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1 DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD PÚBLICA PROYECTO DE GRADO II Monografía para optar al título de médico. DEPRESIÓN RESISTENTE AL TRATAMIENTO: UN CONCEPTO DISGREGADO Y EL MÁS INFORTUNADO DIAGNÓSTICO EVOLUTIVO DE LA DEPRESIÓN. Presentado por: Melani Sarai Caballero Alonso Vileth Johana Franco Torres Juan Camilo Marchán Cárdenas Alonso Joseph Montagut Vargas Asesor metodológico: Martha Peñuela Espalza, MD. Asesor científico: Laura Páez Brochero, MD. Barranquilla, Colombia 25 de Mayo, 2020

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DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD

DEPARTAMENTO DE SALUD PÚBLICA

PROYECTO DE GRADO II

Monografía para optar al título de médico.

DEPRESIÓN RESISTENTE AL TRATAMIENTO: UN CONCEPTO

DISGREGADO Y EL MÁS INFORTUNADO DIAGNÓSTICO EVOLUTIVO

DE LA DEPRESIÓN.

Presentado por:

Melani Sarai Caballero Alonso

Vileth Johana Franco Torres

Juan Camilo Marchán Cárdenas

Alonso Joseph Montagut Vargas

Asesor metodológico: Martha Peñuela Espalza, MD.

Asesor científico: Laura Páez Brochero, MD.

Barranquilla, Colombia

25 de Mayo, 2020

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2

DIVISIÓN CIENCIAS DE LA SALUD

PROYECTO DE GRADO II

DEPRESIÓN RESISTENTE AL TRATAMIENTO: UN CONCEPTO

DISGREGADO Y EL MÁS INFORTUNADO DIAGNÓSTICO EVOLUTIVO

DE LA DEPRESIÓN.

Monografía para optar al título de médico

Barranquilla, Colombia.

25 de Mayo, 2020.

Asesor Científico:

i

Asesor Metodológico:

__________________________________

Jurado:

i

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3

AGRADECIMIENTOS

Realizar el trabajo de grado, más allá del esfuerzo angustioso de terminar un largo

y tedioso informe, más allá de las estresantes entregas de avances y las noches

interminables con el café como único aliado, es la representación figurada de la

cara asomada de un estudiante cansado de correr una larga carrera, con una cinta

de colores en su frente que lleva escrito con letras doradas “el título de Médico

está cerca”.

Los estudiantes de hogaño, tenemos un reto nuevo que sortear, aprender en

medio de una Pandemia. Este desacierto ha representado un cambio radical en la

realización de nuestro trabajo de grado, pero nos enseñó a restituirnos ante la

dificultad. Por este motivo el primer agradecimiento será a lo que llamamos

“destino” y al creador de todas las cosas, por permitirnos demostrar que somos

grandes y capaces.

Ahora es el turno de agradecer a nuestras familias, originales y adoptivas, por

brindarnos su apoyo inagotable, en todos los sentidos imaginables, desde

preparar café con galletas a media noche hasta vernos llorar por el miedo a

fracasar. Por ustedes es nuestro esfuerzo. ¡Los amamos!

Nuestros docentes, evidentemente, han sido pieza fundamental en nuestra

formación. Para efectos de este trabajo, merecen un reconocimiento especial

nuestros asesores, quienes con paciencia y empeño nos guiaron todos estos

meses: Dra. Martha Peñuela, Profe Víctor Flórez, infinitas gracias.

Los amigos también han hecho mérito, más que por su colaboración en este

trabajo, por correr con nosotros esta agotadora carrera; con sus ocurrencias y

apoyo incondicional, han hecho más llevadero el camino.

Hay personas que representan la razón de ser de todo esto, ellos son las

innumerables víctimas a nivel mundial de la Depresión Resistente al Tratamiento.

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4

Si alguno de ustedes lee esto, queremos que sepa que a ustedes va dedicado

nuestro sacrificio.

Finalmente, nuestro agradecimiento más emotivo. A nuestras mascotas, que

vivieron, literalmente en nuestros pies, todo el esfuerzo. Algunos de ellos ya no

están con nosotros, se subieron al puente del arcoíris, se han ido al cielo de

animalitos: Salvatore, Chopito y muchos otros, todos los ángeles aplauden con

cada recuerdo lindo que, de ustedes, hace latir fuertemente nuestro corazón.

¡A todos, gracias!

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5

TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN. ................................................................................................. 13

CAPITULO I. TRATAMIENTO DEL TRASTORNO DEPRESIVO. ......................... 15

1.1. Tratamiento Farmacológico......................................................................... 15

1.1.1. Antidepresivos tricíclicos (ATC) ............................................................ 17

1.1.2. Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina ......................... 17

1.1.3. Inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN) o

antidepresivos duales: venlafaxina y duloxetina. ............................................ 19

1.1.4. Inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO). ...................................... 20

1.1.5. Selección del antidepresivo .................................................................. 22

1.2. Tratamiento no farmacológico de la Depresión. .......................................... 24

1.2.1. Psicoterapia: ......................................................................................... 24

1.2.1.1. Terapia de Aceptación y compromiso:............................................ 25

1.2.1.2. Terapia cognitiva: .......................................................................... 25

1.2.1.3 Terapia cognitivo-conductual: .......................................................... 26

1.2.1.4. Terapia interpersonal: ..................................................................... 27

1.2.1.5. Terapia psicodinámica: ................................................................... 27

1.2.2. Medicina alternativa. ............................................................................. 28

1.2.2.1. Acupuntura. .................................................................................... 28

1.2.2.2. Ácidos grasos omega-3. ................................................................. 28

1.2.2.3. S-adenosil- L metionina (SAM-e). ................................................... 28

1.2.2.4. Hierba de San Juan. ....................................................................... 29

1.2.3. Otras alternativas. ................................................................................. 29

CAPITULO II. DEPRESIÓN RESISTENTE AL TRATAMIENTO. .......................... 30

2.1. Concepto, definición operativa de Depresión Resistente al Tratamiento y

términos asociados. ........................................................................................... 30

2.1.1. Método de falla en la medicación.......................................................... 32

2.1.2. Método del modelo de estadificación. ................................................... 32

2.1.3. Remisión de la depresión: .................................................................... 33

2.1.4. Recaída y recurrencia de la Depresión: ................................................ 35

2.1.5. Pseudo-resistencia: .............................................................................. 35

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6

2.2. Estadificación y niveles de resistencia de la Depresión Resistente al

Tratamiento. ....................................................................................................... 35

2.3 Diagnósticos diferenciales ........................................................................... 42

CAPÍTULO III. FACTORES DE RIESGO Y FISIOPATOLOGÍA DE LA DRT. ....... 47

3.1. Mecanismos fisiopatológicos de resistencia. .............................................. 47

3.1.1. Mecanismos relacionados al complejo neuroendocrino y respuesta

inmune. ........................................................................................................... 47

3.1.1.1 Papel de la prolactina. ..................................................................... 50

3.1.1.2 Papel de la Somatostatina. .............................................................. 50

3.1.2. Disfunción neurobiológica. .................................................................... 51

3.1.3. Componente genético. .......................................................................... 52

3.1.4. Disfunción de neurotransmisores.......................................................... 54

3.1.5. Clínica y componente psicosocial. ........................................................ 56

3.1.6. Asociado a psicofármacos. ................................................................... 57

CAPÍTULO IV. ESTRATEGIAS PARA EL MANEJO DE DRT. ............................. 62

4.1 Estrategias farmacológicas en la DRT. ........................................................ 62

4.1.1. Aumento de dosis .............................................................................. 62

4.1.2. Cambio de Antidepresivo. .................................................................. 63

4.1.2.1. Cambio directo ............................................................................ 64

4.1.2.2. Cambio simultáneo ..................................................................... 65

4.1.2.3. Cambio solapado ........................................................................ 65

4.1.2.4. Cambio secuencial ...................................................................... 65

4.1.3. Combinación. ..................................................................................... 66

4.1.4. Potenciación. ..................................................................................... 67

4.1.4.1 Litio: ................................................................................................. 67

4.1.4.2 Antipsicóticos de segunda generación ............................................ 68

4.1.4.3 Anticonvulsivantes. .......................................................................... 68

4.1.4.4 Tirosina ............................................................................................ 68

4.1.4.5 Buspirona ........................................................................................ 69

4.1.4.6 Pindolol ............................................................................................ 69

4.2. Estrategias no farmacológicas en la DRT. .................................................. 69

4.2.1. Terapia electroconvulsiva (TEC): .......................................................... 69

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7

4.2.2. Estimulación Magnética transcraneal repetitiva. ................................... 72

4.2.3. Estimulación del nervio vago (ENV). ..................................................... 73

4.2.4. Estimulación cerebral profunda ............................................................ 74

4.2.5. Psicoterapia. ......................................................................................... 75

4.2.6. Psicocirugía. ......................................................................................... 76

CONCLUSIONES .................................................................................................. 76

RECOMENDACIONES ......................................................................................... 79

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS. ..................................................................... 80

INDICE DE ILUSTRACIONES Y TABLAS

Ilustración 1. Fases de la depresión. ................................................................... 34

Ilustración 2. Administracion de TEC bilateral ..................................................... 71

Ilustración 3. Aplicación de EMTr mediante bobina electromagnética ................. 72

Ilustración 4. Implantacion de dispositivo estimulador para ENV ........................ 74

Tabla 1. Antidepressant Treatment History Form (ATHF) ..................................... 36

Tabla 2. Escala de Thase y Rush ......................................................................... 38

Tabla 3. Escala MGH−S ....................................................................................... 39

Tabla 4. Escala MSMS ......................................................................................... 40

Tabla 5. Diagnósticos diferenciales del trastorno depresivo mayor ...................... 44

Tabla 6. Factores de riesgo e hipótesis fisiopatológicas de la DRT. ..................... 60

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ABREVIATURAS

Abreviatura Significado

5-HTT Transportador de Serotonina

5-HTTLPR Región promotora del Transportador de Serotonina

ACT Acceptance and Commitment Therapy

ACV Accidente cerebrovascular

ATC Antidepresivos tricíclicos

ATHF Antidepressant Treatment History Form

BDNF Factor neurotrófico derivado del cerebro

CEA Abuso emocional infantil

COMT Catecol-O-Metil Transferasa

CPA Abuso físico infantil

CSA Abuso sexual infantil

CTE Eventos traumáticos

CYP Citocromo P450

DA Dopamina

DHA Ácido docosahexaenoico

DRT Depresión resistente al tratamiento

DSM V Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, 5th

edición

ECA Ensayo clínico aleatorizado

ECP Estimulación Cerebral Profunda

EMTr Estimulación Magnética Transcraneal repetitiva

ENV Estimulación del Nervio Vago

GABA ácido gamma-aminobutírico

GSRD Grupo para el Estudio de la Depresión Resistente

HPA eje hipotalamo-hipofisis-adrenal

ICD-10 International Classification of Disease, 10th edition

IL Interleucina

IMC Indice de Masa Corporal

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IMAO Inhibidores de la monoaminooxidasa

IRN Inhibidor de la recaptación de noradrenalina

IRSN Inhibidor de la recaptación de serotonina y noradrenalina

ISRS Inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina

KYNA Kynurenic acid

LCR Líquido Cefalo-Raquídeo

MAO Monoaminooxidasa

MDD Trastorno Depresivo Mayor

MGH-S Modelo del Hospital general de Massachusetts

MSM Maudsley staging model

MSMS Maudsley staging model Score

NA Noradrenalina

NICE National Institute for Health

NMDA Acido N-metil-D-aspártico

OMS Organización mundial de la salud

PCR Proteína C Reactiva

PET Tomografía con Emición de Positrones

PSN polimorfismo de un solo nucleótido

QUIN Quinolinic acid

RIMA Inhibidores irreversibles de la monoaminooxidasa

RM Resonancia magnética

SAM-e S-adenosil- L metionina

SNC Sistema nervioso central

SPECT Tomografía computarizada de emisión monofotónica

sTNFR Soluble tumour necrosis factor receptors

TA Tensión arterial

TAB Trastorno Afectivo Bipolar

TDDEA Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo.

TEC Terapia Electroconvulsiva

TNF-a Factor de Necrosis Tumoral Alfa

TOC Trastorno obsesivo compulsivo

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TDM Monitoreo terapéutico de medicamentos

TDM Trastorno Depresivo Mayor

TR-S Thase and Rush Score

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RESUMEN

La depresión es uno de los más siniestros enemigos que ha enfrentado la

humanidad. Hoy, la OMS la cataloga como la principal causa de discapacidad y

segunda causa de muerte en jóvenes. Casi el 50%, de los escasos pacientes que

reciben tratamiento, no responde a las medidas convencionales; a esta forma

grave de la enfermedad se le denomina Depresión resistente al tratamiento (DRT).

El más trascendental inconveniente para el manejo de la DRT es la carencia de

una definición operativa universal y la disgregación de la información existente.

Motivado por tal contrariedad, este trabajo busca unificar el conocimiento actual

para el correcto abordaje diagnóstico y terapéutico de la DRT.

En aras de expresar minuciosamente la información, en esta obra se muestran 4

grandes secciones. La primera de ellas versa sobre el tratamiento convencional de

la depresión, sobre el cual la DRT ejerce la resistencia. La segunda y la tercera

son un apartado prolijo sobre el concepto global de DRT, su diagnóstico, la

fisiopatología y factores de riesgo, además la cuantificación del nivel de

resistencia. El cuarto, representa la mayor utilidad clínica del trabajo, ya que

muestra las estrategias más novedosas a nivel farmacológico, de estimulación

cerebral, de psicoterapia y neurocirugía.

Si bien la DRT es la forma evolutiva más grave de la depresión y no existe una

definición operativa universal que permita su diagnóstico eficaz, hay prometedoras

esperanzas: los factores de riesgo para DRT pueden ser usados como predictores

que permitan intervenir de forma precoz la resistencia; las estrategias de manejo

son muy eficaces y seguras, y aunque el estigma hacia estas medidas

terapéuticas limita su uso, información como la aquí presentada es el medio para

romper tal barrera.

Palabras claves: Depresión, Depresión resistente al tratamiento, antidepresivos.

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12

ABSTRACT

Depression is one of the most sinister enemies that humanity has dealt with.

Nowadays, the World Health Organization (WHO) considers it as the main cause

of disability and second cause of death in youth. Almost 50% of the scarce patients

that receive treatment do not respond to conventional therapies. This severe form

of the illness is referred as Treatment Resistant Depression (TRD). The most

transcendent inconvenience to manage TRD is the lack of an universal operative

definition and the disgregation of existent information. Motivated by such

difficulties, this work wants to unificate actual knowledge in order to get correct

diagnostic and therapeutic approach of the TRD.

For the sake of expressing information minutely, this work comprises 4 four big

sections. The first of them treats about conventional treatment of depression, on

which the TRD exerts resistance. Second and third sections refer to TRD global

concept, its diagnose, pathophysiology and risk factors, besides the quantification

of the resistance level. The fourth one represents the greatest clinical utility of the

work, since it shows innovate pharmacological strategies, brain stimulation,

psychotherapy and neurosurgery.

Although TRD is the most serious evolutive form of depression and there is no

universal operative definition that allows its effective diagnose, there are promising

hopes: TRD risk factors can be used as predictors that allow early intervention of

resistance; management strategies are efficient and safe, and although stigma to

these therapeutic measures limits its use, information as it is presented here

contributes to breaking these barriers.

Keywords: Depression, treatment resistant depression, antidepressants.

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INTRODUCCIÓN.

“(…) La depresión podría definirse como un hundimiento vital, como la vivencia

existencial de la muerte. En la depresión se sufre en todo el cuerpo, se sufre por

vivir. La depresión es quizá, la única enfermedad en la que se desea morir; el

depresivo se tutea con la muerte, la desea como forma de poner fin a su

sufrimiento” decía, acertadamente, Ángel Aguirre, uno de los más influyentes

psicólogos y antropólogos de Barcelona [1].

Con esta funesta e innegable definición de la depresión, se da inicio a este trabajo,

que versa sobre uno de los peores escenarios evolutivos de la enfermedad, la

denominada Depresión resistente al tratamiento (DRT).

La depresión, en su visión general, sin hacer subclasificaciones, se ha

considerado la enfermedad del siglo XXI, ya que afecta aproximadamente al 4,4%

de la población mundial y es la principal causa de discapacidad, según la

Organización Mundial de la Salud. Sólo entre el 2005 y el 2015, una década, la

depresión ha aumentado su incidencia en un 18,4% en todo el mundo [2].

En Colombia, el trastorno mental afecta al 4,7% de la población, superando el

porcentaje mundial [3]. En el 2018, en el país se registraron, según el SIVIGILA,

27.649 casos de intentos de suicidio, de los cuales el 43,1% corresponden a

personas diagnosticadas con trastorno depresivo [4].

En Barranquilla, una de cada veinte personas tiene una patología mental grave. La

depresión y la ansiedad son las mayores causas de trastorno, pues concentran el

9% de casos [5]. En la ciudad, durante el año 2017, se atendieron alrededor de

1.500 episodios depresivos agudos. Se registraron 703 intentos de suicidio, que

corresponden al 88,2% del total de casos registrados en el departamento del

Atlántico [6].

