demasi_ la evolución del campo político en la dictadura

86
Carlos Demasi: La evolución del campo político en la dictadura. En: AA.VV. La dictadura civico-miliar Uruguay 1!"-1#$. E%&. 'ontevideo. (resentación Este capítulo se propone recuperar algunos aspectos de la evolución política de la dictadura, desde la etapa decisiva de su instalación hasta los inicios del gobierno de J.M. Sanguinetti 1 . Si bien la reconstrucción de los acontecimientos es una tarea que ya se ha emprendido 2  y pueden responder a las preguntas sobre lo que paso, queda todavía una parte importante sin respuesta, especialmente aquella que busque eplicaciones a algunos de los resultados m!s llamativos del periodo. "ara responder a estas preguntas parce adecuado plantear el intento de reconstrucción del pasado desde el nivel simbólico, y desde allí seguirle la pista a un con#unto de conceptos y símbolos que cambian de sentido a lo largo del periodo. Este ob#etivo no es novedoso $  y ya han aparecido publicaciones en las que se reali%a un an!lisis cuidadoso y cada ve% m!s a&inado de los aspectos que involucran a la ideología, pero se echa de menos la descripción de los mecanismos que articulan la transición de una 'poca a la otra. (a tarea tiene algunas di&icultades etra. )unque las palabras que encierran los conceptos no han cambiado, por si mismos los conceptos carecen de sentido univoco y permanente* por eso se los ha comparado con camaleones que adoptan el color de su entorno discursivo. "or lo tanto, es necesario encontrar una metodología de an!lisis que permita reconstruir las variaciones del sentido de aquellos conceptos, un ob#etivo comple#o si pensamos que el tiempo +considerado como decurso y el nivel simbólico +en cuanto a es&era de la realidad no se complementan tan &!cilmente. En el plano simbólico el tiempo no eiste y todo se presenta al an!lisis como si &uera eterno, pero entonces los cambios de 'poca aparecen marcados por una inversión radical de los sentidos que ocurren &uera de la vista del observador. "or eso este capítulo se ha organi%ado en torno a tres e#es, que tambi'n &uncionan como herramientas eplicativas- la democracia en sus mltiples dimensiones, los partidos políticos como agentes relevantes y el tempo como marco ordenador. El concepto de /democracia0 es considerado en di&erentes dimensiones* ya sea anali%ando sus de&iniciones cuando se hacen eplicitas, o como epresión del compromiso con un proyecto político. Esta &unción cambiante 1  El lector sabr! disculpar la vaguedad de los t'rminos de inicios y &inali%ación del periodo de la dictadura* la discusión sobre estos aspectos se desarrolla m!s a delante 2  "or e#emplo- aetano,3 y J. 4illa. 5reve historia de la dictadura +Montevideo, E567()E8,19:;- tambi'n <emasi. +coordinador, El r'gimen cívico militar 19;$719:=. ronología comparada de la historia reciente de >ruguay ? @@ +Montevideo- A>,2==B* Mai%tegui,(, 6rientales. >na historia política del >ruguay ?B,+Montevideo- "laneta,2==:. $  El traba#o pionero es el de "erelli, y J.4ial, <e mitos y memorias políticas,+Montevideo-E56,19:C*"ani%%a,A, >ruguay- batllismo y despu's, "acheco, militares y tupamaros en la crisis del >ruguay batllista+Montevideo-E56,199=*<utrenit, Silvia, El maremoto militar y el archipi'lago partidario+Montevideo- instituto Mora7ediciones iencias Sociales,199B

Upload: pablo-langone-antunez-maciel

Post on 06-Jul-2018

220 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 1/86

Carlos Demasi: La evolución del campo político en la dictadura.

En: AA.VV. La dictadura civico-miliar Uruguay 1!"-1#$. E%&.

'ontevideo.

(resentación

Este capítulo se propone recuperar algunos aspectos de la evolución política de la dictadura,

desde la etapa decisiva de su instalación hasta los inicios del gobierno de J.M. Sanguinetti1. Si

bien la reconstrucción de los acontecimientos es una tarea que ya se ha emprendido2 y pueden

responder a las preguntas sobre lo que paso, queda todavía una parte importante sin

respuesta, especialmente aquella que busque eplicaciones a algunos de los resultados m!s

llamativos del periodo.

"ara responder a estas preguntas parce adecuado plantear el intento de reconstrucción del

pasado desde el nivel simbólico, y desde allí seguirle la pista a un con#unto de conceptos y

símbolos que cambian de sentido a lo largo del periodo. Este ob#etivo no es novedoso$ y ya

han aparecido publicaciones en las que se reali%a un an!lisis cuidadoso y cada ve% m!s a&inado

de los aspectos que involucran a la ideología, pero se echa de menos la descripción de los

mecanismos que articulan la transición de una 'poca a la otra.

(a tarea tiene algunas di&icultades etra. )unque las palabras que encierran los conceptos no

han cambiado, por si mismos los conceptos carecen de sentido univoco y permanente* por eso

se los ha comparado con camaleones que adoptan el color de su entorno discursivo. "or lotanto, es necesario encontrar una metodología de an!lisis que permita reconstruir las

variaciones del sentido de aquellos conceptos, un ob#etivo comple#o si pensamos que el

tiempo +considerado como decurso y el nivel simbólico +en cuanto a es&era de la realidad no

se complementan tan &!cilmente. En el plano simbólico el tiempo no eiste y todo se presenta

al an!lisis como si &uera eterno, pero entonces los cambios de 'poca aparecen marcados por

una inversión radical de los sentidos que ocurren &uera de la vista del observador.

"or eso este capítulo se ha organi%ado en torno a tres e#es, que tambi'n &uncionan como

herramientas eplicativas- la democracia en sus mltiples dimensiones, los partidos políticos

como agentes relevantes y el tempo como marco ordenador. El concepto de /democracia0 esconsiderado en di&erentes dimensiones* ya sea anali%ando sus de&iniciones cuando se hacen

eplicitas, o como epresión del compromiso con un proyecto político. Esta &unción cambiante

1 El lector sabr! disculpar la vaguedad de los t'rminos de inicios y &inali%ación del periodo de ladictadura* la discusión sobre estos aspectos se desarrolla m!s a delante2 "or e#emplo- aetano,3 y J. 4illa. 5reve historia de la dictadura +Montevideo, E567()E8,19:;-

tambi'n <emasi. +coordinador, El r'gimen cívico militar 19;$719:=. ronología comparada de lahistoria reciente de >ruguay ? @@ +Montevideo- A>,2==B* Mai%tegui,(, 6rientales. >na historia políticadel >ruguay ?B,+Montevideo- "laneta,2==:.$ El traba#o pionero es el de "erelli, y J.4ial, <e mitos y memorias

políticas,+Montevideo-E56,19:C*"ani%%a,A, >ruguay- batllismo y despu's, "acheco, militares ytupamaros en la crisis del >ruguay batllista+Montevideo-E56,199=*<utrenit, Silvia, El maremoto military el archipi'lago partidario+Montevideo- instituto Mora7ediciones iencias Sociales,199B

Page 2: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 2/86

que cumple ese concepto durante el periodo lo identi&ica alternativamente como proyecto y

como consigna, y se de#a utili%ar como herramienta descriptiva tanto como categoría para la

interpretación. El debate sobre la democracia atraviesa todo el periodo y es un concepto en

disputa por todos los agentes* ocupa un lugar central en la con&iguración simbólica pero se

despliega a lo largo de etapas muy cambiantes- sus notas est!n &uertemente condicionadas

por el momento y por las características propias del agente emisor. "ara seguir la pista a las

mutaciones padecidas por este concepto +no siempre eplicitas, parece un procedimiento

adecuado la bsqueda de sus relaciones con otros conceptos. En la construcción de

eplicaciones y descripciones, los conceptos se vinculan unos con otros en relaciones de

complementariedad o de oposición y estas relaciones van delimitando sus sentidos* se trata

entonces de seDalar las di&erentes asociaciones conceptuales para poner a la vista los cambios

de sentido. <e esta &orma se pretende llegar a una eplicación a los encadenamientos de

conceptos, y especialmente a aquellas asociaciones que hoy nos parecen anómalas en cuanto

vinculan como complementarios a conceptos que hoy son antagónicos.

Esto obliga a mantener estrechamente vinculado el an!lisis con el entorno de producción de

los discursos, en los que ocupan un lugar relevante los partidos políticos en cuanto agentes de

elaboración y de di&usión de herramientas político7ideológicas. En el periodo que anali%amos,

los partidos no son los nicos agentes productores de ideología política- por el contrario, por

momentos esa &unción aparece monopoli%ada por las Auer%as )rmadas +AA.)).. Sin embargo,

puede rastrearse la huella se est! casi permanente actividad de elaboración de sentidos, an

en aquellos momentos en los que parecen estar inactivos. "aralelamente, la actividad invisible

de los partidos en buena parte de este periodo hi%o posible el tr!nsito desde la dispersión

durante la agónica peripecia de 19;$ a la reuni&icación del campo partidario +que <utrenit

describe con una imagen muy gr!&ica como la transición /del archipi'lago al continente0B

. "orlo tanto es necesario que el concepto partidos políticos utili%ado incluya las &ormas de su

eistencia en aquellas situaciones en las que no participa del poder ni aparece pblicamente

con su estructura institucional. (os partidos debieron desarrollar &ormas atípicas de

&uncionamiento en tiempo de dictadura, ya que sus instituciones no &uncionan, y sus dirigentes

encuentran bloqueados los canales de comunicación. Estas di&icultades para la acción se

repiten con los mecanismos de toma de decisiones, cuando es importante de&inir cu!l es la

posición del partido &rente a las variadas circunstancias políticas. )ntes que la descripción del

&uncionamiento institucional, es necesario delimitar el comple#o simbólico que identi&ica a los

ciudadanos como integrantes de ese partido político con independencia de los gestos o

decisiones de estos. o debe olvidarse que la militancia política en la dictadura no secircunscribe al territorio nacional y que una importante actividad lo desarrollan los eiliados en

cualquier lugar del mundo donde se encuentren- por lo que a los problemas derivados de la

represión debe agregarse los desa#ustes entre las construcciones políticas del eterior y las de

los que permanecen en el país. (a eistencia de los partidos durante la dictadura no &ue

solamente un e#ercicio de supervivencia sino que implico cambios importantes en su

con&ormación ideológica y en su relación con los otros partidos del sistema. (a recuperación de

algunas dimensiones de la actividad partidaria permite reconstruir la trayectoria descripta por

los partidos en el periodo, que a la ve% recompone las estructuras y las relaciones partidarias,

termina en una importante recon&iguración del sistema partidario.

B Fer <utrenit, ob cit. ap $

Page 3: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 3/86

El tercer e#e de la eposición est! compuesto por el tiempo histórico, que es el articulador

principal de todo el relato. Este mane#o de la temporalidad supone que al relato

cronológicamente ordenado de los acontecimientos constituye una &orma intuitiva de

comprensión que aporta una dimensión eplicativa propia. Es claro que esto es resultado de

una opción personal, que no supone un #uicio de valor, en el sentido de que sea me#or que otra

reconstrucción del pasado, sino simplemente que una descripción apoyada en otras opciones

daría resultado un relato di&erente. Esta vía de acceso para la reconstrucción del periodo

permite histori%ar los cambios que a&ectan a la dimensión político7ideológica, y recomponer

la trayectoria de describieron los agentes políticos desde el estado de &ragmentación inicial

hasta su recomposición &inal cuando los partidos recuperaron su hegemonía. Este recorrido no

depende sólo de las decisiones autónomas de los agentes sino que est! condicionado por el

/aire de la 'poca0 y por las &ormas que va adoptando el espacio pblico donde esos agentes

tienen incidencia. "or esta ra%ón he optado por utili%ar los discursos generados en la 'poca

antes que los relatos construidos a posteriori, y en los casos en que recurro a estas &uentes,

) los e&ectos de &acilitar la inteligibilidad, este mane#o de la temporalidad reclama la aplicación

de un criterio de periodi%ación. (a Breve historia de la dictadura de aetano y 4illa, impuso la

propuesta por (uis E. 3on%!le% que marca tres periodos delimitados por episodios relevantes

en la dictadura- entre 19;$ y 19;C, la /dictadura comisarial0* de 19;C a 19:=, el /ensayo

&undacional0 y una /transición a la democracia0 iniciada con el plebiscito de 19:= y que

terminaría /&ormalmente0 en 19:GG 

ualquier periodi%ación representa una di&icultad para la reconstrucción de la dictadura, y si

bien la propuesta de 3on%!le% resulta plenamente compartible, pueden seDalarse algunos

problemas que a&ectan a la comprensión del periodo dictatorial- si el comien%o de la dictadura

coincide con la disolución del parlamento, entonces se vuelven incomprensibles los episodios

de &ebrero +que son ob#eto de permanente debate* y si el plebiscito &racasado de 19:= da

inicio a la transición, la reconstrucción queda envuelta en una aureola triun&alista con que la

sociedad civil recuerda el resultado electoral. Esto le con&iere a la apertura un sentido de

ineludible linealidad- la dictadura ya estaba derrotada desde 19:= y cualquier estrategia que

desplegara sólo podría demorar su retirada.

/(a derrota de noviembre de 19:= abrió un periodo de suspenso, cerrado por la revisión del

cronograma. En setiembre de 19:1 asumió un nuevo gobierno, que tambi'n sugería una seDal

equivocada- tenía a su &rente a un militar+. El nuevo gobierno, sin embargo, debía durar tres

aDos y medio, hasta mar%o de 19:G. <ebía reorgani%ar la vida de los partidos políticos, que a su

ve% debían competir en las elecciones que debían celebrarse en 19:B. <ebía en síntesis,

devolver el poder a los civiles.0C 

En este an!lisis el /periodo de suspenso0 que siguió al plebiscito así como la designación de un

militar como presidente solo estarían seDales equivocadas- lo importante es que

G Fer (uis Eduardo 3on%!le% 0?ransición y restauración democr!rtica0,en harles 3uillespie, (ouis3oodman, Juan 4ial y "eter Hinn,eds, >ruguay y la democracia,+Montevideo-E56,19:G $-1=1712=C @bid, p!g. 111. En un artículo escrito en mayo de 19:2 en el que anali%aba los e&ectos del plebiscito,

decía 3on%!le%. 0(uego de algunas semanas de suspenso +y algunas declaraciones amena%antes lasAA.)) hicieron pblico un cronograma político sustitutivo0. Fer 3on%!le%,(uis E. >ruguay- una aperturainesperada. >n an!lisis del plebiscito de 19:=+Montevideo-@E<>47E56,19:B971=. In&asis mio.

Page 4: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 4/86

imperativamente /debía devolver el poder a los civiles0. (a revisión de los datos del periodo no

rati&ica esta linealidad* y si bien puede a&irmarse que el resultado &inal de la etapa #usti&ica esta

designación, es la percepción que tenían los agentes la que determinaba la línea de acción.

)nali%ando esas actitudes, se puede a&irmar que el /periodo de suspenso0 que siguió al

plebiscito in&luyo con mucha &uer%a en la con&iguración del periodo que se iniciaba y agrego

una cuota de incertidumbre sobre el resultado &inal de la /transición0.

"ara comprender muchas de las características de la dictadura parece necesario de&inir el

status del periodo previo a la disolución de las c!maras, y asumir la &orma como el deterioro

institucional que se inicia a partir de 19C: se vincula con la dictadura;. Si bien consideramos

que esta no se entiende sin anali%ar la previa crisis de la democracia, los hechos de &ebrero de

19;$ representan un cambio irreversible que seDala el comien%o de una 'poca di&erente en

esa larga trans&ormación- la creación del 6SE) inicia una nueva institucionalidad política

que podríamos cali&icar de /paraconstitucional0 y que se etiende hasta la puesta en marcha

del /conse#o de la ación0 y la aprobación de los primeros /actos institucionales0 en setiembre

de 19;C. Est! 'poca ya es una dictadura militar, aunque todavía no ha terminado de

desarrollar su institucionalidad. (a designación de )paricio Mend'% carca el &inal de la etapa de

instalación del r'gimen militar, desde allí el r'gimen puede de&inirse nítidamente como una

dictadura militar +aunque pre&irió cali&icarse como dictadura cívico7militar y se etiende hasta

la designación presidencial de )lvare%. ) partir de entonces comien%a un largo y comple#o

proceso donde participan varios agentes que tiene ob#etivos di&erentes, y que luego de

sucesivas instancias de integración y de neutrali%ación termina instalando una negociación

entre dos partes. Esta &ue la que habilito la reali%ación de elecciones en 19:B, y que postergo la

resolución de la mayoría de los temas pendientes.

)ntroducción.

El Uruguay *acia la dictadura

(a traum!tica eperiencia de la dictadura trans&ormo de manera relevante la con&iguración

política del país, por lo que hoy nos resulta di&ícil recuperar los aspectos que constituían la

normalidad del pasado, pero para comprender la 'poca hay que hacer el intento de

reconstruir los sentidos que le son propios. orresponde hacer un intento por recomponer el

marco de aquellas realidades describiendo primero sus aspectos para luego recuperar lacoyuntura de 19;$.

)sumiendo que /el orden simbólico como universo de sentidos interacta con el orden político

como universo legitimidades0:, surge con bastante claridad un /universo de legitimidad0 que

tiene di&erencias con la que hemos podido conocer posteriormente. El lugar de los partidos

tradicionales era mucho m!s importante que el que ocupan en la actualidad- instalados en el

espacio de poder e#ercían su dominio y despla%aban a las dem!s organi%aciones políticas. Estos

grandes partidos habían estructurado las &ormas y los sentidos del discurso político por lo que

;

 Fer el capitulo de )lvaro 4ico en este mismo libro.: )lvaro 4ico. omo nos domina la clase gobernante. 6rden político y obediencia social en la democracia

postdictadura. >ruguay 19:G72==G+Montevideo- ?rilce,2==G, ;C

Page 5: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 5/86

se los identi&icaba como generadores de realidad, mientras que los dem!s partidos quedaban

situados en los m!rgenes +no siempre en el interior del sistema, y cumplían una &unción

meramente testimonial. (os partidos mayoritarios tenían la capacidad de con&igurar la

distribución de los sentidos y por consiguiente la de determinar el lugar que ocupaba cada

uno* por lo tanto en ese paisa#e tan distinto del presente los elementos constitutivos eran

di&erentes y denotaban sentidos distintos aunque utili%aran palabras iguales* así por e#emplo el

concepto de /partidos políticos0 no tenía el mismo sentido que en el uso actual-0partidos0 en

el pleno sentido de la palabra, eran solamente los dos denominados /tradicionales0 mientras

que el resto era englobado como /i%quierda0 o /el comunismo0. En el discurso corriente, la

i%quierda +luego identi&icada con la guerrilla y el terrorismo era lo contrario a la /democracia0.

?ambi'n tenían el poder para de&inir las &ronteras de lo legítimo y para decidir el momento en

que se modi&icaban esos límites y así lo que era simple di&erencia de mati% pasaba a indicar el

comien%o de otra cosa. "or e#emplo, se producía una recomposición instant!nea de la &rontera

entre /política tradicional0 y /política de i%quierda0 cuando el car!cter catchall de los grandes

partidos los llevaban a apropiarse de los discursos para incorporarlos a la propia tradiciónpartidaria* entonces se instituían como la /verdadera0 i%quierda y pasaban a denominar a

aquella como /seudo i%quierda0 o /i%quierda criolla0.

Es posible identi&icar la presencia de la crisis como un ncleo conceptual que uni&icaba la

'poca, aunque se de&inía sobre todo por sus aspectos económicos y políticos, esta situación

abarcaba mltiples dimensiones y se trans&ormo en el dato que ocupaba toda la realidad.

Eistía la convicción de que el >ruguay arrastraba graves problemas que no había logrado

resolver, y los con&lictos cotidianos eran solamente sus mani&estaciones. (a /crisis0 impactaba

de manera di&erente y demandaba soluciones di&erentes segn desde donde &uera leída- desde

algunos sectores demandaba la construcción del cambio social, desde otros se reclamaba lareestabili%ación de la estructura de la sociedad +sin reparar en los medios o tambi'n su

reconstrucción como había sido en el pasado. (as características de esta crisis no parecían un

misterio, se había elaborado diagnósticos con&iables y se había estructurado un repertorio de

soluciones que aparentemente despertaban adhesión un!nime, un listado que aparece en

todos los programas políticos +y que tambi'n se recoge en los comunicados de &ebrero de

19;$. En la 'poca eistía la convicción de que la aplicación de estas políticas tendría un e&ecto

positivo, y si hasta entonces tal cosa no había ocurrido, eso era eplicable sólo por la

corrupción de los políticos y por la presión de los grandes grupos económicos. "ara el

imaginario de la 'poca, la persistencia de la crisis era responsabilidad de la conducción política,

y esto derivó en el desprestigio que alcan%aba a los m!s altos niveles dirigentes. El tema eraob#eto de debates políticos y tambi'n de re&leión acad'mica y había promovido iniciativas

legislativas para encaminar su corrección.9 

9 Fer "'re% "'re%. )lberto. (a ley de lemas- contenido7alcances7inconvenientes7sugerencias para su

re&orma. )p'ndice- proyecto de ley constitucional presentado por los representantes nacionales <r.8ugo 5atalla y Sr. elson )l&onso+Montevideo, A>, 19;1. Sobre los partidos políticos- Solari,)ldo,04equiem para la i%quierda0, en Solari, )ldo, >ruguay partidos políticos y sistema electoral

+Montevideo- A>, 1991,1G$71;:, /Elecciones 19CC cambio.sin cambiar0 en Solari )ldo, >ruguaypartidos políticos.. cit, 1;972=2. 4ama, 3, /El club político +Montevideo, )rca, 19;1* 4eal de )%ua,,/"olítica, poder y partidos en el >ruguay de hoy0 en )).FF. >ruguay hoy+5uenos )ires, siglo KK@,19;1.

Page 6: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 6/86

(a pro&undi%ación de la crisis desde comien%os de los sesenta era tambi'n evidente y su e&ecto

se mani&iesta en 4eal de )%ua o en Solari. "uede observarse una interesante modi&icación en

el pensamiento de )ldo Solari, desde la publicación de su estudio sobre los resultados

electorales de 19C2 +4equiem para la i%quierda al estudio similar sobre las elecciones de

19CC. En 19C2, Solari consideraba como irrelevante a /la &amosa crisis de los partidos

tradicionales de la cual se viene hablando desde hace tantos aDos y que sin duda es real0

porque /estos cumplen una serie &unciones no políticas de una entidad etraordinaria0, que

les permitía captar el 91L del electorado1=  tan etraordinarias para Solari, tenían que ver con

las mediaciones clientelísticas que los gestores políticos establecían entre los ciudadanos y el

aparato del Estado. En este an!lisis el sistema parecía como muy estable, sin que se insinuara

ningn elemento que pudiera introducir in cambio importante, por eso no parecía importante

la ausencia de propuestas o la ine&ica% gestión de los partidos. "ero cuatro aDos m!s tarde,

Solari ya percibe como datos relevantes la &alta de proyecto y la incapacidad de gestión- /con

el sistema actual de partidos ni la constitución que regia ni la que va a regir a partir del aDo

que viene puede &uncionar en un plano adecuado de e&icacia0

11

y seDalaba como unaconsecuencia posible, la progresiva deslegitimación del sistema. F. Mararian seDala que los

aDos sesenta se vivió un proceso de /Maduración democr!tica del cliente012  y la variación en

los elementos que introdu#o Solari en an!lisis elaborados con solo cuatro aDos de di&erencia,

parece dar cuenta de la rapide% con la que se desarrollo este proceso.

(a incapacidad de los partidos mayoritarios para resolver los problemas introducía un

elemento din!mico que se mani&iesta la permanente trans&ormación de las mayorías

electorales. (a evidencia de la crisis y la incapacidad para resolverla constituía un espacio de

con&licto entre los partidos, que adquiría un &ormato discursivo donde cada uno trataba de

instalar la eplicación que le resultaba m!s convincente. aturalmente estas opciones est!natravesadas por #uicios de valor, es decir que suponen una #erarqui%ación implícita donde el

con&licto predominante y ecluyente se decidía entre los dos partidos mayoritarios. )sí

construyeron un lengua#e de la relación con el poder que era natural en sus mensa#es, pero

que emitidos desde otro lugar sonaban un tanto a#enos, en algn momento M. 5enedetti

llego a caracteri%ar ese discurso enunciado desde la i%quierda como /un simple despliegue de

literatura &ant!stica0 que trasmitía /una sensación de irrealismo01$. "ero como suele suceder

en tiempos de crisis, estas &ronteras discursivas se movían permanentemente haciendo

imposible una locali%ación &i#a. ) partir del gobierno de Jorge "acheco )reco los sectores

partidarios que apoyaban su gobierno habían reconstruido su espacio particular- la mayoría de

la mayoría del partido olorado7 históricamente vinculado al discurso batllista7y la mayoría dela representación del partido acional7hasta 19;2, la /)lian%a 8errero7ruralista0 dirigida por el

<r. M. Echegoyen7, terminaron adoptando el lengua#e comn de la derecha política. Si bien

tradicionalmente el partido olorado cubría todo el espectro +desde el muy conservador

coloradismo /independiente0 hasta los sectores m!s radicales del batllismo, en el periodo

posterior a 19C: &ue perdiendo su cl!sico pluralismo ideológico y re&or%ando el peso de sus

1= Solari, ), /r'quiem0 cit 1CC71C:11 Solari,). Elecciones 19CC cit 1:;12

 Mararian.F. /idos y reci'n llegados- la i%quierda uruguaya en el eilio y las redes transnacionales de

derechos humanos+Meico- ediciones la vasi#aNcorreo del Maestro7E@>,2==C,B11$ 5enedetti. M, /El país de la cola de pa#a0+Montevideo, Ediciones ciudad vie#a, Bta edición, 19C$ 1B=7

1B1.

Page 7: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 7/86

sectores conservadores1B. <el grupo de senadores que en 19C: levanto las banderas del

batllismo para oponerse a "acheco )reco, solamente )milcar Fasconcellos conservaba una

banca por el partido. Mientras el "artido olorado se volcaba a la derecha, el senador

H.Aerreira )ldunate renovaba el discurso del partido acional- le incorporó propuestas que

tenían muchos elementos del batllismo y de la i%quierda y se apodero del lugar de la oposición.

Estas pr!cticas predatorias sobre los discursos eran tradicionales en la política del país, y

podían parecer rati&icadas en los hechos en tiempos que el caudal electoral de los partidos

tradicionales superaba el 9=L del total de votos. on el surgimiento del Arente )mplio, que

obtuvo el apoyo de casi la quinta parte de los uruguayos, la situación electoral se modi&icó

radicalmente, pero el recha%o a la i%quierda, le#os de disminuir, se re&or%ó. <esde su creación

el Arente )mplio había asumido la tarea de instalar un espacio discursivo distinto del de la

i%quierda tradicional- recha%aba la estructuración #er!rquica de los partidos y ubicaba las

di&erencias en las orientaciones políticas y en las actitudes de sus dirigentes. o cuestionaba la

legitimidad de los partidos tradicionales ni su e&icacia en el pasado pero argumentaba que

estos habían abandonado los reclamos de las mayorías y ahora respondían a las demandas de

los grandes intereses económicos +aludidos como la /oligarquía0 o la /rosca0* en esa

distribución el Arente )mplio se presentaba como el autentico interprete de las demandas

populares. "ero al insertarse en un orden #er!rquico ya con&igurado, a la nueva coalición se le

reservó un lugar subordinado y de menor legitimidad +con argumentos variados- porque

incluía al "artido omunista y a sectores próimos a la guerrilla, o porque era un

conglomerado circunstancial y sin tradición... (a gran prensa, vinculaba a esos partidos

políticos, recogía las opiniones de los dirigentes &renteamplistas para instituirlos como /el

otro0 que est! en contra del sistema, aunque eso signi&icara marginar la opinión de buena

parte de la ciudadanía. "or consiguiente, desde antes de la instauración de la dictadura yaestaba instituida una estructura bipolar en la que todo lo que no era el /nosotros0 de los

partidos tradicionales con&iguraba un agente eterno cuyo comportamiento era

mani&iestamente hostil. uando las AA.)) ingresan al campo político, encontrarían ya instalada

la idea de la di&erencia radical entre la /orientalidad0 y el /marismo0 y que en el a&uera de los

partidos tradicionales sólo estaba el comunismo. ?ampoco &ueron originales en aplicar lo que

resultaba su corolario natural- que el marco de las garantías sólo incluía a los seguidores de los

partidos tradicionales.

)nte la presencia de un nuevo agente que tambi'n mane#aba variables del discurso batllista,

blancos y colorados adoptaron la modalidad dial'ctica de incluirlo en el antagonismo<emocracia7 subversión, y así trasladaban al Arente )mplio todo el comple#o simbólico

elaborado para combatir a la guerrilla. )sí los partidos mayoritarios instalaron la idea de que

/tradicional0 era sinónimo de /democr!tico0 mientras que la coalición era equivalente +o en

parte del movimiento armado* en ese sentido &uncionaban las denominaciones de /Arente

comunista0 o /Arente ?upamplio0 que circularon en la campaDa electoral de 19;1. Si bien es

cierto que Aerreira )ldunate no utili%aba eplícitamente el discurso ecluyente, tampoco

contribuía a su deconstrucción* en sus intervenciones no eplicitaba su recha%o y

ocasionalmente utili%aba algunas de sus connotaciones m!s pol'micas, lo que &uncionaba de

hecho como una aceptación. Se eplica la con&usión de algunos de sus seguidores que se

1B Fer este proceso en 4ico, ), 19C:- El liberalismo conservador+Montevideo, E567A8,19:9

Page 8: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 8/86

sintieron convocados a la /caravana de la democracia0 en la víspera de las elecciones de

19;1.1G 

Estas elecciones de#aron a Aerreira como líder mayoritario de su partido, lo que le representó

tambi'n la mayoría del directorio. )sí se instalo como #e&e de la oposición, actitud que tomo

con &uer%a desde que se inició el recuento de votos. "ero a partir de los acontecimientos de)bril de 19;2 su per&il opositor se diluyo- su voto y los de su sector apoyaron la aprobación de

las medidas represivas reclamadas por los militares en abril, y no tuvo participación relevante

en los debates m!s importantes de ese aDo- el senador ). Fasconsellos denuncio los avances

del poder militar sobre las instituciones, los legisladores del &renteamplistas denunciaron las

violaciones a los <erechos 8umanos cometidas por las /Auer%as on#untas0 y #unto con

algunos sectores del "artido acional en&rentaron el proyecto de /ley de educación0

elaborado por el <r. J.M.Sangunetti. Aerreira tampoco pudo conseguir que todos los

legisladores de su partido se alinearan con su postura opositora, y varios dirigentes blancos

+incluso varios compaDeros de su candidatura, como Hashigton 5eltr!n pre&irieron aceptar el

o&recimiento de Juan María 5ordaberry para integrarse al gobierno. ) &ines de enero de 19;$

Aerreira estaba comen%ando a recuperar el discurso nacionalista, con la denuncia de los graves

incidentes ocurridos con buques argentinos en el 4ío de la "lata. uando se desencadeno la

crisis de &ebrero, el centro de su discurso aparecía colocado en una tesitura nacionalista de

de&ensa de las &ronteras. "ero el debate sobre las relaciones internacionales era un lugar vacío

desde varios aDos atr!s* en la 'poca, cualquier tema que movili%ara la opinión debía estar

relacionado con la crisis, que ahora tambi'n alcan%aba a las instituciones. <esde muchos

meses antes de &ebrero parecía muy evidente que país transitaba por un proceso de crisis

institucional, y Juan María 5ordaberry era el que aparecía como el principal obst!culo en el

camino de cualquier intento de normali%ación. <esde su acceso al poder el aDo anterior sehabía mostrado como un gobernante deslegitimado por las circunstancias de su elección,

inseguro de su estilo de gobierno, desorientado de su rumbo político y carente de estatura

propia. Su debilidad política lo colocaba en inmediata dependencia de su antecesor +quien

desde la emba#ada en Madrid parecía gobernar por medio de sus agentes y de los sectores del

partido acional aliados del gobierno. El cuestionamiento hacia las instituciones y en particular

al presidente, se apoyaba en las con&usas condiciones sobre su designación como candidato y

las denuncias de &raude en su elección* y su vinculación con los grupos de presión

empresariales. En ese vínculo se veía la eplicación de la demora en adoptar las medidas

necesarias +porque a&ectarían los intereses de esos grupos vinculados al gobierno, y las causas

de que se bloquearan las denuncias de corrupción que a&ectaban principalmente a los políticosgubernistas. Era claro que 5ordaberry no había sido capa% de crear una nueva realidad política

y aparecía como continuador de los peores aspectos de su antecesor1C 

(a inestabilidad institucional tambi'n se eplicaba por el &raccionamiento que mostraban los

partidos, que di&icultaba su &unción hegemónica tradicional y trasmitía al con#unto una &uerte

1G El día previo a las elecciones de 19;1 recorrió las calles una /caravana de la democracia0 convocadapor sectores pachequistas a las que se sumaron tambi'n sectores del partido acional que respondían ala candidatura del 3ral, M. )guerrondo. En la 'poca se entendió esta caravana como una maniobra para

sumar adhesiones blancas al reeleccionismo, y aunque Aerreira le negó epresamente su adhesión,algunos de sus seguidores participaron en ella.1C 3on%!le%, (uis E. Estructuras políticas y democracia en el >ruguay,+Montevideo-A>7@",199$,;C

Page 9: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 9/86

sensación de par!lisis. "ero por otro lado esa &ragmentación compensaba el vacío de poder del

presidente y contribuía a su permanencia- aunque los respaldos del gobierno no eran muchos

ni muy sólidos, era muy remota la posibilidad de que se unieran para &ormar un bloque

opositor entre los partidos tradicionales, y menos an que algunos sectores de esos partidos

se unieran al Arente )mplio. En este conteto dominado por una estabilidad sin alternativas,

los militares representaron un &actor din!mico que genero epectativas. on el tras&ondo de

crisis económica e institucional, y un conteto de &ragmentación de los agentes políticos, las

AA.)). aparecieron como un agente capa% de generar novedades.

1. 

La crisis constitucional y la dictadura de %orda+erry ,1!"-1!

(os episodios de &ebrero y #unio de 19;$ con&iguran la /modalidad uruguaya0 del golpe de

Estado, y es &recuente la pol'mica sobre si una u otra es la /verdadera0 &echa del golpe. En

esta parte se intenta reconstruir el proceso de instalación de una dictadura encabe%ada por un

magistrado de origen constitucional, y el sucesivo desmantelamiento de los órganos

constitucionales y su sustitución por organismos de /&acto0, novedades institucionales que

terminan con la designación del sustituto del presidente. El an!lisis de los episodios de &ebrero

y #unio los presenta como acontecimientos signi&icativos porque marcan el grado de

irreversibilidad alcan%ado por el proceso de deterioro institucional que venía arrastr!ndose

desde varios aDos antes, pero no marcan el &inal del proceso de trans&ormación del Estado que

todavía continuar! pro&undi%!ndose hasta 19;C. uando se pone a la vista esta continuidad, se

comprende me#or las actitudes asumidas por los contempor!neos y lo que signi&icó el /golpede Estado0 para muchos de ellos.

a  La entrada de los militares en la política ,1!"

<esde &ines de los aDos sesenta la din!mica de los asensos militares había descartado devlos

espacios de poder a los o&iciales con vocación democr!tica, a la ve% que resultaban

promovidos algunos #e&es con mayor inclinación golpista. En Setiembre de 19;1 las Auer%as

)rmadas &ueron llamadas a en&rentar a la /guerrilla0, y surgieron así las /&uer%as on#untas0 y

el /Estado Mayor on#unto0 +ESM)6 encargado de coordinar las operaciones. Su e&icacia se

puso a la vista a partir de abril de 19;2, y su prestigio se incremento por el r!pido desenlace dela /guerra interna0 luego de aDos de en&rentamientos. En &ebrero de 19;$ consiguieron

tras&ormar su e&icacia militar en espectablilidad política y así construyeron un lugar desde

donde lan%aban propuestas program!ticas que cuestionaban las pr!cticas políticas

dominantes. El desencadenante &ue una &uerte intervención radial del Senador ). Fasconcellos

el 1ro de &ebrero. ) partir de mi'rcoles ; se desencadeno una r!pida sucesión de

acontecimientos cuando el e#'rcito y la Auer%a )'rea se negaron a obedecer al reci'n

nombrado ministro de de&ensa 3ral. )ntonio Arancese- apoyados por la policía coparon varias

emisoras de radio y comen%aron a emitir una serie de /comunicados0. (a crisis continuo con

una &rustrada convocatoria /al pueblo0 hecha por 5ordaberry la noche del : y el bloqueo de

iudad Fie#a por la Marina +instalado en la madrugada del viernes 9 y levantado casi 2$ horasdespu's. (uego de un impasse de &ebriles negociaciones y cabildeos, la crisis &inali%ó el lunes

Page 10: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 10/86

12 con el acuerdo entre los generales sublevados y 5ordaberry- el 3ral. Arancese y el

comandante de la armada, Juan J. Oorrilla, &ueron relevados y los comandantes serian el 3ral.

8ugo hiappe "osse en el e#ercito, Jos' "'re% aldas continuaría en la Auer%a )'rea y el ap.

onrado 6la%!bal sustituía a Oorrilla en la marina. El <r. Halter 4avenna sería el nuevo

ministro de <e&ensa, y el nel. <r. estor 5olentini el de @nterior.1; 

(a irrupción de los militares represento un elemento din!mico en un panorama que, desde la

derrota de la guerrilla, parecía incapa% de generar novedades políticas* y la di&usión de los

comunicados tambi'n alimento epectativas- a partir de la aplicación de este programa, podía

esperarse la reversión de la crisis y el inicio de una etapa de &uerte crecimiento económico. En

este momento inicial, eran un nuevo integrante de la 'lite dirigente que no tenía que

responder por los errores del pasado, y eso re&or%aba la credibilidad de su discurso radical* su

me#or antecedente era la derrota de la subversión, y la proclamada ausencia de compromisos

con los sectores dominantes o&iciaba de carta de presentación.

(os comunicados de &ebrero.

(a situación de &ebrero de 19;$ resultaba novedosa para quienes les tocó vivirla* por lo menos

en la perspectiva de un siglo no aparece una crisis política en la que los dirigentes de los

partidos tradicionales desestimen la posibilidad de coordinar su acción, y en cambio pre&ieran

establecer una relación con un agente no partidario. 8asta los episodios de &ebrero de ese aDo,

el sistema de partidos había mostrado &uertes la%os de integración y en los casos de golpes de

Estado posteriores a 1:;C siempre habían mostrado una &ractura en sentido transversal a los

partidos, con la construcción de una alian%a suprapartidaria que apoyaba al golpe y que ecluía

a los sectores +de todos los partidos que se oponían. ) di&erencia de estos antecedentes,

&rente al pronunciamiento militar de &ebrero de 19;$ cada sector pre&irió, con los matices queveremos, la bsqueda de una alian%a privilegiada con los militares antes que la coordinación

de es&uer%os con los dem!s sectores políticos para construir una actitud de con#unto. (a

similitud con el episodio que culmino con el asenso de (atorre se percibió claramente en la

'poca y &ue evidente para los contempor!neos* por eso ). Fasconcellos llamo /latorritos0 a los

militares golpistas.1: 

"or esa ra%ón, los acontecimientos desencadenados en &ebrero de 19;$ cuando el e#'rcito

+acompaDado por la Auer%a )'rea y m!s tarde por la marina se negó a aceptar el

nombramiento del 3ral.+r )ntonio Arancese como ministro de <e&ensa acional pueden

seDalarse como el punto de in&leión en la historia política del país, marcado por el momentode la institucionali%ación de la participación de los militares en el gobierno. En esas

circunstancias los sectores políticos tuvieron que reposicionarse en condiciones muy

des&avorables, con el paisa#e &uertemente modi&icado y donde adem!s la actitud con&rontativa

de los mandos polari%aba las opciones sin de#ar muchos espacios para quienes quisieron

situarse en una /tercera posición0. Puiere decir que en la crisis de &ebrero los partidos

políticos debieron relocali%ar su discurso en un espacio que ahora incluía tambi'n a las AA.)).

