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Cuaderno de Teología Vol. XVIII, 1999, Ò.173- 191 173 Desafíos para una pastoral de la comunicación Carlos A. Valle Consideraremos tres aspectos del tema. Primero, la actitud de las iglesias hacia la comunicación con especial referencia a los medios de comunicación masiva. Segundo, algunos de los cambios radicales que se están produciendo y los desafíos que imponen sobre la comunicación en general y la comunicación de las iglesias en particular. En tercer lugar, los elementos básicos que deberían ser considerados en una pastoral que busca responder a esos desafíos desde la perspectiva de la fe. De la aceptación acritica al rechazo total Empecemos por echar una mirada a la relación entre las iglesias y la comunicación haciendo referencia, por un lado, a cómo las iglesias entienden la comunicación y los medios en general y, por otro lado, sus motivaciones para usar o no los medios. 1 La actitud de las iglesias hacia la comunicación ha sido siempre compleja. No solo se han considerado agentes de comunicación, sino que se han entendido a sí mismas a partir de la comunicación. Por mucho tiempo fueron el centro de la información sobre la comprensión de la vida, los valores, asumieron el papel de guardianes de la moral pública y privada y el de la conciencia de Dios en medio de la tierra. Por ello, donde pudieron, reclamaron un lugar especial en la sociedad, o más bien, sobre la sociedad. 2 1 Véase, Media Development, XXXI, 1/1984 dedicado al tema de las iglesias en la nueva era de la comunicación. 2 Carlos A. Valle, Challenges of Communication, ISPCK, Delhi, 1995, págs. 10-22

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Cuaderno de Teología Vol. XVIII, 1999, Ò.173- 191

173

Desafíos para una pastoral de la comunicación

Carlos A. Valle

Consideraremos tres aspectos del tema. Primero, la actitud de las iglesias hacia la comunicación con especial referencia a los medios de comunicación masiva. Segundo, algunos de los cambios radicales que se están produciendo y los desafíos que imponen sobre la comunicación en general y la comunicación de las iglesias en particular. En tercer lugar, los elementos básicos que deberían ser considerados en una pastoral que busca responder a esos desafíos desde la perspectiva de la fe.

De la aceptación acritica al rechazo total Empecemos por echar una mirada a la relación entre las iglesias y la

comunicación haciendo referencia, por un lado, a cómo las iglesias entienden la comunicación y los medios en general y, por otro lado, sus motivaciones para usar o no los medios.1

La actitud de las iglesias hacia la comunicación ha sido siempre compleja. No solo se han considerado agentes de comunicación, sino que se han entendido a sí mismas a partir de la comunicación. Por mucho tiempo fueron el centro de la información sobre la comprensión de la vida, los valores, asumieron el papel de guardianes de la moral pública y privada y el de la conciencia de Dios en medio de la tierra. Por ello, donde pudieron, reclamaron un lugar especial en la sociedad, o más bien, sobre la sociedad.2

1 Véase, Media Development, XXXI, 1/1984 dedicado al tema de las iglesias en la nueva era de la comunicación.

2Carlos A. Valle, Challenges of Communication, ISPCK, Delhi, 1995, págs. 10-22

Valle, Carlos A. Desafíos para una pastoral de la comunicación, Cuadernos de teología, 18 1999, p 173-191.

174 Carlos A. Valle Hoy sabemos que el sueño medieval de que un día el mundo se pondría bajo

el dominio de la iglesia iba hacia el fracaso. A mediados del siglo 19, con el surgimiento del iluminismo que habría de llevar a la desacralización de las creencias religiosas, este sueño fue considerado un imposible. Las iglesias ya no tenían la palabra final y autoritaria, se había abierto un espacio de libertad para diferir, permitiendo el florecimiento de múltiples opciones, coexistiendo con la igualdad de derechos. Esta libertad y apertura, por supuesto, dio lugar a que la "competencia" entre las iglesias comenzara a manifestarse hasta un punto tal en que, como afirma David Bosch: "La iglesia había, en un sentido, cesado de mirar hacia Dios o al futuro para mirar hacia sí misma."3

La aparición de los medios modernos de comunicación dejó ver, en forma clara, que el tutelaje de las iglesias sobre la sociedad había entrado en un largo eclipse y se aproximaba a su ocaso. Las iglesias tenían que enfrentarse con la realidad de que otras fuentes de conocimiento estaban al alcance de cada vez más grandes audiencias y su autoridad había sido desafiada y horadada. Para muchos, la posibilidad de viajar y salir de su propio entorno, ensanchó las fronteras del mundo. Poder escuchar otras voces, cercanas y lejanas a través de las ondas radiales, abrió el horizonte de sus relaciones. Ver en la pantalla con sus propios ojos como otros aman, sufren, luchan, rompen barreras sociales y morales, les ayudó a descubrirse, cuestionarse y, en muchos casos, atreverse al cambio.

Cuando los medios masivos entraron en escena fueron, en general, bien recibidos por las iglesias, aunque no por ello dejaron de expresar sus temores. Tres respuestas fueron las más destacadas. Primero, pretendieron que la actividad de los medios fuese reducida a ser un instrumento dedicado a su servicio. Las iglesias, que habían visto declinar su influencia en la sociedad, encontraron en los medios una posibilidad de recuperar un terreno perdido: retomar el control de la moral social y, a la vez, evitar que otras corrientes pudieran erigirse a la par de ellas. Segundo, las iglesias se consideraron las únicas idóneas para enseñar el uso correcto de los medios. Tercero, tuvieron una marcada desconfianza respecto de la audiencia, la que debía ser protegida, dirigida y controlada.

¿Qué decir acerca del uso de los medios masivos por parte de las mismas iglesias? ¿Cuál ha sido la actitud de las iglesias frente a los medios? Aquí, por supuesto, las respuestas se multiplican. De entre las muy variadas hemos escogido las cuatro que parecen las más significativas y típicas.