Si esto, aún visto de lejos, es un grave problema, lo que viene a continuación

maximiza a gran escala la situación: entre el 30 a 50% de los pacientes con

trastorno depresivo no responden a medicamentos antidepresivos [7]. A la

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14

depresión que no cede ante los antidepresivos (en monoterapia o combinados,

usados durante un de tiempo adecuado, a una dosis adecuada y cumpliendo a

cabalidad las recomendaciones de uso), se refiere el término depresión resistente

al tratamiento.

Este término, surgió en 1974 y, desde esa fecha, han sido pocos los estudios

grandes y con resultados relevantes que se han hecho para mejorar el horizonte

de la DRT. En la historia, solo figura un estudio prospectivo de calidad sobre el

tema, se trata del STAR*D del Instituto de Salud Mental de los Estados Unidos de

América [8]. Tanto es el desconocimiento de esta entidad, que no existe un

consenso universal sobre su definición operativa, dificultando con ello el

diagnóstico y privando de una estrategia terapéutica a muchos individuos.

Actualmente, la investigación mundial se centra en descubrir factores predictores

de la DRT, dado que su manejo nos ha sido difícil como humanidad.

La crisis mundial y local que se vive debido a la prevalencia significativa de la

depresión, sumada al gran porcentaje de esta que avanza a DRT, su difícil manejo

y, sobretodo, lo poco que se sabe “a ciencia cierta” de tal entidad, son los

principales motivos de realización de este trabajo. Cuya finalidad o propósito, es

brindar una cantidad de herramientas bibliográficamente dispersas en un escrito

unificado, para mejorar el conocimiento de la DRT y con ello colaborar en el

avance del manejo de los pacientes.

A continuación, se presenta una revisión del tratamiento farmacológico y no

farmacológico actual del trastorno depresivo, incluyendo las líneas futuras de

investigación. Se analiza posteriormente el apartado correspondiente a la

depresión resistente al tratamiento (DRT), que abarca su definición operativa y

términos asociados a esta, los niveles de resistencia, y sus diagnósticos

diferenciales. También una breve exposición de los mecanismos fisiopatológicos

de la DRT y sus factores de riesgo asociados. Por último, las estrategias de

manejo farmacológicas y no farmacológicas a seguir en el caso de la DRT.

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15

CAPITULO I. TRATAMIENTO DEL TRASTORNO DEPRESIVO.

El tratamiento del trastorno depresivo puede llegar a ser todo un reto e incluso

frustrante tanto para el profesional de la salud como para el mismo paciente. Este

se basa en medidas psicoterapéuticas y farmacológicas. Otras estrategias clínicas

incluyen a la terapia electroconvulsiva, la estimulación del nervio vago, la

estimulación cerebral profunda o la estimulación magnética transcraneal. [9]

Lo primero en el tratamiento de estos pacientes es realizar una apropiada

valoración para hacer correctamente el diagnostico, descartando cualquier otra

patología ya sea médica o psiquiátrica. Éste debe incluir un plan individualizado en

el que la medicación nunca podrá ser un elemento único. Además, es fundamental

la creación de una alianza terapéutica con el paciente, puede lograse haciéndole

comprender que su situación es afortunadamente temporal, que constituye una

enfermedad y no atribuible a su debilidad o derivada de su conducta y por tanto es

posible ser tratada médicamente. Es necesario informar al paciente sobre de la

existencia de un período de latencia antes de iniciarse la mejoría clínica, los

posibles efectos secundarios que puedan aparecer en las primeras semanas y su

carácter transitorio, esto en la mayoría de los casos puede ayudar a fomentar el

cumplimiento y evitar abandonos. [10]

1.1. Tratamiento Farmacológico.

Los fármacos antidepresivos son la primera elección terapéutica, se reserva para

los episodios moderados a severos (y en algunos casos específicos para los

leves) [11]. Sin embargo, su eficacia es limitada ya que en promedio la tercera

parte de los pacientes no responden a él [9].

Tradicionalmente, estos compuestos se han llamado «antidepresivos», aunque la

mayoría de estos son eficaces también en el tratamiento otros trastornos como los

de ansiedad (como la angustia y el trastorno obsesivo-compulsivo [TOC]) y otras

afecciones [12].

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16

Desde la introducción de la Imipramina y de la Iproniacida, desarrollados

inicialmente como antihistamínico, y antimicrobiano, respectivamente, comienza el

desarrollo de numerosos antidepresivos [13].

En general, podemos afirmar que todos estos fármacos antidepresivos exhiben

una eficacia similar, y se diferencian principalmente en su perfil de efectos

colaterales, en sus cualidades farmacocinéticas, en su eficacia en otras patologías

psiquiátricas o en sus mecanismos de acción [13].

Ciertas sustancias químicas del cerebro denominadas «neurotransmisores» se

relacionan con la depresión, en especial, la serotonina, la noraprenalina (NA) y la

dopamina (DA). Se cree que la mayoría de los antidepresivos alivian la depresión

al afectar estos neurotransmisores, («efectos inmediatos»), si bien estos no la

curan, pueden reducir los síntomas.

Los mecanismos exactos por los cuales los antidepresivos ejercen sus efectos

terapéuticos aún se desconocen y aunque se sabe bastante de sus «efectos

inmediatos» en el sistema nervioso, lo que aún se desconoce es el modo en que

estas interacciones iniciales producen una respuesta terapéutica. Las verdaderas

acciones terapéuticas de los antidepresivos proceden, sin embargo, de respuestas

adaptativas más lentas en las neuronas a estas perturbaciones bioquímicas

iniciales («efectos descendentes»), cambios moleculares y celulares en la función

nerviosa que son desencadenados por la administración crónica de estos

fármacos [12].

Los estudios sobre los receptores han tenido utilidad para comprender y predecir

algunos de los efectos secundarios de los antidepresivos actuales. Por ejemplo, la

afinidad de los antidepresivos a los receptores colinérgicos muscarínicos tiene una

relación directa con la prevalencia de algunos efectos secundarios durante el

tratamiento (p. ej., sequedad de boca, estreñimiento, dificultad para iniciar la

micción, problemas de concentración) [14]. De forma similar, parece más probable

que el tratamiento con fármacos que tienen altas afinidades por los receptores de

Page 17: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

17

histamina H1 (p. ej., doxepina y amitriptilina) produzca sedación y aumento del

apetito [12].

Las principales categorías de antidepresivos usados actualmente en la clínica

psiquiátrica se han clasificado más habitualmente, según sus efectos en los

sistemas de neurotransmisores de la monoamina. A continuación, se discuten

brevemente las características de los antidepresivos de uso común.

1.1.1. Antidepresivos tricíclicos (ATC)

Los ATC producen a corto plazo una reducción de la recaptación de la serotonina

(5-HT) y noradrenalina (NA), bloqueando además los receptores colinérgicos

muscarínicos y los histaminérgicos (H1 y H2) [10]. Con la excepción de la

clomipramina, y a diferencia de los Inhibidores selectivos de la recaptación de

serotonina (IRSN), los ATC inhiben la recaptación de noradrenalina con más

potencia que la recaptación de serotonina [12].

La administración mantenida induce una disminución en el número de receptores

(regulación a la baja) betaadrenérgicos y 5-HT-2 que se correlaciona con el inicio

de su efecto clínico. [10]

Los ADT presentan una vida media larga que permite su administración en dosis

única diaria. Se metabolizan a través del complejo enzimático P450, y en concreto

del CYP2D6. Sus efectos anticolinérgicos son frecuentes. Una complicación

psiquiátrica potencial es la inducción de manía en pacientes con predisposición

bipolar. Los ADT pueden ser letales en sobredosis. [10]

1.1.2. Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina

En esta categoría destacan la fluoxetina, la sertralina, el citalopram, el

escitalopram, la paroxetina y la fluvoxamina. Han demostrado eficacia en

numerosos trastornos psiquiátricos, siendo la depresión mayor su principal

indicación [13].

Page 18: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

18

Su mecanismo de acción consiste en producir inhibición de la recaptación

presináptica de serotonina, por parte de la neurona presináptica, de modo que

aumenta inicialmente la disponibilidad de serotonina en el espacio sináptico, lo

que posteriormente produce una regulación "cuesta abajo" de los mismos

receptores, incrementando finalmente la transmisión neta serotoninérgica sin

efecto significativo sobre la NA o DA [10,13]. Algunos como la Sertralina muestra

una inhibición moderada de la recaptación de dopamina, y la Paroxetina y la

Fluoxetina provocan una inhibición también modesta de la recaptación de

noradrenalina, este último también posee, el isómero R, una ligera actividad

agonista de 5-HT2A y 5-HT2C [12].

Se han descrito también efectos no monoaminérgicos para algunos de los ISRS, lo

que incluye efectos moderados y selectivos en la expresión y edición de los

receptores de glutamato [12].

Su eficacia antidepresiva carece de los efectos indeseables y la toxicidad de los

ATC, lo que los hace más seguros en los casos de sobredosificación. Esto es

debido a que tienen una afinidad mínima o nula por los receptores muscarínicos

colinérgicos, histaminérgicos y adrenérgicos, con la excepción de la paroxetina

(que es un débil antagonista de los receptores colinérgicos), el citalopram (un

antagonista débil del receptor de la histamina H1) y la sertralina (con afinidad débil

por los receptores α1). [12]

Características farmacocinéticas como la vida media varían entre ellos de tal

forma que la fluoxetina alcanza las 72 horas con la presencia añadida de un

metabolito activo de hasta 10 días de vida media. Los restantes ISRS acortan su

vida media en torno a las 20 horas, permitiendo su administración en dosis única

diaria [10]. Tienen un período de latencia antidepresiva similar al de los agentes

tricíclicos. [13]

Los ISRS se metabolizan en el hígado a través del complejo enzimático P450. La

paroxetina presenta mayor riesgo de interacciones ya que se metaboliza a través

del CYP2D6, así como la fluoxetina y fluvoxamina.

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19

Existe la posibilidad de elevar el riesgo de sangrado en pacientes tratados con

anticoagulantes sin que se refleje en el tiempo de protrombina. Tampoco deben

administrarse con L-triptófano por la posibilidad de inducir un síndrome

serotoninérgico. [10]

Los efectos adversos son similares para todos ellos, siendo los más frecuentes de

tipo gastrointestinal (náuseas, vómitos, diarreas, dispepsias); A nivel del SNC los

más frecuentes son cefalea, nerviosismo, insomnio, somnolencia y aumento de la

ansiedad, que aparece sobre todo al inicio del tratamiento [10]. Estos efectos

colaterales son dosis dependientes y generalmente van disminuyendo luego de la

primera semana de tratamiento. [13]

En el tratamiento de mantenimiento los efectos adversos derivados de la

disfunción sexual son seguramente los más inconvenientes, pudiendo alcanzar el

70% en el caso de la paroxetina. Se han detectado también algunos casos de

hiponatremia, sobre todo con fluoxetina y paroxetina [10].

1.1.3. Inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN) o

antidepresivos duales: venlafaxina y duloxetina.

A diferencia de los ATC, los IRSN inhiben la recaptación de serotonina de forma

más potente que la recaptación de noradrenalina [12]

Los pacientes con depresiones leves tienden a responder a dosis bajas de

venlafaxina, mientras que los pacientes con depresiones más severas responden

a dosis más elevadas. Esta diferencia se explicaría por el desigual mecanismo de

acción que presenta esta droga en diferentes dosis de administración. La

venlafaxina es un inhibidor potente de la recaptación de serotonina y

norepinefrina; a su vez, es un inhibidor moderado de la recaptación de dopamina;

en dosis bajas la inhibición de la recaptación de serotonina es considerable. En

dosis más elevadas la inhibición de la recaptación de noradrenalina se hace más

significativa. En altas cantidades produce un efecto antidepresivo por inhibición de

la recaptura dopaminérgica [13]

Page 20: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

20

El perfil de efectos colaterales de la venlafaxina es muy similar al de los agentes

serotoninérgicos, incluyendo síntomas gastrointestinales, disfunciones sexuales y

riesgo de síndrome serotoninérgico. Como resultado de la recaptura de NA puede

aparecer sudoración, retención urinaria y aumento de la presión intraocular En

general, se recomienda monitorizar la presión arterial debido a algunos casos de

aumento de la presión diastólica media [13].

La dosis recomendada es de 75 a 450 mg por día. Aunque se metaboliza a través

del CYP2D6, ejerce una acción inhibitoria sobre este muy inferior a la de los ISRS,

por lo que la posibilidad de interacciones es menor. Su unión a proteínas es del

27% lo cual es significativamente menor que otros agentes antidepresivos.

Presenta una vida media de 4 a 10 horas, contando con su metabolito activo O-

desmetilvenlafaxina. [10,13]

La duloxetina tiene una actividad equilibrada sobre ambas monoaminas y parece

tener eficacia sobre síntomas físicos en los que exista un componente emocional.

los estudios indican que el tratamiento crónico con el IRSN duloxetina no solo

produce una acusada regulación ascendente del ARNm de BDNF y las proteínas,

sino que además puede afectar a la redistribución subcelular de la neurotrofina,

para mejorar potencialmente la plasticidad sináptica [10,12].

1.1.4. Inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO).

Después de su recaptación desde la sinapsis en la neurona presináptica, la

noradrenalina, la serotonina y la dopamina se cargan en vesículas para su

posterior nueva liberación o son descompuestas por la MAO, presente en dos

formas (MAOA y MAOB), que difieren en su preferencia por el sustrato, las

especificidades del inhibidor, la expresión tisular y la distribución celular. MAOA se

encarga de la metabolización de la NA y 5-HT, mientras que la MAOB lo hace de

la feniletilamina. La dopamina y las aminas de la dieta (exógenas), la tiramina y la

triptamina, son sustratos para las dos formas de MAO. [10,12]

Page 21: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

21

Los IMAO presentan su mayor utilidad en las depresiones atípicas y resistentes

[10] y como su nombre indica, inhiben la monoamino-oxidasa tanto en su forma A

como B. La fenelzina y la tranilcipromina actúan de forma no selectiva sobre la

MAO, aunque su efecto antidepresivo se correlaciona con el grado de inhibición de

la MAOA [10].

Además de esta acción, algunos IMAO como la tranilcipromina tienen cierto efecto

inhibitorio sobre la recaptación de 5-HT y NA, así como una acción

simpaticomimética directa [10].

El consumo de determinados alimentos (que contienen altos valores de aminas de

la dieta) a la vez que se toma un IMAO puede precipitar las crisis hipertensivas,

Por ello, los pacientes en tratamiento con IMAO deben realizar una dieta evitando

estos alimentos como habas, quesos, vinos, cervezas, ahumados, patés, entre

otros. La administración concomitante con los ISRS, debido a concentraciones

tóxicas de la serotonina en el SNC, puede producir un síndrome serotoninérgico

caracterizado por alteraciones en la cognición (p. ej., desorientación y confusión),

la conducta (p. ej., agitación e inquietud), la función del sistema nervioso

autónomo (p. ej., fiebre, escalofríos, diaforesis y diarrea) y la actividad

neuromuscular (p. ej., ataxia, hiperreflexia y mioclonía). [10-12]

La actividad enzimática de la MAO requiere unos 14 días para su restauración

completa, estos alimentos o medicaciones deben evitarse durante 2 semanas

después de la suspensión de un IMAO irreversible («período de lavado del

IMAO»), antes de iniciar con un segundo antidepresivo. [12]

Los efectos adversos más frecuentes que se observan con los IMAO son la

hipotensión ortostática, aumento de peso, edemas, insomnio y disfunción sexual,

La fenelzina y la iproniazida se han asociado en algunas ocasiones con la

aparición de hepatitis tóxica. A diferencia de los ADT, los IMAO son menos

cardiotóxicos, pero también inducen con frecuencia manías. [10]

Page 22: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

22

La Moclobemida es un inhibidor reversible de la monoamino-oxidasa (RIMA),

desaparece en tan sólo 8 horas a nivel intestinal. De esta forma se evita la

absorción de tiramina no metabolizada y con ello el temido efecto vasopresor de

ésta. Los efectos adversos más frecuentes de la Moclobemida son las náuseas y

ocasionalmente efectos anticolinérgicos, aunque en menor grado que los ADT.

[10]

Existen otros antidepresivos con mecanismos de acción algo distintos, como el

Bupropión (inhibe dopamina y noradrenalina y es activador), la Mianserina y la

Mirtazapina (actúan sobre serotonina y noradrenalina, son sedantes y provocan

sobrepeso), la Reboxetina (inhibidor selectivo de la recaptación de noradrenalina)

y la agomelatina (que actúa sobre los ritmos circadianos). La Vortioxetina tiene un

mecanismo multimodal. [15]

La Quetiapina, un antipsicótico con efectos antidepresivo, ha demostrado la

disminución rápida y significativa en la sintomatología depresiva tras su

administración; es un fármaco que actúa como antagonista de receptores tipo

NMDA de glutamato y está aprobada para depresiones que no responden bien a

otras estrategias farmacológicas como tratamiento adyuvante. [15,16]

1.1.5. Selección del antidepresivo

Con la evidencia actual, las guías de tratamiento sugieren que la decisión entre los

distintos antidepresivos debe basarse en las características sintomáticas del

cuadro depresivo, comorbilidades, efectos secundarios, interacciones

farmacológicas y disponibilidad en el medio [17]. En cualquier caso, hay que

intentar buscar el antidepresivo que fue eficaz en episodios previos o bien el que

se ha utilizado con éxito en familiares con depresión [10]. El tratamiento de un

primer episodio depresivo debe durar entre 6 y 12 meses posterior a la remisión

de los síntomas para evitar la recurrencia [11].