1; Sobre los episodios de Aebrero, ver <emasi, et al, (a caída de la democracia, 19C;719;$. ronologíacomparada de la historia reciente del >ruguay. ?1 +Montevideo, A>7E@>,199G- Sobre los

antecedentes, <emasi,, /(a reacción de los partidos políticos0, 5recha, separata a $= aDos del golpe deEstado+@, C <E #unio de 2==$, F@@@.1: Fasconcellos,) Aebrero amargo+Montevideo, Fanguardia, 19;$, 1B

Page 11: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 11/86

(a con&usión de la 'poca tambi'n se re&le#a en el lengua#e político, y hace necesario un intento

de recuperación de los sentidos, particularmente el sentido que tiene la epresión

/democracia0 en ese conteto. (lama la atención que por entonces la palabra apareciera ligada

sin con&licto visible con conceptos que hoy le resultarían contradictorios, como la con#unción

de /democracia0 con /intervención militar0 +que resultaba aparentemente invisible para la

'poca* y esa con#unción construía sentidos que en el presente resultarían incomprensibles.

"uede hacerse un intento de recuperación de los sentidos a trav's de los aparentes consensos

de las posturas políticas, algo que daría acceso a las ideas que constituían el sentido comn de

aquel momento y que hoy est!n completamente olvidadas. Estos consensos pueden agruparse

en torno a tres e#es- la de&ensa de la democracia y la constitución, la opinión sobre el valor de

los comunicados B y ; y la actitud a asumir &rente a la intervención militar.

a  (a de&ensa de la democracia y la constitución. Si bien la re&erencia a la constitución

aparece con menos &recuencia +en muchos casos se la sustituye por la de&ensa de la

ley, en todas las opiniones y los discursos se insiste en la necesidad de de&ender el

orden democr!tico. "ero puede percibirse un mati% importante que podría epresarse

como el desa#uste entre la enunciación del principio abstracto y la enumeración de sus

contenidos especí&icos, es decir* el con&licto entre la invocación a la /(ibertad0 o el

reclamo de /las libertades0. @gual ambigQedad muestra la epresión /constitución0,

que a veces re&iere al ordenamiento institucional y en otros casos a la vigencia de las

garantías. Esta disgregación de las notas puede considerarse uno de los aspectos

característicos de la 'poca ya que por entonces esa con&iguración de los conceptos

tenía apariencia de verdad, aunque en el presente esto introdu%ca una ambigQedad en

los discursos que a&ecta directamente su comprensión.

El reclamo por la democracia que se instalaba en un espacio abstracto, coincidía con el

discurso del periodo pachequista en el que la invocación a la democracia servía de

argumento para apoyar los desbordes autoritarios del "oder E#ecutivo. El discurso

gen'rico de /de&ensa de la democracia0 no cuestionaba las pr!cticas cotidianas,

violatorias de las garantías democr!ticas, y la invocación a la /de&ensa de la

onstitución0 podía servir de argumento para su violación. En ese conteto las

mani&estaciones tenían un valor testimonial pero no proyectaban en acciones

concretas de de&ensa del principio que se reivindicaba.

En los documentos de la 'poca aparecen pocas alusiones al deterioro su&rido por los

derechos individuales en el periodo inmediato anterior. Se las encuentra en la

intervención de Aerreira )ldunate del 1$ de Aebrero, donde protesta por el menoscabo

que ha su&rido la onstitución- /5urla reiterada de la onstitución, de la ley, de las

magistraturas de origen popular+ Araude electoral directo e indirecto para imponer

la candidatura de un ciudadano sin vocación política..019. En su discurso del 9 de

&ebrero del 3ral. Seregni no menciona a la constitución ni a la democracia, pero en

cambio aparece la demanda de /el pleno restablecimiento de las libertades pblicas y

las garantías individuales0, a las que cali&ica de /el don m!s precioso del hombre0* y

19 Aerreira, H, /@ntervención radial del senador Aerreira )ldunate+1$ de Aebrero0 en Siete días que

conmovieron al >ruguay, cuadernos de Marcha ro C:, $97B1.

Page 12: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 12/86

agrega- /sólo en la #usticia se es libre02=. En la editorial del domingo 11, El "opular

tambi'n reclama /la preservación de los derechos sindicales, como en general, el

restablecimiento de las libertades democr!ticas021 

b  (a opinión sobre los comunicados B y;. ?odos los agentes políticos partidarios

declaran epresamente su acuerdo con las medidas anunciadas en esos comunicados,una coincidencia que no tiene nada de particular ya que compendiaban el sentido

comn de la política de la 'poca. "ero en cambio es llamativo que esa coincidencia

incluyera tambi'n a todos los sectores gubernistas, habida cuenta el aspecto de crítica

implícita en el planteo militar y la imposición radical de su enunciación.

<esde la oposición se epresa con claridad la coincidencia. El editorial de El "opular del

<omingo 11 veia en los comunicados una posición antiimperialista- enunciaba ocho

puntos de acuerdo, y solamente seDalaba su discrepancia con el eplicito recha%o al

marismo que aparece en los tetos militares. )l respecto aclaraba que /El marismo7

leninismo no es incompatible con los ideales democr!ticos y republicanos022. ?ambi'nAerreira )ldunate comparte el contenido.0 En una carta que ustedes conocen, que

ustedes seguramente recuerdan, arlos Julio "ereyra y yo le pedimos+a 5ordaberry

algunas cosas que ahora acepta de la imposición militar02$. "ara rati&icar lo dicho, la

carta en cuestión apareció publicada nuevamente en /6pinión acionalista02B 

(a actitud &rente a la intervención militar es apenas m!s mati%ada que el acuerdo

con el contenido de los comunicados. Entre los dirigentes políticos, solamente Aerreira

)ldunate la recha%a con &uer%a en su intervención radial del martes 1$ y reclama el

regreso a los cuarteles. /(as Auer%as )rmadas R no est!n habilitadas

constitucionalmente para gobernar la repblica pero tampoco est!n capacitadas parahacerlo02G. "ero aparece en solitario en esta demanda* el resto aparece aceptar el

principio que 5roquetas y Hschebor enuncian como /la compatibilidad de la legalidad

democr!tica con la intervención militar02C. Junto a la potestas de &idelidad a la

constitución aparece, sin con&licto visible, con sobriedad o con entusiasmo, la eplicita

aceptación de la participación política de los militares como &orma de resolver la crisis.

omo e#emplo, decía H.5eltr!n- /o cuenta m!s el vie#o concepto de las &uer%as

armadas en los cuarteles. Est!n presentes, deben estar presentes, como otros

sectores, en la solución de la problem!tica nacional02; 

"or su parte el Arente )mplio epreso su aceptación por boca del 3ral. Seregni y los gruposque lo integraban mani&estaron su aprobación +apenas condicionada o se mantuvieron en

2= Seregni, (, 0<iscurso del 3ral. (iber Seregni +9 de &ebrero, cuadernos de Marcha ro C:, 2C7$=21 Fer- /(os ob#etivos epuestos por las Auer%as )rmadas0, El "opular, <omingo 11, cuadernos deMarcha ro C:, $$7$G.22

 Fer- / (os ob#etivos epuestos..0 cit.2$

 Fer Aereira- /eposición radial..0 cit.2B6pinión acionalista, 1G de Aebrero de 19;$, p!g. 1G2G Aerreira- /Eposición radial0, 1$ de Aebrero. it.2C

 5roquetas, Magdalena e @sabel Hschebor- /El tiempo de los militares honestos. )cerca de las

interpretaciones de Aebrero de 19;$0 en Marchesi. ), Mararian, F, 4ico, ). y a&&', J- El presente de ladictadura +Montevideo, ?rilce, 2==B ;G.2; itado en )cción, 1= de Aebrero, p!g. 2

Page 13: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 13/86

silencio. 8ablando a nombre de la coalición, Seregni reclamo la renuncia de 5ordaberry y el

comien%o de un di!logo entre las &uer%as políticas y sociales, y agregaba- /solamente a partir

de ese di!logo establecido es viable la interacción &ecunda, entre pueblo, gobierno y Auer%as

)rmadas, para comen%ar la reconstrucción de la patria en decadencia02:. /El "opular0 lo

mani&iesta m!s directamente- /.la divisoria es entre oligarquía y pueblo y dentro de este

caben indudablemente todos los militares patriotas que est'n con la causa del pueblo, para

terminar con el dominio de la rosca olig!rquica029 

Es curiosa la invisibilidad de esta contradicción entre el respeto a la onstitución y la

participación militar, m!ime cuando m!s adelante, al repasar los acontecimientos, todos

a&irmar!n que en su momento epusieron /con claridad meridiana0 su recha%o a la embestida

militar. En su momento el <r. arlos Pui#ano seDalo con agude%a la &alacia que se encerraba en

la aceptación simult!nea de la onstitución y la intervención militar-

/uando se repite que el >ruguay de antes est! muerto, se hace lo creemos, una a&irmación

vera%. uando se agrega que ahora las Auer%as )rmadas tienen una gravitación que el país noconoció en lo que va del siglo, tambi'n se reconoce un hecho de &!cil comprobación. "ero, en

cambio, cuando de ambas premisas se etrae la conclusión de que el nuevo >ruguay debe

mantenerse o se mantendr! el predominio de dichas Auer%as )rmadas , se hace una elección +

o se mani&iesta una pre&erencia y no una deducción.0$= 

(os e&ectos del pacto de 5oi%o (an%a.

uando la situación política parecía estancada, el 12 de Aebrero en una movida sorpresiva que

alteró radicalmente los datos de la situación, 5ordaberry se reunió con los militares en 5oi%o

(an%a y acepto sus eigencias. (a decisión de 5ordaberry puede resultar sorprendente en ladin!mica de los acontecimientos, pero si se la mira en perspectiva histórica, la actitud del

presidente coincide con una pauta que era cada ve% m!s normal en las relaciones entre el

"oder E#ecutivo y las Auer%as )rmadas. Es posible percibir la ausencia de alternativas

disponibles en &ebrero ante la escalada militar si tenemos en cuenta los condicionamientos

determinados por las decisiones previas del poder político. <esde bastante tiempo era

habitual que el E#ecutivo recurriera a las AA.)). para en&rentar a la movili%ación social.$1  la

di&erencia es que en este caso los demandantes eran las mismas AA.)). y no el gobierno. "or

eso se entiende que a cambio de permanecer en el cargo, 5ordaberry aceptara los reclamos y

la creación del /onse#o de Seguridad acional0 +6SE) que institucionali%aba la

participación militar en el gobierno. ) la lu% de los antecedentes es posible suponer que lamayoría de los dirigentes políticos, por ra%ones di&erentes, hubiera adoptado similar actitud-

para algunos, porque el peligro no eran los militares sino los movimientos sociales +y entonces

2: Seregni- /<iscurso del 3ral.0, 9 de Aebrero,cit.29

 /(os ob#etivos epuestos0, El "opular, <omingo 11, cit.$=

 Pui#ano,, /?anto va el c!ntaro al agua0, Marcha, 9 de Aebrero de 19;$, ;$1

 (a intervención militar en los con&lictos sociales era una pr!ctica que registraba antecedentes por lomenos desde la presidencia de (uis 5atlle, aunque esa intervención no se producía en el marco demedidas etraordinarias* ver- /(uis 5atlle, pensamiento y acción0 +Montevideo, )rca, 19CG, @, $1;. a enlos sesenta la con#unción de medidas etraordinarias con intervención militar se tras&ormo en una

pr!ctica habitual, a titulo de e#emplo, en la huelga de >?E de Aebrero y Mar%o de 19C$ el e#ercito &ueencargado de vigilar las centrales el'ctricas, con orden de disparar a quien se acercara en actitudsospechosa + El desarrollo y los e&ectos de este con&licto en Marcha, : de Mar%o de 19C$, G y ;

Page 14: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 14/86

el apoyo de las AA.)). era imprescindible para mantenerlos controlados, mientras que para

otros los militares podían ser aliados e&icaces en la tarea de trans&ormación de la sociedad.

(a ausencia de protestas de sectores integrantes del /acuerdo nacional0 cuando se anuncio la

creación del 6SE), parece rati&icar la hipótesis de que el peligro social volvía aceptable la

intervención militar. Este acontecimiento +de hecho, un cambio constitucional no pareciórelevante cuando llego el momento de hacer el balance de la crisis* ninguno de los sectores

participantes en el gobierno parecía notar un cambio institucional importante. "or lo contrario,

la coalición o&icialista pareció recuperar la con&ian%a y sus integrantes aceptaron el pacto con

aire triun&al. Esta aceptación no era sólo declarativa, o un repliegue t!ctico, ya que desde

entonces y por varios meses, la cohabitación con los mandos militares no motivo ninguna

deserción ministerial. )unque no &altaron re&erencias a la gravedad de la crisis, la vocación

constitucionalista que se mani&estaba en los días previos se vio sustituida por elogios a la

&irme%a de la democracia y la estabilidad de las instituciones, ahora identi&icadas +por primera

ve% con las personas que las desempeDaban. "udorosamente a&irmaba el editorial de /El

"aís0- /)hora, lo &undamental ha sido salvado. 8ay que mirar con optimismo hacia adelante y

que una ve% que aquello ha ocurrido0$2, por su parte /)cción0 consideraba que volvía la

normalidad /. Sin que se haya producido ningn cambio traum!tico dentro del gobierno0 $$.

<ías despu's rati&icaba- / estamos dispuestos a continuar colaborando con este gobierno,

con ministerios o sin ministerios, desde el parlamento o desde la calle0$B. ?odos los sectores

o&icialistas &ormularon un balance muy positivo, parecía aceptable la institucionali%ación de la

participación militar, si era la condición para detener el aparente vira#e a la i%quierda de los

militares y mantener la eclusión del Arente )mplio. Esta actitud complaciente se mantuvo

incluso cuando los militares reclamaron la sustitución de algunos políticos designados como

diplom!ticos y del Secretario de la presidencia (uis 5arrios ?assano+ integrante de >nidad y4e&orma y hombre de con&ian%a de 5ordaberry. En cambio, cuando los militares comen%aron

a intervenir en la integración de los directorios de los entes reduciendo el nmero de cargos a

repartir o e#erciendo su poder de veto sobre los candidatos, comen%ó a mani&estarse el

malestar de algunos sectores acuerdistas. a en Mar%o el sector de Mario 8eber, que el aDo

anterior había participado en el acuerdo, comen%aba a marcar su distancia con el gobierno.

(a oposición no dispuso de tanto tiempo y debió reconsiderar m!s r!pidamente sus opciones

cuando resultó evidente que la situación se apartaba de los que parecía su trayecto inicial.

"ocos días despu's de anunciado el pacto de 5oi%o (an%a, el 3ral. Seregni, en una actitud muy

poco &recuente, enviaba una comunicación personal a /la es&or%ada militancia &renteamplista0donde rati&icaba y ampliaba los t'rminos de la /alerta0 con que cerró su discurso del 9, en un

mensa#e que trasluce la inestabilidad del momento- /mantenerse alerta signi&ica- estar

atentos y prontos, sin ningn tipo de vacilaciones en el cumplimiento de la tarea política y por

consiguiente, en el lugar que la militancia &renteamplista le ha asignado a cada uno0 $G. )l día

siguiente reiteraba y ampliaba el mensa#e en una reunión de militantes.

$2 /(a crisis superada0, El "aís, 1$ de Aebrero, p!g. G

$$

 /)nte la &inali%ación de la crisis0 )cción, 1$ de Aebrero, p!g. 2$B /(a respuesta de >nidad y 4e&orma0, )cción, 21 de Aebrero, p!g. 2

$G /Mensa#e del 3ral. Seregni0, Marcha, 1C de Aebrero, pag.2

Page 15: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 15/86

"or su parte Aerreira tambi'n comen%ó a cambiar sus posiciones iniciales. En su audición del

lunes 19, insistió en que la demanda militar /est! reDida con los preceptos constitucionales0 y

observó que /ni una sola ve% se haya dicho r'gimen republicano democr!tico

4E"4ESE?)?@F60$C. "ero lo m!s novedoso es que ahora hacia una lectura di&erente de los

comunicados- ya no le parecían similares a la propuesta que 'l le hiciera llegar a 5ordaberry un

aDo antes* por el contrario los cali&icaba de /reiteración de lugares comunes sabidos de la

política nacional0 en los que &altaba sus /todo pensamiento político director0. "arece claro que

Aerreira tomaba distancia de sus posiciones de la semana anterior pero no quería aparecer

acerc!ndose a las posiciones del Arente )mplio, y este reposicionamiento puede verse como

un intento de ubicarse en el centro, apart!ndose de las AA.)). y del gobierno pero sin

acercarse a la i%quierda. a desde el título cuestionaba la posición del Arente )mplio,

insistiendo que en un discurso del s!bado 1; Seregni no había seDalado aspectos relevantes de

los comunicados +como el que se citaba m!s arriba, aunque el mismo cuestionamiento podría

hac'rsele a su propia interpretación de la semana anterior. "ero Aerreira pretendía situarse en

un terreno que ya estaba ocupado* desde tiempo atr!s el sector de J. 5atlle desplegaba undiscurso que se ubicaba entre la i%quierda y el /gorilismo0, y aparentemente ya no había

espacio para la construcción de otro lugar que &uera equidistante de la i%quierda y las AA.)).

ecesariamente las posiciones del sector de "or la "atria y las del Arente )mplio &ueron

aproim!ndose cada ve% m!s- pocas semanas despu's, en Mar%o, la prensa registraba la

imagen de un cordial encuentro entre Aerreira y Seregni. "ero en ese recorrido de

aproimación, Aerreira no &ue acompaDado por muchos dirigentes de su partido.

En medio de esta con&usión no es sorprendente que la población no se sintiera involucrada en

la crisis. (a ausencia de mensa#es claros de parte de los dirigentes, la pasividad de los

legisladores que no consideraron necesario levantar el receso y tambi'n la 'poca del aDo t ladistancia de las elecciones +&actores que a&ectan a todos los partidos* inclinaban a la

ciudadanía a considerarse espectadora, pero esta actitud pasiva actuaba en &avor de los

militares. 4esulta di&ícil imaginar una situación di&erente, ya que los partidos mayoritarios no

acostumbran a convocar a sus partidarios* es llamativa la soledad de 5ordaberry cuando

convoco a la movili%ación, y su llamado del : de Aebrero para reunirse en la pla%a no estuvo

coordinado con los dirigentes partidarios$;. o es etraDo que, como observaba Pui#ano, ni

siquiera su electorado se haya sentido impulsada a concurrir. 4e&leionando sobre la pasividad

de la ciudadanía, el <r. 5eltr!n desde la p!gina editorial una curiosa invocación que era

recogida por /)cción0- /<onde est!n los grupos que harían las membranas, en su estridente

protesta, porque se violaba en el país de la libertad, se encarcelaba arbitrariamente a unciudadano, se desconocía algn principio del teto constitucional0$:. 5uscando eplicación al

$C /Seregni y los opotunistas del Arente )mplio0, 6pinión acionalista, #ueves 22 de Aebrero, ultima

p!gina.$;

 El /<ía0 seDalo que- /hubo contactos con Aerreira )ldunate hasta poco antes que el #ueves ltimo, el"rimer Mandatario dirigiera su mensa#e radiotelevisado R. (a idea que en la noche del #uevesaparecieran en la televisión el "residente #unto al Senador y eso, estamos seguros, hubiera parado loslamentables sucesos posteriores0+ El <ía, 1= de Aebrero, 1ra p!g. Aerreira desmintió inmediatamente la

versión. +)hora, 11 de Aebrero, p!g. $$: )cción, 12 de &ebrero, p!g. 2

Page 16: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 16/86

mismo &enómeno, di#o Aerreira )ldunate- /. adie sale a luchar en de&ensa de meras

abstracciones0$9 

El Arente )mplio reali%o un acto precisamente el 9 de Aebrero, pero la situación en la que se

encontraban los sectores de i%quierda tampoco los predisponía a salir en de&ensa de la &orma

de democracia política vigente en la 'poca. (a i%quierda legal había denunciado las torturas ylos asesinatos cometidos por las Auer%as )rmadas, y sus militantes habían tenido que soportar

el embate de la represión que había cobrado muchas vidas, ante la indi&erencia del resto del

sistema político. (os episodios de Aebrero pusieron en crisis una tensión ideológica dentro de

la i%quierda que había quedado oculta en el proceso de &ormación del Arente )mplio y que

ahora salió a la lu%- la que separaba a sectores /progresistas0 provenientes de los partidos

tradicionales, de los grupos de /i%quierda0. "or otra parte, desde la con&erencia de la 6()S en

19C; se habían pro&undi%ado las di&erencias dentro de sectores de la i%quierda. )unque la

coalición se identi&icaba globalmente como de /i%quierda0, la mayoría de sus votantes de 19;1

provenían de los partidos tradicionales y en algunos casos +como el Movimiento 5lanco

"opular y "rogresista, que lideraba 4odrígue% amuso, antes del acuerdo electoral sólo había

condicionado con la i%quierda en el discurso antiimperialista y en la de&ensa de las garantías

constitucionales. En líneas generales, en el Arente )mplio coeistían un discurso de corte

liberal7 radical, con &uerte in&leión social pero que no abandonaba los principios del

liberalismo político +que encuentra su de&ensor m!s coherente en el <r. arlos Pui#ano, y un

discurso de i%quierda que planteaba la epectativa de la revolución como un ob#etivo a

mediano pla%o. omo en su origen la coalición se integro en torno a ob#etivos inmediatos,

estas di&erencias no resultaron relevantes* si bien podían percibirse matices en los discursos

+que en la pr!ctica de invitar a los actos a los representantes de otros grupos &renteamplistas

contribuyo a amortiguar, en líneas generales era perceptible la homogeneidad discursiva."ero algunas de estas di&erencias comen%aron a mani&estarse en duro aDo de 19;2, y el tema

de las Auer%as )rmadas resultó uno de los puntos críticos. "or otra parte, como dice

Mararian-

/.sería in#usto considerar los intentos de acercamiento de parte de la i%quierda hacia los

militares como una mera ingenuidad. (a situación uruguaya a &ines de los sesenta y principios

de los setenta daba pie a tal epectativa. "or un lado, las Auer%as )rmadas carecían de una

tradición de participación política. >na caracteri%ación generali%ada de su papel y capacidades

ponía de relieve su segregación de la vida política y destacaba el cumplimiento de los deberes

pro&esionales que en un país que no había estado involucrado en con&lictos violentos a nivelinternacional. "romovida tanto por civiles como por militares, esta caracteri%ación habilito

di&erentes interpretaciones cuando las Auer%as )rmadas comen%aron a traspasar sus &unciones

tradicionales.0B= 

?ambi'n había comen%ado a circular la idea de que las Auer%as )rmadas estaban viviendo un

proceso de /peruani%ación0 que estaba modi&icando su manera de pensarB1 y si hoy en día el

$9 Aerreira- @ntervención radial.,citB=

 Marariian, F .@dos y reci'n llegados, cit, $:B1

 Sobre la evolución ideológica de la i%quierda antes del golpe de Estado, ver- Mararian, @dos y reci'nllegados. 6tra visión en 3atto, 8, /El cielo por asalto0 Montevideo, taurus 2==1, y en (essa, ), (arevolución imposible, Montevideo, &in de siglo, 2==1

Page 17: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 17/86

concepto de militares peruanistas est! &uertemente devaluado, no era esa imagen que

predominaba a comien%os de los aDos ;=. omo seDalan 5roquetas y Hschebor,

/probablemente porque este convencimiento ya eistía, los comunicados B y ; &ueron

interpretados como un programa anti olig!rquico, antiimperialista y nacionalista0B2. (a

con&usión de la 'poca &ue suponer que estos militares podían ubicarse en el etremo

progresista del abanico y que sus adversarios eran los &ascistas* pero estrictamente las

tendencias militares identi&icables en &ebrero no podían ser ubicadas en el e#e &ascismo7

progresismo. (a novedad de la intervención militar de &ebrero la volvía incompresible para la

'poca* el criterio que luego sirvió como marco de re&erencia, la oposición democracia7

dictadura, no era aplicable porque no de&inía un antagonismo- lo que ). 4ico ha denominado

/la vía democr!tica a la dictadura0B$  supone la previa coeistencia durante varios aDos de

pr!cticas autoritarias en un marco de democracia institucional, donde la represión y las

violaciones a las garantías eran #usti&icadas con invocaciones a la democracia y la constitución.

"or esa ra%ón, en la 'poca /democracia0 era equivalente de /pachequismo0 y para

di&erenciarse en el debate, desde la oposición se le agregaban ad#etivos +democraciaparticipativa, social, autentica. Eso eplicaría por qu' &rente a la evidente crisis del r'gimen

democr!tico, ninguno de los integrantes de la coalición hi%o pesar su discon&ormidad cuando

se aceptaron los planteos militares ni puso en &uncionamiento la restricción establecida en el

art. 2C del /4eglamento de organi%ación0, que establecía un procedimiento por el cual se

reconsideraba cualquier resolución sobre una cuestión, cuando por seis votos &uera cali&icada

de /&undamental0BB. Es revelador que en una situación tan crítica como la que se vivía en

&ebrero, la coalición adoptara graves de&iniciones institucionales +que m!s tarde &ueron motivo

de &uertes debates sin que ninguno de los integrantes utili%ara la posibilidad de bloquearlas.

"oniendo en palabras la incertidumbre de la 'poca, desde su p!gina editorial Pui#ano sepreguntaba /TPu' hacerU0 y proponía- /proceder a nuevas elecciones dado que el poder

político en uno de sus m!s encumbrados representantes se ha hecho el hara iri0 BG. "ero la

constitución no prev' ningn mecanismo que habilite la reali%ación inmediata de nuevas

elecciones, en ese momento de proceso electoral sólo podía reali%arse a partir de la

suspensión de la constitución. Esto parece la prueba de&initiva de que en &ebrero de 19;$ no

hubo un giro crítico, sino que el sistema ya se había apartado irreparablemente de la

constitución antes del pronunciamiento militar. En esa dirección parecen coincidir dos datos

de la 'poca- la /ceguera democr!tica0 de los grupos acuerdistas que despu's de 5oi%o (an%a

no parecieron percibir la inconstitucionalidad de la solución, y la índole de la salida que

impulsa Pu#ano con su propuesta de nuevas elecciones. Es revelador que precisamente elobservador m!s lucido de la situación no pudiera elaborar una propuesta que revertiera la

crisis en un solo momento, sin a&ectar la democracia y el orden constitucional restableciera la

plena vigencia de las instituciones.

B2 5roquetas y Hschebor. it. :=

B$ Fer 4ico,), /<el Estado de derecho al Estado de policía, >ruguay 19C;719;$0 en )).FF Estado de

derecho y estado de ecepción. )lemania y >ruguay- las d'cadas violentas,+Montevideo- @. 3oethe7& dederecho7trilce, 1999, BCBB

 Fer )guirre,M, El Arente )mplio, historia y documentos,+Montevideo,E56,19:G 1=1* por su parte el

art. 2:+p!g. 1=2 enumera los partidos y grupos integrantes, con el nmero de delegados y de votoscorrespondientes.BG Pui#ano, /(a era de los militares0, Marcha 1C de Aebrero de 19;$, p!g.;

Page 18: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 18/86

(as de&iniciones de Junio.

)unque al comien%o las actitudes de los militares parecieron rati&icar algunas líneas seDaladas

en los comunicados de &ebrero +tal ve% la m!s importante &uera la divulgación en Mar%o, de la

venta de oro reali%ada por el gobierno el aDo anterior, desde &ines de ese mes las actitudes y

las de&iniciones del 6SE) apuntaron m!s contra los sectores de oposición que contra lasmedidas tomadas antes por el gobierno. En una sucesión bastante r!pida las AA.)). se

en&rentaron a los legisladores y a los sindicatos, para culminar la escalada con el pedido de

desa&uero del senador Enrique Erro +acusado por la #usticia militar de colaborar con el M(.

En Aebrero los militares habían tenido el apoyo o la neutralidad benevolente de casi todos los

sectores políticos y sociales, y habían logrado reunir la aprobación de representantes de todo

el espectro político. "ero estas acciones tan en'rgicas generaron e&ectos negativos, ya que

alarmaron a los dirigentes políticos y pronto comen%ó a estructurarse un bloque

suprapartidario de per&il opositor que restaba apoyos al gobierno.

<e todas &ormas la aproimación entre los sectores políticos era poco visible no solamenteporque el ritmo era muy lento y mucho el grado de distanciamiento previo, sino porque todos

parecían evaluar las consecuencias que implicaría el en&rentamiento directo con los militares.

El pedido de desa&uero termino recha%ado por la c!mara de 4epresentantes por un solo voto

de di&erencia* para entonces ya se habían volcado a la oposición muchos de los sectores

políticos que en &ebrero habían alimentado ciertas epectativas. El &racaso del desa&uero

molesto a los militares, ya a eso se sumó la proimidad de otra &echa límite que obligaba una

de&inición. El $= de Junio vence el pla%o para el envió de la 4endición de uentas al

parlamento, una instancia que siempre resultaba di&ícil para el gobierno por las demandas

gremiales que la acompaDaban. (a crisis política y los tiempos institucionales re&or%aban la

inminencia de una decisión importante.

"ero #unio no es Aebrero, ya no se podía esperar unanimidades y en cambio surgían

vacilaciones en el gobierno. 5ordaberry parece haber adoptado la decisión de disolver las

c!marasBC, con epectativas de que el decreto de disolución &uera &irmado por todos los

ministros. )unque la mayoría del gabinete igualmente le mani&estó su apoyo +incluyendo

algunos nacionalistas como Arancisco M. >billos y arlos )bdala que habían ingresado en

representación de sus sectores políticos, hubo cuatro que optaron por renunciar- "ablo

"urriel de Salud "ublica, )ngel Servetti en 6bras "ublicas, Jos' 4obaina )nso de cultura y

Jorge "resno recientemente asumido ministro de industriasB;. Ainalmente el decreto sólo tuvo

las &irmas de los titulares de <e&ensa +<r. Halter 4avenna y el interior +el nel. 'stor

5olentini. ?ampoco tuvo una respuesta pasiva por parte de la población como en &ebrero-

esta ve% el anuncio de la disolución de las c!maras desato inmediatamente la respuesta de los

sindicatos que iniciaron la 8uelga general, mientras que la mayoría de los dirigentes políticos

BC )sí lo relato el mismo 5ordaberry aDos despu's, y agrego re&iri'ndose al decreto de disolución de las

c!maras- las &uer%as armadas no participaron para nada en su redacción0 ampodonico, Miguel )ngel,)ntes del silencio +Montevideo* (inardi y 4iso, 2==$, p!g. 1=:B; <e los ministros renunciantes, el de industrias Jorge "resno y el de educación y cultura Jos' Maria4obaina )nso, volvieron a integrar el gabinete en la primera presidencia de Sanguinetti- "resno volvió a

industrias en 19:C +en sustitución del <r. arlos "ir!n y permaneció hasta el &inal del mandato, y4obaina )nso &ue subsecretario de de&ensa desde 19:G hasta oviembre de 19:;, cuando asumió el3ral. 8ugo Medina.

Page 19: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 19/86

se mani&estaban en contra de la medida. (a huelga incluyo ocupaciones +y reocupaciones de

los lugares de traba#o , atentados simbólicos como el apagado de la re&inería de ))",

mani&estaciones rel!mpago y reuniones masivas como el 9 de Julio. <os traba#adores, Halter

Medina y 4amón "er' &ueron asesinados, tambi'n &ueron detenidos varios centenares de

huelguistas, así como dirigentes del Arente )mplio y del "artido acional que apoyaban el

movimiento. Ainalmente se levanto el 11 de Julio en medio de un &uerte debate entre

tendencias sindicales.

(a reconstrucción histórica del episodio del golpe y la huelga que reali%o ). 4icoB: muestra la

variedad de un momento lleno de ricas eperiencias sociales, que quedó marcado en la

memoria social como el comien%o de la dictadura. "ero eso no parece surgir del testimonio de

la 'poca* aunque la disolución del parlamento se ve hoy como la tras&ormación de 5ordaberry

en dictador, para muchos en aquel momento el episodio no pareció dram!tico ni marco una

clara &rontera temporal. El novel dictador eplico su actitud invocando /nuestra vocación

democr!tica y nuestra adhesión sin reticencias al sistema de organi%ación política y social que

rige la convivencia de los uruguayos0B9. "or su parte J. "acheco )reco envió un telegrama

desde Madrid apoyando la decisión de 5ordaberry- aceptaba sin cuestionamientos la medida

entendi'ndola como la /preservación de valores &undamentales de la democracia uruguaya0G=.

)l día siguiente la >nión acional 4eeleccionista hi%o m!s eplicito ese apoyo, agregando la

epectativa de /.una nueva institucionalidad, basada en el e&ectivo &uncionamiento de los

partidos sobre bases genuinamente democr!ticas0G1. Es decir que para algunos sectores

políticos, no hubo un cambio radical en la situación ni siquiera luego de un gesto tan dr!stico

como la disolución del parlamento* por el contrario para ellos el golpe de Estado y la

democracia todavía no eran antagónicos, aunque su relación no era de coeistencia sino de

sucesión- la dictadura era una etapa a recorrer para salvaguardar la democracia.

o llama la atención que el golpe no impulsara el acercamiento de la &ragmentada dirigencia

política* por el contrario, entre los sectores que no apoyaron el golpe se percibe la

preocupación por marcar su propio territorio aunque eso redu#era las posibilidades de acción

con#unta. (as intervenciones en la ltima sesión del senado terminan invocando re&erentes de

su propio partido + Aerreira vivó al "artio acional, Fasconcellos a 5atlle, 8ierro 3ambardela a

5rum, y algunas de las declaraciones contra el golpe de#an clara la distancia con otros

sectores opositores. >nidad y 4e&orma mani&estó su recha%o y reclamó la consulta electoral

+una solución con la que había discrepado en Aebrero , pero aclaró los t'rminos y de paso,

marco su propio per&il opositor- /los batllistas estamos en contra del golpe de Estado y ladictadura y nos estamos organi%ando para derrocarla. o estamos preparados para el uso de

las armas,R y en esta lucha nos uniremos con todos los uruguayos que est'n de acuerdo hoy

en una salida electoral.0G2 

B: Fer 4ico.)lvaro, et al, 1G días que estremecieron al >ruguay. 3olpe de Estado y huelga general.2; deJunio711 de Julio de 19;$.+Montevideo- &in de siglo 2==G.B9

 /<iscurso de Juan M. 5ordaberry0 2; de Junio de 19;$, El <ía, 2: y 29 de Junio de 19;$. "!g.2G=

 6pinar, B de oviembre de 19:2, p!g. GG1 4ico, 1G días, cit, $22

G2 /Muera la dictadura0, en 4ico, 1G dias., cit, 2B;72B:

Page 20: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 20/86

Solamente dos &uer%as políticas, el Arente )mplio y el "artido acional, emitieron una

declaración con#unta donde a la ve% que rati&icaban /sus respectivas individualidades políticas

e ideológicas0 se declararon dispuestos a /dialogar con todas las &uer%as con vocación y

actitudes democr!ticas0. 4eclamaban la renuncia de 5ordaberry y proponían una plata&orma

de seis puntos que incluía demandas políticas y económicas +restablecimiento de los derechos

y las garantías, un acuerdo sobre las garantías tras&ormaciones económicas y sociales* y

tambi'n un reclamo nuevo- la re&orma de la constituciónG$. "or primera ve% en la historia

uruguaya posterior a 1:9:, uno de los partidos tradicionales aceptaba como nico socio en un

plano de igualdad a un conglomerado no tradicional, y elaboraban un plan político en comn.

Ainalmente se aceptaba la ruptura del monopolio bipartidista de la política, ya visible en los

resultados electorales de 19;1, que ahora pasaba a epresarse tambi'n en los hechos

políticos. Sin embargo, otros agentes se encargaron de seDalar los límites de este acuerdo.

<esde /El "aís0 el <r. Hashington 5eltran, en plena huelga general invocaba su ecluyente

condición de blanco para seDalar sus di&erencias con el Arente )mplio, y en cambio proponía

/vigori%ar a los partidos tradicionales0- /.con el Arente )mplio, el en&rentamiento no secircunscribe a aquellos per&iles individuali%antes en el campo económico, en el social o en el

administrativo, o el &inanciero. o, la con&rontación llego a lo sustantivo0* a nuestra

concepción de la vida0GB. El mismo día y la misma p!gina de /El "aís0, el <r. Julio Maria

Sanguinetti se epresaba de manera similar, /es resolución o&icial de nuestro grupo no

participar en ninguna actividad con#unta con grupos no democr!ticos0GG.

En el partido colorado,como en algunos sectores del "artido acional, la &uer%a del partidismo

tradicional se imponía sobre el antagonismo democracia7dictadura. ?odavía la disolución del

parlamento no hacía de 5ordaberry un político tan /antidemocr!tico0 como lo era el Arente

)mplio* era pre&erible desalentar cualquier intento de resistencia aunque &uera de#ando elcampo libre a la acción del gobierno de &uer%a. )nte la par!lisis política, &ue la central sindical

la que se instaló en el lugar que históricamente ocuparon los partidos y mantuvo la

movili%ación durante quince largos días. 4econociendo este in'dito protagonismo el ministro

del @nterior, salteando las mediaciones partidarias, le propuso negociar el &in de la huelga. En

estas conversaciones la dirigencia de la ? condiciono el levantamiento de las medidas a una

de&inición concreta sobre cinco puntos- dos de ellos se re&ieren a la vigencia de las garantías,

otros dos a medidas económicas y el ltimo eigía la /erradicación de las bandas &ascistas0 de

la enseDan%a. En ninguno se reclamaba la reinstalación del parlamento, una ausencia que

mostraba el distanciamiento que eistía entre la sociedad movili%ada y la dirigencia de los

partidos mayoritarios.

En busca de un nuevo equilibrio.

(uego de la disolución del parlamento, durante unos meses la situación mantuvo algunos

aspectos de /normalidad0- aunque las actividades políticas &ueron prohibidas continuaron las

conversaciones entre gobierno y sindicatos- an despu's de la proscripción de la ? hubo

G$ @d., $9B7$9G

GB

 5eltran,H., /5lancos, aut'nticamente blancos0, El "aís, : de #ulio 19;$, p!g G. In&asis mio.GG Sanguinetti, J.M. /iega la 1G toda vinculación política con el Arente )mplio0, El "aís, : de Julio 19;$,

p!g G.