3 David Bosch, Believing in the Future, Trinity Press, 1995, pág. 329.

Desafíos para una pastoral de la comunicación l75

Primero, la utilización del medio para ser la voz de la religión como interprete de la realidad y fuente de integración entre política y religión

No hay duda que esta utilización de los medios masivos ha encontrado un campo muy propicio entre los grupos más conservadores, y se ha desarrollado mayormente en los Estados Unidos Dennis Smith 4 nos recuerda que uno de los principales ideólogos y defensores de la religión electrónica fue Eugene Beter-mann de "La Hora Luterana" quien en 1949 declaró "Aquellos cristianos que mantienen una visión cnstocéntnca de la historia sostienen correctamente que nuestro Padre Celestial permitió el descubrimiento de la radio y la televisión, primero y principalmente, para la diseminación de su Evangelio salvador "

Estudiando las implicaciones de las emisiones televisivas religiosas en la cultura, especialmente en relación con la así llamada "iglesia electrónica", Stewart Hoover5 insiste en que su consideración debe hacerse desde una perspectiva contextual Por eso comienza por ubicarnos en el entorno del surgimiento en los Estados Unidos de la así llamada "nueva conciencia religiosa" en la década del 60 Hay un despertar religioso por la vía del misticismo oriental y una búsqueda de formas religiosas no institucionales Hay un rechazo declarado a lo que son y representan las instituciones religiosas establecidas Cuando comienza la década del 70 las principales iglesias protestantes siguen perdiendo feligresía, una tendencia ya iniciada en la década anterior, mientras que las congregaciones independientes, "los conservadores", muestran un llamativo crecimiento Surgen los movimientos cansmáticos, fenómeno que también se repite en la Iglesia Católica Romana Los grupos fundamentahstas y los "neo-conservadores" son los que captan la atención de los medios

Hoover nos recuerda como, por 1980, el brazo político del movimiento conservador se lanza a un movimiento multimillonario, una de cuyas expresiones es la "Mayoría moral", cuya agenda es impulsar los valores tradicionales en la política Así encontraron en la nueva derecha secular y en Ronald Reagan fuertes aliados "Este movimiento (si esto es lo que es) ha derivado gran parte de su fuerza, organización e ímpetu de sus ministerios en los medios electrónicos El medio electrónico ha estado en el centro del surgimiento de la conciencia religiosa y social desde la década del 60" 6

4 Dennis Smith, "Del Edén perdido al Edir Macedo", en Foro de Comunicación, Nro 3, Lima, 1998

5 Stewart M Hoover, Mass Media Religion The Social Sources of the Electronic Church, Sage Publications, Londres, 1988

6 Stewart M Hoover op cit, Ò 19 Un interesante análisis del tema puede encontrarse en Peter Elvy Buying Time The foundations of the Electronic Church McCnmmons Great Wakenng Essex 1986

176 Carlos A. Valle La presencia en América Latina de organizaciones como Club 700 y

telepredicadores, tales como Jimmy Swaggart, Red Humbard y otros refleja buena parte de las motivaciones de la así llamada "nueva conciencia religiosa". Muchos de ellos hicieron importantes inversiones, comprando espacios televisivos por altas sumas, adquiriendo emisoras y estableciendo estrechos contactos con los gobiernos de turno. Al mismo tiempo, muchos de los grupos locales que incursio-naron en los medios reflejaron en su contenido y estilo las aspiraciones de una religiosidad conservadora, autoritaria y de apariencia benefactora. Es cierto que muchos de ellos fueron financiados por algunos de esos grupos o establecieron su cabecera de acción en los Estados Unidos. Llama la atención que la mayoría consideró su presencia en el medio exenta de contenido político. Sin embargo, muchos de sus planteos y reclamos, dirigidos desde una particular óptica moral que procuraba regir la vida privada y pública, conllevaban un criterio político concreto sobre la vida de la sociedad.

Segundo, es necesario huir de los medios porque no solo son innecesarios pero dañinos, y no debe permitirse que afecten la pureza del Evangelio.

Malcom Muggeridge, un veterano comunicador inglés con una larga trayectoria en el mundo de la radio y la televisión, al final de su carrera escribió un libro7 en el que vierte sus experiencias como comunicador profesional. Está interesado en saber si la realidad de Cristo puede ser introducida en la fantasía de los medios. Su rotunda conclusión es que debe prescindirse de la televisión porque es un medio que trafica con la fantasía, crea imágenes que no son ciertas y que no tienen ni pueden tener relación con la verdad. Para él el medio es un elemento autónomo capaz de crear su propia dinámica y, por lo tanto, su propia estructura comunicativa. Sin embargo, la fe se puede vivir, recibir y compartir aparte de la estructura de la sociedad y, por lo tanto, los medios no solo son innecesarios sino además dañinos.

Esta posición está basada en una concepción de la fe a la que es necesario considerar atemporal a fin de mantener su pureza e integridad. ¿Qué es lo que se quiere preservar cuando se intenta aislar así el Evangelio de ciertos círculos, de ciertos modos de expresión? En primer lugar se aduce, por supuesto, que hay que preservar el Evangelio alejándolo de las intenciones manipuladoras y engañosas de los medios masivos tal como se manifiestan hoy en día, dominados mayormente por intereses comerciales a escala internacional, utilizando métodos muy sofisti-cados para atraer audiencias, trivializando contenidos y mucho más. Atreverse a participar, en este escenario donde los elementos que lo componen parecen

7 Malcom Muggeridge, Christ and the Media, Hooder and Stoughton, Londres, 1977.

Desafíos para una pastoral de la comunicación 177

determinar tanto los contenidos que distorsionan todo propósito comunicativo, se hace muy dificultoso Sin embargo, llama la atención que las prevenciones que se plantean respecto al medio televisivo no tienen su correlato respecto de otros medios ¿Es posible pensar que la palabra oral, la escrita, tienen una cierta sacralidad y no están sujetas a la manipulación9 ¿No es el arte también una posibilidad de ejercer la interpretación del Evangelio y, por ende, una manera de permitir la manipulación7

La descalificación de un medio particular a partir de un criterio teológico más que afectar al medio levanta cuestionamientos sobre la teología misma y su competencia en la materia La teología tiene que escuchar lo que pasa en el mundo y comprender sus formas de comunicación, porque una lectura de la realidad desde la teología será siempre parcial si la teología no esta dispuesta a ser desafiada por la vida misma