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23

Hay cierta evidencia respecto a la mayor utilidad de los ADT y la venlafaxina en

pacientes con características melancólicas [18].

Por el contrario, la presencia de síntomas atípicos se correlaciona con una mayor

eficacia de los IMAO frente a los ADT, si bien los inconvenientes derivados de las

restricciones en la dieta y los efectos adversos de estos fármacos permiten

considerar a los ISRS como el tratamiento de primera elección en estos casos [19]

Cuando aparecen síntomas psicóticos se debe añadir al tratamiento antidepresivo

un antipsicótico, sin olvidar que en aquellos casos con riesgo de suicidio u otras

complicaciones se debe considerar también la terapia electroconvulsiva (TEC)

Como la asociación de síntomas de ansiedad y depresión es relativamente

frecuente, se debe añadir una benzodiacepina que mejorará los síntomas de

forma más rápida y aumentará la adherencia al tratamiento [10].

En el caso de presentarse la depresión asociada al abuso de sustancias es

preciso realizar una desintoxicación que en muchos casos aliviará per se los

síntomas depresivos, además de evitar las posibles interacciones. Existen datos

que apoyan la utilización de los ISRS en el tratamiento de mantenimiento de la

deshabituación alcohólica, evitando así las recaídas [20]

Los ADT están contraindicados en alteraciones cardíacas graves, tales como

arritmias, alteraciones de la conducción, prolongaciones del espacio QT o historia

reciente de infarto de miocardio. Los ISRS presentan un perfil de seguridad mayor

en estos pacientes. La Venlafaxina tampoco induce alteraciones en la conducción

cardíaca, pero a dosis superiores a 300 mg/día debe monitorizarse la TA por

inducir elevaciones en el 10% de los casos. Los IMAO no afectan a la conducción

o contracción cardíaca, pero pueden inducir hipotensión ortostática. En el caso de

epilepsia también se recomienda la utilización de ISRS por la tendencia a

disminuir el umbral convulsivógeno de los ADT. Los efectos anticolinérgicos de los

ADT contraindican su utilización en muy diversas situaciones como el glaucoma

de ángulo estrecho o el prostatismo. Los ISRS son también más seguros en estos

casos, si bien algunos como la Paroxetina presentan cierto efecto anticolinérgico.

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24

En el caso de insuficiencia hepática o renal se pueden utilizar los ISRS, teniendo

la precaución de alcanzar aproximadamente la mitad de dosis en aquellos casos

de alteración grave de estas funciones [10].

1.2. Tratamiento no farmacológico de la Depresión.

Son varios los enfoques de tratamiento que se pueden administrar para mejorar

los síntomas y ayudar al paciente depresivo. Entre ellos el farmacológico,

ampliamente usado y descrito en detalle en el subcapítulo anterior. Pero, si hay

tantos enfoques terapéuticos, ¿cuáles son los otros?

Dentro del grupo de terapia no farmacológica figuran la psicoterapia, la medicina

alternativa y el ejercicio. Las intervenciones psicológicas utilizadas para tratar la

depresión incluyen la terapia de aceptación y compromiso, terapia cognitiva,

terapia cognitiva conductual, terapia interpersonal y terapia psicodinámica [21].

Los tratamientos alternativos incluyen acupuntura, meditación, ácidos grasos

omega-3, S-adenosil-Lmetionina, hierba de San Juan y yoga. El ejercicio incluye

una amplia gama de actividades que se pueden realizar para diferentes

duraciones, en clases o de forma informal, en grupo o individual [22].

A continuación, se detalla cada una de ellas y se compara su eficiencia, basada en

evidencia científica, con la terapia farmacológica.

1.2.1. Psicoterapia:

Según la American Psychological Association, la Psicoterapia es un “tratamiento

colaborativo basado en la relación entre un individuo y un psicoterapéuta.

Asentada en el diálogo, proporciona un entorno de apoyo que le permite al

paciente hablar abiertamente con alguien objetivo, neutral y sin prejuicios.” [23]

Existen varios tipos de psicoterapia y no solo la realiza el psicólogo o el psiquiatra,

también pueden realizarla trabajadores sociales, enfermeras psiquiátricas y otro

tipo de profesionales con licencia [24].

Page 25: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

25

Se ha confirmado que la terapia farmacológica combinada con psicoterapia supera

a la terapia farmacológica en monoterapia durante el manejo de la fase aguda de

la depresión (entre 0 y 12 semanas). Además, su efecto modulador del afecto es

más duradero y prolongado [25].

1.2.1.1. Terapia de Aceptación y compromiso:

Abreviada como ACT (por las siglas inglesas de Acceptance and Commitment

Therapy), la terapia de Aceptación y compromiso se basa en modelos filosóficos y

teorías psicológicas para postular la necesidad de dejar a un lado los esfuerzos

para deshacerse de las sensaciones o sentimientos negativos y empezar, más

bien, a aceptarlos tal cómo son. Parece una paradoja, porque precisamente el

comportamiento más natural de todos es luchar contra aquello que nos afecta,

pero esta actitud contraria que propone la terapia, se justifica en la idea de que la

lucha estéril contra el malestar paraliza la vida del paciente y le impiden identificar

y lograr objetivos importantes para este [25,27].

Aunque el principio de aceptación es clave en muchas formas de psicoterapia,

incluso en varias religiones, la única terapia que la ha tomado como pilar

fundamental para cambiar la vida de personas, es la ACT.

1.2.1.2. Terapia cognitiva:

Fue creada por Aaron Beck, tras la creciente insatisfacción que tenía con los

postulados psicoanalíticos de la depresión. Para llegar a ella, también postuló el

modelo cognitivo de la depresión, que busca cambiar el paradigma de que la

depresión responde a un esquema clásico estímulo-respuesta, en el que la

emoción evocada determina los pensamientos y conductas del sujeto, por una

nueva idea basada en que la generación de emociones y conductas es

dependiente de la evaluación cognitiva del significado de la información ambiental.

Beck sugiere que en la depresión sucesos estresantes infantiles estimulan la

generación de estructuras o "esquemas" cognitivos estables negativos [28,29].

Page 26: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

26

La terapia cognitiva, tiene generalmente una duración corta, y se focaliza en

comprender esos esquemas disfuncionales idiosincráticos latentes que, unidos a

ciertas vulnerabilidades, generan los síntomas depresivos. El paciente es

estimulado a tratar sus creencias como hipótesis que necesitan ser probadas,

siendo su propia conducta la prueba de su certeza [28,29].

1.2.1.3 Terapia cognitivo-conductual:

Es una de las terapias psicológicas más usadas en la actualidad, acepta la tesis

conductista que dice que la conducta humana es aprendida, pero tal aprendizaje

consiste en un vínculo entre las relaciones interpersonales, los esquemas

cognitivos y las reglas. Los aspectos cognitivos, afectivos y conductuales están

íntimamente ligados, por lo que al fallar uno, fallan los otros dos [30].

Con frecuencia se habla de terapia cognitivo-conductual para referirse a la terapia

cognitiva, pero no son lo mismo, aunque tienen una mezcla más o menos

armoniosa, ya que la terapia cognitivo –conductual apropia el modelo cognitivo; sin

embargo, también tiene en cuenta la terapia racional emitivo conductual, que

busca resolver problemas emocionales y conductuales mediante el uso de la

secuencia ABC (A representa los acontecimientos observados por el sujeto, B su

forma de interpretarlos y C las consecuencias de estos) [31].

La evidencia científica dice que no hay diferencia estadísticamente significativa

entre el uso de terapia farmacológica y terapia cognitivo conductual en

Monoterapia. Empero, algunos ensayos clínicos con baja evidencia, afirman que la

combinación de antidepresivos con terapia cognitivo-conductual ofrece mejores

resultados que la terapia farmacológica en monoterapia [32]. Además, esta terapia

es más efectiva en adultos mayores y jóvenes que el resto de terapias

psicológicas [33].

Page 27: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

27

1.2.1.4. Terapia interpersonal:

La terapia interpersonal se basa en la teoría del apego y los roles sociales. Tiene

en cuenta las vivencias del individuo, no solo pasadas o de la infancia, también las

actuales como un factor desencadenante de síntomas depresivos. De lo anterior,

usa como fundamento sobretodo el funcionamiento del núcleo familiar, ya que se

ha visto que en el hogar de un depresivo hay serios problemas de cohesión, de

afecto y comunicación familiar. A su vez, el trastorno lleva a un retraimiento y

consecuente lejanía del individuo a su círculo social [34,35].

La terapia sucede en tres fases. La fase inicial el terapeuta evalúa la historia o los

antecedentes que el paciente vincula con los síntomas. Durante la fase

intermedia, el terapeuta plantea posibles soluciones al problema interpersonales

que motiva los síntomas. En la fase final, el terapeuta apoya los cambios

independientes que ha decidido tomar el paciente [34,35].

Un estudio sobre su eficacia proporciona un bajo nivel de evidencia al no mostrar

diferencias entre la terapia farmacológica y la terapia interpersonal en monoterapia

[36]. Por otro lado, se ha afirmado que se obtine mayor efectividad de los

antidepresivos en monoterapia que combinados con la terapia interpersonal [32].

1.2.1.5. Terapia psicodinámica:

Esta terapia para la depresión ha tomado gran acogida empírica y se puede decir,

con poca evidencia, que es eficaz [37]. Se basa en la idea de que todo acto

humano tiene un sentido y una finalidad, que puede o no conocer el individuo. El

método derivado de esta idea, surge del psicoanálisis y apunta a explorar el

mundo interno que desconocemos y da base a la depresión. Para hacer

consciente lo inconsciente, usa como herramienta la interpretación [38].

No se ha encontrado diferencia entre el uso de fármacos o terapia psicodinámica

en monoterapia, tampoco de su combinación respecto al fármaco solo [35].

Page 28: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

28

1.2.2. Medicina alternativa.

Dentro del gran arsenal que existe para tratar la depresión, se encuentran terapias

y fármacos de medicina alternativa, que constituyen una opción que en la mayoría

de las veces no es indicada por el profesional psiquiátrico.

1.2.2.1. Acupuntura.

El tratamiento con acupuntura implica la inserción de agujas finas en múltiples

partes del cuerpo, en aras de corregir un desequilibrio energético interno [39].

Una revisión de la base de datos de Cochrane afirma que la acupuntura puede

provocar una reducción moderada de la gravedad de la depresión en comparación

con el tratamiento habitual/sin tratamiento. La evidencia es de baja calidad [40].

1.2.2.2. Ácidos grasos omega-3.

Los ácidos grasos omega-3, incluyen el DHA, el ácido eicosapentanoico y el ácido

linoleico. Su consumo en pacientes depresivos y ansiosos, se ha hecho muy

popular últimamente, sobre todo en países como Estados Unidos, donde comprar

sin receta este tipo de productos es mucho más fácil [41].

No se ha demostrado eficacia de los ácidos grasos omega 3 como tratamiento de

la depresión mayor [42].

1.2.2.3. S-adenosil- L metionina (SAM-e).

La S-adenosil- L metionina es una sustancia fisiológica de producción hepática,

que actúa como sustrato en diferentes vías bioquímicas, interviniendo en la

transferencia de grupos metilo. Para obtenerlo como medicamento, se usan

bacterias que pueden producirlo [43].

Numerosos estudios han confirmado que SAM-e puede afectar la regulación de

varios componentes críticos de la neurotransmisión monoaminérgica involucrados

en la fisiopatología de la depresión mayor [44].

Page 29: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

29

1.2.2.4. Hierba de San Juan.

La hierba de San Juan es un mecanismo natural usado empíricamente para tratar

la depresión y modular el afecto. Se encuentra disponible en el mercado, su

nombre científico es Hypericum perforatum. Se examinaron los extractos,

obtenidos de preparaciones para la depresión y se confirmó que inhiben la función

de CYP-450 a nivel hepático, por lo cual está en duda su eficacia en combinación

con medicamentos antidepresivo, ya que puede bloquear el metabolismo de estos

o tener interacciones peligrosas [45].

Echium, es otra hierba, que ha demostrado reducción en la puntuación de

Hamilton para depresión, respecto al placebo [46].

1.2.3. Otras alternativas.

Otras alternativas eficientes en la liberación de estrés y en la modulación del

afecto son el ejercicio, la meditación y el yoga.

Page 30: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

30

CAPITULO II. DEPRESIÓN RESISTENTE AL TRATAMIENTO.

2.1. Concepto, definición operativa de Depresión Resistente al Tratamiento y

términos asociados.

La depresión, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es un trastorno

mental frecuente que afecta a más de 300 millones de personas, y en el peor de

los casos, puede terminar en el suicidio. Anualmente, cerca de 800.000 personas

se suicidan, ubicándose como la segunda causa de muerte en jóvenes y adultos

jóvenes (edades entre 15 y 29 años). En muchos países, casi el 90% de los

afectados no recibe tratamiento, este y otros motivos han hecho de la depresión

un problema serio, que demanda gran esfuerzo por parte del personal médico [47].

Sin embargo, entre las personas que reciben tratamiento, se ha visto un problema

aún mayor, se trata de la persistencia de la depresión, debida, en efecto, a un

flagelo que erróneamente se ha creído bien conocido, llamado Depresión

resistente al tratamiento.

El término Depresión resistente al tratamiento, en su definición más simple, se

refiere al trastorno depresivo mayor, el tratamiento del trastorno y la imposibilidad

de obtener un resultado "aceptable" tras este [48].

A pesar de la común ocurrencia de la depresión resistente al tratamiento y su

evolución clínica altamente incapacitante, no existe un consenso universal sobre

su definición operativa, situación que ha generado gran dificultad para diagnosticar

y tratar adecuadamente a los pacientes. Tanto así, que el tratamiento dirigido a

este espectro no cumple con los criterios de medicina basada en la evidencia, sino

que se hace manejo casi empírico y se toman estrategias poco funcionales [49,

50, 51].

En una revisión sistemática realizada en el 2018, se evaluaron las definiciones

operativas de DRT desde 1995 hasta 2017, sus criterios y qué tanto estos eran

seguidos para hacer el diagnóstico de DRT y elegir participantes en ensayos

clínicos realizados desde el 2005 hasta la fecha de la revisión, teniendo en cuenta

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31

que existen muchas definiciones, con criterios distintos. Confirmaron que sólo el

17% de los estudios usaron algún criterio definitorio de DRT para escoger la

población elegible [52]. Estos resultados corroboran que la inexistencia de un

conceso sobre la definición operativa de DRT, es un factor altamente limitante

para el avance científico y clínico que la patología demanda.

Históricamente, se han planteado muchas definiciones operativas de Depresión

resistente al tratamiento. Las siguientes son alagunas:

- Ananth (1998): Carencia de respuesta a dos o más pruebas de tratamiento

en monoterapia, administradas de forma separada, durante el tiempo

correcto y con dosis adecuadas [53].

- Sackeim (2001): Administración de una dosis adecuada de un

antidepresivo, durante tiempo suficiente y con cumplimiento terapéutico, sin

lograr respuesta o remisión. También implica recaída o recurrencias [54].

- Fava (2003): Respuesta inadecuada a una terapia antidepresiva correcta en

pacientes que sufren un trastorno depresivo unipolar [55].

- Sharma, Khan y Smith (2005): Falta de respuesta a dos ensayos

adecuados con antidepresivos, entendiendo como “ensayo adecuado” a

una dosis de Imipramina mayor o igual a 250mg, Fenelzina igual o mayor

de 60 mg durante al menos de 6 semanas y Fluoxetina mayor o igual a 20

mg durante al menos 8 semanas [56].

- Podawiltz y Culpepper (2010): Depresión que no remite después de dos

ensayos con antidepresivos de perfil farmacológico diferente, administradas

a una dosis adecuada, durante un tiempo apropiado y con buen

cumplimiento de las medidas terapéuticas [57].

Estas definiciones muestran carencia de cuantificación mediante escalas, claridad

y consenso sobre el número de ensayos terapéuticos usados y ausencia de un

período de tiempo apropiado para definir si hubo remisión o persistencia de los

síntomas.

Page 32: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

32

En los esfuerzos por mejorar el horizonte del padecimiento, múltiples instituciones

y personas han creado una serie de métodos para crear una definición operativa

adecuada para la depresión resistente al tratamiento, y que son los usados y

avalados actualmente para el diagnóstico de la DRT. Aquí los más usados y de

mayor relevancia clínica:

2.1.1. Método de falla en la medicación.

Este método busca establecer el número mínimo y el tipo de fracaso de

tratamientos antidepresivos que permiten definir e identificar con certeza la DRT.