Page 21: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 21/86

intentos de acercamiento con los sectores /radicales0 del movimiento sindicalGC, y la

>niversidad recibió garantías para seguir cumpliendo sus tareas. En ese lapso los partidos de

i%quierda mantuvieron discretamente sus actividades y siguió public!ndose la prensa de la

oposición, aunque en un marco de limitaciones y de censura. Este periodo de autoritarismo

posparlamentario transcurrió en un conteto di&ícil de de&inir- los partidos mayoritarios

cesaron sus actividad publlica y de#aron el espacio libre, pero el r'gimen &ue avan%ando con

mucha cautela y si bien el 2; de Junio se había anunciado la instalación de un onse#o de

Estado +siguiendo eplícitamente el modelo del golpe de 1:9:G;, el lugar institucional de#ado

por el parlamento no &ue cubierto de inmediato* tambi'n hubo un intento de reactivación de

los sindicatos, y el 11 de setiembre se reali%aron elecciones universitarias controladas por la

corte electoral. "ero si la intención del gobierno era dar oportunidad a que sus partidarios se

mani&estasen, debió resultarle decepcionante- por el contrario, quedo en evidencia que los

sectores m!s organi%ados de la sociedad no apoyaban al golpe. ada uno de los intentos

terminaba en &racaso- los sindicatos comen%aron a reconstruirse como eran antes del golpe, y

en las elecciones universitarias reali%adas con todas las garantías triun&aron ampliamentesectores contrarios a la nueva situación. Esta etapa de inde&inición termino tr!gicamente en

octubre con la eplosión en la Aacultad de @ngeniería +en el &in de semana previo a la

instalación de las nuevas autoridades universitarias elegidas el mes anterior, que marco el

comien%o de una &uerte represión- (a >niversidad &ue intervenida y unas semanas m!s tarde

&ueron proscritas las organi%aciones sociales y políticas vinculadas con la i%quierda. "artidos

políticos y gremios estudiantiles pasaron a ser /ilegales0 desde comien%o de diciembre* pocos

días despu's +el 19 comen%ó a &uncionar un reducido onse#o de Estado de 2G de miembros.

"ero en esta parsimoniosa instalación de la dictadura, ni siquiera ese gesto inaugural pareció

marcar una ruptura decisiva en la institucionalidad- el cuerpo estaba presidido por uno de los

senadores cesados por el golpe, El <4. Martin Echegoyen , y se encontraban presentes en lasbarras algunos de los /senadores de&enestrados por el decreto del 2; de Junio0G:.

ontribuyendo a la con&usión, en su discurso inaugural 5ordaberry mantenía la idea de la

equivalencia de los partidos tradicionales con la democracia, sostenías la compatibilidad de

esta con la intervención militar, y en cambio instalaba la oposición entre la democracia y

marismo como la discontinuidad principal del espacio político. )sí a&irmaba que era el

momento de en&rentar /.los riesgos de admitir la compatibilidad del marismo con la

eistencia del r'gimen democr!tico, representativo y asentado en la eistencia de pluralidad

de partidos0G9 

GC 4ico, 1G diascit, C$2.G; En &ebrero de 1:9:, Juan (indol&o uestas+presidente interino de la 4epublica dio un golpe de Estadocon el apoyo de los sectores mayoritarios de los partidos. reo un /onse#o de Estado0 de :: miembrosy llamo a elecciones en oviembre. (a asamblea 3eneral lo eligió presidente el 1ro de Mar%o de 1:99,con que se volvió a la vigencia de la norma constitucional. Esta &ue la primera ve% en la historiauruguaya que un presidente dio un golpe de Estado, hecho que se repetiría en los ;G aDos posteriores*uestas tambi'n invento el onse#o de Estado que acompaDa la tarea de otros presidentes golpistas +).5aldomir y J.M.5ordaberry. El car!cter instituyente de esa primera eperiencia se ve re&or%ado por laintegración del conse#o con las &iguras m!s importantes de la 'poca y que marcaron la historia de las

primeras d'cadas del siglo KK.G: )l&aro, 8. /SueDo de una tarde de verano0, Marcha, 21 de <iciembre de 19;$, p!g. 1=

G9 /Somos protagonistas de una revolución0, El "aís, 2= de <iciembre, p!g.2

Page 22: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 22/86

M!s all! de las palabras, la din!mica de los acontecimientos producidos desde &ebrero le había

devuelto protagonismo y visibilidad al presidente. Se había trans&ormado en la &igura principal

de un gobierno donde los civiles todavía conservaban importancia* capitali%aba la

per&ormatividad propia de los discursos del poder y resulta imposible discernir hasta qu'

punto son sus propias opiniones las que con&iguran las decisiones del con#unto. Este

incremento de la visibilidad del presidente era uno de los resultados menos previsibles de los

episodios de ese aDo tan lleno de alternativas.

5 (a conversión de 5ordaberry y el avance militar+19;B719;C.

<esde 5oi%o (an%a en adelante, los mandos militares habían aprendido a escuchar y a respetar

las opiniones de 5ordaberry que parecía marchar en su propia dirección. "or su parte,

5ordaberry parecía m!s cómodo en su nuevo rol que en el de presidente onstitucional. "ero

no demoraron en surgir los desencuentros, cuando los militares comen%aron a de&inirlaboriosamente sus ob#etivos y percibieron que no coincidían eactamente con los del

presidente, y adem!s percibieron que este utili%aba su in&luencia para llevar al r'gimen por su

propio camino. Sin embargo, para los generales no &ue &!cil aceptar que debían ingresar al

espacio de la toma de decisiones políticas, ni la &orma como debían procesarse esas decisiones.

(a situación del ?te. 3ral. 8ugo hiappe "ose, en mayo de 19;B parece marcar en &in de una

tendencia /personalista0 de la conducción, y la eliminación de la posibilidad del surgimiento

de un "inochet en el e#'rcito uruguayoC=. Este cambio de comandante &ue el nico que se

produ#o en el e#'rcito durante el periodo de la dictadura de 5ordaberry, y su sustito el 3ral.

Julio esar Fadora, &ue el que desempeDo el cargo durante m!s largo tiempo +desde mayo de

19;B hasta &ebrero de 19;:* pero su ecepcionalidad resulta m!s evidente si, como parece,signi&ico el triun&o de las corrientes corporativas que luego hicieron un bloqueo muy e&ica% a

las pretensiones de 3. Vlvare%. Sin embargo, en lo inmediato esto signi&icaba un movimiento

t!ctico preparatorio del en&rentamiento con el presidente que algunos ya comen%aban a

entrever, gradualmente todos pudieron percibir una grieta en el bloque /cívico militar0 que se

&ue pro&undi%ando hasta la &ractura.

5a#o el signo de la crisis económica.

Este con&uso #uego no podía ocupar todos los es&uer%os, porque pronto debieron hacer &rente

a un cambio radical en el panorama económico internacional- lo que parecía una situación

consolidada en la prosperidad +y que era el conteto en el que se había producido la disolución

del parlamento se tras&ormó en una crisis que a&ecto de manera directa al >ruguay. En

6ctubre de 19;$ se produ#o la /3uerra del Wippur0 que vino acompaDada primero por el

embargo petrolero a los aliados de @srael y &ue seguida por la intervención directa de la 6"E"

en la &i#ación del precio del petróleo. Esto se re&le#o en un incremento espectacular de los

yC=

 Sobre la destitución de hiappe "ose y la designación del 3ral. Fadora, ver- (essa, )l&onso, Estado de3uerra,+Montevideo- &in de siglo, 2==$ 1GG71GC

Page 23: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 23/86

costos del combustible, todos los países no productores debieron reestructurar el gasto.

)unque la reacción del r'gimen no &ue inmediata, implico un cambio relevante en la

conducción de la economía del país* a &ines de enero el r. arlos "a%os abandono el ministerio

de Economía, y el r. Moises ohen debió actuar como ministro interino durante unos meses

hasta que la designación del @ng. )le#andro Feigh Fillegas a mediados del aDo. Este impulso

una importante reestructuración de la economíaC1  , a la que busco adaptar a las nuevas

condiciones del comercio internacional. Este rea#uste estructural se procesó en condiciones

ecepcionalmente &avorables para sus promotores, ya que los reclamos sociales podían ser

de#ados de lado* habían desaparecido todas las voces en el debate social, se llamaron a

silencio las &iguras representativas de los partidos, y los dirigentes sindicales &ueron

encarcelados o marcaron al eilio. El reclamo por el retorno de la actividad política reali%ado

por un con#unto de e legisladores a comien%os de setiembre de 19;B &ue !speramente

respondido por 5ordaberry, como veremos, un paro reali%ado por el Sunca en octubre motivo

la dura represión del gobierno. 3radualmente el r'gimen &ue a#ustando los controles sobre la

sociedad movili%ada y sobre los elencos políticos, mientras activaba por otro lado losmecanismos de /Movili%ación controlada0 con los actos patrióticos, como se vería con la

programación del /)Do de la 6rientalidad0 de 19;GC2.

Mientras tanto se había tomando impulso el proceso de re&orma de la constitución. <esde

muy pronto se había designado una comisión en el onse#o de Estado, que no parecía

interesar demasiado a los conse#eros- sólo recibió un proyecto presentado a poco de instalarse

por el <r. )lberto <emicheli, pero este parsimonioso comien%o &ue tomando intensidad en

otros !mbitos de discusiones del gobierno. El tema no era irrelevante, ya que la din!mica de

los acontecimientos provocaba cambios en las perspectivas y los proyectos de algunos

persona#es representativos en el r'gimen y particularmente en las de 5ordaberry. En #unio de19;$, este anunciaba el comien%o de una breve etapa de gobierno sin control parlamentario,

que sería seguida, al cabo de su mandato constitucional, por un llamado a elecciones que

restablecería la normalidad. "ero parece haber cambiado de idea con bastante rapide%, y la

intervención del ministro de 4elaciones Eteriores Juan arlos 5lanco el 1: de Julio de 19;B,

hablando a nombre del 3obierno en el aniversario de la primera constitución, epuso algunos

de los lineamientos del nuevo ordenamiento institucional del paísC$. "oco despu's, ante el

reclamo para eliminar las restricciones a la libertad de opinión que &ormularon los dirigentes

políticos para participar del debate de la re&orma constitucional, la negativa de 5ordaberry &ue

bastante ruda y por primera ve% arro#o dudas sobre la reali%ación de las elecciones de 19;C.

/Esta en gestión una re&orma institucional que an no puede consolidarse en una constitución,

pero que permite o&recer ya sus bases escenciales- crear una democracia autentica y militante

y un Estado e&ica% al servicio del bien nacional. "or eso no puede concebirse que en noviembre

C1 Sombre el impacto de esta crisis en la economía y las políticas ensayadas para en&rentarla, ver, a&&',J.C2

 Fer osse, @, Mararian F, 19;G- )Do de la 6rientalidad. @dentidad, memoria e historia en unadictadura.+Montevideo, ?rilce, 199CC$ /5lanco anuncio los lineamientos de la re&orma0, El país, 19 de Julio de 19;B, p!g. B

Page 24: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 24/86

de 19;C se convoque a elecciones dentro del sistema político e institucional perimido el 2; de

Junio de 19;$0CB 

En materia de proyectos el presidente parecía haberse convertido r!pidamente al continuismo

presidencial, y les estaba sacando venta#a a los comandantes, por lo que gradualmente &ueron

quedando en posiciones cada ve% m!s distantes. (as di&erencias entre el presidente y losmandos no eran raras y no debe interpretarse que 5ordaberry era un dócil e#ecutor de las

decisiones militares, pero en general había pre&erido mani&estar sus discrepancias en otros

planos y no en los institucionales- en su momento se había opuesto a algunas de las medidas

de política económica sugeridas por los militares, como quedo en evidencia cuando en mayo

de 19;G cuando cuestiono las decisiones de Eduardo "eile en el @).CG "ero aparentemente

la tendencia a la personali%ación del poder lo bene&iciaba claramente y eso le permitía

imaginar que su popularidad estaba en aumento.

El golpe dentro del golpe.

"ara quien no tenga presentes los largos antecedentes de la crisis, el en&rentamiento entre

5ordaberry y los mandos militares reproduce el &ormato de una lucha entre un presidente

surgido de elecciones democr!ticas que se en&renta a un grupo de militares golpistas. "ero

esto no describe adecuadamente las dimensiones del desacuerdo- eran golpistas, aunque con

di&erentes proyectos, todos los agentes que dominaban el campo y ya no quedaba ninguna

/&uer%a democr!tica0 en acción. El debate se centro en la de&inición del rumbo a seguir por el

r'gimen, y los planteos del presidente se en&rentaron a las ideas de los generales, al principio

con&usas pero que se irían concretando gradualmente. inguno de los bandos podía serdesignado como /democr!tico0* y eso se percibe en aquellos aspectos que para los dos

estaban m!s all! de la discusión- 5ordaberry y los comandantes coincidían en la necesidad de

suspender las próimas elecciones, en mantener por el momento la prohibición de las

actividades políticas y proscribir de&initivamente al marismo. 5ordaberry reconocía el lugar

que ocupaban las AA.)). +al que designa permanentemente como la sede de /el poder0, en

singular y con maysculasy no cuestionaba las operaciones represivas+no había planteado

reparos ante las torturas a los detenidos ni había mostrado curiosidad por la aparición de

cad!veres en las costas uruguayas.

"or m!s discretas que &ueran las divergencias, tendrían que aparecer a la lu% pblicanecesariamente en el correr del aDo 19;C pues por muchas ra%ones, ese aDo resultaría crucial

en la historia de la dictadura uruguaya. <e acuerdo con el calendario de la constitución de

19C; era un aDo electoral, y debía adoptarse la decisión sobre la reali%ación de las elecciones.

"or entonces comen%aron a mani&estarse las discrepancias m!s &uertes. <esde mediados del

CB /?eto de la alocución de 5ordaberry que se emitió anoche por la cadena nacional0, El <ía, G de

setiembre 19;B, p!g. :CG E. "eile era delegado del poder e#ecutivo y e#ercía la vicepresidencia del @) +@nstituto acional dearnes. @denti&icado con las orientaciones del 3ral. Vlvare% y con el apoyo de la #unta de omandantes,

había propuesto algunas medidas en bene&icio de los pequeDos productores de carne que desagradarona 5ordaberry que lo destituyó. (uego de algunas discusiones los militares aceptaron la sustitución de"eile como Ficepresidente aunque lo mantuvieron como integrante del organismo.

Page 25: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 25/86

aDo anterior, cuando estaban en pleno desarrollo los &este#os del /)Do de la 6rientalidad0, las

AA.)). comen%aron a procesar una de&inición respecto a las &uturas elecciones. )l principio

eistía consenso en la necesidad de postergarlas y en prorrogar el mandato de 5ordaberryCC 

pero cuando consultaron su opinión comen%aron a mani&estarse los desencuentros. Meses

despu's, cuando se produ#o la destitución de 5ordaberry los militares publicaron dos de los

Memorandos que les enviara, uno &echado el 9 de Setiembre de 19;G y otro a principios de

Junio de 19;CC;, donde pueden apreciarse sus ideas.

omo surge de estos documentos, 5ordaberry aprovecho la consulta para hacer un etenso

planteo político que colocaba la discusión en otro lugar. Segn 'l lo entendía, la prórroga del

mandato era una derivación del problema principal- el de la institucionali%ación del r'gimen.

(o que había impulsado la instalación de una nueva realidad política el 2; de Junio de 19;$,

&ue la necesidad de detener /la agresión marista0 y el r'gimen surgido de ese acto no tenía

antecedentes en el mundo occidental. "ero se trataba de una situación de hecho y su

permanencia de pondría en riesgo si no se le daba estabilidad institucional- / así como el

poder est! radicado hoy en las &uer%as )rmadas, su e#ercicio est! dividido entre las AA.)). y el

gobierno y est! situación es la que en mi concepto genera riesgo que es menester impedir0C:.

<e allí derivaban dos situaciones peligrosas que había que evitar- por un lado, las AA.)).

aparecerían como responsables del gobierno /como si &ueran un partido político0, y eso

tendría como resultado pernicioso su compromiso creciente con la gestión pblica* y por otro

que cada ve% serían menos los civiles que quieran e#ercer la &unción pblica en condiciones tan

di&íciles0, en consecuencia las AA.)). deben e#ercer el poder pero no directamente el gobierno.

como /"oder de los partidos y poder de las AA.)). son Recluyentes0, era necesario

implantar una constitución que consagra el poder, m!s que limitarlo0 y enumeraba sus

características en un p!rra&o que parece resumir la concepción política del presidente.

/(a libertad de la patria, los derechos de las persona humana, el orden y la seguridad en la

convivencia, la autoridad al servicio de la ación tienen que ser de&endidos del enemigo

agresor. )sí se de&ienden a la ve%, la democracia real que consiste, esencialmente en gobernar

con&orme a la soberanía o a la conciencia nacional y cuyo gobierno sería a la ve%,

verdaderamente representativo en cuanto acte interpretando sus t!citos dictados0C9 

En esta &antasmagórica modalidad de democracia no habría consultas electorales* debería

/establecerse un r'gimen para la sucesión presidencial, para la que tendr! intervención

decisiva el onse#o Superior de la ación0. (os partidos políticos /ser!n corrientes de opinión

autori%adas, pero no podr!n llegar a la presidencia por sus medios cl!sicos- reunión, prensa,

etc.0 (as AA.)). no deber!n gobernar directamente ya que /el poder desgasta y adem!s

divide0, por lo tanto el e#ercicio cotidiano del gobierno correría por cuenta de un presidente y

sus ministros, todos ellos civiles. Se implantaría se esta &orma /lo que podríamos llamar un

gobierno y orden naturales de las sociedades0. Se crearía una nueva &orma institucional para

CC Fer carta de O. Michelini a .Pui#ano en /arlos Pui#ano* los aDos del eilio0. uadernos de Marcha,

$ra 'poca, n1, Montevideo 19:G, 22C; Aueron publicados en toda la prensa* las citas est!n tomadas de-0Memorandum de 5ordaberry a laJunta de 3enerales 6&iciales. Emitido el 9 de <iciembre de 19;G0. El "aís, 1C de Junio de 19;C, p!g. 1:7

19.C: /Memorandum de 5ordaberry R 9 de <iciembre de 19;G0 cit, p!g. 1:

C9 @bid.

Page 26: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 26/86

en&rentar un hecho nuevo como era la agresión internacional del marismo* de esa &orma el

>ruguay se ubicaría en una posición de vanguardia en el concierto internacional.

Arente a la elocuencia de 5ordaberry sus interlocutores militares guardaron silencio por varios

meses, pero no permanecieron quietos* los comandantes consiguieron incorporar a la

discusión a algunos /asesores cali&icados0, entre ellos el Ministro de Economía ) Fegh Fillegas.Este era considerado el principal operador &inanciero del r'gimen;=  y tenia muy buenas

relaciones con la emba#ada de los EE.>>.;1 En su momento del Memorando +publicado muchos

aDos m!s tardeFeigh Fillegas comen%aba enunciando vagamente algunos puntos de acuerdo

+/ los aspectos doctrinarios &undamentales, al papel de las Auer%as )rmadas en el mane#o de

la cosa pblica y a la conveniencia de la prórroga del mandato presidencial0 ;2, pero arro#aba

una mirada &uertemente critica sobre algunos conceptos centrales. En opinión del ministro, el

planteo del presidencial tenía dos problemas graves- la permanencia de la in&luencia militar y

la ausencia de mediaciones político partidarias. Feigh Fillegas descubre en el proyecto, una

estructura /tecnocr!tica7 militar0 que pondría a &uncionar una sociedad de decisiones

un!nimes, nica manera de que la propuesta de 5ordaberry pudiera &uncionar* pero la

pretensión era ecesiva +/se eige de tecnócratas X la versión contempor!nea del mercenario

medieval7 m!s de lo que este pueda dar a los e&ectos de mantener en &uturo equilibrio cívico7

militar0;$. ) di&erencia del presidente, Feigh Fillegas creía que los partidos tradicionales

proporcionaban estructuras inme#orablemente adaptadas para cumplir e&ica%mente la &unción

de mediación en la sociedad uruguaya* sólo era necesario reactivar su &uncionamiento cuanto

antes ya que de lo contrario- /la desaparición de los partidos tradicionales7a quienes mucho

debe la 4epublica7 promueve a corto pla%o la &ormación de un /&rente popular0 controlado por

el marismo y que tarde o temprano alcan%ar! el poder ;B0 )sí se reconstruía un r'gimen

político viable, pero al que en ningn momento cali&icaba como /democr!tico0.

(oa militares tambi'n debían procesar sus propias di&erencias internas, que se iban

mani&estando a medida que se discutía con 5ordaberry. (os testimonios de la 'poca seDalan

segmentaciones en la interna militar aunque no resultaban claras las líneas de cliva#e. En una

carta enviada a . Pui#ano en mayo de 19;G, Julio astro identi&icaba tres proyectos di&erentes

en la interna militar, uno de ellos+ encabe%ado por el 3ral. risti que pretendía /un gobierno

&uerte, continuación del actual0* otro que pensaba en /un gobierno cívico militar, apoyado por

los hermanos Oubia y el 3oyo R)lvare% con un civil que podría ser 4abanito R5ordaberry0 y un

tercero que pensaba en un /gobierno militar simplemente0;GM!s all! de las imprecisión de los

datos, el in&orme de astro re&le#a la plasticidad de la interna militar en el momento de tomar

;= Sobre la importancia de la &igura de Fegh Fillegas en ese momento, ver- a&&', en este mismo libro.Sobre la redacción del Memorando presentado por Fegh Fillegas, ver declaraciones de J. 5atlle en<utrenit, /del maremoto0 cit. ;C. 6tras opiniones de la 'poca sobre el Memorando de 5ordaberry, en(essa, /Estado de sitio0cit, cap. 21.;1

 Michelini a .Pui#ano, 1ro de )bril de 19;C, en cuadernos de Marcha, $ra 'poca 1, cit.22;2

 )chard,<, (a transición en >ruguay. )puntes para su interpretación. ronología de los hechos.?estimonios de ocho protagonistas. <ocumentos in'ditos. +Montevideo- @nstituto Hilson Aerreira)ldunate,1992, 2$C;$

 /El primer memorado de Feigh Fillegas0 en )chard, <, (a transición, cit,2$:;B

 @bid, 2$C72$;;G J.astro a .Pui#ano, uadernos de Marcha, $ra 'poca, ro 1 , cit. "!g.$C.

Page 27: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 27/86

decisiones. (a situación parece haber hecho crisis cuando el @ng. Feigh Fillegas comen%ó a

operar políticamente buscando un acercamiento con la oposición.;C  "arece di&ícil que estas

negociaciones se hubieran llevado a adelante sin el aval de algn sector de los mandos ya que

de haber actuado por su propia iniciativa, no parece posible que Feigh Fillegas hubiera

continuado en el gobierno luego de &racasadas sus gestiones. omo ocurrió otras veces en la

dictadura, las discrepancias en la cpula militar parecen haberse dirimidos con /asesinatos

H.HhitelaY en los días 1:72= de mayo puso &in a toda operación de acercamiento con los

políticos.

) &ines de mayo las perspectivas de continuidad de 5ordaberry parecían disiparse. "era este la

discrepancia central radicaba en lo que consideraba incomprensión militar de la característica

principal de la 'poca- el marismo no era una corriente política sino /una agresión política

asentada en una &iloso&ía0 que aprovechaba cualquier divergencia en la ciudadanía para

in&iltrarse y e#ercer su ne&asta in&luencia en la sociedad- por eso los partidos políticos eran su

medio principal de in&iltración.;;  En pocos días la posición de 5ordaberry parece haberse

debilitado seriamente y aunque hi%o es&uer%os para minimi%ar la magnitud de los desacuerdos,

los militares adelantaron la &echa de su despido que ya no esperaría al 1ro de Mar%o como el

suponía. El s!bado 12 de Junio &ue destituido y en su lugar asumió el presidente del onse#o de

Estado, el <4. )lberto <emicheli. ) las 1: horas se dio publicidad a un comunicado donde

resumían las discrepancias y rati&icaba la intención de mantener a los partidos. "ero tambi'n

seDalaban /la responsabilidad de errores y desviaciones personales0 de los dirigentes y

anunciaban la adopción de /medidas que impidan que estas in&luencias negativas continen

en el &uturo0;: 

Marginalmente, la publicación de los memorandos de 9 de diciembre de 19;G y de 1ro de

Junio de 19;C permitía conocer algo m!s sobre la &orma como las AA.)). concebían la

continuidad del r'gimen. Estas no se es&or%aron por darle a su propuesta una estructura

teórica* con criterio m!s pragm!tico se limitaron a enumerar la índole de sus divergencias con

el presidente, que a la ve% implicaban las ra%ones de su destitución. M!s all! de los vaivenes

de la actitud de 5ordaberry, quedaba en claro que el concepto de democracia que mane#aba el

ahora e mandatario había perdido toda vinculación con las notas que acompaDan

habitualmente el concepto. Si en &ebrero de 19;$ circulaba la idea de que la democracia podía

ser compatible con la participación de los militares, y en #unio siguiente el concepto incluía

tambi'n la posibilidad del golpe de Estado /para salvar la democracia0, pasados tres aDos del

golpe no parecía aceptable la idea de una /democracia0 sin elecciones y sin partidos, ni menosan la homologa religiosa de que /la democracia eiste ba#o distintas &ormas de gobierno y no

se identi&ica particularmente con ninguna de ellas0, como a&irmaba 5ordaberry el 1ro de Junio

de 19;C;9. El concepto de democracia llegaba al punto &inal de un largo recorrido* se había

vaciado completamente de contenido y podía cali&icar a cualquier r'gimen político incluso a

los m!s autoritarios. <e hecho, para el ciudadano comn el concepto ya se había alterado

;C Fer carta de Michelini a Pui#ano en /uadernos de Marcha, $ra 'poca ro 1, cit, p!g. 2C72;. ?ambi'n(essa,) Estado de 3uerra, cit, 2$=72$1;;

 Memorando de 5ordaberry R.1ro de Junio de 19;C0, El país, 1C de Junio de 19;C,p!g. 19;:

 /(as &uer%as )rmadas no quieren compartir el compromiso de suprimir los partidos tradicionales0. El"aís, 1$ de Junio de 19;C, p!g. 2;9 /Memorando de 5ordaberry R 1ro de Junio de 19;C0, El "aís, cit, p!g. 19

Page 28: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 28/86

radicalmente, y en el uso corriente +como su re&erencia en la /declaración de &e democr!tica0

la epresión tenía un signi&icado inverso al del diccionario.

/.La supremacía militar ,1!-1#1

(a destitución de 5ordaberry puso &in a la larga tras&ormación del Estado iniciada en 19C; yque alcan%o sus momentos críticos en &ebrero y #unio de 19;$. ) medida que el poder militar

iba cubriendo el espacio tambi'n iba cambiando sus características y tras&ormando sus

epectativas temporales, hasta instalarse como una nueva &orma de poder con capacidad para

tomar decisiones y para de&inir rumbos políticos. (a modalidad /corporativa0 de

&uncionamiento re&or%ó el poder de las instituciones pero simult!neamente di&iculto las

decisiones &undamentales, que debían sortear un comple#o entramado de tendencias internas,

no siempre visibles desde a&uera de la institución. (a represión sobre grupos opositores

+especialmente los vinculados con sectores de i%quierda se hi%o m!s tena% y encarni%ada que

en los tiempos que siguieron a la disolución del parlamento, mientras paralelamente

comen%aba a construirse un discurso opositor +con características un tanto di&erentes segn

&uera dentro el país o en el eterior que debía superar la &ragmentación política que &ue

caractristica de los partidos en la etapa de instalación de la dictadura. Este capítulo pretende

reconstruir las trans&ormaciones de las epectativas y los desarrollos del discurso militar y las

di&erentes &ormas de adopto el discurso opositor desde sus primeras etapas de &ormación

hasta su eitoso desempeDo en el plebiscito de 19:=.

El giro castrense del r'gimen.

<e hecho , m!s que un cambio dentro del r'gimen, la destitución de 5ordaberry signi&icaba la

inauguración de una nueva situación política marcada por la desaparición de la ultima &igurainstitucional que conservaba alguna &orma de legitimidad electoral:=. Si hasta ahora la

conducción había sido compartida entre los militares y el presidente +y muchas veces este

había logrado imponer su voluntad, ahora era claro que nada podía hacerse contra la

voluntad de los militares* y esta comprobación no era irrelevante porque contradecía

directamente el discurso que en&ati%aba su aspecto /cívico7militar0

(a instalación de una nueva situación política implico tambi'n la puesta en marcha de una

nueva institucionalidad donde se establecieron normas novedosas para designar al presidente

y para cubrir las vacantes del conse#o de Estado y la orte de Justicia. @gualmente se

suspendieron las elecciones y se estableció una #erarquía de proscripciones segn la militanciapolítica que hubieran tenido los dirigentes. (a incorporación de los actos institucionales como

mecanismo de re&orma de la constitución marca de manera inequívoca el comien%o de una

nueva &orma de &uncionamiento institucional, una novedad cuya importancia no paso

desapercibida. "ara los militares, la destitución del presidente marco el comien%o de una etapa

que de&inieron como un /periodo transitorio0 en que la constitución era sustituida por un

con#unto de normas de rango constitucional +actos institucionales hasta que no se apruebe la

:= 3illespie seDala la destitución de 5ordaberry como el &inal de un largo proceso+de /agoni%ante

etensión0 iniciado en 19C:. Fer 3illespie,h, /<esentraDando la crisis de la democracia uruguaya0, en3illespie, h, (. 3oldman, J. 4ial, ". Hinn +ompiladores, >ruguay y la democracia, Montevideo, E56,19:B* @. 1=9

Page 29: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 29/86

nueva constitución:1. Si bien a nivel declarativo, para los militares uruguayos la dictadura no

sería una situación permanente +era &recuente que en sus declaraciones pblicas denominaran

/periodo de transición0 al momento que Fivian, en cambio no de&inían en qu' condiciones

harían su retirada ni qu' lugar se reservaban en el nuevo orden constitucional emergente de

esta transición. El lengua#e militar mantuvo allí una permanente ambigQedad- puede seDalarse

la contradictoria actitud de destituir a 5ordaberry para preservar los partidos políticos

tradicionales +que tenían sus actividades suspendidas, y a continuación decretar la

proscripción de todos sus dirigentes* o como se vería m!s tarde, podía ser compatible el &inal

de la transición con la instalación de un r'gimen donde las autoridades electas estarían

controladas los mandos militares.

El giro castrense reali%ado por el r'gimen no elimino la participación de los civiles +que

continuaron siendo pie%as &undamentales pero de&inió de otra &orma las reglas de su

participación- los cuadros políticos debían esperar autori%ación para hablar en pblico, o

aleccionar a algn militar para que &uere este el que hablara. Esto sorprendió a alguno de los

civiles del r'gimen que permanecían en sus cargos luego de la destitución de 5ordaberry. El

ministro Julio )%nare% +que había asumido en #ulio de 19;G, todavía en tiempos de

5ordaberry, le mani&estaba en agosto de 19;C al ya designado presidente )paricio M'nde%

/para que la evolución del proceso político se realice en &orma armónica, es imprescindible la

participación de los civiles en todas sus etapas, de lo contrario se corre el peligro de que se

&ormen dos grupos de opinión, la de las AA.)). y la de los civiles0 :2. )l repasar la prensa de la

'poca, surge la evidencia de que las nicas &iguras civiles del gobierno que aparecen hablando

por su propia vo% son los #erarcas de 4elaciones Eteriores y de Economía* en toda otra

tem!tica los que hablaban eran los militares.

(a sustitución de 5ordaberry había implicado un incremento del compromiso de los militares

con el gobierno, unido al proyecto de reactivar el &uncionamiento de los partidos. En agosto de

19;; los comandantes anunciaron el primer /cronograma político0 donde se establecían la

reali%ación de elecciones con candidato nico en 19:1, y con m!s de un candidato en 19:C.

"ero m!s que la institucionali%ación del r'gimen, preocupaba a los generales sus di&erencias

internas, uno de los puntos m!s con&lictivos de todo el periodo &ue la composición de la Junta

de 6&iciales 3enerales + J6633 y la designación del comandante en #e&e de cada arma. (a

integración de la J.66.33. era un dato relevante porque los /o&iciales generales0 eran un

reducido nmero, y adoptaron sus decisiones políticas sin consultas con los o&iciales de menor

rango:$

. (a representación del E#'rcito era la m!s numerosa- tuvo 1B y luego 1C generales, lasotras dos armas tenían G cada una. :B Esto hacia que los cambios provocados por los ascensos

o pases a retiro pudieran alterar los equilibrios internos. En oviembre de 19;C, luego de la

destitución de 5ordaberry, el onse#o de Estado aprobó una modi&icación del art. 2 de la ley

org!nica militar de 19;B, por la que se reservaba la capacidad de seleccionar a los o&iciales que

ascenderían a 3eneral a los /3enerales en situación de actividad, residentes en el país y

:1 /las Auer%as )rmadas no quieren compartir el compromiso de suprimir los partidos tradicionales0, E("aís, 1$ de Junio de 19;C, p!g.2:2

 ota mecanogra&iada, 19 de )gosto de 19;C. )rchivo E@>. olección 8. ores.:$ Entrevista al 5rig.3ral. J.5orad, 5squeda, 1= de enero de 19:G,p!g.:

:B Fer art.1G$, ley nro. 1BC=1, ley org!nica militar.21 de Aebrero de 19;B.

Page 30: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 30/86

ocupando cargos, actuando en Junta.0 el mismo procedimiento se seguiría para la

designación del comandante en #e&e:G.

(a aplicación de este nuevo mecanismo de ascensos se combina con la normativa que regulaba

el pase a retiro de los generales, que era muy precisa y se aplico sin ecepciones- en agosto de

19;; debieron pasar a retiro los generales Esteban risti y Eduardo Oubia +los re&erentesprincipales de la /línea dura0 y en &ebrero de 19;9 lo hi%o el ?te. 3ral. 3regorio Vlvare%,

identi&icado como /aperturista0.

En &ebrero de 19;: &inali%aba el largo periodo del ?te. 3ral. Julio esar Fadora como

comandante, y esto signi&icaba la primera oportunidad de aplicación del nuevo procedimiento

para elegir sucesor y para cubrir las vacantes de#adas por los que pasaron a retiro. El

procedimiento de esta primera elección puso a la vista una contradicción entre la lógica de la

precedencia militar +la /derecha0:C  que seDalaba indirectamente el nombre del sucesor, y los

equilibrios de poder dentro de la Junta, de los que podía surgir otro nombre. En esa primera

ve% la designación recayó en el 3ral. 3regorio Vlvare% que era a quien le correspondería segnla precedencia* pero la decisión demando tres días de deliberaciones +lo que se contradice con

la simple aplicación de la derecha y termino con un resultado que parece una transacción,

Vlvare% &ue el comandante pero ingresaron a la JJ.66.33. dos representantes de la línea dura,

los coroneles @van "aulós y 8olmes oitiDo. )parentemente se restablecían algunos equilibrios

pero los duros que hasta ese momento habían desempeDado la mayoría de los cargos de

relevancia de#aban la comandancia a Vlvare%, considerado un /aperturista0. "or otro lado este

tendría solo un aDo de e#ercicio del cargo, y si intentaba sustituir al presidente debía hacerlo

en ese lapso.

El con&licto entre el omandante y los /duros0 se mantuvo durante el aDo 19;:, que parecehaber sido muy crítico en la interna militar. ) pocos meses de su ascenso, Vlvare% debió

en&rentar una grave crisis cuando comen%ó a circular entre los o&iciales una publicación

clandestina denominada /El talero0. En ella se criticaba abiertamente la corrupción en los altos

mandos y acusaba al omandante en Je&e de /traidor0 por buscar un acercamiento con

/políticos corruptos0:;. (os responsables de esta publicación, el #e&e de inteligencia

+identi&icado con la línea dura 3ral. )maury "rantl y los autores materiales del impreso, los

o&iciales Jos' 3ava%%o y Manuel Maurente, &ueron arrestados y luego pasados a retiro. )

comien%os de Julio se in&ormo al E#'rcito de lo ocurrido por medio de una /6rden del día0 del

comando en Je&e que debía ser leída a todos los e&ectivos. En ella Vlvare% rati&icaba la /unidad

monolítica0 y la /verticalidad del mando0 y tambi'n se hacían responsables de haber /dado la

primera orden0 en las violaciones a los <erechos 8umanos.:: (a &echa de esta /6rden del día0

coincide con la aprobación por )samblea 3eneral de la 6E) de un severo in&orme elaborado

por la omisión @nteramericana de <erechos 8umanos +@<8 sobre la situación de los

derechos humanos en el >ruguay:9 

:G (ey nro. 1BCB2, 1C de oviembre de 19;C.:C

 Fer ley org!nica militar, cit. )rt. ;$:;

 4eproducción &ascimilar en <esde >ruguay, ro. 1$ de 19;:, )rchivo @E>.:: 6pinar, 2: de mar%o de 19:G, p!g.C

:9 Mararian, F, idos y reci'n llegados, cit, 12C712;, y su capítulo en este libro

Page 31: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 31/86

"ero si este incidente resulta grave +aparentemente &ue la primera ve% que los con&lictos

internos en el e#ercito alcan%aron el límite de la insubordinación, no sería todo, pocas

semanas despu's el #oven dirigente nacionalista (uis )lberto (acalle recibió tres botellas, una

para 'l y las otras destinadas a .J. "ereyra y a ). 8eber con la recomendación de abrirlas el $1

de )gosto. (as botellas contenían un &uerte plaguicida* el G de setiembre la Sra. ecilia

Aontana de 8eber tomo un trago y &alleció instant!neamente. )l día siguiente Vlvare% salió

pblicamente a desmentir de que 'l #unto a una &igura política relevante de cada uno de los

dos partidos tradicionales, sustituirían al <r. )paricio M'nde%* aparentemente sería este

rempla%o lo que #usti&icaría el brindis. (a pesquisa o&icial no condu#o a ningn resultado sobre

los autores, aunque el Ministro del @nterior declaró que /.desde ya suponemos, y tenemos

&undamentos para hacerlo, que lógicamente debe provenir de grupos terroristas09=. arlos

Julio "ereyra denuncio m!s tarde quela investigación se oriento m!s hacia las victimas que a

buscar a los victimarios, tratando de inculpar a la interna blanca. >na ve% m!s, como ya

ocurriera en mayo de 19;C y tal ve% antes, el /asesinato t!ctico0 bloqueaba los intentos de

acercamiento entre sectores militares y políticos- el contenido de los documentosdesclasi&icados de la @) pone en primer plano las divergencias entre los generales como el

elemento central para eplicar el incidente.91 

En enero de 19;9 correspondía la designación de un nuevo comandante ya que 3. Vlvare%

cumplía su periodo de ocho aDos de /actividad en el grado0. (a elección del sucesor motivó

otra comple#a transacción que siguió un criterio altamente político* salteando al 3ral. Juan J.

M'nde% que era el de /la derecha0, &ue designado el 3ral. Juan F. Pueirolo92. Esta

designación representaba el retorno de la /línea dura0 a la comandancia en Je&e pero en

cambio, cuatro de los cinco ascensos a general que se propusieron+los coroneles amandu

?rinidad, Julio 5onelli, Jos' Sequeira, "edro )ranco, se identi&icaban claramente con la líneaorientada por el 3ral. Vlvare% y sólo uno, el nel. 8ugo Medina, se alineaba con sus

adversarios9$. Se entiende que Vlvare% tratara de incidir sobre las &uturas decisiones- pero el

ahora e comandante no go%aba de las simpatías de muchos #e&es en actividad y adem!s tenía

la malquerencia del comandante, precisamente en los aDos en que comen%aría la aparición

del /cronograma político0.

La reconstrucción de la sociedad civil.

(a pro&unda recon&iguración del campo de la política provocada por el golpe de Estado eigió

la reconstrucción de los contenidos de los discursos y de las &ormas de comunicación de los

agentes. En un marco de limitación de las opiniones pblicas +desde 19;2 eistían &uertes

restricciones a la prensa, la disolución de las c!maras hi%o desaparecer uno de los ltimos

espacios de libertad. (a dictadura hi%o un vigoroso intento para ocupar completamente el

9= 3ral. 8.(inares 5rum- />n atentado vil que procura quebrar los cimientos del país0, El "aís, ; de

setiembre de 19;:,G91

 <eclaraciones de ,J, "ereyra, /En perspectiva0, 1: de &ebrero de 2==:.92 )nteesta decisión el 3ral. Juan J. M'nde% pidió inmediatamente paso a retiro. El episodio parecehaber resultado su&icientemente traum!tico como para que no volviera a repetirse* en lo sucesivo ladesignación recayó siempre en el general de la /derecha0 aunque no pudiera e#ercer el cargo por mucho

tiempo.9$ Segn <. )chard,en este momento Vlvare% paso a tener la mayoría en la Junta de 6&iciales 3enerales.