Tercero, lo sagrado no debe mezclarse con lo profano Ya a comienzos de la década del 70, en la Iglesia Católica Romana se había

aceptado que entre los programas religiosos por televisión debería incluirse a la misa (tal como lo indica la Instrucción Pastoral que siguió a la encíclica "Communio et progressio") El conocido teólogo católico Johann Baptist Metz8

considera que esto es caer en la "trampa electrónica" Uno de sus argumentos principales es que la Eucaristía no pertenece a la televisión Para ello esgrime dos razones, que toma de Walter Benjamin en sus tesis sobre el arte Los medios de reproducción han perdido dos elementos constitutivos en el ámbito del culto por un lado, la autenticidad al eliminar la diferencia entre el original y la copia y, por otro, la tradición porque el medio saca a los contenidos de su conexión con el tiempo y el espacio Por eso concluye "Autenticidad y tradición solo pueden salvarse, sobre todo, a base de la participación corporal "9 El hecho de que la Iglesia haya aceptado utilizar el medio electrónico le provoca senos cuestiona-mientos ¿Está la iglesia interesada en hacer "propaganda" o "evangelizar"9

¿Tiene la iglesia miedo de no estar suficientemente presente9

El desdén de Metz por la televisión parte de su propia comprensión de un medio al que considera como posible instrumento de información y comunión social, pero al cual ve orientado hacia la alienación social y cultural, absorbido por el torbellino del entretenimiento y la propaganda y atrayendo a "los infelices a un mundo imaginario de consumo y de éxito " Sus críticas al uso actual de los medios

8 Johann Baptist Metz La Trampa electrónica Notas teológicas sobre el culto religioso en la television en Concilium, Editorial Verbo Divino Navarra España 1993, pags 1035 1040)

9JBMetz opcit pag 1039

178 Carlos A. Valle son ciertas, pero su rechazo a la presencia de la iglesia en ellos parece más bien movido por la necesidad de preservar la pureza (¿del mensaje, de la iglesia?) en su relación con un medio que considera altamente impuro. De todas maneras, no debe olvidarse su advertencia: "A veces tengo la sospecha de que se confía a la electrónica lo que sería exigible a la pastoral de la comunicación y al encuentro personal."10

En la misma línea de Metz podríamos mencionar a Neil Postman u para quien la pantalla está saturada de acontecimientos profanos, asociados al mundo comercial y del entretenimiento. De manera que supone que la religión puede tener éxito en la televisión si ofrece solo lo que la gente quiere, lo que presupone su trivialización y vaciamiento de contenido. Es probable que muchos teólogos concordarían con este punto de vista. Los viejos preceptos cartesianos siguen rigiendo en ciertos círculos académicos. Resulta muy difícil manejarse con elementos que se expresan en la imagen, el sonido, el color, el movimiento. Así, por ejemplo, Alain Blancy 12 escribe un extenso capítulo en un libro dedicado al tema de los iconos, en el que afirma que la "imagen solamente viene en ayuda de la Palabra, que está primero y predomina." Acepta esta dialéctica imagen/palabra siempre y cuando la segunda sea la determinante. Sin embargo, da un brusco cambio cuando considera el lugar de la imagen en el mundo moderno. Reacciona fuertemente contra lo que entiende se ha constituido en una revolución: "intercam-biar la palabra por la imagen", lo cual para él "puede ser más una perversión que una conversión.". Así, afirma que "representa la más básica regresión de la mente hacia lo que fascina, y de la razón a lo que cautiva. ¡Sujeta y subyuga al sujeto! No es posible cuestionar ni reaccionar al poder de la imagen que es monolítica y reduce al mundo a un show, en el cual el individuo es un actor pasivo. Elimina la responsabilidad y, por tanto, la libertad y sustituye, por un mundo imaginario y manipulado, al mundo real que es creación de Dios." 13

Aquí se produce un interesante encuentro entre comunicación y teología que suscita algunas preguntas, como por ejemplo, si la teología identifica la Palabra con la racionalidad, con el intelecto; si se puede pasar de una reflexión teológica a una comprensión de la comunicación humana sin siquiera plantearse si la comunicación tiene algo que preguntarle a la teología; por qué la teología sigue tan dominada por la razón y tiene tanto miedo a los sentimientos, a los afectos, al mundo concreto.

10ibid,pág. 1040. 11 Neil Postman, Amusing Ourselves to Death, Penguin Books, New York, 1988. 12 Alain Blancy, "Protestantism and the Seventh Ecumencial Council: Towards a Reformed Theology

of The Icon", en Icons, Windows on Eternity, WCC Publications, Ginebra,. 1990, págs. 35-45. 13 A.Blancy, op.cit. pág. 44.

Desafíos para una pastoral de la comunicación 179 Cuarto, hay un uso alternativo si se toman ciertos resguardos En un interesante trabajo sobre "la tentación de los medios", Gorgio

Giradet14 cree que es posible hacer una propuesta alternativa a dos actitudes respecto a los medios que él considera extremas Por un lado, la de aquellos que, como M Muggeridge, abogan por un total rechazo de los medios y, por otro, la de quienes, como el Papa Juan Pablo II o los telepredicadores, son excesivamente optimistas respecto de los medios y su utilización Mantiene una actitud crítica acerca de los medios, al menos por estas razones su omnipotencia en extensión, intensidad y saturación, su labilidad, el carácter efímero de su comunicación, su carácter artificial, es "como la realidad", su autoritarismo, por su carácter lineal, su centralización, por razones de organización y su homogeneización en cuanto a establecer una estrecha relación de los medios con la sociedad en general

Giradet, como teólogo de la línea reforma al igual que Blancy, está preocupado por saber "si la utilización de los medios masivos puede garantizar la centrahdad de la Palabra de Dios "15 Reconoce que la tradición reformada está ligada a ciertas formas de comunicación oral y conceptual y, posteriormente, a la palabra escrita La identificación entre Palabra (la comunicación de Dios) y palabra (medio de comunicación) es en muchos casos muy estrecha y, hasta se diría que, en otros, resulta imposible marcar las diferencias