Entre las pautas propuestas se encuentran una falta de respuesta a una dosis

adecuada de uno de los siguientes: un único antidepresivo tricíclico, inhibidor de la

monoaminoxidasa (IMAO) o cualquier tratamiento antidepresivo adecuado; ≥3

ensayos adecuados de tratamiento, incluído en un antidepresivo tricíclico; ≥5

tratamientos adecuados, sea cual sea; ≥ 1 ensayo de terapia electroconvulsiva; y

un solo ensayo con un antidepresivo heterocíclico [58].

Para determinar el fracaso del tratamiento, se usa la evaluación estandarizada de

la evolución de los síntomas.

2.1.2. Método del modelo de estadificación.

Se rige por pautas similares al método de falla de la medicación, con una

diferencia fundamental, la idea de que el número de medicamentos usados sin

respuesta es un indicador de severidad de la DRT, es decir, a mayor número de

medicamentos fallidos, mayor es la severidad de la resistencia [59].

Existen 4 modelos de estadificación, que se revisarán en detalle en el subcapítulo

siguiente sobre niveles de resistencia. Estos modelos son:

- Modelo de Thase y Rush: Indica que los niveles de resistencia, así como la

identificación de la DRT, dependen del tipo de medicamento usado.

Sugieren una jerarquía de medicamentos, en la que los inhibidores de la

recaptación de serotonina son menos efectivos que los antidepresivos

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33

tricíclicos, y ambos son menos efectivo que los IMAO; es decir que el fallo

del tratamiento a un IMAO es un criterio de gran peso para el diagnóstico

de DRT, y también una resistencia a estos es mucho más severa.

- Modelo del Hospital general de Massachusetts (MGH-S): Este modelo tiene

en cuenta el número de ensayos fallidos para establecer el nivel de

resistencia. Pero, en general, no aporta criterios de importancia en la

definición de DRT.

- Modelo de estadificación Europeo: Según este modelo, los pacientes se

consideran resistentes al tratamiento después de no responder a 2 ensayos

de diferentes antidepresivos de dosis y duraciones adecuadas, definida

duración adecuada como un período de 6 a 8 semanas.

- Modelo de estadificación de Maudsley: Considera que la duración del

tratamiento fallido, es el principal criterio predictor de severidad de la

resistencia. Es el más reciente de los modelos e, igual que el MGH-S, no

ofrece criterios para definir DRT.

Hoy día, además, se están introduciendo terminologías alternativas para DRT

como Trastorno depresivo mayor resistente a terapia múltiple. Esto refleja la

frustración del personal de salud y de pacientes respecto al concepto de DRT y su

abordaje diagnóstico y terapéutico [49].

Todo lo anterior aplica para la depresión unipolar. Para el caso de la depresión

bipolar, estudios recientes, han concluido definirla como la incapacidad de

alcanzar una remisión sintomática sostenida durante 8 semanas consecutivas

después de dos ensayos de tratamiento diferentes, a dosis terapéuticas

adecuadas, con al menos dos tratamientos de monoterapia recomendados o al

menos un tratamiento de monoterapia y otro tratamiento combinado [60, 61].

2.1.3. Remisión de la depresión:

La remisión de la depresión se puede entender como un estado menos

sintomático o de mejoría de la depresión, respecto a lo que fue anteriormente en

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34

cada paciente. Este término, si bien no se refiere directamente a la DRT, usándolo

se puede concluir si hay o no fallo de la terapia antidepresiva [62].

Para medir la remisión, se usa la escala de Depresión de Hamilton, la cual tiene

una presentación con 17 ítems, otra con 21 ítems, y una no muy conocida con 6.

Fue publicada por primera vez por Max Hamilton en 1960, pero se ha revisado

muchas veces. El cuestionario, diseñado para adultos, se realizó para evaluar la

gravedad del bajo estado afectivo, el insomnio, el grado de ansiedad, el

autoconcepto del padecimiento, entre otras [63, 64].

Se considera remisión a una puntuación final menor o igual a 10 puntos en la

escala de Hamilton de 17 ítems, o una puntuación final menor o igual a 8 puntos

en la escala de Hamilton de 21 ítems. No se ha establecido un tiempo exacto de

tratamiento para el cual pueda definirse remisión con escala de Hamilton, ya que

los estudios realizados son inconsistentes en el umbral [65]. Sin embargo, como

se puede ver en la figura 1, la remisión se concreta en la semana 12 de

tratamiento, desde ese momento, al no haber remisión, empieza a considerarse la

recaída.

Ilustración 1. Fases de la depresión.

Adaptada de: Gartlehner G, Gaynes BN, Amick HR, Asher G, Morgan LC, Coker-

Schwimmer M, et al. Nonpharmacological Versus Pharmacological Treatments for

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35

Adult Patients With Major Depressive Disorder. Comparative effectiveness review

no. 161. Agency for Healthcare Research and Quality; 2015.

2.1.4. Recaída y recurrencia de la Depresión:

Otros conceptos importantes de definir, porque guardan una relación estrecha con

la DRT, son la recaída y la recurrencia, desde hace casi dos décadas existe

evidencia de que, a más episodios de recaída o recurrencia, más grave será la

resistencia [66].

Se considera recaída cuando seis meses antes de haberse resuelto el episodio

depresivo previo, se presenta un nuevo episodio que cumple los criterios del DSM-

V para depresión mayor [67]. Recurrencia se considera al episodio que cumple los

criterios de DSM-V para depresión mayor y se presenta después de al menos 6

meses del episodio previo [68].

2.1.5. Pseudo-resistencia:

Justo cuando se cree que un individuo está padeciendo DRT, aparece otro

concepto importante, a tener en cuenta, porque puede ser un factor confusor, la

pseudo-resistencia. Esto es la carencia de respuesta al tratamiento antidepresivo,

luego de uno o más ensayos terapéuticos, pero debido al uso de dosis y duración

del tratamiento del antidepresivo inadecuadas, niveles plasmáticos insuficientes,

incumplimiento del paciente con respecto a la ingesta de medicamentos o

relevantes comorbilidades psiquiátricas y/o somáticas [69,70].

2.2. Estadificación y niveles de resistencia de la Depresión Resistente al

Tratamiento.

Tan importante como diagnosticar la Depresión Resistente al tratamiento, es

establecer el grado de resistencia que el individuo ha generado al medicamento,

ya que puede variar el tipo de estrategia a usar para el manejo y la intensidad de

la misma. Además, no es lo equiparable, generar resistencia un solo ensayo en

monoterapia, que a varios ensayos con combinaciones de antidepresivos.

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36

Debido a lo anterior, para estadificar el grado o nivel de resistencia de la DRT, se

han usado desde hace varias décadas algunas escalas, que se comentarán en

este subcapítulo, incluyendo sus beneficios y posibles limitaciones.

La primera escala fue la Antidepressant Treatment History Form (ATHF), diseñada

originalmente para identificar el poder de la Terapia electro-convulsiva. Sin

embargo, tiempo después, empezó aplicarse para evaluar otras terapias

farmacológicas, generando una clasificación del 0 al 5, donde 0 corresponde a

ausencia de tratamiento y 5 a dosis altas de Litio o Controyodotironina-T3. Con el

pasar de los años, inició su uso para clasificar la resistencia, inicialmente dando

una puntuación entre 0 y 34, que luego se simplificó a 5 puntos que corresponden

a la clasificación del poder de la terapia farmacológica [71].

Tabla 1. Antidepressant Treatment History Form (ATHF)

Nivel Tratamiento

0 Sin tratamiento o con fármacos sin acción psicótica conocida

1 Cualquier antidepresivo usado por lo menos durante 4 semanas con una

dosis diaria mínima adecuada.

Entre 1 y 3 sesiones de aTEC

En bTDM con psicosis, cualquier antidepresivo potenciado con un

equivalente a 400 mg /diarios de clorpromazina o utilizado durante < 3

semanas.

2 Cualquier antidepresivo usado durante más de 4 semanas a una dosis

diaria adecuada.

Entre 4 y 6 sesiones de aTEC

En bTDM con psicosis, si usa un equivalente a 400 mg /día de

clorpromazina o durante < 3 semanas o en monoterapia con

antipsicótico a dosis equivalente a >400 mg/día de clorpromazina o

durante >3 semanas

3 Cualquier fármaco utilizado durante más de 4 semanas como mínimo a

Page 37: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

37

una dosis diaria adecuada.

Entre 7 y 9 sesiones de aTEC unilateral

En bTDM con psicosis, potenciación con un equivalente a 400 mg /día

de clorpromazina o durante > 3 semanas.

4 Cualquier fármaco utilizado > 4 semanas a la dosis máxima o cualquier

fármaco del nivel 3 potenciado con litio durante >2 semanas.

Entre 10 y 12 sesiones de aTEC unilateral o entre 7y 9 sesiones

bilaterales.

En bTDM con psicosis, potenciación con un equivalente a 400 mg /día

de clorpromazina o durante > 3 semanas.

5 Cualquier fármaco del nivel 4 potenciado con litio durante >2 semanas.

Más de 13 sesiones de aTEC unilateral o más de 10 sesiones

bilaterales.

En bTDM con psicosis, potenciación con un equivalente a 400 mg /día

de clorpromazina o durante > 3 semanas.

aTEC: Terapia electroconvulsiva. bTDM: Trastorno depresivo mayor.

Adaptada de: Ontiveros J. Resistant Depression: Antidepressants-

Preclinical, Clinical and Translational Aspects. IntechOpen; 2019.

Esta escala tiene como ventaja permitir obtener un índice de respuesta para cada

tratamiento, lo que facilita su uso. Además, es muy clara en establecer el tipo de

fármaco y su dosis, incluso, hace una diferencia entre los fármacos para depresión

con y sin síntomas psicóticos. Su principal desventaja es no contemplar terapias

no farmacológicas como la psicoterapia y otras.

Una de las más aceptadas por la sociedad médica y científica es la Escala de

Thase y Rush, de la cual se habló superficialmente en el capítulo anterior, porque

permite, además de estadificar la resistencia, definir los criterios para DRT. Como

se dijo, para definir DRT, el modelo propone darle más peso a un grupo de

antidepresivos que a otros, es decir, unos son más proclives a generar resistencia

porque son menos efectivos. Para establecer de resistencia, intenta clasificar la

resistencia como “Resistencia relativa”, “Resistencia propiamente dicha” y

Page 38: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

38

“Refractariedad”, mediante una escala continua de cinco niveles de resistencia

que va desde la resistencia a un único ensayo en monoterapia (nivel I) hasta la

resistencia a múltiples antidepresivos y la TEC bilateral (nivel V) [72]. Los detalles

de esta escala se muestran en la Tabla 2.

Tabla 2. Escala de Thase y Rush

Nivel Tratamiento

0 Ausencia de tratamiento adecuado

1 Ausencia de respuesta a un tratamiento adecuado (monoterapia)

2 Ausencia de respuesta a dos tratamientos adecuados de diferente perfil

farmacológico

3 Nivel 2+ fracaso de una estrategia de potenciación de un solo

antidepresivo

4 Nivel 3+ fracaso de una segunda potenciación

5 Nivel 4+ fracaso de aTEC

aTEC: Terapia electroconvulsiva

Adaptada de: Ontiveros J. Resistant Depression: Antidepressants-Preclinical,

Clinical and Translational Aspects. IntechOpen; 2019.

Una desventaja de esta escala, motivo de crítica, es que no tiene en cuanta el

grado de intensidad de cada terapia en dosis y tiempo de duración, o sea que la

falla a un ensayo a dosis muy bajas sería igualable a un ensayo a dosis muy altas

que dura más tiempo. Otra es que este modelo, considera que hay menor

resistencia a la combinación de dos medicamentos de diferente familia, o sea, que

indirectamente afirma que el cambio de un antidepresivo por otro de una familia

distinta es mejor que cambiarlo por uno de la misma familia, premisa que no está

demostrada científicamente [73].

Investigadores del Massachusetts General Hospital (MGH-s) han creado un

modelo de estadificación, también citado anteriormente, que lleva el nombre del

Page 39: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

39

hospital. Este modelo, se creó basado en el modelo de Thase y Rush, pero a

diferencia de este, considera el número de ensayos, la intensidad y optimización

(aumento de dosis o combiación) de cada uno de ellos, sin crear jerarquías entre

ellos. Sin embargo, la puntuación más alta, dada a la TEC no está lo

suficientemente explicada [74,75]. Los detalles de esta escala se muestran en la

Tabla 3.

Tabla 3. Escala MGH−S

Nivel Tratamiento

1 La ausencia de respuesta a cada ensayo adecuado (al menos 6

semanas de antidepresivo a dosis adecuada) genera un punto en la

escala de resistencia (un punto por ensayo)

2 Cada optimización de la dosis, optimización de la duración y

potenciación o combinación en cada ensayo con antidepresivos

aumenta la puntuación (0,5 punto por estrategia)

3 El uso de la aTEC aumenta la puntuación total en 3 puntos

aTEC: Terapia electroconvulsiva.

Adaptada de: Ontiveros J. Resistant Depression: Antidepressants-Preclinical,

Clinical and Translational Aspects. IntechOpen; 2019.

Un estudio, comparó el modelo de Thase y Rush con el MGH-s, en busca de

saber cuál predice mejor la resistencia, los resultados de la regresión logística

indicaron que mayores puntajes de MGH-S, pero no puntajes de TR-S, predijeron

la no remisión [75].

El tercer modelo de estadificación, que, igual que Thase and Rush aporta criterios

de valor para definición operativa de DRT y para la estadificación de la resistencia,

es el Método de estadificación Europeo, que en este segundo sentido, sugiere

clasificar al paciente como “No respondedores”, “pacientes con DRT” y “pacientes

con DRT crónica”. Los que no responden se definen como pacientes que no

responden a un método de tratamiento. Se consideran DRT si muestran una

Page 40: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

40

respuesta insuficiente a dos ensayos de tratamiento con diferentes clases de

antidepresivos a una dosis adecuada durante un período de 6 a 8 semanas. DRT

crónica se define como un episodio resistente o refractario que dura más de un

año a pesar de las intervenciones terapéuticas apropiadas [73,76].

La principal ventaja de esta escala es que sugiere un tiempo de uso del

medicamente o de duración de cada ensayo, sin formar jerarquías entre unos y

otros. Algunas deficiencias radican en que la definición de DRT o de DRT crónica

son arbitrarias, carecen de base en la evidencia científica, además, la DRT crónica

no considera medidas farmacológicas como la psicoterapia o la TEC [72].

Finalmente, Fedaku, et al. proponen en el 2009 el Maudsley staging model (MSM)

el cual califica el nivel de resistencia con una puntuación entre 3 y 15 puntos,

ordenando los estadíos en tres niveles: leve cuando la puntuación está entre 3 y 6

puntos, moderado entre 7 y 10 puntos, y grave de 11 hasta 15 puntos [77, 78]. Los

detalles de esta escala se muestran en la Tabla 5.

Tabla 4. Escala MSMS

Parámetros /

Dimensiones

Especificaciones de los

parámetros

Puntuación

Duración Agudo = 0 a 12 meses 1

Subagudo = 13 a 24

meses

2

Crónico > 24 meses 3

Subsindrómico 1

Sindrómico

Gravedad de los

síntomas

Leve 2

Moderado 3

Grave sin psicosis 4

Page 41: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

41

Grave con psicosis 5

Nivel 1: 1−2 aAD 1

Tratamientos fallidos con

antidepresivos

Nivel2:3−4 aAD 2

Nivel 3: 5−6 aAD 3

Nivel 4: 7−10 aAD 4

Nivel 5: >10 aAD 5

Potencializaciones No utilizadas 0

Utilizadas 1

Terapia electroconvulsiva No Utilizada 0

Utilizada 1

Total 3−15

aAD: Fármacos antidepresivos.

Adaptada de: Ontiveros J. Resistant Depression: Antidepressants-Preclinical,

Clinical and Translational Aspects. IntechOpen; 2019.

Una ventaja del MSM es que incluye dos criterios, que no ha tenido en cuenta

ningún modelo anterior, la duración y la intensidad del Episodio depresivo mayor.

Adicionalmente, considera que el cambio de medicamento entre diferentes grupos

de antidepresivos y entre el mismo grupo tiene el mismo puntaje. Es una de las

escalas más fáciles de usar [79].

Este modelo también tiene desventajas, entre ellas que no debería tener en

cuenta la sustitución de medicamentos, sino la optimización de estos.

Adicionalmente, que haga una división arbitraria de la duración de cada episodio

depresivo. Según Ruhé (2012) el modelo debería incluir el funcionamiento del

individuo y sus estroses psicosociales [79].

Para concluir este capítulo, se muestran los resultados de un estudio realizado

para evaluar el valor predictivo positivo de los métodos a la hora de predecir el

nivel de resistencia: “En general, los métodos MSM (87.5%) y MGH-s (82%)

Page 42: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

42

exhibieron potencialmente un valor predictivo relevante hacia una falta de mejoría

temprana” [80].

2.3 Diagnósticos diferenciales

Tiene relevancia considerar otros trastornos clínicos relacionados con el estado de

ánimo depresivo u otros síntomas de depresión refractarios al tratamiento

convencional, como diagnóstico diferencial de DRT, puesto que tienen un

pronóstico y tratamiento distinto [81].