+)chard, la transición.cit, $B, n.GG

Page 32: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 32/86

lugar que quedaba vacio, y puso en marcha un con#unto de políticas de comunicación que

cubrieron todo el espacio visible. "or su parte, los partidos elaboraron, en la medida de lo

posible, algunas estrategias para contrarrestar los e&ectos de su proscripción. (as posibilidades

de los distintos partidos eran pro&undamente desiguales, ya que mientras los partidos

tradicionales disponían de ciertos espacios de actuación, sobre la i%quierda recaía la represión

con todo su peso. Esto incidió tambi'n en la di&erente visibilidad de los partidos- mientras

blancos y colorados mantenían alguna &orma de actuación pblica, para los dirigentes y

militantes de i%quierda la visibilidad equivalía, por lo menos, la prisión.

/El nuevo >ruguay militar0

El es&uer%o de la dictadura militar por ocupar el espacio pblico9B, visible desde el momento

mismo de la disolución del "arlamento, ya había comen%ado a institucionali%arse desde 19;G

cuando se creó la /<irección acional de 4elaciones "blicas +<@)4" que tuvo a su cargo la

propaganda o&icial, pero tomo impulso luego de la destitución de 5ordaberry. Este proceso

coincide con la tendencia de los militares a concentrar el poder y a reducir al mínimo el pesode los civiles en el r'gimen* no sorprende entonces que &uera trans&orm!ndose cada ve% m!s

en la versión o&icial del pensamiento militar. (a <@)4" pasó a controlar los discursos que los

militares reali%aban en actos o&iciales, conmemoraciones, inauguraciones, etc. y luego, en

Junio de 19;;, se le atribuyo tambi'n la tarea de controlar a la prensa.

?ambi'n contribuyo a la disminución de la visibilidad de los civiles el car!cter subordinado del

nuevo presidente, implícito en el mecanismo de designación- el <r. )paricio M'nde% no tenía

la misma legitimidad política que su antecesor, y muy pronto se rebeló como una &igura de

opiniones imprevisibles. ) poco de asumir tuvo epresiones sobre la política internacional que

pusieron en Zproblemas al gobierno- / el me#or socio que tiene la sedición R es el "artido<emócrata de Estados >nidos con Wennedy a la cabe%a0.9G  <esde entonces, todas las

intervenciones pblicas vinieron ya preparadas para ser leídas y &ueron raras las veces que se

aparto del libreto. <e esta &orma se limitó el riesgo de las opiniones pblicas del presidente,

pero tambi'n redu#o an m!s la autonomía del m!imo representante civil del gobierno, a la

ve% que se ampliaban las atribuciones del poder militar.

Este espacio tan acotado para la di&usión de la in&ormación resultaba muy cómodo para

quienes e#ercían el poder* se entiende que no mostraran preocupación por generar o &acilitar

canales de epresión de otras corrientes de la sociedad civil y política, como hi%o la dictadura

brasileDa cuando creó un partido de oposición /legal0. "ero la sociedad tampoco parecíareclamarlo, a #u%gar por la aparente indi&erencia que rodeo la destitución de 5ordaberry. "ocas

semanas despu's de esta destitución de divulgo una encuesta de 3allup de donde surgía que

aunque todavía había #uicios divididos sobre la intervención militar en el gobierno, por lo

menos la mitad aceptaba la sustitución del presidente* un G=L consideraba bene&iciosa la

participación militar, un C L la consideraba /per#udicial0 y el BBL /se abstuvo de emitir su

opinión0. "ero el :=L de los encuestados era partidario de convocar a elecciones y el ;GL

9B Sigo aquí a 8abermas, quien de&ine el espacio pblico como la es&era de intermediación entre elpoder político y las personas privadas, caracteri%ado por el uso pblico del ra%onamiento. Fer

8abermas, J, (Zespace public. +"arís, "ayot,199$ $:7$9.9G (a MaDana, 9 de 6ctubre de 19;C, 1ra. "ag. Esta a&irmación tambi'n tuvo repercusiones en la política

eterior.

Page 33: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 33/86

estaba de acuerdo con el mantenimiento de los partidos tradicionales.9C  )unque sean

altamente sospechosos los resultados de las encuestas de opinión reali%adas en contetos

represivos, las ci&ras trasmitían un ambiente poco &avorable al mantenimiento de las

proscripciones políticas y a la suspensión de las elecciones. "ero los militares parecen haber

hecho una lectura distinta, interpretando que las opiniones &avorables a los partidos y a las

elecciones no se re&erían a su restablecimiento inmediato, y que quienes no mani&estaban

opinión eran indecisos a quienes había que tratar de convencer. (a situación les pareció

propicia para imponer sus opiniones, tanto por el dominio completo del espacio pblico que

e#ercían a partir del golpe de Estado como por la voluntad de ocuparlo demostrada por la

actividad de la <@)4" desde 19;G. )sí puede eplicarse la aparición en la prensa, el 1B de

6ctubre, de la transcripción completa de la denuncia sobre la situación de los derechos

humanos en el >ruguay, que &ormulara Hilson Aerreira en el ongreso de los EE.>> y que

&undamento la suspensión de la ayuda militar. )parentemente la idea era mostrar a la

población la &orma como las /&uer%as antinacionales0 y los /políticos corruptos0 conspiraban

para per#udicar la imagen eterna del país. El 'ito de la operación es inmedible, perosugestivamente esa maDana se agoto la edición de /El <ía0 +identi&icado como opositor antes

que la de los dem!s matutinos, considerados como m!s o&icialistas.

(a publicidad o&icial y los discursos de los gobernantes apuntaron a instalar una nueva

eplicación de la realidad que presentara como natural y legítima la presencia de los militares

en el gobierno. <e esta &orma se puso en marcha una operación ideológica que aspiraba a

sustituir la visión del país hasta entonces predominante, aquella que instalaba a los agentes

políticos como los portavoces legítimos de las opiniones de la sociedad. El mecanismo se

apoyaba en la instalación de un arte&acto ideológico, /el uevo >ruguay0, que construía

dilem!ticamente una &ractura radical con el pasado* en el /antes0 predominaba la crisisprovocada por el marismo y los políticos corruptos mientras que el presente y el &uturo

involucraban el crecimiento económico, la solidaridad social y las me#ores /tradiciones

nacionales09;. El control de los medios de comunicación y el consenso &avorable que

normalmente construye el Estado en la sociedad, les permitía presentarse como la vo% de la

nación y cali&icar a sus adversarios de minorías. Es claro que estas con&iguraciones nunca son

neutrales, y menos en este caso donde la lógica autoritaria creaba una oposición amigo7

enemigo- la polari%ación coincide con un #uicio de valor donde uno de los lugares es cali&icado

positivamente +allí donde se instala el agente con&igurador mientras que el otro +donde se

coloca al adversario aparece como el lugar políticamente nocivo. En esta construcción el

pasado aparecida instituido como el espacio negativo donde la acción de las minorías dieraimpulso al marismo +de&inido como el enemigo siempre pronto para destruir a la comunidad

con la complicidad, voluntaria o no, de los dirigentes políticos. En cambio, en el uevo

>ruguay, la derrota del marismo y la transitoria suspensión de las actividades políticas

permitían desarrollar plenamente las potencialidades que el país encerraba. Si la operación

ideológica resultaba eitosa, entonces cumpliría los rituales del reconocimiento- la aplicación

inconsciente de estos par!metros se encargaría de seleccionar los datos /relevantes0 de la

realidad y de esa &orma generaría permanentemente las /pruebas evidentes0 de la veracidad

9C

 (a 6pinión, 5uenos )ires, 2C de )gosto de 19;C. )rchivo E@>.9; Fer Marchesi, )ldo, El >ruguay inventado- la política audiovisual de la dictadura, re&leiones sobre su

imaginario.+Montevideo, Ediciones ?rilce,2==1, ap. @@@ y el /"atriotismo del nuevo >ruguay0

Page 34: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 34/86

de la eplicación. (legando a ese punto la eplicación quedaría instituida como /la manera

como siempre &ueron las cosas0, borrando del pasado toda huella de su reciente aparición.

Ese dispositivo tenía características que carecían de antecedentes en los debates pblicos.

<esde la instauración de la democracia política en el país en la d'cada del 2=, los partidos

tradicionales se habían ubicados como autores de la construcción del Estado y agentesprincipales de las pr!cticas democr!ticas* y eran estas las que ya estaban &uertemente

instaladas como la /la me#or tradición0 uruguaya. Si los partidos querían recuperar espacios en

el en&rentamiento con el autoritarismo debían resistir la con&iguración propuesta por los

militares y rescatar otro dilema, que tenía m!s tradición en el debate político en el país, en que

la /democracia0 +siempre considerada como equivalente a los /partidos0 se en&rentaba a la

/dictadura0 que de esa manera quedaba instalada en el polo negativo del antagonismo.

omo se ve, no se trataba de una cuestión de palabras sino de un con&licto entre dos

antagonismos que no construyen opciones integradoras sino al contrario- son &ormas

contradictorias de componer el campo interpretativo a partir del cual se con&iere identidad acada su#eto y se de&ine su relación con los otros en la sociedad. <urante toda la etapa de la

dictadura en la que parece predominar la pasividad ciudadana, se desarrolla una lucha

ideológica en la que se en&rentaban dos con&iguraciones incompatibles. Si se imponía la

con&iguración que en&rentaba al /uevo >ruguay0 con el /marismo0, la dictadura tendría

posibilidades de construir sub#etividades y asegurar su reproducción social* pero para eso

debía imponerse a la antinomia /democraciaNdictadura0. "or su parte esta puede invocar de

inmediato a mltiples receptores, los adherentes partidarios, en los que ya est! construida la

aceptación de esas ideas, valores y ob#etivos. Si se lograba resistir la propuesta del r'gimen,

entonces proporcionaría el espacio para la con&ormación de un bloque partidario de oposición

que superara la &ragmentación que &ue la característica de los aDos anteriores. En ese espacio

conceptual no tendrían cabida los militares golpistas, pero en cambio había lugar para todos

los partidos políticos. "uede entenderse que este en&rentamiento simbólico tuviera una

intransigencia particular- no eiste la posibilidad de una alternativa negociada que

compatibilice elementos tomados de una y de otra. En ello no queda espacio para la

transacción simbólica porque en esas antinomias cada t'rmino con&igura especí&icamente lo

opuesto, por lo que cada uno de ellos no tiene sentido sin el otro. (a posibilidad de integrar

elementos de una en otra, sólo puede hacerse al precio de variar radicalmente su #erarquía y

su sentido +recu'rdese que el concepto de democracia ocupaba un lugar subordinado en la

etapa de ascenso del poder militar y que recibía etraDas de&iniciones cuando en el debatesocial el /orden0 se oponía al /caos0. Si bien este con&licto no aparece claramente con&igurado

en los comien%os de la dictadura, es perceptible su instalación cuando la destitución de

5ordaberry permitió ver a los dirigentes políticos que el /par'ntesis cesarista0 no tenía pla%os

concretos. Aue entonces que tanto el r'gimen como los sectores de oposición de los partidos

tradicionales comen%aron a desarrollar di&erentes estrategias a los e&ectos de reactivar su

capacidad como con&iguración de la realidad política.

"ara reconstruir estos aspectos resulta til el concepto de /comunidades interpretativas0, que

Aish de&ine como aquellas en las que /las epresiones se escuchan como ya organi%adas por

Page 35: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 35/86

re&erencia a ciertos propósitos y ob#etivos supuestos09:. Se trata de grupos que comparten

est!ndares interpretativos ya articulados en los que la incorporación y circulación de sentidos

ya dispone de sus canales y sus contenidos implícitos. Este concepto nos permite apreciar las

venta#as que contaban los sectores opositores, a pesar del control e#ercido sobre la sociedad

civil. (os partidos tradicionales uruguayos est!n &uertemente arraigados en el imaginario, en el

que &uncionan como esencias constitutivas de la nación- se los ha de&inido como /patrias

sub#etivas0, y actan como entidades transhistóricas que sirven como marco interpretativo a

todo el relato del pasado. Esto le proporciona una &orma particular de permanencia y los ubica

en un lugar donde resultan evocados aunque no apare%can como su#eto eplicito de la

enunciación. )sí con&iguran un comple#o simbólico donde cada uno de sus aspectos

enunciados, aunque sean tomados separadamente, permite connotar todos los otros e

incorporarlos en una escala de valores ya construida y controlada por los mismos partidos.

6btenían adem!s una venta#a adicional- las novedades ideológicas que introdu#eron los

militares sólo podían iniciar su circulación dentro de esos contetos interpretativos ya

instalados. En ellos por e#emplo, la epresión /nosotros0 tenía un sentido inclusivo cuando laenunciaban los agentes partidarios y, a la inversa, sólo parecía invocar a un colectivo

restringido cuando aparecía en el discurso militar.

En un campo de en&rentamiento simbólico que concedía venta#as di&erentes a cada

participante, el 'ito dependería de la capacidad para desmantelar el conteto del adversario y

ocupar el espacio con el propio, para convertirlo en hegemónico. (os militares utili%aron a la

<@)4" para seDalar lo que consideraban los aspectos m!s destacados de la nueva realidad del

país, que se centraban &undamentalmente en las dimensiones económicas- la construcción de

obras de in&raestructura y el despliegue de nuevas actividades. <e aquí derivaban las

menciones al desarrollo económico y al incremento del empleo, lo que se suponía redundabaen bene&icios para toda la población. En este discurso las re&erencias a las dimensiones

políticas eran muy indirectas* generalmente invocaban el /orden0 que reinaba en el país, o

&uncionaban como alusiones en algunas consignas +/>n país sin marismo construye con &e0*

nunca aparecían re&erencias a las elecciones o a los partidos99. )sí podían leerse como una

invitación para que la población aceptara el sacri&icio de la democracia política a cambio de la

promesa del bienestar económico.

(a sistem!tica reiteración de estos mensa#es por di&erentes vías que iban desde los discursos

o&iciales y las campaDas de avisos de prensa hasta la edición de manuales escolares y de /ciclos

de noticieros0 cinematogr!&icos, pudo hacer creer que lograba sus ob#etivos* pero elmonopolio del espacio de comunicación social derivaba en una ampli&icación desmesurada de

las opiniones de los militares. En el mediano pla%o esta situación tan anómala tuvo un e&ecto

negativo sobre el operativo ideológico, ya que provoco un e&ecto de saturación sobre los

destinatarios. (a casi desaparición de las discrepancias alimento en los militares la idea de que

contaban con el apoyo un!nime de la población- así comen%aron a verse a sí mismos como

nicos creadores de la realidad política, precisamente cuando se ponían en marcha nuevas

9:

 Aish, S, /T8ay un teto en esta claseU0 en "alti, E,J, 3iro lingQístico e historia intelectual +5uenos )ires,>niversidad acional de Puilmes,199:, 21999 Fer Marchesi, El >ruguay.,cit.

Page 36: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 36/86

modalidades de sociali%ación política y de &ormación de sub#etividades que constituyeron los

comportamientos característicos de una 'poca represiva.

El espacio de los partidos.

uando se habla de /partidos0 en la dictadura y se alude a su proscripción, no se debe olvidarque no estaban todos en la misma situación. Segn &ueran tradicionales o de i%quierda, la

ubicación en el campo político condicionaba los di&erentes trayectos recorridos en el periodo.

Si bien toda actividad política estaba suspendida, había una di&erencia importante entre unos y

otros- en el caso de los bandos tradicionales no se cuestionaba su eistencia sino los /errores y

desviaciones personales0 de sus dirigentes1== pero no era el caso de los partidos de i%quierda.

)nte la mirada de la represión estos no eran /aut'nticamente uruguayos0 sino que respondían

a los dictados del /marismo internacional0, por lo que su actividad, englobada en el concepto

de subversión, quedaba dentro de lo previsto en la /(ey de Seguridad del Estado0. ualquier

gesto de estos grupos era visto como la evidencia de la acción de una con#ura marista que

solo se mantenía por el apoyo eterior, y por lo tanto debía ser reprimido inmediatamente.

(os partidos tradicionales, en cambio, apoyados en su car!cter de /&undadores de la nación0

+que el r'gimen reconocía, integraban el universo de legitimidades aceptado por el orden

político, y a pesar de carecer de estructuras o de de&iniciones políticas claras, siguieron

hegemoni%ando un importante espacio simbólico. (a situación de estos partidos es poco

visible, y a podido con&undirse con la par!lisis +3illespie lo compara con un estado de

letargo1=1  ,pero no debe olvidarse que la vida normal de los partidos se desarrollaba

habitualmente al margen de sus instituciones, y que la mani&estación visible de la vida

partidaria entre una y otra elección se aseguraba por la actitud personal de los dirigentes. )sí

mantenían su eistencia a pesar de la penuria institucional, y se te#ían redes comple#ascompuestas de elementos institucionales, construcciones ideológicas, vínculos personales y

la%os a&ectivos. ?odas estas estructuras simbólicas constituían en sí mismas poderosas

construcciones identitarias que se activaban en las instancias electorales. Esta &orma de

eistencia depende directamente de su reproducción cotidiana, y así puede a&irmarse que lo

que construye continuamente al periodo no son sus instituciones, sino la permanente

sociali%ación e interrelación con sus dirigentes. "or lo tanto la parali%ación impuesta por la

dictadura impuso a los partidos una &orma de &uncionamiento que guardaba seme#an%as con el

de periodos interelectorales, en que los dirigentes partidarios recorrían el país reali%ando

pequeDas reuniones para mantener el contacto con dirigentes locales y satis&acer algunas

demandas.

o debe pensarse que la proscripción de los dirigentes políticos no &ue una medida

&uertemente sentida por estos- se combinaba con la suspensión de la actividad política y la

desaparición del debate político +y tambi'n con la desaparición de las pr!cticas clientelisticas,

y pudo pensarse que estaba en riesgo perduración de los partidos1=2  . (a parali%ación de las

1== /(as &uer%as armadas no quieren0, cit, El "aís, 1$ de Junio de 19;C, 21=1

 3uillespie, harles, egociando la democracia, "olíticos y militares en >ruguay, +Montevideo, Acu7

@",199G, 2:B1=2 Esta opinión parece haber sido compartida por el <r. )milcar Fasconcellos, que a&irmaba que- /el &in

de los triunviratos que se crearon para dirigir al ". olorado y el ". acional durante el periodo de

Page 37: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 37/86

instituciones partidarias no era un hecho irrelevante vista la heterogeneidad ideológica de

esos partidos- al momento de producirse el golpe de Estado estaban muy &ragmentados, y

dentro de cada uno eistía un repertorio tan amplio de ideas y de pr!cticas, que en ellos

podían reconocerse orientaciones muy di&erentes y a veces &rancamente contradictorias. Esto

agregaba un elemento de con&usión ya que cualquiera de ellos podían invocar aspectos

igualmente legítimos y de las tradiciones partidarias* y las reacciones &rente al golpe

proporcionan la prueba de esta variedad- luego de la disolución del parlamento pueden

identi&icarse en los dos partidos a sectores opositores y o&icialistas que reclaman ser la

epresión /autentica0 de la tradición. Si los sectores o&icialistas lograban imponerse como

/representantes aut'nticos0 del partido, su predominio deslegitimaría por completo a la

oposición* en cambio, si era esta la que se colocaba en una posición dominante, el discurso del

/nuevo >ruguay0 resultaría ecluido precisamente por su novedad ya que su contenido

resultaría etraDo en comunidades de&inidas por su relación con una tradición. ualquiera de

las dos opciones estaba dentro del campo de lo posible porque ambas podían aprovechar de la

ambigQedad de los marcos interpretativos eistentes, que eran los que brindaban sentido yconteto a la circulación de sus mensa#es.

"laneando el problema en estos t'rminos, puede suponerse que los sectores o&icialistas de los

partidos tradicionales tenían considerables venta#as ya que adem!s de contar con una parte

del patrimonio simbólico del partido, tenían de su lado al poder político. "ero había otros

aspectos que balanceaba la situación. )lgunos de los re&erentes principales, que eran

constructores de sentido en los partidos, estaban claramente en una posición opositora* en el

partido colorado el emblem!tico apellido /5atlle0 representaba la oposición, tanto la actitud

asumida por Jorge 5atlle como por la del diario /El <ía0. En el partido acional, la oposición y

tenía de su lado al principal dirigente, H. Aerreira )ldunate. Esto les obligaba el controlinstitucional de los mecanismos de construcción de sentido y de los canales sociales de

circulación de las comunicaciones. Si bien los mensa#es de la dictadura se centraban en los

'itos económicos del r'gimen, la oposición en cambio pre&irió insistir en los contenidos

políticos, en los que se trataba de reivindicar las virtudes de la libertad, y de las pr!cticas

democr!ticas. En este empeDo los dirigentes opositores utili%aron todos los recursos todavía

disponibles e innovaron introduciendo algunos que compensaban los que ya no podían utili%ar.

inguno de los partidos renuncio a la bsqueda del contacto personal con los adherentes

aunque cada uno tuviera que superar di&icultades particulares. En la medida de las

posibilidades, pretetando via#es de negocios o motivos &amiliares, los políticos recorrieron el

país manteniendo los la%os de vinculación con los dirigentes locales, que parecían las m!svulnerables a la propaganda del r'gimen. (a designación de órganos e#ecutivos compuestos de

tres personas le dio agilidad y &leibilidad a las decisiones, los triunviros nacionalistas &ueron

Mario 8eber, arlos Julio "ereyra y <ardo 6rti%* que contaron con la colaboración de los <res.

Aernando 6li y 3on%alo )guirre* en el partido olorado los designados &ueron Jorge 5atlle,

)milcar Fasconcellos y 4aumar Jude1=$, entre quienes se dividieron las tareas políticas. )Dos

eclusión total de la actividad partidaria, &ue impedir su desaparición, en tanto partidos0, ver 4ial, Juan."artidos políticos, democracia y autoritarismo +Montevideo, @E>7E56,19:B, @@, ;:, n.$11=$

 M!s tarde 4.Jude a&irmo ser el autor de la iniciativa* luego que sus dos colegas colorados la

aceptaron, el mismo se la propuso a <ardo 6rti% que la traslado al ".acional +<utrenit, El maremoto,cit. $1,n.1;. en cambio segn "ereyra el triunvirato blanco se creo a mediados de 19;C, propuesto por(acalle a partir de una idea de A.6li +)chard, (a transición.cit. 9;

Page 38: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 38/86

m!s tarde el <r. 5atlle describía así su propia &unción / el que mantenía el contacto con todos

los agrupamientos del interior, con todos los dirigentes, el que visitaba, el que &ue el neo, lo

debo decir, &ui yo01=B 

El 5atlle de todos los días

(a actividad de las &iguras emblem!ticas del partido era muy importante porque su presencia

amortiguaba los e&ectos de la proscripción política y de la eclusión de los medios. "ero el

"artido olorado, identi&icado como el "artido del Estado, en&rentaba una seria di&icultad ya

que la eclusión del poder hacia que su vocación clientelistica se viera limitada. "or otra parte,

la institucionalidad del partido no &uncionaba desde mucho tiempo antes que el golpe de

Estado* ni el omit' E#ecutivo acional ni la convención se reunían regularmente. (a oposición

partidaria reunión a sectores que eran electoralmente minoritarios en el "artido olorado, y

por diversas ra%ones habían perdido el control de la mayoría de los símbolos del partido- la

/casa del partido0, la emisora de radio1=G  y la prensa partidaria, ecepto /El <ía0. "ero el

problema mayor para la oposición colorada era el desprestigio demócratico que resultaba dehaber llevado a la presidencia al autor del golpe de Estado, y de haberle mantenido lealtad casi

hasta la disolución de las c!maras. "ero esto, durante los primeros aDos de la dictadura

parecía de&inir un lugar en el que coincidieran las notas de /olorado0 y de /opositor0. "or otra

parte, cualquier intento de acercamiento de estos al gobierno chocaría con la malquerencia

que mostraban las principales &iguras del r'gimen militar hacia 5atlle, recu'rdese que Jorge

5atlle ya había sido detenido en 6ctubre de 19;2, y que el G= aniversario del &allecimiento de

J. 5atlle y 6rdoDe% +en 6ctubre de 19;9 paso en un marco de absoluta indi&erencia o&icial.

(a permanencia del diario &undado por 5atlle y 6rdoDe% permitió la construcción de un lugar

de oposición, lo que implico un vira#e relevante en su per&il político. <esde comien%os de losaDos sesenta /El <ía0 se había alineado con en /El "aís0 en la lucha contra el comunismo, y la

construyeron una postura política de etrema derecha en la que /democracia0 equivalía a

anticomunismo. "ero a comien%os de los setenta ya había tomado distancia de esas posturas

macartistas, y en la crisis de &ebrero di&undió el discurso de la vigencia de la constitución, pero

sin proponer acciones concretas. Este vira#e pro&undi%o desde la instalación de la dictadura

donde comen%ó a reconstruir un discurso democr!tico de car!cter di&erente. <esde sus

p!ginas reactivó los re&erentes emocionales del partido, usando el retrato y las &rases de 5atlle

que diariamente aparecían en la p!gina editorial. Simult!neamente instaló un espacio de

re&leión política, un /cen!culo01=C  en el que sumaban el <r. (eonardo 3u%m!n con algunas

&iguras conocidas por su actuación pblica como el <r. Julio Maria Sanguinetti, y otras de

mucho peso intelectual aunque con pocos antecedentes políticos como el abogado )nibal

5arbagelata y Enrique ?arigo. omo lo dirían m!s tarde en un editorial- /uando se

prohibieron en la 4epublica las actividades políticas sostuvimos que, a pesar de todo algo

bueno y hasta necesario debía intentarse* meditar para revisar errores pasados y pulir

conceptos &uturos01=; 

1=B Fer )chard, (a transición,cit.11C, en el mismo sentido <utrenit, S. El maremotocit. ;$

1=G

 8asta 19;C, K1= /4adio )riel0 &ue propiedad de la &amilia 5atlle @baDe%.1=C )chard, (a transición,cit. 11:

1=; /En el cuarto secreto de nuestras conciencias0, El <ía, 2: de oviembre de 19;C,B

Page 39: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 39/86

)llí, y en 'pocas de suspensión política, comen%aron la tarea de reconstrucción ideológica del

batllismo. ) preteto de problemas del pasado o de realidades m!s le#anas, de sucesos locales

o de acontecimientos internacionales +especialmente importantes parecían las transcripciones

espaDola y portuguesa, en la editoriales o en las columnas habituales se desarrollaban las

dimensiones teóricas de los temas, actuali%ando sus contenidos y estableciendo un di!logo

sutil con las &rases impresas al pie del retrato de 5atlle, que de esa &orma &uncionaban como

comentarios marginales enunciados por el &undador. )sí se movili%aban temas que estaban

&uera del debate +la democracia, los poderes constitucionales, la libertad política y la amnistía

y se reincorporaban al conteto de la tradición batllista1=:. (a estrategia epositiva se movía en

dos planos- uno eplicito en los tetos, donde se discutía y argumentaba sobre la democracia

en el nivel de la teoría, y otro implícito, donde e#empli&icaba de manera pr!ctica la aplicación

de los valores democr!ticos que proclamaba.

En la dimensión tetual se percibe el es&uer%o por construir un /espacio liberal0 antagónico al

/totalitarismo0 +que incluye al comunismo y al &ascismo, donde se apuesta a la persuasión

argumentando una y otra ve% en torno a unos pocos conceptos &undamentales que son

patrimonio comn del liberalismo político. )llí no &altan re&erencias a autores cl!sicos como

Montesquieu, 3ui%ot, y a otros m!s recientes como )aron, Mannheim* a ellos se sumaban

invocaciones a )rtigas, Farela, 5atlle y 6rdoDe%. Es especial son &recuentes las alusiones7a

veces eplicitas, otras como guiDos al lector X a 5enedetto roce, que /hi%o en @talia la dura

eperiencia de oponer su ideario liberal al comunismo y al &ascismo a la ve%01=9 

<el con#unto surge una de&inición democr!tico liberal en que la libertad constituye el valor

central, y la igualdad aparece reivindicada en su dimensión #urídica m!s que económica. El

tema de la democracia y de los valores paso a ser e#e permanente tanto en las editoriales

como en la selección de las &rases de 5atlle y 6rdoDe% que todos los días acompaDaban su

retrato. Se construye entonces un ideal de sociedad, imaginada como una utopia individualista

que tambi'n incorpora, aunque en clave racionalista, algunos de los valores promovidos por el

r'gimen- el /anticomunismo0, que era presentado en los discursos militares como equivalente

de la democracia, aquí aparece reivindicado como una de las seDas distintivas del batllismo

pero identi&icado como la consecuencia al recha%o /a todo autoritarismo0- /quienes somos

anticomunistas por convicción y no por odio, quienes somos anticomunistas porque somos

demócratas y porque somos liberales011=. ?ambi'n el nacionalismo irracionalista de la

propaganda o&icial aparece trans&ormando en una corriente liberal7racionalista de &ormato

reniano111

. En la sociedad imaginada por este batllismo renovado, las tras&ormacionespolíticas son resultado del debate y la libre con&rontación de todos los ciudadanos puedan dar

su opinión e incidir por igual en la toma de decisiones.

"or esa ra%ón el pluralismo es uno de sus datos esenciales- aun los que est!n equivocados

pueden contribuir con su error a me#orar la democracia. <e allí se etrae una conclusión

1=: Esta línea argumental en la que /democracia0 era una etapa del pasado que era necesario recuperaren su &orma anterior, con&igura un debate no eplicito con la revista 5squeda que instalaba a la/democracia0 como un proyecto a construir, en el que se incluía la participación militar.1=9

 /uestra tesis0, El <ía, B de Setiembre de 19;;,B11= E. ?arigo,0(a ra%ón de la &uer%a0, El día, 1; de )gosto de 19;G,;

111 J.M,Sanguinetti- /El plebiscito de todos los días- la nacionalidad0, El <ía, G de setiembre de 19;B,G

Page 40: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 40/86

relevante que aparece reiteradamente en las editoriales y en las colaboraciones de los

columnistas- la principal virtud de la democracia, que no comparte con ningn r'gimen

político, es su capacidad para autotrans&ormarse. /los detractores de la democracia niegan la

evidencia de que la virtud esencial de este sistema7 la que lo particulari%a y lo distingue de

todos y cada uno de los dem!s7 es que solamente 'l es capa% de autocorregirse.0112 

En cambio, las dimensiones sociales de la democracia aparecen subordinadas a la de&inición

del ob#etivo político, y su ob#eto no va m!s all! de promover la igualdad de oportunidades para

permitir la proyección de los me#ores sin que se vean limitados por su capacidad económica- se

trata de un sistema basado en la igualdad política y que busca el bien de todos, pero no se

propone la eliminación de las desigualdades sociales y económicas. Si bien el bienestar no

puede estar &uera de las preocupaciones de un gobierno democr!tico, lo vincula m!s con la

&ilantropía que con el imperativo de la igualdad social-

/Junto con la libertad, la #usticia social aparece como una eigencia superlativa, ya que

tambi'n en este rumbo la solidaridad que debe eistir entre los hombres tiene necesariamenteque llevar a que no se pueda considerar completa la libertad, si la misma no est! unida al

conocimiento e&ectivo de que no eiste a nuestro lado un ser que muere de hambre o que no

tiene medios para protegerse contra las inclemencias clim!ticas011$ 

)dem!s de los despliegues argumentales, en los redactores se percibe tambi'n el propósito

+bastante limitado por las circunstancias de implementación pr!ctica de estos principios- así,

adem!s de re&or%ar la eposición teórica, se con&igura una etraDa modalidad de pedagogía

política. o alcan%a con proclamar que la democracia la nica verdad es la que surge del voto

ciudadano, sino que es necesario aceptarlo epresamente evocando los momentos en los que

tra#o una derrota política, o cuando &ueron los adversarios los que resultaron elevados algobierno. recordando el 2G aniversario del plebiscito constitucional de <iciembre de 19G1 que

inauguro el colegiado integral, /El <ía0 describe en tono elegiacos la campaDa previa al

plebiscito y agrega-

/<esde el punto de vista ideológico, aquella &ue la ltima ve% que E( <@) &este#o una victoria*

despu's, sobrevinieron tiempos adversos para nuestras orientaciones electorales y no sólo

electoralesR. @mporta m!s que eso, tener conciencia de las tras&ormaciones operadas e ir

separando en una labor analítica que ninguna pasión debe oscurecer, lo que &ue bueno y lo

que &ue malo de cada cambio..011B 

En el p!rra&o aparece claramente una revisión de las modalidades argumentales de /El <ía0.

Este siempre &ue un tena% de&ensor del colegiado y reali%ó una &uerte campaDa contra la

re&orma que lo eliminó, pero ahora, ya pasada la etapa del debate, rati&ica su aceptación del

resultado adverso como epresión libre de la voluntad ciudadana sin retomar ninguno de sus

argumentos colegialistas. ?ambi'n es llamativa la enumeración de líderes políticos de otras

'pocas, a los que evoca por encima de las di&erencias +algunos de ellos polemi%aron

112

 /los /nones0 de la democracia0, El <ía,2= de oviembre de 19;C,B11$ /5ases del progreso0, El <ía, 1= de )gosto de 19;;, B

11B /"or la voluntad del pueblo0, El <ía, 1$ de <iciembre de 19;C, C

Page 41: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 41/86

rudamente con El <ía sin de#ar de mencionar que era su car!cter de líderes de arraigo popular

lo que los hacía respetables-

/4esuenan en nuestro espíritu las marchas partidarias y los nombres que hicieron historia

reciente- 5atlle, 8errera, 5atlle "acheco, 5atlle 5erres, Aern!nde% respo, ardone, Arugoni,

para mencionar algunosR representativos de tendencias populares que por serlo, nosmerecen el m!s alto respeto histórico011G 

En la misma línea puede seDalarse como un e#emplo el an!lisis que hace ?arigo del libro del <r.

)lberto <emicheli /<emocracia participativa0 +G,12 y 19 de Setiembre de 19;C. <esde el

subtitulo que proclama /4epresentación del traba#o, del capital y de la cultura0, el libro

con&iesa una tendencia corporativista radicalmente opuesta a la que de&iende ?arigo. Sin

embargo, este le dedica tres artículos en los que se preocupa por lo que considera

&undamental7 el preteto para una re&leión sobre la democracia7 y aunque de#a claramente

seDaladas sus di&erencias, no abandona nunca la amabilidad aun con un toque de ironía. )sí

seDala que el libro /.es, a su modo, &ermental, y que merece que se siga pensando en torno alas ideas en que 'l se mane#an, aun cuando no se las comparta011C.

Es perceptible una línea argumental comn en todos los redactores de la p!gina editorial pero

en los artículos del <r. ?arigo donde esta argumentación adquiere m!s &uer%a por la

per&ormatividad de su lengua#e y por los dispositivos ideológicos que movili%a. >n e#emplo se

esto es la modalidad de uso de la primera persona del plural-

/uestras seis onstituciones si algo demuestran en su con#unto, es precisamente, la ausencia

de dogmatismo en la democracia uruguaya, ya que ello es lo que nos permitió ensayar en el

plano institucional el &uerte presidencialismo inicial, sustituirlo por el colegialismo,eperimentar un bipartidismo &or%ado por los tetos, practicar el parlamentarismo, volver al

colegialismo, retornar al presidencialismo. "odr! o no haber resultado eagerada nuestra

vocación re&ormista* en todo caso ella prueba, por si sola, nuestro desapego por los

pretendidos dogmas democr!ticos, nuestra idiosincrasia de pueblo raigalmente opuesto a

todo &anatismo, aun al &anatismo democr!tico011; 

El p!rra&o es un buen e#emplo del estilo de ?arigo, donde el /nosotros0 incluye supuestamente

a quienes comparten sus principios, pero que tiene un e&ecto &uertemente involucrante sobre

el lector en cuanto no de&ine donde se encuentran sus límites ni quienes son instituidos como

/los otros0. En esta ideológica ambigQedad la primera persona del plural a la ve% a la nación, alos batllistas y a los partidarios de la democracia liberal, sistema del que ?arigo est! haciendo

una descripción apolog'tica. Sin hacerlo eplicito, en un mismo p!rra&o la nación y la

democracia aparecen ligadas de tal manera que una no parece posible sin la otra, y el

5atllismo aparece implícitamente como el neo necesario entre las dos. El lector resulta

envuelto en una retorica que lo identi&ica como si hubiera sido democ!ta7liberal desde

siempre, sin de#ar lugar para un pasado que lo hubiera vinculado a otra ideológica política.

?ambi'n despliega estrategias de eposición que resultan muy e&icaces para hacer poner la

11G

 / En el cuarto secreto de nuestras conciencias0, El <ía, 2: de oviembre de 19;C,B11C E, ?arigo- /) propósito del ltimo libro del <r. <emicheli0, El <ía, G de Setiembre de 19;C,;

11; @bid.

Page 42: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 42/86

prueba su construcción ideológica al presentarla como una realidad /evidente0. /(a

democracia7 decía 4oosevelt7 es la incesante bsqueda de cosas me#ores* y perdone el lector

por el uso y abuso de esta cita, pero resulta que ello es tan cierto, tan cierto, tan claro, tan

evidente que da hasta &astidio que alguna gente no logre entenderlo011: 

El per&il opositor del diario se acentuó a partir del anuncio del primer /cronograma político0 en)gosto de 19;;. (a p!gina editorial re&le#a las epectativas que el anuncio despertó* ?arigo

título su columna /Empe%amos la cuenta regresiva- &altan 1GC; días para las elecciones0 119  lo

que con&ería inminencia a un acontecimiento que cronológicamente todavía estaba le#ano, lo

que complementa con críticas por la demora en iniciar el proceso12=. En las semanas siguientes

comen%ó a discutir a&irmaciones de los gobernantes, algo que el <ía no había pre&erido no

hacer el 11 de Setiembre comento las respuestas de ).M'nde% a preguntas de un periodista de

/(a vo% de )m'rica0 de Hashington, agregando apostillas a cada una- allí aprovecho para

reivindicar una ve% m!s a la democracia y a propósito de la ultima respuesta +/el &uturo político

del país, cuando las circunstancias lo permitan, ser! el de la vuelta al #uego libre de los partidos

tradicionales con nuevas bases institucionales0 comento- /El libre #uego de los partidos

tradicionales7y m!s que los partidos tradicionales, de los partidos democr!ticos07121. El

proyecto de consulta electoral que de&endía ?arigo no parecía consistente con lo propuesto

por la dictadura y superaba con mucho el anunciado por el gobierno, posiblemente este sea el

momento m!s radical del discurso de ?arigo hasta la campaDa del plebiscito, pero tambi'n

muestra los límites del discurso opositor antes de 19:=- dos semanas despu's el diario &ue

clausurado por varios días, uno de sus directores, el <r. (eonardo 3u%m!n &ue epulsado del

país y se suspendió la publicación o&icial por un mes.