Ahora, cuando llega al tema de la comunicación electrónica, se le presentan muchos cuestionamientos Giradet ha estado trabajando con un concepto de la palabra que gira alrededor de tres ejes palabra y acto son la misma cosa, la palabra es la explicación del acto, la palabra establece una relación con los seres humanos en la que se crea un circulandad del discurso humano 16 La pregunta es si este significado de la palabra está limitado a la palabra oral y a la escrita El hecho es que no siempre la palabra oral, y mucho menos la escrita, cumple los tres requisitos sobre los que gira este concepto Se podrían mencionar otras formas de comuni-cación que pueden y cumplen esa función como el gesto, el contacto físico, el sentimiento Posiblemente estamos aquí ante una velada identificación entre palabra y Palabra, como parecía colegirse de la argumentación de Blancy Esta asimilación de palabra y Palabra tiene una directa conexión, por ejemplo, con el lugar y la autoridad que se reclama para la predicación y, por ende, para los mismo predicadores

14 Giorgio Girardet, // Vangelo che viene dal Video, Ed Claudiana, Tormo, 1980 15 G Girardet op cit, pags 68 69 16ibid pag71

180 Carlos A. Valle ¿Qué es lo que esto significa, por ejemplo, con respecto a la comprensión

de la Biblia? La Biblia contiene una muy rica colección de textos de diverso carácter y de muy diversas épocas: testimonios que recogen antiguos relatos compartidos en forma oral por muchas generaciones, crónicas de la historia del pueblo judío, relatos, sermones, poemas, cartas. Estos llegaron a adquirir una visible unidad cuando fueron reunidos, gracias al nuevo invento de la imprenta, en un medio de comunicación llamado libro. Cuando Johannes Gutenberg por el 1450, imprimió su hoy legendaria "Biblia Latina" a doble columna de 42 líneas, más conocida como la "Biblia de Gutenberg", se iniciaba un fructífero camino de diseminación, conocimiento y popularización, antes jamás experimentado. A partir de ese desarrollo la imprenta estuvo y está asociada a la extraordinaria difusión de la Biblia. El impacto logrado por la Biblia, al ser comunicada como producto libro, es de un significado de proporciones enormes. Su contenido, al dejar de ser propiedad de un pocos y alcanzar dimensión popular, cambió las reglas de las relaciones de autoridad y promovió cambios radicales en varias direcciones.

Por otra parte, no debe olvidarse que, en sus inicios, el libro como medio de comunicación enfrentó también la sospecha y el rechazo. Tal como las que provinieron de profesores universitarios, quienes tuvieron miedo de ver sus ideas plasmadas en un medio que habría de multiplicar su pensamiento, convertirlo en propiedad de otros y sobre el que ya no tendrían más control. Hoy en día, nada de esto está en discusión, por el contrario, cada vez más se reconoce el valor y la importancia de este medio de comunicación. Pero lo cierto también es que, cuando la Biblia tomó la forma de libro, toda su riqueza testimonial, religiosa y literaria adquirió un carácter peculiar. Por ejemplo, por su carácter de objeto visible y palpable se constituyó en una concreta representación de lo que se entendía por la Palabra Dios. Esta traslación simbólica es muy patente en algunos predicadores que, mientras predican, enarbolan en una de sus manos un ejemplar de la Biblia, como sosteniendo un trofeo y, reiteradamente, se refieren a ella como la Palabra de Dios. ¿Hasta qué punto llega aquí el símbolo a confundirse con el objeto que representa e identificarse con él provocando una cierta veneración del objeto mismo?

Hoy, el contenido de la Biblia esta mediado por el medio de comunicación adoptado, y éste le ha dado un carácter peculiar. El medio escrito tiene sus enormes ventajas, pero también sus propias reglas de comunicación, que hay que reconocer y aceptar, como también las tienen otras formas de comunicación. Esto lo podríamos comprobar fácilmente si, por ejemplo, nos propusiéramos grabar en un cásete el Sermón de la montaña. Enseguida comenzaríamos a preguntar por las "interpretaciones". ¿Cuál es la entonación adecuada? ¿Debe tener la voz algún timbre particular? ¿Cómo será afectada la comprensión del oyente? ¿Una voz

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masculina, femenina, joven, mayor? Y mucho más. Nos daríamos cuenta ensegui-da cómo está afectada la comprensión del texto bíblico según el medio que elijamos. Lo cierto es que difícilmente esto se plantea cuando hablamos del texto escrito de la Biblia. En su momento, el canto gregoriano pretendió dar una respuesta a estos interrogantes. El canto llano dice no tomar partido por ninguna interpretación. Sin embargo, provee a cada texto una interpretación peculiar. Cuánto más se complicaría todo si quisiéramos añadir imagen.

El problema con los medios tecnológicos no radica en las limitaciones que se cree imponen a los presupuestos teológicos.17 En todo caso, el problema es con cierto tipo de teología que ve en los nuevos medios una amenaza a su viejo o ya olvidado papel de "reina de las ciencias". Acertadamente Giradet entiende que, si desea optar por un uso alternativo del medio electrónico, deben tenerse en cuenta estas consideraciones: a) la importancia de considerar los medios dentro de un contexto que tome en cuenta los aspectos técnicos, financieros, políticos y culturales; b) saber que usar el medio electrónico, guste o no, es un hecho político; c) hacer todo lo posible por no aislar al medio de la realidad; d) evitar que las cuestiones técnicas alejen al medio de la realidad (problemas de calidad, montaje, etc.); e) favorecer la participación del público evitando su pasividad. 18

Resumiendo, si bien se podrían dar otros ejemplos de las cuatro actitudes señaladas, la preocupación mayor de las iglesias se centra hoy en considerar que los medios están usurpando el papel que le correspondía a la religión en la sociedad. En pocas palabras: dar forma a un sistema de valores y expresar la esencia de la cultura. Para algunos, por ejemplo, la televisión ha llegado a ser un género de religión y su oculto papel es enseñarnos cómo es el mundo, cómo funciona y qué significa. Por eso entienden que la cosmovisión tecnológica presenta tres amenazas a la religión. Primero, está desviando la mayor parte de los intereses, motivaciones, satisfacciones y energías del centro religioso. Ven como uno de esos resultados que sus iglesias se vacíen. Segundo, se está apropiando del lenguaje religioso. Ha creado nuevos símbolos, imágenes, ritos. Tercero, está desarrollando aquellos aspectos religiosos que no tienen conexión con la religión organizada.19

17 Para una comprensión de los nuevos medios tecnológicos, véase, Alejandro Piscitelli, Ciberculturas en la era de las máquinas inteligentes, Paidós, È.Aires, 1995.