Los principales diagnósticos diferenciales a tener en cuenta son otros trastornos

psiquiátricos (p.ej., trastornos del estado de ánimo y de ansiedad, entre otros

descritos en el DSM V), dado que son los diagnósticos que erróneamente se

catalogan como DRT la mayoría de las veces [82]. Ante un paciente con trastorno

del estado de ánimo refractario al tratamiento siempre se debe considerar que sea

secundario a algún factor extrínseco (drogas, sedantes, tranquilizantes,

antihipertensivos, anticonceptivos orales o glucocorticoides) [83]. Por otro lado, se

encuentran las condiciones médicas no psiquiátricas; aproximadamente del 10% a

un 15% de los casos de depresión son causados por estas, ya que participan de

forma directa e indirecta en los mecanismos fisiopatológicos en el desarrollo de

depresión. En casos un poco más raros, algunas condiciones médicas no

diagnosticadas previamente, se manifiestan como depresión (p.ej., hipotiroidismo,

hipertiroidismo, hipercalcemia, enfermedad de Huntington, infección por VIH o

neurosífilis). Estos se describen en la tabla 5 [84].

Los procesos emocionales y cognitivos se basan en la estructura y fisiología del

cerebro. Cualquier enfermedad, toxina, fármaco o proceso que afecte a una región

cerebral en particular es de esperarse que muestre cambios en el

comportamiento, mediados por los circuitos dentro de esa región, y aplican como

anomalías neuropsiquiátricas. El sistema límbico y los circuitos fronto-

subcorticales están más comúnmente implicados en los síntomas

neuropsiquiátricos. En algunos casos, los cambios de comportamiento

Page 43: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

43

representan una respuesta psicológica a la discapacidad subyacente; en otros, las

anormalidades neuropsiquiátricas se manifiestan como resultado de alteraciones

intrínsecas del neurocircuito causadas por la enfermedad misma. Por ejemplo, los

estudios han demostrado que la apatía en la enfermedad de Parkinson (EP)

probablemente esté relacionada con el proceso subyacente de la enfermedad, en

lugar de ser una reacción psicológica a la discapacidad o la depresión, y está

estrechamente asociada con el deterioro cognitivo [85].

Este marco conceptual neuroanatómico puede proporcionar información útil para

la localización y, por lo tanto, para el diagnóstico diferencial. Las condiciones

neurológicas deben considerarse en el diagnóstico diferencial de cualquier

trastorno con síntomas psiquiátricos [85].

Las entidades orgánicas y médicas no psiquiátricas mencionados pueden

confundirse con la DRT cuando se presentan de manera constante y prolongada

con síntomas depresivos que no responden al tratamiento convencional para

depresión; dicha falla terapéutica se debe, precisamente, a que no se deben tratar

como depresión, porque no lo son.

El estado de ánimo disfórico a menudo es más apático o vacío en la esquizofrenia,

mientras que en la depresión suele experimentarse como muy doloroso, y

presentan un deterioro más grave del funcionamiento que los sujetos con

depresión. La depresión psicótica grave a veces es difícil de distinguir de la

esquizofrenia de inicio agudo [83].

Las personas con duelo pueden tener muchos síntomas sin cumplir con los

criterios completos para un episodio depresivo, después de eventos estresantes

de la vida, lo que se reconoce como una respuesta normal esperada, sin embargo,

pueden llegar a experimentarlos por un tiempo suficiente para cumplir los criterios

del DSM-5 de un episodio depresivo. El factor diferenciador de estos pacientes

con la DRT es que no evolucionan tórpidamente, a estos individuos se les

diagnostica depresión mayor y tienen buena respuesta a antidepresivos [84].

Page 44: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

44

El International Classification of Disease-10th edition (ICD-10) especifica que en

una persona que tiene antecedentes de trastorno afectivo bipolar, no se debe

hacer un diagnóstico de "episodio depresivo", incluso si el paciente cumple con los

criterios para un episodio depresivo. En cambio, debe hacerse el diagnóstico de

"episodio afectivo bipolar, episodio actual de depresión leve, moderada o severa"

[82].

El episodio depresivo mayor (no mania o hipomanía) es la presentación clínica

más común en pacientes con trastorno bipolar [86]. Hay que saber diferenciar la

depresión bipolar resistente al tratamiento, de la unipolar, ya que usa escalas y

criterios diagnósticos distintos a la unipolar, además que las estrategias de manejo

deben administrarse con precaución por el riesgo de ciclar a manía [82]. Los

síntomas de un episodio depresivo bipolar en sí mismos no son consistentemente

diferentes de los síntomas de cualquier otro episodio de depresión. Por lo tanto, la

distinción se basa en una historia previa de tratamiento para el trastorno bipolar o

depende de la obtención de una historia de episodios maníacos o hipomaníacos.

Tabla 5. Diagnósticos diferenciales del trastorno depresivo mayor

Otros trastornos psiquiátricos Condiciones medicas

1. Trastornos del estado de animo

I. Otros trastornos depresivos

− TDDEA1

− Distimia

− Trastorno disfórico

premestrual

II. Trastorno bipolar

Colágeno (Fibromialgia.

Polimialgia reumática)

Endocrino (Síndrome de

Cushing. Hiperparatiroidismo.

Disfunción tiroidea. Infección.

SIDA / VIH. Mononucleosis

infecciosa. Sífilis terciaria)

Page 45: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

45

− ciclotimia

2. Trastornos de ansiedad

3. Trastorno obsesivo compulsivo

4. Trastornos relacionados con traumas y

factores de estrés

5. Trastornos de adaptación

6. Trastornos de personalidad

− Borderline

− Histriónico

− narcisista

7. Esquizofrenia

8. Delirium

9. Abuso de Alcohol y drogas

10. Abstinencia de anfetaminas o cocaína

Neoplásico (Carcinomatosis

diseminada. Cáncer de

páncreas)

Neurológico (Demencias.

Síndrome del lóbulo frontal.

Enfermedad de Huntington.

Enfermedad de Parkinson.

Enfermedad periventricular de

vasos pequeños. ACV.

Síndrome postconcusivo.

Apneas del sueño)

Renal (Falla renal terminal)

Cardiaca (Enfermedad cardiaca)

Toxicidad (Corticosteroides.

Anticonceptivos. Ciclosporina.

Bloqueadores H2 (p.ej.,

ranitidina). Metildopa.

Metoclopramida. Reserpina)

Page 46: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

46

Deficiencia vitamínica de B12, C,

Folato, Niacina, Tiamina

1Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo. 2Accidente

cerebrovascular

Page 47: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

47

CAPÍTULO III. FACTORES DE RIESGO Y FISIOPATOLOGÍA DE LA

DRT.

3.1. Mecanismos fisiopatológicos de resistencia.

En la actualidad la etiología de la Depresión Resistente al Tratamiento no es

certera, debido a que la depresión es un desorden heterogéneo, y para muchos

pacientes que padecen DRT es probable que se deba a una combinación de

diferentes factores de riesgo. Dichos factores contribuyen al trastorno depresivo de

base, por medio de diversos mecanismos, cada uno necesita de un abordaje

integral y la omisión de alguno de ellos podría resultar en la falla del tratamiento.

La falta de consistencia en los datos obtenidos puede llegar a una mala

clasificación entre aquellos que tienen DRT y los que no, dado que la presencia de

estas características podría alertar o colaborar a predecir la probabilidad de que el

paciente desarrolle DRT. Es por eso que resaltamos la necesidad en la evaluación

de los factores de riesgo, los cuales resultan de gran importancia para guiar a los

profesionales en salud mental a la hora de diseñar un plan de manejo adecuado

para pacientes con trastorno depresivo refractario.

La fisiopatología de la DRT no está totalmente dilucidada. Sin embargo, se

tratarán aquellas hipótesis que han sido más estudiadas, cada una con ciertos

factores de riesgos asociados y relacionados entre ellos, teniendo en cuenta la

complejidad de esta patología.

3.1.1. Mecanismos relacionados al complejo neuroendocrino y respuesta

inmune.

Diversos factores clínicos se han relacionado con la falta de respuesta al

tratamiento, incluidas las comorbilidades psiquiátricas, los trastornos de ansiedad,

los trastornos de la personalidad, el TAB, además de la obesidad y los

antecedentes de maltrato infantil. De igual manera, padecimientos médicos como

enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer también se han relacionado

Page 48: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

48

con una respuesta disminuida al tratamiento antidepresivo. Curiosamente, dichos

factores clínicos están implicados con la inflamación [87]. Se cree que existe una

relación recíproca entre inflamación y depresión. Se ha prestado especial atención

a las citocinas proinflamatorias [88].

Existen varios métodos por los cuales la inflamación puede aportar a la carencia

de respuesta al tratamiento antidepresivo. Gran parte de los antidepresivos

convencionales (por ejemplo, los ISRS) ejercen su efecto clínico al inhibir la

recaptación de serotonina por el transportador de serotonina (5-HTT). Se ha

demostrado que las citocinas proinflamatorias, entre ellas el TNF, evaden este

mecanismo de acción al aumentar la expresión y la función de los transportadores

de monoaminas, especialmente los 5-HTT. Precisamente, se ha confirmado que el

TNF y la IL-1beta aumentan la expresión y la actividad de los transportadores de

monoaminas a través de la activación de la proteína quinasa activada por

mitógeno p38, resultando en un aumento de la recaptación de serotonina en el

terminal presináptico, disminuyendo así la disponibilidad de serotonina en la

sinapsis [87].

Los esfuerzos para reconocer la disfunción neuroendocrina e inmune en esta

enfermedad se han centrado en las alteraciones en la regulación del eje HPA y

otros cambios neuroendocrinos, como los niveles elevados de cortisol y una

función inmune anormal [88]. Asimismo, se ha comprobado que las citocinas

proinflamatorias modulan la actividad de las enzimas involucradas en la síntesis

de monoaminas, entre ellas la indolamina 2,3 dioxigenasa, lo que lleva a una

disminución en la síntesis y disponibilidad de neurotransmisores. Junto con la

regulación de la neurotransmisión de monoamina, también se ha comprobado que

las citocinas proinflamatorias bloquean al BDNF y a la neurogénesis, que se

piensa juega un papel en los efectos de los antidepresivos en algunos

comportamientos depresivos [87].

Se teoriza que la hiperactividad del eje HPA se activa por el aumento de citocinas

proinflamatorias y se cree que conduce a la liberación del cortisol. El cortisol tiene

una asociación antigua con la depresión, con cortisol reportado como elevado en

Page 49: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

49

pacientes deprimidos. Además, esta hiperactividad del eje en la depresión está

apoyada por hallazgos que sugieren que el tratamiento crónico con Imipramina

(ATC) regula a la baja los niveles plasmáticos de hormonas importantes

involucradas en este eje, lo que resalta el su papel en la depresión y la mala

función inmune [88]. A pesar de la disponibilidad de muchas terapias

farmacológicas y no farmacológicas, cerca del 35% de los pacientes continúan

resistentes al tratamiento. Además, la terapia adecuada lleva a la normalización de

la hiperactividad del eje; Se ha demostrado que los antidepresivos inhiben la

actividad del eje en estudios en humanos y animales [89].

Participantes de múltiples pruebas fallidas de tratamiento en episodios recientes

(indicador de resistencia), exhibieron concentraciones plasmáticas más altas de

TNF, sTNFR2, IL-6 y PCR en comparación con pacientes deprimidos sin

tratamiento previo o tratamiento con un solo tratamiento correcto. Controlando el

IMC y su posterior corrección para múltiples comparaciones, el TNF, sTNF-R2 e

IL-6 fueron los más significativamente relacionados con el número de intentos de

tratamiento fallidos. Infortunadamente, pocos estudios han relacionado

marcadores de inflamación con antecedentes de falta de respuesta al tratamiento.

En un estudio, el 45% de los pacientes reclutados por múltiples fracasos de

tratamiento en el episodio actual mostraron una PCR>3mg/L, considerada

inflamación alta según las pautas de la American Heart Association con respecto

al riesgo cardíaco [87].

Finalmente, la inflamación se ha asociado con un metabolismo alterado del

glutamato en el MDD, manifestado por un aumento de glutamato en regiones

específicas asociado con un aumento de la PCR plasmática. Los estudios in vitro

e in vivo han demostrado que las citocinas proinflamatorias pueden llevar a los

astrocitos a aumentar la liberación de glutamato mientras disminuyen la expresión

de los transportadores de glutamato, responsables de su recaptación [87].

Page 50: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

50

3.1.1.1 Papel de la prolactina.

Un efecto secundario habitual de la terapia antidepresiva es la hiperprolactinemia,

pero hay pocos datos disponibles sobre este efecto. La hiperprolactinemia

inducida por fármacos después del tratamiento antipsicótico está bien

documentada, pero la aparición de este fenómeno luego del tratamiento

antidepresivo es menos conocida, aunque ocasionalmente se ha informado con

varias clases de medicamentos. Los antidepresivos con actividad serotoninérgica,

incluidos los ISRS, pueden causar hiperprolactinemia al mejorar la actividad de la

serotonina al inhibir su recaptación neuronal. Los IMAO y algunos ATC también

pueden elevar los niveles de prolactina al disminuir las catecolaminas en el

hipotálamo. Además, algunas de las manifestaciones clínicas de la

hiperprolactinemia son ansiedad y depresión [89].

Es posible que los niveles reducidos de prolactina representen un aumento del

ciclo dopaminérgico, lo que sensibiliza a los pacientes a niveles bajos de triptófano

y hace que sea menos probable que respondan al tratamiento. Por otro lado, la

respuesta al tratamiento con antidepresivos se asoció con un aumento en la

respuesta de prolactina, contrario a lo que ocurrió en quienes no. El mecanismo

del posible vínculo entre el tratamiento antidepresivo y la hiperprolactinemia aún

no se ha aclarado por completo [89].

3.1.1.2 Papel de la Somatostatina.

Existe evidencia de que este neurotransmisor pueda estar involucrado en

procesos emocionales como la ansiedad y la depresión. La administración

intracerebral de somatostatina a animales produce efectos ansiolíticos y

antidepresivos en las pruebas de comportamiento. El efecto antidepresivo puede

ser el resultado de sus efectos positivos sobre la liberación de serotonina,

mientras que los efectos ansiolíticos parecen ser el resultado de efectos

inhibitorios generales de este neuropéptido [89].

Algunos estudios sugieren un desequilibrio de la excitación/inhibición en el MDD

mediado potencialmente por una disminución del contenido de ácido gamma-

Page 51: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

51

aminobutírico (GABA), los resultados obtenidos recientemente indican una

regulación negativa de los niveles de somatostatina en la corteza cingulada

anterior, la corteza prefrontal dorsolateral y la amígdala. Como ciertos estudios

muestran que la Imipramina aumenta los niveles de somatostatina en la corteza

cingulada, la reducción de receptores de somatostatina en ratas sometidas a

estrés leve crónico que no responden a la Imipramina podría indicar su

participación en los mecanismos de resistencia a los medicamentos en estos

animales [89].

3.1.2. Disfunción neurobiológica.

La base biológica de la DRT se mantiene inconclusa. Se menciona que el BDNF

contribuye a diferentes procesos neurales, desde el neurodesarrollo a plasticidad

sináptica y el mantenimiento de la homeostasis del SNC y periférico en la adultez

[89]. Aunque, también, se han planteado diferencias estructurales y funcionales en

pacientes con DRT y sin DRT [90].

Alteraciones del eje HPA más exposición prolongada a glucocorticoides y/o

reducciones inducidas por estrés en factores neurotróficos pueden dar como

resultado un volumen reducido del hipocampo, dato relacionado con la depresión.

Además, un volumen reducido o un hipocampo pequeño también se ha

identificado como factor de riesgo para la DRT. El volumen de otras estructuras

cerebrales como la corteza entorrinal, la cual se relaciona con el hipocampo,

también se ha asociado con la DRT, sin embargo, este efecto solo se encontró en

mujeres y no en hombres [88].

En un estudio, utilizando técnicas de imagen, comparó las concentraciones de

materia gris en tres grupos de personas (DRT, no-DRT y sanos). Tanto los

pacientes con DRT como aquellos sin DRT mostraron anormalidades significativas

en la materia gris en la corteza temporal media derecha y el caudado bilateral.

Además, los patrones de conectividad funcional en estado de reposo en estas

áreas fueron diferentes entre los grupos. Se encontraron alteraciones en la

conectividad funcional en diferentes regiones del cerebro entre pacientes con DRT

Page 52: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

52

y pacientes sin DRT. En particular, las regiones con conectividad aberrante se

ubicaron principalmente en la red límbica-cortical-estriada-pálida-talámica, red

asociada con la memoria episódica, reflejos y modulación emocional. Este

hallazgo proporciona evidencia de la probable participación de la red en la

fisiopatología de la depresión [89].

En otro estudio similar, usando técnicas de imagen similares al primero, se

buscaba diferenciar a los grupos de pacientes ya mencionados. Se encontraron

ligeros cambios en los volúmenes de materia gris y blanca en todos los grupos, sin

embargo, al tratarse de cambios sutiles, en realidad no está claro qué papel

juegan dichas redes en la respuesta al tratamiento. No obstante, está claro que los

métodos sensibles de neuroimagen pueden tener una mayor utilidad para

identificar en la red estos cambios asociados con la respuesta al tratamiento [88].