(a reaparición del diario marcó una pausa en el discurso. El equipo de dirección &ue

recompuesto, el <r. 5arbagelata tambi'n de#o su lugar, adem!s del <r. 3u%m!n, y luego de

una pequeDa transición 4en!n 4odrígue% y el <r. 4a&ael ovoa acompaDaron al <irector Jos'

(oren%o 5atlle heviere y al subdirector Jorge 6tero M'nde%. ?iempo despu's, E. ?arigo

abandono el diario +ocupaba el cargo de gerente y m!s tarde pasó a escribir en la nueva

revista oticias* de los integrantes del equipo original sólo el <r. Sanguinetti mantuvo la

visibilidad. (a revisión de los e#emplares de /El <ía0 de los aDos siguientes obliga a mati%ar la

idea de /sometimiento incondicional0 que ha quedado en la memoria colectiva y aparece en el

testimonio de algunos de la 'poca122. iertamente que en lo inmediato la publicación perdió

mordiente y adopto un estilo m!s anodino, pero ya había conquistado un espacio ideológico

importante- el discurso que privilegiaba la racionalidad y que colocaba los valoresdemocr!ticos como estructuradores del sistema había recuperado su lugar entre el capital

simbólico del 5atllismo. a no era necesario un discurso particularmente agresivo* por el

contrario, toda re&erencia Xaunque &uera marginal7 a la democracia y el liberalismo político ya

11: E. ?arigo- /) propósito del ltimo libro del <r. <emicheli0, El <ía,G de Setiembre de 19;C,;

119 Es llamativo el recuento de ?arigo, que tomaba como re&erencia la &echa de las elecciones

presidenciales de 19:1- en el primer anuncio o&icial no quedaba claro que en 19:= &uera a reali%arse unplebiscito constitucional.12=

 /Se puede0, Editorial, El <ía, 1B de )gosto de 19;;,B121

 E. ?arigo- /El me#or nombre del porvenir es esperan%a0, El <ía, 11 de Setiembre de 19;;,;122 "or e#emplo 8ierro (ope% en <utrenit, El maremoto, cit. 9B79G* igualmente, "osadas, J.M, Memorias

del regreso,+Montevideo- Ain de siglo,199$,2G

Page 43: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 43/86

se escuchaba como orientada hacia propósitos y ob#etivos que no eran necesario hacer

eplícitos.

"asado el impacto de la clausura, el diario comen%ó a recuperar su per&il crítico pero cambio su

estrategia. 4eorgani%o su equipo de dirección- reincorporo al <r. 5arbagelata y se sumaron los

<res. Eduardo Jim'ne% de )r'chaga, Manuel Alores Mora, Jorge (uis Aran%ini y JulioM.Sanguinetti +con lo que se ad#udicó alguna &orma de representación a todos los sectores

colorados, incluyendo al pachequismo. Si hasta bien avan%ada la apertura política el diario no

parece haber reinstalado un discurso tan &uerte como el del periodo anterior, algo de este se

traslado a los suplementos- contino apareciendo /En&oques económico7sociales0, donde

desde 19;C el r. (uis Aaroppa hacia un discreto contrapunto al discurso económico de la

revista 5squeda y de la p!gina económica de /El "aís0, y desde enero de 19;C se le sumo /(a

semana0. "ero si bien el diario mantuvo su línea editorial, en lo sucesivo tuvo buen cuidado

de no desoír las /advertencias0 que le hacia el poder pblico. En 19:$ /El <ía0 recibió críticas

de otros colorados opositores por su claudicación al aceptar la proscripción de su redactor

Enrique )lonso Aern!nde%, e incluso llevarla m!s le#os- desde el poder sólo se había vetado la

publicación de sus artículos, pero la administración tambi'n lo ecluyo de la representación

sindical de los traba#adores del diario12$ 

)unque puedan discutirse las actitudes posteriores, a nivel discursivo parecen claro algunos

resultados tangibles de esta etapa- quedaron nítidamente separadas la democracia de la

intervención militar* el monopolio simbólico de los partidos tradicionales comen%ó a

&leibili%arse, y el espacio /de los partidos0 comen%ó a coincidir con el de las /&uer%as

democr!ticas0.

Mensa#es de mano en mano.

)unque el "artido acional podía presentarse con un per&il menos culposo &rente a los

orígenes de la dictadura, sin embargo esta tuvo el apoyo de algunos de sus dirigentes m!s

destacados. El elenco dictatorial incluyó como presidente del onse#o de Estado al <r.

Echegoyen quien &uera primer titular en el colegiado 5lanco de 19G9 y presidente del

directorio hasta 19;=, y al <r. )paricio M'nde%, e ministro de los dos gobiernos blancos* y

adem!s de integrar el onse#o de Estado, acepto ser designado como "residente de la

4epublica en 19;C. El nombre de pila del "residente y el aDo de su nacimiento +19=B &ueronutili%ados como enlace simbólico para vincular al gobierno con la tradición del partido blanco*

ba#o su presidencia el r'gimen reivindico la &igura de )paricio Saravia y se le reali%ó homena#es

como la instalación o&icial de un museo en la que &uera su casa en Santa lara de 6limar.

6tro re&erente emblem!tico del partido, el diario El "aís, &iguraba entre los m!s &irmes apoyos

del gobierno y durante todo el periodo &ue identi&icado como el principal eponente de la

línea política de la dictadura y uno de sus directores integro el primer onse#o de Estado. El

diario reivindico permanentemente su identidad blanca pero nunca la vinculó con la de&ensa

de las libertades ciudadanas que eran patrimonio central de la tradición del partido en el siglo

12$ Fer "asquet @ribarne, 6- /El caso )lonso Aern!nde%. Entre la dignidad y las claudicaciones0, 6pinar, ;

de Julio de 19:$,C- y /(as glorias no eimen0, 6pinar,1B de Julio de 19:$,:

Page 44: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 44/86

KK, ni rescato el recuerdo de su participación en la resistencia al terrismo. En lugar de la

tradición liberal7democr!tica, el diario continuo una línea &uertemente encuadrada en la

ideología de la 3uerra Aría que había adoptado desde comien%os del primer gobierno blanco y

que #usti&icaba cualquier atentado contra la libertad con el argumento del anticomunismo.

/hemos de&endido, a&rontado la diatriba de los cultores de un controvertible liberalismo, dos

verdades que estimamos indiscutibles. Pue no eistir! real &ortalecimiento del poder y de la

autoridad mientras Rel orden políticosiga librado al albur de las medidas que* ante el daDo ya

consumado, puedan adoptarse por la vía de los preceptos y las &acultades ecepcionales.

no habr! manera de impedir que el etremismo se enseDoree de nuestro modo de vida, ni

de con#urar la concienti%ación del marismo desde la democracia,R. si se continua rindiendo

culto a cierta concepción sobre la libertad de opinión, )quella que limita lo licito puramente a

la comisión de actos directos contra el r'gimen democr!tico0

12B

 

En una postura radicalmente opuesta, H. Aerreira )ldunate se había constituido en el principal

dirigente opositor de un partido tradicional* pero debía superar obst!culos poderosos para

identi&icar su postura con la de su partido en su con#unto. )lgunos de los m!s notorios

colaboradores del r'gimen eran &iguras que le habían sido muy próimas* y el diario que había

sido uno de los propulsores de su candidatura se había convertido en portavo% o&icioso del

r'gimen. El diario El "aís proporcionaba una base para construir la imagen de un partido que

apoyaba masivamente al gobierno y donde la actitud de Aerreira quedaba reducida a una

opción aislada, producto del resentimiento personal.

(as corrientes opositoras del "artido acional debían tomar distancia de esta imagen

colaboracionista y recuperar su tradición con&ortativa. "ara eso contaban con algunas venta#as,

principalmente el control de la institucionalidad org!nica del partido ya que la renovación del

<irectorio que siguió a las elecciones de 19;1 re&le#ó la amplia mayoría electoral de la &ormula

Aerreira7 "ereyra. )l producirse el golpe, la mayoría del <irectorio mantuvo la línea y

acompaDo a Aerreira en sus gestos y de&iniciones opositoras, con la ecepción aparente de los

acuerdos con el Arente )mplio durante la huelga general12G, pero esa discrepancia, si eistió,

no &ue su&iciente para &racturar el grupo mayoritario. (a represión y la suspensión de las

actividades políticas complicaron el &uncionamiento del cuerpo hasta que mediados de 19;C,

como ya di#imos, decidió delegar sus &acultades en un triunvirato integrado por arlos Julio

"ereyra, <ardo 6rti% y Mario 8eber a los que se agregaron Aernando 6li y 3on%alo )guirre en

car!cter de secretarios12C. (a decisión de crear ese organismo resulto muy e&ica% ya que su

acción pudo continuar la actividad del <irectorio, mantuvo la institucionalidad partidaria,

12B /El nico camino hacia la plena democracia0, El "aís, 9 de Setiembre de 19;;,;12G Eiste cierta ambigQedad en la posición del /Movimiento de 4ocha0 respecto de ese acuerdo. Enplena huelga general. A. 6liu a&irmo que /el acuerdo de seis puntos es la epresión mayoritaria del

"artido acional0, pero aclaraba que /en las presentes circunstancias asumia la representación delMovimiento por la "atria0. Fer- 4ico, 1G dias., cit,B:2.12C )chard, (a transición.., cit, 9;79:

Page 45: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 45/86

preservo el control del partido para los dirigentes de la oposición y le dio un &ormato m!s !gil a

las decisiones. "ero a la ve% replanteaba el con&licto sobre la legitimidad, ya que el triunvirato,

una novedad institucional, debía en&rentarse a un re&erente tradicional como el diario.

(a oposición blanca no disponía de tantos espacios para elaborar una teoría de la democracia

como el caso del batllismo, pero en cambio tenia urgencia por mostrar con nitide% su per&ilopositor. "or ello buscó apropiarse de los re&erentes emocionales del partido, lo que in&luyo

para con&igurarlo como un movimiento m!s espontaneista y carism!tico* así marcaba su

distancia con el gobierno y tambi'n +y a la ve% con el 5atllismo, que mostraba su per&il m!s

racionalista. ?ambi'n contribuyo a delinear con nitide% su rol de opositor el encono del

r'gimen contra Aerreira )ldunate y la represión sobre sus seguidores. )sí el partido blanco

pudo presentarse como el nico partido tradicional cuyo líder principal tenía causa abierta en

la #usticia militar, y al que pertenecía tambi'n el nico dirigente tradicional asesinado por la

dictadura.

(as condiciones de represión impedían cualquier &orma de debate eplicito sobre la verdaderaposición del partido, y por esta situación la disputa se centró en la propiedad de las

tradiciones, por lo que Saravia se convirtió en el principal ob#etivo simbólico. omo vimos,

algunas oportunidades el gobierno reivindicaba su &igura y esto representaba su &igura y esto

representaba un desa&ío para la dirigencia nacionalista en la oposición, que debía encontrar la

&orma de rescatar el /autentico saravismo0 en las di&íciles condiciones de la dictadura. En

algunas circunstancias particularmente críticas ese combate por el sentido podía adoptar

&ormas de lucha m!s convencionales, como ocurrió en el aniversario de la muerte de )paricio

Saravia en 19;:, pocos días despu's del envió de las botellas con vino envenenado que costó

la vida a la Sra. . Aontana de 8eber. El gobierno había programado su propio homena#e al

caudillo para el : de Setiembre, inaugurando el museo en el ordob's* por su parte el 1= de

Setiembre se reali%o en Montevideo una concentración en el monumento a Saravia. En el acto

de /El ordob's0 tuvo per&il muy ba#o* hablo uno de los ministros aunque estaba el presidente,

y las palabras no aparecen en la prensa el día siguiente. En cambio, el acto de Montevideo

reunió a una gran cantidad de personas, se produ#eron incidentes con un saldo de varios

detenidos y se corearon consignas que dan una pauta del sentido que se le quería dar al acto*

segn el parte policial, el publico+calculado en unos C== personas /comen%ó a vivar al "artido

acional0, /) )paricio Saravia0, /) (uis )lberto de 8errera0, /) Aern!nde% respo0 y

&inalmente a /Hilson Aerreira )ldunate0. /8ubieron+sic tambi'n gritos de mueran los

envenenadores012;

. El repertorio de consignas muestra claramente la reivindicación de unatradición partidaria donde se construía una genealogía legítimante que partía de Saravia para

llegar a Aerreira )ldunate.

(a identi&icación simbólica de Saravia con Aerreira se pro&undi%o a lo largo de la dictadura

militar, y &ue re&or%ada por la utili%ación de algunas canciones que invocaban la &igura de

Saravia en clave presentista.12: El plebiscito de 19:= parece haber sido el ltimo intento de los

12; 4ico,). /@nvestigación histórica sobre la dictadura y el terrorismo de Estado en el >ruguay+19;$719:G, +Montevideo, S@7A8E, @@@, 1GC12:

 El 1= de Setiembre de 19;9 se reali%o un homena#e a Saravia que consto de una /reseDa histórica del3ral. )paricio Saravia, a cargo del pro&esor Enrique Mena Segarra. anciones saravistas a cargo de arlosMa. Aossatti, con acompaDamiento musical del guitarrista Silvio 6rtega arreDo0+4ico- @nvestigación

Page 46: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 46/86

sectores blancos o&icialistas por utili%ar la &igura de Saravia- a partir de 19:1 &ue muy raro que

la dictadura intentara operaciones de esta índole y hasta el diario El "aís comen%ó a dedicarle

menos espacio en sus editoriales conmemorativos. "aralelamente, la oposición reivindicaba la

propiedad de Saravia ubic!ndolo en la portada del primer nmero del semanario &errerista (a

<emocracia en Julio de 19:1* y pocos meses despu's la portada de 6pinar+1= de <iciembre

componía la imagen del &rente opositor mostrando a Saravia #unto a 5atlle y 6rdóDe%, cada

uno con una mano apoyada sobre la misma urna electoral. En setiembre de 19:2, hasta el

editorial de El "aís aparecía ilustrado con citas de E.Mena Segarra y de J. "ivel <evoto, que por

entonces ya presidia el directorio129. (os actos conmemorativos acompaDaron esa evolución- el

parte policial del 1= de Setiembre de 19:$ ya no registra consignas con evocación saravista ,

sino de contenido político inmediato- / se siente, se siente, Hilson est! presente0, /se va a

acabar, se va a acabar, la dictadura militar01$=.

?ambi'n resulto importante para la oposición blanca el &uncionamiento de comunidades

inorg!nicas integradas principalmente por #óvenes que se reunían para escuchar y compartir

casetes con mensa#es de Aerreira. (a circulación de casetes comen%ó muy tempranamente* en

Setiembre de 19:$ un in&orme militar denunciaba que /una importante cantidad de casetes

con mensa#es y ehortaciones de Hilson Aerreira0 ingresan /sin poderse precisar por qu'

vía01$1. (a circulación de mensa#es grabados constituyo una &orma muy e&ica% de comunicación

entre el dirigente eiliado y sus seguidores en >ruguay y &unciono a la ve% como generador de

debates de gran importancia en la construcción de identidades políticas. El &ormato era

diverso- podía tratarse de entrevistas reali%adas a Aerreira en algn medio internacional, pie%as

oratorias, o mensa#es grabados especialmente para su di&usión en el país* pero siempre incluía

un an!lisis de la situación y tra%aba algunas líneas de acción para el &uturo inmediato. En una

entrevista que le reali%ara <.Hasman Schinca en 19;B, Aerreira eplicaba los ob#etivos de susmensa#es* /. o se puede negar a la gente la necesidad de militar políticamente, de hacer

cosas. Si no, se sienten &rustrados. )dem!s, si no se les dan consignas de acción, terminan

pidi'ndolas en otras tiendas01$2 

(a discontinuidad de los mensa#es volvía casi imperceptibles los cambios en el pensamiento de

Aerreira- sin embargo, la revisión permite seDalar algunas características permanentes y

tambi'n matices interesantes. (uego del golpe, Aerreira tenía que construir su lugar como líder

político no marista que actuaba &uera del país- en la citada entrevista de 19;B enumeraba las

ra%ones de su salida7como hi%o muchas veces7 pero agregaba #uicios que luego desaparecieron

de sus declaraciones y que con el tiempo adquieren un signi&icado particular- /.se puededirigir de cualquier &orma menos desde la c!rcel. reo que los hechos, despu's me dieron la

histórica sobre la dictadura,cit, @@@ 1GC71G;* ?ambi'n la in&ormación del pro&esor 3abriel 5ucheli y unaudiovisual sobre el tema. <e las nueve canciones /saravistas0 cantadas por Aossatti, seis &ormabanparte del disco /la gesta de )paricio0 , editado por Sondor en 19;G, donde participó, entre otros.129 /(a muerte del !guila blanca0, El "aís, 1= de Setiembre de 19:2,C1$=

 4ico,), @nvestigación histórica sobre la dictadura.,cit,@@@,1C;.1$1

 @bid,@@@,1BG1$2 <. Hasman Schinca- /Aerreira )ldunate0. /6 el país acaba con este r'gimen, o este r'gimen acaba

con el país0, El <ía+M'ico : de )gosto de 19;B. )rchivo E@>, colección 3. Hasman.

Page 47: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 47/86

ra%ón. (amento que el general Seregni no haya hecho lo mismo. Sin mengua del respeto con

que miro su posición, creo que cometió un error t!ctico01$$ 

(as relaciones de Aerreira con el resto de la oposición eran bastante comple#as. <urante la

huelga general sus seguidores actuaron #unto a los &renteamplistas, pero en los meses

posteriores hubo un nuevo distanciamiento y Aerreira retornó a las posiciones de &ines deAebrero de 19;$ cuando reprochaba al Arente )mplio el apoyo a los comunicados militares. En

19;B decía- /yo me temo R que an quedan en el >ruguay sectores de la i%quierda

tradicional que siguen cultivando los celebres comunicados B y ;01$B. ?odavía parecía eistir

una divisoria que atravesaba el campo opositor y que condicionaba cualquier posibilidad de

acción con#unta- de un lado estaban los que aceptaron los contenidos de los comunicados y

del otro los que siempre se habían mantenido en una posición crítica, entre los que se

colocaba Aerreira. "ero gradualmente &ue acerc!ndose a otros sectores de oposición que

actuaban en el eterior* en 19;C participo en Fene%uela #unto al rector 6. Maggiolo en un

encuentro organi%ado por adherentes al Arente )mplio. En una entrevista publicada poco

despu's, Aerreira seDalaba su desacuerdo con la &ormación de un &rente opositor,1$G pero en la

respuesta a otra pregunta parece insinuar matices en su actitud-

/7Tómo considera que ciudadanos del "artido acional hayan considerado til reali%ar esta

publicación Rla in&ormación sobre el via#e de Aerreira a Fene%uela en @A64MES

?ES?@M6@6SU

7 bueno, signi&ica que los ven >ds. muy cerca de ellos+4isas. o no estoy tendiendo las

redes, no creo que lo hecho los blancos ya 8ay una hora para todo +4isas. "ero creo,

hablando un poco m!s en serio, que es un buen signo de que es &!cil entenderse cuando el

ob#etivo es tan alto.01$C 

(a unidad de acción de la oposición parece un e&ecto natural de la actividad en el eterior, lo

que obliga a Aerreira a adecuar su discurso para encontrar puntos de contacto con auditorios

de eiliados en los que no tenía ningn votante. ) los temas característicos del discurso

opositor &uera de &ronteras, &ue agregando gradualmente otras tem!ticas de di&ícil mane#o

dentro del país como el discurso sobre los derechos humanos y el reclamo de amnistía. En sus

intervenciones &ue eliminando las de&iniciones partidarias para construir un discurso

ciudadano apoyado en la adhesión al r'gimen democr!tico, simboli%ado por la constitución

violada por los militares. En este punto coincide con el nacionalismo liberal sostenido desde El

<ía, pero le agrega una in&leión m!s &ormal que lo acerca al /patriotismo constitucional0 de8abermas en cuanto reconstruye un pasado que /ya no se siente comprometido con las

continuidades triun&ales01$;. ?ambi'n coincide con El <ía en su concepción de la relación con

1$$ @bid.

1$B @bid.

1$G Mararian,F, @dos y reci'n llegados,cit,1=B71=G

1$C 4eporta#es- Hilson Aerreira )ldunate, in&ormes y testimonios +Fene%uela, ro. 1=, enero de 19;;,p!g.1$. )rchivo @E>.1$;

 Fer 8abermas- identidades nacionales y posnacionales,+Madrid* tecnos,199:,9B. ) di&erencia de El

<ía, que evocaba el re&ormismo constitucional como una mani&estación de la democracia uruguaya,Aerreira arro#aba una mirada crítica- /el resultado &ue que en >ruguay empe%amos a ponerle elnombre a las constituciones, a pesar de que todas ellas tenían desde sus orígenes mismos del país,

Page 48: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 48/86

los dem!s partidos, imaginando un campo partidario que incluye epresamente a los partidos

no tradicionales, /.s' muy bien que el >ruguay que nos quieren arrebatar lo hicieron todos,

lo hicimos nosotros, lo hicieron ellos, lo hicimos los blancos y lo hicieron los colorados y los

que no eran ni blancos ni colorados.01$: 

En el caso de Aerreira, la din!mica de la acción política pudo m!s que las prevencionespartidarias y t'rmino por superar su resistencia anterior. )unque dentro de &ronteras resultaba

di&ícil acompaDar este cambio, y varias veces se vio obligado a eplicarlo y a #usti&icar su acción

comn con la i%quierda.1$9 En una entrevista reali%ada por Juan 4.Aerreira y a <.)chard en 19;9

a&irmaba Aerreira )ldunate- /.para hacer un acuerdo es menester que en 'l intervengan

todas las &uer%as políticas del país01B=, en lo que parece ya viabili%arse la posibilidad de una

alian%a t!ctica que coordina la lucha contra la dictadura pero sin involucrar compromisos de

m!s largo pla%o. "ocos meses despu's se concreto la /onvergencia <emocr!tica en >ruguay

+<>, un eperimento de concertación partidaria presentado pblicamente el 19 de )bril de

19:= y que incluyó representantes del &errerismo, del "artido omunista, del "artido Socialista

y personalidades independientes. Sin duda la acción de la <> tuvo gran importancia en el

eterior para agitar la situación en el >ruguay y promover la solidaridad internacional*

tambi'n represento una rica eperiencia de elaboración de un lengua#e político compartido

por sectores liberales y maristas, que alcan%o resultados muy destacables. El 2G de mayo de

19:1 se logró la aprobación de un teto denominado /declaración de las ?res @nternacionales0

que &ue /adoptado en &orma separada, independiente y simult!neamente0 por la >nión

Mundial <emócrata ristiana, la @nternacional (iberal y la @nternacional Socialista1B1, lo que

signi&icaba un hecho que no tenía precedentes. "ero esta trayectoria tan auspiciosa generaba

divisiones dentro de las &ronteras. >na alian%a con comunistas y socialistas era vista sin

prevenciones por los #óvenes blancos que habían sido sociali%ados políticamente en loscircuitos de circulación de casetes, porque para ellos era per&ectamente aceptable la acción

comn con una i%quierda con la que compartían el lengua#e y la de&inición de ob#etivos

inmediatos* pero en cambio chocaba con resistencias dentro de los sectores m!s tradicionales

del partido. omo veremos, tambi'n traía di&icultades en la dirigencia de la i%quierda, a

quienes su pasado de en&rentamientos les hacia tan di&ícil aceptar una acción en comn. (os

primeros temían que la alian%a con la i%quierda diluyera su per&il democr!tico, mientras que

para los otros la /convergencia0 tenía tan &uertes connotaciones &erreristas, que amena%aba

con la absorción del electorado tan laboriosamente conservado.

desde 1:$= los mismos principios generales R ) pesar de todo ello, nosotros de#amos de decir (a6S?@>@[ y empe%amos a decir la constitución de 19B2, la constitución de 19G1, la constitución demil novecientos sesenta y tantos. (o que cada país requiere es que la constitución sea, no la constitucióntal o cual, sino () 6S?@?>@[0. Fer- /on&erencia de Hilson Aerreira )ldunate,19:10, obras deHilson Aerreira )ldunate, /la lucha por la libertad +Montevideo- c!mara de representantes,199$,@, 11B.Maysculas en el original1$: <esde (ondres- Mensa#e previo al plebiscito de 19:=0, en obras de Hilsoncit, :2.1$9 Mararian, F @dos y reci'n., cit. 11;711:1B=

 /8acia un gran acuerdo nacional0. 4eporta#e por <iego )chard y Juan 4aul Aerreira, oviembre de

19;90, en Juan 4. Aerreira +recop., Hilson Aerreira )ldunate. <iscursos, con&erencias y entrevistas.sNdR5uenos )ires,19:B,B97G=.1B1 onvergencia <emocr!tica en >ruguay. <ocumentos políticos.+M'ico, 19:B,219.

Page 49: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 49/86

risis y reconstrucción del Arente )mplio.

El levantamiento de la huelga general, seguido de la proscripción de los grupos de i%quierda,

impactó &uertemente sobre los sectores que componían el Arente )mplio. ) eso se le sumo en

Julio la separación del "artido <emócrata ristiano que había sido el principal articulador de

una alian%a entre los sectores de la i%quierda tradicional y los que provenían de los partidostradicionales, y que la dispersión de dirigentes que debieron optar entre el eilio o la prisión.

(a persecución permanente del r'gimen militar sobre los partidos y grupos maristas

trans&ormó a la militancia dentro de &ronteras en una lucha por la supervivencia* las

actividades políticas debían limitarse a reuniones con pocas personas y a la edición y

distribución de impresos, periódicos o volantes. En ellos había poco lugar para el debate

teórico, generalmente se limitaban a de&inir su posición política, a denunciar los desbordes del

r'gimen y a eponer algunas propuestas para la acción inmediata.

(a actividad represiva los tuvo permanentemente como ob#etivo principal, y se organi%aron

operativos para arrestar o asesinar a la mayor parte de sus integrantes. Estos operativos no seimplementaron inmediatamente despu's del golpe- al principio la represión era continua y

dispersa, pero luego se organi%o en &orma de acciones en gran escala precedidas de la

recopilación y organi%ación de los datos. ) veces los operativos se desplegaron a lo largo de

varios meses de duración, pero en general eran operaciones que se e#ecutaban en cortos

periodos. Si bien el ob#etivo era el desmantelamiento, en algunos casos los operativos se

sucedían con el ob#etivo de lograr la completa desaparición1B2. (a dictadura resumía en la

acción del marismo internacional a toda la diversidad de la i%quierda* se entiende que

consideran al "artido omunista como el principal agente de esa acción disolvente. El es&uer%o

de este partido por reorgani%ar sus cuadros y mantenerse activo acentuó aun m!s la

descon&ian%a del r'gimen, por lo que se constituyo en un ob#etivo durante toda la dictadura-

aunque las operaciones militares contra la i%quierda alcan%aron su mayor auge entre 19;G y

19;:, los operativos dirigidos contra el "artido omunista se desplegaron con interrupciones

hasta mediados de 19:B. (a proimidad de la apertura política permitió que algunos casos

tuvieran mayor resonancia, como ocurriera con los militantes de la >J detenidos en 19:$ +y

que son invocadas como una de las ra%ones de la suspensión del dialogo del parque 8otel, o el

caso del <r. Fladimir 4osli, la ltima víctima &atal de la tortura, tuviera resonancia en la

prensa nacional.

o &ue este el nico sector político que debió soportar una &uerte represión. ?ambi'n los

integrantes del M( que mantenían su actividad en la región cayeron en las rutinas represivas

del "lan ondor #unto a otros sectores como los 3rupos de )cción >ni&icadora +3)>, el

"artido omunista 4evolucionario y el "artido por la Fictoria del "ueblo, que se había &ormado

en )rgentina en 19;G con e integrantes de la Aederación )narquista >ruguaya. ?odos estos

&ueron duramente reprimidos en 5uenos )ires y una cantidad no determinada de sus

integrantes &ue traída clandestinamente al >ruguay. Muchos de ellos permanecen

desaparecidos.

1B2 4ico, ). +oordinador, @nvestigación histórica sobre detenidos desaparecidos. En cumplimiento del

art. B de la ley 1G:B:,+Montevideo- "residencia de la 4epublica7@M"6,2==;, @, ;$.

Page 50: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 50/86

En el &rente interno, la permanente lucha por mantener la militancia y eludir la represión

di&icultaba enormemente la posibilidad de coordinar las actividades entre los di&erentes

grupos. En general cada sector trataba de mantener el contacto con sus propios militantes y

con sus dirigentes en el eterior, lo que ineludiblemente aumentaba la tendencia a la

disgregación. <urante la prisión del 3ral. (íber Seregni actuó clandestinamente la Mesa

E#ecutiva del Arente )mplio, presidida por el <r. Juan rottogini, pero su &uncionamiento era

espor!dico, y muy precarios sus mecanismos de comunicación. "or otra parte, la actividad

pblica del Arente )mplio sólo había comen%ado en Aebrero de 19;1, por lo que había tenido

tiempo de construir mecanismos autónomos ni una tradición de &uncionamiento. "odía

plantearse con pertinencia la duda sobre la eistencia real del Arente )mplio, ya que los grupos

que lo integraban se encontraban ante una disyuntiva de di&ícil resolución. "ara estos era

importante preservar su identidad como grupo político por lo que la reivindicación al Arente

)mplio podía generar con&usión* por otra parte, los mecanismos de toma de decisiones del

Arente )mplio implicaban largos procesos de discusión interna que eran imposibles de reali%ar

dentro del país en el conteto de la dictadura, y que desde la detención de Seregni no eistíauna vo% &renteamplista que &uera reconocida como portavo% de la coalición. >n despacho de

prensa in&ormaba a &ines de 19;B- /el caso del Arente )mplio, podría ser licito incluso dudar de

su eistencia real01B$. omo di#o Seregni aDos despu's, /el Arente le debe al <r. rottogini el

haber mantenido la llamita y la dirección del Arente )mplio durante los die% aDos, un poco

m!s de die% aDos, en que yo estuve preso.01BB 

(a militancia &renteamplista tambi'n era di&ícil para los eiliados, pero por otras ra%ones1BG. o

era menor su dispersión por )m'rica, Europa e incluso V&rica, que obstaculi%aba la

coordinación por las di&icultades de las comunicaciones. "ero tambi'n se mani&estaban

tendencias que consideraban que el episodio del Arente )mplio como una etapa superada, ya&uera porque la 'poca reclamaba una alian%a de otras características, o bien porque estaba

condenada por sus propios errores. El centro del debate estaba en la actitud del Arente ante

los comunicados militares de Aebrero de 19;$* para algunos, como el senador Enrique Erro, la

aceptación de los comunicados signi&ico un gravísimo error político del que eran principales

responsables los grupos /moderados0. Muy tempranamente Erro promovió la con&ormación

de un /bloque antidictatorial0 que superara la etapa &renteamplista y sirviera de palanca para

provocar la caída de la dictadura. )llí estarían /la corrienteNtendencia para nutrir a la

organi%ación, &racciones de los partidos tradicionales para hacerla m!s representativa y

tupamaros para llevar adelante acciones de sabota#e. Ecluía a los comunistas, a quienes Erro

acusaba de posibilitar la instalación del r'gimen respaldado por los militares01BC 

Sin embargo, algunos de los primeros gestos hacia la &ormación de un /&rente antidictatorial0

post&renteamplistas contaron con la participación de un representante del "artido omunista.

El 19 de )bril 19;B, eiliados en 5uenos )ires convocados por la 46E reali%aron un acto en la

&ederación de 5o, donde se re&le#o la diversidad de opiniones que todavía predominaba entre

los eiliados respecto a la política a asumir &rente a la dictadura. Segn in&orme de la <@-

1B$ />ruguaya- la liberación de (íber Seregni en el marco político uruguayo0, @nter "ress Service 4;=$9N;B. oviembre 1C de 19;B. )rchivo E@>, colección Hasman1BB

 <utrenit,S. el maremoto,cit.19:1BG Sobre las actividades de los eiliados de i%quierda, ver Mararian, F, @dos y reci'n.,cit.

1BC @d.:=

Page 51: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 51/86

/hablan, Erro, Enrique 4odrígue% por el "artido omunista, Jorge 3omensoro por el "64

+"artido 6brero 4evolucionario y 8ugo ores a nombre de la 46E. oncurre y no habla Oelmar

Michelini. Son invitados y no concurren, el M(, Movimiento 2C de Mar%o, los 3)> y Hilson

Aerreira )ldunate. El hecho de que esta organi%ación haya invitado no sólo a los cl!sicos

grupos subversivos, sino tambi'n al ". +considerado por ellos re&ormista y a Hilson Aerreira

)ldunate, esta consonancia con la iniciativa del A..4 RArente acional de 4esistenciaque esta

organi%ación había hecho. En ese acto la 46E hace un llamado a &ormar un comit' 19 de abril,

nucleador de la colonia uruguaya en 5uenos )ires.01B; 

(a propuesta de la 46E estaba destinada a no prosperar* todavía los acontecimientos eran

demasiado recientes, y las discrepancias predominaban sobre las coincidencias. Es muy gr!&ica

la lista de los invitados presentes, la de los ausentes que permanecían callados y la de los

invitados ausentes, pero tambi'n lo es el tono oratorio de algunos participantes. Segn

Mararian, Erro aprovecho la invitación para criticar a quienes habían /traicionado al pueblo

uruguayo0 aplaudiendo los comunicados B y ; +en una alusión bastante transparente a la

actitud del "artido omunista y aDadía que esos /no pueden ser mi amigos0. En su

intervención, el senador comunista Enrique 4odrígue% eludió el debate sobre el punto1B:. En

)gosto, el <. Hasman publicado en M'ico reporta#es reali%ados en 5uenos )ires a Oelmar

Michelini , E. 4odrígue% y H. Aerreira. Solamente el primero menciona al Arente )mplio, en el

conteto de una hipot'tica posibilidad- /si la gente de i%quierda, o partidos de i%quierda, o

incluso el Arente )mplio como tal, son llamados de alguna manera a conversar o dar su opinión

sobre el momento uruguayo01B9 

"ocos meses despu's se &ormaba en 5uenos )ires la />nión )rtiguista de (iberación0 +>)(,

con la participación de Erro y Michelini, los 3)> y e integrantes del M(* aunque el

conglomerado tiene un per&il &uertemente radical y no incluye a sectores de los partidos

tradicionales, tampoco cuenta con la presencia de la 46E ni del "artido omunista. En su

mani&iesto constitutivo, /)l pueblo oriental, llamamiento de la >nión )rtiguista de (iberación0,

epone un diagnóstico de la situación de la situación y lan%a algunas propuestas para el &uturo-

propone /.desarrollar la m!s amplia movili%ación popular para lograr precipitar la caída de la

dictadura0 y no hace ninguna re&erencia al Arente )mplio1G=. (a actitud del "artido omunista

resulta di&ícil de rastrear en este periodo- por entonces la revista de an!lisis teórico del

partido, /Estudios0, que se había publicado de manera contina hasta 19;$, de#o de aparecer

por un periodo de cinco aDos- reci'n reanudaría su publicación en 19;:. El #uicio que &ormula

Mararian a propósito de la >)(, parece valido entonces para todos los gestos de la i%quierdaen el eterior- /eponía el pro&undo disenso interno de la i%quierda uruguaya en relación al

pasado reciente01G1.

omo ya vimos, por entonces y a tono con un momento tan con&lictivo, tambi'n Aerreira se

mostraba reacio a unir sus &uer%as con otros sectores de la oposición. <esde la i%quierda

pareció percibirse un cambio en esta actitud ya que segn Michelini, en Mar%o de 19;C

1B; 4ico, ). investigación histórica sobre la dictadura,cit.@@@,1=;1B:

 Mararian, F, idos y reci'n,cit. C11B9

 <.Hasman, en el <ía +M'ico,sN& +CNF@@@N;BU, )rchivo E@>, colección Hasman.1G= uevo ?iempo +5uenos )ires )Do @ o. 1, )bril de 19;G.p!g. 2. )rchivo E@>, olección 3.Hasman.

1G1 Mararian,F, @dos y reci'n., cit. C1

Page 52: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 52/86

Aerreira parecía dispuesto a participar en una gira por los países europeos coordinada por los

dirigentes del Arente )mplio. )sí le comunica al @ng. 6scar Maggiolo a arlos Pui#ano- se

trataba de una delegación que se entrevistaría con algunos de los gobiernos europeos, le

in&ormaba que

/hemos coincidido en que la delegación debe ser encabe%ada por >d., #unto con 8ugo Fillary un delegado del "artido Socialista R (a idea ha sido compartida por Oelmar, por la gente

del 2C de Mar%o y 3)> de 5uenos )ires y aracas y por )lberto "'re%, que acta como

secretario de prensa del grupo que edita in&ormaciones uruguayas. Solamente Oelmar ob#eto a

8. F., por el lugar de su residencia y propuso que &uera H.A.). "ero como esto ha sido pensado

y conversado como una delegación del A.), a este le sobraría una H, por lo cual se ha

mantenido a 8ugo.01G2 

Ainalmente la gira no se concretó, en cambio, como vimos, en <iciembre de 19;C hubo un

encuentro en aracas donde participaron Maggiolo y Aerreira.

En Julio de 19;; se reali%o un nuevo encuentro de sectores de i%quierda, esta ve% en M'ico,

que congregó a varios cientos de eiliados. @gual que en 5uenos )ires, participaron Enrique

Erro, Enrique 4odrígue% y 8ugo ores, a los que se le agrego Jos' <ía% por el "artido Socialista.