,8ibid,pág.88. 19 Varios autores, Opportunities and Limitations in Religious Broadcasting, Centre for Theology

and Public Issues, Gran Bretaña, 1991.

182 Carlos A. Valle 6Es esta la situación que estamos enfrentando en el día de hoy7 ¿Qué ha

sucedido para que se haya llegado a hablar en términos de usurpación, de cambio de cosmovision, de apropiación9 ¿Exageran las iglesias sus temores, o estamos realmente ante un cambio global de tal magnitud que está sacudiendo de raíz los cimientos de nuestro mundo presente7

Los desafíos de una nueva era Si vamos a referirnos a los desafíos de una nueva era no podemos obviar

referirnos al tema de la globalización Los escritos al respecto ya forman bibliotecas Sería imposible resumir lo que en una y otra parte se define como globalización y, mucho menos, armonizar las distintas interpretaciones Sin embargo, hay al menos cinco aspectos de la globalización que debemos tomar en consideración, especialmente en la búsqueda de una pastoral de la comunica-ción 20

Primero, no puede olvidarse que las religiones se han considerado a sí mismas universales y concibieron una cierta clase de globahdad que, deliberada-mente, se imponía sobre las culturas locales domesticándolas o ignorándolas a fin de imponer una comprensión particular de la vida y de la sociedad Muchas iglesias entendieron su tarea misionera en respuesta a un concepto peculiar de la globah-dad Comenzaron con la afirmación de que el Evangelio es un "evangelio universal" No se limitaron a entender la universalidad del Evangelio con relación a su objetivo geográfico y temporal, y pretendieron ignorar qué tipo de comunica-ción estaban asumiendo Es decir, estaban convencidas de que el "simple y puro" evangelio podía ser trasmitido sin contaminación cultural y que así habría de ser recibido Por lo tanto, comenzaron por ignorar el hecho de que el Evangelio se originó en una cultura particular y que han sido muchos los que, a lo largo de siglos, lo han recibido, experimentado e interpretado a partir de su propio contexto cultural

De esta manera, mucha actividad misionera y evangehzadora, al no reconocer que su predicación y trabajo imponían una determinada cultura, que creían era la encarnación misma de la fe, juzgaron y negaron, como desde el Evangelio mismo, el valor de las culturas a las que se dirigían A partir de esta concepción no es extraño que mucha comunicación del Evangelio se muestre

20 En relación con nuestro tema véase Aguire Mañano Los días del Futuro Icaria Antrasyt Barcelona, 1995 Christ Arthur The Gobalization of Communications WCC WACC Geneva 1998 Ulrich Beck ¿Que es la globalizacion? Paidos Buenos Aires 1998 Nestor Garcia Canclini Consumidores y Ciudadanos Conflictos multiculturales de la globahzacwn Gnjalbo, Mexico, 1995

Desafíos para una pastoral de la comunicación 183 proclive a manifestar visos imperialistas, autoritarios y desprecie cualquier otra visión de la vida y de la fe 21

En el contexto de la diversidad cultural en el cual el Evangelio es dado y recibido, es importante considerar con qué concepto de globahdad las iglesias consideran su comunicación Será importante hacerlo desde una reflexión crítica, reconsiderando los paradigmas actuales que lo definen, si es que se desea formular una pastoral para estos tiempos, especialmente en un momento en que los cambios políticos, económicos, sociales y tecnológicos ha puesto a la globahzación como nunca de manifiesto

Segundo, el proceso de globahzación está dominado básicamente por el imperialismo occidental Es bien sabido que este proceso se origina en Occidente y adquiere, en general, la identidad de un proceso imperial Hoy en día la globahzación está asociada, más que a un proceso de integración de sistemas sociales, a la expansión capitalista No es una globahzación que procure integrar naciones sino incrementar las posibilidades de expansión de las compañías transnacionales La globahzación está dominada por la necesidad de expandir el mercado Una de los efectos más evidentes de este proceso es la enorme y creciente brecha entre ricos y pobres De acuerdo al último informe del PNUD, correspon-diente a 1997,507 millones de seres humanos no llegaran a cumplir cuarenta años, 1170 millones de personas sobreviven con menos de un dólar diario (110 millones en América Latina con menos de 2 dólares), 842 millones de personas son aún analfabetas, 1200 millones carecen de acceso a agua potable, 1300 millones se ubican debajo de la línea de pobreza extrema 22 Lamentablemente estas cifras muestran crecientes deterioros y ninguna señal de mejores perspectivas para el futuro

Ishmael Noko, actual Secretario de la Federación Luterana Mundial, comentando esta situación afirma "Si se me pidiera describir con una palabra el desarrollo actual del panorama internacional, debería elegir la palabra "paradoja" Paradoja entre solidaridad e individualismo, entre cooperación y fragmentación, entre responsabilidad global y autosuficiencia nacional, entre el aumento de la democracia y la creciente brecha entre aquellos que gobiernan y aquellos que son gobernados "

21 Carlos A Valle, "Communication and Mission" en Renewing Communication and Mission WACC Londres, 1996 Iglesia y Comunicación ¿ Una relación posible ?, Documento de la Consulta de la WACC, Cumbaya, Marzo 1997

n Antonio Pasquali Bienvenido Global Village Monte Avila, Editores Latinoamérica Caracas 1998 pag 158

184 Carlos A. Valle Tercero, no es una novedad decir que, en este contexto global, a causa de

su acelerada evolución y desarrollo tecnológico, la concentración de poder de los medios, el universo de la computación, la transmisión satelital, el nuevo mundo de las carreteras de la información, entre otras cosas, juegan un papel preponde-rante en el fortalecimiento de esta particular concepción de la globalidad, proveyendo información, infiriendo valores e influyendo decididamente en la configuración de las relaciones humanas. Tienen el poder de multiplicar, seleccio-nar o mutilar la información que proveen. El mundo parece gestarse a partir de lo que ellos ofrecen.23