3.1.3. Componente genético.

Las diferencias genéticas influyen en la respuesta antidepresiva y tienen el

potencial para determinar el tratamiento más apropiado individualmente [91]. Ya

que la característica esencial de la DRT es la no respuesta a los antidepresivos,

diversos estudios han planteado el posible papel de los polimorfismos de las

enzimas del citocromo P450 (CYP) [92], así como la genética del 5-HTT ubicado

en la neurona presináptica como una forma de investigar el sistema

serotoninérgico. Se estima que la respuesta al tratamiento en la depresión está

asociada con la señalización a través del receptor 5-HT1A y con la neurogénesis

en el hipocampo. Variaciones en la respuesta al tratamiento han sido relacionadas

con polimorfismos en la región promotora del 5-HTT (5HTTLPR) [88].

El CYP humano consta de 57 enzimas, que metabolizan hasta el 75% de los

medicamentos introducidos al cuerpo humano. Por ende, los polimorfismos de

cada enzima CYP correspondientes a los diferentes antidepresivos pueden influir

en el metabolismo del fármaco. Las personas con enzimas CYP afines

metabolizarían rápidamente los medicamentos, mientras que las personas con

enzimas CYP no afines los metabolizarían lentamente. Esta disparidad en el

Page 53: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

53

metabolismo afectaría la efectividad y los efectos adversos de antidepresivos

específicos, y algunas personas susceptibles de tener polimorfismos de la enzima

CYP pueden mostrar resistencia a los antidepresivos típicos. No obstante,

estudios recientes han informado consistentemente que los polimorfismos de la

enzima CYP no tienen asociación con la respuesta antidepresiva o la DRT [92].

Otro candidato cautivador que ha surgido recientemente es TREK1, que codifica

un canal de potasio neuronal. TREK1 es inhibido por los ISRS, y los ratones

carentes del gen TREK1 muestran un fenotipo resistente a la depresión.

Últimamente, TREK1 también se ha asociado con DRT [91]. La presencia de

factores ambientales específicos, más una expresión específica de genes, podría

hacer que los individuos sean vulnerables a la depresión y a una mala respuesta

al tratamiento. El Grupo para el Estudio de la Depresión Resistente (GSRD)

realizó un gran estudio de genes candidatos para evaluar fenotipos relacionados

con la respuesta al tratamiento antidepresivo [88].

Un polimorfismo de un solo nucleótido (PSN), rs20755865, se relacionó con la

respuesta al tratamiento antidepresivo en la muestra del GSRD. Se encontraron

diversos fenotipos de respuesta al tratamiento en la muestra GSRD en los genes

del BDNF (rs10501087 y rs6265), 5HTR2A (rs7997012) y CREB1 (rs7569963)

[87]. Varios estudios han sugerido que algunos PSN de genes clave en la etiología

del MDD, como el ya mencionado BDNF, la triptófano hidroxilasa 2 (TPH2) y la

catecol-O-metiltransferasa (COMT), mostraron relación con la respuesta al

tratamiento en el MDD [92]. El gen BDNF es un candidato relevante para la

investigación, ya que el BDNF se ha visto asociado en la plasticidad cerebral y la

respuesta al tratamiento antidepresivo. Se teoriza que los niveles séricos de BDNF

aumentan en respuesta al tratamiento antidepresivo. De igual manera, se cree que

el BDNF funciona a través de su receptor de tirosina quinasa neurotrófica de alta

afinidad, receptor 2 (NTRK2) [92].

Se han encontrado interacciones entre el BDNF (rs6265) y NTRK2 (rs1387923,

rs2769605 y rs1565445), lo que otorga un soporte adicional de que los niveles de

BDNF en el cerebro pueden desempeñar un papel importante en la respuesta al

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54

tratamiento antidepresivo [88]. La identificación de variantes genéticas

relacionadas con la resistencia a los antidepresivos, la eficacia y la tolerancia a los

efectos secundarios podría llevar al uso de pruebas genéticas de rutina para guiar

la selección de la terapia antidepresiva para un paciente en específico [91]. Como

muchos antidepresivos van dirigidos hacia la recaptación de serotonina, el 5-HTT

es un sitio popular para investigar el papel que juega la genética en la respuesta al

tratamiento [87].

Por lo tanto, mientras que varios estudios informan sobre el posible papel de las

variaciones genéticas, como los polimorfismos del BDNF, HTR1A, COMT y

NMDAR en las respuestas al tratamiento en DRT, se deben acumular más y más

pruebas y los resultados disponibles hasta la fecha deben interpretarse

cuidadosamente [92].

3.1.4. Disfunción de neurotransmisores.

La principal explicación que se le ha dado a la eficacia de los ISRS es el déficit de

neurotransmisores monoaminérgicos. Ha habido estudios donde se ha medido el

ácido 5-hidroxindolacético en líquido cefalorraquídeo lumbar en pacientes con

depresión mayor y estos no hallaron una disminución significativa en comparación

con voluntarios sanos [93]. Por lo que hoy la hipótesis del déficit monoaminérgico

ha pasado a ser una teoría que consiste en la interacción de diferentes factores

como lo son los eventos estresantes y polimorfismos genéticos [88].

Además, el modelo inflamatorio de la depresión proporciona apoyo para la

depresión que induce la neurotransmisión baja en serotonina. Las citocinas

proinflamatorias, como el interferón-γ, el TNF-α, la IL-6 y otras, desvían el

triptófano de la biosíntesis de serotonina hacia la producción de ácido quinolínico a

través de la vía del ácido quinurénico, reduciendo así la producción de serotonina

[92]. En el último escenario, se implica una disminución generalizada de

serotonina, pero esta visión se dificulta por otros factores.

Page 55: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

55

Los antidepresivos actuales actúan sobre múltiples neurotransmisores de

monoamina y poseen efectos específicos sobre la función neurotransmisora. A

pesar de ello, la respuesta a estos antidepresivos convencionales es tardía y, a

menudo, insuficiente. La débil respuesta a los antidepresivos ha llevado a sugerir

que la teoría de la monoamina de la depresión no explica completamente la

disfunción neurotransmisora en la depresión [88]. Igualmente, el modelo

inflamatorio solo se aplica a un subgrupo de pacientes, lo que plantea la

interrogante de por qué ha sido tan difícil demostrar un estado de déficit de

serotonina en la depresión "no inflamatoria" [93].

Esta distribución asimétrica de serotonina está respaldada por hallazgos en

víctimas suicidas completadas. Más bien, los autores se esfuerzan por

conceptualizar la DRT como una distribución regional aberrante de serotonina, con

una reducción final en la neurotransmisión de serotonina en sitios críticos de

proyección serotoninérgica [93]. Por ejemplo, otros neurotransmisores y sistemas

pueden aportar a la disfunción y la resistencia al tratamiento percibida. En

particular, el sistema glutamatérgico ha llamado mucha atención. El GABA es el

neurotransmisor inhibidor principal en el SNC y equilibra la excitabilidad neuronal

producida por el glutamato; se han encontrado niveles bajos de GABA en corteza

occipital en pacientes con DRT. [88].

Por lo tanto, los marcados déficits GABAérgicos pueden ser característicos de la

DRT, lo que sugiere la posible utilidad de las estrategias terapéuticas

encaminadas a potenciar el GABA cortical en pacientes con DRT (por ejemplo,

aumento de lamotrigina, la TEC y estimulación magnética transcraneal).

Asimismo, hay evidencia creciente de la utilidad potencial de la ketamina, un

antagonista del receptor de glutamato NMDA que funciona en parte a través de la

liberación del neurotransmisor en el receptor AMPA, como tratamiento para la

DRT [88].

Page 56: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

56

3.1.5. Clínica y componente psicosocial.

Existe evidencia que sugiere que la DRT está asociada con el subtipo de

depresión “melancólica”, ya que se ha evidenciado una alta prevalencia del

subtipo en pacientes con DRT. El subtipo de melancolía se ha distinguido

históricamente de otros tipos de depresión por alteraciones en el afecto, que son

desproporcionadas o sin causa, retraso psicomotor, deterioro cognitivo y

disfunción vegetativa. Los pacientes clasificados con el subtipo melancólico son

menos propensos a responder a placebos y psicoterapias y son más sensibles a

los ATC y la TEC. Además, dos estudios recientes encontraron que la DRT se

relacionó con un perfil sintomático similar al del subtipo melancólico, con síntomas

como anhedonia, pensamientos suicidas, dificultades de concentración, trastornos

autónomos y trastornos del sueño que caracterizan la DRT, comparado con los

controles o la depresión sensible al tratamiento [87].

Se ha evidenciado que los pacientes con DRT experimentan un mayor número de

eventos estresantes de la vida, incluyendo la inmigración, la muerte de un familiar,

problemas de relaciones interpersonales, pérdida de trabajo, estrés financiero,

condiciones graves de salud y situaciones que amenazan la vida [88]. También se

documentó que aquellos con antecedentes de CEA se calificaron a sí mismos

como más deprimidos que los que no, pero no se evidenciaron diferencias en los

puntajes calificados por el médico. Se han dado a conocer previamente

calificaciones subjetivas más altas, pero no objetivas, de gravedad de la depresión

en DRT [94].

Un estudio reveló que el maltrato infantil fue común y se produjo en casi dos

tercios (62%) de esta muestra. En segundo lugar, los tipos particulares de maltrato

se asocian diferencialmente con un curso de enfermedad más grave,

caracterizado por un inicio más joven de la enfermedad, una mayor recurrencia,

episodios más largos y una mayor gravedad de la depresión autoevaluada.

Tercero, el maltrato infantil y una historia de CTE fueron altamente predictivos de

intentos de suicidio de por vida. Cuarto, el CPA fue altamente predictivo de la

psicosis de por vida. Ahora consideraremos estos hallazgos a su vez. [94]

Page 57: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

57

El trauma infantil se asoció con cambios en la metilación de genes relacionados

tanto con el eje HPA como con el sistema inmunitario, lo que puede estar

relacionado con cambios en la expresión genética y los problemas de salud mental

y médicos resultantes. Por lo tanto, el trauma infantil se considera un riesgo

asociado a las secuelas biológicas, como la inflamación crónica, los trastornos del

sueño y el acortamiento de los telómeros, que son mediadores potenciales de los

efectos negativos del trauma infantil en el TAB [95].

También se replicaron los hallazgos de una asociación entre CSA y psicosis, pero

se encontró una asociación más fuerte con CPA. De hecho, diferentes

investigadores sugieren que la asociación entre CSA y psicosis en realidad podría

deberse a un CPA concurrente. Hallazgos relacionados con la psicosis en una

muestra de pacientes con DRT son importantes al considerar que las

características psicóticas se han relacionado con resultados de tratamiento más

pobres en la depresión crónica [94].

Un estudio que usó el modelo de DRT Thase y Rush para definir la resistencia al

tratamiento reportó niveles altos de trauma y abuso emocional en pacientes con

DRT en comparación con pacientes sin DRT. Los autores concluyen que el trauma

temprano puede terminar en una mayor vulnerabilidad a los estresores de la vida

en pacientes con DRT [88].

La identificación de un perfil de personalidad único o un funcionamiento de

personalidad desadaptativa en DRT podría ayudar a identificar a los pacientes con

DRT en la práctica clínica, proporcionar información sobre el inicio y el

mantenimiento de la DRT y ayudar a los médicos a adaptar los tratamientos

psicológicos para este grupo de pacientes gravemente afectados [87].

3.1.6. Asociado a psicofármacos.

Los antidepresivos son usados para tratar hasta 2/3 de los pacientes con ansiedad

y trastornos depresivos, y un número creciente de pacientes usan antidepresivos a

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58

largo plazo. Frecuentemente se supone que la respuesta a los antidepresivos en

pacientes se mantiene estable con el tiempo, pero hay observaciones de que este

no es el caso [96].

En primer lugar, durante el tratamiento continuo con un antidepresivo, su efecto

puede disminuir. Un estudio sugiere que este fenómeno es más prominente en los

ISRS que en los IRSN y los ATC [96]. Las características clínicas evidentes

durante los intentos de medicación pueden predecir la futura falla de respuesta de

los ISRS. Se puede obtener información de las observaciones realizadas durante

lo que se ha denominado la prueba de "desafío de los ISRS". Por lo tanto, un

paciente puede "fallar" el "desafío" impuesto por la administración de ISRS [93].

El primer resultado fallido, y el más obvio, es la manía inducida por antidepresivos,

ocurre al administrar un ISRS para una presunta depresión unipolar e induce

manía, hipomanía, ciclotimia o estados mixtos [93,96]. En la DRT, un ISRS puede

producir hipomanía o manía al aumentar excesivamente la salida distal de

serotonina porque el sistema de "freno", compuesto por autorreceptores 5-HT1A,

se modula a la baja después del agonismo crónico. Esta idea está respaldada por

imágenes por tomografía por emisión de positrones, que evidencian que una

forma familiar de trastorno unipolar exhibe una unión ligando reducida de los

receptores 5-HT1A del rafe [96].

En segundo lugar, la respuesta a los antidepresivos puede disminuir con la

exposición repetitiva. Dos ensayos clínicos informaron que en pacientes con MDD

o TAB, el número de exposiciones previas a antidepresivos se relaciona

negativamente con la respuesta al tratamiento en pruebas posteriores con

antidepresivos [96]. La literatura detalla la existencia de una posible "inhibición

depresiva" en el TAB que se torna en un estado hipomaníaco [93]. También se

encontraron indicaciones para este fenómeno en el estudio STAR*D. Se encontró

que la respuesta al tratamiento fue menor en pacientes que habían recibido

tratamiento previo en comparación con los pacientes que no habían recibido

tratamiento [96].

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59

En tercer lugar, la falla de respuesta puede presentarse cuando un antidepresivo

inicialmente efectivo se suspende luego de la remisión de los síntomas y se

restablece después de la reaparición de los síntomas. Esta situación es habitual

en la práctica clínica diaria porque: (a) la ansiedad y los trastornos depresivos son

altamente prevalentes, (b) hasta 2/3 de los pacientes reciben antidepresivos, (c)

muchos pacientes alcanzan la remisión mientras toman medicamentos

antidepresivos, (d) guías de tratamiento aconsejan la interrupción después de un

período de remisión sostenida, y (e) 36 a 41% de los pacientes con trastornos de

ansiedad o trastornos depresivos respectivamente, experimentan síntomas

después de la interrupción del antidepresivo [96].

Una hipótesis alternativa, sugerida por 2 estudios, fue que los pacientes habían

desarrollado una "tolerancia" a los antidepresivos con el tiempo y, por lo tanto, ya

no respondían después de reestablecerlo. Ya que los posibles mecanismos

farmacológicos subyacentes no fueron explicados por los autores y no se han

estudiado sistemáticamente, continúan siendo especulativos [97]. Además, el fallo

de la respuesta también podría ser el resultado de la progresión de la enfermedad.

Para los trastornos depresivos, es conocido que, con un número creciente de

episodios, la probabilidad de aparición de síntomas también aumenta, lo que

puede dar lugar a un curso crónico con una sintomatología más grave. Por lo

tanto, la efectividad de los antidepresivos puede permanecer sin cambios, pero el

trastorno subyacente puede volverse más grave y ya no se puede tratar de

manera efectiva [96].

El cuarto escenario es cuando el paciente experimenta muy poca o nula respuesta

a una prueba con un ISRS adecuado, lo que indica que el intento de aumentar la

serotonina sináptica distal ha fallado como estrategia. En muchos casos, la falta

de respuesta se ha observado en varias ocasiones, como fue el caso en el

STAR*D. Se ha proporcionado un modelo biológico de resistencia al tratamiento

con ISRS en serie basado en la sobrecarga de serotonina inducida por

glutamatérgicos que activa los autorreceptores 5-HT1A [93]. La falta de respuesta

también podría resultar de la transición del trastorno a otro. En pacientes con MDD

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60

que son resistentes al tratamiento antidepresivo, el diagnóstico cambia más

frecuentemente de MDD a TAB en comparación con pacientes sin resistencia a los

antidepresivos. La transición del MDD al TAB no explica por qué el fracaso de la

respuesta también se observa en el TOC y la fobia social, y el período de tiempo

de los estudios incluidos es limitado para la observación de la transición [96].

Además de los mecanismos farmacodinámicos y los factores relacionados con la

enfermedad, cambios en la farmacocinética de los antidepresivos a través del

tiempo pueden contribuir al fallo de la respuesta durante episodios posteriores de

depresión o ansiedad. Concretamente, un aumento del metabolismo del fármaco

en episodios posteriores en comparación con el episodio actual puede disminuir

sus concentraciones plasmáticas y, en consecuencia, su eficacia. La inducción del

CYP relacionada con la comedicación u otros factores como el tabaquismo

podrían influir en el metabolismo de los fármacos y es de particular relevancia para

aquellos metabolizados por el CYP3A4, CYP1A2, CYP2C9 y el CYP2C19. Gran

parte de los antidepresivos asociados con una falta de respuesta son

metabolizados principalmente por el CYP2D6. Dado que generalmente se acepta

que el CYP2D6 no es inducible, no se espera que los cambios farmacocinéticos

contribuyan sustancialmente al fracaso de la respuesta posterior a los

antidepresivos [96].