<e la reunión salió una declaración política donde se planteaba algunas directivas para la

acción, y que luego tendría un sentido ambiguo- Erro la utili%aría como base para argumentar

contra la continuidad del Arente )mplio, mientras que E. 4odrígue% la cali&icaría como un

documento irrelevante, resultado de una maniobra política ensayada por uno de los

participantes /en una noche de caudillismo &ebril.01G$  Este debate se situaba menos en la

de&inición de un posicionamiento inmediato, que en la opción entre dos cursos posibles de

acción luego del &inal de la dictadura- por un lado estaban quienes trataban de restablecer elacuerdo program!tico de 19;1 apuntando a la recuperación de la democracia, y por otro

quienes promovían un cambio radical en permitiera /recrear el >ruguay0 y hacer imposible

cualquier retorno autoritario. o de#a de ser llamativo que Erro imaginara como relevante la

posibilidad de incorporar a ese proyecto a Aerreira )ldunate, y no consideraba de la misma

&orma la adhesión del "artido omunista. )parentemente esta disyuntiva generaba &uertes

pol'micas en el eterior, algo que M. Jaunarena le comenta con desa%ón a Pui#ano- /me

preocupa enormemente la pol'mica que subyace entre los eiliados, que incluye una buena

dosis de desorientación. Este es un tema que o#ala podamos esclarecer un poco para no

empe%ar desde cero si un día podemos volver0.1GB 

En 6ctubre de 19;; se &ormó el /omit' oordinador del Arente )mplio en el Eterior0 +A)E,

que reivindicó la continuidad y la vigencia del acuerdo de 19;1. En la /<eclaración0 aprobada

en su constitución, dedicaba espacio a subrayar la eistencia de la coalición aunque por e&ecto

de las circunstancias- /las estructuras organi%ativas normales R tengan trabado su

&uncionamiento0 y /los organismos intermedios y de base no pueden cumplir R los ob#etivos

que dinami%aron su memorable impulso0. "ero a pesar de estas di&icultades de

1G2 6. Maggiolo a Pui#ano, 1= de )bril de 19;C, en cuadernos de Marcha,$ra. Ipoca nro. 1, cit,1=21G$

 E. 4odrígue%. Esa unidad tan necesaria, Estudios nro. ;=. Enero de 19;9.p!gs B97G9. ?ambi'n ver-

Mararian,F. idos y reci'n.,cit. 1=9.1GB M. Jaunarena a Pui#ano, 1C de )bril de 19;C, en uadernos de Marcha, $ra. Ipoca, ro. 1, cit. 1=B7

1=G

Page 53: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 53/86

&uncionamiento reivindicaba su supervivencia +en un giro que lo acercaba a los partidos

tradicionales /como una &ervorosa mística política0. ) esta mística se le sumaba la vigencia de

la concepción política y el agregado de /un elemento tambi'n político pero de gran contenido

moral0- el lidera%go personal de Seregni, que agregaba el deber de lealtad a la convicción

política. En cuanto a su programa político, la <eclaración mantenía el criterio que diera origen

al acuerdo de 19;1- traba#ar sobre las coincidencias inmediatas y de#ar de lado las de&iniciones

de largo pla%o. 4eclamaban el restablecimiento de la democracia, la vigencia de los derechos

humanos, la /consulta a la voluntad del pueblo0 y &inalmente, la aplicación de /urgentes

medidas económicas que pongan un dique al dram!tico deterioro del nivel de vida de la

población0. 4especto a los e&ectos a m!s largo pla%o, a&irmaba-

/los ob#etivos de apertura democr!tica que logre la unidad antidictatorial, abrir!n m!s

temprano o m!s tarde los caminos por los que avan%ar! el movimiento popular y obrero

epresado en el Arente )mplio y por m!s que tambi'n transitaran otras corrientes de la

opinión pblica. Esta unidad estar! tanto m!s cercana cuanto m!s &uerte sea el Arente )mplio,

que se levanta y la sostiene como una bandera que concibe al pueblo como &actor decisivo del

cambio0.1GG 

(a &ormación del comit' coordinador comen%ó a devolverle visibilidad org!nica al Arente, que

no había adoptado ningn pronunciamiento institucional desde la huelga general. Si bien su

proyecto puede parecer modesto, en cambio tenía la venta#a de que hacía posible un marco

de organi%ación concreto para un eilio muy disperso. "ero las pro&undas divergencias que

atravesaban la i%quierda eplican que muchos antiguos adherentes se limiten a coincidir en

aquellos temas indiscutibles como la denuncia de la prisión de Seregni, sin que esto signi&icara

la renovación de su compromiso la coalición. )sí lo aclara epresamente un grupo de

uruguayos eiliados en M'ico, cuando recibió la invitación para recomponer el espacio de la

corriente, dentro del Arente )mplio-

/nos sentimos plenamente identi&icados con la &igura de (íber Seregni, de&ensor de las ideas

de &uncionamiento democr!tico en el desarrollo del Arente )mplio en el >ruguay e impulsor

de los comit's de base, luchador y dirigente político e#emplar. "ero este reconocimiento no

nos lleva a admitir un ingreso autom!tico al Arente )mplio en el eterior. ?al adhesión, como

toda otra política de alian%as, podr! ser un resultado7y no el punto de partida7 de un acuerdo

como el que ustedes proponen.0 "or si quedara dudas, a continuación aclaraban- /por

supuesto, no se trata de crear organismos en y para el eilio, sino una &uer%a política

permanente01GC 

<e las &iguras que se encontraban en el eterior, sin duda el <r. arlos Pui#ano era uno de los

re&erentes principales de la i%quierda. ?enía un enorme prestigio y se lo consideraba uno de los

analistas m!s lucidos del país* había sido promotor del Arente )mplio, y a una generación

entera le reconocía su /magisterio intelectual0, cuando Maggiolo lo invito para integrar una

delegación que recorrería Europa en 19;C, le agregaba- /Estimado don arlos, >d. es la gran

&igura que le queda al Arente )mplio01G;. @nstalado en M'ico y ocupado en tareas acad'micas,

1GG

 )guirre 5elyley. Miguel, El Arente )mplio- 8istoria., cit. 12971$=1GC arta &echada en M'ico, <A, el G de abril de 19:=. )rchivo E@>, colección Hasman

1G; 6. Maggiolo a . Pui#ano,1= de )bril de 19;C, en cuadernos de Marcha, cit. 1=2

Page 54: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 54/86

Pui#ano se hi%o el tiempo para reanudar la publicación de uadernos de Marcha, pero parece

haber de#ado en suspenso su adhesión al Arente )mplio. En 19;9 8. Fillar le envió una etensa

carta donde le hacia una invitación para participar de una reunión del comit' del A)E en

Madrid, a lo que respondió en unos breves p!rra&os-

/)grade%co mucho la invitación que me &ormula y lamento decirle que no podr' ir a Madrid."or varias ra%ones que sería largo y ahora importuno desarrollar. <e todas maneras y no

obstante las posibles discrepancias de orden t!ctico que puedan eistir, les deseo el me#or de

los 'itos.01G: 

<e#ando aparte los cumplimientos y la cordialidad, en la escueta comunicación se hacía

espacio para aludir a discrepancias pro&undas y no a un problema circunstancial. Farias veces

Pui#ano desli%o reproches a lo que consideraba &alta de autocritica en los dirigentes de la

coalición, y &recuentemente seDalaba en su discurso la necesidad de la unidad de la oposición

aunque sin ad#udicarle ningn papel al Arente )mplio en esa 'poca opositora. Es curioso

observar los giros que utili%a para no nombrar a la coalición de i%quierda-

/8ay por lo menos en el >ruguay tres opciones, especie de círculos conc'ntricos. >na

oposición en el sentido lato, en la cual se incluyen ya algunos bandiditos de primera hora que

postularon, que propiciaron, que alabaron y que luego toleraron la dictadura. >na segunda

oposición &ormada o integrada por aquellos, m!s respetables por cierto, que no auspiciaron la

dictadura, que no transaron con ella, que conocieron tambi'n como todos nosotros en

ocasiones la prisión, en ocasiones la tortura, en ocasiones el eilio. >na tercera oposición, tal

ve% m!s reducida, la oposición de lo que podríamos llamar7para llamarla de alguna manera7 la

oposición de &uer%as progresistas, termino tan vago, o la oposición de las &uer%as de i%quierda,

termino tambi'n no menos vago.pero nos entendemos.01G9 

(a ausencia de re&erencias al Arente )mplio en la descripción del presente &ue acompaDada

por su eclusión de la historia- a di&erencia de lo que acostumbraba hacer desde las p!ginas de

Marcha, en revisión del pasado reciente de#ó de incluir la &ormación de la coalición como un

episodio relevante-

/En 19G:, el partido nacional, ecluido del poder o con la participación minoritaria durante

m!s de noventa aDos, gana las elecciones. 3obernar! desde 19G9 hasta 19C;, dos periodos.

Era la ltima opción. "ocos, qui%!, lo comprendieron. (os colorados se habían desgastado en el

largo e#ercicio del poder. El país quiso intentar algo nuevo y puso su esperan%a en el vie#opartido opositor. (os hechos est!n ahí, cercanos, muchos de los actores viven aun, no pocos

han padecido persecución, prisión o destierro y algunos, como 3uti'rre% 4ui%, &ueron

asesinados por la dictadura. ?odo obliga a ser prudente en los #uicios. os limitamos a decir

que los gobiernos del partido nacional no respondieron a la con&ian%a que se les había

1G: . Pui#ano a 8. Fillar, 1G de mar%o de 19;9, en cuadernos de Marcha, $ra. Ipoca, nro. 1, Montevideo-

19:G. "!g. 11C1G9 ) dos aDos de la muerte de Michelini y 3uti'rre% 4ui%0, Mayo de 19;:, uadernos de Marcha, $ra.

Ipoca. ro. 2 +Montevideo, 19:G, p!g, 19

Page 55: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 55/86

otorgado. o sólo el partido hasta entonces gobernante estaba desgastado, tambi'n lo estaba

el partido opositor, corroído, adem!s, por divisiones internas y su triun&o &ue e&ímero0.1C= 

Segn esta revisión lo nico relevante en los ltimos 2G aDos había sido el vira#e electoral hacia

el "artido acional +que escribe como minscula, como se re&iriera al vie#o /partido de la

nación0 y luego, la dictadura* y las victimas obligaban /a ser prudentes en los #uicios0 sobre losgobiernos blancos. M!s adelante desli%a una crítica- /todavía en Aebrero del ;$, cuando ya el

atraco se había iniciado, algunos seguían coqueteando con los militares que por cierto

recha%aron sus invitaciones al vals0. tambi'n un diagnóstico sobre el presente que encerraba

un #uicio implícito- /<urante ocho largos aDos de destierros, encierros y entierros hemos sido,

asimismo, incapaces de elaborar un proyecto nacional, congruente y realista.01C1 

)un con sus di&icultades, el comit' coordinador del A)E comen%ó a &uncionar como polo de

atracción- desde su instalación contó con el apoyo del comunismo y del socialismo, y m!s

tarde consiguió incorporar otras agrupaciones y algunas &iguras emblem!ticas como M.

5enedetti. Si bien las venta#as institucionales del A)E eran importantes, tal ve% el hechodecisivo haya sido la coordinación con los seguidores de Aerreira )ldunate concretada en la

onvergencia <emocr!tica del >ruguay- una elección que tambi'n implicó una &orma de

legitimación de los sectores elegidos. omo dice Mararian- /"ara abandonar su renuencia a

asociarse con la i%quierda, el líder blanco #u%go cuidadosamente a los candidatos y pareció

decidir que Erro, por e#emplo, no valía la pena.R"or supuesto, las luchas internas &ueron

importantes al de#ar a algunos a&uera de la nueva alian%aRpero que Aerreira )ldunate quien

&inalmente eligió a sus aliados dentro del dividido campo de pretendientes01C2 

(a alian%a &ue &uertemente cuestionada tanto por &renteamplistas en el país y en el

eterior1C$+que la consideraban un vuelco a la dercha como por los blancos dentro del país*pero este acuerdo permitió que el eilio uruguayo presentara sus denuncias como un &rente

unido y que capitali%ara las venta#as de acceder a lugares que, cada uno por separado, no

hubiese podido alcan%ar. El car!cter pragm!tico del acuerdo actuaba en su &avor ya que

presentaba venta#as inmediatas a cada uno de los participantes, sin involucrarlos

necesariamente en compromisos de largo pla%o +algo que tambi'n Aerreira había eludido

sistem!ticamente. "or otra parte, mostraba tambi'n el grado de maduración de la i%quierda

en el eilio- había de#ado atr!s la discusión sobre la pertinencia de la vía armada para

conquistar el poder +que &ue el centro de los debates a &ines de la d'cada de los sesenta y

comien%os de los setenta y en cambio había asumido el lengua#e garantista. )hora el campo

de acción de la i%quierda se organi%aba en torno al antagonismo democracia7dictadura, con lo

que se ponía en línea con el resto de la oposición. "ero si bien sus discusiones tenían como

centro las perspectivas del >ruguay posdictadura, había todo un proceso de elaboración del

1C=  Pui#ano,. <os aDos m!s, 19:1. uadernos de Marcha. $ra. Ipoca. ro.2. cit. $;. omparece con el

editorial donde hacia el balance de las elecciones de 19;1, que terminaba así- /el Arente )mplio es ya elpresente. Ser! el &uturo. 8a ganado su primera batalla. 3anar! las venideras0+/la derrota delo&icialismo0, Marcha, nro. 1G;2, $ de diciembre de 19;1,;1C1 @d. $:1C2

 Mararian. F. idos y reci'n.cit, 11;.1C$

 (a posición del "artido omunista respecto a la <> &ue epuesta por 4. )rismendi a (. Seregni encarta personal de 6ctubre de 19:$. Fer colección (iber Seregni, @@@- los aDos de prisión ba#o ladictadura+19;$719:B, +Montevideo- ?aurus,2==9, 1$:

Page 56: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 56/86

pensamiento democr!tico reali%ado dentro de las &ronteras que no los había alcan%ado

todavía. Esa carencia resultaría m!s evidente cuando se produ#era el primer gran

en&rentamiento entre la oposición y el r'gimen militar.

El ple+iscito constitucional

(a instancia decisiva para el en&rentamiento simbólico entre el gobierno militar y la oposición

partidaria resulto ser el plebiscito constitucional de 19:=. "rogramado desde 19;; como el

primer paso del /cronograma político0 que conduciría a la /normali%ación institucional0, el

plebiscito en sí mismo no parecía una instancia tan relevante como las elecciones previstas

para el aDo siguiente, y a su reali%ación sólo &ue con&irmada una semana despu's del primer

anuncio, el 1G de )gosto.1CB 

(uego de los primeros anuncios, el tema desapareció de la agenda pblica hasta que en Mayo

de 19:= los mandos di&undieron unas /pautas constitucionales0 que introducían innovaciones

en la tradición constitucional del país- incrementaban la in&luencia de las Auer%as )rmadas,

reducían el nmero de legisladores, adelantaban normas para la organi%ación de los partidos,

validaban todas las decisiones del r'gimen adoptadas hasta la aprobación de la constitución y

establecían una re&orma en el mecanismo de rati&icación plebiscitaria- el proyecto se

consideraría aprobado si obtenía la mayoría simple de los votantes1CG. Estas pautas

contribuyeron a de&inir al proyecto como /la constitución de la dictadura0 desde mucho

tiempo antes de su redacción &inal. <irigentes políticos de los partidos tradicionales trataron

de incidir en la elaboración pero su participación &ue r!pidamente descartada.1CC (a comisión

de re&orma constitucional del onse#o de Estado había comen%ado la tarea de redactar ydivulgar el proyecto sin tomar demasiado en cuenta las insinuaciones de los políticos. En

setiembre el gobierno busco el di!logo con interlocutores previamente seleccionados de

algunos partidos- la representación del "artido acional la tendría la /omisión de los 1=0

convocada por el <r. )lberto 3allinal, mientras que el "artido olorado el <r. arlos Manini

4íos +emba#ador en 5rasil hasta poco despu's de la designación de ). M'nde% reunió la

/comisión de los seis0 que contaba con el acuerdo de todos los sectores del partido. "ara el

r'gimen, los dos parecían con&iables a priori pero las reuniones no dieron el resultado que

esperaban* &ue entonces que el ?te. 3ral. Pueirolo declaro que /) los vencedores no le piden

condiciones01C;. on este gesto se con&iguraba una divisoria nítida entre el gobierno y los

partidos, que trans&ormaba al próimo plebiscito constitucional en un plebiscito sobre elgobierno militar.

En los días &inales del mes de octubre y en apresuradas sesiones de la /)samblea

onstituyente0 +designación ad7hoc que adoptaba el /conse#o de la ación0 se aprobó sin

modi&icaciones y casi sin discusiones el anteproyecto elaborado por el presidente y la Junta de

1CB El "aís, 1C de )gosto de 19;;, 1ra. "!g.

1CG

 @dem, 1; de Mayo de 19:=, 1ra. "!g.1CC @dem, 12 de Junio de 19:=, 11- 1G de Junio de 19:=, 1ra. "!g.

1C; @dem, 11 de Setiembre,;

Page 57: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 57/86

6&iciales 3enerales1C:. "ero desde mucho antes habían comen%ado a aparecer los avisos

gubernamentales invitando a votar por S@ un proyecto que no estaba ni siquiera articulado. )

&ines de 6ctubre &ue aprobado de&initivamente y entonces comen%ó con &uer%a la campaDa

publicitaria. El proyecto a plebiscitarse sólo se había publicado en el <iario 6&icial y era

pr!cticamente desconocido para los ciudadanos, pero la impostación de la propaganda o&icial

no se etendió en la eplicación del contenido sino en los logros materiales del r'gimen en

materia de obras pblicas y en seguridad que reinaba en el país, el reclamo electoral invitaba a

conservar esa situación para el dis&rute de los #óvenes. Sin duda que esta línea respondía a una

opción estrat'gica, pero implicaba plebiscitar al r'gimen antes que al proyecto constitucional,

identi&icaba al proyecto con el gobierno militar. "or eso /<ígale S@ al >ruguay0 1C9 se entendió

como un reclamo para apoyar a la dictadura.

(a tradición indicaba que en una campaDa electoral todos debían tener oportunidad de

epresar sus opiniones, ya &uera a &avor o en contra del proyecto. "ara darle verosimilitud al

proceso, el gobierno acepto que se reali%ara propaganda por el 6, lo que signi&ico que la

oposición podría volver a tener vo% publica, algo in'dito en el r'gimen. )l amparo de esa

&ranquicia comen%aron a reali%arse actos en locales cerrados convocados por sectores de

oposición de los partidos tradicionales, en los que se interpelaban las vie#as identidades

partidarias y se mane#aban argumentos contra el proyecto. 6tra de las novedades &ue la

aparición de un semanario opositor, 6pinar, dirigido por el <r. Enrique ?arigo. En 6ctubre este

había abandonado la revista oticias, molesto por la censura de la <irección a uno de sus

artículos y decidido a publicar su propio semanario, que apareció a principios de oviembre.

<esde sus p!ginas comen%ó r!pidamente a estructurarse un discurso opositor que recuperaba

los temas mane#ados desde aDos atr!s en El <ía para contraponerlos al proyecto

constitucional. 4eivindicaba la tradición constitucional liberal del "artido olorado y hacia&recuentes invocaciones a 5atlle y 6rdóDe%, pero tambi'n hacia lugar a opiniones de políticos

de otros partidos. <esde allí y en muchos actos y mesas redondas, los partidos pusieron en

&uncionar sus mecanismos de comunicación en un marco m!s amplio que el de sus propias

comunidades interpretativas, y lograron que la mayoría se identi&icara con sus de&iniciones.

"asando por encima de los aDos de proscripción, los dirigentes partidarios habilitados

recuperaron su discurso y lograron que sus palabras se escucharan como si &ueran emitidas

por los dirigentes proscriptos. >n e&ecto similar tuvieron los actos convocados por los partidos,

las entrevistas a veteranos dirigentes o las publicaciones en la prensa en las que algn

reconocido dirigente /ehortaba a sus compaDeros0 a votar por 6. El r'gimen intento

contrarrestar esta operación buscando el apoyo de algunas &iguras políticas +el m!s destacado&ue J. "acheco )reco pero si bien esta estrategia no logro el resultado que esperaban, en

cambio &ortaleció la imagen de los políticos como constructores de la opinión ciudadana y

contribuyo a re&or%ar una disyuntiva donde la /democracia0 representada por los partidos que

se oponían al /proyecto constitucional0 identi&icado con la dictadura. )sí se con&iguro un

discurso centrado en la dimensión política, orientado con &uer%a hacia la recuperación de las

1C: (a reconstrucción del proceso del plebiscito y sus resultados en orbo,<* / El plebiscito constitucional

de 19:=.0+Montevideo- Ediciones "uerta del Sur7Aundación ciudad de Montevideo,2==C1C9 Sobre la publicidad sobre el S@, ver 3oicochea, 3, /El recurso del miedo0, cuadernos de la historia

reciente, $+Montevideo, E56,2==;, BG7C=

Page 58: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 58/86

Page 59: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 59/86

signi&icara un reestudio de los tr!mites requeridos para seguir adelante01;=. (os opositores

tambi'n cargaron su argumentación en los ltimos días insistiendo en la importancia de los

principios liberales, pero ya había haberse impuesto la idea de que la constitución era

inaceptable por ser /antidemocr!tica0. En su ltimo editorial, ?arigo comen%aba resumiendo

todo el debate constitucional en una a&irmación /8e de votar por 6 el domingo venidero

porque soy demócrata y esta constitución que se nos propone es una constitución

antidemocr!tica01;1 

<e todas &ormas el resultado del plebiscito signi&ico una sorpresa- el 6 supero el G;L y su

venta#a se hi%o notoria desde la apertura de los primeros circuitos* a las 22 horas el ministro

del interior 3ral. Manuel J. De% reconocía o&icialmente la derrota. Era evidente que el

gobierno había recibido un duro rev's, que implicaba tambi'n una derrota simbólica- ya no

podía presentarse como portavo% de la voluntad de la nación y recluir a los opositores en el

espacio de las /minorías0, lo que representaba el &in del /uevo >ruguay0. En cambio, había

surgido un bloque opositor articulado en torno a los partidos políticos, al que necesariamente

el gobierno debía considerar como interlocutor y negociar con su proyecto político.

a no era posible elaborar propuestas sin consultar a la oposición, y en el hori%onte asomaba

el retorno de la constitución de 19C;. Folvía a circular los conceptos de /democracia0 y

/libertad0, que habían adquirido sentidos di&erentes luego de aDos de reelaboración y que ya

no eran controlados por el gobierno- no era compatible la /democracia0 con la intervención

militar ni la /libertad0 con la suspensión de las garantías. "ero sólo eistían en su &orma política

y cualquier ad#etivo +<emocracia social o directa o la invocación a las libertades diversas y

concretas, los trans&ormaba en /corporativismo0. ) esto se agregaba a la instauración de un

nuevo respeto a la constitución y la radical imposibilidad de re&ormas constitucionales sin

plebiscito. Este vira#e sem!ntico se acercaba al discurso político tradicional y contribuía a

consolidar el campo opositor, ya que se podía ser utili%ado tanto por los políticos de &uerte

per&il conservador como "ons Echeverry como por las &iguras nuevas que tenían un talante

m!s renovador. "ero la i%quierda no tuvo participación en todo este proceso de elaboración,

y que en este campo opositor, recon&igurado su vie#o discurso no tenia donde instalarse. En el

debate constitucional no había aparecido ninguna de las categorías políticas que &uncionaban

como sus marcadores identitarios, como la lucha de clases o el proyecto de democracia social.

?anto el A)E como los partidos de i%quierda habían apoyado el 6 y tenían motivos para

&este#ar el resultado #unto con el resto de la oposición* pero en esta nueva con&iguración

parecían quedar m!s marginados que antes de 19;1.

<e la eu&oria a la incertidumbre

Arente al entusiasmo de la oposición, el &racaso del proyecto constitucional no pareció haber

modi&icado el &uncionamiento del r'gimen que retomo su rutina burocr!tica sin satis&acer las

epectativas generadas en la sociedad civil. (as primeras reacciones del gobierno, luego de

aceptar los resultados y prometer un nuevo cronograma, incluyeron la prohibición de

cualquier comentario sobre el plebiscito. "or largos meses no hubo ninguna seDal de que los

militares hubieran asimilado el impacto de la derrota electoral, ni se adelantaba el contenido

1;= El "aís, 29 de noviembre de 19:=, 1ra. "!g.

1;1 E. ?arigo- Mis muchas ra%ones para votar 60, 6pinar, 2; de oviembre de 19:=, $.

Page 60: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 60/86

de ninguna propuesta que estuviera en elaboración. (a prensa o&icialista aprovechaba para

de#ar el episodio en el olvido mientras reaparecían las pr!cticas represivas contra la prensa

opositora- 6pinar tuvo su primera clausura +de un mes en )bril de 19:1, y (uis )ntonio 8ierro,

periodista de ese semanario, &ue detenido por publicar documentos relativos a mane#os de

dinero en el 4ectorado de la >niversidad.

El momento incluía una cuota importante de incertidumbre, donde se esperaba que los

militares rede&inieran el rumbo, mientras los partidos tradicionales se dedicaban a

recomponer sus estructuras. (a /oposición legal0 parecía muy ocupada como para lan%arse a

conquistar el espacio político que antes había ocupado el Arente )mplio, y eso, tambi'n, le

concedía tiempo a los sectores de i%quierda para elaborar las &ormas de incorporarse a ese

campo que les resultaba totalmente nuevo.

(os meses largos que siguieron al plebiscito comen%ó a cundir cierta desa%ón en la

población1;2, podía seDalarse como un avance que la dictadura uruguaya hubiera de#ado de ser

aquel r'gimen donde la oposición no tenía visibilidad* ahora el campo opositor aparecíauni&icado &rente al gobierno y aportaba temas para el debate +a lo largo del aDo :1 aparecieron

tres nuevos semanarios de oposición que se sumaron a 6pinar. "ero en la eu&oria electoral

posterior al plebiscito se esperaba otra receptividad de parte de los militares, y no había

evidencia de que el r'gimen estuviera en camino de trans&ormarse políticamente en /otra

cosa0. En la medida que esa situación se prolongaba en el tiempo, parecía quela dictadura

estaba procesando un rea#uste interno y mane#aba la eventual concesión de un estrecho

espacio para una /oposición permitida0 como un recurso para recuperar sus equilibrios. El

silencio o&icial comen%ó a generar cierta ansiedad entre la oposición que veía pasar la

oportunidad de renegociar nuevas condiciones de &uncionamiento político* en los semanarios

/opositores0 comen%ó a aparecer un prudente reclamo por el inicio de una /apertura0 política.

M!s de seis meses despu's del plebiscito, ?arigo reconstruía una analogía con la EspaDa

pos&ranquista y reclamaba tímidamente y con cautelosa &ormulación, una /apertura0 adaptada

al caso uruguayo-

/)pertura política o simplemente apertura, signi&ica en esta peculiar acepción de nuestro

tiempo, algo así como el comien%o de una solución, no la solución misma, &rente a una

situación de hecho de m!s o menos duración R para empe%ar a atisbar, y algo m!s que

atisbar, a transitar un camino que vaya acercando el país a su normalidad institucional, y a su

normalidad #urídica y su normalidad política.01;$ 

(a incorporación de mediaciones tetuales entre la propuesta y la de&inición de ob#etivos

&inales re&le#a la enorme distancia que todavía se percibía entre la evaluación de la situación

del momento y las todavía le#anas posibilidades de &inali%ación del r'gimen. ) pesar de su

eitosa presentación, el bloque opositor se mani&estó incapa% de hacer que el r'gimen se

sentara a la mesa a negociar una nueva ho#a de ruta, y nuevamente sería la dictadura la que

1;2 )Dos m!s tarde di#o ?arigo recordando esta etapa- /"rimero hubo unos largos meses de silencio quea todos nos hacía dudar un poco, decíamos habremos hecho bien, T ahora qu' pasaU, no pasa nada0.

Mucha gente nos decía /5ueno- TEst!n contentosU, ?riun&o el 6 y siguen los militares0 ver- )bend, -El comien%o del &in, video, Montevideo- >><)(, <iciembre de 2==1.1;$ /El camino del entendimiento0, 6pinar, 11 de Junio de 19:1,$

Page 61: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 61/86

generaría los próimos movimientos, cuando la omisión de )suntos "olíticos +6M)S"6

convocara a los políticos.

"-La crisis del r0gimen ,1#1-1#$

(a construcción del relato de la transición hecho desde la perspectiva de su &inal e iniciado con

el plebiscito constitucional de 19:=, nos ha llevado a pensarlo como un proceso de desenlace

&atal que sólo se vio obstaculi%ado por la obstinación de algunos militares o por la torpe%a o la

ambición de algunos dirigentes políticos. Sin imaginar panglosianamente que &ue /la me#or

transición posible0, creo que la reconstrucciones minimi%an las di&icultades que debieron

superarse para llegar a las elecciones, por esa ra%ón la descripción de este periodo reclama

una cautela particular, porque los datos no rati&ican este optimismo. En su libro, 3uillespiecali&ica de /tortuosa0 a la transición uruguaya, y me parece oportuno rescatar el ad#etivo

porque alude de manera bastante precisa a las di&icultades del proceso.

(as condiciones de una /tortuosa transición0.

(a 6M)S"6 reci'n rompió el silencio en Julio y sin previo aviso convoco a los delegados de

los partidos para comunicarles un nuevo plan político donde aparecía claramente de&inido elinicio de un periodo de transición a partir de la próima designación presidencial- el 1ro de

Setiembre se iniciaría un periodo presidencial m!s breve* en su transcurso se pactaría con los

partidos una re&orma constitucional y terminaría con la entrega del poder a quien triun&ara en

las elecciones de oviembre de 19:B. ?anto había cambiado el !nimo de la oposición que

demoraron en asimilar el sentido de la epresión /transición0- no parecen haber percibido

inmediatamente si lo que había era un simple cambio de ritmo en un proceso ya plani&icado o

se había modi&icado la perspectiva de &uturo del r'gimen. )lgunos dirigentes siguieron

reclamando la /apertura0, que tenía un sentido m!s claro ya que su uso no registraba

antecedentes durante el r'gimen militar, mientras que la palabra /transición0 ya circulaba

desde mucho antes. "ero en las semanas previas a la designación presidencial de 3. Vlvare%,

su&rió un cambio importante de sentido y paso designar un tiempo /preparatorio de la

normalidad institucional a la que se retornaría una ve% transcurrido dicho periodo01;B, segn la

tautológica epresión de ?arigo. Esto podía interpretarse de muchas &ormas, y en el pasa#e

desde la situación de dictadura hasta el &uncionamiento de alguna &orma de democracia

restaurada, no quedaba claro que &orma tendría esa /normalidad institucional0.

"uede decirse que las características de la transición en >ruguay estuvieron &uertemente

condicionadas por la matri% de su inicio. Si bien, y como en otros casos, la transición uruguaya

se inicio a partir de una declaración hecha por el r'gimen militar, en este caso no aparecía

1;B />na semana que conmovió al >ruguay0, 6pinar, 1C de Julio de 19:1,C

Page 62: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 62/86

/articulada a procesos de crisis y erosión7recomposición del r'gimen autoritario

+debilitamiento de sus bases de sociales de apoyo, &racaso económico, aislamiento

institucional0 como propone (. de 4i%1;G. ?ampoco vendría acompaDada de las características

de segn 6Z<onnel y Shmitter, identi&ican los procesos de transición- /la seDal típica de que se

ha iniciado una transición es que estos gobernantes autoritarios, por cualquier motivo,

comien%an a modi&icar sus propias reglas con vistas a o&recer mayores garantías para los

derechos de los individuos y grupos01;C. Es claro que ese proceso de ampliación en el marco

garantista no se produ#o en el caso uruguayo* la censura a la prensa y las detenciones a

periodistas y militantes políticos continuaron hasta pocos meses antes de las elecciones,

todavía había varios centenares de presos políticos y muchos problemas pendientes cuando

asumió el gobierno el aDo siguiente.1;; 

Si bien el car!cter sorpresivo del inicio y su inde&inición inicial han desaparecido de la mirada

de los analistas +incluido el temprano an!lisis de las consecuencias del plebiscito que reali%ara

(uis Eduardo 3on%!le% en Mayo de 19:21;:, es perceptible el e&ecto que tuvo ese largo

silencio o&icial posterior al recuento de votos, seguido por una decisión sorpresiva e inconsulta.

El tramo de silencio del gobierno le permitió recuperar la iniciativa, y la distancia con la

campaDa del plebiscito signi&ico la construcción de un tiempo di&erente que no estaba

marcado por la continuación de aquel debate* eso eplicaría por qu' los militares pudieron

de#ar de lado- /la posibilidad de negociar los t'rminos y el ritmo del cronograma01;9. (a

característica del anuncio lo mostraba como una concesión del r'gimen, y como tal podía ser

revocada en cualquier momento. Esto in&luyo de manera visible durante las conversaciones

para de&inir el estatuto de los partidos políticos +en que el gobierno pudo &i#ar los ritmos y las

pautasy en la campaDa de las internas, en la que los militares pudieron marcar con mucha

&uer%a el espacio de los discursos permitidos y donde los políticos estuvieron ba#o permanenteamena%a de proscripción.

1;G (iliana de 4i%- >ruguay- la ?ransición desde una perspectiva comparada0, en 3uillespie, h,

3oodman, J. 4ial, ". Hinn- >ruguay y la democracia +Montevideo, E56, 19:G, @@@, 12171$9.1;C 6Z<onnel, 3uillermo y "hilippe Schimtter- ?ransiciones desde un gobierno autoritario. onclusionestentativas sobre las democracias inciertas, +5uenos )ires- "aidos,1991, @F, 91. >n resumen de laseplicaciones en 3uillespie, h- egociando la democracia, cit. Eplicaciones elaboradas en la 'poca,ver- 4ial,J- (os partidos políticos, Trestauración o renovaciónU, en 4ial, J- "artidos políticos- democracia yautoritarismo. +Montevideo- E567@ES>,19:B, @@, G17:9* Solari, )- El proceso de redemocrati%ación en>ruguay, en Solari, )- >ruguay. "artidos políticos y su sistema electoral.+Montevideo, A>, 1991, 22;7

2GB.1;; En Julio de 19:B el 3ral. 4apela a&irmo que la transición a la democracia no comen%aría hasta la

instalación del nuevo gobierno en Mar%o +3uillespie, egociando.cit. 1B:* al aDo siguiente el senadorcolorado y e comandante de la armada, Juan J. Oorrilla, decía- /no hubo ninguna transición.(amentablemente tenemos que estar haciendo la transición en este gobierno democr!tico y pagandolas consecuencias de una transición que no se hi%o cuando tenía que haberse hecho0 +5squeda, 29 de)gosto de 19:G,B1;:

 "oco despu's de las elecciones internas, (uis E. 3on%!le% describía así las perspectivas de latransición- /no hay ra%ón posible que imponga la interrupción del proceso. "roceso que lenta peroe&ectivamente lleva dos aDos en marcha y, pese a la lentitud en el detalle, ha llevado a un paisa#epolítico muy distinto al eistente en sus comien%os. o es necesario que desemboque en la restauracióndemocr!tica, pero si llego a hasta aquí, de acuerdo a la vie#a regla de improbabilidad relativa en los

saltos bruscos la con#etura m!s plausible es que seguir! su curso0. Fer- 3on%!le%, E. >ruguay- unaaperturacit. $1.1;9 )cahrd- (a transicióncit. 1;

Page 63: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 63/86

(a inde&inición especi&ica de lo que el gobierno entendía por /transición0 mantuvo por mucho

tiempo un amplio margen de inseguridad* para algunos militares la designación de Vlvare%

signi&icaba un paso en el camino hacia la entrega del poder a los civiles +de allí la &i#ación del

periodo presidencial de duración m!s breve, mientras que desde el entorno de Vlvare% se

hacían otras lecturas que hablaban del cumplimiento de /metas0 sin atarse a /calendarios

rígidos0. Sugestivamente y a pesar de que la estructuración de la transición los trans&ormaba

en principiantes ineludibles, desde la oposición estas di&erencias &ueron percibidas como un

riesgo para la culminación de la transición y no como una oportunidad para hacer pesar un

cronograma alternativo. omo resultado, cuanto mayor elasticidad de le daba a las etapas,

m!s se incrementaba el margen de incertidumbre. El sentido de la transición que se anunciaba

tenía entonces una interpretación di&usa y muy dependiente del conteto que era muy

variable.

Esta con&iguración tan vol!til que apuntaba a la reali%ación de elecciones en el mediano pla%o,

proporcionaría el marco para la transición a la democracia, y en el tendrían que incorporar sus

estrategias los di&erentes partidos. 3radualmente estos &ueron comprendiendo y aprendiendo

la lógica del proceso, lo que los acercaba a la posibilidad de promover una con&iguración m!s

&avorable de lo que debía entenderse por /transición0 y de cal sería su resultado &inal. Esto

signi&ica que el sentido de la palabra /transición0 &ue variando a lo largo del mismo proceso de

transición y que se resultado se eplica m!s bien por la variable ecuación del los agentes,

generada por las decisiones adoptadas en el marco de contingencias muy variables. "ero la

combinación de transición y proceso electoral presentada por los militares agregaba otra

di&icultad para la coordinación de la oposición. >na etapa de transición que termina con la

elección presidencial implica la superposición de dos procesos distintos- la desestructuración

del r'gimen autoritario, y la campaDa electoral. Esto requiere el despliegue de dos operacionespolíticas que reclaman estrategias di&erentes- en la lucha por la reinstauración de los derechos

y las garantías, todos los partidos deben presentar un &rente uni&icado para arrancar a la

dictadura la mayor cantidad posible de concesiones que &aciliten la acción de la sociedad civil*

mientras que en la perspectiva de la elección, cada uno debe per&ilarse con nitide% para

di&erenciarse del resto. Si bien puede pensarse que en el &inal del proceso la campaDa electoral

terminar! sustituyendo al reclamo institucional, estas dos operaciones políticas no son etapas

que se desarrollen sucesivamente sino que operan simult!neamente y van con&igurando las

situaciones políticas de manera comple#a segn las decisiones de los agentes. El pasa#e de una

actitud /dialoguista0 con el r'gimen a una actitud de competencia electoral depende

solamente de la decisión de cada agente, pero en un campo tan din!mico los e&ectos de talesdecisiones resultan incontrolables. Si un partido adoptara una estrategia auda% y se per&ilara

prematuramente con demasiada &uer%a, podría ser acusado como responsable de /romper el

&rente opositor0 y debilitar las posibilidades de arrancar concesiones del r'gimen* por el

contrario, si desarrollara una línea muy apegada al resto de los partidos, quedaría desdibu#ado

y perdería posibilidades en el momento de reclamar votos.

?ambi'n hay que considerar el e&ecto simult!neo y reciproco del proceso de transición política

sobre el marco institucional, lo que hace que las normas de relacionamiento y el espacio de

legitimidades est'n en continuo cambio. "or eso, es una instancia particularmente critica la

&orma cono cada uno de los partidos evale los sucesivos momentos del proceso de transicióny la consiguiente de&inición de su línea de acción. omo veremos, el campo opositor se

Page 64: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 64/86

recon&igura permanentemente segn las acciones de sus integrantes* cada gesto político

relevante incide de manera perceptible en las decisiones de los otros agentes y genera una

cadena de consecuencias que resultan imprevisibles. "or todas estas ra%ones la transición

estuvo permanentemente marcada por la incertidumbre, y esta condición aleatoria debe

tomarse en cuenta para no caer en la tentación de los an!lisis lineales cuando se pretenda

evaluar las opciones disponibles para los agentes en cada momento- ningn participante o

grupo de ellos, puede de&inir a priori el trayecto de la salida segn su conveniencia y luego

impon'rselo a los otros. )l contrario, en un campo tan vol!til parecía m!s adecuada una

estrategia &leible que permitiera adaptarse a las circunstancias cambiantes* pero si las

opciones estrat'gicas de un dirigente han seguido un recorrido demasiado %ig%agueante, luego

puede resultar di&ícil de de&ender ante los electores. (a di&icultad para la de&inición se

incrementa aun m!s cuando se tiene presente que el nmero de participantes partidarios es

un dato relevante para de&inir cualquier estrategia, y este no estuvo de&inido sino hasta muy

avan%ada la transición. <urante mucho tiempo hubo dos agentes que pugnaron por

incorporarse- el Arente )mplio +que logro su ob#etivo y el /partido del proceso0 promovidopor el 3ral. 3. Vlvare%, que &inalmente quedo &uera de #uego. (a eistencia de dos partidos7

aunque la de uno de ellos &uera solamente discursiva y a nivel de posibilidad7 e#erció una

presión &!cilmente perceptible sobre el con#unto de los otros agentes, hasta el tardío ingreso

del Arente )mplio puso a todos en la obligación de rede&inir, con m!s o menos 'ito, la propia

estrategia.

Este dinamismo tambi'n provocó con&lictos en la interna de los partidos, que resultaban

ampli&icados en el cambiante conteto de la transición. Muchas veces se hicieron pblicas las

divergencias de opinión entre los dirigentes o los con&lictos entre los que permanecieron en el

país y los que debieron emigrar. "or su parte en las AA.)), se mantuvo la inercia de sus propioscon&lictos internos, que sólo habían podido dirimir con di&icultades desde 19;C. "or lo tanto,

en algunos tramos el debate por el rumbo de la transición se vinculó con las disputas y los

con&lictos internos, que llevaron las situaciones casi a un punto de ruptura- así ocurrió con la

consigna por el voto en blanco lan%ada por Seregni desde la c!rcel en 19:2, o la demanda de

Aerreira que su partido se retirar! de las negociaciones del "arque 8otel en Mayo de 19:$.

?ambi'n la designación del ?te. 3ral. 3regorio Vlvare% como presidente, el primer paso en este

accidentado recorrido transicional, parece estar marcada por esa tónica.

(a designación presidencial de 3. Vlvare%.