Esta concentración de poder de los medios impone sus propias reglas. Máxima ganancia es el principio básico de estos gigantes. Por lo tanto todo lo demás debe estar subordinado a este objetivo. Hoy en día cerca del 90% de la tecnología está concentrada en los Estados Unidos (mayormente) y Europa. Buena parte de los medios están en las manos de diez enormes conglomerados: Disney, Time Warner, Beterlsmann, Viacom, News Corporation, TCI„ Sony, General Electric (dueño de NBC), Polygram (anteriormente parte de Philips) y Seegram (dueño de Universal). Esta concentración refuerza el hecho de que, en buena parte de este siglo, el mercado internacional de películas, programas de televisión, grabaciones musicales y libros ha estado dominado por firmas occidentales, generalmente con base en los Estados Unidos. A esto debe añadirse que cada vez es mayor la interacción entre estos grandes gigantes.

Cuarto, esta excesiva concentración de medios, que ha ido ejerciendo un creciente dominio de los mercados, ha dado pautas para pensar que vamos, indefectiblemente, hacia una homogeneización de la cultura, o como algunos la llaman, una "macdonalización de la cultura". Pero, como bien lo afirma Peter Beyer24, esta explicación no parece hacer justicia al hecho de la globalidad. Lo cierto es que la globahzación es más que la expansión de una cultura particular a expensas de las otras. Se trata, más bien, de que estamos frente a la creación de una nueva cultura de características globales que se va constituyendo más y más en el más amplio contexto de todas las culturas particulares en el mundo. Por eso las teorías de la globalización no pueden describir la presente sociedad global como una extensión de una sociedad y de una cultura particular, porque ésta también está enfrentado cambios en el proceso.

Sabemos que en el presente inmediato los resultados de tal globalización están provocando enormes desequilibrios económicos y sociales. Se han exacerba-

23 Juan Luis Cebrián, La Red, Taurus, Buenos Aires, 1998. Héctor Schmucler, Memoria de la Comunicación, Editorial Biblos, Buenos Aires, 1997.

24 Peter Beyer, Religion and Globalization, Sage Publications, Londres, 1994, pág.9.

Desafíos para una pastoral de la comunicación 185

do los conflictos locales, manipulando, por razones políticas y económicas, antiguas diferencias étnicas y raciales. El desempleo se ha agudizado. Los problemas de degradación del medio ambiente han proliferado. Pero, a la vez, se puede avisorar que estos cambios, que ignoran las fronteras de todo tipo, están abriendo paso a necesarias nuevas formas de relación, al diálogo pluralista, a la búsqueda de unidad en el marco de la diversidad, a responder a la urgencia del compartir, a tomar en serio el lugar del extranjero, a abrir espacios a los grupos marginados. Si los medios de comunicación tienen la capacidad de hacernos conocer lo que sucede en el mundo, en el momento en que sucede, eso también nos ofrece una oportunidad concreta de un camino hacia el entendimiento y la solidaridad. La globalización es un camino irreversible en el futuro de la humanidad. Se trata, por supuesto, de un proceso inacabado y, por el momento, no experimentado en todas partes. La pregunta es, si este proceso liderado hoy por el sistema neoliberal, es el único posible. Las perspectivas de una vida más rica y solidaria, se abren como un enorme desafío en este camino de la globalización. En el campo de la comunicación significa la oportunidad para trabajar a fin de que la gente tenga la oportunidad de expresarse por ella misma, reaccionar y protestar, soñar y compartir sueños, fortalecer su sentido de dignidad y acentuar su derecho a la plena participación en la vida de la sociedad. Como afirmaba el presidente checo, Vaclac Havel, al ser honrado con un doctorado en los Estados Unidos: "Es un desafío para esta civilización comenzar a comprenderse a sí misma como una civilización multicultural y multipolar, cuyo significado reside en no minar la individualidad de las diferentes esferas de la cultura y de la civilización, sino en permitirles ser más completamente ellas mismas."

Es en este contexto que la idea de una realidad global que relativiza todas las culturas particulares, incluyendo la religión, reclama una seria consideración. Se nos presentan, al menos, estas dos perspectivas. Una sería aquella que entiende que este proceso de globalización terminará por homogeneizar todas las culturas y, después de un cierto tiempo (nadie sabe cuánto), solo existirá una cultura global. La segunda sería aquella que acepta que la globalización meramente cambia el contexto en el cual una cultura particular existe, lo que implica transformación, no desaparición, de identidades particulares y reconocibles. Ahora, es muy probable que debamos aceptar que las dos perspectivas coexistirán.

Quinto, ¿Qué significa esto para la religión? Las religiones, a pesar de su autocomprensión universal, están muy imbricadas en culturas particulares. Si las culturas particulares han de sobrevivir en una sociedad global, no lo harán sin verse afectadas al cambio y relativizadas en su contexto. Esto significará un serio desafío a la religión y, seguramente, deberá enfrentar serias crisis. Al mismo tiempo se abrirá la posibilidad de reorientar la tradición religiosa desde un

186 Carlos A. Valle contexto particular a uno global, permitiéndole tomar distancia de la tradición con la que se identificó en el pasado. Para Beyer hay "dos direcciones formales para la religión bajo las condiciones de la globalización, una que acceda al sistema global desde la perspectiva de una cultura particular, subglobal, y otra que lo enfoca a partir de la cultura global como tal."25 Toda reflexión sobre el futuro de las iglesias y su papel en la sociedad, deberá reconocer que no pueden éstas considerar a la globalización como un proceso externo y ajeno a ellas mismas.

En resumen, los desafíos de esta nueva era nos señalan que vivimos en una sociedad cada vez más pluralista, en términos sociales, culturales, religiosos y raciales, donde, por ejemplo, la relación de la gente con la religión, al menos en Occidente, se ha ido debilitando. Sin embargo, es fácil comprobar que las necesidades espirituales son más evidentes. ¿Será posible y deseable que los medios sean usados como nuevos canales para las manifestaciones espirituales? No se puede dar a esta pregunta una respuesta simple. Habrá que tener en cuenta, a partir de lo ya mencionado, muchas y muy variadas consideraciones: el tema de propiedad de los medios, su legislación, la competencia profesional, los intereses económicos, las pautas sociales y culturales, junto a otros tema como el medio como supermercado de la religión, las pautas de la propaganda comercial como criterio de la comunicación y otros más.