A continuación, en la Tabla 6, se muestran los principales factores de riesgo y la

hipótesis fisiopatológica a la que están asociados.

Tabla 6. Factores de riesgo e hipótesis fisiopatológicas de la DRT.

Hipótesis Factores de riesgo asociados

Observaciones Fuente

Complejo Neuroendocrino y Respuesta Inmune

- Estado proinflamatorio

- Sobrepeso u obesidad

[88, 97, 98, 99]

Disfunción Neurobiológica y componente genético

- Volumen del hipocampo reducido

- Polimorfismos en

- CREB1 codifica para cyclic AMP-responsive element binding protein 1.

[88, 90, 91, 100]

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61

CREB1 - Polimorfismos en HTR1A

- Polimorfismos en BDNF

- Polimorfismos en NTRK2

- HTR1A codifica para el receptor 5-HT 1ª.

- BDNF codifica para el factor neurotrófico derivado del cerebro, implicado en la plasticidad cerebral.

- NTRK2 codifica para receptor neurotrófico de tirosina quinasa 2.

Disfunción de Neurotransmisores

- Niveles de GABA bajos en corteza occipital y corteza cingulada anterior

[88, 90]

Clínica y componente psicosocial

- Otros trastornos psiquiátricos

- Inicio temprano - Episodios

frecuentes - Severidad (MDD

moderado y severo)

- Comorbilidad somática

- Bajo nivel educativo

- Sin remisión o remisión parcial del episodio depresivo anterior

- Trauma en la infancia

- Perdida de funcionalidad

- Trastornos del sueño

- Uso de drogas recreativas

- Ideación suicida - Vivir solo - Edad mayor a 50

- Los trastornos psiquiátricos más asociados a DRT son los trastornos de ansiedad, de personalidad y trastorno afectivo bipolar. Este factor de riesgo se encuentra además asociado con riesgo suicida.

- El uso de drogas recreativas, comorbilidades psiquiátricas y/o somáticas, trauma en la infancia y el najo nivel educativo se han relacionado con riesgo suicida.

- El vivir solo se ha visto asociado con tener baja red de apoyo.

- Las comorbilidades somáticas están asociadas al componente inflamatorio de la DRT.

[88, 90, 94, 95, 97, 98, 99, 100, 101, 102, 103]

Asociada a psicofármacos

- Mayor número de antidepresivos prescritos anteriormente

[100, 103, 104]

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62

CAPÍTULO IV. ESTRATEGIAS PARA EL MANEJO DE DRT.

4.1 Estrategias farmacológicas en la DRT.

Múltiples factores están involucrados en la resistencia al tratamiento, por lo que,

para adoptar un tratamiento eficaz, es necesario una completa evaluación de los

pacientes con DRT, buscando descartar la psudoresistencia. Al elegir entre las

diferentes estrategias de tratamiento hay que tener presente algunos factores

como la respuesta farmacológica anterior (es importante distinguir la respuesta

parcial de la no respuesta para el curso futuro del tratamiento), las diferencias en

el perfil de efectos adversos, trastornos médicos concomitantes y la terapia

farmacológica concurrente. También se deben considerar las variaciones

genéticas y metabólicas que pueden hacer que la biología del paciente sea única y

que contribuya a una mala respuesta a los medicamentos [105].

La remisión completa de los síntomas y el retorno de la función psicosocial óptima,

con una carga mínima de efectos secundarios, es el objetivo clínico del

tratamiento de la depresión resistente a la profilaxis. Así como, la detección

temprana y el tratamiento vigoroso de los síntomas residuales, seguido de un

tratamiento de mantenimiento continuo, deben ser la base para controlar la DRT

[105].

Luego de diagnosticar la resistencia, evaluar el nivel de resistencia y excluir la

pseudoresistencia, se debe iniciar el manejo. Existe actualmente una variedad de

medicamentos y estrategias de tratamiento farmacológico. Las cuales incluyen:

4.1.1. Aumento de dosis.

El aumento de la dosis del antidepresivo, lleva consigo el riesgo inevitable de

aumentar la posibilidad de efectos adversos y síntomas similares a la abstinencia

tras su interrupción. Sin embargo, respecto a la resistencia, ha mostrado

aparentes efectos favorables. La evidencia que respalda los beneficios de

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63

aumentar la dosis o cambiar el antidepresivo es estrecha; los médicos deben tener

expectativas realistas y entereza para hacer frente a las ambivalencias [106].

Resultados de estudios recientes sugieren que la eficacia del aumento de la dosis

depende en primer lugar del tipo de antidepresivos. Por ejemplo, hay hallazgos

positivos para una relación dosis-respuesta de los ATC (antidepresivos tricíclicos)

[107]; esta es la razón por la cual el monitoreo terapéutico de medicamentos

(TDM, por sus siglas en inglés) es altamente recomendado solo para esta clase de

antidepresivos [108]. Además, hay evidencia positiva para el Inhibidor irreversible

de la MAO, la Tranilcipromina, que indica un aumento de la eficacia a dosis altas,

probablemente debido a un efecto anfetaminérgico adicional [109].

La aplicación de TDM plantea la posibilidad de identificar pacientes que

probablemente podrían beneficiarse de la medicación de dosis altas [108]. Por

ejemplo, los pacientes con polimorfismos en el sistema enzimático del citocromo

P450, que provocan una eliminación acelerada de fármacos (metabolizadores

ultrarrápidos), requieren probablemente dosis más altas de su antidepresivo para

lograr una respuesta clínica.

4.1.2. Cambio de Antidepresivo.

El cambio está indicado cuando no hay respuesta al tratamiento inicial, existe mala

tolerancia, respuesta adversa precoz a un tratamiento recién introducido o en

síndromes atípicos [110].

Cambiar a un antidepresivo con distinto mecanismo de acción tiene una tasa de

respuesta más eficaz, respecto a cambiar a uno de la misma clase. Se han

documentado tasas de remisión del 28% para el cambio de clase cruzada, versus

23.5% para el cambio en una misma clase. Este resultado también indica que, en

conjunto, solo una baja proporción de pacientes se beneficia al cambiar el

medicamento antidepresivo [107].

Debido a que los Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)

son variables a nivel molecular, cambiar de un ISRS a otro es lógico. El cambio de

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64

un agente antidepresivo tricíclico a uno alternativo ha demostrado una mejor

eficacia [105].

En caso de cambio de clase, se debe verificar la vida media del primer

antidepresivo, en busca de la necesidad de un periodo de “lavado” (tiempo entre la

eliminación de un fármaco y la administración de otro) de al menos 2 semanas (5

para Fluoxetina, por su semivida larga) y evitar interacciones [105].

Vale la pena considerar Inhibidores de la recaptación de serotonina y

Noradrenalina (IRSN) si falla un ISRS [105]. The World Federation of Societies of

Biological Psychiatry (WFSBP) aconsejan explícitamente que el cambio de un

ISRS a Venlafaxina o Tranilcipromina está justificado [111]. Otro ensayo reveló,

que los que no respondieron al Citalopram lograron tasas de remisión entre 17.6%

y 24.8% después de cambiar a Bupropión, Sertralina o Venlafaxina sin identificar

diferencias significativas. En un ensayo prospectivo aleatorizado, se comparó el

cambio a Vortioxetina por un lado, y a Agomelatina por otro lado, en pacientes con

respuesta inadecuada a monoterapia con ISRS/IRSN y revelaron una superioridad

significativa de Vortioxetina sobre la Agomelatina [107].

Hay cuatro tipos principales de estrategias de cambio de antidepresivo que se

pueden aplicar:

4.1.2.1. Cambio directo:

El antidepresivo actual del paciente se detiene bruscamente y el nuevo

antidepresivo se inicia al día siguiente.

La ventaja de este método es que es rápido y simple, aun cuando existe el riesgo

de síntomas de retirada o interacciones medicamentosas. Esta opción puede ser

adecuada si el primer antidepresivo se ha estado tomando poco tiempo (menos de

6 semanas) y es poco probable que cause síntomas de discontinuación. La

interrupción brusca también puede ser aceptable cuando se cambia a un fármaco

con un modo de acción similar [112, 113].

Page 65: DIVISION CIENCIAS DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE SALUD

65

4.1.2.2. Cambio simultáneo:

La dosis del primer antidepresivo se reduce gradualmente mientras que

simultáneamente la dosis del segundo se ajusta hasta su objetivo; de lo contrario,

puede provocar síntomas de abstinencia que se pueden malinterpretar como

efectos adversos del medicamento recién introducido [112,113].

Con esta estrategia evitamos que el paciente quede sin tratamiento en algún

momento, aunque la administración concomitante representa mayor riesgo de

interacciones farmacológicas y efectos adversos.

Algunos ISRS (Fluvoxamina, Fluoxetina y Paroxetina) inhiben el metabolismo de

los ATC, aumentando sus niveles plasmáticos y toxicidad. La Clomipramina tiene

un potente efecto serotoninérgico y no debería administrarse junto con ISRS,

Venlafaxina o Duloxetina, debido al riesgo de síndrome serotoninérgico [112,113].

4.1.2.3. Cambio solapado:

Se mantiene constante la dosis del medicamento original, mientras el segundo

alcanza su dosis óptima. Cuando el nuevo tratamiento antidepresivo está

instaurado, se retira progresivamente el antidepresivo inicial.

Esta estrategia puede ser útil cuando se ha conseguido una respuesta parcial y

queremos preservar el efecto obtenido, ya que en todo momento el paciente está

recibiendo un tratamiento a dosis plenas. Como en la opción anterior, aumenta la

probabilidad de interacciones y efectos adversos [112,113].

4.1.2.4. Cambio secuencial:

La dosis del medicamento actual se desecalona hasta la interrupción. Luego, se

introduce el nuevo medicamento y se titula hasta alcanzar la dosis óptima.

Esta opción evita la administración simultánea de ambos antidepresivos y es más

segura. Tiene el inconveniente de su lentitud, especialmente si se incluye un

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66

período de lavado. Además, durante un tiempo se estará recibiendo tratamiento a

dosis subterapéuticas [112, 113].

Esta opción podría estar indicada cuando la respuesta a la medicación inicial ha

sido nula, no se precisa período de lavado y el cambio puede realizarse con

relativa rapidez. En algunas situaciones es conveniente un período de lavado. Los

IMAO tienen un elevado potencial de interacciones y efectos adversos graves, si el

fármaco actual es un IMAO no selectivo se requiere un período de lavado de 2-3

semanas [112].

4.1.3. Combinación.

Adición de un segundo antidepresivo al régimen terapéutico; es diferente de la

terapia adyuvante, que significa emplear un segundo agente para revertir un

efecto secundario emergente u obtener un efecto clínico complementario.

Está indicada en caso de respuesta parcial después de 4 a 6 semanas de

tratamiento adecuado. El mantenimiento del antidepresivo combinado se

recomienda por un período de seis meses una vez que se obtiene la remisión

clínica [110].

En general, la adición de un antidepresivo resulta más efectiva que el cambio

[105]. Tiene la desventaja de las interacciones farmacológicas, pero es un factor

fácilmente evitable.

Un número significativo de pacientes que no responden adecuadamente a los

ISRS podrían beneficiarse de la adición de sus predecesores terapéuticos, ATC.

La terapia con ATC está asociada con un riesgo relativo, pero la Reboxetina tiene

un perfil de efectos secundarios más seguro, lo cual le confiere buen pronóstico

para el cumplimiento a largo plazo del paciente [112]. El Citalopram es un

antidepresivo quiral y se encuentra efectivo en combinación con Reboxetina [114].

Los Inhibidores de la recaptación de Noradrenalina (IRN) son la opción para

combinar con el ISRS, los pacientes mejoran preferentemente la vigilancia, la

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67

motivación y la autopercepción [105]. Una forma de lograr el efecto clínico de un

IRSN es combinar un ISRS con un IRN, convirtiendo así un antidepresivo de

espectro estrecho en uno de amplio espectro. Existe evidencia de investigaciones

controladas de que la Venlafaxina, un IRSN, es eficaz en el tratamiento de la DRT

[115].

4.1.4. Potenciación.

El aumento de la acción antidepresiva implica el uso de un agente no

antidepresivo asociado al antidepresivo.

4.1.4.1. Litio:

El Litio tiene varias acciones farmacológicas y no está claro cuál explica el efecto

terapéutico, se piensa que mejora la transmisión de serotonina por la actividad de

los receptores de serotonina (5HT) post sinápticos, aumentando sus niveles en la

hendidura sináptica [105].

Se ha usado extensamente como potenciador en el manejo de la DRT, bipolar y

unipolar, esencialmente para prevenir la recurrencia de la manía y el trastorno

depresivo, respectivamente. Se ha encontrado, más que una acción potenciadora,

solo una aceleración en la respuesta antidepresiva. Mostró mayor efectividad en

pacientes con depresión bipolar y en sujetos con más de tres episodios depresivos

mayores [105].

Se ha demostrado que el Litio como potenciador de los ATC, en comparación con

los ISRS/IRSN, tiene un efecto equivalente para ambos, desafiando la suposición

común de que el Litio es más eficaz en combinación con los ATC [107].

La dosis terapéutica y la dosis tóxica de Litio son muy cercanas, ello implica un

escrutinio regular de los niveles plasmáticos durante el tratamiento. Las pautas de

WFSBP recomiendan niveles plasmáticos objetivo entre 0.6 y 0.8 mmol/L en el

manejo de la depresión unipolar. La dosis del antidepresivo en curso debe

permanecer sin cambios y el Litio debe administrarse durante 2 a 4 semanas en la

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68

dosis objetivo antes de la evaluación de la respuesta del paciente. En caso de

mejoría, la medicación con Litio debe continuarse durante al menos 12 meses

[107].

4.1.4.2 Antipsicóticos de segunda generación (SGA, por sus siglas en inglés)

La eficacia de la potenciación de fármacos antidepresivos con SGA puede

demostrarse en un gran número de aleatorizados ensayos clínicos y metaanálisis

[116, 117, 118]. Antipsicóticos atípicos (p.ej., risperidona, olanzapina) son usados

para la potenciación de los ISRS. La quetiapina ha sido aprobada en Europa y

aripiprazol u olanzapina junto con fluoxetina se han utilizado en Estados Unidos

para el manejo del trastorno depresivo mayor. El mecanismo biológico o químico

para el efecto beneficiario de estas combinaciones no está claro [105].

Las dosis recomendadas para SGA en la depresión unipolar son inferiores a los

comúnmente utilizados en el tratamiento de los trastornos esquizofrénicos [107].

4.1.4.3 Anticonvulsivantes.

Entre los anticonvulsivos bien probados en la potenciación de los antidepresivos,

la Lamotrigina ocupa el primer lugar [119,120], se asocia con más potencia

antidepresiva que la Carbamazepina o el Valproato [105].

4.1.4.4 Tirosina

Cambios en el estado de la tiroides tienen relación con la sintomatología

depresiva; la relación entre hipotiroidismo y depresión está bien establecida. Por

ello, las hormonas tiroideas pueden modular el efecto de los antidepresivos. Tanto

T3 (Triyodotiroinina) como T4 (Levotiroxina) se usan como potenciadores. Se dice

que la T3 aumenta la sensibilidad a los receptores noradrenérgicos y es más

activa que la T4 [105].

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69

4.1.4.5 Buspirona

La Buspirona junto con un antidepresivo tiene propiedades antidepresivas [121].

La administración regular desensibiliza y regula negativamente los 5HT1A

presinápticos, pero no los receptores 5-HT1A postsinápticos, fomentando así una

mayor liberación de serotonina [105].

4.1.4.6 Pindolol

El betabloqueador Pindolol, es un antagonista del receptor 5HT1A. Como

antidepresivo no fue significativamente superior al placebo en un metanálisis de 9

ensayos clínicos aleatorizados. Varios estudios, abiertos y controlados, han

arrojado resultados mixtos que justifican una mayor investigación. Sin embargo, se

podría afirmar que la adición de Pindolol a ISRS conduce a una respuesta clínica

más rápida [105,107].

4.2. Estrategias no farmacológicas en la DRT.

En depresiones graves y con alta resistencia al tratamiento, incluso, las medidas

de potenciación farmacológica son ineficientes, desafortunadamente, como se ha

dicho antes, un número amplio de los pacientes depresivos se clasifican en este

grupo. Como solución a ello, desde hace ya varias décadas, se han probado

algunas estrategias no medicamentosas, la mayoría se apropian de fenómenos

físicos para establecer modificaciones en la actividad neuronal que faciliten la

rápida remisión de varios trastornos mentales; en su totalidad, han sido

desarrolladas gracias a una mejor comprensión de los modelos neurofisiológicos y

neuroanatómicos del afecto, pensamiento y regulación del comportamiento.

Las siguientes son algunas de las estrategias.

4.2.1. Terapia electroconvulsiva (TEC):

La terapia electroconvulsiva ha sido el tratamiento de elección en varios trastornos

mentales graves desde el año 1938, empero, por distintos motivos su uso se ha

visto muy relegado, al punto de usarse como última línea terapéutica cuando otros

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tratamientos no han funcionado [122]. Su efectividad se ha comprobado

principalmente en Depresión resistente al tratamiento y, en menor medida, en

Manía grave y Catatonia [123].