)l parecer, las decisiones que involucran al 3ral. Vlvare% est!n signadas por el con&licto- tal &ue

el caso de su designación como comandante, y así ocurrió tambi'n cuando &ue designado

como presidente. En los dos casos, las divergencias se saldaron con arduas transacciones que,

en su proceso, provocaron recomposiciones particularmente importantes en cuanto

involucraron modi&icaciones en la distribución de &uer%as en la JJ6633. En 19;9, el

consentimiento para el ascenso de Juan 6ueirolo a la comandancia le represento Vlvare% una

ganancia de cuatro votos en la #unta, lo que aparentemente le aseguraba la mayoría en el caso

posible de una designación presidencial. En 19:1 cuando llego el momento de designar alnuevo presidente, disponía de mayorías muy a#ustadas- aunque su&icientes para la Junta de

Page 65: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 65/86

3enerales del E#'rcito, no alcan%aba el mínimo de 2N$ requerido para las decisiones de la

JJ6633. Si allí la minoría del e#'rcito #untaba sus votos con la Auer%a )'rea y con sectores de

la )rmada, entonces volcaría las mayorías en su contra.

"oco antes de la elección de Vlvare% se produ#o una crisis interna en el e#'rcito, que determino

el pase a /retiro voluntario0 de dos generales- el ministro del @nterior, M. De% y el directorde la escuela de armas y servicios )lberto 5allestrino, involucrados en una esta&a y la

desaparición de un detenido1:=. (a salida de dos generales me#oraba las posibilidades de

Vlvare% dentro de la Junta de 6&iciales 3enerales, aunque uno de sus apoyos +el 3ral. 8ugo

(inares 5rum pasaría a retiro precisamente el $= de Julio cuando todavía no estaba decidida la

elección. ) di&erencia de lo ocurrido con la designación de Vlvare% como comandante en 19;:,

esta ve% la comple#a negociación interna no quedaría oculta al pblico, y la prensa se hi%o eco

de los rumores que corrían en el ambiente. )l &inal del primer día de reuniones de los

generales ya trascendía que si bien Vlvare% parecía contar con apoyos importantes, ganaba

&uer%a la posibilidad de un presidente civil y se mane#aban nombres- Enrique Fiana 4eyes,

Enrique F. Arigerio, Estanislao Fald's 6tero, Falentín )rismendi, Aederico 3arcía apurro y

Arancisco ?ourreilles. Ainalmente, la elección se de&inió en dos etapas- los generales se

reunieron por separado, y segn )chard, los opositores en el e#'rcito +Pueirolo, Medina y

oitiDo decidieron darle su voto Vlvare%, mientras que el 3ral. "aulós se mantuvo en su

negativa. (uego, en la reunión de los o&iciales de las tres armas, el voto en bloque del e#'rcito

habría conseguido el voto de la Marina,1:1 ) pesar de la reticencia militar, esta ve% &ue noticia

el voto negativo del 3ral. @v!n "aulós* por lo tanto, no hubo sorpresa cuando pocas semanas

despu's se anuncio que este pasaba a /retiro voluntario0.

uando se hi%o pblica la designación, el nuevo presidente rati&ico su lealtad al /proceso de

reconstrucción y consolidación nacional que se iniciara en &ebrero de 19;$0,1:2  y a la ve%

re&or%ó la simbología partidaria depositando un clavel blanco y uno ro#o sobre la urna del

Mausoleo. "ero en cuanto se hi%o cargo del poder tomo r!pidamente el control de la situación-

designo al Ministro del @nterior, el 3ral. amand ?rinidad, como presidente de la comisión de

)suntos "olíticos de las Auer%as )rmadas, 6M)S"6. ?rinidad, ministro desde la crisis de

mar%o, era considerado un &irme partidario de Vlvare%* este mismo eplico que como la

6M)S"6 /en este caso, es el órgano político representativo del gobierno, hemos tomado esa

decisión a los e&ectos de no diversi&icar la opinión0.1:$ El 3ral. ?rinidad se encargo de en&riar las

epectativas surgidas entre los políticos y tambi'n corto las iniciativas de algunos de sus

colegas- el 3ral. Jorge 5orad &ue removido de la omisión cuando trascendió que habíamantenido reuniones con el "ro&. arlos J. "ereyra, y pocos despu's debió de#ar tambi'n la

presidencia de )ncap. ) partir de ese momento comen%aría una de las etapas m!s comple#as

del di!logo entre los partidos políticos y las AA.)).

1:= Se trata del secuestro y la desaparición de Juan ). Soca, quien administraba dinero a nombre de los

nombrados y otros #erarcas militares. )parentemente &ue acusado de malversación, secuestrado ypermanece como desaparecido. Fer- 4ico. ).@@, B==7B=9. omo resultado de esta crisis, dos partidariosde Vlvare% pasaron a ocupar puestos claves- el 3ral. amandu ?rinidad ocupo la vacante de De% en elministerio del @nterior, y el nel. Hashington Farela sustituyo como #e&e de policía de Montevideo alrenunciante nel. 8ugo )rregui.1:1

 )chard, (a transición..cit. 1:, nro 1:.1:2 (a democracia,; de )gosto de 19:1,ultima p!gina.

1:$ <eclaraciones de Vlvare% del B de setiembre* 6pinar,1= de Setiembre de 19:1,G

Page 66: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 66/86

(os problemas del di!logo.

(as negociaciones llevadas adelante en los ltimos meses de 19:1 que apuntaban a elaborar

un nuevo /estatuto de los partidos políticos0, reconstruyeron un espacio político integrado por

dos partidos mayoritarios y uno claramente minoritario, que primero aparece designado como

/Movimiento ívico ristiano0 y luego como />nión cívica0. ) pesar de su car!cter restrictivoesto representaba un avance con relación a la situación anterior, especialmente porque ponía

&echa para el primer paso en el camino de la normali%ación política- la reali%ación de las

elecciones internas, de la que surgirían los /interlocutores validos0 para el di!logo con los

militares. "ero este paso debía estar precedido de la aprobación de un marco legal para la

actuación de los partidos políticos, y esta ve% los militares querían la anuencia de estos. <esde

que se iniciaron las conversaciones se levantaron parcialmente las restricciones al derecho de

reunión, lo que signi&icó el comien%o de una vigorosa reactivación partidaria. ?ambi'n en 19:1

se aprobó la /(ey de asociaciones pro&esionales0, y su puesta en &uncionamiento supuso la

reanudación de la actividad sindical, que durante muchos aDos había estado parali%ada. Esta

multiplicación de agentes +y la consiguiente multiplicación de las demandas coincidió con el

impacto de la guerra de Malvinas y sus consecuencias, la crisis económica y la desestabili%ación

política de la dictadura argentina. Estos hechos ampli&icaron los e&ectos de esta novedosa

poli&onía, lo que con&iguró un conteto que progresivamente se volvió m!s inmane#able para el

gobierno militar que desde el principio se había mostrado poco h!bil para administrar las

disidencias.

4ehabilitación de los partidos y elecciones internas.

Segn lo previsto, se &ormali%aron las reuniones con representantes de di&erentes sectores de

cada partido, y luego de muchos intercambios +entre los dirigentes políticos, de estos con susdirigentes intermedios y con la 6M)S"6, de esta con el conse#o de Estado, &inalmente se

aprobó una ley que convocaba a elecciones a padrón abierto para elegir autoridades de tres

partidos políticos- los dos tradicionales y la ahora resurgida unión ívica, que había registrado

su ltima participación electoral casi 2G aDos antes. itando un comentario de 5atlle y

6rdóne%, quien en 1::; declaraba que los ciudadanos debían votar por el /"artido

onstitucionalista, el "artido 5lanco y el "artido olorado0, dice ?arigo-

/8oy tambi'n, la alternativa es seme#ante. El lugar del "artido onstitucional podr! ocuparlo,

en 19:B, la >nión 4adical ristiana o la <emocracia ristiana o el "artido Socialista

<emocr!tico* pero en primer plano estar!n como siempre el "artido olorado y el "artido5lanco0.1:B 

El con#unto reproduce con bastante &idelidad la composición tradicional donde dos partidos

e#ercían su hegemonía. (a con&iguración del campo partidario recuperaba, acentu!ndolas, las

características anteriores a la suspensión de la actividad política- dos partidos hegemónicos, y

un residuo irreductible que se suponía pequeDo.

(a perspectiva de la reali%ación de las elecciones activo inmediatamente las din!micas

partidarias, lo que implico la actuali%ación de las tradiciones y de las posturas ideológicas de

1:B /la #uvenetud ante los partidos políticos0, 6pinar, 2= de )gosto de 19:1,9

Page 67: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 67/86

cada partido. Este proceso implicó una renovación de los discursos partidarios en cada una de

las /comunidades interpretativas0 que incorporarían nuevos contetos.

El car!cter &undacional que tuvo 6pinar en la construcción del campo opositor le dio la

posibilidad de con&igurarlo aportando a la ve% aspectos que serían patrimonio comn, como la

reivindicación de la democracia y del pluralismo político, y tambi'n otros propios de unapropuesta partidaria &ormulada desde el lugar del 5atllismo. (a oposición se &ue construyendo

entonces un claro per&il colorado- apoyada en el racionalismo político, movili%aba principios de

valide% universal surgidos de las revoluciones inglesas y &rancesa, e invocaba con &recuencia a

los grandes re&erentes del pensamiento liberal. En esta con&iguración el campo opositor era

respetuoso de la ley y de las instituciones, promovía la vigencia de la libertad y la democracia

y de&endía el di!logo como principal herramienta de trans&ormación política, recha%ando la

violencia y el radicalismo político. <esde las p!ginas del semanario, el "artido olorado

aparece como un partido universalista, institucionali%ador +la apertura sólo tiene camino por

medio de la negociación con el gobierno y homog'neo- ya que desde que se elaboran los

planteos para presentar a la 6M)S"6 aparece invocada permanentemente la /unidad de

posturas dentro del partido0, como una &orma de marcar las di&erencias con el nacionalismo.

"ero en cambio aparece muy amortiguada la relación con la tradición colorada, tal ve% como

&orma de disimular el origen no batllista de algunos de sus redentores, o como una opción para

recuperar el car!cter renovador y antitradicionalista del primer 5atllismo* aquellos columnistas

con cierta actividad historiogr!&ica, como el pro&. )l&redo ?raversoni o el <r. arlos Manini

4íos, rara ve% incursionaban en temas históricos.

Esta propuesta mostro r!pidamente su capacidad de atracción* en torno al semanario

comen%ó a reunirse un grupo de #óvenes +4oberto )sian, 6pe "asquet, Manuel Alores Silva,

Jos' (uis 3untin que pro&undi%aron las líneas de re&leión que se habían desarrollado desde

el <ía. "ero en la medida en que los artículos cubrían m!s aspectos y la opinión se epresaba

sobre temas m!s variados, tambi'n quedo a la vista el per&il conservador de algunos de sus

colaboradores. Esto no era perceptible cuando se planteaban las demandas políticas para un

&uturo inmediato* pero cuando el semanario aumento su eposición discursiva aparecieron

a&irmaciones que resultaban contradictorios con los principios liberales y democr!ticos

sostenidos anteriormente. )sí, mientras se discutía la posible ubicación de los sectores y

votantes de i%quierda en el esquema de tres partidos previstos en el estatuto negociado con la

6M)S"6, ?arigo #usti&icaba las restricciones a la acción de otros partidos- /puede ser hoy y

aquí, en esta coyuntura especialísima del país, una solución adecuada. El tiempo dira, de aquí adie% o veinte aDos, si ella debe ser mantenida o retocada.01:G "odía ser discutible que /esta

coyuntura especialísima0 de la transición se prolongara todavía die% o veinte aDos, pero era

m!s discutible que ni entonces pudiera pensarse en eliminar llanamente la proscripción de

partidos.

En Mar%o de 19:1 comen%ó a aparecer otro semanario 5atllista, orreo de los Fiernes,

vinculado al <r. Jorge 5atlle, aunque su &igura m!s visible era el <r. Julio M. Sanguinetti. El

nuevo semanario tenía un per&il m!s cercano a la tradición batlllista y la evolución

conservadora de 6pinar los aproimó sin es&uer%o. (os dos evitaban subrayar los puntos de

1:G /(a manía de agrandar rivales0, 6pinar, 1; de <iciembre de 19:1, p!g.$.

Page 68: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 68/86

discrepancias, re&or%ando la imagen unitaria que el partido presentaba hacia el pblico. "or

supuesto, no siempre esta imagen coincidía con la realidad- en el debate partidario de las

elecciones internas, debieron r!pidamente so&ocadas tanto las criticas del "ro&. ?raversoni

contra Sanguientti y su ley de Educación, como las convulsiones motivadas por el acuerdo de

?arigo con Sanguinetti que culminaron con la separación de un grupo de #óvenes orientados

por M. Alores Silva.

"or su parte, el "artido acional comen%aría a incrementar su visibilidad en la prensa con la

aparición de /(a <emocracia0 a &ines de Julio de 19:1. Su incorporación introdu#o una

modi&icación completa del campo opositor, porque no se limito a ocupar un lugar en el espacio

de la /oposición responsable0 ya construido por los sectores batllistas. El impacto de la

aparición del semanario blanco proporciona un buen e#emplo de la manera como las

decisiones de un solo agente pueden tener la capacidad de recon&igurar todo el campo

político. omo nuevo integrante que aspiraba a singulari%arse dentro del con#unto. /(a

<emocracia0 debía de&inir su propio per&il y esto implicaba la redistribución de los roles dentro

del campo. Se imponía la rediscusión de los acuerdos en la oposición ya que se incorporaba

otra agenda, con sus propios temas y sus 'n&asis. "or cierto, su aparición obligó a los

semanarios colorados a modi&icar su discurso- pero a su ve% ese cambio implicó una dimencion

de negociación, donde tambi'n (a <emocracia debió reba#ar algunos de sus planteos

originales.

(a creación del campo opositor a partir de la acción de un solo agente le había con&erido

mucha homogeneidad, pero con un discurso muy &!cilmente identi&icable como /batllista0.

on /(a <emocracia0 apareció otra &orma de entender la actividad política que destacaba los

contenidos emocionales y los principios apoyados en la tradición, acompaDada por una

propuesta de reescritura del pasado donde, por e#emplo, /el su&ragio0 se identi&icaba con las

revoluciones de )paricio Saravia +lo que contribuía a /desbatlliti%ar0 el relato de la

construcción de la democracia. Surgió así una construcción identitarias de matri% emocional e

historicista, di&erente +pero no necesariamente contradictoria de la creación intelectualista de

6pinar.

<esde entonces el bloque opositor quedo dividido en dos partes- el partido olorado quedaba

ubicado como un polo moderado, racionalista y negociador, mientras que el nacionalismo se

colocaba en el lugar del radicalismo democr!tico, movili%ado e intransigente. Si bien ninguno

de los dos recha%aba la negociación, el sector mayoritario del partido acional trato de

identi&icarse r!pidamente con la oposición /dura0, donde la negociación con los militares

o&recía pocas concesiones y /se parecía mucho a Rla eigencia de una rendición

incondicional.01:C "or esas características el lugar que ocupaba la oposición blanca estaba m!s

próimo al de la i%quierda que el que estaba ocupado el 5atllismo, pero provocaba problemas

a dos puntas- por un lado incrementaba la tensión con los integrantes del partido que

mantenían su colaboración con el gobierno, y por otro complicaba todavía m!s la coordinación

con el discurso de Aerreira, ya que muchos dirigentes no compartían ese per&il i%quierdista. En

la medida que la actividad política dentro de &ronteras adquirían mayor din!mica, tambi'n

reclamaba m!s autonomía* y eso generaba m!s resistencia a algunas de las líneas de acción

1:C )chard. (a transición.,cit.2G

Page 69: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 69/86

marcadas desde el eterior. Aerreira se vio obligado a marcar matices y distinciones- en "orto

)legre, el 1G de Setiembre de 19:1, eplicando los ob#etivos de la <> ante un auditorio

especial +que incluía algunos legisladores uruguayos1:; Aerreira establecía una nítida

di&erencia entre los acuerdos t!cticos +/luchar para derribar a la dictadura0 y los acuerdos

program!ticos+/estructurar el >ruguay del maDana01::, en lo que parece un mensa#e claro-

cuando comience la etapa de competencia electoral, terminar!n las alian%as interpartidarias.

El discurso tambi'n sugiere que a medida que Aerreira se acercaba a las &ronteras, su discurso

perdía matices /convergentes0 y recuperaba sus características /blancas0* pero este vira#e lo

reinstalaba en posiciones discursivas que parecía haber abandonado largo tiempo atr!s.

"arece curioso que en el retorno geogr!&ico sea simult!neamente el retorno en el tiempo,

como si a pesar de la circulación de los casetes los dirigentes de su partido sólo lo reconocieran

por sus discursos del pasado, cuando los límites entre los /blancos0 y la /i%quierda0 coincidían

con la adopción o el recha%o de los comunicados militares.

El espacio para los otros partidos.

(a con&iguración surgida de la ley de partidos políticos de#aba sin resolver la ubicación de los

ciudadanos que no votaban a los partidos tradicionales. Era aventurado evaluar su nmero, y

los c!lculos podían oscilar entre los m!s de $===== votantes no tradicionales de 19;1, hasta

una ci&ra in&erior a la obtenida en la ltima elección en la que se presentaron por separado,

19CC. (as condiciones no parecían abrir margen al optimismo &renteamplista, y podía dudarse

que mantuvieran vigencia los acuerdos &undamentales tan laboriosamente logrados. Si bien es

cierto que eistía un omit' en EspaDa, el A)E, y era permanente la denuncia internacional de

la prisión del 3ral. Seregni, no parecía claro que los partidos que habían integrado la coalición

todavía mantuvieran su adhesión- el "< la había abandonado poco despu's del golpe, y el

comunismo y socialismo apoyaban al A)E mientras mantenían su actividad como partidos

independientes. "ero la mirada de los dos partidos tradicionales estaba con&igurada por una

matri% conceptual en el que los /partidos0 por antonomasia eran los partidos tradicionales, y el

ad#etivo /todos0 involucraba solamente a esos dos partidos. )bundan e#emplos de esto- (a

<emocracia #usti&icaba así el reclamo de /levantamiento de todas las proscripciones0- /esas

sanciones impuestasR a quienes merecieron el honor de ser electos por la ciudadanía y a

quienes, por otra parte, no se le ha acusado de cometer ningn delito, salvo el requirimiento

que pesa sobre el Sr. Hilson Aerreira )ldunate01:9 

) pesar de su enunciado general, el reclamo solo contempla la situación de los políticos

tradicionales y en particular la de H. Aerreira- había muchos requeridos por la dictadura que

/merecieron el honor de ser electos por la ciudadanía0 y adem!s algunos entre ellos estaban

privados de libertad, pero Aerreira era el nico que pertenecía a un partido tradicional. El

panorama dominado por las voces tradicionales reci'n cambió a &ines de setiembre de 19:1

con la aparición de la revista 6pción, vinculada al "<, que &ue la primera en reclamar, con

1:; (a cercanía geogr!&ica tambi'n &acilitaba la vigilancia. El r'gimen controlo la salida de los dirigentes

que iban a "orto )legre a participar en la reunión de setiembre de 19:1* la <@ compilo la lista devia#eros +4ico. @nvestigación histórica sobre la dictadura,cit. @@@, 1C$71CB y &otogra&ío a algunos en"orto )legre+id,1:2.1::

 /on&erencia de Hilson Aerreira )ldunate0, 1G de Setiembre de 19:1, en obras de Hilson Aerreira, (aluchacit. @, 12:7129.1:9 /8ablando claro0, (a <emocracia, 1B de )gosto de 19:1,$.

Page 70: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 70/86

poco apoyo y menos 'ito, la apertura de m!s opciones electorales cuando todavía se discutía

el estatuto de los partidos.

) mediados de 19:2, cuando se aprovo la ley de partidos, comen%ó a di&undirse la consigna de

/voto en blanco0 para los &renteamplistas. "romovida desde la prisión por el 3ral. Seregni, su

ob#etivo era impedir que la coalición desapareciera de la vida política, cosa que Xel suponía7sucedería inde&ectiblemente si aconse#aba el /voto t!ctico0 de apoyo a sectores de los partidos

tradicionales en las elecciones internas. (a consigna era clara- en esta instancia los

&renteamplistas debían votar en blanco para seguir siendo &renteamplistas.19=  En una breve

carta Seregni lan%aba la consigna- /(os integrantes del Arente )mplio, no deben votar dentro

de los partidos en las internas de noviembre de 19:20. Aundamentaba su a&irmación en los

elementos identitarios del Arente y en el an!lisis de la coyuntura política. )llí argumentaba-

/(o que realmente importa en esta batalla es que en oviembre de 19:27como en

oviembre de 19:=7se mani&ieste un pueblo que no acepta dictaduras ni democracias

tuteladas, que quiere ser dueDo de su &uturo y participante activo del quehacer colectivo. esto se alcan%a, si con el triun&o de los sectores opositores de los partidos tradicionales pero

tambi'n y mucho, por una presencia notoria +incluso por vía de ausencia de aquellos a

quienes no se a consultado, que se pretende marginar y requieren su participación. Es decir,

que la oposición deber reali%ar una convergencia de es&uer%os, lo que lo identi&ica7

necesariamente7 que todos hagan lo mismo, sino que las acciones a cumplir por cada uno,

concurran y conver#an sobre el ob#etivo.0191 

(o interesante es que en ese momento la carta &uncionó para muchos como una interpelación

ideológica que invocaba la identidad &renteamplista por encima de las mediaciones racionales*

la consigna /creo0 como &rentamplistas a muchos #óvenes que no habían hecho previamenteninguna mani&estación o gesto que revelara esa adhesión. )unque pudieran oponerse muchas

ra%ones de oportunidad, o argumentos de car!cter t!ctico, el reclamo de Seregni movili%o a

sus seguidores, principalmente a los no sectori%ados o que no encontraban encuadrados en

alguno de los partidos. (a represión no logró impedir la di&usión de la consigna- por el

contrario, la revistió de un contenido 'pico que dio m!s &uer%a al mensa#e. ) pesar de las

di&icultades y de la división que provoco entre los votantes de la coalición, la consigna adquirió

importancia porque reinstalo al Arente )mplio en el espacio de la realidad pensable y con el

paso del tiempo el voto en blanco en 19:2 ha sido visto como un gesto &undacional entre los

&renteamplistas.

Esta consigna provoco de inmediato el recha%o de los partidos habilitados. omo la ausencia

de una vo% propia de la i%quierda ya aparecía como un dato de la realidad, habían desarrollado

estrategias para captar a sus potenciales votantes reclamando el apoyo para los sectores

democr!ticos de los partidos tradicionales, haciendo coincidir el inter's de sus sectores

políticos con el inter's general. ?anto desde las p!ginas de los semanarios que circulaban en

Montevideo, como en los mensa#es de Aerreira enviaba desde el eterior, que instaba a votar

19= Fer- 3ral. Seregni- Aundamentos necesariamente esquematicos de una toma de posición ante las

elecciones internas nov. 19:2. 1= de Junio de 19:2, en )guirre 5ayley. El Arente )mplio. 8istoria. it.1$;71B=.191 @d, 1$9

Page 71: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 71/86

dentro de los partidos tradicionales sin tomar demasiado en cuenta las contradicciones que

implicaba ese reclamo- para lograr una democracia m!s plural había que pasar por alto la

diversidad de opiniones* o en nombre de la libertad política, reclamar el apoyo de los votantes

de otros partidos a los que la represión les impedía presentar sus argumentos. "recisamente,

por promover el voto en blanco, la revista 6pción &ue clausurada de&initivamente a &ines de

octubre, y un grupo de ciudadanos &ue detenido. uando ya 6pción había sido clausurada,

arlos Manini 4íos publicaba en 6pinar-

/o ser' yo, por supuesto, quien se moleste por una actitudRla de votar en blanco que

considero encuadrada dentro del libre derecho de los ciudadanos0* pero a continuación

agregaba- /lo primero es ir a votar porque no se trata solo de elegir autoridades para este o

aquel partido, sino de devolver a la democracia del >ruguay. "ero en lo que no creo es en la

e&icacia del voto en blanco para alcan%ar ese &in, sino que me merece Rsic una disipación de

es&uer%os que no conduce a parte alguna. )legar que dentro del cuadro electoral que tenemos

no hay opción v!lida, no es de recibo cuando son tantas las listas que se han presentado.0

sobre el &inal agregaba- /uestro deber cívico es cooperar en esta obra, &orti&icando con el

voto a alguno de estos partidos. ?odo lo dem!s es super&luo.0192 

<esde &uera del país, Aerreira eponía un ra%onamiento m!s mati%ado, pero muy similar en su

estructura. Il tambi'n a&irmaba claramente- /considero que el voto en blanco, en el >ruguay

de hoy es para muchos ciudadanos una opción legítima0, pero al anali%ar la movilidad del

electorado en las ltimas elecciones uruguayas concluía que los ciudadanos que cambiaban de

voto en cada elección /no son propiedad de nadie0. ) partir de allí desarrollaba un

argumento que en algunos pasa#es se de#a leer como una crítica a quienes impulsaban el voto

en blanco y a quien propuso la idea-

/no sería muy buena cosa, que optaran por no contribuir con un voto positivo por el

hecho de que no les est!n abiertas todas las opciones, por una ilegitima decisión del poder

pblico. Eso sería eactamente lo mismo que si yo, ehortara a mis compaDeros políticos a no

votar o votar en blanco. El problema es distinto- cuando no eista otra motivación concreta de

orden estrictamente partidista, todo ciudadano, ante este como ante cualquier episodio

electoral, debe hacerse una pregunta y solamente una pregunta. ella es, Tqu' consecuencias

tendr! mi voto, en qu' sentido incidir! la &orma en que yo vote sobre el destino del paísU, y

tan claras las cosas, al &in todo se vuelve meridianamente claro. TEs indi&erente para la

recuperación de un r'gimen de libertad,Rque sean unos y otros quienes ri#an los destinos de

los partidos tradicionalesU19$ 

(a etensión de la citas permite apreciar una con&iguración #erarqui%ada del campo partidario7

muy similar al eistente antes del golpe7 donde sólo dos partidos podían epresar la voluntad

192 .Manini 4íos- /(os votos de menos0, 6pinar,2: de 6ctubre de 19:2,G. El articulo aparece publicado

con la siguiente nota de la dirección- /El doctor arlos Manini 4íos nos envió este su artículo semanaldesde el interior del país donde se encuentra por estos días. En la noche del lunes nos llamótele&ónicamente a Montevideo R y nos de#ó epresado su deseo de que su artículo &uera acompaDadode una constancia de que &ue escrito antes de conocerse el decreto del "oder E#ecutivo que dispuso la

clausura de&initiva de la revista 6pción. (o que así hacemos, con mucho gusto.019$ /)Do 19:2. Mensa#e previo a las elecciones internas0. En 6bras de Hilson Aerreira )ldunate. (a

lucha.cit. @, 1BB a 1BC

Page 72: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 72/86

de la nación y lo que importaba a ellos debía ser importante para toda la comunidad nacional.

"or lo tanto solamente el voto dentro de esos partidos podía ser positivo y tener

consecuencias en el destino del país* cualquier otra actitud sería /super&lua0, una motivación

concreta de orden estrictamente partidista, es decir, una actitud legitima en otro momento,

pero que ahora resultaba necesariamente divisionista19B 

El e&ecto de las elecciones internas.

<os hechos muy importantes sucedieron casi simult!neamente en el ltimo &in de semana de

oviembre del aDo 19:2- el #ueves 2G se produ#o el colapso de la /tablita0, y el domingo 2:7 en

pleno &eriado bancario que seguiría hasta la semana siguiente7, se reali%aron las elecciones

internas. a en la 'poca se vio esta con#unción como la evidencia del &racaso de la dictadura

tanto en su política económica como en su intención de controlar la apertura política. Esta

simultaneidad marcar! en buena medida el &uturo de los acontecimientos, ya que el aDo 19:$&ue en lo económico el m!s duro de la dictadura militar* y desde entonces la presencia de la

crisis incidió con mucha &uer%a sobre el proceso de transición política.

"ero aunque todos coincidan en que los resultados signi&icaron una nueva derrota para el

proyecto militar, igualmente el resultado de las elecciones internas admite varias lecturas. En

los dos partidos tradicionales re&or%aron la posición de los sectores opositores en detrimento

de los o&icialistas. Si se miraba como una competencia electoral entre partidos, el "artido

acional superó ampliamente al "artido olorado y revirtió la eigua venta#a de este en las

elecciones de 19;1* y la aplastante mayoría lograda por las corrientes Yilsonistas parecía

anticipar el triun&o en las próimas elecciones nacionales. Era evidente que el nacionalismoopositor había tenido m!s 'ito en el reclamo de votos de la i%quierda que el recompuesto

batllismo de 6pinar* no es raro que pasada la elección comen%ara la preocupación sobre este

tema. "or otra parte, la estrategia del voto en blanco no aparecía como muy eitosa para el

Arente )mplio. Si bien las internas demostraron su vigencia y recupero visibilidad +y desde

entonces comen%ó a tener creciente participación en las decisiones del &rente

opositor,Seregni mostraba su preocupación desde la c!rcel porque /gran parte de los

&rentistas su&ragó dentro de los partidos tradicionales0, como consecuencia de que /un muy

alto porcenta#e de las bases del Arente )mplio no acepto la decisión de la dirigencia0. 19G 

)dem!s la di&erencia del "artido acional sobre el colorado superaba el nmero de votos en

blanco, lo que complicaba la posibilidad de que el Arente )mplio actuara como minoríadecisiva inclinando sus votos a &avor de uno u otro de los grandes partidos.

"or su parte, en el "artido olorado el pachequismo resigno su mayoría ante el /5atllismo

unido0 de Sanguinetti y ?arigo, aunque para estos la situación no de#ara margen para el

&este#o. (os meses que siguieron a las internas &ueron muy bien aprovechados por la dirigencia

batllista- Julio Maria Sanguinetti &ue electo Secretario 3eneral del "artido y desde allí su &igura

gano autonomía y tomo dimensión presidencial. on el apoyo de otras &iguras de peso como J.

19B

 ?ambi'n podría seDalarse el pasa#e donde Aerreira concluye que la proscripción de su persona es/eactamente lo mismo0 que a la de un con#unto de partidos.19G Fer colección (iber Seregni. (os aDos de prisión., cit. @@@@, 9$79B

Page 73: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 73/86

5atlle, Sanguinetti y ?arigo se trans&ormaron en los candidatos naturales del partido* pero el

comportamiento de los votantes de i%quierda sumaba un elemento de preocupación.

omparando los resultados del voto en blanco con los de la elección de 19;1, decía ?arigo en

seguida de las internas- /de no rehabilitarse la totalidad de los partidos políticos que han

eistido en el país, las elecciones las decidir!n esos doscientos mil ciudadanos que no querr!n

votar en blanco019C poco despu's comen%aría a reclamar la des proscripción de por lo menos

una parte de la i%quierda.19; 

o solamente la campaDa de las internas había introducido una vigorosa din!mica política* en

ella tambi'n in&luía en impacto de la quiebra de la tablita. (as elecciones habían arro#ado un

respaldo muy negativo para el gobierno y su e&ecto se multiplicaba a medida que la crisis

económica se hacía sentir tambi'n sobre la política. En 19:$ se agudi%aron los con&lictos

sociales y se reactivaron los sindicatos, ahora denominados /asociaciones pro&esionales0* la

nueva ley &ue reglamentada en 19:2 y abrió una vía de epresión para sectores de la i%quierda

todavía proscripta. Si bien la acción sindical se centró principalmente en las reivindicaciones

laborales +en el aDo en el que la característica &ue la caída del producto bruto y del salario real

y el aumento del desempleo,tambi'n utili%aron estos reclamos para seDalar la responsabilidad

de la política económica del gobierno y sumar voces al bloque opositor. (os sindicatos

incrementaron su in&luencia como resultado de la reali%ación del acto del 1ro de Mayo de

19:$, el primero en die% aDos. Aue convocado por una nueva generación de dirigentes

sindicales reunidos en un agrupamiento que no registraba antecedentes +el "lenario

@ntersindical de ?raba#adores, pero logro la presencia de miles de personas.

?ambi'n se incorporaron al &rente opositor, nuevos agentes, provenientes del sector

empresarial. )lguno, como la Aederación 4ural, había de&inido su posición contraria al r'gimen

desde el momento de la disolución de las c!maras* pero esa actitud de#o de ser una epresión

solitaria cuando se produ#o la crisis económica. Entonces aparecieron a su lado sectores hasta

entonces habían prestado su apoyo a la dictadura, como era el caso de los industriales.19: Estas

incorporaciones &ueron positivamente valoradas por los agentes políticos ya que incrementaba

las &uer%as del campo opositor, cuando se acercaba el momento de una #ugada política que

debía ser decisiva para terminar con la dictadura. ?ambi'n obligaba a un rea#uste en el

discurso, ya que su presencia imponía una nota de moderación que parecía necesaria para

mantener la unidad de este bloque ahora incrementado. "aralelamente, la aparente relación

causal entre el gobierno militar y la crisis tuvo un e&ecto importante sobre las epectativas

políticas de la población, que se volcaron a privilegiar el &inal del gobierno militar antescualquier otra consideración de orden económico. "arece haberse generali%ado la epectativa

por la democracia y la idea de que la instalación de un gobierno democr!tico contribuiría de

manera decisiva a me#orar la situación económica. "aradó#icamente, el agravamiento de la

situación económica no parece haber radicali%ado las demandas políticas, sino que, por el

contrario, parece haber e#ercido un e&ecto moderador.

19C /"rimeras re&leiones0, 6pinar, 2 de diciembre de 19:$,$

19;

 E. "a% )guirre. /(a i%quierda a la lu% del día0, 6pinar, 2; de enero de 19:$,;19: Fer 8endelman,8. Economic "olicy and elite "ressures in >ruguay. +8annover,.8. 4eports )>AS,

19;9N2; South )merica.

Page 74: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 74/86

Este giro &ue acorralando las posibilidades de una posible radicali%ación de los reclamos de la

oposición dentro de &ronteras, y simult!neamente &ue aumentando la distancia con las

posiciones sostenidas desde el eterior, de per&il m!s radical. (a relación entre crisis

económica y radicali%ación política era la base de las eplicaciones socio7económicas del golpe,

y su vinculación parecía una realidad incontrovertible- cuanto m!s pro&unda &uera la crisis

económica, mayor seria el desarrollo de las posturas radicales y menores la posibilidades de

una transición negociada. "ero mientras el clima social en el país comen%aba a reclamar cada

ve% con m!s &uer%a la concreción de una r!pida salida negociada, en el eterior se mantenía la

imagen que arro#aban los resultados de las internas- las corrientes m!s radicales eran las que

recibían m!s apoyo. Evaluando el resultado de las internas decía H. Aerreira en <iciembre de

19:2-

/.en cada uno de los partidos los votos se emitieron directamente proporcional con la

intensidad con que se había hecho la lucha contra la dictadura. (a gente clasi&ico7el termino no

es m!s duro o menos duro7el en&rentamiento. negó votos, no solamente a quienes estaban

directamente a &avor del r'gimen, sino que tambi'n a aquellos que no habían de&inido con

ecesiva claridad sus posiciones0199 

(a consecuencia natural de este an!lisis es que la radicali%ación representaba ganancia

electoral* pero adem!s coincidía con el ob#etivo político de muchos de los eiliados, que seguía

siendo la caída del r'gimen y la eliminación de toda posibilidad de retorno de los militares.

/Famos a perder otra ve%, en aras de una mentida conciliación nacional R, la posibilidad de

reconquistar el tiempo, el mucho tiempo perdidoU0 decía Pui#ano en Julio de 19:$, en un

artículo que terminaba &elicit!ndose por la suspensión del di!logo del "arque 8otel. 2==  "ero

dentro del >ruguay la situación aparecía radicalmente distinta- las &uer%as movili%adas ahora

parecían m!s interesados en apresurar el &inal de la dictadura, de#ando para resolver en el

&uturo las perduraciones del autoritarismo.

Este giro de la opción &avorecía claramente al partido olorado, que veía cómo la ciudadanía se

acercaba a sus posiciones políticas que siempre &ueron presentadas como moderadas. "ero en

cambio, provoco muchas di&icultades tanto en el partido nacional como en la i%quierda- los

blancos tenían a su principal dirigente en el eilio y resultaba di&ícil transmitirle la realidad

interna, y la i%quierda debía superar sus propias di&icultades para de&inir su ubicación en el

campo.

(uego de varios aDos de proscripción la i%quierda debía reconstruir su unidad, la que implicabala recuperación de su discurso pre7dictadura. "ero en esa tarea se en&rentaron las posturas

radicales +de mucho peso hasta 19;$ con las que trataban de renovar su discurso

incorporando en su tem!tica la eperiencia autoritaria, y que parecían m!s cercanos a la

sensibilidad de la población. "ero la coalición, la inclusión en el bloque opositor aparecía como

un ob#etivo central- pero de lograrlo, debía incorporarse en un conteto ya estructurado en

torno a e#es conceptuales que habían sido resigni&icados durante la dictadura, en tiempo en el

que el Arente no tenía posibilidades de participar en ningn debate pblico. (a eigencia del

199

 Entrevista al Senador Aerreira )ldunate, <iciembre de 19:2, en 6bras de Hilson Aerreira )ldunate. (aluchacit, 1GC.2== Pui#ano. , re&leiones sobre >ruguay. uadernos de Marcha, $ra 'poca, ro 2,cit. B1

Page 75: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 75/86

momento impuso la postergación de los debates sobre los ob#etivos a mediano pla%o* no había

espacio para incluir vie#os temas como la lucha armada o la construcción del socialismo* y

tampoco para el reclamo por los derechos humanos y las libertades pblicas,2=1 debía a#ustar

sus demandas sectoriales si quería ser aceptado en el &rente opositor. (a situación era

particularmente delicada y llegaron a ocurrir serios desencuentros* en las dirigencias

partidarias se opto por &ortalecer la coalición, y esto bene&iciaba internamente a los sectores

moderados que permitían /ganar credibilidad0 luego de aDos de propaganda adversa del

r'gimen. ) la inversa de lo que ocurrió en el partido acional, los partidos que integraban el

Arente )mplio comen%aron a cambiar el 'n&asis de su actividad- las de&iniciones políticas

comen%aron a descargarse sobre los dirigentes que permanecían en el país, en tanto que la

movili%ación en el eterior pasó a ser &undamentalmente de apoyo y di&usión. ) partir de estos

rea#ustes, las posiciones del "artido acional y la i%quierda comen%aron a ale#arse cada ve%

m!s.

(a viabilidad del /partido del "roceso0.

<esde muy temprano parece haber estado en la mente del 3ral. Vlvare% la idea de reunir

apoyos de los dos partidos tradicionales para liderar un partido político identi&icado con la

dictadura militar* esto eplicaría las gestiones de acercamiento con dirigentes opositores

reali%ados por Feigh Fillegas en 19;C. @ncluso el cronograma diseDado por los militares en

19;; puede leerse como una ho#a de ruta que llevaría a Vlvare% a la presidencia como

/candidato nico0 con el apoyo de los dos partidos tradicionales. "ero en 19:1, cuando&inalmente &ue designado, ya había ocurrido la derrota en el plebiscito, y al avance de la

reactivación de los partidos de#aba poco espacio para la se veía a&ectada por las resistencias

que generaba en la cpula militar. Su gesto de depositar una rosa blanca y una ro#a en el

mausoleo de )rtigas cuando acepto la presidencia &ue seguido por la designación de dos

intendentes civiles de su con&ian%a +#.."ayss' en Montevideo, J. hiruchi en San Jos', lo que

mostraba que no había abandonado del todo esa idea. M!s eplicito, el nel. 5olentini, por

entonces onse#ero de Estado, lan%o la idea de promover la &ormación de una /&uer%a nutrida

por blancos y colorados0 que podría apoyar a Vlvare% y que /propicie su continuidad en la

presidencia de la 4epblica por las vías del su&ragio.02=2 

(as consecuencias del plebiscito parecieron representar el mayor problema para la

construcción de un nuevo partido que reuniera dirigentes provenientes de los dos partidos

tradicionales. El debate televisivo y la derrota electoral del proyecto habían desestructurado

toda la elaboración ideológica promovida por la <@)4", y Vlvare% ya había quedado

de&initivamente ubicado en la incómoda categoría de /presidente de la dictadura0

desdibu#ando el concepto de /transición0 que apareció con su designación. Si se hubiera

impuesto el con&licto que mostraba al /uevo >ruguay0 en lucha contra el /marismo0, se

hubiera desdibu#ado la &rontera entre los partidos tradicionales &rente al enemigo mayor y así

2=1 Mararian, F, idos y reci'ncit. 1;B

2=2 uando el río suena. 6pinar,12 de oviembre de 19:1,$

Page 76: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 76/86

hubiera sido posible crear un espacio que reuniera dirigentes de uno y otro partido tradicional.