A fin de considerar una pastoral de la comunicación no debe olvidarse que la comunicación no se ofrece a audiencias masivas. La gente recibe, selecciona e interpreta desde su propia óptica social y cultural los mensajes que se les transmiten y, desde ese trasfondo, saca sus propias conclusiones. Pero tampoco debe olvidarse que muchas veces a la gente se le escamotea la información, se la disfraza, se la maquilla, se la manipula. Los peligros son cada vez más crecientes, la gente se convierte en dependiente de las fuentes de información que no solo proveen las noticias, sino que sugieren las pautas de comprensión y las normas de conducta. La gran tentación que ofrecen los medios, a quienes lo poseen o tienen acceso a su uso, es ese poder que se puede ejercer sobre la audiencia por el manejo del conocimiento y la información, y que lo hace tan atractivo a quienes quieren promover sus productos, a los que gobiernan y también a los que son responsables religiosos. Una pastoral de la comunicación debe estar muy consciente de esta realidad porque, además, tiende a afectarla a ella misma. De manera que una de sus primeras tareas será ir al encuentro de la gente con una actitud de respeto hacia la dignidad del ser humano, abierta al diálogo, al encuentro de todos los seres humanos, en la búsqueda de la creación de comunidad.

25 P.Beyer, op.cit.,pág. 10.

Desafíos para una pastoral de la comunicación 187 Una pastoral de la comunicación a partir de la gente El desarrollo tecnológico, la concentración de poder de los medios, la

globalización de las emisiones televisivas, el nuevo mundo de las supercarreteras de la información parecen, por su acelerada evolución, dominar buena parte de la vida de nuestro mundo e incidir vigorosamente en la configuración de las relaciones humanas. ¿Qué significa todo este nuevo mundo? ¿Ayuda al desarrollo de la vida humana y la comunidad de los pueblos o, por el contrario nos degrada y deteriora? Percibimos que los medios poco a poco se van instalando en nuestras vidas y empiezan a dominarlas. Tenemos la sensación de que nos llevan a donde no sabemos, y ni siquiera sabemos si queremos ir.

Posiblemente hay muchas preguntas a las que no podemos dar respuesta, y todo este desarrollo de las comunicaciones ha sido tan apabullante y complejo que no es fácil saber cómo encararlo. ¿Qué es lo que deben y pueden hacer las iglesias en estas circunstancias? Una pastoral de la comunicación debe estar centrada en la gente y no en la preservación o el engrandecimiento de las instituciones eclesiásticas. Un comunicador de radios comunitarias en Le Cayes, Haití, cuyo lema es "Una comunicación diferente para una sociedad diferente", afirmaba: "No queremos hablar solo para que la gente escuche, sino que también queremos escuchar a la gente. No decimos que somos "la voz de los sin voz". No hablamos por el pueblo. Queremos ser su megáfono."

Hay, al menos, cuatro desafíos que deben movilizar una pastoral de la comunicación cuyo interés central es la gente.

/ . Para que los medios masivos sean espacios de comunicación democrática. Si bien como vimos, por mucho tiempo una buena parte de nuestras iglesias

menospreciaron la comunicación masiva y la rechazaron por diversos motivos, también tenemos que recordar que varias de ellas la aceptaron con entusiasmo, especialmente si eran sus dueños o tuvieron posibilidad de influenciarla o controlarla. Los que la criticaron adujeron que, por su naturaleza manipulativa, apela a los sentimientos, tiende a reafirmar la cultura dominante. Además, tenían fuertes sospechas, porque la estructura de los medios está tan imbricada en la estructura económica de la sociedad, que la comunicación masiva no puede hacer otra cosa que reflejarla anulando toda posibilidad de cambio. Finalmente, consi-deraron que los medios solo pueden proveer al individualismo, inducir los valores consumistas y el relativismo ético que domina a mucha sociedad occidental.

Esto ha llevado, en muchas partes, a estimar que la única posibilidad de desarrollar una auténtica comunicación es crear otros espacios alternativos en una

188 Carlos A. Valle

abierta lucha contra los medios masivos. Se podría trazar una rica historia de esos esfuerzos comenzando, quizás, en la época del 50 con la experiencia de las emisoras comunitarias de los mineros bolivianos pasando por la multiplicidad de proyectos y programas en la mayoría de los países latinoamericanos concretados en periódicos zonales, teatros barriales, cine y vídeo popular, que se extendió por más de tres décadas. Es cierto que la comunicación alternativa ha mostrado ser una valiosa expresión de vida comunitaria, muchas veces negada en los grandes medios. Hoy, por varias razones, que no vamos a enumerar aquí, la comunicación alternativa cuestiona si es correcto continuar en esta línea de oposición al medio masivo.

No necesitamos caer en relativismos y pensar que los medios pueden ser reducidos a ser simples herramientas instrumentales objetivas. No son omnipoten-tes pero son muy poderosos. La cuestión es ¿En manos de quién o quiénes están? ¿Qué es lo que se requiere de ellos? ¿Ante quién son responsables? Las iglesias no pueden permanecer ya más al margen de esta nueva realidad. Hoy sabemos que no podemos conformarnos con decir que lo importante es vivir en democracia porque así cada uno tendrá derecho a decir lo que siente o quiera. En un pequeño pueblo cada palabra que se pronuncia tiene un eco en la comunidad. La ciudad ha tornado esto en una ilusión. El pregón callejero se ha convertido en una nota nostálgica.

La ciudad tiene sus reglas. Uno tiene acceso a toda la comunidad, básicamente, si tiene acceso a los medios. Ningún sector puede suponer que alcanza a toda la comunidad si no tiene un adecuado acceso a los medios. Se dirá que, después de todo, cuando la necesidad de la comunicación existe y los medios le son negados, el pueblo siempre encuentra la manera de comunicarse. Es cierto. Los medios no pueden ahogar la voz de la gente, pero los medios son parte de las herramientas de comunicación de la ciudad. Quien no tenga acceso a ellos está marginado. Es este derecho de la vida en la ciudad que hay que preservar.