La TEC consiste en hacer pasar pequeñas corrientes eléctricas (ondas de pulso

sinusoidal) por el cerebro, generando una convulsión de mínima intensidad. Con la

terapia se generan cambios neuroquímicos y estructurales en el cerebro, que

pueden revertir rápidamente los síntomas depresivos [123].

El mecanismo de acción mediante el cual la corriente sinusoidal crea tales

cambios en el cerebro se desconoce relativamente. Se sabe, por investigaciones

en modelos animales, que la inducción de convulsiones cambia profundamente los

caracteres bioquímicos y fisiológicos de las células granulares maduras del giro

dentado del hipocampo, estimula la arborización dendrítica y los procesos

neuroplásticos en la amígdala [124,125]. Todo ocurre quizá gracias el efecto que

la TEC puede causar en Narp, un gen inducido por ataques electroconvulsivos,

que juega un papel clave en la modulación sináptica dependiente del factor

neurotrófico derivado del cerebro (FNDC), vinculado principalmente en los

procesos de plasticidad neuronal y neurogénesis hipocampal [125].

Como es sabido, la neuroinflamación se reconoce cada vez más como

contribuyente a la patogénesis de la depresión. Un grupo investigativo midió en

suero los principales marcadores inflamatorios implicados en la fisiopatología de la

depresión, antes y después del uso de TEC: el ácido cinurénico (KYNA) y el ácido

quinolínico (QUIN), ambos metabolitos de triptófano. Sus datos, antes del uso de

TEC, muestran un aumento de los niveles plasmáticos de IL-6, una disminución de

los niveles de KYNA y un aumento de la relación QUIN/KYNA en estos pacientes.

Luego del TEC hubo una disminución importante de los niveles de QUIN,

concluyendo que la vía de la QUIN es uno de los targets más relevantes respecto

al mecanismo de acción de la TEC [126].

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En relación a la efectividad de la TEC, puede ser significativamente más efectiva

que la farmacoterapia, con un 50% a 60% de los pacientes que logran una

remisión rápida de la depresión

después de un curso de TEC en

comparación con un 10% -40% con

farmacoterapia/psicoterapia [127].

Se ha confirmado que la aplicación

de TEC bilateral es más efectiva

que la aplicación en el cráneo

unilateral [128].

Ilustración 2. Administracion de TEC bilateral

Fuente: Diario enfermero, 2015.

Más allá de sus efectos clínicos inmediatos, la TEC también se asocia con una

disminución de las tasas de hospitalización y una reducción del riesgo a largo

plazo de suicidio [127].

Pese a estos beneficios, el uso de TEC sigue siendo bajo. Un análisis de 2017

encontró que solo el 1.5% de los pacientes psiquiátricos hospitalizados con

trastornos afectivos severos recibieron TEC mientras estaban hospitalizados [129].

Se han planteado varias posibles explicaciones a este flagelo, entre ellas figuran

[127]:

- Estigmatización de la terapia, basada en que en los inicios de la terapia se

usaban altas dosis eléctricas sin anestesia. Lo cual, conforme ha pasado el

tiempo, ha cambiado a el uso de dosis en rango terapéutico seguro (275-

300 mCoulombs), asociado a anestesia y relajantes musculares.

- Los efectos adversos, entre los cuales se encuentran confusión inmediata a

la terapia que suele resolverse a las pocas horas, nauseas, vómitos,

cefalea y, el más temido, la amnesia retrógrada, que se presenta en un

grupo pequeño de personas, consiste en una pérdida de los recuerdos de lo

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ocurrido la última semana o el último mes y suele resolverse que luego de

varias sesiones de TEC.

- El poco acceso a la terapia, generalmente por su alto costo económico.

En el futuro se espera que la TEC deje de ser una opción de uso final ante la

frustración del éxito nulo de otras terapias, sino que se convierta en la principal

medida terapéutica de varios trastornos mentales, como la depresión mayor, antes

de que esta llegue a su forma más grave, la DRT.

4.2.2. Estimulación Magnética transcraneal repetitiva.

La estimulación magnética transcraneal repetitiva

(EMTr) es un procedimiento neuromodulativo, no

invasivo y no convulsivo, consistente en colocar

una bobina electromagnética sobre el cuero

cabelludo del paciente para administrar un pulso

de campo magnético corto y potente, capaz de

inducir corrientes eléctricas en la corteza cerebral

[130]. (Imagen 2).

Ilustración 3. Aplicación de EMTr mediante bobina electromagnética

Fuente: El blog del Dr. Enrique Rubio. EnriqueRubio.Net

Se utiliza como tratamiento para la depresión grave y DRT desde el año 2008,

cuando la FDA aprobó su uso, gracias a varios ensayos clínicos con evidencia alta

que mostraron gran mejoría de los síntomas depresivos tras la administración de

esta terapia [131]. Actualmente, la tasa de remisión de la DRT con el uso de EMTr

es alta, del 43% [132].

Generalmente, se realiza una sesión diaria de aproximadamente 30 minutos,

durante 4 a 6 semanas [132]. A estas dosis la EMTr genera una modulación de la

actividad neuronal, que facilita más resolución de los síntomas depresivos cuando

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ocurre en estructuras profundas y distales a la zona de colocación de la bobina,

especialmente, en la corteza del cíngulo anterior [132].

La EMTr es una técnica segura para el paciente, ya que es invasiva e indolora. Sin

embargo, como en toda técnica terapéutica, existen efectos adversos, en este

caso muy infrecuentes, los principales son: nasofarinfitis, cefalea e hipoacusia

[133].

Las barreras para su uso extendido son principalmente la necesidad de equipos

especializados, lo costos y la frecuencia diaria de administración de la terapia

[134].

4.2.3. Estimulación del nervio vago (ENV).

La estimulación magnética del nervio vago es una de las estrategias usadas para

el manejo de la DRT. Sin embargo, varias décadas después de su creación en

1938, se usó como manejo de la epilepsia refractaria en pacientes no candidatos a

cirugía resectiva cerebral; en ellos se empezó a observar una mejoría en la calidad

de vida, dada por un aumento en sus capacidades cognitivas y una mejoría de su

estado de ánimo; así, tras múltiples ensayos, en el año 2004 fue aprobada por la

FDA como tratamiento para la depresión [135].

El dispositivo estimulador es un generador de pulsos eléctricos, que puede enviar

corriente intermitente y permite modificar la frecuencia e intensidad de la corriente.

Es del tamaño de un reloj y se implanta en la pared torácica izquierda y se conecta

subcutáneamente con un electrodo colocado alrededor del nervio vago en su

tramo cervical (Imagen 3).

La implantación y primera estimulación se

hacen bajo anestesia intrahospitalariamente,

las siguientes se pueden hacer de manera

ambulatoria según la tolerabilidad del individuo

[136].

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Ilustración 4. Implantacion de dispositivo estimulador para ENV

Fuente: telerehabilitacion.net

En los pacientes con depresión se ha venido estudiando mucho esta técnica,

sobretodo, en las dos últimas décadas y, especialmente, en DRT. Sus efectos se

han evaluado clínicamente en los pacientes y los cambios estructurales generados

al cerebro se han analizado, de forma aguda, subaguda y crónica, mediante el uso

de diversas imágenes diagnósticas, como Resonancia magnética (RM),

Tomografía con emisión de positrones (PET) y Tomografía computarizada de

emisión monofotónica (SPECT). Algunas de las regiones implicadas en el

mecanismo de acción son la corteza prefrontal ventromedial y dorsolateral, la

circunvolución frontal inferior, la corteza insular anterior, las cortezas orbitales

frontal y posterior, el cíngulo anterior y el tronco encefálico; en todas estas

regiones hay aumento del metabolismo neuronal tras la estimulación de las fibras

aferentes del nervio vago, que llevan información a tales estructuras [137].

Los estudios en animales han demostrado, además, que la ENV mejora la

neurotransmisión noradrenérgica y serotoninérgica en áreas del cerebro cruciales

para la regulación del afecto (corteza prefrontal, amígdala e hipocampo) y también

puede mejorar la neuroplasticidad. Del mismo modo, estudios en humanos

(neuroimagen y análisis de LCR) han demostrado evidencia de cambios

dopaminérgicos [137,138].

4.2.4. Estimulación cerebral profunda:

La estimulación cerebral profunda (ECP) es una técnica invasiva, considera del

área de neurocirugía menor y de psiquiatría intervencionista, dado su uso en

desordenes refractarios del movimiento (como el Parkinson) y trastornos

psiquiátricos (especialmente, DRT y TOC refractario), respectivamente [136].

Consiste en la implantación intracraneal de un electrodo, que es manejado y

modulado de forma extracorpórea mediante un interruptor posicionado

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generalmente en el tórax del paciente [136]. La ubicación del electrodo dentro del

cerebro se hará según la zona o circuito neuronal que se desee estimular, para el

caso particular de la DRT, se estimulan áreas cerebrales como giro cingulado

subcallosal, el núcleo accumbens, la cápsula ventral/estriado ventral o el brazo

anterior de la cápsula interna[139].

La seguridad de la técnica se ha establecido y no se han hallado hasta el

momento importantes efectos adversos [140]. Estudios en animales sugieren que

el efecto adverso agudo más común es el dolor, dado por la neuroinflación

generada por la colocación del electrodo, sin embrago, esta parece responder bien

al uso de AINES [141]. Sin embargo, la efectividad en la DRT aún es desconocida

y se mantiene en estudio [140].

4.2.5. Psicoterapia.

La psicoterapia, como se detalló en el subcapítulo 1.2, es un grupo heterogéneo y

amplio de medidas psicológicas terapéuticas que se basan en teorías filosóficas

sobre el pensamiento y el afecto para intentar modular los síntomas psiquiátricos,

mediante el uso de la retórica. Dentro de este gran grupo se enmarcan la terapia

de aceptación y compromiso, la terapia cognitiva, la terapia cognito-conductual, la

terapia interpersonal y la terapia psicodinámica.

En el subcapítulo 1.2 se detallaron estas técnicas psicoterapéuticas como

opciones no farmacológicas de la depresión en su presentación leve-moderada,

no como DRT. Sin embargo, en este apartado de estrategias para DRT, se usan

las mismas técnicas, con dos diferencias fundamentales:

1. La guía para el manejo de la depresión de la NICE (National Institute for

Health and Clinical Excellence del Reino Unido) y la guía de práctica clínica

para el manejo de la DRT de la Asociación Francesa de psiquiatría y

neurofarmacología, recomiendan el uso de psicoterapia para DRT asociada

siempre a la terapia farmacológica convencional. Se hará manejo con

psicoterapia única solo si el paciente decide no continuar el manejo

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farmacológico y rechaza el uso de estrategias de estimulación cerebral

[142, 143].

2. Los estudios más recientes recomiendan el uso predilecto de la terapia

cognitivo-conductual y la terapia psicodinámica intensiva en los pacientes

con DRT, dado que han mostrado mejores resultados y el resto de técnicas

carecen de estudios y evidencia que las respalde [144, 145, 146].

4.2.6. Psicocirugía.

Existe otra estrategia terapéutica para la DRT, la psicocirugía, que a pesar de

haber tenido una historia tortuosa [145], hoy resulta una técnica que viable. Si bien

la cirugía de elección sería la cingulotomía bilateral, se incluyen otros

procedimientos como la capsulotomía anterior, la cingulotomía anterior y la

tractotomía subcaudada. [147]. Dichas técnicas se reservarán como último recurso

y en depresiones cuya única estrategia terapéutica sea esta, debido a que son

procedimientos irreversibles y presentan efectos secundarios asociados [147].

CONCLUSIONES

El trastorno depresivo mayor evoluciona durante el tiempo de manejo

antidepresivo a la remisión parcial o total de los síntomas, sin embargo, en casi la

mitad de los pacientes esto no sucede, a ellos la depresión los sigue afligiendo,

pero ahora con un artefacto más fuerte y poderoso, la resistencia al tratamiento.

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El tratamiento del que se ha hablado y al cual la depresión es capaz de resistirse,

consiste en medidas farmacológicas, entre las cuales son ampliamente conocidos

algunos grupos como los antidepresivos tricíclicos (ACT) que pueden reducir la

recaptación de serotonina y de noradrenalina (neurotransmisores implicados en la

generación de felicidad y placer), los inhibidores selectivos de la recaptación de la

serotonina (ISRS) que presentan mayor seguridad y menos toxicidad que los ACT,

los antidepresivos duales que tienen un mecanismo de acción híbrido entre los

dos primeros, y, finalmente, los inhibidores de la Monoaminooxidasa (IMAO).

Sobre todos ellos se ejerce resistencia, en especial, si se usan en monoterapia.

Otras medidas menos eficientes que las farmacológicas y, por ende, más proclives

a la resistencia si se usan como única opción, son la psicoterapia, la hierba de San

Juan, los Ácidos grasos Omega 3, la acupuntura, el yoga, entre otros.

Una vez se tenga sospecha de la resistencia al manejo convencional, dada

principalmente por la nula mejoría de los síntomas luego de un tiempo prudente de

tratamiento, es necesario hacer un correcto abordaje diagnóstico, para ello se

deben seguir dos vías cardinales:

Inicialmente, definir si el paciente realmente padece Depresión resistente al

tratamiento. Para lograrlo es necesario recurrir a la definición operativa del

padecimiento y he aquí la primera gran dificultad para el abordaje de estos

pacientes: No existe una definición operativa universal que pueda ser usada en

todos los centros de salud mental y por todos los profesionales. Empero, se

conocen varios esbozos de esta, que cada profesional puede usar según su

conveniencia y comodidad. Teniendo en cuenta el conocimiento adquirido tras

esta exhaustiva revisión, con un bajo nivel de evidencia, los autores

recomendamos considerar DRT en todo paciente que luego de 12 meses de

tratamiento, con al menos un ensayo farmacológico, presente una puntuación en

la escala de Hamilton para depresión mayor o igual a 10 puntos en la escala de 17

ítems, o una puntuación final mayor o igual a 8 puntos en la escala de 21 ítems.

Se sugiere además a la comunidad científica continuar el trabajo realizado en aras

de generar una definición operativa consensada.

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Lo siguiente, es identificar el nivel de resistencia que presenta el paciente a los

antidepresivos, de ello depende la elección de la intensidad y el tipo de estrategia

terapéutica a usar. Se presentaron cinco escalas muy útiles para hacer tal

estadificación, de ellas la creada por el Massachusetts General Hospital (MGH-s),

presenta mayores ventajas y eficacia que las demás, ya que, al ser una de las

últimas en ser creada, toma las ventajas de las previas y además corrige sus

principales limitaciones.

La fisiopatología de la DRT es compleja y no se tiene certeza de ninguna de las

hipótesis que intentan explicarla. Sin embargo, facilita listar factores de riesgo que

pueden ser propios de la terapia usada o estar relacionados con los hábitos,

comorbilidades e ideas del paciente. Los factores de riesgo son hoy una de

nuestras mejores armas para vencer la DRT, ya que se convierten en predictores

de la resistencia y, sabiendo quién es el potencial resistente, se puede intervenir

precozmente. La investigación actual se centra en este aspecto; mediante este

trabajo, se intenta estimular el fomento de tal exploración.

Evaluados los predictores, si no se hizo una intervención temprana y el

diagnostico de depresión mayor progresó a DRT, hay que dejar a un lado la

terapia convencional comentada. Aparece, entonces, la segunda arma: las

estrategias de manejo para la DRT. Se conocen varios tipos de estrategias, que se

pueden clasificar en tres grandes grupos. Primero, las estrategias farmacológicas,

que se basan en los principios de potenciación de dosis, combinación de

medicamentos, remplazo de medicamentos, entre otras. Son medidas

significativas, pero no son infalibles y respecto al resto de estrategias son menos

eficaces. Segundo, las novedosas y estigmatizadas, medidas de estimulación

cerebral, que usando nociones eléctricas y magnéticas, de aplicación intra o extra

craneal, logran cambios a nivel cerebral que permiten una mejoría rápida y

duradera de los síntomas depresivos; son muy eficientes y seguras, pero es,

precisamente, la estigmatización (estimulada por la ciencia ficción) y los altos

costos, el motivo para su escaso uso. Tercero, la psicocirugía, que consiste en la

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resección de las estructuras cerebrales involucradas en la patogenia de la

depresión; por su carácter irreversible, se indica como última opción.

La conclusión final y, más importante, de este trabajo es que la Depresión

resistente al tratamiento, si bien es un “hueso duro de roer”, con profesionales y

pacientes decidos, se puede vencer.

RECOMENDACIONES

La limitación vital para la revisión de la depresión resistente al tratamiento, como

entidad única y trascendente, es que la información existente en la bibliografía a

nivel global se presenta de manera muy laxa, de hecho, hay discordancia en

aspectos fundamentales como la definición o la eficacia de escalas y estrategias

para el abordaje. Si bien, el objetivo de este trabajo es generar un conocimiento

unificado de toda esa información laxa, es necesario, seguir trabajando en un

consenso sobre DRT. Se recomienda, entonces, aunar esfuerzos para la

investigación en ejes temáticos concretos, que sean clínicamente aplicables a la

resolución del problema que representa la DRT.

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