En cambio, al consolidarse el predominio del antagonismo /democracia7dictadura7 se había

re&or%ado la oposición al r'gimen y se pro&undi%aron las identidades partidarias porque el

pluralismo es una característica de la democracia. En este caso, la &ormación de un nuevo

agrupamiento que reuniera dirigentes por encima de las &ronteras partidarias parecía como un

proyecto de la dictadura y no como un camino hacia la institucionali%ación del país. (a

campaDa del plebiscito y el contenido teórico que se había movili%ado en los debates habían

conseguido imponer la idea de que los partidos políticos representaban la democracia y que el

proyecto constitucional era antidemocr!tico. "or eso aparecieron escasas posibilidades de

'ito del proyecto del nuevo partido, a pesar que lo impulsara el mismo presidente.

) comien%o de 19:$, Vlvare% hi%o pblicas algunas mani&estaciones en ese sentido* en )cegu!,

hi%o su pronunciamiento en el que anunciaba /la decisión de iniciar por el camino de las urnas

la empresa del acuerdo nacional, con blancos y colorados02=$ palabras que tambi'n podían

interpretarse como una propuesta de coordinación suprapartidaria que ligara a los partidarios

del r'gimen en uno y otro de los lemas tradicionales. "ero no tuvo el e&ecto esperado, ya las

elecciones internas habían reavivado las identidades partidarias y reactivando los

compromisos con las divisas. )hora la lealtad partidaria di&icultaba la migración hacia un nuevo

partido, y ningn dirigente importante podía aventurarse a abandonar su sector para

incorporarse a una organi%ación política de &uturo complicado. (a propuesta no tuvo el

impacto su&iciente como para recon&igurar el campo partidario* se interpreto como la reacción

malhumorada de un dictador &uertemente cuestionado, y por el momento cayó en el vacío.

El "arque 8otel y despu's.

(a reali%ación del /<i!logo del "arque 8otel0 sumo una nueva &rustración a las epectativas de

apertura política que se habían acumulado desde las internas. (a crisis económica, la

desestabili%ación de la dictadura argentina y el llamado a elecciones, adem!s del largo proceso

de apertura en 5rasil, hacían pensar que los militares estarían estructurando su retirada ante

la alteración política de la región. <esde esta perspectiva el di!logo del "arque 8otel

represento una sorpresa, ya que los militares replantearon las mismas demandas que habían

sido recha%adas en el plebiscito de 19:=. (as actas +incompletas publicadas por la <@)4"

poco despu's de suspendidas las conversaciones,2=B  muestran que el intercambio entro

r!pidamente en un calle#ón sin salida y su prolongación en el tiempo sólo puede eplicarse porla necesidad de no &rustrar las epectativas que se habían generado en la opinión.

(as conversaciones tuvieron un comien%o poco auspicioso ya que el portavo% militar, el 3ral.

4apela, volvió a reclamar las mismas medidas constitucionales que se habían recha%ado en el

plebiscito. )l comien%o de las reuniones &ue clausurado por seis meses el semanario (a

2=$ ?arigo. El pronunciamiento de )cegu!. 6pinar, ; de )bril de 19:$, ltima p!gina.2=B Aueron publicadas con el bi%arro titulo de /?ranscripción de las actas correspondientes a las sesionesreali%adas entre representantes de la comisión de )suntos "olíticos de las Auer%as )rmadas y

representantes de los partidos políticos habilitados7 "artido olorado, "artido acional y >nión ívica7en el periodo comprendido entre el 1$N$N19:$ y el GN;N19:$ en el "arque 8otel, en el marco deldi!logo político para la re&orma constitucional0.

Page 77: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 77/86

<emocracia, lo que provoco que Aerreira ordenara la retirada de su partido. (a propuesta

levanto &uertes resistencias entre sus m!s cercanos partidarios y para superarlas Aerreira puso

en #uego su lidera%go,2=G pero aun así no pudo impedir una &ractura en su partido, ya que la

mayoría del <irectorio no lo acompaDo.

(as negociaciones se etendieron por casi dos meses, sin resultados, las conversaciones seempantanaron ante la imposibilidad de encontrar un punto de acuerdo entre los reclamos

militares y las concesiones que legítimamente podían reali%ar los partidos. (a permanencia de

la represión, y aun su pro&undi%ación mientras se procesaba el /di!logo0, no contribuía a crear

un clima de transición.2=C  Ainalmente, luego de dos duras intervenciones de Sanguinetti y

?arigo, los negociadores políticos anunciaron la decisión de los partidos de suspender el

di!logo /para no desgastarlo0 como herramienta. Era evidente que esta suspensión sólo podía

ser temporal y que la posibilidad de la salida dependía solamente de la habilidad de las partes

para plantear los t'rminos de la discusión. En un episodio &uturo había que tomar en cuenta

los aspectos que en este se habían descuidado- la discreción de los encuentros, la &leibilidad

para buscar el acercamiento de las distintas posiciones, y la brevedad en el desarrollo de las

conversaciones. "ero tambi'n marcaba una novedad- era la primera ve%, desde el comien%o de

la transición, que los partidos se apoderaban de la iniciativa.

(a eperiencia del "arque 8otel est! cargada de consecuencias- dentro del partido acional

re&or%ó el lidera%go de Aerreira y cerró la posibilidad de disidencias, precisamente en el

momento en que sus de&iniciones políticas se radicali%aban cada ve% m!s. El &racaso de la

negociación pareció darle la ra%ón, pero de#o a la vista el nivel de tensión que podía alcan%ar el

creciente desencuentro entre la situación interna y su percepción desde el eterior. ?ambi'n

a&ecto negativamente a los partidarios de Vlvare% dentro del e#'rcito* si bien en el E#ecutivo

aprovecho para endurecer la censura y amena%o con nuevas proscripciones, una parte de los

generales y algunos dirigentes políticos comen%aron a reclamar que los comandantes se

encargaran directamente de las negociaciones, lo que disminuía las posibilidades de Vlvare% y

aumentaba la incidencia de la )rmada y la )viación, m!s partidarias del acuerdo.2=; 

ualquier observador atento de este proceso de reconstrucción de la sociedad civil podía

suponer en 19:$ ya se había ale#ado de&initivamente la posibilidad de un /partido del

proceso0 y que ya estaban incorporados al campo partidario todos los agentes legítimos que

participaron en el tramo &inal de la apertura* los dos grandes partidos que hegemoni%aban el

campo +con el partido nacional controlando la iniciativa y un pequeDo partido testimonial, la

>nión ívica, que compartía las posiciones m!s conservadoras. erca de la %ona de legitimidad

pero sin integrarla, estaba el Arente )mplio* si bien desde las internas su reconstrucción ya era

notoria, parecía muy improbable su ingreso en el espacio legal antes de las previstas

elecciones de 19:B. Esto planteaba un problema a los partidos legali%ados, porque podía

resultar el caballo de ?roya que utili%aran los partidos /antidemocr!ticos0 para introducirse en

2=G Fer- "osadas. M, Memorias del.,cit, BC7G;.

2=C (os delegados de los partidos incluyeron como ra%ones de la suspensión la clausura de (a<emocracia, la proscripción periodística del Sr. Enrique )l&onso Aernande%, el procesamiento de civilespor la #usticia militar, la situación de la Aederación 4ural, el procesamiento de #óvenes de la >J por la

 #usticia militar y el procesamiento del convencional arminillo Mederos del partido acional +acta nro.;, G de #ulio de 1;, G de #ulio de 19:$, transcripción. it. 922=; )cnard. (a transición cit. 92.

Page 78: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 78/86

el sistema, pero ninguno parecía es&or%arse para lograr su pronta des proscripción- alguna ve%

?arigo había dicho que podía esperar /die% o veinte aDos0, y los partidarios de Aerreira se

percibía cierta con&usión al respecto del alcance de las desproscripciones. ?anto para el

socialismo como para la democracia cristiana era muy improbable la participación en las

próimas elecciones, y era decididamente impensable la idea que dirigentes como 4.

)rismendi o el 3ral. Seregni pudieran hacer campaDa en apoyo de alguna candidatura. >no de

los aspectos m!s interesantes +y en su momento, m!s desconcertantes de toda la transición,

&ue el encadenamiento de sucesos y decisiones que hi%o posible la desproscripción de una

parte de la dirigencia del Arente )mplio y de los partidos que lo componían.

El &racaso del di!logo del "arque 8otel pareció darle otra oportunidad al proyecto del /partido

del proceso0. >na ve% suspendidas las conversaciones, parecía un momento oportuno para

darle un nuevo impulso- si lograba trans&ormarse en un agente activo en las próimas

elecciones nacionales, entonces era posible que el peso institucional de la presidencia volcara

la balan%a a su &avor* el resultado sería un nuevo mandato de Vlvare%, ahora ungido por voto

popular y por cinco aDos. "ero la situación de Vlvare% en la interna del e#'rcito tambi'n parecía

debilitarse. En 19:1, en oportunidad de su elección, la suerte lo había &avorecido con el retiro

de dos de sus adversarios* pero luego, en Junio de 19:$, &alleció su principal operador político,

el 3ral. amand ?rinidad. Este había sido una pie%a clave desde que asumiera como ministro

del @nterior en Mar%o de 19:1, y despu's, desde 6ctubre, la presidencia de la 6M)S"6- es

decir, que simult!neamente controlaba la situación interna del país, y todas las negociaciones

con los partidos. "ero adem!s, segn la precedencia militar a 'l le correspondía asumir como

comandante en Je&e en 19:B, y debiera ser el que e#erciera el cargo en las previstas elecciones

de ese aDo.2=:  Su prematura muerte a&ectó las posibilidades de control de Vlvare% sobre las

decisiones de la J6633. Segn di#o posteriormente el 3ral. 4apela, en 6ctubre de 19:$ sereunió un conclave militar en la escuela naval, para discutir la posible &ormación de un partido

del proceso- en esta reunión la mayoría de los generales recha%o la puesta en marcha de la

iniciativa, lo que signi&icó su de&initivo &inal.2=9 

Vlvare% todavía espacio para un plan 5- si no se lograba un acuerdo con la oposición entonces

el presidente tendría argumentos para no llamar a elecciones, y eso trans&ormaría en

inde&inido el t'rmino de su mandato. En ese caso tambi'n eistía un riesgo, si en algn

momento la situación escapaba al control del gobierno como por momentos parecía posible*

en este caso todo terminaría en un derrumbe catastró&ico. En de&initiva, si alguno de los

proyectos de Vlvare% salía bien, lo a&irmaba en la presidencia y lo de#aba con el control de lainstitución militar* pero si la #ugada salía mal, el costo político recaería sobre las AA.)) como

institución. "or su parte los partidos tambi'n movían sus pie%as y luego de reuniones

reservadas, a &ines de noviembre convocaron a un acto #unto al obelisco con el que lograron

una respuesta masiva. )llí, por primera ve% se reunieron en un estrado dirigentes de los

partidos tradicionales #unto a representantes de la i%quierda y de los movimientos sociales.

"ero los pla%os estaban terminando. ) la eu&oria provocada por el acto se sumaba un con#unto

de &actores, tales como el impacto de la crisis económica, las movili%aciones de los gremios y

de los partidos, #unto con la instalación del gobierno de )l&onsin y el via#e de muchos eiliados

2=: Fer 6pción, 2C de enero de 19:2,G

2=9 )chard. (a transición.cit. 9B.

Page 79: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 79/86

para instalarse en 5uenos )ires, que deban nuevo impulso a la actividad política llevaron a

pensar a &ines de 19:$, en el r'gimen cívico7 militar estaba agoni%ante y sólo necesitaba un

ltimo empu#ón. Entonces el "artido acional resolvió apretar el acelerador y en diciembre su

onvención proclamo la &órmula Hilson Aerreira X arlos Julio "ereyra para las +todavía

inciertas elecciones de 19:B.

(a reactivación de la movili%ación social iba con&igurando una situación cada ve% m!s delicada,

los sectores que se incorporaban al campo opositor adquirían m!s autonomía y multiplicaban

la cantidad de voces, lo que di&icultaba el mantenimiento de la línea moderada, y amena%aba

con salirse de control. Esto parece haber preocupado a la cpula militar, que adem!s tenía

mucho para perder* la relación gobierno7oposición aparecía como un empate cada ve% m!s

peligroso y un desequilibrio moment!neo podía desembocar en una crisis. (a eventualidad de

la movili%ación popular escapara del control sería una amena%a para el gobierno* la obligación

a una dura represión que le haría perder todo lo avan%ado en el camino de la

reinstitucionali%ación.

El vira#e de 19:B

En el &inal de 19:$ se alcan%o un pico en la movili%ación luego de la sucesión de hechos que

&ueron elevando la temperatura política- a partir del acto del 6belisco se produ#o la

proclamación de la &ormula blanca, la clausura de K$=, la huelga de su director Jos' 3erm!n

)rau#o, y la llegada de un grupo importante de hi#os de uruguayos eiliados en Europa. ) pesar

de la rígida censura implantada desde )gosto, la situación parecía escapar de las manos al

gobierno militar- clausura de prensa y procesamiento de dirigentes no parecían su&icientes

para &renar la movili%ación que el 1: de enero culminó con el primer paro general desde

19;$.21=  uando el en&rentamiento entre el gobierno y la sociedad alcan%aba su punto m!s

alto, la Junta de omandantes tomó a su cargo el mane#o ce las relaciones con los partidos

políticos, de#ando de lado a la 6M)S"6. (as negociaciones comen%aron a otro ritmo en

&ebrero de 19:B cuando asumió como omandante el ?te. 3ral. "edro )ranco* desde entonces

se reactivaron las reuniones con las dirigencias de los partidos habilitados acompaDadas con

algunos gestos como la liberación del @ng. Jos' (uis Massera +considerado como el nro. 2 del

"artido omunista y el anuncio de liberación del 3ral. (iber Seregni. "ero esta movida, queincluyo la entrega a los partidos de un teto para discutir el acuerdo, no encontró mucho eco-

la comandancia del 3ral. )ranco era previsiblemente breve. En Junio pasaría a retiro por

alcan%ar el límite de edad y entonces correspondería asumir al 3ral. 8ugo Medina por

unanimidad de votos de la JJ6633 sin que se mane#e ningn nombre alternativo.211 <e esta

21= (a decisión de paro general, adoptado por el "@?, &ue duramente criticada desde algunos sectores

políticos y particularmente por la mayoría del batllismo, si bien en ese momento Sanguinetti seencontraba &uera del país. Fer. Jaque,2; de enero de 19:B.211 )chard. (a transicióncit. 1;B

Page 80: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 80/86

&orma se adelanto el ascenso de uno de los rivales de Vlvare% que habría ocupado el cargo

reci'n en <iciembre, y que #ugaría un papel decisivo en las negociaciones de 19:B.212 

(a i%quierda había aprovechado esa pausa para reorgani%arse y recuperar visibilidad, y la

plasticidad de la situación la ayudó para impulsar la reivindicación de sus derechos* en 19:1,

reclamar la desproscripción de partidos de i%quierda signi&icaba un gesto de audacia porque noera pensable su rehabilitación* pero el tiempo transcurrido había servido para reunir

nuevamente a sus partidarios y por momentos en ese cambiante panorama político parecía

viable su desproscripción. (as movili%aciones de la segunda mitad de 19:$ contribuyeron a

darle m!s consistencia, re&or%ada por la recuperación de antiguos espacios identitarios como

los sindicatos y los gremios estudiantiles. (a marcha hacia la legali%ación de la i%quierda se

acelero a partir de la liberación de Seregni en mar%o, que devolvió al debate pblico el nombre

de Arente )mplio y su &igura m!s representativa* pero tambi'n mostro cambios de importancia

en el discurso político de la coalición. Seregni proclamo como el ob#etivo central la

recuperación de la democracia* y si bien el concepto había estado presente en su discurso

antes del golpe, ahora tenía connotaciones di&erentes de las que se mane#aban antes de su

detención. <esde su primer mensa#e, Seregni le agrego la demanda por la amnistía con lo que

se incorporaba el concepto en un conteto que se apartaba del &ormalismo #urídico, y que le

permitía redimensionar el espacio ya controlado por los otros partidos. (a Mesa del Arente

)mplio con la presencia de Seregni, propuso un replanteo de la agenda política y redi&inio sus

ob#etivos- elecciones, desproscripciones de partidos y personas +una lista que tambi'n

indicaba un orden de prioridades. (a estrategia inmediata se apoyaba en tres conceptos-

/movili%ación, concertación, negociación0, pero la concertación no abarcaba solamente la

salida sino tambi'n la tarea gubernamental posterior.21$ 

?odo esto represento una novedad. 8asta ese momento el campo opositor tenía una

estructura bipolar con predominio de los partidos tradicionales, y esa con&iguración lo sometía

a tensiones di&íciles de administrar- el batllismo se es&or%aba por tomar distancia de las

posturas radicales que asumía el "artido acional +pocos días antes de la liberación de Seregni,

Aerreira escribía- /.en estos momentos el "artido acional es el dueDo de la situación021B.

Esta in&leión signi&icaba que el nuevo agente no se incorporaba como un subalterno en un

campo ya construido sino que proponía su recomposición- en ese sentido la liberación se

Seregni tuvo un impacto similar a la aparición de 6pinar o de (a <emocracia. En la

redistribución de &unciones el Arente se atribuyo el rol de articulador entre los dos partidos

tradicionales, lo que implicaba la de&inición de una línea política autónoma +y en un principioequidistante entre los dos.

El nuevo lugar del Arente en el campo político &ue de&inido con &uer%a por el propio Seregni

que desplegó mucha actividad pese a la proscripción. El momento eigía todo su es&uer%o era

el nico re&erente de una coalición que tenía a todos sus partidos y dirigentes proscriptos, una

212 3uillespie recoge una interpretación que atribuye el asesinato de 4osli a /un complot para

desacreditar al 3ral. Medina0, comandante de la región Militar de la que dependía el cuartel de Aray5entos. Si hubiera &uncionado, el ascenso a comandante en Je&e le hubiera correspondido al 3ral.Sequeira, partidario de Vlvare%. Fer 3uilllespie. egociandocit, 1C:.

21$ El &rente apoya via electoral y &i#a prioridades. 6pinar,29 de Mar%o de 19:B,ltima p!gina.

21B )chard. (a transicióncit. $91

Page 81: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 81/86

situación peor que la de los partidos tradicionales antes del plebiscito de 19:=. El camino hacia

su eventual presentación electoral el Arente tenía que superar varios obst!culos y estaba

varios casilleros detr!s que cualquier otro partido* así parecía bueno para la coalición todo

aquello que contribuyera a reducir la distancia con los dem!s partidos. Este cambio en el

posicionamiento de la i%quierda se hi%o evidente pocos días despu's de la liberación de

Seregni, cuando trascendió una propuesta hecha por Aerreira )ldunate a 3. Vlvare%21G que &ue

recha%ada con &irme%a tanto por la dirigencia colorada como por el Arente )mplio. Era la

primera ve% que las dirigencias de estos dos partidos coincidían en una decisión importante, lo

que puede verse como un re&le#o de los cambios que se habían producido tanto en la i%quierda

como en la dirigencia colorada. Este vira#e provocó la protesta de muchos &renteamplistas que

se identi&icaban con las de&iniciones del nacionalismo* la nueva estrategia de Seregni con&undía

a sus seguidores, particularmente en el eterior, que veían al coloradismo como el responsable

de la dictadura y al "artido acional como un aliado natural. (a nueva situación tambi'n

sorprendió a los blancos, que se imaginaban a tener en Seregni un socio seguro y que con

mirada bipartidista, #u%gaban la actitud del Arente )mplio como una aproimación al partidoolorado.

(a proimidad de H. Aerreira +en 5uenos )ires desde abril incidía en las decisiones del partido

nacional, y la inminencia de su retorno a&ectaba su relación con el resto del bloque opositor. Si

bien recompuso su relación con el resto de los partidos y su sector político participo en la

&ormación de la /Multipartidaria0 en abril, su distancia comen%aba a notarse cuando la

dirigencia nacionalista procuró +sin lograrlo el apoyo de los dem!s partidos para coordinar el

retorno de Aerreira a Montevideo. ) mediados de Mayo, Aerreira pronuncio en concordia uno

de los discursos m!s radicales donde anuncio que retornaba al país el 1C de #unio. (a campaDa

de agitación previa a su regreso ocupo a su partido hasta su llegada, que se produ#o en mediode una gran epectativa- pero con el retorno del m!s importante eiliado político, el r'gimen

militar demostró que a pesar de sus divergencias internas todavía mantenía un alto grado de

cohesión.21C  Aerreira &ue detenido y sus partidarios &ueron mantenidos a distancia sin que

pudieran llegar a verlo.

Esta detención tuvo e&ectos tanto en el gobierno como en la oposición. Entre los militares,

neutrali%o al nico adversario /incontrolable0 del r'gimen, y eso abrió el espacio para

divergencias internas que hasta el momento habían permanecido acalladas* mientras que por

el lado de los partidos tambi'n surgieron divergencias y pocos días despu's se produ#o la

&ractura de la /multipartidaria0. (a reanudación del di!logo represento para el &rente opositorun desgarramiento traum!tico- el "artido acional se negó a negociar con Aerreira <etenido,

pero la mayoría de los partidos decidió dialogar con las AA.)) si se cumplían con ciertas

21G )parentemente la propuesta derivaba de una carta enviada por Aerreira a J."ivel <evoto, &echada a

comien%os de mar%o, y consistía en la reali%ación de elecciones en dos vueltas con elección indirecta del"residente. (a versión recogida por la dirigencia colorada incluía en la o&erta la prórroga del mandato deVlvare%, esto &ue recha%ado por el <irectorio que no o&reció una eplicación alternativa. (a publicaciónde la carta +)chard. la transicióncit. $:97$9$, no permite aclarar la controversia porque en ellaAerreira mantiene un di!logo muy estrecho con las /a&irmaciones y propuestas0 de un anterior de "ivel,

hasta ahora no publicada. (os comunicados que eponen las posiciones de los involucrados, en 6pinar,29 de Mar%o de19:B,C21C 3on%!le%. E. transición y restauracióncit. 11$

Page 82: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 82/86

condiciones y esta ve% encontrarían a los militares m!s dispuestos a apartarse de las

posiciones mantenidas por Vlvare% y sus partidarios.

(a &ormali%ación del di!logo tra#o como primer resultado la desproscripción del Arente )mplio,

acompaDada por la liberación de los presos que hubieran cumplido m!s de la mitad de la

condena y la desproscripción de dirigentes de la i%quierda* pero el anuncio de avancespro&undi%aba la división entre los partidos. (os que participaban en el di!logo apostaban que la

ciudadanía, que quería &inali%ar r!pidamente con el gobierno militar, les diera su apoyo*

mientras que el nacionalismo y algunos sectores de la i%quierda, optaban por radicali%ar su

discurso opositor. (a crisis m!s &uerte parece haberse producido dentro del Arente )mplio

donde la actitud /dialoguista0 resultaba di&ícil de aceptar* los debates en los comit's se

prolongaban, y a Seregni y sus partidarios les costaba convencer a los militantes veteranos de

la i%quierda y a los #óvenes que se habían sociali%ado políticamente en contacto con los

Hilsonistas. "ero esta ve% el di!logo &ue corto y discreto* los participantes eran consientes de

que se estaban #ugando la ltima oportunidad y no la desaprovecharon.21; 

) comien%o de )gosto se anuncio el acuerdo- elecciones en oviembre y algunas normas de

 #erarquía constitucional de vigencia transitoria que m!s adelante serían sometidas a plebiscito.

(os dirigentes colorados presentaron el teto como el acceso a la democracia plena- Aerreira

desde su prisión lo cuestionó duramente +'l &ue el primero que lo llamo /"acto del club

naval021:, mientras que Seregni trataba de religar el la%o simbólico con el Arente histórico de

19;1, presentando el acuerdo como la coronación de una estrategia aut'nticamente

&renteamplista.

El primer acto de masas del Arente )mplio ya desproscripto, el 1= de )gosto, &ue tambi'n el

símbolo de reconstrucción de la coalición- &ue reali%ado en la eplanada municipal, el mismoescenario del acto &undacional de 19;1, y esta ve% tuvo a Seregni como nico orador. 219  El

discurso eponía y #usti&icaba la línea política, #ugando en dos planos- por un lado lo plantaba

eplícitamente, y por otro lo hace recurriendo a la intertetualidad con el discurso de 19;1 y

con la /6ración inaugural0 artiguista de abril de 1:1$. )sí a la ve% describía una situación

nueva para la coalición, la revestía con el lengua#e y las &ormulas verbales cl!sicas en las que

sólo cambiaba algunas palabras o a veces, algunos 'n&asis. Sin duda Seregni podía sentirse

satis&echo y los resultados parecían darle la ra%ón- a pesar de las discrepancias el Arente

)mplio retuvo a los grupos m!s radicales, que dentro de la coalición mantuvieron su reclamo

por /amnistía general e irrestricta0 e incluso llego a reincorporar a los partidarios de E. Erro

+que &alleció en "aris en oviembre, antes de las elecciones. "ara el "artido acional el

anuncio del acuerdo represento la crisis de su estrategia y la dirigencia debió reali%ar un

comple#o recorrido, que incluyo una reunión con Aerreira en el cuartel de ?rinidad, para

convencer a la onvención de que aceptara la obligada renuncia a su candidatura y proclamara

una /&ormula sustitutiva0.

21; )chard reconstruyo en parte las negociaciones a partir de testimonios de participantes+/las actas dellub aval0, )chard, <. (a transicióncit. $9$7B$$* el an!lisis de la negociación y su contenido en3uillespie, egociando., cit.21:

 Fer /carta de Aerrira )ldunate0 en 5squeda,1G de )gosto de 19:B,11. )llí tambi'n propuso otradenominación, /"acto Medina7Sanguinetti0, que tuvo menos perduración.219 Fer /teto integro del discurso0 en (a 8ora, 11 de )gosto de 19:B, p!gs. B7;.

Page 83: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 83/86

(a propuesta lan%ada por Seregni de la reali%ación de una instancia de /concertación0 para

acordar las políticas que llevaría adelante el próimo gobierno democr!tico se concreto el B de

setiembre con la instalación de la /oncertación acional "rogram!tica0 +6)"46 con el

apoyo de los partidos políticos y de los movimientos sociales. ) ella se incorporo el "artido

acional, lo que signi&icaba la reconstrucción de la /Multipartidaria0 que había entrado en

crisis durante el proceso de negociación con los mandos. ya desde setiembre, &inalmente

comen%ó la esperada campaDa electoral.

%alance y inal.

(os resultados electorales mostraron que los dialoguistas tenían m!s respaldo que los

radicales- a di&erencia de lo ocurrido en 19:2, esta ve% la oposición moderada obtuvo m!s

apoyo electoral. (a eplicación de este cambio puede buscarse en un cambio de talante del

electorado, o en la di&erencia previsible entre los resultados de una elección de participaciónvoluntaria +como &ueron las internas de 19:2, donde participó el C=L del electorado y otra de

participación obligatoria, como es el caso de la elección nacional. Es ra%onable suponer que los

sectores menos politi%ados, que no participaron en las internas de 19:2, optaron por apoyar

las opciones m!s moderadas que resultaban así las m!s votadas dos aDos m!s tarde. (os

resultados admiten otra lectura, si se atiende al hecho de que la a&irmación anterior es sólo

parcialmente v!lida- es cierto que el "artido olorado con su opción de /cambio en pa%0

obtuvo amplia mayoría electoral y revirtió los malos resultados de 19:2* pero tambi'n creció

la votación del Arente )mplio que no sólo recupero los votantes &renteamplistas de 19;$, sino

que agrego un alto nmero de votantes #óvenes que apoyaron una orientación política que

había sido proscripta durante la dictadura. uando llego el momento de abrir los sobres, elArente )mplio era el nico partido que había crecido, tanto en valores absolutos como

relativos, con relación a su presentación electoral de 19;1.

Es decir que el resultado &ue malo para el "artido acional y particularmente para el sector

que lideraba Aerreira )ldunate, que sólo logro incrementar su electorado en unos B=.===

votos, mientras que el "artidos olorado aumentaba m!s de 2G=.=== el electorado que lo

respaldo en 19:2.22=  El partido acional no logro atraer su&iciente electorado como para

equilibrar el que incorporaban los colorados, ni m!s electorado de i%quierda que el que capto

el A).

3eneralmente se atribuye este resultado negativo a la prisión de Aerreira )ldunate, quien en

elecciones sin proscriptos hubiera sido el /seguro ganador0* pero el caso reclama un an!lisis

m!s mati%ado. Esa eplicación &ue descartada por el propio Aerreira )ldunate en su discurso

+que el mismo cali&ico de autocritica, pronunciado en la eplanada Municipal luego de su

liberación. Segn Aerreira, su prisión incidió en las opciones t!cticas del partido, pero no &ue lo

decisivo porque /3racias a dios Rel partido acional encontró un candidato que hubiera

22= 4esultados de 19:2- "- C19.9BG, "- G2;.GC2, en blanco-:G.$;$. resultados de 19:B- "- CC=.;;$,

"- ;;;.;=1. A)- B=1.1=1.+ &uente AS- Vrea política y relaciones internacionales. 5anco de datos.

Page 84: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 84/86

podido ser el m!s grande de los presidentes de la historia de nuestro país.0221  "or eso, la

eplicación debe buscarse por otra parte.

/o tengo la impresión, dig!moslo con claridad, de que nosotros sostuvimos un estilo, tuvimos

una visión del país que no coincidió con la propia visión del país que tenían mayoritariamente

los uruguayos. osotros vimos la realidad nacional con otros o#os di&erentes, que aquellos conlas que la miró el pueblo oriental en su mayoría. (a solución no somos de aquellos que

cambian de pensamiento con tal de a#ustar me#or los resultados electorales.0222 

"ara Aerreira el problema radicó en la opción discursiva del sector, que insistió con un

diagnostico pesimista de la realidad y en la propuesta de medidas dr!sticas* pero chocaron con

un animó di&erente del electorado y /asustamos a la gente, muchos de los que oyeron esto

salieron a corriendo a votar a aquellos que no creían en ellos, porque querían salir de la

dictadura en pa% y tranquilidad, sin aventuras0

?oda autocritica implica tambi'n la corrección del rumbo* aunque Aerreira rati&ico en todos sus

t'rminos la pertinencia de su planteo critico de la realidad y lo contrapuso a la super&icialidad

de la propuesta de /cambio en pa%0, a continuación dio un sorpresivo vira#e a su discurso

cuando le prometió gobernabilidad a Sanguinetti, a&irmando /o hay ob#etivo m!s importante

que el de consolidar las instituciones democr!ticas. para consolidarlas nosotros vamos a

estar detr!s del gobierno del país que ha dado, aunque no nos guste.0 (a autocritica parece ir

m!s le#os en el tiempo ya que pone en cuestión las actitudes del mismo Aerreira ante los

resultados electorales de 19;1. Si en aquel momento se en&rentó a 5ordaberry denunciando el

Araude electoral, ahora contra Sanguinetti una actitud similar tenía todavía m!s argumentos.Sin embargo, en esta oportunidad Aerreira pre&irió aceptar la voluntad del electorado que

quería el &inal de la dictadura* su ltimo reclamo sería la amnistía para todos los presos, un

compromiso que proclamó y de&endió en ese discurso. ) partir de entonces adoptó un

discurso m!s moderado, abandonando las posiciones que había sostenido hasta su llegada a

Montevideo. Ese vira#e ya seria de&initivo y no habría retorno al discurso anterior.

)parentemente su conclusión era que la radicali%ación del eilio no combinaba con el talante

del electorado dentro del país, y debía moderarlo para recuperar sus electores.

(a actuación pblica de Aerreira en los aDos siguientes parece agregar m!s elementos a esta

eplicación. El discurso de Aerreira tenía un espacio muy estrecho en el campo político,con&inado entre el sólido conservadurismo colorado y el m!s convincente i%quierdismo del A).

Sus epectativas de 'ito se apoyaban en la captura de la i%quierda batllista que

históricamente se había mostrado poco ligada al partido colorado, pero el discurso destinado a

captar ese electorado no debía espantar al ala derecha de su partido* es decir que el

bipartidismo era una de las condiciones &undamentales para el 'ito de esta estrategia

electoral. Si esta con#etura es correcta entonces el resultado de 19:2 habría estado muy

in&luido por el bipartidismo arti&icial y la proscripción del Arente )mplio. Estas elecciones

internas se parecían a las elecciones nacionales de 19G:, que &ueron las ltimas donde el

221 (as citas del discurso de Aerreira corresponden a (a <emocracia, ;NK@@N19:B, p!g 1=71$.

222 @bid.

Page 85: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 85/86

"artido acional pudo capturar el grueso del electorado que migró del "artido olorado. En

cambio, una con&iguración tripartita reproduce el campo de 19;1 donde el A) capturo a los

batllistas montevideanos, mientras blancos y colorados se repartieron en partes casi iguales el

resto del electorado. <e ser v!lida esta hipótesis, entonces el modesto incremento electoral de

Aerreira en las elecciones de 19:B no se eplica tanto por su detención como por la eistencia,

con el A) rehabilitado, de una tercera opción a su i%quierda* en esa situación de libertad de

Aerreira le hubiera dado alguna posibilidad de revertir el resultado de 19;1 y obtener en el

me#or de los casos, una venta#a reducida en un &inal muy pare#o con el coloradismo.

(as elecciones podían de#ar mltiples lecturas, pero, en de&initiva, había una que se impondría

a todas las otras* el "residente que asumiría el 1ro. <e Mar%o sería J.M. Sanguinetti y por cinco

aDos sería 'l quien marcaría el rumbo político. (as di&icultades que debía encarar eran

enormes ya que el gobierno cívico7 militar había resuelto pocos de los problemas del país y

había agregado otros nuevos. "ero el r'gimen no había /caído0 como algunos esperaban, sino

que habían pactado con las &uer%as civiles y mantenía algunas de sus posiciones- el 12 de

&ebrero, cuando Vlvare% abandono la presidencia, el 3ral. Medina declaro pblicamente que

/si obligan, que si se dan las mismas causales que se dieron en 19;$, no vamos a tener m!s

remedio0 que dar un golpe de Estado.22$ "or otra parte, la transición se había negociado con

los militares /duros0 +a los que se pre&ería llamar pro&esionales* ahora los /goyistas0

abandonaban la J6633- en Mar%o de 19:G paso a retiro el 3ral. 5onelli y en mayo lo hi%o el

3ral. Sequeira. o parecía muy auspiciosa la perspectiva de una democracia ba#o permanente

amena%a militar, cuando era previsible la pro&undi%ación de la crisis económica* y un

diagnóstico un!nimemente compartido era que la crisis arrastraría a la sociedad a posturas

radicales que trans&ormarían en e&ímera la democracia restaurada.

Es interesante repasar el reacomodamiento estrat'gico que reali%ó Sanguinetti acompaDado

por su partido y ya como presidente*22B  luego del anuncio de un gabinete de /connotación

nacional0, recupero buena parte del discurso anterior al golpe.22G 4eapareció la idea de que la

democracia había sido recuperada por los partidos tradicionales y que estaba amena%ada por

una i%quierda radicali%ada, en un esquema que contradecía la eperiencia reciente. Est!

redistribución de roles y de responsabilidades les permitió a Aerreira recomponer su lidera%go,

reinstalarse en el espacio de legitimidad y despla%ar nuevamente al Arente )mplio hacia los

m!rgenes del campo de la política. "ara lograrlo debieron recomponerse muchas dimensiones

del imaginario político- la estrategia de pactos tan criticada por los blancos en )gosto de 19:B

22$ Fer 5squeda, 1B de Aebrero de 19:G, p!g. G22B Sobre este cambio, ver Marchesi,)- /T3uerra o terrorismo de EstadoU 4ecuerdos en&rentados sobreel pasado reciente uruguayo0, en Jelin,E +comp.- /las conmemoraciones- las disputas en las &echas in7&elices0.+Espana7 )rgentina- Siglo KK@, 2==2, 1=171B;. <emasi . 4ico.), 4osal M. /8echos y sentidos dela política y la post7política0, en 5rando,6+coord., >ruguay 8oy. /"aisa#e despu's del $1 de 6ctubre0,+Montevideo, ediciones del caballo perdido, 2==B, ;7;;. 4ico,). /omo nos domina0cit. <emasi. ./>n repaso a la teoría de los dos demonios0, en Marchesi, ), Mararian, F. 4ico ,) y a&&', J /Elpresente..cit., C;7;B22G

 )Dos despu's, hablando de la &ormación del primer gabinete, comento Sanguinetti- En aquel

momento hubo un gobierno de coincidencia nacional como yo quería con Ministros blancosdecididamente. R &rentistas no lo veíamos. Eran blancos y colorados. Hilson se me hablo de laposibilidad de incluirlos en los entes, cosa que en de&initiva se hi%o.0+)chard. (a transición,cit. 22$

Page 86: DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

8/17/2019 DEMASI_ La Evolución Del Campo Político en La Dictadura

http://slidepdf.com/reader/full/demasi-la-evolucion-del-campo-politico-en-la-dictadura 86/86

se legitimó como la &orma uruguaya de hacer política, y la gobernabilidad +acuerdo entre

gobierno y minoría mayor rempla%o a la concertación +acuerdos entre todos los agentes.

ddi&erentes de la que eistiera antes de la dictadura- la índole de los problemas que debía

en&rentar era muy di&erente a lo que aparecía en 19;$, y la reactivación de la política vino

acompaDada por un rea#uste en la con&iguración partidaria. Si bien esta había cambiado pocoen comparación con lo que era en 19;=, en cambio había cambiado de manera relevante las

comunidades interpretativas en cada partido y el sentido comn del con#unto. (a de&inición de

la democracia como ob#etivo político introducía una di&erencia importante, re&or%ada por las

connotaciones que el concepto había adquirido +y tambi'n por las que había de#ado de tener.

a no había espacio para la coincidencia de la democracia con la intervención militar, que

parecía tan normal antes del golpe* ni era posible imaginar una re&orma constitucional sin

plebiscito como había ocurrido con la creación del 6SE). (as organi%aciones sociales

estaban muy alertas para denunciar las pr!cticas represivas, y el &uturo gobierno democr!tico

tendría poco margen para las violaciones a la constitución que habían sido aceptadas como

/naturales0 antes del golpe.

) primera vista la i%quierda no parecía haber ganado mucho en este campo trans&ormado, y el

papel relevante que había desempeDado en la transición parecía quedar olvidado en la batalla

política cotidiana* pero podían seDalarse como hechos positivos la desarticulación del

comple#o simbólico que la identi&icaba con la /subversión0, así como la nueva legitimidad

obtenida por los partidos que integraban el Arente )mplio. ?odo esto signi&icaba que, a pesar

de las intenciones, la eperiencia acumulada hacia todo este proceso algo di&erente de una

/restauración0.