ADA. Alba, Caja 3, núm. 187.

EL REY. Juan de Bovadilla porque me han certificado que la gente que está en essa ciudad ha derrocado y destruydo la mayor parte délas casas della, de que he havido desplazer. Yo vos mando que pongays todo el recau­do que fuere possible paraque las dichas casas se conserven y no se acaben de destruyr pues sabeys que han de ser para nuestros vasllos que en ello me servyreys. De Burgos a xxxi dias de mayo de mil y quinientos y doze años. YO EL REY. Por mandado de su alteza.