Conjugar medios masivos con comunicación democrática significa, por supuesto, un cambio de mentalidad, porque presupone que las iglesias no están interesadas únicamente en lograr su espacio en los medios sino que están trabajando por lograr una auténtica estructura democrática donde la gente puede hablar y ser escuchada libremente. No debe olvidarse que, después de todo, no hay democracia sin libertad, libertad sin igualdad, ni igualdad sin participación. Una pastoral de la comunicación deberá asumir como una de sus responsabilidades trabajar a fin de que los medios masivos sean espacios de comunicación democrá-tica.

Desafíos para una pastoral de la comunicación l89 2. Para que se valorice la relación entre lo global y lo local, el grupo y la persona. Un mundo de comunicaciones globales presencia el surgimiento de las

culturas locales. El sueño de la homogeneización de la cultura termina en la pluralidad de perspectivas. Se verá cada vez más la búsqueda de expresiones locales, el rescate de las culturas indígenas, la necesidad de definir la propia identidad y sus raíces. Esta diversificación no deberá propender a la estratificación ni a la evasión de problemas de división a distintos niveles. El líder sudafricano Biko solía decir que no hay mayorías o minorías, sino solo pueblo.

El reconocimiento de la igualdad de los seres humanos y la convicción de que hay una sola familia humana no pueden estar separados de la realidad de las enormes desigualdades que persisten en este mundo. Baste mencionar las remotas posibilidades que millones de seres humanos tienen, ya a partir de su gestación, de sobrevivir y llegar a ser seres humanos plenos, hasta relaciones de poder entre naciones y continentes. Cees Hamelink nos recuerda que la libertad de informa-ción en la tradición liberal no está directamente conectada con el principio de igualdad y que, por ello, es necesario una interpretación de los derechos humanos, porque su comprensión en una situación de desigualdad social reclama un tratamiento desigual de las desigualdades.

Como hemos dicho antes, las estructuras comunicativas de muchas de nuestras sociedades responden a los grandes conglomerados económicos, ya sea porque son sus propietarios o sus sostenedores. De manera que su preservación y sus beneficios tienden a definir los criterios de la información que proveen. ¿Cómo es posible que los marginados de este mundo, indígenas, minorías étnicas, los grupos más pobres encuentren un lugar en los medios? ¿Cuando ellos llegan a ser noticia?

Para responder a estas y otras preguntas habrá que pensar cómo se estructura una sociedad donde la autoridad esté al servicio de la gente, y cómo el poder se redistribuye a fin de que una verdadera participación dé lugar a una auténtica comunicación. En esta búsqueda, las iglesias tienen la oportunidad de ofrecer un enorme servicio.

3. Para que la comunicación sea reconocida como un derecho humano. Cuando hablamos de comunicación como un derecho humano nos referi-

mos al derecho de los individuos y las comunidades a ser sujetos y no objetos de la comunicación. Derecho humano de los grupos populares a participar en la producción y distribución de sus mensajes. Derecho humano a la formación y el

190 Carlos A. Valle desarrollo de las capacidades de comunicación, especialmente de los grupos marginados. Derecho humano a que se proteja la cultura local, la que produce el pueblo, y que ésta no sea avasallada por los intereses comerciales o de las grandes potencias. Derecho humano a la libre expresión de las ideas, favoreciendo el uso de los medios por aquellos que no los poseen. Derecho humano a fin de que los sistemas de comunicación que se establezcan se pongan al servicio del desarrollo integral de la comunidad, con un sentido de participación y crecimiento de la vida comunitaria, lo que necesariamente deberá traducirse en una distribución más justa de la propiedad de los medios.26

4. Para que las iglesias consideren la comunicación como un elemento fundamental que crea comunión y comunidad. Las iglesias deben hacer todos los esfuerzos posibles para que la comuni-

cación sea reconocida como un derecho humano. Esta tarea reclama que las iglesias mismas se pregunten acerca de su propia comunicación ¿Es su comuni-cación jerárquica o participativa? ¿En qué sentido necesitan las iglesias democra-tizar su comunicación? ¿Están haciendo las iglesias lugar al clamor del pueblo? Estas preguntas y otras similares no son retóricas, porque la comunicación es esencial al mismo ser de las iglesias, y por ello éstas deberían estar dispuestas a pensar seriamente cómo están comunicando.

Finalmente nos preguntamos ¿Qué es lo que debe esperarse de las iglesias? La tarea de las iglesias es una misión de comunicación. La comunicación de la buena noticia de que Dios en Jesucristo ha dicho sí a la vida en un decisivo acto de liberación comenzando por los más desposeídos. Dios crea una nueva comuni-dad en Jesucristo, donde la vida pueda crecer en diálogo, creatividad e integración de la comunidad.

Vivimos en un mundo complejo y contradictorio. Enormes progresos tecnológicos que preanuncian bienestar en algunas partes mientras la pobreza crece incesantemente en muchas otras. La destrucción de la esperanza y el futuro de millones a causa de una devastadora deuda externa injusta e impagable. Sistemas sociales inhumanos, sostenidos por el mundo de los medios. Una ideología de mercado que parece subyugar a muchos desoyendo las necesidades de muchos otros y haciendo de la codicia el incentivo básico. Estos y otros son los desafíos que llaman a las iglesias a trabajar por una comunicación que cree la

26 En este momento varias organizaciones internacionales de comunicación, como AMARC, WACC, están trabajando por el derecho a la comunicación sobre la base de un documento llamado "Carta de Comunicación de los Pueblos"

Desafíos para una pastoral de la comunicación 191

verdadera comunidad justa, libre y solidaria. Como WACC afirma en sus "Principios de la Comunicación Cristiana": "La comunicación debe ser conside-rada un elemento fundamental para las iglesias, como lo es el proceso por el cual se recibe y se comparte el amor de Dios, que crea así comunión y comunidad". 27

27 Declaraciones sobre Comunicación de la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (WACC), Londres, 1990.